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El proceso de Bayer se utiliza para obtener alúmina a partir de bauxita. La bauxita se muele y se somete a un ataque químico con sosa para disolver el aluminio en forma de aluminato sódico. Luego, se precipita el hidróxido de aluminio y se calienta para obtener alúmina anhídrida. El aluminio se produce mediante la descomposición electrolítica de la alúmina en un baño fundido utilizando ánodos de carbono.
Originalbeschreibung:
MÉTODO DE OBTENCION DEL ALUMINIO POR MEDIO DEL MÉTODO DE BAYER
El proceso de Bayer se utiliza para obtener alúmina a partir de bauxita. La bauxita se muele y se somete a un ataque químico con sosa para disolver el aluminio en forma de aluminato sódico. Luego, se precipita el hidróxido de aluminio y se calienta para obtener alúmina anhídrida. El aluminio se produce mediante la descomposición electrolítica de la alúmina en un baño fundido utilizando ánodos de carbono.
El proceso de Bayer se utiliza para obtener alúmina a partir de bauxita. La bauxita se muele y se somete a un ataque químico con sosa para disolver el aluminio en forma de aluminato sódico. Luego, se precipita el hidróxido de aluminio y se calienta para obtener alúmina anhídrida. El aluminio se produce mediante la descomposición electrolítica de la alúmina en un baño fundido utilizando ánodos de carbono.
PROCESO DE OBTENCIÓN DE ALUMINIO MEDIANTE EL MÉTODO DE BAYER.
A escala industrial el proceso de obtención de aluminio de primera fusión es
prácticamente único, consta de dos fases: obtención de la alúmina a partir de la materia prima bauxitas mediante el proceso hidrometalúrgico Bayer, fabricación del aluminio metal por descomposición electrolítica de la alúmina. La bauxita se muele en vía húmeda y se somete al ataque químico con sosa que pone en solución el aluminio en forma de aluminato sódico, mientras que la sílice y otras impurezas como óxido de hierro, titanio, etc. Se disuelven en pequeña proporción. Este ataque se realiza a presión de 15-50 kg/cm2 y temperatura 150- 300 °C para lo cual se inyecta vapor en los reactores de digestión, para ello las plantas de alúmina cuentan con una central térmica generadora del vapor.
La solución de aluminato sódico se decanta, clarifica y filtra separando las
impurezas que se van en los "lodos rojos" que contienen fundamentalmente sílice, óxidos de hierro y sosa.
De la solución clarificada de aluminato sódico se precipita el hidróxido de aluminio
mediante siembra de partículas muy finas del mismo hidróxido. Se separa por decantación y filtración, devolviendo la solución que todavía contiene algo de aluminato a las etapas primeras del proceso. El hidróxido se somete a una calcinación a una temperatura de I.IOO °C en la que se elimina el agua de constitución, obteniéndose la alúmina anhídrida. Esta operación tiene gran importancia pues de ella dependen las características físicas de la alúmina que van a influir de forma decisiva en su comportamiento en el proceso de obtención de aluminio, en especial el paso a la forma estructural de alúmina no higroscópica. Para la calcinación se emplean hornos rotativos o de lecho fluidizado, los primeros eran los más utilizados hasta ahora, los de lecho fluidizado son de desarrollo mucho más reciente, presentan entre otras la ventaja de reducir notablemente el consumo de energía en la operación.
El proceso de fabricación del aluminio en esencia consiste en la descomposición
electrolítica de la alúmina en baño fundido en cubas con electrodos de carbono, de éstos los ánodos se consumen durante la operación y es preciso reponerlos continuamente. Una fábrica de aluminio consta de las tres secciones siguientes: Fabricación de ánodos, series electrolíticas y Fundición, en este última se afina el aluminio obtenido en las cubas electrolíticas. Los ánodos pueden ser de dos tipos, continuos, formados por una pasta de carbono que se autocuece sobre las propias cubas electrolíticas a la vez que se van consumiendo, o bien ánodos precocidos que son bloques de carbono ya endurecidos y cocidos. Según se utilice uno u otro tipo será diferente y más o menos complejo el taller de fabricación de ánodos. En cualquier caso, para la preparación de los ánodos se parte de cok de petróleo y de brea como materias primas. El primero es el óxido y el segundo el aglomerante en la mezcla. El cok se tritura y clasifica en varias fracciones granulométricas, se mezcla con brea líquida en mezcladoras de tomillo calentadas mediante vapor o un fluido térmico. Se obtiene así la pasta de los electrodos, que en caso de que éstos sean continuos se envía a las cubas electrolíticas.
Para obtener los ánodos precocidos, la pasta anterior se compacta en grandes
bloques, del orden de 500 Kg de peso, en prensas vibrantes o hidráulicas. Los ánodos crudos se cuecen en un homo de cámaras a una temperatura de unos I.I50 °C, confiriéndoles unas características mecánicas adecuadas para su manejo, así como unas propiedades térmicas y eléctricas en consonancia con el uso a que están destinados. Los ánodos cocidos se preparan para su utilización en las cubas electrolíticas, para ello se les colocan unas patas metálicas que sirven de conexión eléctrica, la unión de éstas con el ánodo se realiza mediante un tapón de fundición de hierro, para lo cual se cuenta en la fábrica con hornos para preparar esta fundición. Frecuentemente estos hornos son de inducción y crisol. La descomposición electrolítica de la alúmina se realiza en un baño fundido que contiene además de la alúmina, fluoruro cálcico, fluoruro de aluminio y criolita o fluoruro de aluminio y sodio. La temperatura de este baño se mantiene a 950 °C. En esta electrólisis se deposita el aluminio fundido en el cátodo y en el ánodo se desprende oxígeno que reacciona con este electrodo quemándolo a monóxido y dióxido de carbono. También se desprende algo de flúor que se capta y fija por ser un elemento altamente contaminante. La electrólisis se efectúa en cubas conectadas eléctricamente en serie entre sí. Cada cuba está sometida a una tensión de 4,1 a 4,5 V y por ella circula una intensidad de 100.000 a 150.000 A. Periódicamente se extrae el aluminio fundido mediante sifonado de las cubas. Esta operación se suele hacer una vez al día y viene a extraerse del orden de 1 t por cuba dependiendo del tamaño de las mismas. Ya se indicó anteriormente que existen dos tipos de ánodos continuos y precocidos. La utilización de uno y otro incide directamente en el diseño de las cubas y en las condiciones de operación. Con ánodos precocidos se consigue entre otras ventajas un menor consumo de energía en la electrólisis por disminución de la caída de tensión anódica. En todas las fábricas modernas se están instalando este sistema de ánodos en vez del clásico de ánodos continuos Sóderlerg. Los gases de las cubas se captan y se limpian por sistemas húmedos o secos. Últimamente se ha mostrado muy efectivo el hacer incidir la corriente de gases con una de alúmina en polvo que absorbe el fluor y pasar a continuación por un filtro de mangas donde se recoge la alúmina con el fluor. El aluminio de las cubas electrolíticas se pasa al taller de fundición donde se afina y cuela en semiproductos comerciales. Para ello se cuenta con hornos donde se mantiene el metal fundido para que las impurezas sólidas suban a la superficie formando una escoria. Se inyectan también gases como cloro o nitrógeno para facilitar el desprendimiento del hidrógeno contenido en el aluminio y a su vez ayudar en el arrastre de impurezas. Finalmente se adicionan los elementos de aleación, silicio, manganeso, magnesio, etc., que confieren al aluminio las características comerciales. En estos hornos la temperatura de trabajo es de 700 a 850 °C. Son de varios tipos, eléctricos de inducción o resistencias, o de reverbero de combustible. El metal se cuela en tochos o placas en máquinas semicontínuas y en lingotes en cadenas continuas.