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H . C. R O B B I N S L A N D O N
1791:
EL Ú L T I M O A Ñ O DE M O Z A R T
T raducción de
G abriela Bustelo y Beatriz del Castillo
1791: EL Ú L T IM O A Ñ O DE M O ZAR T
P ró lo g o 11
I. La c o r o n a c i ó n d e F r a n c f o r t 17
II. La V ie n a d e M o z a r t 29
III. L o s c o n c i e r t o s e n la c a p ita l a u s tr ía c a 41
IV. M ú sic a d e b a i le p ara la c o r t e i m p e r ia l 53
V. N u e v o s h o r i z o n t e s : ¿un p u e s t o e n la c a te d r a l? 61
VI. M e d ia n o c h e p ara l o s m a s o n e s 77
VII. R é q u ie m para u n a ca sa d e c a m p o 89
VIII. U n v iaje a P raga 101
IX. D ia r io d e la c o r o n a c i ó n 121
X. La fla u ta m á g ic a 143
XI. La e n f e r m e d a d f in a l 171
X II. M ito s y t e o r ía s 199
X III. C o n s ta n z e : u n a d e f e n s a 209
A p én d ic e s 229
A b r e v ia tu r a s d e la s f u e n t e s b i b l i o g r á f i c a s 241
N otas 243
B i b l io g r a f ía e s c o g i d a 262
L ista d e i l u s t r a c i o n e s 263
A g ra d ecim ien to s 265
í n d i c e a n a lít ic o 266
Para Albi Rosenthal,
viejo amigo y devoto mozartiano
P ró lo g o
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en 1941; mi mujer me ha contado que aquel año hubo interpretaciones magníficas
de todas las grandes óperas de Mozart en la Staatsoper de Viena, a las que ella
asistió. (También ella ha tenido siempre una especial predilección por
Mozart.)
En el año 1955 ocurrieron tres cosas que me pusieron directamente en contacto
con Mozart y su música. La primera fue que Karl Vótterle y Ernst Fritz
Schmid, ambos ya fallecidos, dueño el primero de la Barenreiter- Verlag y
editor éste de la Neue Mozart Ausgabe, fueron a Viena (donde yo vivía
entonces) a pedirme que colaborara en esta nueva edición (de la cual acabaría
editando las tres últimas sinfonías y la Maurerische Trauermusik). El se
gundo proyecto mozartiano consistía en publicar la Misa en do menor ( K. 427)
en una nueva edición crítica para C. E. Petersy Eulenburg; ya habíamos pre
parado la primera grabación completa de esta obra en 1949 con Meinhard von
fallinger en Viena. La tercera tarea relacionada con Mozart era la edición, en
colaboración con Donald Mitchell, de un simposio sobre la música de Mozart,
que salió en 1956, coincidiendo con la celebración del bicentenario de su
nacimiento. Por aquel entonces yo ya era miembro del fentralinstitut fiir
Mozartforschung de Salzburgo, que se dedicaba fundamentalmente a la nueva
edición. La música de Mozart empezó a alcanzar una difusión extraordinaria.
( A este respecto conservo unas imágenes grabadas en mi memoria: estamos en
enero de 1956, en Salzburgo, celebrando el nacimiento de Mozart. Es la víspera
de su cumpleaños y sobre Salzburgo cae una fuerte nevada. Acaba de llegar un
equipo de la BBC y yo les llevo a la otra orilla del río, a la Residenzplatz.
Desde la torre, cuya parte superior apenas se divisa a través de la nieve, sale una
música que empieza a flotar sobre la ciudad absolutamente silenciosa, de cuyas
calles ha desaparecido el tráfico. Se trata de las casaciones ( K. 187y K. 188)
que hizo Mozart para dos flautas, cinco trompetas y cuatro timbales. Los
miembros del equipo de la BBC, al igual que los demás, se quedan embelesados.
Es una escena mágica, que podía haber ocurrido en el Salzburgo de 1776.)
Y en los años ochenta apareció el Amadeus de Peter Shaffer: la obra de
teatroy la película, pero sobre todo esta última, un enorme'éxito internacional,
cuya banda sonora se mantuvo durante meses en la lista de los discos más
vendidos en los Estados Unidos. De repente, el nombre de Mozart estaba en
boca de todos. Éste no es lugar para discutir losfallos y méritos de Amadeus,
queya se ha convertido en un mito (en Italia, los jóvenes compiten imitando la
risa de Mozart en la película). Como película, resulta enormemente entretenida,
pero es evidente que tiene poco que ver con la auténtica vida de Mozart. Mi
difunto amigo Roland Gelatt, que trabajaba en Thames and Hudson, se pasó
todo el tiempo que duró el rodaje intentando convencerme de que escribiera un
13
libro sobre «el declivey la caída» de Mozart. To no acababa de decidirme, pero
después de mucho reflexionar pensé que podía resultar útil, para los muchos
nuevos amigos y admiradores de Mozart, escribir sobre su último año,
basándome en los documentos coetáneos y auténticos que hay a nuestra
disposición. Estos son mucho más numerosos de lo que cabía esperary es evidente
que en su totalidad nos acercan más a Mozart y a su mujer, Constanze, que la
ficción, por muy inspirada que ésta sea.
* * *
14
con una relevancia cada vez mayor. El legado de Mozart, en resumen, es una de
las mejores excusas quejamás encontraremos para la existencia de la humanidad
y puede que incluso nos sirva para tener una pequeña esperanza en nuestra
supervivencia última.
H. C. R. L.
Chateau de Foncoussiéres,
Navidad de 1986
15
I. La c o r o n a c i ó n d e F r a n c f o r t
* Nota sobre la moneda. En Austria, en 1791, la moneda principal era el gulden, para el que se
usaban las abreviaturas Jl. o f . (florines); las palabras gulden y florín se emplean indistintamen
te. Al igual que la libra esterlina antes de su conversión al modelo decimal, la moneda
austríaca estaba basada en un sistema sexagesimal. La fracción menor era el kreuzer (abreviado
kr. o xr.), y sesenta kreuzer formaban un gulden. Otro término que se usaba mucho era el ducado
(una moneda de plata o de oro), que equivalía a cuatro gulden y medio. En 1791, 500 libras
esterlinas equivalían a 4.883 gulden. En los conciertos de la Tonkünstler-Societát del 16 y 17 de abril
de 1791, cuando Mozart dirigió una de sus tres últimas sinfonías (posiblemente la K. 550), un
palco en el Burgtheater costaba cuatro florines y treinta kreuzer; la mejor entrada de la platea
costaba un florín y veinticinco kreuzer (una localidad «cerrada» costaba un florín y cuarenta
kreuzer). Las entradas para un beneficio de Haydn que hubo en Londres en mayo de 1792
costaban media guinea cada una (diez chelines y seis peniques), más o menos el precio de un
palco entero para un concierto de Mozart. (Se observa claramente lo caro que era Londres
comparado con Viena.) En sus cuatro temporadas en Londres entre 1791 y 1795, Haydn
calculaba haber ganado 2.400 libras esterlinas, unas 50.000 libras u 85.000 dólares actuales.
17
pagar el viaje1 y se puso en camino acompañado de Franz Hofer, el
marido de su cuñada Josepha.
Sólo un optimista incurable podía tener grandes esperanzas
respecto a aquel viaje. Asediar a Leopoldo II era una operación
difícil para un compositor y, en cualquier caso, el emperador tenía
asuntos más urgentes que atender. Había accedido al trono imperial
a la muerte de su hermano José II el 20 de febrero de 1790, heredando
un imperio profundamente dividido por las reformas bienintenciona
das, pero precipitadas, que había llevado a cabo su predecesor. El
reino de Hungría era un hervidero de ideas revolucionarias activa
mente fomentadas por Prusia, enemiga inveterada de Austria; los
rebeldes Países Bajos austríacos (Bélgica en la actualidad) acababan
de proclamar su independencia, y el ejército austríaco estaba empan
tanado en una guerra aparentemente interminable contra el imperio
otomano. Afortunadamente, Leopoldo era un administrador hábil y
experimentado; como gran duque de Toscana había regido su
ducado sabiamente, llevando a cabo notables reformas que le habían
granjeado el amor de sus súbditos. Al convertirse en emperador, se
dispuso a resolver los problemas acuciantes de su país con rapidez.
En septiembre de 1790 ya había concluido un armisticio con la
Puerta (la corte otomana de Constantinopla), había negociado el
futuro de la Europa oriental con el rey Federico Guillermo de Prusia,
y se había encaminado a la coronación de Francfort sin oposición
alguna. En diciembre, con el acuerdo tácito de Prusia, los austríacos
volvieron a ocupar Bruselas. Leopoldo fue igualmente eficaz en su
forma de tratar a los orgullosos e intransigentes húngaros, y empeza
ba a progresar notablemente en la resolución de la situación caótica
de distintos asuntos internos (agrícolas, eclesiásticos, administrativos)
que había sido el legado principal de José II a Austria2.
Todo esto le dejaba escaso tiempo libre para la música... y para
Mozart. En primer lugar, los teatros de la corte vienesa estuvieron
cerrados durante varios meses después de la muerte de José II y no
volvieron a abrirse hasta principios de junio, cuando terminó el luto
oficial. A partir de entonces, si hubiera querido, Leopoldo podía
haber asistido a la representación de Cosífan tutte en el Burgtheater el
12 de junio, el 6 y el 16 de julio o el 7 de agosto (día de la última
representación, tras de la cual la ópera se eliminó del repertorio y no
volvió a incluirse en vida de Mozart). También podía haber visto la
reposición de Las bodas de Fígaro, que formó parte del repertorio hasta
18
lebrero de 1791. Pero no lo hizo. Su primera aparición en el
Burgtheater3 fue el 20 de septiembre de 1790, para ver una obra de
Antonio Salieri, Axur, re d’Ormus. Leopoldo hizo su primera aparición
pública en un teatro vienés en un momento elegido cuidadosamente;
el conde Cari Zinzendorf, al servicio del Imperio Real, escribió aquel
día en su importante diario (aún inédito en gran parte): «Nuestro
rey llegó en el momento en que Axur está sentado en el trono, y
recibió un caluroso aplauso». De momento, Salieri se había hecho
con el triunfo (aunque también acabaría cayendo en desgracia), y no
hay pruebas de que Leopoldo se interesara mucho por Mozart.
Sí confirmó el puesto (no muy brillante, por cierto) de Mozart como
compositor de Cámara del Imperio Real, una sinecura que le ha
bía concedido José II en 1787, pero el cargo musical más importante
estaba en manos de Salieri, que había sucedido al viejo Giuseppe
Bonno como Kapellmeister * (director y compositor principal de los
teatros de la corte) en 1788, y Leopoldo también le confirmó en su
puesto.
Presentarse en las fiestas de la coronación en Francfort podría
servir para contrarrestar ese olvido, o al menos así lo esperaba
Mozart. Este fue el motivo por el que partió de Viena con Hofej.
Había varias formas de viajar de Viena a Francfort. Una de ellas
consistía en coger la diligencia pública, que era cara e incómoda y en
la cual el viaje acababa haciéndose pesado; otro sistema era alquilar
una silla de posta y cambiar los caballos en cada etapa; la más
sencilla y cómoda, aunque mucho más cara, era viajar en coche de
caballos propio..., y esto fue lo que hizo Mozart. No sabemos si tenía
un coche de su propiedad, lo cual parece innecesario e improbable,
puesto que vivía en la ciudad, o si compró uno especialmente para
hacer el viaje a Francfort. Sea como fuere, Mozart escribe desde
Maguncia el 28 de septiembre de 1790:
El viaje resultó muy agradable y tuvimos buen tiempo excepto
un solo día — y este día no nos causó problema alguno gracias a
que mi coche (me gustaría darle un beso) es maravilloso. — En
Ratisbona tomamos un almuerzo espléndido, con una Tafel-
Musick [música interpretada durante la comida] divina, comi-
19
mos igual de bien que los ingleses y bebimos un vino del Mosela
soberbio. Desayunamos en Nuremberg — una ciudad fea.—
Fortalecimos nuestras respetables barrigas tomando café en
Würzburg, una ciudad hermosa y magnífica — nuestros gastos
han sido pasables en general — excepto en Aschaífenburg, a dos
postas y media de aquí, donde el mesonero tuvo la graciosa
ocurrencia de sablearnos horriblemente... 4
Con todo, Mozart hizo un viaje rápido. «Sólo tardamos seis días»,
contaba a Constanze, añadiendo que estaban «encantados de haber
encontrado habitación» en una posada de Sachsenhausen, a las
afueras de Francfort. La ciudad estaba abarrotada de visitantes
llegados para asistir a la coronación.
No quedan documentos escritos sobre las dos primeras semanas
de Mozart en Viena, pero sí sabemos que dio una academia
(concierto) el 15 de octubre en el Teatro Municipal. Ese mismo día
escribió a su mujer:
hoy, a las once, ha tenido lugar mi academia, que ha resulta
do maravillosa en cuanto al honor se refiere, pero ha reportado
poco dinero... Por desgracia, había un príncipe que daba un
gran almuerzo, y además las tropas de Hesse estaban haciendo
maniobras importantes, de modo que durante mi estancia aquí
ha habido algún impedimento todos los días...5
Se cree que Mozart interpretó dos conciertos para piano aquel día,
uno nuevo en re (K. 537, después conocido como Concierto de la
Coronación) y otro antiguo en fa (K. 459, quizá en la versión «más
amplia» con trompetas y timbales, que se ha perdido)6. Probable
mente, también tenía pensada una de las sinfonías más recientes: K.
504 (Praga), 543, 550 o 551 (Júpiter), ninguna de ellas impresa aún.
En el diario del conde Ludwig von Bentheim-Steinfurt tenemos
una descripción interesante y «profesional» de Mozart, de su forma
de tocar y de su-concierto:
20
concierto de su invención que fue de una gentileza y encanto
extraordinarios [¿K. 459?], tenía un forte piano Stein de Augsbur-
go que pasa por ser uno de los mejores de su clase y que cuesta
entre 90 y 100 ducados. El instrumento pertenecía a madame la
baronesa de Frentz. La forma de tocar de Mozart se parece un
poco a la del difunto [compositor Johann Friedrich] Klóffler
[que había sido Kapellmeister al servicio de la familia Bentheim-
Steinfurt], pero es infinitamente más perfecta. El señor Mozart
es un hombre pequeño, de figura agradable; llevaba un traje de
satén azul marino7, ricamente bordado; está al servicio de la
Corte Imperial. 4) El soprano castrato Cecarelli cantó una
hermosa Escena y rondó, pero las arias de bravura no parecen
ser precisamente su punto fuerte; posee gracia y una técnica
perfecta, es un cantante excelente, pero su tono está declinando
un poco, junto con su presencia poco agraciada; por lo demás,
sus pasajes, adornos y trinos son admirables; a ver si consigo que
dé clases a [mi hija] Henriette durante los meses de verano.
Quizá pueda venir con Edom u otra persona, pues estará libre,
ya que no pertenece a la compañía como madame Schick, que va
a estar en Francfort en el verano. En la segunda parte, el número
5, otro concierto de Mozart [¿K. 537?], pero que no me gustó
tanto como el primero. 6) Un Dúo que tenemos y del cual
recordaba el fragmento «Per te, per te», con el pasaje de notas
más agudas que va inmediatamente después... 7) Una Fantasía
sin notas [es decir, interpretada de memoria], realmente encan
tadora, en la cual Mozart estuvo infinitamente brillante, desplegando
toda la fuerza de su talento. 8) Ni siquiera hubo tiempo para la
sinfonía final, porque ya eran casi las dos y todos estaban
impacientes por ir a almorzar. Por tanto, la música duró tres
horas y lo que ocurrió fue que hubo intervalos muy largos entre
cada pieza. La orquesta, con cinco o seis violines, tenía que
resultar débil a la fuerza, a pesar de lo cual tocó muy bien, pero
lo que me enfureció y entristeció fue que no había mucho
público. Yo estaba sentado junto a una cantante joven llamada
Succarini, que es alemana pero bastante buena. El señor
Westerholt, gran aficionado a ja música, estaba detrás de mí8.
21
1780, le pidió que participara en una academia dedicada al rey de
Nápoles, Fernando IV, y a su esposa, la archiduquesa María Ca
rolina de Austria. Venían de Viena de casar a dos de sus hijas. «Es
una verdadera distinción», escribió Mozart a su mujer a principios
de noviembre, comentando cáusticamente: «Un gran honor para la
corte vienesa, que el rey tenga que escucharme en un país extranje
ro...»9
A mediados de noviembre de 1790, Mozart volvió a Viena y a la
necesidad eterna de ganar más dinero y reducir sus deudas. Puesto
que las preocupaciones financieras se cernieron de forma siniestra en
torno al último año del compositor, es conveniente hacer aquí una
pausa y examinar los motivos por los que sus problemas monetarios
se habían vuelto tan acuciantes.
La situación financiera de Mozart tuvo su momento más optimis
ta en 1785, cuando su padre fue a visitarle a Viena y escribió a la
hermana de Wolfgang, María Anna (Nannerl), el 12 de marzo: «Tu
hermano ha ganado 559 florines con su academia», y unos días
después (el 19 de marzo): «Creo que mi hijo, si no tiene deudas que
pagar, podría ingresar 2.000 florines en el banco; el dinero, desde
luego, debe tenerlo, puesto que los gastos domésticos, en lo referente
a comida y bebida, ¡son verdaderamente moderados!»10
Pero, a pesar del éxito que tuvieron sus conciertos por suscripción
en 1785 y 1786, y el éxito de Fígaro (mayo de 1786) en Viena y, medio
año después, en Praga; a pesar del éxito de Don Giovanni en Praga y
las grandes sumas que podía exigir Mozart por las escasas composi
ciones que decidió publicar (como los seis cuartetos dedicados a
Haydn, vendidos a Artaria en 1785 por 100 ducados o 450 florines) “ ;
a pesar de todas estas pruebas de una opulencia creciente, la
popularidad de Mozart en Viena, y con ella su seguridad financiera,
empezó a menguar en 1788. Don Giovanni, que se repuso en Viena
aquel año por deseo expreso de José II, fue (como contaría Lorenzo
da Ponte, el libretista de la obra, muchos años más tarde) «acogida
con poco entusiasmo».
Sin duda alguna, la fama de Mozart en el extranjero iba
creciendo de forma constante, sobre todo en los países de habla
alemana, donde sus óperas en la lengua vernácula, como El rapto del
serrallo, y también Fígaro y Don Giovanni (traducidas rápidamente al
alemán), fueron enormemente populares, a pesar de sus dificultades
técnicas, tanto vocales como instrumentales. Toda esta popularidad
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«extranjera», sin embargo, no mejoró la situación financiera de
Mozart más que de forma indirecta, en el sentido de que creó en el
público un deseo creciente de oír su música. Un compositor podía
cobrar honorarios por interpretar o dirigir su música; pero al no
existir los «derechos de representación» como tales, las representa
ciones de las óperas de Mozart en Alemania le reportaron fama, pero
no florines. Asimismo, no había una ley de propiedad intelectual, con
lo cual los editores alemanes podían imprimir y reimprimir la música
de Mozart a su antojo. Los tiempos en que un compositor pudiera
llevar una vida al menos decente con su propio esfuerzo, sin el apoyo
de un mecenas aristocrático, estaban cerca; pero aún no habían
llegado y las consecuencias de ello se iban haciendo cada vez más
evidentes para Mozart.
A mediados de 1789 describía una situación realmente desespera
da a Michael Puchberg, su hermano masón y tesorero de la logia Z ur
wahren Eintracht:
23
Alemania para presentarse ante el nuevo emperador. En la misma
carta del 28 de septiembre de 1790 en la que Wolfgang informaba a
Constanze de que había llegado a Francfort sano y salvo, encontra
mos el primer comentario referente a una complicada transacción
financiera con la que el compositor pensaba hacer frente a sus
deudas:
Siempre tu Mzt
24
sus últimos cuartetos para cuerda, los opus 6413. Pero el nombre de
Hoffmeister no aparece en el documento del 1 de octubre de 1790,
que Mozart firmó al volver de Alemania. El compositor debía pagar
un cinco por ciento de interés por el préstamo y la suma tenía que ser
devuelta en su totalidad a los dos años, es decir, el 1 de octubre de
1792. Como el nombre de Lackenbacher no forma parte de la lista de
acreedores hecha a la muerte de Mozart, hay que suponer que su
préstamo fue devuelto con los intereses antes de diciembre de 1791.
Las nuevas obras de música de cámara que Mozart compuso no
sólo con la idea de interpretarlas en conciertos, sino de venderlas a
un editor, fueron los tres cuartetos «prusianos» (K. 575, 589 y 590)14
y dos quintetos para cuerda (K. 593 y 614). No fue Hoffmeister quien
publicó estas cinco composiciones por primera vez, sino Artaria y
Compañía, la misma empresa que había editado los seis cuartetos
dedicados a Haydn.
Temporalmente aliviado de sus preocupaciones monetarias, Mo
zart pudo disfrutar de la inesperada aparición en Viena de su mejor
amigo músico, Joseph Haydn. El decano de los compositores austría
cos se había convertido de repente, gracias a la muerte del príncipe
Nicolás Esterházy el 28 de septiembre de 1790, en un hombre libre.
El nuevo príncipe Esterházy no exigía el servicio activo de su Kapell
meister, aunque Haydn conservaría el título y una pensión anual de
1.000 florines por voluntad del difunto príncipe Nicolás. Haydn se
puso rápidamente en camino hacia Viena, donde el rey Fernando (a
quien Mozart no había sido presentado) intentó convencerle de que
fuera a la corte napolitana.
Pero precisamente en esta época la vida del compositor, que ya
tenía bastantes años, cambió de forma repentina y drástica con la
llegada a Viena de un violinista y empresario alemán muy persuasivo
llamado Johann Peter Salomon, que vivía en Londres. Nacido en
Bonn y amigo del joven Beethoven, Salomon se había trasladado a
Inglaterra hacía unos siete años, estableciéndose allí como composi
tor y violinista, pero, sobre todo, como empresario de extraordinarias
dotes. Estando en Colonia, donde había ido para contratar cantantes
de cara a la siguiente temporada, se enteró por los periódicos de la
muerte del príncipe Esterházy. Marchó hacia Viena inmediatamente
y se presentó en la puerta de Haydn una noche anunciando: «Soy
Salomon, de Londres, y he venido a buscarle. Mañana llegaremos a
un acuerdo». En un principio, Haydn se resistió a hacer un viaje tan
25
largo, pero Salomon (con quien andaba en tratos desde hacía
tiempo) le hizo una serie de ofertas financieras, incluyendo un
sustancioso anticipo, que resultaron demasiado tentadoras. Consi
guió el permiso del nuevo príncipe Esterházy y empezó a preparar el
equipaje.
En realidad, Salomon había ido a Viena con dos propósitos. El
primero consistía en contratar a Haydn, cosa que llevó a cabo con
gran habilidad. El segundo era contratar a Mozart. Así lo explica
una nota necrológica sobre Salomon publicada en un periódico
inglés:
26
idioma se entiende en el mundo entero». [Los viajeros fijaron la
fecha de su marcha] y se pusieron en camino el 15 de diciembre
de 1790... Aquel día Mozart no se apartó de su amigo Haydn ni
un momento. Cenó con él, y al despedirse le dijo: «Quizá sea
éste nuestro último adiós en esta vida». A ambos se les llenaron
los ojos de lágrimas. Haydn se emocionó profundamente, pues
se aplicó las palabras de Mozart a sí mismo, y no se le pasó por
la cabeza la posibilidad de que las inexorables Parcas cortaran
el hilo de la vida de Mozart al año siguiente15.
ÍJno de los alumnos preferidos de Haydn, Sigismund von Neu-
komm, contaba en una carta:
Durante algún tiempo, Mozart tuvo una especie de premoni
ción de su muerte. Recuerdo que mi maestro Haydn me contó
que a finales de 1790, cuando emprendió su primer viaje a
Londres, Mozart se despidió y con lágrimas en los ojos dijo:
«Me temo, papá mío, que sea ésta la última vez que nos
vemos». Haydn, que era mucho mayor que Mozart, interpretó
aquellas palabras en el sentido de que su edad [la de Haydn], y
los peligros que arrostraba con su último viaje, daban lugar a
ese temor16.
Haydn tenía en aquel momento cincuenta y ocho años y Mozart
aún no había cumplido los treinta y cinco. ¿Quién hubiera podido
sospechar que el mayor iba a sobrevivir al joven en más de dieciocho
años? Mozart venía de linaje robusto. Su padre murió a los sesenta y
siete años, una edad muy avanzada para el siglo XVIII; su herma
na llegó a los setenta y nueve. No había ningún motivo para pensar
que la vida de Mozart pendiera de un hilo tan frágil como para que
muriera a los doce meses. No hay ninguna prueba de que al empezar
el año 1791 manifestara síntomas preocupantes ni indicios de cansan
cio. Mozart parecía tan efervescente y lleno de energías como de
costumbre.
Y así, mientras el coche de Haydn rodaba lentamente hacia
Inglaterra, Mozart se quedó en Austria, dispuesto a enfrentarse con
sus deudas, con la asombrosa incomprensión de la nobleza vienesa
que antaño fuera su apoyo principal y con la frigidez de la corte
austríaca, que le proporcionaba la única base financiera fija de su
precaria existencia.
27
II. La V ie n a d e M o z a rt
29
las calles el viento y el polvo eran una perpetua tribulación y los
peatones sufrían las molestias provocadas por el enorme número
de coches y carros variados, de los que había en torno a cuatro mil.
A finales del siglo XVIII, los vieneses de clase alta estaban
fascinados con la forma de vestir de los ingleses; era menos rígida
(literalmente) para las señoras y menos formal que la moda francesa,
que había hecho furor durante la juventud de Mozart. Los uniformes
de los oficiales del ejército imperial abarcaban desde las elegantes
chaquetas blancas con vueltas rojas hasta los fantasiosos uniformes de
los húngaros (muy imitados en el extranjero).
Aunque es posible que entonces a Mozart no se lo pareciera, la
Viena de 1791 fue considerada por la generación siguiente como un
paraíso musical1. Esto se debe a que en los años de madurez de
Schubert y Beethoven, en torno a 1820, la situación de los composito
res había empeorado considerablemente. Anton Schindler, el biógra
fo de Beethoven, lo resumió de modo admirable:
Una clase alta culta e ilustrada que además posee una riqueza
extraordinaria está, desde luego, en una posición idónea para
servir tanto a las artes como a la ciencia. Esto era lo que le
sucedía a la nobleza vienesa, que tenía una predilección
especial por la música. Las preferencias se decantaban hacia la
música sin ostentaciones; una música que, ejecutada por cuatro
voces o por cien, hechizara al oyente, enriqueciendo su mente y
sus sentidos, ennobleciendo sus emociones. El pueblo alemán se
caracterizaba por responder a la grandeza sencilla, las emocio
nes verdaderas y la pureza de los sentimientos humanos inhe
rentes a su música. Estas gentes también sabían extraer del
misterio de los tonos musicales su inefable significado y su
elevado espíritu. Sin embargo, no era una época de grandes
complicaciones filosóficas; fue más bien un período en que se
sabía disfrutar sin inhibiciones, y su pureza se mantuvo hasta
bien entrada la primera década de nuestro siglo.
30
de los primeros estudios de la vida musical de la ciudad y acabó
haciéndose amigo de Haydn. El 20 de septiembre de 1797 escribió a
su familia en Estocolmo:
31
cualquiera podía organizar un trío con piano en poco tiempo. La
famosa Briefe eines Eipeldauers, escrita por Joseph Richter en dialecto
vienés, incluye una afirmación característica para el año 1794: «No
hay una doncella noble, ni siquiera una hija de burgués, que no sepa
tocar el piano y cantar».
Aún existía una enorme distancia social entre las clases altas y
bajas. Un visitante inglés comentaba que «al emperador se le ve por
doquier, sin ostentación alguna, en coche o a caballo, con un
sirviente o dos, como un caballero privado, y sin guardias ni nada
semejante a un desfile», pero en la siguiente frase afirmaba: «Los
nobles no son, como en Inglaterra, “pares” (iguales), sino que están
divididos en clases: las clases superiores, como el príncipe Esterházy y
el príncipe de Liechtenstein, etc., sólo reciben a las otras clases
como inferiores»3. El alemán J. F. Reichardt, Kapellmeister y compo
sitor, hacía una observación similar en 1808:
32
Hay pocas ciudades en las que el amor a la música esté tan
extendido como aquí. Todos tocan un instrumento, todos estu
dian música... Las llamadas «academias» privadas, es decir, las
sesiones musicales en casas distinguidas, son incontables a lo
largo del invierno. No hay santo o cumpleaños en el que falte la
música. No se puede decir mucho sobre semejantes ocasiones, y,
si se quiere evitar el ridículo, lo mejor es no decir nada. La
mayor parte de ellas son muy parecidas entre sí. Éste es el
aspecto que presentan: primero, un cuarteto o una sinfonía, lo
cual se considera un mal necesario (con algo hay que empezar)
que se aprovecha para charlar. Después vienen las señoritas,
una tras otra, tocando sus respectivas sonatas al piano (proba
blemente con gracia y encanto) lo mejor que pueden. Luego
aparecen otras que cantan las arias de las óperas más recientes,
con el mismo tipo de interpretación. El público se queda
contento, y bueno, ¿qué hay de malo en ello? Además, ¿quién le
da a uno derecho a intervenir, mientras la cosa se mantenga en
familia?... Toda joven que se precie, tenga talento o no, debe
aprender a tocar el piano o a cantar; en primer lugar, es la
moda; en segundo lugar (aquí entra el tema de los negocios), es,
la forma más sencilla de darse a conocer en sociedad, y de este
modo, si se tiene suerte, se consigue llamar la atención y hay
más posibilidades de hacer una buena boda. Los hijos también
tienen que aprender música; primero, porque también es la
moda; segundo, porque es útil de cara a la buena sociedad
y la experiencia ha demostrado que no son pocos (aquí, por lo
menos) los que a través de su música han conseguido una esposa
rica o una posición muy satisfactoria.
33
Se precisa ayuda de cámara músico
Se necesita un músico que toque bien el piano y también sepa
cantar y que sea capaz de dar clases de ambas cosas. Este
músico también debe realizar las funciones de ayuda de cáma
ra. Quien decida aceptar el puesto debe preguntar en el primer
piso de la casita Colloredo, en el número 982 de la Weihburg-
gasse.
34
El corresponsal del A M £ también hablaba con dureza sobre la
vida operística de la ciudad. Aunque su artículo se publicó en 1800,
es obvio que mucho de lo que escribió también se puede aplicar a
1791. Después de tratar el tema de los solistas italianos hace el
comentario siguiente:
* * *
35
amuebladas las habitaciones y cómo iba vestido Mozart. En reali
dad, sabemos mucho más sobre la vida diaria de Mozart que sobre
los procesos mentales, secretos en gran parte, que nos legaron La
flauta mágica y el Réquiem.
Según las pruebas existentes, está claro que la situación financie
ra de Mozart se fue recuperando rápidamente durante la segunda
mitad de 1791. La razón de que en casa de Mozart sólo hubiera
sesenta gulden en efectivo cuando murió, el 5 de diciembre de 1791, es,
sin duda alguna, que se habían usado los honorarios recibidos por La
elementa di Tito para pagar algunas de las deudas más acuciantes, y el
anticipo pagado por el Réquiem debió destinarse a los mismos fines.
Los gastos de Mozart eran mayores que los de muchos otros
músicos vieneses; entre sus obligaciones estaban las de aparecer en las
funciones de la corte (tenía que dirigir la orquesta en los numerosos
bailes cortesanos en que se interpretaban composiciones suyas),
visitar los elegantes salones de personas como Johann Tost y el
canciller de la corte Greiner, y frecuentar los círculos y recepciones cor
tesanas de Praga en su calidad de Hofcompositeur (compositor de la
corte). Su esposa asistía a muchos de estos acontecimientos y en
Baden también debía presentar un aspecto cuidado por las noches.
Esto significa que los Mozart tenían que ir bien vestidos, y el cabello
de Mozart requería una atención constante. En cuanto a este último
punto, contamos con el testimonio directo de su peluquero5:
36
No tenemos ningún dato sobre cómo vestía Constanze Mozart;
no existe ningún testimonio escrito referente al tipo de vestidos que
llevaba. Pero sí sabemos cómo era la indumentaria de Mozart en
1791, por la sencilla razón de que existe un documento llamado
Sfierrs-Relation (orden de suspensión), que se redactó tras su muerte y
en el que aparece un inventario de su ropa y de sus efectos
personales6. Esta relación es impresionante:
37
en la Domgasse. En este piso, que también tenía cuatro habitaciones
principales, fue donde Mozart compuso Fígaro, donde vivió su padre
en 1785 y donde Haydn oyó los cuartetos dedicados a él. El alquiler
era demasiado alto: 450 gulden anuales. Pero en la Rauhensteingasse
había espacio suficiente (aunque en esa habitación apenas cabía
nada más) para la mesa de billar de Wolfgang (tanto a él como a
Constanze les gustaba mucho jugar). El piso medía unos 145 metros
cuadrados y en diciembre de .1791 contenía una cantidad considera
ble de ropa de casa (cinco manteles, dieciséis servilletas, dieciséis
toallas, diez sábanas), con el mobiliario distribuido como se indica en
el plano de la página 2339:
El valor oficial concedido a la totalidad de los bienes puede ser
engañoso, puesto que para beneficiar a los herederos, que tenían que
pagar un impuesto de sucesión, se procuraba hacer una estimación
lo más baja posible. Las propiedades se tasaron de la manera si
guiente: 10
Florines Kreuztr
(fl.) (kr.)
Dinero en efectivo 60
Deudas por cobrar [salario atrasado de la corte] 133 20
[Deudas citadas en otro lugar como irrecuperables:
800 fl.: Anton Stadler 500 fl., Franz Gilowsky
300 fl. de 1786]
Plata [resto empeñado para pagar viaje a Francfort y
no desempeñado] 7
Vestuario y ropa interior 55
Ropa de cama y mesa 17
Mobiliario 296 8
Libros y música 23 41
Total 592 9
38
Entre las deudas pendientes (que sumaban 918 gulden y 16 kreuzer)
había tres facturas considerables: la de un sastre (282 gulden y 7
kreuzer), la de un tapicero (280 gulden y 3 kreuzer) y la del boticario de
la Corte Imperial (139 gulden y 30 kreuzer). Había otra factura
de botica, menor, de 40 gulden y 53 kreuzer, y unas cuantas de otro
sastre, un zapatero, etcétera. Es evidente que los Mozart acababan
de cambiar la decoración de la casa, o por lo menos la tapicería de
algunos muebles; tanto las facturas de los sastres como la del tapicero
demuestran que la pareja concedía importancia a las apariencias.
Según todos los indicios, vestían con elegancia y vivían en un piso
cómodo y bien amueblado, casi siempre con dos criadas (Wolfgang
se quedaba sólo con una cuando su mujer estaba en Baden, y
empleaba a un hombre, Joseph «Primus»l2, que le traía la comida de
una fonda). No hay ni el más mínimo indicio de que Mozart se
dedicara al juego (excepto el billar o las partidas caseras de cartas,
con apuestas pequeñas), y desde luego no iba a los famosos garitos
vieneses, en los que, además, no hubiera podido permitirse el lujo de
pasar ni diez minutos13. Nada indica que ni él ni su esposa fueran en
absoluto manirrotos. Sí eran despreocupados y generosos con su
hospitalidad y, de hecho, con su dinero; no estaban en la situación
más apropiada para prestarle a Anton Stadler 500 gulden en 1791, por
ejemplo. Pero esa magnanimidad está muy lejos de los dispendios
irresponsables que a menudo se les han atribuido. No parece que el
dinero como tal les interesara especialmente, pero tampoco se puede
decir que lo gastaran a lo loco.
39
.
'
III. L o s c o n c i e r t o s e n la c a p ita l a u s tr ía c a
41
(una de las fuentes más valiosas) no escribió sobre ello en su diario.
Con la muerte de Leopold Mozart en 1787 desaparece nuestra
principal fuente de detalles sobre estos conciertos. Las pruebas que
tenemos se hallan en una carta de Mozart a Puchberg que,
desgraciadamente, carece de fecha, aunque se ha establecido, quizá
sin motivos suficientes, que pertenece a junio de 17883. En esta carta
Mozart le pide prestados 100 florines, «pero sólo hasta la semana que
viene (cuando empiece mis academias en el casino)...; para entonces
habré recibido el dinero de las suscripciones y fácilmente podré
pagarte 136 florines con mi más sincero agradecimiento». (Mozart
comenta en un punto anterior de la carta: «Aún te debo 8 ducados»,
es decir, 36 florines.) En uno de los párrafos siguientes aparece un
dato que la mayor parte de los estudiosos de Mozart han pasado por
alto u omitido deliberadamente: «Me tomo la libertad de ofrecerte
dos entradas que, como Hermano, te ruego aceptes sin pagar, puesto
que, en cualquier caso, nunca seré capaz de recompensar adecuada
mente la amistad que me has demostrado».
La cronología de la serie del casino depende, por supuesto, de la
fecha de la carta. Supongamos que no fue escrita en junio, sino
mucho antes (quizá en marzo). En este caso podría tratarse de una
serie de conciertos por suscripción con motivo de la Cuaresma, en los
cuales quizá estuviera incluido el nuevo Concierto en re, «de la
Coronación», que en el catálogo de Mozart tiene como fecha el 2 4 de
febrero de 1 7 8 8 . Pero hay algo muy extraño en la partitura del nuevo
concierto: todos los instrumentos de viento y los timbales tienen la
indicación ad libitum. Esta medida de precaución parece indicar, más
que la gran orquesta de un concierto por suscripción, una pequeña
orquesta de música de cámara, sin instrumentos de viento, que quizá
fue la que, en realidad, ejecutó la obra. En cualquier caso, es
sumamente improbable que su primera interpretación tuviera lugar,
como se ha mantenido hasta ahora, en la corte de Dresde, el 14 de
abril de 1 7 8 9 , ante el elector Federico Augusto I I I de Sajonia y su
consorte, Amalia de Pfalz-Zweibrücken.
¿Y si la carta se hubiera escrito en junio de 1788? Entonces haría
referencia a una serie por suscripción programada, quizá, para el
• verano. Sin embargo, la cronología de las tres últimas sinfonías es
esta: mi bemol, el 26 de junio; sol menor, el 25 de julio; Júpiter, el 10
de agosto. De la carta se desprende que la serie de conciertos es
inminente, de ahí que junio sea probablemente una fecha demasiado
42
lemprana; quizá el principio de agosto resulte más plausible. Ade
más, una serie de conciertos en verano es improbable, puesto que la
mayor parte de los aristócratas estarían en sus casas de campo. Sin
embargo, una serie por suscripción en otoño habría sido enteramente
posible.
De nuevo, el manuscrito autógrafo de la Sinfonía en sol menor
(K. 550) nos sirve para establecer un importante dato cronológico.
Solía decirse que las partes de clarinete añadidas (y algunos cambios
en el movimiento lento para simplificar la escritura de las maderas)
se crearon especialmente para un concierto público que hubo en la
Cuaresma de 1791; pero las filigranas de las secciones adicionales
del manuscrito autógrafo son, con una excepción (la página 7 de las
partes de oboe y clarinete; Mozart tuvo que volver a escribir
las secciones de oboe cuando añadió los clarinetes), iguales a las
del cuerpo principal de la obra. De todo esto parece deducirse
que Mozart hizo las revisiones casi inmediatamente después de haber
terminado el primer manuscrito, y que las hizo para un concierto en
1788; está claro que no las hizo para meter la partitura en un cajón.
No puede pasarse por alto este hecho: Mozart era un hombre muy
práctico que terminaba sus obras exclusivamente cuando tenía un
concierto en ciernes.
Ahora vamos a examinar el concierto público de 1791, puesto que
en él se interpretó, con toda seguridad, una de las tres últimas
sinfonías de Mozart. Hemos visto que sus conciertos por suscripción
se terminaron probablemente en 1788, pero había otra serie anual
de conciertos en la que participó con frecuencia: los dos pares de
conciertos que daba cada año la Tonkünstler-Societát (la Asociación
de Músicos, fundada en 1772 en beneficio de sus viudas y huérfanos:
Mozart hubiera debido ser miembro, pero no pudo encontrar la
partida de nacimiento que era necesario presentar)4. Había enviado
el Davidde penitente (K. 469) 5 a esta asociación en 1785, además de
locar el piano y regalar piezas vocales e instrumentales durante la
última década. En 1791, el Kapellmeister de la corte, Antonio Salieri,
dirigió los conciertos de Cuaresma del 16 y 17 de abril, que empe
zaron con «Eine neue grose [sic] Simphonie von Herrn Mozart».
¿Qué sinfonía presentó Mozart? Es. difícil acabar con las leyendas, y
los escritores, en general, han preferido imaginarse que Mozart jamás
escuchó sus tres últimas sinfonías de 1788. Aun suponiendo que los
conciertos por suscripción de 1788 no se realizaran jamás (lo cual es
43
improbable, como hemos visto), es indudable que en las giras que
hizo por Alemania en 1789 y 1790 debió llevar consigo las cuatro
últimas sinfonías no publicadas, es decir, también la Praga (K. 504).
Hay incluso otra tradición claramente diferenciada de partes manus
critas de las últimas cuatro sinfonías, que provienen con toda
seguridad del primer material manuscrito para una interpretación, y
no directamente de los textos autógrafos.
Cada una de las tres últimas sinfonías está instrumentada para
una orquesta de viento diferente: la K. 543 lleva una flauta, dos
clarinetes, dos fagotes, dos trompas, dos trompetas y timbales; la
primera versión de la K. 550 lleva una flauta, dos oboes, dos fagotes y
dos trompas (en un principio había cuatro trompas); la segunda
versión lleva una flauta, dos partes de oboe revisadas, dos clarinetes,
dos fagotes y dos trompas; la K. 551 lleva una flauta, dos oboes, dos
fagotes, dos trompas, dos trompetas y timbales. En la lista manuscri
ta de los músicos encargados de interpretar los conciertos que ofreció
la Asociación el 16 y 17 de abril aparecen flautas, oboes y «Clarinetti:
/Stadler/Stadler jun.», es decir, Anton y su hermano menor, Johann.
De las tres últimas sinfonías, la única que tiene flauta, oboes y
clarinetes es la versión revisada de la K. 5506.
Por una parte, realmente no tiene importancia: un sector amplio
del público vienés acudió elegantemente ataviado a escuchar una de
las tres últimas sinfonías del Imperial y Real Compositor de Cámara,
dirigida —suprema ironía— por Antonio Salieri, quien, indepen
dientemente de lo que haya hecho o dejado de hacer, no puede ser
considerado como amigo de Mozart. Debió ser quizá la última vez
que Mozart escuchaba una gran orquesta. La Asociación se jactaba
de poder ofrecer conciertos interpretados por una orquesta con
más de cien miembros. La costumbre era que los músicos prestaran
sus servicios desinteresadamente a la Asociación, así que lo único que
pudo cosechar Mozart allí fue más fama.
Si la supervivencia de las sinfonías dependía de los conciertos pú
blicos, otro tanto y más ocurría con los conciertos de piano que
Mozart, por supuesto, componía e interpretaba él mismo. Es po
sible que la serie de conciertos por suscripción del año 1788 tuviera
un programa menos amplio (¿tres conciertos en lugar de seis?); ésta
podría ser la causa de que en ese año Mozart empezara a escribir el
Concierto para piano en si bemol (K. 595) en forma de particella (es
decir, una partitura incompleta)7 y no volviera a trabajar en él en
44
tres años. Pero teniendo en cuenta que el K. 595 entró «oficialmente»
en el catálogo de Mozart el 5 de enero de 1791, surge otra cuestión
espinosa. Los especialistas en la materia han descubierto hace ya
algún tiempo que estas fechas no siempre indican el momento en que
se había terminado la obra en cuestión. Había veces en que Mozart
simplemente utilizaba la fecha que había escrito para otra de sus
composiciones; en el caso del K. 595, puede tratarse del día en que
volvió a dedicarse a la particella. Pero en general es probable
que Mozart incluyera las composiciones en su catálogo sólo una vez
terminadas. Es más, no parece lógico que anotara en él composicio
nes incompletas. En cuanto terminaba de componer una obra, la
apuntaba; por tanto, el K. 595 no debió incluirlo en 1788, sino en
1791, cuando (según parece) lo terminó. Como ejemplo concreto de
ello, tomemos el caso del último de los seis cuartetos para cuerda que
Mozart compuso en honor de Haydn, el Cuarteto «de las Disonan
cias» (K. 465). Leopold Mozart, en una carta fechada en Salzburgo
el 22 de enero de 1785, escribe a su hija en St. Gilgen: «...en este
mismo momento acabo de recibir diez líneas de tu hermano, el cual
me informa... de que el sábado pasado [el 15 de enero] organizó un
concierto para interpretar sus seis cuartetos, que ha vendido a
Artaria por 100 ducados, para su querido amigo Haydn y otros
buenos amigos...». El último cuarteto (K. 465) estaba anotado en el
catálogo con fecha del 14 de enero, un día antes del concierto (había
que copiar, claro está, las partes para cada instrumento, y ensayar
la nueva y difícil obra por lo menos una vez antes del estreno)8.
Por analogía puede suponerse entonces que el 5 de enero de 1791
indicaba la fecha en la que terminó de componer el nuevo concierto
para piano.
Pero si es cierto, y parece probable, que el concierto ya estaba
completo a principios de enero, ¿por qué se apresuró tanto Mozart si
no había ninguna actuación en ciernes? Según todos los indicios,
parece ser que esta obra no se estrenó en ninguno de los propios
conciertos de Mozart —porque él ya había dejado de organizados—,
sino que se incluyó en un concierto benéfico del 4 de marzo en honor
de un clarinete llamado Joseph Báhr o Beer y que tuvo lugar en
el llamado Jahnscher Saal (Salón Jahn), en la Himmelpfortgasse, a
escasos metros de la vivienda de Mozart en la Rauhensteingasse9. En
este concierto fue cuando Mozart apareció por última vez ante el
público de Viena10; así pues, el K. 595 es el último de la larga y
45
brillante serie de conciertos para piano con que había comenzado su
prometedora carrera en la capital diez años antes.
En relación con este asunto hay una anécdota que resulta
curiosa. Mozart vendió el concierto nuevo a Artaria, que lo anunció
el 10 de agosto en el Wiener £eitung11. Hay que tener en cuenta que la
mayor parte de los conciertos anteriores de los años 1785-1788 no se
publicaron hasta después de haber muerto Mozart. Por ejemplo,
Constanze publicó postumamente, en 1798, el gran Concierto en do
mayor (K. 503), llamándolo «Nr. 1 del retaggio del defunto publica-
to alie spese della vedova» («N.° 1 de los efectos del compositor
difunto publicado a expensas de su viuda»),
Mozart, que era mucho más práctico de lo que se cree, cambiaba
a gran velocidad cuando las circunstancias lo requerían. Si los
conciertos públicos escaseaban, ¿no sería mejor concentrarse en hacer
música para conciertos privados? A mediados de 1791 empezó a
dedicarse a ello12. Sabemos de dos familias para las que estuvo
componiendo durante aquel año. La primera de ellas se asocia al
Quinteto para cuerda en mi bemol (K. 614), su último quinteto, que
se incluyó en su catálogo temático el 12 de abril de 1791. Artaria lo
publicó postumamente en 1793, titulándolo «Composto per un
Amatore Ongarese». Siempre se ha dado por hecho que el «aficiona
do húngaro» era el comerciante Johann Tost, que había estado al
frente de los segundos violines en la orquesta de Haydn en Eszterhá-
za. Tost se había casado con una mujer rica y encargaba música de
cámara a los compositores importantes. Una carta de Constanze a
J. A. André, fechada el 26 de noviembre de 1800, corrobora esta idea.
En ella escribe:
46
Hay que señalar, por tanto, que pasó de los conciertos públicos
—la Tonkünstler-Societát era una de las últimas organizaciones de este
tipo que seguían funcionando a finales del siglo X V I I I en Viena— a las
veladas privadas. La aristocracia, por supuesto, siguió organizando
exquisitas reuniones musicales durante todo este período, pero las
cartas de Mozart demuestran que él no frecuentaba en absoluto los
salones aristocráticos durante aquella época; no hace ni una sola
referencia a ellos en sus cartas a Constanze. En cualquier caso, en
vida de Mozart la sociedad burguesa y el teatro de Schikaneder
habían empezado a sustituir lentamente a las óperas cortesanas y a
los salones aristocráticos. Mozart tuvo presente el teatro de Schikane
der no sólo para La flauta mágica; hubo otras dos composiciones
relacionadas con él y, según parece, las dos eran obras de encargo.
La primera es un aria de concierto muy graciosa (aparece con fecha
del 8 de marzo en el catálogo de Mozart), Per questa bella mano (K.
612) , compuesta para Franz Gerl (el primer Sarastro de La flauta
mágica), que incluye un solo virtuoso para el contrabajo (destinado a
Friedrich Pischlberger, miembro de la orquesta de Schikaneder en el
Freyhaustheater). La segunda son unas variaciones para piano
basadas en una canción titulada Ein Weib ist das herrlichste Ding (K.
613) 14, tomada de una ópera que estaba teniendo gran éxito en el
teatro de Schikaneder. Es evidente que Mozart había empezado a
estrechar lazos con el personal de aquel teatro, pequeño pero
boyante (estaba en el barrio de Wieden, que es el cuarto distrito de
los actuales), para el que pronto empezaría a componer La flauta
mágica.
De la correspondencia de Mozart sólo se conserva una parte, y las
cartas más tempranas del año 1791 van dirigidas a Michael Puch-
berg, su amigo y compañero masón. Como era de esperar, hacen
referencia a un préstamo, pero también —lo cual es más interesante
desde nuestro punto de vista— nos dan noticias de un concierto
ofrecido por un cuarteto en casa del Hofrat Greiner:
47
más sincero agradecimiento; — hasta entonces quedo — siem
pre
Su
más agradecido amigo
Mozart
13 de abril de 179116
[Letra .de Michael Puchberg: «enviados 30 florines el 13 de
abril»]
48
funcionario ilustrado. Uno de sus coetáneos dijo de él que era «un
hombre afable, sensato, comprensivo, activo, digno de respeto;
protector de las ciencias y la Ilustración, enemigo de la hipocresía
y la intolerancia, amigo caluroso de todos aquellos que posean ta
lento y aptitudes...»20. La hija de Greiner, Caroline Pichler, poetisa y
diarista de fama local, escribió en sus memorias que «conocíamos
inmediatamente, leíamos y discutíamos todas las obras poéticas que
aparecían tanto aquí como en el extranjero».
Otro coetáneo, Joseph von Hormayr, escribió que
El Hofrat, aunque era mal poeta, tenía buen gusto, y entre los que
frecuentaban su casa hospitalaria estaba Lorenz Leopold Haschka
49
(secretario del Hofrat desde 1777), autor del texto del himno nacional
austríaco (Gott erhalte) que compuso Haydn en 1797, lo cual por sí
solo ya le hubiera inmortalizado, y «con él», escribió Caroline,
«entraron las Musas en nuestra casa». (Según se rumoreaba entre las
malas lenguas de Viena, los favores que dispensaba Frau von Greiner
a Haschka no eran sólo de tipo literario.) Poetas, dramaturgos,
científicos, eruditos y doctores frecuentaban el salón del Hofrat, que
era un ferviente masón y miembro de fu r wahren Eintracht, la logia de
Haydn. Muchos de sus hermanos masones eran calurosamente
recibidos: Johann Baptist von Alxinger (el poeta), el barón von
Gebler (cuya fama estaba relacionada con Mozart, pues era el autor
de la obra de teatro Thamos, rey de Egipto, para la que Mozart com
puso una brillante música instrumental y vocal, K. 345), el barón
von Jacquin (también amigo de Mozart), Gottfried van Swieten
(que no era masón) y, por supuesto, el propio Mozart. En verano
las reuniones se celebraban en la casa que tenía Greiner fuera de la
ciudad, en Hernals.
La sociedad vienesa estaba cambiando de forma considerable; un
salón burgués como el de Greiner había empezado a reemplazar a los
conciertos por suscripción que organizaba Mozart a principios de la
década de 1780, así como a los grandiosos salones aristocráticos. El
decaimiento gradual de los conciertos de Mozart por suscripción hay
que explicarlo en términos más realistas (y menos románticos) que la
creciente falta de contacto, y por lo tanto de éxito, del compositor
con el público vienés. La guerra contra el imperio turco estaba
desangrando a Austria. El conde Zinzendorf, horrorizado, hacía en
su diario una lista de los presupuestos astronómicos que consumía la
guerra año tras año. Muchos de los hombres de las grandes familias
nobles eran lo que hoy llamaríamos reservistas y se unieron a sus
regimientos en cuanto estalló la guerra. Esta guerra, aparte de no
contar con el apoyo popular, resultó poco provechosa23: el asedio de
Belgrado en 1787 les costó caro a los austríacos, sobre todo por la
epidemia que se produjo. Muchas de las familias aristocráticas
abandonaron suS palacios vieneses, marchándose a sus fincas en el
campo. El dinero escaseaba y no hay duda de que uno de los motivos
de que fracasaran los conciertos por suscripción de Mozart era
simplemente la falta de dinero aristocrático y burgués. Las grandes
orquestas de la nobleza empezaron a desaparecer. La música de
cámara, por otra parte, no sólo era más barata, sino que había
50
empezado a ponerse de moda entre las familias burguesas. Entre
ellas, las más pudientes, como los Greiner, pagaban a músicos
profesionales que interpretaban cuartetos en sus veladas; los miem
bros de familias más modestas ofrecían música interpretada por ellos
mismos y después compartían una buena comida con sus invitados
(como el amigo de Haydn, el doctor Peter von Genzinger, cuya
esposa, Maria Anna, tocaba muy bien el piano y cuyos hijos también
eran aficionados a la música; uno de ellos tuvo suficiente calidad
como para interpretar la cantata de Haydn Ariadna en Naxos en
1790 24). Naturalmente, por organizar una velada con cuarteto para
( asa de los Greiner, Mozart recibió unos honorarios, aunque no se
sabe cuál fue la cantidad estipulada.
Vamos a pasar por alto los numerosos encargos menores que le
hicieron en 1791: canciones, piezas para órgano mecánico (un apa-
i atejo chirriante que Mozart odiaba) y una pequeña obra maestra: el
Adagio y rondó para armónica de copas, flauta, oboe, viola y violon
chelo (K. 617) para Marianne Kirchgessner, una ciega que tocaba la
armónica de copas25. Para Mozart era prácticamente imposible no
( rear música perfecta; incluso el otro Adagio sin acompañamiento
(K. 356 [617a]), que compuso para ella el mismo año, es de una
belleza celestial. Pero, en realidad, lo que él quería, y a lo que
hubiera debido dedicarse fundamentalmente, era crear obras maes
tras de gran envergadura.
51
t
i
IV. M ú s ic a d e b a i le para la c o r t e i m p e r ia l
53
una de sus escasas obligaciones consistía en componer piezas de baile.
En 1791 proporcionó a la corte una suite completa de la mejor
música de baile que se había escrito hasta el momento; fue el
principio de una excelsa línea que acabaría incluyendo las composi
ciones tardías de Joseph Haydn en ese género (a partir de 1792) y las
primeras obras orquestales que escribió Beethoven para Viena, los
bailes para la Redoutensaal de 17953, unos minuetos y danzas alema
nas que son magníficos y no han recibido la debida atención hasta
fechas recientes; la culminación llegó con los valses de Lanner y la
dinastía de los Strauss. No hay duda de que a los austríacos siem
pre les ha entusiasmado el baile; al propio Mozart le ocurría lo
mismo.
Los bailes de la corte eran famosos incluso fuera de Austria, y
tanto las guías como los libros de viaje informaban sobre ellos con
regularidad. Los asistentes llevaban el rostro cubierto con un antifaz;
había manjares deliciosos y mesas de juego. Los austríacos eran muy
dados al coqueteo, y los antifaces propiciaban conversaciones atrevi
das y situaciones como las de Cost fan tutte. En las Redoutensále cabían
hasta tres mil personas, pero, según una guía italiana del año 1800,
«es mucho más divertido cuando sólo hay mil quinientas personas
presentes». La temporada de los carnavales se inauguraba el primer
domingo después de la Navidad, y en las dos últimas semanas había
dos bailes, los jueves y los domingos. A lo largo del año también
había bailes para festejar a algunos santos (Santa Teresa y Santa
Catalina, por ejemplo), y en los domingos siguientes a la Pascua y a
Pentecostés. Los bailes empezaban a las nueve de la noche y duraban
hasta las cinco de la mañana. La guía italiana explicaba que, a pesar
de reunirse una gran cantidad de personas de diferentes clases,
apenas se producían desórdenes, por lo cual los guardias y policías
resultaban superfluos. En estos bailes, según la guía, había una
profusión de amor, juventud, belleza, buen gusto y vestidos magnífi
cos, con la elegancia como nota predominante; en ellos se podía
observar «el carácter pacífico de esta nación bien educada / brava]*».
(Según otra fuente, sin embargo, «muchos de los enmascarados
aprovechan el tumulto para tomarse la libertad de tocar y pellizcar a
las damas, y el vocabulario empleado no siempre observa la delicade
za adecuada; semejante comportamiento queda prohibido por expre
sa orden real». En el año 1800 se adjuntó esta «Advertencia de Su
Majestad» a todos los carteles en que se anunciaban los bailes, pero
54
es probable que los invitados también se tomaran parecidas liberta
des nueve años antes.)
En el catálogo temático de Mozart (véase Apéndice B, pág. 237)
.i parece una retahila de minuetos y danzas alemanas compuestos en
17‘)1. Estas danzas eran pieces d’occasion, por supuesto, pero es evidente
(pie Mozart se las tomó en serio, dedicándoles el mismo esmero, sobre
lodo en lo tocante a la orquestación, que a sus composiciones instru
mentales mayores. La brillantez de la instrumentación refleja la
( alegoría de la orquesta de la corte, para la que Mozart componía
sus óperas, y muchos de los miembros de esta orquesta también
locaban en sus «academias» por suscripción. Algunos de esos músicos
eran compositores distinguidos, y otros eran virtuosos en sus respecti
vos campos, como Anton Stadler, que tocaba el clarinete y el corno
di bassetto, y para quien Mozart compuso el Quinteto con clarinete
(K. 581) y el concierto K. 622. Uno de los trompetas de la Guardia
Húngara, Joseph Zahradniczek, miembro en 1790-1791 de £ur
gtkronlen Hoffnung, la logia masónica de Mozart, grababa música
para editores vieneses como Christoph Torricella5. En la Redoutensaal
mayor, la orquesta, que no tenía violas (como ocurría entonces en
(odas las orquestas de baile), estaba formada por unos cuarenta
músicos; la de la sala pequeña constaba de unos veintisiete miembros
(estas cifras corresponden a los bailes del día de Santa Catalina de
1792, pero probablemente también se pueden aplicar al año ante
rior) 6.
No era frecuente publicar música de baile con orquestación
completa, y Mozart vendió aquel año a Artaria muchas de sus
danzas en reducciones para piano. Un año después Haydn encon
traría igualmente rentable hacer reducciones para piano de sus
danzas para el día de Santa Catalina, que Artaria publicó junto con
arreglos para dos violines y contrabajo (éstos resultaban útiles para
los bailes privados). Los vieneses tenían, además, otra tradición
para difundir la música de baile, que consistía en usar copistas
profesionales. A finales del siglo XVIII los copistas aún se ganaban la
vida vendiendo partituras manuscritas y fragmentos de óperas,
sinfonías, conciertos, danzas, arias y cualquier obra que pudiera
venderse fácilmente. Resultaba más. barato, en general, comprar una
partitura manuscrita de una ópera que la edición impresa de la
misma obra. La música impresa, que ya florecía en Holanda y
branda a mediados del siglo XVIII y despegó en Alemania e
55
Inglaterra poco después, no empezó a funcionar en Viena a gran
escala hasta 1780. En las décadas de 1760 y 1770 la música austríaca
circulaba por Europa central en forma de copias manuscritas
confeccionadas en las escribanías vienesas. La música de baile, a
pesar de ser particularmente efímera, constituía una variedad lucra
tiva para los copistas, porque había series de danzas que se hacían
enormemente populares durante una temporada. Algunas de las
danzas de Mozart tuvieron. tanto éxito que se siguieron tocando
incluso después de su muerte, como ocurrió en la Redoutensaal menor
en 1793 (junto con las danzas de Haydn para la temporada de
1792)7.
En marzo de 1791 hubo al menos tres casas vienesas que pusieron
a la venta, en forma de copias manuscritas, las danzas más recientes
de Mozart: las K. 599, 600, 601, 602, 604 y 605 se vendían en Lorenz
Lausch (una famosa escribanía vienesa), Johann Traeg (que también
se dedicaba a publicar música) y Artaria (la editorial de música más
importante de Austria). Algunos de estos magníficos minuetos y
danzas alemanas nos han llegado solamente a través de estas copias
manuscritas, que se vendían con un precio fijo determinado por el
número de bifolios8 (seis Bogen, o Bogen, como se denominan en
alemán, a cinco kreuger cada uno, costarían 30 kreuger; doce bifolios
costarían un gulden [60 kreuger]). En el caso de las óperas, los derechos
sobre los manuscritos utilizados en las representaciones de los teatros
Imperial y Real de Viena iban a parar a los copistas oficiales de esos
teatros. Los cuantiosos honorarios que recibían los compositores en
Viena por sus óperas proporcionaban a los teatros el derecho a
vender copias de la obra; una tal copia de Cosí fan tutte, estrenada en
1790, apareció recientemente en Viena en una librería de viejo y fue
comprada por un particular inglés. No sabemos qué relación había
entre la música de baile de la corte y los copistas vieneses, pero
parece ser que los compositores podían cerrar sus propios tratos
comerciales y que la venta de derechos a Lausch, Traeg y Artaria
significó para Mozart una fuente adicional de ingresos que le vino
muy bien9.
La cuantía de los honorarios que recibió Mozart por las obras
que publicó en 1791 es un tema que se han planteado varios estu
diosos, pero sin atreverse a dar siquiera una cifra aproximada.
Contamos, sin embargo, con dos fuentes que nos proporcionan una
información fidedigna sobre este asunto. En 1791 la editorial princi-
56
pal era, en cuanto a Mozart se refiere, la empresa Artaria y
( lompañía; como su nombre indica, los fundadores provenían del
norte de Italia. En 1791 era la editorial musical más importante de
Viena (aunque no la única, por supuesto). Artaria también publicó
la mayoría de las obras de Haydn y se conserva una gran parte de la
correspondencia que mantuvieron.
Como decíamos en el capítulo anterior, Mozart recibió cien duca
dos (450 gulden) por la publicación de los seis cuartetos para cuerda
dedicados a Haydn (K. 387, etc.), que Artaria publicó como Opus X
en 1785. La opinión más generalizada mantiene que estos honorarios
fueron especialmente elevados, pero hay pruebas de que Artaria
pagó a Haydn la misma cantidad por sus cuartetos «Prusianos» de
1787. Un año más tarde Haydn escribió a Artaria desde Eszterháza
(10 de agosto de 1788):
57
tríos para piano «según lo acostumbrado»:
10 ducados cada uno
Enero de 1790: recibo de Artaria por tres tríos para piano:
135 gulden 11
58
En 1792 Haydn vendió a Artaria los derechos de sus veinticuatro
ultimas danzas para la Redoutensaal por 24 ducados14, siguiendo el
baremo del precio que había pedido infructuosamente en 1790, pero
que con toda seguridad había recibido de Artaria por la publicación
de sus danzas anteriores, en orquestación completa o en versión
reducida. En 1791 es probable que Mozart pidiera y recibiera 48
ducados (216 gulden) por sus cuarenta y ocho danzas.
Por el Concierto para piano en si bemol, que Artaria publicó en
agosto de 1791, Mozart pudo perfectamente cobrar los 24 ducados
(108 gulden) que Haydn recibió en 1789 por una fantasía para piano.
También debió recibir honorarios más reducidos por las siguientes
publicaciones: la K. 613, publicada por Artaria en junio de 1791
(Ariette, núm. de publ. 341); las canciones K. 596-598 (Sehnsucht nach dem
l'rühlinge, Im Frühlingsanfange, Das Kinderspiel), publicadas por Ignaz
Alberti, uno de los hermanos masones de Mozart (miembro de Zur
gekronten Hoffnung), en su colección Liedersammlung für Kinder und
Kinderfreunde am Clavier (Viena, 1791), y cantidades más pequeñas por
una serie de encargos para órgano mecánico y armónica de copas.
Por tanto, éstas serían las cifras resultantes:
59
I
60
V. N u e v o s h o r i z o n t e s : ¿un p u e s t o e n la c a ted ral?
61
petición de Mozart el 28 de abril de 1791. Hubiera acabado
convirtiéndose en Kapellmeister de la catedral de San Esteban y la
historia de la música religiosa hubiera sido muy diferente. Sin
embargo, el anciano Leopold Hofmann se recuperó y vivió hasta
1793.
Recientemente se ha puesto en relación una obra fascinante con
el nuevo interés de Mozart por la música religiosa; se trata del Kyrie
en re menor (K. 341), cuyo autógrafo desapareció hace tiempo (con
lo cual no se pueden examinar las filigranas, etc.). Lo conocemos
gracias a una copia que hizo un músico de Leipzig, A. E. Müller
(Biblioteca Nacional de Berlín), y por la primera partitura impresa,
publicada en torno a 1825, basándose en el autógrafo, por J. A.
André. Esta obra extraordinaria, que estilísticamente sólo puede
compararse con el Réquiem (escrito en la misma tonalidad), tiene
una instrumentación concebida para una orquesta muy grande, con
dos flautas, dos oboes, dos clarinetes, dos fagotes, cuatro trompas, dos
trompetas, timbales, órgano y cuerdas. Hasta ahora, basándose
solamente en las grandes dimensiones de la orquestación, esta obra se
ha incluido en el período de Munich de 1780. (Mozart no tenía
clarinetes en Salzburgo, y esta gran orquesta también figura en
Idomeneo, compuesto para Munich.) Pero parece mucho más proba
ble que Mozart pretendiera componer una gran Misa solemne en re
menor para celebrar el puesto que acababa de obtener en San
Esteban, y que hubiera acabado el Kyrie antes de que se recuperara
Hofmann2. El interés de Mozart por la música religiosa queda
atestiguado en la carta siguiente, escrita hacia finales de mayo de
1791 y dirigida a Anton Stoll, amigo suyo y de Haydn, maestro y
director de música en la iglesia parroquial de Baden.
62
Goldhahn en la planta baja de la casa del carnicero. — Te
ruego que vayas allí primero — es posible que aún lo alquilen.
—Mi mujer llegará el sábado, o como muy tarde el lunes. — Si
no conseguimos ese piso, lo importante es que esté cerca de los
baños — pero sobre todo que esté en una planta baja —
también podría ser en casa del secretario del Ayuntamiento,
donde vivía Herr Dr. Alt en el piso bajo — pero el del carnicero
es preferible al resto.
3“° también me gustaría saber si ha empezado la temporada
teatral en Baden — y por favor, quisiera obtener una respuesta
muy rápida a estos tres puntos.
Mozart mpria
63
*
en aquella época, la llamada Mariazellermesse o Missa Cellensis (1782),
y la última misa mozartiana importante de esa época, que también
fue su última obra religiosa hasta los años que nos ocupan, fue la
Misa en do menor (K. 427), de la cual sólo compuso el Kyrie, el
Gloria, el Sanctus y el Benedictus. Esta misa se interpretó en
Salzburgo en octubre de 1783 (la obra quedó incompleta, pero
Mozart retomó después el Kyrie y el Gloria para convertirlos, junto
con dos adiciones, en el oratorio en italiano llamado Davidde
penitente). Bajo el reinado de Leopoldo I I se fueron abandonando
estas restricciones, que, por otra parte, en las iglesias ricas como San
Esteban nunca se habían aplicado de forma estricta.
Mozart escribía cartas muy cariñosas a su mujer, que en aquel
momento estaba en Baden con su hijo Cari; una de ellas se la llevó su
criada Sabine (ellos la llamaban «Sabinde»), que se quedó en Baden
con Constanze, permaneciendo a su servicio hasta 1806, en que
murió. La otra sirvienta de Mozart se llamaba Leonore («Lorl»);
prescindió de ella en el verano. «Hoy voy a dormir en casa de
Leutgeb», escribió Mozart el 5 de junio, refiriéndose a su amigo
Joseph Leutgeb, un quesero que era además un magnífico trompa.
Había sido miembro de la orquesta arzobispal de Salzburgo, trasla
dándose después a Viena. Mozart le tenía en gran estima y había
compuesto varios conciertos dé trompa especialmente para él. En
esta época empezó a escribir otro, un Concierto en re (K. 412 [376b]
+ 514): dos movimientos (sin andante lento intermedio) que no
pasaron de ser un fragmento. Posteriormente fueron completados
(orquestados) por Süssmayr, que los fechó sobre el autógrafo del
Rondó: «Vienna Venerdi Santo li 6 aprile 792» (Viernes Santo, 6 de
abrij de 1792)5.
La correspondencia con Constanze es encantadora:
64
1 R e tr a to d e M o z a r t en e sc a y o la , o r ig in a l o co p ia de
u n o r ig in a l d e L . P o s c h , 1788-1789.
I A n to n io S a lie r i,
K a p e llm e is te r y c o m p o s ito r de
operas de la corte. A p e s a r de
(ju t S a lie r i e sta b a m u y celoso
dr M o z a r t , y a p e s a r de s u
—
!> J o h a n n P e te r S a lo m o n ,
v io lin is ta d e o r ig en a le m á n ,
retra ta d o p o r T h o m a s H a r d y
en 1791. S a lo m o n v ia jó a V ie n a
en 1790 con el p ro y e c to d e lle v a r
n M o z a r t y H a y d n a a c tu a r en
L o n d re s. H a y d n f u e c o n tr a ta d o ,
pero e l v ia je d e M o z a r t q u e d ó
fr u s tr a d o p o r s u m u e rte a l a ñ o
sig u ie n te.
7 R e tr a to de M o z a r t p o r B a r b a r a K r a f f t ( 1 8 1 6 ) .
( F o t o : C o rte s ía d e la G a e l l s c h a f t d e r M u s i k f r e u n d e , V ie r ta ).
9 (A b a jo ) F r o n tis p ic io con re tr a to
d e l e m p re sa r io ( y p r im e r P a p a g e n o )
E m a n u e l S c h ik a n e d e r , y p o r ta d a con el
F r e y h a u s th e a te r , d e l A l m a n a c h fü r
T h e a t e r f r e u n d e , de 1791.
10 ( D e r e c h a ) F r o n tis p ic io d e l
lib r e to o r ig in a l d e L a f la u ta m á g ic a ,
im p r e s o en V ie n a p o r I g n a z A l b e r t i ,
H e r m a n o d e la lo g ia d e M o z a r t , en
1791. E l f r o n t i s p i c i o , s u p r im id o en
e d ic io n e s p o s te r io r e s , a b u n d a en
s ím b o lo s m a só n ic o s .
11 R e tr a to de
C o n s ta n z e M o z a r t ,
p in ta d o en V ie n a h .
1782 p o r s u c u ñ a d o
J o sep h Lange.
12 R e tr a to in a c a b a d o
d e M o z a r t , ta m b ié n
o b ra d e L a n g e , de
1789-1790. C o n s ta n z e
lo c o n sid e r a b a e l m e jo r
d e to d o s lo s r e tr a to s de
s u m a r id o .
i.
— querida — mi único amor — cógelos mientras vuelan por el
aire — 2999 y 1/2 besos van volando, esperando que los
atrapen. — Ahora te voy a decir una cosa al oído. — Ahora tú
a mí. — Ahora abrimos y cerramos la boca — siempre más — y
más — finalmente decimos: es por Plumpi-Strumpi — mientras
tanto puedes pensar lo que quieras, por eso es tan agradable —
adiós — 1.000 besos tiernos de
tu eterno
Mozart
6 de junio de 17916.
Debo darme prisa, pues son las 6.45 — y el coche sale [hacia
Leopoldstadt] a las 7.00 — Ten cuidado de no resbalar en los
baños y nunca te quedes en ellos sola — además, yo en tu lugar
dejaría de ir a ellos durante un día para no forzar las cosas con
demasiada rapidez. Me gustaría que alguien pasara contigo
esta noche. — No puedes ni imaginarte lo que daría si en lugar
de estar aquí pudiera estar contigo en Baaden [sic]. — Hoy,
por puro aburrimiento, he compuesto un aria para mi ópera
[ La flauta mágica]. — A las 4.30 ya estaba despierto — mi reloj,
¡imagínate!, lo he abierto: pero — como no tengo llave, no
puedo darle cuerda, ¿verdad que es triste? — ¡Schlumbla! —
Ésta es otra palabra que da que pensar. — En cambio, he dado
cuerda al reloj grande — ¡Adi-ós! — ¡querida! — Hoy como
con Puchberg — Te beso 1.000 veces y en mis pensamientos
digo contigo: ¡La muerte y la desesperación fueron su recom
pensa!8 [de La flauta mágica, número 11 del acto segundo].
Tu amantísimo esposo
W. A. Mozart
73
Espero que Carl [su hijo] se porte bien,
dale un beso de mi parte.
(toma un preparado si estás estreñida — pero sólo en ese caso)
(ten cuidado por las mañanas y tardes cuando haga frío.)
74
»
escribir esta mañana — ¡me hubiera gustado muchísimo haber
te escrito!—
76
VI. M e d ia n o c h e para l o s m a s o n e s
77
(luego emperatriz) María Teresa. Francisco Esteban había ingresado
en la Sociedad en mayo de 1731. En 1738 apareció una bula papal
que condenaba la masonería, pero en Austria quedó sin efecto,
porque el duque Francisco Esteban (luego emperador) logró conven
cer al emperador Carlos VI de que hiciera caso omiso. María Teresa,
no obstante, no aprobaba la masonería; su hijo José II, que reinó
junto a ella desde 1765 (fecha en que murió su padre, Francisco
Esteban) hasta 1780, al principio veía a la Sociedad con un
escepticismo considerable, aunque tolerante.
La mayor parte de las logias austríacas seguían el rito inglés y los
antiguos landmarks, pero el 26 de marzo de 1781 —cuando José II ya
estaba en plena posesión del trono— se promulgó un decreto según el
cual las órdenes espirituales o seculares no podían someterse a una
autoridad extranjera ni se les permitía entregar dinero a corporacio
nes que escaparan al control de la monarquía. Así, el 22 de abril
de 1784 se fundó la Grofie Landesloge von Ósterreich (Gran Logia de
Austria). Esta nueva logia abarcaba siete provincias: Austria (dieci
siete logias); Bohemia (siete logias); Lemberg (Galitzia), cuatro
logias; Hungría (doce logias); los Países Bajos austríacos (diecisiete
logias).
Durante la primera mitad de la década de 1780, la masonería se
convirtió en un nexo de unión para la élite intelectual austríaca;
también contaba con un gran apoyo popular. Los datos que
poseemos sobre los masones austríacos provienen fundamentalmente
del material acumulado por la policía secreta de este país. Pero los
documentos de una de las logias más famosas, g fr uuahren Eintracht,
permanecieron ocultos, encontrándose a mediados del siglo XIX,
cuando se derribaron los muros de la ciudad. fu r wahren Eintracht se
fundó en 1781, y en 1785, año en que Mozart empezó a visitarla,
constaba de doscientos miembros bajo las órdenes del maestro Ignaz
von Born, distinguido científico, escritor y mineralogista, a quien se
dice que Mozart y Schikaneder tomaron como modelo para el
Sarastro de La flauta mágica. Las listas de las logias vienesas que han
llegado a nuestras manos constituyen una documentación valiosa a la
hora de calibrar la importancia de la Sociedad durante aquella
. época; aparecen nombres de príncipes, condes y barones, gran
cantidad de funcionarios destacados, altos cargos militares, diplomá
ticos, escritores, músicos, banqueros y comerciantes. En la logia de
Mozart, que era pequeña pero prestigiosa, había hombres como el
78
príncipe Carl Lichnowsky, que acompañó a Mozart en su viaje de
1789 a Berlín y luego se hizo famoso como protector del joven
llcethoven en Viena. Entre el grupo de escritores estaba Johann
( ¡aspar Riesbeck, cuyo libro (publicado primero en alemán) Cartas de
un viaje por Alemania (Londres, 1787) contenía una punzante crítica
social sobre, por ejemplo, la vida que llevaban los campesinos en la
región húngara de Eszterháza, donde había residido Haydn. Un
historiador mediocre no hubiera escrito: «La prueba más evidente de
<|ue el país está descontento es la confrontación entre la magnificen
cia más grandiosa y la pobreza más miserable, y cuanto mayor sea la
confrontación, mayor será el descontento de un país». ¿No es ésta
una visión extraordinaria (semejante a la de Fígaro) de una Hungría
prerrevolucionaria, «en la que las personas viven como los animales,
en cuevas subterráneas, o como los mongoles, en tiendas de cam
paña...»? Estas frases nos indican que las conversaciones entre los
miembros de la logia pudieron ser, y probablemente lo eran, de tipo
político y favorables a las reformas de José II. Entre los escritores
pertenecientes a 2jur Wohltatigkeit también estaba Ignaz de Lúea,
que publicó en 1776 el esbozo autobiográfico de Haydn, así como el
prestigioso cronista vienés Johann Pezzl.
Haydn solicitó su admisión en la Sociedad en diciembre de 1784 y
nc convirtió en aprendiz de la logia xjur wahren Eintracht el 11 de
febrero de 1785. Mozart había obtenido el grado de compañero el
7 de enero de 1785 bajo el maestro Ignaz von Born. No se conserva
documento alguno en que conste que Mozart obtuviera el tercer
grado, el de maestro.
El padre de Wolfgang, Leopold, llegó a Viena el 11 de febrero de
1785, a tiempo para asistir esa misma noche al estreno del Concierto
para piano en re menor (K. 466). Fue entonces cuando Leopold
Mozart ingresó en la Sociedad —con toda seguridad a instancias de
su hijo— y ascendió rápidamente (teniendo en cuenta que estuvo en
Viena muy poco tiempo y que debía volver a un Salzburgo
arzobispal, donde no existía oficialmente ninguna logia de San
Juan), pasando de aprendiz (6 de abril) a compañero (16 de abril) y
finalmente a maestro (22 de abril). Todas las ceremonias excepto la
primera tuvieron lugar en la sede de g^ur wahren Eintracht.
Mozart fue un miembro muy activo de la Sociedad 1: proporcio
nó música para las ceremonias, siendo la Maurerische Trauermusik (K.
477) la composición más imponente y vigorosa de las que dedicó a
79
t
80
demostró su astucia al forzar una reorganización de las logias que
hizo que muchos miembros se vieran obligados a abandonar la Socie
dad o simplemente (como Haydn) a dejar de asistir a sus reuniones.
Los hermanos cumplieron el mandato antes de lo exigido y al llegar
el 28 de diciembre de 1785 la situación era la siguiente: la prestigiosa
fur wahren Eintracht, junto con la Palmbaum («La Palmera») y la Drei
Adlern («Las tres águilas»), se unieron para formar la nueva logia Jur
Wahrheit («La verdad»); la logia Jur gekfónten HoJJnung se fundió con
la fu r Wohltátigkeit, a la que pertenecía Mozart, y con la Drei Feuern
(«Los tres fuegos»), formando la logia principal de Viena, gjir
neugekrónten Hoffnung («La Esperanza Nuevamente Coronada»), que
abrió sus puertas el 14 de enero de 1786. Cada una de estas dos logias
redujo voluntariamente el número de sus miembros a ciento ochenta.
Dos de las antiguas logias, ffum heihgen Joseph («San José») y fu r
liestandigkeit («La Constancia»), desaparecieron por completo, pero
algunos de sus miembros entraron a formar parte de Jur neugekrónten
Hoffnung. Ignaz von Born fue elegido maestro de la reconstituida fu r
Wahrheit, pero en agosto de 1786 dimitió de su puesto. El emperador
también empezó a exigir que se le entregara información sobre las
logias con regularidad, así como listas exactas de sus miembros, tanto
asistentes como ausentes. Como resultado de esta supervisión, mu
chas de esas listas, tanto manuscritas como impresas, entraron en los
ficheros secretos de los archivos de la corte.
La última lista de fu r gekfónten Hoffnung (se había suprimido el
neu del nombre) en que se incluye a Mozart data del año 1790. Es
importante para determinar exactamente quiénes eran y quiénes no
eran (por ejemplo, Emanuel Schikaneder) miembros de la misma
logia que el compositor. El descubrimiento más sorprendente que nos
proporciona esta lista, que yo publiqué en 1982, es la presencia del
príncipe Nicolás Esterházy, mecenas de Haydn, como maestro de
ceremonias, junto con otros tres miembros de la ilustre familia
húngara. El maestro era el conde Johann Esterházy, chambelán
imperial y real, que ya.había sido maestro de la logia en 1781 y
volvería a ocupar ese puesto en 1791; debió ser él quien estaba al
frente de la logia cuando ésta trasladó su sede en noviembre de aquel
año. Con esa ocasión Mozart compuso su canto de cisne, Eine kleine
Ereymaurer-Kantate (K. 623). El tercer Esterházy era el conde Franz
Seraphim, hijo del conde Franz Esterházy (conocido con el nombre
de Quinquin y una de las dos personas a quienes Mozart dedicó su
81
Maurerische Trauermusik), que, siguiendo los pasos de su padre, fue
consejero en la cancillería de la corte transilvano-húngara. El cuarto
era el conde Johann Nepomuk Esterházy, que por entonces estaba en
Transilvania, como administrador de la provincia.
Entre los miembros rectores de la lista de 1790 está el maestro
delegado, Joseph von Metz (miembro de la sección holandesa del
gobierno). El Erster Aufseher (primer vigilante) era el hermano Joseph
Bauernjópl, uno de los secretarios de las cancillerías unidas de la
corte; el ¿fveiter Aufseher (segundo vigilante) era el conde Franz
Eugen von Traun und Abensperg, canciller imperial y real; el secre
tario era Karl Fischer von Ehrenbach, consejero de la legación de
Sajonia-Coburgo; el orador era Anton Niering von Lówenfels,
Konzepist (administrativo) de la comisión eclesiástica de la corte; el
tesorero era Johann Nepomuk von Tórók, del departamento de conta
bilidad del Ministerio Imperial y Real de la Guerra.
Era una logia variopinta, con unos doscientos miembros y una
docena de «hermanos sirvientes» (dos de los cuales eran de la servi
dumbre de Johann Esterházy). Figuraban en ella un abad de los
agustinos de Fluy (Huey), cerca de Lieja (Lüttich); el editor Ignaz
Alberti, que publicaría el libreto de La flauta mágica; Karl Ludwig
Gieseke, miembro de la compañía de Schikaneder; Vittorino Colom-
bazzo, un oboe excelente que había formado parte de la orquesta de
Flaydn en Eszterháza; un militar de muy alto rango, el vicemariscal
de campo conde Ferdinand von Harrach, en cuyas propiedades de
Rohrau había nacido Haydn; el grabador Joseph Zaharadnitczek,
trompeta de la Guardia Húngara, y un príncipe reinante, Anton de
Hohenzollern-Sigmaringen. Era una reunión de hombres realmente
distinguidos, y Mozart les tenía un gran afecto, individual y colecti
vamente. En el álbum de citas de uno de sus hermanos, Johann Georg
Kronauer, que era profesor de idiomas, Mozart escribió y firmó (en
inglés): «La paciencia y la tranquilidad del espíritu contribuyen más
a curar nuestras destemplanzas que toda la medicina» (30 de marzo
de 1787)3.
Pero en 1791 se acercaba la medianoche para los masones
austríacos. José II les había dejado relativamente tranquilos, pero no
se sabía con seguridad cuál iba a ser la actitud de Leopoldo II. En un
primer momento no hizo nada, y en medio de ese vacío Mozart y
Schikaneder arriesgaron una idea audaz: la de salvar a la Sociedad
con una ópera alegórica, La flauta mágica.
82
Nunca ha estado claro hasta qué punto la logia, o sus miembros
dr forma individual, ayudaron a Mozart en su crisis financiera de
finales de la década de 1780. Es seguro que Michael Puchberg, el
tesorero de Z ur wahren Eintracht, la logia de Haydn, demostró ser un
lid amigo y soporte de la familia Mozart. No sabemos con certeza si
las deudas con Puchberg fueron saldadas o no, pero Nissen afirma
que esperó a que Constanze recuperase su estabilidad económica y
entonces reclamó sus préstamos4. Este trato tan considerado con
cuerda con el carácter de Puchberg. Sí sabemos de dos cosas
concretas que hicieron los masones tras la muerte de Mozart; una fue
publicar la partitura de la nueva Kleine Freymaurer-Kantate a beneficio
de la viuda; la segunda (cuestión de honor para la logia) fue publicar
un discurso pronunciado en la «Logia de Pesares» celebrada en
memoria de Wolfgang.
Vamos a examinar brevemente la situación financiera de Mozart
en 1791. Su sueldo —como hemos visto— consistía en 800 florines
nnuales, de los cuales pagaba un cinco por ciento de impuestos,
resultando un total de 886 florines y 40 kreuzer por catorce meses de
sueldo en 17915. Aparte de estos ingresos, Mozart había conseguido,
a base de préstamos o de alguna otra forma, no menos de otros 2.000
llorines. En una carta del 25 de junio de 1791 decía a Puchberg que
( ¡onstanze, en Baden por aquel entonces, había necesitado dinero de
lórma inesperada; a continuación, le pedía que se lo enviase allí,
puesto que él no podía. «Dentro de un par de días a más tardar,
recibirás 2.000 florines en mi nombre, de los cuales puedes detraer la
suma inmediatamente»6. Puchberg envió 25 florines. Parece ser que
Mozart efectivamente consiguió reunir la cantidad prometida; ¿la
utilizaría para saldar sus deudas con Puchberg? En cuanto al resto de
los ingresos del compositor en 1791, La clemenza di Tito produjo 200
ducados (900 gulden) y 50 ducados más (225 gulden) por los gastos7.
Teniendo en cuenta que mantuvo relaciones amistosas con Schikane-
der hasta el final, me resulta imposible creer que Mozart recibiera
menos de 200 ducados por La flauta mágica, sobre todo sabiendo que a
principios de diciembre llevaba representándose unas treinta y cinco
noches con el teatro lleno. Constanze le contó después a Rochlitz,
y parece bastante probable, que Scjnkaneder se quedó con todo el
dinero de los derechos «extranjeros» (es decir, las partituras vendidas
fuera de Austria), porque Mozart cayó enfermo antes de que esta
liirma de explotación de la ópera empezara a producir beneficios.
83
Anteriormente hemos visto que Mozart pudo ganar 739 gulden en
1791 por derechos de publicación y representación, aunque es
indudable que la cifra fue mucho mayor. (Sabemos poco sobre este
aspecto de la vida de Mozart; es posible que vendiera otros derechos
de copia y publicación en el extranjero que no han salido a la luz, ni
cabe esperar que salgan.) Y si los honorarios de Mozart por el
Réquiem fueron de 50 ducados (en vez de 100 ducados) y recibió la
mitad por adelantado, esto significaría una cifra de 25 ducados (112
florines y 30 kreuzer). Si sumamos todas estas cantidades, el resultado
es el siguiente:
84
Le perdono. No hay duda de que en Londres hay muchos que
también me envidian, y los conozco a casi todos. La mayoría
son italianos. Pero no pueden causarme daño, porque mi
prestigio está firmemente arraigado entre el público corriente.
Aparte de los profesores, todos me respetan y me quieren. En
cuanto a mi remuneración, Mozart puede solicitar información
al conde Fríes, a quien he confiado 500 libras esterlinas, así
como a mi Príncipe, que tiene 1.000 florines, lo cual da un total
de 6.000 florines. Diariamente doy gracias a mi Creador por esta
bendición y cuento con poder llevar a casa varios millares más,
sin olvidar el hecho de que tengo muchos gastos y sin olvidar el
coste del viaje. Pero ya no os molesto más, excelencia. ¿No es
horrorosa esta letra? ¿Cómo está Pater—? Le envío un saludo9.
85
deudas inmediatas eran de 918 gulden y 16 kreuger. Más adelante
Constanze calculó que 3.000 gulden bastarían para saldar sus deudas
(¡al emperador Leopoldo le habían dicho que Mozart estaba endeu
dado por valor de 30.000 flo rin e s !)p e ro ¿cómo llegó su situación
económica a un estado tan caótico?
Debemos regresar a 1789, cuando las finanzas de Mozart estaban
en su peor momento y cuando sólo había un nombre (el del barón
van Swieten) en la lista de suscripción para una serie de conciertos
pregonados por toda la ciudad con la esperanza de lograr saldar sus
deudas. Es seguro que Mozart pedía dinero prestado, y a veces en
grandes cantidades (por ejemplo, los 1.000 gulden que reunió Cons
tanze cuando Mozart estaba en Francfort), pero sobre este asunto no
contamos con una documentación completa. Debemos presumir que
los préstamos eran mayores y más frecuentes de lo que se ha admitido
hasta ahora; no fue hasta 1791 cuando sus ingresos empezaron a ser
lo bastante copiosos como para poder vivir holgadamente e ir
pagando todas sus antiguas deudas poco a poco. Si la cifra de
Constanze es correcta, los 2.000 florines que figuran en la cuenta
anterior como «Dinero recibido» son en realidad un préstamo (¿de
Goldhahn, quizá?), que, sumado a la cifra de 918 florines y 16 kreuzer,
daría un total cercano a los 3.000 gulden.
Los masones siempre se han preciado de ayudar a sus hermanos
necesitados, especialmente a las viudas y huérfanos de aquellos
miembros de la Sociedad que «han partido hacia el oriente eterno».
Nadie ha conseguido explicar hasta ahora de forma satisfactoria
cómo logró Constanze recuperarse tan rápidamente tras la muerte de
Mozart; ¡en 1797 prestó 3.500 gulden a los Duschek en Praga! Todos
los indicios nos llevan a pensar que era una mujer extraordinaria y
resuelta que se enfrentó al futuro con coraje y entereza, decidida a
obtener todo el dinero posible de la música de su difunto esposo,
tanto interpretándola como vendiéndola (véase el capítulo XIII). Su
viaje del año 1796 por Alemania, donde representó La clemenza di Tito
junto con otras, obras que, a su juicio, no eran conocidas por el
público, fue mucho más productivo que los dos viajes que había
hecho su esposo en 1789 y 1790. Dos años antes (en 1794) había orga
nizado una versión de concierto de esta misma ópera en Viena, y
luego otra en G raz12. Pero, aparte de su admirable fortaleza
y arrojo, no hay duda de que mientras existió la logia Zur gekronten
Hoffnung (hasta el año 1794), Constanze debió recibir su ayuda, y por
86
supuesto que antes y después de esa fecha debió haber miembros
que a título personal le prestaron sus servicios. Probablemente, por
ejemplo, fueron fieles suscriptores del primer intento serio que hizo la
logia para reunir una suma destinada a Constanze: una circular del
5 de junio de 1792 que se envió a las demás logias13. En 1792 volvió a
cambiar la situación en Viena: Leopoldo II murió en marzo y
francisco II recibió el título de emperador. Los masones aún tenían
esperanzas de poder salvar sus logias, y el 8 de septiembre, en la sede
de Zur gekronten Hoffnung, ejecutaron la Kleine Freymaurer-Kantate en
honor del emperador, con un nuevo texto del hermano Karl Ludwig
(¡icseke14. (Siempre se ha dicho, sin ningún fundamento, que
Sehikaneder escribió el texto original; en la edición de la logia se
constata claramente que la letra pertenece a un miembro de la logia;
sugiero que Gieseke también debió escribir el texto original. Es la
posibilidad más lógica.)
El 25 de enero de 1792 Joseph Hraschansky, editor de libros de la
( ¡orte Imperial y Real (publicaba en alemán y en hebreo), puso en el
Wiener g^eitung el siguiente anuncio: «Cantata de Mozart: a beneficio
de su viuda y huérfanos... Un canto de cisne que interpretó para el
círculo de sus mejores amigos dos días antes de su enfermedad final.
Es una cantata escrita para la apertura de una logia de masones en
Viena, uno de cuyos miembros escribió el texto...»15. El plazo para
las suscripciones (a dos florines cada una) se abrió el 15 de enero y
duró hasta el 15 de julio. La partitura se publicó el 14 de noviembre
de 1792 (Wiener £'eitung) y el precio para los no suscriptores era de
Ires florines (nueve si era en papel holandés).
Los masones fueron fieles a la memoria de Mozart y magnánimos
con su viuda.
87
k
i
,
VII. R é q u ie m p ara una ca sa d e c a m p o
89
embargo, saber dónde tenía que depositar la obra cuando estu
viera terminada. Al poco tiempo volvió a aparecer el mismo men
sajero, que traía no sólo la cantidad estipulada, sino también,
puesto que Mozart había pedido un precio tan moderado, la
promesa de que recibiría otro pago al entregar la composición.
Por otra parte, debía escribir siguiendo sus propias ideas y
estilo, pero no debía molestarse en intentar averiguar quién
había hecho el encargo, porque sus esfuerzos serían inútiles.
Mientras tanto, recibió una oferta muy halagüeña y ven
tajosa, la de escribir una ópera seria para la coronación del
emperador Leopoldo en Praga. Era una tentación demasiado
grande como para negarse a ir a Praga a escribir para sus
amados bohemios1.
En aquel mismo año (1798), Friedrich Rochlitz, a quien Constan-
ze había conocido mientras viajaba por Alemania en 1796, publicó
una serie de anécdotas sobre Mozart basadas principalmente —aun
que no de forma exclusiva— en datos que ella le había proporciona
do. Puesto que algunas de las anécdotas de Rochlitz, que estaban
numeradas, se incluyeron de forma más o menos literal en la
biografía de Nissen, se les puede atribuir la misma autenticidad que a
Niemetschek. Pero en el caso del Réquiem la versión de Rochlitz es
niás larga y plantea problemas de cronología respecto a la sucesión
de los hechos claramente delineada por Niemetschek.
Un día, cuando estaba ahí sentado... llegó un carruaje y un
desconocido pidió que lo anunciaran. Él [Mozart] lo recibió.
Entró un hombre de mediana edad, serio, imponente, con una
expresión muy solemne, desconocido tanto para él como para
su esposa.
—Vengo a verle en calidad de mensajero de un caballero
muy distinguido —le dijo el hombre.
—¿Quién le envía? —preguntó Mozart.
—El caballero no desea darse a conocer.
—Bien, ¿qué desea de mí?
—Alguien muy querido y cercano a esta persona ha muerto;
desea recordar el día de su muerte, en recogimiento pero con
dignidad, y solicita que usted componga un réquiem con ese fin.
Mozart —en vista de su estado de ánimo en aquel momen
to— ya estaba muy conmovido por la conversación; por el
90
misterio que envolvía todo aquel asunto; por el tono solemne de
aquel hombre. Prometió hacer lo que se le pedía. El hombre
continuó:
—Llévelo a cabo con la mayor diligencia posible; el caballe
ro es un entendido.
—Tanto mejor.
—No estará sujeto a ninguna fecha de entrega.
—Excelente.
—¿Aproximadamente cuánto tiempo precisará usted?
—Unas cuatro semanas.
—Entonces volveré a recoger la partitura. ¿Cuáles son sus
honorarios?
Mozart, sin pensar, contestó:
—Cien ducados.
«Aquí los tiene», dijo el hombre, que puso el rollo de mo
nedas sobre la mesa y se marchó. Mozart volvió a quedarse profun
damente ensimismado; no prestó atención a los ruegos de su
mujer, hasta que finalmente pidió pluma, tinta y papel. Se puso
inmediatamente a componer el encargo. Su interés en el asunto
iba creciendo con cada compás; pasaba día y noche escribiendo.
Su cuerpo no lograba soportar un esfuerzo semejante; se
desmayó varias veces mientras trabajaba. Todas las exhortacio
nes a la moderación fueron en vano. Al cabo de unos días su
esposa logró convencerle de que fuera al Prater con ella en
coche. Él permanecía siempre silencioso y absorto en sus ideas.
Finalmente lo confesó: estaba convencido de estar componiendo
aquella obra para su propio entierro. Todos los intentos de
disuadirle de esa idea fueron vanos; trabajaba, por tanto, como
Rafael en su Transfiguración, con la sensación omnipresente de la
proximidad de su muerte, y elaboró, al igual que este último, su
propia transfiguración. Incluso hablaba de pensamientos verda
deramente extraños en torno a aquella curiosa aparición y al
encargo de aquel desconocido. Cada vez que alguien intentaba
llevarle la contraria, permanecía silencioso, pero escéptico.
Mientras tanto se iba acercando la fecha en que Leopoldo
partiría hacia Praga para la coronación...2
91
*
92
Era un amante apasionado de la música y el teatro; de aquí que
todas las semanas, los martes y los jueves, siempre durante tres
horas completas, se interpretaran varios cuartetos, y los domin
gos, teatro, en el que el propio señor conde, y la señora condesa,
y la señora hermana de esta última, soltera, tomaban parte, así
como todos los numerosos empleados de la casa, cada uno de los
cuales tenía que representar un papel según sus aptitudes. Para
ayudar a interpretar los cuartetos, el señor conde contrató a dos
artistas excelentes, Herr Johann Benaro como violinista y Herr
Louis Prevost como violonchelista; el señor conde tocaba el
violonchelo en los cuartetos de cuerda, y en los cuartetos para
flauta tocaba la flauta, y yo solía tocar el segundo violín o la
viola. En aquellos tiempos yo era profesor en el colegio que
mantenía el señor conde en Klam.
Para que no nos faltaran cuartetos nuevos, en vista de que
tocábamos con tanta frecuencia, el señor conde adquiría no sólo
todos los que se anunciaban al público, sino que estaba en
contacto con muchos compositores, pero sin jamás revelar su
identidad, y ellos le entregaban obras con cuya propiedad
exclusiva él se quedaba, y por las cuales pagaba bien. Por citar
a uno de ellos, Herr [Franz Anton] Hoflmeister le entregó
muchos cuartetos para flauta, en los cuales la parte de flauta
era fácil de tocar, pero las otras tres eran extremadamente
difíciles, por lo que los músicos tenían que esforzarse mucho, y
aquello hacía reir al señor conde.
Como nunca quería tocar partituras impresas, hacía que se
las copiaran primorosamente en papel marcado con diez penta
gramas; pero el autor nunca constaba. Las partituras organiza
das en secreto solía copiarlas de su puño y letra, presentándolas
después para que se transcribieran las diferentes partes. Nunca
veíamos una partitura original. Entonces se interpretaban los
cuartetos y teníamos que adivinar quién era el compositor. Casi
siempre sugeríamos que era el propio conde, porque efectiva
mente componía pequeñas piezas de vez en cuando; él sonreía,
contento de que nos hubiéramos quedado (según creía él) tan
desconcertados; pero a nosotros nos divertía que nos tomara por
semejantes inocentones.
Todos éramos jóvenes y considerábamos aquello como un entre
tenimiento inocente que proporcionábamos a nuestro señor.
93
V
94
l io. I.— Página del manuscrito autógrafo del Requiem de Mozart («Kyrie»), escrita por tres manos. Las
portes vocales (pentagramas 8 a II) y el bajo continuo (línea de abajo, con el bajo cifrado para el órgano)
r\tán escritas por Mozart; las partes de la cuerday la madera ( violines I y II, viola, comí di bassetto ly II
r fagotes, pentagramas I a 5) están escritas por F. J . Freystádtler, y las partes de las trompetas y timbal
(pentagramas 6 y 7) están escritas por F. X. Süssmayr.
Mozart, con las partes en blanco, etc.] Así fue como se completó
la obra. De esta partitura se hicieron dos copias inmediatamen
te. El manuscrito de Süssmayr se envió al cliente. Una de las
copias fue remitida al editor de Leipzig para que la publicara;
la segunda se conservó para copiar las partes, después de lo cual
la maravillosa obra se interpretó por primera vez, a beneficio de
la viuda, en los salones Ja h n 3. [Herzog tomó estos datos de los
informes que publicó Stadler. Después continúa su narración:]
Por tanto, ni una sola nota del Requiem que recibió el señor
conde von Walsegg estaba escrita de puño y letra de Mozart
[de hecho, la copia de Walsegg era, en verdad, el autógrafo de
Mozart del «Requiem aeternam», firmado por Süssmayr «di me
W: A: Mozart mpria 792», y el autógrafo del «Kyrie» con adi
ciones de Freystádtler y Süssmayr; el resto del manuscrito está en
95
letra de Süssmayr, y los demás originales de mano de Mozart
quedaron en posesión de Constanze]. No me corresponde a mí
juzgar si fue correcto —decir honrado sería ir demasiado lejos—
el trato que recibió el señor conde von Walsegg. Ni siquiera le
dijeron hasta dónde llegaba la composición de Mozart; él creyó
que hasta el «Agnus Dei».
Esto serviría para explicar la siguiente circunstancia: algún
tiempo después, cuando hice que me copiaran las partes de la
partitura impresa en Leipzig, para mi uso personal, pedí al
señor conde que me dejara el órgano de su Requiem, porque no
está cifrado en la partitura, como se sabe, y quería ahorrarme la
labor de copiar el bajo cifrado; pero me dijo que no me sería
posible usar su parte del órgano para toda la obra, ya que él
tenía un «Agnus Dei» diferente. Yo, sin embargo, convencí
al señor conde de lo contrario, porque conocía su copia del
Requiem hasta la última nota, y porque el «Agnus Dei» me había
impresionado especialmente por su inteligente ligazón con las
dos composiciones de Mozart siguientes, el «Requiem» y el
«Cum sanctis».
El señor conde quiso demostrar que el «Agnus Dei» de su
pártitura era diferente del de la partitura de Leipzig, porque
siempre había dicho que él había sido discípulo de Mozart, y
que le había enviado la partitura a Viena, parte por parte,
para que la examinara. Poco antes de la muerte de Mozart le
había enviado el «Benedictus» completo, con ese fin. Tras la
muerte de Mozart se halló la partitura del Requiem desde el
principio hasta el «Agnus Dei», y se dio por hecho que lo había
compuesto Mozart, porque ambas letras [la de Walsegg y la de
Mozart] eran sumamente parecidas.
El señor conde terminó entonces el Requiem, añadiendo el
«Agnus Dei» y el resto; pero Süssmayr había añadido después
su propia composición para rellenar esta parte. Esa era la
explicación de que el conde tuviera un «Agnus Dei» diferente
del de la partitura de Leipzig. — Todo esto muestra hasta qué
punto se engañaba a sí mismo el cliente...
En lo que a mí respecta, estoy convencido de que Mozart no
hubiera compuesto el «Sanctus» en re mayor y en ese estilo,
pues aunque el texto es el mismo que el de la Misa, las
características de un réquiem son muy distintas; se trata de una
96
misa de difuntos, con una iglesia revestida de negro en la que
los sacerdotes llevan casullas de luto. Una música deslumbrante
no es adecuada a la situación. Se puede cantar «Santo, santo»
sin tener que añadir redobles de timbal...
Es posible que la señora viuda de Mbzart y su círculo no
supieran del trato que su difunto esposo había hecho con el
doctor Sortschan, según el cual el conde von Walsegg debía
retener la propiedad absoluta del Requiem que había encargado;
de lo contrario, al remitir la partitura al cliente no hubieran
enviado y vendido, sin su conocimiento y permiso, una copia al
editor musical de Leipzig. Es fácil imaginarse la impresión que
se debió llevar el señor conde al saber que la partitura de su
propiedad había salido impresa en Leipzig. [Constanze, al
entregar la partitura a Walsegg, había puesto la condición de
que «pudiera venderla a príncipes que, por supuesto, no iban a
publicarla»4; pero la operación de Breitkopf & Hártel evidente
mente no estaba incluida en esta categoría.]
En un principio, el señor conde pensó demandar a la viuda
de Mozart, pero la cuestión se resolvió de buena fe gracias a su
bondad.
Después de recibir la partitura del Requiem, el señor conde la
copió entera inmediatamente, según su costumbre, nota tras
nota, con su buena letra, y se la fue dando por partes a su
violinista Benaro para que hiciera las copias correspondientes.
Durante esta tarea estuve sentado muchas horas junto a
Benaro y seguí el progreso de su excelente labor con interés
creciente, porque yo estaba familiarizado con la historia previa
del Requiem por medio de nuestro superior [Franz Anton]
Leitgeb [1744-1812], que había recibido orden de pagar los
honorarios a través del despacho de yeso de Viena [la familia
Walsegg tenía yeserías en Schottwien].
Una vez estuvieron escritas todas las partes individuales, se
iniciaron inmediatamente los preparativos para interpretar el
Requiem. Sin embargo, como en la región de Stuppach no era
posible reunir a todos los músicos necesarios, se dispuso que la
primera interpretación tuviera lugar en Wiener Neustadt. En
cuanto a los músicos, la elección de los solistas instrumentales y
vocales se hizo entre los mejores que había disponibles, y así fue
como el soprano se encargó a Ferenz [¿un muchacho del coro?],
97
de [Wiener] Neustadt, el contralto a KernbeiB, de Schottwien,
el tenor a Klein, de [Wiener] Neustadt, y el bajo a Thurner, de
Gloggnitz; éstos fueron los solistas. El ensayo general fue el 12
de diciembre de 1793 por la tarde, en la galería coral de la
abadía cisterciense e iglesia parroquial de Neustadt, y el 14 de
diciembre, a las diez de la mañana, hubo una misa de difuntos
en la misma iglesia, siendo entonces cuando este famoso Requiem
se interpretó por primera vez en la manera en que había sido
concebido.
El conde von Walsegg dirigió la orquesta y el coro. De
todos los músicos que participaron, que yo sepa, en el momento
en que escribo ninguno vive aún excepto yo mismo y Herr
Anton Plaimschauer, actualmente Thurnermeister [director de la
orquesta municipal] aquí en Wiener Neustadt.
El 14 de febrero de 1794, en el aniversario de la muerte de la
señora condesa, se interpretó el Requiem en la iglesia patronal
del señor conde en Maria-Schutz del Semmering, y a partir de
entonces el señor conde no volvió a hacer uso de él, aparte
de adaptarlo para un quinteto de cuerda, cuya partitura
conservé durante muchos años. [Afirma que la partitura com
pleta —supuestamente escrita de puño y letra de Süssmayr,
aunque, como hemos visto, se trata de un error— nunca estuvo
en sus manos ni en las de ninguna persona de su entorno, pero]
la partitura que me dio el señor conde para llevar a cabo los
ensayos con los cantantes era de su propia letra, y la hubiera
reconocido de inmediato.
Todos sabíamos bien que el señor conde quería intrigarnos
con el Requiem, al igual que había hecho con los cuartetos; en
nuestra presencia siempre dijo que aquella composición era
suya, pero al decirlo sonreía.
...Tras la muerte del señor conde von Walsegg.[el 11 de
noviembre de 1827], su hermana y legataria universal, la señora
condesa von Sternberg, vendió la totalidad del archivo musical
a su administrador, Herr Leitner. En él debía haber numerosas
obras musicales de valor.
En el verano de 1838 murió, en el castillo de Stuppach, el
secretario de la propiedad señorial, Hagg, dejando sus bienes
al secretario del tribunal de Stuppach, su legatario universal.
La herencia incluía una pequeña colección de música. Y, ¡oh,
98
l íos. 2 y 3.— El conde Walsegg, el aristócrata misterioso que encargó el Réquiem de Mozart, interpretó
i„mii propias esay otras obras de compositores austríacos. He aquí el manuscrito contemporáneo de una obra de
l'iiinz Anton Hoffmeister, en el que el nombre del compositor ha sido sustituido por el de Walsegg.
No admitido
por el Ministerio I.[mperial] y R.[eal]
Viena, 8 feb. 1839
Freyberger mpria.
100
VI H. U n v ia je a P raga
101
al príncipe Esterházy para informarle de que Salomon le había
pedido que se quedara durante la siguiente temporada y para
solicitar permiso para prolongar su ausencia. Haydn se debió quedar
desconsolado al leer la respuesta, enviada el 21 de agosto desde
Eisenstadt:
102
l'ICí. 4. Antonio Salieri. Silueta de Hieronymus
iMuhenkohl, 1786.
fc»
104
puede ni debe permanecer indiferente ante un juicio seme
jante.
A través de la compañía, sé que el verdadero autor de la
intriga ha sido finalmente descubierto, pero tengo dudas en
cuanto a que Su Alteza esté al tanto de este hecho, y éste es el
motivo que me ha llevado a tomar la decisión de escribir
respetuosamente esta justificación, que ruego a Su Alteza que
reciba en señal de mi profundo respeto, con el que suplico me
considere Su Alteza como el más humilde y obediente Servidor
Antonio Salieri
Kapellmeister Principal de la
Corte Imperial de Viena4.
105
I
106
no se haya firmado ningún contrato; y a Guardasoni se le
entregará una remuneración si puede demostrar que los gastos
del viaje han resultado mayores que la suma adelantada.
Praga, 8 de julio de 1791.
Henrico Conte di Rottenhan [Conde del Castillo de
Bohemia]6
Casparo Ermanno Conte Kinigl [Künigl]
Giuseppe Conte di Sweerth
Giovanni Con te Unwerth
Giovanni Baron d’Hennet
Domenico Guardasoni
Impresario7
107
El 9 de julio de 1791, el día siguiente a la firma del contrato,
Guardasoni recibió su adelanto de 600 gulden y se marchó con destino
a Viena y después a Bolonia, a donde los Estados de Bohemia le
habían enviado 2.000 florines para contratar a los cantantes10.
Si Guardasoni hizo cinco viajes diferentes de Praga a Viena para
convencer a Salieri de que compusiera la ópera de la coronación
(según afirma Salieri, aunque cuesta creerlo), es evidente que debía
tener la idea equivocada de que Salieri era el compositor preferido de
la corte. Lo cierto es, en contra de la opinión más generalizada, que
Salieri no era muy apreciado por Leopoldo II. En sus memorias,
Lorenzo da Ponte describe una conversación con el emperador en la
que parece ser que Leopoldo le dijo:
108
Pero ¿en qué momento entró Mozart en este asunto? ¿Cómo fue
que los Estados de Bohemia ya hubieran recomendado a Guardasoni
La clemenza di Tito como primera opción si no se conseguía un libreto
original? Las respuestas a estas preguntas se encuentran en una serie
de documentos auténticos fechados en la época que nos ocupa.
El primero hace referencia a un beneficio ofrecido por una amiga de
Mozart, Josepha Duschek, en Praga. El anuncio de este concierto
reza como sigue:
PROGRAM A
109
I
110
<lc Haydn (por ejemplo, una copia auténtica del «Aria di Rosina»,
Signor, voi sapete14, inserta en II matrimonio per inganno de Anfossi, que
se representó en el castillo de Eszterháza en el verano de 1785). Por
las filigranas parece que se trata de un papel procedente del norte de
Italia: tres mediaslunas decrecientes y una corona sobre las letras
G/FA. El papel utilizado para la primera parte, en cambio, es el
mismo que en otros muchos números de la ópera, y el último compás
escrito en él es el primero del siguiente allegro. No sólo eso; de la
parte primera hay una versión anterior, que fue descartada, y está
escrita en el mismo tipo de papel. La consecuencia es evidente: el
nllegro, la segunda parte, pertenecía originalmente a una partitura
anterior. Y no sólo esto: en el ultimísimo compás (180) Mozart había
escrito en el autógrafo tres fermatas o calderones o para mostrar
que la música se acababa en la primera nota. Después añadió, en el
mismo compás, la modulación, empezando el compás 181 en una
hoja nueva. Es indudable, por tanto, que al menos el allegro debió
formar parte del Rondó con corno di bassetto que había cantado
madame Duschek en fecha anterior a 1791. (No pudo haber cantado la
actual primera parte porque aún no estaba compuesta; es posible que
hubiera una introducción anterior que no se ha conservado.)15
Tomislav Volek, un investigador checo, ha revolucionado nuestro
conocimiento de este curioso capítulo de la vida de Mozart al
descubrir los documentos de Praga relativos a La clemenza di Titol6.
Una vez establecida la prioridad (al menos en una parte) del Non piú
di fiori sobre el resto de la ópera, el siguiente paso que dio Volek fue
sugerir que Mozart ya había empezado a componer la música de La
clemenza di Tito mucho antes de recibir el encargo concreto de escribir
una ópera para la coronación, y que la citada conversación con
Guardasoni en 1789 sobre una ópera seguramente se refería a una
primera versión del Tito. Todo esto, no obstante, es pura especula
ción. Para ello hay que suponer que Mozart ya había estado en
contacto con el hombre que adaptó el libreto de Metastasio, «po
niéndolo al día», por así decir: Caterino Mazzolá, un poeta italiano
de la corte de Dresde. Y no hay pruebas de que Mozart conociera a
Mazzolá antes del verano de 1791.
Pero el texto de nuestro famoso número 23 no es el del original de
Metastasio, escrito en Viena en 1734 para Antonio Caldara, composi
tor de la corte. En ese original el aria de Vitelia forma parte del acto
tercero (y no del segundo, como en la obra de Mozart). El recitativo
111
Ecco il punto, o Vitellia, es igual al número 22 de Mozart; con la
excepción de una pequeña omisión al final, los textos son idénticos.
Pero en el original de Metastasio de 1734 el texto del aria es el
siguiente:
Getta il nocchier talora
Pur que’ tesori all’onde,
Che da remote sponde
Per tanto mar portó.
E, giunto al lido amico,
Gli Dei ringrazia ancora,
Che ritornó mendico,
Ma salvo ritornó.
Parte
112
su aria? ¿Provendrá de una ópera desconocida hasta ahora? Y si,
como parecen indicar las pruebas, se trataba de un aria de concierto
para madame Duschek, ¿por qué no está incluida en el meticuloso
catálogo temático de Mozart? Pero suponiendo que esta escena no
fuera una pieza de concierto, sino que formara parte de un proyecto
de La clemenza di Tito, ¿cómo cuadra todo esto con Caterino Mazzo-
lá? ¿Cuándo se encontró Mozart con él?
Para responder a esto debemos volver a Guardasoni. Cuando el
italiano, sin duda algo agobiado, salió de Praga hacia Viena, llevaba
como último recurso la idea de contratar a alguien que adaptara el
lito de Metastasio; pero antes de pensar en contratar a un composi
tor, tenía que encontrar un poeta con quien poder discutir los dos
temas que había indicado el conde Rottenhan para una ópera. En el
caso de que no hubiera suficiente tiempo para escribir un libreto
nuevo basado en una de las propuestas, entonces el poeta en cuestión
tendría que adaptar La elementa di Tito de 1734 al año 1791.
Guardasoni debió llegar a Viena en torno al 14 de julio —tras salir
de Praga el 10 o el 11—, y una vez allí lo más natural habría sido
ponerse inmediatamente en contacto con el poeta oficial de la corte.
Lorenzo da Ponte había sido destituido en la primavera de 1791 y
para ocupar su puesto en la corte se eligió a Mazzolá, que había
estado trabajando en Dresde. Mazzolá viajó vía Praga, donde llegó
el 6 de mayo18. En las listas de la administración general de los
teatros de la corte vienesa, el nombre de Mazzolá aparece desde
mayo hasta fines de julio, cuando fue destituido a su vez para ceder
su lugar a un poeta y libretista mucho más famoso, Giovanni
Berta ti19.
A mediados de julio, sin embargo, Mazzolá aún era el poeta
cesáreo20 oficial de Viena, y lógicamente fue a él a quien Guardasoni
pidió que escribiera el libreto. En cuanto a la música, no se sabe con
certeza si hizo un último intento de convencer a Salieri, pero
finalmente se puso en contacto con Mozart. Fue entonces cuando
comenzó la colaboración Mazzolá-Mozart-Guardasoni21.
En cuanto al posible reparto de La clemenza di Tito, lo único que
sabía Guardasoni era que los dos cantantes principales debían ser
contratados en Italia. Mozart, sin saber quiénes iban a ser ni cuál
sería su tesitura, apenas podía escribir para ellos otra cosa que
números concertantes en los que aplicaría una tesitura apropiada,
por ejemplo, para cualquier soprano o tenor. (A propósito de
113
tesituras, la parte del allegro del Rondó de madame Duschek abarca
desde el sol más grave que el do central hasta el la”, con cierta
concentración en las notas de medio y bajo pecho, que eran su
especialidad; mientras que la cantante contratada para interpretar el
papel de Vitelia, Maria Marchetti-Fantozzi, abarcaba desde el do
central hasta el do’” ; es obvio que cuando Mozart la conoció vio que
esta cantante también podía dar las notas más bajas del original de
la Duschek, así como llegar al re’” .)
La única voz que Mozart conocía bien era la del futuro Tito,
Antonio Baglioni, un tenor que en 1787 había encarnado al Don
Octavio de Don Giovanni en Praga. Aparte de la música para este
cantante en concreto, Mozart pensó que, sin conocer las voces de los
solistas, sólo podía arriesgarse a escribir algunos números concertan
tes. Así pues, empezó unos bosquejos y estudios preliminares para los
de Vitelia con Sexto, Servilia y Anneo; lo que sí se sabía, por el
contrato, era que el papel de Sexto lo iba a interpretar un castrato.
Se puede esclarecer el proceso y orden de composición examinan
do los diversos tipos de papel que utilizó Mozart. Alan Tyson, un
investigador inglés que ha realizado un estudio profundo sobre los
tipos de papel y las filigranas de los bosquejos de La clemenza di Tito22,
ha identificado cinco tipos. Mozart usó el tipo I en obras como Cosí
fan tutte (1789) y otras composiciones finalizadas en 1790. El tipo II
fue empleado por Mozart en un momento en que no quiso acometer
más de dos arias nuevas para solista. El tipo III debió utilizarlo en los
números compuestos después de que Guardasoni se marchara a
Italia y volviera a Viena con información detallada sobre el reparto,
principalmente en cuanto a las arias fundamentales que Mozart, no
había querido comenzar sin poseer esos datos23. Sólo las ocho
últimas hojas de un aria pertenecen al tipo IV, mientras que el
tipo V se empleó para la música compuesta en Praga en el último
minuto.
Por tanto, gracias a las pruebas proporcionadas por las clases de
papel, se puede establecer la siguiente cronología de los hechos desde
mediados de julio de 1791.
Guardasoni llegó a Viena hacia el 14 de julio de 1791. El 15 o el
16 se encpntró con el poeta Mazzolá y llegaron a un acuerdo según
el cual La clemenza di Tito sería el tema elegido; Mazzolá decidió
revisar, pero fundamentalmente acortar, el libreto. Guardasoni hizo
un último intento apresurado de contratar a Antonio Salieri, pero al
114
recibir la quinta negativa (si es cierta la versión del compositor), fue
rápidamente a hacer la misma oferta a Mozart (en términos econó
micos se trataba de una cifra igual a la que le habían ofrecido en
l’raga en 1789: unos honorarios de 200 ducados más 50 ducados para
gastos de viaje, es decir, 250 ducados o 1.150 gulden en total). Mozart
aceptó y Guardasoni continuó su viaje hasta Bolonia, regresando
posteriormente. Mientras tanto, Mozart inició su colaboración con
Mazzolá, sugiriendo, entre otras cosas, que la escena (el Rondó) ya
escrita para madame Duschek fuera incluida en el acto segundo de la
ópera; esta revisión siempre se ha considerado como particularmente
afortunada, porque mejora la situación dramática original. No
podemos precisar el grado en que Mozart influyó en Mazzolá,
teniendo en cuenta el corto plazo a que ambos estaban sujetos. Pero,
como ya se verá más adelante, Mozart dijo, refiriéndose a la labor de
Mazzolá, que había convertido La clemenza di Tito en «una verdadera
ópera». Por otra parte, entre mediados de julio y mediados de agosto
Mozart no pudo escribir mucho más que los números reseñados en el
Apéndice D (pág. 238) como hechos sobre papel de los tipos I y II.
Supongamos que Guardasoni volviera a Viena a mediados de agosto,
ya que es prácticamente imposible que llegara a la capital austríaca
antes de esa fecha. Entre el 15 y el 25 de agosto Mozart pudo haber
empezado a trabajar en los números escritos en papel del tipo III; si
llegó a Praga el 28 de agosto, según nos informa el Prager Oberpost-
amtszeitung del 30 de agosto, debió salir el 25, puesto que el viaje en el
correo rápido duraba tres noches y cuatro días24. Es probable que
llevara consigo papel del tipo III. No hay duda de que el tiempo que
pasó en la diligencia lo dedicó a componer mentalmente las partes
que faltaban {era su procedimiento habitual; para él la escritura era
una simple labor mecánica).
Mozart había encontrado otra fórmula para llevar a cabo toda la
espeluznante operación: confiar a su discípulo Süssmayr la composi
ción de todos los recitativos a secco (los que sólo llevaban acompaña
miento de clavicémbalo, con un violonchelo y un contrabajo).
Süssmayr viajó a Praga con Mozart y su esposa, y, aunque siempre se
ha dado por hecho que fue el discípulo quien compuso esos recitati
vos, no hay pruebas concretas de ello. No se conservan los autógrafos
de los recitativos a secco, y Nissen, en su biografía, dice que fueron
«escritos por su discípulo Süssmayr». Dado que Süssmayr acompañó
a los Mozart durante todos los ensayos que se hicieron en Praga, no
hay motivos para dudar de este supuesto; por otra parte, Mozart
revisaría sin duda la labor de su discípulo.
Es extraordinario que Constanze pudiera realizar aquel viaje. El
26 de julio había dado a luz a su sexto hijo, Franz Xaver Wolfgang
(el bautizo se había celebrado en la catedral de San Esteban, que era
la iglesia parroquial de los Mozart), y qn mes después dejó al niño
con alguien (¿una de sus hermanas, quizá?) y se dispuso a hacer un
viaje que podía resultar peligroso para una mujer en su estado.
Wolfgang debía estar tan agobiado que quiso que ella le acompaña
ra, y es posible que ella ya hubiera empezado a preocuparse por la
salud de su marido. No hay duda de que en aquel momento Mozart
estaba extenuado por exceso de trabajo.
Cuando estaban subiendo al coche, el mensajero del Réquiem
apareció repentinamente, «como un fantasma» (según Niemetschek
y Nissen), y tiró del dobladillo de la capa de Constanze. «¿Qué va a
ser del Réquiem?», preguntó. Ambos escritores continúan:
116
tic Colloredo-Mansfeld, y luego junto a Góllersdorf, sede ancestral de
los condes de Schónborn. A 260 metros de altura, Mozart pudo
ver desde el coche los viñedos de Retz, que producían un vino blanco
.icido muy apreciado por los vieneses, y luego Znaim, «pintoresca
mente situado en la orilla izquierda del Thaya», con el viejo castillo
de los margraves de Moravia. Después de dejar la sexta posta en
/.uaim (a 317 metros de altura), el carruaje bregaba por cuatro
postas más antes de llegar a Iglau, ciudad fronteriza entre Moravia y
bohemia, a 565 metros de altitud. A partir de ahí la carretera
desciende suavemente a través de bosques y campos hasta Deutsch-
Brod y la antigua ciudad de mercado de Caslau (Czaslau), junto al
(errible campo de batalla de Chotusitz, donde Federico el Grande
derrotó a los austríacos en 1742. Ya allí la lengua más utilizada no
sería el alemán, sino el checo (bohemio). A diecisiete postas de Viena
estaba Kolin (Neu-Kollin o Collin), encrucijada de importantes
carreteras hacia Zittau, en Alemania, por una parte, y hacia Neisse,
en Silesia, por otra. Cerca de Kolin había un recuerdo más reconfor-
lante de la guerra contra Federico el Grande: el Friedrichsberg,
desde donde Federico contempló, el 18 de junio de 1757, la gran
batalla en la que fue derrotado por el mariscal austríaco Daun, y
en la que el príncipe Nicolás Esterházy, entonces coronel de la
caballería austríaca, condujo a sus vacilantes tropas a la victoria
(nunca se hubiera imaginado que doscientos años después su nombre
se asociaría más con Joseph Haydn que con la batalla de Kolin)26.
Los Mozart debieron entrar en Praga por la Puerta Nueva (Neu-
llior) al cuarto día, a veintiuna postas y 150 millas de Viena27.
En la biografía de Nissen leemos la siguiente descripción del viaje:
«Empezó esta ópera [Tño] en la diligencia, en camino de Viena a
Praga, y la acabó en Praga en dieciocho días...»28. Esta frase está
lomada, más o menos textualmente, de la biografía de Niemetschek,
donde estos datos se mencionan en dos ocasiones, aunque la forma de
expresión difiere ligeramente (las dos veces se hace mención concreta
de los dieciocho días). Incluso teniendo en cuenta el genio excepcio
nal de Mozart, esta afirmación siempre se ha considerado como una
licencia poética algo exagerada. Pero si retrocedemos dieciocho días
desde el 6 de septiembre, fecha de la primera representación de la
íipera en Praga, llegamos al 19 ó 20 de agosto de 1791. Ya hemos visto
que Guardasoni debió llegar a Viena desde Italia, con detalles
sobre el reparto, a mediados de agosto; pero es posible que no llegara
117
hasta el 18, con lo cual Mozart no habría recibido la información que
precisaba hasta la tarde del 19. Por consiguiente, esta cifra de
dieciocho días parece indicar que, exceptuando la música escrita
antes de esa fecha (en papel de los tipos 1 y II), Mozart efectivamente
escribió el grueso de Tito (en papel del tipo III y papel de Praga del
tipo V) en esos dieciocho días. Esta explicación parece suficientemen
te verídica como para dejarnos atónitos incluso hoy en día. (El papel
de Praga, el del tipo V, tenía un tamaño mucho menor; de ahí que ya
tempranamente se diera por hecho que debió ser utilizado para
escribir la música de la ópera —incluyendo la pronto famosa
Obertura— compuesta a última hora en la capital bohemia; véase
Apéndice D, pág. 238).
Al entrar con los Mozart y Süssmayr en la dorada ciudad de
Praga, lo lógico es preguntarnos, como indudablemente debieron
hacer ellos durante las semanas precedentes, ¿por qué La clemenza di
Tito?29. Tal vez el motivo más evidente sea que se trataba de uno de
los libretos más famosos y duraderos de los escritos por Metastasio;
desde la versión de Caldara en 1734, la obra había sido puesta en
música por los compositores más destacados de Europa, entre ellos
J. A. Hasse (tres veces), Wagenseil, Gluck (1752 en Nápoles),
Holzbauer, Galuppi, Anfossi, Naumann, Traetta, Sard, Myslivecek,
Guglielmi y J. P. Salomon, el empresario de Haydn.
El segundo motivo es que el emperador y, aún en mayor grado,
la emperatriz, eran amantes de la ópera seria, y además no hubiera
sido apropiado ofrecer una ópera bufa para un acontecimiento tan
solemne como una coronación.
En tercer lugar, el tema tratado —un emperador que perdona a
sus asesinos potenciales, haciendo alarde de dignidad y bondad—
parecía adecuado teniendo en cuenta no sólo el carácter de Leo
poldo II (que había abolido la tortura en la Toscana), sino la época
de la Ilustración en general. La clemenza di Tito en Praga encarnaría
el ideal, la Ilustración, en absoluto contraste con los alarmantes
acontecimientos de Francia. Paul Nettl también apunta un motivo
curioso por el que los Estados de Bohemia podían tener especial
interés en el tema de Tito:
118
Quienes tenían la última palabra en cuanto a la elección del
tema pueden haberse visto movidos por esos mismos pensamien
tos: los condes de Thun, Canal, Pachta, Lazansky, Clary,
Hartig, Sporck, Kinigl [Künigl], todos ellos miembros de la
logia [de Praga] «La Verdad y la Unidad en los Tres Pilares
Coronados» ( Wahrheit und Einigkeit zu den drei gekrónten Saülen), o
en cualquier caso masones obligados por sus votos a propagar
los ideales humanitarios siempre que pudieran30.
119
de Mozart desde 1782. Con todo, la deliberada sencillez de su
lenguaje es engañosa. Hoy en día se la ha vuelto a tomar en serio tras
un largo eclipse, y lo cierto es que gran parte de ella está a la al
tura de las mejores composiciones de Mozart, desde la magnífica
Obertura hasta la conclusión del segundo acto, con la sobrecogedora
marcha y coro en sol (número"24) que sigue al Non piú di fiori. Y está
en la línea de la ópera seria italiana al estilo de Paisiello, un género
que, lejos de estar moribundo, florecía en la propia Italia33.
120
IX. D ia r io d e la c o r o n a c ió n
P raga es, sin duda, una de las ciudades más bellas de Europa;
uno de sus mayores atractivos es el viejo castillo (Vysehrad), que
(« upa un lugar predominante y en el que se supone vivieron Kiok,
un príncipe semilegendario, y su hija Libussa, con su marido
campesino, Premysl. Los visitantes de hoy en día quedan fascinados
ante la Ciudad Vieja*(Stare Mesto, Altstadt), con sus calles medieva
les y sus monumentos, en parte góticos. Mozart, que no era precisa
mente un admirador del estilo gótico, preferiría los hermosos palacios
barrocos de la nobleza en la ciudad pequeña (Mala Strana, Kleinsei-
tr) —donde vivían los Waldstein, los Rosenberg, los Thun y los
Lobkowitz— y la abadía de Strahov, desde donde se contempla una
vista inmejorable de la ciudad. Con la gran cantidad de amigos
y conocidos judíos que tenía, seguramente conocería el barrio
judío (Josephstadt), donde está la sinagoga más antigua de Praga,
la Altneuschule (Staronová Skola), y el cementerio judío (Beth-
Khayim, la «casa de la vida») en desuso desde 1787 (el año de Don
(¡iovanni), cuyas tumbas cubiertas de musgo hacen que al visitante se
le salten las lágrimas.
La Ciudad Vieja está coronada por el Hradcany (Hradschin), un
cuadrángulo en cuyos extremos están el palacio arzobispal y lo que
en aquellos tiempos era el palacio cjel príncipe Schwarzenberg. Al
este se encontraba el palacio real (Hofburg), donde se alojaba
Leopoldo II con su séquito1.
Los amigos de Mozart, los Duschek (el marido de Josepha era el
compositor Franz Xaver, que escribió sus primeros cuartetos para
cuerda casi al mismo tiempo que Haydn los suyos), vivían en la Villa
Bertramka, un viñedo de Koschirsch, a quince minutos del puente
Palacky. Mozart durmió allí en algunas ocasiones y recibía invitacio
nes frecuentes de aquella hospitalaria familia2.
El siguiente «diario» es un relato paso a paso de las festivi
dades de la coronación de Praga, con especial atención a la partici
pación de Mozart.
122
despacho de las caballerizas de la Corte...» El 10 de junio Ugarte ya
había pedido a Salieri que nombrara a los músicos, entre los cuales se
incluyó a Johann Georg Albrechtsberger, organista de la corte y
amigo de Mozart3.
Entre las obras que Salieri llevó consigo —lo cual parecerá
sorprendente al lector— había al menos tres misas de Mozartz, en
partituras y partes manuscritas: la K. 258 (conocida como «Misa
l’iccolomini», no por la famosa familia toscana, sino debido a que los
músicos de la corte la llamaban piccola missa, una misa corta o
pequeña, y el término acabó degradándose hasta llegar a la denomi
nación actual), la K. 317 (la «Coronación») y la magnífica K. 337,
prácticamente desconocida hoy en día. Todas ellas eran misas de
Salzburgo, las dos últimas fechadas en 1779 y 1780 respectivamente.
El difunto Karl Pfannhauser ha demostrado que en los círculos
musicales de la corte tanto la K. 317 como la K. 337 recibían el
nombre de Krdnungsmesse (misa de la coronación)4, aunque la última
lambién recibía a veces el nombre de Missa Aulica (misa de la corte).
No se conserva la partitura del Hofburg de la K. 317, pero sí existen
las partes originales, fechadas en torno a 1790, y en la partitura de
la K. 337 aparecen una serie de comentarios e indicaciones para la
interpretación de mano del propio Antonio Salieri. Pfannhauser
.señaló también que en la biografía de Salieri publicada por I. F. E.
von Mosel en 1827 se afirma que aquél dirigió «prácticamente la
misma música» en las tres ceremonias de coronación 5: Francfort en
1790 (Leopoldo II), Praga en 1791 (Leopoldo II), Francfort en 1792
(Francisco II), y que además de esas tres misas Salieri también
dirigió uno de los coros más espléndidos de una obra mozartiana
anterior, Thamos (K. 345), adaptada en forma de motete latino, así
como el austero y magnífico ofertorio en re menor Misericordias
Domini (K. 222), del que se conserva una copia en la capilla imperial
con la firma «Authore W. Amad: Mozart Vienae / Aulicae Capellae
Magistro / Francoforti Anno 1792. producta». Aceptaremos las
sugerencias de Pfannhauser en cuanto a la posición que ocupaban
estas composiciones de Mozart en la rutina litúrgica.
Lo que resulta más difícil es explicar cómo siete músicos se
convirtieron en veinte. Una posibilidad es que en el último momento
se decidiera pagar el viaje a algunos instrumentistas especialmente
destacados, como Anton Stadler, el amigo de Mozart. A Stadler le
correspondió tocar los solos de clarinete y corno di bassetto en Tito,
123
pero no ha quedado constancia de la fecha en que llegó a Praga (que
hubiera quedado si hubiera llegado solo en la diligencia).
El domingo por la tarde, en el teatro que tenía el conde Thun en
la Ciudad Pequeña, la compañía Sekonda representó Menzikof o la
conspiración contra Pedro el Grande, una tragedia en cinco actos escrita
por Herr Kratter.
Además de esta compañía y la de Guardasoni, en Praga había
numerosos grupos e individuos dispuestos a sacar dinero a la multi
tud. Herr Massieri y compañía habían organizado una «feria persa»
que agrupaba alrededor de un centenar de puestos en un edificio de
des pisos. En las actuaciones que ofrecía Massieri intervenían ciento
veinte parejas de niños, gran número de adultos y más de cien
caballos, algunos de los cuales iban disfrazados de camellos. En una
sala de la «Puerta de Hierro» de la Michaelergasse, messieurs Pierre y
Degabriel ofrecían una especie de función de magia en la que se
veían «tierras, paisajes y ciudades exóticas... y varios efectos de la
naturaleza como la salida del sol, diversos mecanismos artísticos,
autómatas que se mueven cumpliendo las órdenes del espectador y
contestan a todas las preguntas». También había fuegos artificiales,
experimentos químicos, etc. Las funciones eran diarias, a las cuatro y
a las siete de la tarde.
También había un circo dirigido por monsieur Balp, «Entrenador
Real de Francia y Cerdeña», que se había instalado en el picadero de
la Tummelplatz, en la Ciudad Vieja. Herr Franz Koch tocaba la
guimbarda doble ante grupos de entre doce y veinte personas. Tres
músicos de Transilvania, dos trompas de caza y un clarinete, ofre
cían sus servicios «a la alta nobleza, en sesiones de mañana, tarde y
Tafelmusik». El famoso aeronauta Blanchard, que ya había estado en
Praga el año anterior haciendo sus experimentos en globo, pretendía
hacer su cuadragésima segunda ascensión el 14 de septiembre, en un
descampado de Bubenecz.
La aristocracia dio banquetes, fiestas al aire libre, bailes de
disfraces y veladas musicales. El día de la coronación hubo fuegos
artificiales en toda la ciudad antigua.
124
representa el Pirro de Paisiello; la obra de teatro es Das Galeriengemal-
de («El cuadro de la galería»), de Karl Friedrich Hensler.
125
Zinzendorf se refiere aquí al Don Giovanni de Mozart adaptado en
forma de Tafelmusik y probablemente interpretado por una orquesta
de viento; la instrumentación habitual para este tipo de arreglos
consistía en dos oboes, dos clarinetes, dos fagotes y dos trompas.
¿Serían éstos los músicos adicionales que viajaron en los cinco coches
de Salieri? ¿Y qué estaría haciendo Mozart, aparte de dirigir los
ensayos de los cantantes y terminar a todo correr La clemenza di Tito?
Afortunadamente existe un pasaje en la biografía de Nissen que sólo
puede provenir de Constanze y que nos narra una deliciosa anécdota
sobre la última estancia de Mozart en Praga.
126
Hoy, en el Teatro Nacional de la Ciudad Vieja, se ofrecerá: II
dissoluto Punito ossia: II D. Jiovanni [sic], El disoluto castigado o
Don Juan. Una ópera bufa en dos actos. La música es de
Mozart9.
En el n.° 73 (10 de septiembre) del Pressburger 2[eitung aparece una
noticia, inédita hasta ahora, de esta representación:
Praga, 5 de septiembre... por la noche [del 2 de septiembre] Sus
Majestades I.fmperiales] y R.feales], con sus Serenísimos Prín
cipes y Princesas, Altezas I.fmperiales] y R.feales], honraron el
Teatro Nacional de la Ciudad Vieja con sus Augustas Presen
cias, donde por augusta petición se ofreció la Ópera Italiana II
dissoluto puniro [sic] o Don Jiovanni [sic]. El teatro estaba
hermosamente iluminado con lámparas y el Palco Imperial
engalanado10.
Christopher Raeburn, que tanto ha hecho por sacar a la luz
documentos auténticos sobre los estrenos y los repartos de las óperas
de Mozart, encontró también la siguiente noticia en el Prager
Oberpostamtszeitung del 6 de septiembre:
Praga, 4 de septiembre.
Anteayer... Sus Egregias Majestades honraron con su presencia
nuestro Teatro Nacional de la Ciudad Vieja, donde se represen
tó la ópera italiana II dissoluto punito. El vasto teatro, capaz para
casi un millar de personas, estaba abarrotado, y muchedumbres
de espectadores se apiñaban a lo largo de todo el camino que
recorrió su Excelsa Majestad.
Aunque siempre se ha afirmado que el propio Mozart dirigió esta
representación, no nos parece nada probable. El nombre de Mozart
no se cita ni en las reseñas periodísticas ni en el anuncio, y hubiera
sido otra tarea agotadora en medio de los precipitados ensayos de
Tito. Es más, el relato de un testigo presencial menciona la presencia
de Mozart, pero al parecer entre el público; se trata del escritor
alemán Franz Alexander von Kleist, que había llegado a Praga el
mismo día que los Mozart, el 28 de. agosto («10.45 de la mañana:
el señor Kleist, noble sajón, de Karlsbad»). Publicó sus recuerdos un
año después (Phantasien auf einer Reise nach Prag von K., Dresde y
Leipzig, 1792):
127
Nunca mi asistencia a una ópera se ha visto tan recompensada
como hoy, en que he visto en una sola sala a gentes tan notables
y de tan distinta condición. El emperador y toda su familia iban
a asistir hoy a la ópera, y el camino entero desde el castillo
hasta el teatro estaba abarrotado de personas curiosas por ver
qué aspecto tiene un emperador cuando va a un espectáculo,
En el teatro estaban llenos todos los palcos y la platea, y,
cuando por fin llegó el emperador, le recibieron con un aplauso
triple y un ¡vivat!... El emperador, aparentemente satisfecho con
este recibimiento, hizo varias inclinaciones al público... [Des
pués hay una serie de comentarios sobre el público, que incluía
a varios distinguidos émigrés franceses, como el general Bouillé,
el duque de Polignac, etc.]... Olvidémonos de estas personas, se
me ocurren ideas mejores al ver a un hombre bajito, con un
abrigo verde, cuyos ojos revelan aquello que su modesta condi
ción oculta. Es Mozart, cuya ópera Don Juan se ofrece hoy, que
tiene el placer de ver el deleite que producen sus hermosas
armonías en los corazones del público. ¿Quién puede estar más
orgulloso y feliz que él? ¿Quién puede estar más satisfecho de sí
mismo? En vano derrocharían los monarcas sus fortunas y
quienes se jactan de noble linaje sus riquezas; ¡no pueden
comprar ni una diminuta chispa del sentimiento con que el Arte
recompensa a sus elegidos!... Todos debemos temer la muerte,
sólo el artista no la teme. Su inmortalidad es su esperanza, su
certeza... Alcanza a generaciones que están aún por nacer
cuando hace tiempo que los cuerpos de los reyes se han po
drido. Y con todas estas convicciones Mozart podía comprobar
cómo miles de oídos seguían la vibración de cada cuerda, cada
sonido de la flauta, y cómo los pechos agitados y los corazones
acelerados revelaban las sensaciones divinas que despertaban
sus armonías... No sé si lo del público sería Schwarmerei [un
entusiasmo apasionado pero posiblemente transitorio] o senti
miento auténtico, pero en aquel momento hubiera preferido ser
Mozart antes que Leopoldo... 11
128
ili 1794 y titulado Algunas noticias referentes a la condición del teatro en
l'raga, publicado en un diario titulado Allgemeines europáisches Journal
Ihiinn, actualmente Brno, en Checoslovaquia):
130
muchísima frecuencia, algunas obras incluso a diario. El Don Giovanni
para orquesta de viento el 1 de septiembre, la propia ópera al día
siguiente «por augusta petición» (¿acaso significa eso que Leopoldo y
María Luisa solicitaran de manera expresa que se representara una
ópera perteneciente a un compositor cuya música les desagradaba?),
y música religiosa el 6, el 8 y el 12, así como Tito el 6 y, si nuestras
suposiciones son correctas, gran cantidad de danzas mozartianas el
día 12. Es una situación muy extraña. Si desaprobaban la música de
Mozart hasta tal punto, ¿acaso el emperador y su esposa no podían
evitar que se representara?
131
Lunes 5 de septiembre de 1791
< Suponemos que el ensayo general debió ser por la tarde, porque por
la noche el teatro estaba ocupado con una representación de Der
Herbsttag («Un día de otoño») de Ifiland, una obra en cinco actos a
cargo de la compañía Sekonda20.
132
t'tc uU.< //
AT TO P R IM O . 2LTTQ II
S C E N A P R I M A . S C E N A P R I M A .
V i m t u .
Oh D ei , c h e fm a n ia fe q u e íla !
M a c h e ' S e m p r e I" ¡H cflo , C h e tu m u lto h o n e l c o r! P a lp ito ,a g g h ia c c io ,
S e llo , a a i r m i v e r r a i? S o c h e fe d o tto M 'i n c a m m ¡ n o , m a r r c í l o : o g n a u r a . o g n o h r a
t u L e n r u l o d a t e ; c h e i f u o i fe g u a c i M i fa t r e m a r e . l o n o n c r e d e a c h e tu lle
S o n p r o n r i g i a ; c h e il C a m p id o g lio a c c e f o S i d if f ic ile im p r e f a « fl'c r m a l v a g i o .
D a ra m o ro a u n tu m u lc ó , e fa ra il le g n o , M a c o m p irla c o n v ie n . G ia p e r n u o c o n n 3
C a d e p o llu te u n iti L e n tu lo c o r r e a l C a m p id o g lio . Io d e s g io
K X T ito T i t o a íT a lir . N e l p re c ip iz io o r r e n d o
E ‘ fc o i »
lia j t S S OCt j t T l .
AJA
r a l i e r e d i C a m e r a d i S . E . R e v e r e n d iís .
I N T E R L O C U T O R ! .
M o n íig . V e f c o v o d i P a d o v a .
Mainetti, I llu íl. S ig . G i r o l a m o .
fa.
Trialagutí, I llu íl. Sig. A b . D o t. F r a n c e & o
Manriti, R e v e r e n d iís . S ig . D . G tu f e p p e ,
T it o V e s p a s ia n o , Imperator di Roma,
P ie v a n o a lie G a m b a ra r e .
JArmcorti, I l l u í l . S ig. C a m i l l o .
V i t e l l i a , Figlia delf Impera- Mnnzini , S ig . G i o v a n n i .
tor Vitcllio. Mgrafea, R e v . S ig . D . G i a c o m o .
* Marini, R e v . S ig . D . A n f e lm o B i b l i o t e
c a r i o d e l f E c c e lle n tif s . C a f a A l b a n i .
S E R V I L I A , Sorclla di Sejlo ,
Marintuci, I l l u ílr iís . S ig . G i o v a n n i F r a n -
amante d' Annio.
c e f c o , C h i r u r g o f o í l i t u t o n e ll'A r c io f p e -
d a le d i S. S p ir ito .
S E ST O , Amico di Tito t Marfilj I llu íl. S ig . P i e t r o .
Martel¡i, S ig . G i o v a n n i L u i g i .
amante di Vitellia .
Martipelli , I l l u í l . S ig. D o t t o r e . . .
Mafetti, I llu íl. S ig . D o t t o r e A n t o n i o .
A n n i o , Amico di Sefio , Mafini, S ig n o r a V e r o n i c a .
amante di Servilia. * dc M atha, I llu íl. S ig . M a r c h . G i o v a n n a .
Trlattei, I llu íl. S ig . A b . D o m e n ic o M a r ia .
Mattei, S ig . G i a c o m o .
P U B L I 0 , Prefetlo del Preto
Mazzarini, I llu íl. S ig . D o m e n ic o G ia m -
rio . p a o lo , L u o g o te n e n te .
Mizzola, S ig . C a t e r i n o , P o e t a a ll’a tt u a l
f e r v i z i o d i S. A . S . E . d i S a lT o n ia .
Merli , S ig . G i o v a n n i .
Migliori, S ig . M i c h e l e , S tu d e n t* i n S.
S p irito d i R o m a .
Miotti, R e v e r e n d iís . S ig . D . B a r t o l o m
L a Scena e in R om a.
m e o , P á rro c o d i C rtip ig n a g o .
Mif-
Fies. 5 a 8.— Cuatro páginas del libreto de Metastasio La clemenza di Tito. Esta edición, publicada en
Venecia por A. £atta, es la que poseía Mozart. En la figura 7 aparecen los personajes, y en la figura 8 una
parte de la lista de suscriptores de la edición, entre ellos Caterino Mazzola, poeta de la corte de Dresde que
iiindensóy adaptó para Mozart el largo libreto.
Día de la coronación, martes 6 de septiembre de 1791
134
( llantos sabrían qué papel había desempeñado Mazzolá). «La musi
rá es nueva, compuesta por el famoso señor Wolfgang Amadeus
Mozart, actualmente Kapellmeister al servicio de Su Majestad Impe
rial. Los primeros tres cambios de escena son invención del señor
l’ietro Travaglia, actualmente al servicio de S[u] Aflteza] el príncipe
Ksterazi [sicj. El cuarto cambio de escena se debe al señor Preisig
de Coblenza. El vestuario, todo nuevo y de rico y delicado ingenio, es
obra del señor Cherubino Babbini de Mantua.»
No sabemos de qué modo Pietro Travaglia consiguió este encargo
lan honroso; durante años había trabajado con Haydn en el teatro
de Eszterháza, y luego había estado contratado en el Teatro de la
Corte de Viena. Acerca de Preisig y de Babbini no sabemos práctica
mente nada, salvo que el primero era Johann Breysig (1766-1831)24.
La reseña más completa del acontecimiento se encuentra en el
diario de Zinzendorf:
135
Krdnungsjournalfiir Prag (Diario de la Coronación en Praga):
136
teatro de la Ciudad Pequeña [donde una compañía germano-
bohemia estaba preparando la ópera de Haydn Orlando Paladino
traducida al alemán] tuvieron mucho público26.
138
|>ara dar un beneficio que tuvo lugar el 16 de octubre y en el que se
interpretó la última obra instrumental que acabó Mozart, el Con
cierto para clarinete en la, K. 622.)
139
Maurerfreude [K. 471], que había compuesto en 1785 en honor de
[Ignaz von] Born [el maestro de la logia de Haydn en Viena,
Zur wahren Eintracht, que había ingresado en la Sociedad en
Praga y conservaba lazos de amistad con los Hermanos de esta
ciudad], A Mozart le emocionó profundamente este detalle, y al
dar las gracias dijo que pronto ofrecería a la masonería una
mejor muestra de lealtad. Con esto se refería a La flauta mágica,
que ya se estaba gestando en su cabeza.
140
Por la noche, en el Teatro Nacional, hubo otra celebración
consistente en una cena de gala y un baile. Durante la cena Josepha
Duschek interpretó una cantata nueva, la Huldigungskantate («Canta
ta de la Lealtad»), de August Gottlieb Meissner, con música de
Leopold Kozeluch, en presencia de Sus Majestades33. En el Pressbur-
ger £eitung n.° 77, con fecha del 24 de septiembre, aparece un
interesante comentario sobre el baile:
141
envidias. En los días de la coronación le calumnió vilmente, llegando
incluso a atacar su carácter moral. Kozeluch perdió todo su crédito:
yo llegué a conocer a ese hombre ruiny ruin compositor, porque vivía en casa
de un amigo, y no compuso la cantata sobre el texto de Meissner en
cuatro semanas, sino que con el sudor de su frente la amañó de
pedazos y con una maldición dio a luz... un engendro»36.
La cantata gustó mucho y se repitió. Leopold Kozeluch, miserabi-
lis, fue nombrado compositor de la corte de Viena el 12 de junio de
1792 con el doble de sueldo que Mozart. Se esperaba de él que
compusiera óperas u oratorios; la suya era la clase de música que el
hombre de la calle y los consejeros de la corte realmente apreciaban
y entendían.
142
X. La fla u t a m á g ic a
Los comienzos
143
parecer. Pagaron un libreto que Da Ponte no había terminado aún y
el sueldo que se le debía; pero para entonces él ya había escrito a San
Petersburgo
144
F ig . 9.— Josepha Hofer, más tarde Mayer,
cuñada de Mozart y la primera Reina de la
Noche en La flauta mágica. Silueta de autor
desconocido.
145
a menudo se agotaba tanto que se desmayaba y quedaba
inconsciente durante varios minutos.
Compuso Laflauta mágica para el teatro de Schikaneder, que
era un viejo amigo, y a petición suya, para ayudarle en sus
apuradas circunstancias. El texto es del propio Schikaneder,
que de esta forma fue llevado a la inmortalidad.
Lo cierto es que Schikaneder se encontraba, en parte por su
propia culpa y en parte por la falta de apoyo del público, en
una situación muy precaria. Al borde de la desesperación, acu
dió a Mozart, le explicó la situación y concluyó diciendo que
sólo él podría salvarle.
¿ Yo? ¿Cómo?
Escríbeme una ópera que concuerde enteramente con el
gusto del público vienés de hoy; sin duda conseguirás satisfacer
a los entendidos y aumentar tu fama, pero debes basarte
principalmente en el denominador común más bajo de todas las
clases. Yo me haré cargo del texto, decorados y demás. Todo lo
que piden hoy en día.
Bien. ¡Acepto!
¿Cuáles son tus honorarios?
¡Si tú no tienes dinero! Bueno, vamos a organizar este asunto de
forma que tú obtengas beneficios y yo no me vea privado de las posibles
ventajas. Te entregaré la partitura a ti, y sólo a ti; págame lo que
consideres justo, pero a condición de que me prometas que no se harán
copias. Si la ópera tiene éxito, la venderé a otros teatros y ése será mi
pago.
El empresario redactó el contrato, lleno de entusiasmo y de
promesas solemnes. Mozart se puso a escribir diligentemente y
siguiendo por completo la voluntad del otro. La ópera se
estrenó con un éxito enorme, su fama corrió por toda Alemania
y al cabo de unas semanas se puso en varios teatros extranjeros,
¡sin que ninguna partitura procediera de Mozart! Cuando se
enteró de la forma en que le había engañado aquel sujeto, sólo
dijo: «¡Qué rufián!», y el asunto quedó olvidado. A Mozart no
le importaba la ingratitud; el disgusto sólo le duró unos
minutos.
146
mienzos de la ópera. ¿Es posible que Mozart no cobrara honorarios
(teniendo en cuenta que apenas tuvo tiempo para vender la partitu-
ta en el extranjero)? ¿Que Schikaneder no le pagara nada por la
partitura de La flauta mágica? Por grande que fuera el cariño
fraternal, la historia parece altamente inverosímil. En la primavera
de 1791 Mozart no podía permitirse el lujo de dedicarse varios meses
a escribir una gran ópera «como inversión a largo plazo». Por tanto,
yo sugiero una cifra de doscientos ducados como pago.
El problema que ofrece esta versión, además, es que también
parece tener su parte de mito. Schikaneder no se encontraba en una
situación económica crítica en 1791; al contrario, sus nuevas óperas
tenían un éxito enorme, y en marzo de 1791 contaba con un
repertorio extenso de piezas en alemán y de Singspiele [obras de teatro
con música] basadas en la afición del público vienés a la comedia
de costumbres y al dialecto local. (El dialecto vienés es casi tan va
riado como el cockney inglés y ambos poseen el mismo tipo de humor
irónico.) Por supuesto, Mozart estaba encantado de poder trabajar
en otra ópera alemana, porque sabía del enorme éxito que había
tenido El rapto del serrallo en Alemania entera (incluso había asistido a
una representación en Berlín en 1789).
El tema de la participación de Mozart en el libreto de La flauta
mágica ha dado lugar a discusiones acaloradas durante casi doscientos
años, y aún no se ha obtenido ninguna prueba concreta, excepto las
diferencias relativamente pequeñas que existen entre el libreto publi
cado en 1791 y el manuscrito autógrafo de Mozart. Éstos son meros
detalles que no contribuyen a solucionar la cuestión principal. Los
orígenes del libreto y la supuesta participación de otras plumas
aparte de la de Schikaneder han dado lugar a polémicas aún
mayores5. Una de las fuentes principales ha sido siempre reconocida:
la ópera Oberón, de Paul Wranizky (o Wranitzky), Kapellmeister de la
corte; Schikaneder la puso en escena en 1789 y Mozart la conocía
bien (asistió a la primera representación y poseía una edición del
texto). Uno de los hermanos masones de Mozart y miembro de la
compañía de la Freyhaus, Karl Ludwig Gieseke, escribió para
Schikaneder una versión plagiada; Gieseke posteriormente pretendió
adjudicarse la autoría de una parte, sustancial de La flauta mágica.
Otro factor que influyó en el libreto de la Flauta fue la obra Thamos,
rey de Egipto, de Tobias Philip von Gebler, masón y miembro
relevante del gobierno austríaco; para esta obra Mozart había
147
compuesto una música de circunstancias en una escala sin preceden
tes (K. 345). El tema principal de este texto es la victoria de la lealtad
frente a todas las adversidades, y la música, que el compositor
escribió parcialmente en Viena en 1773 y en Salzburgo en 1775 y
1779, está llena de atisbos del Mozart futuro y, sobre todo, del
Mozart de La flauta mágica. Otra fuente es la colección de cuentos de
hadas en tres volúmenes titulada Dsckinnistan, del dramaturgo ale
mán Christoph Martin Wieland, en cuyo último volumen (1789) hay
un cuento, Lulu, oder die Zauberflote («Lulú o la flauta mágica»), del
que proviene el título de la nueva ópera.
La cuestión de la autoría de Gieseke, así como la de un tal Pater
Cantes, «cooperador» de los paúles6, no requiere mayor elucidación,
en vista del aspecto limitado de nuestras investigaciones. Quien sin
duda organizó y escribió materialmente la mayor parte del libreto
fue Schikaneder, y el papel de Papageno fue concebido para él. Es
evidente que Mozart encontró un enorme atractivo en la asombrosa
riqueza de aspectos del argumento. En la partitura definitiva apare
cen desde melodías populares, semejantes a las de Haydn, para los
seres «sencillos», Papageno y Papagena, hasta música mística y ritual
para Sarastro y su corte; desde la coloratura enloquecida de la Reina
de la Noche (y el violento Sturm und Drang de la segunda aria, en re
menor, Der Hollé Rache, («La venganza del infierno», que recuerda
tantas otras composiciones de Mozart en esa tonalidad), hasta la
inclusión de una melodía coral luterana del norte de Alemania, con
reminiscencias de épocas remotas, que cantan los dos caballeros de
armadura. Fue esa misma riqueza la que tanto impresionó a
Beethoven7 (que, en cualquier caso, desaprobaba los textos de Da
Ponte para las óperas italianas por parecerle demasiado frívolas) y
nos impresiona también a nosotros.
El mensaje
es
( iones de excavaciones arqueológicas en Egipto; a la izquierda, la
liase de una pirámide con símbolos (incluido el Ibis); en medio, una
serie de arcos que llevan a una pared con nichos y una portada de
medio punto, todo ello bañado en luz. Del arco central cuelga una
cadena con una estrella de cinco puntas. A la derecha hay un jarrón
rococó profusamente decorado, en cuya base se ven unas curiosas
figuras en cuclillas; en primer plano, una pala, un compás, un reloj
de arena y unos fragmentos de ruinas. Muchos pensarían que se
Irataba de una abstrusa visión oriental, y no hay duda de que un
gran número de damas y caballeros de la clase media debió pensar
en el culto a Isis y Osiris. Pero parte del público sabía que aquel
simbolismo hacía referencia, con toda una serie de alusiones inequí
vocas, a la Antigua y Venerable Orden de los Masones. Los hombres
las logias femeninas sólo existían en Francia— aún miembros de la
Sociedad (que en 1791 se estaba tambaleando y ya no era la brillante
sociedad elitista que había sido en Viena a mediados de los años
ochenta, cuando se incorporaron Mozart y Haydn) se preguntarían
quizá si aquello no traicionaba sus secretos. Y al pasar, casi sin
darse cuenta, a la última página (107), como a menudo se hace al
mirar un libreto por primera vez, leerían con bastante asombro las
palabras
149
Nerviosos, esperando algo remotamente relacionado con el ritual
masónico, muchos de los Hermanos asistentes a la representación de
1791 se llevarían una sorpresa aún mayor al oír que en mitad de la
Obertura la música se detenía, y tras una pausa continuaba a un
tempo muy lento (adagio), con una pauta de tres acordes repetidos
tres veces, con el siguiente ritmo:
C I i'iJ J
Philippe A. Autexier, en un estudio sobre Mozart y los masones
(incluido en The Mozart Compendium, 1989), nos informa de que «el
ritual utilizado en las logias vienesas en el tiempo de Mozart contenía
ritmos característicos para cada grado:— para el aprendiz,— para el
compañero, y — para el maestro masón. También había una gran
diferencia entre la utilización de estos golpes simbólicos en las logias
de San Juan y las logias francesas, cuya logia madre era el Gran
Oriente de París que estaba a punto de «ver extinguirse su luz». En
torno a 1790 había en Praga una logia de orientación francesa a la que
asistió el actor Joseph Anton Christ, quien escribió sobre ella en sus
Memorias8. Christ afirma que en la capital bohemia entabló amistad
con varios actores franceses, y que «tenía mucha curiosidad por
conocer el rito masónico francés... fui a su logia [a la de monsieur
Chapison]... pagué las cuotas correspondientes y llegué a ser maes
tro...». Es posible que Mozart hiciera lo mismo.
Al irse desarrollando la. ópera, los masones que había entre el
público debieron quedar estupefactos: uno tras otro, los símbolos
pertenecían al rito masónico. La cifra simbólica de tres domina toda
la obra: hay tres bemoles en la armadura del tono principal (mi
bemol mayor), tres niños, tres damas. En un principio, Tamino es
claramente un «profano» (es decir, no masón), convirtiéndose des
pués en «aspirante» (véase su conversación con el orador, acto
primero, escena 15; el orador le pregunta «Wo willst du, kühner
Fremdling, hin? Was suchst du hier im Heiligthum?» — ¿Dónde vas,
osado extranjero? ¿Qué buscas aquí, en este lugar sagrado?), pasando
posteriormente a ser un joven masón con grado de aprendiz (con la
correspondiente ceremonia del viaje y el voto de silencio), adquirien
do después el segundo grado, el de compañero (con la ceremonia del
150
uyuno), y finalmente el tercer grado, el de maestro masón (acto
segundo, escena 21). El paso simbólico de la oscuridad a la luz, parte
fundamental en. la ceremonia de San Juan, se muestra con gran
brillantez en La flauta mágica y está claramente indicado en la
ilustración del libreto de 1791.
Pero Mozart y Schikaneder no pretendían mostrar sólo la maso
nería de la ceremonia de San Juan; también están representados los
grados superiores (el denominado «Grado Escocés»). En la escena 28
del acto segundo el telón se abre descubriéndonos a dos hombres con
¡limaduras negras, y después a Tamino y Pamina. Es el comienzo de
las famosas pruebas del fuego y del agua, que nos introducen en otro
de los mundos masónicos, el del «Grado Soberano Rosa-Cruz», el
decimoctavo en el «Rito Escocés Antiguo Aceptado de 33 Grados».
El libreto original de 1791 afirma con cierta discreción que «ellos [los
hombres armados] le leen [a Tamino] las palabras transparentes que
están grabadas en una pirámide». Al decir las palabras «fuego, agua,
aire y tierra», es probable que se mostrara el tetragrámaton sagrado,
JHVH, la parte central de ese «Grado Soberano Rosa-Cruz». La
escena 30 del acto segundo, en la que el moro Monostatos, la Reina
de la Noche y el séquito de ésta pretenden asaltar y destruir el
templo de Sarastro, es un símbolo del Grado 30 del Rito Escocés, el
«Grado de Venganza», mientras que el propio final de la ópera, acto
segundo, escena 33, cuando las tinieblas (la Reina de la Noche) han
sido vencidas y la luz (Sarastro, Tamino/Pamina, Papageno/Papa-
gena) ha triunfado, está representado por el último grado (33) del
Rito Escocés, en el triángulo cuyo significado es «sabiduría, belleza,
fuerza» («Weisheit, Schónheit, Stárke»), como aparece en el libreto.
El lema del Grado 33 es Ordo ab Chao, del caos al orden o de la
oscuridad a la luz9.
Para subrayar la parte musical de esta escena central de la So
berana Cruz en la que aparecen los hombres armados, Mozart eligió
una especie de preludio coral, utilizando la antigua melodía luterana
de 1524 titulada Ach Gott, von Himmel sieh’ darán10 (en 1784 la había
escrito en un contexto muy diferente, como estudio contrapuntístico
en el libro manuscrito de su alumna Barbara Ployer o de otra
persona11). La solemnidad de esta p^rte de la ópera está muy lejos,
pues, de la experiencia austríaca y católica. Es una solemnidad
bíblica, y con esto me refiero a que proviene literalmente de la Biblia.
Véase Isaías 43,2:
151
Si pasas por las aguas, yo estoy contigo, si por los ríos, no te
anegarán. Si andas por el fuego, no te quemarás, ni la llama
prenderá en ti.
152
P. ¿Cuántos son los puntos particulares de un masón?
R. Tres: fraternidad, fidelidad y taciturnidad.
P. ¿Qué representan?
R. Amor fraternal, consuelo y verdad entre todos los rectos
masones; a ello fueron destinados todos los masones
cuando se construyeron la torre de Babel y el templo de
Jerusalén.
153
o menos la misma fórmula en alemán.) En relación con este tema
conviene mencionar la hipótesis, ya antigua (y enérgicamente defen
dida por tres médicos alemanes en un libro titulado Mozarts Tod,
publicado en 1971, donde incluso se habla de un «asesinato ritual»),
de que fueron los masones quienes mataron a Mozart. Esta teoría
—que incluso hoy en día tiene gran aceptación en algunos sectores—
resulta no sólo improbable, sino imposible, por dos hechos muy
simples. El primero es que Schikaneder no fue asesinado, a pesar de-
ser tan culpable como Mozart de «revelar secretos masónicos»
(Schikaneder ingresó en la Sociedad en Ratisbona, pero no se afilió a
ninguna de las logias de San Juan en Viena). El coautor de la ópera
siguió vivo y alcanzó lo que en aquella época era una edad avan
zada, sesenta y un años, muriendo en 1812 (loco, es cierto, pero no se
puede culpar de ello a los masones, puesto que oficialmente dejaron
de existir en 1795 y la muerte de Schikaneder se produjo diecisiete
años más tarde). Y la segunda razón es igual de convincente, o más
aún: la logia de Mozart, Z ur gekrónten Hoffnung, organizó una «Logia
de Pesares» en honor de su compositor, imprimió el discurso más
importante, y también la cantata masónica (K. 623) que Mozart
había compuesto justo antes de morir.
No; debía haber otro motivo por el que se permitió a Mozart y
Schikaneder elegir para la ópera un tema con el que se glorificaba a
la masonería. Éste es un punto que muchos investigadores han
pasado por alto o malinterpretado, pero que se puede aclarar exa
minando las fichas masónicas que tenía la policía austríaca durante
aquel período. La realidad es que la masonería austríaca estaba en
grave peligro de extinción, hasta tal punto que los masones cerraron
voluntariamente sus logias en 1794, y en 1795 un emperador joven y
recién llegado al poder prohibió todas las sociedades secretas, inclui
da la masonería, por supuesto. Los motivos de este peligro en que se
encontraron repentinamente los masones eran sus supuestos vínculos
con la Revolución Francesa y el jacobinismo, así como con un
movimiento austríaco similar cuya existencia sospechaba la policía, y
con razón, por cierto.
Esta vinculación con ideas revolucionarias venía de antes de 1789,
año del comienzo de la Revolución Francesa; en la década anterior,
la mayor parte de los jefes norteamericanos que se rebelaron contra
Inglaterra y declararon su independencia habían sido masones,
incluidos Franklin, Washington, Jefferson (que formuló la Declaración
154
ile Independencia, de tintes claramente masónicos), etc. Este hecho lo
conocían no sólo los miembros de la Sociedad en Europa, sino
también los soberanos y sus policías. En 1789 muchos de los cabecillas
de los grupos que abogaban por un gobierno republicano en Francia
habían sido masones. Pero la Sociedad acabó desintegrándose duran
te el terror: el Gran Oriente de París cerró sus puertas en 1791, y al
llegar 1794 en Francia ya prácticamente no existía la masonería.
Muchos de los masones franceses habían estado a favor de un go
bierno republicano, pero en 1789 no pensaban ciertamente en un
regicidio. Al contrario, una gran parte de los masones más relevantes
eran aristócratas o miembros del gobierno monárquico. De ahí que,
ruando un valiente masón logró reconstruir el Gran Oriente en 1795,
se encontró con que casi todos sus miembros habían muerto. Un
historiador decimonónico de la masonería afirma: «Si tenemos en
cuenta que los miembros del Gran Oriente eran principalmente
personas vinculadas de una manera u otra a la corte de Luis XVI, no
nos sorprenderá que el 24 de junio de 1797 el número de miembros
reunidos fuera sólo de cuarenta... La primera constitución nueva se
envió a una logia ginebrina el 17 de junio de 1796, y el informe del 24
de junio sólo comprende dieciocho logias, de las cuales tres se reunían
en París»13.
En Viena, mientras se representaba La flauta mágica, Leopoldo II
observaba con una aprensión cada vez mayor los sucesos que estaban
ocurriendo en Francia, y esa misma aprensión se estaba convirtiendo
en un miedo casi paranoico en las mentes de la policía secreta y otros
miembros del gobierno austríaco. Al principio de su reinado Leopol
do II no había sido en absoluto contrario a la Sociedad; el conde
Xinzendorf incluso había oído decir que Leopoldo había sido miem
bro del Grado Soberano Rosa-Cruz en Italia14, información que, por
supuesto, no podemos confirmar ni refutar. Sea como sea, organiza
ciones como los Illuminati, la Estricta Observancia, los Hermanos
Asiáticos, los masones de San Juan e incluso (si es cierto que
perteneció a ella) su antigua Rosa-Cruz, ahora les parecían mucho
inás peligrosas al emperador y sus consejeros.
Johann Anton, conde von Pergen, fue presidente del gobierno de
la Baja Austria desde 1782 hasta 1789 y ministro de la Policía desde
1789 hasta que dimitió del cargo en marzo de 1791. (En 1793 el nuevo
emperador, Francisco II, le convenció de que volviera a ocuparlo.)
En un memorándum del 4 de enero de 1791l5, Pergen afirmaba que
155
los masones, en Austria y sobre todo en Francia, habían contribuido
a difundir las ideas revolucionarias.
156
para que se sintieran orgullosos de su rango y luchar contra el
excesivo poder en manos de la nobleza. Anton Feldhofer, un secreta
do del gobierno ya jubilado, escribió un memorándum sobre la
masonería el 15 de agosto de 1790, en el que afirmaba llanamente que
«quien mueve la rueda de los presentes errores y revoluciones en
l'.uropa es la Hermandad de los Masones»17. Feldhofer no quería
abolir la Sociedad, sino reformarla. «No se trata, pues, de disolver
esta Sociedad enteramente, sino de sujetarla en lo posible a limitacio
nes que la conviertan en inocua para Su Majestad, el Estado y todos
ais súbditos.» Feldhofer opinaba que la «Patente Masónica» institui
da por José II en 1785 no había conseguido su propósito de poner a
los masones bajo un control estricto.
Frente a semejantes sospechas y hostilidades, ¿qué se podía hacer
|iara proteger a la masonería? ¿Cómo presentar su grandeza y
universalidad ante el gran público? Dos masones, Mozart y Schika-
iicder, decidieron escribir la primera ópera masónica, La flauta
mágica. Sabiamente, trataron el tema de dos maneras: con dignidad,
mnor y respeto —como verdaderos Hermanos—, pero de una forma
no carente de humor, incluso con una pizca de sátira maliciosa.
Siempre se ha dicho que la figura de Sarastro estaba inspirada en el
gran científico Ignaz von Born, Maestro de Z ur wahren Eintracht, la
logia de Haydn. Pero Born también tenía sus flaquezas: era vanidoso
y difícilmente toleraba otras opiniones que las suyas (que eran, desde
luego, juiciosas y clarividentes). Al tomar las riendas de la nueva
logia, fundada el 12 de marzo de 1781, tenía la idea de convertirla en
una especie de sociedad de las ciencias, y unos años después ya había
( (inseguido que fuera la logia más selecta de Viena, con escritores,
científicos, clérigos católicos y protestantes, funcionarios del gobier
no... y Joseph Haydn, que se hizo miembro en febrero de 1785. Esto
lúe unos seis meses antes de que José II emitiera su decreto sobre los
masones (el 11 de diciembre de 1785), famoso y devastador documen
to con el que pretendió centralizar la Sociedad y limitar sus poderes.
Lo cierto es que éste fue, como ya se ha dicho antes, el principio del
lin de la gran época de la masonería austríaca (así como el comienzo
de la caída de la logia de Born, y de Born como Maestro principal,
puesto que abandonó la Sociedad en 1786, tras la disolución de su
logia en la Nochebuena de 1785). Bor'n vivió hasta julio de 1791, la
época en que Mozart incluyó su nueva ópera en su catálogo temá
tico (excepto la Obertura y la Marcha de los Sacerdotes, que termi-
157
nó de componer justo antes de la primera representación, en sep
tiembre) 18.
Jamás sabremos si es cierta la leyenda romántica de que a Born se
le consultaron algunos detalles de la ópera, ni si sabía que Sarastro
iba a ser el símbolo de su propia persona como encarnación de la
tolerancia, la sabiduría y la justicia. Pero hay algunos aspectos del
personaje de Sarastro que no resultan muy agradables y que, desde
luego, no son masónicos: posee esclavos; describe a su esclavo, el
moro Monostatos, como una persona con el alma igual de negra que
la piel (lo que hoy en día llamamos discriminación racial); le
condena a recibir setenta y siete golpes en las plantas de los pies.
Además, nombrar a Monostatos guardián de Pamina, propiciando
que casi la viole mientras ella duerme, no es precisamente la acción
de un Maestro sabio.
Mozart y Schikaneder no se excedieron en absoluto; nos presen
tan los principios masónicos básicos con gran simpatía, y Mozart se
superó a sí mismo en las escenas que glorifican la Ilustración (In
diesen heil’gen Hallen, O Isis und Osiris, la Marcha de los Sacerdotes, y
especialmente los inmensos horizontes del coro final, Heil sey eucli
Geweihten!). Pero Sarastro, como Born, no es un hombre perfecto, y
no se ve la menor intención de ocultar el lado antifeminista de los
masones (un aspecto que Leopoldo II también consideraba ridículo,
por cierto). La masonería tenía sus informadores y sus traidores,
sobre todo después de la «Patente» josefiniana de 1785; Sarastro tiene
a Monostatos. Pero en septiembre de 1791 el público volvió a sus
casas con la sensación de que los masones eran la encarnación de la
Ilustración josefiniana; y además, gran parte de la ópera resultaba
verdaderamente divertida. Tenía cosas para satisfacer a todos; tanto
el experto como el tendero se marchaban contentos. Incluso es
posible que los masones creyeran haber podido evitar la ruina. Pero
no sería así; en 1794 la masonería dejó de existir en Austria.
158
la solemnidad del segundo acto], probablemente como resulta
do de una serie de circunstancias externas, tales como la riva
lidad del teatro de Leopoldstadt; pero, a pesar de todo, el
libreto también es una obra maestra, que surte el efecto deseado
sobre jóvenes y viejos, ricos y pobres, ahora como entonces y sin
duda en cualquier época. Ni siquiera el desaliño de ciertos
versos de Schikaneder ha impedido que acaben formando parte
del lenguaje19.
El estreno
159
rios —seguridad, comodidad y maquinaria—; había una doble
fila de palcos, una platea [parterre] en dos partes, y, en tiempos
de Mozart, dos galerías (Schikaneder posteriormente añadió
una tercera).
Como en este recinto enorme no faltaban viviendas, el
director y casi todos los miembros de la compañía vivían en la
Freihaus...20
160
carnes ahumadas que se comían... Por fin se apagaban las luces
y empezaba a salir el sol para mí. Los músicos entraban en el
foso de uno en uno; dichosos ellos, que tienen asiento todos los
días...22
161
Teatro Priv. Imperial y Real del Wieden
Hoy, viernes 30 de septiembre de 1791,
Los Actores y Actrices del Teatro Priv. Imp. y Re.
del Wieden tienen el honor de representar
por primera vez
LA
FLAUTA MÁGICA
Personajes
162
papel de Papageno con el disfraz auténtico, se venderán en
la taquilla a 30 kr.
Herr Gayl, escenógrafo, y Herr Nesslthaler como decorador, se
congratulan de haber trabajado con la mayor diligencia
artística, siguiendo el plan preconcebido de la obra.
163
Es evidente que Mozart dirigió la ópera desde el piano. En
cuanto a la reacción del público, parece que la mayor parte de las
crónicas que poseemos datan del siglo XIX. Casi ninguna se puede
verificar, y las que se han podido verificar son invenciones. (Se
cuenta que Johann Schenk, un joven compositor, consiguió en el
último momento un asiento en el foso de la orquesta y que, después
del silencio que se produjo tras la Obertura, gateó hasta el atril y le
besó la mano a Mozart. Este delicioso cuento de hadas procede
supuestamente de la autobiografía manuscrita de Schenk, que está
en la abadía de Góttweig, pero lo cierto es que en el documento no
aparece ninguna historia semejante25.)
Tras volver de Praga, Constanze permaneció en Viena hasta el
estreno de La flauta mágica, pero en la primera semana de octubre
volvió a Baden para seguir con su tratamiento. Al final de la primera
semana de octubre, el 7 y el 8, Mozart escribió a su esposa:
164
Lo más curioso es que la noche en que mi ópera se estrenaba
con tanto éxito, en Praga se estaba representando Tito por
última vez, también con un éxito extraordinario... También
escribe (Stodla [«Stadler» con acento germano-bohemio]) que
[estas palabras fueron tachadas por Nissen. Probablemente:
«debo admitir que ahora me he dado cuenta de que me había
equivocado y que»] es verdad que [Süssmayr] es un asno, en
fin, ya lo sabemos — Stodla es sólo un poco asno, no mucho; —
pero ese [Süssmayr] — pues sí, es un verdadero asno.
A las 5.30 salí por la Stubenthor y me di mi paseo favorito
por el Glacis hasta el teatro [Theater auf der Wieden] — ¿qué
veo? — ¿qué huelo? Don Primus [el criado] con las Carbona-
deln [chuletas de cerdo] — ¡che gusto! — como a tu salud —
están dando las once — ¿quizá estás durmiendo ya? — ¡Chist!
¡Chist! ¡Chist! — ¡No quiero despertarte! —
165
mayr.] ... ¡adiós, querida mujercita! — el correo quiere salir. —
Espero leer algo de tu puño y letra, y con esta dulce esperanza
te beso 1.000 veces y soy siempre tu
amante esposo
W. A. Mozart
166
pegó un respingo — miró a los bastidores y me vio — cuando
pasó por segunda vez — no toqué — entonces se detuvo y no
quería seguir — leí sus pensamientos y volví a tocar un acorde
— entonces golpeó su Glockenspiel y dijo, «Cállate» — con lo
cual todos se rieron — y como resultado de la broma, creo que
muchos se dieron cuenta por primera vez de que no era él quien
tocaba el instrumento — por cierto, no puedes imaginarte lo
encantadora que resulta la música en un palco cerca de la
orquesta — mucho mejor que en la galería; — en cuanto
vuelvas tienes que probarlo. —
167
podía haber encontrado un sitio mejor, pero el resto es ¡ay!
terrible. — ¡Estas gentes [los campesinos con quienes se hospe
daba Cari] deben ser capaces de criar a un buen granjero!
pero basta. Como sus estudios serios no comienzan hasta el
lunes (¡Dios le ampare!), les he pedido que me dejen a Cari
hasta el domingo después de comer. Les he dicho que tú tienes
ganas de verle. — Mañana domingo [sábado, a no ser que
hubiera una interrupción en la carta, comenzada en viernes |
nos reuniremos contigo — puedes quedarte con él o le puedo
llevar de vuelta a Hecker [Wenzel Bernhard Heeger, en Perch-
toldsdorf]; — piénsatelo, en un mes no le van a echar a perder,
¡creo yo! Mientras tanto, ese asunto de los piaristas [la orden
religiosa en la que Mozart pretendía meter a Cari] puede
solucionarse y estamos dedicándonos seriamente a ello. — Por
lo demás, no es peor, aunque desde luego no es ni una pizca
mejor de lo que ha sido siempre. Sigue con el mismo uniforme,
tan pesado como siempre y estudia si cabe con menos voluntad que
antes; por las mañanas no hace ipás que pasar cinco horas
paseando por el jardín y después de comer pasea durante otras
cinco horas, como él mismo me ha reconocido, en una palabra,
los niños no hacen más que comer, beber, dormir y pasear...
Ayer la excursión a Bernstorf [Mozart se refiere a Perchtolds-
dorf, que los lugareños llaman «Petersdorf»] me llevó un día
entero, por eso no pude escribir, — pero que tú no hayas escrito
en dos días es imperdonable, aunque espero tener noticias tuyas
hoy con toda seguridad y hablar contigo mañana y darte un
beso desde el corazón.
Adiós, siempre tu
14 oct. 791. Mozart...26
168
dedicó al Réquiem. Conviene resaltar que, aunque estaba perma
nentemente desbordado de trabajo, Mozart seguía escribiendo a
Constanze con su cariñoso estilo habitual; da la sensación de estar
sereno, confiado y verdaderamente satisfecho con la acogida de La
/lauta mágica. Es interesante observar en estas cartas que puso especial
empeño en citar las alabanzas que Salieri había hecho del libreto (lo
cual implica que Mozart también lo aprobaba), y que una persona
no había captado las serias alusiones masónicas. ¿Intentó Mozart
explicar, tal vez a un espectador «profano», el contenido y el mensaje
del segundo acto? («Me armé de suficiente paciencia para decirle que
se fijara en la letra...») Y en todas estas cartas Mozart da la impre
sión de ser un hombre joven alegre y divertido, en la flor de la vida,
bromeando con Schikaneder entre bastidores y felizmente casado con
una mujer que evidentemente le devolvía su afecto con creces.
En vista de las leyendas que circulan actualmente en torno a
Salieri, es reconfortante leer la cuidadosa descripción que hace
Mozart de los elogios que le dedicó el maestro italiano, que sin duda
fueron exactamente como él los cuenta. Es posible que Salieri
siguiera estando igual de celoso de Mozart que antes —hubiera sido
sobrehumano no estar algo celoso de un genio tan abrumador—,
pero ambos estaban procurando guardar las apariencias, y fue muy
amable por parte de Mozart ir a buscar en coche a Salieri y a la
cautivadora Cavalieri.
Unas tres semanas después, el 6 de noviembre, el conde Cari von
Zinzendorf fue a ver la nueva producción. Escribió:
169
..
X I. La e n f e r m e d a d f in a l
171
—Bien, pero entonces también debe cobrar más. Aquí tiene
otros cien ducados.
—Señor, ¿quién le envía?
—Un hombre que desea permanecer en el anonimato.
—¿Quién es usted?
—Eso tiene aún menos importancia; volveré a visitarle
dentro de cuatro semanas.
Y entonces se marchó: Le espiaron para ver dónde iba, pero
los encargados de seguirle se descuidaron o les dio hábilmente el
esquinazo; lo cierto es que no descubrieron nada. A partir de
entonces Mozart se convenció totalmente (esto debo admitirlo)
de que el hombre de aspecto noble era una persona verda
deramente extraordinaria, estrechamente vinculada al Otro
Mundo, o incluso enviada desde allí para anunciar su final [el
de Mozart]. Por este motivo decidió, con más seriedad aún,
crear un monumento digno de su nombre. Trabajó desde
entonces bajo estas impresiones y no es sorprendente, por tanto,
que creara una obra tan perfecta. Durante esta tarea a me
nudo llegaba a un agotamiento absoluto y se desmayaba. E
incluso antes de cumplirse las cuatro semanas estaba dispuesto,
pero también... muerto1.
172
No hay duda de que incluso después de su regreso de Praga no
era el Réquiem, sino el concierto de clarinete para Stadler lo que
requería la atención más inmediata de Mozart. Y tampoco podía
dedicarse al concierto hasta que acabara La flauta mágica. Pero
entonces quedó el camino despejado para el Réquiem.
Si mis cálculos son correctos, el período completo durante el cual
Mozart compuso el Réquiem, o lo que nos ha llegado de él (algu
nos de los apuntes debieron perderse), abarcó sólo del 8 de octubre
al 20 de noviembre (fecha en que tuvo que meterse en cama); y
debemos, además, restar el tiempo necesario para componer y poner
por escrito la Kleine Freymaurer-Kantate (K. 623), que, al fin y al cabo,
ocupa treinta y seis páginas en el autógrafo de Mozart. Suponiendo
que dedicara cuatro o cinco días a la cantata (en 1783 había
compuesto la sinfonía «Linz» —K. 425— 2, de mucha mayor exten
sión, en cinco días, pero en noviembre de 1791 escribía mucho más
despacio), y dos días a recoger a Constanze en Baden (el 16 de
octubre) y volver a instalarse en el piso de Viena, queda poco más
de un mes para escribir el grueso del Réquiem. Hay que repetir
que lo único que escribió con toda la instrumentación fue el «Requiem
aeternam» (Introito); las demás partes, desde la fuga del «Kyrie»
hasta el final del «Hostias», las esbozó según su costumbre en par-
licella. La instrumentación que le faltaba al «Kyrie» (los bajos en su
mayor parte) se debe a un Kapellmeister y compositor local llamado
F. J. Freystádtler, excepto las partes de trompeta y timbal, que están
claramente en letra de Süssmayr3. Mozart compuso un total de 99
hojas en forma de particella, una cantidad de música sorprendente,
casi increíble, para escribirla, aunque sólo fuera en esbozo, en poco
más de un mes. No hizo el Réquiem siguiendo el orden litúrgico, con
lo cual el «Lachrymosa» —que precede al Ofertorio— quedó incom
pleto, con sólo ocho compases esbozados; hay que suponer que sea la
última música que compuso.
En el autógrafo del Réquiem4, que se conserva en la Biblioteca
Nacional de Austria, en Viena, aparecen dos tipos de papel clara
mente distintos (con sus filigranas correspondientes):
Tipo I. Introito («Requiem aeternam»)
«Kyrie» hasta el compás 45
Secuencia: «Dies irae» hasta el compás 10 del «Recor
dare»
173
Tipo II. Resto del «Kyrie» (compases 46 y ss., hoja 9)
1 74
estaba basada en los datos que aportó ella oralmente, porque hay
elementos que se repiten de forma literal en la biografía de Nissen.
Niemetschek afirma que escribió su relación «tal y como la había
oído frecuentemente de labios de la viuda de Mozart...». En lugar de
reproducir las versiones tanto de Niemetschek como de Nissen, que
son casi idénticas, he elegido la de Nissen, que puede considerarse
como la más autorizada (por tratarse de la labor del segundo marido
de Constanze):
175
presión anterior, desfallecía y se debilitaba cada vez más, hasta
que se vio obligado a meterse en la cama, de la cual, desgracia
damente, no volvería a levantarse...
Mozart permaneció plenamente consciente durante su en
fermedad, hasta el último momento; murió en paz, pero muy a
su pesar. Esto se comprende sin dificultad, teniendo en cuenta
que, al volver de Praga, Mozart recibió la confirmación de su
nombramiento como Kapellmeister de la catedral de San
Esteban, con todos los emolumentos asociados al cargo desde
tiempos inmemoriales, y a la vez, aparte de las obras encarga
das para los teatros de Viena [¿Schikaneder?] y Praga [¿Guar-
dasoni?], había recibido ofertas tentadoras desde Hungría y
Amsterdam para hacer envíos regulares [de composiciones];
con lo cual tenía la feliz expectativa de un futuro absolutamente
libre de penalidades para ganarse la vida.
¡Todo demasiado tarde! Ya notaba que iba perdiendo
fuerzas. Y esto era por causas enteramente naturales, sin que
fuera necesario pensar (como él creía) que le habían envenena
do. Era una fruta que había madurado temprano y que sólo
duró un suspiro. A la delicada edad en que la naturaleza aún
está creando y recolectando la esencia de la vida, él entorpeció
el proceso no sólo por llevar una vida sedentaria, sino también
por consumir sin pausa esa verdadera esencia de la vida, dedi
cándose a componer continuamente. Este ansia de componer
también aceleró su muerte, que su propia celebridad no hizo
sino propiciar. ¿Cómo iba a ser posible que un cuerpo débil por
naturaleza y deteriorado por la enfermedad soportara el agota
miento de los últimos cuatro meses? Y no con partituras
sencillas, como las de Pergolesi y Hasse, sino en su estilo, con un
tratamiento rico y completo de cada una de las partes.
Esta curiosa concurrencia: un presagio más afortunado de
un destino mejor, el triste estado presente de sus finanzas, el ver
a su esposa.desesperada, la idea de dejar huérfanos a sus dos
hijos, nada de esto podía consolar a un artista admirado que
nunca fue un estoico, ni mitigar en él la amargura de morir a
los treinta y cinco años.
«¡Tener que morir precisamente ahora», se lamentaba fre
cuentemente durante su enfermedad, «cuando podría vivir
tranquilo! ¡Abandonar ahora mi arte, cuando ya no tendría que
176
ser esclavo de la moda ni estar encadenado a los especuladores,
cuando podría seguir los vuelos de mi fantasía, cuando podría
componer con libertad e independencia lo que me dictase el
corazón! Tener que abandonar a mi familia, a mis pobres hijos,
en el momento en que estoy en la mejor situación para poder
cuidar de ellos...»
Su enfermedad final, postrado en cama, duró quince días.
Comenzó con una hinchazón de los pies y las manos, junto con
una incapacidad casi absoluta para moverse; a esto siguieron
vómitos repentinos, y es lo que se llama fiebre miliar aguda
[hitziges Frieseljieber]. Estuvo completamente consciente hasta
dos horas antes de morir; las sensaciones de su muerte inminen
te y la tristeza de tener que dejar a su mujer e hijos desampara
dos triplicaron sin duda el martirio de su enfermedad...
El día en que murió pidió que le llevaran la partitura del
Requiem a la cama. «¿No os había dicho que estaba escribiendo
este Requiem para mí?» Así habló, mirando toda la partitura
detenidamente, con lágrimas en los ojos. Fue el último y
doloroso adiós a su amado Arte...
El barón van Swieten fue inmediatamente después de la
muerte [de Mozart] a llorar con la viuda, que se había metido
en la cama de su marido muerto para contagiarse de su enfer
medad y morir con él... La muerte de Mozart fue recibida con
general consternación. El mismo día de su muerte muchas
personas se congregaron frente a la casa y mostraron su con
dolencia de varias formas. Schikaneder paseaba de un lado a
otro y gritaba: «Su fantasma me sigue a todas partes; no hago
más que verle delante de mí».
La salud de Mozart, visiblemente quebrantada en el último
período, siempre había sido frágil, y, como sucede a menudo en
las personas de sensibilidad delicada, tenía mucho miedo a la
muerte8.
177
una Vida del compositor, y para organizar, en París, la carrern
musical de la hija de ambos, Clara, que pronto se convertiría en una
de las cantantes más famosas de la época».
Ambos esposos incluyen en sus diarios las conversaciones que
tuvieron con Constanze inmediatamente después, día a día; la
información que contienen estos textos es inestimable. En la siguiente
transcripción, que no se publicó hasta 1955, V. N. significa Vincent
Novello y M. N. su esposa, Mary. La hermana de Constanze, Sophie
Haibel, también estaba presente, así como el hijo menor de Mozart,
Franz Xaver Wolfgang.
178
ra y le dijo que si moría antes de acabar la obra, la fuga que
había escrito al comienzo podía repetirse, y señaló dónde y
cómo había que rellenar las partes que ya estaban esbozadas.
Fue consecuencia de esto que Süssmayr escribiera después a
Breitkopf de Leipzig afirmando haber escrito la parte principal
de este Réquiem, pero, como dijo madame muy acertadamente,
cualquiera podía haber escrito lo que él hizo, teniendo los
apuntes y las directrices precisas de Mozart, y nada de lo que
escribió Süssmayr, antes o después, demostró que tuviera un
talento ni remotamente parecido.
Las diatribas que algunos han lanzado contra esta última
composición de Mozart tienen su origen en Weber (no pariente
de Carl Maria von Weber), director del [periódico titulado]
Cacilia, que también ha escrito un Réquiem, pero, no siendo del
mismo género que el de Mozart, no tuvo éxito. La envidia le
hizo querer rebajar ese grado de perfección que él era incapaz
de alcanzar, pero era un asunto difícil, porque sólo conseguiría
que la gente se riera de él; su objetivo fue, por tanto, negar que
el autor fuera Mozart, y esto lo hizo en uno de los números del
periódico que dirige. Siempre hay muchas almas mezquinas y
envidiosas dispuestas a unirse al clamor levantado contra un
gran genio a quien jamás lograrán imitar ni apreciar, y en
esta ocasión hubo varios que prestaron oídos a la afirmación
de este escritorzuelo. Una vez logrado esto, se atrevió a censurar
las cualidades de la obra y, en suma, lo que hizo fue demostrar
su ignorancia al negar que la obra tuviera ningún mérito,
puesto que Süssmayr era su autor, sin darse cuenta de que, si
éste la había creado, cómo se explicaría que nunca, ni antes ni
después, fuera capaz de escribir nada semejante.
179
V. N. 15 de julio. Fue Salieri quien primero intentó componer
esta obra, pero no lo consiguió, y el gran éxito de Mozart al
lograr lo que él no había podido parece ser el origen de su
enemistad y malicia hacia Mozart (siendo Süssmayr amigo de
Salieri). Fue unos seis meses [¿semanas?] antes de morir cuando
empezó a estar dominado por la horrible idea de que alguien le
había envenenado con acqua toffana —un dia se acercó a ella
para quejarse de que sentía un gran dolor en los riñones y una
debilidad general que se le iba extendiendo gradualmente—,
que alguno de sus enemigos había conseguido administrarle la
mixtura fatal que le provocaría la muerte y que ya podían
calcular el momento preciso en el que se produciría infalible
mente. El encargo de componer el Réquiem le hizo mucho
daño, puesto que alimentó estos tristes pensamientos que natu
ralmente provenían de su precario estado de salud.
El gran éxito de una pequeña oda masónica que escribió por
entonces le levantó los ánimos durante un tiempo, pero volvió a
tener los mismos presagios melancólicos al cabo de unos días, al
volver a dedicarse al Réquiem. En una ocasión él mismo, con
Süssmayr y madame Mozart, cantó parte del Réquiem, pero
algunos de los pasajes le emocionaron tanto que se le saltaron
las lágrimas y fue incapaz de continuar.
Me alegró descubrir que yo había acertado al suponer que
el Recordare (uno de los movimientos más divinos y encantadores
que jamás se han escrito) era uno de sus grandes favoritos.
Ella también confirmó que Mozart había dicho sólo tres
días antes de morir: «Me han asignado un cargo que me va a
permitir tener en el futuro tiempo libre para escribir sólo lo que a
mí me gusta, y me siento capaz de hacer algo digno de la fama
que he conseguido, pero en lugar de eso me encuentro con que
voy a morir».
Cuántas gloriosas producciones ha perdido el mundo a
causa de e?ta desgraciada muerte precoz; pues, aunque sus com
posiciones son incomparables, no tengo la más mínima duda de
que, de haber vivido, habría escrito cosas aún mejores, tales
como oratorios y otras obras largas (del género épico)9.
180
miitacto con Constanze a través de Haydn, que pasó por Offenbach
de vuelta de Inglaterra en 1792 y le dijo a uno de los dos directo
res de la empresa, Johann Anton André, que él y su padre (el funda
dor de la imprenta) debían comprar rápidamente a la viuda de
Mozart todas las composiciones que pudieran. Al cabo de un tiempo
el joven André fue a Viena y siguió ese consejo. Constanze había
estado negociando con una editorial mucho más famosa, Breitkopf &
llártel de Leipzig, pero André era un joven muy convincente.
I.n 1799 compró una enorme cantidad de autógrafos de Mozart, que
lile imprimiendo a lo largo de las siguientes décadas en ediciones
que eran notablemente eruditas y cuidadas para aquella época; por
ejemplo, la Misa en do menor (K. 427), donde dejó en blanco los
pasajes de la particella que Mozart no había rellenado, así como el
Kyrie en re menor (K. 341). En ambos casos se han perdido los
autógrafos (aún existe una parte de la misa, pero no el «Benedic-
tus»), por lo cual la edición de André es nuestra fuente primaria.
Johann Anton André era un hombre enérgico, agudo y sarcásti
co, y él mismo era compositor. Empezó a sentir interés por Mozart,
no sólo en lo referente a su obra, sino también en cuanto a su vida, y
por fuerza tenía que acabar envuelto en el asunto del Réquiem.
Como resultado de ello tenemos una copiosa y fascinante correspon
dencia entre André y varios amigos y conocidos con quienes pre
tendía dilucidar la historia del Réquiem10.
Dicho sin rodeos, André opinaba que la historia del mensajero
y del Mozart vacilante y convencido de que había recibido un
encargo del «Otro Mundo» era una majadería; en una carta que
envió el 10 de febrero de 1826 a su yerno, Johann Baptist Streicher,
hijo del famoso fabricante de pianos vienés y amigo de Beethoven,
escribía lo siguiente:
181
2. ¿Cuándo se supo de la existencia del Requiem en Viena y
en qué circunstancias?...
182
testimonio fidedigno sobre la obra. Todo lo demás es superlluo.
Quienquiera que haya examinado esos manuscritos detalla
damente debe reconocer que Moz. es el único compositor, y
que Süssmayr no tuvo más parte en ellos que la de cualquie
ra que tenga cierta práctica con el bajo cifrado. Todo lo
esencial es de Moz. ...
183
En mi opinión, es especialmente significativo el hecho de que
unos días antes de morir [mi padre], se le hinchó tanto el
cuerpo que el paciente era incapaz de hacer el más mínimo
movimiento; por otra parte, había un hedor que significaba una
desintegración interna y tras la muerte aumentó hasta tal punto
que resultó imposible hacer una autopsia.
Otra circunstancia típica es que el cadáver no se quedó
rígido y frío, sino que, como en el caso del papa Ganganelli y
aquellos que mueren por envenenamiento con plantas, perma
neció blando y elástico.
184
aficionado [Liebhaber] me dejará en paz». Al día siguiente vino
un criado para recoger la respuesta; Mozart escribió al descono
cido diciendo que no podía comprometerse a escribir la obra
por menos de 60 ducados y que no podía empezar, por otra
parte, hasta pasados dos o tres meses. El criado regresó, trajo 30
ducados al instante, y dijo que volvería a preguntar al cabo de
tres meses, y que cuando estuviera terminada la Misa traería la
otra mitad del dinero. Mozart no tuvo otro remedio que
ponerse a escribir, cosa que hizo, a menudo con lágrimas en los
ojos, siempre diciendo: «Me estoy escribiendo mi propio Ré
quiem»; lo terminó unos días antes de morir. Cuando se supo de
su muerte, volvió a aparecer el criado trayendo los otros 30
ducados, pero sin pedir ningún Réquiem, y a partir de ese
momento no hubo más indagaciones. La obra va a interpretarse
en su memoria, una vez copiada, en la iglesia de San Miguel
[de Salzburgo]13.
186
✓ V
- i>u
ru .
F I G . 10
Figs. 10 a 17.— Lafirma de Mozart que aparece en el autógrafo del Réquiem ( FlC. 10) es unafalsificación
de Süssmayr — según un hallazgo publicado por vez primera en el libro Mozarts Tod (1971)—,y llevafecha
de 1792. Firmas auténticas de Mozart: Fia. 11 (1784), Fia. 12 (Ave, verum, 1791), Fia. 13 (1790). La
Fia. 14 muestra la firma de Mozart en el autógrafo de la Kleine Freymaurer-Kantate, K. 623, con la
fecha de 15 de noviembre de 1791. Nótese que en la falsificación de Süssmayr en el Réquiem la letra «M»
comienza abajo a la izquierda, mientras que en todas las firmas auténticas de Mozart se inicia a media
altura. Las Fias. 15 a 17 muestran firmas de Süssmayr a partir de 1792-1793.
nada de la primera; pues una vez que había tomado una
decisión partiendo de una masa de pensamientos, esa idea era
tan sólida como una roca y nunca la cambiaba; esto es algo que
se puede ver en sus partituras también, tan hermosas, tan
eficientes, tan pulcras, y desde luego sin una sola nota cambia
da. — Supongamos el caso de que Siissmayr encontrara unos
restos esbozados por Mozart (para el Sanctus, etc.), eso signifi
caría que el Réquiem sigue siendo obra de Mozart. — El que
yo se lo diera a Eybler para que lo terminara fue porque yo
estaba entonces (no recuerdo por qué) enfadada con Süssmayr
y el propio Mozart tenía un alto concepto de Eybler. Yo pensé
que aquello podía hacerlo cualquiera, porque estaban escritas
todas las secciones principales. Por tanto, mandé llamar a
Eybler y le hablé de mi deseo; como él inmediatamente rechazó
el encargo con bellas disculpas, no se lo di...16.
188
amigo de Salieri, y ello en el contexto de la explicación de los celos de
Salieri por la extraordinaria historia del Cosí Jan tutte; ése fue «el
origen de su enemistad y malicia hacia Mozart (siendo Süssmayr
amigo de Salieri)».
¿Cómo sucedió esto? La respuesta se halla, creo, en los archivos
de la Capilla de la Corte (actualmente en la Biblioteca Nacional de
Austria, en Viena):
Visto por mí
Ant. Salieri
M.faestro de] C.[apilla]18
189
Beaumarchais en Paris; pero su enfermedad [la de Mozart] se
agravó hasta el punto de que sólo pudo dirigir [¿presenciar?]
más o menos las diez primeras funciones. Cuando ya no le era
posible estar físicamente en el teatro, con gran pesar se colocaba
el reloj cerca y oía la música en su imaginación...
«Ahora han terminado el primer acto — ahora viene el
pasaje de «Dir, grosse Kónigin der Nacht» [escena 30 del acto
segundo, justo antes del final] — y así sucesivamente20.
190
diciembre], estando yo con él, Mozart me dijo: «Querida
Sophie, no dejes de decirle a Mamá que estoy bastante bien y
que podré ir a verla y felicitarla en la octava de su santo».
¿Quién más contenta que yo de poder llevarle tan buenas
noticias a mi madre, que siempre estaba preguntando cómo se
encontraba Mozart? Así que me fui rápidamente a casa a
tranquilizarla, tanto más cuanto que él parecía estar realmente
animado y contento. El día siguiente [4 de diciembre] era
domingo. Yo era joven entonces y algo presumida, debo confe
sarlo, y me gustaba ponerme elegante. Pero no me gustaba ir
andando desde nuestro barrio hasta la ciudad con ropa de
vestir, y no tenía dinero para un coche. Así que le dije a nuestra
buena madre: «Querida Mamá, hoy no voy a visitar a Mozart.
Estaba tan bien ayer que seguramente estará mucho mejor esta
mañana, y un día más o menos no va a suponer una gran
diferencia». Entonces mi madre dijo: «Escucha. Prepárame una
taza de café y te diré lo que debes hacer». Parecía querer que
me quedara en casa, y mi hermana sabe lo mucho que yo tenía
que estar con ella. Fui a la cocina. El fuego se había apagado.
Tuve que encender la lámpara y el fuego. No hacía más que
pensar en Mozart. Cuando terminé de preparar el café la
lámpara seguía encendida. Entonces me di cuenta de lo derro
chadora que había sido con la lámpara, quiero decir, que había
quemado mucho aceite. Aún seguía ardiendo con fuerza. Miré
fijamente a la llama y pensé para mis adentros: «Cuánto me
gustaría saber cómo está Mozart». Mientras pensaba y miraba
la llama, se apagó, tan completamente como si la lámpara no
hubiera estado encendida nunca. No quedó ni una chispa en la
mecha principal, y eso que no había la más mínima corriente de
aire..., esto puedo jurarlo. Sentí una cosa horrible. Fui corrien
do a contárselo todo a mi madre. Ella me dijo: «Quítate la ropa
de vestir, vete a la ciudad y tráeme noticias de él inmediata
mente. Pero procura no retrasarte». Me di toda la prisa que
pude. Ay, cómo me asusté cuando mi hermana, que estaba al
borde de la desesperación pero intentando mantener la calma,
salió a recibirme, diciendo: «Gracias a Dios que has venido,
querida Sophie. Anoche se puso tan mal que pensé que se moría
antes del amanecer. Quédate conmigo hoy, porque si tiene otra
recaída morirá esta noche. Entra a verle un ratito y mira cómo
191
i
está». Yo procuré dominarme y me acerqué a la cama. Él me
llamó inmediatamente y dijo: «Ah, querida Sophie, cuánto
me alegro de que hayas venido. Tienes que quedarte aquí esta
noche y verme morir». Hice un gran esfuerzo para ser valiente y
convencerle de lo contrario. Pero a todos mis intentos res
pondía: «Si ya me noto el sabor a muerte en la lengua. Y si no
te quedas, ¿quién sostendrá a mi queridísima Constanze cuando
yo ya no esté?». «Sí, sí, querido Mozart», le aseguraba yo,
«pero primero tengo que ir a decirle a nuestra madre que
queréis que me quede aquí hoy. De lo contrario pensará que te
ha ocurrido alguna desgracia.» «Sí, hazlo», dijo Mozart, «pero
procura volver pronto.» ¡Dios santo, qué dolor sentí! Mi pobre
hermana me siguió hasta la puerta y me rogó por el amor de
Dios que fuera a hablar con los curas de San Pedro y les
suplicara que uno de ellos viniera a ver a Mozart, fingiendo una
visita casual. Lo hice, pero estuvieron mucho tiempo negándose
a ir y me costó mucho convencer a una de aquellas bestias
clericales de que fuera a verle. Después me fui corriendo a casa
de mi madre, que me esperaba ansiosamente. Ya había anoche
cido. Pobrecilla, ¡qué susto se llevó! La convencí de que se fuera
a pasar la noche con su hija mayor, Josepha Hofer, que en paz
descanse. Entonces volví, dándome toda la prisa que pude,
junto a mi hermana, que estaba desquiciada. Süssmayr estaba a
la cabecera de Mozart. El famoso Réquiem estaba encima de la
colcha, y Mozart le explicaba cómo, en su opinión, debería
terminarlo una vez que él hubiera muerto. Más aún, le pidió a
su esposa que mantuviera su muerte en secreto hasta después de
haber informado a Albrechtsberger, que era el encargado de
todos los servicios [en la catedral de San Esteban], Se organizó
una laboriosa búsqueda para dar con el doctor Closset, que
estaba en el teatro, pero tuvo que esperar al final de la función.
Cuando vino nos mandó poner cataplasmas frías sobre la ca
beza ardiente de Mozart, lo cual, sin embargo, le afectó en tal
grado que quedó inconsciente, permaneciendo así hasta su
muerte. Su último movimiento fue un intento de expresar con la
boca los pasajes de timbal del Réquiem. Todavía lo estoy
oyendo. Müller21, el de la galería de arte, vino a hacer un
molde de su cara pálida y muerta. Me cuesta encontrar
palabras, querido hermano, para describir cómo su fiel esposa,
192
en su completa desolación, cayó de rodillas pidiendo ayuda al
Todopoderoso. Era absolutamente incapaz de separarse de
Mozart, por mucho que yo le rogara. Su dolor aumentó si cabe
al día siguiente de aquella noche espantosa, cuando multitud de
gente desfiló ante el cadáver, llorando y gimiendo22.
193
mente a la casa, sin acabarme de creer la desastrosa noticia,
pero desgraciadamente no tardé en convencerme de que era
cierta. — La propia señora Mozart abrió la puerta del piso y
me llevó a una salita que había a la izquierda, y allí vi al
maestro muerto, dentro de un ataúd, con un traje negro y una
capucha sobre la frente tapándole los rubios cabellos, y con las
manos cruzadas sobre el pecho...25
1 94
5 de diciembre, cuando murió Mozart; este dato preciso lo tenemos
en una carta autógrafa de Maria Anna (Nannerl), la hermana de
Mozart, escrita en torno a abril de 1792 30. El diario de Zinzendorf
nos informa de que el tiempo era «templado. Ya llevamos una tem
porada con tres o cuatro bancos de niebla al día». El buen tiempo,
desusado en aquella época del año, continuó durante el día siguiente,
«y niebla frecuente». No hacía nada de viento31.
En el Registro de Defunciones de la ciudad de Viena32 corres
pondiente al día 5 de diciembre aparece lo siguiente: «Mozart,
Wohledler [noble] H[er]r: Wolfgang Amadeus, Kapellmeister y
Compositeur de Cámara E[mperial] R.[eal], nacido en Salzburgo,
en la Pequeña Kaiserh[aus] N.° 970 de la Rauhensteingasse, de fiebre
miliar aguda [hitzxges Frieselfieber], [el cadáver] examinado, 36 años
de edad [rede: 35]».
En vista de su situación financiera, Constanze aceptó la sugeren
cia de que el entierro de Mozart fuera lo más barato posible. Pagó un
entierro de tercera clase: 4 fl. 36 kr. para la parroquia, y 4 fl. 20 kr.
para la iglesia; el coche que llevó el cadáver desde la Rauhenstein
gasse hasta la catedral de San Esteban y después al cementerio de
San Marx costó 3 gulden33,
Este último viaje del Kapellmeister Imperial y Real se ha recons
truido de la manera siguiente (se supone que todo esto tuvo lugar el 6
de diciembre, no más tarde, debido al estado de putrefacción del
cadáver):
195
acabando en la verdadera «Capilla del Crucifijo», que estaba
situada nada más entrar; allí tuvo lugar la bendición eclesiás
tica. Acabada la ceremonia, la pequeña procesión volvió a salir
al Pulpito de Capistranus [de nuevo en el lado norte exterior],
donde el coche fúnebre aguardaba para llevar el ataúd a su
último viaje, al cementerio de San M arx34.
1 96
Un compositor, no poco conocido y residente en Viena, dijo a
un colega ante la muerte de Mozart, con gran seriedad y
rectitud: «Por supuesto que es una lástima para un genio tan
grande, pero para nosotros es bueno que haya muerto. Porque
si hubiera vivido más tiempo, lo cierto es que el mundo no
habría dado ni un mendrugo por nuestras composiciones»36.
Han tenido que pasar quizá doscientos años para que el mundo
calibrara plenamente y en todos sus aspectos lo que esta pérdida ha
significado para la historia de la música... y de la humanidad. Haydn
dijo: «¡La posteridad no volverá a ver un talento semejante en cien
años!»37. La posteridad no lo ha visto en doscientos.
¡fa.
-
XII. M ito s y t e o r ía s
199
a
200
Salieri está otra vez muy mal. Está realmente deshecho. Tiene
fantasías de ser el responsable de la muerte de Mozart y de ha
berle envenenado. Esto es verdad— porque él quiere confesarlo...
201
una carta en la que con indignación negaba cualquier posibilidad de
envenenamiento6. Este médico también envió una carta al discípulo
de Haydn, Sigismund von Neukomm, que entonces vivía en París,
con el texto siguiente7:
202
satisfactorio que tener la certeza de que este testimonio que
doy es, al menos en algún grado, capaz de contrarrestar esa
horrible imputación contra la memoria del excelente Salieri. Le
ruego me perdone, señor, por no haber respondido a su petición
tan pronto como habría sido mi deseo; sólo una grave indisposi
ción pudo impedírmelo.
203
Las enfermedades hasta noviembre de 1791
204
mitos violentos, y fiebre reumática inflamatoria. El doctor Davies
opina que
205
provocada por el acqua toffaná). Los desmayos (pérdidas de conscien
cia) que se mencionan en las biografías auténticas son «normales en
los pacientes con fallo renal crónico, y a veces están relacionados con
aumentos repentinos de la presión sanguínea (encefalopatía por
hipertensión)».
La enfermedad terminal
206
Contrajo una infección estreptocócica más mientras asistía a
una reunión de la logia el 18 de noviembre de 1791, durante una
epidemia. La infección estreptocócica causó una nueva exacer
bación del síndrome de Schónlein-Henoch y de la insuficiencia
renal, que se manifestó con fiebre, poliartritis, malestar, hin
chazón de las extremidades, vómitos y púrpura. La ulterior
hinchazón del cuerpo, más generalizada, probablemente fue
debida a una retención adicional de líquido y sales causada por
la insuficiencia renal. Se le practicaron una o más flebotomías,
que probablemente agravaron su insuficiencia renal y contri
buyeron a su muerte. El síndrome de Schónlein-Henoch causó
un agravamiento de la hipertensión, que contribuyó a los
vómitos nocturnos y le provocó un derrame. La parálisis parcial
era una hemiplejía (parálisis de un lado del cuerpo) debida a
hemorragia cerebral. Unas dos horas antes de morir tuvo
convulsiones y entró en estado comatoso. Después, una hora
más tarde, intentó sentarse, abrió mucho los ojos y cayó hacia
atrás, con la cabeza vuelta hacia la pared; tenía las mejillas
hinchadas. Estos síntomas sugieren una parálisis conjugada
ocular y del nervio facial, con hemorragia cerebral masiva. En
la noche anterior a su muerte Mozart había sufrido fiebre y
sudores intensos. En los pacientes con uremia es frecuente que la
muerte sea efecto directo de una bronconeumonía que se pre
senta cuando el paciente está ya moribundo.
* * *
207
hacerlo porque pensaba que ella había sido la amante de Mozart
(¡qué mojigato era Beethoven!). Pero no hay absolutamente ninguna
prueba de que la tragedia de los Hofdemel se pueda relacionar, de
forma directa o indirecta, con Mozart. La emperatriz María Luisa se
interesó de inmediato y personalmente por la situación de Magdale
na, cosa que difícilmente habría hecho si la corte hubiera considera
do al futuro niño como hijo de Mozart. (El niño, Johann Alexander
Franz, nació en Brünn [Brno] el 10 de mayo de 1792, por lo que
debió ser concebido en agosto de 1791, cuando Constanze Mozart
acababa de traer al mundo a su último hijo, Franz Xaver Wolf
gang12.) Tampoco parece verosímil que los masones asignaran a
Hofdemel la tarea de envenenar a Mozart, como se ha sugerido.
También se ha dicho que una de las amantes de Mozart en 1791
fue su primera Pamina, Anna Gottlieb, que tenía entonces diecisiete
años (había hecho su debut a los doce años representando el papel de
Barbarina en Las bodas de Fígaro). No existen pruebas de que fuera
(como proponen algunos) discípula de Mozart, y mucho menos de
que su relación fuera otra que la de un compositor y una intérprete
bien dispuesta. Se ha dicho que a finales de 1791 o principios de 1792
ella perdió la voz y se retiró de los escenarios como cantante,
obteniendo un empleo como actriz en la compañía rival, la de
Marinelli (en el teatro de Leopoldstadt). Es decir, que la muerte
de Mozart le quebró el corazón... y la voz.
Lo que sucedió en realidad es completamente diferente. Es cierto
que Anna Gottlieb pasó a la compañía de Marinelli, pero siguió
actuando y cantando, como ella y otros hacían con Schikaneder en el
Freyhaustheater. Christopher Raeburn ha descubierto interesantes
críticas coetáneas sobre su carrera como cantante durante toda la
década de 1790, y Anna continuó cantando y actuando hasta bien
entrado el nuevo siglo. Por tanto, se trata de otra tradición mozartia-
na que puede ser desechada como simple m ito13.
Los mitos seguirán persiguiendo a Mozart. Amadeus, la obra de-
teatro y la película, ha creado otro de ellos, y puede resultar difícil
disuadir al público de la visión que nos da Shaffer del compositor
como un gamberro borracho, con un talento de origen divino, perse
guido por un Salieri vengativo.
Por la misma razón, hemos de rescatar a Constanze Mozart,
la del escote pronunciado y la risita necia, de la imagen que Shaffer
nos ofrece de ella en la película.
208
XIII. C o n s t a n z e : u n a d e f e n s a
209
Los enemigos y calumniadores de Mozart se hicieron tan
vehementes, especialmente al acercarse el final de su vida y tras
su muerte, que algunos de los rumores llegaron incluso a oídos
del emperador.
Estas historias y mentiras eran tan desvergonzadas, tan
escandalosas, que el monarca, al no recibir ninguna informa
ción contradictoria, estaba realmente indignado. Junto a las
invenciones deshonrosas y a las exageraciones de excesos que se
atribuían a Mozart, se decía que había dejado deudas por valor
de un mínimo de treinta mil florines, ante lo cual el monarca se
quedó realmente atónito.
La viuda había decidido solicitar una pensión al monarca.
Una mujer de espíritu noble, que había sido excelente discípula
de Mozart, le informó de que en la corte se estaba difamando el
nombre de su marido y le aconsejó que cuando fuera recibida
en audiencia contara al benevolente emperador la verdad del
asunto.
Al poco tiempo la viuda tuvo oportunidad de seguir ese
consejo:
«Majestad, todos tenemos enemigos», dijo vehementemente
durante la audiencia, «pero no hay nadie a quien se haya
atacado y calumniado de forma tan enérgica y continua como a
mi marido, ¡simplemente porque su talento era tan grande! Hay
personas que han tenido la audacia de contar a Su Majestad
muchas mentiras sobre él; las deudas que dejó se han exagerado
hasta multiplicarlas por diez. Os juro por mi vida que tres mil
florines liquidarían todas sus deudas. Y no las hemos contraído
imprudentemente. No teníamos ingresos fijos. Hemos tenido
muchos hijos y yo he sufrido enfermedades serias y costosas
durante un año y medio. Majestad, ¿no podéis ser indulgente,
vos, que tenéis tan buen corazón?»
«Si es cierto lo que dices», dijo el monarca, «aún estamos a
tiempo de hacer algo por ti. Que se dé un concierto con las
obras que ha dejado y yo lo patrocinaré»1.
210
diez años, pero Mozart había desempeñado su cargo sólo durante
cuatro.
El 30 de diciembre de 1791 la instancia había llegado a la persona
responsable de la música en la corte, Johann Wenzel, conde de
Ugarte, que escribió el hoy famoso pasaje explicando cómo el
emperador José II había contratado a Mozart en un principio.
Ugarte sugirió que se concediera a Constanze una cantidad de 200
gulden anuales y 50 gulden a cada uno de los huérfanos, «como salario
especial ex gratia». Pero las autoridades ( Obersthofmeisteramt) conside
raron que esa cantidad era inaceptable.
El 5 de enero de 1792, al mes de la muerte de Mozart, esas
mismas autoridades sugirieron a Constanze que volviera a presentar
una instancia con una declaración jurada, haciendo constar que no
tenía derecho a recibir una pensión de la Tonkünstler-Societat (la
Asociación de Músicos). (Ya hemos visto que Mozart nunca fue
miembro oficial de la Asociación porque no pudo o no quiso
presentar una partida de nacimiento.) Esta entidad proporcionó a
Constanze la declaración jurada y el 25 de febrero volvió a presentar
se el expediente. El 5 de marzo de 1792 el director de finanzas de la
corte, Johann Rudolph, conde von Chotek, escribió que «la viuda...,
ateniéndonos a la interpretación estricta de la normativa habitual en
estos casos, no tiene derecho a una pensión, sino solamente a una
indemnización consistente en el salario de un trimestre, es decir,
una suma de 200 gulden». Pero parece ser que los miembros de la
corte estaban verdaderamente avergonzados de tener «que dar una
miseria a la viuda de un hombre con semejante talento y que había
estado al servicio del Imperio». Por tanto, Chotek sugiere para «este
caso particular y sin que ello sirva de precedente» que Constanze y
sus hijos reciban una tercera parte del salario de su difunto esposo, es
decir, 266 fl. 40 kr., con efectos retroactivos desde el 1 de enero de
1792. Esta fue la sugerencia final y definitiva en lo referente al tema
de la pensión.
Leopoldo II había muerto el 1 de marzo y el nuevo empe
rador, Francisco, recibió la petición el 12 de marzo. La firmó en el
acto: «Placet — Franz m.p.» El 13 de marzo la pensión de Constanze
fue enviada al departamento correspondiente para su registro y
ejecución.
No era una pensión generosa, pero sí era una «base»; además,
mientras tanto Constanze se había encontrado con muchos amigos
211
y benefactores. En primer lugar, se organizaron varios beneficios y
conciertos conmemorativos, resultando especialmente impresionante
el que tuvo lugar en Praga. Fue el 14 de diciembre, en la iglesia
parroquial de San Nicolás, y la orquesta preferida de Mozart, la del
Teatro Nacional, bajo la dirección de Joseph Strobach y con un coro
en el que Josepha Duschek figuraba como soprano solista (120
músicos en total), interpretó el Requiem de Rosetti. «Ese mismo día»,
según el Pressburger £eitung,
Sonaron todas las campanas de la iglesia parroquial durante
media hora y la ciudad casi entera se dirigió hacia la plaza, de
forma que la Wálscher Platz apenas podía contener a todos los
carruajes, ni la gran iglesia, con capacidad para cerca de 4.000
personas, dar cabida a todos los admiradores del transfigurado
[Mozart]...3
Y solamente el Pressburger £eitung informa sobre un concierto que
tuvo lugar en Viena, en el Burgtheater, el 23 de diciembre de 1791.
La corte contribuyó con 150 ducados (675 gulden) para este aconteci
miento, que produjo un total de 1.500 gulden*. (El Pressburger £eitung
tenía una cierta tendencia a exagerar en todo lo relativo al tema de
Mozart, como puede verse en el siguiente artículo del 21 de diciem
bre: «... la viuda del difunto Herr Kapellmeister Mozart ha conseguido
seguridad económica, S. M. el emperador le ha concedido el salario
íntegro de su marido, y el barón van Swieten se ha hecho cargo de la
custodia de su hijo»5. No había sucedido ni lo uno ni lo otro.)
Constanze recibió un obsequio del archiduque Maximilian
Franz, elector de Colonia y protector de Beethoven, que envió a la
viuda 24 ducados (108 gulden). Ya el 7 de febrero de 1792 Federico
Guillermo II de Prusia había encargado a su embajador, el barón
von Jacobi (masón de la logia de Mozart), que comprase varias
composiciones de Mozart a 100 ducados cada una, entre ellas el
Réquiem, por un total de 800 ducados (3.600 gulden)6. Era una suma
enorme, que debió aliviar considerablemente la situación financiera
de Constanze. Todo esto indica que era realmente buena adminis
tradora (aunque fuera necesaria la muerte de Mozart para permitirle
desplegar esa faceta de su personalidad), y que contaba con muchas
simpatías personales.
El siguiente paso de Constanze fue encargar una interpretación
del Réquiem. El barón van Swieten se ocupó de los preparativos, y
212
i
el 2 de enero de 1793 se estrenó la obra en los salones Ja h n 7 (donde
Mozart había dado su último concierto público unos dos años antes).
El periódico húngaro Magyar Hirmondó publicaría lo siguiente:
213
óperas menos conocidas de Mozart, pero de allí a un par de años se
encontró editor en Alemania (Schmid & Rauh, de Leipzig) para la
reducción de la partitura para piano, y poco a poco este fruto
temprano de la madurez operística de Mozart fue abriéndose paso en
el repertorio.
En septiembre de 1795 Constanze llevó el Tito a Graz, como
beneficio para ella misma y sus dos hijos13. Enardecida, al parecer,
por el éxito que la obra, aún poco conocida, obtenía en esos
conciertos benéficos, Constanze decidió hacer una gira con el Tilo
por Alemania, con ella misma (como Vitelia)14 y Aloysia Lange
entre los cantantes. La primera parada fue en Leipzig, en la famosa
Gewandhaus, donde dio fragmentos del Tito y otras obras el 11 de
noviembre de 1795. Luego fue a Berlín, donde solicitó la autorización
de Federico Guillermo II de Prusia, viejo admirador de Mozart, para
dar un beneficio con Tito en el programa. El rey otorgó su permiso, y
el concierto se organizó en el gran teatro de la ópera, con la or
questa real: el memorable acontecimiento tuvo lugar (sin madamt
Lange, que al parecer estaba cantando en la ópera de Hamburgo) el
domingo 28 de febrero de 1796. En el viaje de vuelta Constanze dio
un segundo concierto en Leipzig (en abril de 1796) con el Réquiem, y
fue un éxito tal que hubo que dar otro más (el 25 de abril de 1796),
en el que de nuevo participó Aloysia Lange y se interpretó el coro
inicial de Thamos (en su arreglo como motete en latín). En mayo
Constanze fue a Dresde, con el Tito otra vez. A finales de diciembre-
de 1796 estaba de vuelta en Graz para organizar (con su propia
participación) un beneficio con fragmentos no sólo de esa ópera, sino
también, en la primera parte, de Idomeneo, aún a la espera de sei
redescubierto. En todo ello Constanze demostró un gusto interesante
por las obras menos conocidas de su marido, siempre procurando
incluir óperas (que invariablemente atraen al público mundano)
junto a otras obras, tanto instrumentales como vocales.
* * *
214
i
P R IM E R A P A R T E
SEG U N D A PA RTE
215
4. La conclusión es una escena alemana con coro final, cele
brando el alegre regreso de la paz [en las guerras napoleóni
cas: el tratado de Campo Formio, de octubre de 1797]. La
poesía ha sido especialmente escrita para la ocasión por el
famoso poeta y profesor de universidad, señor A. Meissner.
La música del recitativo es del señor Witassek y el coro es
de La clemenza di Tito, de Mozart; este último se ha elegido
con la esperanza de que en una ocasión tan festiva el público
tomará parte en el alegre coro.
El texto impreso puede obtenerse en la taquilla por 7 kr. y
la recaudación se entregará al asilo de pobres.
N. B. Todas estas obras, excepto el coro, son nuevas y se
interpretan por vez primera [en Praga]...15
2 U)
que «la obra de Mozart es noble por encima de toda alabanza; al
escucharla, como ocurre con el resto de su música, percibimos con
demasiada nitidez lo que el arte ha perdido».
* * *
* E s ta r e s p e ta b le m u je r se c o m p o r t a d e fo'rm a d e c e n te e n su v i u d e d a d y es u n a
b u e n a m a d r e p a r a su s d o s h ijo s. V iv e e n V ie n a d e su p e n s ió n y d e u n a p e q u e ñ a
r e n ta p r o c e d e n te d e l d i n e r o q u e le d e jó su m a r id o . [ N o ta a p ie d e p á g in a q u e fig u ra
e n el o r ig in a l.]
217
Pero Constanze no carecía de enemigos, incluso en este período.
Leopold Mozart y Maria Anna (Nannerl), la hermana de Wolfgang,
no la apreciaban, como demuestran los siguientes comentarios escri
tos por Maria Anna en 1792 para la futura biografía de Friedrich
Schlichtegroll:
218
una gama de sentimientos tan variados que no pude hacer nada
más que llorar y abrazarla. Ella también parecía estar afectada
y no hacía más que repetir en francés: «Oh, quelle bonheur
pour moi, de voir les enthusiastes pour mon Mozart». Habla
francés con fluidez, aunque con acento alemán; en italiano
piensa mejor, pero como yo no hablo ese idioma, ella continuó
educadamente en francés. No hay duda de que es una dama
verdaderamente educada, y aunque (excepto en los ojos) no
conserva huellas de la belleza que parece indicar el grabado que
precede a su biografía de Mozart, conserva, sin embargo, bien
la figura y un cierto aire, en fin, para una mujer de su edad, que
supongo estará en torno a los sesenta y cinco años. Tiene un
alojamiento encantador en la calle de la Monja, a mitad de
camino en una pendiente desde la que se domina una vista ex
tensa y encantadora, que apenas se puede igualar en el mundo
entero. El piso, como casi todos los extranjeros, no está abarro
tado de muebles, y la habitación en que nos ha recibido da a un
gabinete donde tiene su cama, pero elegantemente cubierta con
una colcha de seda verde, formando una agradable armonía
con las flores que había en la habitación...
219
visita no pudo ser más amable, amistoso e incluso cordial. En
conjunto, esta Dama es, para mí, una de las Personas más
interesantes que existen en la actualidad...
220
esa muestra de respeto a esta reliquia del divino compositor.
Nuestro paseo fue verdaderamente agradable. Los habitantes
de Salzburgo la tratan con gran respeto, aunque ella casi nunca
sale, teniendo una casa y un jardín tan deliciosos, que le
permiten disfrutar del aire libre sin fatigarse...
La señora afirma que no podría escuchar el Réquiem ni
Idomeneo. La última vez que escuchó Don Giovanni estuvo intran
quila durante las dos semanas siguientes. En Praga es donde le
parece que se han ejecutado mejor las óperas, y también en
Viena algunas veces, pero ahora, mientras están allí los cantan
tes italianos, no hay oportunidad de escuchar las óperas de
Mozart; cuando se marchan, se representan22.
* * *
221
ante Mozart, pero sin sacrificar la libertad de reconocer todo lo
grande y hermoso que pueda haber en otros lugares.»
De esta conversación surgió la primera biografía de Mozart que
puede considerarse «moderna» y científica, ya que uno de los dos
hombres que caminaban en aquel cortejo fúnebre era Otto Jahn (el
otro era Gustav Hartenstein), cuyo monumental estudio en cuatro
volúmenes empezó a publicarse en 1856, año del centenario del
nacimiento de Mozart, quedando concluido tres años después24. Fai
él aparece la siguiente nota a pie de página relativa al carácter de
Constanze:
222
Pretendo demostrar que la predisposición contra Constanze Mo
zart tiene su origen en Leopold Mozart, a la vez que la predis
posición de Leopold tiene su raíz en los primeros contactos de
Wolfgang con la familia Weber. Para seguir la pista de este primer
encuentro con los Weber es necesario volver a 1778 y al desafortuna
do viaje que hicieron Mozart y su madre a París. De camino pasaron
cuatro meses y medio en Mannheim (desde el 30 de octubre de 1777
hasta el 14 de marzo de 1778), donde Mozart esperaba, en vano por
cierto, obtener un puesto al servicio del elector; allí se enamoró de
Aloysia, hija de Fridolin Weber (1733-1779) —tío del compositor
Carl Maria von Weber— y de Maria Cácilie. El padre tenía una
posición muy modesta, cantando como bajo en la corte de Mann
heim, y aumentaba sus escasos ingresos copiando música y haciendo
de apuntador. Cuando Mozart empezó a cortejar a su hija a él'le
quedaba poco más de un año de vida. Entre las hijas de Weber había
dos que acabarían convirtiéndose en espectaculares sopranos de
coloratura: la mayor, Josepha (la primera Reina de la Noche de
Mozart), y la segunda, Aloysia. Mozart se ofreció a acompañar a
Aloysia y a Josepha con su padre a Italia, y alegremente sugirió
visitar Salzburgo de camino a Italia con este séquito, diciendo que
«mi hermana encontrará [en Aloysia] una amiga y compañera»25.
Maria Anna escribió a su marido: «Ya habrás visto... que cuando
Wolfgang hace nuevas amistades, inmediatamente quiere cederles su
vida y su propiedad»26.
Leopold Mozart se quedó, con razón, horrorizado. Pasó la noche
en vela antes de contestar. Explicó con todo detalle, y con una
paciencia considerable, que el plan italiano estaba mal concebido: a nin
guna prima doma alemana se la lanza en Italia antes de haber
cantado muchas veces en su país natal. «En cuanto a tu propuesta
(casi no puedo escribir al recordarla)... he estado a punto de enlo
quecer... Tu carta parece una novela...»27. Entretanto Wolfgang
había tenido tiempo para reflexionar, y, bajo las presiones constantes
de Leopold, aunque de muy mala gana, madre e hijo partieron hacia
París. Allí, el 3 de julio, murió la madre de Mozart, cuyo siguiente
plan consistió en importar a Aloysia y su padre a París para el
invierno siguiente28, pero este proyecto no prosperó, sobre todo
porque los intentos que hizo Wolfgang para conquistar la capital fran
cesa resultaron, por decirlo suavemente, infructuosos. Leopold es
cribía en una carta del 3 de septiembre de 1778 que «en cuanto a
223
Mslle. Weber, no debes pensar que yo me opongo a esta amistad.
Todos los jóvenes, en algún momento, acaban dándose un cabezazo
contra la pared. Podéis seguiros escribiendo como al principio...»29
Pero había empezado a tener serias dudas en cuanto a los Weber. En
otra carta (del 23 de noviembre de 1778) escribe: «Herr Weber es un
hombre como casi todos los de su clase... Te ha adulado porque te
necesitaba...»30.
Mozart llegó a Munich el día de Navidad de 177831, y, vestido
con su traje francés de luto (casaca roja y botones negros), entró en
una habitación en la que se encontraba Aloysia con varias personas
más. «Ni siquiera dio muestras de reconocerle.» Entonces Mozarl
se sentó al piano y con el corazón «lleno de lágrimas» cantó
valientemente: «Dejaré con alegría a la mujer que ya no me ama»32.
La biografía de Nissen continúa:
224
más lista y la mejor de todas... No es fea, pero está lejos de ser
guapa. — Toda su belleza consiste en dos ojitos negros y una
bonita figura. Carece de ingenio, pero tiene suficiente sentido
común para poder desempeñar sus obligaciones como madre y
esposa... — Sabe llevar una casa y tiene el mejor corazón del
mundo — La amo y ella me ama apasionadamente...33
225
tiene una marcada tendencia a disfrutar de et cetera...» A continua
ción expresa su esperanza de que Constanze «jamás lleve una vida
así», aunque no se case con él. (El hecho de que Constanze
conservara todas estas cartas demuestra que no consideraba nada
deshonrosa su acción. Ella y Nissen suprimieron algunas cartas y
pasajes de otras cuando las publicaron en la biografía de Nissen,
sobre todo para proteger a personas que aún vivían.)
226
tomó parte». Esto «consistía fundamentalmente en una carencia
absoluta de educación interior y moral en su sentido más elevado».
Constanze no rompió el contrato matrimonial «por tacto interno que
le saliera del corazón, sino por un impulso repentino de sentimenta
lismo». La musicología alemana lo sabe todo. «No hay duda de que
siendo novia de Mozart, bajo la influencia de su madre, fue una
auténtica Weberische en el sentido de Leopold... no tenía el más
mínimo concepto de los principios morales de su futuro matrimonio»,
y así sucesivamente.
La biografía que publicó Arthur Schurig en 1913 marcó la pauta
en cuanto a la imagen de Constanze como un símbolo sexual insen
sato y maquinador. Constanze «no tuvo jamás ni el más leve atisbo
de la vida interior de Mozart, profundamente aislada». A los inves
tigadores alemanes les resultaba especialmente repelente su sexuali
dad: «despojó al matrimonio de su intensa productividad artística»40.
Wolfgang Hildesheimer, cuya biografía de Mozart publicada en
1977 originó, en último término, el Amadeus de Peter Shaffer y un
documental en cinco partes realizado por la televisión francesa sobre
Mozart (escrito por Beatrice Rubinstein y Marcel Bluwal), tiene la
siguiente opinión sobre este tema:
227
Dieter Schickling43, y de la actitud de Hildesheimer a la sugeren
cia de Schickling (que Constanze se acostara regularmente con el
discípulo de Mozart, Süssmayr, y que accediera a bautizar al fruto
de su unión ilícita con los nombres de pila del adúltero) no hay, al
parecer, más que un paso lógico.
El joven investigador alemán Volkmar Braunbehrens (1986) fue
el primero en plantear una objeción seria a esta malvada calumnia
del carácter de Constanze. Según este autor, la esposa de Mozart
merece un tratamiento mucho mejor que el que ha tenido. Braunbeh
rens señala que Leopold Mozart, a pesar de estar firmemente en
contra de toda la familia Weber, no consiguió encontrar nada que
pudiera criticar durante su estancia en Viena con Constanze y
Wolfgang44. «En cualquier caso, esta aversión a Constanze, que
sigue en pie hoy en día, probablemente arranca en él [Leopold]...»
Los demás especialistas alemanes han preferido enfocar sus inves
tigaciones sobre el carácter de Constanze desde el punto de vista de
Leopold. De no haber sido por eso, Constanze nos hubiera aparecido
bajo una luz completamente distinta. Braunbehrens lo resume así:
Yo, por mi parte, creo que hay otro precepto, quizá más elevado,
que prevalece en el caso de Constanze y Wolfgang Mozart; es
necesario presentarlo con especial rotundidad:
228
Apéndice A
UN E S T U D IO IL U ST R A D O DEL PISO
Y EL V E S T U A R IO DE M O Z A R T
L a s v iv ie n d a s b u r g u e s a s d e l f a c h a d a s a lie n te , e n la v is ta d e p á ja r o
sig lo XVIII e n V ie n a te n ía n u n a q u e d i b u jó D a n ie l H u b e r e n 1769-74
c o n f ig u r a c ió n g e n e r a l b a s a d a so b re (il. 15), c o m o la t e r c e r a c a s a d e lo
to d o e n el t a m a ñ o y la fo rm a d e las q u e e n to n c e s se c o n o c ía c o m o la
fin cas t r a z a d a s e n la é p o c a g ó tic a . E l R a u h e n s te in g a s s e 2. D e 1775 a 1795 la
su e lo e r a c a r o , y p o r eso los so la re s c a s a , lla m a d a « d a s k le in e K a is e rh a u s »
e r a n la rg o s y e s tre c h o s , c o n u n a (« la c a s ita im p e r ia l» ) , fue p r o p ie d a d
a n c h u r a a m e n u d o in fe rio r a los tre c e d e E liz a b e th D a b o k u r ( r e d e
m e tro s . L a c a s a q u e h a b it ó M o z a r t d ’A b o c u r ) .
d u r a n t e el ú ltim o a ñ o d e su v id a e r a E n 1806 se p e n só h a c e r u n a
d e ese tip o . E l n ú m e r o 9 7 0 1 se re m o d e la c ió n d e la c a s a y el
d is tin g u e c o n n itid e z , g ra c ia s a su a p a r e ja d o r A d a m H ild w e in p re s e n tó
A. patio pequeño
B. retrete (del piso contiguo)
C. retrete
D. entrada y escalera al piso de Mozart
E. vestíbulo y cocina
F. chimenea
G. fogón
H. patio
I. tiro de la cocina y estufa
J. salón
K. sala de estar
L. sala de billar
M. estudio
u n a p u e r t a q u e u n í a a m b a s e s ta n c ia s . c o m p l e ta m e n te r e c o n s tr u id o tra s la
E l m u r o d e la d e r e c h a ta m b i é n e s tá S e g u n d a G u e r r a M u n d i a l. H o y rl
s o m b r e a d o e n ro jo ; si la v is ta d e s o la r d o n d e e s t a b a la c a s a d e M u o
p á ja r o es c o r r e c ta , e n 1806 la c a s a lo o c u p a n los g r a n d e s a lm a c e n e s
a d y a c e n te e r a m á s b a ja y e stas StefTel; e n la t e r c e r a p l a n t a d e Sii II. i
se c cio n es e n ro jo in d ic a n a b e r t u r a s se c o n s e rv a n v a rio s o b je to s en
q u e e s t a b a n ta p i a d a s . E n el sig lo XIX r e c u e r d o d e l c o m p o s ito r.
la c a s a fu e d e m o lid a y se u n ie r o n tres ¿ Q u é se s a b e r e a lm e n te so b re el
so la re s e n los q u e se a lz ó u n g r a n p iso d e M o z a rt? S e h a d ic h o q u e la.
e d ific io d e v iv ie n d a s q u e fue e s ta b a b ie n i lu m in a d o ; su d isc íp u lo
Mobiliario de la primera habitación /J/:
2 cómodas de madera dura, 1 sofá y 6
sillas con tapicería de lona, 2 taburetes
pequeños, 1 rinconera de madera blanda, 1
cómoda pequeña, 1 juego de persianas
venecianas, 2 cortinas
Raufiens/e/ngasse
m o d a d e l m o m e n to : « L o s c a lz o n e s
c o rto s h a c e y a tie m p o q u e se lle v a n ...
d e e s ta m b r e ( p a r a d ia r io ) y e n v e r a n o
d e c o lo r p a ja ; ta m b i é n e n g ris c e n iz a
y el n a n q u í n co u le u r s u r c o u le u r a r a y a s
(la ú ltim a m o d a ) ; ta m b i é n e n te la
b l a n q u e c in a , v e r d o s a o c o lo r a z u fre ...
O t r a p r e n d a m u y u s a d a es el
c h a le c o ... A h o r a e m p ie z a n a lle v a rs e
d e M a n c h e s te r [ a lg o d ó n ] liso, a ra y a s
o a c u a d r o s ... T a m b i é n e m p ie z a n a
lle v a rs e las b o ta s ... si se u s a n z a p a to s
es c o n ... m e d ia s d e s e d a g ris p e rla . [E l
a b r ig o ] lle g a c asi h a s t a los z a p a to s y
se u s a e n to d o s los c o lo re s» . Se
in c lu y e u n a i lu s tr a c ió n d e « u n a le m á n
e le g a n te v e s tid o a la ú l ti m a m o d a » y
se d e s c rib e su tr a je : « E l c a b a lle r o
e le g a n te es u n a c o m b in a c ió n d e in g lés
y f r a n c é s » 3.
M o z a r t te n í a u n a c a s a c a d e
n a n q u í n (« la ú l ti m a m o d a » ) y o t r a d e
M a n c h e s te r (a lg o d ó n ) , así c o m o
v a ria s d e te la b la n c a , a z u l y ro ja ;
t a m b ié n te n ía u n a b r ig o la r g o y tres
p a r e s d e b o ta s . Q u e d a p a te n t e , p u e s,
q u e , fu e ra c u a l f u e ra su s itu a c ió n
e c o n ó m ic a , e s ta b a a l t a n t o d e la
m o d a d e su é p o c a y la se g u ía .
FUENTES
LA M Ú SIC A DE BAILE
PARA LA C O R T E VIENESA
237
Apéndice C
LA MÚSICA DE BAILE
PUBLICADA POR ARTARIA
Y COMPAÑÍA
Las siguientes obras de Mozart fueron- K. 599, 601, 604: 12 Minuetos para
publicadas por la editorial vienesa gran orquesta (1791); primera
Artaria y Compañía en 1791: edición para piano, Artaria,
número de publicación 344 (misma
K. 585: 12 Minuetos para gran fecha que K. 585, cuatro tiradas).
orquesta (diciembre de 1789); K. 600, 602, 605: 12 Danzas Alemanas
primera edición para piano, para gran orquesta (1791); primera
Artaria, número de publicación edición para piano, Artaria,
345* (anunciada en el W ie n e r número de publicación 345 (misma
Z e itu n g del 10 de agosto de 1791. fecha que K. 585, cuatro tiradas.
Hubo al menos tres tiradas de esta En realidad eran trece danzas, no
edición). doce).
K. 586: 12 Danzas Alemanas para
gran orquesta (diciembre de 1789); * Los editores de aquella época
primera edición para piano, numeraban sus publicaciones
Artaria, número de publicación 348 consecutivamente, lo cual resulta muy útil
(misma fecha, tres tiradas). para fecharlas.
Apéndice D
238
sobre REAL a la d e re c h a (p o r ta n to , N.° 22 (recitativo con
los dos m oldes no son idénticos ni acompañamiento), excepto
im ágenes especulares u n o d el o tro ). 6 últimos compases: Vitelia
AT = 184; 184,5; 185; 185,5 mm. N.° 23 (aria), 2 primeras
Tipo IV. Filigrana: en ambos moldes, hojas: Vitelia
tres lunas a la izquierda, una N.° 26 (sexteto), partes de
corona sobre G sobre RA a la viento
derecha. AT =188,5 mm. Tipo IV N.° 23 (aria), 8 últimas hojas:
T ip o V. F ilig r a n a : u n a lu n a m ir a n d o Vitelia
h a c ia f u e r a e n u n l a d o , u n a e s tre lla Tipo V Véase m ás adelante.
d e seis p u n t a s e n e l o tr o . H a y d o s
m o ld e s q u e se d is tin g u e n c o n El papel del tipo I parece ser el que
d if ic u lta d d e b id o a la s im e tr ía d e l Mozart tenía a mano: lo había
d is e ñ o . AT = 21 mm (2 empleado en C o s í f a n tu tte (1789) y en
p e n ta g r a m a s ) x 6. otras obras terminadas en 1790. Antes
Tipo I N.° 1 (dúo): Vitelia, Sexto de saber que el papel de Sexto lo iba
N.° 7 (dúo): Servilia, Anneo a cantar un c a s tr a to , lo escribió para
N.° 10 (terceto): Vitelia, tenor: las primeras versiones de los
Anneo, Publio números 1 (dúo) y 3 (duetino), que
Tipo II N.° 3 (duetino): Sexto, están en la Biblioteca de la Real
Anneo Academia de Música de Estocolmo,
N.° 5 (coro) llevan notación de tenor, y están
N.° 6 (aria): Tito escritas en papel del tipo I; en ese
N.° 15 (coro con solo): Tito papel está también un borrador del
N.° 18 (terceto): Sexto, Tito, terceto, número 14, del acto segundo
Publio (Deutsche Staatsbibliothek de Berlín).
N.° 19 (aria), hasta el El tipo II, según Tyson, fue el
Allegro (3 hojas): Sexto siguiente tipo de papel que utilizó
N.° 20 (aria), 4 primeras Mozart, cuando todavía se resistía a
hojas: Tito acometer otras arias que las números
N.° 24 (coro) 6 y 20, para Baglioni. El tipo III
N.° 26 (sexteto), todas las debió ser empleado para los números
partes menos las de viento: escritos después de que Guardasoni
todos los solistas y coro volviera de Italia a Viena con
Tipo III N.° 9 (aria): Sexto información detallada sobre el
N.° 13 (aria): Anneo reparto: básicamente las arias
N.° 14 (terceto): Vitelia, fundamentales que Mozart no quiso
Sexto, Publio abordar antes de poseer esa
N.° 16 (aria): Publio información.
N.° 17 (aria): Anneo La utilidad de este análisis de los
N.° 19 (aria): desde el tipos de papel para la investigación
Allegro (6 últimas hojas): queda patente en lo que se refiere al
Sexto problema del terceto, número 14.
N.° 20 ( a r ia ) : 4 ú ltim a s Nada impedía a Mozart hacer un
h o ja s : T i t o borrador de este número concertante
N.° 21 ( a r ia ) : S e rv ilia antes de conocer la identidad de los
c a n t a n t e s , a l ig u a l q u e h a b í a h e c h o in s e rc ió n , a u n e n el c a s o d e q u e el
c o n o tr o s c o n ju n to s . P e ro C h r is to p h e r L a r g h e tt o h u b i e r a sid o a l t e r a d o e n
R a e b u r n y R o b e r t M o b e r ly h a n V ie n a . P e ro q u i z á f u e ra p a p e l d e l tip o
s u g e rid o q u e el n ú m e r o 14 es u n a III q u e M o z a r t h a b ía lle v a d o c o n sig o
e sp e c ie d e o c u r r e n c ia t a r d í a , e n a P r a g a (es d e c ir , h iz o a l g u n a c la se
s u s titu c ió n d e a r ia s d e V ite lia y S e x to ; d e m o d ific a c ió n e x te n s a d e s d e el
d e a h í q u e M o z a r t u t il i z a r a el tip o III c o m p á s 31 d e l r e c ita tiv o p r e c e d e n te
p a r a e s ta re v is ió n . h a s t a la se c ció n d e A lle g ro d e l ro n d ó ,
L a m ú s ic a c o m p u e s ta e n la e t a p a u tiliz a n d o p a p e l d e P r a g a p a r a el
fin a l, y a e n P r a g a , c o m p r e n d ía lo fin a l d e l r e c ita tiv o y p a p e l d e l tip o
sig u ie n te : la O b e r t u r a ; la M a r c h a , III, lle v a d o d e V ie n a , p a r a el
n ú m e r o 4; el a r ia d e T it o , n ú m e r o 8, c o m ie n z o d e l r o n d ó ) . *
A h , se fo s s e in to r n o a l trono', el re c ita tiv o
c o n a c o m p a ñ a m ie n t o ( N M A , II/5,
B a n d 20, L a c le m e n z a d e T i t o , K a ss e l, * «La clemenza di Tito and its
e tc ., 1970, p á g s. 204-207), e s c e n a 8 d e l chronology», en Musical Times, CXV
a c to s e g u n d o , C h e o r ro r ! che tr a d im e n to !; (1975), 221-227.
y la ú l ti m a m e d ia d o c e n a d e ** AT = Abreviatura de «altura total», la
c o m p a s e s d e l r e c ita tiv o d e V ite lia c o n medida entre pentagramas. Esta
a c o m p a ñ a m ie n t o , n ú m e r o 22, q u e medida de los pentagramas, o
p r e c e d e al fa m o s o r o n d ó , n ú m e r o 23,
rastrología, es una ciencia nueva y
precisa; los pentagramas se trazaban a
N o n p i u d i f i o r i (v é ase N M A , p á g .
mano o con un aparatito que tenía
264). E l h e c h o d e q u e e s ta
una especie de garras. AT, pues, es [en
in tr o d u c c ió n h u b i e r a d e se r a l m e n o s palabras de Tyson] «la distancia en
re e s c r ita e n P r a g a p a r e c e i n d ic a r q u e milímetros desde la línea superior del
h u b o q u e h a c e r a lg ú n c a m b io , q u iz á pentagrama de arriba hasta la línea
u n a m o d u la c ió n , p a r a a c o m o d a r la inferior del pentagrama de abajo».
240
A b re v ia tu ra s d e las f u e n t e s b i b l io g r á f ic a s
B ár: C a r i B á r, M o z a r t : K r a n k h e it, T o d , B e g r a b n is , S a lz b u r -
g o , 1966.
C h a ille y : J a c q u e s C h a ille y , T h e M a g i c F l u te , M a s o n ic O p e r a : A n
In te r p r e ta tio n o f th e L ib r e tto a n d th e M u s i c , t r a d u c id o
p o r H e r b e r t W e in s to c k , N u e v a Y o rk , 1971.
D a P o n te , M e m o ir s : M e m o ir s o f L o r e n z o D a P o n te , tr a d u c c i ó n d e E lis a b e th
A b b o t t , e d ic ió n y n o ta s d e A r t h u r L iv in g s to n , c o n
u n n u e v o p re fa c io d e T h o m a s G . B e rg in , N u e v a
Y o rk , 1929, r e e d i ta d o e n 1967. T r a d u c c i ó n a l c a s te
lla n o d e E s th e r B e n ite z.
D e u ts c h , D o k u m e n te : M o z a r t : d ie D o k u m e n te s e in e s L e b e n s , e d ic ió n d e O t t o
E r ic h D e u ts c h , K a ss e l, e tc ., 1961. V o l. II, Addenda
u n d C o r r ig e n d a , e d ic ió n d e J o s e p h H e in z E ib l, K a ss e l,
e tc ., 1978.
D e u ts c h , F r e ih a u s th e a te r : O t t o E r ic h D e u ts c h , D a s F r e ih a u s th e a te r a u f d e r W ie -
d e n , V ie n a , 1937.
F r e im a u r e r u n d G e h e im b ü n d e : F r e im a u r e r u n d G e h e im b ü n d e im 18. J a h r h u n d e r t in M i t t e l -
e u ro p a , e d ic ió n d e H e l m u t R e in a l te r , F r a n c f o r t d e l
M a in , 1983.
G o u ld : R o b e r t F . G o u ld , T h e H is to r y o f F r e e m a s o n r y , 3 vols.,
E d im b u r g o , s. a . [1886].
K ó c h e l: L a e d ic ió n d e K ó c h e l a la q u e se h a c e r e fe re n c ia es,
d e n o a firm a rs e lo c o n tr a r io : L u d w ig R i t t e r v o n
K ó c h e l, C h ro n o lo g isc h th e m a tisc h e s V e r z e ic h n is s a m tlic h e r
T o n w e r k e W o lf g a n g A m a d é M o z a r t s . . . , 8.a e d ., W ie s b a
d e n , 1983. E n el te x to p r in c ip a l se d a el n ú m e r o
« a n tig u o » ( tr a d ic io n a l) de K ó c h e l, por e je m p lo
M a u r e r is c h e T r a u e r m u s ik (K. 477). E n el ín d ic e se
a ñ a d e e n tr e p a r é n te s is el n ú m e r o d e K ó c h e l m ás
r e c ie n te (K . 479a).
241
K o m o rz y n s k i: E g o n K o m o rz y n s k i, E m a n u e l S c h ik a n ed e r, E in B e itr a g
z u r G esch ich te des deutsch en T h e a te r s , V ie n a , 1951.
L an d o n , M a so n s: H . C . R o b b in s L a n d o n , M o z a r t a n d th e M a s o n s . JVew
L ig h t on th e L o d g e « C r o w n e d H o p e » , L o n d r e s y N u e v a
Y o rk , 1982.
M o z a r t , B r ie fe : M o z a r t : B r ie fe u n d A u fz e ic h n u n g e n , e d ic ió n d e W ilh e lm
A . B a u e r y O t t o E r ic h D e u ts c h . C a r ta s : 4 vols.,
K a ss e l, e tc ., 1962-1963. C o m e n ta r io (e d ic ió n d e J o
s e p h H e in z E ib l): 2 vo ls., K a ss e l, e tc ., 1971. In d ic e s
(e d ic ió n d e E ib l): 1 v o l., K a ss e l, e tc ., 1975.
M o za rts T o d : J o h a n n e s D a lc h o w , G u n t h e r D u d a , D ie te r K e r n e r ,
M o z a r t s T o d 1791-1971, P á h l, 1971.
N M A: N e u e M o z a r t A u s g a b e , la e d ic ió n d e las o b r a s c o m p le
ta s d e M o z a r t c o m e n z a d a e n 1955 y to d a v ía en
c u rs o . S e d a n los títu lo s d e c a d a v o lu m e n , seg ú n
a p a r e c e n e n el te x to .
N ie m e tsc h e k : L i f e o f M o z a r t .. . b y F r a n z X a v e r N ie m e ts c h e k , t r a d u c
c ió n d e H e le n M a u t n e r c o n u n a i n tr o d u c c ió n d e A.
H y a t t K in g , L o n d re s , 1956.
N issen : G e o r g N ik o la u s N issen , B io g r a p h ie W . A . M o z a r ts
nach O r ig in a lb r ie fe n . R e im p re s ió n fo to g rá fic a d e la
e d ic ió n o r ig in a l, L e ip z ig , 1828, H ild e s h e im , 1972.
N o v e llo : A M o z a r t P i lg r im a g e , B e in g th e T r a v e l D ia r ie s o f V incent
a n d M a r y N o v e llo in th e y e a r 1829, tr a n s c r ito s y c o m p i
la d o s p o r N e r i n a M e d ic i d i M a r ig n a n o , e d ic ió n d e
R o s e m a r y H u g h e s , L o n d re s , 1955.
242
N otas
1 Nissen, pág. 683, y carta de Mozart del 28 de septiembre de 1790: Mozart, Briefe, I V , págs.
112 y s., I V , págs. 397 y s.
2 Para más información sobre la historia de los Habsburgo en general, véase C. A.
Macartney, The Habsburg Empire 1790-1918, Londres, 1968; sobre José II, véase el catálogo
Osterreich zur £eit Joseph 11, Monasterio de Melk, 1980; sobre Leopoldo I I la biografía estándar es
Adam Wandruszka, Leopold 11, Erzherzog von Osterreich, Grossherzog von Toscana, Kónig von Ungam
und Bohmen, Rómischer Kaiser, 2 vols., Viena-Munich, 1964-1965; véase también E. Wangermann,
From Joseph 11 to the Jacobin Trials: Government Policy and Public Opinion in the Habsburg Dominions in
the Period of the French Revolution, Londres, 1969.
3 Otto Michtner, Das alte Burgtheater als Opembiihne, Viena, etc., 1970, págs. 315, 425.
4 Mozárt, Briefe, IV, págs. 112 y s.
5 Mozart, Briefe, I V , pág. 118.
6 En las portadas de ambas ediciones de estos conciertos publicados por J. J. André
(Offenbach del Main, 1794) se lee: «Ce concerto a été exécuté par l’auteur á Francfort sur le
Main á Poccasion du Couronnement de l’Empereur Leopold I I » . Véase Kóchel; Mozart, Briefe,
V i , pág. 207 (830). La entrada del catálogo temático de Mozart correspondiente al K. 459
incluye, al final, «... 2 Corni, 2 Clarini, timpani e Basso». Las partes de las trompetas y timbales
no se han conservado.
7 El original francés es bruñe de marine; yo sugiero que era el traje de vestir consignado entre
los efectos de Mozart como braun, que sería probablemente el equivalente vienés de bruñe de
marine.
8 Diario de Bentheim-Steinfurt: Deutsch, Dokumente, págs. 329 y s.
9 Mozart, Briefe, I V , pág. 121.
1 0 Mozart, Briefe, III, págs. 378 y s., 380.
11 Sobre la venta de los cuartetos a Artaria, véase Leopold Mozart a su hija, 22 de enero
de 1785: Mozart, Briefe, I I I , pág. 368. Sobre Don Giovanni en Viena (1788), véase C. Bitter, «Don
Giovanni in Wien 1788», Mozart-Jahrbuch 1959, págs. 146 y ss.; los comentarios de Da Ponte sobre
el tema están en Memoirs, pág. 180.
12 Carta del 12 de julio de 1789: Mozart, Briefe, I V , págs. 92 y s. La correspondencia
autógrafa de Mozart con Puchberg sólo se conserva en parte. Quintetos para cuerda ofrecidos
a los suscriptores: Deutsch, Dokumente, págs. 280 y s.
243
13 A. van Hoboken, Joseph Haydn: Thematisch-bibliographisches Werkverzeichnis, 3 vol.v,
Maguncia, 1957, 1971, 1978, I, págs. 419 y s.
14 Que estos cuartetos estaban realmente destinados a Berlín se ve en la entrada del propio
catálogo temático de Mozart correspondiente al K. 575: «Ein Quartett fiir 2 violin, viola rl
violoncello, fur [sic] Seine Mayestátt dem Kónig in Preussen». Mozart, Briefe, I V , pág. 91.
Sobre la publicación de las obras de Mozart, véase Kóchel.
15 Sobre la llegada de Salomon a Viena y la comida con Mozart y Haydn, véase H. C.
Robbins Landon, Haydn: Chronicle and Works: Haydn at Eszterháza 1766-1790, I I , Londres y
Bloomington, Ind., 1978, págs. 751 y ss., donde se encontrarán detalles de referencias a Ian
biografías de Dies y Griesinger. Véanse también Novello, págs. 170 y ss.; Nissen, págs. 536 y s.;
Harmonicon: A Journal of Music, V I H , Londres, 1830, pág. 45.
En otra crónica del Harmonicon (V, 1827, pág. 7 n.) se lee: «Habiendo decidido Salomon
embarcarse en conciertos por suscripción, en 1790 marchó a Viena, con el propósito de
contratar la venida a Londres de Haydn o de Mozart...»
En Nissen (págs. 536 y s.) tenemos una adición extraordinaria a esta reunión de Haydn,
Mozart y Salomon. Nissen relata que Mozart volvió a Viena después del viaje a Berlín y a la
corte de Federico Guillermo I I en 1789. «Sabía que aquí seguramente volvería a encontrarse
con celos, cabildeos diversos, trabas, falta de comprensión y pobreza, ya que del emperador no
recibió por entonces nada seguro (en cuanto a encargos de óperas, etc.). Sus amigos Ir
animaron [a aceptar el puesto que Federico Guillermo le ofrecía en la corte de Berlín]: él
empezó a vacilar. Cierta circunstancia [nota a pie de página:]. Esta circunstancia fue la aparición
de Salomon en Viena con la intención de contratar a J. Haydn y a Mozart para sus con
ciertos de Londres, [ahí acaba la nota] que no voy a referir [entretanto Salomon había muerto,
y Nissen pensó poder contar ya la historia]... le hizo finalmente cambiar de parecer. Sr
presentó ante el emperador y le rogó que le permitiera marcharse. José, ese príncipe tan
incomprendido y vilipendiado, empujado y forzado a sus errores por sus súbditos, amaba la
música y estaba encariñado con la música de Mozart. Dejó hablar a Mozart, y luego Ir
contestó: Querido Mozart, usted ya sabe lo que yo pienso de los italianos; ¿y aun así quiere
dejarme?
Mozart le miró a la cara, llena de expresión, y le dijo, conmovido: Majestad..., yo..., con la
venia de Vuestra Majestad..., ¡me quedo! Y dicho esto, se fue a su casa.
Pero Mozart, le dijo un amigo a quien relató lo sucedido, ¿por qué no aprovechaste la
ocasión y te aseguraste por lo menos un salario fijo? [Nissen emplea aquí el tratamienlo
familiar Du.]
Al demonio se le habría ocurrido en semejante momento, dijo Mozart de mala gana.»
Ni que decir tiene que toda la cronología de esto está equivocada. José I I había fallecido el 2 0
de febrero de 1 7 9 0 . Además, Nissen sigue diciendo (después del texto citado) que «al
emperador José se le ocurrió más tarde la idea... de asignarle un salario digno» a Mozart.
Las partes interesantes de esta confusa historia son: 1, Constanze recordaba que Salomon
había ido a Viena para contratar no sólo a Haydn, sino también a Mozart; 2, la familia
Mozart era decididamente josefiniana; 3, en una ocasión, antes de diciembre de 1787 (cuando
José le concedió título y salario), Mozart había querido abandonar Viena y su posición
imperial extraoficial.
16 Sobre Neukomm, véase Mozarts Tod, pág. 227.
1 Hans Wagner, «Das Josephinische Wien und Mozart», Mozart-Jahrbuch 1978-79, págs
1-13, especialmente pág. 5; Volkmar Braunbehrens, Mozart in Wien, Munich y Zurich, 1986,
págs. 50 y ss.; Marcel Brion, Daily Life in the Vienna of Mozart and Schubert, Londres, 1961; H. Cl.
Robbins Landon, «Vienna and its Musical Life in 1795», en Haydn: Chronicle and Works: Haydn;
The Years of «The Creation» 1796-1800, I V , Londres y Bloomington, Ind., 1977, págs. 19 y s.v
244
2 C.-G. Stellan Mórner, Johan Wilkmanson und die Briider Silverstolpe, Estocolmo, 1952,
pág. 321.
3 Joseph Farington, The Farington Diary, 8 vols., James Greig (ed.), Londres y Nueva York,
1922-1928, I I , pág. 261.
4 J. F. Reichardt, Vertraute Briefe geschrieben auf einer Reise nach Wien, etc., 2 vols., Gustav
Gugitz (ed.), Munich, 1915, I, pág. 318.
5 Karl Pfannhauser, «Epilogomena Mozartiana», Mozart-Jahrbuch 1971/72, págs. 284 y s.
6 Deutsch, Dokumente, pág. 495.
7 Mozart lo llevó en el concierto dado en Francfort el 15 de octubre de 1790. Deutsch,
D okum ente, pág. 329 («vistiendo un traje de satén azul marino lujosamente bordado...»).
1 3 E ls e R a d a n t h a i n v e s t ig a d o s o b r e a q u e l lo s g a r ito s in f a m e s d e V i e n a , d o n d e se p e r d í a n
f o r tu n a s e n ju e g o s ile g a le s (Chance). S e e s p e r a p u b l i c a r e se m a t e r i a l e n o t r o l u g a r , p e r o la
a u t o r a m e a s e g u r a q u e só lo la g e n te m u y r i c a p o d i a p e r m itir s e j u g a r e n a q u e l lo s e s t a b le c im ie n
to s, y a u n e n t r a r e n ello s.
1 Alan Tyson, «New Dating Methods: Watermarks and Paper-Studies», en Neue Mozart-
Ausgabe, Bericht iiber die Mitarbeiteragung in Kassel, 29-30. Mai 1981, Kassel, 1984, pág. 67.
2 Otto Biba: «Grundzúge des Konzertwesens in Wien zu Mozarts Zeit», Mozart-Jahrbuch
/ 978-79, págs. 132 y ss.
3 Mozart, Briefe, IV, pág. 65; VI, págs. 367-369.
4 Sobre la Tonkünstler-Societát, véase C. F. Pohl, Denkschrift aus Anlass des 100-Jahrigen
Beslehens der Tonkünstler-Societát, Viena, 1871.
245
5 Compuesto principalmente a partir del «Kyrie» y el «Gloria» de la Misa inacabada en
do menor (K. 427).
6 Sobre las sinfonías K. 543, 550 y 551, véase NM A, IV/11, Sinfonien, Band 9, H. C. Robbins
Landon (ed.), Kassel, etc., 1957.
7 El método de composición que solía seguir Mozart era el de completar la parte de los
primeros violines, la de los segundos violines en caso necesario, y el bajo y restantes partes,
generalmente de carácter solista, si lo consideraba necesario para ayudar a su memoria. El
lector interesado puede examinar la primera parte del «Credo» de la Misa en do menor (K
427), que es fácil de conseguir en la partitura de bolsillo Eulenburg y en NMA, 1/ 1, Geisllicht
Gesangswerke, Band 5, Kassel, etc., 1983, págs. 100 y ss., para ver cómo era una particella (como lo
llaman los estudiosos) en gran escala. En el caso de una gran obra vocal como ésta, Mozart
anotaba el coro, el bajo continuo y las secciones de ritomello de la orquesta, y también
normalmente los primeros violines y las entradas complicadas, polifónicas o canónicas, de la
cuerda o de las secciones solistas de la madera. Con una particella de esas características, Mozart
podía tener guardada incluso una obra de importancia hasta tres años, como hizo con el
concierto para piano K. 595, para desempolvarla y «rellenarla» en su momento.
8 Véase la entrada del catálogo de Mozart, en Mozart, Briefe, III, pág. 363; para la carta de
Leopold del 22 de enero de 1785, véase ibid., pág. 368. Para un caso en el que la fecha de la
anotación en el catálogo de Mozart es ambigua, véase la Maurerische Trauermusik (K. 477), que
aparece bajo la fecha «im Monath July (1785)» con la siguiente anotación: «...bey den»
Todfalle der Brbr: Mecklenburg und Esterházy...» Los fallecimientos de los dos Hermanos
Mecklenburg y Esterházy ocurrieron en noviembre, y la Trauermusik se interpretó en Viena
dentro del mismo mes. Para una explicación del mes de julio como fecha posible de una versión
anterior, véanse Philippe A. Autexier, «L’Ode fúnebre ma^onique (Musique de Maitrise, K.
477) et le cantus firmus des Lamentations», Studia Mozartiana, I, 1983, pág. 1, y la reconstrucción
hecha por Autexier de la versión original con las partes vocales, publicada por Breitkopf &
Hártel, Wiesbaden, 1985.
9 Deutsch, Dokumente, pág. 339.
10 Mozart dirigió las primeras partes de La flauta mágica en fecha posterior del mismo año.
11 Sobre el K. 595, véase Deutsch, Dokumente, pág. 350.
12 Se puede ver una gráfica descripción del cambiante público de Mozart examinando l.i
lista de sus suscriptores que el compositor envió a su padre en marzo de 1784: figuran ahí los
nombres de 176 personas, que pagaron seis gulden cada una por la serie de tres conciertos (total
1.056 gulden), y que en su mayoría pertenecían a la nobleza. En una carta a su padre, escrita el 3
de marzo de 1784, Wolfgang describe las otras «academias» en las que había participado
(Mozart, Briefe, III, págs. 303 y s.):
246
Domingo 21: mi primera academia en el teatro [etc., etc.].
En 1789, como hemos visto, Mozart ya no podía contar con esa clase de público para los
conciertos por suscripción, y lo mismo se puede decir de 1790 y 1791.
1 3 Sobre el Quinteto K. 614, véase Mozart, Briefe, IV, pág. 128. Sobre Tost, véase H. C.
Robbins Landon, Haydn: Chronicle and Works: Haydn at Eslerháza 1766-1790, II, Londres, 1978,
págs. 81 y s. Para la carta de Constanze a André del 26 de noviembre de 1800, Mozart, Briefe,
IV, pág. 388.
1 4 Sobre el K. 612, véase Mozart, Briefe, I V , pág. 128; sobre el K. 613 ibid., I V , pág. 128; V I ,
pág. 407.
15 Como compositor de Cámara de Su Alteza Imperial.
16 Mozart, Briefe, IV, pág. 129.
17 Al parecer, Joseph Orsler (1722-1806), violonchelista de la orquesta de la corte; véase
Mozart, Briefe, VI, pág. 408.
18 Mozart, Briefe, IV, pág. 130.
19 Sobre Greiner, véanse Maria Hórwarthner, «Joseph Haydns Bibliothek-Versuch einer
literarhistorischen Rekonstruktion», en Joseph Haydn und die Literatur seiner £eit, H. Zeman (ed.),
Eisenstadt, 1976, págs. 157 y ss.: Roswitha Strommer, «Wiener literarische Salons zur Zeit
Joseph Haydns», ib id . , pág. 98; Alfred Arneth, Maria Theresia und der Hofrath von Greiner, Viena,
1859.
2 0 Ósterreichische Biedermanns-Chronik, I, Freiheitsburg (¿Viena?), 1784, págs. 66 y s.
2 1 Joseph von Hormayr, Taschenbuch fiir die vaterlándische Geschichte, 34, 1845, pág. 115.
Esta música es la K. 594 (terminada a finales de 1790), y fue seguida de otras dos piezas para
órgano mecánico: K. 608 (anotada en el catálogo de Mozart el 3 de marzo de 1791) y K. 616
247
(anotación del catálogo: 4 de mayo de 1791). El 31 de mayo de 1800 Gonstanze escribió al editor
alemán Johann André a propósito de varias obras, entre ellas la K. 608, afirmando que «se
piensa que es propiedad de... el conde v. Deym de aquí» (véase Mozart, Briefe, I V , pág. 356);
parece posible que también la K. 616 fuera encargo del conde, aunque Pater Primitiv Niemecz,
el relojero de Haydn, tenía por lo menos dos obras de Mozart en un órgano que existía en 1801.
Una última obra de esta serie de encargos para instrumentos fuera de lo común fue el
Adagio y rondó para armónica de copas, flauta, oboe, viola y violonchelo, K. 617, que Mozart
escribió para la intérprete ciega de ese instrumento Marianne Kirchgessner (KirchgáBner),
consignando la obra en su catálogo el 23 de mayo de 1791. También escribió otra obra para
armónica de copas sola, el Adagio K. 356 (617a), cuyo autógrafo sin fecha, conservado en la
Bibliothéque Nationale de París, revela que fue compuesto en esta época.
Mademoiselle Kirchgessner interpretó el quinteto, de etérea belleza, de Mozart en un
concierto benéfico que fue primero anunciado para el 10 de junio —hubo de ser aplazado por
algún motivo—, al que siguió otro en el Kárntnerthortheater el 19 de agosto. Más tarde fue a
Londres e interpretó lo que parece haber sido el quinteto de Mozart en un concierto de los de
Haydn-Salomon, celebrado en Hanover Square el 17 de marzo de 1794, cuyo programa incluía
un «Quintetto on the Harmonica, Mademoiselle Kirashgessner [sic] (being her first appearan
ce in this ceuntry [sic])». El Morning Chronicle comentaba:
[La intérprete] tiene un gusto refinado, y las suaves notas del instrumento serían
realmente deliciosas, si fueran más robustas y articuladas; pero eso no creemos que
pueda hacerlas ni la más perfecta ejecución. En una sala más pequeña, y con un público
menos numeroso, el efecto ha de ser encantador. A pesar de que los acompañamientos
estaban muy rebajados, todavía resultaban ep ocasiones demasiado fuertes.
Para el retrato del conde Deym y su esposa, véase H. C. Robbins Landon, Beethoven: A
Documentary Study, Londres, 1970, ilustraciones 120 (pág. 180) y 122 (pág. 181). La música
fúnebre de Laudon en el folleto de 1797: Kochel, pág. 681. Sobre Niemecz y las piezas de
Mozart, véase H. C. Robbins Landon, Haydn: Chronicle and Works: The Late Tears (1801-1809), V ,
Londres y Bloomington, Ind., 1977, pág. 30. Mademoiselle Kirchgessner y el K. 617: véanse
Kochel, págs. 703 y s.; Deutsch, Dokumente, págs. 350 y s.; Mozart, Briefe, V I , pág. 409; Landon,
«Morning Chronicle», en Haydn: Chronicle and Works: Haydn in England (1791-1795), I I I , Londres
y Bloomington, Ind., 1976, pág. 243.
13 Véase Kóchel.
14 Bartha, op. cit., págs. 293 y s.; Landon, op. cit., III, pág. 206.
15 Nissen, pág. 539.
249
3 Mozart, Briefe, IV, págs. 132 y s.; VI, págs. 409 y s.
4 Véase el capítulo IX, Diario de la Coronación, págs. 103 y ss.
5 Alan Tyson, «New Dating Methods: Watermarks and Paper-Studies», en Neue Mozart-
Ausgabe, Bericht iiber die Mitarbeitertagung in Kassel, 29-30. Mai 1981, Kassel, 1984, pág. 54. La fecha
del autógrafo se solía leer como 1797 (incluso en Kóchel); pero de hecho el Viernes Santo de
1792 cayó en 6 de abril. Véase MMA, V, 14 (1987).
6 Mozart, Briefe, IV, págs. 133 y s. La carta comienza así:
En otra cariñosa carta a Constanze, escrita al día siguiente, nos enteramos de que Mozart
almorzó «ayer con Süssmaier [sicj en la Ungarische Krone [La Corona Húngara], porque yo
tenía cosas que hacer en la ciudad a la una y — S... [puntos suspensivos en el original] tenía
que comer pronto y los S...s, que querían que fuera a almorzar con ellos uno de estos días,
estaban ya comprometidos para ir a Schónbrunn (hoy ya sabes que como en casa dr
Schicaneder [sicj porque tú también estabas invitada).
«Aún no he tenido carta de Mad. Duschek, pero hoy iré a preguntar. Lo de tu vestido no lo
sé, porque hace tiempo que no veo a los Wildburg. Si fallara todo lo demás, desde luego el
sombrero lo llevaría yo. Adiós, querida, no sabes con cuánta impaciencia espero el día de
mañana.»
7 La primera parte de la carta de Mozart del 11 de junio dice: «...Criés avec moi contre
mon mauvais sort! Madsrllr Kirchgessner ne donne pas son Academie Lundi! par consequenl
j ’aurai pu vous posseder, ma chere, tout ce jour de Dimanche — mercredi je viendrai
súrement — ».
8 «Tod und Verzweiflung war sein Lohn» (dicho en broma, naturalmente).
9 Kaspar der Fagottist, de Wenzel Müller, que se representaba en el Leopoldstádtertheatei.
Mozart la había visto el día 11.
10 Johann Martin Loib(e)l, funcionario del departamento de cuentas de la corte dr
Hungría-Transilvania, maestro de la logia %um Palmbaum, y Maestro de Ceremonias de la
Gran Logia de Austria.
11 Ludwig Franz, margrave de Montecuculi, Caballero de Malta, uno de los suscriptores a
la serie de conciertos de Mozart de 1784.
12 Estas cartas, que revelan una serie de tratos de Mozart con Goldhahn (¿en solicitud dr
un préstamo?), y los otros asuntos se encuentran en Mozart, Briefe, IV, págs. 133-138.
13 Kóchel, pág. 705; Mozart, Briefe, VI, pág. 414. En 1956 se imprimió un bonito facsímil
del Ave, verum corpus en edición privada del gobierno de Austria, Viena.
250
MEDIANOCHE PARA LOS MASONES (págs. 77 a 87)
1 La obra estándar sobre Mozart y la masonería es O. E. Deutsch, Mozart und die Wiener
Logen, zar Geschichte seiner Freimaurer-Kompositionen, Viena, 1932. Para la lista entera de miembros
en 1790 de la última logia de Mozart, £ur gekrdnten Hoffnung, y la identificación de un cuadro de
esa logia (donde aparecen Mozart y el príncipe Esterházy), véase Landon, Masons (con una
lista de fuentes manuscritas sobre el tema existentes en los distintos archivos de Viena). Un
libro nuevo con mucha información útil es Philippe A. Autexier, Mozart et Liszt sub. Rosa,
Poitiers, 1984, también con mucha literatura adicional, entre ella algunos cánticos de Mozart
para la logia hasta ahora desconocidos. Para un útil resumen de la masonería en Austria, véase
Hans Wagner, «Das Josephinische Wien und Mozart», Mozart-Jahrbuch 1978¡79, págs. 1-13,
especialmente págs. 8 y s.
2 Mozart, Briefe, IV, pág. 41.
3 Deutsch, Dokumente, pág. 253.
251
RÉQUIEM PARA UNA CASA DE CAMPO (págs. 89 a 100)
1 Ulrich Tank, Studien zar Eslerházyschen Hofmusik von etwa 1620 bis 1790, Ratisbona, 1981.
2 Sobre los festejos de Eszterháza, véase Mátyás Horányi, T h e M a g n ificen ce o f E szterh á za ,
trad., Londres, 1962, págs. 153 y s.
3 Véase Pressburger £eitung, verano de 1791; informaciones repetidas sobre la Installationsfest
en «Esterház»; Leopoldo imposibilitado de acudir por «überháufte Gescháfte» (exceso de
trabajo).
4 Haydn Yearbook, XV, págs. 153-157.
5 La expresión usada para designar al organismo de gobierno de Bohemia, con sede
permanente en Praga. Los Estados eran responsables ante el gobierno austríaco de Viena,
donde mantenían una representación.
6 A lg o a sí c o m o « S e ñ o r P r o t e c t o r d e P r a g a » .
7 Véase Tomislav Volek, «Uber den Ursprung von Mozarts Oper La clemenza di Tito»,
Mozart-Jahrbuch 1959, págs. 281 y s.
8 Mozart, Briefe, IV, pág. 80.
9 Volek, op. cit., pág. 280.
10 Ibid., pág. 282.
11 Rudolph Angermüller, Antonio Salieri, Teil II, I, Munich, 1974 págs. 211 y s.
12 O t t o M i c h t n e r , Das alte Burglhealer ais Opernbühne, V i e n a y G r a z , 1970, págs. 317, 334.
13 V . J. S y k o r a , ErantiSek Xaver DuSek: iivol a dílo, P r a g a , 1958, p á g . 47 ( f a c s ím il, p á g . 49);
V o le k , op. cit., p á g . 275 passim.
14 « A r ia d i R o s in a » , d e H a y d n : Joseph Haydn Arien: Revisionsberichte (e d . H . C. R o b b in s
L a n d o n ) , H a y d n - M o z a r l - P r e s s e , S a lz b u r g o , 1963, p á g . 6.
15 H e lg a L ü h n i n g , « Z u r E n t s te h u n g s g e s c h ic h te v o n M o z a r t s Titus», Musikforschung,
XXVII, j u l i o - s e p t i e m b r e d e 1974, p á g s . 300 y ss.
16 Volek, op. cit., pág. 279.
17 Metastasio, Opera, ll, Venecia, 1783, pág. 93.
18 S u lle g a d a fu e r e g i s t r a d a e n el Oberpostamlszeitung d e P r a g a c o m o « el s e ñ o r M a tz o la
/ sicj, poeta, de Dresde, en la / Taberna de la J Estrella Azul».
19 La sustitución de Mazzolá por Bertati se vio acompañada del escándalo y cotilleo (Ir
rigor: el II de junio de 1791 Antonio Zaguri escribía desde Venecia al libertino retirado Ca
sanova, que estaba tranquilamente aposentado en casa del conde Waldstein, en el castillo de
252
i
Dux en Bohemia: «¿Cómo puede Mazzolá suceder a Da Ponte, si aquí [en Venecia) están
felicitando a Bertati, el autor de las piezas malas para el Teatro San Moise?» (6*. Casanova
chevalier de Seingalt, Gesammelte Briefe (traducción alemana), 2 vols., Berlín, 1970; II, pág. 217.)
20 «Caesar» es la forma latina de «emperador»; por tanto, «al servicio del César».
21 Lühning, op. cit., págs. 307 y s.; Volek, op. cit., pág. 279.
22 «La clemenza di Tito and its chronology», Musical Times, CXV, 1975, págs. 221-227.
23 Utilizado en el terceto n.° 14, en sustitución de arias desechadas (véase el Apéndice D,
págs. 238 y ss. Véase también C. Raeburn y R. Moberly, «The Mozart Version of La clemenza
di Tito», Music Review, X X X I, 1970, págs. 285-294, especialmente pág. 288. Una de las arias
desechadas, Se mai sentí spirati sul volto (acto segundo, escena 15 del libreto de 1734), se la ofreció
Constanze a Breitkopf & Hártel en 1799: véase su carta del 25 de febrero, Mozart, Briefe, IV,
pág. 229, número 13. Esta aria se ha perdido. El aria de Vitelia, que en un principio cerraba el
acto segundo de la versión de 1734, era Tremo fra’ dubbi miei.
24 Volek, op. cit., pág. 283.
25 Nissen, pág. 555 (según Niemetschek, págs. 42 y s.).
26 H. C. Robbins Landqn, Haydn: Chronicle and Works: The Early Tears 1732-1765, I, Londres
y Bloomington, Ind., 1980, pág. 325.
27 Sobre el itinerario del coche de posta, véanse Topographisches Post-Lexikon aller Ortschaften
der k. k. Erblánder, ed. Christian Crusius, I, Viena, 1798, págs. xl, lxxii; K. N. Pisarowitz,
«Mozart auf den Reisen nach Prag», Mitteilungen der Intemationalen Stiftung Mozarteum,
diciembre de 1960, pág. 18. Para la descripción de la ruta seguida, véase Karl Baedeker, Austria-
Hungary ... Handbook, 11.a ed., Leipzig, 1911, págs. 349 y ss.
28 Nissen, págs. 555 y s. (según Niemetschek, págs. 41, 64). En Nissen, la sección relativa al
Tito (págs. 556 y s.), que se refiere principalmente al valor y contenido estilístico de la obra,
está tomada de Rochlitz, AM £, diciembre de 1798 (págs. 151 y s.), en general al pie de la letra.
Pero hay un cambio significativo: en Rochlitz el viaje a Praga se produce no sólo después de
haber recibido Mozart, de un mensajero misterioso, el encargo de escribir un Réquiem,
sino cuando ya había empezado a componerlo y se encontraba en un estado de agotamiento
cuando le llegó la invitación. Entonces se lee:
[Anécdota] 21.
Entretanto se acercaba el momento de la partida de Leopoldo para ser coronado en
Praga. La dirección de la ópera, que hasta muy tarde no decidió llenar hasta rebosar el
ya apretado programa de festejos y ceremonias con una nueva ópera, apeló por esa
razón a Mozart. Esto fue muy del agrado de su esposa y de sus amigos, porque le
obligaba a distraerse con una obra de otro carácter. Animado por ellos, y porque el
encargo halagaba su amor propio, emprendió la composición de la ópera propuesta, La
clemenza di Tito, de Metastasio. El texto lo eligieron los Estados de Bohemia...
Más tarde, añade Rochlitz (ibid., pág. 177), «Salió [Mozart] para Praga sintiéndose muy
enfermo. La cantidad de trabajo, una vez más, excitó las facultades de su espíritu y las
concentró en un punto; las muchas distracciones elevaron su ánimo, su espíritu se alegró hasta
el punto de la jovialidad; la lamparita llameó con fuerza una vez más antes de extinguirse: pero
precisamente debido a este esfuerzo quedó todavía más agotado y regresó a Viena todavía más
enfermo...»
En la versión Niemetschek-Nissen, sin embargo, se afirma con toda claridad: «Poco antes
de la coronación del emperador Leopoldo, aun antes de que Mozart recibiese la orden de
viajar a Praga, un mensajero desconocido le llevó una carta sin firma...» (Niemetschek, págs.
41 y s.; Nissen, pág. 554). Esta segunda versión, por la cronología y también desde otros puntos
de vista, me ha parecido la más verosímil.
29 Sobre la elección de Tito y su historia anterior, véanse NMA, 11/5, Band 20, La clemenza
di Tito, ed. Franz Giegling, Kassel, etc., 1970, prólogo (edición que utilizo a lo largo de todo
este análisis); Nettl, págs. 183 y ss.
253
30 Nettl, pág. 180. La sugerencia en contrario de Volek, que, salvo el conde Künigl,
«ningún miembro de la comisión era masón», es falsa; puesto que la masonería está prohibida
en todos los países comunistas, podemos interpretar esta afirmación en el sentido de que Volek
no pudo tener acceso a las fuentes que le habrían revelado que hombres como Canal y Thun
eran masones famosos (en realidad, había cinco condes de Thun en la Sociedad). Es también,
por supuesto, la «posición» oficial del Partido Comunista.
31 Sobre el quinteto final, véase Lühning, op. cit., págs. 309 y s. Para la carta de Mozart,
véase Briefe, I I I , págs. 163 y s.
32 Nettl, pág. 184, n. 3.
33 $obre la función de la obertura, véase D. Heartz, «Mozart’s Overture to Titus as
Dramatic Argument», Musical Quarterly, LXlv, 1978, págs. 29 y ss. Sobre los aspectos psicológicos
de Tito, véase B. Brophy, Mozart the Dramatist: a New View of Mozart, his Operas and his Age,
Londres, 1964; véase también D. Heartz, «Mozart and his Italian Contemporaries: “La
clemenza di Tito”», Mozart-Jahrbuch 1978/79, págs. 275 y ss.
1 K. Baedeker, Austria-Hungary ... Handbook, 11.a ed., Leipzig, 1911, págs. 293 y ss.
2 Nettl, passim; V. J. Sykora, FrantiSek Xaver Dutek: iivot a dílo, Praga, 1958.
3 Nettl, pág. 190.
4 Karl Pfannhauser, «Mozarts Kronungsmesse», Mitteilungen der International Stiftung Mozar•
teum, 11, Salzburgo, 1963, págs. 3-11, especialmente págs. 4 y s.
5 Ignaz F. E. von Mosel, Über das Leben und die Werke des Anton Salieri..., Viena, 1827, pág
142.
6 El texto original en francés de este documento, que hasta ahora no se ha citado en su
totalidad, dice así: «On se rassembla dans /’antichambre de l’Imp" on dina á 100. personnes dans Ir
salon de courronement... Je me trouvois presque au bout de la table entre les Charwunscher
Lisette Schoenborn et Auguste Sternberg. Le diner bon... Des spectateurs sans nombre... La
musique de Don Juan. Aprés table on s’arreta longtemps dans le salon malgré la mauvaisr
odeur de Pauditoire».
7 Nissen, págs. 559 y s.
254
20 Nettl, pág. 191.
21 K. Pfannhauser, op. cit., págs. 5, 6 passim.
a.
LA FLAUTA MÁGICA (págs. 143 a 169)
255
siguientes: Rochlitz inicia su texto con el párrafo de Nissen (en mi traducción «Compuso La
flauta mágica...»), pero redactado así:
Cierto empresario, quien, sin embargo, merece ser conocido — fue, en parte por su
culpa... [etc., palabra por palabra igual que en Nissen]... Escribir una ópera ... [en
lugar de «vienesa», en Rochlitz pone «—»] ... Cuando Mozart se enteró del engaño de
esta persona... [añadido por Nissen, pero utilizando material del final de la Anécdota
n.° 17, publicada en A M £ un mes más tarde, en diciembre de 1798 (pág. 147), donde se
lee: «cuando se enteró del engaño del director del teatro, que yo he publicado con el
número 11, lo único que dijo fue...», etc.].
5 Komorzynski, págs. 170 y ss.; Schenk, pág. 756; Chailley, págs. 11 y ss. passim; Mozarts
Tod, págs. 38 y ss.; Alfons Rosenberg, Die Zauberflote: Geschichte und Deutung, Munich, 1964, págs
152 y ss.
6 Una orden religiosa católica.
7 A. W. Thayer, Ludwig van Beethovens Leben, 5 vols., Leipzig, 1901-1911, IV, pág. 211.
8 Philippe A. Autexier, The Mozart Compendium, Londres, 1990.
9 Sobre la numerología en la ópera, véanse Mozarts Tod, págs. 38 y ss.; Chailley, passim.
10Facsímil de la edición de 1524 en Chailley, pág. 144; sobre la explicación de Chailley dr
por qué Mozart empleó esa melodía, véase pág. 277.
11 Véase Kóchel 453b (pág. 454), transcrito en NMA, II/5, Band 19, Die Zauberjlote, pág
377 (como a,).
12 Sobre el folleto de 1725, véase Gould, III, págs. 475-477; sobre la estampa de 1723, ibid.,
págs. 487 y s.
13 Gould, III, pág. 162.
14 Zinzendorf, 19 de junio de 1792.
15 Freimaurer und Geheimbünde, págs. 35 y s., 56.
1 6 Ibid., pág. 55.
17 Ibid., págs. 55 y s.
18 Catálogo de la exposición, Freimaurerei und Joseph II: Die Loge Z UT Wahren Eintrachl,
Schloss Rosenau, cerca de Zwettl, 1980. Para cuestiones generales sobre este período, véase
Edith Rosenstrauch-Kónigsberg, Freimaurer im Josephinischen Wien, Viena y Stuttgart, 1975.
19 Deutsch, Freihaustheater, pág. 18.
256
LA ENFERMEDAD FINAL (págs. 171 a 197)
257
Inglaterra; lógicamente aprovecharon la oportunidad de volver a visitar Salzburgo, y esta vez
tuvieron una larga charla con Sophie, que vivía con Constanze:
(M. N.) En el curso de la conversación madame Haibl nos dijo que Mozart venía a
ser de talla y figura como su hijo, pero un poco más bajo. (Madame Mozart me dijo que
los dos hijos se parecen a su padre, pero sobre todo el más pequeño.) También me dijo
que Mozart había muerto en SUS brazos. El mismo día de su muerte había estado
escribiendo una parte del Réquiem, y había dado instrucciones a un amigo (tuvo que
ser Süssmayr) sobre cómo quería que se rellenaran ciertos pasajes. Después le dijo:
«Querida Sofía, querría que esta noche te quedases aquí para estar con tu hermana,
porque siento que me estoy muriendo». Ella decía que había hecho cuanto estuvo en su
mano para consolarle y animarle, para quitarle del ánimo aquella triste impresión,
pero él repitió su convicción de que no tardaría en morir, y dijo que «sentía ya en la
lengua el sabor a tierra de la muerte».
También expresó amargamente su pesar por dejar tan desamparados a su mujer y
familia. En vista de eso, madame Haibl obtuvo el permiso de su madre para quedarse
toda la noche con su hermana y su cuñado. A la caída de la tarde mandaron llamar al
médico que atendía a Mozart, pero él contestó que iría «cuando acabase la ópera»
Cuando llegó, ordenó a madame Haibl que lavase a Mozart las sienes y la frente con
vinagre y agua fría. Ella expresó su temor de que el frío repentino pudiera ser
perjudicial para el enfermo, que tenía los brazos y las piernas muy inflamados r
hinchados. Pero el doctor insistió en sus instrucciones, y madame Haibl, por tanto, aplicó
a la frente una toalla mojada. Mozart inmediatamente tuvo un ligero estremecimiento,
y muy poco tiempo después expiró en sus brazos. En ese momento las únicas personas
que estaban en la habitación eran madame Mozart, el médico y ella.
La habitación donde murió era la de delante que daba a la calle en el primer piso.
Al preguntarle yo a madame Mozart (que llegó en seguida, y nos recibió todavía con
más cordialidad, si cabe, que en nuestra visita anterior) cómo era que el abate Stadler
tuviera sólo una parte del Réquiem, y que la última parte estuviera en manos dr
Eybler, dijo que, aunque ambos señores declaraban haber recibido el manuscrito
de ella, sin embargo ella estaba tan agitada y tan confusa en aquellos momentos que no
recuerda nada de lo que pasó.
(V. N.) (Privado). La amante del joven Mozart [el hijo menor de los Mozart, Fran/
Xaver Wolfgang (1791-1844)] en Polonia es una condesa, desdichadamente casada con
un hombre al que no estima. El está tan unido a ella que su madre teme que no quiera
nunca pasar algún tiempo fuera de Polonia sin ella, y, como no la puede llevar consigo
por el marido, madame Mozart empieza a desesperar de que su hijo se establezca en
Viena o en otra capital grande en la que sus partes [talentos] pudieran ser má*
conocidas y apreciadas.
Por la tarde visitamos a la Mozart. La hermana [es decir, Sophie Haibel], que non
recibió la primera, nos dijo que el hijo es un poco más alto que el padre, pero muy
parecido a él de cara, aunque en la frente se parece a su madre. Mozart murió en Ion
brazos de esta hermana, y se lamentó amargamente al sentir que la muerte se acercaba,
por la pobreza en que iba a dejar a su mujer; le pidió a Sophie que se quedara con él
toda la noche, diciendo que estaba seguro de que iba a morir. «No, no, le dijo ella, no Ir
morirás.» «Sí, dijo él, ya siento en la lengua el sabor de la muerte»; sin embargo, ese día
pidió el Réquie/n y dictó a Süssmayr lo que había que hacer.
258
28 Ambos nombres tomados de Nissen, pág. 572.
29 Deutsch, Dokumente, págs. 493-508; sobre Goldhahn, ibid., pág. 493.
30 Mozart, Briefe, IV, pág. 198.
3 1 Zinzendorf.
3 2 Deutsch, Dokumente: Corrigenda & Addenda, pág. 73. En los Archivos Hummel (antes en
Florencia, ahora conservados en el Goethe-Institut de Düsseldorf) se encuentra el siguiente
documento: «Herr Wolfgang Mozart K.K. Kapelmeister u. Kamer Compositeur a[us]
Salzburg, gebürt. alt 36 J[ah]r, d. 5tn Xbr 791 gestorben [Infections Wundartz] H. Birner»,
importante porque revela que el cadáver de Mozart fue examinado por un médico especializa
do en enfermedades infecciosas. Véase también Dieter Kerner: «Das Requiem Problem», Neue
Zcitschrift für Musik, agosto de 1974, pág. 477.
33 Bar, pág. 131.
3 4 Deutsch, Dokumente: Addenda & Corrigenda, pág. 73 (tomado de K. Pfannhauser, op. cit.,
pág. 290).
3 5 Un médico, Sigmund Barisani, había escrito una nota en el libro de Mozart el 14 de
abril de 1787. Mozart añadió después estas líneas: «Hoy, el 3 de septiembre de este año, tuve la
desdicha de perder a este noble hombre, amigo queridísimo y el hombre que me salvó la vida,
de la manera más inesperada, con su muerte. — ¡El ahora está bien! — Pero yo — nosotros —
y todos los que le conocimos bien — nunca volveremos a estar bien hasta que tengamos la dicha
de volver a vernos en un mundo mejor — otra vez — y para no separamos nunca». Constanze
añadió su nota a ésta, aludiendo a ella. Mozart, Briefe, IV, pág. 175.
3 6 F. X. Niemetschek, Leben des k.k. Kapellmeisters Wolfgang Gottlieb Mozart nach Originalque-
llen beschrieben, Reimpresión de la segunda edición ampliada, Praga, 1808; Leipzig, 1978, pág. 81.
3 7 Carta a Maria Anna von Genzinger, Londres, 20 de diciembre de 1791: H. C. Robbins
Landon, Haydn: Chronicle and Works: Haydn in England 1791-1795, III, Londres y Bloomington,
Ind., 1976, pág. 118.
259
13 Para la visión romántica convencional de Gottlieb, véase Alfons Rosenberg, Die
Zauberflóte, Munich, 1964, págs. 67-70; para una exposición fidedigna de su vida y un retrato
recientemente descubierto y bastante poco lisonjero, véase O. E. Deutsch, «Ein Kostümbild
Anna Gottliebs», Studien aus Wien, 5, 1957, págs. 89 y ss.
1 Niemetschek, págs. 48 y s.
2 Con relación a la pensión de Constanze, he consultado los documentos originales (véase
supra, pág. 251, n. 5); véase también el útilísimo artículo de J. E. Eibl: «Zum Pensions-Gesuch
Konstanzes vom 11. Dezember 1791», Mitteilungen der Intemationalen Stiftung Mozarteum, agosto
de 1966, págs. 4 y ss.
3 Pressburger fjeitung, 103, 24 de diciembre de 1791, pág. 1093.
260
1
4 0 Arthur Schurig, Wolfgang Amadé Mozart: Sein Leben, seine Personlichkeit, sein Werk, 2.a ed.,
Leipzig, 1923, II, págs. 131, 379.
4 1 Wolfgang Hildesheimer, Mozart, Francfort del Main, 1977, págs. 253 y s.
4 2 «Amadevious», New York Review of Books, XXIX/18 (18 de noviembre de 1982), págs. 3-7.
4 3 Dieter Schickling, «Einige ungeklárte Fragen zur Geschichte der Requiem-Vollen-
dung», Mozart-Jahrbuch 1976/77, págs. 265 y ss.; véase también la réplica de J. H. Eibl en el
mismo número, «Süssmayr und Constanze», págs. 277 y ss. Peter J. Davies, en su artículo
«Mozart’s Illnesses and Death» (Musical Times, CXXV, 1984, págs. 560 y ss.), señala: «A la oreja
izquierda de Mozart le faltaba la circunvolución usual o concha (esta rara malformación
congénita se conoce ahora en la literatura médica con el nombre de “oreja de Mozart” ); el
hecho de que el hijo menor de Mozart naciera con el mismo defecto es una baza para la
inocencia de Constanze, pues brinda la mayor prueba posible de su paternidad».
4 4 V. Braunbehrens, Mozart in Wien, Munich y Zurich, 1986, págs. 104 y ss., especialmente
pág. 107.
1. El peinado en Grecque cañé á dos d’áne [pelo rizado y echado hacia atrás en muchos
rizos menudos, rematado en cola de caballo; el peinado de Mozart que aparece en
el retrato inacabado de Lange, de 1789-1790 (véase la il. 11)].
2. Un pañuelo inglés de muselina gruesa.
3. Una casaca anglofrancesa.
4. Un chaleco en fond filoche [con base de tejido de seda].
5. Calzones ajustados en bleu mignon o estambre de color azul fuerte.
6. Dos cadenas de reloj grandes.
7. Medias de seda a cuadros azules y blancos.
8. Se siguen llevando los zapatos negros.
9. En la mano un sombrero á VAndromane, con forro color de rosa, porque el sombrero
es más para la mano que para la cabeza.
261
B ibliografía escogida
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e x a m in a tio n o f th e e v id e n c e » ).
H a y q u e s e ñ a la r , a s im is m o , la g r a b a c ió n c o m p le ta d e las sin fo n ía s d e M o z a rl
c o n in s tr u m e n to s o rig in a le s ( L ’O is e a u L y r e ) , i n te r p r e t a d a s p o r la A c a d e m y o f
A n c ie n t M u s ic b a jo la d ir e c c ió n d e C h r i s t o p h e r H o g w o o d , c o n n o ta s d e N e a l
Z a s la w , e n el c u rs o d e la c u a l h a n s a lid o a la lu z n u e v a s in fo rm a c io n e s te x tu a le s d e
g r a n v a lo r ( p o r e je m p lo , las p a r te s d e fa g o t d e la S in fo n ía « P a r ís » ) , y la g r a b a c ió n ,
ta m b i é n d i r ig i d a p o r C h r i s t o p h e r H o g w o o d , d e la n u e v a re c o n s tr u c c ió n del
R é q u ie m lle v a d a a c a b o p o r R i c h a r d M a u n d e r ( L ’O is e a u L y r e ) , c o n i m p o r t a n tí s i
m a s n o ta s d e l m is m o , u n a o p e r a c ió n b r i ll a n te d e s d e to d o s los p u n to s d e v ista .
262
Lista de ilu straciones
1. R e t r a t o d e M o z a r t e n e s c a y o l a , o r i g i n a l o c o p i a d e u n o r i g i n a l d e L . P o s c h ,
1788-1789. A r c h i v o s H u m m e l , F l o r e n c i a ( a h o r a G o e t h e M u s e u m , D ü s s e ld o r f ) .
2. L a R e d o u te n s a a l d e V ie n a . G r a b a d o c o lo re a d o d e J o s e p h S c h ü tz , h. 1800.
C o le c c ió n H a n s S w a ro w s k y , V ie n a .
3 . S a n M a r x d e V i e n a . G r a b a d o c o l o r e a d o d e C a r i S c h ü t z , 1792. A l b e r t i n a , V i e n a .
6 . L o g ia v i e n e s a , h . 1790. P i n t u r a a l ó le o d e a u to r d e s c o n o c id o . H is to ris c h e s
M u s e u m d e r S ta d t W ie n .
7. R e t r a t o d e M o z a r t p o r B a r b a r a K r a í f t (1 8 1 6 ). C o r t e s í a d e la G e s e lls c h a f t d e r
M u s ik fr e u n d e , V ie n a .
8 . C a r te l d e l e s tr e n o d e L a f l a u t a m á g ic a , el 30 d e s e p tie m b r e d e 1791. I n t e r n a ti o n a le
S tif tu n g M o z a r t e u m , S a lz b u r g o .
9 . F r o n t i s p i c i o c o n r e t r a t o d e S c h i k a n e d e r y p o r t a d a d e l A lm a n a c h f ü r T h e a terfreu n -
de, d e 1791. G r a b a d o s d e I g n a z A l b r e c h t . B i l d a r c h i v , Ó s t e r r e i c h i s c h e N a t i o n a l -
b ib lio th e k , V ie n a .
10. F r o n t i s p i c i o d e l l i b r e t o o r i g i n a l d e L a f l a u t a m á g ica , i m p r e s o p o r I g n a z A l b e r t i ,
V i e n a , 1791. C o l e c c i ó n E r n s t H a r t m a n n , V i e n a .
11. C o n s t a n z e M o z a r t . R e t r a t o d e J o s e p h L a n g e , h . 1782. H u n t e r i a n A r t G a l l e r y ,
U n iv e r s id a d d e G la s g o w .
12. R e t r a t o d e M o z a r t p o r J o s e p h L a n g e , 1789-1790. O f i c i n a N a c i o n a l d e T u r i s m o
d e A u s tr i a .
13. L a R a u h e n s t e i n g a s s e d e V i e n a . A c u a r e l a d e J . W o h l m u t h , h . 1820. I n t e r n a t i o
n a le S tiftu n g M o z a rte u m , S a lz b u rg o .
14. A l z a d o d e la c a s a d e l a R a u h e n s t e i n g a s s e , d e A d a m H i l d w e i n , 1806. C o p i a d e
E m i l H ü t t e r , 1873. H i s t o r i s c h e s M u s e u m d e r S t a d t W ie n .
15. V i s t a a é r e a d e V i e n a y s u s a l r e d e d o r e s . D e t a j l e d e u n g r a b a d o d e J o s e p h D a n i e l
v o n H u b e r , 1769-1774. A n t i q u a r i a t I n g o N e b e h a y , V i e n a .
263
17. Plano del mismo piso, por Alfred Lechner, 1987.
18. V is ta d e l e s tu d io d e M o z a r t e n el p iso d e la R a u h e n s te in g a s s e , p o r J o h a n n P e te r
L y se r, 1847; r e p r o d u c id o e n el W ie n e r E x t r a b l a t t , n .° 298 (29 d e o c tu b r e d e 1887).
19. Plano del piso de la Rauhensteingasse, por Johann Peter Lyser, 1847; reproduci
do en el W ie n e r E x t r a b l a t t , n.° 298 (29 de octubre de 1887).
21. Mesilla de noche, h. 1780-1790. Kunstsalon Kovacek, Viena. Foto Josef Vouk.
23. J u sta u c o rp s, h. 1780-1790. Historisches Museum der Stadt Wien, n.° de inventario
857/1.
Fig. 1 (pág. 95). Última página del «Kyrie» del manuscrito autógrafo del R equiem de
Mozart, üsterreichische Nationalbibliothek, Viena.
Figs. 5 a 8 (pág. 133). Páginas del libreto de Metastasio L a e lem en ta d i T ito , edición
contemporánea de A. Zatta de Venecia. Fig. 5: Frontispicio del acto primero.
Fig. 6: Frontispicio del acto segundo. Fig. 7: Personajes. Fig. 8: Lista de
suscriptores de la edición. Colección del autor.
Fig. 10 (pág. 187). Detalle del autógrafo del R eq u iem de Mozart, con la firma de
Mozart falsificada por Süssmayr. üsterreichische Nationalbibliothek, Viena.
Fig. 14 (pág. 187). Firma de Mozart en el autógrafo de la K lein e F reym aurer-K antate.
Gesellschaft der Musikfreunde, Viena.
264
A g ra d ecim ien to s
A lb e r tin a , V ie n a ; A r c h iv d e r S t a d t W ie n ; C . B e d n a r c z y k ( g a le r ía d e a n ti g ü e d a d e s ) ,
V ie n a ; G e se lls c h a ft d e r M u s ik f r e u n d e , V i e n a (D r. O t t o B ib a ) ; G la s G a le r ie
K o v a c e k , V ie n a ; E r n s t H a r t m a n n t ) , V ie n a ; H is to ris c h e s M u s e u m , V ie n a (D r.
A d a l b e r t S c h u s s e r); H o ik a m m e r a r c h iv , V ie n a (D r. C h r is tia n S a p p e r ) ; R e in h o ld
H o f f s tá tte r ( g a le r ía d e a n ti g ü e d a d e s ) , V ie n a ; K u n s th is to r is c h e s M u s e u m , V ie n a
( H o f r a t D r . G e o r g K u g le r ) ; K u n s ts a lo n K o v a c e k , V ie n a ; M o d e s c h u le d e r S t a d t
W ie n , S ch lo ss H e t z e n d o r f ( F r a u D r. R e g in a F o r s tn e r ) ; M o z a r t e u m , S a lz b u r g o ;
In g o N e b e h a y (W ie n e r A n t i q u a r i a t ) , V ie n a ; ü s t e r r e i c h i s c h e N a t io n a lb ib lio th e k ,
V ie n a ( B ild a rc h iv y M u s ik s a m m lu n g ) ; D r . W illia m B. O b e r , T e n a f ly , N u e v a
J e r s e y ; P ro fe s o r H a n s S w a ro w s k y ( t ) , V ie n a ; T e c h n is c h e U n i v e r s i tá t (H o c h -
s c h u le ) , V i e n a ( D ip l.- I n g . D r . A lfre d L e c h n e r ) . F o tó g ra fo s p r in c ip a le s : P ie ro
M a lv is i ( P o p o lo n ia ) , J o s e f V o u k ( V ie n a ) . D e s e a m o s e x p r e s a r n u e s tr o e sp e c ia l
a g r a d e c im ie n to al d o c to r A lfre d L e c h n e r p o r su v a lio s a c o la b o r a c ió n e n el
e s tu d io d e la ú l ti m a v iv ie n d a d e M o z a r t , así c o m o p o r h a b e r d i b u ja d o el p la n o
d e n u e s tr a r e c o n s tr u c c ió n d e l piso y d e su m o b ilia rio .
265
í n d i c e a n a lít ic o
266
d a n z a s , 54; B u rd e o s , 156.
c a d e n c ia s p a r a el C o n c ie r to p a r a B u ssa n i, D o r o t h e a ( s o p r a n o ) , 102.
p ia n o e n re m e n o r d e
M o z a r t (K . 4 6 6 ) , 213.
B e n a ro , J o h a n n (v io lin is ta ), 9 3 , 97. C a ld a r a , A n to n io (c o m p o s ito r ) , 111,
B e n e d e tti, S ig n o r ( b a jo ) , 2 1 5 . 118;
B e n th e im - S te in fu r t, c o n d e s a H e n r i e t te L a clem enza d i T ito , 111, 118;
v o n , 21. « E c c o il p u n to » , 112;
B e n th e im - S te in fu r t, c o n d e L u d w ig « G e t ta il n o c c h ie r t a lo r a » , 112.
v o n , 20. C a lv e si, V in c e n z o ( t e n o r ) , 103.
B e rlin , 79, 147, 199, 2 1 4 , 2 4 4 n . 15, C a m p i, G a e t a n o ( b a jo ) , 107, 132,
2 5 5 n. 4; 215.
B ib lio te c a N a c io n a l ( D e u ts c h e C a m p i, M a d a m e ( c a n t a n t e ) , 130, 215.
S t a a ts b ib lio th e k ) , 6 2 , 23 9 . C a m p o F o r m io , P a z d e , 2 1 6 .
B e r ta ti, G io v a n n i ( p o e ta ) , 113, 2 5 2 /5 3 C a n a l, c o n d e E m a n u e l J o s e p h
n . 19. M a n a b a i la , 119, 2 5 4 n . 30.
B ia n c h i, F ra n c e s c o ( c o m p o s ito r): C a n te s , P a t e r , 148.
L a villa n ella ra p ita , 2 1 5 . C a rlo s T e o d o r o (e le c to r d e B a v ie r a ) ,
B ib a , O t t o , 100. 2 1 , 22 3 .
B irn e r, d o c to r ( c ir u ja n o ) , 2 5 9 n . 32. C a r lo s VI, e m p e r a d o r , 78.
B la n c h a r d , F r a n c o is ( a e r o n a u ta ) , 124. C a rlo s , a r c h i d u q u e , 103.
B lu w a l, M a r c e l, 2 2 7 . C a r p a n i , G iu s e p p e ( e s c rito r), 201.
B o h e m ia , 4 8 , 77 y s., 117 y s., 140, C a s a d e s u s , R o b e r t ( p ia n is ta ) , 12.
2 52 n . 5. C a s a n o v a , G ia c o m o , 2 5 2 n . 19.
B o h e m ia , E s ta d o s d e , 105, 107 y ss., C a s te lli, I g n a z F r a n z (e s c rito r), 160
118, 136 y s., 2 5 2 n . 5, 253 y s-
n . 28. C a s ti, G . B. ( p o e ta ) , 102;
B o lo n ia , 108, 115. Venere ed A d o n e, 102.
B o n n , 25. C a ta l in a la G r a n d e ( e m p e r a tr iz ) , 108.
B o n n o , G iu s e p p e ( c o m p o s ito r), 19. C a v a lie r i, C a t a r i n a (s o p r a n o ) , 108,
B o n z ia n i, véase P o n z ia n i. 167, 169.
B o rn , I g n a z v o n , 78 y s., 8 1 , 140, 157 C e c a re lli, F ra n c e s c o ( c a s tr a to ) , 21.
Y s-
C im a r o s a , D o m e n ic o (c o m p o s ito r),
B o u ille , c o n d e L o u is (?), g e n e r a l, 128. 108 y s.;
B r a u n , M . d e , 135. a r ia , 109;
B r a u n b e h r e n s , V o lk m a r , 2 2 8 , 262. I I m a trim o n io segreto, 108.
B r e itk o p f & H á r t e l (e d ito re s ), 12, 57, C la r y v o n A ld r in g e n , c o n d e L e o p o ld ,
9 4 , 9 7 , 141, 179, 181, 2 1 6 , 119.
2 5 3 n . 23. C lo sse t, d o c to r N ic o la u s , 192 y s., 201
B re sla u , 77. y ss., 206.
B rey sig , J o h a n n , 135. C o llo re d o , c o n d e H ie r o n y m u s J o s e p h
B rn o ( B r ü n n ) , 129, 2 0 8 F r a n z d e P a u l a (a rz o b is p o
B r u n n , 2 4 9 n . 9. d e S a lz b u r g o ) , 204.
B u b e n e c z , 124. C o llo r e d o - M a n s f e ld , p rín c ip e s d e , 117,
B u d a p e s t, 103, 156; 24 8 n . 2.
a rc h iv o s E s te r h á z y , 103. C o lo m b a z z o , V i t to r i n o (o b o e ), 82.
267
C o lo n ia , 25. D u s c h e k , F r a n z X a v e r ( c o m p o s ito r),
C o n ti, G ia c o m o (c o m p o s ito r ) , 34. 122, 126.
C o o p e r , M a t th e w , 11. D u s c h e k , J o s e p h a ( s o p r a n o ) , 109 y ss.,
C o p e n h a g u e , 21 6 . 121, 141, 164, 21 2 y s., 21 5 ,
C r e s c e n tin i, G ir o la m o ( c a s tr a to ) , 106. 2 5 0 n . 6.
C z a s la u , 117. D u s c h e k , fa m ilia , 8 6 , 121 y s., 164,
217.
C h a ille y , J a c q u e s , 241.
C h a r w u n s c h e r , fa m ilia , 125. « E c c e m itto a n g e lu m » , véa se a n tíf o n a .
C h o te k , c o n d e J o h a n n R u d o l p h v o n , E d o m , M ., 21.
5 3 , 21 1 . E h r e n b a c h , K a r l F is c h e r v o n
C h o tu s itz , 117. (c o n s e je ro ), 82.
C h r is t, J o s e p h A n to n ( a c to r ) , 150. E ib l, J o s e p h H e in r ic h , 2 4 2 , 261 n . 43.
E is e n , C liff, 262.
E is e n s ta d t, 3 1 , 102.
D a b o k u r ( d ’A b o c u r ) , E lis a b e th , 229. e le c to r d e B a v ie ra , v éa se C a rlo s
D a lc h o w , J o h a n n e s , 24 2 . T eo d o ro .
D a P o n te , L o r e n z o ( d r a m a tu r g o ) , 22, e le c to r d e S a jo n ia , véa se F e d e ric o
108, 113, 136, 143 y s „ 148, A u g u s to .
2 4 1 , 2 5 3 n . 19. E s te r h á z y , a rc h iv o s ( E is e n s ta d t) , 3 1 ,
D a u m , J o h a n n e s , 23 6. 102 .
268
F e d e r ic o el G r a n d e , 117. G e n z in g e r , M a r i a A n n a v o n , 51, 84,
F e d e ric o G u ille r m o II (re y d e P r u s ia ) , 2 5 9 n . 37.
18, 2 1 2 , 2 1 4 , 2 4 4 n . 15. G e n z in g e r, d o c to r P e te r v o n , 51.
F e d e ric o A u g u s to (e le c to r d e S a jo n ia ) , G e r l, B a r b a r a (s o u b r e tte ), 162 y s.
4 2 , 132. G e rl, F r a n z X a v e r ( c o m p o s ito r y
F e ld h o fe r, A n to n (fu n c io n a r io b a jo ) , 4 7 , 144, 162 y s;
r e ti r a d o ) , 157. D e r d u m m e G á r tn e r a u s d e m G e b irg e ,
F e r n a n d o IV (re y d e N á p o le s ), 22, 25. 144.
F e re n z (so p ra n o ), 97. G e se lls c h a ft d e r M u s ik f r e u n d e , 2 4 9 n.
F is c h e r, E d w in ( p ia n is ta ) , 12. 9, 2 5 5 n. 3.
F is c h e r, J o h a n n M a r t i n (e s c u lto r), 94. G ie se k e, K a r l L u d w ig ( a c to r ) , 8 2 , 8 7 ,
F la m m , F r a n z K a r l, 166. 147 y s., 162 y s.
F la m m b e r g , F r a u le in v o n , 92. G ilo w sk y , F r a n z , 38.
F o r s tn e r , R e g in e , 2 36. G iu lia n i, C e c ilia ( s o p r a n o ) , 102.
F r a n c fo r t, 17 y ss., 2 4 , 37 y s., 4 1 , 6 3 , G lu c k , C h r is to p h W illib a ld R i tt e r
8 6 , 102, 123, 145, 24 5 n . 7; v o n , 118, 138, 200.
c a t e d r a l d e S a n B a r to lo m é , 17; G o l d h a h n ( G o l d h a n n ) , J o s e p h O d ilic
te a t r o m u n ic ip a l, 20 y s. ( c o m e r c ia n te d e h ie r r o s ), 6 3 ,
F r a n c is c o II, e m p e r a d o r , 87, 102, 123, 74 y s., 8 6 , 194, 2 5 0 n. 12.
154 y s., 21 1 . G o l d h a h n ( G o ld h a n n ) ( p a d r e ) , 74.
F r a n c is c o E s te b a n ( e m p e r a d o r ) , 77 G ó lle rs d o rf, 117.
y s. G o ttlie b , A n n a ( s o p r a n o ) , 162 y s.,
F r a n k lin , B e n ja m in , 154. 2 0 8 , 2 6 0 n . 13.
F ra s e l, W ilh e lm ( a c to r ) , 162 y s. G ó ttw e ig , 164.
F r e n tz , b a r o n e s a d e , 21. G o u ld , R . F ., 241.
F r e y b e rg e r , H e r r ( f u n c io n a r io ) , 100. G r a n O r i e n te , véa se lo g ia s.
F r e y s tá d tle r , F . J . (c o m p o s ito r ) , 95, G ra ss a lk o v ic s, p r ín c ip e A n to n , 31.
173, 185, 9 5 . G r a z , 8 6 , 214.
F r ie d l, J o h a n n ( e m p r e s a r io ) , 161. G r e in e r , C h a r lo t t e v o n , 50.
F rie s, c o n d e M o r itz ( b a n q u e r o ) , 85. G r e in e r , F r a n z S a le s v o n , 3 6 , 47
y ss.
G rie s in g e r, G . A . ( d ip lo m á tic o ) , 26.
G a ll, L u d w ig , 193. G u a r d a s o n i, D o m e n ic o ( e m p r e s a r io ) ,
G a lliz in , p r ín c ip e D im itr ij 105 y ss., I l l , 113 y ss., 117,
M ic h a jlo v ic , 2 4 6 n. 12. 124, 129 y s., 136 y ss., 176,
G a l u p p i, B a ld a s s a re (c o m p o s ito r ) , 239.
118. G u g lie lm i, P ie tr o ( c o m p o s ito r ) , 118.
G a n g a n e lli, p a p a C le m e n te XIV, 184. G y ro w e tz , A d a l b e r t (c o m p o s ito r ) , 109;
G a y l, J o s e p h (e s c e n ó g ra fo ), 163. sin fo n ía , 109.
G e b le r , T o b ia s P h ilip p v o n ( p o e ta ) ,
5 0 , 147;
T h a m o s , rey d e E g i p to , 5 0 , 147. H a d e r le in , H e r r ( p e lu q u e r o d e
G e la tt, R o l a n d , 14. M o z a r t ) , 36.
G e m m in g e n - H o r n b e r g , F r e i h e r r O t t o H a g g , H e r r ( s e c r e ta r io ) , 98.
v o n , 77. H a ib e l, J a k o b ( d i r e c to r d e c o ro ),
G e n z in g e r , J o s e p h in e v o n , 51. 190.
269
H a ib e l, S o p h ie , d e s o lte r a W e b e r , G o tt e rh a lte ( a n tig u o h im n o n a c io n a l
165, 178, 190 y ss., 2 2 4 , 257 d e A u s tr ia , XXVIa:43), 50;
n . 17, 2 5 7 /5 8 n. 23. M is a e n d o (« M a ria z e lle rm e s s e » )
H a m b u rg o , 214. (XXII:8), 64;
H a r d y , T h o m a s ( p in to r ) , 6 7 . (XXVIII:11), 137;
O r la n d o P a l a d in o
H a r m o n ic o n , 2 4 4 n. 15. sonatas (para piano), 57;
H a rra c h , c o n d e F e rd in a n d von sinfonías (1:76-78), 249 n. 5;
(o ficial d e l e jé r c ito ) , 82. tríos (para piano), 58.
H a r t e n s t e in , G u s ta v , 222. H a y d n , M a r i a A n n a , d e s o lte r a
H a r t ig , c o n d e , 119. K e lle r , 84.
H a r t m a n n v o n K la r s te in , c o n d e H e e g e r , W e n z e l B e r n h a r d , 168.
J o h a n n P ro k o p , 137. H e n n e t , b a r ó n J o s e p h d e , 107.
H a s c h k a , L o re n z L e o p o ld ( p o e ta ) , 49 H e n s le r, K a r l F r ie d r ic h ( d r a m a tu r g o ) :
y s. D a s G a le rie n g e m a ld e , 125.
H a ss e , J . A . (c o m p o s ito r ) , 118, H e r m a n o s A s iá tic o s, 155.
176. H e r z o g , A n to n (R e g e n s c h o r i) , 9 2 , 9 4 y
H a y d n , J o h a n n M ic h a e l (c o m p o s ito r ) , s., 99 .
8 0 , 21 7 ; H ild e s h e im e r , W o lfg a n g , 22 7 y s.
R é q u ie m , 80. H ild w e in , A d a m ( a r q u i t e c t o ) , 2 2 9 ,
H a y d n , J o s e p h ( c o m p o s ito r ) , 12, 14 y 230, 232.
s., 17, 2 2 , 24 y ss., 29 , 31, H o fd e m e l, F r a n z , 20 7 y s.
3 8 , 4 5 y s., 4 9 y ss., 5 4 , 5 6 y H o f d e m e l, J o h a n n A le x a n d e r F r a n z ,
ss., 61 y ss., 79, 81 y ss., 101 2 0 8 , 2 5 9 n . 12.
y s . 111, 117 y s., 122, 135, H o fd e m e l, M a g d a le n a , 2 0 7 y s., 25 9
137, 140 y s., 148 y s., 157, n. 12.
160, 174, 181 y s., 185, 197, H o f e r , F r a n z d e P a u l a (v io lin is ta ), 18
201 y s., 2 1 3 , 2 1 6 y s., 2 2 1 , y s., 166 y s., 189.
2 4 4 n. 15, 24 8 n . 25, 2 4 8 n. H o f e r , J o s e p h a , d e s o lte r a W e b e r
2, 2 4 9 n. 5, 251 n. 10; ( s o p r a n o ) , 18 y s., 144 y s.,
A ria d i R o s in a : « S ig n o r, v oi s a p e te » 162 y s., 192, 2 1 6 , 22 3 y s.,
(XXIVb:7), 111; 14 5 .
c a n t a t a A r ia d n a en N a x o s (XXVlb:2), H o f f m a n n , E . T . A . ( p o e ta ) , 100.
51; H o ffm e is te r, F r a n z A n to n ( c o m p o s ito r
L a c re a c ió n , 2 1 3 ; y e d ito r ) , 2 4 y s., 9 3 , 9 9 y s.;
c u a r te to s ( p a r a c u e r d a ) : c o n c ie r to e n sol, 9 9 , 9 9 .
o p . 5 0 « P ru s ia n o s » (111:44-9), 57; H o f m a n n , L e o p o ld ( c o m p o s ito r ) , 61
o p . 6 4 (111:69-74), 25; y s.
dan zas: H o f m a n n , M a d e m o is e lle ( c a n t a n t e ) ,
d o c e M in u e to s y. T r ío s p a r a 162 y s.
o rq u e s ta (lX:9c), 57; H o g w o o d , C h r is to p h e r , 262.
d o c e M in u e to s y T r ío s y d o c e H o h e n z o lle r n - S ig m a r in g e n , p r ín c ip e
D a n z a s a le m a n a s p a r a la A n to n , 82.
R e d o u te n s a a l, 1792 (IX: 11, H o l z b a u e r , I g n a z (c o m p o s ito r ) ,
12), 54, 56, 59; 118.
f a n ta s ía ( p a r a p ia n o ) (XVII:4), 57, H o r m a y r , J o s e p h v o n , 49.
59; H r a s c h a n s k y , J o s e p h ( e d ito r ) , 87.
270
H u b e r , D a n ie l v o n ( g r a b a d o r ) , 2 2 9 , K lo flle r, J o h a n n F r ie d r ic h
230. ( c o m p o s ito r ) , 21.
H ü t t e r , E m il, 2 2 9 . K ló p f le r , M a d e m o is e lle ( c a n t a n t e ) ,
162 y s.
K o c h , F r a n z (m ú s ic o ), 124.
I f ila n d , A u g u s t W ilh e lm K ó c h e l, c a tá lo g o , 2 4 1 .
( d r a m a tu r g o ) : K o lin , 117.
D e r H e r b s tta g , 132. K o m o r z y n s k i, E g o n , 159, 2 4 2 , 25 5 n.
I g la u , 117. 3.
I l l u m i n a t i , 155. K o tz e b u e , A u g u s t v o n ( d r a m a tu r g o ) :
B r u d e r M o r i t z , d e r S o n d e r lin g , 126;
D e r w e ib lic h e J a k o b i n e r k l u b , 125.
J a c o b i , b a r ó n K o n s t a n t P h ilip p D i e S o n n e n ju n g fr a u , 131;
W ilh e lm v o n ( e m b a ja d o r ) , K o u s s e v its k y , S e rg e ( d i r e c to r d e
212. o r q u e s t a ) , 12.
J a c q u i n , b a r ó n N ic o la u s J o s e p h v o n , K o z e lu c h , J o h a n n A n to n
50. (c o m p o s ito r ) :
J a h n , O tto , 222. M is a d e la C o r o n a c ió n , 131.
J e ffe rs o n , T h o m a s , 154. K o z e lu c h , L e o p o ld (c o m p o s ito r ) , 131,
J o s é II ( e m p e r a d o r ) , 18 y s., 2 2 , 29, 141 y s., 251 n . 5;
5 3 , 6 3 , 75 y s., 78 y ss., 82 , H u ld ig u n g s k a n t a te , 131, 141.
143 y s., 157, 161, 194, 2 0 0 , K r a f f t, B a r b a r a ( p i n to r a ) , 6 9 .
2 1 1 , 2 4 3 n. 2, 2 4 4 n . 15, 247 K r a t t e r , F r a n z ( d r a m a tu r g o ) :
n . 25. M e n z i k o f , o d er d ie V e r s c h w o r u n g w id e r
J o s e p h « P rim u s » ( c ria d o ) , 39, 8 5 , 164 P e te r d en G ro s s e n ( M e n z i k o f o
y s., 2 4 5 n . 12. la c o n sp ir a c ió n co n tra P e d r o e l
J o u r n a l d e s L u x u s u n d d e r M o d e n , 236. G r a n d e ), 124.
J ü n g e r , E . F . ( d r a m a tu r g o ) : K r o n a u e r , J o h a n n G e o r g (p ro fe s o r),
E r m e n g t s ic h in a lie s , 125. 82.
K r o n u n g s jo u r n a l f i i r P r a g , 136.
K u g le r , G e o rg , 236.
K a r l s b a d , 127. K ü n ig l ( K in ig l) , c o n d e C a s p a r
K e e s , F r a n z G e o r g R i t t e r von,- 84. H e r m a n n (c o n s e je ro d e l A lto
K e rn b e iB , F r a u le in ( c o n tr a lt o ) , 98. T r i b u n a l d e lo C r im in a l d e
K e r n e r , D ie te r , 24 2 . B o h e m ia ) , 107, 119, 2 5 4 n.
K in s k y , p r ín c ip e J o s e p h (?), 169, 2 4 8 30.
n . 2.
K irc h g e s s n e r, M a r i a n n e (m ú s ic a ) , 51 ,
73, 2 4 8 n. 2 5 , 2 5 0 n . 7. L a H a y a , 204.
K is tle r , J o h a n n M ic h a e l ( te n o r ) , 162 L a T o u r , G e o rg e s d e ( p in to r ) , 237.
y s. L a c k e n b a c h e r , H e in r ic h
K le b e r s b e r g , M a d e m o is e lle d e , 135. ( c o m e r c ia n te ) , 2 4 y s.
K le in , H e r r ( te n o r ) , 9 8 . L a n g e , A lo y sia , d e s o lte r a W e b e r
K le in e s K a is e rh a u s , véase V ie n a , ( s o p r a n o ) , 2 1 3 y s., 22 3 y ss.
R a u h e n s te in g a s s e . L a n g e , J o s e p h ( a c t o r ) , 22 4 ; r e tr a to s
K le is t, F r a n z A l e x a n d e r v o n , 127, 130. p i n ta d o s p o r , 261 n . 3, 7 2 .
271
L a n n e r , J o s e p h (c o m p o s ito r ) , 54. J u r n e u g e k ro n te n H o f f n u n g , 8 1;
L a u d o n , G id e o n F r e i h e r r v o n (m a ris c a l f u r w a h r e n E i n tr a c h t, 23, 50 , 77 y ss.,
d e c a m p o ) , 24 7 n . 25. 8 1 , 8 3 , 140, 157;
L a u s c h , L o r e n z (c o p is ta ), 5 6 , 5 8 , 193, fu r W a h r h e it, 81;
2 4 9 n. 9. Z u r W a h r h e it u n d E i n i g k e i t z u d en d r ei
L a x e n b u r g , 189. g e k r o n te n S á u le n , ( P r a g a ) , 119,
L a z a n s k y , c o n d e P r o k o p (c o n se je ro 139;
d e l g o b ie r n o d e B o h e m ia ), Z u r W o h lt á tig k e it, 77, 79 y ss.
119 L o lli, G iu s e p p e ( b a jo ) , 107.
L e c h n e r , A lfre d ( a r q u ite c to ) , 233, L o n d r e s , 17, 27, 8 4 y s., 177, 2 0 4 , 244
236, 232. n . 15, 24 8 n . 25.
L e ip z ig , 5 7 , 6 2 , 9 4 y ss., 141, 179, L ó s c h e n k o h l, H ie r o n y m u s ( a r tis ta ) ,
181, 2 1 4 , 2 1 6 , 221; 103.
G e w a n d h a u s , 21 4 . L ó w e n fe ls, A n to n N ie r in g v o n
L e itg e b , F r a n z A n to n (¿el m e n s a je ro ( f u n c io n a r io d e la c o r te ) , 82.
g ris? ), 9 7 . L ú e a , I g n a z d e ( e s c rito r), 79.
L e itn e r , H e r r ( a d m i n i s t r a d o r ) , 98. L ü h n in g , H e lg a , 119.
L e o p o ld o II ( e m p e r a d o r ) , 17 y ss., 64 , L u is XVI (re y d e F r a n c ia ) , 155.
75, 8 2 , 8 6 y s., 8 9 y ss., 105, L y se r, J o h a n n P e te r ( p in to r ) , 2 3 4 ,
108, 118, 121 y ss., 127 y s., 235, 234.
131 y s., 134 y ss., 140 y s.,
143, 155 y s., 158, 194, 2 1 0
y s., 2 4 3 n . 2, 2 4 9 n . 9, 253 M a g u n c ia , 19.
n . 28. M a g y a r H ir m o n d ó , 213.
L e u tg e b , F r a n z is k a , 64. M a n n h e im , 77, 2 0 4 , 223.
L e u tg e b , J o s e p h ( t r o m p a ) , 64, 166, M a r c h e s i, L u ig i ( c a s tr a to ) , 105.
2 5 0 n. 6. M a r c h e t ti - F a n t o z z i , M a r i a (s o p r a n o ) ,
L ic h n o w s k y , p r ín c ip e C a r i, 31, 79. 114, 132, 135.
L ie c h te n s te in , p r ín c ip e J o h a n n , 32. M a r i a A n n a , a r c h i d u q u e s a , 139.
L ó b e l (L o ib l, L o ib e l) , J o h a n n M a r t in , M a r í a C a r o li n a ( r e in a d e N á p o le s ),
74, 2 5 0 n. 10. 22, 53.
L o b e s, E d u a r d V in c e n t G u l d e n e r v o n , M a r í a L u is a (L o u is e , L u d o v ic a )
201 y s. ( e m p e r a tr iz ) , 125, 131, 138,
L o b k o w itz , fa m ilia , 31, 121. 140, 143, 208.
L o g ia s m a s ó n ic a s : M a r í a T e r e s a ( e m p e r a t r i z ) , 4 8 , 78, 225.
A u x T r o i s C a n o n s , 77; M a r í a T e r e s a , a r c h i d u q u e s a , 78, 249
A u x T r o i s S q u e le tte s , 77; n. 9.
G r a n O r i e n te d e P a rís , 150, 155; M a r ia - E n z e r s d o r f , 2 4 9 n . 9.
Z n d en d r e i A d l e r n , 81; M a r i a - S c h u t z ( S e m m e r in g ), 98.
Tju d en d r e i F e u e rn , 81; M a r in e lli, c o m p a ñ ía , 208.
2 ¿ im h e ilig e n J o s e p h , 8 1; M a r s a n o , fa m ilia , 159.
Jum P a l m b a u m , 8 1 , 2 5 0 n . 10; M a r t í n y S o le r ( M a r t in i ) , V ic e n te
J u r B e s tá n d ig k e it , 81; ( c o m p o s ito r ) , 143.
J u r g e k r o n te n H o f f n u n g , 5 5 , 59, 77, m a s o n e r ía , m a s o n e s , 77 p a s s im , 119,
8 1 , 8 6 y s., 148, 154, 194, 148 p a s s im , 2 0 8 , 251 n. 1,
2 4 6 n . 12, 251 n . 1; 2 5 4 n . 3 0 , 6 8 , 7 /;
272
G r a d o S o b e r a n o R o s a - C r u z , 151, M o n te c u c u li, c o n d e L u d w ig F r a n z ,
155; 74 , 2 5 0 n . 11.
G r a n L o g ia d e A u s tr ia , 78, 2 5 0 n. M o r a v ia , m a r g r a v e s d e , 117.
10; M o r g e n - P o s t ( V ie n a ) , 24 5 n . 12.
G r a n L o g ia d e L o n d r e s , 77; M o r n i n g C h ro n ic le , 141, 2 4 8 n . 25.
lista s d e m ie m b ro s d e las lo g ia s, 80 M o r r o w , M a r y S u e , 26 2 .
y ss., 251 n . 1; M o s c h e le s , I g n a z (c o m p o s ito r ) , 200.
R i to E sco cés, 149, 151 y s.; M o s e l, I g n a z F . R v o n , 9 9 , 123.
R ito d e S a n J u a n , 77, 149 y ss.; M o z a r t , C a r l ( K a r l) T h o m a s (h ijo
( v éa n se ta m b ié n E s tr ic ta O b s e r v a n c ia , m a y o r ) , 6 7 , 74, 167 y s.,
H e r m a n o s A siá tic o s, 183, 199, 2 1 3 , 216.
I l l u m i n a t i , lo g ia s m a s ó n ic a s ). M o z a r t , C o n s ta n z e , d e s o lte r a W e b e r ,
M a s s ie ri, H e r r ( e m p r e s a r io ) , 124. 14, 20, 22 y ss., 36 y ss., 46
M a u n d e r , R i c h a r d , 26 2 . y s., 5 3 , 6 1 , 63 y s., 73, 75,
M a x im ilia n F r a n z , a r c h i d u q u e , 2 1 2 . 8 3 , 85 y ss., 8 9 y ss., 9 6 y s.,
M a y e r, F r ie d r ic h S e b a s tia n ( b a jo ) , 115 y s., 122, 145 y s., 163 y
216. ss., 169, 171 y ss., 178 y ss.,
M a z z o lá , C a te r i n o ( p o e ta ) , 111, 113 y 185 y s., 188, 191 y ss., 199,
ss., 119, 132, 134 y ss., 144, 2 0 8 , 2 0 9 p a s s i m , 2 3 0 , 2 4 4 n.
2 5 2 n . 18, 2 5 2 /5 3 n . 19, 15, 24 8 n . 25, 2 5 0 n. 6, 251
133; n . 5, 25 3 n . 23, 25 5 n . 4,
L a c le m e n z a d i T i t o , 114 y ss., 119, 2 5 7 /5 8 n . 2 3 , 2 5 9 n . 35, 261
132, 139. n . 4 3 , 72.
M e c k le n b u r g - S tr e litz , d u q u e G e o r g M o z a r t , F r a n z X a v e r W o lfg a n g (hijofc,
A u g u s t, 8 0 , 2 4 6 n. 8. m e n o r ) , 116, 178, 2 0 8 , 21 3 ,
M e is s n e r, A lfred : 2 1 4 y s s , 2 2 0 , 22 7 , 2 5 8 n.
R o c o c o - B ild e r , 139. 23, 261 n. 43.
M e is s n e r, A u g u s t G o ttlie b ( e d ito r ) , M o z a r t , L e o p o ld ( p a d r e ) , 22 , 2 7 , 38,
139, 141 y s., 2 16; 41 y s , 4 5 , 79 y s , 119, 2 1 8 ,
H u ld ig u n g s k a n t a te , 141 y s.; 22 3 y ss, 25 7 n. 2.
p o e sía p a r a la P a z d e C a m p o M o z a r t , M a r i a A n n a ( m a d r e ) , 21 8 ,
F o r m io , 21 6 . 223.
M e n d e ls s o h n - B a rth o ld y , F e lix M o z a r t , M a r i a A n n a ( « N a n n e r l» ,
( c o m p o s ito r ) , 2 21. h e r m a n a , d e s p u é s F r e iin v o n
M e ta s ta s io , P ie tr o ( lib r e tis ta ) , 106 y S o n n e n b u r g ) , 22, 27, 4 5 ,
s., I l l y ss., 118 y s., 134, 177, 195, 2 1 8 .
136, 2 5 3 n . 2 8 , 1 3 3 . M o z a r t , W o lfg a n g A m a d e u s :
M e tz , J o s e p h v o n (fu n c io n a r io ) , 82. a lo ja m ie n to s :
M ic e lli (M its c h e lli), C a t a r i n a « F ig a r o » H a u s , véa se V ie n a ,
( c a n t a n t e ) , 107. D o m g a s s e (1 7 8 5 -8 7 ), 38 y s.;
M ic h a lo w ic z , M a d a m e ( c a n t a n t e ) , « K le in e K a is e rh a u s » , véa se V ie n a ,
107. R a u h e n s te in g a s s e (1 7 9 0 -9 1 );
M ilá n , 21 6 . • a s p e c to ( véase ta m b ié n i n d u m e n t a r i a ) ,
M itc h e ll, D o n a ld , 13. 21, 36 y ss., 261 n. 43;
M o b e r ly , R o b e r t, 2 40. b ib lio te c a , 38 y s., 24 5 n . 11, 133;
M o ll, H e r r ( a c to r ) , 162 y s. c o n c ie rto s :
273
D re s d e , 42; o b lig a c io n e s e n la c o rte :
F r a n c fo r t (1 7 9 0 ), 20 y ss.; m ú s ic a d e b a ile , 53 p a s sim ',
M u n ic h (1 7 9 0 ), 21; ó p e ra s , 107 y ss., 143;
V ie n a (1 7 8 1 -9 0 ), 41 p a s s i m ; o b r a s [véase m á s a d e la n te ,
G r e i n e r (1 7 9 1 ), 47 y ss.; C o m p o s ic io n e s ):
T o n k ü n s tle r - S o c ie tá t (1 7 9 1 ), 43 c o n c ie rto s p o r s u s c rip c ió n , 41 y
y s.; ss., 50, 2 4 3 n. 12;
T o s t (1 7 9 1 ), 46; c o p ia d e (c o p is ta s ), 5 6 , 58 y s.,
e n fe rm e d a d e s , 2 0 4 y ss., 2 5 3 n. 28; 2 4 9 n . 9;
fa m ilia : e d ito r e s d e , v éa n se A lb e r ti, A n d r é ,
h e r m a n a , d o c u m e n to s A r t a r i a , B r e itk o p f & H á r t e l ,
p ro c e d e n te s d e su , 218; H o flm e is te r, S c h m id (t) &
h ijo s, n a c im ie n to d e sus, 116, R a u h , T rae g ;
2 0 8 , 2 6 0 n . 23; p e r s o n a lid a d , 169, 21 7 y s., 2 2 0 ;
p a d r e , m u e r te d e su , 4 2; r e la c io n e s c o n c o m p o s ito re s y
fin a n z a s (in g reso s, s a la rio , d e u d a s ) , c o n te m p o rá n e o s :
22 y ss., 3 8 y s., 5 6 y ss., 83 a r is to c r a c ia , 47 , 50 y s.;
y ss., 172, 2 4 6 n. 12, 251 n. C o n s ta n z e , 24, 6 4 y ss., 164 y ss.,
5; 192 y s., 2 0 9 p a s s im , 2 5 0
Ig le s ia C a tó lic a , a c t i tu d h a c i a la, n. 6;
61 y s., 76, 8 9 , 186, 22 6 ; D u s c h e k , fa m ilia , véa se e n t r a d a
i n d u m e n t a r i a (v e s tu a r io ) , 2 1 , 36 y a p a rte ;
s., 2 3 5 y s., 2 4 3 n. 7; E y b le r , J o s e p h , 185;
in g re s o s, véase fin a n z a s ; H a y d n , J o s e p h , 22 y ss., 197,
lu g a r e s q u e v isitó o p o r los q u e 2 1 7 ; v éa se ta m b ié n e n t r a d a
p a s ó , v éa n se A s c h a f ie n b u r g , a p a rte ;
B e rlín , C z a s la u , D e u ts c h - H a y d n , J o h a n n M ic h a e l, 21 7 ;
B ro d , D re s d e , F r a n c fo r t, K o z e lu c h , L e o p o ld , 141 y s.; véase
G ó lle rs d o rf, I g la u , K o lin ta m b ié n e n t r a d a a p a r t e ;
( N e u - K o llin , C o llin ) , L in z , P u c h b e r g , M ic h a e l, 23, 4 2 , 4 7 y
L o n d r e s , M a g u n c ia , M u n ic h , s., 8 3 ; véa se ta m b ié n e n t r a d a
O l m ü tz ( O lo m o u c ) , P a rís, a p a rte ;
P r a g a , R a ti s b o n a S a lie ri, A n to n io , 179, 199 y s.;
( R e g e n s b u r g ) , R e tz , véase ta m b ié n e n t r a d a a p a r t e ;
S ie rn d o rf, S a lz b u r g o , S c h ik a n e d e r , E m a n u e l, 146 y ss.,
S to c k e r a u , W ü r z b u r g , 166 y s., 177; véa se ta m b ié n
Z n a im ; e n tra d a a p a rte ;
m a s o n e s ( m a s o n e r ía ) , 77 p a s s im , 148 S t a d le r , A n to n , 164 y s.; véase
p a s s im , 2 4 6 n . 8 , 251 n . 1, 6 8 \ ta m b ié n e n t r a d a a p a r t e ;
m u e r te , 171 p a s s im , 199 p a s s im , 2 5 9 S ü s s m a y r, F r a n z X a v e r , 165 y s.,
n. 32; 185 y ss.; véa se ta m b ié n
n o m b r a m ie n to s : e n tra d a a p a rte ;
c o m p o s ito r d e l e m p e r a d o r J o s é II, r e tr a to s , 6 5 (P o s c h ), 6 8 ( r e t r a t o d e
19; g r u p o d e m a s o n e s ), 6 9
c o n f ir m a c ió n e n el p u e s to p o r el ( K r a f it) , 72 ( L a n g e ) ;
e m p e r a d o r L e o p o ld o II, 19; s a la r io , véase fin a n z a s ;
274
s e r v id u m b r e , 6 4 , 8 5 , 2 5 0 n . 6; véase CUARTETOS:
ta m b ié n J o s e p h « P rim u s » ; p a ra c u erd a :
C o m p o s ic io n e s (se d a n p r im e r o los 1) d e d ic a d o s a H a y d n (o p u s
n ú m ero s del K ó ch el X), 2 2 , 2 5 , 38 , 4 5 , 5 7; e n sol
a n tig u o s , d e s p u é s los m á s (K . 3 8 7 ), 57; e n r e m e n o r
m o d e rn o s e n tr e c o rc h e te s ): (K . 4 2 1 ), 2 2 1 , 26 0 n. 23; e n
ARIAS: d o , « d e las D is o n a n c ia s »
« A r ie tte » (K . 6 1 3 ), véase p ia n o , (K . 4 6 5 ), 45;
m ú s ic a p a r a ; 2) « P ru s ia n o s » , d e d ic a d o s a l
B e lla m ia f i a m m a (K . 5 2 8 ), 110; re y F e d e ric o G u ille r m o II,
P e r q u e sta b e lla m a n o (K . 6 1 2 ), 25 , 5 8; e n re (K . 5 7 5 ), 25,
47; 2 4 4 n . 14; e n si b e m o l (K .
ARMÓNICA DE COPAS, MÚSICA PARA: 5 8 9 ), 25; e n fa (K . 5 9 0 ),
A d a g io y r o n d ó (K . 6 1 7 ), 51, 25;
2 4 8 n. 25; v o c a l: « D ite a lm e n o » , in se rc ió n
A d a g io (K . 3 5 6 [6 1 7 a ]) , 5 1 , 248 e n la V i lla n e lla r a p ita d e
n . 25; B ia n c h i (K . 4 7 9 ), 215;
A v e , v e r u m , véase litú r g ic a , m ú s ic a ; DANZAS p a r a las R e d o u te n s á le d e
CANCIONES: V ie n a , 53 p a ssim -,
(K . 5 9 6 -5 9 8 ), 59; (K . 106 [ 5 8 8 a ]) , 2 4 9 n . 9; (K .
CANTATAS: 5 8 5 ), 23 8 ; ( K .5 8 6 ) , 2 3 8 ; (K .
D a v id d e p e n ite n te (K . 4 6 9 ), 4 3 , 5 9 9 ), 56, 2 3 7 , 2 3 8 , 2 4 9 n. 9;
64; (K . 6 0 0 ), 56, 23 7 , 2 3 8 , 24 9
D i e M a u r e r jr e u .d e (K . 4 7 1 ), n. 9; (K . 6 0 1 ) , 56 , 2 3 7 , 2 3 8 ; V
13 9 /4 0 ; (K . 6 0 2 ), 56, 2 3 7 , 23 8 , 24 9
K le in e F r e y m a u r e r -K a n ta te (K . 6 2 3 ), n . 9; (K . 6 0 3 ) , 2 3 7 , 2 4 9 n.
8 1 , 8 3 , 8 7 , 154, 173, 175, 9; n ú m . 1 e n re , 23 7 ; (K .
187-, 6 0 4 ), 56, 2 3 7 , 2 3 8 , 2 3 9 n. 9;
CASACIONES: (K . 6 0 5 ), 5 6 , 2 3 7 , 2 3 8 , 2 4 9
(K . 187 [C . 17.12 G lu c k y n . 9; (K . 6 0 6 ) , 23 7 ; (K .
S t a r z e r ] ) , 13; 6 0 7 ), 23 7 ; (K . 6 0 9 ), 237;
(K . 188 [ 2 4 0 b ] ) , 13; (K . 6 1 0 ), « L es filies
CONCIERTOS: m a lic ie u s e s » , 2 3 7 ; (K . 6 1 1 ),
p a r a c la r in e te e n la (K . 6 2 2 ) , 55, c o n tr ío p a r a « le y e re r» , 237;
139, 164, 168, 173; e s c e n a B e lla m ia f i a m m a (K . 5 2 8 ),
p a r a p ia n o : e n fa (K . 4 5 9 ), 2 0 y 110;
s., 4 1 , 2 4 3 n . 6; e n re m e n o r K y r ie e n re m e n o r (K . 341 [3 6 8 a ]) ,
(K . 4 6 6 ), 79, 213; e n d o (K . véase litú r g ic a , m ú sic a ;
5 0 3 ), 13, 4 6 ; e n re , « d e la LITÚRGICA, MÚSICA:
C o ro n a c ió n » (K . 5 3 7 ), 20 y K y r ie e n re m e n o r (K . 341
s., 41 y s., 2 4 3 n . 6; e n si [ 3 6 8 a ]) , 6 2 , 76, 181;
b e m o l (K . 5 9 5 ), 4 1 , 4 4 y s., O f e r to r io e n re m e n o r ,
5 9 , 2 4 6 n . 7; p a r a d o s p ia n o s « M is e r ic o r d ia s D o m in i» (K .
e n m i b e m o l (K . 3 6 5 ), 12; 2 2 2 [2 0 5 a ]) , 123, 131;
p a r a t r o m p a e n re (K . 41 2 M o te te A v e , v e r u m (K . 6 1 8 ), 11,
[ 3 7 6 b ] + 5 1 4 ) , 64; 75 y s., 2 5 0 n . 13, 187;
275
M o t e te S p le n d e te D e u s , a d a p t a c i ó n F in a l a d a p t a d o c o m o c o ro
( c o n te m p o r á n e a ) d e l C o r o p a r a c e le b r a r la P a z d e
n ú m . 1, « S c h o n w e ic h e t D ir C a m p o F o r m io , 216;
d ie S o n n e » , d e la m ú s ic a C o st f a n tu lle (K . 5 8 8 ), 13, 15, 18,
p a r a T h a m o s , rey d e E g ip to 54, 5 6 , 114, 129, 179, 189,
(K . 3 4 5 [ 3 6 6 a ]) , 123, 134, 22 0 , 239;
21 4 ; D i s c r iv e r m i, 220;
véase ta m b ié n m isas; D o n G io v a n n i (K . 5 2 7 ), 15, 22 ,
M a u r e r is c h e T r a u e r m u s ik (M ú s ic a 110, 114, 121, 125 y ss., 130
f ú n e b re m a s ó n ic a ) (K . 4 7 7 y s., 136, 138, 145, 2 2 0
[ 4 7 9 a ]) , 13, 79, 8 2 , 2 4 6 n . 8; y s.;
MISAS: O b e r t u r a , 110;
e n d o , « P ic c o lo m in i» (K . 2 5 8 ), a d a p ta c ió n p a ra o rq u e s ta d e
123, 139; v ie n to , 126, 131;
e n d o , « d e la C o r o n a c ió n » (K . L a f l a u t a m á g ic a ( D i e f a u b e r f l o t e )
3 1 7 ), 6 2 y s., 123, 134, 140; (K . 6 2 0 ), 15, 34 , 36 , 4 7 , 73,
e n d o , « M is s a A u lic a » (K . 3 3 7 ), 78, 82 y ss., 8 9 , 9 2 , 100,
123, 134, 139 y s.; 118, 126, 138, 140, 143
e n d o m e n o r (K . 4 2 7 [ 4 1 7 a ]) , 13, p a s s im , 173 y s., 189, 2 1 5 ,
6 4 , 181, 2 4 6 n . 5, 2 4 6 n. 7; 2 4 6 n. 10, 2 5 6 n. 4 , 7 0 , 71;
MOTETES, véa se litú rg ica , m úsica; A c h G o tt, von H i m m e l s ie h ’ d a r á n ,
OFERTORIO, v éa se litú rg ica , m úsica; 148, 151;
ÓPERAS: B e w a h r e t eu ch , 73;
L a s b o d a s d e F íg a r o ( L e n o z z e d i D e r H o llé R a c h e , 148;
F ig a r o ) (K . 4 9 2 ), 15, 18, 22, D e r V o g e lJ a n g e r b in ich j a , 21 5 ;
3 1 , 3 8 , 4 9 , 79, 129, 163, 2 0 8 , D i r , g r o ss e K o n ig in , 190;
220; H e i l sey eu ch , 149, 158;
P ió n p i ú a n d r a i, 49; I n d iesen h e il’g e n H a lle n , 158;
N o n so p i ú , 22 0 ; M am u n d W e ib , 164;
R ic o n o s c i a p u e sto a m p le s s o , 22 0 ; M a r c h a d e los S a c e rd o te s , 9 2 ,
a d a p ta c ió n p a ra o rq u e s ta d e 157 y s., 161;
v ie n to , 31; O ¡ s is u n d O s ir is , 152, 158;
L a c le m e n z a d i T i t o , L a (K . 6 2 1 ), O b e r t u r a , 9 2 , 150, 157, 161,
15, 3 6 , 8 3 y s., 8 6 , 9 2 , 101 164, 167;
p a s s im , 123, 126 y s., 129, T o d u n d V e r z w e iflu n g , T i ;
131 y s., 134 y s., 137, 139 y W i e , w ie , w ie ? , 126;
ss., 145, 165, 21 3 y ss., 2 3 8 y W o w i l l s t d u , k ü h n e r F r e m d lin g ,
ss., 2 5 3 n . 2 3 , 253 n. 28; h in ? , 150;
A h , se f o s s e in to r n o , 240; Id o m e n e o (K . 3 6 6 ), 21, 6 2 , 2 0 4 ,
C h e d e l d e l , 110; 2 1 3 y s., 2 2 0 y s.;
D e h co n sé rva te , 119; E l r a p to d e l s e r ra llo ( D i e E n t fü h r u n g
E cco i l p u n to , 110; a u s d e m S e r a il ) (K . 3 8 4 ), 22,
I n fe lic e ! q u a l o r ro r e !, 110, 112; 29, 119, 147;
N o n p iú d i f i o r i , 109 y ss., 120, L o sp o so d e lu so (K . 4 3 0 [4 2 4 a ]):
2 1 3 , 24 0 ; O b e r t u r a , 215;
O b e r t u r a , 1 18, 120, 2 4 0 ; C u a r te t o , 215;
276
ÓRGANO MECÁNICO, MÚSICA PARA: M o za rt-Jahrbuch, 183.
M ú s ic a f ú n e b r e p a r a el m a ris c a l M r a z , G o ttf r ie d , 251 n . 5.
L a u d o n (K . 5 9 4 ), 247 n . 25; M ü l l e r ( K u n s tk a b i n e t t ) , véase V ie n a .
(K . 6 0 8 ), 5 1 , 247 n. 25; M ü lle r , A . E . (m ú s ic o ), 62.
(K . 6 1 6 ), 5 1 , 2 4 7 n . 2 5 , 2 4 8 n. M ü lle r , W e n z e l ( c o m p o s ito r):
25; Kaspar der Fagottist, 74 , 2 5 0 n . 9.
PIANO, MÚSICA PARA: M u n ic h , 2 1 , 6 2 , 2 0 4 , 2 2 0 , 224.
F a n t a s ía (¿ im p ro v is a d a ? ), 21; M usical T im es, 238.
v a r ia c io n e s (« A rie tte » ) p a r a M y s liv e c e k , J o s e p h ( c o m p o s ito r ) , 118.
p i a n o s o b re E in IVeib ist das
herrlichste D in g (K . 6 1 3 ), 47,
5 9 , 144; N á p o le s , 108.
QUINTETOS: N a u m a n n , J o h a n n G o ttlie b
p a r a c la r in e te y c u e r d a e n la (K . ( c o m p o s ito r ) , 118.
5 8 1 ), 55; N eisse (S ile s ia ), 117.
p a r a c u e r d a e n r e (K . 5 9 3 ), 25; N e ls o n , lo r d H o r a t io , 100.
p a r a c u e r d a e n m i b e m o l (K . N e s s lth a le r, A n d r e a s ( p in to r ) , 163.
6 1 4 ), 2 5 , 46; N e s s lth a le r j u n i o r ( d e c o r a d o r t e a t r a l ) ,
R é q u ie m e n re m e n o r (K . 6 2 6 ), 36, 163.
6 2 , 7 6 , 8 4 , 8 9 passim , 116, N e ttl, P a u l, 118, 24 2 .
169, 171 y ss., 177 y ss., 188, N eue M o za r t Ausgabe, 12 y s., 242.
192, 2 0 5 , 2 1 2 y ss., 2 2 1 , 25 8 N e u h a u se r (g rab a d o r):
n . 2 3 , 2 6 2 , 95, 187\ d is e ñ o p a r a K . 6 0 5 , n ú m . 3, 2 4 9 n.
SINFONÍAS: 9.
e n re , « P a rís » (K . 2 9 7 ), 262; N e u k o m m , S ig is m u n d v o n
e n d o (K . 3 3 8 ), 12; ( c o m p o s ito r ) , 27, 202.
e n d o , « L in z » (K . 4 2 5 ), 173, 2 1 3 ; N ie m e c z , P a t e r P r im itiv , 2 4 8 n . 25.
e n re , « P r a g a » (K . 5 0 4 ), 20, 44, N ie m e ts c h e k , F r a n z X a v e r ( e s c rito r),
2 13; 8 9 , 90, 9 2 , 116 y s., 128 y
e n m i b e m o l (K . 5 4 3 ), 13, 20, 41 ss., 137, 141, 174, 182 y s.,
y ss.; 196, 2 0 9 , 2 1 3 , 2 1 5 , 2 1 7 , 2 4 2 ,
e n sol m e n o r (K . 5 5 0 ), 11, 13, 2 5 3 n. 28.
17, 2 0 , 41 y ss.; N iss e n , G e o r g N ik o la u s , 6 0 , 6 3 , 83,
e n d o , « J ú p ite r » (K . 5 5 1 ), 13, 8 9 , 9 0 , 9 2 , 115 y ss., 126,
2 0 , 41 y ss.; 132, 145, 165 y s „ 175, 190,
te r c e to « M a n d i n a a m a b ile » , 193 y s., 2 0 3 , 2 1 6 y ss., 2 2 2 ,
in s e rc ió n e n la Villanella 2 2 4 , 22 6 , 24 2 y s., 2 4 4 n. 15,
rapita d e B ia n c h i (K . 4 8 0 ), 25 3 n. 28, 2 5 5 /5 6 n. 4.
2 15; N o u s e u l, J o h a n n J o s e p h ( a c to r ) , 162
Tham os, rey de Egipto, m ú s ic a p a r a el y s.
d r a m a d e G e b le r (K . 345 N o v e llo , C l a r a (s o p r a n o ) , 178.
[ 3 3 6 a ]) , 5 0 , 123, 134, 148, N o v e llo , M a r y , 177 y s., 2 1 8 , 2 2 0 ,
21 4 ; 2 5 7 /5 8 n . 23.
OBRAS NO IDENTIFICADAS (d e to d a s N o v e llo , V in c e n t (m ú s ic o ), 177 y s.,
las c a te g o r ía s ) , 20 y s., 43 y 180, 2 1 8 y ss., 2 5 7 /5 8
s„ 109, 131, 134, 139, 215. n. 23.
277
N o v e llo , fa m ilia , 178, 183, 188, 193, P r a g a , 22 , 36, 63, 8 6 , 89 y ss., 100,
199, 2 1 8 , 22 1 , 2 4 2 , 257 101 passim , 121 passim , 145,
n. 23. 150, 168, 171 y s., 174 y ss.,
N u r e m b e r g , 20. 199, 212 y ss., 22 1 , 24 0 , 252
n . 5, 25 3 n . 28;
B e th - K h a y im (C a s a d e la V i d a ) ,
Oberpostamtszeitung ( P r a g a ) , 107, 115, 121;
127, 252 n . 18. B e tr a m k a , V illa , 122;
O f f e n b a c h , 180 y s., 216. C o n v e n to d e D a m a s N o b le s , 139;
O is e a u L y re , L ’, 262. « E s tre lla A z u l» (Blauer Stern),
O lm iitz (O lo m o u c ) , 204. p o s a d a , 107;
O r s le r , J o s e p h , 4 8 , 247 n . 17. H o f b u r g , 121;
H r a d c a n y ( H r a d s c h in ) , 121;
J o s e p h s ta d t , 121;
P a c h ta , c o n d e J o h a n n , 119. K o s c h irs c h , 122;
P a isiello , G io v a n n i (c o m p o s ito r ) , 120, L ie b e n , 125;
125; M a la S tra n a (C iu d a d P e q u e ñ a ,
Pirro, 125. K le in s e ite ), 121, 124;
P a ris, 178, 190, 2 0 0 , 2 0 2 , 2 0 4 , 2 2 3 , M ic h a e le rg a s s e , 124;
2 4 8 n . 25; P u e r t a N u e v a , 117, 122;
G r a n O r i e n te (lo g ia ), véase lo g ias. S a n N ic o lá s, 212;
P e rg e n , c o n d e J o h a n n A n to n v o n , S a n V ito , c a t e d r a l d e , 125, 131,
155. 134, 140;
P e rg o le si, G io v a n n i B a ttis ta S t a r e M e s to ( A l ts ta d t) , 121;
( c o m p o s ito r), 176. S t a r o n o v á S k o la ( A ltn e u s c h u le ) ,
P e rin i, C a r o li n a (s o p r a n o ) , 107, 132. 121;
P e rin i, h ija s, 107. T e a t r o N a c io n a l ( T y l) , 127, 131,
P e st, véase B u d a p e s t. 134, 136, 140 y s., 2 1 2 , 215;
P e te rs , C . F . ( e d ito r ) , 13. T h u n , t e a t r o , 125 y s.;
P e z zl, J o h a n n (e s c rito r), 79. U n iv e r s id a d ( K o n v ik ts a a l) , 213;
P f a n n h a u s e r , K a r l , 123. V y s e h r a d , 121;
P ic h le r, C a r o lin e ( e s c r ito r a ) , 49 W á ls c h e r P la tz , 21 2 .
y »• Prager Oberpostamtszeitung, véase
P ie rre , H e r r ( t e a tr o m á g ic o ), 124. Oberpostamtszeitung.
P is c h lb e rg e r, F r ie d r ic h ( c o n tr a b a jo ) , P re isig , véase B rey sig .
47. Pressburger Zeitung, 127, 141, 2 1 2 .
P la im s c h a u e r , A n to n [Thurnerm eister), P re v o s t, L o u is (v io lo n c h e lo ), 93.
98. P ru s ia , 18.
P la th , W o lfg a n g , 183. P r u s ia , e m b a j a d o r d e , véase J a c o b i.
P lo y e r, B a r b a r a ( p ia n is ta ) , 151. P u c h b e r g , M ic h a e l, 23, 4 2 , 47 y s.,
P o lig n a c , d u q u e d e , 128. 58 , 73 y s., 8 3 , 2 4 3 n . 12.
P o lz elli, L u ig ia ( s o p r a n o ) , 160.
P o n n e lle , J e a n - P i e r r e , 101.
P o n z ia n i (B o n z ia n i), F e lic e (b a jo ) , R a d a n t , E lse, 2 2 9 , 2 4 3 n . 13.
107. R a e b u r n , C h r is to p h e r , 127, 132, 2 0 8 ,
P o sch , L e o n a r d ( p i n to r ) , 65. 240.
278
R a ti s b o n a ( R e g e n s b u rg ) , 19, 154, S a lz b u r g o , 13, 4 5 , 6 2 , 6 4 , 79, 123,
161. 148, 160, 163, 185, 190, 193,
R e ic h a r d t , J . F . (c o m p o s ito r ) , 32. 195, 2 0 4 , 2 1 8 , 2 2 1 , 22 3 , 22 6 ,
R e in a lte r , H e l m u t , 241. 257 n. 23 , 2 5 8 n . 24;
R e tz , 117. M o z a r te u m , 160, 2 5 8 n . 24;
R i c h t e r , G e o r g F r ie d r ic h , 2 4 6 n . 12. R e s id e n z p la tz , 13;
R i c h t e r , J o s e p h (Eipeldauer) , 32. S a n M ig u e l, 185.
R ie s b e c k , J o h a n n C a s p a r ( e s c rito r), Salzburger Intelligenzblatt, 184.
79. S a n P e te r s b u r g o , 143 y s.
R o c h litz , J o h a n n F r ie d r ic h ( e s c rito r), S a p p e r , C h r is tia n , 2 3 6 , 251 n. 5.
8 3 , 9 0 , 9 2 , 171, 183, 189, S a r d , G iu s e p p e (c o m p o s ito r ) , 118.
2 4 2 , 2 5 2 n . 2, 25 3 n . 28, S c h a c k , B e n e d ik t ( te n o r , c o m p o s ito r ) ,
2 2 5 /2 6 n. 4. 144, 162 y s.;
R o s e n b a u m , C a r l J o s e p h , 21 6 . Der dumme Gartner aus dem Gebirge,
R o s e n b e r g , fa m ilia , 121. 144;
R o s e tti (R o e s le r), F r a n z A n to n E in W eib ist das herrlichste D ing, véase
(c o m p o s ito r ) , 212; bajo M o z a r t , C o m p o sic io n e s.
R é q u ie m , 2 1 2 . S c h a c k , E lis a b e th ( s o p r a n o ) , 162 y s.
R o s s b a c h , C h r is tia n ( e m p r e s a r io ) , S c h e n k , E r ic h , 2 4 2 .
161. S c h e n k , J o h a n n (c o m p o s ito r ) , 164.
R o t t e n h a n , c o n d e H e in r ic h (c o n d e d e l S c h ic k , J o h a n n ( p e rio d is ta ) , 2 0 1 .
C a s tillo d e B o h e m ia ) , 107, S c h ic k , M a r g a r e t e L u is e (soubrette), 20
113, 135, 137. y s-
R u b in e lli, G io v a n n i M a r i a ( c a s tr a to ) , S c h ic k lin g , D ie te r , 22 8 .
106. S c h ik a n e d e r , E m a n u e l ( b a ríto n o ,
R u b in s te in , B e a tric e , 227. c o m e d ió g ra fo , a c to r ) , 34, 47,
78, 81 y ss., 8 7 , 144 y ss.,
151, 153 y s., 157 y ss., 166,
S a c h e r , P a u l, 11. 169, 176 y s., 2 0 8 , 2 1 6 , 25 0
S a c h s e n h a u s e n , 20. n . 6, 25 5 n . 3, 255 n . 4 , 70;
S a lie ri, A n to n io (c o m p o s ito r ) , 19, 43 A nton bei H ofe oder D as N am ensfesl,
y s., 102 y s., 105, 108, 113 2 5 0 n . 6;
y s., 122 y s., 125 y s., 129, D er dumme Gartner aus dem Gebirge,
131, 134, 139 y s., 143, 167, 144, 2 5 0 n . 6;
169, 178 y ss., 183, 188 y s., Der Spiegel von Arkadien, 161;
199 y ss., 2 0 3 , 2 0 8 , 251 n . 5, D ie xjauberflote, véase bajo M o z a r t,
67, 103-, C o m p o sic io n e s.
A xu r, re d ’O rmus, 19, 129; S c h ik a n e d e r , M a r i a M a g d a le n a ,
Les Danaides, 20 0 . 161.
S a lie ri, F r a n c is c a S a v e r ia A n to n ia S c h ik a n e d e r , U r b a n ( b a jo ) , 162 y s.
( h ija ) , 20 0 . S c h ik a n e d e r , c o m p a ñ ía , 34 , 144 y s.,
S a lla b a , d o c to r M a t h ia s v o n , 201 y 162 y s.
ss., 20 6 . . S c h in d le r , A n to n , 30, 35, 2 0 0 y s.
S a lo m o n , J o h a n n P e te r (e m p r e s a r io ) , S c h lic h te g ro ll, F r ie d r ic h ( e s c rito r),
2 5 y s., 101 y s., 118, 2 4 4 n. 218.
15, 2 4 8 n . 25 , 67. S c h m id , E . F ., 13.
279
S c h m id ( S c h m id t) & R a u h ( e d ito re s ), S t e p h a n ie , J o h a n n G o ttlie b j u n i o r
21 4 . ( d r a m a tu r g o ) , 119;
S c h n a b e l, A r t u r ( p ia n is ta ) , 12. D ie Entfiihrung aus dem Serail, 119.
S c h d n b o r n , c o n d e s d e , 117. S te p to e , A n d r e w , 2 6 2 .
S c h ó n b o r n , c o n d e s a L is e tte , 125. S te r n b e r g , c o n d e s a v o n , 98.
S c h ó n fe ld ( e d ito r ia l) , 139. S te r n b e r g , c o n d e s a A u g u s te , 125.
S c h r o d e r , F r ie d r ic h L u d w ig S to c k e r a u , 116.
( d r a m a tu r g o ) : S to ll, A n t o n ( d ir e c to r m u s ic a l) , 62,
D a s Portrat der M u tter, 125. 76, 166.
S c h u b e r t, F r a n z , 3 0, 2 1 3 , 237; S tra u s s , R i c h a r d , 11.
D ie Winterreise, 237. S tra u s s , fa m ilia , 54.
S c h u r ig , A r t h u r , 2 27. S tr e ic h e r , J o h a n n B a p tis t, 181 y s.
S c h u ss e r, A d a l b e r t , 236. S t r o b a c h , J o s e p h ( d i r e c to r d e
S c h ü tz , C a r l ( p i n to r ) , 66. o r q u e s ta ) , 212.
S c h ü tz , J o s e p h ( p i n to r ) , 66. S trz ite z , véase D e y m .
S c h w a r z e n b e r g , p r ín c ip e C a r l P h ilip p , S t u p p a c h , 92 passim .
121 . S u c c a r in i, F r a u l e i n ( c a n t a n t e ) , 21.
S c h w a r z e n b e r g , fa m ilia , 31, 121. S ü s s m a y r, F r a n z X a v e r (c o m p o s ito r ) ,
S c h w in g e n s c h u h , A n n a v o n , 2 5 0 n . 6. 75, 9 4 y ss., 98 y s., 115,
S e ile rn , c o n d e , 169. 118, 122, 161, 165 y s., 173,
S e k o n d a , c o m p a ñ í a , 124, 131 .y s., 178 y ss., 183, 185 y ss., 192,
140. 22 7 y s., 2 5 0 n . 6 , 25 7 n . 14,
Sessi, M a r i a n n a ( s o p r a n o ) , 213. 2 5 8 n . 2 3 , 95, 187;
S h a ffe r, P e t e r ( d r a m a t u r g o ) , 14, 199, D er Spiegel von A rkadien (1 7 9 4 ), 161.
208, 227. S w e e r th , c o n d e J o s e p h , 107.
S ie rn d o rf, 116. S w ie te n , b a r ó n G o ttf r ie d v a n , 2 3 , 50,
S ilv e rs to lp e , F r e d r ik S a m u e l 8 6 , 177, 194, 21 2 y s., 2 5 2 n.
( d ip lo m á tic o ) , 3 0 , 34 y s., 3.
217.
S ó d e r m a n l a n d , d u q u e s a H e d v ig
E li s a b e th C h a r lo t t e d e , 32. Tagebuch der bohmischen K onigskronm g,
S o n n le ith n e r , L e o p o ld v o n , 2 5 5 n . 3. 126, 135.
S o r ts c h a n , d o c to r J o h a n n ( a b o g a d o ) , T h u n , c o n d e F r a n z J o s e p h , 119, 124,
9 4 , 97. 2 5 4 n . 30.
S p o rc k , c o n d e J o h a n n C a r l, 119. T h u n , fa m ilia , 121, 2 5 4 n. 30.
S t a d le r , A n to n ( c la r in e tis ta ) , 24, 38 y T h u r n e r , H e r r ( b a jo ) , 98.
s., 4 4 , 4 8 , 55, 6 2 , 110, 123, T o m asch ek , W enzel J o h a n n
138, 164 y s., 168, 173. ( c o m p o s ito r ) , 130.
S t a d le r , J o h a n n ( c la r in e tis ta ) , 44. Tonkünstler-Societat, véase V ie n a .
S t a d le r , a b a t e M a x im ilia n (m ú s ic o ), T ó ró k , J o h a n n N e p o m u k von
9 5 , 182, 186, 2 5 8 n. 23. ( f u n c io n a r io ) , 82.
S t a r h e m b e r g , c o n d e s (p r ín c ip e s ) , 160, T o r r ic e lla , C h r is to p h ( e d ito r ) , 55.
2 5 5 n . 2. T o s t, J o h a n n (v io lin is ta ), 36, 46.
S ta r k e , H e r r ( a c to r ) , 162 y s. T o u r in e t te , M ., 135.
S te in , J . A . ( f a b r ic a n te d e p ia n o s ) , T r a e g , J o h a n n ( e d ito r ) , 5 6 , 58.
21 . T r a e t t a , T o m m a s o (c o m p o s ito r ) , 118.
280
T r a u n u n d A b e n sp e rg , c o n d e F ra n z D o m g a s s e ( C a m e s in a H a u s ) , 3 7 /3 8 ,
E u g e n v o n , 82. 38;
T r a v a g li a , P ie tr o ( p in to r ) , 135. F r e y h a u s , 144, 159, 160;
T y s o n , A la n , 114, 2 2 7 , 23 8 y s. F r e y h a u s t h e a te r ( T h e a t e r a u f d e r
W ie d e n ) , 3 4 , 4 7 , 143 passim ,
159 passim , 2 0 8 , 2 1 6 , 2 5 0 n.
l i g a r t e , c o n d e W e n z e l, 122 y s., 6, 25 5 n . 3, 70\
211. G la c is, 2 9 , 165;
U n w e r th , c o n d e J o s e p h , 107. « G o ld e n e r P flu g » , 190;
H a u s - , H o f- u n d S ta a ts a r c h iv
( V e r tr a u lic h e A k te n ) , 242;
V a r s o v ia , 105, 107. H im m e lp f o r tg a s s e , 36, 4 5 , 230;
V e n e c ia , 133, 2 5 2 /5 3 n . 19; H o f b u r g , 29;
e m b a j a d o r d e , 135; H o f k a m m e r a r c h iv
T e a t r o S a n M o isé , 2 5 3 n . 19. (H ofzahlam tsbücher), 24 8 n . 1,
Vent sánete spiritus ( a n ó n im o ) , 131. 251 n . 5;
V ie n a , 12 y s., 17, 19 y ss., 25 y s., 29 H o s p ita l G e n e r a l (A llg e m e in e s
passim , 41 passim , 53 passim , K r a n k e n h a u s ) , 200;
61 passim , 77, 79, 8 4 , 8 6 y s., J a h n s c h e r S a a l, 4 5 , 9 5 , 213;
9 2 , 9 6 y s., 100, 102 y ss., J o s e p h s ta d t , 75;
108 y s . 111, 113 y ss., 122, K á r n t n e r s tr a s s e , 36, 24 5 n . 12;
131, 135, 138, 148, 154 y s., K á r n t n e r t h o r t h e a t e r , 2 1 3 , 2 4 8 n.
157, 161, 163 y s., 173, 176, 2 5 , 2 5 5 n . 3;
181 y s., 189, 195 y ss., 199 K le in e K a is e r h a u s , D a s , véase
y ss., 2 0 6 y s., 2 1 2 y s., 21 6 R a u h e n s te in g a s s e
y s., 2 2 1 , 2 2 4 , 2 2 8 y s., 2 3 7 , K r u g e r s tr a s s e , 213;
2 4 0 , 2 4 4 n . 15, 2 4 5 n . 12, L a n d s tr a s s e , 193;
2 4 6 n . 8, 2 4 7 n. 25, 2 4 8 n. L e o p o ld s ta d t, 34, 73, 159, 194, 208;
2, 251 n . 5, 251 n . 10, 2 5 2 L e o p o l d s t á d tt h e a t e r , 2 0 8 , 2 5 0 n . 9;
n. 5, 2 5 3 n . 2 8, 25 7 n . 23, M a r ia h ilf, 160;
229, 231, M e h lg r u b e ( N e u e r M a r k t ) , 49;
A ls e r v o r s ta d t, 200; M ü lle r , g a le r ía d e a r te , 192, 2 4 7 n.
A u g a r te n , 34; 25;
a y u n ta m ie n to , 61; P a la c io A r z o b is p a l, 195;
B e lv e d e re , 251 n. 5; P e r c h to ld s d o r f , 167 y s.;
B ib lio te c a N a c io n a l d e A u s tr ia P r a t e r , 29, 9 1 , 175, 183, 205;
( N a tio n a lb ib lio th e k ) , 173, R a u h e n s te in g a s s e , 3 5 , 37 y s., 4 5 ,
189, 2 4 9 n. 9; 6 3 , 171, 195, 2 2 9 , 2 3 0 ;
B u r g th e a te r , 17 y ss., 2 9 , 163, 2 1 2 , R e d o u te n s á le , 53 passim , 24 9 n . 9,
2 5 5 n. 3; 66\
C a p illa d e l C ru c ifijo , 195 y s.; R e g is tr o d e D e fu n c io n e s , 195, 2 0 3 ,
c a s in o , 42; 206;
C o llo r e d o h a u s , 34; R in g s tra s s e , 29;
c o n c ie rto s d e C u a r e s m a , 43 y ss.; R o te n tu r m s tr a s s e , 247 n. 25;
c o n c ie rto s p ú b lic o s , 41 passim', S a n E s te b a n , 29, 61 y ss., 116, 176,
D a n u b io , 2 9 , 116; 178, 192, 195, 226;
281
S a n M a r x , 195 y s., 66'; W e b e r , A lo y sia , véase L a n g e .
S a n M ig u e l, 29; W e b e r , C a r l M a r i a v o n (c o m p o s ito r ) ,
S a n P e d ro , 192; 179, 223.
S a n t a R o s a lía , c a p illa d e , 159; W e b e r , C o n s ta n z e , véase M o z a rt.
S c h o n b r u n n , 2 5 0 n. 6; W e b e r , F r id o lin (s u e g ro d e M o z a r t ) ,
S in g e rs tra s s e , 46; 22 3 y s.
S t a a ts o p e r , 13; W e b e r , G o ttf r ie d ( e d ito r d e Cácilia),
S tu b e n th o r , 165; 179.
te a tro s d e la c o r te , 102 y ss., 107 y W e b e r , J o s e p h a , véase H o fe r.
s., 113; W e b e r , M a r i a C á c ilie ( s u e g ra d e
Tonkünstler-Societal, 17, 4 3 y s., 47, M o z a r t ) , 166 y s., 190 y ss.,
2 1 1 , 2 4 9 n. 9; 2 2 3 , 225.
« U n g a r is c h e K r o n e » , 74 , 2 5 0 n . 6; W e b e r , S o p h ie , véase H a ib e l.
W e ih b u r g g a s s e , 34; W e b e r , fa m ilia , 2 2 3 y ss., 2 2 8 .
W ie d e n , 4 7 , 143 passim , 159 passim , W e ig h J o s e p h (c o m p o s ito r ) , 102
190; y ss.;
W ie n (río ), 159; Venere ed Adone, 102, 104.
« Z u r s ilb e r n e n S c h la n g e » , 2 4 5 n. W e s te r h o lt, H e r r ( a fic io n a d o ) , 21.
12; W ie la n d , C h r is to p h M a r t i n ( p o e ta ) ,
véanse también G e se lls c h a ft d e r 148;
M u s ik f r e u n d e , lo g ias. Dschinnistan, 148;
V ig a n o n i, G iu s e p p e ( te n o r ) , 213. L ulu, oder die ¿jiuberflote, 148.
V io la n i ( c a s tr a to ) , 106. W iener E xtrablatt, 234.
V o g l, J o h a n n M ic h a e l (b a jo ) , W ie n e r N e u s ta d t, 9 2 , 97 y s.
213. W iener £eitung, 3 3 , 4 6 , 5 8 , 8 7 , 2 3 8 ,
V o le k , T o m is la v , 111, 2 5 4 n. 30. 2 4 9 n . 9.
V ó tte r le , K a r l , 13. W ild b u r g , fa m ilia , 2 5 0 n. 6.
W in te r , H e r r ( a c to r ) , 162 y s.
W ita sse k , J o h a n n ( p ia n is ta ) , 109, 215
y s.;
W a g e n s e il, G e o r g C h r is to p h r e c ita tiv o , 216.
( c o m p o s ito r ) , 118. W o h lm u t h , J . , 229.
W a g n e r , R i c h a r d , 12, 15; W r a n itz k y , P a u l ( c o m p o s ito r ) , 147;
E l anillo del nibelungo, 15. Oberón, 147.
W a ld s tá tte n , b a ró n H u g o , 225. W u r m , S y lv ia , 236.
W a l d s t á t t e n , b a r o n e s a M a r ie W ü r z b u r g , 20.
E lis a b e th , 225.
W a ld s te in , c o n d e J o s e p h C a r l
E m a n u e l, 121, 2 5 2 n. 19.
W a llis , M a r é c h a l, 135. Z a g u r i, A n to n io , 2 5 2 n . 19.
W a lse g g , c o n d e F r a n z v o n , 92 passim , Z a h r a d n ic z e k , J o s e p h ( t r o m p e t a ) , 55,
172, 182, 185, 99; 82.
a d a p t a c i ó n d e l R é q u ie m d e M o z a r t Z a llin g e r , M e i n h a r d v o n ( d ir e c to r d e
p a r a q u i n te t o , 98. o r q u e s t a ) , 13.
W a lse g g , c o n d e s a A n n a , d e s o lte r a Z a r d i , H e r r ( c a n t a n t e ) , 215.
v o n F l a m m b e r g , 92 passim . Z a s la w , N e a l, 26 2 .
282
Z a t t a , A . ( e d ito r ) , 133. 169, 195, 2 4 2 , 2 4 8 n. 2, 25 6
Z e n t r a l i n s t it u t ftir M o z a rtf o r s c h u n g , n . 2 8 , 2 5 9 n . 31.
13. Z i t t a u , 117.
Z in z e n d o r f , c o n d e C a r i v o n , 19, 31, Z n a im , 116 y s.
4 1 , 5 0 , 5 3 , 125, 135, 155, Z w e ig , M a r i a n n e , 23 6 .
fe.