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AUTOHIPNOSIS MÍSTICA

Andrés Mann A..

Luffi
Luffi
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© Autohipnosis Mística

Andrés Mann Alvarado.

Valdivia, Chile.

1 de Febrero 2019

Beauchef, 1042, Consulta Psicoterapia e Hipnosis. https://goo.gl/maps/DEod99nwSPL2

mannandres@gmail.com

Psicólogo Especialista en Psicoterapia e Hipnoterapia Estratégica Breve Ericksoniana.

Mediador Familiar y Escolar para Tribunales de Familia y Superintendencia de Educación

de la Región de Los Ríos. Psicoterapeuta en Programas Especializados de la Red SENAME

y SENDA. Especialista en Trastornos por Consumo de Sustancias Psicoactivas.

To cite: Mann, A. (2019, febrero 1). El Trance Místico Autoinducido: Aportes de Walter Pahnke y

su experimento “Good Friday Experiment” para el desarrollo de la Tipología de Nueve Categorías

del Estado Místico de Conciencia. Bases conceptuales para una “Autohipnosis Mística”. [Blog].

Psicoterapia e Hipnosis. Recuperado de https://hipnosisenvaldivia.blogspot.com/2019/01/el-trance-

mistico-autoinducido-aportes.html
El Trance Místico Autoinducido: Aportes de Walter Pahnke y su

experimento “Good Friday Experiment” para el desarrollo de la

Tipología de Nueve Categorías del Estado Místico de Conciencia. Bases

conceptuales para una “Autohipnosis Mística”

Abstract

El autor reflexiona acerca de las posibilidades de experimentar o autoinducir el Trance Místico. Explora las

posibilidades del Yo-en-trance-consigo-mismo y la voluntad. Desarrolla el concepto de Autohipnosis Mística,

basándose en la noción de autohipnosis ericksoniana. Establece bases teóricas y categorías conceptuales

necesarias para el reconocimiento del fenómeno universal de experiencia mística y su análisis, y las posibles

aplicaciones para el desarrollo de un protocolo hipnótico inductor del fenómeno de Autohipnosis Mística.

Para ello revisa la Tipología de Nueve Categorías del Estado Místico de Conciencia de Pahnke. Presenta las

diferencias principales entre la Terapia Psicolítica y Psicodélica en las que es posible rastrear la investigación

de Pahnke como Psicodélica. Ante la exposición de elementos que en su época fueron controvertidos, el autor

integra la revisión posterior del experimento de Pahnke por parte de Rick Doblin. El autor indica que la

dimensión espiritual del ser humano se relaciona directamente con el estado de trance. El fenómeno del trance

es revisado desde sus aspectos generales hasta la nueva neurociencia de la transformación de la conciencia.

Indica que la autohipnosis mística basada en la teoría del ciclo ultradiano debe ser revisada por las

implicancias en el desarrollo de “la conformación orgánica espiritual”. La evaluación post-experimental de

genes asociados a los diversos elementos que el “Relato de Autotrance Místico Interno” expresa, puede

revelar “cómo la memoria construye los elementos de autohipnosis necesarios para evocar lo místico”.

Sensibiliza también respecto a la alta capacidad para ser programados por la capacidad que tienen los relatos

de sugestionar, crear los elementos fundamentales del inconsciente que son recuperados durante el estado de

trance. Durante la presentación es cuidadoso de estimular en el lector la consideración respetuosa de la

vivencia interna de trance místico de un otro observado. Como también, en cuanto a la distinción que como

1
observador se puede hacer del “Relato de Autotrance Místico Interno” y el texto científico logrado en la

terapia. Cita a Maturana para expresar respecto a lo primero; la imposibilidad de compartir la experiencia

mística del yo-en-relación-consigo-mismo, y respecto a lo segundo, considera a Gergen, e indica la necesidad

de “acción complementariedad y comprensión” para la construcción de lo “Real”; tanto para las posibilidades

de experimentación o experiencia en el sentido gestáltico, centrado en el aquí-ahora, y que derivan en el

desarrollo del “Protocolo Hipnótico Inductor del Fenómeno de Autohipnosis Mística” que se experimenta en

el “dominio isomórfico de existencia en el presente” y que da validez a la dimensión espiritual de los

consultantes en cuanto a su “Visión Cosmológica y la búsqueda de la integración Yo-Cosmos personal,

religioso, de ser complementado en la acción”, para ello presenta algunos conceptos centrales desde el

construccionismo social como objetividad, acción-complementariedad, y comprensión. El autor ofrece

consideraciones respecto a dar importancia a “cómo el ser humano se influencia a sí mismo y a los otros”, y

“cómo puede crear valores, tanto como significado, como estructura orgánica y ADN”. El Yo-Cosmos resulta

una realidad sensible a los discursos. Hay narraciones que programan y determinan la conformación orgánica-

espiritual del yo. Indica que de la utilización de Medicina Traslacional y Microrrayos de ADN/RNA por

medio de la utilización creativa del trance místico autoinducido o Autohipnosis Mística, y la plasticidad

neuronal que ofrece el ciclo ultradiano tanto a nivel personal, es posible el surgimiento del “ADN Yo-

Cosmos”. Presenta las posibilidades de analizar los genes co-expresados en el Momentum de la Tipología

Categorial revisada.

Keywords: trance místico, autohipnosis mística, walter pahnke, good Friday experiment, tipología

fenomenológica, estado místico de conciencia, psilocibina. LSD, mescalina, ADN, epigenomic psychosocial

theory, 4-stage creative cycle, mind-body communication, ciclos ultradianos, psychotherapy, rehabilitation,

RNA/DNA molecular dynamics, neuroscience, translational medicine, ADN YO-Cosmos, construccionismo

social.

El Trance

Cuando nos referimos a “Trance” en el marco de la Psicoterapia o la hipnosis Clínica, éste

puede ser de tipo “Formal” (inducido con técnicas hipnóticas), o “naturalista”, donde el

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trance ocurre a nivel de sugestión conversacional de nuevas pautas de conducta o su

interrupción. Este tipo de trance se le asocia a los enfoques ericksonianos de psicoterapia e

hipnosis (Pacheco, M., 1993, 2001, 2014, S.f.a, S.f.b).

Para Spiegel, H., & Spiegel, D. (2004), el trance formal o inducido presenta tres

componentes: Absorción, disociación y sugestión. Al considerar las características

generales del trance formal se pueden detectar como fenómenos básicos a la inducción

hipnótica; alteración de la memoria a corto plazo y gran intensificación de la experiencia

interna.

Explorar las posibilidades del Yo-en-trance-consigo-mismo (Mann), para el

autoconocimiento y el beneficio hacia la humanidad, por la recuperación de la integración

“Yo-Cosmos” (Mann), revela las posibilidades de la “voluntad humana”. Assagioli (1987,

p. 54, citado en Mann, 11 de Noviembre 2018, [Blogpost]) señala respecto de la voluntad:

“Es el poder inherente, central y más precioso que tiene el ser humano, sin

embargo, es el que ha sido más descuidado, tanto en la familia como en la educación

escolar. Se puede decir que existe una tendencia generalizada, incluso si no

inconsciente, de prevenir o desalentar el desarrollo de la voluntad, a pesar de la

necesidad imperiosa de una mayor autodisciplina” (p.54).

Consideremos también que la investigación señala que cada 90-120 minutos los seres

humanos experimentamos un “Trance Biológico Natural” o “ciclo básico de actividad-

descanso” (Basic Rest-Activity Cyclic, BRAC, Rossi, 2015), denominado también como

“Ciclo Ultradiano”o “Ciclo Creativo de 4 estadios” (Rossi, E. & Rossi, K., 2008, citado en

Mann, 2017, febrero 2, [blogpost]).

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La fase de descanso o ultradiano, de conciencia “offline”, se caracteriza por un flujo

ascendente de sensación de somnolencia y ensoñación, presencia de fantasías y orientación

atencional interna. Es en ése momento donde el organismo realiza recuperación fisiológica

del gasto energético de la fase activa. Este fenómeno es un trance biológico, ya que ocurre

absorción y disociación con la realidad de manera natural y espontánea. Una vez existe la

disociación, la sugestión encuentra espacio para activar cambios en el organismo, por ello

Rossi sugiere utilizar estos momentos para la visualización creativa de posibilidades.

Mayor relevancia adquiere el considerar que es durante la fase offline que se da el plegado

de las proteínas en las neuronas del cerebro, requerido para la plasticidad cerebral y dar

realidad orgánica al pensamiento, la memoria y los recuerdos (Rossi, 2002b, 2004b, 2007;

Rossi y Nimmons, 1991, citados en Rossi et al., 2008).

Ante este panorama se puede reflexionar acerca de las posibilidades de experimentar o

autoinducir el “Trance Místico”. En este sentido, se espera reconocer el estado de Trance

desde los fundamentos de Milton Erickson en cuanto a que todo trance sea inducido

externamente o no es “autohipnosis”. Señala al respecto:

“El estado hipnótico es una experiencia que pertenece al sujeto, deriva de los

propios aprendizajes y recuerdos acumulados, no necesariamente reconocidos

conscientemente sino como posible manifestación de un estado especial de conciencia

no despierta. Por lo tanto, el trance hipnótico pertenece sólo al sujeto, el operador no

puede hacer más que aprender a ofrecer estímulos y sugestiones para evocar un

comportamiento reactivo basado en el propio pasado experiencial de la persona

(Erickson, 1967, citado en Erickson, M. & Rossi, E. 1977, p. 40)”.

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La dimensión espiritual del ser humano se relaciona directamente con el estado de

Trance. En diversas culturas es posible observar que la conexión entre el ser humano y lo

divino, se desarrolla bajo un estado de trance caracterizado por extrema absorción interna y

disociación del entorno. La inducción del trance místico como fenómeno biológico en este

sentido, se asocia por ejemplo en culturas ancestrales con la repetición (Abosorción) de

algún cántico, ritmo de tambores, bailes, para la comprobación de quien experimenta de

que se encuentra en un estado de “unión” con Dios (Véase las categorías más adelante).

Para el observador de quien experimenta el trance místico, éste sólo puede distinguir una

imagen “religiosa” o “cosmológica” posiblemente mesurable desde la textualidad de esta

presentación, dentro de los tres principales sistemas cosmológicos para comprender el

cosmos y el universo como son 1) los modelos de la sociedad primitiva; 2) los modelos

metafísicos de diversos sistemas filosóficos o religiosos, y 3) los modelos matemáticos de

la ciencia moderna (Robertson, H. P. 1966, citado en Grebe, M., Pacheco, S., & Segura, J.

1972).

Las posibilidades de ser “objetivo con la realidad” ha sido revisado extensamente por el

construccionismo social. Para Maturana (2001, citado en Arriata, M. & Campos, C.) la

realidad debe ser considerada “entre paréntesis”. Toda distinción acerca de algo es

realizada por un observador que está sujeto a su ámbito de operaciones y no puede hacer

otras distinciones distintas a su ámbito de “Acción”.

La “realidad” de la experiencia mística de los consultantes es válida en la convención de

significados que pueden realizar terapeuta y consultante acerca de lo que experimentan, y

cómo se van “Complementando” en cuanto a significado y significante (Gergen, 1996,

5
Mann, 2017, Mayo 9, [Blogpost]).

La psicoterapia desplegada desde esta visión es un espacio de encuentro de dos

realidades diacrónicas (distintas) en un espacio sincrónico (compartido), donde existe la

emoción por sobre la intelectualización y objetivización de significados particulares. El

trance místico y su reconocimiento opera desde la necesidad de “Comprensión” mutua de

significados acerca de “lo divino” en la terapia.

Los investigadores Marcela Arriata y Claudio Campos (2015, p. 129) señalan:

“…en ese espacio de interacción surge la posibilidad de ver al sufriente como legítimo

otro en su forma de emocionarse (Maturana, 2001), validando su experiencia a través de

la “comprensión” (comillas añadidas), como primera forma de estar con el otro. En este

proceso, pasamos por diversos momentos en los cuales la manera de sentir emociones del

terapeuta va transformándose en el diálogo o conversación con el otro, permitiéndonos

lograr comprensión (énfasis añadido). La psicoterapia desplegada desde esta visión es un

espacio de encuentro de dos realidades diacrónicas en un espacio sincrónico. Las

realidades diacrónicas se construyen en el tiempo; son construidas por el consultante a lo

largo de su vida y, a su vez, por el terapeuta con su propia historia. Esta realidad

diacrónica nos ayuda a mantener la coherencia para poder contestar a la pregunta

acerca de quiénes somos. Las realidades sincrónicas son las que se encuentran en un

mismo espacio de tiempo, es decir la realidad del consultante y la del terapeuta en

sintonía a través del espacio y el tiempo”.

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Continuando: Esta “Distinción” que hace el observador del Trance Místico de otro, es

estructurada desde los significados personales, y disponible a ser “comprendidos” en

términos de Gergen (1996) en la “acción- complementariedad” de dichos significados

personales al momento de configurarse un intercambio en la revisión del “Relato de

Autotrance Místico Interno” (Mann). Por lo tanto, una “real-experiencia-mística-

compartida-como-tal” es posible desde la comprensión y reconocimiento de la acción-

complementariedad de que el relato que construye la relación terapéutica es válido para dar

cuenta de una realidad esencial, espiritual, y de conexión mística, tanto como para el

consultante, como para el terapeuta. Esto al considerar lo que Maturana (1994, 1997, citado

en Mann, 2017, julio 27, [Blogpost]) refiere en cuanto a que el observador es un sistema

determinado por una estructura, y como tal no puede hacer operacionalmente una distinción

que pueda pretender ser una distinción de algo independiente de lo que hace, y debido a

esto, el observador no puede tener ninguna concepción operacional acerca de algo que no

pertenece a su ámbito de experiencias, por ello la experimentación de un estado místico de

conciencia en la terapia requiere de experimentar lo que va apareciendo paulatinamente en

la experimentación, esto en el sentido gestáltico más amplio de la palabra “experiencia” o

“experimento” (Yontef, 1995).

Por mucho que cada quien pueda intentar expresar con palabras su experiencia personal

de espiritualidad, el discurso es limitado y los confines del mundo “real” para cada cual son

finalmente irreflexivos. En términos de Victor Frankl (1977):

“La existencia espiritual, el yo propio y auténtico o, por decirlo así, el yo “en sí

mismo” es irreflexionable y en consecuencia solamente ejecutable, sólo “existente” en

sus realizaciones, o dicho de otro modo, como “realidad de ejecución”. La existencia

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propiamente dicha es por consiguiente irrefleja al ser irreflexionable, y por ello en

último término tampoco puede ser objeto de análisis” (p. 29).

De manera de profundizar en las posibilidades de un Trance Místico Autoinducido o

“Autohipnosis Mística” (Mann), existe una investigación relevante acerca del Fenómeno

Universal de Experiencia Mística. Esta exhibe una fenomenología a aplicar en la

Autohipnosis Mística, ya que en la exploración clínica de integración de elementos

espirituales experenciales-subjetivos válidos como espiritualidad o religiosidad personal, y

por medio de la utilización creativa del trance místico autoinducido o Autohipnosis Mística,

y la plasticidad neuronal que ofrece el ciclo ultradiano tanto a nivel personal, es posible el

surgimiento del “ADN Yo-Cosmos” (Mann). Este ADN-Yo-Cosmos resulta de la

aplicación experimental del protocolo que se desarrolla en este trabajo, y los momentos de

trance místico autoinducido de la categorización conceptual de la Autohipnosis Mística, y

el análisis de genes co-expresados en los “Momentum” (Mann) del movimiento terapéutico

y su vinculación a la producción génica.

La investigación actual documenta el uso de la tecnología de Microrrayos de ADN para

medir los niveles de expresión de muchos de miles de genes simultáneamente (Bar-Joseph

et al., 2012, citado en Rossi, E. & K. Rossi, 2016, p. 17). Los investigadores señalan:

“...esta investigación basada en la evidencia en biología molecular se ha convertido en

un nuevo estándar para validar la expresión de genes en medicina personalizada. Ahora

proponemos que los nuevos avances en dicha tecnología de Microrrayos de ADN también

se pueden usar para evaluar la validez genómica psicosocial y la confiabilidad de

muchas tradiciones culturales, históricas y holísticas diversas de curación mente-cuerpo.

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Hay secuenciadores de genes de ARN / ADN muy pequeños que se pueden mantener en la

palma de la mano como se ilustra en la (Figura 4, del estudio citado por el autor:

comentario añadido) ahora son asequibles y se pueden conectar fácilmente a una

computadora portátil (Hayden, 2015) para el registro de datos en vivo, el análisis

matemático e Interpretación durante la terapia en curso por un neuropsicoterapeuta.”.

Todo esto ofrece oportunidades de gran transformación personal para los consultantes, a

nivel físico-psico-espiritual, como también para el contexto de la psicoterapia en general y

los recursos terapéuticos a disposición.

Antecedentes del Fenómeno Universal de Experiencia Mística

En los años 60’s existía una prometedora línea de investigación asociada al estudio de la

psicoterapia asistida con alucinógenos. Se logra apreciar dos principales líneas de trabajo:

La terapia Psicolítica; método designado por unanimidad como "Psicólisis" (Sandison) en

el "Primer Simposio Europeo de Psicoterapia bajo LSD-25" en 1960 (Barolin, 1960, citado

en Passie, 1997). La psicólisis ofreció oportunidades especiales para superar estructuras de

defensa sólidas y consolidadas en pacientes que previamente se consideraron resistentes a

la terapia (Arendsen, 1963; Leuner, 1971, citados en Passie, 1997).

La terapia psicolítica se practicaba regularmente en 18 centros de tratamiento europeos.

En 1965 se fundó la Sociedad Médica Europea de Terapia Psicolítica (EPT) para

intercambiar experiencias y coordinar la investigación. Debido al proceso continuo de

desarrollo y optimización, hoy se puede hablar de un método totalmente desarrollado y

terapéuticamente valioso. La seguridad del procedimiento también se optimizó y dio lugar a

muy pocas reacciones adversas en los últimos años (Cohen, 1960; Malleson, 1971, citados

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en Passie, 1997). Entre 1953 y 1968, más de 7000 pacientes fueron tratados con este

método (Passie, 1997).

Por otro lado un enfoque que puede ser diferenciado del método psicolítico se denominó

"Terapia Psicodélica". Se pueden observar las diferencias principales entre estas terapias en

la figura1.

Terapia Psicolítica Terapia Psicodélica

Principio: Activación y profundización del Principio: Altas dosis de LSD (300-800


proceso psicoanalítico con dosis bajas de mcg) que conducen a las llamadas
LSD (30-200 mcg.), psilocibina (3-18 mg), experiencias cósmico mística. Se alcanzan
LE-25 (30-80 mcg) etc. produciendo sentimientos de unidad, alegría extática y
imágenes de sueños simbólicos, profundas percepciones existenciales.
regresiones y fenómenos de transferencia.

Concepto: Marco Psicodinámico de Concepto: Sin fundamentos en las teorías


interpretación. psicológicas clásicas. Enfoques
transpersonales modernos para explicar la
estructura y efectos de las experiencias.

Número de sesiones requeridas (10-50). Se dirigen de una a tres experiencias


“abrumadoras”.

Procedimiento Terapéutico: Discusión Procedimiento Terapéutico: Preparación


analítica de material experimentado en cuasi-religiosa muy sugestiva. Uso de
sesiones individuales y grupales entornos específicos y música para
(centrándose en la psicología del ego, la estructurar experiencias. No hay
transferencia y los mecanismos de interpretación psicodinámica. Uso de la
defensa). Comparación de la realidad e experiencia “psicodélica” para la
intento de adaptar las experiencias a la vida motivación de cambio de actitud y
cotidiana. personalidad.

Objetivo: Curar a través de la re- Objetivo: Cura sintomática, cambio de


estructuración de la personalidad en un comportamiento y mejor ajuste social
proceso de maduración y el aflojamiento desencadenado por experiencias
de los vínculos paternos infantiles. Mejor existenciales similares a la conversión y
armonía intrapsíquica y social. una mayor autoconciencia.

Indicaciones: La mayoría de las formas de Indicaciones: Alcoholismo, neurosis (?),


neurosis, casos psicosomáticos, pacientes terminales de cáncer.
psicopatías, neurosis sexuales.

Figura 1: Principales características de los dos enfoques clásicos sobre el uso de alucinógenos en la
psicoterapia (Passie, 1997). P. 13. Modificado de Leuner 1967). Traducido por: Mann, A. febrero 1,
2019. En: Psicoterapia e Hipnosis [Blog], https://hipnosisenvaldivia.blogspot.com/2019/01/el-trance-
mistico-autoinducido-aportes.html

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En lo sucesivo, comenzaron a generarse regulaciones que se articularon con otros

elementos de la época y que conllevaron a la detención de los procesos psicoterapéuticos

que se estaban llevando a cabo con alucinógenos, junto con el término de su elaboración

por parte de algunos laboratorios que las repartían entre psiquiatras e investigadores para

ser administradas en contextos clínicos (J. C Bouso, 2003; Escohotado, 2008; Gasser, 1994;

Grof, 1970; Hofmann, 2006; Naranjo, 1973; Oram, 2014; Passie, Halpern, Stichtenoth,

Emrich, & Hintzen, 2008, citados en Tartakowsky, 2014). Como antecedente se debe

señalar que, de los investigadores Chilenos de aquel momento, las mayores contribuciones

a nivel mundial las realizaría el Psiquiatra Chileno Claudio Naranjo (1967a, 1967b, 1969,

1973a, 1973b, 1986, 1989). En la figura 2 se puede observar el panorama general.

Para esta aproximación inicial al “Trance Místico Autoinducido” o “Autohipnosis

Mística” (Mann), utilizaremos los aportes de Walter Pahnke (1963), cuya investigación

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podría enmarcarse en los métodos Psicodélicos, pero que en el marco de esta presentación

su sentido se dirige hacia el establecimiento de bases teóricas y categorías conceptuales

necesarias para el reconocimiento del fenómeno universal de experiencia mística en los

consultantes, su análisis, y las posibles aplicaciones para el desarrollo de un método

hipnótico o terapéutico que asuma la necesidad de explorar esta dimensión desde una

posición ericksoniana, centrada en la persona y su vivencia personal.

Walter Pahnke y el Good Friday Experiment

Walter Pahnke, Médico y Ministro de Fe, en su tesis para optar al grado de Doctor en

Filosofía, Religión y Sociedad de la Universidad de Harvard (Massachusets, Cambridge,

Junio de 1963), realizó un análisis de la Relación entre la Experiencia con Drogas

Psicodélicas y el Estado Místico de Conciencia.

El estudio de Pahnke fue de tipo experimental doble ciego, diseñado para investigar las

similitudes y diferencias entre las experiencias descritas por los místicos y las inducidas por

drogas psicodélicas (o de manifestación mental) como la dietilamida del ácido d-lisérgico

(LSD), la psilocibina, mescalina, para lograr comprender el Fenómeno Universal de Estado

Místico de Conciencia. El experimento consistió en administrar Psilocibina (Hongo

Psicoactivo), en un contexto religioso para recopilar datos empíricos sobre el estado de

conciencia experimentado por estudiantes de teología cristiana, en una capilla en Good

Friday, por ello el conocido nombre de “The Good Friday Experiment”. La mitad de las

cápsulas contenían psilocibina (30 mg), (un extracto de los hongos psicoactivos), y la otra

mitad contenía un placebo.

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En el año 1991, el investigador Rick Doblin, realizó un seguimiento de los resultados de

la investigación de Pahnke. A pesar de que se perdieron todos los datos sin procesar del

experimento original, incluida la lista no codificada de participantes, la investigación

exhaustiva durante un período de cuatro años y la cooperación de la mayoría de los sujetos

originales, resultaron en la identificación y ubicación de diecinueve de los veinte sujetos

originales.

Desde noviembre de 1986 a octubre de 1989, Doblin grabó entrevistas personales con

dieciséis de los sujetos originales, se reunió con quince en sus ciudades de origen en todo

Estados Unidos y entrevistó a un sujeto (del grupo de control) por teléfono. Además de las

entrevistas, a los dieciséis sujetos que participaron en el seguimiento a largo plazo, nueve

del grupo control y siete del grupo experimental, se les volvió a administrar el cuestionario

de seguimiento de seis meses de 100 items del experimento original.

A pesar de los momentos difíciles que pasaron varios de los sujetos con psilocibina, los

sujetos que participaron en el seguimiento a largo plazo informaron una cantidad sustancial

de efectos positivos persistentes y ningún efecto negativo significativo a largo plazo.

Incluso el sujeto que hubo que tranquilizar en el experimento original informó sólo efectos

negativos persistentes "Leves" en el seguimiento de seis meses. La información de segunda

mano recopilada durante el seguimiento a largo plazo, sugiere que su experiencia no causó

una disfunción persistente e incluso pudo haber tenido algunos efectos beneficiosos.

La falta de efectos negativos a largo plazo o disfunción no es sorprendente. La revisión

de la literatura de Strassman (citado en Doblin, 1991), de todos los experimentos científicos

controlados que utilizan psicodélicos en voluntarios humanos encontró que las reacciones

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de pánico y las reacciones adversas eran extremadamente raras. Concluyó que los riesgos

potenciales de futuras investigaciones eran superados por los beneficios potenciales

(Strassman, 1984, citado en Doblin, 1991).

Su estudio de seguimiento a largo plazo, incluso a la luz de los nuevos datos sobre las

dificultades de las experiencias psicodélicas de muchos de los sujetos, agrega más apoyo a

la conclusión de que se justifican estudios adicionales. Los futuros experimentos deben

abordarse con cautela y cuidado, con un equipo multidisciplinario de científicos

involucrados en la planificación e implementación. Dicho equipo debe incluir psiquiatras,

psicólogos, profesionales religiosos de diversas tradiciones, así como de prevención de

abuso de drogas, funcionarios de educación y tratamiento (Doblin, 1991).

Doblin (1991) señala: “Las preguntas tan fundamentales como las planteadas por el

Good Friday Experiment merecen ser abordadas por la comunidad científica y plantean

desafíos especiales a las agencias reguladoras. Se puede esperar que la investigación

renovada requiera paciencia, coraje y sabiduría por parte de todos los interesados” (p.25).

La Tipología de Nueve Categorías del Estado Místico de Conciencia de Pahnke

Walter Pahnke en su experimento lo primero que hizo fue definir una tipología

fenomenológica del estado místico de conciencia, después de estudiar los escritos de los

propios místicos y eruditos que han tratado de caracterizar la experiencia mística.

La tipología de nueve categorías del estado místico de conciencia se definió como una

base para medir los fenómenos de las experiencias con drogas psicodélicas del estudio.

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Entre los numerosos eruditos del misticismo, se encontró que la obra de W. T. Stace (1960)

era la guía más útil para la construcción de esta tipología (Phanke, 1963).

Stace (citado en Pahnke, 1963), concluyó que las experiencias místicas exhiben

características que son universales y no se restringen a ninguna religión en particular ni

cultura. Agrega que la cultura particular, histórica o condiciones religiosas pueden

influenciar la interpretación y descripción de este fenómeno que es básico. La familia en

este sentido colabora en la “formación de la memoria y el inconsciente disponible” (Mann).

Memoria, recuerdos, cogniciones, modos de pensar y relatos “sugestivos” de otros que

predisponen hacia el automatismo y la “inconciencia” por el fenómeno del trance y que

influyen en la “conformación orgánico-espiritual” (Mann), del ADN Yo-cosmos. En

términos de Minuchin (1984, p. 24):

“Todo ser humano se considera una unidad, un todo en interacción con otras

unidades. Sabe que influye sobre la conducta de otros individuos, y que éstos influyen

sobre la suya. Y cuando interactúa en el seno de su familia, experimenta el mapa que

ésta traza del mundo. Sabe que en ciertos territorios se lee: «Haz lo que quieras»; otros

tienen las señales «Avance con cautela» o «Pare». Si atraviesa este último límite, el

miembro de la familia tropezará con algún mecanismo de regulación. A veces aceptará

y a veces cuestionará. Hay también sectores marcados con la señal «Prohibida la

entrada». La transgresión de éstos trae consecuencias del máximo valor afectivo: culpa,

angustia, aun destierro y anatema”.

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En una investigación anterior, donde se investigaron las “Autonarraciones acerca de las

Sexualidades” (Godoy, C., Mann, A., Morandé, L., Solís, A. 2008) aparece que el factor

místico influye en la conformación de la autonarración de orientación sexual en

adolescentes con iguales características socioeconómicas. Los discursos donde aparecieron

elementos religiosos provenientes de la familia y la “institución”, se asociaron a mayor

interiorización de significados respecto al “ser” hombre o “ser” mujer como “determinados

biológicamente”. El Yo-Cosmos (Mann) como realidad que se construye en el intercambio

de significados, puede determinar las cualidades de la experiencia mística como tal.

Gergen, (1996), indica que este tipo de discursos se complementan en la “Acción-

Complementariedad”. La familia “complementa” con la carga de significados acerca del

ser, la sexualidad, el sexo, y el amor, y se configura la identidad adolescente, identidad

sexual y orientación sexual.

Que la experiencia mística sea religiosa depende más bien de la definición personal de

religión. Esta no fue la problemática que buscó estudiar Pahnke. Su interés es definir el

Fenómeno Universal de Experiencia Mística, se considere éste “religioso” o no.

Las 9 categorías de la Tipología Fenomenológica del Estado Místico de Conciencia de

Pahnke (1963, p. 12-18) son las siguientes:

Categoría I: Unidad

La característica más importante de la experiencia mística, se divide en tipo interno y

externo, que son diferentes maneras de experimentar una unidad indiferenciada. La mayor

diferencia está en que el tipo interno encuentra unidad en el “mundo interno” a través de

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quien experimenta la experiencia, y el tipo externo encuentra unidad a través del mundo

externo, fuera de quien experimenta. Los elementos esenciales para la experimentación de

Unidad Interna, es la pérdida del sentido habitual de la impresiones sensoriales y del sí

mismo, sin estar inconsciente. La multiplicidad de impresiones sensoriales internas y

externas que son habituales, incluyendo tiempo y espacio, y el ego empírico o el sentido

usual de individualidad desaparece mientras la conciencia permanece. En las experiencias

más completas esta conciencia es conciencia pura más allá del contenido empírico, sin

distinción entre lo interno y lo externo. A pesar de la pérdida de impresiones de los sentidos

y la disolución de la identidad personal o del yo habitual, la conciencia de unidad o unidad

sigue experimentándose y recordándose. Uno no está inconsciente, sino más bien muy

consciente de una unidad indiferenciada.

La unidad externa, se percibe exteriormente con los sentidos físicos a través del mundo

externo. Una sensación de unidad subyacente se siente detrás de la multiplicidad empírica.

El sujeto u observador siente que la separación habitual entre él y un objeto externo

(inanimado o animado) ya no está presente en un sentido básico, pero el sujeto todavía sabe

que en otro nivel, al mismo tiempo, él y los objetos están separados.

Otra forma de expresar este fenómeno sensorial es que las esencias de los objetos se

experimentan intuitivamente y se sienten como una sensación de un nivel más profundo. El

sujeto tiene una sensación de unidad con estos objetos porque él "ve" que en el nivel más

básico todos son parte de la misma unidad indiferenciada. La declaración “todo es uno”, es

un buen resumen de la unidad externa. En la experiencia más completa, siente una

dimensión cósmica y el experimentador siente en un sentido profundo una parte de todo lo

que existe.

17
Categoría II: Trascendencia del tiempo y del espacio.

Esta categoría se refiere a la pérdida del sentido habitual del tiempo y el espacio. Esto

significa la hora del reloj, pero también puede ser el sentido personal de su pasado, presente

y futuro. La trascendencia de espacio significa que una persona pierde su orientación

habitual en cuanto a dónde está durante la experiencia en términos de la percepción

tridimensional habitual de su entorno. Las experiencias de atemporalidad y falta de espacio

también pueden describirse como una experiencia de "eternidad" o "infinito".

Categoría III: Profundo Estado de Animo Positivo.

Los elementos más universales (y, por lo tanto, los que son más esenciales en la definición

de esta categoría) son la alegría, la bendición y la paz. Su carácter único en relación con la

experiencia mística es que su intensidad los marca como los niveles más altos de la

experiencia humana de estos sentimientos, y son valorados como en altos niveles por los

experimentadores. Las lágrimas pueden asociarse con cualquiera de esos elementos debido

a la naturaleza abrumadora de la experiencia.

Estos sentimientos pueden ocurrir en el peak de la experiencia o durante el "crepúsculo

extático" cuando el peak ha pasado, pero sus efectos y memoria son todavía muy vívidos e

intensos. El amor también puede ser un elemento profundamente sentido como ánimo

positivo, pero no tiene la misma universalidad que la alegría, la bendición, y la paz.

Categoría IV: Sentido de lo sagrado.

Esta categoría comprende el sentido de lo sagrado que es evocado por la experiencia

mística. Lo sagrado se define aquí como lo que una persona siente que tiene un valor

18
especial y es capaz de ser profanado. Las características básicas de lo sagrado son una

respuesta no-racional, intuitiva, silenciosa y palpitante en presencia de realidades

inspiradoras. Ninguna “creencia” religiosa o terminología teológica tradicional debe

involucrarse necesariamente, aunque se incluya en la experiencia un sentido de reverencia o

un sentimiento de que lo que se experimenta es santo o divino.

Categoría V: Objetividad y realidad.

Esta categoría tiene dos elementos interrelacionados: (1) conocimiento perspicaz o

iluminación percibida en un nivel intuitivo, no racional y ganado por experiencia directa y

(2) la autoridad de la experiencia o la certeza de que tal conocimiento es verdaderamente

real, en contraste con la sensación de que la experiencia es un engaño subjetivo. Estos dos

elementos están conectados porque el conocimiento a través de la experiencia de la realidad

última (en el sentido de poder "saber" y "ver" lo que es realmente real) conlleva su propio

sentido de certeza.

La experiencia de realidad "última" es una conciencia de otra dimensión que no es la

misma que la realidad "ordinaria" (la realidad de lo cotidiano, la conciencia habitual)

aunque el conocimiento de la realidad "última" es bastante real para el experimentador. Tal

conocimiento sutil no significa necesariamente un aumento de los hechos, sino más bien

una iluminación intuitiva. Lo que se hace "conocido" (en lugar de estar solo

intelectualmente asentado) se siente intuitivamente como autorizado, no requiere pruebas a

nivel racional y es un sentimiento interno de verdad objetiva. El contenido de este

conocimiento se puede dividir en dos tipos principales: (a) conocimiento del ser y la

existencia en general, y (b) conocimiento del propio yo personal y finito.

19
Categoría VI: paradoja

Las descripciones precisas e incluso las interpretaciones racionales de la experiencia

mística tienden a ser lógicamente contradictorias cuando se analizan estrictamente. Por

ejemplo, en la experiencia de la unidad interna hay una pérdida de todo el contenido

empírico, es una unidad vacía que al mismo tiempo es completa y llena.

Esta pérdida incluye la pérdida del sentido del yo y la disolución de la individualidad,

sin embargo, queda algo individual para experimentar la unidad. El "yo" existe y no existe.

Otro ejemplo es la separación de, pero al mismo tiempo, la unión con los objetos en la

experiencia de la unidad externa (esencialmente una trascendencia paradójica del espacio).

Categoría VII: Presunta inefabilidad.

A pesar de los intentos de contar o escribir sobre la experiencia mística, los místicos

insisten en que las palabras no lo describen adecuadamente o que la experiencia está más

allá de las palabras. Quizás la razón sea el desconcierto con el lenguaje debido a la

naturaleza paradójica de los fenómenos esenciales.

Categoría VIII: Transitoriedad.

La transitoriedad se refiere a la duración y significa la temporalidad de la experiencia

mística en contraste con la permanencia relativa del nivel de la experiencia habitual. Hay

una aparición transitoria de los niveles o dimensiones especiales e inusuales de la

conciencia que se definen por la tipología presentada, pero eventualmente desaparece y se

retorna a lo más habitual. La característica de la transitoriedad indica que el estado místico

de la conciencia no se sostiene indefinidamente.

20
Categoría IX: Persistencia de los cambios positivos en la actitud y/o el

comportamiento.

Debido a que esta tipología es de un misticismo saludable que mejora la vida, esta categoría

describe los efectos positivos y duraderos que son el resultado de la experiencia. Estos

cambios se dividen en cuatro grupos: (1) hacia uno mismo, (2) hacia otros, (3) hacia la vida

y (4) hacia la experiencia mística en sí.

(1) La mayor integración de la personalidad es el cambio interno básico en el yo

personal. Los rasgos indeseables pueden sentirse de una manera que les permite

tratarlos y finalmente reducirlos o eliminarlos. Desde el punto de vista de la

integración personal, el sentido de la propia autoridad interna puede fortalecerse, y

el vigor y la calidad dinámica de la vida de una persona pueden aumentar.

Creatividad y mayor eficiencia en el logro pueden ser desarrollados. Puede haber un

tono optimista interno con el consiguiente aumento de los sentimientos de felicidad,

alegría y paz.

(2) Los cambios en la actitud y el comportamiento hacia los demás incluyen más

sensibilidad, más tolerancia, más amor real y más autenticidad como persona al ser

más abiertos y más sinceros con los demás.

(3) Los cambios hacia la vida en una dirección positiva incluyen la filosofía de vida, el

sentido de los valores, el sentido de significado y propósito, el compromiso

vocacional, la necesidad de servicio a los demás y la nueva apreciación de la vida o

del conjunto de la creación. La vida puede parecer más rica. El sentido de

21
reverencia puede aumentar y pasar más tiempo en la vida devocional y en la

meditación.

(4) El cambio positivo hacia la experiencia significa que se considera valioso y que lo

que se aprendió se considera útil. La experiencia se recuerda como un punto alto y

se intenta recuperar la experiencia o, si es posible, obtener nuevas experiencias

como fuente de crecimiento y fortaleza. Las experiencias místicas de los demás son

más apreciadas y comprendidas.

Al observar en la práctica clínica que los consultantes demuestran muchas veces

“desequilibrio en la dimensión simbólica” o “déficit experencial” (Yapko, 1988) en el

involucramiento espiritual, (o en otros casos un exceso de éste), puede ser el “Trance

Místico Autoinducido” o “Autohipnosis Mística”, una manera para abordar

terapéuticamente y con criterios fenomenológicos clínicos clarificados, estas dificultades de

una manera que acepte plenamente la “cosmología particular” del consultante.

Comentar los ciclos ultradianos anteriormente, en el contexto de la Autohipnosis

Mística, y asumiendo una exploración hipnótica con el consultante de las diversas

experiencias místicas que pudiera vivenciar en un estado hipnótico terapéutico,

posiblemente guiado por la Tipología de 9 Categorías del Estado Místico de Conciencia de

Walter Pahnke en su exploración y análisis fenomenológico, ofrece posibilidades nuevas y

creativas para la transformación del ser humano en relación a su dimensión espiritual.

La plasticidad neuronal detectada en el estado de trance, y la investigación de "genes

dependientes de la actividad o la experiencia" (Rossi et al. 2008), que indica que se pueden

encender (activar) o apagar (desactivar) por señales del entorno físico y psicosocial, y que a

22
su vez pueden ser aplicaciones apropiadas para medicina traslacional de acuerdo con Rossi

(Rossi, 1986, 1993, 2002, 2004, 2007, 2012; Rossi & Rossi, 2013; Lloyd & Rossi, 1992,

2008), pueden ofrecer posibilidades para observar a nivel experimental la Autohipnosis

Mística con la Fenomenología aquí descrita como una actividad-con-genes-dependientes a

cada categoría mencionada o al “Relato de Autotrance Místico” (Mann) y su producción y

correlato genético en el aquí-ahora terapéutico.

Las psicoterapias actuales que exploran cómo se expresan los genes durante un “Estado

de Trance” o “estado hipnótico” (MBT, Rossi, 2015), y que de paso de acuerdo con Rossi,

ayudan a los pacientes a evitar sus llamadas "resistencias freudianas internas" (Rossi,

1993, 2002, 2007, 2012, citado en Rossi, 2015), además de las diversas investigaciones

actuales que documentan el uso de microrrayos de ARN / ADN para evaluar las respuestas

psicoterapéuticas asociadas al fenómeno del trance (Dusek et al, 2008 Lichtenberg et al,

2000, 2004; Rossi, 2012; Rossi & Rossi, 2013 Creswell et al, 2012 Church et al, 2012;

Yount et al, 2013 Cole , 2009, Cole et al, 2005, 2007, 20100, 2011 Sliwinski & Elkins,

2013 Lavretsky et al, 2013 Unternaehrer et al, 2012, citados en Rossi, 2016) con todo

favorecen a la ampliación del conocimiento de la co-expresión de genes dependientes a los

fenómenos esencialmente de autohipnosis (en términos de Erickson como se mencionó por

el uso básicamente de la memoria, los recuerdos, y la imaginería) y a la investigación de los

genes co-expresados y dependientes a las categorías, Unidad, Trascendencia del tiempo y

del espacio, Profundo Estado de Animo Positivo, Sentido de lo sagrado, Objetividad y

realidad, Paradoja, Presunta inefabilidad, Transitoriedad, que se pudieran analizar

fenomenológicamente, desde la asimilación probablemente del análisis del texto del Relato

de Autotrance Místico Interno como válido en la acción-complementariedad-comprensión

23
del diálogo terapéutico; “Protocolo Hipnótico Inductor del Fenómeno de Autohipnosis

Mística” (Mann) como operación cognitiva compartida en el momento aquí-ahora, y de

acuerdo con Maturana (1997, citado en Mann, 2017, julio 27, [Blogpost]), logrando

establecer observaciones que utilizan el mismo criterio de validación para las explicaciones,

operando en dominios cognitivos que intersectan en la Autohipnosis Mística como dominio

común de explicaciones como dominios de coordinaciones consensuales de “acciones”, un

dominio isomórfico de existencia en cuanto a “lo espiritual”.

A su vez la evaluación post-experimental de genes asociados a los diversos elementos

que el Relato de Autotrance Místico Interno expresa, puede revelar en cuanto a cómo la

memoria construye los elementos de autohipnosis necesarios para evocar lo místico,

espiritual y el Estado Místico de Conciencia desde los recuerdos (y la sugestión biográfica

anterior), como por otro lado, profundos espacios de exploración genética.

La integración del Yo-Cosmos requiere de una voluntad respetuosa con el otro. La

revisión de las prácticas familiares para la conformación orgánico-espiritual del ADN Yo-

Cosmos, se revela necesaria ante la plasticidad de la conformación físico-psico-espiritual

por los relatos sugestivos que establecen los elementos fundamentales y disponibles para el

inconsciente, que predisponen como es sabido la conducta humana (Freud, 1975) y que son

altamente programables por los relatos. La Autohipnosis Mística reconoce la multiplicidad

conceptual, y valida la cosmología particular o trance místico autoinducido del consultante

como un estado en constante construcción en relación consigo mismo, los demás, y la

terapia en el aquí ahora. La “realidad” de la experiencia mística de los consultantes es

válida en la convención de significados donde la emoción se encuentra por sobre la

intelectualización y objetivización de significados particulares. El trance místico y su

24
reconocimiento opera desde la necesidad de “Comprensión” mutua de significados acerca

de “lo divino” en la terapia.

La dimensión espiritual resulta ser un ámbito muy susceptible de ser “programado” o

“automatizado”. Cabe el reconocimiento de la existencia del trance como fenómeno

biológico natural elemental para la construcción del ser humano. La mayoría de las veces

espontáneo, cíclico, y sugestionable durante los fenómenos del trance que se revisan. Todo

esto abre cuestiones de importancia respecto a cómo nos influenciamos, nos construimos a

nosotros mismos, a los demás, más la consecuente reflexión respecto a cómo generamos

valores como humanidad que respeten la individualidad del ser y la espiritualidad.

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