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DESCIFRANDO EL REGISTRO
ARQUEOLÓGICO
-\ ( '1ENCIA D E LA A RQUEOLOGÍA
1 1" nclica hoy en día, al menos en los términos en los que yo la concibo. En
lt t·n pftulo quiero explicar por qué¡ creo que los arqueólogos son algo más que
llttplt•s descubridores.
' 'omo muchas personas, el caballero del autobús estaba bastante equivocado
il ''' t'l que el arqueólogo «descubre el pasado». El registro arqueológico está
''(11/ , m n nosotros, en el presente. Está allá, enterrado, con muchas posibilida-
!1• dt• se r descubierto al construirse una nueva carretera; es una parte impor-
1 11111 dt' nuestro mundo contemporáneo y las observaciones que hacemos sobre
1 ltll l nqu í y ahora , son nuestras contemporáneas. No son observaciones di-
11 • 1 1 qu e sob reviven del pasado (por ejemplo, el caso de un historiador que
"' 1111 1" 111l ormación de un diario del siglo xv escrito por el autor en esa época).
1 1 lt1 •t hos obse rvados del registro arqueológico son actuales y por sí mismos
11 1 1111 111lorman acerca del pasado. El registro arqueológico no se compone de
1nd11dttN, pa labras o conceptos, sino de restos materiales y distribuciones de
111 11o 1111 1\1 tí nico modo de poder entender su sentido - o dicho de otra forma,
¡,, 111 ·1111 111 l' ll que podemos exponer el registro arqueológico en palabras- es
1 • tl p11 111 11 lo d Hno llega ro n a existir esos materiales, cómo se han modificado y
1 "'"" 11dqu i1 it·m n las ca racterísticas que vemos hoy. Esta comprensión depende
ti 11111 1""" 11rumul ación de conocimientos que relacionan las actividades huma-
"' 1 dt't ll . lt1 din(llnica) co n las consecuencias de estas actividades que pue-
¡1 11 1 1 t~ li S II VII hl cs l' ll los vesti gios materi ales (es decir, la estática). En rea-
111"1 , ' l"u ldn ¡wns:u l' ll los lwd10s ;a rqueológicos com o en una especie de
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lenguaje no traducido, algo que necesitamos «descifrar>> para ir de las simples ttaño realmente imaginar que alguien en el pasado hubiese deformado delibera-
afirmaciones sobre la materia y su clasificación a aseveraciones de interés beha- damente este pequeño fragmento del registro arqueológico para sus propósitos
viorístico sobre el pasado. particulares o que hubiese modificado Jo que había arrojado como un medio de
Así pues, el desafío que la arqueología plantea consiste en la transcripción, romunicación con alguien del futuro. Con ello no quiero decir, naturalmente ,
de manera literal, de la información estática contenida en los restos materiales que el hombre no use las cosas materiales para comunicarse. Las ropas o las
observables para reconstruir la dinámica de la vida en el pasado y estudiar las Joyas que llevamos reflejan nuestro status u o tros aspectos propios; si un hombre
condiciones que han hecho posible que estos materiales hayan sobrevivido y lle- l'' po licía o bombero nos lo indica el uniforme que lleva, pues éste proporciona
gado hasta nosotros. Este desafío, que sienten muchos arqueólogos, es enorme un a información muy específica sobre su trabajo. Pero, aunque las cosas mate-
y nada fácil de afrontar, porque exige de nosotros una mejor comprensión de llales generalmente comuniquen información codificada, rarame nte son codifi-
nuestras propias interacciones con el mundo material. Después de todo, rara- t .tdas con propósitos de engaño. El arqueólogo trabaja con un tipo de material
mente prestamos atención a la manera en que nuestro comportamiento puede lllli Y diferente al del historiador, al menos desde el punto de vista de los siste-
modificar nuestro contexto material y dejar huella sobre lo que sucede en nues- nt;ts simbólicos y de comunicación que el hombre utiliza.
tra vida cotidiana; simplemente, no contemplamos el mundo desde esta perspec- Algunos historiadores han propuesto que el mejor método para informarse
tiva. Sin embargo, el arqueólogo debe prepararse para hacerlo así. Debe llegar ttcl'f'ca del pasado es la empatía, 1 es decir, imaginar simplemente qué acciones
a interesarse por asuntos bastante vulgares: ¿Cómo dispone la gente de su basu- " 'm.:unstancias llevarían a las condiciones observadas. Por ejemplo, puedo en-
ra? ¿Cómo deciden que un instrumento está gastado y si necesitan comprar uno ' n11trar un hogar rodeado de piedras, con carbón en el centro y huesos rotos y
nuevo? ¿Cuándo consideran que algo ya no es útil y debe ser sustituido o reu- (lit dras a un lado. En este caso me digo: «yo soy un hombre. Si estuviese sen-
tilizado con otros fines? La información sobre estas decisiones, decisiones que ' uln junto a un hogar, ¿qué podría haber hecho paTa que las cosas se queden
modifican la forma y ordenación de los objetos materiales, es fundamental para ••1111o las veo ahora?» . En estas condiciones podría ser capaz de plantear una
los arqueólogos que esperan ser capaces de «descifrar>> y «leer>> el registro ar- ·• 11c de supuestos acerca de qué ocurrió en e l pasado. Pero elaborar estos su-
queológico en términos de aquellos aspectos del pasado que les interesan. (lllt'~tos es sólo el primer paso y precisa de una mente imaginativa y del conoci-
¿Cómo podemos enfrentarnos a este desafío? ¿Podemos empezar a lograr •••1• nto acumulativo de la relación entre el comportamiento humano y los obje-
nuestros objetivos simplemente excavando más yacimientos y descubriendo nue- '"' materiales. Mucho más importante es cómo evaluar estas ideas . ¿Cómo sa-
vas cosas, como suponía el hombre del autobús? Mi respuesta debe ser un ro- l" nlllS que no existieron otras circunstancias que tuvieron Jugar en el pasado y
tundo «no». Si (como sospecho) la mayor parte de la gente encuentra esta res- l'lldlt' ton asimismo haber producido los modelos que observamos en el registro
puesta sorprendente, es porque imagina que los arqueólogos sólo excavan yaci- "I(IH o lógico? Sin la metodología adecuada para evaluar las ideas, sólo tendre-
mientos; no saben nada acerca de los trabajos de investigación que deben llevar- I•H•' las manos libres para generar montones de historias sobre el pasado, pero
se a cabo para ayudar a descifrarlos. ¿Qué sugerencias pueden hacerse? ¿Los ll• t eremos de medios para conocer su exactitud.
métodos de la historia o de las ciencias naturales o de cualquier otra disciplina , No será acaso el mejor medio para enfrentarnos al desafío, seguir los pasos
son apropiados para los problemas que plantea la arqueología? ti l11s que nos precedieron, tal y como sugieren algunos arqueólogos, es decir,
La primera idea que rechazaríamos es la de que los arqueólogos son simple- tolt~pt.n por ejemplo los métodos de las ciencias sociales? La sugerencia es se-
mente historiadores especiales que trabajan con desventaja: es decir, historiado- I Ith t•• ••1. Pero deberíamos recordar que las ciencias sociales se desarrollaron
res que no tienen registros escritos. Debe reconocerse la diferencia fundamental 11 11 1 t1 11tar la dinámica social. Los arqueólogos, como ya he enfatizado , no ob-
que existe en el tipo de datos utilizados por las dos disciplinas. Los historiado- ' •\'tlll lt~.:chos sociales; observan hechos materiales, todos ellos contemporá-
res, sea cual sea su interés específico en el pasado, trabajan de una forma u tu '' Y, por tanto, los procedimientos de las ciencias sociales en la práctica son
otra con los registros escritos: crónicas, cartas, diarios, o cualquier otro tipo de luu¡uopindos para la arqueología. La arqueología debe enfrentarse con la natu-
registro literario del pasado que haya sido realizado intencionalmente por una 1 •'• 1 eh• los datos que emplea y con la singularidad del desafío: cómo acceder
persona para transmitir información. Sin embargo, como todos sabemos, las ti d• t 1 p1esente al pasado. Lo que se necesita es una ciencia del registro ar-
cartas pueden embellecer la realidad; en la práctica , los escritores de diarios lfl" ' ''"l(ll'll que enfoque los problemas especiales que surgen al tratar de utilizar
escriben , a menudo , para un futuro lector desconocido; todos los registros buro- 11 11 ~· · ~ •m para conocer el pasado.
cráticos son muy susceptibles de alteración debido a intereses personales. El he 1 1111 so mos realmente historiadores ni científicos sociales, ¿qué podemos
cho de que la gente no siempre es honesta enfrenta inevitablemente al historia ¡t ' 11 ••••'ll'll dc los métodos de las ciencias naturales? Ésta es una sugerencia
dor con el problema de comprender los motivos que pueden haber movido a 111 t ltlf• 11111~ udccuada, porque entre los científicos naturales no se espera que
los individuos para llevar a cabo un registro escrito del pasado . E n ca mbio los 111 lu • ltos qlll' se observa n «hab le n po r sí mismos». Los físicos , químicos, bió-
arqueólogos, al menos a un cierto nivel, raramente se enfrentan con esta p111 ti h iJII e h 1111 imaginan qu e las relaciones observadas tengan un sentido que
cular dificultad . Por ejemplo, supon ga mos que durante lo excavació n de 1111 yn 1 t • ,.¡, 11te (lll t si mismo . 1~st :ín conslllnte mente preocupados en dar sentido
cimie nto se encucnt1a 111\ hOAII• pr6ximo a 1111 lÍ i l'll 11 1.! 11 11 d~.: til:sedws: se da cx 1 t ,¡, ••ltst' l v. ti iOIIl'S y pnstl'IÍiltllll'llk l'V! tltt llt lw sta que.; pun to, en la práctica .
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es útil la interpretación dada. Seguramente. ésta es la posición en la que se en- c·u ciertos temas. La autocrítica conduce al progreso y es por sí misma un desa-
cuentra el arqueólogo: interpretar los hechos arqueológicos (actuales) que ob- llo ~¡ue el arqueólogo .~uiz_á ~ólo comparte ~on el paleontólogo y algún otro cien-
serva y luego tratar de evaluar hasta qué punto su imagen del pasado se ajusta llllw cuya prcocupacwn ult1ma sea hacer mferencias sobre el pasado en base a
a la realidad. Es por esta razón que siem pre he afirmado que la arqueología d 1!~1~ actuales .. La arqu.eo.logía n? es un ca mpo que pueda estudiar el pasado
debería adoptar los métodos de las ciencias naturales. 2 S~n las únic~s té~nicas d111 e tame~te, 111 puede ltm1tarse solo al descubrimiento, como sugería el hombre
que conozco que pueden ayudar al a rqueólogo en su .especial y p~cul~ar dt!ema: "' 1 au~obus. Por el contrario, es un campo enteramente dependiente de las in-
disponer sólo de observaciones actuales sobre matenales cuya genes1s es mase- l•••u1c1as sobr~ ~1 pasado a partir de cosas e ncontradas en la actualidad. Los
quible a través de la observación. . . . d,•tos arque?log1cos, desgraciadamente, no son evidentes por sí mismos. ·Mu-
1
¿Qué implicaciones tiene este hecho en los proced1m1entos .que .segu1mos al dlo más fác1l sería nuestro trabajo si Jo fueran!
excavar un yacimiento? ¿Necesitamos preocuparnos sobre e l stgnthcado de los
restos arqueológicos antes de excavarlos? Si es así. ¿i nfluirá esto en los resulta-
dos de la excavación? Ciertamente. el arqueólogo como descubndor debe estar ANM IZAR EL PRESENTE SIRVE AL PASADO
preocupado por estas cuestiones. Naturalme nte. no sabríamos nada acerca del
pasado si nuestras energías estuvieran e nterame nte dedicadas a .d esarrollar una l'~>~os estamos famil!arizados con e l cliché de que estudiamos el pasado para
11111
perfecta metodología de investigación y fracasáramos en el rcg1stro de los he- ' ll.:cr el presente. Qutzá no lo estemos tanto con la idea de estudiar el presen-
chos arqueológicos del pasado. Por otro lado, tampoco estaríamos más cerca de rc para entender el pasado. Al menos, mucha gente parece no comprender muy
conocer el pasado si tuviésemos un registro arqueológico completo y ningún "''' l'l hech~ de que los arqueólogos vayan a vivir con los aborígenes australia-
11
modo de darle sentido. Obviamente, los dos aspectos de la investigación ar- litiS ~ o que s.1gan a los bosquimanos !Kung en sus cacerías. 5 Éstas no· son exac-
queológica deben desarrollarse conjuntamente, pero esto es más fácil decirlo l fii."~'J.ll~ el t1po de actividades que se suponen propias del arqueólogo. Pero,
que hacerlo. Podemos excavar e n exceso sin contar con la metodología necesa- d ·P ,tcl~d~mente , muchos de nosotros estamos ocupados casi por completo en
ria que nos permita interpre tar las cosas que observamos; o podemos llevar a '~~ " act1v1dades, al menos durante alguna fase de nuestra carrera. En efecto
cabo una excesiva investigación metodológica y encontrarnos que al excavar un 111, l11"1 e n los ~~t~dos Unidos, en la moderna ciudad de Tucson, Arizona, exist~
11 pwyecto . dmg1do a es~udiar las prácticas de producción de basuras de los
11
yacimiento las cosas que necesitamos observar justamente no están al lí. A me-
nudo se oye a los arqueólogos decir: «X es un teórico, o Y es un hombre de llilu.•ks habttantes de la cmdad; 6 ¡los arqueólogos paseando con los basureros!
campo>>, o criticar que «fulano de tal excava muchos yaci mientos correcta me nte 1 1 lu d10 de que tales pr~cticas s~ lleve~ a cabo, creo que es un síntoma de que
pero no los interpreta muy bien>>. El mensaje para la arqueo logía se_ ba.sa en la { 1 1 · 11 ~•po de la arqueolog1a se esta amphando y haciendo cada vez más sofistica-
necesidad de un crecimiento equilibrado entre el desarrollo de las tecntcas que lln < omo resultado, la arqueología debería estar en condiciones de ofrecer al
nos permiten hacer inferencias exactas acer~a del pasad~ y la rea~ización de .~b 11111111lo un~~ noc!on~s de nuestro pasado más claras y estimulantes que las que
servaciones arqueológicas que nos proporcionan matenales de mterpretacwn. 1111111 ol olll(CS habla SidO capaz de proporcionar.
No creo que se pueda excavar un yacimiento correctamente a me nos que s~pa 1 1 1cgistro arqueológico, como ya he mencionado, es un fenómeno contem-
mos también qué potencial pueden te ner los elatos excavados para lograr mfe- 1'"' llllll Y las observaciones que hacemos sobre él no son afirmaciones «históri-
rencias sobre el pasado. Por ejemplo, si yo no conociese las técnicas de datación 1 •~"• NtTcsitamos yacimientos que conserven elementos del pasado; pero, de
por radiocarbono. 3 no tendría sentido que conservara el carbón de una excava- 1!111 111 111anera, tenemos necesidad de instrumentos teóricos que den sentido a
11
ción; sólo cuando sé que e l a nálisis de muestras de carbón sin contaminar puede dnne ntos cuando se encuentran. Identificarlos exactamente y reconocer
dar una medida independiente del tiempo transcurrido, me doy cuenta de la 111• ''' 11 1nlo en el pasado depe~de de un tipo de investigación que no puede ser
necesidad de recoger este material y de registrarlo cuidadosamente. En resu- 11 \ l11l11 il <:at:o a través d~l reg1stro arqueológico únicamente. Es decir, si inten-
men las buenas técnicas de excavación dependen del conocimiento de los sistc 1 1111 11 111\'l'Stlgar la re lactón existente entre la estática y la dinámica, debemos
mas 'p otenciales de hacer inferencias acerca del pasado. Pero las propias.técnic~s 1 1 •parl's de observar ambos aspectos simultáneamente; y el único luc:rar don-
' '' / ''"' '1/trJ.V observ~r la dinámic~ es en el mundo actual, aquí y ahora~
1
de excavación son las que continuamente nos llevan a un mayor y vanado nu
mero de fo rmas de investigación metodológica. porque siempre encontramo~ ll\ ·' da• un eJe.mplo. Un t1po de hallazgos muy común que efectúa n los
cosas que no entendemos y que nos interesan, cosas que exigen una mayor in 11 11
llf1 ' 1111'"' so n los mstrumentos líticos. Para obtener un mejor conocimiento
vestigación antes de que podamos utilizarlas para hacer inferencias sobre el p:~ llt ltlllllnlo en ~1 que los hombres hacfan , usaban y disponían de instrumentos
sado. lllll " •' ''" log1camcntc muy útil observar pueblos que los usen. Éste fue el
Por tanto, la arqueología es una disciplina interactiva que no pucdt: eren·• lllllll\ 11 IJIIl' llll' llev~í al desierto central de Austra lia hace varios años, con el
sin encontrar un equilibrio entre los intereses teóricos y los pr(tcticos . Los 111 • ''" .¡, 11 .l il /11 1 tr;llw¡os de ca mro entre un grupo de ge nte que conocía este tipo
qucólogos tienen que e..,l;n en pc•manc ntc autocdtirw por l'\IO cll'illllJm e~ 11111 1 lll ~llllllltlllm y t)lll• (Od:IVIII los usaba n J'>Cii<Ídicamente para diversos propó-
VIVO y IO'i IIIIJIIl'l,lhl~'.O' ' ll"lllJ)I l' l'SIIlll di WIIIIl'lldll '-111111' l)llll'll I'SI;I 1'11 lo l"Cllll'llll 1111 1 1'1 1olhil \1' 1 l•lflill dt• ll bntlll;ll la lllfllllllacilin sohre el comrortamicnto
28 EN BUSCA DEL PASADO
D ESCIFRA 'lOO El REGI STRO A RQl i FOJ ÓGJ CO
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de estas gentes (la dinámica) con las consecuencias de este comportamiento vis-
to a través de la distribución, diseño y modificación de los instrumentos de pie-
dra (la estática). Parte de este trabajo se describe brevemente en el capítulo 7.
Mi objetivo era estudiar la estática y la dinámica en un contexto actual. Si lle-
..
•
gásemos a comprenderlas en todos sus matices, contaríamos con una especie de
piedra Rosetta: un sistema para «descifrar» lo estático, pasando de los instru-
mentos líticos encontrados en un yacimiento arqueológico a la vida que llevaban
las gentes que los dejaron allí.
Los nexos entre lo que encontramos y las condiciones que dieron lugar a su Birhor
producción sólo pueden estudiarse a partir de pueblos actuales (fig. 1). Yo he
trabajado sobre este problema con los nunamiut , un grupo de esquimales, caza-
dores de caribú en Alaska,7 y con los navajos, que son pastores de ovejas en el
Sudoeste americano; 8 y tengo varios estudiantes trabajando entre Jos bosquima-
nos !Kung en el Sur de África. Todos estos trabajos de campo están planteados ~~:- -
..,. ~
~ Alyawara
con la finalidad de poder estudiar de manera directa los nexos entre las cosas e ' Ngatatjara
que encontramos como arqueólogos y Jos diversos comportamientos que dieron
como resultado la producción, modificación y disposición eventual de estas co- Bosquimanos .., dl¡
!Kung
sas.9
La arqueología experimenta1 10 es otra área de investigación en la que el pre- Bosq uimanos G/wi
sente es usado para servir al pasado, con el objeto de proporcionar observacio-
nes para la exacta interpretación del registro arqueológico. Una gran parte de
este método de trabajo fue iniciado e n Gran Bretaña. Comprende la recreación 1'' ' 111hm:1on de algunos pueblo~ primiti1 o' actualc' mencionado' en c.:1 texto.
experimental de sucesos o procesos que sabemos deben haber ocurrido en el
pasado, para observar cuál habría sido el resultado arqueológico. Por ejemplo, 1
si una casa se quema 11 y la erosión de sus restos tiene lugar durante un largo llf ' 'e; t•ono_cidas las actividades que los produjeron. Ahora bien simplemente
período, ¿cuál sería el resultado que verían los arqueólogos? ¿De qué manera 1 1 l'l1 Y mtrar ~o es Ia única manera de obtener esta informació,n, pues existe
1 1
se habrían modificado la estructura original y su contenido? Son proble mas que 1 11 " ' ' " n una canttdad tmportante de docume ntos escritos que describen las ac-
podemos abordar a través de la exp erimentación. La investigación, en este sen- lt>ll (' dl'l .hombre del pasado. A me nudo, el estudio de los documentos histó-
tido, nos permite evaluar hasta qué punto podemos aceptar lo que vemos como JI, " ' 1~os Sirve: no sólo para identificar los lugares de ocupación antiguos, sino
directamente referible al pasado, o como algo deformado de maneras diversas 1 """'' '' par_a ~nformar_nos de lo que allí sucedía , qué nivel de especialización
1111 11 111 '" l' XIStJa, por eJemplo , o detalles referentes a la organización social del
por los procesos intermedios. Otra de las ventajas de la experimentación es la 1 r 11 '' 111lll'nto. Una vez conocidos estos aspectos sobre la dinámica del asenta-
posibilidad de reproducir las técnicas de los artesanos antiguos, es decir, apren-
der a hacer instrumentos de piedra, 12 cerámica y otro productos empleados en " '" 11 111 L'\tam~s _en condiciones de excavar el yacimiento y relacionar los hallaz-
•1 ' " las 1~0t1C1as que poseemos sobre las actividades y procesos que tuvieron
11
las tecnologías prehistóricas y aplicar Jos nuevos conocimientos a situaciones di-
ferentes, de forma que nos permitan solucionar problemas: este tipo de trabajo "''''" h,H'l' _11cmpo. Este uso de la historia como una forma de control experi-
puede contribuir a un mayor entendimiento del registro arqueológico. Creo que 111 111 11 1 l'\la todavía en sus inicios, aunque esperamos que en un futuro se pro-
estamos en condiciones de afirmar que los arqueólogos empezarán a emplear tlu l 111 ~·1 nnd~s progresos en esta dirección. 13 El número de personas que toda-
estos métodos experimentales, con mayor frecuencia de lo que lo han hecho en ! 1 l1 111 11 111st1 umcntos de p1edra para la caza y siguen un modo de vida nómada
el pasado, cuando empiecen a ser conscientes de que el mero hecho de encon- 111 11IIIIII YI' r ada _d~a; por tanto, .las futuras generaciones de arqueólogos tendrán
1 IH: 11 Plll tun.~tlade~ de estudtar a las gentes que usan este tipo de instrumen-
trar un objeto carece prácticamente de valor si no se le puede revestir de con
h• 1 111 l;¡ e ~•~tenc1a de documentos históricos que contienen observaciones
1
tenido.
Los documentos históricos constituyen otra fuente importante de informa
1
h l " · ~ P111 111dlv1duos actuales sobre la dinámica de Jos yacimientos en el pasado
ción, que sólo recientemente ha empezado a ser utilizada por los arqueólogos. 1'1 ' 1111 ' 1 1 \ l,I Va llos y, en base a los relatos existentes sobre dichos lugares inten-
El objeto de la investigación «etnoarqueológica» se centra e n la búsqueda dl· '' ' 1 111 11111 " 1 lo que encontramos en el terreno con las informaciones his;óricas.
datos significativos sobre la formación del registro arqueológico. El a rqueólogo llo 111 11 11 ' lllodm , la palabra escrit¡¡ no es el único docume nto histórico que
que trabaja en un asentamiento y observa la ~ diferente~ actividades que llevan ' ' " , filllllllllildllnH'llll.' , dtnante los ultimm cien años hemos sido capaces de
a cnho ~~~~ orupuntl'S l'H'l' que pod1í1 ilkntilil'HI l'K'ilos modl'lw, :u qut·olúgll'o' 1 " ' 1 1 1' "''¡¡' Mudlll\ dL· l'llu.., llll' IOII tomadas a principios de siglo, cuan-
1 11 11 11 1
ti> loulil l'f.l 1 \l ~ll illl lltlllll' lll\o' p111'hlo' quc viv1an al mmgL'Il del desarrollo le<:
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nológico. ¿De qué manera podemos emplear tales fotografías para que nos pro- S1 pr~te~d~mos adoptar una aproximación arqueológica típica, ¡empecemos
porcionen una información arqueológica útil? Mi experiencia me sugiere que 1"" d pr~~crpro! Creo que es extremadamente importante poseer algún tipo de
no es tarea fácil. Por ejemplo, es necesario conocer una serie de detalles, tales llllo1macwn acerca de los rasgos fundamentales de la conducta de nuestros an-
como la distancia focal de los lentes de la cámara, si queremos convertir una lcpa..,ados más antiguos. Tenemos sus huesos, naturalmente, es decir, los fósiles
fotografía oblicua (es decir, tomada por una cámara sostenida a mano y miran- ti(' los hom?res más remotos, algunos de ellos de una antigüedad que oscila en-
do al paisaje) en un mapa que, de todos modos, no será análogo a los que u~ lit:. 3 Y.6 ~~llot~es de años. Pero. ¿cuándo empezó el comportamiento típico, el
arqueólogo realizaría al excavar un yacimiento. Una vez estos problemas técm- llllll'll s1gmfrcat1vo para usted y para mí, como miembros que somos de la misma
cos estén resueltos, y estoy seguro de que se logrará, estaremos en condiciones t ·Pt:ue? La respuesta es simplemente que no lo sabemos. Conocemos cuándo
de aprovechar de una manera mucho más rentable los cientos de miles de foto- 1.. p111dujeron los cambios en la capacidad craneana, en el tamaño de nuestro
grafía~ etnográficas tomadas en un pasado relativamente reciente. Las fotogra- Llll'l po y en la forma de nuestra pelvis; sin embargo, todavía ignoramos en qué
fías tienen una inmediatez maravillosa: podemos ver una persona del pasado e!
lt1 111llt'lll? ?ombre comenzó a usar el lenguaje, cuándo empezó a vivir en pe-
sentada frente a nosotros y conocer lo q ue estaba haciendo en aquel momento. IJIII'IIlls lam~h~s monógamas o a compartir el a limento entre adultos: y son éstas
e'onsecuentemente, se pueden poner en conexión las relaciones espaciales de la lt' c:uactenstrcas que, de hecho, nos distinguen de la mayor parte de los anima-
gente con los hogares, de las casas con la gente, de los hogares con las casas, l ~. , Oué antigüedad tiene el comportamiento que todos consideramos como
en un contexto behaviorístico que normalmente es difícil de establecer , incluso l¡m·amente humano? ¿Cuáles fueron realmente nuestros antepasados más anti-
con la ayuda de la palabra escrita. Con las fotografías se consigue tener. simul- ¡•t~o•s'! <'reo que éstos son unos de los temas centrales de la investigación arqueo-
táneamente, una fugaz visión del comportamiento en el pasado y una especie lll¡'lt'a
de «mapa», una enorme ventaja que los arqueólogos seguramente capita lizarán llay una cuestión de actualidad que mantiene en controversia a los arqueó-
en el futuro. ln¡•11s' d hombre de hace 2 millones de años, ¿cazaba ya para alimentarse?,
Tenemos, por tanto , tres importantes campos de investigación a desarrollar: , cl.~l"'llllt de un campamento base?, ¿compartía la vivienda y los alimentos den-
el estudio de los pueblos contemporáneos, la creación de situaciones experimen- 14
lll• dd vrupo? Estas preguntas adquieren significado cuando se contemplan
tales que nos permitan controlar las causas a fin de estudiar los e fectos, y e l uso 11 • 1 mntcxto del comportamiento anima l en general: los primates (excluyendo
de documentos históricos de diferentes clases, todos ellos campos de investiga- ti l111111hre), p~r ejemplo, tienden a dormir en los árboles y no en e l suelo, y
ción que la arqueología contemporánea está empezando a desarrollar de forma 11nu 11 cn el mrsmo lugar en que han obtenido e l a limento y no donde duermen,
significativa. A medida que estos aspectos van adquiriendo im portancia, la ima- tll11 11 h<~ce el hombre. ¿Cuándo empezó el sistema de vida terrestre, la actividad
gen popular del arqueólogo, calado con un casco, descubrie ndo una tumba , será 1 1 1111 11 , a Y el reparto del alimento? ¿Fue la caza determinante en la evolución
sustituida por la de un individuo ecléctico. interesado en casi todos los dominios ¡1 l 1· 11~·uaje o lo fue otra conducta social? ¿Qué motivó estos cambios y cómo
de la actividad humana que conducen a resultados que pueden quedar reflejados lit "' llollllOS explicarlos? Sólo cuando hayamos establecido lo que realmente su-
en e l registro arqueológico. !1111 l'll e l pasado podremos empezar a preguntarnos el por qué sucedió. y
11l11111 111\.' la arqueología. creo, está en condiciones de proporcionarnos infor-
111 u 1t 111 'obre tales interrogantes. El estudio biológico comparativo del registro
LOS GRANDES INTERROGANTES DE LA ARQUEOLOG ÍA ti, 111 lmtles ~umanos no pued~ por sí solo contestar a nuestras preguntas. Las
1 1111• ,fll'> scran la consecuencra de la integración de una amplia variedad de
¿Q ué es lo que queremos conocer de l pasado? Es siempre difícil determinar tlttl"'' .u queológicos que se han conservado: no únicamente la información sobre
la viabilidad de una sugere ncia, si de antemano nq sabemos lo que pretendemos l1 111111nmia de nuestros antepasados sino también, por ejemplo, del lugar donde
conseguir. Este postulado es tan aplicable a la arqueología como a cualquier lt1 ''"1 l.;dlados sus esqueletos fosilizados y su relación con los instrumen tos de
otra disciplina; lo que pretendemos conocer acerca del pasado incide de forma ¡tlltl1. 1 \ lm. subprod uctos de sus comidas. Con todo, hay que tener en cuenta
determinante e n el mé todo con que los arqueólogos llevan a cabo las excavacio lj11t 1"' .u¡•.umen tos e mitidos hasta a hora, no han sido frecuentemente muy só-
nes e investigan el registro arqueológico. Si no tienen las ideas claras al respec IHt. •N
to , les será d ifícil encontrar la forma de aproxim~rse a los datos arq ueológicos l'n1 t wmplo, 1<~ mayor parte de los libros de texto arqueológicos aseguran
o saber qué tipo de investigación han de llevar a cabo para interpretarlos. Po1 ljl 11 ti htlllllllc ant1guo era cazador de animales. Este argumento se basa en los
tanto, nuestras ideas acerca del pasado afectan a la investigación arqueológica l• tllt '''"' dt· yacimientos como la garganta de Olduvai (fig. 4), situado en el
y al desarrollo de la arqueología e n general. Puede ser de utilidad di scutir hn· l11• '' •IIIIIILd· en este lugar, a demüs de los fósiles de homínidos e instrumentos
vemente sobre nuestros conocimie ntos sobre el pasado, pero sobre todo es inl l' 1 ¡111 d1 11 1111l l)'llllS, tambié n han sido encontrados gran cantidad de huesos de
resante y necesario d iscu tir sobre lo que nos gustada sa be r partiendo del n:g1~> 11111111d• ~ .d l''lill l'slos huesos asociados a instrumentos de piedra, es posible
tro arqueo lógico: ;,es posible pm medio de la investigariún HI<Jlll'Oiogica l'O ilh'' 1 '"'' 11 t¡llt 'l' lliii H tk' los n·stos de la-, com idas del hombre antiguo, pero ésta
tar ail!,lll111' 1k In' ( i1;11Hil'' lnll' lllll'•lllll'''' 11 t 1M lit 1 t \ill lolllll'llfl' f,l lllll' IJII l'LII'IIlll l'O I ll'l'lil J OS yacimien tos donde elll:Oil
32 EN BUSCA DEL PASADO DESCI FRANDO E L REGISTRO ARQUEOLÓGICO 33
t ramos estos instrumentos de piedra tan ant iguos son depósit os geológicos crea- ttlltl'. además de los arqueólogos. Nos referimos al origen de la agricultura y
dos por agent es naturales, no por el hombre: éste simplemente estuvo presente 1 ltt\ condiciones que llevaron al hombre a adoptar unas formas de vida mucho
en el contexto ambiental du rante el período de t iempo en que los procesos na- 111 , , \Cdentarias q ue las corresp ondientes a su pasado como cazador y recolec-
t urales que formaro n los yacimientos estaban en ple no desarrollo, y no hay ra - 1111 1.Por qué el hombre dejó de trasladarse, se estableció y empezó a intensifi-
zón para suponer que todos los hallazgos aparecidos en tales yacimientos se 11 -.u producción de alimentos en espacios cada vez más pequeños? Esto es,
puedan re lacionar. E n o tro yacimiento del Africa oriental han aparecido unas th ·l'lles de todo , lo que significa realmente la agricultura. ¿Por q ué este fenó-
huellas de homínidos con servadas en la roca a las que se les atribuye una a nti- "" 1111 se produjo en muchos lugares diferentes del Viejo y Nuevo Mundo? y
güedad de unos 3 millones de años. 15 Pero éstas no eran las únicas huellas; tam- 11 11 es la razón de que estos cambios se d ieran en regiones tan distintas dentro
bién fueron identificadas huellas de elefante, jirafa, p intada e incluso de pe que- lt lo que, desde un punto de vista arqueológico, es un período de tiempo tan
ños gusanos. Sería bastante absurdo llegar a la conclusión de que la asociación ltltulado como unos 2 .000 años? En el capítulo 8, hago algunas sugerencias so-
de hue llas de homínidos y de elefante im plica que el hom bre a ntiguo era p astor lit~ 1.1 dirección a seguir si queremos hallar respuestas a estos interrogantes. Si
de elefantes. Sin embargo, es precisamente e l tipo de lógica u sada por los ar- 111 t.unos capaces de acceder a a lgunas de estas cuestiones, creo q ue estaríamos
qu eólogos que, a partir del h allazgo de instrume ntos de pie dra y huesos de jirafa 11 • ondiciones de empeza r a comprender la influencia q ue nuestra adaptación
e n un mismo depósito, presupo nen que el ho mbre mató a la mencionada jirafa. 1• t<IO sobre nuestro sistema de vida y también sobre n uestro nicho particular
De hecho, ésta quizá murió por causas naturales y los instrumentos de piedra ti tillo del mundo animal. D igo esto p orque la adopción de la agricultura y el
fueran utilizados y abando nados en e l yacimiento cientos de años después, sien- d• ntarismo implican una serie de cambios m uy característicos: representa una
do utilizados, tal vez, para cortar productos vegetales. Si los arqueólogos quie- 1 uliiptación impo rtante por parte de una especie, si n que se ob serven en con-
ren com prender el pasado co rrectamente, tendrán que solucio nar el pro blema '' t¡•.ul ida excesivos cambios biológicos. Sobre esta segund a y crucial serie de
de separar los diversos procesos y comportamie ntos que llevaron a la formación 1 ¡, o tules Interrogantes de la investigación arqueológica prácticame nte carece-
de un depósito; estos te mas los discuto con más detalle en los capítulos 2 y 3. 11111 dt· infor mación histórica escrita.
O tra controversia interesante que plantea la arque ología gira en torno a la 1 1 te rcer grup o de prob lemas t ambié n prod uce, e n gene ral, una gran fascina-
pre gunta de si todas las característica s que consideramos puramente humanas ltoll ,·sta vez nos referimos a los orígenes de la civilizació n. Los sistemas polí-
se iniciaron al mismo tie mpo o bien eran emergentes, en el sentido de que sur- fj '' bajo los q ue vivi mos la mayor parte de nosotros y la complejidad de la
gie ron en contextos dife re nte s. ¿Puede considerarse la evolución de la, por así ltlt 111 han a q ue casi todos llevamos están totalme nte aleja dos del sistema de
decirlo , verdadera e sencia del hombre como una especie de «salto cuantitativo» ltlt uomada basado en la caza y la recolección q ue privó en e l conte xto en el
o más bien se trata de un proceso de crecimiento progresivo? D e nuevo , la res- ¡tt lll vlcron lugar nuestros cam bios bio lógicos. ¿Cuáles fueron las causas que
puesta es , simplemente , que no lo sabemos. Se ha dicho , por ejemplo, que la 11111111.11011 este n uevo estilo de vida? ¿Qué razones existiero n para q ue las socie-
adopción por parte del hombre de la pos tura erguida , sobre dos pie rnas , cons- litl• ' basadas e n la agricultura evolucionaran hacia tipos de organización polí-
tituye un salto cuantitativo porque libera las manos; e l uso de las manos hizo 11 1 \ burocráticos cada vez má~ com plejos? ¿Qué causas prod uj eron el enorme
posible la fabricación de instrumentos; los instrume ntos propiciaron el lenguaje; h '' mt·nto de la especia lización , tanto a nivel de la artesanía como al de la
y el lenguaje preparó el camino a muchos cambios en la organización social , tlllla<.:ión social o del trabajo, q ue caracteriza a una ciudad , sea ésta moder-
tales como el reparto del alimento y la adopción de actitudes altruistas. Ésta es 11 " o~ ntigua?
una vía de evolución sobre la que tengo bastantes dudas. Personalmente, creo 1..~ hallamos ante una prob lemática en la que la arqueología em pieza a re-
que no deberíamos subestimar la necesidad de planificación que tuvieron los '"'""'" se con la historia, la filosofía política y muchas otras de las ciencias so-
antiguos cazadores para poder solucionar, por ejemplo, el problema del abaste· l 1lo y dio gr acias a q ue contamos todavía con alguno s pueblos situados en
cimiento de alimento durante la e stación del año e n que las plantas no crecen. 1 ''' • tt•motas del m undo mo derno q ue aún no se han visto afectados por la
Quizá fuera en el contexto de la caza donde la acumulación de información y 1 ttllu ton industrial y, por tanto, sus procesos están en pleno desarrollo: el ar-
su procesado empezaron a jugar un papel más importante para nuestra evolu ¡tl 11l11¡•,o puede aportar sus dat os y compartirlos con los q ue derivan de otras
ción. Mi planteamiento, sin embargo, es que el desafío que nos plantea la inves 1 '" 1.1\ socia les. F ue interesante o bservar q ue, e n cada una de las tres confe-
tigación del pasado consiste en buscar caminos que nos permitan descubrir s1 1 "' 1o1~ 111lcrnacionales a las q ue asistí durante 1981, el tema central de discusión
tales orientaciones son correctas o no. lit 1!1 .tp;u ición de los sistemas políticos complejos, el posible papel desempeña-
Uno de los interrogantes más importantes que podemos exa minar a t ra v~·" ¡" 1•111 1'1 comercio, y en qué med ida los monopolios sobre la prod ucción afee-
de la investigación arqueológica es el que hace re ferencia al mo mento e n q111 ' " ' o ltuvl'l de desa rro ll o político (en el capítulo 9 p lanteo algunos de mis puntos
surgieron comportamientos característicos que creemos nos distingue n de o tm•. 1 1.1.1 -.ohrc e l tema). En la actua lidad, es interesante o bservar que estas dis-
animales y de qué ma ne ra podemos entender su desa rro llo. Contamos tamllit'o '' 111111'~ llill' lesan casi exclusivame nte a los arqueólogos, pero en el pasado es-
con un segundo grupo de proble mas, re lacio nado con el a nt e rio r , que cons tit11 11 '1 11 \llll lll'S en111 plan teadas por historindorcs. fi lósofos políticos y o tros estu-
ye, y es f:kil lwl hlr la razón , un tcnu1 tk' fascinacil'u1 y t'SIK'c ulaci(ln pam llll ll h.t 11 11 otll lll''> la :llqlll'ología t'Sl:t l'Oiltt•nzando a pnrlicipar en el debate en t6 r-
111 1111111
34 EN BUSCA DEL PASADO
minos de igualdad con las disciplinas de investigación que poseen una metodo-
logía más histórica.
La arqueología se inicia, por tanto, en el pasado remoto, en el mismo co-
mienzo de nuestra historia biológica, un período en el que nuestro desconoci-
miento sobre el comportamiento humano es casi total, y prosigue a lo largo de
toda la evolución hasta la complejidad del mundo moderno. ¡Tal es el campo
de acción de la arqueología! Pero, ¿ofrecen los arqueólogos perspectivas especí-
ficamente arqueológicas que las diferencien de otros campos al tratar, por ejem-
plo, los orígenes del sedcntarismo o la aparición de los sistemas políticos com-
plejos? Creo que la respuesta debe inevitablemente ser «SÍ>> . Los arqueólogos
Primera parte
inician su investigación con los objetos materiales y es natural que adopten pun-
tos de vista materialistas; a menudo, avanzan argumentos de naturaleza pragmá-
tica en contextos donde son mucho más corrientes los argumentos de tipo psico-
lógico, y creo que pueden ser útiles aunque sólo sea porque proporcionan una
¿CÓMO ERA?
base concreta a ciertos debates de largo alcance.
Las respuestas a los fascinantes Grandes Interrogantes que he mencionado
anteriormente y que discutiré más adelante dependen de la interacción entre la
observación , por un lado, y la investigación para dar sentido a las observacio-
nes, por el otro. Esto ge nera un impulso y este impulso está creciendo, como
ocurre con la disciplina arqueológica en su conjunto: existen muchos más ar-
queólogos en la actualidad que hace cincuenta años. Por consiguiente. muchas
áreas de la investigación han de.iado de ser simples utopías arqueológicas y se
han convertido en problemas reales que pueden ser afrontados inteligentemen-
te, y también solucionarse; en lugar de vagas generalidades sobre el pasado.
esperamos obtener información fiable. Sin embargo, nuestros Grandes Interro-
gantes no se resolverán trabajando en nuestro país o provincia y a pequeña es-
cala, sino que requieren una investigación que comprenda amplios períodos de
tiempo y extensas áreas geográficas. La comunidad de investigación arqueológi-
ca es cada vez más internacional y la bibliografía sobre el tema que nos ocupa
ha crecido hasta abarcar muchas lenguas. La investigación realmente excitanll'
está progresando y las soluciones a nuestros principales problemas no las potk
mos considerar lejanas, sino que, en algunos casos, están ya a nuestro alcance.
102 EN BUSCA DEL PASADO
teatralidad, que ha propiciado multitud de argum entaciones y Jlill ll I 1• 11IVt'l p111hlcmas cronológicos mediante el estudio de las ~-ariaciones
sido la ocasión de «irse por las ramas»; sin embargo, la invesi 1J.:lll'll111 1 1111 1 ti • lo·. ar tdactos y en las diversas maneras de orde nacJOn secuen-
proble ma musteriense ha transcurrido por cauces relativame nt L' t 1fllllJIIII 1 11 11 1lrd, l'' lll'l al mente sin ayuda de la información e~tratigráfica .c~rres-
todo, es muy probable que este último p roblema afecte de fo rma u 11 111 1 .t• 111mlo, la mínima e nseñanza arqueológrca que rectbrmos,
a la arqueología en general, p orq ue la controversia musterie nsl' noNh• 1111 n llt1n·. t·,tudia ntes de mi edad, implicaba el hecho de aprender a
a tener que cuestionar las ideas básicas, aq uellas relacionadas mn 111 1 11 tr1p1111u~ dl' objetos y distribuirlos en series, con la espera~za .de q~e
naturaleza de la cultura. tf t• tlt filll.lll de alguna manera el paso del tiempo . Se hacta hmcarté
111 h 11 1 """ 1.1 estratigrafía), porque estaba amplia mente extendida
1
1 1 11 d 1 ~;lt dl' Norteamérica- la creencia de que los depósitos con
h 1 lllll e·,, '"os o ni siquie ra existían. 1 La metodología arqueológica
1 1 1 1 t 111 lrr.,1vamente de problemas de cronología.
1 !11 1 l 11111hlo dc cstos esquemas, que nos condujo a algunos de noso-
l(llitrrllllltt,., mn lo e~tablecido, fue la inve nción y a plicación de la
1 1nol1uo .11 ho110 . Pensábamos que el C14 resolvería, de una vez por
1
1 lll flllllt , ¡. !m p1 oh lemas cronológicos a los que nuestros profesores
11 11 tn llllllt,, ... lucrzo. Y si estos problemas p odían, e n parte, resolver-
! lltl[ rtllutt·t, ulrlinlf los restos arqueológicos desde. un aspecto más
1 do 1 11 " los estudios arqueológicos sobre los mstrumentos de
1 11111,1 11 ol lll'• olltcfactos habían servido únicamente para resolver
11 , 1111 h 1, 11 1,, qtrl' ahora podían di lucidarse mediante el sim~le análisis
1 111""' • , '1"' tkhia hacerse con todos los artefactos?: debta pode_rse
tlt•• ol1 llllorrlloll'IOJl. 1 La nueva vía.' abierta .mediante la dataCl?n
uluttt·• 11111111 l'i rrrtico camino; tambtén eran Importantes otras tec-
1 1 11 1(1 11 11 1lt, nlltHI la dendrocronología), el renovado interés por la
1 , 1 1111"' 111111 11 111 1k quc c n América del Norte existían algunos ya-
1u 1111! 1111 1 1•"11 11l1glnl1 as. Nuestra respuesta a todos estos cambios fue
1 ltllltllll lit '"'""'"' tk conseguir nueva información acerca del pasa-
1111 tt 11111 , .uh "''" de In cro no logía.
lllrt• ptlll\.rtlltrtli', nl'o que ¡.\rHn pa rte del t rabajo llevado a cabo
lit t Mll1hu ¡'ltttldo pw 111111 t.•st rate¡.\ia mayoritariame nte inductiva.
llltlllh 11 1u 1' 1.1 q 1u "qlltríamo\ rcHtorc• l'l pasado dl' fo rmn distinta
104 EN BUSCA DEl PASADO UNA ODISFA ARQUEOLÓG ICA 105
debíamos poner en práctica nuevas maneras de observación: tal conu1 h 11111 musteriense, al menos tal como yo lo concebía, consistía en algo muy
mostrado la invención del microscopio, si se consigue una nueva fm lllll ll titilo
s~· podrán observar numerosos hechos y, en principio, estos nuevos hl'rhn r, y a pesar de q ue había reconocido esta distinción, intenté todavía en-
remitirán a nuevos tipos de fenómenos. Ésta era nuestra idea y as1 l'IIIJ ut "" una solución al problema a través del descubrimiento de t6cnicas. Sabía
trabajar, por ejemplo, en las prácticas mortuorias.' A su vez, y aunqw· dlt 1 r lllll!\ .rs excavaciones no resolverían el problema y, por otra parte, conside-
tl'ZGI ahora chocante, por entonces escaseaba el trabajo experimental 1 1 1 Jll•~ihlc obtener una solución analizando de manera diferente el material
caho con utensilios de piedra por americanos: John Witthoft era l'l t\nh 1 1 tlll' . Así, empecé a investigar lo que ahora denomino «técnicas de recono-
qucúlogo americano de la generación anterior a la mía que había rcuh uh ttl lll•l de modelos», utilizando para ello técnicas multivariadas (fig. 40) que
!'.llll t1po de experimentación sobre la manufactura de los útiles de pil'dt 1 1\'tulahan a aislar y reconocer modelos que de una manera y otra eran inhe-
menee a intentar considerar las asociaciones líticas en términos dl' llt• n lm datos del registro arqueológico. 10 Estaba satisfecho con la estrategia
r~·stringidas, examinando los artefactos a lo largo de toda su traycl'lnlll ''1 h ul¡r en el reconocimiento de modelos que empezamos a ~pl icar ~ pri nci-
la materia prima hasta la producción de utensilios acabados. 6 Estimulrulu th lo , arios sesenta, no únicamente a los hallazgos mustenenses smo tam-
t 1ahajo de Witthoft procuré poner en práctica las técn icas de an:íli~ •s ,J¡ 1 lltllt has otras áreas: Bob W hallon, Henry Wright y otros uti lizaban e in-
httn>s. Tales intentos no eran sino una búsqueda de n uevas forma~ de
rion, de maneras de aislar nuevos tipos de datos a partir del m1smo
l'o1 aquel entonces nunca pensábamos en preguntar «¿cómo dm scnlhl
qu~· vemos?»; observábamos únicamente para ver cosas nuevas <'utullll
•k alguna manera «conoceríamos» sus significados.
l•uc en este contexto cuando comencé a escribir sobre el n11w,1u~•• !¡
queología8 y acerca de las aplicacio nes posibles de la probabilidad ,. lu
t1ca en la excavación y en los análisis de los materia les arq ueo l li~· t l'"~ 1
wmo se puso de manifiesto, me vi envue lto en dos tip os de prohh- m 1
1
mucho más importantes. El primero de ellos era el tema de los n1I~LII
apricu ltura,9 un viejo problema q ue los arq ueólogos hacía tiem po IJIIl ti ....
---
,,
s~· trataba esencialmente de una cuestió n de interpretación: ¡,wmn y 1 2
\-~¡-"'....
[1·.:
11
nnu rió? En e l capítulo 8 trataré este tipo de problema y dan: mi op11111 11 --
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••• ~ 1'!'¡11ffi!
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( 11 1111 lit l lllflt' lll <¡ Ul' DO ,.., .. ~ •v ttoo
tlllt'ttiH'dllt , l'll / .. ; l'IIIO tll'<'S 11lra (ll'l\011 11 pod fn ll' pl rrn r N.. , 1111 11 tt lt t~lllltotp1111ollhl tk DO t1IIID~ 'f<lt'
1 \l~l;t 111 111 '" /. ( 'll\1 toda~ Jn, l'I HI \'l'"lll'l1111l'\ y ""' " """ ' ·. , " 11 ¡1111 :u""' dt ""'u"·vllh ~ ~;_:·:~
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1111(11 llo ll l "' '~~~· IÍ('II lllllll '"'d'" '11 1 1 ,,,,,,,., " " 11 pi' 1110 l(ljll lllfllil ¡,tLJ -
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106 EN BUSCA DEL PASADO
----- --
r,-------~-----,--------~·~L-------~------~------~~----- ·
L
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trabajo empleadas en 1968, en
Francia en el estudio del yaci-
miento de Combe Grenal. La figu-
-
ra 41 nos muestra un fragmento de
la planta del nivel M. La 42 repre-
~ -·
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senta el gráfico que resume un
••--·· ...
L
•
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de útiles de Cotnbe Grenal en re-
lación con las medidas indepen-
1 dientes del cambio ambiental.
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108 EN BUSCA DJ:.L PASADO UNA ODISEA ARQUEOLÓGIC A 109
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Área de cría del
caribú porcupine
Área detallada
en el mapa
del caribú porcupine
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112 EN BUSCA DEL PASADO UNA ODISEA ARQUEOLÓGICA 113
(figs. 43 a 46). En segundo lugar, era posible estudiar un grupo que dqu 11 1
casi enteramente de la caza, algo que no es fácil encontrar en la actual1d.lll 1
tercer lugar, su medio ambiente era ártico y, por tanto, semejante al l'\lsl• 111
en los yacimientos franceses que había tenido oportunidad de conocer (tu 1 lit
se hallaron algunos pólenes arbóreos que indicaban un paisaje de bosq111 1 1
resumen, había llegado a la inevitable conclusión de que la única posihi1111 ... 1 1
desarrollar métodos arqueológicos de inferencia era a través del estudio d1 f'li
blos contemporáneos vivos, o mediante la práctica de la arqueología en Mili 1
nes cuyo componente dinámico estaba documentado históricamente. Cou 1d 1
ba que la «etnoarqueología», la «arqueología experimental>> y los <<ya••m• 111
arqueológicos históricos>> eran la única oportunidad que teníamos para d1 111
llar y perfeccionar los métodos de inferencia que trataban de los conp111111 1
artefactos hechos por e l hombre. Después de todo, el trabajo llevado " 1 " ' "
la física experimental había dado como resultado las técnicas de dala111111 1
radiocarbono, técnicas que no pueden considerarse arqueológicas en s•·u1 "ltt
tricto, pero que son de gran utilidad para los arqueólogos. Por otra p:1111 1
tares, centrándome en cómo incidían los factores ambientales en su orgam11 1 lunnndo después que todos debíamos investigar siguiendo principios
Tres han sido, por tanto, los temas centrales de mi investigación o lo 1 I'I,J, l nticndo ni entenderé nunca esta sugerencia! Creo que el modo
1 . •
de los años sesenta: primero, el estudio metodológico de los conjunto-; 1ll h In 1 Nl l~·-llnos estriba en observar datos , reconocer modelos, tener mtm-
sos de animales (cap. 2); segundo, la organización espacial de los restns d 1 ~ 1 hrrllantes, o simplemente revivir viejas nociones ya gastadas pero
tividad y la estructura de los yacimientos arqueológicos (caps. 3, 6 y 7), Y 1 1 1 1\11 11111 durante años; pero, vengan de donde vengan las ideas, inten-
ro, estudios comparativos globales de cazadores y recolectores. l.os t 11; 1 1 t 11trdo a lo que vemos. Para ello debemos utilizar u~a lógica .que se
se relacionan directamente con los dos problemas mencionados ankrrn1111 11 1 1 h11plrutciones de nuestras ideas en el mundo real. Este es elimpor-
los orígenes de la agricultura y el problema de la variabilidad en el Mustlll 1 1 (11 1 r ltonamiento deductivo. Debe hacerse hincapié, sin embargo,
El interés por los períodos antiguos es consecuencia de mis estudios launl 11 lhr 1111 ~o1gr11fica que se trate de la forma primera de obtener ideas, ni
1 11 11 ,, 1111a forma deductiva , en Jo que se refiere a observaciones per
111 u tll lll'var a cabo una evaluación de las ideas. Como ejemplo de la
El ABSURDO Y LA NUEVA ARQUEOLOGÍA li ·11 1111• l'n este sentido, citaré un plan de investigación que tuve oca-
1111 11, po1 e ncargo de la National Science Foundation, a principios de
Aquellos que están familiarizados con la literatura arqueológica 1k In 1 11111 1 os autores del plan postulaban que realizaban su investiga-
mos quince años habrán observado, sin duda, algo raro en la cw11olu 1 ¡u rhi¡•u .r "puiendo el «método lógico-deductivo». Intentaban examinar
programa de investigación que acabo de enunciar. Uno de los hitos 111 1 1 Jlrt lrl chtl'lminado. Su hipótesis era que existían campamentos a lo
rrollo de la llamada «Nueva Arqueología>> fue la publicación en IIJhH d 1 1 rhqn,•s y a partir de este hecho deducían que deberían encontrarse
men de ensayos titulado New perspectives in Archaeology. Dicha oh111 tr d11hm diques. El trabajo de campo propuesto pretendía probar
cierto impacto y generó, a principios de los años setenta , gran núllll'lll d t 1 1 vidullcmente, ello era una completa tontería, ya que se trata
siones. La mayoría de ideas y estudios de mis colegas y discípulm. 111 11 111 lll 111 r1lativa al carácter del registro arqueológico que, de ser co-
este volumen, se remontan a principios de los años sesenta, a un molllllll tl 1111 1111 '"'' informará acerca del criterio acertado de su autor. 1R Por
terior a la realización de mi viaje a Francia para estudiar el Mustt'll 11 1 tr1pln, "'pongamos que lanzo la hipótesis de que este libro tiene
publicación del libro coincidió aproximadamente con el momento dt 111 hlu r 1h 1«; 1111 y una vez comprobado con una regla se demuestra que,
alejamiento de mi trabajo en lo que respecta a una investigacion llllllliiHII 1 ttl 111111 · IS cm. El hecho de que tenga razón no supone ningún tipo
todológicamente: tan pronto como éste apareció di un giro de 90" \ 1 nlotlll 1 tlll\111 1111lll'ctuales, únicamente evidencia mi habilidad para recono-
investigación en otra dirección. Mientras realizaba trabajos de campo, o 1 11111 1 d• lns lrhros. E l razonamiento deductivo sólo es importante si se
ha los resultados, intenté evitar muchas de las ideas imperantes 1'11 la llh t 1 1 e v tltr.ll algunas implicaciones intelectuales derivadas o deducidas
arqueológica de los años setenta. Me mantuve al margen y ohsl'IVI 11111 11 q. r til 1dc '"· dt: un razonamiento. Las proposiciones empíricas, cita-
;Ji~unos de los temas y razonamientos que yo mismo o mis l'Ok~·us h thl ¡ 111 1d11· qm· acabo de proponer, nunca contienen tales implicacio-
1111 mducido desordenadamente y que, en ocasiones, habían st·guulo dtru 1
qul' nunca creí que pudieran tomar. 16 Por tanto, quizá sea apm1u;rdo 11111 hl 1111 e l", In d1· la Nueva Arqueología que permanece algo confuso y
llll'Vl'lllente cómo contemplaba la relación existente entre mr 11111)'1 1111 1 •l lt•11n11 1 11 qut· fue presentado y argumentado, e n la mayoría de la
v1•st 1gación y la evolución seguida por la N ueva Arqueolog•a 1·11 1 1 uhr 1 llljlll ""'''" ;1 ;unerica na , ha sido contraproducente. Sería el último
dos , durante los años setenta. lltl¡uu t llll'r.J del razonam iento deductivo, y aunque probablemente
Empecé a tratar la lógica de la filosofía de la ciencia en rl'lauc11r 11111 11 In 1111111 p.1111 d1· la culpa por los pobres argumentos sobre la deduc-
ligación arqueológica en un artículo publicado e l a11o 1967 1 l'o1 ·"1" lle 1 1111 1 1111 11111 dt lupótesis que privaban tanto en los años setenta, me
intentaba simplemente establecer una opinión negativa, un :rl~'llllll lll•llt 1 que 1111 ,oy dl'l todo responsable.
a determinados puntos de vista acerca de la interpretat·rún del 11 1"~11 '' 11 1 u 1 ¡¡tri• 11 11 .rl¡•.uaos comentarios Jos aspectos sociológicos de la ar-
lógico que eran corrientes por aquel e ntonces. Mi supuesto l'lil '1"' tlllllll llllr tl1111111 11Hiill\ll.., y algo desagradables a causa de los trastornos
considera un cuerpo de datos arqueológicos y dice: «esto l'S lo qnt 11 ultl 11 l11 t1111c ,, " lllil Supongo que también debo aceptar mi parte de
términos históricos» , está haciendo una inferencia. L:1 11111\'llt st l.llll'll 1)1 1 1111 ul d 11 ~¡u·c to y:r q11e según comentó una vez Albert Spaulding-
da , y que consideraba viable para eva luar una idea pr t'VHI, 1ow.1·.11t1 1 11 ti 1 1 llljlll oel••!'" 111." vrejo tic la ciudad. A principios de los años sesenta
sus consecue ncias aplicfindolas a o tras condinon l's l' lllpllrl us qtrc jltrdH 1 lit 1 !1 "'"' lrrllltls 1'11 los debates mant e nidos con mis colegas y compa-
1·n el mundo. Sl' p1l'suponia , por l:rnto, qul' l'x isll llll ya :rlgllllll' uli 1 11 1 lrt¡ll 1 111 11111 lllll''tms '<o ponentes», y no nosotros, los que acuña-
pasado. IHII el 1111 111 Alljlll'ologt:r». RoiK'rl Braidwood llegó incluso a con-
1•1 p1olil1'lll.l l'.,lllh;l llll l'll l(lll' 1'1\'1141... lllljlll'illti!',CIS Sl ~lllllll ll 1 Hli l ltlll llf 1 ll¡c11c11 1 1 ll'"ill.nlo lul' ljlll' llllll'hos arqueólogos jóv<:n?s , in f~ui-
/cllr.lllllltrlo 1111 d1.1111c 1111,1 J'l 1(1111111 1111111'•11111 1'11 lu lrt c• JIIIIII ol do •ll'" 111 1 1 1 111111 1¡1111 ¡ele In' ¡llhl\ \1'-ll' lll:r , lll'Yl'lllll l(lll' dt'lm1n dd11111 1111 trpo
116 EN BUSCA DEL PASADO
Éste es, en pocas palabras, el camino q ue ha seguido mi investigación duran V1 1.:11111entos excavados son el sustento de los arqueólogos. Su visión del
te las dos últimas décadas, un camino a menudo divergente del recorrido J10f 1 • ' llllunscribe necesariamente a estos puntos discretos y aislados del
la Nueva Arqueología. Re fleja aquello que, en mi opinión , debería ser priorlt 1 N lr.tta de una visión fija , aunque el compo rtamiento en el pasado
rio en cuanto al desarrollo del campo de la arqueología. Creo firmementl' qUI llllllo' nll' t.:l de los cazadores y recolectores- fuera extremadamente mó-
para hacer inferencias se precisa una metodología sólida y, por el momento tlt Ylillllllcnto presenta una visión parcial y limitada del total de las acti-
carecemos básicamente de ella. La arqueología no ha sido una ciencia: ero 1 V ,¡, ¡wndc de su posición dentro de un sistema de comportamiento re-
con una serie de convencio nes utilizadas, en un momento u otro, por la rnuyn 1 1 t'" .1hk' imaginar, por ejemplo, que los diferentes conjuntos de útiles
de arqueólogos para «interpretar» sus hallazgos. Muchas de estas conwncllt •h 1ti 1 Musteriense descritos por Bordes (cap. 4) son simplemente peque-
no han sido jamás verificadas y desconocemos, simplemente , si son v;\lulal 1111 111"' dl' la vida de un grupo cazador y recolector. Pero existe la posi-
eficaces. Pero disponemos de otros métodos a nuestro alcance que nos pcr lttplluu 11111 de que si el modelo de actividades llevadas a cabo durante el
rán, sin duda, realizar afirmaciones mucho más precisas e interesantl'' 11 11 ' VlltHl substancialmente en los diferentes momen tos y lugares, los
del pasado. Tal investigación metodológica es obviamente crucial, aum¡u 11ft o.ttttvos de cada yacimiento representarían unos <<fotogramas» del
debemos olvidar los problemas más relevantes de la arqueología , tall'" 1 lttl (ltlt ll'nciados.
todo lo relativo a sus orígenes, la manera de explicar la variabilidad rultur hh '~ • lll'Íllas, junto con mi concepción acerca del comportamiento
bien la causa que produce diferencias en los fenómenos étnicos y l'\llli~t 111llo li cl111 an te el Paleolítico, formaron las bases de mi oposición a la
Todos estos aspectos deben desarrollarse conjuntamente, ya que la invnt 1 ! lii11 tic• llmdcs sobre los modelos a observar en los conjuntos muste-
metodológica no puede ser llevada a cabo de forma aislada, sino m;b ht\ n lhttllt <«l'la que las diferencias existentes entre ellos reflejaban las
tro del contexto general de una problemática que esperamos solucionat 1 111 1 11111 '" de los diversos grupos que los habían fabricado . Mi teoría,
plazo. Estas últimas puntualizaciones han servido, en mi caso, para n plu 11 tll 1 111 11 1 11 lot no a la idea de que en cada yacimiento , el uso del espacio
orígenes de la agricultura y la variabilidad en el Musteriense. Dura11tc In 1 11 ti Hloooollndos por el hombre musteriense son una respuesta especí-
mos 20 años he estado implicado en múltiples y diversas facetas dl' lu .11•1111 llt t oo {lloo .l.ollrtas concretas. E n otras palabras, vislumbraba un sistema
gía , aunque en realidad a lo largo de mi carrera no he trabajado l'll nt 111 ! 11 • 1 q11• 1uv1cron lugar diferentes actividades en espacios distintos.
blemas. 1 lo •JII• la ll'cnología empleada en la elaboración de utensilios era
111 llll'lllo ll1 x1hle como para poder enfrentarse a variaciones locales en
1 ¡, \' 11•11 t.1ttto , en caso de necesidad, las mismas actividades podrían
1111 • 1 11 "'"' 1\o\ lugares empleando para ello útiles distintos.
1 1'" 11 • 11 lfiH lt'alwtha estas investigaciones existían ya nociones de
1 11 qw oclopu" t' ll este sentido, y los relatos etnográficos acerca de
1 11 11 1111 ol11, l o~ cat.adores y recolectores me sugirieron que mi punto
111 11 ¡, "" 11m l'llllccto; pero no existían investigaciones detalladas
1 hilo 11 o loohknd.t~ L'ntre la manera en que eran utilizados los espa-
11 1!1' ylto 111111 111o~o) y el grado de adaptación del sistema, entendido
lt t Jo 1p11 el 111oulo, las va tiacio nes en el pape l desempeñado por la
11 1 IIJIII• 1 1 1 11" <'lllllll,lannas cs pcdficas del yaci miento no habían
118 EN BUSCA DEL PASADO 119
C'AZADORFS FN UN TERRITORIO
sido estudiadas. Mi viaje a Alaska fue, en gran parte, realizado con la idea
observar a los esquima les nunamiut y poder conseguir estos datos (véa~l' llp
5). Durante mi investigación etnoarqueológica en dicho lugar intenté oh~l'IVIr
desde una perspectiva arqueológica, la dinámica d e l mo d elo d e asentamll' lllll
través de su movimiento cíclico en función d e las estaciones. A pesar d ~ 'IU
esta investigación confirmó mis ideas más generales sobre la formación tk ll
yacimientos, mis observaciones indicaron claramente que los arqueólogo' 1 IJ
cen normalmente de métodos apropiados para detectar los modelos del uso1l
espacio, enormeme nte complicados. empleados por cazadores y recolecto• e~ 1
les como los nun amiut.
Con e l fin de ilu strar la naturaleza de estos problemas interpretativos. d1.'~1 1l
biré algunos de los yacimie ntos que registré durante mi investigación llt'\'lul"
cabo entre los esquima les nunamiut , e n Anaktuvuk, Alaska (fig. 44). l·mpl u
con e l uso del espa<.:io y los modelos de asentamiento a escala regional. fliU
proseguir describiendo cómo ciertos niveles de comportamie nto dehl'n l'lll n
d erse e n términos de grupos de yacimientos o e n términos de activulad(
¡
lugares concretos. Los ejemplos que siguen demostrarán algunos de los oll)l( 11
de la variabil idad que caracteriza la arqueología de los pue blos nómada'
El uso de l espacio a gran e scala por parte de los nunamiut dt'IIH&l''llll '1
los arqueólogos deben recalibrar la perspectiva que poseen de los ra1adc11 1 21 junio-20 agosto, 1947
2 21 agosto-1 sept., 1947
recolectores en fun ción de una unidad de excavación de 0 ,5 m 1 y !lil'lmluthl 3 3sept.-10abril, 1948
un área ele más de 300.000 km 2 • Si descontamos ciertos casos CXl'l'puonlll 4 11 abril-24 abril
5 25 abril-28 abril
que se dan e n las zonas ecuatoriales, esta área de enormes dimensioau''l 1qtt 6 29 abril-27 mayo
senta la amplitud del dominio del medio ambiente por parte de un ¡~a11pu tlpl 7 28 mayo-6 junio
8 7 junio-9 junio
de cazadores-recolectores, compuesto quizá por sólo treinta o c u:&n'lllll 1'' 1 9 9 junio-1 3 junio
1
nas. La ba nda raras veces explota todo el espacio e n un momento d11dn p t 1O 14 junio-16 junio
necesita disponer de toda la región para contar con un surtido de 0 1111e 1111 ' 111
ro. Co n e l fin de comprender cómo una banda red ucida de IK' &Soll;" ··• 1u 1 1
;l' 11 17 junio-24 junio
NOTA: Extensión
total del circuito: 129 millas.
de un espacio tan grande, creo que puede ser útil un exa men init-a:d ek 111 1111hl
espacial utilizada por un grupo durante una estació n, demoslniiHin " 111111 11111
ció n cómo las variaciones observadas en dicha unidad durantL' 1111 1.11 1'" p !lo 1
de tiempo están relacionadas con la explotación de una &l'~• aol\ de l.llll ll tl• •lt
me nsiones. MOVIMIENTO ANUAL DE UNA FAMILIA NUNAMIUT
Podemos tomar como centro de operaciones e l área en la q111 ' ''' w upn 1 21 de junio de 1947-24 de junio de 1948
esquimales nunamiut establecía asentamie ntos, o campa111L'11 Im llu" , 11 lt• !11 Escala en millas
del ciclo estacional de un año (fig. 49). Esta tírea cc•tlfml dt• "'",¡,.,, 111 111111 ~~~~--~~~~~~~--~~~~----~
1 () 5 10 15 20 25 .
L.R. Bmford
normalm e nte una exte ns ión d e aproximadamente 'i.• IOO l-.111 ', illllll(ll' 1, tí 11
que ex plo tan , a base de expedicio nes fuera de l camp:&llll' lllo [1&11111['11 1 1'11
cubrir un fi rea de 25.000 km 2 • Debe resaltarsc <JUL' los l'M IIIIIIIo~l e·' 1111 1111 tllt 1•11 ti• ¡,, \'olt e11111 111m m· up;~do~ por una familia nunamiut a lo largo del ciclo
cos L'll lo quL' aesiK'l'l:& :al uso de l es pacio : l'l ú&L'I I l'L' IIIaul tlt• " '"&de 1111 .1 111111 ti 111
poa 111111 l:111lili:a IHlSIJIIIIIH&Il:& ( :/wi (ri~. 1) du &: ll&l l' 1111 pt•atod" d1 llll•l
l'VId l' ll l lll IJII l' llllllhH'IIIl(lllS j 'lll[lll' 1'11/lldllll'' IL'I'Illl'l loll'' l \p llll,dt.&ll \(1
1'111111'' 1
120 EN BUSCA DFI PASADO CAZADORES F"J UN TFRRITOR IO 121
1'11•
las
Combe Grenal
111 ¡.,. ya
bandas>>) es, por tanto, falso. A juzgar por mis observaciones, basadas ~n lt
~
l ••on>~ón anual X.
nunamiut actuales, es obvio que ya no podemos establecer relaciones -.impl (1,) de os 28 a los 32 años
1 !iOO mollas2
entre la vari abilidad en el tamaño del yacimiento y la naturaleza del grupo ~IU (terntono de la esposa)
"~~·
reside allí. salvo en caso de adquirir mayores conocimientos acerca de los dt 1~1 Kangi~ugmiul
El modelo de uso de la tierra utilizado por los nunamiut ilustra tam llll'll utt
facto r que afecta al registro arqueológico. No deja de sorprendernos d h 1 h
de que muchos cazadores y recolectores no residen exclusivamente e n ttn h 111
torio, sino q ue - fenómeno que contradice las suposiciones de la mayo111
los arqueólogos - explotan una serie de áreas distintas y ocupan cada ttllll
ellas hasta que el medio se degrada. A menudo, tras un período tk .ulu• 1
1
causa de un incendio o debido a un agotamiento de los recursos aninwl\' 1
1
grupo se desplaza hacia un territorio completamente diferente, donde los IHII 1
1
sos ya han sufrido un proceso de regeneració n. Por ejemplo, entre los nttllllllll
Extensión anual B
el tiempo de utilizació n de un núcleo residencial es aprox imadamc.: ntl' "' •11 (12 ) de los 10 a los 18 años
2.300 millas• aprox.
años. ,..(territorio de formación)
Basándome en conversaciones mantenidas con esq uimales ancia11os . hr 111ft ' (territorio de cortejo)
Extensoón anual A "'Tulugakmiut
truido un modelo idealizado (fig. 52) que muestra la manera en que lo'i lllllt (11) de 1 a 9 años
aorox. 2. 100 millas• NOTA: El mapa está basado en un
miut confían explotar una región a lo largo de la vida de una pcrsonil 0 1 1 h <';r (territorio de nacomiento) croquis realizado por Simon Paneack
,....._ Kanmalingmiut
del modelo es un patrón cíclico del uso de la tierra. E l área central d" " ' ultll
que ocupa el grupo se considera, al nacer una persona, como el ,,.,,,,¡, TERRITORIO DE UNA BANDA NUNAMIUT
aprox. 8.500 millas•
Escala en m ollas
nacimiento de dicha perso na. Si la banda se ha instalado recientemenlt· ' 11 lll
o 12 24 36 48 6G 72 84 96 008 120
luga r , es de esperar que el recién nacido/a viva en esta área por lo nu·u11'i thll L. R. Binford
te diez años antes de que se trasladen a otra área central de rcsidl'IH '" - 'c•lll]l
oli ... lllu del U\0 de la tierra de los nunamiut a lo largo del pe ríodo de vida de
tamente distinta y que no ha sido ocupada por lo menos desde han· 'uu111111 1111 1!11 lliudclo se basa e n la información adquirida a través de e ntrevistas con
años. Esta segunda área se conocerá como territorio de fomuuwtl ·.¡ tic 11 11 01011011 "' '·
de un ho mbre, y territorio de cortejo , si la nacida es una mujct (ptH •. 111 qll 1
jóvenes se casan al rededor de los 16 años, mien tras que los 1on 111 ~ t 1o 1 otl" , clv'lk donde se puede cruzar un río, podrán ser recordados a
aproximadamente hasta los 28 al'íos). E n esta área, el hombre llltl lil llt Htt IJII ¡e ~ 11.•1.1tm 1 a habilidad de un cazador disminuye cuando ha sobrepa-
dizaje como cazador y viajará por amplias zonas, fami lia rizandtN ,, .. , o•"' d 111 111 111111\ cl1 l'dad , momento e n que la mayoría de hombres empiezan a
dio ambiente. Transcurridos diez años llegará el momento dl 11.1 lltd 11 1 l1 \ 1~ 1 1, • ttnlllt rando dificultades a la hora de subir una montaña, etc.
nuevo y entonces el hombre se instalará en el territo1 io dl· co1 te 1" • "" 1111 1 lllllllli 11111 cll' ~ ~~ carrera, un cazador se trasladará probablemente a su
que sus hermanas se encontrarán ya criando a sus primcms hqo' e llllllth t lt11 1 Htl ti! 11 111 IIIIILttlo, completando el ciclo del uso de la tierra; y ya desde
mente un joven se casa suele, por lo general , ir a vivir dm:t lll &' " "'" '"' 1 ti 1' \o 1o ll'ttdrit que depender gradualmente de otros para poder sa-
territorio de la familia de su mujer. u 111 o• .u i,Hks hao,icao, de subsiste ncia.
Seis u ocho ai'ios más tarde, cuando el hombre ]lll ~·~ll· l'O"' "'' •·""' • 111111 11 ' 1 .tll'.l en que un hombre reside durante toda su vida consta
plena madure7 y es mu y hábil e n la caza , se diliginí a ot ta :t llll olllltJ'Il 111111 1 1 t ~~·~•o lc•t 111cn tos dil en!ntes y puede alcanzar una extensión de hasta
difere nte. Fn su ul1imo tenitmio , un ho mhrl' <]lll' lw l1111111 11cl11 l'"o ti "''" 11 111 1' 111 ,, lt1 l:11 go de loda su vida , un ho mbre nunamiut podrá haber
hu ir al lolklon· o lmdil'IOil culltll:tl rt'l:t l'ionado n111 l'l llll'dln l',11 11' o], 11 11 ¡, 111 11 de \00 000 kllt ' l' ll e l e je rcicio de las ex pediciones normales de
pod111 'l't H'¡•_ i\ 11 111111 l' ll In' llll' llll'S de lo-. llllll lllllilll l'll lllllllllll tlo hl¡ 11111 1 1!11 IIIIJ•Iu t '1"' , l' lt \'lt:tlqtttl' l ntOilll'fll o , un grupo de esquimales nuna-
'"" ltit/l lllil \ th l"iL il 111111111\ 1 lol\'1', Ldt'\ 101110 1.1 11h11 ill 11111 eh 1111.0 ~ Clll 1 11 ' 1 1 •h d1 1011111 1 ele 111111 '\lt'll'>lllfl dt• lll'llll r11a1m Vl'l"l'S mayor d~ l:t lJll l'
124 EN BUSCA DEL PASADO CAZADORES EN UN TERRITORIO 125
~
0
Estaciones de caza
iiH111 gcncs del Desierto Central de Australia y entre los naskapi, en
' ' " \ 1 < irupos cazadores-recolectores como los que acabamos de citar uti-
;- ~3ooo
Agosto 1964
'-· •.
,
. ·,
.
1
A un km. de d istancia se halla
el yac1m1ento de caza
( .""' '
....
•1 /
\
•
A
• 2~
B
' ' r
. Yacimiento A-B-C
~-~,; ..;..
~~
:,:·~._,( ' " :,
' ~
! l ' fi '
5
Pledras :, ·, , ·
~ cuarteadas ~.!•, L -· - - ,_ ·
) por el fuego ~ • , r_ / . ,)-.. Estructura.
'
_ , •A. ~ ;. • para almacenar
/\ '\ V¡ ·, ' · t C ' ' ·- carne CUbierta de musgo
\.
}:,j .) ¡/ ....... \ ¡ \ , '2Lastre d: las tiendas
r'' r• • , ,_: J
~
D
N30
N25•
Áreas de .
descuartizamiento
}
- IÓN y ACTIVIDADES ADYACENTES
N20 ÁREAS DEL HOGAR- CONVERs;;SCUARTIZAMIENTO DE ANAVIK
YACIMIENTO DE MATANZA y
Escala en metros
•=
(!la
Hogares utllrzados en 1971
N10
L R Binford
E 35 E 40
i\nll\'1~
. . d en las Cuentes del navJ .
mie nto SJtua o . , . ·im icnto de las fUl'llll'' ch-1
61.lasDetalle
se descurt.izam;f~:~~~~~~~
del área dedonde
áreas circulares tlclon e ~~~~;:~os los l'tllihi'll'~ Y 111 uhlr.u·llul dr
desechados.
Proceso de matanza
62.
Yacim1ento del CALADORES F.N UN TERRITOR IO 135
maestro - - - - - - - - . . .
Depósitos en
el h1elo 1956-1959 tlllt:Jtll' diferente a la observada tanto en el área de descuartizamiento
1 ttlt\ IIHl yacimiento como en el campamento de caza asociado, hacia don-
Yac1miento de inv1erno ------.
1956-1959 111 tlllhH '\ se dirigen una vez finalizadas las diversas tareas allí realizadas.
Yacimien to de inv1erno--~----.
1952
11/llr'llto de la carne
,.
\ 1¡
1
uh~l\lt'ttl'Ía de los nunamiut, adquiere el a lmacenamiento.
11 llljll(;nl<~go estas impresionantes estructuras de piedra le podrán pare-
1' 111 csttl' los nunamiut nunca fueron utilizadas como tales. El uso
11 111111 "'' p1cdra próximos a los yacim ientos de mat anza recuerd a algu-
1 11~ "' pozo,, (fig_ 63) aparecidas en diversos yacimientos paleolí-
l,v • ' llo sugiere que estas estructuras tampoco eran casas. sino
ut 1 t 1111 11 1 'ott las estructuras de piedra de los esquimales, se trata de
•tlldlijll' dt· came.
llllltl •u1m de matanza, la carne puede ser a lmacenada de muy di-
ti 1 1"• tufo Jt llts de los citados escondrijos de piedra . Cuando la tempe-
11111 p11t d1 ha jo de los 0°, la carne descuartizada, o incluso todo el
NOTA: En
¡t d IIIIIIJ'I•mcJtte permanecer amontonada en el suelo. En general,
este mapa sólo 11 11 1'•1111 aaultl'éll su ubicación, de manera que los cazadores puedan
aparece el 41 o/o
de los lttl lll 1111." una nevada. En otras épocas del año, e n cambio, lacar-
yacimientos
arqueológicos t ''"" h.a~11dme., de madera para que se seque (fig. 64). A veces,
documentados 1t lit• t i, ' 11111 aa -,ados en lo~ cam pamentos de caza consisten simple-
!! 1•111 llttll' d1 c:u1w ex ll!ndidas sobre una cuerda , o bie n colocadas en
1 l•t ~ atlo.,)l•s ~ltu,,dos en los límites de una extensió n ele sauces (fig.
1 Jllllllll ,¡, '"'" aaqw.:ologico. los restos de estos escondrijos queda-
' 111 1 11 111111 dlsllthul'lon lineal de huesos gra ndes. Los escondrijos de
11 ti 1 111"' 1]111 s1 .111 , son rcntros impoalantes, recursos seguros a los
L R. Brnford ,'.\., \
{ \\ 11 lltllltl 1'"' dt 11 .ll'IHin 1111\'lllta'> rel·oaren su hahitat en busca de comi
MAPA DEL ÁREA DEL LAGO TU LUGAK, ALI\SKI\ 1
l ·scnlu
hf1 ~ L1po1 dt•l "" 11 do ll oll'" 1111111'•,¡ • fl l liph ·IJ'oll• ,, 11" 11-llit .uln·• ¡,.~ \•l•tlllh "''" \ IIJ 11 , 111
"" '" illldl 11111!111-
136 T'-. BUSCA DEl PASADO CA7ADORFS F:-.1 UK TFRR ITORJO 137
<S'
' - - M e tatarso distal
11\ 1 otoo puestos de caza son
' lod III!IIIIOS de ttro para los
1 l~n Blluados en campo
1 1 1 ruo de las pistas de)adas
1 • '" o Generalmente son
•• ; cvntexto de una Hogar
1 uolmllles Los aquí Fragmento de arco
1 D on caracterísltcos de "----Lascas obtentdas
ro rll os Los ubicados en las por pres1ón
1 u 11111s comas de los
1 tnn on construcciones d e
1 1110 cerradas. de forma
Limite de la excavación-
Flecha de asta
67. La~ roca\ del soldado de limita n la ruta seguida por la manad a de caribúes ()11<' ~e dlll
Construcción ~·
• '
guijarros .'•'
a las mo ntañas situad as al este de l lago Tulugak. (En la fig ura 66 puede obscrvaose 11 lo
zación exacta.)
Roca
madre
Mi estudio sobre los grupos que ocupan yacimientos relacionados o·ult l'lJf STOS DE CAZA DE LOS NUNAMIUT DE MEDIADOS DEL SIGLO XI X
LAGO TULUGAK, ALASKA
ha revelado que una secuencia de actividades, dirigida a la consecuuou d1 1 Escala en metros
quiera de estas tareas, no tiene lugar necesariamente en un mismo Y"' llllltlll o _t __ 2
__ _6_ _ L.R. Bmford
llegar al puesto de caza, los hombres derriban sus parede" y lt;tn 11 1111 1' 111 1
go. Cuando la fogata h a prendido totalmente, a montona n 1:" pu "' ' ' 111111 1 ""'JIIIIII 1111' d e lm complejos situacionales del lago Tulugak son los
llam as y dejan que siga ardiendo por debajo. hasta que \.'lr11l1tl "' 111111 11111 111o 1 ti• " sld l' IICia e m plazados cerca del lago, lugar donde abundan la
las piedras y permite a los hombres acurrucarse junio a In patt d ' 111 (1111 11 1 lf 11' 1'"'"'lllt', l .os nunamiut seleccio nan la ubicació n de los campa-
ca li en tes mie n11 as vip ilnn In lle~<Hia del e u ihu . l.a p1l'Sl'llllll d1 h"l' 111 11 1 u''""""' I'''"~''Jl:tlmente , de la dificultad de transporte de los recursos
paredes dt• l11s t'sl lllt'l tll ns h11 su lo ohsl't vada . H'IIIII'>IIIO 1 11 llfl' llllo' ' "11111 1 1l 1 11 \ 1111 111111o JHII la Jllt'Sl'lll 1a dt• tl'l'III SOS alime ntarios. La obtención
pall'ol11 1ro-. lltstt-. 111 1111tt M'Jl"l'"ll lll po1 '1"' .tl¡ttlll' llnutslltllllll l11 •¡•o 11 111 1 JI 1111111 111111 I'O.,I Iilll'}'l•l ffl'\lhfl ya IJIII' l:tl l'lllllll fll'IIIIIS vio.,lo l'O.,ll'
140 EN BUSCA DEL PASADO CAZADORES EN UN TERRITORIO 141
puede ser escondido y luego transportado; el agua y el combustible, sin ~mh j 1·1111 11 h1 otras palabras, la unidad básica de la arqueología es el yaci-
go, son más difíciles de trasladar. Los yacimientos de residencia se ubican, 1 1 10 su finalidad es utilizar estas unidades para estudiar el comporta-
tanto, en función de estos recursos básicos y la gente acomoda sus excu 1!111111 1 pasado humano; y para conseguir este objetivo debemos desarrollar
fuera del campamento base según la distribución de las fuentes de a linll'nlu 111 ltHinlo¡•ía apropiada que nos permita identificar el papel desempefíado
En el lago Tulugak encontramos una distribución continua de restos an¡u 111 ¡ 111111 de los yacimientos dentro de un sistema global.
lógicos, algo parecido a lo observado en los campamentos superpuestos dt' 1
fuentes del Anavik. Aquí, de todos modos, el yacimiento fue utilizado ll'JlC ti
y básicamente con la misma función; en cambio, las orillas del lago l'ulu 111 111'> 1SI'ECIALIZADOS
han sido ocupadas en diversas épocas del año y por diferentes razones. ~'ltnhl
ciendo campamentos de verano para beneficiarse de la trucha, mientras qut' 1 1 1 1!1!1 11 dl· los estudios arqueológicos realizados sobre los pueblos actuales
poblados de invierno fueron ubicados cerca de los abundantes recursos dl' 1 ft j 11 q111 al observar los diferentes tipos de yacimientos que ocupan, pode-
Si se excavara este yacimiento, es de suponer que se encontraría un campnm IIIJ' 1111 .1 apreciar el grado de variabilidad que esperamos encontrar en el
to de residencia sobre un puesto de caza, o un poblado de invierno supt H 1 !llJIWOiúgico. Con el fin de facilitar la comprensión de mi punto de vis-
a un campamento de pesca de primavera. 1 111111\'1 111ente describir algunos yacimientos especializados que tengo do-
¿Podríamos, como arqueólogos, distinguir todos los componentes su¡ utul!l entre los nunamiut.
tos de un yacimiento tan complicado como el del lago Tulugak? ¡,l'o1h 1 111111~ de estos yacimientos eran sorprendentemente grandes. Los arqueó-
reconocer todos los tipos especializados de yacimientos ubicados en los ulr 11)'11111 11 que las áreas de actividad ocupan un espacio reducido y que en
dores , por ejemplo, las rutas del caribú, los escondrijos de carne y lm pu 1 1 11 l111t 1110 son homogéneas; tengo documentado un yacimiento no resi-
de caza? Actualmente, la arqueología carece de los métodos necesm io11 p 111 q11• 11111pa un área aproximada de 1.500 m 2 y en e l que se llevaron a
enfrentarse a los complicados restos arqueológicos dejados por pueblm l'III.A 1111 1 r11111 variedad de tareas (fig. 70). Este yacimiento, situado en Kongu-
res y recolectores. Debemos empezar a idear el mecanismo que nos p~ rmlt .¡ , 11 111tl11ado durante la migración otoñal del caribú; en dicha época, los
desenredar los palimpsestos de ocupaciones superpuestas y descubri1 la' lutlftll 11 l l'~londcn en una extensión de sauces con el fin de camuflarse y,
para reconocer áreas de actividades asociadas que están separadas po1 di~lllll 1 111 1 1 1" 1an la llegada de los animales, unos cazadores se alimentan ingi-
de varios kilómetros. 1 IIJ·IIII tq)() de «refrigerio» alrededor de un pequeño fuego (como, por
¡1; ti 1111 tano de un hueso fresco) y otros reparan útiles. El caribú se caza
1 1 1 11 ''" d1stancia del yacimiento y por consiguiente los esquimales, para
CONSIDERACIÓN GLOBAL DEL SISTEMA ti 11111111111 l'l movimiento de las manadas que llegan sin cesar, cobran las
11111 111 ul,unente en el mismo lugar en que son abatidas y arrastran las
Una de las lecciones más importantes que podemos extraer d1· 1111 1111h 11 , l1 n l!lnadas del animal hasta la zona de los sauces. Una vez se ha-
etnoarqucológico entre los esquimales nunamiut es la necesidad dt· 11111~111 1 1 1 1 1 dt 1.1 111ta de migración, los hombres terminan de descuartizar la presa
todos sus yacimientos como parte de un sistema más amplio. /\dl'lllll~ 1h h 1 1!1 1,1 1.llllt' es escondida o colocada en una especie de bastidor para que
lugares de residencia, encontramos una gran variedad de áreas, qu¡· llu 11111 1111 1111 t In 1 dl' las actividades más importantes que tienen lugar en este yaci-
!izadas para desarrollar tareas muy concretas y que son parte intcglilllil 1h lllt lu JI" pmación de las pieles. En efecto, los pellejos se extienden para
deJo general de vida empleado en e l Ártico. Hemos visto cómo unm y1u1111l 11 llll• 11 y son sujetados con piedras para evitar que el viento los arrastre
tos aislados están interrelacionados y forman complejos situacionalt-s 11111t1t 1 11" ptoplcia la prese ncia de una gran cantidad de pequeños círculos
tos complejos situacionales pueden agruparse dentro del tenit111111 1 1'11111 1 lt ¡~ 111d11~ de un tamafío similar, distribuidos por el yacimiento. Como
por una banda y, finalmente, insistimos en que diversos te nito11m 11111 "' 11 /, ll 'llllloceríamos que las distintas áreas diferenciadas de este gran
utilizados subsiguientemente a lo largo del período de vida dL' 1111 IH11nl•1 { 11 11 1 11111 1•l .ll l':t de consumo de alimento alrededor de un hogar, el lugar
poder reconstruir el modelo global de uso de la tierra, los a1 ()11111111•'" d1 lt 1 11 Id Hh-. di II'S;In:des. los escondrijos de carne y bastidores de secado, o el
identificar primero la función específica de cada uno de los ytll'llllli "'" y ti louult 1111 Jl.llilll las pieles - forman un todo , o por el contrario las consi-
pués reunir cada una de las partes. La dificultad que ello L'llllilllll 1 J,¡¡ 11111 1 ltttl y111 tllllt'lltfls sepa rados?
similar al intento de reconstruir el motor de un autom6vi l l'll:tlldll dl·l""' 111
de cada una de sus partes por separado: es necesario conoc¡·t l'llllllll11111lllll 111
del motor para identificar sus partes más importantes l'lllhtlrlldlll I1J11tll 1 ,¡, /'1•·,/w ti!' /a1· lit•ltdas
lindros, etc.- y poder así recomponerlo correctamente. 1k l.1 llll'·lllh 111111 1
los arqueólogos deben identifkar cada tipo de n>tllpoll:llllllllil1 y .1 p 11111 1 ¡11 1111~, lto1ilm di' Jlll'drns :qmrel'en tambié n en otros yacimientos ocupa-
aquí rolol':ll l:t., pi¡•zas t'll s11 sitio pam fo1111111 1111 sisll'IIHI d1 11'•" ¡), l11 11 1 ' 1 1 11tl"" 111111111111111. :ttllllllll' s u IHl'Sl'ncin puede deberse a una de las
142 EN BUSCA DEL PASADO CAZAOORFS EN U!\ TERRITORIO 143
diversas actividades que tienen lugar además de l secado de pieles. Por ejcmplu
en un yacimiento situado en lo alto de las montañas, que es ocupado n01nud
mente en verano por cazadores que van e n busca de caribúes adultos marhn•
se encuentran pequeíios círculos de piedra de un tamaíio similar a los curu h
de Kongumuvuk, asociados a pequeños hogares. En este caso, sin emba r,L!o . 1
tamaíio de las piedras de los círculos es mayor que e n e l yacimiento citado un
teriormente , porque estas piedras fueron empleadas para sujetar las tienda1 d
piel de caribú. Este yacimiento difiere de la estación de caza de Kongumuvull
también e n otro aspecto: contraria mente a lo observado en Kongumuvuk, qu
ofrece una gran diversidad de áreas, aquí se observa la presencia de una llrfl
70. Plano dt: la t:\tación de caza otoñal, situada en e l valle Kongumuvuk. (Yacimiento n
dl' l:t fi~ur~1 "'·~ l
ti 1 ti 1ucdt.l\ pequeñas usadas por los nuna miut como lastre para sujetar las pieles
!111 tnl• l'l proceso de secado. (Para su localización exacta en la estación de caza de
1 11~ ~· .t•.c la figura 70.)
Ftnales de otoño lul. 111t 1111cas - diez círculos y un hogar- que se repite n una y otra
1 1 11llt1, lw. yacimientos especializados pueden variar en función de la
11 hlutl ,, l';tnabilidad de los módulos que los componen.
,,, ( ,, ti
.....
ltllllllt'' tk cata son uno de los tipos de yacimiento más comunes en
1 1ltll111 ti tk los nunamiut. Pueden ser muy compl ejos (como ocurre
1llltllo 11111 dl' Kongumuvuk o el de Mask, 12 del que hablaremos en e l
lpflnl"), 1dativamente sencillos (como los lugares de emboscada del
•lt11 ti ¡ ,, c:>: lll'madamente efímeros. Como ejemplo de esta última cate-
1 Hl IIH•H c urontrar lugares donde un cazador se limita a permanecer
, "'· :·'· 1 11 ~ ~ do 1111a pena y posible mente construye un pequeño hogar. Acci-
dt 1 terreno , tales como las peñas, son normalmen te usados
111 huu ,¡. raza (fig. 72). En tales yacimientos es posible q ue sólo se
111 1111 1" t¡lll no hogar, algunas piedras resquebrajadas por el fuego y una
1 tllllt ~ '1"' lttl' lllll escondidos en vistas a una utilización posterior.
W
.¡¡_,.,.,.
_aJ
'"""''"'''
. . ./:.....
Astillas de
hueso
di :
• w·
1
/ Plolos podrodab
y plodrna
11
1"'
1ti( 1 ~n ld.ulo, s1tttadas a lo largo de las ru tas del caribú, en el lago
tlt 11 ,, 1 tli!, tllra da s n llllO un ti po particular de útil que llamo ele-
11 lll111 (J'IIIh llllil ttlllllllllll'llill m:\s am plia, véase el capítulo 7). Otro
• • •l l 111 ""'""" ,¡,,..,, dt illldilt'los son las !rampas. 1.os nunamiul c m
NI ITA
Aoo~tlo I'•'Otn1
144 EN BUSCA DEL PASADO CA/.ADORF.S EN UN TERRITORIO 145
plean una amplia gama de ellas, sie ndo unas de las más corrientes las Jlam 1 1
de caída mortal. E l 1ugar donde se halla cada trampa de caída mortal ( llf'
debería considerarse como un yacimie nto especializado. A menudo, ~e wn 1
yen en las cercanías de los escondrijos de carne, con el fin de mantcnn 1 1
competidores alejados del alimento, aunque , por o tra parte, e l escondiiJo
carne es en sí mismo un cebo que atrae a los zorros y lobos hacia el án:a don
está emplazada la trampa de caída mortal. A su a lrededor se construyen 111
pequeñas vallas con el objetivo de asegurar que la presa entre exactamcnl
la manera deseada. El disparador de la trampa se coloca en el interi01, ''"
nientemente desplazado (de modo que rebase, por ejemplo, la longitud d< l1 1
llo del animal), pa ra que éste se vea obligado a colocar sus patas dclunl 1
sobre uno de los travesaños antes de que la gran roca colocada en la p;ull
perior se le precip ite encima. Puede darse e l caso de que la piedra no 11. 11
matar a l a nimal, pero .de cualquier modo caerá sobre su lomo y le imp~,:dll
huida.
Trampas de caída mortal como las que construyen los nunamiut son , ¡uc 1
blemente, muy comunes en el registro arqueológico. He observado COII~tlllt 1
nes similares e n yacimientos asociados con el hombre de Neandertal , v tumhl
es evide nte que muchos lugares descritos por los arqueólogos nortean" 111 111
como en te rramie ntos infantiles, túmulos de pie dra rituales o pozos de alm 1 11
miento son en realidad trampas de caída mortal. Los arqueólogos dd•• 11 e 1
tltl.o nuH tal, pensada para la captura de un lobo. Estas trampas siempre se
72 . Estación de caza situada e n un prado natural cerca del arroyo Little Cont:trl, u1 '1
11 11111ft" ,tnll·s de que se produzcan las primeras nevadas fue rtes.
Anaktuvuk. (Véase la figura 53.) Este lugar desempeña la misma función que l'l qu 11
representado e n la figura 69, aunque está ubicado en un terreno de ca ractc risltt.t~ olth 1
Hay que resaltar que e n su interior fueron escondidos leños y dos latas viejas dl' , olt 11111 11 ttltiiUII wn exactitud los yacimientos de este tipo utilizados en e l
das para hervir el agua del té, para ser utilizadas e n otra ocasión.También Csl'ttntlu tllll 1 1 1 ulu ti,• dunensiones muy reducidas y con un elevado grado de espe-
neo (en primavera) una vez se hubo derretido la nieve de invierno.
111111 1111 1111 l'XIste un gran número de yacimie ntos relacionados con
"1h11 111m tam bién encontramos muchos otros donde se efectúa la
11 th ¡, , 1 " Anteriormente ya me ncioné el yacimie nto donde se des-
'' 1 llll'lltt's dd 1\navik. y el lugar donde se secan las pieles, en Kon-
1 11111 , wmplo lk e-;tc tipo de yacimientos nos lo ofrece el caso de
111 ljiH 11111111 .tlll'dedor de 50 caribúes, mediante la estratagema de con-
1111 I•J'" ('111\llllll (fi~. 74). Todo el proceso de preparación del secado
, 11 11 l11o otpwx imada mente en tan sólo 12 días, pero a un así la
1 111 dqHt\ll.tdns en e l lugar era verdaderament e asombrosa (fig.
111111 "" • ~!l .llldt·s montones de huesos rotos, procedentes de la ex-
1111 111111, 11111tqm de lodos modos la ca rne perteneciente a tal canti-
tl 1111 1111 toll'>lllllld:t all1 y, po1 tanto, los montones no correspon-
' 111 ti, ~; us nlltlld:ts Pn1 esta ra:.-ón , la ca ntid ad de restos no es
11111 1 11111111'111 dt pttsoll.t\ qm ol'upawn el yaci mie nto ni del período
(11 1 11111 11111 ,tlli , 1 \lt \iltllll ltii!Cl (Hllll' dt• lllollllfil'SIO t• l pdi¡'IO t¡lll'
146 EN BUSCA DEL PASADO CAZADORES EN UN TFRRTT ORTO 147
supone emplear una ecuación simple, del tipo propuesto por Yellen, 13 paras
lacionar la cantidad de restos con la duración de la ocupació n. Antes de
pretar la naturaleza de los datos hallados en los yacimientos arqueológico!!,
bemos determinar el tipo de comportamiento que los generaron: es prcci!ltl
construir la función del yacimiento. Mi investigación entre los nunamiut lua
mostrado que en los yacimientos arqueológicos se realiza una gran varicdnd
actividades. También ha puesto de manifiesto que estos diversos tipos dl·
portamiento dejan huellas diferentes en el registro arqueológico, por lo l u1l
posible que en el futuro se puedan desarrollar técnicas que nos permitirán
nacer lugares especializados utilizados en épocas prehistóricas.
74. Plano del yacimiento de T ulukkana, lugar donde se procesaron para su alma<''"''"""-
50 caribúes, empleando para ello sólo 12 d ías. La enorme acumulación de hucsm '
cuencia de las actividades de procesamiento de la carne allí desempeñadas y no un H n
número de individuos que ocupó el yacimiento ni de la duración de dicha ocupanun
••' \
\ .·---------
• ·---·-.. _
+ + +
,... ...... ......,..
~·--·· Elemento n.o 1
./' ••••• / Circulo de la henda
.
• + . . ..
+/0
Elemento n. 0 3
(pequeño agujero)
O
D~:~
+ ' •\.. • • •:
Supuesta entrada
~- ~
~ • •• 7
'-...b
'4,
....
••
•.. .:
L-. supuesta sotuación
de la henda
Elemento n 5
~
"'\/'Elemento no 2
°
(pequeño agujero)
+
·
...••
...
•
~ .
1 11
'rAt IMICNTO DETULUKKANA : DENSIDAD DE LOS HUESOS
1 11
111
Escala en metros
10 11
-=:_;-: :·Jf,, . , - ;Elemento n° 6A (hogar-cocina), 111 l!t'> ' ' ,\t IMII, NTOS D E RES IDENCIA
''·./\'_: ~Elemento n.O 66 (soporte del caldoro)
~ Elemento n 7° 1 ¡1 1 ""'''"' tu n·,tl an el empleo de métodos, aunque éstos estén _a un
Vertedero de huosou poou loH
de la extracción !lul toolll~ll• 11 di 1 ~ 1""" dt·s:tt m liado, para estudiar los modelos ~e us~ que ,tJenen
•
Piedras en la
superficie de
los sed1mentos
+ + --r tlt 1 ul.1 11110 dt.· los yacimientos. Los lugares de res¡denc1a, as1 como
glaciales ~ lllttll H!'' t lllh!ildo:s, pueden concebirse como formados por pequeños
P1edras en los
............-··"1>.,.__
~ sedimentos
glaciales
(~,
. ~.' :~"~.Eiementon. 0 8 1'"" do 1,1, m 111plcjos» de yacimientos más elemental es la estruc-
( ·:, . '~¿ Vertedero de huesos antes de 1\1 111 l'' 1111 1 o' est udio~ de grupos cazadores y recolectores de-
Piedras plsnss \~·':·:·.; . · •· la elaboracoójn del caldo l
Ll
en la superficie
de los
sedimentos . ...
''!..•",
111 111 11itlllt .11t t il d1· lo:- mod ulos de residencia, así como la forma en
h llll•ttto l"• , 11 11 ,-,pmio , ¡wt.•dc ll varia• e norme mente y, por tanto,
.. glaciales
EJ(crementos
dt!pouo
1 11 ¡1, 111 11 , ,l.tt 1 11, ond tliOtll'" <k tl'l·onoccr todos los posihlcs ca m
1
' 11 1 ti •lt' tllllll ..
lltiMI Ntol
148 EN HUSCA DEL PASADO CAZADORES F'J Ul\ 1 FRRITORI O 149
14
Y el! en ha propuesto un modelo general para los campamentos de 1(
cia de los bosquimanos !Kung, en el que las chozas que albergan familia' 1
viduales se agrupan formando un círculo (fig. 76). En el centro del C11n1lu
chozas aparece un espacio vacío de uso comunitario, mientras que en 1n111
su perife ria se encuentra un área des tin ada a la realización de tareas espc• 11
das. El campame nto bosquimano que aparece represe ntado en la figu1,1
un buen ejemplo de la estructu ra espacial rc nejada en e l modelo de Yclkn
los campa mentos de la estación seca de los birhor (grupo de cazadorl·~ y f
lectores de la India) también puede observarse la presencia de una ag1up 11
estrecha de cabañas, cuyos hogares está n situados a unos 3 m de las mtsmn
Pero no todos los campamentos de bosquimanos coinciden con esil' 1111
C.rcu• e •lfllll(lt(Al$)
16
idealizado ; otros grupos de cazadores-recolectores exh iben fomw' d• tl1 1111 1 1¡ 1 t: P"' 10 ltsi co como elemento diferenciador d e la. di~t~ncia so~ial,
ción interna del yaci m iento que no coinciden con el modelo tk '\ t 11 11 1 11111 , 11 a L'n el caso de Jos birhor, podría ser un pnnctpto comun _a
ejemplo, los campamentos de los indios seri, en México, estau c•.111u 1111 1 1 lllt1 11 ~ 11 1m de cazadores-recolectores. Si ello es ~ie_rto, esta gener~J ~-
según un modelo lineal y entre los cobertizos de las dis tintas unid:ul• · d1 lt 11 111 l 11 ¡ JI•" :1 e nca uzar la interpretación d e los yactm1entos arqueologt-
tación existe un espacio conside rable (fig. 78). Tal como OClllll' lllll 1· 1 111¡. "l'"· jllll'dc presentarse una complicación postenor,. que se hace
mientos bosquimanos, también entre los diversos asentamienlm ch.. ltt l11tl 11 lt 11 lllllt'ntos de residencia de vera~o de los nunammt. En estos
(fig. 79) varía la distribución de las viviendas. Por ejemplo, l' n 111111 111 11 1t 11 1 11 q111 ''"diferentes agrupaciones_so_ctales o bar~das estable~en sus
la que cuatro bandas habían acampado en un mismo lugar, l'iid.t 1111 11 (J 11 11 tll\lllll.t~ ;ircas del mi smo yactmJe nto , las d1versas casas perte-
mantuvo su integridad individual estableciendo su campamenlo JI"' t Jlll 1 1 1 t 1t1 11 1111,1 t1 1 las bandas se e ncuentran a menudo s~paradas p_or gra~~
Además, las chozas no fueron d istribuidas según e l modelo tk l 11' "'" p111JIII 11 ¡ 1 1 11 1111 yal't miento , del que contamos con una mfo_rmac~on par
por Yelle n , sino que se ubicaron formando un s<!micírculo . 1\ p• '"" d tJII ti ltu11111 , 111 ntl'dta de la distancia existente entre las re_s1dencras ~-e lo~
trata claramente de un único asentamiento (al margen de la ~l'jliiiiHIIIII 1 111 1¡, 11 1111~111,1 11111dad social t: ra d e unos 90 m. ¿Cómo ~nterpretaua u .
existente entre los distintos grupos), los res tos arqueolligkm el, 1111 , "111•1 11 1 1 11 11 1 tf 1 lllh11uú11 espacial representada por agrupaciOnes s~parad_as
como éste podrían con facilidad ser inte rpretados t'IIOIIt'illlll 1111 , 111111• 1 111111, ,11 111111·11 tos difere ntes?, ¿como diversos grupos soc1al_es dJs-
serie de asentamientos distintos, no int egrados, ya qul' Sl' oh~• 1' oltlllt ti 1111 llltttll ltt ,.1,1 111 tt•;tlidad , ¡,como dos bandas compuestas por dtversas
cíos en la dislrihul'icín dl' ''" n·stm que l'llllll'ldlllau cou lo~' ''1'·" '"' ltl1¡
tClll l'S l' llflt' los l' lllfll l\ dt l'ilhiilltl\ ICIIII'~Jltllllltt•lltt•s i1 Jil\ dll·t'IHII'I lt 111tl 1 lttltt 1111111 ,,. ttl1t1s l'jl' lllplos l'l uogcoí linls, sl' h:11ta pate nt e un a gran va-
150 FN BUSCA DEL PASADO
Banda ·e·
78. Campamento de indios seri, situado en la isla Tiburón, Sonora, México. l.;r' '''"1
'• '
del asentamiento aparecen alineadas, hecho q ue contrasta con el modelo de a~t· nlalu
círculo propuesto por Yellen (fig. 76). Las cabañas en uso han sido emplazadas <:11<111111 \
a restos de est ructuras anteriores, algunos de cuyos restos todavía son visibles ''" rl ( ~~ CAMPAMENTO PANCH PERA, 1961
1 CUATRO BANDAS BIRHOR
de la derecha de la fotografía. En Ascher (1962) se ofrece una descripción cxrrk11to 11 BIHAR, INDIA
asentam ientos seri. (Foto de E. H. Davis, 1922, cedida por el Museum of tht· A111o 111 111 Escala en pies
d ian, Heye Foundation.) o 20 40 60 80 100 120 140 160 180
riabilidad respecto a la distribución en el espacio de los módulos dt· ~r·~ 1do tul
La distribución de las estructuras (agrupadas o dispersas, en cfrculm cr 1..11 111
círculos, cte.) y la distancia existente entre cada unidad varía dt• 1111 111111
otro, según se desarrolle el ciclo de estaciones de cada grupo ét111111 cr lo 11111 . : . te or cuatro bandas birhor (véase la figu-
Los arqueólogos deben reconocer la existencia de este tipo dt· \u fl .ii•IIHI 1 1 lt '"'i tolll'lllll m:upado ~~multaneamen d p b da y la agrupación no circular de
1 ¡,, f'"" 1 dl'liilll'lil cx1stente entre ca a a n
comprender los factores que la han originado y asimismo dchen idr o11 111 111! 1\ 1 1 Wtltl.llll\ 196!t)
para detectarla en el registro arqueológico.
ra comprender el registro
EL RETO PARA NUESTRA METODOLOGÍA
tlll'tt ulo \1¡.'111cnte.) Es por e11 o que pa. . da uno de es-
' 1 1lt ¡." 1 ;ll:tdo1 es recolectores deb_emos mvesttgar ~:mi tan recono-
t-; .. "'" lltll'..,ltamos desarrollar metodos que ndos p 1 d 1 uso del
Tal como he venido demostrando a lo largo de este cap111tl11 1 1 J•ltllllll 1 . d t vo lugar en ca a esca a e
asentamiento de los grupos cazadores y recolectores puede t'O illlllt¡•l•ll • t 1111 111 1 ti rlll1111111l a Ol ga nm~ a ~u~ u d detectar aquellas variacio-
un modelo organizado en una serie de niveles, los cuales st· ¡•xtu ""' 11 d· ti 1 llul '1111 lh 111' 1110" lamhté n SC1 capaces e d'f t de cazadores y
1 ull 1 In J,tq•n dl'l tiempo entre grupos t eren .es . . 1 e io-
área de grandes dimensiones que uti liza un grupo a lo lmgo dt 1.1 '1111 tli 111 1 IIIH'Il' ll a la Ot¡?.anización del comportamt?n~o a n~v~·r·J 1
de sus miembros hasta llegar a la distrihució n de la ~ cnsns y h11p1111 '11 • 11 t!lt 11 "' 1•""" ll<lot dl' ~·ompll'JO sltuat'lonal , de yaclmtento m tVt ua
cimiento, pasando pot el ~rc.:a central de resitknl'ia y t•l ro111plr 1" llll)llltlll 1
(El análisis de los ra~gos dl' rudu 11110 dl' lm yurimit• nt m w 'cr11·.tdo 111 11111 h 1 tiiVt l rl1 )11, oll (I V III.tdl'\
CAZADORPS E:-.1 UN TERR ITORIO
153
152 fN BUSCA DEL PASADO