Carnet: 2154-18-06104 Fecha: 09/02/2019 ASOCIACIONISMO El asociacionismo es una corriente de la psicología que surgió en Gran Bretaña y que pretende dar explicación a las cuestiones psíquicas a partir de los principios que rigen la asociación de ideas. Esta teoría, en definitiva, reflexiona sobre cómo los pensamientos establecen diferentes clases de combinaciones en la mente. El asociacionismo es el paradigma que sirve de justificación teórica a las técnicas asociativas basándose en el postulado, defendido por esta corriente psicológica, de que la asociación es el mecanismo que explica cualquier actividad del ser humano, los defensores de las técnicas asociativas sugieren una serie de procedimientos de tipo asociativo a fin de poner en práctica un comportamiento creativo. El asociacionismo permite a las personas reconocerse en sus convicciones, perseguir activamente sus ideales, cumplir tareas útiles, encontrar su puesto en la sociedad, hacerse oír, ejercer alguna influencia y provocar cambios. Al organizarse, la ciudadanía, se dota de medios más eficaces para hacerse llegar su opinión sobre los diferentes problemas de la sociedad a quienes toman las decisiones políticas.
Dentro de este contexto el asociacionismo juvenil es un lugar de encuentro e
intercambio y un espacio de aprendizaje. Basada en las aportaciones aristotélicas y de numerosos filosófos como Locke y Hume, esta teoría sería desarrollada por David Hartley y John Stuart Mill, quienes postularon que toda conciencia es consecuencia de la combinación de estímulos y elementos captados mediante los sentidos. Así, los procesos mentales se producen de forma continuada en base a una serie de leyes con las que vinculamos los estímulos del medio. De una forma simple y genérica la teoría asociacionista se puede resumir como aquella que propone que el conocimiento es adquirido por la experiencia, vinculándose las sensaciones que nos produce la presencia e interacción con los estímulos de forma mecánica y siempre que se reúnan una serie de requisitos básicos conocidos como leyes de la asociación. Según se añaden nuevas asociaciones, el pensamiento y la conducta se van volviendo cada vez más complejos, pudiéndose explicar la actuación humana en base al aprendizaje de los vínculos entre fenómenos. Sin embargo, esta teoría sería considerada únicamente filosófica hasta la llegada del conductismo, el cual a través de numerosos experimentos y comprobaciones empíricas acabaron elevando el asociacionismo a teoría científica. John Locke (1632–1704), de acuerdo a los postulados de Aristóteles (384 A.C.–322 A.C.), aseguraba que los seres humanos nacen en blanco, sin ningún clase de habilidad innata o de aptitud natural. Sólo las experiencias que las personas viven con el paso del tiempo les permiten desarrollar ciertas representaciones, lo que quiere decir que las ideas no surgen a través del raciocinio. De acuerdo a la psicología experimental, por otra parte, se habla de asociacionismo pasivo para indicar cómo la mente actúa como un reflejo de las representaciones naturales que dan sentido a la existencia. En este sentido, habría que subrayar que dentro de ese citado campo de la psicología muchas son las escuelas que han abordado y apostado, de un modo u otro, por lo que es el asociacionismo. De esta manera, por ejemplo, se podría destacar la psicología mentalista de corte empirista, el conductismo que se basa en la unión estímulo-respuesta, el conexionismo que gira entorno a la conducta y los procesos mentales, o el psicoanálisis que se centra en la libre asociación de ideas como método terapéutico.
David Hartley (1705–1757) y James Mill (1773–1836) también postularon
que la conciencia es la consecuencia de la ley de asociación, que supone una vinculación de los elementos que se captan mediante los sentidos. El asociacionismo es, en otro sentido, un movimiento de índole social que propone la creación de asociaciones políticas, cívicas y de otro tipo para tratar los asuntos de interés comunitario. En estos momentos precisamente dentro de lo que es el asociacionismo hay que destacar el auge que ha experimentado aquel que tiene lugar en el seno de lo que es la juventud. Así, los distintos organismos y administraciones públicas, tanto a nivel local como provincial o nacional, fomentan la unión de los jóvenes para la puesta en marcha de esas mencionadas asociaciones. Y es que gracias a esos grupos de trabajo sus integrantes tienen al alcance de la mano el participar de manera activa en lo que es la sociedad en la que viven realizando propuestas, planteando proyectos que les interesen o desarrollando todo tipo de acciones que vayan en mejora tanto de su bienestar como del resto de ciudadanos. Una frase que podría servir como ejemplo de lo que hemos expuesto en último lugar es la siguiente: “El Ayuntamiento de Madrid incentivó el asociacionismo entre la juventud y consiguió que esta pusiera en marcha la Asociación Cultural Juvenil desde la que se realizan talleres de lectura, representaciones teatrales y conciertos”. Por último, cabe destacar que en el marco de la educación social, el asociacionismo es un postulado que sostiene que la participación de los ciudadanos en el debate público es el mejor camino para modificar la realidad y mejorar las condiciones colectivas de vida, ya que permite perseguir el bien común. Las leyes de la asociación La teoría asociacionista considera que a la hora de vincular o relacionar los diferentes estímulos o fenómenos, seguimos una serie de reglas universales que nos vienen impuestas de forma innata. Las principales leyes de la asociación son las siguientes, si bien posteriormente serían revisadas y reelaborados por los diversos autores que trabajaron desde el asociacionismo y el conductismo. 1. Ley de la contigüidad Inicialmente, según la ley de la contigüidad dos sucesos o estímulos son asociados cuando ocurren de manera muy próxima en tiempo y el espacio. Con el tiempo y el estudio sistemático, esta ley varió para hacer referencia a la necesidad que la representación mental de dichos estímulos aparezca de forma conjunta o cercana en nuestra mente, sin precisarse una proximidad física como tal. 2. Ley de la semejanza Para la teoría asociacionista, cuando dos estímulos activan representaciones mentales parecidas o tienen características comunes es mucho más probable que sean vinculados entre sí a partir de dicha semejanza. 3. Ley del contraste Dos estímulos también se verán asociados si son completamente contrarios, debido a que se percibe la existencia de un contraste en la misma cualidad estimular. 4. Ley de la frecuencia Las vinculaciones entre los sucesos que más se repiten tienden a ser almacenadas con mayor frecuencia, fortaleciéndose la asociación entre dichos sucesos o estímulos. 5. Ley de la recencia Según la ley de la recencia, cuanto más reciente y menos distancia temporal haya entre ambos estímulos, más fuerte será el vínculo que se establezca entre ellos. 6. Ley del efecto Esta ley fue formulada por Edward Thorndike como base del condicionamiento instrumental (posteriormente rebautizado por B. F. Skinner como condicionamiento operante) con el fin de explicar la conducta y el comportamiento. Según dicha ley las respuestas realizadas por un sujeto que mantengan relaciones de contigüidad con consecuencias reforzantes serán asociadas con gran fuerza al estímulo original que produjo dicha respuesta, aumentando su probabilidad de repetición. Si dicha respuesta va seguida de consecuencias aversivas, la vinculación con el estímulo provocará que la respuesta sea realizada con menor frecuencia (inicialmente se propuso que debido a que la asociación era menor, pero más tarde esto sería rectificado). E-grafía http://www.search.ask.com/web https://definicion.de/asociacionismo/ https://es.wikipedia.org/wiki/Asociacionismo https://www.e-torredebabel.com/Psicologia/Vocabulario/Asociacionismo.htm http://www.tusitio.ccbierzo.net/ https://psicologiaymente.com/psicologia/teoria-asociacionista