Sie sind auf Seite 1von 3

UNIVERSIDAD CÉSAR VALLEJO

MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA EDUCATIVA


DESARROLLO DE SISTEMAS SENSORIALES
Vanesa Victoria Varas Cruz

CLASIFICACIÓN DE LAS SENSACIONES EXTEROCEPTIVAS,


INTEROCEPTIVAS: PROPIOCEPTIVAS Y VISCEROCEPTIVAS,
SENSACIONES PROTOPÁTICAS, SENSACIONES EPICRÍTICAS

La gran variedad que muestra el mundo a través de sus colores, la temperatura, sus sonidos, el
movimiento, la magnitud, los olores, etc., es posible sentirlo, conocerlo, sorprenderse y maravillarse,
así como también horrorizarse a veces, y solo es gracias a los sistemas sensoriales que posee nuestro
organismo; por mediación de nuestros sentidos, percibimos esa abundancia de información que
dispone tanto el mundo exterior y nuestro mundo interior. A través de la acción directa de los
estímulos en los órganos receptores se genera en nuestra conciencia el reflejo de las propiedades,
tanto del medio ambiente, como del estado interno de nuestro organismo; es decir, somos conscientes
de lo que nos rodea y de nosotros mismos por medio de los procesos de sensación y percepción. En
la sensación, actividad de los órganos receptores hace posible la penetración del mundo en la
conciencia humana y nuestra orientación en dicho mundo; asimismo, la necesidad de recibir
impresiones del medio que nos circunda es de suma importancia, ya que sin ellas no sería posible
nuestro desarrollo ni nuestra vida. Para el ser humano, las sensaciones representan la fuente del
conocimiento sobre el mundo y sobre sí mismo; a partir de éstas se hace posible la formación de
niveles superiores y más complejos de desarrollo que le permiten comprender apreciar, valorar,
controlar y transformar su medio tanto como a sí mismo. En este sentido, cabe destacar que no toda
sensación se expresan de la misma manera, es por ello que en el siguiente informe se dará a conocer
cómo es que nuestro cuerpo experimenta las diferentes sensaciones que recibe.
Los cinco sentidos comúnmente conocidos, se encuentran clasificados dentro de las sensaciones
exteroceptivas que a su vez se encuentran dentro de las sensaciones por contacto, sensaciones cuyo
surgimiento se requiere la aplicación directa del correspondiente órgano perceptor a la superficie del
cuerpo, la cual, el caso del gusto y el tacto. Asimismo, encontramos a las sensaciones a distancia,
sensaciones motivadas por estímulos que actúan sobre los órganos de los sentidos a través de cierto
intervalo de espacio, que son la vista, el oído y el olfato. (RÚBEN GONZÁLEZ VERA, 2008). Este
es el mayor de los grupos y el más conocido tradicionalmente. Hacen llegar al hombre la información
procedente del mundo exterior y constituye el grupo fundamental de sensaciones que une al ser
humano con el medio circundante.
Por ejemplo, por la vista yo puedo percibir los colores de un coche, y también su magnitud o tamaño,
si se mueve o está quieto, si hay un solo coche o si hay más, su estructura, etc. Pero también por el
tacto puedo saber su tamaño, o si se mueve, o qué configuración tiene. Se trata de cualidades que
pueden ser captadas por varios de estos sentidos.
En conclusión, la sensación periférica exteroceptiva tiene por objeto las cualidades de los cuerpos, o
efectos de estos causados sobre el medio o el órgano como el sonido, que no es una cualidad de los
cuerpos, sino un efecto de estos en el medio y en el órgano del oído.

Si podemos conocer el mundo por medio de las sensaciones exteroceptivas, para conocer el estado
interno de nuestro cuerpo tenemos a las sensaciones interoceptivas que el neuropsicólogo ruso
Alexander Luria las define como “sensaciones que señalizan el estado de los procesos internos del
organismo y hacen llegar al cerebro los estímulos procedentes de las paredes del estómago, intestino,
corazón y sistema sanguíneo, como de otros aparatos viscerales” (Luria, 1978, p. 19). Donde los
receptores se distribuyen por las paredes de dichos órganos formando así, una idea de cómo se siente
nuestro organismo, lo que también es conocido como las sensaciones visceroceptivas.
Las sensaciones interoceptivas figuran entre las formas más difusas y menos conscientes de las
sensaciones, y conservan siempre una afinidad con los estados emocionales. Sus sensaciones son
fundamentales en la regulación de los procesos metabólicos internos (homeostasis) de los
intercambios en el organismo. Las señales de origen interoceptivo suscitan un comportamiento
orientado a satisfacer necesidades o eliminar los estados de tensión como el estrés. Estas sensaciones
garantizan la información necesaria sobre la situación del cuerpo en el espacio y la postura del aparato
motriz sustentador, asegurando la regulación de nuestros movimientos.
Los datos interoceptivos se pueden fusionar también con datos exteroceptivos dando lugar a
sensaciones complejas, como por ejemplo la captación de la dureza de los objetos, resultado de la
fusión de los sentimientos musculares con las sensaciones táctiles externas. De aquí se entrevé que
la interocepción no tiene sólo la función de darnos a conocer el estado de nuestro propio organismo,
sino que tiene también un papel en el conocimiento del mundo exterior. Las sensaciones
exteroceptivas e interoceptivas se complementan en el proceso de objetivación, ya que la oposición
entre mundo interno y mundo externo es fundamental en este nivel de elaboración de los datos
sensitivos, y esta oposición se conoce gracias a la comparación entre sensaciones interoceptivas y
exteroceptivas.
Dentro de las sanciones que surgen en nuestro organismo tenemos a las propioceptivas, que son
señales que recibe nuestro cerebro proveniente de nuestras articulaciones, músculos y tendones;
constituyendo el fundamento de la regulación de los movimientos y logrando que el cuerpo haga de
forma eficaz sus tareas. Cabe mencionar, que sus receptores, los corpúsculos de Paccine, se
encuentran en los tendones y ligamentos.
El bloqueo de dicha sensibilidad, ocasiona la alteración del esquema corporal, con lo que el individuo
comienza a tener dificultad de movimiento. Dentro de estas sensaciones se encuentra la del equilibrio
llamada sensibilidad vestibular, la cual está relacionada con la vista y participa en la orientación en
el espacio. Por ejemplo, se pueden dar excitaciones visuales reflejadas en un centelleo, al viajar en
automóvil, provocando trastornos de equilibrio y náuseas.
Por último tenemos a las sensaciones epicríticas y a las protopáticas; las primeras, son aquellas
sensaciones que catalogamos muy bien. Podemos localizarlas, saber en qué momento se inician y en
qué momento finalizan y, además, su intensidad. Un ejemplo puede ser el tocar algún objeto caliente,
donde podemos detectar la intensidad del calor, el cuándo empieza y termina y en dónde nos molesta;
las segundas, son aquellas sensaciones que sabemos que existen pero no estamos seguros de cuándo
se inician y finalizan o qué intensidad tiene. Por ejemplo, cuando tenemos una ingestión no podemos
decir cuánto duro y en qué punto exacto se produjo.
Como hemos visto, el cuerpo humano no solo conoce el mundo de manera externa sino que por
medio de sus diferente transmisores y receptores podemos sentirnos bien o mal respecto al mundo y
su conocimiento determinará la manera en cómo podemos mejorar nuestro aprendizaje no solo
vivenciando el exterior sino también sintiéndonos bien con nosotros mismos.

Bibliografía
Cena, M. (3 de 2015). wordpress.com. Obtenido de
https://cintialucarelli.files.wordpress.com/2015/03/sensopercepcion.pdf
RÚBEN GONZÁLEZ VERA, H. M. (2008). ENSEÑANZA DIDÁCTICA: sensación y percepción.
Mexico: FES IZTACALA, UNAM.
Vasquez Echeverría, A. (2015) (Ed.), “Manual de Introducción a la Psicología Cognitiva”.
LURIA, A.R. (1987) “Sensación y percepción” España. Edit. Martínez Roca.

Das könnte Ihnen auch gefallen