Sie sind auf Seite 1von 2

¿Es verdad lo que dice Juan Villoro: que la crónica es el ornitorrinco de los géneros

porque tiene un poco de poesía, narrativa, ensayo y periodismo?


Comparto esa ingeniosa ocurrencia de Villoro, que figura en el prólogo de su libro Safari
accidental. Él quiso recrear aquella afirmación de su paisano Alfonso Reyes, quien había
dicho que el ensayo es el centauro de la literatura. Lo que hace que la crónica sea tan
especial es, justamente, eso: que permite narrar como un cuento e interpretar, a ratos, como
un ensayo.
Alberto Salcedo Ramos. Entrevista
http://www.relectura.org/cms/content/view/437/36/

“Nadie puede dudar que la crónica latinoamericana tiene oficio y músculo entrenado para
contar lo freak, lo marginal, lo pobre, lo violento, lo asesino, lo suicida (yo misma podría
poner una banderita arriba de cada uno de esos temas: a todos los he pasado por la pluma y
a algunos, incluso, varias veces), pero en cambio tiene cierto déficit a la hora de contar
historias que no riman con catástrofe y tragedia. Puede ser que las buenas historias con final
feliz no abunden y que contar historias de violencia dispare la adrenalina que todo
periodista lleva dentro. Puede ser que sumergirnos en mundos marginados nos produzca
más curiosidad que una realidad de acceso más fácil. Que hablar de los niños desnutridos
sea, incluso, una prioridad razonable. Es probable, entonces, que la crónica latinoamericana
no esté contando la realidad completa, sino siempre el mismo lado B: el costado que es
tragedia”, asevera la cronista.
Liela Guerriero. Entrevista.
http://www.estereofonica.com/los-frutos-extranos-de-leila-guerrero-es-presentado-en-
colombia/

¿Qué soy yo? Soy una cronista que se ocupa de juntar palabras de manera que mis lectores
tengan la sensación de haber estado en un lugar, de haber entendido algo importante y se
hayan emocionado. Más o menos esa es mi ambición.
Alma Guillermopietro.
http://www.medios.org.ar/?p=296

“La crónica es una literatura hecha al vapor porque tienes la presión del suceso y la presión
de la entrega, porque si no en los periódicos no te pagan. Y te la piden con un estilo que te
activa no solamente la prosa sino también el punto de vista. Es una literatura bajo presión
pero no es una literatura menor".
Fabrizio Mejía Madrid.
http://www.rfi.fr/actues/articles/106/article_9487.asp

"Me ha pasado que, para beneficio de los lectores, digo que pasó algo que pudo haber
pasado. Eso los historiadores lo llaman factoide, es una cosa que dadas las circunstancias
muy probablemente pudo haber pasado, pero que no hay un sustento textual para afirmarlo
ni confirmarlo. Pero la base siempre son hechos reales y comprobables, si no, sería una
novela".
Frabrizio Mejía Madrid.
El Nacional. 30 de agosto de 2007.
“Reconstrucción literaria de sucesos o figuras, género donde el empeño formal domina
sobre las urgencias informativas”.
Carlos Monsiváis.

Si Alfonso Reyes juzgó que el ensayo era el centauro de los géneros, la crónica reclama un
símbolo más complejo: el ornitorrinco de la prosa. De la novela extrae la condición
subjetiva, la capacidad de narrar desde el mundo de los personajes y crear una ilusión de
vida para situar al lector en el centro de los hechos; del reportaje, los datos inmodificables;
del cuento, el sentido dramático en espacio corto y la sugerencia de que la realidad ocurre
para contar un relato deliberado, con un final que lo justifica; de la entrevista, los diálogos;
y del teatro moderno, la forma de montarlos; del teatro grecolatino, la polifonía de testigos,
los parlamentos entendidos como debate: la "voz de proscenio", como la llama Wolfe,
versión narrativa de la opinión pública cuyo antecedente fue el coro griego; del ensayo, la
posibilidad de argumentar y conectar saberes dispersos; de la autobiografía, el tono
memorioso y la reelaboración en primera persona. El catálogo de influencias puede
extenderse y precisarse hasta competir con el infinito. Usado en exceso, cualquiera de esos
recursos resulta letal. La crónica es un animal cuyo equilibrio biológico depende de no ser
como los siete animales distintos que podría ser.
De acuerdo con el dios al que se debe, la crónica trata de sucesos en el tiempo. Al absorber
recursos de la narrativa, la crónica no pretende "liberarse" de los hechos sino hacerlos
verosímiles a través de un simulacro, recuperarlos como si volvieran a suceder con
detallada intensidad.
Por lo demás, la intervención de la subjetividad comienza con la función misma del testigo.
Todo testimonio está trabajado por los nervios, los anhelos, las prenociones que acompañan
al cronista adondequiera que lleve su cabeza
Juan Villoro. “La crónica ornitorrinco de la prosa”. Safari accidental.

“La crónica permite todo, la crónica permite decir mentiras, obviamente estás anclado en la
realidad pero permite jugar con el lenguaje de una forma que es mucho más entretenida que
el periodismo habitual, es decir, el periodismo habitual no se la juega tanto por las
imágenes, por tratar de poner eso en literatura para que quede claro... pero en la crónica hay
que echar mano de la ficción”.
Cristian Valencia. Entrevista

Yo todavía no sé qué es la crónica. Me parece que la crónica es algo que acontece con la
palabra. Es el momento en que se encuentran el tiempo y la palabra.
(…)
Yo creo que la crónica es el género del mestizaje, el que practicamos los que no tenemos
pánico a no ser novelistas. Hay mucha gente que llega a la novela o al relato de manera
forzada, por miedo a quedarse al margen de «los grandes géneros». Hay un gran miedo a lo
transitorio; y lo bello de la crónica es que no le importa jugar con la mortalidad (…)la
crónica es para mí una manera de estar en la vida; una manera dialogante, amable, donde
está el otro, donde no estoy yo sola... es una manera poco arrogante de estar en la vida.
También es una forma de ciudadanía.
Elisa Lerner. “Elisa Lerner una atleta de la soledad”.

Das könnte Ihnen auch gefallen