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Cacius
serie perenne
Eugene Delacroix
METAFISICA y BELLEZA
Eugene Delacroix
Editorial Cactus
Serie «Perenne»
Odacroix. EugC'ne . G 2010
ISBN 978-987-26219-0-2
CDD 1 1 0
Parre J - DOCTRINAS
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Variaciones de lo bello
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Realismo e idealismo
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Tfrnl,, origmal '" ftanrlr lm�xm dr urpa: Bo,quc:jo _ru• F111<1t11 de Sobre la pintura
Enseñanza y organbacice
A1<1Dr D1trií<1 dr msrr,or} 1,,p11. /,.bnuloop
Tr,u/umJn: Pablo hN
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Componendas para
la presente edición
nos lanzó la pintura, casi como una piedra lanzada sobre la ca
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del siglo XIX sucedía algo muy fuerte en relación a las pedagogfas en la univocidad del Ser, donde la garrapata es igual al hombre,
y a los modos de transmisión de los saberes. La destitución, O Y este mundo que nos pinta Delacroix, donde descubre en In
mis bien la reconstitución del papel del maestro que propone indescriptible fecundidad de existencias de todo tipo una unidad
Jacotot, hiz
o eco con algo que habíamos leído en alguna parte ... fundamenraI? ... Y que lo !leva a preguntar: «Díganme, señores,
pero no lográbamos recordar dónde... _ ¿rndl es el compás preseme por todas partes y ocupado en dibujar en el
Cuando mis tarde volvimos sobre aquellos textos de Delacroix fango, tal como l
o esld en trazar I
n ruta de los astros en Ios cielosi. .. "
reconocimos el origen del eco: su aruculo sobre la enseñanza : no solo la igualdad es vuelta a pensar, sino también las jerar
del dibujo, en referencia directa al método de una señora, gran quras. Y ya no se lo hará en términos abstraeros O
trascendentes,
pintora, Madame Cavé, cuyo libro «Dibujar sin maestro. Mé� mediante cánones impuestos a !a vida por un orden social o por
todo para aprender a dibujar de memoria", de 1850, era casi un poder, lo que para Delacroix sería la imposición de una no
una repetición de las tesis de Jacotot. Y al pasar, recordamos que ci�n extraña de lo beUo, sino que sed una jerarquía de lo que es
uno de los capítulos de su Enseñanza universal, de 1824, está mas potente, de lo que se liga a la intimidad de un alma, quizá
Delacroix había sido comisionado para examinar el método contrapone para el pinrorcon lo mediocre, y resuenan los ecos del
de Mme. Cavé y para pronunciarse sobre la posibilidad de su manilla del filósofo y aquella distinción entre lo noble y !o vil...
esta situación y la suscitada en su momento por los éxitos ob . Finalmenre nos decidimos a iniciar la traducción. Y lo que
tenidos a través del método [acotot, son inevitables. El reporte sigue es su resultado. Junto a la compilación de Faurc, apareció
y el artículo de Dclacroix sobre el método de Cavé son, desde la anterior de Piron, que nos sirvió para romar decisiones en
el inicio hasra el final, muy elogiosos: He aquí -dice-. el primer relncion a nuestra propia edición. Y allí surgió por fin la idea
método de dibujo que enseña algo. de modificar el título, y apareció el de Metafísica y belleza, que
Otro eco fundamental aparece en los fragmentos metafísicos nos parece que refleja, de un modo más acabado, los dos polos
respecto a la nivelación que opera la modernidad, en su excelsa • Queremos agradecer la existencia de un ángel, se llama Pablo
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Eugene Delacroix
Metafísica y belleza
Parte I
DOCTRINAS
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De las críticas
en materia de arte
espíritu. Luego los artistas sienten rabia hacia ellas, porque, lejos
cuestiones más simples y falsean rodas las ideas. Por arra parre, las
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Euglnr Inlncroix
Mnafoirn J briku,
a su fin. El pobre artista, expuesto enteramente desnudo con trar carácter de vez en cuando, deja en sus manos su diccadura
su obra, espera entonces con una viva ansiedad los fullas de ese y entrega a es�os_ el cuidado de juzgar a los culpables. Por un�
pueblo que posee el furor de juzgar. Una vez descendido en tonta �omrad1cción, las disputas sobre aquello que parecía que
esta arena, todas sus faltas vuelven a agobiarlo de antemano, y debía Juzgarse con un simple vistazo se elevan, y comienzan los
ve afilarse en su contra esa terrible arma contra la cual nada lo debates entre los propios críticos. El artista no paga. menos los
protege, esa pluma cuya hiel le quema hasta los huesos; todo esto gas�os ?e toda esta guerr:i espiritual, en vista de que sus jueces
sin que exista el triste consuelo de subir al púlpito a su turno y est�n �1cmpre de acuerdo sobre csu: punto: está en él mostrar
Un bello caballo, una mujer y un hombre feos, estas son cosas Hay que_ ver abrirse entonces el nrsenal de a u raridades, y des
que todo el mundo distingue sin esfuerw; salta a los ojos más plegarse la imponente serie de los grandes modelos que reducen
simples y no puede sufrir ninguna contradicción. Un buen cua vuestra elocuencia y todos vuestros esfuerzos a nada. Ésre lucha
dro y uno malo, una música buena o mala, se dejan apreciar de por e.l contorno y los vence con la línea de belleza; estos discu
la misma manera; es al menos lo que parece a esta gran cantidad ten �In n
fi so bre la presencia del dibujo o del color, sobr e si la
de personas tan felizmente doradas de un instinto ingenuo, ins canc�ón debe pas ar am es que la armonía, o si la composición es
tinto, dicen ellos, que no está podrido por ninguna prevención la pnmera de las cualidades. Después d e h aber ado los
fij niveles
de oficio o de escuela; pura sensación de placer o de pena que d_e u�a manera nvariable y trazado límites donde los
i m:inci enen
provoca un objeto de arte, como las que excitan en nosotros sm piedad, demuestran de mil formas q ue, si hac e falra sacrifi
todos los objetos exteriores. ca r u�a cualidad'. d eja r �/ Ra�c� débil por algún siri o, el dibujo
El pobre hombre de oficio, aquel al que sobre roda se critica po r CJ�mplo, o bien a
l disposición, o bien la expresión debe se r
en nombre de esta inspiración totalmente espontánea, tiene muy prefendo o repelido. G ente encantadora, q ue a parentemente ve
mala disposición en apelar ame un juicio donde se supone que a la naturaleza p roceder a su manera po r fragm entos, mostra r
la pasión no entra para nada. Como es claro que solo trabaja l'.n �co �e es�o, suprimir aquello, según su c onveniencia; como
para estos jueces ran finos, tan repentinamente advertidos de si la unagmación se contentara con una propiedad aislada de la
la presencia de lo bello, naturalmente solo puede volverse :1 sí bdleza'. y como si no estuviera ante todo afectada por esa perfecta
mismo y a los prejuicios que le invaden la cabeza respecto a los armonra, por ese acuerdo inimitable que es el carácter de todas
presentidas por el buen sentido general, y respecro a las cuales � fuerz.a de ver añadir o quitar :J. la creación, y ataviar los
este se complace en advertirlo. Los críticos llegan luego muy objetos con tantas imaginaciones extr:ivaganres, se creyó real
oponun;tmeme para reforzar una opinión tan razonable y, cosa menc� qu� nada era más simple que volver a poner en su s irio
111ngular, el público, como un rey débil que se contenta con mos- y pulir cuidadosamente lo que pareda esbozado en el orden
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Mrtafisicn y brlkr.n
Eu#nr Drlacroix
común. De ello se siguió una especie de aristocracia en los seres solo esperando la lima del joyero! Esra es, indiscutiblemente, una
que pertenecen al dominio de las artes. Tal bestia inocente fue manera agradable de manejarse con los secretos y las sutilezas de
declarada vulgar, poco presentable, triste o repugnante de ver; un arte; pero por desgracia un molesto accidente llega a perturbar
bien hicieron falta tantas maneras de suplir en ella lo feo Y lo a veces tan simples prosperidades: muy sencillamente el mérito
O
innoble, tantos rodeos para darle derecho de burguesía y of�ecer se pone a andar dando un salto de las tinieblas a la luz.
su lado honesto, que solo entra en escena como reconstnud� Y Estas imaginaciones curbuJemas que aspiran de tiempo en
propiamente acomodada al gusto actual. Ame cada tentauva tiempo a cambiar el tren de las cosas, auténticos aguafiestas
audaz de aquellos que quieren que se dé a las cosas su verdadera preparados únicamente para invertir las ideas que a los críticos
figura y no solamente un cariz de clase ac�moda�a o �e ópera les cuesta tanto hacer penetrar en los espíritus, estos hombres
cómica los críticos se vanaglorian de un cierto upo hLJO de su son a menudo la ocasión para grandes regresos. He aquí que,
cerebr;, que corre a la defensa de los principios admitidos-�or completamente magullados por las fé rulas de sus pedagogos, y
las personas de gusto, y que se mantiene fuertemente ceñido llegados con gran esfuerzo a po ner a descubierto la punta de su
frente a los temerarios y los innovadores, demoscrando a su ve2 nariz, se los nota a veces más de lo debido, y el público, que los
cómo la naturaleza también cae en grandes divagaciones. �n adopta, l os saca de la multirud y los pone en un sitio de honor.
esto han ayudado maravillosamente al despliegue de la medio Se convienen en sus hijos queridos, los objetos de su culto; as
cridad en todos los géneros. Los gansos de todas las épocas se cienden sobre su trono de donde expulsan a un dolo usado, al
í
piensa alcanzar esas grandes cualidades que los críticos c�mpla donde el capricho y la moda apagar:in a su hora ro das las más
lado los hombres de espíritu nuevo y audaz, pero capaces por ¿En q ué se conviene el desdichado crírico cuando roda es
ello de perturbar todo el edificio de las buenas doctrinas, eran puesto en duda? u
S ta rea es la más dura y la más ingrata del
duramente amonestados y llamados al orden; del otro, Y con la mundo. Este nuevo sol q ue se eleva, ofusca en exceso los ojos
ayuda de escas reglas saludables, el común de los_rimadores Y d� habituados a una luz distinta. V olviendo h acia el pasado miradas
los pinrarrajeadores. raza limitada y de corta �1s�a, pero dócil llenas de ternura, ve para si mi smo en el porvenir u n destino
ante el exceso y fácil de conducir, marchaba casi sm esfuerzo en completamente semejante al del objeta de sus adoraciones.
un carril complerameme cómodo. ¡Qué alegría, en e_fe�ro, solo ¿Q ué hacer con ta ntas visiones i ngeniosas, a quién presentar sus
preceptos y de fórmulas, y encontrar la fuenre de esa mspJC�· q ue se abandonan sin pudor? H ay pocos que ti enen el coraje de
ción que se dice tan rara, tomarla a manos llenas de 1� materia volver de inmediato sobre sus pasos y cambiar de religión con
a producir, encontrarla roda lisca en ella, totalmente eriquerada, la muchedumbre, y ese cambio de piel es un v erdadero suicidio.
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Mrtafinm y brlirw
Eughir Dtlllcroix
Casi todos mueren en una impenitencia enojosa, aferrándose con Sin embargo, que los críticos se tranquilicen; a pesar del in
furor a los restos del templo que se desploma, y pereciendo bajo quietante cuadro de las decepciones a las cuales están sujetos, su
parte sigue siendo la mejor. Aún se los dejard mucho riempo pa
las ruinas vícrimas de un principio. Estaban allí, viviendo sobre
las hojas de un árbol que no podrá pasar la estación, y al cual no searse en todas las direcciones en ese campo que ven como suyo,
sobrevivirán. Desgracia a aquel que no ha medido con habilidad complacerse con teorías que imaginan ellos mismos, presentarse
el alcance de su gran hombre, al que aún le quedan algunas objeciones para las cuales tienen respuestas llenas de elocuencia.
chispas de vida cuando el público los ajusticia. Es como Raquel Las artes son un vasto dominio cuya llave tienen en su bolsillo,
llorando en Rama1, y nadie se ocupa de consolar penas tan nobles. y donde no admiren a nadie; solo ellos disponen de los lentes a
·Desgracia a aquel que llega en estas épocas de transiciones donde través de los cuales nos hacemos, si podemos, una idea básica de
Esta es la desdicha de aquellos que se dejan sorprender y ganar acceso de vanidad, cuando se creen seguros del triunfo, se sienten
en velocidad, cualquiera sea la solidez de los principios sobre duramente tirados por vuestra cadena. Es para advertirles que van
los cuales han edificado sus teorías. Aquí sería quizá el lugar demasiado lejos, que pierden el respeto, o que carecen de gracia.
años: pero esta cuestión, por el lugar que ocupa en las artes, allí apostados como esos negros que velan, a sable desnudo, a la
vale la pena tratarla separadamente y de manera mds completa. puerta del palacio del sulr:in. La tarea que se imponen también
tiene sus escollos; no hay que tener demasiado rencor por sus
\...n historia de lo verdadero bello, y sobre todo la historia de sus
variaciones, parece una auténtica laguna que intentaremos llenar saludables correcciones; aun hiriéndolos, revelan al mundo que
v11l11 h,110 todas sus formas y siempre reverenciado, como ese de llegar a la luz: es por ellos que somos advertidos de vuestra
hillu. \lt'jrnme pasar la bajeza de la comparación, cuya hoja torpeza o de vuestra gracia. Paguen pues con un poco de reco
....,.., h11'1l.l11 sido renovados cien veces, y que siempre era nocimiento todo el cuidado que tienen en hacer algo de ustedes .
...... u, lillln .
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De la ensefianza del dibujo
mente sobre los principios del arte que practica ran bien, viene
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U Dessin 11111J Mait". Mlthodr pour a¡,prtndrt a dmintr IÚ memoírr, por
Mme. Élisabcth Cavé [El dibujo sin maestro. Método para aprender a dibujar
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Eugene Deiacroix Mnafoic¡¡ y belleza
primero de los tirulos para ser escuchada; habla de aquello que gen los iniciados, y que son una fue me de errores y de confusión
conoce bien, y la manera punzante en la que presenta la verdad para toda la vida.
solo sirve para volverla más clara. No llegaré, a propósito de ¿Cómo asombrarse de la aversión que codo el mundo experi
su obra, a someter a proceso a los escritores que, sin conocer a menta por el estudio del dibujo? Mme. Cavé querría no obstante,
fondo la pintura, e incluso sin haber practicado sus elementos, dice ella e n s u prefacio, q ue este estudio fuese un a de las b ases
escriben sobre este arte y dan a los artistas complacientes con d e la ed ucación, así como la lectura y la escritura; suprimiendo
sejos; el alumno que va a estudiar, portafolio bajo el brazo, a la todos los mérodos ridículos, volviendo la enseñanza n o sol o
academia, apenas lee este ripo de escritos, y el pintor ya hecho, lógica, sino fácil, ría morivo de la revolución más feliz;
se g uiaría
el tiempo ni la fuerza de rehacerse y de modificarse según sus carrera que tienen que recorrer, y abriría a las pe rsonas distingui
sistemas; por otra parte dichas obras se ocupan, por lo general, das, y a los simples aficionados, una fuenre de d isfrutes tan vivos
mucho menos de la pdcrica que de la teoría. La verdadera pbga como va riados. La pintura, q ue procura goces tan randes a
g los
es el mal maestro de dibujo, el torpe introductor a ese samuario conocedores capaces de apreciar las d elicadezas de ste bello
e arte,
donde jamás penetrará él mismo, ese ma.J pintor que pretende p repara g oces mucho más reales para aquellos que m anejan ell os
enseñar y demostrar eso que jamás ha podido practicar por su mismos el lápiz o el pincel, cualquiera sea el g rado d e su talen to.
propia cuenta, la manera de hacer un buen cuadro. El tratado S in elevarnos hasra la composición, podemos senrir u n placer
de Mme. Cavé llega en el momento justo para interponerse muy g rande en im itar todo lo que presenta la naturaleza. Copi ar
entre estos tristes profesores y sus víctimas. Es preciso poner en b uenos cuadros es mbién una diversión muy
ta r eal, qu e hace
la cuenta de sus funestas doctrinas, o más bien en la ausencia del estudio un placer; conservamos así el recuerdo de las bellas
de toda doctrina en su manera de enseñar, el poco atractivo que obras m ediante un trabajo que no tiene por acompañamiento la
¿Quién no se acuerda de esas páginas con nariz, orejas y ojos que auténtico e sfuerzo y labor. El poeta Gray decía que p or su parte
aAigieron nuestra infancia? Esos ojos, partidos meródicamenre solo p edía en el p araíso la libertad de leer sin prisa, extendido
en tres partes perfectamente iguales, cuyo centro era ocupado sobre un ofá, novelas de su gusto; es el placer del
s h acedor de
por la pupila representada por un círculo; ese inevitable óvalo copias. Ha sido el relajamiento de los más grandes maestros, y es
que era el punto de partida del dibujo de la cabeza, la cual no una conquista fácil para el talento que aún se prueba, así c omo
es ni ovalada ni redonda, como todos saben; finalmente. todas para el a ficionado que no aspira a vencer las dificultades últimas.
esas parres del cuerpo humano, copiadas sin fin y siempre de En los Antiguos, el conocimiento del dibujo era tan familiar
forma separada, con las que al final había que construir, nuevo como el d e las lerras: ¿cómo suponer q ue no fuera, como escas
Prometeo, un hombre perfecto. Tales son las nociones que reco- úlriruas, uno de los principios de la educación? Las m aravillas
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Mnafoica y beíieza
Eughir DrLuroix
de invención y de ciencia que brillan no solo en los restos de paisajes ante nuestros ojos, y no por ello son más comunes los
todos los objetos de uso diario, atestiguan que el conocimiento Aprendan a dibujar-nos dice la autora de El dibujo sin maestro-
del dibujo estaba tan expandido como el de la escritura. Había y tendrán vuestro pensamiento en la punta de vuestro lápiz, como
en los antiguos m:ís poesía en el mango de una cacerola y en la o tiene en la punta de su pluma; aprendan a dibujar, y
el escritor l
más simple jarra que en los ornamentos de nuestros palacios. llevarán con ustedes, al volver de un viaje, recuerdos interesan
¡Qué expertos debían ser esos griegos! ¡Qué tribu�al para un tes de un modo muy distinto de lo que sería un diario donde
artista un pueblo de personas con gusto! Se ha repetido hasta la se esforzaran en consignar cada día lo que han experimentado
saciedad que el hábito de ver lo desnudo los familiarizaba con frente a cada paraje, frente a cada objeto. Este simple trazo de
la belleza y les permitía percibir fácilmente los defectos en las lápiz que tienen bajo los ojos les recuerda, jumo al lugar que
obras de los pintores y de los escultores: es un gran error creer los ha impresionado, todas las ideas accesorias que se ligan a él,
que fue tan común como imaginamos encontrar lo desnudo lo que usred hizo ames o después, lo que su amigo decía cerca
en los Antiguos; el hábito de ver las estatuas ha arraigado ese suyo, y miles de impresiones deliciosas del sol, del viento, del
prejuicio. Las pinruras que nos quedan de los antiguos nos propio paisaje, que el lápiz no puede traducir. Hay más: al regreso
los muestran en la vida corriente, vestidos de la manera más usred se lo hace experimentar al amigo que no pudo seguir una
variada, ataviados con sombreros, zapatos e incluso guantes. parre de sus emociones, ya que ¿cuál es la descripción escrita o
Los soldados romanos llevaban pantalones; los escoceses, en hablada que pudo al guna vez dar una i dea clara del objeto des
esto, están más cerca de la simple naturaleza; las personas crito? Ap elo a todos a quellos que han leído con delicia, como
ricas, que fingían las costumbres de los asiáticos, se hallaban yo mismo lo he hecho, las novelas de W alter Scort, y lo escojo
colmados, como vemos en los rajas de la India, bajo los encajes adrede, porque destaca en el arre de describir: ¿hay uno solo de
puestos unos sobre otros, sin contar los collares, los broches esos cuadros tan minuciosamente derallados que pueda uno fi
de adorno, los variados peinados. Suponiendo por otra parte g urarse? Sobre una de esas descripciones, sería bueno proponer
que sus espectáculos públicos y los ejercicios de gimnástica a a u na docena de hábiles pintores que reproduzcan a través del
los cuales se entregaban habitualmente hayan podido poner dibujo los objetos descritos po r ste encantador; estarían, no
e hay
bajo sus ojos un poco más a menudo de lo que sucede en los duda, en un completo desacuerdo. He oído decir a uno de los
modernos cuerpos en movimiento y enteramente desnudos, ¿es escritores más ilustr es de este tiempo que durante un viaje muy
una razón suficiente para atribuirles un perfecto conocimiento interesante por Alemania, había echo
h grandes esfuerzos para
del dibujo? Todo el mundo en nuestra casa muestra su figura fija r sobre el papel -pero con letras y palabras, esos instrumentos
descubierta: la visión de tamos rostros ¿forma muchos exper� por lo general dóciles de su pensamiento- el aspecto, el color e
tos en el arte del retrato? La naturaleza expone libremente sus in cluso la poesía de los lugares, de las montañas, de los ríos que
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Eughu Ixlacroix Mnnft!ic11 y brlí=
veía, que atravesaba. Me confesó que no tardó en cansarse de en su Tratado de lapimum, casi no invoca más que la rutina; nueva
esa tarea estéril, más propia, según me parece, para alterar los prueba en apoyo de nuestras afirmaciones. Ese genio universal, ese
recuerdos que para hacerlos renacer. gran geómetra solo hizo de su libro una recopilación de recetas.
¿Pero cómo aprender a dibujar? L-1 educación que apenas basra No faltaron espírirus sisrem:íricos -y no hablo aquí de los
ofrece a los pintores consumados una suene de hábito en los preciso meter, no m el espíritu, sino en el ojo del alumno. Usted
procedimientos que emplean para reflejar lo que ven; pero para me enseña, diré al maestro, con vuestras proporciones exactas
ellos el instinto sigue siendo todavía una guía más segura que el Y vuestra perspectiva de A + B, solo verdades, y en el arte todo
cálculo. Es lo que explica cómo los grandes maestros no se detu es mentira: lo que es largo debe parecer corto, lo que es curvo
vieron a dar precepros sobre el arte que practicaban tan bien; la parecerá derecho, y viceversa. ¿Qué es, en definitiva, la pintura
intervención del Dios con el cual todos ellos contaban les pareció en su definición más literal? La imitación del relieve sobre una
sin duda el mejor de todos los consejeros; casi todos desdeñaron superficie plana. Antes de hacer poesía con la pintura, hace falta
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tUgt'nt Delacroix Mnnfo1cn y btlltrA
el arte completarnenre a fuerza de arte: he aquí el na: plus ultra, conveniente. El daguerrotipo es más que el calco, es el espejo
el prodigio, y ese prodigio es el fruto de la ilusión. del objeto; ciertos detalles casi siempre descuidados en los
Den un pedazo de arcilla a un campesino, diré todavía con dibujos al natural, toman allí una gran relevancia caracterís
Mme. Cavé, y pídanle formar con ella una bola: el resultado será tica, e introducen de este modo al arrisra en el conocimiento
mal que bien una bola. Presenten a ese improvisado escultor una completo de la construcción; las sombras y las luces se reúnen
hoja de papel y lápices, y pídanle resolver el mismo problema con allí con su verdadero carácter, es decir con el grado exacto de
insrrumemos de otro tipo, trazando sobre el papel y redondean firmeza o de blandura, distinción muy delicada y sin la cual
do el objeto mediante el blanco y el negro: les costará hacerle no hay relieve. Sin embargo no hace falta perder de vista que
concebir siquiera lo que quieren de él: pasarán afios hasta que el daguerrotipo solo debe ser considerado como el traductor
llegue a modelar un poco aceptablemence con la ayuda del dibujo. encargado de iniciarlos más adelante en los secretos de la natu
Mme. Cavé solo se ocupa entonces de volver el ojo exacto. raleza; puesto que a pesar de su asombrosa realidad en cierras
Gracias a su método, que es la simplicidad misma, las propor aspectos, es solo un reflejo de lo real, una copia, falsa en cierro
ciones, el sesgo, la gracia, llegarán ellas mismas a trazarse sobre modo a fuerza de ser exacta. Las monstruosidades que presenta
el papel o sobre el lienzo. Mediante un calco del objero a repre son chocantes con toda razón, aunque sean literalmente las de
sentar, tomado sobre una gasa transparente, da a su alumno la la propia naturaleza: pero esas imperfecciones que la máquina
comprensión obligada de los escorzos, ese escollo de cualquier reproduce con fidelidad, no chocan a nuestros ojos cuando
tipo de dibujo. Acosrumbra a la mente a lo que estos ofrecen de miramos el modelo sin ese intermediario; el ojo corrige, de
extraño e incluso de increíble. Haciendo luego repetir de memo manera inconsciente, las desafortunadas inexactitudes de la
ria ese trazo tomado en cierro modo sobre el hecho, familiariza perspectiva rigurosa; es ya el trabajo de un artista inteligente:
cada v� más al iniciado con las dificultades: es llamar a la ciencia en la pintura, es el espíritu el que habla al espíritu, y no la ciencia
al auxilio de la experiencia naciente y abrir al mismo tiempo al a que había a la ciencia. Esra reflexión de Mme. Cavé es la vieja
l
alumno la carrera de la composición, la cual estaría cerrada por querella entre la !erra y el espíritu: es la crítica de esos artistas
siempre sin el auxilio del dibujo de memoria. que, en lugar de tomar el daguerrotipo como un consejo, como
Conducidos por una idea análoga, muchos artistas han una especie de diccionario, hacen de él el cuadro mismo. Creen
recurrido al daguerrotipo para enmendar los errores del ojo: estar mucho más cerca de la naturaleza cuando, a duras penas,
sostendré con ellos, y quizá contra la opinión de los críticos del no han estropeado con su pintura el resultado obrenido ante
método de enseñanza mediante el calco por vidrio o mediante todo mecánicamente. Se ven abrumados por la desesperante
gasa, que el estudio del daguerrotipo, si es comprendido bien, perfección de ciertos efectos que encuentran sobre la placa de
puede por sí mismo remediar las lagunas de la enseñanza; pero metal. Cuanto más se esfuerzan en asemejársele, más descubren
hace falta una gran experiencia para valerse de ello de manera su debilidad. Su obra es por canto solo la copia necesariamente
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Mnafoicn J be/ku,
fría de esta copia imperfecta en otros aspectos. El artista, ,en �na de poner lo que todo el mundo notó. ¿Saben ustedes cuál es el
palabra, se vuelve una máquina enganchada con otra maquina. color de los ojos de rodos vuestros amigos? Ciertamente no . . .
El daguerrotipo me conduce naturalmente a lo que Mme. Cavé De esto resulta que entre nosotros nos observamos muy a la
dice del retrato: ..No hay obra más delicada. Una persona que se ligera. De allí la pregunta: ¿hace falca que un pintor de retratos
mueve, que habla, no deja percibir sus imperfecciones como lo nos muestre mis de lo que nosotros estamos acostumbrados a
hace un retrato mudo e inmóvil. Un retrato siempre se ve dema ver? Examinemos los retratos hechos en el daguerrotipo: sobre
siado· lo vemos mis en un día que el original en diez años. Un cien, no hay más que uno aceprable. ¿Por qué? Porque no es la
retrato inicia a aquel que lo observa en detalles que jamás había regularidad de los rasgos Jo que nos impresiona y nos encanta,
visro. Así, por ejemplo, sucede a menudo que se dice frence a un sino la fisonomía. la expresión del rostro, porque todo el mundo
retrato: «Es parecido, pero la nariz. es demasiado corra». Luego tiene una fisonomía que nos atrapa a simple vista, y jamás una
se observa el original y se añade: 11¡No había notado que usted máquina nos lo reflejará. Enronces lo que hace falta comprender
tuviese la nariz. tan corral. .. ¡Pero usred tiene la nariz muy corral». y reflejar, sobre rodo de la persona o el objeto que se dibuja. es
Estas reflexiones muestran lo suficiente cuál debe ser la tar� del el espíritu. Ahora bien, ese espíritu posee mil caras diferentes;
pintor de retratos, y esa rarea quizá exi� .faculrad�s. superiores hay ranras fisonomías como sentimientos. Es una gran maravilla
y completamente distintas, contra la optmón admmda que co de Dios haber hecho ramas figuras diversas con una nariz. una
loca el rerraro entre los géneros inferiores. Se comprende que la boca y dos ojos; ¿pues quién de nosotros no tiene cien rostros?
habilidad del pintor de retratos consista en disminuir las im�r Mi retrato de esra mafiana ¿será el de esra tarde, el de mañana?
fecciones de su modelo, conservando la semejanza, y los medios Nada se repite: ¡a cada instante una expresión nueva! ...
que ofrece Mme. Cavé para resolver esta dificultad son. a la va No me extenderé sobre todas las panes de ese encantador
simples e ingeniosos. Ciertos rasgos pueden ser modificados, rrarado, cuyo mérito principal es quiza la brevedad. En límites
embellecidos -zanjemos el término- sin dañar los rasgos caracte tan estrechos, la autora toca codos los puntos que pueden inte
rísticos. Estudien el carácter de un rostro, traten de reconocer lo resar a un alumno ramo como a un artista consumado: el arte
que tiene a primera vista de asombroso. Hay personas qu� nacen de escoger el punto de vista, de disponer las luces y las sombras,
con ese cacto: también estas hacen semejante el retrato incluso finalmente todo lo que se puede enseñar de la composición, rodo
antes de saber dibujar. Llamo semejante al retrato que �usm a esto es presentado en pocas palabras; no olvida recomendar, en
nuestros amigos, sin que nuestros enemigos puedan dec'.r: •¡Es esta parte del arte que resume todas las otras, la circunspección
por halagarl» y no crean que es fácil: ¿cuántos buenos pintores en la elección de los cernas. Como posee el buen gusto, y añadiré
de retratos hay, es decir pintores que suman a un gran talento �I l.1 excesiva modestia, de solo dirigirse a mujeres, esta atención
mérito de la semejanza? Muy pocos. A menudo un simple croquis e\ aún más imporranre; añadiré que buen número de hombres
es más semejante que un retrato: es que allí se tuvo el tiempo po-irdn sacar provecho de sus consejos: el furor en verse tentado
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Eugfne Ddacroix Metafoica y belleza
por temas o géneros para los que no están hechos ha extraviado encuentran aquí y allá y con la conveniente sobriedad, son el
a muchos artistas de mérito. El prejuicio que mide el talen ro por acompañamiento de los preceptos y dan una idea de la manera
la dimensión de las obras, solo debería encontrarse en personas en que es tratada la obra. Es difícil hacer el análisis completo
que no están familiarizadas con la pintura: ¿cómo puede ser de un trabajo tan instructivo y presentado de modo tan claro;
que artistas que sienten y admiran como es merecido las obras solo podemos lanzarnos en repeticiones en otros términos de las
maestras de los Aamencos y de los holandeses encuentren algo simples verdades que la autora pone bajo los ojos de sus lectores.
que envidiar, cuando ellos mismos producen obras notables en Hablando a las jóvenes muchachas que son sus alumnas, y bajo
dimensiones análogas? No }�ay grados -dice Mme. Cavé- en el una forma ágil, Mme. Cavé presenta a los artistas de todas las
valor de las cosas que se esculpen o se pintan, solo hay grados en el clases las ideas más interesantes para meditar y retener.
talento dr: los artistas que ejecutan. L. recomendación fundamental Quiero hablar aún de su lección sobre la utilidad que se debe
que es el punto de partida de toda enseñanza es entonces esta: extraer del estudio de los grandes maestros: las reflexiones a las
Consulten, ante todo, la vocación de vuestro alumno. «Hoy en cuales se entrega sobre sus méritos diversos me parecen resolver
día, dice también ella, hacemos artistas más allá de Minerva; en pocas palabras una seria cuestión que ha hecho apiñar plumas
decimos a un joven: 'Tú serás pintor, escultor', del mismo modo y que parecía no resuelta. Se trata nada menos que de l
o bello, ese
que se le diría: " T ú serás alfarero o carpintero', sin estudiar en bello que algunos han hecho consistir en la línea recta, otros en
lo más mínimo su aptitud. Olvidamos que solo el genio puede la serpentina, y que la autora del trarado encuentra muy senci
decir a un joven: 'Tú serás artista'. Al parecer, en la Antigüedad llamente en rodas panes donde hay de qué admirarse: «Estudien
era de otro modo.» las diferencias que existen entre esos grandes talentos, (ella acaba
«Vean ese río, dice ella en otra parte, que sigue amorosamente de pasar en revista a los grandes maestros de las diferentes escue
el lecho que la naturaleza le ha cavado, transportando en su cur las): unos escán en primera línea, los otros en segunda, pero hay
so sinuoso la frescura y la abundancia, enriqueciéndose con los bellezas en todos; en todos hay materia para instruirse. Lo que
pequeños arroyos que encuentra, y llegando finalmente al mar, en especial recomiendo es no ser exclusivo. Ciertos pintores se
torrente potente y majestuoso; es la imagen del talento y del genio; han perdido adoptando solo un a única manera y condenando
nada le cuesta, sigue su pendiente natural. No sucede lo mismo todas las demás. Es preciso estudiarlas todas sin parcialidad;
con las naturalezas inferiores en las cuales todo es préstamo y así se conserva su originalidad porque uno no se pone a la zaga
esfuerzos, semejantes a esos canales cavados con gran cantidad de ningún maestro. El alumno de rodas no es el alumno de
de brazos a través de las montañas y que carecerían de agua si el nadie, y de todas las lecciones que ha recibido, se ha hecho una
río vecino no los alimentara, ríos ficticios, sin gracia y sin vida.» riqueza propia . . . Mientras que ral maestro se dedicó a estudiar
Se ve, por lo que cito al azar, que mi tarea es Fácil: estas imá la naturaleza en sus más pequeños detalles, este otro no buscó
genes impresionantes y expresadas de modo tan simple que se n-ds que los efectos pictóricos, las grandes expresiones. Aquellos
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Eughu Delacroix
Aquel es rubio, este vigoroso. Todos son diversos, pero codos están
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Eugb1e Delaerois Metajlsica y bellaa
de patria reconquistan su parte en el espíritu, y entonces parece Las esc uelas modernas han proscrito todo lo que se aparta de
que cuanto más competentes son los jueces más dispuestos se lo antiguo regular; embelleciendo incluso al Fauno y al Sileno,
muestran a la contradicción; puesro que las personas sin preten q uitando arrugas ala vejez, suprimiendo las fealdades inevitables
sión, o son débilmente conmovidas, o se atienen a su admiración y a menudo ca racterísticas que acarrean los accidentes naturales
primera. No contamos en estas diversas categorías a la cohorte y el trabajo en la representación de la forma h umana, han entre
de envidiosos, a quienes lo bello siempre desespera. g ado ingenuamente la p rueba de que lo bello lo consiste
so para
El sentimiento de lo bello ¿es aquel que nos captura indiferen ellas en una serie de recetas. Han po dido enseñar lo bell o como
temente ante la visión de un· cuadro de Rafael o de Rembrandt, se enseña el álgebra, y no solo enseñarlo s ino dar de é l fá ciles
de una escena de Shakespeare o de Corneille, cuando decimos: eje mplos. ¿Q ué más simple, e n efecto, que aquello que se aseme
allá de los cuales no hay belleza? En una palabra, el Antinous, bo rrar las diferencias profundas q ue paran
se e n la naturaleza os
l
la \ténus, el Gladiador, y en general los modelos puros que nos t emperamentos y s edades diversas de los hombres, evitar las
la
han transmitido los antiguos, ¿son la regla invariable, el canon expresiones complicadas o los movimientos violentos, capaces de
del que no hay que desviarse so pena de caer en la monstruosi perturbar la armonía de los rasgos o de los miembros, ta e l s son
dad, conllevando esos modelos junto a la idea de gracia, de vida en resumen los principios en ayu da de los cuales se iene lo
t bello
propia, la de regularidad? a la mano. Es fácil, por tanto, h acerlo practicar a los a lumnos
Lo antiguo no nos ha transmitido exclusivamente tales cipos. y transmitirlo de generación en generación como un depósito.
El Sileno es bello, el Fauno es bello, incluso el Sócrntes es bello: P ero la sión de las
vi b ellas obras de t odos los tiempos p rueba
ese rostro está lleno de cierra belleza, a pesar de su pequeña nariz q ue lo bello no se encuentra en semejantes condiciones: no se
chata, su boca con gruesos labios y sus pequeños ojos. No brilla, t ransmite ni se con cede como la herencia de un arriendo; es el
es verdad, por la simetda y la bella proporción de los rasgos, pero fruto de una inspiración perseverante que no es m ás que una
está animado por el reflejo del pensamiento y de una elevación serie de pesadas labores; sale de las e ntrañas con dolores y des
interior. Aún el Sileno, el Fauno y tantas otras figuras de carác ga.rros, como rodo lo ue está destinado a
q v ivir; constituye el
ter son piedra en la Antigüedad. Se entenderá f:icilmeme que encanto y el consuelo de los hombres, y no puede ser el f ruro
la piedra, el bronce y el mármol exigen en la expresión de los de una aplicación pasajera o de una tradición banal. Palmas
rasgos cierta sobriedad que se corresponde con la rigidez y con vulgares pueden coronar esfuenos vulgares; un asentimiento
la sequedad cuando se la imita en pintura. Este arte último, que pasajero puede acompañar, durante el transcurso de su éxito,
y que se apartarían aún más de la forma severa. obstinada lucha para arrancar una de sus sonrisas; y a ún sería
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E11gffle Delacroix Mnnfoicn y bellaa
y el favor del destino. las poses y en los encajes. Rubens, en cambio, presenta líneas
trinas en uso de todo el mundo y que nada producen. Un Holbein Si se compara La disputa del Santo Sacramento de Rafael con
con su escrupulosa imitación de las arrugas de sus modelos y que el cuadro de Las bodas de Cand de Paul Veronese, se encontrará
vulgares, llenos de una expresión tan profunda, esos alemanes y que es un placer tanto para los ojos como para el espíritu. Sin
destellan de bellezas y de ese ideal que las escuelas van a buscar ción una suerte de frialdad; esos santos y esos doctores parecen
regla en mano. Guiados por una inspiración ingenua, extrayendo no conocerse en absoluto, y cada uno de ellos parece posar para
de la naturaleza que los rodea y de un sentimiento profundo la eternidad. En el festín de Paul Veronese, veo hombres como los
naturalmente esa joya inapreciable que una ciencia inútil exige y el movimiento. No hablo del aire, de la luz, ni de los efectos
Rubens conoció Iralia y a los antiguos; pero, dominado por ¿Lo bello está de todos modos en esas dos obras? Sí, sin dudas,
admirable composición, sin esa sabia disposición que coloca a tic naturaleza o búsquedas de efectos apropiados para producir
MI ilusión, sin hallar esa vida, ese calor presente por todas parces
Cristo completamente solo, de un lado, a los apóstoles puestos
juntos en fila frente a él, a San Pedro de rodillas recibiendo las que forma el lazo de este mdgico cuadro de Las bodas de Caná.
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Mr111foicn y belleza
Eug(ne Delacroix
la historia nos habla del culto que profesaba por esos restos ma
Cristo en la cruz de Rubens y en general por las pinturas más
ravillosos, y su admiración equivale a la nuestra; sin embargo la
fogosas de este maestro, ,:era a causa de la semejanza de esos
creeré, esta vez como muchas otras, que siempre hay que apostar
1
1 favor del genio.
3
Se trata del pintor francés Jacques Louis David. (N. de: T.)
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Eugrnt Dtlacroix Mmrfoicn y brllna
Los críticos jamás se han pucsm de acuerdo sobre las cualidades sus sentidos se verán penetrados de una felicidad secreta, de ese
esenciales que imponen la perfección. AquelJos que hoy estarían deleite del que Poussin hacía el objeto único de la pinrura.
tentados de condenar a Beethoven o Miguel Ángel en nombre de De Piles expone con gravedad, en su famoso Balance de los
la regularidad y de la pureza, los hubieran absuelto y pucsro por pintow4. las diferentes dosis de color, de claroscuro y de dibujo
las nubes en otros tiempos donde criunfuban otros principios. Así, que entran en el talento de cada uno de los artistas célebres.
las escuelas han colocado dichos principios, a veces en el dibujo, No encuentra la perfección en ninguno de ellos, pero habiendo
otras en el color, otras en la expresión, arras, ¿quién lo creería?, observado la cifra de 20 como el punto más elevado, solo da a
en la ausencia de roda color y de toda expresión. Los pintores Rafuel, por ejemplo, 1 8 pumas en dibujo, mientras que concede
ingleses del último siglo y del comienzo de este, escuela eminente 19 a Miguel Ángel. En cambio, los 1izianos y los Rubens, a los
y poco apreciada en nuestro país, los veían sobre todo en. los cuales dispensa con generosidad el color, presentan una laguna
Se puede pensar que los grandes anistas de codos los tiempos ¿La divertida química que analiza así a los grandes hombres?
dibujo los elementos necesarios de los que tenían que servirse, n.o ponerlos igualmenre según el gusto de la crítica, quitar por
inclinación la que los condujo de manera inconsciente a poner por su superabundancia, ¡para dolar de ello a ese infortunado
pueda encontrarse en pintura una obra maestra que no presente filósofo ver el contorno del Corrcggio morir en ese claroscuro del
arce? Cada uno de los grandes pintores se ha servido del color revienta de ciencia del lado de la composición y que podrfa dar
del dibujo que iba según su espíritu, que daba sobre todo a
O de ello a diez pintores, asusta por la penuria de su claroscuro! El
su obra esa cualidad suprema de la que no hablan las escuelas, bueno De Piles parece convencido de que con buena voluntad y
y que no pueden enseñar, la poesía de la forma y la poesía del algunos esfuerzos, cada uno de estos hombres notables hubiese
color. Es sobre este terreno que todos ellos se han encontrado Y rcsrnblecido el equilibrio entre cualidades que aprecia, y habría
a través de todas las escuelas. llegado, según él, mucho más cerca de la verdadera belleza.
Frente a un paisaje matinal, bañado de roda, animado por el La naturaleza ha dado a cada talento un ralism:ín particular,
canto de los pájaros, embellecido por todos los encantos naturales que compararía con esos metales inestimables formados por la
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Eugfnr Delacraíx Mrtnjlsirn y hrllrzn
aleación de miles de metales preciosos, y que entregan sonidos digioso brillo ante la tribuna: ¿han satisfecho menos por ello la
encantadores o terribles, según las diversas proporciones de los condición de lo bello, cuando los ha pronunciado, cuando ha
elementos de los que están formados. Son talentos delicados que conmovido y arrastrado no solo a una asamblea, sino también
no pueden sarisfacerse F.í.cilmente: atentos a cautivar el espíritu, a una nación entera? ¿No ha sucedido, por el contrario, que un
se dirigen hacia él por todos los medios de los que dispone el discurso muy estudiado, muy sentido incluso en el silencio del
arte; rehacen cien veces un fragmento, sacrifican la pincelada. gabinete, no encontró en el foro y frenre a miles de oyentes más
la ejecución sabia, que hace resaltar los detalles más o menos, a que una fría aprobación?]al cuadro irreprochable en el taller, ¿ha
la unidad y a la profundidad de la impresión. Eso es Leonardo cumplido siempre, a plena luz en una exposición o situada a la
da Vinci, eso es Tiziano. Hay otros talentos, como Tintoretto, altura necesaria y enmarcada en un lugar especial, la expectativa
mejor aún, como Rubens -y prefiero a este último porque llega de sus admiradores y del público?
más lejos en la expresión-, que son arrastrados por una suerte Es preciso ver lo bello allí donde el artista ha querido po
de elocuencia que está en la sangre y en la mano. La fuerza de nerlo. No pidan a las vírgenes de Murillo la unción casta, el
ciertos toques, sobre los cuales no se vuelve, da a las obras de estos rímido pudor de las vírgenes de Rafael: alaben, en los rasgos
maestros una animación y un vigor los cuales una ejecución má.s de sus raseros y en sus actitudes el éxtasis divino, la turbiedad
circunspecta no siempre logra. Es preciso comparar sus efectos a triunfante de una criatura mortal elevada hacia esplendores
esas ocurrencias singulares de los oradores quienes, arrastrados desconocidos. Si bien ambos pinrores introducen en estos cua
por su tema, por el momento, por el auditorio, se elevan a una dros, donde nos muestran a la Virgen en su gloria, algunas de
altura que los sorprende a ellos mismos cuando son de sangre fría. esas figuras de piadosos donatarios o de santos personajes de la
Se ha convenido dar el nombre de improvisación a esos impulsos leyenda, estamos encantados, en Rafael, por su noble simplici
especiales que encantan al oyente y al propio orador. Se concebirá dad y por la gracia de sus movimientos; en Murillo, admiramos
fácilmente que, en la pintura, no más que en el arte oratorio, este ame todo la expresión de la que están penetrados. Esos monjes,
tipo de improvisación, si se quiere llamarla así, solo produciría esas anacoretas que nos muestra, en el desierto o en sus celdas
efectos vulgares si estos efectos no estuvieran preparados e incu posrrados frenre al crucifijo y completamente magullados por
bados, por así decir, de antemano, por un trabajo perseverante, piadosas maceraciones, nos llenan a la vez de un sentimiento
sea sobre el arte en general, sea sobre la materia misma que es el de abnegación y creencia.
objeto del orador o del pintor. Se presume, muy generalmente, ¿Lo bello estaría ausente en composiciones tan penetrantes,
que los efectos de este tipo no soportan el examen como sí lo que nos elevan hacia regiones tan diferentes de lo que nos rodea,
hacen aquellos que producen las obras más pulidas en la forma. 1¡uc nos hacen concebir, en medio de nuestra vida escéptica
Los discursos de Mi rabea u, por ejemplo, no responden, cuando y entregada a pueriles distracciones, la morri6cación de los
se los lee, a la idea que nos dan sus contemporáneos de su pro- srnridos, la potencia del sacrificio y de la contemplación? Y si
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Mrtafisica y brllrzn.
Eugfflr Ddacroix
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Eugbir Drlacroi,; MnafiJica y bellrza
serie de los acontecimientos. En cambio, se dispensaban muy su predilección estos tipos diferentes de la perfección entre los
frecuentemente de una gran búsqueda sobre los efectos que se cuales los sabios solo ven abismos. Frente a un senado que solo
pueden extraer de la contextura misma de la pieza y del encade estuviese compuesto de grandes hombres, las disputas de este tipo
namiento lógico de las escenas, mérito en el cual los modernos no serían largas. Imagino reunidas a estas vivas luces del arce, a
La moda, que sacude los talentos a su antojo y que decide Tizianos, a estos Miguel Ángel, a estos Rubens y sus émulos; los
codo por un poco tiempo, ha agitado siempre esca cuestión de imagino reunidos para clasificar los talentos y distribuir la gloria,
lo bello; su frfvola influencia cree extenderse hasta aquello que no solo para aquellos que han seguido dignamente sus huellas,
es inmutable. Las imágenes de lo bello están en el espíritu de sino para darse entre ellos la justicia que el consemimiemo de
rodas los hombres, y aquellos que nacerán en algunos siglos lo los siglos no les ha negado: se reconocerán muy rápido por una
reconocerán por los mismos signos. Ni la moda ni los libros marca común, por esa potencia de expresar lo bello, pero de
señalan esos signos: una bella acción, una bella obra, responden alcanzarlo cada uno por caminos diferentes.
peor para los ojos y los oídos que se cierran, y para estos cono
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Variaciones de lo bello
(... )
:
t decir, en un pequeño ensayo quizá olvidado por los lectores,
l.1 admiración.
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Eugfflr Delacroix Mrtnfisicn y brllnt1
puede imaginarse, en vista de esas ruinas imponentes, el tributo No nos queda nada de la arquitectura ni de las demás artes de
de admiración que los propios griegos le han pagado, cuando los hebreos, pero no podemos suponer que sus trabajos hayan
notamos todos los préstamos que han tomado de estos tipos sido inferiores a los de estas naciones vecinas, con las cuales
consagrados, tan majestuosos por su masa, y tan finos, ran han tenido relaciones continuas. Los libros santos hablan, en
precisos en sus detalles. términos magníficos, del templo deJerusalem. Habría más que
Recientemente vimos aparecer un arte completamente nuevo, irreverencia en figurarse que el Dios viviente hubiese aceptado
con los preciosos restos que nos han sido traídos de Ninive y verse homenajeado en monumentos de un mérito menor al de
Babilonia, y del que no teníamos idea alguna. Ignoro si son más tantos pueblos enemigos de su pueblo, y consagrados al culto
antiguos que los monumentos del Egipto: queda a los anticua de los fu.Isas dioses.
rios y a la historia decidir sobre ello. Pero parece que se ve ya El genio humano es inagotable: si llegamos a épocas más
palpitar allí la vida y una intención de movimiento ignorada o recientes, a la arquitectura árabe, cuyos orígenes han sido poco
quizá proscrita en las obras de los faraones. Nos asombra sobre estudiados, descubrimos nuevas fuentes de interés en un ane
todo la perfección con la cual se presentan las figuras de anima que debió prohibirse la representación de la figura del hombre
les; esta exacta representación que se encuentra en todas parres y de los animales. El horror por las imágenes condujo a los ar
señala inclinaciones especiales en dichas razas e introduce, bajo quitectos musulmanes a la más rica combinación de ornamentos
la relación del arre, una variedad preciosa. geométricos, de donde emergió un sistema completo de una
¿Quién puede decir lo que fue el arte de esos antiguos etiopes elegancia extrema.
y de esos pueblos cuyo nombre incluso ha desaparecido, que No es un capricho del gusto que veamos producirse estilos tan
precedieron a los egipcios, y que les legaron artes cuya perfección diversos. Un viajero francés, M. Texier, que estudió con el mayor
no ha sido quizá igualada? cuidado los orígenes orientales, trazó una especie de mapa de
Se sabe que en las edificaciones egipcias es preciso distinguir varias ( lrecia y de Asia en el cual ubica las grandes masas de caliza, de
épocas: la más antigua es con mucho la más apreciada: es ella la uljcz, de arcilla, de las q uc se servieron los pueblos de esas regiones.
que deriva de estos pueblos iniciadores de los que hablamos. Sé por 1 )cmuestr:1 cómo los griegos, ricos en mármol, dieron a sus cons
un testigo muy verídico, quien pasó mucho tiempo en las ruinas uucciones algo más de libertad; cómo Frigia tuvo sus escultores en
de Tebas, que la mayor parre de los materiales que se emplearon 1114,l, Capadocia sus grutas; y cómo Egipto imitó de igual modo,
allí habían servido ameriormenre para otras construcciones: a cada w11 sus areniscas y sus granitos, las excavaciones naturales que se
paso se encuentran, sobre fragmentos de piedra que el azar remueve, juodocen en las rocas que forman su Límite sobre el desierto de
huellas de esculturas muy superiores a las que han sido estampadas l 1h1.1. En la Mesopotamia y en los países regados por el Eufrates,
desde entonces y sobre la cara opuesta, por artistas de una época 111� .tljcces dominan, el yeso reviste una construcción liviana y se
más reciente y de un sentimiento muy inferior. I uluc de numerosas esculturas; los africanos se sirven del ladrillo
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l:.ughu Delacroix
Mtrnfoictt y btlkzn
regular y silenciosa, como el navío que surca las olas del mar.
pequeños hábitos, y a menudo nuestras admiraciones son
torpeza; por mi parte, las veo como las más bellas de la creación.
L unl disputa su enclenque vida. Sin embargo el sentimiento de la
dispersas por aquí y por allá, pacen los brotes más elevados y
rvpccrdculos imponentes, o arrastrados por una suene de poesía
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l:.ugl111! Delacroix Mnafoica y bel/na
de árabes, el ojo fijo y el oído atento, cambiar simultáneamente bajo nuescrosojos y sin motivo absolutamente necesario: ha pere
de compostura y estallar de risa; luego, un momento después, cido con las instituciones, cuando debió complacer a vencedores
fundirse en lágrimas y jumar las manos con una expresión de bárbaros, como fueron los romanos, por ejemplo, por relación
dolor o de piedad, mientras uno de ellos contaba una de esas a los griegos. El arcisra sobre codo se corrompió cuando los ciu
historias interminables o leyendas nacionales que los tienen dadanos perdieron el resorte que llevaba a las grandes acciones,
como encantados .» cuando desapareció la virtud pública, y entiendo por eso no esa
La poesía nace por sí misma en las felices regiones donde los virtud de las ant iguas repúblicas, común a co dos los ciudadanos
hombres tienen pocas necesidades y por consiguiente mucho y que i ncitaba al bien, sino al menos ese respeto simple por la
ocio, sobre todo cuando las costumbres, las instituciones fuvo mora.l que obliga al v icio a ocultarse. Es difícil imaginarse a i
F
recen el efecto de lo bello. Así ha sido Grecia, donde, por un dias o a A peles bajo el régimen de los horribles ranos del
ti Baj o
acuerdo único, rodas las condiciones parecen haberse encontrado mperio, en medio del envilecimiento de las
I al mas, cuando las
en cieno momento para desarrollar aJlí el sentimiento y el culto. a rres se vuelven de buen g rado c omplacientes de la infamia. E l
Necesariamente había entre los atenienses muchos más jueces reino de los delatores y de los villanos no podría ser el de lo be
de las bellas arces que en nuestras modernas sociedades. En Roma, llo y aún menos el de lo erdadero. Si esos tesoros inestimables
v
como en Atenas, el mismo hombre era abogado, guerrero, pontí pueden todavía encontrarse en al guna parre, será en las virtuosas
fice, edil, inspector de espectáculos públicos, senador, magistrado; protestas de u n Tá cito o de un Séneca; las gracias ligeras, los
cada ciudadano esraba obligado a procurarse la educación que pint ores blandos habrán dejado el sitio a la indignación o a una
conllevaba cada uno de esos estados. Siendo como eran entonces, estoica resignación.
era difícil que semejante hombre fuese un mediocre tasador del La influencia de las costumbres es más efi caz que la del cli
mérito en una rama cualquiera de los conocimientos. m a. El cielo de Ática ha permanecido igual, y sin embargo no
Entre nosotros, un juez no es más que un juez y solo conoce produce ni a D emóstenes ni a Praxírelcs. Hoy recorreríamos en
a su audiencia; no pidan a un coronel de caballería su opinión vano Grecia y sus islas sin encontrar alü un orador o un escultor.
sobre cuadros o estatuas; como mucho sabe de caballos, y pro Ese bello, an difícil
t e hallar,
d es más i
d fíc il aún de fi jar. Sufre
bablemente la.mentará que los de Rubens no se asemejen a los absclurarnente, como los hábitos, omo las ideas, todo tipo de
c
caballos provenzales o ingleses que ve todos los días en su regi me am t orfosis. N o digo, y nadie se atrevería a decir q ue pueda
miento o en las carreras. va riar en su esencia, puesro que ya no sería lo bello, solo sería
El arrisca que rrabaja para un público ilustrado, se ruboriza el capricho o la fa ntasía; pero su carácter puede cambiar: tal
por descender a medios cuyo efecto es desaprobado por el gusto. '."pecto de lo bello que sedujo a una lejana civilización, no nos
Este gusto ha desaparecido en los antiguos, no a la manera de una im presiona ni nos gusta como aquel que responde a nuestros
moda que cambia, circunstancia que se produce a cada instante wnurrnenros o, sr se quiere, a nuestros pre1u1c1os. Nunquam
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Mttafoim y bdl=i
Eughu Deiacroix
I Job 14:2. Qui qoasi flos cgn:ditur el comcritur, ce fugir vdud umbra, et 1,1111:inos habían recibido estos espectáculos, groseros en algunas
nunquam in eodcm naru prrmanrt, (El hombrc . . . casl como la flor. . . huyc
rh MI� parres, pero que se dirigen aún a la imaginación, de los
como la sombra, y nunca puede permanecer en el mismo estado) (N. de T.)
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Eugfflr Delacroix Mrtaftsica y belkzn
griegos; los hallarán insulsos cuando sus costumbres se vuelvan cerca de la naturaleza debieron emplear en sus artes medios me
atroces; hiw falta entonces, para despabilarlos, verdaderos com nos elaborados, y las expresiones de las que se sirven tienen algo
bares, espadas, sangre, leones y elefantes devorándose bajo sus de la rudeza de su naciente civilización; pero uno se equivoca
ojos y arrastrando sobre el polvo a hombres despellejados. cuando busca hacer un mérito de esta misma rudeza; su supuesta
Los griegos de Homero no habían inventado pasatiempos mu simplicidad reside en el ropaje que dan al pensamiento, más que
cho más cuidados. No parecen haber pensado aún en componer y en el pensamiento mismo. Este arre maravilloso que cubre el arre
representar piezas de teatro. Sus espectáculos públicos consistían entre los modernos, el de ser claro y al mismo tiempo patético,
en imitaciones de combares que de costumbre degeneraban en apenas se encuentra en las obras primitivas: allí las imágenes
luchas serias y siempre sangrientas. Emre semejantes hombres, gigantescas se mezclan muy a menudo con un oscuro sentido.
los puñetazos eran más apreciados que los rasgos de espíritu: la La Biblia, tan respetable como es, ofrece raras licencias, y solo
simplicidad de las costumbres gustaba de recreaciones simples hablo aquí de la parce que tiene relación con el arre.
como esas. No faltan personas que prefieren a Homero ante todo, y que
Es esta simplicidad más feroz que ingenua la que a distancia lo justifican por sobre codo, aunque solo lo conozcan por haberlo
hace crecer las arres de estas épocas antiguas y la que hizo pensar leído de chatas traducciones. No dejan de extasiarse por esta
que la simplicidad era por sí misma belleza. Escuchemos lo que bella lengua griega y sobre todo por su inimirable armonía, que
dice al respecro un espiritual crítico en un estudio de lo más solo pueden apreciar, como todos nosotros, por haberla oído
interesante sobre los antiguos y sobre Virgilio en particular: «Es pronunciar en francés por profesores de sexto.
un gran punto llegar primero: se roma la delantera incluso sin ¿De cuánto se ha necesitado par:J. que Europa se imagina ra
haberlo elegido; o se puede ser simple incluso sin saber el precio una mañana que la antigüedad iba a ser igualada en los poemas
de la simplicidad . . . Temo que a menudo se tome la ausencia de de un nuevo Homero, recientemente salido y completamente
arte por el colmo del arte mismo. Si el arre, en la sucesión de su formado de los brezos y las rocas de Caledonia? La aparición de
desarrollo y de sus esfuerzos, solo desemboca en producir artistas l.1s supuestas poesías de Ossian fue uno de los grandes aconreci
siempre menores, se me perdonará tener una profunda compa micmos del final del otro siglo. Este Ossian llegaba justamente
sión por épocas que no pueden arregl:irselas con la complicada rn una época de escepticismo, con sus dioses, sus guerreros,
labor del arte; pido que no nos engañemos tanto con una gran 11us heroínas conmovedoras, en fin con un completo mundo de
palabra, la simplicidad, y que entonces queramos hacer de la ummvilla. FJ entusiasmo fue casi general, y se puede admitir que
simplicidad la regla de los tiempos allí donde ya no es posible.» ru esos poemas había con qué justificar una cierra admiración.
Esta simplicidad de la que hablamos aqui es quiz.i más aparente Napoleón mismo, tan buen juez como cualquier otro, no le
que real; a menudo existe mucho énfasis e imágenes ampulosas lll'KÓ su esrima, y los tomó por buenos, sin inquietarse por su
en las obras de estas épocas lejanas; algunos hombres que viven .11111gOcdad en el mundo. Pero cuando se llegó a percibir que el
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Eugbu Delacroix Mnnfoicn y he/Jan
hijo de Fingal era solo el hijo del escocés Macpherson, y como nudo se encontraba a cada paso, en las calles, en el gimnasio,
había hecho su camino a título de primitivo, se sintió defraudado en los baños públicos. Es así como los antiguos escultores se
y casi burlado; le fue preciso volver a sus nubes y a su oscuridad familiarizaban con los m:is bellos tipos y tomaban in fraganti
de la que indiscreramenre se lo había sacado. Tuvo la suerte de esas actitudes simples y naturales que se buscan vanamente en el
esos sirvientes de comedia que han usurpado los favores de un ralJer y en presencia del modelo. la vida exterior era divinizada
heredero bajo el eraje de lentejuelas de su amo, y al que se hace bajo la forma de esas Venus, de esos Apolos, de esos Hércules.
desaparecer al final de la pieza cuando se descubre d fraude. El cristianismo, por el contrario, llama a la vida hacia adentro:
Esta propia tentativa era cabalmente moderna. Por una reac las aspiraciones del alma, el renunciamiento de los sentidos, son
ción completamente natural, se refugiaban en esca fanrasmagoría difíciles de expresar por el mármol y la piedra: el rol de la pintura
de melancolía y nieblas que salen de una época de amaneramien es, en cambio, ofrecer roda a su expresión.
to. Este Ossian nubloso ha marcado su paso en la literatura de A la vírgenes de Rafael les hace falca ese ojo púdico y velado,
nuestro tiempo. Este impulso se comunicó de igual modo a las ese rubor casto que la escultura no puede dar; ansiamos en esa
demás artes, y parricularmente a la pintura, que sigue con mayor Pietñ de Miguel Ángel la mirada desesperada de la madre, esa
facilidad las variaciones de la fantasía, y de manera más legítima palidez de la muerte en el cuerpo de su divino hijo, y rambién la
que su hermana, la escultura. La pintura dispone de rodas los preciosa sangre de sus heridas; buscamos incluso alrededor suyo
atractivos del color y de la perspectiva, ignorada por los antiguos; esa cruz, esa sombría Gólgota, esa tumba entreabierta, esos fieles
reúne la precisión y la vaguedad, todo lo que seduce y lo que discípulos. Pero siempre que la escultura intentó presentar con
impresiona. Se puede decir de la pintura, como de la música, un cierto movimiento estas imágenes prohibidas, a causa de su
que es esencialmente un arte moderno. Todos esos recursos que expresión demasiado vehemente, produjo obras monstruosas, más
acabamos de señalar le permiten dirigirse a los semimiencos más próximas al ridículo que a lo sublime. Se puede ver un ejemplo
diversos. En cuanto a la música, parece excesivo señalar en qué marcado de este ridículo y de esca impotencia en el célebre bajo
medida es un arte nuevo y cuán lejos han estado los antiguos de relieve de Alejandro y Diógenes, por Puger, que vimos adornar du
sospechar sus posibilidades. r.mce tanto tiempo el vestíbulo de Versalles. El artista quiso pintar
En la escultura, por el contrario, parece que los antiguos hi (la palabra se me escapa), pintar con su mármol y su cincel, las
cieron codo lo que se puede hacer: produjeron obras perfectas, handeras agitadas, el cielo, las nubes en torno a sus personajes, los
y esas obras son modelos de los que es muy difícil apartarse a cunles están agrupados como en un cuadro y con las actitudes más
causa del rigor de las leyes que fijan los límites del arte. diversas. Parece que quiso hacer escuchar, si el arte pudiese llegar
El paganismo ofrecía al escultor una amplia carrera: el culeo hasta allí, los gritos de la multitud yel ruido de las trompetas: pero
de la forma humana se confundía allí con el de rodas los dioses; lo que su arte tampoco le permitió es llegar a hacer comprender
todo se volvía materia para el estudio en pueblos donde el des- -'111 tema, cuyo interés reside únicamente en la palabra insolente
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Eughie Delacroix Mrtafoica y belleza
dirigida al conquistador Pot el niño de Sinope. Si el gran Puget sentido académico, no ofrece nada de ese arractivo de ejecución
hubiese tenido tanto espíritu como verbo y ciencia, cualidades de que añade tanto encanto a la pintura. El Belisario es un viejo
las que su obra está llena, se hubiese dado cuenta, antes de tomar vulgar; el niño tiene la gracia de su edad, pero no dice nada al
el desbastador, que su tema era el más extraño que la escultura espíritu; incluso en el asombro de ese soldado que contempla a
pudiera escoger; en ese amontonamiento de hombres, de armas, su general reducido a ese estado de sumisión, nada impresiona a
de caballos e incluso de construcciones, olvidó que no podía fuvor de un inforrunio tan grande; ni el fondo, ni los accesorios,
introducir al actor más esencial, ese rayo de sol interceptado por ni el casco tendido en el óbolo, pueden distraer de la insipidez
Alejandro y sin el cual la composición no tiene sentido. que resulta de tanta sequedad.
Este desprecio no tiene que sorprender más que aquel que no Gérard busca, por el contrario, para animar su tema, un ca
tamos en los pintores de nuestros días, que han buscado rivalizar mino completamente opuesto. Ame la aridez de la composición,
con la escultura, abjurando de los medios que son en su totalidad ante esa ausencia de interés que resulta en gran parte de la inuti
panes virales de su arte. Animada por un motivo loable, el de lidad de los accesorios, es principalmente en un accesorio donde
devolver a la pintura una grandeza y una simplicidad de las que parecer resumir todo el pensamiento de su cuadro; hablo de esa
los pintores del último siglo se habían aparcado cada vez más, serpiente enredada en la pierna del joven guía, el cual, dormido
una escuela completa se ha enamorado de la estatuaria antigua, o expirando de fatiga, descansa en los brazos del ilustre ciego.
no de su espíritu, sino de su propia forma, que literalmente ha Todo en su composición presenta la idea del abandono y de la
hecho pasar al interior de los cuadros. soledad: el héroe bordea un precipicio, y solo descubrimos en el
Esta violencia hecha a la tradición, y me animaría a decir al ciclo los colores siniestros del poniente.
buen sentido, no se manifiesta sin protestas de un cierto vigor Una pintura semejante cumpliría probablemente rodas las
en el seno mismo de esta escuela, por una suerte de revuelta del condiciones para emocionar si la idea evidente de la afectación
sentido moderno contra esta supuesta novedad que realizaba la no se hiciera sentir tamo. La suerte de un ilustre guerrero redu
singular anomalía de un retorno a aquello más antiguo. Halla cido a la condición de mendigo, privado de sus ojos por el tirano
mos un ejemplo de este contraste en dos cuadros fumosos de la nl cual ha prodigado sus servicios, y forzado a apoyarse en un
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época de la que hablamos, el Belisario de David y el de Gérard. pequeño niño, presenta una imagen suficientemente poética e
En la primera de esas obras, concebida como un bajo relieve, interesante. Ella solo podía perder a través de una circunstancia
hay poco para la emoción que uno tiene el derecho de prome tan mezquina como la de esa serpiente; critico de igual modo a
terse en un tema semejante. La ejecución, muy acabada en el ese guía desfalleciente sostenido por aquel al que se supone debe
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M(l{/foica y bella.a
Eughu Delacroix
Nuestro gran Poussin, ese pintor filósofo (y quizá se lo llam6 así tener algo contra él? Rinde homenaje, más allá de que los tenga,
porque daba a la idea un poco más de lo que pide la pintura) ha a aquellos que son o que se han hecho sus jueces; la deferencia
caído frecuenremente en la afectación; su fumoso Diluvio, tan para con el público solo viene después.
admirado por las personas letradas, es una prueba de ello. Esta Lo que se pedirá siempre a todas las escuelas y a través de to
última familia del género humano que quedó completamenre das las diferencias de fisonomía será tocar el alma y los sentidos,
sola en la inmensa soledad de las aguas y que lucha en una frágil elevar la inteligencia e iluminarla.
embarcación contra la destrucción, esa serpiente (también una Existen sin duda épocas favorables en las que todo parece
serpiente) autora de los males de toda nuestra raza, que se dirige prodigarse a la vez, donde la inteligencia de los jueces llega al
sobre ese promontorio final, todo ello solo da, en verdad, la idea encuentro de las tentativas de los artistas: ¡épocas dichosas, artistas
del diluvio universal a aquel a quien una explicación previa le aún más felices de llegar a su tema y solo encontrar espíritus que
hubiera informado la idea del pintor. Son temas, y ames que los comprenden y sonrisas que los alientan!
ningún otro aquellos que son extraídos del Antiguo Testamen Hay otros períodos durante los cuales los hombres, estreme
to o del Evangelio, que no hay que resumir, ni amplificar, ni cidos por otras pasiones, exigen distracciones menos elevadas,
Lo que nos queda de las obras de los antiguos jamás presenta el espíritu, fecundas solo en resultados materiales; pero final
esta afectación extraña al arte. Uno puede correr tras las ideas mente los artistas y los poetas pueden todavía dejarse ver de vez
ingeniosas con la ayuda de palabras, pero en las artes mudas en cuando; más temprano o más tarde, cautivan a ese número
como la pintura o la escultura, es un gasto de pura pérdida, extendido o limitado de hombres que necesitan vivir por el
aunque uno se lo permita en vista de lo bello, y prueba más bien espíritu. Aunque haya que atravesar tiempos de esterilidad,
la impotencia del escultor o del pintor para emocionar mediante uno jamás ve agotarse enteramente la fuente de inspiración.
los medios que son de su dominio. liz.iano sobrevivió a Rafael, a quien vio nacer; el reino de los
Hay que hacer justicia a los Aamencos, a los españoles, a los grandes venecianos sucede al de los grandes florentinos. Medio
italianos, que no dejaron traslucir ese defecto en su pintura. Se siglo más tarde, el prodigioso Rubens aparece como un faro que
debe estar agradecido sobre todo a estos últimos, entre los cuales iluminará numerosas y brillantes escuelas, fieles a la tradición y
la literatura raramente ha abusado del espíritu. Es una manía ,in embargo plenas de novedad. Los españoles, los holandeses
completamente francesa que se sostiene sin duda en nuestra in nos consuelan del sueño de Italia, esta madre tan fecunda hace
clinación a todo lo que se desprende del habla. El pintor, entre tres siglos, demasiado estéril, ¡ay!, en nuestros días, y que hace
el pincel es tributario del que sostiene la pluma; quiere hacerse Este es el cuadro de las vicisitudes de lo bello, donde se eleva
comprender por el pensador y por d filósofo. ¿Quién podría rerc viento que transporta de Norte a Sur, de Oriente a Occi-
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Eughu Drlacroix
Mnafoim y brli=
dente, el cetro del gusto, ¡el don de gustar y de instruir! ¿Cuál De un hombre se dice, para alabarlo, que es un hombre úni
es el capricho que hace aparecer un Dante, un Shakespeare? co: ¿no podemos afirmar, sin paradoja, que es esta singularidad,
Este, aún entre los bárbaros anglosajones, similar a una fuente esta personalidad la que nos encanta en un gran poeta y en un
que brota en medio de un desierto, aquel en la mercantil Flo gran artista; que esta nueva cara de las cosas revelada por él nos
Cada uno de estos hombres se revela de repente y no debe revelaciones de lo bello que se han vuelto el patrimonio de los
nada a aquello que lo precedió ni a aquello que lo rodea: seme espíritus de todos los tiempos, y que son consagradas por una
jante a ese dios de la India que se engendró a sí mismo, que es extensa admiración?
que, por respeto a una época sabia donde se tenía el culto casi
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73
Parte II
IMPRESIONES Y
MEDITACIONES
Realismo e idealismo
I
jscques Louis David, ú Srrmrnt dn Homm, 1794, Louvre. (N dt1')
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Eughu Delacroix Mttafoica y beíitrA
la elección de las formas, y esos brazos, esa pierna, no actúan preconcebida, el desdichado ya solo puede salvarse, hasta llegar
sobre la imaginación. al final, por la imitación exacra de esos detalles, que ocasiona
¿Sería demasiado aventurado decir que lo que es ideal es ron su mínima inspiración. Sin duda, el modelo es necesario
aquello que se dirige o no hacia la idea imitada? Las formas de y casi indispensable, pero no es más que un esclavo que debe
El antiope9, las figuras de Miguel Angel, y tantos otros fragmen obedecer al aspecto de la invención. Uno roma de él algunos
tos sublimes que carecen de imitación literal, hacen pensar en detalles característicos que la imaginación m:is privilegiada o la
elJo. Entre los primitivos maestros de los que hemos hablado, la memoria má.s fid no podrfan reproducir, y que dan una suene
imitación, por el contrario, lejos de perjudicar el efecto sobre la de consagración a la parte imaginada. No hace falra decir que
imaginación, sin duda lo aumenta. ¿Qué es entonces aquello que esta manera de trabajar exige la ciencia más consumada, y que
se dirige hacia el alma sin lo cual no hay pintor ni espectador! para ser sabio en esto hace falta la vida entera.
El yo no sé qué, la misteriosa inspiración que da alma a todo, y Cuando digo que es preciso apropiarse solo de algunos detalles
que encuentra los caminos secretos del alma. del modelo, esto no se debe tomar de una manera demasiado
De allí la necesidad de tomar del modelo solo lo que sirve para estrecha o demasiado absoluta; cada organización da la regla del
explicar, para corroborar la idea. Las formas del modelo, sea un grado de imitación. Esos Holbein, esos Memling, son sublimes
árbol o un hombre, son solo el diccionario donde el artista va a no a pesar de su sorprendente y exacta imitación, sino a causa de
retemplar sus impresiones fugitivas o más bien a darle una suerte ella. Todo depende del espíritu dentro del cual se imita.
propio interior, en el alma del artista. Muchos de ellos, por el ¡Eh!, maldito realista, ¿querrías tú, por casualidad, produ
contrario, componen con el modelo bajo los ojos, sustraen, quizá irme una ilusión, tal que yo me imagine asistir en realidad al
suprimen, o añaden, pero siempre parren de ese objeto extraño espectáculo que pretendes ofrecerme? Es de la cruel realidad de
a ellos mismos, el modelo exterior. Entonces están dominados los objetos de lo que huyo, cuando me refugio en la esfera de
siempre por el ascendiente de esta naturaleza viva que solo tie las creaciones del arte. ¿Qué me importan rus personajes ver
ne que mostrarse para parecer seductora, incluso sin elección dnderos, que encuentro en la calle sin el esfuerzo de hojear tu
y sin vínculo con otra cosa. Esra manera de proceder explica libro? AJ menos soy dueño de desviar la vista de allí, cuando los
la asombrosa sequedad de ciertas concepciones. En estas obras rncuenrro bajo mis pasos, mientras tú, tú me hacer ver roda la
donde el artista comenzó por un detalle sin relación con su idea lllllSre y toda la miseria.
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Eugh,e Delacroíx
Mrtafoica y belleui
hilar fino sobre todo; el historiador quiere dar a conocer todo de supone que los objetos deben causar.
que prestan solemnes discursos a sus personajes. de ejecución. Si se trata de la composición, no puede romar un
• • •
hacer de ellos un cuadro. Es preciso circunscribir la idea para que
de lo que ven nuestros ojos? El aspecto de un paisaje nos gusta de la reproducción en una obra fotografiada que en una obra de
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HI
Eughu Delacroix Mn11fisica y btllaa
¡Y qué decir de los aspectos chocan ces que entrega la perspectiva Del arte antiguo y del arte moderno. No podemos rep etir lo
real, defectos menos chocantes quizá en el paisaje, donde las s uficiente q ue las reglas de lo bello son eternas, i nmutables y que
partes que se presentan adelante pueden ser agrandadas, incluso sus formas son va riables. ¿Quién de cide sobre es as reglas y sobre
de forma desmesurada, sin que el espectador se vea tan dañado esas formas versas, que parecen
di p e l garse a esas reglas, aunque
como cuando se erara de figuras humanas! El obstinado realista con una fisonomía d iferente? Solo e l gusto, tan raro quizá como
corregirá entonces en un cuadro esta inflexible perspectiva que lo bello; el gusto que permite ad ivinar lo bello allí d onde está
falsea la visión de los objetos a fuerza de justeza. Y permite que lo hallen los grand es a rtistas, que poseen el don
el cuadro: no vemos ni las briznas de hierba en un paisaje, ni los El gusto por lo arcaico es pernic oso i ; es él quien co nvence
impotencia de percibir esos in finitos detalles, solo logra q ue nu estro sin relación con nuestras costumbres actuales. Es imperdona
espíritu perciba lo q ue hace falta percibir; este último ha ce todavía, ble buscar lo bello a la manera de Rafael o de l Dante. Si f uera
a n uestra esp alda, un trabajo pa rticular: no to mar en cuenca todo posible q ue v olviesen al mundo, ni uno ni el otro presentarían
Jo que e l ojo le presenta; relaciona aquello que ex perimenta con los mismos caracteres en su talent o. En uno se ha imitado, en
otras impresiones a nteriores, y su goce de pende de su d isposición nuestros d as,í una suene de ingenuidad a ustera, en el otr o, esas
presente. Esto es tan cie rto que la misma visió n n o pr oduce el impresiones si mples del fresco, donde se presc nde d i el efecto y del
m sm i o e fecto caparado bajo pu ntos de v si ta diferentes. color. No esta mos a utorizados a remedar la forma prim itiva del
Aquello que cons tituye la in ferioridad de la literatura moderna Dame, l uego de Ariosto, luego de Milton, lue go de los grandes
es la pretensión de reAejar todo; el c onjunto des aparece ahogado escritores franceses. Retornar a la austerid ad d el fresco lu ego de
un volumen de conversación y de descripción pa ra h allar un re medar es la invención y la v ariedad de los caracteres . Lo que
de Walter Scott, y v uelve mu y difícil leer as l ; por eso el espíritu panicular sus in spiradas obras.
Dichosa l a pint ura que solo exige un vistazo p ara at raer y para
fijar la at ención. Quien dice un arte dice una poesía. No hay arre i
s n un fin poético
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Eughu Delacroix Metafoicn y be/kz.a
Hay un tipo de emoción que es completamente específico de potencia creadora cuya fuente es indefinible. Datos llenos de
la pintura; nada en lo demás ofrece una idea de ello. Hay una dicha se han perdido en manos de presuntuosos cuya inhábil
impresión que resulta de semejante acuerdo de colores, luces, naturaleza solo capta un rincón de su propia invención. Una pie-La
sombras, etcétera. Es lo que llamaríamos la música del cuadro. comienza: los personajes se colocan bien, la acción marcha con
Incluso anees de saber lo que este representa. Entran en una naturalidad, el espectador siente abrirse las fuentes de la piedad
catedral, y se encuentran situados a una distancia muy grande o del terror, luego roda eso se desbarajusta y acaba en humo.
del cuadro como para saber lo que representa, y a menudo son . . . Me preguntarán ustedes si este conjunto tan raro debe
tomados por este mágico acorde; solo las líneas tienen algunas surgir de una gran abundancia de despliegue o de una enérgica
veces ese poder por su grandiosidad. Aquí reside la verdadera su concisión que no permita a la imaginación Aocar en demasiados
perioridad de la pi mura sobre otro arte, puesro que esta emoción detalles. Ni lo uno ni lo otro. Shakespeare nos fija a menudo a
se dirige a la parte más íntima del alma. Remueve sentimientos través de su charloreo en medio de la pieza, pero el personaje
que las palabras solo pueden expresar de una manera vaga, y de es aún él. Volraire, en sus novelas, solo da una pincelada, pero
cal forma que cada uno, según su genio particular, los comprende con ella pinta roda el hombre. La descripción de la tempestad
a su manera, mientras que los pintores los transportan realmente de Cándido, etcétera.
hacia ellos. La pintura, como una potencia maga, los toma sobre Los poéticos, los crfricos, pretenden siempre en las obras de
sus alas y los lleva hacia delante. Añade a aquello que sería el los grandes maestros atribuir a la perfección de algunas cualida
espectáculo de la naturaleza ese clcmenro que verifica y elige el des secundarias aquello que es el efecto de esta facultad única.
alma del pintor, su estilo particular. Alaban el dibujo de Rafael, el colorido de Rubens, el claroscuro
Lo que caracteriza en verdad al gran poeta, al gran pintor, en de Rernbrandr. ¡No, mil veces no, no es esa la verdad!
fin a cualquier gran arrisca, no es solo la invención de un ripo ¿Cómo es que muchos compositores patéticos por la disposi
impactante de pensamiento, es su realización, su personificación dón y la invención de las figuras, son académicos por la frialdad
a través del Banco más enérgico. Es esca potencia de imaginación de los accesorios?
de fallas, solo que sus fullas o más bien sus olvidos son distimos Al separar lo bello de lo útil, Kant prueba claramente que no
que los del común de los artistas. Uno de estos últimos concebirá t •t.f en absoluto en la naturaleza de las artes dar lecciones. Sin
un carácter bastante impactante, pero habrá en su desarrollo algo r l uda . todo lo que es bello debe hacer nacer semimienros genero
de artificial que le quitará la vida. La ejecución más cuidada en "''• y esos sentimientos excitan la virtud; pero desde el momcmo
los detalles no ofrecerá esa unidad que resulta de esa no sé qué 1111 que tenemos por objeto poner en evidencia un precepto dr
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Euglnt Dtlacroix
Mttnfoica y btlkw
moral, la libre impresión que producen las obras maestras del arte
un resultado ú r i l : es más bien porque tienem menos imaginación
XIV dijo a un predicador que había dirigido su sermón contra existen en la realidad, no son calculados como una ficción cuyo
derrochador. Parece deleitarse en dar más esplendor a las flores, y el entusiasmo por el hombre virtuoso.
que a las rosas que no son más que bellas?¿ Y de dónde provie�e
las obras maestras, y su teoría está, respecto a esto, en completo
que las bellezas sin fin? Es que lo bello nos llama a una existencia
y es a dichos sentimientos que la imaginación del pintor o del
valgan más que ellos que busquen a menudo dar a sus ficciones
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8/
Eug(nr Drlacroix
Mm,fisica y btlkza
Seguimos siendo fanfarrones con pretensión de volvernos más q�e desperdicia su ralento en mil producciones imperfectas, y el
naturales. Los románticos modernos en literatura han descendido pmror que, aunque organizado para producir muchas, provisto
hasta la trivialidad, y no dejaron de ser ampulosos. por la naturaleza de una facilidad casi siempre mayor que la de
¡Qué humano es Rubens! El cristo en la rumba es un hombre. de ideas, renueva sobre cada tela la fábula de Penélope, y se deja
Esos apóstoles, son groseros pecadores y siempre hombres. Cen arrancar una obra antes que declararla terminada: abuso de una
o de poco sentimiento, no clamen por lo innoble, por la villanía. cree, que impide, como lo he dicho en orra parte, que Leonardo se
¿Dónde se encuentra lo sublime? ¿Solo florece en ciertas la días, ha llevado a la locura de Girodet. Ahora bien, solo se hace
ticudes? Hablen a las personas que han estado en Italia de otro escuela ofreciendo por modelos grandes y numerosas obras. En
sublime que aquel; los verán encogerse de hombros con piedad; las condiciones tan desfavorables de nuestro clima y de nuestras
hablarán incluso de valacos y de hombres del Norte. Y al hablar �ostumbres, el maestro que solo puede mostrar un despliegue
de ello, preguntaré como hacía Sterne a aquellos que estuvieron mcomplero de su estilo solo ejerce una influencia imperfecta.
• • •
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"''
Sobre la pintura
• • •
'"
Euglnr Delacroix Mrtafoica y lxllrzn
Contraste de las líneas. En cualquier objeto, lo primero que siempre bochornoso. Ejemplo: Tienen que dibujar un caba11o
se debe captar para reflejarlo a través del dibujo es el contraste selecto, si se dejan llevar por los detalles, vuesrro contorno jamás
de las líneas principales, antes de posar el lápiz sobre el papel, habrá retrocedido lo suficiente.
eso resulta como por azar. No reconocía el principio al aplicarlo. Se podría oncentrar el paisaje
c meciendo r tono local solo
po
**� me parece el único en haberlo comprendido y ejecutado; el tono mate del tono rransparenre. Siempre considerando su
allí está rodo el secreto de su dibujo; lo m:ís difícil es aplicarlo decrecimiento a m edida de su distanciamiento en el cuadro,
como lo hace él a1 cuerpo entero. logres lo encontró en los detalles tocar luego el tono mare por encima. El boceto ya endría de
t
de las manos y sin artificios que ayudaran a1 ojo; sería imposible ste
e m odo una perspectiva aérea bien establecida puesto que son
lograr eso por procedimientos tales como prolongar una línea y los tonos transparentes y reflejos más o enos pronunciados los
m
dibujar con f recuencia al v idrio. T odos los dem:ís p nt i ores, sin que hacen venir acia delante. En rodo tipo de cuadros, sobre
h
exceptuar a Mig uel Áng el y a Rafa el, han dibujado por instinto, todo en los paños, habría que merer los tonos reflejos y rrans
por f ogosidad, y ha llaron la g racia a fu erza de obsesionarse con parences lo más adelante posible. He isto en alguna parte que
v
la naturaleza, pero no conocían el secreto de la justeza del ojo. Rubens usaba este artificio, bueno sobre todo en la pintura de
En el momento de la ejecución no hay q ue entumecerse en decoración, y recurso inocente para exagerar el efecto. En los
el estudio con m edidas, aplomos, etcétera. Ha ce fa ca l mucho paisajes, los toques m ates en los árboles próximos a l ojo parecen
tiempo para t ener esa justeza que, en presencia de la naturaleza, mucho más raros; por el contrario, en los árboles alejados, los
ayuda rá por sí mism a a [a impetuosa n ecesidad de reflejarla - tonos transparentes se difuminan y d esaparecen.
la s lín eas de m emoria, podríamos en cierto modo reproducirla Del color, de la sombra y de los reflejos. La ley del verde para el
g eométricamente sobre el cuadro. reflejo y del borde de sombra o de la sombra proyectada, que
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Eughu Ddacroix
Mrtafoica y bel/a:.¡
Aquí se vuelve a encontrar esta ley de que la nacuraleza procede del viol eta, dos tonos en os
l cuales ent ran el a marillo y el azul
siempre así. Del mismo modo que un plano es un compuesto de qu e dan a l uz el erde.
v
pequeños planos. y una ola de pequeñas olas. la luz se modi,fica � El to no v erdadero o el menos descompuesto en la carne debe
se descompone sobre los objetos de la misma manera. La mas evi se r el que lin da on el
c brill o, como en las t elas d e seda, los caba
vez como siendo la m:is general, sobre el brillo de los objetos. Es se p roduce el mismo efecto que observaba hace n momento
u en
en este cipo de objetos que más he norado la presencia de los rres los objeros il uminados por el sol, donde los conrras res son más
tonos reunidos: en una coraza, en un diamante, etcétera. Luego aparentes; del mismo m odo es en los satenes, tc.
e
encontramos objetos, como las telas, la ropa, cienos efectos de Un día intuí que la ropa tiene siempre reflejos verdes y
N o tardé en darm e c uenta de que en la car ne esta presencia es Me di cuenca de que el mar está en l a misma situación, on
c
sorp rendente. F inalmente, he llegado a convencerme de que no esta diferencia, que el reflejo es fuertemente modificado por el
existe nada sin estos tr es conos. En efecto, c uando encuentro gran .rol que juega el cielo, puesto que, por la sombra proyectada,
en el vi oleta se encuentra el rojo? decoradores no fallan en esto, en el tono gris, tierra de cassel, etc.
Hacer m:is pr ofunda la ley que, en las celas con b rillo, co mo :eo desde m i ventana a sombra de las personas
l q ue pasan
d e ese brillo, en el p elaje de los ca ballos, etc. esre terreno es por sí misma v ioleta, pero dorada por el sol;
Not o la p ared de ladrillos muy rojos que es át en la cal lecita en la sombra de estos personajes es tan v ioleta como amarillo se
do, la sombra muy v ioleta, rojo ca staño, cierra de cassel y blanco . ¿Habría temeridad en decir que en eno aire, y sobre todo en
pl
me pa rece ef ectivamente v ioleta y mate; la transparencia pare« uecesanamenre un tono verde? Hemos v isto evidentemente esos
des, p ero sobre cod o a causa de esta p resencia del anaranjado 'I Lis relaciones deben ser las mismas. Si el terreno parece 111r11u,
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Ei,gme Delacroix Metnfoicn J be/1.rza
dorado por la ausencia del sol, el reflejo parecerá menos verde, La pintura solo tiene un momento; ¿pero no hay en un cuadro
en una palabra menos vivo. tamos momenros como detalles y, por así decir, fases? ¿CuáJ es el
Hice toda mi vida ropa de tono bastante verdadero. Descubro fin más deseable del literato? Es producir al final de su obra esa
un día, mediante un ejemplo evidente, que la sombra es violeta unidad de impresión que el cuadro ofrece rodo a la vez.
y el reflejo verde.
He aquí documentos de los que un sabio quizá podría estar Lo pictórico impone sacrificios contra b. naturaleza o la ex
orgulloso: yo lo estoy más de haber hecho cuadros de un buen presión, así como en poesía se sacrifica la armonía.
Un sabio sin duda haJlaría que Miguel Ángel, por no haber AJ poeta le es difícil entrar en su obra; le es casi ran difícil como
conocido las leyes del dibujo, y que Rubens por haber ignorado salir de ella. La rima lo persigue fuera de su gabinete, lo espera
las del color, son artistas secundarios. en el linde del bosque, es un amo que lo domina. El cuadro,
duda todas las personas sensibles experimentan que en presencia Vemos malos generales ganar batallas; la suene riene rama y
de un cuadro bello, sentimos la necesidad de ir más lejos que él y más parre allí que el talento. Jam:.ís vemos malos artistas hacer
pensar en la impresión que ha hecho nacer. Se hace entonces el bellas obras. En la guerra, como en los juegos de azar, el saber
trabajo inverso aJ del literato: repaso el cuadro detalle por detalle, hacer corrige la fortuna o acude en su ayuda. Se habla de los
en mi memoria, y si hago por escrito su descripción, podría em azares del calemo; en las arres los arriscas tienen ideas felices,
plear veinte páginas en la descripción de aquello que sin embargo pero solo los buenos.
poema, en cambio, un cuadro del que se me muestra cada parte, Aunque trabaje con la mano, el pimor no es un cirujano, no
una tras otra, cual un velo que se levanra de manera sucesiva? es en su destreza en lo que consiste su mérito.
la pintura es un arre modesto, es preciso ir hacia él, y se va sin No se puede negar sin embargo que haya remas portadores
esfuerzo; basca para ello un vistazo. El libro no es así; ante todo del énfasis, por ejemplo, la oración fúnebre, la pintura monu
es preciso comprarlo, luego leerlo, página por p:.ígina, ¿oyen bien, mental, ere.
.,,
%
Eughu Dtlncroix Mrtafoica J btllaa
En la sola visión de su paleta, como el guerrero en la de sus Los hombres especiales que solo tienen un género son a me
armas, d pinror extrae la confianza y la audacia. nudo inferiores a aquellos que, abrazando desde más aleo, llevan
Las escuelas de decadencia han brillado por el dibujo. misma en los detalles. Ejemplo: Napoleón escritor: Rubens y
muy bonito de frente. No puedo admirar lo suficiente cuán infe En la pimura como en el resto, los pedantes, las personas que
riores somos en las arres a rodo lo que nos precedió. En rodas esas fingen cierras cualidades, son atrapados por aquellos que las
antiguas obras, cada época aporta su tributo, sin dañar al conjunto. tienen. Hay una multitud de pintores cuyo contorno fingido,
De la pretensión de ser naif. La ingenuidad se ignora. El ¡Oh, Rembrandt!, ¡Oh, Murillo!, ¡Oh, divino Rubens!, [ustedes
hombre de talento cree a menudo imitar mientras que es origi no son dibujantes, para el pueblo!
Los estilos. - Las leyes de la razón y del buen gusto son eternas,
Entre otras cosas, aquello que hace al gran pintor es la audaz y las personas de genio no tienen necesidad de que se las ense
combinación de accesorios que acrecienta la impresión. Esas ñen. Nada les es más morral que las pretendidas reglas, estilos,
nubes que vuelan en el mismo sentido que el caballero llevado convenciones, que encuentran establecidas en las escuelas, aun
por su caballo, los pliegues desu abrigo que lo envuelven o Aotan la seducción que pueden ejercer sobre eLios algunos métodos
alrededor de las faldas de su montura. Esra potente asociación . . . de ejecución que no son conformes a su manera de sentir y de
Sobre la importancia del tema. - Todos los temas se vuelven ne en nombre de la razón y de la conveniencia. Así Gros, por
buenos por el mérito del autor. ¡Oh!, joven artista, ¿tú esperas consideración del estilo de David, erc., ere. Vemos la influencia
un tema? Todo es tema; el tema eres tú mismo; son rus impre sobre el propio Rubens: la visión de los Carrache, etc., etc. No
siones, tus emociones frente a la naturaleza. Es en ti que tienes h.ry duda alguna de que el estilo que ha salido de sus escuelas,
que mirar, y no alrededor ruyc.» milo tan reducido como principio y que se volvió durante dos
98 ??
Es cieno que la ejecución de las escuelas venecianas, escuelas
Enseñanza y organización
que habían llevado a la perfección todos los aspectos del. c�lor y
A Monsicur Beule
i
var as de sus sesiones; uiero
q h ablar de las cuestiones relativas a
tod a su i ndulgencia.
101
Mrrafoica y brllaa.
roda Europa, fue para nosotros, desde su aparición, un motivo Me animo a decir otro tanto de la magnífica galería de las
de admiración y al mismo tiempo del más resperuoso y sincero terracotas, en la cual uno no puede dejar de admirar la gracia y
reconocimiento para el emperador, el cual se había dignado a la variedad del genio antiguo. Esta variedad destaca, en mi sentir,
tomarla bajo su protección especial, y a darle su nombre, luego un estilo admirable, a menudo con motivos iguales, repetidos con
de haber dotado tan generosamente a Francia con ella. marices casi imperceptibles, pero cuyo estudio ofrece la idea más
Me había parecido, en particular, que una gran parte del interés interesante de la predilección de los antiguos por ciertos temas,
que presentaba esta reunión de objetos admirables resultaba de y al mismo tiempo de su lejanía respecto a reproducciones ma
su propia reunión, y que la idea de reducirla, bajo pretexto de quinales de tipos en los cuales el artista no hubiese introducido
apartar de allí las piezas secundarias, era completamente con diferencias características, aunque ligeras en apariencia.
trario a la intención evidente de su fundador, y a la finalidad Sé que se ha invocado esta increíble objeción, que tamos
de un verdadero museo. No sucede con semejante colección lo fragmentos acumulados iban a exigir para su exposición un
que sucede con la de un aficionado apasionado y exclusivo, que espacio demasiado considerable. Extraña objeción, en efecto,
se complace en admitir solo fragmentos selectos, cuya rareza que consiste en lamentarse en cierto modo de qu e la colección
constituye a menudo el único mérito. Una colección ofrecida al sea demasiado rica. Es más fácil hallar sirio para una repartición
estudio debe componerse no solo de bellos objetos, sino también de pinturas y estatuas, que descubrir y adquirir un número
de todos aquellos que, en un orden de mérito menos elevado, tan grande y tan interesante de ellas. Es lo que supo hacer con
permiten no obstante seguir y apreciar los tanteos a través de los m uc h o cuidado y gusto el marqués Campana en este vasto
cuales el arte ha llegado a su perfección. museo que llevaba su nombre, y al cual imprudentes mutila
Nada podría ser más instructivo. La curiosa colección de cuadros ciones le van a quitar, al diseminarlo, el nombre de su reciente
italianos del museo Campana, que citaré a propósito de esro, ha y augusto protector.
sido, para mi gusto. juzgada de manera superficial, y, en su mayor Los jarrones pintados, las mayólicas y las lozas en relieve me
parte, condenada por personas que no han dado cuenta lo sufi parecen dar lugar a las mismas observaciones, y, si me fuera
ciente de su importancia relativa y de las luces que ofrece sobre los permitido añadir un deseo a aquellos que formo para la conser
orígenes y los progresos de las escuelas italianas. Esa instrucción, vaci6n y la armonía de un conjunto tan raro, sería ver figurar allí
que hasta ese día no podía hallarse en París en ninguna parte, los enyesados admirables que el celo inteligente de M. Ravaison
resulta de la yuxtaposición de los cuadros y de las comparaciones había reunido en la misma exposición. No dudo de que, en el
que naturalmente resultan de allí. Quebrando su conjunto y redi caso de que el museo fuera mantenido, se enriquecerá próxi
rigiéndolos a diversas colecciones, se habrá destruido una reunión mamente con donaciones de un gran número de aficion,1tl11-
preciosa desde ese punto de vista, sin enriquecer notoriamente !as celosos de sumar a su riqueza y de colmar sus lagunas. h dr mi
colecciones en las cuales habrán ido a perderse. conocimiento que intenciones de ese tipo han sidn rtpl hu1,I••
102 111,
Eug(nr Drlacroix
Muafoim y bdkza
y mantenidas en suspenso a partir de los temores inspirados al Es de señalar que, incluso entre las personas que no son artistas
público sobre la posibilidad de un desmembramiento próximo. de profesión, sino que solo siguen con interés las producciones
No abusaré más tiempo de la atención de la Academia rete artísticas, hay pocos que cedan a una inclinación particular en la
niéndola en el desarrollo de ideas que solo me permito señalar elección que podrán estar llamados a hacer, cuando todos refieren
y que sin duda se le han presentado en sus visitas al Museo en sus juicios una pasión completamente natural y sostienen con
Napoleón lll. La elevada inteligencia, el gusro, la experiencia calor los objetos de su predilección.
de tantos hombres distinguidos en rodas las ramas de las artes, Hace varios meses, los artistas comenzaron a reunirse para
me dan la seguridad de la impresión que habrán referido y del pedir diversas reformas y obtener algunas mejoras en las ramas
deseo que tendrán de conservar para Francia un reservorio tan del arte que los involucraban; tuvieron lugar varias asambleas,
original. Ya se había pagado un tributo de admiración a esra bella en las cuales fue imposible ponerse de acuerdo incluso sobre los
colección, y el ilustre M. Ingres había considerado casi como un puntos más esenciales; algunas resoluciones eran tomadas un
deber recomendarla a las luces y a la protección de la Academia; día por una mayoría, y al día siguiente, otra mayoría que el azar
y yo acudo a continuación y en términos más modestos, a dar había reunido decidía en sentido contrario. Luego de numerosos
testimonio al menos de mi viva simpatía y de mis votos por la tanteos, sucedió que se formaron dos sociedades rivales, que
conservación del Museo Napoleón III. más o menos resumieron las exigencias de todos los artistas y
Observaciones sobre las exposiciones de cuadros. - Es un hecho cuela de las Bellas-Arces. Y en el propio seno de esta comisión
constante que se pronuncien disidencias en el seno de la escuela fue notorio que cada una de las opiniones fue representada y
francesa. El público ha visto imponerse sistemas completamen sostenida, y las decisiones fueron tomadas allí por la mayoría de
te diversos que preocupan a los artistas y los impulsan hacia los sufragios, y que fue el azar del número lo que hizo triunfar
arre solo pueden converger, como es aceptado por todo el Los abajo firmantes tienen el honor de llamar particularmente
mundo, en provecho del arte mismo por la libertad que dejan vuestra atención sobre esre inconveniente, el más perjudicial de
a los talemos y por la variedad que introducen en sus produc todos, que resulta de la influencia pasajera de una mayoría cuyas
ciones; pero su primer resultado, tomando en cuenta solo las decisiones son sin embargo inmodificables y siempre opresivas
hacia una extrema intolerancia en la manera en que aprecian En toda comisión, compuesta como lo esté, la pasión pJfl u ul1u
mutuamente sus trabajos. que ampara el secreto del voto, la posibilidad de una rt'lllli(UI
104
Euglne Deiacroix Mernfi1icn y klitZA
distraída de personas ajenas a su profesión, el cuidado de juzgar Es muy difícil hacer un libro; hace falta clasificar, dividir, se
mismo en que ellas les llegan, ideas buenas o malas, pero sobre
que posee también sus fanáticos más firmes y más profundos
dan, los abajo firmantes pensaron que era la vía que al menos El inconveniente de semejante labor hecha por una sola persona
La autoridad solo puede consultar la voz pública, que designa de esta persona; es por dicho inconveniente que una obra como
107
106
Eugt'nr Deiacroix Mrtnfoica y bdlna
quiere, la selección de las ideas que un solo hombre ha podido trazos de luz y fuentes de interés muy distintas de sus esfuerzos
tener sobre un arre, o sobre las artes en general, durante una particulares o de su enseñanza vulgar, etc.
carrera bastante larga. En lugar de hacer un libro en el que se Parece que hallarán menos monstruosa una pieza de teatro, o
habría buscado clasificar por orden de importancia cada una una novela compuestas por muchos hombres de cierro mérito,
de las materias, etc. que un diccionario destinado a presentar el estado de los cono
Un diccionario, como se los hace corrientemente, es una obra cimientos sobre un arce, ni qué decir sobre una ciencia. En la
que no penenece a nadie y por la que nadie responde. De ali! labor de imaginación, aunque la diferencia de los estilos sea de
que necesariamente haya menos conciencia y refinamiento en naturaleza tal de contrariar cierta delicadeza, la dirección de una
cada parte, o bien un inconveniente aún mayor, el de la espe fábula puede ser concertada entre los colaboradores, los marices
cie de lucha que se establece entre los redacrores en relación a de los caracteres pueden ser fundidos en el conocimiento de las
la importancia que cada uno de ellos puede intentar dar a los pasiones que son siempre las mismas, ere. En la obra didáctica,
fragmentos de los que está encargado. por el contrario, los puntos de visra sobre las mismas cosas son
Casi es preciso llegar a esta conclusión, que cuanto más muy diferentes, en razón de la naturaleza de los talentos, ere.
mediocres sean los hombres que hacen el diccionario, más será Esca pequeña selección es la obra de una sola persona, que
realmente un diccionario, es decir una compilación de las teorías ha pasado coda su vida ocupándose de la pintura. Por tamo
de las prácticas en curso. De allí una banalidad completa en las solo puede pretender enrregar sobre cada objeto el poco de luz
aproximaciones. Un artículo no podrá presentar cierta originali que pudo adquirir, y tampoco ofreced más que informaciones
dad, es decir emanar de un espíritu que posee ideas propias, sin completamente personales.
contrastar con aquellos que no hacen más que resumir las ideas La idea de hacer un libro lo ha espanrado. Hace falta un gran
de todo el mundo sobre la materia. talento de composición para meter en un libro solo lo que es
Si en la obra de un solo hombre usted corre el riesgo de no necesario y para mecer en ello todo lo necesario. Si sobre codo
hallarse al corriente de todo lo que se puede decir sobre el tema, tienen la prcrensión de ensefiar, la rarea es mucho más difícil
en cambio tendrá sobre un gran número de puntos codo el jugo que si hacen una obra de pura imaginación. En esta úl ti m a ,
de su experiencia y sobre codo excelentes informaciones en los sin salir del carácter dado y conservando una cierta lógica en
aspectos en los que se destaca. En lugar de una fría compilación el encadenamiento de las situaciones, exisre una amplitud . . .
que no hará más que volver a poner bajo la mirada del lector pero en una obra didáctica . . . Le ha parecido que un dicciona
un extracto de codos los métodos, ercérera, tendrá aquellos que rio no era un libro, aun cuando hubiera salido por encero de
existe un artista que no haya experimentado en su carrera cuánco Cada artículo resulta mejor por separado y deja más huella c11
pudieron ser algunas palabras de un maestro experimentado el espíritu. Parece necesario, en una obra en regla. que el lrt mr
108 111'1
Euglnr Ddacroix Mrtnfoira J btllaa
haga por sí mismo, si quiere extraer algún provecho de su lectura, Sin duda, sería precioso rener un diccionario semcjanceescrico
No hay transiciones necesarias. Pero suponiendo entre ellos un acuerdo o m:ís bien una abne
El autor apenas se anima a confesar que su pereza fue favore gación poco creíble, ¿cómo hacer para que no haya contradicción?
cida por esta manera de proceder. Arrisca él mismo, más hábil Si, por el contrario, en la reunión que nos gusta imaginar,
en manejar los instrumentos de su arte que la pluma, ha lanzado fuera posible que cada uno de esos grandes espíritus abandonase
notas, no a la ligera ni sin preocupación por su alcance, sino una parre de su doctrina para conformar ai plan general, la obra
únicamente con la intención de comunicar las ideas que se ha no sería sino un resumen disminuido de las ideas de cada uno,
hecho sobre algunos aspectos importantes de las artes, solo que sin espontaneidad y, por consiguiente, sin esa fuerza que lleva
dispensándose del trabajo necesario para fundir estos diferentes consigo la persuasión.
aspecros en un conjunto estructurado, con comienzo y final. Todo el mundo sabe que en las arres hay una multitud de
El autor tiene el mayor respeto por aquello que llamamos principios sobre los cuales las escuelas no se ponen de acuerdo no
un libro; ¿pero cuánras personas existen que lean realmente un más que los médicos sobre los diferentes sistemas de medicina.
libro? Son muy pocos, a menos que sea un libro de historia o Las personas distinguidas podrán hallar ellas mismas, en este
una novela, los que se leemos seguida y completamente. Uno lee acuerdo, un interés que no hubiera presentado una obradid:íccica
fragmentos; el lector, cuando la obra vale la pena, termina por esrrucrurada. Se erara allí de cuestiones generales que pueden
rehacerla según su uso, así como en una galería de cuadros uno ofrecer atractivo a espíritus ajenos a la práctica de las artes.
se detendrá preferentemente frente a ciertas telas desatendiendo Existe incluso cierto interés en encontrar allí definiciones y
a las otras. explicaciones sobre varios remas basca aquí muy embrollados en
En una obra como esca, que se dirige sobre todo a los artistas, los libros hechos con las nociones corrienres o por hombres ajenos
quizá se encuentre m:ís interés en fijar únicamente la atención a la práctica de las artes. Existen muchos de estos objetos con
sobre objetos separados, formando cada anículo como un ca una gran significación que jamás han sido definidos de manera
pítulo aparte más apropiado para capturar el espíriru, y sin los suficiente, a falta de haberlo sido por personas de la profesión.
gastos de imaginación accesorios para reunir este punto separado El amor no se oculta que este rlrulo: Diccionario tÚ las Bellas
con aquel que precede o que sigue. Los artistas, que no son más Arres, es muy ambicioso aún desde otro punto de visea. Scrfo
lectores que escritores, aun cuando sean proclives a ser lo uno precisa la reunión de codos los cipos de conocimientos que im
y lo otro, en tanto se ocupan del arte mismo, en canco tienen pone un título semejante. Hemos visto, en épocas privilc1-1rnd.111,
poco tiempo, incluso para la ejecución, hallarán más pronto a hombres sorprendentes que reunían tocias las artes: cr.m • I•
mareria de reflexión en esta división, siendo cada artículo como vez pintores, escultores, arquitectos. Hubo quieuee. wmn M1
un pequeño capítulo aparte, lo que no exige una larga atención. guel Angel, unieron a ello la poesía; otros, como I c-1111,mlo, h1m
110 1 1 1
Eugh1r Delacroix
una de esas artes, cada una de las cuales agota las fuerzas de un
general. Sería preciso que cada uno de ellos sacrificara una parte
o su originalidad, no puede por tanto ser un elemento de un Los artistas, en general, escriben poco. Muchos de ellos, aun
diccionario, como lo son casi todos. enrre los hombres muy célebres, no habían recibido una educa
112
113
Metnfoica y brllan
• • •
mente a la opinión recibida y aceptada, �obreetnod1:t:�poa !ción
al r más mecamsmo
letrada, intervenía re mcn e , 1 posición y la ejecución
Digan lo que digan los litereros. su arte no presenta las difi
y en la ejecución literaria que en a c�m . decir labor
I ue aquí mecanismo no quiere cultades del nuestro. Cualquier hombre que tiene imaginación y
en pintura. Es e aro q . I ¡ entra en abso-
00
. d ficío en e cua sabe su lengua se formará pronto para escribir; cualquier hombre
de la mano, smo asunto e o� d"' 1 ro para aquello que me
. - -6 Incluso ana rr a, pe que tiene algo para decir lo dirá bien, quizñ mejor que el escritor
1
luto la msp1rac �· d pocos ensayos que hice en
· habida cuenta e Ios de profesión, porque estará menos preocupado por la forma y la
I
concierne, y dificultades materiales que presenta a
retórica de su discurso que por el fondo de la sustancia. No se
literatura, que, enrre las d la ingrata labor de girar
. conozco nada que respon a a . alarmen, poetas y prosistas; no voy por ello a volver más comunes
pintura, no . sea una consonancia, sea
f labras para evitar • .1 los Homero y a los V.rgilio: aquello que prueba esto es que
s� oficio ;�lt�:�ó;;1�t:�:r. �ada semejante en pintu.ra: p�ra palacios, si no es quizá el mago Orfeo; pero muy a menudo hemos
114
Eugfflt Deíecroíx Mrtafoica y be
llttA
pero jamás Tito Livio habría llevado a cabo el sitio de Toulon, el Si hubiese sido de esa clase de ser despreocupado y en el cual los
13 vendimiario, la batalla de Areola y el resto de sus admirables reproches y las injurias se atenúan, habría bailado un asilo en su
maniobras: luego de esto, ya no podemos sostener nada. impasibilidad. Hombre sensible y de un porte corriente. vencido
Lo que hace tan buenas a las obras literarias de hombres que en la lucha, se habría doblegado bajo el peso de sus sufrimientos
no son lireraros es que, haciendo una excursión por este extra y habría perdido por siempre la estima de sí mismo, único punto
fio arte, solo hablan de lo que saben, mientras que el escritor de apoyo seguro contra los choques de la fortuna. Pero era Byron,
declarado se ve a menudo arrastrado a hablar de todo tipo de con toda su naturaleza irritable y nerviosa, con todo ese vigor
cosas a causa de aquella Huidez de lenguaje; esta facilidad de de Aquiles que se vuelve a templar en la Estigia, en lucha contra
hablar elegantemente sobre todo les hace creer fácilmente que las vejaciones más desgarradoras. Él, en tanto viviente para el
pueden hacerlo a voluntad. Apelo a todos ustedes, '.1.rri�t� sin aplauso y la censura, que desafiaba el universo . . . que disfrutaba
fortuna, víctimas de esta intemperancia de lenguaje, justiciables un áspero placer en representarse como el desgraciado, el recha
con razón O
no como señores letrados. La pluma ha destronado zado, el Caín de los tiempos modernos.
todas las potencias, la política misma le está sometida, y el autor Si sus errores y sus debilidades solo le hubieran acarreado
de novelas, liberándose de sus meditaciones sobre el corazón un castigo justo y moderado, tal vez. la conciencia de sus fa.Iras
humano, hará, burlándose, como para distenderse, la crítica hubiese suavizado su carácter y no habríamos conocido todo su
de un tropel de pintores y músicos que esperan de sus libros el vigor. Su alma tenía fuenas en reserva, tesoros de energía que el
permiso para vivtr. . dolor arranca . . . ; le fue preciso recurrir a rodas sus facultades, y
Ahora bien, encuentro, por mi parte, que no es poca ventaja debemos a ese mismo instinto de resistencia frente a la injusticia,
para la pintura no ser un arte parlanchín. c¡ue primero despertó su genio infantil, el despliegue de todo lo
Memorias de Lord Byron. (Tercer volumen)- Las circunstancias una evidente alusión a sus propios sentimientos: «La deformidad
en las cuales Lord Byron abandonó Inglaterra hubiesen sido, pan es audaz. Está en su esencia traspasar el tipo humano de alma y
un hombre corriente, humillantes y desastrosas. En pocos meses, de corazón y volverse iguaJ, e incluso superior a la multitud. En
había experimentado rodas las amarguras dramáticas: había visto su andar cojo existe un acicate que lo aguijonea a superar aJ próji
profanado su hogar por las irrupciones de las fu�� �e la ley mo, Y en esas cosas que dejan un libre acceso a todos, se esfuerza
y solo había escapado a la prisión gracias a los privilegios de su en compensar la precoz. avaricia de una naruraleza mala madre.»
rango . . . y ahora, condenado, rechazado por el mundo,_ h_ufa, Me acuerdo de haber experimentado, de muy chico, aJgo
desterrado por la sociedad y la omnipotente voz. de la optmón. anáJogo. Yo me ere( por mucho tiempo desgraciado en varios
116 117
Eughir Drlacroix
Mnnfoicn y hrilm,
·
1 delgadez mi color amarillo, mi aparente debilidad,
aspectos. M • , de ostentación, que solo ilusionan a los extranjeros que los ven de
' . .
Eso debería existir mucho más aún en las obras modernas
mies como Don Quijote, cuyos h.íbiros son los nuestros, esa
30 de agosto de 1859, Scrasburgo, en el pequeño jardín.
mezcla de las ocupaciones vulgares, de los apetitos humanos de
es la verdadera tuerza, esta m . . . . trastes de esto existe en Virgilio en un nivel inferior, y solo por reflejo. Y
sentido no es para ellos poesía m 1magmac1ón. Los ��n ueril o existe aún menos en nuestros grandes trágicos; parecería que casi
palabras, las sorpresas de estilo que solo so� unda 7us·1�a P en lin todos, salvo raras excepciones, le han huido. Sobre todo Volmire:
118
IPI
Eugt'nr Drlacroix Mnafisicn y brlkza
imagen; los antiguos, por el contrario, hadan servir la armonía, para los espíritus sutiles que abrazan fácilmente las diversas caras
me imagino, para aumentar ese efecto. de las cosas; ellos resisten con más dificultad el deseo de expresar
lo que sienten.
Resulta de esto que estamos habituados a ver todo dentro
de cierta convención. Aunque nuestros sentimientos sean tan El teatro de los griegos intentaba ante todo conmover. Homero
feroces, nuestros hábitos más educados, nos ocultan la auténtica da a sus héroes todas las pasiones, todos los sentimientos, tamo el
verdad de los objetos. �ie.do como los otros. EJ héroe llega muy resuelto al combate, y
' * * que estima superior a él. Se retira ni más ni menos una mañana
del autor. Un tributo diferente y más halagador era el del enfermo El estilo e
s el hombre, es muy cieno; el estilo es el hombre cuan
solitario el del soltero descuidado que ya no lamentaban su do posee un estilo, desde luego. Es la vera incessu patuit deril 1_ Es
O
soledad ni olvidaban sus sufrimientos, su abandono y sus penas la marca, el cariz, la visión que se apoya fuertemente sobre un
secretas. Gracias a la hechicera, se podría comparar quizá sin in talento. Es también por desgracia la parre menos captada por el
justicia la lectura de este tipo de obras con el uso de los bálsamos vulgar. De allí el éxito de la imiración mezquina.
que se vuelven funestos tomados habitual y constantemente, pero Hace falta ser escritor de profesión para escribir sobre lo que
cuyo efecto es casi milagroso en ciertos momentos de dol�r Y de uno solo sabe a medias, o sobre lo que uno no sabe en absoluto.
languidez. Si aquellos que condenan indistintamente este npo de El l�ombre obligado a dar cuenta de todo y a todo propósito se
composición reflexionaran sobre la suma de placeres reales que meja a esos caballeros errantes que esrán siempre listos a abrazar
procura y de penas que alivia, la filantropía debería moderar su la causa del primero que ven.
. ' .
' * '
Ems, 14 de julio de 18 . . .
El silencio se impone siempre: en los negocios, en las relacio tres o cuatro días que estoy aquí, ocupado en alojarme, en tener
nes de cualquier tipo, los hombres bastante sabios como par-.1 con qué cenar, en correr tras el médico, en obtener un vaso de
11
que esta reserva para aquellos a quienes la imaginación domina,
Su andar revela una diosa (Virgilio, Entada, libro primero, v. 137). {N. de T.)
120 121
Eugfne Ddncroi:x
Mnnfoica y belleza
parte de los humanos solo viven esta vida; pero como no cono·
• ' *
18 de enero de 1856.
12,
preciso que sea así. Ese singular desacuerdo entre la fuerza del
122
123
Un matrimonio judío
en Marruecos.
Emre nosotros no hay nada más frío, y nada que indique hacia
por actos exteriores que se relacionan con los usos más antiguos.
125
Mnafoica y bellaa
primer lugar, los esponsales se hacen desde mucho tiempo ames �º'. ct'.bie�ro de espectadores. De un lado estaban las mujeres
de ese país, y que solo produce ruido más que sonido. Tenían
legada dentro de un oscuro apartamento; en el fondo de dicho
insensible a todo lo que pasa alrededor suyo, de manera que rinas: di?� las bailarinas porque solo las mujeres se entregan a
hombres. Todas las personas que han ido a Argel conocen esta
tiempo que está así encaramada y como acostada sobre ese am
danza que es, creo yo, común a todos los países orientales, y que
plio lecho, el resto de la habitación es ocupado a menudo por
turas y contorsiones que se adoptan casi sin que los pies cambien
En el pario de la casa se apretuja una inmensa multitud; las
tanto solo hace falca un pequeño espacio para cada una de las
de esas bodas, a las que iba como todo el mundo, encontré el
126 127
Mrtnfoicn y bellrza
Euglnr Drlacroix
Cuando una rerminó su corra representación que varía según Al final de un cierto número de prácticas que se ligan a su
su gusto o su arre panicular, las personas de la asistencia que adorno, es quitada de esta especie de tribuna como se haría con
quieren manifestar interés buscan en su bolsillo algún dinero una estatua, y llega el momento de arrearla fuera de la casa pa
destinado a recompensar a los músicos; pero se acostumbra, antes terna. A medias apoyada sobre sus pies, a medias levantada por
de depositar su ofrenda en un placo preparado a ra\ efecto, ir a debajo de los brazos, avanza, seguida y rodeada por todos los
tocar con la moneda el hombro de la bailarina que se prefiere. asistentes. Frente a ella caminan marcha atrás hasta la morada
He visto a algunos asistentes importantes dar hasta piezas de de su marido jóvenes que llevan antorchas. Aquí volvemos a
oro, con cierta ostentación, y sin duda para ser notados por los encontrar, como a cada paso en ese país, las antiguas tradicio
Cuando llega el final del último día que la esposa debe pasar que, con los párpados siempre cerrados, parece no hacer ningún
bajo el techo de sus padres, y antes de ir a la habitación con su movimiento que nazca de su propia voluntad. Sus rasgos son
marido, se la viste; se le pone sobre la cabeza una especie de mitra tan impasibles durante esta procesión como durante el tiempo
compuesta de una cantidad de fichas que se amontonan unas de sus otras pruebas. Me han asegurado que para hacerla fallar
sobre otras, de manera tal que uno solo vea pasar una mínima en esta imperturbable seriedad, se impulsa la malicia de hasta
parte de cada una. Ella es situada en una mesa, sentada contra pellizcarla en el camino. Creo que es muy raro que se vea a esta
la muralla y tan inmóvil como un término egipcio. Cerca de pobre criatura ofrecer el menor signo de impaciencia o nomás
la figura se colocan a lo alto velas y antorchas para que toda la de atención por todo lo que pasa. En este estado llega al hogar
asistencia pueda disfrutar cómodamente de toda la ceremonia de del esposo donde sin duda debe ver como su mayor felicidad ser
este vestido. Algunas mujeres viejas hacen, a su lado, un ruido liberada de tantas presencias.
continuo golpeando con sus dedos sobre pequeños tambores También al día siguiente tiene lugar en casa de los esposos una
formados con pergaminos tendidos sobre especies de jarros de ceremonia que me pareció puramente religiosa, entre los casados,
tierra pintada de diferentes colores. Otras viejas le pintan las el rabino y los asistentes. Esta ceremonia, creo yo, cierra todas
mejillas, la frente, erc., con cinabrio o henna, o le manchan el las erras, y debe ser en consecuencia la mejor recibida por los
interior de los párpados con kohl. La infortunada, expuesta a dos actores pnncipoles".
abrir los ojos durante esta última operación, puesto que sería de
sacrificio a la curiosidad de ese turbulento público. actualmente en el Louvre. (Nota del ediror francés).
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128
Fragmentos metafísicos
131
E11frne Delncrofr Mnafoita y be/Jaa
hasta la superficie.
vino a la cabeza, viendo redo ese mundo can ocupado, este en
En efecto, siendo el hombre él mismo un pequeño mundo, y batalla cubierto de cadáveres de hombres y animales? Hubiése
mación y resurrección.
más necesarias son sus panes. Solo es propio de los arriscas más
u na absoluta necesidad. ¿Cómo suponer entonces que el eterno uso: algunas clases enteras viven solo de aquello que no parece
o inanimada sin ningún fin? esas miríadas de seres destinados por la naturaleza a apropiarse,
Continué mi paseo: encontré zanjas llenas de agua. Algunas a transformar lo que ha cumplido su ciclo, a volverse los crisoles
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Mr111ftsic11 y hriirza
en el bosque de Champrosay
debilidad se entristece, y lo hace ramo más cuanro más elevada es
135
Eugfflr Ddm:roix Mnafoiea y /u/la.a
hasta el punto de confundirse con ellas, formas que pertenecen De la gracia de ciertas sinuosidades, la de los caminos por
a objetos de una especie completamente distinta. ejemplo. El uso los traza sin conciencia de lo que hace; incluso
Ejemplo. He visto, en la playa de Tánger, que csrá formada en perspectiva, conservan su gracia. Sería curioso observar la
es, por así decir, idéntico a la estría de la piel de los tigres. Hace
algunos días, fui sorprendido, ascendiendo el camino que va del El hecho es como nada, puesto que pasa. No queda de él más
puente a Champrosay, por pequeños rnonroncitos aplastados que la idea; incluso no existe realmente en la idea, puesto que
de bosta de vaca que habían formado manchas que me han re ella le da un color y se lo representa tiñéndolo a su manera y
cordado algún otro dibujo de un objeto análogo, pero que me según las disposiciones del momento.
dejaron convencido de que esas manchas deben reproducirse de ¿Porqué nuestros placeres pasados aparecen a nuestra imagina
la misma manera. ción como infinitamente más vivos de lo que han sido de hecho?
Solo conocemos de la ciencia las groseras amec.í.maras donde ¿Por qué el pensamiento se detiene con tanta complacencia sobre
el común de los científicos se codea con los más hábiles; estos lugares que ya no veremos, y donde nuestra alma experimentaba
entreven de un tiempo a otro algunas chispas que se escapan solo algún estado de felicidad? ¿Por qué incluso (;Oh, triste y cruel
para ellos, y todavía de una manera confusa, desde el interior condición de nuestra naruraleaa, allí donde estalla una potente
del templo en donde se encierra a la naruraJeza. Ese miserable fu.cuJrad!) el recuerdo de los amigos que afioramos los embellece
excremento secado al sol fijará el pensamiento ramo como los cuando los hemos perdido? Sucede en el pensamiento, cuando
soles y los mundos, y será la ocasión de un problema que abrace recuerda las emociones del corazón, lo mismo que sucede cuando
él mismo un mundo de observaciones. Díganme, señores, ¿cuál la facultad creadora se apropia de él para animar el mundo real y
es el compás presente por rodas parres y ocupado en dibujar en extraer de allí cuadros de imaginación. Compone, es decir ideali
el fango, cal como lo está en trazar la ruta de los astros en los za y escoge. No se puede pensar sin idealizar. ¿Qué son nuestros
cielos, esa raya variada y regular en sus giros? Otra pregunta. prejuicios? ¿Qué son los míos. por ejemplo, que difieren de los
¿Por qué esta fuerza desconocida se aplica aquí a repetir sobre de mi vecino? Una forma de idealizar el mismo hecho al verlo, es
la arena del mar esa forma que dibuja en otra parte sobre la piel decir a.l componerlo a mi manera. Es precisamente lo que decía
de los tigres? ¿Por qué aquí vínculos tan asombrosos, por qué en a.l comenzar: que el hecho no exisúa realmente, puesro que el
otra parre tantas diferencias entre objeros que eUa ha aproximado pensamiento le da una segunda vida al colorearlo, al itkaliza.rlo.
136
137
Eug>nr DrJocroix
Mrrnfoica y brliaA
21 de setiembre de 1854.
con el embrutecimiento. Algunas naciones se han vuelco especies
está Babilonia?
para. aprovecharse de los despojos de los pueblos degenerados.
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Eugine Delncroix Mu11foic11 J belleza
los otros. Casi todos los grandes hombres tuvieron una vida más
efímeras tentativas. Parece como si ella transportara con impa
estaba seguro de su gloria; sus obras, que apiñaba con una in
casi periódicamente, y semejante a la furia que aguarda a Sísifo
141
140
Eugfflr Drlncroix Mnafoic11 J brlln.a
Todo cambia, todo es novela. Somos sorprendidos por el razón universal . «Los pueblos, dice admirablemente Bossuet,
abatimiento que conduce a la muerte, por el olvido profundo solo duran en ramo haya elegidos que se abran de su mulrirud.»
veces vuelven me lo prueban. EJ recuerdo que creemos tener Se quiere gozar de todo, y no se sabe gozar de uno mismo.
es engañoso. Los rerraros de los muertos hechos tras la muerte Medite esras palabras. Cuando no gozas de ti, es como si fueras
parecen muy pronto semejantes, pues la imaginación, que solo ouo. Solo en la soledad se puede realmente gozar de sí, es decir ser
tiene recuerdos vagos, echa raíces en esa realidad. impresionado por los objetos exteriores en la relación completa
¿Cómo nuestros pensamientos serían hoy los de antaño? Mi que existe entre ellos y nuestra propia naruraleza. Te digo que
cuerpo se renueva sin discusión. No hay un fragmemo de mis hace falra medicar en esto, no para hallar la ocasión de escribir
cabellos que esruviese sobre mi cabeza hace veinte años; ¿cómo habladurías. sino por la verdadera utilidad que se p uede extraer
los pensamientos que nacen en el cerebro, o si se quiere en esa de esto para la vida.
viejo iguales a las del joven? Una idea les llega, si no la coman al • • •
los impresiona, el día de mañana les parecerá frío. La naturaleza no hizo la civilización. La civilización de los l
sa
o máximo q
vajes es l ue ella nos co ncede. El hombre realmente ha
En efecto, por más que busquen la verdad en las masas, yo agricultura, ha producido inmensamente. Co nstruyendo palacios
solo la encuentro, cuando la encuentro, en los individuos. Para y carrozas, inventando las arr es que lo recrean, se alejó mucho
que la luz brore de las tinieblas, es preciso que Dios encienda allí más de los simp esl b ienes de la naturaleza la q ue, no pe rdiendo
un sol; para que la verdad penecrc en un pueblo, es preciso que jamás sus derechos a través de odos estos cambios en
c la con
Dios lance allí un legislador. La verdad solo es revelada al genio, dición humana y su b ienestar aparente, lo hace nacer siempre
y el genio existe siempre solo. ¿Qué ven en la historia? De un en los sufrimientos, vivir y morir en la angu stia. Los pob res,
lado Moisés, Sócrates, Jesucristo; del ocro los hebreos, Grecia y que viven todo esto en sus ch ozas, son niños desheredados que
el universo. De un lado los pueblos que persiguen y matan; del quedan en la miseria y en la privación de los salvajes. Se rían mal
orro, la víctima aislada que los ilumina. Siempre un hombre y vistos sin embargo si maldijeran re specto a la civilización, po r no
un pueblo; siempre la razón individual trabajando en formar la ser sus fuvoriros. Sin co ntar con que nada impide qu e la suerte
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Mttafoicn y brilaa
Eughu Deiacro»:
los favorezca o que el talento y la mente los lleve alguna vez a las que reemplazan al inmenso roble arruinado por los años
la riqueza, su destino, tal como la civilización lo construye, es innumerables por retoños que rejuvenecen el aspecto del suelo.
cava surcos, para dar lugar a lagos o a una rierra nueva, mejor
Toda la complicación de este universo, esra imposibilidad de simples desórdenes de los elementos. Solo nos sorprenden a
un comienzo o de un fin, esre sol que quema sin consumirse, nosotros, cuyos pequeños cálculos se ven alterados o cuya se
esra necesidad de aquello que nos parece mal, todo esto debe guridad se ve amenazada. Partiendo de ese punto falso, de que
probar al hombre que, aunque se muestre orgulloso de su in nuestra frágil y pasajera existencia es el centro al que todo se re
teligencia, y se sirva continuamente de ella para exigir la razón laciona, tenemos razón en ver estos acomecimiemos tan lógicos
de todo, no puede con su ayuda traspasar el misterio universal. como contradicciones de la voluntad creadora; pero el hombre
Hay más: en vista de la perpetua contradicción entre mil cosas no es más que un aspecto de ese gran todo, en el cual cumple
necesarias y aquello que llamamos las leyes de la razón, y que su papel; recibe y da; oprime y es oprimi d o; quema, desgarra,
hombre esté tan lejos de lo verdadero, de la pura y matemática razón, que le han sido dadas, le parecen, a decir verdad, tícu!os
razón de todo, como esta mosca que veo pasearse en el calor, de esta preferencia que se imagina que la naturaleza le debe por
volar en todas las direcciones; con esta ventaja al menos de la sobre los demis seres. Por el contrario, debe servirse de esta
un indiscreto conocimiento, que ella no se inquiera por aquello y privilegiado, y consolarse al mismo tiempo por las miserias
que es negado a su naturaleza, y sigue las estrechas leyes de su que son las condiciones inseparables del lugar que ocupa y de la
ser, sin rebeldía ni vana curiosidad por conocerlas. resistencia que ejerce contra esa naturaleza acruanre e invasora.
Todo es por tanro bueno y bello fuera de él; ¿es que la razón
Considerando solamente la materia inanimada, el orden directriz y creadora del universo? ¿Es que esta razón, admirable
aparece por todas parres. Las catástrofes y la destrucción, que privilegio, en efecro, no alcanza para demostrarle no solo que
son la naturaleza misma y que reemplazan unos por otros los todo es necesario y que está admirablemente encadenado, sino
objetos que nos rodean, no deben causarnos ni sorpresa ni de también para consolarlo por aquello que llama sus males, es
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Mnafoica y br/Jezn
los funesros regalos de una naturaleza mala madre y que ve de levantar vuelo; ¿es preciso abandonarse a un vil desaliento,
con la mayor tranquilidad que es el destino eterno de todo lo porque el siglo está corrompido?
. ' .
nada se revela?; si todo es bueno y bello fuera de él, ¿todo lo
qué no ver que aquello que él llama los funesros regalos de una «Denles (a las mujeres), dice lord Byron, bombones y un
naturaleza mala madre son no solo las necesidades de su paso espejo, y estarán contenras.»
por la tierra, sino también las condiciones de la existencia de Es verdad, la bagatela es su elemento; tienen horror por las
nuevas generaciones destinadas, como él, a go1..ar a su turno de personas serias y por todo lo que es serio. Prefieren el encaje a
esta sublime naturaleza, que se rejuvenece sin cesar mediante todo, incluso al placer. El amor casi nunca es arra cosa que un
. . ' Bayle decía que la mujer que va al baile piensa mucho más en
El amor a la gloria es un instinto sublime que solo es dado a sacrificado como es, vaya a ese baile, yes únicamente para hacerlo
aquellos que son dignos de obtener la gloria. El amor a una vana asistir al triunfo del vestido y del bouquer.
que, en las grandes almas, toma su fuente en el sentimiento de Siempre se habla de la libertad; es el fin confesado de todas las
su propia fuerza. Seguramente todos los grandes hombres han revoluciones, pero no se dice lo que es esa libertad. En el Estado
presentido su imperio y han tomado por adelantado el sirio más libre, ¿quién es completamente libre? No se habla de esa
que la posteridad les concede más tarde; ¿cómo explicar de otro libertad que está por fuera de la política, que no encontrarán ni
modo esa audacia en la invención? en los lazos de familia, ni en los empleos, ni en las mil formas
' ' ' las exigencias de la profesión, los afectos de familia u otros, las
L1 dispersión de las aptitudes en ensayos que no conducen carácter de cada uno en panicular. El romano, que se vanaglo
directamente hacia un gran fin, es casi tan funesta como la riaba de ser libre en el Foro, era a menudo esclavo en su hogar.
pereza que los adormece o el desaliento que quita la fuerza Esta libertad, o más bien esta liberación de las preocupaciones
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Eug>ne Delacroix Mr1afoir11 y brllt?A
Uno se protege contra muchas miserias cotidianas, a través del son indiferentes a rodas las opiniones, con tal de enriquecerse
gusto apasionado que se tiene por un arte o una ciencia o una manteniendo bajo su influencia a un público numeroso.
ese gusto los preserve del tedio, es preciso que sea dominante, • • •
y entonces usted descuida deberes o necesidades esenciales, y se
encuentra aislado y muy pronto abandonado. Extrmía rejlcáón sobre los resultados de la igunldttd. - Cuando
La libertad política es el gran término ante el cual se sacri la igualdad haya fundado enteramente su imperio, será una de
fica precisamente, en este 'orden de ideas, la libertad más real. las funciones del público dorar de amantes a los hombres feos y
Aquella se resume corrientemente, entre los modernos, en la raquíticos; para sacar rajada a los bellos, será preciso hallar mujeres
libertad de decir y de escribir roda lo que se piensa; ¿pero cuán dispuestas a consagrasse a esa evangélica fraternidad; quizá los no
tas personas existen que hagan uso de esas libertades? Decir lo favorecidos por la naturaleza no se encuenrren lo suficientemente
que se piensa es un hecho aislado y que solo ofrece una mínima compensados por una simple entrega: presentarán una súplica para
satisfacción, y es más propio para engendrar enemigos que ser amados. Los hombres de espíritu serán invitados a recatarse un
para hacerlos progresar en el mundo. La más simple prudencia poco par.i no humillar demasiado a los desprovistos de espíritu;
muestra la inutilidad y el peligro de esta libertad de decir todo; no teniendo los medios para dar espíritu o sentido común. como
¿pero cuántas personas harían uso de la libertad de imprimir se da la sopa, a quienes carecen de ello, y no pudiendo quitarlo a
en presencia de esa falange de escritores, impulsados por el quienes lo tienen, habrá que obligarlos a no servirse de aquello. El
hambre o por la ambición, que cierran todas las avenidas, que Evangelio y.i prescribió prestar la otra mejilla a aquel que y.i golpeó
difaman todo lo que les obstaculiza, y que han hecho de ese la primera; solo se podrá ser tan buen ciudadano como su vecino
supuesto medio de libertad un arma terrible, ante la cual nada siendo tan bestia como él. El abogado que, en un proceso, haya
resiste, y de la que abusan a diestra y siniestra para su interés hablado mejor que su adversario, será amonestado para compensar
o el de su partido? su superioridad. Las mujeres feas serán las únicas con derecho a
Esta supuesta libertad solo existe pues para los escritores de tener adorno. Solo se representarán las piezas de los malos autores,
profesión. Por las buenas o por las malas, nos imponen su opi para consolarlos un poco. Incluso se invitad a las personas de
nión y sus prejuicios. Por un hombre clarividente y seguro de sí, talento a ayudarlas en su práctica. ¡Qué injusticia de la naturaleza
hay miles que solo ven a través de los ojos de los portaplumas. el mostrarse tierna madre para unos e impiadosa para los otros!
¿ Tienen ellos mismos mucho de esta libertad de decir todo, Nada será más justo que invertir un orden impío mediante todas
que es un medio tan potente de dominación? No; ellos están estas pequeñas mutuas concesiones. ¡Qué conmovedor será ver
como los otros sometidos a la táctica de su partido, de los jefes reinar sobre la Tierra, por medio de la política, aquello que la vieja
que les imponen el tono que deben usar; y esos jefes, a su vez, religión de Jesús no pudo realizar: este acuerdo de las almas que
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Mttafisira y btllna
Eugt'nt Delacraix
que sabe que puede ser asistido a tiempo, y cuyo coraje desperta
Si cada uno se dedica a su satisfacción, ¿no constituirá esa multitud
cerca suyo a un compañero presto a hacer las cosas bien como él.
dades de esos hombres resistir a miles de turcos.
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Eug(nt Delacroix
Mttafisica y belleza
Quizá no esté lejos el tiempo en que habrá que volver a los ver
es mucho más limitada que la de la infantería. Su principal ventaja
daderos principios del arte militar que fueron practicados por los
consiste en la posibilidad de transportar rápidamente una fuerza
el terror causado por las máquinas ciegas, ante las que se tratará
máquinas de ese tipo, lanzadas de manera intempestiva y a cargo
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Mnafoica y be/lrz,1
Eughu Ddncroix
destruirá las naves tanto mejor cuanto más grandes sean, etc.' En
14 Ti d . d
ropas esnna as a actuar sobre iodo de cerca podrían servirse de de fuego con un millar de marinos, y de exponer esa cantidad de
\SS
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Eugfnr Delacroix Mrtafoica y brllrw
proporciones o cañoneras, etc.? Con un arma cuyo efecto es muy a generalizar más que nadie y a ver en grande, hubiese dado su
destructor, la ventaja será evidentemente para aquel que pueda aprobación a relatos tomados de la sentimentalidad moderna a
dar a su arma la mayor justeza y alcance, etc., erc.» propósito de la herida de este o aquel, de la nieve incómoda que
El inconveniente que aquí asombra para la marina ¿no será se padece, del calor o el frío, de las perspectivas pintorescas o de
el mismo para los ejércitos de tierra? Tirar sobre multitudes ¿no las elegías privadas a propósito de un sol que se oculta, o de un
será el medio de aniquilar un mayor número de hombres? ¿No campo de batalla y sus aditamentos, ¡por desgracia', necesarios.
tendrían una gran ven raja pequeños cuerpas separados, que sepan Creo que hubiese visto con mal ojo esas especies de ilusrracio
reunirse en el momento justo? En 1854, anees de las pruebas de nes de la guerra, que es un oficio que se debe hacer seriamente
las que hablan aquí estos marinos, yo ya había pensado, como y sobre todo sin este aditamento de ternura para roda ocasión.
lo vemos más arriba, que en vista de las armas más mortíferas, Se hubiese consagrado, en cambio, a endurecer a sus soldados,
Está de moda desde hace algún tiempo, entre los militares que
género bastardo que, como todo lo que surge del orden común, es
tiempo, solo puede desviar los espíritus. ¿Qué puede decir sobre
apenas más extenso: s6lo se le pide ejecutar las órdenes que le son
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Referencias
Variaciones de lo bello
Revue des Deux-Mondes, 1 5 de julio de 1857.
Enseñanza y organización
Carra leída ame la Academia de las Bellas Arres, en una de sus sesiones, en
e! Musco Campana.
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