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DE AGUSTIN DE HIPONA
EL MAL
EL LIBRE ALBEDRIO
Dios dotó al primer hombre-y a los ángeles de libre albedrio, que en si es un bien,
pues es criatura de Dios y es además una de las perfecciones de los seres
racionales. Esta declaración es correcta de parte de Agustín, el que Dios haya
dotado al hambre de libertad de decisión, le otorga responsabilidad de usar bien
dicho privilegio y demostrar su capacidad de decidir. En Génesis cap. 6 verso 5
podemos ver que Dios vio que la humanidad desperdiciaba el libre albedrio de tal
manera que todas sus acciones eran malas y aun sus pensamientos eran de
continuo a hacer el mal, esto muestra que por ningún motivo Dios quiere manipular
al hombre, más bien le da el derecho de que decida por sí mismo.
• Agustín anuncia que si admitimos lo anterior, la pregunta está respondida. El
argumento es que a) si el hombre es un bien y b) sólo puede obrar bien cuando
quiere, cuando lo elige, entonces necesariamente ha de tener libre arbitrio, para
que con él pueda elegir hacer el bien. Por otra parte, aunque el libre arbitrio sea el
origen del pecado, porque el hombre puede elegir obrar mal, de aquí no debemos
deducir que nos lo haya dado Dios para que pequemos, sino que nos lo ha dado
porque sin él no podríamos elegir hacer el bien. Casal Fernández, M. y Canseco
Redondo, Y. Historia de la filosofía, Edinumen, Madrid, 2009.
El ser humano el libre de tomar decisión para obrar rectamente o para pecar, esto
lo hace un ser competente y completamente neutro asta tomar una opción de
hacer el bien o el mal. Agustín dice: ¿Qué es lo que hace que la voluntad se aparte
del bien? Solo una respuesta cabe, por muy irracional que parezca: la voluntad
misma. esto nos aclara aun mas esta doctrina del libre albedrio, ya que muestra
que todo ser humano goza de voluntad y esta misma es condicionada por el libre
albedrio, no puede el ser humano decir que factores secundarios le llevan a tomar
decisiones cuando de su propia voluntad es movido a hacer el bien o el mal.
En la epístola de Santiago cap. 1 verso 14, nos menciona que cada uno es tentado
cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido, esto nos reafirma esta
doctrina que declara Agustín, porque en realidad todo pecado tiene un inicio y esto
es en la voluntad misma y cada uno debemos de entender que no depende del
pecado si no del que desea pecar voluntariamente.
En esta doctrina Agustín dice: antes de la caída, Adán gozaba de una serie de
dones entre los que se contaba el libre albedrio que antes hemos descrito, y que le
daba tanto el poder de no pecar (posse non peccare) como el poder pecar (posse
peccare). El ser humano ha tenido desde el principio en sus manos la posibilidad
de obrar bien, esta doctrina demuestra que en relación a la libertad de decidir
estaba ligado a que el hombre era capas de permanecer en el bien.
Dos frases que salen a relucir aquí en esta doctrina: “posse non peccare “ el
poder de no pecar, una de las razones por las que fue dotado el humano es por
que Dios deseaba que él tomara importancia a hacer el bien. El estado del ser
humano antes de la caída se puede decir que estaba con mucha posibilidad de
agradar a Dios, no pecando.
La caída del hombre, cambio su estado en cuanto al uso de la libertad para pecar o
no pecar. Agustín dice que la soberbia e incredulidad fueron las acciones que
llevaron al hombre a darle mal uso al buen árbol que Dios había plantado en el
centro del huerto. El resultado de ese pecado fue que Adán perdió la posibilidad de
vivir para siempre, además de su ciencia y sobre todo, perdió su libertad para no
pecar. Tras la caída, Adán continuó siendo libre; pero, puesto que había perdido el
don de la gracia que le permitía no pecar, solo era libre para pecar. Esta
afirmación nos muestra que a partir de este momento y como antes mensionaba
que Génesis cap. 6 verso 5 menciona que la intención del corazón del hombre
estaba inclinada a hacer el mal y todo cuanto hacia era pecar.
El más grande problema que enfrenta el ser humano desde el día de la caída asta
nuestros días es cuidarse de no pecar, y el fin de ese cuidado es terminar pecando.
Qué gran costo hay que pagar al darle mal uso al libre albedrio que Dios nos dio
para pecar o no pecar.
El resultado de ese pecado original que nos envuelve a todos de tal modo que
somos la “masa de perdición” afirma Agustín. Leyendo en Romanos cap. 5 verso
12 dice: por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el
pecado la muerte, así la muerte paso a todos los hombre, por cuanto todos
pecaron. Es una confirmación a esta doctrina ya que en realidad el hombre tomo
decisiones que efecto a toda la humanidad, estamos sujetos a la muerte, la
ignorancia y la concupiscencia.
El humano natural, por el contrario, tiene verdadera libertad para escoger entre
varias alternativas. Solo que, dada su condición de pecador, miembro de esta
“masa de perdición” y sujeto a concupiscencia, todas las alternativas que realmente
se le presentan son pecado. En este punto es realmente verdad ya que todo lo que
el ser humano hace y tiene a su alrededor le refleja su condición pecaminosa.
El Apóstol Pablo dice en la carta a los Romanos cap. 7 verso 7 al 25, el pecado
que mora en mi, esto es la condición humana, que a pesar de ser libres de decidir
todo gira alrededor de lo malo, el pecado está presente en cada decisión, y cada
acción que manifestemos. Esta doctrina es bien aceptada.
LA GRACIA
Agustín dice que: nosotros todos los descendientes de Adán, venimos al mundo
bajo esclavitud del pecado, y por ello somos incapaces, por nuestra propia fuerza,
de hacer el bien. Nuestra voluntad esta torcida de tal modo que, aun cuando goza
de libertad, esta solo nos permite pecar. Este pensamiento establece esa relación
necesaria de la voluntad y la gracia, la llegada de la gracia nos da acceso al paso
de la salvación. Puedo decir que Agustín siempre va ligando al humano con su ser
creador que a pesar de las malas decisiones siempre le pone a dispocision
alternativas que pueden ser útiles y beneficiosas para sí mismo.
Solo con la gracia es posible la conversión. Sin ella, el humano no puede ni quiere
acercarse a Dios. Aun más, ella es también la que, después de la conversión,
continua capacitando al cristiano para hacer buenas obras. Este concepto es
esencial que cada uno lo comprendamos, porque en muchos casos la persona
piensa que por meritos propios y decisión humana llega a los pies del Señor,
cuando en realidad la gracia es el fundamento y el motor principal que mueve al ser
humano a acercarse a Dios.
LA GRACIA IRRESISTIBLE NO ES UNA POSICIÓN DE NUESTRA IGLESIA
La gracia es irresistible. No se puede concebir que la voluntad se oponga a recibir
la gracia que le ha sido dada, porque la gracia actúa en la voluntad, llevándola a
querer el bien. Es valioso este fundamento y muy apropiado a los hijos de Dios
que por muy limpios que hayamos vivido antes de conocer a nuestro salvador
siempre es necesario que actúe la gracia en nuestras vidas. Puedo añadir esta
frase “BENDITA GRACIA.
La gracia actúa en la voluntad y de ninguna manera se trata que ella obligue al
humano a tomar una decisión aun en contra de su voluntad, se trata mas bien que
Dios, mediante su gracia, mueve a la voluntad, la fortalece y la estimula, para que
ella misma, sin coerción alguna, opte por el bien. Si podemos hacer el bien a
pesar de todas las dificultades, el tiempo y todos los factores negativos que nos
rodean, si somos capaces de que nuestra voluntad acompañada de la gracia nos
dirija.
LA PREDESTINACION
Bibliografía: