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GHeCIDA
EN a5 1) 4 Ut] MESA DE ESCRACHE POPULAR
4na concesi6n al criterio generalmente
falaz de la tolerancia de las ideas. Pa-
ra nosotros hay ideas buenas e ideas
malas. En el prélogo de mi libro “La
Escena Contemporanea”, escribi que
soy un hombre con una filiacion y una
fe. Lo mismo puedo decir de esta re-
vista, que rechaza todo lo que es con-
trario a su ideologia, asi como todo lo
que no traduce ideologia alguna.
Para presentar “Amauta”, estan de-
més las palabras solemnes. Quiero
proscribir de esta revista la retorica
Me parecen absolutamente inutil los
programas. El Pert es un pais de r6-
tulos y etiquetas. Hagamos al fin al-
guna cosa con contenido, vale decir
con espiritu. “Amauta” por otra parte
no tiene necesidad de un programa;
tiene necesidad tan solo de un desti-
no, de un objeto.
El titulo preocupara probablemente a
algunos. Esto se deberé a la importan-
cia excesiva, fundamental, que tiene
entre nosotros el rétulo. No se mire en
este caso a la acepcién estricta de la
palabra. El titulo no traduce sino
muestra adhesin a la Raza, no refleja
sino nuestro homenaje al Incaismo.
Pero especificamente la palabra
“Amauta” adquiere con esta revista
una nueva acepcién. La vamos a crear
otra vez.
El objeto de esta revista es el de plan-
tear, esclarecer y conocer los proble-
mas peruanos desde puntos de vista
doctrinarios y cientificos. Pero consi-
deraremos siempre al Pert dentro del
panorama del mundo. Estudiaremos
todos los grandes movimientos de re-
novaci6n politicos, filoséficos, artisti-
05, literarios, cientificos. Todo lo hu-
mano es nuestro. Esta revista vinculara
alos hombres nuevos del Pert, prime-
ro con los de los otros pueblos de
América, en seguida con los de los
otros pueblos del mundo.
Nada més agregaré. Habra que ser
muy poco perspicaz para no darse
cuenta de que al Pert le nace en este
momento una revista hist6rica.
José Carlos Maridtegui
Editorial de “Amauta”, N. 1, affo 1,
Lima, setiembre de 1926.
Motivos y razones
éPor qué comenzar por los escraches
de la agrupaci6n H.1.J.0.S.? ZExiste un
orden légico a partir del cual organizar
las situaciones?
No tenemos motivos definitivos. Tal
vez pudiéramos haber comenzado por
otro lado. La lista de experiencias con
las que ya estamos preparando los
préximos numeros de Situaciones es
amplia, numerosa. Habia de donde es-
coger. Y, sin embargo, la decisi6n de
comenzar por los escraches de
H.1.J.0.S. fue unanime. Undnime y,
ademas, espontanea.
Las buenas razones de este comienzo
no son enumerables: nunca llegarfan a
expresar la sensacién que -al menos
en nosotros— imprimen los escraches
de H.1.J.0.S.
Aunque podriamos comenzar por esa
familiaridad que nos une a ellos. En
cierta manera los H.1.J.0.S. son nues-
tros amigos y compafieros, pero en
cierto otro sentido, mas profundo y
a también mas sanguineo, son nuestros
hermanos.Pero hay mas. Se trata de su forma de
vivir la politica y de su exigencia radi-
cal a la historia. Eso es algo que des-
de un comienzo nos admir6. Los Es-
craches de H.I.J.0.S. tienen una dina-
mica y una fuerza que abruman. Pa-
searse por una de esas manifestacio-
nes uinicas es disponerse a una expe-
riencia de intensidades corporales y
espirituales dificiles de igualar.
H.L.J.O.S. nos inspira.
Hay atin otras razones. “Los Escra-
ches de H.1.J.0.S.” constituyen una
formula que sobrepasa ampliamente
sus Componentes: la agrupaci6n
H.1.J.0.S. y los escraches. Lo que nos
conmueve es, pues, la combinacién.
Mezcla de aires de rebeldias juveniles
con eterno retorno de una historia
desgarrada que es a la vez repeticion
y actualizacion.
Estas-sensaciones fueron las que in-
tentamos reunir sobre el papel —-como
si fueran verdaderas tesis— para ser
trabajadas con los H.1.J.0.S. Las mis-
mas que, creemos, estuvieron presen-
tes en una larga conversacion que tu-
vimos la noche de un viernes Iluvioso
de septiembre, en una vieja casa per-
teneciente al movimiento anarquista.
Lo primero que publicamos es, en-
tonces, ese breve documento sobre
los escraches alrededor del cual giré
la charla.
Ya adentrados en la conversacién tu-
vimos la sensacién de no habernos
equivocado: los H.I.J.0.S. no tenian
puesto un cassette. Estaban dispues-
tos a que esa noche algo emergiera,
a que hubiera pensamiento colectivo.
Ni para nosotros ni para ellos se traté
de una simple entrevista. Pudimos
pensar juntos, pudimos componernos.
La conversacién fue editada y leida
por nosotros y por ellos, pero con el
firme propésito de no cambiar sino re.
dundancias y recortar las intervencio-
nes que ademas de repetidas, ya no
conservaban el sentido que tenfan en
la conversacién misma. Hemos respe-
tado estrictamente los movimientos
del didlogo, los vaivenes, las idas y
venidas, porque creemos que alli, pre.
cisamente, en esos movimientos de
pensamiento est la riqueza de lo que
pas6 aquella noche.
Finalmente hemos decidido publicar
dos textos mas. El primero es un arti-
culo escrito por dos integrantes de la
Comisién FUNA de Chile con sus opi-
niones sobre la conversacion que
mantuvimos con los H.1.J.0.S. de Ar-
gentina. En Chile no escrachan, sino
que “funan” y han “funado" ya a unos
cuantos. Su consigna es “si no hay
justicia, hay funa”
Para terminar hemos publicado el dis-
curso que los H.1.J.0.S. pronunciaren
durante su Ultimo escrache. Y esto por
una razon. Este discurso fue escrito
un dia después de la conversaci6n
que tuvimos con ellos, y pueden reco-
nocerse alli ecos y huellas de nuestro
encuentro.
Este numero, demas esta decirlo, esta
dedicado a nuestros compafieros, los
30.000 desaparecidos, pero no como
parte de un pasado irrecuperable, de
una memoria triste ni como un canto 2
las victimas: de esa mierda ya tuvimos
demasiado en nuestro pais. Si algo
compartimos con H.I.J.0.S. es que el
pasado no es algo “ya pasado”, que
haya quedado definitivamente atras,
sino que el pasado esta aqui, en cada
Escrache y que la lucha de los revalu-
cionarios —desaparecidos y sobrevi-
vientes— es nuestra lucha. No hay ho-
menaje, s6lo decisién de seguir el ca-
mino de la justicia y la libertad.
Los escraches desbordan las formas
tradicionales de la politica: son una
practica novedosa que afirma un nue-
vo sentido de la politfta y de la mili-
tancia.
En ese sentido es fundamental poder
desmenuzarlo y sacar sus implican-
cias. Como la experiencia zapatista,
la del MST y tantas otras, funda una
nueva subjetividad revolucionaria.
Pensar la especificidad que implica
el escrache, las caracteristicas reales
que lo constituyen, es la Unica forma
de impedir que sea reinterpretado
desde férmulas que hoy no nos ayu-
dan. Este es el objetivo de este en-
Cuentro.
Los escraches son, en primer lugar,
un llamado a la lucha, una confirma-
para la discusién
ci6n practica de que la accién trans-
formadora es ahora, 0 no es. Son lo
Opuesto a la melancolia del
que espera (sentado) un mundo me-
jor. El escrache nos demuestra que la
lucha no depende de la idea de un
mariana luminoso, de ninguna estrate-
gia cientificamente demostrada, ni de
ning&n salvador que nos libere.
Por eso el escrache funda otra idea
del tiempo, diferente a la que nos
ofrece el capitalismo.
Para este ultimo el pasado ya fue, s6-
lo existe como memoria pasiva, como
Nunca Mas. El futuro lo vivimos como
una promesa lejana e imprecisa, que
no depende de nosotros. Por eso
nuestro presente es débil, triste: esta-
mos solos, y esperando un milagro.
En el escrache por el contrario, el pa-
sado acta con fuerza, los desapare-
cidos viven como proyecto actual, es
un pasado que afirma: es pasado del
presente. Por otra parte el futuro ya
lleg6, porque no es otro que el que
vamos construyendo, el que depende
de nosotros: es el futuro del presente.
Asi el escrache funda un presente lle-
no de potencialidades, decisivo.
El escrache es una practica que no
puede esperar ni conformarse. Surge
hoy y es para ahora.
3
Esto es asi porque el escrache se or-
ganiza s6lo para dar respuesta a la
exigencia que lo funda: JUSTICIA. Es
esta necesidad la que afirma en la