la reforma Gregoriana a causa de su célebre iniciador, el Papa
Historia de la Iglesia Gregorio VII o Hildebrando (1073-1085). Ese movimiento
Padre Tomás Hopko
SigloXI
El Gran Cisma.
Hacia mediados del siglo XI, un conflicto mayor se
produjo entre Constantinopla y
Roma. La causa inmediata del conflicto fue la prohibición por el
Papa del rito Bizantino en Italia del Sur y la supresión por el
patriarca de Constantinopla del rito latino en el Oriente. En el
1053 el Papa envió delegados a Constantinopla para intentar
restaurar la comunión entre las iglesias. Miguel Cerulario
patriarca de Constantinopla, rechazó acordar una audiencia a
los delegados pontificios porque él les atribuía motivaciones
políticas.
El 16 de julio de 1054, el Cardenal Humberto, jefe de
la delegación pontificia, cansado de esperar e irritado por esa
falta de respeto para los embajadores de Roma, colocó una
carta de anatema (sólo concerniendo al “patriarca Miguel
Cerulario y a aquellos que simpatizaban con él”) sobre el altar
de la Catedral Santa Sofía. Pero al mismo tiempo, el Cardenal
tomó gran cuidado de elogiar a Constantinopla como” ciudad
muy ortodoxa”.
Las razones invocadas por Humber to para
anatematizar a Cerulario eran la supresión de Filioque del Credo,
la existencia de una clerecía casada y algunos errores litúrgicos.
El patriarca Miguel Cerulario respondió a la acción de Humberto
excomulgando a “todos los responsables” del incidente del 16
de julio. El compuso una larga lista de errores latinos,
concernientes esencialmente a costumbres litúrgicas diferentes,
como la celebración de la eucaristía con el pan no leudado.
Aunque el Cardenal Humberto no haya señalado más
que al patriarca y a sus simpatizantes, y aunque el patriarca
sólo haya reaccionado contra Humberto mismo, el intento del
1054 para restaurar la unidad entre el oriente y el occidente
desembocó en un cisma entre las dos iglesias que dura aún en
nuestros días. Muchos gestos de reconciliación fueron llevados
a cabo, por ejemplo el “levantamiento” simbólico, en 1966, de
los anatemas del 1054 por el Papa Paulo VI y el patriarca
Atenagoras I, pero sin que la unidad sea restablecida.
El Papado.
Se asistió también a mediado del siglo XI a los
comienzos de un poderoso movimiento de reforma organizado
por el papado. Se habla a menudo de ese movimiento como de
1
procuró independizar a la Iglesia de toda autoridad secular. De
este modo se incrementaron las pretensiones del papado, lo
que volvió difícil toda reconciliación con el Oriente. Por ejemplo,
en un esfuerzo por restablecer buenas relaciones entre las
Iglesias, los Orientales pidieron en el 1089 al Papa Urbano II
una confesión de fe. El la rechazó porque su aceptación hubiera
significado que el Obispo de Roma podría ser juzgado por otro.
Es por consiguiente en vano que el patriarca Nicolás III de
Constantinopla (1084-1111) pronunció las palabras: “que el
Papa confiese la fe ortodoxa y él tendrá la precedencia”.
Las Cruzadas
En la época de la primera cruzada en el 1095, el
papado ocupaba una posición de fuerza en el seno de la
sociedad occidental. Y fueron finalmente las Cruzadas las que
aceleraron el cisma entre las Iglesias. Los cruzados se
apoderaron de Jerusalén en el 1099, expulsaron a los
musulmanes y reemplazaron los cuadros eclesiásticos locales
por una jerarquía latina.
La Rusia de Kiev.
La fe cristiana en el siglo XI se expandió en la Rusia de
Kiev. San Antonio (+1051) fundó en Kiev el Monasterio de las
Grutas, la Laura de Petchersk. San Teodosio (+1074), su más
grande santo, considerado como el “padre del monaquismo
ruso” tomó como ejemplo en su vida espiritual la humildad de
Cristo. Ese modo de vida, llamado más tarde el Kenotismo ruso,
se caracteriza por su amor evangélico y su abnegación al servicio
de los hermanos (c.f.; Filipenses II, 6). El Monasterio de las
Grutas de Kiev fue un centro de caridad cristiana y de actividad
social tanto como espiritual e intelectual.
Boris y Gleb.
Entre los santos de La Rusia de Kiev, se encuentran
los hermanos Boris y Gleb, hijos de San Vladimir. A la muerte de
su padre, ellos renunciaron a defenderse por las armas contra
su hermano mayor Sviatopolk quién deseaba atribuirse todo el
poder. Como ellos sabían que no tenían ninguna posibilidad de
arrebatarlo, los dos jóvenes hermanos rechazaron el combate,
para ahorrar a sus fieles compañeros seguras represalias. Boris
y Gleb fueron los primeros santos canonizados por la Iglesia
Rusa, en el 1020 como “víctimas de su no- resistencia”. Ellos
fueron glorificados no como mártires o como pacifistas sino
por haber dado sus vidas por su prójimo.
 Obras Teológicas.
En oriente, Teofilacto de Bulgaria escribía en esa misma
época importantes comentarios sobre las santas Escrituras.
En Occidente, Anselmo de Canterbury (+1109) producía sus
discursos teológicos más influyentes que contenían lo que se
llamaba la “prueba ontológica” de la existencia de Dios; una
defensa de la doctrina del Filioque; y por último la “teoría de la
satisfacción”, su doctrina de la expiación que sostiene que la
muerte de Cristo sobre la Cruz era el único sacrificio capaz de
satisfacer a la justicia y a la cólera de Dios Padre.
El Occidente.
El siglo XI en Occidente vio la reforma Cisterciense de
la orden benedictina (que produjo lo que se llama en el presente
los “Trapenses”). El representante más conocido en ese
movimiento, Bernardo de Clairvaux, era un teólogo ascético y
místico, muy comprometido sin embargo con la vida de la iglesia
de su tiempo. El predicó la primera cruzada y combatió en
Abelardo, el autor famoso del Sic et Non. El movimiento de vida
eremítica de Chartreux comenzó también en esa época.
Siglo XII
Las Tendencias Principales.
El siglo XII vio la lucha continua de la dinastía imperial
de los Comnenes en Constantinopla contra los cruzados latinos
venidas del Oeste y los turcos musulmanes del Este. El
emperador Alexis Comnene reconoció oficialmente al Monte
Athos como el centro de monaquismo ortodoxo. Eutymio
Zigabene escribió su “Panoplia dogmática”, un manual que
contenía la doctrina oficial de la Iglesia. A pesar del interés real
dado a la teología del imperio en esa época, el trabajo teológico
efectivo en el seno de la cristiandad oriental se reducía a repartir
y clasificar las doctrinas tradicionales.
El arte y la arquitectura produjeron en el siglo XII
monumentos característicos del arte bizantino tales como los
edificios y los mosaicos de las iglesias de Hosios-Loukas o de
Daphni, cerca de Atenas. Es también durante este período que
vivió en Rusia San Alipio (1114), el “Padre de la iconografía
rusa”, y que aparecieron algunos de los más grandes logros
arquitecturales e iconográficos en Novgorod, Vladimir, Souzdal
y Pskov.
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La Rusia de Kiev.
En la Rusia de Kiev, el cristianismo continuaba
extendiéndose y desarrollándose. Se relata que un incendio
destruyó en el 1124 seiscientas Iglesias en Kiev. Este es un
índice del gran desarrollo de esta ciudad cosmopolita, que había
llegado a ser un centro mayor de cultura y comercio con Europa
y Bizancio. A principio de siglo, el príncipe Vladimir Monomaco
(+1125) escribió su famosa “instrucción”, un documento
destinado a guiar a sus hijos en su vida de príncipes cristianos.
La influencia bizantina era todavía muy evidente en el
cristianismo de Kiev. La primer “Crónica” Rusa, que contenía la
vida de muchos santos antiguos de Kiev, es tradicionalmente
atribuida al monje Nestor, del Monasterio de las Grutas.
Serbia.
El emperador de Bizancio acordó a los Serbios la
independencia, gracias a los esfuerzos del príncipe Nemanja
(1113-1199). El hijo de Nemanja, Rastko, partió para el monte
Athos donde, bajo el nombre de Sava llegó a ser el gran santo
nacional y el guía del pueblo Serbio. Sava terminó por hacer
venir a su padre al monte Athos para finalizar allí sus días
tomando los hábitos bajo el nombre de Simeón, canonizado
por la Iglesia como San Simeón el Myrrhoblita. El emperador
bizantino Angeloz les dió, a él y a su hijo, el monasterio de
Chilandar en el monte Athos, el único monasterio serbio en la
Santa Montaña.
El Occidente.
El occidente asistió durante el siglo XII por una parte
a la centralización del poder papal y a la victoria del papado del
poder secular, por otra parte al desarrollo de la escuela teológica
de los Victorinos, de tendencia Agustina, dirigida por Hugo
(+1141) y Ricardo (+1173) de San Víctor. Pedro Lombardo
escribió, también en esa época, sus célebres Sentencias,
mientras que los movimientos espiritualistas y dualistas de los
Valdenses y de los Albigenses ejercían su influencia sobre un
público popular.
Siglo XIII
La Cuarta Cruzada.
El siglo XIII comenzó con la cuarta cruzada que puede
ser considerada como la confirmación del cisma entre el Oriente
y el Occidente. En el 1204 los cruzados saquearon a
Constantinopla. Ellos robaron y destruyeron las iglesias,
profanaron los altares, robaron los objetos sagrados. Un latino,
Tomás Morosini, tomó el título de Patriarca de Constantinopla,
y un Franco el de Emperador. Es entonces que, por primera
vez, los Griegos consideraron al Occidente latino un enemigo
declarado y compusieron los escritos que atacaban al papado
y a la Iglesia latina como tales. La dominación latina sobre
Constantinopla duró hasta que el emperador Miguel Paleólogo
retomó la ciudad en 1261.
El Concilio de Lyon.
Miguel III estaba en una situación, atacado por los
turcos al Este, y bajo la amenaza de un regreso de los latinos al
Oeste. Es entonces, que por razones políticas que él envió en
1274 una delegación de obispos al concilio Occidental de Lyon,
esperando ganarlo para su causa, y recibir una ayuda militar y
económica para su imperio en peligro. Los Occidentales
propusieron a los legados de Miguel una fórmula de unión de
las Iglesias que iba a servir de modelo a intentos ulteriores.
Ellos aceptaban que el Oriente conservase sus particulares
litúrgicas; por otra parte, el empleo de la palabra Filioque en el
Credo permanecía optativo, a condición que la doctrina que él
expresa no fuera rechazada como herética; por último, el Papa
debía ser reconocido como autoridad suprema.
Los legados de Miguel en el concilio de Lyon fueron
todavía más allá de los que se les solicitaba. Ellos aceptaron
oficialmente la concepción romana de la primacía así como la
doctrina del Filioque- exigencia aparecida en la historia por
primera vez. La paz y la ayuda occidental que deseaba Miguel
duraron hasta su deceso en el 1282.
A la muerte del emperador Miguel, la Iglesia rechazó
acordarle la sepultura cristiana y los obispos orientales se
apresuraron a rechazar las actuaciones de la unión de Lyon.
Serbia.
En el 1217 Sava se dirigió a Nicea a fin de obtener la
Iglesia de Constantinopla la autonomía de la Iglesia Serbia. En
el 1219 Sava mismo fue consagrado primer Arzobispo de Serbia
por el patriarca de Constantinopla Manuel, en presencia del
emperador Teodoro. En el 1220, el día de la Ascensión, el nuevo
Arzobispo Sava coronó a su hermano Esteban primer “ Rey de
Serbia”, en el monasterio de Zica.
Sava murió el 14 de enero de 1235. Fue reemplazado
en su cargo por Arsenio, un hombre que él mismo había
escogido y elevado a la dignidad episcopal. El arzobispo Sava,
fundador y padre de la Iglesia ortodoxa Serbia, es una de las
personalidades más destacables de la historia de la Iglesia
ortodoxa; fue canonizado por la Iglesia, lo mismo que su padre
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San Simeón, su hermano San Esteban “ el primer coronado” y
su sucesor San Arsenio.
Bulgaria.
El siglo XIII vio el restablecimiento de la Iglesia nacional
búlgara, y el reconocimiento del arzobispo de Tarnovo como
primado de esa Iglesia.
Rusia.
En el siglo XIII Rusia fue sumergida por la invasión
mongol: el Khan Batou la atacó en el 1237 con cuatrocientos
mil hombres y el Estado de Kiev, se derrumbó en el 1240.
Desde entonces el país fue sometido al yugo Tártaro.
En el 1231 Alejandro Nevsky llegó a ser príncipe de
Novgorod. Esa “ciudad- república” del norte de Rusia tenía
una forma de gobierno muy particular, lo mismo que una
tradición espiritual, arquitectural e iconográfica original. En el
1240 Alejandro golpeó a los Suecos católicos. En el 1242 él
llevó nuevamente al pueblo ruso a la victoria esta vez contra
los Caballeros Teutones. Alejandro se reunió en el 1247 en el
cuartel general del Khan Batou, pidiendo gracia para las
poblaciones rusas caídas bajo el yugo Tártaro. Para asegurar
la paz a su pueblo Alejandro aceptó pagar tributo y regresó de
Mongolia con el título de Gran Príncipe de Kiev. Murió en 1263,
a la edad de 42 años. La Iglesia lo canonizó en el 1380, por su
santidad, por su coraje en el combate y también por su sabiduría
práctica y su diplomacia, todas cualidades que puso al servicio
de su pueblo, como verdadero jefe del Estado cristiano.
El hijo de Alejandro Nevsky, Daniel, se dirigió a Moscú
donde no se extendía el yugo tártaro y fue allí príncipe del
1263 hasta finales de siglo. San Cirilo (1242-1281) y San Pedro
(1281- 1326), metropolitanas de Kiev pero que de hecho
residían en el principado Moscovita, fueron los jerarcas más
destacables de esa época.
El Occidente.
El siglo XIII ha sido llamado el “siglo de oro” de la
Iglesia occidental. Inocencio III afirmó el prestigio y el poder del
papado. En el 1215 el IV concilio de Letran formuló con precisión
los dogmas de la Iglesia católica romana. Francisco de Asís
(1226) fundó la orden franciscana en la cual se distinguieron
Antonio de Padua (1231) y los teólogos Buennaventura (1274)
y Duns Scot (1308) el español Domingo fundó la orden de los
Hermanos predicadores (orden dominicana) en donde se
ilustraron el teólogo Alberto el Grande (1280) y su discípulo
Tomás de Aquino (1274). Este escribió “la Suma Teológica”
que dominó la teología latina hasta la mitad del siglo XX (Concilio
Vaticano II). El teólogo místico Maestro Eckhart también
perteneció a la orden dominicana. Es en esa época también
que apareció en la Iglesia Occidental la Orden Carmelita, como
también muchas otras congregaciones religiosas.
Siglo XIV
Gregorio Palamas.
En el siglo XIV, la Iglesia bizantina fue conmocionada
por la controversia Palamita. Gregorio Palamas (+1359) era
monje en el Monte Athos y practicaba el método de oración
llamado Hesycasmo. En este “Método”, la persona busca unificar
su espíritu y su corazón en Dios por una estricta ascesis física y
la asidua repetición del nombre de Jesús, generalmente bajo la
forma llamada “Oración de Jesús”: Señor Jesucristo, Hijo de
Dios, ten piedad de mí pecador. Los monjes Hesycastas decían
alcanzar de ésta manera una verdadera comunión con Dios y
la visión espiritual de la Luz Increada de la Divinidad, tal como
la vio Moisés sobre el monte Sinaí y los apósteles de Cristo
sobre el monte Tabor en el momento de la Transfiguración del
Señor.
En el 1326 arribó a Constantinopla Barlaam, un griego
de Calabria: era un antiguo uniata y un representante del
Renacimiento Occidental. Barlaam, y con él algunos humanistas
bizantinos muy influenciados por las ideas filosóficas y teológicas
occidentales, pusieron al Hesycasmo en ridículo. Ellos negaron
absolutamente al hombre la posibilidad de llegar a una unión
verdadera con Dios. En el 1333 Gregorio Palamas atacó la
posición de Barlaam y defendió el Hesycasmo. El desarrolló la
doctrina ortodoxa según la cual el hombre puede conocer a
Dios y entrar en comunión con El por Cristo y el Espíritu Santo
en la iglesia.
Esencia y Energía.
Un concilio confirmó en el 1346 la enseñanza de
Gregorio. El Santo Monje presentó su famosa distinción entre
la Esencia de Dios, incognoscible e incomprensible y los actos,
operaciones o energías de Dios, increadas y verdaderamente
divinas (esto es La Luz divina). Esas energías son comunicadas
a los hombres por la gracia divina, y accesibles a la participación,
al conocimiento y a las experiencias humanas.
Después de algunos años de confusión política y de
controversia teológica, los concilios llevados a cabo en el 1347
y 1351 (años en que Gregorio llegó a ser arzobispo de
Tesalonica) confirmaron nuevamente que la posición de Gregorio
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estaba conforme a la de la Biblia y a la Tradición de la Iglesia.
Desde entonces, la distinción teológica entre la Esencia y las
Energías divinas es una parte integrante de la doctrina de la
Iglesia ortodoxa. Palamas fue canonizado en el 1368, solamente
nueve años después de su muerte.
Juan V Paleólogo y Roma.
El Emperador Byzantino más destacable del siglo XIV,
Juan V Paleólogo (1341-1391), esperaba aún que el Occidente
vendría en ayuda de los Griegos frente a la presión siempre
más grande de los Turcos en Oriente. Juan entró en el 1369 en
comunicación con la iglesia Romana, a título personal, sin que
todavía se hubiera dado una tentativa de unión formal entre
las dos Iglesias. Este hecho no tuvo ninguna consecuencia
durable en cuanto al destino eclesial o político de Constantinopla.
Rusia.
En el Sur, Rusia estaba siempre bajo el yugo tártaro.
En el Norte al contrario, en las regionales boscosas de Moscovia,
los rusos permanecieron libres y continuaron prosperando bajo
la conducción del príncipe Iván Kalita (+1341) con el metropolita
Alexis como regente (1353 -1378). Pero el verdadero
constructor de Rusia del norte en esa época fue San Sergio de
Radonege (+1392).
San Sergio.
San Sergio nació en Rostov en el 1314. El llego a hacer
monje en el 1334 y se retiro al bosque para ayunar y orar,
dedicando su capilla a la Santa Trinidad. Poco a poco se
constituyo un monasterio bajo su dirección. San Sergio era
extremadamente humilde, llevaba las vestimentas más pobres
y trabajaba sin cesar por los demás. El enseñaba con su ejemplo
ante todo: renunció a su posición de higumeno - que le había
sido impuesto por el metropolita Alexis- cuando sintió que
algunos monjes rechazaban su autoridad. Era un verdadero
asceta, que practicaba la oración hesycasta, y un místico
favorecido en visiones divinas y de una viva comunión con Dios.
Su renombre llegó a ser tal que príncipes y prelados
venían regularmente a consultarlo. En 1380 él bendijo al príncipe
Dimitri Donskoi antes de su batalla contra los Tártaros. La victoria
de Dimitri arrastró el declinar del control Tártaro sobre la tierra
Rusa.
Inestimable es la herencia legada por San Sergio a
Rusia y a la Iglesia. Once de sus discípulos fundaron en Rusia
de Norte centros monásticos alrededor de los cuales la tierra
fue cultivada y valorada. La vida espiritual y mística de la Iglesia
Rusa, así como la relación ulterior de la Iglesia en la vida socio
– política de la nación, tienen su origen en la persona y la obra
de Sergio de Radonezh.
San Esteban de Perm.
San Esteban de Perm (+ 1336) contemporáneo de
San Sergio, era un sabio obispo que emprendió un trabajo
misionero en el seno de las tribus Cirianas. Aunque su obra no
haya sobrevivido, sabemos que él creó el alfabeto Ciriano y
tradujo los textos eclesiásticos en la lengua indígena. En ello él
se mostró fiel a la tradición bizantina que buscó promover la
formación de las Iglesias locales, y puso las bases del trabajo
misionero que la Iglesia Rusa desarrolló más tarde junto a las
tribus de Siberia o aún el Japón y en Alaska.
San Andrés Roublev.
San Andrés Roublev (+1430 aproximadamente), monje
del monasterio de San Sergio, es el más grande iconógrafo de
la Iglesia Rusa. Sobre el plano artístico fue discípulo del pintor
iconógrafo Theofano el Griego; él trabajaba con su amigo Daniel
Tchorny (“el negro”). Su obra más célebre es el icono de la
Santa Trinidad pintado para el monasterio de la Trinidad San
Sergio. La obra representa con una perfecta armonía de líneas
y colores los tres ángeles que, en el Antiguo Testamento, se
presentaron a Abraham (Gen. 18). Un renacimiento del arte
religioso tuvo lugar en la misma época en el seno del Imperio
Bizantino, y subsisten de él numerosos Frescos y Mosaicos.
Los Serbios y los Búlgaros.
Los Serbios, bajo el reinado de Esteban Ducham,
atravesaron un período floreciente de su historia. En el 1346 la
Iglesia Serbia fue erigida como patriarcado. En esa época
también, San Clemente de Ochrid (+1375) estaba a la cabeza
de un movimiento de renacimiento nacional entre los Búlgaros.
En ese mismo tiempo fue fundado en el Monte Athos el
monasterio Búlgaro de Zographos.
El Desarrollo Litúrgico.
En el plano litúrgico, el ritual se presenta en el siglo
XIV prácticamente bajo la forma que nosotros lo conocemos en
el presente en la Iglesia Ortodoxa. Nicolás Cabasilas escribió su
“Comentario de la Divina Liturgia”, así como una obra destinada
a un público más amplio “La vida en Cristo”. El da allí una
interpretación simbólica de la Liturgia. Se encuentra por primera
5
vez mención en los libros litúrgicos de la proscomdia (prothese)
como de un rito separado que precede a la liturgia de la Palabra.
Los comentarios litúrgicos de Simeón de Tesalonica
(+1420), que nos provee una información detallada sobre el
culto, proceden igualmente de esa época. Una nota interesante
en los escritos de Simeón muestra que en el curso de la
ceremonia del matrimonio los cristianos ortodoxos recibían
entonces la Santa Comunión. La copa de vino bendecida de la
cual beben los esposos en el rito actual, solo era dada más que
aquellos que no podían participar en la Eucaristía.
El occidente.
En el siglo XIV, se asistió en el occidente a la “Cautividad
de Babilonia” de los papas de Roma en Avignon (1303- 1378)
y al “Gran Cisma” en el interior de la Iglesia Occidental entre los
diferentes pretendientes al cargo pontifical. Es en esa época
que vivieron Catalina de Siena, Juan Wycliff, precursor de la
Reforma en Inglaterra, y los escritores místicos ingleses Walter
Hilton y Juliano de Norwich. Se asistió en los Países Bajos a
fines del XIV siglo y principio del XV, al desarrollo de los Hermanos
de la vida común. El representante más conocido de ese
movimiento es Tomás de Kempis, el autor de la “Imitación de
Jesucristo”. Por último es en esa época que Dante Alighieri
(+1321) escribió “La Divina Comedia” y que Giotto (+1337)
pintó sus obras maestras.
Siglo XV
El Papado.
En el siglo XV occidente entró en una viva controversia
con respecto a la autoridad respectiva al papado y de los
concilios. Para algunos, es el Papa quién debía retener la
autoridad suprema; para otros, al contrario, la autoridad de los
concilios estaba sobre la del Papa. Uno de los concilios de ésta
época, el de Ferrara- Florencia (1438- 1439) era sustentado
por el papado. Representante de la Iglesia oriental vinieron allí,
una vez más en busca de ayuda para combatir contra los Turcos.
Entre aquellos que fueron aceptados en el concilio “con un pie
de igualdad” con los latinos figuran el emperador de
Constantinopla Juan VIII, el patriarca de Constantinopla José y
el metropolita de Kiev, un griego llamado Isidoro.
El Concilio de Florencia.
En el Concilio de Florencia los representantes del
Oriente aceptaron la doctrina de la autoridad pontifical -aunque
el problema no fue discutido en profundidad-, así como los
dogmas del Filioque y del purgatorio. El emperador de Bizancio
insistió para que se detuviese las discusiones teológicas, con la
esperanza de realizar la unión. Todos los obispos ortodoxos
firmaron el decreto de unión, salvo Marco Eugenikos, obispo
de Efeso.
La unión de Florencia sólo fue proclamada
públicamente en Santa Sofía de Constantinopla en el 1452. El
29 de Mayo de 1453 los Turcos conducidos por Mahomet II
tomaron la ciudad, que desde entonces recibió el nombre de
Estambul. Este acontecimiento marcó el fin del imperio bizantino.
El primer acto del Patriarca Genadio Schalorius después de la
caída de Constantinopla fue rechazar la unión de Florencia. En
esto se ejercía sobre él la fuerte influencia de Marco de Efeso.
San Marco, firme defensor de la ortodoxia contra lo que según
él ha sido llamado “la unión inicua”, y fue canonizado por su
conducta.
Rusia.
Es precisamente durante que el imperio Bizantino caía
en manos de los Musulmanes que al futuro imperio Ruso se
implantaba en Moscú. Iván III el Grande (1462 –1505) príncipe
de Moscú, logró extender su influencia sobre el Norte de Rusia
apoderándose de Novgorod.
El se casó en el 1472 con la princesa Bizantina Sofía
Paleóloga y aceptó el título de Tsar (la forma Eslava del antiguo
título imperial de Cesar) con el emblema el águila bicéfala. La
ideología de Moscú como “tercera Roma” después de
Constantinopla había nacido.
La cuestión del lugar de la Iglesia en la vida política y
social se planteó en Rusia, durante el siglo XV. Las dos
personalidades que se oponían: Nil de la Sora (o Nil Sorsky,1433
–1508) y José de Volotsk (o Volokolamsk, 1439 –1515) los
dos eran “herederos” de San Sergio y fueron canonizados por
la Iglesia. San Nil era el jefe de fila de los “no –poseedores”
que vivían más allá del Volga.
Se los llamaba a veces los “monjes del otro lado del
Volga”. Los “no poseedores” pensaban que la Iglesia, y en
particular los monasterios, no debían poseer ni administrar
grandes propiedades. Ellos predicaban una Iglesia liberada de
la influencia y del control del Estado. Eran, en eso los herederos
de la tradición mística, hesicasta y Kenótica de San Sergio y de
la espiritualidad de Kiev primitiva.
Los “poseedores” tenían a su cabeza a San José. Es
por lo que se los llamaba a veces “Josefinos”. Ellos sostenían
que la Iglesia y el Estado debían tener una relación tan estrecha
como fuera posible. La Iglesia tenía que promover una vida de
disciplina ascética y de servicio social entre el pueblo, que debía
estar arraigado en la estricta observación de los ritos.
6
Por esa tendencia los “poseedores” seguían
igualmente la tradición de San Sergio. En efecto San Sergio
como el metropolita Alexis habían jugado un rol de primer plano
en la vida social y política de Rusia.
Aunque el espíritu de los “no – poseedores” haya
subsistido siempre en la Ortodoxia, fue sin embargo el partido
de los “poseedores” quien lo llevó a los siglos siguientes en el
desarrollo eclesiástico y nacional Ruso.
La Caída de Bizancio.
Serbia cayó en manos de los Turcos en el 1459, Grecia
en el 1459 – 1460, Bosnia en el 1463, y finalmente Egipto en
el 1517. Los Turcos musulmanes mantuvieron su dominación
sobre los cristianos Ortodoxos en los cuatro siglos siguientes.
El Occidente
El siglo XV vio desarrollarse en diversos modos una resistencia
al poder pontifical: movimiento conciliar mencionado
anteriormente; despertar de la conciencia nacional de los
diferentes pueblos de Europa Occidental; movimientos religiosos
precursores de la Reforma; por ultimo movimiento humanista
del Renacimiento entonces en su apogeo, con una exaltación
de la antigua cultura Romana y Helenística. Es necesario
mencionar a este respecto el nombre del Erasmo (+1536), al
igual que el de los artistas y científicos como Leonardo Da Vinci
(+1519) y Rafael (+1520); el héroe Checo Juan Hus que fue
condenado y quemado en el 1415 en el concilio de Constanza
por su oposición al papa y las practicas de la Iglesia Romana; el
fogoso dominico de Florencia Savonarola que fue quemado vivo
en el 1498 por iniciativa del papa por haber denunciado y
condenado la iniquidad y el pecado que reinaba en la Iglesia;
Fra Angélico (1455), el pintor Florentino cuyas muchas obras
de arte se encuentran en el monasterio de Savonarola, Donatello
(+1466) Fra Filipo Lippi (+1469) y Boticelli (+1510)
Siglo XVI
Rusia bajo Iván el Terrible.
Es en el siglo XVI que la teoría de la “tercera Roma”
llegó a ser una realidad política. El monje Filoteo de Pskov
comunicó al zar Basilio III (1505 – 1533) su concepción
inspirada por el libro de Daniel y según la cual Rusia debía ser
el último reino terrestre del pueblo de Dios. La primera Roma
había caído en la herejía: la segunda Roma, Constantinopla había
caído en el pecado; por el contrario, la tercer Roma, Moscú,
estaba de pie, y no había cuarta Roma.
Es sobre esta base que el Zar Iván IV el Terrible (1533
– 1584) estableció su reino. Fue coronado en el 1547 como
sucesor del emperador de Bizancio. Persiguió despiadadamente
a sus enemigos y sometió a la Iglesia y al Estado su autoridad.
Entre sus numerosas víctimas figura el metropolita Felipe de
Moscú, estrangulado en el 1568 por los familiares del Zar, por
su abierta oposición a sus actos de crueldad. Felipe ha sido
canonizado luego por la Iglesia.
En 1547 – 1549 la Iglesia Rusa canonizo
solemnemente a numerosos santos de diferentes parte del país
hasta entonces venerados solamente en su región. Por extensión
al plano nacional de esos cultos locales, la Iglesia contribuyo a
la unificación nacional. En 1551, el concilio de los Cien capítulos
– el Stoglav – estableció más firmemente aún la dominación de
la Ortodoxia Rusa sobre las otras Iglesias Ortodoxas de Oriente.
Después de su victoria sobre los Turcos en 1551 en
Kazan, Iván hizo construir en honor a San Basilio, el loco – en
– Cristo (+1552) la célebre Iglesia San Basilio el
Bienaventurado.
Ese edificio construido al lado de Kremlin de Moscú es
conocido por su estilo compuesto.
Es el sacerdote Silvestre quien fue el padre espiritual
de Iván durante la primer parte de su reino: muchas de las
primeras reformas de Iván fueron inspiradas por ese simple
pastor. Fue también el principal autor del libro llamado
“Domostroi” (“el constructor del hogar”), que enseñaba a las
familias como vivir los preceptos rituales y morales de la Iglesia.
El “Domostroi” fue un libro muy popular, que influenció a
generaciones de familias Rusas. Pero Iván exilió a Silvestre en
el 1559.
Es también durante el reinado de Iván el terrible que
el metropolita Macario de Moscú (1542 –1563) escribió los
doce volúmenes del Menologio (o “Synaxairo”). Ellos constituían
una importante colección de comentarios Bíblicos, de vidas de
santos, de sermones y otras lecturas espirituales. Es en esa
época también que el “no poseedor” Máximo el Griego (+1556)
fue encarcelado y torturado por sus intentos de revisión y
corrección de los libros litúrgicos de las Iglesias Rusas; por
último San Gouri (+1536), obispo de Kazan, efectuó un gran
trabajo misionero entre las tribus siberianas.
Rusia durante el Reinado de Fedor.
Durante el reinado de Fedor, hijo de Iván IV, el patriarca
de Constantinopla, quien sufría fuertes presiones por parte de
los Turcos, vino a Moscú a buscar ayuda. Presionado por las
circunstancias, el patriarca reconoció al obispo de Moscú Job
7
como primer Patriarca de toda Rusia en el 1589. La carta de
entronización del nuevo patriarca repetía por así decir la profecía
de Filoteo considerando a Moscú tercera Roma. Así la teoría,
puesta en practica bajo Iván III, estaba solemnemente afirmada
en el presente por los más altos prelados de la Iglesia Ortodoxa.
En 1593, La Iglesia Rusa recibió aprobación por su estatuto
patriarcal de los patriarcas de Jerusalén, de Alejandría y de
Antioquía. Allí ella era oficialmente reconocida como la quina en
dignidad entre los patriarcados ortodoxos.
La Unión de Brest – Litovsk.
El siglo XVI vio desarrollarse en la frontera Occidental
de Rusia el reino Polaco – Lituano. En el 1569, Polonia y Lituania
se fusionaron bajo Segismundo. Ese rey emplazó su Frontera
hasta Kiev, adueñándose de tierras Rusas casi exclusivamente
pobladas de Cristianos Ortodoxos. Los Jesuitas se habían
instalado allí antes, introduciendo una cultura y costumbres
latinas. Bajo la presión del soberano polaco, los obispos
Ortodoxos de su reino se unieron a la Iglesia Romana por la
Unión de Brest – Litovsk (1596) que retomaba los principios
de la unión de Florencia hecha un siglo antes. La Iglesia
conservaba sus ritos y costumbres pero la jerarquía eclesiástica,
las instituciones clericales y académica de la Iglesia fueron
totalmente sometidas a la disciplina latina y a la doctrina del
papado. Esa Unión de 1596 a permanecido en vigor en los
territorios administrados por gobiernos no – ortodoxos, tales
como Polonia, Austria – Hungría y Checoslovaquia.
El movimiento Uniata tropezó desde su nacimiento con
un vigorosa oposición. Sus opositores eran en su mayor parte
Laicos Ortodoxos, agrupados desde 1588 en fraternidades, y
bendecidos por el patriarca Jeremías de Constantinopla para
defender la verdadera fe. En sus principios, el movimiento anti-
Uniata se ayudo con la imprenta de Iván Fedorov, que fue
finalmente expulsado de Moscovia con su “invención diabólica”
por Iván IV.
El Oriente
Los patriarcas Orientales estuvieron en contacto
durante la segunda mitad del siglo XVI con los deformadores
protestantes Jeremías II, después de haber examinado
cuidadosamente el texto de la confesión de Augsburg – que le
había sido enviada para estudio – declaró heréticas las
enseñanzas luteranas.
Numerosos santos, martirizados por los musulmanes,
fueron canonizados en esa época, por ejemplo los neo –mártires
San Jorge el Joven y Juan el Novicio (1526).
 El Occidente y la Reforma Protestante. Siglo XVII
El Occidente en el siglo XVI vivió la Reforma protestante
Rusia: “Tiempos confusos”
y la contra – Reforma Católica. Martín Lutero (+1545), Juan
Calvino (+1564) y Ulrich Zwinglio (+1545) lanzaron el
A finales del reinado de Iván IV, Rusia entró en “tiempos
movimiento de reforma en el continente Europeo. Ellos atacaron
confusos” y fue presa de la confusión política, de la hambruna
las enseñanzas de la Iglesia oficial, y sus practicas abusivas. El
y de las catástrofes nacionales durante todo el siglo XVII. Boris
Rey Enrique VIII fundó en el 1534 la Iglesia Anglicana por el
Godounov que reinó a partir del 1598, murió en 1605. Basilio
Acta de supremacía, y Jhon Knox (+1572) llevó la fe calvinista
Chouisk y le sucedió hasta el 1610 cuando fue coronado un zar
a Escocia.
polaco. Los polacos aprovecharon para apoderarse del país.
La Iglesia Romana, en el concilio de Trento (1561-
Tomaron Moscú y el monasterio de la Trinidad -San Sergio. El
1563), formuló oficialmente las doctrinas del purgatorio, de las
patriarca Hermogeno, símbolo de la nación fue encarcelado
indulgencias, de la trans- substanciación del pan y del vino en
donde murió de hambre en el 1612; el fue canonizado
la Eucaristía, y otras posiciones atacadas o rechazadas por los
posteriormente. Santa Juliana de Lazarevo (Ossorguine; 1604),
protestantes – la posición protestante reposa sobre la doctrina
ella, fue canonizada por su amor compasivo y su abnegación al
de la justificación por la gracia obtenida por la sola fe. La Biblia
servicio de todos.
es la única autoridad en la Iglesia, interpretada directamente
por cada creyente bajo la inspiración divina. La vida sacramental
Rusia: El cisma de los Antiguos Creyentes.
de la Iglesia es reducida al bautismo y a la cena, que es
Los “ tiempos confusos” fueron seguidos en Rusia del
comprendida ante todo como una conmemoración. El concilio
Norte por el cisma de los antiguos creyentes. En 1613 fue
de Trento reforzó las doctrinas de la supremacía del papa y de
coronado emperador Miguel Romanov (1645) el primero de la
la autoridad de la jerarquía eclesiástica, principales blancos de
disnatía. Pero es su padre Filareto (1633) que llego a ser
los ataques protestantes.
patriarca en 1619 el que fue el verdadero jefe del país. De
1645 a 1676 reino Alexis Romanov. Hombre muy piadoso, Alexis
El Occidente y la Contra –Reforma.
escogió en 1652 al más popular y talentoso metropolita de
Novgorod Nikon como patriarca de la Iglesia Rusa. Primeramente
La Contra- Reforma fue dirigida por los Jesuitas, La
Nikon rechazó el nombramiento, luego termino por aceptar
Sociedad de Jesús fue fundada en el 1534 por Ignacio de Loyola
después de haber recibido de los dirigentes de la Iglesia y del
(+1556) con el fin explícito de defender el papado Francisco
Estado la seguridad formal que ellos obedecerían siempre al
Javier (+1552), un misionero Jesuita, alcanzó el Extremo Oriente
Evangelio, a los cánones, a los Padres de la Iglesia y a él
en esa época.
personalmente como al “ pastor, padre y jefe supremo” de la
Es el Jesuita holandés René Canisius (+1597) quien llevó la
Iglesia rusa. Durante la Gran Cuaresma de 1653, Nikon
contra – Reforma a Alemania y escribió su célebre Catecismo,
emprendió sus reformas de los ritos de la Iglesia, que iban a
que llegó a ser un texto de referencia para el catecismo después
dividir profundamente a la vez la Iglesia y la nación.
de la reforma.
Las reformas de Nikon tendían a volver prácticas
En España los escritores místicos Teresa de Avila
litúrgicas rusas conformes a las de las otras Iglesias ortodoxas.
(+1582) y Juan de la Cruz (+1591) introdujeron una reforma
Ellas corrigieron el vocabulario y la ortografía de los textos
en la vida religiosa en la Iglesia Romana. En Ginebra, el obispo
litúrgicos. Concretamente, esas reformas implicaban que los
católico de la ciudad, Francisco de Sales (+1622) escribía sus
rusos en lo sucesivo se persignarían con tres dedos en lugar
libros sobre la vida espiritual. En Italia es necesario mencionar
de dos, cantarían “ aleluya” tres veces en lugar de dos
al pintor El Ticiano (+1576) y al compositor Palestrina (+1594).
salmodiando, y otros cambios similares.
En la Rusia de Nikon, semejantes reformas -que
parecerían de poca importancia hoy – eran explosivas. Ellas
directamente se oponían a la teoría de la “ tercera Roma”. Ellas
sometían la ortodoxia rusa a los patriarcados orientales que, a
los ojos de los Rusos, sufrían el yugo turco a causa de sus
pecados.

8
 En 1657 el zar Alexis, al regreso de la guerra en el
frente polaco, encontró la Iglesia y la nación en caos. La oposición
a Nikon era llevada por los sacerdotes de parroquias, que se
consideraban a sí mismos como” reformadores” por que
llamaban al pueblo a volver a una obediencia estricta a los ritos
y costumbres tradicionales de la Iglesia rusa. Nikon qué, en
ausencia del zar oficiaba de regente, estaba persuadido de
que Alexis sostendría su acción y castigaría a aquellos que no
le obedecieran como “ pastor, padre y jefe supremo” de la
Iglesia rusa. Los actos de Nikon sin embargo disgustaron a
Alexis. Esta desgracia relativa llevó al patriarca a dimitir en el
1658 después de haber públicamente reprendido al zar, y Rusia
no-tuvo patriarca desde 1658 a 1666.
Alexis intentó reconciliarse con Nikon, pero fue en
vano. En 1966 los patriarcas orientales fueron consultados. Se
convocó a un concilio en Moscú, presidido por los obispos de
Alejandría y Antioquía. Y fue iniciado su trabajo por el poco
escrupuloso metropolita de Gaza, Paissios Ligaridés. Para
comenzar, el concilio excomulgó a aquellos que se oponían a la
reforma de Nikon –muchos millones de creyentes-. Esos
opositores a Nikon, llevados por el archipreste Avvakum, fueron
llamados en lo sucesivo antiguos- creyentes o antiguos
ritualistas. El concilio redujo también a Nikon al estado laico por
haber dimitido de su cargo y haber faltado el respeto para con
el zar. Por último el concilio rechazó las conclusiones del concilio
de los cien capítulos que se había llevado a cabo en el 1551, el
más venerado de los concilios de la Iglesia rusa. Por ello el
concilio de 1666 renunció solemnemente a la teoría de “tercera
Roma” y a la pretendida supremacía de la ortodoxia rusa sobre
todas las otras Iglesias.
Nikon permaneció vigilado hasta su muerte en el 1681.
Fue enterrado con todo la pompa de vida a un patriarca, aunque
él no hubiese jamás renunciado a sus posiciones, o cedido al
concilio. Sus opositores, los antiguos creyentes, rechazaron el
concilio y entraron en el cisma con la Iglesia rusa oficial. Sus
jefes, especialmente Avvvakum, fueron perseguidos y
violentamente acosados. Se los exilió y envió a trabajos
esforzados, lo que les valió la simpatía del pueblo que compartía
su espiritualidad rigurosa y conservadora. El Archipreste
Avvvakum fue quemado vivo en 1682 con tres de sus partidarios,
por las “Grandes Blasfemias... proferidas acerca del zar y de su
familia”. Su autobiografía llegó a ser un clásico de la literatura
rusa.
El 1682 Pedro el Grande accedió al trono. Sus
tentativas extremadamente violentas para occidentalizar a Rusia
y su feroz oposición a las tradiciones rusas llevaron a sus
opositores a pensar de que él era el Anticristo. En su deseo de
conservar puros la fe ortodoxa y los ritos rusos, los antiguos
creyentes lograron preservar las antiguas formas de iconografía
9
y canto litúrgico que sin ellos se habrían probablemente
perdidos en el curso de los siglos.
“La Unión”.
La Unión de Brest- Litovsk estaba siempre en vigor en
el siglo XVII en el sur de Rusia, aunque una basta parte del
territorio había sido reformada por los Rusos. Las fraternidades
laicas de Ucrania y de Galicia sirvieron a la ortodoxia rechazando
absolutamente el movimiento uniata. Entre los jefes de filas
figuraban Constantino de Ostrog (+1608), y Mileti Smotritsky
quién escribió en 1610 sus Lamentaciones sobre la Iglesia de
Oriente.
Pedro Moghila.
En 1615 fue fundada la Academia teológica de Kiev.
En 1620 Theofano, patriarca de Jerusalén consagró, a espaldas
del gobierno polaco, siete obispos. En 1633 Vladislav IV, sucesor
de Segismundo, permitió la elección de un metropolita ortodoxo
de Kiev, Pedro Moghila (+1647), la personalidad más destacada
de la academia teológica de Kiev, fue elegido.
Moghila era ferozmente anticatólico, pero había hecho
sus estudios en escuelas latinas y tenían un gran respeto por la
escolástica.
Así la formulación doctrinal y las prácticas litúrgicas de
la Iglesia ortodoxa sufrieron influencias latinas por intermedio
de sus numerosas obras, entre las cuales figuraba una
traducción eslava del Catecismo del jesuita Canisius y un ecólogo.
Las obras de Moghila fueron aprobadas por los obispos
ortodoxos durante un concilio en Kiev (1640) y más tarde en
Jassy, en Moldavia (1643). Sin embargo ellas fueron una de las
causas principales, con la política de occidentalización forzada;
llevada por Pedro el Grande, de casi 200 años de “cautividad”
para la teología y la piedad ortodoxas sometidas a la influencia
occidental.
Cirilo Loukaris.
Cirilo Loukaris (+ 1638) fue, siete veces en total,
alternativamente patriarca de Alejandría y Constantinopla; murió
ahogado por los Turcos. Su “Confesión de fe”, de inspiración
completamente Calvinista fue condenada por lo mismos concilios
eclesiásticos de Kiev y de Jassy que habían aprobado la ortodoxia
del catecismo y de los libros litúrgicos de Pedro Moghila. En
1662, un concilio de patriarcas orientales, que tuvo lugar en
Jerusalén, confirmo, las decisiones del concilio de Jassy y público
una “ Confesión de fe de los patriarcas orientales”.

El Oriente.
Los turcos pusieron fin, en el siglo XVII, a la
independencia de las Iglesias Servia y Búlgara. Ellos las
sometieron directamente a Constantinopla, establecieron así la
dominación de los Griegos del “ Fanar” sobre los cristianos
ortodoxos no- Griegos del Imperio Turco -. En Rusia el santo
obispo Dimitri de Rostov (+1709) publicó durante el mismo
período sus escritos, entre ellos una edición en doce volúmenes
de “Vida de Santos”. San Job (+1651), abad del monasterio
de Potchaev vivió también en esa época.
El Occidente.
El Occidente se reponía de las convulsiones religiosas
provocadas por la Reforma y la Contra – Reforma. Miembros
de las sectas religiosas perseguidas en Inglaterra fueron a
colonizar a América: Puritanos, Bautistas, y cuáqueros
pertenecientes a la Sociedad de Amigos fundada por George
Fox (+1691). En Inglaterra “King James Versión” de la Biblia
fue publicada en 1611. En esta época la Iglesia Romana estaba
perturbada por el movimiento del Jansenismo, una doctrina que
sostenía que Dios sólo otorgaba su gracia a sus elegidos. En
Francia Vicente de Paul (+1660) fundó la congregación de las
hijas de la Caridad, devotas de las obras de beneficencia
consagradas a los pobres y a los enfermos.
Siglo XVIII
En el siglo XVIII el trono patriarcal de Constantinopla
cambió de titular cuarenta y ocho veces en el espacio de setenta
y tres años. Esas cifras dan una idea de las condiciones terribles
en las cuales vivían los cristianos bajo la dominación Turca.
Aunque los Serbios habían conseguido emigrar a Austria o
Hungría– donde ellos fundaron sus propias diócesis-
Para los cristianos que quedaron en poder de los Turcos había
llegado la hora más sombría. Es sin embargo durante ese
período que vivieron tres de los más grandes santos modernos.
San Cosmas de Etolia.
San Cosmas de Etolia (+ 1779) fue llamado “el más
grande misionero de la Grecia moderna” y “el padre de la nación
Griega moderna”. Él era monje del monte Athos y dejó la Santa
Montaña a fin de anunciar el Evangelio de Cristo entre los Griegos
que vivían bajo el Yugo Turco. Fue un predicador y un pedagogo
notable, así como un taumaturgo. El no dejó ningún escrito
10
pero sus sermones han sido transcritos. Murió martirizado por
los Turcos.
San Macario de Corinto.
San Macario de Corinto (+1805) era casi
contemporáneo de San Cosmas. El pasó cierto tiempo en el
Monte Athos, en donde defendió la estricta observancia de las
prácticas litúrgicas ortodoxas. Llegó a ser predicador itinerante,
fue elegido obispo de Corinto, pero se encontró con la
imposibilidad de ejercer esa función. Es conocido sobre todo
por su insistencia en la necesidad y la utilidad de la comunión
frecuente. El santo dejó muchos escritos espirituales, cuya mayor
parte tratan precisamente del provecho para los fieles de
participar en los sacramentos.
San Nicodemo el Hagiorita.
San Nicodemo el Hagiorita (+1809) tenía el mismo
espíritu que San Cosmas y San Macario. El también fue monje
en el Monte Athos, en donde se encontró al frente de la
renovación espiritual de la ortodoxia Griega bajo la dominación
Turca. El es sobre todo conocido por haber editado textos
espirituales, especialmente los de San Macario de Corinto, pero
su obra más célebre es la Filocalia – una colección de escritos
espirituales y acéticos de los Padres de la Iglesia de Oriente.
Rusia : El Santo Sínodo.
El siglo XVIII fue un período de graves dificultades
para la Iglesia Ortodoxa en Rusia. Pedro el Grande reinó hasta
el 1725, Tomando el título de emperador. El gobernó la Iglesia
con mucha autoridad, sometiéndola totalmente a sus exigencias
y deseos personales. Cuando el patriarca Adriano murió en el
1700. Pedro designó para remplazarlo un obispo Ucraniano
latinizante Esteban Javorsky (1772) prometiéndole una próxima
elección. Pero en 1721, Pedro publicó el “Reglamento
Eclesiástico” compuesto por Teofano Prokopovitch (+1738) –
otro Ucraniano, de tendencia protestante. Ese documento abolía
oficialmente el patriarcado de la Iglesia Rusa y la remplazaba
por un Santo Sínodo.
El Santo Sínodo se componía de obispos, de sacerdotes
y de laicos designados por el emperador quien lo controlaba
por medio de un funcionario llamado “ el ober – procurador”.
El Santo Sínodo estaba así enteramente sometido a la autoridad
imperial, funcionaba según el sistema administrativo en vigor
en las Iglesias protestantes que Pedro admiraba y envidiaba.
Esta violación radical del orden canónico tradicional en Rusia
fue formalmente ratificado y reconocido por los patriarcas
orientales. Ella duró hasta 1918, cuando ese modo heterodoxo
de administración eclesiástico fue abolido y fue restablecido el
Patriarcado.
Pedro El Grande designó a Esteban Javorsky como
primer presidente del Santo Sínodo. El inventor del sistema
sinodal, lo hemos visto, era Teofano Perokopovitch. Tal situación
– de altos dignatarios de la Iglesia con inclinación hacia el
catolicismo o protestantismo, y que defendían posiciones latinas
o reformadas era característico de la época, tanto en Rusia
como en los países ortodoxos bajo dominación turca. Se había
perdido la tradición viva de la Iglesia en teología y en el dominio
de la administración eclesiástica.
Rusia: La Era Imperial Peterburguesa.
La era imperial perterburguesa, que duró hasta el siglo
XX fue para la Iglesia un período de regeneración espiritual.
Este comenzó por el redescubrimiento en los medios monásticos,
de las fuentes tradicionales. Paissi Velitchkovsky (+ 1724),
monje en Moldavia se dirigió al Monte Athos y trajo el texto de
la “Filocalia”, que él tradujo al eslabón. Es a partir de él que se
desarrolló la tradición Rusa de los Startsy (= ancianos) El
apogeo de ese movimiento tuvo lugar en el siglo XIX, en el
monasterio de Optino.
San Tykhon de Zadonsk (+ 1783) Fue la personalidad
más saliente de la Iglesia Rusa en el siglo XVIII. Tykhon era
obispo de Voronege pero renunció a su cargo episcopal a causa
de su mala salud- y quizás también por desaliento y se consagró
a la vida monástica. El era muy versado en las Santas Escrituras
y los textos de los Padres de la Iglesia, en particular San Juan
Crisóstomo. Conocía también a los escritores pietistas del
occidente cristiano. San Tykhon dejó numerosas cartas de
dirección espiritual y obras tales como “ Del verdadero
Cristianismo”.
El metropolita Platón de Moscú (+ 1812), escribió
manuales teológicos, hizo avanzar los estudios históricos y
elaboró planes para favorecer el regreso de los antiguos
creyentes al seno de la Iglesia.
La Misión en Alaska.
El 1794 los monjes venidos del monasterio de Valaan
en Finlandia rusa, llegaron a Kodiak, Alaska. Entre esos primeros
misioneros ortodoxos que alcanzaron las márgenes de América
del norte figuraba San Germán de Alaska el primer santo
canonizado por la Iglesia ortodoxa de América.
11
El Occidente
En occidente, el siglo XVIII fue un período de renovación
y expansión misionera. Juan y Carlos Wesley (+1791 y 1788)
fueron el origen en la Iglesia de Inglaterra del metodismo que
en América, prosiguió con el primer gran “Movimiento del
despertar”. El “Despertar” era un movimiento de renovación
que tendía a superar las divisiones entre las denominaciones
protestantes. Todos los fieles protestantes eran llamados a la
unidad, por la fe en Jesús como salvador de todos.
En la misma época el deismo se expandía en Europa
así como en América (un renuevo del “siglo de las luces” y del
romanticismo). El afirmaba la existencia de un Ser supremo
trascendente que no se revelaba ni se mezclaba en los asuntos
de los hombres.
David Hume (+ 1776) en Inglaterra y Emanuel Kant
(+1804) en Alemania desarrollaron una filosofía que sustraía
al dominio de la razón humana, a Dios, a la libertad y a la
inmortalidad. El cristianismo llegaba a ser por ello una religión
de fe individual de devoción pietista y de acción ética.
Esa filosofía de las luces fue el ancestro directo de la
teología protestante liberal del siglo XIX. Esta última tuvo por
“padre” a Frederic Schleiermacher (+1834), quién dirigió sus
discursos a los “no creyentes cultos” de su tiempo, los llamaba
a una “religión de experiencias” y de sentimiento cuya mejor
expresión, según él, era la “religión” de Jesús mismo.
El cristianismo occidental del siglo XVIII encuentra su
completamiento espiritual en la música de J.S. Bach (+1750),
de G.F. Haendel (1759), de W. A. Mozart (1791) y de L. von
Beethoven (+1827).
Hubo allí, en el siglo XVIII en la Iglesia Romana, una
fuerte expansión misionera. Pero un gran conflicto surgió con
el espíritu “de las luces”, que produjo en Europa y América una
revolución dirigida contra la Iglesia y el Estado.
En 1773, la orden Jesuita fue disuelta por el papa
bajo la influencia de presiones políticas. Muchos Jesuitas
encontraron refugio en la Rusia de Catalina II la Grande. Ella
estaba imbuida del Espíritu de los enciclopedistas Francés y
cerró durante su reino, la mitad de los monasterios en Rusia.
Secularizó todas las propiedades monásticas y limitó gravemente
– por medidas administrativas – el número de vocaciones
monásticas en la Iglesia.
Siglo XIX
Rusia : Renovación Espiritual.
En Rusia se expandía la renovación espiritual, iniciada
en el siglo precedente. Ciertamente la Iglesia vivía aún bajo la
dominación del Estado: ella estaba sometida a un estricto control
por parte del gobierno; no tenía aún patriarca, y ningún sínodo
regional se escuchó durante el siglo XIX. Pero en cambio, la fe
se expresaba en la vida de los Santos, de los misioneros, de los
teólogos y escritores cristianos.
El santo más grande del siglo XIX, y quizás incluso el
más grande santo de la Iglesia Rusa fue San Serafino de Sarov
(+1833). El hieromonje Serafín pasó veinte años de su vida en
una reclusión total, en ayuno y oración. Salió de su reclusión en
1825 para ejercer un ministerio de paternidad espiritual,
acogiendo a los fieles que venían a él con alegría radiante del
Cristo resucitado. En sus instrucciones espirituales, él definió el
objetivo de la vida cristiana como “la adquisición del Espíritu
Santo”. Fue conocido en 1903.
En el monasterio de Optino se sucedieron durante ese
tiempo los célebres Startsy; Leonidas (+1841), Macario
(+1860), y Ambrosio(+1891). Este último, así como San Tikhon
de Zadonsk, sirvieron de modelos literarios al gran escritor
Fiodor Dostoievsky (+1861).
En el seno de ese movimiento de renovación espiritual
figuran también los obispos Ignacio Briantchaninov (+1867) y
Teofane Govorov llamado “el Recluso” (+1894), que dejaron
muchos volúmenes de escritos espirituales sobre la práctica de
la Oración de Jesús. Teofano tradujo también la Filocalia al ruso.
En esa misma época aparecieron los célebres “Relatos de un
peregrino ruso”, obra de un autor anónimo. Es en el curso de
la segunda mitad del siglo que vivió el padre Juan (Sergueieff)
de Cronstadt (+1098). El Padre Juan era un sacerdote de
parroquia cuyas cualidades pastorales le valieron el titulo de
“Pastor de toda Rusia”. El está en gran parte en el origen de la
renovación eucarística actual. El incitaba a aquellos que venían
a verlo a par ticipar de los sacramentos. Los consejos
espirituales de ese gran taumaturgo y benefactor de los pobres
están publicados en su diario titulado “Mi Vida en Cristo”.
Los teólogos rusos más destacables del siglo XIX fueron
por una parte el metropolita Filarete de Moscú (+1867), por
otra Alexis Khomiakov (+1860), un laico cuyos escritos,
especialmente “La Iglesia es una”, no pudieron ser publicados
en Rusia a causa de la censura. Considerado como uno de los
teólogos modernos más originales, Khomiakov fue entre los
primeros en redescubrir las fuentes patrísticas tradicionales de
la teología y de la vida espiritual ortodoxas. El alentó a los
pensadores ortodoxos a librarse de la “cautividad occidental “
y escolásticas, y los incitó a no reencontrar al occidente sin un
conocimiento y una experiencia suficiente de la tradición
ortodoxa auténtica.
Además de Khomiakov y Dostoievskiy, es necesario
señalar pensadores religiosos como Kireevsky (+1856), V.
Soloviev (+1900), N. Fedorov (+1905) y los hermanos S.y E.
Troubetskoy (+1905 y 1920). Por último se puede mencionar
12
que el novelista León Tolstoi (+1913) fue excomulgado por
haber reescrito los Evangelios y creado su propia religión.
Rusia: Actividad Misionera.
El siglo XIX fue siglo misionero para Rusia como para
el Occidente. El sacerdote Macairo Gloukharev (+1847)
consagró su vida a la evangelización de las tribus siberianas, y
el profesor Nicolás Ilminsky (+1891) tradujo en las lenguas de
esos pueblos las Santas Escrituras y los textos litúrgicos de la
Iglesia ortodoxa. La Academia de teología fundada en Kazan
llegó a ser el centro de la actividad misionera de la Iglesia Rusa.
Es también en esa época que el obispo de Tokio Nicolás
Kassatkine (+1912) convirtió a millares de japoneses a la fe
ortodoxa. A su muerte dejo detrás suyo una Iglesia local bien
implantada, dotada de un importante clero autóctono, así como
la traducción de las Santas Escrituras y libros litúrgicos. El obispo
Nicolás fue canonizado en 1970 lo mismo que a San Germán
de Alaska, evocado en el capítulo precedente.
Es necesario aún mencionar al Padre Juan Veniaminov
(+1879) que al comienzo del siglo XIX, atravesó la Siberia con
su esposa y sus hijos. Era un buen organizador, técnico y
lingüista. Él creó a partir de los caracteres eslabones el alfabeto
de la lengua aléouta, y tradujo en esa lengua las Santas
Escrituras y los libros litúrgicos así como una pequeña obra de
la cual él era el autor: “El camino hacia el reino de los cielos”.
En 1839 el Padre Juan, que había enviudado, fue
consagrado obispo de Kamtchatka y de las islas Aleutienas bajo
el nombre de Inocente y en 1868, fue elegido Metropolita de
Moscú. Fue canonizado en 1978 como “ Iluminador de los
Aléutas y apóstol de América”.
Es en el siglo XIX que la Iglesia ortodoxa se desarrolló
en América. Muchos inmigrantes provenientes de los países
tradicionalmente ortodoxos, se establecieron durante la
segunda mitad del siglo en el nuevo mundo. La primer Iglesia
or todoxa “ construída” en el continente americano fue
identificada en 1812 en Fort Ross en California. En 1898 Tikhon
Belavine fue entronizado arzobispo de San Francisco, llegando
a ser así la primer sede episcopal en América. El arzobispo
Tikhon iba a ser más tarde el primer patriarca de la Iglesia Rusa
desde Pedro el Grande. Él estaba a favor de la autonomía local,
el empleo de la lengua vernácula como lengua litúrgica, y el
uso del calendario civil como calendario eclesiástico.
La primer Iglesia Griega en los Estados Unidos fue
erigida en 1867 en Nueva Orleans.
 El Oriente.
Se asistió en el siglo XIX a la emancipación progresiva
de los cristianos ortodoxos del yugo turco. Grecia se sublevó
en 1821. En represalia las autoridades turcas colgaron, el
domingo de Pascuas, a las puertas del Fanar, el patriarca
Gregorio de Constantinopla y a cinco metropolitas. Cuando Grecia
hubo conquistado su independencia, la Iglesia Griega se declaro
autocéfala en 1833; Constantinopla confirmó ese estatus en
1850. El Seminario del Patriarcado fue fundado en 1844 en la
isla de Halki.
Fueron creadas cinco diócesis serbias autónomas y
dos diócesis rumanas en el curso del siglo, al exterior del Imperio
turco; en el interior del mismo, los búlgaros están organizados
hasta ahora en diócesis mezcladas con los cristianos ortodoxos
que vivían en sus territorios. Esas diócesis estaban gobernadas
por obispos griegos nombrados por el Patriarca de
Constantinopla. Pero los Búlgaros pidieron y obtuvieron de los
Turcos la creación de su propia administración eclesiástica,
según un solo criterio étnico. Ese “ cisma búlgaro” fue solamente
resuelto en 1945, cuando fue creado el patriarcado de Bulgaria.
Los patriarcas de Constantinopla, Alejandría y Antioquía
condenaron oficialmente en 1872 como herejía de filetismo todo
establecimiento de una jurisdicción eclesiástica separada, de
base étnica.
Es también durante la segunda mitad del siglo XIX
que vivió San Nectario de Egina (+1920), Arzobispo de la
Pentapola, renombrado por su prédica y su modo de vida
verdaderamente evangélico.
XIX, que consideraban la critica bíblica y la historia de las
religiones como las únicas que permitían comprender el
cristianismo.
El Papa Pío IX promulgó por otra parte solemnemente
en 1854 el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen
María. En 1870, el concilio del Vaticano I reafirmó las enseñanzas
del concilio de Trento y por primera vez en la historia, definió el
dogma de la infabilidad del papa de Roma. Según ese dogma,
cuando el papa se pronuncia ex cátedra sobre temas de fe o
de moral, esas decisiones devienen “verdades de fe” para
todos los fieles. Ese dogma declara explícitamente que el papa
es infalible, incluso cuando habla “por sí mismo, sin el consenso
de la Iglesia”.
El Cura de Ars (Jean Vianney, + 1859) y la carmelita
Teresa de Lisieux (+1897)vivieron en esa época.
Oriente y occidente.
En respuesta a las aperturas del papa Pío IX, los
patriarcas orientales publicaron en 1848 una carta encíclica,
en donde afirmaban claramente el carácter conciliar de la fe.
Firmados por todos los patriarcas ortodoxos y por veintinueve
obispos debidamente acreditados por el metropolita Filareto
de Moscú, la carta encíclica de 1848 es tenida por el documento
que sienta autoridad en la historia moderna de la Iglesia
Ortodoxa.

El Occidente.

El Occidente protestante se caracterizaba durante ese

período por su expansión misionera y su teología liberal. La
crítica bíblica estaba en búsqueda del “ Jesús histórico”. Los
teólogos reducían la fe cristiana tanto a una “ Religión del
sentimiento”, como a una
“ conducta moral”. Se produjo un enfrentamiento entre los
liberales y los fundamentalistas; los fundamentalistas
particularmente en América afirmaban que se podían interpretar
la Biblia literalmente y se servían de ella como un manual
científico, lo que no corresponde ni a la finalidad ni a las
intenciones de las Santas Escrituras, tales como son
comprendidas e interpretadas por la Tradición.
En la Iglesia Romana, la autoridad pontifical comenzó
a reaccionar a finales de siglo contra una forma de liberalismo
católico. Aunque su condenación oficial como herejía modernista
no haya tenido lugar más que en 1907, ese movimiento sin
embargo se enraizaba en las tendencias racionalistas del siglo
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