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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Al hablar de embarazo precoz nos referimos a un embarazo que se presenta en edades


tempranas; etapa de la adolescencia. La adolescencia es la etapa de contradicciones e
incomprensiones donde se hace posible el descubrimiento en uno, en los demás y de la
ampliación del horizonte individual.

El perfeccionamiento y madurez de estas características psicosociales se desplazan en el


adolescente, a edades más avanzadas de la vida, a diferencia de la precoz madures
biológica imperante en esta etapa. Todo esto unido a la desinformación y a la falta de
educación en el orden sexual posibilita que los adolescentes se crean aptos para concebir,
por lo que se considera este período como importante grupo de riesgo en la salud
reproductiva, que pudieran dar lugar a una maternidad y paternidad precoz (Castro, en
González et al., 2010).

Según Vicente (2015), las causas del embarazo adolescente están determinadas
básicamente por factores socioculturales y psicológicos por lo que en la población rural y
marginal urbana el embarazo temprano es más frecuente; en estas poblaciones la
maternidad forma parte indisoluble de la vida de las mujeres y en muchas ocasiones es la
única forma de valoración social con la que disponen de las zonas urbanas, a diferencia de
las zonas urbanas la mayor parte de las adolescentes tienen expectativas de educación o
empleo que se contradicen con un embarazo a esa edad , en estos casos el embarazo precoz
es más bien producto de la falta de información, falla en los métodos anticonceptivos y difícil
acceso a servicios de anticoncepción.

Según Escobedo, Fleites y Velásquez (2010), Casi la tercera parte de unos 175 millones de
embarazos que se producen, no son deseados y que en gran parte son de adolescentes. A
pesar de ello y de conocerse que los adolescentes no planifican la familia, aún existen
criterios erróneos en relación con el uso de los métodos anticonceptivos en esas edades
como favorecedores de la relación sexual y la promiscuidad entre otros aspectos
produciéndose un cuestionamiento moral acerca de la difusión del uso de los mismos.

De acuerdo con Profamilia (2013) los embarazos a muy temprana edad forman parte del
patrón cultural de algunas regiones y grupos sociales, pero en las grandes ciudades
generalmente no son deseados y se dan en parejas que no han iniciado una vida en común,
configurando así el problema social de madresolterismo. La idea es lograr eficientizar la
calidad de las charlas y talleres a modo de prevenir estos casos que muchas veces estos
embarazos terminan en abortos practicados por personas empíricas y en condiciones
sanitarias inadecuadas, poniendo en riesgo la salud y la vida de la madre.

Según (Weiss, 2016). La escuela es uno de los escenarios donde se va desplegando el


proceso de crecimiento que incluye la sexuación de un niño, por lo tanto no puede
permanecer ajena a él, pues lo que se haga o deje de hacer en ella tendrá efecto en él. Se
trata de acompañar su proceso, no de dirigirlo.

Según Ibarra Mustelier Lourdes (2013) tanto la escuela (Incluyendo los Docentes, Gestores
y Equipo de Gestión) así como la familia son los encargados de brindar información, es por
eso que se han lesgislado leyes que avalen y protejan a las niñas en esa situación de
vulnerabilidad,a modo de lograr evitar y concientizar a dicha población.

Según Lauglo Marilyn, (2011). El embarazo precoz tiene innegables consecuencias


socioculturales y psicológicas con elevado costo personal, educacional, familiar y
social. Las consecuencias del embarazo precoz y/o no planificado colocan a la madre
o al padre en una situación de desventaja personal, social y académica que varían
según la edad, la personalidad, la dinámica familiar, siendo entre las más frecuentes
el aborto, bajo rendimiento académico, la repitencia, la deserción del sistema de
estudios, entre otros.

Según Leyva Sorribe Virginia, León Paula (2012) La influencia de los factores de riesgo
psicosociales en el embarazo precoz, en la generación de consecuencias
psicosociales, las cuales aumentan la vulnerabilidad de las y los estudiantes
universitarios a un embarazo temprano, quienes consecuentemente deben afrontar
dificultades personales, psicológicas, familiares y académicas.
.

JUSTIFICACIÓN

Según (Álvarez-Nieto C, 2012). El embarazo adolescente es un tema que merece ser tratado
puesto que la maternidad, por sí sola, ya supone una adaptación a una nueva realidad que es
ambigua y requiere una serie de estrategias que van a estar influidas, entre otros aspectos, por
las condiciones personales de las mujeres, sus creencias y actitudes hacia la maternidad, o el
contexto y las condiciones sociales que las rodean.

Según (Martínez, 2010).El proceso de adquisición del rol de madre puede verse afectado por los
conflictos particulares de la mujer que entran en juego en dicho proceso. Es una etapa de grandes
cambios que, si la unimos a los también muy drásticos cambios de la adolescencia, puede
desencadenar un proceso de importantes dificultades, pues la etapa del desarrollo y las
situaciones que la rodean son diferentes a las de la maternidad adulta. Aunque en nuestro país
el número de madres adolescentes cuantitativamente representa un volumen muy elevado en el
conjunto de las mujeres en edad reproductiva, por su problemática social y por las repercusiones
que conlleva en la trayectoria vital de la adolescente, supone una preocupación para los
profesionales de educación.
Antecedentes

La adolescencia es esencialmente una época de cambios. Trae consigo enormes variaciones físicas y
emocionales, transformando al niño en adulto, en esta etapa se define la personalidad, se construye la
independencia, se rompe con la seguridad de lo infantil, el adolescente todavía necesita apoyo de la
familia, la escuela y la sociedad.

En la antigüedad y en culturas como la romana (445 a.C.) se practicaba el matrimonio a edades


tempranas, la edad para casarse estaba relacionada con la pubertad (púberas), los hombres a los 14
años (ser púber) y las mujeres a los 12 (viri potens, "que pudieran soportar varón") . Casarse cuando
aún no se había completado el desarrollo físico, implicó para muchas jóvenes romanas la muerte
prematura durante el parto, así como otras complicaciones asociadas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones unidad para la Infancia
(UNICEF) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), definen el termino adolescentes, al
grupo humano entre 10 y 19 años de edad; siendo “adolescentes tempranos” entre 10 y 14 años de edad
y como “adolescentes tardíos” entre 15 y 19 años de edad.

La conceptualización de adolescente se relaciona con los procesos de construcción social y cultural. La


etapa adolescente es el tiempo en el que necesita del entorno familiar, comunidad e instituciones para
fortalecer, garantizar y proteger este proceso formativo. La medicina y la psicología desde el punto de
vista biomédico mencionan que la adolescencia se refiere “al tiempo entre el comienzo de la maduración
sexual (pubertad) y la edad adulta” que ocurre entre los 13 y 19 años, periodo de cambios físicos y origen
de funciones biológicas, sexuales y reproductivas.

La sexualidad se reconoce como una convergencia de factores biológicos, psicológicos, culturales, y éticos
entre otros. Esto permite la construcción de la identidad (intrapersonal) y establecen redes sociales y
afectivas (psicosocial).

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo n° 22 y 25 menciona que toda persona
tiene derecho a la seguridad social indispensable para su dignidad y el desarrollo de su personalidad,
asimismo que tiene derecho a la salud, al bienestar, asistencia médica conjuntamente con su familia.
Refieren que la maternidad y la infancia tienen cuidados y asistencia especial y protección social.

El artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), menciona que cada ser humano
nace libre con igualdad en dignidad y derechos, con razón y conciencia que les permite comportarse
fraternalmente los unos y los otros.

Según Pedro Nikken, los derechos humanos afirman la dignidad de la persona frente al estado. La ley
internacional declara que niños, niñas y las y los adolescentes gozan de los mismos derechos que los
adultos; ejemplo de ello tenemos la convención sobre Derechos del Niño de 1989.

Los adolescentes están en su derecho de gozar del reconocimiento, protección y ejercicio de sus derechos
humanos, pero existe una brecha entre la inequidad de género, la discriminación por la edad y el rechazo
frente a los temas sexuales y reproductivos, que necesitan de la protección y garantía del Estado para su
ejercicio autónomo.
Derechos sexuales y reproductivos de los y las adolescentes

En La Conferencia de El Cairo en 1994, nace el concepto de salud reproductiva y derechos reproductivos


de las personas como un derecho humano, se incluyen en el campo de la salud, educación y derechos que
permite desarrollar políticas intersectoriales con este enfoque.

En la Conferencia Internacional sobre la Mujer (Beijing 95) enfatizaron en la salud sexual y los derechos
sexuales como derechos humanos. Los derechos sexuales y reproductivos son lo que deben orientar,
direccionar, proteger las prácticas responsables, libres e informadas de cada individuo, con equidad en
las relaciones entre hombres y mujeres.

Los y las adolescentes tienen derecho a una vida sexual y reproductiva informada, mediante una
educación en sexualidad y salud reproductiva, a métodos anticonceptivos asequibles, generando en ellos,
las condiciones para su crecimiento y desarrollo de sus potencialidades y la construcción de su autonomía
y empoderamiento en el campo de la sexualidad. De tal forma que se sientan y se consideren con el poder
para tomar decisiones sexuales y reproductivas autónomas y responsables. Un embarazo adolescente
condiciona interrupción o discontinuidad de los estudios, prolonga la dependencia económica, afecta a la
familia y dificulta en el futuro el acceso a un mercado laboral aceptable.

A nivel mundial cerca de 16 millones de adolescentes entre 15 y 19 años dan a luz cada año, en países
de bajos y medianos ingresos, las complicaciones del embarazo y parto son las causas principales de
muerte entre las mujeres de 15 a 19 años, en el 2008 se estimaron tres millones de abortos inseguros
en esta edad, una de cada cinco mujeres a los 18 años ya tiene un hijo y en las regiones más pobres
la cifra se eleva a una de cada tres, el embarazo adolescente es más probable en las poblaciones
rurales, pobres y con menor nivel educativo, contribuye a incrementar los niveles de mortalidad y
morbilidad materna y el riesgo de morir durante el embarazo y el parto supera entre cinco y siete
veces al de las mujeres entre 20 y 24 años .
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

http://www.profamilia.org.co/encuestas

Weiss, M. (2016). Educación sexual infantil/juvenil. ENSAYOS Y EXPERIENCIAS No. 38, 64-68.

Gonzáles Sáenz Yoandra, Hernández Sáez Isabel, Conde Martín Marlene,


Hernández Riera Rodolfo, Brizuela Pérez Susana M. (2010). El embarazo y sus
riesgos en la adolescencia, Archivo Medico de Camagüey, vol. 14, núm. 1,

Ibarra Mustelier Lourdes (2013). Adolescencia y maternidad. Impacto psicológico


en la mujer. Revista Cubana de Psicología. Vol. 20 Num. 1, La Habana
INEGI (2010).

Lauglo Marilyn, (2011). La salud sexual y reproductiva del joven y del


adolescente, Biblioteca OPS

León Paula, Minassisan Matías, Borgoño Rafael, Bustamante Francisco (2012).


Facultad de Medicina, Universidad de los Andes, vol. 5, No. 1.
Ley General de Salud, (2012).

Leyva Sorribe Virginia et. al. (2012). Algunos aspectos relacionados con el
embarazo a destiempo en adolescentes. Revista Cubana de Enfermería, vol. 18,
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Vicente César (2015). Embarazo Adolescente, Hoja Informativa, Grupo de


Información en Reproducción Elegida, A.C.

Álvarez-Nieto C, Pastor-Moreno G, Linares-Abad M, Serrano-Martos J, Rodríguez-Olalla L. (2012).


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Agudelo, I.T. & Martín, A. (2010). Toma de decisiones Frente a un embarazo no planeado en la
adolescencia. Trabajo degrado no publicado. Departamento de Psicología. Bogotá: Universidad de Los
Andes.

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