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ACTAS

Actas II Jornadas de Patrimonio


Defensivo de Época Moderna
Damià Abella Plantés
F.Xavier Hernández Cardona
Mireia Romero Serra

1
Edita: Francesc Xavier Hernández Cardona.
Grup de Recerca DIDPATRI. Universitat de Barcelona
www.didpatri.cat

© Autores y editor, 2016

ISBN: 978-84-608-9294-6
Fecha de edición: junio, 2016

Compaginación: Puput

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permiso previo, expreso y por escrito de los titulares del © Copyright.

Las II Jornadas del Patrimonio Defensivo de Época Moderna se enmarcan en el contexto del proyecto de
investigación “Desarrollo de estrategias y técnicas didácticas a partir del patrimonio y la arqueología del
conflicto para la enseñanza/aprendizaje de las Ciencias Sociales i la Historia (EDU 2012-35299) Ministe-
rio de Economía y Competitividad.

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ACTAS

Actas II Jornadas de Patrimonio


Defensivo de Época Moderna
Damià Abella Plantés
F.Xavier Hernández Cardona
Mireia Romero Serra

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4
ACTAS

Índice general

Introducción. II Jornadas de Patrimonio Defensivo de Época Moderna . . . . . 9


El Patrimonio Defensivo de Cataluña de época moderna: un factor
de desarrollo cultural y económico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Joaquim Nadal Farreras
El uso social del Patrimonio Monumental. Un caso excepcional:
San Fernando de Figueres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Juan Manuel Alfaro Gil
Patrimonio defensivo moderno en Cataluña y didáctica de la geografía . . . . . 27
Jaume Busquets Fàbregas
El glacis de la fortaleza de San Fernando, en Figueres, punto estratégico
para la conservación de la flora (Silene sennenii) y mirador para la
enseñanza de geografía e historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
José M. Dacosta Oliveras
San Fernando de Figueras. Problemas de hoy y los retos del mañana . . . . . . 47
Anna María Puig Griessenberger
Una aproximación bayesiana al estudio de dinámicas históricas:
la evolución de las técnicas de asedio durante la Guerra de Sucesión . . . . . 51
Xavier Rubio-Campillo
Las murallas medievales y modernas de Barcelona. «Si vis pacem, para bellum» 65
Carme Miró Alaix
El patrimonio poliorcético moderno de Mallorca. Problemática
de investigación y usos sociales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Miguel José Deyá Bauzá

5
De Georges Prosper a Jorge Próspero Verboom, leal ingeniero de la
monarquía hispánica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Juan Miguel Muñoz Corbalán
Arqueología subacuática y conflicto. El caso del Pecio Deltebre I. . . . . . . . . 113
Gustau Vivar
La vida cotidiana en los viejos castillos. Siglos xv al xvii.
El ejemplo del castillo de Montsoriu (Arbúcies-Sant Feliu de Buixalleu) . . . 127
Jordi Tura; Joaquim Mateu; Gemma Font; Sandra Pujadas
Jacques Rigaud. Iconografía didáctica de un asedio del siglo xviii . . . . . . . . 139
Francesc Xavier Hernàndez Cardona, Xavier Rubio Campillo,
Mireia Romero Serra, Francesc Riart i Jou
Juegos de simulación histórica: guerra y diplomacia en el siglo xviii . . . . . . 153
Marc Figueras
Instituciones internacionales y patrimonio poliorcético en el Caribe.
Las actividades del Comité científico internacional de fortificaciones
y patrimonio militar (ICOFORT) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
Dra. Tamara Blanes Martín
Museografía didáctica y poliorcética moderna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
Rafel Sospedra Roca, Gemma Sebares Valle, Isabel Boj Cullell,
Eva Poblador Relancio, Carolina Martín Piñol,
Documentación tridimensional mediante escáner láser 3D y técnicas
fotogramétricas del Baluarte de Sant Antoni (Barcelona): democratización
y valorización de resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193
Jorge Angás Pajas
La fortificación de Amposta. De plaza de primer orden a fortificaciones
de circunstancias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209
Dídac Gordillo Bel
El paso de las murallas romanas y medievales a las fortificaciones modernas
en la ciudad de Tarragona (siglos xv-xvii) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221
Joan Menchón Bes
Arquitectura militar en el campo de Tarragona, Conca de Barberà y Priorat
(Provincia de Tarragona) entre época medieval y moderna (siglos xv-xvi).
Algunos ejemplos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235
Joan Menchón Bes
Los artífex del castillo de Monjuïc de Barcelona (1640-1779): frailes,
ingenieros y maestros de casas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249
Josep M. Vila i Carabasa

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ACTAS

La Ciudadela: única fortificación de la Edad Moderna en la ciudad de Valencia 263


José Ramón Cumplido Muñoz
La restauración arquitectónica de las fortificaciones y su problemática.
“Experiencia propia” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273
Alfred Pastor Mongrell
Plan director y centro de interpretación del castillo de Hostalric . . . . . . . . . 285
Montse Viader i Crous
“Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la Barceloneta” . . . . . . . . . 295
Maria Jesús Vidal, Isabel Centeno, Pau Moncho y Sheila García
Recreación histórica de época barroca en Cataluña . . . . . . . . . . . . . . . . 307
Adrià Arroyo Montagut, Roger Candela Callado
Museografía de un asedio. Barcelona 1714 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 319
Gemma Cardona Gómez, Lorena Jiménez Torregrosa,
M. del Carmen Rojo Ariza, David Íñiguez Gracia, Alba Ambrós Pallarès
Sílvia Juàrez Moreno
Nueva iconografía didáctica y conflictos del siglo xviii . . . . . . . . . . . . . . 335
Maria Feliu Torruella, Mar Hernàndez Pongiluppi,
Guillem Hernàndez Pongiluppi, Silvia Burset Burillo

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8
ACTAS

Introducción.
II Jornadas de Patrimonio Defensivo de Época Moderna

Las II Jornadas del Patrimonio Defensivo de Época Moderna se celebraron en el


castillo de San Fernando de Figueras entre los días 12 al 15 de marzo de 2015. Como
las anteriores se organizaron a iniciativa del Consorcio del Castillo de San Fernando
de Figueres y en colaboración con la Universidad de Barcelona. Esta segunda edición
confiere a la iniciativa una madurez relevante en tanto que se han mantenido, en ca-
lidad y cantidad, las aportaciones. Por otra parte estas II Jornadas han contado con
una participación internacional importante. La presencia de la Dra. Tamara Blanes,
del ICOFORT-ICOMOS, y del Dr. Edward Harris, director del Bermuda Museum y
padre de la arqueología contemporánea, otorgan a la iniciativa un grado de madurez
y de proyección relevante. También cabe destacar el carácter interdisciplinar de las
aportaciones: arqueólogos, historiadores, ingenieros informáticos, didactas, técnicos
en turismo, recreadores… todos ellos han participado y colaborado generando un
fecundo foro de intercambio de conocimientos al entorno del patrimonio defensivo
y sus circunstancias. Esta dimensión interdisciplinar se ha convertido también, sin
duda, en uno de los puntos fuertes de las Jornadas. Como en la anterior ocasión las
dependencias y servicios del Castillo de San Fernando han demostrado ser un marco
incomparable para este tipo de actividades. Con estas II Jornades de Sant Ferran la
fortaleza pasa a convertirse en polo de referencia de investigación e innovación al
entorno del patrimonio militar. El éxito de estas segundas jornadas, y el convenci-
miento que en el sector del patrimonio del conflicto hay oferta y demanda de investi-
gación e innovación, indica e invita a la realización de unas terceras jornadas en 2016.
Ello va suponer sin duda la estabilización definitiva de la iniciativa y la consolidación
de la fortaleza de Sant Ferran de Figueres, y de la ciudad de Figueres, como polo de
referencia internacional del patrimonio poliorcético. Y esta dinámica va a contribuir,
sin duda, a un mayor conocimiento de la fortaleza y a garantizar la integridad de sus
estructuras. San Fernando de Figueres es sin duda uno de los referentes poliorcéti-
cos más importantes de Europa y va ejercer su capitalidad, también en el campo del
conocimiento.

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Coordinación de las jornadas

Sr. Damià Abella Plantés


Dr. F. Xavier Hernàndez Cardona
Dr. Xavier Roigé Ventura
Sra. Mireia Romero Serra

Comité científico Colaboran

Dr. Joaquim Nadal Farreras Departament de Cultura.


Tinent General Carlos Díaz Capmany Generalitat de Catalunya
Dr. Pere Gifré Ribas Universitat de Girona
Dr. Juan Miguel Muñoz Corbalán Institut Català de Recerca en
Dr. Edward C. Harris Patrimoni Cultural
Sra. Carme Miró Alaix Barcelona Supercomputing Centre
Dra. Tamara Blanes Martín Fundació Les Fortaleses Catalanes
Dr. Joan Manuel Alfaro Gil Institut d’Estudis Empordanesos
Dra. Anna M. Puig Griessengerger Amics del Castell de Sant Ferran
Sra. Gemma Cardona Gómez Centre Sport Figuerenc
Dr. Xavier Rubio Campillo Miquelets de Girona
Dr. Miguel José Deyá i Bauzá Desperta Ferro Ediciones
Dr. Joan Manuel Rueda Torres SOS Monuments
Dr. Ramon Ripoll Masferrer Museu d’Arqueologia de Catalunya
Dr. Ramon Buxó Capdevila Museu Etnològic del Montseny La Gabella
Dr. Enric Vinyes Manuel Museu d’Arqueologia de
Sr. Josep Maria Dacosta Oliveras Catalunya - Girona
Departament d’Agricultura,
Secretaría Ramaderia, Pesca, Alimentació,
Medi Natural dels SSTT a Girona
Sra. Sílvia Juàrez Moreno Amics del Castell de Montjuïc

Organización

Dra. Gemma Sebares Valle


Dr. David Íñiguez Gracia
Dr. Rafel Sospedra Roca
Sra. Isabel Boj Cullell
Sra. Lorena Jiménez Torregrosa

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ACTAS

El Patrimonio Defensivo de Cataluña de época moderna:


un factor de desarrollo cultural y económico

Joaquim Nadal Farreras


Universitat de Girona.
Institut Català para la investigación en el patrimonio cultural
joaquim.nadal@udg.edu

Resumen

El patrimonio es el producto de diversas transformaciones y decisiones a lo largo


del tiempo. La funcionalidad de los artefactos patrimoniales a lo largo del tiempo in-
cide en un permanencia, destrucción o transformación. El patrimonio que pervive no
es ajeno a las estructuras sociales, económicas y culturales que lo generaron. La lectura
de estas circunstancias que generaron o mantuvieron un patrimonio son fundamen-
tales para proceder a su interpretación. El patrimonio defensivo, a menudo erosionado
por la evidente y rápida obsolescencia en cuanto a usabilidad, presenta una compleji-
dad singular. Su tratamiento y uso puede ser diverso pero siempre debe ser respetuoso
con sus valores y su historia, y cualquier opción debe propiciar su interpretación.

Palabras clave: Patrimonio defensivo. Usos del patrimonio. Valor del patrimonio

1. El valor del patrimonio, el sentido de la historia

Desde mi punto de vista, el patrimonio es la memoria del tiempo. Es un hilo in-


visible que reconstruye el vínculo entre el recuerdo intangible, la transmisión de la
memoria y la herencia concreta que hemos recibido. El patrimonio se convierte, en
este sentido, en la expresión de las capas del tiempo, el poso que decanta el paso del
tiempo y, así, de capa en capa, se convierte en un palimpsesto imperfecto y variable.

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El hilo invisible de la memoria nos revela los resortes ocultos, las capas desapareci-
das; y nos permite constatar un eterno tejer y destejer que es el resumen de la dinámica
histórica que se establece entre la construcción, la destrucción y la reconstrucción del
patrimonio.
Nuestro patrimonio es hijo de una elección posible, y quizás intencionada, de los
tiempos remotos y los tiempos recientes. Es a la vez producto del decantamiento del
tiempo y de la precipitación de los acontecimientos; hay un patrimonio depositado y
un patrimonio precipitado, despreciado y dañado, todo en uno.
El valor patrimonial atribuido a la herencia que hemos recibido no puede pres-
cindir del sentido histórico de la realidad de cada momento, y debe buscar la corres-
pondencia entre los valores patrimoniales, recibidos y transmitidos, y el sentido de
la historia en el momento de su producción. Nuestro hilo invisible, los hechos de la
historia y de la memoria, ayudan a dar vida al patrimonio.
No nos corresponde, y no nos podemos permitir, una contemplación pasiva de
un patrimonio inerte. El patrimonio inanimado acumula y apila, generando un
hacinamiento indiscriminado, y quizás sin sentido. Leer el patrimonio e interpre-
tarlo es darle vida. Llenarlo de contenido es darle sentido. Necesitamos huir de la
contemplación romántica de un pasado glorioso en ruinas, y empezar de nuevo.
Necesitamos tirar del hilo de los cimientos, construir el sentido de las dinámicas
históricas, atribuir un sentido a la representación física del patrimonio como un
espacio social, económico y de poder. Sólo así, captando el sentido de los valores
patrimoniales, tendremos respuesta a los interrogantes que nos plantea la realidad
del tiempo evanescente.
Si todo lo expuesto es válido como criterio general, adquiere todavía una dimen-
sión más evidente cuando nos enfrentamos al valor que se otorga al estado de conser-
vación y los usos actuales del patrimonio defensivo.

2. El sentido y la valoración del patrimonio defensivo

Nos cuesta demasiado asociar e identificar elementos del patrimonio histórico,


artístico y arqueológico con funciones defensivas y de protección de tipo militar. Por
otra parte, históricamente nos ha costado, también, otorgar sentido y valor patrimo-
nial a aquellos elementos físicos y arquitectónicos que han tenido en el pasado, y han
perdido totalmente, una inequívoca función militar y defensiva. Dejadme explicar
esta ignorancia, por desconocimiento identificativo, y este desprecio patrimonial a
partir de la obsolescencia de los elementos militares, con el ejemplo de dos casos.
El primero. Ha costado mucho establecer en el poso comunitario, no tanto en el
conocimiento de los especialistas, la definición del triángulo medieval de Girona (el
perímetro romano ampliado en época carolingia y denominado Força Vella), como
un triángulo con un castillo en cada uno de sus vértices: Montcada-Sobreportes, Ca-
brera-Requesens y Torre Gironella. Y hemos tardado más en saber, y asumir, que cada
tramo de muralla de Girona, por tercios, dependía de cada castillo, y que a su vez los

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El Patrimonio Defensivo de Catalunya de época moderna... ACTAS

tramos se fragmentaban en otras partes encargadas, infeudadas, a un noble caballe-


ro, militar pues, para su defensa.
A menudo, en la contemplación y el disfrute del patrimonio no disociamos y no
tenemos en cuenta los hechos históricos, que influyen en la materialización patri-
monial. En un país dominado por castillos, monasterios e iglesias, no debería ser
difícil construir un discurso historiográfico que asociara la construcción cultural
del presente —la valoración patrimonial— a la realidad histórica. Es decir, asociar
el patrimonio que admiramos, con mirada neutra, al papel de unos grupos sociales
dominantes y unas estructuras de poder, de dominio militar y de colonización y
ocupación territorial, que han configurado desde tiempos pretéritos el patrimonio
histórico.
En busca de la colectividad identitaria hemos perdido el hilo de la estructura social
y del poder, y también de la sumisión social. Hasta aquí el primer caso a modo de
ejemplo.
El segundo ejemplo es aún más flagrante. A menudo, las estructuras físicas aso-
ciadas a la función militar no han tenido una valoración histórica y patrimonial, y
ahora nos lamentamos de su destrucción, eliminación y desaparición. Ejercemos un
lamento retrospectivo que nos lleva a darnos cuenta de que la percepción del patri-
monio es también una construcción cultural e intelectual, a menudo reciente. Me
refiero a las fortificaciones, a las murallas. Si ya no sirven para nada, las derribamos.
El grito de los liberales “abajo las murallas”, que dejó Barcelona sin su perímetro
defensivo, se extendió como la pólvora por toda Cataluña. Se conservaban murallas,
no por su valor patrimonial, sino en función inversa del estorbo que hacían. Ya me
perdonaréis que vuelva a usar la materia prima que tengo más a mano, que es Girona,
para explicarme.
Los fosos, los glacis, los baluartes y contrafuertes de la muralla del Mercadal, han
desaparecido todos. Tenia que construirse un ensanche, la ciudad debía crecer. ¡Las
murallas son un espacio público que se puede liberar, pues las suprimimos! En Barce-
lona hacían rondas, mientras que en Girona abrían la Gran Via. La muralla del siglo
xiv, de Pedro el Ceremonioso, en el lado de las Canteras, en el este de la ciudad, no
era impedimento de nada y esta feliz coincidencia nos permite, ahora, disfrutar de un
camino de ronda extraordinario y darnos cuenta de la dimensión y características de
la fábrica de la muralla. Somos hijos y herederos de nuestra historia y hemos recibido
en herencia la elección de las generaciones que nos han precedido.
Es verdad, claro, que era más fácil, y más barato, buscar el espacio público en los
terrenos ya ocupados por estructuras públicas que respetarlas por su valoración pa-
trimonial e ir a buscar el espacio necesario para los ensanches en una lucha difícil, y
quizás descarnada, con la propiedad privada.
La grandeza de las civilizaciones también se mide por su capacidad de asumir y
respetar el pasado, leerlo, actualizarlo, patrimonializarlo o simplemente prescindir
de él, en nombre del progreso.
No juzgo el pasado. Miro de describirlo con parámetros de hoy y asumo el riesgo
de ser muy injusto. Pero forzar el argumento en ambos casos me sirve para situar este
tipo de patrimonio, ahora.

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Y, aún, si se desea añadamos casos más cercanos. El mismo castillo de San Fernan-
do en Figueres, los de Montjuïc en Girona y Barcelona, ​​los de Bellaguarda o Salses en
la Cataluña del norte, el de Montsoriu, el de Hostalric, el de la Seu de Urgell...
En todos los casos mencionados se perfila una problemática conceptual y meto-
dológica.

1. La lectura histórica de los equipamientos militares.


2. La asociación, ahora, entre la función histórica y su valor patrimonial
3. El nivel de intervención en la conservación y la rehabilitación.
4. Los usos actuales y futuros de este patrimonio.

3. La historia

La explicación de los hechos históricos asociados a una estructura social, en una co-
yuntura política, a unas dinámicas militares, a menudo, nos debe permitir leer mejor
y entender los vestigios materiales del pasado. Tenemos que poder romper con la con-
templación pasiva, un modo algo frívolo y reduccionista de limitar la contemplación
a un disfrute estético con parámetros contemporáneos. Es una visión, una manera de
mirar, que nos escatima el dolor, el sufrimiento, la vida que siempre rezuman los mu-
ros, ahora inertes, de tantas fortalezas. Debemos aprender a interrogar al patrimonio.
El conocimiento de las técnicas de ataque y defensa nos permitirá percibir mejor la
dinámica de acción y reacción en los asedios medievales y modernos, y atisbar por las
rendijas como era la vida cotidiana en ciudades sometidas al azote de la guerra.

4. El patrimonio

El sentido patrimonial de la huella histórica, la percepción de los procesos de cons-


trucción, destrucción y reconstrucción; la elección del tiempo, la jerarquía de los ma-
teriales, la constatación de que lo que queda, no siempre es exactamente lo que era.
En la superposición de etapas y materiales sólo resisten la selección, y el veredicto del
tiempo, las estructuras más potentes, y en la mayoría de los casos las más directamen-
te asociadas a las estructuras del poder, que son las que acostumbran a evidenciar una
representación jerarquizada de la sociedad. Hoy prácticamente no queda ni una sola
casa de la época de las iglesias románicas del Pirineo. Pero ¿qué queda, por ejemplo,
en todo Figueres de la Figueres de la época de la fortaleza? La selección temporal nos
indica un orden jerárquico y de poder material, espiritual y militar.
La suma de todas estas aproximaciones configura una gama de valores de gran
riqueza objetiva, en el patrimonio mismo como nos ha llegado, en la interpretación
del patrimonio y en el descubrimiento de los mecanismos asociados a la formación de
este patrimonio. Hay que añadir la constatación de que el patrimonio recibido es sólo
una parte del molde de una escultura que sólo podemos reconstruir, parcialmente, a

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El Patrimonio Defensivo de Catalunya de época moderna... ACTAS

partir de la documentación, si conseguimos dar voz a los anónimos protagonistas de


la historia, los que no tenían ni castillos ni abadías.

5. La rehabilitación

Si hemos sabido leer y explicar adecuadamente una fortificación, ligarla a la histo-


ria, a las estructuras sociales que la hicieron posible, la fortaleza quizás puede quedar
exactamente como está, como nos ha llegado: testimonio elocuente de una realidad
acumulativa, con heridas de guerra, heridas de la incuria y heridas del olvido. Dejar
el monumento tal como nos ha llegado; explicarlo, pero no reconstruirlo, consolidar
de forma elemental, insinuar más que rehacer, dejar que la fortaleza hable por ella
misma con todas las huellas dejadas por las acometidas sucesivas y las utilizaciones
sobrevenidas.
Definir los itinerarios, asegurar el mantenimiento, garantizar la integración en el
paisaje, asociar el monumento al ecosistema que se ha generado por la no intrusión
de elementos extraños. El herbario del castillo; poner en evidencia las entrañas, las
obras hidráulicas, las conducciones del suministro, la estructura y la funcionalidad
interna.
Limpiar, ordenar, consolidar y mostrar, explicar. Hacer pedagogía de la función
y de lo cotidiano. La dieta, la salud, la higiene, la vida de la tropa, de los oficiales, los
animales. Considerar los castillos-castillos y los castillos-ciudad constatando que, a
veces, hay una fortaleza para proteger un pueblo y, otras veces, hay un pueblo entero
en el interior de una fortaleza.

6. Los usos

Tenemos tantos casos como fortalezas existen y, seguramente, del análisis de los
usos podríamos desprender un mal uso del bien histórico o, en cambio, un destino
que subraye sus valores.
Un centro de interpretación, un equipamiento cultural, un museo, un hotel, un
restaurante, una simple ruina visitable… es probable que todos los casos tengan su
sentido y que sean justificables, como también es evidente que un mismo uso puede
ser respetuoso con el bien patrimonial y, en otro caso, puede convertirse en una pa-
rodia desvirtuadora.
Un uso apropiado requiere simplemente la lectura de la historia, la valorización
patrimonial, la intervención de restauración y de restitución, y que la rehabilitación
y los nuevos usos finalmente definidos conserven la coherencia y no desvirtúen el
sentido histórico y patrimonial.
La reducción del patrimonio a la irrelevancia es uno de los mayores riesgos en la
definición de nuevas funciones. Hay opciones que subrayan y potencian el patrimo-
nio defensivo y otras que lo devalúan y lo hacen residual. En definitiva, el patrimonio

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defensivo no es, ni puede ser, un valor residual, y puede ser, en cambio, un valor
añadido.

7. A modo de conclusión

La demolición del pasado ha sido una práctica reiterada de la humanidad. Ha ha-


bido una demolición consuntiva, gradual, por erosión. Y ha habido, también, una
de compulsiva y encarnizada. En cualquier caso ha afectado el pasado remoto y el
inmediato, el pasado material e inmaterial, de las cosas y de las personas, de los vesti-
gios de la vida y de la memoria de las vidas. La destrucción del pasado es un signo de
degradación de la civilización que construye cada vez más los elementos del futuro
desde la superfluidad líquida. Hay, pues, una agenda temática, una lista de tareas,
unos itinerarios metodológicos posibles, en el conocimiento, divulgación y difusión
de este patrimonio.

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ACTAS

El uso social del Patrimonio Monumental.


Un caso excepcional: San Fernando de Figueres

Juan Manuel Alfaro Gil


Doctor por la Universitat de Barcelona
Vice-presidente de la Fundació Les Fortaleses Catalanes
Conservador del Castillo de San Fernando de Figueres
jm.alfaro@hotmail.es

Resumen

Tras más de dos siglos y medio de vida, la fortaleza de San Fernando ha sobre-
vivido dignamente al uso continuado y a los avatares históricos de los que ha sido
protagonista. Constituye un caso excepcional dentro del patrimonio fortificado de
época moderna en Cataluña, por pasar de ser utilizado por el ejército a ser abierto
al público como bien cultural de forma no traumática. Por ello, no ha sido víctima
del abandono, del vandalismo, de la expoliación o de los usos alternativos que han
padecido el resto de patrimonio de su clase, ofreciendo hoy en día un grado de auten-
ticidad excepcional.
Pasados diecinueve años de su entrada en el panorama turístico-cultural del país
son muchos los avances conseguidos a nivel de mantenimiento, conservación, restau-
ración e interpretación. No obstante, queda mucha labor por delante, especialmente
respecto a su difusión y publicitación. Aunque la batalla científica ya ha sido ganada,
cabe ahora dirigir los esfuerzos hacia su mayor conocimiento por parte de la socie-
dad. Pero no de cualquier manera, sino como lo que es: uno de los mayores exponen-
tes del patrimonio cultural del país.

Palabras clave: Fortificación, patrimonio, conservación, difusión, financiación.

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1. Orígenes de una fortaleza

El 4 de septiembre de 1753 se iniciaron las obras de la que sería una de las fortifi-
caciones abaluartadas más espectaculares de Europa: San Fernando de Figueres. Su
existencia se debe a la coincidencia en un mismo momento histórico de importantes
personajes de la época: el rey Fernando VI; el capitán general de Cataluña, marqués
de la Mina; el secretario del despacho de Guerra, Marina, Indias y Hacienda, el mar-
qués de la Ensenada; y el comandante del Cuerpo de Ingenieros, Juan Martín Zerme-
ño. Todos ellos al servicio del ideario social y político de la Ilustración española. No
hay duda que con la falta de sólo uno de los componentes de esta especial alineación,
el resultado hubiera sido bien distinto.
Tras más de dos siglos y medio de existencia, San Fernando ha resistido dignamen-
te el paso del tiempo, hallándose actualmente en un estado de conservación y auten-
ticidad más que respetable. Las razones por las que un monumento como éste, con
tales dimensiones y situado en tan privilegiada ubicación, ha llegado a nuestros días
en estas condiciones, son muchas y variadas, tantas como vicisitudes ha vivido. Y en
todas ellas, nuevos factores humanos, institucionales e históricos se han alineado sis-
temáticamente para conseguir legar a las generaciones actuales y venideras un edificio
especial y único cuyo valor e importancia va más allá de sus impresionantes muros.
San Fernando fue concebido para proteger Cataluña de sus impetuosos vecinos,
que durante el siglo xvii no habían cejado en el intento de anexionarse parte de su
territorio. Las incursiones de los ejércitos franceses en el Principado fueron una cons-
tante a lo largo de los diferentes conflictos que asolaron Europa durante esa centuria,
mientras que las autoridades hispanas eran incapaces de proteger sus fronteras. La
Paz de los Pirineos debía poner fin a esa situación. Finalmente se cedió a las deman-
das francesas y se cumplió el gran deseo de aquella monarquía de ver su nueva fron-
tera coincidir con la que tuvo la Galia.
A pesar de las importantes concesiones dadas en 1659, la Paz fue efímera y nuevos
conflictos asolaron Cataluña hasta bien entrado el siglo xviii. Ni el radical cambio
de familia en la Corte hispana fue capaz de liberar al Principado del conflicto y la
desolación. No fue hasta la finalización de la guerra de la Cuádruple Alianza que sus
habitantes pudieron respirar tranquilos durante un prolongado espacio de tiempo.
Con la entronización de Fernando VI se abrió una nueva etapa para la monarquía
hispánica. Se finiquitaron los conflictos en Europa y la paz permitió destinar recur-
sos, precisamente, para hacer que ésta fuera duradera. Y uno de los buques insignia
de esta insólita etapa de la historia moderna del país fue, precisamente, San Fernando
de Figueres.
La fortaleza nació con los mejores padres y padrinos, y durante los cerca de cin-
cuenta años que duraron sus obras no faltaron las mil y una dificultades. Problemas
con los asentistas, la puesta en duda de la calidad de su construcción, la intervención
de las obras por la administración, la muerte o la desaparición de la escena política
de sus valedores, las constantes rebajas en las dotaciones de obras... pero a pesar de
todo el magno proyecto de los Zermeño se materializó prácticamente en su totalidad.

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El uso social del Patrimonio Monumental... ACTAS

2. San Fernando en guerra

La guerra no tardó en llegar y el conflicto vecinal tuvo un nuevo episodio, esta


vez, con la Francia revolucionaria. Nuevamente las tropas galas invadieron Catalu-
ña, pero esta vez algo había cambiado. El Empordà ya no estaba desprotegido y la
inmensa fortaleza estaba dispuesta a llevar a cabo, por primera vez, la labor para la
que fue concebida cuarenta años antes. Sin embargo, las especiales circunstancias en
que tuvo lugar el primer asedio a la fortaleza, tras la derrota del ejército español en la
batalla del Roure, aunado a la inoperancia y cobardía de los mandos responsables de
su defensa, dio lugar a una rendición precipitada. Y la culpa no tardó en recaer en San
Fernando. Los propios cargaron contra ella: que si estaba mal trazada, que si estaba
dominada por las alturas próximas, que si sus obras no se cubrían bien las unas a las
otras... Los extraños le aplicaron el peyorativo sobrenombre de Belle Inutil apelativo
que, incomprensiblemente, los propios no tardaron en hacer suyo haciéndolo pervi-
vir hasta el presente.
Humillada, vilipendiada y puesta en cuestión de nuevo, San Fernando inició el
siglo siguiente con otro asedio. Esta vez el vecino, transmutado de revolucionario a
imperialista, bloqueó la plaza con veinticinco mil hombres. Pero en esta ocasión su
guarnición, que no superaba los cuatro mil, supo conservarla durante más de cuatro
meses. Otros tiempos y otros defensores.
El convulso siglo xix estuvo plagado de un sinfín de conflictos internos entre la
nueva visión del país, fruto de la primera constitución fraguada durante la Guerra
de la Independencia, y la tradicional. Mientras que Fernando VII, por un lado, juró
la constitución presionado por el éxito de un pronunciamiento, por el otro, reclamó
ayuda a sus socios de la Santa Alianza para retornar el país al régimen absolutista.
Nuevamente el vecino, con un contingente que recibió el nombre de los “Cien Mil
Hijos de San Luis”, entró en el país. Y no tardó en dirigir sus pasos hacia San Fer-
nando, cuyo gobernador se mantuvo fiel al gobierno liberal. En esta ocasión fue un
bloqueo más que un asedio formal pero a pesar de ello éste se prolongó hasta cum-
plir los cinco meses. La falta de auxilios y las fiebres obligaron a su gobernador a la
capitulación.
San Fernando tampoco quedó al margen de los pronunciamientos, motines y re-
vueltas que caracterizaron el siglo xix. En agosto de 1837 los artilleros de la forta-
leza se rebelaron contra la reina regente y el gobierno constitucional obligando a su
gobernador a abandonarla. El capitán general de Cataluña, Barón de Meer, tuvo que
desplazarse a Figueres, y ante la presencia de sus tropas, los amotinados capitularon.
Seis años después, en 1843, el brigadier Atmetller se reveló contra la reina y se hizo
fuerte en San Fernando amenazando a la población de Figueres de ser bombardeada
si ésta no se sumaba a la causa. Durante dos meses se mantuvo en la fortaleza capitu-
lando ante las tropas comandadas por el capitán general.

19
3. La construcción del penal

Las dificultades económicas, la inseguridad y el conflicto reinante en el país tuvie-


ron consecuencias directas sobre las fortificaciones catalanas. Ante la falta de medios
para guarnecerlas y mantenerlas, la facilidad para ser tomadas llevó a las autoridades
a plantear una drástica solución. El 14 de marzo de 1856 la junta encargada del plan
defensivo del reino propuso la demolición de una serie de plazas consideradas pres-
cindibles. En Cataluña se propusieron las fortificaciones de la Seu d’Urgell, Hostalric,
Berga y San Fernando de Figueres. El 31 de marzo se redactó la Real Orden por la que
se debían confeccionar presupuestos para la total destrucción de dichas edificaciones,
pero la misma miseria que iba acabar con ellas las salvó. El coste económico de dicha
operación era tal que no se llegó a dotar. El caso figuerense fue el más significativo de
todos ya que no pudo encontrarse ningún empresario que confeccionara ni tan sólo
el presupuesto, ante la magnitud del trabajo a realizar.
La sombra de la destrucción siguió planeando sobre San Fernando durante el res-
to del siglo, mientras que su reducida guarnición habitaba como podía un edificio
sentenciado y con unas dotaciones para su mantenimiento muy reducidas. Dichas
carencias fueron las que llevaron al gobernador de San Fernando en 1891 a solicitar la
instalación de una brigada fija de penados en la fortaleza. Éstos debían paliar la falta
de recursos aplicándose a labores de mantenimiento. La petición fue desestimada,
pero dicha idea fue tomando forma. En el año 1906 el Estado segregó el sector norte
de la fortaleza cediéndolo al Ministerio de Gracia y Justicia para instalar en él una
penitenciaria civil.
Para alojar a los nuevos inquilinos, que iban a convivir con la guarnición de San
Fernando, se llevaron a cabo una serie de reformas que alteraron la fisonomía de
buena parte de la fortaleza. Se erigieron muros que aislaron físicamente el recinto
penitenciario. Tal proceder afectó a tres de las calles principales de la fortaleza, al
baluarte de San Felipe y al foso del sector norte de las caballerizas. Se enrasó hasta los
cimientos el edificio inconcluso del Estado Mayor de Artillería, se continuó la obra
inacabada de un pabellón de oficiales alterando totalmente su distribución original,
se construyeron nuevas garitas, nuevos caminos de ronda... pero a pesar de todo San
Fernando supo absorber con dignidad todas estas modificaciones. Tanto los materia-
les, como las técnicas constructivas usadas en esa época no distaban demasiado de
las empleadas un siglo y medio antes. Y los encargados de dichas obras se inspiraron
en la propia fortaleza para crear sus estructuras. Las nuevas garitas fueron copias de
las antiguas, la puerta de la penitenciaria emuló a la principal de San Fernando, las
gárgolas de los nuevos muros tomaron como modelo las ya existentes... de manera
que, con el paso del tiempo, el Penal ha pasado a formar parte de legado patrimonial
del propio edificio.

20
El uso social del Patrimonio Monumental... ACTAS

4. Destrucciones y pervivencia de usos militares

Aunque San Fernando inició el siglo con grandes cambios, los más importantes
estaban a punto de llegar. La Guerra Civil Española supuso para el edificio el peor
momento de su historia. Lo que no consiguieron asedios, desidias, transformaciones
y el paso del tiempo lo logró este conflicto. La fortaleza se convirtió en un importan-
te centro logístico del ejército republicano. Se habían formado en los almacenes del
lienzo de la puerta principal y en el de la mitad norte de las caballerizas importantes
depósitos de municiones de todo tipo que se convirtieron en objetivo de la aviación
italiana. San Fernando sufrió varios bombardeos cuyo fin era destruirlos y que a su
vez causaron muchos desperfectos en ella. Al retirarse las últimas tropas republica-
nas hicieron estallar los polvorines destruyendo completamente las murallas que los
albergaban, convirtiendo así a San Fernando en un tullido. Pero el drama no quedó
sólo en las amputaciones que han privado a las generaciones presentes y venideras de
la contemplación de su magnífica puerta principal o de la espectacularidad de las ca-
ballerizas en toda su magnitud. Las heridas sufridas son aún visibles en la actualidad
en infinidad de lugares. El hospital prácticamente arrasado, garitas desparecidas y
escombros repartidos por toda la fortaleza y que en la actualidad aún deben retirarse.
San Fernando, mutilado, abandonado, enterrado en sus propios despojos veía
próximo su fin. Pero la historia le tenía reservado un nuevo e insospechado papel.
Finalizada la guerra el régimen franquista convirtió a la fortaleza en uno de los
cuarteles más importantes de Catalunya. Nuevamente, la proximidad con la frontera,
razón de ser de San Fernando, y la compleja situación internacional, iban a dar al edi-
ficio un protagonismo inusitado. Primero los franceses, luego los nazis y finalmente
los aliados constituyeron amenazas nada despreciables para el régimen franquista,
razón por la cual se destinaron importantes recursos para la protección de la frontera
con Francia, especialmente en el sector ampurdanés. Y ahí estaba San Fernando dis-
puesto a alojar a los miles de soldados encargados de su vigilancia y de la construc-
ción de las nuevas fortificaciones que debían oponerse a un intento de penetración en
el territorio. Para ello se iniciaron obras que restañarían las heridas recibidas por la
voladura pero los tiempos habían cambiado. Esta vez faltó la inspiración romántica
de los constructores del Penal y se optó por la reedificación práctica. La fortaleza
pagaría de nuevo un alto precio por sobrevivir. Se rehicieron lienzos y edificios usan-
do cemento moderno sin buscar una restauración histórica. Los edificios del arsenal
y de la antigua panadería vieron reducidos sus superficies en una tercera parte. Se
reutilizaron materiales, no para la restauración, sino para crear nuevas estructuras
o alterar las ya existentes. Se iniciaron trabajos de elevación de un segundo piso en
varios edificios que quedaron sin finalizar dejando alguno de ellos totalmente arrui-
nado e inservible.
Las adaptaciones constantes para alojar a miles de jóvenes que hicieron en él el
servicio militar llevaron al canibalismo de la propia fortaleza. Millares de ladrillos
fueron arrancados de parapetos, caminos cubiertos y obras exteriores para realizar
infinidad de obras en su interior. La práctica totalidad de las explanadas de arti-

21
llería fueron desmontadas para construir un paso enlosado en el patio de armas,
descalzando así los traveses que han ido arruinándose con los años. Y la propia mo-
dernización del ejército hizo de nuevo a San Fernando inútil trasladando el cuartel
paulatinamente a la vecina localidad de Sant Climent Sescebes a lo largo de los años
sesenta.

5. El declive de las fortalezas

La sombra del abandono y del olvido se cernió por enésima vez sobre San Fernan-
do, y todo parecía indicar que iba a seguir el mismo fin que la mayoría de las fortifi-
caciones modernas de Catalunya. El panorama no era muy alentador.
A lo largo del siglo xx el ejército fue desprendiéndose de varias fortificaciones
consideradas inútiles para la institución. Casos como el castillo de San Fernando de
Berga, que fue cedido al Ayuntamiento a finales del siglo xix, y que fue vendido en
1928 a un particular. En 1940 una buena parte de él fue destruida con el fin de cons-
truir un centro turístico. O el del fuerte de Hostalric que fue subastado en 1932 sin
hallar postor alguno. En 1949 el estado lo vendió al Ayuntamiento. Seguidamente,
el nuevo propietario alquiló el fuerte a un particular que instaló en él un restauran-
te. Dicho establecimiento alteró en buena medida muchas de sus dependencias y
especialmente el macho, mientras que el resto de la fortaleza quedó desatendida. O
el de Cardona, abandonado en 1908. En 1976 se construyó un Parador de Turismo
que concentró la actividad en el recinto medieval. Se construyeron nuevas edifica-
ciones en su interior y se destruyeron algunas obras de fortificación quedando el
resto abandonado o usado como simple aparcamiento del establecimiento hotelero.
O el caso de Sant Joan de Tortosa (la Zuda) que siguió un proceso muy similar al
de Cardona. O el fuerte de Castellciutat en la Seu d’Urgell que fue abandonado en
1909. Posteriormente fue ocupado tras la Guerra Civil mientras se construía el nue-
vo cuartel en la Ciudadela. Se abandonó nuevamente en 1953. En 1972 fue adquirido
por un particular con el fin de instalar en él un restaurante. Para ello destruyó el
revellín frente a la puerta principal, vació un baluarte para habilitar en su interior
un comedor... O la Ciudadela de la misma localidad. Siguió el mismo fin que Caste-
llciutat sin embargo, a diferencia de ésta última, fue transformada en un importante
cuartel durante los años 1950 y 1953. Dicha adaptación conllevó destrucciones y
alteraciones importantísimas dejando en pie escasos elementos de época. O los simi-
lares casos de cesión de las fortificaciones de las ciudades de Lleida o Girona.
Este paulatino abandono de las viejas instalaciones podría ser bautizado como
proceso de desamortización de los bienes inmuebles militares. Situaciones seme-
jantes se producían en nuestro entorno internacional cercano pero con una notable
diferencia: en Cataluña, y en España en general, no se dio la cesión de uso sino la
propiedad. Ello se tradujo en la venta de unos bienes culturales, protegidos desde el
22 de abril de 1949, bajo el único amparo de una legislación patrimonial ambigua y
en ausencia de una opinión pública sensibilizada.

22
El uso social del Patrimonio Monumental... ACTAS

Este cambio de propietarios no aportó grandes novedades, ni conceptuales ni ma-


teriales, y las fortificaciones fueron objeto de reutilizaciones alternativas. Así, algu-
nas de ellas han venido a ocupar un prestigioso lugar, tal y como se ha visto, en el
acreditado universo de la hostelería catalana.
Pero el caso figuerense fue diferente ya que el ejército no se desprendió de la for-
taleza. No obstante, la paulatina reducción de sus efectivos, a medida que el acuarte-
lamiento se trasladaba a la nueva base militar de Sant Climent Sescebes, fue dejando
desatendidas varias zonas, especialmente sus fosos. En 1968 se instaló en el que había
sido hospital del cuartel un CPM: Centro Penitenciario Militar. La actividad quedó
reducida a la zona del hornabeque de San Roque y los primeros edificios tras el puente
principal quedando el resto de la fortaleza sin atención alguna.
El CPM fue transformado en prisión civil durante las Olimpiadas de 1992 con el
fin de descongestionar la saturada Modelo de Barcelona. Finalizado dicho evento, la
cárcel se cerró pero la fortaleza siguió en uso alojando a varias familias de militares
y manteniendo la guardia. Lo reducido de la actividad dejó el mantenimiento bajo
mínimos, aunque la presencia militar sirvió para mantener a la fortaleza a salvo del
saqueo y el vandalismo. Esta situación se mantuvo hasta junio de 1996 cuando un
acuerdo entre el gobernador militar de Girona, el Alcalde de Figueres y la empresa
Sistemes Didàctics Interactius permitió la abertura a la visita pública del monumento.
A partir de ese instante se inició la paulatina recuperación del monumento con la
finalidad de facilitar su interpretación, conservar sus valores históricos y patrimonia-
les y mejorar la atención al público.

6. Un caso excepcional

El caso de San Fernando, junto al de Montjuïc de Barcelona, es excepcional en el


patrimonio fortificado catalán. A diferencia del resto, se ha producido un paso no
traumático desde su uso por el ejército a su uso turístico como bien patrimonial sin
haber padecido el abandono, la destrucción o la reutilización que han sufrido el resto.
Así pues, tal y como se ha visto, ni los problemas durante su construcción, los
varios asedios que padeció, la puesta en cuestión de su efectividad, las amenazas de
demolición, las adaptaciones a los diferentes usos que el Estado le asignó, las mu-
tilaciones acaecidas durante los últimos días de la Guerra Civil o las adaptaciones
realizadas durante la posguerra, han despojado a San Fernando de su magnificencia.
Y a pesar de todo sigue conservando un nivel de autenticidad considerable. San Fer-
nando es una superviviente de la propia actividad humana que, a pesar de haber sido
intensa en él, no ha conseguido borrarla del mapa.
Por todo ello, cuando se debate sobre el uso social de un edificio como éste, y se
echa la vista atrás, cabe reflexionar sobre como precisamente el uso variado y conti-
nuado por unos y por otros casi nos dejan sin San Fernando; y, por extensión, sin el
marco incomparable en el que poder situar una buena parte de los acontecimientos
más importantes que ha vivido nuestro país durante cerca de dos siglos.

23
Y el uso propio, como testimonio histórico que es, no es otro que el de los docu-
mentos o el de las obras de arte. Éstos, más allá de cualquier valor intrínseco como
depositarios de las técnicas, las costumbres, los valores de nuestros ancestros, nos
permiten imaginar, recrear el pasado, interpretarlo y aprender. Por ello, la preserva-
ción de la autenticidad del documento es primordial para que éste pueda seguir con-
siderándose como tal. En razón de lo dicho, la gestión del patrimonio monumental
público debiera contemplar exclusivamente una función didáctica. Pero la realidad
hace recordar que los problemas de recuperación y mantenimiento derivados del es-
tado y, sobre todo, de la magnitud de un monumento de este tipo, no tienen solución
en una explotación exclusiva con finalidades escolares o turístico-culturales.
Dicho tipo de gestión, el más respetuoso, sólo puede aspirar, en el mejor de los
casos, al mantenimiento de sus propias estructuras funcionales. La conservación
general siempre es onerosa y, por ello, su autofinanciación total mediante fórmulas
de gestión estrictamente patrimonial, es un mito salvo en puntuales excepciones.
Si las administraciones no asumen este diferencial económico y, en lugar de ello,
arbitran usos alternativos irreversibles, la autenticidad del bien se resentirá indefec-
tiblemente.
Tan sólo la financiación mixta puede permitir la preservación. En consecuencia
de ello, son perfectamente compatibles los usos puntuales y coordinados de carácter
lúdico, social o comercial que colaboren a sufragar costes de mantenimiento. Siempre
y cuando dichos usos, no alteren ni dañen los valores documentales del bien, ni difi-
culten el acceso de sus visitantes. Esta es la forma en que el monumento podrá servir
a la sociedad, evitando que sea ésta quien llegue a servirse de él.
Si nuestra economía no permite esta fórmula de financiación, que al menos atien-
da un mínimo de consolidaciones indispensables, deberemos ser consecuentes y re-
conocer nuestras dificultades para mantener la autenticidad del legado monumental
de nuestros mayores.
La fortaleza de San Fernando de Figueres fue el primer monumento de Cataluña
en ser abierto a la visita pública de modo permanente y organizado, e interpretado
con arreglo a su propia naturaleza castrense. Y el ejemplo de San Fernando, los re-
ferentes de nuestros vecinos del norte, la percepción de la existencia potencial de un
nuevo producto turístico cultural, unidos a la actividad de la Fundació Fortaleses
Catalanes han ido dando lugar a un cierto cambio en la percepción social que se tiene
de estos edificios en nuestro país. Éste se ha materializado en algunos municipios
poseedores de patrimonio militar, conscientes de sus posibilidades turísticas, como
Cardona, Hostalric y Roses.
Por todo ello tenemos sobrados motivos para felicitarnos. San Fernando se ha sal-
vado del abandono y, de momento, resiste a la amenaza de los usos alternativos que
no son más que la plasmación del fracaso más absoluto de una sociedad respecto a la
preservación de su patrimonio. Durante estos años la fortaleza ha estado presente en
infinidad de congresos, ha sido objeto de estudios, publicaciones de todo tipo obte-
niendo el reconocimiento de la comunidad científica. Sin embargo, todo el proceso
llevado cabo durante estos años empieza a mostrase ya insuficiente corriendo el peli-

24
El uso social del Patrimonio Monumental... ACTAS

gro de quedar la fortaleza estancada en el ámbito académico. Y éste por sí sólo no va


a solucionar el problema más grave: la financiación.
El trabajo realizado hasta ahora ha permitido alcanzar la nada despreciable cifra
de 40.000 visitantes anuales, no obstante, aumentar estos datos se manifiesta cada vez
más complicado con los planteamientos actuales. Es por ello que se hará imprescin-
dible para seguir creciendo crear nuevas estrategias de difusión y publicitación hacia
el gran público. Son necesarios profesionales en estos campos y los recursos para
sufragarlos, a ellos y a sus campañas de marketing, y San Fernando no defraudará.
En la situación actual que vive nuestra sociedad ya no hay cabida para las restaura-
ciones faraónicas, la recuperación de edificios sin saber su finalidad o para la creativi-
dad de algunos profesionales que persiguen perdurar en el tiempo dejando su huella
en edificios de época. Los recursos públicos son escasos y deben usarse de manera
racional por lo que la consolidación de las estructuras y su interpretación se muestra
cada vez más como la fórmula más viable para nuestro patrimonio. Sin embargo,
no debe olvidarse que por muchas intervenciones que se lleven a cabo, más o menos
costosas o más o menos espectaculares o más o menos atractivas, éstas no servirán
de nada si no somos capaces de hacer participar al gran público de su existencia y
de ganarnos su complicidad. Por ello, parte de los recursos deben destinarse a dicho
fin ya que, si no lo hacemos, condenamos a los monumentos a subsistir exclusiva-
mente de las aportaciones públicas. Dejar en segundo plano las labores de difusión y
promoción, significa despreciar los recursos que pueden aportar los visitantes. Pero
además, corremos el riesgo de privar a la mayor parte de la sociedad de los beneficios
culturales, morales e intelectuales que aportan nuestros monumentos.

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26
ACTAS

Patrimonio defensivo moderno en Cataluña y didáctica de la geografía

Jaume Busquets Fàbregas


jbusquets@ub.edu
Departamento de Didáctica de las Ciencias Sociales
Universitat de Barcelona
Grupo de Investigación DIDPATRI

Resumen

El presente artículo trata del interés didáctico del patrimonio defensivo moderno y
pretende poner de manifiesto su valor en una didáctica de la geografía activa y com-
prometida con la educación patrimonial y la sostenibilidad. Con esta finalidad apun-
ta algunas hipótesis sobre la ausencia del patrimonio defensivo en el imaginario de
la sociedad catalana y la poca atención que recibe en el ámbito educativo; expone las
estrechas relaciones existentes entre la poliorcética y la geografía, especialmente en
lo que atañe al análisis del lugar, la interpretación del paisaje y el control del espacio
para el ejercicio del poder; ejemplifica el interés didáctico que ofrece el patrimonio
defensivo a través del análisis de tres conceptos clave comunes a la geografía y a la
técnica poliorcética; y formula una pauta metodológica para su tratamiento en la
enseñanza.1

Palabras clave: patrimonio defensivo, didáctica


de la geografía, paisaje, poliorcética.

1 Esta ponencia se contextualiza en las investigaciones desarrolladas en el marco del proyecto


“Desarrollo de estrategias y técnicas didácticas a partir del patrimonio y la arqueología del conflicto para
la enseñanza/aprendizaje de las Ciencias Sociales y la Historia (EDU 2012-35299) Ministerio de Econo-
mía y Competitividad.

27
1. Un patrimonio poco conocido

Existe un vacío en el imaginario de la sociedad catalana sobre una parte importan-


te de su patrimonio construido, el relativo a los elementos constitutivos de la arqui-
tectura militar de las épocas moderna y contemporánea: fortalezas, castillos, fuertes,
torres de vigilancia, recintos amurallados y otros elementos de fortificación. Este va-
cío resulta sorprendente si tenemos en cuenta que dicho patrimonio contribuye de
forma destacada a la comprensión de una etapa crucial de la historia del país y que
cuenta con algunas construcciones de gran interés y monumentalidad.
El escaso aprecio y poco conocimiento del patrimonio defensivo moderno cata-
lán contrasta con la consideración que goza el patrimonio romano o el medieval.
Algunos autores han buscado las raíces este desprestigio en “las derrotas militares
sufridas por Cataluña en las guerras de los siglos xvii i xviii, cuando no en causa de
represión contra la población”2 en contraste con la mitificación del pasado glorioso
de formación del país. Sin objetar esta hipótesis, parece razonable considerar la exis-
tencia de otros factores importantes: el desapego social por lo antiguo, que cuando
hay expectativas de desarrollo en sociedades empobrecidas es considerado como un
obstáculo para el progreso; el paso de la titularidad de las instalaciones militares a las
corporaciones locales en el contexto de una legislación patrimonial ambigua, que en
según Juan Manuel Alfaro “bien podríamos bautizar como de desamortización de los
bienes inmuebles militares”3; y la incuria de las políticas urbanas hacia los elementos
del patrimonio histórico, a menudo concebidos como meros bienes de intercambio y
no como bien común.
No es raro, pues, que la concomitancia de los factores enumerados y las dificul-
tades intrínsecas asociadas a la conservación y la gestión del patrimonio defensivo
moderno, se hayan traducido en una pérdida notable del mismo, que ha llegado mer-
mado a nuestros días a causa de su destrucción, deterioro o usos inapropiados. Por
otra parte, algunos espacios verdes públicos o equipamientos urbanos de bastantes
ciudades —e incluso parques naturales— tienen su origen en la preexistencia de an-
tiguos terrenos o instalaciones militares4 (zonas de seguridad, fortalezas, cuarteles,
etc.). En algunos casos, en entornos urbanos muy densos, dichos espacios ejercen la
función pulmones verdes y tienen un gran uso social.
Esta ponencia pretende poner de manifiesto el valor del patrimonio defensivo mo-
derno en una didáctica de la geografía activa y comprometida con la educación pa-
trimonial y la sostenibilidad. Con esta finalidad se exponen las relaciones existentes
entre el análisis geográfico y la poliorcética, se ejemplifican en tres conceptos clave:

2 GONZÁLEZ PÉREZ, José Ramon: «El patrimonio monumental militar y la ciudadanía». En:
Los Monumentos Militares y la Sociedad Catalana. Actas de la IV Jornada sobre Patrimonio fortificado de
los siglos XVI al XX. 1ª edición. Les fortaleses catalanes Ediciones, 2009, pp. 29-38.
3 ALFARO GUIXOT, Juan Manuel: «El patrimonio monumental militar de Cataluña». En: Los
Monumentos Militares y la Sociedad Catalana. Actas de la IV Jornada sobre Patrimonio fortificado de los
siglos XVI al XX. 1ª edición. Les fortaleses catalanes Ediciones, 2009, pp. 13-15.
4 MAS, Rafael: La presencia militar en las ciudades. Orígenes y desarrollo del espacio urbano
militar en España. Madrid: Los libros de la Catarata, 2003, p. 256.

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Patrimonio defensivo moderno en Cataluña... ACTAS

lugar, espacio geográfico y paisaje, y se formula una pauta metodológica para su tra-
tamiento en la enseñanza5.

2. Patrimonio defensivo y educación

Como ha sucedido otros los países de nuestro ámbito cultural en las últimas dé-
cadas, el concepto de patrimonio se ha engrandecido con nuevos tipos de bienes y se
ha extendido en el tiempo, aunque en nuestro país el proceso se ha producido tardía-
mente y con mayores dificultades. Es el caso, por ejemplo, del patrimonio industrial,
que goza de un aprecio creciente por parte de la ciudadanía y se ha integrado como
una modalidad de turismo cultural dentro de la oferta habitual de este sector econó-
mico.
Por otra parte, los currículos escolares incluyen contenidos relativos al patrimonio
cultural y la sensibilización hacia el mismo, al tiempo que se han desarrollado recur-
sos didácticos para su uso en las aulas o in situ que promueven y facilitan la compren-
sión y la aprehensión de sus valores por parte del alumnado. Lamentablemente este
proceso todavía no se ha hecho extensivo al patrimonio defensivo moderno, que sal-
vo contadas excepciones, sigue siendo objeto de olvido o se trata de forma anecdótica
y generalmente descontextualizada de su entorno geográfico y social6.
Quizá, junto a los factores enumerados en el primer epígrafe, debamos tener cuen-
ta las dificultades y la incomodidad que puede conllevar para los docentes el tra-
tamiento del conflicto y su encaje positivo en los principios de la llamada “cultura
de la paz”. Este concepto, desarrollado por las Naciones Unidas7, promueve valores,
actitudes y comportamientos que rechazan la violencia en todas sus formas y trata de
prevenir los conflictos y sus consecuencias mediante el diálogo y la negociación entre
las personas, las sociedades o las naciones. Parece lógico que esta tarea se debe abor-
dar desde el conocimiento del pasado y de la aceptación de la existencia del conflicto
y de la lucha por el poder como parte de la compleja historia de la humanidad. En
este sentido el patrimonio defensivo moderno presenta muchos valores educativos
(históricos, culturales, ambientales, etc.) y didácticos (aprecio, interpretación, com-
prensión, expresión, etc.) que no se puede ignorar en el contexto de una enseñanza
metodológicamente rigurosa, basada en el análisis de las fuentes primarias, e intere-
sada por el entorno y su relación con la globalidad.

5 Tabla 1. Conceptos clave en geografía y didáctica del patrimonio defensivo moderno.


6 CARDONA, Gemma; GIMÉNEZ, Lorena; ROJO, M.Carmen: «Didáctica del patrimonio del
conflicto de época moderna». En: ABELLA, Damià; CARDONA, Gemma; HERNÁNDEZ, F. Xavier:
Actas I Jornadas de Patrimonio Defensivo de Época Moderna. Madrid: Ministerio de Defensa, 2014, pp.
227-237.
7 Resolución 53/243 de la Asamblea General “Declaración y Programa de Acción sobre una Cul-
tura de Paz” (6 de octubre de 1999).

29
Figura 1. La fortaleza de San Fernando debe su razón de ser a la voluntad de controlar la
nueva frontera entre las monarquías francesa e hispánica, establecida en el tratado de los
Pirineos. Razones geográficas e históricas explican la elección de su emplazamiento. (Insti-
tuto Cartográfico y Geológico de Cataluña).

3. Poliorcética y geografía

La poliorcética, (técnica de defensa de los sitios y de ataque mediante elementos


construidos), tiene una estrecha relación con el control del espacio y, por ende, con la
geografía. Quizá una de los libros más elocuentes en este sentido sea La géographie,
ça sert, d’abord, à faire la guerre, del geógrafo Yves Lacoste, editado el año 1976, que
se tradujo al español con el título La geografía: una arma para la guerra. En esta
obra Lacoste sostiene que la imagen tópica de la geografía, como disciplina funda-
mentalmente académica y enciclopédica, aparentemente inútil, disimula y esconde
su carácter genuino:

“[la geografía] debe situarse absolutamente, en tanto que práctica y en tanto que
poder, en el marco de las funciones que ejerce el aparato de Estado para el control y la
organización de los hombres que pueblan su territorio y para la guerra”8.

En la misma línea argumental, destaca el protagonismo del mapa como impor-


tante instrumento de poder, pone de manifiesto el papel de los estados mayores en
la producción cartográfica y evidencia los obstáculos y artificios que ocultan el pro-
tagonismo de la geografía como instrumento de poder e ideológico. Para Lacoste, la
geografía es principalmente un saber estratégico, aunque, como sucede con la his-

8 LACOSTE, Yves: La geografía una arma para la guerra. Barcelona: Anagrama, 1977, p. 158.

30
Patrimonio defensivo moderno en Cataluña... ACTAS

toria, también ejerce funciones ideológicas y políticas, principalmente a través del


debate epistemológico en la universidad, de la enseñanza escolar y de los medios de
comunicación de masas.
En el libro Paysages politiques, publicado el año 1990, Yves Lacoste trata nueva-
mente del carácter estratégico de la geografía y dedica el segundo capítulo de la obra
al paisaje. De hecho contrapone dos preguntas aparentemente incongruentes: ¿para
qué sirve el paisaje? y ¿qué es un paisaje bello?, para llegar a la conclusión que la sen-
sibilidad social hacia los paisajes considerados bellos está relacionada con la mirada
de los estrategas militares al paisaje y con la lectura geográfica del mismo:

“En effet, les paysages qui présentent militairement le plus d’interêt pour l’elabora-
tion de tactiques et, ‘a fortiori’, de stratégies sont, dans une trés grande mesure, ceux
que, sans trop savoir pourquoi, nous considerons comme beux”9.

No es casualidad, afirma, que los sitios donde se yerguen castillos u otras forti-
ficaciones coincidan con miradores los cuales se observan panorámicas amplias y
bellos paisajes, y relaciona esta circunstancia con la atracción que ejerce el turismo
de fortalezas.
En la misma obra, Lacoste se refiere al ingeniero militar Sebastién Le Prestre de
Vauban como un “grand géographe s’il en fut” y destaca la difusión que alcanzaron de
los grabados que representaban los paisajes de las plazas fuertes y el interés que sus-
citaron entre los oficiales, en una época en que la cartografía era todavía muy escasa
y poco apropiada para su uso con finalidades tácticas. En este sentido, atribuye un
gran valor a la representación panorámica del paisaje, versus la representación verti-
cal propia de la cartografía, en tanto aquella subraya gráfica e intencionadamente la
disposición de los espacios ocultos. A nosotros nos interesa remarcar especialmente
la importancia que Lacoste otorga a la relación visual que se establece entre punto de
observación-observador-espacio visible, al carácter táctico de lugares desde los cuales
se perciben paisajes amplios y con pocos espacios ocultos, y a como los avances técni-
cos pueden hacer obsoletas las tácticas y estrategias defensivas. No en vano, en estos
factores se encuentran los principios de la poliorcética.

4. Patrimonio defensivo y didáctica de la geografía

La geografía, ciencia que se ha ocupado históricamente de analizar y describir


las relaciones existentes entre las sociedades y el territorio, ha experimentado dos
grandes cambios en las últimas décadas. Por una parte, su perfil tradicional —fun-
damentalmente teórico y académico— se ha ampliado hacia la vertiente profesional
y aplicada. Por otra, ha vivido una relevante renovación instrumental asociada a los

9 LACOSTE, Yves: Paysages politiques. Braudel, Gracq, Reclus. París: Le livre de poche, 1990,
pp. 284.

31
sistemas de información y al desarrollo de las tecnologías de la información geográ-
fica (TIG). En la actualidad la geografía es una ciencia social y una profesión que
trata de dar respuesta a las necesidades y los grandes retos de la sociedad actual: uso
sostenible de los recursos naturales, ordenación del territorio, planificación urbana,
diálogo intercultural, erradicación de la pobreza, prevención de riesgos naturales,
gestión del paisaje, desarrollo económico, etc.
La didáctica de la geografía no ha sido ajena a la evolución de los cambios ex-
perimentados por esta ciencia y, hoy en día, su enseñanza escolar ya no es —o no
debería ser— una disciplina de carácter ideográfico (centrada en el estudio de los
hechos singulares), descriptiva y enumerativa, si no que promueve la adquisición del
conocimiento geográfico mediante la aplicación del método científico, el uso de pro-
cedimientos e instrumentos geográficos y la adquisición de competencias específicas.
Además, el aprendizaje de la geografía ofrece muchas oportunidades para el desarro-
llo de valores relacionados con la sostenibilidad ambiental, la consciencia planetaria,
la identificación con el medio local y la sociedad y la estima hacia el patrimonio
común.
En la didáctica de la geografía actual, el concepto de conocimiento geográfico se
asocia sobre todo a la idea de pensar geográficamente, es decir, a la adquisición de los
conceptos y las habilidades que fundamentan la mirada i la interpretación del entor-
no propia de los geógrafos y de las geógrafas:

“Geographers make sense of world around them by viewing it through a ‘geographi-


cal lens’. They syntetise information from different sources and use geographicall skills
to help them enquire about and interpret what they find out”10.

La mirada de los geógrafos al mundo difiere de otras miradas —como la del geólo-
go, el sociólogo o el historiador, por ejemplo— aunque lógicamente las ciencias más
próximas comparten más puntos de vista y maneras de proceder que las ciencias más
alejadas.
Los conceptos clave y maneras de proceder de la geografía tienen muchos puntos
de contacto con la mirada de los ingenieros militares. Por esa razón Lacoste puede
afirmar que Vauban

“uno de los más famosos constructores de fortificaciones es también uno de los


mejores geógrafos de su época, uno de los que mejor conoce su reino, en especial a
nivel de las estadísticas y de los mapas […] Vauban aparece como uno de los primeros
teóricos y prácticos franceses de lo que hoy se denomina la ordenación del territorio”11.

Y por esta misma razón muchos ingenieros militares de la Época Moderna, ade-
más de sus obras militares, son autores de importantes obras de urbanismo e inge-

10 GEOGRAPHICAL ASSOCIATION: Thinking Geographically. 2012.http://www.geography.org.


uk/resources/adifferentview
11 LACOSTE, Yves. La geografía una arma para la guerra. Barcelona: Anagrama, 1977 p. 14.

32
Patrimonio defensivo moderno en Cataluña... ACTAS

Figura 2. La fotografía aérea de la fortaleza de San Fernando, tomada posiblemente el año


1931, muestra el encaje de ésta en el cerro de Caputxins, en el noroeste de Figueres. El cono-
cimiento riguroso del lugar es un objetivo compartido por ingenieros militares y geógrafos.
(Archivo Josep Canudas).

niería civil. Es el caso de Juan Martín Zermeño (Ciudad Rodrigo, Salamanca, 1700
– Barcelona, 1773), ingeniero militar y arquitecto, autor del proyecto de construcción
de la fortaleza de San Fernando, de Figueres, entres otras obras militares y de diver-
sos proyectos urbanos, entre ellos el barrio de la Barceloneta, después del asedio a
Barcelona y de la posterior construcción de la Ciutadella.
Veamos, pues, a modo de ejemplo, el interés didáctico que ofrecen algunos de los
principales conceptos clave de la geografía y de la técnica poliorcética (lugar, espacio
geográfico y paisaje) y como éstos se pueden relacionar otros conceptos geográficos
importantes (escala, entorno, interacción, cambio, etc.), a través de las actividades de
descubrimiento y el conocimiento del patrimonio defensivo moderno en la enseñan-
za de la geografía a los alumnos de educación primaria y secundaria.

4.1 Lugar

El lugar, el sitio, entendido como una porción determinada del territorio, es uno
de los conceptos clave de la geografía. A la geografía clásica francesa, que dominó el

33
panorama de la geografía durante más de medio siglo y que ha tenido una gran in-
fluencia en la enseñanza escolar, se le denominó también ciencia de los lugares.
Una de las propiedades del lugar es su unicidad. Cada lugar tiene unas coordena-
das exclusivas y una identidad que está estrechamente vinculada a una determinada
configuración física y humana. La geografía trata todas las variables que intervienen
en la configuración de los lugares, tanto las materiales (estructura y formas de relie-
ve, suelos, agua, vegetación, clima, elementos construidos, población, etc.) como las
intangibles (legibilidad, simbolismo, ambiente, etc.) cuya significación han puesto
especialmente de relieve los enfoques perceptivo y humanístico de la geografía. La
expresión espíritu del lugar sintetiza la doble dimensión, material e inmaterial de los
lugares. Esta dimensión resulta especialmente significativa en el caso de los denomi-
nados los lugares de la memoria.
La mirada del geógrafo, cualquiera que sea el ámbito y la extensión de los lugares
(enclave, pueblo, comarca, región…), trata de descifrar sus rasgos específicos y su
unicidad mediante la observación meticulosa y el establecimiento de relaciones espa-
ciales y funcionales entre los elementos visibles. El resultado de esta labor se expresa
mediante útiles geográficos (plano, mapa, croquis…) que permiten sintetizar y poner
en orden la gran variedad de datos aparentemente inconexos que ofrece el territorio.
Si el estudio del lugar es un aspecto importante para los geógrafos, resulta evidente
que para los ingenieros militares y la técnica poliorcética el análisis pormenorizado
de los lugares resulta de una importancia capital, antes de optar por un u otro em-
plazamiento y a la hora de proceder al diseño y la construcción de una fortificación.
El reconocimiento in situ de los lugares tiene un gran valor didáctico y ofrece
oportunidades de aprendizaje insustituibles. En realidad, ésta es una de las razones
por las cuales el trabajo de campo debe ser una práctica habitual en la enseñanza
de la geografía. El patrimonio fortificado presenta, además, el estímulo añadido que
supone el acercamiento de los alumnos a sitios excepcionales y la posibilidad de in-
dagar sobre las ventajas e inconvenientes de un determinado emplazamiento desde el
punto de vista geoestratégico, es decir en relación a las necesidades defensivas en un
momento determinado de la historia.
Con anterioridad a las visitas in situ, la aproximación didáctica a los lugares defen-
sivos se debe preparar en la escuela con la ayuda del recurso geográfico por excelencia,
la cartografía (planos, mapas, ortofotomapas, imágenes aéreas, etc.) y de grabados
históricos. El uso combinado de éstos últimos con los mapas resulta especialmente
indicado, porque ofrece una imagen menos abstracta del territorio y parecida a la
visión humana del paisaje, factores que facilitan el desarrollo de la comprensión del
lenguaje cartográfico en aquellos alumnos con mayores dificultades. Desde el pun-
to de vista educativo, el conocimiento in situ del patrimonio defensivo contribuye a
desarrollar en los alumnos el sentido de lugar, entendido como el establecimiento de
una relación de apego, empática y responsable hacia los lugares.

34
Patrimonio defensivo moderno en Cataluña... ACTAS

4.2 Espacio

En el lenguaje ordinario el concepto de espacio se usa de forma poco rigurosa, con


significados variables y asimilándolo a conceptos cercanos (como lugar, territorio,
extensión etc.). En geografía el concepto de espacio se relaciona con el ámbito o ex-
tensión donde se pueden situar los objetos materiales. A diferencia de lo que ocurre
con la noción de lugar, el espacio geográfico es un concepto abstracto, topológico,
que se puede expresar en términos matemáticos referidos a la geometría (superficies,
volúmenes, formas…) o la aritmética (dimensiones). A veces, los geógrafos adjetivan
el espacio para restringir su significado (rural, urbano, industrial, etc.) o le atribuyen
un sentido metafórico (espacio económico, espacio político, etc.), pero es el carácter
abstracto del espacio lo que lo convierte en un denominador común de diversas dis-
ciplinas, entre otras, la arquitectura, el urbanismo y la geografía.
El análisis geográfico del espacio se orienta a determinar la localización de los ele-
mentos geográficos fijos (hitos físicos, núcleos de población, construcciones aisladas,
etc.); descubrir las direcciones y los sentidos de los flujos (personas, agua, alimentos,
combustible, productos industriales, etc.) o establecer el ámbito de un determinado
hecho (recurso mineral, área cultural, sector industrial, etc.). Pero la mirada geográ-
fica también pretende discernir la dimensión espacial de aspectos de mayor comple-
jidad, tales como las relaciones entre elementos geográficos y las redes territoriales
(urbanas, hidrográficas, energéticas, financieras, etc.), las pautas de difusión deter-
minadas variables geográficas (métodos de cultivo, tipos de urbanización, sistemas
constructivos, etc.) o las áreas de influencia geopolítica.
Para analizar el espacio geográfico y para expresar los resultados de sus trabajos
los geógrafos utilizan la cartografía, elaboran modelos gráficos y se sirven las tecno-
logías de información geográfica. Y su lenguaje es común, en muchos aspectos, con
profesionales como los arquitectos, los urbanistas o los ingenieros. En todas estas
profesiones, el conocimiento y el control del espacio son requisitos ineludibles para
alcanzar los objetivos de las correspondientes disciplinas.
El control del espacio es otro de los objetivos que une a los geógrafos y a los in-
genieros militares, en los dos casos para conocer la configuración territorial y las
dinámicas territoriales y para aplicar los conocimientos y las técnicas específicas a
la planificación territorial o defensiva. Los militares conciben a las fortalezas como
máquinas:

“No son obras de arquitectura, son obras de ingeniería. No son edificios, son es-
tructuras técnicas, sencillamente máquinas estáticas. Máquinas de guerra, si se quie-
re, pero más próximas al pantano, al puerto, o al puente que a la iglesia gótica o al
palacete neoclásico”12.

12 ALFARO GUIXOT, Juan Manuel: «El patrimonio monumental militar de Cataluña». En: Los
Monumentos Militares y la Sociedad Catalana. Actas de la IV Jornada sobre Patrimonio fortificado de los
siglos XVI al XX. 1ª edición. Les fortaleses catalanes Ediciones, 2009, p. 15.

35
Figura 3. Formalización del espacio, alternancia de volúmenes vacíos y llenos, perspectivas
cambiantes… el diseño de las fortalezas modernas se basaba en el dominio de las leyes de la
geometría, de las técnicas constructivas y de las estrategias defensivas. (Jaume Busquets).

Desde este punto de vista, para que una fortaleza sea operativa debe funcionar
como un sistema, en el cual las tropas bien dirigidas y el armamento son una parte
esencial.
El diseño de una fortaleza compleja, como el castillo de San Fernando, en Figue-
res, conlleva un dominio completo del espacio tanto interior como exterior, teniendo
en cuenta que en ambos espacios existen sitios concebidos para el movimiento de las
tropas y otros donde no pueden circular (porque hay construcciones u otros obstá-
culos que lo impiden, o per razones de protección) y que hay que prever no sólo la
defensa o el ataque pasivo, sino todos los movimientos que se pueden producir en las
diversas direcciones y sentidos. Naturalmente, este dominio del espacio no se consi-
gue si no es con una buena capacidad de interpretar y representa el espacio (sentido
espacial) con una gran pericia y un excelente conocimiento de las técnicas de defensa
y asedio.
El desarrollo de la espacialidad es un objetivo importante de la enseñanza de la
geografía. La visita y el trabajo de campo de los alumnos en las fortalezas de Época
Moderna reviste un interés didáctico especial, porqué las construcciones defensivas
se basan precisamente en el dominio del espacio y en su organización interna y rela-
ción con espacio exterior al servicio del uso militar. Las fortalezas modernas —ca-
racterizadas por una gran formalización geométrica del espacio— ofrecen muchas
oportunidades para que los alumnos puedan realizar actividades que refuerzan y
enriquecen su repertorio de conceptos espaciales (interior/exterior, abierto/cerrado,
lleno/vacío, continuo/discontinuo, simétrico/asimétrico, etc.); para que consoliden

36
Patrimonio defensivo moderno en Cataluña... ACTAS

o mejoren sus habilidades espaciales (localización absoluta y relativa, orientación,


distribución, etc.) con o sin la ayuda de planos o sistemas de posicionamiento geo-
gráfico; y para que puedan aplicar sus conocimientos matemáticos (identificación de
formas geométricas, trigonométrica, geometría algebraica, etc.) en un contexto real.

4.3 Paisaje

El paisaje es “cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo
carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o huma-
nos”13. Esta definición, que encabeza el Capítulo I de las Disposiciones generales del
Convenio Europeo del Paisaje (CEP), concisa y sintética, entronca con el concepto de
paisaje que comparten diversos enfoques geográficos. La definición del CEP pone de
manifiesto la doble dimensión del paisaje, su carácter material (el territorial) e inma-
terial (la percepción), a la vez que expresa su carácter dinámico (la interacción) y el
protagonismo de la acción humana (la población). Este concepto de paisaje se aleja de
una visión estereotipada del mismo, como una realidad estática e inmutable, que evo-
ca las imágenes de postal y los paisajes pintorescos o de belleza excepcional. Lamen-
tablemente, esta imagen reduccionista del paisaje es todavía común en la sociedad
y en los medios de comunicación, y no es infrecuente en el mundo de la enseñanza.
En geografía el estudio del paisaje cuenta con una gran tradición que entronca
con el estudio del medio natural, de la cultura y de las regiones. Para los geógrafos, la
observación y la indagación de los paisajes ofrecen una información diversa y de gran
interés para la comprensión de múltiples facetas del territorio: ecológicas (la dinámi-
ca e interacciones de los factores naturales y su relación con las actividades huma-
nas), culturales (los significados y los valores simbólicos), económicas (los recursos y
valores productivos), históricos (los cambios y las tendencias evolutivas), etc. Pero el
paisaje es también objeto de la actividad profesional de los geógrafos (la ordenación,
la gestión y la planificación) dirigida a mejorar el entorno, valorizar el patrimonio
natural y cultural y mejorar la calidad de vida de las personas. Vemos, por tanto, que
el paisaje, para los geógrafos es algo más que una bella postal.
Para los ingenieros militares el paisaje es también mucho más que arquitectura y
estética. En el epígrafe anterior hemos destacado la importancia del control del espa-
cio en la técnica poliorcética. Aquí queremos poner de relieve porque el paisaje im-
porta a los militares. Volvamos a la definición del CEP: “cualquier parte del territorio
tal como la percibe la población”. La percepción, especialmente la visibilidad, es un
factor de importancia crítica en el diseño de las construcciones militares defensivas.
El cambio de localización de las fortalezas modernas respecto a las medievales y las
innovaciones en los sistemas de construcción (enrasamiento, baluartes, pendientes

13 CONSEJODE EUROPA. Convenio Europeo del Paisaje. 2000 http://www.coe.int/t/dg4/culture-


heritage/heritage/landscape/VersionsConvention/spanish.pdf

37
Figura 4. Muchas fortalezas modernas han tenido una influencia decisiva en el desarrollo
de las ciudades, preservando espacios no edificables o condicionando su desarrollo urbano.
(Jaume Busquets).

defensivas, etc.) responden, entre otros factores, a la necesidad de controlar la visibi-


lidad del paisaje: se trata de tener el máximo campo visual y la máxima profundidad
visual y, al mismo tiempo, dejarse ver lo mínimo posible.
Un aspecto especialmente importante, en este sentido, es la noción de paisaje ocul-
to, es decir aquella parte del paisaje que no es perceptible visualmente desde un cierto
punto de observación. En caso de guerra el paisaje oculto puede ser tan importante o
más que el paisaje visible:

“La importance tàctique d’une position tient à la vue du paysage qu’on peut voir de
cet endroint: plus d’altitude de relieve es grande par raport a l’espace tenu par l’ennemi,
plus on y verra loin et plus les espaces ‘défilés’ masques seront restreints et moins l’en-
nemi pourra se proteger. Il n’y ha évidentmment pas que l’altitude relative qui compte,
mais la configuration du relief ”14.

14 LACOSTE, Yves: Paysages politiques. Braudel, Gracq, Reclus. París: Le livre de poche, p. 57.

38
Patrimonio defensivo moderno en Cataluña... ACTAS

Tabla 1. Conceptos clave en geografía y didáctica del patrimonio defensivo moderno. El


contenido de la tabla corresponde a la etapa de educación secundaria obligatoria, pero se
puede adaptar fácilmente al nivel del ciclo superior de educación primaria. (Jaume Bus-
quets).

39
Es evidente que los asentamientos más apreciados por los ingenieros militares son
aquellos que ofrecen menos porciones de paisaje oculto, y que esto conlleva encontrar
el equilibrio entre diversas variables (orografía, posición, altitud, orientación, etc.).
La lectura e interpretación del paisaje es uno de los contenidos curriculares de la
enseñanza de la geografía, que los alumnos deben alcanzar mediante la observación
metódica y en directo del mismo o el uso de fotografías. Esta práctica, por otra parte,
exige la lectura e interpretación de la cartografía del paisaje objeto de análisis. La
alternancia de los dos tipos de recursos permite a los alumnos relacionar la infor-
mación que proporciona la visión frontal u oblicua del paisaje con la visión vertical
propia de la cartografía o las fotografías aéreas, así como constatar la constancia de
la escala de los mapas y la gradación de escalas propia de la visión humana y las foto-
grafías convencionales.
Por otra parte, la observación del paisaje que circunda las fortificaciones, el aná-
lisis de la cartografía de su área de influencia y la realización de croquis cartográfi-
cos o de paisaje permiten que los alumnos las relacionen con su contexto territorial
(proximidad a núcleos de población, vías de acceso, relieve, recursos, usos del suelo,
infraestructuras o construcciones singulares, etc.) y que descubran que las fortalezas
de Época Moderna no se concibieron como piezas aisladas, sino como componentes
de un sistema defensivo complejo, basado en el conocimiento geográfico del terri-
torio, de las técnicas militares y el armamento, y en la adaptación a las estrategias
geopolíticas de momento histórico determinado.
Como suele ocurrir en las construcciones de existencia secular, éstas han sido obje-
to de modificaciones que se reflejan en la presencia de elementos de diferentes épocas
o en rupturas evidentes (formales, estilísticas, materiales…), o que se pueden apreciar
a través de las fuentes documentales (planos, grabados, fotografías…). La constatación
de las permanencias y los cambios en las fortalezas y el paisaje facilitan a los alumnos
el establecimiento de nexos significativos entre geografía e historia —espacio y tiem-
po— a la vez que permite desvelar los valores del patrimonio defensivo y despertar el
interés por el mismo.

Bibliografía

Actas de las I Jornadas de patrimonio defensivo de época moderna: 17 al 20 de octubre


de 2013. ABELLA, Damià; HERNÁNDEZ, F. Xavier; ROIGÉ, Xavier (eds.). Ma-
drid: Ministerio de Defensa, 2013, p. 396.
Actas de las 34 Jornadas Internacionales sobre la intervención en el Patrimonio Ar-
quitectónico. Fortificaciones. Intervenciones en el patrimonio defensivo. 15 al 18 de
diciembre de 2011. GORDILLO, Didac (coord.). Madrid: Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte, AADIPA-COAC, 2012, p. 332.
Actas de la IV Jornada sobre Patrimonio fortificado de los siglos XVI al XX. Los mo-
numentos militares y la sociedad Catalana: 28 de noviembre de 2009. Figures: Les
Fortaleses Catalanes, 2009, p. 94.

40
Patrimonio defensivo moderno en Cataluña... ACTAS

HERNÁNDEZ, F. Xavier; FELIU, María; SOSPEDRA, Rafel (eds.): La arquitectura


defensiva moderna: Guía didáctica del castillo de San Fernando. Figueres. Figueres:
Consorcio Castillo de San Fernando, 2015, p. 67.
LACOSTE, Yves: La geografía una arma para la guerra. Barcelona: Anagrama, 1977,
p. 158.
LACOSTE, Yves: Paysages politiques. Braudel, Gracq, Reclus. París: Le livre de poche,
1990, p. 284.
MAS, Rafael: La presencia militar en las ciudades. Orígenes y desarrollo del espacio
urbano militar en España. Madrid: Los libros de la Catarata, 2003, p. 256.

41
42
ACTAS

El glacis de la fortaleza de San Fernando, en Figueres,


punto estratégico para la conservación de la flora (Silene sennenii)
y mirador para la enseñanza de geografía e historia

José M. Dacosta Oliveras


daco42@gmail.com

Resumen

Los espacios afectados por la defensa han permitido la conservación de la flora y la


fauna como, por ejemplo, en el glacis del castillo de San Fernando de Figueres, donde
vive la planta protegida Silene sennenii. Por su condición de fortaleza para controlar
la frontera francesa constituye un mirador privilegiado para usos recreativos, turís-
ticos y educativos.

Palabras clave: fortalezas militares, flora protegida,


Silene sennenii, paisaje y mirador.

1. El glacis, hábitat de flora protegida

El glacis del castillo de San Fernando contaba con prados secos mediterráneos,
los cuales hacían que la fortaleza fuera críptica, y que se integrara mejor en el paisaje
circundante. En estos pastos secos, vive la planta protegida Silene sennenii. El propio
mantenimiento de la fortaleza, como punto de vigilancia, comportaba la conserva-
ción de esta pradera libre de árboles y arbustos y así se favorecía el hábitat de esta
especie protegida.
Por tanto, el castillo debe seguir teniendo el glacis con estrato herbáceo, para man-
tener el aspecto que corresponde a una atalaya militar, que tenía que controlar los 360

43
grados, y a la vez favorecer la flora vulnerable (Silene sennenii). En función de estas
necesidades de protección de la vegetación del glacis, y en los últimos años, se han
hecho desbrozadas a cargo de personas en riesgo de exclusión (Altem), y el manteni-
miento se ha hecho también gracias a un rebaño de ovejas. La experiencia indica que
recuperar el paisaje militar originario favorece la flora protegida.
En breve se constituirá el nuevo gobierno municipal y la conservación y mejora
del glacis del castillo de San Fernando debe formar parte de la programación de los
próximos mandatos, preferiblemente a partir de planes cuatrienales que garanticen
actuaciones periódicas en este espacio de gran valor arquitectónico, histórico, litera-
rio, natural y que además tiene un importante uso público; de hecho “dar la vuelta al
castillo” es un itinerario muy frecuentado por los habitantes de Figueres.
El castillo, además, junto con su acueducto y las lagunas del Terrisser (zona de
preparación de arcillas para alfarería) son tres ámbitos contiguos que se podrían eng-
lobar como el “Parque Oeste de la ciudad de Figueres”, aspecto que podría sumar y
hacer más eficaces los recursos que se dediquen.

2. El camino de ronda, mirador excepcional

En el último bienio se han organizado visitas guiadas por el camino de ronda


del castillo de San Fernando, el sendero que circunvala la fortaleza y que tiene una
longitud aproximada de 3.100 metros. Dado que esta fortaleza era la miranda militar
para controlar la frontera francesa, con panorámica también hacia la bahía de Ro-
ses, el paseo conocido como “dar la vuelta al castillo” permite disfrutar de grandes
panorámicas, más o menos precisas, en función de las condiciones meteorológicas
concretas. Las visuales abarcan la llanura del Empordà, los accessos al Portús y diver-
sos elementos montañosos: la Serra de Rodes, Serra Balmeta, la Albera, las Salines, el
macizo del Canigó, la alta Garrotxa, el Sistema Transversal (Puigsacalm), Rocacorba,
el Montseny, les Gavarres y el Montgrí.
Hay que destacar que las visitas guiadas por el camino de ronda del Castillo han
tenido buena aceptación de público y se programan periódicamente a través del Con-
sorcio del Castillo de San Fernando y la Oficina Municipal de Turismo de Figueres.
Estas salidas comentadas se han impulsado con el objetivo que formen parte de la
oferta de la asociación de guías turísticos, para atender el turismo interesado en la
historia militar, así como también aumentar las propuestas que ofrece la ciudad de
Figueres. La propuesta contribuye a que los visitantes del Teatro-Museo Dalí, punto
fuerte del turismo de la ciudad, prolonguen su estancia en la ciudad con otras activi-
dades complementarias, como es esta visita guiada por el camino de ronda. Además
de los valores naturales y paisajísticos referidos, el castillo es el escenario de la novela
“Los jugadores de whist” de Vicenç Pagès y el glacis se ha convertido en un escenario
de visitas literarias.

44
El glacis de la fortaleza de San Fernando, en Figueres... ACTAS

3. Perspectivas de futuro

¿Como debemos plantearnos el futuro de la fortaleza? Tal como hemos


argumentado anteriormente constatamos que San Fernando tiene valores naturales
—sobre todo botánicos—, paisajísticos —especialmente recreativos—, pero también
educativos y literarios. Es imprescindible que el glacis del castillo mantenga su aspec-
to natural, por lo tanto deben descartarse ajardinamientos, apertura de nuevos ca-
minos, pavimentación del camino de ronda y la iluminación artificial. Estas medidas
son imprescindibles para conservar la planta protegida Silene sennenii.
Hay también que mantener el prado seco, como paisaje del glacis, y evitar que
sea colonizado por arbustos ya que estos ocuparían el hábitat de la flora protegida y
harían perder su calidad como mirador porqué ocultaría parte del horizonte visible
desde el camino de ronda.
Es necesario continuar con la labor iniciada por el Consorcio del Castillo de San
Fernando, y por el ayuntamiento de Figueres, consistente en evitar la circulación
motorizada incontrolada por el glacis, impedir los vertidos de residuos y programar
actuaciones de desbroce hasta conseguir un glacis con la mayor superficie posible
de sustrato herbáceo. El reto es la continuidad del glacis del castillo con su paisaje
inmediato, es decir, una transición armónica entre su Muntanyeta, el entorno de els
Arcs —acueducto—, las balsas del Terrisser y la Garriga d’Empordà. Por tanto, las
actuaciones de desbroce (que suponen reducir el riesgo de incendios y favorecer los
prados donde después puede pastar el ganado) son ideales para todo el conjunto el
que podríamos denominar “El Parque Oeste de Figueres”.
Sin embargo, el desbrozado y pasto de la parte interior de la fortaleza —en este
caso no por ovejas, sino por otros herbívoros, los gamos, en el foso— permiten man-
tener un recinto estético, óptimo para las visitas.
La fortaleza y la ciudad deben acercarse aún más, creando el máximo de lazos,
que pasan por potenciar la oferta educativa —el vídeo recientemente presentado que
muestra la evolución de la fortaleza va en esa dirección— y mantener, y en su caso
aumentar, los actos (carrera del primero de mayo, concurso de cruces de mayo —acto
propio de las fiestas de Figueres, la Santa Cruz—, recreaciones historias, actividades
de la Asociación de Amigos del Castillo, campamentos juveniles, etc.). Para aproxi-
mar aún más el castillo en la ciudad, hay que mejorar el acceso de la subida al castillo,
que en estos momentos se encuentra en mal estado de conservación (baches, grietas,
parches, etc.).
El castillo es un rico conjunto que engloba muchas variables. Los gobiernos mu-
nicipales deben incrementar su papel en el Consorcio del castillo de San Fernando,
aumentar las acciones y propuestas para la ciudad y de forma conjunta ligar aún más
fortaleza y municipio.

45
46
ACTAS

San Fernando de Figueres. Problemas de hoy y los retos del mañana

Anna María Puig Griessenberger


Arqueóloga
Presidenta del Institut d’Estudis Empordanesos
Tresorera dels Amics del Castell de Sant Ferran de Figueres
president@iee.cat

Resumen

El castillo de San Fernando de Figueres es un monumento protegido por la legis-


lación española y catalana.

1. Un monumento singular

La fortaleza de San Fernando de Figueres es un monumento que goza de la máxi-


ma protección patrimonial. Gracias a su categoría de castillo, pronto quedó bajo la
protección del Estado: el 22 de abril del año 1949, a raíz del decreto sobre protección
de los castillos españoles, expedido por el Ministerio de Educación Nacional. A partir
de esta declaración, la Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985 lo convirtió
automáticamente en Bien de Interés Cultural (BIC; núm.: RI-51-0005897) y, poste-
riormente, la Llei del Patrimoni Cultural Català de 1993 en Bé Cultural d’Interès Na-
cional, clasificado como monumento histórico (BCIN; núm.: 846-MH). Se entiende
por monumento histórico (MH) una “construcció o altra obra material produïda per
l’activitat humana que configura una unitat singular”. ¿Qué tiene de singular el casti-
llo de San Fernando? En primer lugar se trata del monumento de mayores dimensio-
nes de Cataluña y, al parecer, es la fortificación abaluartada más grande de Europa. Si
comparamos las dimensiones del castillo con las del centro histórico de Figueres, que

47
se corresponden con el recinto amurallado medieval de la ciudad, y que tendría una
superficie de unas 5,5 ha, el castillo resulta 5,7 veces mayor, dada su extensión de 32,5
ha, sin contar el espacio del glacis.
Evidentemente, a nivel patrimonial no son sus dimensiones lo más relevante del
monumento, pues su valor es de carácter histórico y poliorcético, y su construcción
y evolución arquitectónica son la expresión de una etapa específica, tanto por el con-
texto de conflictos de frontera durante los cuales fue proyectado como por la aplica-
ción de los avances tecnológicos en materia de defensa. En segundo lugar, es también
relevante su estrecha vinculación con la historia moderna y contemporánea de Figue-
res, y su incidencia en la evolución urbana de la ciudad, ya desde el mismo momento
del inicio de su construcción a mediados del siglo xviii. No obstante, la magnitud
del monumento, desde la óptica de la arqueología y de la conservación patrimonial,
es una condición importante, especialmente cuando deben plantearse proyectos de
intervención en el conjunto. Debe tenerse en cuenta, por otra parte, que el valor ar-
queológico del subsuelo del entorno del castillo es, lamentablemente, muy limitado.
A causa del gran movimiento de tierras, que tuvo lugar en el momento de ordenar
la explanada y los fosos, así como por la construcción de las defensas exteriores y el
glacis, difícilmente podrán localizarse restos de ocupaciones anteriores. Hoy por hoy
podemos descartar, en contra de anteriores hipótesis, que puedan localizarse restos
del primer convento de capuchinos de la ciudad en la zona nuclear de la fortificación.
Este edificio, construido a finales del siglo xvi en el mismo lugar donde ya existía la
capilla medieval a San Roque, se suponía situado muy cerca del castillo, razón de su
desalojo y su derribo durante la segunda mitad del siglo xviii, después de trasladar
los frailes al nuevo convento de la calle del Rec Arnau. Hoy planteamos la hipótesis
que todavía es posible encontrar restos del convento, ya que éste se encontraría, en
realidad, fuera del perímetro de la fortificación, aproximadamente en la zona del jar-
dín de infancia “Els Pins”, al lado de la urbanización del barrio de la aviación, en la
carretera de la Pujada del Castell, entre la calle de la Creu de Terme y la calle Aviador
Collar. Si se sobreponen el topográfico actual de la ciudad y los planos que se conser-
van previos a la construcción del castillo, se confirma este emplazamiento.

2. Prospectiva de la evolución del paisaje

Todas las intervenciones antrópicas que se proyecten en el castillo han de ser,


evidentemente, coherentes con su expresada categoría monumental y acordes a su
protección como BCIN. Esta condición obliga a que todas las actuaciones sean res-
petuosas con estos valores, y siempre elaboradas de acuerdo a unos instrumentos
específicos de protección y unos programas de conservación, en los que sería óptima
la participación de equipos de profesionales competentes en materias de historia, ar-
queología y arquitectura, especialmente. Deben prestar atención a esta condición,
dado que la misma ley de 1993 obliga, a los responsables del monumento, que deben
ocuparse de preservarlo, mantenerlo y asegurar la integridad del su valor cultural,

48
El glacis de la fortaleza de San Fernando, en Figueres... ACTAS

siempre bajo el control y la supervisión del Departamento de Cultura de la Generali-


tat, que, según la misma normativa, tiene competencia exclusiva en materia de pro-
tección, conservación, acrecentamiento, investigación y difusión del conocimiento
del patrimonio cultural catalán.
Cabe señalar los problemas que puede comportar el planteamiento de hacer de
la fortificación, exclusivamente, una ruina visitable; opción difícilmente sostenible
desde el punto de vista económico. Entendemos que el castillo podría acoger diversas
instalaciones, sobre todo si tenemos en cuenta que el espacio construido disponible,
al margen de su estado de conservación, es impresionante. Parece obvio que las 89
casamatas que, al parecer, se encuentran en el recinto exterior, junto a las 93 casama-
tas ubicadas en el grueso de las murallas, entre baluartes, además de los 9 edificios
del interior del recinto, podrían tener diversos usos. Debe tenerse en cuenta, también,
que la recuperación de estos espacios es también un modo de frenar su degradación.

3. Los límites de la acción antrópica

En relación a la problemática y a las posibles propuestas para armonizar el paisaje


del recinto con el paisaje exterior, las intervenciones deben ser mínimas, y siempre
controladas por especialistas. En cuanto al futuro de la fortaleza y su entorno, lleva-
mos años imaginando el castillo como un espacio plenamente integrado en la ciudad,
con instalaciones y equipamientos culturales diversos, usos que pueden ser perfec-
tamente compatibles con las visitas guiadas y las actividades que hasta día de hoy se
llevan programando. La intervenciones en el entorno deberían limitarse a la tareas
de mantenimiento de las estructuras y de las zonas de acceso público gratuito, como
serían la restauración y adecuación la camino de ronda que circunda el castillo, res-
tringiendo la circulación de determinados tipos de vehículos, adecuando y limitando
también el espacio de aparcamiento, acampada y picnic.
Con respecto a las instalaciones culturales, podría considerarse, en un momen-
to en el cual el futuro del Museu de l’Empordà de Figueres es tema de debate, que
algunos equipamientos museales pudieran ubicarse en el castillo. Me refiero, espe-
cialmente, a almacenes para las reservas, que son muy precarios en el edificio de la
Rambla donde éste se ubica. No sería tan complicado adaptar para ello algunas de las
numerosas casamatas, espacios que no solo podrían facilitar la custodia de los fon-
dos sino también su conservación preventiva. Sería posible adecuar estas salas con la
instalación de cámaras de conservación estancas (con condiciones de temperatura y
humedad controladas), además espacios para talleres de restauración/conservación.
Ante el espacio disponible, y dada la facilidad de los accesos en vehículo y la exce-
lente comunicación de la zona, podría considerarse la posibilidad que el castillo pu-
diera convertirse en un futuro nuevo SAM (Servei d’Atenció als Museus), estructura
ideada en el año 1990 como unidad básica de asistencia al patrimonio museístico del
territorio, en especial de los materiales procedentes de intervenciones arqueológicas,
aunque no en exclusiva. En la zona solo existe el de Girona, creado en el año 1998 (el

49
primero), cuyo ámbito de actuación es el conjunto de las comarcas gerundenses, el
cual hoy ya se ha quedado pequeño. En el año 2009 se inauguró el SAM de Lleida,
para dar apoyo a los museos locales y comarcales de la demarcación territorial leri-
dana, y en el año 2010 el de Amposta, para las Terres de l’Ebre. Hoy parecer ser que
está en proyecto el SAM de les Valls d’Àneu para dar servicio a la zona del Alt Pirineu
y el Aran.
Por todo lo dicho hasta ahora, y a modo de conclusiones, considero que todas las
variables: arquitectónica, urbanística, histórica, arqueológica, ambiental, bio-histó-
rica deberían tenerse en consideración en el momento de definir el futuro del castillo.
Creo que todas ellas son perfectamente compatibles y no excluyentes. Entendemos
que debería haber un consejo de profesionales en cada uno de los ámbitos expresados
que pudiera proporcionar asesoramiento a los gerentes del monumento y sus actores.
Deberían ser personas que conocieran con bastante detalle las carencias que tiene
la ciudad y la comarca a nivel cultural, así como de equipamientos, y que a la vez
conocieran los valores culturales y monumentales del castillo, para que actuaran en
coherencia.

50
ACTAS

Una aproximación bayesiana al estudio de dinámicas históricas: la


evolución de las técnicas de asedio durante la Guerra de Sucesión

Xavier Rubio-Campillo
Barcelona Supercomputing Centre, Computer Applications in Science & Engineering C/
Gran Capità, nº. 2-4, Edificio Nexus I, Planta 1,
Despacho 105, CP. 08038, Barcelona, Spain
xavier.rubio@bsc.es

Resumen

El uso de métodos cuantitativos en Historia ha consistido tradicionalmente en


el rechazo de hipótesis nulas para contrastar la validez de las hipótesis de trabajo
contra los datos existentes. Pese a su relevancia, esta aproximación tiene numerosos
problemas en cuanto a su aplicación en el contexto de la investigación histórica. En
particular, el método asume la existencia de una colección de hipótesis que son al
mismo tiempo completas y mutuamente exclusivas.
Esta asunción es raramente cierta cuando se estudian conflictos bélicos del pa-
sado, dada tanto la complejidad de los escenarios estudiados como la calidad de los
datos existentes. Estas dificultades son comunes a numerosas ciencias del comporta-
miento humano, y por ese motivo se están planteando alternativas al método clásico.
Este trabajo examina estas dificultades entorno a un caso de estudio concreto:
los cambios en la duración de los asedios durante inicios del siglo XVIII. Mediante
la aplicación de una técnica conocida como Approximate Bayesian Computation se
demuestra cómo los datos no confirman la hipótesis más común. Al contrario de la
opinión generalizada, el escenario más probable es que hubo un incremento en la
duración e incertidumbre de los asedios.

Palabras clave: asedios, evolución, Approximate


Bayesian Computation, métodos cuantitativos.

51
1. Introducción

Los últimos años han visto un incremento en el número de trabajos que aplican
métodos cuantitativos al estudio de la Historia. Entre los motivos variados destacan
el acceso a nuevas bases de datos, así como el uso de innovadores métodos de análisis
en el marco de nuevas perspectivas teóricas sobre las dinámicas históricas1.
Este auge de lo que podríamos llamar “Historia basada en modelos” promueve un
profundo cambio metodológico en la manera según la cual el historiador se enfrenta
a su trabajo. En primer lugar, en estas obras es común el uso de modelos formales, en
contraste con los clásicos modelos descriptivos usados en la disciplina. Así, partiendo
de una pregunta de investigación concreta se transforman las hipótesis de trabajo en
un modelo matemático o computacional que puede ser analizado de manera cuan-
titativa. Esto permite no tan sólo explicitar qué parámetros y comportamientos son
relevantes a la pregunta inicial, sino también qué relación existe entre los mismos2.
Técnicas como los Modelos Basados en Agentes o el Análisis de Redes Complejas per-
miten aportar una nueva perspectiva a clásicas cuestiones como puedan ser el estudio
de las relaciones entre espacio y comercio o la relevancia de los procesos de cambio
cultural.
Una de las ventajas de esta aproximación es la capacidad para comparar distintos
casos de estudio. Este tipo de análisis es difícilmente realizable con el único uso de
modelos descriptivos expresados con lenguaje natural; por contra, un mismo modelo
formal puede ser usado para examinar dinámicas históricas similares desarrolladas
en períodos distintos siempre y cuando existan datos suficientes para comprobar su
validez. Por estos motivos el uso de modelos formales para explorar dinámicas histó-
ricas tiene un gran potencial en cuanto a su capacidad para identificar tanto patrones
generalizables como la diversidad inherente al comportamiento humano; es tan solo
a través de su uso que será posible compara modelos, y descartar hipótesis de trabajo
por otras que se ajusten mejor a la evidencia observada.
Sin embargo, para que esto sea realizable es necesaria la falsación de hipótesis de
investigación en base a la evidencias Es decir, los modelos formales deben ser con-
trastados con los datos para demostrar su capacidad explicativa. Este hecho presenta
numerosos desafíos para las técnicas cuantitativas usadas en la actualidad en cuanto
a investigación histórica.
En concreto, la comparación de los resultados generados por el modelo contra la
evidencia es un factor crítico, que acostumbra a recibir menos atención que el de-
sarrollo del modelo en sí mismo. La mayoría de disciplinas científicas basan estos
experimentos en el marco del Contraste de Hipótesis Nula (CHN). Según éste, se de-

1 Ver al respecto: SCHICH, M.; SONG, G.; AHN, Y.-Y.; MIRSKY, A.; MARTINO, M.; BARABA-
SI, A.L., et al.: «A Network Framework of Cultural History», Science. 2014, 345, pp. 558–62; TURCHIN,
Peter; WHITEHOUSE, Harvey; FRANCOIS, Pieter; SLINGERLAND, Edward; COLLARD, Mark: «A
Historical Database of Sociocultural Evolution», Cliodynamics: The Journal of Theoretical and Mathema-
tical History. 2012, 3; TURCHIN, Peter: «Arise’cliodynamics», Nature. 2008, 454, pp. 34-35.
2 Para las ventajas de los modelos formales en relación a los descriptives ver: EPSTEIN, Joshua M.:
«Why Model?», Journal of Artificial Societies and Social Simulation. 2008, 11. pp. 12.

52
Una aproximación bayesiana al estudio de dinámicas históricas... ACTAS

fine una hipótesis de trabajo (H1) en contraste con una teórica hipótesis nula (H0); si
H0 pudo haber generado la evidencia con una probabilidad suficientemente baja (el
llamado p-valor) es rechazada, siendo por tanto correcta H1.
La aplicación de esta aproximación al estudio de dinámicas históricas, actual-
mente un estándar “de facto”, presenta numerosos problemas3. En primer lugar, H0
acostumbra a asociarse a un proceso completamente aleatorio. Es evidente que pocos
procesos históricos son completamente aleatorios, pero el rechazo de H0 no implica
que H1 sea correcta. Así, la asunción de completitud según la cuál H0+H1 cubren los
posibles escenarios raramente se cumple. Segundo, si se contrastan diversas hipóte-
sis este método asume que son mutuamente exclusivas, es decir que si una es cierta
las otras son falsas. Esto tampoco se cumple en el caso de la investigación histórica,
ya que la relevancia de un proceso social determinado no excluye que otros factores
estén jugando un papel destacado en la generación de los patrones observados en
los datos. Finalmente, el CHN no permite comparar modelos distintos en base a la
evidencia, un requerimiento que debería ser esencial en el estudio cuantitativo de
la Historia; se necesitaría poder comparar distintas ideas sobre qué dio lugar a un
mismo suceso histórico, ya que en caso contrario se vuelve al punto de partida inicial
de modelos difícilmente comparables. Finalmente, la definición a priori del p-valor
necesario para la significación de las hipótesis significa que éste puede ser ajustado:
si los datos no permiten rechazar H0 con un valor como p=0.05 se puede subir el in-
tervalo de confianza a p=0.1 o similar dónde es más fácil descartar la hipótesis nula.
El presente trabajo presenta una aproximación estadística alternativa basada en
métodos bayesianos e ilustrada a la evolución de los conflictos bélicos. La siguiente
sección presenta la nueva perspectiva, explicitando qué ventajas ofrece al investiga-
dor en relación al uso de hipótesis nulas. Seguidamente se presenta el caso de estudio
en el que se ilustrará el ejemplo, y los resultados generados por los dos métodos. Las
dos últimas secciones interpretan los resultados a la luz de las hipótesis de traba-
jo iniciales, concluyendo con una evaluación de esta nueva aproximación al estudio
cuantitativo de la Historia.

2. La perspectiva bayesiana

Los métodos bayesianos conforman una nueva aproximación al contraste de hipó-


tesis de trabajo en relación a la evidencia existente. En lugar de preguntarse qué pro-
babilidades hay que mis datos fueran generados aleatoriamente, la pregunta que se
quiere responder es: ¿qué probabilidades existen que mi hipótesis generara la eviden-
cia? Así, en lugar de rechazar una hipótesis nula potencialmente no realista se calcula
hasta qué punto un modelo dado pudo haber generado el conjunto de observaciones
que conforman los datos existentes. Esta aproximación permite confrontar los di-
versos factores y procesos que el investigador cree que jugaron un papel relevante en
un evento dado, y cuantificar cuál de ellos es capaz de explicar mejor lo que sabemos
según la evidencia recogida.

3 ABELSON, Robert P.: Statistics as Principled Argument. Psychology Press, 1995, 8.

53
La estadística bayesiana no es una técnica nueva, ya que se ha ido aplicando de
manera intermitente desde su descubrimiento hace dos siglos4. No ha sido hasta años
recientes que la aproximación bayesiana ha cobrado popularidad, probablemente
debido a sus requerimientos computacionales. La explosión de datos de finales del
siglo xx está generando numerosos desafíos para las técnicas de análisis de datos
tradicionales. Al mismo tiempo, el acceso cada vez más frecuente a infraestructuras
de computación de altas prestaciones ha hecho paulatinamente posible la adopción
de métodos bayesianos. En concreto, numerosas ramas de la biología, impulsados por
el estudio evolutivos mediante genética de poblaciones y la ecología han adoptado la
aproximación como caballo de batalla para el análisis de sus datos5.
Curiosamente los problemas a los que se enfrentan los biólogos evolutivos son afi-
nes a los que se encuentra un historiador, ya que ambas áreas a) estudian procesos
temporales, b) usan datos fragmentados y ruidosos, y c) detectan patrones generales
como agregación de comportamientos individuales. Así, parece claro que las técnicas
exploradas por la biología deberían ser aplicables al estudio histórico con las obvias
adaptaciones a los casos de estudio tratados por esta última6.

3. Un caso de estudio: la guerra de asedio

Seguidamente definimos el caso de estudio en el que aplicaremos la aproximación


bayesiana, como ejemplo del potencial de ésta en cuanto al estudio de dinámicas
históricas. Para ello se necesita un caso de estudio en el que sea fácil definir y validar
hipótesis de trabajo en relación a una dinámica histórica concreta. Así, se ha elegido
explorar cómo la introducción de nuevas técnicas de asedio afectó al desenlace de los
numerosos sitios desarrollados en el marco de inicios del siglo xviii a través de una
perspectiva evolutiva7.
El conflicto dinástico por la corona española conocido como Guerra de Sucesión
(1702-1714) fue el escenario de numerosas innovaciones en cuanto a los sistemas de
combate de los ejércitos europeos. El final del siglo xvii e inicios del xviii vieron una

4 Para una historia del método ver: MCGRAYNE, Sharon Bertsch: The Theory That Would Not
Die: How Bayes’ Rule Cracked the Enigma Code, Hunted down Russian Submarines, & Emerged Trium-
phant from Two Centuries of Controversy. Yale University Press, 2011.
5 Resúmenes del potencial y aplicaciones pueden verse en: JOHNSON, Jerald B.; OMLAND,
Kristian S.: «Model Selection in Ecology and Evolution», Trends in Ecology & Evolution. 2004, 19, pp.
101–8; TOWNER, Mary C.; LUTTBEG, Barney: «Alternative Statistical Approaches to the Use of Data as
Evidence for Hypotheses in Human Behavioral Ecology», Evolutionary Anthropology: Issues, News, and
Reviews. 2007, 16, pp. 107–18.
6 Existen pocas referencias de su uso en Ciencias Sociales o humanidades. Pese a ello hay algunos
ejemplos como RAFTERY, Adrian E.: «Bayesian Model Selection in Social Research», Sociological Met-
hodology. 1995, 25, pp. 111–64; CREMA, E.R.; EDINBOROUGH, K.; KERIG, T.; SHENNAN, S. J.: «An
Approximate Bayesian Computation Approach for Inferring Patterns of Cultural Evolutionary Change»,
Journal of Archaeological Science. 2014, 50, pp. 160–70.
7 Para explorar este perspectiva ver: RUBIO-CAMPILLO, Xavier; HERNÀNDEZ, F. Xavier: «An
Evolutionary Approach to Military History», Revista Universitaria de Historia Militar, 2014, 4, pp. 255–
77.

54
Una aproximación bayesiana al estudio de dinámicas históricas... ACTAS

Figura 1. Serie temporal de duraciones de los asedios a lo


largo de la Guerra de Sucesión Española.

profundo cambio en los campos de batalla donde se luchó el conflicto, incluyendo la


sustitución de picas y moquetes por fusiles con bayoneta, el desarrollo de despliegues
lineales con poca profundidad para aumentar la intensidad de fuego o la gradual
profesionalización de todas las ramas del ejército (incluyendo ingenieros y logística).
De especial relevancia durante el período fue la guerra de asedio, cuya importan-
cia dominó los otros tipos de combate hasta bien entrado el siglo. En este contexto
la tarea unificadora desarrollada por Sébastien Le Prestre, marqués de Vauban8, fue
decisiva para agilizar el desarrollo de los sitios y evitar la situación de estancamiento
vivida en las décadas anteriores. La opinión generalizada entre los expertos es que
su manual, publicado en 1707, unificó y regularizó los asedios, de manera que és-
tos se fueron haciendo menos costosos en vidas humanas y tiempo, y más regulares
en cuanto a su desenlace. No ha sido hasta recientes años que algunos autores han
empezado a poner en duda esta idea, a través del análisis de las predicciones que los
comandantes hicieron respecto a la duración de sus asedios9.
Parece éste un caso idóneo para aplicar una metodología cuantitativa, ya que exis-
ten los datos necesarios con los que contrastar si la introducción de las técnicas pro-
mulgadas por Vauban tuvo un efecto real en el desenlace de los asedios. En concreto,
podemos formular la hipótesis más generalizada entre los expertos de la siguiente
manera: la duración e incertidumbre de los asedios disminuyó durante el transcurso de
la Guerra de Sucesión.

8 BARROS, M.; et al.: Vauban. L’intelligence du territoire. Paris: Service historique de la Défense,
2007.
9 OSTWALD, J.: Vauban under siege. Engineering efficiency and Martial Vigor in the War of the
Spanish Succession. Brill Academic Publishers, 2007.

55
Figura 2. Histograma
de frecuencias de
las duraciones. Para
cada valor en días
(eje X) se muestra el
número de sitios que
tuvieron esa duración.

Los datos necesarios para explorar esta hipótesis han sido recogidos en base a la
lista de asedios publicada en la obra de Ostwald, complementada por fuentes adicio-
nales para llegar a un total de 89 sitios y sintetizada en la figura 1.
Como se puede observar, el número de asedios por año es bastante variable, ha-
biendo algunos años en los que la muestra es especialmente pequeña (2 o 3 sitios).
Esto hace que valores básicos como la media y la desviación estándar no sean espe-
cialmente informativos. Por otra parte, la figura 2 muestra la distribución de todas
las duraciones, con lo que se ve claramente que no sigue una distribución normal ya
que la cola izquierda es mucho más larga que la derecha.

4. Contraste de Hipótesis Nulas

El método cuantitativo tradicional consistiría, de manera esquemática, en com-


probar si la hipótesis nula H0: la duración de los asedios no cambió durante el conflicto
puede ser rechazada.
Para ello se ha creado un modelo “nulo” que genera un número de asedios igual al
observado, y para cada uno se define la duración en base a una distribución gamma
ajustada a los valores conocidos (ver figura 3).

56
Una aproximación bayesiana al estudio de dinámicas históricas... ACTAS

Figura 3. Función de
distribución empírica
de duraciones en
los datos históricos
(en rojo) y el mismo
número de sitios
simulados siguiendo
distribución gamma
(parámetros:
shape=0.61 y
scale=35.88).

Finalmente, se ha aplicado un test que permita rechazar H0, transformada aquí


en este modelo aleatorio en el que los parámetros que rigen la duración (media y
variancia) no cambian durante todos los años. Esta característica, conocida como
estacionariedad, se resume en la idea según la que para que la duración de los asedios
no cambie durante la guerra las propiedades de la distribución no deben variar, inde-
pendientemente del año que se estudie.
Existen numerosas herramientas que permiten rechazar la hipótesis de estaciona-
riedad, pero muchas de ellas asumen distribuciones gaussianas, y requieren un nú-
mero mínimo de observaciones que en nuestro caso no se da. Se ha elegido ejecutar el
test de Kolmogorov-Smirnov. Este calcula las probabilidades que dos distribuciones
dadas hayan sido generadas por el mismo proceso: si el p-valor resultante es muy
bajo se puede descartar que ambas distribuciones hayan sido generadas por el mismo
proceso, mientras que valores altos implican que no se puede rechazar esta hipótesis
nula. En el caso que nos ocupa, si el test de Kolmogorov-Smirnov genera p-valores
menores de 0.05 H0 se rechazaría. En caso contrario la evidencia aportada por la
duración de los asedios históricos podría ser el resultado de un proceso aleatorio y la
duración no cambió durante el conflicto.
Aplicaremos el test a una parte mayor de nuestra muestra que año por año. Ésta
estará definida por una ventana que se irá “moviendo” a lo largo de los años (por
ejemplo, si definimos una ventana de 3 el primer test se hará en el período 1702-1704,
el segundo en 1703-1705, el tercero 1704-1706 y así sucesivamente). Cada uno de estos

57
Figura 4. p-valor
generado por el
test Kolmogorov-
Smirnov entre los
datos simulados por la
distribución gamma
y las observaciones
por los intervalos
datos. La línea roja
define un valor de
significación de 0.05.

segmentos temporales de nuestra muestra será testado contra el conjunto de valores


aleatorios generados por la distribución gamma, con la intención de observar si la
hipótesis nula puede ser descartada. Los resultados pueden verse en la figura 4.
Como se puede ver en la figura, ninguno de los intervalos tiene un p-valor < 0.05,
por lo que se puede descartar la hipótesis nula que las duraciones de los asedios fue-
ron estacionarias durante el conflicto. Sin embargo, como ya hemos comentado eso
no quiere decir que nuestra hipótesis inicial sea correcta, porque otras hipótesis po-
drían ser más correctas que la nuestra. Para empezar la duración media de los sitios
podría haber aumentado; además la incertidumbre sobre la duración, que podría ha-
ber aumentado, ha disminuido a lo largo de la guerra. Es relevante notar aquí que esta
última hipótesis no es mutuamente exclusiva con nuestra hipótesis inicial, ya que al
mismo tiempo la duración media podría haber bajado mientas que la variabilidad
hubiera subido. Vemos, por tanto, los límites de esta aproximación cuantitativa, que
se intentarán romper aplicando una perspectiva bayesiana.

5. Approximate Bayesian Computation

Una de las principales dificultades de la estadística bayesiana es que el método


exige definir una función de verosimilitud que cuantifica la probabilidad de generar
la evidencia a partir del modelo creado. Esto permite conocer el poder explicativo
de las observaciones para cualquier valor inicial de parámetros. La función de ve-

58
Una aproximación bayesiana al estudio de dinámicas históricas... ACTAS

rosimilitud se puede calcular analíticamente si el modelo original es sencillo, pero a


medida que éste se va complicando su cómputo se hace mucho más complejo hasta
convertirse en intratable.
Este problema ha lastrado la aplicación de estadística bayesiana en investigación
hasta el advenimiento de los métodos conocidos como Approximate Bayesian Com-
putation (ABC)10. Esta técnica evita el requerimiento de la función de verosimilitud
a través de simulaciones computacionales que aproximan el resultado analítico. Gra-
cias al incremento en capacidad computacional acaecido durante los últimos años ha
sido posible aplicar ABC a una gran variedad de escenarios, con lo que su populari-
dad ha aumentado exponencialmente en los últimos años11.
Seguidamente ilustraremos el método a partir del caso de estudio definido con
anterioridad.

5.1 Definición del modelo

La dinámica de asedios durante la Guerra de Sucesión se puede explorar con un


modelo computacional definido como sigue:
1. Para cada año, se obtiene el número de asedios históricos que sucedieron.
2. Por cada asedio sucedido se obtiene un equivalente simulado su duración de
una distribución gamma. El número obtenido es equivalente a la duración en días
de ese asedio.
3. Al final del año se modifican dos parámetros de la distribución (media y desvia-
ción estándar) según dos modificadores, que son los parámetros de nuestro modelo
(modificador a la media y modificador a la desviación estándar).

5.2 Conocimiento a priori

El siguiente paso es definir nuestro conocimiento inicial de los parámetros del


modelo. Como ya hemos comentado nuestro modelo tiene dos parámetros: los modi-
ficadores de la media y la desviación estándar en las duraciones; lo que se ha definido
como distribuciones a priori (figura 5): una distribución uniforme entre -10 y +10.
Así, por nuestro conocimiento anterior sabemos que ambos modificadores no esta-
rán fuera de estos valores, porque ello produciría unos resultados totalmente ilógicos
en relación a la evidencia.

5.3 Definición de estadística resumen

En tercer lugar el método ABC necesita que definamos una estadística resumen de
nuestro modelo, que le permita computar la distancia entre la evidencia y cualquier

10 TURNER BRANDON, M.; VAN ZANDT, Trisha: «A Tutorial on Approximate Bayesian


Computation», Journal of Mathematical Psychology. 2012, 56, pp. 69–85.
11 Ver: LEUENBERGER, C.; WEGMANN, D.: «Bayesian Computation and Model Selection With-
out Likelihoods», Genetics. 2010, 184, pp. 243–52.

59
Figura 5.
Conocimiento a priori:
ambos modificaciones
están dentro de los
límites -10 a +10.

simulación ejecutada. Hemos decidido usar la duración de los asedios, así que una
simulación cuyas duraciones sean más cercanas a la evidencia será identificada como
mejor que otra, los asedios de la cual disten más de lo observado.

5.4 Cómputo de la distribución posterior

El último paso es estimar qué valores del conocimiento a priori generan resultados
más parecidos a la evidencia. Para ello es necesario ejecutar numerosas simulaciones
con parámetros obtenidos a priori, comparar las estadísticas resumen y elegir aquellas
cuya distancia sea más pequeña. Para ello hemos elegido el método más simple (pese a
ser computacionalmente más exigente), conocido como algoritmo de rechazo12.
El algoritmo consiste en los siguientes pasos:
Elegir valores aleatorios de la distribución a priori.
Ejecutar el modelo con esos valores y calcular la estadística resumen.
Si la distancia está entre el porcentaje P más cercano a la evidencia se guarda; en
caso contrario se descarta.
Estos 3 pasos se ejecutan múltiples veces con una P pequeña. En nuestro caso se
han ejecutado 1 millón de simulaciones con una P=0.001, quedándonos con las 1.000

12 Ver algoritmo original en: PRITCHARD, Jonathan K; SEIELSTAD, Mark T; PÉREZ-LEZAUN,


Anna, y FELDMAN, Marcus W, ‘Population Growth of Human Y Chromosomes: A Study of Y Chromo-
some Microsatellites.’, Molecular Biology and Evolution, 16 (1999), 1791–98.

60
Una aproximación bayesiana al estudio de dinámicas históricas... ACTAS

Figura 6. Trayectorias simuladas (en negro) más cercanas a la evidencia (en


rojo). Cada uno de los puntos es uno de los asedios sucedidos ese año.

Figura 7. Comparación del conocimiento a priori (izquierda) y posterior


(derecha) en relación a los parámetros iniciales: el modificador
a la media (arriba) y a la desviación estándar (abajo).

61
simulaciones que más se acercan a lo sucedido durante el conflicto. La figura 6 mues-
tra todas las trayectorias en comparación con los datos reales, mientras que la figura
7 establece la comparación entre el conocimiento inicial y el posterior.

6. Discusión

Como se puede ver en las anteriores figuras, la distribución de parámetros usados


en las simulaciones con resultados cercanos a la evidencia dista considerablemente de
nuestro conocimiento a priori.
En primer lugar, el modificador a la duración media de los asedios es positivo en
un 99.98% de los casos. Esto nos indica que no sólo la duración no disminuyó, sino
que muy probablemente aumentó a lo largo del conflicto. Así, la hipótesis generalizada
entre los expertos no se sostiene según los datos disponibles, y como consecuencia no
podemos decir que la introducción de los métodos de Vauban hiciera más breves los
períodos de asedio. Las razones pueden ser muy variadas, y deberían ser exploradas
por modelos adicionales. De entre las causas más probables podríamos destacar el
progresivo desgaste de las finanzas por parte de los estados beligerantes, hecho que
podría provocar un deterioro en las iniciativas de asedio, usualmente muy costosas
en personal y dinero.
En segundo lugar, el modificador a la desviación estándar en la distribución pos-
terior da un resultado menos concluyente. Podría indicar un progresivo aumento
en la incertidumbre asociada a los asedios, que tendrían una duración más dispar a
medida que el conflicto avanzaba. La interpretación de este resultado podría mostrar
la bipolarización entre los sitios tomados por asalto y los que aplicaron las nuevas
técnicas de Vauban. Sin embargo, al contrario que con el otro factor (duración media)
la evidencia no nos permite asegurar con un grado de certidumbre relevante que éste
proceso sucedió realmente, ya que un buen número de las simulaciones seleccionadas
fue inicializada con valores negativos o cercanos a cero. Así, con los datos observados
no es posible rechazar las hipótesis alternativas (que la incertidumbre disminuyó o
que se mantuvo igual).
La agregación de ambos resultados permite plantear una hipótesis de trabajo se-
gún la cual a lo largo del conflicto los asedios se hicieron más largos y ligeramente
más impredecibles. La profesionalización de los distintos cuerpos de ingenieros y la
homogeneización de técnicas por parte de Vauban no generaron las dinámicas que
hasta ahora se sostenían (asedios más breves y con menos certidumbre). Quizás el ob-
jetivo de Vauban de disminuir las bajas por asaltos mal preparados aunque tuvieran
mayor duración no era interesante para la mayoría de comandantes. Como Ostwald
ya había apuntado, al fin y al cabo el método de asalto vaubaniano fue abandonán-
dose gradualmente durante el siglo, en favor de métodos más arriesgados de asalto13.

13 Es ésta la hipòtesis defendida en Ostwald, op.cit.

62
Una aproximación bayesiana al estudio de dinámicas históricas... ACTAS

7. Conclusiones

El presente trabajo ha presentado un nuevo modo de análisis cuantitativo aplicado


a la investigación histórica. Como hemos visto, el poder explicativo de sus resultados
supera ampliamente la tradición aproximación basada en el contraste de hipótesis
nula. Los métodos bayesianos permiten comparar la efectividad de distintos modelos
o parámetros para explicar la evidencia existente. Al mismo tiempo, el uso de mode-
los estocásticos como ABC permiten aplicarlo a escenarios de mayor complejidad. Al
mismo tiempo es capaz de afrontar la incertidumbre inherente a los datos históricos
de manera mucho más robusta que aproximaciones anteriores. Es éste un elemento
crítico que debe ser estudiado e integrado en los modelos cuantitativos de la manera
más realista posible.
Por otra parte, la aplicación de métodos como ABC presenta algunos desafíos para
la actualidad de la disciplina histórica. En primer lugar, exige del investigador una
formación en métodos cuantitativos más avanzada que otros tipos de estadística.
Por otra parte, la técnica requiere del acceso a considerables recursos computaciona-
les. Ambos problemas pueden ser solventados, mejorando la formación en modelos
cuantitativos y estableciendo colaboraciones interdisciplinares con centros capaces
de ofrecer este tipo de infraestructuras computacionales. Pese a no ser tarea fácil, el
éxito de esta transformación en otras disciplinas permite aspirar a mejorar los méto-
dos de la disciplinas en base a estas nuevas técnicas de análisis, fácilmente adaptables
a los desafíos planteados por la investigación de dinámicas históricas.

8. Agradecimientos

El autor querría agradecer a Jamel Ostwald la publicación de los datos sobre ase-
dios usados en este trabajo. El modelo y el análisis se han realizado en el paquete
estadístico R, y la aplicación de ABC se ejecutó con el paquete EasyABC14. Tanto los
datos como el código están disponibles bajo licencias libres en la dirección https://
github.com/xrubio/models/siege_abc.

Bibliografía

ABELSON, Robert P.: Statistics as Principled Argument. Psychology Press, 1995.


BARROS, Martin; SALAT, Nicole; SARMANT, Thierry: Vauban: L’intelligence Du Te-
rritoire. Chaudun, 2006.

14 R Development CORE TEAM, R: A Language and Environment for Statistical Computing. Vi-
ena, Austria: R Foundation for Statistical Computing, 2011, <http://www.R-project.org/>; FRANCK,
Jabot; FAURE, Thierry; DUMOULIN, Nicolas: «EasyABC: Performing Efficient Approximate Bayesian
.Computation Sampling Schemes Using R», ed. by Robert B. O’Hara, Methods in Ecology and Evolution,
4 (2013), 684–87.

63
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64
ACTAS

Las murallas medievales y modernas de Barcelona.


«Si vis pacem, para bellum»

Carme Miró Alaix


Servei d’Arqueologia de Barcelona
cmiro@bcn.cat

Resumen

Las murallas de época medieval y moderna representan unos de los elementos


patrimoniales más singulares y relevantes de la ciudad de Barcelona. Destacan por su
importancia en momentos cronológicos puntuales y por condicionar el crecimiento
urbanístico; modificando la planificación y la ordenación hasta nuestros días. Éstas
fueron construidas entre los siglos XII y XIX, momento en que fueron derribadas, que-
dando su testimonio en algunos lugares estratégicos de la ciudad y sus cimientos bajo
los sucesivos pavimentos contemporáneos. La creación de estas defensas guardan re-
lación con las construcciones de los límites de la ciudad romana, construida en una
fecha cercana al año 10 aC., cuando se originó la colonia Barcino, y posteriormente
una nueva muralla que reseguía el mismo trazado que la anterior pero con 76 cubos
o torres de finales del siglo III dC. La vertebración y urbanismo de la urbe siempre ha
estado relacionado con estas murallas; las necesidades de crecimiento hizo que las
murallas de la ciudad fueran ampliándose por diferentes puntos de la ciudad, englo-
bando su espacio urbano.1

Palabras clave: Barcelona, muralla, época medieval,


época moderna, carta arqueológica.

1 Antes de seguir con el texto, queremos agradecer la colaboración en la realización de esta po-
nencia de la Dra. María Jesús Peréx Agorreta, y de Jordi Ramos, sin su ayuda no habría estado posible,
los errores en el mismo son, sólo, de mi responsabilidad. También queremos resaltar la ayuda de Encarna
Cobo y Josefa Huertas.

65
«La Arquitectura Militar ha seguido, como la religiosa y la civil, paso a paso la
marcha progresiva de la humanidad; primero, defensas rudas, indecisas, incipientes,
sencillas, rudimentarias, y después, conforme se iban buscando medios de destruir-
las y hacerlas ineficaces, se fueron perfeccionando para contrarrestar los empujes de
la tormentaria; esta a su vez, aumentaba su potencia destructora, y aquellas su poten-
cia resistente; y así, en oposición constante la Fortificación y la Poliorcética, cambian-
do de formas y de procedimientos, siempre contrarios, ha ido y sigue marchando la
humanidad, destruyendo y creando constantemente.»
Manuel Castaños, 1900.

1. El concepto de muralla

La muralla es uno de los elementos más internacionales que existe. Si observamos


diferentes plantas de ciudades europeas, encontraremos similitudes, lo mismo en
ciudades asiáticas o americanas, pero también muchas diferencias. Sin embargo hay
un elemento que se reconoce siempre, y que las hace parecidas: las murallas.
El estudio de la muralla no lo podemos entender sin el estudio de la ciudad, ya que
es un elemento que define la ciudad desde su fundación, y de la que forma parte; en
una simbiosis que ha perdurado a lo largo de su historia. En muchos lugares de Bar-
celona se conserva en alzado, en otros solo los cimientos, pero sobretodo nos queda
la huella y su traza. La relevancia de la muralla romana ha sido importante hasta en el
siglo XIX, porqué había tramos visibles y otros que fueron derribados como la puerta
de Regomir.
Al abordar el estudio del proceso de fortificación de los estados europeos en los
comienzos de la llamada Edad Moderna, resulta necesario buscar sus raíces en el
mundo clásico; en Grecia, y más concretamente en Roma; dado que, no en vano,
el Renacimiento supone su recuperación en la mayoría de sus manifestaciones. Los
romanos eran esencialmente personas prácticas, y resolvieron los problemas técnicos
que se les presentaron creando nuevas metodologías de diseño2.
La importancia del conocimiento de la cultura clásica a la hora de abordar el tema
de las fortificaciones de época moderna, se basa, primordialmente en que los princi-
pales artífices de los nuevos sistemas de fortificación procedían, en su mayoría, de las
posesiones españolas en territorio italiano, así como, posteriormente de las escuelas
de ingeniería francesa.
Los ingenieros que trabajaron para los Austrias, además de conocer la obra de Vi-
truvio y Vegecio, pudieron contar con la ayuda indirecta que proporcionaba la lectu-
ra de Tácito, Suetonio, César, Veleyo Patérculo, Dión Casio, Polibio, Higinio, Arriano
o Flavio Josefo. Pero antes que ellos, tenemos la Poliorcética de Eneas3, apodado el

2 HALLYDAY SAVILE, Leopold: “Presidential Address”, Journal of the Institution of Civil En-
gineers, 1, 1940, pp. 1-26; ver también en Port and Harbour Engineering, ed. by Adrian Javis, Aldershot
(England), 1998.
3 ENEAS EL TÁCTICO: Poliorcética, Biblioteca Clásica Gredos, 157, 1991.

66
Las murallas medievales y modernas de Barcelona... ACTAS

Figura 1. Acuarela de F. Soler y Rovirosa del Portal de Santa Anna


construido el 1358 (Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona).

Táctico, que es el primer tratado conservado sobre táctica militar, no solo de la lite-
ratura griega, sino también de la literatura universal. Además, sentó las bases de una
tradición de escritos técnicos sobre el arte de la guerra que la tomaron como modelo,
con un importante desarrollo en época romana y bizantina4.
En relación a Barcelona, el pasado romano en estos últimos años ha estado reva-
lorizado a partir del proyecto de ciudad llamado Pla Barcino. Se estableció una línea
de actuación basada en la investigación y la documentación que ha dado grandes
conocimientos del mundo romano. Cabe destacar que a partir de las intervenciones
arqueológicas en Barcelona podemos afirmar que la correspondencia entre el interior
de la ciudad y extramuros siempre estuvo en constante relación, a pesar de la diferen-
ciación de espacios. El reaprovechamiento desde época romana hasta la época con-
temporánea de la muralla ha sido una dinámica constante en la historia de la ciudad.
La presencia de la expansión urbanística bien planificada en sectores de la ciudad en
las llamadas vilanoves dels Còdols, Sant Pere, de la Mar, calle Montcada, etc, además

4 Su obra fue conocida por Polibio (X, 44) y por autores posteriores, aunque su vida y trayectoria
personal es desconocida. Por los hechos que menciona, debió escribir esta obra en la segunda mitad del
siglo IV aC., y pudo ser un jefe de tropas mercenarias originario del Peloponeso.

67
de poder crear nuevos enclaves religiosos disgregados por la ciudad, justifican el au-
mento del recinto defensivo englobando los lugares ocupados. Este proceso llevó a
ser de gran importancia para intentar aumentar las defensas de una ciudad que vería
como se ampliaban los muros antiguos de su pasado romano (figura 1).

2. Los diferentes recintos

No nos extenderemos en exceso en ampliar la información sobre las fortificacio-


nes medievales y modernas de Barcelona, pero haremos un pequeño resumen para
valorar la relevancia histórica del patrimonio defensivo apuntado. La ciudad con un
recinto amurallado de origen romano reducido en cuanto extensión, cambió su con-
cepción espacial con un factor puntual en la historia de esta ciudad. Nos referimos al
enfrentamiento con Francia por parte del rey Pedro II el Grande, que en 1285 motivó
la edificación de una nueva fortificación en los dominios de Barcelona. En la llamada
Crònica de Bernat Desclot se menciona la construcción de muros de tapia y torres de
madera, que fueron construidas en el frente marítimo con la pretensión de poder for-
tificar este sector. Ante este momento importante y concreto de la historia, vemos que
en momentos puntuales pueden modificar el patrimonio defensivo de una ciudad que
veía necesaria su protección. Todo ello modificó el panorama en años posteriores,
hasta que la institución de gobierno del Consell de Cent encabezó el proyecto para la
gran labor de construir la primera obra de envergadura a su cargo. Cabe resaltar que
con los portales ya abiertos se incorporó el Portal Nou documentado en 1295; y ya a
inicios del siglo XIV se amplió el territorio en la actual Rambla, plaza de Catalunya,
plaza Urquinaona, paseo de Sant Joan, calle Trafalgar, Arc de Triomf y el parque de
la Ciudadella.
Con esta planificación y estabilización de la fortificación de la ciudad de Barcelo-
na, a partir del conflicto con Castilla, el Consell de Cent decidió en 1357 mejorar los
lienzos murarios de finales del siglo XIII, motivo por el cual adquirió tres canteras
en la montaña de Montjuïc. Las nuevas obras de infraestructuras en el sector de la
Rambla con, incluso, la modificación de la antigua riera, delimitó la ciudad antigua,
y la reestructuración del sector comercial y mercantil de la costa barcelonesa, cul-
minando el proceso con la construcción de la Llotja (lonja) de Barcelona en el sector
portuario. Este lienzo de la muralla de mar, ha sido documentado arqueológicamen-
te, en el paseo Picasso cerca al actual parque la Ciudadella, en la Rambla y en la torre
de las Puces en el subsuelo del monumento a Colón.
El antiguo y consolidado barrio del Carme en el sector del Raval hizo una pro-
clama para poder estar dentro de la zona amurallada, y por ello se inició la muralla
identificada como la del Raval. En poco tiempo, en la década de 1370 se amplió y
modificó las Drassanes (atarazanas), incluyendo en el nuevo recinto amurallado el
monasterio de Sant Pau del Camp y el Hospital de San Llàtzer, cerrando por el Portal
de Tallers. Sería edificado a lo largo del siglo XV, con una muralla de piedra y talud
defensivo y torres (figura 2).

68
Las murallas medievales y modernas de Barcelona... ACTAS

Figura 2. Restitución de las murallas medieval y moderna en 1714 (Autor: ATICS SL.).

Lógicamente, la evolución de la artillería también va unida a los avances defensi-


vos en los lienzos de muralla, un hecho de importancia para las ciudades si se querían
defender de las nuevas estrategias tecnológicas. Sería sobretodo en el segundo cuarto
del siglo XVI cuando las necesidades defensivas de una ciudad moderna provocaron
la reconfiguración del lienzo, para poder prevenir los ataques devastadores que podía
provocar los impactos de los proyectiles. Los ingenieros encargados de la defensa op-
taron por endurecer el grueso del lienzo de muralla, y lógicamente reducir su altura
para que fuera mínima la superficie de impacto. De la misma manera, se optarían
por las torres circulares, ya que se consideraba que eran las que mejor aguantaban los
impactos. El resultado final fue la construcción de baluartes con un valle modificado
que completado con una contraescarpa configuraban un gran espacio defensivo.
Los trabajos en el sector marítimo comenzaron en el siglo XVI con la construcción
de los baluartes de Llevant, Migdia y Ponent, y a mediados del mencionado siglo se
llevó a cabo el Portal de Mar, para poder cerrar en su totalidad el perímetro de Bar-
celona.
Otro hecho histórico destacado es el que se dio en el año 1635 cuando se inició el
conflicto con Francia, y a pesar del Tratado de los Pirineos, no se vio resuelto hasta el
final de la Guerra de Sucesión Española en 1714. Todo ello conllevó a que se llevaran
a cabo un gran número de actuaciones de la muralla y que comportaron obras de
importancia. Es relevante mencionar que en 1637 el Consell de Cent redactaba un

69
Figura 3. Restitución de las murallas medieval y
moderna del año 1848 (Autor: ATICS SL.).

informe con las actuaciones necesarias para la fortificación de la ciudad de Barcelo-


na, como terraplenes y otras estructuras defensivas frente a los portales, obras que
continuaron hasta 1648. También a partir de la “Sublevación de Catalunya” (1640-
1652) (Guerra dels Segadors) se permitió a la Corona la construcción de los primeros
baluartes, con el objetivo de proteger del exterior pero también del interior.
A raíz de la Guerra de Sucesión Española5, hay una gran remodelación de las de-
fensas de la ciudad, derribando parte de la muralla medieval, reforzando los baluar-
tes, y sobretodo, con la construcción de la Ciudadella, elemento fortificado, el objeti-
vo del cual era, más que defender la ciudad, controlarla para ser atacada.
Dando un salto cronológico, ya en el 1854, éste sería el año de inicio de demolición
de la muralla de Barcelona que finalizó en el periodo conocido como Sexenio Demo-
crático (1868-1873). Estos trabajos fueron necesarios para mejorar las condiciones
higiénicas de la ciudad, así como para crear un plan contra el aumento de personas
desempleadas. Un factor también importante dentro del imaginario de los barcelo-
neses era la implicación simbólica que implicaba la muralla, ya que estaba vinculada
con el Antiguo Régimen y a la represión militar impuesta a partir de 1714 (figura 3).

5 No hacemos referencia, ni al Castillo de Montjuïc, ni al Fort Pius, ambos elementos defensivos


de Barcelona, ya que nos hemos centrado en los recintos ubicados en la misma Ciudad, no en su término
municipal, ya que habría muchos más elementos a destacar, como diferentes torres en el barrio d’Horta.

70
Las murallas medievales y modernas de Barcelona... ACTAS

3. El agua como elemento defensivo

Francesco de Marchi en 1599 en su tratado sobre Dell ‘Architettura militare presen-


tó una definición de ciudad a partir de su arquitectura defensiva del agua, partiendo
desde sus grandes fosos hasta absorber la unidad formal entre la trama urbana y
los factores tipológicos y topográficos donde se implanta. Otro ejemplo destacado
sobre la importancia del agua como sistema defensivo, es la que ofrece el arquitecto
renacentista Vincenzo Scamozi en el tratado ejemplarizante de 1615 titulado “La idea
de la arquitectura universal”, con una visión de la arquitectura con un propósito de
ciencia exacta. Fue utilizado a modo de manual por arquitectos de la época.
La geografía de la llanura de Barcelona situada entre los ríos Llobregat y Besós se
encuentra encuadrada entre la Serralada de Collserola y el mar, junto con los torren-
tes que van dibujando la ciudad. Muchos de estos cursos de agua, rieras o arenales
se convirtieron en caminos transitables en momentos puntuales6. Dentro del núcleo
histórico de Barcelona se encuentran privilegiadamente dos pequeños montículos
que forman el Mons Taber y donde se ubica la actual basílica de los santos mártires
Just i Pastor. Como ya hemos apuntado los sistemas defensivos de la ciudad condi-
cionaron el crecimiento, al igual que los accidentes físicos y los caminos. Un plantea-
miento interesante es analizar los cursos del agua existentes para ver como éstos han
podido resaltar en las estrategias defensivas del llano de Barcelona.
El estudio de la historia de la hidráulica de la ciudad, nos ha llevado a defender la
idea que el agua ha sido uno de los protagonistas de la defensa de Barcelona, des de su
inicio como colonia, ya que, des del primer recinto existe un foso defensivo, con una
función de cloaca, y conducción de aguas.

4. Como estudiar la muralla

Al comenzar la investigación, o un proyecto en relación con la ciudad antigua, no


se puede obviar el hecho que la ciudad ha evolucionado, y, ahora, está en conexión
orgánica con la ciudad moderna, como un ser vivo que evoluciona y se transforma.
No podemos entender la Barcelona actual sin remontarnos en el origen de la colonia
romana fundada por el emperador Augusto, de la misma manera no podemos recu-
perar la ciudad antigua sin conocer la evolución hasta nuestros días, qué nos queda
y qué podemos documentar y recuperar, esta sería una interesante reflexión inicial.
Existen líneas de investigación y documentación de los tramos de muralla siendo
piezas claves y elementos prioritarios para dar conocimiento de la fortificación. Un
proceso para visualizar el estudio de las murallas medievales y modernas, y lógica-
mente la romana, es musealizar espacios. El desarrollo de la accesibilidad, divulga-
ción, intervención e investigación del patrimonio defensivo es una prioridad para

6 DURAN SANPERE, Agustí: «Como los torrentes y los caminos se volvieron calles». En Revista
Ford, nº 35, junio, 1935, pp. 217-224.

71
Figura 4. Restos del baluarte
del Portal Nou el 1989
(Autor: Servei d’Arqueologia
de Barcelona).

entender los recintos amurallados, así como su trazado, la cronología y la técnica


constructiva, sin olvidar aspectos secundarios en determinados lugares y pequeñas
variaciones del planteamiento global.
La arqueología no es sólo el estudio del subsuelo, de cota cero hacia abajo, es el
estudio de todos los restos materiales, por lo tanto, en este caso, toda su construcción.
Cualquier construcción puede llegar a ser estudiada con metodología arqueológica,
por este motivo la disciplina básica para entender la ciudad y su evolución (figura 4).
El objetivo principal de todo el proyecto de investigación y recuperación de las
diferentes murallas de Barcelona, es entender cada recinto como una unidad, y como
un proyecto de ciudad. Esta será la forma que ayudará a hacer avanzar la investi-
gación, no sectorizando las partes, cosa que nos lleva a una cierta confusión, para
entender la globalidad del plan defensivo de la ciudad en cada momento histórico,
especialmente por lo que respecta a la época moderna, ya que el cambio en el arma-
mento y tácticas militares comporta un gran cambio en la concepción y realización
de las defensas urbanas.
Des del centro de documentación del Servei d’Arqueologia de Barcelona se está
trabajando por ordenar, clasificar y relacionar toda la documentación generada de
hace más de 80 años de intervenciones arqueológicas. La documentación es diversa,
y se tiene que organizar para ponerla al abasto de todos los investigadores. Para ello

72
Las murallas medievales y modernas de Barcelona... ACTAS

la Carta Arqueològica de Barcelona7 es una herramienta fundamental, especialmente


para la recopilación de los datos. La carta es un proyecto que va evolucionando, y se
tiene que adaptar a las nuevas necesidades de los investigadores, y gestores, y también
a las nuevas metodologías.
De momento se está trabajando, para un futuro inmediato, con una ampliación
de la base de imágenes vinculadas a las diferentes intervenciones. Por otro lado que-
remos seguir con el trabajo de digitalizar la documentación antigua, para poder en-
lazar las memorias arqueológicas o documentos asociados a las intervenciones, de
momento se pueden hacer uso de las memorias realizadas en este siglo xxi. Otro
interesante objetivo es poder desarrollar la potenciación de los campos de búsqueda
y añadir cartografía histórica y planimetría detallada de las intervenciones, por fases
crono-históricas. Esta información será recogida en la información conocida como
SIG (Sistema de Información Geográfica), para que se pueda proteger y controlar
las actuaciones de toda la intervención que afecta en cualquier caso los tramos ya
conocidos, todo este trabajo, en relación a los diferentes recintos defensivos, ya fue
presentado en las I Jornades de patrimoni defensivu d’època moderna8 , por lo que no
nos extenderemos más en su explicación.
La fuente que nos proporciona más información, y más novedades sobre las defen-
sas de Barcelona es la arqueología. Nuestra ciudad es rica en patrimonio histórico, y
des del Servei se lleva a cabo la gestión y coordinación de las diferentes intervencio-
nes. En los últimos años han estado numerosas las excavaciones donde se han docu-
mentado restos de las murallas medievales y modernas de Barcelona. No podemos,
dado el marco limitado de esta ponencia, explicar todas las intervenciones.
A partir de las intervenciones arqueológicas, el elemento clave que une todos los
proyectos es la investigación. Si no hay una buena investigación es difícil poder tener
éxito en los planteamientos iniciales. Tanto para dar a conocer, para difundir, para
explicar, hace falta saber, y por la cual cosa es necesaria la investigación. Cabe desta-
car el trabajo en equipo, valorando la historiografía y buscando nuevas vías, aprove-
chando las nuevas tecnologías y novedades (figura 5).

5. Como revalorizar la muralla como elemento patrimonial

Sin lugar a dudas, creemos que toda ciudad, y en este caso su patrimonio defensi-
vo, debe ser estudiado con metodología arqueológica, para poder avanzar en el cono-
cimiento de su historia, y poder ir definiendo sus trazas temporales. La metrópolis es
un ser vivo, en transformación constante, proceso que puede documentar la arqueo-
logía en diferentes vertientes. De la misma forma, no debemos olvidar el urbanismo,

7 www.cartaarqueologica.bcn.cat
8 MIRÓ, Carme; MORENO, Álex: «Las murallas medievales y modernas de Barcelona. La aplica-
ción de la carta arqueológica como herramienta de planificación urbana e investigación arqueológica».
En I Jornades de Patrimoni Defensiu d’Època Moderna. Ministerio de Defensa, 2013, pp. 73-80.

73
Figura 5.. Baluard del Migdia (Autor: Mikel Soberón).

arquitectura e historia de las murallas y sus relaciones con los elementos del territo-
rio, para poder entender el paisaje generado.
La muralla y sus cubos, como elemento importante y característico de la ciudad,
han sufrido agresiones por el paso del tiempo y también por los diferentes conflictos
bélicos; también por los diferentes proyectos urbanísticos, que en los mejores casos
han cubierto pero respectando sus muros, y en el peor, haciéndola desaparecer. El es-
tudio espacial de la ciudad de Barcelona se basa en el conocimiento de los elementos
individuales de la topografía y su relación, des del origen primitivo hasta nuestros
días. En un resumen simplista pero veraz, la ciudad no deja de ser una reserva de me-
moria colectiva. Es importante no fosilizar estados o épocas concretas de la historia
de la ciudad, en el nuestro caso, Barcelona, sino de ir forjando un discurso diacrónico
con los datos obtenidos. No se puede olvidar que en la mayoría de ocasiones los datos
de la investigación son fragmentados y heterogéneos, y se tiene que buscar la manera
de poder ordenarlos y ponerlos en relación. Hablamos del espacio urbano entendido
como cuadro espacial. La expresión de la red viaria hace pensar en la misma realidad,
suponiendo implícitamente una organización orgánica del espacio urbano (figura 6).
Las fortificaciones de Barcelona son elementos que han configurado y han defini-
do la ciudad. La construcción de la muralla en época romana configura su espacio.
Este elemento, tiene un valor como un marcador que evoluciona, como cambia, la
función del elemento, hasta llegar a la función inducida, cambiando en el tiempo,
obteniendo así nuevos marcadores cronológicos del espacio urbano.

74
Las murallas medievales y modernas de Barcelona... ACTAS

Figura 6. Portal de Sant Daniel (Autor: Miquel Gea).

Lógicamente, uno de las primeras funciones y tareas del arqueólogo es la docu-


mentación, siendo de una gran labor para el conocimiento la recerca y valorización,
en este caso la muralla. Se trata de poder recopilar toda información, en relación con
su construcción y morfología, y como elemento que tiene que configurar y marcar la
evolución urbana de la ciudad.

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76
ACTAS

El patrimonio poliorcético moderno de Mallorca.


Problemática de investigación y usos sociales

Miguel José Deyá Bauzá


Universidad Islas Baleares
miguel.deya@uib.es

Resumen:

En los últimos años se ha dado un proceso de restauración de elementos poliorcé-


ticos de Mallorca que obliga a plantearse un segundo nivel de actuación, el referido a
su integración en la vida de las localidades en que se hallan situado. Se recogen en el
trabajo los casos concretos más destacados.

Palabras clave: murallas, baluartes, patrimonio defensivo.

1. Introducción

Las Baleares son depositarias de un importante patrimonio poliorcético de épo-


ca moderna. El carácter insular del territorio y la cercanía del enemigo religioso y
político evidenciaron la necesidad de construcciones de vigilancia y defensa. Su in-
tegración dentro del sistema de defensa balear y de cada isla se hizo sin demasiados
problemas a los efectos que aquí nos interesan. Cuando estos edificios perdieron su
finalidad militar se planteó el darle otra función y, más recientemente, su integración
dentro del patrimonio de cada isla.
Unas edificaciones que, para el caso mallorquín y a los efectos que nos ocupan,
pueden dividirse en tres grupos:

77
Las murallas, concretamente las de Alcudia y Palma1.
Torres de vigilancia y defensa.
Elementos singulares como el Castillo de San Carlos.

2. Las defensas amuralladas

2.1. Las murallas de Palma

En el siglo XVI las murallas de Palma conocieron una intervención a gran escala.
El recinto de época medieval era inadecuado ante los avances artilleros de la Baja
Edad Media y primera Edad Moderna. Si en una primera fase se pensó en adecuar
la muralla reforzando y modernizando puntos concretos (edificación del bastión de
Santa Margalida en 1543), posteriormente se evidenció la necesidad de construir una
nueva muralla2. La nueva construcción tendría un frente de tierra y uno de mar. Con
el tiempo las nuevas circunstancias del arte de la guerra hicieron del todo inservible
al recinto defensivo renacentista que, por otra parte, no conoció ningún episodio
bélico3. Por ello buena parte de la segunda mitad del siglo XIX conoció el debate sobre
la conveniencia o no del derribo de las murallas que, finalmente, se dio en 1902. Ese
derribo afectó sólo a las defensas que daban a tierra, quedando en pie las que daban a
mar tal y como se encuentran actualmente.
El mantenimiento El mantenimiento de las murallas y baluartes de mar abría el
debate sobre la función que se les otorgaba. A los baluartes se les adjudicó una fun-
ción de acuartelamiento. El baluarte más occidental de los que quedaron en pie, el de
Sant Pere o de Santa Creu se convirtió en cuartel de artillería y, posteriormente, del
grupo de sanidad. El baluarte del Príncep, situado en la parte más oriental de lo que
quedaba de muralla, se convirtió en cuartel también de artillería4. Los años cincuenta
y sesenta demostraron las limitaciones de esos espacios en el interior de la ciudad y
la conveniencia del traslado de la tropa a cuarteles diseñados ad hoc. A partir de aquí
la historia de los dos baluartes citados se separa. En 1960 el baluarte de Sant Pere se
hallaba desalojado de cualquier uso dependiente del Ministerio del Ejército, lo que
no ocurrió con el baluarte del Príncep. Tras diversas peripecias que incluyeron su
cesión a una empresa privada y el derrumbe intencionado de parte de su fachada
occidental, el primero de los citados elementos quedó sin función alguna5. El Plan
General Ribas Piera declaraba el ámbito de las murallas como zona verde pública en
su mayor parte, lo que suponía a efectos prácticos considerar los baluartes y el cami-

1 Por su origen medieval y su papel relativamente menor en la defensa de la isla en los siglos XVI
y XVII dejamos a un lado el reciento amurallado de Capdepera.
2 TOUS, Joan: «Las murallas de Palma durante Edad Moderna». En VV.AA.: Ier Centenari de
l’Enderrocament de les Murades de Palma 1902-2002. Palma: Ayuntamiento de Palma, 2004, pp. 47-100.
3 Ni siquiera durante la Guerra de Sucesión se dio una situación en que las murallas renacentistas
de Palma pudieran demostrar su efectividad.
4 SIMÓN, Pilar: «Les murades de Palma avui». En VV.AA.: Ier Centenari de l’Enderrocament de
les Murades de Palma 1902-2002. Palma: Ayuntamiento de Palma, 2004, pp. 121.
5 Ibídem, pág. 139.

78
El patrimonio poliorcético moderno de Mallorca... ACTAS

Fotografía 1. Visión de la fachada occidental del baluarte de Sant Pere. Obsérvese


como descansa sobre el cauce de la Riera (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

no de ronda espacio urbano libre y de uso público. Sin embargo, tanto el baluarte de
Sant Pere, como también el del Príncep, recibían un tratamiento especial. Por lo que
respecta al primero una parte era considerada zona verde pública, como el resto de
la muralla, pero su parte más elevada se calificaba de sector de régimen especial, lo
que permitía la construcción de nuevos edificios, cumpliendo determinadas condi-
ciones. Una modificación de 1976 corregía esta situación y extendía la consideración
de zona verde pública a todo el baluarte6. El Plan General de Ordenación Urbana de
1985 calificaba a dicho elemento como espacio libre público, sistema general, lo que
significaba destinarlo al servicio de toda la ciudad7. Sin embargo en los años sucesivos
no se tomó ninguna iniciativa al respecto. Hubo que esperar a que en 1997 se creara
la Fundació Museu d’Art Modern i Contemporani Es Baluard para que se iniciaran las
intervenciones. Dicha fundación está constituida por el Govern de les Illes Balears,
el Consell Insular de Mallorca, el Ayuntamiento de Palma y la Fundació Art-Serra,
ligada al empresario y mecenas Pere Serra. El resultado fue la adaptación del espacio

6 Ibídem, pág. 146.


7 Ibídem, pág. 159.

79
Fotografía 2. Vista de las fachadas
occidental y meridional del
baluarte de Sant Pere (Archivo
fotográfico Miguel Deyá).

hasta entonces abandonado a las necesidades museísticas, respetando la configura-


ción externa del baluarte y sus elementos más característicos como el gran aljibe.
La función de museo se mantiene por la cesión de obras de arte que a la fundación
realizó el Sr. Pere Serra.
Resulta evidente que después de lustros de abandono, la intervención realizada
supuso una gran mejora para la ciudad y supuso una renovación de la concepción de
la muralla en su conjunto. Se ha criticado la cesión de un espacio público a una fun-
dación con participación privada, pero a nuestro juicio la pregunta correcta estriba
en si la administración pública en solitario hubiera procedido a la puesta en valor
del antiguo baluarte. Quizás el único punto flaco de la intervención, sumamente res-
petuosa con la estructura defensiva, estribe en la inexistencia de ningún referente
explícito del pasado poliorcético del edificio.
Caso aparte es el del baluarte del Príncep. Entre los años cincuenta y setenta del
siglo xx se procedió a la construcción de viviendas militares en el entorno del baluar-
te. Incluso a principios de los setenta se aprovechó la estructura del mismo como so-
porte del último bloque de viviendas que se construyó. Además, en el antiguo foso se
construyó ya anteriormente la Caja de Reclutas. En 1998 se firmó un convenio entre
el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento de Palma en virtud del cual el baluarte
se cedía al municipio, iniciándose los trámites para el desalojo de los usufructuarios
de las viviendas y en 2007 se procedió a la voladura de los edificios dejando visible la

80
El patrimonio poliorcético moderno de Mallorca... ACTAS

Fotografía 3. Últimas viviendas militares edificadas sobre la fachada


meridional del baluarte del Príncep (Archivo fotográfico Mateu Riera).

estructura del baluarte. Posteriormente se realizó a una intervención arquitectónica


dirigida por Elías Torres. La idea era integrar el baluarte en el camino de ronda que
comenzando desde Poniente en el Hort del Rei, a los pies del palacio de la Almudaina,
recorre la parte anterior del Mirador de la Catedral, el antiguo baluarte de Ses Voltes
—cuartel de artillería hasta los años setenta y hoy espacio municipal con un teatro al
aire libre— y desemboca por Levante hasta el Baluard del Príncep. Hay que reconocer
que la idea es buena: integrar todo ese gran espacio situado encima de la muralla y
tratarlo como un gran paseo. Sin embargo cabe hacer las siguientes matizaciones:
La integración real dentro de la ciudad no se ha conseguido; posiblemente la cer-
canía del Paseo Marítimo, situado prácticamente a los pies de la muralla, haya perju-
dicado el uso del nuevo espacio para la población y visitante.
Algunas de las soluciones adoptadas, singularmente los puntos de luz, no guardan
sintonía con la antigüedad y naturaleza de los materiales y elementos que constituyen
el baluarte, que por otra parte ha sido ya víctima de la incívica actividad de graffiteros.
No existe ni en el baluarte ni en todo el espacio situado en el Hort del Rei y el
Baluard del Príncep ninguna referencia a la naturaleza poliorcética y militar de ese
espacio, de manera que la memoria de la ciudad está borrando lo esencial de la na-
turaleza del mismo y vaciando de contenido lo que debería ser uno de los atractivos

81
Fotografía 4. Vista de las fachadas meridional y oriental del baluarte del Príncep tras
el derribo de las últimas viviendas militares (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

más importantes de la ciudad; no existe ninguna actuación para exponer el origen


poliorcético y castrense de ese espacio que a los ojos de las nuevas generaciones apa-
rece como surgido de la nada, sin ningún pasado concreto.
La integración del baluarte con el entorno situado a sus pies es nulo, al existir un
conjunto de pinos que impiden su visión desde la cercana línea de costa en la vertien-
te sur del Paseo Marítimo.
En otro orden de cosas, el éxito conseguido en cuanto a socialización y ocupación
del espacio tras la intervención en el Baluard del Príncep es por ahora inferior al con-
seguido en el Baluard de Sant Pere y su empleo para una actividad concreta y no sólo
genérica: el Museu d’Art Modern i Contemporani.
Dejando a un lado el frente del mar, se pueden observar otros restos integrados
en el desaparecido frente de tierra. El caso más claro es el del bastión de Sant Mar-
galida, situado en calle de San Miguel donde la muralla tenía una de sus puertas, la
Porta Pintada. La construcción de este baluarte semicircular se inició en 1543 ante
la alianza franco-berberisca que provocó una convulsión en el Reino. Posteriormen-
te este pequeño bastión semicircular quedó insertado en la muralla renacentista y
concretamente ocultado en el interior del baluarte poligonal que recibió el mismo
nombre de Santa Margalida. Con la destrucción de las murallas del frente de tierra

82
El patrimonio poliorcético moderno de Mallorca... ACTAS

Fotografía 5. Porción del baluarte


de Santa Margalida en la calle
San Miguel de Palma (Archivo
fotográfico Miguel Deyá).

el bastión semicircular se mantuvo como cimiento de un polvorín derruido en 1912.


Desde entonces el bastión sirvió de cimiento a otras construcciones de tipo civil.
Al ser derruido el edificio que se apoyaba en el bastión para ser sustituido por otro,
se procedió a la excavación, poniéndose de manifiesto la presencia del bastión tal y
como indicaban las fuentes documentales. La iniciativa municipal permitió su con-
servación, de manera que el nuevo edificio tuvo que dejar a la vista el bastión, visible
desde la calle. El problema estriba en que no se ha dado una verdadera integración
del bastión en la ciudad. De hecho, actualmente para visitarlo se debe pedir la llave
a los servicios municipales, de manera que se puede afirmar que se ha garantizado
su conservación, pero no su puesta en valor ni su integración dentro de la vida y el
patrimonio de la ciudad.

2.2. El recinto amurallado de Alcudia

Si en el caso de Palma una de las cuestiones principales a abordar en las últimas


actuaciones en las murallas y sus baluartes ha sido su integración en la ciudad, el otro
gran centro amurallado de la isla —Alcudia— ha partido con ventaja, pues sus mu-
rallas han formado parte desde hace tiempo no sólo de la imagen de la ciudad, sino
también de su vida social.
Se trata de un cinturón defensivo de origen medieval que ante el peligro fran-
co-berberisco de los primeros años cuarenta del siglo XVI se reforzó con bastiones, de

83
Fotografía 7. Cuerpo central de la puerta de Xara, construido en el siglo XVI y
flanqueado por dos torres medievales (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

los cuales el mejor conservado hoy es el de Vila-roja. Cerca de la escuela se encuentra


el bastión de Xara y en el punto opuesto de la muralla el baluarte de San Fernando,
hoy plaza de toros. Este baluarte es prácticamente el único resto que nos queda del
segundo cinturón de murallas, el cinturón renacentista, ejecutado en el siglo xvii.

3. Elementos de vigilancia y defensa costeras

En la costa mallorquina ya en la Edad Media se levantaron atalayas para la ob-


servación de posibles enemigos. Durante el siglo xvi se levantaron más elementos
de esa índole y se procedió a que confluyeran en un auténtico sistema de vigilancia y
comunicación a las villas y a otras torres de defensa. También en el siglo xvi se dotó

84
El patrimonio poliorcético moderno de Mallorca... ACTAS

Fotografía 8. Entrada al enclave de Penya Roja, en Alcudia


(Archivo fotográfico Miguel Deyá).

Fotografía 9. Porción de la costa de Alcudia que debía proteger el encla-


ve defensivo de la Penya Roja (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

85
a algunas de esas torres de la defensa necesaria, singularmente artillería, de manera
que pudieran funcionar como primera línea de defensa.
Contamos con un trabajo que puede ser utilizado como inventario-catálogo de las
torres de defensa de la isla, con una descripción arquitectónica y de funciones mili-
tares. Nos referimos al trabajo de Juan González de Chaves titulado Fortificaciones
costeras de Mallorca.
Uno de los problemas fundamentales con que contamos con este patrimonio es
que una parte del mismo es de propiedad privada, lo que limita su uso social. Otros
casos, como el de la Torre Major de Alcudia, no tienen ninguna función, con el pe-
ligro de que a corto plazo se pierda parte de la memoria histórica de lo que fue el
edificio e incluso se dé su degradación.
Al ser las bahías lugares propicios a un ataque, es en las cercanías a estos parajes
donde se conservan algunos de los elementos más relevantes de este tipo de arqui-
tectura. El caso de Alcudia es sintomático, destacando el enclave de Penya Roja y la
Torre Major.
La Penya Roja es un enclave de vigilancia y dotado de defensa artillera situada en
una atalaya natural que tras diversas modificaciones del hombre lo convierten en una
fortaleza inexpugnable a 389 metros sobre el nivel del mar8. El enclave cuenta con una
pequeña edificación que servía para refugio del personal allí destinado, aljibe, horno
y —un poco más elevada— una plataforma empedrada donde aún hoy se encuentra
una pieza de artillería. Su integración en una ruta excursionista sumamente atractiva
hace que en principio no parezca que corra peligro su integridad y conservación y
precisamente el uso social que de este enclave creemos debe potenciarse es preci-
samente el de ser punto final de un recorrido de gran valor paisajístico y también,
aunque menos, histórico.
Otro elemento singular del municipio de Alcudia es la Torre Major. Si el anterior
elemento defensivo tenía por función la vigilancia y primera defensa del enemigo
que llegara con la intención de hacer tierra en un punto de la recortada costa, la torre
tenía por objetivo la defensa de la ciudad de un posible ataque de gente que tomara
tierra en el puerto de Alcudia. Su estructura de principios del siglo xvii se halla bas-
tante modificada, pues estuvo en uso hasta hace relativamente poco tiempo como
sede de un destacamento de marina. La desaparición de la guarnición ha dejado al
edificio sin un uso determinado, siendo actualmente propiedad del municipio de Al-
cudia. Creemos que lo más oportuno sería una remodelación para que la torre se
convirtiera en un centro cultural (museo, sala polivalente…) dedicado a la temática
militar y defensiva. Se trataría de hacer algo similar a lo realizado en el fuerte de la
Punta d’en Amer. Vistas las circunstancias turísticas del municipio nos encontramos
ante un elemento de relevancia histórica que podría ser empleado con destino al tu-
rismo cultural. El carácter amurallado de la ciudad de Alcudia y la importancia que
los elementos defensivos han tenido a lo largo de su historia parecen indicar que la
temática defensiva sería la más adecuada para dar una actividad al edificio. Llenar la

8 GONZÁLEZ DE CHAVES, Juan: Fortificaciones costeras de Mallorca. Palma: Colegio Oficial de


Arquitectos de Baleares, 1986, p. 195.

86
El patrimonio poliorcético moderno de Mallorca... ACTAS

Fotografía 10. Horno del enclave defensivo de Penya Roja


(Archivo fotográfico Miguel Deyá).

Fotografía 11. Aljibe del enclave defensivo de la Penya


Roja (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

87
Fotografía 12. Torre Major de Alcudia (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

torre de elementos de ese tipo no parece muy difícil si atendemos a la riqueza patri-
monial de Alcudia o a la existencia de material relacionado con la historia militar y
de defensa de la ciudad.
Relativamente cerca de Alcudia, pero ya dentro del término municipal de Pollença,
encontramos un elemento de defensa digno de mención tanto por sus características
como por la problemática de usos que ha vivido y que plantea hoy: la Fortaleza de
S’Avançada. Se trata de una construcción de planta hexagonal, situada a 45 metros
sobre el nivel del mar, con dos plantas y rodeada de un imponente foso9. Su construc-
ción data del reinado de Carlos II. Desde hace tiempo se trata de una propiedad priva-
da lo que ha facilitado reformas que han metamorfoseado mucho el edificio, como la
sustitución de muros por grandes ventanales para iluminar dependencias interiores.
El carácter privado hace difícil un uso social para el conjunto de la población y, por
otra parte, su elevado precio de mercado hace del todo inasumible su adquisición
por parte de la administración que ya tiene suficientes problemas para dar un uso a
los edificios defensivos de su propiedad y que han quedado sin un uso determinado.
Otro elemento a destacar es el fuerte de la Punta de n’Amer, en el término de Sant
Llorenç. Se trata de un cubo con pirámides incrustadas en cada una de sus fachadas,

9 Ibídem, pág. 214.

88
El patrimonio poliorcético moderno de Mallorca... ACTAS

considerándose su fecha de finalización 169610. Es un ejemplo único de elemento de


defensa de la costa de Mallorca. En su concepción primó lo defensivo, diseñándose
para hacer frente a un desembarco y no meramente a constatar la posibilidad del
mismo y comunicarlo a los centros próximos. Por ello desde un principio se dota de
artillería y de un número de efectivos humanos de cierta importancia.
Lo que se acaba de decir se relaciona con las características del paraje, muy distinto
del de Penya Roja o la Torre Major de Alcudia. Se trata de un elemento defensivo que
se encuentra en solitario ante una playa de gran amplitud. Además, no había en el
momento de la construcción ningún centro de población próximo, lo que propiciaba
aún más un desembarco enemigo. Éstas y otras circunstancias nos ayudan a entender
la causa de tan peculiar diseño.
El castillo fue objeto de una acertada restauración en 1995, de manera que buena
parte de los elementos del interior son hoy réplicas (torno del puente elevadizo por
ejemplo). Se trató de una restauración liderada y financiada por la propiedad del pa-
raje11. Su uso social consiste en un pequeño museo que sirve de atracción tanto a la
población local como a los turistas de la zona, de gran importancia a este respecto.

4. Un caso excepcional: El Castillo de San Carlos de Palma

Aunque stricto sensu debería ser integrado en el apartado anterior, las caracterís-
ticas del Castillo de San Carlos lo hacen acreedor de un tratamiento específico. Se
trata de un fuerte abaluartado, único que se conserva en las Baleares, situado a unos
35 metros sobre el nivel del mar, en lo alto de una pequeña elevación a la entrada del
puerto12. Su origen está en una torre que se levantó en el mismo enclave entre 1610 y
1612. Desde entonces se realizaron diversas ampliaciones y reformas, siendo de des-
tacar la de 1662, dirigida por Vicenç Mut y que convirtió la torre en fuerte abaluar-
tado. Actuaciones de menor transcendencia se llevaron a cabo entre 1672 y 1678 ante
el estado de guerra con Francia y durante la Guerra de Sucesión Española, si bien en
estos períodos se actuó más en aspectos de municionamiento y dotación artillera y de
tropa, con la posible excepción de intervenciones en la contraescarpa, la construcción
de una cámara a prueba de bombas durante la Guerra de Sucesión o las actuaciones
en la techumbre de instalaciones anexas a los baluartes13.
Al dejar de tener finalidad defensiva se convirtió en prisión de oficiales y poste-
riormente en Museo Militar, siendo ese su uso actual. Desde el año 1997 el Museo
está dirigido por un consorcio formado por el Ministerio de Defensa, el Govern de les
Illes Balears, el Consell Insular de Mallorca y el Ayuntamiento de Palma. Del mismo
modo existe una Asociación de Amigos del Museo. El principal desafío que tiene hoy

10 APARICIO, Angel: La fortalesa de la Punta de n’Amer (Sant Llorenç del Cardassar). Palma:
Consell Insular de Mallorca, 2001, p. 12.
11 Ibídem, pág. 32.
12 GONZÁLEZ CHAVES, Juan: op.cit., pp. 351, 353.
13 CONDE, Elena; GONZÁLEZ DE CHAVES, Juan; DEYÁ, Miguel J.: El Castillo de San Carlos de
Palma de Mallorca. Palma: Consorcio del Castillo de San Carlos, 2013.

89
el Castillo de San Carlos es su apertura a la ciudad e inserción en sus rutas culturales
y turísticas. Téngase en cuenta que aunque el Castillo se encuentra en el municipio de
Palma, está un tanto alejado de las rutas habituales de paseo y ocio de la ciudadanía,
pues se encuentra en el extremo de poniente del puerto, en la zona conocida como
dique del oeste, donde el Paseo Marítimo linda ya con la autopista de Andratx y, por
tanto, en un paraje que no se presta a ser zona de tránsito normal de los ciudadanos.
Aun así el esfuerzo que se ha realizado en los últimos tiempos para una mayor iden-
tificación entre el castillo y la ciudad está dando lentamente resultados. Allí se desa-
rrollan actividades con motivo de festividades locales como el día de San Sebastián,
patrón de Palma, o el día de la Comunidad Autónoma (20 de Enero y 1 de Marzo
respectivamente). Del mismo modo desde hace unos años es posible la celebración de
bodas y otros eventos en el castillo, lo que contribuye a un mayor conocimiento del
mismo. Evidentemente se desarrollan allí algunos actos de naturaleza militar como
el día de la Legión (primer sábado después del 20 de Septiembre) organizado por la
Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Baleares o, en ocasiones, actos
alrededor del día de las Fuerzas Armadas. Por su parte la Asociación de Amigos del
Castillo de San Carlos desarrolla ciclos de conferencias y actos similares.
Desde el punto de vista museográfico se está a la espera de la aprobación del Plan
Director que sin duda supondrá una mayor conexión con la ciudad. Resulta evidente
que esta pieza única de la arquitectura militar balear se resiente en que no exista ni
una sola propuesta de ruta municipal que conecte los baluartes y murallas de la ciu-
dad con el propio castillo. De cualquier modo el esfuerzo de integración del fuerte en
la ciudad y entre palmesanos y turistas está dando, quizás más lentamente de lo que
sería de desear, sus resultados. Una prueba de que se va por el buen camino son los
datos de visitantes, que han pasado de 11.971 en 2003 a 38.829 en 2013 y 40.244 en
2014, muy cerca del máximo histórico conseguido en 2009.

5. El desafío de la investigación

Por lo que respecta a la situación de la investigación sobre el patrimonio poliorcé-


tico mallorquín, la conclusión ha de ser francamente positiva, conclusión que puede
hacerse extensiva al resto del archipiélago. En primer lugar cabe resaltar que las Islas
Baleares y sobre todo Mallorca no han sido escenario de guerras desde la época de
las Germanías, con lo que su patrimonio documental es sumamente rico. La docu-
mentación de las instituciones del Reino, depositada mayoritariamente en el Arxiu
del Regne de Mallorca, recoge aspectos tan importantes como las negociaciones entre
las autoridades del reino y las reales en materia de defensa, construcciones a realizar
y su mantenimiento y modernización. Del mismo modo la documentación inserta en
la serie Real Patrimonio recoge buena parte de los pagos realizados en esa materia, lo
que nos permite la reconstrucción de la actividad llevada a cabo en cada momento.
Al actual estado, francamente bueno, de la investigación en patrimonio poliorcé-
tico balear han contribuido investigadores individuales, siendo de destacar el caso de

90
El patrimonio poliorcético moderno de Mallorca... ACTAS

Fotografía número 13: Fortaleza de S’Avançada en


Pollença (Archivo fotográfico Miguel Deyá).

Fotografía número 14: Fuerte de Sa Punta de n’Amer

91
Ángel Aparicio, miembro fundador y actual presidente del Grup per a l’Estudi de les
Fortificacions Balears14. El auténtico pionero de este tipo de estudios, con un marcado
carácter arquitectónico debido a su profesión, fue Juan González de Chaves con su
estudio sobre las fortificaciones costeras de Mallorca ya citado en este trabajo. Pre-
cisamente el propio González de Chaves junto a Miguel José Deyá y Elena Conde es
autor de la monografía sobre el Castillo de San Carlos, también ya citada, que aúna el
estudio arquitectónico con el histórico y el estudio de las colecciones. Cabe destacar
el apéndice donde se recogen los planos de la fortaleza levantados por el propio Juan
González de Chaves.
Iniciativas como el Ciclo Divulgativo de Fortificación y Poliorcética llevado a cabo
en Palma entre el 24 y el 28 de noviembre de 2014 organizado por el Instituto de
Historia y Cultura Militar (Centro de Palma de Mallorca) y el Govern de les Illes
Balears con la colaboración de la Universitat de les Illes Balears y que contó con más
de ochenta inscritos ayudan enormemente a la divulgación de este patrimonio como
fase previa a un uso social más intensivo.

6. A modo de conclusión: el desafío de la divulgación y el uso turístico-cultural

La situación de patrimonio poliorcético de la Edad Moderna en Mallorca, como en


general de España, creemos que está entrando en una segunda fase. Si anteriormen-
te la prioridad era el mantenimiento y hacer accesible dichos espacios, hoy el gran
desafío es dotar a este patrimonio de una función y un uso social. Desde ese punto
de vista se debe trabajar desde dos aspectos. En primer lugar intentando insertar el
patrimonio poliorcético en la ciudad o población que le es propio. La conversión del
baluarte de Sant Pere en un museo, a pesar de las críticas existentes, parece una buena
opción y –en todo caso- esas voces críticas no parecen haber sido capaces de concre-
tar una alternativa a ese espacio, cuál hubiera sido su función concreta y la forma de
financiación. A sensu contrario la estrategia consistente en convertir esos elementos
defensivos en meros paseos sin una función añadida no está dando resultado, al me-
nos así parece demostrarlo el caso del baluard del Príncep.
Una segunda prioridad debe ser el dejar patente que estamos ante un patrimonio
militar y concretamente poliorcético. Casos como el de las murallas de Palma donde
en ningún sitio –ni siquiera en los baluartes- hay testimonio de esa función pasada
tienden a robar a generaciones futuras una parte de la historia de la ciudad, pues una
parte de la población es incapaz hoy de leer dichas estructuras como elementos que
formaron parte del sistema defensivo de la ciudad y de la isla. El hecho de que no haya
ni siquiera un mero panfleto municipal que informe a la población y sus visitantes de
las posibles rutas urbanas de naturaleza poliorcética es ya sintomático. Evidentemen-
te tampoco costaría mucho trasladar dicha información a nivel de toda la isla. Se está

14 APARICIO, Angel: op.cit., p. 32; El recinto portuario de Palma y la defensa. Las bateries costeres
(siglos XIV-XIX). Palma: Associació per a la Revitalització dels Centres Antics, 2007; El Castell de l’illa de
Cabrera: Palma: Documenta Balear, 2012.

92
El patrimonio poliorcético moderno de Mallorca... ACTAS

renunciando así a poner en valor cultural, pero también económico, un patrimonio


singular.
El caso de Alcudia, donde las murallas se encuentran del todo integradas en la vida
de la ciudad es un caso bien distinto al de Palma.
Por último, en términos de investigación se constata un nivel más que aceptable
de la investigación histórica, siendo el próximo reto el de implicar a investigadores
de la construcción en el estudio de las técnicas constructivas y métodos de trabajo
empleados para la edificación de estos edificios e investigación sobre las formas más
adecuadas para su conservación o restauración. Creemos que a este respecto los estu-
dios del Grado en Edificación de la Universitat de les Illes Balears deberían tener un
mayor papel a este respecto.

Bibliografía

APARICIO, Ángel: La fortalesa de la Punta de n’Amer (Sant Llorenç del Cardassar).


Palma: Consell Insular de Mallorca, 2001. 46 p. ISBN: 84-87389-39-2.
—: El recinto portuario de Palma y la defensa. Las baterías costeras (siglos XIV-XIX).
Palma: Associació per a la Revitalització dels Centres Antics, 2007, 116 p. DL: PM
699/2007.
—: El castell de l’illa de Cabrera. Palma: Ed. Documenta, 2012, 254 p. ISBN: 84-
15432-23-4.
CONDE, E.; GONZÁLEZ DE CHAVES, J.; DEYÁ, M. J.: El Castillo de San Carlos
de Palma de Mallorca. Palma: Consorcio del Castillo de San Carlos, 2013, 202 p.
84-616-7863-1.
GONZÁLEZ DE CHAVES, Juan: Fortificaciones costeras de Mallorca. Palma: Cole-
gio Oficial de Arquitectos de Baleares, 1986, 403 p. ISBN: 84-600-4342-8.
SIMÓN, Pilar: «Les murades de Palma avui». En VV.AA.: Ier Centenari de l’Ender-
rocament de les Murades de Palma 1902-2002. Palma: Ayuntamiento de Palma,
2004, pp. 119-172.
TOUS, Juan: “Las murallas de Palma durante Edad Moderna”. En VV.AA.: Ier Cente-
nari de l’Enderrocament de les Murades de Palma 1902-2002. Palma: Ayuntamien-
to de Palma, 2004, pp. 47-100.

93
94
ACTAS

De Georges Prosper a Jorge Próspero Verboom,


leal ingeniero de la monarquía hispánica1

Juan Miguel Muñoz Corbalán
juanmiguelmunoz.corbalan@ub.edu

Resumen

La trayectoria personal y profesional de Jorge Próspero Verboom se vio inmersa,


desde sus inicios en los Países Bajos que lo vieron nacer hasta su muerte en Barcelona
en 1744, en una serie de conflictos no sólo relacionados con la lealtad a la Corona,
sino también en términos técnicos, estratégicos y corporativos. Su presencia en las
situaciones más extremas y en la comandancia de los ingenieros de la Corona espa-
ñola le granjearon diversos enemigos que buscaron cualquier ocasión para resarcirse
de supuestos agravios y del fracaso de sus propuestas frente a las planteadas por el
bruselense.
Palabras clave: Jorge Próspero Verboom; Ingeniería militar.

1 Esta ponencia viene a ser una reflexión sintética en torno a la figura del fundador del Cuerpo
de ingenieros del ejército español en el siglo XVIII. Las circunstancias han hecho coincidir en el mismo
año la celebración de las II Jornades del Patrimoni Defensiu d’Època Moderna (Castillo de San Fernando
de Figueres, 12-15 de marzo de 2015) con la edición de mi estudio monográfico sobre Jorge Próspero
Verboom (Muñoz 2015).
Las ideas manejadas en el presente texto han surgido y han sido ordenadas a partir del citado trabajo
sobre el ínclito personaje, limitándose al período comprendido entre el inicio de su vínculo con la Corona
española desde sus primeros años como militar profesional en los Países Bajos hasta la conclusión de la
Guerra de Sucesión al trono de España.

95
1. El Teatro de la Guerra en Flandes

El periplo profesional de Verboom, nacido en Bruselas el 9 de enero de 1665 y


bautizado con el nombre de pila de Georges Prosper Christophe2, arranca desde su
más tierna infancia en el seno de una familia al servicio de la Corona española en los
Países Bajos meridionales (figura1). Su padre Cornelio Verboom, ostentaba el cargo
de Ingeniero Mayor del Ejército de Flandes, y bajo su supervisión el «aunque todavía
muy mozo» Jorge Próspero inició sus primeros pasos en el mundo de la milicia3. De
hecho, con tan sólo nueve años, su bautismo de fuego se produjo en la defensa de las
plazas fuertes de Besançon y Dole en 1674 frente a las tropas de Luis XIV.
Cornelio fue consciente de la necesidad de una sólida formación teórica para que
su hijo pudiera desarrollar las capacidades que, como cadete, ya mostraba de forma
evidente. Así que, de regreso a Bruselas y aprovechando la reciente apertura de la Real
Academia de Matemáticas por iniciativa del Duque de Villahermosa, gobernador de
Flandes, cuya dirección ostentó permanentemente el toledano Sebastián Fernández
de Medrano, Jorge Próspero ingresó en dicha institución de enseñanza.
El flamenco creció en un ambiente favorable a su inmersión en el mundo de la
guerra y, específicamente, de la ingeniería militar. Esta formación, tanto profesio-
nal como familiar, fue el vehículo que le transmitió un completo sistema de valores
de orden, disciplina, pulcritud, honor, responsabilidad, mando, eficiencia y eficacia,
organización, respeto, etc., el cual supo aplicar en su larga actividad al servicio de la
Corona hispánica.
El magisterio de Fernández de Medrano sobre el joven Jorge Próspero marcó pro-
fundamente la actitud del bruselense hacia la profesión de la ingeniería militar, ya
presente en el seno familiar de la mano de su padre Cornelio.
Entre diciembre de 1690 y 1691 Verboom participó como alférez e ingeniero or-
dinario bajo el mando aliado del rey de Inglaterra Guillermo de Orange en la ofen-

2 Tanto en la bibliografía como en las fuentes documentales son diversos los modos en que puede
observarse el nombre de Jorge Próspero Verboom. Sólo teniendo en cuenta la grafía surgida de su propia
mano, hasta la obtención del título de Marqués de Verboom, su firma utilizaba la forma «G.P. Verboom»
o las abreviadas «G.P. Verbōm» y «G.P. Verbom» (por Georges Prosper Verboom, su acepción valona).
En varias ocasiones hizo uso de su nombre en versión castellana «Jorge Próspero», con el tratamiento
«Don» en su habitual forma abreviada «Dn». Nunca la neerlandesa Joris ni, durante su largo y definitivo
establecimiento en Barcelona, la catalana Jordi (aunque así fue denominado en el Lumen Domus del
convento de Santa Catalina con motivo de su fallecimiento y entierro en 1744). En torno a 1725, a la vez
que generalizó el uso de la traducción española de su nombre, también incorporó el genitivo «de» prece-
diendo al apellido, y a partir de 1727, tras conseguir el título nobiliario, lo habitual fue la utilización de la
forma «El Marqués de Verboom», con la correspondiente abreviatura en su caso «El Marqs de Verboom»
y las variantes «El Marqs de Verbōm» y «El Marqs de Verbom». En ocasiones específicas, cuando la lengua
utilizada fue el francés, el bruselense utilizó como única variante el artículo «Le», manteniendo el resto
exactamente igual que en la versión castellana.
3 Relación breve de los Servicios del Theniente General, Quartel Maestre General, e Ingeniero Gene-
ral Dn Jorge Prospero de Verboom Marques de Verboom, hechos á la Corona de España desde el año de 1674,
hasta el de 1727. S.f. [Jorge Próspero Verboom], s.d.; s.l. [Madrid], s.a. [10 de octubre de 1727]. Archivo
General de Simancas. Expedientes Personales, 58 “VERBOOM”. Vid. transcripción íntegra en Muñoz
1993, t. II, pp. 11-16.

96
De Georges Prosper a Jorge Próspero Verboom... ACTAS

Figura 1. Árbol genealógico de la familia Verboom-Visscher. (Diseño del autor.)

97
Figura 2. Hoja de servicios de Jorge Próspero Verboom en el ejército de la
Corona hispánica con los diferentes grados ostentados. (Diseño del autor.)

siva sobre el ejército del mariscal de Luxembourg para liberar la plaza de Mons del
asedio francés. Su labor consistió en ser la mano derecha del cuartel maestre general
Jerónimo de Barceló, a quien acabó supliendo en las funciones propias del cargo4. El
meticuloso trabajo de Jorge Próspero durante las campañas de 1691 y 1692 le facilitó
su promoción permanente a cuartel maestre general e ingeniero mayor del ejército y
plazas de los Países Bajos un año más tarde, el 8 agosto de 1693, ya fallecido Barceló
(a quien vino asistiendo desde 1688 hasta su muerte) y asumiendo el puesto que hubo
ostentado años atrás su padre Cornelio al frente de los ingenieros en Flandes. Este
ascenso fue concedido por el Elector de Baviera Maximiliano Manuel II, casado con
María Antonia de Austria, sobrina de Carlos II de España, y al frente del gobierno de
los Países Bajos desde 1692.
Verboom desplegaba sus responsabilidades como ingeniero y cuartel maestre ge-
neral, cargo que comportaba básicamente el control, la disposición y el acopio de los
despojos de los campamentos desmantelados al enemigo en las campañas bélicas. Su

4 PRÓSPERO VERBOOM, Jorge: Marches et Campements de l’Armée des Aliez au Pays-Bas en


l’an 1691, sous les fu Roy d’Angleterre, le tout demonstré sur des cartes Geographiques, fait par l’Alfere et
Ingenieur George Verboom. Il contient 78 feuillets. S.l., s.a. [1691]. Madrid: Biblioteca Nacional de España,
Ms. 1065.

98
De Georges Prosper a Jorge Próspero Verboom... ACTAS

Figura 3. Hoja de servicios de Jorge Próspero Verboom en el ejército de la Corona


hispánica con los empleos de ingeniero y cuartelmaestre. (Diseño del autor.)

labor estuvo centrada en torno a las funciones de oficial de infantería, que es como
con toda probabilidad actuó en el decisivo sitio de Namur en 1695, dirigido finalmen-
te por el general de infantería Menno Van Coehoorn, aunque fuera Jorge Próspero,
sin embargo, quien firmó el plan de ataque a la ciudad5, culminado con su rendición
el 5 de septiembre de ese año, lo cual le valió dos meses más tarde, el 1 de noviembre,
la obtención del mando del regimiento de caballería del Marqués de Cropani.
La actividad de Verboom como ingeniero en territorio flamenco se remonta en el
tiempo justamente tras ser nombrado alférez, cuando «pasó inmediatamente a Namur,
donde estaba de guarnición, y asistió a las obras de fortificación de aquella plaza»6.
La situación actividad de Verboom como ingeniero en territorio flamenco se re-
monta en el tiempo justamente tras ser nombrado alférez, cuando «pasó inmediata-
mente a Namur, donde estaba de guarnición, y asistió a las obras de fortificación de
aquella plaza»7.

5 BRAGARD, Philippe et al.: Namur en état de siège. De Jules César au général Hodges. Namur: Les
amis de la citadelle de Namur, 2004; nota 57, p. 104.
6 Relación… MUÑOZ, 1993, t. II, p. 12.
7 PELET, Jean-Jacques-Germain: Mémoires militaires relatifs à la succession d’Espagne sous Louis
XIV. Extraits de la correspondance de la Cour et des généraux par le lieutenant-général de Vault, directeur
général du Dépôt de la Guerre, mort en 1790... (rev., ed. e intr.), 11 tomos. Paris: Imprimerie royale, 1835;
tomo I, p. 51.

99
La situación particular de Jorge Próspero en este entramado plurinacional resul-
taba, cuando menos, curiosa, al ser en último término un servidor flamenco de la
Corona española, aunque a las órdenes de un príncipe alemán y bajo el mando militar
alternativo de holandeses e italianos.
Con la paz de Ryswick, firmada en 1697 tras la ocupación francesa del Palatinado,
se produjo un cambio de alianzas entre las fuerzas europeas enfrentadas hasta enton-
ces. A partir de ese momento la monarquía española centraba su atención en torno
al gran problema inminente de la sucesión a la Corona. Tras morir Carlos II el 1 de
noviembre de 1700 se hizo válido su testamento de 3 de octubre de ese año a favor de
su nieto Felipe d’Anjou. El otro aspirante, el archiduque Carlos de Austria, también
mostró sus derechos para acceder al trono. Finalmente, el rey Luis XIV de Francia,
abuelo de Felipe, se decantó por una alianza con la monarquía hispánica para conso-
lidar su poder e influencia sobre el devenir de la Corona española. Por su lado, los an-
tiguos aliados de España acabaron reuniéndose en La Haya el 7 de septiembre de 1701
para firmar un tratado de colaboración. Ocho meses más tarde, Austria, Inglaterra
y las Provincias Unidas de Holanda declaraban la guerra a España, cuyo rey, Felipe
V, ya había sido investido como tal en París el 4 de octubre de 1700, trasladándose de
inmediato a Madrid para acabar ratificando su reinado el 16 de noviembre de 1700,
mientras que el Archiduque, como Carlos III de España, no fue proclamado en Viena
hasta el 12 de septiembre de 1703.
Durante los años en que Verboom se mantuvo en los territorios flamencos hasta
su traslado a España las circunstancias bélicas quedaron modificadas por el nuevo
sistema de alianzas. Mediante la consolidación del pacto entre Francia y España en
1700 ambos reinos materializaban su colaboración en términos políticos y militares.
Los ingenieros de la Corona española bajo Felipe V estuvieron sometidos a la es-
tructuración corporativa del Génie francés, encabezado por Sébastien Le Prestre de
Vauban. Jorge Próspero no gozó de una autoridad equiparable a la que disfrutó éste,
aunque sí que dispuso de una gran movilidad territorial para ejercer su función en su
condición de cabeza responsable del colectivo de los ingenieros al servicio del nieto
de Luis XIV. La colaboración profesional entre Vauban y Verboom en los trabajos de
fortificación de las plazas estratégicas flamencas, principalmente Amberes y Namur,
se desarrolló con fluidez entre 1701 y 1706, hasta el final de la hegemonía española en
los Países Bajos. Ambos ingenieros dieron muestras de un gran respeto profesional
recíproco y de unas formas exquisitas en su mutua admiración, complementando sus
proyectos de forma pragmática y razonable.
El flamenco asumió la responsabilidad de la puesta a punto de las líneas fortifica-
das de Brabante y la Land van Waas, una empresa de gran relevancia estratégica para
el refuerzo de la frontera holandesa. La competencia entre franceses y españoles en
las labores de erección de las denominadas Lignes de Boufflers, era evidente. Aunque
la división de los sectores parecía bien determinada, algunas referencias manifesta-
ban cierta falta de sintonía entre los responsables de la Corona francesa y los súbditos
del rey de España. Si bien las fuentes escritas no focalizan la atención en la figura del
ingeniero flamenco, su condición de máximo responsable en tales menesteres como
brazo ejecutor del Marqués de Bedmar lo condujo a planificar las principales em-

100
De Georges Prosper a Jorge Próspero Verboom... ACTAS

Figura 4. Hoja de servicios de Jorge Próspero Verboom como


gobernador de plaza o ciudadela. (Diseño del autor.)

presas en territorio hispano-flamenco, destacando el fuerte homónimo, el Fort Ver-


boom, junto a Kieldrecht (figura 5).
La particular situación de Jorge Próspero en el escalafón militar, en tanto que ofi-
cial de infantería y caballería, mejoró notablemente con su ascenso a brigadier del
ejército de Flandes en febrero de 1702, lo cual supuso un mayor reconocimiento por
parte de la estructura militar francesa en la cual se veía integrado al no disponer la
Corona hispánica de una organización corporativa institucionalizada del colectivo
de ingenieros. Efectivamente, esta valoración positiva del flamenco por parte de las
autoridades militares francesas hizo que Luis XIV recibiera del propio Mariscal de
Boufflers la propuesta extendida el 7 de marzo de ascender al «señor de Verboom
como Ingeniero General de los Países Bajos españoles»8, lo cual le fue concedido por
el monarca hispánico en mayo de ese año, tras una gestión diplomática a través del
embajador francés en España, el Conde de Marsin.
En otoño de 1702 Vauban esperaba, tras las órdenes del Elector de Baviera, el re-
greso de Verboom para encargarse del presupuesto detallado de las obras en Ambe-
res, Lier, Malinas y Dendermonde, así como en otras plazas bajo el mando del Elector,
tales como Gante, Brujas, Damme, Ostende y Nieuwpoort. El francés observaba en
su colega flamenco «que dispone de mucho entendimiento y un fuerte deseo de hacer
bien las cosas. Es, de buen seguro, el más inteligente de todos vuestros ingenieros.
Me parece, además, un hombre muy honesto» (figura 6). Estos argumentos llevaban
a Vauban a opinar sobre la conveniencia de «proporcionarle una inspección autori-
zada sobre los demás ingenieros, equivalente a la que yo ejerzo sobre los del Rey mi
Señor», es decir, a sugerir la necesidad de crear una estructura corporativa similar a
la de la Corona francesa, «puesto que en la fortificación, antes que en cualquier otro

8 Carta de Sébastien de Vauban al Mariscal de Boufflers; Campamento de Saint-Gilles delante de


Hulst, 6 de septiembre de 1702, 20:00 h. Vid. Rochas 1910, t. II, pp. 511-513.

101
Figura 5. G[illis] Van
Goethem: Caerte
Figurative… (Mapa
de las tierras de la
Abadía de Drongen
ganadas al mar en la
frontera entre la Land
van Waas y el distrito
jurisdiccional de Hulst,
junto al Fort Verboom),
24 de septiembre de
1714. Rijksarchief
te Gente, Gante.
Kaartenverzameling, 2453.

menester, los más capaces deben dirigir a los demás. De lo contrario se producen
numerosos errores y sobresaltos»9.
A lo largo de las campañas estivales de 1705 Verboom protagonizó diversas acci-
ones de guerra que permitieron ciertos respiros de carácter estratégico. Tras haber
dejado organizadas las labores de mejora de las fortificaciones de Aarschot, Jorge
Próspero recibió la orden de dirigirse a Herentals al mando de un destacamento de
dragones para comprobar y hacer efectiva la retirada de los aliados de esa plaza10,
culminando con la captura el 18 agosto de numerosas posiciones de las tropas britá-

9 DE QUINCY, Marquis: Histoire militaire du Regne de Louis Le Grand, Roy de France… Paris:
Denis Mariette; Jean-Baptiste Delespine; Jean-Baptiste Coignard, MDCCXXVI; t. V [1705], pp. 525-526.
10 «Campagne de Flandre. Aoust 1705». En: PELET, Jean-Jacques-Germain: Mémoires militaires
relatifs à la succession d’Espagne sous Louis XIV. Extraits de la correspondance de la Cour et des généraux
par le lieutenant-général de Vault, directeur général du Dépôt de la Guerre, mort en 1790... (rev., ed. e intr.),
11 tomos. Paris: Imprimerie royale, 1835; p. 262. Otras fuentes hacen referencia a unas escaramuzas entre
ambos ejércitos anteriores al combate de Herentals, en las que Jorge Próspero «marchó sobre Boisfort,
donde se encontró con los enemigos, quienes comenzaban a llegar», permitiendo con su intervención la
llegada a tiempo del Marqués de Grimaldi, quien «obligó a los enemigos a detenerse». Memoires 1911, pp.
158-159.

102
De Georges Prosper a Jorge Próspero Verboom... ACTAS

Figura 6. Carta autógrafa de


Sébastien de Vauban, s.d.;
Ciudadela de Lille, 30 de octubre
de 1702. Archives de l’Inspection
du Génie, Vincennes. Art. 14
“MALINES”, pièce 3, p. 1 de 2.

nicas del Duque de Marlborough, y del propio teniente general holandés Salisch11. Es
importante tener en cuenta que, dada la concentración de Verboom en estas labores
propias de un oficial del ejército, otros trabajos de carácter estrictamente vinculado a
la ingeniería militar debían ser llevados a cabo por sus colegas profesionales, hombres
de confianza en quien el bruselense delegó la responsabilidad de dirigir importantes
obras de fortificación.
El día de la decisiva batalla de Ramillies (23 de mayo de 1706) entre las tropas
confederadas bajo el mando del Duque de Marlborough y las francesas del Duque de
Villeroy, el ingeniero y cuartel maestre general flamenco se hallaba en Amberes, al
cuidado de sus responsabilidades profesionales.
La capitulación de Amberes y su ciudadela el 7 de junio de 1706 ante las tropas
aliadas de William, primer Conde de Cadogan, condujo a Verboom, a instancias del
Elector de Baviera, hacia Dendermonde, cuya plaza, bloqueada desde el 10 de junio,
debía socorrer. Jorge Próspero logró levantar el sitio el 21 del mismo mes, acción que

11 MUÑOZ CORBALÁN, Juan Miguel: «El arresto en 1706 del Ingeniero Mayor Jorge Próspero
Verboom», en Aportaciones militares a la cultura, arte y ciencia en el siglo XVIII hispanoamericano. Actas
de las I Jornadas Nacionales de Historia Militar (19-22 de Febrero, 1991). Sevilla: «Cátedra General Cas-
taños» - Capitanía General de la Región Militar Sur, 1993, pp. 175-183.

103
tuvo gran resonancia en Inglaterra y Holanda. La reacción inmediata del Duque de
Marlborough fue contundente, con un bloqueo y un bombardeo severos que permi-
tieron rendir la ciudad el 5 de septiembre.
Las circunstancias que siguieron a los fracasos militares hispano-franceses tras la
batalla de Ramillies fueron objeto de matices según los diferentes analistas. En lo que
se refiere exclusivamente a la figura de Verboom, surgieron algunas dudas acerca de
su fidelidad a la causa borbónica, las cuales condujeron a su arresto el 4 de julio de
170612. El Mercure Historique et Politique de La Haya, desde su perspectiva holandesa,
explicaba los hechos inscribiéndolos en el proceso generalizado de “retorno natural”
o aproximación de los territorios del Flandes español al ámbito geopolítico neerlan-
dés. Aun reconociendo la acción exitosa de Jorge Próspero en Dendermonde, hacía
énfasis en que «se ha sabido más tarde que el general, no habiendo querido prestar
el nuevo juramento que se les exige a los oficiales españoles para con su rey Felipe,
había abandonado el servicio y por consiguiente había sido arrestado y conducido a
Valenciennes»13.
El texto de la publicación holandesa recalcaba las circunstancias del arresto, insis-
tiendo triunfalmente, con un evidente espíritu propagandístico, en las ideas de trai-
ción y deserción globales en el seno de los oficiales y las tropas hispano-valonas a la
vista de la debacle en las posesiones hispánicas flamencas. Esta interpretación incluía
a Verboom entre esa oleada de militares que renunciaban a mantener sus servicios
al rey Borbón. Sin embargo Henri Wauwermans, en su biografía sobre el bruselense,
interpreta la circunstancia de una manera más lógica si atendemos al sistema de va-
lores propios del ingeniero flamenco y a su trayectoria profesional. Según el general
belga, tras el reconocimiento de Carlos III como monarca por parte de una gran ma-
yoría de flamencos derrotados, los aún fieles a Felipe V fueron instados a jurarle de
nuevo su lealtad14. Esta obligación, muestra de una razonable necesidad institucional
pero también síntoma de una falta de sensibilidad evidente por parte del monarca y
sus ministros, permite inferir que Verboom, «ofendido por la desconfianza que se le
mostraba, como á sus compatriotas, rehusó prestarlo por su sentimiento de dignidad
personal y dio así motivo á que se sospechase de su fidelidad»15. El cronista Barbier,
en su Le Champ de Mars, ofrece un dato de relieve: Verboom solicitó al Elector de
Baviera su retirada del servicio tras «algunos roces» con el Barón de Grimaldi y Jean
de Brouchoven, Conde de Bergeyck, quienes, sin duda, utilizaron el argumento de
la supuesta “deserción” de Jorge Próspero para saldar ciertas desavenencias16. Estos

12 MERCURE, 1706, p. 116.


13 BARBIER: Le Champ de Mars ou les Campagnes de Flandres, contenant ce qui s’est passé de plus
remarquable dans les Païs-Bas, pendant la presente guerre, et les diferents marches et campements, tant des
Armées des 2 Couronnes, que de celles des Alliez, faite aux années 1701, 1702, 1703, 1704, 1705, 1706, 1707,
1708, 1709, 1710, 1711 et 1712, jusques a la Paix concluë a Utrecht le 11 avril 1713. Ms. 3 vols., vol. I, p. 85.
14 WAUWERMANS, Henri: El Marqués de Verboom. Ingeniero militar flamenco al servicio de
España (trad. del francés y adición de notas por Mariano Bosch y Arroyo y Joaquín de la Llave y García).
Madrid: Imprenta del Memorial de Ingenieros del Ejército, 1894, pp. 72-73.
15 BARBIER: Le Champ de Mars… (op. cit.), pp. 90-91.
16 Carta de Jorge Próspero Verboom, s.d.; s.l., 16 de abril de 1707. Service Historique de l’Armée de
Terre, Vincennes, A1, 2021, nº 394.

104
De Georges Prosper a Jorge Próspero Verboom... ACTAS

desencuentros con el Conde de Bergeyck no eran privativos de Verboom. El Mariscal


de Villeroy ya había expresado en 1704 sus críticas hacia el susodicho ministro. Las
razones de ambos giraban en torno a la oposición de Bergeyck respecto de las obras
en la línea de Werchter a Boeschot, a cuyos operarios «no ha querido pagar puesto
que no aprobaba en absoluto» los trabajos en dicha línea17. La situación planteada
era de extrema confusión, teniendo en cuenta sobre todo el desarrollo de los acon-
tecimientos bélicos y políticos en los Países Bajos. La Corte de Versalles velaba por
sus intereses y mostraba cierta incredulidad ante la supuesta traición de Verboom;
sin embargo, las razones de estado se decantaban hacia los peligros que supondría
este abandono del servicio por parte del flamenco, lo cual justificaba su arresto: «Vos
disponéis de un conocimiento absoluto de todas las plazas que quedan en poder del
rey de España, y vos solo podríais hacerle más daño que diez mil hombres de las
tropas que las han abandonado… Os compadezco, si no tenéis otra intención que
la de retiraros con vuestra familia renunciando a vuestros menesteres en la guerra,
pero me cuesta creer que vos hayáis sido capaz de resistiros a las proposiciones que
os hicieren, puesto que no habéis tenido la fuerza de permanecer fielmente ligado
al servicio del rey vuestro señor»18. Retenido unas dos semanas en la ciudadela de
Valenciennes y luego en la de Arras por más de un año, Verboom veía desde su cau-
tiverio la imposibilidad de avanzar en la resolución del asunto. En esos momentos,
Jorge Próspero, que recibía el apoyo de su esposa Marie Marguerite Visscher desde
Bruselas, encontró también un importante refuerzo moral de la mano de su colega
el mariscal Sébastien de Vauban. La buena sintonía profesional y personal existente
entre el luxemburgués y el flamenco quedó patente en la correspondencia que ambos
intercambiaron en los meses anteriores al arresto del 4 de julio19. Verboom, en una
súplica para obtener la libertad redactada el 24 de septiembre de 1707, transcribía
las palabras del mariscal de Francia, quien, desde la empatía corporativa y humana
afirmaba ante el sufrimiento del flamenco que «es bien extraño… que personas que
no deberían velar nada más que por los intereses de sus señores se sirvan de su poder
para maltratar a los mejores sujetos. Hay una bajeza en ello que es enormemente
indigna del hombre honesto y muy acorde con los reveses de la fortuna a los que
aquéllos se hallan tan a menudo sometidos»20.
Solventado a medias el entuerto y tras una estancia en Chartres de al menos un
año, sin aparentes funciones al servicio de la Corona, Jorge Próspero fue finalmente
destinado a España, tras informes más que favorables del Elector de Baviera a Felipe
V. El propio Verboom solicitó su pase a la península ibérica y el 3 de diciembre de
1708, a través de una carta del embajador de Francia en España Michel-Jean Amelot,

17 Corte francesa a Jorge Próspero Verboom; Versalles, 10 de julio de 1706. Service Historique de
l’Armée de Terre, Vincennes, A1, 1938, nº 113.
18 Ibídem, la transcripción de tres cartas de Vauban a Verboom, escritas entre diciembre de 1705 y
junio de 1706. En: MUÑOZ, 1993, t. I, pp. 103-104.
19 Carta de Jorge Próspero Verboom, s.d.; s.l. [Ciudadela de Arras], s.a. [septiembre de 1707]. Ser-
vice Historique de l’Armée de Terre, Vincennes, A1, 2023, nº 29.
20 Sobre el asedio a la Ciudad Condal de 1713-1714, vid. BRUGUERA, 1871-1872; LLAVE, 1903;
ALBERTÍ, 1964; MUÑOZ, 1993, pp. 153-202; y HERNÀNDEZ, 2012.

105
Marqués de Gournay, al ministro Michel Chamillart, se le requirió su presencia en la
Corte española. Para rubricar dicho destino, el propio rey nombraba oficialmente el
13 de enero de 1710 a Jorge Próspero ingeniero general y cuartel maestre general de
los ejércitos, aunque previamente, desde julio de 1709 en que llegó a Zafra, Verboom
ya había comenzado sus labores profesionales con la inspección de la frontera hispa-
no-lusa y la constatación del penoso estado de las plazas y los castillos extremeños.

2. La Guerra de Sucesión en la Península Ibérica

La actividad de Verboom al sur de los Pirineos, de nuevo dividida entre sus funcio-
nes de ingeniero y cuartel maestre, requirió además un gran esfuerzo para organizar
la estructura institucional que permitiera un control riguroso y la articulación eficaz
del ejército borbónico, específicamente en lo referente a la creación de un cuerpo de
ingenieros siguiendo el modelo francés.
Sin embargo, el flamenco no pudo gozar del tiempo suficiente para concluir esta
empresa corporativa, puesto que en una acción bélica desarrollada en Almenar el 27
de julio de 1710 Jorge Próspero fue herido de espada en un brazo por las tropas bajo
el mando del general Starhemberg y hecho prisionero. Conducido más tarde a Barce-
lona, donde permaneció cautivo durante 19 meses y alejado de las campañas milita-
res que seguían sucediéndose en diferentes frentes del territorio hispánico, Verboom
desarrolló con empeño ciertas labores trascendentales para el devenir de la guerra
y la conformación de las estructuras corporativas que había dejado inacabadas. Sin
que le afectara el repentino interés de Carlos III por abandonar España para hacerse
con la Corona imperial de Austria en 1711, dejando su representación a la emperatriz
su esposa en Barcelona y el gobierno militar en manos del proclamado «Virrey de
Cataluña» Guidobaldo Starhemberg, Jorge Próspero centró sus esfuerzos en realizar
durante los meses de febrero y marzo de 1712 un pormenorizado análisis del sistema
defensivo urbano, redactando una memoria de gran valor para un probable ataque
ulterior de las tropas borbónicas a la Ciudad Condal. Atendiendo exclusivamente a
las valoraciones para el ataque de Barcelona, en la propia memoria sobre las forti-
ficaciones urbanas el ingeniero flamenco prefiguraba el proyecto para el sitio de la
Ciudad Condal, conformado en el verano de 1713.
Poco tiempo después de haber elaborado su memoria, en la misma primavera de
1712, Jorge Próspero fue liberado de su cautiverio gracias a un canje de prisioneros,
en su caso por el general inglés George Carpenter (quien había sido herido y captura-
do en la batalla de Brihuega el 9 de diciembre de 1710)21, y pasó a servir de nuevo en
el ejército borbónico de Aragón y Cataluña. De regreso a sus labores habituales, par-
ticipó en la lenta aproximación a la Ciudad Condal desde el interior del Principado.
El protagonismo de Jorge Próspero Verboom en la planificación general del sitio de
Barcelona de 1713-1714 fue total22. El ingeniero dejó dispuesto el 1 de agosto de 1713

21 Archivo General Militar, Segovia. CELEB/11/EXP. 1, fol.1r.


22 Sobre el asedio a la Ciudad Condal de 1713-1714, vid. BRUGERA, 1871-1872; LLAVE, 1903;
ALBERTÍ, 1964; MUÑOZ, 1993, pp. 153-202; y HERNÀNDEZ, 2012.

106
De Georges Prosper a Jorge Próspero Verboom... ACTAS

el Estat de l’Artillerie et Munitions de Guerre que le Lieutenant Général de Verboom


demande pour faire le Siege de Barcelone23. Y, en fecha aproximada, el Projet et Dis-
position pour le siège de Barcelone, fait au camp devant cette Place au commencement
du Mois d’Aoust 171324 , al cual Jorge Próspero adjuntaba la Mémoire relatif au plan
de Barcelone, redactada durante su cautiverio, para enviar a las autoridades com-
petentes que debían autorizar el proyecto. Verboom intentaba en el capítulo de las
“Reflexions sur le génie de ses habitans” mostrar los argumentos que justificaran una
acción severa sobre la ciudad y su gente, pueblo que «puede ser calificado como uno
de los más beligerantes de toda Europa, habiendo mostrado un manejo de las armas
atrevido y audaz, y con un espíritu tan rebelde como he podido constatarlo durante
mi cautiverio en esta plaza» de Barcelona. Curiosamente, quien había sido culpado
de insumisión siete años atrás, recurría ahora a una razón similar para explicitar el
merecimiento de su castigo, «justificado tanto por haber violado su juramento de fi-
delidad y logrado la sublevación de todo el Principado como por el maltrato ejercido
sobre las tropas del rey tras la capitulación llevada a cabo y firmada cuando el archi-
duque tomó Barcelona». Estas circunstancias, alejadas del código de honor en el que
Jorge Próspero creía, y que le llevaba a constatar una actitud radicalmente divergente
entre los oficiales del ejército aliado y el pueblo barcelonés (por extensión, el catalán),
fueron un factor clave para considerar la ejecución de la ofensiva «con toda la fuerza
posible». El flamenco, refiriéndose a las tropas borbónicas que capitularon tras la ren-
dición de la Ciudad Condal a las fuerzas austriacistas el 9 de octubre de 1705, hablaba
duramente de los barceloneses, «quienes no satisfechos con ultrajarlos y dispersarlos,
asesinaron a muchos de ellos, sin tener en cuenta ni grado ni condición, habiéndose
visto obligados los propios enemigos a recurrir a su autoridad para salvar al virrey y
detener el furor de estos rebeldes».
Las esperanzas de Verboom sufrieron un duro revés proveniente de la propia jerar-
quía político-militar borbónica. Mientras que él confiaba en dirigir toda la ofensiva
sobre Barcelona en lo relativo a la estrategia poliorcética en manos de los ingenieros,
una orden proveniente de la Corte obligó al flamenco a aceptar un papel subordina-
do, obligándolo a actuar bajo el mando del jefe de los ingenieros franceses Antoine
Dupuy-Vauban, sobrino del ínclito Sébastien. Probablemente, Verboom no entendió
este imperativo de carácter político pactado entre las Dos Coronas, las cuales, aunque
aliadas en esta guerra sucesoria, seguían mirándose con recelo mutuo; y sospechó
una cierta falta de confianza hacia su persona desde los desafortunados hechos de
1706 tras la batalla de Ramillies. No son de extrañar las continuas declaraciones de
lealtad, «zelo y amor por el rey» que Verboom incluía en varias de las comunicaciones
y súplicas que éste dirigía por razones tanto profesionales como personales. Una de
las más llamativas la expresó en una solicitud de empleo como cuartel maestre ge-

23 Archivo General de Simancas. Secretaría de Guerra, 3787, 4º-8ª-aIII. Ibídem. transcripción ínte-
gra en Muñoz 1993, t. II, pp. 61-63.
24 Existen dos documentos bajo el mismo título, el segundo de ellos a modo de resumen. Respec-
tivamente, Archivo General Militar, Madrid. Catálogo General de Documentos, 3-2-9-27, fols. 17r-23r; e
Ibídem., fols. 34r-36r. Vid. transcripción íntegra de ambos en Muñoz 1993, t. II, pp. 49-55 y 57-59.

107
neral e ingeniero general para su hijo Isidro Próspero, de cara al futuro y en aquellas
«ausencias y enfermedades del suplicante». En dicha carta Jorge Próspero insistía
nuevamente en su «zelo y fervor», su «amor y lealtad que es notoria y propia de un fiel
vasallo», lo cual demostró cuando su cautiverio en Barcelona, tras haber sido hecho
prisionero en la batalla de Almenar, al renunciar con desprecio a «las offertas de los
enemigos de V.M. para que dexasse su Real Servicio»25.
La mañana del 6 de julio de 1714 llegó al campamento borbónico delante de la pla-
za de Barcelona, junto a un importante contingente militar entre tropas y piezas de
artillería, el mariscal Jacobo Fitz-James, Duque de Berwick, con el objetivo de asumir
el mando global del ejército hispano-francés. La posición de Jorge Próspero a raíz de
los cambios en la comandancia del sitio de Barcelona se vio afectada sensiblemente.
El flamenco y sus ingenieros subordinados hubieron de someterse a los nuevos crite-
rios provenientes de la Corte de Versalles.
Por su parte, Jorge Próspero no cejó en todo momento de seguir solicitando in-
genieros para poder materializar su proyecto de asedio a la ciudad. Verboom echó
mano de su sólida relación con el Marqués de Bedmar desde los tiempos en Flandes
para insistir en el tema. Ante el fracaso de sus gestiones, intentó recurrir de forma
directa dirigiéndose al propio secretario de la Guerra. Jorge Próspero, quien origi-
nalmente no había incluido en sus cálculos la participación de ingenieros ajenos al
ejército hispano-borbónico, tuvo que acabar admitiendo la inevitabilidad de recurrir
a «oficiales inteligentes en ese arte que hubiera en los regimientos del rey y los de
Francia»26.
El definitivo compromiso por parte del mariscal anglo-francés hacia una cierta
equiparación entre Dupuy-Vauban y Verboom pudo haberse producido tras los argu-
mentos que el flamenco expusiera al propio Duque de Berwick sobre la jerarquización
de funciones, al indicar que, «aunque el Tenientte General Mr de Vauban había veni-
do a este campo para la dirección del sitio, no dejaría de concurrir puntualísimamen-
te y avisar todo lo que por mis ojos, hallándome prisionero de la plaza, había visto
y reconocido tocante al ataque y defensa de ella, como también servir de Ingeniero
Ordinario sin fuere menester»27. Esta manifestación de aparente humildad y no me-
nor eficacia por parte de Verboom condujo, sin duda, a que Fitz-James, «habiendo a
este fin visto diferenttes proiectos y hecho sobre ellos serias reflexiones para la más
acertada resolución» resolviera elegir el plan de sitio concebido por Jorge Próspero
y «ponerlo en práctica». De esta manera Jorge Próspero pudo mantener su dignidad
en la jerarquización de competencias que fueron asignadas para la organización y
dirección del sitio de Barcelona, lo cual significaba una nítida delimitación de fun-
ciones entre los dos bloques correspondientes a ambos ejércitos de las Dos Coronas
participantes en esta empresa. El flamenco, cuyo servicio se definía en base a su triple

25 Carta s.f. [Jorge Próspero Verboom], s.d. [Felipe V]; s.l., s.a. [1730]. Archivo General de Siman-
cas. Secretaría de Guerra, 3799. DE LA LLAVE GARCÍA, Joaquín: El Sitio de Barcelona en 1713-1714.
Estudio histórico… Madrid: Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1903, pp. 83-84.
26 DE LA LLAVE GARCÍA, Joaquín: El Sitio de Barcelona en 1713-1714. Estudio histórico… Ma-
drid: Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1903, pp. 83-84.
27 Ibídem.

108
De Georges Prosper a Jorge Próspero Verboom... ACTAS

condición de teniente general, cuartel maestre general e ingeniero general, resultaba


ser, a la postre, el alma mater de la mayor parte de la parafernalia organizada en torno
a la capital del Principado para conseguir su rendición al ejército hispano-francés.
Verboom seguía siendo, en última instancia, el mejor conocedor del estado de las
fortificaciones y las defensas urbanas, así como el diseñador del plan de acuartela-
miento de las tropas borbónicas alrededor de Barcelona y el tracista sobre el terreno
del perímetro de la línea de contravalación que iba a permitir iniciar los trabajos de
aproximación con las mayores garantías de seguridad.
El Duque de Berwick ordenó el asalto general el 11 de septiembre de 1714. Una vez
rendida la ciudad se iniciaba una nueva etapa en la trayectoria profesional del flamen-
co, quien, merced a sus competencias directas como ingeniero general, iba a acometer
la proyección de un plan para la consolidación del poder borbónico, no sólo en la
Ciudad Condal y el Principado sino en el conjunto del reino: en primera instancia,
mediante el diseño y la erección de la ciudadela de Barcelona; más adelante, con la
fijación en 1718 de las ordenanzas para la estructuración del cuerpo de ingenieros mi-
litares y la constitución de la Real Academia de Matemáticas de Barcelona, así como
la organización de un sistema estratégico para la defensa y el control del territorio
nacional materializado a través de una serie de iniciativas de reforma en términos de
fortificación, obras de carácter militar y también civil. Y todo ello plagado de tensas
relaciones entre Verboom y diferentes individuos y estamentos oficiales quienes, en
diversas ocasiones hasta su fallecimiento el 19 de enero de 1744, fueron poniendo en
tela de juicio la lealtad del Ingeniero General hacia el monarca al que sirvió.

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111
112
ACTAS

Arqueología subacuática y conflicto. El caso del Pecio Deltebre I.

Gustau Vivar, director MAC-CASC, gvivar@gencat.cat


Rut Geli, arqueóloga MAC-CASC, arqueologia.casc@gencat.cat

Resumen

En 2008 un pescador localizó un pecio de época contemporánea en el delta del


Ebro. Su estado de conservación y su interés histórico propiciaron que el CASC (Cen-
tre d’Arqueologia Subaquàtica de Catalunya) empezara su excavación en 2009. Los
trabajos realizados hasta el momento permiten conocer que se trata de un transporte
militar hundido en 1813, durante la Guerra de la Independencia Española. Este barco
formaba parte de un convoy aliado bajo mando inglés que, procedente de Alicante y
en retirada de atacar la ciudad de Tarragona, embarrancó una serie de buques en la
desembocadura del Ebro. La carga que transportaba estaba formada por munición
de diferente tipo y calibre que debido a la sedimentación del delta se ha preservado
en muy buen estado, así como los restos del buque y los objetos asociados a la tripu-
lación.

Palabras clave: Delta del Ebro, Pecio, Transporte militar, Munición,


Guerra del Francés.

1. Introducción

En el año 2009 el Centre d’Arqueologia Subaquàtica de Catalunya (CASC), inició


la excavación del pecio Deltebre I, descubierto por Carles Somolinos en 2008, y decla-
rado a las autoridades correspondientes1.

1 VIVAR, Gustau.; GELI, Rut; NIETO, Xavier.: «Deltebre I. Un barco hundido en la desemboca-
dura del Ebro durante la Guerra del Francés», I Congreso de Arqueología Náutica y Subacuática Española,
Cartagena, 14, 15 y 16 de marzo de 2013. Cádiz: Universidad de Cádiz, 2014, pp. 279-287.

113
El yacimiento se sitúa en la desembocadura del río Ebro, delante la illa de Buda.
Esta localización produjo que poco después del naufragio el barco quedara cubierto
por sedimento y protegido de la degradación por efectos naturales y de los actos de
espolio, hecho que ha permitido que su conservación sea excepcional. La aparición
del pecio está en relación al fenómeno de regresión que sufre el Delta del Ebro, ya que
la construcción contemporánea de presas frena la aportación de sedimento fluvial a
la desembocadura2.
En el momento de su descubrimiento el 2008, ya se realizó una corta campaña de
una semana con el fin de determinar el estado de conservación del pecio, el riesgo de
degradación, además de la cronología y el tipo de barco. En estos trabajos ya se deter-
minó que se trataba de un transporte militar con carga principalmente de munición,
de finales del s. XVIII o principios del s. XIX .
Hay que tener presente que la excavación de este pecio todavía está en curso, así
como la investigación histórica alrededor de éste, de manera que las informaciones
que presentamos en el presente artículo son parciales.

2. Los trabajos arqueológicos realizados entre 2009 y 2014

La excavación del pecio se inició en 2009, trabajando desde entonces cada verano
durante un mes, o un mes y medio hasta el 2014, y los trabajos continúan.
Ya en la intervención de 2008 se localizó el codaste del barco, sobresaliendo del
nivel del fondo en un alzado de casi dos metros, hecho que permitió tener ubicadas la
proa y la popa del barco. De esta manera se pudo iniciar la excavación el 2009 por la
zona de popa, lugar donde se preveía que aparecerían los materiales de la tripulación
que darían la información necesaria para conocer la nacionalidad del barco, ya que
es en el castillo de popa donde se ubican las estancias de los oficiales. Esta necesidad
de saber la bandera del barco venía marcada por el hecho que según la convención
de la UNESCO, ratificada por España, cuando se localiza un barco de Estado, ha de
comunicarse a la nación a la cual pertenece.
La excavación se realiza mediante mangas de succión de aire, que permiten retirar
el sedimento y limpiar los restos, documentando las diferentes capas. El concepto
de capa permite diferenciar la disposición de la carga del barco y su estructura, y el
asentamiento del material después del hundimiento3. Entendemos por capa todo el
material visible en la superficie una vez limpiado el sedimento, sin desplazar los obje-
tos. Cuando la capa está limpia con todos los objetos visibles se documenta por medio
de la fotografía y el dibujo (planta y secciones), para después proceder a retirar-la, con
tal de poder excavar y documentar la capa de abajo. De esta forma se documenta la
carga del barco y la arquitectura naval.

2 SANCHEZ-ARCILLA, Agustín.; JIMENEZ, José A.; VALDEMORO, Herminia I.: «The Ebro
Delta: Morphodynamics and Vulnerability», Journal of Coastal Research. 1998, 14 (3), pp. 754-772.
3 VIVAR, Gustau.; GELI, Rut.; La documentació planimètrica a partir de la fotografia, in Nieto, Xa-
vier., CAU, Miquel Angel, Arqueologia Nàutica Mediterrània, Monografies del CASC 8, 2009, p. 215-224.

114
Arqueología subacuática y conflicto... ACTAS

Figura 1. Barril con balas de plomo para fusil que formaban


parte del cargamento del pecio Deltebre I. La tapa presenta una
inscripción pintada que hace referencia a su contenido.

Cabe remarcar que el sedimento fangoso que se encuentra en la desembocadura


del Ebro dificulta mucho los trabajos de excavación y sobretodo de documentación,
ya que se producen muchos problemas de visibilidad. Además, la misma dinámica
del río hace que el agua en movimiento siempre contenga partículas en suspensión
hecho que se traduce en una mayor turbiedad.
La carga que transportaba el Deltebre I está constituida por munición de diferente
tipo y calibre. En la zona de popa aparecía una capa de balas de plomo de fusil que
cubría la totalidad de los restos del barco y que una vez se documentó se retiró. Estas
balas estaban almacenadas en cajas y barriles, presentando dos calibres diferentes.
Muchos de estos contenedores se rompieron y se esparció todo su contenido por los
restos del pecio (figura 1). En esta zona también aparecieron cajas con espoletas (fi-
gura 2).
A continuación de las cajas y barriles de balas de fusil, avanzando la excavación
dirección a proa, la carga estaba constituida por cajas con diferente tipo de munición.
Había balas de hierro de cañón de diferentes calibres, cajas de granadas, cajas con
bombas de fragmentación constituidas por latas rellenas de balas de metralla de hie-
rro, y saleros, formados por una lata similar con balas de metralla pero que en la parte
superior presentan una semiesfera de madera. También aparecieron tapafogones de
cuero, utilizados en la artillería de campaña, para asegurar por la parte opuesta el
fogón después de cubrirlo.

115
Figura 2. Excavación
de una de las cajas que
contenía espoletas.

Figura 3. Carronada que formaría parte de los elementos de defensa del


barco, caída en posición invertida sobre les bombas de mortero.

116
Arqueología subacuática y conflicto... ACTAS

Figura 4. Barriles de pedernales, algunos de los cuales


presentan un nombre inciso en la tapa.

Después de la estiba de esta carga dispuesta en cajas, pensada sobre todo para ser
disparada con las piezas de artillería, se documentó un túmulo de bombas de morte-
ro de 37 Kg. cada una, estibadas a granel.
Por encima de estas bombas de mortero y en posición invertida había una carro-
nada, que fue extraída y transportada a los laboratorios del CASC el 2013 para ser
conservada (figura 3). En la última intervención de 2014, se ha localizado otra al lado
de babor, fuera del barco, que habría caído des de este, y otra más en la zona de proa.
Estas piezas de artillería, de cañón corto y más ligeras, destinadas a lanzar tanto
metralla como obuses, serían un elemento de defensa del propio barco, muy útil para
repeler los abordajes. La carronada es de origen inglés y civil, pero la marina militar
no tardó en adoptarla. En las hostilidades en la Guerra de Independencia americana,
a partir del 1778 ya se empezó a utilizar en los barcos ingleses4.
En esta misma zona ya fue extraído en 2008, por el riesgo de espolio que suponía, un
cañón de bronce con fecha de 1798, con el escudo del monarca Jorge III de Inglaterra.
En la zona situada a proa de las bombas de mortero, la carga está constituida por
barriles con herraduras para équidos, barriles con pedernales, empleados para comu-

4 BOUDRIOT, Jean.: L’artillerie de mer. France 1650-1850. Paris: Ancre, 1992, 198 p.

117
nicar el fuego a las armas portátiles (figura 4) y algunos barriles con cepillos y con
correas de cuero. Sabemos también que el barco transportaba barriles de pólvora en
la zona de proa, gracias a un sondeo realizado en 2008 en esta zona, todavía pendien-
te de excavar.
La carga del barco no iba estibada directamente sobre la bodega, sino que se co-
locó una especie de tarima construida con tablones de madera dispuestos longitudi-
nalmente y transversalmente, sin ningún elemento de fijación entre ellos. El espacio
existente entre esta tarima y el fondo de la bodega se rellenó con gravas. Interpreta-
mos que esta estructura se construyó especialmente para transportar esta carga y
aislarla de la humedad del fondo de la bodega del barco. Entre las gravas aparecieron
zapatos de cuero, ya que los marineros mientras las arrojaban enterraban los pies y,
en ocasiones, perdían el calzado.
En la zona de popa, excavada en 2009, aparecieron la mayor parte de objetos aso-
ciados a la vida de a bordo de la tripulación. Ya se ha dicho que este hecho es debido
a que las estancias de los oficiales se encontraban en esta zona. Aun así también se
han recuperado objetos cotidianos en otras zonas del barco, probablemente desplaza-
dos durante el naufragio. Encontramos en este entorno instrumentos náuticos, como
compases, los filtros de un sextante u octante, diversas sondas para medir la profun-
didad, los restos de un reloj de arena, tinteros, un lápiz, una regla plegable, etc.; ins-
trumentos relacionados con la artillería como es el caso de un calibrador de cañones,
una vitola (figura 5) instrumento utilizado para calibrar balas. También elementos de
indumentaria, como son botones, (figura 6) zapatos, botas, cinturones; una esponja
y un cepillo que nos informan sobre la higiene a bordo; elementos relacionados con
la alimentación: grifos, vajilla de mesa, cubertería y numerosas botellas de cristal,
(figura 7) una incluso conservando su contenido, que una vez analizado se ha deter-
minó que era un vino de “Fondillón” de Alicante. También objetos de culto religioso
como una cruz o relacionados con la medicina, como es el caso de una jeringuilla y
un mortero.
Durante la excavación del codaste apareció una pieza excepcional: la totalidad
del timón de la embarcación (figura 8). Se encuentra tumbado detrás del codaste,
dispuesto perpendicularmente a este. Se trata de una pieza de madera de 9’5 m de
alzado que todavía conserva el recubrimiento de planchas de cobre de la zona que iba
inmersa en el agua (figura 9).
A partir de la documentación de la arquitectura naval estimamos que la eslora del
buque alcanzaba los 30-35 metros. Se trataría de un barco de 3 palos, de los cuales
hasta el momento se ha localizado la carlinga de dos de ellos, la del palo de mesana,
constituyendo una pieza independiente, y la del palo mayor, trabajada en la misma
sobrequilla (figura 10).
En la popa del palo mayor se localizaron las cavidades, en los dos lados de la so-
brequilla, de la bomba de achique de pistones. En el costado de babor se conservaba
parte del tubo de madera de este artilugio.
La estructura transversal del barco, las cuadernas, formadas por varengas y ge-
noles está fijada por medio de clavijas de madera, que unen las diferentes piezas que
las conforman entre ellas y también unen el forro. Estas clavijas están dispuestas sin

118
Arqueología subacuática y conflicto... ACTAS

Figura 5. Vitola,
instrumento utilizado
para medir el calibre
de les balas.

Figura 6. Botón
de la artillería
inglesa del cual se
documentan en gran
número en el pecio.

119
Figura 7. Botellas de cristal en el
momento de su excavación.

Figura 8. Dibujo del alzado del timón.

120
Arqueología subacuática y conflicto... ACTAS

Figura 9. Detalle de las cadenas del timón que lo fijaban al barco y donde se
puede ver también el forro de cobre que revestía su parte sumergida.

Figura 10. Excavación a ambos lados de la sobrequilla y la carlinga del palo mayor.

121
alineación, aprovechando la fisonomía de cada madera para realizar el agujero donde
tiene que pasar la clavija en esas zonas más fuertes y que por tanto resistirán mejor
las tracciones propias de la navegación. Algunas de les cuadernas presentan marcas
numerales realizadas por el carpintero de ribera.
En cuanto al casco de la embarcación, conserva in situ las planchas de cobre que
cubrían la obra viva. Una serie de pernos de bronce de 3 cm. de diámetro unen la
estructura longitudinal con la transversal, es decir, la sobrequilla, las cuadernas y la
quilla. En el complejo de popa las piezas quedan fijadas entre ellas también con per-
nos de bronce así como en las cabezas de las tablas del forro. Las tablas del pañol se
fijan a las cuadernas por medio de clavijas de madera alternadas con clavos de hierro.

3. Hipótesis histórica del trabajo

Con la información de los trabajos realizados hasta el momento en el pecio Del-


tebre I, podemos afirmar que este barco era uno de los transportes ingleses que for-
maban parte del contingente militar que, en 1813, atacó la ciudad de Tarragona. Una
vez en retirada una serie de barcos que integraban este convoy embarrancaron en la
desembocadura del río Ebro.
Según el periódico el Redactor General, de Cádiz, de 12 de julio de 1813, esta flota
estaba formada por ciento treinta y dos transportes, seis cañoneras, un bergantín,
una goleta, tres navíos y tres fragatas de guerra. Llevaban a bordo catorce mil qui-
nientos hombres de infantería con oficiales, cirujanos, médicos y técnicos. Transpor-
taban también ochocientos caballos, doscientos artilleros, treinta piezas de batir, dos
morteros, cuatro obuses, cuatrocientas mulas de brigada. Se trataba de un convoy
con tropas heterogéneas, tal y como refleja el mismo periódico: Los cuerpos que com-
ponían la totalidad eran 7 batallones ingleses, la guardia-real alemana, la guardia-re-
al siciliana, el 1º y 2º de Estero de dicha nación, la división mallorquina, con el 5º de
granaderos cazadores de Mallorca, Córdoba, Guadalaxara, 2º de Bùrgos, y el batallón
de calabreses; los húsares de Brunswick, con los cazadores y húsares ingleses; las com-
pañías de artillería portuguesas, sicilianas, é inglesas5. Todo este contingente estaba
bajo las órdenes del general John Murray.
El sitio de Tarragona era el objetivo de esta expedición marítima que zarpó desde
Alicante y constituía una pieza clave en el movimiento estratégico al este de la Penín-
sula, que tenía que acompañar a la ofensiva aliada dirigida por el comandante general
Lord Wellington. La caída de Tarragona rompería la línea de fortificaciones francesas
y obligaría al mariscal Suchet retirarse desde la línea del Júcar y de Valencia, hecho
que permitiría a los ejércitos poder entrar en Cataluña.
A finales de mayo de 1813 la expedición marítima liderada por el general Sir John
Murray zarpaba desde Alicante. El comandante naval de la expedición era el contra-
almirante Sir Ben Hallowell, y el Almirante de la flota británica Sir Edward Pellew.

5 El Redactor General, Cádiz, 12 de julio de 1813, num. 758.

122
Arqueología subacuática y conflicto... ACTAS

El 3 de junio desembarcaron en Tarragona, iniciándose el bloqueo. La operación


fue corta ya que el 13 de junio el general Murray reembarcó la expedición al saber que
el general Decaen venía desde Barcelona, a socorrer la plaza, con ocho mil infantes y
trescientos caballos y que, además, Suchet partía desde Valencia con un contingente
similar pero sin caballería. Murray dejó en tierra parte de la artillería e hizo volar el
fuerte de San Felipe, en el Coll de Balaguer que habían conquistado a los napoleóni-
cos. El general William Bentinck, procedente de Sicilia, asumió el mando, ordenando
el retorno del contingente a Alicante. Cabe destacar que el almirante Pellew marchó
sobre Rosas con otra flota, hecho que va motivó el retorno de Decaen hacia el norte a
mantener este punto con preferencia a Tarragona.
La expedición comandada por Murray acabó en fracaso y una serie de barcos de
transporte entre los cuales estaba el Deltebre I encallaron en la desembocadura del
Ebro. Aun así las bajas humanas y materiales no fueron significativas y la armada
británica realizó una exhibición de movilidad que obligó a Suchet a desplazarse rápi-
damente, condicionando su capacidad ofensiva posterior.
El número de barcos embarrancados en este episodio varía en función del bando
que narra los hechos. Según las fuentes francesas a partir de las memorias del mariscal
Suchet, encallaron dieciocho transportes de los cuales los ingleses recuperaron trece.
Los cinco restantes explica Suchet que cayeron en su poder: ...en la noche del 17 al 18,
los Ingleses hicieron volar el fuerte San Felipe, anuncio cierto de que iban a alejarse de
la baja Cataluña. Su escuadra en efecto se hizo a la vela, dirigiendo su rumbo hacia el
sud, y al pasar delante la embocadura del Ebro, se acercó algún tanto a la costa. Por el
país corrió la voz de que haria un desembarco en los Alfaques o en Castellón de la Plana,
á fin de interceptar al mariscal la ruta de Valencia. Lord Bentinck, al frente de quince
o diez y seis mil hombres reunidos, podía esperar vencer a ocho mil que irían llegando
sucesivamente, y harto fatigados de una expedición tan penosa y tan rápida: pero le
ganamos por la mano, y llegamos a Tortosa y a la Rápita antes que él. Diez y ocho basti-
mentos vinieron á encallar contra los arenales, arrojados por un viento furioso: la escua-
dra entera se puso en facha para poder socorrerlos, y logró en efecto desencallar trece; los
cinco restantes cayeron en nuestro poder con los equipajes. El mariscal, precipitando su
marcha, llegó el 22 a Castellón de la Plana con cuatro mil infantes, seiscientos caballos y
seis piezas de artillería ligera, al momento mismo en que la escuadra estuviera a la vista,
forzando velas, pero contrariada por el viento, bien dichosamente6.
Adolfo Blanch también explica de forma breve este episodio: No fue más feliz el
regreso de la expedición a Alicante de lo que había sido en las inmediaciones de Tarra-
gona. Azotados por contrarios vientos, encallaron en los Alfaques y desembocadura del
Ebro, 18 de sus buques de trasporte, de los cuales únicamente 13 se salvaron, parando
los restantes en poder de los franceses7.

6 SUCHET, Louis Gabreil: Memorias del Mariscal Suchet, Duque de Albufera, sobre sus campañas
en España, desde el año 1808 hasta el 1814, escritas por él mismo, traducidas en español, con el mas parti-
cular esmero, por G. D. M., Tomo Cuarto. Paris, 1829, pp. 22.
7 BLANCH, Adolfo.: Cataluña. Historia de la Guerra de la Independencia en el antiguo Princi-
pado, bajo la inspección de D. Joaquin Roca y Cornet, Tomo II. Barcelona: Impr. y Libr. Politécnica de T.
Gorchs, 1861, pp. 382.

123
En la Historia Crítica de la Guerra de Independencia en Cataluña, Antoni de Bo-
farull coincide también con el número de barcos (hecho que seguramente indica que
la fuente de información de estos últimos autores debía de ser la misma): Conseguido
el reembarco total, dícese que entonces (cuando ya habían abandonado el sitio y sus
cañones los sitiadores) se tuvo el consejo de guerra de que hemos hablado, y resuelta en
él definitivamente la marcha, emprendióla la armada la noche del 19, conforme ya di-
jimos, con rumbo a Alicante, pero con tan mala estrella, que contrariada por el viento,
perdió 18 de sus buques de transporte, que pasaron en poder de los franceses, salvándo-
se solo 13, y estos tomando tierra, por fin, en el punto de su dirección, de donde el resto
de los tripulantes pudo dedicarse á prestar todavía algún servicio en contra de Suchet,
el cual, sabiendo, á la mitad de su camino, y no comprendiendo, como nadie compren-
día, la barrabasada de los ingleses en Tarragona, volvió atrás, regresando con toda la
prisa posible á Valencia en cuya capital entró nuevamente ya el 15, esto es, cuatro días
antes de que acabasen de reembarcarse en nuestras playas los inútiles auxiliares, en
mal hora dirigidos por sir Murray8.
El episodio también queda reflejado en el diario de operaciones de la División
Mallorquina, pero según esta fuente, son quince los barcos encallados sin especificar
cuantos se consigue recuperar
Día 25... A las quatro de la mañana se hizo señal para que los comandantes de los
Buques fueran a tomar órdenes de sus Gefes. A las once llegó la orden para que todos
los Oficiales y equipajes saltasen en tierra, quedando a bordo un oficial por Compañía
con la tropa y caballos, notándose que faltaban quince buques de la expedición que
por el mal tiempo habían quedado en los Alfaques de Tortosa en los se hallaban varios
Oficiales y tropa de la División.
Día 26 (...).
Día 29... El Gefe del Estado Mayor de esta División salió en la mañana de este día
para el quartel General del 3er Exercito que se hallaba en Castalla, a arreglar ciertos
negocios ocurridos en la Caballería de la División.
A las ocho de esta mañana arribaron la mayor parte de los buques que quedaron
atrasados, desembarcando la tropa que faltaba la que marcho a incorporarse a sus
cuerpos.
Día 30... Los Cuerpos de esta División existen en su misma posición sin haber ocu-
rrido novedad, y el quartel General en Alicante.
Alicante 1º de julio de 18139.
El relato de los hechos desde la óptica inglesa lo conocemos por medio de una car-
ta enviada por el capitán Charles Adam al almirante Pellew, donde describe en pri-
mera persona los acontecimientos, ya que este se encontraba cerca a bordo del HMS
Invincible, fue alertado de los hechos y se dirigió inmediatamente al lugar: Invinci-
ble, Villa nueva 4 de julio de 1813. Sir, Tengo el honor de informarle que el Almirante
Hallowell partió en el HMS. Malta del Coll de Balaguer al anochecer del día en que

8 BOFARULL, Antonio: Historia Crítica de la Guerra de la Independencia en Cataluña, Barcelo-


na: P. Nacente editor, 1886-1887, pp. 457.
9 Diario de Operaciones de la División Mallorquina, 2º Ejército. Arxivo Histórico Nacional.

124
Arqueología subacuática y conflicto... ACTAS

revistó la flota. Esto sucedió al anochecer del día 20 de los corrientes después de que el
Capitán Balhurst partiera con el convoy principal antes de oscurecer. Al día siguiente,
encontrándome en la Bahía de Salou con los barcos y barcazas junto a mis órdenes, la-
mento comunicarle que al amanecer, por medio de una ballenera, recibí una carta del
Capitán del transporte Perseus informándome que había oído cañonazos la noche del
20, y que al amanecer, con la luz del día había descubierto 10 barcazas y un schooner
armado en la orilla, cerca de las bocas del Ebro, en una situación comprometida. In-
mediatamente me dirigí hacia el lugar con los barcos a mi mando, llegando a las bocas
del Ebro la misma mañana. Me informaron que el Capitán Balhurst había vuelto al
lugar con el HMS Fame durante la noche del día anterior y había podido recuperar
cinco transportes10.
Según la carta de Adams son diez barcazas y un schooner los barcos encallados.
Explica que consiguen desencallar cinco transportes y recuperan todo el equipa-
miento posible de los barcos que quedan, aparejo, artillería y tablazón de madera, que
son transportados a Alicante. El resto queda destruido y finalmente un gran falucho
corsario baja por el Ebro procedente de Tortosa y toma prisioneros al capitán y a tres
marineros de uno de los barcos.
En una carta del capitán Withers, principal agente de transportes encargado de
reembarcar las provisiones y tropas de Tarragona, escrita desde Alicante el 21 de
julio de 1813, este informa que ha regresado a Alicante con todos los transportes,
exceptuando cuatro barcos que se especifican en el margen de la carta: Magnum Bo-
num (350 toneladas, intendencia), Southampton (262 toneladas, intendencia), Alfred
(213 toneladas, infantería), Harlequin (220 toneladas, caballos). Indica el tonelaje de
los barcos i la carga que transportaban, y explica que se han perdido totalmente en
la boca del Ebro, entre los días 21 y 24 de junio pero sin pérdidas humanas y con la
mayor parte de la carga del gobierno salvada11.
Ya ha sido remarcado al inicio de este trabajo que la excavación del pecio todavía
está en curso y la investigación en las fuentes de la época, muy extensa, justo acaba
de empezar. La contrastación de los restos arqueológicos documentados en las exca-
vaciones con las fuentes escritas de este período, permitirán identificar cuál de estos
barcos hundidos en este episodio corresponde al pecio Deltebre I.

Bibliografía

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necientes al material de artillería ordenado por el Coronel de Artillería D. Luis de
Agar é ilustrado por el Comisario de Guerra de 1ª clase D. Joaquin de Arambúrú,
Madrid, 1866.

10 Carta del Capitán Charles Adam al Vicealmirante Edward Pellew de 4 de julio de 1813. Arxivo
del Ministerio de Defensa Británico. National Archive, Kew. .
11 Esta carta forma parte de la documentación del consejo de guerra al que se sometió Sir John
Murray por los hechos de Tarragona. Mediterranean Army on the East Coast of Spain 1813 14 15. Miscella-
neous (WO 1/317).

125
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126
ACTAS

La vida cotidiana en los viejos castillos. Siglos xv al xvii.


El ejemplo del castillo de Montsoriu
(Arbúcies-Sant Feliu de Buixalleu)

Jordi Tura; Joaquim Mateu; Gemma Font; Sandra Pujadas


Museu Etnològic del Montseny. La Gabella
memga@arbucies.org

Resumen

A lo largo de los primeros siglos de la denominada Edad Moderna, los castillos


de origen medieval experimentaron una casuística diversa por lo que se refiere a su
evolución. Esta diversidad de situaciones dependerá de varios factores, pero en muc-
hos casos estará vinculada a las posibilidades técnicas de su adaptación, al interés de
sus propietarios y a su valor geoestratégico en función de los intereses de la propia
monarquía.
En el caso concreto del castillo de Montsoriu ubicado en los términos municipales
de Arbúcies y Sant Feliu de Buixalleu, comarca de la Selva, en la provincia de Girona,
observaremos a lo largo de los siglos xv-xvii un lento proceso de abandono, que se
ha podido documentar a partir de les fuentes históricas existentes, pero sobre todo a
partir de los resultados de las 22 campañas arqueológicas que han tenido lugar entre
los años 1993 y 2014.

Palabras clave: vida cotidiana en los siglos xv-xvii,


Arqueología medieval y moderna. Estudios de fauna y alimentación,
cerámica siglos xv-xvi. Arquitectura medieval.

127
Fotografía 1. El castillo de Montsoriu en la actualidad
(Patronat del Castell de Montsoriu).

1. El Castillo de Montsoriu

Montsoriu constituye uno de los ejemplos más notables de arquitectura militar


gótica de Cataluña. Su ubicación en uno de los contrafuertes del sector norte del
macizo del Montseny (parque natural y reserva de la biosfera de la UNESCO), a una
altura de 642 m, le confiere un dominio visual extraordinario sobre el gran corredor
natural que transcurre entre el Montseny y el Montnegre, y sobre el que a lo largo
de la historia se han ubicado las principales vías de comunicación entre Europa y la
península ibérica, en su sector oriental o mediterráneo.
Los orígenes de este castillo se remontan al siglo x, aunque la configuración ar-
quitectónica que podemos observar hoy en día, es producto de diferentes fases cons-
tructivas desarrolladas a lo largo de su historia y que constituyen un magnífico com-
pendio, de las diferentes técnicas constructivas empleadas entre los siglos x-xiv. Será
precisamente a mediados de este siglo xiv (ca 1347-1356) cuando tendrán lugar los
trabajos que conferirán al castillo, la imponente estampa que todavía hoy podemos
contemplar.

2. La gran construcción Gótica

Desde una perspectiva arquitectónica, Montsoriu, está formado por tres recintos
amurallados situados de forma casi concéntrica, que constituyen el núcleo central

128
La vida cotidiana en los viejos castillos... ACTAS

Fotografía 2. Detalle e
las defensas del acceso
principal del castillo
Montsoriu (Patronat del
Castell de Montsoriu).

de la fortificación, así como un cuarto recinto situado al norte de la construcción


principal y que se encuentra protegido por dos potentes fosos y una torre albarrana.
En total estaríamos hablando de una fortaleza con más de 650 metros de perímetro
fortificado y con casi 8.000 metros cuadrados de superficie. Lo que le confiere unas
dimensiones extraordinarias para lo que sería habitual en castillos de origen feudal.
Evidentemente estas dimensiones están en relación con los recursos y el poder
de sus propietarios, los vizcondes de Girona-Cabrera y también con su ubicación
estratégica dentro de la línea de fortificaciones del rio Tordera, ya descrita por Luís
Monreal en los años 70 del siglo xx, y que a lo largo de los siglos xiii-xiv, tendrá un
papel destacado en la defensa de la zona norte de la actual provincia de Barcelona y de
la propia ciudad condal, frente a los ataques procedentes del reino de Francia.
Desde un punto de vista de diseño arquitectónico, Montsoriu integra la mayor
parte de avances que podríamos encontrar en cualquier manual de ingeniería mili-
tar gótica, pero por encima de todo destaca, por su cuádruple línea de murallas con
unas alturas que llegan a superar los 20 metros, su espectacular diseño de recogida
de aguas pluviales destinadas a abastecer a la guarnición, y su gran capacidad de
almacenaje tanto de alimentos como de enseres destinados a la defensa y a la vida
cotidiana dentro del castillo.
El conjunto de estas características, junto con la dificultad de acceso, acentuada
por la topografía abrupta de su ubicación y el diseño escalonado de sus defensas, lo
configuraran como un castillo inexpugnable si atendemos a las posibilidades técnicas
de los ejércitos del siglo xiv, como así se demostró en el largo sitio protagonizado por
una fuerza de 1.200 hombres en la rebelión del conde de Osona, Bernat III de Cabre-
ra, contra el rey Pedro El Ceremonioso de Aragón entre los años 1367-1368.

129
3. El alejamiento de la familia a los vizcondes de Cabrera

En el período correspondiente al siglo xv, es interesante observar como los ambi-


ciosos planes de reforma y actualización de las defensas de Montsoriu, que se habían
aplicado a lo largo de les siglos xiii i especialmente xiv, se frenan de manera repen-
tina iniciando a partir de las primeras décadas de este siglo un prolongado período
de decadencia.
Desde una perspectiva arquitectónica esta decadencia se manifestará, como aca-
bamos de decir, por la ausencia de programas de actualización más allá de peque-
ñas obras de reforma y mantenimiento, aplicadas de manera puntual en diferentes
zonas del castillo, como será el caso de la adaptación de algunas de las antiguas
aspilleras reconvertidas en troneras y adaptadas por tanto para el uso de armas de
fuego.
Otro elemento destacado que nos indica claramente el cambio de prioridades res-
pecto a Montsoriu, es sin duda la presencia de importantes obras iniciadas en el siglo
xiv y que permanecerán inconclusas, como es el caso de los acabados del cuerpo de
guardia del segundo recinto o patio de armas y las cocinas del castillo que quedaran
reducidas a la mitad de la superficie inicialmente proyectada.
¿Cuáles serán las causas de este repentino cambio de planes, respecto a una for-
tificación de las dimensiones y la importancia de Montsoriu y que paradójicamente
había sido plenamente actualizada unas pocas décadas antes?
Evidentemente para responder a esta pregunta no podríamos referirnos a una úni-
ca causa.
En primer lugar debemos referirnos a la naturaleza feudal del castillo de Montso-
riu y por lo tanto a su vínculo directo con los avatares de sus propietarios y promo-
tores, los vizcondes de Girona-Cabrera. Una relación que se mantendrá de manera
ininterrumpida desde sus orígenes en el siglo x hasta el siglo xiv, momento en que
documentalmente sabemos que constituía su residencia habitual.
Esta situación cambiará a partir de las dos últimas décadas del siglo xiv, momento
en que Bernat IV de Cabrera, (Vizconde de Cabrera i de Bas, conde de Osona y de
Módica en Sicilia y almirante del reino de Aragón) trasladará su residencia al nuevo
castillo palacio de Blanes. La ubicación de este palacio, muy cerca del puerto de la
localidad marinera, indudablemente se adaptará mucho mejor a los intereses eco-
nómicos de la familia, que a partir de estos momentos debemos observar en clave
mediterránea, tanto por los servicios vinculados a la corona, como también por los
intereses derivados del título de conde de Módica.
Su hijo Bernat V Joan de Cabrera, II conde de Módica (ca 1400, 1423-1466), im-
plementó su relación con las tierras sicilianas donde residirá habitualmente, siendo
enterrado el año 1466 en la iglesia de Ragusa.
Delante de este escenario y evidentemente también, por la pérdida de efectividad
defensiva del castillo debido al desarrollo de la artillería a lo largo del contexto cro-
nológico de finales del siglo xiv y siglo xv, el progresivo abandono de Montsoriu se
podría considerar como un hecho inexorable, más aún si tenemos en cuenta que su

130
La vida cotidiana en los viejos castillos... ACTAS

valor geoestratégico quedará reducido a un segundo plano en favor de la villa i cas-


tillo de Hostalric.
De todas formas, este proceso de abandono en ningún caso será repentino, sino
que será fruto de un proceso que durará más de dos siglos, como lo demuestran los
testimonios documentales de obligaciones de prestar servicio en el castillo por parte
de los ocupantes de diferentes masías que formaban parte del término jurisdiccional
de Montsoriu.
A lo largo de la segunda mitad del siglo xv Montsoriu contará con una exigua
guarnición, a la que se podría incluso vincular con algún episodio de bandolerismo,
como sería el caso de las quejas elevadas a la condesa de Módica por parte de las
autoridades locales en el año 1456, sobre los robos y secuestros perpetrados por diez
o doce personas a transeúntes que circulaban por los caminos próximos y que con
posterioridad eran encerradas en el mismo castillo del que no salían sino era a cam-
bio de fuertes rescates1.
En el periodo de la denominada Guerra Civil Catalana (1462-72), Montsoriu ten-
drá un papel secundario en el desarrollo de las hostilidades. En esta contienda Mont-
soriu será ocupado por fuerzas de la Generalitat, que en el año 1463 destacarán 10
hombres para su defensa.

«Fou feta deliberació e conclusió que sien anadits quatre homens a peu fiables per
custodia del castell de Montsoriu ab lo stipendi acostumat dar als altres companyons
destinats a la dita custodia e despeses del General, així que ab los sis que ja hi eren
sien X companyons»2.

Del 19 de noviembre del mismo año, se conserva un interesante documento que


nos habla del armamento destinado al destacamento situado en el castillo.

«Item que dels bens del dit General sien donats al capità del Castell de Muntsuriu
per defensió d’aquell, un caxó de passadors, una roba de pólvora, L pessadors de leva,
dos mertinets é XXX gansalles de fil de ballesta.»3

En el transcurso de la Guerra, Montsoriu, será utilizado también como refugio


por una parte de los monjes de la abadía de San Salvador de Breda, cosa que nos in-
dica al mismo tiempo, que como mínimo un parte de las habitaciones del castillo se
mantienen aptas para ser ocupadas.

« (...) per no venir en mans dels enemichs qui ofici de lladres mes que de bons gue-
rres usen, el més prest per fer-se puixe vos e los monjos e preveres ab totes les coses

1 CATALÀ, Pere: Els castells catalans. Barcelona: Rafel Dalmau ed, 1992, vol. III, p. 344.
2 BOFARULL, Próspero: Colección de Documentos Inéditos del Archivo General de la Corona de
Aragón. Barcelona: Archivo de la Corona de Aragon, 1850, Vol. XXIII, p. 386.
3 Ibidem, p. 465.

131
Fotografía 3. Imagen de Montsoriu a inicios del siglo XX (MEMGA).

així sacres com profanes e vitualles vos recolliau al Castell de Montsoriu on stareu
segurament e fareu lofici devotament e sens temença alguna»4.

A finales del siglo xv, con la guerra terminada y con el castillo nuevamente en
manos de la familia de los vizcondes de Cabrera, tendrá lugar la boda entre Ana de
Cabrera y Fadrique Enríquez. Los Enríquez de Cabrera establecerán su residencia en
Medina de Rioseco, cosa que supondrá el alejamiento definitivo de la familia vizcon-
dal, de las tierras y vasallos que durante quinientos años habían constituido el núcleo
de sus dominios.

3. El abandono del castillo

A lo largo de los siglos xvi y xvii, Montsoriu sufrirá un proceso continuado de


degradación, paralelo al ya comentado alejamiento de la familia de los vizcondes de
Cabrera, que definitivamente venderán entre los años 1566 y 1574 sus posesiones a
Francesc de Montcada conde de Osona y marqués de Aitona por un valor de 273.000
libras.
Del período comprendido entre finales del siglo xvi e inicios del siglo xvii, existen
diferentes documentos que atestiguan este proceso de degradación arquitectónico,

4 BOFARULL, Próspero: Colección de Documentos Inéditos del Archivo General de la Corona de


Aragón. Barcelona: Archivo de la Corona de Aragón, 1850, Vol. XXIV, p.273.

132
La vida cotidiana en los viejos castillos... ACTAS

Fotografía 4. Presentación del hallazgo del conjunto de materiales


arqueológicos recuperados en el año 2007, antes de su restauración
(MEMGA).

como es el caso de la licencia concedida por parte del obispado de Girona para trasla-
dar a la villa de Hostalric el servicio del beneficio de la capilla del castillo debido a la
ruina en que se encontraba la mencionada capilla5. O la descripción que encontramos
en un memorial encargado por Francesc de Montcada el año 1590, sobre las necesida-
des de reparación de los castillos de Montsoriu, Palafolls y Anglès:

« (...) el de Monseliu le fuy a ver, el qual anda deruiendose, y para repararse con-
forme han dicho los oficiales que le han visto se hauria de gastar mil y quinientos o
dos mil escudos, lo que convenga para gora seria procurar de adovar los canales de la
cisterna, que estan en algunas partes rotas, y reparar todos los texados y corredores,
que l’agua como llueve se puede recoger en la cisterna o que vaia fuera, que no gaste
la casa, y para este reparo solo hise subir alla officiales y dixeron que para esso her
menester quinientos o seis çientos escudos»6.
La arqueología nos demuestra que estas obras no se llevaron a cabo, excepto pe-
queños trabajos realizados para desatascar algunos de los canales de recogida de

5 Arxiu Diocesà de Girona (ADG): Llibre U-298, Foli F 137V.


6 Arxiu Històrc d’Hostalic - Arxiu Ducal Medinaceli (AHH-ADM): 1008 L-37/2, p.446. Memori-
al del sr Don Jaime de Moncada.

133
agua, entre ellos el canal de desagüe principal de la cisterna, lo que comportó la des-
trucción de parte de los pavimentos cerámicos que cubrían estos canales.
Finalmente en el año 1626 el castillo de Montsoriu será vendido a los condes de
Solterra. En el documento de compra-venda podemos leer:

«(...) totum illud castrum de Montsoriu, situm in Vicaria de Gerunda nunc pro
maioris parte dirutum et desabitatu (...)»7.

De todas formas, aunque el anterior documento parecería indicar que Montsoriu


había llegado al final de sus días, otros documentos nos indican que como mínimo
durante algunos años más, Montsoriu estará ocupado por una familia, ya que en el
libro de baptismos del año 1629 de la parroquia de Arbúcies, aparece inscrito Miquel
Costa, hijo de Joan Costa y Antiga Blanch que habitaban en el castillo.
A partir de aquí las ocupaciones de Montsoriu, parecen responder a un patrón
discontinuo y las tenemos documentadas en relación a la mayor parte de los conflic-
tos bélicos acaecidos entre los siglos xvii y xix, con abundantes testimonios arqueo-
lógicos que nos indican que las ruinas del castillo, serán utilizadas como punto de
vigilancia y control territorial.

4. Testimonios de la vida cuotidiana durante la edad moderna


en el castillo de Montsoriu, a partir de la arqueología

La investigación llevada a cabo sobre las fuentes históricas conservadas en dife-


rentes archivos, nos ha permitido disponer de una visión general de la evolución de
Montsoriu en su fase de decadencia y que en este artículo hemos presentado de ma-
nera muy resumida. Sin embargo, es evidente, que la documentación recopilada no
ha sido suficiente para conocer detalles importantes de las formas de vida en el propio
castillo.
Por lo tanto, la única posibilidad que hemos tenido, ha sido recurrir a la docu-
mentación arqueológica, cosa que ha permitido disponer de un retrato mucho más
preciso de la vida cuotidiana en Montsoriu.
A lo largo de 22 años, las intervenciones arqueológicas en el castillo no tan solo
han aportado conocimientos sobre la evolución arquitectónica del monumento, cosa
básica para llevar a cabo el proceso de consolidación-restauración, que en estos mo-
mentos se está llevando a cabo, sino que también como decíamos nos han ofrecido un
conjunto de datos muy importantes sobre ecología, paleoclima, ganadería, alimenta-
ción, comercio y evidentemente, usos y funcionalidades de los espacios.
El estudio de más de 100.000 restos arqueológicos ha resultado clave para disponer
de esta información, especialmente el hallazgo realizado en el año 2007, de un fondo
extraordinario formado por más de 400 objetos cerámicos y no cerámicos, que con-

7 Biblioteca de Catalunya: Fons Solterra 14/25 a 14/26. Notas de la venta realizada por el marqués
de Aitona al conde de Solterra del castillo de Montsoriu en el término de Arbúcies.

134
La vida cotidiana en los viejos castillos... ACTAS

Fotografía 5. Una parte de los objetos después de su restauración (R. Maroto - CRMBC).

forman un conjunto excepcional, en el que destacan: la vajilla de mesa, objetos de co-


cina, monedas, objetos de cristal, etc. a los que se deben añadir cerca de 11.000 restos
de fauna, estudiados por parte del laboratorio de arqueozoología de la Universidad
Autónoma de Barcelona.
Por lo que se refiere a la vajilla se han restaurado hasta ahora más de un centenar
de objetos, que corresponderían, desde una concepción actual de la mesa, a más de
cincuenta servicios, o dicho de otra manera, permitirían abastecer de manera holga-
da y al mismo tiempo a más de cincuenta comensales.
Sin embargo más allá de los propios objetos, con una diversidad notable de tipolo-
gías (platos, escudillas, fuentes o servidoras, jarras...) es interesante observar la pro-
cedencia de las manufacturas, hecho que nos habla de las líneas comerciales existen-
tes y la penetración de estas manufacturas en el territorio, más allá de las principales
ciudades. De esta manera a parte de las producciones propias del Principado (talleres
de Barcelona, Reus…), se han localizado numerosos ejemplares procedentes de otros
centros de producción, como es el caso de Manises en Valencia o Montelupo, en la
Toscana italiana.
Por lo que se refiere a las producciones cerámicas correspondientes al servicio de
mesa, la tipología mejor representada corresponde a la loza decorada en azul de pro-
cedencia catalana (47%), seguida de las producciones en blanco de estaño (36%) y
el reflejo metálico de procedencia catalana (7%). De fuera de Cataluña destacan las
producciones en azul y reflejo metálico o en reflejo metálico de Manises (7%) y las
polícromas de Montelupo (4%).
En lo que se refiere a las cronologías de estas cerámicas, es interesante observar
que el conjunto corresponde a un amplio abanico que se sitúa entre la primera mitad
del siglo xv y el segundo tercio del siglo xvi, cosa que nos explica la perduración

135
Fotografía 6. Objetos de cristal en proceso de restauración (MEMGA).

dentro de los servicios de mesa de objetos adquiridos en diferentes momentos y que


se mantenían dentro de estos mismos servicios mientras fueran útiles.
Mención aparte merecen los más de 90 objetos de cocina y almacenaje de alimen-
tos que se han encontrado, así como dos flautas de hueso y 30 objetos de cristal (co-
pas, vasos, botellas, frascos, confitera…), actualmente en fase de estudio y restaura-
ción y que corresponden a producciones mayoritariamente catalanas del siglo xvi.

5. Los estudios de fauna

Por lo que se refiere a los 10.922 restos de fauna vinculados a este hallazgo, estudia­
dos por Violeta Novella y María Saña, del laboratorio de arqueozoología de la Uni-
versidad Autónoma de Barcelona, es interesante comprobar que mayoritariamente
corresponden a mamíferos (70%) con un 96% de animales domésticos; y con una
presencia también importante de aves (28%). De manera más puntual también se han
estudiado 147 restos de pescado y 8 restos de malacofauna.
En cuanto a las especies más representadas son los ovicápridos que representan el
49%, con unas pautas de sacrificio que evidencian unas prácticas ganaderas orienta-
das a la producción de lana y carne, mostrando una mayor frecuencia de sacrificio en
machos jóvenes y adultos y en hembras adultas en el caso de las ovejas, y en machos
jóvenes y hembras adultas en el caso de las cabras. El segundo grupo más represen-
tado corresponde a los cerdos domésticos 38% con unas pautas de sacrificio muy es-
pecíficas por lo que se refiere a los machos (entre 1 año y medio y dos años), mientras
que las hembras eran sacrificadas cuando su función reproductiva había finalizado.
Finalmente el tercer grupo más representado son los bóvidos con un 5 % de los restos
recuperados.

136
La vida cotidiana en los viejos castillos... ACTAS

Por lo que se refiere a las especies salvajes destacan especialmente el grupo de las
aves con un 78%, aunque también están representados mamíferos como el ciervo,
corzo, jabalí, conejo y liebre (siendo estas dos últimas especies, los más frecuentes
dentro del grupo de los mamíferos 51%). También se han encontrado restos corres-
pondientes a pequeños carnívoros como el zorro y el tejón, explotados posiblemente
para la obtención de piel.
Especialmente lo que se refiere a las especies salvajes destacan especialmente el
grupo de las aves con un 78%, aunque también están representados mamíferos como
el ciervo, corzo, jabalí, conejo y liebre (siendo estas dos últimas especies, los más fre-
cuentes dentro del grupo de los mamíferos 51%). También se han encontrado restos
correspondientes a pequeños carnívoros como el zorro y el tejón, explotados posible-
mente para la obtención de piel.
Es también interesante observar que la presencia de todas las partes del esqueleto
en todas las especies domésticas nos indica que de manera frecuente el procesado del
animal se realizaba dentro del mismo castillo.

6. Conclusiones

Dentro del contexto de lo que generalmente se conoce como Edad Moderna, mu-
chas de las viejas fortificaciones construidas en la Baja Edad Media, sufrirán procesos
de decadencia o readaptación incluso a otros usos, como es el caso del norte de Cata-
luña donde numerosas torres de origen medieval quedaran integradas en el complejo
arquitectónico de masías, perdiendo por tanto buena parte de la función defensiva y
hasta cierto punto también de control territorial, por la que fueron construidas en un
contexto de relaciones feudales.
En el caso de grandes castillos, ya hemos comentado que la casuística que observa-
mos es diversa y dependerá de numerosos factores. En el caso concreto de Montsoriu,
se produce un proceso paulatino de decadencia que se prolongará durante dos siglos,
y que a través de las fuentes históricas y la arqueología se ha podido documentar
perfectamente.
En este sentido, es importante recordar, que el modelo que observamos en Mont-
soriu y que vemos repetido en numerosas fortificaciones catalanas, está relacionado
directamente con el desarrollo, avatares y/o decadencia de una parte importante de
la nobleza feudal de estos territorios.
Sin embargo, des de un punto de vista patrimonial, en el caso de Montsoriu, este
proceso de decadencia es el que nos ha permitido contar hoy en día con un testi-
monio excepcional de la arquitectura medieval gótica, y a través de la arqueología,
poder disponer de una secuencia muy completa de las formas de vida así como de los
testimonios materiales, de la vida cotidiana en estas viejas fortificaciones a lo largo
de los siglos XV al XVII.

137
Bibliografía

BOFARULL, Próspero: Colección de Documentos Inéditos del Archivo General de la


Corona de Aragón. Vol. XXII, XXIII, XXIV. Barcelona: Archivo de la Corona de
Aragón, 1850.
CATALÀ, Pere: Els castells catalans. Barcelona: Rafel Dalmau ed., 1992.
FONT, Gemma.; LLORENS, Josep M.; MATEU, Joaquin.; PUJADAS, Sandra.;
TURA, Jordi.: «Montsoriu al segle XVI. Testimonis arqueològics de l’abandona-
ment d’un gran castell», Tribuna d’arqueologia 2011-2012. Barcelona: Generalitat
de Catalunya. En prensa.
FONT, Gemma; MATEU, Joaquim; PUJADAS, Sandra; TURA, Jordi: «Les restes
d’au al Castell de Montsoriu al segle xvi. Integració de l’arquelogia per a l’estudi
de les formes de cacera a l’edat moderna al vessant oriental del Montseny», VIII
Monografies del Montseny. Barcelona: Diputació de Barcelona, 2014, p. 430-438.
NOVELLA, Violeta; SAÑA, Maria: «La dieta d’origen animal al Castell de Montsroiu
al segle XVI. EStudi de la producción, consum i distribució d’aliments a partir de
l’arqeuozoologia», VIII Monografies del Montseny. Barcelona: Diputació de Barce-
lona, 2014, p. 439-447.
NOVELLA, Violeta: Estudi de les pautes d’accés i consum dels recursos animals a par-
tir de l’arqueozoologia. L’exemple del Castell de Montsoriu. Barcelona: Departa-
ment de Prehistòria, Facultat de Lletres, Universitat Autònoma de Barcelona, 2014.

138
ACTAS

Jacques Rigaud. Iconografía didáctica de un asedio del siglo xviii

Francesc Xavier Hernàndez Cardona, fhernandez@ub.edu


Xavier Rubio Campillo, xavier.rubio@bsc.es
Mireia Romero Serra, mireia.romero@ub.edu
Francesc Riart i Jou
francescriart@gmail.com
Universitat de Barcelona. Grupo de investigación DIDPATRI

Resumen

Jacques Rigaud, grabador provenzal, representó también paisajes de conflicto en


una serie de seis gravados elaborados probablemente en 1732. Tal como se indica en
la primera lámina las imágenes se inspiran en el asedio de Barcelona de 1713-1714.
Sin embargo la finalidad de las imágenes no era mostrar el caso de Barcelona, sino
ilustrar las diferentes fases de un asedio desde el punto de vista del atacante. En este
sentido la iconografía fue concebida con una clara finalidad didáctica y formativa
para mostrar unas determinadas técnicas en cada una de las fases de un asedio. Esta
finalidad es la que explica que las láminas, aunque inspiradas en Barcelona, repre-
senten la ciudad de manera desigual, ya que la complejidad del escenario bélico fue
sacrificada a la eficacia didáctica1.

Palabras clave: Iconografía, Rigaud, Asedio, Barcelona, Guerra de Sucesión española.

1 Esta comunicación se contextualiza en las investigaciones desarrolladas en el marco del proyec-


to “Desarrollo de estrategias y técnicas didácticas a partir del patrimonio y la arqueología del conflicto
para la enseñanza/aprendizaje de las Ciencias Sociales y la Historia (EDU 2012-35299) Ministerio de
Economía y Competitividad.)

139
1. Describir e imaginar la guerra

La gran Guerra de Sucesión española, el conflicto más grande habido hasta el mo-
mento en la historia de la humanidad marcó el imaginario de las gentes de la época.
No es de extrañar que en toda Europa los folletos, romances, grabados, libros y ga-
cetas que hablaban de la guerra fueran consumidos masivamente. La gente quería y
necesitaba saber y estar al día. El consumo de cartografía de batallas y asedios de ciu-
dades fue extraordinario, así como la iconografía mixta que mostraba, a la vez, ma-
pas que reflejaban diferentes momentos temporales e imágenes de mandos y ejércitos.
Barcelona se convirtió en uno de los referentes del conflicto. Ciertamente que la
guerra se decidió en los campos de Flandes y Picardía, entre Calais y las Ardenas,
como la mayor parte de los conflictos europeos. Sin embargo Barcelona y Cataluña
tuvieron un papel importante2. Barcelona fue la capital de Carlos III, y en ella se apo-
yó para impulsar el sueño de una reordenación de una Europa, y en este sentido la
ciudad se convirtió en un referente europeo. No es de extrañar que el efímero asedio
austriacista del 1705, y el asedio borbónico de 1706, fueran ampliamente cartografia-
dos. Y también contaron con una buena producción cartográfica batallas como las de
Almenar, Zaragoza y Prats de Rei. El frente peninsular y el catalán fueron emblemáti-
cos en tanto que allí luchaban Carlos y Isabel Cristina contra Felipe. De igual manera
el asedio de Barcelona de 1713-1714 conmovió a los europeos y fue objeto cartográfi-
co y explícitamente iconográfico en tanto que hubo grabadores que lo utilizaron para
explicar técnicas miliares y casuísticas de las guerras del momento3. De entre todas
las aproximaciones al asedio de Barcelona destaca la iconografía de Jacques Rigaud,
una fuente casi coetánea que se convirtió en un referente ampliamente replicado4.

2. Jacques Rigaud. Constructor de imágenes

Jacques Rigaud fue uno de los mejores ilustradores y grabadores de la Europa de


la primera mitad y de mediados del siglo XVIII. Nació en 1680 en Peyloubier (Puylou-
bier) en la Provenza y murió en París en 1754. Al parecer se formó profesionalmente
en el entorno de pintores que trabajaban en el Arsenal de Galeras de Marsella. Las
galeras de la marina de guerra contaban con cuidadosos programas iconográficos
que exigían artistas expertos. A principios del XVIII Jacques Rigaud se integró en
el taller de Michel Gospard Serre de l’Académie royale de peinture et de sculpture.
Jacques Rigaud creció profesionalmente en el contexto de la Guerra de Sucesión Es-
pañola. Uno de sus primeros trabajos conocidos fue precisamente la Vue de la place
forte de Toulon, de 1707 cuando la base fue atacada por las tropas aliadas del príncipe

2 ALBAREDA, Joaquim: Catalunya en un conflicte europeu. Felip V i la pèrdua de les llibertats


catalanes. Barcelona: Generalitat de Catalunya. Edicions 62, 2001.
3 ALCOBERRO, Agustí: Barcelona 1714. Els gravats de la Guerra de Successió. Barcelona: Efadós,
Ajuntament de Barcelona. 2013.
4 SOLEY, Ramon: Atles de Barcelona. Barcelona: Editorial Mediterrània, 1998.

140
Jacques Rigaud. Iconografía didáctica de un asedio... ACTAS

Eugenio de Saboya. En este periodo Rigaud aspiraba a ocuparse, como ilustrador, en


el Departamento de Fortificaciones de Francia, pero la irrupción de una epidemia
de peste en Marsella, en 1720, dio un giro a sus intenciones. Rigaud despreciando el
peligro salió a la calle, tomó notas y terminó elaborando una detallada crónica gráfi-
ca del desastre. Cuando acabó sus trabajos, y en ese mismo año, marchó a París, y se
instaló en la rue Saint Jacques como grabador y editor de grabados. Sus trabajos sobre
Marsella tuvieron un notable éxito.
En París se convirtió en el gran cronista gráfico de la capital. A partir del 1730
trabajó en el proyecto de las Maisons Royales de France. Monumentos, palacios, resi-
dencias reales y perspectivas barrocas quedaron reflejadas en sus grabados. El reper-
torio de imágenes editadas rebasaba los 130 grabados. Fue su trabajo más exitoso y se
especula con la posibilidad de que fuera un encargo de Luis XV o su entorno directo.
Algunos de los trabajos los terminó su sobrino Jean Baptiste Rigaud. A mediados de
la década de 1730, Rigaud aumentó su repertorio iconográfico con la recreación de
espacios emblemáticos ingleses5. Incansable continuó trabajando los paisajes de los
alrededores de París y también episodios históricos y personajes. Pero Rigaud, a lo
largo de su carrera, también confeccionó imágenes con un perfil más técnico, y al
respecto es significativa su colaboración, en 1729 con el ingeniero militar Bernard
Forest de Belidor6.
En todos sus trabajos la representación del factor humano se convirtió, a su vez, en
complemento y protagonista. El objeto y el sujeto de la obra de Rigaud son edificios,
jardines, astilleros, etc. pero los primeros planos siempre tienen vida propia, y casi
se justifican en sí mismos, y en ellos se nos muestra un apasionante micro historia:
trabajadores con herramientas, carruajes, señoras y señores elegantes, nobles corte-
jando... En este sentido en la obra de Rigaud podemos seguir la epopeya de la arqui-
tectura barroca francesa, pero también el sufrimiento de los enfermos de Marsella, el
trabajo de los calafates en las galeras o la moda que seduce a los nobles que se distien-
den en los jardines de los palacios parisinos. La precisión y los detalles hacen que los
grabados sean a la vez una preciosa y precisa crónica de la vida cotidiana.

3. Rigaud y la iconografía militar

Entre la extensísima obra de Jacques Rigaud hay también una serie de seis graba-
dos, Vues des actions les plus remarquables du siège et ataque d’une place, inspira-
dos en el sitio de Barcelona7. Estos grabados se adjuntaron, a modo de apéndice, en
diversas ediciones impresas que reunían repertorios de iconografía de temas muy
diversos. Tal es el caso de Recueil choisi des plus belles vues des palais, des châteaux

5 HUNT, John Dixon: Gardens and the Picturesque: Studies in the History of Landscape Architec-
ture. Cambridge: MIT Press, 1994.
6 DE BELIDOR, Bernard Forest: La science des ingénieurs, dans la conduite des travaux de fortifi-
cation et d’architecture civile. París: Henri Scheurleer, 1734.
7 HERNÀNDEZ, Francesc Xavier; RIART, Francesc: Barcelona 1714. Jacques Rigaud: crònica de
tinta i pólvora. Barcelona: Librooks, 2014.

141
et maisons royales de Paris et des environs8, que reunía trabajos realizados entre 1720
y 1738. Pero las recopilaciones de este tipo se continuaron recomponiendo y reedi-
tando después de 1738. El sobrino de Jacques Rigaud, Jean Baptiste Rigaud continuó
publicando, a partir del 1750, recopilaciones que mantenían los trabajos de su tío y
los suyos propios. A partir de 1750 se hicieron ediciones alemanas e inglesas. Las
ediciones no siempre fueron concordantes. En 1740 se hicieron, como mínimo dos
ediciones de Rigaud, Chéreau y Basán, una con 106 grabados, y otra ampliada de 129
grabados. Estos recopilaciones mostraban iconografía de elementos arquitectónicos
(palacios y castillos); espacios urbanos y ajardinados: Paris, Versalles, Marly, Meudon
et Saint-Germain, Fontainebleau, Vincennes tiene Choisy, etc., y también incluían la
serie Vues des actions les plus remarquables du siège et ataque d’une place, que no
tenían demasiado que ver, en cuanto a temática, con el resto de trabajos reunidos.
Probablemente con estas recopilaciones los editores pretendían ofertar un trabajo de
conjunto y las láminas militares servían de relleno o complemento. En este sentido
podemos hipotetizar que los grabados del asedio fueron elaborados, con una finali-
dad determinada, o para responder a un encargo y que, posteriormente, se añadieron
en recopilaciones destinadas a la venta directa a partir de 1740.
Los grabados, se realizaron con anterioridad a 1740. El primero de la serie incor-
pora en la parte inferior derecha la fecha de 1732 que, probablemente, indica cuándo
se realizó el trabajo. La fecha es congruente con algunos elementos que pueden servir
para datar el trabajo. Así los oficiales aún no llevan pelucas con rulos, sino peluquines
con tirabuzones y coletas atadas con cinta espiral. Los soldados llevan cabello largo
suelto y algunos coleta atada con pajarita. Todo ello corresponde a una estética que
cuadraría con los años 30 o 40. Por otra parte la ausencia de solapas en las casacas, y
los bolsillos horizontales y altos también nos sitúan. Si aparecieran solapas o faldones
abrochados la cronología nos acercaría a la segunda mitad del XVIII, y si los bolsillos
fueran verticales habría que pensar en los comienzos de siglo. Igualmente los tricor-
nios, muy elevados por delante, con pico acandilado, son congruentes con los años 30
y hasta 40. Por tanto la fecha de 1732 podría ser verosímil.
El grabado cuenta con una dedicatoria textual explícita que orienta respecto a la
fecha de elaboración del trabajo. Se dice que la obra “Representations des actions les
plus considerables du siege d’une place” está dedicada a François-César Le Tellier,
marqués de Montmirail, de Courtanvaux, etc. Dice también que es capitán coronel
de los Cien Suizos de la Guardia de Corps de su Majestad. En el centro de la leyenda
del grabado se pueden ver las armas de los Le Tellier, tres lagartos de plata sobre azur
y tres estrellas de oro sobre gules. Este aristócrata (1718-1781) era bisnieto de François
Michel Le Teiller Marques de Louvois (1641-1691) que había sido la mano derecha
de Luis XIV en temas militares. Su abuelo era François Michel Le Tellier marqués
de Courtenvaux (1663-1721) secretario de guerra de Luis XIV. Su padre François Le
Tellier (1693-1719) murió muy joven cuando él tenía un año. El abuelo para asegu-
rarle la posición le nombró capitán-coronel de la Guardia Suiza a pesar de no haber

8 RIGAUD, Jacques: Recueil choisi des plus belles vues des palais, des châteaux et maisons royales
de Paris et des environs. Paris: Chez Chéreay et Basan, 1720-1738.

142
Jacques Rigaud. Iconografía didáctica de un asedio... ACTAS

cumplido los dos años. Cuando se convirtió en adolescente, como todos los jóvenes
aristócratas de la época, recibió formación militar e hizo su primera campaña en
1733, a la edad de quince años como ayudante del mariscal Noailles, su tío. En 1740,
con 22 años, se convirtió de manera efectiva capitán-coronel de los Cien suizos y con
las tropas reales luchó en Bohemia y Baviera. Sin embargo su salud no le permitió
continuar la carrera militar y, a partir del 1745, se dedicó a la investigación científica
y especialmente a la mecánica y la astronomía. Teniendo en cuenta este contexto
podríamos pensar que efectivamente la dedicatoria se podría haber hecho entre 1740
y el 1745, cuando él ejerció el mando efectivo de la unidad de guardias suizos. Sin em-
bargo, si tenemos en cuenta que en 1719, con un año de edad, ya era teniente-coronel
tenemos un amplio abanico de fechas posibles, en cuanto a diseño del grabado, que
van desde 1720, cuando Jacques Rigaud llega a París, hasta 1745, momento en que Le
Tellier dejó la carrera militar. Todo ello corrobora que la fecha señalada en el primer
grabado, 1732, congruente con la moda de vestidos y peinados, es verosímil9.
Sabemos que los grabados están dedicados a un militar que tenía opciones de fu-
turo y que en 1732, con 14 años, estaba a punto de comenzar su primera campaña
con el Duque de Noailles. En este contexto no es descabellado pensar que alguien
con poder encargó a Jacques Rigaud los grabados para hacer un regalo a un joven en
formación, o tal vez para poder ayudar directamente a su formación a partir de un
producto didáctico, un material que ayudara a un joven teniente-coronel de 14 años
a entender cómo se asalta una ciudad. Los grabados también podrían haberse reali-
zado a iniciativa de Rigaud para acercarse a las esferas del poder. Desde los tiempos
del Marqués de Louvois, los Le Teiller habían estado controlando la política militar
del reino. El joven François César, pertenecía a un entorno familiar poderoso, tenía
posibilidades de convertirse en un cortesano de primer orden. Esto obviamente daba
un valor añadido al trabajo.
¿Por qué se escogió el caso de Barcelona para mostrar el modelo de asalto? Las
razones pueden ser varias, hay que tener presente que Rigaud estaba familiarizado
con los temas militares y es de suponer que siguió el devenir de la Guerra de Sucesión
Española. Uno de sus maestros en Marsella, Michel Gospard Serre era de Tarragona.
Por otra parte Rigaud trabajó para uno de los ingenieros militares más destacados del
momento, Bernard Forest de Belidor y con él preparó grabados muy técnicos. Belidor
hijo de un oficial francés había nacido en Cataluña el 1698. Su padre murió en los
últimos momentos de la campaña de Vendôme y él fue recogido por un oficial de arti-
llería. Probablemente Belidor debería hacer un seguimiento preciso de las campañas
de la Guerra de Sucesión Española y sin duda del asedio de Barcelona. Esta relación
con Belidor también podría haber reportado a Riguad un buen conocimiento de la
campaña catalana.
Por otra parte el entorno familiar de François César, los Le Tellier y los Noailles,
estuvieron implicados en la política de guerra y en los escenarios catalanes de la Gue-
rra de Sucesión, y algunos participaron directamente en la campaña de 1713-1714 y
en el sitio de Barcelona. Por tanto el caso de Barcelona, probablemente bien conocido

9 Véase al respecto HERNÀNDEZ, Francesc Xavier; RIART, Francesc: op. cit. pp. 19-20.

143
y documentado, era uno de los más adecuados para iconografiar. La campaña catala-
na de 1713-1714 era conocida por los actores, había impactado en la opinión pública
y además, había sido la última, ya que la Guerra de Sucesión Polaca (1733-1738) y la
Guerra de los Siete Años (1756-1763) tardarían en llegar, y el conflicto con España
que había provocado el establecimiento de la Cuádruple Alianza (1718-1720) no había
comportado enfrentamientos relevantes. El asedio y asalto de Barcelona había sido la
última gran batalla de la Guerra de Sucesión Española y un modelo de sitio singular
y significativo.
Es de suponer que fuera de una manera u otra Rigaud dispuso de información
suficiente para plantear sus grabados sobre cómo debía establecerse el asedio de una
ciudad fortificada tomando Barcelona, un asedio reciente y bien documentado, como
referencia. Sobre el asedio de Barcelona existía cartografía impresa y también libros
descriptivos. Y si con esto no hubiera sido suficiente hay que suponer que los Le Te-
llier podían suministrar toda la cartografía y la información necesaria para ejecutar
el trabajo.
Jacques Rigaud trabajó para crear una iconografía sobre cómo asediar una plaza
fuerte. El caso sobre el que se inspiró fue el de Barcelona. Sin embargo la obra no es
una descripción de Barcelona, ni del sitio de Barcelona, que, por otra parte fue muy
duro para las armas francesas. Rigaud procuró definir una imagen comprensible,
“de manual”, de un asedio. Tenía la información de Barcelona, pero debía rectificar
la realidad para hacer más comprensible un modelo entendido como representación
simplificada y comprensible de la realidad. En el grabado, la morfología de ciudad, los
lugares, los detalles se simplifican, desaparecen o se transforman, y las perspectivas
se rectifican, en función de las necesidades didácticas. Las formas de los baluartes y
el sky line de la ciudad se convierten anecdóticos ya que lo importante de la represen-
tación son las fases del asedio, el asalto y el castigo final que espera a aquellos que no
se someten a las armas reales. De igual manera los soldados van equipados según los
cánones del momento en el que se está realizando el dibujo.
Es probable que las láminas se utilizaran para adiestrar al joven François César
Le Tellier, o quizás como material didáctico para formar ingenieros. Sin embargo el
joven Le Tellier no prosperó demasiado en la carrera de las armas, ni como cortesa-
no absolutista. Optó por la ciencia. Rigaud debió obtener poco provecho del trabajo
dado que la influencia de los Le Tellier debió ir a la baja. A partir de 1740, con el mate-
rial amortizado, Rigaud decidió reaprovechar el material poniendo los grabados a la
venta, o bien utilizándolos como material de relleno en las ediciones que explicaban
los monumentos de Francia. Sin embargo la iniciativa tuvo éxito, los grabados se
editaron en Inglaterra y Alemania y de ellos se hicieron múltiples réplicas durante el
resto del siglo xviii. Fueron copiados, readaptados o actualizados en muy numerosas
versiones, hasta convertirse en un tópico, en el tópico de la guerra de asedio. Todo ello
esta singular vía iconográfica convirtió el sitio de Barcelona en un material didáctico
y estos grabados, con el paso de los años, se han convertido en un referente importan-
te para entender cómo sucedieron los hechos.

144
Jacques Rigaud. Iconografía didáctica de un asedio... ACTAS

4. Representations des actions les plus considerables du siege d’une place

La serie didáctica de Rigaud sobre cómo se desarrolla y resuelve el asedio de una


plaza fuerte, en este caso una ciudad fortificada, consta de seis grabados: Ouverture
de La Tranchée; Comment l’on soutient et repousse les sorties; Attaque et logement du
chemincouvert; Attaque de deux bastions les brechesfaites par le mineur; L’assautdon-
né au corps de la place; La place laissée au pillage.
Rigaud explicita que las láminas están inspiradas en Barcelona y, ciertamente, el
conjunto de los seis gravados ayuda a comprender el asedio reglado que la ciudad
sufrió entre julio y septiembre de 1714. Las imágenes tienen, como hemos señalado,
una finalidad didáctica. Pretenden mostrar los pasos que sigue un cerco según la
formulación canónica fijada por Vauban en el sitio de Maastricht de 1673. Vauban
estableció varias innovaciones pero una de las más relevantes consistió en sistema-
tizar los ataques a partir de la apertura de tres trincheras sucesivas, paralelas a las
murallas a expugnar. Eran las denominadas primera, segunda y tercera paralela. En
las paralelas se acumulaba la artillería que atacaba las murallas con el fin de producir
derrumbes practicables por la infantería atacante.
Los grabados de Rigaud muestran los pasos de este método incorporando también
las reacciones de los defensores. Así la primera lámina, Ouverture de la tranchée, nos
muestra la apertura de la primera paralela y los intentos que hacen los defensores
para defender el terreno, desde posiciones exteriores, a fin de dificultar los trabajos.
La segunda lámina, Comment l’on soutient et repousse les sorties, muestra el progreso
de las trincheras y como en la segunda paralela se ubican reductos para la artillería,
también explica los esfuerzos de los defensores para retrasar o dificultar la obra. La
tercera lámina, Attaque et logement du chemin couvert, muestra cómo las trinche-
ras llegan finalmente al foso y como se corona el camino cubierto. En esta fase los
atacantes ya están muy cerca de las murallas y la artillería, sin obstáculos, bate las
murallas a bocajarro. La cuarta lámina, Attaque de deux bastions les breches faites
par le mineur, muestra cómo se ha abierto una gran brecha en la muralla, entre dos
baluartes, y como los atacantes se proponen ocupar, de manera previa los dos baluar-
tes adyacentes a la brecha para poder dar el asalto con garantías. La quinta lámina
L’assaut donné au corps de la place, muestra las brechas totalmente abiertas y como
los atacantes embisten las murallas y los baluartes. A su vez los defensores se retiran
a una trinchera excavada detrás de la muralla intentando prolongar la resistencia.
La última lámina La place laissée au pillage, muestra cuáles son las consecuencias
de la insensata resistencia de la ciudad, al no haberse rendido, y que como castigo es
sometida a pillaje. La soldadesca asesina, quema y roba hasta que los mandos deciden
poner fin al saqueo para poder reaprovechar algunas de las estructuras de la ciudad.
Todo ello es una síntesis didáctica centrada en el que en aquellos momentos era el
objeto y el sujeto de la técnica militar: la fortificación y la expugnación.
¿Con qué fin se hicieron las láminas? ¿A quién se quería adiestrar? ¿A quién iban
dirigidas? Como hemos señalado existe la posibilidad que el objetivo fuera honrar, ya
la vez formar, al joven François César de Le Tellier potencial continuador de una de

145
las sagas militares de Francia. Tenemos casos similares de productos didácticos (ico-
nografía o maquetas) para adiestrar a jóvenes nobles y príncipes en los rudimentos
de la fortificación, el caso de la maqueta de plata Estudio de Fortificación, empleada
por Felipe V sería, en este sentido, emblemática. No parece que la serie tuviera como
objetivo formar ingenieros, ciertamente la iconografía de Rigaud podía ser útil para
introducir y contextualizar situaciones de ataque, pero no ayudaba a la formación
técnica. Contrariamente sí que podía ser útil para introducir la problemática de la
fortificación a oficiales de diferentes armas, y por supuesto era un elemento que podía
ayudar a que la población se hiciera cargo de los costes de la construcción y expug-
nación de fortificaciones. Hay que tener presente que la opinión pública europea del
siglo xvii y xviii siguió con asiduidad las alternativas bélicas del momento. En este
sentido, una vez cubierta la finalidad principal, de hacer un presente a Le Tellier, los
grabados terminaron a disposición de las personas interesadas, fueran miembros del
ejército o bien público amplio espectro.
El hecho de que los grabados de Rigaud fueran traducidos a los más diversos idio-
mas, manteniendo su función didáctica, y que fueran ampliamente copiados y rea-
daptados evidencia que había un mercado dispuesto a consumir iconografía militar.
Las seis láminas y sus réplicas explicaban como se atacaba una plaza, pero en las nue-
vas versiones las formas y elementos representados subsistían, de forma desigual. Los
elementos morfológicos de Barcelona que habían sido utilizados para componer la
imagen se modificaban, giraban o transformaban según los casos a evocar. Los ecos
de Barcelona están presentes en toda la serie, pero mezclados con deformaciones,
adicciones y cambios para adaptar la imagen a Dresde, Colbert o Mastricht.

5. Ouverture de la tranchée

El primer grabado está inspirado en el inicio de la apertura de la trinchera contra


Barcelona, esto sucedió la noche del 12 al 13 de julio de 1714. Durante un año las
fuerzas borbónicas comandadas por el Duque de Pópuli casi no habían podido ni
acercarse a las murallas. Sin embargo cuando llegó el Duque de Berwick, el 6 de julio
de 1714, con refuerzos nutridos, un gran tren de artillería y un importante contingen-
te de ingenieros franceses, comandados por Antoine Le Prestre de Vauban, comenzó
el asedio en las formas. El ataque canónico exigía abrir tres trincheras paralelas, cada
vez más próximas a la ciudad, en las que se iban ubicando piezas artilleras para ero-
sionar las murallas. Cuando las defensas quedaban arrasada era cuando la infantería
podía iniciar el asalto. El teniente mariscal Villarroel, jefe de la defensa de Barcelona
embistió de inmediato los trabajos de apertura de la primera paralela. El día 13 de
julio los catalanes atacaron y produjeron destrozos, pero no pudieron impedir la con-
tinuidad de los trabajos. Villarroel convencido de que el ataque se centraría entre los
baluartes de Portal Nou y Santa Clara ordenó construir una gran cortadura detrás
del frente de ataque, así si las murallas quedaban arrasada y eran asaltadas sus tropas
dispondrían de defensas.

146
Jacques Rigaud. Iconografía didáctica de un asedio... ACTAS

Figura 1. Ouverture de la tranchée

6. Comment l’on soutient et repousse les sorties

El segundo grabado evoca la progresión en la construcción de las paralelas, y pare-


ce que quiere representar la segunda paralela ya construida. El punto de vista se sitúa
frente al Portal Nou. El hecho de que ya haya baterías desplegadas y que el extremo
derecho de la paralela esté protegido por fortines hace pensar que, efectivamente este
es el momento representado. La segunda paralela se construyó el 16 de julio de 1714.
La leyenda del grabado explica que los defensores hacen salidas para dificultar los
trabajos de aproximación. En realidad las cosas no fueron así. Los acosados única-
mente efectuaron una gran salida contra las obras, la que se hizo al inicio de estas, el
día 13 de julio. Posteriormente se limitaron a dar golpes de mano contra las baterías
y contra las trincheras y a menudo los protagonizaron los miquelets. Así el día 5 de
agosto hubo un gran ataque, nocturno, contra las baterías del convento de Capuchi-
nos, para clavar los cañones que hostilizaban la construcción de la cortadura que los
catalanes estaban construyendo detrás de la muralla. En el grabado vemos como los
catalanes salen en formación nutrida y combaten las primeras líneas borbónicas. En
el centro de la lámina las fuerzas de infantería atacan los trabajos de la trinchera y
son combatidos por los granaderos franceses que protegen los zapadores. En segundo
término hay un batallón catalán desplegado dispuesto a iniciar el ataque y en último
término dos nutridos escuadrones de caballería se preparan para cubrir la retirada
de los atacantes.

147
Figura 2. Comment l’on soutient et repousse les sorties

7. Attaque et logement du chemin couvert

El tercer grabado muestra el coronamiento del camino cubierto, acción que suce-
dió los días 30 y 31 de julio de 1714. Las tropas de Villarroel defendieron la posición
pero, muy superadas en efectivos, tuvieron que retirarse hacia el interior de la ciudad.
Una vez construida la tercera línea paralela, en la base del glacis, la artillería ya dis-
paraba desde muy cerca contra las murallas, pero aún no tenía suficiente ángulo para
batir la zona media y baja de los muros, había que aproximarse aún más cerca. Desde
la tercera paralela se ataca el camino cubierto defendido por los sitiados. El objetivo
es echarlos de esta línea de defensa y construir una trinchera que fuera recorriendo
todo el camino cubierto por el exterior. Desde esta trinchera se podía combatir con
disparos de fusil y también se podían instalar cañones para batir a corta distancia los
muros.

8. Attaque de deux bastions les breches faites par le mineur

La cuarta lámina muestra el asalto a los baluartes de Santa Clara y Portal Nou, se
trata de la batalla o batallas que se sucedieron los días 12, 13 y 14 de agosto de 1714.
Antes de hacer el asalto definitivo por la Brecha Real, la que los cañones de asedio
abrían en la cortina que se extendía entre los baluartes de Santa Clara y Portal Nou,
Berwick quiso apoderarse de los dos baluartes que flanqueaban los accesos. Si los
catalanes se mantenían en estas dos posiciones y hacían fuego cruzado contra los
asaltantes las bajas podían ser numerosas aunque, en la realidad, la distancia entre

148
Jacques Rigaud. Iconografía didáctica de un asedio... ACTAS

Figura 3. Attaque et logement du chemin couvert

Figura 4. Attaque de deux bastions les breches faites par le mineur

ambos baluartes era muy grande y se hacía difícil hacer un fuego eficaz para cubrir
los accesos a la brecha. Berwick atacó con furia ambos baluartes y llegó a dominar las
plataformas de ambos. A lo largo de los días 12, 13 y 14 los combates fueron terribles,
pero los catalanes, finalmente, consiguieron expulsar los invasores. Ambos bandos
tuvieron centenares de muertos. Por lo tanto la operación que describe Rigaud efec-

149
Figura 5. L’assaut donné au corps de la place

tivamente se dio siguiendo el programa de asalto canónico, pero fracasó. Berwick no


pudo conquistar los baluartes. Sin embargo, como hemos indicado, las láminas de
Rigaud no son una descripción del ataque en Barcelona, sino una propuesta icono-
gráfica y didáctica que explica cómo se debe atacar una ciudad. Por tanto Rigaud no
explica lo que pasó, sino simplemente que antes de aventurarse a asaltar una brecha
es aconsejable dominar los baluartes que la flanquean. Y sostenerse en ellos mediante
fortificaciones de campaña.

9. L’assaut donné au corps de la place

El quinto grabado es, sin duda, el más famoso de la serie de Rigaud. Muestra el
asalto a la ciudad. La serie deja en suspenso lo que sucede entre el cuarto grabado
y este quinto. En el caso de Barcelona entre los intentos de tomar los baluartes y el
asalto final pasó casi un mes. En este sentido la linealidad que quiere sugerir el dis-
curso de los grabados no existió. Por otra parte las diferencias entre ambos grabados
evidencian que hubo una intensa acción artillera contra las murallas entre uno y otro
momento. En esta imagen, como en los grabados anteriores, la iconografía condensa
situaciones y hechos que sucedieron con ritmos diferentes. La idea central es que la
ciudad fue asaltada desde diferentes espacios, a partir de las brechas de los baluartes y
por la Brecha Real abierta entre los baluartes de Santa Clara y Portal Nou. En realidad
los hechos no fueron así. Las fuerzas de Berwick lograron entrar coronando las bre-
chas de Molins y Carnalatge, que no aparecen representadas en el dibujo. A continua-
ción, y desde la retaguardia, se apoderaron del baluarte de Llevant y del de Santa Cla-
ra. El grabado evidencia hasta qué punto preocupó a los borbónicos la Brecha Real y

150
Jacques Rigaud. Iconografía didáctica de un asedio... ACTAS

Figura 6. La place laissée au pillage

el atrincheramiento de la cortadura, pero Berwick no atacó de entrada la Brecha Real


y no conquistó la cortadura a partir de un ataque frontal, tal como quiere hacer creer
el dibujo, sino poniendo en marcha un ataque de flanco desde la zona del convento de
Santa Clara. La iconografía nos muestra un asalto frontal triunfante y épico que no
existió. Con los invasores dentro del recinto amurallado los catalanes se retiraron a
la línea de casas y continuaron la lucha desde el casco urbano. Villarroel ordenó dos
contragolpes, uno con la caballería por la calle del Bornet contra la zona posterior del
convento de Santa Clara y otro, con la bandera de Santa Eulalia, por el terraplén de la
muralla, en el sector del baluarte de Sant Pere, acción que sí que sale representada en
el grabado. Villarroel y Casanova resultaron heridos. Ambos contragolpes fracasaron
aunque infringieron graves pérdidas a las tropas borbónicas. Después y más o menos
en los lugares que explicita el grabado las posiciones se estabilizaron durante horas. A
las tres de la tarde los catalanes convencidos de que la victoria era imposible pidieron
parlamento. Berwick sabía que los catalanes aún contaban con batallones de la Coro-
nela y que podía sufrir muchas bajas. Nada garantizaba la victoria. Entonces para no
correr riesgos decidió aceptar la capitulación de Barcelona a cambio de renunciar al
saqueo y comprometerse a respetar vidas y posesiones.

10. La place a laissée au pillage

El sexto grabado quiere ser el corolario propagandístico de los cinco anteriores.


Explica que el asedio finaliza en cuanto el ejército vencedor se dedica a saquear una
ciudad que, no sólo no se ha rendido, sino que ha opuesto resistencia a las tropas

151
del rey. En este sentido quiere tener una función ejemplarizante. Sin embargo este
último grabado tiene poco que ver con lo que sucedió en Barcelona por dos razones.
La primera es que el paisaje urbano que se presenta no se parece al de Barcelona, y
en segundo lugar Barcelona pactó una capitulación que salvó la ciudad. En los pri-
meros días que siguieron a la rendición ni las personas, ni sus propiedades fueron
violentadas. Sin embargo la serie de láminas de Rigaud, pensadas con una finalidad
propagandística y didáctica, tenía que explicar que es lo que le pasa a una ciudad
que optaba por la resistencia: el saqueo y los excesos de la soldadesca, que es lo que
muestran las imágenes. Sin embargo, en el mismo texto y en la ilustración, se indica
que se pone freno a los excesos diciendo que el mando ordena detener el saqueo para
preservar vidas y bienes que pueden ser útiles. En cualquier caso la lámina nos mues-
tra una situación de pillaje y la brutalidad de los soldados contrasta con la refinada
ya la vez firme “humanidad” de los mandos. De hecho Felipe V había dado órdenes
precisas a Berwick con objeto de que aplastara la resistencia y destruyera la ciudad.
Berwick estaba dispuesto a arrasar Barcelona, sin embargo la dura resistencia, y la
incertidumbre que esta implicaba le hizo cambiar de opinión. Antes de arriesgarse
a perder más soldados, o sufrir una desbandada, Berwick aceptó el parlamento y la
capitulación. Nada de lo que aparece en este grabado sucedió. Barcelona no fue sa-
queada, si no que capituló por la vía del pacto.

Bibliografía

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crònica de tinta i pólvora. Barcelona: Librooks. 2014.
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sons royales de Paris et des environs. Paris: Chez Chéreay et Basan. 1720-1738.
SOLEY, Ramon: Atles de Barcelona. Barcelona: Editorial Mediterrània, 1998.

152
ACTAS

Juegos de simulación histórica: guerra y diplomacia en el siglo xviii

Marc Figueras. Vexillum. Jocs d’estratègia


ruminahui@gmail.com

Resumen

En los últimos años los juegos recreativos de tablero de simulación histórica han
ido suscitando un interés creciente en ámbitos académicos y docentes. En este artícu-
lo analizamos, a partir de diversos ejemplos, cómo estos juegos representan diversos
conflictos del siglo xviii y qué compromisos adoptan entre la jugabilidad y la histo-
ricidad.
Palabras clave: juegos, simulación, wargames, asedios

1. Introducción

En este artículo intentamos ver cómo los juegos recreativos de tablero de simula-
ción histórica simulan los diversos aspectos políticos y militares del siglo xviii. Para
ello daremos una visión global de los juegos de simulación histórica, de sus condi-
cionantes y planteamientos y pasaremos luego a valorar cómo representan y destilan
los conflictos del siglo xviii, haciendo hincapié en los juegos centrados en asedios y
fortalezas, a pesar de su relativa escasez.

2. Juegos y juegos de simulación histórica

En los últimos años, el mundo de los juegos, más allá de su interés puramente
antropológico, ha empezado a introducirse en el terreno académico, a menudo de la

153
mano de los videojuegos, que son uno de los sectores económicamente más pujan-
tes, pero también, más modestamente, de la mano de los juegos de mesa, tanto los
de simulación histórica como de otros tipos. Hay que decir que ello no es ajeno al
surgimiento de la ludificación (gamification) y los serious games, cuyo objetivo es el
uso de juegos o de aspectos lúdicos en contextos no lúdicos, con objetivos diversos
(resolución de problemas, docencia, formación, etc.).
Un juego, en la ya clásica definición de Johan Huizinga de 19381, completada pos-
teriormente por Roger Caillois2 , se define a partir de cinco aspectos: a) se desarrolla
dentro de unos límites temporales y espaciales determinados; b) se desarrolla según
reglas absolutamente obligatorias, aunque libremente aceptadas; c) tiene una finali-
dad en si misma; d) se acompaña de un sentimiento de tensión y alegría, y e) se tiene
la conciencia de ser diferente que en la vida cotidiana. Queremos aquí remarcar el
aspecto c, ya que trataremos de juegos pensados exclusivamente con el objetivo de
ser juegos, no juegos para ser usados con alguna otra finalidad, como puedan ser
juegos creados con objetivos didácticos o para mejorar la compenetración en un
equipo de trabajo empresarial, pongamos por caso, aunque ello no sea óbice para
que sean usados así.
Restringiéndonos más al tema propuesto, los juegos como representación de con-
flictos militares (wargames, conflict simulation games) se remontan al Kriegspiel de
von Reisswitz, de 1811, y durante los doscientos años siguientes, muchas fuerzas
armadas los han empleado como herramienta de formación, pero en tal caso se trata
de juegos pensados para un fin concreto, de formación de cuadros militares, y no
como juegos en sí mismos, que son los que nos proponemos valorar en este artículo.
Así pues, en lugar de juegos pensados para uso profesional por militares y analistas,
nos centraremos en los juegos de simulación publicados y disponibles comercial-
mente para el gran público, destinados al uso de aficionados, lo que Philip Sabin
denomina juegos de simulación recreativos y, básicamente, coincide con la definición
de Huizinga antes presentada3. Estos juegos pueden ser de varios tipos, y a grandes
rasgos, se diferencia entre juegos de tablero, juegos de miniaturas y juegos de orde-
nador.
En lo que sigue nos centraremos solo en los juegos de tablero, por las razones que
exponemos a continuación. La creación de juegos recreativos de simulación, espe-
cialmente de tablero, implica tomar decisiones a los autores, a hacer compromisos
entre historicidad y jugabilidad. Estos compromisos obligan al autor a concretar y
a destilar qué es lo que quiere representar de una época o de un conflicto, destila-
ción de elementos históricos que es especialmente crítica en un juego de tablero, en
comparación con uno de ordenador, dado que el soporte informático permite hacer
mucho trabajo oculto a los jugadores y presentar a estos el resultado final de cálculos
relativamente complejos; en un juego de mesa, en cambio, son los jugadores los que

1 HUIZINGA, Johan: Homo Ludens. Londres: Temple Smith, 1970.


2 CAILLOIS, Roger: Les jeux et les hommes. París: Folio, 1958.
3 SABIN, Philip: Lost Battles: reconstructing the Great Clashes of the Ancient World. Londres:
Hambledon Continuum, 2007.

154
Juegos de simulación histórica... ACTAS

tienen que hacer este trabajo y es esto lo que obliga al autor a reducir los procesos
simulados a su mínima expresión, a la máxima abstracción posible pero compatible
con una cierta historicidad.

3. Juegos de simulación y siglo xviii

A la hora de plantear un juego de tablero de simulación centrado en conflictos del


siglo xviii, y a una escala estratégica o gran estratégica, el autor se enfrenta a una
serie de aspectos que, a grandes rasgos, caracterizan la época y que, de forma más o
menos abstracta, el autor debe incorporar en su creación: a) Época dorada de los si-
tios y la poliorcética, por lo que es necesario representar la importancia capital de los
sitios, de manera detallada o más abstracta y generalista. b) Importancia creciente de
la logística y los suministros, con una dependencia creciente de líneas de suministro
por la imposibilidad de vivir del terreno. c) Guerras más reglamentadas, en compa-
ración con épocas anteriores, lo que obliga a los autores a plantear más compromisos
políticos y diplomáticos e incluirlos en el juego, aspecto que siempre puede resultar
complejo y hacer el juego más farragoso. d) Gestión de recursos: ejércitos cada vez
más permanentes con la inversión de recursos por parte del estado que ello supone,
con una centralización creciente.
Estos elementos son algunos de los que un autor de juegos deberá destilar en su
creación para que sean una representación más o menos histórica del periodo. Hay
que remarcar que a menudo en los juegos de simulación, los jugadores no se quedan
solo con el resultado final, que puede ser más o menos ahistórico, sino con el proceso
que han seguido para conseguirlo y el punto clave es si este proceso responde a crite-
rios históricos o no, independientemente del resultado concreto.
Para ver cómo los juegos incorporan (o no) estos elementos, nos centraremos en una
breve selección juegos de carácter gran estratégico centrados en el siglo xviii. Poste-
riormente dedicaremos un apartado a la problemática especial de los juegos de asedios.

4. Guerra de independencia americana: We the people / Washignton’s war

We the people4 , así como su posterior reimplementación, Washington’s War 5, es


un juego que recrea la guerra de independencia de Estados Unidos y, seguramente, el
juego más sencillo de los que presentaremos aquí, que nos permitirá hacer un repaso
a los puntos fuertes y las dificultades a las que se enfrenta un juego de simulación
recreativo cuando quiere simular un conflicto. En este caso nos encontramos ante un
juego con aspectos de simulación militar poco detallados, en el que todo queda a un
nivel relativamente abstracto, pero aún así su resultado final es satisfactorio, no como
simulación detallada de las campañas y situaciones que se dieron en el conflicto, sino
como representación global del conflicto. Ya hemos comentado que cualquier juego

4 HERMAN, Mark: We the People. Baltimore, Maryland: Avalon Hill, 1994.


5 HERMAN, Mark: Washington’s War. Hanford, California: GMT Games, 2010.

155
de simulación hace compromisos con la historia y este, en concreto, hace muchos,
pero sus mecanismos simples de movimiento y combate, de control político y de ges-
tión de recursos, contribuyen a dar una simulación muy interesante6.
Para empezar, nos podemos fijar en cómo se gana: con el control político de las tre-
ce colonias. El jugador británico debe recuperar el control en seis de las trece colonias
para ganar la partida, pese a que históricamente los británicos solo habían recupera-
do Georgia al final de la guerra. En este sentido quizá las condiciones que impone el
juego son excesivas desde un punto de vista histórico y con menos colonias contro-
ladas los británicos ya hubieran tenido suficiente para aplastar la revuelta7. En este
caso, tenemos un ejemplo en el que prima la jugabilidad sobre los aspectos históricos,
como compromiso para equilibrar el juego. Otro aspecto destacable es la simulación
del control de territorio: el jugador británico necesita presencia militar para controlar
el territorio, mientras que el americano lo controla sin necesidad de presencia militar.
Los detalles concretos del control efectivo se pierden, voluntariamente, pero el resul-
tado global da una sensación adecuada. Al fin y al cabo, como en la mayoría de juegos
de simulación se trata de transmitir al jugador una sensación: si el británico quiere
controlar las colonias deberá llevar efectivos militares, de donde sea, pero deberá
hacerlo; el americano solo tiene que convencer a la gente para que le siga, pero sin
dejar demasiadas puertas abiertas a las acciones militares británicas, lo que se puede
conseguir reclutando milicias e impulsando el Ejército Continental, pero no se puede
reclutar si previamente no se tiene un mínimo control territorial.
Pasando a aspectos políticos, la intervención francesa nos permite ver cómo, en la
mayoría de juegos de simulación de conflictos, cuanto más político es un hecho, de
forma más abstracta está representado y más dirigido está por las reglas. En el juego
que nos ocupa, influir en Francia es el aspecto más esquemático y abstracto del juego:
no hay detalles, consiste en mover un marcador en un sentido u otro; no hay nin-
guna simulación de acción política, diplomática o militar. Este es un claro ejemplo
de la reducción de complejos engranajes diplomáticos y políticos a un mecanismo
totalmente desconectado de la realidad en sus detalles pero con un resultado final
satisfactorio.
Finalmente, We the people sirve también para comentar el problema del final de
una partida. A diferencia de la historia, aquí los jugadores saben cuándo acaba un
conflicto. Para evitar este conocimiento previo, la simulación puede adoptar diferen-
tes mecanismos: que el conflicto acabe solo cuando se cumplan determinadas condi-
ciones de victoria o hacer que el final de la partida sea variable, más o menos aleato-
rio. En este caso, el autor liga el final de la partida a la dimisión del primer ministro
británico, lord North. Esta se puede producir tan pronto como 1779 o tan tarde como
1783 (la fecha real fue 1782, después de la batalla de Yorktown); pero su suceso no es
simplemente al azar, sino que a partir de 1779 cada vez hay más probabilidades de

6 Para un análisis detallado véase: MULHOLLAND, Andrew: «Keeping the Colonies Royal».
Against the Odds. n. 23. 2008, pp. 32-44.
7 THOMPSON, Nels: «Washington’s War: The Game in Historical Context». War Diary. Vol. 1, n.
3. 2014, pp. 18-25.

156
Juegos de simulación histórica... ACTAS

que se acabe la guerra, sin llegar a tener nunca la certeza. Nuevamente, se trata más
transmitir una sensación al jugador que una simulación detallada de los procesos.

5. Guerra de los Siete Años: Clash of Monarchs

Clash of Monarchs 8 es un juego mucho más complejo que nos lleva de lleno al siglo
xviii. Se trata de una simulación muy detallada en los aspectos estratégicos y gran
estratégicos, que da una importancia capital a los sitios (resueltos con un subsistema
de juego abstracto pero bastante detallado para la escala) y que obliga a los jugadores
a presentar batallas campales muy puntuales y en momentos clave de la partida.
Vale la pena destacar la importancia que da a las acciones de pequeña guerra, ca-
racterística del siglo xviii (petite guerre, kleiner Krieg). Los jugadores pueden asignar
tropas ligeras a estas tareas, que en términos del juego son tropas poco localizadas,
no presentes físicamente sobre el tablero sino genéricamente asignadas a una zona de
las tres en que se divide todo el teatro. Otorga mucha importancia también a la di-
plomacia, aunque esta no depende de negociaciones directas entre jugadores, sino de
acontecimientos que se van produciendo y sobre los que los jugadores pueden influir
y decidir; además, los jugadores deben tomar decisiones diplomáticas en cada turno
y asumir una posición determinada respecto a las otras potencias.
La manera en que las diversas mecánicas del juego se mezclan permite plantear
estrategias muy diferentes cada partida. Se ha dicho de este juego que tiene exacta-
mente todo lo que se podría pedir en un juego gran estratégico de la Guerra de los
Siete Años: movimientos prudentes, casi de ajedrez, batallas campales en los momen-
tos oportunos, simulación interesante de la pequeña guerra, terribles restricciones
económicas y asedios largos y costosos.

6. Guerra de Sucesión 1714. El Cas dels Catalans

Nos encontramos aquí con un juego de simulación9 que, a diferencia de la mayoría,


se centra en aspectos políticos y diplomáticos y, curiosamente, es el aspecto militar el
que queda a un nivel más abstracto.
El planteamiento del juego es el siguiente: los jugadores, idealmente cinco, no se
separan en bando borbónico y bando austriacista, sino que cada uno controla una
potencia de la Gran Alianza del bando austriacista, mientras que el bando borbó-
nico es controlado por el sistema de juego. La competición entre jugadores, pues, se
basa en conseguir las mejores concesiones cuando se firmen los tratados de Utrecht y
Rastatt, momento final que, tal como también hemos visto en We the People, no está
rígidamente determinado, sino que se produce con una probabilidad mayor a medida
que avanza la guerra. Al comienzo de la partida, cada jugador tiene unos determi-

8 KALINOWSKI, Bob: Clash of Monarchs. Hanford, California: GMT Games, 2008.


9 PRAT, Ivan: El Cas dels Catalans. Barcelona: Devir, 2014.

157
nados objetivos secretos y durante la partida aparecen concesiones para los futuros
tratados. El juego quiere transmitir sensaciones políticas más que de conducción de la
guerra, ya que en este caso sí que, al más puro estilo clausewitziano, las acciones mi-
litares no son más que una manera de conseguir objetivos políticos. En la mayoría de
juegos de simulación recreativos, los impulsores políticos que hay detrás del conflicto
quedan escondidos, abstraídos o, simplemente, están ausentes del juego; en este, se
produce precisamente el efecto contrario.
Ciertamente, el aspecto de simulación es bastante limitado, en el sentido de no ser
un reflejo más o menos realista de las operaciones militares, pero dado que el punto
de vista que el juego quiere presentar a los jugadores es el de los diplomáticos de las
potencias aliadas, la única información que reciben es una idea más o menos vaga
de la situación militar en los frentes de la guerra, sin demasiados detalles. Y esto lo
consigue perfectamente.

7. Guerra de Sucesión: No peace without Spain

Este vuelve a ser un juego de simulación más clásico10. Simula bastante bien el
carácter global de la situación militar: concentración militar en Flandes, estatismo
del frente de Flandes y el Rin con puntuales batallas campales importantes y pree-
minencia de fortalezas y asedios. Además, la combinación de reglas de suministros y
logística con el equilibrio entre ambos bandos, hace que el ritmo de las operaciones
nunca se aleje demasiado de los niveles históricos, como sí sucede con algunos otros
juegos sobre esta guerra, como A Throne Vacant11 en el que se puede llegar a un ritmo
de operaciones frenético y a menudo demasiado ahistórico.
Este juego permite también analizar un poco el tratamiento de aspectos políticos
complejos o poco habituales, en este caso la toma de partido austriacista de la Corona
de Aragón tras el Pacto de Génova. En este juego, el cambio de la Corona de Aragón
se produce en función de un «valor de lealtad» que va cambiando en función de di-
versas acciones que pueden pasar durante la partida. El principal problema por lo que
respecta a aspectos de simulación, es que este valor no depende solo de lo que pasa
en la Corona de Aragón, sino en toda España; a pesar de que la revuelta se produce
físicamente en la Corona de Aragón, puede ser provocada exclusivamente por hechos
que pasen en Castilla, lo que resulta como mínimo, extraño. El jugador austriacista
incluso puede desembarcar en Barcelona, Valencia o Cartagena para conquistar la
ciudad y a partir de ahí tratar de llegar a Madrid, sin que se haya producido ninguna
revuelta o Pacto de Génova, lo que estratégicamente plantea ciertas dudas de histo-
ricidad.
Por otro lado, el juego simula bien la falta de apoyo del Archiduque Carlos en
Castilla, por lo que tras el Pacto de Génova, si la Alianza conquista Madrid, al final

10 HERNDON, Don; RANDALL, Neil: No Peace without Spain. Cromwell, Connecticut: Compass
Games, 2011.
11 BJÖRKMAN, Göran; EKSTRÖM, Stefan: A Throne Vacant. Estocolmo: Three Crown Game
Productions, 2013.

158
Juegos de simulación histórica... ACTAS

Figura 1. Cartas que muestran, en juegos diferentes,


el impacto de la rebelión de los Camisards

de turno se comprueba si se puede mantener o no. Hasta aquí parece un mecanismo


de simulación adecuado y correcto, pero curiosamente no tiene un mecanismo equi-
valente para la falta de apoyo de Felipe en la Corona de Aragón, lo que nuevamente
resulta sorprendente.
Como último detalle, un ejemplo nos servirá para poner de manifiesto las diferen-
tes interpretaciones que los autores pueden dar a un mismo suceso histórico. En este
caso nos fijamos en cómo se representa en 1714. El Cas dels Catalans y en No Peace
without Spain el efecto de la revuelta de los camisards sobre el bando borbónico (figu-
ra 1). En un caso es un evento básicamente positivo: elimina un general pero vuelve
el turno siguiente después con una unidad militar adicional (en resumen, el jugador
francés gana una unidad militar); en el otro caso es un evento negativo: elimina dos
unidades militares francesas. En un caso, el punto de vista del autor se ha centrado en
la desviación de recursos que supone la revuelta, mientras que en el otro, en la recu-
peración de estos recursos una vez sofocada la revuelta. Si la interpretación del suceso
es adecuada o no dependerá de cómo encaja con la orientación general del juego en
términos de simulación.

8. Asedios, fortalezas y juegos de simulación

Cambiando de escala y pasado a nivel táctico, nos centraremos ahora en juegos de


simulación recreativos que reproducen asedios del siglo xviii. En general, los juegos

159
sobre asedios tienen un problema grave en términos de jugabilidad, especialmente
teniendo en cuenta que hablamos de simulaciones recreativas. Entre estos se hallan el
estatismo implícito en cualquier situación de asedio y la limitada toma de decisiones
a que obliga a los jugadores: tanto sitiado como sitiador se enfrentan a muy pocas
decisiones relevantes y difícilmente podrán intentar una gestión estratégica o táctica
estimulante.
Es por ello que los juegos sobre asedios, o bien aceptan estas limitaciones, con
lo cual el resultado es a menudo poco interesante desde el punto de vista lúdico, o
bien deciden superarlas de diversas maneras: a) hacer una simulación muy detallada
de las tareas de sitio, de modo que la toma de decisiones no corresponda al ámbito
estrictamente militar, sino que haga hincapié en cuestiones de ingeniería y logística
(establecimiento del cordón de sitio, construcción de obras de aproximación, para-
lelas, etc., gestión de recursos en la plaza sitiada, etc.); b) centrarse solo en un asalto,
habitualmente el asalto final que históricamente hizo caer una plaza o provocó el
abandono del sitio; c) ampliar el alcance temporal de la operación, de modo que no
incluya solo el sitio, sino todas las operaciones previas de aproximación y de prepara-
ción de defensas que permitan más decisiones a los jugadores.
Como ejemplo del primer caso tenemos el juego Lille12, que opta por recrear con
gran detalle las tareas de asedio, desde un punto de vista de ingeniería militar, más
que operacional o táctico.
Como ejemplo del segundo caso cabe citar el juego 11 de setembre. Setge 171413, que
con un mecanismo simple pero efectivo, se centra exclusivamente en el asalto final a
Barcelona la madrugada del 11 de septiembre de 1714. En este caso, el largo asedia se
obvia completamente y el juego empieza con las brechas ya abiertas en la muralla de
Barcelona y con las tropas borbónicas listas para el asalto.
Finalmente, como ejemplo del tercer tipo, y siempre centrándonos en el siglo xviii,
se pueden citar los juegos Savannah14 y Pensacola15, que amplían el alcance temporal
del asedio e incluyen todas las operaciones previas de aproximación. En este senti-
do el asedio propiamente dicho queda reducido a una parte limitada tanto espacial
(tablero de juego) como temporalmente (turnos en que se produce). Pensacola, por
ejemplo, incluye la aproximación naval y el desembarco de las tropas españolas y su
posterior establecimiento del sitio, turnos durante los cuales el jugador británico pue-
de aprovechar para mejorar su posición, establecer defensas y/o hostigar a las tropas
recién desembarcadas.

12 NOSWORTHY, Brent; WERDEN, David: Lille. Nueva York: Simulations Publications Inc.,
1978.
13 RUBIO, Xavier; HERNÀNDEZ, Xavier: 11 de setembre. Setge 1714. Barcelona: Catimperium,
2008.
14 MIKLOS, Mark: Savannah. Hanford, California: GMT Games, 2005.
15 MIKLOS, Mark; HANLE, Don: Pensacola. Hanford, California: GMT Games, 2010.

160
Juegos de simulación histórica... ACTAS

9. Conclusiones

Hemos valorado brevemente una selección de juegos recreativos de simulación


basados en conflictos del siglo xviii y cómo las propias limitaciones de su formato
obligan a los autores a destilar y seleccionar los aspectos básicos que caracterizan un
conflicto de esta época.
A pesar de su uso puramente recreativo, para el que están concebidos, no son un
simple divertimento para aficionados, sino que permiten unir en un producto ac-
cesible los aspectos más relevantes de las simulaciones «profesionales», los modelos
matemáticos y el juego16. Sus usos como herramienta didáctica y como herramienta
de investigación académica empiezan a ser reconocidos y no deberíamos dejarnos
llevar por la imagen frívola del término juego.

Bibliografía

CAILLOIS, Roger: Les jeux et les hommes. París: Folio, 1958.


DUNNIGAN, James: The Complete Wargames Handbook: How to Play, Design and
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HERMAN, Mark: Washington’s War. Hanford, California: GMT Games, 2010.

16 SABIN, Philip: Lost Battles: reconstructing the Great Clashes of the Ancient World. Londres:
Hambledon Continuum, 2007.

161
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timperium, 2008.
RUHNKE, Volko: Wilderness War. Hanford, California: GMT Games, 2001.

162
ACTAS

Instituciones internacionales y patrimonio poliorcético en el Caribe.


Las actividades del Comité científico internacional de fortificaciones y
patrimonio militar (ICOFORT)

Dra. Tamara Blanes Martín


Historiadora del arte y doctora en ciencias técnicas
Profesora e investigadora titular y consultora internacional
Coordinadora de América del Comité científico internacional
de fortificaciones y patrimonio militar (ICOFORT),
del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS)
tblanes@cubarte.cult.cu

Resumen

Las fortificaciones hispanas del Caribe constituyen un ejemplo de modernidad y


de identidad. Actualmente se conservan tipologías defensivas y de apoyo logístico
que son testimonios de una obra monumental construida por prestigiosos ingenieros
militares desde el siglo xvi hasta el xix.
En unos cuarenta años se ha alcanzado una conciencia de la trascendencia pa-
trimonial de las fortificaciones y de sus potencialidades; se desarrollaron excelentes
proyectos pero también se hicieron intervenciones nocivas; en algunos casos los usos
no fueron adecuados y no todos los países han tenido la voluntad política para sal-
vaguardar este patrimonio: muchas fortificaciones están abandonadas, en ruinas y
otras desaparecidas. Durante este período, instituciones y organizaciones nacionales
e internacionales han emprendido acciones de rescate, conservación, restauración,
difusión y capacitación en la región. El Comité científico internacional de fortificacio-
nes y patrimonio militar (ICOFORT), ha contribuido a consolidar los logros alcanza-
dos en el último cuarto del siglo xx, se analizan otras perspectivas y se crean nuevas
acciones y estrategias en el nuevo milenio.

Palabras clave: fortificación, patrimonio, salvaguardia, conservación, turismo cultural.

163
1. Introducción

La presente conferencia tiene como objetivo mostrar las principales instituciones y


organizaciones nacionales e internacionales que se han destacado en la salvaguardia
del patrimonio fortificado, significar cuáles han sido sus actuaciones en la región del
Caribe en los últimos 40 años y paralelamente las acciones positivas y negativas. Se
eligió esta región por ser un territorio del continente americano donde España desem-
peñó una función importante por tenerla bajo su dominio durante casi cuatro siglos.
La Corona española levantó en la región del Caribe espectaculares ciudades de
origen marítimo y comercial que, para garantizar la explotación de sus recursos na-
turales y tener un pleno dominio político, económico y comercial de sus colonias,
protegió estas ciudades con modernos sistemas defensivos que evolucionaron a través
de varias centurias y hoy son testimonios de un importante patrimonio cultural.
Las fortificaciones hispanas construidas en el Caribe desde siglo xvi hasta el xix,
constituyen un ejemplo de modernidad y de identidad. En este espacio prevaleció
una arquitectura para la defensa, armónica, monumental y funcional. Tipologías
como las torres, casa-fuertes, fortalezas abaluartadas, torreones, plataformas, reduc-
tos, murallas, baterías, hornabeques, cuarteles, polvorines, trochas, líneas defensivas,
fortines, trincheras y casas de guardia, representan una obra espléndida legada por
prestigiosos ingenieros militares, maestros de oficios y una mano de obra esclava y de
obreros asalariados, entre otros.
A partir del último cuarto del siglo xx hasta nuestros días las fortificaciones se han
convertido en un potencial para el desarrollo del turismo cultural en esta región. Ha
sido una etapa de concienciación de sus valores históricos, culturales y patrimoniales
y se han constatado acciones de rescate, protección, conservación, difusión y educa-
ción para el disfrute del hombre actual y de las futuras generaciones.
Ha sido relevante la restauración y puesta en valor del Parque Histórico Militar
Morro-Cabaña en La Habana, Cuba, desde 1991. Allí se encuentra el conjunto de
fortificaciones del xvi al xix más representativo del país. Actualmente es uno de los
principales atractivos turísticos y culturales de la capital y constituye un verdadero
ejemplo de rescate de un conjunto de alto valor monumental y de relevante repercu-
sión sociocultural. Las fortalezas más importantes de este conjunto es el castillo de
los Tres Reyes del Morro, del siglo xvi y de San Carlos de la Cabaña, del siglo xviii,
en cuyas instalaciones se celebran sistemáticamente eventos, convenciones y ferias.
Otra de las acciones importantes fue el estudio para la rehabilitación del Parque
Histórico y Cultural de Bocachica, en la isla de Carex, Cartagena de Indias, desde
1995. Las fortificaciones de la entrada del puerto, los caminos militares y el excep-
cional paisaje natural fueron protegidos: se emprendieron las restauraciones de las
baterías de San Fernando, San José y del Ángel San Rafael. En la ciudad, también se
trabajaron en las baterías de San Sebastián del Pastelillo, Manzanillo y el baluarte de
Santa Catalina, que forma parte de la monumental obra de la muralla. La Sociedad
de Mejoras Públicas y la Fundación PARCAREX, de Cartagena, contribuyeron a la
revalorización del conjunto.

164
Instituciones internacionales y patrimonio poliorcético... ACTAS

Un ejemplo notable ha sido el castillo de San Juan de Ulúa, en Veracruz, única


fortificación en la región que tuvo la doble función de proteger la ciudad y servir
de puerto oficial del antiguo virreinato de Nueva España. El Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH) y el Proyecto San Juan de Ulúa, han desarrollado
un programa de ingeniería y de arquitectura para salvaguardar este extraordinario
monumento, degradado por la agresión del entorno. El castillo es de los atractivos
turísticos más importantes de México, donde se ha respetado la evolución de la arqui-
tectura militar y mantiene un programa sociocultural destacado.
Otras fortalezas de la región fueron recuperadas y cumplieron con el objetivo de
ponerlas en función de la sociedad a través de instalaciones de museos y de activida-
des sociales y culturales.
A pesar de los esfuerzos enunciados, las malas intervenciones han tenido una
amarga repercusión: han tergiversado la memoria histórica del monumento contri-
buyendo a ofrecer una imagen adulterada y deformada de este patrimonio. Los usos
inadecuados han sido otros de los factores que han alterado y desvalorizado la natu-
raleza del monumento. Y la falta de voluntad política y de apoyo financiero de algu-
nos gobiernos han causado el abandono y la destrucción de estas significativas obras.
Se pueden citar ejemplos de malas intervenciones en las transformaciones espa-
ciales y constructivas del castillo de San Carlos de Borromeo, en Pampatar, Isla Mar-
garita, Venezuela, a principios del siglo xx. Se perdieron vestigios de autenticidad
mediante alteraciones de pisos, de cubiertas, de espacios interiores y de elementos
accesorios, provocando zonas de riesgo por desplomes y una repercusión negativa en
la memoria histórica del inmueble que influyó en modelos urbanos de la población.
Las malas intervenciones del castillo de Santa Rosa de la Eminencia, en La Asun-
ción, Isla Margarita, fueron irreversibles por las transformaciones espaciales y en las
cubiertas, que han impedido la circulación en determinados sitios de la fortaleza y
han limitado la lectura de sus espacios y principales visuales del lugar.
Se observa en otras fortificaciones de Venezuela, destrucción y falsas interpreta-
ciones constructivas. En el castillo de Santa María de las Cabezas, en Cumaná, una
balaustrada de madera sustituye al auténtico parapeto; en el castillo de San Carlos de
Maracaibo, un antiguo revellín es tratado como un aljibe; el castillo de San Felipe, en
Puerto Cabello, está abandonado y en San Carlos de la Guaira, como otras fortalezas
de ese país, aplican colores inadecuados y elementos constructivos desproporciona-
dos.
El castillo de San Severino, en Matanzas, Cuba, también fue objeto de falsas inter-
venciones constructivas y espaciales. Entre éstas se observa el rompimiento de un pa-
rapeto del siglo xvii con un falso rastrillo para brindar acceso a la fortaleza, dejando
inactivo el camino serpenteado de la entrada principal que estaba en buen estado de
conservación. Aunque fue objeto de una restauración reciente, aún persiste la ocupa-
ción de viviendas improvisadas en el camino cubierto de la fortaleza.
Ejemplos de usos inadecuados se aprecian en Cartagena de Indias, con una dis-
coteca implantada en el antiguo castillo de Santa Cruz, del siglo xvii, cuya nueva
función atenta contra la estabilidad y los elementos constructivos que aún permane-
cen. Por otra parte, la función de restaurante que desempeña la primitiva batería de

165
Figura 1. Ruinas del castillo de San Felipe. Puerto Cabello (Venezuela). Foto T. Blanes

Figura 2. Castillo de San Severino. Matanzas (Cuba). Foto T. Blanes.

166
Instituciones internacionales y patrimonio poliorcético... ACTAS

Figura 3. Camino serpenteado. Castillo de San Severino. Matanzas (Cuba). Foto T. Blanes

Figura 4. Fortín de Colón. Matanzas (Cuba). Foto T. Blanes

167
San Sebastián del Pastelillo, adultera la autenticidad e integridad de la obra que fue
construida por el ingeniero militar de reconocido prestigio, Agustín Crame, en la
segunda mitad del siglo xviii.
A pesar del proyecto piloto Chagre-Portobelo, en Panamá, que realizó World Mo-
numents Funds (WMF) en el castillo de San Lorenzo el Real de Chagre y en la batería
de San Jerónimo, en Portobelo, actualmente están en la Lista del Patrimonio Mun-
dial en Peligro, conjuntamente con el resto de las fortificaciones de Portobelo. Los
derrumbes ocasionados por la erosión de los terrenos, la humedad, la contaminación
ambiental, la falta de mantenimiento y escasez de recursos económicos que brinda el
Estado para su recuperación, han sido las causas de los fatales deterioros.
No obstante que Haití, situada en la parte occidental de la isla de Santo Domingo,
fue abandonada por los españoles y ocupada por los franceses gradualmente hasta
el Tratado de Ryswick en 1697, hay que destacar el Proyecto Route 2004. Este pro-
yecto estaba dirigido a la preservación de las fortificaciones y a la puesta en valor
de sus recursos históricos, culturales y naturales; se trabajó en el levantamiento de
diecisiete fortificaciones de extraordinarios valores históricos y constructivos. La-
mentablemente no pudo concluirse este Proyecto que estaba destinado a festejar el
segundo centenario de la independencia de Haití. Hoy, más de una cuarentena de
fortificaciones están abandonadas en las costas y en el interior del país. Los Reductos
de Ramiers, situados en lo alto de Laferrière, de diseños, usos y ambientes excepcio-
nales, están igualmente abandonados.
En la costa de Veracruz, las fortificaciones de Vergara, Sacrificios, Mocambo y
Alvarado, están desaparecidas y la de Antón Lizardo está en ruinas. Sólo queda en pie
el castillo de San Juan de Ulúa.
Un patrimonio que se está perdiendo y que tiene una trascendencia histórica y cul-
tural son las antiguas rutas terrestres que participaban en una importante empresa
comercial durante la época colonial hispana. Hoy están abandonados y desvaloriza-
dos. Entre los principales se encuentran: el Camino Real de Panamá a Portobelo; el
Camino Real de Panamá a Río Chagre (fluvial); el Camino Real de los Españoles, (de
la Güaira a Caracas); el Camino Real de Acapulco a Veracruz: el Camino Real de Ve-
racruz-Xalapa-Perote y el de Veracruz-Córdoba-Orizaba. La infraestructura creada
en estos caminos fue muy original apropiada para estas funciones porque se funda-
ron poblaciones, se construyeron sólidos puentes para cruzas los ríos, se edificaron
las Ventas (posadas) para el tránsito de los convoyes y se levantaron fortificaciones
para la protección de los caminos. De esta manera se podría mencionar otra cantidad
de ejemplos.
Paralelo a estas acciones, surgieron instituciones y organizaciones nacionales e
internacionales que sistemáticamente apoyaron y desarrollaron, por distintas vías, la
protección, salvaguardia y difusión de los valores universales de las fortificaciones en
las últimas décadas.
Se ha destacado la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cien-
cia y la Cultura (UNESCO) que, a partir de la conferencia general de 1972, adopta la
Convención del Patrimonio Mundial para evitar la pérdida de valiosos monumentos
y sitios de relevancia en el mundo. La misión principal de esta Convención ha sido

168
Instituciones internacionales y patrimonio poliorcético... ACTAS

Figura 5. Pared derrumbada de bóveda.


Castillo de San Lorenzo de Chagre (Panamá). Foto T. Blanes

Figura 6. Explanada. Batería San Fernando, Portobelo (Panamá). Foto T. Blanes

169
Figura 7. Polvorín. Batería de San Jerónimo. Portobelo (Panamá). Foto T. Blanes

definir los monumentos y sitios que están dotados de excepcionales valores univer-
sales para que logren la distinción de Patrimonio Mundial. A partir de la década de
los 80, una gran parte de las fortificaciones de la región del Caribe fueron favorecidas
por este reconocimiento universal.
La relevancia histórica, cultural, monumental y paisajística del castillo de San Lo-
renzo el Real de Chagre y las baterías y reductos de San Fernando, Santiago y San
Jerónimo, en Portobelo, se les otorgaron esta distinción en 1980. A partir del siglo
xvi, estas fortificaciones habían sido los principales bastiones de Centroamérica y
formaron parte de la ruta que comunicaba el mar Pacífico con el mar Caribe. Esta
función la realiza la monumental obra del Canal de Panamá desde el siglo xx.
La Habana Vieja y su sistema de fortificaciones, en La Habana, Cuba, obtuvieron
esta distinción en 1982. Su jerarquía, adquirida por la condición de puerto de escala,
se había convertido en una de las ciudades comerciales más importante de América.
En la capital se construyeron unas 90 fortificaciones durante el período colonial espa-
ñol y actualmente se conservan unas diecisiete: los castillos de la Real Fuerza, los Tres
Reyes del Morro, San Salvador de la Punta, San Carlos de la Cabaña, Santo Domingo
de Atarés y El Príncipe; los reductos de Santa Dorotea de Luna de La Chorrera y Cojí-
mar, los torreones de Bacuranao y San Lázaro, las baterías de Los Doce Apóstoles, La
Divina Pastora, Santa Clara, la batería No. 1 de Habana del Este, los restos de la mu-

170
Instituciones internacionales y patrimonio poliorcético... ACTAS

Figura 8. Castillo de los Tres Reyes del Morro de la Habana (Cuba). Foto T. Blanes

ralla y del polvorín. Estas obras son excelentes ejemplos de la diversidad de tipologías
impuestas por el desarrollo de la arquitectura militar hispanoamericana.
Las fortificaciones de San Juan de Puerto Rico también alcanzaron esta distinción
en 1982. Las fortalezas de Santa Catalina, San Felipe del Morro, San Cristóbal, el
Cañuelo, el polvorín de Santa Elena y gran parte de la muralla son también valiosos
exponentes de la arquitectura militar colonial española.
Se suma en la lista del Patrimonio Mundial en 1982, el Parque Histórico Nacional
de Haití, que comprende la Citadelle, colosal obra del emperador Henri Cristophe,
situada en lo alto de Laferrière y donde se concentra el material de artillería más im-
portante del Caribe; los reductos des Ramiers, cuya morfología es única en la región
y el Palacio de Sans Souci, morada del rey y centro de administración del antiguo
imperio del norte de Haití.
Las fortificaciones de Cartagena de Indias adquirieron este honor en 1985. La ciu-
dad amurallada, el espectacular castillo de San Felipe de Barajas y las baterías del Án-
gel San Rafael, San Fernando, San José, Manzanillo y San Sebastián del Pastelillo cons-
tituyen la máxima expresión de los cambios morfológicos producidos en el siglo xviii.
Su monumental muralla se conserva casi íntegra como pocas ciudades del Caribe.
La ciudad colonial de Santo Domingo junto con sus fortificaciones recibió esta
declaratoria en 1990. La Torre del Homenaje representa una de las primeras tipolo-
gías que se implantó por primera vez en América y es una de las pocas de su tipo que
permanecen en la región.

171
El castillo San Pedro de la Roca del Morro, construido en la ciudad de Santiago
de Cuba, obtuvo la categoría de Patrimonio Mundial en 1997. Esta obra del ingeniero
militar Juan Bautista Antonelli, está situada en un contexto natural de extraordinaria
belleza y constituye un conjunto patrimonial natural y construido, donde se integra
armónicamente la historia, la arquitectura y la naturaleza.
La ciudad de Campeche recibió esta distinción en 1999 por los genuinos ejemplos
del arte militar. Ingenieros militares, en cuya lista se apunta Agustín Crame, dise-
ñaron novedosas baterías como la de San Miguel y San Matías, reductos como el de
San Luis y San José, el polvorín, que, junto con la muralla, conforman un conjunto
de gran valor monumental.
Una acción importante fue la reunión organizada por la Unesco, en Valdivia, Chi-
le, para las fortificaciones americanas situadas en la costa del Pacífico y la creación de
un proyecto para su nominación de Patrimonio Mundial, en enero de 2005.
La Unesco también ha apoyado la creación de la Cátedra regional de ciencias para
la conservación integral de los bienes culturales para América Latina y el Caribe (CRE-
CI), creada en 1995 en la sede del Centro Nacional de Conservación, Restauración
y Museología, en La Habana, hoy dirigida por el Consejo Nacional de Patrimonio
Cultural de Cuba. Esta Cátedra convoca sistemáticamente el Curso de Fortificaciones
hispanas del Caribe en distintas universidades e instituciones culturales de América
y Europa, cuyos resultados se han constatado en cuantiosos trabajos científicos y ha-
llazgos arqueológicos.
Resultados sobresalientes de la Cátedra fueron los estudios comparativos entre las
fortificaciones prehispánicas (pucarás) e hispánicas, llevados a efecto en Quito, Ecua-
dor. Pudieron participar indígenas de la región de Pambamarca, cuyas fortificaciones
prehispánicas, atendidas por ellos mismos, fomentaban un turismo cultural.
Otro resultado notable de esta actividad docente fue el curso-taller realizado en
Isla Margarita, Venezuela, apoyado por la Corporación de Turismo del Estado Nueva
Esparta en el año 2003. Este ejercicio de capacitación propició el estudio de una Ruta
de fortificaciones para el desarrollo del Turismo Cultural y la restauración de una de
las fortificaciones más relevantes de Pampatar: el castillo de San Carlos de Borromeo,
del siglo xvii.
Ejemplo similar fue el curso-taller impartido también en el año 2003, al equipo
que trabajó en la restauración del castillo de San Severino, del siglo xvii, en la ciudad
de Matanzas, Cuba. Las investigaciones ayudaron a intervenir en acciones de conser-
vación y restauración con un basamento científico y de respeto a la memoria histórica
de un monumento de alto valor patrimonial.
Otros ejercicios importantes fueron los cursos anuales de fortificaciones que se
impartieron en la Universidad Veracruzana, en México, que permitieron descubrir
interesantes hallazgos arqueológicos del siglo xix, y realizar innumerables prospec-
ciones e investigaciones que fueron presentados en un evento científico organizado
por esta Universidad e Icomos de México, en 1995.
Un proyecto interesante digno de mención fue el de Forum Unesco, creado en la
misma fecha de la Cátedra, cuyo objetivo fue la vinculación entre universidad y patri-
monio con los auspicios de la Unesco y la Universidad Politécnica de Valencia. En su

172
Instituciones internacionales y patrimonio poliorcético... ACTAS

programa contó con cursos-talleres para las fortificaciones en vías de rescate, como
se constató exitosamente en el castillo de San Juan de Ulúa, en México, y en el castillo
de San Fernando de Bocachica, en Cartagena de Indias.
La Organización del Gran Caribe para Monumentos y Sitios (CARIMOS), desde
su creación en 1982, y sobre todo a partir de la década de los 90, ha trabajado inten-
samente en incorporar el tema de las fortificaciones en los programas de formación
profesional en las universidades y los educativos para las comunidades. Ha promo-
vido la ejecución de un inventario, las investigaciones históricas y la promulgación
de una Ruta Cultural. Esta labor se ha visto desplegada en numerosas y relevantes
reuniones internacionales en Colombia y en distintas ciudades de México.
El Comité Científico de Itinerarios Culturales (CIIC), del Consejo Internacional de
Monumentos y Sitios (ICOMOS), creado en 1998, ha desplegado una ardua labor so-
bre el tema, desde la reunión de Ibiza celebrada en 1999. Ha organizado el Proyecto
del Camino Real Intercontinental, ha elaborado e incrementado el inventario de las
fortificaciones, que hoy aparece en el sitio web del CIIC, ha realizado publicaciones,
numerosas reuniones y en octubre del 2004 creó el Centro Internacional de Estudios
de Fortificación y Apoyo Logístico (CIEFAL), en Ferrol, España, para crear una base
de datos, orientar metodológicamente las investigaciones y todo lo relacionado con
las fortificaciones.
World Monuments Fund (WMN), ha considerado al castillo de San Juan de Ulúa
entre sus declaratorias de los 100 Monumentos en Peligro en tres ocasiones, y ha
aportado sistemáticamente presupuestos para su preservación. Del mismo modo,
como se mencionó anteriormente, aportó un financiamiento periódico para la con-
servación y restauración del castillo de San Lorenzo el Real de Chagre y la batería de
San Jerónimo, en Portobelo, Panamá. Propició una reunión de expertos del tema en
Campeche, México, conjuntamente con la Unesco, el Instituto Nacional de Antropo-
logía e Historia (INAH) de Campeche y otras organizaciones, para la recuperación de
las fortificaciones americanas, en el 2004.
El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), es una organización
no gubernamental importante, de gran fuerza y repercusión que rige a nivel mun-
dial y cuenta con 108 Comités Nacionales que radican en casi todos los países del
mundo.
Se fundó en 1965, un año después del Segundo Congreso Internacional de Ar-
quitectos y Técnicos de Monumentos que, con la experiencia que había dejado para
la historia la segunda guerra mundial en Europa, en el marco de este congreso, se
redactó y aprobó la Carta de Venecia, que contenía lo más novedoso en normas y
principios de conservación y restauración. Este documento quedó como uno de los
testimonios más valiosos del siglo xx y en el siglo xxi sustenta todavía sus postulados
y ha enriquecido sus elementos teóricos y prácticos para el rescate y conservación del
patrimonio cultural. La protección de una parte de las fortificaciones del Caribe ha
sido un ejemplo práctico de sus fundamentos. El Icomos, basado en los principios
de esta Carta Internacional, despliega sus objetivos en promover la aplicación de la
teoría, la metodología y las técnicas científicas a la conservación del patrimonio ar-
quitectónico, arqueológico y cultural del mundo.

173
El Icomos estimula los intercambios científicos entre profesionales para la conser-
vación de los bienes culturales y funciona también como organismo consultivo del
Comité de Patrimonio Mundial, de la Unesco. El Icomos supervisa el estado de con-
servación de los bienes declarados Patrimonio Mundial, lo estudia, ofrece su contri-
bución, apoya la capacitación y presta servicios de asistencia técnica internacional pre-
sentadas por los Estados Partes, que son aquellos que forman parte de la Convención.
A partir de 1993, el Icomos crea los Comités Científicos Internacionales que fueron
fortalecidos a partir de la reunión de Xi´an, en el 2005. Estos Comités tienen entre
sus principales funciones desarrollar el campo científico y reunir un gran número de
profesionales en distintos campos especializados. Actualmente cuenta con veintisiete:

1. Estructura de la arquitectura patrimonial (ISCARSAH)


2. Gestión del patrimonio arqueológico (ICAHM)
3. Paisajes culturales (ISCCL)
4. Itinerarios Culturales (CIIC)
5. Turismo cultural (ICTC)
6. Patrimonio de arquitectura de tierra (ISCEAH)
7. Economía de la Conservación (ISEC)
8. Energía y sustentabilidad (ISCES)
9. Fortificaciones y patrimonio militar (ICOFORT)
10. Documentación patrimonial (CIPA)
11. Ciudades y poblaciones históricas (CIVVIH)
12. Interpretación y Presentación de sitios de patrimonio cultural
13. Patrimonio Cultural intangible (ICICH)
14. Legalidad, administración y finanzas (ICLAFI)
15. Pintura Mural
16. Patrimonio Polar (IPHC)
17. Prevención de riesgos (ICORP)
18. Pintura Rupestre o pintura sobre piedra. (CAR)
19. Patrimonio edificado compartido (ISCSBH)
20. Vitral (ISCV)
21. Piedra (ISCS)
22. Teoría y filosofía de la conservación y restauración (Theophilos)
23. Formación (CIF)
24. Patrimonio cultural subacuático (ICUCH)
25. Arquitectura Vernácula (CIAV)
26. Madera (IWC)
27. Patrimonio del siglo XX (ISC20C)

El Comité Científico Internacional de Fortificaciones y Patrimonio Militar (ICO-


FORT), es uno de los Comités Científicos creado por Icomos en el año 2005. En diez
años ya cuenta con noventaiocho miembros de diferentes países del mundo con las
categorías de Expertos y Asociados; treinta de ellos son miembros votantes en sus
respectivos países. Está conformado por un presidente, dos vicepresidentes y un

174
Instituciones internacionales y patrimonio poliorcético... ACTAS

coordinador de América aunque en las elecciones de 2015 puede aumentar la cifra


de los vicepresidentes y el número de coordinadores que representen a Europa, Asia
y África.
Desde su creación hasta nuestros días Icofort ha realizado innumerables activi-
dades:
Fomenta el número de sus miembros en todos los países con el fin de incrementar
los estudios científicos de las fortificaciones y de su entorno con vistas a su conserva-
ción y restauración.
Establece vínculos y redes entre profesionales de la conservación como arquitectos,
historiadores, paisajistas, especialistas en documentación e inventario, arquitectura
militar, arqueólogos, especialistas del patrimonio cultural y con otros profesionales.
Promueve la cooperación con otros comités científicos nacionales e internaciona-
les de Icomos. La reunión y seminario ofrecido en La Habana en el año 2013, fue con-
juntamente celebrado con el Comité de patrimonio edificado compartido (ISCSBH).
Realiza contactos con instituciones relevantes, universidades y organizaciones no
gubernamentales como la establecida con el castillo de Montjuïc de Barcelona. Los
ha apoyado en seminarios, jornadas científicas y en la exposición itinerante realiza-
da de la familia de los Antonelli que trabajó en América; hasta hoy se ha exhibido
en diferentes ciudades de España y de la región del Caribe. Además, ha establecido
contactos con el propio Consorcio del Castillo de San Fernando para ulteriores co-
laboraciones.
Organiza seminarios para intercambiar conocimientos y experiencias, difundir
resultados de investigaciones y métodos apropiados de conservación, en ocasión de
las Asambleas Generales de Icomos y las reuniones sistemáticas de Icofort.
Avanza en una base de datos del patrimonio militar en peligro.
Trabaja para situar bibliografías, glosarios, diccionarios y léxicos relacionados con
las fortificaciones, incluyendo fuentes y enlaces digitales para poner a disposición
esta información en la comunidad de historiadores, gestores y conservadores del pa-
trimonio fortificado. Ha recibido un grandísimo apoyo de la Universidad Federal
de Santa Catarina, localizada en Florianópolis, Brasil, a través del Banco de Datos
Mundial sobre Fortificaciones.
Difunde el tema de fortificaciones a través de publicaciones, conferencias, semina-
rios, talleres, tutorías y cursos especializados.
Ayuda a Icomos en la implementación de pautas del patrimonio militar que están
en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro. Tales han sido las de Chagre-Porto-
belo, en Panamá.
Coopera y ayuda con sus expertos en los programas de Icomos-Unesco-Conven-
ción de Patrimonio Mundial, en lo relacionado con el patrimonio militar. Difunde
entre sus miembros y otros profesionales los criterios del Valor Universal Excepcio-
nal de los bienes propuestos para Patrimonio Mundial y las condiciones de integri-
dad y/o autenticidad de estos bienes que, además, deben contar con una protección y
gestión adecuada que garanticen su salvaguardia.
Participan directamente los expertos en misiones técnicas de Patrimonio Mundial
acordes al dominio de sus disciplinas.

175
Redacta un documento doctrinal o Carta Internacional que ayuda a comprender
los objetivos de Icofort y a promover la preservación y conservación de las fortifica-
ciones y el patrimonio militar en general.

2. Conclusiones

En unos cuarenta años, con el apoyo de Icomos y de otras instituciones y orga-


nizaciones nacionales e internacionales, se han obtenido logros, se han aunado los
esfuerzos a escala internacional, se ha alcanzado una conciencia de la trascendencia
patrimonial de las fortificaciones y de sus potencialidades. En este milenio se anali-
zan otras perspectivas, se retoma y perfecciona lo pasado y se crean nuevas acciones
y estrategias.
Icofort, a lo largo de 10 años, ha cumplido con la consolidación de todos estos
logros y con objetivos más específicos a las fortificaciones y al patrimonio militar.
Trabaja actualmente para incorporar a los jóvenes a Icofort con la finalidad de es-
timularlos y garantizar futuros especialistas y gestores de esta disciplina. También
analiza ampliar la categoría de gestores del patrimonio militar, que son aquellas per-
sonas que durante años han tenido una destacada labor y experiencia en la gestión de
este patrimonio cultural.

Bibliografía

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mitad del siglo xix». La Habana, puerto colonial. Siglos xviii-xix. Madrid, Funda-
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176
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177
178
ACTAS

Museografía didáctica y poliorcética moderna

Rafel Sospedra Roca, rsospedra@ub.edu


Gemma Sebares Valle, g.sebares@ub.edu
Isabel Boj Cullell, isabelboj@ub.edu
Eva Poblador Relancio, evapoblador@ub.edu
Carolina Martín Piñol, carolinamartin@ub.edu

Resumen

Los sistemas de musealización de los grandes conjuntos poliorcéticos modernos


son desiguales. En algunos casos las fortificaciones monumentales mantienen su as-
pecto, estructura y estado de conservación con mayor o menor integridad, con posi-
bilidad de integrar algún museo en sus recintos, pero sin una museografía específica
que ayude a comprender in situ el papel de los recursos arquitectónicos defensivos.
En otros casos hay iniciativas para dar vida a las viejas fortalezas, a partir de activi-
dades de recreación o de intervenciones museográficas. El caso de Dalt Vila, Eivissa,
es una de las propuestas contemporáneas más interesantes en tanto que en el recinto
amurallado se desarrolló una propuesta de musealización all aperto, respetuosa con
el conjunto fortificado y que contribuyó de manera determinante a la revalorización
del casco antiguo de la ciudad1.

Palabras clave: Museografía, Poliorcética, Didáctica, Patrimonio.

1 Esta comunicación se contextualiza en las investigaciones desarrolladas en el marco del pro-


yecto “Desarrollo de estratégias y técnicas didácticas a partir del patrimonio y la arqueoloía del conflicto
para la enseñanza/aprendizaje de las Ciencias Sociales y la Historia (EDU 2012-35299) Ministerio de
Economia y Competitividad.

179
1. Fortificaciones, asedios y batallas

Los sistemas de fortificación modernos, desarrollados al compás de la evolución de


la pirobalística, entre finales del siglo xv y principios del xix están presentes en los
más diversos lugares del planeta2. La preservación, conservación, integridad y mu-
sealización de este tipo de patrimonio es muy desigual y depende de los casos, según
su significación, ubicación, singularidad, etc. No hay un modelo de musealización
generalizado o común que se haya aplicado de manera similar a diferentes tipos de
fortalezas3.
Se da el caso que muchos de los grandes conjuntos poliorcéticos no cuentan con
elementos museográficos significativos que ayuden a su comprensión. Así por ejem-
plo las ingentes fortificaciones de grandes recintos como Cartagena de Indias, Valdi-
via, La Valleta, Neuf Brisach, Gravelines, Briançon, Lucca… entre otros, no cuentan
con una museografía específica all aperto aunque en sus extensos recintos pueda ha-
ber algunos paneles y dispongan de museos, o incluso de centros de interpretación,
más o menos monográficos sobre temas de historia, o sobre los sistemas poliorcéticos
del lugar. También pueden encontrar-se en estos espacios restos del mobiliario, y sin-
gularmente del más importante, consubstancial a las obras de ingeniería y arquitec-
tura: la artillería, ya sea original o replicada.
También en casos de fortificaciones más reducidas en cuanto a extensión, tipo
fortalezas con recintos controlados, encontramos soluciones similares caracterizadas
por una museografía débil. Espacios monumentales como el castillo del Morro de la
Habana; la fortaleza de San Juan de Puerto Rico; Salses; Fort Liberia; Mont Dauphi-
ne; San Pedro de Jaca; Sant Ferran de Figueres; San Marcos de Florida y otros lugares
parecidos cuentan, en general, con escasa museografía all aperto. En el mejor de los
casos esta se limita a algunos paneles, pequeños museos monográficos integrados y,
ocasionalmente, algunas escenografías en los espacios interiores o cubiertos.
En general son las propias estructuras poliorcéticas las que se explican por si mis-
mas sin elementos de intermediación. Esta realidad es, sin embargo, problemática en
el sentido que las fortificaciones modernas responden a una compleja planificación,
cuentan con detallados planes de fuego y sus estructuras arquitectónicas y soluciones
de ingeniería están en relación directamente proporcional al desarrollo de la piroba-
lística4. Es decir, las estructuras difícilmente pueden comprenderse por si mismas si
no se tiene en cuenta el necesario mobiliario artillero que debían alojar, y las opciones
de expugnación a las cuales tenían que hacer frente. En este sentido debemos precisar
que las fortificaciones modernas solo se pueden entender si hay intermediación que

2 BLACK, Jeremy: European Warfare, 1494-1660. New York: Rouletge, 2002. HALL, Bert. S.:
Weapons and Warfare in Renaissance Europe: Gunpowder, Technology, and Tactics. Baltimore: Johns
Hopkins University Press, 1997.
3 CLARK, Celia; BREBBIA, Carlos A. (eds): Defense Sites: Heritage and Future. Southampton:
WIT Press, 2012. CLARK, Celia; BREBBIA, Carlos A. (eds): Defence Sites II: Heritage and Future. Sou-
thampton: WIT Press, 2014.
4 DUFFY, Christopher: Siege Warfare: The Fortress in the Early Modern World 1494-1660. Lon-
dres: Routledge & Kegan Paul, 1996.

180
Museografía didáctica y polorcética moderna ACTAS

explique el mobiliario artillero, sus características y límites y las técnicas de defen-


sa y expugnación. Y es en este sentido que podemos constatar que este patrimonio
cuenta con una escasa cultura museográfica específica que lo haga comprensible. Esta
relación comprensiva entre estructuras y técnicas de combate también es importante
en las fortificaciones antiguas y medievales, pero en el caso de las fortificaciones mo-
dernas es de absoluta dependencia. Sin explicación del contexto no hay compresión
de las estructuras.
Un déficit parecido lo encontramos en los campos de batalla de los siglos xvi, xvii
y xviii. Sin duda los campos de batalla son un patrimonio emergente, un objeto de
interés que está siendo recuperado por la actividad de la denominada arqueología
del conflicto5. Sin embargo, los campos de batalla de este periodo musealizados en
Europa son muy escasos. Algunos de ellos están protegidos, pero raramente cuentan
con propuestas que los hagan comprensibles. El campo de batalla de Culloden, cerca
de Inverness, en Escocia es una de las excepciones en tanto que ha estado cuidadosa-
mente excavado, tiene un magnífico centro de interpretación y el propio espacio de la
batalla puede visitarse a partir de dispositivos móviles6.

2. Opciones de interpretación

La debilidad museográfica que acostumbran a presentar los conjuntos poliorcé-


ticos modernos no siempre es percibida como un problema y en no pocos casos se
solventa, con más o menos fortuna, a partir de visitas guiadas. En algunos conjuntos
la visita es libre, pero con esta opción las posibilidades de entender algo son escasas,
a no ser que se disponga de los preconceptos adecuados, y el provecho de la visita se
limitará, en el mejor de los casos, al disfrute de la belleza del lugar. Pero el deambular
por los grandes conjuntos militares puede resultar peligroso por los desiguales esta-
dos de conservación, dificultades de circulación, peligro de vandalismo por parte de
los visitantes contra las estructuras, etc. En no pocos de estos casos, y para responder
a las demandas de los visitantes se desarrollan políticas de visitas guiadas. El guía
asegura un itinerario y la explicación de los elementos más relevantes. La calidad de
estas visitas puede ser muy desigual, las que se rigen por los principios de la interpre-
tación y cuentan con buenos interpretes pueden tener magníficos resultados7. Forta-
lezas como, por ejemplo, Salses, solo pueden ser visitadas con guías que acostumbran
a realizar magnificas propuestas, pero que, obviamente tienen limitaciones en cuanto
a duración y numero de participantes. El caso de Sant Ferran de Figueres es también

5 GEIER, Clarence R.; BABITS Lawrence E.; SCOTT, Douglas D.; ORR, David G. (eds): Historical
Archaeology of Military Sites: Method and Topic. College Station: Texas A&M University Press, 2010.
6 POLLARD, Tony: Culloden. The History and Archaeology of the Last Clan Battle. Barnsely: Pen
& Sword Military, 2012.
GRANT McKENZIE, Andrew: «Centre desvisiteurs du champ de Bataille de Culloden. Perspectives
passionants et préservation d’une partie vitale de l’histoire d’Écosse pour les générations à venir». Les
Cahiers de l’urbanisme. 2010, 77, pp. 74-80.
7 BLOCKLEY, Marion; HEMS, Alison: Heritage Interpretation. Abingdon: Routledge, 2013.

181
interesante. En este caso la visita, que discurre por un espacio extraordinariamente
extenso y complejo, se realiza con vehículos 4 x 4 que circulan por los fosos y los
distintos espacios de la fortaleza. En momentos determinados intérpretes y visitantes
descienden de los vehículos para explorar determinados espacios: cisternas, contra-
minas, casamatas8.
Estas visitas con intérprete también tienen versiones de bajo perfil a partir de di-
ferentes tipologías de audioguías o artefactos portátiles. Propuestas como puedan
ser los códigos QR, apps, etc. no están especialmente implantadas como recurso mu-
seográfico en los espacio poliorcéticos modernos aunque es probable que este tipo
de tecnologías, así como las diferentes opciones de realidad aumentada y de realidad
virtual, experimenten procesos de desarrollo en los próximos años. Las guías en so-
porte papel o digital también han experimentado transformaciones. El desarrollo de
las posibilidades de la ilustración a partir de programas gráficos, sumadas a la acce-
sibilidad de las fotografías aéreas, y las imágenes cinéticas captadas por los drones
han permitido generar magnificas y comprensivas imágenes sobre las fortalezas y sus
partes. Así, por ejemplo, a partir del 2007, tricentenario de la muerte de Vauban, se
generaron relevantes materiales iconográficos sobre la obra del genial ingeniero que
contribuyeron a la comprensión de las más diversas fortalezas9.

3. Opciones de recreación y escenografías didácticas

En los Estados Unidos y Canadá, el siglo xviii fue de especial relevancia y no po-
cos conflictos históricos se dilucidaron al entorno de fortificaciones que jugaron un
papel importante en las guerras franco-británicas, en la Revolución Americana o en
el establecimiento de líneas de contención respecto a las tribus indígenas. Esta im-
portancia histórica ha generado tradicionalmente en estos países un especial interés
en la conservación, preservación y apertura al público de los equipamientos patrimo-
niales poliorcéticos. Tanto en Estados Unidos como en Canadá encontramos fuertes
bien conservados, restaurados o directamente recreados. El National Park Service
protege no pocos fuertes y campos de batalla10. Uno de los casos precoces, en cuanto
a cronología, es el de Jamestown (Virginia), el primer establecimiento fortificado, a
partir de empalizadas, de los colonos ingleses en Norteamérica. El yacimiento fue ex-
cavado y recreado totalmente en un terreno cercano. Artefactos de épocas posteriores
como los fuertes de Ticonderoga (Nueva York), Old Niagara (Nueva York), Ciudadela
de Quebec (Quebec), Fuerte de San Marcos (Florida), etc., están cuidadosamente pre-
servados y mantenidos en sus aspectos arquitectónicos. Cuentan también con mobi-
liario artillero o réplicas de éste.

8 ALFARO, Juan Manuel: Dues hores al Castell de Figueres. Figueres: Fundació Les Fortaleses
Catalanes, 2007.
9 FAUCHERRE, Nicolas: La place forte de Mont-Dauphin. L’héritage de Vauban. Arles: Actes
Sud-Aristeas, 2007.

10 WARRINGTON, Elizabeth: Forts and Battlefields. New Cork: Reader-s Digest, 1997.

182
Museografía didáctica y polorcética moderna ACTAS

Figura 1. Gran escenografía hiperrealista de las cocinas del Castillo de Stirling. Escocia

Más allá de la preservación formal y de infraestructuras, que facilitan las visitas en


los espacios poliorcéticos norteamericanos, uno de los rasgos que tipifica la política
museográfica en esta zona es la apuesta por la recreación histórica que se combina,
y contextualiza, con magníficos atrezos, en los más diversos espacios de las forti-
ficaciones11. En estas instalaciones bien conservadas, o restauradas, voluntarios de
reenacment muestran los más diversos aspectos de la vida cotidiana de los civiles y las
tropas establecidas en las fortificaciones o sus alrededores. Gracias a estas activida-
des, mantenidas de manera cuasi permanente, los espacios poliorcéticos cobran vida
y se convierten en espacios comprensibles. En los conjuntos monumentales, atrezados
con el mobiliario pertinente, se pueden contemplar soldados haciendo instrucción,
artilleros manejando cañones, armeros que explican el funcionamiento de fusiles,
herreros que preparan herramientas, civiles que muestran el uso de los utillajes más
diversos, etc. El conjunto de estas propuestas constituye, sin duda, una opción de éxi-
to para hacer comprensible el complejo periodo asociado a las fortificaciones moder-
nas. Estas propuestas de museografía didáctica, a partir de vías seudo-empáticas, han

11 RYAN, Chris: Recreational Tourism: Demand and Impacts. Clevedon: Channel View Publica-
tions, 2003.

183
tenido pleno desarrollo y muy buenos resultados en América del Norte. Al respecto
cabe señalar la importancia, como modelo a imitar, de la experiencia generada por la
ciudad colonial reconstruida de Williamsburg (Virginia) meca del turismo histórico
didáctico en los Estados Unidos.
Las opciones museográficas fundamentales en la recreación también van adqui-
riendo protagonismo en Europa y Sudamérica. Numerosos espacios patrimoniales
poliorcéticos incorporan, cada vez más, aunque sea de manera puntual, actividades
de recreación histórica: Malta, Venecia, Valdivia, Jaca...
Entre las estrategias museográficas que han intentado contextualizar los espacios
para facilitar su comprensión cabe destacar, también, la implementación de esceno-
grafías. Las escenografías incorporan elementos de atrezo que facilitan la compren-
sión y también réplicas de figuras humanas que complementan la información sobre
los usos de los diferentes espacios. En muchos conjuntos las escenografías se utilizan
puntualmente, pero en otros casos podemos encontrar estrategias museográficas ba-
sadas en el uso masivo de ellas. Casos como el de los The Grant Siege Tunnels de
Gibraltar, o el Fort Marlborough de Menorca son, al respecto, representativos.

4. Modelos basados en la continuidad militar

Algunos conjuntos poliorcéticos monumentales de los siglos xvii y xviii han tan-
teado su continuidad a partir de una transformación en cuanto a funciones. No pocos
fuertes se han convertido en hoteles, espacios residenciales o en centros culturales.
En general estas estrategias de cambio de función han comportado la degradación y
deformación de los conjuntos. El fuerte de San Cristóbal de Badajoz es una muestra
emblemática al respecto, en este caso un conjunto relativamente bien conservado fue
brutalmente deformado durante el 2013 con el pretexto de una necesaria remodela-
ción. Sin embargo, en otros casos, la preservación se ha planteado, con buenos resul-
tados. También resultan interesantes los casos en los cuales el futuro de conjuntos
poliorcéticos se plantea a partir de la pervivencia de su función militar.
Los casos más representativos serían los del Reino Unido12. Así, a título de ejem-
plo, la gran fortaleza de Fort George (Inverness, Escocia) sigue este modelo. La forti-
ficación alberga tropas de diferentes unidades escocesas en activo. También hay, en el
interior del recinto, museos regimentales de unidades históricas de los Highlanders
(Seaforth Highlanders, Cameron Highlanders, Queen’s Own Highlanders). La forti-
ficación está totalmente abierta al público con excepción de los alojamientos de la
tropa. Parte de los cuarteles y almacenes están musealizados con escenografías que
muestran la vida cotidiana de las tropas en diferentes momentos históricos. Fort
George también cuenta con un destacado mobiliario artillero que contribuye a la
comprensión de las estructuras de la fortaleza. La presencia de los soldados facilita

12 WOOD, Stephen: «At their country’s call. The Heritage of Soldiering in Scotland». En: FLAD-
MARK, J.D.: Heritage: Conservation, Interpretation and Enterprise. New York: Rouledge, 2013, pp.271-
281.

184
Museografía didáctica y polorcética moderna ACTAS

Figura 2. Un valor añadido. Soldados de la guarnición del castillo de Edimburgo

actividades permanentes de mantenimiento, son ellos quienes conservan y protegen


la fortaleza. El puente levadizo, las empalizadas, los fosos, el glacis, etc. están perfec-
tamente cuidados. Este mismo modelo se repite con menor intensidad en los castillos
de Edimburgo, Stirling y otros espacios fortificados modernos del Reino Unido.
Francia también cuenta con paralelos similares, como la fortificación de Mont-
Louis (Département des Pyrénées-Orientales), base de las fuerzas paracaidistas fran-
cesas que, con su presencia garantizan también la continuidad y seguridad del recin-
to. En España cabe destacar el caso del Castillo de Sant Ferran de Figueres que hasta
finales del siglo xx contó con una prisión militar y presencia de efectivos, situación
que contribuyó a la preservación del espacio impidiendo operaciones de especulación
urbanística y actos vandálicos que hubiesen perjudicado el conjunto monumental.

5. Nuevos modelos museográficos

Uno de los modelos más interesantes en cuanto a musealización didáctica de gran-


des conjuntos poliorcéticos lo constituye el del recinto fortificado de Dalt Vila, la
ciudad antigua de Ibiza, que ha conocido intervenciones singulares a partir del 2003.
Eivissa, con su recinto fortificado, fue declarada patrimonio de la Humanidad por
la UNESCO en el 1999. A lo largo de los años 90, se iniciaron proyectos urbanos
de mejora del casco histórico y, entre ellos, el que mejoraba la accesibilidad y recu-

185
peraba la ronda perimetral de la muralla. En las décadas anteriores el número de
visitantes de la zona murallas (no preparadas para la visita) era mínimo. El proceso
de recuperación física del conjunto monumental se concretó a partir de la redacción
de un Plan Director13 que permitió intervenir, con criterios claros, en la restauración
y conservación de los distintos espacios y elementos que conformaban el recinto: ba-
luartes, casamatas, terraplenes y parapetos. Paralelamente comenzó a considerarse
una primera intervención museográfica de carácter didáctico que pusiera en valor e
hiciera comprensibles las murallas14. La primera fase comenzó a trabajarse a partir
del 2003. Se perseguía una museografía capaz de hacer atractiva la visita a Dalt Vila y
que contribuyera a la dinamización del núcleo intramuros. El desarrollo del proyecto
corrió a cargo de los técnicos del ayuntamiento y la empresa EUPHON, S.A., a partir
del diseño del Taller de Projectes de la Universitat de Barcelona15.
El modelo de de musealización de las murallas de Ibiza propuesto por el Taller de
Projectes pretendía una museografía didáctica all aperto que fuera capaz de comu-
nicar las herencias históricas del lugar y que contribuyera a hacer comprensible el
recinto fortificado.
Dalt Vila, fue poderosamente fortificada a mediados del siglo xvi, cuando el im-
perio Hispánico intentó establecer una frontera marítima frente a la amenaza turca16.
Los ingenieros Calvi y Fratín desarrollaron sucesivos recintos protegidos con fortísi-
mos baluartes. Durante siglos Ibiza fue un poderoso centro militar, pero con el paso
del tiempo la marginalidad del terreno elevado y el limitado desarrollo económico y
demográfico de la ciudad provocaron la degradación del casco antiguo. A finales del
siglo xx Dalt Vila era un espacio empobrecido e inseguro, y su patrimonio estaba en
situación de peligro. El casco antiguo había entrado en una irreversible decadencia:
retroceso del comercio, ubicación de población marginada, degradación de la vivien-
da, etc. En este contexto el ayuntamiento optó por implementar un proceso de mu-
sealización que contribuyera a dinamizar la zona en base a la atracción de turismo y
la promoción de las actividades comerciales y de servicios. Se entendía que la afluen-
cia de público al casco antiguo, para conocer los atractivos del sistema fortificado,
contribuiría a frenar el proceso de desertización y degradación. El proyecto de inter-
vención propuso una museografía didáctica basada en varios ejes: colocación de ar-
tefactos de intermediación didáctica, ubicación de escenografías realistas en espacios
estratégicos, reposición del mobiliario artillero a partir de réplicas, establecimiento
de un pequeño centro de visitantes así como complementos diversos.

13 COBOS, Fernando; CAMARA, Alicia: «Plan Director de las murallas renacentistas de Ibiza».
En: Eivissa, Patrimoni de la Humanitat. Ibiza: Col·legi Oficial d’Arquitectes de les Illes Balears, 2003:
14 GURREA, Rosa: «Dalt Vila-Ibiza: musealización didáctica del recinto amurallado». En: Iber.
Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia. 2007, 57, pp. 67-70.
15 HERNANDEZ, Francesc Xavier: «Eivissa: la fortificación de Dalt Vila una experiencia de mu-
seografía didáctica». En: Restauración & rehabilitación. 2004, 83, pp. 54-57.
16 CAMARA, Alicia (eds): Los ingenieros militares de la monarquia hispànica en los siglos XVII y
XVIII. Madrid: Ministerio de Defensa, 2005.

186
Museografía didáctica y polorcética moderna ACTAS

Figura 3. Réplicas del mobiliario artillero en el baluarte de Santa Llucia. Eivisa

6. Artefactos de intermediación didáctica

En diferentes lugares del casco antiguo, y a lo largo de las fortificaciones de


Dalt Vila, se ubicaron hasta un centenar de atriles interactivos de información. Los
prototipos de este artefacto fueron diseñados por el Dr. Rafael Sospedra Roca, del Ta-
ller de Projectes. Se trataba de una propuesta sin precedentes. Se había constatado que
los paneles utilizados en espacios al aire libre y de libre acceso sufrían procesos de de-
gradación acelerados a causa de la acción de los meteoros y del vandalismo. Teniendo
en cuenta esta casuística se puso especial empeño en el diseño de artefactos capaces
de mantener longevidad y resistir las agresiones humanas y medio ambientales. A
su vez debían tener un impacto visual limitado, que no perjudicara la entidad de los
espacios patrimoniales. También se pretendía que la propuesta fuera interactiva y
que posibilitara una cierta complicidad del usuario otorgándole protagonismo en la
descubierta del entorno.
Los atriles se ubicaron en lugares estratégicos, preferentemente sobre los terraple-
nes, en las plataformas de los baluartes y en las rondas perimetrales de la muralla,
cercanos o adyacentes a los elementos poliorcéticos a explicar. Diversos atriles se des-

187
Figura 4. Atriles de intermediación didáctica en Dalt Vila, Eivissa

tinaron a explicar hechos históricos concretos, otros a aspectos arqueológicos, otros a


personajes… El conjunto posibilitaba una visita holística con puntos que informaban
sobre las características y partes de la fortificación, sobre la historia de la ciudad y su
urbanismo, sobre restos arqueológicos y también sobre hechos puntuales y vicisitu-
des históricas.
Se diseñaron dos tipos de atriles a utilizar en función de las características del
elemento a intermediar. El artefacto básico construido con hierro estructural y sol-
dadura contaba con una plataforma de sustentación, y dos sólidas barras que man-
tenían en su parte interior una placa de acero inoxidable y un tambor giratorio de
cuatro costados. La placa mostraba iconografía sobre los elementos a explicar. Las
ilustraciones eran monocromas y estaban grabadas a láser sobre el acero inoxidable,
si bien también se ensayó con algunos prototipos serigrafiados. El tambor giratorio
se utilizaba para ubicar un texto breve, explicativo, en cuatro lenguas: catalán, caste-
llano, inglés y alemán. El segundo modelo tenía una vocación más didáctica. La mis-
ma estructura de plataforma y columnas sostenía un prisma triangular giratorio con
tres placas de acero inoxidable que iconografía y textos, y se utilizaban para explicar
transformaciones temporales en el paisaje y cambios de un determinado elemento.
El éxito de esta museografía fue rotundo y contribuyó, de manera determinante,
a cambiar la percepción y usos del espacio. La presencia continuada de visitantes que
utilizaban el recurso fue un estímulo que ayudó a continuar el proceso de museali-
zación. Por otra parte los prototipos tuvieron un buen rendimiento. Aguantaron las

188
Museografía didáctica y polorcética moderna ACTAS

Figura 5. Escenografía en la casamata del Baluarte de Sant Bernat, Dalt Vila, Eivissa

condiciones meteorológicas y la siempre problemática cercanía del mar. Las acciones


de vandalización se dieron, pero no lograron dañar la museografía y una buena polí-
tica de mantenimiento contribuyó a mitigar las agresiones antrópicas.
La musealización contó también con otro tipo de intervenciones: mini escenogra-
fías. En diferentes espacios semiabiertos: garitas, casamatas, túneles de acceso, etc.
se improvisaron escenografías que mostraban equipamientos militares de diferentes
épocas y aspectos de la vida cotidiana en la fortaleza. Las escenografías más notables,
con réplicas de artillería se ubicaron en las casamatas del baluarte de Sant Bernat.
Una de las propuestas, en el corredor de Es Soto Fosc, incorporó un audiovisual, ac-
cionado por detectores de presencia, que mostraba sobras chinescas que evocaban la
actividad en un cuerpo de guardia de principios del siglo xvii.
El tercer elemento museográfico consistió en la ubicación de réplicas de artille-
ría. Cuatro cañones de veinticuatro libras se colocaron en el baluarte de Sant Jaume,
otros cuatro del mismo calibre en el baluarte de Santa Llúcia, y un falconete de retro-
carga en el caballero de Sant Lluc. Estos elementos resultaron muy populares ya que
por primera vez, desde hacía decenios, la fortificación se dotaba con el mobiliario que
le correspondía. De inmediato la fotografía de turistas, visitantes, bodas, grupos, etc.

189
en los cañones de Santa Llúcia, teniendo como fondo el contrapicado de la catedral,
se convirtió en uno de los fetiches souvenir de la ciudad.
Finalmente, la propuesta se complementó con un pequeño centro de visitantes
ubicado en la zona más alta, en la Casa de la Cúria, junto a la catedral, que contaba
con un audiovisual e informaciones sobre los posibles trayectos a partir de un orde-
nador interactivo. Cabe considerar la experiencia de Ibiza como una de las más sin-
gulares y exitosas en cuanto a musealización de recintos poliorcéticos modernos. El
éxito de la propuesta condujo a nuevas intervenciones en los baluartes de Sant Jaume
y de Sant Pere. En las casamatas y en las plataformas de estos espacios se ubicaron
escenografías, audiovisuales, interactivos mecánicos y réplicas de armamento17.
La experiencia de Ibiza, impulsada por la Universitat de Barcelona, tuvo continui-
dad y reaplicación en la musealización de las fortificaciones de Ceuta y de Melilla. En
el frente de tierra de Ceuta se ubicaron atriles, réplicas de artillería, iconoscopios, y
una escenografía que mostraba un hornillo de voladura en una de las fortificaciones.
En las murallas del frente de tierra de Melilla la intervención de la Universitat de Bar-
celona y la empresa Euphon Projects se centró en la construcción de una estación de
interpretación didáctica que ponía especial énfasis en la iconografía de la evolución
de los sistemas defensivos del istmo del tómbolo melillense. En otras intervenciones
desarrolladas posteriormente, como en el castillo de San Cristóbal de Badajoz tam-
bién se utilizaron escenografías y mobiliario artillero de manera parecida a como se
había implementado en Ibiza. En este caso una intervención museográfica interesan-
te no logró compensar la irrespetuosa remodelación arquitectónica de la fortaleza.

7. A manera de conclusión

Los espacios poliorcéticos modernos no cuentan con una tradición museográfica


singularizada. Sin embargo las experiencias son lo suficientemente ricas y las aporta-
ciones del campo de la interpretación, de la recreación, de las escenografías, de la ico-
nografía didáctica, de los elementos de intermediación interactivos y de las réplicas
del mobiliario artillero, permiten contar con una base de reflexión que permitirá, en
un futuro, nuevos planteamientos. La experiencia desarrollada en el conjunto polior-
cético de Dalt Vila, en Ibiza constituye una de las experiencias más interesantes en
cuanto a definición de una museografía específica adecuada a los grandes conjuntos
poliorcéticos. Estas experiencias combinadas con las nuevas posibilidades tecnoló-
gicas que ofrecen la iconografia 3D y la realidad aumentada vehiculada a partir de
tablets y telefonía móvil, permitirán, sin duda, nuevos horizontes de desarrollo para
el patrimonio poliorcético.

17 OSACAR, Eugeni; MARTÍN, Carolina: «Claves para desarrollar el patrimonio defensivo en


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190
Museografía didáctica y polorcética moderna ACTAS

Figura 6. Grupos de recreación histórica en la fortaleza de Sant Ferran de Figueres

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192
ACTAS

Documentación tridimensional mediante escáner láser


3D y técnicas fotogramétricas del Baluarte de Sant Antoni
(Barcelona): democratización y valorización de resultados
Jorge Angás Pajas – Scanner Patrimonio
j.angas@edscanner.es
Emiliano Hinojo García – Codex. Arqueologia i Patrimoni
ehinojo@codex.cat

Resumen

Los restos del baluarte de Sant Antoni y de su sistema defensivo más


avanzado localizados en el solar del mercado homónimo constituyen uno
de los hallazgos más relevantes de los últimos años en la arqueología urbana
de Barcelona. Estas estructuras se han documentado mediante un método
compuesto por el uso del escáner láser 3D y de técnicas de fotogrametría
terrestre en alta resolución. La combinación de ambas técnicas, junto con
el apoyo de la topografía clásica, han permitido obtener la documentación
geométrica que requerían los arqueólogos, así como una serie de aplicacio-
nes y herramientas de fácil y libre acceso que posibilitarán la divulgación
de los restos, ya sea de manera interactiva o simplemente formando parte
de la futura musealización de la fortificación. Estos factores redundan en
la denominada democratización resultados y aplicaciones generadas que
contribuyen al cada vez más extendido carácter híbrido del conjunto de
profesionales que estudian e investigan en el campo arqueología.

Palabras clave: Baluarte de Sant Antoni, Fotogrametría, Escáner láser 3D.

193
1 Introducción

En las I Jornadas del Patrimonio Defensivo de Época Moderna se presentaron los


resultados preliminares de las campañas arqueológicas efectuadas hasta el momento
en el solar del mercado de Sant Antoni de la ciudad de Barcelona1. En la presente co-
municación nos centraremos en los trabajos de documentación gráfica del baluarte
de Sant Antoni, previos a las intervenciones de consolidación y restauración que se
han de acometer para su futura puesta en valor y musealización2.
La complejidad del proyecto constructivo, principalmente motivada por la pre-
servación de la estructura original del mercado y la excavación de cuatro plantas
subterráneas, conllevaba que las actuaciones arqueológicas3 se ejecutasen en función
de las fases constructivas de la obra. Es por este motivo que, en un primer momento,
se documentaron y demolieron aquellas partes más altas del baluarte y de la con-
traescarpa que sobresalían de la cota de ejecución de la losa de apeo del mercado.
Posteriormente, bajo esta losa se llevó a cabo la excavación en extensión y el registro
de la mayor parte de las estructuras arqueológicas. Finalmente, también se tuvo que
actuar en aquellos tramos de la fortificación que el nuevo proyecto constructivo no
contemplaba su conservación.
Como consecuencia de dicha complejidad era necesaria la aplicación de todas las
técnicas disponibles en la documentación gráfica de las estructuras defensivas, con el
empleo de una multiplicidad de procedimientos que se complementaran y que per-
mitieran obtener un registro completo y exhaustivo que nos garantizaran disponer
de toda la información para una posterior investigación.
En este sentido, en los últimos años han surgido nuevas técnicas que permiten
realizar un registro lo suficientemente completo como para poder afrontar una re-
construcción de la intervención arqueológica paso a paso.
La metodología utilizada en la documentación del baluarte de Sant Antoni ha sido
planteada adaptándose a su propia morfología para aprovechar de un modo cuali-
tativo y cuantitativo toda la información registrada. De este modo se han empleado
técnicas de registro mediante escáner 3D de diferencia de fase junto con técnicas de
fotogrametría terrestre en alta resolución. La combinación de ambas técnicas, junto
con la topografía clásica, han contribuido a la creación de un modelo tridimensional
totalmente fidedigno, que permitirá obtener una visión completa del conjunto aun
cuando los restos arqueológicos fueron documentados en diferentes fases.

1 HINOJO, Emiliano: «Las transformaciones poliercéticas en la Barcelona del siglo XVII. Re-
sultados preliminares de la intervención arqueológica en el baluarte de Sant Antoni». En: Actas de las I
Jornadas de Patrimonio defensivo de Época Moderna. Figueres: Ministerio de Defensa, 2014. p. 81-91.
2 Carme Miró i Alaix, del Servei d’Arqueologia de l’Institut de Cultura de Barcelona, es la coor-
dinadora del proyecto de musealización del sistema defensivo de Época Moderna así como de los restos
romanos documentados en el subsuelo del mercado de Sant Antoni.
3 Los trabajos arqueológicos han sido realizados por la empresa CODEX. Arqueologia i Patrimo-
ni, bajo la dirección técnica del arqueólogo Emiliano Hinojo García y con la colaboración de los técnicos
de apoyo Alba Tenza, Sergio Arroyo, Isabel Pereira, Jacinto Sánchez, Jordi Plans, Mikel Soberón, Fran-
cesc Antequera, Imma Mesas y Sergi Segura. La ejecución de la planimetría ha sido realizada por Mario
Granollers (CODEX) y las tareas de topografía por Pedro Collado (UTE Sant Antoni Fase II).

194
Documentación tridimensional mediante escáner láser 3D... ACTAS

Estos trabajos están siendo realizados por la empresa Scanner Patrimonio e Indus-
tria, Spin-Off de la Universidad de Zaragoza, fundada por un equipo técnico mul-
tidisciplinar que actúa indistintamente tanto en la documentación del patrimonio
cultural, como en el control de calidad y análisis de estructuras industriales o de
obra civil.

2. El objeto de estudio

Antes de entrar en materia haremos una breve descripción de los elementos de la


fortificación que se han registrado mediante escáner láser 3D y técnicas fotogramé-
tricas, así como también de algunas de las novedades más significativas que se han
documentado respecto a las anteriores jornadas.
La construcción del baluarte de Sant Antoni, finalizada en el año 1647, se enmarca
dentro del conflicto entre las coronas de España y Francia iniciado en el año 1635, y
concretamente en el transcurso de la “Sublevación de Catalunya” (Guerra dels Sega-
dors) (1640-1652). Esta estructura se ubicaba delante del portal medieval homónimo
que se abría en el ángulo saliente que formaban los tramos de cortina que trans-
currían por las actuales Ronda de Sant Antoni y Ronda de Sant Pau. En un primer
momento, según la documentación histórica, se trataba de una mera obra exterior
(media luna) que tenía como objetivo proteger el portal, pero posteriormente se unió
al recinto amurallado y se convirtió en un baluarte de planta pentagonal4.
De esta obra se ha localizado en el interior del mercado unos setenta metros de
longitud de su cara norte y veintiún de la sur. En cuanto a sus características forma-
les, estos muros ataludados conservaban entorno a los dos metros de ancho y seis
metros de altura máxima que, según la documentación y grabados antiguos5, apro-
ximadamente correspondería a la mitad de su alzado original. El paramento exterior
de las caras se construyó con sillería de módulo variable (entre 33 y 55 cm de anchura
y 30 cm de altura) procedentes de la cantera de Montjuïc, mientras que los del vértice
eran de mayor tamaño (75-112 x 37 cm) y de factura más elaborada. El paramento
interior presentaba una factura irregular y el cuerpo central se levantó mediante la
superposición de capas horizontales de mortero de cal y piedra sin devastar. Los ci-
mientos donde se asentaban los muros, hechos a plomo mediante la técnica del enco-
frado perdido, tenían una profundidad de unos dos metros.
En cuanto al foso defensivo, presentaba una profundidad de entre cinco y seis me-
tros respecto al nivel de arrasamiento de las estructuras, y una anchura que oscilaba
entre veinticuatro y cuarenta metros según la zona. El nivel de circulación del fondo
estaba más o menos allanado con una cierta inclinación o pendiente desde la base
de la contraescarpa hacía la parte inferior de las caras del baluarte. Esta estructura,
excavada en el sustrato natural, apareció totalmente colmatada con tierras y vertidos

4 GILABERT BRUNIQUER, Esteve: Cerimonial dels Magnífichs Consellers i regiment de la ciu-


tat de Barcelona. Barcelona: Imp. D’Henrich y Cía, 1912-1916.
5 Ver documento «Explication sur la fortification de la ville de Barcelonne», 1715 (Bibliothèque
nationale de France, Département Arsenal, MS-6434, 63 A).

195
Fig. 1. Plano de los restos de la fortificación documentados en el solar del mercado
de Sant Antoni (Autor: Mario Granollers, Pedro Collado y Emiliano Hinojo)

de escombros generados durante el proceso de demolición del baluarte a partir de


la segunda mitad el siglo xix. De este modo, los primeros rellenos que se extrajeron
eran bastante heterogéneos con gran cantidad de sillares y piezas molduradas pro-
cedentes del derribo del baluarte. En cuanto a los niveles relacionados con el uso de
este espacio, se distinguieron varias capas de relleno y deposición sin ningún tipo de
acumulación de desechos o materiales detríticos, hecho que nos indicaría que hasta
el último momento se realizaron tareas de limpieza y mantenimiento de su nivel de
circulación.
Uno de los elementos de la fortificación con un mejor estado de conservación era la
contraescarpa o límite exterior del foso. De esta obra exterior se destapó un recorrido
de unos 120 m de longitud a lo largo de la superficie del mercado. En algún sector de
este muro ataludado se preservó prácticamente su altura original, unos cinco metros,
careciéndole sólo parte del coronamiento. Cómo en el caso del baluarte, consistía en
una obra construida con bloques de piedras irregulares ligadas con mortero de color
blanco y un paramento exterior revestido con sillares rectangulares (25x30 cm), que
se asentaba en un cimiento o banqueta de 0,60 m de profundidad.
Es interesante señalar que un tramo de 8,25 m de longitud del extremo sur de la
contraescarpa estaba hecho de tapial. Esta estructura, levantada con mortero de cal
y cenizas prensadas, conservaba en la cara vista las improntas de las maderas del

196
Documentación tridimensional mediante escáner láser 3D... ACTAS

Fig. 2. Vista general del foso (Autor: Bob Master. Servei


d’Arqueologia de la Generalitat de Catalunya)

encofrado. A partir de los materiales recuperados y de la planimetría histórica16, in-


terpretamos que este tramo se derrumbó hacia finales del siglo xviii y se reconstruyó
mediante esta técnica. Todo parece indicar que se trataba de una obra provisional
pero nunca se llegó a ejecutar su reparación definitiva.
Otras estructuras del sistema defensivo que se han registrado a lo largo de las in-
tervenciones arqueológicas son, por un lado, algunos vestigios del parapeto exterior
del corredor o camino cubierto y, por otro, una serie de estratos de nivelación que se
localizaron en la mitad oeste del mercado y que correspondían al levantamiento del
glacis o explanada.
Finalmente, también se documentó entre el glacis y el camino cubierto una cana-
lización soterrada de grandes dimensiones. Su función era la de recoger las aguas que
se acumulaban en el exterior de la fortificación, concretamente de un badén que se
situaba en el camino de entrada a la ciudad, para conducirlas al interior del foso. La
caída de las aguas al fondo o nivel de circulación del foso se amortiguaba mediante
una estructura enlosada que se adosaba a la cara exterior o vista de la contraescarpa.

6 ICC, RM.42027 «Copia de un plano de Barcelona levantado en el último tercio del siglo pasado»
(Año: 1889. Autor: M. Solá-Sagalés).

197
3. Propuesta documental hacia una dualidad entre el registro geométrico y la
difusión del patrimonio arqueológico

La propia heterogeneidad del patrimonio cultural se diversifica de una manera


amplísima entre los métodos y técnicas destinados para su propia documentación
métrica y gráfica. Se convierte de esta manera en una disciplina con un gran número
de variables que intervienen en su caracterización geométrica. Historiográficamente
el patrimonio arqueológico ha sido uno de los sectores que mejor ha sabido apro-
vechar y adaptar, a través de la experimentación de otras disciplinas, los continuos
cambios tecnológicos. Muchas de estas tecnologías han surgido al amparo de otros
sectores, económicamente mejor posicionados. En cualquier modo el patrimonio
cultural siempre ha conseguido por su carácter social aglutinar y adaptar muchos
de estos cambios en beneficio del mejor registro posible del bien mueble o inmueble.
Durante los últimos años estas nuevas técnicas de documentación geométrica
aplicadas al patrimonio cultural han supuesto toda una revolución científico-divul-
gativa dentro de los campos de la arquitectura, el arte y la arqueología. La utilización
de estas herramientas han permitido la reproducción exacta, además de detallada, de
cualquier estructura mueble o inmueble y sus posteriores análisis morfológicos. No
obstante, la carencia de estándares o procesos normalizados, tanto en el desarrollo
como en la gestión de los modelos tridimensionales, ha producido un menor aprove-
chamiento de todos sus recursos.
De esta manera se ha producido un aumento de términos como virtual, tridimen-
sional y modelos estereoscópicos que, ayudado por las nuevas tecnologías, ha co-
brado un gran protagonismo. Existen diversos factores y sectores que además están
contribuyendo a su pleno desarrollo. Factores económicos como nuevas plataformas
y posibilidades de reproducción con la ayuda de otros sectores relacionados con la
ingeniería. De esta manera debemos precisar un factor relevante, cuando los límites
de la representación tridimensional o virtual escapan de cualquier medio físico (mo-
nográficos) o digital (computador). El campo de interacción entre el bien patrimonial
y el espectador se está expandiendo buscando otros límites donde el espectador pue-
da interactuar o percibir el bien patrimonial en su propio contexto. Este desarrollo
escapa de los propios límites que comentábamos anteriormente —físico y digital— y
por ello entra en juego el entorno inmediato donde se inscribe el bien patrimonial. El
ejemplo más claro es el paso de las clásicas infografías de un medio digital a su inte-
racción con el paisaje a través de la realidad aumentada. Otro ejemplo de interacción
con el medio y desarrollo de las reconstituciones infográficas son los video mapping
projection. Se pretende la búsqueda de nuevas percepciones sensoriales con unos lí-
mites diferentes, donde el espectador conjugue la virtualidad con el espacio físico
real, no limitándose de este modo a un área digital concreta.
La representación tridimensional constituye un cambio conceptual y metodoló-
gico de la clásica representación bidimensional del patrimonio. Si bien, resulta un
largo proceso discordante entre tecnología y metodología donde las posibilidades de
aplicación únicamente vienen establecidas por una estandarización metodológica y

198
Documentación tridimensional mediante escáner láser 3D... ACTAS

Fig. 3. Esquema metodológico para las diferentes aplicaciones en la documentación


geométrica del patrimonio cultural mediante tecnología escáner 3D (Autor: Jorge Angás).

la capacidad de interrelación con otras disciplinas. El desarrollo tecnológico ha ido


un paso por delante de cualquier nueva implantación metodológica, por esta razón
la mayor dificultad ha consistido en el tratamiento postprocesual y en la gestión de
las nubes de puntos generadas por el barrido láser, luz blanca estructurada, pares
estereoscópicos o actualmente por diferente software que utiliza únicamente fotogra-
fías (ZScan, Photomodeler, 123D Catch, Photoscan). Por ello, es preciso un trabajo
combinado y relacionado con diferentes programas informáticos y sus respectivas
técnicas (topografía, geodesia, fotogrametría, termografía, infografía, etc.).
En muchas ocasiones es necesario convertir el modelo 3D en un fichero bidimen-
sional para su representación y con ello facilitar su gestión en otro tipo de programas
informáticos, también estas necesidades son requeridas en el modo de representación
gráfica en soportes físicos. Por ello trabajar con modelos tridimensionales requiere
previamente una permeabilización conceptual del espacio. Tenemos por ejemplo la
capacidad de interpretar, el paso de un modelo 3D de cualquier paramento arquitec-
tónico a una ortofotografía y con ello representarlo en un soporte bidimensional, de
aquí podremos delinearlo en cualquier sistema vectorial y obtener una lectura de pa-

199
ramentos. No obstante, se trata de un proceso no destructivo, ya que siempre podre-
mos retomar la nube de puntos original y realizar cualquier otro tipo de análisis.
A través de la información tridimensional generada por el barrido láser se obtie-
nen modelados y visualizaciones 3D como una eficaz herramienta para cualquier es-
tudio o análisis más exhaustivo, con el fin de establecer una precisa documentación,
registro y análisis exacto, de cualquier tipo de estructura ya sea mueble o inmueble,
sin con ello olvidar su valía como documentación gráfica.
Al mismo tiempo, permite crear por primera vez dentro del campo patrimonial
un verdadero archivo documental geométrico totalmente objetivo, desligado de cual-
quier tipo de interpretación por parte del técnico, generando un modelado totalmen-
te reproducible cuantitativa y cualitativamente a cualquier escala, de manera eficaz y
sobre todo de manera fiel al elemento, pudiéndose detectar cualquier tipo de altera-
ción o patología milimétrica en su morfología.
Mediante el modelo 3D de cualquier objeto o estructura resulta fácilmente re-
producible como réplica, siempre y cuando el grado de precisión fijado al realizar el
escaneado haya sido acorde a los objetivos a representar, estableciendo con ello una
concordancia con la escala.

4. Proceso documental

La plena irrupción de la tecnología escáner 3D comienza a principios del siglo xxi


como punto de avance que complementa al resto de técnicas de registro topográfico.
Su utilización está totalmente diversificada en otros sectores como la ingeniería y la
industria, con continuas experimentaciones donde los límites quedan todavía por
precisar.
Actualmente la utilización de los escáneres 3D se encuentra de igual modo en una
diversificación tal, que es necesario establecer una división en cuanto su utilización y
relación con unos objetivos establecidos. El equilibrio entre la resolución, precisión,
tiempo y costes debe ser el resultado respecto a la adaptación de la escala de trabajo
exigida. La diversificación en cada sector obliga a seleccionar muy bien el tipo de tec-
nología que mejor se adapta a cada proyecto debido a su multitud: aéreas (UAV, tec-
nología LIDAR), terrestres (láser tiempo de vuelo y diferencia de fase), objeto cercano
y metrología dimensional (láser de triangulación, escáner de luz blanca estructurada
y láser tracker).
La metodología desarrollada en la documentación geométrica del baluarte de Sant
Antoni se ha basado en un método compuesto entre láser escáner 3D, topografía de
apoyo (estación total) y el uso de varias cámaras fotogramétricas para la mejora cua-
litativa del modelo tridimensional resultante.
Para la documentación mediante escáner láser 3D se utilizó un escáner con tecno-
logía del tipo diferencia de fase, Leica HDS6100, que proporciona una alta velocidad
de escaneado junto con una densa nube de puntos. En el conjunto del baluarte se
realizaron un total de 75 escaneados con este tipo de escáner de tipo diferencia de

200
Documentación tridimensional mediante escáner láser 3D... ACTAS

Fig. 4. Trabajos de documentación geométrica del baluarte (Autor: Emiliano Hinojo).

fase. La resolución de datos en la nube de puntos se fijó en tres milímetros. Además,


con la redundancia en la toma de datos, o el solape entre los escaneados, hemos po-
dido obtener una mayor densidad de datos, existiendo zonas donde puede existir un
milímetro de resolución.
Mediante este proceso obtenemos una nube de puntos de alta densidad que nos
define de manera milimétrica cada uno de los elementos del baluarte, obteniendo la
base geométrica sobre la que posteriormente servirá de puntos de apoyo en el proceso
de «dense image matching».
Para proporcionar la textura en la nube de puntos, se utilizó una cámara métrica
calibrada Canon EOS 550 de 18.8 mpx. que reproduce el eje x,y,z del escáner con el
CCD de la cámara. Esta técnica sin duda mejora muchísimo en el ajuste radiométrico
del RGB de cada uno de los puntos registrados por el escáner puesto que controla-
mos mediante un método manual todos los parámetros de apertura del diafragma,
velocidad y sensibilidad ISO. Este proceso lo adolecen la mayoría de sistemas que ob-
tienen estos parámetros de un modo automático sin tener en cuenta las condiciones
de iluminación del entorno de trabajo. De esta manera se obtiene por separado la tex-
tura del modelo para posteriormente incorporarla a la geometría propia del baluarte,
adquirida mediante escaneado láser 3D. La textura adquirida mediante este proceso

201
Fig. 5. Proceso de documentación de la contraescarpa mediante
escáner láser 3D de diferencia de fase (Autor: Jorge Angás).

aporta una textura general al baluarte, pero no aporta un nivel de detalle suficiente
para la ortofoto de cada uno de los alzados. Para ello se ha realizado una toma de
fotografías de alta resolución de cada uno de los alzados, controlando especialmente
las condiciones de luminosidad y realizando un posterior ajuste radiométrico de cada
una de las fotografías.
Las fotografías de detalle realizadas se han hecho con el siguiente material:
-Cámaras réflex digitales Canon 6D
-Objetivos: Canon: EFS 17-85 mm. f/3.5-5.6 IS; 24 mm. f/2.8, 50 mm f/1.8. y
Tamron: SP 90mm f/2.8 Macro
-Disparadores remotos Canon RS-60
-Filtros B&W polarizador neutro
-Tabla colorimétrica: ColorCheker Passport (X-rite)
Con el fin de conseguir una reproducción fidedigna del color se ha utilizado la
siguiente técnica:
- Todas las fotografías se han disparado en formato RAW que registra de forma
separada los valores de luminosidad y los ajustes de color.
- En cada configuración de iluminación se tomó una foto «testigo» a un patrón de
color normalizado X-RITE ColorChecker.

202
Documentación tridimensional mediante escáner láser 3D... ACTAS

Fig. 6. Ejemplo de nube de puntos de alta densidad de un tramo


de la contraescarpa (Autor: Scanner Patrimonio).

- Con la foto testigo y el software Adobe Camera Raw se calculó el ajuste correcto
de temperatura de color de la luz utilizada y este ajuste se aplicó a todas las fotografías
para conseguir un color homogéneo en las fotos de todos los paneles.
- Utilización de un patrón de colores: Nos permite medir la temperatura del color
de la luz (Grados Kelvin).
Estas fotografías de alta calidad posteriormente han sido referenciadas al modelo
tridimensional obtenido mediante escaneado por medio de los puntos de referencia.

5. Resultados preliminares

La estandarización de los resultados obtenidos representa uno de los grandes ob-


jetivos actuales para la propia gestión que necesita el arqueólogo. Un proceso que sin
duda necesita democratizar los resultados tridimensionales a nivel público a través
de un consenso técnico, científico, y de propiedad intelectual. Los datos generados
tienen que resultar comprensibles, de utilidad geométrica y de fácil acceso gráfico y
métrico que fomenten la autogestión y faciliten la investigación.
Los resultados proporcionados se han combinado dentro del equilibrio menciona-
do de registro y puesta en valor arqueológica con documentación geométrica: ortofo-
tos en alta resolución y nubes de puntos compatibles en formato CAD.
Además se han aprovechado cada uno de los escaneados para la generación de
ficheros web desde un navegador y con ello es posible visualizar y gestionar la infor-
mación métrica y gráfica de cada uno de los escaneados con el objetivo de realizar
mediciones en 3D, localización de coordenadas absolutas (x,y,z) e incluir información
contextual vinculada. Por lo tanto resulta factible de cara a la investigación arqueoló-
gica, generar una aplicación totalmente autogestionable donde vayamos incluyendo

203
Fig. 7. Planta general del escaneado de los restos arqueológicos localizados
en el mercado de Sant Antoni (Autor: Scanner Patrimonio).

204
Documentación tridimensional mediante escáner láser 3D... ACTAS

Fig. 8. Ejemplo del visor métrico esférico en formato HTML para su difusión
mediante un fichero Web Data Server (Autor: Scanner Patrimonio).

el resto de información arqueológica. Este tipo de aplicación representa el punto de


partida para una gran variedad de aplicaciones para la puesta en valor del yacimiento
arqueológico.

6. Conclusiones

Una vez postprocesados los datos, los resultados han sido convertidos en archivos
que puedan ser visualizados, gestionados y analizados mediante estándares informá-
ticos a nivel de usuario. Esta simplificación ha permitido una investigación científica
más amplia totalmente autogestionable desde el equipo de investigación arqueológi-
ca. A través de la creación de estos estándares (ya reconocidos en diferentes proyec-
tos europeos como CARARE o 3DICONS) se solventan una de las claves del proceso
metodológico, ya que este hecho además contribuye poco a poco a un cambio con-
ceptual y metodológico que hace fácilmente intercambiable la información postpro-
cesada. La normalización de un método a través de modelos contribuye a un proceso
de permeabilización y comprensión técnica. Por ello el resto de datos generados en
el análisis de cualquier estructura u objeto a través de archivos del tipo de formato:
X3D, PDF 3D facilita la gestión tridimensional. Un camino por descubrir e investigar
va directamente ligado a la gestión de los mismos archivos en bases de datos relacio-
nales en HTML 5 o servidores comunes a modo de fuente o archivo documental de
metadatos, que en cualquier tiempo o espacio se pudiese extraer la información nece-
saria para poder reproducir gráfica y métricamente cualquier elemento del baluarte.

205
Como punto de avance el conjunto de procedimientos debería contemplar las si-
guientes premisas básicas:
- Unificación, a través de bases de datos contemplando ya estándares con formatos
muy sencillos del tipo xml o ASCII.
- Simplificación, con formatos comunes e intercambiables de software libre fácil-
mente comprensibles a nivel de usuario del tipo: *.dae, *.pdf, *.x3d, *.vrml, *.skp, *.stl.
Contribuyendo a un fácil entendimiento y por consiguiente una mejor conceptua-
lización de la información tridimensional con formatos fácilmente accesibles.
Todos estos cambios han sido protagonizados por el efecto denominado “demo-
cratizador” en la sociedad de la información actual, que permite una amplia difusión
y con ello una comprensión de cualquier usuario. Los denominados “open source”
han contribuido a esta divulgación. Existen, de hecho, congresos específicos dentro
del campo arqueológico dirigidos hacia los formatos denominados de código abierto
como el ArcheoFoss 2014. Open Source, Free Software e Open Format nei processi di
ricerca archeologica en Verona (Italia).
A modo de síntesis resulta necesario establecer una especificación, que recoja unas
recomendaciones para la verificación procesual, geométrica y, sobre todo, de la com-
probación de sus objetivos a través de un orden lógico de equilibrio y desarrollo.
Es importante no perder la referencia fundamental de construir, entre el variado
conjunto de profesionales (arquitectos, diseñadores gráficos, ingenieros topógrafos,
historiadores del arte, informáticos y arqueólogos) que se dedican a documentar y
representar el patrimonio cultural, unos objetivos claros y definidos para cada pro-
yecto, que eviten la desmembración del proceso de investigación (multidisciplinar),
transmisión y análisis entre disciplinas (interdisciplinar) y difusión al resto de la so-
ciedad (transdisciplinar).

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207
208
ACTAS

La fortificación de Amposta.
De plaza de primer orden a fortificaciones de circunstancias

Dídac Gordillo Bel


Arquitecto y profesor del Departamento de Expresión Gráfico II-UPC
didac.gordillo@upc.edu
didacgordillo@arquired.es

Resumen

Amposta y su castillo habían tenido una importancia estratégica de primer orden


desde la antigüedad hasta el inicio de la edad moderna, controlando el paso al inte-
rior de la península a través del Ebro. Esto se constata en el momento de su destruc-
ción, durante la guerra entre la Diputación del General y el rey Juan II, cuando éste
hacía casi nueve meses que la sitiaba personalmente. Después de la toma del castillo
de Amposta no hay datos bélicos relevantes hasta el siglo XIX, cuando se producen
varias obras de fortificación en la ciudad, las últimas durante las guerras carlistas. Es
interesante como de los tres recintos que se sabe que había en el castillo medieval se
han encontrado trazas de los dos interiores, pero no del tercero que se encaraba a la
antigua villa ni del que la rodeaba, aunque la configuración urbana insinúa aproxi-
madamente por donde se encontraba. También lo es comprobar que quedan restos de
la fortaleza medieval, que no es en sistema abaluartado, levantadas con cierta premu-
ra y aprovechando lo que quedaba de las anteriores, con una concepción simple de la
fortificación a partir de cortinas sencillas y baluartes que las cubrían.

Palabras clave: castillo, fortificación, foso, parapeto.

209
1. Introducción

Amposta, situada a orillas del río Ebro y relativamente cercana a su desemboca-


dura, justo sobre la última prominencia natural del terreno antes de extenderse la
llanura deltaica, ha sido ocupada desde antiguo dada su ubicación estratégica, con-
trolando el acceso al interior de la Península a través del propio río. Se han encontra-
do restos de un asentamiento de época ibérica, que algunos han identificado como la
antigua ciudad de Hibera, destruida en el transcurso de la Segunda Guerra Púnica.
No quedan restos de época romana, pero de época andalusí se han encontrado restos
de muros de tapial y fosos excavados en la roca, aprovechando anteriores estructuras
ibéricas y siendo aprovechadas posteriormente en la fortaleza hospitalaria construida
durante el siglo xii.
En todos los proyectos de conquista de la ciudad de Tortosa siempre se había inten-
tado controlar previamente el castillo de Amposta como clave del paso desde el mar,
tanto en el intento fallido del conde Ramón Berenguer III como medio siglo más tar-
de en el definitivo por parte de Ramón Berenguer IV. Éste dio el Castillo y Término
de Amposta a la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, que lo refortificó. Tan
estratégico e importante era, que el título más importante de la Orden en Cataluña
y Aragón fue el de Castellán de Amposta, título que se mantuvo incluso cuando a
finales del siglo xiii el rey Pedro III de Aragón permutó el castillo y su término a la
Orden por los de Gallur y Onda, pasando desde entonces a dominio real.
Esta importancia es constatable en el momento de la destrucción de la fortaleza du-
rante la guerra entre la Diputación del General de Cataluña y los partidarios de Juan
II el Grande, a mediados del siglo xv, cuando hacía casi nueve meses que era sitiada
por el propio rey Juan II y por el príncipe Fernando, futuro Rey Católico, dirigiendo
el ejército real, precisamente para rendir posteriormente Tortosa. Pero después de la
caída del castillo de Amposta ya no hay datos bélicos relevantes hasta el siglo xix, en
que se producen varias obras de fortificación de la ciudad en el contexto de las gue-
rras carlistas, que recuerdan las fortificaciones abaluartadas que habían definido los
recintos defensivos de siglos anteriores, pero mucho más sencillas y precarias.

2. Fortaleza medieval. Influencia en el desarrollo urbano

Bajo los restos conocidos del castillo hospitalario se han encontrado otros de la
fortificación andalusí y de época ibérica, pero es difícil hacerse una idea de cómo era
el conjunto debido a las transformaciones que ha sufrido, no sólo por la destrucción
del siglo xv sino por la posterior reutilización de los materiales constructivos, tanto
por parte de particulares como para construir la iglesia arciprestal actual, y porque
las estructuras que quedaban quedaron ocultas al construirse encima varios molinos
arroceros a finales del siglo xix.
Del castillo medieval se sabe que había tres recintos, encontrándose trazas de los
dos interiores a partir de los fosos que han llegado a día de hoy, pero del tercero que

210
La fortificación de Amposta... ACTAS

Figura 1. Restos de fortificaciones medievales junto al rio (Foto. D. Gordillo)

se encaraba a la antigua villa no queda nada, aunque que a partir de la configuración


urbana y del crecimiento del casco antiguo de Amposta se puede plantear una hipó-
tesis de por dónde discurría, posiblemente con un espacio libre de protección antes
de llegar a la parte edificada de la villa. Lo que quedaba de la fortificación medieval
fue incluso aprovechada para las posteriores obras de defensa realizadas durante el
siglo xix.
El primer foso es el que rodea la parte edificada del actual recinto del castillo, te-
niendo como límite el río al norte y al oeste. Aquí se encuentra el antiguo molino de
Cercós, donde ahora está la Biblioteca «Sebastià Juan Arbó», justo al lado de los restos
de la torre de Sant Joan, de la que queda el basamento con sillares almohadillados,
pero que a inicios del siglo xix estaba en parte de pie, tal como se aprecia en un gra-
bado de Alejandro de Laborde. Si seguimos el área del castillo, en el centro, justo en
el límite del primer foso, se encuentra el edificio de la Escuela de Arte, donde había
estado la celoquia o torre del homenaje del castillo, y donde se han encontrado es-
tancias de época medieval junto con unos silos de época ibérica. También hay restos
andalusíes reforzando la muralla con mayor espesor, y una torre justo en el ángulo
del foso. Sobre los restos del antiguo Molí d’Escrivà, ya junto al río, se encontraba la
torre del Hospital, al final de un baluarte bajomedieval, aprovechando la roca que se
alza sobre el río. Cabe destacar que justo en este punto se encuentran los restos del

211
Figura 2. Amposta y su castillo. Mediados del siglo xviii (SCEAP)

antiguo embarcadero del castillo1, un espacio en el que sólo podía entrar una peque-
ña embarcación, cubierto con bóveda de piedra, muy similar al medieval de Miravet.
El segundo foso corresponde a lo que hoy es toda la calle Fossat, que prolongado
hacia el río acabaría bajo la pilastra del puente colgante; durante el siglo xix este es-
pacio fue ocupado por viviendas adosadas a la escarpa y la contraescarpa, al ser bas-
tante ancho, excepto donde se estrecha, cerca del Canal de la Derecha del Ebro, donde
se ocupó sólo en el lado interior. Tanto bajo la torre del Hospital, cercano al primer
foso, como en el muro de río junto al segundo foso, cerca de la pilastra del puente,
se encuentran unas grandes anillas empotradas en la roca2 que servirían de amarre
de las embarcaciones que se acercaban al castillo. Lo que quedaba de este recinto fue
aprovechado para rehacer una parte de las murallas durante las guerras carlistas.
Del tercer recinto no queda ningún rastro y no se sabe exactamente por donde
discurría, aunque muy probablemente incluía la antigua capilla de Santa Susanna,
actualmente desaparecida al abrir la avenida que lleva al puente colgante, y segura-
mente situada cerca de la puerta de acceso como capilla del recinto inferior del cas-

1 Información facilitada y contrastada por la arqueóloga Cinta Montañés.


2 Constatación a partir de observaciones de la arqueóloga Cinta Montañés.

212
La fortificación de Amposta... ACTAS

tillo. Hacia ahí se dirigen las dos calles que rodean la Casa Miralles por sus fachadas
laterales, en el casco antiguo, la que probablemente fuera una de las edificaciones sin-
gulares de la población junto con la antigua Casa del Prior (donde hoy se encuentra el
edificio del ayuntamiento) y la antigua iglesia románica de la ciudad (de la que se han
encontrado los cimientos a finales del año 2014), que mantiene un matacán entero y
parte de otro protegiendo las dos puertas de acceso de que dispone.
Cercano a la tercera muralla probablemente no habría ninguna edificación, con un
espacio vacío de protección, más allá del cual se formaría la población cristiana a par-
tir de una trama de calles más o menos ortogonal, con manzanas rectangulares for-
madas por parcelas estrechas, similar a nuevas poblaciones medievales posteriores,
como la vecina Ulldecona, tras bajar a la llanura desde el castillo, la no tan próxima
Vila-real, o las más lejanas bastidas francesas de Aigües-Mortes o Monpazier.
Rodeando la antigua villa anexa al castillo también había una muralla, de la que
queda alguna parte más o menos evidente en la orilla del río, aprovechada como pa-
red posterior de las viviendas y construcciones que le dan fachada, no quedando a día
de hoy por la parte de tierra más que la traza definida por las calles que limitan el cas-
co antiguo, hasta llegar al área del castillo. En un plano de mediados del siglo x ­ viii
sólo se muestran dos de los fosos del castillo, con edificios dentro usados de fábrica y
almacén, y en otro de principios del xix sólo se marca el segundo foso, con una casa
fuerte en el primer recinto, por lo que se ha de suponer que hasta inicios del siglo xix
no se volvió a fortificar el lugar. De hecho, no hay referencias a hechos de armas en
Amposta desde principios del siglo xvi hasta las guerras carlistas.

3. Las defensas de la villa durante la primera mitad del siglo xix

Vuelven a mencionarse las defensas de Amposta en un informe del Cuerpo de


Ingenieros3, en el transcurso de la Primera Guerra Carlista, tras el asedio sufrido del
siete al catorce de octubre de 1837 por parte de tres mil carlistas con cinco piezas de
artillería, al mando de Ramón Cabrera, abortado en último momento por la llegada
desde Tarragona del Brigadier Pedro Aznar con una división isabelina para socorrer
la guarnición de Amposta. Según el mismo Aznar hacía notar, la fortificación exis-
tente era suficiente para soportar golpes de mano, pudiendo contener al enemigo por
unos días, pero insuficiente ante asedios con artillería. El 16 de octubre ordenó que
se repasaran las fortificaciones existentes, que se reducían a una cerca de unas mil
varas castellanas4 de perímetro, teniendo al norte los restos del castillo, separado de
la ciudad por un pequeño foso, con una batería baja y una falsabraga con un torreón
irregular en un extremo, y la torre de Sant Joan en el otro, cerrando en ángulo el con-

3 Comandancia de Ingenieros de Tortosa. Expedientes nº 1940 y 2434. Copia del Arxiu del Servei
d’Arqueologia. Departament de Cultura. Generalitat de Catalunya.
4 Una vara castellana equivale a 0,835905 metros, i también a tres pies, equivalente cada uno a
0,278635 metros, según la “Real Orden de 9 de diciembre de 1852, por la que se determinan las tablas
de correspondencia recíproca entre las pesas y medidas métricas y las actualmente en uso (Diccionario
jurídico-administrativo. Madrid, 1858)”.

213
junto por un parapeto, formando una plaza de armas, donde existían unos edificios
destinados a alojamiento de la guarnición, almacenes y cuerpo de guardia.
En ese momento se decidió mejorar las defensas, básicamente reduciendo el perí-
metro de la fortificación de la villa, talando todos los olivos y algarrobos de alrededor
y derribando todas las construcciones y casetas del exterior a una distancia de medio
tiro de cañón desde la muralla, salvo una fábrica de jabón, edificio bajo dominado
desde la villa, donde podría haber un destacamento, que unido al recinto mediante
una doble caponera proporcionaría fuegos de flanqueo en el frente más expuesto del
castillo. Según unos planos fechados el 24 de marzo y el 25 de abril de 1838 y siguien-
do las indicaciones del mismo Brigadier Aznar, el recinto debía estar separado de las
casas, para evitar que con la ayuda de alguien desde el interior se pudiera acceder por
las ventanas o aberturas posteriores de alguna de las construcciones dentro de la po-
blación, como parece que había ocurrido alguna vez en otros lugares en el transcurso
de la Primera Guerra Carlista.
El sistema de defensa básicamente se fiaba en unos baluartes (el Gran o de Isabel
II y el de els Carabiners o del Baró de Meer) y unos torreones (Trinquet y de la Fà-
brica) donde poder situar piezas de artillería, unidos mediante cortinas lisas, además
del propio castillo, todo hecho con mampostería de piedra y argamasa, con madera
para entarimados y vigas en edificaciones auxiliares. Parte del material empleado
era reaprovechado de otras construcciones, como del antiguo convento de Capuchi-
nos de Tortosa, situado extramuros de la ciudad, de donde se sacó piedra y madera,
además de la sacada de los andamios para la construcción de la iglesia arciprestal de
Amposta.
Desde el lado más bajo, la cortina, apoyada en el río a partir de la torreta dels
Carabiners llegaba hasta el semitorreón del Trinquet, teniendo en medio el baluarte
del Baró de Meer o dels Carabiners, protegiendo una de las puertas de la villa, de dos
batientes de madera maciza y rastrillo, cerca del cual se encontraba una casa habili-
tada como cuerpo de guardia. En total hacía unas ciento cincuenta varas de largo por
seis de alto y tres y medio de ancho. Desde el torreón del Trinquet la cortina iba hasta
el semibaluarte Gran o de Isabel II, de donde salía la carretera de Valencia, con una
cortina de unas ciento sesenta y tres varas de largo, desde allí iba otra cortina de unas
ciento veinte varas hasta el semitorreón de la Fàbrica, que enlazaba con la misma
mediante una doble caponera. En la mitad de la cortina salía el camino hacia Mas-
denverge y Ulldecona, prolongación de la calle Major. Desde el torreón de la Fàbrica
una cortina de unas ciento sesenta y seis varas enlazaba con el castillo, y en medio de
esta salía el camino hacia Tortosa.
También se reforzó el castillo con una cortina desde la torre de Sant Joan hasta la
tronera antigua, de tres varas y media de ancho, con la formación de una banqueta de
dos varas y medio de alto, levantando un parapeto para fuego de fusil. En la tronera
se le añadieron merlones y parapeto, midiendo en total seis varas de ancho, levan-
tando la altura del parapeto hasta tres varas y medio, levantando el terraplén interior
una vara para tener la explanada para un cañón. En el lado del río se hizo un muro de
una vara de espesor y una y media de altura, igual a la muralla de la ciudad de cara
al río. El muro del puente levadizo del castillo era de mampostería de vara y media

214
La fortificación de Amposta... ACTAS

Figura 3. Amposta y el castillo a mediados del siglo XIX (SCEAP)

de ancho y ocho varas de altura, y el muro del castillo de cara a la villa media unas
ciento cuarenta y seis varas de largo, de tres varas de alto y de ancho tenía dos muros
de cuatro pies y medio terraplenado con dos varas de grosor.
Con el fin de la guerra se consideró innecesario mantener en funcionamiento la
fortificación de Amposta, por lo que en fecha veintitrés de junio de 1845 se dio la
orden de inutilizarla, lo que fue cumplido poco después, de manera que durante la
Segunda Guerra Carlista se sabe que tropas leales a Isabel II tuvieron que refugiarse
en la iglesia arciprestal en construcción, como fuerte principal de la población, ante
un ataque carlista, rodeando en ese momento la villa un simple muro y un foso.

4. Las defensas de la villa durante la segunda mitad del siglo xix

Durante la Tercera Guerra Carlista, el jefe carlista Pascual Cucala entró en Am-
posta el veintiuno de febrero de 1874, recuperándose la villa el veintitrés de septiem-
bre por tropas leales al Gobierno, provenientes de Tortosa5. Sólo dos días después se

5 Comandancia de Ingenieros de Tortosa. Expediente nº 1940. Copia del Arxiu del Servei d’Ar-
queologia. Departament de Cultura. Generalitat de Catalunya.

215
Figura 4. Fortificaciones de 1876 (BHMB).

inició la nueva fortificación de la población a expensas de la población, resistiendo


dos ataques carlistas posteriormente, uno del diez al doce de octubre del mismo año,
cuando llegaron refuerzos desde Tarragona, y otro el catorce de marzo de 1875, re-
chazado por la guarnición, siendo apoyada por varias lanchas blindadas venidas de
Tortosa.
Según unos planos de las nuevas fortificaciones fechados en marzo de 1876, tan-
to generales como de detalles, la fortificación era más sencilla que la de la Primera
Guerra Carlista, aprovechando en parte el nuevo canal de la Derecha del Ebro como
elemento defensivo, con unas cortinas aspilleradas que no llegaban al metro de an-
cho, y entre dos y cuatro metros de altura, con unos baluartes más sencillos, con
plataforma sobre el nivel del suelo entre dos y tres metros para poder instalar piezas
de artillería, con una rampa de acceso, y una altura total de entre cuatro y seis metros,
con cañoneras y aspilleras fusileras, que en la puerta que conectaba con la carretera
de Valencia era de dos pisos.
En el baluarte más expuesto, situado en el tramo de muralla que quedaba entre el
canal de la Derecha del Ebro y el canal que comunicaba el río con la dársena del canal
de navegación, que se había hecho a mediados del siglo, se le añadió un foso rodeán-
dolo en su perímetro exterior, de un poco más de metro y medio de profundidad y
unos dos metros y medio de ancho, no haciéndose en cambio ninguno en la base de
las cortinas, pero hay que tener presente que la parte de terreno exterior entre el canal
y el río no tenía acceso fácil desde fuera de la ciudad, ya que se tenía que atravesar o
el canal o la dársena del canal de navegación.
En el caso del castillo, según el plano de 1876, el primer foso quedaba enterrado
al nivel del resto del interior del recinto, manteniéndose básicamente la edificación

216
La fortificación de Amposta... ACTAS

Figura 5. Fortificaciones de 1876 (BHMB).

ubicada sobre la antigua celoquia medieval, más lo que quedaba de la antigua torre
de Sant Joan con una edificación anexa, y otra edificación nueva sobre lo que había
sido el baluarte de la torre del Hospital. De cara al campo estaba rehecho el parapeto
tras el que se situaba una pieza de cañón, justo en el cruce del canal de navegación con
el segundo foso del castillo, con un muro aspillerado, y de cara a la villa quedaba un
muro sencillo de unos sesenta centímetros de ancho con una altura variable, entre
cinco y ocho metros, en el que ya en ese momento se apoyaban las casas construidas
en el segundo foso. Algunos de estos elementos todavía se pueden observar hoy en día.
Cabe destacar que con la mejora de las condiciones económicas por el cultivo del
arroz en el delta, había aumentado la ocupación del suelo en el interior de la ciudad,
de modo que no sólo se había edificado en el antiguo segundo foso del castillo con
viviendas adosados a la escarpa y la contraescarpa del mismo, sino que además las
manzanas llegaban hasta el canal, por lo que en la parte de la ciudad que limitaba con
el canal se mantuvieron los edificios, y sus muros posteriores pasaron a formar parte
de la fortificación de la población, cerrando los finales de calle de cara al canal con
tramos de muros aspillerado.
Si tenemos en cuenta los accesos a la villa, desde el lado del río, junto a la dársena
del canal de navegación, había una puerta de la muralla desde la que se accedía a un
puente giratorio, que comunicaba con el delta o bien aislar Amposta del otro lado de
dársena y canal. También había otra puerta, que mediante un puente, conectaba con
la carretera de Tortosa por encima del canal. Se había anulado la salida hacia Ullde-
cona y también la conexión con la carretera de Valencia a través de la puerta de Sant
Josep, además de cerrar el paso junto al río a un pozo en el lugar llamado «Povador»,
al construir un parapeto al final de la calle que accedía. Se mantenía, sin embargo,
el paso de barca para atravesar el río y conectar hacia Barcelona, paso que existía de
siglos anteriores en el mismo lugar.

217
Ya terminados los combates, en 1876 se dio la orden de inventariar las fortifica-
ciones de todos los ayuntamientos, obligando a los alcaldes a su mantenimiento, y
posteriormente consta que en fecha siete de octubre de 1877 desde el Ayuntamiento
se pidió a la autoridad militar abrir la muralla por la puerta de Sant Josep, ya que así
se facilitaba el acceso a la carretera de Valencia, y por el acceso al “Povador”. Tras
varias gestiones, el diez de noviembre de 1877 se daba el permiso solicitado, con la
condición de que si hiciera falta volver a cerrar las aberturas, debían hacerse cargo los
vecinos. Posteriormente, en mayo de 1888 se promulgó una Real Orden por la que las
murallas y fortificaciones de poblaciones que no eran plazas fuertes, como Amposta,
pasaban a ser de titularidad municipal, haciendo los ayuntamientos lo que más les
conviniera, o conservarlas o derribarlas.
Existe un informe de la Comandancia de Ingenieros de Tortosa de cuatro de
agosto de 1889, referente a un vecino que quería derribar a su cargo un tramo de
la muralla de Amposta que separaba fincas de su propiedad, pidiendo quedarse el
material resultante del derribo, donde se especifica que las obras de fortificación no
fueron pagadas en su momento por el Estado, sino por la Diputación Provincial y
los pueblos del entorno (Amposta, Masdenverge, Sant Carles de la Ràpita, Freginals,
Vinaròs, Santa Bàrbara y Roquetes), por lo que confirmaba el permiso para derribar,
pero aclaraba que quien debía dar el permiso del aprovechamiento de los materiales
resultantes eran las administraciones mencionadas.

5. Conclusiones

Es interesante ver como en Amposta, un lugar estratégico, hay restos medievales,


no hay ninguno de fortificación abaluartada, y vuelven a aparecer ejemplos diversos
del siglo xix, construyendo unas fortificaciones de circunstancias con una concep-
ción aún relacionada con la idea de cortinas y baluartes que las cubren, sobre todo
las del primer tercio del siglo xix, con un espesor importante en las cortinas pero sin
elementos exteriores, y en cambio, las fortificaciones del último tercio del siglo xix
son de una precariedad manifiesta, hechas con los exiguos medios que disponían.
Fijémonos en el grosor y la altura del perímetro amurallado que aún queda en el área
del Castillo.
Es curioso que en el siglo xix se haya producido este proceso de construcción y
derribo tan acusado, en solo cuarenta años, ya que si en lugar de demoler las defensas
al terminar cada contienda se hubieran mantenido, esto hubiera repercutido no sólo
militarmente sino económicamente, porque para cada nueva construcción se debían
destinar nuevos recursos humanos y materiales. Pero la principal razón por la que
han desaparecido la mayoría de las fortificaciones ha sido por el reaprovechamiento
del espacio y de los materiales a lo largo del tiempo, sobre todo en los siglos xix y xx,
al crecer la actividad económica con la construcción de fábricas y molinos, tanto en el
recinto del castillo como fuera, y con ella, la población, que ha ido ocupando espacios
vacíos. Se han reaprovechado elementos constructivos, pero también se ha edificado
sobre estructuras más antiguas, que han quedado ocultas.

218
La fortificación de Amposta... ACTAS

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219
220
ACTAS

El paso de las murallas romanas y medievales a las fortificaciones


modernas en la ciudad de Tarragona (siglos xv-xvii)

Joan Menchón Bes


Arqueólogo Municipal. Ayuntamiento de Tarragona
jmenchon@tarragona.cat

No hay muro, cualquiera que sea su grosor,


que la artillería no lo destruya en unos pocos días.
Nicola Maquiavelo, El arte de la Guerra

Resumen

En nuestra aportación a las Primeras Jornadas de Patrimonio Defensivo de época


moderna (2013) realizamos una aproximación general a la evolución de las murallas
y fortificaciones de la ciudad de Tarragona entre los siglos II aC y 1854, cuando deja
de ser plaza fuerte y se abre el proceso de desmantelamiento.
En esta comunicación veremos como las murallas romano-medievales sufren las
primeras transformaciones ante los avances del arte de la guerra, con las armas de
fuego, y la construcción de las primeras obras de traza italiana, entre los siglos xvi
y xvii.
Palabras clave: Tarragona, murallas, artillería, baluarte, pirobalística.

1. Las viejas murallas romanas y medievales hasta la Guerra Civil catalana (1462-1472)

Hemos de recordar que la ciudad medieval de Tarragona reocupaba la antigua


sede del Concilium Provinciae Hispaniae Citerioris y parte del antiguo barrio portua-

221
rio, en la zona de la actual plaza de los Carros y estación del ferrocarril, dos espacios
urbanos separados entre sí unos 1.000 metros.
La vieja muralla romana, de algo más de 4’5km., quedaba inutilizada en su mayor
parte, pasando a convertirse en un elemento obsoleto, límite de fincas y caminos e
incluso cantera. El lento desmantelamiento de la vieja fortificación romano-republi-
cana de la mayor parte de su recorrido, no concluye prácticamente hasta el siglo xix,
y contrasta con su mantenimiento en la Parte Alta o centro urbano medieval y de
época moderna.
La parte meridional de la Tarragona del siglo xii se cerró primero con una cerca
conocida como el Mur Vell en el desnivel entre la Plaza de Representación del Conci-
lio Provincial y el Circo. Entre 1360 y 1369, en tiempos del rey Pedro III de Cataluña
y IV de Aragón, se inician las obras de una segunda muralla que protegerá el arrabal
del Corral, construido sobre la arena y las gradas del viejo Circo romano.
La defensa de las murallas romano-medievales se basaba en primer lugar en sus
extraordinarias dimensiones, una estructura de emplecton con zócalo megalítico
y segundo cuerpo de sillería, mientras que el interior, parcialmente colonizado, se
formaba por un interesante relleno de adobes. Las dimensiones de la sección son
de admirar: entre 5 y 6 metros de ancho y unos 10-11 de altura. Las viejas torres ro-
manas son reforzadas e incluso recrecidas (Arzobispo y Seminario o Cabiscol) y se
construyen otras en determinados puntos, aunque algunas de ellas puedan ser ya de
la antigüedad tardía. Los adarves se protegen con frisos de almenas de tapia, y sobre
puertas y poternas se construyen ladroneras.
El llamado Mur Vell, del siglo xii, tiene unas dimensiones más discretas en cuanto
a sección, dado que reutiliza el antiguo muro de contención de la plaza del Concilium,
pero no deja de impresionar la reutilización de las sillerías romanas, junto a la cons-
trucción de torres de planta cuadrada.
Ya en el siglo xiv la fachada del Circo se tapia con finalidades defensivas, obra que
conocemos como el Mur de Clasquerí, en recuerdo de dicho arzobispo, que manda
construir esta defensa no sin serios problemas con el Concejo de la ciudad; pero a
partir de 1369 se refuerza con una nueva muralla por orden del rey Pedro III. Esta, a
diferencia de otras coetáneas, tiene una sección nada desdeñable, 4’20 m de anchura
junto a la torre de les Monges, lo cual nos hace pensar que pretende dar continuidad
arquitectónica y monumental a la muralla romana, precisamente en un tiempo de
crisis y tribulaciones, pero también de serias pugnas entre el poder municipal y el
arzobispo, verdadero hombre fuerte de la ciudad. Esta nueva muralla incorpora ya
innovaciones poliorcéticas. Así las torres de les Monges y de Miralcamp son sendas
construcciones octogonales al estilo de las de Poblet, Morella, Barcelona, Tortosa o
Valencia, la torre-portal de Sant Francesc seria del estilo del portal del Bové de Mont-
blanc. Sin embargo, es de suponer que esta muralla no acabó de concluirse, lo cual
explicaría el releje que se observa en planta tanto en los planos históricos militares
como en el parcelario actual, de manera que la parte más occidental seria simplemen-
te un tapiado de las arcadas del Circo romano.
La documentación medieval muestra como una de las cargas para la ciudad de
Tarragona era el mantenimiento de sus murallas, problema que se hereda e incluso

222
El paso de las murallas romanas y medievales... ACTAS

Figura 1. Croquis de las defensas de Tarragona en el siglo


xv y a principios del siglo xvii (J. Menchon).

de agrava en época moderna. La preocupación por los ataques de piratas y corsarios,


o por las hostilidades de franceses o castellanos son la causa. No faltan las disputas
entre el Concejo de la Ciudad, el Cabildo catedralicio, el arzobispo y el conde-rey
a la hora de decidir quien asume económicamente las obras. Las murallas fueron
reforzadas e incluso se modificó la torre de Miralcamp (1446- 1447) o Torre Grossa.
Un episodio realmente importante es la Guerra Civil Catalana (1462-1472) entre la
Generalitat y Juan II.
En 1462 las tropas realistas y del arzobispo Pedro de Hurrea pusieron sitio a la
ciudad. Tarragona se preparó, artillando torres, cerrando portales, tapiando venta-
nas y oberturas etc. El 17 de octubre se inició asedio, y pronto vieron que la empresa
no sería fácil dada la potencia de las defensas. La expugnación se llevó a cabo por la
Muralleta, que era la parte más fácil de atacar por la topografía del entorno. Se hos-
tigaron los flancos de las torres Grossa y de les Monges desde los conventos de Sant
Francesc y Santa Clara. Se consiguió abrir brecha junto a estas torres y la del Burdel.
Lo cierto es que los realistas entraron en el barrio del Corral pero al encontrarse con
el Mur Vell, entendieron que la plaza no se tomaría tan fácilmente. Por ello el 2 de
noviembre de pactó la rendición de un sitio que realmente acabó en tablas pero que
afectó seriamente las viejas murallas, y que mostraba una nueva forma de hacer la
guerra con armas de fuego, ante las cuales las defensas verticales no permitían una
defensa satisfactoria.
Tras la propugnación de 1462, las murallas fueron reparadas, como se observa en
la reconstrucción del muro romano junto a la torre de les Monges, o el recrecimiento
con una cúpula octogonal y la conversión de sus saeteras en troneras, remodelación
que se observa en no pocas fortificaciones y castillos catalanes del siglo xv. Sin em-

223
bargo aquí esta intervención se realizó de forma bastante burda, limitándose a abrir
las aspilleras. Es plausible que en este contexto la torre bajo el baluarte de Sant Antoni
fuera reforzada en su base con una reestructura en talud.

2. Siglos xvi-xvii la traza italiana: refuerzo de murallas y el inicio de las obras de la


muralla de San Juan

Bien es sabido que la respuesta provocada por la llegada de las armas de fuego fue
acompañada de la correspondiente revolución en el arte de la fortificación. Murallas,
torres y castillos se refuerzan con taludes; las saeteras se convierten o sustituyen por
troneras; las torres pasan a ser circulares, con los primeros bonetes artillados, pero
pronto se pasa a reforzar las murallas con su extradosado y después la construcción
de grandes obras de planta poligonal, que permiten tanto una mejor resistencia a la
artillería de fuego, como una mejor visual y la multitud de espacios desde donde de-
fenderse con las nuevas armas.
La tradición medieval aún se manifiesta en la fortificación de Salses (Rosellón,
Francia) con unas primeras respuestas arquitectónicas a la irrupción de la pirobalís-
tica. Pero las soluciones poliorcéticas de éxito fueron otras, fruto del genio italiano
de personajes como Leonardo, Miguel Ángel, los hermanos Giuliano o Sangallo, por
poner algunos ejemplos. Nacía así la llamada traza italiana o en estrella.
Se construyeron defensas con muros más bajos y anchos, de piedra y mortero, y re-
lleno interior de tierra. Así se absorben mejor los impactos de los cañonazos. Un nue-
vo sistema de defensa avanzada sustituía las torres: bastiones o baluartes y revellines.
Permitían el fuego cruzado, más cuando la estructura de las nuevas fortalezas evo-
lucionaba hacia la planta en forma de estrella. Lo cierto es que era un sistema de cons-
trucción revolucionario, pero en un tiempo muy costoso. Esta realidad se observa en
Tarragona, aunque lo cierto es que por ejemplo la topografía y la dureza del terreno
impiden seriamente la existencia de fosos, y se hacía difícil no visualizar las defensas
a estar la ciudad en una colina.
Las primeras construcciones a la italiana se corresponden a baluartes en los flan-
cos más débiles de la muralla. Esto sucede en tiempos de Carlos I de Habsburgo. Ya
en 1524 se mandó construir el baluarte de Sant Climent, frente a la torre de Gimi-
nells, pero esta obra no se ejecuta hasta la “Sublevación de Catalunya” (Guerra dels
Segadors, 1640-1652). Pocos años después, en 1527, la amenaza de piratas y corsarios
norteafricanos provocó que el consulado acordara «fer quatre baluards bons de pedra
picada forts […] a la torra del Scolà un, y al portal del Rey altre […] a la torra Grossa
altre y al portal de sent Antoni altre”.
Paralelamente, el arzobispo Pedro de Cardona mandó construir la torre del Port o
dels Caputxins. Además, las viejas murallas son reparadas, como en 1534 el Concejo
municipal y la “Divuitena” así lo mandan, amén de preparar la artillería y habilitar
un portal en las bóvedas de en Carabassa en el Corral.

224
El paso de las murallas romanas y medievales... ACTAS

Figura 2. Dibujos de Antonio van den Wyngaerde (1563) de la ciudad de Tarragona


(KAGAN, R. L.: Ciudades del Siglo del Siglo de oro: las vistas españolas de Anton
Van den Wyngaerde, Madrid 1986). Se remarca el Fortín Negro y baluarte de
Carlos V, baluartes de Carlos V y San Antonio, y la inferior, torre del Puerto.

225
En 1542 Carlos I visita la ciudad y un año después Luís de Castellet, delegado del
capitán general de Cataluña, propone la construcción de dos baluartes en los con-
ventos de Sant Francesc y Santa Clara, extramuros, a ambos lados de lo que ahora
es la Rambla Vella. La idea provocó que fuera rechazado en 1544. Posteriormente se
recupera el proyecto sin afectar los dos centros religiosos.
Castellet también inició los trabajos de desmantelamiento de la torre de Sant Magí
o Minerva con la idea de sustituirla por un baluarte, operación que se manda parar y
reconstruir la torre. En 1545 se realizaban obras del baluarte de Carlos V (que llaman
Santa Clara), al pie de la torre de les Monges. En 1549 se iniciaron las del baluarte de
la Benedicció, Santa Bàrbara o Fortí Negre, obra que finalizó un año después.
Con estos baluartes se protegían los ángulos más sensibles de la muralla, si bien
no se actuó en el occidental, donde la Torre Grossa seria una construcción suficiente-
mente potente. Pese a ello, la Muralleta no ofrecía la necesaria protección de la ciu-
dad por su flanco meridional más cuando en el último tercio del siglo XVI, entre los
conventos de Sant Francesc y Santa Clara, se construyen el nuevo Hospital, l’Estudi,
el Seminari Tridentí y el convento de los Jesuitas (1572-1580), que bajo la promoción
del cardenal Gaspar Cervantes de Gaeta (1568-1575) iniciaba un ambicioso programa
edilicio en el marco de la Contrarreforma Católica. El espacio entre estos equipa-
mientos culturales y religiosos y la Muralleta con el tiempo conformaron la actual
Rambla Vella o de Sant Carles.
Para su correcta protección el prelado y la Corona promovieron ampliar el períme-
tro de la muralla, aunque en realidad el coste estuvo básicamente a cargo de la ciudad
y las poblaciones del Camp de Tarragona.
El proyecto inicial era una muralla rodeando el perímetro entre los dos conventos,
con dos baluartes, de Cervantes, les Monges o de Toro en la vertiente oriental, y el de
Sant Pau en la occidental. Según Recasens, las obras se iniciaron en 1572. Lo cierto es
que el ritmo se fue atenuando, de manera que aún se trabajaba en el de Santa Clara en
los años 1587, 1692 1603, 1604, y no se finaliza y arma hasta 1625.
Pero esta fortificación ¿cuándo se finalizó? Sabemos que en 1602 se trabajaba en
el baluarte de Jesús, pero todo indica que éste y el de Sant Pau no se concluyen hasta
bastante más tarde. Es interesante ver que esta muralla se refleja de forma muy dife-
rente en los planos de mediados del siglo XVII. Por ejemplo en los dibujados en 1642
conservados en Simancas, se dibuja la muralla completa. Mientras, el plano de Calbet
(1643, Biblioteca Nacional de París) se ve la línea de la muralla de Sant Joan, aunque
sólo marca los baluartes de Cervantes y Sant Pau.

3. Descripción de las fortificaciones

¿Qué nos queda de estas fortificaciones del siglo xvi? Si hacemos un recorrido
desde el lado de mar siguiendo la muralla romana hasta la Vía del Imperio primero
nos encontramos con el baluarte de Carlos V. Las excavaciones realizadas en los años
80 del siglo XX descubrieron parte de su escarpa y planta. Era una defensa en forma

226
El paso de las murallas romanas y medievales... ACTAS

Figura 3. Plano de Tarragona en 1643 firmado por Calbet


(www.gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b69036389 ).

de punta de flecha o mejor dicho un baluarte con orejeras que rodeaba la torre de les
Monges. Su fisonomía recuerda las fortificaciones renacentistas de Frantin y Calvi
en la ciudad de Ibiza, por ejemplo. Los muros, como en el caso del baluarte de Sant
Antoni, se construyeron con núcleo de hormigón de cal y mampuesto y cara exterior
de sillería. Entre escarpa y Muralleta, debería haber un importante relleno de tierra.
El plano de Silby de 1748 marca perfectamente, como otros de detalle del siglo
xviii y xix, la planta en forma de baluarte con orejeras y como rodea la torre de les
Monges, la parte superior de la que sobresaldría por encima del terraplén. En los dibu-
jos de Wyngaerde se observa, por ejemplo, que el baluarte sería quizás coronado con
una casamata sobre la cara de mar, o tal vez no estaría terminado, mientras que en
la cara que mira a la actual Rambla Vella, se ve una pieza de artillería que sobresale.
Esto hace pensar que tal vez no hubiera troneras, sino que sería terminado a barbeta,
es decir sin bocas de fuego de manera que se disparaba por encima del parapeto, lo
que permitía un mayor ángulo de tiro.
El baluarte de Sant Antoni defendería el ángulo de muralla entre los actuales pa-
seos de Sant Antoni y Torroja. Es una construcción también de planta pentagonal,
con un potente muro de hormigón de cal y piedra y forro exterior de sillares. En el
extremo habría una garita, que se ve en fotografías de principios del siglo XX . Estaba

227
Figura 4. “Planos y perfiles de los almacenes de S. Felipe y la Fusteria de
Tarragona” por Rafael Silby, año 1748. Servicio Histórico Militar (foto
archivo Museo de Historia de Tarragona). En el extremo superior derecho
se ve el baluarte de Carlos V defendiendo la torre de las Monjas.

rematado, como otros baluartes del siglo XVI con una cornisa semicircular o cordón,
que marcaría la línea magistral. En la fotografía de Hermenegildo Vallvé (1920) no se
ven troneras, como tampoco en el plano de Silby. Una imagen también interesante es
una fotografía del tramo del paseo Torroja con el baluarte al fondo.
En el plano de Silby de 1748 destaca de un acceso al terraplén, que no es más que
una rampa de la muralla romana; o una cisterna interior, de la que aún nos ha llegado
uno de sus lados. Las voladuras de los napoleónicos en 1813 el dañaron seriamente,
tal como dibujó Vicente Roig, Vicentó, en su espléndida serie de aguafuertes. Las ex-
cavaciones arqueológicas llevadas a cabo en este baluarte (1992) exhumaron la base
de una torre medieval que sería desmontada posiblemente en erigirse esta defensa
renacentista. Los trabajos de emergencia en el lienzo adyacente que dan al Passeig de
Sant Antoni, muestran como el terreno natural fue rebajado para dar más altura al
baluarte, e incluso cabe la posibilidad que se abriera un foso.
En cambio en la torre de Sant Magí, no hay indicios que finalmente se construyera
un baluarte hasta tiempo después, durante la “Sublevación catalana” (Guerra dels
Segadors). Se observa, sin embargo, la reparación del desmonte que inició el capitán

228
El paso de las murallas romanas y medievales... ACTAS

Figura 5. “Plano y perfiles de los almacenes del baluarte de S.


Antonio de Tarragona” por Rafael Silby, año 1748. Servicio Histórico
Militar (foto archivo Museo de Historia de Tarragona).

Castellet, con un aparejo de sillar bien escuadrado unido con cal, pero de clara dife-
renciación con la sillería romana.
Si bien la documentación diplomática nos habla de que en el siglo XVI se manda
hacer el baluarte de Sant Climent o Cadenes, hay que pensar que esta construcción,
como el de Sant Magí, también es de tiempos de la Guerra dels Segadors. Ciertamente
no hemos sabido localizar referencias que nos hablen de su obra en el siglo XVI. Pero
lo que más llama la atención es que no es en los dibujos de Wyngaerde ni en los do-
cumentos gráficos anteriores al sitio de 1641. Eso si, aparece en el plano de Calbet de
1643 y en el asedio de 1644. Es también significativo que se marca en los planos de los
proyectos de fortificación de 1642 y el coetáneo de Gandolfo.
El fortí Negre se construyó sobre la torre Escolà y su perfil se observa en el dibujo
de Wyngaerde de 1563. Es una imponente construcción de planta casi cuadrada, si-
milar a lo que sería el baluarte de Cervantes o de Toro.
Actualmente se pueden diferenciar dos niveles o plataformas que nos evocan la
estructura de baluartes renacentistas con casamatas para batir los lienzos lateral-
mente. Exteriormente se ve una obra de mampostería ligada con mortero y sillares
en esquinazo. El lado oeste deja entrever sillería muy dañada al ser utilizada piedra

229
Figura 6. “Vista de la ruina del Baluarte de San Antonio (h)echa por los
franceses en la explision del dia 19 de Agosto de 1813.” Museo de Historia de
Tarragona-colección Gil Nebot (foto Museo de Historia de Tarragona).

del Loreto. El meridional fue volado el 19 de agosto de 1813 con la evacuación de


las tropas napoleónicas. El dibujo de Wyngaerde nos marca que tendría troneras, al
menos en la cara que da a la actual Vía del Imperio. Como nota interesante, Antonio
Alegret en 1911 nos dice que fue testigo de la retirada de dos culebrinas de 10 m. de
longitud, Vencedora e Invencible. Podría tratarse de dos piezas de artillería de los
siglos xvi y xvii.
Gracias a los planos históricos y un dibujo de 1883, sabemos que el baluarte de
Cervantes o de Toro era una fortificación de planta casi cuadrada, pequeña en com-
paración a las otras defensas de la muralla de Sant Joan. Se marca con potentes ta-
ludes y seguramente estaría rematado con moldura semicircular, similar a la del de
Santa Bàrbara. En un dibujo aún se marca lo que quedaría de las troneras. Diferentes
fotografías de finales del siglo xix y principios del xx nos muestran su extraordinaria
presencia en la topografía de la ciudad.
En cuanto a los planos que nos muestran el baluarte, los primeros a tener en cuenta
son los del archivo de Simancas de 1641 y 1642. También se localiza en el plano de
Calbet de 1643 y en el del asedio de 1644. Y no está ausente en los dibujados a partir
de 1700, así como en diferentes vistas de la ciudad fechadas en el siglo xviii.

230
El paso de las murallas romanas y medievales... ACTAS

Figura 7. Vista del baluarte de Toro, año 1883. Museo de Historia de Tarragona.

Figura 8. “La ciudad de Tarragona vista desde el mar.” Grabado de Pablo Montanyà
publicado en el tomo XIII del Viaje de España de Antonio Ponz, entrepàginas 164-165. Se
remarca en oscuro la torre del Puerto (Biblioteca-Hemeroteca Municipal de Tarragona).

En cuanto a la torre del Port, conocemos su ubicación gracias a los planos de los
siglos xvii y xviii, y habría que situarla entre el antiguo edificio de las Obras del
Puerto y la vía del ferrocarril. El dibujo de Hercole Bazzicaluva (1642-1643) marca
una imponente torre, aunque de planta cuadrada. En cambio en el plano de Calbet de
1643 se perfila una obra hexagonal, tal como se ve en el grabado de Pablo Montañés
publicado en 1769, o en el plano del puerto de 1792 etc. Sus características recorda-
rían la Torre Vella de Salou, no en vano las dos se construyeron por orden del mismo
arzobispo: Pedro de Cardona.

231
Figura 9: Cabecera oriental del Circo en la actualidad. Se
remarcan los restos del baluarte de Carlos V (J. Menchón).

Figura 10: restos del baluarte de San Antonio


en la actualidad (J. Menchón).

232
El paso de las murallas romanas y medievales... ACTAS

Figura 11: baluarte de San Antonio parcialmente desmontado, año


1920. H. Vallve (Bibioteca-Hemeroteca Municipal Tarragona).

Figura 12. Reparación renacentista de la torre deTorre de


San Magín o Minerva (remarcada) (J. Menchón).

233
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234
ACTAS

Arquitectura militar en el campo de Tarragona, Conca de Barberà y


Priorat (Provincia de Tarragona) entre época medieval y moderna
(siglos xv-xvi). Algunos ejemplos

Joan Menchón Bes


Arqueólogo Municipal. Ayuntamiento de Tarragona
jmenchon@tarragona.cat

Resumen

Se pretende realizar una primera aproximación al proceso de adaptación de una


serie de castillos, defensas y fortificaciones de la Cataluña meridional entre los siglos
xv y xvi. La proliferación de las armas de fuego motivó la necesidad de cambios en
la poliorcética. Así nos encontramos por un lado con una arquitectura de inercia
medieval, donde las viejas construcciones se transforman y adaptan (contrafuertes,
escarpas, taludes, troneras, barbacanas...) que conviven con sistemas defensivos de
tradición medieval (aspilleras, puentes de acceso, matacanes, ladroneras etc). Obser-
vamos la transformación de castillos medievales con elementos de tradición tardo-
gótica, junto a la construcción de obras ya de traza italiana. En un segundo nivel,
la fortificación de masos o hábitats rurales aún mantienen construcciones de clara
inspiración medieval pero con la incorporación de nuevos sistemas defensivo, que
poco a poco dan paso a las defensas claramente renacentistas. Deliberadamente no
se estudia el caso de la ciudad de Tarragona, que ya es objeto de otra comunicación
específica.

Palabras clave: Camp de Tarragona, Conca de Barberà, Priorat, Cataluña Nueva,


murallas, artillería, baluarte, torre, castillo, tronera, aspillera, barbacana, matacán,
ladronera, pirobalística.

235
1. Una arquitectura entre la edad media y época moderna

A partir del siglo x, los territorios que nos ocupan pasaron de ser una zona de
frontera marcada por el río Gaià a formar parte del condado de Barcelona en un in-
teresante proceso de expansión feudal que culmina con la conquista de las ciudades
de Tortosa (1148) y Lérida (1149). El reparto de las tierras entre los diferentes agentes
de la conquista estaba ligado al control territorial primero mediante la generación
y desarrollo de una intensa y extensa malla castral que se expande especialmente a
partir del año 1000, y la generación de núcleos urbanos de diferentes dimensiones,
especialmente tras la conquista de Tortosa y la toma de Siurana (1153-1154). No se
puede ocultar la importancia, aún sin fijar de forma definitiva, de los establecimien-
tos andalusíes de este territorio, especialmente en las estribaciones occidentales de
los Montes de Prades y en la comarca del Priorat, pero que sin duda configurarán el
posterior desarrollo territorial.
Entre los siglos xiv y xvi diferentes conflictos bélicos afectaron estas tierras. Hemos
de desatacar en el siglo xiv la guerra entre Pedro III de Cataluña y Pedro I de Castilla
(1356-1369), y ya en el siglo xv la guerra entre Juan II y la Generalitat (1462-1472), así
como las violencias y tensiones entre payeses ricos y nobleza, reflejo meridional de lo
que en la Cataluña Vieja se conoce como el conflicto remença. Ya entrados en pleno
siglo xvi, la violencia de los epígonos del Feudalismo, con el bandolerismo entendido
también como guerras y luchas particulares entre nobles y poderosos, la de las gue-
rras del rey con sus enemigos europeos, así como la inestabilidad de la costa ante los
ataques de piratas y corsarios influyeron notablemente en el desarrollo histórico. A
ello hemos de sumar una importante recuperación económica que conllevó el embe-
llecimiento y reforma de viejos castillos feudales al convertirlos en palacios; junto a
su reflejo en la arquitectura de propietarios, mercaderes etc., tanto en el mundo rural
como urbano, que se transmite a la arquitectura tardogótica con paralelismos con el
Plateresco castellano, y la posterior llegada del Renacimiento o arquitectura alla ro-
mana, de clara influencia italiana. Esta realidad se observa en diferentes poblaciones
del territorio, como se puede ver en Tarragona, Alcover o Montblanc por ejemplo.
Lo cierto es que la mayor parte de castillos a los que vamos a hacer referencia son
construcciones de origen medieval, con o sin patio central, de planta compacta, que
van evolucionando a lo largo de la Edad Media, y es en este contexto cuando se adaptan
con mayor fortuna a los avances de la poliorcética pirobalística. En la Conca de Barberà
tendríamos como exponentes principales, los castillos de Solivella y Savallà del Comtat.
El primero muestra como a partir de una primera edificación en forma de gran
torre del siglo xi se desarrolla un castillo que cristaliza en una imponente edificación
gótica de patio central, que sin solución de continuidad se refuerza con una barbaca-
na o barrera artillada y una contramuralla, donde vemos la combinación de troneras
de orbe y palo y saeteras de clara tradición medieval, pero algunas también transfor-
madas en tronera. Junto a estos elementos, taludes en las bases de la barbacana, para
optimizar la defensa pirobalística, junto a los merlones de tradición bajomedieval o
las ladroneras sobre accesos y puntos de paso.

236
Arquitectura militar en el campo de Tarragona... ACTAS

Figura 1. Castillo de Solivella.


Vista de la barrera artillada
y torre portal.

Figura 2. Castillo de Savallà del


Comptat planta de J. M. Vives
(1908) publicada en CATALÀ, P.: Els
castells catalans, vol. IV, p. 348.

237
Otra muestra de barbacana o barrera artillada, pero en un estado de conservación
más precario lo tenemos en Savallà del Comtat, con torres circulares en esquina-
zo y defensas a base de troneras de orbe y palo. La estructura del cuerpo principal
del castillo sigue el modelo de edificio con patio central. Mucho más compleja es la
evolución de Santa Coloma de Queralt, donde a partir de una torre de dimensiones
espectaculares, como sería la de Solivella, se desarrolla el castillo altomedieval con
una importante reforma tardogótica que lo convierte en un gran palacio.
Un siguiente paso en la llegada de la manera de construir alla romana es cal Castlà
de Montblanc, edificio palatino que sustituye tras la Guerra Civil Catalana (1462-
1472) el viejo castillo medieval en lo alto del Pla de Santa Bàrbara. Aunque muy trans-
formado es aún recuperable. De planta casi cuadrada y con patio central, muestra
una gran portalada tardogótica i aberturas donde se aprecia ya la llegada de los ele-
mentos estilísticos de clara inspiración clásica. Las reservas de cornisa en los ángulos
redondeados del edificio hacen pensar en la traza de escaraguaitas o garitas o decora-
tivas al estilo de los del castillo de Altafulla, aunque quizás no se llegaron a construir.
En el monasterio de Poblet se observa la existencia de troneras de orbe y palo en
algunas de las torres de la muralla mandada construir por Pedro III de Barcelona
(1369).
Y son especialmente interesantes las que se ven a ambos lados de la Porta Daura-
da, magnífico acceso monumental con una potente ladronera, conjunto edificado en
tiempos de los abades Delgado (1458-1478) y Payo Coello (1480-1498). En este magní-
fico monasterio, las innovaciones poliorcéticas se limitan a las troneras, combinadas
con los frisos de matacanes y balcones protegidos en la Porta Reial, y a los viejos
muros de la muralla del siglo xiv.
Más complicados de definir e identificar son los casos del castillo de Biure o la
granja-castillo de Riudabella, con restauraciones de tipo historicista que en absoluto
restan interés por ambos edificios y otros de la zona.
Ya en el Camp de Tarragona nos encontramos con una serie de ejemplos de gran
interés. En otra comunicación ya se ha hablado del caso de Tarragona, por lo cual no
es necesario volver a insistir. Aunque en la comarca del Penedès, el castillo de Calafell
es otro ejemplo de fortificación altomedieval con una larga evolución histórica, que
en la Baja Edad Media pasa a ser pabellón de caza, y sus viejas murallas de mampos-
tería se refuerzan con troneras de orbe y palo.
El castillo de Creixell, así como diversas edificaciones de esta población mues-
tran un importante momento de crecimiento entre los siglos xv y xvi, al igual que
diferentes poblaciones de la zona como la misma Tarragona. La fortificación me-
dieval original evoluciona hacia un castillo de planta regular con patio central. Los
exteriores se refuerzan con potentes taludes y merlones de remate piramidal trunca-
do. Similar es el caso de Altafulla, aunque de una mayor riqueza arquitectónica con
elementos claramente renacentista junto a los ya clásicos refuerzos ataludados en la
base, además de escaraguaitas y almenas escalonadas, que observaremos en otras
fortificaciones de la época.
En el caso del castillo Tamarit y su vila closa, hemos de añadir la construcción o
quizás adaptación de una torre albarrana al pie de playa y de una potente muralla

238
Arquitectura militar en el campo de Tarragona... ACTAS

Figura 3. Puerta Dorada del Figura 4. Castillo de Altafulla.


monasterio de Poblet.

Figura 5. Planta del castillo de


Torredembarra, publicada en
Ferran, J. M. (ed.): Arquitectura del
Camp Guia. Tarragona, 1995.

239
Figura 6. Castillo de Siurana, lado oeste, con tronera
de orbe y palo y casamata del siglo xv.

de traza italiana con troneras, preparada para defender la plaza ante los frecuentes
ataques de la piratería norteafricana.
En la comarca administrativa del Alt Camp podemos observar la transformación
del castillo de Vallmoll, construcción que evoluciona hacia las obras góticas con gran
patio central y escalinata de acceso a la sala. También se observan los refuerzos en
talud así como una fase renacentista asociada a la obra del famoso tracista Pere Blay,
autor entre otras de la capilla renacentista del Santíssim de la Catedral de Tarragona,
la fachada del palacio de la Generalitat de Cataluña o el castillo de Torredembarra.
Transformaciones a caballo del gótico y el Renacimiento las tenemos también en el
castillo de Rodonà, objeto de una comunicación de I. Pastor. En la Selva del Camp, el
estudio documental y arqueológico nos muestra una importante transformación en
el siglo xvi, al transformarse el viejo castillo del paborde de la Catedral de Tarragona
en residencia temporal del arzobispo.
Y ya con una plena traza renacentista, el castillo de los Icart en Torredembarra,
construido a partir de 1565 y finalizado quince años después. Se trata de una im-
presionante obra claramente alla romana, de planta rectangular con patio interior
y tres pisos de altura, fachada monumental con puerta con frontón partido sobre
sendos pares de columnas, y esquinas protegidas/decoradas por baluartes de clara
traza italiana.
En el Priorat observamos adaptaciones puntuales en el hisn de Siurana. Esta im-
portante fortificación de la marca extrema de Al-Andalús perdió importancia estra-

240
Arquitectura militar en el campo de Tarragona... ACTAS

Figura 7. Castillo de Falset, torres del siglo xvi durante los trabajos de restauración (2001).

tégica tras la conquista de los distritos de Larida y Turtusha y su caída en 1153-1154,


pero vuelve a recuperar cierto protagonismo en la Guerra Civil Catalana, cuando es
uno de los puntos de salida de las tropas del arzobispo de Tarragona en contra de su
propia ciudad en 1462. A relacionar con este momento o quizás después, vemos la
construcción de un espolón de sillería con pequeña casamata y tronera de orbe y palo
en el lado oeste del castillo, sobre el popular Salto de la Reina Mora.
En el caso de Falset, cuyo castillo es la sede del condado de Prades y después de
la casa de Medinaceli, vemos como hacia el siglo xvi se construyen sendas torres
decorativas en el lado sur, y ya en los siglos xvii y xviii dos baluartes sucesivos para
defender la plaza de posibles acciones desde el oeste, es decir del camino que lleva a
la Cubeta de Mora y el valle del Ebro.

2. Unas defensas de tradición medieval en tiempos difíciles:


Torres de Masos y Torres de Moros

Junto a estas transformaciones de los grandes casals, castillos y palacios hay una
serie de construcciones defensivas edificadas por la iniciativa privada o local, que
especialmente se ven en la costa por el peligro de ataques de los corsarios norteafrica-
nos, aunque también se ven en el interior y que habrá de relacionar con las tensiones
de la época, especialmente las guerras privadas entre propietarios y pequeña nobleza,

241
Figura 8. Torre Vella de Salou.

muchas veces confundidas con el tan conocido bandolerismo de los siglos xvi, xvii
y xviii.
Los conflictos entre el imperio Habsburgo y otros reinos europeos provocaron por
ejemplo que Carlos I mandara fortificar las poblaciones de la costa con la actuación
de ingenieros italianos como Calvi y Fratrín: Barcelona, Ibiza, els Alfacs... Pese a ello
los ataques se fueron sucediendo a lo largo del tiempo: 1547 Punta del Farelló, Vila-
seca, la Canonja y Masricard que provocan la despoblación de Miramar, Barenys y
la Pineda; 1562 Tamarit, lo cual motiva la construcción de la torre de la Mora; 1562
Salou y el Perelló; 1563 Salou; 1566 Salou; 1567 Tarragona; 1582 Tarragona y Tamarit,
etc.
La reacción a estos ataques lógicamente comporta la fortificación de los núcleos de
población y de los masos. Lo cierto es que el poder real a duras penas puede financiar
sus propias órdenes de construcción de obras, de manera que es la Iglesia, las univer-
sidades locales o los privados quienes se hacen cargo de su propia defensa, cosa lógica
en la mentalidad catalana si pensamos por ejemplo en el princeps namque, las orga-
nizaciones gremiales que forman milicias, las bandosidades y ejércitos privados etc.
Como casos de iniciativa episcopal tenemos el de la orden de construcción de la
Torre del Port de Tarragona (1527) ya comentado en otra comunicación, y la Torre
Vella de Salou (1530) promovidas por Pedro de Cardona.
La Torre Vella o de Carlos es una espléndida obra de traza renacentista, erigida
con sillería y tiene base ataludada con troneras circulares. Muestra acceso en planta
baja e interiormente se diferencian tres pisos y terraza. Tiene aberturas pequeñas y
se defiende con troneras y ventanas reforzadas con manteletes de tradición medieval.
La Torre del Torm (Hospitalet de l’Infant), que sería al estilo de las almenaras del
sur de la Península es una promoción del duque de Cardona, señor de la baronía de

242
Arquitectura militar en el campo de Tarragona... ACTAS

Figura 9. Torre Forta, Tarragona.

Entenza en el siglo xvi. En el caso de Tamarit, después del ataque de 1562 es la propia
universidad quien promueve la construcción de una torre de guaita. Pero la mayoría
de casos responde a la iniciativa privada.
Siguiendo la tradición arquitectónica medieval hay algunos masos fortificados
como los de la Torre Forta en Tarragona, construcción de planta cuadrada con es-
tructura interna de arcos diafragma, de planta baja y dos pisos, similar a la Torre d’en
Dolça de Vilaseca. En ambas se observa la defensa mediante aspilleras de tradición
medieval. Siguiendo la tipología de mas horizontal tenemos en d’en Jové, obra de
planta cuadrada con fachada mirando al sur defendida por una ladronera.
Otro conjunto de fortificaciones son las torres que se erigen adosadas o junto a los
edificios habitacionales, sea dentro de núcleos urbanos como podemos ver en Vila-
nova d’Escornalbou (Baix Camp) por poner un ejemplo, o en masos aislados. Cierta-
mente nos encontramos con defensas de planteamiento, inercia o tradición medieval,
nada extraño en una Cataluña donde vemos que el Gótico continúa a lo largo del
siglo xvi, como vemos en la Prioral de Reus o el santuario del Tallat (Rocallaura,
Urgell) y en no pocos castillos.
Las torres de mayor antigüedad en este caso serían las de planta cuadrada, unidas
o cercanas a los cuerpos principales de los masos, de los siglos xiv-xv, evolucionando
después hacia las de planta circular pero generalmente separadas unos metros y uni-
das por un paso elevado, que habríamos de datar entre finales del xv y el siglo xvii. A
estas hemos de añadir casos de torre aislada como la de la Mora (Tarragona) o la del
Torm (Hospitalet de l’Infant).

243
Figura 10. Torre de la Mora, Tarragona.

En términos generales conservan tipologías de la arquitectura militar medieval:


entrada en altura en la parte de tierra, pisos sobre envigado o bóveda, con acceso
entre ellos por escaleras de mano, ventanas con aspilleras o troneras, aspilleras, ma-
tacanes o ladroneras como defensa vertical, remate de almenas, taludes en la base,
etc. Como materiales de construcción, prolifera la mampostería unida con mortero
de cal, sillares en esquinazo, y aberturas pequeñas y en número limitado. En el si-
guiente cuadro se resumen las características de buena parte de ellas, sin ánimo de
ser exhaustivos:
En Montbrió conocemos la torre del Mas de l’Hereu o del Llambrec, de planta
circular y construida con mampostería. Conserva coseras de ladrillo y almenas de
remate piramidal. El interior tiene cinco pisos sobre cúpula. Tiene troneras de orbe y
palo. En una de las ventanas hay grafiada la fecha 1591. En Vinyols y Els Arcs hay las
torres del Mas Miret o del Pi o Milà, la de Cal Torrell, estudiadas por Massó i Ramon.
Otros casos a estudiar son las de los Moros de las Borges del Camp, la Torre Rodona
de Botarell, las del Arbocet y del Mas Munter en Vilanova d’Escornalbou.
Ya en el interior, en el municipio de Figuerola del Camp (Alt Camp) se encuentra
la torre de la Mixarda, recientemente restaurada. Su lejanía de la línea de costa deja
claro que no se puede definir como una torre de moros, sino que tendría otra función.
Se data entre los siglos xvi y xvii y es de planta circular, puerta al este en planta baja.
Se defiende con imponentes corseras y aspilleras.

244
Arquitectura militar en el campo de Tarragona... ACTAS

MUNICIPIO NOMBRE TIPO MATERIAL ELEMENTOS DEFENSAS


Tarragonès
RODA DE Mas d'en Nin Circular Mampostería Canecillos de
BERÀ corsera corrida
CREIXELL Cerca N 340 Cuadrada Mampostería y corsera
Desaparecida sillar en
esquinazo
POBLA DE Mas Solé Cuadrada Mampostería y
MONTORNÉS sillar en
esquinazo
TARRAGONA Torre de la Circular Mampostería Puerta elevada Corsera,
S. XVI Mora aspilleras
TARRAGONA Torre d'en Segú Circular Mampostería Corsera,
S. XV almenas
escalonadas
TARRAGONA Mas Grimau Circular Mampostería Puerta elevada, Corsera
S. XV-XVI pisos sobre
cúpula
TARRAGONA Mas Rabassa Cuadrada Mampostería y 4 pisos sobre
S. XIV-XV sillar en bóveda
esquinazo
TARRAGONA Mas de la Creu Cuadrada Mampostería y 4 pisos sobre Coseras,
S. XV sillar en bóveda aspilleras,
esquinazo almenas
escalonadas
TARRAGONA Mas Sordé Cuadrada Mampostería y Corseras,
S. XV sillar en troneras
esquinazo
TARRAGONA Mas Pastoret Circular Mampostería Dos pisos sobre Corseras
S. XV-XVI cúpula
TARRAGONA Mas Cusidor Cuadrada Mampostería y Cuatro niveles, Corseras y
S. XV sillar en inferior sobre aspilleras en
esquinazo bóveda alfeizares de
ventana
TARRAGONA Mas Hereuet Dos torres Mampostería y Corseras y
S. XV-XVI cuadradas sillar en aspilleras
esquinazo
Mampostería,
sillar en
esquinazo y
tapia valenciana
TARRAGONA Mas dels Cuadrada Mampostería y Corseras
S. XV Canonges sillar en
esquinazo
VILASECA Torre d'en Cuadrada Mampostería y Corseras
S. XV-XVI Virgili sillar en
esquinazo
VILASECA Santuario de la Cuadrada Mampostería y Corseras,
S. XV-XVI Pineda sillar en aspilleras
esquinazo
VILASECA Mas de Ramon Cuadrada y Mampostería y
S. XV-XVI o d'en Vidiella circular sillar en
esquinazo;
mampostería
Baix Camp
CAMBRILS Ermita del Cuadrada Mampostería, Bóvedas Friso corrido de
Post 1664 Camí sillería y interiores matacanes,
ladrillo aspilleras
CAMBRILS Torre del Puerto Circular en Mampostería y Puerta elevada Corsera

245
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Arquitectura militar en el campo de Tarragona... ACTAS

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247
248
ACTAS

Los artífex del castillo de Montjuïc de Barcelona (1640-1779):


frailes, ingenieros y maestros de casas
Josep M. Vila i Carabasa
Universitat Autònoma de Barcelona
josepmaria.vila@uab.cat

Resumen

El castillo de Montjuïc de Barcelona es fruto de un largo proceso constructivo


que se prolongó durante 140 años, desde la rápida edificación del primer fortín a
comienzo de la “Sublevación de Cataluña” (Guerra dels Segadores, 1641) y hasta la
finalización de la fortaleza actual el 1779. Durante este tiempo son varios los perso-
najes de diferente condición que han tenido un papel relevante en la construcción de
la fortaleza.
En esta comunicación haremos un repaso de aquellos que nos son conocidos, des-
de Fray Gervasi de Monistrol, el fraile capuchino que dirigió los trabajos del primer
fortín, hasta Juan Martín Zermeño, el ingeniero militar que proyectó la fortaleza
actual. También repasaremos otros ingenieros militares que en varios momentos de
la historia del castillo han intervenido de una manera directa, y en especial aquellos
que llevaron la dirección de las obras de la construcción del castillo actual durante
todo el tercer cuarto del siglo xviii. No olvidaremos tampoco los maestros de casas
que ejecutaron las obras, en algún caso durante más de veinte y cinco años seguidos.
A través de este conjunto de personajes, trazaremos otra visión del largo proceso de
construcción de una fortaleza de época moderna como es el castillo de Montjuïc.

Palabras claves: Montjuïc, ingenieros militares, constructores,


caputxins, fortín, fortaleza.

249
1. Fra Gervasi de Monistrol y el primer fortín de Montjuïc (1641-1655)

Los primeros esfuerzos para convertir la cima de Montjuïc en un espacio fortifi-


cado se sitúan a finales de 1640 en el marco de la “Sublevación de Cataluña” (Guerra
dels Segadors) y fueron iniciativa de las autoridades municipales barcelonesas. Hasta
ese momento sólo había una torre de señales de origen medieval en la que a partir del
siglo xvi se añadió una casa para el vigilante. Este primer fortín, levantado en poco
más de 30 días, fue atacado el 26 de enero de 1641 por las tropas de Felipe IV, que
resultaron claramente derrotadas y se forzó su retirada hacia Tarragona. A pesar
de la victoria conseguida, y seguramente debido a la precariedad constructiva de
las primitivas edificaciones, durante los meses siguientes a los consejeros de la
ciudad continuaron invirtiendo en la mejora de las fortificaciones de Montjuïc 1.
Es en este periodo cuando aparece mencionada la figura de un tal fray Gervasi
que hacía las funciones de director de las obras del fortín 2 . Este personaje era,
muy probablemente, fray Gervasi de Monistrol, hijo de cantero, que tomó el há-
bito de los capuchinos en 1609, y fue discípulo de otro arquitecto capuchino, fray
Jerónimo Codina. Aparte de su participación en las obras del fuerte de Montjuïc,
se conoce de este personaje un Plano de la acequia navegable desde Martorell en
Barcelona, proyectada, Trazado y ofrecida al magistrado de Barcelona, publicado
en 16323. La participación de fray Gervasi a las obras de Montjuïc se produjo a
partir del mes de septiembre de 1640. Su labor al frente de las obras parece que
no fue fácil e incluso fue objeto de un intento de agresión por parte de los traba-
jadores a su cargo 4 . De la precariedad constructiva de este primer fortín da fe de
que el 1643, las autoridades barcelonesas, a instancias del Capitán General, acor-
daron su derribo, cuya organización también encargaron a fray Gervasi. Antes
de finalizar la guerra, y ante la inminencia de un nuevo ataque, se tuvieron que
rehacer las estructuras defensivas en la cima de Montjuïc, aunque en este caso no
tenemos noticia de la persona encargada de los trabajos.

1 AHCB. Consell de Cent. Deliberaciones de guerra. 1B-III-2, fol. 236r.


2 [...] es conferissin en lo fortí de Montjuhic y vessen les obres que allí se deuen fer mes necessàries y
que ordenen al pare fra Gervasi fasse les obres que dit Sr. Conseller en cap y quatreta li ordenaran. AHCB.
Consell de Cent. Registro de Deliberaciones, vol. 150, fol. 244.
3 Carbonell Buades, Marià: «Arquitectes eclesiàstics del renaixement català», Analecta Sacra Ta-
rraconensia, nº 67/2. 1994, pp. 617-627.
4 En este sentido, una nota extraída del Dietario (vol XII, p. 579) indica que el 20 de diciembre
de 1640: Dit die y encontinent tragueren altre reo en dit Juy de Prohomens anomenat Joan Gil, adalat y
inculpat de haver principiat un motí, dalt en la montanya de Monjuich y haver volgut matar ab un penart
al Pare fra Gervasi, caputxí superintendent de la obra de fortificació feye la Ciutat en dita montanya. Fonch
perçò per lo dit Juy de Prohomens condemnat a cent assots y sinch anys de desterro de la vegueria streta de
Barcelona.

250
Los artífex del castillo de Montjuïc... ACTAS

Figura 1. Planta del proyecto del Castillo de Montjuic publicada por Beaulieu
el 1668, donde se dibuja un primer diseño del segundo recinto del Castillo.

2. El segundo fortín de Montjuïc: ingenieros militares y contratistas de obra

Una vez terminada la guerra el control sobre la fortificación de Montjuïc pasó


a manos de la Corona mientras que las autoridades municipales continuaron
con la gestión de la antigua torre de señales medieval. El papel que tuvo el fortín
durante la guerra de Separación puso en evidencia la necesidad de fortalecer la
montaña para garantizar la defensa de Barcelona en caso de ataque. La finalidad
del control era fundamentalmente la de evitar que la montaña cayera en manos
de las tropas enemigas ya que desde Montjuïc se podía batir con facilidad la
ciudad y también buena parte de la playa y del puerto de Barcelona. Parece claro
que pronto se previó hacer un segundo recinto en torno al primitivo fortín que
ampliara la zona fortificada, especialmente en dirección sur, que era el espacio
más desprotegido. En este sentido, las plantas que Beaulieu publica en 1668 bajo
el título Plan de la Citadelle designée a faire ave Montiuich después Barcelone 5
ya muestran el proyecto de un segundo recinto abaluartado, no demasiado bien

5 BEAULIEU, Sébastien de Pontault de: Les plans et profils des principales villes et lieux conside-
rables de la Principauté de Catalogne avec la carte generale et les particulieres de chaque gouvernement.
Paris, 1668.

251
definido, en el entorno del primitivo fortín y que ya prefigura la idea de lo que
luego será el castillo que se irá construyendo a partir de ese momento y que com-
pletará, casi un siglo más tarde, Juan Martín Zermeño. (figura 1)
Durante este periodo cambia de manera muy evidente el sistema de adjudicación y
ejecución de las obras que se hacen en el castillo. Por un lado, comienzan a intervenir
los ingenieros militares en el diseño de las actuaciones y por la otra la ejecución de los
trabajos se adjudica en subasta pública a los grandes empresarios de la construcción
barcelonesa del momento, la mayor parte de los cuales habían obtenido el cargo de
maestro de obras municipal de la ciudad de Barcelona. En el momento actual cono-
cemos algunos de los protagonistas de este periodo.

2.1 Los ingenieros militares: Lorenzo Possi y José Chafrión

El primer ingeniero militar que conocemos vinculado con las obras del fortín es
Lorenzo posee, que aparece mencionado como responsable de un proyecto de fortifi-
cación del castillo cuya ejecución se contrata el 8 de febrero de 1672, tras la preceptiva
subasta pública. El capitán Lorenzo Possi, ingeniero militar de origen italiano, había
trabajado anteriormente en la ciudad de Cartagena donde redactó un informe sobre
las murallas de la ciudad y elaboró un proyecto para alargar su puerto, entre otras
actuaciones. Por lo tanto ya era un ingeniero experimentado cuando le fue encomen-
dado este proyecto en el castillo de Montjuïc. Desconocemos cuáles son las obras que
proyectó, aunque es probable que se trate de alguno de los baluartes del primitivo
fortín hoy desaparecido bajo el edificio principal del castillo y del que se conservan
rastros arqueológicos. (figura 2) Ya a finales del siglo xvii y en relación con las obras
que se llevan a cabo bajo el impulso del virrey Francisco de Velasco, aparece men-
cionado el ingeniero militar de origen valenciano José Chafrión, maestro de campo
e ingeniero Mayor de Carlos II, y al que el virrey Velasco ya había encargado un in-
forme sobre la población de Hostalric. No tenemos datos concretos para determinar
qué obras proyectó, aunque que parece claro que durante ese periodo se construyeron
los baluartes de Velasco y el primitivo de Lengua de Serpiente, también reformados
posteriormente por Juan Martín Zermeño.

2.2 Los maestros de casas

El primer documento que nos habla de obras de fortificación en el castillo de Mon-


tjuïc corresponde al 8 de febrero de 1672. Se trata de un contrato firmado entre la
administración real y Pedro Pablo Ferrer, maestro de casas de Barcelona. El objeto
del contrato son unas obras que se deben hacer en el castillo de Montjuïc antes del día
30 de abril de ese año6.

6 AHPB. Joan Guiu 776/8 fols. 243v-246v.

252
Los artífex del castillo de Montjuïc... ACTAS

Figura 2. Vista de un baluarte meridional del antiguo fortín que


se descubrió en las excavaciones arqueológicas de 2010.

Este documento introduce de manera evidente una de las novedades que ponen de
manifiesto el cambio radical en el sistema de organización de la construcción de la
fortaleza ya que la ejecución del proyecto se saca a concurso por parte de la adminis-
tración central de la Corona, sin la participación del ayuntamiento, y es adjudicado
a un empresario de la construcción que posteriormente formará una compañía con
otros menestrales del ramo para poder salir adelante.
Como ocurrirá en todas las contrataciones de obra que se ejecutarán a partir de
este momento, la del nuevo castillo de Montjuïc, consiste en un listado de precios
para las diferentes tareas y materiales empleados en la ejecución de la obra. De todos
modos, el detalle en que se exponen los elementos a presupuestar permiten a menu-
do hacernos una idea, aunque general, del tipo de obra que estaba previsto llevar a
cabo en el proyecto que se ejecutaba. En este sentido sabemos que los trabajos debían
contemplar la excavación de fosos7, la construcción de paredes de mampostería8 con

7 La cana cúbica de escavación del fosso y terrapleno pissado con pissones a quinse reales, todas
canas de ocho palmos.
8 Item, la cana cúbica de manpostería de piedra y cal, vién unido y macicada y perfilada por la cara
de le pagarà a ciento y dies reales de ardites.

253
las esquinas de sillería9 y el apisonado de tierras. También se hace referencia a la
construcción de un camino cubierto en el que se utilizaría, por lo menos parcial-
mente, la pared de tapia. Parece por tanto que estaríamos ante una obra que preveía
la construcción de algún tipo de foso perimetral y también de algún baluarte. No
parece que la obra fuera de gran magnitud ya que el plazo de ejecución es de tres
meses. Provisionalmente atribuimos a este contrato la obra de alguno de los baluartes
del fortín interior del castillo, aunque no se puede descartar que correspondiera con
el inicio de alguno de los baluartes del recinto exterior, posiblemente el de Sant Felip
(hoy de Santa Amalia).
Pocos días después de adjudicada la obra, el 14 de febrero, el contratista Pere Pau
Ferrer constituye una sociedad con otros tres maestros de casas de Barcelona para
llevar a cabo conjuntamente las obras derivadas del contrato10. En las cláusulas del
contrato Pere Pau Ferrer cede a sus socios a partes iguales los derechos que le corres-
ponden por el contrato hecho con la administración el día 8 de febrero, por lo que los
cuatro se repartirán a partes iguales el trabajo, los gastos, los ganancias y las pérdidas,
si las hubiere, derivadas del desarrollo del contrato.
No hemos podido localizar otras referencias documentales hasta finales del siglo
xvii, ya en el marco de los conflictos entre la Corona española y la francesa, la lla-
mada guerra de los Nueve Años (1688-1697) que caracterizaron el final del reinado
de Carlos II. De todos modos es probable que los trabajos continuaran durante este
periodo.
Sabemos que a partir de 1694 se vuelven a reanudar las obras en el castillo de
Montjuïc, que continuarán de manera casi ininterrumpida hasta la Guerra de Suce-
sión Española. Por lo que sabemos durante este período se lleva a cabo construcción
de los futuros baluartes de Llengua de Serp y de Velasco, así como los primitivos
fosos. La documentación municipal de este período refleja estas obras ya que en su
financiación participó el Ayuntamiento de la ciudad. Sabemos en este sentido que se
contrataron para la ejecución de los trabajos los maestros de casas Benet Juli, Joan
Giralt, José Julio menor y Pablo Martín, que probablemente habían formalizado una
compañía para poder iniciar las obras11.
De todos modos, el impulso principal para las obras vino del nombramiento como
Virrey de Francisco de Velasco, hijo natural del Condestable de Castilla, que juró
el cargo el 17 de julio de 1696. El último día de ese mismo año se sacaron a subasta
pública las obras que se habían proyectado en el castillo de Montjuïc y que, al no
presentarse nadie más, fueron adjudicadas a Pablo Martín, maestro de casas de la
ciudad y que ya había formado parte de la compañía que en 1694 había recibido la
adjudicación de las primeras obras de esta fase12.
Por lo que sabemos, los trabajos encargados correspondían a la excavación de
fosos ya la formación de fundamentos para las cortinas y los baluartes del nuevo

9 La cana superficial de la piedra picada de los ángulos se le pagarà a ochenta y seis reales de ardites.
10 AHPB. Joan Guiu 776/8 fols. 250r-252v
11 AHPB. Consell de Cent. Registro de Deliberaciones. B-II 203, fol. 346v-347v.
12 AHPB. BUSQUETS, Francisco: Manual de 1697, Fols. 1v-9r.

254
Los artífex del castillo de Montjuïc... ACTAS

Figura 3. Vista de la ciudad de Barcelona y de sus defensas


entorno al 1697 (SOLEY 1998: Lam. 71).

recinto que debía rodear el primitivo fortín. También se menciona la construc-


ción de cuarteles, cuerpos de guardia, almacenes y cisternas que se tenían que
hacer de mampostería ya prueba de bomba. Estas edificaciones probablemente
deberían situarse en el interior del primitivo fortín y no en la zona exterior don-
de se estarían construyendo los baluartes.
La muerte de Carlos II y el advenimiento de Felipe V, nieto del rey de Francia,
provocaron un cambio radical en las relaciones entre la corona española y la
francesa, y se inició el proceso que desencadenará la llamada Guerra de Sucesión
Española en la que el castillo de Montjuïc tendrá un papel relevante, especialmente
en sus inicios. A la vista de la inseguridad de la situación en Cataluña, el virrey Fran-
cisco de Velasco intensifica la actividad constructiva en Montjuïc que se centra fun-
damentalmente en la edificación de un baluarte que el mismo virrey había iniciado
en su etapa anterior en el cargo. (figura 3)
A pesar de la guerra las obras en el castillo de Montjuïc continuaron con la misma
dinámica del periodo anterior, aunque con mayor participación del Ayuntamiento
de Barcelona. Así, sabemos que el 16 de abril de 1706 los Consejeros de la ciudad

255
convocan a la ciudadanía de Barcelona a subir a Montjuïc para trabajar, con un sueldo
garantizado de 3 sueldos diarios13.
Por otra parte, sabemos que en 1709 la compañía de maestros de casas que acaba-
ba de ganar el concurso para la continuación de las obras de los baluartes, camino
cubierto y fosos del castillo de Montjuïc, dejó fuera uno de sus miembros14. Esta com-
pañía estaba formada por los mismos empresarios de la construcción que ya habían
llevado a cabo, al menos en parte, la obra del periodo anterior (los hermanos Benito
y José Julio y Pablo Martín).

3. El proyecto de Juan Martín Cermeño

Tras la Guerra de Sucesión Española, los trabajos en Montjuïc quedan práctica-


mente parados ya que los esfuerzos de la Corona se concentran en la construcción de
la Ciudadella. De este periodo documentamos obras menores que son encargadas,
como hasta el momento, a maestros de casas barceloneses.
A mediados del siglo XVIII el Capitán General Marqués de la Mina, encargó al
ingeniero militar Juan Martín Zermeño un nuevo proyecto de fortificación de Mont-
juïc que se llevará a cabo de manera casi inmediata y que conllevará la configuración
actual del castillo.
El 14 de enero de 1751 Juan Martín Zermeño presentó su proyecto en un docu-
mento titulado Discurso sobre el proyecto que se propone para mejorar la defensa del
fuerte de Monjuich de Barcelona y dar extensión que necesita dar a sus cuarteles y ha-
bitaciones, con el tanteo prudencial de su coste15. En el preámbulo de este documento
se mencionan los criterios generales de la nueva construcción:

La principal defensa de la plaza de Barcelona es sin disputa alguna este fuerte y


hallándose situado en la cumbre de un monte que domina toda la ciudas, de la pérdida
de aquel se seguiría inmediatamente la rendición de ésta. Sus fortificaciones actuales
se reducen a un cuadrilátero irregular de tan corta extensión que es incapaz de defen-
der un sitio con el rigor que se requiere, ni de contener lo necesario para él. El segundo
recinto que con la capacidad proporcionada empezó a construirse en ocasión de guerra
quedó imperfecto, pués lo más elevado de sus muros sólo llega al cordón, sin foso ni
camino cubierto, permaneciendo oi del mismo modo, de suerte que hallandose sitiado
mas serviría de cuidado que de seguridad. Añádase a esto que el único parage de su
ataque es el más arriesgado, por ser el más defectuoso y más flaco, presentando a la
campaña un medio baluarte fácil de destruir y de hacer en él la brecha competente,
sin que para su defensa tenga más fuegos que el de frente y algún cañonazo del flanco
opuesto, pués por su larga distancia no puede servir el fusil. Carece también este im-

13 Carreras Candi, Francisco.: «Lo Montjuích de Barcelona», Memorias de la Real Academia de


Buenas Letras de Barcelona. Tomo VIII. Barcelona, 1901, p. 269.
14 AHPB. Antoni Navarro 876/22, fol. 67.
15 AGMM. 3-2-9-24.

256
Los artífex del castillo de Montjuïc... ACTAS

Figura 4. Plano del Castillo según el proyecto de Juan Martín


Cermeño, en el cual no se precedía la construcción del gran edificio
central actual. AHCB. Fondo de Gráficos. Plano 02834.

Figura 5. Plano del Castillo ya con el proyecto de edificio central que ha


llegado hasta nosotros. AHCB. Fondo de Gráficos. Plano 12.853.

257
portante puesto de los quarteles, almacenes y demás oficina que corresponden, pués las
que existen en el antiguo recinto son tan pocos y tan reducidos que aun en tiempo de
paz no bastaran para el número de tropa que deve guarnecerle.
Estas consideraciones en punto que tanta atención merece para la conservación, me
han movido a preferir el proiecto de este fuerte a qualquier otro de este Principado y a
formar el que manifiesta el plano y perfiles adjuntos para su reparo, mejora y amplia-
ción, en que propongo se mejore el recinto exterior, aciendole su foso y camino cubierto,
resguardando la parte del ataque con las obras que dispongo y me han parecido más
convenientes y precisas para asegurarlas. En el recinto interior amplio los quarteles y
demás habitaciones y almacenes que conducen a una fortaleza, dejandola cerrada no
sólo la maior seguridad y defensa, sino para una útil retirada en caso de sitio, todo según
se manifiesta en los planos donde por menor se ve la disposición del todo de la fortaleza.

A continuación se hacía una relación valorada (en reales de artimañas) de los prin-
cipales capítulos de la obra y un resumen final de los costes presupuestados16. Este
listado de partidas, junto con las planimetrías que se conservan de la época son las que
nos permiten estudiar las características del castillo proyectado por Zermeño.
Este documento es el único que vincula a Juan Martín Zermeño con el castillo de
Montjuïc. Sin embargo siempre se le ha consideración como el artífice de la actual
fortaleza. Hay, sin embargo, un elemento no menor del castillo que fue incorporación
con posterioridad al inicio de las obras y que no aparezco en el proyecto de Zermeño:
el Cuadrado.
En este sentido no aparece ninguna partida relacionada con este edificio de nota-
bles dimensiones en el proyecto de Zermeño sino que habla de dos líneas de casama-

16 AGMM. 3-2-9-24
Resumen
- Frente nuebo a la parte de la plaza 55.352 r 10d
- Para perfeccionar los dos frentes que existen 75.707 r
- Muralla para unir el recinto de la parte de tierra con el del mar 26.702 r 4d
- Muralla simple de sierre del recinto por la parte del mar 11.158 r 2d
- Cara y flanco del baluarte de la marina 13.943 r 12d
- Frente interior nuebo o Ornabeque 50.451 r 20d
- Rebellín en dicho frente 29.327 r 9d
- Revestimiento de la contraescarpa de dicho frente 18.260 r 16d
- Luneta delante la cara del baluarte 60.381 r 14d
- Luneta abansada 38.132 r 4d
- Revestimiento de la contraescarpa de todo el recinto 159.872 r 22d
- Muralla para la formación de la rampa 17.402 r 10d
- Bóvedas en el frente que mira a la plaza 86.999 r
- Bóvedas en el frente interior del macho 58.577 r
- El puente estable y levadiso en la puerta principal 22.463 r 13d
- El puente de comunicación 7.487 r 20d
- Gastos imprevistos 60.000 r

TOTAL EN REALES DE ARDITES 792.219 r 12 d


Que hazen de vellón 852.135 r 8 d

258
Los artífex del castillo de Montjuïc... ACTAS

tas, una en la parte de la ciudad (entre los baluartes de Santa Amalia y Sant Carles) y
otra en el lado interior de la fortificación.
En este mismo sentido se conservan algunos planos de proyecto correspondientes
a un momento intermedio de la construcción del castillo en el que parece que se que-
ría mantener el frente de mar y el del hornabeque del antiguo fortín situando detrás
de estas dos líneas de casamatas.
Por otra parte se alargaba el frente del hornabeque hasta conectar con la cortina
entre los baluartes de Santa Amalia y Velasco. De esta manera se construía, aprove-
chando el glacis del antiguo fortín, una segunda línea de defensa detrás del horna-
beque. Así en este proyecto se disponían tres alineaciones de casamatas, una última
el nuevo frente de la banda del hornabeque (alargado respecto de las dimensiones
del antiguo fortín), otra en el lado de mar y una tercera detrás de la nueva cortina
que se construía en la banda de Barcelona, a ambos lados de la puerta principal. El
espacio que quedaba entre medio era considerado como patio de armas. Aunque no
disponemos de datos suficientemente evidentes, parece que en este proyecto las naves
estarían situadas a una cota más baja que las actuales, ya que el patio de armas estaría
nivelado con la puerta principal de entrada al castillo. A un nivel más alto sólo habría
la casa del gobernador.

4. El contractista de la obra y su empresa: Pere Bertran y Pahissa

Pere Bertran era un maestro de casas barcelonés que formaba parte de una saga
que se remonta a 1664 cuando su abuelo, Baltasar Bertran, hijo de un zapatero de
Manresa, se trasladó a Barcelona para aprender el oficio de albañil con el maestro
Juan Tap. Su padre, Pere Bertran, tuvo una actividad muy importante en Barcelona
y constituyó una de las compañías de maestros de casas más importantes del Princi-
pado. Una parte muy importante de su negocio estaba vinculada a las obras públicas
de fortificación de la ciudad que se desarrollaron durante la primera mitad del siglo
xviii: construcción de la Ciudadella, del Fort Pius, puerto de Barcelona, etc. También
llevó una importante actividad como arquitecto, aspecto en el que destaca la direc-
ción de las obras de construcción del nuevo monasterio de Sant Agustí.
Su hijo, Pere Bertran y Pahissa, nació entre 1705 y 1710 y fue investido maestro
por la Cofradía de Maestros de Casas y Molers hacia el 1727. Su personalidad queda
eclipsada por la de su padre del que fuera colaborador principal. Aunque seguramen-
te tenía conocimientos de arquitectura, no se le conoce ningún proyecto sino que su
principal actividad se vincula con la contratación de obras públicas y de fortificación.
En este sentido Pere Bertran consiguió por primera vez aglutinar a su alrededor una
compañía constructora estable que desarrolló una intensa y constante actividad du-
rante más de cuarenta años (entre 1745 y 1785 aproximadamente). Así la compañía no
se disolvió después de cada obra como era la costumbre desde la Edad Media sino que
se mantuvo durante el período con los mismos socios, que sólo eran relevados por sus
herederos en caso de fallecimiento.

259
Este cambio en el sistema tradicional de compañías se pudo producir en este mo-
mento histórico gracias al intenso programa de obras de fortificación que se puso
en marcha en el Principado a través de la Intendencia General de Cataluña a partir
del segundo cuarto del siglo xviii. Esto permitió que algunas compañías, y espe-
cíficamente la de Pedro Bertran pudieran encadenar varias adjudicaciones de obra
de formato similar (fortificaciones militares fundamentalmente) que garantizaron
el trabajo para el mismo grupo de maestros de casas durante un largo periodo de
tiempo. Este hecho es clave para el mantenimiento de la compañía de Pedro Bertrán.
En este sentido, la compañía que nos ocupa obtuvo varias concesiones de obra adju-
dicada por la Intendencia General de Cataluña.
Al parecer la actividad de contratista de obras públicas y de fortificación fue muy
lucrativa como mínimo hasta mediados del decenio de 1770, momento en el que el
incremento repentino de los salarios y de los precios de los materiales hizo disminuir
considerablemente el margen de beneficio empresarial. Pere Bertran optó por invertir
buena parte de los beneficios de su actividad empresarial en la adquisición de fincas
urbanas y rústicas tanto en Barcelona como en el Maresme. Esta situación impulsó
a Pedro Bertran hacia un ascenso social importante en la menestralía barcelonesa.

5. Los ingenieros directores de la obra

En la documentación generada durante el proceso de construcción del castillo, y


especialmente en las certificaciones de obra que se firman a lo largo de los 25 años
que dura la construcción del castillo de Montjuïc tal y como lo conocemos hoy en día,
consta la intervención de varios ingenieros militares. En el presente artículo, y por
motivos de espacio, nos limitaremos a hacer una lista indicando la vinculación que
tuvieron con el castillo y dejaremos para otra ocasión una investigación más profun-
da sobre la actuación de cada uno de ellos.

Juan Enrique Legallois de Grimarest


Se le menciona como ingeniero director durante el proceso de contratación de las
obras a finales de 1752. Aparece dando el visto bueno final a las certificaciones de la
obra desde el Comienzo de diciembre de 1756.

Marcos Serstevens
Aparece como primer firmante de las certificaciones de obra del castillo durante
el 1753.

Joaquín del Pino


Aparece como primer firmante de las certificaciones a partir de enero de 1754. En
la certificación de abril de 1757 aparece definido como ingeniero extraordinario de
los ejércitos de Su Majestad encargada del detalle y construcción de estas reales obras.
Aparece por última vez en la certificación de enero de 1762. Poco después fue desti-

260
Los artífex del castillo de Montjuïc... ACTAS

nado a la reparación de las baterías de costa de Castilla con la guerra de Portugal. En


1771 se trasladó a América donde ocupó diversos cargos de relevancia política como
Gobernador de Montevideo, o presidente de la audiencia de Chile.

Pedro Martín Zermeño


Hijo de Juan Martín Zermeño, es autor de varios proyectos sobre todo entre los
años 1750 y 1780: la Seu nova de Lleida, la iglesia de Sant Miquel del Port de la Barcelo-
neta, urbanización de les Rambles de Barcelona, etc. En cuanto a Montjuïc aparece en
la certificación de abril de 1758 como último firmante en el lugar que anteriormente
había Enrique Legallois. Sigue apareciendo dando el visto bueno final a las certifi-
caciones hasta el 31 de diciembre de 1760. Vuelve a aparecer en la de enero de 1762
(última de 1761), en la primera de 1765 (mayo), en la primera de 1767 (mayo).

Juan Bernardo López


En la certificación de junio de 1761 (la primera del año) aparece como último fir-
mante (dando el visto bueno) de las certificaciones, en el lugar anteriormente ocupa-
do por Pedro Martín Zermeño (mayo).

Blas Zappino
En la certificación de primero de abril de 1762 sustituye a Joaquín del Pino, pro-
bablemente hasta finales de 1765. Aparece mencionado como Capitán de infantería
y ingeniería ordinario de los Reales Ejércitos encargado del detalle y construcción de
estas reales obras. Vuelve a aparecer en la certificación de abril de 1766.

Julián Caballero
En la certificación de abril de 1762 (la primera del año) aparece como último fir-
mante (dando el visto bueno) de las certificaciones, en el lugar anteriormente ocupa-
do por Pedro Martín Zermeño.

Jorge de Sicre
En la certificación de 31 de mayo de 1765 (la primera del año) aparece menciona-
do como teniente coronel de Ingenieros de los Reales Ejércitos encargado del detalle y
construcción de estas Reales obras.

Miguel Moreno
En la certificación de abril de 1766 (la primera del año) aparece como último fir-
mante (dando el visto bueno) de las certificaciones, en el lugar anteriormente ocu-
pado por Julián Caballero. En la certificación de abril de 1766 aparece mencionado
como Coronel de Ingenieros de los Reales Exércitos encargado del detalle de esta Plaza
y sus dependientes y es el primer firmante de la certificación que recibe el visto bueno
de Pedro Martín Zermeño. En la certificación de septiembre de 1767 vuelve a apare-
cer dando el visto bueno final. Vuelve a salir a la certificación de 31 de diciembre de
1767, la última que se conserva.

261
Ramón de Santander
En la certificación de septiembre de 1767 aparece mencionado como Coronel de
Infanteria e Ingeniero de los Reales Exércitos encargado del detalle de esta Plaza y sus
dependientes. Vuelve a salir a la certificación de 31 de diciembre de 1767, la última
que se conserva.

Comte Roncali
En 1774 aparece mencionado como director de las obras el teniente coronel de
infantería e ingeniero segundo Juan Miguel de Roncali, conde de Roncali.

Bibliografía

BEAULIEU, Sébastien de Pontault de: Les plans et profils des principales villes et lieux
considerables de la Principauté de Catalogne avec la carte generale et les particulie-
res de chaque gouvernement. Paris, 1668.
CARBONELL BUADES, Marià: «Arquitectes eclesiàstics del renaixement català»,
Analecta Sacra Tarraconensia, nº 67/2. 1994, pp. 617-627.
CARRERAS CANDI, Francisco.: «Lo Montjuích de Barcelona», Memorias de la Real
Academia de Buenas Letras de Barcelona. Tomo VIII. Barcelona, 1901.
PERELLÓ FERRER, Antònia Maria: L’arquitectura civil del segle xvii a Barcelona.
Barcelona, 1998.
SOLEY, Ramon: Atlas de Barcelona. Barcelona, 1998.
VOLTES, Pere: Historia de Montjuich y su castillo. Barcelona. 1960.

262
ACTAS

La Ciudadela: única fortificación de la Edad Moderna


en la ciudad de Valencia

José Ramón Cumplido Muñoz


Doctorando en Historia Moderna. Universidad de Valencia
jrcumplido@yahoo.es

Resumen

La Ciudadela fue la denominación que, al concluir la Guerra de Sucesión Españo-


la, recibió un conjunto de elementos levantados en el extremo noroeste del recinto
amurallado de la ciudad de Valencia. Aunque su nombre, y su aspecto en la última
fase de su existencia, sugieren que se trataba de una fortaleza específica, la Ciudadela
fue resultado de la adición sucesiva de elementos que cerraron un espacio hasta sepa-
rarlo del resto de la ciudad.
Este proceso comenzaría con la ampliación del recinto amurallado y la incorpo-
ración del primer elemento fortificado, la torre de l’Esperó, a finales del siglo xiv.
Posteriormente se añadirían el baluarte que defendía el acceso de la ciudad al mar
y el arsenal conocido como Casa de las Armes, concluyendo el proceso a comienzos
del siglo xviii con su conversión en acuartelamiento y la fortificación de la vertiente
encarada al interior de la ciudad.
Aunque representó la única fortificación de la Edad Moderna en Valencia, la Ciu-
dadela no jugó ningún papel relevante en la defensa de la ciudad convirtiéndose, en
cambio, en escenario de un dramático suceso, como fue la matanza de residentes
franceses en los primeros días de la Guerra de Independencia.

Palabras clave: Valencia, Ciudadela, Casa de Armas, fortificación abaluartada.

263
1. Una suma de precedentes

La Ciudadela, la única fortificación permanente de Valencia a lo largo de la Edad


Moderna, consistió en un conglomerado de elementos fortificados que durante va-
rios siglos fueron acumulándose en el vértice del recinto amurallado de la ciudad
más próximo a los caminos que llevaban hacia el mar, desde donde era previsible
que llegaran las mayores amenazas. Podemos distinguir un total de cinco de estos
elementos (figura 1).
Estas construcciones fueron levantadas en el extremo noroeste del recinto amu-
rallado que hasta mediados del siglo XIX marcó el límite de la ciudad. Así pues, el
primer elemento que cabe considerar en la formación de la Ciudadela son las pro-
pias murallas de Valencia, pues delimitarían el espacio en el que se levantaría este
conjunto. Esta zona se hallaba al noreste de la ciudad, entre el cauce del río Túria (o
Guadalaviar como era conocido entonces) y el arrabal de al-Xari’a, un lugar conoci-
do como Rambla de Predicadores, donde la orden de dominicos fue autorizada por
Jaime I a construir un monasterio «seis solos meses y medio no entero después de su
conquista»1.
Su nombre indica sin dudas su condición de antiguo brazo fluvial, desecado por
la urbanización pero todavía expuesto a las crecidas del Guadalaviar. Para que el
monasterio «por essa parte no recibiesse daño» en 1276 el obispo Andrés de Albalate
financió «la muy buena y fuerte muralla que ciñéndolo por la parte del río lo pone
dentro de Valencia2». Este lienzo, que a pesar de sus calificativos no sería más que
una tapia, «partía de la torre del Temple» paralelo al río hasta unirse con «la llamada
Torre del Esperó3» que marcaba el límite de los terrenos conventuales, probablemente
una de las atalayas que jalonaban los campos alrededor de la ciudad islámica4.
Para proteger los arrabales extramuros, el Consell municipal aprobó en 1356 la
construcción de un recinto amurallado, obras que resultaron gravemente dañadas en
1358 por una crecida del Guadalaviar motivando, entre otros asuntos, la concesión
de un privilegio real para crear la Junta de Murs i Valls, encargada desde entonces
de la construcción y conservación de las murallas5. Concluida en 1370, esta muralla
supuso la sustitución de la tapia que protegía el convento de Predicadores, cuyos te-
rrenos serían protegidos en 1410 por un acuerdo del Consell para «que no se edifique
ninguna casa arrimada a las paredes que cierran la huerta del monesterio»6.

1 DIAGO, Francesc: Historia de la Provincia de Aragon de la orden de Predicadores, desde su ori-


gen y principio hasta el año de mil y seiscientos, Sebastián de Cormellas, Barcelona, 1599, libro 2, fol.157r.
2 Ibídem, fol. 159vv.
3 SALVADOR, Vicente (marqués de Cruilles): Guía urbana de Valencia: Antigua y moderna
4 Ibídem, fol.159 v.
5 ROSSELLÓ, Vicenç M.; CHAPAPRÍA, Julià Esteban: La façana septentrional de la ciutat de
Valencia. Valencia: Bancaixa, 1999, p. 99.
6 Aurem opus regalium privuilegiorum civitatis et regni Valentiae, Didaci de Gumiel, Valencia,
1515, fols. 125v-126r.

264
La Ciudadela: única fortificación de la Edad Moderna... ACTAS

Figura 1. Aspecto final de la Ciudadela (1708)

2. La presión franco-turca

El 14 de julio de 1543, para hacer frente a lo que parecía una inminente invasión
turca, el virrey duque de Calabria, ordenó «que los valls en torn de la present ciutat
se afondasen7» y encargó un plan de fortificación de Valencia a Joan de Cervelló, ex-
perto militar que propuso la construcción de cubos artilleros abovedados y de planta
semicircular anexos a la muralla8. Las obras se iniciaron con urgencia y el 25 de julio
el virrey informaba al príncipe Felipe que se excavaban fosos y se habían delimitado
los emplazamientos de los baluartes9.
Cuando Carlos V supo que se construían baluartes huecos, por entonces conside-
rados ya superados, ordenó su paralización y desautorizó a Cervelló afirmando que
«aunque piensa que entiende mucho, en lo de las fortificaciones no esta tan al cabo
della como convenia»10. El príncipe Felipe encomendaría el proyecto al maestre de
campo Pedro de Guevara mediante una carta del 12 de febrero de 154411; para cuan-
do Guevara llegó a Valencia debió encontrar iniciado uno de estos baluartes, puesto

7 DIAGO, op.cit., fol.157r.


8 Archivo del Reino de Valencia [ARV], Mestre Racional, Tesorería General, 8.862, fol.36v : PAR-
DO MOLERO, Juan Francisco: «Proyectos y obras de fortificación en la Valencia de Carlos V» en Estu-
dis:Revista d’historia moderna (nº 26), 2000, p.165.
9 CASTRO FERNÁNDEZ, José Javier; CUADRADO BASAS, África: «Las fortificaciones de la
Corona Hispánica en el Mediterráneo durante los siglos XVI y XVII (1492-1700)». En: RUIBAL, Amador
(coord.): Actas del IV Congreso de Castellología (Madrid 07-09/03/2012). Madrid: Asociación Española de
Amigos de los Castillos, 2012, p.153.
10 Archivo General de Simancas [AGS], Estado, Aragón, 287, fol.108 en Pardo, op.cit., p..165.
11 AGS, Estado, leg. 291. En: CASTRO Fernández, José Javier; CUADRADO BASAS, África: op.
cit., p. 165.

265
que el 8 de febrero la Fábrica de Murs i Valls había emitido 5.000 libras en vales para
financiar «lo baluart e muralla de lo Portal de la Mar»12.
Guevara esbozaría un proyecto reflejado en un plano enviado en el mes de mayo
al duque de Alba13, que consistía en la defensa de los accesos al recinto amurallado
mediante estructuras poligonales de carácter provisional, incluyendo también el ba-
luarte semicilíndrico, lo que señalaba el príncipe Felipe a su padre, confirmando que
«en la fortificación de Valencia se entendió según la orden que dieron el maestre de
campo Guevara y Juan de Cervellón»14.
La construcción de este baluarte determinó también la de un lienzo rectilíneo que
eliminara los ángulos muertos que hubieran aparecido de haber sido añadido a la lí-
nea irregular que trazaba la muralla ciñéndose a los terrenos del convento dominico:

«Y por el mesmo tiempo levantaron el baluarte de la puerta de la Mar y renovaron


el lienzo de muro que corre desde la Torre de El Esperón hasta la puerta de los Ju­
díos»15.

Sin consumarse la amenaza, únicamente se concluyeron tres baluartes; en primer


lugar, los correspondientes a los portales de los Judíos y de Ruzafa. Siendo de carácter
provisional, el Consell decidió la conservación de al menos el baluarte del Portal de
los Judíos, que en 1545 fue revestido con ladrillos16, perdurando hasta 1689 cuando
fue demolido (el baluarte de Ruzafa lo fue el año anterior)17. El tercer baluarte, levan-
tado en la torre de l’Esperó, resultó muy dañado por otra crecida del río el 19 de marzo
de 1546. El 18 de abril los dominicos de Predicadores solicitaban el uso de la torre y
del baluarte «lo qual […] per inundació de aygues es caygut»18, pues las gentes apro-
vechaban los escombros para apedrear a los frailes ocupados en los huertos, petición
que fue aceptada el 14 de mayo «mentres la ciutat non tendrá necessitat»19.

Los temores a nuevas incursiones turcas resurgieron en 1574; en junio el virrey


marqués de Mondéjar, comunicaba mediante carta real «que lo turc havia fet y pre-
parat una grosa armada» y que el rey estaría servido si el reino hiciera «prevencions

12 DE CASTRO FERNÁNDEZ, José Javier; COBOS GUERRA, Fernando: «Inicio y desarrollo de


la fortificación moderna en el reino de Valencia». En: SÁNCHEZ-GIJÓN, Antonio (ed.): Luis Escrivá: Su
Apología y la fortificación imperial. Valencia: Generalitat Valenciana, 2000, pp. 19-20.
13 Archivo Histórico Municipal de Valencia [AHMV], Murs i Valls, d3-122 (sin foliar) en PARDO,
op.cit., pág.168.
14 El hallazgo de una copia en Archivos del Duque de Alba (C-70-13) en Castro y Cobos, op.cit., p. 22.
15 FERNÁNDEZ-ÁLVAREZ, Manuel (ed.): Corpus documental de Carlos V (5 vols.). Salamanca:
Universidad de Salamanca, 1973-1981, Vol.2, pág.273.
16 ESCOLANO, Gaspar: Decada primera de la historia de la insigne y Coronada ciudad y Reyno de
Valencia. Valencia: Pedro Patricio Mey, 1610, libro IV, col.766.
17 AHMV, Murs i Valls, d3-124 (sin foliar), en: PARDO, op.cit., , pág.168.
18 CRUÏLLES, op.cit., , Vol. 2, p. 209.
19 TEIXIDOR TRILLES, José: Antigüedades de Valencia: observaciones críticas donde con instru-
mentos auténticos se destruye lo fabuloso, dejando en su debida estabilidad lo bien fundado (2 vols.). Va-
lencia: Pascual Aguilar, 1895, Vol.1, págs.160-161.

266
La Ciudadela: única fortificación de la Edad Moderna... ACTAS

de les armes e monicions necessaries»20. La Diputación acordó el 5 de julio comprar


armas y municiones y comprar o construir un local para almacenarlas:

«devrien comprar de pecunies de la Generalitat, artilleries, piques, plom, salitre,


sofre e totes les altres monicions, e coses necessaries y convenients […] e que axi mateix
se devia comprar, e fer un lloch, o casa convenient, en la qual dites armes e municions
estiguessen tancades, custodiades e guardades»21.

3. Ajustes i complementos

El de agosto se encargó al maestro Gaspar Gregori «fer casa de monicions en lo corral


que sta fora lo portal de la mar»22, obra que probablemente consistía en la remodelación
de un edificio anterior, cuya existencia se deduce de «algunas disposiciones de la Di-
putación autorizando a remodelarla en los años 1545-1547»23 y que en 1548 incluirían
la construcción de un edificio «donde se depositaba la pólvora y servía de escuela de
tiro»24. En 1576, atendiendo a unas recomendaciones del virrey Gonzaga, se añadirían
a estas obras la reparación de la muralla para proteger la «casa de monicions»:

«convendría seria molt nesessari referse y redificarse certs panys de la muralla que
tanca desde el portal de la mar fins al portal dels Jueus […] los quals son molt dirruhits
y desfets y per dita raho se causa molt gran dany prejuhi a la dita ciutat y senyalada-
ment a la casa de les munisions que de provisió dels molt nobles regnícoles y magnifichs
diputats de la Generalitat se a manat fer»25.

Semanas después se acordó destinar 4.000 libras del impuesto de censales «consi-
derant quant urgent y presissa necessitat y ha de obrar y alçar lo dit pany de muralla»26.
De una petición de Gregori del 22 de octubre de 1577 para que se le abonara su
trabajo se deduce que éste debió encargarse también de la ampliación de la muralla:

«lo dit mestre Gaspar Gregori […] desde dit dia de XXVII de Agost del dit any de
MDLXXIIII fins a huy e huy en dia ha assistit en totes les obres de la casa de armes e

20 MORA D’ALMENTAR, Guillem Ramon: Volum, e recopilacio de tots los furs, y actes de Cort,
que tracten dels negocis, y affers respectants a la Casa de la Deputacio y Generalitat de la Ciutat, y Regne
de Valencia. Valencia: Felip Mey, 1625, p.343.
21 Ibídem, p. 345.
22 ARV, Generalitat, sig.3040 en GÓMEZ-FERRER LOZANO, Mercedes: Arquitectura en la Va-
lencia del Siglo XVI. El hospital General y sus artificis. Valencia: Albatros, 1998, doc.12-6 (27/08/1574),
p.403.
23 Ibídem, p. 226.
24 ROS FILLOL, Godofredo: Importancia histórica, militar, arquitectónica y arqueológica de las
murallas y fortificaciones y de la denominada Casa de las Armas de Valencia. Valencia: Parque de Artille-
ría, 1949, p.25.
25 ARV, Real Cancilleria 524, fols 340r-341v (15/09/1576).
26 Ibídem, fols. 343v-344r (15/11/1576).

267
muralles e baluart de aquella e a fet e donat lo ordre y traça de totes les obres de dita
casa y muralles»27.

Gregori reiteró su petición el 12 de enero de 1578 acordando pagársele 30 sueldos


diarios por el período de 1574-1577 en el que ejerció como ingeniero y maestro de las
obras «de la dita casa de armes muralles y baluart»28, lo que señala la reconstrucción
del baluarte de l’Esperó.
Este baluarte, atribuido por el cronista Escolano al virrey Gonzaga29, habría sido
iniciado en 1577. Ante la posibilidad de que los turcos socorrieran la rebelión de los
moriscos aragoneses, Gonzaga proyectó para Valencia un castillo con baluartes en el
entorno del Palacio Real30; sin embargo, su elevado coste debió convencer a Gonzaga
optar por potenciar las obras de la Casa de Armas incluyendo «un valuarte que yo
hize renovar»31. Los gastos de estas obras (hasta 23/01/1581) fueron los siguientes32:

–1574: 2.118 libras 3 sueldos 6 dineros


–1575: 1.966 libras 8 sueldos 2 dineros
–1576: 2.592 libras 1 sueldo 3 dineros
–1577: 16.561 libras 1 sueldo 3 dineros
–1578: 2.408 libras 12 sueldos 6 dineros
–1579: 2.470 libras 4 sueldos 1 dinero
–1580-1581: 3.134 libras 19 sueldos 4 dineros

Mientras que el total de gastos supera las 31.000 libras, la mitad de los desembolsos
se concentran en 1577 momento en el que, recordemos, Gregori deja la dirección de
las obras y en el que comenzaría la potenciación del baluarte que constituiría «la base
de la defensa de la ciudad hasta los tiempos modernos»33.
Pasados muchos años, la «casa de monicions» se revelaba insuficiente para servir
de arsenal; la Diputación, encontrando las armas en total desorden y deteriorándose
por la humedad, acordó construir una segunda sala aprovechando la muralla hasta la
torre de L’Esperó como muro del nuevo edificio:

27 ARV, Generalitat, sig. 3044 en: GÓMEZ-FERRER LOZANO: op.cit., doc. 12-7 (22/10/1578),
p. 404.
28 Ibídem, doc. 12-9 (12/01/1578, p. 406 y doc. 12-10 (1578), pp. 406-407.
29 ESCOLANO: op.cit., Libro IV, col. 767.
30 BELCHÍ NAVARRO, Peligros: Felipe II y el virreinato valenciano (1567-1578). Valencia: Biblio-
teca Valenciana, 2006, pp. 247-248.
31 AGS, GA, leg. 86-84, carta a Felipe II (07/06/1578) en: CASTRO Y COBOS, op.cit., p. 21.
32 ARV, Generalitat, 2494 (Llibre de les despeses de les obres de la casa e amagazens de monició)
y 2495 (Llibre de les despeses de la obra del baluard de la casa de les armes del General) en: CASTRO Y
COBOS, op.cit., p. 20.
33 BAUTISTA PERALES, Juan: Décadas de la historia de la insigne y coronada Ciudad y Reino
de Valencia. Continuación de las dècades que escribió el licenciado y rector Gaspar Escolano. Madrid:
Terrada, Aliena y Compañia, 1880, p. 677.

268
La Ciudadela: única fortificación de la Edad Moderna... ACTAS

«no hi ha lloch mes apte ni mes convenient per a fabricar la dita sala que es junt al
mur de la dita ciutat prenent desde la paret de la sala de la dita casa axí com diu lo mur
fins a la torre del Espero a hon mes comoditat y menys despesa se porà fer la dita sala
[…] y se podrà crexer axí en llargaria com en amplaria los almagazens que hui estan
fets junt a la mateixa muralla»34.
El encargo fue asignado al maestro cantero Joan de Ambuesa, junto con una esca-
lera para subir «al baluart vulgarment dit de la torre del Esperó35» y otra que comuni-
cara ambas salas36.

4. En la Guerra de Sucesión Española

El último elemento en construirse, y con el que el conjunto devendría en Ciu-


dadela, fue consecuencia de la Guerra de Sucesión. Tras la victoria en Almansa, las
tropas de Felipe V entraron en la ciudad de Valencia el 8 de mayo de 1707; pocos días
después, las autoridades borbónicas elegían la Casa de Armas como enclave desde el
que resistir una posible contraofensiva austracista. El sacerdote Isidoro Planes ano-
taba que ya el 15 de mayo pretendían «hacer una Ciudadela junto a la Casa de las
Armas37», mientras que los espacios inferiores del arsenal se acondicionaban como
acuartelamientos38.
La transformación en ciudadela de aquel conglomerado comenzó derribando «las
casas que estaban delante de la plaza de la Casa de las Armas, assí las que sacaban
puertas a la plaza de Predicadores, como las que sacaban delante del Portal de la Mar
en la plaza de la Casa de las Armas»39 y «las paredes del güerto de Sto. Domingo, des-
de la portería, hasta el torreón que se está acabando»40 para crear así espacios libres
con amplios campos de tiro.
La autoría del torreón que se construía hacia la plaza de Predicadores es atribuida
por el mismo testigo a un anónimo «ingeniero francés»41, probablemente Luis Langot
de Villiers, en su momento ayudante de Vauban42. De cuerpo troncocónico y abo-
vedado en su interior, este «Baluarte ó Cubo redondo que se está acabando de perfi-
cionar tiene 16 troneras, 8 à la metad y las otras 8 en lo más alto, para por ellas sacar

34 ARV, Generalitat, provisiones, 3050 en Gómez-Ferrer, op.cit., doc. 14-7 (10/12/1584), p. 414.
35 ARV, Generalitat, protocolos, 2826, ibídem, doc.14-8(12/04/1585), pág.414 y doc.14-9
(17/05/1585), p.415.
36 ARV, Generalitat, protocolos, 2828, iIbídem, doc. 14-10 (1586), p. 415-416.
37 CEBRIÁN MEZQUIDA, Lluis, transcripción de Isidoro Planes: Sucessos fatales desta Ciudad,
y Reyno de Valencia o Puntual Diario de lo sucedido en los Años de 1705, 1706 y 1707. Valencia: Biblioteca
Valenciana, Nicolau Primitiu, 1899, mss. 159, fol. 182r (15/05/1707).
38 Ibídem, fol. 186v (04/06/1707).
39 Ibídem, fol. 218v (21/10/1707).
40 Ibídem, fol. 243v (19/10/1707).
41 Ibídem, fol. 228v (17/11/1707).
42 CERVERA-TORREJÓN, José Luis: «Los ingenieros militares en la Valencia del XVIII». En:
ALONSO IGLESIAS, Jesús Alonso (coord.): Poliorcética: (asalto y defensa de plazas fuertes): fortificación
y patrimonio. Valencia: Universidad Politécnica de Valencia, 2005, p. 159. Descartaríamos su propuesta
del flamenco Alberto Goffau, llegado a España en 1709.

269
los cañones de artillería; es todo de ladrillo y mortero»43. Finalizado a comienzos de
febrero de 1708, fue completado con un foso seco y una garita «sobre la cual está una
grande flor de lis dorada y bajo de esta garita está fijada en el mismo torreón una lápi-
da de piedra negra guarnecida de mármol y en ella se lee la siguiente descripción en
letras doradas: «Philippus V hispaniarum rex. Victis ad Almansani hostibus Valentia
recepta civibus clementia servatis urbis ac regni securitati hoc opere prospeceit anno»44.
Ni siquiera a los más convencidos felipistas se les escapó el carácter vejatorio de este
texto, que fue retirado el 14 de noviembre de 1808, durante la confusión de los meses
iniciales de la guerra de Independencia.
Concluía así el dilatado proceso de formación de la Ciudadela de Valencia que, en
la práctica se convertiría en la única fortificación de la ciudad a lo largo de la Edad
Moderna. Sin embargo, ni durante su formación ni posteriormente llegó a desempe-
ñar papel alguno en la defensa de la ciudad, ni siquiera en los tres diferentes asedios
que tuvieron lugar durante la Guerra de Independencia. Aunque resultaba obvio su
papel de garante de una fidelidad impuesta, la Ciudadela tampoco sirvió de prisión
para los partidarios de la causa austracista como se ha sugerido, limitándose a se-
guir con su papel de arsenal, ahora para los ejércitos reales, lugar de agrupamiento
de quintados, y acuartelamiento para la guarnición en Valencia. Únicamente ya en
el siglo xix se convertiría en escenario de la matanza de ciudadanos franceses al
comienzo de la guerra de Independencia, y más tarde, lugar de confinamiento para
destacados personajes en la disputa entre absolutistas y liberales.
El torreón de la plaza de Santo Domingo perdería su batería superior en 1841,
siendo demolido en su totalidad en algún momento anterior a 1865, cuando fueron
derribadas las murallas medievales. El Portal Nou de la Mar sería derribado en 1868,
mientras que el baluarte semicilíndrico que lo defendía se mantendría hasta 1901,
como paso previo al reordenamiento urbano de la zona y a la ampliación de los te-
rrenos de uso militar en los antiguos huertos del convento de Santo Domingo. Fi-
nalmente, tras el traslado de todas las dependencias militares, en el año 1956 fueron
demolidas las los edificios de la antigua Casa de Armas y el gran baluarte, únicas
construcciones supervivientes en la fecha.

43 PLANES-MEZQUIDA: op.cit., fols. 245v-246r (29/12/1707).


44 Copia manuscrita anónima de PLANES, Isidoro: Puntual diario de lo que pasará en esta Ciudad
y reino de Valencia en la continuación de la guerra de este año 1708, ca. 1900-1950. Valencia: Biblioteca
Valenciana, Nicolau Primitiu, ms. 394/8, sin foliar (1/02/1708).

270
La Ciudadela: única fortificación de la Edad Moderna... ACTAS

Bibliografía

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cià de Cultura. Valencia, 2006.
BECERRA DE BECERRA, Emilio: «La fortificación abaluartada: sus huellas en el
reino de Valencia», Serie histórica, nº.25. 2003, pp. 257-287.
BONET CORREA, Antonio: Cartografía militar de plazas fuertes y ciudades españo-
las. Siglos XVII-XIX. Madrid: Instituto de Conservación y Restauración de Bienes
Culturales, 1991.
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CHEZ-GIJÓN, Antonio: Luis Escrivá: Su Apología y la fortificación imperial. Va-
lencia: Generalitat Valenciana, 2000.
HERNANDO SÁNCHEZ, Carlos José (coord.): Las fortificaciones de Carlos V. Ma-
drid: Ediciones del Umbral, 2000.
ROS Y FILLOL, Godofredo: Importancia histórica, militar, arquitectónica y arqueo-
lógica de las murallas y fortificaciones y de la denominada Casa de las Armas de
Valencia. Valencia: Imprenta del Parque de Artillería, 1949.

271
272
ACTAS

La restauración arquitectónica de las fortificaciones


y su problemática. “Experiencia propia”

Alfred Pastor Mongrell


Arquitecto
apastorm@coac.net

Resumen

Contexto. La formación académica en restauración arquitectónica. Los ejes de la


restauración arquitectónica: función, forma, método, técnicas. El conocimiento del
objeto de la restauración: la información necesaria y la que está al alcance del ar-
quitecto restaurador en el caso de las fortificaciones. La restauración del castillo de
Miravet. Lo que aportan las disciplinas implicadas: El trabajo pluridisciplinar y sus
carencias referidas a fortificaciones. Conclusión. Propuestas.

Palabras clave: Insuficiencia de aprendizaje del oficio de la restauración arquitectónica.

1. Introducción

Para comprender la historia que se explica a continuación es necesario contextua-


lizarla. Acabé la carrera de arquitectura en 1969, después de la “Caputxinada” y la
refundación del Sindicato de Estudiantes Universitarios, con la Dictadura en plenas
facultades y con las manifestaciones estudiantiles con periodicidad prácticamente
diaria. La Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, con contenidos
y profesores cuestionados, con equidad y oportunidad no siempre evidentes. Fue el
tiempo en qué lo adecuado era barrer los restos de la enseñanza academicista de la
arquitectura y de la selección clasista del alumnado. Lo que importaba entonces era

273
tomar conciencia de la situación de la situación de la arquitectura y del país y re-
cuperar el tiempo perdido en todos los aspectos durante aquel periodo negro. Por
tanto era absolutamente necesario necesaria la actualización, la puesta al día de la
arquitectura del país, con tendencias y técnicas adecuadas a la deseada llegada de la
democracia y la modernidad.
Esta puesta al día llevaba implícita una aparente contradicción: se debía retroceder
en el tiempo para avanzar. Retroceder para recuperar la arquitectura racionalista
desarrollada durante el corto período de la República, arquitectura alineada con las
corrientes más renovadores europeas, rompiendo con la arquitectura oficial del na-
cional-sindicalismo.
Sirva lo que antecede para entender las consecuencias. El estudio de la arquitec-
tura histórica dio un giro de 180 grados: del análisis de los estilos arquitectónicos
sumerio, persa, egipcio, griego y romano se pasó a ignorarlos para sumergir se en el
análisis de la Bauhaus, el diseño y la arquitectura de sus ideólogos, considerados por
el otro bando como una cuadrilla de jovencitos alocados. A mí me cogió todo este te-
rremoto en el ecuador de la carrera y ni yo ni mis compañeros de aventura nos vimos
beneficiados por una u otra corriente. Aunque nos tocó la parte de la Arquitectura
Antigua, lo cierto es que no había la posibilidad del beneficio de un estudio serio,
porque la asignatura se convertía, en manos del que la impartía, en un anecdotario
no excesivamente científico.
En aquel tiempo había la posibilidad teórica de aproximación a la restauración
de edificios en un 5º curso de especialidad, al final de la carrera, pero dictado por el
mismo profesor que explicaba la historia de la arquitectura mediante, por ejemplo,
el relato de los diferentes temas eróticos de la imaginería gótica. Preferí, dadas las
perspectivas, perder el tiempo matriculándome en otra pretendida especialidad, la
de estructures.
Al final, el resultado era que estas especialidades no tenían ningún tipo de efecti-
vidad, ni de formación ni administrativa. Por otra parte, el título de arquitecto servía
para todo lo que atañía a la construcción y que se definía en las diferentes regulacio-
nes de la profesión. Servía y sirve tanto para realizar estructures de hormigón como
para restaurar catedrales.
Una vez acabada la carrera, te encontrabas literalmente en medio de la calle, lite-
ralmente. Aterrorizado.
Mi descubrimiento del patrimonio tangible —el que conocía hasta entonces era el
virtual, el que se ve en fotografías— fue gracias a mi incorporación a un equipo de
profesionales y ciudadanos que se poroso llevar a un pueblo del área metropolitana a
la democracia, sirviéndose del urbanismo y la reivindicación de los derechos funda-
mentales. En el urbanismo estaban y están los edificios artísticos e históricos. Tomé
parte en la redacción del catálogo de las construcciones de estas características. Más
tarde, ya en democracia incipiente, dirigí el equipo que redactó el Pla Especial de Pro-
tección del patrimonio arquitectónico del mismo pueblo. Estos dos trabajos explican,
primero, mi interés por el patrimonio y más tarde mi pasión. De alguna manera sentí
i siento lo mismo que describe Joan F. Mira en su obra autobiográfica “El tramvia
groc”. Dice, respecto al futuro previsible de la huerta valenciana: “Jo he nacido y he

274
La restauración arquitectónica de las fortificaciones... ACTAS

crecido en aquel pequeño mundo de trabajo y belleza, he vivido los primeros años
de vida disfrutando de la herencia de aquella cultura, y es un tesoro y una gloria que
siempre he llevado dentro de mí. De la misma manera que llevo continuamente den-
tro de mí la tristeza y la melancolía de comprobar que, con el paso implacable de los
años, mis compatriotas se proponen metódicamente acabar de destruir la geografía
y la historia y convertir la cultura de la tierra en cemento y solares; de constatar que
continúan elaborando planes monstruosos, con el estímulo y la bendición de las más
altas autoridades del país...”.
Después vino mi adhesión a la Comissió de defensa del patrimoni arquitectònic
del Colegio de Arquitectos de Catalunya, convertida años más tarde en la Associació
d’arquitectes per a la defensa i intervenció en el patrimoni arquitectònic (AADIPA).
Entidades con los objetivos que expresan sus nombres con toda claridad, pero
también con una voluntad de formación de los Asociados, tanto en el conocimiento
del patrimonio edilicio catalán como en su restauración. Ya se ha celebrado el XXX-
VIIº y ya se ha anunciado el XXXVIII para este año.
De mi pertenencia a estas agrupaciones y de los cursos que han organizado deriva
mi conocimiento inicial de la restauración monumental, procedimientos y métodos
empleados en distintas épocas. Más tarde, la práctica profesional lo consolidó y au-
mentó. En todo éste tiempo, el que va del primer curso al último, las directrices de
la restauración han evolucionado como evolucionan las tendencias en esta profesión:
desde considerar una obligación (o una excusa plausible) poder distinguir la inter-
vención de las preexistencias, a esconderla detrás de lo existente. Es decir en general,
al largo de los años, ha cambiado el peso de la arquitectura nueva en la restauración,
disminuyendo a medida que crecía el peso de la historia. Es mi opinión. Y esto, que
en principio no es ni bueno ni malo si se respetan ciertos límites, ha pasado a medida
que la restauración ha ido incorporando otros profesionales o que estos profesionales,
a tenor de la llegada de nuevas corrientes nuevas, iban aumentando su influencia en
los resultados. Estoy refiriéndome, como ya intuís, al procedimiento “a la page” de la
restauración, la pluridisciplinaridad.
Y he aquí que, en 1986, como consecuencia de una de las crisis cíclicas del sector
de la construcción, no tuve más remedio que escuchar y atender la llamada del patri-
monio y me incorporé a la Direcció General de Patrimoni Cultural de la Generalitat
de Catalunya, en concreto, al Servei del Patrimoni Arquitectònic. La jubilación de
funcionario, que no de arquitecto, me llegó en el año 2011, hace ya casi 4 años.
Hasta aquí, mi recorrido profesional referido a la “res restauratoria”.

2. Función, forma, método, técnicas en restauración arquitectónica

La restauración arquitectónica debe obedecer a los principios generales de esta


rama de la actividad humana que son, cumplir una función, un servicio, individual
o colectivo y hacerlo procurando conseguir un resultado formal bello, indiscutible o
aceptable. Este es el “juramento” que hacemos los arquitectos cuando nos dispone-

275
mos a ejercer la profesión, no explicitado, pero grabado en nuestro ADN. Mandato
incorporado lentamente, pero sin discontinuidad, durante nuestro aprendizaje del
oficio.
Lo que no “juramos” es saber de restauración, es decir, ni sus métodos, ni sus téc-
nicas, al menos en mi época. En este aspecto, como en otros, salíamos de la escuela
con un hueco en el cerebro que era necesario llenar por nuestra cuenta, si es que
la restauración acababa siendo la especialidad profesional escogida. De esta manera
empezamos a adentrarnos en este campo algunos arquitectos. En la actualidad existe
algún master que quiere suplir la falta de especialidad, pero desconozco hasta qué
punto estos cursos pueden substituir una formación más completa. Sí que sé que
estos master pueden crearse y desaparecer por causas distintas a la necesidad de su
existencia. Puede suceder, como está sucediendo ahora mismo, que no hay una espe-
cialidad académica de restauración arquitectónica reconocida por la administración
competente. Tampoco existe por ahora, por parte del Colegio de Arquitectos, ejerci-
cio de alguna presión sobre las autoridades académicas ni sobre los gobiernos para
cambiar este estado de cosas, cuando es evidente que restaurar monumentos no tiene
nada que ver con proyectar edificios de nueva planta, sea cual sea su función.

2. El conocimiento del objeto de restauración.


La restauración del castillo templario de Miravet

La restauración del castillo de Miravet fue nuestra primera experiencia en restau-


ración, como funcionarios arquitectos e historiadores funcionarios. Nos ocupó, si
sumamos tiempos de proyecto y obra, des de 1995 hasta el 2003, tiempo necesario si
tenemos en cuenta las dificultades de compartir el tiempo entre restauración y ges-
tión administrativa y, más difícil todavía, el disponer de la cuantía de la inversión. No
fue éste nuestro primer contacto con el castillo. Antes, una vez asumida su propiedad
por la Generalitat de Catalunya, se habían redactado otros proyectos y dirigido otras
obras por parte de arquitectos externos, Trabajos de los que el seguimiento y apro-
bación por parte del Servei de Patrimoni Arquitectònic era responsabilidad nuestra.
¿De qué ayudas e información disponíamos? Pues por aquellas fechas, el servicio ya
había conseguido dotar a la Secció de Restauració de un arqueólogo y un historiador
del Arte.
Fruto de este trabajo en equipo fue conocer mejor la historia del castillo, sus orí-
genes, las vicisitudes pasadas, la evolución de su construcción, etc. No hubo un plan
director que estableciera y ordenara las excavaciones arqueológicas y las actuaciones
de restauración y su secuencia, junto con una primera aproximación del coste total de
las actuaciones. No recuerdo exactamente, pero quizás la invención de esta figura, la
de los planes directores (que es del Servei de Patrimoni Arquitectònic) fue más tarde.
A pesar de eso, la del castillo de Miravet fue precedida de las investigaciones docu-
mentales y arqueológicas preceptivas.
¿Pero qué pasó con el “juramento hipocrático-arquitectónico”? Yo, arquitecto, me
vi imposibilitado para establecer la funcionalidad interna, para recomponer el fun-

276
La restauración arquitectónica de las fortificaciones... ACTAS

Figura 1. Castillo
de Miravet

cionamiento de la fortaleza, dotarla de un organigrama creíble. A los historiadores


les debió pasar lo mismo, porque no pude conseguir disponer de una explicación
convincente. Hubo una aproximación cuando, en algún libro, encontramos la ad-
judicación no justificada de usos a los espacios (Iglesia, refectorio, caballerizas, “de
profundis”, etc.) algunos desmentidos después (la cocina) o inconcretos (torre del
tesoro). Estos supuestos usos provenían de fuentes documentales no excesivamente
explícitas. Se rectificó puntualmente alguna de las asignaciones en base a resultado
de excavaciones.
Y de esta manera se restauró. No sé si en la actualidad, los gestores del monumen-
to disponen de una explicación del funcionamiento del castillo, pero lo veo difícil.
Existe un problema de actitud: no son cuestiones, creo, que originen habitualmente
preocupación, no son objeto de demanda social. A mí, con mi paso a la reserva, ob-
servo que no desapareció la intranquilidad por mi incumplimiento de la promesa y
me he propuesto ampliar conocimientos explorando por mi cuenta.
Un primer resultado fue el conocimiento de publicaciones que explican la historia
de la guerra, de los guerreros, del armamento, y de la poliorcética. Os ilustro con un
par de imágenes del libro “Els exèrcits de Jaume I”. (figura 2) Para mí ha significado
un gran avance en el conocimiento de la armamentística y su influencia en la arqui-
tectura de las fortificaciones.
Las segundas son de una publicación maltesa, “The Art of fortress Building in Hos-
pitaller. Malta. 1530-1978” del arquitecto Stephen C. Spiteri (figura 3), un estudio
de construcción, materiales, y técnicas de las fortalezas de la época anunciada en el

277
Figura 2. Ejércitos de Jaume I (Francesc Riart / F.X. Hernández)

Figura 3. The Art of Fortress Building in Hospitaller. Malta

278
La restauración arquitectónica de las fortificaciones... ACTAS

título de la obra. Para mí, persona del gremio de la construcción, han sido libros re-
veladores. En otros aspectos, también lo fueron los 4 primeros volúmenes publicados
de la “Historia Militar de España” dirigida por Hugo O’Donell.

3. Lo que aportan las disciplinas implicadas.


El trabajo pluridisciplinar y sus carencias

Podéis constatar que ninguna de las dos primeras obras mencionadas se refieren
a fortalezas anteriores al siglo xiv, y también que no hay excesiva información sobre
lo que me preocupa, la de su funcionamiento extra-defensivo. ¿O quizá no he sabido
encontrarlo? Creo que son unas obras muy meritorias, pero con la atención centrada
en armamentística y poliorcética, más poco en arquitectura, entendida como disci-
plina que se ocupa del estudio, diseño y construcción del hábitat del hombre que vive,
se defiende o ataca en un castillo.
He recorrido recientemente a otras publicaciones. La tónica es la misma: en el
mejor de los casos, contienen planos con adjudicación de usos a las diferentes depen-
dencias.

Sirva como ejemplo de lo que digo lo que dice y hace Viollet-le Duc, personaje de
mi oficio, en su “Dictionnaire raisonné de l’architecture...” cuando desarrolla el térmi-
no “chateau”. Este término ocupa 137 páginas del Volumen III de la edición consul-
tada. Habla de distintos castillos de diferentes épocas, de los que presenta planta, con
asignación de uso a los espacios, alzado y, en algún caso, perspectiva. Veamos qué
dice el famoso arquitecto en un caso concreto, el del Castillo de Arques (figura 4), que
tomaré como ejemplo. Traduzco:
Figura 4.
Castillo d’Arques.

“La obra avanzada B es del siglo xv. Los muros interiores C parece pertenezcan a
una época bastante más recinto, no han existido hasta hoy. Del tiempo de Guillem
d’Arques, la verdadera entrada al Castillo por el lado de Dieppe estaba en D, y el foso
debía seguir la línea de puntos EE. Quizá en B existía una obra avanzada con empa-
lizada para proteger la puerta principal. Todavía se distinguen perfectamente, bajo
la entrada G, las construcciones del siglo xi e incluso los cimientos de las torres que
la defendían. En H está la torre del homenaje (torre maestra o “donjon”) de planta
cuadrada, de acuerdo con la costumbre normanda, y dividida por un grueso muro.
En K está la segunda puerta, que comunica con la plataforma exterior mediante un
puente sobre pilastras aisladas.
Esta entrada, sabiamente proyectada, pasa por debajo de una torre y de un pasadi-
zo ancho abovedado, bien defendido por les defensores situados en el “donjon”, que,
por su posición oblicua respecto las murallas, oculta el patio del castillo a aquellos
que lleguen del exterior. Por otra parte, esta torre está muy bien situada para contro-
lar el exterior del lado de la lengua de tierra por donde se puede llegar al foso a pie;

279
Figura 4. Castillo d’Arques.

sus esquinas inciden en las murallas del recinto, creando de esta forma una circu-
lación demasiado estrecha para el camino de ronda y dominando toda la amplitud
del foso. El enemigo, si llegara a apoderarse del patio, no podría escalar las murallas
M, y difícilmente alcanzar la poterna K, especialmente reservada para la guarnición
emplazada en la torre maestra.
En P había una construcción dependiente de la torre por encima del pasadizo
hacia la poterna, que debía defenderse tanto del patio interior O como del exterior.
Este patio tiene numerosas salidas, imposibles de reconocer por parte de hombres no
familiarizados con estas trampas: además de la poterna K de la torre maestra, una
escalera subterránea comunica con el fondo del foso, y permite de esta manera a la
guarnición hacer una salida o escaparse sin ser vistos. Hemos indicado en N, sobre
el plano, los numerosos subterráneos tallados en la roca, aún visibles, que se cruzan
bajo las murallas, y son destinados, tanto para hacer salidas por sorpresa a los fosos
como para impedir las mines en el lado dónde el castillo es más accesible.”

Y el Diccionario continúa explayándose consideraciones exclusivamente de orden


militar, por supuesto. Es lo que se espera de las obres especializadas en temas de esta
índole, por descontado, pero que no llenan el vacío que yo desearía estuviera resuelto,

280
La restauración arquitectónica de las fortificaciones... ACTAS

el de los aspectos sociológico, antropológico, arquitectónico o cómo prefiera denomi-


nárseles. En definitiva, los que podrían conducir a establecer las funciones extra-de-
fensivas o colaterales de las fortificaciones, las de hábitat de sus ocupantes. Lo que
dice un arquitecto (y más, arquitecto restaurador famoso) respecto a la arquitectura
defensiva, pero, aunque la cualidad de la información que aporta es muy valiosa, no
llega a plantear lo que yo quisiera tener ya resuelto.
Para acabar, ha aparecido un librito nuevo, “Cómo leer castillos”, del que os expli-
co rápidamente lo que nos aporta. En la primera solapa del libro se dice textualmente:

“Como leer castillos ofrece un vocabulario sobre los tipos, estilos y materiales
arquitectónicos —de los matacanes y el foso a las torres y el puente levadizo—. Así
tendrá todas las claves necesarias para contar la historia que guardan los muros de
cualquier Castillo”.

Lo he querido comprobar. En la página 12, tal y como se nos dice en el índice de la


obra, se habla de la función de estas construcciones para la defensa y dice: “Los casti-
llos tenían dos funciones principales. Por una parte, eran fortificaciones con aspectos
tanto defensivos como ofensivos; por otra eran residencias aristocráticas, particular-
mente asociadas con la clase caballeresca”... Acaba la sucinta definición de las funcio-
nes castellanas diciendo “Determinar la función precisa de un castillo es una de las
tareas más satisfactorias para el investigador”. No puedo hacer más que manifestar
mi total acuerdo con esta afirmación. Lo ejemplifica. Hace un ejercicio de concreción
de funciones en 5 castillos, pero de una manera elemental, genérica, prácticamente
igual a las ya descritas. Por tanto, no aporta nada nuevo.
Más adelante amplia la noticia sobre las funciones dedicando unos párrafos al
castillo fortificación y otros al castillo residencia y dedica un cierto espacio a exponer
ejemplos de castillos de estos dos tipos, pero no hace sino relatar su historia.
Después pasa a diseccionar la fortaleza en los elementos que la componen y explica
las torres del homenaje, torres, defensas, accesos, capilla, prisiones, puertas y venta-
nas, almenas, letrinas, sistemas de calefacción, etc. También se extiende hablando
de materiales y de técnicas. No sería justo dejar de reconocer la utilidad de toda esta
información. A pesar de que falta, el análisis del funcionamiento total de las fortifica-
ciones, en el sentido al que me refiero durante todo este discurso, el parcial también
tiene su importancia. Es necesario, pues, valorarlo y agradecerlo.

4. Conclusión. Propuestas

La conclusión es que, a mi juicio, la información sobre los castillos, los instrumen-


tos que se han utilizado y los que se utilizan, tienen un buen soporte en la historia ge-
neral y la específica, la historia de los hechos bélicos, la de la evolución del armamen-
to, y la consiguiente de los edificios para la defensa. Por tanto, es necesario reconocer
que los equipos pluridisciplinares han funcionado en muchos aspectos. Están bien

281
Figura 5. Castillo de Miravet. Restauración.

pertrechados de historiadores y arqueólogos. Pero, a mi juicio, se olvidada investigar


aspectos sociales que expliquen mejor los usos no estrictamente defensivos de estas
construcciones, que se contemplen todos los aspectos de la vida en las fortificaciones.
Quizá convenga ampliar los equipos, cuando sea necesario, con profesionales que
sepan cómo se vivía en los castillos, en general, y puedan llegar a saberlo en cada cas-
tillo en particular. ¿Museógrafos? El arquitecto, creo, dada nuestra formación, puede
ser un buen ayudante, pero no actuando en solitario. Los museólogos y museógrafos
siempre se reservan para después de finalizar las obras, es decir, cuando ya no pueden
corregirse errores o contradicciones, de una u otra parte. ¿Por qué?
Si en ciertas excavaciones se pueden realizar estudios de toda índole, que incluso
determinan cual ha sido la alimentación, enfermedades, la causa de la muerte de un
individuo y las costumbres funerarias de un colectivo, ¿por qué no hacer el análisis
funcional completo del artefacto defensivo? Creo que el conocimiento de la guerra,
esta actividad constructora/ destructora constante y que ocupa una parte tan impor-
tante de la historia de la Humanidad, debe llegar hasta el final. Debemos conseguirlo.

282
La restauración arquitectónica de las fortificaciones... ACTAS

Bibliografía

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XVIe siècle. Ed. Morel, 1875.
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Jaume I. Ed. Dux, 2009.
SPITERI, Stephen C.: The Art of Fortress Building in Hospitaller Malta. Malta: BDL
Publishing, 2008.
Archivo fotográfico Direcció General de Patrimoni Cultural. Generalitat de Catalu-
nya

283
284
ACTAS

Plan director y centro de interpretación del castillo de Hostalric

Montse Viader i Crous


Licenciada en Historia del Arte y Máster en Gestión del Patrimonio Cultural
Técnica de Patrimonio. Ayuntamiento de Hostalric
patrimoni@hostalric.cat

Resumen

La villa de Hostalric dispone de un patrimonio cultural rico y singular. La signifi-


cación y el interés de algunos de los elementos que configuran este patrimonio —las
murallas, torres y el castillo, todos ellos BCIN— suponen un recurso extraordinario
para el desarrollo y la proyección turística y cultural de la ciudad.
En el año 2008 se hizo el Plan Director del Castillo de Hostalric donde entre otras
cosas se proponía un centro de interpretación y acogida de visitantes. Ahora este
centro ya es una realidad y el visitante puede hacer el descubrimiento del monumento
ofreciéndole las claves para su lectura que le permite: observar, explorar, situar, ana-
lizar, comprender, sentir y revivir. Se trata de un conjunto de experiencias que ofrece
al público un significado y una vivencia.

Palabras clau: castillo, fortaleza, Hostalric.

1. Introducción

Hostalric es una villa de origen medieval con muralla y torres que se levanta sobre
una cima de piedra basáltica en el valle del río Tordera. Domina la principal vía de
paso entre Girona y Barcelona. Hoy en día Hostalric todavía es un importante nudo
de comunicaciones: carretera comarcal C-35, autopista AP-7, ferrocarril y tren de alta
velocidad.

285
Por este motivo Hostalric ha sido un punto privilegiado y estratégico donde se
pueden encontrar testimonios de una ocupación humana casi continuada desde la
época de los íberos hasta la actualidad. El castillo se levanta en la parte más alta del
cerro basáltico, donde se han localizado restos ibéricos (siglo II aC). Su posición ser-
vía para defender el punto de paso obligado del camino real que iba de Girona a Bar-
celona y que formaba parte de la vía Merchateria que era la antigua ruta romana que
conectaba los mercados de Francia meridional con los de Cataluña, muy utilizada por
los mercaderes de paños gerundenses del siglo xiv.
La época medieval es la más fructífera en la historia de la villa. Hostalric se convir-
tió en la capital administrativa del vizcondado de Cabrera y, junto con el castillo de
Montsoriu, en el interior, y el castillo de Blanes, en la costa, en uno de los principales
bastiones de esta familia nobiliaria, los dominios de la que se extendieron por dos
terceras partes de la actual comarca de la Selva, el Alt Maresme, el extremo este del
Vallés Oriental, el Collsacabra, en Osona, la Vall d’en Bas y Riudaura, en la Garrotxa
y la Plana de Vic.
Ya desde el siglo xii se encuentra documentado un castillo en la cima de la colina
de Hostalric, lugar estratégico y privilegiado que dominaba la red de caminos de la
época, camino real, y que al mismo tiempo era un lugar de encuentro de agricultores
y comerciantes de la comarca y de otros lugares. Es por este motivo que se le conce-
dió, en tiempos de Guerau V de Cabrera, la licencia para hacer mercado semanal, los
martes, por parte del rey Jaime I, el Conquistador, en 1242 y un año después, 1243,
se le concedió la carta puebla para la creación de un nuevo núcleo de población en
Hostalric.
Hacia finales del siglo xiv la villa de Hostalric dejó de crecer y comenzó un perío-
do de decadencia, donde Blanes cogió el papel de dinamizador de su entorno. En 1462
se dice que el castillo estaba en un lamentable estado. Por este motivo los restos del
antiguo castillo de los vizcondes de Cabrera fueron utilizados para la construcción
de la fortificación posterior.
Con la “Sublevación de Cataluña” (Guerra dels Segadors, 1640-1652), que tuvo
como consecuencia el Tratado de los Pirineos, en 1659, y la pérdida de territorios
catalanes al norte de los Pirineos, fue una época de conflictos bélicos y, por tanto, se
procedió a la modernización de las plazas fuertes. Hostalric es un ejemplo. En 1653,
el ingeniero de las tropas de Felipe IV, Pedro Alejandro, hizo trabajos de fortifica-
ción en la moderna, en el castillo de Hostalric, para adaptarlo al uso de las armas
de fuego de la época, utilizando el sistema de campaña hecho con tierra y fajinas. A
pesar de ser materiales sencillos, este tipo de defensa seguía el modelo del baluarte.
De esta manera, los gruesos terraplenes hechos de tierra absorbían con facilidad
los proyectiles y daban una buena consistencia en la construcción. El problema era
que duraban poco debido a la fragilidad, y tenían que reconstruir frecuentemente,
dependen de los acontecimientos bélicos que soportaban. En general, sin embargo,
los perímetros de sus trazados fueron respetados y posteriormente hechos de piedra
y mortero de cal.
Así, pues, las obras de fortificación que se llevaron a cabo en el castillo, durante
la Guerra dels Segadors, fueron una serie de terraplenes revestidos de fajinas. Al ser

286
Plan director y centro de interpretación del castillo de Hostalric ACTAS

Hostalric una plaza fuerte también se fortificó la ciudad, rodeando los muros de la
antigua muralla. Todas estas obras eran de las llamadas de campaña.
La fortaleza que hoy en día se puede ver en Hostalric es fruto de estas actuaciones
realizadas a partir de la Guerra de Sucesión Española (1705-1714) y que continuaron
hasta que a principios del siglo xx fue abandonada.
Francisco de Santa Cruz, ingeniero militar, al servicio del archiduque Carlos; fue
el autor del proyecto el que marcó ya los elementos defensivos típicos de las fortalezas
modernas: hiele, camino cubierto, foso y recinto interior. En Hostalric parte de estos
elementos ya se proyectó un gran baluarte, un frente atenazado, un revellín, un semi-
baluarte y un diente de sierra. El conjunto venía rematado por un patio de armas en
la parte superior y el caballero.
Durante la Guerra del Rosellón (1793-1795), se consolida la estructura actual de la
fortaleza de Hostalric según el proyecto técnico de otro ingeniero militar, Tomás de
Buzunáriz, que seguía el esquema anterior de Santa Cruz haciendo alguna reforma
para poder tener condiciones óptimas en caso de asedio y convertirse así en una ver-
dadera plaza fuerte.
Es pues, a lo largo de este siglo cuando se hicieron las obras de las estructuras
exteriores y la galería a prueba de bomba que es el elemento más característico de la
fortaleza. Asimismo, las estructuras y elementos que quedaban del antiguo castillo
medieval quedan insertadas y transformadas en las nuevas dependencias.
Es sin embargo, en la Guerra de Independencia (1808-1814), cuando la fortaleza de
Hostalric tiene un papel importante en el control del camino real. Una vez se había
hecho la capitulación de Girona (diciembre de 1809) los esfuerzos se concentraron
en el camino que va hacia Barcelona y Hostalric queda justo a medio camino, por lo
tanto era importante frenar el avance del ejército enemigo. Por este motivo y bajo el
mando del general Mazucchelli se inició el ataque que se convirtió en el sitio de la
fortaleza de Hostalric. Este se inició el 13 de enero de 1810 y duró hasta el 12 de mayo
del mismo año. Con este hecho se hizo evidente que la fortaleza de Hostalric estaba
muy bien situada para defender el camino que va de Girona a Barcelona.
A partir de este momento la fortaleza pasó sin pena ni gloria durante las Guerras
Carlistas hasta que a medio siglo xix con la aparición de la artillería rayada y los nue-
vos proyectiles explosivos comenzó la lenta pero inexorable decadencia de este tipo
de fortificaciones abaluartada.
Sin embargo, no desaparecieron del todo las obsoletas fortificaciones, sino que
muchas de ellas fueron utilizadas por los ejercidos con fines diversos: cárceles, cuar-
teles, arsenales, etc.
A principios del siglo xx, la fortaleza de Hostalric era un cuartel militar y presen-
taba un lamentable estado de conservación y perdió la consideración de plaza fuerte.
En 1929, el gobierno de Primo de Rivera acordó el traslado de la guarnición, ya que
las instalaciones no reunían las condiciones exigidas y Hostalric dejó de ser definiti-
vamente zona de interés militar.
El 23 de abril de 1949 el Estado español vendió al Ayuntamiento de Hostalric el
castillo por 18.500 pts. Ese mismo año se proteger e inventariar por parte del Estado
todos los castillos y arquitecturas militares. El 5 de junio de 1963 se declaró monu-

287
mento histórico artístico todo el conjunto formado por las murallas y el castillo de
Hostalric. La Ley estatal de 16/1985 del Patrimonio Histórico Español propuso que
todos los monumentos históricos artísticos pesaran a ser bienes culturales. La Ley
9/1993 sobre patrimonio cultural catalán con el artículo 7 de esta misma ley declaró
el castillo de Hostalric BCIN.

2. Plan director del castillo de Hostalric

En julio de 2008 se presentó el Plan Director del castillo de Hostalric. En octubre


del mismo año fue el acuerdo de la Comissió Territorial de Patrimoni de la Generalitat
de Catalunya. En abril de 2009 se hizo la aprobación definitiva por parte del consisto-
rio del Ayuntamiento de Hostalric.
El plan director abordó las necesidades y recursos de la institución y la manera de
obtenerlos, y estudió punto por punto los requerimientos de espacios, instalaciones,
personal, financiación y gestión. Planificó la estrategia global de intervenciones del
monumento, valorando todos los aspectos y proponiendo unas fases de ejecución de
las obras de restauración, rehabilitación y conservación del castillo.
El plan director propuso una estrategia global de interpretación del conjunto del
monumento valorando todos los aspectos y proponiendo estrategias por fases para
lograr el desarrollo de la propuesta del centro de interpretación y acogida de visitan-
tes del castillo, conforme se llevaban a cabo las obras de restauración, consolidación
y rehabilitación de los espacios.
En el cronograma propuesto se hizo evidente que partiendo de la realidad que se
tenía, debía dar sentido y coherencia a las acciones para permitir su conservación y
así poder hacer difusión turística, fomentando las visitas y proponiendo necesidades
de intervención en aquellos servicios, equipamientos e infraestructuras que fueran
necesarias, tanto si se tenían que crear o mejorar las ya existentes.
El plan director daba énfasis a las Siguientes Cuestiones:
Ver las prioridades a la hora de rehabilitar o consolidar los diferentes elementos
arquitectónicos del castillo.
¿Qué usos debían tener los diferentes espacios existentes en el castillo?
La gestión del propio monumento.
Ver y analizar los caminos posibles para los visitantes.
Recursos humanos. Propuesta de gestión.
Desarrollo del espacio destinado a la recepción de visitantes y en la interpretación
de la fortaleza.
Sin todo ello, desde la perspectiva de la gestión del castillo, el aspecto fundamental
a considerar se suma el tratamiento, no sólo como espacio simbólico, contenedor de
nuevos equipamientos culturales y turísticos, sino también como monumento con
un gran valor histórico y arquitectónico.
La finalidad era dar coherencia a todo el monumento, además de poder llevar a
buen puerto el proyecto de montaje del centro de interpretación y acogida de visitan-
tes del castillo de Hostalric, el cual ha sido posible este pasado mes de marzo de 2015.

288
Plan director y centro de interpretación del castillo de Hostalric ACTAS

Figura 1. Castillo de Hostalric con la iluminación noctura del foso (INDAL).

La rehabilitación y conservación del castillo de Hostalric ha puesto en valor, tanto


para los habitantes de Hostalric como para los visitantes, la visión de una espléndida
fortaleza abaluartada, convirtiendo este recinto en un lugar símbolo de la historia de
la villa y con una proyección de futuro en el campo turístico.

3. Propuesta estratégica y de actuaciones

El castillo de Hostalric es un nodo importante y, como tal, un recurso patrimonial


que deberá convertirse en el elemento central de la oferta turística cultural y en el
principal motor de las actividades culturales de la ciudad.
Por todo ello se adecuan las instalaciones para hacerlas visitable. También se de-
ben tener en cuenta otros puntos importantes, como son la conservación, restaura-
ción y rehabilitación del recinto fortificado y sus dependencias, la documentación y
la investigación, para así poder hacer una buena difusión del elemento patrimonial.
Por lo tanto, la propuesta estratégica es el producto del proceso de planificación
y las propuestas de actuaciones. En el plan director del castillo de Hostalric se hi-
cieron un total de dieciséis propuestas de actuaciones. Algunas de ellas ya se han
llevado a cabo, otras están a la espera de financiación, ya que el orden de ejecución
de estas dependen de los recursos económicos disponibles y muchas veces de las
subvenciones.

289
Figura 2. Mesa interactiva y maqueta del castillo de Hostalric

Las propuestas de actuaciones eran dieciséis y se pueden agrupar en tres bloques:


restauración, rehabilitación para nuevos espacios y mantenimiento del propio mo-
numento.
Se han restaurado: la galería a prueba de bomba, el revellín y su entorno, el camino
de villa y el foso. También las garitas y las troneras.
Se han rehabilitación espacios para hacer nuevos equipamientos: unos aseos (para
mujeres, hombres y minusválidos) en el segundo cuerpo de guardia; un espacio poli-
valente en el polvorín; en el cuerpo de guardia principal y en el polvorín grande se ha
realizado el centro de interpretación y de acogida de visitantes; las naves polivalentes,
se han rehabilitado como aulas y talleres didácticos, en el almacén y en la cisterna se
realizará un espacio con museografía.
El desbroce de todo el monumento es una parte importante de su mantenimiento.
En un principio la vegetación ocultaba la visualización de los elementos, la ilumina-
ción exterior del propio monumento y la rotulación de los espacios.
Todavía quedan propuestas que no se han podido realizar por falta de dinero,
como por ejemplo la recuperación de la continuidad del perímetro del foso.
En el caballero y en el patio de armas está situado el restaurante, con una con-
cesión de explotación. El Plan director no hizo en esta zona ninguna propuesta de
actuación.

290
Plan director y centro de interpretación del castillo de Hostalric ACTAS

Figura 3. Interior vitrina polvorín principal

4. Centro de interpretación y recepción

Interpretar es una manera de presentar el patrimonio arquitectónico con el fin de


promover su utilización con fines culturales, educativos, sociales y turísticos.
En Hostalric hacía falta un punto de referencia en la visita turística a partir del
cual se pudiera estructurar el descubrimiento de la historia de la ciudad y, en concre-
to, del castillo. Se pretendía convertir en un polo de atracción turística y por lo tanto
era indispensable tener un lugar donde se interpretara el monumento, ayudando así a
su comprensión y también hacer el centro de acogida de visitantes.
La visita a la fortaleza de Hostalric se empieza en el portal de carros, una vez den-
tro se encuentra el cuerpo de guardia, edificio formado por dos salas conectadas en-
tre sí y cubiertas con una bóveda a prueba de bombas y al lado hay un pequeño anexo
justo en la entrada.
En el pequeño anexo es donde se ha ubicado el centro de recepción de visitantes
con el punto de información turístico; a partir de aquí, se informa al visitante de qué
productos turísticos ofrece la ciudad y el castillo, y se organiza y distribuye el flujo de
visitantes para comenzar la visita.

291
El centro de interpretación propiamente dicho comienza en la primera sala del
cuerpo de guardia donde hay instalado un audiovisual con la historia de Hostalric y
la del castillo a lo largo del tiempo hasta llegar a la actualidad. Este espacio propor-
ciona al visitante las claves iniciales para conocer y entender la ciudad y el castillo de
Hostalric.
En la segunda sala, encontramos una mesa interactiva con ocho pantallas táctiles
y una maqueta 3D del topográfico del castillo. Con las pantallas táctiles, en cuatro
idiomas, catalán, castellano, francés e inglés, se puede ir ampliando los conocimien-
tos de todas las partes y elementos que integran el castillo mediante pequeñas ex-
plicaciones, características, planos, dibujos y esquemas. En esta misma sala hay una
pantalla grande donde se explica cómo y de qué manera se realizó y llevar a cabo el
topográfico del castillo y la ejecución de la maqueta 3D.
El visitante, una vez sale del cuerpo de guardia, comienza el descubrimiento de la
fortaleza. Lo primero que se encuentra es el polvorín principal donde se ha instala-
do otro pequeño audiovisual proyectado en una vitrina. Aquí se explican, mediante
reproducciones y dibujos, todos los materiales bélicos empleados en las guerras que
tuvieron lugar en esta región a lo largo de los siglos pasados.
A partir de aquí la visita al monumento continúa y con todo lo que se ha visto en
el centro de interpretación, los visitantes podrán entender las estructuras y elementos
que configuran la fortaleza de Hostalric.
También se ha rehabilitado la rampa de acceso al caballero donde están las na-
ves polivalentes. Este es un espacio dividido en dos niveles y formado cada uno de
ellos por tres naves. Este espacio está pensado para ubicar salas para realizar talle-
res didácticos para las escuelas o como aulas de trabajo. Hay también espacio para
un almacén y se ha acondicionado la antigua cisterna de esta parte del castillo y las
letrinas. Finalmente la rampa de acceso al caballero también se ha modificado para
hacerla más accesible y quitar las humedades que estropeaban las naves inferiores.
La inauguración de todos estos espacios se hizo el pasado 12 de marzo. El coste de
las obras ha sido de 750.000 € financiadas por el FEDER, Ley de Barrios, Diputación
de Girona y Generalitat de Cataluña.

292
Plan director y centro de interpretación del castillo de Hostalric ACTAS

Bibliografía

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293
294
ACTAS

“Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la Barceloneta”

Maria Jesús Vidal, Isabel Centeno


Pau Moncho y Sheila García
Associación Cultural “Taller d’Història de la Barceloneta”
tallerhistoriabarcelona@gmail.com

Resumen

Presentamos bajo el título: «Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la


Barceloneta» una exposición que pretende dar a conocer la creación, planificación
y nacimiento del barrio de la Barceloneta, a los vecinos de dicho barrio, pero con
vocación pedagógica extensible al público en general. Desgranando en ello todo el
proceso de la realización del nuevo trazado urbano, adquisición y ocupación de las
casas. Así como mostrar el papel de los ingenieros del momento, especialmente, el de
Juan Martín Cermeño. Destacar también el valor patrimonial del barrio y la lucha
por su conservación con la CB1761 como impulsora.

Palabras clave: Cermeño, Barroca, Ilustración, Barceloneta, ingenieros.

1. ¿Quién somos? Presentación del Taller

El Taller de Historia de la Barceloneta (T d’HB) es una entidad cultural formada


por un grupo de historiadores que trabajan en la defensa y puesta en valor de la his-
toria y del patrimonio de la Barceloneta.
Nuestra unión con el barrio nos lleva a trabajar en actividades que vinculen la
actualidad y el pasado, la gente de antes y la de ahora. Así surgió este proyecto, la
creación de la exposición: «Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la Barce-
loneta». Con él queremos mostrar, principalmente a los vecinos del barrio, cómo se
realizó toda la planificación urbanística. Entre nuestros objetivos queremos poner en

295
Figura 1. Acción de la «Real Compañía de Comercio» 1759. Fragmento donde se ve ya
construida la Barceloneta. Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona (AHCB).

valor el papel de los ingenieros del siglo xviii y en especial el de Juan Martín Cerme-
ño. Pensamos, sería interesante, dar a conocer todo el proceso de creación del barrio:
desde el diseño a la adquisición de las parcelas y finalmente su total realización.
El lugar pensado para la exposición sería la “Casa de la Barceloneta 1761” un espa-
cio cultural surgido por una demanda vecinal, ante la ausencia de entidades cultu-
rales. Este Centro Cultural se compone de dos plantas, dándonos un espacio libre de
algo más de 60m², trabajaremos tanto la museografía como la pedagogía para llegar
a diferentes públicos. Queremos hacer una exposición amena y comprensible con in-
formación en paneles escritos, imágenes con recreaciones de los espacios y objetos
originales o reproducciones de la época. También nos planteamos utilizar elementos
tecnológicos. Queremos hacerla muy cercana diseñando talleres y otras actividades.
Crear un hilo argumental donde la figura de Cermeño sea uno de los ejes principales
y la obra militar, pero también mostrar la otra obra, la civil, la que hace de la Barcelo-
neta un barrio muy barroco bajo la influencia del pensamiento ilustrado.
Siguiendo estos objetivos querríamos destacar tres ámbitos de trabajo en la comu-
nicación con los que poder mostrar el valor histórico y patrimonial de la Barceloneta.

296
«Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la Barceloneta» ACTAS

2. Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la Barceloneta.


Razones para hacer para hacer la exposición.

2.1 Mostrar un contexto histórico único. La ciudad de Barcelona en el s. xviii.

Punto de inicio donde mostrar el momento histórico de principios del xviii y sus
cambios económicos, sociales y urbanos. Situamos los años previos a su construcción
en una nueva etapa para Cataluña después de la Guerra de Sucesión. El Decreto de
Nueva Planta en 1716 trajo una política centralista a la ciudad con nuevos represen-
tantes del poder, como el Capitán General de Cataluña. Cambios con una formación
más profesional y académica, el gobierno cierra todas las universidades catalanas y
crea una única, la de Cervera en 1717. Pero también son años de grandes cambios cul-
turales y científicos relacionados con la Ilustración. Academias e Instituciones priva-
das se crearán como centros especializados, ejemplo “Junta de Comercio”. Otras más
vinculadas al ejército y al poder estatal como la “Academia Militar de Matemáticas”
y el “Colegio de Cirugía”, estas instituciones hacen prevalecer los trabajos de carácter
técnico, práctico y se esfuerzan en introducir las novedades científicas.
(A través de imágenes) mostrar cómo Barcelona se transforma poco a poco: nue-
vos ensanches y grandes avenidas, iluminación en las calles y agua canalizada, me-
joras de comunicaciones, nuevas obras para crear un puerto de primera categoría,
crecimiento económico y demográfico. En parte debido al impulso comercial que se
está gestando con la Real Compañía de Comercio de Barcelona 1756.
Parte de las obras llevadas de esos años fueron son de discípulos de la “Academia
Militar de Matemáticas de Barcelona” creada en el año 1720. Uno de sus impulsores
fue el ingeniero Prosper Van Verboom. Queriendo copiar un modelo nuevo como se
había hecho en Bruselas, Verboom acaba abriendo la nueva Academia de Matemáti-
cas que dará formación a ingenieros militares como a maestros de obras civiles. Es
aquí donde los ingenieros de la Academia trabajarán en grandes obras de “interés
público” como lo fue el barrio de la Barceloneta.

2.2 Dar a conocer el papel de los ingenieros del xviii y las Academias donde se
formaban. Academia Militar de Matemáticas.

Los primeros ingenieros contaban sólo con una formación de ayudantes de inge-
nieros con experiencia, pero con el tiempo, las técnicas y tácticas de defensa comen-
zaron a cambiar. Fue muy importante crear centros especializados para la práctica de
esta profesión. Éstas recibieron el nombre de “Academias de Matemáticas”.
Para desarrollar el programa de reformas impulsado por Felipe V se tuvo que re-
currir al “Cuerpo de Ingenieros Militares” por no disponer de otros técnicos con
suficientes conocimientos de la ciencia moderna. Durante el xvii se crearon nue-
vos centros de cultura e investigación, más académicos, donde recogían información
de los avances científicos e ir adquiriendo nuevos conocimientos. Estos jugarán un

297
Figura 2. Exlibris
Academia de
Barcelona, escudo.

importante papel como iniciadores de la ciencia moderna en España. La “Academia


Militar de Matemáticas de Barcelona” empezó en un edificio de la Ciudadella y en
1752 se traslada al antiguo convento de Sant Agustí Vell. Los estudiantes estaban bien
conectados con los grandes centros europeos de ingeniería, incorporando a sus co-
nocimientos generales, los estilos barroco, y posteriormente, el neoclásico, algo que
vemos en la Barceloneta. Allí se impartían: matemáticas y mixtas (física, arquitectura
civil y militar…) De las clases, con pocos alumnos, saldrían los futuros miembros
del Real Cuerpo de Ingenieros. Muchos durante su formación trabajaban en la rea-
lización de fortalezas y en urbanismo. Con ellos nacen nuevos trazados, ciudades y
barrios. Con el tiempo se crearon subsedes que seguían estrictamente el programa
de estudios de Barcelona. La Academia cesará su actividad a principios del siglo xix.

2.3 Descubrir al ingeniero que traza el proyecto: Juan Martín Cermeño

A continuación mostramos al ingeniero: Juan Martín Cermeño nacido en 1700, en


la ciudad y fortaleza de Ciudad Rodrigo. Teniente General en el ejército español, tra-
bajó como arquitecto e ingeniero militar. Su actividad constructiva será de propor-
ciones impresionantes. Con sólo 21 años, participa en la construcción de las nuevas
murallas en Melilla y en el baluarte de San Fernando de la ciudad. Años después, y
recién nombrado comandante de los ingenieros, lo encontraremos bajo el mando del
Marqués de la Mina, Capitán General, en Barcelona.
(El personaje, vida y obra). Su primer proyecto en la ciudad fue la planificación
de un nuevo barrio en la marina del puerto, la Barceloneta. A partir del año 1751
trabajará en el Castillo de Montjuïc y lo moderniza. Paralelamente, Cermeño centra

298
«Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la Barceloneta» ACTAS

Figura 3. Tarjeta de visita Juan Martin Zermeño. (BNE) Biblioteca Nacional de España

sus esfuerzos en la defensa de la nueva frontera entre España y Francia, inicia así
la construcción del Castillo de San Fernando en Figueres, empezando en 1753. Sin
olvidar la Universidad de Cervera, así como la restauración del pont del Diable de
Martorell del 1768.
Su obra atraviesa el Atlántico, en Montevideo hace trabajos para la defensa de
Manila (Filipinas). La reconstrucción del Castillo de San Pedro de la Roca (Cuba), ca-
talogado como Patrimonio Mundial (Unesco). Los últimos años de su vida lo encon-
tramos como gobernador de Orán, tierras argelinas, a la vez que seguía trabajando
planos para la defensa de la ciudad de Cartagena, y de la rehabilitación del Castillo
de los Moros de dicha ciudad. Se cree que muere en la ciudad de Barcelona en el año
1773.

2.4 Resaltar los precedentes y la importancia de la Barceloneta, patrimonio de los


ingenieros militares del xviii

(La obra se irá construyendo, del plano al territorio, queremos dar a conocer cómo
el proceso. Información e imágenes) La formación de los terrenos del barrio se da
por acumulación y sedimentación de arenas traídas del Besós entorno al espigón del

299
Puerto de Barcelona construido hacia el 1649.  Poco después de la Guerra de Sucesión
Española, entre 1715 y 1718, Felipe V concede el terreno del arenal, fuera de la mura-
lla de Mar, a los Capitanes Generales. En 1718 Prosper Van Verboom, ingeniero jefe,
junto al Capitán General, el Marqués de Castel-Rodrigo, inician un primer proyecto
de barriada. No se llevó a cabo. Sí lo hará el nuevo Capitán General de Cataluña, el
Marqués de la Mina. Decidirá en 1749 construir el barrio de la Barceloneta, como
encargado del proyecto el Comandante General de Ingenieros, Juan Martín Cerme-
ño. El barrio se consideró uno de los mejores ejemplos de urbanismo barroco y de
pensamiento ilustrado tanto de la Península como del resto de Europa.
(Uso de documentación de la época) Entre los primeros documentos relativos a
los terrenos del futuro barrio algunas peticiones solicitando parcelas para huertos. Y
otros en los se nos muestra la finalidad del proyecto: alinear y organizar las cabañas
de pescadores que allí se encuentran y los almacenes de artesanos, entonces, eran los
únicos pobladores. Los años transcurren y los intereses por urbanizar los terrenos
crecen. El Marqués de la Mina y la creciente burguesía catalana, acabarán desarro-
llando el proyecto e inaugurándolo el 3 de febrero de 1753 financiado por la Corona.
(El ingeniero y su obra. Planos). Juan Martín Cermeño, jefe de ingenieros mili-
tares, diseñará el proyecto y será el encargado de dar orden de derribar las cabañas
ubicadas en los terrenos del futuro puerto. No fue fácil lidiar con los pescadores que
tenían allí sus talleres o casas de madera donde vivían familias. Pero D. Ventura
Milans empieza la demolición. La ejecución, el ingeniero en jefe Francisco Paredes.
En el proyecto se quieren hacer establecimientos e islas de casa especiales. Empiezan
las obras y entre 1753-1759 hay 329 casas, unas ocho calles, con 1.570 habitantes. El
crecimiento es espectacular, y a finales del xviii se cuentan 2.300 habitantes.

2.5 Mostrar el proceso de concesión y compra de los terrenos.

(Dar a conocer quiénes fueron los primeros habitantes. Mostrar cómo se realiza
la concesión usar imágenes de contratos de compra). Los terrenos son cedidos por la
Corona y están bajo el control de los Capitanes Generales de Cataluña. Conocer sus
condiciones, como que se debían dar permisos a los futuros inquilinos que recibían
la propiedad de las parcelas en alodio para construir. Los nuevos propietarios debían
someterse a una serie de restricciones constructivas que determinaba la jurisdicción
militar. Dar a conocer el poder militar: muchas solicitudes y gente interesada, las ca-
sas se podrán construir, pero siguiendo estrictamente la planificación, con tal de no
perjudicar la fortificación de la Ciudadela.
En todas las escrituras, que hemos analizado, se especifica la localización de la
parcela a vender, quién es el dueño del terreno y las obligaciones del comprador. Tam-
bién se especifica cómo debía ser la construcción de la casa, el color de la fachada, la
ornamentación y las medidas, bajo pena de expropiación.
Se concede unos derechos para adquirir las casas, una especie de preferencia.
Aquellos “padecieron en la demolición de sus casas, para construir la Ciudadela de

300
«Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la Barceloneta» ACTAS

Figura. 4 Pagina de la
escritura de la casa en
la Barceloneta de Vicens
Canyadò, (colección
Josep Danon.)

esta Capital” y como compensación podrán fabricarse otras. Según el Bando Real,
también se permite a cualquier particular que desee aumentar la población del nuevo
barrio. Entre ellos tendrán preferencia aquellos que desarrollen algún trabajo rela-
cionado con la Marina. Dar a conocer datos de la población que se instaló en la Bar-
celoneta: oficios relacionados con el puerto, la pesca, el mar y artesanos: carpinteros,
calafates, cordeleros, fabricantes de velas, boteros, pescadores, estibadores y un sin
fin de oficios con dedicación marinera.
Todos aquellos que adquirían las parcelas se les hacían constar derechos “en todos
los tiempos” de manera que las propiedades pasaban a los herederos. Esto quedaba
registrado con el sello del Escudo de Armas, y refrenado por el Secretario de la Ca-
pitanía General. Además de los documentos expedidos, se hacían documentos simi-
lares que quedaban en el Registro en caso de que se perdiera, siempre se hallara un
ejemplar en dicho Archivo.

2.6 Destacar y poner en valor un trazado urbanístico diferente.

(Del plano al territorio. Imágenes). Mostrar un barrio con un diseño diferente,


muy simétrico: una serie de quince calles, paralelas y perpendiculares al Puerto. Ca-

301
sas pensadas para una sola familia, de planta baja y primer piso, todas homogéneas,
con tres oberturas por nivel, y decoradas por una voluta en la llave central de las puer-
tas, en las dos ventanas de la planta baja, encima del balcón central y en las ventanas
del primer piso. Remataba el edificio un frontón triangular y un tejado a dos aguas.
Casas más higiénicas donde entraba luz y aire porqué tenían dos accesos, excepto las
casas iniciales y finales que daban a tres calles.
Las casas, como se especifica en las escrituras de compra-venta, debían ser de dos
plantas por motivos militares, porqué los cañones de la Ciudadela, muy cerca, podía
destruir las casas si tenían más altura. En treinta meses, después del 1753, se cons-
truyeron ocho calles alrededor de la Iglesia de Sant Miquel del Port. Además, entre
1764-79 se construyen dos Cuarteles militares uno de Infantería y otro de Caballe-
ría. Además de dos almacenes uno de vino y otro de sal. En los siglos posteriores, el
barrio irá creciendo, hasta ocupar todo el terreno ganado al mar, siempre de forma
ordenada, siguiendo el trazado del proyecto iniciado por Cermeño.

2.7 Poner en valor el patrimonio herencia del barroco. La Casa de la Barceloneta


1761. La última casa original.

Conocida inicialmente por la “Casa del porrón” hay un consenso de que este nom-
bre no responde al espíritu del equipamiento y se rebautiza como LA CASA DE LA
BARCELONETA 1761 nombre que aglutina el sentimiento de pertenencia al barrio y
el ejemplo de casa original de un momento histórico.
Se trata de un edificio original de la máxima importancia para entender la historia
de la Barceloneta y sus orígenes. Por su ubicación, C/ Sant Carles, 6- Sant Miquel,
52- Sant Elm, 13, situada en el corazón de la Barceloneta del setecientos, es, al mismo
tiempo, el primer objeto para conservar y mostrar. Se trata de una edificación origi-
nal de planta y piso, último ejemplo cabeza de isla que se conserva en la actualidad.
Mantiene la volumetría original del setecientos.

2.8 Subrayar el proyecto de conservación, gestión i difusión del patrimonio. La rei-


vindicación de conservar la CB1761 y su uso como espacio expositivo.

En líneas generales la Barceloneta no es propensa a la conservación de los espacios


históricos. En 2006, se hace un estudio en relación a los edificios tradicionales de
PB + 1, se constata tras la descatalogación en 2006 que de los 33 edificios con rasgos
del setecientos, según censo BOP de 1986, sólo quedaban ya 14. Con fachada a tres
calles, sólo quedaba uno. Las demandas de conservar esta edificación tradicional,
como elemento a proteger se suceden. El estudio sobre los edificios tradicionales se
suma al proyecto de intervención integral del barrio de la Barceloneta que contempla
adquirir la “Casa del Porrón” formando parte del Plan de Intervención Integral de la
Barceloneta aprobado en 2008.

302
«Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la Barceloneta» ACTAS

Figura 5. Plano de una porción del puerto de Barcelona con su muelle y manifiesta
el proyecto que en el se ejecuta, como así mismo el nuevo barrio de la Barceloneta.
1753. Plano de distribución original de las calles donde se marca la CB1761.

Figura 6. Casa de la Barceloneta 1761(CB1761)

303
Las entidades Fraternidad-Barceloneta, y Barceloneta + Historia, exponen la ne-
cesidad de recuperar la única casa en cabeza de isla, construida entre 1760-1761,
que se conserva. La administración recoge el testigo y a través del Plan de barrios se
completa la rehabilitación en 2011.
Posteriormente, acabada la recuperación, el Grupo de Cultura del Plan de Barrios
elabora el documento “La Casa de la Barceloneta”. Propuesta de usos y gestión para
el nuevo equipamiento cultural del barrio. Propone el proyecto de gestión y el trabajo
de coordinación entre asociaciones creando una entidad de segundo orden que sea
capaz de gestionar el equipamiento.
En 2012 comienzan las tareas de musealización de la casa con la creación de una
exposición permanente en la planta baja. Se abre la casa al público por primera vez
con motivo de la 1ª Fiesta Barroca. Se organiza por primera vez un ciclo de charlas en
el marco de la Primafesta las propias entidades del barrio. Se establece un convenio
con el Ayuntamiento y con dos entidades en representación del Grup de Cultura que
permite abrir las puertas los sábados de 12:00 a 14:00 con voluntarios que forman
parte del mismo grupo. En septiembre de 2012 a través del modelo de Gestión ciu-
dadana se abre el equipamiento, con horario de lunes a sábado, con la exposición “La
Barceloneta de la posguerra: 1939-1953”.
En octubre de 2013, después de un año con las puertas abiertas, la CB1761, ya tiene
legalmente constituida la Asociación Cultural CB1761 formada por entidades y veci-
nos del barrio encargada de la gestión del equipamiento.
En 2015 la CB1761 funciona a pleno rendimiento y más de 40 actividades, exposi-
ciones, cursos… relacionadas con la Barceloneta y su historia, proyectadas desde las
propias entidades del barrio.

3. Juan Martín Cermeño, trazando/ construyendo la Barceloneta. La exposición

Este contexto histórico, muchas veces desconocido por los vecinos del barrio, y este
continente, la CB1761, es el marco idóneo para poner en marcha el proyecto de exposi-
ción “Juan Martín Cermeño trazando/ construyendo la Barceloneta” del Td’HB.
Con la muestra esperamos dar a conocer la creación, la planificación y nacimiento
de la Barceloneta. Con vocación pedagógica extensible a vecinos y público en general,
pensamos que se desgrane todo el proceso de realización del nuevo trazado urbano,
desde la adquisición de parcelas a la ocupación de las casas por parte de las gentes de
mar. Poniendo en valor el papel de los ingenieros del momento y en especial el de Juan
Martín Cermeño. En el primer ámbito de exposición creemos que con la información
expuesta podemos dar a conocer el contexto histórico del s. xviii, quiénes construye-
ron el barrio y su formación con Juan Martin Cermeño como un prolífico constructor.  
Con el segundo ámbito descubrimos cómo el barrio se convierte en una realidad.
Pensamos es importante unir el pasado y presente: cómo la vida los primeros ha-
bitantes es ahora la vida de los que visitan el espacio. Con las imágenes los vecinos
comprenderán cómo se construyó casa a casa, las que ahora son suyas, el barrio.

304
«Juan Martín Cermeño, trazando/construyendo la Barceloneta» ACTAS

En el tercer ámbito se pone en red la obra de Cermeño y permite conocer la dimen-


sión de este tipo de arquitectura, herencia del barroco y el pensamiento ilustrado, no
únicamente en Cataluña o España, sino alrededor del mundo.
La exposición, “Juan Martín Cermeño, trazando/ construyendo la Barceloneta”,
tiene en conclusión como último objetivo difundir el valor del patrimonio del barrio,
como parte de la historia de todos sus vecinos.

Bibliografia

CABALLÉ, Francesc; TAJER, Mercè; VIDAL, Maria Jesús; PARER, Pep: Estudi his-
tòric i valoració patrimonial de la finca: Sant Carles, 6 /Sant Miquel, 52 / Sant Elm,
13 (La Barceloneta). Barcelona, 31 de juliol de 2009.
CURET, Francesc: Visions Barcelonines (1760-1860). Els barris de la ciutat. Barcelona,
1953.
DE LA FUENTE DE PABLO, Lluís: «El proyecto de la fortaleza  de San Fernando de
Figueres. Una aportación al conocimiento de la dirección interina de Juan Martín
Cermeño al frente de los ingenieros reales», Espacio, Tiempo y Forma. Serie Vil, H.
del Arte, t. 7, 1994, pp. 201-211.
GUITERT DE CUBAS, Avelino.: Barceloneta. Barcelona, 1921.
PERMANYER, Lluís: La Barcelona Il·lustrada. La ciutat del Segle XVIII. Barcelona,
2009.
LIZAUR, Antonio: La Ilustración en Cataluña: la obra de los Ingenieros Militares.
2010.
TATJER, M.: La Barceloneta del siglo XVIII al plan de la Ribera. Barcelona, 1973.
TATJER, M.: Burgueses, inquilinos y rentistas. Madrid, 1988.
VILAR, P.: Catalunya dins l’Espanya moderna, Barcelona, 1964. Vol II. El Medi His-
tóric, pp. 424.
VVAA. La Ilustración en Cataluña: la obra de los ingenieros militares. Ministerio de
Defensa y Generalitat de Cataluña, 2010.

Archivos

Registre de la Propietat de Barcelona.


Arxiu Històric de Protocols.
Arxiu Històric de la Ciutat. Sección de gráficos.

305
306
ACTAS

Recreación histórica de época barroca en Cataluña

Adrià Arroyo Montagut


adri.arroyo.montagut@gmail.com
Roger Candela Callado
roger.candelacallado@gmail.com

Resumen

Reconstruir la historia a partir de las vivencias de los diferentes componentes que


constituyen los grupos de recreadores, es una actividad reciente en Cataluña. Los
orígenes hay que buscarlos en los Estados Unidos de América con la conmemoración
de la batalla de Gettysburg. A partir del estudio realizado, el estado de la cuestión en
nuestro país, nos muestra un creciente interés por participar en las diferentes aso-
ciaciones existentes, la mayoría dedicadas a la época del Barroco. De lo contrario, se
observa un poco reconocimiento a nivel institucional. Hay que reconocer el esfuerzo
realizado en el ámbito de la investigación histórica para conseguir la máxima fideli-
dad posible en cuanto al la representación de los hechos y, también, en el momento de
reconstruir el escalafón militar, la vestimenta, la música, etc.

Palabras clave: Recreación, historia, asociación, Miquelets, armamento.

Agradecimientos: Imar Caballé, Aleix Gonzàlez, Marc Clotet, Ramón Redorta,


Albert Sangenís i Albert Barbany.

307
1. Introducción

La recreación histórica, en inglés reenactment, hace referencia a las asociaciones y


los grupos de personas que, con cierta pasión por la historia, se dedican a reproducir
con la máxima fidelidad y rigor un período histórico determinado. Existe la voluntad
de revivir y difundir la historia de manera lúdica, pero también científica, a partir
de los criterios de la llamada arqueología experimental. Normalmente los grupos de
recreadores se basan en los hechos históricos más importantes que sucedieron en sus
países. La recreación de hechos históricos es una actividad reciente en nuestro país.
Se constata, en los últimos años, un aumento de las personas interesadas en partici-
par en los diversos grupos de recreación que han ido apareciendo por toda Catalu-
ña. Los grupos, generalmente inscritos como asociaciones culturales, tratan desde el
mundo íbero hasta la Guerra Civil Española de 1936-1939.
Uno de los objetivos de este trabajo es hacer ver a la sociedad que los grupos de re-
creación histórica pueden servir para fomentar el conocimiento de hechos, culturas,
modos de vivir y de entender el mundo, relacionados con las vidas de nuestros ante-
pasados. También hay que destacar el trabajo previo que se realiza de investigación
y de documentación, el cual es fundamental para reconstruir un momento histórico
con una fidelidad casi absoluta.
No se puede dejar de comentar la evidente vertiente lúdica que conlleva la reali-
zación de esta actividad, la que conlleva el disfrute, no sólo de los participantes, sino
también del público que asiste a las diferentes recreaciones que se llevan a cabo.

2. Los antecedentes

La recreación histórica, tal y como la conocemos, apareció en el Reino Unido en


torno a los años 70 del siglo pasado, mientras que en el continente europeo no se
desarrolló hasta la década de los 90. En Cataluña, las primeras manifestaciones que
se pueden incluir en este ámbito, es llevaron a cabo en el marco de Tarraco Viva1.
En 1998, surge el primer grupo de reconstrucción histórica, que se dedica a recrear
la tribu de los íberos cosetanos, influenciados por las jornadas llevadas a cabo en
Tarragona y como continuación de los trabajos de reconstrucción del yacimiento ar-
queológico de la Ciutadella Ibèrica de Calafell.
En Europa, el periodo más importante es el de la etapa napoleónica. Esto es debido
a que el emperador Napoleón quiso extender su poder por todo el continente. Por este
motivo, existen grupos de recreación de ese momento en muchos países europeos, los
cuales organizan multitud de actos. Lo más importante y espectacular es la recrea-
ción de la batalla de Waterloo, con unos 6.000 soldados de infantería, unos 300 de
caballería y unas 100 piezas de artillería.

1 Jornadas de divulgación histórica de época romana que se llevan a cabo en la ciudad de Tarra-
gona des del año 1998.

308
Recreación histórica de época barroca en Cataluña ACTAS

Figura 1: Fotografía de recreadores realizando un combate de enfrentamiento


frente a la Ciutadella ibérica de Calafell (Pau Arroyo Casals).

En Estados Unidos, las recreaciones más representativas están relacionadas con la


Guerra de Secesión. El origen hay que buscarlo con los encuentros anuales de los pro-
pios veteranos de la guerra para recordar a los compañeros caídos. Este hecho creó
una larga tradición que ha perdurado hasta nuestros días. El acto más importante
es el de la batalla de Gettysburg. En el año 1998, para la celebración del 135 aniver-
sario de aquel acontecimiento, se contabilizaron unos 35.000 recreadores, quienes
conmemoraron los hechos en el mismo el campo de batalla. Asistieron hasta 50.000
espectadores.
En el mundo anglosajón hay un interés muy grande para lograr la autenticidad
de los uniformes, los complementos, del armamento, del material de campaña, etc.
Incluso la actitud que mantienen los recreadores en el momento de vestirse y de com-
portarse, con una gran dignidad y respeto. Por ello, se crearon unas calificaciones,
cuatro en concreto. En primer lugar, los llamados hard-core, los cuales cuidan hasta
el mínimo detalle: utilizan los mismos tipos de tejidos y las mismas costuras de los
uniformes originales, tratan su aspecto físico, dejándose barba y patillas, según la
moda de la época. En segundo lugar, los progresives tienen un nivel de autenticidad
excelente, pero sin llegar al nivel de los anteriores. En tercer lugar, están los mains-
trem, grupo donde encontraríamos la mayoría de los recreadores. Finalmente, están
los llamados farbs, o soldados de poliéster, que son los que dedican menos tiempo y
dinero a la hora de mantener una autenticidad correcta.

309
Figura 2. Gráfica de edades.

3. Estado de la cuestión

Para poder abordar este aspecto ha sido necesario realizar un análisis de los gru-
pos de recreación histórica de época barroca en Cataluña, con la intención de poder
ver la incidencia y las características de este colectivo. También para recoger su visión
de la situación actual, dadas las particularidades del momento político y social que
estamos viviendo.
El trabajo se ha realizado a partir de un cálculo estimado de unos 215 recreadores.
Han contestado la encuesta 35 personas (16%) de dos de las asociaciones existentes.
También se ha extraído información de sus páginas web.
Lo primero que podemos observar es la gran diversidad de edades de los parti-
cipantes. No obstante, a la vista del gráfico (figura 2), podemos apreciar claramente
como el 69% están comprendidos entre los 31 y los 50 años de edad.
También es sugerente ver la diferencia entre sexos (figura 3), donde el número de
hombres es muy superior al de mujeres. Pese querer ser fidedignos a la historia, donde
generalmente las mujeres no hacían de soldado, las asociaciones permiten el alista-
miento de las mismas, sin menospreciar el papel de población civil que habitualmen-
te acompañaba a las tropas.
En cuanto al armamento, en los últimos tiempos las asociaciones y los recreadores
han hecho un gran esfuerzo para aumentar el número de armas de fuego, por lo que
alrededor del 80% de los recreadores ya dispone de una de estas armas.
A pesar del actual aumento y mejora de la situación de los grupos de recreación
histórica en Cataluña, aún no se ha alcanzado el nivel de los países donde esta activi-
dad está más implantada. Muchos de los recreadores nos comentan que, a pesar del
importante aumento de personas y actividades derivadas de la conmemoración de
los trescientos años de la pérdida de las libertades de Cataluña, aprecian una falta de
interés por parte de los políticos y de la sociedad en general. Esta, a menudo llama a

310
Recreación histórica de época barroca en Cataluña ACTAS

Figura 3. Gráfica de recreadores por sexos. de edades.

Figura 4. Gráfica de personas con permiso de armas.

los recreadores de frikies o bien trabucaires en el sentido más despectivo del término,
y los ve como una gente violenta que trata de impulsar la cultura militarista con una
visión parcial de la historia. En algunas ocasiones, hay personas que asisten a los ac-
tos con pancartas opositoras o gritando consignas de tipo político. También hay que
mencionar el uso inadecuado que algunos canales de televisión han realizado, con
imágenes de recreadores, para ridiculizar el proceso soberanista actual.
Frente a ello, los medios lo ven como una actuación “semifolklórica” que sirve para
adornar y dar un plus de color a un acto relacionado con la época, nunca como un
recurso historiográfico o didáctico. De este modo muy pocas veces se nos menciona

311
y tampoco nos hacen una propaganda adecuada, aunque la mayoría de los nuevos
recreadores han conocido este mundo, gracias a la aparición en algún programa de
televisión, de difusión propia o bien un acto. No obstante, muchos aprecian que pri-
mero hay que resolver las desconfianzas y tiranteces entre las diferentes asociaciones,
lo que debería llevar a un aumento del número de salidas, ya actos de mayor enver-
gadura. Y por el otro lado apostar por el rigor, ya que a menudo aparecen objetos
anacrónicos, o bien objetos o actitudes que pueden hacer que la gente sea reacia a
acercarse, como es el hecho de que el campamento pueda haber gente disparando
tiros al aire indiscriminadamente, por el puro placer de oler pólvora.

4. El asociacionismo

La primera asociación de recreadores de época barroca es Miquelets de Catalunya.


Fue fundada en 2005 en Manresa y actualmente cuenta con 130 socios, de los cuales
120 son recreadores. Tiene delegaciones en Vic, Olesa de Montserrat, Barcelona y
l’Hospitalet de Llobregat. Está trabajando para tener representación en Reus y en las
comarcas del Vallès y del Maresme. Inicialmente, recreó el regimiento de infantería
de línea de la Diputación del General, creado en 1705, el cual vestía casaca azul y
gira roja. Años más tarde crearon el regimiento de fusileros de montaña Joan Vilà y
Ferrer, constituido en 1710, con vestidos de los mismos colores. Posteriormente, for-
maron la compañía de granaderos de la Diputación. Finalmente, en 2013 se recuperó
el regimiento de caballería coraceros de San Jorge, del 1713, de casaca blanca y gira
roja. La Coronela de Barcelona es la segunda asociación más antigua del principado.
Tiene por objetivo recuperar la historia militar y el cuerpo protocolario de la ciudad
condal. La asociación Miquelets de Girona nació en 2008 para conmemorar la época
napoleónica y, no será hasta el año 2013 que harán el paso al Barroco. Por este motivo
escogieron el regimiento de infantería de línea Sant Narcís, compuesto por tropa ale-
mana y oficialidad catalana, la cual tiene un fuerte vínculo con la ciudad. Llevan un
uniforme con casaca azul y gira blanca.
La asociación Recreación Histórica Moià surge de la fiesta barroca que se realiza
en el municipio, ya lo largo del tiempo ha representado varios regimientos. Actual-
mente viste la uniformidad de las compañías de caballería de Húsares Húngaros, las
cuales quedaron en el principado tras el tratado de Utrecht.
La asociación Regiment de la Ciutat de Barcelona es la más joven de todas y está
hermanada con Girona. Viste el uniforme del regimiento de la ciudad, creado en
1705, con casaca roja y gira amarilla.

4.1 Los Miquelets de Catalunya

Actualmente, la asociación Miquelets de Catalunya está regida por una junta com-
puesta por los cargos que establece la ley (presidente, vicepresidente, secretario y te-

312
Recreación histórica de época barroca en Cataluña ACTAS

sorero) y seis vocalías que se encargan de aspectos concretos de la recreación y la ges-


tión. La vocalía de agenda es la responsable de atender las solicitudes para asistir a los
actos. Estos pueden ser organizados por la propia la asociación, o también por otros
de tipo cultural, instituciones o empresas que montan ferias u otras actividades. Una
vez acordados los términos (coste económico, número de recreadores, campamento,
caballos, etc.) es la responsable de comunicarlo a los socios.
Otra es la de equipamiento. En los últimos años se ha hecho una intensa labor
para abaratar el coste de la compra del material y su confección, aumentando el stock
y confeccionando los trajes en un taller especializado. Para el armamento, la asocia-
ción tiene un stock de armas de atrezo para las nuevas levas o por los recreadores que
aún no tienen licencia. En este sentido, en el último año se ha doblado el número de
armas de fuego; haciendo la asociación de intermediario entre los interesados y el
armero. Una de las vocalías más destacables es la de proyectos, la cual es la encargada
de innovar y de realizar nuevas búsquedas. De esta dependen los grupos de trabajo
de proyectos, campamento, danzas y juegos, todos encarados a mejorar la recreación.
También está la de implantación territorial, encargada de que los diferentes destaca-
mentos realicen actos, y la de promoción y reclutamiento. Esta última ha logrado en
el último año un gran reclutamiento, gracias en parte a la difusión de un cortometra-
je, realizado a través de un programa de micro mecenazgo. Para que una asociación
perdure es necesario que se mantenga dinámica, y en este sentido se cuenta con una
vocalía de comunicación y difusión, encargada de la promoción en las redes sociales
y de comunicación. De esta vocalía depende el grupo de trabajo de merchandising.

5. Las recreaciones: los tipos y los personajes

Las asociaciones que se dedican a la recreación del Barroco llevan a cabo diferen-
tes actos. En un lado, se hacen actos protocolarios, como salvas de honor para con-
memorar un personaje o un hecho histórico. Y por otro, las recreaciones de batallas
(figura 5).
Dentro de los grupos de recreación, hay diferentes roles de participantes. Lo que
abunda más, es el del soldado de infantería, ligera o de línea. También es recrea todo
un escalafón militar y un cortejo de músicos, así como un regimiento de caballería y
el grupo de civiles, en su mayoría formado por mujeres.
Así pues, cada colectivo tiene un papel determinado. Los soldados, deberán for-
mar y hacer instrucción, deberán cumplir lo que les ordenen los comandantes y, si es
necesario recrear una batalla, adoptar las tácticas militares adecuadas. En sus ratos
libres podrán hacer vida de campamento. Podrán descansar, comer algo, refrescarse
y, incluso si los músicos se animan a tocar, podrán bailar y hacer diversión. Los civiles
irán siguiendo la tropa sin interrumpir la marcha y repartirán agua en los momentos
indicados. Luego, si les place, cuidarán del campamento siempre que no se designe
un cuerpo de guardia y, en el caso de que en sepan, podrán hacer los cartuchos de
pólvora.

313
Figura 5: Los Miquelets de Gerona en la recreación de la
batalla de Caldetes (Adrià Arroyo Montagut).

En todo momento se intenta que sólo estén a la vista los objetos de época, consi-
guiendo, de este modo, ponerse en la piel de las personas de aquel momento. Igual-
mente se intenta dar al público asistente dar una buena imagen de profesionalidad.
Es importante que los soldados lleven armas como las de la época, estas pueden ser
réplicas de fuego real, para las que se necesita el permiso otorgado por la Guardia
Civil, o bien las de atrezo, proporcionadas por las asociaciones.

6. El armamento, la indumentaria y la música

Como recreadores históricos, la indumentaria y el armamentos debería ser la ade-


cuada. Para ello se ha partido de un estudio exhaustivo para conseguir la máxima
fidelidad a la hora de reconstruir este periodo.

314
Recreación histórica de época barroca en Cataluña ACTAS

Figura 6. Imagen de la reproducción de una escopeta de llave (Adrià Arroyo Montagut).

Figura 7: Fotografía de los músicos del


régimiento de fusileros de la Diputación
del General (Pau Arroyo Casals).

Este gran trabajo de investigación2, con el vaciado de varios archivos históricos,


es permitido descubrir los patronazgos de los vestidos en las Reales Ordenanzas de
Carlos III de 1706, así como los pedidos que se hicieron en la cofradía de sastres que
se conserva en el registro hospitalario de la Santa Cruz.
También han Sido de ayuda las empresas que se dedican a reproducir todo tipo
de objetos y de armas de época, las que venden todo a recreadores y coleccionistas.
Uno de los inconvenientes más importante era el de no disponen de réplicas fieles
de armas de la época. Para solucionarlo se recurrió a un fusil original de 1716 que

2 Realizado por el historiador Francesc Xavier Hernàndez Cardona y el dibujante Francesc Riart
Jou.

315
sirvió de modelo para, a partir de un Kentuky3, acero la culata, con madera de haya,
mediante un torno de tres ejes. Cambiarse el tornillo del pie de gato por uno con
anilla, imitando la cerradura miquelet y, por último, se realizó el guardacabos con
hierro (fig. 6). Sin embargo, no se pudo fabricar la cerradura miquelet, ni calcular el
punto de equilibrio de la escopeta. Con el tiempo se ha observado que el muelle de
la cerradura se rompe con facilidad. En Algunos casos se ha protegido la culata con
latón, y se ha tapado la unión de la culata y del encepado con un cordel. El resultado
es un arma 1,5 metros de longitud.
Uno de los aspectos que se está mejorando es el campamento, con un aumento del
número de tiendas y de mobiliario de campaña
Referente a la música, un grupo de profesionales está trabajando en la búsqueda de
instrumentos, partituras y bailes de la época, a la vez que participan de recreadores ya
que su papel era muy relevante en el momento de transmitir las órdenes a las tropas.

7. Proyectos y actividades

Uno de los objetivos es la realización de diferentes proyectos de investigación me-


diante la reproducción de objetos, armas, mobiliario, etc., para mejorar la autenti-
cidad de las actuaciones. También actividades de difusión con el fin de acercar la
historia a la sociedad.

7.1 La trinchera

Este proyecto consiste en realizar trabajos experimentales de ingeniería militar,


por parte de los miembros de Miquelets de Catalunya, a partir de manuales nortea-
mericanos del siglo XVIII. En él se está construir un glacis, con foso y tres paralelas de
sitio. Hasta la fecha se ha trabajado haciendo gaviones, los cuales se confeccionan con
restos de poda de morera ya que esta madera debe ser larga y de diámetro doble para
aguantar la tensión, y fajinas hechas con las ramas más delgadas. El terreno se ha ido
excavando por escaleras, con palos de zapadores y azadas.
Este proyecto se hace en el marco de la arqueología experimental, por lo tanto
se debe tener en cuenta el tiempo de confección y las herramientas que se utilizan.
Finalmente cuando el proyecto esté más avanzado no se descarta hacer una mina.

7.2 El destacamento de l’Hospitalet

El último año, un grupo de Barcelona ha hecho un proyecto centrado en los he-


chos ocurridos l’Hospitalet de Llobregat en 1713, y que marcaron el desenlace de

3 Una réplica de un fusil más moderno, que adaptaron.

316
Recreación histórica de época barroca en Cataluña ACTAS

Figura 8. Fotografía del proceso de construcción de


una trinchera (Roger Candela Callado).

la Guerra de Sucesión Española. Se basa en la búsqueda de los hechos ocurridos, el


contacto con las instituciones, la difusión de los hechos y, finalmente el proyecto pe-
dagógico, llamado “Miquelet a l’escola”, que pretende acercar la historia a los niños,
de forma atractiva hacia ellos.

8. El futuro de las asociaciones de recreadores

El principal reto de los grupos de recreación del Barroco, es mejorar el rigor histó-
rico y ganar en fidelidad, sobre todo en los momentos en que los soldados no tienen
una actividad concreta. Creemos que hay un gran camino por recorrer en el ámbito
de recrear la vida del campamento. Por ello, los Miquelets de Catalunya, organizó un
campamento durante un fin de semana para vivir de la misma manera que los solda-
dos del siglo xviii, según el concepto del living history. Se pudieron experimentar las
dificultades e incomodidades que sufrían a diario.
Pensamos también que se debería mantener este crecimiento que hemos consegui-
do durante este último año, sin dejar de seguir mejorando con el aspecto de fidelidad
histórica, crear nuevos regimientos y hacer salidas a muchos otros lugares. Para que
esta actividad sea más reconocida y valorada, hay que promover el intercambio de
grupos de recreación entre países, así como realizar acciones de difusión a nivel na-
cional e internacional para poder mostrar todo nuestra historia.

317
Bibliografía y webgrafia

HERNÁNDEZ, Francesc Xavier; RIART, Francesc.: Història militar de Catalunya,


Vol III. Rafael Dalmau ed., Barcelona, 2003.
HERNÁNDEZ, Francesc Xavier; RIART, Francesc: Els Exèrcits de Catalunya 1713-
1714. Barcelona: Rafael Dalmau ed., 2007.
COWIE, Evelyn: Living Through History, Littlehampton Book Services Ltd 
1975.
KELLY, Nigel.; REES, Rosemary.; SHUTER, Jane.: Living Through History: Core
Book. Making of the United Kingdom. Core Edition, 1998.
SANTACANA, Joan.; SERRAT, Núria: «L’ensenyament de la història i el living his-
tory”, Temps d’educació, 21. 2002.

http://en.wikipedia.org/wiki/American_Civil_War_reenactment (21/02/2015).
http://www.miquelets.cat (25/02/2015).
http://www.miqueletsgirona.cat (25/02/2015).
http://www.regimentsdebarcelona.cat/ (25/02/2015).
https://www.behance.net/gallery/17672605/The-Catalan-musket-project
(21/02/2015)

318
ACTAS

Museografía de un asedio. Barcelona 1714

Gemma Cardona Gómez, gemma.cardona@ub.edu


Lorena Jiménez Torregrosa, lorenajimenez@ub.edu
M. del Carmen Rojo Ariza, maycarojoar@ub.edu
David Íñiguez Gracia, diniguez@ub.edu
Alba Ambrós Pallarès, aambros@ub.edu
Sra. Sílvia Juàrez Moreno, sjuaremo7@alumnes.ub.edu

Resumen

Las excavaciones en el Born iniciadas a principios del siglo xxi dejaron al descu-
bierto los cimientos de un sector de la ciudad medieval y moderna que en su día había
padecido los estragos del asedio de 1713-1714 y de la política de urbanismo represivo
impulsada por Felipe V. Se trata por tanto de un espacio de “conflicto” sobre el cual
ha investigado la arqueología y que ha generado la recuperación de objetos y de es-
tructuras que nos permiten una extraordinaria aproximación a la vida urbana de
principios del xviii, i en contextos de guerra y paz. La exposición temporal “Donec
Perficiam” fue concebida con finalidades didácticas para explicar como se desarrolló
un asedio emblemático del siglo del xviii, el de la ciudad de Barcelona, que culminó
con el asalto y batalla del 11 de septiembre de 1714.1

Palabras clave: Arqueología del conflicto, Museografía,


Born, 11 de septiembre, Guerra de Sucesión Española.

1 Esta comunicación se contextualiza en las investigaciones desarrolladas en el marco del proyec-


to “Desarrollo de estrategias y técnicas didácticas a partir del patrimonio y la arqueología del conflicto
para la enseñanza/aprendizaje de las Ciencias Sociales y la Historia (EDU 2012-35299) Ministerio de
Economía y Competitividad.

319
1. Arqueología del conflicto y siglo xviii

La didáctica del conflicto del convulso siglo “de las luces” se apoya en diferentes
tipos de recursos patrimoniales según los lugares. En Estados Unidos grandes com-
plejos didácticos como Williamsburg, edificios singulares como el Independence Hall
de Filadelfia, Mount Vernon, fort Ticonderoga, o el Museo de Historia de la Smith-
sonian, evidencian el interés por el siglo xviii y sus conflictos. En Europa el interés
es más disperso. Tanto en Francia, como en el Reino Unido, Alemania y España el
patrimonio del xviii más valorado es el que aportan los grandes palacios y a cierta
distancia tendríamos los conjuntos fortificados2 relacionados en algunas ocasiones
con la arqueología del conflicto. Cabe destacar al respecto el interés de Francia en
exhibir el extraordinario patrimonio poliorcético que supone la obra vaubaniana.
Sin embargo más allá de la arquitectura abaluartada, y de algunos museos como el
Carnavalet de Paris, que ponen énfasis en la Revolución, y de artefactos singulares,
como el Victory de Portsmouth, el buque de Nelson, hay pocas opciones patrimo-
niales sobre el siglo xviii que reflejen directa o indirectamente las aportaciones de la
arqueología del conflicto3.
De hecho en Europa hay pocas intervenciones arqueológicas al entorno directo de
los conflictos de los siglos xvii y xviii. Apenas algunas excavaciones en fortalezas y
murallas o en algunos campos de batalla de Europa o América4. Cabe destacar que
uno de los pocos campos de batalla del xviii excavados y musealizados con criterios
didácticos es el de Culloden, en Inverness5. Los escenarios de la Guerra de Sucesión
española en la Península ibérica apenas cuentan con un solo campo de batalla excava-
do, el de Talamanca, cerca de Barcelona6. En este sentido los saberes sobre conflictos
generados a partir de la actividad arqueológica son, en principio escasos ya que los
grandes combates del xviii (Almansa, Villaviciosa, Gibraltar, Zaragoza…) no se han
investigado y es probable que ya hayan sido más que saqueados por los furtivos.

2. El Born, un campo de batalla urbano

La realidad de escaso desarrollo que presenta en Europa la arqueología bélica del


xviii tiene también excepciones y una de ellas es el Born de Barcelona, lugar que debe

2 CLARK, Celia; BREBBIA, Carlos A. (eds): Defence Sites: Heritage and Future. Southampton:
WIT Press, 2012. CLARK, Celia; BREBBIA, Carlos A. (eds): Defence Sites II: Heritage and Future. Sou-
thampton: WIT Press, 2014.
3 GEIER, Clarence R.; BABITS Lawrence E.; SCOTT, Douglas D.; ORR, David G. (eds): Historical
Archaeology of Military Sites: Method and Topic. College Station: Texas A&M University Press, 2010.
4 STARBUCK, David R.: The Archaeology of Forts and Battlefields. Gainesville: University Press
of Florida, 2011.
5 POLLARD, Tony: Culloden. The History and Archaeology of the Last Clan Battle. Barnsley: Pen
& Sword Military, 2012.
6 HERNÀNDEZ, Francesc Xavier; RUBIO, Xavier (eds): Talamanca arqueologia d’una batalla.
Calafell: Llibres de Matrícula, 2009.

320
Museografía de un asedio. Barcelona 1714 ACTAS

Figura1. El Born, un espacio de conflicto del siglo xviii.

considerarse como un espacio de arqueología del conflicto. Las excavaciones del Born
se iniciaron a principios del siglo xxi en el subsuelo de un antiguo mercado definido
por una gigantesca cubierta de arquitectura de hierro, construida por Josep Fontseré
entre 1873 y 18767. La excavación del subsuelo dio resultados sorprendentes. Hoy el
Born Centre Cultural alberga un impresionante conjunto arqueológico de unos 8.000
m2 generado durante la Edad Media y destruido a principios del xviii (1713-1718).
Este singular yacimiento, de hecho un sector del barrio de la Vilanova del Mar co-
nocido también como la Ribera, debe considerarse como espacio emblemático de la
arqueología del conflicto por dos razones principales. La primera de ellas es que fue,
directamente, un espacio de combate, era una zona adyacente al sector de las mu-
rallas que atacaron las tropas de Felipe V durante el asedio de 1713-1714, y las balas
rígidas de los cañones y las granadas de los morteros se cebaron sobre los edificios
durante meses, generando no pocas destrucciones. En la campaña de 1713-1714 Bar-
celona encajó más de 50.000 proyectiles que trituraron el tejido urbano y de mane-
ra muy especial el barrio de Ribera. Las excavaciones han recogido un considerable
número de proyectiles y han evidenciado las consecuencias de sus impactos. En este
sentido el Born, una zona bombardeada, es por definición un campo de batalla. Pero

7 GARCIA ESPUCHE, Alberto: La ciutat del Born. Barcelona. Ajuntament de Barcelona, 2009.
FERNANDEZ ESPINOSA, Toni: «El jaciment del Born». En: EL BORN CENTRE CULTURAL: El
Born CC. Barcelona: Ajuntament de Barcelona, 2013, pp. 36-47.

321
también lo es porque sus calles se convirtieron espacio de combate cuando las tropas
borbónicas entraron en la ciudad8. Justamente en la arteria central del yacimiento del
Born, en la calle del Bornet, se dio el último contraataque de la caballería catalana, en
el cual resultó herido el mariscal Villarroel, el comandante de las tropas defensoras.
Los soldados cayeron acribillados en lo que hoy es la calle central del yacimiento. El
hecho adquirió un elevado simbolismo ya que su intento fue el último en defensa de
las libertades catalanas frente a las tropas absolutistas.

3. La zona cero de Barcelona

Pero la vinculación del Born con la arqueología del conflicto no se limita a esta
casuística de combate militar. Tras la derrota de 1714 los catalanes perdieron sus li-
bertades y el vencedor, Felipe V, decidió atenazar Barcelona con dos fortalezas, la de
Montjuïc que fue remodelada, y una ciudadela de nueva creación que debía cons-
truirse en la zona de las murallas de levante controlando el interior de la ciudad.
Para hacer más patente el escarmiento se decidió que parte de la Ciudadella, con
fosos y glacis, se internaría directamente el casco urbano. Tal decisión implicaba la
destrucción de prácticamente un millar de casas. La decisión fue inexorable, el 1718
las autoridades borbónicas arrasaron y destruyeron parte del barrio de Ribera. Las
casas fueron abandonadas y demolidas… y justo lo que ha dejado al descubierto la
excavación arqueológica es lo que quedó tras la demolición: los muros bajos y los pa-
vimentos que habían quedado tapados por los cascotes. Por tanto el Born es también
arqueología del conflicto en tanto que sus espacios evidencian una brutal represión,
y es sabido que la arqueología del conflicto no se ocupa solamente de las zonas de
guerra convencionales, sino también de espacios y paisajes colaterales en los cuales
la guerra también se puede cebar con virulencia. Felipe V, con su política represiva,
destruyó una parte significativa de la ciudad… No es de extrañar que algunos histo-
riadores denominen el Born como “La zona cero” de Barcelona.

4. Una exposición temporal conmemorativa

Con motivo de la conmemoración del Tricentenari del final de la Guerra de Su-


cesión española el Ayuntamiento de Barcelona decidió potenciar el Born como es-
pacio referente de este conflicto. La decisión de organizar una exposición temporal
sobre el asedio de 1713-1714, que consolidara el Born Centre Cultural como espacio
referente de la Guerra de Sucesión, se tomó en la primavera del 2012. La exposición
debía compatibilizar la explicación de los aspectos bélicos con una evocación de la
vida cotidiana en el interior de la ciudad. Tras diferentes tanteos el comisariado de la
exposición fue encargado al grupo DIDPATRI de la Universidad de Barcelona, ejer-

8 DE CASTELLVÍ, Francisco: Narraciones históricas (Vol. IV). Madrid: Fundación Elías de Teja-
da, 1999.

322
Museografía de un asedio. Barcelona 1714 ACTAS

ciendo la coordinación F.X. Hernàndez bajo la supervisión directa de Quim Torra,


director del Born Centre Cultural.
La exposición temporal se denominó «Donec perficiam» El asedio de 1714. Donec
perficiam (Hasta conseguirlo) era el lema que había utilizado el regimiento de la Rea-
les Guardias Catalanas, la guardia de corps de Carlos III (el Archiduque). El reto de
la exposición presentaba una complejidad considerable. El espacio destinado era la
denominada Sala Casanova de 500 metros cuadrados. Se trataba de una ala vidria-
da con una pared de fondo ocupada con armarios de servicios que, forzosamente,
debían mantenerse exentos, y con salidas de emergencia en los extremos de la sala.
El proyecto debía implementarse en pocas semanas para poder realizar la produc-
ción. La propuesta inicial de ideas realizada por DIDPATRI se concretó en octubre
de 2012. A partir de esta propuesta el proyecto ejecutivo se adjudico a la empresa
STOA, y estuvo listo a finales del mismo año. Los procesos relacionados con la reali-
zación del proyecto ejecutivo, ganado por la UTE de las empresas SONO-CROQUIS
se prolongaron durante la primavera y verano del 2013 y la exposición se montó, en
un tiempo record de dos semanas, a finales de agosto del 2013 para inaugurar-se el 9
de septiembre de 2013.
El caso de la exposición Donec Perficiam del Born es interesante en tanto que
muestra las contradicciones, laberintos e intereses múltiples que pueden incidir sobre
un proyecto sometido a presiones de todo tipo. La demanda del ayuntamiento no es-
taba definida de manera explícita. El director del Born Centre Cultural tenía claro que
quería una exposición sobre el asedio que no escondiera la faceta bélica. Posición ló-
gica, en tanto que un asedio, por definición, es un hecho de armas. Pero esta posición
no necesariamente era compartida por los responsables de cultura del ayuntamiento.
En la cultura catalana de principios del siglo xxi el tratamiento de la guerra, es decir
mostrar el conflicto, se consideraba como algo espurio, y además impopular ya que se
establecía, sin base lógica alguna, que la gente debía tener aversión a todo aquello que
tuviera que ver con los hechos de armas. De hecho a los humanos les interesa todo
aquello que afecta a los humanos, y también muestran interés por comprender los
conflictos y sus mecanismos. Sin embargo, y a lo que parecía se quería una exposición
sobre la guerra pero que ocultara la realidad de la misma, sus mecanismos y solucio-
nes, y que se centrara de manera preferente más en el padecimiento de la inocente
y sufrida sociedad civil que no en la épica y digna resistencia protagonizada por el
ejército, la milicia y el propio pueblo.
Por otra parte, un amplio sector de la historiografía académica catalana compartía
tal punto de vista, es decir otorgaba a la historia bélica un interés irrelevante9. Así
algunos historiadores influyentes reconocidos en los entornos académicos y políticos
de la cultura catalana despreciaban la historia militar e incluso negaban (sin tener
en cuenta las evidencias) la existencia de un ejército catalán durante la campaña de
1713-1714. A esta hostilidad de la historiografía, alimentada por posiciones políticas,
que preferían obviar cualquier tema susceptible de discusión, se sumaba la presión de
la historiografía, que negaba, simplemente, la existencia de las instituciones políticas

9 ALBAREDA, Joaquim: La Guerra de Sucesión en España (1700-1714). Barcelona: Crítica, 2010.

323
catalanas y del propio conflicto. Por tanto el desarrollo de una exposición sobre el
asedio de Barcelona de 1713-1714 implicaba entrar en un avispero ideológico y una
confrontación de historiografías que no necesariamente se fundamentaba en posi-
ciones científicas. Ello suponía un problema ya que podía haber presiones políticas y
descalificaciones historiográficas. A su vez las previsibles reluctancias historiográfi-
cas incidían también en los centros de decisión políticos temerosos de padecer fuegos
cruzados y quedar en falso frente a determinados historiadores alimentados por el
propio sistema. La complejidad aumentaba si se tiene en cuenta que una parte signifi-
cativa de los investigadores de DIDPATRI habían trabajado en historia y arqueología
de la Guerra de Sucesión reconstruyendo la composición y las acciones de los ejércitos
del momento10. El hecho de que los investigadores de DIDPATRI hubiesen demos-
trado eficacia en proyectos museográficos diversos11 y en investigación histórico-ar-
queológica despertaba reservas y temores.
Sin embargo, el problema de las dudas políticas y desajustes historiográficos, era
el menor en el planteo de la exposición. Las principales dificultades eran de carácter
técnico, económico y logístico. Otra dificultad que se planteaba era el de las piezas
y documentos, su número podía ser relevante, pero en ningún caso iban a poder
sostener una museografía que debía relatar un asedio, es decir la interacción entre
miles de humanos, máquinas, edificios y estructuras defensivas a lo largo de un año.
Eso no podía explicarse de manera comprensiva exhibiendo unas cuantas espadas,
proyectiles y algunos documentos. La exposición no iba a mostrar cosas sino que
debía explicar un proceso complejo. Forzosamente la museografía iba a pivotar sobre
recursos diversos iconográficos y cartográficos sin excluir la presencia de algunas
piezas. Estos problemas se entremezclaban con el problema del tiempo. Los plazos
eran vertiginosamente cortos. El proyecto ejecutivo debía estar acabado antes de fi-
nalizar el 2012 y quedaba un escasísimo margen para sacar el pertinente concurso,
producirlo y montarlo. El último gran problema era sin embargo el presupuesto. Se
disponía de algunas partidas para realizar dos o tres encargos directos (no superio-
res a los 18.000€) durante el 2012, pero el grueso de la exposición debía moverse al
entorno de los 300.000€. Teniendo en cuenta que la sala era de 500 metros cuadrados
el presupuesto era bajo. Y a todo ello debíamos sumar algunas dificultades añadidas
como eran las propias dificultades de gestión y de lentitud de la administración y
las acciones de entorpecimiento que generaban sectores del funcionariado, o museó-
logos no implicados en el proyecto, o contrarios a él. Y además la exposición debía
tener un éxito claro para contrabalancear la ausencia de un discurso en el resto de
espacios expositivos que recogiera los contenidos militares. Todas estas cuestiones se
afrontaron con relativo éxito. Teniendo en cuenta estas variables las primeras tenta-

10 RUBIO, Xavier: «Teoria de jocs aplicada a la història de la guerra moderna: de Balaguer a Alme-
nar, 1710», Manuscrits: Revista d’història moderna. Núm. 27, 2009, pp. 142-160.
RUBIO, Xavier; CELA, Joasé María; HERNANDEZ, Francesc Xavier: «The development of new in-
fantry tactics during the early eighteenth century: a computer simulation approach to modern military
history», Journal of Simulation, 7, 2013. pp. 170–182.
11 SANTACANA, Joan; HERNANDEZ, Francesc Xavier: Museos de historia entre la taxidermia
y el nomadismo. Gijón: Trea, 2011. pp.115-127; 83-95.

324
Museografía de un asedio. Barcelona 1714 ACTAS

Figura 2. Entrada de la
exposición “Donec Perficiam”

tivas se plantearon en base a criterios didácticos: ofertar una museografía que hiciera
comprensible, a amplios horizontes destinatarios, el objeto de conocimiento.

5. La definición de un guión

Una de las primeras acciones consistió en establecer las estrategias básicas de uti-
lización espacial de la sala. Se optó por definir un solo acceso de entrada y salida y
que la exposición tuviese un sentido circular de izquierda a derecha, muy simple, que
fuera presentando las diferentes temáticas. La circulación era pues de tipo tubular, el
visitante debía discurrir por un itinerario claro. La visita media no debía superar los
30 minutos. Por otra parte el circuito debía ser suficientemente amplio como para
permitir la contemplación de audiovisuales, y a su vez se requería la posibilidad de
ubicar algunos espacios amplios capaces de acoger hasta 20 personas, para las expli-
caciones de las visitas guiadas, sobre todo con escolares. Estaba claro, por otra parte
y como se ha indicado, que teniendo en cuenta que las piezas no iban a vertebrar el
discurso debía articularse una museografía basada en escenografías y audiovisuales,
y en clave emocional.
Formulados estos condicionantes se consideraron ejemplos que pudiesen tomarse
como referente. En una intervención que iba a generar debate resultaba interesante

325
buscar referentes museográficos del extranjero que, en cierta manera, legitimaran
la intervención. En el grupo DIDPATRI había una amplia experiencia en cuanto a
conocimiento de museos relacionados con los conflictos, militares y civiles: Peronne,
Flanders Field, Memorial Omaha, Memorial Paix Caen, etc. Sin embargo los modelos
conocidos no se acababan de ajustar con las demandas existentes de atracción, cali-
dad y coste. Se optó finalmente por fundamentar la exposición a partir del modelo
del centro de interpretación de la batalla de Culloden (Escocia) ubicado en el campo
de batalla de Culloden en las cercanías de Inverness. Se trataba de un centro bien
conocido por el grupo ya que investigadoras como M. Del Carmen Rojo, trabajaban
asiduamente en arqueología del conflicto con la Universidad de Glasgow, responsable
de las excavaciones en el campo de batalla12.
El Centro de Interpretación de la batalla de Culloden y el propio campo de bata-
lla habían sido musealizados recientemente, en el 2008, y el caso guardaba ciertas
similitudes conceptuales con el Born de Barcelona. El centro de visitantes diseñado
por el estudio Gareth Hoskins Architects de Glasgow con museografía del despacho
Ralph Appelbaum Associates Incorporated era un ejemplo de rotunda modernidad
difícilmente criticable13.
La Batalla de Culloden como el asalto del 11 de septiembre barcelonés habían sido
hechos decisivos en el ocaso nacional de escoceses y catalanes. Por otra parte el cen-
tro de Culloden se levantaba junto al campo de batalla, un espacio significativo con
fuerte carga emocional. A su vez la exposición del Born se iba a situar justo en la zona
del Bornet, el espacio donde el general Antonio de Villarroel, comandante del ejército
catalán, dio la última carga de caballería en defensa del Estado catalán Además el
espacio del Born ejemplificaba y evidenciaba la represión borbónica que se manifestó
con la construcción de la Ciudadella. De Culloden se tomaron las principales ideas
que podían reaplicarse en Barcelona. El audiovisual envolvente de cuatro pantallas y
de formato medio, gravado con recreadores era una experiencia interesante que po-
día hacerse con un coste razonable. También era un magnífico referente la proyección
cenital 3D que recreaba el campo de batalla y la evolución de los combates. Contra-
riamente las pantallas y las sofisticadas campanas de sonido con explicaciones de los
combatientes (a partir de testigos del momento) desbordaban las posibilidades de la
exposición del Born que partía de medios económicos limitados.
Durante el septiembre y el octubre de 2012 desde DIDPATRI se elaboró el guion
histórico, se escribieron los textos provisionales, se seleccionaron las imágenes y se
estableció una propuesta de piezas a exponer. En estos trabajos el equipo contó con
la extraordinaria colaboración de las personas que coordinaron el proyecto por parte
del ayuntamiento la Sra. Laia Colomer en un primer momento y la Sra Anna Llopis
durante todo en proceso. La definición del discurso se basó en criterios estrictamente
científicos es decir en evidencias históricas y en documentos, y en este sentido las

12 POLLARD, Tony: Culloden. The History and Archaeology of the Last Clan Battle. Barnsley: Pen
& Sword Military, 2012.
13 GRANT McKENZIE, Andrew: «Centre des visiteurs du champ de Bataille de Culloden. Per-
spectives passionants et préservation d’une partie vitale de l’histoire d’Écosse pour les générations à
venir», Les Cahiers de l’Urbanisme núm. 77. 2010. pp. 74-80.

326
Museografía de un asedio. Barcelona 1714 ACTAS

investigaciones y experiencias didácticas que el grupo había realizado anteriormente


fueron extremadamente útiles. Con el apoyo de una amplia bibliografía fundamen-
tada en una sólida documentación se definieron los pasos del discurso histórico. El
guion histórico se vertebró a partir de cinco apartados:

1) “Libertad y Constituciones”. Se concebía como un ámbito introductorio que si-


tuaba la guerra de Sucesión, el compromiso de Catalunya con los Habsburgo y con las
potencias constitucionales (Inglaterra, Holanda). Después se trataba la convocatoria
del parlamento catalán (la Junta de Brazos) y la decisión de la resistencia en defensa
de las Constituciones.
2) “La Guerra de los catalanes”. Este bloque se destinaba a explicar el último perío-
do de la Guerra de Sucesión, la campaña catalana del 1713-1714. Se daba relevancia en
los apartados al reclutamiento en Cataluña y los primeros momentos de la campaña
con la declaración del bando de guerra a ultranza y la llegada de los ejércitos borbó-
nicos del duque de Populi.
3) “Un asedio y muchas batallas”. Se centraba en el desarrollo del largo asedio
de Barcelona y en las diversas campañas que se dieron en el conjunto del territorio
catalán.
4) “Un martes de furia”. Se trataba de un bloque que permitía aproximar, con de-
talle, la dinámica del asalto y batalla del 11 de septiembre.
5) “El fin del estado catalán”. En la última parte de la exposición se explicaban las
consecuencias de la derrota: la derogación de las Constituciones e instituciones cata-
lanas y la dinámica de represión contra el conjunto de la población.

Para cada uno de los apartados se apuntaba la necesidad de un elemento museo-


gráfico estructurante. Estaba claro que debían haber como mínimo dos audiovisuales
potentes que recogieran la experiencia de Culloden: uno que mostrara la evolución
del asedio en vista aérea, y otro que explicara a partir de, como mínimo, dos pan-
tallas enfrentadas, los combates del 11 de septiembre. También estaba claro que las
escenografías deberían tener un papel importante. En paralelo al establecimiento del
guión se comenzó a tratar la problemática de las piezas. Todos los textos e ideas se
reflejaron en un primer anteproyecto a utilizar como base de un proyecto ejecutivo. A
tal fin se contrató a la empresa Stoa con la colaboración de Ámbito Cero que asumió
el desarrollo de la propuesta y su conversión en proyecto ejecutivo.

6. Tres trabajos iniciales

Una vez establecida la colaboración de Stoa/Ámbito Cero se prosiguió el trabajo


en tres frentes. La empresa comenzó a trabajar los ámbitos de la propuesta y las ideas
museográficas. En paralelo, y a partir de asignaciones directas del presupuesto 2012
se pasó a implementar cuatro encargos que, con seguridad, por decisión del comi-
sariado, figurarían en la exposición: un audiovisual de la batalla, a proyectar en dos

327
pantallas enfrentadas, cuya realización se encargó a Alma Cubrae en colaboración
con la empresa Cromograma y con la participación de asociaciones de recreación his-
tórica (Miquelets de Catalunya, Miquelets de Girona, Coronela de Barcelona, Cuiras-
sers de Moià). Una segunda iniciativa era el audiovisual central. La proyección cenital
se desecho casi de inmediato ya que comprometía demasiada extensión del espacio
expositivo, la propuesta, sin embargo, se mantuvo de manera conceptual a partir de
un panel inclinado que ocupaba un espacio menor. Ello favorecía una recreación de
la ciudad en perspectiva oblicua que podía plantearse a partir de trabajos de 3D que
había realizado DIDPATRI14. Dos profesionales vinculados al grupo de investigación,
J.A. Duran y Guillem. H. Pongiluppi se encargaron de desarrollar el proyecto: un
audiovisual 3D centrado en una perspectiva oblicua de Barcelona que explicara las
diferentes fases del asedio y del asalto de la ciudad. La tercera iniciativa, desarrollada
por Molecula. Xarxa de professionals en museografia consistia en producir masiva-
mente y con rapidez el máximo de videos para cubrir los audiovisuales de pequeño
formato: el pregón de guerra, el famoso discurso de Ferrer Sitges o los procesos de
carga y disparo de los fusiles de la época.
La cuarta iniciativa paralela consistió en encargar una escenografía hiperrealis-
ta que incluyera figuras de los protagonistas militares: Antonio Villarroel y Rafael
Casanova, el trabajo se encargó a la escultora Mar. H. Pongiluppi que contaba con
amplia experiencia de colaboración con el grupo DIDPATRI. La decisión de incluir
una escenografía hiperrealista partió directamente del comisariado. DIDPATRI en
diferentes propuestas escenográficas, y siguiendo modelos anglosajones (como la es-
pectacular escenografía de la cocina del castillo de Stirling) había defendido repeti-
damente la utilización de escenografías hiperrealistas con un argumentario basado
en la idoneidad didáctica y las posibilidades de comprensión de este tipo de recursos.
Finalmente también se procedió a prospectar la posibilidad de obtener piezas y docu-
mentos. En este entorno se detectaron problemas graves. La Biblioteca de Catalunya,
y otras bibliotecas, así como coleccionistas privados como Pere Julià Colomina dis-
ponían de todo tipo de documentos relativos al conflicto de 1713-1714. Sin embargo
los técnicos y responsables vinculados al ayuntamiento manifestaron desconocer las
futuras condiciones expositivas del Born y, especialmente, la problemática lumínica.
Tal casuística implicaba una problemática grave ya que nadie asumía las condiciones
de exposición de documentos y piezas antes de que la obra civil del Born estuviese
acabada y entregada y, como consecuencia, las vitrinas y espacios expositivos no se
podían definir… y el tema podía acarrear un retraso importante. Por tanto, de de-
cidió, de entrada, prescindir de documentación original y se optó por colocar, sim-
plemente, replicas. La misma problemática surgió ante la posibilidad de incorporar
a la exposición el mítico cuadro de Josep Estruch “L’Onze de setembre”. La Caixa de
Sabadell, propietaria de la pieza estaba dispuesta a la cesión. Estaba claro que el gran
cuadro podía ejercer una función de atracción importante. Las dificultades argu-
mentadas por los técnicos se manifestaron en la misma dirección que las emitidas

14 PONGILUPPI, Guillem. H.; HERNÀNDEZ, Francesc Xavier: Barcelona 1714. El Setge. Barcelo-
na: Angle, 2012.

328
Museografía de un asedio. Barcelona 1714 ACTAS

con respecto a los documentos. Hasta que no se acabara la obra civil del edificio no
se sabrían las condiciones lumínicas y ambientales y, por tanto, no se podían deci-
dir con anterioridad los criterios y requisitos de exposición. Cabe destacar, por otra
parte que el espacio seleccionado para ubicar la pieza estaba perfectamente acotado
y las condiciones lumínicas antes o después de la finalización de la obra civil no iban
a cambiar. Sin embargo entrar en una discusión de ese tipo suponía un peligro letal
para la exposición, y los plazos no permitían arriesgar. El cuadro de Estruch, una pie-
za importantísima en el imaginario de la Historia de Catalunya, quedó desechado. En
su lugar se optó por una buena propuesta fotográfica, realizada exnovo, que evocaba
igualmente las imágenes de Estruch15.
El tercer intento para obtener piezas se centro en el entorno arqueológico y la ce-
rrazón técnica fue notable. El Born había generado miles de piezas, desde el comi-
sariado de la exposición se solicitaron muestras de munición artillera a los técnicos
del Born Centre Cultural, pero los proyectiles de artillería estaban destinados a un
espacio expositivo en el subsuelo y no podían cederse ejemplares. Ni tan solo se per-
mitió la consulta de los estudios realizados sobre munición para incorporar-los a la
exposición. Era evidente que un sector de técnicos y funcionarios relacionados, con
el yacimiento del Born ejercían resistencia pasiva frente a lo que consideraban una
exposición que podía amenazar el statu quo del centro, sus estructuras y supuesta
neutralidad.
Fracasadas estas tentativas se pudo asegurar un mínimo de piezas contemporá-
neas procedentes del desmantelado castillo de Montjuïc: escopetas, pistolas, llaves,
sables, bayonetas, etc., que junto algunas piezas obtenidas por el grupo en la excava-
ción de la Batalla de Talamanca constituían un mínimo suficiente para legitimar la
exposición. Teniendo en cuenta estas piezas ya se podían plantear los contenedores
para exponerlas.
Al margen de estas escaramuzas la estrategia de legitimación de la exposición pasó
por la recuperación y presentación de una pieza estrella: un fragmento de la bandera
de Santa Eulalia, probablemente del siglo xvii. La bandera, lo que quedaba de ella, se
conservaba encolada en madera arrinconada en un almacén vinculado al Museo de
Historia de la Ciudad. La pieza fue reclamada por Quim Torra el director del Born
Centre Cultural que apremió para que se efectuara el oportuno proceso de restau-
ración. La bandera era un importante elemento simbólico. Durante la batalla del 11
de septiembre la bandera presidió el contraataque de Rafael Casanova. No había la
certeza de que la bandera hubiese sido la utilizada en la batalla ya que en el período,
y debido a su rápido desgaste, se elaboraron diversos ejemplares de banderas y pen-
dones de guerra. En cualquier caso el fragmento era notable y mostraba la bellísima
imagen de una joven. Hubo presiones para que la pieza no se expusiera, por razones
técnicas, pero finalmente, el diseño de un espacio expositivo explícito, que cumplía
todos los prerrequisitos, acabó con las resistencias.

15 PONGILUPPI, Guillem.H.; HERNÀNDEZ, Francesc Xavier: «El asedio de Barcelona. Conme-


moración del tricentenario», C4des Magazine 17. 2014, pp. 48-65.

329
Figura 3. Audiovisual sobre el asedio de Barcelona.

7. La ejecución

El proyecto de base y el proyecto ejecutivo se desarrollaron con rapidez a finales


del 2012. Ámbito Cero optó por un diseño versátil que permitía responder a situacio-
nes no previstas, pero que reducía de manera drástica las expectativas de contenido
del primer guión. La exposición mantenía su carácter tubular continuo y alternaba
escenografías con expositores de documentos y audiovisuales. El diseño permitía la
construcción de los diferentes módulos y espacios en el exterior, para que pudieran
desembarcarse semi-construidos. De esta manera se conjuraba cualquier posibilidad
de retraso en el montaje. La museografía se desarrollaba a partir de tres tipos de
estructuras. En primer lugar las escenografías, y espacios expositivos singulares, se
organizaban en cubos autónomos de grandes dimensiones dotados cada uno de sus
propios recursos lumínicos, audiovisuales y gráficos. En segundo lugar se definió un
tipo unificado de expositor que indistintamente podía acoger gráfica, ordenadores o
piezas. Finalmente se diseñaron con estrategias diferenciadas los diferentes espacios
audiovisuales principales. El problema del exceso de contenidos previstos inicial-
mente, no integrables en el diseño final, se solucionó, a partir de pantallas interacti-
vas. Los paneles y expositores de cada uno de los bloques de contenidos alojaron los
textos y documentos principales. Los textos secundarios y los repertorios documen-

330
Museografía de un asedio. Barcelona 1714 ACTAS

tales se integraron en las pantallas táctiles. Con esta opción se buscaba un equilibrio:
mostrar lo fundamental y ampliar conocimientos a partir de la consulta de los inte-
ractivos informáticos. En conjunto la exposición contó con seis escenografías, algu-
nas de ellas con expositores, interactivos informáticos y gráfica incorporada; siete
expositores exentos con textos, piezas e interactivos, un audiovisual singular sobre
cristal oscuro con personajes escala 1:1; un gran audiovisual central que mostraba la
evolución del asedio; un gran contenedor que exhibía la bandera de Santa Eulalia y
diversos medios que facilitaban su interpretación; dos grandes bastidores que mos-
traban uniformología, un espacio audiovisual envolvente, que a partir de pantallas
enfrentadas evocaba los combates del 11 de septiembre de 1714; un audiovisual final
que mostraba las consecuencias de la derrota. Una gran cortina que definía una pared
de fondo y que replicaba uno de los gravados de Jacques Rigaud sobre el asedio16.
El proyecto ejecutivo de STOA-Ámbito Cero estuvo preparado a mediados de di-
ciembre de 2012. La ejecución del proyecto la ganó una UTE de las empresas CRO-
QUIS-SONO.

8. Una producción trepidante

Durante el mes de diciembre de 2012 se procedió a preparar el audiovisual de la


batalla, uno de los más complejos. Los trabajos de grabación se realizaron, en el Cas-
tillo de Sant Ferran de Figueres y contaron con el apoyo del Consorcio del Castillo de
Sant Ferran de Figueres. La producción y postproducción corrió a cargo de las em-
presas Alma Cubrae y Cromograma. Se concentraron hasta un centenar de recreado-
res que acudieron, como voluntarios, con su propio equipo. La mayoría pertenecían a
Miquelets de Catalunya, Miquelets de Girona, Coronela de Barcelona y Cuirassers de
Moià. Los resultados fueron buenos, se consiguieron planos de calidad pese a la falta
de experiencia de los grupos en este tipo de grabaciones. La realización de este video
fue una experiencia de gestión y posibilismo muy interesante ya que con unos recur-
sos mínimos se alcanzaron unos resultados muy dignos, no inferiores en calidad a
los que mostraba el audiovisual similar de Culloden. Ello daba seguridad al proyecto
ya que a finales de diciembre ya había el convencimiento de que uno de los elementos
más espectaculares de la exposición, el entorno inmersivo de una batalla, iba a con-
cretarse con calidad suficiente. De igual manera los videos realizados por Molècula y
Duran & Pongiluppi avanzaron notablemente, así como el grupo escultórico de Mar.
H. Pongiluppi. En primavera ya se disponía de los productos, y todos tenían buena
calidad, y por consiguiente una parte muy significativa de los elementos de base ya
estaban producidos.
A partir de primavera las empresas de producción se pusieron en marcha. Todo
discurrió de manera cronométrica. El seguimiento evitó problemas graves en la pro-
ducción. Sin embargo a última hora las dificultades se extremaron. A la entrada del

16 HERNANDEZ, Francesc Xavier; RIART, Francesc: Barcelona 2014. Rigaud cròniques de tinta i
pólvora. Barcelona: Librooks, 2014.

331
Figura 4. Audiovisual de entorno inmersivo.

verano se montó la exposición permanente «De les pedres a les persones». La totalidad
del espacio de la sala Casanova, la que debía alojar la exposición temporal, se dedicó
a preparar las piezas que debían trasladarse a la exposición permanente. La situación
se podría haber resuelto de otra manera pero justamente los técnicos del Born deci-
dieron esta opción que ponía en grave peligro el montaje de la exposición temporal
“Donec perficiam”. Todo esto sucedía mientras que en el Born se vivía una situación
frenética de finalización de la obra civil. Todo hacia pensar que la exposición tem-
poral no podría acabarse a tiempo. Sin embargo nada era lo que parecía, los equipos
entraron a finales de agosto y en un tiempo record se desembarcaron y ensamblaron
las estructuras y se ajustaron los audiovisuales, y se construyeron in situ las esceno-
grafías. Globalmente los resultados fueron buenos y respondían a las expectativas.
La exposición fue un éxito, a lo largo de un año la visitaron un mínimo de 500.000
personas, y aguantó bien la presión. DIDPATRI, cumplió el encargo. La exposición
fue rápida, barata novedosa, respondió a los intereses del cliente, consiguió un nota-
ble éxito de público y mantuvo plenamente rigor y congruencia científica. Pese a las
expectativas no hubo críticas más allá de algún comentario interesado y opinable de
sesgo político. Por otra parte DIDPATRI se planteó la exposición como un espacio de
acumulación de conocimientos imágenes y experiencias que permitieran posteriores
desarrollos en diversos campos. Así la información acumulada en la generación de
3D se pudo reaplicar en publicaciones diversas con nuevos desarrollos17. Fragmentos

17 CASALS, Josep Ramon; HERNANDEZ, Francesc Xavier; PONGILUPPI, Guillem H.: Born
1714. Memòria de Barcelona. Barcelona. Angle, 2014

332
Museografía de un asedio. Barcelona 1714 ACTAS

de grabaciones se reutilizaron para confeccionar vídeos didácticos para el Departa-


ment d’Ensenyament, y el conocimiento sobre el objeto de estudio permitió vertebrar
un ambicioso proyecto didáctico con materiales, juegos, prototipos diversos, unida-
des didácticas y estaciones de interpretación. Y sin duda los nuevos saberes generados
van a permitir apalancar nuevos proyectos al entorno del conocimiento histórico de
las ciudades.

Bibliografía

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STARBUCH, David R.: The Archaeology of Forts and Battlefields. Gainesville: Uni-
versity Press of Florida, 2011.

334
ACTAS

Nueva iconografía didáctica y conflictos del siglo xviii

Maria Feliu Torruella, mfeliu@ub.edu


Mar Hernàndez Pongiluppi, marhernanedez@ub.edu
Guillem Hernàndez Pongiluppi, Guillemhp@gmail.com
Silvia Burset Burillo, sburset@ub.edu

Resumen

La Guerra de Sucesión Española generó las bases de la Europa contemporánea. Du-


rante los siglos que siguieron la cultura europea continuó recordando e interpretan-
do, desde puntos de vista diversos, las vicisitudes de conflicto. Sucesivas generaciones
han mantenido la memoria del conflicto a partir de la consulta de estudios existentes
y de la generación de nuevos conocimientos a partir de la historia y la arqueología.
También el desarrollo continuado de ensayos literarios, novelas, pinturas, salas de
museos, espacios musealizados ha construido un corpus diacrónico de conocimiento
que permite aproximarnos a la Guerra de Sucesión. Cada momento histórico con-
templa el pasado a partir de su propia cosmovisión, estética y tecnología. Este trabajo
recoge la práctica desarrollada por el grupo de investigación DIDPATRI (Didáctica
del patrimonio) de la Universidad de Barcelona para generar nuevas imágenes didác-
ticas de la Guerra de Sucesión congruentes con los nuevos conocimientos científicos
y a partir de la utilización de nuevas tecnologías de comunicación didáctica.1

Palabras clave: Iconografía, Didáctica, Escenografías, Guerra de Sucesión, Barcelona.

1 Esta comunicación se contextualiza en las investigaciones desarrolladas en el marco del pro-


yecto “Desarrollo de estratégias y técnicas didácticas a partir del patrimonio y la arqueoloía del conflicto
para la enseñanza/aprendizaje de las Ciencias Sociales y la Historia (EDU 2012-35299) Ministerio de
Economia y Competitividad.

335
1. Tres siglos de la Guerra de Sucesión española

Durante el año 2014 Barcelona conmemoró el tricentenario del famoso asedio


de 1713-1714, un de los últimos episodios de la Guerra de Sucesión española. Du-
rante más de un año la ciudad opuso resistencia a las tropas franco españolas que,
finalmente, emprendieron el asalto de la ciudad el 11 de septiembre de 1714. El
conflicto y su desenlace, importante para Europa lo fue de manera especial para
Cataluña que perdió sus Constituciones e instituciones políticas. Las conmemo-
raciones, como cualquier acto cultural, demandan productos y los profesionales
deben satisfacerlas. El contexto de la conmemoración abría la oportunidad de reto-
mar la investigación histórica, arqueológica y didáctica sobre un periodo histórico
importante para satisfacer el interés de la sociedad.
El grupo de investigación, DIDPATRI (Didáctica del patrimonio), de la Uni-
versidad de Barcelona, es un colectivo interdisciplinar que alinea historiadores,
arqueólogos, ingenieros informáticos, pedagogos y técnicos en turismo. También
vincula profesionales de la ilustración, de la escultura y de la museografía. El con-
junto forma una trama que trabaja bajo el paraguas de la Fundació Bosch i Gimpera
de la Universidad de Barcelona, mancomunando esfuerzos con empresas, impul-
sando y colaborando en los más diversos proyectos museográficos y culturales.
Una de las principales líneas de investigación e innovación del grupo se ha cen-
trado, en los últimos años, en la iconografía histórica. Lo que sucedió en el pasado
no se puede ver, ni experimentar, solo lo podemos intuir, imaginar o reconstruir
a partir de documentos y fuentes históricas. En este sentido la historia es terri-
blemente abstracta y, en general, las personas no disponen de preconceptos y co-
nocimientos suficientes para construir una imagen veraz del pasado. Superar esta
situación a partir de la generación de imágenes didácticas es uno de los ejes de
investigación e innovación del grupo.

2. La Historia, una cuestión de imagen

Si queremos explicar aspectos y situaciones del pasado debemos suministrar


imágenes comprensibles, realistas o sugerentes, que lo tipifiquen. La didáctica de
la Historia, que tiene como finalidad comunicar saberes científicos adquiridos so-
bre otros tiempos, demanda iconografía. La aproximación comprensiva al pasado
exige la generación de “paisajes” icónicos que serán tanto más creíbles cuanto más
“auténticos” sean. Y estos paisajes, siempre que sea posible, se deben complementar
con complementos vivenciales, sensoriales sonoros, olfactivos, táctiles2. Tales con-
sideraciones explican que DIDPATRI, se haya centrado en la investigación y expe-
rimentación acerca de las posibilidades didácticas de la iconografía en Historia. La
recreación, reconstrucción de un objeto de conocimiento del pasado se plantea a

2 HERNANDEZ, Francesc Xavier: «La iconografía en la didàctica de las ciencias sociales». En:
IBER. Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia. Núm. 68, Abril-mayo, 2011. pp.7-16.

336
Nueva iconografía didáctica y conflictos del siglo xviii ACTAS

partir de dos premisas básicas. La primera es que lo que se representa debe ser ex-
tremadamente riguroso desde un punto de vista científico. Nuestro trabajo, repen-
sar y mostrar la historia, requiere imaginación, pero no debe dejar ningún margen
a la fantasía. Los restos y evidencias del pasado: objetos, ruinas, situaciones, relatos,
llegan a nosotros de manera fragmentaria, parcial y descontextualizados. A me-
nudo son incomprensibles. La iconografía didáctica permite contextualizar inclu-
yendo y sumando las más diversas variables en la descripción de un determinado
paisaje o situación histórica otorgando globalidad, contribuyendo a interrelacionar
componentes y, en definitiva, ayudando a comprender. Pero la comunicación de
los saberes conseguidos sobre el pasado es una cuestión científica que no admite
concesiones. Por otra parte esta comunicación del pasado exige realismo o hipe-
rrealismo. La generación de imágenes concretas y reconocibles del pasado requiere
que las formas, colores y situaciones representadas sean creíbles y ajustados a la
realidad. La iconografía didáctica no pretende ser una representación “artística”,
sino un sucedáneo que de una visión precisa de situaciones de otros tiempos. La
historia es abstracta por definición, y la superación de la abstracción, mediante la
iconografía, requiere comprensión.
Desde el punto de vista de la iconografía didáctica las recreaciones que plantean
determinados diseños que utilizan exclusivamente monocromías (color blanco en
las volumetrías), o que prohíben la exhibición explicita de humanos en las recons-
trucciones de espacios del pasado no tienen ningún sentido. Los lugares del tiempo
tienen colores, y texturas, y fueron usados por humanos. No tiene ninguna justi-
ficación científica la exclusión de los colores y la carne humana de las representa-
ciones del pasado. Las recreaciones iconográficas, históricas y didácticas no son
un producto artístico ni deben pretenderlo, aunque puedan llegar a serlo. En cual-
quier caso y en determinados contextos museográficos que persiguen estimular
las emociones pueden plantearse, desde la didáctica, concesiones a la abstracción.
Por tanto, y en resumen, podríamos decir que una de las funciones básicas de los
didactas de la historia es generar imágenes comprensivas del pasado para hacerlo
cognoscible.
Tradicionalmente la ilustración en Historia ha sido una actividad cara. Reque-
ría generar imágenes complejas a partir de cero, y eso suponía tiempo y trabajo.
En consecuencia la producción era escasa y eso suponía un serio inconveniente
cuando lo que pretende la didáctica es, precisamente, llegar a un horizonte desti-
natario amplio. De ahí que la praxis del grupo DIDPATRI se haya interesado, en
los últimos tiempos, en investigar acerca de la generación de imágenes del pasado,
viables en cuanto a ejecución y con posibilidades de replicación en los más dis-
tintos contextos. Según esta lógica la reconstrucción iconográfica de un espacio o
hecho histórico puede plantearse, con ambición, si el producto resultante puede re-
adaptarse para ser utilizado en cartelería, folletos, libros, expositores, multimedia,
juegos, audiovisuales, apps, web, etc. Los ensayos en esta dirección, aprovechando
la innovación tecnológica y los recursos de convocatorias públicas, y contratos de
investigación con empresas y administraciones, dieron resultados esperanzadores.
La profundización en esta línea de trabajo de planteó a partir de los buenos resul-

337
tados generados por recreaciones en el contexto de la denominada “arqueología
virtual”3.
Una primera experiencia exitosa fue la reconstrucción virtual e hipotética del cas-
co urbano de Empúries, que se ensayó en base al programa SketchUp/ 3D en el 2010.
En la misma línea se trabajó en un proyecto de reconstrucción de castros celtibéricos
utilizando el programa Malla 3D4. Finalmente comenzó el que sería el ensayo más
relevante que se centraría en la Guerra de Sucesión española y su desarrollo en Ca-
taluña. El tema no solo era interesante sino además, estratégico, en el sentido que el
tricentenario del final del conflicto generaba productos culturales muy diversos.

3. Iconografía de la Guerra de Sucesión española

Para DIDPATRI la Guerra de Sucesión posibilitaba el desarrollo de nuevas expe-


riencias. La iconografía de nueva generación era prácticamente inexistente, se limita-
ba a algún cómic, y a productos diversos poco relevantes. Curiosamente la iconogra-
fía dominante sobre el tema, más allà de los gravados coetáneos del XVIII5 , era aún la
que habían generado Víctor Balaguer y otros autores de la Renaixença, en la segunda
mitad del XIX . Estos historiadores preocupados por disponer de imágenes didácticas
del pasado no habían dudado en generar y publicar gravados que mostraban aspectos
del conflicto, y que en no pocos casos las imágenes estaban plagadas de anacronismos
y errores. El esfuerzo didáctico continuó a principios del siglo XX con trabajos como
el cuadro de Josep Estruch «La mort de Casanova», pintado en 1905 y que se ha man-
tenido, prácticamente hasta hoy, como el más importante referente iconográfico del
conflicto en Barcelona.
Teniendo en cuenta este contexto uno de los objetivos estratégicos de DIDPATRI,
desde el 2008, consistió en generar una nueva imagen de la Guerra de Sucesión, ac-
tualizada y congruente con los logros establecidos por la investigación. En base a
esta voluntad se desarrollaron múltiples iniciativas que tuvieron presente, en todo
momento, el trasfondo estratégico. Así el grupo investigó con tecnología moderna
(arqueología y SIG bajo la dirección de Xavier Rubio) la batalla de Talamanca y se
generaron imágenes y cartografía6. Se diseñó el Centro de interpretación de la Batalla
de Talamanca con propuestas 3D, de Eusebi Malvarez i Guillem H. Pongiluppi7, es-
cenografías y esculturas de Mar H. Pongiluppi e ilustración de Francesc Riart con un

3 LOPEZ, Victória; MARTÍNEZ, Tània; ROMERO, Mireia: «Iconografía didáctica y arqueolo-


gía». En: HERNANDEZ, Francesc Xavier; ROJO María del Carmen: Museografía didáctica e interpreta-
ción de espacios arqueológicos. Gijón: Trea, 2012. pp. 125-138.
4 MARTINEZ, Tània: «Una aproximación virtual al territorio vetón». En: IBER. Didáctica de las
Ciencias Sociales, Geografía e Historia. Núm. 68, abril-mayo, 2011. pp. 25-32.
5 ALCOBERRO, Agustí: Barcelona 1714. Els gravats de la Guerra de Successió. Barcelona: Efadós,
Ajuntament de Barcelona. 2013.
6 HERNÀNDEZ, Francesc Xavier; RUBIO, Xavier (eds): Talamanca arqueologia d’una batalla.
Calafell: Llibres de Matrícula, 2009.
7 MALVAREZ E.; PONGILUPPI, G.H.: Batalla de Talamanca, 1714, DIDPATRI. 2009. Recupera-
do el 11 de septiembre 2014, de http://vimeo.com/32877962.

338
Nueva iconografía didáctica y conflictos del siglo xviii ACTAS

Figura1. Iconografia de base fotográfica (Marhp)

potente audiovisual panorámico producido por DIGIT. El proyecto se complemento


con una acción de memoria que consistió en la elaboración de una placa monumento
de bronce, realizada por Mar H. Pongiluppi, dedicada a los combatientes de la batalla
de Talamanca.
En paralelo, el grupo se implicó en el apoyo y potenciación de grupos de recreación
del siglo XVIII, estableciendo colaboraciones con la asociación Miquelets de Catalun-
ya. La consolidación de sociedades de recreación se consideraba imprescindible para
poder disponer de una fuente accesible de imágenes digitales. También, en paralelo,
se realizaron los primeros ensayos, a cargo de Guillem H. Pongiluppi, para superar
el cuadro de Josep Estruch. El conjunto de iniciativas generó un banco de imágenes
que, gracias a los recursos informáticos, podían reinventarse buscando adaptaciones
a las nuevas necesidades.
Al mismo tiempo, se diseñó una web, el Museo Virtual de la Guerra de Sucesión,
a iniciativa del grupo y financiada con el apoyo de convocatorias públicas. Servía
para trabar el compromiso del grupo con la temática y a la vez como repositorio de
imágenes e información.

339
Figura 2. Murallas de Barcelona, croquis 3D.

4. El asedio de Barcelona

Los primeros ensayos sobre la Guerra de Sucesión condujeron en poco tiempo


a enfrentarse al problema y reto principal, iconografiar el asedio de Barcelona del
1713-1714. Durante el 2011 y con el apoyo de convocatorias públicas del Ministerio
de Educación y del Departamento de Universidades y Empresa de la Generalitat de
Catalunya se procedió a levantar un 3D de la Barcelona de principios del xviii, pri-
mero a partir de un ensayo con SketchtUp y después directamente con el programa
Maya. Los trabajos corrieron a cargo de Eusebi Málvarez i Guillem H. Pongiluppi8.
Pero los recursos disponibles eran limitados y solo se pudo levantar media ciudad.
La utilización del Maya presentaba ventajas claras en tanto que permitía generar una
gráfica precisa: calles y casas adquirían una definición más que aceptable. Natural-
mente, el modelo, muy pesado, no se podía maniobrar en tiempo real, contrariamen-
te los resultados de una renderización directa eran más que aceptables.
La información y la inversión conseguida en esta fase se pudo reordenar y reinver-
tir en los meses siguientes. El 3D y las renderizaciones se utilizaron en los procesos
de investigación en curso, para simular diversas situaciones bélicas que afectaban
a las murallas, para documentar diferentes web y, principalmente, para desarrollar

8 MALVAREZ E.; PONGILUPPI, G.H.: Barcelona 1714, DIDPATRI. 2009. Recuperado el 11 de


septiembre 2014, de http://vimeo.com/20652836.

340
Nueva iconografía didáctica y conflictos del siglo xviii ACTAS

Figura 3. Murallas de Barcelona, 3D texturizado.

una iconografía más trabajada que se manifestó, finalmente, en el libro “1714 El setge
de Barcelona”9 y en otras publicaciones. En estas iniciativas la estrategia iconográfica
consistió en plantear, a partir de imágenes 3D, escenarios o backgrounds diversos
que servían de base a ilustraciones desarrolladas a partir de Photoshop siguiendo las
prácticas del “matte painting”. En este caso la biblioteca de imágenes del grupo, con
fondos acumulados a partir de la estrecha relación con los grupos de recreación histó-
rica, obtuvo una rentabilidad completa. Los desarrollos iconográficos sobre el asedio
fueron laboriosos pero, si tenemos en cuenta la magnitud del trabajo y la escasa ex-
periencia previa, se resolvieron de manera relativamente rápida y con buena calidad,
Los renders de base sumados al planteamiento de figuras humanas a partir de bases
fotográficas, todo ello fundido y remasterizado a partir de Photoshop, abría una vía
experimental interesante. A fin de cuentas se habían generado publicaciones profusa-
mente ilustradas con materiales de calidad, congruentes con las últimas aportaciones
científicas, a un coste relativamente asumible, y en un tiempo rápido lo cual hacia que
los productos, considerado en su conjunto, fueras rentables incluso para un mercado
tan limitado como el catalán.
A su vez la experiencia de «1714 El setge de Barcelona» pronto experimentó nuevos
desarrollos y mutaciones. Así, por ejemplo, la exposición «Donec perficiam. El setge
de Barcelona 1714», diseñada y ejecutada en el 2012-2013, pudo reaprovechar parte de
la experiencia. En esta exposición el cual el grupo DIDPATRI elaboró el proyecto de
ideas y el comisariado. La propuesta incluyó un ambicioso desarrollo icónico y audio-
visual gracias a los materiales digitales ensayados y generados por el grupo de inves-

9 PONGILUPPI, Guillem. H.; HERNÀNDEZ, Francesc Xavier: Barcelona 1714. El Setge. Barcelo-
na: Angle, 2012.

341
Figura 4. Composición de combate en base a matte painting. (Guillemhp)

tigación. El audiovisual principal de la exposición, elaborado por Joan Antoni Duran


i Guillem H. Pongiluppi), se basó, en buena parte, en la remasterización del material
de base generado en los 3D y en las imágenes generadas sobre el asedio de Barcelona.
Gracias a los materiales digitales acumulados y a la experiencia previa pudo asu-
mirse el trabajo en un tiempo record y con un presupuesto muy modesto. De igual
manera la experiencia iconográfica incidió en otros audiovisuales de la exposición: el
dedicado a los ingenieros militares, elaborado por SONO, los que se centraban en el
discurso de Manuel Ferrer Sitges y en la movilización del pueblo catalán, elaborados
por Molècula scp y sobre todo en el audiovisual envolvente del final de la exposición,
gravado gracias a experiencia conseguida en el trabajo con recreadores.
Por otra parte, en la dimensión escenográfica, los investigadores y colaborado-
res del grupo también dieron pasos importantes, en este sentido deben considerarse
las escenografías hiperrealistas realizadas por Mar H. Pongiluppi con el apoyo de F.
Riart. Estas experiencias compartieron protagonismo con nuevas experiencias icóni-
cas entre las cuales cabe destacar el remake actualizado, y corregido científicamente,
del cuadro de Josep Estruch elaborado por Guillem H. Pongiluppi.
Cabe destacar también la más que singular experiencia de simulación generada en
el Barcelona Supercomputing Center por Xavier Rubio acerca del comportamiento en
combate de diferentes tipos de formación de fusileros10.

10 RUBIO, Xavier; CELA, José Mª.; HERNANDEZ, Francesc Xavier: «The development of new
infantry tactics during the early eighteenth century: a computer simulation approach to modern military
history», Journal of Simulation, 7, 2013. pp. 170–182.

342
Nueva iconografía didáctica y conflictos del siglo xviii ACTAS

Figura 5. Escenografia hiperrealista (Marhp)

La acumulación de material icónico permitió por otra parte que el grupo consi-
guiera una posición de protagonismo en la realización de los materiales didácticos
vinculados al Born Centre Cultural, y en los materiales didácticos impulsados por el
Departament d’Ensenyament en el contexto del tricentenario del 1714: materiales di-
dácticos, videos didácticos, juegos, estaciones de interpretación didácticas, etc. Tam-
bién en el campo de la edición el capital generado continuó generando desarrollos,
que comprendían cuentos infantiles11 y libros de alta divulgación12.
El metraproyecto, entendido como proyecto de proyectos, emprendido por DID-
PATRI: generar una nueva imagen de la Guerra de Sucesión en Catalunya, basada
en el rigor científico, acorde con las demandas del tricentenario, puede considerarse
un éxito. En apenas tres años se ha generado una iconografía, que podríamos definir
como sostenible teniendo en cuenta costos y resultados, directos e indirectos, que
ha contribuido de manera determinante a evolucionar la imagen de la Guerra de
Sucesión. El grupo de investigación, a partir de la palanca iconográfica, consiguió
un posicionamiento relevante en cuanto a iniciativas de investigación, sociales, de
comunicación, de formación, turísticas e industriales al entorno del tricentenario de
la Guerra de Sucesión.

11 GIMENEZ, Lorena: Trons, canons i un estel. Thunder, Cannons and Kite. Barcelona: Generalitat
de Catalunya. Departament d’Economia i Coneixement, 2014.
12 CASALS, Josep Ramon; HERNANDEZ, Francesc Xavier; PONGILUPPI, Guillem H.: Born
1714. Memòria de Barcelona. Barcelona: Angle, 2014.

343
Bibliografía

ALCOBERRO, Agustí: Barcelona 1714. Els gravats de la Guerra de Successió. Barcelo-


na: Efadós, Ajuntament de Barcelona. 2013.
CASALS, Josep Ramon; HERNANDEZ, Francesc Xavier; PONGILUPPI, Guillem
H.: Born 1714. Memòria de Barcelona. Barcelona. Angle, 2014.
GIMENEZ, Lorena: Trons, canons i un estel. Thunder, Cannons and Kite. Barcelona,
Generalitat de Catalunya. Departament d’Economia i Coneixement, 2014.
HERNANDEZ, Francesc Xavier: «La iconografía en la didàctica de las ciencias
sociales». En: IBER. Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia, 68.
Abril-mayo, 2011, pp. 7-16.
HERNÀNDEZ, Francesc Xavier; RUBIO, Xavier (eds): Talamanca arqueologia d’una
batalla. Calafell: Llibres de Matrícula, 2009.
LOPEZ, Victória; MARTÍNEZ, Tània; ROMERO, Mireia: «Iconografía didáctica y
arqueología». En: HERNANDEZ, Francesc Xavier y ROJO María del Carmen:
Museografía didáctica e interpretación de espacios arqueológicos. Gijón: Trea,
2012, pp. 125-138.
MARTINEZ, Tània: «Una aproximación virtual al territorio vetón». En: IBER. Di-
dáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia, 68. Abril-mayo, 2011, pp.
25-32.
MALVAREZ, E.; PONGILUPPI, G.H.: Batalla de Talamanca, 1714, DIDPATRI. 2009.
Recuperado el 11 de septiembre 2014, de http://vimeo.com/32877962
MALVAREZ, E.; PONGILUPPI, G.H.: Barcelona 1714, DIDPATRI. 2010. Recupera-
do el 11 de septiembre 2014, de http://vimeo.com/20652836
PONGILUPPI, Guillem. H.; HERNÀNDEZ, Francesc Xavier: Barcelona 1714. El Set-
ge. Barcelona: Angle, 2012.
RUBIO, Xavier; CELA, José Mª.; HERNANDEZ, Francesc Xavier: «The development
of new infantry tactics during the early eighteenth century: a computer simulation
approach to modern military history», Journal of Simulation, 7. 2013, pp. 170–182.

344
ACTAS

La publicación de las presentes Actas


la queremos dedicar al Comandante Damià Abella Plantés,
Director recientemente jubilado del Consorcio
de la Fortaleza Militar de Sant Ferran de Figueres.

Bajo su dirección se han incentivado las investigaciones arqueológicas,


didácticas y de difusión, y se han puesto las bases
para la apertura y socialización del castillo
de Sant Ferran entre la ciudadanía.

Figueres, junio de 2016.

345
Terceres Jornades
Terceres Jorna

Patrimoni Patrimo
defensiu defensi
Castell Castell
de Sant Ferran de Sant Fer
Figueres Figueres
Del 20 al 23 d’octubre de 2016 Del 20 al 23 d’octub

Col·labora: Coordinació: Organitza: Col·labora:

Departament de Cultura. Generalitat de Catalunya


Departament de Cultura. Generalitat de Catalunya
Universitat de Girona
Universitat de Girona Institut Català de Recerca en Patrimoni Cultural
Institut Català de Recerca en Patrimoni Cultural

346
Barcelona Supercomputing Center
Barcelona Supercomputing Center Fundació les Fortaleses Catalanes
Fundació les Fortaleses Catalanes Grup de recerca DIDPATRI Institut d’Estudis Empordanesos
Institut d’Estudis Empordanesos Universitat de Barcelona Amics del Castell de Sant Ferran
Amics del Castell de Sant Ferran

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