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Este texto forma parte de una monografía de pasaje de curso titulada “La obra de Abel
Carlevaro : aspectos principales y análisis de una obra seleccionada” de la materia
Investigación de la Música Nacional disponible en la Biblioteca de la Facultad de Artes.
-Cuando analizamos su teoría instrumental vemos que el primer tema que usted aborda
es la actitud corporal frente al instrumento, cómo sentarse y tomar la guitarra.
¿Por qué motivo comienza usted por este aspecto?
AC-“Es realmente el punto de partida. Tiene que haber una unidad entre el guitarrista y la
guitarra. Debemos evitar siempre toda actitud forzada a los efectos de facilitar la mejor
ejecución de la tècnica instrumental y tambièn evitar dolencias que surgen por adoptar
posturas contrarias a la propia anatomía. Una mala posición es un perjuicio para el
guitarrista y para la música”.
-¿Podrìa realizarnos una síntesis conceptual de lo que usted entiende como “técnica
instrumental?
AC-Cuando hablamos de técnica pensamos en la sumisión de todo el aparato muscular
al mandato de nuestro cerebro. Esta sumisión se logra a través de sucesivas etapas de
aprendizaje, en las cuales la actividad muscular debe ser-desde el comienzo-
consecuencia de la voluntad de la mente. A partir del estudio consciente adquirimos una
serie de reflejos condicionados y generamos hábitos positivos . Todo esto nos lleva a
establecer una memoria muscular que es la suma de la adquisición de esos hábitos. En
este sentido, la memoria muscular es en última instancia la consecuencia de una idea
mental abstracta, que se viabiliza en nuestro aparato motor integrado por dedos-manos y
brazo”.
-¿Por qué usted menciona estas partes constitutivas de un aparato motor , y no se refiere
en forma aislada a los dedos, por ejemplo?
AC “Sería absurdo pensar sólo en los dedos de momento que por su musculatura interna
el aparato motor está relacionado. Por lo tanto reiteramos que la educación de los dedos
no sería completa si no estuviera unida a la educación de la mano, muñeca y brazo. Los
dedos son en realidad, una culminación de la acción coordinada de estos elementos”.
-¿Cuáles son las diferencias más importantes que propone su escuela con relación a la
tradicional europea?
AC “Esa es una pregunta difícil de responder brevemente pero haremos lo posible. Uno
de los problemas no resueltos por la escuela europea es la presencia de diferentes ruidos
parásitos que acompañan en forma involuntaria la ejecución. Estos ruidos pueden ser
eliminados tanto en mano derecha como en mano izquierda . El brazo izquierdo debe
educarse convenientemente para los despegues y para eso hemos dividido esta instancia
en tres etapas: el avance del brazo para separar los dedos de las cuerdas, el cambio o
traslado a la nueva posición y por último una leve presión sobre la cuerda al tocar la
nueva nota . Las dos primeras fases son realizadas por el brazo y la última es un
movimiento muy sutil que realizan los dedos.
También en mano derecha los ruidos son evitables. Es necesario educar la mano para la
precisión en el toque y saber emplear convenientemente el apagado del sonido en mano
derecha. Estos aspectos son imposibles de sintetizar en una entrevista y se encuentran
detalladamente expuestos en mi libro Escuela de Guitarra. En síntesis podría decirse , que
en la escuela tradicional este trabajo está centrado en el movimiento de los dedos y no de
éstos en función de un mecanismo muscular único e integrado. Esto que parece simple ,
revoluciona toda la concepción sobre la ejecución del instrumento”.
-La guitarra sigue concitando el interés de las jóvenes generaciones. ¿Qué consejos –
como educador-considera usted adecuados para los jóvenes estudiantes?
AC“Siempre hay una forma de comenzar , pero creo que lo fundamental es que hay una
voluntad de querer hacer. Las circunstancias que lo motivan pueden ser variadas o
repentinas y simplemente nos dejamos llevar por ese estado “febril” que se instala en
nosotros. Pienso que hay una necesidad de creación y ese es el punto de partida.”
AC “Debe enriquecer pero debemos estar atentos para que no sea una interferencia con
nuestras ideas y necesidad expresivas personales. Todos tenemos esa fuerza de instinto
que nos empuja a romper los moldes de lo aprendido. En realidad debemos hallar el justo
equilibrio entre el aprendizaje formal y nuestras propias contradicciones nuestra perfecta
“imperfección”, incluso nuestra necesidad de improvisación. Lo más importante es que
esa obra nos pertenezca y nos refleje”.
-¿Cuál es a su juicio el valor principal que debe tener toda obra de arte?
AC “Pienso que no existe un único valor al respecto y pueden ser válidas diferentes
opiniones . El valor de una obra se define por su perdurabilidad en el tiempo y esto lo
determina la calidad de su mensaje que –más allá de la belleza de su estructura-debe ser
esencialmente humano”.
AC “Pienso que la palabra libertad indica un concepto muy amplio que debe ser
manejado con precisión en este caso. El intérprete debe estar al día con su instrumento y
esto implica una ejercitación diaria y permanente. En su casa el intérprete debe realizar
un análisis de todas las formas de ejecución posible , sin límites. Pero en el momento de
dar a luz su interpretación , debe hacerlo tal cual lo estudió. Las obras contemporáneas
exigen cada vez más compromiso del ejecutante en darle su exacta duración a los
sonidos o en la creación de un color determinado. Sin embargo otras dejan librada la
ejecución a la creatividad del intérprete ; o sea se plantea una forma de fusión entre
creador e intérprete.”
-¿Cuál debe ser la actitud del investigador frente al estudio y análisis de una obra
moderna?
AC “A mi juicio , el investigador debe desarrollar una suerte de plasticidad mental y
personal que le permita nutrirse de todas las formas , de todas las corrientes expresivas.
Nunca se debe correr el riesgo de juzgar el valor de todas las obras con nuestras leyes ;
debemos adentrarnos en el lenguaje del creador sin preconceptos y desde allí indagar
desde sus propios códigos. Claro, no todo lo que se escribe trasciende en esta época de
comunicación de masas a cuyos códigos no siempre accede el creador. La medida del
valor de una obra está dada por su supervivencia al tiempo. Pero volviendo a su
pregunta pienso que la investigación exige por sobre todo una actitud mental respetuosa y
abierta.”
LM