Sie sind auf Seite 1von 2

Educación y desigualdad social

La globalización y la economía capitalista instalada en Latinoamérica ha generado profundos


cambios en el aspecto social. La problemática es multifactorial y dentro de éstos, la pobreza y
la exclusión social son el foco de las políticas de estado.
A principio de la década de los noventa se hablaba solamente de pobreza, de los pobres
estructurales y los nuevos pobres. Sin embargo, al hablar de “pobreza” se está limitando el
análisis sólo a los miembros de la sociedad en condiciones caracterizada por privación severa
de necesidades humanas básicas. Lo que ha llevado a resignificar el concepto de “desigualdad
o exclusión social”, haciendo imprescindible definir otros indicadores que delimitan a los
grupos excluidos, y estos son entre otros, la falta o privación de acceso a oportunidades
laborales, a la salud en todos sus niveles de atención, a todos los grados de educación, a
diferentes tipos de transporte, a la seguridad, justicia, etc.
Teniendo en cuenta el factor “educativo”, se considera que el nivel alcanzado por las
personas, es uno de los indicadores más relevantes que condiciona el acceso al mercado laboral
y por ende genera desigualdad social. Tanto es, que, a menor nivel educativo logrado, se
alcanzan menores posibilidades de empleabilidad.
Estos enunciados llevan al supuesto de que, si cada joven elige que nivel educativo pretende
lograr, o si se encuentra condicionado el nivel educativo que puede alcanzar, estará
condicionado el nivel socioeconómico y la posición que ocupa en la estructura social.
De esta manera, la clase social a la cual pertenece la persona, condiciona fuertemente sus
elecciones futuras, hasta el nivel educativo y sus oportunidades laborales y de éxitos en la vida.
Sin embargo, se considera que este indicador no sería el único involucrado en esta
problemática, sino que estaría acompañado de otros como el sexo, la trayectoria personal, su
descendencia étnica, su lugar de nacimiento y experiencias de la niñez, etc.
La estratificación de la población en clases sociales, su posición en la estructura social, más
las posibilidades de acceso a la educación y al mercado laboral, hacen que la problemática
adquiera una concepción de características multidimensionales.
Otro factor que genera desigualdades en el aspecto social y tiene mucha importancia es a lo
que se denomina “movilidad intergeneracional” y lo que se conoce como la diferencia de
ingresos o pasajes del sujeto o la misma familia hacia distintos estratos en la estructura social.
Esta movilidad intergeneracional se va dando entre los jóvenes en tramos cortos, pero
siempre de acuerdo a la estructura social a la que pertenece el jefe de familia de la que parte, lo
que refuerza la idea de la reproducción de clases sociales en la sociedad.
Evidencia de estos enunciados son los estudios como el de Salvia y Tuñón, que teniendo en
cuenta la relación de clase social y estructura social en relación con el acceso a la educación y
a la vida laboral de los jóvenes, pudieron inferir que: las personas de clase obrera tienen mayor
participación laboral a menor edad; existe mayor cantidad de grupos inactivos en al aspecto
educativo como en el laboral, quedando excluidos y refugiándose en la delincuencia o la
marginalidad. En el otro extremo de la estructura social, las clases sociales superiores postergan
su ingreso al campo del trabajo con la visión de continuar sus estudios.
Se puede concluir entonces diciendo que la estructura social a la que pertenezca la persona,
condicionará su movilidad social e intergeneracional, su formación integral, el acceso al sistema
educativo y laboral, generando en éste desigualdad o exclusión social.

Das könnte Ihnen auch gefallen