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EL LABERINTO,

REVISTA SEHAWL DEL GLOBO Y DEL TIEMPO.

—...,_.-«,. El »M)pil). . II \ > 2 5 , TOMO I!.—[.UNES 4 DE AGOSTO DE 1843. KM


, Un raes, 8 r«.—Tres id., 20.—Seis id. , 50.—Un ano , 70.—El 1.a redacción está en la calle de Carretaa, m'im. 3 5 , Un mes, 10 rs.—Tres id. , 2U.—Seis i d . , 54.—Un aúo, liO.r
número suelto, 5 reales. coarto Hojjundo.-—Fl correo franco de porte. Suscríbese cu las !il>rm;is corresponsales de la casa.

,. ,. RESUMEN. de 1792: su padre era músico de escaso mérito, ycurrido un año, cuando compuso Rossini una sin-
BIOGRAFÍA: UOSSINI , por D. S. I . — E L HERMANO DE LA MAR, ca-
su madre segunda donna; ambos recorrían las ferias
fonía á grande orquesta titulada // Pianto d' armonía,
pítulo X, por 1».¡Tomás Rodrigue/. Rubí.— CRÍTICA ,LITE»A- de los pueblos de la Romanía, ganando así una pobre y ejecutada en Bolonia el'dia 11 de agosto de 1808:
IUA, por I). José Ajnailor de los Rios.—KECUEHDOS DE AHANJUEZ, subsistencia. Cuando su hijo cumplió doce años des-
su brillanle éxito le valió ser nombrado director de
por I). Miguel Agustín Príncipe.—1'OESÍAS', porD! A. V. del Rio cubrieron que tenia una1 voz escelcnte y le enviaron
y 1). J. L. C.—REVISTA! TEATHAI, Y SUCESOS CONTEMPOTASEOS.
la academia musical, formada en el mismo seno del
á Bolonia, donde fue presentado al profesor Ángel
liceo.
Tesci, quien le cobró afecto, enseñándole á tocar el
piano, y proporcionándole en breve ganar algún d i - De 16 á 18 años procuró Rossini compensar la
superficialidad de sus estudios teóricos con estudios
nero para cantar solos do soprano en las iglesias. Su
prácticos mas conformes á sus gustes. Hizo en segui-
da un viaje á Pésoro: por recomendación do la fami-
lia Pertecari logró ver representada en un teatro 3e
Venccia una opereta suya titulada la Cambíale di ma-
ROSSINI. trimonio : su éxito fuó mediano. Representada un
año después en Bolonia una ópera buffa, con el títir-
ESPt'ES . du la lo de el Equivoco estravagante, fue desairada. Gustó
muerte de Na- algo la ópera Demetrio é Polibio, estrenada en Roma
poleón existe un por el año de 1812. Sin levantar mano compuso Ros-
..hombre.del cual i i // inganno felice, ejecutada por carnaval eti
se habla cotidia- Venecia: Ciro in Babilonia, representada en Ferra-
ñámente en Ná- ra por cuaresma; la Scale di Seta, aplaudida en V e -
, poles y en.Mos- necia por la primavera; la Pietra de Paragone, puesta
cou, asi como en Londres y Víeóa, en escena en la Scala de Milán por el otoño; y por la
en París y Calcuta.» De este modo misma época en Venecia ¿ ' ocassioni fa il ladro..
empieza una obra de M. Stendhal, com- Estas tres últimas óperas escritas de corrido, distando
puesta de dos tomos y consagrada mucho de ser perfectas, tenían ciertos pasajes que
Rossini. Semejante aserto no carecía de atrajeron la atención del público sobre el joven y
verosimilitud en 1823, época en que "ecundo maestro. Después de otra ópera bufia II Fi-
fu6 escrita la obra de que hablamos, y glio per azzarflo, representada en Venecia por el
en que el gran maestro se hallaba en el carnaval de 1313, Rossini apenas de 21 años acredi-
apogeo de su gloria; sostener hoy lo mismo tó súbito su eminente ingenio en una composición que
podría parecer un poco exagerado, si bien gustó de tal modo, que el público italiano, como pica-
es de fecha posterior á tan ponderado en- do de la tarántula, en vez de bailar, repetía las melo-
comio Guillelmo Te//, su'obra modelo, y eY'Stabat días de la obra, que acababa de encantarle, por les
Mater, qué ediüca con sus patéticas' armonías. Hace calles, por los paseos, en los salones y hasta en el r e -
años que Rossini vive lejos del mundo artístico y cinto de los tribunales. Tancredo, ópera estrenada en
goza con los recuerdos de sus pasados triunfos: r e - educación musical estaba muy adelantada á los dos Venecia, obtuvo uno de esos triunfos prodigiosos que
tirarse á tiempo es propio y digno dé un hombre años de estudio, leía y Ciinlnba de repente las mas di- eleva de prontoá un hombre á la cumbre déla gloria.
privilegiado: ha querido abandonar al público, antes fíciles piezas, y como era de apuesta figura esperaba Desde entonces empezó á ser el compositor mas q u e -
. de que el público le abandonara, echando tal vez de u padre que llegaría á ser un tenor distinguido. En ido deltalia: todas las ciudades se disputaban sul p r e -
menos la frescura de las melodías de sus años ju- calidad de director de coristas de una compañía a m - sencia. Cantadas en el mismo año en Venecia L Ita-
veniles, y el vigor de las inspiraciones de su edad bulante estuvo en Ferrara, Forii, Sinig.iglia y otras iana in Algieri, y al año siguiente en Milán Aureliana
madura , y ya á las puertas de la ancianidad descansa oblaciones de la Romanía, hasta que regresando á n Palmiray el Turco en Italia, volvió á Pésaro á v i -
á la sombra de sus laureles. Bosquejemos rápida- íólonia fue admitido en el liceo el 20 de marzo de itará su familia.
mente el cuadro de su brillante existencia. 1807, bajo la dirección del padre Estanislao Mattei, . Dan los.triunfos artísticos en Italia mucha cele-
Joaquín Rossini nació en Pésarb el 29 de febrero sabio profesor de contrapunto. Apenas había trans- iridad y poco dinero: Rossini hasta entonces solo á
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la celebridad había aspirado; otras fueron sus pro- critas , y aun añaden que jamás ha sido el conato de riódícos estranjeros una nueva partitura del insigne
pensiones después de sus correrías por las ^capitales Rossini llegar á la perfección de completa y absoluta maestro; éste les deja decir y no se da por enten-
de Francia é Inglaterra. De 20 á 23 años era Rossini y que, si mas venturoso que todos los músicos de la dido. • S. Y.
travieso, indolente, cantaba por instinto y sin cui- época ha logrado casi rayar á aquella altura, ha sido
darse de hacerlo bien ó mal como el pájaro en la flo- ciertamente sin pensarlo.
resta; daba ademas continuas señales de su educa- En 1822 terminó la escritura que habia celebrado
ción poco cuidada. Esta última cualidad tolerable en- Rossini con el empresario de Ñapóles Barbaja , este EL HERMANO DE LA MAR.
t r e los ¡talianoses inadmisible en Francia: mucho tra- usó ampliamente de sus derechos, pues ademas de las
bajo le ha costado á Rossini deshacerse de ella, si es muchas producciones originalesque obtuvo del maes- CAPITULO X
•que lo ha conseguido; y la poca afición que profesa á tro insigne, le hizo transportar y acomodar á la voz
les franceses, á pesar del prodigioso éxito de sus ópe- de los cantantes una enorme cantidad de música an- ©IOS M I J O & A SU5 HOHAS.
ras, tal vez consiste en el mal efecto de ciertas tigua. A Rossini no le faltó tiempo, humor, ni pa-
pulías transalpinas consideradas como demasiad; ciencia para llenar todas las condiciones de su com- ¿No ves como las onda*
Del ancho mar quiclas,
acres é insufribles hasta en boca de un hombre de promiso. Contrajo matrimonio aquel mismo año con Aflojan los furores,
la Collbrand , célebre cantatriz, que llevó al hime- Y amigas se serenan?
genio. neo uu soberbio dote.
Errante fue la vida de Rossini hasta 1814: traba A principios de 1823 se dirigió á Venecia, con ESTEBAS M. DE VlLLECAS
jaba para salir del día y para teatros de tercer orden el ün de hacer representar la Semiramis, cuyo
muy á menudo plegando su talento á todas las exi- éxito no correspondió á su mérito indisputable , y á Parece que el cielo se ha dolido de nuestros na-
gencias de empresarios, cantantes y espectadores la inmensa poputaridad de que ha gozado en todas vegantes. A las dobles tinieblas que por espacio de
aplaudido las roas veces, silbado algunas, dirigiende las capitales de Europa. Si á medida que avanzaba tres días han encapotado el cielo, sucede un sol purí-
al piano la orquesta según costumbre de Italia en la en años perdía Rossini parte de la sencillez , de la simo y radiante que inunda de luz los horizontes:
tres primeras representaciones, cobrando ochocien- frescura y de la fácil negligente gracia , de que habia á las tempestuosas ráfagas del vendabal, un viento
tos francos, de los que enviaba á sus padres ya an- hecho alarde en el Tancre'lo, ganaba cada vez mas en fresco y sostenido, y á las colosales masas de agua del
cianos dos terceras partes, y poniéndose en camino con galanura de estilo, en profundidad de ideas y en seve- encrespado occéano, rizadas ondas quese abren, jun-
«n baúl mas lleno de papeles de música que de efec- tan y separan, y se inclinan y saludan ásu paso ala in-
tos, para emprender otra vez el mismo oficio a cua- ridad de recursos, llegaba á lo que un Rosinista de trépida Vengadora.
renta millas de distancia. 1813 hubiera llamado pedantería, ya loque un Ros-
¡Magníficos contrastes! ¡Destello aterrador de la
Aun nohabia escrito Rossini para Ñapóles y n siniesta de la segunda época llama sublime. Embria- omnipotencia divina; ante el cual el hombre de todos
hay gloria musical en Italia que para su consolidación gados aun los venecianos con las suaves melodíns del
los países, el ateo y el idólatra, el cristiano y el impío
no necesite tomar posesión del teatro San Carlos. Si> Tancredo, no se mostraron propicios á la instrumen- humillan hasta el polvo las pavorosas frentes! ¡Bien
empresario propuso á Rossini una escritura por laqu. tación complicadas y ruidosa de la Semiramis, porque
haya el espíritu sereno, el hombre dotado de un alma
le señalaba cuatro mil reales mensuales con la condi- el gusto italiano todavía no habia esperimentado la superior á la de sus hermanos, que allá en el centro
ción de escribir dos óperas al año, y de arreglar la transformación á qué le han sometido los imitadores
de los altos mares, donde la creación se ofrece en to-
música de todas las óperas antiguas que se se hubie- exagerados del segundo fíossini: parecía en Venecia da su grandeza, escucha sin turbarse el zumbido de
ran de poner en escena. Deslumhrado Ross.ni con insoléntela orquesta.si cubría la voz del cantante, y
se exigia que el acompañamiento se mantuviese con los huracanes, el estallido penetrante y seco que
proposiciones tan ventajosas acepto al punto la es-
el canto en los limites de una conversación respe- precede al rayo, y contempla con religioso entusiasmo
critura, renovada después por muchos anos.
tuosa. Ofendido Rossíni de aquella frialdad, que ca- la clemencia de Dios que le abre paso por en medio
Rossini se dio á conocer brillantemente a fines d< lificó, no sin motivo de injusticia, prestó oido á las de las bravas olas! Y ¡triste de aquel de corazón mez-
1815 con lüisabetta regina d'InghUterra, cscribiend. brillantes proposiciones que le hacían de Inglaterra. quino, que en esos grandes espectáculos que suele
después para el mismo teatro de San Carlos, Oíd Estuvo en Londres cinco meses, durante los cuales presentar la naturaleza, solo vela descarnada mano
en 1810, Armida en 1817, Afotses enbtjylo er ganó un millón de reales en dar conciertos y leccio- de la muerte que se tiende para asirle y a r r o -
1818 , Medardo é Zoraida en 1818, Enmone ei nes. Después fue á establecerse á París, donde se le jarle en el profundo. Para estos, los frivolos place-
1810 La Donnn del lago en 1819, Malwmetto lían aguardaba para ofrecerle la dirección «leí teatro ita- res de la tierra; para los otros, los de la tierra y el
182Ó! /e/mímcn 1822. No todas estas óperas lo- liano bajo condiciones ventajosas, obligándose por cielo.
graron igual éxito, Armida, Moisés y Ótelo, lo tu- su parte á escribir para Francia cierta cantidad de Es cosa averiguada que todos tenemos que morir
vieron estraordinario. partituras. y morir a lo menos una vez. Pues siendo esto así, di-
Aumentábase la increíble fecundidad de Rossin
con su merecido renombre. Sin faltar á ninguna di- Fecundo como siempre el artista, como siempre remos como Byrnri, ya iiiie. él lo dijo como otros lo
versión al tiempo que componía estas ocho óperas cr perezoso, y no acosado por la necesidad se hizo rogar dijeron antes que él; ¿qué mas dá que la muerte nos
sorprenda en nuestrolecho,ó en medio délos horrores
Nánoles escribí.! paro la misma ciudad unn opereU mucho antes de ceder á dar algo nuevo al teatro. Su de un combate?
bufa titulada La Gazzella, y dirigiéndose a Roma ei primera obra fue el Viaje á fíeims, opereta de cir-
Esta doctrina es la que profesan, generalmente ha-
1810 puso en escena una ópera lorbaldo y Dorh.s/ra cunstancias, escrita en 1820 para la consagración de blando, todos los marinos, y asi lo manifestaron los
cuyo éxito fue nada mas que mediano. Por el mismo Carlos X. Al siguiente año rehizo el Malwmetto se-
que tripulaban á la Vengadora, porque ninguno de
año el empresario dul teatro Argentina le presento un •gundo , añadiéndole la admirable escena de la ben- ellos, antes ni después de la tempestad, dio muestras
libretto El Barbero de Sevilla, pidiéndole una par- dición de banderas, y siendo representada con el tí-
de terror ni de alegría.
titura. Este libretto ya habia sido puesto en músico tulo de El sitio de Corinto. Refundió de una manera Media hora después de su salida volvió D. Julián
Dor Paisiello; ttossini aceptó la tarea de hacer olvi- todavía mas completa su Moisés en Egipto, represen-
tado al son de estrepitosos aplausos y entre mag- Buenaventura á la camarade proa donde yacían sus
dar al célebre maestro napolitano. Ofendidos los ro-
nificas ovaciones en 1827. Un año mas tarde escri- compañerosy familia, poseídos todos de lamasvehe
manos de tal audacia, silban de intento en la repre-
bió el Conde Ory , partitura ligera y graciosa, for- mente curiosidad.
sentación primera , al día siguiente se aperciben de mada en parte de fragmentos ya conocidos, si bien —¿Ha visto Vd. al capitán? preguntóle á la vez
que han silbado una de las mejores producciones de había bastante música nuevas Eugenia y Carlota.
Rossini y se sublevan contra su propiainjusticia: la —¿Estará furioso, eh? /añadió Medrana.
obra silbada es puesta en las nubes y le vale a Rossin- Estas gotas de armonía no hacían mas que irritar
la sed de los filarmónicos franceses: se muraiuraba Nada de eso, amigos míos, contestó D. Julián con
ser llevado en triunfo. Recorre el Barbero de Seuilh su acostumbrada impasibilidad; el estado de completa
con brillantez la Italia toda, pasa algo mas tarde i sobre la indolencia del maestro: se le pedia á grito postración en que se encuentra y en el que probable-
Francia y dá la vuelta al globo. herido una producción mas vasta , mas completa, mas
mentese encontrará por mucho tiempo leimpide reco-
Hala-ado Rossini por un éxito tan hsongero re- digna de su genio y de su nombre. Satisfizo al fin nocer los objetos que le rodean. ¡Lástima de joven!
compensó á los romanos dándoles la Cenerentola en Rossiní tan repetidos clamores en agosto de 1829,
Le he contemplado con el interés que no puédeme-
1 8 1 " E i el mismo año escribió para la Scala d y pudo quedar bien galardonado, por si ama su fa- nos de inspirar su juventud y la baronil belleza de
Milán La Gazza Ladra. En 1818 para Roma Ade ma postuma , el último de sus cantos ha de ser sin
sus formas, y me parece que he adivinado en parte el
laidd de Borgom; para Lisboa en 1819 El Califa rf disputa el que mas resuene en medio de las gene- origen desús padecimientos.
jjaqda-1- Eduardo y Cristina; para Venecia en 1820: raciones venideras. Guillelmo Tell es considerado por —¿Cuál, padre mió? dijo Eugenia, con una
Bianca ¿ Fulero para Milán en 1 8 2 1 , y Matilde d todos los inteligentes, no solo como la mejor obra prontitud cuya verdadera causa ninguno por entonces
de Rossini, sino también como la obra modelo de la
Sabrán para Roma. comprendió.
música contemporánea.
I)¿ este modo Rossiní en siete años hizo mas qu —-No tengo grades fundamentos para apoyar
doce coijipositorescomunes. No ofrecen los anales del Después de esta obra inmortal que coloca su nom-
mi opinión; pero me parece que son los resultados de
la música ejemplo alguno de facilidad tan prodigio- bre al lado délos de Gluck, Mozart, Beethowen y una profunda pasión de ánimo los que le han con-
sa Sin embargo este don inapreciable no ha dejado Weber,Rosini ha guardado un profundo silencio, no
ducido al estado de aniquilamiento en | que lo he
dc'düfur al conjunto y al porvenir de sus obras, pues interrumpido fino á instancias del señor Valera, co- visto. Ese joven debe de haber esperimentado gran-
el indolente maestro no ha tenido escrúpnlo de misario general de cruzada: el Stabat Moler de Ros- des desgracias: dotado de una organización ardiente
servir al público dos ó tres veces un mismo plato sini fue el fruto del quebrantamiento de su propó- se ha dejado ¡levar sin duda de sus impetuosos pensa-
sin tomarse la molestia de variar un poco su condi- sito importuno.
menta • ademas algunos profesores quieren adver- Rossini vive hoy retirado en Bolonia como un mientos y abandonado á sí mismo en la soledad de los
anacoreta; su carácter ha degenerado en adusto, su mares, ha concluido por agotar sus fuerzas víctima de
tir en la trabazón , encadenamiento y concepción de
habitual indolencia sigue contándose como su pa- la actividad de su cerebro. Con todo es bastante joven,
las ideas musicales, algún tanto de superficialidad y
sión preponderante: mil veces han anunciado los pe- y si los remedios de que he podido disponerproducen
soafu>ioii, efecto de la rapidez con que han sido es-
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los resultados que me he propuesto, es de creer que el enorme desacato y grave infracción de las rigoro- hasta hace poco han afligido á nuestro atribulado
su naturaleza vigorosa resista y llegue á vencer al fin sas leyes que tiene establecidas.—¿Qué os parece? espíritu.
la gran enfermedad que le abruma en estos ins- —Que aceptamos sin titubear, dijo Carlota. —Al menos ese es mi deseo, y emplearé todas mis
tantes. —En buen hora, añadió Eugenia. Una vez quej fuerzas para devolverles la calma y tranquilidad.
—Todo es peor, señor D. Julián, dijo Medrana ha cesado la borrasca y que no hay peligro, desearía Ahora me permitirán que me retire, porque con m o -
con dolorido acento. Yo ruego áVd. que no pon- salir de la lobreguez (!c este encierro y respirar sobre tivo de la dolencia de nuestro capitán, tengo que
ga en franquía á esc desarbolado capitán, á lo menos cubierta el aire libre. estar en todas partes y mandar la reparación de al—
mientras no nos hallemos á la vista de una tierra ha- —¡Bienaventurados aquellos que se pueden mo- gunas averías que nos ha ocasionado la pasada bor-
bitada por cristianos. Considere Yd. sus anteceden- ver!... dijo Medrana suspirante. rasca.
tes; y si ahora por fin de fiesta, se vuelve loco; ¿ qué —Eh!... deje Vd. de hacer el Jeremías, dijo Y saludando graciosamente á las damas, salió-
vá á ser de nosotros y de estas lindas señoritas, á c u - Carlota con resolución.—¿Por qué no toma ejemplo del camarote dejando á todos muy prendados de su¡
yo sexo, según nos han informado profesa una funes- de nosotras y saca fuerzas de flaqueza? Aquí hay que atenta cortesanía.
ta antipatía? aceptar el tiempo conforme viene, porque no se pue- —¡Escelente muchacho! dijo don Julián frotán-
Las carcajadas del auditorio fueron la contesta- de escoger aquello que se desea , y antes bien se debe dose las manos.
ción que recibieron las previsoras cuanto prudentes afrontar todo con ánimo sereno sin perder nunca —Sí, muy escelente... apoyó Medrana.
observaciones de Medrana. Dolido D. Julián de la la esperanza.--Ya ve Yd.; hace unas horas quecor- —Gracias á Dios que ya levemos á Vd. regene-
pavura que constantemente se aposentaba en el cora- riamos abandonados en un bote, y en los momentos rado...
zón de su compañero de viaje, le replicó para tran- en que la borrasca sacudía con mas fuerza, á una —No mucho, porque la calma suele preceder &
quilizarle. muerte segura : después, contra todo lo verosímil, as tempestades...
—¡Bah! no es tan fiero el león como le pintan. nos ampararon en este buque donde creímos encon- 1 —Dejémonos de agüeros, y no nos acibare la es-
A través de aquel rostro amarillento surcado por los trar gente poco hospitalaria , y esta gente, sin em-jj casa felicidad que al presente disfrutamos.—Apro—
tormentos, del corazón y de aquellos negros ojos en bargo, nos ha puesto al abrigo délas olas, y nos ha chémonosde la liberalidad de nuestro huésped, y sal-
los que luce en todo su aujela ardiente fiebre que lo dado alimentos por el pronto, y para mas adelante nos gamos sobre cubierta en tanto que estas se dis-
devora , he creído descubrir un alma grande y gene- ofrece mas comodidades y mayor seguridad.—Todo frazan.
rosa capaz de todo lo bueno si hay alguno que le acon- es así, y á mi me place la variedad y el continuo cam- —Sea.
seje con oportunidad. Yo tengo el presentimiento bio de sensaciones por fuertes y violentas que sean: —Obedezco.
deque hemos de hallar en él un amigo verdadero, antes nos ha visto Yd. trémulas, horrorizadas á la Y poco después Eugenia y Carlota quedaron sin.
y que con el tiempo nos hemos de dur reciproca- vista de la mar que amagaba sepultarnos en su seno, testigos en el camarote.
mente el parabién de habernos conocido. después tranquilas en medio délos que Vd. ha cali- —¿Qué te parece, Eugenia mía , de todo esto? El
—Dios le oiga á Yd., reprodujo Medrana poco sa- ficado de piratas, luego nos verá transformadas ale- viaje va siendo mas divertido é interesante de lo que
tisfecho de la profecía de Buenaventura; con todo me gremente en marinos, y subir y trepar por la jarcia yo me habia imaginado.
parece mas seguro mi consejo; porque como deesas si fuere menester y lo mandase la imperiosa nece- —Tienes razón... contestó Eugenia distraída.
cosas se ven en el mundo que son muy distintas de lo sidad. —¿Qué sí tengo? aquí quisiera yo ver á esos famo-
que parecen. No me gusta juzgar nunca por las apa- La fisonomía de Carlota había ido por grados ad- sos escritores de impresiones de viajes que sin duda
riencias, y luego la seguridad de estas amables seño- quiriendosu natural animación, y pronunció estebre- encontrarían asunto para formar un tomo en fóliot
ritas, creo que debe ser antes de todo. ve discurso con todo el aturdimiento de una coque- con los acontecimientos de estos últimos días.—
—Antes de todo , es hacer bien á nuestros her- tilla calavera que no se le da nada del presente ni ¡Friolera! una borrasca como pocas, una fragata
manos sin cuidarnos de los males que nos puedan so- del porvenir. yéndose é pique, dos muchachas abandonadas á la
brevenir por su ingratitud. Eugenia estaba pensativa. ventura dentro de media cascara de nuez; un socor-
—¡Quiera Dios que no esperimentemos la de ese —¡Bien por Carlota! esclamó dnnJulian. ro providencial é inesperado, un contramaestre e x -
Adonis marino mucho antes de lo que todos creemos! —¡Bien por don Carlos! dijo Medrana. Después abrupto , un piloto modelo de gracia y de finura, y
dijo Medrana con acento de contrita resignación. de lo que nos acaba de decir, no es posible conside- por último, un capitán misterioso á la manera del
—Caridad , señor Medrana , raridad para nues- rarla como una delicada señorita, sino como un Conrado de la isla de los Piratas, joven , valiente
tros semejantes.—¿Ha de habernos salvado la mano veterano encanecido bajo el sol de los Trópicos, y sombrío, que de nadie se deja ver, y que igno-
del Omnipotente del furor de las olas para arrojar- para quien son blando arrullo el zumbido de los vien- ramos todavía sí será nuestro amigo ó nuestro ver-
nos en las garras del tigre carnicero? Esto no puede tos equinocciales. Le doy mi voto partí que le entre- dugo... ¡Oh! cst') todo es naturalmente novelesco , y
ser , y yo confio en que la Providencia vela por nos- guen el mundo de este buque tun luego como á mi se puede sacar mucho partido si llega á caer en bue-
otros.—Ademas , para seguridad de las niñas y para me echen en tierra , si es que el cielo me reserva este nas manos...
evitar que la tripulación las reconozca , me ha pro- placer tan... —¿Qué mejor novelista que t ú , querida Carlota?
puesto el piloto Placeres, que por cierto es un m u - La llegada de don Luis de Fígueroa y de Rom- tú que todo lo vés con los ojos del entusiasmo y la
chacho muy simpático, un medio que no deja de ser pientes que traía un cofrecillo , cortó la palabra á mas vehemente exaltación.
ingenioso. Medrana en los momentos en que iba á dar á su pe- —Y ¿no hago bien?
—Ese piloto Placeres, preguntó Carlota , ¿ es por roración el giro acostumbrado. —Seguramente.
ventura el joven que esta mañana se presentó en esta Rompientes apenas depósito en el suelo su carga —No, pues tú no tienes nada que envidiarme,
camarote? salió del camarote. porque aunque no lo manifiestas, no eres por eso me-
—El mismo, se llama don Luis de Figueroa, aun- —Señoritas, dijo Placeres; tengo la satisfacción de nos impresionable.
que á bordo no se le conoce mas que por el pseudó- ofrecerles ropa blanca y seca , que podrán sustituir á —Tal vez...
nimo, que le i.uadra perfectamente. A las primeras la que traen sí asi les acomoda. Siento no haberte- —Dígalo sino el efecto que en lu corazón ha pro-
palabras nos hemos comprendido, porque es la suma nido esto presente desde el momento en que llega- ducido la historia en compendio de ese interesante
franqueza, finura y consideración. Como ha visto el ron ; pero la noche ha sido algo revuelta , y me he capitán... ¿Cuánto va á que sin haberle visto nunca
interés con que he reconocido á su capitán, y le he visto precisado á dedicarla á la dirección de la fra- y sin mas antecedentes que los que nos han referi-
dado esperanza de mejoría, ha querido recompen- gata que ya felizmente camina con buen viento y do, tiene ese venturoso mortal mucho adelantado pa-
sarme proporcionándonos las posibles comodidades, mejor rumbo. Ahí encontrarán también dos trajes ra ser el favorítode tu alma?
y muy especialmente á esas dos interesantes criatu- míos ampulosos y completos, que les ruego que —Carlota! eso es demasiado... el sentimiento que
ras, como él dice.—Allá en aquella huronera, según acepten y usen por las razones de mutua conve- me inspira es únicamente el de la curiosidad que no
él califica esta mansión , dijo no han de estar siempre niencia de que ya las habrá informado este caballe- pueden menos de producir los hombres estmordina-
metidas: salir libremente sobre cubierta, no conviene, ro.—En las grandes borrascas se juega el todo por ríos. Por lo demás, ¿quién sabe si esc hombre será
porque solo el contramaestre y el muchacho que les el todo'con que pueden Yds. proceder á su trans- digno de un amor puro, sí será virtuoso ó criminal,
arrojó el cabo son los únicos que saben que tenemos formación , y verificada que sea , espero que se ser- ó si su corazón estará ya destrozado por el recueido
mujeres á bordo , y yo conozco á mi gente; con que virán honrar mi mesa aceptando el frugal desayuno de alguna otra mujer...
lo mejor será que se disfracen de hombre con trajes de un marino que con toda franqueza les brinda con —Bueno, pase por curiosidad lo que yo creo que
que yo les proporcionaré y en persona iré á llevarlos. lo único de que aquí puede disponer. es ya una irresistible inclinación: el anuir se pre-
Así se evitan las hablillas y que llegue á oídos del
—Nuestro reconocimiento será eterno, le dijo senta á nuestros ojos bajo multitud de variadas for-
capitán , si es que levanta la cabeza antes de que
Eugenia, pues nunca olvidaremos la mano benéfica mas, y el tiempo dirá quién ha sido de las dos la
avistemos tierra.—Mi estatura es proporcionada á la que mas se ha acercado á la verdad.
de ellas: ahi tengo ropa sin estrenar, que desde que nos ha salvado de un naufragio seguro.
luego pongo á sus pies por si quieren honrarme uti- —Y en prueba de ello, añadió Carlota, acepta- —No lo dudes, Carlota mía ; es curiosidad lo que
lizándola , y por lo demás no hay cuidado , porque mos todo lo que la amabilidad de Yd. nos ofrece con me inspira, y solo por ella desearía verlo en estos
tomo bajo mi responsabilidad el desenlace de los' tanta galantería. momentos en que á nadie reconoce.
acontecimientos que nos asalten después.—Le he —Bien poco es para lo mucho que Vds. se m e - —Ola!... ¿deseas comparar el original con el re
manifestado mi reconocimiento, y he dicho amen á recen, y para el interés que su desgracia y hermo- trato que te has trazado en la imaginación?
todo , porque no veo en esta metamorfosis mas que sura me han inspirado ; dijo el galante piloto, diri- —Sí, Carlota; pero eso no es posible.
el buen deseo que anima á ese mozo en nurstro favor, giendo á Carlota una mirada llena de pasión.
—Gracias , caballero; contestó esta , segura del —¿Quién sabe? para conseguir loque so desea no
y un medio seguro que tanto á vosotras como á él, os
efecto que sus ojos habían producido en el corazón hay mas que quererlo conseguir.
pone á cubierto del primer impulso de cólera que
pudiera acometer al jefe del buque cuando supiera de Fígueroa: con tan fina y obsequiosa atención, nos —Sí, pero en el caso presente no me parece exacta
hará Yd. olvidar bien pronto los graves peligros que la doctrina...
500 EL LABERINTO.

., —En el caso presente tendrá aplicación como en —Muy bien, caballeritos, dijo éste tendiéndoles tuvo contemplando largo rato con tan profunda aten-
todos los de la \ida. la mano. ¡Diantre!... parece que les han hecho á ción que no advirtió la ausencia de Carlota, que de-
j —¿Te burlas? propósito... no hay mas de malo, añadió bajándola seando inspeccionarlo todo', se habia internado en
—Verás al capitán. voz , sino que la hermosura de ambas es tan pronun- as habitaciones inmediatas.
1 —¡Carlota! ciada que parece que se aumenta á medida que mas —Yo he soñado con este hombre, decia Euge-
—Te comprometo mi palabra. nos empeñamos en ocultarla. ¿Cuándo se ha visto nia para sí. Cuando allá en mi ciudad de Méjico me
—Pero..'. ¿cómo... dotado el sexo fuerte de una belleza tan delicada? veiaasediada por tantos admiradores; cuando yo bus-
—De una manera muy sencilla; ya se vé, dis- Difícil será que engañemos á nuestro hipocondríaco aba un vengador que me librase del Inca, se ofre-
traída con tus pensamientos... de curiosidad, no has capitán... • ia á mí imaginación un hombre del imponente y ga-
observado las novedades que por acá hemos tenido. —¿Y por qué! le interrumpió Carlota dispensán- llardo aspecto del que ahora estoy contemplando...
ÍTú ignoras que en este momento yo soy aquí una es- dole una sonrisa protectora: no creo yo que lo sea Y ¡en qué estado lo encuentro!
pecie de potencia' y que ejerzo sobre el corazón de tanto; en primer lugar porque hay que deducir mu- Una lágrima rodó por la nacarada megilla de Eu-
nuestro finísimo piloto una soberanía que haré lo po- chas cantidades de las perfecciones que la amabilidad genia, primera espresion de un amor indefinible...
sible porque sea absoluta, á lo menos mientras dure de Vd. supone en nosotras, y en segundo, porque secó sus ojos humedecidos y tendió una mirada en
aborreciendo tanto su capitán á la mujer en general, derredor de aquella mansión , cuyos desordenados
es de creer que no la habrá tratado sino muy en par- muebles revelaban el estado del espíritu de su due-
ticular, y por lo mismo es muy probable que no la ño. Llamó su atención una linda escultura que r e -
distinga á través de estas hopalandas dentro de las presentaba á san Miguel colocada en un sitio pre-
cuales vamos como en un sepulcro. ferente , único objeto por el cual se venia en cono-
—Allá lo veremos, amiguito; pero adelante y va- cimiento de que allí se tributaba culto al cristia-
mos á almorzar y después venga lo que quiera. nismo.
El desayuno se verificó en la sala de banderas, Eugenia por un sentimiento indeliberado é irre-
y aunque frugal, estuvo bien servido y sobre todo sistible se prosternó ante el glorioso arcángel y oró
perfectamente sazonado con la intrépida cuanto fes- fervorosamente por la vida de aquel hombre que es-
tiva oratoria de Carlota y de Placeres, que no cesa- taba próximo á hundirse en el sepulcro.
ron de tirotearse durante todo él.—Cuando se con- Un ligero rumor producido cerca de ella le hizo
cluyó, Carlota mandaba ya en jefe sobre el corazón salir bruscamente de sus meditaciones. Cuando co-
del apasionado marino , á quien después de haber noció la causa, quedó como petrificada por la sor-
concedido algunas ligeras distinción, se le pidió per- presa.
miso para visiíar todas las dependencias del buqu El Hermano de la mar, apoyado trabajosamente
sobre el brazo izquierdo, con ambas cejas fruncidas,
y no menos absorto que ella , la estaba contemplando
¡fijamente.
TOMAS RODRÍGUEZ RUBÍ.

ia navegación ó tengamos que permanecer ú su bor


do. El manda en jefe por ahora el buque, y yo po
ahora mando en él, porque así me lo han significado
sus ojos, y yo entiendo algo de achaques de miradas;
r o n que ya vés si con estos elementos podré sin mu-
cho esfuerzo cumplirte mis promesas.
—¿Pero es todo eso cierto?
—Ciertísimo, y tú te convencerás dentro de po-
co. Entretanto veamos lo que nos han traído aquí,
y empezemos nuestra transformación; dijo Carlota
abriendo el cofrecillo.—Bncno!.... bueno!.... dos
magníficos gabanes que por lo anchos y cumplido.?
nos podrán servir de capas: que me place! con ellos, CHITICA
y este par de sombreros de paja de la India vamos
El contramaestre do la Vcugadura.
•á estar tan disfrazadas que nosotras mismas no nos
•liemos de conocer.—Maro? á la obra. i que montaban. Placeres se apresuró á conceder 1 Una de las empresas cuya necesidad eslá "gene-
¡venia, sin sospechar el verdadero objeto que envol- ralmente reconocida, es indudablemente la de es-
vía aquella súplica, ul parecer muy natural, y les cribir una historia completa de nuestra literatura,
pidió mil perdones porque en aquellos momentos n en que despojándose de las afecciones de escuela y
podía personalmente acompañarlas, pues su debei colocándose en el terreno de la filosofía, se aprecien
le llamaba sobre cubierta. todos los géneros , se comparen todas las produccio-
Carlota disimulando su alegría le significó qu nes de bulto y se obtengan tinolmente los resulta-
no estarían mucho tiempo separados, y después qui dos legítimos de un examen maduro, resultados que
el piloto salió para ocupar su puesto muy satisfech habrían de trazar la senda seguida por nuestros ma-
de sí propio, aprovechando aquella un instante en yores en la marcha déla civilización.—Pero esta em-
que don Julián, el püoto de la Esperanza y Me- presa, cuya magnitud é importancia bastan para
drana estaban engolfados en una cuestión náutica, manifestar las graves dificultades que á su cumplido
le dijo á Eugenia por lo bajo:—Sigúeme. logro se oponen , ofrece de dia en día mayores obs-
—¿Adonde? preguntó ésta levantándose. táculos, llegando á ser punto menos que imposible,
—A la cámara del capitán. cuando se considera que escasean y faltan los ma-
—¿Te atreves? teriales que han de entrar á componer esa grande
—Ahora lo verás. obra, y que merced á la incuria con que se han visto
—¿Y si nos observan? entre nosotros esta clase de estudios, sfc desconocen
—Sigúeme. ¿Vés aquella puerta que está en direc- todavía muchos poetas y escritores de un mérito ex-
ción de la popa? traordinario , cuyas creaciones yacen envueltas en el
—Sí. polvo de los archivos ó han sido pasto de la polilla ó
—Pues esa debe de comunicar si no me engaño con de los gusanos.—Desconsoladora es en verdad esta
la cámara. A'eámoslo. observación , si bien no deja de ser menos cierta; y
—Sí, ahora que están distraídos. sin embargo, no han dejado de hacerse ensayos mas
La puerta se cerró (letras de ellas sin ruido, J ó menos extensos, de mayor ó menor mérito , en que
después que atravesaron el entrepuente, levantaron reuniéndose noticias interesantes . se ha manifes-
Eugenia dejó hacer á Carlota, que en un instante un tapiz que por aquella parte cerraba la entrada de tado el deseo de dar cima al pensamiento indicado.
la vistió, y en seguirla haciendo ella otro tanto, se la cámara del capitán . y un instante después se ha- Ha existido entre tanto un escollo insuperable para
agieron del brazo y salieron con intrepidez sobre cu- llaron delante del suntuoso lecho en que aquel ya- que estas tareas se encaminen á un fin prove-
bierta, donde las esperaban sus compañeros y el p ¡ - cía aletargado y en un abandono casi completo. choso: el espíritu de escuela, anatematizando todo
Joto Figueroa. Eugenia se acercó ó él con paso firme y lo es- cuanto no ha estado cooforme con las máximas pro-
EL LABERINTO. 301

clamadas, ha sido causa de que el estudio no haya1 fectada grandeza.- Don Antonio Gil, juzgando estampe de Vega, lleno de entusiasmo por aquella olvidada
podido ser completo; y la literatura , docta siempre poca , en que la poesía erudita parece tomar un joesía , ó tal vez no tan docto como los que habían
en oposición con la literatura nacional, ho acabado las uelo considerable; en que se advierten grandes ade- itentado restablecer entre nosotros el teatro clá-
mas veces por desconocer sus bellezas y proscribirlas, antos en el idioma , haciéndose al par notables es- ico , acometió la empresa de hermanar á este con
aun cuando en algún tiempo haya tenido que recurrir uerzos para crear un lenguaje poético , en cuya ta- a verdadera literatura popular, y de este feliz ma-
á ella para demandarle vida. ea se distinguió Juan de Mena , no ostenta menos idaje hubieron de nacer tantas y tan sobresalientes
Afortunadamente la critica ha tomado en el pre- ircunspeccion y buena crítica.—Las producciones lellezasque entusiasmados sus coetáneos, le aclama-
sen te siglo otro camino mas seguro y menos siste- el marqués de Villena, poco conocidasgcneralmente; on como el fénix de los ingenios españoles. El señor
mático entre nosotros , y se ha reconocido que para as del poeta cordobés mencionado; las del marqués iil y Zarate quilata con toda la madurez debida las
apreciarlo todo, era necesario compararlo mutua- le Santularia, y sobre todaslasdel tierno y melancólico grandes cualidades del innovador que tan vastos ci-
mente.—Al espíritu de esclusivismo ha sucedido el orge Manrique, honrosa excepción de su siglo, res- mientos echaba al suntuoso monumento que se pro-
espíritu filosófico , renaciendo al par el mas vivo d e - lecto á la sencillez y naturalidad del lenguaje y á la ponía levantar y que mas tarde habían de coronar
seo por la investigación de lo pasado , dándose á co- erdadera entonación que dio á sus versos, vienen por su cima Tirso de Molina , Calderón, Moreto,
nocer multitud de obras ó enteramente despreciadas i servir de prueba á las observaciones asentadas a n - Ruiz de Alurcon y Rojas, llenando de admiración á
ú olvidadas ya, y restituyéndose á la literatura nom- eriorrnente por el autor del Resumen histórico, o b - a Europa entera con iu riqueza de su inventiva y su
bres distinguidos que indebidamente habian sido arro- ervaciones que amplía y desenvuelve después opor- fecundidad prodigiosa.—Todo el segundo tomo del
jados del Parnaso.—Colocado en este buen terrenoe' unamente. La literatura erudita no podía, pues, es- Resumen histórico , empleado en dar á conocer el tea-
señor don Antonio Gil de Zarate en la obra que mo- ar mas en contradicción con el carácter de aquella ro español desde que andaba en mantilUishasía su de-
tiva las presentes líneas, ajeno de preocupaciones, ipoca, para quien todo lo eran el espíritu religioso y cadencia absoluta abunda en reflexiones filosóficas,
y animado de los principios filosóficos que deben el entusiasmo bélico. Las obras en verso que se e s - oportunamente espresadas, siendo la exposición y la
servir de guia en semejantes trabajos, ha logrado ribíeron entonces, reducidas unas á meros pane- análisis délos poetas que han figurado enaquella larga
dar á cada época literaria su verdadero colorido, juz- gíricos de la Virgen ó de los santos, y circunscritas época tan metódicas y sencillas que se encuentran los
gando las obras que han producido, no bajo la i n - otras á falsas alegorías morales , en donde resaltan neclios al alcance de todos los lectores , por escasos
iluencia de esta ó de la otra escuela , sino bajo la siempre el escolasticismo y el énfasis, muy pocos da- que sean sus conocimientos en la historia de nues-
influencia de la razón mas severa, y teniendo presen- tos ó ningunos ofrecen pura apreciar dignamente el tra literatura. Después de tratar de Lope y sus con-
tes las creencias y las costumbres que han animad* estado de cultura del pueblo castellano.—«¿Cuáles temporáneos Mira de Amescua , Guillen de Castro,
sucesivamente á nuestros abuelos.—De este sistema la razón de esta estraña anomalía?» pregunta al ca- Vetez de Guevara, Montalvan y otros; después de
si tal puede llamarse , debían desprenderse inmensa: bo el señor de Zarate. «No esotra que haberse apar- haber juzgado á Tirso, Moreto . Alarcon y Rojas, á
ventajas, tanto para la inteligencia délas materia otado los poetas de la verdadera senda, el renunciar cuyos ingenios rinde el homenaje de su admiración,
que se proponía tratar el señor Gil de Zarate, comí »á ser populares para convertirse en imitadores. Los llega por fin á hablar del gran dramático, á quien
para facilitar y allanar los inconvenientes que pare- «altos personajss que entonces dieron en pulsar la saludaron sus coetáneos con el título de rey de la es-
dan oponerse al éxito de su obra : un método rigo- »lira, apreciaban harto poco al pueblo para hacer cena española.—Calderón , ese poeta fresco como el
roso por el cual se deslindan convenientemente lai «caso de sus inclinaciones y gustos. La poesía que le rocío de la mañana , ardiente como el sol en el cénit,
épocas y los géneros diversos de literatura, asi come »era grata tenia por la misma razón poco precio á sus lleno de vida y de entusiasmo , poseído de aquella
los autores, ha sido , pues, el fruto de aquellos prin »ojos : creíanse degradados dedicando sus tareas al dulce embriaguez, causada por el aromático per-
cipios.—Pero aun en esta división no ha perdido d »solaz de vasallos y pecheros, á quienes apenas sedig- fume de nuestras plantas, poseyéndola suave me-
vista el señor Gil que para ser mas luminosos, de •>naban mirar desde su elevada altura y solo escribían lodía de nuestras aves y respirando la risa de nues-
bian ser sus juicios comparativos, y partiendo d «para príncipes y cortesano».—Perdióse el puro vigor tras deliciosas campiñas, comparece, pues, ante el
«ste punto ha puesto siempre al lado de la literatur, » nacional, añade, para adquirir galas ajenas, y estas no critico con todas sus grandes prendas y sus grandes
docta, que es la literatura de los palacios y lo «pudieron resarcir con su amanerado primor la fuer- defectos. «A Lope de Vega, dice el señor Gil, le
claustros , la literatura popular, que es la literatur; »za y el interés que solo en aquel estribaban. Triunfu- faltó fuerza y arte para la combinación de sus fábu-
<le las batallas y de, los campamentos, alimentad »bn , pues, como se ve, la literatura erudita, y estas las; Tirso pecaba por licencioso y procaz; Moreto
por las tradiciones del pueblo. «y la verdadera poesía nacional iban por diferente ca no poseía toda la inventiva necesaria; Alarcon se pre-
En efecto, desde las primeras páginas de su Resú «mino sin encontrarse todavía.» Tal era en efecto e sentaba con poca identidad; Rojas era exajerado y
men histórico que comienza con el célebre poema de estado de la poesía docta comparada con la popular gongorino: se necesitaba, pues, un hombre que al
€idt, se echa de ver este empeño. Después de indica basada sobre diferentes principios y animada por los urliiicio pura disponer planes hábilmente combina-
cuerdamente las cualidades que tuvo la poesía doc- sentimientos y las creencias del pueblo. dos, á Iu urbanidad y decoro, á la fecunda imagi-
ta y ln« i|ii« dt-hió tenor y tuvo la popular par El siglo XVI, que era llamado á removerlo todo nación, al lenguaje poético y armonioso, reuniese
llenar las condiciones de su existencia , entra de He prestando á las artesy ú las ciencias un nuevo aspecto las dotes du aquellos escritores; facilidad, ubun-
no en el asunto capital de su obra , dando razón d es considerado en su literatura bnjo fases distintas duncia, espíritu caballeresco, gracia, filosofía , ele-
los primeros pasos que dio la poesía con Juan Lo- por el señor Gil. de Zarate. La innovación triuufuiit vación, conocimiento del corazón humano y délas
renzo de Astorga , Gonzalo de Berceo , el autor de de Boscan y de Garcilaso; la oposición de Castillejo pasiones; y lo que tal vez escaseó en todos, subli-
Historia del conde Fernán González, el del Libro de enemigo de los pstrarquistas ; los esfuerzos de Her- midad en los pensamientos. Cualidades tan varias,
el Apolonio , D. Alonso, el Sabio, Ilabidon Santo d rera encaminados á dar mas elevación al lenguaje tan raras, tan difíciles de reunirse en una sola per-
Carrion y otros muchos poetas y escritores, que flo- poético; la tierna filosofía de Fr. Luis de León sona , eran precisas para formar el poeta dramático
recieron hasta el siglo XV, entre los cuales ocupa derramada en todas sus creaciones; el carácter sa- español perfecto.»—El teatro que admitía promiscua-
el famoso archipreste de Hita uno (lelos puestos ma tírico é imitador de los Argensolas; la dulce melan- mente todos los géneros, sin dar á ninguno la pre-
distinguidos. Las observaciones que hace el señor de colía de Rioja , y tantas prendas como adornan á ferencia, habia menester, en efecto, para desechar el
Zarate sobre e! carácter especial y la índole de esta tantos otros poetas de aquel tiempo, forman e amaneramiento en que comenzaban á hundirle los
literatura, que va pasando sucesivamente por todas cuadro que se propone el señor Gil bosquejar y dar imitadores de Lope , uno de esos sublimes ingenios,
las fasjs que presenta la civilización española, no á conocer el sensible cambio que había sufrido ya la que como añade el señor Gil, «abrazan todos los
pueden ser mas importantes: la sencilla rudeza de poesía erudita, admitiendo mas bellas formas y to- primores del arte, que vencen todas las dificultades,
poema del Cid, monumento que consideramos nos- mando un mas brillante colorido.—Pero al lado de que realizan en sus obras inmortales el bello ideal
otros como un vasto arsenal, en donde se encuentran los poetas profanos, al lado de Góngora y de Que- del género que cultivan, y cuyo nombre por lo tanto
materiales para trazar la historia civil, militar, polí- vedo aparecen los poetas sagrados: los acentos de San resuena en todas las naciones y traspasa los remotos
tica y religiosa de los siglos XI y XII, la estravagante Juan de la Cruz, de Fr. Pedro Malón de Chaide, siglos. Tal fue don Pedro Calderón de la Barca, prín-
mezcla de las tradiciones paganas y las del cristianis- de Sta. Teresa de Jesús, del padre José de Sigüenza, cipe ile los poetas dramáticos españoles, y bnjo cuyo
mo , hecha por Astorga en su poema de Alejandro, y de otros muchos, vienen á unirse con el grande imperio llegó nuestra escena á su mayor altura, sin
obra en que se advierte ya mas claramente elafai concierto de los poetas del siglo XVI y principios del que después le fuese dable otra cosa mus que des-
de hacer erudita la poesía; la naturalidad y fluidez XVII, dejándose oir también la voz de Ercilla, de cender, cayendo en la postración que siempre sigue
que caracterizan a veces las producciones de B¿rceo Balbuena, de Hojeday sobre todo la de Lope de Vega, á los grandes esfuerzos.»
el prodigioso esfuerzo hecho por don Alonso el Sa- cuyo genio fecundo tenia por condición el ensayar ° juicio que nosotros tenemos por acertado,
bio, para dar al habla castellana toda la magestad que toáoslos géneros , creando por decirlo así ei teatro, caracteriza perfectamente al ilustre dramático, cuyo
respiran las Siete Partidas, y finalmente el genio cuyos primeros pasos, según el dicho de Cervantes, nombre no titubeamos en colocar al lado de los Shaks-
cáustico del Juan Ruiz que se habiu levantado en e fueron olvidados al presentarse en la escena el gran peare, Corneille y Schiller; pero el señor Gil de
siglo XIV, para protestar contra la corrupción de la; monstruo de la naturateza. Zarate no contento con estas grandes pinceladas, des-
costumbres y la inmoralidad en que habían caído Esta aparición prodigiosa cambió, pues, y debió ciende después á considerar la época en que vivió
los castellanos; todas estas cualidades, todos esto cambiar el aspecto de la literatura, comenzando con Calderón, política, moral, religiosa y literariamente,
hechos y estos caracteres son apreciados, compara- ella su mas gloriosa época.—En todas las obras ante- para completar de esta manera el retrato literario
dos y definidos con tanta erudición como acierto. riores habia prevalecido la imitación al sentimiento del gran dramático, haciéndose al par cargo del j u i -
El siglo XV, aquel largo período que había de nacional, siempre que no se habia templado la ver- cio brillante y entusiasta de Schlegel y del parecer
tener por término la conquista de Granada y de dadera lira castellana; es decir, siempre que des- de M. Sismonde de Sismondi, que llama á Calde-
Ñapóles, y el renacimiento de las artes y de las l e - echando el romance, ese género propiamente espa- on el hombre de la miserable época de Felipe IV.—
tras, aparece después con sus imitaciones del Dante, ñol , hijo de las costumbres y de las creencias de «La enorme diferencia que existe entre estos dos jui-
con su ungido rendimiento llevado al último grado nuestros abuelos , se habia ido á buscar la inspira- cios nace deque sus autores juzgan á Calderón con
<n la corte de don Juan II, y con su amaneramiento y ción fuera del paisy del mundo en que sevivia.—Lo- arreglo á distintos sistemas. Schlegel le considera des-
502 EL LABERINTO.

de las alturas de la mas elevada poesía y le coloca vido constantemente de norte al señor Zarate en la tante á propósito para proporcionarme el gusto de
en el punto culminante del romanticismo, y Sis— presente obra. leer la inscripción de la fachada, aunque sí pude leer
mondi le mira á través de la prosaica manera de los No terminaremos este artículo, sin apuntar que las de las alas del edificio, como que para ellas no se
dramáticos franceses, y ademas en la parte religiosa su lectura nos ha devuelto la esperanza de que pue- necesita vista de lince; y allí vi que el palacio había
con todas las prevenciones de un protestante contra da algún dia escribirse una historia , lo mas completa sido concluido por Carlos III. Su nombre siempre en
la comunión católica. Bajo estos dos distintos aspec- posible, de la literatura española.—Muy interesado todas partes. Empeñado en leer la del centro, sospe-
tos el vituperio y la alabanza son ciertos; mas di- está en ello nuestro buen nombre; y fácil seria, com- ché que mis anteojos pudieran estar empañados ó
remos: si se considera el arte en el punto que hoy binando los trabajos hechos por varios literatos dis- cubiertos de polvo, y me los quité y los limpié. Afán
dia se encuentra, tan distante de las exageraciones tinguidos, ofrecer á la Europa tal vez uno de los mas inútil. La inscripción al parecer no se ha escrito para
románticas como del rigorismo clásico; si se atiende interesantes libros. Los ensayos de Boulterwek, de ser leida. En cambio vi otra cosa, en que hasta enton-
á las ideas de la época presente, el juicio verdadero Sismondi y otros autores han despertado en todas ces no habia reparado, y por cierto que no me agradó.
de Calderón puede resultar de la mezcla de ambos partes el deseo de conocer profundamente esta rica Hablo de las tres estatuas colocadas en la cúspide de
juicios: en el primero se hallan brillantemente en- iteratura, en que la imaginación oriental dejó tan la fachada, las cuales representan tres reyes, lo que
salzadas sus verdaderas bellezas; en el segundo ve- uminosas huellas; honroso y patriótico será, pues, no me parece mal; pero llevan corona y cetro de hier-
mos presentados sus verdaderos defectos; mas estos ;l prevenir este deseo, que crece á medida que los ro, y esto merecía la pena de modificarse, porque tiene
no destruyen el mérito de aquellas.» esfuerzos de los alemanes estienden mas )a fama de sus visos de epigrama.
La vida es sueño, esa rica epopeya del cristianis- nuestro teatro. Visto el palacio por aquel lado, quise examinarlo
mo , en que algunos críticos de nota han visto sola- lntnoB DE IOS BIOÍ. por la parte esterior del ala derecha; y no halle nada
mente un príncipe de Polonia encerrado por su pa- de particular, salvo la galería de arcos que forma
dre como una fiera; Casa con dos puertas mala es ángulo con Palacio, la cual está sin concluir, como
de guardar y Con quien vengo vengo, son las comedias tantas cosas de España.
que elije el señor Zarate para apoyar sus observa- Buso Siguiendo mi dirección hacia la plaza de san An-
ciones con la análisis.—Los Autos sacramentales, en tonio, vi á mi izquierda el jardín de la isla, cercado
donde todo es poesía , en donde aparece á nuestra CONTINUACIÓN.
de su foso de piedra. Una familia que entraba por
vista Calderón como el gran filósofo de su tiempo, . ,~r_ i IV la puertecilla que dá frente á uno de los ángulos del
son también apreciados por el autor del Resumen IV. cuerpo saliente de palacio, me dio aliento para imi-
histórico, aunque en nuestro concepto no con la es- tarla, y coléme dentro. El portero exigió papeleta,
tension y las profundas miras que merecen, si bien Era ya el dia diez y seis, y el reloj estaba dando las y dada que le fue por el jefe de aquella reunión , de-
se encuentran en su examen estas líneas.—«Los Au- cinco, cuando abandonando las sillas que me habían jóme también entrar á mí, creyéndome sin duda
tos sacramentales eran obras esencialmente alegó- servido de lecho en el palco, me dirigí ala puerta dal perteneciente á la misma. Antes se entraba sin ese
ricas ; y como tales la imaginación en ellas no tenia coliseo, y comenzó á aporrearla de firme.— Que me requisito, y se verificaba por la puerta principal del
traba alguna, pudiendo echar mano de cuantoá su abran grité, que me1» abran; que estoy encerrado jardín : ahora sucede de otro modo , porque témpora
propósito cumplía , así en el cielo como en la tierra, aqui dentro, y me han jugado una mala pasada.—A mutant mores.
así en el mundo real como en el ficticio, sin per- mis gritos comenzó á acudir gente, viniendo poco Recorrido con rapidez el jnrdinito del ángulo, en
donar la mitología antigua. Todo lo personificaban: después un quídam á quien no conocí, el cual abrió la cuyo centro existe una fuentecilla que nada perde-
las virtudes, los vicios, los afectos, las ideas, las puerta sorprendido, y preguntóme la causa de estar ría en ser quitada de allí, me hice cargo de los bus-
llores, los dias, el universo en su totalidad y en yo allí.—Interrogad al diablo, le dije, queno mehallo tos v?s emperadores y emperatrices que se hallan
cada una de sus partes. Lo mismo le dá trasladarse ahora para dar esplicaciones.—Y esto diciendo, giré colocados en nichos, y á los cuales parece presidir
á las épocas anteriores á la creación que á los tiem- por la derecha con aire de malísimo humor, y oí que Carlos V , único que se ofrece en pie, y cuya es-
pos oscuros del porvenir: en una palabra, son , c o - decían detras de mí: ¿pero porqué no gritaba ese caba- tatua merece la pena de ser mirada con detención,
mo dice Calderón , una continua prosopopeya.» Nos- llero cuando le encerraron anoche? Yo dejé que la así como algunos de los bustos, los cuales, si no me
otros sin embargo diríamos mas ; diríamos que los gente hiciera comentarios, y seguí cruzando calles y equivoco, son diez y seis.
autos del célebre autor de La vida es sueño son la dando vueltas para que no me siguieran la pista. Lle- Los seis jarrones colocados á la espalda de pa-
aplicación de la filosofía á la teología escolástica, gado á la plaza de toros, comencé á pensar seriamen- lacio llamaron mi atención de un modo particular,
revelándose en ellos siempre la mas profunda meta- te en mi situación, y después de mil silogismos, de- y pareciéronme superiores á cuanto de su cla»e ha—
física. duje que debía aprovechar el tiempo todo lo posible, bia hasta entonces visto,salvo los del puente colgan-
Don Antonio Gil de Zarate se detiene algún tanto recorriendo el sitio por la mañana y volviéndome por te, d« los que al parecer eran hermanos. El par-
á tratar de este gran poeta, y nosotros no hemos po- la tarde á Madrid. El partido era duro verdaderamen- terre es lindísimo también. Yo lo recorrí entusias-
dido menos de seguir su ejemplo.—El segundo lomo te; pero tomar posada y no pagarla me pareció mas mado; y caminando de cuadro encuadro rodeado
concluye con el examen de los escritores de segundo duro todavía. Dos ó tres casas donde entré para de flores y envuelto en perfumes por todas partes,
orden : todos los mas notables dramáticos desde Cu- ajustarmi estancia un par de dias acabaron de con- vi tras dos ó tres fuentes bastante buenas, la muy
billo de Aragón hasta Zamora; y desde Matos Fra- firmarme en mi ¡dea. El cuarto mas barato que hallé notable y muy bella que se llama de Hércules y Anteo.
goso hasta Cañizares, último imitador feliz del tea- costaba un sentido. Aranjuezno es morada de poetas Caminando otra vez hacia palacio, y llegado á la en-
tro de Lope y Calderón, están juzgados tal como si no llevan provista la bolsa. ¡Oh qué prosaísmo tan trada do la ria , quedé sorprendido y como en éx-
requieren su celebridad y su mérito. horrible en sitio tan encantador! Preciso me fue resig- tasis cuando dando media vuelta á la derecha, vi la
El tomo tercero ha sido dedicado por el señor narme y desayunarme con otro panecillo. Devorada bella y magnífica cascada por donde se precipita el
Gil á dar razón de los escritores en prosa desde prin- miración lindamente á la sombra de un árbol, me Tajo; los corpulentos y elevados plátanos que á m o -
cipios del siglo XVI, en cuya clasificación compren- dirigí tras esto á una fuentecilla y bebí. Aquella agua do de muralla se ostentan en los anchos paseos que
de los políticos, críticos y moralistas. Este libro debia de ser sin duda la del olvido, porque probarla y dan al rio; el elegantísimo puente por donde la tarde
que es enteramente nuevo, no puede menos de ofre- borrárseme de la memoria cuantos propósitos acaba- anterior habia pasado; el molino , la plaza, el j a r -
cer un grande interés á los eruditos, llenando cum- ba de hacer, vinoá ser todo uno. ¿Quién puede estar din..,, todo lo que catorce horas antes habia percibido
plidamente el objeto que el autor del Resumen histó- un rato en Aranjuez, y hallarse triste por mucho tiem- en confuso y en sentido inverso, y ahora halagaba
rico se propuso al escribirlo.—Verdad es que ha omi- po? Mi paseo por las alineadas calles de la población mis ojos distintintamente bajo su verdadero punto
tido algunos escritores que podían haber enriquecido me había hecho conocer lo bonito de esta: pero no de \ista. ¿Pero á qué referir uno por uno los diver-
con siiá nombres el copioso catálogo deles compren- habia visto sino eso, y era preciso recorrer aquellos sos objetos que llamaron mi atención en el delicioso
didos en esta parte; pero también lo es que no ha elíseos en toda su magnífica estension. paseo de aquella mañana? Dos ó tres veces recorrí
olvidado ninguno de los mas importantes, y que sus Falto de guia que me coudujera, eché á andar á la el jardin, y otras tantas quedé convencido de que lo
juicios son siempre acertados é imparciales.—Mucho ventura por entre los árboles; y sin saber cómo ni de que comunmente se dice de este sitio de encanto y
nos hemos estendido para que podamos seguir el qué manera, hálleme ante el palacio de los reyes en de delicia, es poquísima cosa, muy poca , compa-
al señor Zarate en esta difícil tarea;—por loque la la plaza que llaman del mediodía, y que yo en todo ca- rado con la realidad.
suspenderemos en este punto. so Mamaria de oeste con algunos mas visos de razón. Como el paseo habia avivado mi apetito, sentó-
El Resumen histórico de la literatura española es Pobre como me bailaba á aquellas horas, no podia me en uno de los seis canapés que rodean la fuente
una de las obras mas considerables que ha produ- aspirará introducirme en el edificio porque no habia de Baco, y sacando otro panecillo que llevaba á
cido la presenta época, y en su clase puede decirse para propinas. Conténteme, pues, con mirar el pala- prevención , empecé á devorar nuevamente, conten-
que es la mas completa.—Ya habrán podido com- cio por fuera, y por cierto que me pareció muy bien. tándome á falta de vino con fijar la vista en el Dios
prender nuestros lectores el orden que se ha adop- Aquella plaza de 120 pasos en cuadro, aquella facha- que tan guapo se gallardeaba en su cuba. Yo no sé
tado en ella, orden el mas lógico y sencillo en nues- da elegante y sencilla á la vez; los 17 balcones que si seria efecto de mi mal gusto artístico ó si deberé
tro juicio.—El primer tomo trata, pues, de la poesía la adornan, cinco de ellos salientes en medio con una atribuirlo á mal humor por la falta del zumo de la vid
en general hasta el siglo XVI y de la lírica y didác- sola baranda de piedra; los 7 balconcitos que tiene de que tan necesitado me-hallaba entonces; pero lo
tica desde esta época en adelante; el segundo com- ademas en el centro; las 12 rejas y los cinco arcos que cierto es que aquel Baco me pareció menos bien de
prende la historia del teatro español, y el tercero sirven de entrada: las bohardillas que coronan el teja- hombros abajo que de hombros arriba. En el segundo
dá á conocer nuestros prosadores de los últimos si- do cubierto de plomo; los cimborrios que flanquean puente de la ria hay una estatua del mismo Dios, de
glas.—El estilo empleado por el señor Zarate es tan la fachada, y desde los cuales parten las dos alas que la cual no se acuerda nadie, y á mí me parece mejor
sencillo, tan natural como habrán visto nuestros forman la plaza con sus 17 balcones, 16 rejas y una que el celebrado Baco de la fuente. Yo al menos en-
•lectores en los trozos que dejamos citados: la im- gran pneFta cada una; todoesto me pareció de bellísi- cuentro en el rostro de aquel tanta ó mas espresion
parcialidad , la circunspección, la templanza han ser- mo efecto, sintiendo solo que mis gafas no fuesen bas- que en el de este; veo mas naturalidad , mas verdad,
EL LABERINTO. 303

menos exageración en las formas que hacen feo y| Vá el mundo á naufragar, habrán pensado; que nuestros vinos y amores
monstruoso al segundo. Dicho Baco está en actitud ya tiemblan marineros y piloto ; causan muerte repentina. «j
de dar de beber á un satirillo, y tiene por compañeros se sumerjen, salvémonos á nado. ¡Mal haya el docto asesino!
en otros pedestales, colocados también sobre el puen- de este b;ijel por tempestades roto; ¿qué os parece mi vecina?
te, un Mercurio bastante bueno, una Telis mejor y y á los cielos abriéndose camino - ¡Mal haya el docto asesino!
una Venus, asi, talcualilla. Esta noticia, lectoresmios, Juntos volaron con su igual deslino. ¿qué os parece mi vecino?
no la den Vds. á nadie; porque á veces es moda ce-
lebrar ciertas cosas aun cuando sea sin convicción, y ¡Pobres mancebos! de la infancia pura
aun repite los ecos leve el aura; La grosez de Josefina
como el Baco de la fuente se cuenta por ventura en á que achacarla no sé :
ese número, es preciso morderse los labios , y decir si ofende á vuestra aurora nube oscura,
pienso que le hace el corsé
que nos gusta muchísimo. se ostenta el sol y su esplendor restaura.
su cintura menos fina.
Hecha mi segunda refacción , quise ver si en los Ellos responden ; Próvido rocío ¡Efecto quizá del lino!
sitios en que dicen que antes era costumbre, estaban esmalta la campiña y la enriquece; ¿Qué os parece mi vecina?
reunidos los forasteros que como yo se hallaban en sin árbol, mies, ni flor, en nuestro hastío ¡Efecto quizá del lino !
Aranjuez ; pero ni en la fuente de Hércules, ni en la no el sol para nosotros resplandece; ¿Qué os parece mi vecino?
de Apolo, ni en la feísima del Reloj, ni en la bellísima y á los cielos abriéndose camino
de la Espina , ni en la de la Etiópica Venus, ni en la juntos volaron con su igual destino.
ya susodicha de Baco , ni en la justamente celebrada La señorita Justina
de Neptuno, ni en la de los Tritones , porque ya no ¡Pobres mancebos! ¡Calumniar la vida! dá á luz robusto angelón ;
existe y se acaba de trasladar á Madrid , ni en parte Así lo hace el anciano en su despecho. unos dicen si es dragón ;
ninguna finalmente, descubrí reunión de caballeros, n ¿Visteis copa de amor desposeída otros si es de la marina ;
congregación de señoras, ni nada que indicase la pe- al derramarla en vuestro amante pecho? Yo cazador le imagino.
queña Puerta del SoZque yo deseaba encontrar, aun Ellos responden : de un ángel en todo ¿Qué os parece mi vecina?
cuando solo fuese por ver si daba con algún conoci- es el amor cantado ensueño oculto; No cazador le imagino.
do. Los tiempos son otros ahora. Sin billete nos mas al tocarle un ídolo de Iodo ¿Qué os parece mi vecino?
entra en el jardín, ¿y quién diablos lo ha ha de pe- nos ofrecía el ara de su culto ;
dir todos los dias para dar un pasto por él? y á los cielos abriéndose camino En casa de mi sobrina
Desesperanzado de hallar alma viviente en aquel juntos volaron con su igual destino. que ayunaba en carnaval,
delicioso sitio , no siendo alguna que otra familia in- hallo á cierto cardenal,
troducida según ordenanza, di mi última vuelta po ¡Pobres mancebos! remontando el vuelo y encuentro buena cocina,
la huerta del Príncipe, encamíneme después á I lejos del nido en fúlgida victoria; ¿será acaso mi sobrino?
confluencia del Tajo y la ria, y siguiendo por 1 pudierais entre nubes , junto al cielo, ¿Qué os parece mi vecina?
orilla de esta, vine á parar á la pequeña cascada, pa- subir hasta el zenit de escelsa gloria. ¿Será acaso mi-sobrino?
sando á continuación por el puentecillo donde se ha- Ellos responden; el laurel es humo ¿Qué os parece mi vecino?
lla mi Baco predilecto, pisando luego la Rambla y la envidia voraz lo arroja al viento;
el parterre, y saliendo últimamente por la puert es inútil alzarse en vuelo sumo
del ángulo que me introdujo en el jardín. si nos derriba su enconado aliento; Una cómica se inclina
Eran ya las cuatro de la tarde. Un cuarto de con- y á los cielos abriéndose camino por servir á diez rivales ,
versión á mi izquierda y unos cuantos pasos dado juntos volaron con su igual deslino. á inventar suertes fatales
entre el foso de piedra y otra galería de arcos, mi al juego que les arruina.
condujeron á la plaza de San Antonio, compuest I Pobres mancebos! No el dolor os rinda, El proyecto es peregrino.
igualmente de arcos, aunque también sin concluir, pues hay santo deber, que lo modera; ¿Qué os parece mi vecino?
sin haber de terminarse por lo visto , puesto que amor de madre vuestra patria os brinda, El proyecto es peregrino.
sitio que debería estar destinado á proseguir el ala di y en sus pliegues nos guarda su bandera. ¿Qué os parece mi vecino?
oriente se halla ocupado por el jardinito de Isabel II Ellos responden : símbolo escoltado
cuya pequeña estatua de bronce se ve en medio d< al umbral de un señor; guarda su sueño ¿Qué aje dolorosa espina
aquel desde afuera. La rotonda del fondo de la plaza y hambriento vela y muere allí el soldado •de flor de Venus el seno?
os de muy buen efecto, no mi'nns que lus (loe desangre tinto en belicoso empeño; ¿No hay bálsamo á esc venene
puertas que la flanquean, cuatro de ellas en arco ; y á los cielos ubriéndose camino •que á París socaba y mina?
ocho cuadrilongas, colocadas de frente y en los á n - juntos volaron con su igual deslino. Hallarlo fuera divino.
gulos. La vista de aquel sitio me recordó la escena de ¿Qué os parece mi vecina?
mi comidilla la tarde anterior, y creí que debia olvi- ¡Pobres mancebos! de espantosas nieblas Hallarlo fuera divino.
darla separándome de é l , no sin examinar primero vuestras mentes poblara ruin nodriza; ¿Qué os parece mi vecino?
la fuente de Diana, cuya estatua no se ostenta ver- mas Dios brilla á través de las tinieblas
daderamente con ninguno de los atributos de tal; pero y nuestras penas con su voz suaviza.
tiene actitud muy graciosa, y tanto ella como e Ellos dicen ; cual padre nos acoja: íío de enfermedad dañina
pedestal que en forma de castillo la sirve de base su nombre que el humano no penetra, nuestro barrio está tocado ;
son en verdad obra muy bella. El conjunto de sus y como nombre vano al aire arroja, •ni en el marido engañado ;
no se borra del alma letra á letra: mi en él mujer libertina.
accesorios, como son los lagartos, las ranas, los
y á los cielos abriéndose camino Es venturoso su sino.
caracoles de mar y las cabezas de crocodilo, ofre-
juntos volaron con su igual destino. ¿Qué os parece mi vecina?
cen igualmente á la vista apacible entretenimiento; y Es venturoso su sino.
mas cuando se fija en los cuatro tritones , montado ¿Qué os parece mi vecino?
cada cual en su delfín, y aguijándole con una flecha. Perdónales ¡mi Dios! dales defensa ,
Dícese que esta fuente cuando corre es la mas bo- eco se hicieron ¡ay! de su sonido, A. F . UEI. Rio.
nita de todas, y la mas variada también. Yo lo creo y no alcanzaron que en cadena inmensa
sin dificultad; pero no habiendo tenido ocasión de para todos al mundo hemos nucido.
presenciar el juego de sus aguas , hube de conten- La humanidad de apóstoles carece,
tarme con figurármelo en mi imaginación, tras lo que inculcarles pudieran tu palabra:
cual me dirigí al jardín llamado del Príncipe, huyen- amar, amar, nuestra ventura acrece;
do del calor que reinaba en la plaza. hacerse amarla de Jos hombres labra ;
[Se continuará.) y á los cielos abriéndose camino Salve, ¡ genio inmortal! lú que el primero
juntos volaron con su igual destino. Entre las nieblas de la noche oscura
El astro columbraste de ventura
Que ha de regir al universo entero.
Tronó tu voz ; y el sacrosanto fuero
Ahora vecino y vecina Del pueblo defendió firme y segura
CAXCIOXKS DE BER.lXCiER voy á hablaros sin desmán, Contra la raza que anhelaba impura
tengo uu tio sacristán, Entronizar el despotismo fiero,.
tengo una hermana ursulina; El valle, el llano y la encumbrada sierra
\ Va mas el diablo es muy ladino; Los ecos repitieron de tu gloria;
¿qué os parece mi vecina? Y al rudo estruendo de horrorosa <U!>"< •"•>
Mas el diablo es muy ladino, Que ensangrentó los fastos de la
¡ Muertos? los dos en reducida estancia ¿qué os parece mi vecino? Brilló la libertad sobre la tierra
y aun el vapor en su recinto pesa! Ostentando el laurel de la victoria.
¡ Dulce ayer de su vida la fragancia Gil, doctor en medicina *
á golpe aciago consumida cesa! asegura en sus temores J. T. C
504 EL LABERINTO.

Ya habrá empezado la reina Victoria su viaje, del tores : este nnciano ha aparecido muerto de un pis-podrá consolarse desús reveses, y que su augusto,
cual va á resultar una especie de congreso de sobe- toletazo sobre su lecho, ignorándose hasta ahora si padre Carlos IV, que también tuvo ocasión de recor-
ranos y de ilustres diplomáticos, figurando entre ellos ha cortado el hilo de.su existencia el suicidio ó el dar en Roma que había sido monarca de dos mun-
el príncipe de Metternich, patriarca de todos, en un asesínalo. El conde de Molina con su esposa la prin- dos. Abd-el-Kader ha penetrado otra vez en el terri-
pueblo de Alemania. De este punto ha vuelto á París cesa de He ira ha ntravesado ya toda la distancia que torio de Marruecos y se dispone de nuevo á la guerra:
M. Duchatel, ministro de lo Interior de Francia, separa á Bourges de los Alpes. A su tránsito porLyon con este íin ha escrito á todas lus tribus del Medio-
quien se ha encargado del ministerio de Negocios e s - ha sido visitado por Cabrera, á quien no había visto día, anunciándoles que antes de veinte dias haría un
tranjeros, mientras M. Guizot va á tomar baños. Luis desde que vinieron juntos en son de guerra sobre la movimiento hacia levante, para invadir el país de la
Felipe ha dejado por unos dias el palacio de Neu- capital de España, sin conseguir otra cosa que dar Algería: parece que el indomable caudillo de los ára-
lly, trasladándose a l a capital con el fin de asistir al vista á sus puertas. Se asegura que después de tomar bes contaba con tres mil caballos y tenia esperanzas
décimo quinto aniversario de las Gestas de julio. Ya los baños fijará el conde de Molina su residencia en de reunir fuerzas mucho mayores. Ha propuesto el
se ha colocado sobre el lugar elegido la estatua del la capital del mundo cristiano, que no es la primera duque de Isly para mariscal de campo al jefe autor
duque de Orleans,su primogénito, sobre la cual el vez que brinda asilo y hospedaje á reyes destronados; del suceso , que es á la sazón escándalo de toda E u -
pueblo ha arrojado á porfía guirnaldas de flores y co- al (in el conde de Molina nunca llegó á sentarse bajo ||ropa: el ministerio de un país que marcha al frente
ronas de siemprevivas. En Suiza han perdido los j e - el solio regio, y de consiguiente ha perdido menos I de la civilización se ha negado absolutamente á re—
suítas en M. Leu á uno de sus mas decididos protec- que su deudo don Miguel de Portugal, con quien i'compensar al verdugo de quinientos árabes sacrifi-

, K! ii')
Abdel-'Kader. Alegona del mes de julio.

cados por su crueldad con imperturbable sangre fría. Una novedad de mérito nos ha ofrecido el tealro
Grandes preparativos se hacen en Burdeos para las del Circo en la última semana con la representación ANUNCIO.
maniobras militares, á que debe asistir el duque de del baile titulado Ondina. Su fantástico argumento,
Nemours: este príncipe hará una incursión en Espa- el magnífico aparato que exigía y la perfección con ATLAS COMPLETO
ña en los dias 30 y 31 de agosto con el fin de visitar que ha sido ejecutado han contribuido á que su éxito
á la reina doña Isabel II. haya sido escelente. Se estrenaron cuatro decoracio-
Felizmente ha llegado S. M. á Pamplona, después nes, la última de mucho efecto y bien ideada por el
ANATOMÍA DESCRIPTIVA
de permanecer algunos dias en Zaragoza, donde ha pintor don Eusebio Lucini. La Guy Stephan ha sido DEL CUERPO HUMANO,
sido objeto de continuas ovaciones: ha visitado di- muy aplaudida con la decisión y justicia que Dcslinndo á completar Iodos los Tratados de Aualomia descriptiv»*
por i. N. Massc, doctor en Medicina y profesor de Anatomia.
versas veces el famoso templo del Pilar y el presidio siempre. Compuesto de i 12 láíninas, y otras lanías páginas de texto. Edi-
y la Alfajería. ha sido obsequiada por los labradores Concluiremos esta reseña de los sucesos déla -ion española, dirigida por D. F. Méndez Alvaro.
con una rondalla y victoreada con entusiasmo por última semaita felicitándonos de que la justicia no Se lia repartido ya este ATLAS á los'suscritores,-
el pueblo. En las reuniones celebradas por los s e - haya tenido que descargar la justicia sobre ningún continuiíudo abierta la suscriciou á 60 rs. para los
ñores ministros en la capital de Aragón parece que delincuente, y de que los que redactan las gaceti- suscritores á cualquiera de las obras del Tetoro de las
se ha acordado definitivamente la disolución del Se- llas y boletines de Madrid hayan carecido de oca- Ciencias Médicas, que han empezudo á publicarse,
nado, el nombramiento de algunos Senadores y el sión de apoderarse de la persona del sentenciado, y 70 para ios que no lo sean.
de los Consejeros reales. Se ha rep irado al fin el acechando todos sus movimientos, transcribiendo al
atropello cometido en las personas de los señores papel todas sus palabras, y acompañándole en sus
DIRECTOR Y EDITOR D. ANTONIO FERRER DEL RIO.
Corradi y Pérez Calvo, quienes ya habrán salido á últimos momentos , para entonar contra su voluntad
estas horas del cantil lo de Santa Catalina , y regresa- la epopeya del delito. Impreso cu la» prensas mecánicas de B. I. Sois»
rán al seno de «us familias dentro de breve espacio. Calle de Carretas, números 8 y 55.

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