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El aguinaldo tiene como origen la necesidad humana de establecer una sinergia con Dios,

mediante la cual, el hombre regala algo a su prójimo para recibir bendiciones de la divinidad, así
desde tiempos muy antiguos, después del solsticio de invierno se le daba la bienvenida al nuevo
ciclo anual.
Esa tradición fue convertida en México en un derecho para el trabajador, que hoy podemos ubicar
en el texto del artículo 87 de la Ley Federal del Trabajo, que determina para el sector privado que:
“Los trabajadores tendrán derecho a un aguinaldo anual que deberá pagarse antes del día veinte
de diciembre, equivalente a quince días de salario, por lo menos.”
Ahora bien, para los servidores públicos, el artículo 42 bis de la Ley Federal de los Trabajadores al
Servicio del Estado, Reglamentaria del Apartado B) del Artículo 123 Constitucional, comúnmente
llamada Ley Burocrática, dispone textualmente que “Los trabajadores tendrán derecho a un
aguinaldo anual que estará comprendido en el Presupuesto de Egresos, el cual deberá pagarse en
un 50% antes del 15 de diciembre y el otro 50% a más tardar el 15 de enero, y que será equivalente
a 40 días del salario, cuando menos, sin deducción alguna.”
Es importante tener en cuenta que tanto el aguinaldo, como las vacaciones y la prima vacacional,
que forman parte del finiquito, tienen la particularidad de que se cada día que transcurre para el
trabajador, se genera a su favor una parte proporcional de esas prestaciones anuales, por lo tanto,
si por alguna causa el trabajador no completó el año de servicios, tiene derecho a que se le paguen
esas prestaciones en la parte proporcional al tiempo que sí laboró en el año.
A diferencia de las vacaciones y la prima vacacional que se computan según la fecha de ingreso, el
aguinaldo se calcula según el calendario, es decir, del 1º de enero al 31 de diciembre de cada año y
se toman en cuenta todos los días transcurridos en el servicio activo, independientemente si
fueron días de trabajo, de descanso, de asueto o de incapacidad.

Asimismo, debe tomarse en cuenta que el número de días a pagar corresponde al salario ordinario
que comprende todas las prestaciones que regularmente se le pagan al empleado en el número de
días a pagar, ya que le ley protege la integridad del salario.

Desafortunadamente, en el sector privado y en menor medida en el sector público, el patrón


pulveriza el salario dividiéndolo en muchos conceptos, de tal manera que al sueldo se le agregan
premios por puntualidad y asistencia, compensaciones, estímulos, incentivos, etcétera, esto con la
finalidad de que con el sueldo base reducido se calculen prestaciones como el aguinaldo, la prima
vacacional, las cuotas de seguridad social y los impuestos.

Para inconformarse por la falta de pago del salario o por el monto recibido, en el sector privado la
vía institucional para hacerlo corresponde a las Procuradurías de la Defensa del Trabajo en el
ámbito local y en el federal, lo que puede producir la visita de un inspector y una eventual sanción
administrativa de multa para el patrón de 50 a 5,000 veces el salario mínimo vigente.

Asimismo, el trabajador cuenta con un año contado a partir del día 20 de diciembre para
demandar ante la Junta de Conciliación y Arbitraje competente, que el patrón le pague el
aguinaldo, aunque es muy raro ver demandas que solamente comprendan esta prestación ya que
casi siempre están asociadas y se demandan conjuntamente cuando se termina la relación laboral.

En cuanto a las alternativas para el servidor público inconforme, está el oficio dirigido al
departamento de recursos humanos y/o nómina, con copia para el superior jerárquico o bien, la
consulta vía transparencia y en su caso, dar parte al órgano interno de control (Contraloría).
El aguinaldo es un beneficio estipulado en ley, que responde a la necesidad económica de las
familias mexicanas de pagar deudas, solventar los gastos de las fiestas decembrinas y de fin de año
y de hacer frente a la famosa “cuesta de enero”, por ello, resulta verdaderamente cruel dejar a un
empleado sin su aguinaldo, ya que regularmente le repercute en el ámbito familiar, por ello, es
recomendable para el patrón, el abonar semanal o quincenalmente por separado, la parte
proporcional del aguinaldo de todo el personal, para que al final de año no le sea difícil pagarlo.

Lic. Carlos Alfonso Melo González.


Ciudad de México, 20 de diciembre de 2018

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