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Metáfora gramatical

La metáfora gramatical está directamente relacionada con la densidad léxica. Si un texto tiene un alto grado de
densidad léxica, seguramente será porque contiene un alto grado de metáfora gramatical. Colombi (2006: 147) dice
que la metáfora gramatical es un medio lingüístico que “condensa información al expresar experiencias y eventos en
una forma incongruente”, y sus objetivos son la objetivización y la abstracción. Esta autora distingue tres tipos de
metáfora gramatical: la ideacional, la lógica y la interpersonal.

La metáfora ideacional o metáfora de transitividad, se asocia con el significado experiencial. Se usa para convertir
elementos léxicos en un solo grupo nominal. Generalmente, los procesos y los calificadores pasan a ser entidades,
aunque los procesos y las circunstancias pueden también pasar a ser calificadores, y los conectores, circunstancias. Por
ejemplo, en la expresión Juan, asombrado, recibió una calificación inesperada, la cualidad inesperada es la forma
incongruente (i.e. metafórica) del proceso no esperaba, que aparece en la expresión congruente Juan se asombró
porque recibió una calificación que no esperaba.

La metáfora lógica se asocia con el significado textual. Colombi dice que “cuando las conjunciones se realizan a
través de procesos y sustantivos, permitiendo que dos o más cláusulas se conviertan en una, son realizaciones
llamadas metáforas lógicas” (ídem: 157). Por ejemplo, una interpretación alternativa del ejemplo utilizado aquí sería La
calificación inesperada resultó en el asombro de Juan. En ella se observa que la relación causa-efecto que se realizaría
congruentemente por medio de una conjunción (porque), se expresa por medio de un proceso (resultó).

Por último, la metáfora interpersonal se asocia, como su nombre lo indica, con el significado interpersonal. Ésta
puede ser de dos tipos: metáfora de modalidad y metáfora de modo. La primera se utiliza generalmente para expresar
el significado modal como el de la probabilidad o la posibilidad a través de otras cláusulas. Un ejemplo es el uso de
cláusulas proyectoras como en Se cree que hubo fraude en lugar de finitos modales como en Pudo haber fraude o
adjuntos modales como en Probablemente hubo fraude. La metáfora de modo se utiliza para realizar un cierto tipo de
acto de habla por medio de otro. Por ejemplo, es típico del lenguaje común hacer preguntas retóricas, cuando en
realidad se quiere dar una orden (¿Tienes una pluma? por ¡Préstame una pluma!). Es importante mencionar que
contraria a todos los otros tipos de metáfora, la metáfora de modo es más común en el discurso oral que en el discurso
escrito.

La nominalización

La nominalización es la forma más común de metáfora ideacional. Según Halliday (1994: 353), “la nominalización
es el recurso más poderoso para crear metáforas gramaticales”. Ésta consiste en convertir procesos, calificadores, o
incluso cláusulas enteras en entidades, como en El libro fue leído, reempacado como La lectura del libro. Una vez
nominalizado el evento, se puede ahondar en él: La lectura del libro fue una gran experiencia. Aparte de poder ahondar
en un evento, Colombi (ídem) identifica otras tres funciones que cumple la nominalización: ocultar agentes, convertir
acciones en cosas, y darle existencia a las cosas.

La nominalización es típica del discurso escrito. Los escritores la prefieren porque es una forma de darle objetividad
y abstracción al texto, además de que crea una distancia entre locutor e interlocutor. También, la nominalización es
muestra de prestigio en el lenguaje adulto, ya que refleja la capacidad del escritor de crear representaciones mentales
abstractas y describirlas en términos más tangibles. Por eso es esperable que en la redacción académica se haga uso
frecuente de la nominalización, ya que el desarrollo de esta habilidad va a la par con el desarrollo de las habilidades
cognoscitivas.

CONCLUSIÓN

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