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DE
DERECHO
PROCESAL
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
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PRIMERA PARTE
PARTE GENERAL DEL
DERECHO PROCESAL
SECCIÓN PRIMERA
PARTE ORGÁNICA DEL DERECHO
PROCESAL
Capítulo Primero
I GENERALIDADES
1 La ppal aceptación de la autotutela en nuestro Ordenamiento Jurídico se encuentra en el Derecho Penal. En efecto, cumpliéndose
los supuestos del art. 10 N° 6 del Código Penal, se configura la eximente de responsabilidad penal denominada “legítima defensa”.
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Así las cosas, y desde un punto de vista técnico jurídico, la palabra conflicto o litigio se asocia hoy al
conflicto externo entre personas o partes sometido a la resolución de un órgano estatal: el juez. Como muy
bien puntualiza un autor, el litigio en términos muy amplios se nos presenta como un fenómeno material,
anterior al proceso, al D° mismo y a cualquiera teorización, pues es inherente a la vida en comunidad.
2. Nociones Preliminares
Para comprender los conceptos elaborados por la doctrina acerca del Derecho Procesal (D°P), primero
es necesario tener nociones previas sobre algunos materias de trascendental importancia. Son las siguientes:
a) La pretensión. La pretensión es el acto por el cual un sujeto exige la subordinación de un interés ajeno
al propio. Por ello, también se la conceptualiza como la autoatribución de un D° que se dice tener o
se cree tener. Cuando se genera un conflicto jurídico nace la pretensión, es decir, hay alguien que
dice o cree tener un D°, siendo dicha pretensión resistida por la otra parte.
b) La Acción o Derecho de petición. Es el D° que le corresponde a cualquier persona, por el solo hecho
de ser tal, para exigir del Estado (E°) el ejercicio de la función jurisdiccional, es decir, para solicitarle
que tutele y haga efectivo sus D° y satisfaga sus pretensiones. Recordemos que el E°, al monopolizar
la capacidad de solucionar conflictos y la facultad de ejercer la fuerza, asume sobre sí la obligación de
resolver los conflictos de relevancia jurídica.
c) La Demanda. Es el acto jurídico procesal de parte, a través del cual se ejercita la acción y se concreta
la pretensión. Al sentirnos lesionados en algún D° (pretensión), ejercemos la acción (D° de petición)
por intermedio de la demanda, que es la forma legal de provocar la actividad jurisdiccional del E°.
d) La Jurisdicción. No obstante que a este importante tema se le dedicará un capítulo aparte, podemos
señalar, sucintamente, que constituye un poder y un deber del E° que, ejercido de acuerdo a las
formas del debido proceso, tiene por objeto resolver litigios con eficacia de cosa juzgada y eventual
posibilidad de ejecución.
e) La Competencia. Es la parte o medida de jurisdicción que le corresponde a cada juez o tribunal. Si
bien todo Tribunal de la República tiene jurisdicción, luego todos tienen el deber de resolver conflictos
jurídicos, no todos son competentes para hacerlo. Para ello, debe serle atribuida competencia por la
ley o la voluntad de las partes. Ejm: un juzgado de garantía, no obstante tener jurisdicción, no tiene
competencia para conocer de una demanda de alimentos. Dicha pretensión debe ser deducida ante
el tribunal que señala la ley, verbi gracia, los juzgados de familia.
f) El Proceso. Es el medio que el E° le entrega a las partes para resolver sus conflictos de relevancia
jurídica. Puede ser conceptuado como “el conjunto de actos jurídicos procesales, concatenados
entre sí, que se desarrollan sucesivamente en el tiempo, por las partes, el juez y los funcionarios
auxiliares de la administración de justicia, para la solución del conflicto”.
El juez. Debe solucionar el conflicto jurídico sometido a su decisión mediante actos jurídicos
procesales (AJP), a través de los cuales manifiesta so voluntad. Estos actos se denominan
resoluciones judiciales (decretos, autos, sentencias interlocutorias y sentencias definitivas) y
actuaciones procesales (escuchar a las partes, recibir sus pruebas, determinar los hechos
controvertidos, fallar, etc.).
Las partes. Deben hacer saber al juez cuáles son sus pretensiones y deben probarlas. Lo
realizan mediante AJP denominados escritos (escrito de demanda, de contestación, de
réplica, de dúplica, etc.).
Los funcionarios. Colaboran con el juez en el ejercicio de la jurisdicción realizando ciertos
actos procesales, entre los cuales los más importantes son las notificaciones.
Todos estos actos procesales constituyen el proceso.
g) El Procedimiento. Si los AJP se desarrollaran libremente, al arbitrio de cada persona, no habría
seguridad para el ejercicio de la acción o de la jurisdicción, ni estaría resguardado el ppio de la
igualdad de las partes y el debido proceso legal. Por esto los actos se regulan u ordenan en fases, lo
que constituye el procedimiento. Este, en definitiva, es “el conjunto de formalidades y ritualidades
a que deben someterse las partes, el juez y terceros en la tramitación del proceso”.
1. Períodos
El profesor José Quezada Meléndez sintetiza de buena manera los períodos que tradicionalmente
desarrolla la doctrina respecto de la evolución histórica del D°P. Se trata de tres períodos diferentes.
a) Período Antiguo. Corresponde a los períodos históricos de la Antigüedad, de la Edad Media y partes
de los tiempos modernos.
2La norma procesal, instrumental y formal, se dirige directamente al juez y a las partes en el proceso, imponiéndoles determinadas
conductas. Así, por ejm, establece cómo debe presentarse la demanda y en qué plazo se debe contestar. La norma sustantiva, en
cambio, se presenta como tema de investigación en el proceso, en el sentido de que lo que se discute y debe establecerse, es si ella
se observó o no en la forma dispuesta por la ley.
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Este período se caracteriza por la aparición de un Poder Judicial independiente, por la igualdad ante
la ley y por el carácter de D° privado de las normas procesales. El D°P, pues, no era más que una rama del D°
civil y la acción era “el D° deducido en juicio”. No tenía doctrina propia y sus instituciones eran las mismas del
D° civil adaptadas al proceso. Nace así, entonces, la concepción en virtud de la cual se considera al D°P como
un D° adjetivo, esto es, un apéndice al verdadero D° sustantivo: el D° civil.
c) Período Contemporáneo. Corresponde a la doctrina actual del D°P como una rama del D° público y
como ciencia independiente.
Estas ideas fueron desarrolladas por la llamada escuela publicista. Este período se inicia en la segunda mitad
del siglo XIX con motivo de la sucesiva aparición de diversos libros cuyos autores crean la moderna teoría del
derecho procesal, en base a ppios como la objetividad de la jurisdicción, autonomía de la acción, la existencia
de la relación jurídica procesal, los presupuestos procesales y el de la naturaleza de D° público de las normas
procesales.3 De lo anterior conviene subrayar el carácter autónomo de la acción (pretensión del ddte) con
relación al D° sustantivo que se alega, pues ello permite establecer definitivamente la autonomía del derecho
procesal, dejando de ser un D° de carácter adjetivo.4
España tuvo órganos específicos para el gobierno de las colonias americanas. Algunos funcionaban en
España, como el Consejo de Indias o la Casa de Contratación; y otras en las colonias, como los virreyes, los
gobernadores, las reales audiencias y los cabildos.
Las NJ que formaban el Derecho Indiano eran variadas y sumamente estrictas. Entre otras, podemos
mencionar: ordenamiento y pragmáticas posteriores a la Novísima Recopilación; la Novísima Recopilación de
1805; la Nueva Recopilación de 1567; las Leyes de Toro de 1505; las Ordenanzas Reales de Castilla; el
Ordenamiento de Alcalá de Henares de 1348; las Leyes de Estilo, el Fuero Real y los Fueros Municipales cuyo
uso pudiera probarse en juicio; Las partidas; y la interpretación o resolución del Rey de España.
b) Derecho Mestizo (1810-1875). Se extiende desde la Primera Junta Nacional de Gobierno hasta la
dictación de la Ley Orgánica de Tribunales (antecedente del actual COT).
3 Por ejm, La Teoría de las Excepciones y los Presupuestos Procesales de Von Bülow; Principios del Derecho Procesal Civil de Chiovenda;
Sistema del Derecho Procesal Civil de Carnelutti e Instituciones de Derecho Procesal Civil de Calamandrei.
4 Veamos un ejemplo: supongamos que deseamos demandar de pensión de alimentos al Presidente de la República de Chile siendo
evidente que él no es nuestro padre y que jamás nadie de nuestra familia tuvo el menor contacto con él. Si el D°P fuere adjetivo o
dependiente del D° sustantivo, en el ejm propuesto no estaríamos autorizados ni siquiera a presentar la demanda. Sin embargo, como
la acción, eso es, la pretensión que invocamos para que el tribunal resuelva, es un derecho en sí mismo, a nadie puede importarle que
nuestra demanda sea infundada.
En el ejm propuesto la demanda será rechazada, desde luego; habremos sin duda de pagar las costas de la causa por ser litigantes
temerarios, pero, con todo, se mantendrá indemne nuestro D° de concurrir al juez para que “diga algo” respecto de la demanda, esto
es, una respuesta afirmativa o negativa.
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c) Derecho Nacional Republicano. De la época de vigencia de los Códigos de Procedimiento, así como
también del COT que reemplazó a la Ley Orgánica de Tribunales, se puede hablar, plenamente, de
Derecho Procesal Nacional.
Los códigos antes mencionados experimentaron una serie modificaciones a fin de adaptarlos a las
necesidades de los nuevos tiempos. No obstante ello, a partir de 1990 se inició un profundo cuestionamiento
a la normativa procesal vigente, pues se estimó que las reglas de procedimiento se encontraban
considerablemente retrasadas con respecto al D° comparado. Los litigios se habían transformado en
interminables expedientes de papel y la justicia se halló fuertemente criticada por su lentitud y falta de
eficacia y transparencia. Este cuestionamiento da inicio a la reforma procesal global más importante en Chile
desde la época de la Independencia.
d) Derecho Procesal de la Reforma. Este período se inicia con la entrada en vigencia de la Reforma
Procesal Penal y con la promulgación de sucesivos textos legales de orden procesal que tienen por
objeto introducir en el país un sistema procesal orgánico y funcional radicalmente diverso al existente
con anterioridad.
1. Concepto
La palabra fuente etimológicamente significa origen, inicio. Desde un punto de vista jurídico,
entonces, las fuentes del D° corresponden a aquéllas en las cuales el D° se sustenta para demarcar su
contenido y extensión. Así, se puede afirmar que fuente del D° procesal es todo medio que sirve para
establecer, interpretar o aplicar la norma procesal.
Principio de igualdad ante la justicia (art 19 N° 3). Derecho a la defensa jurídica. Derecho al debido
proceso legal. Garantías procesales en el proceso penal.
Acción de Protección y Acción de amparo.
Regulación del Ministerio Público.
Del concepto transcrito se desprende que los autos acordados (AA) son actos administrativos que
emanan de la facultad económica que tienen los tribunales, consagrada en el art 3° del COT. Estos AA
generalmente llenan vacíos no regulados en la ley, tienen carácter gral y obligatorio y, obviamente, no pueden
exceder de los parámetros regulados en la ley.
Autos Acordados Legislativos. Son dictados por la CS en virtud de delegación de facultades del
legislativo. Sólo pueden ser modificados o revocados por ley. Estos son los que, técnicamente,
constituyen fuentes directas del D°P.
Autos Acordados Judiciales. Emanan directamente de la facultad económica de los tribunales
superiores. Ellos pueden ser modificados o revocados por los tribunales, y se dictan cuando el tribunal
lo estime oportuno. No constituyen, estrictamente, fuentes directas del D°P.
Internos. Se refieren a las funciones judiciales y a su cumplimiento. Señalan modos de actuar
a los funcionarios judiciales y sólo tratan de materias administrativas, destinadas a lograr una
mejor atención de los asuntos judiciales. Ejm, AA sobre lista de personal de abogados
postulantes para cargos judiciales (está en el COT).
Externos. Sus disposiciones afectan también a 3°, reglamentando especialmente materias de
procedimiento. Ejm, AA sobre tramitación y fallo del Recurso de Amparo de 1932; AA que
regula la tramitación del Recurso de Protección de 1977; AA sobre forma de las sentencias de
1920; AA sobre tramitación y fallo del recurso de queja de 1972.5
Especial importancia reviste, a este respecto, los AA dictados por la CS que han regulado las normas
de ajuste y los factores orgánicos asociados a la implementación de todos los tribunales de la reforma procesal
chilena.
Por último, cabe señalar que, actualmente, los AA se encuentran sometidos al control de
constitucionalidad por parte del Tribunal Constitucional (art 93 N° 2 CPR).
5Se sostiene que este AA excede los límites de la función económica de la CS, pues crea un procedimiento completo de tramitación
del recurso que se encuentra en la ley, regulando la manera de entablarlo, las condiciones de forma y fondo que debe contener, y
señala incluso sanciones.
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y aun en este caso, sólo es fuente dentro del D° privado . Luego, la costumbre no es fuente directa
del D°P, pero sí es fuente indirecta, y como tal se expresa en los usos y prácticas procesales, que son
las costumbres forenses que se producen en la tramitación del proceso. Por ejm, el art 30 CPC
establece la obligación de sumar todos los escritos que se presenten, pero no establece la forma de
realizar dicho resumen o exordio. Pues bien, la práctica forense la ha divido en una parte principal y
otras accesorias, que se denominan otrosíes. De ahí que la suma diga, por ejm: En lo principal:
contesta la demanda; Primer Otrosí: acompaña documentos con citación; Segundo Otrosí: Patrocinio
y poder.
No es la ley sino la “costumbre” o práctica forense la que ha llevado a que la suma en los
escritos se redacte de esa forma.
b) La Doctrina. Es la ciencia del D°P. No es fuente directa, pero en el D° chileno ha sido una fuente
indirecta de incuestionable importancia. Gracias a los primeros estudios e investigaciones de la
doctrina procesal el D°P ha adquirido la autonomía, independencia y base científica que exhibe hoy.
La doctrina de los autores se materializa en sus obras, esto es, en los libros que han escrito.
Doctrina influyente ha sido, por ejm, la de los italianos Chiovenda, Carnelutti y Calamandrei, la del
uruguayo Eduardo Couture y la del argentino Hugo Alsina.
VI LA LEY PROCESAL
1. Generalidades
Como ya hemos visto, la Constitución y la ley procesal constituyen en nuestro OJ la fuente ppal de
nuestra disciplina.
El concepto de ley procesal es, en esencia, el mismo que se estudia en D° civil Célebre es, a este
respeto, la definición dada por Planiol: “Es una regla social obligatoria establecida con carácter permanente
por la autoridad pública y sancionada con la fuerza”.
Sus particularidades vienen dadas, entonces, por su contenido que, como ya dijimos a propósito de
las características del D°P, es de naturaleza orgánica y funcional. El primero, tiende a regular los órganos
jurisdiccionales y el segundo regula las formas y las actuaciones de las partes y del juez en el proceso.
6Señalan que cuando la norma especial no constituye un sistema completo es en realidad, más que una norma especial una norma
excepcional y la interpretación analógica está prohibida y la extensiva muy limitada.
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Esta Teoría de los Derechos Adquiridos es la que informa el Derecho Chileno y postula que una ley es
retroactiva cuando lesiona intereses que para sus titulares constituyen D° adquiridos en virtud de una ley
antigua; pero no lo es cuando sólo vulnera facultades legales no ejercitadas o meras expectativas. Así en Chile,
el ppio que impera es el de irretroactividad de la ley, consagrado en el art 9° CC.
Este mismo ppio rige en materia procesal. No obstante, dado la propia complejidad del fenómeno
procesal, y al desarrollarse en un espacio de tiempo más o menos prolongado, puede ocurrir que en el
intertanto se dicte una nueva ley que introduzca modificaciones, ya sea en la organización de los tribunales o
en el procedimiento a aplicar; suscitándose entonces el problema de determinar si esa nueva ley va o no a
producir efectos retroactivos.
Para solucionar esta problemática de la aplicación de la ley en el proceso, la doctrina distingue entre
los procesos terminados, los no iniciados y los pendientes.
Procesos terminados. No son afectados por la nueva ley, los efectos de los procesos regidos por la
ley antigua son inmutables por el efecto de cosa juzgada. Los D° que consagra la sentencia se han
incorporado al patrimonio de su titular.
Procesos no iniciados. Se rigen por la nueva ley que se aplica “in actum” (regla gral tratándose de
leyes procesales), sin atender a la ley procesal vigente a la fecha de formación de la relación material
objeto del pleito (art 24 inc 1° LER). Sin embargo, tratándose de los medios probatorios que pueden
utilizarse, el art 23 LER señala que podrán utilizarse los medios de prueba establecidos en la antigua
ley.
Procesos pendientes. Esta situación es la que presenta problemas en cuanto a la aplicación de la ley.
El ppio gral en esta materia es que las leyes procesales rigen in actum, es decir, inmediatamente.
Para la adecuada comprensión de este ppio, la doctrina señala que es necesario distinguir entre leyes
procesales orgánicas y leyes procesales funcionales.
Leyes procesales orgánicas.
Si la nueva ley se refiere a la organización de los tribunales, rige in actum, pues es de
D° Público y de Orden Público.
Si la nueva ley se refiere a las atribuciones de los tribunales, también rige in actum,
por las mismas razones. Sin perjuicio de ello, si ha habido prórroga de competencia,
hay que subdistinguir:
Si la nueva ley se refiere a la competencia absoluta de los tribunales o a la
competencia relativa en materia civil no contenciosa o en materia penal, son
de D° Público y de Orden Público, por lo que se aplican inmediatamente (in
actum).
Si la nueva ley se refiere a la competencia relativa en asuntos civiles
contenciosos, si bien son de D° Público, no son de Orden Público, lo que
implica que son renunciables y a su respecto procede la prórroga de
competencia. Es por ello que si las partes prorrogaron la competencia, y la
nueva ley prohíbe tal situación, dicha prohibición no les afecta, porque
cuando las partes acordaron la prórroga la ley lo permitía (en este caso la ley
procesal no rige in actum).
Leyes procesales funcionales. El ppio rector respecto de ellas es que las actuaciones
realizadas bajo la vigencia de la antigua ley son válidas, debiendo regirse las actuaciones
posteriores por las disposiciones de la nueva ley. La LER, en los arts 22, 23 y 24, regula las
siguientes situaciones especiales:
En cuanto a los términos, actuaciones o diligencias pendientes (art 24 LER). Este art
reitera el ppio de que las leyes procesales rigen in actum, pero agrega que si los
términos (plazos), actuaciones o diligencias ya se iniciaron, se rigen por la ley vigente
al tiempo de su iniciación, es decir, la ley antigua. Ejm: el término probatorio en el
juicio ordinario de mayor cuantía es de 20 días (art 328 CPC); si ha empezado a correr
y se dicta una ley que lo reduce a 10 días, esta nueva ley no puede afectar la duración
de 20 días.
En cuanto a los recursos. Éstos se rigen por la ley bajo la cual fueron
interpuestos o pueden interponerse.7 Ejm, Si una resolución es apelable y
mientras corre el plazo para interponer el recurso se dicta una ley que la
declara inapelable, la nueva ley no afecta al recurso, cuyo término ha
empezado a correr.
En relación a los medios de prueba (art 23 LER). Hay que distinguir en cuanto a su
admisibilidad y la forma en que ella debe rendirse:
En cuanto a la admisibilidad de los medios probatorios. Se rige por la ley
vigente al tiempo de celebrarse el acto o ctto.
En cuanto a la forma de rendir la prueba. Está subordinada a la ley vigente al
tiempo en que se rinda.
En cuanto al modo de reclamar el juicio los derechos (el procedimiento aplicable, art
22 N° 1 LER). Como bien sabemos, en todo ctto se entienden incorporadas las leyes
vigentes al momento de su celebración. No obstante, el art 22 de la LER establece
dos excepciones a este ppio. La primera de ellas es atingente a este respecto, pues
establece que las leyes de procedimiento no se entienden incorporadas a los cttos.
De tal suerte, el procedimiento aplicable será siempre el que se encuentre vigente a
la época en que se reclama el derecho.
En materia procesal penal. El art 11 del CPP, en relación con el art 18 del CP, se refiere
a la aplicación temporal de las normas procesales. Ellas rigen in actum, se aplican a
los procesos ya iniciados, a menos que a juicio del tribunal, la antigua ley favorezca
al imputado.
8.- Límites de la Ley Procesal en Cuanto al Espacio (efectos de la ley procesal en el espacio)
La ley procesal, al igual que la material, tiene una limitación espacial: rige sólo en el territorio nacional
y afecta a todos los habitantes de la República, inclusos los extranjeros. Ello se debe a que la ley es una
expresión de la soberanía y, como tal, no puede aplicarse a otros Estados. En consecuencia, la ley procesal
sólo rige en el territorio del Estado chileno y no puede regir más allá de los límites fronterizos del país; por lo
mismo, las leyes procesales extranjeras no rigen en Chile. Este es el llamado ppio de territorialidad de la ley
procesal.
No obstante lo enunciado precedentemente, lo cierto es que existen excepciones derivadas del
paulatino proceso de globalización de las relaciones entre Estados. En razón de ello, en ciertos casos, los
tribunales chilenos están facultados para conocer materias que han tenido un origen en el extranjero y
viceversa. En el hecho, pues, se producen a veces conflictos de legislación pues dos o más leyes de diversos
países tratan de resolver un mismo problema jurídico.
a) Principio de Territorialidad. El ppio gral es que la ley procesal rige dentro de todo el territorio nacional
para todos los habitantes, sean estos chilenos o extranjeros. En el caso de la ley procesal, se dice, no
existe conflictos de leyes, pues el juez debe aplicar siempre la ley nacional a hechos ocurridos en
Chile. Debe subrayarse, de este modo, que los conflictos de legislaciones sólo se producen en cuanto
a la elección que en ciertos casos debe hacer el juez de una ley material en la medida que pueda ser
aplicable una ley nacional o extranjera. Este ppio se encuentra recogido en el art 14 CC y en los arts
1° y 5° del COT. Esta situación se conoce en Derecho Internacional como lex locus regit actum, es
decir, la ley del lugar (Estado que juzga) rige el acto.
b) Excepciones a la Territorialidad de la Ley Procesal.
Ciertos delitos cometidos en el extranjero. Se trata de ciertos delitos cometidos en el
extranjero (enumerados en el art 6° COT), que son conocidos por los tribunales chilenos
aplicando la ley chilena por afectar al Estado, al Fisco o a la Sociedad Chilena. Para que estos
hechos queden sometidos a la jurisdicción chilena se deben cumplir los siguientes requisitos:
7La LER no menciona específicamente a los recursos, pero ellos se entienden incluidos en las expresiones “términos y actuaciones”
que emplea el art 24; así lo entienden la doctrina y la jurisprudencia.
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Que se trate de alguno de los delitos que taxativamente enumera el art 6° del COT y
que complementan otras disposiciones legales, como el art 3°! Del Código de Justicia
Militar.
Que el delincuente sido sometido a proceso y condenado o absuelto por los
tribunales del país en que se cometió el delito (aplicación del ppio “non bis in ídem”).
Que el culpable se encuentre en Chile, voluntariamente o por haber sido extraditado.
Cumplimiento de sentencias de tribunales extranjeros en Chile. Estas sentencias, en ppio no
pueden ejecutarse (cumplirse) en Chile, pues emanan de una jurisdicción extranjera. Sin
embargo, los arts 242 y ss del CPC, permiten que se ejecuten en nuestro país, siempre que se
cumplan las condiciones exigidas por la ley.
Para que ello ocurra se requiere cumplir con un trámite denominado “homologación de la sentencia
extranjera” en donde la Corte Suprema declarará si debe o no darse cumplimiento a esa resolución, a través
del “exequátur” o “passe regio”. Si se acepta, se pedirá su ejecución al tribunal a quien habría correspondido
conocer del negocio, en primera o única instancia, si el juicio se hubiera promovido en Chile (art 251 CPC).
Las condiciones que deben cumplirse para otorgar el exequátur son las siguientes:
Si existen Tratados entre Chile y el país en que se dictó la sentencia referentes al cumplimiento de las
resoluciones judiciales, hay que atenerse a dicho tratado.
Si no existe Tratado, se aplica la regla de la reciprocidad.
Si no existe Tratado y no se puede aplicar la regla de la reciprocidad, se aplican las regla de control
interno que en resumen plantean que las sentencias dictadas en país extranjero tienen en Chile la
misma fuerza obligatoria que si se hubiesen dictado por tribunales chilenos, siempre que:
No contengan nada contrario a las leyes de la República.
Que no se opongan a la jurisdicción nacional.
Que la parte contra la cual se invoca la sentencia haya sido debidamente notificada de la
acción.
Que la sentencia esté ejecutoriada en conformidad a las leyes del país en que haya sido
pronunciada.
Sin embargo, en otras oportunidades las normas jurídicas tienen una aplicación restringida a ciertas
personas o situaciones de hecho, con lo que se habla de derecho singular o especial. Por ejm, el derecho
procesal militar, penal o de familia.
El problema que motiva este acápite es resolver, entonces, si las normas procesales de carácter
general y especial conforman un mismo derecho procesal o si, por el contrario, constituyen un distinto
Derecho. Dependiendo de la posición que se adopte nacen las teorías de la unidad o diversidad del D°P. El
problema planteado surge en doctrina, básicamente, cuando se confrontan el D°P civil y el D°P penal, pues
existen quienes entienden que aquéllos obedecen a orígenes y a ppios formativos totalmente diversos.
b) La acción, entendida como el D° procesal subjetivo para activar la jurisdicción, es una misma para
toda clase de proceso, con lo que las teorías que sustentan la acción en materia penal son las mismas
que en materia civil.
c) Las teorías que explican la naturaleza jurídica del proceso son las mismas tanto en materia civil como
en materia penal.
d) Si bien las normas de procedimiento son diversas en materia civil y en materia penal, existe identidad
respecto de las normas procesales orgánicas, porque todas ellas se regulan en el COT.
e) La doctrina, por lo general, trata al D°P como uno solo y es por ello, justamente, que se han elaborado
infinidad de literatura acerca de la teoría general del proceso.
Partidarios de la tesis de la Unidad del D°P son, entre otros, Chiovenda, Calamandrei y Carnelutti.
Capítulo Segundo
LA JURISDICCIÓN
Sumario: I. Generalidades; II. Concepto y Características de la Jurisdicción; III. Momentos
Jurisdiccionales; IV. Equivalentes Jurisdiccionales; V. Inmunidades de Jurisdicción; VI.
Jurisdicción de Derecho y Jurisdicción de Equidad; VII. Jurisdicción, Legislación y
Administración; VIII. Límites de la Jurisdicción; IX. Conflictos de Jurisdicción y Contiendas de
Competencia; X. Facultades Anexas o Conexas a la Jurisdicción; XI. Actos Judiciales No
Contenciosos; XII. Nociones Generales de lo Contencioso Administrativo.
I GENERALIDADES
medio de la fuerza moral o física obtiene una solución a su favor (la impone). Representa el imperio de la ley
del más fuerte.
Esta forma de resolución no produce efecto de cosa juzgada, es decir, de verdad inalterable porque
depende de que el sujeto que obtuvo solución a su favor, siga manteniendo la fuerza.
En nuestro OJ por regla gral se la prohíbe, y aún más se la sanciona civil y criminalmente. Sólo
excepcionalmente se permite la autotutela: en materia penal, nos encontramos con la institución de la
legítima defensa (art 10 N° 4 CP), que constituye eximente de responsabilidad penal; en materia civil, el art
234 CC faculta a los padres para corregir a los hijos, cuidando que ello no menoscabe su salud ni su desarrollo
personal; otro caso está constituido por el árbol cuyas raíces trascienden la propiedad de su dueño, el otro
propietario puede cortarlas por su propia mano. En Derecho Internacional, la autotutela subsiste y se
materializa en las guerras.
En conclusión, la autotutela está prohibida en nuestra legislación y castigada en la mayoría de los
casos; sólo excepcionalmente y por causas establecidas en la propia ley se encuentra autorizada y legitimada.
B) Autocomposición. Es la forma de poner término a un conflicto por el acuerdo directo de las partes
interesadas o que se sienten afectadas por él, sin la intervención del juez, o con la intervención de éste,
aunque sin imponer su voluntad y solamente sugiriendo o proponiendo bases de arreglo.
Para que opere esta forma de solución debe existir un verdadero D° en disputa, como se desprende
del art 2446 inc 2° CC, relativo a la transacción, que señala que “no es transacción el acto que sólo consiste en
la renuncia de un D° que no se disputa”.
Este medio sólo puede utilizarse si se trata de conflictos que afecten sólo al interés particular de las
partes, o sea derechos que puedan ser renunciados (art 12 CC). No lo son, por ejm, los D° emanados de las
relaciones de familia.
La autocomposición implica renuncia de D° de ambas partes. La jurisprudencia habla de concesiones
recíprocas, señalando que no es procedente la “rendición condicional”.
Las formas tradicionales de autocomposición son la transacción, la conciliación y el avenimiento.
1. Concepto
Etimológicamente jurisdicción proviene del latín jusdicere, que significa decir el derecho. Esta función
de decir el D° ordinariamente se encuentra asociada al Estado que, a través de los Tribunales de Justicia,
conoce y resuelve los conflictos jurídicos habidos entre particulares. Desde este punto de vista se puede
afirmar que la jurisdicción constituye un poder y un deber del Estado que, ejercido de acuerdo a las formas
del debido proceso de derecho, tiene por objeto resolver litigios con eficacia de cosa juzgada y posibilidad
de ejecución.
A partir de la definición dada podemos precisar que la jurisdicción es una de las funciones que le
corresponde al Estado moderno. Constituye, pues, un poder, pues en una comunidad civilizada debe existir
un ente capaz de resolver los conflictos sin que los particulares puedan cuestionar su competencia. No
obstante ello, constituye también un deber, pues conforme al desarrollo moderno de los ppios del Estado de
Derecho, ningún Estado puede excusarse de administrar judicial.
La jurisdicción, de otra parte, debe ser ejercida con respeto a las normas del debido proceso, que, en
síntesis, consiste en:
El derecho de cualquier ciudadano a concurrir al tribunal a demandar lo que crea ajustado a la ley.
El derecho a no ser tratado como culpable de un delito mientras no se pruebe su culpabilidad.
El derecho de que en todo procedimiento exista una instancia para rendir pruebas tanto de parte del
actor como del demandado.
El derecho a ser juzgado penalmente en un plazo razonable.
El derecho a recurrir a otro tribunal para que revise una sentencia que se cree errónea, entre otros.
Como ya lo hemos dicho, el tribunal tiene por misión resolver un litigio, esto es, un CRJ, de modo tal
que lo que se decida en última instancia tenga el mérito de cosa juzgada, esto es, que no pueda volverse a
discutir entre las mismas partes el mismo asunto ya resuelto por el tribunal.
Finalmente, la jurisdicción siempre implica que una sentencia con mérito de cosa juzgada (o que cause
ejecutoria, en su caso), debe ser posible de ser ejecutada (cumplida), incluso por la fuerza, si algún particular
se niega a hacerlo voluntariamente. La facultad del Estado para hacer cumplir las sentencias, incluso por la
fuerza, se llama imperio.
B) Es privativa de los órganos creados por la ley para tal efecto. Ello quiere decir que la jurisdicción se radica
exclusivamente creados por la Constitución y las leyes. Estos órganos son preferentemente los Tribunales de
Justica, pero también existen autoridades administrativas y legislativas a quienes se les han otorgado el
ejercicio de facultades jurisdiccionales. Con esto queremos subrayar que la jurisdicción no es una función
privativa del Poder Judicial, sino de los Tribunales de Justicia creados por la ley, sin perjuicio de que la función
jurisdiccional la ejerza principalmente el Poder Judicial. En este sentido, el art 5° COT señala que integran el
Poder Judicial, como tribunales ordinarios de justicia, la Corte Suprema, las Cortes de Apelaciones, los
Presidentes y Ministros de Corte, los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal, los Juzgados de Letras y los Juzgados
de Garantía.
También lo integran, como Tribunales especiales, los Juzgados de Familia, los Juzgados de Letras del Trabajo
y de Cobranza Laboral y Previsional y los Tribunales Militares en Tiempo de Paz. Este artículo se refiere,
además, a los demás tribunales especiales que no forman parte del Poder Judicial. Ellos son: El TRICEL, los
Tribunales Electorales Regionales, el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia,
los Tribunales Militares en Tiempo de Guerra, los Juzgados de Policía Local, que si bien son tribunales no
pertenecen al Poder Judicial. Ellos se rigen por las leyes que los establecen y reglamentan, sin perjuicio de
quedar sujetos a las disposiciones generales del COT.
Además, debemos incluir a los +órganos de carácter administrativo o político que excepcionalmente
ejercen funciones jurisdiccionales, actuando en dicho caso como Tribunales de Justicia. Por ejm, el Senado
cuando conoce del juicio político (actuando como jurado), El Contralor General de la República cuando se
pronuncia sobre las cuentas fiscales y el Director del SII cuando actúa como tribunal de primera instanciaen
causas tribunales.
C) Los órganos jurisdiccionales deben ser imparciales. Como decían los romanos, “nemo iudex en causa sua”,
vale decir, nadie puede ser juez en su propia causa. Luego, obviamente nuestra legislación se preocupa de
dotar a los litigantes de la seguridad de que su conflicto va a ser resuelto por un tercero imparcial.
Así, se reglamenta minuciosamente el sistema de implicancias y recusaciones, que son los medios
para hacerse valer en contra de un juez, en el evento de encontrarse éste inhabilitado para conocer de un
determinado juicio, por carecer de la imparcialidad necesaria. Estas causales están señaladas en los arts 194,
195 y 196 COT.
Si a pesar de existir respecto de un juez, alguna causa de implicancia, y éste igualmente tramita el
proceso, se establecen sanciones penales, pues ello importa la comisión del delito tipificado en el art 224 N°
7 del Código Penal.
Si se dictare sentencia por un juez inhabilitado, la ley contempla para impugnar ese fallo y obtener
que se anule, el recurso de casación en la forma. En efecto, el art 768 N° 2 del CPC señala que es causal de
este recurso “el haberse pronunciado la sentencia por un juez, o con la concurrencia de un juez legalmente
implicado, o cuya recusación esté pendiente o haya sido declarada por tribunal competente”.
D) La parte de la jurisdicción que corresponde a cada juez o tribunal es su competencia. Entre jurisdicción y
competencia hay una relación de género a especie. Todo tribunal tiene jurisdicción, pero puede ser
competente para conocer de determinados asuntos. La jurisdicción es una función pública; la competencia,
una medida de distribución de dicha función entre los diversos órganos con capacidad para ejercerla. Por lo
tanto, es la competencia la que admite divisiones y clasificaciones, pero no la jurisdicción.
Para establecer el tribunal que ejercerá la jurisdicción en un proceso determinado, deben emplearse
los conceptos de competencia absoluta, relativa y específica. Las reglas de competencia absoluta
determinarán la clase y jerarquía del tribunal que debe intervenir en un proceso; las de competencia relativa
se aplicarán cuando existen dos o más tribunales de la misma clase y se debe determinar cuál de ellos
conocerá de un asunto; la competencia específica, finalmente, es la que permite al tribunal resolver el
conflicto sometido a su conocimiento y decisión en base la pretensión y contra pretensión que las partes han
planteado al juez. La regla de competencia específica, pues, se encuentra establecida en el art 160 del CPC,
que expresa que las sentencias se deben dictar conforme al mérito del proceso y no se pueden extender a
puntos que no hayan sido expresamente sometidos a juicio por las partes, salvo en cuanto las leyes manden
o permitan proceder de oficio.
La falta de jurisdicción hace al acto jurídico procesal inexistente. Así, por ejm, la sentencia dictada por
quien no es juez no es sentencia, no existe como tal.
La incompetencia absoluta o relativa, hacen al acto anulable. Por ejm, si la sentencia la dicta otro juez,
diverso al que debía hacerlo.
La incompetencia específica hace incurrir al acto procesal en el vicio de la extra, citra o ultra petita,
causal de casación en la forma, contemplado en el art 768 N° 4 del CPC.
E) La jurisdicción es un concepto unívoco. Esto porque siempre es un poder-deber que emana de la soberanía
y cuya función única es “resolver conflictos de interés de relevancia jurídica suscitados entre los individuos o
que surjan de una violación del OJ”. Cualquiera que sea el tribunal que ejerza esta función, o las personas que
intervengan o la forma en que se ejerza, la función jurisdiccional será siempre la misma. Por lo anterior es que
la jurisdicción, como ya dijimos, no admite divisiones; es una e indivisible, a diferencia de la competencia.
F) La jurisdicción se ejerce mediante actos jurídicos procesales. Los actos que ejecuta el juez en uso de su
función jurisdiccional se denominan actos jurisdiccionales. Su objeto es hacer posibles la facultad de conocer,
juzgar y hacer ejecutar lo juzgado. Los actos jurisdiccionales más comunes son las resoluciones judiciales.
Para que el tribunal pueda realizar legítimamente la jurisdicción mediante los actos procesales, se
requiere como elemento esencial la formación y sustanciación (tramitación) de un proceso.
G) La jurisdicción produce cosa juzgada. Lo que caracteriza a la jurisdicción es el efecto de cosa juzgada que
emana de las sentencias definitivas e interlocutorias, cuando se encuentran firmes o ejecutoriadas. Es por
este efecto que se logra la inamovilidad de los resultados de ciertos actos jurisdiccionales.
J) La jurisdicción es de ejercicio eventual. Esta característica significa que la jurisdicción sólo opera cuando
las personas violan la ley, produciéndose, entonces, un CRJ. Si, por el contrario, todos cumplieran con la ley,
no sería necesaria la existencia de tribunales de justicia ni de jurisdicción.
1. Generalidades
En nuestro Derecho Procesal, la actividad que el juez y las partes realizan en el proceso, está regulada
por los procedimientos que por regla gral establece la ley, y a veces en forma excepcional, las partes o el
tribunal.
El desenvolvimiento del ejercicio de la función jurisdiccional en el proceso, constituyen los momentos
de la jurisdicción, cuyas finalidades son las de entregar al juez los elementos necesarios para el ejercicio de
su facultad de juzgar y ordenar con posterioridad el cumplimiento de lo juzgado.
El momento más importante de la jurisdicción es el de juzgamiento, fase en que el tribunal resuelve
el conflicto y pone fin a la incertidumbre de la discusión mediante una sentencia que, en su oportunidad,
adquirirá los efectos de verdad jurídica indiscutible e inamovible propios de la cosa juzgada.
Sin embargo, el tribunal no estará jamás en condiciones de resolver sin escuchar a las partes y recibir
sus pruebas. Por esta razón el momento de juzgamiento está siempre precedido por el del conocimiento.
Pero aún hay más sobre este particular: al litigante no sólo le interesa la solución declarativa de su
pretensión, sino que desea verla traducida a la realidad; en otros términos, obtener el cumplimiento de lo
resuelto. Para ello la ley ha establecido un tercer momento jurisdiccional, que se denomina de la ejecución o
del cumplimiento del fallo y que, evidentemente, es posterior al juzgamiento. Este momento ocurre sólo
cuando el perdidoso no se allana voluntariamente al cumplimiento de la decisión judicial.
A modo de resumen, podemos señalar que el ejercicio de la jurisdicción se manifiesta en el proceso
en tres momentos o etapas, que son: del conocimiento, del juzgamiento y del cumplimiento. Estas etapas
están reconocidas en la Constitución, al señalar el art 76 que la facultad de conocer las causas civiles y
criminales, de resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado, pertenece exclusivamente a los tribunales
establecidos en la ley. Esto es reiterado, en términos casi idénticos, por el legislador en el art 1° del COT.
Si las resoluciones judiciales están sujetas a revisión por la vía de los recursos, los momentos
jurisdiccionales vuelven a repetirse total o parcialmente, según la naturaleza del recurso interpuesto, ante el
tribunal que conoce de éste.
por las partes (árbitros arbitradores) o por el propio tribunal (procedimientos de cumplimiento de
sentencias, cuando no se pueden aplicar los procedimientos establecidos en la ley, ésta faculta al juez
para dictar las medidas conducentes a lograr el cumplimiento, art 283 CPC).
Las partes, en virtud de esta facultad de conocer que tiene el juez, soportan la carga de comparecer
al tribunal a defenderse y a sostener sus pretensiones dentro de un determinado plazo término
(vocatio). Este plazo se denomina término de emplazamiento y si el demandado no comparece dentro
de aquél, el juicio se continuará en su rebeldía sin que su incomparecencia afecta la validez del
proceso, siempre y cuando haya sido legalmente notificado de la demanda.
El tribunal puede ordenar el empleo de la fuerza, ya sea sobre las personas o sobre las cosas, para
lograr el cumplimiento de las medidas decretadas dentro del proceso con el fin de posibilitar su
desenvolvimiento. Ejm, orden de embargar bienes. Esto es lo que se conoce como “coertio o celsium”.
Ya que nos hemos referido a los procedimientos de cumplimiento de sentencias, vamos a ver
someramente una clasificación general de los procedimientos, para ubicarnos mejor en el contexto de esta
materia.
Los procedimientos, según la naturaleza del asunto controvertido se clasifican en:
a) Procedimientos Civiles. El derecho controvertido es de naturaleza civil. Esto procedimientos se
clasifican, según su finalidad, en:
Procedimientos de cognición.
Declarativos, de mera declaración o de certeza. Son aquellos que persiguen otorgar
certidumbre respecto de una relación jurídica preexistente. Ejm, las que persiguen la
declaración de muerte presunta o la declaración de nulidad de un ctto.
Constitutivos. Persiguen constituir un nuevo estado jurídico o que se modifique uno
existente. Ejm, el divorcio, que crea el estado civil de divorciado, que habilita para
contraer nuevamente matrimonio.
De condena. Persiguen que se le imponga a un sujeto el cumplimiento de una
determinada prestación, es decir, que dé, haga o no haga algo. Ejm, juicios de
alimentos.
Procedimientos ejecutivos. Su finalidad es obtener el cumplimiento forzado de una
obligación que consta en un título ejecutivo (la sentencia es el título ejecutivo por
antonomasia; ella y los demás títulos ejecutivos están contenidos, principalmente, en el art
434 CPC). En estos procedimientos es donde hay que ejercer la acción de cosa juzgada, éstos
son los que persiguen obtener el cumplimiento de las sentencias de condena cuando ellas no
se cumplen voluntariamente (las sentencias declarativas y constitutivas, como ya dijimos, se
entienden cumplidas por el solo hecho de su dictación). Estos procedimientos ejecutivos son
los siguientes:
Procedimiento ejecutivo ordinario. Se aplica si la ley no establece un procedimiento
ejecutivo especial.
Procedimientos ejecutivos especiales. Los establece el legislador para ciertos casos.
Ejm, cumplimiento de sentencias pronunciadas en juicios de hacienda.
Procedimiento ejecutivo incidental. Se utiliza para obtener el cumplimiento de una
sentencia cuando se solicita su cumplimiento ante el mismo tribunal que la dictó,
pero siempre que se haga dentro del plazo de un año, contado desde que la
obligación de que da cuenta la sentencia se hizo exigible.
Procedimientos ejecutivos supletorios. Están constituidos por las medidas que puede
decretar el juez conducentes a obtener el cumplimiento de lo resuelto, pudiendo
imponer multas o arrestos, cuando no corresponda aplicar los procedimientos
ejecutivos anteriores.
b) Procedimientos Penales. El derecho controvertido es de naturaleza penal.
Pero, para que pueda exigirse forzadamente el cumplimiento de lo resuelto, en materia civil, es
necesario además de un procedimiento, que la sentencia esté firme o ejecutoriada o que cause ejecutoria,
pues en ese instante nace el efecto de cosa juzgada que permite mediante el ejercicio de la acción de cosa
juzgada exigir el cumplimiento forzado de la obligación que consta en la sentencia.
Una sentencia se encuentra firme o ejecutoriada en los siguientes casos:
Si no proceden recursos en su contra, desde que aquélla se notifica a las partes.
Si proceden recursos en su contra, hay que subdistinguir:
Si no se interpusieron, desde que transcurran los plazos para la interposición de dichos
recursos. Si se trata de una sentencia definitiva, el secretario del tribunal certificará este
hecho, y desde ese momento se encontrará firme o ejecutoriada.8
Si se interpusieron los recursos, desde que se notifica a las partes el decreto que la manda
cumplir.9
Finalmente, una sentencia causa ejecutoria cuando puede cumplirse, no obstante existir recursos
pendientes en su contra. Esto ocurre, generalmente, cuando el recurso se concede en el solo efecto
devolutivo. Esto significa, en pocas palabras, que se le otorga competencia al tribunal superior para que
conozca del recurso, pero manteniendo el tribunal inferior su competencia para seguir conociendo de la
ejecución del fallo. Naturalmente, todo lo obrado dentro de la ejecución del fallo queda subordinado al
destino final del recurso. Esto quiere decir que si en definitiva aquél se acoge, modificando lo fallado, debe
dejarse sin efecto todo lo obrado.10
IV EQUIVALENTES JURISDICCIONALES
1. Generalidades
Francesco Carnelutti (quien sistematizó esta institución) define a los equivalentes jurisdiccionales
como cualquier medio diferente de la jurisdicción capaz de solucionar legítimamente el litigio. Señala que la
forma más usual de concretar la jurisdicción es la sentencia. Pero, enseña, no es el único medio, pues durante
el curso del proceso pueden existir una serie de situaciones que solucionen el conflicto sin que sea necesario
dictar sentencia; incluso existe la posibilidad de que antes del proceso se produzcan manifestaciones de
autocomposición que solucionen el CRJ.
Equivalente jurisdiccional es, pues, todo medio que no sea el proceso y la sentencia que solucione
el conflicto entre partes. Se trata, entonces, de un cierto acto jurídico procesal que, sin estar asociado a las
8 Lo que el secretario del tribunal certifica, tratándose de las sentencias definitivas, es que transcurrió el plazo para interponer los
recursos, sin que esto se haya verificado; en ningún caso certifica que la sentencia se encuentra firme o ejecutoriada, pues ese efecto
lo otorga la ley.
9 Como veremos en su oportunidad, la ejecución de las resoluciones corresponde a los tribunales que las hayan pronunciado en única
o primera instancia. Es por ello que si se recurre una sentencia, de apelación por ejm, y el tribunal de alzada modifica o revoca el fallo
de primera instancia, quien debe ordenar la ejecución de lo resuelto es el tribunal cuya sentencia fue confirmada, modificada o
revocada. En este caso, la sentencia se encuentra firme o ejecutoriada cuando se notifica a las partes el decreto del tribunal de primera
instancia que “manda cumplir” el fallo de su superior. Esto se materializa, en la práctica, en un decreto que dice “cúmplase”. Así, una
vez notificado el “cúmplase”, la sentencia se encuentra firme o ejecutoriada.
10 El otro efecto en que puede concederse un recurso es el efecto suspensivo. Si ello ocurre, se paraliza la competencia del tribunal
inferior, por lo que no podrá ejecutarse el fallo sino hasta que se haya conocido y resuelto el recurso, por parte del tribunal de alzada.
Por último, cabe consignar que el efecto en que se conceda un recurso (devolutivo o suspensivo) no queda entregado al criterio del
tribunal que está conociendo del proceso, sino que está determinado por la ley, en los arts 193, 194 y 195 del CPC, sin perjuicio, claro
está, de lo que sobre el particular estatuyan las leyes especiales.
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
28
fases de conocimiento, juzgamiento y ejecución propias de la jurisdicción, culmina con el mismo efecto legal
de una sentencia definitiva: el de la cosa juzgada.
La existencia de un equivalente jurisdiccional puede exigir, sin embargo, la ratificación judicial del acto
jurídico para producir coercibilidad, pero lo esencial es que la resolución del conflicto se verifica al margen de
un juicio.
Los principales equivalentes jurisdiccionales en nuestro Derecho son: la transacción, la sentencia
extranjera, la conciliación, el avenimiento, el sobreseimiento definitivo y el ppio de oportunidad.
2. La Transacción
El art 2446 del CC la define como un ctto que pone término extrajudicialmente a un litigio pendiente
o precave uno eventual. Dicha definición prescinde de un aspecto esencial de la transacción: la existencia de
concesiones recíprocas. Prescindiendo de dicho error, podemos señalar que la transacción es un ctto por el
cual las partes, mediante concesiones recíprocas, terminan extrajudicialmente un litigio pendiente o precaven
uno eventual. Según la doctrina, un litigio está pendiente desde que se notifica válidamente la demanda. El
litigio es eventual cuando aún no se ha demandado, o porque habiéndose demandado, la demanda aún no
se ha demandado.
El art 2460 CC otorga a la transacción el efecto de cosa juzgada, y por eso este ctto tiene el carácter
de equivalente jurisdiccional. No obstante, para que tenga mérito ejecutivo directo debe constar por escritura
pública (art 434 N° 2 CPC).
3. La Sentencia Extranjera
Es discutible que pueda considerarse equivalente jurisdiccional. La ppal razón para considerarla
como tal es que, al cumplirse en un país distinto a aquél en que se dictó, reemplazaría a la sentencia que pudo
dictarse en el país que se cumplirá.
Los que no la aceptan como un equivalente jurisdiccional, sostienen que hasta antes del cumplimiento
de los requisitos por la ley interna del país en donde se solicitará su cumplimiento (hasta antes de que obtenga
el exequátur), la sentencia extranjera “es la nada”. Cuando se han cumplido los requisitos para ejecutarla,
sólo ahí se equipara a la sentencia del país en que se ejecutará, pero en ese caso es una sentencia más, o sea
un acto jurisdiccional.
Como ya vimos, en nuestro país el conjunto de requisitos que se exige para hacer cumplir una
sentencia emanada de una jurisdicción extranjera, se denomina procedimiento de homologación de la
sentencia extranjera.
Lo cierto del caso es que, sea cual sea la postura que se adopte al respecto, si la sentencia cumple el
procedimiento de homologación, tendrá fuerza obligatoria en Chile, en los términos del art 434 N° 1 del CPC.
4. La Conciliación
La conciliación es el llamado y mediación que realiza el tribunal para buscar el acuerdo entre las partes
y así lograr la solución del conflicto. En efecto, el art 262 CPC dispone que “en todo juicio civil en que sea
legalmente admisible la transacción con excepción del juicio ejecutivo en las obligaciones de dar, hacer y no
hacer, el procedimiento del derecho legal de retención, en el trámite de citación de evicción y en los juicios de
hacienda, una vez agotaos los trámites de discusión y siempre que no se trate de los casos mencionados en el
art 313 (que no exista allanamiento a la demanda), el juez llamara a las partes a conciliación y les propondrá
personalmente bases de arreglo”.
El art 267 CPC señala que el acta de conciliación debidamente firmada se considerará como
sentencia ejecutoriada para todos los efectos legales. Es por ello que se la considera como un equivalente
jurisdiccional.
5. El Avenimiento
El avenimiento es el acuerdo de las partes para poner término a un juicio pendiente, presentado
ante tribunal competente, y del cual éste toma conocimiento sin tener un rol activo. Este conocimiento se
manifiesta normalmente en una resolución del siguiente tenor: “téngase presente” o, cuando las partes piden
expresamente la aprobación del tribunal, con una resolución que señala “apruébese el avenimiento en todo
lo que no sea contrario a Derecho”.
En derecho comparado, avenimiento y conciliación se consideran prácticamente la misma cosa. En
Chile, hay que efectuar la distinción entre una y otra, principalmente para los efectos del juicio ejecutivo. En
efecto, el CPC señala que uno de los títulos ejecutivos es el “acta de avenimiento pasada ante tribunal
competente y autorizada por un ministro de fe o por dos testigos de actuación”. Debe ser aprobado por el
tribunal competente, esto es, por el que está conociendo del juicio al que el avenimiento pone término. El
acta del acuerdo debe ser autorizada por un ministro de fe (el secretario del tribunal, normalmente) o por
dos testigos de actuación (en el caso de los árbitros arbitradores que actúan solos, sin ministro de fe). La
conciliación, en cambio, es promovida, encauzada y controlada por el juez y, una vez aprobada, tiene el valor
de sentencia definitiva ejecutoriada para todos los efectos legales a que dé lugar. Es por ello que el acta de
conciliación es título ejecutivo en virtud del art 434 N° 1, y no del número tres (como lo es el avenimiento).
AVENIMIENTO CONCILIACIÓN
Tiene como fuente el acuerdo de las partes. El tribunal sólo Tiene como fuente una resolución judicial que dicta el juez por
interviene para que el acta en el que él se contiene, tenga regla gral por imperativo legal y, excepcionalmente, por propia
mérito ejecutivo. iniciativa.
Durante su curso el tribunal no tiene intervención alguna. El tribunal interviene activamente, como un amigable
componedor, tratando de obtener un acuerdo total o parcial del
litigio.
El acta de avenimiento permite exigir el cumplimiento forzado El acta de conciliación se estima como sentencia firme o
de la obligación contenida en ella a través del juicio ejecutivo, ejecutoriada para todos os efectos legales, y por tanto tiene
siempre que se cumplan los requisitos exigidos en el art 434 N° mérito ejecutivo conforme al art 434 N° 1 del CPC.
3 del CPC.
6. El Sobreseimiento Definitivo
Es una resolución judicial pronunciada normalmente a petición de alguno de los intervinientes en el
proceso penal cuando se configura alguna de las causales contempladas en el art 250 del CPP. Se trata de
situaciones en las que no concurren los supuestos legales para encausar a alguien por un determinado hecho
punible.
El sobreseimiento definitivo es una sentencia interlocutoria que pone término al procedimiento penal
y tiene la autoridad de cosa juzgada. Así lo reconoce expresamente el art 251 CPP.
V INMUNIDADES DE JURISDICCIÓN
1. Generalidades
Conforme a lo dispuesto en el art 14 CC, “la ley chilena es obligatoria para todos los habitantes de la
República, sean estos nacionales o extranjeros”.
Sin embargo, el Derecho Internacional contempla el hecho de que ciertos sujetos, no obstante
encontrarse en el territorio de un Estado, no están sujetos a la jurisdicción del mismo. Esto es lo que se conoce
como inmunidad de jurisdicción.
La doctrina actualmente distingue entre:
Inmunidad de jurisdicción o inmunidades soberanas, para referirse a la imposibilidad de
juzgamiento.
Inmunidad de ejecución, para referirse a la imposibilidad de ejecución del fallo, o sea, que no es
posible hacer cumplir coactivamente la sentencia que se hubiere dictado por el órgano jurisdiccional.
Sin embargo, en algunas normas se establece la inmunidad de jurisdicción sin hacer la distinción con
la de ejecución.
1. Jurisdicción de Equidad
Se entiende por tal cuando el juez, frente al caso concreto que se le demanda, busca un precedente
que haya resuelto una situación similar a lo que pretende ahora juzgar y, en ausencia del precedente, está
facultado para crear la norma jurídica que permita, de acuerdo con los ppios grals del D° y a su prudencia,
aplicarla y resolver el conflicto.
Esta jurisdicción de equidad es la característica del Common Law, sistema imperante en Estado Unidos
y Gran Bretaña.
3. Sistema Chileno
En nuestro sistema procesal, la jurisdicción está sometida al sistema de legalidad, esto es, al
sometimiento estricto de la ley, por lo que el juez tiene el deber de aplicar la ley, pero si falta ésta y por efecto
de la regla de la inexcusabilidad (el juez no puede dejar de juzgar un asunto por falta de ley que resuelva el
conflicto) está facultado para utilizar la integración de la norma, en los vacíos que presenta, acudiendo a la
equidad natural en defecto de la ley.
Este ppio de acudir a la equidad en ausencia de ley que regule el asunto sometido a la decisión de un
juez, no puede confundirse con aquellas atribuciones que la ley le otorga a los jueces para ponderar la prueba
en conciencia o de acuerdo a las regla de la sana crítica, facultad que no implica sustituir ni crear una norma
jurídica, sino que se le entrega una mayor libertad al juez para apreciar la prueba y los hechos que se producen
en el pleito, como ocurre, por ejm, en los asuntos penales, de familia, laborales o de policía local.
De tal manera, la ley autoriza acudir a la equidad en ausencia de ley para resolver el conflicto, lo que
se permite excepcionalmente en nuestra legislación positiva en el art 170 N° 5 CPC, como una manera de
justificar el imperativo de la jurisdicción en su aspecto de Poder-Deber, que obliga al juez a fallar aún a falta
de ley, por la regla de la inexcusabilidad.
Las excepciones a la jurisdicción de derecho, al margen de la obligación legal de recurrir a ella a falta
de ley que resuelva el conflicto, son tres:
Los jueces árbitros arbitradores o amigables componedores, a los cuales se les permite fallar de
acuerdo a las reglas que su prudencia o la equidad les dictaren (art 223 COT y 636, 637 y 640 N° 4
CPC).
La Corte Suprema, cuando conoce como jurado de los recursos que se entablen en los casos de
desconocimiento o privación de la nacionalidad chilena (art 12 CPR).
El Senado, cuando resuelve como jurado en el conocimiento de las acusaciones que la Cámara de
Diputados entable (art 53 N° 1 CPR).
1. Generalidades
Tradicionalmente se ha sostenido que al Estado le corresponde cumplir tres funciones
fundamentales:
a) Establecer el ordenamiento jurídico, mediante la dictación de las leyes que sirven para regular la
pacífica convivencia de los individuos (establece normas generales y abstractas).
b) Mantener el orden jurídico, restableciéndolo cuando es alterado, es decir, le corresponde la
preservación del Estado de Derecho (resuelve los conflictos jurídicos).
c) Satisfacer las necesidades públicas de los miembros de la comunidad mediante la prestación de
servicios públicos.
Naturalmente que estas funciones son cumplidas por tres poderes distintos e independientes entre
sí, que constituyen el Poder legislativo, el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo.
Así la norma jurídica, que contiene una norma de conducta general y abstracta, y que es impuesta por
el legislador por necesidades de bien común, lleva en sí un mandato, que supone el empleo de la coacción
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
32
para su cumplimiento. Con ello el Estado, junto con establecer el derecho, garantiza su acatamiento,
delegando en la persona de los jueces la facultad y el deber de resolver los conflictos de relevancia jurídica,
mediante la aplicación de la norma al caso concreto con el objeto de mantener la vigencia del derecho.
Actualmente, la doctrina está de acuerdo en que más que hablar de separación de poderes (en que
cada uno de estos poderes ejerce exclusivamente una determinada función) hay que hablar de supremacía
de una función dentro de un órgano. Así, la función jurisdiccional, que es la que prima en el Poder Judicial,
pero ello no implica que este realice actos administrativos (autos acordados judiciales) o legislativas (autos
acordados legislativos).
Luego, para hacer una distinción entre acto administrativo, legislativo y jurisdiccional, no basta
atender al órgano del cual emana, como sostenía antiguamente la doctrina (criterio organicista), sino más
bien basarse en los efectos que produce el acto prescindiendo del órgano del que emana (criterio sustancial
o funcional).
2. Jurisdicción y Legislación
LEGISLACIÓN JURISDICCIÓN
Las normas jurídicas son generales; la ley tiene un carácter Los actos jurisdiccionales son, generalmente, particulares. La
general respecto de todos los casos y personas que se sentencia, en cuanto acto jurisdiccional, sólo tiene efecto
encuentren en la situación descrita en la hipótesis de la norma. relativo, es decir, sólo obliga a las partes en el juicio en que se
hubiere dictado (art 3° CC).11
El acto legislativo es abstracto, no regula un único caso. El acto jurisdiccional es concreto. La jurisdicción, que se plasma
en una sentencia, tiene por fin resolver un conflicto jurídico
específico y no otro.
El acto legislativo es esencialmente revocable mediante otra El acto jurisdiccional, en cambio, dándose los requisitos y
ley. condiciones que lo legitiman, se hace irrevocable por el paso de
la cosa juzgada sustancia de la sentencia respectiva.
3. Jurisdicción y Administración
ACTO ADMINISTRATIVO ACTO JURISDICCIONAL
En la emisión del acto administrativo, la administración es Los órganos jurisdiccionales dictan sentencia en forma
parcial e interesada. El funcionario administrativo actúa y es desinteresada, imparcial. El juez nunca puede ser parte del
parte. conflicto.
El funcionario administrativo actúa en conformidad a la ley; El juez, por regla general, aplica la ley.
para el funcionario administrativo la ley es una norma de
sujeción.
El acto administrativo debe dictarse aplicando un El juez debe dictar sentencia conforme al mérito del proceso,
procedimiento administrativo fijado por el legislador. esto es, en base a los hechos alegados y probados por las partes.
El acto administrativo es revisable ante los órganos El acto jurisdiccional no es susceptible de revisión ni calificación
jurisdiccionales. en cuanto a su oportunidad o mérito por parte de los otros
Poderes del Estado.
El acto administrativo es mutable, puede dejar de cumplir sus El acto jurisdiccional es inmutable.
efectos, ya sea por otro acto administrativo, por haberse
derogado la ley en la cual se apoyaba o por decaimiento
(cuando cumple el fin para el cual se dictó o han cambiado las
circunstancias que lo hacían procedente).
El acto administrativo lleva en si ejecutabilidad, o sea, lo actos El acto jurisdiccional requiere por regla general para su
que la administración dicta los hace cumplir ella misma. cumplimiento forzado, que los tribunales requieran el auxilio de
la fuerza pública.
Por regla general, el acto administrativo no requiere de petición Por regla general, actúa previo requerimiento de parte
de parte interesada, pues actúa en forma espontánea cuando interesada.
las necesidades sociales lo requieren.
El silencio de la administración constituye manifestación de En materia jurisdiccional, en cambio, el silencio del juez no
voluntad, ya sea aceptando o rechazando una solicitud. constituye manifestación de voluntad, no puede interpretarse a
favor ni en contra de ninguna de las partes.
11Excepcionalmente, la sentencia afecta a personas que no fueron parte del proceso en la que se dictó; se dice, entonces, que la
sentencia tiene efecto erga omnes. Ejm, la sentencia que reconoce el estado civil de hijo, ya que pasa a serlo no sólo respecto de sus
padres, sino respecto de todas las personas, las cuales no pueden “desconocer” que “Luchito” es hijo del “Lucho”.
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
33
Los conflictos de jurisdicción se producen cuando entran en diferencias los tribunales de dos Estados
en cuanto a la facultad de administrar justicia. En el orden internacional, pues, esta clase de conflictos,
producidos entre tribunales de distintos Estados, no es objeto del ámbito de aplicación del D°P, sino del DIPRI.
Esta materia se encuentra regulada en Chile en el Código de Derecho Internacional Privado, también conocido
como Código de Bustamante. Dicho código, sucintamente, resuelve diferentes situaciones atribuyendo
competencia a un determinado tribunal.
En el orden nacional, en cambio, pueden producirse las contiendas de competencia, esto es,
conflictos generados entre diversos órganos con relación a la facultad de administrar justicia en un caso
concreto. A menudo, estas contiendas de competencia se producen entre los propios tribunales de un mismo
país. A esta materia nos referiremos oportunamente al abordar el tema de la competencia.
Sin embargo, existen casos en que pueden producirse tales contiendas entre autoridades políticas o
administrativas del Estado y los tribunales de justicia.12 Estos conflictos pueden ser de dos tipos:
a) Contiendas producidas entre autoridades políticas o administrativas y los tribunales superiores de
justicia. La resolución de estas contiendas es entregada por la CPR al Senado de la República (art 49
N° 3 CPR). Se entiende por “tribunales superiores de justicia” no sólo la Corte Suprema, sino también
a las Cortes de Apelaciones y a los Tribunales Militares Superiores (Corte Marcial).
b) Contiendas producidas entre autoridades administrativas o políticas y los tribunales inferiores de
justicia. Corresponde al Tribunal Constitucional resolver dichas contiendas (art 82 N° 12 CPR).
1. Generalidades
Los tribunales de justicia se encuentran facultados para ejercer, además de la jurisdicción, algunas
funciones que, aunque no se encuentran vinculadas directamente con ella, se ha entendido por parte del
legislador que son necesarias para el ejercicio de la función jurisdiccional. Son tales las facultades
conservadoras, disciplinarias y económicas.
Algunos autores las incluyen como una clasificación de la jurisdicción. Así, hablan de jurisdicción civil,
laboral, penal, etc., y que la jurisdicción civil se subclasificaría, a su vez, en jurisdicción contenciosa, no
contenciosa o voluntaria, conservadora, disciplinaria y económica. Nosotros no compartimos tal distinción,
por las siguientes razones:
El contenido de la jurisdicción, como ya señalamos, es uno solo y él está dado por la existencia de un
CRJ.
De acuerdo a la Escuela Publicista del D°P (que en su oportunidad se estudiará), el concepto de
jurisdicción está centrado en la litigiosidad, en la existencia de un conflicto jurídico. Luego, desde
este punto de vista, no puede existir sino la jurisdicción contenciosa, pues las otras facultades del
órgano jurisdiccional carentes de litigio, denominadas impropiamente jurisdicción no contenciosa o
voluntaria, conservadora, disciplinaria y económica, no son jurisdiccionales, sino conexas con ella. Si
bien son expresiones de la función judicial que es el género, no lo son de la función jurisdiccional que
es la especie.
2. Facultades Conservadoras13
Son las otorgadas por la legislación a los tribunales de justicia, con el fin de velar por el respeto a la
Constitución y las leyes, y proteger y resguardar las garantías constitucionales.
Ellas tienden a que todos los poderes públicos actúen dentro de órbita de sus atribuciones, evitando
desviaciones y abusos de poder, manteniendo el principio constitucional de legalidad, que señala que los
órganos estatales no deben sobrepasar en el Estado de Derecho los límites exactos que la Constitución y las
leyes les han asignado. Se encuentra contemplado expresamente en el art 3° COT, y tiene sus fuentes en los
arts 5°, 6°, 7° y 76 CPR.
12 En estos casos hay autores que sostienen que también debe hablarse de conflictos de jurisdicción. Nosotros, en cambio, creemos
que tal afirmación no se ajusta a los aspectos teóricos del tema que abordamos ni al tratamiento legal ni constitucional que en Chile
se hace en este punto.
13 La denominación de facultad conservadora fue tomada por el legislador de 1875 (Ley de Organización y Atribuciones de los
Tribunales) del nombre de la entonces “Comisión Conservadora”, establecida en la Constitución de 1833 y cuya función principal –en
receso del Congreso- era la de velar por la exacta observancia de las garantías individuales, ppio que el actual COT mantiene en su art
3° cuando dispone que los tribunales tienen, además, facultades conservadoras.
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
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3. Facultades Disciplinarias
Las atribuciones disciplinarias de los tribunales tienen por objeto mantener la compostura en los
debates judiciales y mantener el normal funcionamiento y comportamiento de los miembros de los órganos
jurisdiccionales, así como de los abogados, partes y personas que actúen ante ellos.
En uso de estas facultades los tribunales aplican medidas disciplinarias cuyo objeto es sancionar las
faltas o abusos que se cometan ante ellos, siempre que no constituyan crimen o simple delito.
A la Corte Suprema le toca la superintendencia directiva, correccional y económica de todos los
tribunales de la República. Las Cortes de Apelaciones, sin perjuicio de las facultades de la CS, ejercen la
disciplina judicial dentro de sus respectivos territorios. Lo propio les corresponde a los jueces de letras o
administradores de los tribunales, en su caso, dentro de sus respectivos territorios.
Las funciones disciplinarias se ejercen de oficio o a petición de parte (a través de una queja
disciplinaria o un recurso de queja).
a) Medidas que se pueden adoptar
Destitución de jueces o traslados. Sólo por la Corte Suprema (art 77 CPR).
Otras medidas. Están contenidas en los arts 530, 531, 532, 533, 537 y 542 del COT, y
corresponden a la Corte Suprema, Cortes de Apelaciones, Jueces de Letras y Administradores
de Tribunales de Juicio Oral en lo Penal y de Juzgados de Garantía. De entre ellas destacan la
4. Facultades Económicas
Son aquellas atribuciones que la Constitución y las leyes entregan a los tribunales de justicia y que le
permiten al órgano jurisdiccional administrar correctamente los bienes de que dispone para su función,
regular y mejorar la economía judicial y, en general, obtener una mejor y pronta administración de justicia.
Las manifestaciones más importantes son los autos acordados, las instrucciones y las circulares.
a) Autos Acordados. Son normas de carácter general que dictan los tribunales superiores para el mejor
ejercicio de la función jurisdiccional y cuyo objetivo es obtener una mejor y más expedita
administración de justicia, suplir vacíos de los procedimientos o complementar disposiciones legales.
Pueden dictarse en virtud de un mandato legal (autos acordados legislativos) o discrecionalmente
(autos acordados judiciales).
1. Generalidades
Como ya adelantamos, ellos no constituyen actividad jurisdiccional, y no lo son porque no resuelven
conflictos de relevancia jurídica. Es una función que se ha confiado a los órganos jurisdiccionales por su
independencia y prestigio, así como por razones históricas y funcionales.
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
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Esta facultad ha sido establecida por el legislador con diversas finalidades, entre las que podemos
destacar: proteger los derechos de los incapaces, servir de solemnidad a ciertos actos jurídicos y comprobar
el cumplimiento de los requisitos que la ley impone a determinados actos.
2. Concepto
La doctrina los conceptúa como aquella actividad del Estado, radicada en los tribunales en virtud de
expresa disposición de la ley, siempre que no surja conflicto por oposición de legítimo contradictor, para que
éstos emitan un dictamen a petición de un interesado para cumplir los diversos fines perseguidos con su
establecimiento.
El art 817 del CPC, por su parte, señala que son aquellos que según la ley requieren la intervención del
juez y en que no se promueve contienda alguna entre partes.
3. Características
a) Ausencia de conflicto. Lo que hay es una solicitud de parte de un interesado; tampoco hay partes.
b) Sirven para proteger derechos e interesados.
c) Son esencialmente revocables. Por el mismo tribunal que intervino en el acto judicial no contencioso.
Las resoluciones que en ellos se dictan no producen cosa juzgada, sólo lo hacen las afirmativas
cumplidas, pues en ellas está comprometido el interés de terceros. Así:
Resoluciones negativas. Son aquellas que no dan lugar a la petición contenida en el asunto
no contencioso. El tribunal, a petición del interesado, puede dejarlas sin efecto o modificarla
en cualquier tiempo, si varían las circunstancias que motivaron su dictación (no producen
cosa juzgada).
Resoluciones afirmativas. Son aquellas que acceden a lo solicitado, se pueden modificar o
revocar mientras esté pendiente su ejecución, a través del recurso de revocación o
modificación a que se refiere el art 821 CPC. Luego, las afirmativas pendientes no producen
cosa juzgada, sólo lo hacen las afirmativas cumplidas.
d) Puede transformarse en contencioso si se hace oposición por legítimo contradictor. Los terceros que
consideran vulnerados sus derechos por un asunto no contencioso, pueden impedir su formación,
oponiéndose al acto en el mismo procedimiento voluntario (art 823 CPC), en cuyo caso el asunto se
transforma en litigioso, debiendo sujetarse a los trámites del juicio que corresponda.
e) En materia de prueba, ésta es apreciada prudencialmente por el tribunal. El juez no está sometido a
las leyes reguladoras de la prueba.
Durante mucho tiempo han sostenido los expertos en derecho administrativo que en Chile debiere
existir un tribunal contencioso administrativo encargado específicamente de los conflictos jurídicos
producidos a causa del actuar del Poder Ejecutivo. Por ejm, de la validez o no de un decreto por la autoridad
de un órgano estatal en el que se expulsa del servicio a un funcionario público.
No es sino hasta la promulgación de la CPR de 1925 donde aparecen cambios importantes en el
derecho administrativo, siendo quizá el más relevante de ellos, el que estableció en Chile la falta de
jurisdicción de los tribunales ordinarios para conocer de la actividad administrativa derivada, en general, de
la labor del Poder Ejecutivo, al establecer en su art 87 una norma que resultó programática, y en la que se
creó los tribunales contenciosos administrativos. Se dice que dicha norma resultó programática, porque sólo
se limitó a establecer la existencia de dichos tribunales, pero nunca fueron promulgadas las normas legales
para hacerlo una realidad. Sin embargo, el efecto que produjo la presencia del art 87 CP25, al no crearse en
definitiva los tribunales administrativos, fue el de servir de fundamento jurídico para sostener la
incompetencia o falta de jurisdicción de los tribunales ordinarios para controlar a la administración del
Estado, con graves consecuencias, a la larga, para nuestra institucionalidad.
La jurisprudencia de los tribunales superiores de justicia, invariablemente, señaló que el pronunciarse
sobre la legalidad o ilegalidad de los actos del Poder Ejecutivo excedía el ámbito de la jurisdicción o
competencia de los tribunales ordinarios e implicaba una invasión de las facultades de otro poder público y
que los actos de autoridad no podían ser revocados por la justicia ordinaria.
La situación antes descrita fue morigerada, en parte, por la aparición de algunos textos legales que
entregaron directamente al Poder Judicial el conocimiento de algunos asuntos contencioso administrativos,
como la Ley de Municipalidades, el Código Sanitario y el Código Tributario. Otras leyes, en cambio, crearon
algunos tribunales administrativos especiales para conocer ciertas materias. Por último, se aceptaba que el
Juez pudiera desconocer actos administrativos ilegales, aplicando directamente la ley, lo que, sin embargo,
podía ocurrir únicamente en los casos de litigios entre particulares, en que uno de ellos invocaba a favor de
su pretensión un acto administrativo que el juez posteriormente desconocía.
No obstante lo anterior, siempre permaneció fuera del control judicial una gran parte de la actividad
administrativa, más precisamente, las reclamaciones contra los actos administrativos que no habían sido
entregadas al conocimiento de los tribunales ordinarios en forma expresa o a tribunales especiales y, en
segundo lugar, las reclamaciones por indemnización de perjuicios proveniente de la dictación de esos mismos
actos.
La promulgación de la CP80 no modificó substancialmente la situación, ya que trasladó lo preceptuado
en el art 87 CP25 al inc 2° del art 38.
El acuerdo político logrado en el año 1988 para reformar la Constitución y permitir la transición hacia
la democracia, vino a salvar esta situación, al modificar la redacción de los arts 38 y 79 de la Constitución y
borrarse toda referencia a lo contencioso administrativo. Suprimida la mención a lo contencioso
administrativo, se abrieron las puertas para que los tribunales ordinarios sostuvieran ahora que sí tenían la
jurisdicción para conocer de estas materias.
El cambio más importante en materia de control jurisdiccional de la administración ha provenido, sin
embargo, del recurso de protección. Este recurso ha sustituido, en la práctica, al tribunal contencioso
administrativo, deduciéndose dicho recurso contra todo acto de las autoridades políticas y administrativas. A
través de este recurso, los tribunales ordinarios han ampliado el ámbito del control jurisdiccional a límites
impensados, llegando incluso al control de la actividad discrecional de la Administración, esto es, de la
facultad legal del Poder Ejecutivo para decidir o no la realización de un acto administrativo.
La evolución que ha tenido el recurso de protección ha producido un debilitamiento de la Contraloría
General de la República, organismo creado, justamente, con el objeto de fiscalizar la actividad administrativa
del Estado, ya sea a priori o a posteriori. Así las cosas, en materias relacionadas con la función pública y el
Estatuto Administrativo, actualmente se recurre de protección sin ninguna limitación, siendo finalmente los
tribunales ordinarios los que deben decidir, por ejemplo, sobre sanciones disciplinarias, calificaciones,
ascensos, despidos y derechos de los funcionarios públicos.
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
39
Es evidente que en todo Estado de Derecho es necesario el control del juez sobre la administración.
Sin embargo, el recurso de protección no parece ser, a nuestro entender, la vía adecuada, salvo para casos
excepcionales de ilegalidad manifiesta. Ello, porque el recurso de protección se asocia a un procedimiento
rudimentario que no ofrece garantías procesales ni a la autoridad recurrida ni a los particulares interesados
en la subsistencia del acto, ni tampoco al propio recurrente. Además, porque no tiene criterios estables o
permanentes en que fundar su pretensión y porque los tribunales ordinarios proceden a dejar sin efecto actos
del Poder Ejecutivo, a dar órdenes a la Administración y a modificar la jurisprudencia y criterio de la
Contraloría General de la República, que es el ente naturalmente llamado a la fiscalización de la legalidad de
los actos de la Administración.
De lo anterior podemos deducir que, atendida la particular naturaleza de los actos de la
administración y de los posibles conflictos jurídicos que se pueden producir entre éstas y los particulares, es
necesario, como en otros países, la existencia en Chile de un Tribunal Contencioso Administrativo
especializado en el conocimiento de estas materias y con una Ley Orgánica que lo norme e impida que sus
resoluciones sean contradictorias o atenten en contra del justo y racional procedimiento, del principio de
legalidad y, por sobre todo, salvaguarde el principio de la división de los poderes del Estado.
Capítulo Tercero
EL PROCESO
Sumario: I. Generalidades; II. Teorías Acerca de la Naturaleza Jurídica del Proceso; III. Elementos
del Proceso; IV. La Acción; V. Los Actos Jurídicos Procesales.
I GENERALIDADES
1. Concepto de Proceso
La palabra “proceso” proviene etimológicamente del vocablo latino processus que significa “ir hacia
delante” (pro) y “caminar” (cedere), de lo que podemos concluir que la idea de proceso, desde sus orígenes,
está relacionada con el desarrollo o sucesión de una serie de actos necesarios para conseguir un objetivo.
Como ya lo hemos señalado en el capítulo primero, el proceso constituye el medio a través del cual el Estado
resuelve los conflictos de relevancia jurídica (CRJ) existentes entre sus miembros. Es, por lo mismo, una
institución pública destinada a evaluar las pretensiones procesales de los demandantes (el derecho que se
pretende sea reconocido), y de hacer lugar a ellas, en el caso que exista una correspondencia entre esa
pretensión y el derecho sustantivo que se reclama.
Según tuvimos oportunidad de precisar, en los orígenes del D°P nunca hubo un reconocimiento a la
existencia del proceso en cuanto institución autónoma y regida conforme a ppios particulares. Se pensaba
que el D°P, y el proceso, que le da su denominación, no eran más que un conjunto de reglas de procedimiento
ante tribunales; en otras palabras, se lo consideraba un apéndice necesario para que los deberes y derechos
contenidos en las normas sustantivas pudiesen exigirse por parte de los particulares.
Modernamente, se considera al proceso como el medio a través del cual el Estado ejerce la
jurisdicción y que se encuentra constituido por una sucesión de actos de procedimiento reglados en la ley,
con el propósito específico de que el juez resuelva con autoridad de cosa juzgada las pretensiones y contra
pretensiones invocadas por las partes.
como pretensión, hasta la sentencia definitiva que lo resolverá. El proceso instrumenta el litigio y en
fases sucesivas lo conduce a la decisión final (juicio). El proceso es el instrumento de que se vale la
jurisdicción como medio para “dirimir” litigios.
Proceso y litigio no son sinónimos, se encuentran en relación de continente a contenido. El
proceso está destinado a contener el litigio, es decir: a recibirlo, desarrollarlo y resolverlo dándole fin.
Pero su relación es tan íntima que nacen en el mismo acto con la demanda, se desarrollan
conjuntamente a través del procedimiento y se extinguen a la vez. Dirimido el litigio se extingue el
proceso, en razón de haber alcanzado su objetivo.
d) Proceso como sinónimo de juicio. Juicio quiere decir “acto de juicio”, su sentido es “sentencia del
juez, previo conocimiento de causa”. La palabra juicio se refiere al “razonar” del juez respecto del
conflicto concreto que le ha sido sometido (litigio) y su decisión en la sentencia. Dentro de un proceso
no sólo hay un acto de juicio, sino que una serie de actos que se realizan tanto por las partes como
por el tribunal. Acto de juicio hay uno solo (la sentencia del juez); actos del proceso hay varios.
e) Proceso como sinónimo de causa. El juez que conoce de un proceso es denominado “juez de la
causa”. Igual denominación recibe el juez a quien se le ha sometido un litigio.
f) Proceso como sinónimo de pleito. La palabra proceso se ha utilizado también como sinónimo de
“pleito”, dándole a la palabra pleito el sentido de litigio (conflictos de intereses de relevancia jurídica
sometido al juez). Así, por ejm, se habla de pleito pendiente o de conocer del proceso o pleito.
g) Proceso como sinónimo de procedimiento. Son conceptos ligados pero distintos. Procedimiento es
el conjunto de formalidades externas, de trámites o ritualidades a través de las cuales se llevan a cabo
los actos del proceso. El proceso, como instituto jurídico, es único. Sólo hay un proceso judicial. Pero
él al manifestarse en formas diferentes y con particularidades distintas, en atención al contenido
material del litigio, da origen a una pluralidad de procedimientos que se regulan en atención a la
naturaleza de la pretensión. Luego, el objeto del litigio será el que determine el procedimiento a
utilizar.
1. Planteamiento
A medida que ha ido evolucionando el D°P, diversas doctrinas se han elaborado acerca de la
naturaleza jurídica del proceso, esto es, acerca del problema que significa determinar qué es jurídicamente el
proceso. La cuestión no resulta irrelevante, pues a falta de norma expresa eventualmente podrían aplicarse,
en subsidio, las reglas relativas a la figura legal con que se asocia su naturaleza jurídica.14
Analicemos, entonces, las principales teorías que se han elaborado acerca de la naturaleza jurídica
del proceso, distinguiendo entre las teorías privatistas y las teorías publicistas.
2. Teorías Privatistas
Todas tienen en común el estimar que existe litigio (o sea nacen los derechos y obligaciones) desde
que se contesta la demanda (teoría de la litis contestacio).
A) Teoría del Contrato. Esta teoría sostiene que el proceso no es más que un contrato entre demandante y
demandado. El demandante, señalan, realiza su oferta al presentar la demanda; y el demandado, al
contestarla, presta su aceptación. El objeto de dicho contrato, es decir, la prestación a la que las partes se
obligan, es someter una controversia al conocimiento de un juez, facultándolo para resolverla.
El origen histórico de esta teoría, para los tratadistas franceses (que la elaboraron), se encuentra en
la denominada litis contestacio del derecho romano, que consistía en un acuerdo de voluntades mediante el
14Así, por ejm, si entendemos que el proceso es un contrato entre dos partes que se denominan litigantes, podría pretender alguien
aplicar las diversas normas generales que reglan la teoría general del contrato en materia civil, como el ppio de la autonomía de la
voluntad, entre muchos otros.
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
42
cual se otorgaba al iudex (árbitro) el poder para resolver un litigio. Fue formulada fundamentalmente con
posterioridad a la revolución francesa, época en la que primó en carácter privado de las normas procesales.
Se estimaba, entonces, que las reglas conforme a las cuales se ajusta el proceso son las mismas que las del
derecho civil, pues el derecho procesal es un derecho adjetivo, esto es, un simple apéndice del único derecho:
el derecho civil.
A esta teoría se le formularon las siguientes críticas:
Es absurdo pensar que el demandado acude al proceso porque ha llegado a un acuerdo con el
demandante. Acude, y no siempre, porque le interesa defenderse de las pretensiones formuladas en
su contra por el actor.
Es insuficiente puesto no explica los procesos seguidos en rebeldía, faltaría un requisito de la esencia
de todo contrato.
No explica el efecto de cosa juzgada, ya que todo contrato puede ser dejado sin efecto por la voluntad
de las partes que lo otorgaron, pero el proceso, una vez concluido, no puede dejarse sin efecto, es
inmutable.
B) Teoría del Cuasicontrato. Ante las críticas a la teoría anterior, y al no constituir el proceso un hecho ilícito,
sino por el contrario uno lícito, pero no un ctto, sólo puede ser un cuasicontrato, ya que es la única fuente de
las obligaciones que resta.15
Así, el hecho voluntario del demandado al concurrir al juicio, generaría las obligaciones procesales
que se dan en el proceso. Lo anterior porque en el proceso no hay manifestación de voluntad concurrente del
demandado para formar un ctto. Su voluntad no se hace con el ánimo de contraer obligaciones, sino por el
contrario, de precisar o repeler la obligación que se le estaría atribuyendo. Su intervención no conlleva el
ánimo de contraer obligaciones. Críticas:
La vinculación del demandado al proceso no se produce con su voluntad, sino que normalmente
contra su voluntad.
El demandado tiene la carga de comparecer e intervenir en el proceso, luego las obligaciones que
surgen para él son independientes de la actitud personal que asuma.
Respecto del demandado que no concurre al juicio, ¿cómo se explica su vinculación procesal? A él,
aunque no haya manifestado su voluntad, le afecta lo actuado válidamente en el proceso y la
sentencia.
3. Teorías Publicistas
Todas tienen en común el estimar que existe litigio desde la notificación de la demanda
(litispendencia) y que los vínculos procesales tienen su origen en la ley.
A) Teoría de la Relación Jurídica. Sostenida por Von Bülow, señala que el proceso es una vinculación regulada
por la ley entre diversos sujetos que intervienen en aquél (demandante-demandado-juez), quienes
desarrollan diversos actos de procedimiento con la finalidad de llegar a un objetivo común (la sentencia).
Es una de las más aceptadas entre los procesalistas. Señala que los D° y O° que emanan del proceso
tienen su fuente en la ley, siendo la relación jurídica que nace y se desarrolla en el proceso es de Derecho
Público.
Esta teoría tiene diversas variaciones en doctrina, siendo la Teoría de la Relación Tripartita (Wach) la
que goza de mayor aceptación en la jurisprudencia. A grandes rasgos, concibe la relación procesal como
derechos y deberes recíprocos entre el juez y las partes y entre las partes entre sí.
El juez tiene la obligación de sustanciar el proceso, a medida que se lo vallan solicitando las partes, y
en definitiva, decidir el litigio.
Las partes están en una relación de sumisión frente al juez, y deben participar en la diversas etapas
del proceso.
Sus principales características son:
15 Olvidaron, desde luego, que la principal fuente de las obligaciones es la ley, tal como lo señala el art 1437 CC.
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
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a) Es una relación de derecho público. Porque a través del proceso se ejerce una función pública, la
jurisdiccional.
b) Es una relación autónoma frente al derecho sustancial. Sostiene que la acción procesal no emana
del D° sustancial; luego, para realizar una petición a la autoridad no es necesario que se tenga el
derecho, ya que el derecho sustancial y la relación jurídico procesal son independientes. El proceso
persigue satisfacer pretensiones.
c) Es tripartita. Son sujetos de ella el demandante, el demandado y el juez. Entre ellos se van generando
los vínculos que hacen avanzar el proceso.
d) Es heterogénea. Dentro del proceso se crean múltiples vínculos jurídicos que van variando y
combinándose entre sí para arribar a la solución del conflicto.
e) Es una relación compleja. Tiene como contenido derechos y deberes recíprocos entre los
intervinientes de la relación jurídica. Respecto de esta característica, Goldschmidth formula
posteriormente una crítica irrebatible. Señala que “el proceso NO genera deberes ni obligaciones, sino
que cargas, expectativas, posibilidades y liberaciones de cargas”. Así, postula que el juez no tiene
que dictar sentencia porque se genera esta relación jurídica que es el proceso, sino porque
desempeña un cargo público. Del mismo modo, el demandado no puede exigir al demandante que
rinda prueba, sino que ella es una carga, es decir, el ejercicio de una facultad para el logro del propio
interés. Si no se rinde la prueba, él se perjudica.
B) Teoría de la Situación Jurídica. Fue desarrollada por James Goldschmidth en reacción a la teoría de la
relación jurídica. Se le ha cuestionado que más que la elaboración sistémica de una doctrina autónoma su
único fin fue intentar demoler la tesis de la relación jurídica.
Sostiene que el proceso es una situación y no una relación, porque en el proceso no existen derechos
y obligaciones, pues si existiera alguna obligación debería existir la correlativa facultad de la contraparte para
exigir su cumplimiento. Señala que estas características son propias del derecho sustancial y no del D°P.
El proceso, dice, está integrado por categorías distintas a los derechos y obligaciones, y estas
categorías son: riesgo, posibilidad, expectativas y cargas.
Carga. Es aquella situación jurídica que consiste en el requerimiento de una conducta de realización
facultativa, establecida en el propio interés del sujeto y cuya omisión puede acarrearle consecuencias
perjudiciales. La carga procesal tiene por objeto prevenir un perjuicio procesal, mediante la
correspondiente actividad en beneficio del litigante. El incumplimiento de la carga conlleva un
perjuicio procesal al litigante a quien se la impuso. Lo coloca en una situación desfavorable por su no
ejercicio. Son cargas procesales: comparecer en juicio, fundar la demanda, contestar traslados,
ofrecer y rendir pruebas.
El concepto de carga procesal permite explicar el juicio en rebeldía y la situación procesal que
se produce respecto del demandado, en lo concerniente a por qué no se le puede exigir que conteste
la demanda.
Posibilidades. Son las ventajas procesales eventuales que se pueden obtener en razón de un acto
propio y que les coloca, a los litigantes, en una posición favorable a su ejercicio.
C) Teoría de la Institución. Sostenida por Jaime Guasp, quien plantea que “el proceso es una institución
jurídica porque en él existen deberes jurídicos y derechos jurídicos, que dan origen a una pluralidad de
relaciones jurídicas, que deben ser consideradas formando una unidad superior”.
Como en el proceso existen derechos y deberes, hay más de una relación jurídica, por lo tanto no
puede hablarse de “LA” relación jurídica procesal. Esta multiplicidad de relaciones jurídicas hay que reducirla
a una unidad superior, la institución.
Se critica esta teoría, señalando que es vaga y que no aclara la naturaleza jurídica del proceso. Es más,
existen autores más drásticos que señalan que el Derecho se encuentra repleto de instituciones jurídicas que,
en verdad, no dan cuenta de cosa alguna. Advierten que, cada vez que no se puede determinar la naturaleza
jurídica de algo, se habla de “institución”, de lo que concluyen que este término en Derecho ya no significa
cosa alguna.
1. Planteamiento
Hemos sostenido que la existencia de un conflicto entre los miembros de una comunidad puede ser
resuelto por medio de tres vías: la auto tutela, aceptada en nuestro Derecho en casos muy excepcionales; la
autocomposición, que permite provocar equivalentes jurisdiccionales en los casos en que la ley lo permite; y
el proceso, que constituye el mecanismo del Estado destinado a resolver, mediante la labor del juez, la
controversia existente entre partes.
Los elementos del proceso, entonces, son los requisitos de existencia de aquél, es decir, presupuestos
sin los cuales no existe proceso. Es por ello que, algunos autores, se refieren a los elementos del proceso
como presupuestos procesales de existencia. Estos elementos de existencia son dos: elemento subjetivo (los
sujetos procesales), elemento objetivo (el litigio).
4. Presupuestos Procesales
Si estamos en presencia de un conflicto de relevancia jurídica entre partes, sometido al conocimiento
de un juez, habremos reunido los requisitos de existencia de un proceso. A ellos los hemos denominado
elementos del proceso. Sin embargo, para que la sentencia dictada en dicho proceso sea válida y produzca
cosa juzgada deben concurrir, además, ciertos requisitos de validez del procedimiento. Presupuestos
procesales son, entonces, los requisitos necesarios para que pueda constituirse un proceso válido. En otras
palabras, son las condiciones previas que deben concurrir a fin de que el juez pueda pronunciarse lícitamente
sobre el fondo de la pretensión sometida a su conocimiento.
Calamandrei explica bastante bien este punto cuando señala que los presupuestos procesales son los
que permiten crear la relación jurídica procesal válida, facultando al juez para dictar la sentencia, sea ésta
favorable o desfavorable al demandante. Esto significa que el cumplimiento de los presupuestos procesales
hace posible que el juez falla válidamente la controversia. Sin embargo, esto no significa que deba acogerse
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
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la demanda porque para ello deben concurrir además requisitos de fondo relativos al derecho sustantivo
alegado por el actor. Estos últimos requisitos no son procesales, porque, aun sin ellos, el proceso y la sentencia
pronunciada son totalmente válidos.
Los presupuestos procesales no discutidos por la doctrina chilena son los siguientes:
a) Tribunal competente. El art 108 del COT dispone que la competencia es la facultad que tienen los
tribunales para conocer de los negocios que la ley ha colocado dentro de la esfera de sus atribuciones.
Reiteramos que la competencia puede ser absoluta, relativa o específica. En sentido estricto se
sostiene que la competencia relativa no es un presupuesto procesal porque ésta, en determinadas
circunstancias, puede ser prorrogada por las partes. Sin embargo, la sentencia dictada por un juez
que carece de competencia absoluta (por ejm, una sentencia laboral dictada por un juez penal) o el
fallo pronunciado al margen de la contienda sometida a su conocimiento (ultra, extra o citra petita
por infracción de competencia específica) no tienen validez procesal.
b) Capacidad de las partes. Es indudable que las partes en el proceso deben tener la facultad legal para
ser sujetos de Derecho, para comparecer en un proceso y para poder defender sus pretensiones o
contra pretensiones en el tribunal. Así, por ejm, un menor de edad no puede, por regla general,
presentar una demanda directamente. Si se inicia un proceso ignorando estas prohibiciones la
sentencia que se dicte carece de validez y, por lo mismo, tal como en el caso de la incompetencia del
tribunal, será susceptible de ser casada en la forma (anulada). Conforme se desprende del art 768
CPC.
c) El emplazamiento. Se encuentra compuesto por la notificación de la demanda o de la acusación en
el proceso penal y por el transcurso del plazo establecido en la ley para contestarlas. La concurrencia
de este presupuesto de validez del proceso constituye una garantía de una adecuada defensa. Implica
el derecho a enterarse en forma pormenorizada acerca de lo demandado o imputado y, al mismo
tiempo, a contar con un plazo razonable para preparar la contestación de la demanda o la formulación
de los descargos a que haya lugar. En consecuencia, la sentencia dictada sin mediar emplazamiento
del demandado o acusado vicia la validez de aquélla.
IV LA ACCIÓN
sentencia. Así, pues, la acción no se ejerce en contra del demandado, sino frente al Estado (representado
por el tribunal), a objeto de que éste emita una resolución sobre la procedencia o no de su pretensión.
La acción representa el instrumento formal de hacer realidad el acceso a la justicia, el derecho a ser
oído, sólo y únicamente eso. Para obtener una sentencia favorable, además de lo anterior, se requiere probar
en el proceso que la pretensión se encuentra fundada en el derecho sustantivo alegado. Este punto es central,
pues como señalamos con anterioridad, antes del surgimiento de las corrientes publicistas en el D°P, la acción
era sinónimo de derecho sustantivo, o sea, se la concebía como la invocación en juicio del derecho sustantivo
que se detentaba a fin de que el tribunal ordenase sin más trámite el respeto de aquél. Pero desde el
desarrollo de la escuela publicista, entendemos que estamos autorizados por la ley para deducir la acción que
libremente estimemos pertinente, estemos o no respaldados por el derecho sustantivo. En este último caso,
podremos perder el litigio, incluso ser condenados en costas como litigantes temerarios, mas nadie puede
coartar nuestro derecho a solicitar la intervención del tribunal, órgano que, por lo demás, está obligado por
el ppio de la inexcusabilidad a emitir un pronunciamiento sobre nuestra pretensión.
A partir de lo anterior, la doctrina moderna en forma unánime sostiene que la acción es un derecho
autónomo, o sea, independiente del derecho sustantivo reclamado en el proceso.
16Cuando decimos “yo soy dueño de algo” o “alguien me adeuda dinero”, queremos significar, sencillamente, que existe una norma
jurídica que reconoce mi propiedad o mi calidad de acreedor.
YERKO MILLALONCO CALISTO
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Existen diversas doctrinas que tratan de explicar este fundamento y la divergencia entre ellas radica
fundamentalmente en saber qué vínculo existe entre la acción procesal y el derecho subjetivo o material
(pretensión).
A) Teoría Monista, Civilista o Clásica. Dentro de esta teoría se agrupan todos aquellos autores cuya doctrina
se basa esencialmente en la identificación de los conceptos de “derecho subjetivo” y “acción”, negándole a
esta última un carácter independiente del derecho, y considerándola como un poder inherente al derecho
mismo, que se manifiesta cuando ha sido violado.
La acción, dicen, no es distinta al derecho material subjetivo que se desconoce o viola. La acción no
existe como derecho independiente sino que es un aspecto, un poder inherente en él de reaccionar contra su
violación. “La acción es el derecho en pie de guerra”.
B) Teorías Dualistas. Los sostenedores de esta tesis sostienen que acción y derecho subjetivo son cosas
diferentes e independientes, porque lo que nace de la violación del derecho subjetivo es una pretensión en
contra del autor de la violación (no una acción).
Añaden que la acción le compete tanto al que tiene derecho (subjetivo) como al que no lo tiene, pero
en el juicio va a obtener sólo el que tenga derecho a la acción, o sea, al titular del derecho subjetivo que se
invocó.
C) La Acción en Nuestra Legislación. Puesto que hasta mediados del siglo XIX imperó la doctrina civilista, ella
se incorporó en varios códigos de procedimiento. El CPC chileno no la incorporó expresamente, pero de su
articulado se desprende que él acogió la teoría monista o civilista de la acción.
Sin embargo, tanto la jurisprudencia como la doctrina han incorporado la teoría o concepto científico
o procesal de la acción, entendiéndola como un derecho autónomo provocativo de la actividad jurisdiccional.
se reclama un derecho que se tiene o se cree tener. Constituye lo pedido en juicio, es la petición fundada
destinada a subordinar el interés ajeno al interés propio.
La pretensión es un elemento de la controversia y proporciona la materia sobre la que versará la
sentencia. La acción se satisface dictando una sentencia. La pretensión se satisface resolviendo lo pedido, esto
es, pronunciándose sobre ella en la sentencia.
A) Según el tipo de derechos que se intenta reclamar, las pretensiones pueden ser personales, reales o
mixtas.
Pretensiones personales. Son aquellas que derivan de un derecho personal, por lo que buscan el
reconocimiento de un crédito y, por lo mismo, el cumplimiento de una obligación por parte del
demandado.
Pretensiones reales. Son aquellas que derivan de un derecho real, por lo que pueden ejercerse en
contra de cualquier persona que esté en posesión de la cosa sobre la cual recae el derecho real.
Pretensiones mixtas. Son aquellas en las que se intenta, al mismo tiempo, pretensiones reales y
personales.
B) Según el tipo de pronunciamiento que se desea del tribunal, las pretensiones pueden ser declarativas,
de condena, constitutivas, ejecutivas y cautelares.
Pretensiones declarativas. Tienen por finalidad que el tribunal declare un derecho o la constatación
de una situación jurídica discutida. Ejm, declaración de nulidad de un acto o ctto.
Pretensiones constitutivas. Su finalidad es constituir un estado jurídico nuevo o modificar uno ya
existente. Ejm, declaración de nulidad de matrimonio.
Pretensiones de condena. Tienen por objeto obtener una sentencia que condene al demandado a una
prestación de dar, hacer o no hacer algo respecto del actor. Ejm, pretensión de indemnización de
perjuicios (obligación de dar).
Pretensiones ejecutivas. Tienen como única finalidad obtener el cumplimiento forzado de una
prestación de dar, hacer o no hacer que debe constar en un documento no controvertido denominado
título ejecutivo.
Pretensiones cautelares. Tienen por objeto asegurar el efectivo cumplimiento de una pretensión
principal.
C) Según el derecho sustantivo reclamado, las pretensiones pueden ser civiles, penales, laborales, de
familia, etc.
Pretensiones civiles. Reclaman el reconocimiento de un derecho de naturaleza civil. Ejm,
reivindicación de un inmueble.
Pretensiones penales. Reclaman el ejercicio del Ius Puniendi de parte del Estado (facultad punitiva) a
fin de que se sancione a la persona que incurrió en una conducta prohibida por derecho penal.
A) No Comparecencia. La primera actitud que puede adoptar el demandado, una vez emplazado, es la de
una posición pasiva, esto es, la de no comparecer al juicio. En este caso, el efecto de la falta de comparecencia
obliga al actor, de todos modos, a probar su pretensión. Recordemos que el solo ejercicio de ésta no implica
necesariamente una sentencia favorable. En este sentido, la no comparecencia del demandado no significa
que acepte la demanda, pues no tiene aplicación alguna en este punto el aforismo popular que señala que el
que calla otorga. Así las cosas, el demandado podrá presentarse al juicio cuando lo estime pertinente; por
ejm, para apelar de la sentencia definitiva.
B) Allanamiento. Una segunda actitud susceptible de ser adoptada por el demandado, una vez emplazado,
es comparecer al juicio y aceptar la demanda en todas sus partes, o sea, reconocer en forma íntegra los
fundamentos de hecho y de derecho alegados por el autor. Este acto procesal de aceptación se denomina
allanamiento. Tal como en el caso anterior, podemos observar que en esta oportunidad tampoco ha existido
de parte del demandado una oposición propiamente tal, pues no se ha formulado una contradicción formal
a la pretensión del demandante.
C) Defensa Negativa. El demandado, en tercer lugar, puede comparecer al juicio y realizar una defensa
negativa, esto es, negar los fundamentos de hecho y de derecho de la demanda. En este caso tampoco existe
una oposición en sentido estricto, pues el demandado no añade ningún hecho distinto de aquellos contenidos
en la demanda a fin de destruir la pretensión contenida en ésta.
D) Excepciones. Una cuarta actitud que puede adoptar el demandado es ejercer el derecho a la contradicción
de la pretensión del actor mediante las excepciones. Así como el demandante cuenta con la acción,
consistente en la facultad de exigir la intervención del Estado a través del ejercicio de la jurisdicción, el
demandado cuenta con el derecho de contradicción, esto es, la facultad de éste para requerir de la
jurisdicción (del juez) el rechazo de la pretensión deducida en su contra. El derecho de contradicción se
materializa a través de la oposición, la cual supone una actividad activa de parte del demandado,
contradiciendo mediante la afirmación de hechos distintos los fundamentos del actor. En este caso, pues, la
competencia específica del juez se amplía, toda vez que en la sentencia habrá de emitir un pronunciamiento
respecto de los fundamentos de hecho y de derecho esgrimidos tanto por el demandante en su pretensión
como por el demandado en su oposición o contrapretensión.
La excepción, entonces, constituye una declaración de voluntad del demandado mediante la cual
agrega hechos nuevos al proceso con el propósito de enervar o destruir la pretensión del demandante.
En el derecho chileno las excepciones pueden ser dilatorias o perentorias.
Excepciones dilatorias (art 303 CPC). Son aquellas que tienden a corregir el procedimiento, sin afectar
el fondo de la acción (pretensión) deducida. Se denominan dilatorias porque buscan corregir ciertos
vicios en el procedimiento, con lo que su interposición produce como efecto la dilación o demora en
el conocimiento del fondo de la pretensión. En otras palabras, mientras estas excepciones no sean
resueltas, el fondo del asunto no puede ser conocido ni resuelto por el tribunal.
Excepciones perentorias. Son las que miran al fondo del conflicto y su razón de ser es destruir la
pretensión deducida.
E) Reconvenir. El demandado, por último, puede reconvenir a su demandante, esto es, deducir una verdadera
nueva demanda en su contra a partir de hechos diversos o relacionados con su pretensión. En este caso, la
competencia específica se amplía aún más, debiendo emitir pronunciamiento respecto de la demanda
principal y de la reconvencional.
1. Concepto
Podemos definirlos como todo acontecimiento emanado del juez, de los funcionarios auxiliares de la
administración de justicia, partes o terceros susceptibles de crear, modificar o extinguir derechos procesales.
El proceso, como sabemos, está constituido por una serie de actos procesales concatenados entre sí,
y que deben realizarse de una manera gradual, continua y sucesiva, posibilitando la resolución del litigio.
El acto jurídico procesal es una especie de un género más amplio, cual es el hecho procesal, que es
todo acontecimiento del hombre o de la naturaleza que produce consecuencias jurídicas en el proceso. Ejm de
hechos jurídicos propiamente tales: la muerte, el transcurso del tiempo.
Sólo se puede alterar las normas procesales cuando la ley expresamente lo permite. Sabemos
que en el Derecho Civil se puede hacer todo aquello que la ley no prohíbe. En el D°P, en
cambio, esta facultad se encuentra notablemente atenuada. Ejms, el compromiso, la
prórroga de la competencia, la suspensión del procedimiento o la renuncia a rendir prueba
para que se omita el término probatorio. En todos estos casos la ley autoriza a las partes para
alterar las normas establecidas por ella misma.
La voluntad sólo se puede manifestar cumpliendo las formalidades que la ley establece.
A) Requisitos de Existencia. Son los mismos del acto jurídico civil (doctrina mayoritaria).
B) Requisitos de Validez. Son los mismos del acto jurídico civil, estos es, voluntad exenta de vicios, objeto
lícito, causa lícita y capacidad.
Capítulo Cuarto
LA COMPETENCIA
Sumario: I. Generalidades; II. Reglas Generales de Competencia; III. Reglas de Competencia
Absoluta; IV. Reglas de Competencia Relativa; V. Reglas del Turno y Distribución de Causas; VI.
La Competencia Específica; VII. La Prórroga de Competencia; VIII. Conflictos de Competencia;
IX. Implicancias y Recusaciones.
I GENERALIDADES
1. Concepto
La palabra competencia tiene su origen etimológico en el latín competere que significa corresponder
o pertenecer. El art 108 COT, por su parte, la define como “la facultad que tiene cada juez o tribunal para
conocer de los negocios que la ley ha colocado dentro de la esfera de sus atribuciones”.
Hemos señalado que la jurisdicción constituye el poder-deber del Estado de administrar justicia y ésta
es indivisible. Sin embargo, dada la extensión territorial de los Estados y la multiplicidad de conflictos jurídicos
que han de conocer los tribunales, se hace necesario entregar a cada juez el conocimiento específico de un
asunto sin que otro magistrado pueda entrar al conocimiento de aquél una vez que la causa ya se radicó en
el primero. La competencia es, en buenas cuentas, la esfera o grado de jurisdicción establecida por el
legislador para que ella se ejerza por cada tribunal.
La doctrina nacional, en general, critica la definición de competencia dada por el COT, por las
siguientes razones:
Porque dice que la competencia es la facultad para conocer de los negocios… y en verdad la
competencia es el fragmento o parte de la jurisdicción que le corresponde a cada juez, porque la
facultad para conocer de los negocios… constituye jurisdicción.
Porque la ley no es la única fuente de competencia. También lo son las partes a través de la prórroga
de competencia, y otro tribunal a través de la competencia delegada.
La competencia más que la facultad de que gozan los tribunales es un poder-deber. Al ser la parte
de la jurisdicción que le corresponde a cada juez o tribunal, y bien sabemos que la jurisdicción es un
poder-deber.
La competencia no sólo le permite a un tribunal conocer de un asunto, sino también juzgarlo y hacer
ejecutar lo juzgado.
Así las cosas, podemos conceptualizar la competencia como el poder y deber que tiene cada tribunal,
ya sea atribuido por la ley, las partes u otro tribunal, para resolver, con efecto de cosa juzgada y en forma
exclusiva y excluyente, los conflictos jurídicos relevantes sometidos a su conocimiento.
2. Clasificaciones
La jurisdicción, como ya lo hemos estudiado, es un concepto unitario o unívoco, que no admite
clasificaciones. En cambio, respecto de la competencia se han establecido una serie de clasificaciones
atendiendo a distintos aspectos, siendo las principales de ellas las siguientes:
b) Competencia relativa. Es aquella que determina cual tribunal, dentro de una clase y jerarquía
determinada, es el llamado por la ley para conocer de un asunto específico. El único factor para
determinar la competencia relativa es la materia.
c) Competencia específica. Es aquella que faculta a un tribunal determinado para conocer, juzgar y hacer
ejecutar lo resuelto con sujeción estricta a los parámetros fijados por las partes mediante las
pretensiones y contra pretensiones que conforman la controversia.
B) En cuanto al origen o fuente de la competencia en virtud de la cual actúa el tribunal. Desde este punto
de vista, la competencia admite dos órdenes de clasificación: competencia natural y prorrogada, y
competencia propia y delegada.
a) Competencia natural. Es aquella que se asigna por la ley a un determinado tribunal para el
conocimiento de un litigio. En otras palabras, es aquella que se genera por la aplicación de las reglas
de la competencia absoluta y relativa.
b) Competencia prorrogada. Es aquella que las partes, natural o tácitamente, le otorgan a un tribunal,
que no es el naturalmente competente para conocer de un asunto específico, a través de la prórroga
de competencia.
c) Competencia propia. Es aquella que naturalmente o por voluntad de las partes, en virtud de la
prórroga de competencia, corresponde a un tribunal para el conocimiento de un asunto.
d) Competencia delegada. Es aquella que posee un tribunal que no conoce de un litigio para la
realización de diligencias específicas, por habérselas delegado para ese solo efecto el tribunal que
posee la competencia propia (art 71 CPC). Como se verá, el tribunal con competencia propia sólo
puede ejercer su competencia en los negocios y dentro del territorio que la ley le asigna. No obstante,
es posible que para la realización de determinadas diligencias del proceso sea necesario que se actúe
fuera del territorio del tribunal que posee la competencia propia. Es por ello que la ley faculta la
delegación parcial de competencia (nunca total), para la realización de determinadas diligencias (la
notificación de un demandado, por ejm) a otro tribunal (aquel en cuyo territorio se deben verificar).
El medio a través del cual se verifica la delegación de la competencia del tribunal delegante al
delegado, son los exhortos.
C) De acuerdo a la instancia en que el tribunal competente conoce del asunto. La instancia es cada uno de
los grados de conocimiento y fallo que corresponde a un tribunal para la resolución de un asunto, pudiendo
abocarse al conocimiento tanto de las cuestiones de hecho como de derecho. El concepto de instancia se
encuentra indisolublemente vinculado al recurso de apelación, que es el que da origen a la segunda instancia.
De esta suerte, si contra la resolución que resuelve un litigio es posible recurrir de apelación, generándose la
segunda instancia, hablamos de competencia de única, primera o segunda instancia.
a) Competencia de única instancia. Es aquella que opera cuando la sentencia definitiva interlocutoria
dictada por un juez no es susceptible del recurso de apelación.
b) Competencia de primera instancia. Es aquella que opera cuando la sentencia puede ser apelada. La
primera instancia es la regla general en nuestro país.
c) Competencia de segunda instancia. Es aquella que opera cuando el tribunal de segunda instancia o
ad quem conoce del asunto por la vía del recurso de apelación deducida en contra de una sentencia
pronunciada por el tribunal de primera instancia.
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EGRESADO DE DERECHO
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4. Reglas de Competencia
Las reglas de competencia se clasifican en especiales y generales.
a) Reglas generales. Son los principios básicos que establece el legislador respecto de la competencia y
que deben aplicarse sin importar la naturaleza del asunto y la clase o jerarquía del tribunal que debe
conocer de él. Estas reglas se aplican una vez aplicadas las reglas especiales, es decir, una vez que se
encuentra determinado el tribunal que conocerá del litigio.
b) Reglas especiales. Son aquellas que se encuentran destinadas a determinar la clase y jerarquía del
tribunal que debe conocer del litigio (competencia absoluta), y cual tribunal específico, dentro de esa
clase y jerarquía determinada, debe conocer del asunto (competencia relativa).
1. Concepto y Características
Como vimos, constituyen los principios básicos en materia de competencia y deben aplicarse a todo
tipo de tribunales y respecto de todas las materias. Estas reglas se encuentras contenidas en los arts 108 a
114 del COT. En consecuencia, las reglas generales de competencia no pueden considerarse de competencia
absoluta, relativa o específica, toda vez que se aplican una vez que el asunto a resolver se encuentra ya
asentado ante el tribunal competente.
Estas reglas son las siguientes: regla de la radicación o fijeza, regla del grado o jerarquía, regla de la
extensión, regla de la prevención o inexcusabilidad y regla de la ejecución.
3. Regla del Grado o Jerarquía o Superioridad o Doble Instancia (art 110 COT)
Señala que una vez fijada con arreglo a la ley la competencia de un tribunal inferior para conocer
un asunto en primera instancia, queda igualmente fijada la del tribunal superior que debe conocer del
mismo asunto en segunda instancia. La regla del grado es de orden público e irrenunciable.
Instancia. Son cada uno de los grados de conocimiento y fallo que tiene un tribunal para resolver un
asunto, comprendiéndose el análisis tanto de los hechos como del derecho.
La compensación. Es un modo de extinguir las obligaciones recíprocas entre dos personas, hasta
concurrencia de la de menor valor (art 1655 y 1656 CC). Desde el punto de vista procesal, la
compensación es una excepción perentoria.
1. Concepto
Las reglas de competencia absoluta son aquellas que determinan la clase y jerarquía del tribunal que
es llamado por la ley para conocer un asunto determinado. Conforme a estas reglas, sabremos si el tribunal
que debe conocer es uno ordinario, especial o arbitral, y si entre estos existen tribunales de diversa jerarquía,
precisará cuál de aquéllos habrá de conocer el asunto.
Conjuntamente con las reglas de competencia relativa, conforman las denominadas reglas especiales
de competencia (en oposición a las reglas generales ya estudiadas), que son las que, en definitiva, nos dirán
qué tribunal conocerá del asunto litigioso.
Las reglas de la competencia absoluta presentan las siguientes características:
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EGRESADO DE DERECHO
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Son de orden público. Ya que dicen relación con la organización y funcionamiento de nuestros
tribunales.
Son irrenunciables. Consecuencias: no procede respecto de ellas la prórroga de competencia, puede
y debe ser declarada de oficio la incompetencia absoluta del tribunal y no existe plazo para que las
partes aleguen la nulidad del procedimiento por incompetencia absoluta del tribunal.
Los elementos o factores que determinan la competencia absoluta de un tribunal son tres: la cuantía,
la materia y el fuero.
A) La cuantía en Materia Civil. Actualmente, este factor de competencia, al menos en lo civil, ha perdido su
importancia, ya que no existen los jueces de distrito y subdelegación (suprimidos por la ley N° 18.776 de
1989), los que conocían los litigios de menor envergadura. No obstante, aún conserva su importancia en dos
aspectos:
Para los efectos del procedimiento ordinario a utilizar, cuando la ley no señala uno en especial. Así, si
la cuantía es superior a 500 UTM, se tramita conforme a las reglas del procedimiento ordinario de
mayor cuantía; si es superior a 10 UTM, pero inferior a 500 UTM, se tramita conforme al
procedimiento ordinario de menor cuantía; en fin, si la cuantía es inferior a 10 UTM, se tramita
conforme al procedimiento ordinario de mínima cuantía.
Para determinar la instancia en que conocerá el tribunal. Si la cuantía no excede las 10 UTM, se
conocerá en única instancia; si excede dicha cantidad, se conocerá en primera instancia.
B) La Cuantía en Materia Penal. Como indica el art 115 COT, en los asuntos criminales la cuantía se determina
por la pena que el delito lleva consigo. De esta suerte, si los hechos son constitutivos de delito, debemos
establecer qué pena le asigna la ley, según la escala general del art 21 del Código Penal.
Pena de crímenes. El tribunal competente es el de juicio oral en lo penal.
Pena de simples delitos.
Si el fiscal solicita una pena privativa de libertad superior a 5 años. Corresponde al tribunal de
juicio oral en lo penal.
Si el fiscal solicita una pena igual o inferior a 5 años. Corresponde al juez de garantía.
Pena de faltas. Las faltas penales, y las contenidas en los arts 42 y 46 de la Ley de Alcoholes, son de
competencia del juez de garantía. Las demás faltas, especialmente las contempladas en la ley de
alcoholes, con excepción de las contenidas en los arts 42 y 46, son de competencia del juez de policía
local.
3. La Materia
La materia es la naturaleza del asunto sometido al conocimiento y decisión del tribunal. Está
determinada por las leyes materiales o sustanciales.
A) Reglas en materia civil. El factor materia, actualmente, es el primer factor a aplicar para determinar la
competencia absoluta de un tribunal en asuntos civiles. Así, con este factor podremos determinar si el tribunal
absolutamente competente es uno ordinario, especial o arbitral, como así mismo su jerarquía.
B). Reglas en materia penal. Actualmente, la materia no altera la competencia determinada en razón del
factor cuantía.
4. El Fuero
El fuero es la calidad o dignidad de ciertas personas, en cuya virtud los asuntos en que ellas sean
partes o tengan interés van a ser conocidos por un tribunal distinto al que ordinaria o naturalmente le
correspondería conocer del asunto (fuero mayor), o por el mismo tribunal, pero en una instancia superior
(fuero menor).
El fuero, no obstante, no es un beneficio otorgado a la persona que goza de él, sino a la parte que
litiga contra ella, a fin de garantizar la imparcialidad del tribunal que deberá conocer del asunto.
a) Fuero mayor. Por el fuero mayor, se entrega el conocimiento de un asunto que, en ppio, estaba
entregado a un juez de letras, a un tribunal unipersonal de excepción. Así, los asuntos en que son
parte o tengan interés las personas señaladas en el art 50 N° 2 del COT, serán conocidos por un
ministro de Corte de Apelaciones, actuando como tribunal de primera instancia.
b) Fuero menor. Por el fuero menor, determinadas personas señaladas en el art 45 N° 2 letra g, por el
hecho de desempeñar una función pública, los asuntos civiles o de comercio en que ellas sean parte
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EGRESADO DE DERECHO
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o tengan interés, cuya cuantía no supera las 10 UTM, serán del conocimiento de un juez de letras en
primera instancia y no en única instancia como debería haber sucedido si atendemos a la cuantía.
Luego, en razón del fuero menor no se altera el tribunal competente, pero sí la instancia en que
conocerá y fallará el asunto.
Materias en que no opera el fuero. Juicios de minas, juicios posesorios, juicios sobre distribución de aguas,
los procedimientos de partición de bienes, los procedimientos que se tramiten breve y sumariamente,
asuntos no contenciosos y en materia penal.
1. Concepto
Son aquellas que establecen, dentro de una clase y jerarquía ya determinada por las reglas de
competencia absoluta, el tribunal específico dentro de esa jerarquía que va a conocer del asunto.
Estas reglas, tratándose de asuntos contenciosos, tienen el carácter de normas de orden privado,
siendo plenamente renunciables. En cambio, tratándose de asuntos civiles no contenciosos y en materia
penal, las reglas de competencia relativa son de orden público y no admiten la prórroga de competencia.
El único factor de competencia relativa es el territorio, entendido como el lugar físico en que acontece
el hecho o se celebra el acto o ctto que la ley procesal toma en consideración para fijar la competencia de un
tribunal.
17 Por ejemplo, una operación económicamente contable compleja invocada por el imputado como atenuante de responsabilidad
criminal, por haber reparado con celo el mal causado.
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EGRESADO DE DERECHO
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1. Generalidades
Por la aplicación de las reglas de competencia absoluta es posible determinar la clase y jerarquía del
tribunal que debe conocer de un asunto determinado y, por las reglas de competencia relativa, cuál de entre
todos los tribunales dentro de c esa clase y jerarquía será el que conocerá específicamente del caso.
No obstante ello, puede suceder que en un mismo territorio existan dos o más tribunales con idéntica
competencia absoluta y relativa, razón por la cual la ley ha establecido las reglas del turno y distribución de
causas que permiten, en ese evento, determinar con toda exactitud el tribunal competente para conocer del
caso respectivo.
Hay cierto consenso, tanto doctrinal como jurisprudencial, en orden a señalar que estas reglas no fijan
la competencia de los jueces, ya que constituyen una medida de orden netamente económico y dirigida a
mejorar la distribución del trabajo de los tribunales que ejercen su ministerio en un mismo territorio. Así las
cosas, la violación de estas normas no hace incompetente a un tribunal ni tampoco vicia de nulidad las
actuaciones desarrolladas por éste.
Las reglas del turno y distribución de causas se encuentran contenidas, básicamente, entre los
artículos 175 a 179 del COT.
VI LA COMPETENCIA ESPECÍFICA
1. Generalidades
La competencia específica podemos definirla como el ámbito de atribuciones que faculta a un juez
para conocer y resolver el asunto que ha sido sometido a su conocimiento dentro de los parámetros de la
controversia planteada por las partes.18
Así como la fuente de la competencia absoluta y relativa generalmente proviene de la ley, la
competencia específica la adquiere el tribunal a partir de las pretensiones y contra pretensiones del
demandante y demandado, salvo en aquella parte en que, excepcionalmente, la ley faculta al juez a proceder
de oficio.
Para que el juez adquiera la competencia específica ya ha de haber radicado el conocimiento del
asunto por la vía de la competencia absoluta y relativa. Así las cosas, los litigantes tendrán la certeza jurídica
que la controversia será fallada por un tribunal determinado y dentro de los límites del conflicto sometido a
su conocimiento. Lo anterior significa que el juez de la causa no puede resolver lo que le dé la gana, sino lo
que las partes le han solicitado que resuelva. En otras palabras, el juez de la causa está autorizado para
acoger o no acoger los fundamentos de una controversia planteada por las partes, pero no puede sentenciar
en base a cuestiones de hecho que éstas no le han invocado expresamente, salvo que la ley lo autorice para
proceder de oficio. Si el juez excede los límites de su competencia específica, puede cometer alguno de los
siguientes vicios, los cuales harán anulable su decisión por la vía del recurso de casación en la forma o del
recurso de nulidad:
Ultra petita. Cuando da más de lo pedido por las partes. Ejm, el demandante pide el cumplimiento
forzado de un contrato y el juez, al aceptar la demanda, condena también al demandado a la
indemnización de perjuicios, sin que hubiera petición expresa en ese sentido.
Extra petita. Cuando el juez da una cosa distinta a la pedida por las partes. En el ejemplo anterior, el
juez, en vez de aceptar o rechazar la petición del demandante, verbi gracia, el cumplimiento forzado,
declara la resolución del contrato, cuestión tal que no fue solicitada por ninguna de las partes.
Citra petita. Cuando el juez da menos de lo pedido por las partes, dejando de fallar alguna pretensión
o contra pretensión opuesta en tiempo y forma. Siguiendo con el ejemplo propuesto, sería el caso en
que el demandante pide, en lo principal, la resolución del contrato, y en subsidio, el cumplimiento
forzado, y en la sentencia el magistrado rechaza la resolución, pero no se pronuncia sobre la petición
subsidiaria de cumplimiento forzado.
18El concepto de la competencia específica fue desarrollado a partir del estudio fundamental del profesor de la Universidad de Chile,
don Juan Colombo Campbell.
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EGRESADO DE DERECHO
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Si la sentencia excede los límites de la competencia específica, incurrirá en alguno de los vicios ya
estudiados, haciendo dicha sentencia anulable, por la vía del recurso de casación en la forma.
1. Concepto
El art 181 del COT señala que “un tribunal que no es el naturalmente competente para conocer de un
asunto, puede llegar a serlo si para ellos las partes, expresa o tácitamente, convienen en prorrogarle la
competencia para este negocio”. A partir de esa disposición se suele conceptualizar la prórroga de
competencia como el acto jurídico procesal bilateral en virtud del cual las partes, expresa o tácitamente,
convienen en otorgarle competencia a un tribunal que no es el naturalmente competente para conocer de
un asunto.
La prórroga de competencia presenta las siguientes características:
Sólo procede respecto de los asuntos contenciosos civiles. No procede, por tanto, en asuntos no
contenciosos ni en los asuntos penales.
Sólo opera respecto del elemento territorio, en la primera o única instancia y sólo entre tribunales
ordinarios de igual jerarquía. Los elementos cuantía, materia y fuero (competencia absoluta), al ser
de orden público, no pueden ser modificados por la voluntad de las partes.
2. Prórroga Expresa
Conforme al art 186 COT, se prorroga la competencia expresamente cuando en el contrato mismo o
en un acto posterior han convenido en ello las partes, designando con toda precisión el juez a quien se
someten.
a) En el mismo contrato. Procede cuando las partes insertan dentro de éste una cláusula sometiéndose
a la competencia de determinados tribunales para la resolución de cualquier conflicto que pudiera
suscitarse con motivo de su celebración.
b) Acto posterior. En el evento que no se hubiere contemplado la estipulación de la prórroga al
celebrarse el contrato, no existe conveniente alguno para que se convenga en ella mediante un acto
posterior, en cuyo caso deberá en éste contemplarse la materia respecto de la cual se efectúa y el
tribunal para ante el cual se prorroga la competencia.
En consecuencia, la prórroga expresa se verifica normalmente antes de que se hubiere dado inicio al
juicio mediante la presentación de la demanda.
3. Prórroga Tácita
Para establecer la existencia de la prórroga tácita es necesario distinguir entre el demandante y el
demandado.
4. Efectos de la Prórroga
Un tribunal que no es el naturalmente competente para conocer de un asunto en virtud del territorio
pasa a ser competente para conocer de él.
Sus efectos son relativos, es decir, sólo afectan a las partes que han concurrido a otorgarla, más no
respecto de otras personas, como fiadores o codeudores.
1. Generalidades
El conflicto de competencia es aquella incidencia formulada por las partes o los tribunales, relacionada con
su competencia o falta de competencia para conocer de un asunto. Estos conflictos se clasifican en:
Contiendas de competencia. Que es el conflicto que se suscita entre dos o más tribunales que se
atribuyen o rechazan competencia para conocer de un determinado asunto.
Cuestiones de competencia. Que es el conflicto que se genera entre una parte y un tribunal acerca
de la competencia del mismo para conocer de un asunto.
2. Contiendas de Competencia
Como ya se señaló, es el conflicto que se presenta entre dos o más tribunales en cuanto a la
competencia o incompetencia que les afectaría para conocer del asunto que ha sido sometido a su
conocimiento.
Lo relevante de este tipo de contiendas es determinar quién las resuelve. Los casos son los siguientes:
a) Contiendas de competencia entre tribunales ordinarios. Hay que subdistinguir:
Si son de igual jerarquía. Si dependen del mismo superior jerárquico, resuelve aquél; si
deponen de distintos superiores, resuelve el superior jerárquico del tribunal de mayor
jerarquía.
Si son de distinta jerarquía. Resuelve el superior jerárquico del tribunal de mayor jerarquía.
b) Contiendas de competencia entre tribunales especiales entre sí, o entre tribunales especiales y
tribunales ordinarios. Hay que subdistinguir:
Si dependen de una misma Corte de Apelaciones, resuelve aquélla.
Si dependen de diversas Cortes, resuelve la que sea superior jerárquico del tribunal que
hubiere prevenido en el conocimiento del asunto.
Si no se pueden aplicar las reglas precedentes, resuelve la Corte Suprema.
c) Contiendas de competencia entre tribunales arbitrales, o entre éstos y tribunales ordinarios y/o
especiales. A este respecto, cabe recordar que el art 190 COT señala que los jueces árbitros de única,
primera o segunda instancia tendrán por superiores jerárquicos, para los efectos de este artículo, a la
respectiva Corte de Apelaciones. Luego, para este tipo de contiendas, se aplican las mismas reglas
que se utilizan para los tribunales ordinarios.
3. Cuestiones de Competencia
Reiterando, se trata de un incidente promovido por las partes, a través del cual se hace valer la
incompetencia de un tribunal, solicitando que el asunto sea conocido por otro tribunal. A esta situación se
refiere el art 193 COT, en relación con los arts 101 al 112 inclusive del CPC.
Las partes tienen principalmente dos vías para plantear la incompetencia del tribunal: la vía inhibitoria
y la vía declinatoria.19 Estas vías o medios nunca pueden ser copulativos, dado que son facultades
incompatibles entre sí. Luego, si se hace valer la incompetencia del tribunal por vía declinatoria, precluye el
derecho para hacerla valer por vía inhibitoria, y viceversa.
A) La vía inhibitoria. Consiste en que el demandado concurre al tribunal que cree competente solicitándose
que se dirija al tribunal que está conociendo del asunto y que él cree incompetente, para que se inhiba de
seguir conociéndolo (deje de conocerlo) y le remita el expediente. Se trata de un incidente especial que no
suspende el curso de la causal principal; luego, no tiene el carácter de un incidente de previo y especial
pronunciamiento.
Esta vía comprende dos etapas: una, ante el tribunal que no está conociendo del asunto, pero que el
demandado cree competente; y otra, ante el tribunal que está conociendo del asunto.
a) Tramitación ante el tribunal que no está conociendo del asunto. En síntesis, el demandado debe
presentar una solicitud al tribunal pidiéndole que se declare competente, acompañando todos los
antecedentes en los cuales esta se funda. El tribunal, con el mérito de lo expuesto, debe acceder o
denegar a la solicitud de inhibitoria. Si accede, se dirigirá al tribunal que está conociendo del asunto
y le solicitará que se inhiba de seguir conociéndolo y que le remita el expediente.
b) Tramitación ante el tribunal que está conociendo del asunto. Recibida la solicitud de inhibitoria, éste
dará traslado por 3 días a la parte que litiga ante él, a fin de que exponga lo conveniente a sus
derechos. Transcurrido dicho plazo, el tribunal, con el mérito de los antecedentes, deberá
pronunciarse accediendo o rechazando la inhibitoria.
Si acepta la inhibitoria, se remite el expediente al tribunal requirente, una vez ejecutoriada
dicha resolución.
Si la rechaza, esto es, sostiene que él no es incompetente, deberá comunicarle al tribunal
requirente dicha resolución. En este caso se produce una contienda de competencia, pues
habrán dos tribunales que se creen competentes para conocer del asunto. En este caso, cada
uno de ellos deberá remitir el expediente a quien deba resolver la contienda (según las reglas
ya estudiadas), quien determinará cuál es el tribunal que deberá seguir conociendo del
asunto.
B) La vía declinatoria. Consiste en solicitar al tribunal que está conociendo del asunto, y que el demandado
cree incompetente, que se declare incompetente y se abstenga de seguir conociendo de él, señalándole cual
es el tribunal competente para conocer del asunto. Se trata de un incidente especial de previo y especial
pronunciamiento que se hace valer por medio de la excepción dilatoria de incompetencia del tribunal.
Esta vía se tramita conforme a las reglas de los incidentes. Nunca dará origen a una contienda de
competencia, pues interviene un solo tribunal.
IX IMPLICANCIAS Y RECUSACIONES
1. Concepto
Las implicancias y recusaciones son medios que el legislador ha puesto a disposición de las partes para
resguardar la imparcialidad del órgano jurisdiccional. Están reglamentadas en el Párrafo 11 del Título VII del
COT arts 194 al 205, y en los arts 113 y siguientes del CPC.
En doctrina se dice que cuando estamos ante una implicancia o recusación se está ante un caso de
incompetencia accidental subjetiva, ello porque de acuerdo con las reglas de la competencia absoluta y
relativa (las que son objetivas), se ha determinado el tribunal competente; pero ese tribunal accidentalmente,
para un caso determinado, puede ser incompetente. Es incompetente subjetivamente por derivar de la
posición personal del juez ante un determinado proceso.
En general, pueden ser definidas como aquellas causales establecidas por la ley que, una vez
constatadas y declaradas, inhabilitan a un juez para conocer o participar en un determinado asunto por
considerarse un interés presente que les hace perder la imparcialidad requerida en la función que
desempeña. Además de los jueces, estas inhabilidades también son aplicables a los funcionarios auxiliares de
la administración de justicia, a los abogados integrantes, a los secretarios de los jueces árbitros y a los peritos.
2. Características
Son subjetivas. Sólo afectan al funcionario y no al tribunal, es decir, sólo afecta a la persona del juez.
Requieren de una causal legal y necesitan de una declaración judicial.
Por regla general son motivadas, es decir, exigen un fundamento legal.
Consignación. Para hacer valer una implicancia o recusación es necesario que se haga una
consignación cuyo monto varía en UTM de acuerdo a la mayor o menor jerarquía del tribunal (art 118
inc 2° CPC). Esta consignación se eleva al doble cuando se trate de la segunda solicitud de
inhabilitación, al triple en la tercera y así sucesivamente.
En general, los motivos que toma en cuenta el legislador para establecer una causal de implicancia o
recusación son los siguientes:
Interés. Ser el juez parte o tener interés personal en los resultados del juicio. Es la causal más grave y
la más extensa, porque se presume claramente la parcialidad con que puede actuar el juez o
funcionario.
Parentesco. En menor grado que la anterior, también esta causal menoscaba la imparcialidad que
debe tener el magistrado.
Dependencia. Consiste en la subordinación, en el reconocimiento de un mayor poder o autoridad (art
196 N° 4 COT).
Amistad o enemistad conocida. Son causales de recusación.
Emisión de juicio o anticipo de juicio respecto de una cuestión pendiente. Debemos recordar que es
deber de los jueces abstenerse de expresar y aún de insinuar privadamente su juicio respecto de los
negocios que por la ley son llamados a fallar (art 320 COT). Luego, si el juez emite un prejuzgamiento,
puede ser implicado (art 195 N° 8 COT) o recusado (art 196 N° 10 COT).
3. Las Implicancias
Son verdaderas prohibiciones establecidas por la ley, en virtud de las cuales los jueces no pueden
conocer o intervenir en un determinado asunto. Son normas de orden público e irrenunciables.
El juez que falla con manifiesta implicancia comete delito (art 224 N° 7 Código Penal). Las causales de
implicancia están establecidas en el art 195 del COT. Las implicancias pueden y deben ser declaradas de oficio
por el juez, estando obligado a hacer constar la causal y a continuación declararse inhabilitado, aunque las
partes no la hagan valer, sin perjuicio del derecho de éstas para solicitar tal declaramiento en cualquier
momento.
4. Las Recusaciones
Es un derecho otorgado al litigante para impedir que un juez entre a conocer de un determinado
asunto cuando carece de la imparcialidad necesaria para desempeñar sus funciones. Están establecidas en el
art 196 del COT.
Al ser de menor gravedad que las implicancias pueden renunciarse, pues están establecidas en favor
de las partes. Sólo puede alegarla la parte litigante en cuyo favor la ha establecido la ley, tan pronto como
llegue a su conocimiento. De ser acogida, a diferencia de las implicancias, no anula todo lo obrado.
Tribunales colegiados. Sólo puede declararse a petición de parte.
Tribunales unipersonales. Debe proceder en los mismos términos que si se tratara de una
implicancia, es decir, dejar constancia en el proceso de la causal que le afecta y declararse de oficio
inhabilitado.
Conoce de la recusación el juez que es superior jerárquico inmediato del juez recusado. Excepciones:
recusación de un Ministro de Corte Suprema, conoce la CA de Santiago; recusación de un juez árbitro,
el juez ordinario del lugar donde se sigue el juicio.
Recusación amistosa. Existe recusación amistosa cuando el recusante ocurre al mismo recusado,
antes de plantear el incidente, exponiéndole la causa en que la recusación se funda y pidiéndole que
la declare sin más trámite (art 124 del CPC). Rechazada esta petición podrá deducirse la recusación
ante el tribunal correspondiente.
SECCIÓN SEGUNDA
ORGANIZACIÓN DE LOS
ÓRGANOS JURISDICCIONALES Y
COADYUVANTES A LA
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
Capítulo Primero
ASPECTOS GENERALES
Sumario: I. Generalidades; II. Clasificación de los Órganos Jurisdiccionales; III. Bases Generales
de la Administración de Justicia.
I GENERALIDADES
A) Según su naturaleza o las materias de que conocen, se clasifican en ordinarios, especiales y arbitrales.
Tribunales Ordinarios. Son aquellos órganos jurisdiccionales integrantes del Poder Judicial, regulados
en el COT y a los que corresponde el conocimiento de la inmensa mayoría de los conflictos jurídicos
que pueden requerir del ejercicio de la jurisdicción. Doctrinariamente, se subclasifican en:
Tribunales ordinarios permanentes
Unipersonales. Jueces de Letras y Juzgados de Garantía.
Colegiados. Tribunales de Juicio Oral en lo Penal, Cortes de Apelaciones y Corte
Suprema.
Tribunales ordinarios accidentales o de excepción. Ministros de Cortes de Apelaciones y Corte
Suprema, Presidente de la CA de Santiago y Presidente de la CS.
Tribunales Especiales. Son los establecidos en leyes especiales que los facultan para conocer
únicamente de las materias que dichas leyes indican. Por vía de exclusión, podríamos decir que son
aquellos que conocen de asuntos que han sido sustraídos por el legislador de la competencia de los
tribunales ordinarios. Dentro de ellos, es posible hacer la siguiente distinción:
Aquellos que forman parte del Poder Judicial. Estos son: los Juzgados de Familia, los Juzgados
de Letras del Trabajo, los Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional, y los Tribunales
C) Según la jerarquía que detentan, pueden ser superiores o inferiores. Los tribunales superiores de justicia
son aquellos que detentan un cierto grado o jerarquía por sobre otros que se encuentran supeditados
administrativa y jerárquicamente a aquéllos. Ellos son: la Corte Suprema, las Cortes de Apelaciones, las Cortes
Marciales y los Tribunales Arbitrales de Segunda Instancia (en su caso).
Los tribunales inferiores, a contrario censu, son todos los restantes.
Los tribunales especiales. Sobre ellos debemos aclarar que tribunal especial y tribunal con
competencia especial no son sinónimos. Entre ellos hay una relación de género a especie. Así,
no obstante todo tribunal especial tiene competencia especial, no todo tribunal con
competencia especial es tribunal especial. Los hay, como ya se dijo, ordinarios con
competencia especial.
Las bases generales de la administración de justicia son los ppios básicos en los que deben estar
anclados los órganos jurisdiccionales a fin de que exista un correcto ejercicio de la jurisdicción. Analicemos, a
continuación, tales principios:
A) Legalidad. Consiste en que los jueces deben proceder con estricto apego a la ley, tanto en la sustanciación
de los procesos en que intervienen como en la dictación de las sentencias que pronuncian. El fundamento de
este ppio se desprende de los arts 6, 7, 19 N° 3 inc 4°, 76 inc 2° y art 77 de la CPR, y de los arts 1 y 10 del COT.
La legalidad puede ser apreciada desde 3 puntos de vista:
En sentido orgánico. Significa que tanto la organización como las atribuciones de los tribunales se
fijan o establecen por ley, no pudiendo ninguna persona ser juzgada por comisiones especiales sino
por el tribunal que señala la ley, debiendo éste hallarse establecido con anterioridad por aquélla.
En sentido funcional. Significa que los tribunales deben tramitar y fallar con arreglo a la ley.
En sentido de garantía constitucional. Importa la igualdad en la protección de los derechos de las
personas dentro de la actividad jurisdiccional. Para ello se contemplan, por ejm: derecho a la defensa
jurídica, prohibición de juzgamiento por comisiones especiales, prohibición de presumir de derecho
la responsabilidad penal, existencia del debido proceso, etc.
B) Territorialidad (art 7 COT). Consiste en que los tribunales sólo podrán ejercer su potestad en los negocios
y dentro del territorio que la ley les hubiere respectivamente asignado. En otras palabras, este ppio tiene por
objeto respetar las normas de competencia relativa que establecen la asignación territorial de los asuntos o
negocios entre tribunales que detentan una misma competencia absoluta, sin perjuicio de la competencia
delegada.
C) Fundamentación. Este ppio encuentra su cimiento en el art 170 del CPC en cuanto establece como
requisitos de validez formal de toda sentencia definitiva las consideraciones de hecho y de derecho que sirven
de base a la resolución. Asimismo, el art 36 del Código Procesal Penal, establece la obligación de fundamentar
las resoluciones de los tribunales con excepción de aquellas que sean de mero trámite.
La fundamentación de las resoluciones judiciales constituye una garantía de certeza jurídica para los
litigantes y, al mismo tiempo, un eficaz mecanismo de control de la actividad judicial, pues a través de esta
vía se impide la existencia de resoluciones oscuras o vanas (por ejm, “no ha lugar a lo pedido”).
D) Independencia. Este ppio se desprende de los arts 7 y 76 CPR y de los arts 4 y 12 del COT. Se analiza desde
3 puntos de vista:
Independencia orgánica y política. Significa que el Poder Judicial es un poder del Estado estructurado
e independiente de los otros poderes del Estado. No está subordinado a ellos.
Independencia funcional. Ella presenta dos aspectos:
Un aspecto positivo, consistente en que el Poder Judicial ejerce su función, la jurisdicción, sin
que los otros poderes del Estado se inmiscuyan en ella.
Un aspecto negativo, consistente en que se le prohíbe al Poder Judicial inmiscuirse en las
atribuciones de los otros poderes del Estado.
Independencia personal. Significa que los jueces desempeñan la función jurisdiccional en forma
autónoma, tanto respecto de los demás poderes del Estado, como del resto del Poder Judicial para
construir su fallo. Esto significa, en pocas palabras, que ningún tribunal puede influenciar respecto de
otro para que falle de determinada manera. Así, por ejm, si un juez civil falla en cierta materia “A”, y
la Corte de Apelaciones respectiva tiene por jurisprudencia “Z”, es igualmente independiente para
seguir fallando conforme a su criterio (“A”), aun cuando la Corte le revoque sus fallos.
Sin perjuicio de lo anterior, existen relaciones entre todos los poderes del Estado, a través de técnicas
de control denominadas “frenos y contrapesos”. Así, por ejm, el Ejecutivo interviene en el nombramiento de
los jueces, puede conceder indultos particulares y tiene iniciativa exclusiva del Proyecto de Ley de
Presupuesto, dentro del cual se contemplan los recursos que se destinan al Poder Judicial.
E) Inamovilidad. Este ppio se desprende del art 80 CPR y de los arts 247 y 352 COT. Puede ser conceptualizado
como el derecho que asiste a los jueces y fiscales judiciales para no ser removidos de sus cargos, mientras
observen el buen comportamiento exigido por la Constitución y las leyes, salvo las causales constitucionales
y legales.
El fundamento de este ppio es garantizar la independencia de la judicatura, pues si aquéllos no fueran
inamovibles, la resolución de un caso en un sentido determinado perfectamente podría verse opacada por el
riesgo de la remoción.
Este ppio, no obstante, presenta algunas excepciones, contenidas en la Constitución y las leyes.
Veamos:
Si el juez o fiscal comete delitos. Hay que distinguir si se trata de delitos comunes o ministeriales:
Delitos comunes. Esto es, los cometidos por jueces con prescindencia de su investidura. En
este caso, la ley lo sanciona en los mismos términos que a cualquier ciudadano.
El juez queda suspendido de sus funciones por haberse formulado acusación en su
contra.
El juez es separado de sus funciones cuando es condenado por crimen o simple delito
que no sea contra la Seguridad Interior del Estado.
Delitos ministeriales. Son delitos ministeriales aquellos cometidos por el juez en el ejercicio
de sus funciones. Estos delitos reciben el nombre genérico de “prevaricación” y están
contemplados en el art 223 del Código Penal. Para perseguir la responsabilidad penal de los
jueces por estos delitos ministeriales, primero es necesario establecer si la acusación en su
contra es o no admisible. Esto se verifica a través de un procedimiento especial denominado
“querella de capítulos”.
Querella de capítulos. Es un ante juicio que constituye una especie de restricción al
ejercicio de la acción penal. Con ella se pretende asegurar la seriedad de las
acusaciones formuladas en contra de los jueces y protegerlo de acusaciones injustas.
La CA respectiva conoce de esta querella en primera instancia, y la CS en segunda
instancia. El juez es suspendido de sus funciones cuando se encuentra ejecutoriada la
sentencia que da lugar a la querella de capítulos. El juez es separado de sus funciones
si es condenado en definitiva en el respectivo juicio criminal.
Si el juez no observa el comportamiento exigido en la Constitución y las leyes.
Remoción acordada por la Corte Suprema. Los jueces cesan en sus funciones cuando la Corte
Suprema, por requerimiento del Presidente de la República, a solicitud de parte o de oficio,
declara, por la mayoría total de sus miembros en ejercicio, que el juez no ha tenido el buen
comportamiento exigido por la ley.
Juicio de amovilidad (arts 337, 338 y 339 COT).
Juicio político (art 52 N° 2 y 53 N° 1 CPR). Sólo se refiere a los magistrados de los tribunales
superiores de justicia. Tiene por objeto configurar la causal de “notable abandono de
deberes”.
Mala calificación. El art 278 bis COT señala que el funcionario que figure en lista Deficiente o,
por segundo año consecutivo, en lista Condicional, una vez firme la calificación respectiva,
queda removido de su cargo por el solo ministerio de la ley.
Causales de orden constitucional. El art 80 inc 2° CPR señala que los jueces cesan en sus funciones
al cumplir 75 años de edad (no afecta al Presidente de la CS que cumple dicha edad en el ejercicio de
su cargo), por renuncia y por incapacidad legal sobreviniente.
F) Pasividad. Se encuentra regulado en el art 10 COT que dispone que los tribunales no podrán ejercer su
ministerio sino a petición de parte, salvo los casos en que la ley los faculte para proceder de oficio.
Actualmente, es el ppio imperante, tanto en materia civil como en materia penal.
Casos de excepción en que se permite al juez proceder de oficio, a modo de ejemplo, son los
siguientes:
En lo civil. Facultad para corregir de oficio los errores que observe en la tramitación del
procedimiento; la facultad para decretar medidas para mejor resolver; la nulidad absoluta cuando
aparezca de manifiesto en el acto o ctto; la declaración de incompetencia absoluta, la casación de
oficio.
En lo penal. Facultad para formular preguntas aclaratorias al imputado que ha decidido prestar
declaración, o la facultad cautelar del juez de garantía.
G) Responsabilidad. Esta base está consagrada en el art 79 CPR, en los arts 13 y 324 COT y en los arts 223 y
siguientes del Código Penal. Se la conceptúa como aquella que nace con ocasión o motivo del desempeño de
las funciones de los jueces, sea por omitir lo que deben hacer o por hacer lo que deben omitir, transgrediendo
con ello sus deberes ministeriales.
Luego, esta responsabilidad nace por los actos abusivos que cometen los jueces en el ejercicio de sus
funciones, constituyan o no delitos. Este ppio es un contrapeso al ppio de la inamovilidad y se establece para
evitar que los jueces, por el hecho de ser inamovibles en sus cargos, dicten resoluciones arbitrarias o
contrarias a Derecho.
Dependiendo de la naturaleza de la falta o abuso cometido por el juez, se distinguen diversos tipos
de responsabilidad:
Responsabilidad disciplinaria o administrativa. Se genera cuando el juez comete falta o abuso en el
desempeño de sus funciones, las que no alcanzan a constituir delito. Se puede hacer efectiva de oficio,
por intermedio de las facultades disciplinarias, o a petición de parte, a través de la queja o del recurso
de queja.
Responsabilidad criminal. Es la generada por la comisión de delitos ministeriales, genéricamente
denominados como prevaricación.
Responsabilidad civil. Tiene por objeto obtener la indemnización de perjuicios causados por el delito
o cuasidelito ministerial cometido por el juez.
Responsabilidad política. Es aquella que afecta a los tribunales superiores de justicia cuando sus
miembros incurren en notable abandono de deberes.
H) Inavocabilidad. Se consagra en el art 8 COT que apuna que ningún tribunal puede avocarse el conocimiento
de causas o negocios pendientes ante otro tribunal, a menos que la ley le confiera expresamente esta
facultad.
El legislador en muy pocas ocasiones permite que un tribunal se avoque al conocimiento de causas
pendientes ante otros tribunales, ya que ello atenta contra el ppio de radicación. A modo de ejemplo,
podemos mencionar:
Los ministros visitadores, quienes en visita extraordinaria pueden avocarse al conocimiento de
negocios pendientes ante tribunales inferiores (arts 559, 560 y 561 COT.
La acumulación de autos en lo civil, y la acumulación de procesos criminales pendientes ante
tribunales diversos, pero seguidos contra un mismo imputado, en materia penal.
I) Sedentariedad. Esta base está consagrada en los arts 311 y siguientes del COT y en los arts 474 y siguientes
del mismo cuerpo legal. Presenta dos aspectos:
Obligación de residencia. Consiste en la obligación que pesa sobre los jueces y los funcionarios
auxiliares de la administración de justicia, salvo los relatores, de residir constantemente en la ciudad
donde tenga su asiento el tribunal en que deban prestar sus servicios.
Obligación de asistencia diaria. Consiste en el deber de asistir todos los días a su despacho y
permanecer en él durante el desempeño de sus funciones.
Estas obligaciones cesan los feriados; y son días feriados los que la ley declare como tales, y los comprendidos
en el feriado judicial (desde el 01 de enero hasta el primer día hábil de marzo).
J) Publicidad. Se consagra en los arts 9 y 380 N° 3 del COT. Consiste en la facultad que la ley confiere a
cualquier persona para imponerse de las actuaciones judiciales, salvo las excepciones expresamente
establecidas en la ley. En consecuencia, la regla general en el proceso chileno es la publicidad, con lo que los
actos secretos serán sólo aquellos expresamente establecidos en la ley. En tal sentido podemos citar, como
ejemplos, los siguientes:
Los acuerdos de los tribunales colegiados son secretos, salvo que se hubiere estimado necesario
convocar al Relator que participó en la vista de la causa –si lo hay- o a otro empleado judicial con el
objeto de proporcionar información necesaria para la acertada resolución del caso.
En el proceso penal se puede, por resolución fundada, ordenar alguna de las medidas de restricción
de publicidad previstas en el art 289 del Código Procesal Penal.20
Las causas de nulidad de matrimonio y de divorcio, juicios de reclamación de filiación y de adopción.
K) Territorialidad. Está consagrada en el art 7 COT, que dispone que los tribunales sólo pueden ejercer sus
atribuciones dentro del territorio que la ley les hubiere asignado. Excepciones:
La inspección personal del tribunal puede verificarse aún fuera del territorio señalado a la jurisdicción
del tribunal (art 403 inc 2° CPC).
Los juzgados de familia dependientes de una misma CA pueden practicar diligencias directamente en
comunas que no pertenecen a su territorio jurisdiccional pero que se encuentren dentro del territorio
de la CA respectiva.
L) Gratuidad. Este ppio enseña que el ejercicio de la administración de justicia debe ser gratuito a fin de
asegurar, por esta vía, el efectivo acceso a la justicia de todos los ciudadanos y, por lo mismo, hacer efectiva
la garantía constitucional de la igualdad ante la ley. Este ppio debe entenderse en sus justos límites, ya que
en ningún caso quiere decir que los litigantes están exentos de satisfacer todos los gastos que demande el
litigio, sino que no están obligados a remunerar a los jueces y a ciertos funcionarios auxiliares (secretarios,
fiscales y relatores), que por uno u otro motivo intervengan en el asunto. Tal gravamen es de cargo del Fisco,
recibiendo estos funcionarios públicos una remuneración por parte del Estado.
Excepcionalmente, el litigante favorecido con el denominado privilegio de pobreza no se encuentra
obligado a pagar los honorarios y derechos de los restantes auxiliares a la administración de justicia (notarios,
conservadores, abogados, receptores, etc). Este privilegio puede ser legal, operando por el solo ministerio de
la ley (arts 593 y 600 COT) y judicial, cuando es establecido por el juez de la causa en el contexto de un
incidente promovido con el fin de que se haga lugar a tal privilegio (art 129 y ss CPC).
M) Gradualidad, Doble Instancia o Grado. Este ppio está consagrado en los arts 188 y 189 COT. En virtud de
él, pro regla gral todo asunto judicial puede ser conocido en dos instancias o grados, siendo la instancia cada
uno de los grados jurisdiccionales que comprende el estudio de los puntos de hecho y de derecho de un
conflicto debatido ante un determinado tribunal. De esta suerte, si una de las partes, o ambas, estiman que
la sentencia les produce agravio, podrán reclamar de dicha resolución por la vía del recurso de apelación,
20El profesor Jaime Salas Astrain, en su libro Nuevo Derecho Procesal, realiza un interesante análisis de este ppio, con especial énfasis
en la legalidad de las restricciones susceptibles de ser impuestas a los medios de comunicación (pág. 147-155).
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
77
para que sea otro tribunal, de grado superior, el que revise la sentencia en alzada. La sentencia reclamada
será la de primera instancia y la que pronuncie el tribunal superior, la de segunda instancia.
Como se ha señalado, la primera y la segunda instancia de un proceso están unidas específicamente
por el recurso de apelación, que es el único que faculta al tribunal ad quem (el que revisará la sentencia de
primera instancia) a analizar los hechos y el derecho sobre los que ha versado la sentencia apelada. Otros
importantes y frecuentes recursos procesales como el de nulidad en el procedimiento penal o el de casación
en la forma o en el fondo son recursos de Derecho, esto es, no facultan al tribunal superior a entrar a
cuestionar los hechos que se han tenido por probados en la sentencia recurrida.
De otra parte, cabe consignar que existen procedimientos denominados de única, primera o segunda
instancia. Los primeros, son aquellos en que la sentencia dictada no es susceptible del recurso de apelación,
en razón de la ínfima importancia del asunto debatido. Los de primera instancia, en cambio, son aquellos en
que la sentencia dictada sí admite el recurso de apelación. Los de segunda instancia, finalmente, son aquellos
que tienen por propósito conocer el recurso de apelación deducida en contra de una sentencia de primera
instancia. La sentencia definitiva que se dicte en esta fase del proceso se denomina sentencia de segunda
instancia.
N) Jerarquía. A partir del análisis de los artículos 76 y ss de la CPR y de diversas normas legales, se desprende
que el sistema de administración de justicia chileno es estrictamente jerarquizado. Ello quiere decir que, no
obstante la competencia es entregada por ley en forma exclusiva y excluyente a un cierto tribunal, la
institución encargada de ejercer la jurisdicción se organiza de modo tal que existe siempre una estructura de
graduación que permita fiscalizar hacia abajo el accionar de los funcionarios ubicados en la base de la
pirámide, en cuya cúspide siempre existe un órgano superior que cumple las funciones de contralor. Ésta es,
precisamente, la función que cumple la Corte Suprema de Justicia en Chile. Este tribunal, entonces, no sólo
está facultado para conocer del recurso de casación que, históricamente, da razón de ser a aquél, sino que,
además, ostenta facultades conservadoras, disciplinarias y económicas para controlar el trabajo de los
tribunales inferiores. Las Cortes de Apelaciones detentan facultades análogas respecto de sus “subordinados”,
cuestión que igualmente sucede en el caso de los jueces ordinarios con relación a los funcionarios de su
dependencia.
Capítulo Segundo
I GENERALIDADES
1. Concepto
Los tribunales ordinarios son aquellos órganos públicos a quienes les corresponde el conocimiento
y fallo de todos los asuntos judiciales que se promuevan dentro del Territorio de la República, cualquiera
sea su naturaleza o la calidad de las personas que en ellos intervengan (art 5° inc 1° COT).
Ellos constituyen en nuestro país los órganos jurisdiccionales por antonomasia, toda vez que les
corresponde conocer de la generalidad de los asuntos judiciales, salvo aquellos que se encuentren
encomendados expresamente a los tribunales especiales.
2. Clasificación
Doctrinariamente, se subclasifican en:
Tribunales ordinarios permanentes.
Unipersonales. Juzgados de Letras y Juzgados de Garantía.
Colegiados. Tribunales de Juicio Oral en lo Penal, Cortes de Apelaciones y Corte Suprema.
Tribunales ordinarios accidentales o de excepción. Ministros de Cortes de Apelaciones y Corte
Suprema, Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago y Presidente de la Corte Suprema.
II JUZGADOS DE LETRAS
1. Concepto y Reglamentación
Podemos conceptualizarlos como los tribunales ordinarios conformados por uno o más jueces, que
actúan y resuelven unipersonalmente los asuntos sometidos a su decisión y que ejercen jurisdicción sobre
una comuna o agrupación de comunas.
En ellos reside la plenitud de la competencia en primera instancia, pues conocen la generalidad de los
asuntos civiles contenciosos y no contenciosos. Están reglamentados en el Título III del COT, arts 27 al 48.
Los juzgados de letras son tribunales ordinarios, permanentes, unipersonales, de derecho y con
competencia común o especial, según se verá.
de comunas, el juez de letra deba también desempeñar las funciones del juez de garantía, en cuyo
caso tendrá la competencia penal de que gozan la generalidad de dichos jueces (art 46 COT).
d) Competencia Especial de los Jueces de Letras de Asiento de Corte de Apelaciones. Dichos jueces
conocen en primera instancia de las causas de hacienda (aquellas en que el Fisco tiene interés),
cualquiera sea su cuantía, así como de los asuntos no contenciosos en que exista dicho interés.
e) Los demás asuntos que otras leyes les encomienden.
4. Subrogación
La subrogación es el reemplazo automático que se produce por el solo ministerio de la ley, del juez
de un tribunal unipersonal, o de una sala de un tribunal colegiado que faltan o están impedidos de ejercer
sus funciones. En ella no hay un nombramiento previo para el subrogante, sino que opera por el solo
ministerio de la ley. Si requiriera nombramiento sería suplencia (si el cargo no estuviese vacante) o interinato
(si el cargo estuviese vacante).
Para los efectos de la subrogación, se entiende también que “falta el juez” cuando éste no hubiese
llegado a la hora ordinaria de despacho o si no estuviese presente para evacuar aquellas diligencias que
requieren su intervención personal (art 214 COT).
Por regla general, quien subroga al juez de letras es el secretario del mismo tribunal, siempre que
sea abogado. Si no lo es, lo subrogará para el solo efecto de dictar las providencias de mera sustanciación. Si
dicho secretario no puede subrogar al juez, la subrogación opera según las reglas establecidas en los arts 211
y siguientes del COT.
1. Concepto y Reglamentación
Como ya señalamos, a partir del año 2000 el país inició un profundo proceso de modernización y
adecuación del sistema judicial a los ppios del Estado de Derecho reconocidos internacionalmente. Así, pues,
el nuevo sistema procesal penal implicó un cambio sustancial respecto del antiguo sistema inquisitivo,
caracterizado por ser escrito y secreto y en el que la investigación, acusación y fallo de un caso criminal estaba
en manos de un mismo juez: el juez del crimen.
Los juzgados de garantía, entonces, son tribunales ordinarios de competencia penal compuestos por
uno o más jueces que conocen y resuelven en forma unipersonal los procesos en que intervienen y cuyo rol
fundamental es cautelar el respeto a las garantías y derechos del imputado y la legalidad de la investigación
desarrollada por el Ministerio Público.
El rol de los tribunales de garantía se encuentra asociado a las etapas de inicio, investigación,
intermedia y de ejecución de las sentencias definitivas en el nuevo proceso penal chileno. Su reglamentación
la encontramos en el Título II, art 14 y ss del COT.
2. Organización o Composición
Estos tribunales son unipersonales de composición múltiple, es decir, cuentan con uno o más jueces
con competencia en un mismo territorio, pero que ejercen la función jurisdiccional de manera independiente.
En cuanto a su organización, cuentan con un sistema nuevo, ya que la gestión administrativa del tribunal,
antes entregada al secretario del mismo, es ahora ejercida por un Comité de Jueces, un Juez Presidente, un
Administrador de Tribunal, un Subadministrador de Tribunal y las denominadas Unidades Administrativas.
Comité de Jueces. Es la máxima instancia administrativa del tribunal, quien resolverá sobre la base
de las propuestas formuladas por el Juez Presidente o el Administrador del Tribunal. Sólo existe en
aquellos Juzgados de Garantía en que sirvan tres o más jueces. Si en el juzgado sirven 5 jueces o
menos (hasta 3), el comité está formado por todos ellos; si sirven más de 5, el comité está compuesto
por cinco jueces elegidos por la mayoría del tribunal, cada dos años. Los acuerdos se toman por
mayoría, y en caso de empate decide el juez presidente.
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
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Juez Presidente del Comité de Jueces. En general, le corresponde velar por el adecuado
funcionamiento del respectivo juzgado, actuando como nexo entre sus pares y los funcionarios
administrativos del tribunal. Entre sus principales funciones podemos destacar la de proponer al
comité el procedimiento objetivo y general en virtud del cual se distribuirán las causas entre los
distintos jueces.
Administrador del Tribunal. Son funcionarios auxiliares de la administración de justicia encargados
de organizar y controlar la gestión administrativa de los Juzgados de Garantía. Son designados de una
terna que elabora el Juez Presidente, a través de un concurso público de oposición y antecedentes,
que será resuelto por el Comité de Jueces del respectivo tribunal. Sus funciones están señaladas en
el art 389 B y 389 F del COT.
Unidades Administrativas.
Unidad de sala. Cuya función es la organización y asistencia a la realización de las audiencias.
Unidad de atención al público. Cuya función consiste en otorgar una adecuada atención,
orientación e información al público que concurra al juzgado, especialmente a la víctima, al
defensor y al imputado, recibir la información que estos entreguen y manejar la
correspondencia del tribunal.
Unidad de servicios. Que desempeña las labores de soporte técnico de la red computacional
del juzgado, de contabilidad y de apoyo a la unidad administrativa y la coordinación y
abastecimiento de todas las necesidades físicas y materiales para la realización de las
audiencias.
Unidad administrativa de causas. Cuya función consiste en desarrollar toda la labor relativa
al manejo de causas y registros del proceso penal, incluidas las relativas a las notificaciones,
manejos de fechas y salas para las audiencias, al archivo judicial básico, al ingreso y número
de rol de las causas nuevas, entre otras. Al jefe de esta unidad le corresponde certificar las
actuaciones procesales realizadas ante el juzgado, la certificación de sus resoluciones
cuando corresponda, la formación del estado diario y la autorización del mandato judicial.
3. Competencia
Los Jueces de Garantía, en general, están encargados de velar porque se respeten los derechos del
imputado, la víctima y los intervinientes en la fase de investigación del proceso penal y que, además,
resuelven las cuestiones que se susciten en ellas, pero sin involucrarse en el fondo de la investigación.
Sus principales funciones son las siguientes:
Otorgar autorizaciones judiciales previas que solicite el Ministerio Público para realizar actuaciones
que priven, restrinjan o perturben los derechos de un imputado o de terceros que se encuentren
asegurados en la Constitución.
Controlar la legalidad de las detenciones de personas imputadas de haber cometido un delito
flagrante.
Dirigir las audiencias públicas de la fase de investigación y resolver los incidentes que se promuevan
en ellas.
Resolver sobre la procedencia de la prisión preventiva o de cualquier otra medida cautelar respecto
de un imputado.
Dirigir la audiencia de preparación de juicio oral.
Dictar sentencia en el procedimiento abreviado, cuando corresponda.
Conocer y fallar las faltas penales y algunos simples delitos conforme al denominado procedimiento
monitorio y procedimiento simplificado.
Aprobar los acuerdos reparatorios y la suspensión condicional del procedimiento.
4. Subrogación
Para conocer quien debe subrogar, hay que distinguir:
a) Juzgados de garantía compuestos por más de un juez. Subroga otro juez del mismo tribunal.
b) Juzgados que cuentan con un solo juez. Subroga el juez con competencia común de la misma comuna
o agrupación de comunas. Si este faltare, le subrogará el secretario letrado del mismo tribunal.
c) Si no se pueden aplicar las reglas precedentes, le corresponde subrogar al juez del juzgado de garantía
de la comuna más cercana perteneciente a la jurisdicción de la misma CA. A fala de éste, subroga el
juez del juzgado con competencia común de la comuna o agrupación de comunas más cercana, y a
falta de él, por su secretario letrado.
d) A falta de los anteriores, subrogarán los jueces de garantía de las restantes comunas de la misma
jurisdicción de la Corte de Apelaciones a la cual pertenezcan, en orden de cercanía.
e) Si no se pueden aplicar las reglas precedentes, se aplica el art 208 del COT.
1. Concepto y Reglamentación
Son tribunales ordinarios colegiados, con competencia penal, llamados a conocer las causas por
crimen y simple delito que no sean de competencia de un juez de garantía y a conducir el debate durante
el juicio oral para resolver acerca de la culpabilidad o inocencia del acusado.
2. Composición y Funcionamiento
Este tipo de tribunales funcionan en una o más salas integradas siempre por tres jueces. Cada sala es
dirigida por un juez presidente de sala, y su integración se determina mediante un sorteo anual que se efectúa
en el mes de enero de cada año. Asimismo, la distribución de las causas entre las diversas salas de un mismo
tribunal, en el caso que las haya, se verifica de acuerdo a un procedimiento objetivo y general que debe ser
anualmente aprobado por el comité de jueces del tribunal a propuesta del juez presidente.
Reglas sobre los acuerdos. En general, las decisiones de estos tribunales se regirán por las normas
sobre los acuerdos en las Cortes de Apelaciones. Además, se contemplan las siguientes reglas
especiales:
Sólo podrán concurrir a las decisiones del tribunal los jueces que hubieren asistido a la
totalidad de la audiencia de juicio oral.
La decisión debe ser adoptada por la mayoría de los miembros de la sala. En el caso que la
sala hubiere funcionado con dos jueces (art 76 inc 2° CPP), estos deberán alcanzar
unanimidad para pronunciar sentencia definitiva.
Cuando existiere dispersión de votos en relación con una decisión, la sentencia o la
determinación de la pena si aquella fuere condenatoria, el juez que sostuviere la opinión más
desfavorable al condenado deberá optar por alguna de las otras.
Organización administrativa. Respecto del comité de juez, juez presidente, administrador del tribunal
y unidades administrativas, rige todo lo señalado respecto del juzgado de garantía, salvo que los TJOP
cuentan con una unidad administrativa más, la unidad de apoyo a testigos y peritos, cuya función es
brindar una adecuada y rápida atención, información y orientación a los testigos y peritos citados a
declarar en el transcurso de un juicio oral.
3. Subrogación
Esta situación está prevista en los arts 210, 210 A y 210 B del COT.
Si por falta de jueces que la integren, una sala de un TJOP no puede constituirse, subrogará otro juez
perteneciente al mismo tribunal.
Si este faltare, subrogará un juez de otro TJOP dependiente de la misma Corte de Apelaciones.
A falta de éste, subrogará un juez de juzgado de garantía de la misma comuna o agrupación de
comunas, que NO hubiere intervenido en la fase de investigación.
Si no se pueden aplicar las reglas anteriores, subrogará un juez perteneciente a algún TJOP que
dependa de la Corte de Apelaciones más cercana.
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
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A falta de éste subrogará un juez de garantía que dependa de la Corte de Apelaciones más cercana.
En defecto de las reglas anteriores, se aplica el art 213 del COT.
Si no es posible subrogar, se postergará la realización del juicio oral hasta la oportunidad más próxima
en que alguna de las disposiciones anteriores resultare aplicable.
1. Concepto y Enumeración
Son aquellos que se constituyen únicamente cuando existe un conflicto jurídico que resolver de
aquellos expresamente señalados en la ley. Se trata de tribunales unipersonales compuestos por un
Ministro de Corte y ejercen la función jurisdiccional en primera instancia.
La existencia de estos tribunales de excepción se encuentra directamente vinculada con el factor
fuero que analizamos a propósito de la competencia absoluta. Decíamos que el fundamento de dicho factor
radica en otorgar competencia a un tribunal diverso de aquél que debió conocer naturalmente del litigio a
causa del cargo o dignidad que ostenta un litigante con el propósito específico de garantizar la imparcialidad
del juez.
Los tribunales accidentales o de excepción son los siguientes: un Ministro de Corte de Apelaciones, el
Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago, un Ministro de Corte Suprema y el Presidente de la Corte
Suprema.
21 La verdad de las cosas es que esta norma debe entenderse tácitamente derogada por la implementación del actual sistema procesal
penal, que otorga en forma exclusiva y excluyente la investigación de los hechos punibles al Ministerio Público. En el mismo sentido,
son los juzgados de garantía y los TJOP los únicos competentes para conocer en sede judicial de los procesos penales.
YERKO MILLALONCO CALISTO
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Del procedimiento de extradición pasiva. En caso de que algún Estado solicite la extradición de una
persona que se encuentre en el territorio nacional chileno el procedimiento en cuanto a hacer o no
lugar a ella será de competencia de un ministro de la Corte Suprema. En contra de la sentencia que
se pronuncie sobre la extradición proceden los recursos de apelación y de nulidad para ante la sala
penal de la Corte Suprema.
1. Concepto
Las Cortes de Apelaciones (CA) son tribunales ordinarios, colegiados, compuestos por un número
variable de jueces llamados Ministros y cuya función primordial es ejercer dentro de su territorio la
jurisdicción en segundo instancia y, excepcionalmente, conocer en primera o única instancia de ciertos
procesos, así como también de todos aquellos recursos judiciales expresamente establecidos en la ley.
Las CA nacieron como tribunales destinados a conocer de los recursos de apelación deducidos en
contra de los tribunales inferiores. Sin embargo, con el pasar de los años la ley les confirió el conocimiento de
otros asuntos, aunque manteniendo, de algún modo, la razón de ser original de este tipo de tribunales: revisar
o fiscalizar el actuar de otros tribunales u organismos a fin de garantizar a todos los ciudadanos que las
decisiones relevantes pueden ser objeto de reclamación ante un tribunal superior.
Las CA están reglamentadas en el Título V del COT, arts 54 y ss. Actualmente, existen 17 Cortes de
Apelaciones en nuestro país.
De las apelaciones que se interpongan en contra de las sentencias dictadas por un árbitro de
derecho o mixto, cuando de haberse tratado de un juicio ordinario les hubiere correspondido
conocer de dichas apelaciones (art 239 COT).
De las causas en que hayan conocido en primera instancia los juzgados de policía local,
siempre que sean apelables.
El conocimiento en pleno de las CA, por su lado, significa que el asunto en cuestión debe ser resuelto
por la totalidad de ministros que componen la Corte. Para el conocimiento en pleno se requiere, a lo menos,
la concurrencia de la mayoría absoluta de los miembros de que se compone la Corte.
Las CA conocen, en pleno, de las siguientes materias:
a) Del ejercicio de las facultades disciplinarias, administrativas y económicas.
b) Del conocimiento de los desafueros de diputados y senadores.
c) De los juicios de amovilidad en contra de los jueces de letras.
d) De la aplicación de medidas disciplinarias con motivo de la interposición de un recurso de queja
conocido por alguna sala.
Una vez que estos trámites previos se verifican, la tramitación posterior del asunto de si éste debe
conocerse en cuenta, previa vista de la causa o previo debate.
A) Tramitación en cuenta. Una vez que se evacúen los trámites previos necesarios, o si aquello no es
necesario, se dicta el decreto “dese cuenta”. La cuenta es la información verbal, metódica y privada que el
relator o el secretario da a la Corte de los asuntos sometidos a su conocimiento o de una solicitud que
contiene peticiones de las partes. Luego, una Corte conoce en cuenta cuando el relator o el secretario hacen
la relación de las causas, sin que se permita la participación de las partes a través de los alegatos, y sin que
existan los trámites previos de relación que veremos más adelante.
Los asuntos que se conocen y resuelven en cuenta son los siguientes:
Asuntos de mera tramitación. Aquí basta que un solo ministro se imponga de la cuenta y dicte la
resolución respectiva (art 70 inc 2° COT).
Aquellas materias que la propia ley señala que su conocimiento debe verificarse en cuenta. Ejm: las
apelaciones de toda sentencia que no sea definitiva, salvo que cualquiera de las partes, dentro del
plazo para comparecer en segunda instancia, solicite alegatos; la deserción del recurso de apelación;
la apelación de sentencias definitivas cuando la ley señala que debe verse en cuenta y las partes no
soliciten alegatos.
B) Tramitación previa vista de la causa. La vista de la causa es la información solemne que, a través de un
conjunto de actuaciones, se proporciona a las Cortes, para que tomen conocimiento de los asuntos sometidos
a su decisión. La vista de la causa, entonces, se compone de una serie de trámites o actuaciones, que son los
siguientes:
a) Dictación del decreto “en relación” o “autos en relación” y su notificación legal a las partes (por el
estado diario). Esta resolución es dictada por la sala tramitadora y significa que, en opinión de esta
sala, se encuentra terminada la tramitación previa, pudiéndose, entonces, iniciar el procedimiento
destinado a fallar el asunto. La dictación de este decreto presume la revisión y certificación previos
de un Relator en cuanto a no existir diligencias pendientes (certifica que la causa está en estado de
relación).
b) Colocación de la causa en tabla. La tabla es la nómina o listado oficial de procesos que deben ser
conocidos por la Corte y que ha de ser publicada en un lugar visible de ésta. Se incorporan en la tabla
de cada sala tan pronto como estén en estado y por el orden de su conclusión, correspondiéndole al
Presidente de la Corte la formación de estas tablas el último día hábil de cada semana, formando
tantas tablas cuantas sean las salas de que se compone el tribunal. En ellas se debe expresar el nombre
de las partes, el día en que cada uno de los asuntos se tramitará y el número de orden que
corresponde. Sin perjuicio de lo anterior, hay ciertas causas en que no se aplica esta regla pues ellas
gozan de preferencia para ser incluidas en la tabla o tablas. Estas preferencias pueden ser de dos
clases:
Preferencia general. Gozan de ella los asuntos que señala el art 319 inc 3° COT y art 162 inc
2° del CPC: cuestiones sobre deserción de recursos, depósito de personas, alimentos
provisionales, competencia, acumulaciones, recusaciones, desahucio, juicios sumarios y
ejecutivos, denegación de justicia o de prueba y demás negocios que por la ley, o por acuerdo
del tribunal fundado en circunstancias calificadas debe tener preferencia. Dichas causas, en
razón de su naturaleza, se incluyen en las tablas desde que están en estado antes de las
causas que no gozan de ninguna preferencia.
Preferencia especial. Las causas que gozan de esta preferencia se denominan “causas
agregadas”, pues ellas se agregan a la tabla del día de que se trate, viéndose con preferencia
a las causas fijadas para tal día en la tabla ordinaria. En la práctica se forman con ellas tablas
anexas. Estas causas se pueden subclasificar en:
Las que deben agregarse a la tabla del día siguiente hábil al de su ingreso al tribunal
o el mismo día en casos urgentes. Están señaladas en el art 69 inc 4° COT: las
Una vez terminados los alegatos se da por terminada la vista de la causa y la Corte debe fallar
inmediatamente o, en su defecto, la causa quedará “en acuerdo” ante los mismos ministros que intervinieron
en la vista, comenzando a regir el plazo legal para la dictación de la sentencia. Excepcionalmente, la dilación
del fallo puede dilatarse en los siguientes casos:
Cuando se ordene la práctica de una medida para mejor resolver, cuando a petición de parte se solicita
un informe en derecho o cuando el tribunal estime necesario un mayor estudio de los antecedentes.
En este caso se dice que la causa queda “en estudio” (art 82 COT).
Finalmente, cabe consignar que la omisión de los trámites que conforman la vista de la causa
autorizan la interposición del recurso de casación en la forma, con excepción de los alegatos. Asimismo, la
vista de la causa puede suspenderse en los casos y formas dispuestas en el art 165 del CPC.
C) Previo debate. Esta forma de conocer los asuntos se encuentra reglamentada en el art 358 del Código
Procesal Penal y tiene aplicación en el nuevo proceso penal, para el caso de que se apele de las resoluciones
dictadas por los jueces de garantía.
En estos casos, la falta de comparecencia a la audiencia de uno o más recurrentes (apelantes) dará
lugar a que se declare el abandono del recurso. La incomparecencia de uno o más de los recurridos (apelados)
permitirá proceder en su ausencia.
La vista de la causa se efectúa mediante audiencia pública, no existe relación (sólo anuncio y debate).
Tras el anuncio, se otorga la palabra al o los recurrentes para que expongan los fundamentos de su
recurso, así como las peticiones concretas que formulen. Luego se permite intervenir a los recurridos.
Finalmente se vuelve a otorgar la palabra a todas las partes con el fin de que formulen aclaraciones
respecto de los hechos o argumentos vertidos en el debate.
Concluido el debate, el tribunal dictará sentencia de inmediato, si fuere posible; de lo contrario, en
un día y hora que dará a conocer a los intervinientes en la misma audiencia.
Conforme al art 75 del COT sólo pueden intervenir en el acuerdo los que concurrieron como jueces a
la vista de la causa, salvo los siguientes casos de excepción:
Por imposibilidad física o moral para intervenir en los acuerdos.
Si antes de adoptarse el acuerdo el juez fallece, es destituido de su cargo, jubila o es trasladado.
Si el juez se encuentra impedido por enfermedad.
En los casos de excepción aludidos debe procederse a una nueva vista de la causa, salvo que la
resolución sea acordada por la mayoría total de los jueces que intervinieron en la vista.
Las reglas específicas sobre los acuerdos se encuentran en su mayoría contenidas en los arts 83 y
siguientes del COT y son las siguientes:
Los acuerdos se adoptan por la mayoría absoluta de votos, salvo aquellos casos de excepción
expresamente contenidos en la ley. Por ejm, en materia criminal se siguen las reglas especiales sobre
los acuerdos de los TJOP, ya analizadas, por lo que si hay una dispersión de votos, el ministro que
sostenga la opinión más desfavorable al imputado o condenado deberá inclinarse por una de las otras.
En primer lugar debe abrirse debate a fin de establecer los hechos que se han de tener por
probados. Si se suscita cuestión sobre la exactitud o falsedad de uno o más, cada uno de ellos debe
ser discutido y resuelto por separado. En este caso, las ya resueltas sirven de base a las por resolver.
Establecidos los hechos se procederá a debatir respecto del derecho aplicable, si fuere el caso.
En los acuerdos debe dar primero su voto el Ministro menos antiguo y continuarán los demás en
orden inverso al de su antigüedad. El último voto es el del Presidente de la sala.
Se estimará que hay acuerdo cuando se obtenga mayoría legal sobre la parte resolutiva del fallo y
sobre un fundamento, a lo menos, en apoyo de cada uno de los puntos que dicho fallo comprenda.
Obtenido este resultado, se redactará el fallo por el Ministro que se encuentre de turno.
Si existe discordia de votos, esto es, empate o dispersión de votos por haber varias opiniones
diferentes, hay que distinguir si se trata de una materia penal o una civil.
Materia penal. Por remisión del art 74 COT se aplican las reglas especiales de los TJOP, por lo
que el Ministro que sustente la opinión más desfavorable al imputado deberá optar por
alguna de las otras.
Materia civil. Se aplican las normas sobre exclusiones y votaciones sucesivas a que se refieren
los arts 86 y 87 del COT.
El Ministro que haya sostenido una opinión diversa a la mayoría debe exponer y fundamentar su voto
particular. Este voto disidente ha de consignarse en la resolución y en el denominado libro de
acuerdos. Lo mismo sucede si el Ministro concurre al acuerdo de mayoría pero con fundamentos
distintos.
La sentencia. Las Cortes de Apelaciones en asuntos civiles deben dictar sentencia dentro de 30 días contados
desde el término de la vista de la causa (art 90 N° 10 COT). En asuntos penales se aplica el artículo 385 inc
final del CPP. En ella deberá dejarse constancia el nombre del Ministro redactor y el de todos los miembros
que hayan concurrido con su voto a formar sentencia, así como los votos disidentes.
1. Concepto
La Corte Suprema (CS) es el tribunal de mayor jerarquía en la estructura judicial chilena. Se trata de
un tribunal colegiado de carácter permanente y con competencia sobre todo el territorio nacional. Tiene su
sede en la capital del país.
23Esta situación se da especialmente en aquellas Cortes que se componen de cuatro Ministros. En efecto, su sentencia puede ser
recurrida de casación en la forma y si la Corte Suprema acoge el recurso y anula el fallo, debe dictarse nueva sentencia y como los
Ministros ya han manifestado su opinión se encuentran inhabilitados para emitir un nuevo fallo.
YERKO MILLALONCO CALISTO
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24 Actualmente existe un proyecto de reforma constitucional que persigue eliminar a los fiscales judiciales, por haber desaparecido
prácticamente todas las funciones que desempeñaban. Se propone que pasen a integrar las respectivas Cortes en calidad de Ministros,
siempre que cumplan con los requisitos generales para ello.
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
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Cuando la Corte Suprema conoce en pleno debe funcionar con la concurrencia de a lo menos once
de sus miembros. Corresponde a la Corte conocer en pleno de las siguientes materias:
De las apelaciones que se deduzcan en las causas por desafuero de diputados y senadores.
Conocer en segunda instancia de los juicios de amovilidad fallados en primera por las Cortes de
Apelaciones o por el Presidente de la CS, seguidos contra jueces letras o ministros de CA,
respectivamente.
Ejercer las facultades administrativas, disciplinarias y económicas que las leyes le asignan, sin
perjuicio de las que les correspondan a las salas en los asuntos de que estén conociendo.
Informar al Presidente de la República cuando se solicite su dictamen, sobre cualquier punto relativo
a la administración de justicia y sobre el cual no exista cuestión de que deba conocer. Conocer y
resolver la concesión o revocación de la libertad condicional en los casos en que se hubiere impuesto
la pena de presidio perpetuo calificado.
Capítulo Tercero
I GENERALIDADES
2. Clasificación
a) Aquellos que forman parte del Poder Judicial. Los juzgados de familia, los juzgados de letras del
trabajo, los juzgados de cobranza laboral y previsional y los tribunales militares en tiempos de paz.
b) Aquellos que no forman parte del Poder Judicial. Ellos están constituidos por los demás tribunales
que existen en el país y a quienes leyes especiales les encomiendan asuntos judiciales. Entre ellos
podemos mencionar: Tribunal Constitucional, TRICEL, Tribunales Electorales Regionales, Tribunales
Militares en Tiempos de Guerra, Juzgados de Policía Local, Tribunales Tributarios y Aduaneros, entre
otros.
1. Ideas Generales
En el contexto del profundo proceso de transformación a la justicia iniciada con la Reforma Procesal
Penal, se crearon los Juzgados de Familia para conocer en primera instancia de los asuntos contenidos en la
ley N° 19.968 de 30 de agosto de 2004, eliminándose los antiguos Juzgados de Menores y asignándoles
competencia adicional que, con anterioridad, estaba entregada a los Juzgados de Letras con competencia en
lo civil.
Son, pues, tribunales especiales, de carácter unipersonal pero de composición múltiple, compuestos
por un número variable de jueces, con competencia en un mismo territorio que conocen y resuelven los
asuntos que la ley les encomienda.
Su función más importante es garantizar con la debida reserva el cumplimiento de las normas del
derecho de familia y resguardar el interés superior del niño, niña o adolescente.
2. Composición y Procedimiento
La competencia de estos tribunales se encuentra regulada en el art 8° de la ley respectiva. En general,
conocen en primera instancia de todas aquellas materias de orden infraccional, personal o patrimonial
derivadas de las relaciones familiares o concernientes a los menores de edad. Entre estos asuntos destacan:
Cuidado personal.
Relación directa y regular.
Causas relativas al ejercicio, suspensión o pérdida de la patria potestad.
Causas relativas al derecho de alimentos.
Disensos para contraer matrimonio.
Todos los asuntos en que aparezcan niños gravemente vulnerados o amenazados en sus derechos,
respecto de los cuales se requiera adoptar una medida de protección.
Las acciones de filiación
La autorización para la salida de niños del país.
Los procedimientos previos a la adopción y el de adopción propiamente tal.
Las acciones de separación, nulidad y divorcio.
Es importante destacar, además, que en aquellas comunas en las que no existen juzgados
especializados de familia las funciones propias de estos deben ser abordadas por los juzgados de letras.
En lo concerniente al procedimiento utilizado la ley reproduce las reglas generales implementadas
con motivo de los juzgados de garantía y TJOP, en cuanto a que dicho procedimiento debe ser oral,
concentrado y des formalizado; se desarrolla en audiencias continuas en las que tanto las actuaciones
procesales como las diligencias de prueba se realizan siempre con la presencia del juez y de las partes,
quedando prohibida, bajo sanción de nulidad, la delegación de funciones. El juez, además, debe formar su
convicción sobre la base de las alegaciones y pruebas que personalmente haya recibido, no obstante lo cual,
se faculta a aquél para adoptar de oficio todas las medidas necesarias para llevar a término el proceso con la
mayor celeridad.
2. Características y Competencia
Los juzgados de letras del trabajo y los de cobranza laboral y previsional son tribunales especiales que
integran el Poder Judicial, teniendo sus magistrados la categoría de Jueces de Letras y les son aplicables las
normas del COT en todo lo no previsto en la ley N° 20.022.
Cada juez ejerce unipersonalmente la potestad jurisdiccional y, dependiendo del número de
integrantes de los juzgados, que varía de caso a caso conforme a la ley, pueden ser tribunales unipersonales
propiamente tales o unipersonales de composición múltiple.
Los juzgados de letras del trabajo tienen competencia para conocer de todos aquellos asuntos
relativos a las relaciones laborales contenidas, en su mayoría, en el Código del Trabajo. Los juzgados de
cobranza laboral y previsional, en cambio, conocen específicamente de los juicios en que se demande el
cumplimiento de obligaciones que emanen de títulos a los cuales las leyes laborales y de previsión o seguridad
social otorguen mérito ejecutivo y, especialmente, la ejecución de todos los títulos ejecutivos regidos por la
ley N° 17.322 relativa a la cobranza judicial de imposiciones, aportes y multas en los institutos de previsión.
3. Estructura
Al igual que en el caso de los juzgados de familia el art 418 de la ley en comento establece que, de ser
pertinente, se aplican a los juzgados del trabajo y a los de cobranza laboral y previsional, en cuanto resulten
compatibles, las normas del COT para los juzgados de garantía y TJOP en lo referente al comité de jueces,
juez presidente, administradores de tribunales y organización administrativa de los juzgados.
Así las cosas, los juzgados de letras del trabajo cuentan también con las mismas cuatro unidades
internas de gestión de sala, atención a público, administración de causas y de servicios.
Los juzgados de cobranza laboral y previsional, por su lado, cuentas con estas mismas unidades, con
excepción de la de sala, porque el procedimiento propio de estos tribunales es preponderantemente escrito y
no oral como en los juzgados de letras del trabajo. En reemplazo de la unidad de sala, sin embargo, cuentan
con la unidad de liquidación, encargada de efectuar los cálculos, con especial mención del monto de la deuda,
reajustes e intereses y eventualmente multas que determine la sentencia.
3. Procedimiento
El procedimiento para los juzgados de letras del trabajo es oral, a fin de agilizar la tramitación de los
juicios laborales instando a la pronta resolución de los conflictos mediante la intervención directa de las partes
y el juez a través de la realización de audiencias públicas. En ellas priman los principios de oralidad, gratuidad
para el trabajador, concentración y participación directa del juez en todas las audiencias.
El procedimiento establecido para los juzgados de cobranza laboral y previsional, en cambio, fue
diseñado para ser primordialmente escrito, atendida la particular naturaleza de los asuntos de que conoce
este tipo de tribunales. En efecto, el art 1° N° 3 de la ley 20.023 dispone que la cobranza de las cotizaciones
de seguridad social adeudadas por los empleadores a que se refiere la ley N° 17.322 se sustanciará de acuerdo
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EGRESADO DE DERECHO
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al procedimiento fijado en las normas especiales del Título I del Libro III del CPC, en cuanto fueren compatibles
con ellas. La novedad introducida por esta ley, sin embargo, es que permite que las actuaciones procesales
puedan realizarse por medios electrónicos que permitan una adecuada recepción, registro y control de las
mismas. Nace, pues el concepto de tramitación digital íntegra a través de internet, noción que sólo estaba
concebida anteriormente en forma parcial para la tramitación del despacho escrito en los juzgados de
garantía y TJOP.
1. Asuntos Preliminares
Los Títulos II y III del Código de Justicia Militar establecen una estructura militar diversa, dependiendo
si el país se encuentra en tiempos de paz o de guerra.
De conformidad a lo dispuesto en su artículo 13, en tiempos de paz, la jurisdicción militar es ejercida
por los juzgados institucionales, los fiscales militares, las Cortes Marciales y la Corte Suprema. Sin embargo,
desde que se nombre General en Jefe de un Ejército que deba operar contra el enemigo extranjero o contra
fuerzas rebeldes organizadas, cesa la competencia de los tribunales militares en tiempos de paz y comienza
la de los tribunales militares en tiempos de guerra en todo el territorio declarado estado de asamblea o de
sitio. Igual cosa sucede en el lugar o fortaleza sitiada o bloqueada, desde el momento en que su jefe proclame
que asume en ella toda la autoridad.
En tiempos de guerra la jurisdicción militar es ejercida por los Generales en Jefe o Comandantes
superiores de plazas o fortalezas bloqueadas, o de divisiones o cuerpos que operen inmediatamente, por los
fiscales militares y por los Consejos de Guerra y Auditores.
Antiguamente, los tribunales militares en tiempos de guerra no podían ser objeto de control o
fiscalización por los Tribunales Ordinarios de Justicia, pues aquéllos no formaban parte del Poder Judicial. No
obstante, La reforma constitucional contenida en la ley N° 20.050 de 18 de agosto de 2005 modificó el antiguo
tenor del art 79 de la CPR, suprimiendo la autonomía jurisdiccional que estos tribunales antes detentaban. Es
por ello que se ha planteado que nada impide ahora el control jurisdiccional de la Corte Suprema de las
resoluciones dictadas en tiempos de guerra por parte de las autoridades competentes.
Los tribunales militares en tiempos de paz y en tiempos de guerra tienen una estructura de
procedimiento similar al antiguo proceso criminal inquisitivo y escrito, encontrándose pendiente la reforma
que inserta a estos tribunales especiales dentro de los nuevos paradigmas del derecho procesal oral chileno.
Estos tribunales militares se encuentran a cargo de un juez militar que para cada uno de ellos señala
el Código, pudiendo delegar la jurisdicción en un Oficial General que se desempeñe bajo su mando, mediante
resolución fundada que debe transcribirse a la respectiva Corte Marcial.
Además del juez militar los juzgados institucionales están compuestos por los auditores que son
Oficiales de Justicia –abogados- nombrados por el Presidente de la República cuya función es la de asesorar
a las autoridades administrativas y judiciales de las instituciones armadas, en los casos contemplados en la
ley. A parte de los auditores adscritos a cada juzgado institucional existe un Auditor General del Ejército, uno
de la Armada, uno de Aviación y un Auditor General de Carabineros a quienes la ley les asigna funciones de
asesoría superior a jueces y auditores y de fiscalización interna a las labores de los fiscales militares.
Corte Marcial del Ejército, Fuerza Aérea y Carabineros. Funciona integrada por 5 miembros: dos
ministros de la Corte de Apelaciones de Santiago, por los Auditores Generales de la Fuerza Aérea y
Carabineros y por un coronel de Justicia del Ejército.
Corte Marcial de la Armada. Funciona integrada con 4 miembros: dos ministros de la Corte de
Apelaciones de Valparaíso, por el Auditor General de la Armada y por un Oficial General en servicio
activo de la Armada de Chile.
Cabe consignar, además, que la Corte Marcial debe ser presidida por el Ministro más antiguo de la
Corte de Apelaciones de Santiago o de Valparaíso, según corresponda, y en caso de ausencia o inhabilidad
legal de éste, por el otro Ministro de Corte de Apelaciones que la integre como titular.
5. La Corte Suprema
El artículo 70-A del Código de Justicia Militar dispone que a la Corte Suprema, integrada por el Auditor
General del Ejército o quien deba subrogarlo, corresponde el ejercicio de las facultades conservadoras,
disciplinarias y económicas en relación con la administración de la justicia militar en tiempos de paz.
A medida que la sociedad moderna se hace más compleja también se enmarañan los conflictos
jurídicos susceptibles de ocurrir entre las personas que la componen.
En Chile existen muchos tribunales especiales regulados en leyes que les asignan competencia para
conocer de temas determinados. Generalmente se trata de materias muy técnicas. En algunos casos estos
tribunales no se encuentros insertos dentro de la estructura del Poder Judicial como es el caso ya planteado
del Tribunal Constitucional; en otros, se encuentran supeditados a los tribunales ordinarios, quienes realizan
el control jurisdiccional vertical de las decisiones por ellos adoptadas.
A título meramente referencial nombraremos, a continuación, algunos de estos tribunales especiales.
1. El Tribunal Constitucional
Se encuentra regulado en los artículos 92 y siguientes de la CPR y en su Ley Orgánica constitucional.
Es un órgano del Estado, autónomo e independiente de toda otra autoridad o poder y su función específica
es, en general, controlar la constitucionalidad de las leyes y de toda norma jurídica que pueda ser contraria a
las disposiciones de la Constitución política de la República.
Actuación a priori. Lo hace a través del control de constitucionalidad de todas las leyes, Autos
Acordados de la Corte Suprema y Cortes de Apelaciones y del TRICEL.
A posteriori. Lo hace conociendo del denominado recurso de inaplicabilidad por inconstitucional, en
virtud del cual una parte recurre señalando que una norma jurídica es contraria a la Constitución, y
pidiendo que así se declare por dicho tribunal. Si el tribunal acoge el recurso, no se puede aplicar
dicha norma en el juicio de que se trate.
Capítulo Cuarto
I GENERALIDADES
Carecen de imperio. Esto significa que si para hacer cumplir sus resoluciones se requiere de medidas
compulsivas, deben recurrir a los tribunales ordinarios de justicia para que estos requieran el auxilio
de la fuerza pública.
1. Árbitros de Derecho
Los árbitros de derecho son aquellos que fallan con arreglo a la ley y se someten tanto en la
tramitación como en el pronunciamiento de la sentencia definitiva a las reglas establecidas para los jueces
ordinarios, según la naturaleza de la acción (pretensión) deducida.
En la legislación chilena los árbitros de derecho son la regla general, esto es, si las partes no confieren
al árbitro otra de las calidades que analizaremos enseguida se entiende legalmente que lo designan con la
calidad de árbitro de derecho.
3. Árbitros Mixtos
Esta categoría de jueces árbitros es intermedia a las de los dos mencionados anteriormente. En
efecto, se trata de árbitros de derecho a quienes la ley las concede la facultad de arbitradores en cuanto al
procedimiento, pero al pronunciar la sentencia deben hacerlo estrictamente a las reglas señaladas para los
jueces ordinarios o especiales. En otras palabras, estos jueces son aquellos que tramitan el juicio conforme a
las reglas que las partes les señalan o, en subsidio de éstas, a las normas establecidas en la ley para los
arbitradores, pero deciden conforme a Derecho, respetando las normas legales del mismo modo que los
jueces ordinarios y los árbitros de derecho.
a) El contrato de compromiso. Es una convención por la cual las partes sustraen determinados asuntos
litigiosos presentes o futuros del conocimiento de la jurisdicción ordinaria y lo someten al
conocimiento y fallo de uno o más árbitros que designan. Es un contrato solemne, pues debe constar
por escrito. Puede celebrarse antes o después de producido el litigio en que el árbitro debe intervenir.
Cláusulas esenciales. El nombre y apellido de las partes litigantes, el nombre y apellido del o
los árbitros nombrados y el asunto sometido al juicio arbitral.
Cláusulas de la naturaleza. Las facultades que se confieren al árbitro, y el lugar y el tiempo
en que éste debe desempeñar sus funciones. Si las partes no dicen en qué calidad es
nombrado el árbitro, se entiende que es árbitro de derecho; si falta la expresión del lugar, se
entiende que es el lugar en que se ha celebrado el compromiso; finalmente, si falta la
designación del tiempo, se entiende que éste debe cumplirlo en el término de dos años,
contados desde su aceptación. En cuanto al plazo hay que hacer dos precisiones:
Si se dicta sentencia dentro de plazo, aunque éste haya expirado, se puede notificar
válidamente dicha sentencia.
Si durante el arbitraje el árbitro debiere elevar los autos a un tribunal superior o
paralizar el procedimiento por resolución de esos tribunales, el plazo se entiende
suspendido mientras dure el impedimento.
Se puede celebrar personalmente o por mandatario, quien requerirá facultades especiales
para celebrarlo (facultad para comprometer) y también para darle a los árbitros calidad de
arbitradores.
Es necesario el consentimiento unánime de todos los interesados; de lo contrario el contrato
les será inoponibles y también las actuaciones del árbitro.
Las partes pueden nombrar uno o más árbitros. Si nombran dos o más, también pueden
nombrar un tercero que dirima las discordias que puedan suscitarse entre los árbitros, o
pueden autorizar a los mismos árbitros para que nombren a este “tercero en discordia” en
caso necesario.
b) La cláusula compromisoria. Es una convención por la cual las partes sustraen determinados asuntos
litigiosos, presentes o futuros, del conocimiento de la justicia ordinaria y lo someten al
conocimiento y fallo de un tribunal arbitral, obligándose a nombrar árbitro en un acto posterior.
Aquí las partes no designan la persona del árbitro, sino que se obligan a hacerlo en un acto
posterior. Esta convención es consensual, ya que no se aplica el art 234 del COT.
Elementos esenciales. La individualización de las partes y la determinación del asunto que
será sometido a arbitraje.
Elementos de la naturaleza. Son los mismos del contrato de compromiso, esto es, las
facultades que se confieren al árbitro, y el lugar y el tiempo en que éste debe desempeñar
sus funciones.
Renuencia de uno de las partes a designar el árbitro. Si después de celebrada la cláusula
compromisoria, un contratante se resiste a someter el asunto litigioso a arbitraje o a designar
la persona del árbitro, la otra parte tiene derecho a exigir el cumplimiento, ya sea por la vía
declarativa o por la vía ejecutiva, según sea la naturaleza del título en el cual consta la
obligación. Como se trata de una obligación de hacer, obtenida la sentencia que declare la
existencia de la obligación, si la parte se resiste a hacer el nombramiento, la justicia ordinaria
puede nombrarlo en subsidio.
2. La Ley
La ley es fuente de arbitraje en todos aquellos casos en que obliga a someter determinados asuntos
al conocimiento de jueces árbitros, es decir, cuando se trata del llamado arbitraje forzoso. Cuando se está
frente a la ley como fuente, es la voluntad del legislador la que impone a las partes la necesidad de llevar sus
conflictos ante un juez árbitro.
25 La jurisprudencia mayoritaria ha estimado que este nombramiento no obliga a los herederos y que éstos pueden revocarlo, ya que
siendo continuadores de la persona del difunto lo representan, pudiendo hacer todo lo que aquél podía hacer en vida, y si el causante
podía revocar el nombramiento ellos también.
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
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Superintendente debe resolver, en casos calificados, en carácter de árbitro arbitrador sin ulterior
recurso, las dificultades que se susciten entre diversas compañías, o entre éstas y sus intermediarios
o con el asegurado, cuando los interesados de común acuerdo lo soliciten.
3. Aceptación y juramento
El árbitro que acepta el encargo debe declararlo así y jurará desempeñarlo con la debida fidelidad y
en el menor tiempo posible. El juramento, aunque la ley no lo dice expresamente, debe presentarse ante un
Ministro de Fe, que puede ser un Notario, un Receptor o el Secretario de un Tribunal.
Si falta la aceptación y/o juramento, se entiende que se ha omitido un trámite esencial dentro del
juicio arbitral que acarrea la nulidad de todo lo obrado.
26Algunos autores señalan, con razón, que las únicas clases de arbitraje son el voluntario y el forzoso, pues en el prohibido no hay
arbitraje, debido a que en dichas materias hay comprometido un interés público. Aunque compartimos este criterio, seguimos, por
razones didácticas, la distinción tradicional.
YERKO MILLALONCO CALISTO
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En estos casos, sin embargo, los interesados pueden resolver por sí mismos estos asuntos, esto es, sin
arbitraje, siempre que ellos tengan la libre administración de sus bienes y concurran al acto o contrato donde
conste el acuerdo, salvo la excepción contenida en el art 1325 del CC.
1. Gestiones Preliminares
Si las partes se encuentran de acuerdo pueden nombrar para la resolución de un litigio dos o más
árbitros, pero si la designación la realiza la justicia ordinaria el nombramiento debe recaer en uno solo, salvo
que los interesados en la audiencia respectiva autoricen al juez para que nombre más de uno.
Si el árbitro ya se encuentra designado tal como sucede en el caso del contrato de compromiso y del
testamento se debe notificarlo de la designación a través de un tribunal civil ordinario. Se trata de una gestión
no contenciosa en la que el designado debe aceptar expresamente el encargo y jurar desempeñarlo fielmente
y en el menor tiempo posible. Con la aceptación y juramento queda legalmente instalado el tribunal arbitral;
estos dos actos jurídicos deben verificarse ante un Ministro de Fe.
Si el designado, en cambio, rechaza el cargo, hay que distinguir:
Arbitraje forzoso. Las partes habrán de hacer una nueva designación, conforme a las normas de los
peritos. Lo mismo ocurre en el caso de la cláusula compromisoria cuando las partes no están de
acuerdo en la persona del árbitro a designar.
Arbitraje voluntario. Queda sin efecto el arbitraje?
2. Procedimiento
Una vez instalado el tribunal el procedimiento a seguir depende, básicamente, de la clase de árbitro de que
se trate.
Árbitro de derecho. Tramita el juicio al igual que un tribunal ordinario, de conformidad a la naturaleza
de la pretensión deducida. Así, si no tiene un procedimiento especial señalado en la ley, se ajustará
al procedimiento ordinario, si tiene señalado un procedimiento especial se aplicará éste. Debe
designar un ministro de fe (secretario de un tribunal o un receptor).
Árbitro arbitrador y mixto. Tramitarán el juicio en primer término de acuerdo a las normas señaladas
por las partes en el acto constitutivo del compromiso, y sólo a falta de éstas lo harán de acuerdo con
las normas señaladas por los arts 637 y ss del CPC, las que básicamente establecen lo siguiente:
Que deben oír a las partes, recibir y agregar al proceso los instrumentos que le presenten,
practicar las diligencias que estime pertinentes para el esclarecimiento de los hechos y dictar
sentencia.
Las notificaciones se practicarán personalmente, por cédula o en la forma que de común
acuerdo establezcan las partes.
Debe asesorarse de un actuario, si así lo cree necesario.
Si los árbitros fueren maltratados o injuriados por alguna de las partes, o si contrajeren enfermedad
que les impida seguir ejerciendo sus funciones.
Si las partes por cualquier causa tuvieren que ausentarse del lugar donde se sigue el juicio.
Árbitro arbitrador. El recurso de apelación sólo tiene lugar cuando las partes en el instrumento
constitutivo del compromiso, han expresado que se reservan dicho recurso para ante otros árbitros
del mismo carácter y designan las personas que deben desempeñar este cargo.
5. Procedencia de Recursos
Las resoluciones dictadas por los jueces árbitros, ya sea para decidir el asunto o para darle curso
progresivo al procedimiento, son susceptibles de ser impugnadas mediante la interposición de ciertos
recursos, dependiendo la naturaleza del arbitraje.
Árbitros de derecho y mixto. Sus resoluciones son susceptibles de ser impugnadas por los mismos
recursos que pueden deducirse en contra de las resoluciones dictadas por los tribunales ordinarios,
vale decir: recurso de apelación, recurso de casación en la forma y en el fondo y otros recursos, los
que se interponen ante el tribunal arbitral para que sea conocido por aquél al cual le habría
correspondido el conocimiento si el juicio se hubiere seguido ante la justicia ordinaria. Sin embargo,
las partes pueden someter estos recursos a arbitraje, caso en el cual conocerá de aquéllos un tribunal
arbitral de segunda instancia. Eso sí, el recurso de casación en el fondo es siempre conocido por la
Corte Suprema.
No habrá segunda instancia ni impugnación si las partes mayores de edad y
libreadministradoras de sus bienes renuncian a estos recursos en el instrumento del
compromiso o en un acto posterior.
Árbitros arbitradores. Procede el recurso de casación según su regla general, a menos que las partes
lo hayan renunciado. Tratándose del recurso de apelación, sólo tiene lugar cuando las partes en el
acto constitutivo del compromiso manifiestan que se reservan dicho recurso para ante otros árbitros
del mismo carácter y designan a las personas que deben desempeñarse como tribunal arbitral de
segunda instancia.
El recurso de casación en el fondo no procede jamás contra la sentencia de un árbitro
arbitrador, porque fallan conforme a lo que su prudencia y equidad les dictare, y la casación
en el fondo sólo procede cuando hay infracción de ley que haya influido en lo dispositivo del
fallo.
SECCIÓN TERCERA
NORMAS COMUNES A TODO
PROCEDIMIENTO
INTRODUCCIÓN
Las normas comunes a todo procedimiento se encuentran contenidas en el Libro Primero del Código
de Procedimiento Civil. Se trata de disposiciones legales que abordan distintos asuntos de naturaleza procesal
y que, por su carácter general, han de ser aplicables supletoriamente a todo tipo de procedimiento,
independientemente de la materia en que incida. Así, por ejemplo, el art 27 de la ley N° 19.968 que creó los
Tribunales de Familia señala que, en todo lo no regulado por esa ley, serán aplicables las disposiciones
comunes a todo procedimiento, a menos que ellas resulten incompatibles con los procedimientos que dicha
ley establece, en especial, en lo relativo a la exigencia de oralidad. En el mismo sentido, el art 52 del Código
Procesal Penal indica que son aplicables al procedimiento penal, en cuanto no se opusieren a lo establecido
en dicho Código o en leyes especiales, las normas comunes a todo procedimiento contempladas en el Libro I
del CPC. Siguiendo esta misma línea, el art 432 de la ley N° 20.087 que sustituye el procedimiento laboral
contemplado en el Libro V del Código del Trabajo consigna una norma sustancialmente análoga a las ya
citadas.
En el actual momento de evolución procesal en que se encuentra inserto nuestro país, la aplicabilidad
de las normas comunes no siempre constituye un asunto sencillo, pues estas últimas fueron diseñadas por un
legislador que en todo momento tuvo como referencia el procedimiento escrito y no el oral que es,
justamente, el que prima en la actualidad. Precaviendo esta inconsistencia la normativa que ha creado los
nuevos tribunales y procedimientos de la reforma ha introducido numerosas disposiciones que tienen por
finalidad, precisamente, evitar la aplicación del Código de Procedimiento Civil.
Sin perjuicio de lo anterior, las normas comunes a todo procedimiento tienen íntegra aplicación en
materia civil y mantienen vigencia en varios aspectos relativos a la tramitación general de los procesos; incluso
en los nuevos procedimientos de la reforma.
Las normas comunes, en asuntos civiles, se aplican de la siguiente manera:
Asunto civil contencioso. Hay que distinguir:
Si tiene una reglamentación especial en Libro III del CPC.
Se aplica dicho procedimiento, complementado con el Libro I.
Supletoriamente se aplica el libro II (art 3° CPC).
Si no tiene reglamentación especial en el Libro III. Se aplican las normas del Libro II
complementadas con el Libro I.
Asunto civil no contencioso. Hay que distinguir:
Si tiene reglamentación especial en el Libro IV.
Se aplican esas normas, complementadas por las disposiciones comunes a los actos
no contenciosos del Título I del Libro IV y complementadas también por el Libro I.
Si no tiene reglamentación especial. Se aplican las normas comunes a todo acto judicial no
contencioso del Título I del Libro IV, complementadas por el libro I. Supletoriamente se aplica
el Libro II.
Capítulo Primero
I LAS PARTES
1. Concepto y Clasificaciones
Se entiende por parte a toda persona natural o jurídica que interviene en el proceso por tener un
interés actual comprometido (no una mera expectativa). También se la ha definido como aquel sujeto que,
en nombre propio, pretende la actuación de una norma de derecho y aquel sujeto respecto de quien se
pide dicha actuación.
El primero de estos sujetos puede denominarse de diversos modos: actor, parte demandante,
querellante, ejecutante, ministerio público, etc. El segundo, parte demandado, ejecutado, querellado,
acusado, etc.
Todo proceso exige la presencia de, a lo menos, dos partes, independientemente de la materia sobre
la cual verse. Como ya hemos señalado, en los asuntos no contenciosos no existe proceso alguno, razón por
la cual hablamos de solicitantes.
Las partes que pueden intervenir en un juicio se denominan, doctrinariamente, como directas e
indirectas.
Partes directas o principales. Son el demandante y el demandado.
Partes indirectas o terceros interesados relativos. Son aquellas personas que, sin ser partes directas
en un litigio, intervienen en él con posterioridad a su iniciación, por tener un interés actual en sus
resultados, sosteniendo pretensiones armónicas (terceros coadyuvantes), autónomas (terceros
independientes) o incompatibles (terceros excluyentes) con las de las partes principales o directas.
Existen también los terceros absolutos o terceros indiferentes, quienes pueden intervenir en
el proceso pero carecen de interés en sus resultados y por lo tanto no son partes. Ejm, testigos
y peritos.
Partes en materia penal. El art 12 del Código Procesal Penal señala que son intervinientes en el
procedimiento penal el fiscal, el imputado, el defensor, la víctima y el querellante, desde que
realizaren cualquier actuación procesal o desde el momento en que la ley les permita ejercer
facultades determinadas.
Capacidad para actuar en juicio o ius postulandi. La capacidad para comparecer, que significa la
posibilidad de iniciar un proceso, sólo habilita para la primera comparecencia y no autoriza a la parte
para intervenir personalmente en cada una de las actuaciones y etapas del proceso, pues para ello se
requiere de “capacidad para actuar en juicio”. Así, la capacidad para postular puede ser
conceptualizada como la facultad para intervenir en el proceso formulando peticiones o solicitando
diligencias. Es una capacidad específica, típica del Derecho Procesal, que sólo la tienen ciertas
personas que poseen los conocimientos indispensables para que el proceso se desenvuelva en forma
normal.
Esta institución se encuentra reglamentada en el artículo 18 del Código de Procedimiento Civil27, que
establece los siguientes casos:
Cuando se deduzca la misma acción (pretensión). Existe la misma acción cuando hay identidad de
causa y objeto pedido. Ejm, los herederos que ejercitan conjuntamente la acción de petición de
herencia.
Cuando se ejerzan acciones (pretensiones) que emanan directa e inmediatamente de un mismo
hecho. Se trata de acciones provenientes de delitos o cuasidelitos civiles para la reparación del daño
producido a diversas personas.
Cuando se proceda conjuntamente por muchos o contra muchos en los casos que lo autoriza la ley.
Se procede contra muchos en el caso de la solidaridad pasiva; se procede por muchos en el caso de
los herederos del acreedor que demandan el cumplimiento de las obligaciones de que era titular su
causante.
Forma de actuar en el proceso en los casos de litis consorcio. De conformidad al art 19, deberán actuar
representados en juicio por un solo mandatario o procurador común, es decir, litigar por una sola cuerda,
cuando las pretensiones deducidas o excepciones opuestas sean idénticas; en caso contrario, cada uno de los
litigantes podrá obrar separadamente en juicio, salvo las excepciones legales (art 20). En todo caso, se
concederá la facultad para obrar separadamente desde que parezca haber incompatibilidad de intereses
entre las partes que litiguen conjuntamente.
Cabe señalar que el art 105 del Código Procesal Penal recoge los ppios expuestos cuando consigna
que la defensa de varios imputados puede ser asumida por un defensor común, a condición de que las
diversas posiciones (coartadas) que cada uno de ellos sustentare no fueren incompatibles entre sí.
Forma de designar el procurador común (arts 12 y 13). Debe ser designado por las partes en el término que
señale el tribunal; si no lo hacen, debe nombrarlo el juez de la causa, debiendo recaer dicho nombramiento
en un procurador del número o en una de las partes. El procurador común debe encuadrar su actuación a las
instrucciones y a la voluntad de las partes que representa, pero si éstas no se ponen de acuerdo sobre la
manera en que debe actuar, el procurador actuará por sí solo y como se lo aconsejare su prudencia, teniendo
siempre presente la más fiel y expedita ejecución del mandato.
27En lo sucesivo, cualquier referencia hecha a un artículo debe entenderse realizada al articulado del Código de Procedimiento Civil,
a menos que se señale expresamente lo contrario.
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
112
Si alguna de las partes no está conforme con lo actuado por el procurador común, el art 16 la faculta
para hacer separadamente las alegaciones y rendir las pruebas que estime conducentes, pero sin
entorpecer la marcha del juicio y haciendo uso de los mismos plazos concedidos al procurador común.
A) Tercero Coadyuvante (art 23). Es aquella persona que, sin ser parte principal en el litigio, interviene en él
con posterioridad a su iniciación, sosteniendo pretensiones armónicas o concordantes con la de alguna de las
partes directas.
La finalidad que persigue es la de ayudar en la defensa de aquella parte con la cual lo liga un interés
coincidente. Por ejemplo, el codeudor que interviene en el juicio que se sigue con otro deudor solidario.
Puede intervenir en cualquier estado del juicio, debiendo respetar todo lo obrado con anterioridad a
su intervención en el juicio.
Su solicitud se tramita en forma incidental. Aceptada, debe actuar conjuntamente con la parte a la
cual coadyuva, constituyendo con ella un procurador común.
B) Tercero Excluyente (art 22). Es aquella persona que, sin ser parte directa en el juicio, interviene en él,
sosteniendo pretensiones incompatibles con las de ambas partes principales.
Este tercero litiga contra el actor y contra el demandado; normalmente su pretensión debería
ventilarse en un juicio separado, pero por razones de economía procesal se permite su intervención. Es el
caso del dueño en juicio reivindicatorio, en que otro (distinto del demandado) le disputa su dominio.
Puede intervenir en cualquier estado del proceso, respetando todo lo obrado. Aceptada su
intervención, no hay consenso sobre cómo debe continuar el juicio, ya que el CPC nada dice al
respecto. Existen tres tesis que tratan de dilucidar este problema:
La intervención del tercero paraliza el juicio entre las partes directas, porque la resolución de
la pretensión del tercero es previa e incompatible con las pretensiones ventiladas en el juicio
entre ellos. Sólo una vez resuelto el derecho del tercero el juicio continúa.
A esta tercería deben extenderse las normas que el CPC establece sobre la tercería de
dominio en el juicio ejecutivo. Luego, debe iniciarse un nuevo juicio en que el tercero sería el
demandante y las partes directas los demandados (habrían entonces dos juicios); pero ambos
procesos se fallarán en una sola sentencia (tesis mayoritaria).
Se inicia un nuevo juicio entre el tercero y las partes directas hasta que lleguen al mismo
estado de tramitación del primer juicio y desde ese momento continuarán conjuntamente y
se fallan en una sola sentencia.
C) Tercero Independiente (art 23). Es aquella persona que, sin ser parte directa en el litigio, interviene en él
con posterioridad a su iniciación, sosteniendo pretensiones propias o autónomas de las de las partes
principales.
Su pretensión no se aviene con ninguna de las de las partes directas. Es el caso del legatario que
interviene en el juicio de nulidad de testamento seguido en contra de un heredero, y que interviene para
sostener su validez en protección de su legado. Se encuentra en la misma situación procesal que el tercero
excluyente y a su respecto son procedentes las mismas observaciones, especialmente la forma como debe
seguirse el juicio.
Así como la intervención voluntaria de terceros en el juicio puede serlo a título de coadyuvantes,
excluyentes o independientes, existen otros casos en que el llamamiento de terceros al juicio es forzado u
obligado por la ley. Ello ocurre a solicitud del demandante o del demandado dentro del término de
emplazamiento cuando se desea hacer extensible a un tercero el efecto de cosa juzgada que se producirá en
el juicio. Ejemplos de este tipo son la citación de evicción o la citación del acreedor hipotecario en el juicio
ejecutivo (arts 584 y 492).
II LA COMPARECENCIA EN JUICIO
1. Concepto
Estrictamente hablando la comparecencia es el acto de presentarse ante un tribunal invocando una
pretensión o contra pretensión, o bien, solicitando un pronunciamiento a propósito de una actuación
judicial no contenciosa. La comparecencia en sentido amplio, en cambio, es el acto de presentarse ante el
juez, tanto para formular una pretensión o defensa, como para la realización de un acto formal (gestión,
trámite o actuación). Vale decir, comparecencia en sentido amplio comprende toda comparecencia, tanto la
primera como todas las demás que sea necesario realizar.
La comparecencia se encuentra regulada en la ley N° 18.120 sobre comparecencia en juicio; en los
arts 4° y ss del CPC; y 394 y siguientes y 520 y siguientes del COT, todas las cuales, no obstante su ubicación,
constituyen normas comunes a todo procedimiento.
2. Reglas Generales
A) Primera presentación. La primera presentación de cada parte o interesado en asuntos contenciosos o no
contenciosos ante cualquier tribunal de la República, sea ordinario, especial o arbitral, debe ser patrocinada
por un abogado habilitado para el ejercicio de la profesión. El abogado se encuentra habilitado cuando no
está suspendido en el ejercicio de la profesión y se encuentra al día en el pago de la patente profesional. Esta
exigencia debe ser fiscalizada por el Secretario o por el Jefe de la Unidad de Causas del respectivo tribunal,
una vez presentada la demanda, querella o solicitud.
En el caso de fiscales del Ministerio Público o defensores penales públicos o licitados, con todo, se
entienden satisfechas estas exigencias con el solo decreto o resolución en que consten sus respectivos
nombramientos.
El patrocinio, por su parte, es un acto jurídico procesal por el cual una persona encomienda a un
abogado la defensa de sus derechos en un tribunal. La función del patrocinante, entonces, radica en tener
la dirección técnico-jurídica del proceso, adaptando el Derecho vigente a las particularidades del caso para el
cual ha sido contratado. En este sentido el patrocinio no es sinónimo de mandato judicial. En la práctica, sin
embargo, habitualmente se designa patrocinante y se confiere poder (mandato) a un mismo abogado.
Para que se perfeccione el acto jurídico del patrocinio el abogado debe firmar la demanda, indicando
su nombre, apellidos y domicilio, dejándose constancia por parte de alguno de los litigantes, además, que lo
confirió al abogado aludido.
El abogado así designado mantiene el patrocinio y su responsabilidad civil, penal y disciplinaria
respecto de la marcha y resultado del pleito o encargo mientras no exista constancia de la extinción del
mismo, cuestión que ocurre en los siguientes casos: renuncia del abogado; revocación del patrocinio por parte
de quien lo confirió; fallecimiento del abogado; o terminación del negocio encomendado.
B) Nadie, salvo excepción, puede comparecer ante un tribunal en asuntos contenciosos o no contenciosos
sino representado por un, mandatario habilitado. El mandato judicial sólo puede otorgarse a las siguientes
personas: un abogado habilitado para el ejercicio de la profesión; un procurador del número; un egresado de
derecho que se encuentre haciendo su práctica legal en alguna CAJ; un estudiante que se encuentre inscrito
en tercero, cuarto o quinto año de la carrera de Derecho en alguna Facultad de Ciencias Jurídicas o Sociales
autorizadas por la ley; y un egresado de Derecho de alguna de esas mismas escuelas de Derecho hasta tres
años después de haber rendido los exámenes de egreso correspondientes.
En lo concerniente al tema del mandato judicial nos remitimos al tratamiento que de él haremos más
adelante.
C) La ley faculta en ciertos casos la comparecencia personal ante un tribunal. Las principales situaciones de
esta especie son las siguientes:
En aquellos casos en que la ley exija la comparecencia personal de las partes. Por ejemplo, en la
situación de citación a audiencia de conciliación o de prueba confesional.
El juez de la causa puede autorizar a un litigante para comparecer y defenderse personalmente en
atención a la naturaleza y cuantía del asunto y de las circunstancias que se hicieren valer por aquél.
Sin perjuicio de ello, el juez siempre estará facultado para exigir la intervención de abogados cuando
su falta pudiere producir vicios o distorsiones en el procedimiento.
La denuncia por delitos de acción penal pública y de acción pública previa instancia particular puede
ser presentada directamente por la persona que autoriza la ley (arts 53 y 54 del CPP).
En los recursos de protección y de amparo.
D) La comparecencia ante las Cortes de Apelaciones puede ser personalmente o mediante representación
de abogado habilitado o procurador del número. Sin embargo, debe tenerse presente que si en alguna de
estas Cortes es necesaria una defensa oral, esta sólo podrá hacerse efectiva por abogado habilitado o por un
postulante de la CAJ.
Teniendo en consideración las características de la tramitación ante los tribunales superiores de
justicia hace generalmente necesaria la defensa oral, la verdad de las cosas es que la comparecencia de las
partes es casi impracticable.
Asimismo, el art 398 inc 2° COT dispone que el litigante rebelde –el que no ha comparecido en el
juicio- sólo puede hacerlo en estos tribunales por medio de abogado habilitado o por procurador del número.
E) La comparecencia ante la Corte Suprema sólo puede realizarse por abogado habilitado o por procurador
del número.
1. Concepto
El artículo 2116 CC dispone que el mandato es un ctto en que una persona confía la gestión de uno o
más negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera. El mandato judicial es,
entonces, ante todo, un ctto de mandato especial por el cual se confía una gestión procesal.
El mandato judicial admite dos tipos clases: el mandato de patrocinio y el mandato de procúratela.
El mandato de patrocinio, entonces, es un ctto de mandato especial mediante el cual una persona
confía a un abogado la defensa de sus derechos en juicio o de otra gestión judicial. En este caso el abogado
asume la responsabilidad de fiscalizar jurídicamente el asunto a él encomendado. Con todo, si además se hace
necesaria la representación del litigante (procuratela), el patrocinante también puede asumir esta última,
tomando la representación de su patrocinado en las diversas instancias del juicio o asunto.
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
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El mandato de procuratela, en cambio, es un ctto de mandato especial mediante el cual una persona
confía a un procurador la representación de sus derechos en juicio o en otra gestión judicial.
orden a asegurar que la parte a quien dice representar ratificará lo expuesto por aquél más adelante. Esta
garantía se denomina fianza de rato o de ratificación.
Si el tribunal acepta la agencia oficiosa y fijará un plazo para que el litigante ratifique lo obrado por el
agente oficioso y constituya en forma el mandato judicial. Si lo anterior no sucede, todo lo obrado por éste
adolecerá de nulidad procesal, haciéndose exigible la fianza de rato para responder de los perjuicios derivados
de la actuación frustrada del agente oficioso.
A) Facultades ordinarias o de la esencia. Estas facultades son aquellas inherentes al mandato judicial y, por
lo mismo, se entienden implícitas en él aunque no se concedan expresamente. Así, el poder para litigar se
entiende conferido para todo el juicio en que se presente y aun cuando no exprese las facultades que se
conceden, autorizan al procurador para tomar parte, del mismo que podría hacerlo el poderdante, en todos
los trámites e incidentes del juicio y en todas las cuestiones que por vía de reconvención se promuevan, hasta
la ejecución completa de la sentencia definitiva (art 7° inc 1°). Cualquier cláusula en la que se niegue o limite
estas facultades es nula.
B) Facultades de la naturaleza. Son aquellas que se presumen incorporadas al mandato judicial. La exclusión
de las mismas requiere de una cláusula expresa. La facultad de la naturaleza del mandato judicial es, por
antonomasia, la de delegar el mandato obligando al mandante.
Esta facultad de delegar el mandato puede ser ejercida por el procurador una sola vez, esto es, el
delegado no puede delegar nuevamente el mandato a otra persona, so pena de nulidad procesal. Así lo ha
reconocido reiteradamente la jurisprudencia de nuestro país.
lo anterior, debe tenerse presente que, conforme al art 397, no obstante haberse concedido al
procurador facultad expresa para absolver posiciones en nombre de su mandante, siempre se puede
exigir la confesión judicial de la parte, en persona. Este derecho corresponde a la contraparte.
Renunciar a los recursos y términos (plazos) legales. La facultad de renunciar a los recursos se
encuentra vinculada a la conformidad con las resoluciones pronunciadas por el tribunal,
absteniéndose el litigante, pues, de deducir recursos procesales respecto de la decisión del órgano
jurisdiccional que lo ha juzgado. La renuncia a los plazos legales, por su parte, generalmente tiene su
origen en el interés de las partes en el proceso en cuanto a agilizar la tramitación de éste.
Transigir. La transacción es un ctto por el cual se termina extrajudicialmente un litigio pendiente o se
precave uno eventual, mediante concesiones recíprocas. La transacción produce el efecto de cosa
juzgada, esto, sumado a que en ella se produce necesariamente una renuncia de pretensiones o
derechos, hace que se requiera de poder especial para celebrarla.
Comprometer. Se trata de la facultad para celebrar el ctto de compromiso.
Otorgar a los árbitros facultades de arbitradores. Se trata de la facultad para designar árbitros que
se someten al procedimiento fijado por las partes y en su defecto a las normas subsidiarias del CPC y
para que fallen, asimismo, conforme a la prudencia y a la equidad.
Aprobar convenios. Los convenios son convenciones celebradas en el procedimiento de quiebra
entre el fallido (deudor declarado en quiebra) y la masa de sus acreedores.
Percibir. Es la facultad para recibir o retirar el dinero o valores que se deban entregar a alguno de los
litigantes durante la tramitación del proceso.
Capítulo Segundo
1. Concepto
Las actuaciones judiciales son actos jurídicos procesales emanados directa o indirectamente del
tribunal que requieren para su validez ser autorizados –por lo general- por un ministro de fe. Se las ha
conceptuado también como los actos jurídicos procesales, más o menos solemnes, realizados por el tribunal
(o a través de él o por su orden), por las partes, funcionarios auxiliares o por terceros, de los cuales debe
dejarse constancia escrita en el expediente, practicarse en días y horas hábiles y ser autorizados por un
ministro de fe.
Como lo hemos expuesto, el proceso se desarrolla en base a una serie de actos jurídicos de
procedimientos en los que se entrecruza en forma compleja la actividad jurídica de las partes y del tribunal,
los cuales se concatenan armónicamente en base al ppio del orden consecutivo legal. El proceso, en
consecuencia, se compone de una pluralidad de actos y, de entre estos, las actuaciones judiciales son aquellas
en las que aparece involucrada la actividad del tribunal en función del objeto del proceso.
Así las cosas, las actuaciones judiciales constituyen un tipo o especie de acto procesal cuya matriz
normativa la encontramos en los arts 59 y ss del CPC. Las actuaciones judiciales por antonomasia son las
resoluciones judiciales, pero existen otras de no poca relevancia, tales como la intervención de un intérprete,
el juramento o las notificaciones.
c) De las actuaciones debe dejarse constancia en el registro del proceso (art 61). Debe señalarse el
lugar en que se practicó la actuación, la fecha, las formalidades, la expresión de haber leído la
constancia a los interesados y la firma de todas las personas que hayan intervenido en la actuación.
No obstante lo anterior, en el derecho procesal de la reforma, en que predomina la oralidad, el
registro válido de las actuaciones judiciales se verifica en un sistema de soporte computacional MP3
–registro de audio de las audiencias-, y en una base de datos también de naturaleza computacional,
para aquellas actuaciones judiciales verificadas fuera de audiencia.
d) Deben ser autorizadas por el ministro de fe que corresponda (art 61 inc final).Esta exigencia tiene
por fundamento el hecho de que la ley procesal ha entendido desde siempre que la especial
relevancia de la actuación del tribunal debe estar refrendada por alguien que certifique la
autenticidad de la misma. La omisión de este requisito importa la nulidad procesal del mismo.
1. Proceso y Expediente
Señalamos con anterioridad que el proceso constituye un medio de resolución de conflictos de
relevancia jurídica en que interviene directamente el Estado mediante el conocimiento, juzgamiento y la
ejecución de lo dirimido.
El Título V del Libro I del CPC, en cambio, utiliza la expresión proceso como sinónimo de expediente,
esto es, el conjunto de escritos presentados por las partes, documentos y constancias físicas de todo tipo de
actuaciones que se presentan o verifican en el juicio. Esta referencia al proceso material tiene su origen en la
vigencia generalizada del procedimiento escrito que, antiguamente, era la regla general. Así las cosas, cada
causa o juicio se concretaban en un expediente de papel cosido manualmente y en cuyo interior se debía
incorporar cualquier actuación que ocurriera. En consecuencia, se decía que todo lo que no estaba
incorporado en el expediente “no existía” en cuanto trámite del proceso o juicio.
Con el desarrollo de la tecnología y la implementación masiva de los procedimientos orales en nuestro
país, el concepto de expediente ha perdido gran parte de la importancia que tuvo algún día, pues actualmente
el registro del proceso se realiza bajo la modalidad del registro de audio en las audiencias públicas y del
registro computacional escrito respecto de aquellas actuaciones que se realicen fuera de audiencia.
2. Los Escritos
Corresponden a las presentaciones escritas que realizan las partes en el proceso y en las que
consignan las peticiones que someten a la consideración del tribunal. En consecuencia, escrito no es sinónimo
de documento, pues esta última expresión se reserva para aludir a los instrumentos acompañados por las
partes a fin de probar sus pretensiones. Del mismo modo, tampoco es sinónimo de actuación judicial, pues
ésta alude a la actividad del tribunal y no a la de las partes.
Los requisitos comunes a todo escrito son los siguientes:
Deben presentarse en papel simple, en idioma castellano.
No deben tener más de 30 líneas.
Deben encabezarse con una suma que indique su contenido, individualizando al tribunal ante el cual
se presentan.
Deben acompañarse tantas copias cuantas sean las partes a notificar, salvo los que soliciten
diligencias de mera tramitación.
Se presentan por conducto del secretario del tribunal, quien deberá estampar en cada hoja la fecha
y su media firma, o estampar el cargo. Debe, además, pasar los escritos al despacho del juez dentro
del plazo máximo de 24 hrs. desde su recepción, o inmediatamente o al día siguiente hábil si la
entrega se hace después de la hora de funcionamiento del tribunal.
Las piezas se agregan sucesivamente, según el orden de su presentación.
1. Principios Generales
Como señalamos a propósito del ppio formativo del proceso de la gratuidad, no obstante que el real
acceso a la justicia presume la obligación del Estado de soportar la inmensa mayoría de los gastos derivados
de la litigación, éste no es un ppio absoluto, pues todo proceso siempre irroga gastos para las partes.
En otras palabras, si bien el Fisco, por lo general, se hace cargo del pronunciamiento de la
remuneración de los jueces, fiscales del Ministerio Público, funcionarios judiciales, etc; otros costos
específicos derivados del proceso han de ser absorbidos directamente por los litigantes. A este respecto, la
regla se encuentra en el art 25 que indica que todo litigante se encuentra obligado a pagar a los oficiales (léase
coadyuvantes) a la administración de justicia los derechos que los aranceles judiciales señalen para los
servicios prestados en el proceso (notarios, conservadores, receptores, peritos, etc).
Se hace excepción a estas reglas, sin embargo, cuando una parte es obligada a soportar en forma
exclusiva todos los gastos del juicio –incluso los de la contraparte- por haber sido condenada en costas; o
cuando un litigante no se encuentra obligado al pago de aquéllos por gozar del privilegio de pobreza.
2. Las Costas
Las costas son una sanción procesal que se impone mediante una resolución judicial y que obliga al
litigante sancionado a pagar los gastos de la causa.
La regla general se encuentra en el art 144 que dispone que la parte vencida totalmente en juicio o
en un incidente será condenada al pago de las costas. Esta disposición se relaciona con el art 146 que prohíbe
que se condene en costas cuando se hayan emitido, por los jueces que concurren al fallo de un tribunal
colegiado, uno o más votos favorables a la parte que pierde la cuestión resuelta.
A pesar de que concurran los presupuestos del art 144 el tribunal puede, no obstante, eximir al
litigante vencido del pago de las costas de la causa cuando estime que tuvo motivos plausibles para litigar.
Las costas, además, pueden ser procesales o personales.
Costas procesales. Corresponden al pago de ciertos servicios a cuyo respecto existen aranceles
preestablecidos. Este tipo de costas son tasadas por el juez de acuerdo al arancel vigente y sólo
pueden comprender las diligencias o actuaciones necesarias o las autorizadas por la ley.
Costas personales. Corresponden a los honorarios de los abogados y otras personas que hubieren
intervenido en el juicio y cuyos emolumentos no estuvieren preestablecidos (abogados,
procuradores, etc). Estas costas son reguladas prudencialmente por el juez.
Una vez tasadas las costas procesales y reguladas las personales, deben ponerse en conocimiento de
las partes, quienes tienen el plazo de tres días para formular observaciones. Si nada dicen, se tendrán por
aprobadas; si hay objeciones, el juez resolverá de plano o le dará tramitación incidental (art 141 y 142).
IV LOS EXHORTOS
1. Ideas Generales
Los exhortos, como bien sabemos, se dan en el contexto de la competencia delegada, cuando un
tribunal con competencia natural faculta a otro con la finalidad específica de que éste realice ciertas
actuaciones judiciales por encargo del primero. Su finalidad es resolver ciertos inconvenientes prácticos que,
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a veces, se producen durante la tramitación de un proceso y que entorpecen la labor del tribunal que delega
su competencia. Estos inconvenientes tienen que ver con la realización de actuaciones o diligencias derivadas
de un proceso que han de verificarse fuera del territorio en el que el tribunal de la causa detenta competencia,
las que por lo general consisten en notificaciones o la realización de determinadas diligencias probatorias.
A) Exhorto internacional o dirigido al extranjero (art 76). Deben remitirse a la Corte Suprema, quien lo
tramita por medio de su Presidente, si es un exhorto de mera tramitación, o a través de una de sus salas, en
el caso contrario. Acabada esta tramitación se remite al Ministerio de Relaciones Exteriores para que éste le
de curso en la forma que corresponda, según haya o no Tratados Internacionales al respecto con el país donde
deben practicarse las actuaciones pertinentes.
B) Exhortos nacionales (art 71). Son los que se dirigen entre tribunales de la República. Su tramitación es
obligatoria para el tribunal exhortado. La tramitación de estos exhortos es la siguiente:
Ante el tribunal exhortante. Se requiere de una solicitud de parte, la que debe contener la actuación
que se solicita y la persona que lo diligenciará, o indicar que lo tramitará la persona que lo presente
o cualquier otra persona. La resolución que da lugar al exhorto debe contener la transcripción de la
solicitud de aquél y deben insertarse los escritos, resoluciones y demás pormenores necesarios para
que el tribunal exhortado pueda cumplir o hacer cumplir la actuación de que se trate.
Ante el tribunal exhortado. Debe ordenar su cumplimiento en la forma que lo indique el exhorto y
no puede decretar otras gestiones que las necesarias a fin de darle curso y habilitar al juez de la causa
para que resuelva lo conveniente.
C) Exhorto circulante o ambulatorio (art 74). Cuando hay que realizar actuaciones ante distintos tribunales
en distintos territorios, se puede proceder de las siguientes formas:
Remitir tantos exhortos cuantos sean los tribunales ante los que se deben practicar esas actuaciones,
o
Utilizar el llamado exhorto ambulatorio, que consiste en que a través de un solo exhorto se requiere
de diversos tribunales la práctica de actuaciones judiciales que se vallan realizando en forma
sucesiva. En este caso, las primeras actuaciones realizadas, junto con la comunicación que las motive,
se remiten por el tribunal que haya intervenido en ellas al que deba continuarlas en otro territorio.
V PLAZOS Y REBELDÍAS
1. Concepto de Plazo
El art 1494 del CC lo define señalando que es la época que se fija para el cumplimiento de una
obligación. Se trata, pues, de un hecho futuro y cierto –pues sabemos cuándo ocurrirá- del cual depende el
ejercicio o la extinción de un derecho.
En materia procesal el plazo o término es el período o lapso otorgado para la realización de un acto
jurídico procesal.
Como ya hemos tenido oportunidad de señalar, el derecho procesal se encuentra sometido a diversos
rituales que han de ser cumplidos a fin de impulsar hacia adelante el proceso con el propósito de que éste
concluya, finalmente, mediante una sentencia definitiva que produzca el efecto de cosa juzgada. Eso obliga,
entonces, a que todos los intervinientes en el proceso –incluido el tribunal- deben cumplir con los actos
jurídicos procesales a ellos exigidos dentro de un espacio de tiempo determinado y preestablecido a fin de
que el procedimiento se desarrolle en base al ppio de la preclusión legal.
2. Principales Clasificaciones
A) Según su origen o fuente los plazos pueden ser legales, convencionales o judiciales.
Plazos legales. Son aquellos que se encuentran establecidos expresamente en un texto legal.
Constituyen la regla general en materia de plazos procesales.
Plazos judiciales. Son aquellos establecidos por el tribunal que conoce de la causa y su principal
característica, como veremos enseguida, es su carácter prorrogable.
Plazos convencionales. Son aquellos convenidos por las partes en el proceso en virtud del ppio de la
autonomía de la voluntad. Son excepcionales. Ejm, reducción del término probatorio en el
procedimiento ordinario (art 328 inc 2° y 339); lo mismo ocurre respecto del plazo de la investigación
criminal (art 18 CPP).
B) Según el momento en que expira el derecho para realizar un acto jurídico en el proceso los plazos pueden
ser fatales o no fatales.
Plazos fatales. Son los que se extinguen por el solo ministerio de la ley una vez transcurrido que sea
el lapso o tiempo preestablecido para aquéllos sin que sea necesario declarar su extinción mediante
la denominada rebeldía. La generalidad de los plazos procesales en el ordenamiento jurídico nacional
son fatales. Esto significa que, si a una parte la ley le ha concedido un cierto plazo para realizar una
actuación en el procedimiento, una vez transcurrido dicho plazo, se extingue de inmediato su derecho
para poder realizarla. En otras palabras, salvo norma legal expresa que lo autorice, los plazos fatales
siempre son improrrogables.28
Plazos no fatales. Son aquellos en que el solo transcurso del tiempo en que consiste el plazo no
extingue la facultad de la parte para realizar la actuación respecto de la cual aquél está concedido,
pues es necesario que el tribunal realice en forma previa el trámite de acusar rebeldía. Si este trámite
aún no ha sido verificado, a pesar de encontrarse expirado el plazo concedido, la parte puede de todas
formas realizar válidamente la actuación en el proceso. Los plazos no fatales característicos son los
judiciales, pues así lo dispone expresamente el art 78 que señala que vencido un plazo judicial para la
realización de un acto procesal sin que éste se haya verificado por la parte respectiva, el tribunal, de
oficio o a petición de parte, declarará evacuado dicho trámite en su rebeldía y resolverá lo que
corresponda. A contrario censu, los plazos no fatales son prorrogables, pues mientras no se haya
verificado la declaración de rebeldía el plazo en cuestión se mantiene subsistente.
D) Según el instante en que comienzan a correr, los plazos pueden ser individuales o comunes.
Plazos individuales. Son aquellos cuyo cómputo se inicia para cada litigante a partir del día de su
notificación. Constituyen la regla general, contenida en el art 65.
28 Esta innovación se produjo a partir de la entrada en vigencia de la ley N° 18.705 de 1988 que tuvo por finalidad acelerar la
tramitación de los procesos; esta modificación legal ha sido recogida por toda la normativa procesal entrada en vigencia con
posterioridad.
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EGRESADO DE DERECHO
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Plazos comunes. Son aquellos que se inician conjuntamente para todos los litigantes sólo una vez
practicada la última de las notificaciones. El ejemplo clásico de este tipo de plazos es el término
probatorio civil del art 327.
E) Según su duración, los plazos pueden ser de días, meses o años. El art 48 del CC dispone que los plazos de
días, meses y años son de días completos y duran hasta la medianoche del último día del plazo. En virtud de
lo anterior, estos plazos comienzan a regir desde el momento en que se verifica la notificación de la resolución
respectiva pero, al ser de días completos, el primer día del plazo será siempre el siguiente a aquél en que se
realizó la notificación.
F) Según si el término se suspende o no durante los feriados, los plazos pueden ser continuos o discontinuos.
La regla general contenida en el art 50 del CC establece que los plazos de años, meses y días no se suspenden
los días feriados. Sin embargo, en materia procesal civil los plazos de días se entienden suspendidos durante
los feriados, salvo que el tribunal, por motivos justificados, haya dispuesto expresamente lo contrario (art 66).
En materia penal, en cambio, todos los días y horas se consideran hábiles para las actuaciones del
procedimiento y no se suspenden los plazos por la existencia de días feriados (art 14 inc 1° CPP).
4. Efectos de la Rebeldía
A) Efectos principales. El efecto inmediato y más relevante de la declaración de rebeldía consiste en que
precluye el derecho del declarado rebelde para realizar el acto procesal a que estaba originalmente
facultado.
En primera instancia. Este efecto sólo tiene incidencia para el acto concreto, ya que sólo precluye el
derecho para realizar el acto que no se verificó en el plazo no fatal, pero las resoluciones que se dicten
con particularidad en la causa deben seguir siendo notificadas al litigante rebelde.
En segunda instancia. El efecto es permanente para el apelado, pues conforme a lo dispuesto en el
art 202, no es necesario notificarle las resoluciones dictadas con posterioridad en la causa. No
obstante ello, el apelado puede comparecer en cualquier estado del recurso, siempre que sea
representado por procurador del número o abogado habilitado.
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B) Efectos particulares. Existen otros efectos de la declaración de rebeldía que se encuentran expresamente
regulados en normas específicas. Estos efectos particulares, sin embargo, tienen por virtud sancionar al
litigante que no ha comparecido dentro del plazo establecido al efecto, mediante la presunción de veracidad
de los fundamentos de hecho esgrimidos por el demandante al momento de sustentar su pretensión procesal.
Este importantísimo efecto no es el propio de la declaración de rebeldía en cuanto tal, pues como
hemos señalado, ésta se vincula al incumplimiento de los plazos no fatales y no a los efectos derivados de la
inactividad procesal a propósito de un plazo legal (fatal), como sucede en estos casos.
Ejemplos de estos últimos son los siguientes:
Con motivo de la prueba confesional en el procedimiento civil si el confesante no comparece al
segundo llamado se lo tiene por confeso de los hechos afirmados categóricamente en el pliego de
posiciones (art 394).
Si el citado a confesar firma o a confesar deuda no comparece o da respuestas evasivas se le tiene
por reconocida la firma o por confeso de la deuda (art 435).
Capítulo Tercero
LAS NOTIFICACIONES
Sumario: I. Generalidades; II. Notificación Personal; III. Notificación Especial del Art. 44 o
Subsidiaria; IV. Notificación por Cédula; V. Notificación por el Estado Diario; VI. Notificación por
Avisos; VII. Notificación Tácita y Presunta; VIII Otras Clases de Notificaciones.
I GENERALIDADES
1. Concepto
Cuando analizamos la naturaleza jurídica del proceso señalamos que, independientemente de la
teoría que consideremos, lo cierto es que todo proceso conlleva la existencia de diversas relaciones jurídicas
que se entrecruzan en base al actuar de los intervinientes.
En este mismo orden de ideas, dijimos que la forma normal en que un tribunal expresa su voluntad
es por medio de las resoluciones judiciales. Pues bien, la notificación se nos presenta, entonces, como una
actuación judicial destinada específicamente a poner en conocimiento de las partes o de terceros una
resolución judicial. Están reglamentadas en el Título VI del Libro I del CPC, arts 38 al 58 inclusive.
Las notificaciones son importantes desde un doble punto de vista:
Permite materializar dentro del proceso el ppio de la bilateralidad de la audiencia, puesto que al
poner en conocimiento de las partes una resolución judicial les posibilita ejercer sus derechos.
Permiten que las resoluciones judiciales produzcan efectos. Al respecto, el art 38 prescribe que las
resoluciones judiciales sólo producen efectos en virtud de notificación hecha con arreglo a la ley, salvo
los casos expresamente exceptuados por ella. Son excepciones que confirman la regla general, entre
otras, las siguientes:
Las medidas precautorias pueden decretarse y llevarse a efecto sin previa notificación (art
302).
La resolución que declara desierta la apelación (art 201) y las resoluciones que se dicten en
segunda instancia respecto del apelado rebelde (art 202).
La resolución que ordena despachar o denegar el mandamiento de ejecución y embargo, que
produce efecto sin audiencia ni notificación del demandado, aun cuando éste se haya
apersonado en el juicio (art 441).
La resolución que ordena la suspensión de una obra nueva (art 566).
En el derecho concursal, la resolución que declara la quiebra del fallido produce sus efectos
desde que se dicta (art 52 de la ley N° 18.175).
En el proceso penal, tratándose de casos urgentes en que la inmediata autorización u orden
judicial sea indispensable para el éxito de una diligencia de investigación penal, ésta puede
ser solicitada y otorgada por el juez de garantía por cualquier medio idóneo, sin perjuicio de
la constancia posterior en el registro correspondiente (art 9° CPP).
llamamiento que se hace al demandado para que se defienda en el juicio, compareciendo ante el
tribunal en el plazo que le acuerda la ley para tal fin.
Requerimiento. Es el acto por el cual el tribunal ordena a las partes o a los terceros hacer o no hacer
alguna cosa determinada que no consista en una comparecencia ante él. Por ejemplo, el
requerimiento de pago al deudor en el juicio ejecutivo.
II NOTIFICACIÓN PERSONAL
2. Requisitos
Están establecidos en los artículos 40, 41 y 42, entendidos como los requisitos genéricos aplicables a
la primera notificación de una gestión judicial. Tales requisitos son de forma, tiempo y lugar.
Requisitos de forma. El modo de realizar la notificación personal consiste en la entrega personal por
parte del ministro de fe al notificado de la copia íntegra de la resolución y de la solicitud en la que
haya recaído cuando ésta sea escrita. La omisión de este requisito o la entrega de copias inexactas
vician de nulidad el acto de la notificación (art 40).
Tiempo y lugar.
Lugar de libre acceso público. Puede efectuarse en cualquier día y a cualquier hora.
Morada o lugar donde pernocta el notificado o en el lugar en que éste ordinariamente ejerce
su industria, profesión o empleo, o en cualquier recinto privado en que se encuentre y al cual
se le permita el ingreso del ministro de fe. La notificación puede hacerse en cualquier día entre
las seis y las veintidós horas.
Un Notario Público u Oficial del Registro Civil. Cuando en la localidad en que se deba notificar no hay
receptor (art 58).
Un empleado del tribunal, cuando se lo designa receptor ad-hoc (art 58).
Cabe consignar que la implementación de los nuevos procedimientos orales también ha flexibilizado
las exigencias tradicionales requeridas a las personas facultadas para practicar la notificación personal. En
efecto, la regla general consiste hoy en que la notificación personal de las resoluciones judiciales deba ser
realizada por los funcionarios del propio tribunal que hubiere expedido la resolución y que hubieren sido
designados para cumplir esta función por el Juez Presidente del Comité de Jueces, a propuesta del
Administrador del Tribunal. Sin embargo, el tribunal, en casos calificados, puede ordenar que la notificación
personal sea practicada por otro ministro de fe o incluso por la policía en materia laboral o de familia (art 23
de la ley N° 19.968 y art 436 de la Ley N° 20.087 sobre procedimiento laboral).29
1. Concepto
Se entiende por tal una forma especial de notificación personal que tiene lugar cuando la persona a
quien debe notificarse personalmente no es habida en su habitación o en el lugar donde habitualmente
ejerce su industria, profesión o empleo, después de haber sido buscada en dos días distintos.
Ha querido la ley con esta forma de notificación crear un efectivo mecanismo para aquellos casos en
que no resulta fácil encontrar al notificado o éste, sencillamente, trata de evadir al ministro de fe con el
propósito de frustrar la diligencia.
Este tipo de notificación se cumple mediante la entrega de una cédula o documento escrito a
cualquier persona adulta que se encuentre en la morada o lugar de trabajo del notificado. En dicha cédula se
consignan los aspectos relevantes de la solicitud formulada al tribunal y de la resolución recaída sobre ésta.
2. Requisitos de la Notificación
Búsquedas. El individuo a notificar debe ser buscado en dos días distintos en su habitación o morada
o lugar de trabajo sin ser habido.
29 En materia procesal penal, la autorización para proceder de esta manera, contenida antiguamente en el art 24 del CPP, fue derogada
por la ley N° 20.227 de 2007. En la práctica, sin embargo, los jueces de garantía siguen ejerciéndola amparados, según señalan, en la
facultad constitucional de dar órdenes a las policías, contenida en el art 76 inc 3° de la CPR.
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Cabe consignar, además, que el legislador ha flexibilizado en el último tiempo las exigencias de
búsqueda y autorización del tribunal a fin de agilizar las notificaciones mediante esta modalidad. Así,
tenemos:
Ley N° 19.968, que crea los tribunales de familia. El art 23 inc 2° establece que no es necesaria nueva
orden del tribunal para practicar la notificación subsidiaria, siempre que el ministro de fe establezca
cuál es su morada y que se encuentra en el lugar del juicio.
Ley N° 20.087, sobre procedimiento laboral. Además de no necesitar nueva orden, el ministro de fe
está facultado para realizar una sola búsqueda para proceder a la notificación en el mismo acto.
2. Requisitos de la Notificación
Entrega de la cédula en el domicilio del notificado. La notificación se practica por el ministro de fe,
entregando en el domicilio del notificado una cédula que contenga copia íntegra de la resolución y
los datos necesarios para su acertada inteligencia (generalmente el número de rol del proceso, su
identificación según la clase de juicio, el nombre de las partes y el tribunal ante el cual se sigue el
proceso).
Constancia escrita en el proceso. Una vez practicada la notificación, el ministro de fe debe poner en
“los autos” testimonio de la notificación con expresión del día, lugar, nombre, edad, profesión y
domicilio de la persona a quien se haga la entrega.
2. Requisitos de la Notificación
Debe incluirse en el estado el número de resoluciones que se dictaron en el proceso el día de la
formación de aquél. El estado se encabeza con la fecha del día en que se forme y deben mencionarse
por el número de orden que le corresponde en el rol general, expresado en cifras y en letras, y además
por los apellidos del demandante y del demandado, todas las causas en que se haya dictado
resolución aquel día, así como el número de resoluciones dictadas en cada una de ellas.
El estado debe formarse diariamente en la Secretaría de cada tribunal. Deben mantenerse durante
tres días en un lugar accesible al público. La resolución se entiende notificada el día en que ella es
incluida en el estado.
Constancia en el proceso. De las notificaciones practicadas por el estado diario debe ponerse
testimonio en el proceso. Los errores u omisiones en dicho testimonio no invalidan la notificación,
pero hacen responsable disciplinariamente al funcionario que incurrió en ellos.
Requisitos
Presupuestos de hecho. Esta notificación tiene lugar cuando corresponda notificar personalmente o
por cédula a personas cuya individualidad o residencia sea difícil de determinar o que por su número
dificulten considerablemente la práctica de la diligencia.
Autorización del tribunal. A solicitud de la parte interesada, el tribunal que ha pronunciado la
resolución o ha intervenido en la actuación que debe ser notificada es el que ha de autorizar la
notificación por avisos. La calificación de la procedencia o no de la notificación por avisos la realiza el
juez que conoce del proceso. A esto se refiere el art 54 cuando dice que el juez debe proceder con
conocimiento de causa. En otras palabras, el juez de oficio debe adoptar todas las medidas que estime
conducentes a objeto de tener por justificados o no los presupuestos de hecho ya analizados. Si la
considera pertinente, debe, en su resolución, autorizarla expresamente, determinar los diarios en
que haya de practicarse la notificación y el número de veces que deben efectuarse las
publicaciones, el cual no puede ser inferior a tres.
Formalidades. Los avisos deben contener los mismos datos que se exigen para la notificación
personal, pero si la publicación resulta excesivamente cara, el tribunal puede autorizar que se haga
en extracto redactado por el Secretario. La notificación se entiende practicada una vez publicado el
último de los avisos ordenados por el tribunal.
Constancia en el proceso. Por razones de seguridad jurídica –y no por exigencia legal-, se debe
solicitar al Secretario que deje constancia de las publicaciones realizadas a través de la certificación
correspondiente, según lo faculta el art 61.
Por último, debemos señalar que la implementación de los procedimientos orales también ha
contribuido a la flexibilización de la notificación por avisos. Así, tenemos que el art 439 de la ley N° 20.087
faculta al juez del trabajo para que autorice la notificación mediante la publicación de un aviso o por cualquier
medio idóneo que garantice el derecho a la defensa y los ppios de igualdad y bilateralidad de la audiencia. Si
se opta por la publicación, se publicará extractada y por una sola vez en el Diario Oficial u otro diario de
circulación nacional o regional. La ley que crea los juzgados de familia contiene una norma análoga, en lo
substancial, a la analizada.
Si bien es cierto las Disposiciones Comunes a Todo Procedimiento no regulan más notificaciones de
las ya analizadas, existen algunas otras de gran importancia contenidas en leyes especiales referidas a los
nuevos procedimientos orales, los cuales han impulsado la utilización de medios tecnológicos y de
herramientas que resulten más eficaces y rápidas para comunicar a las partes el contenido de las resoluciones
del tribunal.
Estas otras formas tienen su primera y más genérica consagración normativa en el art 31 del CPP que
faculta cualquier interviniente en el procedimiento para proponer respecto de sí otras formas de
notificación que el tribunal pueda aceptar cuando, en su opinión, resultan suficientemente eficaces y no
causan indefensión.
Además de la notificación personal en audiencia, en el actual procedimiento penal la regla general
es la notificación mediante correo electrónico, motivo que ha llevado a los tribunales a requerir de los
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EGRESADO DE DERECHO
133
intervinientes, en su primera gestión, el señalamiento de un e-mail para los fines de la práctica de esta forma
de notificación.
La norma implementada por el CPP aparece luego recogida en el art 23 inc final de la ley N° 19.968
sobre Tribunales de Familia y en el art 432 de la ley N° 20.087 sobre Procedimiento Laboral.
Otras formas especiales de notificación, aunque subsidiarias, son las siguientes:
Notificación por carta certificada despachada al domicilio de la persona a notificar. Esta notificación
se entiende practicada en días posteriores a la fecha de entrega de la carta en la oficina de correos,
de lo cual debe dejarse constancia en el registro del proceso. En el procedimiento laboral la
notificación se entiende realizada 5 días después de la entrega de la carta; y en el de familia 3 días
después de dicha entrega.
Notificación practicada directamente por personal policial. Esta última procede cuando la
notificación deba realizarse en lugares de difícil acceso o cuando la seguridad del ministro de fe corre
un evidente riesgo.
Capítulo Cuarto
I GENERALIDADES
1. Concepto
Una resolución judicial es una actuación procesal del tribunal en base a la cual el órgano
jurisdiccional emite un pronunciamiento de oficio o a petición de parte respecto de un asunto de su
competencia.
El concepto de “resolución” se encuentra asociado a la idea de “resolver” o “tomar una decisión
respecto de algo”. Ese “algo”, en este caso, no es otra cosa más que el procedimiento del cual conoce el juez
a quien se le ha entregado la facultad para dirimir un conflicto de relevancia jurídica o autorizar un negocio
de su competencia.
Las resoluciones judiciales pueden estar enfocadas a los aspectos de fondo relacionados con los
fundamentos de la pretensión o contra pretensión deducidas, o bien, pueden ser de simple sustanciación,
esto es, destinadas a dar curso progresivo al procedimiento o a sentar las bases del tinglado procesal de la
causa. La diferencia entre unas y otras se vincula al efecto de cosa juzgada del que nos haremos cargo más
adelante.
Estas resoluciones judiciales son en esencia un acto jurisdiccional, razón por la cual siempre deben
emanar de un juez. Sólo excepcionalmente la ley autoriza que ciertas resoluciones de menor entidad que no
importan un pronunciamiento de fondo emanen de otra autoridad. Ejemplo de ellos es la facultad de que
disponen los Secretarios letrados de los juzgados civiles para dictar por sí solos los decretos, providencias o
proveídos de mera sustanciación, los que son autorizados por el oficial primero (art 33 inc 2°).
Así las cosas, la única función del ministro de fe en los tribunales de la reforma en lo concerniente a
las resoluciones judiciales dice relación con autorizar las copias impresas o reproducciones de las resoluciones
judiciales insertas en el registro computacional de la causa ya sean estas escritas o de audio. Sin embargo, en
todos estos casos autorizan copias de resoluciones ya pronunciadas para fines meramente administrativos –
certificado de autenticidad-, por lo que su intervención no constituye una exigencia de validez de ellas.
3. Diversas Clasificaciones
La doctrina ha elaborado a partir de la normativa vigente diversas clasificaciones de resoluciones
judiciales, varias de ellas aludidas en capítulos anteriores, tales como: resoluciones pronunciadas por
tribunales superiores e inferiores; resoluciones en única, primera o segunda instancia; resoluciones dictadas
por tribunales nacionales o extranjeros; resoluciones derivadas de procedimientos contenciosos y no
contenciosos, etc.
Sin embargo, la más relevante de ellas es la emanada del art 158 que distingue entre decretos, autos,
sentencias interlocutorias y sentencias definitivas. Esta clasificación tiene importancia en varios aspectos:
Los requisitos de forma y de fondo de unas y otras no son iguales.
Los recursos susceptibles de ser interpuestos en contra de ellas y la forma en que tales resoluciones
se notifican a las partes en el juicio también cambian en uno u otro caso.
Los efectos del desasimiento del tribunal y el de cosa juzgada sólo se producen en las sentencias, sean
estas interlocutorias o definitivas.
1. Concepto (art 158 inc 5° del CPC y art 70 inc 3° del COT)
Decreto, providencia, proveído o providencia de mera sustanciación es aquella resolución judicial
que tiene por objeto dar curso progresivo a los autos (procedimiento), sin decidir ni prejuzgar ninguna
cuestión debatida entre partes.
En razón de lo anterior, la decisión de los asuntos comprendidos en la demanda o en la contestación;
o la decisión de cualquier incidente promovido en la causa jamás estarán contenidos en un decreto; por lo
mismo, este tipo de resolución no produce el efecto de desasimiento ni el de cosa juzgada.
Ejemplos de este tipo de resoluciones son los siguientes: “autos en relación”, “a sus antecedentes el
informe emitido”, “téngase presente”, “traslado”, “como se pide”, “dése cuenta”, “estese a los resuelto a
fojas 39”, “estese al mérito del proceso”, “no ha lugar por ahora”, etc.
2. Requisitos
Además de los requisitos generales, debe contener la indicación del trámite que se ordena evacuar,
es decir, señalar el trámite en virtud del cual debe darse curso progresivo al procedimiento. Ejm, traslado.
En los tribunales colegiados, el pronunciamiento de las primeras providencias de mera sustanciación
requieren de un solo ministro o juez, función que cumple en la práctica el ministro o juez presidente
del respectivo tribunal. Sin embargo, cuando una sala determinada ya se encuentre conociendo del
asunto debatido los decretos habrán de ser pronunciados por el presidente de dicha sala.
En los tribunales civiles que conozcan de procedimientos escritos, el Secretario que tenga la calidad
de abogado puede dictar por sí solo los decretos, resoluciones que serán autorizadas por el oficial 1°
de secretaría.
En los tribunales unipersonales de composición múltiple los decretos son pronunciados por el juez
que se encuentre de turno de despacho o por el que presida una audiencia oral.
3. Recursos
En lo relativo a los recursos procesales por lo general siempre cabe el recurso de reposición respecto
de los decretos; el recurso de apelación, en cambio, es siempre excepcional y en materia civil sólo es
admisible cuando el decreto recurrido altere la sustanciación normal del juicio o recaiga sobre trámites que
no estén expresamente ordenados en la ley. En estos casos, el recurso de apelación debe interponerse en
carácter subsidiario de la solicitud de reposición y para el evento que ésta no sea acogida (art 188 del CPC y
362 del CPP).
2. Requisitos
Deben contener los requisitos generales de todas las resoluciones judiciales y, en cuanto la naturaleza
del negocio lo permita, la enunciación de las consideraciones de hecho y de derecho que sirven de
fundamento a la resolución, y las leyes o los ppios de equidad con arreglo a los cuales se pronuncia el fallo.
Es decir, una parte considerativa. Además, debe contener la decisión del asunto controvertido (art 171) y el
pronunciamiento sobre las costas del incidente (art 144).
3. Recursos
Rige todo lo señalado a propósito de los decretos.
2. Clasificaciones
A partir de la definición dada se subclasifican en dos tipos:
Sentencias de primer grado. Las que fallan un incidente estableciendo derechos permanentes en
favor de las partes. Se señala por parte de la doctrina que el tribunal establece un derecho
permanente cuando reconoce a la parte vencedora en un incidente una facultad de orden procesal,
que puede invocar durante toda la prosecución del procedimiento. Ejemplos de esta clase de
resoluciones son la resolución que reconoce la calidad de tercero al juicio de un compareciente y
rechaza la oposición del demandante; la que declara desierto el recurso de apelación; la que acoge la
solicitud de abandono del procedimiento y la resolución que acepta la incompetencia del tribunal.
Sentencias de segundo grado. Son las que resuelven sobre algún trámite que debe servir de base
para el pronunciamiento de una sentencia definitiva o interlocutoria. En otras palabras, son las que
resuelven controversias relativas a ciertos trámites procesales necesarios para seguir avanzando en
el procedimiento o para dictar la sentencia definitiva. Ejemplos de ellas son las siguientes:
Sentencia interlocutoria que recibe la causa a prueba. Dicha resolución sirve de base para la
resolución que cita a oír sentencia (también interlocutoria), la que a su vez sirve de base para
el pronunciamiento de la sentencia definitiva.
Sentencia interlocutoria que despacha el mandamiento de ejecución y embargo. Dicha
resolución sirve de base a la resolución que declara admisible las excepciones opuestas por
el ejecutado, la que a su vez sirve de base para el pronunciamiento de la sentencia definitiva.
Resolución que resuelve acerca de la apertura del juicio oral. Mal llamada auto de apertura
del juicio oral, sirve de base a la sentencia definitiva en el proceso penal.
2. Requisitos
Son los mismos señalados a propósito de los autos.
3. Recursos
En términos generales, los recursos procesales susceptibles de ser interpuestos en contra de las
sentencias interlocutorias son los mismos que proceden en contra de los autos. Excepciones:
Sentencias que pongan término al procedimiento, hagan imposible su continuación o, en materia
penal, suspenda el procedimiento por más de 30 días. En estos casos procede el recurso de apelación.
Sentencias interlocutorias civiles. Si ponen término al juicio o hacen imposible su continuación
procede, además, el recurso de casación.
4. Notificación y Efectos
La regla general es que las sentencias interlocutorias sean notificadas mediante el estado diario,
pero, dependiendo del contenido de la resolución, ésta puede perfectamente ser notificada de otra forma.
A diferencia de los autos y decretos las sentencias interlocutorias ordinariamente producen los
efectos del desasimiento del tribunal y de la cosa juzgada.
“ordenar de no innovar”, que tiene por objeto suspender los efectos de la resolución recurrida, o su
cumplimiento.
B) Sentencias definitivas de Segunda Instancia. Dichas sentencias pueden ser confirmatorias, modificatorias
o revocatorias.
Sentencias confirmatorias. Son aquellas que no modifican la resolución recurrida. Este tipo de
resoluciones deben contener los requisitos generales de toda resolución, pero sin parte expositiva ni
considerativa, pues se entiende que el tribunal superior hace suyos los contenidos del fallo del
tribunal inferior. Excepciones:
Cuando el fallo recurrido no cumple todos los requisitos del art 170, debe subsanar de oficio
los vicios o casar de oficio la sentencia, reponiendo el proceso al estado de dictar nuevo fallo
por tribunal no inhabilitado (art 170 inc 2° y 775).
Cuando el fallo recurrido no contiene el pronunciamiento acerca de alguna acción o excepción
invocada en el juicio. Puede casar de oficio la sentencia u ordenar al tribunal inferior que
complete el fallo, suspendiendo entre tanto la vista del recurso (art 775 inc 2°).
Sentencias Modificatorias. Son aquellas que sustituyen parcialmente lo resuelto por el tribunal
inferior.
Sentencias Revocatorias. Son las que desautorizan íntegramente la decisión del tribunal inferior,
razón por la cual el tribunal superior reemplaza el contenido de la sentencia recurrida. Tanto las
sentencias modificatorias como las revocatorias deben cumplir con todos los requisitos del art 170.
Con todo, pueden omitir la parte expositiva de la sentencia recurrida si ésta cumple con todas las
exigencias del art 170.
5. Recursos y Notificaciones
Los recursos habituales susceptibles de ser interpuestos en contra de las sentencias definitivas son
los de apelación y de casación en la forma. Procede, asimismo, el recurso de casación en el fondo en el caso
de las sentencias definitivas inapelables (art 767).
En materia penal, sin embargo, únicamente la sentencia definitiva dictada en procedimiento
abreviado es susceptible del recurso de apelación. La sentencia definitiva pronunciada por el juez de garantía
en procedimiento simplificado y aquella pronunciada en procedimiento ordinario por el tribunal de juicio oral
en lo penal sólo admiten el recurso de nulidad del art 372 del CPP.
En materia laboral sólo procede el recurso de apelación (art 467 inc 1° de la ley N° 20.087).
Por otro lado, la sentencia definitiva civil de primera instancia se notifica por cédula, y la de segunda
por el estado diario.
Sin embargo, lo normal en los procedimientos orales de la reforma es que la sentencia definitiva se
notifique en forma personal por el juez en la audiencia respectiva.
3. La Cosa Juzgada
A) Contenido y Fundamento. La finalidad jurídica del proceso se encuentra orientada a la paz y a la seguridad
social. Este objetivo se alcanza cuando los litigantes obtienen mediante el proceso una decisión que zanja
definitivamente el asunto debatido. Esta decisión jurisdiccional acarrea la imposibilidad de abrir nuevo debate
acerca del mismo conflicto jurídico y faculta para hacer ejecutar lo juzgado en caso de oposición de la parte
vencida.
Este efecto de la sentencia ejecutoriada es conocido con el nombre de cosa juzgada, efecto que, en
opinión de Eduardo Couture, constituye la autoridad y eficacia de una sentencia judicial cuando no existen
contra ella medios de impugnación que permitan modificarla. Sostiene, además, que la cosa juzgada
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
141
presupone autoridad, porque la sentencia provine de uno de los poderes del Estado; eficacia, pues la
sentencia en este estado resulta inimpugnable, esto es, no puede ser modificada mediante recurso procesal
alguno; y coercibilidad, ya que dicha sentencia puede ser ejecutada por la fuerza. En consecuencia, estos tres
elementos –inmutabilidad, inimpugnabilidad y coercibilidad- constituyen para la doctrina tradicional los
atributos o elementos propios de la cosa juzgada.
Este efecto de cosa juzgada, según veremos, admite dos fases o matices: uno de orden positivo, en
virtud del cual la parte cuyo derecho sustantivo ha sido reconocido por una sentencia puede exigir su
cumplimiento –acción de cosa juzgada-, y otro de carácter negativo, en base al cual la parte condenada o
cuya demanda ha sido rechazada, no puede en un nuevo juicio discutir la cuestión ya decidida –excepción de
cosa juzgada.
Reiteramos lo expuesto precedentemente en el sentido que, conforme a la regla del art 175, sólo las
sentencias definitivas y las interlocutorias producen la acción y la excepción de cosa juzgada, salvo las
excepciones legales. Los autos y decretos, en cambio, si bien pueden producir coerción ya que son
susceptibles de ejecución, no engendran inmutabilidad, atendido que pueden ser modificados a través del
recurso de reposición.
alguna, o bien, encontrándose la obligación sujeta a alguna de ellas, deben verificarse los requisitos
derivadas de ellas para su cumplimiento.
Identidad de causa de pedir. El art 177 inc 2° dispone que la causa de pedir es el fundamento
inmediato del derecho deducido en juicio. En otras palabras, consiste en el hecho o antecedente
material o jurídico que motiva el derecho reclamado en el proceso. Por ejemplo, la causa de pedir en
la acción reivindicatoria es el hecho de ser dueño no poseedor de la cosa. La causa de pedir, en
consecuencia, obedece a la siguiente pregunta: ¿por qué se reclama?
La excepción de cosa juzgada puede ser invocada en el proceso bajo las siguientes modalidades:
Como excepción dilatoria (art 304).
Como excepción perentoria al momento de contestar la demanda (art 309 N° 3) o en cualquier estado
del procedimiento (art 310).
Como fundamento genérico del recurso de apelación o del recurso de casación en el fondo.
Como causal del recurso de casación en la forma (art 768 N° 6).
Como fundamento del recurso de nulidad en el proceso penal (art 374 letra g) del CPP).
6. Efectos de las Sentencias Penales en los Procesos Civiles y de las Sentencias Civiles en los Procesos
Penales
Este tema, conocido también como las influencias procesales, consiste en que un mismo hecho de
relevancia jurídica puede perfectamente hacer germinar dos pretensiones de diversa naturaleza y finalidad:
una civil y otra penal. Así por ejemplo, el autor de un cuasidelito penal de lesiones graves será merecedor
de la sanción criminal derivada de tal ilícito, pero, al mismo tiempo, puede ser condenado civilmente a objeto
que indemnice económicamente a la víctima por el daño producido.
Si ambas pretensiones fueran resueltas siempre en sede penal no existiría problema alguno. Sin
embargo, el legitimado activo de la acción civil bien puede optar en ciertos casos por deducir la pretensión
ante un tribunal civil y no ante el tribunal con competencia penal que conoce del hecho punible que sirve de
base a la reparación económica. Puede suceder, entonces, que coexistan dos procesos paralelos –uno civil y
otro penal- en que el conflicto jurídico a resolver recaiga sobre unos mismos hechos.
Del mismo modo, el ofendido puede optar por no ejercer la acción penal privada o mixta, limitándose
únicamente al ejercicio de la pretensión civil ante un tribunal civil. En el mismo sentido, puede producirse a
raíz de un proceso penal las denominadas cuestiones prejudiciales civiles.
En todos los casos propuestos corresponde entonces determinar qué efecto produce la sentencia civil
en el proceso penal y viceversa. En otras palabras, se debe determinar si la sentencia dictada en el proceso
civil produce el efecto de cosa juzgada en el proceso penal, y viceversa.
B) Efectos de las sentencias civiles en los procesos penales. La naturaleza de la pretensión penal se encuentra
orientada a la sanción punitiva del sujeto que ha incurrido en una conducta prohibida por la ley. Las exigencias
del proceso penal para determinar el hecho punible y la participación culpable del imputado, entonces, son
rigurosísimas, con lo que la sentencia civil no puede producir cosa juzgada en materia penal. Sin embargo,
en materias anexas a las señaladas el fallo civil sí puede producir cosa juzgada en materia penal. Estas
excepciones son las siguientes:
Cuando sólo se ejerce la acción civil respecto de un hecho punible de acción privada se considerada
extinguida, por esa sola circunstancia, la acción penal (art 66 del CPP). Así por ejemplo, si el afectado
por un hecho punible obtiene una sentencia favorable a causa del ejercicio de la pretensión civil
intentada ante un tribunal de esta competencia no puede, luego, deducir ante un tribunal criminal la
querella para perseguir la responsabilidad penal derivada de esos mismos hechos.
Cuando se ha ejercido la acción civil ante un juez civil, no puede deducirse nuevamente ante un
tribunal penal esta misma pretensión, con la sola excepción de la pretensión restitutoria de la cosa
ante el juez de garantía (art 59 inc 2° del CPP).
El juez en lo penal debe respetar las sentencias civiles respecto de las llamadas cuestiones
prejudiciales civiles, esto es, las que conforme a los arts 173 y 174 del COT son de competencia
exclusiva del juez civil.
Capítulo Quinto
LOS INCIDENTES
Sumario: I. Generalidades; II. Incidentes Ordinarios; III. Acumulación de Autos; IV. Cuestiones de
Competencia; Implicancias y Recusaciones; V. El Privilegio de Pobreza; VI. El Desistimiento de la
Demanda; VII. El Abandono del Procedimiento.
I GENERALIDADES
1. Concepto y Reglamentación
El proceso, como ya lo señalamos, es el medio que el Estado otorga a las partes para dirimir un
conflicto de relevancia jurídica. Dicho conflicto, en lo esencial, se configura a partir de la pretensión del
demandante, contenida en la demanda, y eventualmente por la contrapretensión que haga valer el
demandado. Así, estos dos elementos, pretensión y contrapretensión, conforman el objeto del litigio y
determinan la competencia específica del tribunal, el cual, en su sentencia definitiva, deberá pronunciarse
sobre todas y cada una de ellas, bajo apercibimiento de que si así no lo hace, su sentencia puede ser invalidada
por el recurso de casación.
Asimismo, señalamos que el proceso se desarrolla a través de una serie de actos desarrollados por las
partes, el juez y los funcionarios auxiliares de la administración de justicia, siguiendo una pauta preestablecida
y armónica, que es el procedimiento. Pues bien, en el iter o desarrollo del mismo, puede suceder –y de hecho
así ocurre en la generalidad de los juicios- que las partes planteen cuestiones que, si bien es cierto no
contribuyen a conformar el objeto del pleito, están vinculados en alguna medida a él, y que requieren por
tanto ser resueltas para así proseguir con la tramitación normal de la causa.
Estas cuestiones accesorias están tratadas en el Título IX del Libro I del CPC. De esta suerte, el art 82
señala que toda cuestión accesoria de un juicio que requiera un pronunciamiento especial con audiencia de
las partes, se tramitará como incidente. Se ha criticado esta definición, pues pareciera dar a entender que
todos los incidentes deben ser resueltos con audiencia de las partes, lo que no es cierto, pues existen
incidentes (o artículos) que pueden ser resueltos de plano por el tribunal (art 89 inc final). Es por ello que se
los conceptúa como toda cuestión accesoria al juicio que requiere de un pronunciamiento del tribunal, con
o sin audiencia de las partes.
Reiteramos que todos estos incidentes, para poder proponerlos y tramitarlos, deben tener alguna
relación con la cuestión principal debatida, pues en caso contrario, el tribunal no puede conocer de ellos,
debiendo rechazarlos de plano.
2. Elementos
Para que concurra un incidente deben existir los siguientes elementos:
Que exista un juicio. Sin cuestión principal no cabe hablar de cuestiones accesorias.
Que la cuestión promovida sea accesoria respecto de la principal, determinada por las pretensiones
y contrapretensiones.
Que exista una vinculación entre el incidente y el asunto principal. Ello debido a que las cuestiones
completamente ajenas a la controversia deben ventilarse en un juicio separado. Es por ello que el art
84 dispone que todo incidente que no tenga conexión alguna con el asunto que es materia del juicio
podrá ser rechazado de plano.
Que exista un especial pronunciamiento por parte del tribunal. Esto significa que tan pronto como
la cuestión accesoria esté en estado de ser fallada el juez deberá emitir la respectiva resolución, sin
esperar que la cuestión principal lo esté.
Tratándose de incidentes de previo y especial pronunciamiento, ellos siempre deben ser resueltos
antes de la sentencia definitiva, por cuanto su promoción genera la suspensión del asunto principal. Los
incidentes que no revisten el carácter de previo y especial pronunciamiento se resuelven con independencia
de la cuestión principal. No obstante ello, existen casos especiales en que los incidentes deben ser resueltos
en la sentencia definitiva, como la condena en costas respecto del asunto principal (art 144), las tachas de los
testigos (art 379 inc 2°) y los incidentes promovidos en los juicios sumarios (art 690) y en los de mínima cuantía
(art 723).
3. Clasificaciones
A) Incidentes ordinarios y especiales. Los incidentes ordinarios son aquellos que se tramitan conforme a las
reglas generales sobre incidentes, contenidas en el Título IX del Libro I del CPC. Constituyen la regla general
en materia de incidentes. Los especiales, por su parte, son aquellos que tienen una reglamentación especial,
ya sea en el CPC o en otras leyes especiales, y respecto de los cuales las normas del Título IX se aplican
subsidiariamente.
B) Incidentes de previo y especial pronunciamiento e incidentes que no revisten tal carácter. Incidente de
previo y especial pronunciamiento es aquel sin cuya previa resolución no se puede seguir substanciando la
causa principal y que debe tramitarse en el mismo expediente. Ejemplo, las excepciones dilatorias o el
incidente de competencia. Los que no revisten tal carácter, por su lado, no suspenden la tramitación de la
causa principal y deben substanciarse en ramo separado. Ejm, el incidente especial de privilegio de pobreza.
C) Incidentes que deben tramitarse e incidentes que pueden ser resueltos de plano (art 89). La regla gral es
q los incidentes deben tramitarse. No obstante, la ley faculta al tribunal para resolver de plano cuando el fallo
de la petición respectiva se puede fundar en hechos que consten en el proceso o que sean de pública
notoriedad, debiendo consignar estas circunstancias en su resolución.
D) Incidentes que deben rechazarse de plano y aquellos que deben tramitarse (art 84). Todo incidente q no
tenga conexión alguna con el asunto que es materia del juicio podrá ser rechazado de plano.
II INCIDENTES ORDINARIOS
posterior a dicho conocimiento, el incidente promovido después será rechazado de plano. Tiene la
misma excepción del caso anterior.
Incidentes cuyas causa existan simultáneamente (art 86). Deberán promoverse todos a la vez. Si no
se interponen todos juntos, los opuestos con posterioridad serán rechazados de plano, salvo que se
trate de incidentes que se refieren a vicios que anulen todo el proceso o una circunstancia esencial
para la ritualidad o marcha del mismo.
Debe tenerse presente que el juez puede corregir de oficio los vicios que puedan anular el
procedimiento. No puede, sin embargo, subsanar las actuaciones viciadas en razón de haberse realizado éstas
fuera del plazo fatal indicado por la ley (art 84 inc final).
2. Tramitación
A) Promoción del incidente. La denominada “demanda incidental” es el acto jurídico procesal de parte en el
cual se solicita la resolución previa de una cuestión accesoria a un juicio principal. Los incidentes son, de cierta
manera, una especie de “juicio chico” dentro del juicio propiamente tal, que presenta las fases de discusión
(demanda incidental y contestación, en su caso), prueba (eventual) y juzgamiento.
C) Contestación de la parte contraria. Tiene el plazo de tres días, contados desde la notificación por el estado
de la resolución recaída en el escrito en que se promueve, para responder. Dicha contestación se suma
“responde”.
D) Actitudes que puede asumir el juez. Vencido el plazo de tres días que tiene la parte contraria para
responder, haya esta contestado o no, el juez debe, según si existan hechos sustanciales, pertinentes y
controvertidos, adoptar una de las siguientes actitudes:
Si no hay hechos sustanciales, pertinentes y controvertidos. Debe fallar de inmediato el incidente.
Si los hay. Debe recibir el incidente a prueba y determinar los puntos sobre la cual ésta deberá recaer.
La resolución es “recíbase el incidente a prueba por el término legal y se fijan los siguientes puntos
de prueba…”.
En ambos casos, se notifica a las partes por el estado diario (art 323 inc 2°).
E) Término probatorio. Es de ocho días, y dentro de él también deben justificarse las tachas de testigos, si
hay lugar a ellas. La presentación de la lista de testigos debe hacer dentro de los dos primeros días del término
probatorio, y sólo se examinará a los testigos que figuren en ella. Debe rendirse en el día y hora que para el
efecto fije el tribunal.
El tribunal puede, por motivos fundados, ampliar una sola vez el término por el número de días que
estime necesarios, no excediendo en ningún caso el plazo total de treinta días, contados desde que se recibió
el incidente a prueba, cuando hayan de practicarse diligencias probatorias fuera del lugar en que se sigue el
juicio.
La recepción de la prueba debe someterse a las reglas establecidas para la prueba ppal.
F) Fallo de los incidentes (art 91). Vencido el término de prueba, háyanla o no rendido las partes, y aun cuando
éstas no lo pidan, fallará el tribunal inmediatamente o, a más tardar, dentro de tercero día, la cuestión que
ha dado origen al incidente.
La resolución puede ser un auto o decreto, según establezca o no D° permanentes a favor de las
partes.
1. Concepto y Finalidad
Con el objeto de impedir el pronunciamiento de sentencias contradictorias o disconformes sobre una
misma materia, se ha dado nacimiento a una serie de instituciones que, aun cuando de diversa manera,
tienden al mismo fin.
El riesgo de caer en lo anterior se hace patente tratándose de causas idénticas, o sea, de aquellas que
presentan entre sí la triple identidad. A fin de evitar esta posible contradicción entre resoluciones que deben
recaer en juicios idénticos, existe la institución de la cosa juzgada, que tiende a impedir la iniciación de un
nuevo juicio sobre una cuestión ya resuelta; y la institución de la litispendencia, que paraliza una nueva causa
que reviste los caracteres de identidad con otra ya iniciada, pero todavía pendiente.
Sin embargo, el peligro de que se dicten situaciones contradictorias no sólo existe tratándose de
causas idénticas, sin o que también cuando entre ellas hay un grado tal de relación que lo sentenciado en una
sería perfectamente aplicable a las demás, o tendría, a lo menos, gran influencia en lo que haya de resolverse
en ellas; es decir, cuando se trata de causas conexas. Para evitar este riesgo existe la mal llamada
“acumulación de autos”, disponiéndose que, para estos casos, todas las causas sean llevadas por un mismo
tribunal y falladas por una sola sentencia.
Decimos que tal denominación es errada, pues lo que realmente se acumula son diversos procesos
seguidos ante iguales o distintos órganos jurisdiccionales. Así, podemos conceptualizarlo como la agrupación
de dos o más procesos que se han iniciado y se tramitan separadamente, existiendo entre ellos una relación
tal, que sea del todo conveniente tramitarlos y fallarlos en conjunto, a fin de evitar que se pronuncien
sentencias contradictorias, que se multipliquen inútilmente los juicios y que las partes incurran en gastos y
molestias innecesarios.
De esta definición se desprende que el objeto de la acumulación es la agrupación de dos o más
procesos que se han iniciado y que se tramitan separadamente, a fin de que sean tramitados y fallados en
conjunto, por existir entre ellos una íntima relación.
Este incidente especial se encuentra reglamentado en el Título X del Libro I del CPC, arts 92 al 100.
30 Se sostiene que la regla general es la indicada por la expresión “Habrá, por tanto, lugar a ella…”, que claramente implica que las
tres hipótesis que señala a continuación son expuestas a modo de ejemplo.
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
150
Cuando las personas y el objeto o materia de los juicios sean idénticos, aunque las acciones (causa
de pedir, en verdad) sean distintas.
En general, siempre que la sentencia que haya de pronunciarse en un juicio deba producir la
excepción de cosa juzgada en otro. Se trata de los casos en que, por excepción, una sentencia
produce efecto erga omnes, ya que sería ilógico que el legislador hubiera establecido la misma causal
(N° 1 y 3) sirviéndose de palabras diferentes. Ejm, art 1246 CC.
3. Requisitos de Forma
Ellos se refieren a la clase o naturaleza de los juicios que deban agruparse en uno solo y al grado de
avance a que hubieran llegado en el curso de su tramitación, para que sea lícito decretarla.
Que los juicios se encuentren sometidos a una misma clase de procedimiento.
Que la sustanciación de todos ellos se encuentre en instancias análogas. Esto se establece para que
las partes no se aprovechen de su propio dolo, pues sería fácil para éstas detener la sustanciación de
un juicio que se encontrare en segunda instancia, iniciando un nuevo juicio al que aquél pudiere
acumularse, toda vez que según la ley los juicios que estuvieren más avanzados deben suspenderse
hasta que los más atrasados lleguen al mismo estado.
5. Procedimiento
El incidente sobre acumulación de autos se tramita, en lo sustancial, de la misma forma que los
incidentes ordinarios (traslado por tres días), salvo que el tribunal, antes de resolver, debe hacer traer a la
vista todos los procesos cuya acumulación se solicite, si todos están pendientes ante él, y está facultado para
pedir que se le remitan los que se sigan ante otros tribunales.
La resolución que falla el incidente es apelable.
El conflicto de competencia es aquella incidencia formulada por las partes o los tribunales,
relacionada con su competencia o falta de competencia para conocer de un asunto. Estos conflictos se
clasifican en:
Contiendas de competencia. Que es el conflicto que se suscita entre dos o más tribunales que se
atribuyen o rechazan competencia para conocer de un determinado asunto.
Cuestiones de competencia. Que es el conflicto que se genera entre una parte y un tribunal acerca
de la competencia del mismo para conocer de un asunto.
Las implicancias y recusaciones, por su parte, son medios que el legislador ha puesto a disposición de
las partes para resguardar la imparcialidad del órgano jurisdiccional. Están reglamentadas en el Párrafo 11 del
Título VII del COT arts 194 al 205, y en los arts 113 y siguientes del CPC.
Estas materias ya fueron abordadas a propósito del estudio de La Competencia, en los Acápites VIII y
IX del Capítulo Cuarto de la Sección Primera, páginas 65-69. Nos remitimos íntegramente a lo allí señalado.
V EL PRIVILEGIO DE POBREZA
1. Concepto y Reglamentación
El privilegio de pobreza es el beneficio en virtud del cual ciertas personas tienen derecho a eludir el
pago de ciertos gastos del proceso. Así, quienes gozan de este beneficio tienen derecho para ser servidos
gratuitamente por los funcionarios del orden judicial y por los abogados de turno. Además, y salvo disposición
expresa en contrario, quedan exentos del pago de las multas impuestas a los litigantes.
Está reglamentado en el Título XVII del COT, arts 591-602, y en el Título XIII del Libro I del CPC, arts
129-137.
Por regla general, debe ser declarado por sentencia judicial, salvo los casos en que se conceda por el
solo ministerio de la ley (personas patrocinadas por la CAJ, por ejemplo).
2. tramitación
El privilegio de pobreza puede solicitarse en cualquier estado del juicio y aun antes de su iniciación.
Debe siempre pedirse al tribunal a quien corresponda conocer en única o primera instancia del asunto en que
haya de tener efecto.
En el escrito deben indicarse los motivos en que se funda la solicitud. Debe, además, ofrecerse
información para acreditar los expresados fundamentos.
Presentada la solicitud, el tribunal debe ordenar que se rinda la información ofrecida, con citación de
la parte contra quien se litigue o haya de litigarse. Ordenará, además, que se forme cuaderno
separado.
Si la parte citada no se opone dentro de tercero día a la concesión del privilegio, debe rendirse la
información y debe resolverse con el mérito de ella y de los demás antecedentes acompañados o que
el tribunal mande agregar. Por el contrario, si hay oposición, debe tramitarse el incidente conforme
a las reglas generales ya estudiadas.
Por otro lado, se ha aumentado el alcance del privilegio de pobreza legal, al señalarse que las
Corporaciones de Asistencia Judicial, así como las Clínicas Jurídicas de las Escuelas de Derecho de las
Universidades del Estado, o acreditadas por éste, litiguen con privilegio de pobreza.
Así las cosas, el procedimiento incidental estudiado sólo tiene cabida, actualmente, respecto de las
causas seguidas ante tribunales civiles.
VI EL DESISTIMIENTO DE LA DEMANDA
1. Concepto y Sinonimias
El desistimiento no debe confundirse con el retiro de la demanda ni la modificación de la misma.
Retiro de la demanda (148). Puede ser efectuada antes de que se notifique al demandado. No
requiere trámite alguno y se considera como no presentada.
Modificación de la demanda (art 261). Es el acto mediante el cual el demandante introduce a la
demanda cualquier cambio respecto aquella presentada ante el tribunal. Sólo puede ejercer este
derecho si la demanda aún no ha sido contestada. Estas modificaciones se consideran como una
nueva demanda para los efectos de su notificación y sólo desde la fecha en que esta diligencia se
practique correrá el término para contestar la primitiva demanda.
ya que se concede por el solo hecho de presentarse (como el desistimiento de la demanda reconvencional) y
no extingue la acción ordinaria. Sus efectos son los siguientes:
El ejecutante pierde su derecho para deducir nueva acción ejecutiva, pero mantiene su derecho para
deducir acción ordinaria sobre los mismos puntos que han sido materia de aquélla.
Quedan sin valor el embargo y demás resoluciones dictadas.
El actor responderá de los perjuicios causados con la ejecución, salvo lo que se resuelva en el juicio
ordinario.
El demandante no tiene plazo para interponer su acción ordinaria.
El fundamento de esta institución descansa en la rapidez del juicio ejecutivo q impide analizar y
acreditar hechos jurídicos importantes, como son los que se refieren a la extinción de la obligaciones; es por
ello que, por razones de justicia, se permite a ambas partes presentar y acreditar esos hechos en un
procedimiento lato, como es un juicio ordinario.
1. Concepto
El abandono del procedimiento es el efecto que produce la inactivad de todas las partes en el
proceso durante un cierto tiempo, en virtud del cual éstas pierden el derecho de continuar el procedimiento
abandonado y de hacerlo valer en un nuevo juicio.
Está reglamentado en el Título XVI del Libro I del CPC, arts 152-157.
2. Requisitos
Para que proceda el abandono es menester que todas las partes que figuren en el proceso hayan
cesado en su prosecución durante seis meses, contados desde la fecha de la última resolución recaída en una
gestión útil para dar curso progresivo a los autos.
Este plazo se reduce a 3 meses en el procedimiento de mínima cuantía (art 709), y a 10 días en el
incidente de implicancias y recusaciones (art 123, donde el juez debe declararlo de oficio con citación
del recusante).
Existe gran controversia en torno a determinar qué es una gestión útil y qué no lo es. Al respecto, se
señalan que las solicitudes de mera certificación, de desarchivo, de copias o la fijación de nuevo domicilio no
son gestiones útiles, pues no tienden a hacer avanzar el procedimiento. La jurisprudencia tampoco contribuye
a aclarar esta situación, pues, como cita a modo de ejemplo don Carlos Stoehrel Maes, en un mismo año
(1984) la Corte Suprema declaró que la constitución de patrocinio no es gestión útil (03 de julio) y que sí lo es
(20 de septiembre).
3. Tramitación
Sólo puede ser alegado por el demandado, como acción o como excepción.
Se alega como acción, cuando el demandado pide que se declare el abandono, por haber
pasado más de seis meses sin que ninguna de las partes que figuran en el juicio hayan instado
por su prosecución.
Se alega como excepción cuando el demandado se opone a cualquier gestión que quiera
realizar el demandante después de transcurridos los seis meses.
Sea que se tramite como acción o como excepción, se somete a las reglas generales de los incidentes.
Renuncia tácita del derecho a alegarlo. Si renovado el procedimiento, hace el demandante cualquier
gestión que no tenga por objeto alegar su abandono, se considerará renunciado este derecho.
Capítulo Sexto
La Nulidad Procesal
Sumario: I. Generalidades; II. Naturaleza Jurídica; III. Principios; IV. Nulidad en el Proceso Civil; V.
Nulidad en el Proceso Penal.
I GENERALIDADES
1. Planteamiento
La eficacia de los actos procesales constituye hoy en día una materia que la doctrina procesal aún no
termina de explicar y camina a mayor velocidad que otras instituciones procesales.31 Tanto es así que en torno
a ella se discute prácticamente todo: el tipo de sanción que se puede aplicar en el proceso, la configuración
de los mecanismos de impugnación de los actos procesales, la autonomía del sistema de sanciones e
ineficacias, los requisitos del acto procesal que deben concurrir para que este sea eficaz, el fundamento de
las ineficacias, la importancia de las formas procesales, la posibilidad de saneamiento del acto, etc.
En general, dentro del concepto de ineficacia procesal se comprenden aquellas situaciones en que el
acto procesal no genera los efectos normales que le corresponden de acuerdo a la legalidad vigente, es
decir, aquellas situaciones en que en uno u otro grado –desde el más absoluto hasta el más nimio- por
diversas causas, el acto procesal deja de desplegar todos o alguno de los efectos que está llamado a
producir.
Se ha señalado que uno de los problemas principales que se presentan a la hora de estudiar las
ineficacias procesales es que la doctrina ha intentado adaptar la Teoría de los Actos Jurídicos del Derecho Civil
al Derecho Procesal. De esta forma, se ha procurado determinar cuáles son los requisitos de los actos
procesales y, desde este punto, establecer que la falta de alguno de ellos implica una anomalía del acto y, por
ende, será ineficaz.
Contribuye a lo anterior el hecho de que el Código de Procedimiento Civil no contiene una relación
orgánica de los actos procesales. A este respecto, como sostiene don Manuel Urrutia Salas, pareciera que el
legislador “se preocupó más de los trámites esenciales de los juicios que de los elementos sustanciales de los
actos”, es decir, el Código sólo reglamentó una determinada clase de actos procesales: los que importan
trámites esenciales de los juicios. Y si bien es cierto se ha llegado a un cierto consenso en cuanto a los
elementos del acto procesal32, tal construcción en nuestro ordenamiento es de carácter teórica y no tiene
base positiva general, cuestión que genera problemas al comparar la realidad del proceso con las
construcciones teóricas sobre los requisitos de los actos procesales y sus posibles ineficacias.
31 CARRASCO POBLETE, CARLOS, La nulidad procesal como técnica protectora de derechos y garantías de las partes en el derecho
procesal chileno, en Revista de Derecho Universidad Católica del Norte, año 2011. Lo que sigue es, en su mayor parte, un resumen del
trabajo publicado por dicho autor.
32 En general, se acepta que los presupuestos de existencia del acto procesal son el juez, las parte y el conflicto de relevancia jurídica.
Si se ejecuta un lugar en un lugar que no corresponde, como requerir de pago en un sitio público,
podría adolecer de nulidad (arts 41 inc 1° y 443 N° 1).
La declaración de séptimo testigo en el procedimiento ordinario de mayor cuantía se considera
inexistente por la jurisprudencia.
Si se presenta una demanda sin los requisitos que enumera el art 254 N° 1, 2 y 3 el juez puede no
darle curso hasta que se cumplan los requisitos legales, lo cual importa una inadmisibilidad al menos
momentánea o saneable (art 256).
Si se incumples los requisitos de forma de un recurso de apelación o casación el juez puede declararlos
inadmisibles (arts 201, 772 y 778).
Si no se cumple la carga de dejar dinero para compulsas dentro del plazo legal se producirá un
desistimiento del recurso (art197 inc 3° y 776 inc 2°).
De los ejemplos descritos se puede apreciar que el incumplimiento de alguno de los requisitos de los
actos procesales no siempre genera la misma invalidez, toda vez que una misma causa –el tiempo, por
ejemplo- puede originar diversas sanciones.
1. Diversos Conceptos
En general, la doctrina relaciona la nulidad procesal con un defecto de forma en el ejercicio o desarrollo
del acto procesal; como una sanción al acto irregular; con el incumplimiento de algún requisito que la ley
prescribe para la validez del acto; etc.
En cuanto a la naturaleza jurídica de la nulidad se distinguen, en general, tres categorías:
Organicista. Tiene como base la estructura orgánica de los actos procesales y por tanto analiza los
requisitos de fondo y forma de los mismos. Cuando al acto le falta un requisito, es decir, no cumple
con el modelo legal, está viciado. Desde esta perspectiva, entonces, se entiende la nulidad como una
categoría intrínseca del acto procesal.
La nulidad como sanción. Postula un alejamiento de la estructura orgánica del acto, pero no la
excluye. Vale decir, una categoría extrínseca del acto.
Nulidad como técnica instrumental. Teniendo como punto de partida su fundamento valorativo,
entiende la nulidad como un instrumento procesal destinado a proteger el proceso con todas sus
garantías.
Críticas
Estudiar la nulidad como categoría intrínseca del acto procesal se hace sin base positiva en nuestro
sistema, ya que no se encuentran regulados en forma general o sistemática los requisitos de los actos,
lo que lleva forzosamente a utilizar figuras de la teoría general de los actos jurídicos civiles, las que
no calzan por completo en el Derecho Procesal.
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
157
Es difícil fijar cuándo la falta de un requisito genera nulidad y cuándo la falta de otros genera otros
tipos de invalidez. Por ejemplo, se señala que la aptitud de los sujetos es un requisito de fondo del
acto procesal. Si el acto proviene del juez, la aptitud del mismo se cumple cuando tiene jurisdicción
(art 76 CPR) y competencia (art 108 COT) para resolver las causas que se promuevan. Sin embargo, la
falta de este requisito no produce siempre la nulidad, ya que si el juez carece del presupuesto procesal
de la jurisdicción entonces el proceso será inexistente; en cambio si no tiene competencia implica la
nulidad procesal. Lo mismo se observa ante el incumplimiento de un requisito de forma de un acto,
el tiempo u oportunidad, por ejemplo. Así, tenemos que la presentación extemporánea de un recurso
puede acaecer en una inadmisibilidad (art 201 inc 1° y 778 inc 1°), no dejar dinero para obtener
compulsas en la oportunidad procesal correspondiente puede devenir en un desistimiento (art 197
inc 2°), contestar inoportunamente la demanda implicará la preclusión o decadencia del acto procesal
(art 64) y hacerse parte extemporáneamente en segunda instancia devendrá en la deserción del
recurso. Como se aprecia, el cumplimiento extemporáneo del acto respectivo no produce en ninguno
de los casos mencionados la nulidad del acto, sino que otra sanción procesal.
Finalmente, esta teoría no permite explicar las diversas limitaciones que actualmente existen en
nuestro derecho positivo para evitar la declaración de nulidad de un acto procesal como lo son los
principios de convalidación, trascendencia, subsanación, buena fe, extensión, etc, sino que solo
atiende a la nulidad del acto por falta de algún requisito de aquel.
Críticas
No establece los límites de la nulidad, ni cuál es su fundamento valorativo y siguen refiriéndose en
muchos casos a la falta de algún requisito de los actos procesales.
Así, la define como una técnica procesal dirigida a la privación de efectos producidos —o cuya
producción se pretende— por actos en cuya realización se hayan cometido infracciones que el
ordenamiento considere dignas de tal protección.
Al considerar la nulidad como una técnica instrumental se obliga al juez a determinar cuál es el objeto
de protección de la norma vulnerada, para, desde esa perspectiva, determinar si el desajuste del acto es
merecedor de nulidad. De ello resulta que el juicio de valor o ponderación que el juez realiza debe basarse en
los criterios que el legislador ha establecido en el ordenamiento procesal.
De aceptarse que la nulidad tiene un carácter instrumental y, por ende, es una técnica de protección
del ordenamiento jurídico, lo que corresponde es determinar cuáles son los fines o el fundamento de tal
institución y así determinar qué bienes jurídicos de naturaleza procesal son los que la nulidad quiere
resguardar. De esta suerte, si tenemos en consideración que las normas procesales son instrumentales, vale
decir, no constituyen un fin en sí mismas, sino que tienden a la realización del derecho sustantivo, debemos
concluir que su objeto de protección es el debido proceso con todas sus garantías, a fin de que éste pueda
constituirse en un instrumento adecuado para que se desarrolle la función jurisdiccional.
La nulidad como instrumento al servicio de un adecuado o debido proceso, permite analizar los
derechos y garantías de los litigantes en los diversos momentos del proceso, esto es, que desde un inicio se
cumplan los presupuestos procesales, que se resguarden durante todo el desarrollo del procedimiento y que
se llegue a la solución justa del conflicto jurídico. En otras palabras, lo que procura el ordenamiento procesal
a través de todos sus principios (bilateralidad de la audiencia, imparcialidad, independencia, igualdad de
armas, buena fe, etc) es evitar que se generen situaciones de indefensión.
Así, si un acto procesal adolece de un vicio, éste debe ocasionar un perjuicio que constituya una
situación de indefensión para alguna de las partes y, consecuencialmente, lesionar una garantía o derecho
de la parte que reclama la nulidad. Si no hay indefensión, si no hay un perjuicio trascendente para alguna
de las partes no existirá nulidad del acto, ya porque es irrelevante (y sólo puso a la parte en riesgo de
indefensión), porque el acto cumplió su fin o por falta de percepción del vicio por las partes o el juez.
1. Características
Sea cual fuere la teoría que se siga en materia de nulidad, lo cierto del caso es que la doctrina está
conteste en al menos un punto: la nulidad procesal no participa de las características de la nulidad civil, sino
que obedece a principios y directrices propias, no siéndoles aplicables ninguna de sus normas.
Así, se señalan como características las siguientes:
Es autónoma de la nulidad sustantiva en su naturaleza, consecuencias y configuración jurídica.
Es una sola, no existe nulidad absoluta o relativa, simplemente hay nulidad.
No opera de pleno derecho, ya que por regla general requiere petición de parte.
Opera in limine litis. Esto significa que sólo puede declararse mientras el procedimiento esté vigente,
salvo lo dispuesto en el art 80.
No puede renunciarse anticipadamente y no admite clasificaciones.
Para que pueda existir es necesario que haya algún vicio que esté expresamente sancionado por la
ley con la nulidad, existiendo causales genéricas y específicas:
Causal genérica. Se encuentra contemplada en el art 83 que dispone que la nulidad procesal
podrá ser declarada en todos aquellos casos en que exista un vicio que irrogue a alguna de
las partes un perjuicio sólo reparable con la declaración de nulidad; es decir, si el vicio puede
repararse en otra forma, no habrá nulidad.
Causales específicas. Están indicadas en diferentes disposiciones de los códigos de
procedimiento, especialmente en los arts 768 al tratar el recurso de casación en la forma, y
79 y 80 que señalan la nulidad por fuerza mayor o por falta de emplazamiento. Por su parte,
los artículos 373 y 374 del CPP señalan específicamente las causales del recurso de nulidad.
Debe ser declarada para que opere. Requiere de una resolución judicial que así lo disponga, y
mientras ella no sea dictada, estos actos procesales producirán todos sus efectos. La resolución que
declare la nulidad debe dictarse en el procedimiento que corresponda, según la oportunidad y forma
en que ella ha sido solicitada. Así, puede pedirse por vía incidental o por vía de los recursos de
casación y de revisión.
Sólo se aplica para los actos realizados en el proceso. No rige para los actos extra procesales que
producen efectos en el proceso.
No hay nulidad sin perjuicio (principio de protección o de conservación de los actos). No puede
alegar la nulidad la parte que originó el vicio o concurrió a su materialización, o convalidó expresa o
tácitamente el acto nulo.
La nulidad procesal puede sanearse o convalidarse. Esta convalidación puede llevarse a cabo:
Por adquirir la resolución que deniega la nulidad el carácter de ejecutoriada.
Por la preclusión, es decir, por haber transcurrido el plazo o la oportunidad para solicitarla.
Por la convalidación del acto nulo. Ya sea por señalarlo expresamente la parte o por realizar
algún acto que suponga el conocimiento de dicha parte de la nulidad del acto anterior.
1. Planteamiento
Como ya señalamos, el Código de Procedimiento Civil no contempla una regulación sistemática de la
nulidad procesal ni de los actos procesales.
Al analizar el Código se puede apreciar que la nulidad procesal se encuentra presente en diversas
normas. En efecto, regula el incidente especial de nulidad por falta de emplazamiento (art 80); el recurso de
casación en la forma (art 766) y en el fondo (art 767); los trámites esenciales de un proceso (arts 789, 795 y
800); y el recurso de revisión (art 810), los cuales son hipótesis de aplicación de la nulidad procesal.
La doctrina acostumbra dividir los medios a través de los cuales se puede alegar la nulidad en directos
e indirectos.
Medios directos. La facultad de los tribunales para declarar la nulidad de oficio, el incidente de
nulidad procesal, el recurso de casación en la forma y las excepciones dilatorias.
Medios indirectos. La reposición, la apelación, el recurso de queja y el recurso de revisión.
Lo importante, señalan, es que la elección entre un medio directo o indirecto para obtener la
declaración de nulidad procesal NO QUEDA AL ARBITRIO DE LAS PARTES, sino que está determinada por la
naturaleza del acto viciado, por la oportunidad en que se solicita e incluso por el mandato expreso de la ley.
Una vez declarada la nulidad, el juez debe indicar qué diligencias deben practicarse para que el
proceso siga su curso normal.
Si el vicio se origina en un hecho anterior al juicio o coexistente con su iniciación. Hay que
subdistinguir:
Si el vicio es de aquellos que anulan todo el proceso, la nulidad debe alegarse antes
de hacer cualquier gestión principal en el juicio, siempre que la parte respectiva haya
tenido conocimiento de tal vicio. Si no lo tenía, puede alegar la nulidad dentro del
plazo de cinco días contados desde que se aparezca o se acredite que tuvo
conocimiento del hecho.
Si no es de aquellos que anulan todo el proceso. Debe alegarse como excepción
dilatoria.
Si el vicio se origina en un hecho acaecido durante la tramitación del proceso. En este caso la
nulidad debe ser alegada dentro del plazo de cinco días, contados desde que aparezca o se
acredite que la parte respectiva tuvo conocimiento de él.
4. Nulidad por Falta de Emplazamiento (art 80)
De acuerdo con las reglas generales si el litigante legalmente emplazado no comparece al juicio, éste
se tramita en su rebeldía y le afectan todos sus resultados. Pero puede ocurrir que el emplazamiento del
rebelde haya sido sólo aparente y en verdad desconozca la existencia del juicio por no haber llegado a sus
manos, por un hecho que no le es imputable, las copias a que se refieren los arts 40 y 44, o por no ser ellas
exactas en su parte sustancial.
Previendo esta situación, el art 80 faculta al rebelde para pedir la nulidad de todo lo obrado dentro
del plazo de cinco días, contados desde que aparezca o se acredite que tuvo conocimiento personal del
pleito. Este incidente se tramita en cuaderno separado.
Si el rebelde tuvo conocimiento del juicio durante su tramitación, debe plantear el correspondiente
incidente de nulidad procesal en la oportunidad respectiva, y se respetará íntegramente el principio in limine
litis.
Pero el problema podría surgir cuando el conocimiento acerca de la existencia del juicio se adquiere
después que éste haya concluido por sentencia de término (por ejemplo, cuando le notifican el mandamiento
de ejecución y embargo respecto de una obligación declarada por una sentencia recaída en un juicio al que
no fue emplazado).En este evento, y por no haber sentencia ejecutoriada, el rebelde puede plantear el
respectivo incidente de nulidad procesal porque así se lo permite los arts 182 inc final y 234 inciso final. Esto
se permite porque en tal situación la firmeza del fallo es solo aparente, pero no real.
1. Planteamiento
El nuevo proceso penal se ha hecho cargo, en parte, de las críticas formuladas al deficiente
tratamiento de la nulidad en el proceso civil. En efecto, el Código Procesal Penal dedica el Título Séptimo del
Libro I, arts 159 al 165, para tratar en forma sistemática la nulidad de las actuaciones procesales.
En dicho tratamiento, como se verá, se recogen las modernas tendencias en lo relativo a la nulidad
procesal, pues se establece como criterio basal para su declaración la existencia de un perjuicio efectivo
reparable únicamente con la declaración de nulidad, añadiendo que existe perjuicio cuando la inobservancia
de las formas procesales atenta contra las posibilidades de actuación de cualquiera de los intervinientes en el
procedimiento (art 159 CPP), lo que confirma que sólo procede declarar la nulidad cuando la actuación
YERKO MILLALONCO CALISTO
EGRESADO DE DERECHO
162
procesal, a más de ser defectuosa, causa indefensión a alguno de los litigantes. Más aun, el artículo 160, al
estatuir que se presume de derecho que existe perjuicio si la infracción hubiere impedido el pleno ejercicio
de las garantías y de los derechos reconocidos en la Constitución, o en las demás leyes de la República, pone
de manifiesto el carácter instrumental de la nulidad, y que el objeto de protección de las normas procesales
es el proceso con todas sus garantías.
Cabe tener presente, además, que todos los procedimientos orales de la reforma tienen como modelo
el derecho procesal penal, por lo que contemplan normas análogas, en lo sustancial, a las que estudiaremos
a continuación.