deportivos más populares entre hombres jóvenes (y no tanto). Jugar en cancha de 11 es más difícil por varias razones, geográficas, económicas, deportivas, organizativas y demás. En cambio, un partido de fútbol 5 es fácil de organizar y la ciudad de Buenos Aires está llena de canchitas dispuestas a tal fin, con una amplia variedad en calidades y precios. El Placer quiere dedicar algunas líneas a discutir algo que muchas veces se pasa por alto pero que tiene gran importancia para que los partidos en cancha chica sean competitivos y divertidos: la táctica.
Mucha gente piensa que la táctica tiene poca importancia
en fútbol 5 o que directamente no existe. Es bastante claro que no cumple el mismo papel que en el fútbol 11, pero de ahí a sacarla completamente de la escena hay un paso demasiado grande. Una táctica adecuada puede lograr que equipos formados por jugadores poco dotados se vuelvan razonablemente competitivos y que equipos donde hay cierto talento sean capaces de potenciarlo. Una aclaración vale aquí: estamos hablando del fútbol 5 amateur puro, es decir, el que juegan grupos de amigos o compañeros de trabajo entre sí, o bien en torneos de muy bajo vuelo organizados por canchas de barrio. En el fútbol 5 de alta competencia (que en rigor también es amateur en general) casi todo lo que sigue no aplica.
Los principales problemas tácticos en fútbol 5 son
consecuencia del hecho de que la mayoría de los jugadores cree que está jugando en 11 y trata de imitar, en concepto al menos, las cosas que ve en la televisión. Independientemente de que tenga o no el talento para hacerlo, el jugador termina fallando porque lo que quiso hacer realmente no es una buena idea en el deporte que está practicando. Hay que empezar por el principio: no es lo mismo jugar en una cancha de 120 metros que en una de 40. Las reglas cambian, los espacios cambian, las opciones cambian y por ende la forma de pensar el juego tiene que cambiar también. A continuación vamos a enumerar 9 ideas que consideramos esenciales para mejorar el esquema táctico de un equipo de fútbol 5 y lograr que, si no se puede hacer magia con la pelota como hacen los que juegan en serio, por lo menos se use la cabeza lo suficiente como para no decepcionar a propios y ajenos.
1) El arquero es un jugador de campo más. Siempre tiene
que ser opción de pase, especialmente luego de sacar corto. En los corners tiene que ir hasta mitad de cancha, ya sea para cortar la contra o bien para ser opción si todos los compañeros están marcados (que es lo que debería pasar si el equipo que defiende lo hace bien, ver punto 7). Siempre tiene que salir a achicar cuando queda solo, aun si es contra 2 rivales. En definitiva, un arquero que se queda quieto no sirve en fútbol 5.
2) La única táctica viable es 2-2, es decir, jugar en
cuadrado. Es cierto que los equipos de alta competencia no suelen jugar así sino 1-2-1, en rombo, pero eso no es aplicable en un nivel amateur puro. El rombo requiere que los 2 del medio suban y bajen prácticamente sin parar y que el del fondo sea impasable en el mano a mano. En otras palabras, es una formación muy exigente tanto en calidad técnica como en rendimiento físico, dos cosas que escasean en casi cualquier picado de solteros contra casados. El 1-3 no tiene el más mínimo sentido y es garantía de comerse una goleada, mientras que el 3-1 es tan antifútbol que ofendería hasta a Caruso Lombardi. Por ende no queda más remedio que el 2-2 (eventualmente el 2-1-1 puede ser una variante razonable).
3) En fútbol 5, el pressing arriba es fundamental. De hecho
la calidad e intensidad de la presión que se ejerza sobre la salida del rival puede definir el resultado. Presionar la salida en fútbol 11 es físicamente muy demandante, lo cual, sumado a la cuestión del offside, lo vuelve una táctica cuanto menos discutible. Pero en fútbol 5, donde las distancias a recorrer son mucho menores y no hay offside, no existe excusa para no intentar al menos incomodar a los defensores rivales cuando salen. El delantero tiene que tapar la salida del equipo rival siempre y no correr hacia atrás, ubicarse siempre adelante de la línea de mitad de cancha, mientras sus compañeros de la defensa se ubican atrás de ella. Si el delantero trata de esperar la salida corriendo hacia atrás, termina marcando a su propio defensor. Eso no sirve y abre huecos al equipo que ataca.
4) Por lo dicho en el punto anterior, cabe esperar que el
rival presione la salida. Por ese motivo es que no hay que caer en la tentación de poner a los dos jugadores más rústicos del equipo a jugar al fondo. En todo caso es más bien al revés, si hay poco talento, mejor tenerlo en la salida que arriba. Al fin y al cabo definir en el fútbol 5 amateur (donde los arcos son relativamente grandes y casi nadie sabe atajar) no es tan difícil. Mucho más difícil es salir y armar sin perderla. Y ya sabemos que perderla abajo es medio gol en contra. 5) El fútbol 5 se juega con la pelota al ras del piso. Levantarla más allá de la línea del pecho no sirve prácticamente nunca. Los únicos pelotazos que pueden llegar a destino son los frontales, si el delantero tiene un juego aéreo decente y el defensor rival no es particularmente bueno. Los cruzados muy rara vez andan y hay que ir olvidándose de tirar centros desde antes de empezar. Eso es fútbol 11, no 5. En 5 no hay espacios para hacer eso; solo jugadores que tengan una pegada exquisita la logran poner adonde quieren y la más de las veces el arquero la descuelga con facilidad. En esto sí hay que intentar imitar a los que saben (por más que no siempre salga) y jugar a los toques por abajo.
6) No hay que abusar del bombazo de lejos. Es un recurso
que solamente sirve si el panorama está más o menos despejado, caso contrario las chances de que rebote en un jugador de campo son muy altas. Cuando todo el equipo rival está metido en su área, rematar al arco desde afuera no sirve, hay que intentar empezar la jugada de nuevo. Es cierto que el bajo nivel de los arqueros hace que patear de cualquier lado sea tentador, pero una vez más, no hay la misma cantidad de metros cúbicos que en una cancha grande, entonces lo mejor es no abusar del recurso.
7) En los corners el equipo que defiende siempre tiene que
hacer marca personal, nunca en zona. Poner un jugador a tapar la línea de la pelota es un craso error. Esa pelota es fácilmente dominable por el arquero casi siempre, en cambio, el jugador que queda libre siempre amenaza con meter el gol. Por lo dicho en el punto 5, realmente es poco probable que el gol llegue por arriba, por lo tanto, una marca personal eficaz obliga al equipo que ataca a jugar para atrás con el arquero y arrancar de nuevo la jugada, como recomendamos en el punto 6. Es el menor daño posible y es lo que hay que buscar.
8) Si el equipo rival presiona la salida como explicamos en
el punto 3, es probable que el arquero no tenga un pase libre cuando va a sacar. Cuando eso pasa, uno de los delanteros tiene que picar al fondo. Eso libera espacios y otorga la posibilidad de buscarlo con un pelotazo frontal. Ahora los otros 3 jugadores de campo tienen más por donde moverse, al equipo que defiende se le complica presionar y a su vez empieza a preocuparse por el pelotazo frontal, de modo que quizás termine aflojando un poco la presión.
9) También hay que medirse a la hora de pisar la pelota.
Es cierto que las jugadas en una baldosa y los lujos son característicos del fútbol 5 y para muchos son su principal atractivo, pero una vez más, es importante no caer en el abuso. Al final del día, una cosa sí es común al fútbol en todas sus variantes: todos los goles valen 1 y los lujos más vistosos siempre valen 0. Soltarla a tiempo puede marcar la diferencia entre un lujo individual intrascendente y un gol en equipo. Recordemos además que en el desafío entre amigos del barrio los mano a mano se convierten más de lo que se erran.