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ANTOLOGÍA POÉTICA DE JORGE ISAACS
A Virginia y Rufino
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Por mí favoreced al indigente;
Es de ángeles o un Dios secar sus lágrimas.
Adormeciendo a David
Sueña con sus juguetes y sus flores:
Nada teme en mis brazos; y dormido,
Halla en ellos amor y dulce nido,
Venturoso y extraño a mis dolores:
Sueña del valle umbroso en los alcores,
Con su novia infantil mal escondido,
Los pasos... y las risas y el ruido
Oír de los chicuelos buscadores:
Albor
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Amor Eterno
APÓLOGO
A mi amigo el doctor Florentino Vezga
En el artesón dorado
De una oscura sacristía
Un murciélago tenía
Blando nido acomodado.
Al través del enrejado
Cierta mañana decía
A los pájaros que oía
Cantar en el emparrado:
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Este bicho es un Veuillot!"
1872
Borradores de Campaña
I
¡Redentora misión! ¡Obra divina!
Escuchan los pequeños de la tierra
Del nazareno humilde la doctrina,
Y a los tiranos el tribuno aterra.
II
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Miserables ... vestidos de señores,
¿Los esclavos pedís que se os quitaron?
Ministros que los pueblos veneraron,
Sus verdugos sois ya, no sus pastores.
III
IV
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Y si el poder de Dios no es vil mentira,
¡Doquier os seguirá de Dios la ira!
1877
Se no junde ya la luna;
Remá, remá.
¿Qué hará mi negra tan sola?
Llorá, llorá.
Me coge tu noche escura,
San Juan, San Juan.
Escura como mi negra,
Ni má, ni má.
La lú de su s´ojo mío
Der má, der má.
Lo relámpago parecen,
Bogá, bogá.
COLOMBIA
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COLOMBIA [II]
¡Colombia, Colombia!
De América faro,
Tu yelmo radiante
De un mundo es el sol.
Por ti,
Por ti, redentora
De pueblos esclavos,
Es dicha ofrendarse,
Sublime ambición,
¡Morir!
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¡Triunfad!
Mirad la campiña
y el monte y el valle...
Sangrientos despojos,
Pavesas... ¡horror!
Bebed
Allí, fratricidas,
En charcas la sangre
Que hicisteis rabiosos
En nombre de Dios
Correr.
¡Colombia, Colombia!
De América faro
Etc., etc. Enero de 1877
Colombia libre
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Nunca reposen tus bravos
Mientras existan esclavos
Bajo la lumbre del sol.
Después de la victoria
II
1876
¡ELLA DUERME!
de Jorge Isaacs
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—No duermas,— suplicante me decía
—escúchame... despierta—.
Cuando haciendo cojín de su regazo,
Soñándome besarla, me dormía.
Débora mía
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Y ahogad, ahogad en estruendoso coro
La impertinente voz de la conciencia:
El primer soneto
El rey Ulises
Bajo de mi casa
Ha puesto mi hijo,
Rapaz de cuatro años,
Cuanto le ha ocurrido:
Un altar portátil
Con sus utensilios;
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Muñecas robadas
De otro domicilio
Ofician o arrullan
Y riñen sus niños;
Hacia la derecha
Hay un edificio
Que no ha terminado
Por falta de libros.
A la izquierdapastan
Sus rebaños lindos;
Naranjas son madres,
Limones los hijos;
Sin cortar caballos,
Que pasan de cinco,
En los que figuran
Dos bastones finos,
Uno de mis tiempos
Y otro de su tío,
Que en batallas rompen
Riendas de hiladillo
En fiesta de toros
Se muestran fardidos.
Ayer, casi noche,
De Cali me vine
Cantando entre dientes
Estrofas del Iris.
Felisa al collado
Salió a recibirme;
La tarde, por eso,
Celosa vi irse
Mientras en la grama
Regaba confites,
Con gran alborozo
De mis chiquirrines.
Al ir a la casa
Me dijo el que vive
Al pie de mi mesa:
- Mañana no escribes.
- ¿Por qué? - Julia dijo
Que ya no te sirven.
- ¿Qué cosa? - Los libros,
Que te ponen triste...
Ven acá y te muestro.
Vi abierto el pupitre.
Mosaicos del alfombra...
Templetes... Rediles...
¡Mi Blair! ¡Mi Quijote!
La Biblia... - ¿Qué dices?
- De Josef, Vergara.
Assunta de Virgen...
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Felisa, ¿Ves esto?...
¿Cómo es que te ríes?
- Papá, ¿No está lindo?
- Muy lindo. - ¿No
dije?
- Pero guardaremos
Todos estos chismes,
Pues si los ratones
Por su Rey te eligen...
- ¡Ay!, Todos mis naipes
Cajeticas hice...
Dame otros y un beso...
- ¡Gatos infelices!
Si diez ratoneras
Descubren que existes,
De Homeros futuros
Serás el Ulises.
1866
Eliveria
En confianza
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En la noche callada
En Oscuro Calabozo
En oscuro calabozo
Cuya reja al sol ocultan
Negros y altos murallones
Que las prisiones circundan;
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De esta soledad eterna
Donde ni el viento se escucha...
Coro
Allá en la humareda
Lo alumbra el cañón;
¡Allí por la Patria
Morir vencedor!
Coro
¡O libres o muertos!
La lid de Dios es:
¡Maldad, son esbirros
Feroces de un rey!
Coro
¡Victoria! ¡Victoria!
Tu genio inmortal,
Bolívar amado,
¡Nos dio libertad!
Inocencia
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Pero en las selvas abundan.
– Alza los púdicos ojos
Que en vano mis ojos buscan;
Deben tener de tu acento
La gratísima dulzura.
¿Las espinas de los bosques
Tus desnudos pies no punzan?
¿De tus cabellos, las zarzas
No dañan las ondas rubias?
– Yo busco los alfombrados
Con yerbecillas menudas,
Y los zarzales no crecen
Bajo las bóvedas húmedas.
– ¿Sola vas por estos montes,
La soledad no te asusta?
– Cantando se espanta el miedo,
Pero no hay duendes ni brujas.
– ¿Quieres llevarme a la umbría
Donde esas aguas murmuran
Y cantarás las canciones
Que las palomas te escuchan?
– He aquí la senda.
– ¡ Detente!
Ángel de las crenchas rubias,
Llévale al templo tus flores,
Su altar con ellas perfuma...
Y huye de los caballeros
Que tu verde valle cruzan.
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Su nombre se ignora... La oscura capilla
Alumbra indecisa la luz de un blandón.
¡Al pálido rayo que en ella vacila
Al pie de las aras se ve el desertor!
Un hondo redoble resuena estruendoso,
Se forman los cuerpos, las armas se ven,
El pueblo se agita: los unos medrosos
Se alejan, los otros se agrupan a él.
¡Las armas resuenan! Del pobre soldado
El cuerpo llevaron después al hogar,
Manchado de sangre: la viuda llorando
Con hondos gemidos llenó la ciudad...
1866
La noche llega
La tumba de Belisario
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Y al fulgor de los pálidos relámpagos
Hicimos rumbo hacia la mar inmensa.
¡Cómo responden al gemir del alma
Ecos y gritos de las olas negras
Que al viento arrojan sus penachos níveos
Y en las rompientes iracundas truenan!
¡Cuán distantes las cumbres de los montes
En los albores de la luna llena!...
¡Qué lejano el desierto pavoroso
Donde su tumba solitaria queda!
¡Compañero leal, valiente amigo!...
¿Qué dar en galardón y recompensa
De tu heroico y terrible sacrificio
A los seres amados que te esperan?
Ahora ostentará plácida noche.
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Del negro terranova
Cesaron los aullidos,
Mas del noble animal allí han quedado
Los huesos sobre el césped esparcidos.
1874
Las Gaviotas
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Como esas nubes, etéreas naves;
Como esas aves
Que el aquilón
Junta vagando sobre las olas,
Las hadas
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Poesía Parlamentaria
Por ti suspiro
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En la corona de Bardo
Que así en mis sienes admiras,
Bajo las flores fragantes
Punzan espinas:
De oro y diamantes
Otras no envidio
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Y por ti siempre
Velo y suspiro.
1880
Problema
Resurrección
I
"Muere el hombre y no torna a levantarse"
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Tu labio blasfemó:
De muertos inmortales es tu ciencia,
Sus virtudes son luz en tu conciencia,
Tu gloria, de otras glorias resplandor.
II
¿Muere el hombre y no torna a levantarse?
¿Morirse no es dormir
De madre tierna en el fecundo seno?
¿Es lodo el hombre y su sepulcro cieno,
Y el lodo siente y ama y duda en ti?
III
Muere el hombre y no torna a levantarse...
Y oyes a tu querer
El batallar, las liras y el gemido
De tantos, ¡ay, que mártires han sido
Por verdad, por amor y por su fe!
IV
¡Muere el hombre y no torna a levantarse!
Sócrates y Jesús
¿No existen, no te enseñan, polvo fueron
Que a su paso los siglos esparcieron?
¿Duelce el tósigo fue, baldón la cruz?
V
¿Muere el hombre y no torna a levantarse?
¡Desaliento y horror!
Hálito, aroma o soplo de la nada
Fue de Eloísa el alma enamorada...
¡Y era cieno también su corazón!
VI
Muere el hombre y no torna a levantarse...
¡En vano es ya morir!
¡Y mis últimos besos palpitaban
En esos labios que al besar juraban
En un mundo mejor amarme así!
VII
Muere el hombre y no torna a levantarse:
Padezco... ¿y vivo aún?
Humano miedo fue, Jehová, tu ira;
¡Tu amor y mi esperanza eran mentira!
Me circundan tinieblas... ¡y son luz!
VIII
"Muere el hombre y no torna a levantarse..."
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¡No revive jamás!
Bardo, recoge tu corona santa,
Y por quien dijo a Lázaro, ¡levanta!
La gloria en tu sepulcro llamará.
1880
Río Moro
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Hacia el Oriente tus orillas puebla
En verdes bosques y llanuras vastas,
Cuyo límite azul borran las nubes
Que en el confín del horizonte vagan?
Dime, ¿ esas tribus que do naces moran,
Viven felices ó miseria lloran?
Pienso que á orillas del raudal velado
Por grupos de jazmines y palmeras,
Púdica virgen de esmeraldas ciñe
Su negra y abundante cabellera;
Y acaso el homicidio sangre humana
A los cristales de tus linfas mezcla,
Y al odio y al amor indiferente
Confunde sus despojos tu corriente.
Vi al pescador de los lejanos valles
Tus peñas escalando silencioso,
La guarida buscando de la nutria
Y el pez luciente con escamas de oro
Contóme hazañas de su vida errante
Sentado de mi hoguera sobre el tronco;
Le vi dormir el sueño de la cuna,
Y envidié su inocencia y su fortuna.
La fúnebre viragua repetía
Sus trinos que saludan al invierno,
Y luces de topacio y de diamante
Te daba del relámpago el reflejo;
En las cavernas tu rumor ahogando
Tristes gemidos modulaba el viento
Así admiré tu pompa y hermosura
Entre las sombras de la noche oscura.
Viajero de regiones ignoradas,
Ay! ni una sola de tus ondas crespas
A encontrar volveré, ni de mis pasos
En tus orillas durará la huella.
Más celosa que el tiempo que convierte
Ricas ciudades en llanuras yermas,
Guarda natura su secreto al hombre
Y do escribirle osó, borra su nombre.
Como burbujas en tu manto llevas,
Irán los soles sobre ti pasando,
Y te hallarán los de futuros siglos
Como hoy- undoso, trasparente y raudo.
No existirá ni la ceniza entonces
De mí, que rey de la creación me llamo,
Y si guarda mi nombre el mármol frío,
Lo hollará con desdén el hombre impío.
Más felices las flores de tu orilla,
Nacen, al aire su perfume exhalan,
Marchitas ya, se mecen en la espuma,
Y mil, más bellas, sus capullos rasgan
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Más felices tus ondas, al Oceano
Van á gemir en extranjeras playas;
Y yo con mi ambición pobre y proscrito,
De mi raza...infeliz purgo el delito. 1871
Santa Marta
Saulo
Al Ciudadano
General Julio A. Roca,
Presidente De La Confederación Argentina
Jorge Isaacs
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¡SÓLO AMISTAD!
TUS OJOS
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Soñé que os encontraría
Y os hallé para perderos,
Ojos que negáis severos
Lo que implora el alma mía.
1870
¡Ve, Pensamiento!
En las montañas
Hay azucenas,
¡Ay!, ¡que no nacen
Ya para ella!
Como a las cumbres
Volubles nieblas
Las matutinas
Auras elevan,
Ve, pensamiento,
Ve libre y vuela
Por do en cascadas
El Sabaletas
Baja formando
Húmedas vegas.
Ve, pensamiento,
Ve libre y vuela
Por los jardines
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Do amante espiela;
Do en las auroras,
De rosas frescas
Llenar su falda
La vi risueña...
¡Edén perdido!
¡Santa inocencia!
¡Ángel de un día
Sobre la tierra!...
Ve, pensamiento,
Ve libre y vuela,
Como los vientos
Que el césped riegan
Con azahares
Y rosas muertas...
¡Que ya no adornan
Sus negras trenzas!
Mi hogar ruinoso
Cárabos pueblan:
Por las techumbres
Rotas, penetra
Luz de la luna,
Luz macilenta...
Como los cierzos
En noches negras
Sobre esos muros
Gimen y vuelan,
Despedazando
Su airón de hiedras,
Ve, pensamiento,
Ve libre y vuela
Sobre el sepulcro
Do la maleza
Cubre la losa
Ya cenicienta
Que sollozantes
Mis labios besan.
Llama en tu tumba,
Llama en la puerta
Que en mi camino
La muerte cierra;
Mas si a tus ruegos
Sorda la encuentras...
Dolor que matas,
¡Bendito seas!
Zoraida
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¿Por ti no ser amada?
Escúchame... mira... mil muertes primero,
¡La tumba, la nada!
¡Tu esclava, mi Señor! Por ti la ira
Del cielo desafío
Delira en mis brazos, dichoso delira...
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