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No solo la muerte si no otros trastornos como alteración de la inmunidad, que lo predispone a sufrir
procesos infecciosos a repetición, acortamiento de la talla para edad y retraso del desarrollo mental
con reducción de la capacidad intelectual , procesos que disminuyen la capacidad de superación y
trabajo del individuo, lo que a su vez afecta su estatus económico y nivel de educación; convierten el
problema Desnutrición en un círculo vicioso que ya no sólo afecta a el individuo sino también a sus
descendientes y comunidad.
Estado nutricional
Definición: Condición o situación nutricional de un individuo, determinada por factores ambientales,
familiares, de seguridad alimentaria e individuales, "la cual es necesaria para el éxito entre los
procesos de reproducción, crecimiento, desarrollo, maduración y para la normalidad de los procesos
de socialización y envejecimiento" .
La nutrición de los seres humanos está determinada por la acción sinérgica de factores intrínsecos y
extrínsecos cuya dinámica es necesaria conocer a fin de promover, mejorar o sostener la correcta
alimentación de las colectividades. Los problemas de salud no pueden desligarse de una multiplicidad
de factores, que interaccionan entre sí en mayor o menor grado, para condicionar la salud de los
individuos, tal es el caso de la desnutrición en menores de 5 años, en la que influyen factores
relacionados con el niño, la familia, ambientales de saneamiento básico, de seguridad alimentaria, de
la comunidad, etc.
Factores que Determinan el Estado Nutricional:
Familiares. como analfabetismo, escolaridad, hacinamiento, ingreso económico. El nivel educativo de
los padres tiene grandes repercusiones en la salud familiar, principalmente en el estado nutricional;
en materia de ingreso familiar, un mayor nivel educativo proporciona mayores y mejores
oportunidades de trabajo con un salario más acorde a las necesidades de los individuos; a nivel del
hogar una mayor escolaridad proporcionaría los conocimientos básicos necesarios para elegir estilos
de vida más sanos, permitiendo percibir los requerimientos nutricionales e higiénicos a los niños,
disminuyendo la probabilidad de infecciones y desnutrición .
La presencia de adicciones en la familia como alcoholismo, tabaquismo, etc., consumen recursos que
de otra forma podrían ser utilizados para la alimentación. El hacinamiento predispone al desarrollo de
procesos infecciosos que repercuten en el estado nutricional del niño. En Honduras un promedio de
3.6 personas viven en cada habitación existente.
La ocupación de los padres puede influir en el estado nutricional porque ya no se cuenta con tiempo
suficiente para la educación y el cuidado de los niños, la lactancia materna y un mejor manejo
dietético. Un hogar desintegrado también es una variable de riesgo, el abandono del hogar por
alguno de los padres puede afectar el ingreso económico familiar con disminución del poder
adquisitivo y disminución de la producción familiar de alimentos en el caso de los agricultores,
provocando inseguridad alimentaria. Además, suele provocar trastornos psíquicos en el niño, que a su
vez, pueden determinar una anorexia rebelde y conducir a desnutrición.
En Honduras, uno de cada tres adultos es analfabeto. En 1994 la tasa de alfabetización fue del 71% en
hombres y 57% en mujeres, con una tasa a nivel nacional del 64%. Según la Encuesta Nacional de
Salud Materno Infantil 98/99 las tasas de mortalidad infantil y en la niñez son 40% mayores en hijos
de madres sin ningún nivel de educación; además dos terceras partes de los niños de madres sin
educación presentan retardo en el crecimiento, cantidad que es 5 veces mayor que la observada en
niños de madres con educación secundaria o más. Según Vega Franco un nivel primario en la
educación de la madre es una medida cuya eficacia para disminuir la desnutrición es 3 veces mayor
que la de un incremento del 10% del ingreso familiar.
Factores del niño: Los procesos infecciosos, en especial los cuadros de enfermedades diarreicas y
respiratorias por su mayor frecuencia y duración son factores determinantes del estado nutricional al
producir malabsorción intestinal de macro y micronutrientes, en el caso de la diarrea y disminución
de la ingesta de alimentos con depleción de las reservas del organismo en ambos casos. La
Diarrea es una causa importante de mortalidad en países en desarrollo, al ocasionar 5 millones de
muertes anuales en menores de 5 años.
El inicio temprano de la complementación alimentaría expone al lactante a contraer ciertas
enfermedades por el consumo de alimentos contaminados, además el contacto prematuro de los
alimentos con el sistema gastrointestinal aún inmaduro del lactante predispone en muchas ocasiones
al desarrollo de lesiones intestinales con el consecuente síndrome de malabsorción. Una
complementación alimentaría tardía expondría al niño a una situación carencial.
Otro factor asociado es el período intergenésico corto, definido como el período de tiempo
transcurrido entre dos nacimientos consecutivos. En Honduras debido al bajo nivel educacional y la
falta de accesibilidad a servicios de salud, este fenómeno cobra gran importancia y es aún más
significativo en la región de Gracias a Dios, por las características socio-ambientales especiales de la
misma.
Factores Relacionados a los Servicios de Salud: Diversos factores relacionados al servicio de salud,
como el número de profesionales de la salud en proporción al número de habitantes de una región, el
acceso y la disponibilidad de dichos servicios condicionan la búsqueda de ayuda médica por parte del
usuario, lo que determina el aumento de la incidencia, prevalencia diagnóstico tardío y retardo en el
tratamiento de diversos procesos infecciosos que afectan el estado nutricional de la persona.
Todos estos factores en forma individual o interaccionados entre sí condicionan el estado nutricional
del individuo, y su desequilibrio puede dar origen a la Desnutrición.
Desnutrición
Definición: Condición patológica derivada de un desequilibrio entre el aporte de nutrientes y energía
a los tejidos y las necesidades biológicas de las células, resultado de un inadecuado aporte o sub-
utilización por el organismo, produciendo un estado catabólico sistémico y potencialmente reversible,
presentando diversos niveles de gravedad y manifestaciones clínicas. Según la Organización Mundial
de la Salud actualmente en países en desarrollo hay aproximadamente 150 millones de niños
menores de 5 años que están desnutridos, diagnosticados en base a su peso para edad. El 50% de los
niños del Asia meridional presentan algún grado de desnutrición; en África uno de cada tres niños
tienen un peso inferior al normal y en diversos países de ese continente la situación de desnutrición
infantil continúa empeorando.
En la región de las Américas el problema de la desnutrición continúa siendo uno de los de mayor
magnitud y trascendencia en salud pública; en 1995 se estimó que aproximadamente 1 millón de
niños nacieron con bajo peso y 6 millones presentaron un déficit severo de peso como resultado de la
interacción de la desnutrición con procesos infecciosos y demás factores de riesgo. Más del 50% de
los niños menores de 6 años presentan algún grado de desnutrición y 15 millones de infantes se ven
afectados por desnutrición moderada y de tercer grado, concentrándose principalmente en países
con grandes poblaciones como Brasil y México y en países con gran pobreza como Bolivia, Guatemala,
Haití y Perú. La relación entre nutrición-infección constituye la principal causa de enfermedad y
muerte en países como Honduras, afectando en mayor grado a las poblaciones más pobres, a las
mujeres y a los indígenas.
Fisiopatología:
La desnutrición afecta prácticamente a todos los sistemas del organismo. Las proteínas de la dieta son
necesarias para proveer aminoácidos para la síntesis de proteínas corporales y una amplia variedad
de compuestos necesarios para múltiples funciones. La energía es necesaria para todas las funciones
químicas y fisiológicas del organismo.
Al inicio la disminución en el consumo de energía provoca que el organismo reduzca su consumo
energético, cuando esto no es suficiente para compensar la baja ingestión la grasa corporal es
utilizada como fuente de energía, con disminución de la adiposidad, a medida que la reserva de grasa
corporal disminuye y la deficiencia de energía se hace más severa, se inicia el catabolismo proteínico,
con el consecuente desgaste muscular. El consumo de grasas y proteínas permite que incluso en
situaciones de inanición las concentraciones de glucosa permanezcan en límites normales.
Las hormonas desempeñan papeles importantes en los procesos de adaptación del metabolismo de
energía y proteínas en los casos severos de desnutrición proteico-energética. (13) En el marasmo la
adaptación es facilitada por niveles altos de cortisol y hormona del crecimiento, con una baja
secreción de insulina y hormonas tiroideas; mientras que en el Kwashiorkor la secreción de insulina
está aumentada, con hiposecreción de adrenalina y cortisol, con tasas de síntesis y catabolismo
disminuidas.
A nivel cardiovascular se presenta una disminución del trabajo cardíaco y su reserva funcional, con
alteración de los reflejos cardiovasculares, hipotensión postural y disminución del retorno venoso. En
el sistema inmunológico se produce depleción de linfocitos del timo, bazo y ganglios linfáticos y
disminución de la producción de factores del complemento. A nivel gastrointestinal hay alteración en
la absorción de glucosa y lípidos. El sistema nervioso central también se ve afectado con disminución
en el crecimiento del cerebro, la producción de neurotransmisores, la mielinización de los nervios y la
velocidad de conducción nerviosa.
Diagnóstico: El estado nutricional se puede determinar a partir de la evaluación de los signos clínicos
de desnutrición, de indicadores bioquímicos y de valores antropométricos. De éstos métodos
diagnósticos es la antropometría el más utilizado y estandarizado, ya que es rápido y fácil de realizar
además de que tiene ventaja sobre los otros métodos, ya que los indicadores clínicos y bioquímicos
son útiles únicamente en los extremos del espectro de la desnutrición, mientras que las mediciones
corporales son sensibles a todo lo largo del espectro. Dichas medidas antropométricas se comparan
con los valores de referencia del Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias de los Estados Unidos
(NCHS)/OMS permitiendo obtener el diagnóstico nutricional del individuo, clasificándolo por
categorías según los datos obtenidos. (9,14, 15). Desde un punto de vista práctico en los niños que
pueden ponerse de pie, puede calcularse el índice de peso/talla utilizando la escala de Nabarro, que
consiste en una serie de columnas verticales que representan el peso en kilogramos. Se coloca al niño
con los pies contra la columna correspondiente a su peso y la parte más alta de su cabeza indica el
índice de peso para la talla en el que se encuentra, de acuerdo a la siguiente escala:
Peso para la edad. Es un índice compuesto por la talla para la edad y peso para la talla. En el caso de
un índice peso/edad bajo, un niño puede ser normal o muy delgado. Consecuentemente en estudios
transversales el índice peso /edad es menos útil que los índices talla/edad o peso /talla. En cambio,
tiene más utilidad en el campo clínico en evaluaciones de seguimiento individual para detectar una
pobre ganancia de peso. Sin embargo, el índice peso para la edad ha sido el más usado para clasificar
la desnutrición proteico-energética y determinar su prevalencia.
Con esta clasificación, primer grado o desnutrición leve significa un peso/edad de 76-90% de la
mediana de referencia; segundo grado o desnutrición moderada 61-75%; tercer grado o desnutrición
grave un peso/edad menor de 60% ,este índice es inadecuado para distinguir entre diferentes tipos
de desnutrición debido a que el niño que es pequeño para su edad por razones genéticas o seculares
puede aparecer como desnutrido sin serlo y niños con talla normal y peso bajo para la talla pueden
pasar inadvertidos.
Debido a las desventajas con el uso del índice peso para la edad para clasificar y determinar la
prevalencia de desnutrición grave, un grupo internacional de expertos patrocinados por el Wellcome
Trust diseñó una nueva clasificación en 1968. (24) .Este grupo señaló que el niño con Kwashiorkor
presenta edema y por lo tanto provoca que el peso para la edad sea mayor de 60% de la mediana del
patrón de referencia.
La clasificación Wellcome divide al niño en cuatro categorías: peso bajo, Kwashiorkor, marasmo y
marasmo-Kwashiorkor. Sin embargo, De Maeyer (15) señaló que la clasificación Wellcome era
apropiada para propósitos clínicos pero no para estudios de campo, ya que los casos graves de
desnutrición en la comunidad son, en general, menos frecuentes que los casos de desnutrición leve o
moderada. Con base en estas consideraciones, los expertos han sugerido que, en estudios de campo,
en vez de dividir la mala nutrición en peso bajo, Kwashiorkor, marasmo y marasmo-Kwashiorkor, se
haga la distinción entre falla reciente en la ingesta de nutrimentos (desnutrición aguda) y retraso
pondo-estatural (desnutrición crónica o pasada). La desnutrición aguda sería determinada por un
déficit del peso para la talla y el retraso pondo-estatural o desnutrición crónica por déficit en la talla
para la edad.
Talla para la edad. El déficit en este índice refleja el estado de salud y nutrición de un niño o
comunidad a largo plazo. Cuando el déficit existe hay que considerar lo siguiente:
a) En un individuo puede reflejar variación normal del crecimiento de una población determinada.
b) Algunos niños pueden explicarlo por peso bajo al nacer y/o estatura corta de los padres.
c) Puede ser consecuencia de una pobre ingesta de nutrimentos, infecciones frecuentes o ambos.
El uso de los índices talla/edad y peso/talla en estudios de campo de prevalencia de mala nutrición
puede tener la ventaja de dar una idea más clara del tipo de desnutrición prevalerte además es de
valor para establecer prioridades de intervención nutricia.
Se ha demostrado mediante el análisis de Coréela-Ciño y regresión múltiple que peso para la talla y
talla para la edad son virtualmente independientes. Waterlow y Rutishauser sugirieron que niños con
desnutrición crónica agudizada (asociación de déficit en ambos índices) deben considerarse de alta
prioridad para programas de intervención nutricia inmediata.
Por el contrario, se ha sugerido que los niños con déficit de talla para la edad y un peso para la talla
normal sean considerados adaptados a una ingesta dietética baja; y aun cuando se acepta que el
déficit de talla para la edad significa desnutrición crónica o antigua, no se ha aclarado aún si estos
niños deban ser considerados como desnutridos en el momento de la evaluación.
Es ventajoso usar los índices peso/talla y talla/edad para diferentes propósitos y situaciones.
El déficit del peso para la talla como un indicador de desnutrición aguda, es útil para vigilar el estado
de nutrición después de una crisis de desabasto o desastres. Ashworth, demostró que la intervención
nutricia efectiva con niños evaluados en forma individual refleja inmediatamente la ganancia del peso
para la talla.
Se ha encontrado poca mejoría en la talla después de la desnutrición, y su grado depende del tiempo
de duración y la edad de la afectación. Es probable que los niños sean incapaces de alcanzar su
potencial de estatura debido a que después de la rehabilitación nutricia regresan al mismo ambiente
empobrecido de donde proceden, con escasa ingesta de alimentos y predisposición a infecciones
recurrente.
Los indicadores antropométricos se usan ampliamente para evaluar el estado de nutrición de niños,
pero la falta de consenso en cuanto a límites para las estimaciones de prevalencia ha impedido el uso
de métodos analíticos estandarizados en estudios de poblaciones.
Los problemas nutricionales tanto por exceso como por defecto constituyen un factor de riesgo
importante de morbilidad y mortalidad en el mundo. Se estima que un alto porcentaje de las muertes
en menores de cinco años son condicionadas por deficiencias nutricionales. Además del costo para el
niño con relación a su desarrollo biopsicosocial y del costo económico para la familia, la malnutrición
incrementa el gasto público en salud.
Una gran proporción de esos niños malnutridos son menos aptos para el aprendizaje y el trabajo, lo
cual perpetúa la pobreza de generación en generación; por todo ello, cada día es más importante
identificar los grupos poblacionales más afectados o en riesgo y su ubicación espacial, a fin de
implantar programas preventivos y/o correctivos mejor orientados, más eficaces y con mayor
impacto.