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IDEAS
24 de Febrero del 2019 Lectura: 5 minutos
COLUMNAS
(/GABRIEL-
HIDALGO-
ANDRADE)
Si hay 43 opciones de voto, más las legítimas opciones de votar nulo y blanco,
entonces habría 45 opciones. ¿Cuál es la posibilidad de una o dos de estas, de los
nulos y blancos que no son válidos, al competir numéricamente frente a la suma
total de las 43 restantes? Ninguna. Esto quiere decir que no se socavará la
legitimidad del órgano como se dice equivocadamente porque la votación nula
quedará aplastada bajo la montaña de votos que producirá la sumatoria total de cada
uno de los 43 candidatos.
Ambos sectores somos abolicionistas, los que están a favor del voto nulo y los que
estamos en contra del voto nulo. Uno y otro buscamos que el órgano que
institucionalizó la corrupción durante la década ganada sea expulsado del sistema
institucional. ¿Cómo hacerlo? ¿Anulando el voto? No. Anular el sufragio atomizará
el voto crítico al correismo y le dará esa ventaja en la competencia, como se explica
en mi primer argumento (http://www.planv.com.ec/ideas/ideas/la-trampa-del-nulo). Así se
correría el riesgo de elegir y luego posesionar a un Consejo repleto de clientes
correistas que elegirán autoridades a nes a la revolución y que pavimentarán el
retorno de su mesías, frente a un voto nulo que será insigni cante cuando se
produzca el regreso del autoritarismo.
La solución es renunciar a la idea peregrina del voto nulo, votar por los candidatos
autónomos a la década ganada y exigir al presidente Lenín Moreno, con la toma de
espacios públicos en las calles, debates y opinión, la inmediata inclusión de una
papeleta adicional, a las 6 o 7 según el lugar, en las elecciones del 24 de marzo para
que se consulte al pueblo si quiere o no la existencia de este Consejo creado para el
abuso correista.
Por eso es importante no anular el voto, promover el voto consiente y favorecer con
el voto a personas comprometidas con la democracia, porque de celebrarse una
consulta popular y al abolir este órgano absurdo, serán los nuevos consejeros
quienes perentoriamente viabilicen la extinción del mismo Consejo, la elección por
última vez de las autoridades de control que faltan y el tránsito a un nuevo sistema
en donde sus atribuciones sean redistribuidas. Todo esto constaría en el anexo de la
consulta.
Acabemos con este debate enriquecedor, pero innecesario, y exijamos todos una
nueva papeleta para sepultar de una vez el último resquicio que les queda a los
abusivos de volver al poder.
@ghidalgoandrade (https://twitter.com/ghidalgoandrade)
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