El objetivo filosófico que Bergson plantea, es estudiar la significación de lo cómico,
analizar las diversas cosas que provocan la risa con el fin de determinar los elementos humorísticos que nos hacen reír. Bergson describe la risa como un ser vivo que tiene un objetivo en gran parte social. La risa debe proceder de la inteligencia y no podría darse si no fuera, por momentos, ajena a toda emoción. Según Bergson la risa exige la complicidad de un grupo, de modo que lo cómico no puede darse en aislamiento; tiene, en suma, una significación social. Podría decirse que lo cómico sólo puede producirse cuando recae en una superficie espiritual y tranquila. Su medio natural es la diferencia. No hay mayor enemigo de la risa que la emoción. Lo cómico es, pues, accidental, y queda, por decirlo así, en la superficie del individuo, por otra parte, la distracción, en efecto, si no nos lleva a la fuente misma de lo cómico. Pero el efecto de la distracción es susceptible de recibir aún mayor fuerza. La mera distracción, como un simple hecho, ya nos mueve a la risa. Pero más ridícula nos parecerá esa distracción si la hemos visto nacer y desarrollarse ante nosotros, si conocemos su origen y podemos reconstituir su historia. Como, por ejemplo, un individuo se ha dado a la lectura de novelas de amor y que, atraído y fascinado por sus héroes, camina lentamente, de día en día, concentrando en ellos su pensamiento y su voluntad. Y vemos cómo acaba por circular entre nosotros como un sonámbulo. Sus acciones son distracciones. También las actitudes, gestos y movimientos del cuerpo humano son risibles en la exacta medida en que este cuerpo nos hace pensar en un simple mecanismo. Por ejemplo, los gestos, que de otro modo no nos hacen reír, llegan a ser ridículos cuando otra persona los imita. Ahora bien, la comedia es un juego, pero un juego que imita la vida. Es cómico todo arreglo de hechos y acontecimientos, que encajados unos en otros nos den la ilusión de la vida y la sensación clara de un ensueño mecánico. Lo cómico es aquel aspecto de la persona que le hace asemejarse a una cosa, ese aspecto de los acontecimientos humanos que imita con una singular rigidez el mecanismo puro y simple, el automatismo, el movimiento sin la vida. Expresa, pues, lo cómico cierta imperfección individual o colectiva que exige una corrección inmediata. Y esta corrección es la risa, la risa es, pues, cierto gesto social que subraya y reprime una distracción especial de los hombres y de los hechos. Como hemos visto, los leves defectos de nuestros semejantes son los que nos hacen reír, sin embargo, no es del todo exacta. Aunque hay que reconocer, no obstante, que el ideal social y el ideal moral no difieren en su esencia. Podemos, pues, admitir que por regla general lo que nos hace reír son los defectos ajenos, pero añadiendo que estos defectos nos mueven a risa, más por la insociabilidad que por la inmoralidad.