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Características De La Armadura De Dios –

Significado Bíblico.
La armadura de Dios ya la tenemos puesta: ceñidos, vestidos y calzados. Estos fragmentos de la armadura
de Dios personifican los fundamentos más poderosos de protección en el evangelio, y están colocados a tu
disposición, en las características notaras los aspectos importantes que se deben tomar en cuenta para saber
cuál es el uso correcto.

Vestido para la batalla puesto que estamos en una batalla espiritual, Pablo prefirió explicar nuestra
protección en cristo usando la imagen de una armadura:

Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados
los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar
todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la
palabra de Dios (Efesios 6:14-17).
¿Qué es la armadura de Dios?
Es un arma espiritual de luz, es un vestido espiritual, no material, esto con el fin de estar preparados para la
batalla, y obtener la victoria en contra de las asechanzas de satanás. (Efesios 6: 14-17), da una descripción
de la armadura de Dios.

Cuando nos ponemos la armadura de Dios, nos vestimos con las armas de luz, del Señor Jesucristo
(Romanos 13:12-14).

Cuando nos vestimos de cristo, salimos del ámbito de la carne, donde somos vulnerables a los ataques.

Satanás nada tiene en Cristo (Juan 14:30) y en la medida que nos vistamos de Cristo, el malo no puede
tocarnos (l Juan 5:18). Él sólo puede tocar lo que está a su mismo nivel. Por eso se nos ordena:

“…no proveáis para los deseos de la carne” (Romanos 13:14), porque le daría oportunidad al diablo para
atacar.

La armadura de Dios es establecida de acuerdo a los períodos expresados que leemos en Efesios 6:1,15,
podemos notar que la armadura de Dios ya la tenemos puesta: ceñidos, vestidos y calzados. Estos fragmentos
de la armadura de Dios personifican los fundamentos de protección colocados a tu disposición cuando
recibiste a Cristo y se te demanda estar firme en estos tres importantes fundamentos.

El periodo enunciado exterioriza una acción que se consumó antes de que se te estableciera estar firme. La
manera entendida de la preparación de un soldado para la acción es: colocarse el cinto, la coraza y el
calzado antes de pretender estar firme.

Características de la armadura de Dios


Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados
los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar
todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la
palabra de Dios (Efesios 6:14-17).

Asimismo, debemos colocar toda la armadura de Dios después de ataviarnos de Cristo.

1.- El cinto de la verdad.

«Yo soy la verdad» (Juan 14:6). De manera que Cristo está en ti, esto establecerá que la verdad este en ti.
El cinto de la verdad es nuestra defensa y protección frente al arma notable de Satanás que es el engaño.

“…cuando satanás habla mentira de igual forma incluye en sus mentiras a los creyentes; porque es su
esencia, él es mentiroso, y el padre de mentiras” (Juan 8:44).
El cinto de la verdad (que resguarda en su lugar las demás partes de la armadura) está bajo incesante
ataque. La mentira es uno de los problemas sociales que encontramos como número. Resulta terrible que la
mayoría de las personas terminen por mentir tan solo para protegerse.

Podemos ver como Pablo indica que la verdad es nuestra primera flecha de defensa, es nuestra arma
poderosa para defendernos. La verdad nunca es oposición: es una aliada que es liberador. Afrontar la verdad
es el primer movimiento en todo método de recuperación.

Tienes que hablar la verdad en amor (Efesios 4:15) si quieres vivir libre en Cristo y tener una relación
reveladora. La única cosa que un creyente tiene que reconocer es la verdad.

Si te llega un pensamiento a la mente que no esté en unión con la verdad de Dios, deséchalo. Si se te ofrece
la oportunidad de decir o hacer algo que te pone en conflicto con la verdad, deséchalo. Adopta una sencilla
regla de vida: Si es la verdad, estoy con ella; si no es la verdad, no cuentes conmigo. Jesús oró: «No ruego
que los quites del mundo, sino que los guardes del mal» (Juan 17:15). ¿Cómo? «Santifícalos en la verdad;
tu palabra es la verdad» (v17).Vences al padre de mentiras con la revelación divina, no con el razonamiento
o la investigación humana.

2.- La coraza de justicia.


Cuando te vestiste de Cristo con la salvación, fuiste justificado ante nuestro Dios Santo (Romanos 5:1).

No es tu justicia, sino la de Cristo (l Corintios 1:30; Filipenses 3:8, 9).Ponerse la coraza de justicia es tu
defensa contra el acusador de los hermanos.

Así, cuando Satanás te lanza una flecha diciendo:


«No eres suficientemente bueno para ser cristiano», puedes responderle como Pablo: «¿Quién acusará a los
escogidos de Dios? Dios es el que justifica» (Romanos 8:33).

Aun cuando estemos en nuestra posición justa en cristo, debemos estar conscientes de cualquier hecho de
injusticia. Somos santos pecadores. Vestirnos las armas de luz significa que andamos en la luz como él está
en luz (l Juan 1:6-8).

Caminar en la luz no es magnificencia sin pecado. Representa vivir continuamente de acuerdo con Dios. Es
parte del proceso de crecimiento en cada creyente…

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad” (l Juan 1:9).

La confesión no radica en expresar “lo siento”. Un sin número de personas lo sienten, pero normalmente lo
hacen porque han sido descubiertas y aun en aquel momento solo reconocerán tan poco como les sea fácil.
Confesar en griego, personifica reconocer o estar de acuerdo. Es algo parecido al concepto de caminar en la
luz. Confesar denota: “yo lo hice”, en el período que te das cuenta que has cometido algo inadecuado.
Esconder algo es lo mismo que caminar en tinieblas.
Puedes caminar en la luz porque ya has sido perdonado. Has sido hecho justicia de Dios en Cristo (2
Corintios 5:21). Tu relación con Dios y tu camino eterno no están en juego cuando pecas; solo tu victoria
diaria. La confesión de pecados despeja el camino para la palabra fructífera de la justicia en tu usual vivir.
Conviniéramos ser como Pablo, que dijo:

“…procuro siempre tener una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres» (Hechos 24:16). El
alzado de la paz, Cuando te entregas a Cristo te unificas con el Príncipe de paz.

En su posición tienes paz con Dios ahora mismo (Romanos 5:1), pero la paz de Cristo debe reinar en tu
corazón y eso solo es posible cuando dejas que la palabra de Cristo more en tierra de abundancia
(Colosenses 3:15,16).

3.- El apresto del evangelio de la paz.


El calzado de paz es la protección contra las maquinaciones divisivas del diablo cuando actúas como
pacificador entre los creyentes (Romanos 14:19).

Los pacificadores son expertos en reunir a las personas. Los pacificadores avivan la comunión y poseen un
ministerio de reconciliación. Conciben que la comunión y la unidad en el cuerpo de Cristo se fundan en una
afinidad común. Los verdaderos creyentes son hijos de Dios y eso es preciso para reunirnos en paz. Si
esperas concordar en cada punto de vista de la opinión para recibir a alguien, serás el cristiano más solitario
del mundo. Debemos ser “solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efesios 4:3).

Las otras partes de la armadura de Dios; Pablo señala tres piezas de la armadura de Dios que convenimos
colocarnos para resguardarnos de los ataques de Satanás:

“El escudo de la fe, el yelmo de la salvación y la espada del espíritu, que es la palabra de Dios”.

Las primeras tres permanecen situadas debido a nuestra disposición en Cristo; las últimas tres nos favorecen
a seguir victoriosos en la batalla.

4.- El escudo de la fe
El objeto de nuestra fe es Dios y su palabra. Mientras mejor conoces y tienes intimidad con Dios y estudias
su Palabra, más fe tendrás. Si realmente no le conoces, y no tienes una intimidad con él, no lees la palabra,
de menor grado será tu escudo y será mucho más fácil que los dardos de fuego de Satanás te alcancen, y
consigan destruir tu fe.

Si aspiras que tu escudo de la fe sea de mayor nivel y optimice tu protección, tu entendimiento en Dios y en
la palabra debe crecer (Romanos 10:17).

Los dardos encendidos de satanás, son mentiras candentes, acusaciones quemantes y tentaciones ardientes
que bombardean nuestra mente. Cuando quiera que disciernas un pensamiento engañoso, una acusación o
una tentación, compáralo con la verdad que sabes acerca de Dios y su Palabra.
¿Qué hizo Jesús para desviar los dardos satánicos de la tentación?

Se escudó en afirmaciones de la Palabra de Dios. Cada vez que aprendes un versículo de la biblia, oyes las
enseñanzas en la congregación o haces estudios bíblicos, aumentas en entendimiento en las cosas de Dios,
amplías y aumentas tu escudo de la fe, yelmo de la salvación, si tu escudo de la fe quizás algo oxidado, la
victoria habitual es resbaladiza, descansa y confía en que el yelmo de la salvación te da garantía, la victoria
es eterna.

5.- El yelmo de la salvación


En la metáfora de la armadura de Dios, el yelmo asegura la protección de la parte más importante: la mente,
en este lugar es donde se ganan o se pierden las batallas. Sabiendo que las luchas son constantemente con el
mundo, la carne y el diablo es necesario estar firme tomando en cuenta que tu salvación no se trata en tus
buenas obras, sino más bien en las buenas obras de Cristo.

Tú eres un hijo de Dios y nada te puede apartar del amor de Cristo (Romanos 8:35).

La tentación persistentemente aparecerá para poner en tela de juicio nuestra salvación, sin embargo el
verdadero guerrero creyente usa el yelmo de la salvación sabiendo el beneficio, y que es poseedor de la
redención, vestido y armado con la corona de Jesucristo, bajo ese entendimiento en la unión al señor
Jesucristo, el diablo no tiene derecho alguno sobre nosotros.

«El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos lujos de Dios» (Romanos 8:16).

6.- La espada del espíritu

La espada del espíritu, es la palabra de Dios, debemos declarar su palabra, profetizar, orar, interceder
constante mente. La palabra es vida, y es una de las armas más poderosas que podemos usar, ante los ataques
de satanás.

La espada del espíritu, es la palabra de Dios que es poderosa es la única defensa embestida en la armadura
de Dios. Pablo usa el rema en vez de lagos en Efesios 6:17

Porque quiere destacar la palabra manifestada de Dios. Existe solo una Palabra de Dios, pero la palabra
griega rema lleva consigo la idea de anuncio. Por ejemplo,

Pablo dice en Romanos 10:17: «Así que la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra (rhema) de Dios».

Es apropiado usar rema en este contexto porque el énfasis está sobre la predicación y el oír las buenas
nuevas. Nuestra defensa contra los ataques directos del diablo es hablar en voz alta la verdad de Dios.
¿Por qué es tan importante hablar la Palabra de Dios, además de creerla y pensar en ella?

Porque Satanás no es omnisciente y no sabe en forma perfecta qué piensas. Al observarte, puede decir muy
bien lo que piensas, de la misma manera que una persona que estudia la conducta humana puede hacerlo.
Satanás no conoce los pensamientos, somos nosotros mismos quienes con nuestros actos nos delatamos ante
él. Si prestas atención a un espíritu engañador (1 Timoteo 4:1), él pone pensamientos en tu mente y sabrá si
has adoptado su mentira por la forma que te comportas. No le cuesta decir lo que piensas si él te ha dado los
pensamientos.

https://nuestrodios.com/la-armadura-de-dios/
14 Versículos de la Biblia sobre

Armadura de Dios
Versículos Más Relevantes

Efesios 6:10-17
Revestíos con toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las insidias del diablo. Por tanto,
tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar
firmes en todo, tomando el escudo de la fe con el que podréis apagar todos los dardos encendidos del
maligno. Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Tomad también el YELMO DE
LA SALVACION, y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios. Estad, pues, firmes, CEÑIDA
VUESTRA CINTURA CON LA VERDAD, REVESTIDOS CON LA CORAZA DE LA JUSTICIA, y
calzados LOS PIES CON EL APRESTO DEL EVANGELIO DE LA PAZ; Porque nuestra lucha no es
contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de
tinieblas, contra las {huestes} espirituales de maldad en las {regiones} celestiales.

1 Tesalonicenses 5:8
Pero puesto que nosotros somos del día, seamos sobrios, habiéndonos puesto la coraza de la fe y del amor, y
por yelmo la esperanza de la salvación.

2 Corintios 6:7
en la palabra de verdad, en el poder de Dios; por armas de justicia para la derecha y para la izquierda;

Efesios 6:10-20
Con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu, y así, velad con toda perseverancia y súplica por todos
los santos; y {orad} por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer sin temor el
misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que {al proclamar}lo hable con denuedo, como debo
hablar.

Hebreos 4:12
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división
del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y {es poderosa} para discernir los pensamientos y las
intenciones del corazón.

Isaías 59:17
Se puso la justicia como coraza, y el yelmo de salvación en su cabeza; como vestidura se puso ropas de venganza, y
se envolvió de celo como de un manto.

Isaías 11:5
La justicia será ceñidor de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.

Isaías 52:7
¿Qué hermosos son sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz, del que trae las
buenas nuevas de gozo, del que anuncia la salvación, {y} dice a Sion: Tu Dios reina!
Romanos 10:15
¿Y cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito: ¡CUAN HERMOSOS SON LOS PIES DE LOS QUE
ANUNCIAN EL EVANGELIO DEL BIEN!

2 Corintios 10:3-5
Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la carne; destruyendo especulaciones y todo
razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios, y poniendo todo pensamiento en
cautiverio a la obediencia de Cristo,

2 Corintios 10:4
porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;

Romanos 13:14
antes bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no penséis en proveer para las lujurias de la carne.

Romanos 13:12
La noche está muy avanzada, y el día está cerca. Por tanto, desechemos las obras de las tinieblas y vistámonos con
las armas de la luz.

Proverbios 30:5
Probada es toda palabra de Dios; Él es escudo para los que en Él se refugian.

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