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7 Cosas que debes mantenerlas en secreto:

1. No difundas tus planes para el futuro.

Evita en lo posible hablar de ellos hasta que estos no se cumplan. Hablar de tus metas, te aleja de ellas, según
explica la sabiduría oriental.
Dios en Su Palabra te ofrece algo mucho mejor: “Deja en manos de Dios todo lo que haces, y tus proyectos se harán
realidad”, Proverbios 16:3
Él conoce tus caminos y sabe qué es lo mejor para ti, aunque a veces no estemos de acuerdo con los resultados,
debemos esperar siempre que él haga su voluntad.

Evita hablar de ellos hasta que estos no se cumplan. Ninguna de nuestras ocurrencias son ideales, es más, tienen
una gran cantidad de debilidades, por lo cual es muy fácil golpearlas y destruirlas todas.

Es mejor evitar hablar de ellos hasta que estos no se cumplan.

Ninguna de nuestras ocurrencias son ideales, es más, tienen una gran cantidad de debilidades, por ende, es muy
fácil golpearlas y destruirlas todas.

Evitar hablar de estos hasta que sean un hecho para que así ya no sea sencillo golpearlas y destruirlas. Lo que
anhelamos tiene grandes debilidades, espera hasta vislumbrarlas cercanas o serás víctima de lo que los demás
creen que no lograrás.

2. No divulgues lo bueno que eres, no compartas el misterio de tu caridad. Las buenas obras son algo
extraordinario en este mundo. Sin embargo, debes guardarlo como tu tesoro más valioso. Evita alabarte por tus
buenas obras.
Esta misma advertencia podemos encontrarla en la Biblia cuando dice en Mateo 6:3: “Pero tú, cuando des limosna,
que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”.

Un buen acto es algo extraordinario en este mundo, y justo por eso debes guardarlo como tu tesoro más valioso. No
te alabes por tus buenas obras. Este tipo de actitud puede conducir rápidamente a la arrogancia, y esta no es la
mejor característica que puedes tener.

Dar algo a los demás no es para presumir sino para considerarlo un tesoro único. Si alabas tus buenas obras, pronto
serás arrogante y querrás el reconocimiento ajeno, pero cuando no lo consigas, te sentirás decepcionado. No hay
nada mejor que guardarlo para sentir que hiciste una buena acción y nada más.

3. Según la sabiduría oriental, evita quejarte. Tampoco le demuestres al mundo tu austeridad.


Muchas personas cuando atraviesan alguna situación, se quejan y lo divulgan. Ya sea alguna limitación económica,
algún sueño no cumplido, problemas con la pareja… Evita hacerlo.

Del mismo modo, la Biblia nos habla de que tenemos que ser prudentes.
“En todo lo que hagáis, evitad quejas y disputas”, Filipenses 2:14

No comentes de un lado a otro tus limitaciones en tu alimentación, sueño, relaciones sexuales, etc. La austeridad
física trae beneficios, solo si está en armonía con tu parte emocional.

Ya sea la falta de dinero, de amor, de sueño, de descanso, cualquier cosa que consideres que te falta, porque a
veces la austeridad también puede darte la armonía que necesitas.
4. Calla sobre tu valentía y heroísmo.
Cada quien enfrenta las pruebas de manera muy diferente. Los desafíos externos, las otras personas lo ven y recibes
tu recompensa. Sin embargo, nadie se da cuenta cuando superamos una prueba interna, nadie nos recompensa por
ello.
La Biblia nos habla de esto también, “Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille será
ensalzado”, Lucas 14:11.
Al que se humilla, Dios lo enaltece. Mi confianza está puesta en el Señor, dependo absolutamente de Él.

Todos nosotros nos enfrentamos a diferentes tipos de pruebas cada día. Unos reciben pruebas externas y otros
internas. Las pruebas externas se ven, y por ser vistas, la gente recibe recompensas, pero nadie se da cuenta de la
superación de las pruebas internas, por eso por ellas no se recibe ninguna recompensa.

Cada día todos nos enfrentamos a diferentes pruebas, tanto internas como externas. Muchas veces recibimos
halagos por aquello que se ve, pero nadie recibe una palmada por todas aquellas barreras internas que se nos
presentan. No hay sentido en alabar sólo lo exterior ni para el que lo recibe ni para el que lo hace, porque no
sabemos cuántas personas han superado algo peor.

5. No divulgues tu conocimiento espiritual. Tus experiencias espirituales son solamente tuyas, y no hay por qué
compartirlo con nadie. La sabiduría Oriental también dice que debes revelar estos conocimientos cuando sólo sea
necesario.

La Biblia dice: “No den lo santo a los perros, ni echen sus perlas delante de los cerdos, no sea que las huellen con
sus patas, y volviéndose los despedacen a ustedes”.

Es solamente tuyo y no hay por qué compartirlo con nadie. Revélalo a otros solo en caso de que sea realmente
necesario, no solo para ti, sino también para los demás.

Es algo completamente tuyo que no necesitas compartir con nadie. En casos realmente necesarios puedes
revelarlo, ya sea que alguien más lo requiera o tú mismo, pero no en alguna otra circunstancia.

6. No hables de tus problemas, pues mientras más hablas de ellos más los creerás.
Este consejo se parece mucho al número 3. Compartir con otros nuestros conflictos, ya sea en el hogar, en tu
trabajo o en tu vida familiar, no es bueno. Según la sabiduría oriental, las discusiones son para deshacerte de la
energía negativa acumulada durante el diálogo.

Sin embargo, los cristianos debemos poner a Dios por encima de nuestros problemas. Y recurrir a nuestros pastores
o algún hermano maduro en la fe cuando creemos que nuestro problema es demasiado grande para que se una con
nosotros en oración.

La Biblia enseña claramente a los cristianos qué debemos evitar la preocupación. “Por nada estéis afanosos, sino
sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”, Filipenses 4:6,

En sexto lugar, y en especial, lo que no debes compartir con otros son tus conflictos de hogar y vida familiar.
Recuerda, mientras menos hables de los problemas de tu familia, más fuerte y estable será. Las discusiones son
para deshacerte de la energía negativa que se ha acumulado en el proceso de diálogo. Mientras más hables de tus
problemas más creerás en ellos.
Tal vez este sea uno de los puntos más importantes. Mientras menos hables de los problemas de tu familia, más
fuerte y estable puede ser. Esas discusiones funcionan para deshacerte de la energía negativa, pero si hablas de
ellas con alguien más, creerás en ellas con más intensidad.

7. Evita murmurar. La sabiduría Oriental Nos invita a evitar en lo posible hablar palabras feas que escuchaste de
alguien. Del mismo modo, reprende a la persona que al llegar a casa cuenta todo lo tonto, lo que no edifica que ha
escuchado en la calle.

En la Biblia, en 1 Pedro 2:1, dice: “Por tanto, desechando toda malicia y todo engaño, e hipocresías, envidias y toda
difamación”.
Asimismo, también podemos verlo en Santiago 4:11, “Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. El que habla
mal de un hermano o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres
cumplidor de la ley, sino juez {de ella.}

En séptimo lugar, de lo que no vale la pena hablar es de palabras feas que escuchaste de alguien durante tu
jornada. Te puedes manchar las botas en la calle, como también puedes manchar tu conciencia. La persona que al
llegar a casa cuenta todo lo tonto que ha escuchado por la calle, no se diferencia de la persona que llega a casa y no
se quita los zapatos.

Las cosas negativas que alguien más dijo. Es como llevar lodo a tu casa. Si lo escuchaste y es malo, es mejor dejarlo
de lado y seguir con tu vida, llevar los problemas ajenos son una carga que no necesitas. Si en tu oficina o escuela
también escuchas hablar mal de alguien, no lo comentes, puedes convertirte en la persona que esparció el rumor.

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