EL FIN DE LAS ERAS Y EL TIEMPO

DE LOS MAYAS AL APOCALIPSIS

Primera Parte

María del Consuelo González Cueva.

Copyright © 2012 María del Consuelo González Cueva

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Ultima edición: Monterrey, Nuevo León, México 2015

Monterrey, México 2009-2012-2017
© Derechos reservados por la autora
María del Consuelo González Cueva
El fin de las eras y el tiempo. De los Mayas al Apocalipsis
Blogger: De los mayas al Apocalipsis.
marcon27@yahoo.com
No. de registro 1849
ISBN 968-9116-02-9
INDAUTOR 03-2008-080711512600-14
Prohibida la reproducción o transmisión total o parcial de esta obra en cualquier forma, electrónica o INTRODUCCION.
mecánica, incluso fotocopia o sistema para recuperar información, sin permiso expreso de la autora.

Esta es una invitación abierta para ver la historia a través de una nueva perspectiva. Para
entrar por los laberintos oscuros del pasado rompiendo limitaciones y ver con claridad lo
que estuvo velado por milenios a nuestro entendimiento. Es una puerta abierta a la
posibilidad de liberarnos de viejas ataduras y volar por nuevos rumbos. Es una
oportunidad de encontrar en los mensajes del ayer la rendija hacia otra realidad y
descubrir a través de ella nuestro destino. Es nuestro derecho acceder a lo que estuvo
prohibido; es nuestra herencia.
Han pasado más de 15 años desde que empezaba la aventura que culminó con la creación
de este libro.
Después de todos estos años, ha cambiado mucho el mundo y he cambiado mucho yo
más no ha cambiado la esencia de este libro. Al inicio cuando empecé a escribir era tant
mi emoción que cegaba mis sentidos y enturbiaba mi realidad. Mil emociones corrían po
mi mente a través de la información que se abría y fluía hacia mi desde el éter de l
inconciencia cada día. La emoción se desbordaba en mil ilusiones. Ahora, he aquietado
las aguas y como el mar después de una tormenta puedo ver con claridad el horizonte
Encuentro en mi interior contento y paz. Visto desde este momento de mi vida, despué
de los años que han pasado, descubro que necesitaba esa paz para poder entender que lo
mensajes que recibía constantemente primero debían ser comprendidos por mi y
aplicados a mi propia existencia para poder compartir mi experiencia con otros. Tuve qu
percibir al mundo desde un nuevo enfoque para poder aceptar muchas cosas y aprender
no tener miedo de decirlas.

He actualizado parte de la información ya que lo que antes eran pronósticos, ahora

forman parte del pasado. Muchas cosas de las que hablaba en la primera edición para e-
book en el 2012 quedaron ya en la historia. Más atrás quedó lo que vislumbraban las
primeras letras en mi teclado a inicios del nuevo milenio. Esta última edición está
actualizada pero no he eliminado nada de la información original aunque si he agregado
nuevos datos.
Nadie puede hacer predicciones dando fechas exactas porque día a día escribimos
nuestra historia todos los que caminamos aún por este mundo. De esta premisa debemos
partir. Podemos entrever cuando el tiempo está maduro pero el día y la hora exacta en
que culminará todo antes de una renovación total, solo Dios lo sabe. Tal vez no vea yo el
final de las profecías aquí expuestas, tal vez ni mis hijos o nietos lo vean - aunque
personalmente crea que el tiempo de un nuevo comienzo está cerca- en realidad a cada
momento todo se renueva. Los días, las horas incluso los años en períodos de tiempo tan
largos como tiene la historia de la Tierra, son sólo instantes. Podrían pasar décadas o
incluso más años, para que todo lo aquí descrito suceda. Como no sabemos cuando
llegará el momento, debemos estar siempre preparados y atentos a las señales dando lo
mejor de cada uno porque El gran Juez puede llegar en cualquier momento -como un
ladrón- y encontrarnos desprevenidos.
 Le doy gracias a Dios, a mis padres, a Toño, Alejandra, Carlos, Mariana, Roberto, CONTENIDO
Fabiola, Roly, Mau, Julen y Jimena por estar siempre a mi lado dándome su amor.
Gracias a todas las personas amigos o no con las que he coincidido en el camino por este Prólogo
mundo por enseñarme tanto. Los cambios
Gracias también, a quienes sean los espíritus que me guiaron - a través de mis sueños- y Los Mayas
de las coincidencias que fueron presentándose en mi vida cuando escribía este libro – por Los Olmecas
acompañarme paso a paso en el difícil camino de dar a luz un escrito. Los Toltecas
Monterrey, Nuevo León. 2016

María Consuelo González Cueva

 PRÓLOGO
Solo le pido a Dios, que el dolor no me sea indiferente.
León Gieco
Existe una infinidad de escritos que guardan enseñanzas olvidadas e historias perdidas de
nuestro pasado que provienen de diversas fuentes alrededor del mundo. Muchos de estos
ibros, códices y demás documentos no han sido considerados válidos por los científicos
modernos o han sido tomados por mitos, leyendas o cuentos de ficción. Parte de la
verdadera sabiduría del ayer ha sido relegada a los estantes de lo oculto.
Desgraciadamente en el transcurso de los años sólo algunas cuantas personas en la
cumbre del poder tanto como político como religioso y económico son han tenido el
control para decidir lo que los demás pueden leer, creer e incluso aún hacer con sus vidas.
Esto es en parte la razón por la que muchos documentos han sido descartados a lo largo
de la historia, condenados a empolvarse en algún olvidado anaquel o ser destruidos. Del
mismo modo que algunos oficios y artes de la humanidad, muchos descubrimientos
cuidadosamente guardados en escritos anónimos o por autores no privilegiados nunca
salieron a la luz. Incluso podríamos culpar al destino si así lo creyésemos. Algunas otras
nnovaciones no ocurrieron o pasaron desapercibidas porque no tuvieron la suerte de ser
aceptados por la elite en el poder aunque muchas de estas innovaciones pudiesen haber
cambiado al mundo como las de el gran Nikola Tesla que fue desprestigiado en su época
porque sus inventos de energía libre contravenían los intereses de los poderosos y sus
nventos quedaron por años en el olvido. Por otra parte, existen escritos que han sido
nterpretados bajo los mismos parámetros y las mismas reglas que convenían a esa elite
controladora que ha existido a través de la historia. Por otro lado son muy pocos los que
se atrevieron a considerar otros posibles significados a muchos escritos y códices del
pasado a los aceptados por los grupos de poder. Muchas obras que podrían haber sido de
gran ayuda para la humanidad no han sido del dominio público por restricciones de esos
grupos que manejan al mundo.
Esos libros olvidados contienen muchas respuestas a lo que ha intrigado al ser humano.
La buena noticia es que no todo fue perdido. Algunas obras sobrevivieron al rigor del
iempo y a la censura resguardados por siglos por grupos guardianes de la sabiduría
milenaria como Los Templarios y otros después. Parte de la sabiduría que nos heredaron
nuestros antepasados ha sido conservada por personas que pasaron sus vidas alejadas de
a luz pública. Esos legados nos hablan acerca de los orígenes de la creación, de los
misterios de la vida en el universo y de los procesos cíclicos de renovación y destrucción
a los que estamos sujetos. Esta información nos atañe a todos y debemos conocerla. El
objetivo de este libro es presentar parte de ella.
Los pueblos antiguos conservaban un lazo profundo entre el saber, la razón y la
ntuición. Sabían de la relación que existe entre la mente, la conciencia y el espíritu. A
pesar de las diferencias culturales y geográficas que existían y a pesar de la distancia
física que separaba a los diversos grupos humanos que han poblado este planeta, el lazo
que los hermanaba entre si era el conocimiento de la esencia que nos une a toda la
creación.
Siempre perduró a través del tiempo el interés de preservar esa herencia que nos llama
a reconciliarnos con el pasado para entender los acontecimientos que nos han marcado y
nos han impulsado a evolucionar. Los métodos que nuestros ancestros utilizaban para
conocer los eventos más allá del tiempo son incomprensibles a nuestro entendimiento
actual tan enfocado a lo material. Los pueblos antiguos mantenían una comunicación
global no con sistemas eléctricos o satelitales sino que su fuente de saber se basaba en
métodos que tienen que ver con el espíritu. Las sociedades antiguas estaban separadas
físicamente nada más. Además, ellos podían ver fuera de nuestros límites dimensionales
y trazar nuestros destinos a través del mapa celeste. Ellos conocían la conexión inherente
a todo lo que existe en el tiempo y en el espacio. Ese es el lazo que nos une con el
cosmos; es el conocimiento que hemos olvidado.
Vivimos en una sociedad que nos mantiene ocupados durante toda nuestra existencia
con quehaceres materiales alejándonos de lo inmaterial. Nuestra indiferencia aprendida
desde la cuna hacia lo intangible nos encierra en una especie de capelo de cristal junto a
miles de juguetes que la tecnología y la ciencia moderna ha desarrollado para nuestro
entretenimiento. Estamos tan separados de la esencia que hemos olvidado nuestra misión
en este plano existencial. Es tiempo de romper la burbuja de nuestra falsa realidad y salir
de la Matrix.
El presente libro está dirigido especialmente a aquel que ha decidido despertar y se
reconoce como responsable de lo que es, de lo que será y de lo que a hecho consigo
mismo y con su entorno. Es parte del deseo de búsqueda del paraíso perdido con el que
nacemos. Ese vacío existencial que no comprendemos conscientemente y que debemos
recordar. Tenemos un gran compromiso con nosotros mismos y con el mundo futuro que
heredaremos a las nuevas generaciones.
El nuevo ser regenerado y evolucionado volverá a su esencia, que está integrada como
todas las cosas en este plano por una fuerza sobrenatural. Desde las cosas más grandes
hasta las más sencillas del universo provienen de esa fuerza unificadora.
El ser humano algún día abrirá sus ojos a una nueva realidad que va más allá del aquí
y ahora. Olvidará antiguos dogmas que le llenaron de prejuicios durante milenios. Un
nuevo ser renacerá a partir de nosotros y no será igual. Habrá olvidado las penas y el
sufrimiento del cuadrado dimensional que le limitaba. Cuando el ser humano esté listo
para trascender la prueba física, su espíritu se fortalecerá y romperá todos los paradigmas
y los miedos que le ataban. Vivimos durante milenios con la certidumbre del
desprendimiento del vehículo terrenal. El nuevo ser humano se regenerará y se
reinventará a si mismo más allá de los límites dimensionales para ascender a un plano
superior dejando sin pesar una existencia limitante. Llevará entre sus manos la
experiencia que recogió a su paso por la etapa que culmina ahora y adonde vaya, la luz de
la justicia le acompañará. Vivirá en sintonía con el planeta y con todos sus habitantes,
pues habrá elegido por sí mismo modificar los errores de un pasado lleno de falsedad. El
mundo futuro que está por nacer tendrá una nueva faz y el corazón de la nueva
humanidad palpitará como uno sólo en completa armonía y fraternidad.
Un día reconoceremos que el tiempo no es un eterno círculo sino que este se puede
romper para llegar hasta la Fuente eterna de luz.
Debemos finalizar un ciclo para volver a empezar otro en la espiral de la eternidad. Los
mayas creían, que había que morir para nacer hasta que terminase el tiempo del año
estelar. Al comienzo de este nuevo siglo se cumple un ciclo largo para ellos. Las leyes
universales que rigen lo que sucede en el cielo y aquí en la Tierra cumplen con una etapa
natural como cualquier organismo vivo en el cosmos. Nos preparamos para una nueva
fase regenerativa en la que nada volverá a ser lo que es ahora. Debemos romper con
nuestros paradigmas y revolucionar los pensamientos en una nueva interpretación de las
profecías. Muchas de las cuales se han cumplido en parte. Las predicciones que
analizamos en este escrito están en estrecha relación con lo que estamos viviendo hoy día
y con todos los acontecimientos recientes.
Cada uno debe sacar sus propias conclusiones sobre lo que los antiguos profetas nos
quisieron decir milenios atrás. Esperemos desentrañar aunque sea en parte, las
nterrogantes que nos hacemos sobre nuestro pasado y sobre lo que nos depara el destino
visto desde el ángulo y perspectiva de los ojos de los que nos antecedieron.
El tiempo de la cosecha de la que hablaban los profetas Bíblicos pudiese estar cerca.
No sabremos cuando se han acabado las arenas del reloj hasta que el mismo día en que
esto ocurra. El tiempo de aprendizaje continuará mientras seguimos aquí. Por lo pronto
sigamos buscando respuestas dejándonos llevar por la intuición al volver la vista hacia las
estrellas. Nuestros ancestros nos señalaron el camino hacia ellas. Dentro de cada ser está
a respuesta que nos hará comprender la verdad cuando buscamos con intención pura. En
ealidad no es lo más importante si se cumplen las antiguas profecías o no como
encontrar una razón para continuar nuestra especie.
Para los mayas y los antiguos mesoamericanos, el fin de esta era de “movimiento”
lamada también por los mexicas “4 Ollin” significa la manera en la cual terminará este
año cósmico. Podemos imaginar muchas formas en que podrían producirse nuevos
movimientos, además de los terrestres que han sucedido al fin de éste ciclo largo. Si lo
que nos hubiesen querido decir desde el pasado los mesoamericanos y otros sabios, es
que si en determinado momento todo lo que nos impulsa ahora a “movernos” sin rumbo,
buscando solo intereses materiales y egoístas se detuviese, el mundo cambiará
adicalmente y tendría que volver a iniciar. Si consideramos el tiempo como una
dimensión, todo lo que sucede en el espacio sucede a su vez en el tiempo. Si el
movimiento cesa el tiempo cesaría a su vez y toda la materia del universo se
ransformaría llevándonos a un nuevo ciclo de existencia totalmente diferente. Para ellos,
el año cósmico que finaliza cierra el pasado dando paso a un nuevo año donde todo
brillaría con una nueva luz.
Un pensamiento.
Ojala que todos los que creemos que los catastróficos y anormales sucesos que han
ocurrido desde finales del siglo XX acompañando el fin de esta etapa de vida en la Tierra
continuarán, estemos equivocados. Espero como muchos, que de verdad el cambio
anunciado sea un cambio natural y pacífico – como las estaciones que cambian todo- y
que las repercusiones sean mas bien a nivel espiritual y de conciencia. Deseo que esta
proceso termine sin más pérdidas humanas trágicas ni más daños ambientales que
amentar. Espero que los líderes de las grandes naciones conserven la cordura y nunca
aprieten el botón.
Al mismo tiempo, y a pesar del mal que se ha propagado en nuestro mundo sé que
existe la bondad en muchas de las almas que están viviendo los últimos tiempos. Por eso
quiero lanzar un postrero grito de esperanza. Creo que aún podemos cambiar nuestro
futuro principalmente a través de aquéllos que aún creemos en el poder del amor.
Lo que el amor puede hacer
En este mundo en donde el mal parece haberse empeñado en enraizarse en nuestras vidas
apareciendo por todas partes en forma de guerras y catástrofes o de personas crueles que
dañan a todo y a todos sin razón oscureciendo el futuro, debemos mantener viva la fuerza
del espíritu. Las almas están ya encaminadas hacia un gran salto en el proceso de
evolución. Por esto debemos luchar por mantenernos firmes en el bien como muchos que
están haciendo cosas positivas en medio del caos. Lo primero que debemos practicar es e
perdón para comprender el verdadero significado de la compasión humana. Esto se logra
buscando coincidencias y no diferencias en los demás. Debemos también resistir y no
dejarnos caer en las redes de los apegos. No está mal ambicionar una vida cómoda, lo
malo es olvidarnos de compartir. Ojalá aprendamos pronto a alejarnos definitivamente de
la envidia y el egoísmo que han envenenado nuestras almas desde el comienzo de la
humanidad con celos, rencores y odio. Nadie debe basar su felicidad en la infelicidad de
otro. Para merecer un mundo mejor debemos nosotros mismos edificarlo. El arma
necesaria para entrar al nuevo mundo es el amor que como una lámpara que alumbra en
la oscuridad de nuestros tiempos, trae consigo los verdaderos fundamentos para la
felicidad.
Los antiguos mexicanos sabían que nada está escrito porque el futuro se reinventa día
a día. Ellos ofrecían su sangre en sacrificio porque creían así poder cambiar el destino de
sus pueblos y el de ellos mismos como individuos. Pensaban que con la sangre
derramada, propiciaban la renovación y la continuidad del ciclo vital. Para que el sol
naciera cada día hasta el fin de la “rueda de la vida” debían mantener contentos a los
dioses entregando su propia sangre.
Nosotros podemos ofrecer ahora nuestro amor y compasión para propiciar la unión
que nos conducirá hacia un nuevo mundo lleno de paz. Nuestros ancestros ofrecían su
sangre- lo preciado -para preservar al mundo. Nosotros tenemos la oportunidad de darnos
a nosotros mismos para mejorarlo.
la permanencia de nuestra especie, depende de nuestra condescendencia y nuestras
acciones positivas.
Nosotros somos lo que elegimos ser. Podemos escoger entre el cielo o el infierno ya
que somos los arquitectos de nuestro propio destino. Somos los únicos responsables de
nuestra supervivencia y de mantener en equilibrio hasta el fin del círculo de la vida.
Si en un día nos vamos,
en una noche baja uno a la región del misterio, aquí sólo venimos a conocernos,
sólo estamos de paso sobre la tierra.
En paz y placer pasemos la vida; venid y gocemos.
Que lo hagan los que viven airados; ¡la Tierra es muy ancha!
¡Ojalá siempre se viviera, ojalá no hubiera uno de morir! (1)
En las mentes de las personas modernas se ha venido implantando la idea de que en
este mundo es casi una obligación buscar el placer, las comodidades y las satisfacciones
sensoriales solamente. En realidad nos han vendido ideas que solo nos causa frustración y
desesperanza cuando no podemos conseguir lo que queremos con solo desearlo. Nadie se
salva de experimentar más dificultades que dichas en este difícil camino material porque
así es esta vida. Los iluminados del pasado sabían mejor que nosotros el verdadero
significado del dolor y el sufrimiento. Ellos hacían sacrificios, ayunos y ofrendas porque
sabían que el sufrimiento purifica y acerca a Dios y no lo contrario. Estaban cerca de la
verdad pero les faltaba equilibrio. Ningún dios requiere de sacrificios auto infligidos ya
que la vida sola los trae y justo a la medida de cada uno, sino la comprensión de nuestros
ropiezos en el camino.
En este mundo globalizado hemos sido condicionados para olvidar el verdadero
propósito de nuestro tránsito carnal. El verdadero sacrificio moderno consiste en dar y el
ego es el obstáculo. Los múltiples dificultades que se nos presentan día a día son parte de
nuestro crecimiento espiritual. Este mundo no es un paraíso sino una escuela de almas.
Venimos a aprender a través de las alegrías y también de los fracasos de nuestras vidas.
Dentro de esas vicisitudes encontraremos la razón de nuestro existir en el efímero tiempo
que dura nuestra existencia comparada con la eternidad.
Independientemente de si regresamos a este mismo plano de existencia encarnando
una o varias veces en este mundo o si venimos de otros mundos o dimensiones donde
uvimos otro tipo de lecciones, todos los que pasamos por esta escuela de almas
decidimos durante nuestro aprendizaje de vida lo que nos llevaremos al siguiente nivel
con nosotros. Venimos con una carga de origen y con nuestras acciones estamos
formando el equipaje para nuestra nueva experiencia espiritual.
Nuestras vidas transcurrirían en paz y las aprovecharíamos mucho mejor si nos
abrazáramos a nuestro destino y fluyésemos con amor en vez de luchar contra el orden
natural de las cosas.
No vivamos esta vida como si nunca fuésemos a morir, como si fuésemos eternos. Sólo
estamos aquí de paso. Es sólo un instante nuestra existencia material, comparado con los
eternos círculos de existencia más allá de este plano.
Cuando comprendamos que ése que está a nuestro lado siente, sufre y llora como
nosotros, que lo que le hagamos a nuestro hermano, nos lo hacemos a nosotros mismos,
el sol del anunciado nuevo día cósmico llenará nuestro espíritu de luz en el amanecer de
una nueva vida. Un nuevo mundo, una nueva realidad y una nueva luz aparecerán y nos
harán comprender que la única fuerza capaz de salvarnos y de hacernos felices en este
mundo es la de procurar la felicidad y el bienestar de nuestros hermanos. Jesucristo hace
dos mil años nos dio este mandamiento que es el más grande de todos:
“y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con
todas tus fuerzas. El segundo es éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Mayor que
estos no hay mandamiento alguno.
San Marcos 12: 30-31.
Sólo este mandamiento necesitamos cumplir. En él están contenidos todos los demás.
Jesús nos dijo también que no debíamos temer porque Él estaría con nosotros hasta el fin
de los tiempos.
Debemos saber que no existe la casualidad sino la causalidad. Es la manera en que
coincide nuestro destino con el de otros. Lo que sucede actualmente en el mundo es
consecuencia de nuestras acciones pasadas. Las conclusiones a las que lleguemos con
este escrito deben basarse en el discernimiento que es la mejor herramienta para descubri
lo que cada uno necesita para iluminar nuestro espíritu en el nuevo nivel evolutivo.
-“Aprended de la parábola de la higuera: cuando sus ramos están tiernos y brotan las hojas,
conocéis que el estío se acerca; así vosotros también, cuando veáis todo esto, entended que
está próximo a las puertas.”-
San Mateo 24. 32-34
Los antiguos mayas creían que en algún momento, al final de la anterior era, el sol se
había detenido cesando su movimiento por un breve periodo de tiempo y por este motivo
cayeron grandes calamidades a la Tierra. Todos los días vivían con el temor de que el sol
se detuviese de nuevo y por esto ofrecían sacrificios de sangre a los dioses, con la
creencia de que eso les agradaría y mantendrían al sol en movimiento para que el tiempo
siguiera su curso.
Existen otros relatos acerca del cese repentino del movimiento del sol como en la
historia Bíblica de Josué, en donde Yahvé detiene el sol para que Josué ganase la batalla
contra sus enemigos.
Habló Josué a Yahvé, y a la vista de Israel dijo:
“Sol, detente sobre Gabaón;
y tú, luna, sobre el valle de Ayalón;
y el sol se detuvo, y se paró la luna.
Josué 10.12
Este acontecimiento estelar podría no ser puramente una cita metafórica de la Biblia, sino
que de acuerdo a algunas teorías, la tierra puede haber dado en algún momento de su
historia un giro súbito al alterarse el eje terrestre así como sus polos magnéticos. Algunos
científicos concuerdan en que esto podría volver a suceder hoy. Quizás esto es lo que
vieron y dejaron registrado nuestros ancestros.
En el Antiguo Testamento, este evento ocurriría aproximadamente entre 5000 y 6000
años atrás, cuando el sol salió por el Oeste como siempre, permaneció en el cielo todo un
día poniéndose después en el Este.
En este relato al día siguiente el sol salió otra vez por el este y se puso en el oeste
como lo ha hecho desde entonces y hasta ahora. Los antiguos hebreos tomaron esto como
un milagro, una señal de que Dios les ayudaba a ganar la batalla que libraban en ese
entonces con la luz extra del sol que se les regalaba.
 El sol se detuvo en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse, casi un día entero.
Josué.10.13.
Otras tradiciones nos hablan del día en que el sol dejó de moverse, además de los
mesoamericanos y los antiguos hebreos como veremos más adelante.
En nuestra época están sucediendo toda clase de movimientos alrededor del mundo.
Hemos sido testigos de ligeros cambios paulatinos del eje terrestre que han ido
modificando nuestro campo magnético. A partir del terremoto que causó el tsunami en
2004 en Indonesia en donde hubo registros de un ligero movimiento del eje terrestre, no
han cesado los grandes terremotos que asolan sin piedad casi todos los rincones del
planeta cobrando la vida de miles de personas. Estos movimientos de las placas
ectónicas han destruido poblaciones enteras en las últimos años, pero además hemos
sufrido muchos otros movimientos en nuestras vidas los cuales han provocado cambios
sociales, políticos, culturales y de conciencia únicos en la historia.
Existe una teoría que nos habla de un posible “movimiento” drástico de origen
desconocido, en el que el campo magnético de la Tierra se invertiría súbita y
completamente provocando un desplazamiento de la corteza terrestre.
Si esto fuese lo ocurrido al final de eras pasadas, explicaría el motivo por el cual se
han encontrado restos de plantas tropicales sin digerir en el estómago de mamuts
congelados en el ártico.
En los pocos escritos que se han recuperado de los mayas se habla del tiempo en que
finalizaría la era. Los mayas dejaron claro que al terminar el actual ciclo sería el fin de
odas las eras o soles y del tiempo (de este periodo largo) ya que finalizaría junto a todo
un año estelar o de precesión de los equinoccios. Ellos predijeron los cambios que
estamos ahora viviendo. Predecían una serie de eventos que cambiarán no sólo nuestras
vidas sino la faz de la tierra y el orden temporal de nuestro universo.
El Año cósmico o de precesión de los equinoccios
La precesión de los equinoccios es el movimiento de la rotación lenta e inversa de la
Tierra alrededor de su eje polar. Este movimiento ocurre de manera inversa a través de
las casas zodiacales. Entonces, antes de la era de Piscis fue la era de Aries, y así
sucesivamente. Entre los últimos años del siglo XX y el inicio del tercer milenio, antes
del comienzo de la era de Acuario, para los Mayas y todos los pueblos de Mesoamérica
empezaría el último ciclo o “atado de años” llamado -el no tiempo- que es también un
ciclo de 52 años del tránsito de las Pléyades. Desde que inicio este último ciclo de –no
tiempo- empezaron a suceder cambios dramáticos tanto internos como externos y esto
continuará como preparación hacia el nuevo año estelar.
Las cálculos calendáricos astrológicos y astronómicos de los mayas son muy precisos y
difieren por centésimas de segundos con los cálculos científicos modernos.
El fin previsto a través de la filosofía maya no significa que en una fecha específica
ocurriría un cataclismo sino que a partir del fin de la era – después del tiempo de
oscuridad del no tiempo- iniciaría el ascenso paulatino a un nuevo peldaño en la travesía
de la vida.
Debemos cerrar un círculo para llegar al nuevo renacer y terminar con los errores del
pasado para recibir un nuevo mundo en donde no habrá espacio para la oscuridad.
Tanto los mayas, los mexicas así como los egipcios, los sumerios, los israelíes y
muchos otros pueblos hablaban de un gran juez vendría al final del los tiempos para
depurar el mundo antes de recibir el nuevo periodo estelar en donde florecería un nuevo
ser humano.

El método mediante el cual los antiguos profetas llegaron a discernir el futuro fue en base
a la combinación de cálculos matemáticos y astrológicos. Así encontraron las claves para
entender los códigos ocultos en las estrellas que revelan la relación que existe entre el
cielo y nosotros mismos. Las formulas matemáticas para descifrar esos códigos forman
parte del enigmático rompecabezas matemático y geométrico perfecto que encierran los
antiguos auspicios de los visionarios del ayer. Lo imposible y lo increíble se encuentran
en los símbolos y los mensajes que nos envían desde el pasado. Las coincidencias se
epiten una y otra vez en mensajes e ideas provenientes de países, épocas y credos muy
distantes volviéndose concordantes entre sí. Debemos abrir nuestras mentes ante lo que
está más allá de lo que vemos y escuchamos en la cotidianidad de nuestras vidas.

Nota
1) De cantares Mexicanos, fol. 13, AP I, 23.

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 LOS CAMBIOS

Cuando comenzaba a cristalizarse en mi vida la realización de este libro alrededor del año
2000, había serias advertencias de los ambientalistas sobre los cambios climáticos
globales. En ese tiempo se pensaba que el mundo se orillaba a un calentamiento global.
CAPÍTULO I Luego comprendieron que no era un calentamiento en si sino en realidad un desequilibrio
de los patrones normales del clima. Las personas que hablaban antes del nuevo siglo de
este asunto en público eran llamadas alarmistas o exageradas. Después del año 2000 esa
visión cambió para todos. Empezamos experimentar cambios cada vez más notorios y
dramáticos. Después de la primera década del nuevo milenio se reconoció el fenómeno de
cambio climático al cual nos hemos ido habituando.
La realidad sobrepasa todos los días los pronósticos más optimistas y conservadores
que se preveían al inicio del tercer milenio. Se esperaba que estos cambios ocurrieran
gradualmente y no fue así. A partir de 2004 no pasaba un día sin encontrar alguna noticia
sobre los efectos que estos cambios causan alrededor del mundo. Lo peor es que hemos
visto con demasiada frecuencia como estos fenómenos se van incrementando.
Constantemente escuchamos cómo se rompen récords de temperaturas y se intensifican
las inundaciones, incendios y sequías por todas partes. Antes del cambio de siglo los
científicos de todo el mundo creían que los cambios climáticos globales no eran un
asunto apremiante y que los efectos de este fenómeno se harían notorios después de
muchos años. En el 2007 un informe científico de las Naciones Unidas predijo que la
temperatura del planeta subiría entre 1.9 y 4.6ºC para este siglo. Ahora sabemos que el
incremento en las temperaturas globales y los cambios climáticos que entonces predecían
los expertos eran muy conservadores al ser testigos por ejemplo, de como se
descongelaban los grandes glaciares en Groenlandia el verano de 2012.
También en ese mismo año, se dio a conocer que los doce primeros años del nuevo
siglo habían sido los más calientes desde que se pudieron registrar las temperaturas del
mundo. Ahora, ese record parece romperse cada año con climas cada vez mas extremos.
La realidad supera a la más aventurada predicción alarmista del siglo pasado. Todo
parece indicar que estos fenómenos seguirán presentándose y que cada año seguirán
superando a anteriores catástrofes meteorológicas y geológicas.
En los últimos 100 años el nivel del mar ha subido 17 cm en todo el planeta y durante
este siglo se prevé que el acenso sea de entre 28 y 43 cm. Ahora sabemos lo imprecisos
que pueden ser los pronósticos. Debido a lo rápido que están sucediendo los cambios en
esta misma generación hemos podido ver el aumento en el nivel del mar y las
consecuentes inundaciones alrededor del mundo. Cada año se supera la intensidad de los
devastadores huracanes y ciclones que provocan grandes pérdidas económicas y de vidas
con las inundaciones. Las ciudades costeras han sido y seguirán siendo las mas afectadas
por el derretimiento de los polos y de los grandes glaciares que a su vez contribuyen con
la variación de las temperaturas.

La cantidad de agua en el planeta es la misma, pero no su distribución ni su estado,

además de que ahora la mayor parte del H2O líquido no es apto para el consumo humano
debido a la contaminación que se generaliza en todo el globo terráqueo. Esto afecta los
patrones climáticos también. Parte de estos cambios se traducen en la reducción de la
capa de ozono y el incremento del dióxido de carbono lo que ha provocado entre otros
problemas, que la incidencia del cáncer de piel sea ahora 300% mayor que en años
anteriores. Esta capa compuesta principalmente por ozono nos protege de la exposición
directa de los rayos solares y se ha ido debilitado aceleradamente, en parte también por el
uso indiscriminado de productos químicos contaminantes.
Cuando todo parecía indicar que el mundo iba hacia un calentamiento generalizado, en
el 2013 el mundo volvía a enfriarse. Los casquetes polares recuperaban la nieve perdida y
así, el mundo seguiría dándonos sorpresas con cambios imprevistos e inesperados fuera
de toda lógica y todo pronóstico.
Por este vaivén geológico y meteorológico muchos de los cambios que sufrimos día a día,
no son ya noticia ni para los medios de comunicación ni para ninguno de los medios
sociales en internet. No son tampoco novedad los constantes terremotos o erupciones
volcánicas alrededor del planeta. A todos estos fenómenos más las explosiones sociales
donde la gente ha despertado protestando ante los abusos de poder de sus gobernantes nos
hemos ido habituando. Los seres humanos somos sumamente adaptables. Eso es parte de
nuestro éxito como especie. Asimilamos rápidamente las novedades y preferimos mirar y
seguir hacia delante. Pero. ¿Hacia donde vamos?
Desde antes de que el mundo entrara al nuevo milenio, hemos ido acostumbrándonos a
vivir entre guerras, migraciones forzadas de miles de personas alrededor del mundo,
colapsos económicos y políticos, amenazas de pandemias, además del furor de la
naturaleza cambiante y seguimos adaptándonos a todo ello. Tanto que cuando alguien
publica datos reales y alarmantes ya no son tomados en cuenta. Tanto ha cambiado la
sociedad que las más grandes atrocidades y excentricidades del ser humano son cosas de
odos los días. La capacidad de asombro se ha casi desvanecido. Es cierto que siguen y
seguirán sucediendo cosas extrañas en el mundo. Las cuales, inmediatamente son
etiquetadas como “nunca antes vistas” pero archivadas un poco después en el cajón del
olvido. En realidad poco a poco el mundo se prepara para un cambio definitivo donde no
hay vuelta atrás. Como las ranas que no se dan cuenta que están siendo cocidas cuando se
es va subiendo poco a poco la temperatura de la olla, así hemos ido habituándonos
nosotros mismos a la transformación de nuestro entorno.
Lo que está sucediendo es que vamos hacia el fin de una sociedad que no ha
funcionado desde sus raíces. Muchos han predicho fechas concretas para un final abrupto,
cuando nadie puede saber el día ni la hora como el mismo Jesús lo dijese hace dos mil
años. Tantos falsos profetas apocalípticos han provocado que la gente se vuelva
ndiferente y hasta fría ante las alarmas que se encienden en cada esquina del mundo.
Estos falsos anuncios con fecha de caducidad provocan que se desvíe aún más el interés
en el crecimiento espiritual tan necesario para afrontar nuestro futuro incierto. La
preparación para la conclusión de un evento astronómico de fin de era no se da de la
noche a la mañana. Jesucristo lo anunció y nos instruyó a ver las señales que indicarían
su inmediatez.
Mientras la mayoría se resguarda en la seguridad de la rutina y el mundo particular en
espera de que los científicos y expertos resuelvan los problemas que se acumulan
alrededor de un mundo sobreexplotado y sobrepoblado el tiempo corre y se agota.
La ilusión de lo estable e inalterable se romperá de una u otra forma un día para todos.
Esa es la realidad. Lo que está pasando no es nuevo ni para el planeta ni para los seres
humanos. Hemos sufrido antes como especie eventos que casi nos han borrado del mapa
a causa de cataclismos que cambiaron tanto la morfología del planeta como los patrones
climáticos y ambientales y a nuestra especie. Incluso nuestro espíritu está siendo afectado
en este momento por un despertar en muchos sentidos dentro de cada uno. Hemos
madurado como sociedad y las protestas mundiales ante las injusticias de unos pocos en
el poder contra la mayoría así lo demuestran. La desestabilidad que sufrimos actualmente
es en preparación para una transformación mucho mayor en todos los sentidos. Involucra
una renovación profunda y única en la historia del planeta y del ser humano.
La historia de la tierra ha seguido por milenios un curso previsible. El planeta y la
humanidad han tenido tropiezos y se han regenerado una y otra vez. Ahora estamos a
punto de sufrir un nuevo reinicio que será distinto a otros que le precedieron. En la nueva
etapa que iniciará existe un esquema matemático perfecto que se cumple. La ley de la
creación nos conduce a través de una constante y continua evolución que afecta a todo el
universo visible. Eventualmente las leyes universales nos llevarán a una reestructuración
de la que surgirá una nueva tierra libre de las ataduras que creamos en nuestro cuadrado
tridimensional.
En medio del dolor de millones de seres humanos abatidos por las guerras, y sumidos
en la enfermedad y la pobreza, nos preparamos para emprender un gran salto al completa
todos los ciclos necesarios de existencia terrenal.
Todos los sucesos que atestiguamos actualmente son parte del proceso que llevará a la
Tierra y a nosotros mismos a una nueva etapa de existencia. Las catástrofes que ahora
presenciamos no se detendrán, sino que seguirán presentándose e incrementándose hasta
que el círculo perfecto del ciclo de la vida esté completo. En tanto estos cambios tienen
lugar, a nosotros la vida se nos va en un abrir y cerrar de ojos. Vemos pasar los días
ocupados y preocupados por lograr sobrevivir en un mundo materialista cada vez más
competitivo en donde existen mayores retos que vencer para lograr nuestra supervivencia
al tiempo que nos enfrentamos a nuevas necesidades materiales impuestas por una
sociedad hedonista y consumista donde nos han programado para creer que
constantemente necesitamos adquirir algo nuevo para encontrar la felicidad que
buscamos afanosamente en medio de la banalidad de lo efímero y la luz artificial sin
llegar a alcanzarla nunca. Vivimos un sueño en el que todo es desechable, incluso los
afectos. Estamos tan inmersos en un mundo en donde competimos y luchamos día a día
por tener más cosas que en realidad no necesitamos sin percatamos de la vertiginosa
carrera hacia otra etapa a la que nos acercamos. Hace algunos años las personas podían
sobrevivir perfectamente sin tantas necesidades creadas. Ahora la gente entra en crisis si
pierde su celular por un momento porque no cree poder vivir desconectado. Estamos
abstraídos consumiendo y consumiéndonos. Sin importar nuestro nivel social o
económico, siempre queremos tener más y más cosas materiales. Hemos aprendido a
buscar la felicidad a través de las satisfacciones instantáneas que se nos presentan con mi
máscaras atractivas. El tiempo se nos va en preocupaciones mundanas y cuando nos
damos cuenta que la vida se fue sin notarlo entre tantas ambiciones innecesarias, es
demasiado tarde.
Estamos frente a un panorama en que los recursos del planeta se vuelven insuficientes
en donde es casi imposible pensar en alimentar a más de los siete mil millones y medio
que existen hoy en día. A pesar de todos los programas mundiales y ONGs. Siguen
naciendo millones de seres que están condenados desde antes de nacer a la pobreza, la
enfermedad y el hambre. La desigual distribución de riquezas en las que se basan las
políticas económicas de la mayoría de los países desarrollados o en proceso de desarrollo,
han orillado a nuestra sociedad a hartarse de satisfactores instantáneos y comida “rápida”,
aunque diariamente se desperdicien toneladas de alimentos que evitarían la muerte de
miles de seres humanos. El sistema económico mundial se desmorona.
Las sociedades modernas se basan en factores y valores externos de producción en
masa para funcionar. Ésta es la manera en que lo hemos hecho desde la Revolución
ndustrial. Por lo mismo, se necesita mantener un consumo sostenido y masivo para que
a pirámide económica se sostenga. A los ciudadanos de los países capitalistas nos
bombardean con mensajes orientados a seguir este ritmo acelerado para mantener el
consumismo extremo que sostiene al sistema capitalista activo. Es por esta misma razón
que este sistema ya no puede ser mantenido de la misma manera y empieza a reflejar su
deterioro con la caída histórica de las bolsas y el sistemático colapso del sistema
económico mundial desde 2008. A las grandes potencias no les preocupa en realidad las
condiciones de vida de las personas ni lo que padezcan a la larga. Lo que los sistemas
necesitan, es que se siga aumentando el número de “trabajadores” porque de ello depende
seguir incrementando las ganancias de los poderosos. Necesitan más y más esclavos
consumidores. No les importa si de paso se condena al mundo en que vivimos. Ante un
panorama de un mundo sobrepoblado e insostenible es fácil imaginar que la cuerda se
omperá algún día por cualquier lado y se cumplirán las profecías que anuncian el fin del
mundo como lo conocemos.
Todo estuvo bien, como en un cuento de hadas mientras funcionó. La realidad es que
oda esta vorágine material limitó las oportunidades de ascender en el plano espiritual y el
desenfreno como sociedad nos llevará tarde que temprano a la ruina como ha sucedido
muchas veces antes en la historia. Ya ni las guerras pueden salvar el derrumbe de un
sistema corrupto desde sus raíces. Lo bueno es que muchos empiezan a despertar y a
comprender cual es nuestra misión verdadera en este mundo. Todavía nos queda tiempo
de rectificar el rumbo antes de que sea demasiado tarde. No esperemos el final de
nuestras vidas. Entonces siempre invariablemente reconoceremos que aunque hayamos
puesto todo nuestro esfuerzo en producir, ser y ganar más eso no significó vivir
plenamente sino el disfrutar el mundo que nos rodea y sobre todo haber amado a las
personas que el destino nos puso de compañeros de viaje. Si ponemos todo nuestro
empeño solo en competir por llegar a la cima material nos quedaremos con el alma vacía.
Todos sabemos que nada llevaremos con nosotros al partir de este mundo, ninguna de
as cosas que tanto nos preocupamos por atesorar caben en el equipaje espiritual. Sólo
levaremos lo que hemos aprendido por nuestro paso terrenal, el recuerdo de los afectos y
os actos buenos o malos que vamos cosechando en el camino. Nuestro ego no nos deja
ver que nunca podremos alcanzar la felicidad verdadera aquí en la Tierra.
Aunque los gobiernos del mundo, a partir del comienzo del siglo XXI, empezaron a
nteresarse en buscar maneras de enfrentar el deterioro ambiental y social, nada puede
detener ya el curso de los acontecimientos. El reloj comenzó el conteo regresivo. Ha
niciado la cuenta final. En algún momento, se llegó a pensar tras infinidad de cumbres
ambientalistas que el proceso se podría revertir pero la realidad nos sobrepasa.
Cuando los gobiernos del mundo creyeron pertinente tomar acciones era muy tarde ya.
Los poderosos se dieron cuenta al final que a largo plazo todas nuestras acciones se
evuelven un día y que la naturaleza cuando la dañamos nos cobra la factura. Desde
finales del milenio pasado se inició el proceso irreversible en el que estamos inmersos y
que contrariamente a lo que la mayoría piensa, no todos los cambios que sufre aún el
planeta son causados por la mano del hombre sino que son el resultado del cumplimiento
de predicciones antiguas que diversas culturas distantes entre sí pero unidas en el
conocimiento de los secretos del universo calcularon que acontecerían en nuestro tiempo
a nuestra civilización al final de todas las eras.
La era del ser humano
Hace 12 mil años, coincidiendo con el fin de la era glacial, empezó una era geológica que
el premio Nobel de 1995, Paul Crutzen, llamó Holoceno. Esta era continuó hasta el
momento en que el hombre empezó a construir máquinas, a esta era el Dr. Crutzen la
bautizó como el Antropoceno o la era del hombre. La característica de esta edad es el
impacto que la mano del hombre ha tenido para alterar la naturaleza en la sociedad en la
que vivimos. Ahora estamos a punto de iniciar un nuevo periodo.
La era de Acuario. El nuevo tiempo del ser humano. Cuando alcanzaríamos el
equilibrio y la integración total entre nuestra mente y nuestro espíritu renaciendo en un
nuevo cuerpo evolucionado. En términos astrológicos el nuevo año cósmico iniciaría con
el símbolo del ser humano que trae consigo el agua del conocimiento a una nueva era de
luz y de limpieza espiritual al mundo. Este nuevo periodo será conocido por ser la era
cumbre del desarrollo evolutivo del hombre. Desde tiempos ancestrales, el ser humano ha
sido testigo de la desaparición de muchas especies animales. Hemos visto como las
enfermedades, las guerras y los fenómenos naturales han destruido civilizaciones enteras.
Nuestros ancestros previeron también lo que el futuro traería a la humanidad.
Ellos conocían las consecuencias del proceso de fin de ciclo y quisieron advertirnos
para que tomásemos conciencia de nuestra fragilidad material y pudiésemos transformar
a tiempo nuestro espíritu y todo nuestro ser. El curso de la depuración del planeta y de las
almas sigue manifestándose y seguirá su curso con o sin nuestra intervención hasta que
llegue la renovación total.
Con nuestra actual tecnología podemos comprobar científicamente con el estudio de
los estratos de la tierra, o al tomar muestras profundas de los hielos de la antártica, las
huellas de los cambios cíclicos por los que ha pasado nuestro planeta. Sabemos que la
tierra tiene 4500 millones de años de evolución y que durante todo este tiempo ha pasado
por innumerables procesos periódicos que han modificado su morfología infinidad de
veces. En las capas geológicas se puede comprobar que anteriormente hubieron otras eras
glaciares y calentamientos globales y aunque se creía que nunca se habían presentado tan
abruptamente los cambios que ahora estamos presenciando, hubo otros procesos de
evolución acelerada antes.
Debemos comprender que así como cambian las estaciones mes con mes, la tierra
pasa por otro tipo de estaciones o ciclos largos por así decirlo. Todo el universo del cual
formamos parte atraviesa continuamente por una compleja serie de transformaciones.
Esto es parte del proceso vital de la naturaleza en el universo tridimensional en que
vivimos.
Sin embargo, ante los sucesos que se avecinan somos neófitos pues la humanidad no
habría visto una transformación de la magnitud de la que se prepara.
Hasta ahora hemos pasado generaciones dormidos, sumidos en un profundo sopor sin
ser consientes en realidad del proceso en el que estamos inmersos.
Con tecnología que se reinventa día a día a nuestro alcance, nuestro cerebro es
bombardeado con nueva información a cada instante. Alguna muy útil otra un tanto fútil
que no nos deja pensar más allá de una falsa realidad pre-digerida. Soñamos un juego
divertido y confortable que nos estanca en vez de avanzar en el terreno espiritual.
Mientras nos mantienen adormilados, los medios nos dicen en qué creer y en qué no.
Seguimos sin chistar todo lo que dicen nuestras hipnóticas y manipuladoras pantallas.
Son los medios, dirigidos por unos cuantos que ostentan el poder en el mundo, los que
nos incitan a consumir en exceso mientras nos mantienen en estado cuasi vegetativo
levándonos dócilmente al desfiladero como mansos corderos tras su pastor. Nos llenan
de información falsa o inútil que debilita nuestra voluntad y nos impide formarnos un
uicio propio para hacer valer nuestros derechos y tomar nuestras propias decisiones. Nos
someten a una especie de lavado virtual de cerebro que nos vuelve susceptibles a perder
nuestros ideales y sueños impidiendo que actuemos según nuestra conciencia para que
surgiesen sentimientos genuinos. Bajo ese dominio subliminal, nuestra mente dormida
permite que decidan por nosotros quienes deben “gobernar” nuestros pueblos y nos
“ayudan” a decidir que personaje es bueno y cual es malo. Nos presentan supuestos
íderes y “grandes artistas” prefabricados, que no son más que marionetas en este circo de
manipulaciones en el que invierten mucho dinero para obtener la imagen que quieren
mplantar en nuestras mentes para mantenernos manipulables, obedientes y dormidos. La
fuerza oculta tras el poder maneja los medios de comunicación masivos y son dueños de
estos mismos consorcios. Ese poder oculto es en realidad el que dirige al mundo actual
desde las sombras. La sociedad en general empieza a cansarse de tener líderes y políticos
corruptos. Presentimos nuestra liberación porque ya maduramos como sociedad. Y poco
a poco hemos ido entendiendo que no necesitamos que sigan manipulándonos ni que nos
mplanten lo que debemos hacer ni lo que debemos creer.
La elite en el poder ultra millonaria dicta lo que necesita la mayoría siempre
esclavizándonos al mantenernos sumidos en la ignorancia soñando con una vida irreal e
nalcanzable. Se nos presenta como algo normal y en horario estelar la violencia y toda la
depravación humana de la que podemos ser capaces los seres humanos y después no
entendemos por qué existe en las calles tanta violencia, homicidios y delincuencia entre
os jóvenes. Se exagera también la difusión del sexo como fuente de placer cuando el
sexo sin amor no significa nada, solo nos rebaja al nivel de respuesta del instinto animal.
Nos alimentan el ego hasta que explota hacia ninguna dirección y nos sentimos vacíos e
nfelices sin saber porqué.
Gran parte de este fenómeno social se debe a que no sólo se nos trata de distraer de los
problemas reales, sino que la mayoría está tan condicionada a vivir en la matrix, que
ampoco quiere oír hablar de ellos. Preferimos seguir con nuestras vidas como si no
pasara nada, como los habitantes de Pompeya que veían las señales del Vesubio cuando
estaba a punto de hacer erupción y sentían los temblores de la tierra bajo sus pies, pero
preferían ignorar lo que sucedía a su alrededor que hacer el menor cambio en sus vidas,
permanecieron renuentes a aceptar que estaba sucediendo algo que iba a trastornar sus
vidas para siempre. Pensar en un cambio radical en nuestro modo de vida nos asusta a
nosotros como sociedad tanto como les asustaba a ellos. No queremos pensar en cambiar
nuestros estilos de vida y nuestras rutinas, porque no creemos que nuestra realidad se
ransforme por alguna causa ajena ni queremos perder el supuesto control de nuestras
vidas. En estos tiempos de alter egos inflados no nos preocupamos más que por las
apariencias. Qué más da si de todas maneras ya nadie cree que exista un cielo y un
infierno, si ahora nuestro dios se llama dinero.
Nuestro poder de adaptación ha permitido que poco a poco nos vayamos
acostumbrando a vivir en un mundo caótico. Los humanos tenemos la magnífica
capacidad de adaptarnos a los cambios, prueba de esto es el que hayamos sobrevivido
como especie hasta ahora, a pesar de nuestro instinto auto-destructor. Aunque existe la
duda sobre si podríamos reinar en la tierra por 160 millones de años más, como lo
hicieron los dinosaurios.
Nos sentimos diferentes y lo somos. Ninguna otra especie ha tenido el poder de
destrucción que tenemos ahora, como tampoco otra especie ha tenido la capacidad
creativa que los Homo sapiens tenemos. Aún así, no podemos siquiera imaginar el
alcance que tendrá el nuevo hombre que surgirá del caos que vivimos ahora. Poseemos la
inteligencia y la madurez necesarias para salvar nuestros destinos. Nuestro pequeño
planeta azul no es más que un grano de arena en la inmensidad del universo pero está
lleno de vida y de almas de las que nacerá nueva vida. Nuestro mundo siempre se
regenerará. La diferencia más importante que tenemos con los demás seres con los que
compartimos nuestra todavía hermosa casa es la capacidad de compasión y de amor que
está dormida en muchos esperando ser re - descubierta. Siempre ha estado la verdadera
esencia de nuestro ser grabada en nuestros genes, esperando como una semilla dormida a
que la descubramos y la dejemos crecer.
Desde el primer homínido que perteneció a la rama de la cual descienden todos los
humanos modernos se creía que sólo habían transcurrido aproximadamente 7 millones de
años pero muy posiblemente hemos experimentado muchísimos milenios más de
evolución. Esperemos que nuestra especie logre ver otros amaneceres cósmicos aunque
no podemos adivinar hacia donde nos llevará la evolución espiritual. Quizás veremos
otros horizontes fuera de este plano espacio-temporal rompiendo las fronteras hacia otros
universos o quizás nuestra energía vuelva a este u otro mundo tridimensional con un
cuerpo similar; nadie lo sabe.
Independientemente del camino al que nos lleve el destino y a pesar de ser una especie
que se caracteriza por la autodestrucción desde hace millones de años, debemos confiar
en que nuestra capacidad espiritual e inteligencia nos podrán llevar algún día a resolver
nuestros problemas para poder dar un paso más allá de la esfera oscura de la injusticia y
la maldad. Esperemos que un día esa misma inteligencia y esencia única entre todas las
especies de este mundo nos distinga para bien dentro del proceso en el que estamos
inmersos desde hace muchos años ya. El fin de la era de Piscis significa para nosotros un
período de filtración o depuración antes de pasar a la siguiente etapa. En la nueva era de
Acuario que iniciará junto al nuevo año estelar, los nuevos seres humanos deberán
distinguirse de las anteriores humanidades para poder sobrevivir en base a su poder
creativo pero también deberán demostrar que tienen la capacidad de darse a si mismos.
El gran cambio en la humanidad está ante nuestros ojos y muchos no nos hemos dado
cuenta todavía. Hemos dado grandes pasos dentro de todos los terrenos de la ciencia. El
alcance tecnológico que gozamos actualmente nunca la hubieran soñado ni siquiera
nuestros padres y nuestros abuelos aunque ya nos hayamos acostumbrado a ello, pero
¿Será la ciencia el paso hacia la vida inmortal o nuestro orgullo nos impide ver la
intervención sobrenatural de nuestro origen y nuestro destino?. Siempre existirá la
 imitación de transformar el espíritu a través de la ciencia. “Dios no juega a los dados,; no
deja nada al azar” dijo Albert Einstein, mucho menos olvidaría trazar el destino de sus
hijos. Al final la depuración de nuestras conciencias, nuestros nombres se reescribirán en
el libro de la vida que ha sido diseñado por el Gran Arquitecto del Universo.
¿Cómo cambiamos?
Existe una teoría científica que intenta demostrar los cambios evolutivos que
supuestamente habríamos experimentado súbitamente en el pasado. Esta teoría se basa en
a capacidad de la naturaleza para cambiar nuestra fisionomía a través de un pequeño
hueso ubicado en el centro de la base de nuestro cráneo llamado esfenoides. Esa pequeña
parte de nuestra anatomía que en otros mamíferos es plana, en nosotros tiene un doblez
que parece haberse ido pronunciando. En este pequeño hueso podría encontrarse la
prueba de los cambios drásticos que habríamos experimentado en el pasado. Ésta teoría
explica porque nuestra anatomía difiere de otras especies en cuanto a transformaciones
evolutivas dispares a los demás seres vivos del planeta. Basada en recientes pruebas
arqueológicas que han demostrado que la rama de homínidos de la que descendemos
sufrió súbitas alteraciones en este hueso y no largos y lentos procesos evolutivos como se
creía anteriormente. Estos cambios en el esfenoides fueron, según esta teoría dando
origen a través del tiempo al ser humano actual. Estos “dobleces” en la parte posterior del
cráneo que ocurrían súbita y cíclicamente explicaría la diferenciación que habríamos
sufrido la cual permitiría nuestro desarrollo de una manera paralela y distinta a otros
mamíferos. Uno de estos dobleces en el esfenoides del ser humano, permitiría la
separación definitiva con otros primates al permitirle enderezar la cabeza para erguirse y
andar en dos pies a diferencia de los demás mamíferos.
La teoría dominante del pasado siglo, explicaba que el hombre tuvo que erguirse por la
necesidad de vigilar el posible acecho de predadores o para poder visualizar a sus presas
por encima de la hierba alta cuando descendieron de los árboles buscando comida en las
lanuras de África. La teoría evolutiva explicada por los cambios en el esfenoides por otro
ado, probaría que los cambios súbitos se debieron a los dobleces de ese pequeño hueso lo
que permitiría que nuestra especie pudiese sostenerse en pie, liberando la cabeza al
alinear la columna con el cráneo.
Otro doblez de ese hueso liberaría la faringe, permitiendo el desarrollo del habla
siendo el lenguaje complejo otra particularidad que nos distingue de las demás especies
animales. Uno más de estos súbitos dobleces producidos en el esfenoides, permitiría la
continua y cíclica metamorfosis del ser humano, ya que le habría dado espacio para que
el cerebro pudiese crecer. Se creía que la inteligencia del ser humano se debía al mayor
amaño del cerebro en comparación con los de otros mamíferos y que eso habría
permitido desarrollar habilidades cognitivas como el habla. Ahora se sabe que el tamaño
en realidad no es lo que importa sino la chispa del espíritu que anima al ser humano y lo
hace tan diferente.
Según la teoría de Darwin, los simios que en muchos sentidos son parecidos a nosotros
y comparten gran parte de nuestro código genético se separaron en algún momento de la
ama de los homo sapiens. Pero su teoría no explica porque no sufrió ninguna otra
especie de primate u homínido los cambios drásticos en la capacidad creativa y cognitiva
a la par o similar por lo menos a la que llevo a los hommo sapiens al nivel evolutivo
actual. Se cree, que uno de estos dobleces en el esfenoide también permitió en el ser
humano la liberación de la hipófisis, que controla la producción de hormonas y de la
glándula pineal que esta relacionada con las emociones y los sentimientos además de
controlar la producción de todas las hormonas del cuerpo. ¿Será casualidad? o es el plan
maestro de una inteligencia superior lo que llevo a nuestra especie a desarrollarse por un
camino tan distinto y especial.
El porqué la naturaleza nos dotó de tan grandes distinciones no es algo que la ciencia
pueda explicar fácilmente. Una respuesta, paralela sería precisamente que una especie
superior a nosotros decidiese en tiempos remotos hacer una diferenciación en nuestra
especie por alguna preferencia inexplicable. Tal vez solo por experimentar nos dotarían
de genes avanzados que mejorarían nuestra inteligencia por medio de un plan maestro
cuyos propósitos serían desconocidos. Esta raza tendría que ser tan extraña y lejana a
nuestra capacidad intelectual y comprensión que no habría otro modo mejor de llamarlos
que ¨dioses” aunque distasen mucho del verdadero Creador, ya que sería muy improbable
que La Mente Creadora como hemos recalcado jugase a los dados con nosotros. Por otro
lado, nuestros ancestros creían que los seres humanos somos la esencia del plan divino de
la creación, fruto de la exhalación de Dios y que fuimos hechos a su imagen y semejanza
Quizás ellos se acercaron más a la respuesta correcta. Si nuestras almas inmortales se
asemejan a la del Creador, estarían dotadas de esa chispa divina que animaría nuestras
mentes y nuestro espíritu dándonos esa diferenciación tan especial.
Otra teoría que podría explicar nuestro avance evolutivo sería que el ser humano en
realidad tendría muchísimos más años de evolución de lo que hasta ahora se había
pensado. Recientes descubrimientos en restos humanos fosilizados comprueban que el
Hommo sapiens tiene por lo menos un millón más de años de los que se pensaba.
Constantemente se encuentran evidencias de un pasado más remoto.
Una teoría más, explica que la diferenciación que se dio en el Hommo sapiens y lo
alejó de los demás hommos que habitaban la tierra y cohabitaban con nuestros ancestros
hace más de 5 millones de años, sería una mutación genética en los músculos
mandibulares que aunque limitó la capacidad de corroer carroña, le permitió que
ocurrieran cambios en su cerebro y creciera diferenciándolo de los demás homínidos.
Pero como hemos puntualizado ni el tamaño del cerebro, ni las características que nos
diferencian anatómicamente de otros seres vivos, pueden explicar el espíritu que posee el
ser humano que no tienen otras especies que tienen un cerebro aún mayor que nosotros
pero ninguna de nuestras capacidades creativas.
Los saltos evolutivos o “patrones de cambio” podrían haber ocurrido paralelamente al
final de algunos episodios de -casi – extinción que ha experimentado el ser humano, por
lo que podría deberse a la intervención de algo más allá de lo que pudiese ser explicado
con el método científico.
Existen pruebas, de que la especie humana estuvo muchas veces antes, al borde de la
extinción y algo – esa diferenciación o preferencia posiblemente- la salvó. Ahora, entre
muchas otras especies que desaparecen cada día, nosotros deberíamos considerar
incluirnos en la lista de especies en peligro si continuamos en el camino que llevamos de
auto-destrucción a menos que volvería a ocurrir el milagro que ha salvado antes a nuestra
especie. ¿Seremos capaces de sobrevivir de nuevo a nosotros mismos y a los procesos
negativos en los que estamos envueltos que por alguna razón, y a pesar de todos los
cataclismos que hemos vivido siempre nos ha permitido resurgir renovados y
evolucionados o la paciencia de los dioses se acabara algún día?. Después de cada era o
cada sol que nos ha precedido volvemos a crear y crecer. ¿Podremos hacerlo de nuevo en
el nuevo ciclo que se aproxima? Estamos frente al nacimiento de un nuevo amanecer
cósmico. No inicia un sexto sol sino aparecerá un primer sol- o era- de un nuevo año
estelar en donde una nueva oportunidad aparecerá para el ser humano. Todo esto lo
sabían los mayas y muchos otros pueblos de la antigüedad.
Los descubrimientos modernos nos llevan a replantearnos los legados históricos
narrados en los códices de los antiguos mesoamericanos que usualmente fueron
nterpretados como leyendas. Ahora, es urgente que volvamos la vista a estas historias
que nos hablan de grandes epopeyas en donde sólo algunos cuantos habrían sobrevivido a
catastróficos eventos cíclicos en donde sucumbirían numerosas civilizaciones. Debemos
conocer estos relatos para aprender de ellos y prepararnos para dar el paso decisivo que
nos llevará a escribir la primera página de la nueva historia de la humanidad.
La gran transformación que la humanidad ha empezado a vivir a las puertas de la era
de Piscis llevará a las nuevas generaciones a formar un nuevo mundo de paz como fue
profetizado por nuestros ancestros. El proceso de metamorfosis hacia el cambio
definitivo, ha transcurrido de una forma tan acelerada que no hemos podido asimilarlo ni
comprenderlo debidamente. Es una realidad palpable y día a día se aceleran las señales de
a permutación final. El tiempo se agota; se va a una velocidad que es difícil concebir.
LOS VIRUS
Los virus no se parecen a nada vivo en el planeta Tierra. No se clasifican como
estructuras biológicas, no se fosilizan y no poseen una estructura celular propia pero
nfectan por igual a plantas, animales y humanos. Estos organismos que han existido en
nuestro planeta por millones de años, necesitan de un huésped celular biológico vivo para
eproducirse duplicándose y esparciendo su material genético a través de su ácido
nucleico que depositan en la célula dañándola hasta que la destruye. Estos organismos
son unas 100 veces más pequeños que las bacterias por lo que pueden existir en sus
huéspedes por años sin provocar síntomas. Pero no todos los virus enferman de inmediato
a los seres vivos. Los virus más exitosos son aquellos que mantienen vivo y
aparentemente sano a su huésped por más tiempo porque esto les permite adaptarse a el y
duplicarse más exitosamente mientras se propaga y se perpetúa entre las especies
errenas. Existe una hipótesis moderna que plantea la posibilidad de que estas estructuras
que se replican a si mismas y no se reproducen como otros organismos vivos, pudiesen
haber llegado a la Tierra viajando en meteoritos y continuarían haciéndolo hasta el día de
hoy. Incluso se cree que los virus tienen la capacidad de modificar el material biológico
creando nuevas versiones de vida continuamente. A este proceso se le conoce como
eucariogénesis viral. Los virus tienen por lo tanto, implicaciones importantes en el origen
de la vida y podría decirse que también en el destino de los seres vivos de nuestro
planeta.
Esta teoría que involucra a los virus expone que algunos de estos organismos que
habrían llegado en el pasado a la Tierra viajando en meteoros, podrían haber modificado
nuestro ADN contagiándonos al introducirse en nuestras células de componentes nuevos
e inexistentes en nuestro entorno que crearían un material genético único, distinto y
sumamente complejo que podría haber tenido millones de años de evolución en el
espacio que provocaría la diferenciación intelectual entre el ser humano y los demás seres
vivos del planeta.
Podríamos ser los seres humanos producto de la mezcla de genes inteligentes desde el
inicio de nuestra historia. En el futuro, uno de estos organismos que día a día llegan
invadiéndonos desde el espacio podrían volver a hacer un cambio significativo en nuestra
genética como lo habrían hecho desde hace milenios pero esta vez utilizarían como base
nuestro actual ADN. Si se mezclase un nuevo material aún más avanzado genéticamente
al actual, esta nueva mutación nos llevaría a un cambio exponencial que produciría un
salto evolutivo decisivo que modificaría la naturaleza del ser humano.
Tal vez organismos totalmente desconocidos estén ya actuando dentro de nuestras
células imperceptible y lentamente produciendo cambios en nuestro material genético
esperando el momento de mostrarse mientras se replican una y otra vez modificando
nuestra esencia hacia un nuevo nivel evolutivo.
MIENTRAS LLEGA EL MOMENTO
Debemos aplicar nuestra inteligencia para hacer el bien y conservar nuestro mundo.
Tenemos la capacidad de revertir el daño que hemos causado en los últimos años.
Podemos alcanzar la regeneración y el progreso no sólo de nuestros cuerpos físicos y
nuestras mentes sino de todo lo que nos rodea si así lo deseamos. Debemos enseñar a las
nuevas generaciones la importancia de cultivar la tolerancia para el bien de nuestro
espíritu que es lo más importante de nuestro ser.
Nuestros ancestros veneraban a la madre tierra y le daban hasta su misma sangre en
retribución por los dones y las bendiciones recibidas. Debemos aprender de los errores
del pasado y comprender que la única forma de sobrevivir como especie es respetando el
entorno y a nuestros semejantes; cultivando el “nosotros” y no sólo el “yo”.
No obstante, como siempre que una civilización alcanza un alto nivel de desarrollo
llega el clímax y un día cae por la misma razón que han caído uno a uno a través del
tiempo antiguos y grandes imperios: la soberbia. No esperemos a que llegue nuestra
propia decadencia para cambiar. Grandes pueblos desaparecieron por los excesos
cometidos al dañar su entorno y eso les llevo a destruirse a si mismos. Esto debería de
servirnos de lección y no de ejemplo a seguir. La historia se ha repetido una y otra vez y
se repetirá hasta que decidamos que es hora de alcanzar nuestra total madurez y empezar
a actuar.
Los que antes vivieron, dejaron grabadas sus experiencias de lucha y poder en
nuestros genes, en lo que Carl Sagan llamó la conciencia universal o los archivos
akásikos. No olvidemos que también está en nuestro código genético la experiencia de
dolor que nos hace saber intuitivamente que nuestra primordial misión en este mundo
temporal es procurar la continuación y la preservación de nuestra especie a pesar de todo
y que debemos conservarla y mejorarla día a día.
Es bueno ver que aún quedan personas dispuestas a renunciar a la ambición y a los
apegos materiales por el bien de otros. Es reconfortante ver cómo algunas personas
empiezan a sentir la necesidad de abrir sus corazones ante esta nueva realidad que se
vislumbra en el horizonte que promete llevarnos hacia un nivel de conciencia donde
conoceremos la verdadera libertad del ser. Llegará el día en que comprenderemos que
con esquemas de conducta negativos y rencillas ancestrales no podremos continuar en un
mundo en donde el odio ha corrompido demasiado tiempo a la humanidad hasta sus
cimientos.
No podemos cargar con el lastre de errores pasados en la nueva experiencia que
estamos a punto de emprender.
Debemos reconocer que para nuestra alma no existe el tiempo porque es sempiterna.
Como parte de la fuerza Creativa, sabemos que tenemos la capacidad de acceder a la
antigua sabiduría y que de alguna forma misteriosa algo nos conecta con todo y todos,
aun con los que ya no están. Esta fuerza nos trasmite la clave que nuestra alma necesita
para desandar el camino equivocado si así lo decidimos.
La experiencia corporal en nuestro paso por este mundo terrenal es la llave que nos
brinda la oportunidad de aprender en un cuerpo físico para trascender espiritualmente. La
verdad que se esconde en nuestras almas permanece inaccesible a nuestra realidad
material. Llegará un día que se abrirá para todos al alcanzar la madurez espiritual.
Debemos redescubrir que el propósito de nuestras vidas es utilizar esa llave que nuestro
corazón guarda para abrir el camino hacia la eternidad.
En el universo que nos rodea del cual somos parte, la vida está en constante ebullición
ebozando de actividad y transformándose a cada instante. Somos parte de un sistema
perfecto que se ha mantenido en constante movimiento en una espiral temporal- como
creían los mayas- la cual tiende a ascender atraída por la luz hacia la fuerza de lo divino.
En nosotros está el decidir si queremos ascender o descender por esa espiral a través de
nuestras acciones que también pueden conducirnos en sentido inverso; lejos de la luz.
Todo y todos los que formamos parte de este planeta estamos compuestos por la
misma esencia, el mismo material del que están formadas las estrellas como toda materia
visible en el universo tridimensional. “Lo que es arriba es abajo”, es una máxima que han
epetido muchos sabios a través de la historia como Hermes Trismegisto incluyendo a los
antiguos mexicanos. Los linderos de la ciencia no están determinados cuando se trata de
comprender a fondo el mecanismo celeste del cual nuestro mundo e incluso nuestras
almas forman parte. Esta comprensión es la que un día nos llevará al conocimiento de la
verdad que conduce a la iluminación total y la integración del ser.
Lo que ocurre en la Tierra afecta de alguna manera lo que ocurre en el universo y
viceversa. Somos parte de la creación y seguramente la base de nuestros componentes
orgánicos esenciales es la misma que los de otras formas de vida que seguramente existen
más allá de nuestros ojos y nuestro entendimiento pero dentro del universo
ridimensional. Nosotros junto con los demás seres que componen la Creación somos
especiales porque como se ha creído desde tiempos inmemoriales alrededor del mundo,
porque somos parte de La Fuente Primordial Creadora que no tiene principio ni fin.
Los judeo-Cristianos, creen que a Dios le tomó seis días crear el mundo y al séptimo
día descansó. Desde Adán habrían de transcurrir 6 mil años de evolución para la
ransformación de esta humanidad. Alrededor de veintiséis mil años han sido otorgados a
esta “generación o humanidad” para desarrollarse.
En el lenguaje críptico de las escrituras bíblicas “un día es un año”. Uno de esos
mismos “años” es una “cuenta larga” para los mayas. Un instante para la galaxia en la
nmensidad del tiempo y el espacio. Ahora, nos queda esperar una nueva era de paz como
predijo Juan en el Apocalipsis
“No pasará esta generación hasta que acontezcan estas cosas”
Marcos 13. 30-32
En el versículo anterior, Marcos habla de la misma “generación” que ha vivido alrededor
de 24 milenios sobre la Tierra, según las cuentas Bíblicas y alrededor de 25 mil años para
los mayas.
No sólo en nuestro planeta y en nuestro sistema solar ocurren cambios; en todo el
universo tridimensional que nos rodea constantemente nacen nuevas estrellas y mueren
otras al mismo tiempo que aquí en la Tierra, los seres humanos nacemos y morimos como
todo ser material dentro un círculo de vida continuo en donde todo se renueva.
Conforme al plan divino que los antiguos libros explayen acerca de lo que estaría por
ocurrir al finalizar esta “generación” o Sol mexica, podría haber muchos escenarios que
iremos explorando. Desde el más simple que sería la continuación de eventos
catastróficos ambientales y geofísicos hasta terminar el ciclo con una renovación
insospechada, donde los más asombrosos cambios jamás imaginados ni experimentados
ocurrirían.
Lo que ahora vivimos en nuestro plano terrestre, podría ser el inicio de lo que “vieron”
que ocurriría en la Tierra antiguos profetas como los mayas milenios atrás. Ellos sabían
que cambios geológicos y climáticos siempre habían ocurrido antes y que grandes
civilizaciones se desarrollaron y luego desaparecieron de la faz de la Tierra entre los
escombros del tiempo. Sabrían también lo que sucedería al fin de “la cuenta larga” o al
fin del tiempo estelar, y que esto sería algo nunca antes visto. Todos los pueblos lo
repiten. Si sus predicciones se hacen realidad, todo lo que damos por seguro podría dejar
de existir. No podemos saber en realidad si lo que ellos nos quisieron decir fue que la
Tierra y todos sus habitantes sufrirían una gran catástrofe mundial o si entraríamos en una
nueva realidad más allá de las fronteras tridimensionales. De cualquier modo el mundo
estaría a punto de experimentar algún acontecimiento desconocido que nos llevaría hacia
escenarios nunca antes vistos por los seres humanos de los cuales no habrían
antecedentes ni registros. Así como nuestro universo tridimensional, existen otras
dimensiones totalmente distintas que no son perceptibles pero si medibles ahora por los
físicos. Las probabilidades de que aquello que creemos saber acerca de los mecanismos
del cosmos, podría estar tan alejado de la realidad como lo estamos nosotros de conocer
todos sus misterios. Podríamos estar a punto de presenciar una nueva existencia en un
plano paralelo a nuestra realidad si por ejemplo nuestro universo rozase por casualidad o
por un plan cósmico -matemático desconocido- otra dimensión paralela. Nadie puede
afirmar lo que no se ha experimentado pero tampoco se puede negar categóricamente. El
que no haya registros de eventos así en nuestra historia conocida no nos garantiza que lo
que nos rodea permanecerá inalterable para siempre.
En el aspecto terrenal, también podríamos estar a punto de experimentar muchas cosas
que nunca antes habríamos visto los seres humanos modernos como la erupción de un
super-volcán. En este escenario es fácil imaginar los daños que ocasionaría al planeta si
por ejemplo Yellowstone en EUA que no ha hecho una erupción mayor desde hace
aproximadamente
 640,000 años lo hiciese en un futuro próximo. Según datos de grandes explosiones
anteriores cíclicas, ya estaría retrasado para la siguiente. Sabemos que son muchas las
amenazas que se ciernen sobre la Tierra.
El fin de la era de “movimiento” como describían a nuestro ciclo todos los pueblos
mesoamericanos y de otros pueblos lejanos, podría significar que grandes porciones de
ierra se “moverían” provocando el surgimiento de un nuevo continente o el hundimiento
de alguno de los existentes. En el círculo de fuego y toda la línea costera alrededor del
pacífico, se ha podido comprobar el aumento de sismos y terremotos que precisamente
siguen un patrón donde las placas tectónicas que chocan entre si se deslizan e
ncrementan los movimientos en zonas donde antes no ocurrían.
En realidad no podemos saber a ciencia cierta lo que enfrentaremos más adelante.
Pero debemos estar atentos porque nuestros ancestros quisieron prevenirnos de un
evento que precipitaría un cambio radical en el mundo que conocemos y en nosotros
mismos.
Capítulo II
LOS MAYAS
Los primeros españoles que llegaron a la península de Yucatán lo hicieron fortuitamente
tras zozobrar su embarcación debido a una tormenta. Fueron doce marineros europeos
los que de pronto se encontraron con la visión maravillosa de las costas del caribe
mexicano con sus blancas arenas y su mar azul turquesa. Quedaron asombrados al
contemplar tanto la belleza natural como las hermosas construcciones albas que se
extendían a lo largo de la costa, cuya magnificencia era tan sólo la punta del iceberg de
un gran imperio. Solo veían una pequeña muestra de las magnificas ciudades que poco a
poco se irían descubriendo ante sus ojos, mismas que perdurarían para la posteridad como
patrimonio de la humanidad.
Su asombro fue mayor al percatarse de que estas grandiosas urbes de un blanco
resplandeciente lucían despobladas. Antes de la llegada de los conquistadores los mayas
ya no habitaban sus grandiosas edificaciones. Las habían abandonado tiempo atrás no
por un motivo sino más bien, por varios.
Existen muchas teorías acerca del porqué de este abandono. Incluso, erróneamente
algunos conjeturaron que su civilización había desaparecido pero no es así. Los
descendientes de los mayas continúan poblando la zona de la península de Yucatán y sus
alrededores. En realidad los mayas no huyeron ni desaparecieron misteriosamente. Ellos
solo no habitaban ya sus centros poblacionales pero continuaron con su cultura aunque
fragmentada y su historia herida, destruida y semi-olvidada hasta nuestros días.
Aún hoy algunos arqueólogos continúan afirmando que debido a las constantes
sequías que padecieron al final del siglo XIV muchas de estas poblaciones tuvieron que
ser abandonadas y sus habitantes emigrar hacia otras tierras en busca de agua. Otros
investigadores hablan de la deforestación que provocó la tala inmoderada de los bosques.
Los mayas además de talar árboles cada día para la producción agrícola y doméstica,
necesitaban hacer grandes fogatas con la leña de los árboles para preparar el estuco,
material con el cual recubrían sus blancas edificaciones. Debido a esto el suelo se fue
extenuando y al agotarse las tierras de cultivo, habrían tenido que abandonar sus
ciudades, mudándose hacia nuevas tierras vírgenes obligados por la deforestación que
ellos mismos provocarían en su propio medioambiente. Otra teoría propone que fue a
causa de las guerras en las que estaban constantemente inmersos no sólo entre reinos
vecinos, sino contra la gran potencia que dominaban en ese entonces a casi toda
Mesoamérica, particularmente el poderoso imperio Azteca. En realidad no se puede
atribuir a una sola de estas causas su decadencia sino mas bien al conjunto de todas ellas.
Ellos sufrieron una conquista anterior a la de los españoles al caer vencidos por el poder
Azteca siendo esto solo el preámbulo de su caída final.
Los aztecas dominaban el territorio maya antes de la llegada de los hombres barbados.
De este dominio quedan aún algunos vestigios; huellas silenciosas que perduran hasta
nuestros días. Algunas de ellas se encuentran en grabados de antiguas ciudades mayas
como Mayapán en la península de Yucatán en donde se puede observar la influencia de la
ocupación por parte de los Aztecas en épocas anteriores cercanas a la conquista española.
Grabados con caracteres mexicas se encuentran en algunos de los frescos que
milagrosamente aún se conservan en los murales de sus edificios.
Hay teorías alternas que dicen incluso que los avanzados conocimientos que los mayas
poseían se debían al contacto con seres de otros mundos y que gracias a las enseñanzas y
el contacto con estos “dioses” ellos pudieron desarrollar su compleja civilización. Los
que esto afirman creen que posteriormente podrían haber sido advertidos por estos
mismos visitantes para que huyeran ante la inminente llegada de los españoles a sus
ierras. Una variante de esta teoría dice que estos mismos seres interplanetarios los
levarían consigo para salvarlos de la destrucción que se avecinaba, dejando atrás sus
construcciones majestuosas como faro del saber para las siguientes generaciones.
En realidad lo que los mayas enfrentaron fue el resultado de muchos años de guerras,
sequías, hambrunas y demás conflictos que fueron debilitando su gran imperio. No fue
una desgracia individual que hubiese acontecido de la noche a la mañana sino muchas las
que se fueron sumando a las anteriores diezmando poco a poco a sus pueblos.
No se puede situar el fin de la civilización maya en un punto concreto de la historia
porque después de miles de años que le tomó consolidarse, sería absurdo sintetizar o
asumir su caída a un solo evento en particular. Como todas las grandes civilizaciones del
mundo ellos tuvieron un periodo de esplendor y su respectivo lento y doloroso ocaso. Se
evantaron y volvieron a empezar muchas veces como cualquier otro pueblo del mundo.
Ellos se vieron enfrascados en múltiples guerras y conflictos en donde a veces salían
vencedores y otras eran vencidos. Sobrevivieron a grandes catástrofes y continuaron su
cultura por milenios hasta su decadencia. Así es como se ha forjado la historia de la
humanidad.
Lo cierto es que muchos de los sucesos que se presentaron en los tiempos anteriores a
a conquista de una u otra manera fueron obligando a la población a dispersarse antes de
a llegada de los españoles. Una de las razones por la que las poblaciones estaban
disminuidas desde antes de la conquista Azteca fueron las guerras que sostenían
continuamente entre pueblos vecinos. Las guerras en Mesoamérica tenían distintos
propósitos a las de otros países del mundo. Ellos acostumbraban tomar prisioneros a sus
adversarios en las batallas y llevarlos consigo para derramar la sangre de los vencidos
como ofrenda a sus dioses. El propósito de sus enfrentamientos por lo tanto era
principalmente religioso. Los aztecas les llamaban “guerras floridas” a la cacería y sed de
sangre que sus dioses exigían a cambio de sus favores, por lo que de “floridas” no tenían
nada. Por lo tanto en los campos de batalla Mesoamericanos, las batallas consistían en
procurar tener las menores bajas posibles pues el objetivo no era matarse cuerpo a cuerpo
en el enfrentamiento sino tomar el mayor número de prisioneros. Esa es una de las
azones de su fracaso al enfrentarse con los europeos con sus armas y su costumbre de
matarse frente a frente en sus guerras. De los cautivos que tomaban los vencedores
americanos, los más preciados eran los de más alta jerarquía por lo que buscaban apresar
principalmente a los integrantes de las familias reales así como a sus sacerdotes, a la
nobleza y a los guerreros de altos rangos para llevarlos hasta su territorio, sacrificarlos en
sus altares o enfrentarlos en “el juego de pelota” que era en realidad una representación
del movimiento estelar y ganar así el favor de los dioses. Entre mayor jerarquía tenían los
prisioneros, mejor ofrenda resultaba.
A consecuencia de las sequías las guerras se intensificaron por la necesidad de obtener
más y más víctimas. La costumbre de tomar prisioneros preferentemente a los
gobernantes y las familias reales, provocaba un vacío de poder que desmoronaba a la
sociedad dejando al resto de la población sin la clase social que no solo ostentaba el
poder sino los conocimientos necesarios para dirigir, gobernar y sostener al pueblo. Sin la
clase elite del gobierno ni los recursos para reconstruir las devastadas ciudades, el pueblo
optó por buscar sobrevivir en el campo, lejos de sus ciudades donde procuraban rehacer
sus vidas Los sobrevivientes perdedores se quedaban desorientados e incapaces de
continuar en los grandes centros urbanos. La derrota que se extendió a gran parte del
territorio maya tras caer abatidos ante el poderío Azteca, fue una de las causas principales
del abandono y la ruina que observaron los españoles al llegar a Yucatán. La mayoría de
las ciudades importantes, las rutas comerciales y los puertos estratégicos habían sido
tomados antes, sus gobernantes extraídos por los guerreros Aztecas y trasladados al
centro de México, como se puede apreciar en los frescos de algunas de sus ciudades
como Cacaxtla en el estado de Puebla.
Gran parte del saber maya se perdió antes de la conquista española y su cultura fue
fusionada a la de los pueblos vencedores quienes contaron la historia borrando parte del
legado del pueblo vencido, adoptando como suyos a algunos de sus dioses y borrando a
otros como sucede siempre con los perdedores que son absorbidos y sometidos por los
grandes imperios del mundo. La poca luz que nos quedó sobre los avanzados
conocimientos que tenían las culturas de América, es sólo una pequeña imagen que
muestra mínimamente su verdadera grandeza.
Grabado con caracteres representativos de las eras con influencia mexica en Mayapán, Yucatán
México.
Los conquistadores llegaron antes de que los mayas que habían sido víctimas de muchas
desgracias, pudiesen recuperarse aún. Los españoles encontraron al pueblo con la
consecuente decadencia política, social y económica. La gente sufría hambre, pobreza y
desánimo. Contribuyó a agravar esa situación, los desastres naturales que a su vez
vendrían padeciendo. Esto les llevaría a recibir la llegada de tan poderosos enemigos
totalmente debilitados y desarmados sobre todo, moralmente. Ellos sabían además a
través de sus astrólogos de los estragos que habrían de causar los extranjeros en tierras
americanas principalmente en tierras Aztecas. Por todo esto, los conquistadores a su
llegada seguramente encontrarían un pueblo derrotado no sólo en el aspecto físico y
material que los imposibilitaría para enfrentar la invasión.
Como los Mexicas, los Mayas descubrirían a su vez en carne propia que los
conquistadores no sólo no eran dioses, sino que además de las armas y las sofisticadas
écnicas letales que tenían, llegaban con intenciones muy terrenales a las que no podrían
oponer resistencia. Las profecías anunciaban la caída final de todos los grandes imperios
americanos que habían perdurado por milenios.
Todas estas catástrofes, les fueron advertidas por sus sacerdotes desde tiempos
nmemoriales y llegaba el día en que se cumplían. Los europeos traían además consigo
nuevas enfermedades a las que los americanos no tenían defensas naturales para
combatirlas por lo que se desataron terribles epidemias en donde murieron miles de
personas dejando a los pocos pobladores que subsistían totalmente indefensos. Todo se
conjugó y la suerte favoreció a los invasores españoles que pudieron llevar a cabo
fácilmente la colonización y conquista del Nuevo Mundo que conocían.
¡Ay! ¡Entristezcámonos porque llegaron! Del oriente vinieron, cuando llegaron a esta tierra los
barbudos, los mensajeros de la señal de la divinidad, los extranjeros de la tierra, los hombres
rubicundos.
¡Ay! ¡Entristezcámonos porque llegaron! Ay del Itzá, brujo del agua, que vuestros dioses no
valdrán ya más!
Chilam Balam, 11 a.C.(1)
Los mayas sabrían desde mucho tiempo atrás acerca de los hombres barbados y blancos
que llegarían a sus costas. Las profecías que sus sacerdotes pronunciaban a través de
diversos oráculos, les advertían sobre la dominación a la que serían sometidos. Las
estrellas hablaban de la invasión que les llevaría no solo a cambiar sus costumbres, sus
creencias y sus dioses sino que además sus astrólogos les advertirían que serían
esclavizados en su propia tierra. Los extranjeros llegarían destruyendo su gran
civilización, acabando con las pocas ciudades aún en pie y borrando casi por completo la
historia de su paso por este mundo. El choque cultural empezaba, las grandes diferencias
que los separaban nunca compaginarían del todo y lo peor es que tendrían que mantener
oculta su ciencia y sus conocimientos. Dormirían sus dioses esperando la hora de su
eivindicación.
Para las mentes de occidente empañadas con restricciones religiosas muy severas, las
costumbres exóticas de los americanos parecían tan extrañas que nunca podrían haber
sido comprendida en su totalidad. Por ejemplo para el estándar de belleza maya era
mportante que desde la niñez se utilizaran planchas para comprimir la cabeza de los
niños deformándoles el cráneo. Ese era el estereotipo de belleza maya. La cabeza debía
ucir alargada. Las mujeres solían incrustarse piedras preciosas en los dientes frontales y
el consumo de enervantes como el alcohol, el Dzbanché y las plantas alucinógenas aún
por medio de enemas, eran prácticas comunes y aceptadas socialmente. Para los antiguos
mesoamericanos muchas de estas costumbres se realizaban con carácter místico y
propósitos religiosos. A través del estado alterado de conciencia que alcanzaban los
chamanes y sacerdotes, entraban en un sopor o trance en el que podían salir del contexto
mundano para ver otras dimensiones cercanas o lejanas en el tiempo y el espacio. Como
esta, tenían otras costumbres muy arraigadas a las que tendrían que renunciar sobre todo,
as que tenían que ver con sus creencias religiosas.
Para la mentalidad e ideología de los españoles de esa época todas estas costumbres eran
uzgadas como inspiradas por el demonio y debían ser erradicadas aún a costa de sus
vidas para la salvación de sus almas.
Los códices mayas
Los habitantes del México antiguo dejaron testimonio de su acontecer diario, de sus
creencias y la relación que tenían con sus divinidades en los códices que minuciosamente
dibujaron en su propio lenguaje a base de glifos antes y después de la conquista. La
mayoría de estos libros sagrados fueron destruidos perdiéndose gran parte de un legado
único por su contenido histórico, cultural y científico.
Los mayas poblaron los territorios que corresponden a los estados mexicanos de Quintana
Roo, Tabasco, parte de Chiapas, Yucatán y Campeche, además de Guatemala, El
Salvador y parte de Honduras.
Lo que sabemos en la actualidad acerca de las creencias y la historia maya procede de
los pocos códices que se preservaron y de los abundantes vestigios arqueológicos que se
encuentran en el área, mismos que han sido poco estudiados aún en pleno siglo XXI.
Sólo tres códices o manuscritos prehispánicos mayas sobrevivieron a la destrucción
ocasionada por el fanatismo religioso de los primeros frailes españoles que llegaron a las
tierras de los Itzaes:
el Códice Dresdensis, que actualmente se encuentra en la ciudad de Dresden en
Alemania el Códice PreCortesiano que está en Madrid y el Códice Peresianus que se
encuentra en París.
Los códices son verdaderos libros, hechos con la pulpa de la corteza de un árbol de la
familia de los ficus que después de trabajarla y convertirla en papel, era bañada con una
fina capa de cal antes de escribir en ellos sus caracteres pictográficos. Estos códices eran
doblados en forma de tiras como un biombo o acordeón. Los códices contenían además
de apuntes sobre rituales religiosos y predicciones astrológicas, información acerca de las
deidades que regían la sucesión de los días además de datos cronológicos, tablas lunares
y de eclipses, mapas celestes, horóscopos y otros datos astronómicos.
Los libros mayas escritos después de la conquista
Tras la llegada de los españoles y la destrucción de la mayoría de los códices sagrados,
los sobrevivientes mayas se basaron en la tradición oral pasando el conocimiento de sus
antepasados de boca en boca, para que se grabara en la mente y en el alma de los jóvenes
y no se perdiera su legado. Los que sobrevivieron a las extrañas enfermedades que
trasmitían los europeos, sabían que esa no podía ser la única posibilidad de sobrevivencia
que tenía su cultura y su pensamiento tradicional sino el dejar constancia escrita aún
teniendo que hacer uso de un lenguaje extraño pues no bastaría solamente la divulgación
oral de sus costumbres y tradiciones para que perdurase. La visión del universo y de la
creación que habían heredado y preservado durante siglos se perdería si no actuaban.
Sabían que el tiempo borra la historia hasta olvidarla.
Así que gracias a que algunos de los sacerdotes católicos se interesaron en aprender su
lengua para poder acercarse a ellos en su plan evangelizador, los mayas pudieron
preservar parte de su historia y sabiduría. Diego de Landa fue de los primeros en aprende
el idioma maya y en ordenarle a los mayas “domesticados” o “educados” transcribir en el
idioma europeo las costumbres y tradiciones de sus pueblos para poder comprender mejo
a los evangelizados que sometía conociendo sus debilidades. Obviamente la antigua
escritura simbólica maya quedaba terminantemente prohibida. Con las limitantes del
excesivo control español que les obligaba a escribir sus relatos con muchas restricciones
de forma y de fondo para que no contraviniese a la doctrina cristiana, los mayas se las
ngeniaron para poder dejar constancia de sus costumbres entreverando de algún modo
sus creencias en los escritos evitando así la ira de los españoles. Ellos sabían la
mportancia de dejar su legado para el futuro y aprendieron pronto esta vía de
comunicación alterna.
Todos los habitantes del extenso territorio maya desde las islas de Cozumel, pasando
por las montañas de Chiapas hasta llegar a Honduras, se vieron forzados a ocultar en los
itos impuestos por la nueva religión su propia forma de ver el mundo, empezando así un
fenómeno ampliamente conocido por los antropólogos modernos llamado sincretización
que significa la fusión de las creencias religiosas principalmente, que al ser absorbidas
por el choque cultural crean nuevas formas de devoción en advocaciones y rituales
derivados de las diversas culturas. En el caso de América se dieron fusiones muy
nteresantes al mezclarse una tercera cultura. La magia y el misticismo de los africanos
que llegaron como esclavos a América importados para los trabajos mas duros que los
naturales no soportaban, se sumó a las costumbres y tradiciones europeas e indígenas. La
sincretización que nació del deseo de los vencidos por preservar de alguna manera las
creencias de sus pueblos pudo consolidarse gracias a que los españoles fueron
ndulgentes en que continuasen con ciertas prácticas muy arraigadas que no contravenían
con sus dogmas y reglas con el fin también de facilitar la evangelización.
Por ejemplo la resina sagrada del copal o pom siguió permitiéndose en los altares
católicos de la zona Maya ya que los sacerdotes católicos acostumbraban también quemar
ncienso por lo que no contravenía sus reglas. Pero muchos rituales, como las plegarias
para alejar los espíritus malignos del bosque o para conjurar a los vientos tuvieron que
empezar a ser pronunciados secretamente. Lo que les llevó a darle nombres de santos
católicos – en público- a sus dioses para poder seguir venerándolos.
Gracias al ingenio de los mayas que aprendieron a valerse de los caracteres gráficos de
os españoles para reproducir en papel los sonidos de su lengua al tener que prescindir de
a antigua escritura gráfica que fue calificada como instrumento del diablo pudieron
adoptar y aprovechar el sistema europeo de vocabulario escrito que resultó rápido,
sencillo y económico para trasmitir y preservar de este modo sus tradiciones que se ven
fusionadas a la ideología cristiana en este fragmento.
Los ángeles, los espíritus se alzaron mientras eran creadas las estrellas. No se había alumbrado
a tierra, no había cielo ni tierra. Eran:
El Pauah rojo.
El Pauah blanco.
El Pauah negro.
El Pauah amarillo.
Entonces en el primer cielo, Dios el Verbo tenía sujeta su Piedra, tenía sujeta su serpiente,
tenía sujeta su Sustancia. Allí estaban suspendidos sus ángeles.
Chilam Balam de Chumayel, capítulo VI
Fue a finales del siglo XVII y durante el siglo XVIII cuando los sobrevivientes mayas
nativos de Yucatán escribieron varios libros post-conquista en su propia lengua pero con
caracteres latinos y mezclando sus tradiciones con conceptos cristianos.
Algunos de estos libros fueron llamados Chilam Balam en honor a un sacerdote y profeta
que gozaba de cierta fama años antes a la conquista. Balam significa jaguar. Era un
nombre común entre los mayas de esa época. Otro sacerdote Balam que vivió la
conquista fue uno de los que predijo la llegada de hombres barbados y blancos que
traerían una nueva religión por lo que ganó mucho respeto al cumplirse su presagio. El
título de Balam lo mismo podía ser utilizado para nombrar a una persona que como un
patronímico o bien podía ser utilizado para designar a cierta categoría de religiosos o
sacerdotes indígenas. Reyes, gobernantes y otros miembros de la nobleza incluían a veces
el título de Balam como prueba de fortaleza y elevada estirpe.
Ésta es la cara del katún, la cara del katún, del trece ahau: se quebrará el rostro del sol. Caerá
rompiéndose sobre los dioses del ahora. Desaparecerán los gobiernos. Cinco días será mordido
el sol y será visto. Ésta es la representación del trece ahau.
Señal que da Dios, es que sucederá que muera el rey de esta tierra. Así también que
vendrán los antiguos reyes a pelear unos contra otros, cuando vayan a entrar los cristianos a
esta tierra. Así dará señal nuestro Padre Dios de que vendrá, porque no hay concordia, porque
ha pasado mucho la miseria a los hijos de los hijos.
Nos cristianizaron, pero nos hacen pasar de unos a otros como animales. Y Dios está
ofendido de los chupadores”.
Mil quinientos treinta y nueve años, así: 1539 años.
Chilam Balam, profeta.
De los libros del Chilam Balam de Chumayel
Varios de los libros del Chilam Balám fueron encontrados en diversos pueblos mayas por
lo que fueron llamados con el nombre del pueblo en donde se encontraban, para así
honrar dicho lugar. Vemos así que existe el Chilam Balam de Tekax, el de Nah, el de
Oxkutzcab y el de Maní siendo el más famoso el Chilam Balam de Chumayel. Se cree
también que en parte son traducciones o compilaciones de algunos textos jeroglíficos
prehispánicos que no sobrevivieron.
Estos libros hablan de la antigua historia maya anterior a la conquista, de sus
costumbres ancestrales y sus creencias. Contenían profecías y adivinaciones así como
oraciones, mitos y rituales. No obstante lo más sorprendente es su contenido astronómico
y sus increíblemente acertadas interpretaciones astrológicas. Hasta la fecha existen
escribas que pueden leer y escribir en maya. Algunos de ellos continúan transcribiendo lo
que resta de los libros santos o Huun.
Estos libros están repletos de conjuros y fórmulas mágicas que deben ser interpretados
por los H-men hombres santos, sacerdotes o practicantes de la antigua religión de
Yucatán. Los libros resumen los intereses espirituales de los hombres doctos de la época
colonial y constituyen el horizonte del saber maya y de toda una era que nos acerca a la
mentalidad de la remota civilización que se desintegró a mediados del siglo XVI.
 En la región maya de Guatemala se escribieron libros similares al Chilam Balam con
caracteres latinos y en idioma maya. Estos importantes libros fueron llamados Popol Vuh
o libros sagrados de los mayas quichés. Estos escritos al igual que los libros del Chilam
Balam contienen importantes datos sobre la cosmogonía, mitología, religión y sociedad
maya. Contienen además de un gran valor histórico, una gran belleza literaria y poética.
Los otros grandes libros de los mayas son Los Anales de los Cakchiqueles. Estos libros
hablan de la historia de este pueblo y de hechos de la conquista y de igual modo que los
demás libros escritos en esa época contienen datos cosmogónicos, mitológicos, religiosos
y aunque en menor medida proféticos también.
La caída descrita en el Chilam Balam
En las últimas profecías del Chilam Balam se relata el final del imperio maya y el inicio
del dominio de los españoles:
El once Ahau Katún se asienta en su estera, se asienta en su trono. Allí se levanta su voz, allí
se yergue su señorío. El rostro de su dios despide rayos. Bajan hojas del cielo, bajan del cielo
arcos floridos. Celestial es su perfume. Suenan las músicas, suenan las sonajas del once
Ahau…
En el once Ahau se comienza la cuenta, porque en este katún se estaba cuando llegaron los
Adzules (los hombres blancos) los que venían por el oriente. Entonces empezó el cristianismo
también.
En este relato se percibe el dolor e impotencia que causó en el corazón de los antiguos
mayas la llegada de los españoles y al mismo tiempo se observa la influencia cristiana y
el sincretismo que empezaba aflorar:
Vómitos de sangre, pestes, sequías, años de langosta, viruelas, la carga de la miseria, el pleito
del diablo. En el cielo habrá círculos blancos y arderá la tierra, dentro del tres ahau y el uno
ahau katún y los tres katunes malos. Así fue escrito por el Profeta Evangelista Balam, lo que
vino de la boca del señor del cielo y de la tierra.
Chilam Balam, capítulo XIV
Un manuscrito poco mencionado pero de gran importancia por su carácter profético es el
Códice Pérez. Estos son un conjunto de varios fragmentos de otros libros principalmente
de los libros o códices de Maní. Parte de estos códices permanecen desaparecidos. Estos
fragmentos fueron recopilados por D. Juan Pío Pérez alrededor de1840. Una de sus
copias se halla en la Biblioteca Nacional de México.
La importancia de este códice para nuestro estudio radica en un relato sobre una gran
nundación descrita por muchas culturas alrededor del planeta. Hecho ocurrido al fin de
una era anterior a la nuestra y describe el consecuente hundimiento de un continente a
aíz de este hecho. Dice así:
…Bolón Ti Ku creó, hizo aparecer al lagarto monstruo (Itzam Cab Ain) para que acabase con
los seres vivientes del mundo cuando se hundió el cielo y se hundió el Petén (isla o provincia)
cuando empezó a sonar OxlahunTi Ku (se refiere al cielo que tapó a la diosa Luna) cuando
hubo un cataclismo muy grande, cuando se levantó el lagarto monstruo (el mar) lo cual
ocurrió al concluir una serie de katunes. Con un diluvio se acabaron los tiempos…
La creación desde la perspectiva maya descrita en el Popol Vuh y en el Chilam Balam
Y dijo la serpiente a la mujer: “No, no moriréis; es que sabe Dios que el día que de él comáis se
os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y el mal”.
Génesis 3-4
Muchas de las antiguas fuentes del saber en el mundo dejaron de alguna manera relatos
sobre la creación y consecuente destrucción del mundo. Todas coinciden en afirmar que
todo fue creado bajo los designios y la voluntad de un poder o una fuerza superior. Desde
el pasado se evocaba a uno o varios dioses creadores que en muchos casos poseían
características duales representando los aspectos femenino y masculino de la naturaleza.
En algunas religiones del mundo todavía se prohíbe pronunciar el nombre del Dios
Supremo por reverencia. Existen religiones monoteístas- que creen en un solo dios- y
politeístas- que creen en la existencia de un dios creador y dioses menores que le
acompañan desempeñando tareas diversas como en el caso de muchas de las religiones de
América.
Los antiguos pueblos americanos tenían la certeza de que estos dioses menores venían a
la Tierra para impartir grandes enseñanzas sagradas a los mortales. Los reyes o
gobernantes mayas como los de otros pueblos del mundo como en el caso de Egipto,
creían ser personificaciones o hijos de los dioses del cielo y que estos les conferían el
poder de gobernar en la Tierra. Creían también que para agradecer el honor de haber sido
elegidos, debían ofrecer no sólo la sangre de víctimas de sacrifico sino también su propia
sangre sagrada ya que al parecer, los ¨dioses¨ se alimentan de la energía o la esencia de
la vida. A cambio los dioses les revelaban los secretos más elevados de las artes
matemáticas y astronómicas. Como recompensa recibían la “fruta prohibida” del saber.
Antiguos códices mesoamericanos hablan de gigantes y seres venidos del cielo que
convivirían con los humanos y tendrían hijos con ellos como se relata también en los
escritos de la Biblia en el relato de David y Goliat.
Dice en otro pasaje que los llamados dioses vivientes - los Anunaki- sostuvieron
relaciones con las mujeres mortales y tuvieron descendientes con ellas. Nunca
podremos saber a ciencia cierta en dónde se acaba el mito y comienza la historia en
todos los relatos de la antigüedad pero sabemos que muchos de ellos, son metáforas
del movimiento de las estrellas.
Viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron de entre ellas
por mujeres las que bien quisieron.
Génesis 6-2
La creación maya
En el Popol Vuh se narra metafóricamente la historia del mundo desde el inicio de la
creación hasta la aparición del ser humano. Este libro narra poéticamente el largo y difíci
camino que tendría que recorrer el ser humano junto a todos los seres vivientes a través
de las eras. Sería sometido al constante aprendizaje que conlleva el sufrimiento para
poder alcanzar la perfección algún día.
Ésta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en silencio; todo inmóvil,
callado y vacía la extensión del cielo.
Popol Vuh
En la primera etapa de la humanidad los dioses crearon hombres de arcilla. Estos seres
fueron incapaces de resistir al agua y se reblandecieron por lo que los dioses decidieron
acabar con ellos destruyendo el primer fallido intento. Después en la segunda era los
dioses crearon seres de madera que se reprodujeron por todos lados pero eran seres sin
expresión, sin sustancia, por lo que eran incapaces de adorar a sus dioses.
Esta humanidad fue destruida con un diluvio aunque algunos lograron salvarse al
adherirse a los árboles. Los sobrevivientes de este cataclismo se convertirían en los
descendientes de los monos. La versión diluviana maya se llama Haiyococab que
significa literalmente “agua sobre la tierra”.
El último intento de los dioses fue creándolos de los granos del maíz mezclados con la
propia sangre de los dioses. Es así como desde entonces el maíz se convirtió en una
planta sagrada para todos los mesoamericanos. Esta planta llevó a la esencia de la
naturaleza a habitar dentro de la carne y la sangre de los hombres. Estos últimos humanos
se multiplicaron y se dispersaron por todo el mundo hasta el día de hoy. Al comienzo
supieron venerar y obedecer a sus dioses y prevalecieron por este motivo. Los mayas
como todos los demás habitantes de las poblaciones mesoamericanas debido a este relato
que les asocia cercanamente a los dioses a través del maíz sagrado, decidieron llamarse a
sí mismos y a sus descendientes “Los hombres del maíz”.
Los dioses quisieron evitar que olvidaran su condición humana por lo que empañaron
su visión y desde entonces la última humanidad a la que pertenecemos todos, sólo es
capaz de ver lo que está cerca de sus ojos o lo que es lo mismo, tridimensionalmente.
Nuestra visión sólo captaría las cosas que nos rodean a través de nuestros ojos y no
cualquiera podría ver a través del espíritu traspasando la materia como supuestamente lo
harían los hombres de otras eras. Ese don natural que poseerían los humanos de
anteriores eras sería lo que en tiempos modernos se le llamó clarividencia lo que significa
iteralmente ver con claridad. Esta capacidad se refiere a la facultad que tienen algunas
personas privilegiadas para ver más allá o percibir precisamente lo que está oculto a la
mirada ordinaria. Aún los pocos que lo conservarían estarían muy lejos de las
extraordinarias capacidades de las antiguas humanidades.
Este don que los dioses les concederían a anteriores humanidades les daría la
capacidad no solo de ver más allá de la materia sino el poder percibir entidades astrales,
nter o extra-dimensionales. Ellos captarían lo invisible y lo que pasaba en otro tiempo o
en otro espacio extraordinario. Esta creencia respondería a la facultad de los antiguos
seres humanos para trazar mapas y calendarios estelares precisos. Este don tan ajeno a
nuestra propia realidad se perdería en la oscuridad de los tiempos. En la actual recreación
del ser humano los dioses habrían evitado darnos esa facultad para evitar que los
dejásemos de de adorar por distraernos con visiones y capacidades sobrenaturales.
La historia mítica o alegórica de la creación de los mayas quichés cuenta como una de
as anteriores creaciones del mundo fue posible gracias a la pareja divina llamada Tepeu y
Gucumatz.
Y dijeron los progenitores, los creadores y formadores: “Ha llegado el tiempo de amanecer, de
que se termine la obra y que aparezcan los que nos han de sustentar y nutrir, los hijos
esclarecidos, los vasallos civilizados; que aparezca el hombre, la humanidad, sobre la
superficie de la tierra”.
Popol Vuh, Capítulo I, tercera parte.
Los dioses crearon a los gemelos Hunahpú e Ixbalanqué que derrotarían a los hijos de
Vucub-Caquix, quienes “se vanagloriaban de ser el sol y la luna cuando todavía no había
amanecido” cuando su ambición verdadera era engrandecerse y dominar el inframundo.
Fue en ese tiempo cuando ocurriría el diluvio a causa de los muñecos de palo. Entonces
los gemelos se convertían así en el sol y la luna al sacrificarse a sí mismos. Los códices
mayas hablan de la creación de la humanidad por estos dioses gemelos. Podrían
compararse a los gemelos Castor y Pólux héroes de la mitología griega y otros gemelos
míticos que representarían todos ellos a la constelación de Géminis. Alrededor del mundo
se unificó la costumbre en los relatos sagrados de personalizar estrellas, planetas y
constelaciones en la danza sagrada del cielo.
Las leyendas de Gemelos en la antigüedad se referían alrededor del mundo a las dos
estrellas más brillantes de la constelación de Géminis y nuestro tránsito celeste con
relación a ellos.
En el inframundo de los mayas Quichés habitaban siete parejas de dioses y sus
nombres estaban relacionados con el culto a la muerte como Hun-Camé y Vucub- Camé
cuyos nombres significan respectivamente Uno-Muerte y Siete- Muerte. Los dioses del
inframundo maya Quiché que más nos llaman la atención son Quicxic quien es
representado como un halcón y Patán que está representado con un arco y una flecha. En
la cosmología Oriental se representa de igual manera a la constelación de Sagitario.
Al final de la era la personificación de esta constelación aparecería dirigiendo su arco
hacia la constelación de la fosa oscura u Ophiuchus o ”portador de la serpiente”.
Curiosamente Patán, compañero del dios maya Quicxic que es representado como un
halcón a su vez personificaría a la constelación de Orión. Este grupo de estrellas eran de
gran importancia para el mundo en el pasado pues de ahí provendrían los dioses y una
muestra del culto a esta constelación la vemos en la alineación de sus tres estrellas
principales con las pirámides de Ghiza, como lo han notado algunos autores como
Graham Hancok y Robert Bauval en su libro The Orion Mistery.(2) como lo están con
las pirámides de Teotihuacan en Mexico.
En la mitología egipcia Horus es el halcón y señor del inframundo y también está
relacionado con el Cinturón de Orión, constelación que es a su vez reconocida aún por lo
astrónomos modernos como “El cazador”.
En el libro de las Revelaciones o Apocalipsis se habla de los cuatro jinetes. Uno de
ellos porta un arco y una flecha y otro lleva una balanza en la mano. Estos personajes que
serían los portadores de las desgracias, plagas y males que aquejarían a la humanidad en
los últimos suspiros de la era, podrían estar asociados también a ciertas constelaciones y
sus posiciones visibles desde nuestro planeta al fin de la última rueda del tiempo.
En el Chilam Balam de Chumayel la creación comienza con un universo cautivo por
los dioses del inframundo, poblado de abejas. En la primera era llovió fuego y cenizas
provocando que cayeran árboles y piedras. El mundo no tenía entonces sol ni noche con
 una. Fue en la siguiente era cuando los dioses decidieron destruir al hombre con un
diluvio flechando a los que habían quedado con vida. De nuevo el arquero quien podría
ser referencia cósmica de cuando esto acontecería.
El relato de la inundación maya quiché coincide como hemos visto con los relatos de
culturas muy distantes entre sí alrededor del mundo las cuales hablan de este gran diluvio
que asombrosamente coincide también con las fechas de creación y destrucción. Para los
mayas esto acontecería al fin de la tercera era.
Una inundación fue producida por el corazón del cielo; un gran diluvio se formó. Y por este
motivo se oscureció la faz de la Tierra y comenzó una lluvia negra de lodo y de materias en
suspensión, debido al paulatino enfriamiento de la masa incandescente, así como de la
atmósfera…
Había entonces muy poca claridad sobre la faz de la Tierra, aún no había Sol, aún no se
veía la cara al Sol ni a la Luna ni a las estrellas y aún no había amanecido, porque aún no se
había manifestado, ni se ostentaba la claridad del Sol ni de la Luna.
Popol Vuh
Los dioses mayas
Los mayas creían, como todas las demás civilizaciones de la antigüedad, en un dios
abstracto invisible y primordial, ese dios era conocido como Hunab Kú.. El hijo de este
dios principal y creador del cosmos era llamado Itzamná. El nombre del dios creador
maya como el de otras religiones del mundo, no podía nombrarse como tampoco
epresentarse pictográficamente o esculpirse. No así todas las deidades menores que
fueron creadas por esta deidad suprema de las que existen muchas representaciones hasta
el día de hoy. Los mexicas tenían su equivalente de dios abstracto y creador en Ometéotl.
Quien a su vez era dividido en dos en el aspecto masculino Ometecuhtli y Omecíhuatl
epresentando el aspecto femenino del Dios Creador.
El cielo maya era sostenido por cuatro dioses llamados Bacabes o “cargadores” del
mundo que tiene su símil en el dios griego Atlas. Los Bacabes habitaban en cada una de
as cuatro esquinas del universo. En cada esquina existía además una Ceiba, que es el
árbol sagrado que representa la abundancia y que cuentan dio el primer sustento a esta
humanidad. Estos dioses sostenían al mundo y a todo lo que implica más lo que le rodea
y es así como se mantendría en pie. La ceiba continúa siendo un árbol sagrado hasta
ahora para los mayas.
Los dioses Bacabes representaban también los cuatro puntos cardinales. Como en
muchas culturas, ellos tenían a sus propios dioses guardianes de cada rumbo del universo
que eran los encargados de mantener el orden en el mundo. En la cultura Mapuche de
Suramérica tenían como en la mayoría del mundo americano antiguo a sus propios dioses
vigilantes de las cuatro direcciones o esquinas del mundo. Estos se llamaban Pwel Mapu
del Este, Pikun Mapu del Norte, Lafken Mapu del Oeste, y Willi Mapu del Sur. La
cosmovisión en el pasado era muy compleja y se entrelazaba siempre con la vida. Para
niciar la nueva humanidad, los cuatro bacabes, mayas o dioses sostenedores del mundo
material, se colocaron en cada esquina formando el cuadrado de nuestra dimensión
ridimensional actual. Entonces al inicio de la era los dioses levantaron la tierra que se
había hundido y plantaron una ceiba o árbol sagrado al centro de este plano cuadrangular
para que fuese el “axis mundi”, el centro del universo o el “ombligo del mundo” de
donde brotaría la vida hacia todas direcciones. Este “árbol de la vida” es sostenido por
los cuatro dioses que representan a su vez a los cuatro rumbos del universo. Ellos
sostienen la vida en nuestro planeta y en el universo entero desde cada una de las
esquinas o rumbos tridimensionales- añadiendo la llamada cuarta dimensión temporal - a
través de la fuerza y energía a las ceibas sagradas como se narra en el Chilam Balám de
Chumayel.
Después de este cataclismo se puso en el árbol Imix rojo, que es uno de los sostenes del cielo y
que es el signo del amanecer. Este es el Bacab que se desvió. Kan Xib el padre, plantó el Imix
blanco al norte, y dice Zac Xib Chac que es señal de destrucción. Se plantó el árbol Imix negro
al poniente del Petén, señal del cataclismo y plantó el árbol Imix amarillo al sur del Petén,
señal de destrucción. Llegó Ahkanoyalmut y plantó el árbol Imix verde en medio de la Tierra,
señal de destrucción.(3)
Códice Pérez
Estos dioses que representan a los cuatro puntos cardinales y personifican tanto a la
creación en nuestra dimensión como a la destrucción y degeneración del plano material
nos recuerdan que estamos sujetos y contenidos dentro de este cuadrante subjetivo que
nos limita materialmente como seres carnales y que nos mantiene atados a las mismas
leyes físicas junto a todo lo que existe en nuestro universo visible y tangible el cual se
rige asimismo por ciclos repetitivos de nacimiento y muerte. Es importante tomar en
cuenta que la visión maya del universo se enfoca en una visión astronómica y astrológica
compleja que expresa simbólica y metafóricamente en la geometría y las matemáticas
sagradas que forman parte del universo tridimensional. El mundo material llamado Yóo
Kol Káab es descrito en forma de un cuadrado dimensional sagrado llamado Kan Tu’ Uk
que sería a su vez la relación metafórica de los puntos inter-cardinales. Esta orientación
está basada en la ubicación de las regiones del horizonte desde donde se observan las
salidas y las puestas del sol. También es importante diferenciar que para los mayas este
sofisticado sistema en realidad no sólo señala los cuatro puntos cardinales por cuestiones
meramente cosmológicas sino que su religión se basaba en el conocimiento de las
estrellas y la relación de estas con el mundo por lo que el propósito de este culto era
sumamente espiritual y filosófico aunque también científicamente preciso pues al señalar
las direcciones o los lados del mundo y del universo mostraban la realidad temporal a la
que estamos sujetos y de la cual formamos parte. Los mayas creían dentro de su
concepción espacial, que las leyes físicas universales que nos gobiernan dan forma a
todas las cosas y están regidas por un orden preciso y puntual.
Cada una de las esquinas del universo maya tienen un nombre Lak’in Sàman es este-
norte, Sàman Lak’in norte-este, Lak’inY´eetel Sàman este-norte y Sàman Y’eetel Lak’in
norte- este. Los últimos dos términos abarcan el sentido mismo de esquina y comparten e
noreste. Dichas direcciones representan además los extremos solsticiales de las salidas y
puestas del sol sobre el horizonte. Debemos tener en cuenta que en muchos aspectos la
simbología maya, contiene en un mismo concepto varios significados. Para los mayas,
toda estructura cuadrada se le llama Ut’aan. Los descendientes de los mayas aún creen
que los Bacabes habitan en cada esquina de cualquier cosa que tenga esa forma
geométrica. También los colores tienen un significado especial y están involucrados
estrechamente con los rumbos del universo pues de cada esquina provienen nubes
blancas, negras, amarillas y rojas respectivamente, conectando al universo material no
sólo con los colores del espectro visible de nuestra realidad sino yendo más lejos al
elacionar todo esto con los sonidos, la geometría y las matemáticas celestes. La “música
de las estrellas” que conocían asimismo los filósofos griegos.
Es interesante observar que en el Apocalipsis escrito por Juan, los cuatro caballos que
raerían las desgracias finales al mundo se distinguían también por un color en particular
cada uno de ellos. Hay un caballo blanco, uno amarillo o bayo, uno negro y uno bermejo,
estos cuatro jinetes que junto con sus caballos traerían plagas y desgracias al mundo al
final de los tiempos son del mismo color que los rumbos del universo maya y
mesoamericano en general y veladamente hablarían del deterioro de este plano material al
final de los tiempos del ciclo que ellos también contabilizaban. El libro de las
evelaciones podría hablarnos entonces de las edades de la humanidad, del inicio y del fin
del año cósmico del mismo modo que lo hacen los mayas al explicar la rueda del tiempo.
Los cuatro bacabes o dioses mayas que sostienen al mundo desde cada esquina de los
umbos del universo y los cuatro jinetes del Apocalipsis actuarían como los precursores
del fin que llega desde cada esquina del mundo material. Distantes pensamientos; mismo
significado. El fin que llegaría desde de cada uno de los cuatro rumbos del universo,
partiría desde una idea común y globalizada del cosmos. Del mismo modo, existen
profecías que se entrelazan como parte de un conocimiento extendido de las
epercusiones a nivel planetario de un suceso desconocido que cambiaría todo al final del
último ciclo o rueda del tiempo.
Cuando los españoles llegaron a América y se encontraron frente a frente con las
espléndidas y misteriosas ciudades mexicanas les llamó la atención descubrir en muchos
murales de sus edificios y templos como en sus códices o libros sagrados, la imagen
constante de una cruz. Algunos de ellos pensaron que podría deberse a un milagro que el
símbolo sagrado de la cristiandad apareciese entre los “salvajes”. Lo que no sabían estos
conquistadores es que para los antiguos mesoamericanos este símbolo había sido sagrado
mucho tiempo antes de su llegada. Para ellos la cruz era la forma fundamental que
epresentaba el plano material que está relacionado con la geometría celeste y las cuatro
esquinas o rumbos del universo. Los relatos del pasado podrían tener una conexión
precisamente en el conocimiento común del espacio temporal pues el símbolo de la cruz
epresenta para la ideología cristiana la salvación que llegaría desde y hasta cada esquina
del mundo.
Los jinetes Bíblicos traerían como los bacabes mayas la depuración de lo echado a
perder para llegar a la renovación desde cada punto del universo.
Hemos padecido desde el inicio de la historia de la humanidad infinidad de guerras,
hambre, miseria, epidemias y muerte. Esto sin excepción en todas las culturas. Desde y
hasta cada rincón del planeta. Todos los credos han anunciado el día en que el ciclo de
destrucción y muerte se cerrara para dar paso a una nueva vida. Lo que olvidó nuestra
sociedad actual es que las enseñanzas del pasado guardan verdades que se han ido
descubriendo y que un día no muy lejano traerían nueva luz para todos.
La misma fuente de conocimiento alrededor del mundo les llevó a realizar prácticas
astronómicas y astrológicas comunes que permearon a todos los pueblos de la
antigüedad. Las voces del pasado nos hablan de los males que afectarían a nuestro mundo
cuando se juntasen o se derrumbaran las cuatro ceibas o árboles sagrados que están en
cada esquina del universo, como lo dice el Apocalipsis. Los jinetes que traerían la
destrucción y el caos cuando el mal se derrumbara al caer los velos que mantienen
dormida a nuestra sociedad, harían romper paradigmas errados, enfrentando al mundo
actual a una renovación total que se conjugaría a la comprensión de una nueva dimensión
llena de una nueva luz para nuestra existencia. La clave oculta de este lenguaje de
paralelismos universales se revelará ante nuestros ojos cuando empecemos a vislumbrar
la claridad de la verdad. El lenguaje de los enviados del cielo basado en la astrología y
matemáticas está oculto en los libros sagrados del pasado y empieza a mostrarnos sus
secretos. El cielo siempre da señales por la conexión que existe entre todos y en todo lo
que somos. Alineaciones astronómicas y otros eventos estelares al final de la era de Pisci
nos señalarían que el momento de transición y el derrumbe final de los patrones de sangre
e injusticias establecidos por milenios en el mundo está cerca. Entonces se tambalearán
los falsos “sostenes del universo” que todos sabemos cuales son: la avaricia por todo lo
material, la corrupción de los poderosos, la mentira y el poder desmedido de unos pocos
que controlan el mundo. Las consecuencias de la lucha que sostendrá el mal por
conservar el control al fin de la era sería inconmensurable.
En los relatos tanto del Popol Vuh como en el Chilam Balam y en el códice Pérez, el
mundo que vivimos es el último ensayo de los dioses. En esta última oportunidad se
conocería el desenlace de la lucha entre los dioses del cielo y los del inframundo, entre el
bien y el mal; entre la luz y la oscuridad. Este enfrentamiento o disociación de la dualidad
culminaría con la victoria de la luz al final de la última rueda del tiempo o de los “años
aciagos” cuando el mal enfriaría a las almas mientras estuviesen bajo la influencia oscura
del “portador de la serpiente” o la treceava constelación de Ophiucus. Los mayas
comparten la visión del fin catastrófico y la posterior renovación de cada era con el resto
de los pueblos mesoamericanos. Encontramos en sus códices similitud en la certeza y
esperanza del triunfo de la luz contra la oscuridad como se describe en el Apocalipsis.
Todos los pueblos antiguos creían que la luz vencería en la batalla final y que los seres de
oscuridad no podrían prevalecer en un mundo nuevo, inundado de luz.
Las dimensiones o regiones del inframundo conocidas por los mayas
La cosmología maya nos dice que todos al morir pasamos por una prueba en la que hay
que descender por caminos peligrosos de pendientes y barrancas hasta llegar al fondo en
donde se encuentran varios ríos (como en el inframundo Egipcio o infernos como el
Griego entre otros muchos) siendo uno de estos ríos de sangre. El espíritu del fallecido
se encuentra ahí con cuatro caminos que tienen los mismos colores de los rumbos del
universo: rojo, blanco, amarillo y negro. Pero en esta concepción las regiones del
inframundo difieren del concepto occidental de infierno y cielo ya que en los relatos
mesoamericanos se debe atravesar primero por los caminos a los que tenemos acceso en
esta realidad (como el de los sueños o la intuición) para poder acceder a otro lugar que
está más allá de nuestro cuadrante dimensional, en donde también habitan los dioses
junto a otros seres superiores. En el inframundo mesoamericano las almas no llegan a un
sitio mejor o peor dependiendo de lo que hicieron en vida sino que al morir, las almas se
esparcen por los cuatro rumbos del universo fundiéndose con el cosmos, volviéndose
parte de los dioses o cohabitando con ellos. La física cuántica nos dice que más allá del
universo material existen otras dimensiones que podrían contener otros universos
desconocidos u otras realidades o dimensiones paralelas a la nuestra y que aquellas
existirían fuera del espacio-tiempo que conocemos. El conocimiento de la existencia de
estos otros planos podría haber sido familiar para las civilizaciones milenarias de la
América prehispánica. Los niveles dimensionales en los que los mayas cimentaban sus
creencias estaban divididos en trece cielos, que contenían el supramundo o mundos
superiores y otros nueve estados inferiores que estarían en el inframundo. Estos mundos
eran gobernados por los señores del Oxlahuntikú en el supramundo o mundos superiores.
En los niveles inferiores del inframundo gobernarían los Bolontikú, llamados también los
señores de la noche. En este espacio es donde habitarían las almas de los muertos junto
con otros seres nocturnos. Los dioses tanto del inframundo como del supramundo tenían
sus propias leyes para gobernar su espacio. Estos mundos afectarían a nuestro propio
espacio o mundo ya que interactuarían entrelazándose con nuestra propia realidad por lo
que los mayas crearon calendarios para estos mundos también.
Los mayas creían que los hombres constantemente debían satisfacer a sus dioses sin
mportar el nivel o cielo en el que reinara cada uno ya que ellos mismos se habían
ofrecido en sacrificio para que los seres humanos existieran. Por esto constantemente
había que halagarlos correspondiendo de la misma manera. Para mantener el sol en
movimiento los dioses debían estar contentos y la mejor manera de mantenerlos felices
era ofreciendo su sangre como ellos habrían ofrecido la suya para crear esta y otras
humanidades. Para atenuar el oscuro destino que presagiaban los astros al término del
“sol de movimiento” debían constantemente hacer rituales y sacrificios. Creían que
precisamente al término del último sol del gran año cósmico el mundo se transformaría
después de grandes movimientos. Cuando todo volviese al silencio, el tiempo se
detendría por lo que había que mantener el equilibrio entre los cielos, el inframundo y
nuestra realidad para evitar que el sol dejase de rotar por el espacio.
No sólo en Mesoamérica se ofrecía la sangre de víctimas a los dioses sino que en
muchos otros países con otros sistemas de creencias, hombres y mujeres debían ofrecer a
manera de ofrenda su sangre a los dioses para obtener las dádivas que requerían. Aunque
a mayoría de las gentes de la antigüedad entregaban a sus deidades día a día ofrendas
diversas, la sangre siempre fue en el pasado la ofrenda máxima para muchas sociedades.
No solo se ofrecía sangre humana sino que se acostumbraba ofrendar sangre de animales
como palomas o corderos pues los dioses del pasado esperaban recibir como pago por
darnos la existencia el elixir de la vida.
La sangre ofrecida de los dioses o reyes que habitaban en la tierra no sólo les
garantizaba mejores cosechas o lluvias abundantes sino que les protegía contra el furor de
a naturaleza permitiendo que continuase el ciclo de la vida y garantizándoles que
volvería aparecer el Sol en el horizonte cada mañana.
Para los mesoamericanos los dioses no eran siempre buenos como los dioses de
Occidente, sino que como dualidades sagradas que eran, tenían contenidas en sí mismos
odas las fuerzas del universo tanto positivas como negativas. Por esta razón actuaban de
acuerdo a sus caprichos o voluntad. El disgusto de los dioses que en otras eras habría
provocado devastadores cataclismos se evitaba con solemnes y elaborados rituales que
convertían a las víctimas de sacrificio en la sangre y la carne de los dioses. En
festividades conmemorativas se hacían los sacrificios correspondientes de personificación
de los dioses en donde eran ofrecidos los elegidos que habrían sido tratados como dioses
ecibiendo lo mejor de lo mejor durante meses o incluso años hasta el día en que debían
ser entregados a las manos del dios a quien se la hacía la ofrenda. Estas fiestas se
celebraban en medio de la gran expectación del pueblo. En otras ocasiones para
apaciguar los ánimos de los dioses y obtener la condescendencia de todo el panteón
maya, los reyes descendientes o representantes de los dioses en la tierra, debían derramar
su propia sangre de las partes sensibles entregando así la salvia dadora de vida sagrada
que le habría sido concedida para bien de su pueblo. Estos sacrificios consistían en
perforarse los genitales, la lengua o los labios con una espina de mantarraya traspasando
la herida con una cuerda a través del orificio previamente hecho con la espina. Ellos
creían que con la sangre y el sufrimiento ofrecidos en estos rituales aseguraban entre
otras cosas importantes el continuo movimiento del sol. Los mayas sabían mucho más
del sol de lo que nos imaginamos y sabrían el papel preponderante que jugaría al final de
la era.
Las dimensiones estelares de los cielos lejanos eran muy distintas a los abismos
profundos del inframundo que eran tan densos que era casi imposible que penetrase la luz
al estar lejos de la Fuente primordial.
De la misma forma, en las esferas superiores dominaría la claridad y entre más altos
fuesen los cielos, recibirían mayor luminosidad. Los mundos que están regidos por las
mismas leyes físicas de vida y regeneración que nosotros, influirían en nuestro mundo
como nosotros influiríamos en otros mundos dada la conexión que nos une a toda la
materia en el universo visible.
Los mundos que estarían más allá del tiempo y el espacio físico serían gobernados por
leyes distintas a las de nuestra dimensión. Más allá del tiempo reinarían los dioses
creadores junto a otros seres sutiles y puros; inalcanzables para nuestro limitado
entendimiento y nuestra velada visión.
Cuándo llegó la desgracia a Yucatán
Fray Diego de Landa fue un obispo franciscano que llegó a México con las primeras
exploraciones españolas, con la encomienda de llevar a esas tierras la palabra de Dios.
Entre otras cosas que se le atribuyen a este personaje cabe destacar que dejó plasmada la
descripción detallada de las costumbres de los habitantes del nuevo mundo en su
manuscrito llamado La relación de las cosas de Yucatán el cual se conserva en la
biblioteca de la Real Academia de Madrid. En dicho documento elaborado poco después
de la conquista hacia 1560, Diego de Landa describe desde su propia perspectiva
influenciada por la ideología de sus tiempos la vida cotidiana de los mayas. En este libro
se esboza la historia de la región dibujando un panorama completo de lo que era el
mundo maya de esa época.

Gracias a Diego de Landa se pudo descifrar el lenguaje escrito de los mayas pues en su
ibro Relación de las cosas de Yucatán tradujo su alfabeto.
Como De Landa aprendió la lengua maya, recogió directamente de informantes
ndígenas datos de enorme importancia sobre las creencias religiosas, las costumbres, la
historia y los conocimientos científicos de los mayas, en particular de sus calendarios.
Estos datos fueron clave fundamental para la compresión posterior de la cultura maya.
Fray Diego de Landa hubiera pasado a la historia como el gran etnógrafo de su época de
no haber sido el autor de un acto de fe criminal que mandó a miles de indios a una muerte
cruel, algunos de ellos quemados vivos y la mayoría colgados además de ordenar la
destrucción de cinco mil ídolos, trece altares, 197 vasos y 27 rollos de signos jeroglíficos
o códices. Pérdida no sólo para América sino para el mundo entero ya que todo esto
habría esclarecido muchos aspectos todavía desconocidos de una sociedad avanzada que
serían de relevancia para todos. Para los mayas esta pérdida fue el peor golpe que
sufrieron durante la conquista y gracias a esto De Landa sería recordado después como un
déspota despiadado e intolerante personaje que destruyó la riqueza intelectual de toda una
civilización por ser diferente a la suya. Lo que no comprendía Diego de Landa es que
estaba ante una civilización que había tenido muchos siglos de desarrollo ya que existía
desde antes de Cristo. No entendía que destruía milenios de increíbles conocimientos. Al
legar al Nuevo mundo – para los europeos- habían encontrado en ruinas algunas de sus
grandes ciudades como Chichén Itzá y Tikál pero sus creencias seguían intactas gracias a
sus códices, grabados y tradiciones. No sabían del valor de un pueblo que había
sobrevivido a grandes catástrofes y que pese a sufrir bajo innumerables guerras y
desgracias en su historia siempre había conservado sus conocimientos y sabiduría. La
grandeza de la civilización maya había pervivido y permanecería en el espíritu de sus
descendientes a pesar de haber sido ultrajada y mutilada antes. Hasta nuestros días se
cuentan entre sus descendientes historias acerca de las proezas de sus héroes. La tradición
oral continúa pasando de padres a hijos relatos acerca de la grandeza de su cultura y las
victorias de sus poderosos gobernantes.
En los códices se guardaban además de las proezas de sus gobernantes, conocimientos
astronómicos y calendarios extensos y detallados que desgraciadamente se perdieron en
la oscuridad del tiempo y la ignorancia.
Los vestigios de la cultura maya estuvieron sumidos en el más profundo olvido para el
mundo occidental hasta finales del siglo XVIII. El descubrimiento de la gran ciudad de
Palenque trajo al mundo maya de vuelta al mundo moderno. El siglo XIX marcó el
verdadero redescubrimiento de la América precolombina indígena al encontrarse después
de Palenque, uno a uno los grandes centros ceremoniales y urbanos de esta gran
civilización. Estos hechos históricos fueron posibles gracias a grandes exploradores
europeos y norteamericanos como Mausdlay, Maler, Charnay y Holmes.
Desde el siglo XX se han venido realizando investigaciones por diversas instituciones
científicas entre las que destacan La Universidad de Harvard, el Museo de la Universidad
de Pensilvania y por supuesto el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México
La historia de los mayas se dividió entonces para su estudio en tres periodos básicos que
son El Preclásico, que data desde un milenio aproximadamente antes de Cristo hasta el
siglo IV d.C.- El Clásico, dividido a su vez en Clásico temprano y Clásico Tardío, que
data del siglo IV al X d.C. El Posclásico o de influencia tolteca que va del siglo X a
mediados del XIII d.C. y el periodo Decadente que parte desde mediados del siglo XIII
hasta la conquista española.
Los sacrificios del cenote de Chichén Itzá
Los mayas eran un pueblo sumamente religioso como todos los demás pueblos de
América. Sus creencias sostenían una íntima relación entre lo místico, lo sobrenatural y
lo astronómico-astrológico. Así como los antiguos griegos y egipcios, los mayas creían
ciegamente en sus métodos adivinatorios en los que a veces un sacerdote invocando a
alguna de sus deidades canalizaba sus mandatos y también sus presagios. Muchos y muy
variados eran los métodos de adivinación que utilizaban los mesoamericanos. Estos
métodos fueron ampliamente difundidos y aplicados en toda la extensión del mundo
antiguo de la América precolombina.
La minuciosa observación de las estrellas, su interpretación, así como la propia
correlación de las predicciones con eventos mundanos o sucesos que afectaban a cada
uno de los ciudadanos en particular dependía del día de su nacimiento y la posición de las
estrellas muy parecido a la manera en que se acostumbraba hacer los horóscopos en Asia
y hasta en Occidente. En algunas ciudades prehispánicas como Tamtoc en San Luís
Potosí, se pueden ver vestigios de los llamados “espejos de agua” que eran simplemente
estanques que fueron utilizados tanto en Asia como en algunas partes de Europa y por
supuesto en América en este caso por los sacerdotes astrónomos huastecos mexicanos
para ver en ellos el reflejo de las estrellas y poder interpretar los designios de los dioses
como lo hacían otros astrónomos en países muy lejanos del mundo. A través de aguas
estáticas en las noches claras sin luna podían trazar mapas estelares siguiendo la posición
de las estrellas y otros cuerpos celestes que se reflejaban en el agua para a su vez poder
hacer sus predicciones.
Los rituales que los antiguos mayas utilizaban para acceder al conocimiento y a los
secretos que guardaba el futuro, chocaron con las mentes de los sacerdotes europeos de la
época del oscurantismo obsesionados con erradicar la astrología y todas las artes
adivinatorias por considerarlas maléficas. La incomprensión e incomunicación se daba de
os dos lados y al no tener ambos la madurez necesaria ni la capacidad de respetar lo que
era diferente, mucho menos tuvieron la capacidad de tolerar prácticas tan ajenas a sus
propias creencias y tradiciones. Los españoles optaron entonces por declarar demoníaco
odo lo que no podían entender. Diego de Landa ya convertido en uno de los más
encarnizados enemigos de las costumbres idólatras de los mayas luchó para acabar con
odas sus prácticas. En su libro de las relaciones escribió acerca de los sacrificios que se
levaban a cabo en la ciudad de Chichén Itzá capital sagrada de los Itzaes, con base a los
nformes que recopiló de los mayas conversos:
En época de sequía, peste y desastres se organizaban solemnes procesiones de sacerdotes y
devotos portando ricas ofrendas y víctimas para el sacrificio. Bajando por la pronunciada
escalera del templo de Kukulkán, la serpiente emplumada, seguían por el camino sagrado hasta
llegar al pozo de los sacrificios. Al sonido del tunkùl las hermosas doncellas y los guerreros
cautivos eran arrojados a las oscuras aguas del cenote.
Don Diego Sarmiento de Figueroa, alcalde de Valladolid en el año de 1579 contaba la
leyenda que corría entre los mayas supervivientes que va un poco más allá de lo que
contaba de Landa.
“Los señores y personajes principales del país tenían la costumbre después de haber
ayunado y hecho abstinencia durante sesenta días, de llegar al alba a la boca del cenote y
arrojar a él mujeres indias que pertenecían a cada uno de estos señores y personajes,
encargándoles al mismo tiempo sus amos que pidieran un año favorables para los deseos
particulares de cada uno.
Las mujeres como no iban atadas caían al agua con gran fuerza y ruido. Al mediodía, las
que aún podían daban grandes gritos y se les echaban cuerdas para sacarlas. Cuando salían,
medio muertas se les encendían hogueras a su alrededor quemando incienso de copal ante
ellas. Después de recuperar sus sentidos, declaraban haberse encontrado con muchos de los
suyos hombres y mujeres que las recibieron en las profundidades. Afirmaban que al tratar de
alzar las cabezas para mirarlos, sintieron fuertes golpes en la nuca y que cuando inclinaron sus
rostros bajo el agua, vieron muchas honduras y cuevas y entonces ellos, los suyos, les
respondieron a sus preguntas acerca de lo bueno y lo malo que el año traería a sus amos”.
Este escrito es sólo una muestra de los múltiples métodos adivinatorios con los que se
valían los antiguos sacerdotes mayas para conocer lo que les depararía el futuro.
Las religión astrológica de los Mayas.
La religión era la base de la estructura social de los mayas desde mucho antes de la
lamada época del Preclásico, siendo los cultos sagrados de gran importancia para toda la
población. Los astrónomos-guías eran merecedores del más profundo respeto. Estos
hombres santos eran llamados Ah Kin y llegaron a ser tan importantes que hasta la fecha
y debido al sincretismo religioso que ha prevalecido en la región se les sigue llamando Ah
Kin a los sacerdotes católicos del área maya del mismo modo que se les conoce todavía a
os chamanes o curanderos.
Todos los seres humanos si nos lo proponemos, podemos comprender la mecánica de
las cosas estudiándolas e investigando su funcionamiento. Podemos medir lo que vemos,
crear con los recursos del mundo miles de cosas e inventar nuevos artilugios cada vez
más sofisticados con nuestras mentes. Pero no tenemos el mismo control con lo que está
más allá del límite material. A la mayoría le parece una pérdida de tiempo intentar
conocer o investigar lo intangible o subjetivo. Lo que no es comprobable en base del
método científico no es interesante, creíble o atractivo en el mundo actual. En la
antigüedad las personas se guiaban por la intuición más que por la razón y por eso temían
y respetaban al mundo invisible que prevalece más allá de los sentidos físicos. El conocer
los ciclos del tiempo y el movimiento de las estrellas les daba seguridad, estabilidad y
confianza para establecer sus predicciones basándose en la creencia de fuerzas ocultas
pero poderosas que operaban y controlaban el movimiento del universo desde terrenos
supra humanos en una espiral de sucesos que va más allá del tiempo y el espacio.
Ahora, despreciamos lo imperceptible a los sentidos porque hemos reemplazado la
intuición por la razón y por la certeza de la materia sin comprender que creamos
confusión en nuestro espíritu ávido precisamente del alimento intangible. De esa
confusión nace el miedo que crea la necesidad de respuestas que conduce al éxito de las
religiones. Los seres humanos necesitamos creer en algo que de firmeza a nuestra
existencia y la fe es en realidad la base de nuestra supervivencia. Vivimos con la certeza
única entre las demás especies de nuestra propia mortalidad. Para evitar el dolor
elaboramos ideas basadas en lo que nuestro ego construye porque nos permite alejarnos
de las formas subjetivas dándole solidez a nuestra vida material al negar y evadir lo
efímero e inmutable en nuestras vidas.
Los mayas sabían de los ciclos naturales que rigen el universo pero creían que los
dioses podían modificar los patrones preestablecidos a su antojo. Cuando se mezcla la
superstición con la razón pueden surgir conceptos e ideas irracionales muy peligrosas.
Cada religión que ha existido ha creído –y continúan haciéndolo- y afirmado poseer la
verdad absoluta basándose en interpretaciones de unos cuantos que saben como
manipular las necesidades espirituales de las personas. Con el tiempo esas imposiciones
se convierten en leyes, reglas y dogmas cada vez más estrictos y más alejados del amor
que inicialmente pretendían propagar. El problema es que los libros divinos que
supuestamente han sido dictados por un poder superior particular de cada grupo han sido
redactados e interpretados por seres humanos imperfectos y mundanos. Los líderes
religiosos siempre se crecen con el poder y la soberbia termina perdiendo a las personas.
Todavía en nuestros días los dirigentes de las grandes o incluso pequeñas religiones o
sectas, creen realmente haber sido elegidos e iluminados por Dios y hacen creer a los más
débiles de corazón que Dios les ha concedido el poder para controlar y dirigir la vida de
los demás. Los grupos religiosos al crecer y expandirse van estableciendo el poder que
les lleva a defender sus verdades únicas con estrictos y restrictivos códigos que muchas
veces en lugar de elevar el espíritu humano le denigra entorpeciendo su crecimiento al
encadenarlo a un mundo de formas en vez de llevarlo a la libertad del alma. La necesidad
del ser humano de encontrar respuestas y alimentar el espíritu ha sido tan mal orientada
que hasta lleva a matar por defender las verdades que fueron elaborando unos cuantos
aprovechado la fragilidad del espíritu humano desde el comienzo de la historia. En el
caso de los antiguos mayas no fue distinto. Tampoco se salvaron del peor flagelo de la
humanidad que opacó como a tantas otras civilizaciones su verdadera grandeza. Por
alguna oscura razón seguramente surgida de la mente de algún líder embebido de poder ser en parte divinos de la misma manera que los antiguos egipcios los representaban
que malinterpretó las señales de los dioses y pervirtió sus designios, este instituiría la aunque de distinto tamaño a los plebeyos.
costumbre de dar muerte a sus hermanos.
Por los sacrificios de sangre que los dioses les exigían, los antiguos mesoamericanos
fueron conocidos en todo el mundo como salvajes, cuando los europeos que decían
sentirse impresionados por sus prácticas sangrientas acostumbraban asimismo en toda
Europa rituales aún más sanguinarios, en los que incluso bebían la sangre de sus victimas
como los mesoamericanos. Los mayas eran simplemente humanos como lo somos todos
Observatorio en Mayapán, Yucatán.
nosotros sin importar de que parte del mundo provengamos. Seguimos encontrando
múltiples razones para derramar la sangre de nuestros semejantes a través de la historia y
Distintos al dios primordial abstracto e invisible Hunab Ku los dioses menores de los
seguramente continuaremos haciéndolo. Pretextos siempre encontraremos para la propia
mayas tenían diversas personalidades y por lo mismo múltiples personificaciones.
destrucción. En el pasado como ahora el derramamiento de sangre se hacía con
Kukulkán la serpiente emplumada es la versión maya de Quetzalcóalt dios de los mexica
propósitos religiosos y místicos. En la actualidad, nosotros no sacamos corazones para
quien en ambos casos es una deidad heredada de los toltecas a todo Mesoamérica y tiene
ofrendarlos a los dioses. Ahora simplemente matamos por razones superfluas y mundanas
en la mayoría de los pueblos múltiples advocaciones y personalidades como el de ser
como el dinero y el poder. explayamos la violencia quia si. Los mayas conocían el
precursor de la era en la que vivimos. Era reconocida esta deidad también como el dios-
enguaje de las estrellas y su mecánica, y lo utilizaron para desentrañar las señales del
del sol y en otras de sus manifestaciones era conocido como dios del viento, del planeta
cielo más allá de los designios y caprichos de los dioses menores. No podemos desde
Venus y del símbolo del rayo o la serpiente de fuego que vuela atravesando el cielo. Una
este mundo material conocer con certeza lo que existe después de los límites del tiempo.
profecía anunciaba su regreso después del fin de la última era del año estelar que recién
Seguiremos como nuestros ancestros, sin saber el porqué de la vida ni lo que nos depara
termina. El regreso de Kukulcán, la serpiente emplumada o dios sol podría haberse
el destino más allá de este plano físico. Por esto, seguimos justificando como “sagradas y
manifestado en el pasado como una gran aurora magnética si hubiese ocurrido en el
ustas” nuestras equivocaciones contra los más débiles mientras la rueda de la vida
pasado una gran tormenta solar. Y creían que volvería de la misma forma o como en otro
seguirá su curso hasta que algo trunque el camino del error que hemos llevado o hasta
tipo de manifestaciones. Por ejemplo, en nuestros tiempos vemos brillar a Venus con
que el árbol de la vida se seque por falta de compasión. Entonces nacería una nueva
mayor intensidad que años atrás. Esa sería una señal de su regreso.
humanidad libre de injusticias. Los antiguos americanos pudieron vislumbrar a través de
Fue profetizado que la serpiente al volver enfrentaría a uno de los dioses más
sus cálculos astronómicos cuando el reloj se detendría y nos advierten para que podamos
importantes del panteón maya Itzamná hijo de Hunab Ku conocido como el señor de los
cambiar nuestras vidas mientras aún haya tiempo.
cielos, del día y de la noche asociado también al Sol y la Luna o al mismo Kukuklkán.
Los Encargados de los asuntos místicos.
Las matemáticas sagradas
Los sacerdotes mayas que se encargaban de predecir el futuro que veían en las
Los mayas tenían distintos métodos de contabilizar el tiempo. Sus cuentas calendáricas
estrellas se llamaban chilán. Otros eran los sacerdotes que eran responsables de llevar a
eran muy precisas. Esta obsesión de los mayas por llevar el registro del paso del tiempo,
cabo los sacrificios que se ofrecían a los dioses. Ellos eran personas lúgubres, con largas
derivó en un complejo y exacto sistema calendárico- matemático. El poder que tenían los
cabelleras y ropas andrajosas emulando a uno de los dioses del inframundo llamado kisín
aj-kin o sacerdotes para descifrar y entender la relación de los eventos astronómicos con
que además de ser iracundo y lucir espantoso provocaba los terremotos al patear la base
el acontecer del mundo diario, seguramente creaba una atmósfera que inspiraba una
de las ceibas sagradas. Los sacerdotes dedicaban por completo sus vidas al servicio y los
mezcla de veneración, respeto y miedo entre todos los ciudadanos comunes al grado de
ituales en honor a los dioses. Para los antiguos mayas de la misma manera que para
voluntariamente aceptar ofrecer su propia vida por el bien de sus descendientes.
muchos de sus rivales, como los Nonoalcos y otros descendientes de los Olmecas así
Ahora podemos comprendemos mejor que sus cálculos y medidas tenían un propósito
como casi todas las sociedades de la antigua Mesoamérica, los sacerdotes eran los que
y su dedicación un mensaje para el futuro de la humanidad.
estaban envestidos con el poder de llevar a cabo los sacrificios en honor a los dioses
como kisín para evitar su furia. La religión politeísta de los mayas incluía dioses que
eran representados en sus murales y en sus códices en forma zoomorfa, simbolizando los
elementos de la tierra o seres fantásticos como los monstruos de la tierra que con sus
fauces abiertas lucen listos para recibir a los desencarnados en camino hacia el
nframundo. Asimismo estos seres fantásticos que eran representaciones de fenómenos
celestes o naturales aparecen en sus murales y códices plasmados como símbolos
epresentando planetas, estrellas, al Sol y a la Luna. En sus tableros pictográficos
aparecen casi siempre involucrados e interactuando los dioses con sus gobernantes por

Los calendarios y cuentas de los días mayas
Las cuentas sagradas
La unidad del día era el kin, 20 kines formaban un uinal o mes maya 18 uinales formaban
un tun es decir un año completo de 360 días 20 tunes equivalían a un Katun, equivalente
a 7200 días y 20 katunes equivalen a un baktun, ciclo de 144 000 días.
Las mismas cuentas se encuentran codificadas en otros libros sagrados como en la
Biblia en donde se hace referencia repetidamente de los mismos números que en las
cuentas mayas. Aquí mostramos un ejemplo de la mención de estos números sagrados en
este caso en el libro de Las Revelaciones:
Vi, y he aquí el Cordero, que estaba sobre el monte de Sión, y con Él ciento cuarenta y cuatro
mil, que llevaban su nombre y el nombre de su Padre escrito en sus frentes y oí una voz del
cielo, como voz de grandes aguas, como voz de gran trueno y la voz que oí era de cítaras y
cantaban un cántico nuevo delante del trono y de los cuatro vivientes y de los ancianos y nadie
podía aprender el cántico sino los ciento cuarenta y cuatro mil, los que fueron rescatados de la
tierra.
Apocalipsis 14-1.2.3
Podemos por este motivo deducir que estas referencias codificadas en la Biblia nos
hablarían más bien de “cuentas de días” en vez de cuentas de personas como lo
detallaremos más adelante.
Cada día de los 20 días de cada mes y de los 18 meses del año era precedido por una
deidad. Cada uno de los trece Katunes o periodos de 20 años tenían su propia deidad
ambién. Los mayas creían que cada uno de los dioses vivía en una esfera dimensional
distinta y que podían manipular el tiempo e influir en los sucesos de cada día, mes, año o
era en particular y por esto conmemoraban a los dioses de cada día y llevaban a cabo
acciones en particular enfocadas a dichos días. Para poner un ejemplo en el mes Xul se
celebraba la ascensión de Kukulkán a los cielos.
Para darnos una idea de lo complejo del sistema mecánico- matemático de medición
del tiempo que tenían los mayas, tomemos como ejemplo la rueda del tiempo que ocurre
después de trece katunes. Esta coincide con el término de un año ritual en el mismo
punto en que finaliza el calendario civil. Desde el inicio, cada calendario tanto el
religioso como el civil traerían sus propios augurios y características correspondientes así
como también la influencia que tendría el capricho de las deidades que gobiernan el
universo, el tiempo y las vidas de los seres humanos. Todo esto era traducido desde la
posición y el movimiento de las estrellas del infinito.
Como sabemos, muchos de los relatos de la Biblia son metáforas. Los antiguos escritos
buscaban hacer llegar un mensaje a quien pudiese comprenderlo. Con la similitud del
lenguaje astronómico en muchos artefactos y escritos de la antigüedad alrededor del
mundo podemos inferir que muchos escritos sagrados del pasado hablarían del momento
en que finalizara el año de precesión de los equinoccios o año estelar y estos se
encuentran encriptados en dichos libros.
El Apocalipsis nos mostraría en las visiones de Juan la época en que este ciclo largo
de 144 mil años finalizaría.
Los 144 mil años que son resguardados de la Tierra habrían sido destinados para que
los cuatro vivientes (posiblemente las cuatro humanidades que habrían vivido durante
todo ese año estelar) y que habrían poblado la Tierra durante cada ciclo en donde 24
ancianos (o milenios) habrían transcurrido -anteriores a los dos mil años de la era de
Piscis o era de Jesucristo (última casa zodiacal del año cósmico) Estos serían los días que
tendría la humanidad para aprender en el plano terreno antes de que se cerrara el ciclo
definitivo. Esta es el secreto más abierto pero al mismo tiempo mas malinterpretado del
mundo. En muy resumidas cuentas, la historia de la humanidad desde su principio hasta
su final están narrados veladamente en los libros sagrados. “El que tenga ojos que vea”.
Al igual que los mayas, los que escribieron otros libros sagrados querrían hacer notar
la importancia de los acontecimientos al fin del año estelar ya que estos hechos marcarían
a la humanidad de una u otra manera. Obviamente tenían el propósito de llamar la
atención de futuros lectores que supiesen descifrar el lenguaje de las estrellas.
El idioma matemático universal que utilizaban nuestros ancestros nos habla de los
acontecimientos que ocurrirían al final de este ciclo y de los cambios que ya hemos
empezado a ver.
Existe un paradigma que no ha permitido a través de los siglos ver a los 144 mil en el
libro de las Revelaciones no como un número de personas sino como fechas o cálculos
temporales.
Muchos otros pasajes cifrados en el Apocalipsis se referirían a
medidas temporales, como las cuentas calendáricas de los mayas que aparecen en sus
códices sagrados
Lo podemos ver en esta cita que describe como sería el nuevo mundo que
heredaríamos:
“Midió con la caña la ciudad y tenía doce mil estadios, siendo iguales su longitud, su latitud y
su altura. Midió su muro que tenía ciento cuarenta y cuatro codos, medida humana, que era la
del ángel”
Apocalipsis 21. 16-17
Los doce mil estadios, serían las doce constelaciones por las que pasaría nuestro planeta
en el nuevo año zodiacal, el muro de ciento cuarenta y cuatro mil codos, la duración
precisa de un nuevo año de precesión de los equinoccios o año cósmico.
Si dividimos el año en cuatro periodos, resultaría la suma de los “cuatro vivientes” o
humanidades que sufrieron los eventos catastróficos cuando finalizaron otras edades o
iempos como en el caso del Diluvio Universal.
Existen otras referencias en el Nuevo Testamento que repite los “números sagrados”
como por ejemplo:
Después de esto, designó Jesús a otros setenta y dos y los envió de dos en dos delante de si, a
toda ciudad y lugar adonde El había de venir
San Lucas 10: 1-2
Volvieron los setenta y dos llenos de alegría, diciendo: Señor, hasta los demonios se nos
sometían en tu nombre. Y el les dijo: Veía yo a Satanás caer del cielo como un rayo.
San Lucas 10: 17-19
Si sumamos a los setenta y dos enviados y a los setenta y dos que volvieron tenemos otra
vez el número 144 de un año cósmico o de precesión de los equinoccios.
Vemos que en ambos casos se hace énfasis en estos números específicos porque
precisamente harían referencia a medidas calendáricas como en las cuentas de los mayas
y de la mayoría de los pueblos del mundo en general.
Posiblemente en el Apocalipsis Juan querría llamar nuestra atención para que
supiésemos cuando ocurriría lo el describía. De la misma manera los mayas junto con
muchos otros maestros trataron de advertir con sus profecías a las generaciones futuras.
Estos ciclos tan importantes señalarían los años o los días que transcurrirían para que
ocurriera el fin del tiempo de este año estelar.
la duración de un año de precesión de los equinoccios equivale al paso por las 12
constelaciones o casas zodiacales. Existe relación que existe entre los números mayas y
as referencias Bíblicas son sumamente precisos e importantes y coinciden con cuentas
espaciales como por ejemplo el tamaño de la luna con respecto al sol es de 1/400 y esta
misma proporción de 1/400 es la distancia que hay entre la tierra y el sol. Los
movimientos de la luna en un mes son el equivalente a los que hace el sol en un año. Otra
coincidencia, es que la Tierra tiene un cambio en la posición de su eje que se relaciona
con los equinoccios cada setenta y dos años la mitad de 144 o un ciclo. Lo que nos hace
ver que no existen las coincidencias en las matemáticas celestes.
Los Mayas y las cuentas calendáricas
Las cuentas de los mayas eran tan precisas que no solo tenían cuentas para los días,
meses y años sino que podían contabilizar las fracciones correspondientes al día. Ellos
dividían un día en veinte horas, cada hora tenía un nombre como cada día y la última hora
se llamaba como la primera del siguiente día y como la última del día anterior.
Tenían también registrado cuentas muy largas como el pictún que era igual a 20
baktunes el calabtún que era igual a 20 pictunes el kilchiltún igual a 20 calabtunes y el
alautún que son 20 kinchiltunes que es igual a veintitrés billones cuarenta millones de
días. Esto equivaldría aproximadamente a sesenta y tres millones de años. Ese es el
calendario más largo creado por la humanidad en todos los tiempos y muestra la precisión
de los cálculos mayas pues cada calendario y evento estelar estaba obsesivamente
calculado. Es por esto que ellos se llamaban a si mismos guardianes del tiempo. El
sistema matemático de los mayas y su dedicación les llevó al descubrimiento del cero
siglos antes de que se conociera en el mundo occidental. Las doce casas zodiacales tenían
nombre y sabían acerca de la treceava casa zodiacal que muchas antiguas tradiciones
conocían. Ellos conocían a la constelación del hombre-serpiente, Kawil u Ophiuchus para
los astrólogos. Conocían el ciclo que los egipcios llamaban Sothis o período orbital
sinódico del planeta Venus o Chak Ek como era conocido por los mayas que se compone
de 5 períodos de 72 grados que se repite cada 8 años terrestres. Otra no- coincidencia.
Para hacer predicciones se valían de la combinación del calendario sagrado llamado
Tzolkin, con el Haab o civil. Los 20 días del mes se alternaban con números que iban del
1 al 13 repitiéndose sin interrupción independientemente de si el calendario solar fuese el
ordinario o el sagrado.
El calendario ritual combinaba 20 glifos para los días y se iniciaba en el día 1 Imix,
hasta llegar al 13 ben. Entonces se abría una nueva serie de números que continuaba con
los días restantes. Entre las principales funciones del uso de los calendarios además de lo
propósitos adivinatorios era ayudarles a determinar las fechas para las fiestas religiosas,
dar nombre a los niños y establecer el horóscopo especial de cada uno. Era importante
predecir los hechos que marcarían la vida y el futuro de cada persona como en una carta
astral Oriental.
La divinidad del día en que nacía cada persona se convertía entonces en el patrón
de cada persona como una especie de ángel guardián. Si una persona nacía en un día
nefasto entonces se hacían rituales para contrarrestar la mala influencia que los astros
traerían a su vida.
Además de la combinación del método calendárico, se valían de la observación de los
astros y de la observación de sucesos astronómicos para hacer sus predicciones como
eclipses, la posición de las estrellas y planetas y otros eventos estelares como
conjunciones o el paso de cometas. Las predicciones no solo se hacían de manera
individual sino que se elaboraban a nivel poblacional y global basándose en los datos que
observaban. En los pocos códices que se conservaron nos hablan principalmente de estas
predicciones.
La combinación de los calendarios predecían acontecimientos futuros que afectarían a la
sociedad. Estudiaban las condiciones que habría en la tierra y la relación que tendría el
movimiento del cosmos en las personas para tomar medidas preventivas anticipadamente
El calendario llamado Haab o calendario natural integraba 18 glifos de meses que
completaban un ciclo de 360 días. Este año llamado también año “vago” o calendario
civil, contaba con un número entero de días independientemente de la cantidad que se le
asignasen ya que podía variar de 365 o 366. Los cinco días aciagos restantes del año de
360 días se llamaban Ixmakaba Kin que significa días sin nombre que a pesar de no
querer nombrarlos sí tenían nombre y no uno solo sino varios. Uno de los nombres que
tenían estos días era por ejemplo Uayeyab que significa la ponzoña del año.
El calendario solar maya era más exacto aún que el calendario gregoriano que fue el
usado por Copérnico después de la publicación de su obra hace más de 400 años. Los
mayas añadían 26 días al final de un ciclo de 104 años y los Aztecas 13 días cada 52 años
y cada 13 ciclos. Cada rueda de Katunes comenzaba una nueva rueda calendárica de 52
años. La exactitud de los cálculos mayas difiere con los datos astronómicos de la NASA
por milésimas de segundos y es un diezmilésimo de día más exacto que el método de
ntercalación del año bisiesto de nuestro calendario gregoriano.
En conclusión vemos que los mayas utilizaron tres tipos de calendario para computar
el año:
1. El Haab o año de 365 días que estaba formado por 18 Uinales (períodos de 20 días)
que suman 360 días más cinco días “sin nombre” o nefastos” que completaban el año
civil.
2. El año Tun de 360 días sin incluir el Uayeb.
3. El “año sagrado” o ritual de 260 días, formadas por trece Uinales o periodos de 20
días.
Los ciclos periódicos de 52 años
Como ahora sabemos, los números eran el centro de la vida de los mayas. Para ellos
as matemáticas encierran todos los secretos del universo, del principio y del fin. Sus
ciclos calendáricos fueron diseñados para que se repitieran una y otra vez
ndefinidamente en una espiral del tiempo que asemeja al ADN de todo ser vivo.
Sus calendarios tenían diversos propósitos, como medir la distancia y duración de ciertos
periodos del tiempo y lo hacían con un sentido profundamente filosófico no solo por
propósitos meramente agrícolas o mundanos.
Un atado de 52 años de 360 días son 1872 000 días que divididos entre trece es la
suma de una rueda de katunes.
Si multiplicamos por cinco son 9360 000 días que a su vez multiplicados por X 5 X 20
X 260 son la cantidad de años que tiene el año de precesión de los equinoccios, es decir,
25 626 83 años trópicos. Seguimos encontrando que los números sagrados aparecen una y
otra vez dentro de las cuentas mayas. Esto nos demuestra una vez más que en el universo
no existen las casualidades sino las causalidades. El orden matemático fue creado desde
siempre a la perfección y ellos encontraron la conexión que existe entre el cosmos y la
vida que fluye constantemente a través del éter hacia el sustento de la vida. Los ciclos
calendáricos son procesos matemáticos complejos de vida, muerte y transformación.
Los dos calendarios mayas coinciden después de un período de 52 años. Este ciclo era
muy especial para los mesoamericanos entre otras cosas porque les ayudaron a entender
que 52 años eran la vida productivos de un hombre – o mujer-. Una rueda calendárica
debía transcurrir para que se repitiese una misma fecha y coincidieran los dos
calendarios, tanto el sagrado como el ordinario iniciando y terminando ambos la cuenta
el mismo día 1 Imix, 1 Pop.
Con los conocimientos que poseían sobre la mecánica celeste, los sacerdotes mayas
uvieron en sus manos el dominio de la rueda sagrada del tiempo. Sus predicciones se
basaban en la naturaleza misma de la vida que acaba y reinicia una y otra vez.
Los registros temporales de los mayas incluían periodos cíclicos de otros planetas
además de los de la Tierra. El Códice de Dresden dedica varias páginas a describir el
calendario del planeta sagrado Venus y su periodo largo de 584 días. Este planeta tenía
una gran importancia para los mayas por la estrecha relación con el calendario solar o de
360 días y el sagrado de 260 días o 9 meses que tienen que pasar para que Venus
aparezca de nuevo como estrella matutina. Venus aparece además en el horizonte
anunciando la llegada de la oscuridad como estrella vespertina. Este y otros planetas y
cuerpos celestes tendrían un papel relevante porque anunciarían el fin de la presente era
así como habrían anunciado el término de eras anteriores. La importancia que los mayas
le otorgaban a los movimientos de Venus y las alineaciones que tendría con nuestro
planeta y el Sol al trasladarse por el espacio al fin de la era, son algunas de las señales
que anunciarían movimientos mayores que traerían diversas consecuencias a nuestro
mundo e incluso a nuestro sistema solar.
Venus madre del amanecer y del ocaso cuando la luz se apaga aparecería con
características especiales al fin del día estelar como habría aparecido al comienzo de la
misma para dar nueva vida al planeta una y otra vez. Señales en el cielo como el eclipse
solar del 21 de agosto del 2017 en el que el sol y la Tierra se alinean con Venus durante
ese mismo eclipse fue incluso representado en un agrograma en Inglaterra crop cirlce, o
dibujo en los campos de cultivo meses antes. Se representa el eclipse y la alineación con
Venus.
Este planeta le llamamos ¨Madre¨ porque es símbolo de la fecundidad en muchas
culturas como en la de los antiguos astrónomos griegos. Los mayas así como la mayoría
de los mesoamericanos del ayer al igual que civilizaciones contemporáneas a ellos, tenían
conocimiento de los movimientos heliocéntricos de nuestro sistema solar y también de
los movimientos periódicos que ocurren en toda nuestra galaxia. Los astrólogos alrededor
del mundo calculaban el paso de las estrellas primordiales y conocían la complejidad de
la geografía celeste y su efecto en el movimiento de la vida. Los que fabrican estos
símbolos en los campos de cultivo que hasta ahora es un enigma lo saben también.
Debemos escuchar las advertencias de los maestros del pasado y del presente y estar
preparados para el cambio inevitable predicho por todos ellos. El mundo siempre ha
estado amenazado por la oscuridad que reprime el libre pensamiento. Terribles tiranos
maestros de la mentira e influenciados por la oscuridad han impedido el progreso de la
humanidad e incluso la han hecho retroceder en tiempos modernos. Cuando los lideres
dominados por la soberbia limitan e impiden la libertad de ser y pensar por uno mismo,
reprimen la capacidad de madurar a la sociedad. La humanidad esta en un punto de
inflexión donde ya no tolera las imposiciones ni las injusticias de unos cuantos en el
poder. Los seres humanos están listos para el avance evolutivo y el crecimiento espiritual
En el interior de cada persona en la moderna sociedad revive la llama que permite ver que
es inaceptable seguir apresando las libertades individuales porque son un derecho
primordial del ser humano. Ahora luchamos en conjunto por la paz y la igualdad aunque
los gobernantes intenten por todos los medios seguir manteniendo el orden perverso de
las cosas que ha prevalecido y continuar con el sometimiento de siglos.
El control de las masas moderno tuvo su auge manipulando a las personas a través de
los medios de comunicación como el radio, los periódicos y la televisión donde solo unos
cuantos tenían la voz que dirigía a las masas que a su vez era dirigida por grupos de
poder. Ahora, gracias a la intervención y la comunicación a través del internet el
ntercambio de todo tipo de ideas entre personas comunes alrededor del mundo ha
comenzado una revolución única en base a compartir propuestas, sentimientos, opiniones
y deseos de libertad y paz entre todos. El mundo se revela y las personas ya no permiten
que otros piensen por ellos.
Por ejemplo, ahora con la cantidad de información que fluye como un río infinito,
podemos penetrar al saber oculto y los secretos ancestrales que antes estaban prohibidos
para la mayoría. Podemos descubrir las verdades perdidas en antiguas profecías como las
formuladas por los mayas y por otros antiguos maestros en general. Se abre a nuestros
ojos el pasado para poder reconstruir nuestro futuro con bases que estuvieron ocultas a
nuestro entendimiento y que están relacionadas con el profundo significado astrológico-
astronómico y geométrico del tiempo. La información está ahí afuera para el que quiera
conocer la verdad sobre las repercusiones que tendrían en nuestro futuro las profundas
enseñanzas de la historia.
La importancia de los “atados de años”
Durante un “atado de años” tanto en tierras mayas como en el resto de Mesoamérica se
establecía un reinado de un mismo linaje y al finalizar cada ciclo se hacían sacrificios
propiciatorios con el fin de preparar el reinicio de un nuevo ciclo. Para celebrar el
comienzo del nuevo periodo se reconstruían las pirámides y los templos utilizando las
anteriores como base siempre creciendo hacia arriba, apuntando hacia el cielo. Todo se
enía que renovar como un día el mundo entero lo haría al finalizar la última rueda del
iempo de alrededor cinco mil doscientos años. Las etapas periódicas de las
construcciones del gran imperio que dominó al mundo americano crecían y se renovaban
al final de cada atado de años al tiempo que los dioses daban al mundo una nueva
oportunidad. Los arqueólogos modernos continuamente descubren etapas constructivas
más y más tempranas al excavar profundamente. Estas construcciones tienen algunas
variaciones arquitectónicas ya que después de cada ciclo dependía el diseño del gusto del
nuevo gobernante en turno al poder aunque siempre conservaban el propósito principal
de las pirámides y templos que era honrar a los dioses señalando su camino hacia y desde
os cielos.
Al término de cada ciclo de 52 años, empezaba una época en la cual se estrenaban
cosas nuevas emulando el final del actual ciclo largo cuando todo se renovaría después de
más o menos 5200 años. Al mundo le esperan muy pronto cambios dramáticos predichos
por los maestros del pasado. Los acontecimientos desastrosos que ha vivido el mundo
desde finales del milenio pasado serían tan solo las “señales” de cambios mayores que
oda la humanidad deberá experimentar antes de ser evaluada por un poder superior.
Estaríamos viviendo las últimas horas de las que todas las profecías del ayer hablaban.
Estos signos anunciarían la llegada de un nuevo día astronómico donde la nueva
humanidad no necesitaría de las cuentas de los días o calendarios porque de alguna
manera ni el tiempo ni el mundo serían igual al que dejaríamos atrás.
Las profecías mayas y la rueda de los katunes
La civilización maya fue la única en la América precolombina que utilizó un
procedimiento científico y matemático para computar el tiempo absoluto. Ellos señalaron
una fecha en el lejano pasado para marcar el inicio de la historia de esta era. En la
inscripción de la estela 29 de la ciudad maya de Tikal, en Guatemala, se encuentra
grabada la cuenta de 1.243.615 días, que sería la duración de la era que termina. La fecha
para nosotros que utilizamos el calendario gregoriano sería aproximadamente contando
desde el año 292 de la era Cristiana. Una rueda completa de katunes o un periodo de 7200
días está siempre presidida por un sol, como se señala en el Chilam Balam de Chumayel.
Por la influencia cristiana y debido a que estos códices fueron escritos después de la
llegada de los españoles, en los libros post-conquista se relaciona al dios-sol de la era
actual con Jesucristo. El dios-sol maya Kukulkán o Quetzalcoátl de los aztecas quien fue
introducido a los demás pueblos por los toltecas, era un dios pacífico que les dio un
mensaje de amor y que al partir como lo hizo nuestro Dios- hombre hecho cristiano,
prometería volver al fin de la era, cuando se juzgarían los actos de todos los seres vivos y
muertos. El dios mesoamericano antes de zarpar hacia el mar prometía volver como
Jesucristo lo haría 2000 años atrás antes de dar su vida para salvar a la humanidad.
¿Estaremos hablando del mismo Dios quien conviviría con sus hijos del otro lado del
mundo?
La influencia religiosa que trajeron consigo los frailes españoles se refleja en los escritos
que fueron elaborados por los nativos sobrevivientes bajo la estricta supervisión de los
frailes españoles pero ellos escucharon esas palabras de su Dios mucho antes del choque
cultural. El sincretismo religioso que incluso perdura en nuestros días hizo que después
de la conquista y hasta nuestros días, los mayas relacionaran a Kukulkán quien se
sacrificaba dando su sangre para que continuaran los ciclos de vida-muerte con el nuevo
dios cristiano que caminaría sobre la tierra convertido en hombre sacrificándose a si
mismo y dando como ofrenda su sangre por los seres humanos. Como los antiguos dioses
mayas El moría para dar vida.
El dios-sol como llamaron a Jesucristo los mayas, fue recibido gustosamente porque
aunque con distinto nombre tenía las mismas características que su dios-sol que habría
llegado precediendo el último ciclo fungiendo como el último dios que conviviría con los
hombres antes del final de todos los katunes. La fase final del año cósmico se cierra
precisamente con el signo de Piscis. Esta era del Dios Cristiano se caracterizó por ser
representada por peces. Jesús llamó a sus discípulos a ser pescadores de almas y con el
signo de los dos peces Jesús cerraba la última era de 2000 años del año estelar
precisamente con la constelación de Piscis. La última era del año astronómico era
conocida por las civilizaciones de Oriente como por las mesoamericanas. Todos
coinciden en señalar que esta sería la última de todas las eras.
No podemos comprender completamente como las antiguas civilizaciones del mundo
tuvieron un conocimiento astronómico similar ni sabemos como compartieron o se
difundió la misma información. Existen algunas hipótesis. Una de ellas no muy
convencional dice que los conocimientos se esparcirían alrededor del mundo cuando los
sobrevivientes de una catástrofe de proporciones inimaginables casi destruyera al mundo
al fin de una era anterior. Los sobrevivientes de un antiguo continente destruido
arribarían a lugares distantes en sus naves tecnológicamente avanzadas. Estas personas
habrían fundado ciudades en base a su antigua civilización. Sus conocimientos se
difundirían su cultura, ciencia, tecnología, arquitectura e ingeniería a las tierras y
continentes que llegarían coincidiendo por lo tanto en muchas ideas entre culturas
distantes alrededor del mundo. Esto explicaría las construcciones piramidales que aún se
pueden apreciar alrededor del mundo que se han encontrado hasta en Europa. No sólo
levarían consigo a sus antiguos dioses y sus creencias sino el conocimiento del cosmos y
del mecanismo de las matemáticas celestes.
Para el pensamiento americano “la primera fundamentación de la tierra” habría
ocurrido milenios antes, cuando los cuatro soles o eras anteriores no habían sucedido
odavía. Como en otros temas este pensamiento coincide con el de tradiciones
occidentales y orientales. Los cuatro elementos, agua, tierra, fuego y aire fueron
protagonistas en la fundamentación y posterior destrucción de edades anteriores.
En el Popol Vuh está escrito que una gran civilización anterior a los mayas
nfinitamente más antigua, poseía no sólo el conocimiento del funcionamiento de nuestro
mundo sino que conocía los movimientos de nuestro sistema solar, del espacio y de todas
as nebulosas. Ellos escribieron que estos ancestros de la llamada “primera raza” les
habían heredado todo el sagrado y profundo saber. Gracias a estos maestros primordiales
sabrían que los cuatro puntos cardinales se pierden en el espacio hacia los cuatro rumbos
del universo formando una gran cruz que delimita el cuadrado de nuestra percepción.
Para los mayas la idea del cuadrado es un concepto mucho más complejo que el de
una simple figura geométrica. Representa el espacio tridimensional en donde se alza al
centro el árbol que da la vida en nuestro planeta. Los lados del cuadrado representarían
o alto, ancho y largo de nuestra dimensión junto con la cuarta esquina que representaría
al tiempo. Ellos sabían que vivimos encerrados dentro de estas cuatro “esquinas” que nos
imitan y nos impiden ver otras realidades que están más allá de nuestras limitaciones
pero que nos rodean imperceptiblemente. Nuestros sentidos no nos permite percibir fuera
de este “cuadrado” dimensional y lineal del tiempo en el que nos encontramos ahora y del
cual sería imposible escapar –todavía-. La única manera en la que podemos traspasar el
espacio-temporal – por ahora- es dejando el cuerpo físico.
Rueda de katunes transcrita por Diego de Landa, basada en los informes de los mayas
sobrevivientes.
Con esta rueda como base de su concepto calendárico, los mayas conservaron y
desarrollaron su compleja visión cosmológica transmitida por sus misteriosos ancestros
misma que compartieron a las siguientes generaciones convirtiéndose a través de los años
en la guía que regía sus destinos. Ellos fueron dejando en sus códices y en la memoria de
sus ancianos, el antiguo saber sagrado heredado por las civilizaciones perdidas. Para los
mesoamericanos, era de suma importancia mantener las enseñanzas y seguir
desarrollándolas. Los mayas aprendieron a elaborar los calendarios astronómicos
utilizando las matemáticas sagradas. De este antiguo saber dependía la elaboración de sus
profecías. Cada vez que una rueda de katunes terminaba, debían de escudriñar
nuevamente los astros para poder descifrar los vaticinios que cada katún traería consigo.
Los sobrevivientes mayas después de la conquista creían que después de cada era el
mundo había sido destruido por el elemento que había precedido dicha era. Ellos nos
dicen que los cielos y la tierra se levantan una y otra vez gracias a la presencia de los
árboles sagrados; las ceibas que los sostienen, las llamadas yaxché sagradas.
Podemos ver las profecías de cada katún en las narraciones de acontecimientos de las
cuentas de los katunes sacados de los relatos de los libros del Popol Vuh. En uno de sus
pasajes nos narra la historia de la creación, destrucción y posterior renovación del
universo:
En el Katún 11 ahau el mundo fue destruido al ser juzgados, humillados y lanzados los trece
dioses del cielo por las nueve deidades infernales.
Las predicciones sagradas.
Los mayas tenían clasificadas tres clases de predicciones fatídicas referentes al tiempo:
las katúnicas, las túnicas y las diurnas. Las predicciones katúnicas y túnicas son cíclicas y
se expresan como una rueda en la que los acontecimientos se repiten al pasar una y otra
vez por ciertos puntos que hacían repetirse los mismos acontecimientos cuando
coincidían la rueda calendárica sagrada con la común u ordinaria. En los libros del
Chilam Balam la cuenta se inicia en el 11 ahau siguiendo el orden de once, nueve, siete,
cinco, tres y uno. Esta cuenta se inicia de este modo, porque a la llegada de los españoles
a Yucatán la cuenta corría en el 11 ahau. El ciclo completo se llama Uudz Katunob que
significa un doblez de katunes.
Las predicciones túnicas contienen símbolos en cada división de los 20 tunes o días
que componen un Uinal o mes. 20 Uinales que a su vez como hemos visto equivalen a un
año civil o Haab de 360 días.
Los 5 cinco días que le “faltan” al año civil se llamaban “días aciagos” y eran días de
guardar. Estos eran celosamente respetados en toda Mesoamérica ya que durante este
tiempo nadie podía hacer nada de trabajo, ni siquiera podían bañarse, ni prender un
fuego. Todas estas costumbres y conocimientos fueron heredados a los mayas por los
Itzáes, sus antepasados que habían llegado de una tierra que según la leyenda, estaba más
allá del mar. Posiblemente desde ese otro continente que sucumbiría en eras pasadas.
Los mayas habrían predicho la llegada de los españoles y sabrían que su soberanía y la
sabiduría milenaria de su pueblo llegaba a su fin. Ellos creían que todo lo que nos cada año puntualmente la llegada del equinoccio de primavera con el espectáculo de la
acontece a los seres humanos en este planeta es parte de un plan previamente diseñado y serpiente emplumada, Kukulkán descendiendo por un costado de sus escalinatas, pero lo
egido por una fuerza superior a la naturaleza y a la razón humana. Sabían que su más sorprendente no es el espectáculo de luz y sombras, sino el que todas las pirámides
civilización debía morir para que de ella naciese una nueva raza. La historia se repite pero contengan entre sus medidas, su ubicación y sus posiciones con respecto a los astros,
no gracias al azar sino a un destino matemáticamente diseñado. Gracias a miles de años información relevante sobre la influencia que ejerce el cielo en la historia y los
de evolución y aprendizaje ellos podían predecir el momento en que los sucesos acontecimientos del planeta.
volverían a ocurrir. Conjunciones planetarias y señales en el cielo eran interpretadas por El sistema calendárico de los mayas es tan perfecto como el engranaje de un gran reloj
sus sacerdotes- astrólogos desde el inicio de su civilización. Sabían que los planetas y los en el que concuerdan eventualmente sus dos calendarios: el civil de 360 días más sus
astros tienen distintas facetas como las tenemos nosotros. Ellos pudieron ver las fechas de cinco “no días” o días muertos con el de su calendario sagrado (Venusino) con los 260
os tristes acontecimientos que los llevaron al fin de su libertad desde mucho antes. días en los que este planeta transita como estrella “naciente o del alba” apareciendo al
Abrumados por todos los desastres ocurridos en otras edades y con la certeza de las romperse las sombras. Cabe aclarar que Venus no tiene una órbita elíptica alrededor del
predicciones túnicas de los ciclos repetitivos muchos decidieron abandonar sus tierras Sol sino que va formando “pétalos” en su movimiento y por eso coincide en un punto de
dejando todo atrás antes de padecer y presenciar los horrores de la conquista y la horizonte cada 9 meses. Los cálculos de los ciclos lunares mayas sólo difieren 33
destrucción de sus dioses y sus libros sagrados. Ellos pensaban que al final del último segundos en los últimos 1500 años de los modernos cálculos astronómicos. Las
ciclo de vida, la misma fuerza que mantiene el orden en el universo nos llevaría a una mediciones temporales mayas no han errado sus cálculos astronómicos en los últimos 25
compleja renovación al final de la última rueda del tiempo. siglos ni un día. Los textos que perduran solo nos dejan entrever el intrincado y
En el periodo de máximo esplendor, los antiguos mayas tuvieron un gran desarrollo avanzado método que desarrollaron y utilizaron miles de años atrás estos sabios. Los
científico, matemático y astronómico que fueron cultivando, desarrollando y mejorando mayas conocían la historia del mundo desde sus inicios y sabían cuando esa historia
paso a paso a través del tiempo. Su cultura no surgió súbitamente, sino que fue el llegaría a su fin. Las cuentas de los días era la razón y el propósito al que dedicaban sus
esultado de un desarrollo cognitivo y evolutivo complejo que se produjo después de vidas.
miles de años de aprendizaje y dedicación. Ellos crearon sofisticados sistemas
astronómicos unidos a un elaborado sistema astrológico que les revelaba los enigmas y
misterios de todo lo que existe en el universo. Los mayas se consideraban a sí mismos los
guardianes del tiempo.
Elaboraron complejos sistemas calendáricos y mapas celestes en los que se registraba
el curso de las estrellas a través del tiempo y del espacio. Estos mapas contenían registros
emporales que databan de hasta 500 millones de años atrás y mediante sus cálculos
nterpretativos sabían a su vez, lo que sucedería en nuestro planeta y con nuestras vidas
en los siguientes mil quinientos años después de la conquista. Esta compleja sociedad
estaba tan preocupada por estudiar el tiempo y el espacio que construyeron precisos
observatorios en cada una de las ciudades en las que no sólo se practicaban cultos
eligiosos, sino que también se llevaban a cabo detallados y precisos estudios
astronómicos y científicos. La atenta observación de los astros era necesaria para saber el
momento adecuado para sembrar y las estaciones en las que tendrían que preparar sus
cultivos y sus cosechas, pero eran consientes de que un día ocurriría una cosecha de Monolito huasteco 600 a.C. Encontrado en la antigua ciudad de Tamtoc, San Luis Potosí
almas en el mundo futuro. La necesidad que tuvieron de calcular el tiempo hasta en la México. En esta gran escultura, se observa a la diosa que mora en el centro de la Tierra y los
menor de sus expresiones era fruto del conocimiento que ellos dominaban. El alcance que grandes engranajes que formarían una rueda del tiempo al desdoblar un círculo. Esta escultura
representa la sangre que brota de las cabezas decapitadas de las princesas sacrificadas
su sabiduría alcanzó es incomprensible todavía para nuestra mente moderna y racional.
corriendo en todas direcciones para dar vida a toda la Tierra. Las figuras tocan a su vez, los
Las ciudades con sus pirámides y templos sagrados son también avanzados relojes y dientes de las fauces del monstruo de la Tierra que las ha decapitado. Su sangre renueva el ciclo
calendarios de piedra que siguen señalando no sólo los cuatro puntos cardenales además vital del universo. La cultura Huasteca ha sido muy poco estudiada y permanece en muchos
de los solsticios y equinoccios terrestres sino que señalan la dirección de muchas sentidos en el misterio aunque hay indicios que podrían relacionarla con la cultura maya.
constelaciones y estrellas, algunas apenas conocida por nuestra sociedad moderna e
ndustrializada. Las edificaciones les servían de marcadores de la posición y orientación
del sol, la luna, los planetas y para señalar constelaciones y estrellas.
El espectáculo que se observa en la Pirámide del Sol en Chichén Itzá con sus 365
escalinatas que representan los días del año incluyendo sus cinco días aciagos, marca
Señales
Sobre la increíblemente avanzada cultura de los antiguos mayas quedan tan solo
algunos indicios debido a los pocos códices que se salvaron de la destrucción. Por lo
anto, solo podemos basarnos para discernir sus pensamientos en los cuatro códices que
sobrevivieron y por algunas inscripciones que aún perduran en sus templos y pirámides u
objetos labrados. Aún con la información fragmentada, se han recabado datos que
muestran las variadas profecías formuladas en su tiempo que hablaban sobre el final de
odas las eras, mismas que coinciden en muchos pasajes con otros libros sagrados como
el Apocalipsis de Juan.
En el Chilam Balam de Chumayel encontramos unas páginas que describen cómo al
final de los tiempos se vivirían años estériles en los que la mayor parte de la humanidad
estaría sumergida en la más penosa y extrema pobreza debida a la maldad de los Halach
Winikes personificados por los gobernantes y sus allegados en el poder que ansían
siempre acumular más y más dinero aunque se tenga que exprimir hasta la muerte a los
que menos tienen.
A su vez en estos mismos libros se predice la gran confusión en la que estaría
sumergida la humanidad al final de la era ocasionada por la exaltación desmedida de los
placeres y el culto al ego. Las guerras, los desastres naturales como erupciones volcánicas
y solares, los terremotos y otras calamidades asolarían al mundo al mismo tiempo. Los
que dedican sus vidas a discernir esto, saben que estas y muchas otras profecías que
fueron pronunciadas en el pasado, encajan con nuestros tiempos a la perfección. Los
escritos mayas en particular detallan el dolor que sintieron los antiguos mayas al ver
como un día estaría deshecha hasta la médula la moral de la sociedad que se volvería
otalmente hedonista y superficial. Es muy fácil encajar estas profecías ya que parecen
describir a detalle el mundo moderno donde la crisis y eventual caída del sistema
económico y la recesión o desaceleración del sistema capitalista occidental que por
cierto, ha sido por demás desigual, está ya en marcha. Sabemos que los sistemas
políticos y financieros favorecen solo a una fracción mínima de la población que desde la
cima de la pirámide económica acaparan las riquezas. Estas son solo algunas de las
profecías que parecen cumplirse anunciando el fin de las cadenas represivas y repetitivas
que ahora y siempre han denigrado los derechos básicos de la humanidad permitiendo
que predominase la injusticia desde el principio de la historia.
Nos acercamos cada vez más al cumplimiento de las predicciones que se formularon
en todo el mundo desde tiempos muy remotos ya que además vivimos señales traducidas
en conflictos bélicos, guerras y amenazas de guerras como el pan de cada día. Desde las
últimas décadas del pasado siglo XX empezó en el mundo la llamada “explosión
demográfica” o “baby boom” y desde ahí no se detuvo hasta ahora que los índices
mundiales muestran que nos hemos multiplicado exponencialmente. Esto nos ha llevado
a la sobrepoblación que a su vez, conlleva muchos de los males que la humanidad actual
padece.
Experimentamos grandes cambios en nuestro mundo . El clima no es el mismo y
muchas otras situaciones de nuestro entorno tampoco lo son. Nos acercamos a una
bifurcación en el camino de la vida como fue visto por Juan, por los sabios mayas y por
muchos otros sabios astrólogos del ayer. Somos testigos de grandes injusticias sociales
que laceran el corazón aparte de la confusión moral y espiritual que vive el mundo ahora.
El camino de la paz se ha perdido. La desesperanza lleva a muchos al precipicio de las
drogas, la prostitución o la delincuencia. Crecen las víctimas de la depresión, mal del ego
en un mundo consumista que no encuentra un rumbo positivo hacia donde dirigirse.
Hemos presenciado grandes signos como los devastadores desastres naturales nunca ante
vistos que nos han aquejado desde antes y después que finalizaran las cuentas de los
mayas. Ellos lo advirtieron y aún así seguimos con los ojos cerrados sin querer salir de la
comodidad del capullo en donde nos encerramos, enchufados a una realidad artificial que
devora nuestro tiempo e imaginación. Seguimos sin reconocer que lo que ahora ocurre es
el precio que se paga por tantos excesos y banalidades. El mal, el anticristo o como se le
quiera llamar a la influencia negativa que existe en un plano paralelo al nuestro, tiene
injerencia sobre nosotros y ha extendido su oscuro velo en el mundo impidiéndonos ver
que solos nos enredamos cada vez más en las distracciones mundanas que nosotros
mismos creamos y nos alejamos de la fuente y la razón de nuestra existencia. El mal da
claras muestras de su dominio en un mundo que le queda poco tiempo para actuar. La
influencia de la constelación de la “grieta oscura” terminará después de un corto periodo
de tiempo. Por lo pronto extiende su influencia bañando al mundo, creciendo y
corroyendo todos los ámbitos pero no durará mucho más. El mundo está en una gran
batalla entre el bien y el mal que culminará cuando inicie el nuevo año estelar en el signo
de Acuario. Sólo una de las fuerzas antagónicas eternas triunfará después de la
depuración temporal. Está escrito que la luz siempre vence a las tinieblas pero la
oscuridad confunde mientras dura la batalla. El poder del reino material agoniza y las
fuerzas oscuras luchan desesperadas por llevar consigo en los últimos estertores del
tiempo al mayor número de almas posibles al fondo del abismo, lejos de la luz de la
verdad. Buscan a los que les atraen las sombras para llevarles a habitar en submundos
menos evolucionados –en donde no hay posibilidad de ascensión, donde moran los que
creyeron en falsas promesas mientras vivían en un mundo efímero. Las almas perdidas
deambularían en un espacio límbico, tal vez transitando nuevamente entre las sombras de
la única realidad que conocieron pero esta vez sin poder influir dentro de la materia y sin
oportunidad de volver.
La soberbia de nuestra actual civilización nos ha hecho creer que no necesitamos ya de
Dios y que nosotros podemos tomar su lugar. En realidad podemos y debemos imitarle
para ser semejantes a El pero no podemos ser dioses.
Por esto, debemos seguir desenredando los hilos de la trama matemática que nos
dejaron los profetas del pasado y encontrar las claves para sobrevivir al declive mundial.
Entrará el pecado en el mundo cuando suenen los atabales, al sonido de las sonajas agitadas
por los cuatro bacabes, cuando rasguñen las espadas de las ceibas sagradas y corten el resuello
al que le corten la lengua.
Chilam Balam de Chumayel
Las matemáticas sagradas han estado siempre ante nuestros ojos en la naturaleza, en la
música que creamos, el canto de las aves y hasta en los fractales que se repiten
geométrica y ordenadamente en la naturaleza, en el cielo y hasta el infinito. El orden
lleva a la luz.
Pakal
Las grandes ciudades mayas como Palenque no fueron hechas siguiendo una unidad
métrica o de pulgadas, ni con otras medidas antiguas como el llamado codo egipcio que
fue la medida que usaron para sus propias construcciones. Las hermosas ciudades
sagradas de Mesoamérica fueron diseñadas siguiendo el patrón de la misma geometría
sagrada que da forma a todo lo que existe. Se cree que utilizando el diseño natural de las
flores de tres, cuatro o más pétalos dibujaban círculos que se interponían dentro de estas
formas imitando las órbitas elípticas de algunos planetas como Venus.
El círculo que tiene 360 grados es igual a la rueda del tiempo como lo es al año de 360
días. Nuestros ancestros dejaban fuera los 5 días aciagos siguiendo los mismos patrones
de la naturaleza y no solo las culturas americanas utilizaban este método sino muchas
otras culturas alrededor del mundo descubrieron la armonía que existe en el universo. La
verdad siempre ha estado frente a nosotros.
Para planear sus construcciones los antiguos seres humanos tomaban en cuenta el lugar
en donde deberían ser ubicadas para estar propiamente ordenadas y alineadas hacia los
puntos cardenales y astrales. Así dejaban un patrón como guía para orientar e imitar las
formaciones celestes en las construcciones materiales. Siguiendo los patrones temporales
y matemáticos es como ellos pudieron hacer muchas de las maravillas de sus tiempos.
Uno de los grandes gobernantes que erigió parte de la ciudad de Palenque fue Pakal.
Entre 1949 y 1952. Alberto Ruz arqueólogo del INAH excavó bajo el Templo de las
nscripciones encontrando la tumba de K´inich J´anaab Pakal II que significa “Serpiente
aguar orientado al sol”. Entre los objetos encontrados junto a su cuerpo llaman la
atención dos piedras de jade en cada una de sus manos; una redonda o circular y otra en
forma de cubo, estas piedras sagradas contienen en si mismas las formas y todas las
combinaciones posibles de todas las cosas materiales tridimensionales. El círculo está
presente de forma activa en nuestra realidad material pues contiene en si mismo los
patrones temporales y las formas físicas de las estrellas y demás cuerpos celestes. El
cuadrado representa además de las cuatro esquinas del universo, el plano terrenal que
divide las cuatro dimensiones que nos limitan. Estos objetos distinguían a Pakal como un
dios ya que poseía el conocimiento de las estrellas y la naturaleza, de lo grande y lo
pequeño. El comprender la combinación de estas dos formas geométricas básicas que se
encuentran no sólo en todas las cosas que existen en el mundo sino incluso en cualquier
forma dentro del universo tridimensional, le convertía en poseedor del poder de las
matemáticas sagradas. Este conocimiento le confería el control y la distinción de la
sabiduría divina. Los gobernantes podían acceder a la educación avanzada exclusiva para
a clase gobernante, los sacerdotes y la clase alta y los acercaba a la divinidad de lo que
está “cerca y junto” de cada ser.
Capítulo III
Los antiguos sabios mesoamericanos que nos hablan desde el pasado de los grandes
movimientos tanto internos como externos que viviría la humanidad en los últimos días
del año estelar al finaliza el sol de movimiento, nos señalan además otros grandes
movimientos que provocarían la desestabilización de los pilares de la tierra.
Sabiduría ancestral
Todo lo que estamos viviendo, tanto los cambios sociales como geológicos, climáticos y
demás son parte de un proceso cíclico que llega al final con la última vuelta en la espiral
del tiempo cósmico. Estas serían más que catástrofes aisladas, sino algunas de las señales
de alerta que desde el pasado nos quisieron hacer ver nuestros ancestros para prepararnos
ante la nueva realidad anunciada. Según las antiguas profecías, el nuevo año estelar
traería para el ser humano un nivel de existencia completamente distinto y mejorado. Los
que nos precedieron vieron nuestro futuro escrito en las estrellas y dejaron evidencias de
sus pensamientos grabados en las piedras y en las medidas de sus estructuras
arquitectónicas. Así fueron dejando pistas que perdurarían hasta nuestros días como
testimonios escritos en piedra. Sus predicciones están asimismo codificadas en libros
sagrados alrededor del mundo y hablan de antiguos eventos que acabaron con
civilizaciones enteras y de los eventos que podrían ocurrir en el futuro.
Las historias de antiguos cataclismos pasaron de generación en generación a través de
los tiempos. Uno de estos testimonios fue el que transcribió Platón, cuando narró la
desaparición de la Atlántida. En su relato nos dice cómo esta gran masa de tierra fue
destruida y devorada por las aguas del mar hace aproximadamente 12 mil años, ( a la
mitad del año estelar). Transcripciones como la leyenda de la Atlántida o recuerdos de la
antigua Lemuria o Mur casi se han perdido en las oscuras páginas del tiempo y el
escepticismo moderno.
Desde los albores de la historia, los sobrevivientes de florecientes y antiguas culturas
avanzadas en sus días, nos dejaron testimonio de avanzados conocimientos sobre el
cosmos y la geometría sagrada que esconden todos los enigmas de la vida, mismos que
nos han intrigado siempre y que de algún modo fueron pasando a las siguientes
generaciones hasta llegar a nosotros. La sabiduría de los antiguos pueblos de
Mesoamérica y los del resto del mundo que compartían la misma información teológico-
astronómica, estuvo semidormida por milenios.
La asociación geométrica y matemática que conocían y compartían entre si pueblos
alejados solo en distancia física, les permitió entre otras cosas conocer formulas perdidas
desde tiempos muy remotos como por ejemplo una mezcla que les permitía crear sus
grandes monumentos y pirámides sagradas, que al estar fresca era liviana y manejable
pero al endurecer se convertía en bloques enormes de piedra que encajaban a la
perfección unas con otras porque se ensamblaban cuando estaban aún frescas. Como este
conocimiento muchos otros se perdieron sin dejar casi ningún vestigio. Algunos de los
que sobrevivieron a los grandes cataclismos cíclicos procuraron no dejar que el olvido y
el tiempo borraran de la memoria de las futuras generaciones las terribles destrucciones

cíclicas que sufrieron en el pasado, por lo que dejaron las claves y códigos
matemáticos que señalan como mapas abstractos la historia del tiempo y del planeta. El
significado de estos códigos numéricos que se mantuvieron ocultos, pasaron a ser
eyendas sagradas que finalizaron siendo tabús.
Por milenios parte de este saber ancestral fue resguardado por algunos eruditos y
conservado como el más preciado legado para los que supiesen descifrarlo. La ciencia
que transmuta transforma la materia y el espíritu quitando las impurezas mundanas. Este
saber fue transmitiéndose a través de los años. Parte de esta información vital fue
malinterpretada perdiéndose así su significado original. Muchos de los rituales sagrados
de las religiones que aún hoy se practican, derivaron de algunas de estas enseñanzas
perdidas y fueron repitiéndose mecánicamente sin entender su propósito original. Un
poco de ese saber pasaría íntegro a través de los tiempos esperando a que el futuro le
alcanzase y se develara el significado real que no era como algunos han sugerido, una
serie de ideas complejas y secretos insondables sino que nuestro origen y destino estaría
encriptado en la sencillez de la naturaleza traducida en símbolos geométricos y
matemáticos que pasaron desapercibidos por no saber la importancia de la conexión que
guardaban con nosotros mismos. Estos conocimientos que yacen escondidos en relatos,
mitos y leyendas antiguas repitiéndose en los muros de los templos y los libros sagrados
guardan la respuesta a los enigmas que nos han intrigado por milenios.
Una de las grandes culturas que heredaron la sabiduría de los sobrevivientes del último
cataclismo conservando algunos de los conocimientos perdidos de los misterios de la
vida, del cosmos y de la influencia de los astros en nuestras vidas fueron los antiguos
Mayas pero no fueron los únicos en América que poseían ese saber. Muchos pueblos
altamente sofisticados cultural y científicamente como los Olmecas, los Mexicas, los
ncas o los Toltecas entre otras grandes civilizaciones fueron herederos de la misma
sapiencia que tomó milenios en consolidarse. Durante la Colonia los europeos no
consideraban a los antiguos mexicanos ni siquiera seres humanos por lo tanto dada la
deología de la época, ellos no tenían alma como tampoco los animales. Los
conquistadores vendieron la idea al resto del mundo occidental que los habitantes de
América eran una raza inferior y así permaneció un terrible prejuicio racial por más de
500 años. Este menosprecio fue sembrándose en las mentes del mundo post-conquista
ntencionalmente. Creían poder aligerar sus conciencias del grave pecado de someter con
acerante esclavitud a los pueblos conquistados. Los europeos no fueron peores ni
mejores que otros conquistadores del pasado. Solo se repitió la misma historia de los
pueblos derrotados. Es así la condición humana.
Por mucho tiempo todo el preciado legado de las culturas milenarias de América
permaneció olvidado y prohibido debido a la esclavitud y al desprecio a sus tradiciones
que perduró hasta fines del siglo XX. Ahora, después de años de indiferencia hemos
empezado a revalorar su importancia y devolverles el lugar que les corresponde en
nuestra moderna sociedad tanto como seres humanos como sabios matemáticos,
científicos y astrónomos que fueron. Los antiguos americanos creían que la renovación
cíclica de la tierra junto con todos los seres vivos estaba programada como un acto más
de la naturaleza. Con su concepción del universo, ellos podían dilucidar a través de los
entramados del tiempo y del espacio- que en la espiral del tiempo sagrado la muerte
ocurre para que exista la vida y la vida continuaría en contante flujo hasta que se acabase
el tiempo del periodo evolutivo del ciclo actual. Cuando se hiciese silencio y todo
volviese a comenzar.(1)
En nuestros tiempos agitados aún existen personas interesadas en la búsqueda de la
verdad y el destino de la humanidad de manera por demás comprometida. En esta época
en que una buena parte -por lo menos del mundo Occidental -goza de ciertas libertades de
pensamiento y actuación, algunas personas han podido profundizar en estos misterios
dedicando sus vidas a la búsqueda de los secretos que guarda la sabiduría ancestral.
Desde los comienzos del tiempo han existido personas que han dedicado sus vidas a la
búsqueda del archivo universal o “Akasico” como le llamaba Carl Sagan para intentar
descifrar los enigmas del universo. En algunos grupos místicos se conservó la idea de un
nuevo amanecer en donde un ser humano renovado caminaría sobre la Tierra al inicio del
nuevo año estelar que iniciaría con la era de Acuario.
La percepción de un nuevo ser humano que como una mariposa saldría del capullo de
la ignorancia para ser liberado de las ataduras y los apegos mundanos, pudiendo salir a
volar a nuevos cielos estaría muy cerca. La idea de un amanecer luminoso ha estado
incubándose en nuestras conciencias desde las primeras raíces del ser humano en este año
estelar. Las herramientas para descubrir los secretos del difícil camino que viviremos y
encontrar la piedra filosofal que nos convertirá en algo mejor siempre ha estado latente
dentro de nosotros mismos y estamos a un paso de alcanzarla. La luz aparecerá de nuevo
en los últimos tiempos con el propósito de salvar a las almas del holocausto espiritual
para trascender y ser el cimiente de la nueva etapa. La iluminación del entendimiento que
da la compasión hacia el prójimo nacerá a través de una nueva conciencia que crece un
poco cada día en los que tienen la mirada puesta en construir para el futuro y no en
destruir más.
El nuevo día cósmico nos conducirá a conocer la verdadera razón de nuestro tránsito
por este plano material y comprender por fin las respuestas a la supervivencia del ser más
allá de la frontera llamada vida. No obstante muchísimas almas siguen sumergidas en la
bruma de la inconciencia, dominadas por el miedo y la oscuridad.
A pesar de estar ya en el proceso de dar el gran paso hacia un nuevo año cósmico de
luz y aún después de miles de años de evolución, muchos continuan sumidos en la
desesperación y el desconsuelo que resulta del vacío espiritual. Debemos permitir que
todo nuestro ser lata en consonancia y al mismo compás del otro, para recuperar la
conexión con el todo. No existe otra forma de estar en comunicación directa con el
cosmos y con todo lo que en él habita. Solo así podemos encontrar la respuesta a
nuestras dudas y resolver los grandes misterios que siempre estuvieron ocultos a nuestra
razón. Atados a este plano, limitados a los placeres materiales, nos cegamos a la luz de la
verdad que se desvanece ante nuestros ojos por no atrevernos a ver más allá de los límites
de la carne.
Las sociedades secretas y herméticas que conservan estos principios guardados por
siglos saben que se acerca ya la hora de ser comprendidos.
Algunas personas entregaron sus vidas al conocimiento del mundo inmaterial también
durante la Edad Media. Ellos buscaban principalmente alcanzar la iluminación y la
transformación del alma y no sólo la transmutación de los metales con la alquimia. Estos
grandes maestros dejaron claves para los que quisiesen descifrar en el futuro la verdad
oculta en sus códigos herméticos para alcanzar un escalón más en la espiral evolutiva que
transmutará nuestro ser.
 Uno de estos alquimistas fue el francés Fulcanelli, quien se cree pasó su vida entre
Francia y España, a finales del siglo XIX y principios del XX. Él escribió un libro muy
evelador llamado El misterio de las catedrales, en el cual revela que las figuras
decorativas de muchas de estas grandes construcciones, son códigos secretos que nos
hablan del fin del mundo- como lo conocemos- descrito a través de la posición de las
constelaciones y otras claves secretas y han estado ahí expuestos esperando un día ser
descifrados.
Otro gran alquimista del espíritu que podía ver más allá de los linderos de nuestro mundo
fue el gran astrónomo de Salón, Francia. Michael de Nostrtadamus
El libro perdido de
Michael de Nostradamus
Además de sus muy conocidos escritos herméticos que han mantenido ocupados a sus
seguidores intentando traducir sus cuartetas por siglos, en la primera década del tercer
milenio se descubrieron unas imágenes atribuidas quizás a el mismo Michel de
Nostradamus, el famoso médico y astrónomo de Salon Francia que desde hace 500 años
ha cautivado con sus predicciones a miles de personas. Antes de morir, Nostradamus
quemó todos sus libros secretos para proteger a su familia, seguramente previniendo que
el oscurantismo de la edad media encabezado por la Santa Inquisición quien habría de
endurecer las persecuciones y sus crueles procedimientos indagatorios en los siguientes
años, llegase hasta el y su familia. El rigor con que habrían sido juzgados si se
descubrían sus orígenes judíos hubiese sido terrible. Seguramente el esperaba proteger así
a su descendencia después de su muerte aunque la humanidad se quedó sin una gran parte
del trabajo de toda su vida. El cual, posiblemente hubiese sido destruido de todos modos
por la inquisición si hubiese sido descubierto. El tuvo la precaución y el interés por
alguna razón tal vez compensando el haber destruido todo su legado, de resguardar
ciertos dibujos confiándoselos a un conocido suyo cercano al Vaticano, en donde sabría
que estarían seguros por muchos años hasta reaparecer en La Biblioteca Nacional de
Roma justo en los primeros años del nuevo milenio.
En estos manuscritos descubiertos en 2007 se encuentran inquietantes imágenes y
datos en donde se mostraría parte de nuestra historia reciente así como nuestro posible
futuro inmediato. En el llamado “libro perdido de Nostradamus” se encuentran alrededor
de 80 láminas con pictogramas que contienen inquietantes escenas. Al parecer podrían
haber sido realizados si no por él mismo Nostradamus posiblemente por uno de sus hijos
quien era diestro en las artes pictóricas. Algunos de los expertos en antiguos manuscritos
creen que en efecto podría haber sido César el hijo mayor de su segundo matrimonio
quien las podría haber realizado. Seguramente Nostradamus sabría con su poderosa
visión profética que estos dibujos serían descubiertos justo cuando debían hacerlo y
sabría además que se mostrarían al público como el posiblemente lo hubiese deseado. En
estas láminas vemos representaciones de animales y extraños personajes que muy
posiblemente se relacionan con signos zodiacales, constelaciones y posiciones estelares
que se formarían en determinado momento de nuestro tiempo ya que sus predicciones se
basaban principalmente en lo que acontecía en el cielo y estos dibujos no serían la
excepción . Algunos de los expertos que han analizado este libro recientemente
descubierto, creen que Nostradamus quiso dejar estos mensajes basados en imágenes
precisamente previendo que esto podría captar la atención de una sociedad altamente
enfocada en la información visual.
Nostradamus fue uno de los más grandes profetas del mundo occidental y llegó a
predecir incluso correctamente su propia muerte, además de diversos eventos del futuro
próximo de su época. Muchos se han quebrado la cabeza tratando de descifrar las
cuartetas de su famoso libro de profecías a través de todos los años que han transcurrido
desde su muerte. Una de las particularidades de sus métodos es que la mayoría de sus
cuartetas son difíciles de descifrar y entender por las precauciones que tomó al esconder
su trabajo ante las persecuciones de su tiempo disfrazando sus profecías con lo que se ha
llamado “lenguaje verde”. Este sistema de codificación es una mezcla de latín, francés y
otros simbolismos ocultos extraídos posiblemente de la Cábala judía y otros libros
secretos que solía consultar para hacer sus predicciones. Pero como todos los antiguos
profetas, Nostradamus era un excelente astrólogo y principalmente se basaba al hacer sus
interpretaciones en lo que veía en el cielo.
Se cree que también utilizaba otros métodos de adivinación además de la astrología
que involucraban ciertos rituales herméticos para auto inducir trances hipnóticos.
Otra de las particularidades de sus predicciones es que es casi imposible interpretar su
cuartetas sino hasta después de que suceda lo que el profetizaba. Es por esto que muchas
de sus famosas cuartetas han sido malinterpretadas a través del tiempo. Por ejemplo, la
cuarteta que habla sobre la caída de un rey del cielo, es una de las profecías en las que dio
las posiciones exactas de la conformación de las estrellas cuando esto sucedería por lo
que se pudo deducir con exactitud que era un acontecimiento que tendría lugar en julio de
1999.
Puedo asegurar ahora – después de años que esto pasó- que en esta cuarteta
Nostradamus, hablando en su acostumbrado “lenguaje verde” vio en este suceso estelar a
un personaje de esa época quien fue el protagonista principal de esta cuarteta a quien el
llamó “el hijo de Jaquerie”, y precisamente en el mes de julio del año que Nostradamus
relacionara con exactitud cierta posición planetaria con el hijo de Jaqueire efectivamente
“alguien” caería del cielo. Precisamente en ese mes y ese año, el avión en que viajaba
junto con su esposa John Kennedy Jr. hijo del ex -presidente estadounidense John F.
Kennedy y Jackeline Kennedy se precipitó desde las alturas estrellándose en el mar
muriendo el y su esposa.
L´an mil meuf cens nonante neuf sept mois
Du ciel viendra un grand Roy d´effrayeur
Resusciter le grand Roy d´Angoulmois
Avant après Mars Regner par bon heur.
El año mil novecientos noventa y nueve meses
del cielo vendrá un gran rey del “entretenimiento”
regresando a la memoria al gran rey de “Jaquerie”
 antes después, Marte reinar por fortuna.

Esta es la traducción de la famosa cuarteta que en su tiempo se hizo basándose en el

enguaje verde.
Todos los interesados en sus profecías hicieron sus propias interpretaciones y la
mayoría creía que Nostradamus predecía una catástrofe que vendría del cielo para esa
fecha quizás en la forma de un meteoro o algo que involucrara un artefacto que “cayera”
del cielo pero no fue sino hasta que sucedió esta tragedia cuando pude entender el
significado real de esta profecía que acabaría con la vida del “rey” del espectáculo, como
se le conocía a John Kennedy Jr. en su tiempo. Esto fue muy claro para mi y creo que mi
nterpretación es correcta. Muchas personas siguen creyendo por ejemplo, que tal vez en
esa fecha naciese incluso el anticristo sin tomar en cuenta que era común para
Nostradamus poner su atención y hablar en sus predicciones de los personajes
mportantes de cada época. Debemos recordar que en su tiempo Nostradamus predijo
eventos de el futuro inmediato de la nobleza de su tiempo resultando muy precisos. Tal
vez -sin restarle importancia a este exacto vaticinio que hizo siglos antes- hizo esta
predicción de un suceso tan lejano a su tiempo para que volviésemos nuestra atención a
su poder de visión adelantada y creyéramos que realmente el podía entrever más allá de
a cortina del tiempo con mucha precisión. Posiblemente quiso llamar nuestra atención
para que tomásemos en serio sus predicciones pictográficas que recientemente – y tal vez
ntencionalmente - fueron encontradas al inicio del tercer milenio ya que hablarían sobre En esta imagen del papa negro se ven entre otros simbolismos importantes, un ángel
o que acontecería en el futuro próximo de nuestra civilización. trayendo una pluma en una mano – y en la otra una trompeta que está tocando.
Por otro lado, el simple hecho de que hubiese profetizado este suceso cientos de años
atrás lo hace digno de reconocimiento, aunque esta predicción hubiera sido hecha como
un hecho aislado aunque en particular no lo creo así. Creo que sus dibujos parecen
haberse hecho para abrir el camino y devolver la atención a sus predicciones en nuestros
iempos ya que nos retrata muchas escenas que podrían haberse cumplido ya como en el En la siguiente lámina vemos una rueda como de carreta con ocho puntas que algunos le
que hace referencia a los Papas de la iglesia Católica, quienes siempre estuvieron han llamado “la rueda de la vida” o “rueda del tiempo” podemos ver como una mano
presentes en sus libros y en sus predicciones. En uno de sus dibujos retrata a uno de estos desde lo alto- del cielo- jala el centro o el eje que mantiene unidos sus rayos o la
prelados vestido de negro y precisamente son los sacerdotes de la orden jesuita del Papa estabilidad de la rueda en si.
Francisco quienes se visten de ese color coincidiendo con su profecía pictográfica de que El hombre que tiene una serpiente al cuello que podría referirse a la referida treceava
vendría al final un Papa negro. Nostradamus nos muestra en sus dibujos al “Papa negro” constelación-del portador de la serpiente- (Kukulkan, Quetzalcoatl u Ophiucus.)
como fue llamado el papa argentino en otras profecías de las que hablaremos más Constelación bajo la cual transitamos desde el 21 de diciembre del 2012 – ( la
adelante. constelación de la fosa oscura o del no tiempo, según los antiguos mexicanos en la que
Nostradamus nos da como referencia para descifrar las fechas de estos dibujos a un sol estaríamos bajo su influencia por un “corto periodo de tiempo” como menciona el
acompañado de otras representaciones astrológicas como el León de Leo dejando en claro Apocalipsis.
que casa o constelación zodiacal estaría alineada con el sol o la luna cuando estos sucesos
acontecieran.
 El “portador de la serpiente” aparece aquí con un tocado de plumas como los usados por los
nativos americanos, a pesar de que cuando serían elaborados estos dibujos, no se conocía o
“descubría” América o el “nuevo mundo”

En otro de estos dibujos, Nostradamus muestra otra rueda ya sin sus rayos, seguramente
simbolizando que el tiempo del año cósmico se había agotado. En este mismo dibujo
aparece un hombre de barba y pelo largo como se usaba en los tiempos de Jesús
mostrando “el libro de la vida”.
Todo sería nuevo después de esto y la historia se tendría que reescribir pues se ven
asimismo “las bandas” del cielo – que nos mantienen en esta realidad tridimensional - (Se
ha especulado que este hombre podría representar a Juan del Apocalipsis ) En la siguiente imagen se puede ver al “dragón- hombre serpiente” que mantiene dentro
de su cola -enroscada como la misma galaxia en espiral- algunas estrellas mientras debajo
de el arde el fuego -del sol- arriba se ven los eclipses seguidos de Luna que ocurrirían al
final de la era y las cuatro lunas de sangre del 2014 y 2015

Dibujo del libro perdido de Nostradamus hombre-serpiente o dragón


Sabemos que a la serpiente o dragón se le ha asociado con diversas divinidades alrededor
del mundo, como es el caso del dios egipcio Apofis o la serpiente Tiamat de
Mesopotamia, Shivá en India, o Shé en China Este dibujo por lo tanto podría simbolizar a
nuestro sol enfrentando a la constelación de Ophiucus o de la serpiente también como fue
epresentada por Nostradamus en sus láminas y podría referirse al regreso de esta
“serpiente antigua” con su influencia negativa sobre nuestro planeta y las almas. El
egreso de esta constelación sería tan significativo que aparecería insistentemente
epresentada la figura de una serpiente o dragón en muchos libros sagrados y en los
grandes monumentos de la antigüedad tanto como por los mayas como por la mayoría de
as grandes religiones del pasado.
Cuando Ophiucus regresara a enfrentarse con nuestro sol después del fin de la era el
actual año cósmico habría llegado a su fin y mantendría a nuestro mundo bajo la
oscuridad de su influencia por un periodo corto pero significativo. Por esto, los cinco días
aciagos después de un año civil o sagrado eran temidos y guardados por los antiguos
mexicanos pues simbolizaban la oscuridad del tiempo final que precede a la nueva luz.
La treceava constelación Ophiuchus la cual era también representada por los griegos
como un hombre con una serpiente en sus manos, es el grupo de estrellas que están
ubicadas en medio de las constelaciones de Sagitario y Escorpión . Cada año su
nfluencia nos afecta alrededor del 30 de noviembre al 17 de diciembre. En términos
astronómicos de eras, Piscis terminaría alrededor del 21 de diciembre del 2012 y
entraríamos al corto periodo de la influencia de Ophiucus ante de iniciar un nuevo año
estelar. Como el conocimiento profundo y secreto que tenían los antiguos astrónomos no
perdudaría, los profetas predecían que estaríamos bajo su influencia por un periodo
ndefinido de tiempo.
La constelación de Escorpio era simbolizada en muchas culturas antiguas como un
águila y no como un escorpión en si. Los mesoamericanos cuando hablaban del regreso
de la serpiente emplumada, en realidad podrían haber estado también haciendo una
eferencia simbólica del momento en que nuestro Sol caería bajo la influencia de esta
constelación cuando Sagitario apuntara a Ophiucus con su flecha al fin de la era mientras
Escorpio estuviese en el otro extremo como sucedió en uno de los solsticios de invierno
muy próximo en el pasado cuando empezó el “no tiempo·”. Ese acontecimiento era muy
mportante para los mexicas y todos los demás pueblos que habitaban el México antiguo
dado que la constelación del dios-serpiente o “kawil” como era conocido por los mayas
fungía como “El creador del caos primordial”. Esta fecha del solsticio de invierno del
2012 tan malinterpretada porque ni siquiera sabemos si la fecha fue traducida
correctamente pero lo que si sabemos es que fue alrededor de ese tiempo cuando nuestro
sistema solar llegó a cierto punto de la galaxia donde reiniciaría un nuevo recorrido al
finalizar el tránsito por la fosa oscura o la treceava constelación. Esta nefasta y temida
receava constelación era conocida también por los Sumerios, quienes narraban cómo el
dios Enlil El Creador, mandó al dios del sol llamado Ninurta para que matara al dios Zu
pa por haber robado las tablillas de las leyes del universo. En el siglo X a.C. al monstruo
creador del caos Zu pa de Mesopotamia, se le conocía también como el “dragón o
serpiente”.(2). Estos relatos como muchos otros, en realidad nos hablan de referencias
astronómicas precisas que fueron trasmitidas por generaciones poética y
metafóricamente.
Para los antiguos alquimistas el dragón era el símbolo de la sabiduría por excelencia.
La serpiente significaba para ellos la renovación del veneno de la tierra que se instala
como un pilar uniendo las fuerzas cósmicas y telúricas del mundo. Precisamente al fin de
ciclo estas fuerzas se conjugarían en la Tierra produciendo grandes cambios como hemo
podido ver que ha ocurrido.
Para los babilonios el dragón era símbolo de sabiduría así como para las antiguas
tradiciones alquimistas, quienes veían a la serpiente como un símbolo de renovación. La
llegada del dragón a la posición celeste cercana a nuestro sol, vendría a preparar a la
tierra para el cambio. Al finalizar su influencia oscura el mundo sanaría del veneno que
se habría enquistado profundamente como un parásito hasta la raíz del tronco del árbol de
la vida. El mundo se renovaría desde sus raíces cuando finalizase el tiempo de
depuración. Esta serpiente - dragón influiría con las fuerzas cósmicas y telúricas de la
tierra con el propósito de transformarla.
Simultáneamente después de que el mundo entrara bajo la influencia del “dragón
antiguo” o el portador de la serpiente”, se empezaron a incrementar los movimientos
geológicos. La vibración de Schumann que se mantuvo por siglos constante en 7.83 Hz.
Se alteró al inicio del tercer milenio y se incrementaron los cambios climáticos a la vez
de las revueltas políticas y sociales en el mundo.
Para los egipcios, este cuerpo estelar estaba representado por el dios-serpiente Aphofis
quien después fue satanizado por las religiones judeo-cristianas pues su imagen se
relacionó en todas las culturas antiguas con el caos por los cambios dramáticos que
traería consigo. Esta constelación fue conocida también por los pueblos babilónicos
como el portador del desorden. El pueblo sabía que sus sacerdotes le temían porque
conocían el poder de transformación que traería consigo, por lo que se convirtió en una
temor que derivó en un signo temido de “mala suerte”. Desde entonces empezó a
relacionarse a la serpiente con el mal y al número 13 con la mala fortuna. Lo que la gente
común no sabía es que los sacerdotes – astrónomos le tenían sumo respeto a esta treceava
constelación porque sabían que un día al encontrarse nuestro sistema solar bajo su
influencia predeciría precisamente el caos que cambiaría todo al final de la era. El
portador de la serpiente, se enfrentaría al dios-sol de nuestro propio sistema solar
anunciando el fin del tiempo del año cósmico. En la época del Imperio Nuevo Egipcio
(1567-1085 a.C.) la serpiente era también rival del dios-sol. Esta, se interponía en su
camino cuando transitaba a través del inframundo –o la fosa oscura- al término de las
doce horas de la noche de los tiempos que simbolizan los doce signos zodiacales. La
treceava constelación Aphofis trataría de impedir que Ra el dios-Sol llegara al final de
esta etapa con éxito.
Para los egipcios como para los antiguos mesoamericanos esta lucha representa el
reencuentro de Aphofis, la serpiente, en contra de Ra, el Sol. Los mayas creían de la
misma manera que los egipcios, que el dios- Sol Kukulkán se enfrentaba en una lucha
diaria contra las fuerzas del mal para poder aparecer cada mañana por el horizonte y
sabían que habría una lucha decisiva al final. Esta constante lucha entre Ra y Aphofis,
entre la luz y la oscuridad, es un concepto muy parecido también al de la lucha continua
que libran otros dioses mexicas por vencer a la noche y a la oscuridad cuando la luz del
dios sol Quetzalcoatl lucha contra las tinieblas de la noche de los tiempos durante el
periodo de días aciagos cuando la serpiente ejercería su dominio sobre la Tierra. Estas
creencias eran el eje central de sus motivos religiosos y sus rituales sangrientos. Así
como para ciertas escuelas iniciáticas, la serpiente que se menciona repetidamente
epresenta los instintos y los apegos materiales ya que todo lo que está unido a la tierra
“arrastra” al alma hacia lo superficial y la lleva hacia el submundo de la ignorancia como
una serpiente que se sumerge en la oscuridad de la Tierra.
En las primeras tradiciones Judeo-cristiana, esta constelación de la serpiente era
ambién conocida como el símbolo del mal, por todo lo que atraería con ella al acercarse
a nuestro planeta trayendo su influencia oscura por un “corto periodo de tiempo” en el
cual nublaría los corazones llenándolos de orgullo y todos los demás bajezas posibles del
alma humana para alejar a las almas de la luz.
“Vi un ángel que descendía del cielo, trayendo la llave del abismo y una gran cadena en su
mano. Tomó al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo Satanás, y lo encadenó por mil
años. Le arrojó al abismo y cerró, y encima de él puso un sello para que no extraviase mas a
las naciones hasta terminados los mil años después de los cuales, será soltado por poco
tiempo.”
Apocalipsis 20. 1-4
Mil años serían un año cósmico. La constelación de la serpiente que dominó al mundo
miles de años atrás volvería por un corto periodo de tiempo al final del año estelar.
Después del último “atado de años” o una cuenta larga, al final del “·no tiempo” volvería
a ser encadenado o contener su dominio por otro año estelar de luz como predecían los
antiguos sabios. Al final de la pausa entre años platónicos el poder que tendría sobre la
Tierra y los seres humanos se desvanecería y esta constelación se alejaría para no volver
a dañar al mundo hasta terminado el siguiente ciclo estelar.
En el corto periodo de tiempo bajo la influencia de esta constelación se desatarían las
sombras y todo lo que estas representan. La humanidad deambularía perdida desde que la
última luz que se nos otorgó para nuestra redención fuese casi extinguida, cuando la
echazamos hace 2000 años y este periodo sería el de mas oscuridad. El nuevo amanecer
enovaría al mundo desde el inicio del nuevo año cósmico, al regresar la Luz de la
Verdad para impedir que las sombras siguiesen ejerciendo su influencia y obligándolas a
egresar al abismo al que pertenecerían.
“Y dijo El que estaba sentado en el trono: he aquí que hago nuevas todas las cosas.”
Apocalipsis 21.5
En algunas tumbas egipcias se pueden apreciar escenas en sus murales que reviven esta
ucha entre el bien y el mal, reflejando el temor a este suceso astronómico futuro que
milenios antes habrían padecido los antiguos seres humanos al finalizar el anterior año
estelar, perdurando escondida entre leyendas y fábulas la historia de su dramática
destrucción y renovación.
Para los egipcios, tanto como para los mesoamericanos, los dioses tenían cualidades muy
“humanas”, pues podían actuar como la diosa Sekhmet, a favor y en contra de los
humanos, dependiendo de las circunstancias y si eran de su agrado las ofrendas que
ecibían. Esto era consecuencia de la interpretación basada en la ubicación y el
movimiento que tenían las estrellas con respecto a la Tierra. Siendo así el origen
eológico -astronómico del cual todas las tradiciones del pasado basaban sus creencias,
sus quehaceres diarios y sus predicciones a futuro.
Todos los sabios de la antigüedad sabrían de los problemas que traería el regreso de la
“serpiente antigua”, como es mencionada en la Biblia, ya que volvería trayendo consigo
destrucción y confusión a toda la humanidad pero también un nuevo inicio lleno de
esperanza para nuestra especie y todos los seres que habitan nuestro mundo.
El tiempo como lo conocemos podría transformase en algo totalmente desconocido e
impredecible para nuestra concepción actual si se abriera a nuestra percepción una nueva
dimensión extra-temporal que revelara la existencia de una o muchas dimensiones oculta
que existirían más allá de nuestro espacio dimensional “cuadrado” o se “develara” lo que
nos limita e impide ver ciertas cosas que están ocultas a nosotros. La mayoría de las
profecías del pasado coincidían al hablar del concepto de “fin del tiempo” con solo
algunas diferencias regionales y podrían no haberse referido solamente al final del ciclo
largo de precesión de los equinoccios. Ellos podrían haber hablado del día en que todo lo
que damos por sentado cambiara al final del año estelar cuando la evolución del espíritu
humano nos llevase a una nueva fase. Para los mayas este cambio radical no sólo en la
concepción del tiempo, sino del mundo como lo conocemos empezaría a notarse al final
de la última rueda calendárica de casi 5200 años ya que cuando terminase el temido “no
tiempo”, el mundo se enfrentaría a una realidad no ordinaria que no involucraría
solamente a un cambio de fechas calendáricas.
Cuando nuestro mundo se “hunda” y resurja de la fosa oscura de Ophiuchus por el
período indefinido pero corto de tiempo en que estaría bajo ese signo, todas las profecías
del ayer se cumplirían. Han habido grandes señales en los cielos desde finales del siglo
XX que nos indican que todo lo que pronosticaban en el pasado podría ser verdad.
Alineaciones que han involucrado al ecuador celeste, los solsticios y los equinoccios
terrestres que no ocurrían desde hace alrededor de 12 mil años, o dos eras y otras muchas
señales más. Muchas de estas conjunciones y alineaciones planetarias fueron
representadas por los egipcios en los glifos de sus tumbas como símbolo de renacimiento
Los milenios que representan las “doce horas” han transcurrido ya y nuestro Sol se
prepara para combatir a la treceava constelación como se relata en el Libro de Aphofis,
donde se narra el enfrentamiento que ocurriría al finalizar el recorrido que hace nuestro
sistema solar por las doce casas zodiacales, el cual coincide con diversos relatos, y que
concluiría con una batalla final entre el bien y el mal como lo describía Juan en el Libro
de las Revelaciones quien nos habla de una “guerra en el cielo”.
El tiempo
Para San Agustín, el misterio del transcurrir del tiempo y su significado era una de sus
preocupación filosóficas hace más de mil seiscientos años. Él se hacía las mismas
preguntas que nos hacemos ahora: ¿qué es el tiempo?, ¿qué significado tiene en nuestras
vidas?
Heráclito comparaba el tiempo con el fluir de un río. En realidad el tiempo es un
concepto subjetivo y como las aguas metafóricas del río de Heráclito, el fluir de las aguas
del río de la vida se entremezcla con nuestros sentimientos, emociones, acciones y con
nuestra percepción al paso de la vida desde el nacimiento hasta el último aliento de cada
persona.
El ser humano se las ha ingeniado para encontrar formas de medir este flujo continuo
de lo intangible con relojes, calendarios y demás marcadores del transcurrir de los
momentos de nuestras vidas. Una de las expresiones gráficas del tiempo es el círculo, ya
que contiene simbólica e intrínsecamente a las fuerzas regeneradoras de los ciclos vitales
del universo. Pitágoras identificó y asoció a estos círculos con la armonía y los llamó “la
música de las esferas”. El tiempo es un concepto tan inmaterial pero a la vez tan continuo
y real que lo percibimos como algo natural e inmutable, creemos que es imposible que
sufra ningún tipo de alteración o cambio que nos llevase a una transformación total de
nuestra existencia y de nuestro entorno.
Si este fenómeno no afectase a todo ser vivo, entonces no hubiese sido posible que
odos los seres en nuestro universo fueran parte de este ciclo continuo de vida y murieran
para renacer una y otra vez, dando vueltas al círculo vital que termina y reinicia
continuamente en una danza constante de luz y sombras para cumplir con un plan divino
que a su vez es determinado por el transcurrir del tiempo. Pero no resulta imposible
maginar que el río de vida pudiese dejar de fluir un día al encontrar el final de su camino
descansando sus aguas en el infinito y eterno mar del amor de Dios y que estas esferas
cíclicas de regeneración aparentemente sin final se cerrasen un día transformando la
dimensión temporal, permitiendo que el río del tiempo y de la vida ascendieran hacia otro
cielo y otra luz. Entonces los ciclos naturales de la vida se escaparían de los linderos del
espacio- tiempo conocido y flotarían hacia Dios como burbujas de jabón llevadas por el
viento convirtiéndose en algo extra temporal que transformaría nuestro cuadrado
dimensional en algo totalmente diferente que nos acercaría a la Fuente donde todo inició.
De esta manera, todo lo que es, lo que fue y lo que sería cambiaría dejando atrás lo
lusorio y lo superficial. Este cambio podría estar tan cerca como la distancia que existe
entre el pensamiento y la luz. Tan cerca como una exhalación divina. Entonces solo
endríamos que dejarnos llevar por el flujo divino que brota desde la eternidad de la
fuente infinita del Creador. Siguiendo por el camino que nos enseñó Jesús, a través del
amor al prójimo, la distancia hacia esa fuente es seguro. Pero no sólo debemos amar a
quien nos ama o nos hace el bien, sino aquél que está solo y que sufre porque lo hemos
dejado a un lado por pensar o ser diferente a nosotros.
Capítulo IV
Iniciados
Símbolos de la masonería
Uno de los símbolos relacionado con la masonería es la reconstrucción del templo de
Salomón. La verdadera misión de esa sociedad es la unidad social mediante la fe y la
razón. Dicha escuela está basada en grados iniciáticos, los masones también tuvieron sus
cismas en los que surgieron grupos paralelos como los francmasones. Es de este grupo de
donde surge esta leyenda sagrada:
Cuando Salomón erigió su templo, confió los planos a su arquitecto Hiram, quien dividió a los
obreros según sus habilidades y dio a cada trabajador, dependiendo su rango, una serie de
signos para comunicarse con ellos.
Un día, tres de estos trabajadores quisieron usurpar el puesto
de Hiram, por lo que apostados en las tres entradas principales del templo esperaron para
acosarlo. Al salir Hiram por la primera puerta, uno de estos estafadores le pide que pronuncie
las palabras sagradas, a lo que Hiram responde no haberlas recibido por lo que lo golpea con
su regla de hierro provocándole la primera herida. Hiram corre hacia la siguiente puerta en
donde se encuentra con el segundo hombre que le hace la misma pregunta, al no obtener
respuesta le profiere a Hiram la segunda herida con una escuadra o una palanca. Al llegar a la
tercera puerta lo espera el tercer asesino que con un mallete le da el golpe mortal que termina
con la vida de Hiram.
Entonces se unen los tres compañeros para sepultar el cuerpo de Hiram, escondiéndolo
bajo un montón de escombros en donde ponen una rama de acacia para señalar el lugar
huyendo después.
Al enterarse, Salomón envía veintisiete maestros en busca de los asesinos y nueve maestro
en busca de los restos de Hiram, que es encontrado bajo los escombros al descubrir la rama de
acacia que señalaba el lugar. Entonces los maestros exclaman al desenterrarlo: “¡Mac
Benach!”, que significa la carne que se desprende de los huesos.
Los veintisiete maestros encuentran al primer asesino en una cueva, donde tenía una
lámpara que ardía a su lado y un arroyo que corría a sus pies. Uno de los maestros lo hiere con
un puñal gritando: “¡Necum!”, que significa venganza, mientras corta la cabeza del asesino.
Al llevarle la cabeza a Salomón, éste se enoja por quitarle el derecho de castigarlo él mismo.
Entonces los maestros le piden perdón por dejarse llevar por el ardor del momento.
El segundo es encontrado con un perro acostado a sus pies detrás de una roca cerca de una
zarza ardiendo, sobre la cual brillaba un arco-iris, este asesino es llevado a Jerusalén en donde
se le da muerte después de pasar por suplicios. El tercer asesino es muerto por un león al que
hubo que arrebatarle el cadáver para poder llevarlo ante Salomón.
La interpretación de esta leyenda es la siguiente: Salomón es la personificación de la
ciencia y la sabiduría suprema. El templo es la imagen de la verdad y la razón en la tierra
Hiram es el hombre que alcanza la sabiduría gobernando con justicia y con orden dándole
a cada quien lo que merece.
Cada grado de la orden posee una palabra que expresa la inteligencia pero para Hiram
quien personifica la sabiduría, no hay más que una sola palabra que se pronuncia de tres
maneras diferentes. Una es para los aprendices y simboliza la naturaleza, para los
compañeros del siguiente grado la misma palabra significa pensamiento y se llega a ella
con el estudio; para los maestros esa palabra significa verdad, y se alcanza con la
sabiduría. Las tres puertas del templo son los tres grados a los que se tiene que acceder
para llegar a la verdad. También hay tres rayos de luz y tres fuerzas en la naturaleza. Así
como tres partes que conforman nuestro ser.
Para los masones como para todas las sociedades secretas, además de los antiguos
escritos el significado simbólico de los números es de primordial importancia. Los tres
nstrumentos, la escuadra, el mallete y la regla, simbolizan los bajos instintos que acaban
con la inteligencia y la razón, como los que quieren poner orden utilizando la violencia y
el miedo. El que asesina con la regla será denunciado por la misma lámpara que lo
alumbra y por la fuente que sacia su sed y se le aplicará la ley del talión por lo que morirá
con el puñal. El que asesinó con el mallete será victima de la fuerza de la que ha abusado
y será estrangulado por el león.
El que ha asesinado con la palanca será sorprendido cuando cese la vigilancia y será
entregado por sus cómplices, porque la anarquía es la madre de la traición. Quien venza
al león que devora al que ha asesinado con el mallete merecerá suceder a Hiram. La
fuente de agua que corre junto al primer asesino simboliza al diluvio que castiga los
crímenes en contra de la naturaleza.
La zarza ardiente y el arco-iris con el segundo asesino denuncian los atentados contra
el pensamiento y representan la luz, la vida y la esperanza. El león vencido representa el
riunfo del espíritu sobre la materia. La rama de acacia en la tumba de Hiram significa la
ama verde que anuncia otra primavera; cuando los hombres han turbado el orden de la
naturaleza, la providencia interviene para restablecerlo.
Esta es lo más relevante de las leyes de la masonería; no se puede divulgar más de sus
misterios ya que, según sus tradiciones, la iniciación procede de Dios y sólo a través de
Él es como se recibe y se comprende. Como todos los grupos secretos, los masones
uvieron que esconderse de la incomprensión y la persecución religiosa de sus tiempos.
En esta época sin embargo, de lo que huyen principalmente es de los falsos interpretes o
de los escépticos que no entienden sus tradiciones e ignoran el sentido místico de sus
itos. No se puede pretender entender el propósito de estas logias sin comprender las
aíces de las ciencias que forman parte de la verdad universal.
En este relato podemos encontrar un significado oculto extra que se relacionaría con
a línea de la arqueo-astronomía que se pretende seguir en este libro y que hablaría de la
conexión que existe entre lo que está arriba con lo que está abajo en la Tierra y el paso de
nuestro sistema solar por las diversas constelaciones del zodiaco. Así el León estaría
epresentando a la constelación de Leo, el agua que se derrama a Acuario, quien como en
antos otros relatos míticos que hablan del futuro de la humanidad, traería el agua viva del
conocimiento a la nueva era de Acuario.
Otros sabios, otros profetas
Grandes sabios y profetas de todos los tiempos han sabido ver más allá de su tiempo y del
espacio. Imaginaron al ser humano superior que surgiría; conocieron la historia futura de
a humanidad y en lo que nos transformaríamos. Todo ese saber de hombres iluminados
estuvo aguardando en el silencio de los tiempos para develarse ahora, ante nuestro
entendimiento que comienza a despertar. La sabiduría del pasado ahora no es exclusiva
de visionarios adelantados a su era ya que por fin empieza a caer el velo que nos
mantenía ajenos a este saber de manera natural.
Todos los grandes misterios de la vida que estuvieron aguardando desde tiempos
inmemoriales para ser descubiertos ante el nuevo año cósmico se abren a nuestro
entendimiento hoy. Desde lo más profundo de nuestra mente se libera el saber guardado
en nuestro código genético para comprender a través de la ciencia y la conciencia que
todo lo que está cerca de nosotros y hasta los confines del universo está conectado. Se
nos muestra parte de nuestro origen desde la más minúscula flor del campo y
comprendemos que todo y todos estamos unidos por hilos invisibles de energía que
fluyen hacia el infinito.
Los mayas y los antiguos sabios de todos los pueblos del pasado sabían leer los
secretos del tiempo en los astros del cielo, y al descubrirlos quisieron dejar constancia de
ello para prevenirnos de los peligros que tendríamos que afrontar y acceder por fin al
poder ilimitado de la creación.
Quisieron señalarnos los procesos y las pruebas que nuestra civilización tendría que
enfrentar. Hemos llegado a fabricar armas de destrucción masiva en lugar de preservar la
vida en forma exhaustiva. Seguimos expuestos a grandes retos para poder alcanzar lo
excelso y lo divino al final de este ciclo vital de nuestra historia.
En otras eras que nos han antecedido de nuestra propia historia, la fuerza del espíritu
humano logró superar las catástrofes y la destrucción. Supieron que habría que detener el
cáncer de la ambición y la soberbia que corrompe el espíritu y volvieron a empezar una y
otra vez desde abajo. Aunque en el mundo actual nos hayamos alejado del conocimiento
profundo y sencillo que se esconde en la naturaleza y hayamos olvidado nuestra misión
en este mundo debemos intentar volver a aprender a leer e interpretar los signos del cielo
y la Tierra, ya que ahí se encuentra escrita la historia de nuestros orígenes y nuestro
destino. Debemos reconectar nuestra comunicación con Dios a través de la nueva luz de
la razón y la intuición que empieza a iluminar nuestras mentes.
Los antiguos seres humanos nos dejaron en sus pirámides y en sus escritos las claves
para entender las conexiones del cielo con la Tierra. Los sabios de la antigüedad sabían
ver más allá de lo que vemos con nuestros ojos porque ellos aprendieron a ver con el
corazón y se dejaban guiar por lo que éste les decía a través de la intuición. Nosotros, con
nuestra absorbente y agotadora forma de vida moderna, estamos cegados por la luz
artificial de todas las cosas maravillosas pero transitorias que hemos creado. Las cosas de
este mundo nos distraen de la verdad.
Por ese motivo muchos continúan llevando un velo que cubre sus ojos y que les
impide ver el verdadero color de la verdad. Nuestra visión y nuestra mente se nublan por
el brillo artificial. Debemos reconectarnos con el universo, soltar las amarras que nos atan
a este mundo y abrir el corazón, dejarlo volar para ver que somos capaces de percibir
mucho más con nuestros sentidos que aún permanecen semi- dormidos.
La energía intangible e invisible que empieza a notarse en la mente del ser humano
actual, todavía no alcanza a empapar plenamente nuestra comprensión e inteligencia
práctica. Una fuerza sutil e invisible nace como una pequeña e imperceptible flama en el
corazón de la humanidad. Esa luz sagrada es la misma que rige el destino del universo.
Es un poder infinitamente superior que no es comprensible para todos, pero pronto lo
será.
Los mayas, en su leyenda del Popol Vuh, nos hablan de una humanidad anterior a la
nuestra que podía “ver” más allá de los límites físicos pero que olvidó adorar a Dios por
vanagloriarse y abusó del poder que se les había concedido, por lo que Dios decidió
empañar la visión de la siguiente humanidad que creó (nosotros) para que no desviáramos
el propósito de adorarlo. Esta humanidad a la que pertenecemos, no puede ver fuera del
cuadrante material y conoce todo lo bueno de este mundo que heredamos pero olvidó
adorar a Dios también. Esta vez seducidos por el brillo material y la soberbia personal.
Notas
1) Los anteriores Soles o Eras no eran de movimiento sino de cada uno de los elementos
errenos.
2) En algunos sitios arqueológicos muy antiguos, del período clásico, se encuentran
epresentaciones de un águila devorando a una serpiente, que fue la guía mítica de los aztecas en
u búsqueda de la tierra prometida, que en realidad podría simbolizar una posición o conjunción
cósmica.
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Las manchas solares
Una de los conocimientos que tenían los mayas en el pasado era el de los ciclos solares.
Conocían los picos de intensidad de nuestro astro mucho antes que el mundo moderno los
conociera. Ellos sabían que el sol tiene una etapa periódica en la que aparecen las
manchas y las subsecuentes tormentas o eyecciones solares. Estas, son áreas
elativamente más frías que vistas a través de los telescopios aparecen oscurecidas. Las
variaciones en la temperatura del sol son producidas por su fuerte campo magnético. La
duración de dichas manchas varía desde algunas horas hasta algunos meses. La
disminución en la actividad solar se produce en ciclos que los mayas sabrían que un día
se volverían muy irregulares. Las máculas aparecen en los polos primero y después
parecen acercarse al ecuador solar en sus máximos.
Últimamente se ha intensificado la actividad solar presentando fenómenos frecuentes
como explosiones de magma en toda su superficie y tormentas nunca antes vistas. El 20
de enero de 2005 una tormenta solar alcanzó la tierra con su máximo de radiación quince
minutos después de iniciarse, cuando lo común es que estas emisiones alcancen la tierra
por lo menos dos horas después. Esta tormenta fue calificada por los científicos del
California Insitute of Technology como la más violenta desde los anteriores 50 años,
siendo singular por haberse producido desde el interior del sol y no por eyecciones de
plasma como es común. A partir de entonces el Sol no ha dejado de asombrar a los
científicos con su comportamiento errático y parece que el cambio climático responde a
os cambios en los patrones normales de ciclos de 11 años del Sol ya que
al mismo tiempo que se intensifican los ciclos de tormentas solares, se acentúan las
erupciones volcánicas en la Tierra. Los terremotos parecen tener también una correlación
muy notoria con la actividad anómala de nuestro astro. Durante siglos el comportamiento
periódico y estable del sol que solía ser medido por los antiguos mayas ha cambiado
drásticamente pudiendo ser esta una de las razones por la que podrían haber decidido no
seguir con los registros del comportamiento del sol ni con los de otros fenómenos
elacionados con las estrellas como el correr del tiempo. Antes del nuevo milenio y el fin
de la era, el sol alcanzaba el pico de máxima actividad cada once años puntualmente.
Desde finales del siglo pasado esto ha cambiado. Hubo un pico en 2000, cuando el
siguiente estaba pronosticado para 2012 En cambio para ese año pese a lo predicho el
sol no tuvo expresiones tan intensas como se esperaba. Y es que el sol tiene algunos años
comportándose tan extrañamente como el clima de la Tierra. Se sabe que las tormentas
podrían alcanzar algún día magnitudes nunca antes vistas, lo cual incluso podría producir
un fenómeno que solo teóricamente se ha planteado. El de las auroras magnéticas. Esta
energía magnética desbordada del sol afectaría seriamente a las instalaciones eléctricas y
satelitales pudiendo dejar sin energía ni comunicación a todo el planeta por semanas,
meses o incluso años. Por otro lado, de formarse este fenómeno de aurora magnética,
sería parecido al de las auroras boreales, solo que en este caso se formarían franjas de
colores que se asemejarían a una brillante serpiente verde azulada reptando por el cielo.
Los mayas y los mexicas podrían haber visto este fenómeno y con su previsión
astronómica extraordinaria lo podrían haber esperado para el fin de la era. Aunque para
nosotros sean aún desconocidos sus métodos y sea hasta ahora que la ciencia moderna
redescubriera este y otros fenómenos astronómicos, estos se registraban siglos antes por
los antiguos sabios alrededor del mundo como hemos ido insistiendo en este escrito.
Kukulkán, el dios serpiente y dios Sol jugó un papel muy importante en las vidas de los
antiguos Mayas y Mexicas. Aparecía frecuentemente representado en sus grabados y
como figura principal en muchas de sus celebraciones religiosas. Los dioses solares
siempre fueron protagonistas en las culturas antiguas como lo fue el dios Ra en Egipto.
Quizás ellos pudieron haber previsto la posibilidad de que nuestro sol de
“movimiento” fuese el actor principal en el proceso de cambio que ahora vivimos.
El sol posiblemente será el invitado especial en los acontecimientos del fin de año
estelar. El comportamiento de algunas estrellas que con los modernos telescopios se han
podido observar no exime a nuestro astro de tener algún día una expansión seguida de
una contracción intensa que provocaría graves consecuencias en todos los planetas que le
orbitan incluyendo el nuestro.
Los mayas sabían que el Sol puede tener comportamientos extremos y dejaron
testimonio de ello en sus códices, sus grabados y en sus construcciones como en las del
templo de las inscripciones de Palenque, Chiapas. Las manchas solares solían cada once
años atravesar el ecuador solar en 26 días, aproximadamente.
En la actualidad con todo y nuestros avances tecnológicos y a principios del tercer
milenio solo alcanzamos a registrar 24 de estos ciclos solares hasta que al inicio de este
nuevo milenio dejaran de ser tan predecibles.
La NASA ha observado los cambios en el patrón de las manchas en el sol y han
llegado a la conclusión de que con el aumento en la frecuencia e intensidad de las mismas
se ha alterado el campo magnético de la tierra y parece que lo seguirá haciendo. Este
cambio magnético ha ido incrementado la frecuencia de la energía que recibimos y ahora
tenemos emisiones continuas de ondas geo activas que han ido transformando al mundo y
a las conciencias.
Las manchas solares parece que continuarán influyendo significativamente en el
magnetismo terrestre y seguirán afectando directamente la actividad volcánica, los sismo
y todos los cambios climáticos y geológicos que hemos venido observando en la Tierra
estos últimos años. Nuestro planeta resiente y responde sensiblemente a los movimientos
que ocurren en el Sol como respondemos nosotros también desde el subconsciente y el
espíritu.
Los mayas sabían miles de años atrás que el desplazamiento e intensidad de las
manchas cambiaría un día al mundo mucho antes de que lo comprobáramos nosotros
mismos.
El investigador Maurice Cotterell fue quien encontró en la historia moderna el ciclo
magnético de manchas solares en 1989 empleando un programa de computación que
denominó “diferenciación rotativa” el cual le permitió determinar que los campos
ecuatoriales del Sol completan un ciclo común cada 87,4554 días antes de regresar al
punto de partida.
Cotterell redescubrió lo que los mayas y otras civilizaciones de la antigüedad como los
egipcios sabían muchos años antes.
Cuando el diluvio azotó la Tierra
“Cuando ocurrió la gran inundación, los cielos se desplomaron y se convirtieron en una
gran masa de agua que arrasó la tierra”.
Así narran los mayas este suceso que habla de una de las etapas de muerte y renovación
de nuestro planeta. Según los mayas el diluvio habría ocurrido cuando el tiempo estuvo
maduro. Es decir, cuando el ciclo vital evolutivo de una era en particular había concluido.
Entonces los dioses decidieron destruir la raza diluviana para crear una nueva humanidad
omando los restos de la anterior como sustento y base para crear la nueva, dándole a la
especie humana otra oportunidad para renovarse en una era llena de esperanza después de
a destrucción.
El diluvio que destruiría a esa raza humana ocurriría en una era anterior a los mayas,
coincidiendo cronológicamente con el relato del diluvio en otras culturas. Este
acontecimiento aparece en múltiples narraciones y en diversas partes del mundo con
algunas variantes pero siempre coincidiendo con el relato original tanto del Apocalipsis
como con el de los mayas. En cada pueblo de Mesoamérica, existe un relato similar
difiriendo sólo en los nombres de los protagonistas que se salvarían y en otros detalles,
cómo la forma que los escogidos serían “avisados” de esta catástrofe. De las fechas en
que esto aconteció también existen diferencias ya que la manera de contabilizar el tiempo
variaba y la interpretación de sus calendarios no es siempre la misma y tampoco ha sido
comprendida en su totalidad. Se hacen más notorias estas diferencias cuando son
comparadas con las variantes culturales y las épocas en que se hicieron los registros por
o que existen ciertas discordancias temporales, de forma y de fondo.
Aún con las variantes, es por demás interesante encontrar relatos que describen un
hecho en común entre ideologías y culturas tan distantes y diversas entre sí y que
coinciden con extraordinaria similitud. Muchos escritos sagrados hablan de destrucciones
ocasionadas por designios divinos. Todos concuerdan en señalar que este y otros
cataclismos en el pasado ocurrirían al exacerbar la ira de los dioses lo que provocaría un
castigo o destrucción parcial del mundo. Cuentan las leyendas que cuando los seres
humanos se dejaban influenciar por el mal los dioses reaccionaban. Antiguos
manuscritos detallan grandes catástrofes que concuerdan con la historia de las
nundaciones que se suscitaron alrededor del mundo. Existen otras leyendas que hablan
de los castigos infringidos por los dioses que desataban su ira a través de los elementos
como en el caso de la leyenda de los soles Azteca en donde sobrevivirían solo algunos a
destrucciones anteriores causadas por fuego, viento y por supuesto por una gran
nundación para ser el cimiente del siguiente ¨intento de los dioses. En algunos de estos
elatos diluvianos paralelos a la Biblia, se habla incluso de parejas de animales de cada
especie que serían rescatados para sobrevivir junto con los humanos elegidos. Las
personas que eran por designio divino separadas del resto y salvadas, se distinguían
dependiendo de las creencias de cada pueblo ya sea por su integridad como por su
bondad o nobleza. Todos los sobrevivientes en estos relatos tenían algún don en común
que los distinguía de la gente ordinaria entregada al placer mundano y al mal. Por estos u
otros méritos especiales, los dioses rescataban lo mejor de la ultima generación para crear
con ellos a los nuevos seres humanos mientras los mortales fallidos sucumbían ante los
embates de la naturaleza.
Los mayas compartían con los aztecas la creencia de anteriores humanidades
destruidas por cataclismos periódicos y pensaban que del mismo modo en que esto había
sucedido anteriormente sucedería de nuevo al final del año largo. En la antigua América
predominaba la creencia del resurgimiento de un nuevo fundamento después de esta
humanidad al fin del año platónico. Los árboles sagrados volverían a echar raíces para
fungir como el centro del universo en una nueva Tierra. Creían que sus raíces llegarían a
cada una de las esquinas o los rumbos del cielo para darle fuerza al nuevo axis o eje que
sostendría los nuevos cielos y la nueva Tierra para recomenzar una nueva sociedad al
final de la ultima rueda de Katunes, iniciando una cuenta distinta y un mundo donde la
conciencia del ser humano sería purificada. Morimos para renacer y así se va alcanzando
poco a poco la eternidad, el Nirvana o el cielo sublime. La vida se renueva después de
cada ciclo y los seres humanos evolucionan para mantener el continuo fluir de la vida a
través del espacio y el tiempo hasta que llegue el momento definitivo, cuando
alcanzáramos el último escalón que culmine en lo sublime del ser.
Para la civilización maya, la llegada de los españoles había sido predicha por los Aj
Kin los sacerdotes o señores de los días muchos años antes de que sucediera. Ellos sabían
que terminaría una época dorada y que su futuro estaría marcado por la decadencia de su
civilización. Sabían que como un fruta madura sus pueblos caerían ante la llegada de los
invasores pero que al final el encuentro con esos otros seres humanos serviría para
fertilizar el suelo donde caminaría una nueva raza. Con la semilla que dejaban atrás ellos
mismos darían el ultimo soplo de vida al árbol que les dio sustento por muchos, muchos
años.
Y es que así fue antes. Los nuevos mexicanos fortalecidos por la experiencia de sus
ancestros habían fundado un nuevo mundo entrelazando sus tradiciones con las de los
extranjeros que habían venido más allá del mar enriqueciendo su raza. El surgimiento y
la caída de imperios fue una constante en la historia de nuestra especie.
El invencible imperio Romano sucumbió por la degradación social y moral que lo
caracterizó al final de sus días. La descomposición de la sociedad también terminó
corroyendo las raíces de otras muchas grandes civilizaciones del pasado. Hemos sido
testigos del amanecer y el ocaso de muchos grandes pueblos como la antigua Babilonia y
lo somos ahora que percibimos por todos los rincones del planeta el derrumbe del actual
fundamento social, político y económico que amenaza con derrumbarse por el peso de su
propia ignominia.
La cultura maya, a pesar de los grandes logros que alcanzó en el transcurso de su
desarrollo cultural, filosófico y científico, no estuvo exenta de caer por causa de su propia
ambición y sus excesos. Los sabios sacerdotes sabían que la etapa dorada del reino maya
llegaba a su fin debido al cumplimiento de la ley de los katunes. Los mayas aceptaban su
destino y confiaban en sus predicciones. Aceptaban su derrota como parte del proceso
natural que seguimos en este plano tridimensional en donde todo, desde las estrellas hasta
a mínima partícula siguen el proceso natural de destrucción y regeneración. En el cielo y
en los genes de los seres humanos está escrita la historia de nuestro paso por el universo.
Por los mensajes de las estrellas los mayas sabrían del regreso del dios-sol que traería
al mundo la esperanza de una nueva vida llena de paz y libre de injusticias.
Las señales de los tiempos delinean ahora en nuestro propio horizonte un nuevo ser
humano más allá de nuestra imaginación que se saciará en la fuente de vida inagotable.
El Dios- Sol antes de su partida dejó el anuncio de este nuevo amanecer.
Los mayas registraron en su tiempo, la destrucción que traerían los extranjeros de esta
manera:
Llegara Ah Kinich Kakmó, el guacamaya-de-fuego-de-rostro-solar, en el katún 8 ahau.
Despoblamiento será lo que haga venir Ah Kinich Kakmó. Se volteará el cielo y daría vuelta
la tierra.
Cuando ocurran estos cambios será manifiesto el pecado de los Halach Uiniques, jefes de
los pueblos, y entonces alzarán el cuello los príncipes cuando se les sumerja en el agua por
usurpadores del trono, por usurpadores de la estera… entonces vendrán los extranjeros y habrá
venganzas a causa de los irreverentes, de los destructores, de los que se levantan en contra de
su madre, en contra de su padre, suplantadores del señorío en Chichén Itzá, orilla de los pozos.
Estos relatos concuerdan con el incendio y destrucción de Teotihuacán y Tula, así como
a destrucción deliberada de Chichén Itzá y su desplazamiento migratorio al cierre
anterior del katún 8 Ahau. Los acontecimientos marcaban así la decadencia del mundo
maya y preparaban a su vez el final de una era de esplendor y poderío.
La ley de los katunes predijo la manera en que se pondría fin a la era del poderío
maya. Siempre había sido así, y así lo aceptaban. Se cerraba un círculo de existencia en la
danza infinita de la vida. Ellos predijeron el fin del sol de movimiento en un futuro lejano
para ellos pero muy próximo para nosotros. Este último sol removerá todos los elementos
negativos y destructivos del último ciclo de vida involucrándonos en la renovación total.
En sus códices los antiguos mayas y mexicas no especifican como sería este fin del sol de
“movimiento” porque ellos mismos no lo sabrían. Solo dirían que sería algo
completamente distinto a lo que ellos podían comprender. Vieron el pasado de la Tierra
escrito en el firmamento y tenían registros del fin de eras anteriores. Sabían que hasta el
fin de los tiempos del año estelar las leyes del universo harían que el mundo se renovaba
una y otra vez. Los mayas no escribieron nada más allá, ni un día después del 21 de
diciembre de 2012. La historia del nuevo año que iniciará después de la depuración final
de “los no días” o días de confusión e incertidumbre que vivimos ahora, tendríamos que
escribirla nosotros mismos.
Algunos creen que una antigua civilización que desapareció tras uno de los grandes
cataclismos podría haber sido la mítica Atlántida descrita por Platón. Si existió este
continente u otra gran extensión de tierra llamada así o de otro modo no podremos
asegurarlo como tampoco si ese continente fue devorado por el mar o los abismos de la
ierra. Lo que si sabemos es que en muchas partes de este planeta hay evidencia de
grandes extensiones con edificaciones que quedaron sumergidas un día bajo el mar. Los
sobrevivientes de esas ciudades pudieron haber sido los que llevarían parte de su
sabiduría a otros pueblos que se establecerían tanto en Asia como en América. Ellos
probablemente llevarían el conocimiento del movimiento de los astros con ellos y
enseñarían a las nuevas generaciones la relación intima y estrecha que existe entre el
cielo, nuestro planeta y todo ser vivo. El que de un momento a otro hayan perdido todo lo
que poseían desde sus casas, sus pertenecías pero sobre todo a sus seres queridos, debió
haber sido una experiencia muy difícil de olvidar. Habría sido tan traumático que ellos
tratarían de prevenir por todos los medios posibles a las futuras generaciones sobre lo que
un día volvería a suceder.
No están aquí para explicarnos como sobrepasarían el dolor de perder su mundo para
tener que iniciar de cero. Tampoco podemos recuperar en su totalidad los conocimientos
que transmitirían a sus descendientes y que seguirían pasando de generación en
generación hasta perderse por razones de intolerancia que ya conocemos, sobre como
conocer la madurez de los tiempos. Las pasadas humanidades pudieron haber heredado a
los pueblos que les rescataron y acogieron como los mayas o los egipcios, todo el arte de
las ciencias exactas que cultivarían por milenios. Estas culturas que se fusionarían
cultivarían ese saber para poder predecir cataclismos futuros y así poder tomar medidas
precautorias. Para la mayoría de los científicos modernos las antiguas sociedades eran
incapaces de desentrañar los misterios de la mecánica del cosmos. Menos aún creen que
ponían todo su empeño para encontrar el significado de los mensajes de la naturaleza a
gran escala. Se sigue enseñando todavía que la elaboración de los complejos cálculos
matemáticos que hacían en los albores de esta humanidad, les servían solo para predecir
el momento de sembrar la tierra, recoger las cosechas o para hacer ofrendas
propiciatorias. Creen todavía algunos de los científicos tradicionalistas modernos que sus
templos estaban orientados a las estrellas por estética o por efectos religiosos y –o-
agrícolas. La realidad es que desde hace milenios nuestros ancestros sincronizaban sus
vidas con el cosmos como resultado de minuciosos cálculos que no les servían sólo para
propósitos rituales o terrenales sino que las estrellas eran para ellos como faros en la
oscuridad de los tiempos que les señalaban el camino por recorrer. Se ha subestimado la
inteligencia y el desarrollo que tuvieron las civilizaciones perdidas. Sobre todo en su
filosofía aplicada a la rueda infinita de la vida.
Notas
(1) Se cree que los itzaes vinieron del sur, del viejo imperio en el ciclo 9.0.0.0.0, y eran los
ancestros de los mayas.
(2) Graham Hancock es autor de varios libros relacionados con el tema de la arqueoastronomía.
(3) El árbol Imix verde representa el lugar donde se asentaron los humanos.(4) Los cálculos del
número de años de un año de precesión de los equinoccios variaba entre las antiguas culturas.
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CAPITULO V LOS ANTIGUOS MEXICANOS Y SUS CONTEMPORANEOS
Sabiduría del México antiguo-
La primera civilización de la que se tienen registros modernos floreció al sur del México
prehispánico. Fue llamada la cultura madre o cultura Olmeca. Su origen ha sido incierto,
pero se sabe que desarrolló un alto nivel tanto en las artes como en las ciencias exactas.
Esta civilización se presume apareció entre 1200 a.C. y 600 a.C. en el Preclásico medio y
fue en este periodo también que se cree surgirían las primeras ciudades-Estado que
empezarían asentándose entre los estados de Veracruz y Tabasco aunque ahora se han
encontrado indicios de posibles asentamientos anteriores. Los Olmecas parecen ser los
que iniciaron la escritura jeroglífica que más tarde utilizarían y perfeccionarían los
mayas.
Fue una civilización tecnológicamente avanzada que construiría complejos sistemas
hidráulicos que constaban de una represa de tierra y canales subterráneos cerrados con
paredes hechas de grandes lajas de piedra.
Las grandes esculturas Olmecas en las que destacan las colosales y famosas cabezas
gigantes, fueron construidas con enormes bloques de piedra volcánica traídas desde Los
Tuxtlas que está situado a varias decenas de kilómetros de distancia de las principales
ciudades que fundarían los Olmecas como La Venta, San Lorenzo y Tres Zapotes.
Las enormes cabezas tenían rasgos físicos muy particulares y distintos a los de los
habitantes del golfo de ese periodo.
En la zona arqueológica de La Venta en Tabasco, se encuentra el monumento número
13 en el que se representa a un hombre con un tipo de rasgos físicos distinto a las de las
famosas cabezas. Luce barba y podría confundirse con una escultura oriental por su
postura. Está en un altar cuadrangular y parece sostener con un cuerda a unos seres alado
morfológicamente semejantes a los ángeles que se representan en otras culturas de Asia y
Europa. Aunque se cree que las grandes cabezas olmecas eran retratos de gobernantes, no
dejan de ser un misterio por los rasgos físicos que no son característicos de los antiguos
mexicanos pues las grandes esculturas tienen nariz ancha y labios gruesos más parecidos
al aspecto de los pobladores de algunos pueblos del continente africano. Ahora somos
más conscientes de que de algún modo, todos los continentes de la antigüedad habrían
tenido contacto. Tanto esta enigmática sociedad como la de los misteriosos Toltecas
aparecerían en el México central estableciéndose en Tula poco después- o casi al mismo
tiempo- de fundar la sorprendente ciudad de los dioses, Teotihuacán. Ese grupo humano
se caracterizaba como los Olmecas por haber desarrollado una cultura muy sofisticada.
No podemos imaginar como estas civilizaciones aparecerían súbitamente con todo el
bagaje de conocimientos que mostraron a no ser de que en realidad, como cuentan os
códices, hubiesen venido de otras tierras más allá del mar y fuesen descendientes de
civilizaciones mucho más antiguas y desarrolladas.

La filosofía náhuatl y el quinto Sol

Hemos centrado nuestra atención en la filosofía altamente sofisticada basada en códigos
numéricos y calendáricos de los mayas y cabe hacer notar que los habitantes del altiplano
del México central guardaban en su memoria grandes conocimientos fruto de milenios de
aprendizaje que los equiparaba en importancia a los mayas en su esplendor. Todos los
habitantes de la América precolombina tenían raíces comunes profundas que les
conectaban en lo más hondo de sus pensamientos y su conciencia con todos sus hermanos
americanos. De punta a punta del continente brotaba el conocimiento que habrían
heredado de los antepasados que vinieron del mar. Bebieron de la misma fuente que nos
conecta aún a todos los seres humanos -aunque - ahora - no lo percibamos
conscientemente como solían hacerlo nuestros ancestros. Los antiguos americanos se
etroalimentaban psíquicamente con el resto del mundo a través de hilos invisibles –como
describe la física cuántica- que nos conectan con todo.
Los mexicas estaban tan preocupados por llevar correctamente la cuenta de los días como
sus vecinos del sur. Para ellos, era igual de importante observar la armonía y el curso de
as estrellas. Vigilaban el movimiento del sol y oraban porque continuase su camino y no
cesase de dar su luz portadora de vida en cada amanecer. Ellos llevaron un escrupuloso
calendario también y los dioses mayas y mexicas se confunden entre la niebla de los
iempos, mezclados con la sangre de las guerras y con los lazos comerciales y culturales.
Así fueron fundiéndose y alimentándose las tradiciones y los rituales de todos los pueblos
de América, aunque siempre manteniendo algunas diferencias locales substanciales.
La cuenta de los días de los antiguos nahuas consistía en la combinación de 20 signos
que se mezclan con los numerales del 1 al 13, en donde se necesitaba que transcurrieran 5
x 13 de estos periodos para que el día inicial de uno de ellos volviera a recibir el mismo
nombre o signo estableciéndose dos ciclos cortos en la revolución sinódica de la Estrella
Grande Tlahuizcalpantecuhtli o Venus, quien lanzaba sus dardos o rayos afectando a los
macehuales, o gente común con su influencia. Conocían el periodo más largo de 5 ruedas
y de 13 ciclos que sumaban 584 días de Venus. Los mexicas normaban todas sus
ceremonias y prácticas religiosas en consonancia con este y otros ciclos astronómicos ya
que las estrellas regían todas los aspectos de vida y muerte de la misma manera que lo
hacían los demás pueblos mesoamericanos, como los mayas, que conocían a Venus Nok
Ek y para quienes su ciclo periódico también era de gran importancia como hemos visto.
Estas veintenas o meses de 20 días eran la base de las cuentas calendáricas de los
mexicas. Una veintena de días, para los nahuas era llamada panquetzaliztli y cada veinte
días se celebraba también el nacimiento de Huitzilopochtli. Otra de las cuentas sagradas
que compartían con los mayas era el “atado de años”. En un pequeño monte
antiguamente llamado Teocuahuitl, que significa “árbol o madera divino”, hoy conocido
como Cerro de la Estrella, era llevado y lanzado a modo de dardo un palo conocido como
mamalhuaztli que al ser frotado sobre el teocuahuitl, había de encender el fuego nuevo
que permitía nacer un nueva “atadura de años” que se formaban a su vez después de
cuatro ciclos de trece años. Dos de estos ciclos formaban un huehuetiliztli “vejez” de 104
años.
Después de transcurrido cada uno de estos ciclos de 52 años de duración, había que
deshacerse de las antiguas imágenes de madera que tenían de sus dioses, al igual que de
as piedras del fogón de las casas todo al mismo tiempo que se hacía el barrido de todas
as casas para que estuviese todo limpio, renovado y preparado para la llegada de una
nueva etapa o ciclo de 52 años. El quinto y último sol del año muere al finalizar un ciclo
de 5125 años y envejecido finaliza con todos los soles o eras anteriores que cargaban a
cuestas la historia de esta y otras humanidades dejando atrás todo un gran año de
precesión de los equinoccios. Al terminar todos los soles su trabajo iniciaría un periodo
de descanso o de “no días” para que después comenzara un nuevo ciclo o año largo con
un mundo renovado que iniciaría con una nueva luz.
Los sacerdotes que representaban a los dioses de los días marchaban en procesión
hacía Uixachtepetl, “monte en donde abunda el huisache”, lugar en el que encenderían el
fuego nuevo después de cada 52 años. El fuego sería llevado primero al templo mayor
para después ser distribuido a todos los templos que simbolizaban todos los rumbos del
mundo. Este elaborado ritual era necesario para garantizar que el sol volviese a aparecer
el siguiente y todos los próximos días. Después de prender cada templo en honor a cada
deidad, el fuego se distribuía a todas las personas que lo llevaban a sus casas
repartiéndose a todos los barrios. Se llevaba también a los Calmécac que eran las escuela
de los ricos. También se hacían sacrificios de codornices y se ofrecían los cautivos en
sacrificio a los dioses. En las casas, la gente ayunaba y hacía penitencia sangrándose
todos incluyendo a los niños de cuna, a los que se sangraba de las orejas. Todos los
habitantes debían cumplir con este ritual del nuevo ciclo- aún los más pequeños-
debiendo mantenerse despiertos durante toda la noche, velando y esperando a que se
encendiese el nuevo fuego. Si al caer la noche el fuego no era encendido y distribuido
apropiadamente, no saldría en al amanecer el sol. Sería siempre de noche y los monstruos
nocturnos que habitan en el inframundo y que gustan de la oscuridad devorarían a la
gente. Por eso los días previos a esta gran celebración de fuego nuevo todos desde el alba
hacían hasta cuatro veces ofrendas al sol para que éste continuara su camino por el cielo.
El nacimiento del quinto sol
En la fecha 4-Ollin 4-movimiento se recordaba el momento del nacimiento del quinto sol
Nuestro sol.
“Y su fiesta se hacía en el signo 4-movimiento el día 203 de la cuenta y cuando ya se acercaba
el día, la gente hacía penitencia; cuatro días ayunaba la gente”.
Códice Borgia
No solo los textos de los antiguos aztecas hablaban del nacimiento y destrucción del
quinto Sol. Texcocanos, tlaxcaltecas y demás etnias del altiplano central de México del
siglo XVI relacionaban a la ciudad de los dioses Teotihuacán, con la leyenda de los soles
o edades del mundo. La creación del quinto sol habría tenido lugar en tiempos muy
remotos en la ciudad sagrada de Teotihuacan que todos conocían porque se hablaba de
ella en las leyendas. Contaba la historia que los dioses se habrían ofrecido en sacrifico
para crear el nuevo sol que alumbraría al mundo hasta el último día de la última era que
ahora finaliza.
Eran dos los dioses nahuas que se sacrificarían para crear al quinto sol como los dioses
gemelos de la leyenda maya del Popol Vuh y como los de la leyenda de los sumerios en
la que dos dioses buenos se sacrifican para que la vida continuara representando a su vez
a la constelación de Géminis. En la mitología griega estos dioses estelares están
relacionados con los gemelos Cástor, hijo de un rey y Polideuco hijo de Zeus. Estos
gemelos cósmico eran conocidos también como Cástor y Pólux por los romanos.

Grabado calendario de los soles, este dibujo estilizado fue dibujado por un explorador francés
que visitó el territorio mexicano en el siglo XVIII.
La leyenda de los soles dice así:
Uno de los dioses gemelos de los nahuas era arrogante y soberbio, se llamaba
Tecuciztécatl o “señor de los caracoles”, el otro dios era sencillo y humilde y se llamaba
Nanahuatzin o “el purulento o bubosillo”. Los dos se prepararon para competir para ser el
que daría vida y movimiento al quinto sol haciendo penitencia. Debía, el que fuese
elegido, arrojarse a una gran hoguera para convertirse así en el quinto sol. Para ser
merecedor de este honor, debían cumplir con ciertos requisitos preparándose
correctamente para su autoinmolación con ofrendas y sacrificios que fuesen del agrado de
os dioses mayores. El arrogante Tecuciztécatl en vez de ofrecer ramas de abeto y bolas
de barba de pino que era lo indicado, ofreció plumas de quetzal, bolas de oro con espinas
y piedras preciosas y en vez de punzarse con una aguja de maguey para su ofrenda de
sangre la ofreció punzándose con espinas hechas de coral. En cambio Nanahuatzin se
sangró con abundancia y ofreció ramas de abeto como estaba estipulado. Cuando llegó la
hora de lanzarse al fuego de la hoguera divina, Tecuciztécatl se apresuró en ganar para
convertirse en el nuevo sol pero aunque el arrogante dios lo intentó cuatro veces, no pudo
hacerlo porque cada vez que lo intentaba retrocedía lleno de terror. El tiempo se agotaba,
a fogata perdería fuerza y no nacería el nuevo sol y por su miedo Tecuciztécatl perdió la
oportunidad de convertirse en el nuevo sol. En cambio Nanahuatzin, cerrando los ojos y
sin dudar se arrojó al fuego, en presencia de todos los dioses que se habían reunido en
Teotihuacán para presenciar el sacrifico convirtiéndose así en el sol de la quinta edad.
Desesperado Tecuciztécatl se arrojó entonces a la hoguera que había perdido fuerza
convirtiéndose en la luna.
Consumados los sacrificios, los dioses reunidos en Teotihuacán esperaron la salida del
nuevo sol.
Quetzalcóatl, junto con los demás dioses por fin descubrirían al nuevo sol saliendo
esplendoroso por el oriente seguido por la luna que salió también por el lugar que le
correspondía. Pero el sol y la luna no se movían. Para que el sol y la luna comenzaran a
moverse todos los dioses acordaron hacer un sacrificio para convencerlo de iniciar su
recorrido por la bóveda celeste y así pudiesen vivir los hombres.
––¿Cómo habremos de vivir?
––¡No se mueve el Sol!
––¿Cómo en verdad haremos vivir a la gente?
––¡Que por nuestro medio se robustezca el Sol, sacrifiquémonos, muramos todos!(1)
Los dioses convertidos en el sol y la luna no solo no se movían sino que había otro
problema: el sol y la luna alumbraban con la misma intensidad, entonces los dioses
decidieron disminuir el brillo de la luna arrojándole un conejo. El sol seguía aún sin
moverse. Para que tomara su curso normal, los dioses decidieron inmolarse y
encomendaron al viento para que soplara con más fuerza obligándolo al fin a moverse.
Debido a los grandes sacrificios que los dioses hicieron para que nuestro astro empezara
su camino por el firmamento, a los hombres se les llamó desde entonces macehuales que
significa “merecidos”. A partir de este sacrificio de los dioses, los macehuales debían
corresponder a este gran regalo ofreciendo su propia sangre. El sacrificio de los mortales
ayudaría a los dioses a mantener al sol en movimiento. En las fiestas de las ceremonias de
purificación por el fuego y la resurrección que se realizaba en el mes de Teotleco, las
víctimas eran arrojadas vivas al fuego mientras un sacerdote hacía sonar un caracol. En la
leyenda de los soles del Códice Chimalpopoca, el sol se detiene cuatro días en el cielo en
Nahui Ollin y Tlahuizcalpantecuhtli lo trata de flechar para que éste reinicie su
movimiento.
Existe una leyenda en Polinesia, en la que el héroe Maui laza al sol para jalarlo porque
no se movía. En frescos de la ciudad de Mitla en Oaxaca, México se aprecia el disco sola
sostenido por una cuerda y en ambas sociedades, tanto en las de Mesoamérica como en
las de las islas polinesias, existe un mito en el que se cuenta que un mosquito le pica al
sol para obligarlo a moverse.
Como sabemos, la filosofía sobre el origen de los antiguos mexicas habla no de una sino
de varias edades anteriores. La “primera fundamentación de la tierra” habría tenido lugar
muchos milenios antes y señalaría el nacimiento del primer sol.
Durante cada edad o sol, los humanos habían ido avanzando en un camino evolutivo
ascendente como en una espiral en la que con cada vuelta del destino, aparecían formas
cada vez más sofisticadas de humanos, animales y de plantas. Los alimentos que los
dioses creaban para ellos mejoraban después de cada era también. De bayas silvestres en
la primera edad los dioses llegaron a la ultima etapa de desarrollo evolutivo regalando a
los macehuales un nuevo alimento para su sustento creado al mezclar las semillas del
maíz con su propia sangre.
Las cuatro fuerzas primordiales de la naturaleza, agua, fuego, viento y tierra,
conocidas en todo el mundo antiguo por su poder regenerador habían precedido edades o
soles anteriores y con cada uno de esos elementos la tierra habría sido destruida al final
de cada era antes de la formación del ser humano actual en la edad del sol de
movimiento.
Los primeros hombres mexicas fueron creados por los dioses de las cenizas, y el agua
terminó con ellos convirtiéndolos en peces. Otra coincidencia de ideas globalizadas la
encontramos en la epopeya sumeria en la que se menciona a un hombre-pez llamado tlacaozomatin u “hombres-mono” que se irían a vivir a los montes y la copa de los
Oames, que trasmitirían la ciencia de los astros a los sumerios. Como los ancestros que árboles.
vinieron del mar y les transmitieron sus enseñanzas a los mexicas. La segunda El sol de movimiento o edad que agoniza y en la que aún vivimos tuvo su origen en
humanidad que crearon los dioses mexica- fueron gigantes que a pesar de su corpulencia, Teotihuacán y terminaría con un cambio drástico en el mundo como las edades o soles
eran frágiles pues si se caían por accidente “se caían para siempre”. También en diversos que le precedieron. Cuando todo quede en silencio tal vez los dioses volverán a reunirse
ibros antiguos se mencionan a los gigantes, o los Nefelim que aparecen en el Génesis de en algún sitio especial para iniciar un nuevo año estelar y continuar así el ciclo infinito
a Biblia. ascendente en espiral de la creación. Quizás los dioses crearán un nuevo ser humano con
mejores virtudes y aptitudes que los anteriores, lo que nos acercaría cada vez más a la
Existían entonces los gigantes en la tierra, y también después cuando los hijos de Dios se fuente infinita de la luz primordial.
unieron con las hijas de los hombres y les engendraron hijos. Éstos son los héroes famosos de Tanto en los códices americanos como en el Apocalipsis se habla del fin de la maldad
muy antiguo. y la injusticia en la nueva era dorada.
Génesis 6-4 En la siguiente traducción de un antiguo códice de Cuauhtitlán vemos descrita con
gran belleza literaria la leyenda que nos cuenta la creación y destrucción de los soles.
Hay leyendas mexicas que relacionan a los gigantes sobrevivientes de una era anterior
con la construcción de los grandes monumentos y pirámides. Con su tamaño y su fuerza
es resultaba sencillo cargar los grandes bloques de piedras aunque pesaran toneladas. No
solo hay historias que hablan de los gigantes en los relatos americanos y en el
Apocalipsis. Existen menciones de estos gigantes en muchas otras tradiciones alrededor
del mundo.
Diversos códices mexicanos hablan de esta raza anterior de gigantes a los actuales
humanos como lo veremos en la siguiente transcripción en donde los antiguos Se refería, se decía
nformantes dan su versión de cómo se construyeron las pirámides en Teotihuacán: que así hubo ya antes cuatro vidas,
y que ésta era la quinta edad.
Como lo sabían los viejos,
Y toda la gente hizo (allí) adoratorios (pirámides), al Sol y a la Luna, después hicieron en el año I conejo se cimentó la tierra y el cielo.
muchos adoratorios menores. Y así lo sabían.
Allí hacían su culto y allí se establecían los sumos sacerdotes de toda la gente. Que cuando se cimentó la tierra y el cielo
Así se decía Teotihuacán, porque cuando morían los señores, allí los enterraban. habían existido ya cuatro clases de hombres,
Luego encima de ellos construían pirámides, que aún ahora están. cuatro clases de vidas.
Una pirámide es como un pequeño cerro, sólo que hecho a mano por allí hay agujeros, Sabían igualmente que cada una de ellas
de donde sacaron las piedras había existido en un Sol (una edad)
con que hicieron las pirámides. y decían que a los primeros hombres
Y así las hicieron muy grandes, la del Sol y la de la Luna. Son como cerros y no es su dios los hizo, los forjó de ceniza.
ncreíble que se diga que fueron hechas a mano Esto lo atribuían a Quetzalcóatl,
cuyo signo es 7-viento
porque todavía entonces, en muchos lugares había gigantes.
‘él los hizo, él los inventó
Y lo llamaron Teotihuacán, el primer Sol que fue cimentado,
porque era el lugar donde se enterraban los señores. su signo fue 4-Agua,
Pues según decían se llamó Sol de Agua.
“Cuando morimos, no en verdad morimos, Las gentes se convirtieron en peces.
porque vivimos, resucitamos, seguimos viviendo, despertamos. Se cimentó luego el segundo Sol (edad)
Esto nos hace felices.(3) su signo era 4-Tigre,
se llamaba Sol de Tigre.
En él sucedió que se oprimió el cielo,
el sol no seguía su camino.
Los hombres que existieron en la tercera edad o la edad del fuego terminaron Al llegar el Sol al mediodía,
luego se hacía de noche
convertidos en guajolotes después de que el fuego –tal vez un aerolito- destruyera esa
y cuando ya se oscurecía,
aza. Los hombres que vivieron en la edad del cuarto sol o edad del viento finalizaría con los tigres se comían a las gentes.
grandes huracanes y tornados que llevarían a esa humanidad a terminar convertida en
Y en este sol vivían los gigantes. El dios Quetzalcóatl aceptó la misión de hacerse cargo de la restauración de los seres
Decían los viejos humanos y de proporcionarles alimento al comienzo de nuestro sol de movimiento. En la
que los gigantes así se saludaban: leyendas antiguas Quetzalcóatl aparece realizando un viaje al Mictlán, “la región de los
“No se caiga usted”, muertos”, en busca de los “huesos preciosos” que le servirían para recrear a los nuevos
porque quien se caía,
seres humanos.
se caía para siempre.
Se cimentó luego el tercer Sol,
Mictlantecuhtli, señor de la región de los muertos, le pone a Quetzalcóatl una serie de
su signo era 4-lluvia. dificultades para llevarse los huesos de las generaciones pasadas. Pero Quetzalcóatl,
Se decía Sol de Lluvia (de fuego), ayudado por su nahual o su doble además asistido por las abejas y los gusanos, logra
sucedió que durante él llovió fuego, llevárselos a Tamoachán, en donde muele los huesos y sangrándose de su miembro viril,
y los que en el vivían se quemaron. rocía a los nuevos humanos para infundirles la vida otorgándoles después el maíz que es
Y durante él llovió también arena. el sustento tanto de los dioses como de hombres después de descubrir el lugar en donde
Y decían que en él escondían las hormigas sus semillas en Teotihuacán.
llovieron las piedrezulas que vemos, Notas
que hirvió la piedra tezontle (1) Anales de Cuauhtitlán folio.2. Ms. De 1558, folio 77.
y que entonces se enrojecieron los peñascos. (2) Ibid.
Su signo era 4-viento, (3) Ibid. Este escrito es muy importante porque explicaría a la manera en que fueron construidas
se cimentó luego el cuarto Sol, las grandes pirámides con la ayuda de «los gigantes», que serían los sobrevivientes del cataclismo
se decía Sol de Viento. de la era anterior. También conviene resaltar el último verso en el que vemos la visión que tenían
Durante él todo fue llevado por el viento. los antiguos mexicanos de la muerte antes de la conquista.
Todos se volvieron monos,
por los montes se esparcieron, Volver al inicio
se fueron a vivir los hombres-mono.
El quinto Sol:
4 Movimiento su signo.
Se llama Sol de Movimiento,
porque se mueve, sigue su camino.
Y como andan diciendo los viejos,
en él habrá movimientos de tierra,
habrá hambre
y así pereceremos.
En el año 13-caña,
se dice que vino a existir,
nació el Sol que ahora existe.
Entonces fue cuando iluminó.
Cuando amaneció
el Sol de Movimiento que ahora existe.
4-Movimiento es su signo.
En este quinto Sol se cimentó,
en él habrá movimientos de tierra, en él habrá hambres.
Este Sol su nombre 4-movimiento,
éste es nuestro Sol,
en el que vivimos ahora,
y aquí está su señal,
como cayó en el fuego el Sol,
en el fogón divino,
allá en Teotihuacán.
igualmente fue este Sol
de nuestro príncipe en Tula,
o sea Quetzalcóatl.(2)
 LOS TOLTECAS
Cuenta la leyenda que llegaron del mar y entraron por las costas del Golfo de México,
“por donde ahora se dice Panutla”, cerca de Tampico. De ahí vendrían los primeros
colonos que habitarían el antiguo México poblando principalmente el altiplano central y
estableciéndose en un mítico lugar llamado Tamoanchán. Algunos ubican el lugar en
donde tuvieron su primer asentamiento en la Huasteca Potosina otros creen que fue en las
nmediaciones de Tampico. Otros más como el obispo Plancarte, lucubraban que se
asentarían primero en el estado de Morelos.
De estas personas llegadas del mar surgirían los primeros mexicanos de habla náhuatl,
misteriosos personajes que serían los fundadores de la ciudad de Tollan Xicocotitlán
mejor conocida como Tula, el primer gran centro religioso y político del México central.
Es en la ciudad de Tula donde se encontrarían los más importantes registros de los
Toltecas en el valle de México. Recientemente se ha descubierto que Tula tuvo un papel
muy importante como centro creador de los ideales y del arte supremo de los antiguos
mexicanos. Por este motivo los aztecas posteriormente llamarían a todo lo relacionado
con los toltecas Toltecáyotl o Toltequidad, descripción que se siguió usando para
describir lo más fino de las artes y la filosofía Mexica durante los siguientes siglos. Los
escasos restos de la magnífica y enigmática ciudad con sus enormes estatuas de piedra
están situados a 70 kilómetros de la Ciudad de México. Ahí continúan de pié sus
enigmáticos gigantes o Atlantes de Tula vigilando el horizonte.
Los toltecas eran grandes arquitectos, pintores y escultores. Eran llamados
layoltehuiani que significa “que ponían el corazón endiosado en sus obras” y que
“enseñaban a mentir al barro”. En resumen, para el mundo náhuatl todo lo que procedía
de la civilización de los toltecas implicaba la perfección tanto material como espiritual. A
os toltecas se les atribuye el inicio del culto a Quetzalcóatl divinidad única, amante de la
paz y la fraternidad universal que predicaba a sus seguidores sus principios la cual en una
de sus advocaciones era asociada al planeta Venus. La leyenda cuenta que el mismo dios
Quetzalcoatl les enseñaría a los macehuales apreciar los instantes felices que a cada
momento la vida nos regala y que llevan a la realización y la paz interna. El estar en el
ahora implica entre otras cosas alcanzar los objetivos que conducen a la perfección
ntelectual, material y sobre todo espiritual.
Se cree que fueron los toltecas quienes fundarían antes de Tula la ciudad de los dioses
Teotihuacán, aunque a sus habitantes se les llamó consecuentemente Teotihuacanos no
obstante tal vez sería apropiado llamar a los antiguos habitantes de Teotihuacán
Toltecanos por ser ellos piedra angular de la fundación de esa extraordinaria ciudad
donde nacían y morían los dioses. Las dos ciudades que fundaron los migrantes que
legarían del mar o toltecas, fueron la raíz de una civilización sofisticada que comenzó a
florecer con todo su poderío y grandeza en el pre-clásico y aún antes de que brillara y
destacara la civilización de los mayas quienes heredarían sus tradiciones también de este
pueblo pues hasta Honduras y el Salvador incluyendo la península de Yucatán llegarían
con sus enseñanzas estos misteriosos viajeros.
“Llegaron, vinieron, siguieron el camino, vinieron a terminarlo,
para gobernar aquí en esta tierra,
que con un solo nombre era mencionada,
como si se hubiera hecho esto un mundo pequeño”.
“Por el agua en sus barcas vinieron, en muchos grupos,
y allí arribaron, a la orilla del agua, s la costa del norte,
y allí donde fueron quedando sus barcas,
se llama Panutla.”
Códice Matritense de la Real Academia. Fol. 191.
Entre los toltecas hubo sacerdotes que adoptarían el nombre de Quetzalcóatl, en honor
a su dios bondadoso. Estos sacerdotes dedicaban sus vidas enteras a la meditación y la
oración imitando a su dios patrono. Luchaban arduamente por impedir el culto a otros
dioses que involucraban sacrificios en los cuales se derramaba sangre humana. Estos
sacerdotes trataban de inculcar las enseñanzas de su dios y maestro a sus seguidores. Por
muchos años se vivió en armonía bajo las enseñanzas de este dios bueno. Cuando en un
sitio reina la paz, se desarrolla y aflora lo mejor del ser humano. Las dos grandes
ciudades, Tanto Tula como Teotihuacán dejaron un importante legado artístico,
intelectual, filosófico y cultural al mundo. Dentro de su doctrina se veneraba al Dios
Primordial Creador de todo lo que existe, Ometeotl supremo y dios dual que vivía en
Omeyoacán el lugar más allá de donde alcanzan los sentidos.
Invocaba, hacia su dios a algo
(que está) en el interior del cielo,
a la de faldellín de estrellas, al que hace lucir las cosas;
señora de nuestra carne, señor de nuestra carne;
la que está vestida de negro, el que está vestido de rojo.
La serpiente emplumada.
Quetzalcóatl dios del viento, del sol y de Venus adoptado por los mexicas continuó
siendo un dios benévolo. Sus seguidores esperaban a que el vencería al final en una
batalla épica contra la oscuridad. Creían que volvería con fuerza al fin de la era para
derrotar a la serpiente. Ellos posiblemente se referían metafóricamente a la constelación
de la fosa oscura, que fue conocida tanto por los astrónomos mesoamericanos como por
los egipcios y sumerios así como por otros estudiosos del cielo de la antigüedad. La
constelación de la oscuridad fue llamada así por situarse en un lugar aparentemente sin
muchas estrellas vecinas provocando un espacio o una grieta con menos luz y
posiblemente porque en el ayer sabrían de las consecuencias que esta constelación había
traído a la Tierra en un pasado muy remoto. Los antiguos maestros europeos del medievo
seguían en secreto rituales esotéricos en las escuelas ocultas iniciáticas para aminorar la
influencia negativa que esta treceava constelación traería sobre el mundo al final de la era
y del año cósmico. Esta constelación tan temida fue abolida del zodiaco en la época del
oscurantismo.

La obsesión de los mexicanos antiguos por representar serpientes en sus obras artísticas se
relaciona con las estrellas como la que representa a la treceava casa zodiacal llamada también
“el portador de la serpiente”.
La ciudad de los dioses o Teotihuacán que fundarían los viajeros migrantes venidos
del mar, contiene en la pirámide llamada en la época moderna de sol y en la pirámide de
a Luna la representación de nuestro mundo tridimensional y del tiempo transcurrido
desde el primer sol hasta el nuestro. Esta ciudad por lo tanto es en realidad un marcador
celestial o un reloj cronológico-astronómico o un calendario gigante que nos muestra el
paso de nuestro sistema solar por la galaxia.
Esta grandiosa ciudad - calendario, es un testimonio de los avanzados conocimientos
matemáticos, astrológicos y astronómicos aunado al saber de la geometría celeste de la
compleja civilización que habitó Mesoamérica en tiempos remotos. Sus fundadores
crearon ahí como en muchísimos otros sitios estratégicos de Mesoamérica, espejos del
cielo en la Tierra; construcciones estratégicamente colocadas para fungir como testigos
silenciosos de los movimientos de los astros.
Este calendario estelar muestra el paso de nuestro planeta por la galaxia. Comienza la
cuenta en la llamada calzada de los muertos y está constituida por doce templos a los
ados que representan las doce constelaciones de aproximadamente 2000 años cada una.
Al final rematando esta calzada se encuentra la llamada pirámide “de la luna” que fue
hecha en honor a Quetzalcóatl personificando a nuestro Sol. Esta pirámide tiene 144
escaleras que son el resultado de la multiplicación por dos de los doce templos. Esto
epresentaría a su vez, el número de años de un ciclo largo o periodo que llegaría a su fin
al llegar el Sol a enfrentarse a la treceava casa zodiacal del hombre-serpiente. Así como
el Calendario Azteca, que representa una cuenta larga o un calendario astronómico que
marca el año de precesión de los equinoccios, esta ciudad señala también las cuatro eras o
soles anteriores a nuestro sol y el año estelar.
En la Biblia se repite contantemente el mismo número144 mil que en realidad significa
no algunas almas que serían salvadas al fin de los tiempos sino todo el año que –sería
salvo- para que la humanidad desarrollase todo el potencial que nos llevaría a otro nivel
evolutivo y de conciencia.
La llamada Pirámide del Sol es la suma de todo ese poder expresado en el mundo
material. En esta grandiosa construcción se encuentra saliendo desde su base hasta el
exterior un tubo de luz que ilumina en los solsticios una cámara o templo cuadrangular
simbolizando nuestro mundo tridimensional y las cuatro esquinas que lo contienen.
Un halo de luz, ilumina el centro del “axis” del cuadrado dimensional. Nuestro Sol
agonizante que nos ha iluminado por milenios dirige su luz hacia un altar cuadrado en los
solsticios de invierno por unos momentos para mostrarnos lo efímero que es un minuto o
un año cósmico en la eternidad del creador. Este tubo de luz que incide directamente al
centro de la pirámide y que simboliza nuestra realidad tridimensional, ha iluminado con
la luz del quinto sol puntualmente al altar cuadrangular en cada solsticio de invierno hasta
alrededor del 21 de diciembre de 2012 cuando terminaría la cuenta del último de todos
los soles. Nuestra oportunidad de trascendencia y desarrollo así como nuestro aprendizaje
terminarían entonces para dar paso a una nueva etapa de luz. Nuestro moribundo Sol de
movimiento sufre muchas explosiones electro magnéticas y descargas de magma a
destiempo que nos afectan a nosotros y al planeta entero pero al mismo tiempo que muere
y agota la luz de una era, sus manifestaciones dan paso a una nueva oportunidad de vida
en el nuevo año luminoso y radiante que está por comenzar. El rayo de luz que iluminó
cada solsticio la base de la pirámide en el centro de la cámara subterránea nos recuerda al
Sol entrando en nuestras vidas iluminándolas y bendiciendo nuestro plano terrenal hasta
el último suspiro.
Una nueva luz alumbraría al mundo al comienzo de un nuevo día estelar. Un nuevo
Sol distinto a los anteriores dará vida a una nueva humanidad renovada y libre de toda
maldad desde el primer día del nuevo año cósmico que iniciará muy pronto. En el México
moderno se conserva el sincretismo en las creencias de nuestros ancestros mezcladas con
las costumbres cristianas. Para los mexicanos ya evangelizados, el fin del periodo o era
del quinto sol traería la luz que anunciaría el regreso de Jesucristo- Quetzalcóatl
aboliendo las injusticias y trayendo paz al mundo.
En la ciudad de los dioses estos nuevos mexicanos reconocerían representado en la
pirámide de la Luna a Jesucristo rodeado por los doce templos- los apóstoles -o eras
astrológicas que lo acompañan. La ciudad de los dioses anuncia el regreso de la luz
verdadera al mundo.
Al fondo de la calzada de los muertos Ometéotl o el Dios creador representado en la
pirámide llamada erróneamente del Sol, parece esperar guardando en sus entrañas al
nuevo ser humano que nacería junto al nuevo año estelar para un día recrear con los
restos de esta humanidad a una nueva raza libre de todo egoísmo y llena del agua viva de
amor.

Cuando La mujer vestida de Sol aparece
Cuenta una de las leyendas mexicas que unas estrellas se interpondrían al sol ocultando
su brillo al final de la era como ocurriría al inicio del quinto y último Sol.
Al inicio del ciclo, nuestro paso por la constelación o estrellas llamadas del “portador
de la serpiente” habrían provocado que el Sol Quetzalcoatl se negara a mover durante
algún tiempo provocando que la Tierra se quedara sin luz. Fue entonces que apareció en
el firmamento Tlahuizcalpantecutli, la “estrella de la mañana” o “estrella vespertina”
anunciando la luz nueva que bañaría al mundo incitando al Sol a seguirla y empezar su
ecorrido por el firmamento. En esta descripción poética personificando como dioses a
os astros, nos resumen los mexicas la belleza de la creación en la danza de las estrellas
por el firmamento.
Las señales que pasan desapercibidas para las generaciones del siglo XXI no eran
gnoradas por los mesoamericanos mil quinientos años atrás debido a la importancia y
rascendencia de los hechos que llevarían a la creación de una nueva humanidad al fin de
os tiempos del año estelar y por ello quisieron dejar constancia de ello.
Los eventos astronómicos de estos tiempos, nuestros ancestros los pre-visualizaron y
os tomaron con muchísima seriedad. La comprensión de lo que en verdad somos; -polvo
de estrellas- y el hecho de que formamos parte de un todo aunado a la certeza de que
nuestro planeta es como un grano de arena deambulando en la vastedad del universo
acercaba a los seres humanos del pasado a la Verdad fundamental de la creación y de la
vida.
Las últimas señales.
“Habrán señales en el Sol, en la luna y en las estrellas y sobre la Tierra, angustia entre
as naciones a causa del rugido del mar y de las olas.”
Lucas 21: 25
Desde el terremoto de mas de 9 grados que provocó un Tsunami que arrasó las costas
de Indonesia matando a miles de personas, el mundo no ha dejado de asombrarnos con
eventos cada vez más extremos y extraños. Eventos catastróficos nunca antes vistas por
o menos para las personas de las últimas generaciones siguen aconteciendo día con día.
Las señales significativas se incrementaron justo después del fin del ciclo predicho
por los mayas. Los atípicos desastres naturales aparecen anunciando el ocaso del actual
sol y su reinicio en el nuevo amanecer que pronto aparecerá. Nuestro sol no es el mismo
ni sigue ya los ciclos de 11 años que puntualmente le permitía descargar la energía
acumulada. La luz que nos alumbra día a día ahora ha cambiado. El brillo al que
estábamos acostumbrados luce distinto y los efectos de este sol que termina su ciclo con
convulsiones violentas se traduce en los cambios que cada día se hacen más notorios en
nuestro entorno. Nosotros tampoco somos los mismos puesto que la actividad extrema
aunada al cambio de frecuencia de la Tierra empieza a despejar lo que un día velaron los
dioses a nuestro entendimiento y poco a poco se comienzan a iluminar nuestras
conciencias. Las señales continúan y seguirán apareciendo en el cielo y en la Tierra cada
día al final de la era de Piscis.
Venus inició la secuencia de las últimas señales cuando se interpuso al Sol anunciando
el fin de la era y el comienzo de los años inciertos del “no tiempo”. El 5 de junio de 2012
La estrella Tlahuizcalpantecutli fungió de nuevo como vocera de la nueva luz que
surgiría al final de la depuración de los días o años aciagos.
Desde el paso de Venus por el sol después de un eclipse de Luna el día 4 de junio de
ese mismo año, hubieron muchas señales específicas que en conjunto muestran la
importancia de estos tiempos únicos. Una de estas señales fue el paso del cometa Ison
coincidiendo con la fiesta judía de Hanuka el 21 de noviembre de 2013 el cual terminó
desintegrándose espectacularmente precisamente en el corazón del Sol.
El 30 de junio de 2015 hubo una conjunción entre Júpiter y Venus que no había sido
vista por ningún ser humano desde la época de Jesucristo. Dos mil años antes apareció
esta misma alineación para anunciar la llegada del Mesías. Reaparece la “estrella de
Belén” como fue llamada por los científicos modernos tal vez como una de las señales de
preparación para el regreso de Jesucristo esta vez fungiendo como el Gran Juez del
universo.
“El Sol se oscurecerá y la Luna no dará su luz.”
Mateo 24-29
Lunas de sangre
Entre el 2014 y el 2015 hubo una “tétrada” de eclipses lunares con características muy
especiales. En todos estos eclipses la luna apareció con un aspecto rojo como de sangre.
Además de que estos eclipses ocurrieron en importantes fiestas o celebraciones judías. El
primero de esta tétrada de eclipses ocurrió el 15 de abril de 2014 en el día de Pascua y
fue visible en América del Norte principalmente. El siguiente eclipse de luna roja
ocurriría en la fiesta de los tabernáculos el 8 de octubre de 2014. En medio de estos
eclipses lunares ocurriría un eclipse total de sol el 20 de marzo del 2015 coincidiendo con
otra fiesta judía llamada el 1 de Nisan o año nuevo judío. Un nuevo eclipse lunar de este
grupo de eclipses rojos teñiría de rojo la noche de Pascua el 4 de abril de 2015. Unos
meses después, otro eclipse parcial de sol ensombrecería la Tierra el 13 de septiembre de
2015 marcando el fin del año judío. El siguiente de estos signos no tardaría en aparecer
para dar paso al último eclipse de luna roja que ocurriría el 27 de septiembre de 2015
coincidiendo también con la celebración judía de la fiesta de los Tabernáculos. Esta
última luna de sangre fue además una súper luna – o perigeo que es cuando la Luna esta
más cerca de la Tierra y se ve más grande que de costumbre- lo que haría el cierre de esta
serie de eclipses de sangre único y muy significativo.
Otra coincidencia extraña es que todos estos eclipses rojos son visibles para ciertos
puntos específicos de América, Asia y África en donde se encuentras las más grandes y
pobladas ciudades del mundo.
Hubo en el pasado otras tétradas de luna de sangre muy especiales que coincidieron
odas estas con las mismas fiestas judías y aparecieron marcando importantes hitos de la
historia del pueblo judío y cristiano.
La primera tétrada que nos llama la atención –ya que antes de esta no habría habido
otras en siglos- es las que presenciaría -en parte- el mismo Jesucristo.
En el año 32 D.C ocurriría la primera de estas lunas de sangre cuando Jesús todavía
vivía y predicaba coincidiendo como todos los siguientes eclipses de sangre con la pascua
que El mismo celebraría el 14 de abril del año 32. Luego El mismo sería testigo de la
segunda luna roja en la fiesta de los tabernáculos el 7 de octubre del mismo año.
La última cena la celebraría Jesús el 1 de abril del año 33 y la tercera de esta tétrada
ocurriría el siguiente domingo de Pascua cuando otra luna de sangre aparecería en el
cielo después de su crucifixión y en el día de su resurrección. El ya no estaría tampoco
físicamente en este mundo para observar la última luna de sangre de esa tétrada el 23 de
septiembre del año 33 cuando se celebraría la fiesta de los tabernáculos.
Después de la tétrada de lunas de sangre en los tiempos de Jesucristo, vendrían
algunas tétradas dispersas en el transcurso de los dos milenios de la era de Piscis.
Una de ellas fue en el año 162 y 163 D.C coincidiendo con hambrunas y peste para el
pueblo judío. Después vendría la siguiente en el año 795 D.C y esta tétrada traería
guerras y persecuciones para el pueblo judío y cristiano por parte de los musulmanes en
el año 795 y 796 D.C. Nuevamente se presentaría otra tétrada de lunas de sangre
coincidiendo todas estas con las mismas festividades judías en el año 842 y 843 cuando
habría otra sangrienta guerra entre el pueblo judío en contra de los Musulmanes.
Otra tétrada seguiría en el año 842 y 843 D.C cuando volverían las guerras entre los
udíos y los musulmanes como sucede en estos días.
De nuevo el año 860 y 861 D.C. habría otra sucesión de eclipses de sangre. En ese
entonces morirían millones de cristianos a manos de los musulmanes.
Después de esa fecha, pasarían siglos para volver otras lunas de sangre en fiestas
udías que coincidirían con la terrible época oscura de la Inquisición.
Después habría un espacio de siglos hasta que en 1949- y 1950 cuando se repetirían
coincidiendo con el conflicto que terminaría con el triunfo de Israel que después de 2000
años volvería a ser un estado independiente.
Solo pasarían unos cuantos años para que las siguientes lunas de sangre en las mismas
fechas de Pascua y Tabernáculos aparecieran dándole entrada a la llamada “guerra de los
seis días” que ocurriría en los años de 1967-1968.
Las primera tétradas del 2014- 2015 vendrían inaugurando el ciclo de tétradas en el
nuevo milenio. Las siguientes aparecerían hasta el año 2033.
Para el siglo XXI los astrónomos predicen 9 grupos de tétradas o grupos de 4 eclipses
unares de sangre seguidos cosa que no ocurriría en los pasados siglos.
Después de los eclipses del 2014 y 2015 Israel celebró 70 años de fundación como
nación.
Hemos sido testigos del surgimiento de “la nueva Jerusalén” que se festejaría al
mismo tiempo que el Shemitá o año de perdón donde son condonadas todas las deudas y
“cesa” el trabajo de la tierra. Esta fiesta que se celebra cada 7 años hace único este suceso
pues en esa ocasión se celebraron además un ciclo de 7 de estos periodos.
Otra coincidencia es que Después de la muerte de Jesús transcurrirían 70 años para la
destrucción del templo. Y justo desde el nacimiento de Jesús transcurrirían 7 de estas
tétradas de eclipses de luna de sangre. Obviamente todo esto no puede ser una
coincidencia. Es más bien una prueba de que el orden de los cielos no es casualidad sino
causalidad. De otro modo como podríamos explicar que todos estos eclipses estuviesen
relacionados con fiestas judías que coincidirían con acontecimientos importantes en la
historia del pueblo judío; el pueblo del Mesías.
“Cuando abrió el sexto sello, oí y hubo un gran terremoto, y el sol se volvió negro
como un saco de pelo de cabra, y la luna se tornó toda como sangre”
Apocalipsis 6-12.
El 23 de septiembre de 2015 Virgo – la constelación de la Virgen- estaría sobre
Jerusalén para cerrar estas señales con las estrellas que solía relacionarse con la Virgen
Madre, como fue la Madre de Jesús. Esta imagen de la Virgen Madre se representó a
través de los siglos en cuadros y esculturas con una corona de 12 estrellas alrededor de su
cabeza como signo de las doce casas zodiacales. Ella estaría presente al inicio y al cierre
del año estelar cuando hubiese transcurrido el ciclo largo de las doce eras. El representar
así a la Virgen se acostumbró solo en las primeros siglos de la era cristiana cuando aún
no había sido censurada la astrología por la Iglesia Católica. Este señal del cielo con
Virgo regresando a posicionarse en el mismo lugar donde empezaría la historia de la era
de Piscis marca el cierre definitivo del ciclo estelar al llegar al final del camino señalando
el regreso del Gran Juez del Universo. Vivimos días inciertos – días de transición en
donde la treceava constelación del portador de la serpiente u Ophiucus- ha traído la
confusión al mundo pero la siempre Virgen, según se menciona en el Apocalipsis estaría
al final para aplastar la cabeza de la serpiente antigua en la ultima etapa de oscuridad de
la humanidad.
Después de haber transitado una vuelta completa nuestro planeta por el firmamento,
los días se vuelven mas y mas grises presagiando la tormenta. El conjunto de signos
celestes llamado tétrada nos muestra lo rápido que nos dirigimos hacia un mundo nuevo.
Entre más oscura es la noche mas cerca esta el amanecer. Los últimos eclipses que
ocurrieron a intervalos de 6 meses en un periodo de dos años son unas de las últimas
advertencias. Un horizonte luminoso ya se vislumbra a través de los signos.
Algunos astrónomos y estudiosos del cielo poco convencionales hablan de un cuerpo
celeste que ha sido llamado planeta X, Nibiru, Hercúbulus o Ajenjo el cual tendría una
larga orbita elíptica alrededor de nuestro sol. Este objeto deambularía por el espacio
durante varios milenios antes de volver a acercarse a nuestro sistema solar. Los que
aseguran haberlo identificado señalan que la prueba de que este cuerpo celeste se acerca a
nosotros son los muchos disturbios y cambios que ya se han suscitado en la Tierra, en el
Sol y en todo nuestro sistema solar.
Podría no ser visible aún y se acercaría silenciosa y disimuladamente a nosotros si
como dicen algunos estuviese formado por alguna materia desconocida que no reflejase
la luz de nuestro Sol. O fuese una estrella en proceso de extinción. Algunos predicen que
el máximo acercamiento de este planeta que podría haber estado presente en grandes
eventos catastróficos Bíblicos como en el diluvio, está próximo y se produciría en los
primeros años del siglo XXI.
Según algunos estudiosos modernos, como Zecharia Sitchin quien asociaba a este
cuerpo celeste con el regreso de los Anunaki mencionados en la Biblia, hablaba también
de las grandes perturbaciones que traería la aproximación de este planeta al nuestro. Las
consecuencias finales no se podrían evaluar con precisión puesto que nunca las habría
experimentado el ser humano moderno. Pasarían milenios de la última vez que este
cuerpo celeste se acercaría a la Tierra y algunos creen que este acercamiento provocaría
de 12 mil a 13 mil años atrás el diluvio que narran todos los pueblos alrededor del
mundo. Otro astrónomo chileno llamado Carlos Muñoz Ferrada predijo desde 1940 el
egreso del “planeta cometa” como el le llama pues según sus propias palabras la orbita
de este objeto se parece a un cometa pero por sus dimensiones más parecería un planeta.
En base a sus observaciones estelares el pudo predecir con bastante precisión terremotos
en su natal Chile. Predice también que al acercarse este cuerpo enorme a nuestro planeta
provocaría grandes terremotos y muchos otros disturbios terrestres.
Este podría ser otro de los posibles escenarios del futuro. El conocimiento de la orbita
de un cuerpo celeste así podría ser la razón por la que los antiguos sabios pondrían toda
su atención en señalar el escenario del cielo al final del ciclo. De ser cierto que este u otro
cuerpo celeste se estuviese acercando a nuestro vecindario, traería grandes cambios en
nuestras vidas por lo que nuestros antepasados tratarían de advertirnos. Lo que habrá de
suceder es parte del orden y el plan de una mente superior que rebasa nuestros sentidos y
nuestra comprensión. A nosotros solo nos queda vivir el momento y dar lo mejor de
nosotros mismos a cada instante.
En todo el mundo desde los astrónomos chinos hasta los mesoamericanos, coincidirían
en que todas estas señales finales nos mostrarían un camino nuevo que se abriría ante
nuestro porvenir. Todos coincidían en mostrarnos a los seres humanos de nuestros días
as grandes señales que indicarían cuando los tiempos estarían maduros y todo parece
ndicar que lo están ya.
La influencia del regreso de este gran cuerpo celeste al campo magnético y
gravitacional de nuestro planeta podría ser otras de las causas que contribuirían a la
proliferación en la actividad volcánica y sísmica alrededor del mundo así como la de los
cambios del eje terrestre incluyendo las perturbaciones en la conciencia universal. Este
planeta algunos lo relacionan también con el “dragón” o serpiente antigua tan
mencionada en muchos textos antiguos incluyendo los códices mexicas y mayas.
“Habrá grandes terremotos y en diversos lugares hambre, pestes, espantos y grandes
señales en el cielo”
Lucas 21-11
De hecho, a partir del 2014 coincidiendo con las señales del cielo, empezarían a
desarrollarse las manifestaciones más claras de los cambios climáticos, magnéticos y
geológicos haciéndose cada día más notorio el efecto de estos cambios alrededor del
mundo. El desorden de los patrones climáticos que por siglos se mantuvieron estables,
sería tan solo una mas de las señales de lo que se estaría gestando. No solo hemos
empezado a ver grandes tormentas fuera de tiempo, sino también grandes erupciones
volcánicas y terremotos que cobrarían la vida de miles de personas como con el sismo
ocurrido en Nepal en 2015. Deslizamientos de tierra sepultan pueblos enteros, grandes
boquetes se abren súbitamente en el suelo y muchos cambios más ocurrirían después del
cierre del ciclo predicho por los mayas y otros pueblos en preparación para el reinicio del
nuevo amanecer dorado.
La Biblia y específicamente el Apocalipsis nos habla de los tiempos que estamos
viviendo a través del lenguaje astronómico y astrológico como lo hicieron otros grandes
pueblos de la antigüedad como los mayas-
La señal más grande.
Apareció en el cielo una señal grande, una mujer envuelta en el Sol con
la Luna bajo sus pies y sobre la cabeza una corona de doce estrellas, y
estando encinta gritaba por los dolores de parto y las ansias de parir
Apocalipsis 12. 1-3
Otras de las últimas señales –y posiblemente las más importantes- serían la que
aparecerían en el cielo en la segunda década del tercer milenio. Aparte de las Lunas de
sangre, otro signo que ocurriría cuando Júpiter el mayor de los planetas llamado también
el planeta rey del sistema solar, considerado en la antigüedad como el símbolo del
Mesías, estaría por un periodo de 42 semanas – la duración de gestación de un ser
humano- a partir del solsticio de invierno de 2016 el 21-23 de diciembre antes de la
celebración del nacimiento de Jesús cuando entraría en retrogrado en la constelación de
Virgo hasta el 22- 23 de septiembre de 2017 en el equinoccio de otoño cuando saldría del
vientre de Virgo justo en la celebración de la fiesta judía de las trompetas o Rosh
HaShaná– el 21 de septiembre- seguida por la fiesta del Yom Kippur o fiesta del
arrepentimiento el 23 de septiembre. La fiesta de las trompetas representa la venida del
Mesías y la segunda el tiempo del arrepentimiento. Esta señal aparece en el cielo justo
cuando habían transcurrido 1260 días después de la primera tétrada de lunas de sangre
que empezarían también en fiestas judías en abril de 2015. Seis días después de esa fecha
comienza la 70 semana de Daniel. Que ocurre al contar 2520 días (7x360). Siendo 2017
un año de jubileo porque se cumplen 7 ciclos o 50 años del último jubileo cuando se
proclamaba Israel a si misma una nación independiente. Es precisamente en este mes de
septiembre de 2017 cuando aparecería esta señal que es la mas importante de entre todas
las que aparecerían en el cielo y en la Tierra al fin del año estelar pues una alineación
igual no se habría presentado nunca en la historia de la humanidad. En el 2012 los mayas
predecirían el fin de la era de Piscis. En los años de tribulación o de ¨no –tiempo¨
muchas señales nos demuestran que no estaban equivocados pues nada ha vuelto a ser
gual empezando con el Sol que rompió con los ciclos de cada 11 años en su máximo de
actividad. Estos signos precederían grandes acontecimientos preparados para todos. Este
cambio en el comportamiento del Sol provocaría un cambio en la resonancia de la Tierra
que despertaría al mundo para poder prepararse ante una nueva realidad. En ese mismo
año de 2017 aparte de que se revelaría la señal de Júpiter en Virgo predicha por muchas
radiciones, otras señales la acompañarían como el eclipse parcial de Luna el día 7 de
agosto seguido por una lluvias de estrellas el 12 de agosto -como la humanidad no había
visto antes -como la describirían ciertos astrónomos- para después continuar con otro
eclipse el día 21 del mismo mes de agosto pero en esta ocasión como eclipse total del Sol
que sería visto en gran parte principalmente de los Estados Unidos de Norteamérica
atravesándolo longitudinalmente. Posteriormente veríamos la culminación de estas
grandes manifestaciones celestes con la más grande de todas las señales.
La aparición de la mujer vestida de Sol-Virgo- con una corona de doce estrellas en su
cabeza- Leo- con el Sol a sus espaldas y la luna a sus pies – preñada -por el Rey- Júpiter
como lo describe el Apocalipsis.
Leo considerado símbolo de la realeza, estaría a la cabeza de Virgo precisamente
entrando ese mismo 22 de septiembre cuando el Sol empezaría a ¨vestir¨ de luz a la
constelación de la Virgen con Regulus –el rey- la estrella mas brillante de Leo a la cabeza
de Virgo acompañado por las grandes otras 8 estrellas de esta constelación que vemos
desde la Tierra más Venus, Marte y Mercurio que estarían alineados con Leo formando
una corona de doce estrellas sobre la Virgen o Virgo mientras Júpiter habría permanecido
etrogrado nueve meses en el vientre de esta constelación creando un evento astronómico
nunca antes visto por ningún ser humano, pero profetizado dos mil años atrás por Juan en
el Apocalipsis -12. Al termino de esta gestación Júpiter saldría de retrogrado o nacería de
Virgo desde el 21-23 de septiembre hasta el 3 de octubre de ese mismo año. El 13 de
noviembre Júpiter ya fuera de Virgo entrará en conjunción con Venus, el planeta
maternal tan mencionado en los códices Mesoamericanos. Una alineación similar
aparecería en el firmamento anunciando el nacimiento de Jesucristo hace un poco más de
dos mil años cuando Júpiter estuvo retrógrado en Virgo también.
¿Predecirán todas estas señales la culminación de la gestación espiritual del ser
humano para enfrentarse a si mismo o predeciría el regreso al fin del Mesías o ambas
cosas?
Dimensión desconocida
Los sabios del ayer creían en la existencia de muchos otros universos y dimensiones
paralelas a la nuestra que llamaban supra-mundos o inframundos. Ellos tenían la certeza
que un día trascenderíamos a un nuevo nivel en la espiral del tiempo. Volaríamos hacia
una nueva etapa en el camino hacia la fuente inagotable de luz eterna con nuestro planeta
o sin el- Nuestras almas irían entonces al mundo que les correspondería según el grado
de desarrollo espiritual que hubiésemos alcanzado a través de experimentar en un cuerpo
carnal las pruebas que a cada uno le corresponderían en esta vida.
Los últimos acontecimientos celestes como los eclipses de sangre y el paso de Venus
por el sol seguidos por los eclipses de Sol y sobre todos- la Virgen vestida de Sol- del
2017 traerían las últimas advertencias sobre los cambios finales. La imagen femenina
representada en el cielo al final de la era estuvo predicha mucho tiempo atrás.
En la historia de las apariciones de la Virgen de Guadalupe los mexicas reconocieron
inmediatamente en esas visiones a Tonantzin, la Madre de la Tierra y madre de
Quetzalcóatl, relato que perdura hasta nuestros días y del cual surgiría una gran devoción
por esta advocación. Según cuenta la leyenda, la imagen femenina aparecería en el cerro
del Tepeyac a Juan Diego Cuahtlatoatzin en 1531 donde precisamente habría un templo
prehispánico de adoración a la deidad mexica. Como acostumbraban los frailes
españoles- en el mismo sitio y sobre las ruinas del templo “pagano” -que ellos mismos
destruirían por las “idolatrías” que ahí se practicarían y aprovechando el furor que entre
los mexicas causara esta deidad, construirían ahí un nuevo sitio de veneración. Así es
como convertían en una figura Católica a la deidad Mexica. Para “sacralizar” el lugar
debían construir un Templo o Basílica Católica en honor a esta aparición en el mismo
sitio donde se encontraba el templo a Cuahtlatoatzin que fue rebautizada por los
españoles de esa época como “Nuestra Señora de Guadalupe” advocación ya conocida en
la España del período Colonial. La imagen de Guadalupe-Tonantzin se plasmó en la tilma
de Juan Diego, con rayos brillando a sus espaldas y con la Luna a sus pies. Esta imagen
nos recuerda al pasaje del Apocalipsis que nos habla de – “La mujer vestida de sol con
una corona de doce estrellas ” que aparecería en los cielos en pleno siglo XXI
mostrándose exactamente igual a como se dibujaría en la tilma de Juan Diego más de
cuatrocientos años atrás como una señal que mostraría esta posición estelar que ocurriría
en el año 2017. Tonantzin era adorada en la época precolombina como la personificación
de la fecundidad y la femineidad y como madre del cielo por su manto lleno de estrellas
que coincidían con la posición de muchas constelaciones de ese tiempo. La Virgen vuelve
en los tiempos modernos preñada del planeta Rey y en conjunción con la Luna y el Sol
para señalarnos posiblemente la culminación de las tribulaciones finales del año cósmico
que estamos viviendo. Independientemente de la posibilidad de que Tonantzin –
Guadalupe pudiese aparecerse como un Ser de luz o una energía superior que adoptase
una forma humana femenina para mostrarse en una forma conocida, maternal y pacífica a
Juan Diego, este ser espiritual habría venido para dar un mensaje de esperanza como una
señal que se cumpliría mucho tiempo después. La iglesia podría haber adaptado el
mensaje original para manipular y someter a los mexicanos de aquella época y
“convencerlos” de convertirse a su fe. Pero este mensaje de una u otra forma estaría
basado en el amor y la esperanza de que al final cuando esta señal cósmica apareciese en
el cielo el mundo se dirigiría por fin de nuevo a su reencuentro con la luz de Dios.
Los mayas dividían el ciclo de Chak´Ek o Venus en cuatro partes y le daban atención
especial al ciclo de esta estrella vespertina que coincidía con el tiempo de gestación de un
ser humano.
Entre una y otra aparición en el horizonte y conforme al ciclo “naciente”, esta estrella
daba paso al día y a la vida. Por esto es que este planeta fue considerado la representación
de la madre que nutre y da sustento y aparece al final alineada junto con Mercurio y
Marte formando la corona de estrellas en Virgo y luego alineada al rey Júpiter para
señalar los tiempos finales en el calendario estelar.
 El calendario de Venus era conocido como “calendario sagrado” por su ciclo de 250
días- desde que aparecía por el Oeste más los 8 días en que no es visible para la Tierra
que en total equivale a los 9 meses de gestación.
Los eventos extraordinarios que vivimos tanto astronómica, climática, geológica, y
socialmente señalan el fin de la maldad y la injusticia que tanto los mayas y los Mexicas
como el Apocalipsis de Juan señalarían. Estos signos nos invitan a sumergirnos en un
viaje de no retorno hacia las profundidades de la conciencia y el espíritu para depurarlo
mientras el “no- tiempo” precursor del nuevo año estelar termina de derramar su carga
negativa en el mundo. En este periodo se manifestarían continuamente en los cielos y en
a Tierra los mensajes que hemos estado observando para despertar al ser humano del
sueño mundano. Una muestra de estas llamadas de atención aparecerían desde los
eventos de los meses de mayo y junio de 2012 en donde tres eclipses uno de Sol el 20 de
mayo, siguiendo con el de Luna el 4 de junio y el paso o tránsito o eclipse de Venus el 5
de ese mismo mes se convertirían en una más de las muchas señales que anunciarían la
legada de La Mujer- vestida de Sol- que volvía para dar consuelo al mundo ante la
adversidad de los tiempos como lo hizo 500 años atrás ante la esclavitud que vivirían los
pueblos de América en los siglos de sometimiento que le precederían.
“La mujer vestida de sol” del Apocalipsis regresa haciéndole saber a sus hijos que les
acompañaría hasta el final. La Madre de la Tierra o la esencia femenina madre de todo
ser vivo que nutre, da vida y esperanza y consuelo a la humanidad estaría presente en los
iempos que ahora nos toca vivir como “señal en el cielo”-de esperanza en los últimos
días del ciclo largo. Es fácil poder encontrar el simbolismo y la relación que tendrían
algunos de los eventos celestes con la imagen de la Virgen de Guadalupe o Tonantzin si
omamos en cuenta que muchos astros fueron humanizados o personificados como dioses
o héroes en la antigüedad alrededor del mundo.
Como se menciona en el Apocalipsis, el espíritu femenino de amor maternal estaría al
principio y al final de los tiempos.
La Luna anuncia la divinidad tanto en los símbolos del Oriente, como las que aparecen en
profecías de ese y otros continentes.
Dibujo de la estrella matutina o Venus en un jeroglifo maya y un Crop Circle (señales en los
campos de cultivo) de Venus enfrentando al Sol en el eclipse del 5 de junio 2012
Sabemos que el fin de la era de Piscis terminaría precisamente en el 2012 basándonos en
las cuentas calendáricas de los mayas pero también en el código numérico del codo
sagrado que se encuentra oculto en las medidas de las pirámides egipcias que marcaría
también el fin de la era de Piscis y la llegada del Gran Juez Redentor, que sucedería
después del no – tiempo como una oportunidad de limpieza espiritual antes del regreso
del ¨gran Juez¨ y esto ocurriría en todas las creencias alrededor de las mismas fechas.
El mundo comenzaría a pasar por pruebas que nos llevarían a examinar nuestra
existencia. El “no-tiempo” que antecedería al nuevo año estelar dorado, se comprendería
en tiempo de expiación. De acuerdo con lo predicho por los mayas, los tiempos difíciles
moverían las conciencias y nos acercarían al descubrimiento del verdadero propósito y
sentido de nuestras vidas al librarnos del egoísmo que nos impide ver más allá de
nuestros propios intereses mundanos. Las sociedades sufren y se rebelan alrededor del
mundo contra regímenes corruptos y abusivos. Guerras y amenazas de guerras como
fueron predichas junto a violencia sin fin oscurecen este período de nuestra historia.
Hemos empezado a despertar. Ya no somos borregos que siguen la voz del amo y
obedecen sin pensar por si mismos como lo hicimos durante muchos años. Ahora
reconocemos solo la voz de Dios y obedecemos a nuestra conciencia.
Las cuentas mayas terminan abruptamente en el 2012 porque todo cambiaría después de
ese año. Los mayas escribieron del tiempo oscuro que viviríamos pero también de la
esperanza que traería el nuevo amanecer que renovaría todo. Todos los desastres y
catástrofes que hemos vivido y viviremos son necesarios para la depuración de las almas
y del planeta.
Los fenómenos naturales seguirán rompiendo récords mientras tanto, nuestras
conciencias, nuestro cuerpo y nuestro espíritu seguirán preparándose para pasar un
examen final que nos conducirá a una nueva vida. Seguiremos caminando hacia la
integración evolutiva. Nuestros hijos vivirán esta fase de transición y transformaciones
como algo natural porque han crecido paralelamente a un mundo y a una era que agoniza
en medio del caos. Sus mentes evolucionadas están adaptadas para experimentar el
cambio. Ellos no ven lo complicado en donde nosotros sí lo vemos. Estos nuevos
humanos empiezan a verse unos a otros como iguales y la diferenciación entre colores o
“razas” no tiene ya importancia para estas nuevas generaciones que algún día rechazaran
as fronteras físicas, morales y religiosas que nos dividen ahora también. Ellos empiezan
a hermanarse para vivir la nueva realidad que les espera.
OTROS SIGNOS.
El 13 de mayo de 2015 vimos aparecer una lágrima de sangre en el rostro de esta
magen.
Imágenes similares aparecen alrededor del mundo.
Gaia-Isis-Tonantzin- María llora por lo que nos hemos hecho a nosotros mismos, por
o que nos falta por aprender y expiar.
Son las lágrimas de una madre por el dolor de sus hijos de la Tierra.
Estamos en proceso de cambio y todos los cambios drásticos son dolorosos. Pero el
mundo y la vida, como la metáfora de la espiral maya, no se detienen. Son el pulso del
Creador. La vida aparece con una inhalación de Dios y con una exhalación culmina. Al
final nos espera un nuevo horizonte y al salir del capullo que nos ata a lo material y lo
efímero, al egoísmo y la vanidad nacerá el amor de nuevo.
La madre espera con paciencia la madurez de sus hijos con lágrimas en sus ojos. Ella
nos ha visto caer y esperará a que volvamos a levantarnos creciendo hacia la luz de la
verdad.
Cinco soles iluminaron al mundo durante todo el ciclo largo. Es ahora cuando
Kukulkán o el dios Quetzalcoatl vuelve como un planeta que se enfrenta a nuestro Sol
provocando sus explosiones. Vuelve anunciando el nacimiento de la nueva luz que nunca
se apagará.
Debemos tener en cuenta que es muy importante saber que las señales del cielo, no
anuncian solo catástrofes o eventos destructivos inmediatos. También son portadoras de
buenas nuevas para el mundo durante un proceso que ha llevado miles de años en
culminar. El mismo Jesús vino a anunciar el fin del año estelar y en todos estos años el
mundo y nuestras almas se han estado preparando para ello.
Las estrellas son “portadoras de noticias futuras” y anuncian nuestro destino final.
Antes de que termine de forjarse el nuevo hombre al cerrarse el ciclo largo, la oscuridad
seguirá extendiéndose por un corto periodo de tiempo más por el mundo. Un tiempo de
tinieblas espirituales o no-tiempo de preparación opaca nuestras vidas y hace exhalar luz
incandescente a nuestro Sol. Transitamos al centro de la galaxia donde se forma una gran
“cruz cósmica- sagrada” entre los equinoccios y los solsticios terrestres desde antes del
siglo XXI. Este tránsito se encuentra representado tanto en las construcciones y demás
objetos de la ciudad de los dioses como en muchas otras ciudades sagradas del México
prehispánico y del mundo así como en el Apocalipsis donde los ángeles traerían las
desgracias desde cada uno de los rumbos del universo que forman esa cruz sagrada. Es
una señal que anuncia los difíciles tiempos de transición que vivimos. Grandes señales
han aparecido en los últimos años en la bóveda celeste y seguirán apareciendo hasta que
se cumplan todas las profecías. La constelación de la fosa oscura que se relaciona con el
portador de la serpiente o el dragón o el planeta X enfrenta a nuestro Sol por un corto
periodo de tiempo y en esta lucha nuestro astro saldrá victorioso porque la luz siempre
vence a la oscuridad. Al final la influencia de la constelación de oscuridad y del planeta
que nos descontrola con su onda gravitacional volverá a la fosa oscura del universo y
nuestro planeta verá una nueva luz que alumbrará nuestras vidas pues el Sol se recobrará
y renovará su energía. La luz que recibimos de nuestro astro mientras esto sucede no es la
misma que antes del 21de diciembre del 2012. Los datos científico muestran anomalías
en la emisión de las partículas luminosas. Los que están conscientes sienten la diferencia
que estos cambios traen a nuestro ser. El Sol ya no sigue los patrones normales a los que
estábamos acostumbrados y nos transforma con cada nueva eyección de plasma.

Después de “librarse” de las tinieblas, nuestro astro seguirá su paso por el cosmos y el
fin del tiempo de la maldad llegará a su fin. No tendrá ya poder sobre la humanidad ni
sobre nuestro planeta ni podrán las sombras seguir envolviendo al mundo. Nuestro
planeta y nosotros mismos hemos pasado por muchas pruebas y toda clase de
movimientos que nos han agitado buscando despertarnos del sueño aletargador de la
rrealidad material. Vivimos las últimas oportunidades de abrir nuestros ojos y oídos. La
ciudad sagrada de Teotihuacán vio nacer la luz del sol que se extingue ahora. Sus ruinas
serán testigos silenciosos de los primeros destellos del nuevo día estelar.
El enfrentamiento de los antiguos dioses cósmicos dejará una huella en el mundo y en
nuestros genes que no se borrará jamás y los nuevos seres humanos nacerán con el
ecuerdo y sentirán la conexión que nos une con todo. Como una ave fénix renaceremos
de las cenizas de la inequidad.
Para los mesoamericanos era prioritario sobre todo quehacer mundano, el escrutinio
del cielo, debemos volver nuestra vista hacia lo alto de nuevo para prepararnos. Nosotros
olvidamos que en las estrellas está escrito nuestro origen y nuestro futuro. Es tiempo de
eencontrarnos para esperar en paz los acontecimientos sin precedentes que todavía faltan
por venir y que están señalados en nuestro camino. Estos sucesos aún desconocidos,
ransformarán para siempre nuestra visión de lo que somos y nuestra existencia junto a
odo lo que conocemos en este plano material que se transforma.
Nuestros ancestros sabían que lo que pasaría sería algo nunca visto ni experimentado
por ningún ser viviente en este planeta. Durante siglos esto fue incomprensible para
nuestra mente limitada y condicionada a creer lo que nos decían que creer Dejémonos
fluir con plena confianza en el río de la vida que nos llevará a puerto seguro abriendo las
alas de nuestra conciencia. Nuestros ancestros sabían que tarde o temprano llegaría el
momento en que todo lo que conocemos acabaría para dar paso a esa nueva realidad en
donde nada ni nadie podrá existir si no proviene de la luz que no se extingue. Ante los
sucesos cósmicos que ya hemos experimentado y ante los que se aproximan, los antiguos
sabios estaban igual que nosotros de desconcertados. Quizás no imaginarían a ciencia
cierta cual sería nuestro destino y como sería el profundo cambio que sufriríamos al
enfrentar nuestro momento de verdad cuando las cuentas temporales terminasen. Por eso
decidieron dejar de contar. La historia de la humanidad a través de este viaje estelar de
alrededor de 26 mil años acabará y el libro de la vida estará lleno de hojas en blanco para
que nosotros mismos escribamos en ellas otra nueva historia.
Los antiguos americanos ofrecían sus corazones a los dioses tratando de evitar la
adversidad de los días finales. Buscaban con sus rituales atenuar las consecuencias que
viviríamos los seres humanos cuando llegase el momento de la redención. No sabemos si
el Sol detendrá su camino esta vez pero si podemos entrever que nuestro astro será uno de
los protagonistas principales de estos cambios que hemos presenciado y de los que están
por venir.
Hermanos Americanos.
Una de las antiguas culturas que heredaron el profundo saber celestial en Mesoamérica
fueron los Incas y sus ancestros Mochica, Chimú, Sipán, etc. Ellos forman parte de las
sociedades andinas de Chile, Ecuador, Bolivia, Perú e incluso de otros países
sudamericanos. Sus enigmáticas construcciones han asombrado a varias generaciones de
arqueólogos y continúan haciéndolo. Nunca se ha podido llegar a una conclusión
satisfactoria que explique cómo fueron transportados los enormes y pesados bloques de
piedra que encajan perfectamente uno con otro en algunas de sus construcciones en las
que en algunos casos, es aún imposible introducir una navaja entre una y otra de sus
enormes bloques de piedra. Estas avanzadas culturas fueron posiblemente descendientes
de los sobrevivientes de antiguas y sofisticadas civilizaciones que conservarían parte del
saber de sus ancestros y que casi se borraría su memoria al sucumbir ante los cataclismos
cíclicos que ocurrirían al fin de eras anteriores. Estas civilizaciones sumamente
avanzadas tecnológicamente surgirían desde algún lugar común indeterminado, y se
esparcirían por América como sus hermanos Mesoamericanos del norte con quienes
tendrían contacto. Secretos ocultos que guardan su saber se esconden en las arenas de los
desiertos del Sur, en donde aparecen posibles vestigios de otras razas de seres
desconocidos –tal vez venidos del espacio profundo- que podrían haber compartido su
saber con ellos. Estos conocimientos se olvidarían en la bruma de los tiempos como lo
hicieron los de otras misteriosas sociedades que aparecieron y desaparecieron a través de
los años de no ser por las megalíticas- construcciones que nos muestran – como las del
resto de los americanos - el camino de las estrellas y la estrecha relación de esos otros
mundos con nosotros. Los pre-Incas construyeron la ciudad de Machú Pichu en lo más
alto de la cordillera de los Andes peruanos, sin que hasta la fecha se haya postulado una
eoría definitiva sobre la forma en que subirían los enormes bloques de piedra por los
sinuosos senderos, riscos inclinados y caminos de muy difícil acceso.
Aún para personas sin carga es difícil transitar por las veredas de estas altas montañas
en donde fue construida esta maravillosa ciudad.
Una posible manera en que pudiesen haberse erigido estas grandes y enigmáticas
ciudades del pasado podría ser gracias al conocimiento compartido por estos maestros
que les visitarían. Tal vez sus enigmáticos antecesores les enseñarían alguna fórmula
especial o un método secreto para construir sus enormes ciudades. Estas formulas
secretas se habrían perdido en la oscuridad de los tiempos junto a sus inventores. El
material de construcción podría haber sido entre otras cosas adherente y ligero al estar
fresco pero también fácil de manipular para formar estructuras complejas. Esta fórmula
podría haberse basado en una mezcla de ingredientes desconocidos para nosotros. Como
el barro, esta mezcla habría podido colocarse y adaptarse al anterior bloque antes de
volverse dura como roca al estar seca. Ésta podría ser la razón por la cual embonarían los
grandes bloques a la perfección casi fusionándose uno con el otro. Quizás un material así
pudiese haber sido utilizado para construir las pirámides y edificaciones increíbles no
sólo de Perú, sino de muchas otras partes del mundo antiguo. Otra teoría nos recuerda a
os gigantes de otras eras que como se narra en códices mexicas y en la mayoría de los
ibros sagrados del mundo antiguo quienes ayudarían a los hommo- sapiens a construir
sus ciudades. O quizás fuese el resultado de la combinación de estas dos teorías ya que
con la ayuda de grandes homínidos y una mezcla especial podrían haberse facilitado
enormemente el construir edificaciones monumentales.
Otra enigmática ciudad llamada Puma Punku está como la mayoría de las ciudades
preincaicas alineada a las estrellas. Esta ciudad fue construida posiblemente hace más de
15 mil años. Se encuentra a mas de 3700 metros, junto a su vecina Kalasasaya y ambas
ciudades se encuentran cerca de la ciudad de La Paz en Bolivia. Algunas de sus lozas
megalíticas pesan más de 130 toneladas y tienen cortes rectos y muy precisos. Sus
piedras datan del periodo del pleistoceno y podrían ser el resultado de los métodos de
construcción comentados anteriormente. La tecnología que utilizaron nuestros ancestros
es desconocida para nosotros pero si miramos hacia atrás en la historia podremos ver que
odas las antiguas civilizaciones llegaron a una gran sofisticación tecnológica, filosófica,
política y social antes de ser destruidas al final de otras eras. Hemos estado aquí mucho
más tiempo del que suponen los científicos modernos y posiblemente no estuvimos
siempre solos.
La sabiduría de los Incas y de las demás etnias andinas continúa sin develarse en su
otalidad porque los sobrevivientes conservarían solo parte de la sabiduría ancestral y no
nos dicen en sus murales la técnica que utilizaron, como tampoco dejaron constancia de
ello los egipcios ni otros pueblos. De lo que si dejaron constancia en muchas de sus
edificaciones es el alto grado de conocimientos matemáticos y astronómicas que
alcanzaron estos pueblos antes de sucumbir misteriosamente como tantas otras ciudades
del ayer.
Cerca del lago Titicaca se encuentra el monumento llamado la Puerta del Sol, en la
que está representado un calendario de Venus que supuestamente tendría entre 12 a 15
mil años de antigüedad. Esto sería prueba de que el conocimiento de las estrellas y su
elación con los seres humanos estaba difundido por todo el mundo mucho antes de lo
que algunos modernos historiadores especulan. En esta puerta, se describe con precisión
el año venusino ya que para este pueblo como para tantos otros de sus contemporáneos, e
llevar registro de la duración del ciclo de este planeta era de gran importancia. En esa
puerta pueden verse claramente dibujados en el dintel superior los 225 días terrestres
equivalentes a una de las fases del planeta Venus y a sus meses de 24 días.
Los antiguos sobrevivientes de cada destrucción catastrófica de fin de eras anteriores
tuvieron que empezar de cero. No tenían a su alcance ni los instrumentos que
desarrollaron con su avanzada ciencia y tecnología ni todo el potencial humano que
necesitarían para restablecer su civilización de la misma forma en que se encontraba
antes de que la vieran desaparecer sucumbiendo desde sus raíces los últimos
sobrevivientes. Solo quedaría en la memoria de algunos cuanto la historia que escribirían
en piedra para las futuras generaciones.
Estos antiguos sabios quisieron preservar su legado y lo hicieron con lo que tuvieron a
la mano. Sabían de la importancia de dar aviso a las futuras generaciones de la
posibilidad de un nuevo cataclismo que borrara el camino recorrido como les sucedería a
ellos. Sabrían de la urgencia que tendría el transmitir sus descubrimientos y alertar acerca
del futuro de nuestra especie. Por esto ellos habrían aprendido a leer en las estrellas.
Deseaban que nosotros, los seres humanos del futuro, pusiéramos atención a los ciclos
regenerativos naturales de la tierra para poder asegurar el porvenir de la humanidad. Por
este motivo buscaron trasmitir su tecnología y sobre todo de advertir sobre estos ciclos
periódicos destructivos a las nuevas generaciones a través de sus construcciones. Con
medidas geométrica y matemáticas nos previenen a nosotros sabiendo que las diversas
formas de comunicación oral y escrita serían obsoletas para la transmisión de sus
conocimientos ya que como ellos mismos habrían sido testigos, todo avance
desaparecería eventualmente y los idiomas conocidos desaparecerían o se transformarían
perdiendo su sentido original convirtiéndose en lenguas muertas. En cambio, las
inmutables leyes matemáticas del universo no pueden ser destruidas ni sustituidas por
otras formulas.
La manera de dejar lo más importante de sus conocimientos sin que lo borrara el paso
de los años fue grabándolo en las piedras a través del lenguaje universal de las formas y
el recuerdo de su experiencia. Basándose en esta vía de expresión utilizaron en sus
construcciones mapas y calendarios estelares con constelaciones de formas
antropomórficas. Ellos orientaron astronómicamente sus ciudades y centros ceremoniales
sagrados para mostrarnos nuestro propio camino. La sabiduría de los seres humanos que
vivieron hace milenios les permitió desarrollar códigos- como en las medidas en las
construcciones egipcias- que se convertirían en el idioma matemático universal que ahora
empezamos a revelar. Sabían que el lenguaje de los números es perfecto. Esperaban que
las futuras generaciones tarde o temprano decodificaran sus mensajes y sabrían cómo
prevenir la extinción no solo de nuestra especie sino de la mayoría del planeta cuando se
acercase el último de todos los cambios cíclicos del año cósmico que ellos previeron y
señalaron.
El tiempo en que estos mensajes arquetípicos encriptados fuesen comprendidos ha
llegado. En nuestro inconsciente se esconde la verdad de nuestros orígenes. En nuestros
genes esta la huella de nuestro pasado y como la sangre que corre por nuestras venas el
recuerdo de lo que siempre hemos sido y de lo que seremos aflora un día. Formamos
parte de la energía de todo lo que existe en el universo y nuestro espíritu nos hace únicos.
Todos los átomos que componen nuestra esencia, no chocan en el límite tridimensional
sino que fluyen libres hacia fuera donde se conectan a su vez con la conciencia universal
a cual nos revelará muy pronto nuestro destino aunque ahora mantengamos en silencio
nuestra esencia. Es a través de la introspección que nos habla el inconsciente y nos revela
as verdades ocultas. Al alejarnos del ruido mundano nos reencontrarnos con nosotros
mismos en el mar de la eternidad en donde nos aguardan las promesas de los profetas del
pasado.
A veces las ideas fluyen a la superficie de nuestra mente en forma de mensajes
oníricos o brotan como fuentes de luz e inspiración repentina, transmitiéndonos una
supra- realidad a través de la intuición. A los que han aprendido a comunicarse con la
conciencia trascendental les parecerá que lo que está por debajo de la superficie de
nuestra cotidianeidad y nuestra realidad mundana se forma de la misma sustancia con la
que se dibujan las señales que estuvieron veladas ante nuestra comprensión por siglos.
Nos llegan desde los supra-mundos pensamientos e ideas que aunque aún no podemos
comprender cabalmente si podemos intuir el fondo de los mensajes. La forma velada en
que se nos muestra lo oculto es despojándonos del ego y renunciando a los apegos
materiales. Entonces podemos descubrir lo efímero que es el tiempo. Cuando nos
sumergimos en el momento y nos alejamos del ruido de nuestra mente, dejamos volar a
nuestro espíritu lejos de los sentidos que nos arrastran hacia las necesidades de la carne.
Entonces rasgamos el velo y aparece el significado de la vida. Solo podemos fluir
ibremente con la creación divina cuando nos alejamos de los dogmas preestablecidos y
as respuestas pre-digeridas que nos implanta la sociedad. Al madurar en espíritu
alcanzamos el nivel necesario para poder “ver” lo que ha estado siempre “cerca y junto”
que es en donde los filósofos mexicas ubicaban a La Fuerza Suprema de la Creación.
Poco a poco despertaremos del sueño material, como fue profetizado que sucedería al
final de la depuración total y la verdad se revela ante nuestros ojos de manera natural.
El archivo akasico universal del inconsciente colectivo nos presentará el significado
oculto de nuestro universo en un instante completo y sin censura. En las representaciones
del ayer que se nos revelan ahora, está presente el agua del conocimiento de la próxima
era de Acuario que fluirá como luz brillante y clara cuando inicie el nuevo año estelar. La
uz del Alfa y el Omega brotará inextinguible barriendo todo lo corrupto llevándose todo
sufrimiento al final.
Seres de luz acompañan a la humanidad en su proceso de cambio. Algunos les llaman
ángeles. Ellos nos guiarán hacia la última verdad. Solo debemos abrazarnos al amor y
alejarnos de la oscuridad y la mentira.
Existen fuerzas antagónicas que luchan por las almas de los seres humanos. Son seres
que existen más allá de nuestra comprensión y percepción que atraviesan el umbral para
velar por nosotros. También habitan ahí seres que buscan perdernos en las tinieblas que
ellos dominan. Todos estos seres infinitamente superiores espiritualmente a nosotros
nfluyen en nuestros actos en todo momento para bien o para mal.
Estos seres han estado siempre a la sombra de la humanidad acercándonos hacia la
edención o hacia la perdición de nuestras almas. Los espíritus de los que existieron en
este mundo y que ahora habitan en otro plano dimensional también a veces interfieren
efímeramente o subliminalmente en nosotros para hacernos saber que están cerca.
Algunos se quedan por el contrario porque no supieron en su momento desprenderse del
ego. No estamos solos nunca aunque con nuestros ojos no podamos ver esos mundos que
están más allá del velo.
No debemos temer porque si nos aferramos al amor nada puede dañarnos
espiritualmente. Mientras obremos bien, la mentira no podrá dañarnos pues nada que
emane de la bondad puede hacerlo. El amor es el aliado de los que lo buscan la verdad.
La compasión aparece cuando rechazamos la mentira. Los seres de luz han establecido
una conexión atemporal con nosotros y debemos confiar en que al final nos guiarán hacia
la Fuente Infinita de amor para dar el siguiente paso en nuestro proceso evolutivo.
Choque dimensional
Existe una teoría que desarrollaron científicos cosmólogos de la Universidad de
California. Ellos han sugerido que una extraña anomalía en la radiación de fondo del
universo podría indicar la existencia de universos paralelos al nuestro y que estos se
encontrarían en planos contiguos al nuestro. Ellos aseguran tener pruebas de que en algún
momento del tiempo, otro de esos universos tuvo una colisión con el nuestro. Según esta
teoría este impacto produciría una extraña irregularidad en la distribución y la
conformación de la materia. Esta irregularidad dicen pudo ser observada gracias a los
grandes telescopios modernos. Desde mediados del siglo XX muchos investigadores se
han planteado la posibilidad de la existencia de otros planos dimensionales pero nunca se
consideró que estos universos –supra mundos o inframundos -como le llamarían los
mesoamericanos- pudiesen “chocar” unos con otros. Un choque dimensional provocaría
tal vez el caos que llevaría a una nueva realidad como fue descrito por los antiguos
sabios. Si un choque entre universos morfológicamente distintos ocurriera un día, el
recorrido de los astros se alteraría y podría tener como consecuencia no sólo el cese del
movimiento temporal como lo planteaban los mayas sino que toda materia colapsara o se
transformara.
Quizás los hoyos negros sean producto de choques de universos muy antiguos que se
mudarían hacia otra dimensión no perceptible para nosotros. Si un hoyo negro chocase
con otro universo invisible, tal vez aumentaría su tamaño súbitamente interfiriendo con la
continuidad del tiempo. Eso haría que sobreviniera otra realidad. Tal vez durante choques
anteriores se habrían ido agregando las dimensiones que conocemos y otro choque
agregaría una o varias dimensiones a las cuatro que percibimos llevándonos más allá del
tiempo y el espacio conocido provocando un “Hueco” en el espacio o un hoyo negro.
Independientemente de la fuente de información precisa que los mayas tuvieron
conocían mejor que nosotros el espacio y el tiempo. Sus conocimientos difieren de los
nuestros en muchos aspectos aún en nuestra época. Por lo tanto si sabían cómo calcular
los ciclos de las manchas solares por ejemplo, obviamente no sería difícil para ellos saber
mucho más de lo que nosotros sabemos de los misterios acerca del origen y del destino
final de nuestro universo. Con el grado de adelanto científico que poseían, seguramente
sabrían también de la posibilidad de un choque de enormes magnitudes astronómicas que
podría alterar nuestra dimensión y nuestro tiempo transformándolo en algo desconocido
para ellos y para nosotros que nos llevaría a una condición imposible de medir. Quizás
por esto los mayas y el resto de los antiguos habitantes de México creían que el Sol y los
astros podrían detenerse en algún momento, por motivos incomprensibles para la mente
humana.
Ellos sabrían de antiguos cambios climáticos que llevarían a nuestro planeta a
extinciones masivas incluso sabrían de la posibilidad de un cambio en el eje terrestre que
habría provocado que nuestro Sol pareciese haberse detenido. Sabrían a su vez de la
posibilidad de un cambio del campo magnético u otra fuerza que alteraría el rumbo de
nuestras vidas y el flujo normal del tiempo como sabrían también de la existencia de
fuerzas mucho más fuertes inalcanzables a nuestra capacidad e imaginación.
Esperaban que mientras mantuviesen a los dioses satisfechos, el orden de nuestro
mundo se mantendría y el Sol seguiría su curso y quizá no se detendría. Tal vez ellos
sabían que si el Sol dejara de moverse, el tiempo también lo haría y viceversa. Quizás lo
que verían en el futuro los profetas del pasado, sería una cambio tan radical como podría
ser un choque de universos. Los científicos modernos creen ahora esto posible y ellos
debieron creerlo posible en su tiempo también. Al entrar nuestro mundo a esa nueva
dimensión donde quizás la luz traspasaría todo, viviríamos sin tiempo y sin necesidad de
a luz del sol, como se describe en el Apocalipsis.

-No habrá ya noche, ni tendrá necesidad de luz de antorcha, ni de luz de sol, porque el
Señor Dios los alumbrará, y reinarán por los siglos de los siglos.

Apocalipsis 22.3

Los antiguos americanos creían también que inevitablemente algún día habría una
uptura en el tiempo y que entonces los dioses volverían. Ellos comprendían que lo que
ocurre en el cielo repercute en nuestro mundo y lo que sucede aquí abajo afecta de igual
modo a todo y a todos lo demás seres que habitaran en el cosmos. Si en algún lugar del
iempo tuvo lugar un choque dimensional, es muy probable que pueda volver a
producirse un día.
El espacio, el tiempo y nosotros mismos nos fundiríamos para dar forma a algo más.
Nuestros cuerpos se transformarían en algo sutil, como Nostradamus predeciría para
más allá del tercer milenio.
Nota
1) La era adámica se conoce en ciertos medios místico-religiosos como la generación de seres
humanos que han vivido a lo largo de los últimos 6 milenios. Se le ha llamado así porque el
primer padre o fundador de esta generación de humanos. El hombre en la pareja Bíblica
primordial

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Fin de tomo I
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