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Esto
se debe a una obstrucción parcial de las arterias coronarias. Si la obstrucción sólo se alarga unos minutos y posteriormente el paciente se recupera, se
habla de angina de pecho.
Esta patología puede originarse cuando el corazón se ve obligado a realizar un mayor esfuerzo y el organismo es incapaz de aumentar el riego sanguíneo
de dicho órgano.
La angina de pecho es muy frecuente. En los hombres se da generalmente después de los 30 años de edad, y en las mujeres más tarde.
Causas: La causa, en la mayor parte de los casos, es la ateroesclerosis. La angina de pecho normalmente va precedida de una excitación física o
emocional; ocasionalmente puede desencadenarse al realizar una comida abundante o conducir un automóvil durante las horas de tráfico intenso.
Otra causa puede ser practicar ejercicio en un ambiente frío, en cuyo caso hay pacientes que experimentan alivio casi inmediato al pasar de una
habitación fría a otra caliente.
Cuando las arterias del corazón (coronarias) están afectadas y no pueden ajustarse al aumento de la demanda de sangre, los nervios del corazón
transmiten mensajes dolorosos de aviso urgente al cerebro. Este dolor, que no suele sobrepasar los 20 minutos, se debe a que el cerebro, por
confusión, siéntelos impulsos desde localizaciones cercanas, como los brazos, el cuello o la mandíbula.
Por otro lado, existen una serie de factores de riesgo modificables que pueden favorecer la formación de las placas de aterosclerosis:
Tabaquismo.
Obesidad.
Diabetes.
Hipertensión.
Síntomas
Palidez.
Prevención
La angina de pecho se desencadena debido a una obstrucción coronaria que en muchos casos se debe a una predisposición genética sobre la que
el paciente no puede influir.
Sin embargo, sí existen determinados factores de riesgo que influyen en la aparición de la enfermedad. Si el paciente interviene en estos, la
enfermedad podría avanzar más despacio y los síntomas reducirse.
Dejar de fumar.
Evitar la obesidad.
Ellos son:
Angina de esfuerzo: Provocada por la actividad física o por otras situaciones que implican un aumento de la necesidad de oxígeno en el corazón.
Suele ser breve y desaparece al interrumpir el ejercicio o con la administración de nitroglicerina. A su vez, se clasifica en: inicial, si su antigüedad es
inferior a un mes; progresiva, si ha empeorado durante el último mes en cuanto a frecuencia, intensidad, duración o nivel de esfuerzo en que
aparece; estable, si sus características y la capacidad funcional del paciente no se han modificado en el último mes.
Angina de reposo: Se produce de manera espontánea, sin relación aparente con los cambios en el consumo de oxígeno en el corazón. Su duración es
variable y en ocasiones los episodios son muy prolongados y parecen un infarto.
Angina mixta o inestable: Aquélla en la que coexisten la angina de esfuerzo y la de reposo, sin un claro predominio de una u otra. Tanto la angina
inicial, como la de esfuerzo progresivo y la de reposo siguen formas de evolución imprevisible y su pronóstico es variable, por lo que también se agrupan
bajo la denominación de angina inestable.
Su tratamiento difiere considerablemente del de la angina estable. Ésta se da siempre al realizar el mismo nivel de ejercicio y la duración de las crisis es
similar. La angina inestable puede ser el aviso de un infarto inminente y necesita tratamiento especial.
Diagnóstico
El diagnóstico de la angina de pecho comienza con la sospecha clínica tras sufrir dolor y concluye con la realización de determinadas pruebas que ayudan
a descartar otras patologías cardiovasculares, como un electrocardiograma. Las principales pruebas que realizan los médicos son:
Prueba de esfuerzo: También denominada ergometría. Esta prueba es la más utilizada para determinar el diagnóstico y obtener información
sobre el pronóstico de la patología.
En la prueba el paciente realizará ejercicio físico en una cinta de correr o en una bicicleta estática mientras el médico evalúa si hay dolor
mientras realiza la actividad y cuál es la respuesta eléctrica del sujeto (si hay cambios en el electrocardiograma).
Arteriografía coronaria: Se realiza a través de un cateterismo y se inyecta un contraste. Es el método de referencia para diagnosticar las
estrecheces coronarias y suele realizarse para corregir las estrecheces de las arterias (dilatación e implantación de stent) en casos con
pronóstico malo.
Nitroglicerina: Dilata las arterias coronarias y el dolor suele revertir en minutos. Se toma colocando una pastilla debajo de la lengua o también
en spray. Puede dar dolor de cabeza como efecto secundario.
Calcioantagonistas o bloqueantes de los canales del calcio: Impiden la entrada de calcio en las células del corazón. Esto disminuye la
tendencia de las arterias coronarias a estrecharse y el esfuerzo que realiza el corazón, por lo que sus necesidades de oxígeno también
disminuyen.
Betabloqueantes: Actúan bloqueando muchos efectos de la adrenalina en el cuerpo, en particular el efecto estimulante sobre el corazón. El
resultado es que el corazón late más despacio y con menos fuerza, y por tanto necesita menos oxígeno. También disminuyen la tensión arterial.
Cirugía: En caso de angina inestable o angina estable que se resiste al tratamiento con medicamentos, puede conseguir corregir la obstrucción
de los vasos coronarios, bien mediante by-pass (derivación) o, en algunos casos, mediante angioplastia coronaria.
COLELITIASIS
Definición: Cálculos biliares, colelitiasis, ataque de la vesícula biliar o cólico biliar son depósitos duros y similares a cristales de roca que se forman
dentro de la vesícula biliar. Estos cálculos pueden ser tan pequeños como un grano de arena o tan grandes como una pelota de golf.
Dolor en la parte superior derecha o media del abdomen que desaparece o retorna puede ser agudo, tipo calambre o sordo puede irradiarse
a la espalda o debajo del omóplato derecho se presenta pocos minutos después de una comida
Fiebre
Llenura abdominal
Náuseas y vómitos
La causa de los cálculos biliares varía. Hay dos tipos principales de estos cálculos:
Cálculos compuestos de colesterol, los cuales son de lejos el tipo más común. Estos cálculos de colesterol no tienen nada que ver con los
niveles de colesterol en la sangre.
Cálculos compuestos de demasiada bilirrubina en la bilis. La bilis es un líquido que se produce en el hígado y que le ayuda al cuerpo a digerir
las grasas. La bilis está compuesta de agua, colesterol, sales biliares y otros químicos, como bilirrubina. Estos cálculos se denominan
pigmentarios.
Los cálculos biliares son más frecuentes en las mujeres, indígenas estadounidenses y otros grupos étnicos y personas mayores de 40 años de edad.
Estos cálculos también pueden ser hereditarios.
Los siguientes factores también pueden hacerlo a uno más propenso a la formación de cálculos biliares:
Insuficiencia de la vesícula biliar para vaciar la bilis apropiadamente, lo cual es más probable que suceda durante el embarazo.
Afecciones médicas que provocan que el hígado produzca demasiada bilirrubina, como anemia hemolítica crónica, incluyendo anemia
drepanocítica.
Diabetes
Pérdida rápida de peso, particularmente consumir una dieta muy baja en calorías
Recibir nutrición a través de una vena por tiempo prolongado (alimentaciones intravenosas)
Se han descrito los siguientes factores, asociados a un incremento en la aparición de colelitiasis (de colesterol, principalmente).
Se asume que el 70% de los casos responde a factores ambientales y un 30% tienen un componente genético.
1. Mujeres
2. Embarazos múltiples.
3. Obesidad.
4. Dieta rica en grasas animales (no hay litiasis de colesterol en las dietas vegetarianas).
5. Diabetes.
6. Factores genéticos.
El síndrome nefrótico es un trastorno renal que hace que el cuerpo excrete demasiadas proteínas en la orina.
El síndrome nefrótico usualmente se debe a daños en los grupos de vasos sanguíneos diminutos de los riñones que filtran los desechos y el exceso de
agua de la sangre. El síndrome nefrótico causa hinchazón (edema), especialmente en los pies y tobillos, y aumenta el riesgo de otros problemas de
salud.
El tratamiento del síndrome nefrótico comprende el tratamiento de la enfermedad de fondo que lo está provocando y la administración de
medicamentos. El síndrome nefrótico puede aumentar el riesgo de sufrir infecciones y coágulos sanguíneos. El médico puede recomendarte
medicamentos y cambios en la alimentación para evitar estas y otras complicaciones del síndrome nefrótico.
Síntomas
Hinchazón intensa (edema), en particular alrededor de los ojos y en los tobillos y los pies
Orina espumosa, que puede ser el resultado de exceso de proteína en la orina
Fatiga
Pérdida de apetito
Causas: El síndrome nefrótico usualmente se debe a daños en los racimos de vasos sanguíneos diminutos (glomérulos) de los riñones.
El glomérulo filtra la sangre cuando pasa por los riñones, y separa lo que tu cuerpo necesita de lo que no. Un glomérulo saludable retiene las proteínas
de la sangre (principalmente, la albúmina), que se necesita para mantener la cantidad adecuada de líquido en el cuerpo, y evita que se vayan con la
orina. Cuando está dañado, el glomérulo permite que se vayan del cuerpo muchas de las proteínas de la sangre, lo que causa el síndrome nefrótico.
Muchas enfermedades y afecciones pueden hacer que el glomérulo se dañe y cause el síndrome nefrótico:
Enfermedad renal diabética. La diabetes puede causar daño en los riñones (nefropatía diabética) que afecta los glomérulos.
Nefropatía de cambios mínimos. Esta es la causa más frecuente del síndrome nefrótico en los niños. La nefropatía de cambios mínimos
hace que los riñones no funcionen bien, pero, cuando se examina el tejido renal con un microscopio, se lo ve normal o casi normal. En
general no se puede determinar la causa de la función anormal.
Glomeruloesclerosis focal y segmentaria. Este trastorno, caracterizado por la cicatrización difusa de algunos glomérulos, puede deberse a
otra enfermedad, a un defecto genético, o aparecer sin motivos conocidos.
Nefropatía membranosa. Este trastorno de los riñones es consecuencia del engrosamiento de las membranas dentro del glomérulo. Se
desconoce la causa exacta del engrosamiento, pero, a veces, está asociada a otras enfermedades, como la hepatitis B, el paludismo, el
lupus y el cáncer.
Lupus eritematoso sistémico. Esta enfermedad inflamatoria crónica puede causar daño grave a los riñones.
Coágulos sanguíneos en las venas de los riñones. La trombosis de venas renales, que ocurre cuando un coágulo sanguíneo bloquea una
vena conectada al riñón, puede causar síndrome nefrótico.
Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer síndrome nefrótico comprenden los siguientes:
Enfermedades que dañan los riñones. Ciertas enfermedades y afecciones aumentan el riesgo de padecer síndrome nefrótico, como la
diabetes, el lupus, la amiloidosis y otras enfermedades renales.
Determinados medicamentos. Algunos ejemplos de medicamentos que pueden causar síndrome nefrótico son los antiinflamatorios no
esteroideos y los medicamentos para curar infecciones.
Determinadas infecciones. Algunos ejemplos de infecciones que aumentan el riesgo de padecer síndrome nefrótico son el VIH, la
hepatitis B, la hepatitis C y la malaria.
Complicaciones
Coágulos sanguíneos. La incapacidad de los glomérulos de filtrar la sangre correctamente puede llevar a la pérdida de proteínas
sanguíneas que ayudan a prevenir la coagulación. Esto aumenta el riesgo de formación de un coágulo sanguíneo (trombo) en las venas.
Alto colesterol en sangre y triglicéridos en sangre elevados. Cuando baja el nivel de la proteína albúmina en sangre, el hígado produce
más albúmina. Al mismo tiempo, el hígado libera más colesterol y triglicéridos.
Mala nutrición. La pérdida de demasiada proteína en sangre puede ocasionar desnutrición. Esto puede generar adelgazamiento, pero tal
vez quede oculto por la hinchazón. También puedes tener muy pocos glóbulos rojos (anemia) y niveles bajos de vitamina D y calcio.
Presión arterial alta. El daño a los glomérulos y la acumulación resultante de desechos en el torrente sanguíneo (uremia) pueden elevar la
presión arterial.
Insuficiencia renal aguda. Si los riñones pierden la capacidad de filtrar sangre a causa del daño a los glomérulos, los desechos se pueden
acumular en la sangre con rapidez. Si esto sucede, posiblemente necesites que te hagan diálisis de urgencia (un medio artificial para eliminar
los líquidos adicionales y los desechos de la sangre), generalmente mediante una máquina renal artificial (dializador).
Enfermedad renal crónica. El síndrome nefrótico puede causar que los riñones gradualmente dejen de funcionar. Si el funcionamiento renal
se reduce demasiado, es posible que requieras diálisis o un trasplante de riñón.
Infecciones. Las personas que padecen síndrome nefrótico tienen mayor riesgo de infecciones.
Diagnóstico
Algunas de las pruebas y los procedimientos que se usan para diagnosticar el síndrome nefrótico son los siguientes:
Análisis de orina
Análisis de sangre
Tratamiento
El tratamiento del síndrome nefrótico comprende tratar cualquier enfermedad preexistente que pueda causar el síndrome nefrótico. El médico también
puede recomendarte medicamentos que te ayuden a controlar los signos y síntomas, o tratar complicaciones del síndrome nefrótico. Los medicamentos
pueden comprender:
Diuréticos.
Anticoagulantes
GLOMERULONEFRITIS: La glomerulonefritis es la inflamación de los pequeños filtros de los riñones (glomérulos). Los glomérulos eliminan el exceso
de líquido, los electrolitos y los desechos del torrente sanguíneo, y los hacen pasar a la orina. La glomerulonefritis puede aparecer de manera repentina
(aguda) o gradual (crónica).
Puede ocurrir por sí sola o como parte de otra enfermedad, como lupus o diabetes. La inflamación grave o prolongada asociada con la glomerulonefritis
puede dañar los riñones. El tratamiento depende del tipo de glomerulonefritis que tengas.
Síntomas
Los signos y síntomas de la glomerulonefritis dependen de si padeces la forma aguda o crónica y de la causa. Los primeros indicios de que algo no
anda bien pueden ser los síntomas o los resultados de un análisis de orina de rutina.
Orina de color rosa o amarronado, debido a que hay glóbulos rojos en la orina (hematuria)
Retención de líquidos (edema) con hinchazón notoria en el rostro, las manos, los pies y el abdomen
Causas: Muchos trastornos pueden provocar glomerulonefritis. A veces, la enfermedad es hereditaria y, otras veces, se desconoce la causa. Los
trastornos que pueden originar la inflamación de los glomérulos renales comprenden:
Infecciones
Glomerulonefritis posestreptocócica.
Endocarditis bacteriana.
Infecciones virales. Las infecciones virales, como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la hepatitis B y la hepatitis C, pueden
ocasionar glomerulonefritis.
Enfermedades inmunitarias
Lupus. El lupus, enfermedad inflamatoria crónica, puede afectar muchas partes del cuerpo, como la piel, las articulaciones, los riñones, las
células sanguíneas, el corazón y los pulmones.
Síndrome de Goodpasture. El síndrome de Goodpasture, un trastorno inmunológico pulmonar poco frecuente que puede parecerse a la
neumonía, produce sangrado en los pulmones además de glomerulonefritis.
Nefropatía por inmunoglobulina A. Esta enfermedad glomerular primaria, caracterizada por episodios recurrentes de sangre en la orina, es
consecuencia de los depósitos de inmunoglobulina A en los glomérulos. La nefropatía por inmunoglobulina A puede evolucionar con los años
sin síntomas evidentes.
Vasculitis
Poliarteritis. Este tipo de vasculitis afecta los vasos sanguíneos pequeños y medios de muchas partes del organismo, como el corazón, los
riñones y el intestino.
Granulomatosis con poliangitis. Este tipo de vasculitis, antes conocida como «granulomatosis de Wegener», afecta los vasos sanguíneos
pequeños y medianos de los pulmones, las vías respiratorias superiores y los riñones.
Presión arterial alta. Puede dañar los riñones y deteriorar su capacidad de funcionar normalmente. La glomerulonefritis también puede
producir presión arterial alta porque disminuye la funcionalidad renal y puede afectar la manera en la que los riñones administran el sodio.
Enfermedad renal diabética (nefropatía diabética). Puede afectar a cualquier persona con diabetes y generalmente tarda años en
aparecer. Un control adecuado del nivel de azúcar en sangre y de la presión arterial puede prevenir o retardar el daño renal.
Glomeruloesclerosis focal y segmentaria. Este trastorno, caracterizado por la cicatrización difusa de algunos glomérulos, puede originarse
por otra enfermedad o aparecer sin motivos conocidos.
Complicaciones
La glomerulonefritis puede dañar los riñones a tal punto que estos pierden su capacidad de filtrado. Como consecuencia, se acumulan niveles
peligrosos de líquido, de electrolitos y de desechos en el organismo.
Insuficiencia renal aguda. La pérdida de las funciones de la parte de filtrado de las nefronas puede provocar una rápida acumulación de
desechos. Es posible que necesites diálisis de urgencia (un medio artificial para eliminar los líquidos adicionales y los desechos del
organismo), por lo general, mediante un riñón artificial.
Enfermedad renal crónica. Los riñones pierden su capacidad de filtrado de manera gradual. La función renal que se deteriora a menos del
10 por ciento de su capacidad normal puede provocar una enfermedad renal terminal que requiere diálisis o un trasplante de riñón para poder
vivir.
Presión arterial alta. El daño a los riñones y la acumulación resultante de desechos en el torrente sanguíneo pueden elevar la presión
arterial.
Síndrome nefrótico. Si padeces este síndrome, tienes demasiada proteína en la orina, lo que provoca que haya muy poca cantidad de
proteína en la sangre. El síndrome nefrótico también puede estar relacionado con niveles altos de colesterol en sangre y con la hinchazón
(edema) de los párpados, los pies y el abdomen.
Prevención
Es posible que no haya forma de prevenir la mayoría de las formas de la glomerulonefritis. Sin embargo, a continuación te damos algunas medidas que
podrían ser beneficiosas:
Busca tratamiento de inmediato para la infección por estreptococo con dolor de garganta o impétigo.
Para prevenir infecciones que puedan provocar algunas formas de glomerulonefritis, como el VIH y la hepatitis, sigue las pautas para tener
sexo seguro y evita el uso de drogas intravenosas.
Controla la presión arterial alta, lo que disminuye la probabilidad de sufrir daños en los riñones causados por la hipertensión.
Es un trastorno de la frecuencia cardíaca (pulso) o del ritmo cardíaco. El corazón puede latir demasiado rápido (taquicardia), demasiado lento
(bradicardia) o de manera irregular.
Una arritmia puede no causar daño, ser una señal de otros problemas cardíacos o un peligro inmediato para su salud.
Causas
Normalmente, su corazón trabaja como una bomba que lleva sangre a los pulmones y al resto del cuerpo.
Para ayudar a que esto suceda, su corazón tiene un sistema eléctrico que garantiza que se contraiga (comprima) de manera ordenada.
El impulso eléctrico que da la señal al corazón para contraerse comienza en un área del corazón llamada nódulo sinoauricular (también
llamado nódulo sinusal o nódulo SA). Este es el marcapasos natural del corazón.
La señal sale del nódulo sinoauricular y viaja a través del corazón a lo largo de una serie de rutas eléctricas.
Diferentes mensajes nerviosos le dan la señal al corazón para palpitar más lento o más rápido.
Las arritmias son causadas por problemas con el sistema de conducción eléctrica del corazón.
Las señales eléctricas viajan en rutas nuevas o diferentes a través del corazón.
Hipertiroidismo
Las arritmias también pueden ser causadas por algunas sustancias o medicamentos, como: