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Título original: «MINTZBERG ON MANAGEMENT». Inside Our Strange'§lorld
of Organizations.
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IVII|\TZBERG Y LA DIRECCION
visto catedráticos de finanzas seguir buscando el respeto de los directiva de los pregraduados y no la he realizado durante muchos
economistas enseñando cada vez más modelos matemáticos ina- años (aunque sí que creo en la formación contable a ese nivel, ya
decuados. l-{e observado que muchos de los cientÍficos del com- que la contabilidad es realmente una profesión). Recientemente me
portamiento, que han impregnado las escuelas empresariales, se pasó lo mismo respecto a los MBA convencionales. He llegado a
van pavoneando como sumos sacerdotes tratando de asegurarse creer cada vez más que es erróneo social como económi-
camente- preparar para la dirección -tanto
a personas relativamente
un grado de rigor «científico» en la investigación, suficiente para
desconectar a los investigadores de las mismas organizaciones que inexpertas. Unos cuantos años de experiencia previa sirve de ayuda,
se supone que conocen. El campo cie los sistemas de información pero eso no resuelve el problenia fundamental. No podemos per-
de la dirección, ostensiblemente preocupados con la aplicación, si- m¡tirnos el lujo de tener una sociedad de directivos de élite, prese-
gue tratando de definirse a sí mismo por lo que'se afirma que es leccionados a edad temprana según unos criterios académicos y
capaz de hacer una máquina (pero nunca lo hace del todo. aunque que luego son promocionados por el «camino rápido», alejados de
nadie se atreva a averiguarlo). lncluso mi propio campo de la estra- la difícil tarea de fabricar productos y atender a los clientes. Por
tegia, que mantenía un equilibrio antes de 1980, se ha inclinado tanto, he acabado creyendo que la formación para la dirección de-
desde entonces a favor de los «calculadores» que están más ¡nte- bería estar dirigida a personas que posean una experiencia organi-
resados en las técnicas del «análisis competitivo» que en los mati- zativa considerable junto con una capacidad comprobada de líder,
ces de la elaboraciÓn de estrategias. No exagero un ápice cuando así como la inteligencia necesaria
afirmo que si los hombres de negocios y del gobierno que apoyan En consecuencia, hace tres años, con la cooperación tolerante
las actuales escuelas empresariales supieran realmente lo que es- de la administración de McGill, di mi última clase de MBA. Alrede-
taba ocurriendo en el interior de muchas de ellas, incluyendo algu- dor de un año después dirigí un encuentro sobre estos temas con
nas de las más famosas, se tomarían la molestia, por ejemplo, de los directivos de los programas MBA de Canadá. Lo que viene a
entrevistar a los profesores, de manera aleatoria, estarían exi- continuación es el material de todas esas charlas, preparado para
giendo cambios revolucionarios en el profesorado y los programas su publicación en este libro. Pr"rede que suene a diatriba; soy res-
en vez de estar rellenando cheques pasivamente. ponsable de todo lo que se dice. Sus implicaciones se ampliarán en
Yo no firmo tales'cheques, pero sí que los recibo. Hace unos el último capítulo de este libro.
años decidíponer el dinero donde estaba mi mente y realizar la clase
cle formación en la que yo creía. Propuse una reducción en mis ho- Me propongo abordar mis inquietudes sobre la formación conven-
ras de enseñanza y en mi salario en McGill con objeto de limitar mi cional en los MBA en función de cómo los estudiantes llegan al pro-
trabajo académico a la investigación y la dirección de tesis docto- grama en primer lugar, cómo pasan por él después, y finalmente cómo
rales para centrarme en mi formación con expertos en ejercicio en salen de él función del sistema, input, proceso y output.
este campo
-en
En mi vida profesional siempre ha ido en primer lugar la inves-
tigación y los escritos. Hace unos años, en un artículo en Fortune E{, CANDIDATO COMO II\PUT
titulado «The MBA Man, the Myth, and the Method» (El MBA
-the
hombre, el mito y el método), Zalaznick hizo la interesante ob-
-el
servación de que la verdadera aportación de la escuela empresarial Fundamentalmente, las personas llegan a los programas del MBA
norteamericana no residía tanto en la enseñanza de sus graduados según dos conjuntos de criterios. Frimero, se seleccionan a sÍ mismas,
como en la penetración de la investigaciÓn (3). Todavía creo que en virtud de que, en primer lugar, solicitan el acceso al programa. En
esto es cierto, por lo menos en aquella porción de investigación que otras palabras, el colectivo de candidatos del cual se seleccionan los es-
sigue siendo creativa y se aplica a las organizaciones. tudiantes no está deñnido por ninguna capacidad para el liderazgo, real
Durante mucho tiempo he tenido dudas respecto a la formación o potencial, sino simplemente por su deseo de obtener el MBA. Esto
MINTZBERG Y LA DIRECCION FORMACION DE DIRECTIVOS, NO DE MBAS
pudiera reflejar un interés por la dirección, pero con demasiada fre- ias puntuaciones del examen de aptitud y la nota media. <<Fundamen-
cuencia refleja simplemente un interés por los ingresos. Es cierto que taimente, se garantiza la admisión de los candidatos de los tres pri-
las escuelas empresariales pueden tamizar a los candidatos según su meros niveles.» De hecho, nadie que estuviera en los dos primeros ni-
potencial paru ál liderazgo o la dirección, pero a la edad de, digamos, veles fue rechazado o se dejó en lista de espera (algunos fueron
veinticuatro años, con nó más de dos o tres años de experiencia en un pospuestos), mientras que todos los candidatos de los niveles VIII al
trabajo con dedicación exclusiva generalmente, en el mejor de los ca- XII fueron rechazados, La puntuación media del examen de aptitud
sos es un medio arriesgado para hacer la selección. para 1os niveies i y II fue en ambos casos de 680, y la nota media de
El otro conjunto de criterios son los duros números del rendi- 4,6 y 4,5. En los niveles VIII al XII esos promedios fueron de 590 a'
miento. No hay números duros sobre el rendimiento en el trabajo (ex- 3.
615 y de 4,1 a4,3 Eldecano adjunto Barks está en desacuerdo con
cepto simplemente el número de años'de haber estado desernpeñán- mi insinuación cle que el MIT adopta las decisiones de acuerdo con
dolo), pero si que hay sobre el comportamiento en los exámenes: estas dos puntuaciones. Fero ios resultados indican que se les presta
calificaciones de los exámenes (la nota media) y el conocido examen bastante atención
4,
a menos que haya ciertamente una correlación
2.
de aptitud para la dirección No hay que subestimar la utilizaciÓri de considerable entre estas puntuaciones y otros factores más blandos que
éstas en las escuelas empresariales. Después de todo, proporcionan unos valoren el potencial de dirección.
criterios objetivos para la selección, y cualquier cosa que tenga que ver Un famoso artÍculo, que apareció hace unos años, titulado «The
con la dirección (o por lo menos con la enseñanza de la misma) tiene Myth of the Well-Educated Managen> (El mito del director bien pre-
que estar por encima de cualquier otro objetivo. No importa cuál sea parado) (5), del catedrático de Flarvard Stirling Livingston, sugeria, de
el objeto. hecho, pruebas contrarias a esa correlación falta de relación entre
No conozco ninguna prueba que relacione una puntuaciÓn alta en las puntuaciones
-la
de la Escuela Empresarial de Harvard y el éxito pos-
el exauieii de aptitud con una buena práctica de la direcciÓn. Desde terior en trabajos de dirección. Livingston insinuaba que hacía falta
luego que una puntuación baja (por lo menos para un inglesparlante valorar las habilidades intuitivas y el sentido común, no sólo el valor
nativo) puede indicar un problema de inteligencia, y los buenos direc- académico.
tivos tienen que ser inteligentes. Fero ¿cÓmo de inteligentes? Se sabe Sin embargo, hay un problema cor la valoración de la intuición de
desde hace tiempo que no hay ccrrelaciÓn entre la inteligencia (tal los candidatos al MBA: la intuición casi nunca tiene ocasión de ma-
ccrno la que se mide en los tests Ce inteligencia) y la creatividad por nifestarse a edad temprana. Sencillamente, una persona no puede ser
encima de un cierto nivei moderado. En otras palabras, la creatividad intuitiva con cosas de las que sólo tiene un conocimiento superficial.
de las personas inteligentes tiene un intervalo amplio de variaciÓn. Por For tanto, resulta difÍcii saber incluso si está presente el potencial in-
tanto también, creo yo, en su capacidad directiva. De hecho, cuando tuitivo en Ia mayoría de ios candidatos al MBA.
veo una puntuación de 796 en el examen de aptitud o una nota media
Además, incluso si el potencial intuitivo estuviese presente, su au-
de 4,9 me pregunto si no me encontraré delante de un «idiota-sabio>»
sencia en forma desarrollada significa que no se puede utilizar en el
como una persona con mundología, alguien que puede ser brillante en proceso educativo. AsÍ pues, la mayor parte del programa convencio-
los tests pero que no puede hablar con un cliente'
Yo soy un graduado del programa máster de la Sloan School del 3
¿En qué grupo de solicitantes habría quedado yo en 1968, con una nota de 602
MIT (sÍ, un joven MBA). Hace poco publicaron en su revista (4) las en el examen de aptitud y una nota media por debajo de 4 en 1963?
estadísticas sobre la clase de 1986. «Más de 1.500 hombres y mujeres 4 En este artÍculo dice antes Barks: «Los aspectos de la calidad que se pueden medir
compitieron para 185 puestos.» Los candidatos se dividieron en doce [en los solicitantes] son realmente impresionantes, teniendo una puntuación media de
niveles, <óasados en la suma numérico» de varios factores, incluyendo ó30 en el examen de aptitud, y de 4,3 para la nota media entre todos los solicitantes»
(p.3). ¿Pero se puede medir realmentela calidad ? En el artículo de Zalaznick publi-
cado en Fortune, se puede ver hasta dónde llega esta tendencia a conltar e¡i.los¡úme-
2 En inglés, GPA (grade point average) y GMAT (Graduate Management Aptitude ros: reflere que la clase entrante de Stanf,ord de 1958 tenÍa una media de 500 en el exa-
Test). (N. de los T.) men de aptitud; en 1968 habÍa alcanzado ei percentil de 96 en 650 (p. l7l):
MINTZBERG Y LA DIRECCION FORMACION DE DIIIECTIVOS, NO DE MBAS o7
nal del MBA se reduce a lo analítico forrnal. X-os estudiantes sÓlo pue- en la continuidad de la producción de unos 60.000 MBAs al año (por
den apreciar el conocimiento formal, generalmente bajo ]a forma de lo menos en los Estados Unidos).
técnica. Y eso, desde luego, es lo que ellos promocionan inmediata- No pretendo insinuar que la formación para directivos sea inef,rcaz,
mente después de su graduaciÓn 1o menos si es que los dos años sólo que no tiene mucho sentido cuando el estudiante carece del don
-por han tenido algún propÓsito. No del liderazgo. Hace unos af,os, Herbert Simon sugirió, con respecto al
de fonnacióri en la escuela ernpresarial
es de extrañar que los jÓvenes graduados del MBA vayan por ahí re- debate naturaleza-educación, que si se desea obtener un atleta de pri-
primiendo la intuición dondequiera que levante su misteriosa cabeza. mera, se tiene que partir de alguien que posea el <<dote naturab» (no yo,
(En ,nu charla posterior que di sobre estas ideas a una claie de estu- por ejemplo) y luego «a fuerza de práctica, el aprendizaje y la expe-
diantes del MBA, un joven estudiante salió con el soberbio comenta- riencia lo convierte ... en una habilidad madura> (6). Tenemos cosas
rio de que «¿cómo se puede seleccionar atendiendo a la intuición si ni buenas que enseñar en el campo de ia dirección; enseñémosias a las
siquiera se puede medir?».) personas que las puedan utilizar.
Mi criterio para llegar a la formaciÓn en clirecciÓn es muy sencillo: La teoría de tra dirección, como cualquier otra, es conceptual y abs-
demostrar los logros en un trabajo directivo. Esto supondría dos cosas. tracta. Las personas que no tienen experiencia no la pueden apreciar.
Primero, que los candidatos necesitarian úna extensa experiencia prác- Están condenadas a ir dando vueltas como peonzas creyendo que la
tica; la máyoría de ellos tendrÍan unos treinta años antes de que si- programación lineal o los modelos de cartera son las respuestas a todos
quiera se les tomara en cuenta para este tipo de educaciÓn. Yo prefe- los problemas del mundo. Por el contrario, los directivos experimen-
riría una experiencia intensiva, bien profunda por lo menos en una tados poseen la experiencia de la que colgar los conceptos. Algunos de
industria, preferiblemente en una organizaciÓn, para que el conoci- éstos también van por ahí actuando con precipitación, buscando ei
miento de base sea penetrante, o <<denso» tal como dirían los antro- apaño rápido. Pero por lo menos, la experiencia le capacita a uno para
pólogos. No estoy a favor de aceptar <<directivos profesionales)>, esas cuestionar la validez de una teorÍa. Y a pesar de los f,ilósofos de la cien-
«aves de paso» que revolotean de una situación a otra. Segundo, se cia como Ifurl Fopper (una secreiaria mía escribió una vez su nombre
tendría que demostrar la capacidad de los candidatos para el lidetazgo como Propper 5¡, la mejor prueba de una teoría aplicada sigue siendo
y la dirección, En otras palabras, tendrían que ser seleccionados no por si las personas inteligentes que la practiean la encuentran más irtil que
ellos mismos sino por los subordinados que les siguiesen, los compa- cualquier otra para hacer frente a sus problemas.
ñeros que los respetasen, los supervisores que los'apreciasen. De esta
manera, la formación para la dirección no se desperdiciaría en perso-
nas que probablemente no vayan a ser unos directivos ef,tcaces -un CONTENIDO DEL PROCESO
gran número de los estudiantes actuales del MBA, diría yo'
Desde luego que estoy suponiendo aquí que el MBA significa com-
binar la B (business)con la A (adtninistration). En otras palabras, esta- ¿Qué se puecle enseñar a las personas que llegan a la formación en
mos tratando de.preparar para la administraciÓn tanto como para los dirección? Dada una clase de personas relativamente inexpertas, se-
negocios. También podría discutirse que deberíamos desdoblar las dos,
guro que no se hace hincapié en las sutilezas de la intuición. Se les
p.épuru. a ias personas para ocupar ciertas posiciones en los negocios inunda con métodos y técnicas, ctianto más cuantitativos mejor. Des-
pués de todo, los profesores son investigadores que puede que tengan,
decir, la parte más analítica tal comr¡ la investigaciÓn de marke-
-es
ting o contabilidad- sin pretender que acaben siendo directivos. Pero incluso menos experiencia y puntuaciones más altas en el examen de
pa.a eso haría falta cambiar muchas espectativas establecidas, inclu- aptitud que los estudiantes. Enséñeles estadística (como f,rn en sí
yendo las de los candidatos quienes cr..n qr. alcanzaránrápidamente misma), matemáticas (llamadas «f,rnanzas>>) y sicologÍa del ccmporta-
posiciones de poder porque se sentaron en una clase durante dos años, miento (bajo el nombre de <<marketing»). Jamás, absolutamente ja-
ias de muchat ftr*as que creen que están contratando a sus lideres fu-
5 Por su similitud con la palabra
turos, y las de las escuelas empresariales cuyos presupuestos se basan inglesa «prope» (adecuado). (N. de tos T.)
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FORMACION DE DIRECTIVOS, NO DE MBAS
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eso nojustifica que traten de duplicar estas disciplinas. para en pedagogía, por lo menos no del tipo experimental. Este es un
Mi educación para la dirección ideal cambiarÍa las prioridades. tÍtulo de investigación, y en buena parte, atrae a personas introvertidas
Contendria menos análisis y recetas, más material blando y observa- que quieren enterrarse a sÍ mismas en una biblioteca o bajo una pila
ciones de cómo funciona realmente el mundo de las organizaciones, de datos. (Por eso el cuestionario es un dispositivo tan popular
en comparación con la forma en que deberían funcionar. A propósito, tanto porque posea aiguna ventaja intrÍnseca sino porque permite -no a los
no tiene por qué ser un programa del MBA, ni siquiera una forma del académicos que hagan investigación sin salir jamás de sus despachos.)
llamado MEA para ejecutivos (aunque ésta es una buena idea). Sim- Ciertamente hay académicos que son grandes profesores, incluso al-
plemente podría ser una serie de cursos ad hoc para personas en ejer- gunos que son fabulosos enseñando. Pero eso es pura coincidencia, y,
cicio. (Y ilo me interesa la B del MBA. Tenemos que enseñar dlrec- en cualquier caso, son pocos en mi opinión.
ción, y eso no cambia mucho, tanto si es para directores de hospital, Sin la habilidad innata para enseñar, la formación de los profesores
administradores gubernamentales o empresarios. Creo que las escuelas (como la formación para directivos) sirve de poco. Fero ni siquiera Io
de dirección deberían llamarlo máster en administración y dejar que intentamos. Hace algunos años, durante el desarrollo de nuestro pro-
los alumnos añadiesen la B en medio si desearan hacer hincapié en los pio programa de doctoraclo en direccién, propusimos un curso de pe-
negocios.) dagogía. Un curso. Tan sólo el 3 por 100 del programa total dedicado
Frimero, en mi programa icieal de dirección harÍa hincapié en la a la pedagogía, dejando el 97 por 100 restante para la investigación,
para un tÍtulo, debería observarse, que licencia a las personas para que
formación de habilidades, educación <<experimentab» si lo prefiere, de-
dicando a ello quizás un tercio del total. Sin embargo, esto impiicaría pasen casi tanto tiempo enseñando como investigando. Algunos de mis
más cosas que las habilidades interpersonales corrientes. Igualmente colegas no estaban de acuerdo atención a la pedagogía,
-demasiada
creo que pensaron- pero nos las arreglamos para que se aceptara.
importantes son las habilidades para recoger información, para dirigir
negociaciones, para tomar decisiones bajo condiciones de ambigüe- ApostarÍa a que no hay muchos cursos asÍ por ahÍ.
dad, y así sucesivamente. Por supuesto que no me reltero sÓlo, ni si- La habilidad de educar las facultades directivas reside en gran parte
Quiera básicamente, a las habilidades ejercitadas por medio de una téc- en el terreno, en personas que enseñan <<dentro de casa»» para las gran-
nica sistemática, sino a aquellas que dependen también de los procesos des organizaciones o que trabajan como consultores. Estas personas
más blandos de la intuición. dedican sus esfuerzos exclusivamente a la pedagogÍa, no necesitando
De hecho, se conocen muchas cosas sobre cómo inculcar esas ha-
bilidades, pero no en las escuelas empresariales. Hace unos pocos años 6 También me llamó la atención la superficialidad del ejercicio «directivos»
comenzamos a utilizar una simulación llamada el «Espejo» en Mc- -los
estaban «dirigiendo» algo que habian aprendido tan sólo unos días antes. Pero luego
Gill, desarrollada en el Centro de Liderazgo Creativo de Greensboro, me di cuenta de que, a veces, trabía visto ejercicios no mucho menos superficiales en
Carolina del Norte. Es una especie de ejercicio intrincado de resolu- la vida real dentro de los despachos de los ejecutivos. ¡Quizás fluera una simulación
completamente realista, después de todo!
ción de casos en el cual varios equipos de directivos compiten entre sí
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ser hábiles en la investrgación. Así tenemos una ci.er-ta división natural temente se hace ahora, sino para hacer el mejor uso de ella junto con
dei trabajo entre formación erudita y para la dirección, pero no la he- los conocimientos más formales.
mos perseguiclo hasta su conclusión lógica. Quizás las univelsidades no La teorÍa es una palabra antipática en algunos ambientes. pero to-
tengan nada que hacer tratando de preparar directivos, por lo menos dos funcionamos en base a teorÍas, bien sean formales y explÍcitas o
no dentro de la esfera del desarrollo de habilidades. informales y subconscientes. Keynes ha sido parafraséadscon fre-
Segundo --y aquí si que creo que las universidades tienen una cuencia en este punto: la persona <<práctica> es, a menudo, prisionera
ventaja natural-- yo dedicaría quizás otro tercio de la educación de de algún teórico difunto. Nuestra tarea como educadores es huc., qu.
directi'¿cs a la observación descripliva, informando a éstos de cómo los directivos sometan a escrutinio sus teorÍas implÍcitas, confrontán-
funciona su mundo. I\Áe refiero aquí al conocimiento en un sentido dolas con teorías alternativas que han sido desarroiladas más sistemá-
formal o conceptual, ia teoría basada en Ia investigación sistemática ticarnente. Los directivos tienen que considerar cuándo es beneñcioso
-elElreino del erudito.
problema de las ¡ecetas es que no se pueden aplicar de manera
observar ei mundo a través de una lente diferente, por ejemplo pensar
en la formación de estrategias como un arte informai en vez-de un
genelal. Ningún enfoque puede resolver los problernas de los directi- proceso de planificación formal.
vos qlre proceden de muchas organizaciones diferentes, y eue están to- obviamente, no faltan malas teorías en nuestro campo. General-
dos sentados en Llna ciase. La receta es adecuada pa.ra un contexto: se mente se pueden adivinar por la feaidad de sus nombres «modelo
tiene que hacer en una situación especÍfica, a la medida de las necesi- de articulación de diada vertical»> 7 (créase o no, sobre el-el
liderazgo) es
dades del lugar y en ese momento concreto. mi ejemplo favorito. Abraham Kaplan, en The Conduct of Inqr.tily (La
Para que la receta sea eficaz es crucial que la diagnosis sea eficaz, y conducta de la investigación), habla de las «cualidades estéticás dé una
eso depende de que el conocimiento de la situación en cuestión sea el teoría» (7), y sospecho que tiene razón cuando dice que es más pro-
mejor posible. En dirección,. carecemos sencillainente de categorías ge- bable que una teoria armoniosa,la que se construye y nombra de una
néricas de problemas y sus síntomas rápidas de diagnosti- forma bonita, sea más viálida y útil que una fea. En cuarquier caso, Ios
-maneras
car los asuntos y recetar soluciones, como quizás existan en medicina. directivos inteligentes que posean un conocimiento bien arraigado de
Cada problema de dirección, por lo menos a aito nivel, se tiene que su ejercicio profesional, generalmente, pueden elegir entre 1aiteorÍas
estudiar generalmente en sus propios términos. For eso creo clue la más y menos útiles.
descripción es la herramienta más poderosa para recetar de que dis- Desde el inicio'de mi carera educativa, hice hincapié en la teoría
ponemos, en las manos adecuadas -_las de la persona en ejercicio que descriptiva dentro de clase. Pero pronto suryieron ras priguntas: <<oiga,
está informada. (Y por eso veo mi papel como investigador no paÍa profe, está bien oír hablar de cómo trabajan ros direciivos y cómo ela-
crear técnicas sino para desarrollar las observaciones, y mi papel como boran las organizaciones las estrategias, pero ¿cuándo nos va a contar
educador no para recetar cambios sino para difundir esas observacio- cómo se deberÍan hacer estas cosas, algo que podamos usar el día que
nes. Sólo cuando hago de consultor, dentro de un contexto específico, nos graduernos?>> <<Espera»>, respondía yo, «<eso llegará al f,rnal del
tengo yo algo que hacer recetando. Que es lo que supongo que estoy curso». Dejé de decir eso unos pocos años después (ya que tenÍa poco
haciendo ahora consultor autoproclarnado de los educadores que decir al respecto al final del curso). En su lugar, comencé a dévol-
de la dirección!)
-¡como ver la pregunta. «si tú no hubieses sabido cómo funcionaba ei pomo
El contenido real de este material descriptivo podría abarcar dos de la puerta nunca habrÍas podido entrar en esta clase.
¿eué tá hace
áreas. Primero, el funcionamiento básico de las organizaciones pensar que sabes cómo funcionan las organizaciones? Eslas son unos
-cómo
toman decisiones y forroan estrategias, cómo procesan la información, sistemas inmensamente compiicados.
¿eué harías con una receta,
cómo irabajan sus directivos y así sucesivamente. Segundo, el conoci- aunque te la diera yo?» Ahora digo casi lo mismo a los ejecutivos a los
miento básico sobre los entornos de las organizaciones contextos que enseño: <<l.lo esperen que les dé recetas; lo mejor que puedo hacer
-los
económicos, políticos, sociales, financieros, etc. Fero este material tiene
que presentarse de manera que no elimine la intuición, como frecuen- 7 En inglés,
«vertical dyad linkage model»>. (N. de tos T.)
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