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Situación Actual de los Idiomas Mayas en Guatemala

En Guatemala se vive en una sociedad donde el aspecto multiétnico, pluricultural y multilingüe de


la nación no es aceptado. El hecho de que en Guatemala se hable 23 idiomas (20 idiomas Mayas,
el español, el Xínca y el Garífuna), constituye una riqueza cultural para el país, aunque no para la
sociedad colonialista ladina.
El proceso revolucionario de 1,944 tampoco dio alternativas de cambio significativos para los
Idiomas Mayas. Sin embargo, a partir de la segunda mitad de este siglo, se han dado algunos
pasos para la revitalización lingüística pero los mismos no han sido significativos por carecer de
una conciencia cultural de parte de los hablantes (producto del proceso de alienación al que han
sido sometidos) y por desinterés de parte de las autoridades educativas y del Estado.
Ámbitos de uso actual de las lenguas indígenas:
Roles Políticos
Los usos de los Idiomas Mayas no son equitativos, según la Constitución Política de Guatemala
niega la existencia de los Idiomas Mayas a la par del castellano, solo los declara "Patrimonio
cultural de la nación" frente a la declaración de que el idioma español es "Oficial".
Roles Sociales
En Guatemala se sostiene que nunca saldrá del subdesarrollo si se siguen manteniendo los
Idiomas Mayas, idea errónea que muestran una vez mas la inferioridad que se les atribuye a los
idiomas indígenas en Guatemala.
Roles Culturales
El pueblo Maya tiene una filosofía y cosmovisión propias que sólo pueden transmitirse en sus
propios idiomas. Cada grupo interpreta su mundo y se lo traslada a su comunidad.
Encontrar a una persona menor de 60 años que hable xinca o itza’ puede ser una tarea ardua.
La escasa existencia de políticas que fomenten estos idiomas y la marginación en la que
permanecieron los pueblos indígenas durante mucho tiempo han contribuido a que las lenguas
nativas se vayan perdiendo, al punto de que algunas se encuentran al borde de la extinción.

Según el Mapa Mundial de las Lenguas en Peligro, de la Unesco para el 2009, el cual fue
dado a conocer la semana recién pasada, los 23 idiomas de Guatemala (21 mayas, el xinca y
el garífuna) se encuentran en estado de vulnerabilidad y corren riesgo de diluirse en el tiempo,
como ya sucedió con otras tantas lenguas en el mundo.

El xinca, que habla la comunidad del mismo nombre en Guazacapán, Taxisco y Chiquimulilla,
Santa Rosa, y el Itza’, hablado en San José Petén, Petén, se encuentran en un nivel previo a
la extinción. El informe las sitúa en fase crítica.

El xinca tiene hasta ahora mil 283 hablantes, y el itza’ es hablado por mil 94 personas, según
el último censo estadístico levantado en el 2002.

Esta situación, según la Unesco, implica que esas lenguas solo son habladas por la
generación de ancianos, y ni siquiera se utilizan para las relaciones sociales diarias. En esta
fase, las personas mayores solo recuerdan parte del idioma, pero no lo usan mucho porque no
hay personas con quienes hablarlo en la comunidad.

Seriamente en peligro se encuentra el mopan, que se habla en Dolores, San Luis, Melchor de
Mencos y Poptún, Petén, por dos mil 455 personas.

Los idiomas mencionados en esta categoría se encuentran en una fase en que solo son
hablados por las viejas generaciones, y aunque algunas más jóvenes de padres e hijos lo
entienden, no lo hablan con sus hijos ni se lo enseñan.
Vulnerables

Otras lenguas indígenas se encuentran en situación de vulnerabilidad, aunque aún no corren


riesgo de desaparecer.

Así sucede con las siete que aparecen catalogadas en el Mapa como “en peligro”: ch’orti’,
poqomam, sakapulteko, tz’utujil, sipakapense, popti’ (antes jakalteko) y tektiteko.

Estos idiomas aún los hablan las generaciones ancianas y de adultos, pero los niños ya no los
aprenden como lengua materna.

Mientras en algunas comunidades permanece vivo el uso de estas últimas lenguas, en otros
lugares se van perdiendo, como el poqomam, según explica María Magdalena Pérez, directora
de Planificación Lingüística de la Academia de Lenguas Mayas.

El poqomam sigue totalmente vivo en comunidades de Palín, Escuintla, y en algunas áreas


concretas de Jalapa, pero, por ejemplo, se perdió en Mixco, Guatemala, donde anteriormente
tenía hablantes. “Hicimos un sondeo y encontramos que solo siete ancianos hablan
actualmente el poqomam”, lamentó Pérez.

Otros idiomas como el garífuna, q’eqchi’, pocomchi’, achi’, k’iche’, kaqchikel, uspanteko, ixil,
awakateko, mam, akateko y chuj, solo se encuentran en estado de vulnerabilidad, pero aún los
habla la mayoría de padres y niños en comunidades específicas, como lengua principal,
aunque en muchas ocasiones se limita al ámbito del hogar.

Falta de políticas

Para que una lengua no se extinga es necesario reconocer su valor como idioma ante la
sociedad, explica Pérez. “Si se extingue una lengua, se extingue una cultura, unos valores,
unas tradiciones y una espiritualidad”, advierte.

El problema en Guatemala es que no se tiene un censo real y actualizado que permita


establecer cuántos hablantes tiene cada lengua indígena y cuántos de ellos la practican, la
escriben o ambas cosas, ya que requeriría de mucho presupuesto, el cual no está disponible.
La Academia de Lenguas Mayas, por ejemplo, no dispone de fondos para efectuar ese tipo de
sondeos.

Para que una lengua se valorice, es necesario crear políticas integrales que incluyan
sensibilización, educación en estos idiomas, salud y acceso a servicios públicos en las
lenguas maternas, manifiesta Pérez.

Desde el 2003 existe la Ley de Idiomas Nacionales, la cual establece que en todos los lugares
donde la mayoría de la población hable una lengua distinta del español, los funcionarios de
instituciones deben conocerla, pero esto, “lamentablemente, no siempre se cumple”, señala.

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