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LA DOCTRINA DEL "DISREGARD" EN EL

DERECHO LABORAL. Análisis de la jurisprudencia


de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
Autor: Buzzetti, Cecilia

Cita: RC D 1836/2017

Tomo: 2016 1 Año 2016 - 1.


Revista de Derecho Laboral Actualidad

Sumario:

1. Introducción. 1.1. Marco conceptual y problema de investigación. 2. La desestimación de la


personalidad jurídica. 2.1. Concepto y denominación. 2.2. El texto legal. 3. Efectos de la
desestimación. 3.1. Imputación directa. 3.2. El resarcimiento de los perjuicios. 4. La
inoponibilidad de la personalidad jurídica en el Derecho Laboral. 5. La inoponibilidad de la
persona jurídica en el Derecho Laboral conforme la jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación. 5.1. La antigua Corte. 5.2. La nueva Corte. 6. Conclusiones.

LA DOCTRINA DEL "DISREGARD" EN EL DERECHO LABORAL. [1] Análisis de la


jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación [2]

La autora desarrolla un estudio sobre el concepto y los efectos de la teoría de la inoponibilidad


de la persona jurídica en el Derecho Laboral, en relación con la jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación.
1. Introducción
1.1. Marco conceptual y problema de investigación
El presente trabajo se vincula con un tema que desde hace varias décadas despierta la
preocupación y el interés de la doctrina y la jurisprudencia relacionadas al Derecho del Trabajo.
Nos referimos a la posibilidad de extender la responsabilidad por deudas laborales a socios y
controlantes de sociedades de responsabilidad limitada.
El ser humano, sujeto y centro de la vida social, constituye el paradigma del concepto jurídico de
persona [3]. La personalidad jurídica de las personas de existencia visible es un imperativo
inexcusable de Derecho natural y constituye un elemento que no se asigna u otorga sino que
pertenece al hombre por su condición de tal [4].
Distinto es el caso de las personas de existencia ideal, a las cuales se les atribuye personalidad
jurídica.
Siguiendo a Otaegui (1992) podemos afirmar que la personalidad es el efecto del acto constitutivo
de una persona jurídica (art. 944, Cód. Civ.). Dichos efectos se producen frente a terceros, a raíz
de la creación de la persona jurídica distinta a la de sus miembros, ente al que se imputarán los
derechos y obligaciones que genere su actuación (art. 32, Cód. Civ.) y que, por lo tanto, será
titular de un patrimonio distinto al de sus miembros [5].
El reconocimiento de la personalidad jurídica de las sociedades comerciales se funda en fines
eminentemente prácticos, ya que satisface múltiples necesidades: por una parte, satisface los
intereses de los terceros vinculados de una manera u otra con la sociedad comercial, a quienes
se les ofrece un patrimonio especial (el de la persona jurídica) destinado a satisfacer las deudas
contraídas por los representantes de la entidad, y por otra parte, permite a los socios
independizar el patrimonio afectado al desarrollo de la actividad comercial del suyo propio, el
cual, en principio, permanece indiferente al riesgo empresario [6].
Tal y como se desprende del concepto esbozado con anterioridad, la regla general en materia
de personas jurídicas es la irresponsabilidad de sus miembros (art. 39, Cód. Civ.). Sin embargo,
tal limitación de responsabilidad no es un atributo esencial de la personalidad jurídica. Tampoco
es absoluto ya que nada en nuestro Derecho lo es. En esta línea de pensamiento, el artículo 2°
de la LSC limita la existencia de las sociedades comerciales como sujeto de derecho al alcance
fijado en la ley.
Compartimos la postura de Nissen (1998) cuando sostiene que las personas de existencia ideal
y las sociedades comerciales en particular no han sido creadas como un instrumento para limitar
la responsabilidad de sus integrantes ni para quebrar los principios generales de la universalidad
del patrimonio como prenda común de los acreedores. Su legitimación se halla en la necesidad
económica de crear contratos idóneos para la concentración de capitales, para emprender
negocios de envergadura riesgosos y que con otro marco normativo disuadiría a la participación
en los mismos. El citado autor justifica la limitación como aliciente y no como vía para generalizar
un límite a la responsabilidad general [7].
En ese contexto, el reconocimiento de la personalidad diferenciada pierde sentido cuando se la
convierte en un esquema de titular aparente de una relación jurídica o de una actividad para
posibilitar a su titular real el incumplimiento de una obligación, la violación de una norma
imperativa, la comisión de un hecho ilícito o la limitación indebida de su responsabilidad [8].
En ese marco, cabe sostener que las sociedades de responsabilidad limitada no son ni deben
ser pantallas para cubrir actividades comerciales personales y menos aún que a través de ellas
puedan afectarse derechos de terceros.
Esta irregularidad llevó a la elaboración de la doctrina de la desestimación de la personalidad
jurídica como paliativo de los abusos cometidos con las personas de existencia ideal. La misma
se desarrolló como una necesidad impuesta por los hechos.
Hay un fin jurídico que impone un límite en el uso y reconocimiento de la personalidad
diferenciada, por lo tanto, toda estructura que vaya contra lo normal para obtener conveniencias
individuales no responde a la realidad. En estos casos se admite que "se corra" o "se perfore" el
velo de la ficción, "se levante" la cortina, "se mire" detrás de la máscara, "se descubra" más allá
de los bastidores, para "ir al hombre", a fin de restablecer la justicia o la equidad violada mediante
el esquema societario. La verdad real prima sobre la formal [9].
La desestimación de la personalidad jurídica importa un remedio jurídico mediante el cual resulta
posible prescindir de la forma de sociedad o asociación con que se halla revestido un grupo de
personas y bienes, negando su existencia autónoma como sujeto de derecho frente a una
situación jurídica particular [10].
Con anterioridad a la introducción en el Derecho positivo argentino de la mentada doctrina, la
jurisprudencia, basándose en principios generales del Derecho y en conceptos económicos, fue
gestando una corriente que serviría luego de base a la incorporación o recepción legislativa de
la misma.
La jurisprudencia laboral no fue ajena a esta realidad. Es por todos conocido el hecho de que los
empleadores han abusado indiscriminadamente de la utilización de la limitación de la
responsabilidad que otorga la personalidad jurídica, como método para eludir obligaciones
personales.
En ese contexto, y atento que el conjunto normativo laboral probó ser insuficiente ante
contrataciones instrumentadas por medio de personas jurídicas, se propició la aplicación de la
mentada teoría en el ámbito del fuero del trabajo, en los supuestos de relaciones clandestinas o
pagos total o parcialmente en negro.
El fin perseguido por los tribunales que comenzaron a extender la responsabilidad de la sociedad
a sus socios o controlantes era evitar que mediante un uso abusivo de la personalidad
diferenciada se repelieran los intentos de los trabajadores de percibir sus créditos, exhibiendo
justamente la limitación del capital social, en el fenómeno que se ha dado en llamar la
"infracapitalización societaria", avalado por una legislación comercial que permite el
funcionamiento de entes de Derecho con importante volumen de giro comercial, pero con escaso
o nulo capital de solvencia a la hora de responder por las obligaciones asumidas.
En base a ello cabe preguntarse: ¿Puede extenderse a socios y controlantes la responsabilidad
prevista en el artículo 54, 3er párrafo de la ley 19.550 por condenas laborales?
Intentaremos responder a dicho interrogante mediante el desarrollo del presente trabajo de
investigación.
2. La desestimación de la personalidad jurídica
2.1. Concepto y denominación
Tal y como expusiéramos con anterioridad, la diferenciación entre la persona jurídica y sus
miembros no es absoluta. Ésta cede en de-terminadas circunstancias para dar lugar a
la desestimación o inoponibilidad de la personalidad jurídica.
Los juristas y pretores, primero, y luego la legislación desarrollaron la teoría del allanamiento de
la personalidad que, justamente reconociendo el carácter instrumental de la personalidad jurídica
de las sociedades comerciales diferenciada de los socios, apunta a evitar que la misma se utilice
como instrumento para perjudicar a terceros o violar la ley [11].
Tal inoponibilidad tiene por propósito apartar total o parcialmente los efectos de la personalidad
jurídica societaria en aquellos supuestos en que la sociedad es utilizada incorrectamente [12].
La desestimación de la personalidad jurídica importa un remedio jurídico mediante el cual resulta
posible prescindir de la forma de sociedad o asociación con que se halla revestido un grupo de
personas y bienes, negando su existencia autónoma como sujeto de derecho frente a una
situación jurídica particular [13].
Es el instituto en virtud del cual se deja de lado la estructura jurídica societaria para alcanzar a
las personas y bienes que se amparan bajo su cobertura [14].
La inoponibilidad se refiere a la imposibilidad de invocar la plenitud de efectos de una situación
reconocida por la ley respecto de ciertos sujetos, diversa a la nulidad que provoca la disolución
y liquidación de la sociedad.
Múltiples han sido las denominaciones que se han utilizado para referirse a este instituto. Así se
habla de "desestimación", "allanamiento", "redhibición" o "penetración" de la persona jurídica
pues mediante un mecanismo legal se permite correr el velo de la personalidad jurídica para
imputar directamente la responsabilidad a los integrantes de la misma.
Es importante destacar que cuando se corre el velo societario, no se lo rompe, porque no
desaparece la sociedad, simplemente se relativiza el sujeto (sociedad) y la aplicación se limita al
caso concreto sin que la persona jurídica deje de existir con todos sus atributos. No se persigue
suprimir al sujeto, sino imputar la relación jurídica a otro. Para que desaparezca la sociedad hay
que liquidarla o producir su liquidación por mecanismos previstos legalmente [15].
2.2. El texto legal
La teoría del disregard nace como una necesidad impuesta por los hechos, buscando
sistematizar la casuística jurídica.
La Ley de Sociedades, en su artículo 54, regula, expresa y especialmente, el instituto de la
inoponibilidad de la persona jurídica societaria, lo que en su momento significó una innovación
dentro de la orientación general del Derecho Comparado que prescindía de soluciones
particulares sobre la cuestión [16]. En efecto, las demás legislaciones, aunque logran similares
efectos, lo hacen por aplicación de otros institutos careciendo de una norma que regule
expresamente la teoría en estudio [17].
Actualmente, dentro de un temperamento similar al de la ley ar-gentina, se encuentra la Ley
Uruguaya de Sociedades Comerciales N° 16.060, artículos 189/191.
El artículo 54, 3er párrafo de la LSC señala textualmente:
Inoponibilidad de la personalidad jurídica. La actuación de la sociedad que encubra la
consecución de fines extrasocietarios, constituya un mero recurso para violar la ley, el
orden público o la buena fe o para frustrar derechos de terceros, se imputará directamente
a los socios o a los controlantes que la hicieron posible, quienes responderán solidaria e
ilimitadamente por los perjuicios causados.
El citado artículo debe relacionarse con todas las demás normas que expresa o implícitamente
integran el "sistema de la personalidad societaria" (arts. 1°, 2° y 58, LSC). Asimismo cabe decir
que esta disposición ubicada en la parte general de la Ley de Sociedades Comerciales expande
sus efectos a todos los tipos societarios, marcando una directriz fundante, un estándar de
conducta que no puede soslayarse en la temática de la inoponibilidad [18].
El tercer párrafo (agregado por la ley 22.903) ha receptado un medio técnico-jurídico, donde la
sociedad (en rigor sus socios/controlantes) abusa de su personalidad jurídica usándola con fines
que extralimitan el objeto social o violan la ley causando perjuicios a terceros.
A raíz de ello, se imputa la conducta de la sociedad directamente a los socios o controlantes que
la hicieron posible, con responsabilidad solidaria e ilimitada por los perjuicios causados.
3. Efectos de la desestimación
El artículo 54, 3er párrafo, LSC, consagra expresamente los dos efectos de la inoponibilidad de
la personalidad jurídica:
a) Imputación directa a los socios o controlantes.
b) Responsabilidad por los perjuicios causados.
Siguiendo a Molina Sandoval (2002), cabe preguntarse en primer término si ambas
consecuencias pueden darse de manera conjunta, o si se excluyen entre sí, es decir, si son
alternativas [19].
El citado autor, en posición que compartimos, sostiene que se pueden acumular, ya que no existe
incompatibilidad, al menos jurídica, en que a un mismo sujeto, paralelamente, se le impute un
acto social y se lo haga responsable por los daños derivados de tal actuar. No obstante,
autorizada doctrina no acepta tal acumulación y, aún más, afirma que la imputación se reduce a
los daños y perjuicios [20].
3.1. Imputación directa
La imputación directa de la actuación desviada de la sociedad a los socios o controlantes que la
hicieron posible importa que dichos socios o controlantes quedan obligados personalmente por
las obligaciones de la sociedad [21]. Permite adjudicar relaciones jurídicas, obligaciones y
derechos a otros sujetos, que en definitiva son los titulares de tales activos o pasivos. Ello nos
permite colegir que importa una privación parcial de los efectos de la personalidad sólo frente a
terceros, en particular, al tercero al que concierne la aplicación de la norma [22].
La sociedad no queda desobligada como consecuencia de la desestimación de la personalidad
y consecuente imputación directa del actuar societario a quienes lo hicieron posible, por el
contrario, tal imputación implica ampliar el elenco de sujetos pasivos con los que cuenta aquel
tercero que acciona con tal finalidad, es decir, se produce una extensión de la imputación a otros
sujetos, o también un traslado de la misma al sujeto responsable del obrar [23].
Otro dato relevante es que la consecuencia imputativa no implica que se anule la personalidad
societaria o que deba disolverse la sociedad. La inoponibilidad no significa bajo ninguna
circunstancia la nulidad de la sociedad. Ésta se regula en otro sector del ordenamiento societario
(arts. 18, 19 y 20, LSC -objeto ilícito-). Simplemente es una privación parcial de efectos frente a
terceros. Afecta el efecto típico de la personalidad jurídica societaria mediante el cual se distingue
entre la personalidad de la sociedad y la de sus socios [24].
3.2. El resarcimiento de los perjuicios
Además de lo dicho, los socios o controlantes que hubiesen hecho posible la actuación desviada
deberán responder por los daños y perjuicios irrogados.
Respecto a la naturaleza de la responsabilidad, consideramos que la misma es de carácter
extracontractual. Ello por cuanto es necesario distinguir la responsabilidad de la sociedad -que
según las circuns-tancias puede ser contractual o extracontractual- de la responsabilidad de los
socios o controlantes derivada de la actuación con fines extrasocietarios, en violación de la ley,
el orden público o la buena fe o como un recurso frustratorio de derechos de terceros, que es de
carácter extracontractual [25].
Rigen en este supuesto los principios generales del Derecho de Daños, por lo tanto, para que
sea procedente todo reclamo indemnizatorio derivado de la desestimación de la personalidad
jurídica de la sociedad es presupuesto ineludible la demostración del daño real y concreto sufrido
por la parte perjudicada y que se encuentre en relación de causalidad adecuada con la conducta
que habilita la mencionada inoponibilidad [26].
Compartimos la opinión de quienes consideran que a veces la atribución de responsabilidad
puede resultar superflua porque la satisfacción de los intereses en juego alcanza con la sola
extensión o con el solo traslado de la imputación del acto, hecho o situación jurídica al socio o
controlante [27].
4. La inoponibilidad de la personalidad jurídica en el Derecho Laboral
En este punto, intentaremos determinar si la infracción a las normas laborales cometida por una
sociedad comercial constituye presupuesto suficiente a los fines de la aplicación de la
inoponibilidad de la personalidad jurídica societaria, y en consecuencia, si puede imputarse y/o
responsabilizarse al socio o controlante por las obligaciones de la sociedad derivadas de tal
infracción.
No podemos dejar de advertir que la cuestión relativa a la aplicación -o no- en el Derecho del
Trabajo de la doctrina de la inoponibilidad de la persona jurídica es uno de los debates más
acalorados en el ámbito doctrinario y jurisprudencial, generándose dos corrientes que se han
dado en llamar "tesis amplia" y "tesis restrictiva".
La primera de ellas, en la que se encuentran autores de la talla de Eduardo Álvarez, Diana Cañal
y Ricardo Nissen, entre otros, sostiene que este debate es inexplicable, porque a cualquier
víctima de una ilicitud se le reconoce el derecho a alegar la inoponibilidad del ente societario y a
perseguir a las personas físicas que lo integran como socios y que, es lógico presumir, se
beneficiaron con el resultado de la antijuridicidad. Lo que una sociedad comercial ahorra por
tener trabajadores en negro o por registrar remuneraciones inferiores a las que abone no es un
elemento neutro en la vinculación patrimonial que existe entre el ente de presencia ideal y los
socios, y ésta es la razón científica que anida en la responsabilidad solidaria e ilimitada [28].
Por su parte, la doctora Diana Cañal (2003) se pregunta por qué, ante una realidad vernácula
que muestra a los trabajadores cumpliendo tareas mayoritariamente en negro, a los que muchas
veces se les hacen retenciones que nunca ingresan al sistema, los que obtienen sentencias
favorables que nunca pueden cobrar, les estaría vedada la utilización de esta teoría. ¿No es
acaso una forma indebida de obtener lucro, claramente estigmatizada por la Ley de Sociedades
Comerciales? [29]
Comete fraude el que sabe que hace lo que no debe conforme a la ley, luego, si media prueba
de esa intención, debe ser condenado con la extensión de la responsabilidad [30].
Dentro de esta postura existen numerosos precedentes jurisprudenciales avalando esta línea de
pensamiento, entre los que cabe citar: "Delgadillo Linares, Adela c/Shatell SA y otros
s/Despido" [31]; "Duquelsy, Silvia c/Fuar SA" [32]; "Cingiale, María Celia y otro c/Polledo
Agropecuaria SA y otros s/Despido" [33]; "Palomeque, Aldo c/Benemeth SA y otros" [34].
La tesis restrictiva, por su parte, sustentada fundamentalmente por letrados vinculados al fuero
comercial y societario, sostiene que sin afectar a la sociedad y a los socios integrantes, existen
normas que permiten lograr una idéntica y justa conclusión con menor agravio del orden jurídico
societario, ya que un solo hecho ilícito no conforma un supuesto específico de abuso de la
personalidad [35].
Brignole se interroga: ¿Qué quedaría del Derecho Societario si desapareciese la distinción entre
persona jurídica y los miembros que la integran y, consecuentemente, la limitación de la
responsabilidad? Si un pago laboral no registrado o en negro -que es obviamente una violación
a la normativa laboral y previsional vigente y lo que de ninguna manera justifica- ocasionara
automáticamente la aplicación del artículo 54, LSC, ¿qué podría suceder con cualquier violación
o incumplimiento legal en el amplio espectro de la legislación vigente? [36]
Verón (2005) sostiene que el recurso de la desestimación o inoponibilidad de la personalidad
jurídica es una sanción extrema, que sólo puede operar en los casos específicos marcados por
el legislador, y resulta muy peligroso que los jueces recurran a este instituto para sancionar o
responsabilizar a directores, administradores, accionistas, gerentes u otros terceros, cuando
tienen a su alcance otras normas más adecuadas, las cuales no aplican muchas veces por mero
desconocimiento [37].
Dentro de la tesis restrictiva, también existen numerosos fallos ju-risprudenciales avalando esta
postura, entre los que cabe citar: "De Marzo, Miguel c/Farmacia de la Trinidad SCA y otros
s/Despido" [38]; "Rey Castro, José c/San Sebastián SA y otros s/Despido" [39]; "Sánchez,
Claudio c/Café del Pilar SRL y otros s/Despido" [40].
5. La inoponibilidad de la persona jurídica en el Derecho Laboral conforme la
jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación
5.1. La antigua Corte
La Corte Suprema -en su anterior integración- tuvo oportunidad de expedirse en la causa
"Cingiale" [41], donde, por mayoría, decidió desestimar la queja, de conformidad con lo
dictaminado por el procurador general, en virtud de que el recurso extraordinario no refutaba
todos y cada uno de los fundamentos de la sentencia apelada.
Dos de los ministros de la Corte (los Dres. López y Moliné O'Connor) votaron en disidencia pues
a su entender el tribunal invocó lo dispuesto en el artículo 54 de la ley 19.550 sin indagar si, como
tal disposición lo exige, se había configurado en el caso un uso desviado del negocio societario.
Consideraron que el sentenciante debió ponderar que la norma en cuestión se orienta
a sancionar la utilización ilegal del contrato de sociedad y no la ilegalidad de los actos por ésta
realizados, óptica desde la cual hubiera podido advertir que su aplicación no se habilitaba por la
sola comprobación de aquellos hechos, sino que era necesario acreditar, además, un uso
desviado de la personalidad societaria, por no haber sido ésta utilizada por los socios como
estructura jurídica para una gestión empresaria sino como un mero instrumento para realizar
actos de aquella índole sin asumir sus consecuencias (el resaltado nos pertenece).
Agregaron que el instituto previsto en la citada norma no pudo ser aplicado sin que el tribunal se
hiciera cargo de la necesidad de explicar de qué modo tales fines habían sido incumplidos en el
caso, esto es, cuáles eran las razones que permitían descartar una efectiva vocación empresaria
en la demandada, o llevaban a sostener que ella había sido utilizada como "pantalla" al servicio
de encubiertos fines de sus miembros.
En el mes de octubre de 2002, la Corte vuelve a pronunciarse sobre la cuestión en la causa
"Carballo" [42]. En dicha oportunidad el máximo tribunal compartiendo los fundamentos del
procurador fiscal dejó sin efecto la sentencia de la Cámara.
La Corte hizo lugar al recurso de hecho por considerar que los jueces laborales han hecho
aplicación de una disposición de la Ley de Sociedades que no constituye una derivación
razonada del Derecho vigente, pues se contrapone con principios esenciales del régimen
societario. Han prescindido de considerar que la personalidad diferenciada de la sociedad y sus
administradores constituye el eje sobre el que se asienta la normativa sobre sociedades
anónimas y que ésta conforma un régimen especial que se explica porque aquéllas constituyen
una herramienta que el orden jurídico provee al comercio como uno de los principales motores
de la economía.
Desde esa perspectiva, resulta irrazonable que el simple relato del actor, sin mencionar el
respaldo de otras pruebas producidas en la causa, tenga la virtualidad de generar la aplicación
de una causal de responsabilidad en materia societaria que tiene carácter excepcional, sin la
debida justificación.
Siguiendo la evolución de la jurisprudencia de la Corte, encontramos la resonada causa
"Palomeque" [43].
El máximo órgano judicial compartió los fundamentos y conclusiones del dictamen del procurador
fiscal, haciendo lugar a la queja, declarando procedente el recurso extraordinario y dejando sin
efecto la sentencia dictada por la sala X de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo.
El procurador fiscal, si bien tuvo por acreditado que el actor fue registrado por la empleadora con
fecha posterior a la real y en una categoría que no era la propia, así como también la existencia
de pagos no registrados, entendió que la sentencia no cumplía con los recaudos de validez de
los fallos judiciales (que sean fundados y constituyan una derivación razonada del Derecho
vigente con arreglo a las circunstancias comprobadas de la causa), pues no había quedado
acreditado que estuviéramos en presencia de una sociedad ficticia o fraudulenta, constituida en
abuso del derecho y con el propósito de violar la ley que, prevaliéndose de dicha personalidad,
hubiera afectado el orden público laboral o evadido normas legales, así como tampoco que se
hubieran reunido los elementos necesarios para considerar que entre los codemandados a título
personal y el actor existía un contrato de trabajo.
También cabe mencionar entre los precedentes del máximo órgano judicial, la causa
"Tazzoli" [44].
La Corte, compartiendo los fundamentos de la sala IV de la Cámara de Trabajo, asevera en su
pronunciamiento el principio general relativo a que la personalidad jurídica no debe ser
desestimada sino cuando se dan circunstancias de gravedad institucional que permitan presumir
fundadamente que la calidad de sujeto de derecho fue obtenida al efecto de generar el abuso de
ella o violar la ley, debiendo ser aplicado restrictivamente y sólo en caso de existir pruebas
concluyentes de que la actuación de la sociedad encubre fines extrasocietarios, lo que no se da
en el "sub examine", pues no se ha demostrado que las figuras societarias fueran creadas con
el fin de violar la ley. Más aún cuando existen sanciones específicas para reprimir las violaciones
mencionadas en la ley 24.013 que además han sido aplicadas en este proceso.
Por lo expuesto confirma el fallo de la Cámara no haciendo lugar a la desestimación de la
personalidad jurídica.
De los fallos expuestos hasta el momento podemos advertir, siguiendo en este punto a la doctora
Diana Cañal (2008), una tendencia de la Corte a desalentar el empleo de la teoría
del disregard con dos argumentos que se mantienen constantes en estos precedentes: el
primero de ellos apunta a que la personalidad diferenciada entre los integrantes de la sociedad
(socios y funcionarios) y la persona de existencia ideal es un recurso básico de la estructura
jurídica que debe ser preservado, dada la enorme utilidad económica que las sociedades brindan.
El otro, que no existe prueba suficiente, justificativa del descorrimiento del velo [45].
Respecto de lo primero, nadie desconoce la utilidad de las sociedades comerciales y el hecho
de aplicar el disregard no implica su destrucción, sino hacer responsables solidariamente (es
decir, "junto" con la sociedad) a quienes las empleen excediendo el marco legal [46].
Surge claro en dichos precedentes judiciales, la primacía de la interpretación económica del
Derecho por sobre aspectos inherentes al sujeto trabajador, criterio que va a ser revertido de
manera contundente a partir de la causa "Vizzoti", pasando la centralidad del debate a la
consideración de la parte débil del vínculo laboral.
El recto entendimiento de la doctrina de la Corte anterior es el de que se debe ser prudente en
la aplicación de este castigo, precisamente por la relevancia del instrumento de la personalidad
diferenciada.
Si los particulares, integrantes de las sociedades, no hacen un buen uso del beneficio que el
Estado les concede (al limitar su responsabilidad sin arriesgar su capital) escudándose detrás de
la sociedad para burlar el objetivo originario, será el mismo Estado quien retirará la protección
sobre el capital personal [47].
El segundo de los argumentos a que hiciéramos referencia tiene que ver con que pareciera que
para la Corte, la prueba de los hechos que ameritan la aplicación del disregard nunca resultaría
suficiente, dado que en cada fallo se fueron agregando requisitos y hasta se modificó lo que se
debía probar [48].
Así, advertimos que en "Palomeque" el máximo tribunal manifiesta que lo que se debe probar no
es el obrar violatorio del artículo 54 de la LSC, sino el hecho de que la sociedad había sido creada
para cometer la ilicitud, lo que nos aleja del nivel de "actuación" de la sociedad en que está
ubicado dicho artículo, para llevarnos al del artículo 19 del mismo cuerpo legal referido a la
actividad. Es decir que se interpreta el artículo con el sentido de otro [49].
Por otra parte, es contradictorio afirmar que por el mero hecho de que la sociedad haya sido
constituida bajo un objeto lícito (lo que no podría ser de otro modo), si en ejercicio del mismo
realizara el socio una ocasional actividad ilícita (como una contratación en negro),
aprovechándose del escudo de limitación de responsabilidad que le confiere la razón social para
obtener una ganancia, no podría ser responsabilizado. Con lo cual no sólo la sociedad estaría
sirviendo para cometer actividades ilícitas, sino que la persona física se aprovecharía de la
misma para hacer lo que no hubiera hecho si no se encontrase bajo su amparo. Quien así
procede debe cargar con las consecuencias de su mala fe en forma personal, y en modo alguno
extenderse esa responsabilidad al resto de los socios, aunque sí al funcionario que teniendo
conocimiento del hecho no lo denunciara (arts. 59 y 274, LSC) [50].
5.2. La nueva Corte
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, en su nueva integración, dictó una serie de fallos,
siendo el primero de ellos la renombrada causa "Daverede". En todos los casos el máximo
tribunal adoptó la misma técnica consistente en desestimar el recurso extraordinario en virtud de
lo previsto en el artículo 280 del CPCCN, sin perjuicio de la disidencia del doctor Lorenzetti,
expresada en idénticos términos en todos los fallos.
Reseñaremos a continuación los puntos principales de la causa "Daverede" [51].
La sala VI de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo confirmó la sentencia de primera
instancia en cuanto había hecho lugar al reclamo indemnizatorio y la modificó extendiendo la
condena al presidente y al director suplente de la sociedad empleadora.
Como ya anticipáramos, la Corte por mayoría desestimó el recurso extraordinario en virtud de lo
previsto por el artículo 280 del CPCCN. Sin embargo, en su disidencia, el doctor Lorenzetti
expresó: "Que, en efecto, en las causas 'Carballo, Atilano c/Kanmar SA [en liquidación] y otros'
y 'Palomeque, Aldo René c/Benemeth SA y otro', el tribunal dejó sin efecto pronunciamientos
que, en contraposición con principios esen-ciales del régimen societario habían prescindido de
considerar que la personalidad diferenciada de la sociedad y sus administradores constituye el
eje sobre el que se asienta la normativa sobre sociedades anónimas y que ésta conforma un
régimen especial que se aplica porque aquéllas constituyen una herramienta que el orden jurídico
provee al comercio como uno de los principales motores de la economía. Esa línea argumental
también estuvo presente en la causa 'Tazzoli, Jorge Alberto c/Fibracentro SA y otros', para decidir
que no era arbitrario lo resuelto por la alzada laboral en el sentido de que no cabía hacer lugar a
la extensión de la condena, pretendida con sustento en el artículo 274 de la Ley de
Sociedades, porque la personalidad jurídica sólo debe ser desestimada cuando medien
circunstancias de gravedad institucional que permitan presumir fundadamente que la calidad de
sujeto de derecho fue obtenida al efecto de generar el abuso de ella o violar la ley. Ésta debe
interpretarse en forma restrictiva, porque, de lo contrario, se dejaría sin efecto el sistema legal
estructurado sobre la base de los artículos 2° de la ley 19.550 y 33 y 39 del Código Civil. El
propósito de la norma (art. 54, LSC) es sancionar el empleo instrumental de la sociedad para
realizar actos ilícitos y no los que ésta realiza. La ley responsabiliza a los socios únicamente en
los supuestos de uso desviado de la figura societaria, en la que ésta encubre situaciones ajenas
al objetivo social, como lo son las hipótesis relativas de utilización para posibilitar la evasión
impositiva, la legítima hereditaria, el régimen patrimonial del matrimonio o la responsabilidad de
una parte del patrimonio ajeno a la sociedad. Por lo tanto, quedan fuera del ámbito de aplicación
de la norma los incumplimientos de obligaciones legales que, aunque causen daño a terceros,
no tienen su origen en el uso indebido de la personalidad. Que de lo expuesto se sigue que la
doctrina de la desestimación de la personalidad jurídica debe emplearse en forma restrictiva. Su
aplicación requiere la insolvencia de la sociedad".
En el voto transcripto se reitera lo ya dicho en los anteriores pre-cedentes respecto de la
inconveniencia de la aplicación indiscriminada de la desestimación de la personalidad jurídica.
Por otra parte, insiste en que lo que sanciona la norma es el empleo instrumental de la sociedad
para realizar actos ilícitos y no los que ésta realiza. Cabe al respecto apuntar lo mismo que
dijéramos con anterioridad: que ello implicaría desplazar el artículo 54, 3er párrafo, por el artículo
19 de la ley 19.550. Pero también implica concluir que el legislador es contradictorio y
redundante, porque para una misma conducta prevé dos soluciones diferentes: en el artículo 19
la disolución de la sociedad y en el artículo 54, última parte, la inoponibilidad [52].
Es indudable que ambos artículos se refieren a hipótesis por entero diferentes: el artículo 19
castiga la realización de actividades ilícitas por parte de la sociedad, que por ello se disuelve. El
artículo 54, en cambio, prevé el ilícito cometido por el socio o controlante que hicieron posible la
actuación desviada de la sociedad. En ningún momento alude a la creación de la sociedad por
parte del socio o controlante, sino sólo de una actuación contraria a derecho [53].
Coincidimos con Guillermo Pajoni (2003) cuando se pregunta: ¿Cómo se podría acreditar que
una sociedad se constituyó con el propósito de violar la ley? Las sociedades jamás se constituyen
para violar la ley, simplemente la violan. Es obvio que una sociedad de este tipo es
insanablemente nula conforme el artículo 18 de la LSC y ni siquiera sería registrada por la
autoridad de aplicación [54].
Finalmente, el voto de la Corte introduce un elemento no mencionado hasta el momento en los
anteriores precedentes: la necesidad de la insolvencia, la que conforme los términos del fallo
debe acreditarse en todos los casos.
Los demás fallos a que hiciéramos referencia, esto es, las causas "Bresciani, José Felipe
c/Expreso San Antonio SRL y Otros"; "Ventura, Guillermo Salvador c/Organización de Remises
Universal SRL y otros"; "Funes, Alejandra Patricia c/Clínica Modelo Los Cerros SA y otros";
"Robledo, Oscar Manuel c/Cordón Azur SRL y otros", y "Aguinda Salazar, María c/Chevron
Corporation s/Medidas precautorias", al igual que "Daverede", fueron rechazados por cuestiones
formales, con voto en disidencia del ministro Lorenzetti, en iguales términos que aquel fallo.
6. Conclusiones
El reconocimiento de la personalidad jurídica es un recurso técnico indispensable en la vida
actual que autoriza el legislador para el logro de determinados fines de las personas físicas que
integran las sociedades y que genera innumerables beneficios.
El principio de la limitación de la responsabilidad es sólo un aliciente que la ley otorga a los
habitantes de este país para constituir sociedades comerciales y desarrollar de este modo la
economía nacional mediante emprendimientos empresarios, encuadrados en la fórmula prevista
por el artículo 1° de la ley 19.550, esto es, la "producción o intercambio de bienes y servicios".
Es una conclusión más que evidente que la limitación de la responsabilidad sólo podrá tener
vigencia cuando la sociedad actúa de manera regular, es decir, en la medida que no se cometen
ilicitudes ni se defraudan derechos de terceros.
Dicho lo anterior, cabe destacar que el instituto de la desestimación de la personalidad jurídica
debe ser admitido con suma prudencia y con criterio restrictivo, de acuerdo al criterio sentado
por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en los citados precedentes "Palomeque" y
"Tazzoli".
En otros términos, ante la eventual colisión entre el mantenimiento de la personalidad
diferenciada del ente y la aplicación de la teoría de la extensión de la responsabilidad, deberá
estarse al mantenimiento de la primera. Pero esa prudencia y el mentado criterio restrictivo,
ceden ante casos de extrema gravedad, excepcionales y que trasunten que se han violado las
pautas establecidas por el tercer párrafo del artículo 54, LSC. Los tribunales no pueden
desconocer ni dudar acerca de la aplicación de la fuente legal ante determinadas situaciones.
Esas situaciones no son, a nuestro entender, los casos de pagos en negro, deficiente
registración, depósito con atraso de los aportes previsionales o de contribuciones, que si bien
configuran ilícitos laborales que ameritan una adecuada sanción por parte de los tribunales del
trabajo, existen normas en la legislación laboral que otorgan una adecuada protección al
trabajador afectado.
Sin embargo corresponde aplicar las consecuencias previstas en el artículo 54, 3er párrafo de la
LSC, en los casos en los que el trabajador, al intentar ejecutar la sentencia y hacer efectivas sus
acreencias, se encuentra con que la sociedad condenada ha desaparecido sin respetar los
mecanismos legales o ha realizado un trasvasamiento de su capital a una nueva sociedad
compuesta -seguramente- por los mismos integrantes de la anterior.
Pero, ¿es válido sostener que la sociedad desaparecida no existe, cuando sus integrantes para
burlar la condena han trasvasado sus bienes hacia otra de la que son también parte? ¿Es
genuinamente "otra", una persona distinta de la originariamente demandada? Sin duda que no.
En tales casos hay una clara violación de la ley, una frustración de derechos de terceros (los
trabajadores) y una falta total de buena fe por parte de la sociedad condenada que justifica el
descorrimiento del velo societario y la extensión de la responsabilidad a los integrantes de la
mentada sociedad.
Desde otro costado, advertimos que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en su actual
composición, no se ha pronunciado sobre la desestimación de la personalidad jurídica, mal que
les pese a los detractores de esta teoría. Sólo en la causa "Daverede" ha desestimado por
mayoría las quejas formuladas considerando inadmisible el recurso extraordinario en los
términos del artículo 280 del CPCCN. En otras palabras, no se ahonda en las consideraciones
jurídicas acerca de la viabilidad de la responsabilidad solidaria de los socios en sus aristas de
fondo. Sólo el doctor Lorenzetti votó en disidencia, fijando una postura fuertemente restrictiva.
Cabe preguntarse cuál será la posición de los restantes miembros del máximo órgano judicial.
No hay, por tanto, un criterio definido en el tribunal cimero nacional acerca de la extensión de la
responsabilidad a socios y administradores.
Nos permitimos, sin embargo, discrepar con la doctrina sentada por el máximo órgano judicial en
los precedentes "Palomeque" y "Tazzoli", al pretender limitar el campo de aplicación del artículo
54, 3er párrafo, LSC, al supuesto de "sociedades constituidas en abuso del derecho con el único
propósito de violar la ley", porque tales conductas se encuentran reguladas y sancionadas en
otra norma: el artículo 19 del régimen societario. Aquí de lo que se trata no es de la "creación"
de una sociedad de objeto ilícito sino de una "actuación" irregular.
No cabe ni debe confundirse -como en apariencia pretende la Corte- la actividad ilícita general
(art. 19, LSC) con el uso desviado para la obtención de objetivos sancionables.
Será en definitiva posible extender la responsabilidad a los socios y controlantes, en la medida
que resulten suficientemente probados y acreditados los hechos que justifiquen de manera
concluyente la atribución de responsabilidad personal, es decir que ellos mismos hicieron posible
con sus acciones u omisiones el desbaratamiento de los derechos de los trabajadores. Serán los
hechos y las pruebas que se rindan en cada caso particular los que determinarán la conclusión
en el mismo.
[1] Ponencia no oficial ante las XIV Jornadas del Centro de la República, organizadas por la AADTySS, Córdoba, en esa
ciudad, en mayo de 2015. La ponencia fue ganadora de una mención especial del tribunal por su investigación, en el
premio "Antonio Vázquez Vialard". Publicación autorizada por las autoridades de la institución y su autora.

[2] Basado en la tesis de la maestría de Derecho del Trabajo y Relaciones Laborales Internacionales, defendida el día 12-
12-2014.

[3] VÁZQUEZ VIALARD, A., Visión desde el Derecho del Trabajo, de la teoría de la desestimación de la persona jurídica
y de la responsabilidad de los administradores del ente social, en Revista de Derecho Laboral, Nº 2001-1, La solidaridad
en el contrato de trabajo, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, p. 208.

[4] FOGLIA, R. A., La extensión de la condena a los socios, administradores y cedentes de acciones de sociedades
comerciales con dependientes "en negro", 1999, MJ-DOC-3919-AR, MJD3919, p. 2, recuperado el 2-2-2014 de
http://seoca.org/secre-tarias/internacionales/apuntes/0111%20Responsabilidad%20socios%20y%20accionis tas.pdf.

[5] OTAEGUI, J. C., Inoponibilidad de la personalidad jurídica, en ESCARGUEL, J. y RICHARD, E., Anomalías
societarias: en homenaje a Héctor Cámara, 1ª ed., Advocatus, Córdoba, 1992, p. 81.

[6] NISSEN, R. A., Curso de Derecho Societario, 2ª ed., Ad-Hoc, Buenos Aires, 2006, p. 125.

[7] NISSEN, R. A., Un magnífico fallo en materia de inoponibilidad de la personalidad jurídica, en L. L. 1998-E-390.

[8] VÁZQUEZ VIALARD, Visión desde el Derecho del Trabajo, de la teoría de la desestimación de la persona jurídica y
de la responsabilidad de los administradores del ente social cit., p. 228.

[9] VÁZQUEZ VIALARD, Visión desde el Derecho del Trabajo, de la teoría de la desestimación de la persona jurídica y
de la responsabilidad de los administradores del ente social cit., p. 228.
[10] HIERREZUELO, R. D. y NÚÑEZ, P. F., Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo, 1ª ed., Hammurabi, Buenos
Aires, 2003, p. 353.

[11] PALACIO, Lino A., La responsabilidad de los socios por multas laborales a la sociedad: una peligrosa generalización,
en L. L. 2002-C-1191, recuperado el 294-2014 de http://elementosderechocomercial.blogspot.com.ar/2008/05/crisis-
de-la-per-sonalidadjuridica_14.html, p. 4.

[12] MANÓVIL, R. M., ¿"Imputación" al socio (o controlante) o "responsabilidad"? (A propósito del art. 54, párr. 3º de la
ley y como parcial réplica a una erudita ponencia), Congreso Iberoamericano de Derecho Societario y de la Empresa.
V Congreso de Derecho Societario, Advocatus, Córdoba, 1992, t. II.

[13] HIERREZUELO y NÚÑEZ, Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo cit., ps. 367 y 368.

[14] BOLDÓ RODA, C., La doctrina del levantamiento del velo en el Derecho español, en Ensayos de Derecho Empresario,
Fundación para el estudio de la empresa, 2008, p. 170.

[15] FIORENZA, A. I., Responsabilidad de los administradores societarios, socios y controlantes por incumplimiento de las
obligaciones laborales y de seguridad social, 1ª ed., Lerner, Córdoba, 2012, p. 57.

[16] OTAEGUI, Inoponibilidad de la personalidad jurídica cit., p. 89.

[17] MOLINA SANDOVAL, Carlos A., La desestimación de la personalidad jurídica societaria, 1ª ed., Ábaco, Buenos
Aires, 2002, p. 65.

[18] MOLINA SANDOVAL, La desestimación de la personalidad jurídica societaria cit., p. 65.

[19] MOLINA SANDOVAL, La desestimación de la personalidad jurídica societaria cit., p. 112.

[20] HALPERÍN, I., Sociedades anónimas, 1ª ed., Depalma, Buenos Aires, 1974, p. 749.

[21] OTAEGUI, Inoponibilidad de la personalidad jurídica cit., p. 98.

[22] RICHARD, E. H., Inoponibilidad de la personalidad jurídica, en Responsabilidad de administradores y socios por pagos
en negro y trabajo clandestino, 2005, recuperado el 28-1-2014 de
http://www.acaderc.org.ar/doctrina/articulos/artresponsa-bilidadporpagosennegro.

[23] RICHARD, Inoponibilidad de la personalidad jurídica cit.

[24] OTAEGUI, Inoponibilidad de la personalidad jurídica cit., p. 98. Con relación a los efectos de la doctrina de la
desestimación, la jurisprudencia ha dicho: "no es una transformación de la obligación ni tampoco su novación sino una
privación parcial de efectos frente a terceros. La sociedad siempre seguirá siendo el sujeto obligado sólo que se extiende
la relación pasiva por un accionar abusivo que hace caer su cobertura técnica condicionada que le proporciona esa
personalidad limitada". CNAT, sala VII, 8-7-2005, "Álvarez, Diego c/Emprendimientos 2001 SRL y otros s/Despido".

[25] En idéntico sentido: MANÓVIL, R. M., Grupos de sociedades en el Derecho Comparado, 1998, p. 1036, y MOLINA
SANDOVAL, La desestimación de la per-sonalidad jurídica societaria cit., ps. 115/116.

[26] MACAGNO, Ariel A., Desestimación de la personalidad como presupuesto para imputar responsabilidad, en Actualidad
Jurídica, Nº 153, julio de 2008, p. 100.

[27] MACAGNO, Desestimación de la personalidad como presupuesto para imputar responsabilidad cit., p. 100.

[28] ÁLVAREZ, E., El artículo 54 de la ley 19.550, la responsabilidad solidaria de los socios y un debate inexplicable, en
Revista de Derecho Laboral, Nº 2001-1, La solidaridad en el contrato de trabajo, Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, p. 251,
citado por HIERREZUELO y NÚÑEZ, Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo cit., p. 404.

[29] CAÑAL, D., Análisis de las recientes interpretaciones de los precedentes "Cingiale", "Kanmar" y "Vera" sobre
responsabilidad de socios y directores de sociedades comerciales, en D. T. 2003-A-654.

[30] CAÑAL, Análisis de las recientes interpretaciones de los precedentes "Cingiale", "Kanmar" y "Vera" sobre
responsabilidad de socios y directores de sociedades comerciales cit.

[31] CNAT, sala III, sent. 73.685, del 11-2-97.

[32] CNAT, sala III, sent. del 19-2-98.

[33] CNAT, sala III, sent. del 2-3-99.

[34] CNAT, sala X, sent. del 31-7-2000.

[35] MUGUILLO, R., Responsabilidad de los administradores societarios o inoponibilidad de la forma societaria por pagos
de salarios en negro, en Revista Verba Iustitiæ, Revista de la Facultad de Derecho de Morón, Nº 11, 2000, p. 25.

[36] BRIGNOLE, H. A., Algo más sobre la teoría de la inoponibilidad de la persona jurídica y su aplicación por los tribunales
del trabajo, en Libro de Ponencias, XX-XI Encuentro de Institutos de Derecho Comercial del Colegio de Abogados de
la Provincia de Buenos Aires, San Martín, 2000, p. 71.
[37] VERÓN, A., La personalidad jurídica societaria y los fraudes laborales, en L. L. 2005-F-1147.

[38] CNAT, sala VIII, sent. del 24-10-2005.

[39] CNAT, sala I, sent. del 27-10-2005.

[40] CNAT, sala IV, sent. del 28-10-2005.

[41] CSJN, 5-3-2002, "Recurso de hecho: Cingiale, María C. c/Polledo Agropecuaria SA y otros", L. L. Online, Fallos:
325:309, AR/JUR/7029/2002.

[42] CSJN, 31-10-2002, "Recurso de Hecho deducido por Julio Jewel Kancepolski en autos: Carballo, Atilano c/Kanmar SA
(en liquidación) y otros", Fallos: 325:2817, D. T. 2003-A-222.

[43] CSJN, 3-4-2003, "Recurso de hecho deducido por Gabriel Lipovetzky, Jacobo Lipovetzky y Sergio Lipovetzky en la
causa Palomeque, Aldo René c/Benemeth SA y otro", Fallos: 325:1062, L. L. 2003-F-731.

[44] "Tazzoli, Jorge Alberto c/Fibracentro SA y otros s/Despido", sent. del 4-7-2003.

[45] CAÑAL, D., Irresponsabilidad de socios y funcionarios. Disidencia del Dr. Lorenzetti en el caso "Daverede", en Revista
Científica Equipo Federal del Trabajo, Nº 38, julio de 2008, recuperado el 4-2-2014 de
http://ar.vlex.com/vid/irresponsabili-dad-lorenzetti-daverede-212246721#, p. 2.

[46] CAÑAL, Irresponsabilidad de socios y funcionarios. Disidencia del Dr. Lorenzetti en el caso "Daverede" cit.

[47] CAÑAL, Irresponsabilidad de socios y funcionarios. Disidencia del Dr. Lorenzetti en el caso "Daverede" cit., p. 3.

[48] CAÑAL, Irresponsabilidad de socios y funcionarios. Disidencia del Dr. Lorenzetti en el caso "Daverede" cit., p. 4.

[49] CAÑAL, Irresponsabilidad de socios y funcionarios. Disidencia del Dr. Lorenzetti en el caso "Daverede" cit., ps. 4/5.

[50] CAÑAL, Análisis de las recientes interpretaciones de los precedentes "Cingiale", "Kanmar" y "Vera" sobre
responsabilidad de socios y directores de sociedades comerciales cit.

[51] "Recurso de Hecho: Daverede, Ana María c/Mediconex SA y otros", sent. del 29-5-2007, Fallos: 330:2442, L. L. 2007-
D-440.

[52] CAÑAL, Irresponsabilidad de socios y funcionarios. Disidencia del Dr. Lorenzetti en el caso "Daverede" cit., p. 9.

[53] CAÑAL, Irresponsabilidad de socios y funcionarios. Disidencia del Dr. Lorenzetti en el caso "Daverede" cit., ps. 9/10.

[54] PAJONI, G., Un retroceso en la lucha contra el fraude laboral. Comentario al fallo "Palomeque" de la CSJN, en Revista
La Causa Laboral, julio de 2003, p. 30.

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