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Piotr Ilich Tchaikovsky fue un compositor ruso del período del Romanticismo.

En su tiempo fue
considerado un compositor nacionalista “moderado”, frente al incendiario “Grupo de los
Cinco”.

La Obertura 1812 compuesta por Piotr Ilich Chaikovski en 1880 puede ser explicada como la
representación musical de la invasión napoleónica en Rusia. La pieza fue escrita para
conmemorar la resistencia victoriosa por parte de los rusos en 1812 frente al avance de
Napoleón Bonaparte y su gran ejercito de más de medio millón de almas.

En junio de 1812 el ejército francés cruzó el río Niemen en Lituania. El Patriarca de la Iglesia
Ortodoxa Rusa citó al pueblo a reunirse en las iglesias y rezar por su salvación. El ejército ruso
era inexperto y estaba mal equipado, lo cual imposibilitaba al pueblo ruso de tener una
oportunidad contra los franceses. El 7 de septiembre de 1812, en Borodino, Moscú. Las tropas
napoleónicas se enfrentaron a las fuerzas del general Mijaíl Kutuzov, fue la única lucha que
hubo por parte de los rusos contra el ejército de Napoleón. Aunque ganaron los franceses,
Napoleón se vio obligado a retirarse de Rusia debido al intenso invierno ruso, además sus
tropas estaban desgastadas y el ejército ruso los acorralaba. La victoria rusa se representó en
la obra de Chaikovski.

La obra comienza con una melodía religiosa de la Iglesia Ortodoxa Rusa, la cual representa la
declaración de guerra contra Francia y como esta fue notificada al pueblo en los servicios
religiosos de toda Rusia. Contiene una mezcla de melodías tradicionales y militares las cuales
se interpretan como la angustia creciente del pueblo ruso al saber que son invadidos por el
ejército francés. La marcha presentada por los metales, donde se oye cargar a los ejércitos
para enfrentarse en la batalla de Borodino y un fragmento del himno nacional francés llamado
La Marsellesa es usado por Chaikovski para representar al ejército invasor y la victoria de
Napoleón sobre los rusos.

Chaikovski era considerado uno de los grandes compositores del siglo XIX, su representatividad
tendrá impacto sobre el mismo pueblo ruso, a tal grado de llevar a cabo la obra en la cual
plasma y representa un nacionalismo por parte del autor, pues hace alusión a la lucha entre los
rusos y franceses, en donde la victoria por intervención divina se ve reflejada en la pieza
musical al final de la obra, en donde se repite otra vez lentamente la melodía religiosa
representando el avance del intenso frio y significando la ayuda por parte de lo divino.

Consta de cinco tempos, aunque fundidos todos ellos en uno, Lento, Andante, Allegro giusto,
Largo y Allegro vivace. Dieciséis disparos de cañón están escritos en la partitura. La obra
comienza con una melodía religiosa de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Dios proteja a su Pueblo,
ejecutada por ocho violoncellos y cuatro violas, que recuerda cómo la declaración de guerra
contra Francia fue notificada al pueblo en los servicios religiosos de toda Rusia. En ocasiones
esta parte de la obertura es cantada a capella por un coro. Continúa con una mezcla de
melodías tradicionales y militares, que representan la angustia creciente del pueblo ruso al
saberse invadidos por el ejército francés. La pieza continúa con una marcha presentada por los
metales, donde se oye cargar a los ejércitos para enfrentarse en la batalla de Borodino. Un
fragmento repetitivo y triunfal del himno nacional francés, La Marsellesa, sirve para
representar al ejército invasor y la victoria de Napoleón sobre los rusos. A continuación, un
diminuendo en la música representa la retirada rusa, evitando la confrontación directa con las
tropas francesas al tiempo que dejan tierra arrasada. Vuelve a sonar la marcha de los metales
y el fragmento de La Marsellesa, para indicar la entrada de los franceses en una Moscú
incendiada. El fragmento de La Marsellesa sigue sonando, ahora en diminuendo, indicando la
retirada de las tropas francesas, al tiempo que un crescendo indica el asedio ruso. Cinco
disparos de cañón acompañan el avance de los rusos expresado en los instrumentos de cuerda
y los metales, que preparan el campo para el cierre triunfal con el contrapunto entre el
leitmotiv que representa al ejército ruso y el himno imperial ruso Dios salve al Zar, apoyado
por once disparos de cañón y un repique de campanas. Este final muestra un anacronismo
curioso, ya que Dios salve al Zar no era en 1812 el himno ruso, sino que lo era en la época en la
que Chaikovski compuso la obra. La Marsellesa tampoco lo era en la época de Napoleón.

Hoy en día para interpretar esta partitura tal y como fue escrita, incluidos los cañonazos, es
necesario utilizar un cañón moderno, ya que uno del siglo XIX es impreciso a la hora de
disparar y evidentemente nos e puede cargar entre cañonazo y cañonazo con el tiempo
suficiente.

Piotr Ilich Chaikovski fue un compositor ruso del período del Romanticismo. Es autor de
algunas de las obras de música clásica más famosas del repertorio actual, como los ballets El
lago de los cisnes, La bella durmiente y El cascanueces, la Obertura 1812, la obertura-fantasía
Romeo y Julieta, el Primer concierto para piano, el Concierto para violín, sus sinfonías Cuarta,
Quinta y Sexta y la ópera Eugenio Oneguin.

Nacido en una familia de clase media, la educación que recibió Chaikovski estaba dirigida a
prepararle como funcionario, a pesar del interés musical que mostró. En contra de los deseos
de su familia, decidió seguir una carrera musical y en 1862 accedió al Conservatorio de San
Petersburgo, graduándose en 1865. La formación que recibió, formal y orientada al estilo
musical occidental, lo apartó del movimiento contemporáneo nacionalista conocido como el
«Grupo de los Cinco» conformado por un grupo de jóvenes compositores rusos, con los cuales
Chaikovski mantuvo una relación profesional y de amistad a lo largo de su carrera.

Mientras desarrollaba su estilo, Chaikovski escribió música en varios géneros y formas,


incluyendo la sinfonía, ópera, ballet, música instrumental, de cámara y la canción. A pesar de
contar con varios éxitos, nunca tuvo mucha confianza o seguridad en sí mismo y su vida estuvo
salpicada por crisis personales y periodos de depresión. Como factores que quizá
contribuyeron a esto, pueden mencionarse su homosexualidad reprimida y el miedo a que se
revelara su condición, su desastroso matrimonio y el repentino colapso de la única relación
duradera que mantuvo en su vida adulta: su asociación de 13 años con la rica viuda Nadezhda
von Meck. En medio de esta agitada vida personal, la reputación de Chaikovski aumentó;
recibió honores por parte del zar, obtuvo una pensión vitalicia y fue alabado en las salas de
conciertos de todo el mundo. Su repentina muerte a los 53 años suele atribuirse generalmente
al cólera, pero algunos lo atribuyen a un suicidio.1

A pesar de ser popular en todo el mundo, Chaikovski recibió a veces duras críticas por parte de
críticos y compositores. Sin embargo, su reputación como compositor es hoy en día segura, y
ha desaparecido por completo el desdén con el que los críticos occidentales a principios y
mediados del siglo XX catalogaban su música como vulgar y falta de pensamiento.

De hecho, Chaikovski está considerado actualmente como el más destacado músico de Rusia y
una de las figuras más importantes de la cultura de ese país a lo largo de su historia.
Paganini empezó la composición de su Concierto para violín No. 5 en algún momento después
de 1830… y eso es todo lo que se sabe sobre esta obra, ya que de puño y letra del compositor
solo existen la partitura completa para el instrumento solista y unos cuantos bocetos para
algunos de los instrumentos acompañantes. De la orquestación original nadie podría asegurar
si nunca se llegó a escribir o si se encuentra extraviada. Lo único cierto es que fue hasta 1958
que el compositor y musicólogo Frederico Mompellio (1908-1989) reconstruyó la
orquestación, y que el Concierto para violín No. 5 de Paganini fue estrenado de manera
póstuma en la Accademia Musicale Chigiana, con Franco Gulli en el violín.

Nació en Génova, donde estudió con músicos locales. Sus padres fueron Antonio Paganini y
Teresa Bocciardo. Empezó a estudiar la mandolina con su padre a los cinco años. A los siete
años comenzó a tocar el violín. Hizo su primera aparición pública a los nueve años y realizó una
gira por varias ciudades de Lombardía a los trece. No obstante, hasta 1813 no se le consideró
un virtuoso del violín. Tuvo como maestros a Giovanni Servetto y Alessandro Rolla. Con
dieciséis años era ya conocido, pero no digirió bien el éxito y se emborrachaba continuamente.
Una dama desconocida lo salvó de esa vida licenciosa para llevarlo a su villa donde aprendió a
tocar la guitarra y el piano.

En 1801 compuso más de veinte obras en las que combina la guitarra con otros instrumentos.
De 1805 a 1813 fue director musical en la corte de Maria Anna Elisa Bacciocchi, princesa de
Lucca y Piombino y hermana de Napoleón.

En 1813 abandonó Lucca y comenzó a hacer giras por Italia, donde su forma de interpretar
atrajo la atención de quienes le escuchaban. En 1828 fue a Viena, más tarde a París y en 1831 a
Londres. En París conoció al pianista y compositor húngaro Franz Liszt, quien fascinado por su
técnica, desarrolló un correlato pianístico inspirado en lo que Paganini había hecho con el
violín. En 1833 en la ciudad de París le encargó a Héctor Berlioz un concierto para viola y
orquesta; el compositor francés realizó Harold en Italia, pero Paganini nunca la interpretó.
Renunció a las giras en 1834.

Fue además tutor del violinista italiano Antonio Bazzini, a quien motivó para que iniciara su
carrera como concertista. Su técnica asombraba tanto al público de la época que llegaron a
pensar que existía algún influjo diabólico sobre él, porque a su vez su apariencia se notaba algo
extraña y sus adelantos musicales eran una verdadera obra de arte. Se decía que en la mayoría
de sus apuntes aparecía una nota extraña la cual decía "nota 13". Podía interpretar obras de
gran dificultad únicamente con una de las cuatro cuerdas del violín (retirando primero las otras
tres, de manera que éstas no se rompieran durante su actuación), y continuar tocando a dos o
tres voces, de forma que parecían varios los violines que sonaban. Además en la mayoría de
sus espectáculos usaba la improvisación. Esto indica lo cercano que estaba su arte al mundo
del espectáculo. Sus obras incluyen 24 caprichos para violín (1802-1817), seis conciertos y
varias sonatas. Además creó numerosas obras en las que involucraba de alguna manera a la
guitarra, exactamente 200 piezas.

Llegó a poseer cinco violines, dos Stradivarius, dos Amati y un Guarnerius (su violín favorito)
llamado Il Cannone.

Su salud se fue deteriorando a causa de una tuberculosis diagnosticada en 1819. En los años
1834 y 1840 padeció dos fuertes episodios de hemoptisis, siendo el segundo el que precipitó
su muerte. Durante el avance de la enfermedad, que pasó de sus pulmones a la laringe,
padeció afonía crónica los dos últimos años de su vida. El músico además se medicaba con
mercurio para tratar la sífilis que también padecía. Falleció en Niza el 27 de mayo de 1840.
Su imaginativa técnica influyó notablemente en compositores posteriores como Julián Carrillo,
Franz Liszt, Johannes Brahms, Serguéi Rajmáninov, Boris Blacher, Andrew Lloyd Webber,
George Rochberg, Witold Lutosławski, Robert Fripp e Yngwie Malmsteen entre otros. El
virtuosismo de Paganini despertó, en sus tiempos, la idea de que el violinista haya hecho un
pacto con el diablo para el desarrollo de su técnica, prejuicio que le impidió ser otorgado una
sepultura cristiana en su lecho de muerte.

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