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1. EL PROESSAT, UNA HERRAMIENTA PARA LOS TRABAJADORES
Se pueden capturar datos de fuentes primarias (las generadas para los fines de la propia
investigación) o de fuentes secundarias (las generadas con otros fines diferentes a los de
la investigación). Para el primer caso se almacenan los datos de los instrumentos
incorporados en el programa (Guía para el Estudio de las Condiciones de Seguridad e
Higiene en los Centros de Trabajo y Encuesta Individual para la Evaluación de la Salud de
los Trabajadores). Para el segundo caso, almacenamiento de fuentes secundarias, se
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pueden usar los datos que se generan en el centro de trabajo y en las instituciones
asistenciales.
Además de lo hasta aquí descrito, este documento incorpora otros elementos que
posibilitan un mejor uso del programa. Entre ellos están: a) Las diferentes técnicas y
porcedimientos para procesar la información y las características y el uso que se le puede
dar a cada uno de ellos; b) La manera en que se agruparon los riesgos y las exigencias
laborales y la explicación o el por qué de este agrupamiento; c) Las diferentes formas en
que se agrupó la morbilidad y qué tipo de trastornos y patologías quedaron incluidas y bajo
qué condiciones; y, por último, d) Algunas propuestas para la construcción de índices que
sinteticen la información, para poderla trabajar mejor desde los puntos de vista
epidemiológico y estadístico.
Para construir una base de datos sobre las características de la reproducción de los
trabajadores y la salud generalmente se requieren, como ya se mencionó, dos grandes
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tipos de fuentes de información: las que provienen de fuentes secundarias -es decir, de
aquella información útil para el estudio, pero que se recogió para otros propósitos- y las
que provienen de fuentes primarias -o sea, aquélla que se recoge específicamente para
las necesidades del estudio.
Entre las fuentes secundarias más usuales para capturar, procesar y analizar información
en el PROESSAT están:
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pesar de que a veces puede ser una fuente de información poco confiable, permite
tener una idea de la incidencia de las enfermedades y accidentes, o sea, de los casos
que han aparecido a lo largo de un período de tiempo. La encuesta, por el contrario
recoge predominantemente la prevalencia de las enfermedades.
La información de fuentes secundarias puede ser valiosa. Sin embargo, su uso representa,
en nuestra experiencia, una serie de dificultades. La primera es tener acceso a la misma.
En segundo lugar, aun cuando se cuenta con ella, su calidad es frecuentemente deficiente,
debido a un registro incompleto de la variable bajo estudio, o debido a los criterios de
clasificación utilizados, particularmente en lo referente a la integración diagnóstica. Es por
ello necesario conocer cómo se recoge y analizar qué tipo de sesgos puede tener.
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3. LA RECOLECCIÓN DE INFORMACIÓN
Los instrumentos que aquí se discuten son: la Guía para el Estudio de las Condiciones de
Seguridad e Higiene en los Centros de Trabajo y la Encuesta Individual para la Evaluación
de la Salud de los Trabajadores, dado que son las herramientas que, por ahora, tiene
incorporados este programa.
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posteriormente, si es el caso, realizar estudios a mayor profundidad sobre alguno o
algunos de los problemas encontrados. Para ello se utilizan otro tipo de estudios, cuya
función principal es confirmar la información recogida por medios más sencillos y menos
costosos. Desde nuestra perspectiva, los estudios integrales, como el que aquí se
propone, son la fuente principal de conocimiento sobre la salud laboral y permiten hacer
propuestas y tomar medidas casi de manera inmediata. Además, tienen dos ventajas
prácticas, por un lado, facilitan el estudio a personas o grupos interesados en esta materia
y, por otro lado, pueden aplicarse masivamente en los centros de trabajo. Entre otras
razones, porque se incluye una encuesta individual de autollenado que puede aplicarse
simultáneamente a un número muy grande de trabajadores.
Es importante mencionar que tanto el programa como los instrumentos que aquí hemos
generado son flexibles, es decir, que pueden variar según las necesidades de cada
estudio particular. Así, pueden usarse los dos instrumentos o sólo uno de ellos, pero
también puede utilizarse sólo una parte de los mismos. Un ejemplo muy claro de esto está
en la encuesta individual donde se incluye, entre otros aspectos, el de trabajo doméstico.
Habrá grupos de trabajadores o investigadores que no les interese incluirlo porque no
tiene que ver con su objeto de investigación, entonces se puede eliminar todo el apartado
de la encuesta que desean aplicar. Así tambien podría ser de interés sólo incluir este
apartado de la encuesta, si ello satisface los fines de la investigación. También, como en el
ejemplo anterior, se pueden eliminar algunas partes muy puntuales de la encuesta, por
ejemplo, algunos riesgos o exigencias específicos y dejar los demás. o, por ejemplo, se
pueden incluir algunas variables no contempladas de antemano. Para ello hemos creado
la variable grupo en diferentes partes del programa.
También es importante decir que entre los dos instrumentos hay información repetida. Es
el caso del apartado sobre condiciones de seguridad e higiene que contempla la encuesta
y la guía o, por ejemplo, los riesgos físicos o químicos. Es evidente que una posibilidad es
eliminar esta información repetida de alguno de los dos intrumentos. Sin embargo, hemos
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hecho esto para poder confrontar ambas fuentes de información, ya que una de ellas
procede de la observación del propio investigador y/o de la entrevista con uno o varios
informantes y, la otra, procede de la percepción de toda la población o de una muestra de
los trabajadores de la empresa. Es evidente que estos instrumentos pueden aplicarse
también sólo en un departamento, en una área o en un puesto de trabajo en particular o en
cualquier grupo de trabajadores que tengan interés en conocer sus condiciones de salud,
así como las causas de éstas.
En esta propuesta, para captar las condiciones de seguridad e higiene, se han adoptado
las dos primeras vías. Cuando en un estudio estas dos vías no satisfagan en su totalidad
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la visión integral sobre la seguridad e higiene del centro de trabajo se tendrá que recurrir a
la medición con los instrumentos adecuados.
Esta Guía es una adaptación de la propuesta de Franco (1998) y tiene por objetivo
proporcionar una visión integral de los aspectos de seguridad e higiene en un centro de
trabajo. Facilita la detección oportuna de los problemas que dañan la salud de los
trabajadores y permite un seguimiento para analizar los cambios y evaluar los resultados
de las acciones emprendidas.
La Guía puede ser aplicada por gente con conocimientos especializados en el área
referida. Sin embargo, se han puesto especificaciones muy precisas para que personas
poco avezadas en el campo también puedan aplicarla. Tal es el caso de: los inspectores
del trabajo, los administradores de las empresas, muchas personas en diferentes
instancias gubernamentales y, de manera importante, los trabajadores que participan en
estas actividades en las empresas, como son los comisionados de higiene y seguridad.
Permite evaluar, de una manera rápida y eficiente, los principales problemas de seguridad
e higiene que se encontraron en la empresa y, por lo tanto, programar las acciones que
son necesarias para corregirlos, así como evaluar permanentemente las acciones en esta
materia. La propuesta sugiere llevar a cabo una verificación y un diagnóstico por lo menos
una vez al año, o cada tres meses si hay problemas especiales que seguir.
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Se puede aplicar una guía para toda la empresa o guías específicas por área,
departamento, servicio o puesto, dependiendo de las dimensiones y características del
centro laboral en estudio. Esto se debe a la necesidad de estudiar separadamente
procesos de trabajo diferentes e independientes uno de otro, aun en el mismo centro
laboral.
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Una de las importantes ventajas de esta encuesta es que se llena por el propio trabajador
sin necesidad de un "encuestador" capacitado para ello. Esto obviamente no es posible,
cuando se trata de trabajadores que no saben leer y escribir. En esos casos cualquier otro
trabajador puede ayudarles. La ventaja de este procedimiento es que la encuesta puede
aplicarse simultáneamente a un número grande de trabajadores. Así, la tarea del
"encuestador" consiste en explicar las características de la misma y resolver las dudas que
se presenten al contestarla. Es muy importante, sin embargo, que al recoger las encuestas
se revisen cada una de ellas, para evitar que haya datos faltantes (no respuesta).
En esta encuesta hemos puesto atención en que se pueda diferenciar con cierta
precisión quiénes son los más expuestos a los diversos riesgos y exigencias en
relación con los poco o los no expuestos. Esto facilita el análisis cuando se comparan
diferentes grupos y se relacionan con sus problemas de salud.
Es necesario tener presente que no todos los riesgos y exigencias se tratan con la
misma precisión. Así, por ejemplo, es diferente la precisión con que se puede recoger
el ruido o el calor o la iluminación que ciertos riesgos como gases o vapores donde la
percepción del trabajador puede ser mucho menos precisa. Asimismo sucede con las
exigencias donde algunas como la rotacion de turnos, el trabajo nocturno, las horas
extras o el doble turno son fáciles de precisar y de cuantificar, ya que estas están
presentes o no, pero no sucede lo mismo con otras como la atención excesiva, el
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trabajo aburrido o la responsabilidad en la tarea donde es menos precisa la
información que proporciona el trabajador.
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4. LAS FORMAS DE PROCESAMIENTO Y ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN
Este capítulo contiene dos partes bien diferenciadas. En la primera se aborda la forma en
que en el PROESSAT se procesa y analiza la información de la Guía para el Estudio de
las Condiciones de Seguridad e Higiene en los Centros de Trabajo. En la segunda, se
muestran las amplias y diversas maneras en que se pueden procesar los datos de la
Encuesta Individual.
Una vez conocido el total esperado se obtiene el total real (TR), el cual se conforma
del número de respuestas contestadas como SÍ (con valor de 1), como PM (con valor
de 0.5) o como NO (valor de 0). De ahí se obtiene el porcentaje de cada capítulo al
dividir el total real entre el total esperado y multiplicarlo por 100, lo que se denominó
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Nivel de Eficacia (NE) para cada uno de los capítulos o apartados estudiados. Se
puede convertir la expresión numérica en una expresión literal, lo cual permite
reconocer fácilmente el Nivel de Eficacia, como se observa en el cuadro 1.
Cuadro 1
NIVEL DE EFICACIA
Es pertinente aclarar que el criterio para asignar los rangos o categorías mencionadas
en el cuadro 1 es variable y se fija de acuerdo a los resultados obtenidos en estudios
previos y a la experiencia conseguida en pruebas piloto o pruebas más completas. En
este caso, los rangos del nivel de eficacia asignados son producto de la experiencia
adquirida durante la aplicación parcial o total de la guía en varios centros de trabajo,
ya que no existen experiencias de esta naturaleza que pudieran servir como base para
establecer dichos rangos.
Una manera práctica y sencilla de mostrar los resultados es utilizar un cuadro y una
gráfica de resumen de la información recogida en la Guía. Así, se elaboró:
1. Un cuadro general del centro laboral, que contiene los resultados de los 15
capítulos contenidos en la Guía, ordenado descendentemente de acuerdo al nivel
de eficacia encontrado. Esto quiere decir que aparecerán en primer lugar aquellos
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capítulos o apartados más problemáticos en el centro laboral estudiado. Este tipo de
cuadro ayuda a una más sencilla y rápida interpretación de los resultados (véase
cuadro 2). La información contenida en este cuadro, también se presenta en una
gráfica de barras.
Cuadro 2
CUADRO GENERAL
SOBRE EL NIVEL DE EFICACIA DE LOS 15 CAPÍTULOS
QUE VALORAN LAS CONDICIONES DE SEGURIDAD E HIGIENE
EN UNA EMPRESA
NIVEL DE EFICACIA
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Si existen posibilidades, una medida de gran utilidad para sustentar el por qué de los
resultados obtenidos en la Guía es la evidencia fotográfica o filmada,
primordialmente cuando la evaluación ha sido negativa para el centro laboral. Este
material gráfico ofrece al observador la prueba objetiva de las fallas o problemas que
enfrenta el centro de trabajo.
Todas las variables incluidas en la encuesta individual se pueden relacionar entre sí.
Las variables incluidas abarcan los siguientes elementos: datos generales y
demográficos, calidad de vida y trabajo doméstico, proceso de trabajo, riesgos y
exigencias y daños a la salud.
Este apartado contiene una descripción de algunos de los procedimientos y técnicas más
utilizados para llevar a cabo un mejor procesamiento y análisis de la información. Para ello
se precisa primero conocer algunos elementos básicos de lo que son las variables. Es, por
así decirlo, un paso necesario para poder entender mejor el contenido de este capítulo.
La metodología no sólo aborda las categorías esenciales y los pasos de una investigación
científica, sino las formas de operacionalización de esas categorías y las formas en que se
captan en la realidad. Para ello es necesario el uso de las variables, ya que éstas nos
permiten acercarnos de una manera ordenada a la calificación y cuantificación de los
procesos y de los fenómenos. Las variables no captan la complejidad de estos procesos,
aunque sí alguna faceta de ellos. Sin embargo, a través de ellas podemos sistematizar los
elementos que nos interesa estudiar.
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Se entiende por variable toda característica investigada en una población que puede
asumir diferentes valores o grados de intensidad entre los diferentes individuos que la
conforman o incluso en un solo individuo. (Rajs, s/f)
Las variables pueden ser de dos tipos: cualitativas y cuantitativas. Las primeras son
variables no mensurables en términos numéricos; las segundas se miden mediante
instrumentos o escalas numéricas de cierta precisión.
Las variables cualitativas, como lo son la mayoría de las que usamos en salud laboral,
como el sexo, el área, el puesto, los riesgos, las exigencias o las enfermedades pueden
ser de dos tipos: nominales u ordinales. Las primeras se refieren a nombres que
asignamos a las clases o categorías de que se conforman sin ningún orden o jerarquía.
Por ejemplo, el sexo (femenino o masculino) o el área de trabajo (depende de las áreas
que conformen el centro laboral estudiado). Las segundas, las ordinales se refieren a
cierta escala en donde ya existe necesariamente un orden o jerarquía. Por ejemplo, el
grado de exposición (alto, medio o bajo).
Estas variables cualitaitvas pueden ser muy simples o muy complejas, tanto desde su
concepción (es decir, desde su constitución como categorías y su operacionalización)
como desde la construcción de las escalas para su clasificación.
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Así, por ejemplo, clasificar a los trabajadores expuestos y a los no expuesto puede ser muy
difícil cuando se habla de ruido, de mala iluminación, de polvo, de trabajo monótono o de
posiciones incómodas. El problema es cuándo y a quién vamos a considerar como
expuesto si pueden existir una serie de gradaciones en cada caso. De la misma manera
sucede con los enfermos y las enfermedades. A quiénes vamos a considerar enfermos o
con alguna enfermedad. Nos tendremos que preguntar cuáles son los síntomas y signos
que permitan conformar una entidad mórbida. Clasificar a una persona en enferma o no
enferma es muy difícil, lo mismo sucede con la detección de muchas enfermedades. La
frontera entre uno y otro caso es sumamente difícil de precisar. Sin embargo, es imperativo
hacer ese esfuerzo a pesar de los errores que pueda conllevar.
En las variables cualitativas muy complejas las clases o categorías pueden confundirse
unas con otras, así que generalmente el investigador fija esos criterios para cada situación
particular. En esta propuesta nosotros hemos asumido ese riesgo para elaborar los
diagnósticos presuntivos, o sea, este conjunto de trastornos, enfermedades y accidentes
que hemos consignado.
En esta propuesta hemos incluido un número muy importante de variables. Dentro de ellas
las hay también cualitativas y cuantitativas, entre éstas últimas, discretas y continuas. Sin
embargo, la mayoría de las variables incluidas son cualitativas (de ahí que el análisis,
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como se verá más adelante, se lleve a cabo por medio de tablas tetracóricas y de pruebas
estadísticas como la ji cuadrada).
Las principales variables continuas que contiene el programa son la edad y la antigüedad.
Éstas se pueden trabajar como tales, cuando se quiere aprovechar toda la riqueza de la
información, pero también pueden agruparse en clases o categorías para trabajarlas como
variables cualitativas y poder llevar a cabo el análisis de una forma similar al resto del
programa.
Sin embargo, las variables, desde otra perspectiva, de acuerdo a las características que
comparten en esta propuesta en relación con el trabajo y la salud, se pueden dividir en
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cinco grupos: I. Generales; II. Calidad de vida y de trabajo doméstico; III. Condiciones de
trabajo; IV. Riesgos y exigencias laborales; y V. Daños a la salud.
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población o de la probabilidad de enfermar es la base para poder hacer cualquier cálculo
epidemiológico o estadístico. Las frecuencias absolutas, pese a sus limitaciones, son
imprescindibles para poder obtener cualquier frecuencia relativa e, incluso, para calcular el
riesgo relativo o cualquier prueba de significancia estadística.
En otro sentido, es también importante aclarar que algunas variables generales como la
edad y la antigüedad no están agrupadas de antemano, como sucede en el caso de las
áreas que ya están fijadas en cada empresa o de los puestos de trabajo, sino que con
estas variables tenemos que decidir cómo queremos agruparlas. Para ello debemos
consultar el mismo programa que ya tiene algunas formas de agrupamiento y decidir de
entre ellas cuál es la más conveniente para nuestro estudio o proponer una forma de
agrupar esas variables.
Las proporciones son la fracción de una serie de sucesos o entidades que figuran en el
numerador con respecto al total de sucesos o entidades del mismo género que figuran en
el denominador. Por ejemplo, la fracción de accidentes en un centro de trabajo en un año
con respecto al total de accidentes laborales a nivel nacional el mismo año; o la fracción de
enfermedades ocupacionales con relación al total de daños reconocidos como del trabajo
en un centro laboral. Las proporciones, de esta manera, no son más que los porcentajes,
pero expresados como fracciones, o sea, menores a la unidad.
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Parte del todo
PROPORCIÓN = (siempre menor de 1)
Total de eventos
Los porcentajes son la parte de una serie de sucesos o entidades que figuran en el
numerador con respecto al total de sucesos o entidades del mismo género que figuran en
el denominador, pero multiplicados por cien. Como se puede ver, las fracciones y los
porcentajes expresan lo mismo, sólo que aquéllas tienen de referente la unidad y éstos
100. Por ejemplo, la parte que representa una enfermedad en un grupo de trabajadores
con respecto al conjunto de las enfermedades de ese grupo. Esto se puede expresar como
un porcentaje o una prte de ese conjunto que sería 100 o el 100%. Los porcentajes, de
esta manera, no son más que las proporciones, pero multiplicadas por 100.
Las razones muestran la relación entre dos tipos de eventos. Éstos pueden presentarse
como frecuencias absolutas o relativas. En el numerador se debe poner la frecuencia
mayor para lograr una interpretación más sencilla. Por ejemplo, se divide el número de
accidentes del trabajo entre el número de enfermedades laborales registradas, lo que
permite estimar el peso relativo de cada uno de ellos.
La razón más utilizada en los estudios encaminados a analizar la relación causal entre un
riesgo o una exigencia y un trastorno, una enfermedad o un accidente es el riesgo relativo
(RR). La razón de momios (RM), que también contempla el programa, como su nombre lo
indica, es otra razón. Estas dos se verán más adelante.
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Las tasas se definen como la expresión numérica del riesgo de que suceda un
determinado daño a la salud. Es decir, es la probabilidad de que los individuos
pertenecientes a un grupo sufran determinado daño a la salud. Como puede apreciarse, el
cálculo de tasas es una técnica o procedimiento que se aplica después de la constitución
de los grupos a comparar. Los datos con base en los cuales se calcula una tasa son: un
numerador, un denominador y una constante.
En el cálculo de las tasas debe incluirse en el denominador sólo aquellas personas que
pueden ser considerados "en riesgo" de padecer el daño a la salud estudiado. Por
ejemplo, el denominador para calcular la tasa de accidentes de trabajo sólo debe incluir a
la población trabajadora ya que la no-trabajadora por definición no puede sufrir un
accidente de trabajo.
Las tasas pueden ser de dos tipos, generales o específicas. En el cálculo de la tasa
general (o bruta o cruda) se toma como denominador a toda la población. Es la medición
gruesa de la fuerza de ocurrencia de un hecho. La tasa específica se calcula usando como
denominador al número de integrantes de cierto grupo de la población, constituido en
función de alguna característica como puede ser la edad, el sexo o el puesto de trabajo.
Mide con mayor exactitud el riesgo que se busca conocer.
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En el cálculo de las tasas de morbilidad hay tres posibles unidades de medición: el
número de enfermos, el número de enfermedades y los episodios de enfermedad. Es muy
importante especificar con cuál unidad de medición se calculan las tasas. La frecuencia de
la morbilidad se puede expresar como incidencia, prevalencia instantánea o prevalencia de
periodo.
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No es muy útil porque no distingue casos antiguos de casos nuevos ya que es la suma de
la prevalencia instantánea al iniciar el periodo de medición y la incidencia durante éste.
Este procedimiento interesa hacerlo cuando queremos comparar las tasas de morbilidad (o
de mortalidad) en diferentes grupos de la población en estudio y sabemos que la
distribución por alguna variable es diferente en cada uno de los grupos y puede tener
importancia en el resultado de la tasa en estudio. A estas variables se les llama
confusoras. Ejemplo de ellas son la edad o el sexo, o más específicamente en salud en el
trabajo: la antigüedad en el puesto de trabajo o en un determinado centro de trabajo.
Por ejemplo, si los grupos de trabajadores que deseamos comparar se distribuyen muy
diferencialmente por grupos de edad conviene controlar esta variable. Para ello se
necesita hacerles un ajuste por edad. Es decir, deberíamos preguntarnos qué tasas de
morbilidad tendríamos si todos los grupos de trabajadores comparados tuvieran la misma
distribución por edad. Lo que se pretende con este procedimiento es eliminar el peso que
tiene esta variable en el resultado de las tasas de morbilidad.
Es muy importante mencionar que en esta propuesta el ajuste de tasas se puede realizar
para el conjunto de la morbilidad o para cualquier de los padecimientos que contempla el
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programa. Esta posibilidad permite una mayor precisión y seguridad en el análisis de la
información.
Las tasas, como hemos visto, establecen una relación entre una población expuesta al
riesgo de sufrir algún daño a la salud y el propio suceso mórbido. Sin embargo, para que
sepamos la magnitud del problema de salud se requiere la comparación entre grupos de la
población.
En muchas ocasiones, las comparaciones no son válidas debido a que son poblaciones
muy diferentes entre sí, tanto en sus características básicas como la edad o el sexo de los
individuos que la conforman, como en sus características laborales como el puesto, el
turno o el área donde trabajan. Para poder comparar adecuadamente estas poblaciones,
suprimiendo el peso que puedan tener alguna de estas variables en el resultado que
comparamos, se realiza el llamado ajuste o estandarización de las tasas.
Vale la pena advertir que la o las variables que ajustamos son generalmente aquéllas que
tienen un peso importante en el resultado de la tasa, aunque esta importancia
generalmente no es causal. Así, si la estructura etaria de dos o más poblaciones que
comparamos es muy diferente se puede alterar notablemente el resultado de la tasa, a
pesar de no ser ésta una variable que se relacione causalmente con las enfermedades.
Esto no limita, por supuesto, aunque no es lo usual, el que ajustemos las tasas por alguna
variable que pensamos sea causal, teniendo presente que los cambios en las tasas, al
comparar dos o más poblaciones, pueden ser debidos al peso tiene la variable ajustada.
En otras palabras, se elimina el peso que tiene esta variable. Así, por ejemplo, si
ajustamos dos poblaciones por puesto de trabajo se elimina el peso diferencial que tiene
esta variable en la comparación de las tasas de estas dos poblaciones. En realidad no se
elimina el peso de la variable controlada, sino que se homogeneiza entre las dos
poblaciones. El supuesto es entonces que si se distribuyeran las dos o más poblaciones
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que comparamos de la misma manera (en este ejemplo, por puesto de trabajo) qué tasas
de morbilidad por determinado padecimiento se podrían esperar en ambas poblaciones.
Como se ve no se nulifica el efecto, sino que se iguala.
En resumen, el ajuste sirve, sobre todo, para eliminar las diferencias en las tasas de
morbilidad de algunas variables de las poblaciones que nos interesa comparar y que
pueden influir, de manera importante, en el resultado.
El procedimiento para el ajuste de tasas y los problemas con los que podemos toparnos se
describen a continuación.
2. La principal fuente de error al comparar tasas surge de la influencia que ejercen ciertas
variables demográficas básicas (sobre todo la edad) en la estructura de la población
expuesta al riesgo (denominador) como sobre la estructura de la población que
presenta el fenómeno en estudio (numerador). Cuando en realidad esas variables son
irrelevantes para los fines de la determinación de la tasa. Es decir, la edad, por ejemplo,
no es la causa de las variaciones en el tipo, frecuencia o gravedad de las
enfermedades o de las muertes, sino que esto se debe a otros elementos que se
presentan en determinada edad con la que esta variable sólo está asociada, pero no
causalmente. Así, por ejemplo, el sarampión es más frecuente en niños, sin embargo, la
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causa no es ésta, sino las condiciones nutricionales y el contacto con el virus, entre
otras.
a) Encontrar una población estándar o tipo a la cual aplicar las tasas que deseamos
comparar. Hay diferentes tipos de poblaciones que podemos elegir como tipo o
estándar: una de las poblaciones en estudio; la suma de las poblaciones base; la suma
de las poblaciones base, divididas entre el número de poblaciones a comparar; una
población diferente a las estudiadas; o se eligen una serie de números, cualquiera que
estos sean, como población tipo.
c) Como conocemos los elementos que conforman una tasa: numerador (casos),
denominador (población expuesta) y constante (diez o múltiplo de diez) podemos
despejar la fórmula para resolver el problema. Así, como se buscan los casos
esperados con una tasa conocida (la de la población o poblaciones en estudio), con una
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población conocida (la de la población estándar) y con una constante conocida (la de la
tasa en estudio) se procede con la fórmula:
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4.2.5. PERFILES GENERALES Y ESPECÍFICOS DE RIESGOS Y EXIGENCIAS
Los riesgos y las exigencias son los componentes derivados de los elementos del proceso
de trabajo que pueden, potencialmente, crear daños a la salud. Con frecuencia se
confunden los elementos derivados de los objetos o medios de trabajo, es decir, el ruido, el
calor, los polvos, los gases, de aquellos elementos derivados de la organización y división
del trabajo y de la actividad del trabajador, es decir, las exigencias, tales como, el trabajo
dinámico o estático, la rotación de turnos, el trabajo nocturno, la monotonía, la repetitividad
de la tarea, el alargamiento de la jornada o la intensidad del ritmo de trabajo. Así que es
importante aclarar estas diferencias.
Por riesgos entendemos los elementos derivados de los objetos y medios de trabajo que
pueden ser potencialmente nocivos para los trabajadores. Es el caso de los polvos o del
ruido.
De manera distinta, las exigencias laborales indican los requerimientos que se les
imponen a los trabajadores como consecuencia de las características del trabajo y de su
organización. Pero va más allá, pues también expresa las formas específicas de
explotación de los trabajadores. Si éstas son principalmente relacionadas con el
alargamiento directo o indirecto de la jornada laboral (tiempo de trabajo) o con formas de
intensificación del mismo (cantidad, calidad, supervisión, características de las tareas). En
general estas formas de explotación son, en la actualidad, mezcla de varias de ellas, pero
con predominio de alguna.
Los riesgos y las exigencias laborales, sin embargo, no son los únicos elementos que
afectan la salud de los trabajadores. También son determinantes aquellos aspectos que
están ausentes (o están presentes, pero de manera muy limitada) en el proceso laboral. En
el PROESSAT se han tratado de recoger también estos elementos, tanto en el apartado de
la encuesta acerca de la valoración sobre el contenido del trabajo, como en algunas de las
exigencias laborales. Es posible llevar a cabo una actividad sin estos elementos, sin
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embargo, son indispensables para desarrollar las potencialidades realmente humanas del
trabajo. Muchas de las características del perfil patológico de un colectivo de trabajadores
se deberá a la manera como se combinen todos estos aspectos.
En el PROESSAT se pueden procesar los perfiles de riesgos y exigencias, tanto el general
como los específicos por algunas variables, tales como, edad, sexo, área de trabajo,
puesto de trabajo y antigüedad en el puesto. Se presenta cada perfil, general o específico,
en cuadros y gráficas. Los perfiles muestran la frecuencia absoluta y relativa. Esta última
se presenta como la tasa de exposición, es decir, el número de trabajadores expuestos por
cada 100.
Esta información es útil para conocer de manera rápida los problemas más importantes a
los que están expuestos los trabajadores en el centro de trabajo y, así, decidir en qué
aspectos profundizar el análisis y proponer medidas de solución. Para facilitar el análisis y
la toma de decisiones, además de presentarse el perfil conjunto de riesgos y exigencias,
se puede seleccionar también un perfil exclusivamente de riesgos y un perfil de exigencias.
Esto es útil en la medida que cada uno de ellos tiene relaciones específicas con algunos
de los elementos del proceso de trabajo.
Los perfiles se pueden presentar desagregados (es decir, cada riesgo o exigencia de
manera independiente) o agrupados. El PROESSAT incluye la conformación de nueve
grupos de riesgos y exigencias, de acuerdo a las preguntas que se incluyen en la
encuesta, tal como se muestra en el cuadro 3.
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Cuadro 3
No. DE
GRUPOS DE RIESGOS Y EXIGENCIAS PREGUNTA
1 Riesgos derivados de la utilización de los 1 a 12
medios de trabajo
2 Riesgos derivados de la modificación de los 14 a 17
objetos de trabajo
3 Riesgos derivados de los medios de trabajo 18 a 28
en sí mismos
4 Riesgos por las condiciones insalubres o de 29 a 31
falta de higiene
5 Exigencias relacionadas con el tiempo de 32 a 35
trabajo
6 Exigencias relacionadas con la cantidad e 36 a 43
intensidad de trabajo
7 Exigencias relacionadas con la vigilancia en 44 a 45
el trabajo
8 Exigencias relacionadas con la calidad o el 46 a 53
contenido del trabajo
9 Exigencias relacionadas con el tipo de 54 a 83
actividad en el puesto de trabajo
Los daños los hemos entendido como todas aquellas manifestaciones que perjudican la
salud de los trabajadores. Para recoger estas manifestaciones hemos elaborado conjuntos
de síntomas (véase en la encuesta el capítulo V de daños a la salud) que permiten
conformar 23 diagnósticos presuntivos (somáticos, psicosomáticos y psíquicos) y con
ellos elaborar perfiles patológicos, generales y específicos, de uno o más grupos de
trabajadores. El programa realiza automáticamente los diagnósticos, a través de preguntas
sobre síntomas y de ciertas respuestas positivas, como se muestra en el cuadro 4. El
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diagnóstico 24 “enfermedades diagnosticadas” en realidad es un listado de patologías que
los trabajadores pueden identificar, siempre y cuando hayan sido diagnosticadas por un
médico.
Cuadro 4
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La encuesta está diseñada para captar los trastornos, las enfermedades crónicas o de
repetición y los accidentes que principalmente tienen relación con el trabajo. Esto no
quiere decir ni que se incluyan todos los daños a la salud relacionados con el trabajo ni
que todas las enfermedades mencionadas estén siempre ocasionadas por el trabajo. Es
una aproximación que permite detectar los principales problemas de salud de un grupo de
trabajadores y, a su vez, permite analizar cuál es su posible relación con las variables
causales que el programa contempla. Hay muchas enfermedades que la encuesta no
recoge y para las cuales se necesitan otro tipo de estudios. Sin embargo, esta encuesta sí
permite conocer los principales padecimientos y organizar estudios a mayor profundidad
de acuerdo a esos hallazgos. Lo más probable es que la mayoría de los diagnósticos que
se captan por la encuesta sean verídicos, pero es difícil tener la plena certeza, por esto les
llamamos diagnósticos presuntivos.
Esta información es útil para conocer de manera rápida los daños a la salud más
importantes que tienen los trabajadores en la empresa y, así decidir en qué aspectos
profundizar el análisis y proponer medidas de solución.
Los perfiles, al igual que para los riesgos y exigencias, se pueden presentar
desagregados, es decir, cada trastorno, enfermedad o accidente de manera independiente
(véase cuadro 4) o agrupados (véase cuadro 5). La propuesta que incluye el PROESSAT
es un agrupamiento de diagnósticos en 21 conjuntos patológicos, como se muestra
en el cuadro 5.
34
Cuadro 5
Una vez conformados los diagnósticos, ya sea por medio de la encuesta (a través de
las preguntas sobre síntomas) o captados por otras fuentes de información, se pueden
agrupar, como ya se dijo. En el conjunto 21 se clasifican aquellas enfermedades que no
quedaron en ninguno de los grupos anteriores.
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Cuadro 6
ENCUESTA
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Gpo. Dx DESCRIPCIÓN No. de No. de
pregunta positivas
6 Enf. irritativas de las vías respiratorias inferiores
20 Tuberculosis pulmonar
21 Neumonía o pulmonía
22 Asma
23 Bronquitis aguda
24 Cualquier otra enfermedad de vías respiratorias
32 Micosis u hongos
33 Escabiasis o sarna
34 Enfermedades de las glándulas sebáceas
35 Cualquier otra enfermedad de la piel
38
ENCUESTA
Gpo. Dx DESCRIPCIÓN No. de No. de
pregunta positivas
10 Intoxicaciones
36 Hepatitis tóxica
37 Benzolismo
38 Nefritis
39 Síntomas neurotóxicos 24-39
11 Accidentes
40 Accidentes en el trabajo 40 1
41 Accidentes en el trayecto 43 1
42 Otros accidentes
43 Depresión 46-52 4
44 Ansiedad 53-59 4
45 Trastornos del sueño 60-62 1
46 Neurosis
13 Trastornos psicosomáticos
47 Cefalea tensional 63 y 64 2
48 Migraña 65-68 3
49 Hipertensión arterial reactiva
50 Trastornos psicosomáticos cardiocirculatorios 69-73 3
51 Trastornos psicosomáticos digestivos 74-84 6
52 Gastritis
53 Úlcera gástrica o duodenal
54 Colitis
55 Enfermedad isquémica del corazón
14 Fatiga
39
ENCUESTA
Gpo. Dx DESCRIPCIÓN No. de No. de
pregunta positivas
15 Trastornos derivados del esfuerzo físico y de las
posiciones incómodas y forzadas sostenidas
66 Artrosis
67 Artritis
68 Reumatismo
69 Sinovitis
70 Complicaciones traumáticas
71 Otras enfermedades degenerativas de los huesos, los
músculos o las articulaciones
88 Diabetes
89 Anemia
90 Reacciones inespecíficas al calor
En los estudios transversales o de prevalencia las causas y los efectos están presentes
en el momento del estudio o en tiempo muy cercano a la realización del mismo. Por ello
están referidos al estudio de causas que se mantienen razonablemente permanentes en la
población trabajadora. Como en cualquier otro acercamiento epidemiológico la base de
dichos estudios es la comparación entre grupos de trabajadores, para profundizar en la
comprensión de los determinantes y causas de los problemas de salud. La presencia o
ausencia de estos problemas, o las diferencias en algunas de las características de esos
grupos, posibilitan encontrar los elementos que están produciendo cierta situación de
salud.
42
El procedimiento más utilizado para recolectar la información en estos estudios es la
encuesta. Esto se debe a que con esta técnica es posible obtener información sobre las
causas y sus efectos (las condiciones de salud) de uno o varios grupos de trabajadores de
manera simultánea.
Entre las principales ventajas de este tipo de estudios están: la rapidez con que se genera
la información; la posibilidad de aplicarlo a un gran número de trabajadores, ya sea a
través de toda la población (universo) o de una parte de ella (muestra); y la detección de la
probabilidad de asociación entre algunos riesgos y exigencias y algunos daños a la salud.
Para llevar a cabo todas estas relaciones y asociaciones se utilizan, generalmente, como
procedimiento de análisis epidemiológico y estadístico las llamadas tablas de riesgo, de
contingencia, tetracóricas o de doble entrada. Con ellas se puede obtener la relación entre
las variables independientes y dependientes, es decir, la relación de asociación, a través
43
de varios indicadores: el riesgo relativo, la razón de prevalencia, la razón de momios y las
pruebas de significancia estadística, en particular la ji cuadrada y otras pruebas derivadas
de ésta.
Como se observa en el cuadro 7, en los dos renglones o filas se coloca las dos clases o
categorías de la variable independiente y, en las dos columnas, las de la dependiente.
Debe quedar claro que este apelativo (de nombrar a una variable independiente y a otra
dependiente) puede variar en cada estudio específico, e incluso en un mismo estudio, de
acuerdo con el objeto de estudio y las hipótesis de cada investigación. Por ejemplo, en
ciertos casos, como hemos visto, un riesgo puede ser una variable independiente (por
ejemplo, cuando relacionamos el ruido con la hipoacusia), pero en otros puede ser una
variable dependiente, por ejemplo, cuando relacionamos la antigüedad en el puesto con el
ruido a que están expuestos los trabajadores.
44
El total de expuestos y no expuestos es el conjunto de la población o la población total. Es
evidente que el total de casos y de no casos es también la población total.
Si, por ejemplo, queremos relacionar el ruido (variable independiente) con la hipoacusia o
sordera (variable dependiente), entonces en la primera fila estarán el total de expuestos a
ruido (a+b) y de ellos los que presentan hipoacusia (a) y los que no la presentan (b). En la
segunda fila estáran el total de no expuestos (c+d) y de ellos, igual que el anterior, los que
presentan hipoacusia (c) y los trabajadores que no la presentan (d). Como también se
puede apreciar, el total de trabajadores con hipoacusia se compone de los expuestos y de
los no expuestos a ruido (a+c) y el total de trabajadores sin hipoacusia está formado de los
expuestos y de los no expuestos a ruido (b+d).
45
columna (casillas a y c) y, en la segunda columna (casillas b y d), estarían los que no
presentan fatiga en los dos grupos de antigüedad que se comparan.
En otra ilustración, puede ser que se quiera relacionar la antigüedad en el puesto con
algún riesgo o exigencia, por ejemplo, el ruido. Entonces, en las filas estarían los mismos
que en el ejemplo anterior, pero, en la primera columna estarían los expuestos a ruido y,
en la segunda, los no expuestos a ruido. Como puede apreciarse se pueden relacionar
muchos más elementos que los tradicionales, es decir, un factor de riesgo versus una
enfermedad específica.
Cuadro 7
VARIABLE DEPENDIENTE
CASOS NO CASOS
(ENFERMOS) (NO ENFERMOS)
a b a+b
EXPUESTOS los expuestos los expuestos TOTAL DE
(O CON MÁS que están que no están EXPUESTOS
VARIABLE PROBLEMA) enfermos enfermos
INDEPENDIENTE c d c+d
NO EXPUESTOS los no expuestos los no expuestos TOTAL DE
(O CON MENOS que están que no están NO EXPUESTOS
PROBLEMA) enfermos enfermos
46
a+c b+d a+b+c+d
TOTAL DE TOTAL DE POBLACIÓN
CASOS NO CASOS TOTAL
Es muy importante aclarar que estas tablas de doble entrada, dicotomizan las variables,
es decir, las vuelven sólo de dos clases o categorías, por ejemplo, enfermo versus no
enfermo; o expuesto contra no expuesto; o un grupo de edad contra otro grupo de edad; o
un área de trabajo contra otra área; o un puesto contra otro puesto. Esto evidentemente
quita riqueza a la información y, por supuesto, al análisis, ya que generalmente la
exposición a riesgos o exigencias tiene gradaciones, es decir, en la mayoría de los casos,
no sólo existen los que están expuestos y lo que no lo están. Por lo general, existen grupos
de trabajadores que están poco, regular o muy expuestos. Asimismo, sucede con muchas
otras variables. La realidad no se presenta sólo en blanco y negro, sino con una serie de
matices que es muy importante, aunque difícil de evaluar.
Dicotomizar las variables también puede traer otros serios problemas, por ejemplo, perder
precisión al presentar los resultados. Para evitar de alguna manera este problema se
utilizan los intervalos de confianza que contemplan la variabildad aleatoria de los datos, es
decir, la probabilidad de que esto se deba o no al azar. Lo que hace que el resultado que
se ofrece no sea más que una aproximación que puede variar notablemente en un
determinado intervalo. Mientras menos varíe, o sea mientras menos amplio sea el
intervalo, más confianza tenemos de que el azar no está jugando una mala pasada
(Alvear, 1999). En el programa se presenta este intervalo cuando calculamos la ji
cuadrada, la Mantel-Haenszel a la prueba exacta de Fisher, con un límite o nivel de
confianza del 95%.
Pese a las limitaciones de las variables dicotómicas, éstas permiten con cierta seguridad
un acercamiento a la realidad. Podríamos decir que este acercamiento es suficiente para
que el análisis, y las medidas que se propongan y se tomen de acuerdo a este análisis,
sean adecuados para mejorar las condiciones de un grupo de trabajadores.
47
Cuando tenemos variables que no son dicotómicas, por ejemplo, tres o más grupos de
edad, o varias áreas o puestos de trabajo (si se quiere aprovechar este tipo de análisis
para variables dicotómicas) se pueden comparar estos grupos, clases o categorías de dos
en dos y tener una visión más o menos integral de la información.
Como mencionamos anteriormente uno de los indicadores más importantes para el análisis
de dos variables dicotómicas es el riesgo relativo (RR). El riesgo relativo es una razón
muy utilizada en los estudios encaminados a analizar la relación causal entre uno o varios
riesgos o exigencias y uno o varios trastornos, enfermedades o accidentes. Se calcula
dividiendo la tasa de morbilidad (por cualquier enfermedad específica o conjunto
patológico) en el grupo de trabajadores expuestos a algún riesgo o exigencia (o en un
grupo de trabajadores que presenten algún problema mayor) entre otro grupo de
trabajadores no expuesto (o con un problema menor). Un RR igual a 1 indica que la
probabilidad de enfermar es la misma en ambas poblaciones. Para la interpretación de la
asociación, el cálculo del RR debe combinarse con pruebas de significancia estadística.
En el caso de los estudios que se pueden llevar a cabo con el PROESSAT se puede
calcular la razón de prevalencia (RP), que es el equivalente del RR en los estudios
transversales. La interpretación es exactamente la misma. La fórmula del riesgo relativo es
la siguiente:
Otra medida que se usa, sobre todo para estudios retrospectivos, también llamados de
casos y controles, es la razón de momios (RM). Ésta se calcula generalmente cuando no
se pueden obtener las tasas de morbilidad entre los expuestos y los no expuestos.
Entonces, en vez de tasas, se trabaja con índices de frecuencia de la enfermedad. Con
48
estos índices de frecuencia (entre los expuestos y los no expuestos) puede calcularse la
llamada razón de probabilidad, razón de riesgo, razón de productos cruzados, riesgo
relativo aproximado o razón de momios.
49
complejo, por ejemplo, en el análisis multivariado, se usa frecuentemente la razón de
momios al comparar poblaciones expuestas y enfermas.
Entre las pruebas de significancia estadística, en este tipo de estudios, que nos
permiten hablar de la probabilidad de asociación entre riesgos y exigencias y daños a la
salud están: la prueba de ji cuadrada para hablar de la probabilidad de independencia
entre dos o más variables; la prueba de Mantel-Haenszel que muestra la asociación entre
dos o más variables y, por último, la prueba exacta de Fisher que tiene el mismo sentido
que las dos anteriores, sólo que se usa cuando el número de observaciones en alguna de
las casillas de la tabla de contingencia es menor de 5.
Para saber si la diferencia entre las dos categorías de la variable independiente, o sea,
entre los expuestos y no expuestos es significativa estadísticamente, o dicho de otra
manera, para ver si hay relación entre la variable independiente y la dependiente,
tendremos que recurrir a las pruebas arriba mencionadas. Las tres puebas tienen el mismo
sentido y se basan en la de ji cuadrada. Por ello vamos a describir algunas características
de ésta. (Méndez, 1990)
50
En término estrictos, con la ji cuadrada no estamos comprobando asociación entre dos
variables (exposición con daño a la salud), mucho menos una relación de causalidad, sino
probando que no hay independencia entre las dos variables. Claro que podríamos decir
que si no hay independencia significa que hay dependencia, pero el asunto es que la
estadística se basa en un supuesto contrario al que nosotros, como investigadores de la
salud laboral, nos interesa. Ese supuesto en que están basadas las pruebas estadísticas
intenta probar que hay o existe independencia entre las dos variables en cuestión. A esto,
que es un principio fundamental de la estadística, se le llama hipótesis nula. Los cálculos
que se realizan en estas diferentes pruebas tratan de probar la independencia, o sea, la
falta de relación entre las variables estudiadas. Sin embargo, el análisis que nosotros
hacemos pretende lo contrario. Esto es, que tratar de probar que no hay independencia
entre las variables estudiadas, o sea, que hay una relación (que puede o no ser causal)
cosa esta última que no se pretende probar con el análisis estadístico. A esto, le llamamos
hipótesis alternativa o hipótesis de trabajo.
Así pues esta hipótesis alternativa trata de probar la relación entre las variables estudiadas
o, dicho de otra manera, la asociación entre ellas. Es conveniente decir, entonces, que con
estas pruebas estadísticas podemos mostrar la no independencia en algunos casos (como
en la ji cuadrada o en la prueba exacta de Fisher) o la asociación en otros casos (como en
la Mantel-Haenszel), pero no podemos mostrar ningún aspecto relacionado con el
problema de la causalidad. El espacio de este problema es otro y se ubica en el terreno del
conocimiento que tengamos sobre la ciencia en cuestión, sobre los avances del campo,
sobre nuestro objeto de estudio y el diseño que hayamos hecho para conocerlo, sobre los
aspectos sociales e históricos y en conocimiento que tengamos de ellos, sobre el tipo de
población seleccionada y sobre el tamaño de la misma, incluso sobre la representatividad
de la muestra que hayamos elegido de ese universo y sobre muchas otras cosas del
conocimiento de la realidad, previas a nuestras pruebas estadísticas. Éstas ayudan a
51
probar o a mostrar si las realciones causales que hemos establecido en otros ámbitos se
encontraron no independientes o asociadas estadísticamente.
Dicho lo anterior, con la ji cuadrada se pretende conocer las diferencias entre una
dsitribución teórica en las cuatro casillas (partiendo del principio de que no hay relación
entre las variables en estudio), a la que se le llama “casos esperados” y la distribución real,
o sea, los “casos observados” en el estudio. Para obtener el resultado se hacen varios
procedimientos para, al final, sumar el resultado de las diferencias entre los datos
observados menos los esperados al cuadrado y divididos entre la población total. El valor
de la ji cuadrada que se obtiene muestra la diferencia entre la distribución teórica y la real.
Mientras más parecidas sean las dos distribuciones el valor (el número) de la ji cuadrada
será más pequeño (por lo tanto muestra independencia entre las variables) y mientras la
diferencia sea mayor, el valor será más grande, lo que hablará de dependencia o relación
o asociación entre las variables. (Reynaga, 1985)
52
El valor crítico de la ji cuadrada en las tablas tetracóricas, con un nivel de confianza de
95%, es de 3.84, o sea, que cualquier resultado mayor de ese número mostrará que la
diferencia entre las dos variables es estadísticamente significativa.
53
4.2.8. ALGUNAS PROPUESTAS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE ÍNDICES
Los índices que se han elaborado a partir de la encuesta sirven para sintetizar: el trabajo
doméstico; las actividades y el aprovechamiento del tiempo libre; la valoración del trabajo y
éste, a su vez, con tres subíndices: la satisfacción en el trabajo; el control sobre el trabajo
y el apoyo social con que cuenta el(la) trabajador(a). También se construyeron cuatro
índices de riesgos y cuatro de exigencias. En este último rubro, se construyó de manera
independiente un índice para valorar si la exigencia de la actividad física dinámica o
estática (esfuerzo físico pesado o posiciones incómodas) es baja o alta para las diferentes
regiones anatómicas del cuerpo y, en el caso de que sea alta, para poder valorar el posible
daño a la salud.
54
en función principalmente de los hijos y de las actividades domésticas. Las variables para
conformar dicho índice se muestran en el cuadro 8.
Cuadro 8
55
normalizarlo o hacer que fluctúe entre 0 y 1. De ahí se construyó el índice de la siguiente
manera:
a + 2 (b + c) + d
ÍNDICE DE CARGA DE TRABAJO DOMÉSTICO (ICTD) =
26
Una propuesta inicial para diferenciar la carga de trabajo doméstico, a través del resultado
del índice, se muestran en el cuadro 9 y es la siguiente:
Cuadro 9
La construcción que se hizo del IATL es propositiva, es decir, que mientras más alto
sea el porcentaje significa que el trabajador utiliza mejor su tiempo libre. Se quitaron
para la construcción del índice aspectos tales como: ver televisión más de dos o tres
horas diarias, ya que actividades como ésta podrían considerarse como acciones que
reducen el buen aprovechamiento del tiempo libre o, dicho de otra manera, sólo se
consideraron aquellas actividades que contribuyen a un buen uso del tiempo libre.
56
Un ejemplo en otro sentido de exclusión de algunas actividades importantes en el
tiempo libre sería si el trabajador oye la radio o duerme para reponerse de una carga
agotadora de trabajo, ya que ambas actividades serían, según nosotros, generalmente
adecuadas para un buen aprovechamiento del tiempo libre. Sin embargo, no se
incluyeron por la dificultad para proponerlas y precisarlas de una manera que sea
generalizable.
Cuadro 10
En el apartado sobre la valoración del contenido del trabajo, no sólo se trata de captar la
percepción de los trabajadores sobre sus condiciones laborales, sino que se pretende
introducir la idea de si existen elementos humanizantes en el trabajo, es decir, si su
trabajo tiene contenido y es estimulante para la creación del propio sujeto.
También, con estas mismas preguntas sobre la valoración del trabajo, se pueden obtener
tres subíndices: el primero conformado por las preguntas 9, 10 y 11 para valorar la
satisfacción en el trabajo. El segundo conformado por las preguntas 12 a 16 para valorar
el control sobre el trabajo y, por último, las preguntas 17 y 18 para valorar el apoyo social
con que cuenta el(la) trabajador(a). De esta manera se puede trabajar esta información
con la misma lógica que el resto del programa, es decir, conformando dos grupos (los que
58
valoran positiva o negativamente su trabajo) y relacionar esto con los diferentes aspectos
que contiene la encuesta, como por ejemplo, los riesgos, las exigencias o los daños a la
salud.
El subíndice para el control del trabajo se puede obtener por medio de conjuntar las
preguntas 12 a 16, donde cada pregunta tiene un valor de 0.2 y el índice se conforma en el
numerador con la suma de respuestas positivas, divididas entre 5. Si la proporción es
menor a 0.60, la valoración del contenido del trabajo se considerará negativa, si por el
contrario es igual o mayor a 0.60 esta valoración será positiva.
El subíndice de apoyo social se realiza por medio de conjuntar las preguntas 17 y 18,
donde cada pregunta tiene un valor de 0.5 y el índice se conforma en el numerador con la
suma de respuestas positivas, dividido entre 2. Si la proporción es menor a 0.50, la
valoración del contenido del trabajo se considerará negativa, si por el contrario es igual o
mayor a 0.50 esta valoración será positiva. Con la finalidad de convertir el índice en
dicotómico se considerará:
59
4.2.8.4. ÍNDICES DE RIESGOS Y EXIGENCIAS LABORALES
Cuadro 11
No. DE
PREGUNTA
ÍNDICE
SUBCONJUNTOS DE RIESGOS Y EXIGENCIAS (FÓRMULA)
1 Riesgos derivados de la utilización de los medios 1 a 12 ? 1 a 12 (SÍ)
de trabajo
12
2 Riesgos derivados de la modificación de los 13 a 17 ? 13 a 17 (SÍ)
objetos de trabajo
5
3 Riesgos derivados de los medios de trabajo en sí 18 a 28 ? 18 a 28 (SÍ)
mismos
11
4 Riesgos por las condiciones insalubres o de falta 29 a 31 ? 29 a 31 (SÍ)
de higiene
3
5 Exigencias relacionadas con el tiempo de trabajo 32 a 35 ? 32 a 35 (SÍ)
4
6 Exigencias relacionadas con la cantidad e 36 a 43 ? 36 a 43 (SÍ)
intensidad de trabajo
8
7 Exigencias relacionadas con la vigilancia en el 44 a 45 ? 44 a 45 (SÍ)
trabajo
2
8 Exigencias relacionadas con la calidad o el 46 a 53 ? 46 a 53 (SÍ)
contenido del trabajo
8
60
Cada una de las primeras 53 preguntas se puede relacionar independientemente de las
demás con los diferentes daños a la salud. Sin embargo, es posible obtener índices de
cada uno de los ocho subconjuntos, que se muestra en el cuadro 11, para relacionarlo con
alguna o varias patologías o con otras variables. Los índices se obtienen sumando todas
las respuestas positivas (cada una con un valor de 1) y dividiéndolas entre el total de
respuestas posibles.
El trabajo estático y dinámico se puede medir por medio del consumo de energía en la
actividad y de las posiciones adoptadas en el trabajo. Esto es importante para precisar la
asociación entre la actividad física y los problemas osteoarticulares, de estrés, fatiga,
trastornos psíquicos y psicosomáticos y otras enfermedades crónicas. Dentro de las
técnicas que se pudieran aplicar están la prueba del escalón y el nomograma para estimar
la capacidad física de trabajo; y, por ejemplo, una guía de observación y cuestionario para
el trabajo estático y las posiciones incómodas y forzadas del método LEST. Sin embargo,
aquí se ideó un cuestionario sencillo, como parte de la encuesta, para resolver este
problema. Los resultados iniciales, con la prueba piloto, parecen alentadores para incluirlo
definitivamente y para captar tanto el esfuerzo físico en el trabajo, como las posiciones
incómodas y forzadas.
61
Cuadro 12
62