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Abstract
The criteria of opportunity was born with the enactment of the new Criminal Procedure
Code of 1996, prior to this the rule of law did not allow any exceptions. From a criminal
policy perspective undoubtedly criminal opportunity criteria is a great help as it allows to
analyze each case and assess whether certain behavior really deserves criminal
prosecution. It may be because cases are not relevant, or on the contrary they are
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handling complex cases, even for reasons of convenience for research itself, which will
result in saving resources in the cases that merit investigation.
That is why the assignment will focus on deepening the plea bargain provided for in
Article 22, paragraph b, of our Criminal Procedure Code, popularly known as the crown
witness, requirements to grant it will be analyzed, the procedure that carries its
processing, its goal, among other related topics.
Introducción
Los criterios de oportunidad nacen con la promulgación del nuevo Código Procesal Penal
del año 1996, anterior a esto el principio de legalidad no permitía hacer ninguna
excepción. Desde una perspectiva de política criminal, sin duda alguna los criterios de
oportunidad son una gran ayuda, ya que permiten hacer un análisis de cada caso y
valorar si realmente determinada conducta amerita que se realice su persecución penal,
puede ser porque no sean casos de relevancia o, por el contrario, porque son casos de
tramitación compleja, incluso por razones de conveniencia para la investigación como tal,
lo cual trae como consecuencia economizar los recursos en casos que realmente ameritan
ser investigados.
Como es bien sabido, en Costa Rica quien debe ejercer la acción penal pública
se establecen en el artículo 22, del Código Procesal Penal, el cual reza: “El
Ministerio Público deberá ejercer la acción penal pública, en todos los casos en
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partícipe o con exigua contribución de este, salvo que exista violencia sobre las
personas o fuerza sobre las cosas, se afecte el interés público o el hecho haya
sido cometido por un funcionario público en el ejercicio del cargo o con ocasión
de él.
siempre que la conducta del colaborador sea menos reprochable que los hechos
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cuando concurran los presupuestos bajo los cuales el tribunal está autorizado
8720 del 4 de marzo de 2009) (art. 22 del Código Procesal Penal de Costa Rica).
Asimismo, el presente trabajo ahondará en los requisitos que se requieren para poder
otorgar este criterio de oportunidad, específicamente, el establecido en el inciso B, de la
anterior norma citada (imputado arrepentido), el procedimiento para su tramitación, la
calidad en la que actúa este imputado durante todo el proceso judicial y en qué
momento queda constituido como tal el criterio de oportunidad, entre otros temas de
relevancia afines a la figura del “testigo de la corona”.
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por ello que a partir de este momento se dejará de emplear este término el cual se
considera mal empleado para llamársele imputado arrepentido, que sí tiene mayor
asidero y alusión de acuerdo con lo que establece la normativa antes mencionada y
como ha sido indicado en nuestra jurisprudencia.
La anterior resolución es clara, por tanto deben respetarse dichos planteamientos porque
de lo contrario no tendrán ninguna validez dentro del proceso penal y no podrá tenerse
como parte de la prueba ofrecida por el Ministerio Público la declaración que brinde el
imputado arrepentido si no ha mediado dicha autorización. Este superior jerárquico del
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que habla la norma deberá solicitar al juez de la etapa intermedia, la aprobación del
criterio de oportunidad, con el objetivo de resguardar los derechos de todas las partes y
hacer de este lo más objetivo posible.
El juez de la etapa intermedia tendrá que verificar la presencia de cada uno de los
presupuestos que son esenciales para su otorgamiento, tales como el tipo de
criminalidad, que la reprochabilidad de la conducta del imputado arrepentido sea menor
y la autorización del fiscal a cargo del caso; una vez verificados estos requisitos, se
procederá a declarar la suspensión de la acción penal para esta persona que brindará
colaboración. Esta suspensión se mantendrá hasta quince días después de la firmeza de
la sentencia dictada contra los demás imputados a los cuales la información que facilita el
imputado arrepentido colaboró para su persecución, porque es hasta ese momento que
se podrá tener certeza de la eficacia de la información brindada y sus resultados
concretos, y es en este momento que se tomará la decisión de determinar si extingue o
no la acción penal, dado el criterio de oportunidad. De ser favorable la información para
el Ministerio Público, se dictará el sobreseimiento respectivo o, de lo contrario, se
solicitará reanudar la persecución penal.
criterio de oportunidad para una salida alterna al proceso’ (folio 318 frente),
había precluido. En este criterio no se observa vicio alguno toda vez que de
conformidad con el artículo 317 inciso d) del Código Procesal Penal, la audiencia
que contempla el numeral 316 es el último momento para que las partes
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Ante esta interrogante, hay que indicar que cuando se otorga el criterio de oportunidad
conocido en la jerga popular como testigo de la corona, es decir, cuando la Fiscalía llega
a un acuerdo con dicho imputado, quedará supeditado a las repercusiones que tenga su
declaración en la sentencia que se emita, en otras palabras, cuando su declaración
cumpla con el objetivo planteado por el Ministerio Público; por ende, este imputado
mantendrá dicha calidad, aunque durante el proceso la persecución penal de la acción
delictiva en la que pudo eventualmente ser partícipe quedará suspendida, es por ello que
no se le puede considerar como testigo.
Confidencialidad del trámite de otorgamiento del criterio de oportunidad durante las etapas
previas al debate
Como bien se indica en el artículo 22 del Código Procesal Penal, cuando “se trate de
asuntos de delincuencia organizada, criminalidad violenta, delitos graves o de tramitación
compleja”, la persona a quien se le otorgará el criterio de oportunidad deberá tener una
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protección especial. En estos asuntos se hace necesario velar por la confidencialidad del
caso, lo cual no implica que se deje en indefensión al o los imputados según sea el caso,
ya que estos tienen el derecho de conocer toda la prueba que tenga el Ministerio Público
en su contra, por ello es que se deben tomar algunas medidas como, por ejemplo, que
las negociaciones que haga el Ministerio Público con el imputado arrepentido no consten
en el legajo principal, a fin de velar por la integridad del imputado arrepentido, porque
de lo contrario podríamos estar poniendo en riesgo no solo la integridad del sujeto sino
que también podría verse menoscabado el proceso penal. Cuando este sujeto (imputado
arrepentido) es clave para lograr llegar al objetivo que se plantea en la correspondiente
acusación donde su declaración es vital, para llegar a buen término, se faculta al fiscal a
llevar en un legajo aparte la documentación, el cual no se incorpora al expediente
principal por las razones antes indicadas.
siguiente: “El artículo 22 inciso b) del Código Procesal Penal admite la figura del
allí que es imperioso que el procedimiento que se lleve a cabo a partir de esa
disposición, cuide –en la medida de lo posible- a ese testigo, sin dejar de lado -
claro está- el derecho de todo imputado de conocer cuál es la prueba que tiene
hace el recurrente- que este control no existió. El acuerdo para aplicar un criterio
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Ministerio Público, debe integrar un legajo aparte y ser custodiado por el ente
Para la aplicación de este criterio, se debe estar ante la presencia de delitos como: delito
de tramitación compleja. Cuando se habla de tramitación compleja se refiere a delitos
donde existe una multiplicidad de hechos, incluso una cantidad considerable de
imputados, víctimas, donde se vea perjudicado el erario del Estado y se encuentren
involucrados funcionarios públicos por poner algunos ejemplos. Asimismo cuando se
trata de delincuencia organizada, la cual podría definirse como una participación criminal
de forma colectiva, donde existe toda una estructura jerárquica, por ejemplo narcotráfico,
sicariato, lavado de dinero, bandas organizadas que se dedican al robo de vehículos y
secuestros; en el caso de delitos violentos, aquellos donde medie violencia sobre las
personas, ya sea física o psíquicamente, tal es el caso de los homicidios, robos cuando el
hecho fuere cometido con violencia sobre las personas, entre otros. Para reconocer que
un delito es violento, la clave está en identificar la existencia del uso de la violencia en
el hecho; como ya se indicó, puede ser una violencia a la integridad física o
intimidación, para que la víctima no ponga resistencia y de esta forma se facilite el delito.
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Es por lo anterior que se decide analizar este requisito a través de un caso específico, la
Causa 10-6719-042-PE seguida contra D.A.S, W.M.G, J.C.Q, J.C.M e I.A.C, por el delito
de HOMICIDIO CALIFICADO en perjuicio de J.A.Z. El Tribunal Penal del III Circuito
Judicial de San José, a las once horas del veinticinco de febrero de dos mil trece, en la
sentencia 92-2013, condena a los antes mencionados por el delito de homicidio calificado
y únicamente condena a J.C.M por el delito de homicidio simple. En este caso, el
Ministerio Público otorgó criterio de oportunidad a quien llamaremos G.C.N, quien
participó en el homicidio de J.A.Z, formando parte de los sujetos que aparentemente
dispararon.
Se hará un análisis de la postura tanto del Tribunal Penal del III Circuito Judicial de San
José, Tribunal de Apelación de Sentencia Penal y Casación referente al grado de
reprochabilidad de G.N.C, en razón de que el Ministerio Público le otorgó el criterio de
oportunidad, al imputado arrepentido.
El Tribunal Penal del III Circuito Judicial de San José, en el considerando de la sentencia
92-2013, indica:
Actividades procesales defectuosas pendientes de resolver.
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Así las cosas, resulta irrefutable el que el legislador otorgó al órgano responsable
uno de los imputados, para que rindiera declaración, en contra de otras personas
escapa del control de los otros imputados, en tanto no es un derecho que les
permitido por ley, por la existencia de una pequeña agrupación delictiva que se
agrupación era acabar con la vida del ofendido J.A.Z. No obstante, la defensa ha
cuestionado que este beneficio, se haya otorgado en favor del imputado G.C.N,
roces que culminaron con la decisión del imputado D.A.S, de pagar una suma de
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dos millones de colones con el único fin de acabar con la vida de J.A.Z, lo que
en relación con los supuestos derechos de su hermano, por las deudas de D.A.S
y un hermano de éste, con él. Así el 10 de abril del año 2011, y después de uno
terceros una suma de dos millones de colones por aquel ajusticiamiento. De esta
hecho, pues eran ellos quienes decidieron contratar al co-imputado I.A.C, para
materializaron el hecho, los que en criterio del Tribunal pueden ser vistos como
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una facultad que ostenta por ley el Ministerio Público y que dependerá del
criterio fiscal, sin que se pueda observar el Tribunal vicio alguno, en que el
Mientras que el Tribunal de Apelación de Sentencia Penal del II Circuito Judicial de San
José, en la resolución 2013-1448, del expediente 10-006719-0042 (PE), argumenta lo
siguiente en el considerando:
disparar contra la víctima. Este tema fue ampliamente abordado en el fallo (fs.
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G.C.N, no obstante que éste fuera un ejecutor de las órdenes dadas. Este
que los que dan las órdenes y pagan la recompensa por la muerte del ofendido y
hacen obedecer a otros, tienen mayor reprochabilidad que los mismos ejecutores,
ofendido J.A.Z, para lo cual D.A.S y W.M.G toman la decisión de dar muerte a la
víctima y para ello contratan a I.A.C a quien ofrecen la suma de dos millones de
declarante G.C.N, quien era parte del grupo ejecutor, ha declarado en juicio y
explicó con detalle cómo se configuran los acuerdos iniciales para darle muerte a
lo ocurrido, conoce bien a las personas que participan, incluso por apodos, el
hecho. Describe incluso el móvil de los hechos, uno que es un poco más lejano,
que es el problema entre el hermano del occiso a quien apodan "F y C" el
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corona que para efectos del Tribunal sentenciador fue suficientemente clara,
de cargo, los hechos endilgados. Sin embargo, la ley prevé que además de esos
requisitos, “la conducta del colaborador sea menos reprochable que los hechos
“testigo de la corona” del ente acusador. Sin perder de vista que se trata de una
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beneficiado deberá tener una conducta menos reprochable que la que se imputa
a los demás copartícipes del hecho que se pretende cesar o probar. Por tanto,
resulte acorde para los fines de la justicia, evitándose así, que de forma
aquí ofendido, o sea, materializan el hecho, sin que medie justificación alguna,
criterio diferente, es aceptar que la figura del sicariato reviste de una censura
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insignificante e incluso nula, como en el caso que nos ocupa, en el cual se hace
Se comparte el criterio tanto del Tribunal Penal del III Circuito de San José, como del
Tribunal de Apelación de Sentencia Penal, del II Circuito Judicial de San José, porque
efectivamente este es un delito donde existió toda una actividad estructurada
jerárquicamente, de forma que G.C.N., a quien el Ministerio Público le ofrece el criterio
de oportunidad, se encontraba en el último peldaño de esta jerarquía; además, este era
una pieza cambiable por cualquier otro sujeto, pero quienes mantenían el deseo de
acabar con la vida J.AZ, eran W.M.G y D.A.S, este último incluso contaba con los
recursos económicos suficientes para contratar a terceros para que ejecutaran su objetivo,
por ende estos tienen mayor grado de reprochabilidad que G.C.N, ya que ellos giraban
las órdenes; hacen obedecer a otros para que culminen con el plan organizado
previamente.
Ahora bien, no quiere decir que se esté subestimando el delito de homicidio, pero
también hay que verlo desde una perspectiva de política criminal, de forma estratégica,
con el fin de lograr una mayor eficacia en el sistema, porque en este caso había seis
imputados, es por ello que el análisis que realiza la Fiscalía a la hora de realizar el cuadro
fáctico y jurídico de los hechos debe ser lo más exhaustivo posible y contar con todas las
piezas necesarias para demostrar lo que está acusando, por ello si con ese análisis se
llega al criterio de que la declaración de uno de los imputados podría lograr una
condenatoria de cinco personas como en este caso particular, involucradas en un
organización delictiva, parece más viable, otorgar ese criterio de oportunidad siempre y
cuando se respeten cada uno de sus requisitos y de esa forma no dejar impune un delito
tan violento como es el homicidio.
En definitiva, se tiene claro que no se puede hablar de una regla general, porque cada
caso es distinto y deben tomarse en cuenta cada uno de los aspectos que este encierra, y
como ya se ha dicho, es un análisis casuístico. Con respecto al asunto que se ha venido
estudiando, a I.A.C (condenado por homicidio simple), quien facilitó un vehículo para
llegar al lugar donde se iba a cometer el delito y de igual forma para facilitar su huida,
quien sabía a qué iba, desconocía la existencia de un pago para asesinar a J.A.Z, podría
cuestionarse si esta persona no tenía menor grado de reprochabilidad que G.C.N.; sin
embargo aquí entra en juego el tipo de información que podrá brindar el “testigo de la
corona” y las repercusiones que tendrá su declaración en el proceso penal, ya que
G.C.N. conocía cada uno de los detalles desde que se planeó cometer aquel homicidio;
asimismo, cabe resaltar la discrecionalidad con la que cuenta el Ministerio Público para
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otorgar el criterio de oportunidad, por supuesto que respetando cada uno de los
requisitos esenciales para otorgarlo.
Para poner otro ejemplo donde se analiza el grado de reprochabilidad de las conductas
de determinados imputados, se puede mencionar a las llamadas “mulas” en el delito de
tráfico internacional de drogas, quienes tienen una participación de transporte dentro de
toda una cadena de procesos para concretar el delito de tráfico internacional de drogas.
Por lo general, son personas que, por ganarse un dinero insignificante en comparación
con la ganancia que reciben los líderes de este negocio, podrían colaborar como
imputados arrepentidos brindando la información necesaria para llegar a los grandes
líderes que manejan dichos negocios, lo cual de otra forma sería muy difícil. Esta es una
de las razones por las cuales la figura del criterio de oportunidad contemplado en el
artículo 22, inciso b, del Código Procesal Penal tiene gran importancia por motivos de
razón social, y como política criminal, con el fin de desmembrar organizaciones delictivas
de este calibre, claro está que garantizándoles que los delitos por ellos cometidos no
serán perseguidos.
Conclusiones
Los criterios de oportunidad son una excepción al principio de legalidad en la aplicación
de la acción penal, pues lo que se pretende es conseguir una mayor eficacia del sistema,
logrando más énfasis o concentración en los asuntos de mayor gravedad. Como ya se ha
mencionado en reiteradas ocasiones, sin duda alguna, los criterios de oportunidad,
específicamente el contemplado en el artículo 22, inciso b, es de una u otra forma parte
de la política criminal del Ministerio Público, porque habrá casos que llegan a juicio, pero
que no llegarán a concluir en una condenatoria, por tanto con el testigo de la corona
podríamos sopesar de cierta forma algunas conductas para poder asegurar la persecución
de otros sujetos con mayor grado de reprochabilidad en su actuar.
Se insiste en que es una forma de política criminal, con el objetivo de no dejar impunes
delitos violentos, criminalidad organizada, pues con este criterio de oportunidad se puede
facilitar de alguna manera la persecución penal. En el caso de los delitos de narcotráfico
y crimen organizado, son de gran ayuda, porque con la información que puedan brindar
aquellos imputados arrepentidos a quienes se les ofrece el criterio, se podría lograr la
aprehensión de los autores intelectuales, jefes de organizaciones criminales que lideran y
llevan a cabo todo un plan operativo y la ejecución de delitos que repercuten de forma
muy negativa en nuestra sociedad.
En la práctica, la ejecución de la figura del criterio de oportunidad no es tan sencilla
como pareciera, porque requiere un buen análisis del hecho, de la experticia de los
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También se aprecia que al ser una figura usada excepcionalmente, muchos abogados
desconocen los requisitos que se requieren para su aplicación, ignoran detalles como por
ejemplo que el criterio de oportunidad no es un derecho de las partes, sino una facultad
con la que cuenta el Ministerio Público para cuando lo considere pertinente o necesaria
su aplicación, entre otros aspectos que se evidenciaron al analizar diversas resoluciones
judiciales, donde se siguen reclamando en los debates cosas que no tienen ningún
asidero legal, pero que por inexperiencia e ignorancia de esta figura se sigue
cometiendo el error. Asimismo, se llega a la conclusión de que existen criterios
encontrados en cuanto al análisis del requisito referente a que la conducta del
colaborador debe ser menos reprochable que los hechos punibles cuya persecución
facilita o cuya continuación evita; no existe una regla general, es muy casuístico y los
criterios tanto de los tribunales penales, tribunales de apelación y casación difieren entre
sí.
Referencias
Corte Suprema de Justicia. (2004). Sala Tercera. Sentencia 00450. 7 de mayo de 2004.
Corte Suprema de Justicia. (2006). Sala Tercera. Sentencia 00450. Hora: once horas
cuarenta minutos del diecinueve de mayo
Corte Suprema de Justicia. (2006). Sala Tercera. Sentencia 00114. Hora: quince horas
cinco minutos del veinte de febrero de dos mil seis.
Tribunal Penal del III Circuito Judicial de San José. (2013). Sentencia 92. 12 de febrero de
2013. Hora: nueve horas con cincuenta y cuatro minutos.
Tribunal de Apelación de Sentencia Penal del II Circuito Judicial de San José. (2013).
Resolución 2013-1448, a las once horas tres minutos, del cinco de julio del dos mil
trece.
Corte Suprema de Justicia (2013). Sala III. Sentencia 1712, a las catorce horas y veintiuno
minutos del veintidós de noviembre del dos mil trece.
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