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Sesión
5
Texto:
Elementos
cognoscitivos
de
la
entrevista
Es
justamente
a
través
de
los
códigos
no
verbales
que
se
desarrollan
durante
la
conversación,
en
donde
se
ponen
en
juego
un
amplio
número
de
procesos
cognoscitivos
tales
como:
la
observación,
la
memoria,
la
inferencia
lógica,
la
adquisición
de
conceptos,
la
categorización
y
el
sentido
de
la
reciprocidad.
El
entrevistador
tiene
que
categorizar
constantemente,
revisar
y
evaluar
lo
que
dice
el
que
responde,
buscar
la
relación
entre
las
respuestas
que
se
dan
al
principio
y
al
final
de
la
entrevista,
y
formular
las
preguntas
subsiguientes
de
acuerdo
con
ellas.
El
que
responde,
por
supuesto,
hace
lo
mismo,
formula
las
respuestas
conforme
a
su
interpretación
de
las
intenciones
del
entrevistador
y
sus
reacciones
a
respuestas
anteriores.
En
ese
sentido,
una
de
las
técnicas
elementales
como
recurso
cognoscitivo
para
la
entrevista
es
la
empatía,
la
capacidad
de
comprender
la
situación
total
del
desarrollo
de
la
conversación
desde
el
punto
de
vista
del
otro.
Se
trata,
en
términos
piagetianos,
de
implementar
procesos
de
asimilación
y
acomodación,
con
el
fin
de
lograr
la
reciprocidad
y
el
conocimiento
del
rol
de
nuestro
interlocutor.
De
modo
que
este
proceso
conceptual
propicie
“una
tolerancia
de
las
diferencias
y
una
disposición
a
no
juzgar
los
motivos
y
sentimientos
de
una
persona
que
a
veces
se
puede
interpretar
como
simpatía.”
Por
lo
tanto,
los
prejuicios
deberán
ser
eliminados
a
favor
de
la
reciprocidad
y
la
comprensión
mutua.
Toda
entrevista
se
fundamenta
en
dos
principios
básicos:
el
arte
de
hablar
y
el
arte
de
escuchar.
El
respeto
al
sistema
y
estructura
de
turnos
hace
factible
el
buen
entendimiento
en
la
conversación.
La
aportación
de
la
psicoterapia
rogeriana
ha
contribuido
justamente
a
perfeccionar
el
arte
de
saber
escuchar.
El
entrevistador,
más
que
saber
preguntar
debe
saber
comprender
lo
que
dice
el
entrevistado.
1
Mediante
la
técnica
del
reflejo,
considerada
en
psicología
un
nivel
de
percepción,
el
entrevistador
puede
garantizar
un
buen
nivel
de
retroalimentación,
facilitando
el
cumplimiento
de
varios
fines:
•
Ayuda
a
convencer
al
entrevistado
del
buen
interés
del
entrevistador
hacia
sus
necesidades.
•
El
hecho
de
recibir
rebotado
el
problema
o
la
situación
origen
de
la
entrevista,
ayuda
a
reducir
su
importancia
o
inmediatez,
racionalizando
el
discurso
del
hablante.
•
Garantiza
la
retroalimentación
del
proceso
comunicativo.
El
reflejo
garantiza
el
vínculo
empático
durante
la
conversación
y,
por
lo
mismo,
favorece
el
habla
compulsiva
en
el
entrevistado.
Este
es,
por
lo
tanto,
el
principal
elemento
cognoscitivo
en
la
entrevista.
Por
ello,
los
ejercicios
de
observación
y
evocación
memorística
son
practicas
muy
recomendables
en
la
buena
formación
del
entrevistador,
cuya
máxima
eficacia
consiste
en
dejar
de
preguntar
para
que
le
respondan,
procesando
sistemáticamente
toda
la
información.
“El
intercambio
debe
ser
asentado
en
una
sólida
interacción
humana,
la
cual
se
sustenta
en
el
paulatino
incremento
de
relaciones
socio-‐emocionales,
ya
que
el
acopio
de
datos
deviene,
por
sí
mismo,
en
un
proceso
de
aprendizaje,
un
proceso
en
el
que
las
partes,
al
involucrarse,
aprenden.”
A
este
respecto,
cabe
decir
que
la
destreza
cognitiva
del
entrevistador
es
directamente
proporcional
al
dominio
y
al
conocimiento
de
los
elementos
afectivos.
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