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#1 / septiembre 2012 ISSN 2313-9242

Laura Malosetti Costa

Arte e Historia en los


festejos del Centenario
de la Revolución de Mayo
en Buenos Aires (1)

Arte e Historia en los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo en Buenos Aires / Laura Malosetti Costa
#1 / septiembre 2012

taria de Buenos Aries en 1999. (3) Como resultado


final de esa iniciativa tuvo lugar también en 1999
la exposición Buenos Aires 1910: Memoria del por-
Arte e Historia en los festejos del venir, con un importante catálogo ilustrado. (4)
Por otra parte, a la profusa historiografía ya exis-
Centenario de la Revolución de tente sobre el período (uno de los que mayor in-
Mayo en Buenos Aires (1) terés ha concitado en la historiografía argentina)
se han sumado en los últimos tiempos, desde las
Laura Malosetti Costa iniciativas oficiales “hacia” el Bicentenario has-
ta diversas publicaciones, coloquios y congresos
dedicados al tema. No parece necesario volver
sobre caminos ya muy transitados respecto de
la vertiente hispanista que tiñó el nacionalismo
de 1910 y sus expansiones iconográficas y mon-
umentales. Las ideas respecto del didactismo de
las imágenes y fiestas patrias como formadoras
de nuevos ciudadanos, el impacto del fenómeno
de la inmigración masiva de europeos al puer-
to de Buenos Aires sobre la economía, la política
Introducción y la sociedad de la primera década del siglo XX
Desde hace ya varios años el Centenario de la han sido también muy discutidos y analizados.
revolución de 1810 es objeto de reflexión, exposi- La importante Exposición Internacional de Arte
ciones, publicaciones y revisiones historiográfi- del Centenario ha sido objeto de trabajos de otros
cas. No hay duda de que más allá de su fijación colegas, así como la transformación de la ciudad
emblemática, 1910 representa un punto de in- de Buenos Aires (ensanchamiento de calles, inau-
flexión importante en la historia nacional desde guración de monumentos y plazas, construcción
muchos puntos de vista, pero también ese mo- de nuevos edificios, etc.).
mento de euforia conmemorativa y expansión Sin embargo, en un momento en que se discute
económica ha quedado plasmado en la arquitec- y teoriza acerca del archivo y la memoria, y el rol
tura, las calles y plazas, y en diversos aspectos de de los museos en la construcción de los imaginar-
la cultura de la ciudad de Buenos Aires. De modo ios de nación, creo que una mirada sobre el lugar
que, más allá de la coyuntura de conmemoración que ocupó el Museo Histórico Nacional (MHN)
del bicentenario, el tema ejerce una fascinante en las celebraciones del Centenario en Buenos Ai-
atracción como objeto de estudio y análisis. (2) res a partir de las ideas e iniciativas de su direc-
tor, Adolfo P. Carranza, puede resultar de interés
Un momento de particular condensación de desde la perspectiva de su impacto en la creación
aproximaciones críticas e historiográficas en torno de “lugares de memoria” , que hoy puede ser
al Centenario se produjo en 1995, cuando como re- evaluado retrospectivamente. Pero además, hubo
sultado del proyecto que llevaba adelante Thomas zonas de conflicto e iniciativas frustradas que
Reese, orientado a un estudio comparativo de los merecen someterse a análisis pues su discusión
Centenarios latinoamericanos, se llevó a cabo el puede aportar nuevas perspectivas para la con-
coloquio Buenos Aires 1910: El imaginario para sideración de imágenes y artefactos que aún hoy
una gran capital, cuyas presentaciones fueron son clasificados como objetos de arte u objetos
publicadas en un tomo por la Editorial Universi- históricos respectivamente sin problematizar es-
tas clasificaciones tradicionales.

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traño y gigantesco proyecto para la celebración


Desde los encargos de imágenes que “comple- del Centenario que se realizaría siete años más
taran” la iconografía nacional, hasta las adquisi- tarde. Un proyecto tan desmesurado que hace
ciones de obras y objetos, la publicación de sus pensar en lo ambicioso de las expectativas de
colecciones y su decidida intervención en los aquel historiador/funcionario respecto de lo que
concursos para monumentos y pinturas de his- podría llegar a hacerse para 1910:
toria, la actividad del director del MHN en la
Levantar un cerro, semejante al de Santa Lucía
preparación de las celebraciones del Centenario
en Santiago de Chile, en una de las grandes pla-
de 1910 aparece como un punto de máxima real-
zas centrales o en un parque a la altura del Ca-
ización de proyectos largamente trabajados. Sin
ballito, que es el centro del radio de esta ciudad,
embargo esta participación fue en todo momento
y colocar en su cima un edificio donde se guarde
conflictiva y polémica. Adolfo P. Carranza integró
todo lo que recuerde los hombres y hechos de la
desde 1906 la multitudinaria Comisión del Cen-
epopeya. Esta obra que parecería extraordinaria,
tenario, presidida por el ex presidente José Eva-
no tiene nada de eso, pues, en siete años, bien
risto Uriburu, aunque poco tiempo después pre-
cabe el hacerla, y este país posee recursos para
sentó su renuncia indeclinable. (5)
ella. Hay tierra y piedra y los medios para ador-
narla de vegetación. Además coronaría el edificio
Llegaba a esa Comisión – como se verá - con
algún monumento alegórico en honor del Cen-
proyectos previamente elaborados y madurados
tenario, sea una fuente, como la proyectada en
en la gestión de su Museo desde su fundación en
1856, o una columna en cuya cúspide un faro ilu-
1889. Algunos de esos proyectos fueron realiza-
minase todo el radio de la capital.
dos y otros no, pero el saldo de esas iniciativas y
gestiones tuvo una significación ineludible en la
configuración de la cultura visual de la época. Sin duda el ejemplo de Benjamín Vicuña Mack-
De modo que, partiendo de ese complejo entra- enna (6) había impresionado mucho a aquel ar-
mado de problemas apenas enunciados aquí, gentino que nunca había viajado a Europa ni
quisiera centrar este ensayo en algunas de las visitado grandes museos. (7) A continuación Car-
estrategias y polémicas que sostuvo, en relación ranza fundamentaba su propuesta como algo re-
con los festejos del Centenario de la Revolución alizable si se encaminaran los recursos a hacer
de Mayo Adolfo P. Carranza (1857-1914) fun- obra patriótica, como el emplazamiento de estat-
dador del Museo Histórico Nacional (MHN) en uas de los próceres en las plazas que llevaban sus
1889 (aunque en un primer momento fue munic- nombres, y no se malgastaran en “obras de arte”
ipal). y otras “fruslerías”:

Esto sin perjuicio de que para entonces se co-


locaran las estatuas de nuestros próceres en las
El Museo Histórico y la celebración plazas que llevan sus nombres, y no obras de
del Centenario de la Revolución de Mayo arte, como las que inconsultamente pretende un
comisionado municipal. ¿Qué mejor obra de arte
En el archivo de correspondencia de Adolfo P. que las estatuas de los únicos que tienen derecho
Carranza se conserva una carta escrita de su a ello, Moreno, Arenales, Las Heras, Pueyrredón,
puño y letra, fechada el 16 de mayo de 1903 di- Castelli, etc.? (8)
rigida en forma anónima (firmada “un suscrip-
tor’) al Director del diario El País, que lleva el
título: “El Centenario de la Independencia”. En Escudado en el anonimato, ese texto revela no
esa carta el director del MHN proponía un ex- sólo las inmoderadas expectativas que en 1903

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Carranza abrigaba respecto de la conmemoración las reconstrucciones posteriores, aunque a veces


del Centenario sino también sus ideas acerca del la impericia de los pintores los hubiera llevado a
arte y los monumentos, expresadas sin disimulo. cometer “errores”. (11)
Su párrafo final se refería, sin duda a las iniciati-
vas del pintor Ernesto de la Cárcova respecto del Si bien estos presupuestos habían dado forma a
embellecimiento de la ciudad y emplazamiento las colecciones del MHN, en 1910 se volvía cen-
de esculturas ornamentales en las plazas, (9) etc. tral no sólo dar visibilidad y relevancia a aquéllas
aunque también podría estar refiriéndose a otros sino, sobre todo, la creación de nuevas imágenes,
proyectos de esta índole impulsados por Eduar- “faltantes”, para hacer visible el gran relato de
do Schiaffino, director del MNBA. (10) Carranza, la historia nacional. ¿Cuál era ese relato? ¿qué
evidentemente, compartía una opinión bastante imágenes eran necesarias? ¿a quién encargar-
difundida entre las elites dirigentes, que desde las? ¿cómo reglamentar los concursos? ¿qué in-
fines del siglo XIX se opusieron a las iniciativas strucciones debían recibir los artistas? Todas
que se vincularon con utilizar fondos del estado estas cuestiones, que estuvieron presentes en las
para fines artísticos (desde fuentes en las plazas políticas del MHN desde el momento de su fun-
hasta escuelas de arte o becas de estudio). A su dación, pasaron a primer plano en vísperas del
juicio, la única función posible de una escultura Centenario. El contrato celebrado con el pintor
era política: glorificar a los próceres de la nación. José Bouchet en aquel mismo año 1903 para la
No importaba quién las realizara ni su calidad es- realización de la pintura al óleo representando el
tética, cuanto más significativo a los efectos del abrazo de San Martín y O’Higgins en Maipú apa-
relato histórico fuera el asunto o el personaje re- rece como un buen ejemplo de los términos en
tratado, más “artística” sería la obra. que se estableció la comitencia de obras históri-
cas desde el MHN. (12) Roberto Amigo comenta
Esto nos introduce en una cuestión que no era al respecto que fue el relato sanmartiniano de
nueva en 1910, sino que había estado presente Bartolomé Mitre el que marcó las pautas de la
desde el primer momento en la conformación iconografía histórica y las políticas museográfi-
de las colecciones del MHN: los retratos, cuad- cas de Adolfo Carranza desde fines del siglo XIX,
ros históricos, miniaturas, esculturas y toda for- pero además, a propósito de dicho contrato, ob-
ma de arte que ingresó al Museo, lo hizo en cal- serva que la verosimilitud histórica – el requisito
idad de “reliquia” o “testimonio verdadero” de ineludible de ese género de pintura, tanto para
los próceres o los hechos evocados. Cuidadosa- el comitente como para el pintor – se lograría no
mente buscadas y seleccionadas por su director, sólo ajustándose a la descripción textual de los
las piezas que ingresaban al MHN se instituían sucesos sino también mediante la reproducción
en pruebas tangibles de los hechos históricos de los objetos que se conservaban en el MHN:
que las implicaban (uniformes, medallas, armas, “la autoridad de la literatura histórica y el poder
tanto como los retratos u otras representaciones atribuido a los objetos como condensadores de
visuales). En el caso especifico de los retratos, si un pasado histórico.” (13)
se trataba de una fotografía o daguerrotipo, su
veracidad no admitía dudas, aunque no siem- Una suerte de compilación de sus proyectos re-
pre la verdad de la fotografía fuera la imagen specto del Centenario fue publicada por Adolfo
más verosímil o adecuada de un héroe de la in- P. Carranza en 1905 en forma de folleto, con su
dependencia (dado que los daguerrotipos fueron firma titulado: “Centenario de Mayo. Algunas
tomados cuando ya tenían una edad muy avanza- ideas para su celebración”. (14) El folleto (que se
da). En el caso de las pinturas, si el retrato había reproduce íntegro al final de este artículo) era
sido tomado del natural y el modelo había posa- una única hoja en la que en doble columna se or-
do para el pintor, éste era más “auténtico” que denaban de un modo bastante asistemático toda

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clase de iniciativas: desde la sugerencia de iniciar También rechazó numerosas invitaciones a in-
concursos para la realización de cantos patrióti- tegrar los más diversos jurados, desde carrozas
cos, cuadros al óleo y estudios históricos, hasta el hasta marquillas de cigarrillos. Encargó obras (17)
cerro monumental que había imaginado en 1903 e hizo adquisiciones para el MHN, recibió una
como el de Santa Lucía en Santiago, además de gran cantidad de donaciones inspiradas en el fer-
un monumento al cruce de los Andes en la misma vor patriótico de los festejos, y dedicó grandes
cordillera, estatuas a los próceres en las plazas esfuerzos a la publicación de todo tipo de mate-
que llevaban su nombre, reasignación de nom- riales impresos con documentos e iconografía del
bres a diversos lugares de la Argentina (sobre MHN. La publicación, desde 1908, de La Ilus-
todo aquellos en el sur que tenían toponimia in- tración Histórica, aparece también claramente
glesa), monumentos en las provincias, inaugura- como parte de ese programa que Carranza venía
ción de tramos del ferrocarril, etc. Se destaca en meditando para el Centenario.
esa lista la cantidad de ideas para publicar imá-
genes, documentos, textos educativos destinados
a los escolares. Terminaba la enumeración con la
sugerencia de construir un edificio para el MHN.
El monumento a la Revolución de Mayo
A esa lista impresa, en los dos ejemplares que
se conservan en el archivo del MHN Carranza El concurso para el Monumento conmemorativo
agregó de su puño y letra más “ideas” como la de de la Revolución de Mayo, convocado en marzo
reeditar su propio libro sobre San Martín, hacer de 1907 a partir de un decreto del Poder Ejecuti-
un monumento a Pueyrredón en Mar del Plata, vo, fue, sin duda el que más expectativas concitó
etc. y – en los márgenes - algunos nombres, se- y también el más conflictivo. (18) Las Bases de ese
guramente de aquellos que en su opinión podrían concurso, publicadas en forma de folleto, esta-
llevar aquellas ideas a cabo (junto a la propuesta blecían que el monumento se levantaría en la Pla-
del cerro en Caballito puso el nombre de Thays, za de Mayo, y que sería inaugurado el 25 de mayo
el renombrado paisajista francés, por ejemplo). de 1910. (19) Se trataba de un concurso internacio-
Reconocemos algunas de esas ideas de Adolfo nal en dos fases: el primero sería de maquettes, a
P. Carranza en varias de las obras que efectiva- escala 1 en 10, para la realización de las cuales se
mente se llevaron a cabo a propósito del Cente- estableció un plazo de seis meses. Se selecciona-
nario. Otras no prosperaron. rían cinco primeros premios, cinco segundos pre-
En los años previos a 1910 el Director del MHN mios y cinco terceros premios y habría un segun-
estuvo muy activo procurando dar curso a estas do concurso entre los cinco primeros finalistas
ideas. No sólo formó parte de la Comisión del para elegir el que habría de construirse. El jurado
Centenario (15) sino que además integró los jura- estaría integrado por quince miembros, entre los
dos de los concursos más importantes y conflic- cuales, además de representantes del senado, del
tivos, como el del Monumento a la Revolución de poder ejecutivo, de la comisión del Centenario y
Mayo, que nunca llegó a construirse, y el del con- otras representaciones políticas, figuraban los
curso de pintura histórica, entre otros. También directores del Museo Nacional de Bellas Artes,
fue jurado de concursos de ensayos, como el que del Museo Histórico Nacional, y de la Academia
se llamó (seguramente a propuesta suya) para Nacional de Bellas Artes, así como también un
“una obra original e inédita, de síntesis filosófica miembro de la recién modificada y conflictiva
sobre la Revolución de Mayo, sus causas, carac- Comisión Nacional de Bellas Artes (CNBA) (20),
teres, y consecuencias”, cita textual de una de sus y otro de la Sociedad Central de Arquitectos. Si
propuestas de 1905. (16) bien la composición del jurado daba prioridad a
la política en términos de la designación de sus
miembros, había allí una importante represent-

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ación de artistas y arquitectos: Eduardo Schiaffi- Eduardo Schiaffino se opuso. Siguió una dis-
no, Ernesto de la Cárcova, Eduardo Sívori y Julio cusión sin solución consensuada, que fue zanja-
Dormal (Cárcova y Dormal habían redactado las da por Emilio Mitre con una propuesta – que fue
bases del concurso, con Alejandro Christophers- aprobada por mayoría - de ampliar el número de
en), además de José Semprún,, quien si bien era primeros premios a seis en vez de cinco para dar
médico, era un aficionado al arte y coleccionista, cabida a ese proyecto:
y por entonces dirigía la Comisión Nacional de
Expresa el Sr. Iturbe, al fundar su moción, que
Bellas Artes. (21)
no lo guía ningún propósito preconcebido en este
caso, sino el deseo de salvar su responsabilidad
Las 74 maquettes recibidas fueron expuestas en el
de miembro del Jurado, pues se entiende que di-
local de la Sociedad Rural en Palermo entre abril y
cho boceto, tal como ha sido presentado, no está
mayo de 1908. En el Archivo del MHN se conserva
de acuerdo con las condiciones exigidas para
un acta de las deliberaciones de aquel primer jurado
el concurso. El Sr. Schiaffino manifiesta que el
que reviste, desde la perspectiva que nos ocupa, un
proyecto en cuestión si bien podría objetarse que
especial interés. (22) Hubo allí un conflicto, zanjado
no llena en absoluto en sus detalles externos, las
a medias, entre dos posiciones contrapuestas, que
condiciones exigidas, está, perfectamente, dentro
un tiempo más tarde alcanzaría amplia dimensión
de la idea que se ha tenido en vista y que infor-
pública.
ma este concurso, idea que debe primar sobre
Era la cuarta vez que se reunía el jurado, habían
formas de detalle. El Sr. Mitre dice que teniendo
tenido lugar deliberaciones previas y se había hecho
en cuenta que se trata de un proyecto de indis-
una primera selección para asignar los primeros, se-
cutible valor artístico pensaba que podrían armo-
gundos y terceros premios. La primera moción de
nizarse todas las opiniones estableciéndose seis
esa jornada fue de Adolfo P. Carranza, quien propu-
primeros premios, ampliando así la órbita en que
so que la Pirámide de Mayo, levantada en la plaza en
ha de pronunciarse el Jurado. Se vota la moción
1811 y modificada en 1857, fuera preservada dentro
del Sr. Iturbe y es rechazada, aprobándose la del
del nuevo monumento “como recuerdo histórico”.
Sr. Mitre. (25)
Esta idea, que no estaba en la convocatoria del con-
curso, había sido ya planteada, sin embargo, por Carranza anotó de su puño y letra en ese docu-
Rufino Varela en un opúsculo de 1905 en el que mento que él había votado la moción de Iturbe,
había formulado la primera idea del monumento a y de hecho ambos se abstuvieron de firmar el ve-
concursar. (23) El nuevo monumento contendría redicto del jurado por estar en disidencia con esa
dentro de su estructura – como un relicario – la votación. (26)
“auténtica” pirámide, que permanecería en su si-
tio aun cuando no pudiera verse. Tanto Eduardo Esta discusión no parecería trascendente si no
Schiaffino como Ernesto de la Cárcova apoyaron fuera porque el proyecto en cuestión (ARCO DE
la moción de Carranza y ésta fue remitida, como TRIUNFO) fue el único boceto de un argentino
sugerencia, al 2º jurado que se formaría una vez entre los primeros premios: se trataba del boceto
seleccionados los cinco bocetos ganadores. enviado por el escultor Rogelio Yrurtia.

Pero antes de la votación final, el ingeniero Ata- La observación de Emilio Mitre fue una consid-
nasio Iturbe, quien integraba ese jurado en cal- eración de valor: aun cuando no cumpliera con
idad de Director de Obras Públicas de la ciu- los requisitos del concurso, la maquette de Yrur-
dad de Buenos Aires, (24) propuso que el boceto tia era valiosa como obra de arte. Podría hoy a la
identificado con el lema “ARCO DE TRIUNFO” distancia agregarse el adjetivo “moderno”, pues
fuera eliminado del concurso “por no llenar los no sólo no respondía a la iconografía estipulada
requisitos establecidos.” El director del MNBA, en el concurso según sus bases, sino que tam-

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poco se ajustaba a los cánones de la tipología de mereció algunos comentarios críticos muy elogio-
monumento conmemorativo tradicionales. Yrur- sos que, en algún caso, pretendieron influir sobre
tia tituló su obra El pueblo de Mayo en marcha. la decisión del jurado en Buenos Aires. En 1909,
El boceto, que se conserva en el Museo Casa de en vísperas del 2º concurso, Charles Morice es-
Yrurtia en Buenos Aires, estaba realizado en pie- cribió intencionadamente en el Paris Journal:
dra de París, y presentaba un gran arco de triun- “Yo no espero que los competidores de Rogelio
fo bajo el cual se desplegaba un notable grupo Yrurtia se retiren ante él, sin pedir a los jurados
de figuras desnudas, entrelazadas, en actitud de de Buenos Aires su opinión. Ese gesto heroico
gozo triunfal. sería, no obstante, bello… pero no, no hay que es-
perarlo. Es necesario contentarse, deseando que
El presidente del jurado había dado un espalda- la justicia se haga.” (30)
razo importante al Director del MNBA al incluir
un sexto primer premio, y con él al único argen- En el mismo sentido la revista Athinae, portavoz
tino en carrera para la instancia final en la cual de los artistas y estudiantes de la Academia de
– previsiblemente – fue derrotado. El proyec- Bellas Artes, (31) dedicó en abril de 1909 un im-
to ganador, diseñado por dos italianos (Gaeta- portante dossier fotográfico a Yrurtia acompaña-
no Moretti y Luigi y Brizzolara) era, sin duda, do por un artículo en el que Martín Malharro
un monumento más “correcto”, tradicional, fiel – apenas hecho público el dictamen del primer
al encargo y con una forma que permitía alber- jurado que había seleccionado a Yrurtia entre
gar en su interior la reliquia histórica de Mayo: los finalistas - sostenía enfáticamente la superi-
una alegoría de la libertad se alzaría en el tope oridad artística de su proyecto de monumento
de un pilar imponente que se apoyaría sobre un sobre los otros cinco concursantes, y terminaba
enorme pedestal con escalera y bajorrelieves que celebrando lo que anticipaba como su merecido
representarían las batallas, los héroes y hechos triunfo. Así concluía:
fundacionales. Si bien nunca llegó a construirse,
Y haber sabido imponer un concepto de arte, sa-
se conserva un boceto en el Archivo General de la
liendo airoso en prueba tan terminante como un
Nación. (27)
concurso internacional, en el que figuraron ele-
mentos de la más considerable valía, es un expo-
Rogelio Yrurtia (Buenos Aires, 1879-1950) había
nente claro de la fuerza de nuestro artista, el que
viajado a París en 1899 con una beca otorga-
honra singularmente a la América latina. (32)
da por la Comisión Nacional de Bellas Artes, se
había formado en el taller de Jules Coutan en La discusión respecto del otorgamiento del pre-
la famosa Academia Julien y había logrado con mio a los dos italianos alcanzó estado público en
su grupo escultórico Las Pecadoras, enviado al la prensa y se sumó a muchas otras que venían
Salón de los Artistas Franceses de 1903, llamar desplegándose en relación con la disyuntiva de
la atención de Auguste Rodin y algunos críticos abrir concursos internacionales para los monu-
y escritores influyentes como Camille Mauclair, mentos y edificios de la nación argentina. (33)
Charles Morice y Rubén Darío. (28) Su obra Las
pecadoras fue una de las piezas clave del envío de Hubo quienes aplicaron una lógica nacionalista
arte argentino que, en 1904, Eduardo Schiaffino a la defensa de los artistas argentinos en relación
había organizado en su rol de director del MNBA, con los encargos que se realizarían para los feste-
a la Exposición Universal de Saint Louis en los jos del Centenario. Si los hombres del ’80 –Edu-
Estados Unidos. (29) ardo Schiaffino, notoriamente – rechazaban toda
forma de proteccionismo apostando a un fluido
La maqueta del Monumento a la Revolución de contacto tanto de los artistas como del público
Mayo se había exhibido previamente en París y nacional con “lo mejor” del arte europeo, en los

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años previos al Centenario la discusión se com- de piedra parisiense. Entre aquella deleznable
plejizó mucho, como el caso que acabamos de ciudad de yeso de la exposición de los 170 boce-
evocar demuestra. tos, la obra de Yrurtia culminaba: y su “Pueblo de
Mayo” en marcha hacia la gloria, con heroico im-
Con frecuencia en la prensa se alzaron voces para pulso, con un despliegue muscular soberbio que
proteger la producción nacional, partiendo de la embargaba el alma del espectador, llenando el
base de que si se abrían concursos a los italia- oído mental de suspiros anhelantes, y de pisadas
nos o franceses, por ejemplo, los argentinos no rumorosas, ha dejado el aire estremecido al soplo
tendrían chances de ganar. De hecho, ese fue el de la inspiración que pasa. Ya es tarde para hac-
caso del monumento a la Revolución de Mayo. er reproches. La mayoría del jurado eligió uno de
Sin embargo, la defensa de Yrurtia por parte tan- tantos signos conmemorativos de la Independen-
to de Schiaffino como de Malharro implicaba la cia – ennoblecido al menos por la colaboración
confianza en su valor a escala mundial: se había de un ilustre arquitecto italiano -, pero, en real-
formado en París – la capital del arte del siglo idad de verdad, la Independencia moral, aquella
XIX – y allí había triunfado desde su primer en- que más importa, ha quedado postergada para
vío al Salón de los Artistas Franceses en 1903. Su mejor ocasión. (35)
argumento no implicaba una posición relativis- La discusión estaba claramente planteada, desde
ta. En cambio otras voces, como la de Carlos Zu- la perspectiva del Director del MNBA, en términos
berbühler (quien ocupó el cargo de Director del estéticos: un escultor moderno, argentino y forma-
MNBA una vez desplazado Schiaffino luego de la do en París, claramente seguidor de las audacias
Exposición del Centenario) sostenían que sólo un de Rodin, enfrentado a la gran tradición monu-
argentino podría expresar el “alma” argentina: mental “a la italiana”, había logrado finalmente
“ningún monumento o retrato, por más artística imponerse en el concurso, aun cuando el jurado
que resulte su ejecución, por bien que interprete no le hubiera dado el premio.
los sentimientos inspiradores podrá ser consid-
erado una legítima demostración de índole na- Pero quisiera volver un momento sobre la actitud
cional, si no son argentinos todos sus elementos de Adolfo P. Carranza respecto del primer con-
determinantes: el alma que sienta la forma, el curso. Su enfático rechazo al proyecto de Yrurtia
cerebro que la defina y el brazo que la ejecute” aun cuando no conservemos el detalle de sus ar-
escribió Zuberbúhler en un artículo publicado gumentos, aparece como una radical falta de in-
por el diario La Nación en 1906, a propósito de terés en la creatividad artística en relación con la
los monumentos para el Centenario. (34) conmemoración de los hechos y eventos históri-
cos. Para el Director del MHN una obra – ya fuera
De la amplia repercusión que tuvo el debate so- escultórica, pictórica o en cualquier técnica – era
bre ese concurso para un monumento que nunca valiosa sólo si era “verdadera” y fiel a los hechos
llegó a construirse, merece recordarse el párrafo que conmemoraba, aun cuando – conviene sub-
que Eduardo Schiaffino, todavía Director del Mu- rayarlo– esa supuesta veracidad se fundara en úl-
seo Nacional de Bellas Artes, le dedicó al asunto tima instancia en su criterio estético. Esto, claro
sobre el final de su ensayo sobre “La evolución está, no apareció jamás en la apariencia sólida de
del gusto artístico en Buenos Aires” publicado en sus argumentos.
el número extraordinario dedicado al Centenario
del diario La Nación: Sin duda, la figura de Rogelio Yrurtia, poco dócil
Nuestro público no habrá olvidado – aunque a sus sugerencias y poco fiel a la “verdad” históri-
muchos no lo hayan comprendido – el maravil- ca de la que Carranza se sentía importante custo-
loso símbolo plasmado por Yrurtia, en un bloque dia, no le gustaba. Ya en 1907 el director del MHN

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había renunciado a la Comisión del monumento El Museo Histórico Nacional tuvo, prácticamente
al Coronel Manuel Dorrego, precisamente porque desde su fundación, una sala dedicada a las “Pa-
había sido premiado su proyecto de estatua ecues- tricias Argentinas”. A partir de los primeros
tre, con el cual estaba en completo desacuerdo: catálogos y algunas fotos de la disposición de sus
salas, sabemos que en ella se exhibió una combi-
En mi concepto el monumento a la memoria
nación de retratos (de muy diferentes calidades)
del ilustre Dorrego, es un acto de reparación que
de damas que habían tenido participación activa
hace la posteridad al magistrado muerto sin pro-
en los hechos de la revolución de Mayo y habían
ceso, ni justificación; error político que la historia
colaborado con la financiación de las campañas
condena. Y en consecuencia debe representársele
revolucionarias, junto a diversos objetos del ám-
en la estatua de pie, en traje militar y con atribu-
bito doméstico, prendas y accesorios femeninos,
tos del cargo civil, en actitud seria y digna, y no a
que en su mayoría habían sido donados al MHN
caballo porque no ha sido general en jefe, ni ha
como parte de legados familiares o reliquias de
dirigido ejércitos, ni mandado batallas, ni aún
aquellas damas.
pertenecido al arma de caballería en la guerra de
la independencia. (36)
Del mismo modo, en La ilustración histórica, la
La tensión entre el concepto de “verdad históri- publicación que desde 1908 el MHN dedicaba a
ca” y su plasmación estética en la escultura mon- difundir el relato historiográfico que daba forma
umental aparece expresada con toda claridad si al Museo, había una sección fija titulada, precis-
contraponemos este párrafo con el que Julio Ri- amente “Patricias argentinas” dedicada a destacar
naldini describe, a partir de sus conversaciones algunos hechos protagonizados por mujeres, pero
con el artista, la intención del escultor: sobre todo a publicar sus retratos acompañándo-
Cuando ejecuta el monumento a Dorrego su los de breves semblanzas biográficas que destaca-
voluntad se concentra en la estatua ecuestre. Su ban su aporte a la historia nacional. Varias veces,
ambición es realizar una de las grandes figuras además, el MHN publicó láminas alegóricas dedi-
ecuestres de la escultura. Antes de lograrlo mod- cadas a esas “patricias argentinas” con sus retra-
ela y destruye tres veces el caballo. No contento tos en pequeños medallones alrededor de la ale-
con sus estudios trae a posar, del cuartel vecino, goría de la República o de ramas de laurel, como
al magnífico alazán de un oficial de coraceros. El el que dedicó a la Sociedad Patriótica fundada en
caballo posa sobre un entarimado. Un atardecer casa de Escalada en 1812 para comprar fusiles. (38)
oye el clarín del regimiento, se encabrita, el ruido
de sus cascos en el entarimado lo espanta, se de- En 1906 Adolfo P. Carranza recibió una carta
bate y se suelta, salta sobre el ventanal del taller de la Comisión “Pro-Patria” pidiéndole asesora-
y se degüella. Y la comisión espera en Buenos Ai- miento para un monumento que se proyectaba
res la hora solemne de la inauguración del monu- “en memoria de las mujeres argentinas que so-
mento. (37) bresalieron por su patriotismo durante la guer-
ra de la independencia”. La respuesta de Adolfo
P. Carranza a José E. Uriburu (presidente de la
Comisión del Centenario, quien evidentemente
El Monumento a las Patricias Argentinas le había transmitido la consulta de esa comisión
de damas) constituye no sólo un completo pro-
Quisiera, por último, referir brevemente otro in-
grama iconográfico, minuciosamente descripto,
tercambio epistolar del Director del MHN en rel-
sino también una indicación precisa de la forma
ación con un proyecto de monumento a las Patri-
que debía tener la figura alegórica que , según su
cias Argentinas, que tampoco llegó a realizarse.
diseño, coronaría el monumento:

Arte e Historia en los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo en Buenos Aires / Laura Malosetti Costa 8/12
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El monumento de homenaje a la acción de las Costanera Sur de Buenos Aires), era, sin duda,
damas argentinas en la guerra de la independen- una de esas “obras de arte” que Carranza deplor-
cia puede ser simbolizado en una mujer sentada aba, como vimos en la cita del comienzo, para las
majestuosamente sobre un pedestal [ilegible], in- cuales se utilizaban fondos que – en su opinión –
dicando con el brazo derecho, con serenidad pero debían destinarse a fines más patrióticos.
con resolución, el camino del deber y de la victo-
ria. (39)
La carta continuaba detallando la iconografía Epílogo
que a su juicio debía aparecer en los relieves con
El arte público, tanto como las “bellas artes”,
escenas históricas en tres lados del pedestal, así
los museos y sus colecciones, fueron temas am-
como el texto de las inscripciones que apare-
pliamente debatidos en los años previos al Cen-
cerían en el frente. Cada una de las escenas rep-
tenario en términos nacionalistas. No sólo las
resentaría a las patricias “entregando sus hijos,
obras ubicadas en calles y plazas de la ciudad,
sus joyas y dinero” al vocal de la Junta, bordando
sino también aquellas que se exhibían en las salas
la bandera del ejército de San Martín en Mendo-
del museo y de la Exposición de Arte, serían un
za y formando la Sociedad Patriótica en la sala de
factor de cohesión y educación de unas masas de
Escalada en 1812.
inmigrantes todavía poco integradas a la nación
(y sobre todo sus hijos). La celebración del Cen-
Sin duda Carranza tenía una idea muy clara de lo
tenario de la independencia fue también un mo-
que pretendía en términos de monumento, aun
mento emblemático de la revaloración del pasado
desde el punto de vista estético. Sus instrucciones
hispánico y la reanudación de un vínculo con la
no dejaban mucho margen para la creatividad
antigua metrópolis colonial, pensado como cor-
artística. Pero en este caso, como en los anteriores,
rectivo para el excesivo cosmopolitismo moder-
incluso fue más allá en su pretensión de intervenir
no. La presencia española en la ciudad y en la
en todas las decisiones, sobre todo en la elección
cultura fue creciendo al calor de una vertiente de
del escultor que lo llevaría a cabo: frente a la de-
ese primer nacionalismo que rescataba las raíces
cisión de la comisión “Pro-Patria” de encargar el
hispánicas de la “raza”.
monumento a la escultora Lola Mora, la única mu-
Pero aun los artistas que – como Eduardo Schi-
jer argentina dedicada exitosamente a la escultura
affino, Martín Malharro o Rogelio Yrurtia – ad-
monumental, Carranza escribió a una breve car-
herían al modelo francés de un arte moderno
ta a Andrea Ruiz Huidobro, presidenta de dicha
y libre respecto de sujeciones temáticas, com-
comisión comunicándole que, dada la importancia
partían la convicción de que el arte era un factor
de la obra “hoy creo que debe sacarse a concurso
educativo insoslayable para el progreso de la na-
en el que sin duda se presentarán nuevas ideas
ción. Por otra parte, los esfuerzos invertidos en
que sean más dignas de aceptarse.” (40)
concursos monumentales tanto como en la orga-
nización de la gran Exposición Internacional de
Lola Mora había adquirido amplia notoriedad
Arte del Centenario, también se vieron alimenta-
pública en Buenos Aires, sobre todo a partir de
dos por la convicción de que esas obras ubicarían
la inauguración, en 1903, de su Fuente de las Ne-
a la Argentina en un lugar relativo de valor como
reidas, una gran fuente ornamental con figuras
“nación civilizada” en el contexto internacional.
desnudas que había sido pensada en primera in-
stancia para ser emplazada en la Plaza de Mayo,
Las tensiones entre los proyectos e ideas del Di-
pero finalmente se había ubicado en el más pop-
rector del Museo Histórico Nacional y algunos de
ular y menos emblemático Paseo de Julio. (41) La
los artistas más influyentes de la ciudad, que he-
fuente de Lola Mora (actualmente ubicada en la
mos analizado con cierto detalle, aparecen como

Arte e Historia en los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo en Buenos Aires / Laura Malosetti Costa 9/12
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un punto de tensión entre fenómenos que pocas no hubiera sido posible este trabajo.
veces se piensan en sintonía: la organización de (3) Gutman, Margarita y Thomas Reese (eds.) Buenos Aires
grandes certámenes artísticos y la fijación de un 1910. El imaginario para una gran capital. Buenos Aires,
EUdeBA, 1999.
relato historiográfico de la nación.
No se crea a partir de estos ejemplos de renun- (4) Gutman, Margarita (ed.), Buenos Aires 1910: Memo-
ria del Porvenir. Buenos Aires, Gobierno de la Ciudad de
cias y monumentos frustrados, que las iniciati- Buenos Aires - FADU, UBA - Instituto Nacional de Medio
vas de Adolfo P. Carranza no fueron influyentes Ambiente y Desarrollo, América Latina, 1999.
en los años del Centenario. Lejos de ello, su ac- (5) Decreto nombrando una Comisión Nacional encargada
tividad en esos años fue intensísima en términos de proyectar la celebración del centenario de la emanci-
de asesorar, divulgar, reproducir y promocio- pación argentina, y de dirigir los trabajos que hayan de efec-
tuarse con tal motivo. Junio 6 de 1906. Fdo. FIGUEROA
nar toda una estética de glorificación de héroes ALCORTA, N. Quirno Costa, M.A. Montes de Oca, N. Piñe-
nacionales, episodios históricos, batallas, etc. ro, Luis María Campos, Onofre Betbeder, Federico Pinedo,
en imágenes que poblaron manuales ilustrados Miguel Tedín, Ezequiel Ramos Mexía. MHN Fondo Adolfo
P. Carranza C44c1
para la infancia, revistas, folletos, además de una
(6) Respecto de la transformación del cerro Santa Lucía
enorme cantidad de souvenirs del Centenario y en paseo monumental y conmemorativo por iniciativa de
publicidad de artículos comerciales. (42) Benjamín Vicuña Mackenna, cfr. Album del Santa Lucia :
colección de las principales vistas monumentos, jardines,
estatuas i obras de arte de este paseo : dedicado a la Mu-
Resulta evidente que la ecuación arte / testimo- nicipalidad de Santiago por su actual presidente B. Vicuña
nio histórico tuvo una significación y valor rel- Mackenna. Santiago de Chile, Imprenta de la Librería del
ativo muy diferentes para los directores de los Mercurio, 1874.
dos museos de Buenos Aires dedicados al arte y (7) Al menos no hay ningún indicio de que haya realizado
la historia: el Museo Nacional de Bellas Artes y alguna vez un viaje fuera de América del Sur en sus pape-
les, correspondencia y archivo. Agradezco a la Lic. Sofía
el Museo Histórico Nacional. De hecho, la sutil Oguic esta observación.
pero operativa línea que dividió sus colecciones
(8) Fondo Adolfo P. Carranza, MHN C44c1
y determinó el destino de muchas pinturas y es-
(9) Cfr. Patricia Viviana Corsani, “’Hermosear la ciudad’.
culturas donadas a una u otra institución, aun no
Ernesto de la Cárcova y el Plan de Adquisición de Obras
ha sido analizada con detenimiento. Esta aprox- de Arte para los espacios públicos de Buenos Aires.”: IV
imación a las políticas del MHN en vísperas Jornadas Estudios e Investigaciones. Instituto de Teoría e
del Centenario pretende, al menos, llamar la Historia del Arte “Julio E. Payró”. Buenos Aires, Facultad de
Filosofía y Letras, UBA, 2000 pp. 249-262.
atención sobre esta cuestión que merece ser anal-
izada con mayor detenimiento. (10) Cfr. Raúl Piccioni, “Eduardo Schiaffino. Plazas, arte
y urbanismo”. En: Segundas Jornadas Estudios e Investi-
gaciones en Artes Visuales y Música. Instituto de Teoría e
Historia del Arte “Julio E. Payró”. Buenos Aires, Facultad de
Filosofía y Letras, UBA, 1996. Del mismo autor Cfr. tb. “La
Notas estética de la ciudad. Preocupaciones de un pintor”. En: IV
(1) Este artículo fue publicado en la revista Historia Mex- Jornadas Estudios e Investigaciones. Instituto de Teoría e
icana, Nº 237 Los Centenarios en Hispanoamérica: la Historia del Arte “Julio E. Payró”. Buenos Aires, Facultad de
historia como representación, volumen LX Nº 1 julio/septi- Filosofía y Letras, UBA, 2000.
embre 2010, El Colegio de Mexico, pp. 439-471. La autora
(11) Una primera aproximación a esta cuestión ha sido
agradece al Dr. Tomás Pérez Vejo, editor de dicho número
formulada en mi ensayo sobre la fortuna crítica de los
y a la dirección de la revista la autorización para su publi-
retratos de José Gil de Castro en la Argentina, en el marco
cación en la Argentina en caiana.
del proyecto “José Gil de Castro: Cultura visual y represent-
(2) Agradezco al Director del MHN, Dr. José Antonio Pérez ación, del Antiguo Régimen a las Repúblicas Sudamerica-
Gollán, al Jefe de Investigación del mismo, Lic. Miguel nas“ dirigido por la Dra. Natalia Majluf, Directora del Museo
Ruffo, y muy especialmente a: Lic. Viviana Isola, a cargo del de Arte de Lima, y financiado por la J. Paul Getty Founda-
departamento de documentación, Lic. Sofía Oguic, a cargo tion. (Catálogo en proceso de edición)
del archivo histórico, Lic. Vilma Pérez Casalet, jefa de con-
(12) Fondo Adolfo P. Carranza, MHN C41c2. Publicado
servación y Lic. Diego Alberto Ruiz, bibliotecario de dicha
por Roberto Amigo, “Un contrato del pintor José Bouchet.”
institución. Sin su invalorable y desinteresada colaboración

Arte e Historia en los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo en Buenos Aires / Laura Malosetti Costa 10/12
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Estudios e Investigaciones Nº5 – 1994, Instituto de Teoría e (24) Cfr. la biografía de Atanasio Iturbe (1870-1946) por
Historia del Arte Julio Payró, Facultad de filosofía y Letras, Enrique Pereira para el Diccionario Biográfico Nacional de
UBA pp. 113-116. la Unión Cívica Radical. Iturbe participó en la revolución
de 1890, y en 1904 formó parte del Comité Nacional de
(13) Ibid. p.114
la U.C.R. Fue director de Obras Públicas y Secretario de
(14) Fondo Adolfo P. Carranza, MHN C44c1 Obras Públicas de la Municipalidad de Buenos Aires entre
1907 y 1912.
(15) Ibid. Carranza integró la Comisión por un breve lapso.
Al pie de la convocatoria impresa a la Asamblea de la http://diccionarioradical.blogspot.com/2007_11_28_archive.
Comisión realizada el 26 de junio de 1906, Carranza anotó html
de su puño y letra: “En esta Asamblea fui designado Secre-
(25) “Acta Nº 4, junio 2 de 1908” cit. p. 2, subrayado en el
tario y renuncié indeclinablemente. Junio 29 de 1906”
original.
(16) Fondo Adolfo P. Carranza, MHN C44c1
(26) Veredicto del primer jurado en el concurso de bocetos
(17) Fue habitual que Adolfo P. Carranza encargara copias para el monumento conmemorativo del Primer Centenario
de cuadros para integrar las colecciones del MHN. Cabral, de la Revolución de Mayo. Buenos Aires, Imp. Europea,
Fausto Coppini, Alberto del Villar fueron algunos de los junio 5 de 1908. En el ejemplar existente en el Fondo Adolfo
copistas a quienes el MHN hizo numerosos encargos. Cfr. P. Carranza del MHN hay una inscripción autógrafa del
María Inés Rodríguez Aguilar y Miguel José Ruffo, “Entre Director del MHN en la última página: “No quisimos firmar
originales y copias: el caso del Museo Histórico Nacional.” por estar en disidencia. Iturbe y A.P.Carranza.”
pp. 91-102
(27) Cfr. un análisis del texto historiográfico puesto a
(18) Un análisis de las vicisitudes del concurso en: Tere- disposición de los concursantes, así como del proyecto
sa Espantoso Rodríguez et al. “Imágenes para la nación premiado en: Laura Malosetti Costa y Diana B. Wechsler,
argentina: conformación de un eje monumental urbano “Iconografias nacionales…” cit. pp. 1192-1196
en Buenos Aires entre 1811 y 1910.” En: Arte, Historia e
(28) Cfr. Rubén Darío, “El escultor argentino Yrurtia”;
Identidad en América, visiones comparativas. XVII Coloquio
Charles Morice, “Las Pecadoras en el Salón de París” y
Internacional de Historia del Arte. Mexico, UNAM IIE, 1994
“Monumento a la Revolución de Mayo” del mismo autor,
t.II pp. 345-360 Cfr. tb. Laura Malosetti Costa y Diana Beat-
así como parte de la correspondencia intercambiada por el
riz Wechsler “La iconografía nacional del mundo hispánico.
escultor con Godofredo Daireaux respecto del concurso de
Iconografías nacionales en el Cono Sur.” En: Francisco Co-
1909, en Cuadros de viaje: artistas argentinos en Ejuropa y
lom González (ed.) Relatos de nación. La construcción de
Estados Unidos 1880-1910. Selec. Laura Malosetti Costa.
las identidades nacionales en el mundo hispánico. Madrid,
Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2008, pp. 325-
Iberoamericana – Vervuert, 2005. Tomo II pp. 1177-1198.
340.
(19) Comisión Nacional del Centenario, Concurso definitivo
(29) Cfr. Marta Penhos, “Sin pan y sin trabajo pero con
para el monumento a la Independencia Argentina – Monu-
bizcochitos Canale y Hesperidina. El envío de arte argenti-
mento provisional – Apéndice – Bases del primer concurso.
no a la Exposición de Saint Louis de 1904.” En: AAVV, Arte
Buenos Aires, Establecimiento tipográfico “La Alianza”,
y recepción. VII Jornadas de Teoría e Historia de las Artes.
1909.
Buenos Aires, CAIA, 1997, pp. 9-19.
(20) Cfr. Miguel Ángel Muñoz, “Un campo para el arte
(30) Charles Morice, “Monumento a la Revolución de Mayo”
argentino. Modernidad artística y nacionalismo en torno
publicado en el Paris Journal en 1909. Traducido y publica-
al Centenario.” En: Diana B. Wechsler (ed.) Desde la otra
do en el catálogo del Museo Casa de Yrurtia, Buenos Aires,
vereda. Momentos en el debate por un arte moderno en la
DGM, Secretaría de Cultura de la Nación, 1967, pp.29-34.
Argentina (1880-1960), Buenos Aires, el Jilguero, 1998 –
Archivos del CAIA I, pp. 43-82. (31) Cfr. para un análisis de la revista y las polémicas que
se sostuvieron desde sus páginas, María Isabel Baldasarre,
(21) Respecto del conflicto entre los estudiantes de la
“La revista de los jóvenes: Athinae”, art. cit.
Academia Nacional de Bellas Artes y la Comisión Nacional
de Bellas Artes en 1907, Cfr. María Isabel Baldasarre, “La (32) Martín Malharro, “Rogelio Yrurtia” Athinae Año II Nº 8,
revista de los jóvenes: Athinae.” En: Artundo, Patricia (dir.) abril de 1909 pp. 5-9.
Arte en revistas. Publicaciones culturales en la Argentina
(33) Una aproximación a tales discusiones en Miguel Ángel
1900-1950. Rosario, Beatriz Viterbo, 2008, pp. 32-39
Muñoz, art. cit.
(22) “Acta Nº 4, junio 2 de 1908” mimeo 2 fs. Fondo Adolfo
(34) Carlos Zuberbühler, “El arte y el sentimiento nacional.
P. Carranza C44c1
Monumentos, estatuas, retreatos. Una cuestión previa.” La
(23) Rufino Varela, 1810-1910: Centenario de Mayo. Obras Nación, 19 de julio de 1906. Cit. por Miguel Ángel Muñoz,
y recursos para el escenario de su grandiosa celebración. art. cit. p. 43.
Buenos Aires, s/d 1905. cit. en: Malosetti costa, Laura y
(35)Eduardo Schiaffino, “La evolución del gusto artístico en
Diana B. Wechsler, art. cit pp. 1191 – 1192.

Arte e Historia en los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo en Buenos Aires / Laura Malosetti Costa 11/12
#1 / septiembre 2012

Buenos Aires” publicado en el número especial del diario


La Nación el 25 de mayo de 1910, pp. 187-203. La cita ha
sido tomada de la transcripción de ese texto realizada por
Godofredo E. J. Canale, Buenos Aires, Ed. Francisco A.
Colombo, 1981, p.114.
(36) “Renuncia a la Comisión del monumento a Dorrego” 15
de junio de 1907. Fondo Adolfo P. Carranza, C5c1 Diario de
Carranza p. 148.
(37) Julio Rinaldini, Rogelio Yrurtia. Buenos Aires, Losada,
1942 p. 17
(38) “Patricias argentinas” Hoja impresa con los retratos de
las contribuyentes a la colecta para la compra de fusiles en
1812. MHN Obj. Nº 8760 Cat. Nº 2243 p. 256 t. 1.
(39) “Monumento a las Patricias” carta fechada el 11 de
diciembre de 1906. Fondo Adolfo P. Carranza, C5c1 Diario
de Carranza pp. 145-147
(40) Carta fechada el 20 de marzo de 1907. Fondo Adolfo
P. Carranza, C5c1 Diario de Carranza pp. 147-148
(41) Cfr. un completo panorama de las alternativas y de-
bates que acompañaron el emplazamiento de la fuente en:
Patricia Corsani, “Honores y renuncias. La escultora argen-
tina Lola Mora y la fuente de los debates.” Anais do Museu
Paulista. Historia e Cultura material. Sao Paulo, USP, Nova
Serie Vol. 15 Nº2, julio-dic. 2007 pp. 169-196.
(42) Cfr. Roberto Amigo, “Imágenes de la historia en el Cen-
tenario: nacionalismo e hispanidad” en: Margarita Gutman y
Thomas Reese (eds.) Op. Cit. pp. 171-184.

¿Cómo citar correctamente


el presente artículo?

MALOSETTI COSTA, Laura; “ Arte e Historia en los festejos


del Centenario de la Revolución de Mayo en Buenos Aires
”. En Caiana. Revista electrónica de Historia del Arte y
Cultura Visual del Centro Argentino de Investigadores de
Arte (CAIA). Nº 1 | Año 2012, en línea desde el 4 julio 2012.
URL:http://www.caiana.org.ar/arts/Art_Malosetti.html

Arte e Historia en los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo en Buenos Aires / Laura Malosetti Costa 12/12

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