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Revista de Ciencias Sociales (Cr)

ISSN: 0482-5276
revista.cs@ucr.ac.cr
Universidad de Costa Rica
Costa Rica

Krotz, Esteban
Antropología, derechos humanos y diálogo intercultural
Revista de Ciencias Sociales (Cr), vol. I-II, núm. 103-104, 2004, pp. 75-82
Universidad de Costa Rica
San José, Costa Rica

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=15310405

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Ciencias Sociales 103-104: 75-82, 2004 (I-II)

ANTROPOLOGÍA, DERECHOS HUMANOS


Y DIÁLOGO INTERCULTURAL1

Esteban Krotz
Se dice que en las culturas envejecidas no hay lugar para el profetismo
y la utopía, sino para el pragmatismo y el egoísmo, para la verificación contable
de los resultados, para el cálculo científico de insumos y resultados; en el mejor
de los casos para la institucionalización, legalización y ritualización
del espíritu que renueva todas las cosas. Sea o no inevitable esta situación,
quedan, sin embargo, lugares donde la esperanza no es, sin más,
la sumatoria cínica de cálculos pragmáticos, sino el de esperar y ‘esperanzar’ contra todo
juicio dogmático, que cierra el futuro del proyecto y de la lucha.
Uno de esos lugares es América Latina…

Ignacio Ellacuría (asesinado en San Salvador, el 16 de noviembre de 1989)

RESUMEN

El debate actual sobre los derechos humanos es parte de un inacabado diálogo


intercultural sobre los principios de una convivencia humana merecedora de tal
nombre. Desde esta perspectiva, se aborda la sucesión de las diferentes “generaciones”
de derechos humanos, se analiza la idea de “derechos indígenas fundamentales” y se
reflexiona acerca de la relación entre la antropología y el diálogo intercultural sobre
los derechos humanos.

PALABRAS CLAVE: * ANTROPOLOGÍA * DERECHOS HUMANOS * DIÁLOGO


INTERCULTURAL *

ABSTRACT

The current debate about human rights is part of an unfinished intercultural dialogue
about the principles of living in a society that deserves to be called human. From this
perspective, this article discusses the successive “generations” of human rights,
analyzes the idea of “fundamental rights” for indigenous peoples, and reflects upon the
relationship between anthropology and the intercultural dialogue about human rights.

KEY WORDS: ANTHROPOLOGY * HUMAN RIGHTS * INTERCULTURAL DIALOGUE *

1 Versión revisada y ampliada de la conferencia pre- troamericano de Antropología (Xalapa, Veracruz,


sentada el 1º de marzo de 2002 al IV Congreso Cen- México, 25 de febrero-2 de marzo de 2002).
76 Esteban Krotz

La problemática contemporánea de los DE LA EXIGENCIA DE LAS GARANTÍAS


pueblos indígenas de América Latina y de otras INDIVIDUALES A LA EXIGENCIA DE POLÍTICAS
partes del mundo se discute frecuentemente SOCIALES Y CULTURALES
como tema de los derechos humanos. Esto ne-
cesita alguna explicación, pues en los treinta Como se sabe, la “Declaración Universal
artículos de la “Declaración Universal” de 1948 de Derechos Humanos” es un listado de dere-
no hay mención alguna de pueblos o culturas chos que tienen todas las personas humanas por
indígenas. el solo y único hecho de ser eso: personas hu-
Desde una perspectiva antropológica, co- manas. La validez de estos derechos es absoluta
mo la que ha sido elaborada, por ejemplo, por (= no se pueden perder) y general (= indepen-
Eric Wolf en su conocido libro Europa y la diente de lugar y circunstancias específicas).
gente sin historia 2, el proceso evolutivo del Igualmente es sabido que la citada Decla-
mundo es, desde hace mucho más tiempo del ración tuvo numerosos y muy diversos antece-
que nos hace suponer el coloquial habla de la dentes en la historia de las culturas noratlánti-
“globalización” un proceso de integración pla- cas y que fue también una reacción a los
netaria, quiere decir, de interacción creciente y totalitarismos fascista y estalinista y a las atro-
cada vez más intenso. Por tanto, también la cidades de la segunda guerra mundial. Consti-
idea de los derechos humanos, por más que se tuye un momento culminante de la larga lucha
haya originado en una historia particular, debe por la emancipación del ciudadano frente al es-
entenderse como el resultado de constantes y tado. Por ello, estos derechos son llamados “de-
cambiantes relaciones de aprendizaje, a veces rechos civiles y políticos” y muchos se encuen-
más unilaterales, a veces más mutuas. tran, de un modo y otro, como “garantías
Desde esta perspectiva, el debate actual individuales” en las constituciones políticas de
sobre los derechos humanos de los pueblos in- las democracias modernas.
dígenas es la más reciente fase de un aún ina- Lo anterior significa que, en cierto
cabado diálogo intercultural sobre qué es el ser sentido, el movimiento por la vigencia de los
humano y cuáles son los principios de una derechos humanos del último medio siglo,
convivencia humana realmente merecedora de es resultado de la “globalización” de esta lu-
tal nombre. cha y de los valores mediante ella defendi-
Para tratar de demostrar esta proposi- dos. Pero, al mismo tiempo, fue el inicio de
ción 3 , esbozaré primero el surgimiento de un proceso de aprendizaje en el nivel plane-
las llamadas tres generaciones de derechos tario, donde diferentes coyunturas mundia-
humanos. Luego comentaré algunos de los les y la emergencia de voces nuevas proce-
problemas específicos de la idea de “derechos dentes de numerosas sociedades diferentes
indígenas fundamentales” para terminar con enmendaron y completaron paulatinamente
consideraciones acerca de la relación entre la la visión del ideal del ser humano y de las re-
antropología y el diálogo intercultural en curso laciones que debe establecer con sus congé-
y pendiente sobre los derechos humanos. neres que contiene la Declaración; al mismo
tiempo corrigieron algunas parcialidades de
esta visión inicial.
Ante todo destacan tres líneas en este
diálogo intercultural, que durante los años cin-
2 Véase: Eric R. Wolf, Europa y la gente sin historia.
Fondo de Cultura Económica, México, 1987. Tam-
cuenta y sesenta (y en cierto sentido hasta hoy)
bién puede recordarse el cap. VIII (“¿Cómo cambia se realizó ante el trasfondo y como parte de las
la cultura?”) del libro de George P. Murdock, Cul- guerras anticoloniales, durante los setentas y
tura y sociedad. Fondo de Cultura Económica, Mé- ochentas y hasta hoy ante el trasfondo de la lu-
xico, 1987. cha contra los regímenes militares, durante los
3 El presente trabajo tiene todavía carácter de esbozo
noventas y hasta hoy ante el trasfondo de los
y tendrá que ser documentado posteriormente con efectos del llamado neoliberalismo y la ideolo-
más detalle. gía del “fin de la historia”.
Antropología, derechos humanos y diálogo intercultural 77

La primera línea: Los seres humanos no acuerdo, componente principal de la llamada


somos humanos “sin más”, sino lo somos siem- “segunda generación” de los derechos huma-
pre, por ejemplo, como hombres o como muje- nos, ya no se limita a defender al ciudadano del
res, como niños o como adultos o como viejos, poder del estado, sino que exige del estado la
como personas con plenas o con disminuidas satisfacción de las necesidades económicas, so-
facultades físico-psíquicas. Pero el contexto so- ciales y culturales básicas de sus ciudadanos y
cial en el cual se dan y se viven estas especifici- esboza, de este modo, un modelo de organiza-
dades biológicas4, convierte a menudo estas di- ción social, en cuyo marco pueden desarrollar-
ferencias en causas de desigualdad, es decir, se se y ejercerse las libertades individuales.
traducen en menoscabo de los derechos funda- La tercera línea de aprendizaje es la más
mentales. Al percibir con más claridad esto, se reciente y se encuentra todavía en consolida-
empezó a promover varios códigos adicionales ción. Se refiere a los derechos fundamentales
para garantizar de modo especial los derechos de las minorías étnico-culturales en general y,
humanos de seres humanos en condiciones en particular, a los de los pueblos indígenas.
particularmente visibles de desigualdad, tales Es importante recalcar que aquí ya no se
como las declaraciones sobre los derechos de habla de prohibir el genocidio (= la aniquila-
las mujeres y de los niños (campo este último ción física) de los pueblos indígenas, ni el etno-
que ha sido consolidado de modo significativo cidio (= la eliminación forzada de los elemen-
durante los primeros dos meses del 2002 por tos identitarios de los grupos étnicos) ni el
los dos protocolos sobre la venta de niños, la racismo (en el sentido de una discriminación
prostitución y la pornografía infantiles y sobre negativa basada en criterios étnico-culturales).
la participación de niños en conflictos arma- Más bien, se afirma la obligación del estado de
dos5). Por la misma razón, se formularon códi- proteger las culturas indígenas —lo que no sig-
gos especiales para personas en situaciones ex- nifica su petrificación o musealización, sino el
tremadamente vulnerables, tales como los que los gobiernos permitan y hasta promuevan
migrantes, los refugiados, los solicitantes de activamente su desarrollo en función de la lógica
asilo, los detenidos y los reclusos6. particular propia de —cada una de— estas cultu-
La segunda línea se ha manifestado en el ras. Aunque un derecho semejante puede ser re-
largo proceso de formulación, aprobación y ra- clamado por diversos tipos de minorías, aplica
tificación del “pacto internacional sobre dere- particularmente a los pueblos indígenas, que son
chos económicos, sociales y culturales”7. Este definidos por el conocido Convenio 169 de la Or-
ganización Internacional del Trabajo de 1989 co-
mo aquellos “pueblos en países independientes”
4 La conocida discusión sobre la determinación de
qué es “normal” y “anormal” recuerda que las espe- … que por el hecho de descender de po-
cificidades “biológicas” son, en buena medida,
siempre culturales.
blaciones que habitaban en el país o en
una región geográfica a la que pertenece
5 Los textos de ambos protocolos facultativos se en- el país en la época de la conquista o colo-
cuentran en la página web de la UNICEF: nización o del establecimiento de las ac-
<http://www.unicef.org/spanish/specialsession
/rights/optional-protocols.htm>.
tuales fronteras estatales y que, cual-
quiera que sea su situación jurídica,
6 El apenas iniciado debate público en varios países conservan todas sus propias institucio-
europeos sobre la eutanasia y el suicidio asistido nes sociales, económicas, culturales y
puede verse como ramal de esta discusión sobre los
derechos de las personas en la etapa terminal de políticas, o parte de ellas8.
sus vidas.

7 Entre su aprobación en 1966 y su entrada en vigor 8 El texto comentado de esta definición se encuentra
—junto con el “Pacto internacional de derechos ci- en el libro de Magdalena Gómez, Derechos indíge-
viles y políticos”, que refrendó buena parte de la nas: lectura comentada del Convenio 169 de la Or-
Declaración de 1948— ¡tuvo que pasar una década ganización Internacional del Trabajo, pág. 51 y sigs.
entera! (Ed. Instituto Nacional Indigenista, México, 1995).
78 Esteban Krotz

La Organización de las Naciones Unidas indígena casi siempre está ubicada entre los es-
consideró tan importante esta problemática, tratos sociales más pobres, podría generarse
que presentó en 1994, después de nueve años una fuerte presión sobre las políticas públicas y
de trabajo, un “Proyecto de declaración de los exigirse la redistribución de los recursos nacio-
derechos de las poblaciones indígenas”9 y pro- nales, lo que provocaría reacciones violentas
clamó un “Decenio internacional de las pobla- entre los beneficiarios de la desigualdad actual.
ciones indígenas del mundo” (1995-2004)10; Pero, además, hay otros puntos críticos, de los
por su parte, en 1995, la Comisión Interameri- que nos ocuparemos en seguida.
cana de Derechos Humanos, presentó un bo-
rrador de “Declaración americana de derechos
de los pueblos indígenas”11. En el primer texto AVANCES Y PUNTOS CRÍTICOS
mencionado se señala que los pueblos indíge- EN LA FORMULACIÓN DE LOS DERECHOS
nas “tienen derecho a la libre determinación. HUMANOS INDÍGENAS
En virtud de ese derecho determinan libremen-
te su condición política y persiguen libremente Algunos especialistas consideran los de-
su desarrollo económico, social y cultural” (ar- rechos humanos de la segunda y la tercera ge-
tículo 3) y que, neración como “periféricos” o “secundarios” e
incluso niegan que sean propiamente “dere-
… tienen derecho a conservar y reforzar chos humanos”.
sus propias características políticas, eco- Pero si se sigue el argumento arriba ex-
nómicas, sociales y culturales, así como puesto, estamos ante sucesivos pasos de un diá-
sus sistemas jurídicos, manteniendo a la logo intercultural, un proceso de aprendizaje
vez sus derechos a participar plenamente, planetario, que es el resultado precisamente de
si lo desean, en la vida política, económi- la concurrencia de cada vez más actores en el
ca, social y cultural del estado (artículo 4). escenario internacional. Este proceso se refiere
en primer lugar al significado de “ser humano”,
La aprobación y ratificación de estos do- que se define precisamente mediante los dere-
cumentos enfrenta obstáculos enormes. Por chos que le son reconocidos en estas declara-
una parte, hay temores de que la validación in- ciones, más no otorgados. Con el tiempo, este
ternacional de tales derechos refuerce aspiracio- reconocimiento se vuelve más y más concreto.
nes separatistas e incluso provoque el desmem- Así, este reconocimiento se adentra evi-
bramiento de varios estados (peligro que no dentemente en un campo temático que les es
parece existir en ningún lugar de América Lati- familiar a los antropólogos, pues toma en
na). Por otra parte, en vista de que la población cuenta que los seres humanos no son todos
completamente idénticos ni inmutables y que
no se pueden entender como entidades aisla-
das de sus contextos. Al contrario, considera
9 El texto se encuentra, por ejemplo, en: Disposicio-
nes legales en materia indígena, pág. 68 y sigs. que están inevitablemente definidos por cier-
(Ed. Programa de las Naciones Unidas para el Desa- tos rasgos particulares y esenciales, algunos de
rrollo/Instituto Nacional Indigenista, Mérida, ellos relativamente estables —como el géne-
2000). ro—, otros más bien cambiantes —como la
edad—. Igualmente fuerte es su condiciona-
10 Para más información al respecto, véase el docu-
mento de las Naciones Unidas “Poblaciones indíge- miento por su pertenencia y procedencia de
nas: un desafío para la comunidad internacional”; una cultura específica y siempre única, que les
en: <http://www.un.org./spanish/hr/pobla.htm> proporciona el idioma materno y todo un pa-
trimonio de valores, hábitos y costumbres que
11 El borrador de esta Declaración puede consultarse
no sólo necesariamente los distinguen de quie-
en la antología preparada por Patricia Morales,
Pueblos indígenas, derechos humanos e interde- nes pertenecen a otras culturas igualmente
pendencia global, págs. 263-276 (Siglo Veintiuno únicas, sino que permean casi todos los aspec-
Editores, México, 2001). tos de su vida. Esto sigue siendo así a pesar de
Antropología, derechos humanos y diálogo intercultural 79

que la intensa interacción entre muchas socie- humano y cuáles deben ser, en consecuencia,
dades y culturas y las particularidades propias los principios que gobiernan la convivencia de
de las sociedades complejas modernas a veces los seres humanos. El mismo discurso de los
hace difícil distinguir con claridad los límites derechos humanos ha empezado a dejar de ser
entre las culturas. un monólogo cultural, o sea, el discurso sola-
Además, toma en consideración que las mente de la cultura noratlántica. Ha sido im-
libertades personales siempre se ejercen en portante para esto la aceptación de la diversi-
contextos socioculturales determinados. Por dad en el interior de los países de la
ello incluso se ha afirmado que “es ilusorio el civilización noratlántica y el caer en la cuenta
ejercicio de los derechos civiles y políticos que todos los avances en materia de derechos
cuando no existen condiciones para el disfrute humanos de estos países han resultado de mo-
de los derechos económicos, sociales y cultu- vimientos conflictivos (buenos ejemplos en es-
rales”12. Y es cierto, porque ¿cómo hablar del te sentido son la “acción afirmativa” en los Es-
derecho universal a la educación (artículo 26), tados Unidos, que sustituyó el intento de
cuando la miseria obliga al trabajo infantil? homogeneizar las diferencias culturales y la
¿Del “derecho a salir de cualquier país, incluso creación de las comunidades autonómicas en
del propio, y a regresar a su país” (artículo 13) España, algunas de ellas con idioma propio).
en un campo de refugiados en África Central? Más importante aún ha sido la confrontación de
¿Del derecho a “gozar de las artes y a partici- la imagen del ser humano y de su sociedad con-
par en el progreso científico” (artículo 27), tenida en la Declaración Universal de 1948 con
cuando el analfabetismo y el nulo poder ad- las ideas al respecto que cobijan grandes tradi-
quisitivo imposibilitan cualquier intento de ciones religioso-culturales tales como el budis-
acceder a bibliotecas, museos y conciertos y mo, el hinduismo y el Islam así como algunos
cuando el reclamo más urgente es por hospi- modelos de organización político-social africa-
tales adecuadamente equipados, alimentos sa- nos y asiáticos inspirados por estas concepcio-
nos y agua limpia para beber? nes. Poco se ha escuchado todavía en este deba-
Así, asistimos a un aprendizaje en el te sobre los cuestionamientos y los aportes de
sentido de la construcción de una concepción las miles de culturas ágrafas y predominante-
colectiva cada vez más rica de lo que es el ser mente rurales como las que en su mayoría son
las culturas indígenas latinoamericanas.
Pero como los derechos humanos son in-
divisibles, no puede excluirse a ninguna cultu-
12 Rodolfo Stavenhagen, “Los derechos de los indí-
genas: algunos problemas conceptuales”, pág. 85; ra, por más pequeña o “insignificante” que sea
en: Nueva Antropología, volumen XIII, 1992, nú- en algún sentido estadístico.
mero 43, págs. 84-99. El antropólogo mexicano y Asimismo, el enriquecimiento de la con-
actualmente Relator Especial de las Naciones Uni- cepción de los derechos humanos no sólo no
das para los pueblos indígenas señala en el trabajo
puede ser impuesto a nadie, sino que tampoco
citado que “las políticas de ajuste estructural exi-
gidas por las agencias financieras internacionales avanza de modo lineal. Es un proceso de
a los gobiernos del Tercer Mundo, que tienen por aprendizaje colectivo e intercultural, que vive
finalidad reducir el papel del estado en la econo- del tomar en serio las discrepancias y la diver-
mía, son consideradas por algunos observadores sidad de las tradiciones y que procede median-
como violatorias de los derechos humanos” (pág.
te el diálogo franco y, al mismo tiempo, respe-
85). En el mismo sentido afirmó Ignacio Ellacu-
ría: “Y es que las libertades políticas, para poder tuoso13. Además, es probable que solamente así
ser usufructuadas mayoritariamente, necesitan de
la liberación de las necesidades básicas y el disfrute
de la libertad social, aunque estas exijan a su vez
ámbitos de libertad política” (“Utopía y profetismo”, 13 Para esta perspectiva véase: Esteban Krotz, “La for-
pág. 436; en: Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino, eds., mulación de los derechos humanos como proceso
Mysterium Liberationis: conceptos fundamentales de aprendizaje intercultural”. En: Devenires: Revis-
de la teología de la liberación, vol. I, págs. 393-442. ta de Filosofía y Filosofía de la Cultura, año III,
UCA Editores, San Salvador, 1993). enero de 2002, nro. 5, págs. 81-95.
80 Esteban Krotz

puedan encontrarse soluciones para serios pro- en el diálogo cada participante se sabe deposita-
blemas teóricos y jurídicos, que se agregan a los rio de una valiosa tradición, que espera poder
obstáculos de tipo político arriba mencionados y enriquecer más aún por lo que todos y cada
que enfrenta el reconocimiento de los derechos uno de los demás pueden aportar desde sus cul-
indígenas. Entre estos está —aquí solamente se turas particulares acerca de lo que es el ser hu-
puede mencionar— el saber si se trata de dere- mano, su dignidad y su destino. Este diálogo,
chos de colectividades o se trata de derechos empero, muchas veces no es nada “bonito” (lo
que tienen individuos pertenecientes a determi- que deriva, entre otros aspectos, de que se trata
nadas colectividades. Obviamente, por más que no de concesiones relativas a cuestiones relati-
parece tratarse aquí de argucias, es muy dife- vamente inocuas como la vestimenta y las fies-
rente la situación si son sólo algunas personas o tas, sino a derechos cuya existencia significa
si también son determinadas agrupaciones de siempre también la limitación de derechos de
personas las titulares de tales derechos funda- otros y la existencia de obligaciones)14. A me-
mentales. Otro problema es la cada vez más fre- nudo es bastante doloroso, porque implica la
cuente opción de individuos, que pertenecen de evaluación de propuestas culturales y, por tan-
manera permanente o intermitente a culturas to, finalmente también la opción por unas en
diferentes y, que además, se encuentran en pro- demérito de otras. Lamentablemente, no siem-
ceso constante de cambio y de intercambio. pre modelos inaceptables lo son tan abierta-
mente como la imagen del ser humano del na-
zismo, la noción de los derechos humanos del
LA TAREA DE LA ANTROPOLOGÍA Ku-Klux-Klan, la regulación de las relaciones
EN ESTE DIÁLOGO INTERCULTURAL entre los géneros establecida por los talibanes
afganos o el concepto de libertad religiosa del
No pocas veces se trata el discurso de los actual gobierno chino; la mayoría de las veces,
derechos humanos y su concreción sociohistó- la construcción consensuada de lo que real-
rica en diversos acuerdos internacionales úni- mente significa vida humana en plenitud resul-
camente como instrumento. Desde luego, lo es ta de largos y complicados procesos de análisis,
—y como todo instrumento ha sido utilizado reflexión y debate.
para fines muy diversos. Incluso ha servido pa- Respecto a las culturas indígenas de
ra minar la vigencia de los derechos humanos y América Latina, esto plantea en seguida un
para justificar la imposición. Pero mucho más agudo problema de conocimiento: ¿Qué sabe-
ha apoyado la defensa de seres humanos ame- mos de las concepciones que sobre el tema de
nazados en su vida, su seguridad personal y le- los derechos humanos albergan las culturas in-
sionados en su dignidad; también sigue siendo dígenas (de las que ni siquiera se conoce el nú-
esencial para la concientización de muchos se- mero exacto15)? ¿Cuáles son sus concepciones
res humanos acerca de su valor como personas
y de su participación en las colectividades de
las que forman parte. 14 Esto se pone de manifiesto en las discusiones sobre
Pero tal concepción instrumental puede las legislaciones sobre derechos de pueblos indíge-
opacar el carácter incompleto y abierto del dis- nas, donde parece más fácil optar por declaraciones
curso de los derechos humanos. Puede hacer generalizantes sobre “el respeto a las culturas indí-
genas” que tomar decisiones precisas sobre asigna-
olvidar que estos se encuentran aún en proceso
ciones presupuestales, incentivos fiscales, cuotas
de ser formulados-reconocidos y, por tanto, es- compensatorias, etcétera…
tán necesitados del diálogo intercultural, o sea,
del diálogo en el cual concurren todas las cos- 15 O sea, no ha cambiado lo que hace más de veinte
movisiones, religiones, lenguas y formas de vi- años señaló Guillermo Bonfil al respecto: “los datos
en muchos casos, son antiguos, y, en otros, bastan-
da generadas por la especie humana.
te inciertos” (en: Guillermo Bonfil, comp., Utopía y
Este diálogo es lo opuesto del relativis- revolución: el pensamiento político contemporá-
mo, para el cual, al fin y al cabo, todo da lo mis- neo de los indios en América Latina, p. 437. Ed.
mo y, por tanto, nada vale nada. Al contrario, Nueva Imagen, México, 1981).
Antropología, derechos humanos y diálogo intercultural 81

sobre la forma ideal de convivencia humana, programas docentes, respecto a “los temas a
cuáles los principios según los cuales debería tratar”, sino también a la forma de tratarlos, la
organizarse una sociedad verdaderamente jus- forma de realizar nuestros estudios y la forma
ta? ¿Cómo se investiga y cómo se difunde este de difundir los resultados de estos aspectos en
saber? Y también, más desde el ángulo práctico los que cargamos en mucho todavía la hipoteca
o “aplicado”: ¿Cómo sistematizarían y utiliza- colonial de la época en la que se estableció y
rían las instituciones educativas, administrati- consolidó nuestra disciplina. Es, finalmente,
vas, judiciales, eclesiásticas, de planificación también un llamado que pone de manifiesto el
del desarrollo, etcétera, tales conocimientos y carácter (a veces difícil de soportar) eminente-
cómo los incluirían como puntos de orienta- mente cuestionador, incluso subversivo de la
ción decisivos en sus programas y proyectos? antropología, independientemente de la posi-
Es obvio que aquí aparece sin más un lla- ción política u opción ética de sus practicantes:
mado a la antropología como la ciencia de la di- el simple hecho de documentar, en nuestro ca-
versidad cultural, como la ciencia social, que so, formas diferentes de concebir a los derechos
desde siempre se aproxima a sus objetos de es- humanos, significa un reto para sus promoto-
tudio con la categoría de la alteridad16, que res y defensores —que se puede responder de
aborda cualquier fenómeno sociocultural justa- diferente manera.
mente como parte no del universo de la espe-
cie, sino del multiverso de la evolución huma-
na, de las creaciones colectivas siempre únicas, COMENTARIO FINAL
pero resultantes siempre también de la interac-
ción con otras. Aparece aquí, pues, por sí solo Es a veces difícil no entregarse a un pesi-
un llamado a los especialistas en la traducción mismo galopante, porque cada hora que pasa,
intercultural, a los especialistas de hacer inteli- mueren personas que nunca han podido disfru-
gibles a otras culturas, a otras formas de vida tar de sus derechos fundamentales como seres
(que, como es obvio, no son todas indígenas, humanos, y se mueren sin la esperanza que es-
pero la tradición disciplinaria se ha ocupado ta situación cambie en el tiempo de vida de sus
siempre de estas de manera prominente). Esto hijos. Y, como lo enfatizó hace casi cinco si-
incluye, desde luego, la historia antropológica- glos, Bartolomé de las Casas, muchos de los
mente ilustrada que no permitirá olvidar apor- que mueren antes de tiempo, son indígenas.
tes pasados de las sociedades periféricas para Pero también es cierto que la misma his-
este aprendizaje, desde el reconocimiento tan toria de los derechos humanos puede animar
temprano de los derechos de los trabajadores nuestra esperanza. ¿Quién no recuerda la situa-
por la primera Constitución mexicana posrevo- ción aparentemente sin perspectiva de quienes
lucionaria hasta la proclamación del derecho a empezaron con reclamar el derecho a la con-
la desobediencia civil por parte de un hindú de ciencia propia frente al poder que entonces se
aspecto insignificante a quien luego nombra- creía absoluto, o la ridiculización a la que estu-
ron “Mahatma”… vieron expuestas las primeras mujeres que re-
Es un llamado, por cierto, que no sola- clamaron la igualdad de derechos respecto a los
mente se dirige a la justificación de nuestros varones, o las muertes que generaron tantas
proyectos de investigación, nuestro desempe- protestas anticoloniales y antirracistas? La con-
ño profesional y la organización de nuestros ciencia de los derechos humanos y su promo-
ción empezó “abajo” y en toda la historia ha si-
do una empresa iniciada por los más débiles,
por los perdedores de siempre —hasta que es-
16 Esta perspectiva se encuentra elaborada con detalle tos empezaron a negarse de serlo para siempre.
en el cap. II de Esteban Krotz, La otredad cultural
Solidarizarnos con esta empresa puede
entre utopía y ciencia: un estudio sobre el origen,
el desarrollo y la reorientación de la antropología, tener muchas caras. Para unos puede significar
Fondo de Cultura Económica/Universidad Autóno- la consideración de proyectos de investigación
ma Metropolitana, México, 2002. específicamente dedicados a esta temática. Para
82 Esteban Krotz

otros, la decisión de participar de algún modo del fomento de la disposición a reflexionar


—como antropólogos— en este diálogo inter- frente a ellas críticamente sobre la cultura.
cultural. Para otros más un incentivo a revisar Cualquiera de estas opciones y activida-
desde la óptica de la problemática expuesta los des —y seguramente otras más— contribuirán
materiales etnográficos disponibles. Y otros, a lo que el lema del IV Congreso Centroameri-
finalmente, podrían refrendar con más fuerza cano de Antropología ha establecido como una
la difusión del conocimiento antropológico en prioridad para el gremio antropológico en las
el sentido de la promoción de la tolerancia circunstancias actuales: ¡participar en la cons-
frente a formas distintas de pensar y de vivir y trucción de la paz!

Esteban Krotz
kroqui@prodigy.net.mx

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