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Autores:
Dr. Pedro Mendoza de Gives.
M. en C. Rosa Ofelia Valero Coss.
Editores de la publicación:
Dr. Rodrigo Rosario Cruz
ISBN. 978-607-425-293-4
Resistencia antihelmíntica:
Una creciente amenaza para el sector
pecuario…………………………................................ 7
1
Aplicación biotecnológica de hongos
nematófagos en el control de parasitosis
gastrointestinales causadas por nematodos al
ganado………………………...................................... 20
Conclusiones………………………………................. 23
Literatura citada……………………………................. 23
2
Resumen
Introducción
3
Estas enfermedades han sido consideradas de gran importancia
económica pues los animales dejan de comer, pierden peso y son
susceptibles a contraer otras enfermedades; disminuyendo de
manera alarmante su potencial productivo e inclusive en casos de
infecciones agudas en corderos jóvenes se puede llegar a presentar
la muerte (Waruiru et al., 2006).
Los parásitos se encuentran dentro de los órganos del tracto
digestivo, abomaso e intestinos grueso y delgado, en donde machos
y hembras copulan da como resultado que las hembras produzcan
miles de huevos que son eliminados al medio ambiente junto con las
heces de los animales (Cordero del Campillo, 1999).
En las heces, los huevos al encontrar condiciones optimas de
humedad y temperatura, desarrollan una larva en su interior la que en
unas cuantas horas eclosiona e inicia una vida larval no parásita y se
le conoce como fases de vida libre. En esta etapa, las larvas se
mueven en las heces o salen de ellas en busca de alimento
consistente en detritus orgánicos, bacterias, esporas de hongos,
entre otras cosas y van desarrollando y evolucionando hasta
convertirse en larvas del segundo estado evolutivo y finalmente
alcanzan su tercer estadio o larvas infectantes (L3). Estas larvas en el
suelo pueden tomar dos caminos dependiendo de las condiciones
ambientales principalmente de la radiación solar y la humedad; ya
sea que migren hacia en suelo en donde se entierran por debajo de la
superficie cuando la radiación solar se incrementa, o bien migran
hacia las partes altas de los pastos durante las horas de baja
intensidad de la radiación solar, como al amanecer, en donde quedan
disponibles en las gotitas de rocío para que sean ingeridas por los
animales junto con el pasto (Liébano Hernández et al., 1998). Estas
larvas son muy resistentes a condiciones adversas en la naturaleza y
pueden permanecer viables durante largos períodos enterrándose
por debajo del suelo y migrando hacia los pastos todos los días (Altaif
and Yakoob, 1987). Esta situación, es en realidad la razón principal
del porque los ganaderos tienen que estar desparasitando de
manera continua, ya que los animales siguen ingiriendo larvas al
comer el pasto y la desparasitación tendrá un efecto temporal. La
tercera larva cuando ha sido ingerida por un nuevo animal
susceptible, al ingresar al tubo digestivo y por acción de los jugos
gástricos emerge de la cubierta o vaina que lo rodea para
transformarse en el primer estadio parásito en el abomaso o
intestinos delgado o grueso del hospedero, y aquí entra en una fase
de su ciclo biológico llamada fase tisular o histotrópica, durante la
cual la larva infectante penetra a las fosetas de las glándulas
gástricas.
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Ahí se alimenta y crece ya sea en la mucosa o después que ha
abandonado a ésta, para vivir en la cavidad del abomaso y muda una
vez más para transformarse en la quinta larva, esta se desarrolla
directamente, sin ecdisis posteriores, hasta transformarse en un
gusano adulto macho o hembra. (Riaz Chaudary et al., 2007).
La cuarta y quinta larvas succionan sangre ocasionando lesiones
hemorrágicas en la mucosa del abomaso y viven bajo los coágulos
de sangre que se forman sobre ellas (Sendow, 2003).
Los gusanos adultos también perforan la mucosa del abomaso por
medio de las pequeñas lancetas bucales y succionan asimismo
sangre. Todo el desarrollo parasitario tiene lugar en el abomaso, y la
actividad de estos irrita la mucosa provocando inflamación. Y como
extraen cantidades considerables de sangre se desarrolla la anemia
que se manifiesta por la palidez de la conjuntiva y de las encías, los
animales se vuelven indiferentes y se desnutren, el pelo se pone
quebradizo y opaco, los animales pierden el apetito y son incapaces
de recuperar el peso normal y en ocasiones mueren. (Lapage 1975;
Kassai, 1999).
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Dicho de otra manera, las larvas en el pasto se encuentran lejos de la
acción de los medicamentos administrados en los animales y cuando
son ingeridas por los animales cuando el medicamento ha sido ya
eliminado del organismo, estas larvas se establecen en los animales,
continúan con su desarrollo completando su ciclo evolutivo, llegando
a convertirse en adultos sexualmente maduros que copularán,se
producirá de nuevo otra gran cantidad de huevos que saldrán junto
con las heces del ganado a contaminar los potreros y de esta manera
la infección se dispersará de manera continua y permanente en los
pastos de manera indefinida. Este eficaz sistema biológico de los
parásitos ha sido producto de un proceso evolutivo y adaptativo de
muchos años y se le ha acuñado el término de “Refugia” y permite
mantener principalmente durante las épocas de lluvia una cantidad
constante de larvas infectantes disponibles en la parte alta de los
pastos para ser ingeridas por los animales (Kenyon et al., 2009; Pech
et al., 2009).
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Por otro lado, este tipo de productos son regularmente considerados
y comercializados como compuestos “endectocidas” término que se
ha acuñado para medicamentos de tal amplio espectro de acción que
ataca a diferentes grupos de parásitos, tanto ectoparásitos como
endoparásitos (Díaz Carrasco et al., 1998). Esta “virtud” comercial
puede tener efectos indeseables ya que si bien el amplio espectro de
acción permite atacar de manera sencilla y eficaz a un gran grupo de
parásitos internos y externos, aún cuando la población de alguno de
los parásitos es tan baja que no justificaría la desparasitación, la
exposición constante y continua de estos compuestos hacia los
parásitos de manera inminente acorta los tiempos de presentación
de la resistencia antiparasitaria.
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eficacia de los compuestos (Mendoza de Gives, 2008). El problema
de la resistencia antihelmíntica se vuelve por demás alarmante
cuando los parásitos han desencadenado mecanismos de acción
que evaden la actividad antihelmíntica de más de un grupo de
compuestos químicos antihelmínticos con diferente modo de acción;
es decir cuando la resistencia se desencadena hacia dos o más
grupos de compuestos antihelmínticos a lo que se ha dado el nombre
de “Resistencia Múltiple” que es la máxima expresión de la
resistencia ya que se corre el riesgo de que todos los medicamentos
disponibles comercialmente sean ineficaces en contra de los
parásitos con lo que se puede llegar al fracaso de la actividad
ovinocultora como ha ocurrido en otros países como Argentina,
Malasia, Brasil entre otros países (Chandrawathani et al., 2004).
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busca de la película de humedad a varios centímetros por debajo de
la superficie del suelo. Durante esta actividad las larvas consumen
energía además de que también son expuestas a la radiación solar,
por lo que se espera que el descanso del pastizal sirva para disminuir
significativamente la población de larvas infectantes en los potreros.
En algunos trabajos se ha observado que bajo condiciones de trópico
húmedo, un descanso de la pradera de aproximadamente 28 días
provoca que la población de larvas infectantes se disminuya
sustancialmente (Barger 1999; Healey et al., 2006; Larsson et al.,
2006); aunque esto es motivo de una gran controversia ya que otros
autores han encontrado que las larvas infectantes de los parásitos
permanecen viables en el pasto por mucho más tiempo que el
reportado.
Otras estrategias de control son el uso de plantas con actividad
nematicida en la que se han evaluado extractos de plantas con
solventes orgánicos y se han obtenido resultados interesantes con
diversas plantas (Githiori et al., 2007; López Aroche et al., 2008; De
Jesús Gabino et al., 2009), aunque aún es necesario realizar más
estudios para poder establecer mecanismos de acción
antiparasitaria utilizando esta herramienta natural que por años se ha
utilizado en la población humana como medicina tradicional en
diversas culturas del mundo para curar un número de padecimientos
incluyendo a las parasitosis.
Otra medida alternativa contra las parasitosis del ganado es una
estrategia nutricional en la que se diseña una formulación nutricional
con un aporte adecuado de proteína y energía con lo que se consigue
que los animales desarrollen mejor su sistema inmunológico y sean
más tolerantes a los parásitos adultos (Knox et al., 2006); a este
estado de tolerancia de los animales para soportar mejor una
parasitosis se le ha dado el nombre de “resiliencia” (Torres Acosta et
al., 2006). En el estudio de la biología y fisiología de los parásitos se
ha descubierto que algunos iones producidos por la oxidación de
metales como el cobre puede desencadenar un desorden metabólico
en el caso del nematodo Haemonchus contortus que provoca la
muerte de este parásito. Por tal motivo se ha puesto interés en la
utilización de pequeños fragmentos de cobre conocidos como
“Agujas de Cobre”, que son experimentalmente administrados a los
animales por vía oral en cápsulas de gelatina para que una vez que
estos filamentos metálicos lleguen a los pliegues del abomaso
precisamente donde se encuentran los parásitos ejerciendo su
efecto patogénico, los filamentos de cobre quedan incrustados y se
oxidan liberando iones de cobre que provocan la muerte y expulsión
de los parásitos del abomaso (Waller et al., 2004).
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Existen otras medidas de control parasitario que están siendo
estudiadas y han dado buenos resultados en pruebas in vitro e in vivo
logrando reducir las parasitosis en una forma importante. Tal es el
caso del estudio de organismos antagónicos de nematodos para ser
utilizados como una herramienta de control biológico.
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Existe otro grupo de nematodos depredadores provistos de una
lanceta muy grande que actúa como aguja hipodérmica que es
encajada en el cuerpo de sus presas para succionar el contenido
corporal a este grupo de nematodos caníbales se les ha clasificado
como Monónquidos (Rodríguez Esparza, et al., 2007).
Hasta ahora la mayoría de estudios con nematodos depredadores
han sido enfocados hacia el control de nematodos parásitos de
importancia agrícola y existen muy pocos trabajos con estos
organismos con un enfoque hacia el control de nematodos parásitos
del ganado.Sin embargo, podrían llega a ser organismos potenciales
de control de parásitos de animales. Otros organismos antagónicos
de nematodos han sido estudiados como posibles agentes
biológicos de control como las bacterias Pasteuria penetrans
(Mendoza de Gives et al., 1999) y Bacillus thuringiensis (López
Arellano et al., 2006) y ácaros nematófagos (Bilgrami and Tahseen,
1992) aunque hasta ahora estos organismos hasta ahora siguen aún
en etapa de experimentación.
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subclínicas aceptables o mantener esas poblaciones a niveles no
dañinos usando antagonistas vivos”. En las últimas décadas el
control biológico de nematodos ha despertado gran interés como un
método alternativo de control para reducir las cargas parasitarias en
animales de granja. El control biológico es solo una herramienta de
control que no pretende eliminar a los organismos “blanco”; sino
solamente disminuir sus poblaciones, por lo que no puede ser usado
como un substituto de la quimioterapia, lo que intenta este sistema es
mantener niveles bajos de parasitismo en los animales promovido
por la interacción entre el patógeno y el antagonista. El reto es
demostrar que los hongos nematófagos y sus metabolitos pueden
ser aplicados exitosamente en el control de las nematodiasis del
ganado con los beneficios sobre los costos de producción.
Los hongos nematófagos son organismos del suelo que poseen la
capacidad de transformar sus micelios en trampas especializadas
para capturar y destruir nematodos ya sea en el suelo o en las heces
de los animales (Barron et al., 1997). Las trampas producidas por los
hongos nematófagos pueden ser de diversos tipos dependiendo del
género y especie que se traten y que se describen e ilustran a
continuación (Fig. 1 a-f):
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a d
b e
c f
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La ventaja de esta técnica es que se simula un sistema natural más
estrechamente y se fomenta el desarrollo de especies. El
espolvoreado de la muestra, se realiza regularmente en cajas de
Petri utilizando un medio de cultivo bajo en nutrientes, como lo es el
Agua-Agar; se deja incubar por un tiempo de aproximadamente dos
semanas, para que los eventos biológicos tengan una secuencia y
sucesión natural (Fig. 2).
Es frecuente que en las cajas de Petri se desarrollen todo tipo de
organismos como ácaros, protozoarios y bacterias introducidos en el
material orgánico y que puedan interferir en el desarrollo de los
hongos, razón por la cual se utiliza este medio de cultivo (Agua-
Agar). La utilización de esta técnica requiere de observaciones
diarias, bajo el microscopio estereoscópico para la búsqueda de
material fungal (hifas, conidios, clamidosporas, trampas).
Para obtener un cultivo puro, libre de contaminantes, se llevan a cabo
pases subsecuentes en las cajas de Petri; con un asa de platino se
toman las estructuras, consideradas fungales por tener
características propias de los hongos nematófagos. Los aislados se
transfieren a otra caja con medio pobre en nutrientes y así
sucesivamente hasta obtener la cepa pura. Esto por lo regular se
lleva a cabo en campana de flujo laminar, bajo condiciones de
esterilidad.
En la práctica común cuando una persona pretende obtener hongos
nematófagos, es importante considerar que inicialmente cuesta
trabajo identificar estructuras fungales en las placas con las
muestras de tierra, por lo que se requiere de invertir bastante tiempo
y paciencia para lograr capacitarse en la identificación de estructuras
fungales de hongos nematófagos.
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Esta metodología se ha establecido en el Departamento de
Helmintología del CENID-Parasitología Veterinaria desde 1988 (Sin
publicar). Pasado este tiempo, el hongo se cosecha, en condiciones
estériles, con un poco de agua destilada estéril y con la ayuda de una
espátula de plástico estéril, raspando sobre el agar y se coloca en un
tubo de plástico con tapa o en un matraz Erlen-Meyer, previamente
esterilizados para su cuantificación y uso (Fig. 2 a y b).
a b
16
Para llevar a cabo la identificación taxonómica tradicional existen
algunas claves con descripciones muy bien detalladas y fáciles de
seguir sobre hongos nematófagos respaldadas con esquemas
artísticos muy explícitos tal es el caso de varios trabajos publicados
por Duddington, 1934, 1950 y 1955; y Drecshler en 1957; además de
una clave de identificación taxonómica publicada por Cook and
Godfrey en 1964 en donde se hace una descripción morfométrica
detallada de las principales características incluyendo mediciones de
las diferentes estructuras de los hongos nematófagos conidios,
conidióforos, órganos de captura, entre otros detalles. Asimismo, el
Dr Barron en 1977 publicó una obra muy completa sobre hongos
destructores de nematodos que es de gran utilidad para tener los
conocimientos básicos indispensables sobre estos organismos y
sirve como una herramienta invaluable de apoyo taxonómico. Más
tarde en 1985 se publicó una excelente revisión de Arthrobotrys y
géneros afines (Van Oorschot, 1985). Así como el trabajo publicado
por De Hoog, en el mismo año sobre aspectos taxonómicos del
complejo Dactylaria. Otro excelente trabajo descriptivo fue llevado a
cabo por Rubner en 1996 quien publicó una excelente revisión del
complejo de Hyphomycetos Dactylella Monacrosporium.
A continuación se presentan algunas características morfológicas de
algunos géneros y especies de hongos nematófagos que pueden ser
de utilidad para identificar de primera instancia ciertas estructuras de
importancia taxonómica.
Algunos de los géneros y especies de hongos nematófagos más
comúnmente encontrados en la naturaleza y que con mayor
frecuencia se reportan incluyen a especies del género Arthrobotrys y
particularmente a A. oligospora, que presenta un conidióforo largo y
erecto (Fig. 3 a) con la formación progresiva de dentículos a lo largo
del conidióforo de donde se generan racimos de conidios formados
por dos células separadas por un séptum. Otras especies de este
género presentan un solo racimo de conidios en la parte apical y son
conidios largos y extendidos dando la apariencia de una pata de gallo
como es el caso de A. musiformis (Fig. 3 b). Los tamaños y formas de
los conidios varían no solo dependiendo de diferentes géneros y
especies sino también de la madurez y edad de los mismos.
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a b
a b
18
Algunas especies como A. oligospora y Duddingtonia flagrans
forman redes adhesivas de anillos tri-dimensionales que se forman
en respuesta a la presencia de nematodos (Fig. 5 a, b). Otros hongos
como Monacrosporium eudermatum y M. gephyropagum producen
ramas o columnas adhesivas que asemejan dedos o falos erectos
que están formados por una, dos o tres células y desarrollan
equidistante uno de otro como en “cuentas de rosario” (Fig. 5 c y d).
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Aplicación biotecnológica de hongos nematófagos en el control
de parasitosis gastrointestinales causadas por nematodos al
ganado
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Cualesquiera que sea el estadio de desarrollo larval, la cutícula de
estos nematodos produce células de descamación incluyendo a una
proteína cuticular conocida como “nemina” que actúa como una
señal química sobre cualquier estructura de hongos nematófagos
para que a su vez se desencadene la diferenciación de los micelios
en trampas especializadas para capturar y destruir a los nematodos
in situ (Pramer and Stoll, 1959; Barron, 1977).
En este proceso, las heces de los animales actúan como una cápsula
privilegiada para los hongos nematófagos donde normalmente no
encuentran enemigos naturales y tranquilamente pueden formar sus
trampas, capturar a los nematodos, destruirlos y nutrirse de sus
tejidos. Este interesante sistema biológico tiene sus limitantes ya que
la mayoría de los hongos nematófagos poseen esporas altamente
sensibles a la acción de los jugos digestivos y en general de la
digestión donde encuentran mucho movimiento, temperaturas
elevadas y condiciones adversas de pH y normalmente son
destruidos en el tracto digestivo una vez que son administrados en
los animales. No obstante, existe una especie de hongo nematófago
conocida como Duddingtonia flagrans que posee la capacidad para
formar de manera espontánea una gran cantidad de clamidosporas.
Estas estructuras, son esporas de resistencia que les permiten a
estos hongos soportar situaciones de estrés del medio ambiente
tales como altas o bajas temperaturas e inclusive la desecación
(Llerandi-Juárez y Mendoza de Gives, 1998 (Fig. 7). Una vez que las
clamidosporas del hongo D. flagrans son administradas en los
animales y logran pasar el tracto digestivo de los animales, cierto
porcentaje de ellas logra resistir y salir vivas en las heces, en donde
germinan, forman sus trampas de captura y ejercen su actividad
depredadora in situ capturando y destruyendo a los parásitos en sus
fases libres y evitando la diseminación en los potreros y las
reinfecciones de los animales. En otras palabras se limpian los
potreros de larvas infectantes (Mendoza de Gives et al., 2006).
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Existe una manera más sencilla de administración de las
clamidosporas del hongo D. flagrans en los animales. Estas, pueden
ser incorporadas a péllets nutricionales para el ganado que además
de servir como vehículo para administrar voluntariamente las
clamidosporas (Figs. 11 y 12), sirve como una fuente adicional de
elementos nutricionales (Casillas Aguilar et al., 2008). Los péllets
pueden ser formulados utilizando una fuente de proteína y energía
que ayuden a fortalecer el sistema inmunológico de los animales en
contra de los parásitos adultos que habitan el tracto digestivo y que
causan graves daños a la salud de los animales. Las clamidosporas
contenidas en los péllets son los elementos de control biológico que
ayudarán a mantener la contaminación en los potreros a niveles
bajos que no representen un riesgo de salud para los animales. El
uso de hongos nematófagos en diversas pruebas en México ha
permitido reducir la población de larvas infectantes de nematodos
gastrointestinales de alrededor del 80% (Arroyo Balán et al., 2008;
Casillas Aguilar et al., 2008).
Para poder llevar a nivel comercial esta tecnología se requiere contar
con el apoyo de una empresa productora de material biológico que
ayude a la producción de los hongos a nivel de escalamiento para
que de esta manera se pueda abatir los costos de producción para
poder cubrir la demanda necesaria de hongos y de péllets en zonas
donde las parasitosis y la amenaza de resistencia antihelmíntica son
consideradas como un verdadero problema que necesita ser
atendido inmediatamente.
22
Conclusiones
Literatura citada
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24
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Plaza del Árbol #7
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C.P 09020, México DF.
Esta publicación se imprimió en Diciembre de 2009
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