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Unidad II Principios constitucionales de las contribuciones.

2.1. Nociones constitucionales de contribuyentes.

Contribución (tributos). Contribución y tributo son sinónimos; su diferencia


es de carácter histórico, no de contenido.
Tributario. Es una denominación referida a una situación histórica que
la humanidad no quiere volver a vivir: el establecimiento de impuestos por el
fuerte sobre el débil.
El señor exige a sus súbditos el pago de impuestos.
Contribución. Es un concepto inspirado en la ideología de juan
Jacobo Rousseau, en la que con base en un pacto social, el buen salvaje se
une con los demás y forman el estado; y de consenso deciden contribuir al
fasto público, o sea, que en una forma democrática se establecen los
impuestos.

Al respecto, se encuentra un vínculo indisoluble, que la nacionalidad impone


entre la entrega de la propia vida y el compromiso económico con la patria.
Lo mismo es válido para la justicia social fiscal en el reclamo de los próceres
y héroes de nuestra república que nos dieron la independencia y la libertad,
cuando don Miguel Hidalgo y Costilla declaro que se cesara la contribución
de tributos respectos de las castas que lo pagaban y toda exacción que a los
indios se les exigía y en el momento en que José María Morelos y pavón
dijo en los sentimientos d la nación que se quitara la infinidad de tributos,
pechos e imposiciones que más agobian, y que se señale a cada individuo
5% en sus ganancias, u otros, pues con esta corta contribución y la buena
administración de los bienes confiscados al enemigo, podía llevarse incluso
el peso de la guerra y los honorarios de los empleados.
A su vez, el aspecto democrático de las contribuciones se encuentra
con los asentado en los art. 36 y 41 del texto constituciones para la libertad
de las América mexicana, sancionado en Apatzingán el 22 de octubre de
1814, el cual señala que las contribuciones públicas no son extorsiones de la
sociedad, sino donaciones de los ciudadanos para seguridad y defensa y que
una de las obligaciones de los ciudadanos es pronta disposición a contribuir a
los gastos públicos. Con esto se pretendía dejar definitivamente enterradas
en las historias, circunstancias y situaciones, que humanidad no quiere
recordar ni volver a vivir, como es la extracción de riqueza de un grupo de
individuos atoros, mediante la fuerza, la violencia, la conquista, la guerra o la
intimidación que se apoderan de la riqueza producida por otros.
Lamentablemente, dicho decreto no entro en vigor debido a que el
caudillo del sur, conocido históricamente por la nobleza y grandeza de sus
sentimientos como el siervo de la nación, murió sin ver cristalizados sus
ideales, sin embargo, tales ideales no murieron, sino que el pueblo continuo
luchando por ellos con Vicente guerrero, en los ejércitos de Juárez,
combatió a los belgas, a los franceses y derramo su sangre en las llana duras
de puebla y en las alturas escarpadas de Oaxaca, asistió al tributo de la
república en Querétaro y la defendió en contiendas fratricidas. Todos estos
Se plasmaron en las Constituciones políticas de 1857 y 1917, al señalarse en
esta última, en su art 31, fracción IV, que es obligación de los mexicanos
contribuir para los gastos públicos, así de la federación, como del Distrito
Federal o del estado y municipio en que residan, de la manera proporcional y
equitativa que dispongan las leyes.
No debe olvidarse el sentido de justicia social fiscal de las
contribuciones, con fundamentos en la Constitución de 1917, la cual
establece que no se puede gravar el patrimonio de familia, que el salario
mínimo queda exceptuado del embargo, que los patrones tienen obligación
de contribuir al sostenimiento de escuelas del art 123 constitucional así como
la obligación de las empresas de efectuar aportaciones al Fondo Nacional de
la Vivienda y al Instituto Mexicano del Seguro Social. Tampoco debe
olvidarse que esa Ley fundamental fue producto de la lucha armada realizada
por los campesinos y obreros, con la finalidad de evitar la explotación y
operación en que se encontraba el pueblo mexicano a principios del siglo
pasado. En consecuencia, el gobierno debe procurar que la rigidez de un
sistema impositivo se atenué en relación con las personas de escasos
recursos, e incluso debe ayudar a los necesitados, como los ancianos los
minusválidos, los enfermos y los pobres mendigantes, entre otros.
Además en cuanto al cobro de las contribuciones, las leyes fiscales
deben establecer reducciones, subsidios y exenciones a aquellas
agrupaciones no gubernamentales que también realizan esa labor social tan
noble, como las instituciones de asistencia privada y las asociaciones civiles.

2.2 Los principios del orden jurídico general: son aplicables al


mismo tiempo de los que norman específicamente a las
contribuciones.
Los principios jurídicos que se deben en cuenta en materia tributaria son los
siguientes:

Principios de generalidad.
Como ya índico con anterioridad, la ley debe abarcar a todas las personas cuya
situación particular se ubique en la hipótesis contenida en ella, es decir, el
hecho imponible, el cual al realizarse provoca el surgimiento de la obligación
fiscal.

Principio de uniformidad.
A los sujetos pasivos colocados en e mismo supuesto impositivo se les
imponen obligaciones iguales.

Noción de justicia
Por ser la justicia el valor supremo del derecho, ha de tenerse presente que
aquélla siempre debe prevalecer en todo ordenamiento jurídico. Incluso.
Lógicamente, en las disposiciones en materia fiscal.

La justicia es el criterio ético basado en la virtud. Mediante el cual estamos


constreñidos a dar a cada uno lo que se le debe como individuo y como parte
de la sociedad, de acuerdo con sus exigencias ontológicas. Las cuales le son
necesarias para su subsistencia y perfeccionamiento como ser humano.
La justicia se convierte en una especie de patrón o molde al que deben
ajustarse todas las disposiciones legislativas. En atención a esto. se ha
llegado a decir que la justicia es para el legislador como la estrella polar que
guía y orienta al navegante pero que jamás alcanza. Por tanto, se puede
concluir diciendo: "... la justicia es el único principio constitutivo del derecho...",
ya que. Como lo señala santo Tomás de
Aquino. "... no podemos concebir el derecho sin la justicia".

Principio de justicia impositiva

En lo que se refiere al principio de justicia tributaria, éste "... consiste en el


reparto de las cargas públicas..."; en consecuencia, no puede ser relegado a
considerarlo un simple enunciado constitucional. Sino que ha de trascender al
ordenamiento jurídico-tributario y operar en la esfera aplicativa de las normas.
En rigor, tal principio ha de influir con su fina esencia tanto en el ordenamiento
como en la actividad jurídica tendiente a la aplicación del derecho tributario.

Principio de seguridad jurídica

En el derecho tributario. El principio de seguridad jurídica asume un alto grado


de intensidad y desarrollo. ya que el tributo es uno de los instrumentos de
mayor intervención directa en la esfera de la libertad y propiedad de los
particulares, razón suficiente para que éstos exijan al Estado que sus
situaciones jurídicas tributarias se encuentren previstas de tal forma que
puedan tener una expectativa precisa tanto de los derechos y deberes que
genera la ley. Como de las obligaciones que les corresponden en su calidad de
contribuyentes.

Principio de legalidad tributaria

Consiste en que ninguna autoridad fiscal puede emitir un acto o resolución, que
no sea conforme a una ley expedida con anterioridad. Es decir que los agentes
fiscales sólo pueden hacer lo que la ley les permite.

Principio de capacidad contributiva


Implica el establecimiento de contribuciones según la posibilidad económica de
cada individuo, determinándose esta última principalmente con base en el
ingreso de la persona.

En virtud de lo anterior, la capacidad contributiva se puede definir como sigue:


"es la medida en que los ciudadanos pueden soportar la carga tributaria,
teniendo en cuenta las respectivas situaciones personales';"
A su vez, el concepto de capacidad contributiva..... Presupone, en
principio, una referencia a la potencia económica en general. Ya que si el
tributo es por definición una detracción coactiva de riqueza. Mal puede
devengarse un tributo allí donde no hay riqueza...".
En el mismo orden de ideas. Cabe citar lo siguiente:

Siete pecados capitales en materia fiscal

Los contribuyentes de la nación nos sentimos demasiado apremiados,


inseguros. Molestos: esto aflora en cualquier reunión o corrillo. En las
conferencias de técnicos en la materia, en publicaciones de prensa y en
programas de radio y televisión; sin duda alguna que hay efervescencia. Pero
también hay poca sistematización en la forma en que se plantean y externan
las inconformidades, lo cual es lógico ya que son muchos los frentes por los
que el fisco ha logrado colocarse en situación ventajosa respecto a los
administrados, y precisamente en esa sistematización puede radicar el mérito -
si llega a reconocerse- del presente ensayo, que se divide en siete capítulos.
Siendo los siete pecados capitales los siguientes:
Unilateralidad. Porque las medidas fiscales de tipo legal, reglamentario y
administrativo, al margen de las políticas del diálogo y concertación que
caracterizan en todas las áreas restantes la gestión de los gobernantes en
turno, se establecen con absoluto predominio de los intereses del erario,
provocándose desequilibrio y malestar social.
Complejidad, derivada de que no se ha sabido legislar con claridad;
dotar al sistema de una estructura sencilla, realista y eficaz: evitar los
frecuentes cambios de normatividad que ascendieron a 3269 en los últimos
cinco años; reducir el número de obligaciones y de los trámites administrativos:
atenuar. La frecuencia de los anticipos, pagos provisionales y enteros de
retenciones; y, en fin, adecuar la tributación a los moldes de simplificación que
ha venido adoptando el propio gobierno en otras esferas.
Injusticia, derivada de que la clase trabajadora de ingresos moderados
se encuentra gravada cada día con mayor intensidad a pesar del deterioro que
han sufrido sus remuneraciones, no teniendo la posibilidad de deducir siquiera
los mínimos .para la subsistencia familiar; de que el fisco no está jugando
limpio en muchos aspectos y ha acudido a instrumentaciones artificiosas y
sofisticadas para debilitar los beneficios que en principio deben gozar los
contribuyentes; de que la reducción de tasas para mejorar la productividad es
una ficción si se toma en cuenta que a la vez se constriñen las deducciones o
se exigen pagos provisionales y ajustes con demasiada anticipación a la fecha
en que finalmente deben causarse las contribuciones; de que los altos
impuestos indirectos neutralizan los escasos desgranamientos concedidos a
los particulares en otros renglones de causación; de que los derechos fiscales
se cobran al absoluto criterio de la Secretaría de Hacienda al haber
desaparecido la regulación legal que obligaba a su proporcionalidad respecto a
los beneficios experimentados por los administrados: de que el establecimiento
de nuevos impuestos y obligaciones con el exclusivo propósito de controlar los
evasores constituye una sobrecarga para quienes si están cumpliendo
regularmente con la ley; y de que en otros muchos casos el desequilibrio es tal
que ha dado pauta a manifestaciones abiertas de protesta de importantes
núcleos de contribuyentes ya la promoción de un número .descomunal de
juicios de amparo por quienes han optado por canalizar su descontento en esa
vía legal.
Opresión, por el cúmulo de acciones punitivas a las que quedan
expuestos los infractores fiscales: cárcel, multas, recargos, actualizaciones,
gastos de ejecución y clausuras, aunque los ilícitos en que incurran obedezcan
en buena medida a las impresiones y oscuridades del sistema.
Indefensión, a la que están expuestos los contribuyentes que entran en
conflicto con el Fisco federal, debido a que el proceso jurisdiccional instituido
para dirimir tal tipo de controversias es altamente complicado, mixto y lento; a
que la expedites está muy lejos de alcanzarse por tantos vericuetos y
obstáculos que se encuentran en cada estadio defensivo; a que existen
rigorismos inusuales conducentes a que los asuntos se pierdan por cualquier
descuido, aun siendo insignificante; a que la imparcialidad y especialización de
los juzgadores no está institucionalmente preservada; ya que durante la larga
secuela del contencioso fiscal se van acumulando altísimos accesorios -
recargos y actualizaciones- en contra del accionante, quien además debe
soportar el alto costo que implican la garantía del interés fiscal y los honorarios
de asesoría por ser tan especializada la materia.
Incongruencia, fácilmente advertible porque no se puede llegar a
niveles óptimos de productividad ni a la apertura de fuentes de trabajo, que
persiguen los lineamientos de política general, por todo el caudal de
obligaciones, trámites, pagos, revisiones, etc., que invariablemente viene
aparejado a cualquier actividad industrial o mercantil. y porque las políticas en
el propio seno fiscal han sido del todo indefinidas y titubeantes, en detrimento
de la seguridad y permanencia que debe inspirar un buen sistema tributario.
Burocratismo, puesto que la Secretaria de Hacienda y los órganos
jurisdiccionales de tipo fiscal no están fuera, ni podrán estarlo, de la alta
problemática que afecta a todo el sector oficial en ese respecto, debido al
relajamiento que existe derivado de la ruptura de jerarquías, deformaciones
sindicales, sueldos de mínima categoría, ausencia de espíritu de servicio y
algunas conductas deshonestas, además de los vicios que particularmente
existen en la esfera fiscal -limitaciones de acceso a las oficinas, ausentismo de
funcionarios, actitudes de desconfianza, deficiencia en las labores de
orientación, dilaciones altamente perjudiciales para el particular que debe
captar el interés de las más altas autoridades del país para adoptar las
medidas correctivas del caso con especial urgencia, pues el debido
funcionamiento del aparato público deberá jugar un importantísimo papel para
lograr éxito en la apertura internacional que encaramos.

Potestad constitucional en materia de contribuciones

En esta sección se hará referencia a las instituciones que la propia Constitución


autoriza para crear contribuciones, es decir, establecer normas de carácter
general, mediante las cuales se imponga a los particulares la obligación de
aportar una parte de su riqueza para el gobierno, con el fin de que éste realice
las atribuciones que tiene encomendadas.

2.3.1 Potestad de la Federación, de los estados, del Distrito


Federal y de los municipios

Ei sistema impositivo de la república reconoce tres órganos legislativos que


tienen la facultad para establecer contribuciones, a saber:

a) El Congreso de la Unión, que crea las leyes impositivas a nivel federal.


b) Las legislaturas de los estados, que contemplan las legislaciones de
carácter local.
c) La Asamblea Legislativa, órgano representativo y legislativo del Distrito
Federal. Que impone contribuciones por medio del Código Financiero
del Distrito Federal.

Cabe mencionar que, en relación con los municipios, sus ayuntamientos


carecen de potestad tributaria, pues las legislaturas de los estados prevén las
contribuciones que pueden cobrar.

2.3.2 Asignación de campos de contribuciones en el sistema


federal mexicano

La asignación de campos de contribuciones no está definida totalmente en la


Ley Fundamental mexicana, debido a que hay algunas áreas exclusivas para la
Federación y los municipios, y en cuanto a las entidades federativas sólo
existen prohibiciones. Así, se puede decir que la materia fiscal es la siguiente,
de acuerdo con el nivel de gobierno:
Federación

Contribuciones especiales.
El comercio exterior.
Las demás contribuciones necesarias a cubrir el presupuesto.

Municipios

a) Contribuciones relativas a la propiedad inmobiliaria y derechos que se


cobran por los servicios municipales. Que en forma exclusiva establece
el are 115, frac IV, incs a) y c) de la Ley Fundamental.
b) Los demás ingresos que la legislación estatal señale para beneficio de
los ayuntamientos.

Estados

La Constitución no señala un campo específico de contribuciones, de ahí que


resulta válido afirmar que, salvo lo que es competencia exclusiva de la
Federación y los municipios, la legislatura de los estados puede gravar
cualquier hecho o fenómeno económico.

Distrito Federal

Puede legislar en todas las materias, con excepción de las señaladas en forma
exclusiva para la Federación, al igual que los estados, tienen las mismas
limitaciones y prohibiciones de éstos.

2.3.3 Múltiple contribución por uno o varios titulares de la


potestad Fiscal, en el plano Interno y en el internacional
En relación con este asunto, no existe en el art 73 constitucional, que señala la
competencia legislativa del Congreso de la Unión, ninguna facultad para
establecer contribuciones con exclusión de la facultad correlativa de los
estados miembros. El texto citado tan sólo dispone en su fracs VII que el
Congreso fijará las contribuciones necesarias para cubrir el presupuesto. Pero,
repito, no indica que esa facultad de imposición, que por medio de actos
legislativos se atribuye al Congreso, sea una facultad que explícitamente le
corresponde con exclusión de la facultad de las' legislaturas locales.
Así pues, la regla en el sistema federativo mexicano consiste en la
concurrencia, la facultad simultánea, que tienen la Federación y los estados
para imponer contribuciones y sobre esta regla se estructura el sistema
contributivo del país; por un lado, el gobierno federal y, por el otro, los estados
de la república imponen con sus propios y personales criterios las
contribuciones que estiman necesarias.
En cuanto a la competencia tributaria entre la Federación, las entidades
federativas y los municipios, ante la carencia de reglas específicas, sucede con
gran frecuencia que dos o más sujetos activos establecen dos o más
contribuciones sobre el mismo ingreso gravable. Este problema da origen a la
doble tributación. Fernando Vázquez Pando opina al respecto: "El problema de
la doble imposición, sostiene, deriva en última instancia, del hecho de que
nuestro sistema federal implica necesariamente el que las entidades federadas
cuenten con los recursos necesarios para atender a sus necesidades. Lo
anterior da lugar a la coexistencia, dentro del territorio de la república, de una
pluralidad de legislaciones fiscales locales, la cual propicia que en un momento
dado, una misma base impositiva se encuentre gravada en diversas entidades
federadas, en virtud de que frecuentemente las legislaciones locales adoptan
criterios dispares para la atribución de la potestad tributaria.
De igual manera, en el ámbito internacional, uno de los problemas de
mayor importancia es el referente a la doble tributación, que se presenta
cuando un mismo acto u operación celebrado entre sujetos pertenecientes a
distintos países es gravado con dos o más tributos por las respectivas naciones
de origen o residencia de los. Sujetos. Por ello, cabe citar lo siguiente: "La
coexistencia entre las soberanías de los estados y el ejercicio de sus
potestades fiscales dan lugar a distintas formas de coincidencia impositiva
sobre un mismo objeto imponible o sujeto pasivo, lo que da lugar a un
enfrentamiento entre dos o más sistemas impositivos. El efecto inmediato es el
problema de la doble imposición internacional. A corto y mediano plazo pueden
aparecer problemas' tales como la elevación de los precios de' los bienes o
servicios en proporción directa a la doble imposición; barreras al comercio. a la
inversión y al flujo de información tecnológica".
Tal situación. Tanto en el ámbito interno como en el internacional. Se
busca resolver mediante la celebración de convenios de colaboración
administrativa y tratados internacionales. Respectivamente.

2.3.4 Sistemas nacionales de coordinación fiscal y


colaboración administrativa entre la Federación y las entidades
federativas

La solución vigente al problema de la doble imposición se encuentra en la Ley


de Coordinación Fiscal. Publicada en el Diario Oficial de la Federaci6n el 27 de
diciembre de 1978 y que entró en vigor en 1980 tiene como objetivos.
Conforme a lo establecido por el artículo primero de dicho ordenamiento legal.
Los siguientes:

I. Coordinar el sistema fiscal de la Federación. con los estados. municipios


y el Distrito Federal;
II. Establecer la participación que corresponda a las haciendas de dichas
instituciones públicas en los ingresos federales;
III. Distribuir entre esas haciendas las participaciones;
IV. Fijar las reglas de colaboración administrativa entre las diversas
autoridades fiscales. Y
V. Constituir los organismos en materia de coordinación fiscal y dar las
bases de su organización y funcionamiento.

Actualmente. Todas las entidades federativas. Mediante los convenios de


coordinación respectivos. Se han integrado al Sistema Nacional de
Coordinación Fiscal previsto en la ley de referencia. Al respecto es válido
transcribir lo que se expresa en la exposición de motivos:
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no ha
separado las fuentes de tributación que deban corresponder a cada uno de los
niveles de gobierno. Con la excepción de la fracs XXIX del art 73. Que se
adicionó a la Carta Fundamental y que reservó algunas fuentes que se decidió
quedaran gravadas exclusivamente por la Federación; pero en dicha fracción
no quedan comprendidos los principales impuestos federales y. por otra parte.
Nuestra Carta Fundamental no establece impuestos reservados en forma
exclusiva a los estados ni a los municipios.
El sistema constitucional permite a la Federación, en los términos de la
frac VII del art 73, establecer las contribuciones necesarias para cubrir el
presupuesto de gastos de la Federación. Sin que esto quede limitado a los
gravámenes enumerados en la frac XXIX del propio precepto. Los estados, con
apoyo en el art 124, tienen facultad para establecer las contribuciones
necesarias para cubrir los presupuestos estatales, y el art 115 da facultad a las
legislaturas de los estados para decretar los impuestos destinados a cubrir los
gastos públicos municipales.
La circunstancia de que los textos constitucionales no delimitan campos
impositivos federales, estatales y municipales determina que tanto el Congreso
de la Unión como las legislaturas de los estados puedan establecer
contribuciones sobre las mismas fuentes. Cuando ello ocurre se da lugar a la
doble o múltiple tributación interior, consecuencia de la concurrencia o
coincidencia en el ejercicio de facultades impositivas de la Federación y los
estados.
Debe reconocerse que la concurrencia impositiva está permitida en la
Constitución e implicada en la trace IV del art 31 de su texto; pero de ello no
puede derivarse la conclusión de que el Constituyente hubiera querido que
cada fuente quedara gravada con impuestos federales, estatales y municipales.
La conclusión correcta no puede ser otra que la que el Constituyente no juzgó
necesario o conveniente separar las fuentes tributarias exclusivas de la
Federación, los estados y los municipios.
Lo antes señalado no impide, sino por el contrario supone, que tanto el
Congreso de la Unión como las legislaturas de los estados actúen con la
prudencia necesaria para no superponer gravámenes sobre la población
contribuyente. Con esta prudencia ha ocurrido que ciertos gravámenes, como
los relativos a la propiedad raíz, han venido quedando reservados, de hecho, a
los estados y otros, como el dela renta que grava a las empresas, han sido
establecidos únicamente por la Federación.
La prudencia de los legisladores federales y estatales los ha llevado
incluso a buscar acuerdos para que sólo unos u otros graven determinada
materia, compartiendo el producto de su recaudación y estableciendo las bases
de colaboración administrativa en determinados impuestos de interés común
para la Federación y los estados. Surgió así el procedimiento de
participaciones en impuestos, expresamente reconocido en la Constitución, que
ha constituido uno de los principales alivios a los problemas derivados de la
concurrencia impositiva.
El acuerdo entre Federación y estados no se ha limitado a las fuentes de
impuestos señaladas en la Constitución, sino que se ha extendido a otras
contribuciones federales, en las cuales los estados y los municipios reciben
participación a cambio de abstenerse de gravar la misma fuente, Esta
abstención no constituye una restricción o limitación que vulnere la soberanía
de los estados; por el contrario, dicha soberanía se manifiesta y se ejerce
cuando una entidad federativa decide dejar en suspenso la aplicación de sus
propias leyes o no dictarlas, a cambio de recibir participación en el impuesto
establecido por la Federación.
El ejemplo más característico de armonía o coordinación entre
Federación y estado en materia fiscal lo constituyó el impuesto federal sobre
ingresos mercantiles, por medio del cual se establece un gravamen sobre el
comercio y la industria que se comparte entre Federación, estados y
municipios, en relación con el cual sólo legisla la Federación, y los estados han
realizado una amplia colaboración en tareas administrativas.
La uniformidad del impuesto al comercio y a la industria ha facilitado su
desarrollo, al evitar que surjan barreras o restricciones entre los estados, las
más severas de las cuales suelen ser las de carácter fiscal. Ello ha hecho
también innecesario que el Congreso de la Unión haga uso de las facultades
que le concede la frac IV del art 73 de la Constitución política.
Paralelamente y en muy diversas materias, los estados se han venido
acogiendo a participaciones otorgadas por las leyes federales, absteniéndose
de gravar las mismas materias en los términos previstos en aquellas leyes;
pero como el sistema de participaciones se desarrolló históricamente en
diversas etapas y conforme a diferentes criterios, resulta que al conjunto del
sistema tributario federal falta racionalidad en cuanto a la determinación de los
impuestos en que si se otorgan participaciones y aquellos otros cuya
recaudación se destina exclusivamente a la Federación. Falta también
uniformidad y armonía en cuanto al monto y procedimiento para distribuir las
participaciones entre las diversas entidades federativas.
Finalmente, la decisión de la Federación de transformar y modernizar el
impuesto federal sobre ingresos mercantiles y sustituirlo por el impuesto al
valor agregado, como en iniciativa por separado se ha propuesto a Vuestra
Soberanía. Obliga a revisar todos los procedimientos de participación y
reunidos en un solo sistema, al cual la presente iniciativa llama Sistema
Nacional de Coordinación Fiscal.
Dentro de dicho sistema ya no se otorgan participaciones sólo respecto
de ciertos impuestos federales, sino que la parte que corresponde a estados y
municipios se determina en función del total de impuestos federales, incluyendo
aquellos que tradicionalmente se consideraron de recaudación exclusiva de la
Federación, como son los impuestos a las importaciones y a las exportaciones.
El mayor dinamismo. Del sistema fiscal federal, en su conjunto, es comparado
con el de los impuestos federales participables.
Esta relación es de 12.07% en 1978. Es decir, que el conjunto de
participaciones que recibirán los estados en este ejercicio en ingresos
mercantiles, impuestos especiales y otras contribuciones de la Federación es el
12.07% de la recaudación federal total.
Esta iniciativa no propone el aumento de este tanto por ciento, no
obstante que se reconoce, en general, que los estados sufren serias carencias
financieras, pues la relación ingreso-gasto de la Federación no hace posible
efectuar en el ejercicio de 1979 una mayor transferencia, pero al establecer el
por ciento de la misma en la ley evitará que se siga deteriorando este
importante renglón de ingresos de los estados, al mismo tiempo que los hace
compartir el aumento que en el conjunto del sistema fiscal espera la
Federación. Por otra parte, el sistema facilita a futuro mejorar la participación
global de los estados en la medida en que lo permitan las condiciones
financieras de la Federación. Esta mayor transferencia a futuro habrá de
justificarse mediante la asunción, por parte de los estados, de obras públicas y
servicios de carácter local que serán realizados o prestados con más eficacia
por las entidades federativas y que viene realizando la Federación ante la falta
de recursos económicos de aquéllas. Estamos convencidos de que una mejor
distribución del ingreso fiscal entre Federación 'y estados y una reasignación
de atribuciones entre una y otros constituye un instrumento idóneo para el
fortalecimiento de nuestro federalismo. Llegar a dotar de más recursos a los
estados dará a éstos la base económica indispensable para que hagan lo
mismo con 'sus municipios. El fortalecimiento de la institución municipal
constituye la base y garantía de nuestro desarrollo democrático. Por ello, desde
ahora, se mantiene en el contenido de la presente iniciativa la exigencia de que
los estados que se coordinen entreguen a sus municipios cuando menos el
20% de las participaciones que correspondan a aquéllos. Exigencia que no es
nueva y que se recoge de los textos de la Ley del impuesto sobre ingresos
mercantiles, próxima a ser derogada, y de las disposiciones contenidas en la
mayor parte de las leyes que establecen impuestos federales participables. No
se establecen otras medidas en beneficio de la hacienda municipal, en razón
de que, conforme al art 115de la Constitución política, esto es facultad y
responsabilidad de las legislaturas de los estados. Los estados de la república,
en ejercicio de su soberanía, podrán solicitar adherirse al Sistema Nacional de
Coordinación Fiscal, en cuyo caso la Secretaría de Hacienda celebrará con
ellos un convenio de coordinación fiscal que les dará derecho a participar en un
fondo general de participaciones formado con el 13.0% de la recaudación
federal total, que se incrementará con el porciento que represente en dicho
ingreso de la Federación la recaudación de gravámenes locales o municipales
que las entidades convengan en derogar o dejar en suspenso. Dicho fondo
será distribuido entre los estados conforme a las bases establecidas en la ley
que se propone y que se desarrollen en los citados convenios. A cambio de
esta participación, los estados no impondrán gravámenes o los mantendrán en
suspenso, sobre las materias establecidas en las leyes federales relativas a
impuestos participables, modalidad que no se hace extensiva en relación con
otros impuestos en los cuales no ha existido participación a los estados.
El acto de adhesión por convenio al Sistema Nacional de Coordinación
Fiscal tiene importancia relevante para los estados, ya que deja en suspenso,
mientras dura el convenio, algunos de los impuestos establecidos por su
legislatura o impone abstención al propio Estado, por todo lo cual el convenio
se rodea .de formalidades especiales. Debiendo ser aprobado, según lo
dispongan las normas locales, por la legislatura de cada entidad.
Es importante dejar en claro que las entidades federativas no son meras
receptoras de ingresos provenientes de participaciones, sino que son parte
actuante de la administración tributaria nacional, pues de ellas depende
también de forma esencial la mejoría en los sistemas de administración de los
conceptos denominados ingresos coordinados, y algunos son tan importantes
como el impuesto al valor agregado.
El esfuerzo desarrollado por tales entidades federativas es congruente
con las directrices de la planeación nacional y las enseñanzas y experiencias
acumuladas en materia de colaboración administrativa, ya que han demostrado
un desenvolvimiento de su capacidad administrativa, lo cual ha hecho posible
el incremento de los recursos en los tres niveles de gobierno.
En el Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, la colaboración
administrativa ha sido objeto de estrategia y redefinición de quehaceres y
responsabilidades de las entidades federativas, municipios y el gobierno
federal. Por esta razón, se han celebrado convenios y anexos que, a su vez,
han sido sustituidos por otros en las labores especificas por realizar, que son el
resultado de las políticas nacionales.
La firma de un convenio en el que, además de continuar con las
facultades delegadas a los estados, éstas se amplíen obedece a la necesidad
de instrumentar y aplicar el contenido del Plan Nacional de Desarrollo 1995-
2000, en el cual se establece:
Debe mejorar la colaboración administrativa entre la Federación y los gobiernos locales
en materia fiscal. En particular, deben aprovecharse las ventajas comparativas de cada
nivel de gobierno para realizar las tareas de fiscalización, y deben introducirse
incentivos que premien a los gobiernos locales cuando contribuyan a lograr un
cumplimiento amplio y correcto delas obligaciones fiscales.

Por lo mismo, se han celebrado convenios de colaboración administrativa


entre la Secretaria de Hacienda y Crédito Público y los estados, en cuanto a
administración, recaudación, registro, fiscalización, y liquidación de
contribuciones a cambio de estimula que la Federación da a las entidades. Este
tema se analiza con mayor amplitud en el libro Derecho fiscal II.
Como ejemplo de lo anteriormente expuesto se puede hacer alusión al
convenio de colaboración administrativa entre la Federación y el estado de
Morelos, publicado en el Diario Oficial del 19 de noviembre de 1996, en el cual
se incluyeron, entre otros aspectos, nuevas facultades y responsabilidades,
como las correspondientes a la realización de actos de comprobación en
materia del impuesto al valor agregado sin la presencia de la Secretaria de
Hacienda y Crédito Público, mediante un programa coordinado, que se
denominó fiscalización concurrente.
Cabe destacar que, en lo concerniente a dicha materia, el Distrito
Federal celebró el llamado "Acuerdo de la Secretaria de Hacienda y Crédito
Público y del Departamento del Distrito Federal para la Colaboración
Administrativa de este último en materia fiscal federal", publicado en el Diario
Oficial del 23 de mayo de 1997, pero a' partir de la reforma a la Ley de
Coordinación Fiscal, publicada en el Diario Oficial de la Federación del 31 de
diciembre de 2000, en la actualidad ya puede celebrar sus propios convenios
de adhesión y colaboración administrativos.

2.3.5 Competencia de las autoridades administrativas y


organismos autónomos en materia fiscal

Presunción de legalidad de los actos de autoridad

Los actos y resoluciones de las autoridades fiscales se presumirán legales; sin


embargo, dichas autoridades deberán probar los hechos que motiven los actos
o resoluciones cuando el afectado las niegue lisa y llanamente, a menos que la:
negativa implique la afirmación de otro hecho.

En materia fiscal, las autoridades administrativas fundamentales son las


siguientes (véase figs. 2.1 a 2.6):
En el nivel federal

a) Secretaría de Hacienda y Crédito Público

Subsecretaria de Hacienda y Crédito Público


Subsecretaría de Ingresos
Subsecretaría de Egresos
Oficialía Mayor
Procuraduría Fiscal de la Federación
Tesorería de la Federación
Unidad de Coordinación Técnica y Vocero
Unidad de Enlace con el Congreso de la Unión
Servicio de Administración Tributaria (SAT)

Presidencia

- Secretariado Técnico de la Comisión del Servicio Fiscal de Carrera


- Administración General de Tecnología de la Información
- Administración General de Asistencia a! Contribuyente
Administraciones Locales de Asistencia al Contribuyente
- Administración General de Grandes Contribuyentes
Administraciones Locales de Grandes Contribuyentes
- Administración General de Recaudación
Administraciones Locales de Recaudación
- Administración General de Auditoría Fiscal Federal
Administraciones Locales de Auditoría Fiscal
- Administración General Jurídica
Administraciones Locales Jurídicas
- Administración General de Aduanas
Aduanas
- Administración General de Innovación y Calidad
Administraciones Locales de Innovación y Calidad
- Administración General de Evaluación
- Administración General del Destino de Bienes del Comercio Exterior
Propiedad del Fisco Federal
- Unidades Administrativas Regionales

Instituto Nacional de Estadística. Geografía e Informática

b). Organismos fiscales autónomos

• Instituto Mexicano del Seguro Social


• Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores

En el nivel del Distrito Federal

a). Autoridades centrales

b). Secretaría de Finanzas

• Dirección General de Administración Financiera


• Subsecretaria de Egresos
• Tesorería del Distrito Federal
• Procuraduría Fiscal del Distrito Federal
• Dirección General de Informática

c). Tesorería del Distrito Federal

• Subtesoreria de Política Fiscal


• Subtesoreria de Administración Tributaria
- Dirección de Registro
- Dirección de Servicios al Contribuyente
- Dirección de Ingresos.
- Dirección de Ejecución Fiscal
- Administraciones Tributarías
• Subtesoreria de Fiscalización
- Dirección de Programación y Control de Auditorías
- Dirección de Auditorías Directas
- Dirección de Revisiones Fiscales
- Dirección de Evaluación y Procedimientos Legales
• Subtesoreria de Catastro y Padrón Territorial

d. Procuraduría Fiscal del Distrito Federal

• Subprocuraduría de lo Contencioso
• Subprocuraduría de Legislación y Consulta
• Subprocuraduría de Asuntos Penales y Juicios sobre Ingresos
Coordinados
• Subprocuraduría de Recursos y Autorizaciones

e). Comisión de Aguas del Distrito Federal


2.4 Contribuyentes y otros obligados conforme a la
Constitución

En cuanto a los sujetos que deben pagar las contribuciones, ya hemos


mencionado que la Ley Fundamental señala que es obligación de los
mexicanos contribuir para los gastos públicos de la Federación, del Distrito
Federal o del estado y municipio donde residan, de la manera proporcional y
equitativa que dispongan las leyes.

2.4.1 Criterios de vinculación entre los hechos causa de las


contribuciones y los titulares de la potestad fiscal
En esta subsección debe hacerse referencia a la nacionalidad, la residencia y
el lugar del hecho generador.

Nacionalidad

Aquí es importante resaltar que no solamente los nacionales deben pagar


contribuciones, sino también los extranjeros. A pesar de que se establezca
como obligación de los mexicanos para contribuir al gasto público (art 31, frac
IV).
En cuanto a esta obligación, Alfonso Cortina Gutiérrez manifiesta: Si
mexicanos o extranjeros, gozan de los derechos básicos del hombre, también
deben estar colocados en el mismo nivel, en cuanto a sus obligaciones
públicas y entre ellas la del pago de impuesto.
Es así como fácilmente se explica que la obligación de contribuir para los
gastos gubernamentales que establece la frac IV, del art 31 es una obligación
general, a pesar de que literalmente el texto constitucional se refiere a deberes
de los mexicanos. Nunca se ha pretendido interpretar ese texto en ·el sentido
de que los extranjeros están excluidos del pago del tributo.
A su vez, la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
señaló que las empresas extranjeras establecidas fuera del país son causantes
por los ingresos obtenidos de fuentes de riqueza situadas en el territorio
nacional. Dicha tesis pronuncia lo siguiente:

Impuesto sobre la renta, las empresas extranjeras fuera del país son causantes
por los Ingresos obtenidos de riquezas situadas en el territorio nacional. Debe
considerarse que una empresa extranjera, establecida en el extranjero, es
causante del impuesto sobre la renta conforme a lo mandado por el artículo 60,
fracción IV, de la Ley del impuesto sobre lo renta (vigente hasta el 31 de
diciembre de 1964), cuando su ingreso gravable es derivado del tráfico
mercantil de materias primas producidas en México y adquiridas en el país por
un comisionista de la empresa extranjera, ya que, en tales casos, debe
considerarse que la fuente de riqueza de que provienen los ingresos que
modifican su patrimonio se halla ubicado en el territorio nacional.

Residencia
En cuanto a este apartado, cabe señalar que el Distrito Federal, el estado y el
municipio que pueden gravar son los de la residencia de la persona. Dicho
concepto se analiza en el libro Derecho fiscal II.

Lugar del hecho generador

En este apartado es válido aludir a la siguiente disposición legal:

Es obligación del ciudadano de la república inscribirse en el catastro de la


municipalidad, manifestando la propiedad, industria, profesión o trabajo
de que subsista (en 36, frac 1)

En el mismo orden de ideas, es oportuno señalar:

El valor fiscal que figure en el catastro u oficina recaudadora es el que


sirve para fijar el precio de la cosa expropiada (art 27, frac VI)

El art 27 constitucional, en su frac VI, párr. Segundo, enuncia que las leyes de
la Federación y los estados en sus respectivas jurisdicciones determinarán los
casos en que sea de utilidad pública la ocupación de la propiedad privada, y de
acuerdo con dichas leyes la autoridad administrativa hará la declaración
correspondiente. El precio que se fijará como indemnización a la cosa
expropiada se basará en la cantidad que como valor fiscal de ella figure en las
oficinas catastrales o recaudadoras, ya sea que este valor haya sido
manifestado por el propietario o simplemente aceptado por él de un modo
tácito, por haber pagado sus contribuciones con esa base. El exceso del valor o
demérito que haya tenido la propiedad particular por las mejoras o deterioros
ocurridos con posterioridad a la fecha de la asignación del valor fiscal será lo
único que deberá quedar sujeto a juicio pericial y a resolución judicial. Esto
mismo se observará cuando se trate de objetos, cuyo valor no esté fijado en las
oficinas rentísticas.
El hecho generador se puede realizar en: el Distrito Federal, las
entidades federativas o en los municipios, con efectos locales o federales.

2.4.2. El ejecutivo federal y las iniciativas de ley, decretos,


reglamentos y las circulares en materia fiscal.

En lo concerniente a este apartado. Cabe destacar las facultades que la


Constitución otorga al titular del Ejecutivo federal.

El Ejecutivo federal hará llegar a la Cámara de diputados las


correspondientes iniciativas de leyes de ingresos y los proyectos de
presupuestos a más tardar el 15 de noviembre de cada año (sólo el 15 de
diciembre por cambió de poderes) (art 74, frac IV).

Del art 74, frac IV, párr. Segundo, de la Constitución política federal se
desprenden dos aspectos importantes:
a) El titular del Ejecutivo federal es el único que puede hacer llegar a la
Cámara de diputados las iniciativas de leyes de ingresos y los proyectos
de presupuesto.
b) El presidente de la república tiene como fecha límite para presentar
las iniciativas de referencia el 15 de noviembre o hasta el 15 de
diciembre cuando inicie su encargo en la fecha prevista por el art 83
constitucional, esto es, por cambio de titular del Ejecutivo federal.

Se ha justificado que el Ejecutivo federal tenga la facultad exclusiva de


proponer las iniciativas de proyectos de ingresos, por considerarse que "... está
en mejores condiciones que el propio Legislativo para reconocer las
condiciones particulares económicas del país y, por consecuencia, se
determinan las posibilidades del mismo para contribuir a los fondos públicos".
En ese sentido, el secretario del despacho correspondiente debe
comparecer a dar cuenta de las iniciativas de proyectos.

No se debe modificar la Ley de Ingresos, ni el presupuesto de egresos o


gastos.

Esta afirmación se realiza debido a que la justificación de la anualidad de


presupuesto tiene como objetivo lo siguiente:

a) Controlar al Ejecutivo, de modo que tal práctica iniciada bajo


forma de voto anual del impuesto se transformó en un medio
efectivo de conocer, vigilar y limitar la acción general del gobierno
en la democracia clásica.
b) Asimismo, en Francia, resultó un medio eficaz para poner fin al
desorden y despilfarros del antiguo régimen.

Casos de excepción

1. En tiempo de guerra, los militares podrán exigir alojamiento, bagajes,


alimentos y otras prestaciones en los términos que establece la ley
marcial respectiva (art 16, párr. decimotercero)

Esta disposición legal autoriza la creación de verdaderos tributos especiales,


en tiempo de guerra y limitado a los términos que establezca la ley marcial. Es
una excepción a la regla general que se justifica por el estado de crisis a la que
éstos corresponden, lo cual supone también, indudablemente, una suspensión
previa de las garantías constitucionales en términos del art 29 de la Carta
Magna.

2. El Ejecutivo federal podrá ser facultado por el Congreso de la Unión


para aumentar, disminuir o suprimir las cuotas de las tarifas de
exportación e .: importación expedidas por el propio Congreso, y para
crear otras, así como para restringir o prohibir las importaciones, las
exportaciones y el tránsito .: de productos, artículos y efectos (art 131,
párr. segundo)
De la lectura del párr. Segundo del art 131 constitucional se advierte que el
Ejecutivo podrá ser facultado por el Congreso de la Unión para lo siguiente:

 Aumentar, disminuir o suprimir las cuotas de las tarifas de


exportación e importación. Expedidas por el propio Congreso y
para crear otras;
 Restringir o prohibir las importaciones, las exportaciones y el
tránsito de productos, artículos y efectos, cuando lo estime
urgente a fin de regular el comercio exterior;
 La economía del país;
 La estabilidad de la producción nacional;
 Realizar cualquier otro propósito en beneficio del país, y
 El propio Ejecutivo, al enviar al Congreso el presupuesto fiscal de
cada año, someterá a su aprobación el uso que hubiese hecho de
la facultad concedida.
En México se exige que el Ejecutivo dé cuenta al Congreso del ejercicio de
dicha facultad. Un caso específico de delegación de facultades para legislar en
materia tributaria se encuentra en el art 131, párr. 11, de la Constitución
federal.

Importancia económica del arancel

En el del 8 de diciembre de 1890, se publicó en el ramo hacendario una


circular, que en la parte conducente destaca; cualquiera que sea el sistema
económico adoptado por una nación para facilitar la distribución y producción
de su riqueza, para hacer el consumo más extenso y para dar al trabajo la más
alta retribución, la ley que viene a resolver todas estas cuestiones es el arancel
de aduanas marítimas y fronterizas, que no puede ni debe tomarse sólo como
el complicado mecanismo fiscal de un pingüe impuesto directo; sino más bien
con el criterio moral y económico, de cuyas reglas depende en su mayor parte
el progreso material del país; porque el arancel en sus principios
fundamentales sofoca o desarrolla la producción; restringe o ensancha el
comercio; causa la baja o alza de los salarios; atrae los capitales del exterior o
retrae los del interior; paraliza o impulsa el trabajo: imprime moralidad a la
población o viene a determinar un extenso contrabando; decide qué industrias
han de progresar o perecer, acerca o aleja a la nación de la amistad de las
potencias extranjeras, estrechando o aumentando las relaciones mercantiles
con el mundo civilizado, y por último porque a esa ley se debe en último
resultado la baratura o carestía en los mercados y el aumento o decadencia en
la circulación de la riqueza.
La gran importancia económica del arancel, en que en todos los pueblos
es la primera de las leyes económicas, exige de parte de los gobiernos el más
constante y profundo estudio, así para cada una de las cuotas de la tarifa,
como para recopilar el mayor número posible de datos en que fundar sus
resoluciones, así es que afectando esta Ley Suprema los más graves intereses
que se relacionan con la unidad de la república, natural ha sido que la
Constitución declarase facultad exclusiva del poder federal expedir el arancel.
Por lo que hace a las circulares, cabe remitirse a la sección de este libro
donde se mencionan.
Administración pública hacendaria y publicación de la Ley de
contribuciones

Dicha administración debe ajustarse a las contribuciones y demás


recursos contemplados en la Ley de ingresos y regirse por los principios que a
continuación se enumeran y aparecen en el anteproyecto de reformas para el
Código Financiero del Distrito Federal para el año 2001, a saber:

I. Proporcionalidad: los contribuyentes deben contribuir a los gastos


públicos conforme a su capacidad económica;
II. Equidad: es igualdad que se traduce en que los gobernados deben
recibir el mismo trato cuando se ubican en similar situación jurídica o
de hecho;
III. Justicia social fiscal: son las disposiciones que protegen a los
sectores de la población más pobres, necesitados y con menor
capacidad contributiva de la ciudad de México;
IV. Simplicidad: consiste en que el sistema de contribuciones y su
organización sea sencillo y que no represente obstáculos para la
autoridad ni para el sujeto pasivo;
V. Eficacia: consiste en que la administración pública debe atender y
resolver con prontitud la aplicación de las normas legales. para lo
cual se tienen que considerar las medidas siguientes:

a) Dar la oportunidad de que el contribuyente se defienda y


comprender los problemas que le aquejan. En el cumplimiento de
sus obligaciones fiscales. Y en su caso, si le asiste. Darle la
razón;
b) Actuar la autoridad con imparcialidad y sin beneficiarse ni
aprovecharse del problema o errores del contribuyente;
c) Actuar con la severidad que la ley establezca cuando el caso lo
amerite sin intimidar al contribuyente;
d) Respetar la norma tributarla cuidando que la actuación de la
autoridad ante el contribuyente no sea vejatoria u ofensiva;
e) Infundir confianza para que el contribuyente se acerque y
exponga sus problemas resolviendo con prontitud las consultas e
incluso realizar una labor de asesoramiento, y
f) Aplicar la norma fiscal con toda ponderación y cuidado, evitando
arbitrariedades y molestias injustificadas a los contribuyentes.

VI. Capacidad: se lleva a cabo mediante la creación y seguimiento


permanente de un programa de capacitación para todo el personal,
tanto administrativo como técnico a efecto de allegarles los
elementos e instrumentación que sean novedosos en la actividad o
trabajo que se desempeñe dentro de la administración tributaria;
VII. Cultura fiscal: se traduce en fomentar el conocimiento de la norma
fiscal tanto por el sujeto pasivo como por el fisco. Para el debido
cumplimiento de las obligaciones y derechos en materia fiscal.
VIII. Publicidad: es la edición de folletos de información administrativa y
técnica. los cuales. Si bien se establecen para el mejor manejo del
contenido de las obligaciones y derechos del contribuyente. También
deben ser conocidos y manejados por la autoridad.

2.4.3. Poder judicial de la Federación y jurisprudencia

Administración de la justicia fiscal La justicia no debe medirse en el


número de tribunales creados, así por la prontitud con que esta se imparta y
por el número de casos resueltos ante la propia autoridad, dado que debe de
tenerse presente siempre que muchas controversias se puedan solventar ante
las autoridades tributarias, con base al dicho popular de que “ms vale un mal
arreglo que buen pleito”. Además, se debe tener presente que una de las
facultades primordiales y fundamentales del Estado es impartir justicia, y esta
debe realizarse en la implementación en la relación físico-contribuyente en
forma inmediata, y evitar que en muchos casos se litiguen y que pocos asuntos
sean los que realmente se convierte ante juzgados.

2.4.4. Los poderes de los estados y sus atribuciones en materia


de contribuyentes.
Potestad tributaria de las entidades federativas

a) El poder tributario de los estados se localiza en forma expresa en el art


31 • frac IV. De la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, la cual señala en una de sus partes que es obligación de los
mexicanos contribuir para los gastos públicos así de la Federación.
Como del Distrito Federal o del estado y municipio en que residan. De la
manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes;
b) Por lo que hace a las prohibiciones y límites de las legislaturas de los
estados en materia impositiva. Se remite a lo señalado en relación con lo
establecido por los arts. 73. Frac XXIX-A; n s, frac IV; 117. Fracs IV. V.
VI. VII Y IX. Y 131 constitucionales;
c) Acerca de que hay concurrencia tributaria entre la Federación y los
estados. para evitar repeticiones. Se remite a lo dicho en el capítulo
respectivo. Sin embargo. Tiene que tenerse siempre presente. Por los
defensores de la soberanía y autonomía de las entidades federativas. lo
dispuesto por el art 124 constitucional. El cual señala que las facultades
que no están expresamente concedidas por la Constitución a los
funcionarios federales. Se entienden reservadas a los estados. Y
d) Una ley del Congreso de la Unión. Como legislador ordinario. No puede
limitar las facultades constitucionales en materia impositiva de los
estados o del Distrito Federal. En virtud de que. Con fundamento en. Los
arts. 40 y 1·24 constitucionales, los estados tienen facultades para
legislar en aquellas materias que no son exclusivas del Congreso de la
Unión.

En ese orden de ideas, son aplicables las tesis jurisprudenciales siguientes:


Impuestos. Sistema constitucional referido a la materia fiscal.
Competencia entre la Federación y las entidades federativas para decretarlos.
Una interpretación sistemática de los preceptos constitucionales que se refieren a
materia impositiva determina que no existe una delimitación radical entre la
competencia federal y la estatal, sino que es un sistema complejo y las reglas
principales las siguientes: a) concurrencia contributiva de la Federación y los estados
en la mayoría de las fuentes de ingresos (artículos 73, fracción VIl, y 124); b) limitación
a la facultad impositiva de los estados mediante la reserva expresa y concreta de
determinada materia a la Federación (artículo 73, fracción XXIX), y e) restricciones
expresadas a la potestad tributaria de los estados (artículos 117, fracciones IV, V, VI Y
VII, Y188).
Leyes de ingresos de los estados. Pueden derogar leyes fiscales especiales.
(Decreto número 29 del Congreso del estado de Guanajuato.) Este tribunal ha
sostenido el criterio de que las leyes de ingresos de la Federación pueden derogar
leyes fiscales especiales, ya que si bien tales ordenamientos tienen vigencia anual y
constituyen un catálogo de impuestos, también contienen otras disposiciones de
carácter general que tienen por objeto coordinar la recaudación de las contribuciones y
que las leyes de ingresos poseen la misma jerarquía normativa que los ordenamientos
fiscales de carácter especial y, por tanto, pueden modificarse y derogarlas en
determinados aspectos necesarios para una mejor recaudación impositiva. Por
igualdad de razón debe seguirse el mismo criterio para las leyes locales, pues si bien
en materia federal se habla de leyes especiales, ello es porque en materia impositiva
federal no existe una sola ley sino que se ha expedido una ley para cada materia; y, por
el contrario, en las entidades federativas casi no existen leyes impositivas por materia,
sino que todos estos renglones se 'encuentran en la Ley de Hacienda de cada 'estado,
con lo cual no contraría en nada el criterio del Pleno antes transcrito. En consecuencia,
el Decreto 29 del Congreso del estado de Guanajuato que aprueba el presupuesto de
ingresos, egresos y tarifas que regirán en el municipio de Celaya. Guanajuato, durante
mil novecientos cincuenta y siete, sí se pue- . De derogar una disposición que regule la
misma materia y que se encuentre contenida en la Ley de Hacienda Municipal del
Estado de Guanajuato, sin que exista violación de los artículos 49, 71 Y72 de la
Constitución federal.

Prohibición para los estados de emitir estampillas y papel sellado

Ernesto Flores Zavala, respecto del art 117, frac III, de la Constitución
general de la república, observa: ..... Se reconoce la facultad exclusiva de la
Federación para la emisión de estampillas o papel sellado, que se justifica,
como el monopolio sobre la moneda, por razones de control de su legalidad, y
de esta manera se atribuye el Impuesto del timbre en forma exclusiva a la
Federación", En cuanto a esta frac III, del art 117 constitucional, Emilio
Margáin Manautou formula lo siguiente:
Los estados no pueden en ningún caso emitir... estampillas ni papel
sellado. ¿Cuál es la razón de esta prohibición?
Nunca he podido encontrar la justificación de esta prohibición, la que
constantemente es violada por algunas entidades, como el gobierno del Distrito
Federal, el Estado de México y algunas otras en que el impuesto que grava la
enajenación o la producción de bebidas alcohólicas se acredita mediante la
adherencia al envase de marbetes o de un sellado.
El marbete en realidad es una especie de estampilla, que, como forma
de control del gravamen, es sumamente eficaz.
Respecto al monopolio de estampillas y papel sellado que tiene la
Federación, más que por control de la legalidad, me inclino por la postura del
último de los autores mencionados, en el sentido de que no se justifica tal
prohibición para los estados.

2.4.5. Las atribuciones de los ayuntamientos en materia de


contribución.
Integración de la hacienda municipal

En lo concerniente al municipio, el art 115, frac IV, de la Ley Fundamental


mexicana, dispone que los municipios administrarán libremente su hacienda, la
cual se formará de los rendimientos de los bienes que les pertenezcan, así
como de las contribuciones y otros ingresos que las legislaturas establezcan en
su favor, y en todo caso por:

a) Las contribuciones, incluyendo tasas adicionales, que establezcan los


estados sobre la propiedad inmobiliaria, de su fraccionamiento, división,
consolidación, traslación y mejora, así como las que tengan por base el
cambio de valor de los inmuebles. Los municipios podrán celebrar
convenios con el Estado para que éste se haga cargo de algunas de las
funciones relacionadas con la administración de esas contribuciones.
b) Las participaciones federales, que serán cubiertas por la Federación 'a
los municipios con arreglo a las bases, montos y plazos que anualmente
se determinen por las legislaturas de los estados.
c) Los ingresos derivados de la prestación de servicios públicos a su cargo.

Las leyes federales no limitarán la facultad de los estados para establecer


las contribuciones a que se refieran los incisos al y el, ni concederán
exenciones en relación con las mismas. Las leyes estatales no establecerán
exenciones o subsidios respecto a las mencionadas contribuciones, en favor de
persona o institución alguna. Sólo estarán exentos los bienes del dominio
público de la Federación, de los estados o de los municipios, salvo que tales
bienes sean utilizados por entidades paraestatales o por particulares, bajo
cualquier título, para fines administrativos o propósitos distintos a los de su
objeto.
Las legislaturas de los estados aprobarán las leyes de ingresos de los
ayuntamientos y revisarán sus cuentas públicas. Los presupuestos de egresos
serán aprobados por los ayuntamientos con base en sus ingresos disponibles.
Para mayor exactitud se mencionan en seguida los servicios que
constitucionalmente debe tener a su cargo el municipio y cuyos ingresos que
perciba por tal concepto tienen derecho a recibir. La frac III del precepto
constitucional aludido señala los siguientes:

 Agua potable y alcantarillado;


 Alumbrado público;
 Limpia;
 Mercados y centrales de abasto;
 Panteones;
 Rastros;
 Calles, parques y jardines;
 Seguridad pública y tránsito; y
 Los demás que las legislaturas locales determinen según las
condiciones territoriales y socioeconómicas de los municipios, así como
su capacidad administrativa y financiera,
Dichos servicios pueden prestarlos los municipios con el concurso de los
estados cuando así fuere necesario; además, los municipios de un mismo
estado, previo acuerdo ante sus ayuntamientos y con sujeción a la ley, podrán
coordinarse’, y asociarse para la más eficaz prestación de los servicios públicos
respectivos.
El contenido del art 115, en sus fracs III y IV transcrito, corresponde en gran
medida al decreto por medio del cual se reformó y adicionó el precepto de
referencia, publicado en el Diario Oficial de la Federación del 3 de febrero de
1983.

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