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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz


Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología
Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (U.N.E.S)
Academia Nacional del Cuerpo de Investigación Científica Penales y Criminalísticas
Centro de formación: Distrito Capital
VII Cohorte de Investigación Penal
Aula N°: 11 Físico N°: 24

Uso de la tecnología vinculada en la


investigación penal

Discente:
Cárdenas Ortiz
Yohan Eduardo
Ci: 27419779
Uso de la tecnología vinculada en la investigación
penal:

Según el material de información se puede llegar a conclusión que las innovaciones tecnológicas
apoyadas en la informática y en las redes de comunicación mundial, así como su expansión en
las últimas décadas, han derivado en un nuevo paradigma sociológico nominado Sociedad de la
Información y/o del Conocimiento. En este sentido, el conocido Informe Bangemann habla de
una «nueva revolución industrial, basada en la información, que se puede procesar, almacenar,
recuperar y comunicar de forma ilimitada e independiente de, tiempo y distancia”.

Contactos sociales modernos, como sujetos anónimos. Con ello, en la Sociedad de la


Información se realiza de forma paradigmática, uno de los aspectos de la sociedad del riesgo
que la dogmática penal funcionalista más ha destacado, su anonimato, una característica que
ya la Escuela de Chicago identificó como el rasgo más patético de la existencia metropolitana.

De este dato interesa tanto su dimensión individual, en el sentido de que el “ciudadano


electrónico” puede aspirar a múltiples contactos sin ser identificado más que por su perfil
informático o internauta, como la relativa al control social, en tanto que replantea las
posibilidades y medios a través de los cuales la sociedad y las agencias correspondientes aspiran
a ejercerlo.

Junto a ello, cabe indicar que también en otros rasgos comunes del patrón de conducta
tecnológica -a saber, su virtualidad y su ambigüedad o ambivalencia o la crisis de la teoría de la
acción humana, considerada como comportamiento racionalmente conducible- se advierten
aspectos que pueden alcanzar especial interés jurídico-penal.

En efecto, en la medida en que lo distancian del arquetipo de conducta penalmente relevante,


esto es, la conducta comisiva intencional y directamente dañina del bien jurídico protegido
individual, parece que se facilita la expansión de modelos de imputación “extraordinaria”, que
se basan fundamentalmente en la no evitabilidad y están más cerca de las directrices que rigen
las reglas de la autoría mediata, la omisión, la acto libera una causa o de la estructura de los
delitos de peligro contra bienes jurídicos colectivos, entre otros.

Silva Sánchez señala que «la criminalidad asociada a los medios informáticos y a Internet (la
llamada “ciberdelincuencia”) es, seguramente, el mejor ejemplo» de la evolución de la
criminalidad en la Sociedad del riesgo, lo que probablemente lleve a calificar el contexto
sociológico de los delitos cibernéticos como “Sociedad global del riesgo “o “Sociedad del riesgo
informatizada”.

Partiendo, pues de esta percepción, en principio, se advierte una fuerte demanda de seguridad
que haga frente a estos riesgos -que hasta cierto punto no dejan de ser, como los propios de la
Sociedad del riesgo, reflexivos, universales y difícilmente imputables-. Por otra parte, en los
párrafos precedentes se han puesto de manifiesto algunas ideas que evidencian la validez del
intento de aplicar las claves epistemológicas -no exentas de contradicciones y todavía
insatisfactorias- del llamado Derecho penal del riesgo, para analizar la respuesta jurídico penal a
la delincuencia propia de la Sociedad de la Información y, en particular, que los postulados
metodológicos, político-criminales, y dogmáticos invocados por los críticos del Derecho penal del
riesgo pueden ser de algún interés para evaluar lo que podríamos denominar el Derecho penal
de la Sociedad de la Información.

Conforme a esto, en su conjunto, el Derecho penal que se pretende para la Sociedad de la


Información estaría regido por premisas similares a las que han inspirado el Derecho penal de la
Sociedad del riesgo y en la misma medida supone un modelo de intervención punitivo que, como
éste, se aleja de los principios y formas clásicas de imputación, en tanto responde también a la
expansión y a la flexibilización, con los riesgos “colaterales” que a su vez ello comporta para los
principios del Estado de Derecho.

Estas orientaciones de Derecho sustantivo, valen también para otras esferas del sistema penal.
Y, en efecto, se acompañan con un amplio catálogo de medidas procesales y de transformación
de las instancias de control penal, que al mismo tiempo se invocan para realizar aquellos
objetivos, y en particular para neutralizar las dificultades de persecución.

En especial, se plantea la necesidad de aprovechar en la lucha contra el crimen, y sobre todo sus
formas más gravosas -entre ellas la delincuencia informática y la cibercriminalidad- esas
tecnologías, de manera que éstas proporcionarían al sistema penal nuevos mecanismos de
control. En este sentido, las tecnologías de la Sociedad de la Información proporcionan
instrumentos de control especialmente incisivos, que acentúan esos efectos “colaterales”
respecto de bienes jurídicos como la libertad o la intimidad.

A este respecto, la fragilidad de estos frente a las nuevas tecnologías ha dado lugar a que se
hable, por un lado, del fin de Internet como espacio de libertad y de la reinstauración de la
censura38 y, de otro, de la segunda muerte de la privacy, en la medida en que se acentúan y
extienden los rasgos de estas formas de control que apuntan hacia un “totalitarismo virtual”: su
carácter permanente, certero e invisible39, que aunque se ponga el acento en su origen
institucional público, debe referirse también a los que provienen de intervenciones de personas o
entidades privadas.

Entonces podemos decir que la tecnología ha influido en los cambios


estructurales de la sociedad tanto de forma negativa como de forma positiva
pues tiene ventajas y desventajas paro nosotros. Lo positivo es que nos
ayuda y nos facilitan los trabajos o necesidades que tenemos y lo negativo
es que usarlas tanto nos cambia nuestra vida social, familiar e íntima ya que
nos aferremos a ella y nos duele despegarnos y nos hace ver personas
inútiles.
Las ventajas es que siempre nos va a facilitar nuestra vida cotidiana ya que
ella nunca se va a terminar al contrario va avanzando más y más. Para
concluir deberíamos apartarnos un poco de la tecnología y apegarnos a lo
real y no a lo que esta atrás de la pantalla, pues ellos no sienten y no sufren
como lo asemos nosotros y las personas que están en nuestro alrededor.

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