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SINTAXIS

1. CONCEPTO DE SINTAXIS Y SUS UNIDADES


Puesto que la sintaxis constituye una rama de la gramática, debemos conocer
primero lo que es la gramática.

1.1. Concepto de gramática


Desde la Grecia clásica, el ser humano se ha mostrado interesado por conocer las
lenguas naturales. Es precisamente a los griegos a quienes debemos el concepto de
gramática; además, muchos otros de sus conceptos han llegado también hasta nuestros
días (clasificación de las partes de la oración, las categorías gramaticales mayores y las
categorías gramaticales menores de género, número, caso, tiempo, voz y modo).

El concepto de gramática lo tenemos que entender en dos sentidos: por un lado,


gramática es el conocimiento interiorizado que los hablantes tienen de su lengua; por
otro lado, gramática la hemos de entender como modelo explicativo de la realidad
lingüística o de sus manifestaciones en las lenguas. En este segundo sentido es en el que
podemos decir que el concepto de gramática ha ido cambiando a lo largo de los siglos,
ya que ha ido acumulando todos los saberes que han ido apareciendo sobre las lenguas
naturales, siempre en consonancia con el contexto histórico.

Tradicionalmente, la gramática ha sido dividida en dos grandes partes: la


morfología y la sintaxis. Esta división deriva de haber considerado la palabra, a lo largo
de toda la historia de la lingüística, como la unidad fundamental del análisis gramatical.
La palabra, por un lado, se entiende como la combinación de morfemas; sería una
estructura que resulta de la unión de morfemas. Por otro lado, la palabra se une a otras
palabras para formar oraciones.

Si nos atenemos a la primera consideración, su estudio correspondería a la


morfología; sin embargo, si nos atenemos a la segunda consideración, su estudio lo
llevaría a cabo la sintaxis.

Aunque podemos decir que esta división en morfología y sintaxis ha resultado muy
rentable metodológicamente, algunos estudiosos han hecho algunas matizaciones y han
llegado a poner en cuestión esta división de la gramática. Concretamente, esta división
fue puesta en duda por las escuelas estructuralistas. El propio Saussure sustituye esta
división tradicional de la gramática por la teoría de la sintagmática y por la teoría de las
asociaciones.

En el Congreso Internacional de Lingüística que se celebró en París en el año 1948,


la división de la gramática ocupó el tema central. En este congreso, se llegó a la
conclusión de que esa dicotomía no estaba justificada y que, por tanto, en las lenguas
naturales, no existe una frontera clara entre esas dos disciplinas. A partir de ese
momento, algunos lingüistas optaron por mantener esa división tradicional de la
gramática en morfología y sintaxis; en cambio, otros estudiosos prefirieron unir ambas
disciplinas y hablar de una única rama de la gramática a la que denominaron
morfosintaxis.
Es evidente que, desde el punto de vista universal, es muy difícil establecer una
diferenciación tajante entre morfología y sintaxis; sin embargo, dentro de una misma
lengua sí que puede tener sentido, pues nos puede ser muy útil desde un punto de vista
metodológico.
En vista de la utilidad metodológica que nos aporta esta división a la hora de llevar a
cabo el análisis de un texto, procederemos a continuación a centrarnos exclusivamente
en la sintaxis.

1.2. Concepto de sintaxis


Según lo apuntado inicialmente, podríamos definir la sintaxis como la rama o parte
de la gramática que se ocupa de estudiar los conjuntos que forman las palabras al unirse
con otras, es decir, las oraciones. La sintaxis se ocupa de estudiar las distintas funciones
semánticas o huecos distribucionales que existen dentro de una oración que pueden
estar constituidos por una clase o clases de palabras y sintagmas.
De hecho, la Real Academia Española define el concepto de sintaxis como «una parte de
la gramática que estudia el modo en que se combinan las palabras y los grupos que estas
forman para expresar significados, así como las relaciones que se establecen entre todas
esas unidades».

1.3. Concepto de oración


Sabemos, por lo tanto, que la oración es la unidad de estudio de la sintaxis, pero
¿qué es exactamente una oración?
Lo cierto es que no existe un único concepto de oración, sino muchos. El término
“oración” convive con muchos otros (“frase”, “sentencia”, “enunciado”, “cláusula”,
“proposición”, etc.) que a veces se consideran como sinónimos y otras veces no. Por lo
tanto, las diferentes definiciones de oración no siempre abarcan los mismos usos
designativos. Esta complejidad a la hora de definir el concepto de oración viene dada
por el hecho de que no siempre se han aplicado los mismos criterios para su definición,
pues estos pueden ser semánticos, lógicos, psicológicos, formales, funcionales, etc.

- Desde el punto de vista psicológico, la oración sería la fragmentación mental del


discurso en unidades psíquicas. Esta fragmentación se manifiesta en la realización
fonética de manera que el oyente la percibe gracias a la entonación.
- Según la definición lógica, una oración es la expresión verbal de un juicio. Como se
emite un juicio sobre algo o alguien, es necesario un sujeto y lo que se enuncia del
mismo sería el predicado.
- Desde el punto de vista semántico, se define la oración como una expresión con
sentido completo.
- Desde el punto de vista funcional, es el verbo el que indica las posibles funciones
semánticas.
- Desde el punto de vista formal, que es el que compete a la gramática, la oración se
entiende como una forma independiente que no tiene elementos propios fuera de
ella ni depende de formas superiores. Desde esta perspectiva, resulta más sencillo
establecer las unidades sintácticas. El núcleo de la unidad sintáctica es el verbo y
todos los elementos que se relacionan con él generan en conjunto junto a él una
oración. Un verbo en forma personal establece una relación directa entre un sujeto
y un predicado, que constituyen las dos grandes partes de la oración.
El punto de vista formal fue adoptado por un gramático español para establecer la
diferencia entre los conceptos de oración y proposición, José Roca Pons, que, en el II
tomo de su libro Introducción a la gramática (1969), definió la oración como una unidad
de comunicación caracterizada por su autonomía. A partir de ese momento, casi todos
los manuales de gramática española y numerosos estudiosos posteriores adoptaron la
idea de Roca Pons, que había sido inspirada por Bloomfield, que a su vez se inspiraba en
la definición de oración de Antoine Meillet:
«Un conjunto de articulaciones conectadas entre sí por nexos gramaticales y
que, no dependiendo de ningún otro conjunto, son autosuficientes».

Es precisamente esa independencia la que nos va a permitir diferenciar el concepto


de oración del concepto de proposición. Si una oración es, como hemos dicho, una
expresión capaz de transmitir por sí misma un comunicado completo e independiente,
la proposición sería una oración gramatical integrada dentro de otra o unida a otra u
otras para comunicar en conjunto una información completa e independiente. Por lo
tanto, las proposiciones por sí solas no pueden constituir una oración, pues deben unirse
a otras para transmitir una información completa e independiente; sin embargo, esto
no quiere decir que una oración deba estar necesariamente constituida por
proposiciones. Por ejemplo, estoy enfermo sería en este caso una oración; no obstante,
si integramos esta información de manera que complemente a otra, como en “aunque
estoy enfermo, iré al trabajo”, se trataría de una proposición.

Además de esta diferenciación, hay otros autores que diferencian entre oración y
“cláusula” u oración y “nexus”. En las tres parejas, el segundo elemento está dentro de
una oración, pudiendo haber más de uno. Cláusula y nexus equivalen a la estricta
estructura de SN+SV. Por otra parte, una proposición es una estructura integrante de
una oración o una estructura de contenido semántico oracional.
Lo cierto es que existen numerosos términos con los que diferentes autores han
intentado nombrar el concepto de oración y sus partes. Esta larga terminología ha dado
lugar a hacer este concepto más complejo y difuso; sin embargo, el término que parece
hoy más reconocido y defendido por más autores, así como el más tradicional es el de
oración.

Por lo tanto, actualmente, se mantiene la terminología de oración y se la define


como “la expresión de un juicio o pensamiento completo por medio de dos elementos
esenciales: el sujeto y el predicado”. Si acudimos a la Real Academia Española la define
según esta corriente: “estructura gramatical formada por la unión de un sujeto y un
predicado”. A su vez, nos remite a la entrada de “enunciado”, que define como
“secuencia con valor comunicativo, sentido completo y entonación propia”. También,
dice del enunciado que “puede estar constituida por una o varias oraciones”. Así, nos
marca una diferencia clara entre oración y enunciado: la oración se trata de una
estructura de naturaleza gramatical y tiene límites gramaticales y unidades
gramaticales; por otra parte, el enunciado es una unidad de comunicación, de habla,
que se construye con unidades de lengua (oraciones, sintagmas y palabras). Mientras
que los límites de la oración son gramaticales, los del enunciado están definidos por el
cambio de fuerza ilocutiva.

1.3.1. Tipos de oración


Podemos diferenciar diferentes tipos de oraciones atendiendo a varios
criterios.
a) Si atendemos a la naturaleza del verbo de la oración, podemos diferenciar entre
oraciones copulativas, cuando el verbo es copulativo (ser, estar y parecer), y
oraciones predicativas, cuando se trata de verbos predicativos. Las oraciones
copulativas anuncian cualidades del sujeto, mientras que las predicativas
expresan acciones en las que el sujeto participa y realiza.
Por otra parte, dependiendo de si el verbo tiene o no complemento directo,
pueden ser transitivas o intransitivas respectivamente.
b) Si atendemos al número de verbos de la oración, podemos clasificar las
oraciones en simples y compuestas. Si la oración posee un único verbo, esta es
simple; en cambio, si posee más de uno, la oración es compuesta y presentará
proposiciones.
c) Las oraciones pasivas son aquellas cuyo verbo aparece en forma pasiva y, por
lo tanto, el interés principal es acerca del objeto y no de quien realiza la acción.
No obstante, se ha discutido mucho acerca de la existencia de la pasiva en el
español y algunos lingüistas la han llegado a poner en duda.
d) Las oraciones reflexivas y recíprocas son aquellas en las que la acción del sujeto
recae sobre él mismo. En el caso de las reflexivas se trata de un sujeto único que
realiza la acción para sí mismo; en el caso de las recíprocas dos o más sujetos
ejecutan la acción y a la vez la reciben del otro.
e) Las oraciones impersonales son aquellas que carecen de sujeto, es decir, son
oraciones cuyo verbo es impersonal.
f) Cuando un hablante emite una oración podemos percibir su actitud o
intencionalidad, a la que los clásicos denominaron modus. El modus puede
encontrarse implícito, por lo que hay que deducirlo del contexto, o bien
explícito a través de la realización fonética o ciertas marcas gramaticales como
el modo del verbo. Según el modus, podemos distinguir los siguiente distintos
tipos de oraciones:
- Exclamativas: son oraciones que expresan un sentimiento, ya sea de alegría,
sorpresa, tristeza, dolor… Pueden ir introducidas por adverbios exclamativos o
adjetivos determinativos exclamativos.
- De posibilidad: expresan una posibilidad futura o pasada.
- Dubitativas: expresan duda ante lo que se manifiesta. Normalmente, se
introducen con adverbios de duda seguidos por un verbo en modo subjuntivo.
- Afirmativas: enuncia la conformidad objetiva con lo que se está diciendo.
- Negativas: enuncia la disconformidad objetiva con lo que se está diciendo.
- Interrogativas: en las oraciones interrogativas, también se expresa una duda,
pero se le pregunta a alguien directamente con la esperanza de que la resuelva.
Suelen ir introducidas por adverbios interrogativos o adjetivos determinativos
exclamativos.
- Desiderativas: expresan deseo de que algo suceda y suelen tener el verbo en
subjuntivo.
- Exhortativas: son oraciones empleadas para llamar a alguien a hacer algo o
incluso ordenárselo o exigírselo.

1.4. Composición de la oración.


Una vez que conocemos el concepto de oración, es interesante conocer qué
elementos o partes la componen. Las dos grandes partes de la oración son el sujeto y el
predicado, que deben concordar.
Dentro de la oración, las palabras se agrupan formando grupos sintácticos
denominados sintagmas. Diferenciamos distintos tipos de sintagmas según la palabra
nuclear de cada uno de ellos: sintagma verbal, sintagma nominal, sintagma adjetival,
sintagma adverbial, sintagma preposicional…

- Sintagma nominal: Determinante + Núcleo + Complemento del nombre/aposición.


- Sintagma adjetival: Cuantificador + Núcleo + Complemento del adjetivo.
- Sintagma adverbial: Cuantificador + Núcleo + Complemento del adverbio.
- Sintagma preposicional: enlace + Sintagma nominal.

Los sintagmas pueden tener diferentes funciones sintácticas dentro de la oración


según veremos a continuación.

2. FUNCIONES SINTÁCTICAS
Las clases de palabras y los sintagmas establecen relaciones entre sí que permiten
interpretar su aportación semántica al contenido de la oración o de otro grupo
sintáctico. Las funciones dependen tanto de la posición de las palabras en la oración,
como de otros factores sintácticos. Por ejemplo, la oración Llegará el viernes puede
interpretarse de dos formas: si el viernes hace referencia a la entidad que llegará, el
viernes es el sujeto de llegará; en cambio, si la oración nos dice que alguien llegará el
viernes, el viernes sería un complemento circunstancial de tiempo. Por lo tanto, sujeto
y complemento circunstancial son funciones, pues son relaciones que nos manifiestan
cómo se relacionan dos elementos de la oración.

Tradicionalmente, las funciones sintácticas han sido elaboradas sin seguir criterios
precisos, mezclando aspectos de distinta naturaleza: lógica, semántica, formal e
informativa; no obstante, por lo general, ha primado la base lógico-semántica.

2.1. Criterios
2.1.1. Criterio logicista
Según el criterio logicista, la oración es un paralelismo entre la organización
sintáctica y la organización de un juicio lógico, como hemos apuntado
anteriormente. Por lo tanto, son necesarios un sujeto y un predicado, pues emitimos
un juicio sobre algo. Los propios nombres de las funciones gramaticales, como
sujeto y predicado, parten del criterio logicista, criterio se afianzó por la influencia
de la gramática de Port- Royal.

2.1.2. Criterio semántico


Este criterio se basa en la funcionalidad de los elementos de la oración en su
relación con las cosas reales a las que hacen referencia. Así, el sujeto y el predicado
hacen referencia a la persona o cosa que lleva acabo la acción y la propia acción
respectivamente. El resto de elementos hacen referencia al resto de circunstancias
que rodean a la acción. No obstante, este criterio es puesto en duda, ya que se
considera que es de naturaleza caprichosa; por ejemplo, en la oración la pelota fue
golpeada por el niño, el sujeto no es quien realiza la acción.
Ante los problemas teóricos que planteaban estos dos criterios, surgieron otros criterios:
2.1.3. Criterio formalista
Según este criterio, las funciones se definen en elementos que presentan
marcas formales que indican las respectivas funciones, unas con referentes y otras
exclusivamente como formas exigidas por el verbo. Por ejemplo, en los sintagmas
nominales, la función de sujeto está definida por su concordancia con el verbo.

2.1.4. Criterio funcionalista


Este criterio se centra en el habla, donde se representan sucesos o estados
mediante verbos, que en su estructura semántica poseen las distintas posibilidades
funcionales que pueden intervenir en la acción. Estas posibilidades se representan
en la oración mediante sintagmas nominales con la adecuación formal que
necesiten. Por lo tanto, según este criterio las dos clases de palabras imprescindibles
que existen para referirnos a la realidad son el verbo y los nombres.

Por otra parte, los acontecimientos suceden en diversas circunstancias que son
representadas en la oración por los conocidos como complementos
circunstanciales. Así, según el francés Teniére, existen dos clases de elementos: los
actantes, exigidos por el verbo, y los circunstanciales no exigidos, cuya presencia no
es obligatoria.

Por otra parte, para Martinet, el análisis debe realizarse en una oración fuera
de contexto, es decir, prescindiendo del resto de elementos no indispensables.

2.2. Las funciones sintácticas actualmente


Ahora que conocemos algunos de los distintos criterios según los que se pueden
definir las funciones, pasaremos a definirlas de la manera que hoy en día parece haber
quedado patente y de la manera en que se imparte a los estudiantes, sobre todo, de
secundaria.

2.2.1. Sujeto
El sujeto es la función del objeto o persona que realiza la acción del verbo o
aquello de lo que se nos da una información. Es por esto que concuerda en persona
y número con el verbo. Esta función puede ser desempeñada por un sintagma
nominal y por una proposición subordinada sustantiva. En las oraciones pasivas, el
sujeto es paciente y, por lo tanto, recibe la acción en lugar de efectuarla.

El sujeto puede estar de forma explicita en la oración o estar omitido. Por otra
parte, hay que tener en cuenta que no todas las oraciones tienen que tener
necesariamente un sujeto, en ese caso, la oración es impersonal.

Para reconocerlo:
1- Preguntar al verbo qué o quién realiza la acción del verbo o sobre qué o quién
se nos informa.
2- Se comprueba la concordancia de persona y número. Para ello, podemos
intentar cambiar el número del verbo. Si al cambiarlo se altera el sintagma que
creemos que puede ser el sujeto, es porque efectivamente lo es.
3- Se puede sustituir por el pronombre “eso”.

2.2.2. Predicado
El predicado es siempre un sintagma verbal que constituye toda la información
que se aporta sobre el sujeto; por lo tanto, es el predicado el que va a incluir todos
los complementos del verbo. El predicado puede ser nominal o verbal según el
verbo que ejerza de núcleo: si el verbo es copulativo (ser, estar o parecer) el
predicado es nominal; es verbal con el resto de verbos.
Sujeto y predicado constituyen las dos grandes partes de la oración; sin
embargo, sólo el predicado es obligatorio para que se dé la oración, pues existen
verbos impersonales y, por lo tanto, no tienen sujeto.

2.2.3. Atributo
Esta función sólo aparece en los predicados nominales, es decir, son
complementos exclusivos de los verbos copulativos (ser, estar y parecer). El atributo
suele expresar una cualidad del sujeto, por lo que concuerda con él en género y
número. Esta función la pueden desempeñar los sintagmas adjetivales, los
sintagmas preposicionales o las proposiciones subordinadas sustantivas.
Para reconocerlo:
1- Comprobar la concordancia
2- Se puede sustituir por “lo/la/los/las”

2.2.4. Complemento directo


El complemento directo es el objeto o persona que recibe directamente la
acción del verbo. La función de complemento directo puede ser desempeñada por
un sintagma nominal, por un sintagma preposicional encabezado por la preposición
“a” o por una proposición subordinada sustantiva.
Para reconocerlo:
1- Puede sustituirse por el pronombre “lo/la/los/las”.

2.2.5. Complemento indirecto


El complemento indirecto es el objeto o persona que recibe la acción del verbo,
es su destinatario o beneficiario. Esta función puede ser desempeñada por un
sintagma preposicional encabezado por “a”, por un sintagma nominal cuyo núcleo
sea un pronombre átono o por una proposición subordinada sustantiva.
Para reconocerlo:
1- Se puede sustituir por “le/les”.
En algunos casos, encontramos sintagmas que pueden sustituirse tanto por
“lo/la/los/las” como por “le/les”. En ese caso y ante la duda de si se trata de un
complemento directo o indirecto, debemos priorizar el complemento directo.

2.2.6. Complemento agente


Cuando construimos una oración pasiva a partir de una oración activa, el
complemento directo pasa a ser un sujeto paciente, que no realiza la acción, sino
que la recibe. Por otra parte, el sujeto se convierte en un complemento agente: es
quien realiza la acción del verbo en una oración pasiva. Esta función puede ser
desempeñada por un sintagma preposicional encabezado por la preposición “por”
o por una proposición subordinada sustantiva.

A la hora de localizarlo en una oración, debemos tener cuidado para no


confundirlo con un elemento causal, pues también aparecen encabezados por
“por”.

2.2.7. Complemento predicativo


El complemento predicativo es un atributo que se enuncia de algún elemento
de la oración y que suele responder a cómo se efectúa la acción del verbo. Este
complemento concuerda en género y número o bien con el sujeto o bien con el
complemento directo. Esta función pueden desempeñarla sintagmas adjetivales,
sintagmas nominales y proposiciones subordinadas sustantivas.
Para reconocerlo:
1- Hacer al verbo la pregunta ¿cómo? Al hacer esta pregunta, podríamos obtener
como respuesta un complemento circunstancial de modo.
2- Para asegurarnos de que se trata de un complemento predicativo y no un
circunstancial de modo, debemos fijarnos en la concordancia: si concuerda con
el sujeto o el complemento directo se trata de un predicativo; si no concuerda,
estaremos ante un complemento circunstancial de modo.

2.2.8. Complemento de régimen


El complemento de régimen es siempre un sintagma preposicional cuya
información va semánticamente exigida por el verbo y, en la oración, se sitúa detrás
del verbo que lo exige. Esta función la pueden desempeñar un sintagma
preposicional o una proposición subordinada sustantiva.

2.2.9. Complementos circunstanciales


Estos complementos no están nunca exigidos por el verbo y su función
principal es aportar más información acerca del contexto que rodea al verbo, como
dónde se efectúa la acción, cómo, cuándo… Por ello, no concuerdan en género y
numero con ningún otro elemento de la oración y para reconocerlos basta con hacer
preguntas al verbo. Generalmente, esta función la desempeñan sintagmas
preposicionales y adverbiales.

Según la información que aporte, los complementos circunstanciales pueden ser de:
- Lugar: dónde se lleva a cabo la acción.
- Tiempo: cuándo se lleva a cabo la acción.
- Modo: cómo se lleva a cabo la acción.
- Cantidad: en qué cantidad se realiza la acción.
- Causa: por qué se lleva a cabo la acción.
- Instrumento: con qué se realiza la acción.
- Compañía: con quién se realiza la acción.
- Afirmación: afirmar la información.
- Negación: negar la información.
- Duda: poner en cuestión la información.

2.2.10. Funciones menores al sintagma


Por otra parte, existen otras funciones sintácticas menores al sintagma y que lo
conforman.

- Núcleo: el núcleo de un sintagma constituye su palabra central y a el resto de partes


del sintagma giran a su alrededor. Así, el núcleo del sintagma verbal es el verbo, el
núcleo del sintagma nominal puede ser un sustantivo o un pronombre, el núcleo del
sintagma adjetival es un adjetivo calificativo y el núcleo de sintagma adverbial es el
adverbio.
- Enlace: en el caso de los sintagmas preposicionales, hace referencia a la propia
preposición. Los sintagmas preposicionales se encuentran casi siempre dentro de
otros sintagmas y, a su vez, siempre tienen otro dentro que se denomina término.
- Término: esta función es desempeñada por un sintagma que se encuentra dentro
de un sintagma preposicional.
- Determinante: los determinantes son palabras que determinan al nombre y, por lo
tanto, es una función exclusiva del sintagma nominal. Esta función puede ser
desempeñada por artículos y adjetivos determinativos (indefinidos, numerales,
demostrativos, posesivos…)
- Cuantificador: los cuantificadores son elementos gramaticales que denotan
cantidad o grado. Esta función aparece en los sintagmas adjetival y adverbial y,
generalmente, es desempeñada por un adverbio.
- Aposición: la aposición es la función que tiene el segundo sustantivo cuando
aparecen dos seguidos; también, la función de una aclaración entre comas y sin
verbo acerca de un nombre. Por tanto, es una función que aparece dentro del
sintagma nominal.
- Complemento del nombre: aporta información sobre el nombre. Esta función
puede ser desempeñada por un sintagma adjetival, un sintagma preposicional o una
proposición subordinada sustantiva.
- Complemento del adjetivo: aporta información sobre el adjetivo determinativo.
Esta función puede ser desempeñada por un sintagma preposicional o una
proposición subordinada sustantiva.
- Complemento del adverbio: aporta información sobre el adverbio. Esta función
puede ser desempeñada por un sintagma preposicional o una proposición
subordinada sustantiva.

3. ORACIÓN COMPUESTA
El concepto de oración compuesta aparece por primera vez en la Gramática de Port
Royal introducido a través del pronombre relativo, al oponer la proposición,
denominada incidente, que introduce este pronombre a la principal. Lo cierto es que
existe, como hemos mencionado al ocuparnos del concepto de oración, una gran
controversia conceptual alrededor del concepto de oración. Para salvar las dificultades
teóricas que se manifiestan en la terminología, los lingüistas han adoptado una nueva
nomenclatura que, aunque no resuelve del todo el problema, si supone un buen
remedio. Llamar a un esquema oracional incluido dentro de una oración proposición,
nexus o clausula nos facilita la descripción de estos conceptos; sin embargo, lo cierto es
que los problemas teóricos se mantienen.

Du Marsais y N. Beauzée elaboraron al respecto una teoría que serviría a lingüistas


posteriores para acuñar algunos conceptos, como principal/subordinada, coordinación
y subordinación, etc. El primero sigue a los logicistas y denomina proposición compuesta
al sentido total que resulta de la relación que tienen las proposiciones gramaticales
entre ellas, dada por el valor de la conjunción que las une. Las proposiciones integradas
serían parciales o correlativas. Por otra parte, llama a la unión de varias proposiciones
con verbo en indicativo periodo.

Por otra parte, Nicolás Beauzée define los siguientes pares conceptuales:
- Simple/Compuesta: los elementos de la oración, como el sujeto, pueden ser simples
(Juan) o compuestos (Juan y Pedro).
- Incompleja/Compleja: según si el sujeto o el atributo llevan complementos o
adjuntos o no; por ejemplo, en El libro que me dejaste.
- Principal/ incidente: al igual que en la Gramática de Port Royal, se opone la
proposición principal de la oración con la proposición incidente, que constituye una
función dentro de la principal.
- Detachée/ periodo: la primera es una proposición que comunica un sentido
completo e independiente de cualquier otro, aunque en el texto se encuentre
conectada al resto por medio de conjunciones y contribuya a su sentido total. El
segundo sería un compuesto de proposiciones cuando estas sí son partes
integrantes de otras. Estos conceptos pueden relacionarse con coordinadas y
subordinadas respectivamente.

3.1. La clasificación tradicional


La clasificación tradicional de las oraciones compuestas en coordinadas,
subordinadas y yuxtapuestas parece estar aceptada unánimemente; sin embargo, no
siempre se asumen los límites entre las tres clases, ya que, en algunos casos, las
coordinadas pueden presentar cierta relación de subordinación semántica y, además,
las yuxtapuestas solo se diferencian de las demás por la ausencia de conjunciones que
las unan.
3.1.1. Coordinación
Las oraciones coordinadas son aquellas cuyos elementos presentan una
relación de interdependencia, de manera que tienen sentido independiente; sin
embargo, su unión da lugar a una entidad superior cuyo sentido se ve alterado si se
elimina alguna de las proposiciones, por lo que no se pueden separar.

Por otra parte, decir que las proposiciones coordinadas están conectadas por
conjunciones coordinantes puede llevarnos a un bucle, ya que también podemos
decir que se denominan coordinantes porque introducen proposiciones
coordinadas. Además, la coordinación es una relación entre proposiciones que
existe al margen de las conjunciones, aunque estas la refuercen.

En su sentido más simple, la coordinación no es más que la unión de oraciones;


no obstante, existen matices en cuanto a las relaciones semánticas que mantienen
que nos permiten hacer la siguiente clasificación de proposiciones coordinadas:

- Copulativas: suman el significado de las distintas proposiciones. Suelen conectarse


mediante las conjunciones “y”, “e” y “ni”.
- Disyuntivas: indican opción, elección o duda. Suelen unirse a través de las
conjunciones “o” y “u”.
- Adversativas: indican imposibilidad ante algo o una oposición entre proposiciones.
Van unidas mediante conjunciones como “pero”, “aunque”, “sin embargo”, etc.
- Explicativas: explica el contenido de otra proposición y aparecen unidas por
conjunciones como “es decir”, “o sea”, “esto es” …
- Distributivas: expresan una alternancia entre acciones alternantes, pero que no se
excluyen. Suelen ir enlazadas mediante expresiones como “unos…otros…”, “unas
veces…otras…”, etc.

3.1.2. Subordinación
Las oraciones compuestas por subordinación son aquellas en las que una
proposición se encuentra dentro de otra y, por lo tanto, depende de ella. A la
proposición dentro de la que se encuentra la subordinada se la denomina principal.
Como la subordinada se encuentra dentro de una oración mayor, esta desempeña
una función sintáctica dentro de la misma.

Dentro de las proposiciones subordinadas podemos diferenciar tres tipos:


- Adjetivas: desempeñan las funciones sintácticas propias del adjetivo. Estas
desempeñan siempre la función de complemento del nombre respecto a un
nombre que se encuentra en la proposición principal, que constituye su
antecedente. Por lo tanto, al tratarse de un complemento del nombre, se
encontrarán siempre dentro de un sintagma nominal perteneciente a la proposición
principal.
Son conocidas también como de relativo, ya que vienen introducidas por
pronombres o adverbios relativos, que sustituyen al nombre al que se refieren
dentro de la proposición subordinada. Estos pronombres y adverbios relativos
desempeñan, a su vez, una función dentro de la proposición subordinada:
complemento directo o sujeto en el caso de los pronombres y complemento
circunstancial correspondiente en el caso de los adverbios relativos. A veces,
pueden ir introducidas también por la palabra cuyo, que podríamos definir como un
pronombre relativo con rasgos de adjetivo determinativo posesivo. En este caso, la
función que desempeñará en la proposición subordinada será la de determinante
dentro de un sintagma nominal integrado en la proposición. En otras ocasiones,
pueden ser introducidas también por un participio.

- Sustantivas: desempeñan las funciones propias del nombre. Las proposiciones


subordinadas sustantivas suelen venir introducidas por diferentes nexos que
veremos a continuación; así como por un infinitivo. Estas desempeñan diferentes
funciones dentro de la proposición principal en la que se encuentran:

a) Sujeto: cuando desempeña la función de sujeto, las oraciones subordinadas


sustantivas pueden venir introducidas por “que”, “quien”, “el que”, “si” un
infinitivo… En este caso, los nexos son simplemente nexos, carecen de función
sintáctica.
b) Complemento directo: en este caso suelen ir introducidas por las
conjunciones “que” y “si” o elementos interrogativos como “dónde”,
“cuándo… Para identificarlo, se hace la misma sustitución por lo/la/los/las que
en la oración simple. Los nexos introductorios carecen de función sintáctica,
excepto cuando se trate de partículas interrogativas como las señaladas
anteriormente, que desempeñarán la función de complemento circunstancial
correspondiente. Puesto que el elemento “que” puede tratarse de un
pronombre relativo introductor de una subordinada adjetiva, debemos
comprobar que carece de antecedente para asegurarnos de que se trata de
una proposición subordinada sustantiva.
c) Complemento indirecto: suelen estar introducidas por la preposición “a”
seguida de palabras como “que” o “quien”. Para identificarlo, se hace la misma
sustitución por le/les que se realiza en la oración simple. Sus nexos
introductorios son simplemente nexos, no poseen función sintáctica.
d) Atributo: como en la oración simple, aparece siempre con verbos copulativos y
se puede sustituir por “lo”. Suele estar introducido por “que”, “si” (sin función
sintáctica) o elementos interrogativos como “dónde”, “cuándo” (con función
sintáctica).
e) Complemento de régimen: viene introducida por una preposición seguida de
“que”, “quien”, un infinitivo… Estos nexos carecen de función sintáctica.
f) Complemento agente: se introduce mediante la preposición “por” seguida de
formas sustantivadas. Sus nexos carecen de función sintáctica.
g) Complemento predicativo: viene introducida por el nexo sin función “que”.
h) Complementos del nombre, del adjetivo y del adverbio: vendrán introducidas
por una preposición seguida de “que”, “quienes” … Como complementos del
nombre, del adjetivo y del adverbio, se encontrarán dentro de sintagmas
nominales, adjetivales y adverbiales que se encuentren en la proposición
principal.

- Adverbiales: desempeñan las funciones propias del adverbio, que, a su vez, es el


tipo de palabra introductoria de este tipo de subordinadas. Podemos clasificar las
proposiciones sustantivas adverbiales en dos subcategorías:

a) Propias
A1. Lugar: introducidas por el adverbio “donde” y desempeñan la función de
complemento circunstancial de lugar. El adverbio introductor posee también dicha
función.
A2. Tiempo: introducidas por los adverbios “cuando” o “mientras” o por un
gerundio y desempeñan la función de complemento circunstancial de tiempo. El
adverbio introductor posee también dicha función.
A3. Modo: introducidas por el adverbio “como” o por un gerundio y desempeñan la
función de complemento circunstancial de modo. El adverbio introductor posee
también dicha función.

b) Impropias
B1. Causa: introducidas por “porque”, “a causa de”, etc. Desempeñan la función
de complemento circunstancial de causa; sin embargo, el nexo no tiene función.
B2. Finalidad: introducidas por “para”, “con el fin de”, etc.
B3. Consecutivas: introducidas por “por lo tanto”, “tan… que”, etc. El nexo no
tiene función.
B4. Concesivas: indican un impedimento a lo que se enuncia en la proposición
principal. Vienen introducidas por “aunque”. Puesto que “aunque” puede
introducir también una coordinada adversativa, debemos de tener cuidado.
Podemos sustituir “aunque” por “pero”: si tiene sentido, estamos ante una
coordinada adversativa; si no, se trata de una subordinada adverbial concesiva.
B5. Comparativas: establece una comparación con un elemento de la principal.
Vienen introducidas por “tan… como”, “más/menos… que”, etc.
B6. Condicionales: expone una condición que condiciona a la principal. Vienen
introducidas normalmente por “si”, pero pueden aparecer introducidas de otros
modos.

c) Yuxtapuestas
Frecuentemente, se considera a las yuxtapuestas como coordinadas que
carecen de un nexo que las una; sin embargo, es más correcto entenderlas como
una relación tanto de coordinación como de subordinación entre proposiciones
con ausencia de nexo, ya que ambas relaciones pueden darse de este modo.
Por otra parte, en el texto, las oraciones se suceden sin conjunciones y no por
ello se trata de yuxtapuestas. Para que esto suceda, debe de existir una relación
que las haga integrantes de una unidad mayor, a la que Gili Gaya denomina
periodo o unidad intencional.
4. BIBLIOGRAFÍA

ESCAVY ZAMORA, R. (2013): Introducción en el estudio del lenguaje humano. Murcia.


Diego Marín Librero-Editor.

GILI GAYA, S. (1980): Curso superior de sintaxis española. Barcelona. VOX.

LOPE BLANCH, JUAN M. (1979): El concepto de oración en la lingüística española. México


D.F. U.N.A.M (Universidad Nacional Autónoma de México).

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. (2014): Diccionario de la lengua española. Madrid. Real


Academia Española.

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