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Jorge Mario Bergoglio, un jesuita argentino, obtuvo el empleo de su vida cuando fue elegido
Papa. Tomando el nombre de Francisco, su periodo ha sido marcado por la humildad, la
toma de riesgos y por un profundo cuestionamiento del papel de la Iglesia Católica en el
mundo. Ha sido popular entre los católicos, así como con miembros de otras iglesias.
Él sabe (al igual que los grandes líderes) que la diversidad es buena. La diversidad de
opiniones, antecedentes, experiencia e ideales. Tradicionalmente, un Papa podía hablar sin
que nadie cuestionara lo que decía. En contraste, Francisco respeta la opinión de los demás.
6. Reconoce sus debilidades. No hay una mejor cita de Francisco que la que pronunció para
la revista jesuita America en septiembre. Cuando se le preguntó quién era, respondió: “Soy
un pecador. Ésta es la mejor definición. No es un discurso figurativo, o un género literario.
Soy un pecador”. En la fe católica, todos son pecadores, y el Papa no es una excepción. Pero
ese tipo de humildad es singular de alguien de ese cargo. Él está consciente de su
humanidad, en un trabajo donde anteriormente se consideraba divino.
Los líderes de negocios conocen la trampa en la que pueden caer. Generalmente ignoramos
nuestras debilidades porque creemos la forma en que lo hacemos es como debe hacerse.
Conocer nuestras fallas y debilidades, aceptar responsabilidad de nuestros errores,
confesarlos y aprender de ellos son claves para el liderazgo.
7. Sabe que no puede hacerlo solo. Cuando Francisco tenía sólo 36 años, fue puesto a cargo
de su comunidad jesuita en Argentina. Afirma que era autoritario, no buscaba consejos y
creaba problemas. Como resultado, aprendió que necesitaba gente alrededor de él en la
que confiar. “Cuando confío algo a alguien, confío completamente en esa persona”, dijo en
la entrevista a America. “Él o ella debe cometer un grave error antes de que pierda la
confianza que le deposité”. La confianza es clave para un buen liderazgo y management.
Francisco parece confiar en aquellos debajo de él, pero también en sus clientes, las personas
que forman parte de la iglesia.
1. Respetar la fe de la gente común y sencilla, algo que seguro radica en los orígenes
humildes y de Jorge Mario Bergoglio, cuya infancia transcurrió en su Buenos Aires
natal y junto a su familia de clase media-baja. Fue su propia abuela quien descubrió
al pequeño Francisco la historia de los santos y el Rosario.
2. Perseguir su pasión, pese a la oposición o malestar de sus padres. Según explican, la
madre de Francisco se molestó cuando se enteró de que su hijo estaba estudiando
Teología y no Medicina, algo aparentmente menos lucrativo.
3. Practicar el liderazgo desde la humildad. Cuando Francisco se convirtió en jesuíta
provincial en Argentina y Uruguay, la Compañía de Jesús se encontraba en un
momento de inflexión y reinvención. Aunque, al principio, Francisco se dejó llevar
por un liderazgo con tintes autócratas, la experiencia le acabó convirtiendo en un
líder humilde, participativo y que practicaba la escucha con el prójimo.
4. Transformar los principios en acción basándose en los propósitos. Más allá de
predicar con la palabra, Francisco empezó predicando con el ejemplo: cuadruplicó
el número de sacerdotes que servían en los barrios más pobres de Buenos Aires,
creó grupos de autoayuda, cooperativas, etc.
5. Hacer de la diversidad una filosofía holística, no una lista de etiquetas. El Papa
participará en un servicio religioso hoy mismo en el Memorial y el Museo del 11S,
en Nueva York, junto a otros líderes budistas, protestantes, ortodoxos, hindús,
judíos, musulmanes y sij. Este sentido de la inclusión, que lo diferencia claramente
de sus predecesores, proviene también de sus orígenes en su Buenos Aires natal,
donde el año de nacimiento de nuestro Papa actual -1936-, la mitad de habitantes
eran de origen argentino pero la otra mitad eran inmigrantes, como él.
6. Encontrar consuelo y sabiduría en la oración y la introspección. Las rutinas de
soledad y la toma de decisiones tienen mucho que ver en la figura del Papa
Francisco. No en vano, la mayoría de decisiones las toma entre las 4:30 y las 6:30 de
la madrugada, cuando se retira a rezar en soledad.
7. Aprender caminando y haciendo preguntas. Observar su entorno e interactuar con
la gente que hay a su alrededor se han convertido en la mejor fuente de información
y conocimiento del Papa.
12 lecciones de liderazgo del Papa Francisco
Con la celebración de los cuatro años de haber sido elegido Papa, el mundo editorial ha
vuelto a poner en circulación algunos textos que hablan de Francisco, de sus fuentes de
inspiración, los problemas que ha enfrentado en la renovación de la curia romana o de las
finanzas vaticanas, etcétera. Pero muy pocos han sido tan singulares como el que hizo en
2014 Jeffrey A. Kermes, un experto en cuestiones de liderazgo.
Kermes es hijo del Holocausto, aunque haya nacido en Chicago. Su madre y su padre se
conocieron en Estados Unidos, pero ambos –de ascendencia judía—venían huyendo de
Hitler. Su campo de trabajo ha sido la investigación de la forma como los líderes de las
grandes corporaciones industriales, comerciales y de servicios así como líderes políticos o
militares ejercen su influencia.
Nada más alejado de un Papa de la Iglesia católica. Pero Francisco lo ha cambiado todo.
Inclusive la visión de liderazgo de un ensayista judío acostumbrado a hurgar en el interior
de las empresas y dar consejos a sus dueños sobre cómo conducirlas mejor.
Kermes ha tenido que estudiar el catolicismo, se ha acercado a la Iglesia y ha transformado
–mediante el reconocimiento de la humildad de Bergoglio—su noción de liderazgo. “Mi
visión de Francisco difiere de, por ejemplo, la de un miembro practicante de la Iglesia
Católica, dice el autor, o la de un teólogo; lo miro a través de un lente secular, y es a través
de este lente que puedo discernir los principios de liderazgo que subyacen en la prédica o
el accionar de este Papa”.
Y a partir de ahí ha escrito un libro interesantísimo: Liderar con humildad. 12 lecciones de
liderazgo del Papa Francisco.
He aquí la lista de las lecciones que bien puede servir para un padre o una madre de familia,
para una empresario o un empresario, para una maestra, un sacerdote…
1. Liderar con humildad. La clave está en la idea de que si se tiene una posición
predominante sobre otros, no se debe usar ésta para aplastarlos. Antes bien, para
acompañar a los demás en su tarea vital. El diálogo es la puerta de entrada para mostrar lo
que el otro significa para mí.
2. Huele como tu rebaño. Es conocida la frase del Papa sobre los pastores “con olor a
oveja”. Pero eso no es tan solo para los sacerdotes. Principalmente es para los líderes. Más
allá de una actitud cosmética o de “relaciones públicas”, el oler como el rebaño es sinónimo
del amor al propio rebaño.
3. ¿Quién soy yo para juzgar? Quizá esta sea la frase del Papa Francisco más conocido en el
mundo: “Si alguien es gay y busca a Dios y es de buena voluntad… ¿quién soy yo para
juzgar?” Esta noción da pauta a una de las formas más sutiles y efectivas de liderazgo, pues
el líder no juzga, evalúa.
4. No cambies, reinventa. Muchos se han ido con la idea de que el Papa Francisco “lo está
cambiando todo” dentro de la Iglesia. De hecho, no ha cambiado nada: ha reinventado la
manera de vivir el catolicismo. Desde el Cónclave que finalmente lo elegiría Papa hasta hoy
su método es el mismo: la misericordia.
5. Que la inclusión sea tu prioridad absoluta. Una de las formas de liderazgo menos
estudiadas es, justamente, la de Francisco: incluir a todos, a los de adentro y a los de afuera
de la Iglesia, a “justos” y a pecadores. ¿Cómo? Pidiendo a todos que recen por él. Y si no
saben rezar, “cuando menos que le echen buena onda”.
6. Evita la insularidad. El primero de los gestos del Papa fue irse a vivir fuera de los
departamentos papales, fuera de una isla. Necesita el contacto con la gente, si no,
enfermaría (y el psiquiatra, dijo, “costaría mucha plata”). Ningún liderazgo se puede ejercer
desde una isla.
7. Prefiere el pragmatismo a la ideología. En varias ocasiones, Francisco ha dado una llave
para abrir la puerta de la conducción de seres humanos: la realidad está por encima de la
idea. Cuando actuamos de manera contraria, incluso en la misión católica, colocamos los
caballos detrás de la carreta.
8. Utiliza su enfoque en la toma de decisiones. Aquí es donde Krames se rinde ante
Francisco. Les dice a los líderes que usen “el enfoque” del Papa para tomar decisiones en
sus empresas (casas, trabajos, escuelas). ¿Cuál es? Consultar a otros, discernir, tomarse el
tiempo, rechazar “el hígado”.
9. Dirige tu organización como si fuera un hospital de campaña. El Papa lo ha dicho: la
Iglesia es un hospital de campaña. Primero cura las heridas sin preguntar. Después
acompaña. Finalmente confía en la libertad de cada quien. Las heridas se curan con amor.
Y el amor no hace preguntas.
10. Vive en la frontera. La frontera no es un lugar físico, no es una línea o un muro. Es una
manera de ser testigos. La combinación –dice Krames—de una actitud mental positiva y
abierta junto con el coraje y la audacia de salir de la zona de confort. La frontera es todo
aquello “que no gira a tu alrededor”.
11. Enfrenta la adversidad cara a cara. El Papa Francisco es un convencido de que si se ha
cometido un error, lo peor que se puede hacer es ocultarlo. El líder puede equivocarse. El
hombre es pecador. El líder debe reconocer su equivocación (por el bien de su grupo) como
el pecador su falta (por el bien de su alma).
12. Préstale atención a los no-clientes. Una de las grandes conquistas de Bergoglio ha sido,
justamente, la de atender incluso a quienes son contrarios al catolicismo. Su cercanía con
protestantes, luteranos, anglicanos, musulmanes, judíos…, es una enseñanza fascinante
para todos. Porque si amamos solo a quien nos ama.