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“A corta distancia de Villabermeja I hay un sitio, que apellidan El Laderón, donde cada día se
descubren vestigios y reliquias de una antiquísima y floreciente ciudad.
El erudito y sagaz anticuario don Aureliano Fernández Guerra prueba que allí estuvo Favencia en
tiempo de los romanos, ciudad que desde época muy anterior se llamaba Vesci.”
“Vesci era una ciudad importante de la confederación de los túrdulos II . En el tiempo a que nos
referimos, los vescianos tenían ya la misma calidad que a sus descendientes del día les ha valido el
dictado de bermejinos: casi todos eran rubios como unas candelas”.
“Las poblaciones más célebres del interior, entre el río y la costa del Océano, son Ségida que se
apellida Augurina, Ulia o Fidencia , Urgao o Alba, Ébura o Ceriale, Iliberri o Liberini, Ilípula o Laus,
Artigi o Julienses, Vesci o Favencia, Síngili, Ategua, Arialduno, Agla Minor, Bebro, Castra Vinaria,
Cisimbro, Hippo Nova, Ilurco, Osca, Oscua, Sucelo, Unditano, Tucci Vetus, todas ellas en la parte de
la Bastetania que mira al mar III ” .
Plinio El viejo IV : Historia Natural V
El Laderón es un tell natural de 820 metros de altura, a unos 1.500 metros al Suroeste del
núcleo urbano de Doña Mencía, con una meseta de 10.000 metros cuadrados, recostado en
la ladera norte de la Sierra Abrevia, estribaciones que conforman el límite más septentrional
de las Subbéticas Cordobesas. Desde su meseta se divisa un amplio paisaje accidentado
por las sierras de Luque, Alcaudete y Martos por el este, la Campiña cordobesa por el norte y
oeste, parajes salpicados de yacimientos arqueológicos, "oppida"VII, recintos amurallados y
antiguos caminos.
Cartográficamente, El Laderón, se localiza en la hoja 967 -Baena- del mapa 1:50.000 del
Instituto Geográfico y Catastral en las coordenadas geográficas siguientes: 37°32'21" lat. N. y
0°40' 36" long. O. La vía más cómoda de acceso desde el pueblo es sin duda el Camino de
la Nava, 2.300 metros de serpenteante ascensión, pasando por las Pilas, descansadero-
abrevadero mandado a construir en el año 1863, por el alcalde Francisco Moreno Ruíz,
“Morenito”, aprovechando la emanación natural de aguas cristalinas y frescas filtradas por
Sierra Abrevia.
Otra vía de acceso a El Laderón, pero con una pendiente más acusada, es partiendo de la
antigua estación de ferrocarril, de finales del siglo XIX, también incluida en el Inventario de
Bienes de Interés Patrimonial de la provincia de Córdoba, y continuando por la Vía Verde,
que trascurre paralela al viejo Camino de Metedores, para luego coger el empinado
Camino de la Plata y tras pasar al lado de la Torre de La Plata, declarada Monumento
Histórico Nacional en 1949 y Bien de Interés Cultural en 1985, guardian del estratégico
Camino de Metedores y del feraz Llano Medina, adentrarnos en la imponente Cañada de
Matarratas o Tajo de El Laderón, de exuberante vegetación de bosque bajo mediterráneo,
para una vez dejado al Oeste el collado de La Majada del Serrano, a unos 400 metros de El
Laderón, con los restos de un recinto ciclópeo ibérico (siglos VI-IV a.c), baluarte defensivo
de Vesci-El Laderón, el Camino de La Plata y el Camino de Metedores, y bordeado el tajo
alcanzar la cima de El Laderón por la cara sur.
Los límites del Parque coinciden generalmente con accidentes naturales o con las
infraestructuras de carreteras y ferrocarril. Estos límites se recogen en el Decreto 232/1988,
de 31 de Mayo VI (B.O.J.A. 49, de 24 de Junio de 1.988), de declaración del Parque Natural.
Ocupa parte de la superficie de los términos municipales de Cabra, Carcabuey, Doña
Mencía, Iznájar, Luque, Priego de Córdoba, Rute y Zuheros.
Dentro de las Zonas Externas se diferencian: La Zona Prebética, las Unidades Intermedias y
la Zona Subbética. En esta última se sitúa el Parque Natural, delimitándose en la misma, de
Norte a Sur, tres dominios paleogeográficos: Subbético Externo, Subbético Medio y
Subbético Interno (no está presente en el Parque Natural).
La última etapa de deformación tiene lugar en el Mioceno Medio, y desde esta época hasta el
Cuaternario, se produce el levantamiento general de la región, con ligeras deformaciones
postorogénicas.
El Laderón (140220004)
Doña Mencía (Córdoba)
Caracterización: Arqueológica
Descripción:
Se trata de un poblado fortificado situado en las estribaciones de la Sierra de Cabra. Presenta una estructura
triangular y posee restos de muralla en los sectores Norte, Sur y Este. Aparecen abundantes fragmentos de
cerámicas del Bronce, época ibérica, romana y medieval. En la ladera Noroeste se encontró una tumba de
inhumación con diverso ajuar, destacando un puñal de tipo argárico.
Del período ibérico se conservan aljibes revestidos.
Observaciones:
Se debería realizar una intervención arqueológica de urgencia debido al interés del yacimiento y al continuo
deterioro que sufre.
Hoy sabemos que los primeros asentamientos humanos de la zona están datados más
abajo, en el valle, en el casco histórico de Doña Mencía, concretamente en su Castillo. Los
trabajos arqueológicos llevados a cabo en éste, a principios de 2008, han sacado a la luz
restos del Neolítico o del Calcolítico (6.000 años aproximadamente) de un posible poblado al
aire libre que se asentó en el cerro amesetado donde siglos después se erigió el castillo. Son
los primeros restos de asentamientos de este periodo al aire libre encontrados en la
comarca. Podemos deducir que conforme se iba desintegrando la sociedad igualitaria del
paleolítico y del primer neolitico y era sustituida por una sociedad estratificada, a la par que
aumentaba la presión demográfica y las relaciones pacificas cedían terreno frente a los
episodios bélicos, escaramuzas y saqueos, estos primeros pobladores del llano se vieron
obligados a cambiar de lugar de hábitat, buscando lugares mas seguros y más fácilmente
defendibles. En este horizonte de inseguridad apareció El Laderón como paradigma de lugar
inexpugnable. No obstante en El Laderón se han encontrado alguna que otra pieza
paleolítica, hachas neolíticas y abundantes cerámicas neolíticas.
Pero sin duda alguna el máximo apogeo histórico y humano de El Laderón fue en el periodo
ibérico, como queda claramente constatado por el gran número de piezas depositadas en
nuestro Museo Histórico Arqueológico Municipal.
Las viviendas de los oppida VII ibericos no siguen un esquema fijo. Las más habituales son las
de planta cuadrada o rectangular, con muy pocas estancias. Son muy corrientes las de dos
habitaciones, una de ellas de mayor tamaño donde se sitúa en el centro un hogar, y en uno
de los laterales un banco corrido. En una estancia suele aparecer cerámica, fusayolas VIII ,
objetos relacionados más o menos con la vida cotidiana, mientras que en la otra estancia
aparece material mucho más selecto, entre ellos destaca el armamento. Junto con este tipo
hay otras casas que presentan una planta cuadrada, con un pequeño umbral, y el interior
compartimentado en forma de T. Se crean así tres habitáculos. En cuanto a los materiales
utilizados se construyen con una base de piedra sobre las cuales se levanta un zócalo,
igualmente de piedra, sobre el que van situadas las paredes de adobe IX . El sistema de
cubierta es un entramado de vigas de madera, cubierta vegetal a su vez revestida con algún
tipo de enlucido, que no sólo está en esa cubierta, sino también en las paredes, que suele
ser de color rojo. El suelo del pórtico suele estar formado con tierra apisonada, adobes o
pequeñas piedras.
arados, hoces de madera y pedernal tallado, azadas y hachuelas tanto en hierro como en
sílex y cuarcita. Testimonio de estas actividades han aparecido en Vesci-El Laderón como
son molinos de piedra para granos y otros de piedra más dura para la obtención de aceite o
de vino. También han aparecido útiles agrícolas como pedernales o sílex tallados para trillos,
azadas, puntas de arado, azadones y hachuelas.
Sobre sus creencias y supersticiones nos informa el hallazgo, en este y otros yacimientos de
la zona, de figuritas votivas de terracota e idolillos fálicos de plomo y bronce utilizados como
ofrendas o amuletos para atraer buenos augurios y propiciar la fecundidad y abundantes
cosechas. Las figuritas votivas y exvotos X serían depositadas en templos o santuarios (muy
escasos), o lugares sagrados, lo más frecuente, como cuevas, manantiales, bosques, ríos.
Esta zona tuvo desde comienzos del primer milenio a.c. contactos comerciales y culturales
con fenicios y en bastante menor medida, desde los siglos VIII-VI a.c. con griegos. A partir
del siglo VI los cartagineses cogieron el relevo de fenicios. El contacto con los comerciantes
tuvo una amplia repercusión en el progreso tecnológico y evolución material de estos
pueblos, lo que supuso el aporte de nuevos conceptos ideológicos, culturales, económicos, y
tecnológicos: uso del torno de alfarero, alfabeto, metalurgia del hierro, paso del trueque a la
moneda (atestiguado por el hallazgo de monedas ibéricas de Obulco y romanas), olivo, vid.
Pero a la postre este contacto, en principio enriquecedor, terminó en subyugación de los
indígenas. El relevo cartaginés se convirtió en el s. III en conquista militar pura y dura. Los
cartagineses para el año 228 dominaban todo el sur peninsular hasta su derrota militar en la
segunda guerra púnica, en el año 201 a.c., a manos de los romanos quienes tomaron el
relevo de su dominación militar en la península y en todo el mediterráneo. Testimonio de este
comercio mantenido entre los púnicos y turdetanos sería la cerámica griega, en su mayoría
del siglo IV a. C., aparecida en recintos y fortificaciones como El Laderón que seria comprada
por los púnicos a los griegos para comercializarla posteriormente con los turdetanos.
No sabemos si Vesci tuvo una existencia autónoma o si formaba parte del territorio dominado
por régulos de poblaciones cercanas más importantes, como Iponoba. Igabrum o la cercana
Plaza de Armas (Nueva Carteya). Tito Livio nos dice que en el año 192 a. C. Licabrum,
identificada por la historiografía con Igabrum, era un oppidum opulento y bien fortificado que
participó en la sublevación general contra Roma del 197 a. C., incluso nos da el nombre de
su rey, Corribilo.
Sobre la datación de los restos arquitectónicos que aún perduran en el Laderón nuestro
paisano Alfonso Sánchez Romero dice: “Los paños de muralla que todavía se conservan
más o menos disimulados por la maleza en el arranque de la ladera norte se fechan entre los
siglos V al III a.C., o el aljibe de opus caementicium junto a la pendiente sur y próximo a una
de las rampas de acceso, y los restos de un silo –del mismo material- que hasta la década de
los 80 del siglo pasado se conservaron parcialmente en la zona media de la meseta se
fechan en pleno Imperio Romano”
A modo de conclusión decir que el motivo que mueve a la Asociación Cultural Vesci El
Laderón a realizar estas marchas es la pretensión de participar a la ciudadanía de que el
paisaje que nos rodea es una naturaleza antropizada que no se puede entender sin la
presencia humana. Cada paisaje y cada una de las piezas que lo componen, son elementos
identitarios -de un territorio y una población-, únicos e irrepetibles. Su valor patrimonial, por
tanto, es incuestionable. El paisaje es el resultado de la interacción entre cultura y
naturaleza. Cuando las premisas culturales, en base a las que intervenimos sobre el territorio
cambian, cambia el paisaje. La Asociación a través de estas marchas quiere poner su granito
de arena generando unas actitudes, marcando unas pautas y sembrando o potenciando unas
sensibilidades en la ciudadanía más comprometidas con la conservación y disfrute del
patrimonio histórico y medioambiental.
BIBLIOGRAFÍA
I
Villabermeja es el trasunto literario, para Juan Valera, de Doña Mencía y bermejinos sus moradores.
II
Estrabón identifica turdetanos y túrdulos, pero para Polibio y Plinio son distintos, estando los
túrdulos al norte de los turdetanos. Para Estrabón la Turdetania comprende todo el valle del
Guadalquivir, limitando con los carpetanos y por el sur con los bastetanos. Podría ser este nombre el
que denominaba a toda la región, en la que habitaban, según los datos de las fuentes, poblaciones
menores difíciles de localizar.
III
De las poblaciones citadas se pueden localizar con cierta seguridad, Vesci o Favencia en DOÑA
MENCÍA, aunque también la quieren ubicar en Archidona, en Gaucin, en Villanueva de la Serena…;
Ulia, MONTEMAYOR; Urgao, ARJONA; Iliberri, ILLORA en Granada; Síngili, el HIGUERÓN
junto a Antequera; Cisimbrio, ZAMBRA o bien cerca de Baena; Hippo Nova o Iponoba en la misma
comarca; Ilurco, PINOS PUENTE en Granada; Osca también en Granada, junto al río Cubillas; Ascua,
VILLANUEVA DE LA CONCEPCIÓN en Malaga; Ategua a unos 15 Kms. al Norte de Espejo junto
al río Guadajoz; Castra Vinaria, también llamada Erisana en LUCENA, aunque algunos también la
quieren identificar con Casarabonela cerca de Antequera; Segida Augurina, cerca de Palma de del
Río; Artigi o Julienses, ALHAMA DE GRANADA.
IV
Gayo Plinio Segundo: Escritor latino, científico, naturalista y militar romano. Nació en Comum el
23 d.C. (actual Como) y murió en Estabia, hoy Castelllammare di Stabia el 24 de agosto de 79.
V
“Celeberrima inter hunc et oceani oram in mediterraneo Segida quae Augurina cognominatur, Ulia
quae Fidentia, Urgao quae Alba, Ebora quae Cerialis, Iliberri quod Florentini, Ilipula quae Laus,
Artigi quod Iulienses, Vesci quod Faventia, Singili, Ategua, Arialdunum, Agla Minor, Baebro, Castra
Vinaria, Cisimbrium, Hippo Nova, Ilurco, Osca, Oscua, Sucaelo, Unditanum, Tucci Vetus, omnia
Bastetaniae vergentis ad mare”.
VI
DECRETO 232/1988, DE 31 DE MAYO, DE DECLARACIÓN DEL PARQUE NATURAL DE
LAS SIERRAS SUBBÉTICAS DE CÓRDOBA. (BOJA 49/1988, de 24 de junio).
Las Sierras Subbéticas cordobesas se encuentran localizadas en el cuadrante suroriental de la provincia
y se extienden entre los términos municipales de Priego de Córdoba, Carcabuey, Cabra, Rute, Luque,
Zuheros, Doña Mencía, e Iznájar.
Pertenecientes a las cordilleras béticas, se trata de varias alineaciones calizas de topografía accidentada
y quebrada de orientación SE-NW. Entre éstas, las más importantes son el Macizo de Cabra y la Sierra
de Horconera-Rute con vértices culminantes como Lobatejo (1.380 m.) la primera, y Bermejo (1.476
m.) y Tiñosa (1.570 m.) la segunda.
Este conjunto de sierras, junto a las numerosas manifestaciones morfológicas como el Lapiaz de los
Lanchares, Dolinas de los Hoyones, Polje de la Nava, Cueva de los Murciélagos, etc., le confieren un
indudable interés paisajístico y geológico.