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V
Índice general
Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . V
2. Derivación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
2.1. Derivadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
2.2. Las ecuaciones de Cauchy-Riemann . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
2.3. La función exponencial y el logaritmo complejo . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
3. Integral de lı́nea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
3.1. Trayectorias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
3.2. Integral de Riemann-Stieljes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
3.3. Integral de lı́nea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
6. Singularidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
6.1. Singularidades aisladas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
6.2. Series de Laurent . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
VII
VIII Índice general
Referencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199
6
(a, b)
(0, b) •
* ◦
◦ • -
(a, 0)
1
2 1 Topologı́a del plano complejo
Recordemos ahora que (a, 0) = a por la identificación que hicimos antes. Para el
otro sumado (0, b), observemos que en el eje real se tiene al neutro multiplicativo
1 = (1, 0) y si escogemos en el eje imaginario al complejo i := (0, 1) ∈ C al que
podemos llamar la unidad imaginaria observamos que
es decir, i2 = −1 por lo que i ∈ C es una raı́z cuadrada de −1, algo que ciertamente
no sucede en R porque el cuadrado de cualquier real es ≥ 0. Notemos ahora que
para todo complejo (0, b) en el eje imaginario se tiene que
de tal forma que todo número complejo en el eje imaginario es un múltiplo real del
complejo i. Substituyendo estas observaciones en la igualdad (1) de arriba vemos
que todo número complejo z = (a, b) ∈ C se puede escribir de la forma:
z = (a, 0) + (0, b) = a + bi
a = Re(z) y b = Im(z).
Con esta nueva notación las operaciones de suma y producto en C toman la forma
siguiente. Para la suma, dados dos complejos z = a + bi y w = c + di, su suma es:
es decir, se suman las partes reales y aparte se suman las partes imaginarias. Para el
producto, dados dos complejos z = a + bi y w = c + di, su producto es:
Observamos que con esta notación, la fórmula para el producto de dos complejos es
entonces natural. Antes de hacer unos ejemplos con las operaciones de C introduci-
remos un par de conceptos asociados a números complejos:
Conjugación. Dado un número complejo z = a + bi se define su conjugado z :=
a−bi cambiando el signo de la parte imaginaria de z. Dados w, z ∈ C, as propiedades
siguientes de la conjugación son fáciles de demostrar:
(1) z = z.
(2) z + w = z + w.
(3) zw = z w.
1 Topologı́a del plano complejo 3
6
|z| *◦
b
◦
a • -
|z|2 = a2 + b2
√
con a2 + b2 ≥ 0 en R, por lo que |z| = + a2 + b2 y ası́ el módulo |z| es un número
real positivo. Observemos ahora que si z = a + bi entonces
por lo que √
|z| = + z · z.
Usando esta expresión para el módulo de un complejo, dados w, z ∈ C, se verifican
fácilmente las propiedades siguientes:
(1) |z| = |z|.
(2) |zw| = |z||w|.
w |w|
(3) Si z 6= 0, entonces = .
z |z|
(4) |z + w| ≤ |z| + |w| (la desigualdad del triángulo).
Los dos conceptos anteriores facilitan ciertas operaciones en C. Por ejemplo su-
pongamos que queremos dividir un complejo w entre un complejo z 6= 0. Entonces
w wz
(∗) = ,
z zz
es decir, multiplicamos la fracción w/z que queremos calcular por 1 = z/z y notamos
que en el lado derecho de (∗) se tiene en el denominador un número real: zz = |z|2 y
de esta manera el lado derecho es fácil de calcular. Un ejemplo ilustra esto:
6
|z| *◦
b
◦ α • -
a
(1) Si z 6= 0, definimos su argumento como el ángulo α entre el semieje real positivo
y el segmento dirigido determinado por α (véase la figura anterior). Como es usual,
el ángulo se considera positivo si se mide en sentido contrario al de las manecillas
del reloj y negativo en caso contrario. Observe también que el argumento α no es
único, i.e., la asignación z 7→ α no es una función ya que podemos reemplazar α
por α + 2π ó, en general, por α + 2kπ, para cualquier k ∈ Z. Al complejo z = 0 ∈ C
no le asignamos un argumento.
(2) Ahora, si z 6= 0 y z = a + bi, consideremos el triángulo formado por a, b y |z|
(véase la figura anterior) donde observamos que |z| 6= 0 y se tiene que:
y por lo tanto
sigue que √
z = |z|(cos α + i sen α) = 2 2(cos π/4 + i sen π/4).
calculemos su producto:
La igualdad anterior nos dice que, para multiplicar dos complejos en forma polar:
(1) Se multiplican los módulos correspondientes.
(2) Se suman los argumentos.
Las observaciones anteriores dan una interpretación geométrica del producto de
números complejos y la fórmula (∗) será útil para calcular potencias zn con n ≥ 0
entero, de un número complejo z 6= 0. En efecto, si z = |z|(cos α + i sen α), entonces
y la igualdad de estos dos complejos implica que sus módulos son iguales, i.e.,
|w|n = |z|, por lo que
p
(1) |w| = n |z|,
(un número real positivo). También, la igualdad (∗) implica que los argumentos
correspondientes deben ser iguales salvo un múltiplo entero de 2π, i.e., nθ = α +
2kπ con k ∈ Z. Se sigue que:
1 Topologı́a del plano complejo 7
α + 2kπ
(2) θ= con k ∈ Z.
n
Las igualdades (1) y (2) definen complejos w cuya potencia n-ésima es z, i.e.,
son raı́ces n-ésimas de z. Hemos visto que se tiene un tal w para cada valor del
argumento ya que el módulo es único. Para determinar cuántas raı́ces diferentes hay
procedemos como sigue:
Primero. Dado un entero k ∈ Z, dividiéndolo entre n obtenemos k = nq + r con
q, r ∈ Z y 0 ≤ r < n. Observamos entonces que;
α + 2 jπ α + 2kπ
y
n n
dan lugar a complejos diferentes (i.e., no son iguales salvo un múltiplo entero de
2π). En efecto, si sucediera que
α + 2 jπ α + 2kπ
= + 2tπ
n n
entonces (α + 2 jπ)/n = (α + 2kπ + 2tnπ)/n por lo que α + 2 jπ = α + 2kπ + 2tnπ,
de donde cancelando α y luego dividiendo entre 2π obtenemos que j = tn + k, i.e.,
j − k = tn, i.e., n| j − k. Pero como 0 ≤ j, k ≤ n − 1, entonces la única posibilidad
para que n| j − k es que j − k = 0 y por lo tanto j = k. Hemos ası́ probado:
Proposición 1.2. Dado un complejo z 6= 0 en forma polar z = |z|(cos α + i sen α),
entonces z tiene exactamente n raı́ces complejas wk = |wk |(cos θk + i sen θk ) cuyos
módulos son todos iguales:
p
n α + 2kπ
|wk | = |z| y cuyos argumentos son: θk = con 0 ≤ k ≤ n − 1.
n
Ejemplo 1.4. Calcule las raı́ces cúbicas de z = 1. En este ejemplo |z| = 1, su argu-
mento es α = 0 y n = 3. Si w = |w|[cos θ + i sen θ ] es una de las 3 raı́ces cúbicas de
z, entonces: √
3
p
|w| = 3 |z| = 1 = 1
y sus argumentos son
0 + 2kπ 2kπ
θk = = para k = 0, 1, 2,
3 3
8 1 Topologı́a del plano complejo
Ejercicios
S := {z ∈ C : |z| = 1}.
1.9. Haga las operaciones indicadas y al final exprese el resultado en la forma a +bi:
1.11. Muestre que las n raı́ces n-ésimas de 1 son los vértices de un n-ágono regular
inscrito en el cı́rculo unitario, uno de cuyos vértices es 1.
un−1 + un−2 + · · · + u + 1 = 0.
µn := {u ∈ C : un = 1}.
z
w
1.1 La topologı́a del plano complejo 11
r
z •
donde notamos que el disco abierto B(z; r) no incluye al cı́rculo que lo rodea.
Un conjunto Ω ⊆ C se dice que es un conjunto abierto si para todo z ∈ Ω existe
un disco abierto B(z; ε) totalmente contenido en Ω , i.e., B(z; ε) ⊆ Ω . En este caso,
también se dice que z es un punto interior de Ω . Dicho en otras palabras, Ω es
abierto si y sólo si todos sus puntos son interiores:
Ω
z •
Antes de dar más ejemplos de conjuntos abiertos, veamos otra clase de subcon-
juntos de C, que son los complementos de los conjuntos abiertos. Un conjunto A ⊆ C
es un conjunto cerrado si su complemento C − A es abierto. De las leyes de de Mor-
gan y de la proposición anterior se sigue que:
Proposición 1.4. (1) C y 0/ son conjuntos cerrados.
(2) Si A1 , . . . , An son conjuntos cerrados de C, entonces A1 ∪ · · · ∪ An también es
cerrado.
Ejemplo 1.6. Si z ∈ C y r > 0 es cualquier real positivo, se definen las bolas o discos
cerrados de centro z y radio r > 0 mediante B(z; r) := {w ∈ C : d(z, w) ≤ r}:
r
z •
1 Note que ε > 0 porque estamos tomando el mı́nimo de un conjunto finito de reales positivos. Si
el conjunto fuera infinito pudiera suceder que ε = 0, por ejemplo si εk = 1/k para k ≥ 1 entero,
entonces ε = mı́n{1/k}k≥1 = 0. Se sigue que la hipótesis de que la familia {Ak } sea una familia
finita es necesaria.
1.1 La topologı́a del plano complejo 13
6 L
v ◦u
◦ -
•) Comencemos con el caso cuando u = 0, de tal forma que el conjunto que tenemos
ahora es
H0 := {z ∈ C : Im(z/v) > 0}.
Escribiendo v = cos φ + i sen φ (recordando que |v| = 1) y z = r(cos θ + i sen θ )
(con r = |z|), tenemos que
z
= r[cos(θ − φ ) + i sen(θ − φ )],
v
14 1 Topologı́a del plano complejo
por lo que
6
Lu
H0
v
◦ -
6
Lu
Hu
◦u
◦ -
6
Lu
u ◦
◦ -
Ku
Ejemplo 1.8. Una recta Lu es un conjunto cerrado porque su complemento son dos
semiplanos abiertos Hu y Ku .
Semiplanos cerrados. Dados u, v ∈ C dados, con |v| = 1, los semiplanos cerrados
son los conjuntos z−u
Hu := {z ∈ C : Im ≥ 0}
v
(a la izquierda de la recta correspondiente), y los conjuntos
z−u
Ku := {z ∈ C : Im ≤ 0}
v
(a la derecha de la recta correspondiente):
Lu
6 6
Hu Lu
◦u u ◦
◦ - ◦ -
Ku
Sin embargo, los conjuntos no son como las puertas, es decir, no sucede que dado
un conjunto si no es abierto tiene que ser cerrado o puede que sea abierto y cerrado,
como es el caso de los conjuntos C y 0. / El ejemplo siguiente muestra un conjunto
que no es abierto ni cerrado:
Ejemplo 1.10. El conjunto Ω siguiente, dado por la intersección de los tres semipla-
nos indicados (dos cerrados y uno abierto) no es ni abierto ni cerrado:
Ω
w•
donde la interseción corre sobre los conjuntos cerrados F tales que F ⊇ Ω . Ahora,
por la proposición 1.4, la intersección de cualquier familia de cerrados es cerrada,
por lo que la cerradura Ω es un conjunto cerrado; de hecho, es el menor conjunto
cerrado que contiene a Ω . Similarmente, se define el interior de Ω , denotado Ω 0 ,
como [
Ω 0 := A
A⊆Ω
donde la unión corre sobre los conjuntos abiertos A tales que A ⊆ Ω . También, por la
proposición 1.3, la unión de cualquier familia de abiertos es abierta, y ası́ el interior
Ω 0 es un conjunto abierto y es el mayor abierto contenido en Ω . Claramente
Ω0 ⊆ Ω ⊆ Ω−
Ω = (A ∩ Ω ) ∪ (B ∩ Ω ).
B
A
son segmentos tales que el extremo final de [zk , zk+1 ] es igual al extremo inicial de
[zk+1 , zk+2 ]. Decimos que P es un polı́gono que une z1 con zn y también usaremos la
notación P = [z1 , z2 , . . . , zn ]:
18 1 Topologı́a del plano complejo
zk
z2
• zn
z1 •
Es decir, S lo forman los reales en [0, 1] que corresponden a la parte del segmento
[z0 , w0 ] contenida en A y T los reales en [0, 1] correspondientes a la parte del seg-
mento [z0 , w0 ] contenida en B. Como A ∩ B = 0, / entonces S ∩ T = 0.
/ También, 0 ∈ S
y 1 ∈ T y ası́ ambos no son vacı́os. Observe ahora que S ∪ T = [0, 1] ya que, por
1.1 La topologı́a del plano complejo 19
de K tiene una subcubierta finita, es decir, existe una subfamilia finita Uk1 , . . . ,Ukn
de C tal que K = Uk1 ∪ · · · ∪Ukn .
20 1 Topologı́a del plano complejo
por lo que los Ui forman una cubierta abierta de K. Como K es compacto y los Ui
están encadenados, existe un entero n tal que
n
[
K⊆ Uk = Un = C − B(z0 ; 1/n)
k=1
Ejercicios
1.26. En la parte final de la demostración del teorema 1.7, demuestre que los con-
juntos S y T son abiertos relativos en [0, 1].
Una implicación se sigue de las desigualdades |an | ≤ |sn | y |bn | ≤ |sn |, y la otra
implicación se sigue de la desigualdad del triángulo |sn | ≤ |an | + |bn |. Para otras
propiedades usuales de las sucesiones de números (complejos) véanse los ejercicios
1.29 al 1.31 al final de esta sección.
Muchas de las propiedades topológicas de C se pueden expresar en términos de
sucesiones:
1.2 Sucesiones y series de números complejos 23
como se querı́a. Una sucesión de números complejos {sn } que satisface la condición
anterior, es decir que para todo ε > 0 existe un N ∈ N tal que si m, n ≥ N se tiene que
|sm − sn | < ε, se dice que es una sucesión de Cauchy. Hemos ası́ mostrado que en C
toda sucesión convergente es una sucesión de Cauchy. Si escribimos sn = an + ibn
como antes, un argumento similar al del párrafo anterior demuestra que {sn } es de
Cauchy si y sólo si {an } y {bn } son de Cauchy, como sucesiones de números reales.
Observe ahora que, como en R toda sucesión de Cauchy es convergente, se tiene
que en C toda sucesión de Cauchy converge a un número complejo. Es decir, C es
completo. La completez de C es equivalente a la propiedad del teorema de Cantor
siguiente, donde recordamos que si A ⊆ C, se define su diámetro como
M6
−M M-
C
−M
Note que C es cerrado y por la proposición 1.10 basta mostrar que C es compacto
para que K lo sea. Supongamos, que existe una cubierta abierta U = {Uα } de C que
no contiene una subcubierta finita. Dividamos C en los cuatro cuadrados cerrados y
con interiores disjuntos siguientes: C1 = [0, M]×[0, M], C2 = [−M, 0]×[0, M], C3 =
[−M, 0] × [0, −M], C4 = [0, M] × [0, −M]:
C2 C1
• -
C3 C4
Se sigue que alguno de los C j no se puede cubrir con un número finito de los Uα .
Sin perder generalidad supongamos que C1 no se puede cubrir con un número finito
de los Uα y denotemos este por C(1) . Procedemos entonces dividir este C(1) en cua-
(1) (1)
tro cuadrados cerrados con interiores disjuntos: C1 = [0, M/2] × [0, M/2], C2 =
(1) (1)
[M/2, M] × [0, M/2], C3 = [M/2, M] × [M/2, M], C4 = [0, M/2] × [M/2, M]:
6
(4) (3)
C1 C1
(1) (2)
C1 C1
• -
(1)
Entonces, alguno de los C j no se puede cubrir con un número finitos de los Uα .
(1)
Sin perder generalidad supongamos que C1 no se puede cubrir con un número
finito de los Uα y denotemos este por C(2) . Note que el proceso anterior no se puede
(n)
detener porque si ası́ sucediera todos los C j correspondientes se cubrirı́an por un
número finito de los Uα y por lo tanto también C quedarı́a cubierto por este número
finito de Uα . Hemos ası́ construido una familia de subconjuntos cerrados no vacı́os
encadenados
C ⊇ C(1) ⊇ C(2) ⊇ C(3) ⊇ · · ·
donde claramente lı́m{diámC(n) } = 0 y ası́, por el teorema de Cantor 1.14, existe
un único punto z ∈ n≥1 C(n) ⊆ C. Ahora, como z ∈ C y los Uα cubren C, entonces
T
26 1 Topologı́a del plano complejo
Lı́mite superior y lı́mite inferior. Supongamos que {an } es una sucesión de núme-
ros reales.
1. Si {an } no está acotada superiormente, se define el lı́mite superior como
lı́m sup{an } = ∞.
2. Si {an } está acotada por arriba, entonces también lo es la sucesión {am+n }n∈N
para cada m. Si ponemos
αm := sup{am+n : n ∈ N}
lı́m sup{an } = α.
Ejercicios
1.31. Demuestre que toda sucesión acotada tiene una subsucesión convergente.
1.38. Demuestre que lı́m sup{an } = ∞ si y sólo si existe una subsucesión de {an }
cuyo lı́mite es ∞.
1.39. Demuestre que lı́m sup{an } = α ∈ R si y sólo si para todo ε > 0 el conjunto
{n : an ≥ α − ε} es acotado y el conjunto {n : an > α − ε} es no acotado.
1.42. Si lı́m sup{an } = α y c > 0 es un real, demuestre que lı́m sup{can } = cα.
1.43. Si {an } y {bn } son sucesiones acotadas de números reales, demuestre que
1.45. Si {an } y {bn } son sucesiones de números reales positivos tales que a =
lı́m sup{an } y 0 < b = lı́m{bn } < ∞, demuestre que
ab = lı́m sup{an bn }.
∞ ∞
1.48. Suponga que ∑ an = L1 y ∑ bn = L2 y que cada una de estas series converge
n=0 n=0
n ∞
absolutamente. Defina cn = ∑ ak bn−k . Demuestre que ∑ cn = L1 L2 .
k=0 n=0
f (Ω ) := { f (z) : z ∈ Ω }
g◦ f : Ω → C
1.3 Funciones de una variable compleja 29
Por definición de lı́mite, lo anterior quiere decir que, para todo ε > 0 existe un δ > 0
tal que si |z − z0 | < δ y z ∈ Ω , se tiene que | f (z) − f (z0 )| < ε. Interpretando las
desigualdades anteriores en términos de discos abiertos, se tiene que f es continua
en z0 ∈ Ω si y sólo si para todo disco abierto B( f (z0 ); ε) con centro f (z0 ), existe un
disco abierto B(z0 ; δ ) con centro z0 tal que para todo z ∈ B(z0 ; δ ) ∩ Ω se tiene que
f (z) ∈ B( f (z0 ); ε); es decir, f (B(z0 ; δ ) ∩ Ω ⊆ B( f (z0 ); ε). Dicho de otra manera,
hemos probado que para cualquier disco abierto B( f (z0 ); ε) con centro f (z0 ), existe
un disco abierto B(z0 ; δ ) tal que su intersección con Ω está contenida en la imagen
inversa del disco B( f (z0 ); ε):
(1) f ± g : Ω → C es continua en z0 .
(2) f g : Ω → C es continua en z0 .
(3) Si g(z0 ) 6= 0, entonces f /g : Ω → C es continua en z0 .
t
u
Se dice que una función f : Ω → C es continua si lo es en cada punto de su
dominio.
Teorema 1.19. Una función f : Ω → C es continua si y sólo si para todo abierto
U ⊆ C se tiene que f −1 (U) es abierto en Ω .
Demostración. Si U ⊆ C es abierto y z ∈ f −1 (U), entonces f (z) ∈ U y como U
es abierto existe un disco B( f (z); ε) ⊆ U. Ahora, como f es continua en z, para
todo ε > 0 existe un δ > 0 tal que f B(z; δ ) ∩ Ω ⊆ B( f (z); ε) ⊆ U y por lo tanto
B(z; δ ) ∩ Ω ⊆ f −1 (U) y por lo tanto f −1 (U) es abierto en Ω . Recı́procamente, si
z ∈ Ω , para todo ε > 0 por hipótesis f −1 B( f (z); ε) es abierto en Ω , es decir, existe
un abierto V ⊆ C tal que f −1 B( f (z); ε) = V ∩ Ω y ası́ z ∈ V , por lo que existe
un disco B(z; δ ) ⊆ V y consecuentemente B(z; δ ) ∩ Ω ⊆ f −1 B( f (z); ε) y ası́ por la
proposición anterior f es continua en z, para todo z ∈ Ω . t
u
Corolario 1.20. Sean f : Ω → C y g : ∆ → C funciones tales que f (Ω ) ⊆ ∆ y
además f y g son continuas. Entonces, g ◦ f : Ω → C es continua.
Demostración. Si U ⊆ C es abierto, como g es continua se tiene que g−1 (U) es
abierto en ∆ , y como f es continua se sigue que (g ◦ f )−1 (U) = f −1 (g−1U) es
abierto en Ω . t
u
Teorema 1.21. Sea f : Ω → C una función continua.
(1) Si Ω es conexo, entonces f (Ω ) también es conexo.
(1) Si Ω es compacto, entonces f (Ω ) también es compacto.
Demostración. (1): Supongamos que V ⊆ f (Ω ) es abierto y cerrado en f (Ω ) y que
/ Entonces, f −1V 6= 0/ y f −1V es abierto y cerrado en el conexo Ω porque f es
V 6= 0.
continua. Se sigue que f −1V = Ω y ası́ V = f (Ω ) y por lo tanto f (Ω ) es conexo.
(2): Si Ω = 0, / entonces f (Ω ) = 0/ y no hay nada que probar. Supongamos que
Ω 6= 0/ y sea {Vi } una cubierta abierta de f (Ω ), es decir, f (Ω ) ⊆ i Vi . Entonces,
S
y ası́, por (1), se sigue que | f (uk ) − f (z)| < ε/2. Por otra parte, como |uk − w| <
δk < 2δk , por (1) se sigue que | f (uk ) − f (w)| < ε/2. Las dos últimas desigualdades
implican que
En el caso cuando A = {a} consta de un solo punto se define d(a, B) := d({a}, B).
Note también que si A = {a} y B = {b}, entonces d(A, B) = d(a, b). También, si
A ∩ B 6= 0,
/ entonces d(A, B) = 0. Sin embargo se puede tener que d(A, B) = 0 aún
/ Por ejemplo, si A = {z = (a, 0) ∈ C} y B = {z = (x, ex ) = x+iex ∈
cuando A∩B 6= 0.
C}, entonces B es ası́ntota al eje real A por lo que d(A, B) = 0. Note que A ∩ B = 0/
y ambos son cerrados, pero ninguno es compacto.
Proposición 1.23. Si A, B ⊆ C son no vacı́os disjuntos, B cerrado y A compacto,
entonces d(A, B) > 0.
Ejercicios
si y sólo si para toda sucesión {zn } ⊆ Ω − {z0 } que converge a z0 se tiene que
lı́m{ f (zn )} = L.
1.61. Un punto z0 ∈ Ω se dice que es aislado si existe un disco B(z0 ; ε), con ε > 0,
tal que Ω ∩ B(z0 ; ε) = {z0 }. Demuestre que si z0 ∈ Ω , entonces z0 es un punto
aislado o un punto de acumulación de Ω .
1.63. Una función f Ω → C se dice que es Lipschitz si existe una constante L > 0
tal que | f (z) − f (w)| ≤ L|z − w| para todo z, w ∈ Ω . Demuestre que toda función de
Lipschitz es uniformemente continua.
C∞ := C ∪ {∞},
con el plano C:
6
N
◦
P
◦ - Y
•
• w
X
donde un cálculo rutinario da como resultado el punto
x y1
1
(1) ϕ(P) = , ,0
1 − z1 1 − z1
donde notamos que como P 6= N, entonces la coordenada z1 6= 1. A la función ϕ se
le llama la proyección estereográfica de S en C. Que ϕ es biyectiva es fácil de ver
porque su inversa es la función
ψ : C → S − {N}
Ejercicios
2|w − z|
dc (z, w) = p p .
1 + |z|2 1 + |w|2
2.1. Derivadas
f (w) − f (z)
f 0 (z) := lı́m .
w→z w−z
y a este lı́mite se le llama la derivada de f en z. Observe que este lı́mite es igual a
f (z + h) − f (z)
f 0 (z) = lı́m
h→0 h
con h ∈ C tal que z + h ∈ Ω .
Ejemplo 2.1. La función f : C → C dada por f (z) = z (conjugación) no es diferen-
ciable en ningún punto de C. En efecto,
f (z + h) − f (z) z + h − z z + h − z h
= = =
h h h h
y escribiendo h = a + bi note que h ∈ R si y sólo si b = 0 por lo que h/h = a/a = 1,
y por otra parte, h ∈ Ri si y sólo si a = 0 y ası́ h/h = −bi/bi = −1 por lo que
37
38 2 Derivación
(
f (z + h) − f (z) 1 si h ∈ R,
=
h −1 si h ∈ Ri
Demostración.
f (z) − f (z0 )
lı́m f (z) − f (z0 ) = lı́m z − z0
z→z0 z→z0 z − z0
f (z) − f (z0 )
= lı́m · lı́m (z − z0 )
z→z0 z − z0 z→z0
0
= f (z0 ) · 0 = 0,
se sigue que
t
u
Observación 2.2. La regla de la cadena anterior sigue siendo válida para cualquier
combinación de funciones reales o complejas de variable real o compleja que pue-
dan ser compuestas. Usaremos ésto en la demostración del resultado siguiente:
Proposición 2.5. Si Ω ⊆ C es abierto y conexo y f : Ω → C es diferenciable (en el
sentido complejo) tal que f 0 (z) = 0 para todo z ∈ Ω , entonces f es constante.
Demostración. Fijemos z0 ∈ Ω y sea w0 = f (z0 ). Sea U = {z ∈ Ω : f (z) = w0 }.
Mostraremos que U es abierto y cerrado en Ω . Como Ω es conexo se sigue que U
2.1 Derivadas 41
f (z) − f (z0 )
z−z − f 0 (z0 ) si z 6= z0
0
ε(z) =
si z = z0 .
0
f (z) − f (z0 )
= c + ε(z)
z − z0
por lo que
f (z) − f (z0 )
lı́m = lı́m c + ε(z) = c
z→z0 z − z0 z→z0
Ejercicios
f (b) − f (a)
f 0 (ξ ) = .
b−a
Sugerencia: Aplique el teorema de Rolle a la función g : [a, b] → R dada por
b−t t −a
g(t) = f (t) − f (a) + f (b) .
b−a b−a
Note también que el teorema de Rolle es un caso especial del teorema del valor
medio.
2.6. Suponga que f : Ω ⊆ R → R es continua e inyectiva con Ω conexo (i.e., un
intervalo de R). Demuestre que f : Ω → f (Ω ) es un homeomorfismo. Claramente
f es biyectiva sobre su imagen y sólo debe probar que su inversa g : f (Ω ) → Ω es
continua.
2.7 (Derivada de la función inversa para funciones reales). Usando la formula-
ción de Carathéodory, demuestre que si f : (a, b) → R es continua e inyectiva y para
ξ ∈ (a, b), f 0 (ξ ) existe y no es nula, para la inversa g de f se tiene que
2.2 Las ecuaciones de Cauchy-Riemann 43
1
g0 ( f (ξ )) = .
f 0 (ξ )
z+h
z+h 6
•z z+h
z+h
◦ -
z+h
y notamos que esta condición hace más rı́gida la existencia de este lı́mite. Compare
esto con el caso de funciones reales de variable real f : D ⊆ R → R donde para
x ∈ D sólo hay dos direcciones para las cuales h se aproxima a 0:
z+h z z+h
• - ◦ •
ya que −i = 1/i.
Finalmente, como f 0 (z) existe las dos formas que calculamos el lı́mite deben
coincidir, es decir
∂u ∂v ∂u ∂v
+i = −i +
∂x ∂x ∂y ∂y
2.2 Las ecuaciones de Cauchy-Riemann 45
e igualando partes reales con partes reales y partes imaginarias con partes imagina-
rias se obtiene que
∂u ∂v ∂u ∂v
= y =− .
∂x ∂y ∂y ∂x
A este par de ecuaciones diferenciales parciales se les conoce como las ecuaciones
de Cauchy-Riemann. Hemos ası́ probado el resultado siguiente:
Proposición 2.7. Si f = u + iv : Ω → C tiene derivada f 0 (z) en un punto z ∈ Ω ,
entonces las partes real e imaginaria u y v de f deben satisfacer las ecuaciones de
Cauchy-Riemann.
t
u
Sin embargo, la satisfacción de las ecuaciones de Cauchy-Riemann en un punto
z = (x, y) no es suficiente para garantizar la existencia de f 0 (z), esencialmente por-
que hay muchas otras direcciones para h → 0 al calcular el lı́mite que define f 0 (z).
El ejemplo siguiente ilustra lo anterior:
Ejemplo 2.6. Sea f : C → C la función dada por
xy(x + iy) si z 6= 0,
f (z) = f (x + iy) = x2 + y2
0 si z = 0.
donde
u(z) − u(z0 ) − a(x − x0 ) − b(y − y0 )
lı́m ε(z) = lı́m = 0.
z→z0 z→z0 z − z0
Compare lo anterior con la noción de diferenciabilidad de una función compleja,
por ejemplo en la reformulación en la proposición 2.6.
Regresando ahora al caso de funciones complejas f = u + iv : Ω → C, si f 0 (z0 )
existe, sea c ∈ C como en la proposición 2.6 y escribamos c = a + ib, z = x + iy, con
a, b, x, y ∈ R. Entonces, por la proposición 2.6
donde la última igualdad es por el teorema del valor medio del cálculo, donde ξ
está entre y y y0 , para la función u(x, −), y donde ϑ está entre x y x0 , para la función
u(−, y0 ). Se sigue que
y por lo tanto
u(x, y) − u(x0 , y0 ) − ux (x0 , y0 )(x − x0 ) − uy (x0 , y0 )(y − y0 )
=
|z − z0 |
uy (x, ξ ) − uy (x0 , y0 )|y − y0 | ux (ϑ , y0 ) − ux (x0 , y0 )|x − x0 |
= +
|z − z0 | |z − z0 |
≤ uy (x, ξ ) − uy (x0 , y0 ) + ux (ϑ , y0 ) − ux (x0 , y0 )
como una función holomorfa1 en Ω . Con esta terminologı́a, la proposición 2.7 dice
las partes real e imaginaria de toda función holomorfa f satisfacen las ecuaciones de
Cauchy-Riemann y la proposición 2.9 dice que el recı́proco es cierto si además las
derivadas parciales de las partes real e imaginaria de f son continuas. La exigencia
de la continuidad de las derivadas parciales de u y v introduce cierta asimetrı́a, pero
como veremos más adelante en el teorema 4.5, las funciones holomorfas tienen de-
rivadas de todos los órdenes y ası́, por la proposción 2.2 la existencia de f 00 (x + iy)
implica la continuidad de f 0 en x + iy, en particular la continuidad de las derivadas
parciales de u y v, eliminando la asimetrı́a entre las proposiciones 2.7 y 2.9. El teore-
ma 4.5 que afirma que toda función holomorfa es de clase C∞ muestra la diferencia
profunda entre las funciones complejas y las funciones reales, ya que lo anterior
es falso para el caso de funciones reales como lo muestra el ejemplo 2.8 siguiente.
Antes de formular el ejemplo, observemos que la proposición 2.5 muestra la im-
portancia de considerar el caso cuando Ω es conexo. A los conjuntos Ω ⊆ C que
sean abiertos y conexos se les conoce como regiones y en análisis complejo juegan
el papel análogo a los intervalos abiertos reales para el caso de funciones reales de
variable real.
El anillo de funciones holomorfas. Si Ω ⊆ C es una región, por la proposición
2.1 la suma y producto de funciones holomorfas en Ω , son holomorfas y las fun-
ciones constantes son holomorfas, en particular la función constante 0 y la función
constante 1 son holomorfas. Se sigue que el conjunto de funciones holomorfas en
Ω:
O(Ω ) := { f : Ω → C : f es holomorfa}
es un anillo conmutativo con uno, al que se conoce como el anillo de funciones
holomorfas. Más adelante, como una consecuencia del teorema de la identidad 4.20,
se probará en el ejercicio 4.19 que el anillo O(Ω ) es un dominio entero.
Ejemplo 2.8. La función f : R → R dada por
(
t 2 sen(1/t) si t 6= 0,
f (t) =
0 si t = 0
término es muy usado, sin embargo nosotros no lo usaremos sino hasta después del teorema 4.5
cuando ya hayamos probado que toda función holomorfa es infinito diferenciable y por lo tanto
tiene una expansión en serie de Taylor (corolario 4.13) alrededor de cada uno de los puntos de su
dominio Ω y ası́ es analı́tica en el sentido usual.
2.2 Las ecuaciones de Cauchy-Riemann 49
∂u ∂v ∂v ∂u
(1) f 0 (z) = +i = −i
∂x ∂x ∂y ∂y
y de estas igualdades se obtienen las ecuaciones de Cauchy-Riemann. Con abuso de
notación se definen entonces los operadores diferenciales parciales
∂f ∂u ∂v ∂f ∂u ∂v
(2) := +i y := +i
∂x ∂x ∂x ∂y ∂y ∂y
de tal manera que las ecuaciones de Cauchy-Rieman (1) se pueden ahora reescribir
en términos de estos dos operadores diferenciales como
∂f 1∂f ∂f ∂f
(3) = o mejor aún, como i = .
∂x i ∂y ∂x ∂y
Usando los operadores diferenciales anteriores es conveniente entonces definir, co-
mo lo hace Wirtinger, los operadores diferenciales parciales complejos siguientes:
∂f ∂f ∂f ∂f ∂ f ∂ f
(5) = + y =i − .
∂x ∂z ∂z ∂y ∂z ∂z
Observe que de (5), (4) y (2) se sigue que si f = u + iv, entonces
∂f
(6) =0
∂z
es decir, f está en el núcleo del operador ∂ /∂ z. Además, si este es el caso, por la
proposición 2.8 se tiene que la derivada de f en z es
50 2 Derivación
∂f
f 0 (z) =
∂z
ya que, por la proposición 2.8 y por (5) se tienen las dos primeras igualdades si-
guientes
∂f ∂f ∂f ∂f
f 0 (z) = = + =
∂x ∂z ∂z ∂z
y la última igualdad es porque f está en el núcleo de ∂ /∂ z.
Funciones armónicas. Si f = u + iv : Ω → C es holomorfa, como hemos mencio-
nado previamente, véase la página 48, f es de clase C∞ lo cual probaremos en el
teorema 4.5. En particular, las derivadas parcialess ux , uy tienen segundas derivadas
continuas por lo que, diferenciando las ecuaciones de Cauchy-Riemann
∂u ∂v ∂u ∂v
(1) = y =−
∂x ∂y ∂y ∂x
se obtiene que
∂ 2u ∂ 2v ∂ 2u ∂ 2v
2
= y 2
=− ,
∂x ∂ x∂ y ∂y ∂ y∂ x
∂ 2v ∂ 2v
donde ∂ x∂ y = ∂ y∂ x por la continuidad de las segundas derivadas parciales. Se sigue
que
∂ 2u ∂ 2u
(2) + = 0,
∂ x2 ∂ y2
es decir, la función u satisface la ecuación de Laplace (2) y se dice entonces que
u es una función armónica. Un razonamiento análogo muestra que v también es
armónica. En la situación anterior, cuando se tiene una función real u : Ω → R
armónica para la cual existe otra función armónica v : Ω → R tal que f = u + iv :
Ω → C es holomorfa, se dice que v es conjugada armónica de u. Note que una
conjugada armónica v de u no es única ya que para cualquier constante c, v + c
también es conjugada armónica de u. En la proposición siguiente se muestra que la
conjugada armónica de u es única salvo constantes.
Proposición 2.10. Si Ω ⊆ C es una región y u : Ω → R es armónica y tiene conjuga-
das armónicas v1 , v2 : Ω → R, entonces v1 = v2 + c, donde c ∈ C es una constante.
Ejemplo 2.9. La función u : C → R dada por u(x, y)p = ex sen y es armónica. También
la función u : C − {0} → R dada por u(x, y) = log x2 + y2 es armónica. Reconsi-
deraremos esta última función en la página 58 y en el ejercicio 2.35.
2.2 Las ecuaciones de Cauchy-Riemann 51
Ejercicios
2.10. Si Ω = Ω ∗ , observe que Ω es simétrica con respecto al eje real y por el ejer-
cicio anterior se sigue que la función g : Ω → C dada por
es holomorfa.
∂u 1 ∂v ∂v 1 ∂u
= y =− .
∂r r ∂φ ∂r r ∂φ
y poniendo
E(iy) = A(y) + iB(y)
se sigue que
E(z) = E(x + iy) = ex A(y) + iex B(y).
Ahora, como por (3) E debe ser holomorfa, entonces sus partes real e imaginaria
deben satisfacer las ecuaciones de Cauchy-Riemann, es decir,
A(y) = B0 (y)
A0 (y) = −B(y).
Se sigue que
A00 (y) = −A(y)
2.3 La función exponencial y el logaritmo complejo 53
es decir, A00 = −A. Similarmente, B00 = −B. Nos preguntamos entonces: ¿qué fun-
ciones reales A, B : R → R que conozcamos satisfacen las igualdades A00 = −A y
B00 = −B? Claramente, las funciones seno y coseno satisfacen las identidades ante-
riores y por lo tanto podemos proponer
y ası́
E(z) = E(x + iy) = ex A(y) + iB(y) = ex a cos y + b sen y + iex − b cos y + a sen y
f (z + τ) = f (z)
para todo z ∈ C. Es claro que una función periódica no puede ser inyectiva. Para
mostrar que la función exponencial compleja es periódica y encontrar su perı́odo,
observe que si τ ∈ C es un tal perı́odo, para todo z ∈ C se debe tener que
ez = ez+τ = ez eτ
τ = bi = 2nπi, con n ∈ Z.
6
π
◦
◦ -
◦
−π
ez = w
por lo que ex = |w| y cos y + i sen y = cos θ + i sen θ . Se sigue que x = log |w| (el
logaritmo natural real, donde notamos que |w| =6 0 por hipótesis) y y = θ + 2nπ con
n ∈ Z. Por lo tanto, las soluciones de ez = w son de la forma
t
u
para un k ∈ Z.
t
u
56 2 Derivación
Gracias a la proposición anterior, basta construir una rama del logaritmo para
tenerlas todas. A continuación veremos que escogiendo adecuadamente el dominio
Ω de una rama del logaritmo se obtiene una función holomorfa en Ω cuya derivada
es la esperada. Para ésto se elige Ω = C − (−∞, 0]:
◦ -
(al plano complejo se le quita el semieje real negativo). A la rama del logaritmo en
Ω se le llama la rama principal del logaritmo y se denota por log : Ω → C. Es claro
que log : Ω → C es una función continua y de hecho se tiene más:
Proposición 2.14. La función log : Ω → C es holomorfa y para todo w ∈ Ω se tiene
que
1
log0 (w) = .
w
Demostración. Como exp : C → C es holomorfa, por la formulación de Carathéo-
dory de la derivada si w0 ∈ Ω y z0 = log(w0 ), se tiene que
ez − ez0 = ϕ(z)(z − z0 )
se sigue que
1
log(w) − log(w0 ) = (w − w0 )
ϕ(log w)
y ası́
1 1 1
log0 (w) = = = .
ϕ(log w) exp(log w) w
t
u
Es decir, queremos una función f : C → C que satisfaga las tres condiciones ante-
riores y que además sea holomorfa. Para comenzar note que si f satisface las tres
condiciones anteriores, entonces f (z) 6= 0 para todo z ∈ C ya que si f (z) = 0 para
algún z, por (1) y (3) se tendrı́a que
una contradicción. Ası́ la función buscada tiene codominio C − {0}. Ahora, de (1)
y (3) se tiene que
f (z + w) − f (z) = f (z) f (w) − f (z) f (0) = f (z) f (w) − f (0)
f 0 (z) = c f (z)
donde c = f 0 (0).
Por otra parte observe que la derivada del producto de funciones f (z) exp(−cz)
es
y como C es conexo, por la proposición 2.5 se sigue que f (z) exp(−cz) es constante.
Observe ahora que para z = 0, f (z) exp(−cz) = f (0) exp(−0) = 1. Se sigue que
f (z) = exp(cz). Poniendo z = 1, de (2) se sigue que a = f (1) = exp(c) y por lo
tanto c es un logaritmo de a. Recı́procamente, si c es un logaritmo de a, la función
f (z) = exp(cz) es holomorfa en C y satisface las condiciones (1) a (3). Hemos
ası́ demostrado que, para a ∈ C − {0} y z ∈ C la definición de az es:
az = exp(z log a)
y como
log a = log |a| + i(θ + 2nπ) con n ∈ Z
entonces
Ejemplo 2.10. Para z = 1/n con n ∈ N y a ∈ C−{0}, las potencias a1/n son las raı́ces
n-ésimas de a. Para a = e, las potencias ez son los valores de la función exp(z).
y como ez = ez , entonces
58 2 Derivación
El ejercicio 2.26 lista algunas de las identidades usuales, análogas al caso de las
funciones seno y coseno reales, y el ejercicio 2.31 define y lista algunas propiedades
de las funciones trigonométricas hiperbólicas.
Existencia de conjugadas armónicas. p En el ejemplo 2.9 vimos que la función
u : C − {0} → R dada por u(x, y) = log x2 + y2 es armónica. Dejamos como el
ejercicio 2.35 probar que u no tiene una conjugada armónica v en todo C − {0}
(esencialmente el problema es que si u = log(|z|) tuviera una conjugada armónica
v, entonces se tendrı́a una rama holomorfa del logaritmo complejo en Ω = C − {0},
lo cual no es posible). El ejemplo anterior muestra que no siempre una función
armónica real tiene una conjugada armónica y se tiene entonces el problema natural
de decidir para qué regiones Ω y cuáles funciones armónicas u : Ω → R se tiene
una conjugada armónica. A continuación veremos que, en el caso simple cuando Ω
es convexo, en particular cuando es un disco abierto, toda función armónica en Ω
tiene una conjugada armónica. Para probar lo anterior necesitaremos usar la regla
de Leibniz para derivar bajo el signo de integral una función continua:
Proposición 2.15 (Leibniz). Sea ϕ : [a, b]×[c, d] → C continua y defina g : [c, d] →
C mediante Z b
g(t) := ϕ(s,t)ds.
a
Entonces,
(1) g es continua.
2.3 La función exponencial y el logaritmo complejo 59
Por otra parte, para un s ∈ [a, b] fijo, la función Φ : [c, d] → C dada por
Finalmente, como
60 2 Derivación
Rb
ϕ(s,t)ds − ab ϕ(s,t0 )ds
R Rb
g(t) − g(t0 ) a a [ϕ(s,t) − ϕ(s,t0 )]ds
= =
t − t0 t − t0 t − t0
se sigue que
g(t) − g(t ) Z b Z b [ϕ(s,t) − ϕ(s,t )] Z b
0 0
− ϕ2 (s,t0 )ds = ds − ϕ2 (s,t0 )ds
t − t0 t − t0
a a a
Z b [ϕ(s,t) − ϕ(s,t )]
0
= − ϕ2 (s,t0 ) ds
a t − t0
≤ ε(b − a), (por la cota (∗), para 0 < |t − t0 | < δ ).
Por lo tanto, Z b
g0 (t0 ) = ϕ2 (s,t0 )ds,
a
como se querı́a. t
u
Proposición 2.16. Si Ω es una región convexa, por ejemplo un disco abierto, en-
tonces toda función armónica u : Ω → R tiene una conjugada armónica v.
Demostración. Para a, b ∈ R fijos tales que (a, y), (x, b) ∈ Ω , como Ω es convexo
los segmentos de recta que unen (x, b) con (a, y) están contenidos en Ω . Defina
entonces v : Ω → R mediante
Z y Z x
(∗) v(x, y) := ux (x,t)dt − uy (s, b)ds
b a
por lo que uy = −vx . Ahora, derivando con respeto a y ambos lados de (∗) queda
Z x
vy (x, y) = ux (x, y) − uyy (s, b)ds = ux (x, y) − 0 = ux (x, y)
a
Ejercicios
2.35. Muestre que la función u del ejemplo 2.9 no tiene una conjugada armónica.
∂u
2.36. Demuestre que si u : Ω → R es armónica, entonces la función ∂z es holomorfa.
∂ 2u ∂ u ∂ 2u
r2 2
+r + = 0.
∂r ∂r ∂θ2
2.38. Demuestre que si v es conjugada armónica de u, entonces las funciones uv y
u2 − v2 son armónicas.
Capı́tulo 3
Integral de lı́nea
En este capı́tulo desarrollamos la teorı́a básica de la integral (de lı́nea) para fun-
ciones complejas. Comenzamos con las nociones de trayectoria parametrizada y de
curva en el plano complejo. Después, se define la noción de integral de Riemann-
Stieljes de una función compleja a lo largo de una curva rectificable y se prueban
sus propiedades básicas que serán usadas más adelante.
3.1. Trayectorias
γ(b)
γ(a)
63
64 3 Integral de lı́nea
En efecto, basta considerar el caso cuando Q contiene un único punto más que P,
digamos t 0 ∈ [tk−1 ,tk ]. Entonces, el polı́gono asociado a Q es igual al polı́gono aso-
ciado a P excepto que se tienen dos segmentos adicionales: [γ(tk−1 ), γ(t 0 ), γ(tk )]:
γ(tk )
γ(t 0 )
γ(tk−1 )
= v(γ; Q).
t
u
donde en el lado derecho se tienen las integrales de Riemann de las funciones reales
de variable real u, v. Para t ∈ [a, b] poniendo
Z t Z t Z t
F(t) := f (s)ds = u(s)ds + i v(s)ds,
a a a
se tiene que F(t) es una primitiva de f (t) porque Rpor el teorema fundamental del
cálculo (para funciones reales de variable real), dtd at u(s)ds = u(t) y similarmente
para v. Observe también que
66 3 Integral de lı́nea
Z b Zb
f (t)dt ≤ | f (t)|dt,
a a
ya que
Z b Z b Z b Z b Z b
f (t)dt := u(t)dt + i v(t)dt ≤ u(t)dt + v(t)dt
a a a a a
Z b Z b
≤ |u(t)|dt + |v(t)|dt,
a a
Demostración. Por el lema anterior podemos suponer que γ es lisa en [a, b], lo cual
significa que γ 0 existe y es continua en [a, b]. Si P = {a = t0 < t1 < · · · < tn = b} es
una partición del intervalo [a, b],
n n Z tk n Z tk Z b
v(γ; P) = ∑ |(γ(tk )−γ(tk−1 )| = ∑ γ 0 (t)dt ≤ ∑ |γ 0 (t)|dt = |γ 0 (t)|dt
k=1 k=1 tk−1 k=1 tk−1 a
y si kPk < δ = mı́n{δ1 , δ2 }, entonces |γ 0 (τk ) − γ 0 (t)| < ε para t ∈ [tk−1 ,tk ], y ası́,
por el teorema fundamental del cálculo,
Z b n n
|γ 0 (t)|dt ≤ ε + ∑ ε(tk − tk−1 ) + ∑ γ(tk ) − γ(tk−1 )
a k=1 k=1
= ε + ε(b − a) + v(γ; P) ≤ ε(1 + b − a) + `(γ),
Ejemplo 3.1. Sea γ : [0, 2π] → C la función γ(t) := r(cost + i sent) = reit con r > 0.
Entonces, la imagen de γ es un cı́rculo con centro en el origen y radio r que se
recorre una vez en sentido contrario a las manecillas de un reloj:
6
• • 0-
γ = [1 − i, 1 + i, −1 + i, −1 − i, 1 − i]
6
−1 + i 1+i
6
• -
? -
−1 − i 1−i
Ejercicios
3.3. Sea γ : [0, 2π] → C dada por γ(t) = sent + i sent. Bosqueje su imagen y muestre
que es una trayectoria cerrada y que, excepto en los extremos, γ es inyectiva. ¿Puede
calcular su longitud?
3.2 Integral de Riemann-Stieljes 69
1 1
γ(t) = t cost + i t sent.
2 2
Bosqueje su imagen (sugerencia: cambie a coordenadas polares).
3.6. Bosqueje la imagen de γ : [−2, 2] → C dada por γ(t) = (t 3 − 1) + i(t 2 + 2). ¿Es
lisa?
Ası́, P1 ⊇ P2 ⊇ · · · y si ponemos
70 3 Integral de lı́nea
n n
Fm = cerrradura de ∑ f (τk )[γ(tk ) − γ(tk−1 )] : P = {a = t0 < · · · < tn = b} ∈ Pm
k=1
o
con τk ∈ [tk−1 ,tk ] ,
entonces,
(1) F1 ⊇ F2 ⊇ F3 ⊇ · · · .
2
(2) diám Fm ≤ `(γ).
m
Nótese que una vez que se hayan probado (1) y (2), por el teorema de Cantor
1.14 existe un único número complejo I ∈ Fm y este complejo I satisface que si
T
ε > 0, escogiendo m tal que ε > (2/m)`(γ) ≥ diám Fm , como I ∈ Fm se sigue que
Fm ⊆ B(I; ε). Por lo tanto, escogiendo δ = δm , para toda partición P tal que kPk <
δm , la suma de Riemann-Stieljes S( f , γ; P) ∈ Fm ⊆ B(I; ε) y ası́ |S( f , γ; P) − I| < ε,
como se querı́a. Basta entonces probar (1) y (2). Comenzamos notando que (1) es
directo del hecho de que P1 ⊇ P2 ⊇ · · · . Para (2), como
n n o
diám Fm = diám ∑ f (τk )[γ(tk ) − γ(tk−1 )] : P = {t0 , . . . ,tn } ∈ Pm , τk ∈ [tk−1 ,tk ] ,
k=1
(y como P ∈ Pm , entonces |τk − τbk | < δm y ası́ | f (τk ) − f (τbk )| < i/m)
1
≤ ∑ γ(tk ) − γ(tk−1 ) + f (τ j ) − f (τ 0 ) γ(t 0 ) − γ(t j−1 )
m k6= j
+ f (τ j ) − f (τ 00 ) γ(t j ) − γ(t 0 )
1 1 1
≤ ∑ γ(tk ) − γ(tk−1 ) + γ(t 0 ) − γ(t j−1 ) + γ(t j ) − γ(t 0 )
m k6= j m m
(porque |τ j − τ 0 | < δm y |τ j − τ 00 | < δm )
1
= v(γ; Q)
m
1
≤ `(γ).
m
Finalmente, observe que si P, R ∈ Pm , entonces Q := P ∪ R refina a P y R, y
además kQk ≤ kPk y kQk ≤ kRk por lo que kQk < δm y consecuentemente Q ∈ Pm .
Por (3) se sigue que
S(P) − S(R) = S(P) − S(Q) + S(Q) − S(R) ≤ S(P) − S(Q) + S(Q) − S(R)
1 1 2
≤ `(γ) + `(γ) = `(γ),
m m m
es decir, en el conjunto cuya cerradura define Fm la distancia entre cualesquiera dos
de sus elementos es ≤ (2/m)`(γ), lo cual prueba (2). t
u
La parte (2) es similar a la anterior y (3) se demuestra como la parte (1) del lema
3.1. t
u
Demostración. Por la parte (3) de la proposición 3.4 basta considerar el caso cuando
γ es lisa. Ahora, escribiendo γ = u + iv, donde u, v : [a, b] → R, por la parte (2) de la
proposición 3.4 se tiene que
Z b Z b Z b Z b
f dγ = f d(u + iv) = f du + i f dv
a a a a
Ahora, por el teorema del valor medio del cálculo diferencial aplicado a la función
diferenciable u : [a, b] → R, en el intervalo [tk−1 ,tk ] existe un elemento τk tal que
u(tk ) − u(tk−1 )
(3) u0 (τk ) =
tk − tk−1
(y estamos escogiendo los τk usados en (1) y (2) como estos τk ). Substituyendo (3)
en (2) notamos que la suma en (2) queda igual que la suma en (1). Si denotamos
esta suma por S(P), se sigue que
Z b Z b Z b Z b
f du − f (t)u0 (t)dt = f du − S(P) − f (t)u0 (t)dt − S(P)
a a a a
Z b Z b
≤ f du − S(P) + f (t)u0 (t)dt − S(P)
a a
< ε/2 + ε/2 = ε.
t
u
Ejercicios
3.11. Demuestre la parte (3) de la proposición 3.4. Basta probar que si c ∈ [a, b],
entonces Z b Z c Z b
f dγ = f dγ + f dγ.
a a c
Por el teorema 3.5, en el caso cuando γ : [a, b] → Ω es lisa por tramos, la integral
de lı́nea se puede calcular como una integral de Riemann de una función compleja
de variable real:
Corolario 3.6. Si γ : [a, b] → Ω es lisa por tramos y f : Ω → C es continua en la
imagen de γ, entonces
Z Z b
f= f (γ(t))γ 0 (t)dt.
γ a
t
u
Ejemplo 3.3. Sea γ : [0, 2π] → C la trayectoria circular γ(t) := cost + i sent = eit , y
sea f : C → C dada por f (z) = zn , para n ∈ N. Entonces,
Z Z 2π Z 2π Z 2π
zn dz = [eit ]n [eit ]0 dt = eint ieit dt = i ei(n+1)t dt
γ 0 0 0
Z 2π
=i [cos(n + 1)t + i sen(n + 1)t]dt
0
Z 2π Z 2π
2
=i cos(n + 1)tdt + i sen(n + 1)tdt
0 0
2π
1 1 2π
= sen(n + 1)t + cos(n + 1)t
n+1 0 n+1 0
= 0.
3.3 Integral de lı́nea 75
Ejemplo 3.4. Para la misma trayectoria del ejemplo anterior, si ahora consideramos
la función f : C − {0} → C dada por f (z) = 1/z,
Z 2π 2π Z 2π 2π
1 1
Z 0 Z
dz = eit dt = e−it ieit dt = i dt = it = 2πi.
γ z 0 eit 0 0 0
1
Z
dz = 2πi.
γ z − z0
Los ejemplos 3.4 y 3.5 anteriores muestran que dos trayectorias diferentes (una
con dominio [0, 2π] y otra con dominio [0, 1]) tienen la misma imagen, el cı́rculo
de radio 1 y centro 0 en C y las integrales de la función 1/z a lo largo de esas dos
trayectorias son iguales. Esto es parte de un resultado general:
Cambios de parámetro. Si γ : [a, b] → C y β : [c, d] → C son dos trayectorias,
diremos que γ es una reparametrización de β si existe una función continua y es-
trictamente creciente ϕ : [a, b] → [c, d] con ϕ(a) = c, ϕ(b) = d y tal que γ = β ◦ ϕ.
A la función ϕ se le llama un cambio de parámetro o reparametrización. Es claro
que la imagen de γ es la misma que la de β . Dejamos como el ejercicio 3.15 el
probar que la relación anterior es de equivalencia. A una clase de equivalencia de
trayectorias se le llama una curva. Usaremos la notación {γ} para la imagen o traza
de la curva γ. Una curva es lisa o lisa por tramos si uno de sus representantes lo es.
Una curva es cerrada si sus representantes son trayectorias cerradas. Observe que
si β es rectificable y γ es una reparametrización de β , entonces γ también es recti-
ficable. En efecto, si a = t0 < t1 < · · · < tn = b es una partición de [a, b], entonces
c = ϕ(a) = ϕ(t0 ) < ϕ(t1 ) < · · · < ϕ(tn ) = ϕ(b) = d es una partición de [c, d] y se
tiene que
n n
∑ |γ(tk ) − γ(tk−1 )| = ∑ |β (ϕ(tk )) − β (ϕ(tk−1 ))| ≤ `(β )
k=1 k=1
Z n
(1) f − ∑ f (β ◦ ϕ(τk ))[β ◦ ϕ(tk ) − β ◦ ϕ(tk−1 )] < ε/2
γ=β ◦ϕ k=1
t
u
Ejemplo 3.6. Si γ : [0, 2π] → C es el cı́rculo γ(t) = eit , se puede reparametrizar como
β : [0, 1] → C dada por β (t) = e2πit , que recorre el mismo cı́rculo a mayor velocidad.
γ −1 (t) = γ(−t).
γ(1) γ −1 (0)
γ −1
γ(0) γ −1 (1)
Ası́, γ −1 (0) = γ(1) y γ −1 (1) = γ(0). Es claro que γ −1 es rectificable y `(γ −1 ) = `(γ).
γ
f = lı́m
kPk→0
∑ f (γ(τk ))[γ(tk ) − γ(tk−1 )]
k=1
n
= lı́m
kPk→0 k=1
∑ f (γ −1 (−τk ))[γ −1 (−tk ) − γ −1 (−tk−1 )]
n
= lı́m
kPk→0
∑ f (γ −1 (−τk ))(−1)[γ −1 (−tk−1 ) − γ −1 (−tk )]
k=1
Z
=− f.
γ −1
(2): Sea ε > 0 arbitrario. Entonces, existe δ > 0 tal que para toda partición P : a =
t0 < · · · < tn = b con kPk < δ se tiene que
Z n
f − ∑ f (γ(τk ))[γ(tk−1 − γ(tk )] < ε
γ k=1
y por lo tanto
78 3 Integral de lı́nea
Z n
f ≤ ε + ∑ f (γ(τk ))[γ(tk−1 − γ(tk )]
γ k=1
n
≤ ε + ∑ f (γ(τk ))γ(tk−1 − γ(tk )
k=1
n
≤ ε + M ∑ γ(tk−1 − γ(tk )
k=1
≤ ε + M`(γ),
El lema siguiente nos será muy útil para aproximar una integral de lı́nea arbitraria
con una usando una poligonal:
Lema 3.9. Si Ω ⊆ C es abierto, γ : [a, b] → Ω es rectificable y f : Ω :→ C es con-
tinua, entonces para todo ε > 0 existe una trayectoria poligonal Γε : [a, b] → Ω tal
que
(1) Γε (a) = γ(a) y Γε (b) = γ(b).
Z Z
(2) f − f < ε.
γ Γε
d = dist({γ}, ∂ Ω ) > 0.
1
Γε (t) := (tk − t)γ(tk−1 ) + (t − tk−1 )γ(tk )
tk − tk−1
3.3 Integral de lı́nea 79
ya que
1
|γ(τk ) − Γε (t)| = γ(τk ) − (tk − t)γ(tk−1 ) + (t − tk−1 )γ(tk )
tk − tk−1
γ(τk )(tk − tk−1 ) − (tk − t)γ(tk−1 ) − (t − tk−1 )γ(tk )
=
tk − tk−1
(tk − tk−1 ) γ(τk ) − γ(tk−1 ) + (t − tk−1 ) γ(tk−1 ) − γ(tk )
=
tk − tk−1
≤ γ(τk ) − γ(tk−1 ) + γ(tk−1 ) − γ(tk ) porque |t − tk−1 | ≤ |tk − tk−1 |
<δ (por (1)).
se sigue que
n Z tk
γ(tk ) − γ(tk−1 )
Z
(4) f=∑ f (Γε (t))dt.
Γε k=1 tk − tk−1 tk−1
y como |γ(τk ) − Γε (t)| < δ por (3), entonces | f γ(τk ) − f Γε (t)| < ε, y ası́, por la
proposición 3.8 (2) se sigue que
Z tk
(5) f (γ(τk )) − f (Γε (t)) dt ≤ ε(tk − tk−1 )
tk−1
t
u
Ejercicios
Z
3.12. Sea f : C − {0} → C dada por f (z) = 1/z. Calcule f:
γ
Para γ el cuadrado del ejemplo 22.
Para γ la curva cuya imagen es el semicı́rculo superior con centro en el origen y
de radio 1 recorrido en sentido contrario al de las manecillas de un reloj.
Para γ la curva cuya imagen es el semicı́rculo inferior con centro en el origen y
de radio 1 recorrido en el sentido de las manecillas de un reloj.
82 3 Integral de lı́nea
-
0 1 2
Z
3.13. Calcule la integral (z − i), donde γ : [−1, 1] → C es el arco de parábola dado
γ
por γ(t) = t + it 2 .
3.15. Sea γ : [a, b] → Ω una trayectoria rectificable cerrada con Ω abierto y suponga
que z0 6∈ Ω . Demuestre que para n ≥ 2,
1
Z
dz = 0.
γ (z − z0 )n
Demuestre que
Z Z
f ≤ | f ||dz| ≤ `(γ) sup{| f (z)| : z ∈ {γ} = imagen de γ}.
γ γ
Capı́tulo 4
Teorı́a de Cauchy local
83
84 4 Teorı́a de Cauchy local
∆1
∆4
∆2 ∆3
Por otra parte, observe que, como los triángulos ∆ j se obtuvieron uniendo los puntos
medios de los lados del triángulo ∆ , entonces
1 1
(3) `(T j ) = `(T ) y diám ∆ j = diám ∆ .
2 2
1 1
`(T (n+1) ) = `(T (n) ) y diám ∆ (n+1) = diám ∆ (n) ,
2 2
y
∆ (1) ⊇ ∆ (2) ⊇ ∆ (3) ⊇ · · · .
Por lo tanto
Z Z Z Z
(4) f ≤ 4 f ≤ 42 f ≤ · · · ≤ 4n f
T T (1) T (2) T (n)
y similarmente
4.1 El teorema de Cauchy en una región convexa 85
1 n 1 n
(5) `(T (n) ) = `(T ) y diám ∆ (n) = diám ∆ .
2 2
existe, para todo ε > 0 hay un δ > 0 tal que para 0 < |z − z0 | < δ se tiene que
f (z) − f (z )
0
− f 0 (z0 ) < ε
z − z0
o equivalentemente
Es claro que f (z0 ) + f 0 (z0 )(z − z0 ) tiene una primitiva f (z0 )z + f 0 (z0 )(z2 /2 − z0 z) y
ası́ por el teorema 3.10 se tiene que T (n) f (z0 ) + f 0 (z0 )(z − z0 ) = 0 y por lo tanto
R
Z Z
f (z) − f (z0 ) − f 0 (z0 )(z − z0 ) .
f (z) =
T (n) T (n)
Esgogiendo ahora n tal que diám ∆ (n) < δ , se sigue que si z ∈ ∆ (n) , como z0 ∈ ∆ (n) ,
se tiene que |z − z0 | < δ y ası́, usando (4) se sigue que
Z Z
f ≤ 4 n
f ≤ 4n `(T (n) ) sup{| f (z) − f (z0 ) − f 0 (z0 )(z − z0 )|}
T T (n)
n (n)
≤ 4 `(T ) sup{ε|z − z0 |} por (6)
(n) (n)
n
≤ 4 `(T )ε diám ∆ porque z, z0 ∈ ∆ (n)
1 n 1 n
≤ 4n `(T )ε diám ∆ por (5)
2 2
= ε`(T ) diám T
z0 •yXXX
AKA •z
A•
a
Por lo tanto
F(z) − F(z0 ) 1
Z
= f
z − z0 z − z0 [z0 ,z]
y consecuentemente
F(z) − F(z0 ) 1
Z
− f (z0 ) = f − f (z0 )
z − z0 z − z0 [z0 ,z]
1 1
Z Z
= f− f (z0 )
z − z0 [z0 ,z] z − z0 [z0 ,z]
1
Z
= f − f (z0 )
z − z0 [z0 ,z]
F(z) − F(z0 )
F 0 (z0 ) = lı́m = f (z0 ).
z→z0 z − z0
t
u
4.1 El teorema de Cauchy en una región convexa 87
1 f (w)
Z
f (z) = dw.
2πi γ w−z
Demostración. Fijemos un punto z ∈ B(a; r) y para 0 < ε < dist(z, {γ}) considere
el disco B(z : ε) y sea γε su frontera orientada en sentido contrario a las manecillas
de un reloj. Mostraremos primero que, para todo ε como arriba
f (w) f (w)
Z Z
(1) dw = dw.
γ w−z γε w−z
Para establecer esta igualdad, considere la figura siguiente, donde el disco mayor es
B(a; r) y el disco menor es B(z; ε):
y subdivida la región comprendida entre los dos cı́rculos por medio de dos seg-
mentos horizontales y dos segmentos verticales que unen ambos cı́rculos como se
muestra en la figura. Note que lo anterior da lugar a cuatro regiones cuyas fronteras
son curvas cerradas consistentes de dos arcos de circunferencia y dos segmentos
de recta. Denotemos estas fronteras por γ1 , γ2 , γ3 y γ4 orientadas positivamente (en
sentido contrario a las manecillas de un reloj). Note que cada γ j está contenida en
f (w)
una región convexa en la cual la función es holomorfa (por ejemplo, en la
w−z
intersección de semiplanos apropiados y de un disco abierto que contenga a γ). Por
el teorema de Cauchy 4.2 para una región convexa, para 1 ≤ j ≤ 4 se tiene que
f (w)
Z
dw = 0.
γj w−z
4
f (w) f (w) f (w)
Z Z Z
0= ∑ dw = dw − dw,
j=1 γ j w−z γ w−z γε w−z
1 f (w) 1 f (w) 1 1
Z Z Z
dw − f (z) = dw − f (z) dw
2πi γ w−z 2πi γε w − z 2πi γε w − z
1 f (w) − f (z)
Z
= dw
2πi γε w−z
n o
y para la integral del lado derecho, poniendo Mε := sup f (w)− f (z)
: w ∈ {γε }
w−z
se tiene que
1 Z f (w) − f (z) 1 1
dw ≤ Mε `(γε ) = Mε (2πε) = εMε ,
2πi γε w−z 2π 2π
Derivadas de orden superior. Para mostrar que una función holomorfa f tiene
derivadas de todos los órdenes, necesitaremos el lema siguiente, que aplicaremos
inmediatamente a la fórmula de Cauchy 4.3 al caso de un disco para obtener la
fórmula general 4.5 en un disco, y más adelante en el corolario 5.7 a la fórmula de
Cauchy en una región Ω más general.
Lema 4.4. Supongamos que γ : [a, b] → C es rectificable y que ϕ : C → C está de-
finida y es continua en {γ}. Para cada entero m ≥ 1 defina para z 6∈ {γ}
Z
ϕ(w)
Fm (z) := dw.
γ (w − z)m
se tiene que
1 1 1 1 ih 1 1
m
− m
= − m−1
+ m−2
(w − z) (w − z0 ) w − z w − z0 (w − z) (w − z) (w − z0 )
1 1
+···+ +
(w − z)(w − z0 )m−2 (w − z0 )m−1
1 1
= (z − z0 ) + +···
m
(w − z) (w − z0 ) (w − z) m−1 (w − z0 )2
1
+ .
(w − z)(w − z0 )m
donde z ∈ B(z0 ; r/2) y w ∈ {γ} por lo que |z − z0 | < r/2, |w − z0 | ≥ r > r/2 y
|w − z| > r/2, y consecuentemente
ϕ(w) 2 m+1
< M.
(w − z)m−k (w − z0 )k+1
r
Entonces, para todo ε > 0, escogiendo δ < r/2 se tiene que si |z−z0 | < δ , (∗) queda:
m+1 2 m+1
Fm (z) − Fm (z0 ) ≤ |z − z0 |`(γ) 2
M < δ `(γ) M
r r
m+1
y ası́, como queremos que δ `(γ) 2r M < ε, escogiendo
nr εrm+1 o
δ = mı́n ,
2 M`(γ) 2m+1
se sigue que |z − z0 | < δ implica que |Fm (z) − Fm (z0 )| < ε, i.e., Fm es continua.
Ahora, dividiendo ambos lados de (∗) por (z − z0 ) queda
Fm (z) − Fm (z0 )
Z Z
ϕ(w) ϕ(w)
= dw + · · · + dw
z − z0 γ (w − z)m (w − z0 ) γ (w − z)(w − z0 )m
ϕ(w)(w − z0 )−1 ϕ(w)(w − z0 )−m
Z Z
= dw + · · · + dw
γ (w − z)m γ (w − z)
ϕ(w)
ϕ(w)(w − z0 )−k =
(w − z0 )k
90 4 Teorı́a de Cauchy local
Fm (z) − Fm (z0 )
Fm0 (z0 ) = lı́m
z→z0 z − z0
ϕ(w)(w − z0 )−1 ϕ(w)(w − z0 )−m
Z Z
= lı́m dw + · · · + lı́m dw
z→z0 γ (w − z)m z→z0 γ (w − z)
Z Z
ϕ(w) ϕ(w)
= m+1
dw + · · · + dw = mFm+1 (z0 ).
γ (w − z0 ) γ (w − z0 )m+1
t
u
1 f (w)
Z
f (z) = dw
2πi γ w−z
1 f (w)
Z
(1) f 0 (z) = dw
2πi γ (w − z)2
2 f (w)
Z
f 00 (z) = dw
2πi γ (w − z)3
y, recursivamente,
n! f (w)
Z
f (n) (z) = dw
2πi γ (w − z)n+1
para todo n ≥ 0 y todo z ∈ B(a; r). Hemos ası́ probado que toda función holomorfa
en un disco tiene derivadas de todos los órdenes:
Teorema 4.5 (Fórmula integral de Cauchy en un disco). Si f : Ω → C es holo-
morfa y B(a; r) ⊆ Ω , con r > 0 y γ : [0, 2π] → Ω es el cı́rculo frontera del disco
anterior, es decir, γ(s) = a + reis , entonces para todo z ∈ B(a; r) y n ≥ 0 se tiene que
n! f (w)
Z
f (n) (z) = dw.
2πi γ (w − z)n+1
t
u
El recı́proco del teorema de Cauchy. La conclusión final del teorema 3.10, que
para cualquier curva cerrada rectificable γ en una región Ω en la cual una función
f : Ω → C tiene una primitiva, se tiene que
Z
f =0
γ
z0 •yXXX
•
z
AKA
A•
a
92 4 Teorı́a de Cauchy local
La existencia de F tal que F 0 = f dice que F es holomorfa, por lo que tiene derivadas
de todos los órdenes por el teorema 4.5, en particular F 00 = f 0 , i.e., f es holomorfa.
t
u
Observación 4.2. Note que en la demostración del teorema anterior sólo se usó la
hipótesis de que Z
f =0
γ
para γ un triángulo o trayectoria triangular en B(a; r). Por lo tanto la hipótesis del
teorema de Morera se puede debilitar a este caso.
Ejercicios
4.1. Sea Ω un abierto de C y sea γ : [a, b] → C una curva rectificable. Suponga que
ϕ : {γ} × Ω → C es una función continua y defina g : Ω → C mediante
Z
g(z) := ϕ(w, z)dw.
γ
es holomorfa y además
Z
(n) ϕ(w)
g (z) = n! dw.
γ (w − z)n+1
Defina Z
I(t) := f.
Γt
t
u
y como ∑∞
k=1 Mk es convergente, para todo ε > 0 existe un N tal que
∞ ∞
Mk = ∑ Mk − (M1 + · · · + Mn ) < ε
∑
k=n+1 k=1
siempre que n ≥ N, y note que este entero N no depende del punto z. Se sigue
que, para todo z ∈ Ω se tiene que | f (z) − Sn (z)| < ε siempre que n ≥ N, i.e., la
convergencia es uniforme. Si las fn son continuas, entonces f es continua por la
proposición 4.8 anterior. t
u
4.2 Series de potencias 95
1 − zn+1 = (1 − z)(1 + z + z2 + · · · + zn )
y por lo tanto, si z 6= 1:
1 − zn+1
1 + z + z2 + · · · + zn = .
1−z
Se sigue que, si |z| < 1 entonces lı́m{|z|n } = 0 por lo que la serie geométrica ∑∞
k=0 z
k
converge puntualmente a
∞
1
∑ zk = 1 − z .
k=0
1
= lı́m sup |an |1/n ,
R
entonces:
(1) Si |z − z0 | < R, la serie ∑∞ n
n=0 an (z − z0 ) converge absolutamente.
N ∈ N tal que |an |1/n <1/r para todo n ≥ N. Se sigue que |an | < 1/rn y por lo tanto
|z−z0 | n
|an (z − z0 )n | < r para todo n ≥ N. Consecuentemente,
∞ ∞ |z − z | n
0
∑ |an (z − z0 )|n ≤ ∑ r
n=N n=N
y como |z−zr
0|
< 1, la serie que domina converge absolutamente para cada |z−z0 | < R
y por lo tanto la serie de potencias ∑∞ n
n=0 an (z − z0 ) converge absolutamente en ese
disco.
(2): Si |z − z0 | > R, existe un r tal que |z − z0 | > r > R y por lo tanto 1r < R1 y ası́ por
definición de R y de lı́mite superior, existe un número infinito de
enteros n tales que
|z−z0 | n
1 1 |z−z0 |
r < |an |1/n , i.e., |an | > rn y por lo tanto |an (z − z0 )n | > r y como r > 1,
n
se sigue que la serie de potencias ∑∞
n=0 an (z − z0 ) diverge a ∞.
(3): Supongamos ahora que r < R y sea ρ tal que r < ρ < R. Como en (1) sea N tal
que |an | < ρ1n para todo n ≥ N. Entonces, si |z − z0 | ≤ r se sigue que |an (z − z0 )n | ≤
r n
n
donde ρr < 1. Poniendo Mn = ρr , el criterio M de Weierstrass implica que
ρ
la serie de potencias considerada converge uniformemente para |z − z0 | ≤ r. t
u
|z − z0 |n |z − z0 |n
|an (z − z0 )n | = |an rn | ≤ A .
rn rn
Como estamos suponiendo que |z − z0 | < r, se sigue que la serie ∑∞ n
n=0 |an (z − z0 ) |
|z−z |n
está dominada por la serie convergente ∑∞n=0 A rn
0
y por lo tanto la serie de po-
tencias converge absolutamente para |z − z0 | < r, y como r < α es arbitrario se sigue
que α ≤ R.
4.2 Series de potencias 97
Por otra parte, si |z − z0 | > r > α, entonces |an | < r|an+1 | si n ≥ N para algún
N ∈ N. Como en el razonamiento anterior se sigue que |an rn | ≥ A := |aN rN | para
n ≥ N. Por lo tanto,
|z − z0 |n
|an (z − z0 )n | ≥ A →∞ cuando n → ∞.
rn
Se sigue que la serie ∑∞ n
n=0 an (z − z0 ) diverge y por lo tanto R ≤ α. t
u
Demostración. (1): Debemos probar que lı́m sup |nan |1/(n−1) = R−1 = lı́m sup |an |1/n .
Para comenzar, note que lı́m n1/(n−1) = 1 porque, por la regla de L’Hôpital
n→∞
log n
0 = lı́m = lı́m log n1/(n−1) .
n→∞ n − 1 n→∞
Pongamos R̂−1 = lı́m sup |an |1/(n−1) , es decir R̂ es el radio de convergencia de la se-
n−1 = ∞ a
rie ∑∞
n=1 an (z − z0 ) ∑n=0 n+1 (z − z0 )n . Note que (z − z0 ) ∑∞ n
n=1 an+1 (z − z0 ) +
∞ n
a0 = ∑n=0 an (z − z0 ) y lo mismo es cierto si se ponen valores absolutos a todos los
sumandos y factores. Se sigue que si |z − z0 | < R̂, entonces
∞ ∞
∑ |an (z − z0 )|n = |a0 | + |z − z0 | ∑ |an+1 (z − z0 )|n < ∞
n=0 n=1
∞ ∞
1 1
∑ |an+1 (z − z0 )n | = ∑
|z − z0 | n=0
|an (z − z0 )n | +
|z − z0 |
|a0 | < ∞,
n=0
de donde se sigue que R ≤ R̂. Las dos desigualdades anteriores dan el resultado
deseado, R = R̂.
98 4 Teorı́a de Cauchy local
donde en la parte (1) ya vimos que ambas series tienen el mismo radio de conver-
gencia R. Para |z| < R pongamos
∞ n ∞
g(z) := ∑ nan zn−1 ; Sn (z) := ∑ ak zk ; Rn (z) := ∑ ak zk
n=1 k=0 k=n+1
por lo que f (z) = Sn (z) + Rn (z). Para este z ∈ B(0; R) fijemos r tal que |z| < r < R y
sea δ > 0 tal que B(z; δ ) ⊆ B(0; r). Sea w ∈ B(z; δ ). Entonces,
f (w) − f (z) Sn (w) − Sn (z) Rn (w) − Rn (z)
− Sn0 (z) + Sn0 (z)−g(z) +
−g(z) =
w−z w−z w−z
donde, para el primer paréntesis de la derecha, por definición de derivada, para todo
ε > 0 existe un δ > 0 tal que si |w − z| < δ se tiene que
S (w) − S (z) ε
n n
(1) − Sn0 (z) < .
w−z 3
wk − zk
∞ ∞
Rn (w) − Rn (z) 1
= ∑ ak (wk − zk ) = ∑ ak
w−z w−z k=n+1 k=n+1 w−z
donde
wk − zk
k−1
= w + wk−2 z + · · · + wzk−2 + zk−1 ≤ krk−1
w−z
Más aún,
f (n) (z0 )
an =
n!
para todo n ≥ 0.
Demostración. Por inducción sobre k ≥ 1 y usando el teorema 4.12 anterior, se
obtiene la fórmula para la k-ésima derivada de f (z). Una simple evaluación muestra
que
f 0 (z0 ) = a1 , f 00 (z0 ) = 2a2 , · · · , f (k) (z0 ) = k!ak .
t
u
Ejemplo 4.2 (La serie de la función exponencial). Por la proposición 4.11 anterior
la serie
∞
1
f (z) = ∑ zn
n=0 n!
Note que por el teorema 4.12 la función anterior es holomorfa en todo C y su deri-
vada es
∞ ∞ ∞
n 1 1
f 0 (z) = ∑ zn−1 = ∑ zn−1 = ∑ zn = f (z).
n=1 n! n=1 (n − 1)! n=0 n!
z−z0
ya que |z − z0 | < r = |w − z0 | por lo que ζ = w−z 0
satisface que |ζ | < 1 y ası́ la
anterior es una serie geométrica. Ahora sea γ : [0, 2π] → B(z0 ; R) la frontera de
B(z0 ; r), es decir, γ(t) = z0 + reit . Multiplicando ambos lados de (1) por f (w) y
1/2πi queda
1 f (w) ∞ z − z0 n
1 f (w)
(2) = ∑ w − z0
2πi w − z 2πi w − z0 n=0
1 f (w) 1
Z Z
Fn = (z − z0 )n dw = f (n) (z0 )(z − z0 )n
γ 2πi γ (w − z0 )n+1 n!
4.2 Series de potencias 101
y para la función del lado izquierdo de (2), al integral a lo largo de γ resulta, por la
fórmula de Cauchy 4.3,
1 f (w)
Z
dw = f (z).
2πi γ w − z
Por lo tanto, una vez que mostremos que la serie ∑∞ n=0 Fn converge uniformemente
1 f (w)
a F(z) = 2πi w−z , por la proposición 4.14 anterior se seguirá que
∞ ∞ ∞
1
Z Z Z
f (z) =
γ
F= ∑ Fn =
γ n=0
∑ γ
Fn = ∑ n! f (n) (z0 )(z − z0 )n
n=0 n=0
y observe que, como lı́m{(n + 1)1/n } = 0, por una demostración similar a la del
teorema 4.12 se sigue que la serie (2) tiene el mismo disco de convergencia B(a; R)
que (1). Por el teorema 4.12 se sigue que F 0 (z) = f (z), para todo z ∈ B(a; r). t
u
Ejercicios
con los ak ∈ C y an 6= 0.
4.11. Sean Ω ⊆ C un abierto y f : Ω → C una función continua. Suponga que f
tiene primitivas locales, es decir, para cada z ∈ Ω existe un disco B(z; r) ⊆ Ω tal
que f restringida a este disco tiene una primitiva en ese disco. Demuestre que si
T = [a, b, c, a] es un triángulo
R
en Ω tal que la cápsula convexa ∆ de T está totalmente
contenida en Ω , entonces T f = 0.
4.12. Sean Ω ⊆ C un abierto, z0 ∈ Ω y f : Ω → C una función holomorfa en Ω −
{z0 }. Suponga que z0 ∈ B(w; r) ⊆ B(w; r) ⊆ Ω para 0 < r < ∞. Sea ϕ : [0, 2π] ×
(0, 1] → C dada por
ϕ(s,t) = z0 (1 − t) + (w + reis )t.
Para t ∈ (0, 1] sea Γt (s) := ϕ(s,t). Defina I : (0, 1] → C mediante
Z
I(t) := f.
Γt
Demuestre que I(t) es constante probando que I 0 (t) = 0 para todo t ∈ (0, 1].
observe que
lı́m | f (z)| = lı́m f (z) = lı́m an zn + bn−1 zn−1 + · · · + b1 z + b0
z→∞ z→∞ z→∞
n
bn−1 bn−2 b0
= |an | lı́m z 1 + + 2 +···+ n
z→∞ z z z
= ∞,
Del álgebra sabemos que el número de ceros de un polinomio f (z), con coefi-
cientes en C, es menor o igual que el grado de f (z). De hecho, es igual si contamos
cada cero con sus multiplicidades (vea el ejercicio 4.17). Además, z0 es un cero de
multiplicidad m ≥ 1 del polinomio f (z) si y sólo si f 0 (z0 ) = · · · = f (m−1) (z0 ) = 0
y f (m) (z0 ) 6= 0. Como las funciones holomorfas se parecen en mucho a los polino-
mios, uno podrı́a pensar que una función holomorfa no constante no puede anularse
en muchos puntos y además no se puede tener un cero de multiplicidad infinita. Esto
es el contenido del resultado siguiente, que además muestra la equivalencia de las
dos afirmaciones anteriores:
Teorema 4.20 (Teorema de la identidad). Sean Ω ⊆ C una región y f : Ω → C
holomorfa, son equivalentes:
(1) f ≡ 0, es decir, f es la función cero.
(2) El conjunto Z( f ) := {z ∈ Ω : f (z) = 0} tiene un punto de acumulación en Ω .
(3) Existe un punto z0 ∈ Ω tal que f (n) (z0 ) = 0, para todo n ≥ 0.
Demostración. Claramente (1) implica (2). Para la implicación (2) ⇒ (3), sea z0 ∈
Ω un punto de acumulación de Z( f ). Como Ω es abierto, existe un disco B(z0 ; R) ⊆
Ω , y como z0 es punto de acumulación de Z( f ) y f es continua, se tiene que f (z0 ) =
0 por lo que z0 ∈ Z( f ). Mostraremos que para este z0 se cumple (3). En efecto,
supongamos que (3) es falso, i.e., que existe un n ∈ N tal que f (z0 ) = f 0 (z0 ) = · · · =
4.3 Consecuencias de la teorı́a de Cauchy local 105
f (n−1) (z0 ) = 0 pero f (n) (z0 ) 6= 0. Entonces, en un disco pequeño B(z0 ; r) la serie de
Taylor de f es de la forma
∞
f (k) (z0 )
f (z) = ∑ (z − z0 )k
k=n k!
entonces f (z) = 0 porque z0 ∈ E∞ y ası́ f (k) (z0 ) = 0 para todo k. Hemos ası́ mostrado
que f restringida a B(z0 ; r) es ≡ 0 y por lo tanto B(z0 ; r) ⊆ E∞ , i.e, E∞ es abierto. t
u
Ejemplo 4.4. Para funciones reales de variable real, el teorema anterior es falso, es
decir, existe una función de clase C∞ con un cero en el cual todas las derivadas
superiores de f se anulan (lo cual, de acuerdo a la definición que se recuerda en el
corolario siguiente, dice que el cero es de multiplicidad infinita) y que sin embargo
no se anula idénticamente. El ejemplo usual es
( 2
e−1/x si x 6= 0,
f (x) =
0 si x = 0.
Demostración. Sea m ≥ 1 el mayor entero tal que f k (z0 ) = 0 para 0 ≤ k < m. Note
que, como f 6≡ 0, por el teorema de la identidad tal m existe. Defina
f (z)
para z 6= z0 ,
(z − z0 )m
g(z) :=
1 f (m) (z ) para z = z .
0 0
m!
Observe, para comenzar, que g(z) es holomorfa en Ω − {z0 }. Para ver que es holo-
morfa en todo Ω , escoja un disco B(z0 ; r) ⊆ Ω y note que para z ∈ B(z0 ; r) su serie
de Taylor alrededor de z0 es de la forma
∞
f (z) = ∑ ak (z − z0 )k .
k=m
Defina entonces
∞
g̃(z) := ∑ ak (z − z0 )k−m
k=m
donde, por hipótesis, | f (z0 + reit )| ≤ | f (z0 )| y `(γ) = 2π. Usando la proposición 3.8
(2) se sigue que
Z 2π
1 f (z0 + reit )dt ≤ 1 (2π)| f (z0 )| = | f (z0 )|
| f (z0 )| ≤
2π 0 2π
1 R 2π it
es decir, | f (z0 )| = 2π 0 | f (z0 + re )|dt y por lo tanto
Z 2π
1
| f (z0 )| − | f (z0 + reit )| dt
0=
2π 0
y como el integrando es real ≥ 0 se sigue que | f (z0 )| = | f (z0 + reit )| para toda
t ∈ [0, 2π]. Más aún, como el radio r lo podemos variar arbitrariamente en 0 ≤ r < R,
hemos probado que f manda el disco B(z0 ; R) ⊆ Ω en el arco circular |z| = | f (z0 )|
y ası́ por el ejercicio 2.20 se sigue que f es constante, es decir, f (z) = f (z0 ) para
todo z ∈ B(z0 ; r). Por el teorema de la identidad 4.20 se sigue que f es constante
= f (z0 ). t
u
6
π/2
◦
◦ -
◦
−π/2
108 4 Teorı́a de Cauchy local
x
y por lo tanto | f (z)| = |e± ie | = 1 ya que la parte real de ± iex es 0. Se sigue que
máx{| f (z)| : z ∈ ∂ Ω } = 1. Sin embargo, si z = x ∈ R ⊆ Ω , se tiene que | f (z)| =
x
| exp(ex )| = ee → ∞ cuando x → ∞ y ası́ no se satisface el teorema del módulo
máximo 4.24, lo cual no es una contradicción porque Ω no es acotado.
(ya que w ∈ B(0; ε) implica que |w| < ε y ası́ −|w| > −ε). Por otro lado, si z = z0 ,
y por lo tanto la función | f (z) − w| asume su mı́nimo dentro del disco B(0; ε) y ası́,
por el teorema del módulo mı́nimo (ejercicio 4.25) se debe tener que f (z) − w = 0
dentro del disco B(z0 ; r) por lo que f (z) = w para algún z ∈ B(z0 ; r) y consecuente-
mente w = f (z) ∈ f (B(z0 ; r)), es decir, B(0; ε) ⊆ f (B(z0 ; r)), como se querı́a. t
u
1
g(w) − g(w0 ) = g( f (z)) − g( f (z0 )) = z − z0 = ( f (z) − f (z0 ))
ϕ(z)
1
= (w − w0 )
ϕ(g(w))
donde la tercera igualdad es por (1) y donde notamos que 1/(ϕ ◦ g) es continua en
w0 y ası́, aplicando el criterio de Carathéodory de nuevo, se sigue que g es derivable
en w0 y su derivada es
1 1 1
g0 (w0 ) = = = 0 .
ϕ(g(w0 )) ϕ(z0 ) f (z0 )
t
u
1 fn (ζ )
Z
(1) fn (z) = dζ para z ∈ B(z0 ; r).
2πi γr ζ −z
fn (ζ ) f (ζ )
Z Z
lı́m dζ = dζ
n→∞ γr ζ −z γr ζ −z
1 f (ζ )
Z
f (z) = dζ para z ∈ B(z0 ; r)
2πi γr ζ −z
y ası́, por la fórmula de Cauchy 4.5 se sigue que f es holomorfa en el disco B(z0 ; r),
y como Ω está cubierto por estos discos se sigue que f es holomorfa en todo Ω .
Para terminar, dado un entero k ≥ 1 fijo, por la fórmula de Cauchy 4.5 para las
derivadas superiores
k! f (ζ )
Z
(2) f (k) (z) = dζ para z ∈ B(z0 ; r)
2πi γr (ζ − z)k+1
k! fn (ζ )
Z
(k)
(3) fn (z) = dζ para z ∈ B(z0 ; r)
2πi γr (ζ − z)k+1
k! f (ζ ) − fn (ζ )
Z
(k) (k)
(4) f (z) − f (z) = dζ para z ∈ B(z0 ; r).
2πi γr (ζ − z)k+1
Para cada entero n ≥ 1, sea Mn := máx{| f (ζ ) − fn (z)| : ζ ∈ {γr }}. Entonces, para
|z − z0 | < r/2, se tiene que |ζ − z| > r/2 y ası́ 1/|ζ − z| < 2/r por lo que el valor
absoluto del integrando en (4) está acotado por
Vea el ejercicio 4.27 para contrastar la proposición anterior con el caso de fun-
ciones reales de variable real.
Ejercicios
4.13. Suponga que f es una función entera que satisface las identidades
f (z + 1) = f (z),
f (z + i) = f (z),
demuestre que f es constante.
4.14. Suponga que f es una función entera y satisface que | f 0 (z)| ≤ |z| para todo
z ∈ C. Demuestre que f es un polinomio de grado ≤ 2.
4.15. Suponga que f es una función entera y que existe un entero n ≥ 0 y constantes
reales positivas A y B tales que
| f (z)| ≤ A + B|z|n .
4.16. Suponga que f es una función entera y que existe un entero n ≥ 0 y constantes
reales A ≥ 0 y B > 0 tales que
4.20. En el teorema de la indentidad 4.20, demuestre que las afirmaciones dadas son
equivalentes a:
(4) Existe una sucesión {zk } ⊆ Ω de puntos distintos tal que lı́m{zk } ∈ Ω y además
f (zk ) = 0, para todo k.
4.21. Para la función del ejemplo 4.4 demuestre que x = 0 es un cero de multiplici-
dad infinita.
4.22. Demuestre que una función entera f = u + iv con parte real u positiva es cons-
tante.
4.23. Demuestre que no existe una función holomorfa f : B(0; 1) → C tal que
f (1/n) = 1/2n para todo n = 2, 3, 4, . . ..
4.24. Demuestre que no existe una función holomorfa f : B(0; 1) → C tal que
f (1/n) = (−1)n /n2 para todo n = 2, 3, 4, . . ..
4.26 (Teorema del módulo mı́nimo en una región acotada). Si Ω es una región
acotada, f : Ω → C es continua en Ω y holomorfa en Ω , entonces f tiene ceros en
Ω o el mı́nimo de | f | en Ω se alcanza en ∂ Ω :
mı́n | f (z)| : z ∈ Ω = mı́n | f (z)| : z ∈ ∂ Ω .
1
Z
= 2πi,
γ z
por lo que
1 1
Z
dz = n = número de vueltas que da γ alrededor de a :
2πi γ z−a
113
114 5 Teorı́a de Cauchy global
◦a
γ
1 1
Z
dz = n
2πi γ z−b
γ 0 (s)
Z t
g(t) = ds
0 γ(s) − a
y observe que:
γ 0 (s)
Z 1
1
Z
(1) g(0) = 0 y g(1) = = dz,
0 γ(s) − a γ z−a
γ 0 (t)
(2) g0 (t) = , para 0 ≤ t ≤ 1.
γ(t) − a
Por lo tanto,
d −g h γ0 i
e (γ − a) = e−g γ 0 − g0 e−g (γ − a) = e−g γ 0 − (γ − a) por (2)
dt γ −a
−g 0 0
= e [γ − γ ] = 0,
donde γ(0) = γ(1) (que es 6= a). Cancelando el factor común en la igualdad anterior,
queda e−g(1) = e−g(0) = 1 porque g(0) = 0, y por lo tanto g(1) = 2πik para algún
k ∈ Z, como se querı́a. t
u
1 1
Z
n(γ; a) := dz
2πi γ z−a
5.1 El ı́ndice de una curva cerrada 115
donde notamos que esta es una buena definición porque α(2(1/2)) = α(1) =
β (0) = β (2(1/2) − 1). Observe que la curva α ∗ β es la curva α recorrida al doble
de velocidad seguida de (pegada con) la curva β , recorrida al doble de velocidad,
como se ilustra en la figura siguiente:
α(1)=β (0)
α
β
Demostración. La parte (1) es directa de la proposición 3.8. Para la parte (2), pode-
mos suponer que α y β son lisas (por tramos) y por lo tanto
(α ∗ β )0 dt
Z 1
1 dz 1
Z
n(α ∗ β ) = =
2πi α∗β z − a 2πi 0 (α ∗ β )(t) − a
Z 1/2 d Z 1 d
1 dt (α(2t)) 1 dt (β (2t − 1))
= +
2πi 0 α(2t) − a 2πi 1/2 β (2t − 1) − a
Z 1 0 Z 1 0
1 α (s)ds 1 β (s)ds
= −
2πi 0 α(s) − a 2πi 0 β (s) − a
= n(α) + n(β ),
1 No confundir con la suma de funciones usual α + β : [0, 1] → C dada por (α + β )(t) = α(t) +
β (t).
116 5 Teorı́a de Cauchy global
Demostración. Como {γ} es compacta, es acotada, digamos {γ} ⊆ B(0; R). Por lo
tanto, {z ∈ C : |z| > R} ⊆ Ω . Es claro que {z ∈ C : |z| > R} es abierto, conexo
y no acotado (es el exterior de un disco cerrado) y cualquier otro conjunto conexo
disjunto con {z ∈ C : |z| > R} está contenido en B(0; R), i.e., debe ser acotado. t
u
|a − b| 1
Z
= dz
2π γ (z − a)(z − b)
|a − b| n 1 o
≤ `(γ) sup : z ∈ {γ}
2π |z − a||z − b|
(r/2) 2 δ `(γ)
< `(γ) ≤
2π r2 πr2
donde la primera desigualdad del último renglón se debe a que |a − b| < r/2 y
como z ∈ {γ}, entonces |z − a| = r y |z − b| > r/2. La segunda desigualdad se da
si escogemos δ ≤ r/2. Ahora, como queremos que | f (a) − f (b)| < ε, escogiendo
δ = mı́n r/2, πr2 ε/`(γ) se sigue que f es continua.
Ejercicios
5.2. Sean f (z) un polinomio de grado n, R > 0 tal que f (z) no tiene ceros en {z ∈
C : |z| ≥ R} y γ : [0, 1] → C el cı́rculo γ(t) = Re2πit . Demuestre que
f 0 (z)
Z
dz = 2πin.
γ f (z)
5.3. Si α, β : [0, 1] → Ω son dos curvas rectificables en Ω que van del punto z0 al
punto z1 de Ω , demuestre que
Z Z Z
f= f+ f
α∗β α β
γ
118 5 Teorı́a de Cauchy global
1 f (z)
Z
n(γ; a) f (a) = dz.
2πi γ z−a
f (z) − f (w)
z−w si z 6= w,
ϕ(z, w) :=
0
f (z) si z = w.
Entonces,
(i) ϕ es continua.
(ii) La función ϕ(−, w) : Ω → C, es decir, fijando w, z 7→ ϕ(z, w), es holomorfa.
(iii) Si H := {w ∈ C − {γ} : n(γ; w) = 0}, note que C − Ω ⊆ H ya que n(γ; z) = 0
para todo w ∈ C − Ω porque γ ∼ 0(rel(Ω )). Observe también que como
n(γ; −) : C − {γ} → C es continua y toma valores en Z, entonces H =
n(γ; −)−1 (0) es abierto. Además se tiene que H ∪ Ω = C por la hipótesis
de que n(γ; w) = 0 para todo w ∈ C − Ω .
(iv) Defina ahora g : C → C mediante
Z
ϕ(z, w)dw si z ∈ Ω ,
γ
g(z) :=
f (w)
Z
dw si z ∈ H.
γ w−z
Para comenzar, observe que g está bien definida, ya que si z ∈ Ω ∩H, entonces z ∈ H
y ası́ z 6∈ {γ}, por lo que
f (w) − f (z)
Z Z
ϕ(z, w)dw = dw ya que z ∈ Ω y por definición de ϕ
γ γ w−z
f (w) f (z) f (w) 1
Z Z Z Z
= dw − dw = dw − f (z) dw
γ w−z γ w−z γ w−z γ w−z
f (w)
Z
= dw − f (z)2πi n(γ; z) por definición de ı́ndice
γ w−z
f (w)
Z
= dw ya que n(γ; z) = 0 porque z ∈ H.
γ w−z
5.2 El teorema de Cauchy: versión homológica 119
f (w)
Z
(∗) lı́m g(z) = lı́m dw = 0
z→∞ z→∞ γ w−z
Otra consecuencia del teorema 5.5 y del lema 4.4 es una fórmula para las deriva-
das de orden superior análoga a las fórmulas 4.5:
Corolario 5.7. Si Ω es un abierto y f : Ω → C es holomorfa, entonces para cual-
quier curva cerrada, rectificable y nulhomóloga γ en Ω y para todo a ∈ Ω − {γ} se
tiene que
n! f (z)
Z
(n)
n(γ; a) f (a) = dz.
2πi γ (z − a)n+1
120 5 Teorı́a de Cauchy global
t
u
Ciclos. Si Ω ⊆ C, un ciclo en Ω es una sucesión finita de trayectorias cerradas
rectificables γ j , no necesariamente distintas, cuyas trazas {γ j } ⊆ Ω . El ciclo anterior
se denotará mediante
γ = (γ1 , . . . , γn ).
La traza del ciclo γ es la unión de las trazas de las γ j . Dado un punto z0 ∈ C, se
define el ı́ndice del ciclo γ con respecto al punto z0 como
Ejercicios
5.4. Si f : Ω → C es holomorfa y
5.3 El teorema de Cauchy: versión homotópica 121
f (z) − f (w)
si z 6= w,
ϕ(z, w) := z−w
f 0 (z) si z = w,
5.7. Si α, β : [0, 1] → Ω son dos curvas cerradas rectificables con el mismo punto
inicial (y final) z0 , se dice que α es homóloga a β , denotado α ∼ β rel(Ω ), si α ∗
β −1 ∼ 0 rel(Ω ). Demuestre que la relación anterior es de equivalencia.
Si α, β : [0, 1] → Ω sos dos curvas con extremos iniciales iguales α(0) = β (0) =
z0 y extremos finales iguales α(1) = β (1) = z1 , una homotopı́a entre α y β es una
función continua h : [0, 1] × [0, 1] → Ω tal que
(1) h(s, 0) = α(s), para todo s ∈ [0, 1].
(2) h(s, 1) = β (s), para todo s ∈ [0, 1].
(3) h(0,t) = z0 , para todo t ∈ [0, 1].
(4) h(1,t) = z1 , para todo t ∈ [0, 1].
Usaremos la notación α ' β rel(Ω ) si hay una homotopı́a entre α y β y también
diremos que α es homótopa a β , mediante una homotopı́a que mantiene fijos los
extremos de las curvas por las condiciones (3) y (4) en la definición anterior. De he-
cho, observe que pensando a la función h como una familia continua de trayectorias
(curvas) en Ω :
las condiciones (3) y (4) dicen que cada una de las curvas ht tiene el mismo extremo
inicial z0 y mismo extremo final z1 ; más aún, las condiciones (1) y (2) dicen que
h0 = α y h1 = β . La figura siguiente ilustra lo anterior:
122 5 Teorı́a de Cauchy global
β z1
1 -
β
t ht
- h -
α
0 α
-
1 z0
(fijando s, observe que h(s,t) es un punto en el segmento de recta que une α(s) con
β (s), y este segmento está contenido en Ω porque éste es convexo). Claramente h
es una homotopı́a h : α ' β rel(Ω ).
Lazos. La definición de homotopı́a no ponı́a ninguna condición en las curvas, por
ejemplo éstas pueden ser curvas cerradas, i.e., z0 = z1 , y la definición de homotopı́a
de curvas cerradas es la misma: las condiciones (3) y (4) son: α(0) = β (0) = z0 =
α(1) = β (1). En ocasiones se dice que α y β son lazos basados en el punto z0 . Un
ejemplo de lazo, trivial pero importante, es el lazo constante z0 : [0, 1] → Ω dado
por z0 (t) := z0 para todo t ∈ [0, 1]. Si un lazo α : [0, 1] → Ω basado en z0 ∈ Ω es
homótopo al lazo constante z0 , se dice que α es nulhomótopo. La idea intuitiva es
que un lazo nulhomótopo se puede contraer, mediante una homotopı́a, al punto z0 :
5.3 El teorema de Cauchy: versión homotópica 123
ht
α
z0
y por lo tanto el lazo α no rodea ningún hoyo en Ω . Si todos los lazos basados en
z0 ∈ Ω se pueden contraer al punto z0 , entonces Ω no tiene ningún hoyo. En este
sentido, los lazos son importantes porque detectan los hoyos que pueda tener Ω . El
teorema importante es:
Teorema 5.10 (Cauchy, versión homotópica). Si γ : [0, 1] → Ω es un lazo rec-
tificable basado en z0 y nulhomótopo γ ' z0 rel(Ω ), entonces para toda función
holomorfa f : Ω → C se tiene que
Z
(1) f = 0.
γ
Ahora, para los polı́gonos Qk := [z0k , z1k , . . . , zn,k ], que son cerrados porque z0k =
h(0, k/n) = z0 = h(1, k/n) = znk , mostraremos que
Z Z Z Z Z
(3) f= f= f = ··· = f= f =0
γ Q0 Q1 Qn z0
124 5 Teorı́a de Cauchy global
lo cual prueba (1) como se querı́a. Resta demostrar (3) y ésto lo haremos probando
una igualdad a la vez. Para la primera igualdad en (3)
Z Z
f= f
γ Q0
consideremos las restricciones γ j := γ|[ j/n,( j+1)/n] observe que γ( j/n) = h( j/n, 0) =
z j0 y γ(( j + 1)/n) = h(( j + 1)/n, 0) = z j+1,0 por lo que γ j ∗ [z j+1,0 , z j0 ] es una tra-
yectoria cerrada contenida en B(z j0 ; r) ⊆ Ω y consecuentemente
Z Z Z
f =− f= f.
γj [z j+1,0 ,z j0 ] [z j0 ,z j+1,0 ]
es trivial ya que Qn = [z0n , z1n , . . . , zn,n ] es el ((polı́gono)) dado por el punto z0 porque
cada z jn = h( j/n, 1) = z0 . Finalmente, para probar las igualdades intermedias en (3)
Z Z
(4) f= f
Qk Qk+1
Qk : ··· z j+1,k
z jk z j+2,k
y como dos subpolı́gonos Pjk y Pj+1,k consecutivos comparten un lado con orienta-
ciones opuestas, la suma anterior es la integral de f sobre la curva
dada por el polı́gono Qk seguida del lado extremo derecho [znk , zn,k+1 ], seguida del
polı́gono Q−1
k+1 (con orientación opuesta) y finalmente seguida del lado extremo iz-
quierdo [z0,k+1 , z0k ]. Ahora, como
de donde se sigue la igualdad (4), que finalmente prueba (3), como se querı́a. t
u
β −1 z1
1 β −1
6
z0 z1 h -
α
? -
0 α 1 z0
donde notamos que, bajo la homotopı́a h, el lado vertical izquierdo del cuadrado va a
dar al punto z0 , el lado vertical derecho va al punto z1 , el lado horizontal inferior va a
la curva α y el lado horizontal superior va a la curva β −1 , por la orientación escogida
del cuadrado. Ası́, la hipótesis de que h : α ' β equivale a que h : α ∗β −1 ' z0 donde
α ∗ β −1 es un lazo basado en z0 . Ahora, por el ejercicio 5.3,
126 5 Teorı́a de Cauchy global
Z Z Z Z Z
f= f+ f= f− f
α∗β −1 α β −1 α β
y ası́ la igualdad (1) del teorema se sigue del teorema 5.10 anterior. t
u
Ejercicios
5.8. Si CΩ (z0 , z1 ) es el conjunto de todas las curvas en una región Ω con extremo
inicial z0 y extremo final z1 , demuestre que la relación de homotopı́a es una relación
de equivalencia en CΩ (z0 , z1 ).
5.3 El teorema de Cauchy: versión homotópica 127
α ∗ (β ∗ γ) ' α 0 ∗ (β 0 ∗ γ 0 ).
α ∗ β −1 ' z0 .
[α][β ] := [α ∗ β ]
5.15. Use el ejercicio anterior para mostrar que si z0 , z1 ∈ Ω , con Ω una región,
entonces se tiene un isomorfismo entre los grupos fundamentales:
π1 (Ω , z0 ) ' π1 (Ω , z1 ).
dz
Z
γ 1 + z2
128 5 Teorı́a de Cauchy global
variando γ entre las curvas cerradas rectificables que no pasan por las raı́ces del
denominador, es decir, por ±i.
Supongamos ahora que z1 , . . . , zn ∈ Ω son todos los ceros de f (z), con multiplicida-
des m1 , . . . , mn , respectivamente. Entonces,
f0
: Ω − {z1 , . . . , zm } → C,
f
y, usando la fórmula para la derivada de un producto, de (1) se obtiene que
f 0 (z) m1 m2 mn g0 (z)
(2) = + +···+ +
f (z) z − z1 z − z2 z − zn g(z)
f 0 (z) m1 m2 mn g0 (z)
Z Z Z Z Z
dz = dz + dz + · · · + dz + dz
γ f (z) γ z − z1 γ z − z2 γ z − zn γ g(z)
= 2πi n(γ; z1 )m1 + 2πi n(γ; z2 )m2 + · · · + 2πi n(γ; zn )mn + 0
n
= 2πi ∑ n(γ; zk )mk .
k=1
1 f 0 (z) n
Z
dz = ∑ n(γ; zk )mk .
2πi γ f (z) k=1
5.4 La conducta local de una función holomorfa 129
t
u
Con la mismas hipótesis del teorema anterior, si w ∈ C − f {γ}, como la derivada
logarı́tmica de la función f (z) − w es f 0 (z)/( f (z) − w) se sigue que:
Corolario 5.16. Sean f y γ como en el teorema 5.15 anterior y w ∈ C − f {γ}. Sean
z1 , . . . , zn todas las soluciones en Ω de la ecuación f (z)−w = 0, con multiplicidades
m1 , . . . , mn , respectivamente. Entonces,
1 f 0 (z) n
Z
dz = ∑ n(γ; zk )mk .
2πi γ f (z) − w k=1
t
u
Corolario 5.17. Sean f : Ω → C holomorfa y γ : [0, 1] → Ω cerrada y rectificable.
Entonces, la curva f ◦ γ : [0, 1] → C es cerrada y rectificable (vea el ejercicio 5.19) y
si w ∈ C − { f ◦ γ} = f {γ} y z1 , . . . , zn son todas las soluciones en Ω de la ecuación
f (z) − w = 0, con multiplicidades m1 , . . . , mn , respectivamente, entonces
n
n( f ◦ γ; w) = ∑ n(γ; zk )mk .
k=1
donde como w 6∈ f (B(z0 ; r)) se tiene que los zk 6∈ B(z0 ; r) y ası́ los zk están en la com-
ponente no acotada de C − {γ} por lo que, del teorema 5.4, se tiene que n(γ; zk ) = 0
para todas las zk y ası́
130 5 Teorı́a de Cauchy global
n( f ◦ γ; w) = 0.
Supongamos ahora que w ∈ f (B(z0 ; r)) − f {γ}, y sean z1 , . . . , zn ∈ B(z0 ; r) las so-
luciones distintas de la ecuación f (z) − w = 0, con multiplicidades m1 , . . . , mn , res-
pectivamente. Del corolario 5.17 se sigue que
n n
n( f ◦ γ; w) = ∑ n(γ; zk )mk = ∑ mk ,
k=1 k=1
ya que γ rodea cada zk ∈ B(z0 ; r) una única vez. Hemos ası́ probado que:
Proposición 5.18. Si f : Ω → C es holomorfa no constante y supongamos que
B(z0 ; r) ⊆ Ω y sea γ(t) = z0 + re2πit , t ∈ [0, 1], su frontera. Para cada w ∈ C − f {γ},
la suma de las multiplicidades mk de las soluciones z j ∈ B(z0 ; r) de la ecuación
f (z) − w = 0 es
n
∑ mk = n( f ◦ γ; w).
k=1
donde la primera y tercera igualdades son por la proposición 5.18 anterior con m
la multiplicidad de z0 como cero de f (z) − w0 y mk , k ≥ 1, las multiplicidades de
los ceros zk de f (z) − w en B(z0 ; δ ). Finalmente, como f 0 (z) 6= 0 en B(z0 ; δ ) − {z0 },
cada uno de los ceros zk , k ≥ 1, debe ser simple (i.e, de multiplicidad 1, vea el
ejercicio 5.20), es decir, cada mk = 1 y el teorema se sigue. t
u
5.4 La conducta local de una función holomorfa 131
Observación 5.1. (1) El teorema dice que, localmente, cerca de z0 , la función f (z)
se comporta como el polinomio (z − z0 )m + w0 , donde w0 = f (z0 ).
(2) El teorema también implica que B(w0 ; ε) ⊆ f (B(z0 ; δ )).
Una consecuencia inmediata del teorema anterior es otra demostración del teo-
rema de la función abierta 4.25:
Corolario 5.20 (Teorema de la función abierta). Toda función f : Ω → C holo-
morfa y no constante es abierta.
Observación 5.2. El recı́proco del corolario anterior es falso, por ejemplo la función
exponencial compleja es tal que su derivada nunca se anula, pero la exponencial no
es inyectiva. Observe también que para funciones reales de variable real el corolario
anterior no es cierto, por ejemplo para la función real analı́tica e inyectiva f (x) = x3
su derivada se anula en x = 0.
Ejercicios
f 0 / f , donde f (z) = z2 + z + 1
R
5.18. Use el corolario 5.16 para calcular la integral γ
y γ es el cı́rculo γ(t) = 2e2πit para t ∈ [0, 1].
132 5 Teorı́a de Cauchy global
5.21. Usando el teorema de la conducta local de una función holomorfa 5.19, de-
muestre que si f : Ω → C es holomorfa y f 0 (z0 ) 6= 0 para z0 ∈ Ω , entonces existe un
disco abierto con centro en z0 tal que f es inyectiva en ese disco. Note que el resul-
tado anterior es estrictamente local, la función exponencial satisface que su derivada
no se anula, pero no es inyectiva en todo su dominio.
133
134 6 Singularidades
Demostración. Por hipótesis existe r > 0 tal que f es holomorfa en B(z0 ; r) − {z0 }.
Supongamos ahora que se cumple la igualdad (∗) y definamos
(
(z − z0 ) f (z) si z 6= z0 ,
h(z) :=
0 si z = z0 .
Por la hipótesis (∗) se sigue que h es continua en z0 y por lo tanto es continua en todo
el disco B(z0 ; r). Note que si mostramos que h0 (z0 ) existe, entonces h será holomorfa
en B(z0 ; r) y como h(z0 ) = 0, por definición de h, entonces h tiene un cero en z0 y por
el corolario 4.21 se sigue que, para z 6= z0 , (z − z0 ) f (z) = h(z) = (z − z0 )g(z) con g
holomorfa en B(z0 ; r), y cancelando z−z0 se sigue que f (z) = g(z) en B(z0 ; r)−{z0 }
y ası́ z0 es removible. Resta entonces R
probar que h es holomorfa. Por el teorema de
Morera 4.7 debemos mostrar que T h = 0 para toda trayectoria triangular T en
B(z0 ; r). Sea ∆ la cápsula convexa de T (es decir, ∆ es T junto con su interior). Se
tienen tres casos, ilustrados en la figura siguiente:
z0 z1
z0
y
z0
x z3
z2
z1 z2
Caso 1 Caso 2 Caso 3
6.1 Singularidades aisladas 135
Lo anterior agota todos los casos posibles y por el teorema de Morera 4.7 se sigue
que h es holomorfa en B(z0 ; r). La implicación faltante es obvia ya que
El teorema de Riemann 6.1 sugiere que, para que una función de variable com-
pleja tenga una singularidad aislada, en z0 , que no sea removible, la función debe
tener un lı́mite muy mal comportado cuando z → z0 , es decir, el comportamiento de
f (z) cerca de z0 debe ser muy malo: ya sea que el lı́mite lı́mz→z0 | f (z)| = ∞, o que
lı́mz→z0 | f (z)| no exista.
Polos. Por el teorema 6.1 de singularidades removibles de Riemann, si z0 es una
singularidad aislada no removible de f (z), entonces f (z) no puede estar acotada en
una vecindad de z0 . Se puede uno preguntar entonces si existirá un entero m ≥ 1 tal
que la función (z − z0 )m f (z) sea acotada en una vecindad de z0 . El teorema siguiente
caracteriza cuándo esto es posible:
Teorema 6.2. Sea z0 ∈ Ω y supongamos que f es holomorfa en Ω − {z0 }. Son equi-
valentes:
(1) Existe un entero m ≥ 1 tal que (z − z0 )m f (z) es acotada en una vecindad de z0 .
(2) Existe una función holomorfa g : Ω → C con g(z0 ) 6= 0 y tal que
g(z)
f (z) = , para todo z ∈ Ω − {z0 }.
(z − z0 )m
1
f (z) = para todo z ∈ U − {z0 }.
h(z)
(4) El lı́mite
lı́m | f (z)| = ∞,
z→z0
es decir, para todo M > 0 existe δ > 0 tal que 0 < |z − z0 | < δ implica que | f (z)| ≥
M.
(4) ⇒ (1): Observe primero que la hipótesis (4) implica que 1/ f (z) tiene una singu-
laridad removible en z0 . En efecto, como lı́m | f (z)| = ∞, entonces lı́m 1/ f (z) = 0
z→z0 z→z0
y por lo tanto 1/ f (z) está acotada. Se sigue que
1
lı́m (z − z0 ) =0
z→z0 f (z)
1
= g(z) = (z − z0 )m h̃(z)
f (z)
y por lo tanto
1
(z − z0 )m f (z) = =: h(z)
h̃(z)
con h(z) holomorfa en una vecindad de z0 y por lo tanto es acotada en una vecindad
de z0 . t
u
g(z)
f (z) =
(z − z0 )m
con g(z) holomorfa en un disco B(z0 ; r), entonces g tiene una expansión en serie de
Taylor alrededor de z0 , digamos
∞
g(z) = Am + Am−1 (z − z0 ) + · · · + A1 (z − z0 )m−1 + (z − z0 )m ∑ ak (z − z0 )k
k=0
y por lo tanto
∞
g(z) Am Am−1 A1
f (z) = = + + · · · + + ∑ ak (z − z0 )k
(z − z0 )m (z − z0 )m (z − z0 )m−1 (z − z0 ) k=0
donde h(z) := ∑∞ k
k=0 ak (z − z0 ) es holomorfa en B(z0 ; r) y Am 6= 0. La suma
Am Am−1 Am−2 A1
S(z) := + + +···+
(z − z0 )m (z − z0 )m−1 (z − z0 )m−2 (z − z0 )
Entonces, f (z) − S(z) = h(z), con h(z) holomorfa en B(z0 ; r) y además h(z) es una
función racional cuyos polos también son polos de f (z). Más aún, si S̃(z) es la parte
singular de h(z) en uno de sus polos, entonces S̃(z) también es la parte singular de
f (z) en ese polo. Por inducción, si z1 , . . . , zn son los polos de f (z) y si S j (z) son las
partes singulares de f (z) en los polos z j , entonces
n
(∗) f (z) = ∑ S j (z) + R(z)
j=1
6.1 Singularidades aisladas 139
donde R(z) es una función racional sin polos y por lo tanto es un polinomio. Ası́,
(∗) es la descomposición en fracciones parciales de f (z).
| f (z) − c|
lı́m =∞
z→z0 |z − z0 |
i.e.,
lı́m |z − z0 |m | f (z)| = 0
z→z0
y ası́, por el teorema 6.1 de nuevo, se sigue que (z − z0 )m−1 f (z) tiene una singulari-
dad removible en z0 , es decir, f (z) tiene un polo en z0 , lo cual es una contradicción.
t
u
Ejercicios
6.3. Demuestre que una función entera f tiene una singularidad removible en ∞ si
y sólo si f es constante.
6.4. Demuestre que una función entera f tiene un polo de orden m en ∞ si y sólo si
f es un polinomio de grado m.
6.2 Series de Laurent 141
(regla de L’Hôpital).
6.9. Verifique que la función f (z) = e1/z del ejemplo 6.4 tiene, en efecto, una sin-
gularidad esencial en z0 = 0.
1 − cos z 1
(a) f (z) = . (c) f (z) = .
sen z cos(1/z)
1 z4
(b) f (z) = z . (d) f (z) = 4 .
e −1 (z + 16)2
1 1
=
z − 2 −2 1 − z/2
usando la serie geométrica para 1/(1 − z/2) en el disco |z| < 2, la serie de Taylor
4.15 del primer sumando, f1 (z) es:
∞
1 −1 ∞ n −1
(1) f1 (z) :=
z−2
= ∑
2 n=0
(z/2) = ∑ 2n+1 zn .
n=0
142 6 Singularidades
1 1 1 1
f2 (z) = =− = −ζ
1−z z 1 − 1/z 1−ζ
con radio de convergencia R2 > 0, es decir, la serie (6) converge en el disco |z| < R2
y sumamos las series (5) y (6), en el dominio común de convergencia, obtenemos
una serie de potencias, positivas y negativas, de la forma
∞ ∞
· · · + bm z−m + · · · + b1 z−1 + a0 + a1 z + a2 z2 + · · · + an zm + · · · = ∑ bn z−n + ∑ an zn
n=1 n=0
z0 R1 R2
z0
n −∞
y la serie es convergente, en el punto z, si las series ∑∞
n=0 an (z − z0 ) y ∑n=−1 an (z −
n
z0 ) convergen. Si este es el caso, el lı́mite
N
lı́m ∑ an (z − z0 )n
N→∞ N=−n
1 f (z)
Z
(10) ak = dz
2πi γr (z − z0 )k+1
es independiente de r.
y note que el integrando en el lado derecho es una función en las dos variables r,t
con derivadas parciales continuas. Por la regla de Leibniz 2.15 se sigue que
Z 2π
dI(r) ∂
f (z0 + reit )ireit dt,
=
dr 0 ∂r
donde
∂ ∂
f (z0 + reit )ireit = f 0 (z0 + reit )eit ireit + f (z0 + reit )ieit = f (z0 + reit )eit
∂r ∂t
y por lo tanto
Z 2π t=2π
dI(r) ∂
f (z0 + reit )eit dt = f (z0 + reit )eit
= = 0,
dr 0 ∂t t=0
como se querı́a. t
u
Teorema 6.5 (Fórmula de Cauchy en una región anular). Sea f una función
holomorfa en la región anular R1 < |z − z0 | < R2 . Para cada R1 < r < R2 sea γr el
cı́rculo de centro z0 y radio r orientado positivamente. Si R1 < r1 < |z − z0 | < r2 <
R2 , entonces,
1 f (w) 1 f (w)
Z Z
f (z) = dw − dw.
2πi γr2 w − z 2πi γr1 w − z
f (w) 1 f (w) 1
Z Z Z Z
dw − f (z) dw = dw − f (z) dw
γr2 w−z γr2 w−z γr1 w−z γr1 w−z
f (w) f (w) 1 1
Z Z Z Z
dw − dw = f (z) dw − f (z) dw
γr2 w−z γr1 w−z γr2 w−z γr1 w−z
donde la primera integral del lado derecho es 2πi, por la proposición 5.1 y la segunda
integral del lado derecho es 0, por el teorema 5.4, ya que z está fuera del disco de
centro z0 y radio r1 . Se sigue que el dado derecho es 2πi f (z), lo cual prueba el
teorema. t
u
En efecto, escojamos r1 y r2 reales tales que R1 < r1 < r2 < R2 . Por el teorema 6.5
anterior, para r1 < |z − z0 | < r2 ,
1 f (ζ ) 1 f (ζ )
Z Z
f (z) = dζ − dζ
2πi γr2 ζ −z 2πi γr1 ζ −z
y poniendo
6.2 Series de Laurent 147
1 f (ζ )
Z
f1 (z) := dζ para |z − z0 | < r2
2πi γr2 ζ −z
−1 f (ζ )
Z
f2 (z) := dζ para |z − z0 | > r1
2πi γr1 ζ −z
donde
1 f (z)
Z
an = dz
2πi γr (z − z0 )n+1
con γr el cı́rculo de centro z0 y radio r < r2 .
(2) Veremos que la función f2 (z) es holomorfa en |z − z0 | > r1 , tiene una singu-
laridad removible en ∞ y se puede expresar como una serie de Laurent en poten-
cias negativas de z − z0 en una vecindad del infinito, es decir, en una región de
la forma |z − z0 | > r1 , para un r1 > 0. Para ésto, considere el cambio de varia-
ble z = z0 + 1/ζ y defina la función g(ζ ) := f2 (z) = f2 (z0 + 1/ζ ), para ζ 6= 0; es
claro que g tiene una singularidad aislada en ζ = 0 (también decimos que f2 (z) tie-
ne una singularidad aislada en z = ∞). Para ver que es removible, observe que si
r > r1 , sea ρ(z) := d(z, {γr }), donde γr es el cı́rculo de centro z0 y radio r y sea
M := máx{| f (w)| : w ∈ {γr }}. Entonces, para |z − z0 | > r se tiene que
1 Z f (w) 1 n | f (w)| o M2πr Mr
| f2 (z)| ≤ dw ≤ sup : w ∈ {γr } `(γr ) ≤ =
2πi γr w − z 2π |w − z| 2πρ(z) ρ(z)
es claro que g(ζ ) es holomorfa y por lo tanto tiene una serie de Taylor 4.15 alrededor
de ζ = 0 (es decir, z = ∞), digamos en el disco |ζ | < 1/R:
148 6 Singularidades
∞ ∞
(∗) g(ζ ) = ∑ bn ζ n = ∑ bn ζ n
n=0 n=1
para an := b−n .
Hemos ası́ mostrado que, en la región anular r1 < |z − z0 | < r2 , la función f (z)
tiene una expansión en serie de Laurent
∞
f (z) = ∑ an (z − z0 )n
n=−∞
1 f (z)
Z
an = dz
2πi γr2 (z − z0 )n+1
1 f (z)
Z
an = dz
2πi γr (z − z0 )n+1
donde γr es el cı́rculo de centro z0 y radio r, para cualquier R1 < r < R2 , y esta serie
es única con esas propiedades.
t
u
6.2 Series de Laurent 149
Por la parte (1) esto quiere decir que (z − z0 )m f (z) tiene una singularidad removible
en z0 y por lo tanto f (z) tiene un polo en z0 de orden m. Para la afirmación recı́proca
se invierten los argumentos anteriores.
Para (3), por definición z0 es una singularidad esencial de f (z) si y sólo z0 si no
es removible ni polo y por las partes (1) y (2) ésto es equivalente a que an 6= 0 para
un número infinito de n < 0. t
u
Ejemplo 6.7. La función f (z) = e1/z tiene una singularidad esencial en z0 = 0: su
serie de Laurent alrededor de z0 = 0 es de la forma
∞ −∞
1 1 n
f (z) = e1/z = ∑ n! z−n = ∑ (−n)!
z .
n=1 n=−1
Ejercicios
6.12. Obtenga la serie de Taylor alrededor del punto 1 de la función f (z) = 1/(z−2)
en el disco |z − 1| < 1.
6.13. Obtenga la serie de Taylor alrededor del punto 2 de la función f (z) = 1/(z−1)
en el disco |z − 2| < 1.
6.14. Sean a, b ∈ C tales que 0 < |a| < |b|. Encuentra una serie de Laurent en la
región anular An(0; |a|, |b|) de la función
1
f (z) = .
(z − a)(z − b)
6.16. Sean p(z), q(z) polinomios tales que gr(q) > gr(p) + 1 y sea γ un cı́rculo que
contiene todos los ceros de q(z). Demuestre que
p(z)
Z
dz = 0.
γ q(z)
6.17. Si una función holomorfa f (z) tiene una singularidad aislada en z0 , demuestre
que la parte principal de la serie de Laurent de f alrededor de z0 converge en C −
{z0 }.
6.19. Suponga que f es una función holomorfa definida en C − {z1 , . . . , zn } y que las
z j no son singularidades esenciales de f . Demuestre que f es una función racional.
6.20. Clasifique las singularidades aisladas de las funciones siguientes:
z5 1
f (z) = g(z) = h(z) = sen(1/z).
1 + z + z2 + z3 + z4 sen2 z
6.21. Suponga que f es holomorfa en la región anular An(z0 ; R1 , R2 ) y que no
se anula en esa región. Considere los cı́rculos γr (t) = z0 + re2πit con t ∈ R, para
R1 < r < R2 . Sea n = n( f ◦ γr ; z0 ) (que es constante en toda la región anular consi-
derada). Sea g : An(z0 ; R1 , R2 ) → C dada por g(z) = f (z)/(z − z0 )n . Demuestre que
el coeficiente a−1 en la expansión de Laurent de f 0 (z)/ f (z) es n y que g(z) posee
un logaritmo holomorfo. Demuestre que f tiene un logaritmo holomorfo si y sólo si
n = 0. Si m > 0 es un entero, demuestre que f tiene una raı́z m-ésima holomorfa si
y sólo si m divide a n.
6.22. Usando series de Laurent, demuestre que si f : C∞ → C es holomorfa, enton-
ces es constante.
6.23. En el ejemplo 6.1 vimos que la función
z
f (z) =
ez − 1
tiene una singularidad removible en z0 = 0 y por lo tanto su serie de Laurent, alre-
dedor de z0 = 0, es una serie de potencias usual. El radio de convergencia de esta
serie es 2π porque los ceros de ez − 1 más cercanos a z0 = 0 son ±2πi. Escriba los
coeficientes an de la serie de potencias anterior como an = Bn /n!, es decir, defina
Bn := n!an , de tal forma que la serie anterior es:
∞
z Bn n
f (z) = = ∑ z
ez − 1 n=0 n!
n+1
para n ≥ 1 y donde k es el coeficiente binomial correspondiente.
Los racionales Bn anteriores se conocen como los números de Bernoulli.
152 6 Singularidades
es una función dada por su serie de Laurent en An(z0 ; R1 , R2 )Ry γr = ∂ B(z0 ; R), para
R1 < r < R2 , orientado positivamente, al calcular la integral γ f se tiene que
Z
(∗) f (z)dz = 2πia−1
γr
Demostración. Como {γ} es compacto y no contiene a los zk , entonces d(zk , {γ}) >
0 y ası́ existen reales rk > 0 tales que los discos B(zk , rk ) ⊆ Ω , son disjuntos por
pares y ninguno de ellos intersecta a γ. Sean γk las fronteras de los discos anteriores,
orientados positivamente, y nk := n(γ; zk ). Considere el ciclo
(†) Γ := γ − (n1 γ1 + · · · + nm γm ).
lo cual prueba la parte (2), y claramente la parte (1) es un caso particular de (2). t
u
Ejemplo 6.9. En el ejemplo 6.7 vimos que la serie de Laurent de f (z) = e1/z alrede-
dor de z0 = 0 es ∑−∞ 1 n 1/z
n=−1 (−n)! z , por lo que su residuo en z0 = 0 es Resz=0 (e ) = 1.
y por lo tanto,
1
Res( f ; z0 ) = am−1 = g(m−1) (z0 ).
(m − 1)!
Note que, en el caso particular cuando z0 es un polo simple, es decir, m = 1, se tiene
que
Res( f ; z0 ) = a0 = g(z0 ) = lı́m (z − z0 ) f (z).
z→z0
z3 1
f (z) = = + 3 + 3(z − 1) + (z − 1)2
z−1 z−1
de donde se sigue que
Res( f ; 1) = 1.
Ejemplo 6.12. Considere ahora la función f (z) = z3 /(z − 1)2 que tiene una singu-
laridad en z0 = 1. Usando el cálculo del ejemplo anterior vemos que la serie de
Laurent de f (z) alrededor de z0 = 1 es
154 6 Singularidades
z3 1 3
f (z) = = + + 3 + (z − 1)
(z − 1)2 (z − 1)2 z − 1
Ejemplo 6.13. Considere ahora la función f (z) = 1/(z2 + 1). Es claro que tiene po-
los simples en las raı́ces del denominador, es decir, en z1 = i y z2 = −i. Para z1 = i,
por el caso particular del ejemplo 6.10, se tiene que
1 1 1
Res( f ; i) = lı́m(z − i) f (z) = lı́m(z − i) = lı́m = .
z→i z→i (z − i)(z + i) z→i z + i 2i
M(Ω ) := { f : Ω → C∞ : f es meromorfa}
f 0 (z) m g0 (z)
(1) = +
f (z) z − z0 g(z)
f 0 (z) −m g0 (z)
(2) = +
f (z) z − z0 g(z)
f 0 (z) m
1 n
1 g0 (z)
(3) =∑ −∑ +
f (z) k=1 z − zk k=1 z − wk g(z)
con g0 /g holomorfa.
Teorema 6.9 (Principio del argumento). Sea f : Ω → C meromorfa con ceros
z1 , . . . , zm y polos w1 , . . . , wn , repetidos de acuerdo a su orden. Sea γ una curva en
Ω , cerrada, rectificable, nulhomóloga y que no pasa por los zk y los wk . Entonces,
1 f 0 (z) m n
Z
dz = ∑ n(γ; zk ) − ∑ n(γ; wk ).
2πi γ f (z) k=1 k=1
(z) 0
Demostración. Integrando ambos lados de (3) note que γ gg(z)
R
dz = 0, por el teore-
0
ma de Cauchy, versión homológica 5.6, porque g /g es holomorfa y γ es nulhomólo-
ga. t
u
Una fórmula que cuenta el número de ceros y polos. Una consecuencia inmediata
es una fórmula que cuenta el número de ceros y polos de f en un dominio dado. En
efecto, si f (z) es una función meromorfa en Ω , dado w ∈ C, sea
Nw ( f ,U)
N∞ ( f ,U)
1 f0
Z
= N0 ( f ) − N∞ ( f ).
2πi γ f
N0 ( f ) − N∞ ( f ) = N0 (g) − N∞ (g).
Note ahora que la función meromorfa h(z) := f (z)/g(z) no puede tomar un valor
real no positivo r ≤ 0 en {γ} ya que si existiera z ∈ {γ} tal que h(z) = r ≤ 0, enton-
ces (∗) implicarı́a que |r − 1| < |r| + 1, una contradicción. Por lo tanto, la función
meromorfa h(z) := f (z)/g(z) manda al cı́rculo {γ} en Ω := C − [0, −∞) (el plano
complejo quitándole el semieje real no positivo). Sea log : Ω C la rama (principal)
del logaritmo en Ω . Entonces, la función log h(z) está bien definida en una vecindad
de {γ} y es primitiva de h0 /h = f 0 / f − g0 /g por lo que
1 h0 1 f0 1 g0
Z Z Z
0= = − = N0 ( f ) − N∞ ( f ) − N0 (g) + N∞ (g),
2πi γ h 2πi γ f 2πi γ g
y por lo tanto
f (z)
lı́m = 1.
z→∞ g(z)
Consecuentemente, para |z| =: r suficientemente grande se tiene que
f (z)
(∗) g(z) − 1 < 1 para z tal que |z| = r
6.3 El teorema del residuo 157
y escogemos r tal que f (z) no tenga ceros en γ = ∂ B(0; r) y notamos que la de-
sigualdad (∗) es
| f (z) − g(z)| < |g(z)| ≤ | f (z)| + |g(z)|
y ası́, por el teorema de Rouché 6.11 se sigue que el número de ceros de f (z) es
igual al número de ceros de g(z) = an zn en B(0; r), que es obviamente n (el único
cero de g(z) es 0, con multiplicidad n).
Una consecuencia adicional es el resultado siguiente sobre la preservación de
ceros bajo condiciones de compacidad:
Teorema 6.12 (Hurwitz). Sea Ω una región y supongamos que { fn : Ω → C} es
una sucesión de funciones holomorfas que converge compactamente1 a una función
holomorfa f : Ω → C.
(1) Si f no es constante, B(z0 ; r) ⊆ Ω y f no tiene ceros en ∂ B(z0 ; r), entonces existe
un entero N tal que para todo n ≥ N las funciones f y fn tienen el mismo número
de ceros en el disco B(z0 ; r).
(2) En general, si U ⊆ Ω es cualquier subconjunto acotado tal que U ⊆ Ω y si f
no tiene ceros en ∂U, entonces existe un natural N tal que para todo n ≥ N las
funciones f y fn tienen el mismo número de ceros en U.
Se cumplen ası́ las condiciones del teorema de Rouché 6.11 para f y fn y por lo
tanto f y fn tienen el mismo número de ceros en B(z0 ; r).
(2): Por el teorema de la identidad 4.20 f tiene sólo un número finito de ce-
ros en el compacto U y por lo tanto existen discos abiertos disjuntos por pa-
res B(z1 ; r1 ), . . . , Bn (zn ; rn ) tales que f no tiene ceros en el compacto K := U −
B(zk ; rk ). Se sigue que casi todas2 las fn no tienen ceros en K (porque de otra
S
1 Vea la nota al pie de la página 110: una sucesión de funciones { f : Ω → C} se dice que converge
n
compactamente si para todo subconjunto compacto K ⊆ Ω la sucesión de restricciones { fn : K →
C} converge uniformemente a la restricción f : K → C.
2 Es decir, todas excepto un número finito.
158 6 Singularidades
Ejercicios
6.26. Calcule los residuos de la función f (z) = z5 /(z2 − 1)2 en sus singularidades.
6.28. Demuestre que, para todo número real r > 1 la función f (z) := zer−z − 1 tiene
exactamente un cero en el disco unitario B(0; 1) y además este cero es real positivo.
Sugerencia: use el teorema de Rouché con la función de comparación g(z) := zer−z .
6.29. Si h es una función holomorfa en una vecindad del disco unitario cerrado
B(0; 1) y si h(∂ B(0; 1) ⊆ B(0; 1), demuestre que h tiene un único punto fijo3 en
B(0; 1). Sugerencia: en el teorema de Rouché use las funciones f (z) := h(z) − z y
g(z) := −z.
En esta sección mostraremos, con unos ejemplos, cómo usar métodos complejos
para calcular integrales (de Riemann) reales impropias, en ocasiones en forma muy
eficiente.
Ejemplo 6.14. Comenzamos con un ejemplo simple que, de hecho, se puede calcular
en forma elemental, la integral impropia
1
Z ∞
dx.
−∞ 1 + x2
Para comenzar, pensamos al integrando como una función compleja f (z) = 1/(1 +
z2 ). Como vimos en el ejemplo 6.13, tiene dos polos simples en z1 = i y z2 = −i,
con residuos Res( f ; i) = 1/2i y Res( f ; −i) = −1/2i. Ahora, para cada real r > 1
considere la curva cerrada γ dada por
(
re2πit para 0 ≤ t ≤ 1/2i,
γ(t) =
(2t − 1)r − 2tr para 1/2 ≤ t ≤ 1,
−r 0 r
Por el teorema del residuo 6.8 se sigue que
1 1
Z Z
f (z)dz = dz = 2πi = π.
γ γ 1 + z2 2i
y para la primera integral del lado derecho en (1), observe que para z ∈ {γr } se tiene
que r2 − 1 ≤ |1 + z2 | ≤ 1 + r2 , por lo que 1/(r2 − 1) ≥ 1/|1 + z2 | ≥ 1/(r2 + 1), y
ası́ se tiene la última desigualdad en (3):
Z 1 πr
(3) dz ≤ `(γr ) sup{| f (z)| z ∈ {γr }} ≤ 2 .
1 + z2 r −1
γ
Del capı́tulo 2, sección §2.3, si x es real, eix = cos x + i sen x y ası́, sen x/x es la parte
imaginaria de eix /x y cos x/x es la parte real de eix /x. Debemos entonces pensar en la
función compleja eiz /z, que tiene una singularidad aislada en z0 = 0, y consideramos
ahora la curva cerrada γ dada en la figura siguiente:
γR
γr
−R −r 0 r R
eiz
Z
dz = 0,
γ z
donde observamos que la primera y tercera integrales del lado izquierdo son inte-
grales reales
Z −r ix
eiz
Z R ix
e e eiz
Z Z
(1) dx + dz + dx + dz = 0.
−R x γr z r x γR z
Ahora, como
1 ix
e − e−ix
sen x =
2i
entonces
1 R eix − e−ix
Z R −ix
1 R eix
Z R
sen x 1 e
Z Z
dx = dx = dx − dx
r x 2i r x 2i r x 2i r x
1 R eix 1 −r eix
Z Z
= dx + dx
2i r x 2i −R x
que al substituir en (1) da
6.4 Integrales impropias y el teorema del residuo 161
eiz eiz
Z R
sen x
Z Z
(2) 2i dx + dz + dz = 0.
r x γr z γR z
Para calcular la integral impropia (∗), debemos calcular lı́mr→0 y lı́mR→∞ en (2). Co-
R iz
menzando con el segundo lı́mite, la integral que interesa es γR ez dz, y mostraremos
que tiende a 0 cuando R → ∞. En efecto, usando la parametrización γR (t) = Reit ,
t ∈ [0, π] del semicı́rculo γR , se tiene que
Z π iReit
eiz e Rieit
Z Z π
it
dz = dt = i eiRe dt
γR z 0 Reit 0
por lo que
eiz π iReit
Z Z Z π Z π Z π/2
eiReit dt = e−R sent dt = 2 e−R sent dt
dz = i e dt ≤
γR z 0 0 0 0
y usando la desigualdad 2t/π ≤ sent, para t ∈ [0, π/2] por lo que e−R sent ≤ e−2Rt/π ,
se obtiene que
eiz
Z
(3) lı́m dz = 0.
R→∞ γR z
R eiz
Consideremos ahora la integral γr z dz cuando r → 0. Observe que
eiz eiz − 1 1
(4) = +
z z z
R 1
donde un cálculo directo muestra que dz = −πi (por la orientación negativa de
γr z
eiz −1
γr ). Por otra parte, la función tiene una singularidad removible en el origen y
z iz
por lo tanto existe una constante M > 0 tal que e z−1 ≤ M, para |z| ≤ 1. Se sigue
que, para r < 1,
Z eiz − 1
dz ≤ M`(γr ) = πrM
γr z
de donde se sigue que
eiz − 1
Z
lı́m dz = 0.
r→0 γr z
Substituyendo en (4) se obtiene que
162 6 Singularidades
eiz eiz − 1 1
Z Z Z
(5) lı́m dz = lı́m dz + lı́m dz = 0 − πi = −πi.
r→0 γr z r→0 γr z r→0 γr z
eiz eiz
Z R
sen x sen x
Z Z Z ∞
0 = lı́m lı́m 2i dx + lı́m dz + lı́m dz = 2i dx + 0 − πi
r→0 R→∞ r x R→∞ γR z r→0 γr z 0 x
π/a
Re2πi/a
re2πi/a
2π/a
0 r R
donde el ángulo entre los dos segmentos de recta que definen los dos arcos circulares
es 2π/a. Por el teorema del residuo 6.8,
1 1
Z
πi/a
dz = 2πi Res ; e ,
γ 1 + za 1 + za
donde z0 = eπi/a es el único punto singular de la función 1/(1+za ) (un polo simple).
Usando el ejercicio 6.25 se tiene que
1 πi/a
1 1 −eπi/a
Res ; e = = =
1 + za a−1 aeπi e−πi/a a
a eπi/a
y por lo tanto
Z
1 1 −eπi/a −2πieπi/a
(2) a
dz = 2πi Res a
; eπi/a = 2πi = .
γ 1+z 1+z a a
Ahora, separando la integral del lado izquierdo en (2) en sus piezas (1), la primera
integral es
Z R
1 1
Z
(3) a
dz = dx
[r,R] 1 + z r 1 + xa
y para la tercera integral usamos la parametrización t 7→ te2πi/a , para t ∈ [r, R], por
lo que
Z R Z R
1 1 1
Z
(4) a
dz = − e2πi/a dt = −e2πi/a dt
[Re2πi/a ,re2πi/a ] 1 + z r 1 + t a (e2πi/a )a r 1 + ta
y ası́
Z R 1 −2πieπi/a
Z
1
Z
1
1 − e2πi/a dx = − dz + dz
r 1 + xa a γR 1 + za γr 1 + za
164 6 Singularidades
1 R
y debemos ahora calcular el lı́mite cuando r → 0 y R → ∞. Para la integral γr 1+za dz,
a
como a > 1 el integrando 1/(1 + z ) está acotado, digamos por M, usando que la
longitud del arco γr es 2πr/a, por la estimación usual se tiene que
Z 1
dz ≤ M`(γr ) = M(2πr/a) → 0 cuando r → 0.
1 + za
γr
1 R a
Para la integral γR 1+z a dz, observe que para z ∈ {γR } se tiene que |1 + z | ≥ |1 +
a a
R | = |R − 1| por lo que
1 1
≤ a
1 + za |R − 1|
y consecuentemente
Z 1 1 2πR
dz ≤ a `(γR ) = →0 cuando R → ∞ ya que a > 1,
1 + za |R − 1| a(Ra − 1)
γr
donde usamos que la longitud del arco γR es `(γR ) = 2πR/a. Se sigue que
Z ∞ 1 −2πieπi/a
1 − e2πi/a dx =
0 1 + xa a
y por lo tanto
Ejercicios
sen2 x
Z ∞
dx.
0 x2
1 x2
Z ∞ Z ∞
(a) 4
dx. (d) dx.
−∞ 1 + x 1 + x2 + x4
Z0 ∞
Z ∞
1 eax
(b) dx. (e) x
dx, para 0 < a < 1.
3 −∞ 1 + e
Z0 ∞ 1 + xa
x 1
Z ∞
(c) dx, para −1 < a < 3. (f) dx.
0 (1 + x)3 0 (1 + x2 )2
167
168 7 Aplicaciones conformes
hw, zi
cos ϕ :=
|w||z|
Más aún, una función R-lineal T que preserva ángulos se dice que preserva orien-
tación si hw, zi y hTw, T zi tienen el mismo signo. Una función R-lineal inyectiva T
que preserva ángulos con orientación se dice que es conforme, y se dice que T es
anticonforme si preserva ángulos cambiando la orientación.
Lema 7.1. Sea T : C → C una función R-lineal inyectiva. Entonces, T es conforme,
i.e., preserva ángulos con orientación si y sólo si existe un λ ∈ C∗ := C − {0} tal
que T (z) = λ z, para todo z ∈ C.
por lo que
por lo que
y |Tw| = |λ ||w| y |T (z)| = |λ ||z|. Multiplicando (∗) por |w||z| se sigue que
y por lo tanto T preserva ángulos. Note que (∗) dice que hw, zi y hTw, T zi tienen el
mismo signo y ası́ T preserva orientaciones. t
u
γ 0 (t0 )
z0 γ
y note que el ángulo de inclinación de esta recta tangente es arg(γ 0 (t0 )). Supon-
gamos ahora que γ1 , γ2 : [0, 1] → Ω son dos curvas que se intersectan en un punto
z0 = γ1 (t1 ) = γ2 (t2 ) y además son regulares en ese punto. El ángulo entre γ1 y γ2
en z0 es por definición el ángulo arg(γ 01 (t1 )) − arg(γ 02 (t2 )). Ası́, geométricamente
el ángulo entre las curvas γ1 y γ2 en el punto de intersección es el ángulo entre sus
vectores tangente en ese punto:
170 7 Aplicaciones conformes
γ 0 (t1 )
γ1
z0 γ 0 (t2 )
γ2
arg( f ◦ γ2 )0 (t1 ) − arg( f ◦ γ1 )0 (t1 ) = arg( f 0 (z0 )γ 02 (t2 )) − arg( f 0 (z0 )γ 02 (t1 ))
= arg f 0 (z0 ) + arg γ 02 (t2 ) − arg f 0 (z0 ) − arg γ 01 (t1 )
= arg γ 02 (t2 ) − arg γ 01 (t1 ),
Demostración. Por la proposición 2.9 debemos probar que u y v satisfacen las ecua-
ciones de Cauchy-Riemann. Ahora, como las parciales de u y v existen y son con-
tinuas, como función f : R2 → R2 ésta es diferenciable y por el ejercicio 2.22 su
diferencial, en z0 , está dada por la Jacobiana
ux (z0 ) uy (z0 )
T :=
vx (z0 ) vy (z0 )
Ejemplo 7.2. En el ejemplo 7.1 vimos que la función f : C∗ → C∗ dada por f (z) = z2
es conforme. Escribiendo z = x + iy ∈ C∗ vemos que u = Re( f ) = x2 − y2 y v =
Im( f ) = 2xy. Observe ahora que las rectas paralelas al eje Y , x = a se transforman,
mediante f , en las curvas con ecuaciones paramétricas
u = a2 − y2
v = 2ay
que, eliminando y quedan como u = a2 −(v/2a)2 , es decir, v2 = 4a2 (u−a2 ), que son
parábolas en el plano UV . Similarmente, las rectas horizontales y = b se transforman
en las parábolas
u = x2 − b2
v = 2bx
que, eliminando x quedan como v2 = 4b2 (u + b2 ). Ahora note que como las rectas
x = a y y = b son perpendiculares en el plano XY (dominio de f ) y como f es
conforme, las parábolas anteriores son perpendiculares en el plano UV :
172 7 Aplicaciones conformes
z 7→ z2-
z 7→ ez-
1 1
(1) u = Re( f (z) = (r + r−1 )ξ y v = Im( f (z)) = (r − r−1 )η
2 2
como ξ 2 + η 2 = 1, de (1) se sigue que
u2 v2
(2) 2 + 2 = 1
1/2(r + r−1 ) 1/2(r − r−1 )
y
7.1 Funciones conformes 173
u2 v2
(3) 2
− 2 = 1.
ξ η
Note que (2) muestra que la imagen de cada cı́rculo |z| = r < 1 en el plano xy es
una elipse en el plano uv con diámetro mayor r + r−1 y diámetro menor r−1 − r. La
ecuación (3) muestra que la imagen de cada rayo z = ct, con 0 < t < 1, c fijo tal que
|c| = 1, es una rama de una hipérbola. Es claro que todas las elipses e hipérbolas
anteriores son confocales, con focos comunes ±1, y como los cı́rculos |z| = r y los
rayos z = ct con ortogonales en el plano xy, entonces las elipses y las hipérbolas
correspondientes son ortogonales en el plano uv:
z 7→ 21 (z + z−1 )
-
z 7→ cos z
-
π −1 1
y las rectas verticales x = a ∈ (0, π) − {π/2} (es decir, las rectas z = a + iy, con y
libre, x = a fija) en
1 1
cos z = cos(a + iy) = e−y (cos a + i sen a) + ey (cos a − i sen a)
2 2
cuyas partes real e imaginaria son
1
u= cos a(ey + e−y ) = cos a cosh y
2
1
v = sen a(e−y − ey ) = − sen a senh y,
2
174 7 Aplicaciones conformes
que son las ecuaciones paramétricas, usando las funciones trigonométricas hi-
perbólicas (vea el ejercicio 2.31), de hipérbolas confocales, como se ilustra en la
figura siguiente:
z 7→ cos z
-
Note que la recta vertical Re z = π/2 se transforma en el eje imaginario, ya que para
z = π2 + iy, con y libre, se tiene que
π i
+ iy = e−y − ey .
cos z = cos
2 2
Ejercicios
7.5. Sea T : C → C dada por T (z) := λ z + µz, con λ , µ ∈ C fijos. Demuestre que
T es una isometrı́a (es decir, |T (z)| = |z|, para todo z ∈ C) si y sólo si λ µ = 0 y
|λ + µ| = 1.
7.6. Muestre que la función f (z) = 12 (z + z−1 ) del ejemplo 7.4 es suprayectiva.
Muestre que para cada w ∈ C − {±1}, la preimagen f −1 (w) consiste de dos pun-
tos, uno en B(0; 1) − {0} y otro en C − B(0; 1). Demuestre que f : B(0; 1) − {0} →
C − [−1, 1] es biyectiva.
ad − bc
TA0 (z) =
(cz + d)2
ab
donde ad − bc = det A = det . Se sigue que si det A = 0, entonces TA es cons-
cd
tante. Por otra parte, si det A 6= 0, la matriz A es invertible y se dice
que TA es una
1 d −b
transformación de Möbius. Como la inversa de la matriz A es det A , enton-
−c a
176 7 Aplicaciones conformes
d −b
ces la matriz B := determina la inversa de la transformación de Möbius
−c a
ya que
ab d −b ab dz − b (ad − bc)z
TA ◦ TB · z = ·z = = = z,
cd −c a cd −cz + a ad − bc
bc − ad a c(az + b) az + b
+ = = = T (z)
c(cz + d) c c(cz + d) cz + d
con A, B,C, D ∈ R tales que |A| + |B| + |C| > 0 y |B| + |C| + |D| > 0. Pongamos
z = x + iy y ζ = α + iβ . Substituyendo en z = 1/ζ se obtiene que
1 α − iβ α β
x + iy = = 2 = 2 −i 2
α + iβ α +β2 α +β2 α +β2
por lo que
α −β
x= y y=
α2 + β 2 α2 + β 2
que al substituir en (∗) da
α2 β2 Bα Cβ
A + + 2 − +D = 0
(α 2 + β 2 )2 (α 2 + β 2 )2 (α + β 2 ) (α 2 + β 2 )
que es la ecuación de un cı́rculo si D 6= 0 (ya que los coeficientes en (†) son los
mismos que en (∗) intercambiando A con D y por lo tanto satisfacen las mismas
condiciones) y es una recta si D = 0. t
u
f (z) f (z + 0) − f (0)
lı́m g(z) = lı́m = lı́m = f 0 (0) = g(0),
z→0 z→0 z z→0 z−0
donde la segunda igualdad es porque f (0) = 0 por (2). Por el argumento en la de-
mostración de 4.21 la función g es holomorfa en B(0; 1). Note que para 0 < r < 1,
en el disco cerrado |z| ≤ r, por (1) se tiene que | f (z)/z| ≤ |1/z| por lo que
|g(z)| = | f (z)/z| ≤ |1/z| y ası́, para z en el cı́rculo |z| = r se tiene que
f (z) | f (z)| 1
|g(z)| = = ≤
z |z| r
es decir, g(z) está acotada en ese cı́rculo por 1/r y por lo tanto tiene la misma cota en
todo el disco |z| ≤ r por el teorema del módulo máximo 4.24, es decir, |g(z)| ≤ 1/r
para todo z tal que |z| ≤ r. Como esto es válido para todo 0 < r < 1, haciendo
que r → 1 se obtiene que |g(z)| ≤ 1 para todo z ∈ B(0; 1), es decir, | f (z)| ≤ |z|,
como se querı́a. Note también que como f 0 (0) = g(0), entonces | f 0 (0)| = |g(0)| ≤ 1.
Finalmente, si | f (z)| = |z| para algún z ∈ B(0; 1), z 6= 0, entonces |g(z)| = 1 para ese z
y por lo tanto |g| alcanza su máximo en B(0; 1) y ası́, el teorema del módulo máximo
implica que g(z) es constante, digamos c ∈ C, por lo que f (z) = cz, como se querı́a,
porque como |g(z)| = 1, se debe tener que |c| = 1. Similarmente, si 1 = | f 0 (0)| =
|g(0)|, entonces |g| alcanzarı́a su máximo en z = 0 ∈ B(0; 1). t
u
Además del lema de Schwarz 7.7, para caracterizar las aplicaciones conformes
del disco unitario en sı́ mismo el ejemplo siguiente será clave:
Ejemplo 7.6. Si b ∈ C satisface que |b| < 1, considere la transformación de Möbius
z−b
Lb (z) :=
1 − bz
z+b
Lb−1 = L−b = .
1 + bz
1 − |b|2
Lb0 (z) =
(1 − |b|2 )2
1 0 2
1 − |z0 |2 0
= f (z0 ) 1 − |z0 | = f (z0 )
1 − |w0 |2 1 − |w0 |2
1 − |w0 |2 0 2
(1) 0
| f (z0 )| =
| fˆ (0)| ≤ 1 − |w0 |
1 − |z0 |2 1 − |z0 |2
y se tiene la igualdad si y sólo si | fˆ0 (0)| = 1. Por el lema de Schwarz 7.7, cuando se
tiene la igualdad existe una constante c ∈ C tal que |c| = 1 y fˆ(w) = cw para todo w ∈
B(0; 1), es decir, cw = fˆ(w) = Lw0 ◦ f ◦ L−z0 (w) por lo que w = 1c Lw0 ◦ f ◦ L−z0 (w)
y ası́ 1c Lw0 ◦ f = Lz0 y por lo tanto f = Lw−10 ◦ cLz0 = L−w0 ◦ cLz0 , es decir,
(2) f (z) = L−w0 cLz0 (z) para todo z ∈ B(0; 1).
180 7 Aplicaciones conformes
1 − |0|2 1 1 − |b|2
(3) | f 0 (b)| ≤ 2
= y |g0 (0)| ≤ = 1 − |b|2
1 − |b| 1 − |b|2 1 − |0|2
y por lo tanto las desigualdades de (3) deben ser igualdades, en particular | f 0 (b)| =
1/(1 − |b|2 ) y ası́ se tiene la igualdad en (1), para w0 = 0 y z0 = b, por lo que se
tiene la igualdad (2):
(4) f (z) = L0 cLb (z) = cLb (z)
w−0
ya que L0 (w) = 1−0w
= w, es decir, L0 = id, y (4) es lo que se querı́a demostrar. t
u
TA ◦ TB = TAB .
θ : GL(2, C) → Möb
ker(θ ) = {A ∈ GL(2, C) : A = λ I2 , λ ∈ C∗ }.
TA ◦ TB = (ϕ ◦ A ◦ ψ) ◦ (ϕ ◦ B ◦ ψ) = (ϕ ◦ A) ◦ (ψ ◦ ϕ) ◦ (B ◦ ψ) = (ϕ ◦ A) ◦ (B ◦ ψ)
= ϕ ◦ (AB) ◦ ψ = TAB .
Las partes (2) y (3) se prueban como las correspondientes en el lema 7.4, la supra-
yectividad de la función θ es de su definición y la parte algebraica es el ejercicio
7.13. t
u
ab
Lema 7.11 (Puntos fijos). Si TA 6= id : C∞ → C∞ con A = , entonces TA tiene
cd
uno o dos puntos fijos.
Demostración. Para el punto ∞ ∈ C∞ , por definición TA (∞) = ∞ si y sólo si c = 0.
Ahora, para los puntos finitos z ∈ C ⊆ C∞ , observe que z es punto fijo de T , es decir,
TA (z) = z, si y sólo si az+b 2
cz+d = z, es decir, si y sólo si cz + (d − a)z − b = 0. Si c 6= 0
la ecuación anterior tiene dos soluciones (contadas con su multiplicidad) y si c = 0
la ecuación (d − a)z − b= 0 tiene una solución si d 6= a o ninguna si d = a, ya que
ab
b 6= 0 porque A = 6= λ I2 , a = d y c = 0 implican que b 6= 0. t
u
cd
Ejemplo 7.7. Si λ 6= 0, 1, la transformación de Möbius Dλ (z) := λ z tiene como pun-
tos fijos al 0 y al ∞. Recı́procamente, si T es una transformación de Möbius cuyos
puntos fijos son 0 e ∞, escribiendo T (z) = az+b
cz+d , como 0 es punto fijo se debe tener
que b = 0 y a, d 6= 0. Como ∞ es punto fijo se debe tener que c = 0 y por lo tanto
T (z) = azd = (a/d)z, es decir, T (z) = λ z = Dλ (z) con λ ∈ C − {0, 1}.
Proposición 7.12 (3-transitividad). Si z1 , z2 , z3 ∈ C∞ y w1 , w2 , w3 ∈ C∞ son dos
conjuntos, cada uno con tres puntos distintos, entonces existe una única transfor-
mación de Möbius T : C∞ → C∞ tal que
T (z j ) = w j , para 1 ≤ j ≤ 3.
(z − z2 )(z1 − z3 )
si z1 , z2 , z3 ∈ C ⊆ C∞ ,
(z − z1 )(z2 − z3 )
z − z2
si z1 = ∞,
z3 − z2
T (z) :=
z3 − z1
si z2 = ∞,
z − z1
z − z2
si z3 = ∞,
z − z1
184 7 Aplicaciones conformes
L−1 ◦ T : z1 , z2 , z3 7→ ∞, 0, 1 7→ w1 , w2 , w3
hace lo requerido. t
u
T (z j ) = w j , para 1 ≤ j ≤ 2.
S ◦ L−1 : 0, ∞ 7→ z1 , z2 7→ 0, ∞
y ası́, por el ejemplo 7.7 se debe tener que S ◦ L−1 (z) = λ z, para λ 6= 0, 1, y por lo
tanto S = λ L, y la afirmación recı́proca es obvia.
Ahora, si para w1 , w2 la transformación de Möbius R satisface que R(w1 ) = 0
y R(w2 ) = ∞, entonces la composición T := R−1 ◦ S : z1 , z2 7→ 0, ∞ 7→ w1 , w2 . Fi-
nalmente, si T̂ : z1 , z2 7→ w1 , w2 es otra transformación de Möbius con la misma
propiedad que la T anterior, entonces R ◦ T̂ : z1 , z2 7→ w1 , w2 , 0, ∞ y por lo obser-
vado en el párrafo anterior se debe tener que S = λ R ◦ T̂ con λ ∈ C∗ . Pero como
T = R−1 ◦ S, entonces S = R ◦ T que al substituir en S = λ R ◦ T̂ da R ◦ T = λ R ◦ T̂ ,
de donde se sigue que T = R−1 ◦ λ R ◦ T̂ = λ T̂ , como se querı́a. t
u
(1) Dµ = M ◦ Dλ ◦ M −1 .
ya que, por el ejemplo 7.7, los puntos fijos de Dλ (z) = λ z son 0, ∞. Pero, por (1),
M ◦ Dλ ◦ M −1 = Dµ tiene (por el ejemplo 7.7) los puntos fijos 0, ∞. Se sigue que
µz = Dµ (z) = Dα ◦ Dλ ◦ Dα −1 (z) = Dα ◦ Dλ (α −1 z) = Dα (λ α −1 z) = αλ α −1 z = λ z
y por lo tanto µ = λ . En el segundo caso: M(z) = δ (1/z) por lo que M −1 (z) = δ /z,
y se tiene que
Dλ es conjugado de Dµ ⇔ {λ , λ −1 } = {µ, µ −1 } ⇔ λ + λ −1 = µ + µ −1 .
κ(Dλ ) := λ + λ −1 ∈ C − {2}.
Clasificación de las clases de conjugación. En el lema 7.11 vimos que una trans-
formación de Möbius, distinta de la identidad, tiene uno o dos puntos fijos y a con-
tinuación consideramos esos dos casos:
Caso 1. Supongamos que T (z) = az+b cz+d tiene un único punto fijo. Observe primero
que si el único punto fijo de T es a = ∞, entonces T (z) = z + b es una traslación
con b 6= 0. En efecto, por la demostración del lema 7.11 sabemos que T (∞) = ∞ si
y sólo si c = 0 y por lo tanto T (z) = az + b. Si a = 1, como T 6= id, se debe tener
que b 6= 0 y ası́ T (z) = z + b. Si a 6= 1, entonces T (z) = az + b tiene otro punto fijo,
a saber, z = b/(1 − a), una contradicción.
Supongamos ahora que a 6= ∞ es el único punto fijo de T . Sea S una transforma-
ción de Möbius tal que S(a) = ∞ (para a 6= ∞, S(z) = 1/(z − a) sirve). Entonces,
S ◦ T ◦ S−1 tiene como único punto fijo al ∞ y, por lo visto en el párrafo previo, es
una traslación, digamos S ◦ T ◦ S−1 (z) = z + b con b 6= 0. Por el ejemplo 7.8 todas
las traslaciones no triviales son conjugadas entre sı́.
Caso 2. Supongamos ahora que T (z) = az+bcz+d tiene dos puntos fijos (distintos), diga-
mos a, b ∈ C∞ . Sea S una transformación de Möbius tal que S(a) = 0 y S(b) = ∞.
Entonces, S ◦ T ◦ S−1 : 0, ∞ 7→ 0, ∞ tiene como puntos fijos al 0, ∞. Por el ejemplo
7.7 se debe tener que S ◦ T ◦ S−1 = Dλ , con λ 6= 0, 1. Por el ejemplo 7.9 dos trans-
formaciones de Möbius de la forma Dλ , con λ ∈ C − {0, 1} son conjugadas si y sólo
si tienen el mismo invariante κ(Dλ ) = λ + λ −1 . Ahora, usando que para T con dos
puntos fijos se tiene que S ◦ T ◦ S−1 = Dλ , se define
κ(T ) = κ(Dλ ) = λ + λ −1 .
El ejercicio 7.22 pide probar que si T y R tienen dos puntos fijos, entonces T es
conjugada de R si y sólo si κ(T ) = κ(R). Hemos ası́ probado:
Teorema 7.14. Las clases de conjugación de las transformadas de Möbius son:
(1) La clase formada sólo por la identidad {id}.
(2) Las que tienen un único punto fijo, a las que se llama parabólicas.
(3) Las que tienen dos puntos fijos dan lugar a las clases de conjugación
Ca = {T : C∞ → C∞ : κ(T ) = a ∈ C − {2}},
donde
7.2 Transformadas de Möbius 187
Ejercicios
1 + |z|
| f (z)| ≤
1 − |z|
1 − |z|
| f (z)| ≥
1 + |z|
7.16. Usando el ejercicio anterior, demuestre que las únicas aplicaciones conformes
biyectivas del disco unitario en sı́ mismo son las del ejercicio 7.14.
7.17. ¿Para qué valores de λ es Dλ elı́ptica o hiperbólica?
7.18. Suponga que una transformación de Möbius T 6= id no tiene al ∞ como punto
fijo. Demuestre que si T es parabólica y a es su punto fijo, entonces T 0 (a) = 1.
7.19. Suponga que una transformación de Möbius T 6= id no tiene al ∞ como punto
fijo. Si T tiene dos puntos fijos, digamos a, b, demuestre que T 0 (a)T 0 (b) = 1.
7.20. Sea T (z) = az+b
cz+d una transformación de Möbius y sea H = {z ∈ C : Im(z) > 0}
el semiplano complejo abierto superior. Demuestre que T manda H en H si y sólo
si a, b, c, d ∈ R y ad − bc = 1.
7.21. Sea Γ := {T (z) = az+b
cz+d : a, b, c, d ∈ Z, ad − bc = 1}. Por el ejercicio anterior
los elementos de Γ mandan el semiplano H en sı́ mismo. Demuestre que, con la
composición de funciones, Γ es un grupo, al que se conoce como el grupo modular.
7.22. Demuestre que si T y R tienen dos puntos fijos, entonces T es conjugada de R
si y sólo si κ(T ) = κ(R).
7.23. Si T tiene dos puntos fijos finitos, digamos a, b ∈ C ⊆ C∞ , demuestre que
7.24. Muestre que las transformaciones de Möbius T (z) = 1/z y R(z) = −z son
conjugadas.
7.25. Demuestre que el grupo de Möbius Möb es simple.
7.26. Demuestre que si f : B(0; 1) → B(0; 1) es holomorfa, f 6= id, entonces f tiene
a lo más un punto fijo en B(0; 1), es decir, un punto z ∈ B(0; 1) tal que f (z) = z.
7.27. Sea f : B(0; 1) → B(0; 1) es holomorfa. Demuestre que para todo z ∈ B(0; 1)
se tiene que
1
| f 0 (z)| ≤ .
1 − |z|
Ejemplo 7.10. Cualquier disco abierto B(z0 ; r), para 0 < r < ∞, es conformemente
equivalente al disco unitario B(0; 1). En efecto, la traslación T : B(z0 ; r) → B(0; r)
dada por T (z) = z − z0 es biholomorfa. La contracción S : B(0; r) → B(0; 1) dada por
S(z) = z/r también es biholomorfa y ası́, la composición S ◦ T : B(z0 ; r) → B(0; 1)
es biholomorfa.
y por lo tanto TA y TB son biholomorfas inversas una de la otra. Veamos ahora cuáles
son las imágenes de estas dos funciones:
Para TA observe que, para z = x + iy 6= −i,
|z|2 − 2y + 1 4y 4 Im(z)
1 − |TA (z)|2 = 1 − = =
|z|2 + 2y + 1 |z + i|2 |z + i|2
y por lo tanto, para z ∈ H donde Im(z) > 0 (en particular z 6= −i) se tiene que
1 − |TA (z)|2 > 0 y ası́ |Ta (z)| < 1, es decir, la restricción de TA al semiplano superior
satisface que
entonces, para |z| < 1 se tiene que Im(TB (z)) > 0, es decir, la restricción de TB al
disco unitario satisface que
190 7 Aplicaciones conformes
(2) TB : B(0; 1) → H.
Finalmente, como TA y TB son conformes, inversas una de la otra, (1) y (2) implican
que
TA : H → B(0; 1)
es una equivalencia conforme, es decir, el semiplano superior es conformemente
equivalente al disco unitario.
TA -
H B(0; 1)
TB
|g0 (z0 )|
= (g ◦ f −1 )0 (0) ≤ 1
0
| f (z0 )|
son cerrados y acotados (por n, por ejemplo) y ası́, son compactos. Note que
\
{z ∈ C : |z − a| ≥ 1/n} = {z ∈ C : d(z, C − Ω ) ≥ 1/n}
a6∈Ω
por lo que este conjunto está contenido en Ω . Se sigue que cada Kn ⊆ Ω . Por otro
lado, si z ∈ Ω , como C − Ω es cerrado, por la proposición 1.23 se tiene que d(z, C −
Ω ) > 0 y ası́ existe un entero n ≥ 1 tal que d(z, C − Ω ) ≥ 1/n y escogiendo n
suficientemente grande,S
para que se cumpla que |z| ≤ n, se tiene que z ∈ Kn . Hemos
ası́ probado que Ω = n Kn . Note ahora que
(1) · · · ⊆ Sk ⊆ Sk−1 ⊆ · · · ⊆ S1 ⊆ S0 = N
con la propiedad de que existen subsucesiones { fnk : nk ∈ Sk } tales que { fnk (zk ) :
nk ∈ Sk } converge. Note que se tienen inclusiones
los puntos z j ∈ Ω con parte real e imaginaria en Q. Ası́, para cada ε > 0 y cada
z ∈ Ω con partes real e imaginaria en Q, existe un entero N(ε, z) tal que
Note ahora que los discos B(w; δ /2), variando z ∈ K, forman una cubierta
abierta de K, y como K es compacto admiten una subcubierta finita, digamos
B(w1 ; δ /2), . . . , B(wM ; δ /2). Observe ahora que los complejos con partes real e ima-
ginaria en Q son densos en Ω y ası́, en cada uno de los discos B(wi ; δ /2) podemos
escoger un complejo zi con partes real e imaginaria racionales, para cada 1 ≤ i ≤ M.
Entonces, por (1) el entero N = máx{N(ε, zi ) : 1 ≤ i ≤ M} satisface que
Una familia de funciones F ⊆ O(Ω ) se dice que es una familia localmente aco-
tada si cada punto z0 ∈ Ω tiene un disco en el cual la familia está acotada por la
misma cota, es decir, existen constantes M y r > 0 tales que | f (z)| ≤ M para toda
z ∈ B(z0 ; r) y toda f ∈ F. Claramente toda familia localmente acotada es puntual-
mente acotada.
Lema 7.18. Una familia F ⊆ O(Ω ) es localmente acotada si y sólo si para cada
subconjunto compacto K ⊆ Ω , existe un número real R(K) tal que | f (z)| ≤ R(K)
para todo f ∈ F y todo z ∈ K.
Demostración. Si F es localmente acotada y K ⊆ Ω es cualquier compacto, por
hipótesis en cada punto z ∈ K se tiene un disco B(z; r) en el cual las restricciones
de las funciones de F están acotadas, digamos por Rr . Como K es compacto y estos
discos cubren K, existe una subcubierta finita de K, digamos B(z1 ; r1 ), . . . , B(zn ; rn ) y
cotas R1 , . . . , Rn para F en cada uno de estos n discos. Sea R(K) = máx{R1 , . . . , Rn }.
Entonces, R(K) es cota de todas las funciones de F al restrigirlas a K. El recı́proco
es directo, usando los compactos B(z; r). t
u
194 7 Aplicaciones conformes
1 f (ζ ) 1 f (ζ ) 1 (z1 − z2 ) f (ζ )
Z Z Z
f (z1 ) − f (z2 ) = dζ − dζ = dζ
2πi γ ζ − z1 2πi γ ζ − z2 2πi γ (ζ − z1 )(ζ − z2 )
(z1 − z2 ) f (ζ )
Z
= dζ
2πi γ (ζ − z1 )(ζ − z2 )
|z1 − z2 | n | f (ζ )| o
| f (z1 ) − f (z2 )| ≤ sup : ζ ∈ {γ} `(γ)
2π |ζ − z1 ||ζ − z2 |
|z1 − z2 | 2 R(Kn+1 )|z1 − z2 |
< 2
R(Kn+1 ) · 2πδn =
2π δn 2δn
· · · ⊆ Sk ⊆ Sk−1 ⊆ · · · ⊆ S1 ⊆ S0 = N
7.3 El teorema de la aplicación de Riemann 195
mostraremos que existe una f ∈ F que es suprayectiva en B(0; 1). Para comenzar,
observe que como f (Ω ) ⊆ B(0; 1), entonces sup{| f (z)| : z ∈ Ω } ≤ 1, para toda
f ∈ F y por lo tanto F es localmente acotada. Por el teorema de Stieljes-Osgood-
Montel 7.19 F es normal si es no vacı́a. Para probar que no es vacı́a, observe que
como Ω C, existe un w0 ∈ C − Ω por lo que la función z 7→ z − w0 no se anula en
Ω , y como Ω es simplemente conexo existe una raı́z cuadrada de esta función, es
decir, existe ϕ ∈ O(Ω ) tal que (ϕ(z))2 = z − w0 . Note ahora que si ϕ(z1 ) = ϕ(z2 )
entonces z1 − w0 = (ϕ(z1 ))2 = (ϕ(z2 ))2 = z2 − w0 y por lo tanto z1 = z2 y ası́ ϕ es
inyectiva. También, si ϕ(z1 ) = −ϕ(z2 ) el mismo argumento muestra que z1 = z2 .
Ahora, como ϕ es inyectiva, el teorema de la función abierta 4.25 ϕ(Ω ) es abier-
to. En particular, para z0 ∈ Ω , ϕ(z0 ) ∈ ϕ(Ω ) es un punto interior, es decir, existe
un disco B(ϕ(z0 ); r) ⊆ ϕ(Ω ), donde podemos escoger 0 < r < |ϕ(z0 )|; note que
ϕ(z0 ) 6= 0 porque (ϕ(z0 ))2 = ϕ(z0 ) − w0 y z0 ∈ Ω . Entonces, el disco B(−ϕ(z0 ); r)
no interecta a Ω ya que si existiera un z ∈ Ω tal que ϕ(z) ∈ B(−ϕ(z0 ); r), se
tendrı́a que |ϕ(z) + ϕ(z0 )| < r y por lo tanto | − ϕ(z) − ϕ(z0 )| < r. Se sigue que
−ϕ(z) ∈ B(ϕ(z0 ); r) ⊆ ϕ(Ω ) y ası́ existe z0 ∈ Ω tal que ϕ(z0 ) = −ϕ(z), y como ob-
servamos antes lo anterior implica que z = z0 y consecuentemente ϕ(z) = −ϕ(z)
de donde se sigue que ϕ(z) = 0 y por lo tanto z − w0 = (ϕ(z))2 = 0, es decir,
w0 = z ∈ Ω , una contradicción. Hemos ası́ mostrado que ϕ(Ω ) ∩ B(−ϕ(z0 ); r) = 0. /
Si ahora se define
r
ψ= :Ω →C
ϕ + ϕ(z0 )
observe que, como ϕ(z) 6= −ϕ(z0 ) para toda z ∈ Ω , entonces ψ es holomorfa, y es
inyectiva porque ϕ lo es. También, para z ∈ Ω , como ϕ(z) 6∈ B(−ϕ(z0 ); r), entonces
|ϕ(z) + ϕ(z0 )| > r y por lo tanto 1/|ϕ(z) + ϕ(z0 )|, 1/r, de donde se sigue que
r r
|ψ(z)| = = < 1,
ϕ(z) + ϕ(z0 ) |ϕ(z) + ϕ(z0 )|
f (z) − f (z0 )
L f (z0 ) ◦ f : Ω → B(0; 1) dada por (L f (z0 ) ◦ f )(z) =
1 − f (z0 ) f (z)
y observe que g es inyectiva (por una demostración similar a la que hicimos cuando
probamos que F 6= 0) / y que no se anula en Ω . Definamos ahora h : Ω → C mediante
h(z) = Lg(z0 ) ◦ g, con Lg(z0 ) la transformación de Möbius del ejemplo 7.6, es decir,
g(z) − g(z0 )
(3) h(z) = ,
1 − g(z0 )g(z)
con g(z0 ) jugando el papel de w en (1) y ası́ h(Ω ) ⊆ B(0; 1). Note también que
h(z0 ) = 0 y que h es inyectiva porque g y Lg(z0 ) lo son. Se sigue que h ∈ F. Ahora,
por la regla de la cadena la derivada de h en z0 es
g0 (z0 )
(4) h0 (z0 ) = (Lg(z0 ) ◦ g)0 (z0 ) = Lg(z
0
0)
(g(z0 )) · g0 (z0 ) = ,
1 − |g(z0 )|2
donde observamos que, como f (z0 ) = 0, de (2) se sigue que |g(z0 )|2 = |w|. Por otra
parte, derivando en z0 ambos lados de (2) y usando que f (z0 ) = 0 se obtiene que
y ası́
f 0 (z0 ) 1 − |w|2
0
g (z0 ) =
2g(z0 )
por lo que al substituir en (4) queda
g0 (z ) f 0 (z ) 1 − |w|2 | f 0 (z )|(1 + |w|) | f 0 (z )|(1 + |w|)
0 0 0 0 0
|h (z0 )| = = = =
p
1 − |w| 2g(z0 )(1 − |w|) 2|g(z0 )| 2 |w|)
> | f 0 (z0 )|
Corolario 7.20. Sólo hay dos clases de equivalencia conforme de regiones simple-
mente conexas: la clase que consta sólo de C y la clase que consta de las regiones
simplemente conexas propias.
t
u
198 7 Aplicaciones conformes
Ejercicios
7.28. Considere la función f : C∗ → C dada por f (z) = 12 (z + z−1 ) del ejemplo 7.4.
Demuestre que:
(7) f se restringe a una función biholomorfa f : B(0; 1) − {0} → C − [−1, 1].
(8) f se restringe a una función biholomorfa f : H → C − {x ∈ R : |x| ≥ 1}.
7.31. Si F ⊆ C(Ω , C), demuestre que para cada z ∈ Ω existe un número real M(z)
tal que | f (z)| ≤ M(z) para toda f ∈ F si y sólo si para cada z ∈ Ω el conjunto
{ f (z) : f ∈ F} tiene cerradura compacta. En este caso se dice que la familia F es
puntualmente acotada (vea la página 192).
En la bibliografı́a se han listado, de [1] a [8], libros que han sido consultados y
que dan una visión más amplia de los temas desarrollados en las notas. De [10] a
[21] se han incluido algunos artı́culos consultados, ya sea por su relevancia histórica
o para aclarar algunos puntos.
1. Ahlfors, L., Complex Analysis. McGraw Hill, New York, 1966.
2. Conway, J. B., Functions of One Complex Variable I. 2nd. Edition, Springer-Verlag, New
York, 1978.
3. Heins, M., Complex Function Theory. Academic Press, London, 1969.
4. Lang, S., Complex Analysis. Third Edition, Springer-Verlag, New York, 1993.
5. Remmert, R., Theory of Complex Functions. Springer-Verlag, New York, 1991.
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