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La Constitución no determina cuales son las competencias que deben asumir las CCAA, sino
que, según establece en su art. 147.2, corresponde a los Estatutos de Autonomía
determinar las competencias asumidas, dentro del marco establecido por la
Constitución.
El artículo 148 enumera una serie de materias sobre las que las CCAA podrán asumir
competencias. Lo más destacable de este artículo es que la Constitución no obliga a las
CCAA a asumir dichas competencias, sino que la asunción de las misma se configura con
carácter potestativo (“Las CCAA podrán”). Como ya indicamos anteriormente, las CCAA de
autonomía de “vía lenta” solo pudieron asumir inicialmente en sus Estatutos las competencias
recogidas en este artículo 148, si bien transcurridos cinco años, y mediante la reforma de sus
Estatutos, la Constitución prevé que puedan ampliar sucesivamente sus competencias a
cualesquiera otras materias que no sean las que enumera el art. 149 CE como competencias
exclusivas del Estado. (Art. 148.2 CE).
Las materias sobre las que el Estado tiene competencia exclusiva, según el artículo 149, son
las siguientes:
Sin embargo, hay que tener en cuenta que este reparto competencial recogido en los art. 148
y 149 no es inamovible, y puede verse afectado mediante una serie de técnicas
constitucionalmente reconocidas:
El art. 150.1 establece que “Las Cortes Generales, en materias de competencia estatal,
podrán atribuir a todas o a alguna de las Comunidades Autónomas la facultad de dictar,
para sí mismas, normas legislativas en el marco de los principios, bases y directrices
fijados por una Ley estatal. Sin perjuicio de la competencia de los Tribunales, en cada Ley
marco se establecerá la modalidad del control de las Cortes Generales sobre estas normas
legislativas de las Comunidades Autónomas”.
Estas leyes suponen una delegación legislativa, es decir se permite a las CCAA la posibilidad
de dictar leyes sobre una materia de competencia estatal, pero tal delegación no supone que
la competencia cambie de titularidad, la competencia sigue siendo estatal. Por ello, las
Cortes Generales, mediante una nueva ley podrán recuperar en cualquier momento las
competencias atribuidas por la ley marco.
Se trata por lo tanto, de leyes ordinarias (no orgánicas) que facultan o habilitan a las CCAA
para dictar normas legislativas en materias de competencia estatal. Dicha competencia
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estatal, viene determinada tanto por el artículo 149.1 como por la cláusula residual del art.
149.3, por lo que cabe también la delegación legislativa respecto de aquellas materias que por
no haber sido asumidas por los Estatutos de Autonomía, sean competencia del Estado.
Estas leyes marco, deben fijar también los principio, bases y directrices, a los que
deberán ajustarse las leyes que dicten las CCAA, en virtud de esta delegación legislativa.
Asimismo señalar que estas leyes marco, en la medida que son normas delimitadoras de las
competencias entre el Estado y las CCAA, forman parte del bloque de Constitucionalidad.
Ello resulta del artículo 28 LOTC que establece que para apreciar la conformidad o
disconformidad de una ley con la Constitución, el Tribunal Constitucional considerará además
de los preceptos constitucionales las leyes que dentro del marco constitucional se hubieran
dictado para delimitar las competencias del Estado y las CCAA.
Por último señalar que, las leyes autonómicas dictadas en virtud de esta delegación legislativa,
estarán sujetas a un control judicial efectuado por el Tribunal Constitucional (en la medida
que estas leyes marco forman parte del bloque de constitucionalidad). Asimismo, las Cortes
Generales en la propia ley marco pueden establecer las modalidades de control que
consideren convenientes.
El art. 150.2 establece que “El Estado podrá transferir o delegar en las Comunidades
Autónomas, mediante Ley Orgánica, facultades correspondientes a materia de titularidad
estatal que por su propia naturaleza sean susceptibles de transferencia o delegación. La
Ley preverá en cada caso la correspondiente transferencia de medios financieros, así como
las formas de control que se reserve el Estado”.
Se trata por lo tanto de leyes orgánicas que permiten transferir o delegar en las CCAA
facultades correspondiente a materias de titularidad estatal. La primera cuestión que se planteó
respecto de esta técnica es que tipo de facultades podían ser transferidas. Actualmente, y a la
vista de las leyes de transferencia y delegación realizadas hay se puede afirmar que estas
facultades pueden ser tanto ejecutivas o administrativas como legislativas.
En cualquier caso, lo que si parece claro es que el Estado en cualquier momento, podrá
recuperar las facultades transferidas o delegadas. Lo contrario sería negar a las Cortes la
capacidad necesaria para derogar o modificar sus propias leyes.
En cuanto a los controles que han establecido estas leyes de transferencia sobre la actividad
de las CCAA en el ejercicio de las facultades transferidas o delegadas. Podemos citar pej, los
previstos en la LO 11/1982, de 10 de agosto, de transferencias complementarias a Canarias.
En caso de incumplimiento se prevé, en primer lugar, el requerimiento por parte del Gobierno
para que cese la actividad infractora, en segundo lugar la suspensión de las facultades o
servicios y, finalmente la revocación de la transferencia. En estos dos últimos supuestos
(suspensión y revocación) el Gobierno deberá dar cuenta a las Cortes Generales, quienes
podrán confirmar o revocar la decisión gubernamental. Asimismo señalar que estas leyes
también forman parte del denominado bloque de constitucionalidad.
Por último señalar que esta figura ha jugado un papel muy importante en la configuración del
Estado Español como Estado Compuesto. Así se utilizó esta técnica para ampliar las
competencias de las autonomías que accedieron a la autonomía por la “vía lenta” sin
necesidad de que éstas reformaran sus Estatutos. Ello se hizo mediante la ley 9/1992, de 23 de
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Art. 150.3 establece que “El Estado podrá dictar Leyes que establezcan los principios
necesarios para armonizar las disposiciones normativas de las Comunidades
Autónomas, aun en el caso de materias atribuidas a la competencia de éstas, cuando así lo
exija el interés general. Corresponde a las Cortes Generales, por mayoría absoluta de cada
Cámara, la apreciación de esta necesidad”.
Son leyes estatales ordinarias. A este respecto señalar que el TC ha declarado que la
mayoría necesaria para apreciar la necesidad de armonizar no tiene porqué requerirse para la
aprobación final de la ley, y en ningún caso convierte a las leyes de armonización en leyes
orgánicas.
Se trata de leyes homogeneizadoras, cuyo fin principal es preservar la unidad del ordenamiento
jurídico, cuando así lo exija el interés general.
La ley de armonización ha de ser una ley de principios, no puede ser una ley que agote en
sí misma la regulación de una materia. La armonización afectará normalmente a
competencias exclusivas de las CCAA, sin embargo, también se podrá utilizar esta técnica en
el caso de competencias compartidas, cuando así venga exigido por el interés general (STC
76/83).
Por último señalar que el art. 149.3 establece que “El derecho estatal será, en todo caso,
supletorio del derecho de las CCAA”.
El art. 153 establece que el control de la actividad de los órganos de las Comunidades
Autónomas se ejercerá:
Por el Gobierno, previo dictamen del Consejo de Estado, el del ejercicio de funciones
delegadas a que se refiere el apartado 2 del art. 150.
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Por último, hacer referencia a la intervención extraordinaria del art. 155 CE. El art. 155
establece que “Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la
Constitución u otras Leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al
interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad
Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del
Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento
forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
Esta técnica constituye el último recurso que la Constitución pone en manos del Estado para
garantizar el interés general de España.
La distribución competencial recogida en los artículos 148 y 149, realiza un reparto de las
competencias entre el Estado y a las CCAA y asimismo, prevé una cláusula residual de
atribución de competencias (distintas de las enumeradas en el art. 149), al Estado o a la CCAA,
en función de que hayan sido o no asumidas en sus Estatutos de Autonomía.
Sin embargo hay que tener en cuenta, en muchos de los puntos del art. 149, la reserva a favor
del Estado, no se refieren a la totalidad de funciones (legislativa y ejecutiva) sobre una materia,
sino solo a parte de ellas. Por lo tanto, en estos supuestos el Estado ya no sería titular de una
competencia exclusiva sobre la totalidad de la materia, puesto que se admite que la CCAA
asuma parte de las funciones referentes a esa competencia (pej. funciones ejecutivas). Cuando
esto sucede se habla de competencias compartidas, con lo que se quiere indicar que la
competencia sobre una materia está repartida entre el Estado y la CCAA. Así podemos
distinguir dos casos:
a) El Estado se reserva la legislación sobre una materia. En estos casos las CCAA
pueden asumir competencias ejecutivas.
b) El Estado se reserva la legislación básica. En estos casos las CCAA pueden asumir
competencias ejecutivas y además competencias legislativas de desarrollo de las
bases estatales.
Competencias concurrentes.
La realidad nos muestra que las materias enumeradas en los art. 148 y 149 están muchas
veces interrelacionadas, de tal forma que se producen espacios comunes en los que
coincidirían las competencias de ambos entes. Así pej. podría llegar a concurrir el ejercicio
de la competencia del Estado en materia de puertos y el ejercicio de la competencia de la
Comunidad Autónoma en materia urbanística. Los casos que se pueden dar en la realidad son
múltiples. Asimismo, en la propia enumeración de los artículos 148 y 149 hay materias que se
atribuyen a ambos entes, pej, sanidad, cultura o patrimonio monumental. En todos estos casos
nos encontramos ante competencias concurrentes del Estado y de la CCAA sobre una
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misma materia, es decir, ambos entes tienen títulos competenciales distintos que les
habilitan para regular una misma materia. A este respecto señalar que el art, 149.3, para
solucionar estos supuestos, establece que las normas del Estado prevalecerán, en caso
de conflicto, sobre las de las Comunidades Autónomas en todo lo que no esté atribuido
a la exclusiva competencia de éstas.
Competencias de desarrollo.
A este respecto señalar que el TC ha declarado reiteradamente que el término bases o normas
básicas utilizado en numerosos puntos por el art. 149.1 nada tiene que ver con las leyes de
bases, sino que se trata de una técnica mediante la cual la regulación final es el resultado
de la actividad normativa compartida del Estado, que regula lo básico, y de la CCAA, que
desarrolla tal regulación básica.
Las bases constituyen un común denominador normativo, a partir del cual cada
Comunidad, en defensa del propio interés general, podrá establecer las peculiaridades que
le convengan dentro del marco de competencias que la Constitución y su Estatuto le hayan
atribuido sobre aquella misma materia. (STC 1/82)
Por «principios», «bases» y «directrices» hay que entender los criterios generales de
regulación de un sector del ordenamiento jurídico o de una materia jurídica, que deben ser
comunes a todo el Estado. Por ello, la mencionada idea posee un sentido positivo y otro
negativo: el sentido positivo manifiesta los objetivos, fines y orientaciones generales
para todo el Estado, exigidos por la unidad del mismo y por la igualdad sustancial de todos
sus miembros; en sentido negativo, por la misma razón, constituye el límite dentro del
cual tienen que moverse los órganos de las Comunidades Autónomas en el ejercicio de
sus competencias, cuando, aun definiéndose éstas como exclusivas, la Constitución y el
Estatuto las dejan así limitadas.(STC 25/83).
Asimismo señalar que el TC ha declarado que la regulación básica, no puede llegar a tal grado
de desarrollo que deje vacía de contenido la correlativa competencia de la CCAA.
Asimismo señalar que el TC ha declarado que las bases no tiene que estar necesariamente
recogidas en leyes, sino que, como concepto material, pueden hallarse también en normas
reglamentarias y actos de ejecución del Estado (STC 31/2010).
Competencias de ejecución.
Cuando la reserva a favor del Estado se refiere únicamente a la legislación general sobre una
materia, las CCAA, mediante sus Estatutos podrán asumir competencias ejecutivas sobre la
misma (pej. legislación sobre propiedad intelectual e industrial o sobre pesos y medidas).
A este respecto señalar, que el TC ha declarado reiteradamente que cuando la CCAA tenga
únicamente competencias ejecutivas sobre una materia, dicha competencia ejecutiva no
incluye la potestad reglamentaria de desarrollo de la legislación estatal. En este caso la
CCAA únicamente podrá dictar reglamentos referentes a la organización interna de los medios
autonómicos para ejecutar dicha competencia. O dicho de otro modo, cuando el art. 149
reserva al Estado la legislación general de una materia, dicha reserva comprende tanto la
potestad legislativa como la potestad reglamentaria (STC 31/2010).
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El sistema de distribución competencial entre Administración del Estado y las CCAA exige
articular técnicas de cooperación y colaboración entre las distintas administraciones. El deber
de auxilio y colaboración entre administraciones está recogido en el art. 4 de la ley 30/92 que
establece que las Administraciones públicas actúan y se relacionan de acuerdo con el principio
de lealtad institucional y deberán:
La asistencia y cooperación requerida sólo podrá negarse cuando el ente del que se
solicita no esté facultado para prestarla, no disponga de medios suficientes para ello o
cuando, de hacerlo, causara un perjuicio grave a los intereses cuya tutela tiene
encomendada o al cumplimiento de sus propias funciones. La negativa a prestar la
asistencia se comunicará motivadamente a la Administración solicitante.
La Administración General del Estado, las de las Comunidades Autónomas y las Entidades que
integran la Administración Local deberán colaborar y auxiliarse para aquellas ejecuciones
de sus actos que hayan de realizarse fuera de sus respectivos ámbitos territoriales de
competencias.
En los art. 5 y 6 se recogen 4 técnicas de cooperación entre administraciones públicas:
Conferencias sectoriales
Los acuerdos que se adopten en una Conferencia Sectorial se firmarán por el Ministro o
Ministros competentes y por los titulares de los órganos de gobierno correspondientes de las
Comunidades Autónomas. En su caso, estos acuerdos podrán formalizarse bajo la
denominación de Convenio de Conferencia Sectorial.
Comisiones bilaterales
Convenios de colaboración
Los instrumentos de formalización de los convenios deberán especificar, cuando así proceda:
a. Los órganos que celebran el convenio y la capacidad jurídica con la que actúa cada
una de las partes.
b. La competencia que ejerce cada Administración.
c. Su financiación.
d. Las actuaciones que se acuerden desarrollar para su cumplimiento.
e. La necesidad o no de establecer una organización para su gestión.
f. El plazo de vigencia, lo que no impedirá su prórroga si así lo acuerdan las partes
firmantes del convenio.
g. La extinción por causa distinta a la prevista en el apartado anterior, así como la forma
de terminar las actuaciones en curso para el supuesto de extinción.
Cuando se cree un órgano mixto de vigilancia y control, éste resolverá los problemas de
interpretación y cumplimiento que puedan plantearse respecto de los convenios de
colaboración.
Cuando los convenios se limiten a establecer pautas de orientación política sobre la actuación
de cada Administración en una cuestión de interés común o a fijar el marco general y la
metodología para el desarrollo de la colaboración en un área de interrelación competencial o en
un asunto de mutuo interés se denominarán Protocolos Generales.
Cuando la gestión del convenio haga necesario crear una organización común, ésta podrá
adoptar la forma de consorcio dotado de personalidad jurídica o sociedad mercantil. Los
órganos de decisión estarán integrados por representantes de todas las entidades
consorciadas, en la proporción que se fije en los Estatutos respectivos.
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Dentro del respectivo ámbito sectorial, corresponde a las Conferencias Sectoriales la iniciativa
para acordar la realización de planes o programas conjuntos, la aprobación de su contenido,
así como el seguimiento y evaluación multilateral de su puesta en práctica.
El acuerdo aprobatorio de planes o programas conjuntos debe especificar, según su
naturaleza, los siguientes elementos de su contenido:
El acuerdo aprobatorio de un plan o programa conjunto, que tendrá eficacia vinculante para la
Administración General del Estado y las Comunidades Autónomas participantes que lo
suscriban, puede ser completado mediante convenios de colaboración con cada una de ellas
que concreten aquellos extremos que deban ser especificados de forma bilateral.
Los acuerdos aprobatorios de planes o programas conjuntos son objeto de publicación oficial.
En relación con la autonomía, hemos de establecer también el principio general derivado del
artículo 2 de la Constitución. Este artículo establece que:
Partiendo de esta afirmación, en la que aparecen los principios de unidad nacional, autonomía
y solidaridad territoriales, el Título VIII construye lo que se ha dado en llamar “ Estado de las
Autonomías”, una fórmula intermedia entre el denominado “ Estado centralizado” y el “Estado
federal”. La explicación de esta opción realizada por el constituyente tiene principalmente, las
siguientes causas.
En relación con la Administración Local, como veremos, el grado de autonomía se aplica solo
en lo referente a la gestión de sus propios intereses, pero no participa del grado analizado
anteriormente al citar el artículo 2 de la Constitución.
Artículo 137
Artículo 138
2. Las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán
implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales.
Artículo 139
1. Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del
territorio del Estado.
• Son entidades territoriales que gozan de autonomía política mayor que la que gozan
los municipios y provincias
• Gozan de potestad legislativa y ejecutiva
• Son órganos constitucionales
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El carácter voluntario viene dado porque a la constitución entiende la autonomía no como una
obligación sino por el contrario, como un auténtico derecho dejándolo a la disponibilidad de los
sujetos implicados.
e) Proceso flexible: las competencias asumidas por las comunidades autónomas no conforman
una lista cerrada
Territorios habilitados
Las Cortes Generales, mediante ley orgánica, podrán, por motivos de interés nacional:
• Autorizar la constitución de una comunidad autónoma cuando su ámbito
territorial supere el de una provincia y no reúna las condiciones del apartado 1 del Art.
143.
La consecuencia final de la opción ejercida por los territorios, es decir, las consecuencias de
optar por una u otra vía, se traducen en el nivel de competencias que pudieron alcanzar las
recién constituidas Comunidades Autónomas. Si la vía de acceso era la vía rápida la
Comunidad podía acceder a las competencias establecidas en el artículo 148 de la
Constitución y también a competencias establecidas en el artículo 149. Si por el contrario la
opción se ejercía sobre la vía lenta, las competencias adoptadas del artículo 148, solo podrían
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ampliarse una vez hubieran transcurrido cinco años y previa reforma del Estatuto de
Autonomía.
En este caso la iniciativa del proceso autonómico corresponde a todas las Diputaciones
interesadas o al órgano interinsular correspondiente y a las tres quintas partes de los
municipios
Estos requisitos deberían ser cumplidos en el plazo de tres meses desde el primer acuerdo
adoptado al respecto por alguna de las Corporaciones locales interesadas.
Una vez ejercida la iniciativa, el siguiente paso era la elaboración de un proyecto de Estatuto
de Autonomía. En este punto, establece el artículo 146 que “el proyecto de Estatuto será
elaborado por una asamblea compuesta por los Diputados y Senadores elegidos en ellas y
será elevado a las Cortes Generales para su tramitación como ley”.
Por tanto, tras la aprobación del proyecto de Estatuto, debía remitirse éste a las Cortes
Generales para su aprobación como ley orgánica, con lo que quedaba completado el proceso.
b) Vía especial
La iniciativa del proceso autonómico debe ser adoptada, además, por la mayoría absoluta de
los Municipios de cada una de las provincias afectadas que representen, al menos, la mayoría
del censo electoral de cada una de ellas.
El Presidente de la CC.AA
Será elegido por el consejo de gobierno de entre sus miembros, siendo nombrado por el Rey,
pudiendo resaltar las siguientes fases:
Las funciones que desempeña el consejo de gobierno son plurales pudiéndose clasificar en
dos grupos:
Los estatutos de autonomía reglamentan la responsabilidad civil y penal de los miembros del
consejo de gobierno que se instrumenta ante el Tribunal Superior de Justicia de cada
Comunidad Autónoma.
Los instrumentos utilizados son los clásicos de cuestión de confianza y moción de censura.
• Constará además de los Presidentes de Sala y de los Magistrados que determine la ley
para cada una de las salas y en su caso de las acciones que puedan crearse dentro de
ellas.
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3.Capítulo tercero del Título VIII: De las Comunidades Autónomas: Articulado completo
(DE MEMORIA)
Artículo 143
Artículo 144
Las Cortes Generales, mediante ley orgánica, podrán, por motivos de interés nacional:
c) Sustituir la iniciativa de las Corporaciones locales a que se refiere el apartado 2 del artículo
143.
Artículo 145
Artículo 146
El proyecto de Estatuto será elaborado por una asamblea compuesta por los miembros de la
Diputación u órgano interinsular de las provincias afectadas y por los Diputados y Senadores
elegidos en ellas y será elevado a las Cortes Generales para su tramitación como ley.
Artículo 147
b) La delimitación de su territorio.
d) Las competencias asumidas dentro del marco establecido en la Constitución y las bases
para el traspaso de los servicios correspondientes a las mismas.
Artículo 148
6.ª Los puertos de refugio, los puertos y aeropuertos deportivos y, en general, los que no
desarrollen actividades comerciales.
13.ª El fomento del desarrollo económico de la Comunidad Autónoma dentro de los objetivos
marcados por la política económica nacional.
14.ª La artesanía.
Artículo 149
1.ª La regulación de las condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos los españoles
en el ejercicio de los derechos y en el cumplimiento de los deberes constitucionales.
6.ª Legislación mercantil, penal y penitenciaria; legislación procesal, sin perjuicio de las
necesarias especialidades que en este orden se deriven de las particularidades del derecho
sustantivo de las Comunidades Autónomas.
7.ª Legislación laboral; sin perjuicio de su ejecución por los órganos de las Comunidades
Autónomas.
8.ª Legislación civil, sin perjuicio de la conservación, modificación y desarrollo por las
Comunidades Autónomas de los derechos civiles, forales o especiales, allí donde existan. En
todo caso, las reglas relativas a la aplicación y eficacia de las normas jurídicas, relaciones
jurídico-civiles relativas a las formas de matrimonio, ordenación de los registros e instrumentos
públicos, bases de las obligaciones contractuales, normas para resolver los conflictos de leyes
y determinación de las fuentes del derecho, con respeto, en este último caso, a las normas de
derecho foral o especial.
16.ª Sanidad exterior. Bases y coordinación general de la sanidad. Legislación sobre productos
farmacéuticos.
18.ª Las bases del régimen jurídico de las Administraciones públicas y del régimen estatutario
de sus funcionarios que, en todo caso, garantizarán a los administrados un tratamiento común
ante ellas; el procedimiento administrativo común, sin perjuicio de las especialidades derivadas
de la organización propia de las Comunidades Autónomas; legislación sobre expropiación
forzosa; legislación básica sobre contratos y concesiones administrativas y el sistema de
responsabilidad de todas las Administraciones públicas.
19.ª Pesca marítima, sin perjuicio de las competencias que en la ordenación del sector se
atribuyan a las Comunidades Autónomas.
21.ª Ferrocarriles y transportes terrestres que transcurran por el territorio de más de una
Comunidad Autónoma; régimen general de comunicaciones; tráfico y circulación de vehículos a
motor; correos y telecomunicaciones; cables aéreos, submarinos y radiocomunicación.
23.ª Legislación básica sobre protección del medio ambiente, sin perjuicio de las facultades de
las Comunidades Autónomas de establecer normas adicionales de protección. La legislación
básica sobre montes, aprovechamientos forestales y vías pecuarias.
24.ª Obras públicas de interés general o cuya realización afecte a más de una Comunidad
Autónoma.
27.ª Normas básicas del régimen de prensa, radio y televisión y, en general, de todos los
medios de comunicación social, sin perjuicio de las facultades que en su desarrollo y ejecución
correspondan a las Comunidades Autónomas.
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28.ª Defensa del patrimonio cultural, artístico y monumental español contra la exportación y la
expoliación; museos, bibliotecas y archivos de titularidad estatal, sin perjuicio de su gestión por
parte de las Comunidades Autónomas.
29.ª Seguridad pública, sin perjuicio de la posibilidad de creación de policías por las
Comunidades Autónomas en la forma que se establezca en los respectivos Estatutos en el
marco de lo que disponga una ley orgánica.
Artículo 150
Artículo 151
1.º El Gobierno convocará a todos los Diputados y Senadores elegidos en las circunscripciones
comprendidas en el ámbito territorial que pretenda acceder al autogobierno, para que se
constituyan en Asamblea, a los solos efectos de elaborar el correspondiente proyecto de
Estatuto de autonomía, mediante el acuerdo de la mayoría absoluta de sus miembros.
3.º Si se alcanzare dicho acuerdo, el texto resultante será sometido a referéndum del cuerpo
electoral de las provincias comprendidas en el ámbito territorial del proyectado Estatuto.
4.º Si el proyecto de Estatuto es aprobado en cada provincia por la mayoría de los votos
válidamente emitidos, será elevado a las Cortes Generales. Los plenos de ambas Cámaras
decidirán sobre el texto mediante un voto de ratificación. Aprobado el Estatuto, el Rey lo
sancionará y lo promulgará como ley.
3. En los casos de los párrafos 4.º y 5.º del apartado anterior, la no aprobación
del proyecto de Estatuto por una o varias provincias no impedirá la constitución entre las
restantes de la Comunidad Autónoma proyectada, en la forma que establezca la ley orgánica
prevista en el apartado 1 de este artículo.
Artículo 152
Artículo 153
b) Por el Gobierno, previo dictamen del Consejo de Estado, el del ejercicio de funciones
delegadas a que se refiere el apartado 2 del artículo 150.
Artículo 154
Artículo 155
Artículo 156
Artículo 157
a) Impuestos cedidos total o parcialmente por el Estado; recargos sobre impuestos estatales y
otras participaciones en los ingresos del Estado.
Artículo 158