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UNIDAD DIDÁCTICA 1: - LA MITOLOGÍA EN LOS ORÍGENES DE LA LITERATURA.

- LA ÉPICA: DE LA EPOPEYA GRIEGA A LA ÉPICA MEDIEVAL

1. Mito y mitología

2. Literatura bíblica, griega y latina

3. La épica: definición y orígenes

4. La épica griega y latina: Ilíada y Odisea. La Eneida.

5. La épica medieval europea

- Cantares de gesta
- Cantar de los Nibelungos
- Canción de Roldán
- Poema de Mio Cid

- Poemas caballerescos: el ciclo artúrico

1. MITO Y MITOLOGÍA

Un mito (del griego mythos, «cuento») es un relato de acontecimientos imaginarios y/o maravillosos,
protagonizados habitualmente por seres extraordinarios, que ofrece una forma de comprender el mundo a través de
la metáfora, al igual que la poesía. El mito es en origen un relato oral, cuyos detalles varían a medida que es
transmitido de generación en generación, dando lugar a diferentes versiones. En las sociedades que conocen la
escritura, el mito ha sido objeto de reelaboración literaria,
ampliando así su arco de versiones y variantes.
El Partenón, templo griego dedicado a Atenea

a) Características del mito

En primer lugar, el mito es un tipo de acontecimiento que se desarrolla


en un tiempo lejano y glorioso, que remite a los orígenes de las cosas. En
segundo lugar, el mito intenta dar explicación a los misterios de la
vida y a los secretos de la naturaleza. Los relatos mitológicos
intentan contar la verdad a su manera, que no es la de la ciencia ni la de
la filosofía; constituyen otro medio de acceso al conocimiento y a la sabiduría. Además, el relato mítico tiene un
carácter ejemplar porque se refiere a acciones de excepcional interés para la comunidad y explica aspectos
importantes de la vida social mediante la narración de cómo se produjeron por primera vez tales o cuales hechos.
Por último, los actores de los episodios míticos son seres extraordinarios, fundamentalmente seres divinos, dioses o
figuras emparentadas con ellos, como los héroes (en algunas ocasiones, también animales). Son de naturaleza
suprahumana y actúan en un marco de posibilidades superior al de la realidad natural.

b) Clasificación de los mitos


Las respuestas a estos interrogantes misteriosos han dado lugar a diferentes tipos de mitos, según su contenido:
 — mitos cosmogónicos: Intentan explicar la creación del mundo.
 — mitos teogónicos: Se refieren al origen de los dioses.
 — mitos antropogónicos: Relacionados con la aparición de la humanidad.
 — mitos etiológicos: Tratan de explicar el porqué de los fenómenos naturales, ya sean astronómicos,
climáticos o biológicos, o de determinadas instituciones políticas, sociales y religiosas.
 — mitos morales: Se refieren al misterio de la conducta humana, especialmente en sus aspectos
irracionales, como el amor, la violencia, el bien o el mal.
 — mitos escatológicos: Se centran en imaginar la vida de ultratumba o el fin del mundo.

La mitología está presente en las primeras narraciones épicas de los diferentes pueblos y civilizaciones. Así,
encontramos narraciones mitológicas en el Antiguo Testamento hebreo, en las narraciones épicas indias, el
Ramayana y el Mahabarata, y en las epopeyas griegas, la Ilíada y la Odisea. Además, algunos temas mitológicos
son comunes en muchas culturas. Los mitos de las distintas civilizaciones se hacen frecuentemente eco unos de
otros y revelan unos sentimientos profundamente arraigados en el inconsciente colectivo. Estos temas
fundamentales se denominan mitemas. Así, Pandora, la primera mujer, cuya curiosidad provocó el final de la edad
de oro y la desgracia de la humanidad, es el equivalente griego de la Eva de la Biblia. Deucalión, superviviente
griego del diluvio, se corresponde con el mesopotámico Utnapishtim y con el Noé bíblico. Rómulo y Remo son
abandonados en las aguas de un río en una cesta, exactamente igual que Moisés, según los hebreos.

c) La mitología y sus fuentes

De algún modo, es la comunidad entera del pueblo quien guarda los relatos míticos en su memoria. Sin embargo,
en cada sociedad suele haber unos individuos especialmente dotados o privilegiados para realizar la tarea de contar
esos relatos tradicionales: son los sabios de la tribu, los más hábiles en el arte de narrar. A veces son los sacerdotes;
en otras ocasiones son personas dotadas de una especial capacidad para comunicarse con el mundo divino, como
los profetas, que tienen una visión superior a los demás y extienden su saber hacia el pasado y quizás hacia el
futuro. En algunas culturas el recitado y la evocación de los mitos están encomendados a los profesionales de la
memoria y del canto; éste era el caso de la antigua Grecia, donde los aedos, los rapsodas y los poetas en general
asumían esta función. Homero y Hesíodo fueron los últimos de una tradición de aedos que, en el s. VIII a.C., poco
después de introducirse el alfabeto en Grecia, escribieron unos poemas que recogían la impronta de la anterior
composición oral.

d) La pervivencia de los mitos

 La mitología en el lenguaje
En la vida cotidiana actual se emplean a menudo expresiones de la mitología grecolatina. Así, cuando se
dice de alguien vigoroso que está hecho un hércules, o que una persona enfadada parece una furia, se está
utilizando, sin ser conscientes de ello, unos nombres que la imaginación de un pueblo creó hace muchos años para
designar a sus dioses y héroes.

 Mitología y literatura
Desde el mismo momento de su aparición, la literatura escrita desarrollada en cada cultura ha encontrado
en la mitología una de sus principales fuentes de inspiración. Ya hemos visto antes cómo la mitología está presente
en las primeras narraciones épicas de cada civilización, que no hacen sino exponer los mitos antiguos, transmitidos
hasta entonces de forma oral, en un lenguaje menos religioso y más comprensible. Desde entonces, mitología y
literatura quedaron unidas, y sucesivas generaciones de poetas añadieron sus propias aportaciones a las leyendas
mitológicas.
Hesíodo, poeta griego contemporáneo de Homero, puso por escrito y ordenó todo el cuerpo mitológico transmitido
hasta entonces de forma oral. En su obra se basaron los mitógrafos posteriores clásicos, gracias a lo cual ha llegado
en gran parte hasta nuestros días. Su obra principal es la Teogonía, en la que relata la genealogía de los dioses de la
mitología griega.
Homero, cuenta las hazañas de los antiguos guerreros en la Ilíada y la Odisea.
La mitología también inspiró tragedias clásicas de Esquilo, Sófocles y Eurípides. En el s. I a.C., el poeta latino
Virgilio, en la Eneida (historia del héroe troyano Eneas y su viaje hasta Italia), intentó dar una explicación
mitológica a los orígenes de Roma. En las Metamorfosis, del poeta latino Ovidio (s. I d.C.) se recopilan los mitos
de la antigüedad clásica.
Los escritores posteriores han seguido encontrando en la mitología una fuente de inspiración y, a menudo, nos han
presentado las figuras mitológicas antiguas bajo una nueva luz: Goethe, en Ifigenia en Táuride (1787), presentó una
visión humanizada de los dioses ante el sacrificio de la hija de Agamenón. André Gide, en su Edipo (1931) ofreció
una visión del personaje totalmente influida por la interpretación psicoanalítica de Freud. Ulises (1922), de James
Joyce, es la epopeya de un hombre del s. XX en la ciudad de Dublín.

 La mitología en las artes


Griegos y romanos ya utilizaron profusamente los temas
mitológicos para sus esculturas, El nacimiento de Venus, de Botticelli pinturas y cerámicas. A partir del
s. XVI, con el humanismo y el renacimiento, la mitología se convirtió
en un fondo cultural ampliamente compartido por la élite intelectual, de tal modo que se la asoció a muchos
elementos de la vida cotidiana: comedores llenos de pinturas, figuras u objetos con las imágenes de Ceres o Baco y
cuernos de la abundancia; baños con representaciones de Venus o de Diana.
Muchos de los cuadros y esculturas más famosos se han inspirado en la mitología clásica:

La mitología ha servido, asimismo de fuente de inspiración especialmente a la ópera, al ballet y, en épocas más
recientes, a la canción. El tema de las primeras óperas fue siempre la mitología griega (Dafne, de Jacopo Peri, en
1597; Orfeo, de Claudio Monteverdi, en 1607; Dido y Eneas, de Purcell, en 1689) y se mantuvo hasta el s. XIX,
momento en que empezó a ser desplazado por otros temas, como la historia y la literatura de los diferentes países
europeos (La Valquiria, de Richard Wagner, en 1856). Y, por supuesto, la mitología ha sido llevada al cine en
multitud de ocasiones: La Odisea, 1954; Los trabajos de Hércules, 1957; La guerra de Troya, 1961; o Furia de
Titanes, 1980.

 La mitología en la actualidad
La mitología clásica, por tanto, está presente de una u otra forma en el mundo actual. Y no podía ser de otra
manera, pues se trata de uno de los componentes que han modelado la historia de la cultura europea y ha
contribuido a perfilar la concepción humanística de Occidente.
Además, la creación de mitos sigue vigente en el mundo contemporáneo. Por un lado, con el cine o la música
popular como fuentes y vinculados a la comunicación de masas, el mito aparece vinculado a personajes
considerados ídolos o iconos. En ese sentido, las figuras y las leyendas de actores como James Dean, Marilyn
Monroe o cantantes como Elvis Presley se han consolidado como modelos de una generación o de una forma de
vivir y de pensar y revelan la continua necesidad del mito como portador y representante de los valores que una
comunidad quiere como propios.
Por otro lado, en el contexto de las ciudades o pequeñas poblaciones se ha producido el fenómeno de los mitos
urbanos, historias más o menos misteriosas de origen desconocido que se propagan en el ámbito de una pequeña
comunidad de boca en boca. Su difusión es oral, como ocurrió con los mitos clásicos, aunque éstos hayan llegado
hasta la actualidad gracias a su divulgación escrita.
2. LITERATURA BÍBLICA, GRIEGA Y LATINA
LA BIBLIA
La obra más conocida de esta literatura es la Biblia. Más que un libro es una colección de libros (Biblia es el plural
de la voz griega “biblion” = libro). Son los textos más difundidos del mundo y, sin duda, los de mayor influencia en
la civilización occidental ya que la Biblia sirve de base a las religiones judía y cristiana. La Biblia es para los
creyentes la palabra de Dios por ser indudable para estos su inspiración divina. Es un libro eminentemente
espiritual y habla sobre la historia de la humanidad, su creación, su caída en el pecado y su salvación.
La Biblia consta de Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento, escrito en lengua hebrea y
arameo, es el pacto de Dios con su pueblo. La mayoría de los 46 libros que lo componen se remontan al siglo X
a.C. A pesar de ello se fijaron definitivamente en el siglo I a.C.

Entre los libros que lo componen encontramos:


- Libros históricos: entre ellos destaca el Pentateuco, formado por cinco libros (Génesis, Éxodo,
Levítico, Números y Deuteronomio.) que relatan la alianza de Dios con su pueblo y fueron escritos por Moisés.
- Libros poéticos: entre ellos detacan los Salmos, himnos de alabanza o arrepentimiento, la mayoría
compuestos por el rey David, y el Cantar de los Cantares, intenso diálogo amoroso entre dos enamorados, en un
delicado ambiente pastoril. La iglesia lo ha interpretado como una parábola del amor de Dios a su pueblo o de la
unión mística del alma con su Creador. Se atribuye a Salomón, hijo de David.
- Libros proféticos, como el del profeta Isaías, y sapienciales, en los que encontramos proverbios y
máximas de enseñanza moral.

El Nuevo Testamento está escrito en griego y relata la vida y las enseñanzas de Jesús de Nazaret. Comprende los
cuatro Evangelios canónicos, los Hechos de los apóstoles, las Epístolas de Pablo de Tarso, siete Epístolas de
diversa atribución y el Apocalipsis.

TEXTO 1

El Cantar de los Cantares es un intenso diálogo amoroso entre dos enamorados, en un delicado ambiente
pastoril. La iglesia lo ha interpretado como una parábola del amor de Dios a su pueblo o de la unión
mística del alma con su Creador. Se atribuye a Salomón, hijo de David.

La Amada

¡La voz de mi amado! llegó el tiempo de las canciones,


Ahí viene, saltando por las montañas, y se oye en nuestra tierra
brincando por las colinas. el arrullo de la tórtola.
Mi amado es como una gacela, La higuera dio sus primeros frutos
como un ciervo joven. y las viñas en flor exhalan su perfume.
Ahí está: se detiene ¡Levántate, amada mía,
detrás de nuestro muro; y ven, hermosa mía!
mira por la ventana, Paloma mía, que anidas
espía por el enrejado. en las grietas de las rocas,
Habla mi amado, y me dice: en lugares escarpados,
"¡Levántate, amada mía, muéstrame tu rostro,
y ven, hermosa mía! déjame oír tu voz;
Porque ya pasó el invierno, porque tu voz es suave
cesaron y se fueron las lluvias. y es hermoso tu semblante".
Aparecieron las flores sobre la tierra,

LITERATURA GRIEGA
Grecia ha sido, junto al pueblo hebreo, la cuna de la civilización occidental. Su política, pensamiento, arte y
literatura han determinado el desarrollo cultural de Occidente. La fuente principal de inspiración para los griegos es
su mitología: el riquísimo tesoro de creencias y leyendas religiosas, que ellos consideraban la prehistoria de su país.
Vamos a repasar brevemente la literatura griega por géneros:
- Epopeya: tradicionalmente se atribuyen a Homero, un rapsoda ciego del siglo VIII a.C. que se ganaba la
vida cantando de ciudad en ciudad, la autoría de las dos grandes epopeyas griegas: la Ilíada y la
Odisea. Probablemente, Homero sólo fue el refundidor de numerosas canciones de tradición oral
que exaltaban las hazañas de los antiguos guerreros.
- Lírica: los griegos solían cantar en las fiestas acompañados por un instrumento musical, la lira; de ahí
proviene el nombre de lírica. La poesía griega se puede clasificar en:
- poesía personal: canciones interpretadas por un solista que expresa sentimientos
enteramente personales. Destacan la poetisa Safo, del siglo VII a.C. que dedicó su vida a instruir a
los jóvenes en la música, la poesía y el baile; y Anacreonte de Teos, que cantaba los placeres
sencillos de la vida;
- y poesía coral: canciones interpretadas por un coro en las que el poeta se convierte en
portavoz del sentimiento de un grupo (familia, ciudad o estado). Píndaro, famoso por su Odas que
servían de elogio a los vencedores de los juegos olímpicos.
- Teatro: entre los autores trágicos destacan Esquilo, con su obra Prometeo encadenado, Sófocles, entre sus
obras destacan Antígona y Edipo Rey; y Eurípides. El autor cómico más conocido es Aristófanes y
quizás su obra más famosa sea Lisístrata.

Lisístrata (cuyo nombre significa “la que disuelve los ejércitos”), es la mujer de un soldado ateniense, que
cansada de las continuas guerras entre Atenas, Esparta y otras polis griegas, reúne a las mujeres de ambos
bandos y les propone iniciar una huelga de tipo sexual. La idea no gusta en principio, pero ella logra
convencer a todas las mujeres de Grecia de que no tengan relación sexual con sus esposos hasta que estos
firmen la paz. Al final de la obra, los hombres, faltos de sexo, deciden dejar de luchar, firman la paz y
ponen fin a la huelga de piernas cruzadas de sus mujeres.

LITERATURA LATINA
Al Imperio Romano hay que agradecerle la vivificación y difusión de la cultura griega, cuando ésta ya había
entrado en franca decadencia. Gracias a Roma, la literatura, el arte y el pensamiento clásicos fueron universalmente
conocidos y aceptados. La literatura latina se caracteriza por su gran dependencia de la griega, los principales
géneros se cultivan siguiendo los modelos griegos, y por su gran duración en el tiempo, no sólo abarca las
producciones realizadas mientras perduró el Imperio Romano (siglo III a.C.-siglo V d.C.), sino mucho de lo escrito
durante toda la Edad Media, ya que la lengua latina siguió siendo lengua de cultura en Occidente.
- Epopeya: el emperador Augusto le encomendó a Publio Virgilio (h.70-19 a.C.) la composición de una
epopeya romana al estilo de las griegas que contara el nacimiento de Roma. Virgilio atribuye a el origen
mítico de Roma a Eneas, un héroe troyano que arriba a las costas del Lacio huyendo de la destrucción de
Troya por los griegos. La diferencia con Homero es que Virgilio no es un elaborador y transmisor de una
tradición oral, sino que es un literato
culto que pretende contribuir a la gloria
Libro I, oda XI No indagues, Leucónoe, no es de su patria inventándole un nacimiento
lícito saberlo,
a su medida.
qué plazo a ti o a mí nos han otorgado los dioses,
ni consultes los cálculos babilonios. ¡Cuánto mejor - Lírica: destacan Horacio, quien
es aceptar cualquier cosa que ocurra! alcanza su máxima altura en las
sea que Júpiter te haya reservado muchos inviernos, Odas, y Ovidio, cuya obra
ya sea éste el último, cumbre es Metamorfosis,
el que ahora amansa, en los opuestos escollos, al mar Tirreno:
conjunto de fábulas mitológicas
sé prudente, filtra vino;
no pongas gran esperanza en el breve espacio de la vida. en que los personajes sufren
Mientras hablamos habrá huido envidioso, el tiempo. alguna transformación (Dafne, en
laurel, Narciso, en flor, Atlas, en montaña…)
- Teatro: Los dos dramaturgos más importantes son Plauto y Terencio.
3. LA ÉPICA: DE LA EPOPEYA GRIEGA A LA ÉPICA MEDIEVAL
Definición
La poesía épica o epopeya es un subgénero narrativo que narra las hazañas de héroes que representan los
ideales considerados modélicos para una sociedad y cuyas aventuras están relacionadas con el nacimiento
o el destino de un pueblo. En un principio, la épica cumplía una doble función: por una parte, informativa,
ya que daba a conocer al público iletrado fragmentos de su historia; por otra, propagandística, ya que
difundía un modelo de comportamiento y unos valores que se encontraban encarnados en los héroes. Las
acciones narradas en la épica son casi siempre guerras o viajes. En la epopeya clásica suelen intervenir
muchas veces los dioses y existen elementos fantásticos, pero esto es cada vez más escaso en los cantares
de gesta o epopeyas medievales.

Orígenes de la épica
La épica tiene sus orígenes en las narraciones orales de los acontecimientos que dieron lugar al
nacimiento de un pueblo. Estas narraciones se transmitían oralmente y se construían tomando como base
antiguos mitos o relatos que ponían en contacto elementos religiosos con la historia del héroe
protagonista. Una vez que el pueblo desarrolla una literatura escrita, estos acontecimientos que se han ido
transmitiendo de generación en generación, son recogidos por
escrito. A pesar de la larga evolución del género es posible Tablilla de arcilla con escritura cuneiforme
extraer una serie de rasgos comunes que se resumen en una de la Epopeya de Gilgamesh

estructura argumental básica: el héroe protagonista,


acompañado en ocasiones por un personaje que lo ayuda, debe
realizar una misión y, para cumplirla, tiene que atravesar una
serie de peripecias, entre las que está el enfrentamiento con su
antagonista.
Entre las muestras más antiguas de poesía épica destacan:
- La epopeya mesopotámica de Gilgamesh, que está
considerada la narración escrita más antigua de la
historia, cuenta las aventuras del rey sumerio
Gilgamesh, también conocido como Istubar.
- Las grandes epopeyas indias Ramayana y Mahabarata. El Ramayana, atribuido a Valmiki, narra
las luchas del príncipe Rama para rescatar a su esposa sita del poder de los demonios. El
Mahabarata, la segunda obra más
Una de las múltiples ilustraciones del Mahabarata extensa del mundo, tiene como
núcleo central las luchas dinásticas
de los descendientes del rey
Bharata, pero recoge episodios
sobre otros asuntos y enseñanzas
morales y religiosas que lo
convierten en una verdadera
enciclopedia de la sabiduría hindú.
- Y los poemas homéricos, Ilíada y
Odisea, que son el punto de
partida de la tradición épica
occidental, y analizaremos con
más detenimiento.
La épica griega
En la Grecia clásica, unos cantores o recitadores anónimos, los llamados Odiseo atado al mástil de su barco
tratando de vencer la atracción de
aedos, compusieron las narraciones que posteriormente, en torno a los las sirenas. Leon Belly Las sirenas
ss. IX-VIII a.C., se convertirían en la Ilíada y la Odisea. Los dos relatos se
han atribuido a Homero.
La épica griega recoge ficciones ligadas a creencias y símbolos
religiosos, y presenta un mundo en el que los dioses tienen una fuerte
influencia en la vida y en los actos de los hombres, además de
comportarse como seres humanos reales. La Ilíada y la Odisea presentan
notables semejanzas: ambas tienen veinticuatro cantos y su argumento se
centra en la guerra de Troya. La Ilíada se centra en un episodio de la
guerra de Troya, mientras que la Odisea es una narración de viajes y
aventuras protagonizada por uno de los capitanes de la guerra de Troya,
Odiseo (Ulises, para los romanos). Dado que estas obras fueron
compuestas para ser recitadas, emplean numerosos recursos estilísticos
propios de la narración oral: fórmulas fijas que se repiten (los epítetos épicos de los personajes, las
comparaciones), cambios de la voz narrativa (descripciones, parlamentos o diálogos), tono solemne...
LA ODISEA
La Odisea es una obra de mayor complejidad argumental que la Ilíada, propia de una sociedad
más avanzada y de un autor más maduro. La mezcla de varios asuntos requiere un dominio mayor
de las técnicas narrativas: el relato empieza in medias res, a mitad de la acción, pues es contado
por el héroe cuando ya está a punto de concluir su aventura; no sigue un orden cronológico, ya
que en 41 días se sintetiza lo ocurrido en diez años, y simultanea acciones que transcurren en el
mismo tiempo, pero en lugares distintos. Todo eso hace de su estructura un prodigio de la
ingeniería literaria.
Contiene tres núcleos legendarios que se complementan magníficamente y dan lugar a una trama
única:
1º. Las pesquisas de Telémaco, hijo de Ulises (cantos I-IV)
2º. Las aventuras del héroe Ulises, a la vuelta de la guerra de Troya (cantos V-XIII)
3º. La venganza de Ulises sobre los pretendientes de Penélope, su mujer (cantos XIV-XXIV)
Resumen del argumento:
Los dioses, ausente Poseidón, soberano del mar y enemigo de Ulises, acuerdan que éste regrese a
Ítaca, tras la guerra de Troya. La situación en casa del héroe es crítica: Penélope está rodeada por
una nube de ambiciosos pretendientes, que la creen viuda y esperan heredar el trono y las
riquezas que ha dejado su marido. La diosa Atenea, protectora del héroe, se entrevista con
Telémaco para animarle a que espere y busque a su padre. El saberlo vivo anima al joven a
enfrentarse a los “parásitos” que merodean por su casa. Mientras los pretendientes siguen
acosando a Penélope y Telémaco sale en busca de Ulises, éste llega a la corte de Alcinoo, quien le
da hospitalidad. Allí cuenta los peligros que ha logrado sortear desde que salió de Troya, diez años
atrás: el cíclope Polifemo; los gigantes devoradores de carne humana; la maga Circe, que convirtió
en animales a sus compañeros; las sirenas, que atraían con su canto a los marineros; la bella
Calipso que, tras albergarlo y cuidarlo, quiso retenerlo a su lado, etc. Una vez que termina su
La épica culta griega y latina
La épica culta grecorromana está escrita por autores conocidos que, en general, siguieron el modelo de la
Ilíada y la Odisea: continuaron mezclando la historia y el mito, y la caracterización del héroe reflejaba los
mismos valores guerreros y aristocráticos: la fuerza y el vigor físico, la habilidad en el combate, el honor
y el linaje. También en el estilo se imitaban las narraciones clásicas: la versificación (hexámetros), el tono
elevado y solemne, y el uso de recursos expresivos propios de la narración oral.
En Roma, el poeta Publio Virgilio Marón (ca. 70-19 a.C.) creó una gran composición épica, la Eneida,
que narra la preparación de la fundación de Roma por Eneas. Sigue el modelo de Homero de forma tan
acentuada que se ha interpretado como una nueva versión de la Odisea en sus primeros seis cantos y de la
Ilíada en los seis últimos. Escrito en hexámetros latinos, narra las aventuras del héroe Eneas, participante
en la guerra de Troya al igual que Ulises, pero en este caso en el bando troyano. La Eneida incluye
motivos mitológicos y leyendas de poetas arcaicos latinos. Con esta obra, Virgilio emparentaba los
orígenes de Roma con el prestigioso universo épico y mítico griego, además de dotar a Roma de un
origen divino (Eneas era hijo de Venus). El poema virgiliano fue el modelo épico que siguieron los poetas
renacentistas.
5. LA ÉPICA MEDIEVAL EUROPEA

La Edad Media, época intermedia entre la


Edad Antigua y la Moderna, abarca desde la caída del Imperio Romano en poder de los bárbaros (476)
hasta la toma de Constantinopla por los turcos (1453). Los hechos culturales más trascendentes de esa
etapa en Europa son el nacimiento de las lenguas germánicas (inglés, alemán, danés, noruego, sueco,…) y
románicas (italiano, francés, provenzal, catalán, castellano, gallego-portugués,…) que hacia el año 1000
están prácticamente formadas, y el desarrollo posterior de las diversas literaturas nacionales.

Origen
Tras la caída del Imperio Romano, los pueblos germánicos del norte de Europa se instalan en gran
parte de Europa y difunden las leyendas que habían conservado a través de la tradición oral. Esto da lugar
a un resurgimiento de la épica por toda Europa. Al parecer existían cantos épicos utilizados por los
guerreros en la batalla o para celebrar la victoria en toda Europa que se ven renacer por esta influencia
germánica. Esta influencia se demuestra en el hecho de que algunos temas y motivos de los relatos épicos
germánicos aparecen luego en los poemas épicos franceses y castellanos. Es, por tanto, una poesía heroica
que se origina independientemente de la epopeya clásica, ya que es la extensión de los pueblos
germánicos por el sur de Europa lo que difundió la epopeya germánica e hizo renacer la épica primitiva,
como la ibérica. Además, la épica está relacionada con el ambiente guerrero que se produce en esta época
de formación de nuevas nacionalidades, como la lucha contra los árabes que se da en la península.

5.1. LA ÉPICA GERMÁNICA

Leyendas y epopeyas de los germanos


Los pueblos germánicos, extendidos por Islandia, Escandinavia, Inglaterra, el centro de Europa y las
penínsulas Itálica e Ibérica en diferentes épocas es posible que mantuvieran el recuerdo de temas
legendarios formados en los lejanos tiempos en que vivieron en común: los poemas épicos surgidos en
Islandia y Noruega son las Edda, que presentan personajes de los grandes ciclos germánicos, como
Sigfrido, del Cantar de los nibelungos. La saga sobre Teodorico, rey ostrogodo que conquistó Italia,
aparece en narraciones germanas como el Cantar de Hildebrando (Hildebrandslied), escrito en alemán en
el s. VIII. En Inglaterra, los poemas épicos recogen la historia del rey godo que se enfrentó a los francos
en el s. VI, y que fue transformado en el héroe legendario del poema Beowulf (s. IX); en el País de Gales,
las diversas gestas se recopilan en los Mabinogion.

CANTAR DE LOS NIBELUNGOS


La leyenda germánica que adquirió mayor trascendencia es la que dio lugar al Cantar de los
nibelungos (Nibelungenlied). Su núcleo argumental procede de antiguas narraciones orales de tipo
mitológico (las edda) desarrolladas en Islandia, Groenlandia y Noruega entre los siglos VIII a XI, y que
se fijaron por escrito a principios del siglo XIII. El escritor es un caballero austriaco anónimo que entre
los años 1200 y 1205 recopila y reelabora estos materiales con la finalidad de darles unidad y
homogeneidad, adaptándolos a los gustos refinados de la corte; por eso su arte es refinado y culto, con
mayor perfección y regularidad formal que los cantares de gesta contemporáneos.
Su contenido narra una historia amorosa y de crueles venganzas. Sigfrido, que es invulnerable por
haberse bañado en la sangre de un dragón, menos en una parte de su espalda que fue tapada por una hoja,
consigue la mano de la hermana del rey Gunter a cambio de ayudarle a que éste consiga la de la reina
Brunilda de Islandia. Tiempo después, Brunilda, enterada de que fue conquistada por su marido con la
ayuda invisible de Sigfrido, contrata a un guerrero burgundio (Hagen) para que lo mate. Dicho guerrero
se entera del punto vulnerable de Sigfrido y lo mata a traición. K.rimilda, la esposa de Sigfrido, se casa
con Atila, rey de los hunos, para vengar la muerte de Sigfrido provocando una gran mortandad entre
burgundios y hunos. El poema consta de 39 cantos de versos pareados.
Algunos temas y leyendas de la épica germánica pasaron a la literatura caballeresca y a los
romances posteriores: es el caso de las leyendas de Parsifal (o Perceval). Asimismo, el poema inspiró
algunas de las óperas de Wagner, en el s. XIX.

5.2. LOS CANTARES DE GESTA

Las epopeyas románicas se denominan cantares de gesta (en francés chansons de geste), del
latín gesta, «hechos, hazañas». El cantar de gesta se define como un relato histórico escrito en verso que
tiene por objeto la exaltación de las hazañas (gestas) de un héroe en el que se encuentran representados
unos valores o ideales que se quieren difundir entre la sociedad. Arte literario, propaganda política y
entretenimiento del público constituyen tres aspectos inseparables del cantar de gesta.

Los cantares de gesta surgen en la fase histórica de formación de un pueblo, la que se ha


denominado edad heroica. La relación entre la épica medieval y la historia, en la que aquella suele
inspirarse, es evidente. Sin embargo, se ha discutido la historicidad de los cantares de gesta, la fidelidad
de lo narrado a los hechos históricos. Al respecto, cabe señalar que los sucesos narrados en los cantares se
apartan de la historia real para plegarse a las exigencias estéticas del relato y al efecto que pretendían
producir sobre el público.

Los cantares de gesta románicos conservados llegan al centenar, una gran mayoría en lengua
francesa, y solo unos pocos en provenzal y en castellano. Los cantares de gesta no se componían para ser
leídos, sino para ser escuchados. De divulgarlos se encargaban unos recitantes llamados juglares, que se
solían acompañar de instrumentos de cuerda y que ejercitaban su misión frente a toda suerte de público,
tanto el aristocrático de los castillos como el popular de las plazas, de las ferias o de las romerías. Consta,
como más adelante tendremos ocasión de considerar, que antes de trabarse batallas los juglares entonaban
versos de gestas a fin de enardecer a los combatientes.

A continuación, vamos a comentar las principales características de los cantares de gesta:

a) Historia poética: Los cantares de gesta son algo así como la historia al alcance y al gusto del
pueblo. El hombre docto se enteraba de los hechos del pasado leyendo crónicas y anales en latín; pero el
hombre iletrado precisaba de alguien que le expusiera de viva voz la historia, y lo que le interesaba era lo
emotivo, sorprendente y maravilloso y la idealización de héroes y guerreros a los que se sentía vinculado
por lazos nacionales, feudales o religiosos.

El cantar de gesta genuino tiene un fondo histórico cierto, al que es más o menos fiel. Por lo
general, cuanto más remoto es el asunto de una gesta y cuanto más lejano es el escenario en que se
desarrolla, más se aparta de la realidad histórica; mientras que cuando relata hechos sucedidos en un
pasado próximo o en las mismas tierras en que se desarrollaron los acontecimientos que poetiza, la
fidelidad a lo que realmente acaeció es mayor, entre otras razones porque el público que ha de escuchar
los versos conoce con más precisión el asunto y sus personajes. Así el Cantar de Roldán francés, alejado
en el tiempo y en el espacio de la batalla de Roncesvalles, es poco fiel a la realidad histórica, mientras que
el Cantar del Cid castellano, tan próximo al tiempo y al lugar en que vivió Rodrigo Díaz de Vivar, es más
fiel a la historia.
b) Cantos noticieros y juglarescos: El origen de los El recitado juglaresco era
extraordinariamente libre y
cantares de gesta hay que buscarlo en los cantos noticieros amoldable. El juglar no estaba
que transmitían oralmente los juglares. Determinados obligado a someterse a un texto
acontecimientos, sobre todo grandes campañas militares o determinado y fijo, sino que, según
significativas acciones de guerra, suscitaron inmediatamente los gustos del público ante el que
cantos que narraban las hazañas de los guerreros más actuaba o según sus personales
predilecciones, alargaba o acortaba,
famosos, con la finalidad de informar de ello a una
inmiscuía escenas o versos,
colectividad vivamente interesada. Muchos de estos recargaba el dramatismo de ciertos
presuntos relatos versificados debieron de conservarse en la pasajes o interrumpía el relato para
memoria popular y en la tradición juglaresca hasta pasar el platillo, anunciando al
convertirse en cantares de gesta, cuando el juglar utiliza su auditorio que no narraría el final de
libertad creadora para entretenerse en la caracterización de una aventura si no se mostraba
generoso con él, o bien, al ser la
los personajes, en las descripciones, añadir episodios, etc. hora avanzada, convocaba a los
Esto supuso una gran movilidad del texto, del que aparecían que le escuchaban para el día
diferentes versiones. siguiente, en el que pensaba dar
término al recitado del cantar
c) Del arte oral al texto escrito: Parece evidente que iniciado. El juglar recitaba de
memoria, pero cuando ésta le
en una época remota las gestas fueron creaciones orales sin fallaba era capaz de improvisar en
forzosa transcripción a la escritura; pero si hoy conocemos verso y seguir así el relato del
cantares de gesta, lo debemos exclusivamente a que hubo cantar, pues disponía de una serie
amanuenses que los copiaron en manuscritos. Muchos de de recursos y de fórmulas que le
estos manuscritos hoy conservados son pequeños libretos de permitían versificar oralmente. Todo
ello supuso una variada movilidad
juglar, con los cuales éste refrescaba la memoria antes del
del texto de las gestas, nunca fijo y
recitado. Los preciosos manuscritos del Cantar de Roldán definitivo como puede ser el de una
(de Oxford) y del Cantar del Cid (de Madrid) son de obra de creación culta (como la
pequeño formato, escritos con la finalidad de ser útiles a un Eneida), similar, sin duda, a las
juglar. Además, a partir del siglo XIII nace en Francia la manifestaciones tradicionales de las
costumbre de copiar viejos textos juglarescos en ricos y epopeyas griegas y germánicas
elegantes manuscritos, gracias a lo cual se han conservado la mayoría de los cantares de gesta franceses.
Esta evolución del manuscrito de juglar, que se convierte en manuscrito de biblioteca, de gran formato,
con bella calígrafa y miniaturas y adornos artísticos, no se verificó en Castilla, y a ello se debe, sin duda
alguna, que haya perecido la mayor parte de la épica castellana medieval.

d) La biografía fabulosa del héroe: Las figuras centrales de los cantares de gesta son héroes
históricos cuya empresa y cuyas hazañas suscitaron la admiración y el orgullo nacional, como lo son
Carlomagno para Francia y el Cid Campeador para Castilla. La epopeya divulga en primer lugar y ante
todo los hechos del protagonista en una etapa cumbre y decisiva de su vida: el Carlomagno de
Roncesvalles y el Cid del destierro. Pero con esto no queda satisfecha la curiosidad del público, que
quiere conocer lo que sucedió antes y después, y los juglares han de responder a este deseo. De ahí que
las gestas se vayan extendiendo y organizando en ciclos, o sea en acumulación de cantares de épocas
diversas, cuyo conjunto viene a convertirse en una especie de biografía poética de héroes o de linajes de
héroes. Así surgen cantares sobre la infancia o juventud de los héroes, con datos fabulosos, como los que
poseemos sobre las mocedades de Carlomagno (Berta, Mainet, Basin) y sobre el Cid Campeador (el
Rodrigo), en los que a veces otras leyendas de personajes distintos al héroe en cuestión se incorporan a
estos nuevos cantares y se engarzan con los primitivos.

5.3. LA ÉPICA FRANCESA: EL CICLO CAROLINGIO Y LOS POEMAS CABALLERESCOS


En Francia, las narraciones se agrupan en dos grandes ejes
temáticos: el que trata de la corte de Carlomagno y sus En el ciclo de Carlomagno, hallamos
cantares que se remontan a las mocedades
doce pares, que compone el ciclo carolingio, y el que de Carlomagno, como el de Berta y el
desarrolla las historias basadas en la corte del rey Arturo y Mainet. En otros se cuenta una
los caballeros de la Tabla Redonda, que forma la materia de peregrinación de Carlomagno a Jerusalén y
Constantinopla (Pélerinage Charlemagne),
Bretaña o ciclo artúrico. Los primeros dan lugar a cantares de donde trae a Occidente preciosas
de gesta de transmisión oral, mientras que la materia de reliquias de la pasión de Cristo. Otros
Bretaña se manifiesta en poemas caballerescos cultos, cantares narran que los sarracenos invaden
Italia, adonde acude presuroso Carlomagno;
llamados roman courtois (novelas cortesanas), destinados a y entre sus tropas se encuentra su sobrino
la lectura. Roldán, casi un niño, que realiza sus
primeras hazañas (Aspremont). Derrotados
en Italia, los sarracenos se trasladan a
a) Los cantares de gesta (el ciclo carolingio): Se España (Fierabrás), tierra en que tienen
conservan más de cien cantares de gesta franceses. Esto ha lugar numerosas campañas de los francos,
hecho que se haya intentado ordenar tan vasta producción que acaban con la famosa batalla de
Roncesvalles (Cantar de Roldán). Después
clasificando estos cantares en tres grandes ciclos: el de los del desastre en los desfiladeros pirenaicos y
reyes de Francia o de Carlomagno, el de Doon de Mayence la inmediata derrota de los moros de
y el Garín de Monglane. El más importante es el ciclo España, a ésta emprenden otra expedición
los hijos de los guerreros de Carlomagno
carolingio centrado en la figura de Carlomagno. En casi (Gui de Borgogne), y finalmente, en el
todos estos cantares se da la deformación de la realidad cantar de Anseis de Cartage, la península
histórica, con el fin de engrandecer la figura de los héroes. queda finalmente pacificada por los francos.
Los cantares de este ciclo carolingio, por ejemplo, nos
La muerte de Carlomagno y el
llevan a una España toda ella hecha cristiana por los advenimiento al trono de su hijo Ludovico
francos, por lo menos dos siglos antes de que la conquista enlaza en cierto modo el ciclo de los reyes
de Granada fuera una realidad en la que nada tuvieron que de Francia o carolingio con el denominado
de Garin de Monglane. Se hace de éste el
ver los franceses. tronco de un famoso linaje de héroes altivos
y fieros que aparecen como defensores del
EL CANTAR DE ROLDÁN decaído poderLareal, aunque historia
verdadera siempre sean
Sabemos que al proclamarse Abd al-
Rabmán, en Córdoba, emir
La más antigua de las conservadas y al propio tiempo la más independiente de los lejanos califas de
bella de las gestas francesas es el Cantar de Roldán (la Chanson Damasco, en el norte de la península
de Roland, nombre dado modernamente a la obra, sin título en el algunos gobernadores moros
opusieron a él, incluso con las armas, y
se

manuscrito original), que conocemos a partir de un texto la ciudad de Zaragoza se mantuvo fiel a
anglonormando (el francés hablado en Inglaterra) que se puede Damasco. Algunos de estos
fechar entre los años 1087 y 1095. gobernadores irreductibles, entre ellos
al-Arabi, señor de Barcelona y de
Gerona, emprendieron un largo viaje a
El hecho histórico Paderborn (Westfalia), donde
Los acontecimientos narrados en este cantar, cuya acción conferenciaron con Carlos, rey de los
transcurre sólo en una semana, constituyen una especie de francos, y lo convencieron de que los
apoyara enviando una expedición
novelización de una desafortunada expedición de Carlos, rey de militar a España, en lo que éste vio la
los francos, a España. Entre el suceso histórico y el texto del posibilidad de establecer al sur de los
cantar que hoy leemos transcurrieron tres siglos. El paso de la Pirineos una especie de protectorado
que defendería sus extensos dominios
historia a la gesta, o sea de lo que realmente ocurrió en de presuntos ataques por parte de Abd
Roncesvalles al más antiguo de los textos del Cantar de Roldán, al-Rabmán. Carlos convocó un poderoso
nos brinda un excelente ejemplo del nacimiento de una epopeya. ejército, que dividió en dos columnas,
La realidad histórica dice que Carlomagno llegó a la península las cuales atravesaron los Pirineos por
Navarra En el tercer
y por Cataluña cuarto del siglo
y convergieron
para colaborar con gobernantes moros de Cataluña y Aragón en Zaragoza, XI, un monje
ciudad de San
que,Millán de
mientras
opuestos al emir de Córdoba Abd al-Rabmán; llegó hasta tanto, la
se Cogolla,
había en
sometido la
al Rioja,
emir de
Córdoba copiaba
y por enello
un manuscrito
se cerró alaslos
Zaragoza, pero aquí se sintió traicionado por los moros y decidió
francos,líneas
que nodepudieron
la llamada Nota
conquistarla.
regresar a Francia. En su viaje de vuelta, los vascos atacaron la Carlos, Emilianense,
convencido de en que
la que se da
había sido
retaguardia del ejército francés y acabaron con todos los traicionado una por
síntesis de un que
los moros Cantar de a
fueron
Roldán, lo que
verle a Paderborn, nos daa idea
aprisionó variosdede
guerreros, entre los que estaba Roldán, gobernador de Bretaña. que ellos
ellos, entre el cantar se conocía
a al-Arabi, en la
y emprendió
Rioja,a sin
el regreso Franciaduda en por la
una sola
El Cantar de Roldán narra aquellos acontecimientos, pero lo columna.proximidad al camino
En la baja Navarra de
el ejército
hace con una deformación tal que semeja un relato franco sufrió Santiago. El 14 de
un golpe de mano
octubrededelos
1066, cuando en la batalla de
Hastings Guillermo el
Bastardo, duque de
Normandía, vencía a los
anglosajones, antes de
profundamente novelizado, con exageraciones llamativas y admisión de personajes históricos que nada
tuvieron que ver con la batalla de los Pirineos y de muchos otros más completamente ficticios, y da una
visión inexacta de España y del mundo musulmán. Repasemos el argumento del cantar para ver cómo
deforma la realidad: Carlomagno es engañado por el rey moro de Zaragoza y un caballero traidor de su
corte (cosa que no es cierta), y regresa a Francia después de siete años (en realidad, estuvo aquí apenas
tres meses); pero al atravesar los Pirineos la retaguardia de su ejército, mandada por su sobrino Roldán, es
atacada por sarracenos españoles (no fueron sarracenos sino vascos). En la lucha muere Roldán, que
finalmente será vengado por su tío, el rey franco, que regresa a España, vence al emir de Oriente, que ha
sido llamado por el atemorizado rey de Zaragoza (todo esto es falso), conquista la ciudad (en realidad,
sólo dominó, y pasajeramente, la ruta de Roncesvalles-Pamplona-Tudela y Zaragoza) y vuelve a
Aquisgrán donde ejecuta al caballero traidor y a sus allegados.

Génesis del «Cantar de Roldán»

Hay sólidos indicios para suponer que hacia el año 1000 ya existía un primitivo Cantar de Roldán muy
divulgado y celebrado. Es muy posible que este primitivo Cantar de Roldán no se llegara a poner por
escrito y que únicamente se divulgara mediante el recitado. Los normandos que llegaron a Inglaterra
conocían también el cantar y lo conservaron celosamente. Unos treinta años después de la conquista, un
clérigo normando establecido en Inglaterra y que se llamaba Turoldus, fue muy verosímilmente quien
llevó a cabo la refundición del Cantar de Roldán que hoy leemos según el manuscrito de Oxford. Quede
bien precisado que Turoldus no es el inventor o el creador de la gesta, que en su tiempo ya debería hacer
casi un siglo que se divulgaba juglarescamente por Francia. Turoldus lo que hizo fue recogerla de la
tradición, redactarla muy sabiamente en perfectos versos en la variedad idiomática anglonormanda y, sin
duda, estructurarla a su modo y darle notas eruditas, como corresponde a un culto hombre de Iglesia.

Los personajes del «Cantar de Roldán».

Los personajes que intervienen en el Cantar de Roldán pertenecen a la nobleza de ambos bandos.
Carlomagno aparece como hombre muy anciano, de larga barba blanca que a veces se mesa al
reflexionar, y Dios lo protege constantemente, y lo auxilia y aconseja en momento de peligro o de
vacilación por medio del arcángel San Gabriel.
Todo el dramatismo de la muerte
Roldán es un personaje maravillosamente pintado. Nadie lo supera en de Alda está expresado así:
valentía ni en fuerza física, pero es temerario: ama el peligro, y en él
perece. Por orgullo se niega a hacer a sonar el olifante para pedir («El emperador ha regresado de
auxilio a las huestes de Carlomagno, cuando se ve atacado por fuerzas España y llega a Aix [Aquisgrán],
la mejor sede de Francia; sube al
infinitamente superiores. Roldán es un muchacho belicoso y altivo que palacio y entra en la sala. He aquí
con frecuencia comete actos de indisciplina militar. El gran acierto del que se le ha acercado Alda. una
Cantar de Roldán es no haber presentado a su héroe como un dechado hermosa doncella, y dice al rey:
"¿Dónde está el capitán Roldán,
de virtudes, sino como un ser desmesurado y cuyas fanfarronadas que me juró tomarme por
siempre son expuestas con simpatía. compañera?" Carlos siente dolor y
Oliveros es el adecuado contraste o complemento de Roldán. Es, sin pesadumbre, lloran sus ojos y
mesa su barba blanca "Hermana,
duda, tan valiente y tan fuerte como él; pero es un caballero querida amiga, me preguntas por
disciplinado, discreto y prudente, cuya mayor virtud es la mesura, de hombre muerto. Te daré
la que carece su compañero. compensación muy ventajosa: es
Ludovico, no podría decir otro
El traidor Ganelón, padrastro de Roldán, es una figura acertadamente mejor; es mi hijo y poseerá mis
diseñada. No es un personaje repugnante, como lo presentaría una marcas. Alda responde: "Extraño
concepción más popular, sino que tiene un corazón tierno pero es me es este lenguaje. No plazca a
Dios, a sus santos ni a sus
ofendido por los insultantes desplantes de Roldán, y ello lo irrita tanto ángeles que yo siga viva después
que se propone vengarse.
Entre los grandes guerreros, y a poca distancia de Roldán y de Oliveros, es notable la personalidad del
arzobispo Turpin, auténtico clérigo matamoros, valiente, animoso y decidido, que pelea como un león en
Roncesvalles y da a sus compañeros ánimos y esperanza en la salvación de sus almas.
El mundo femenino tiene pocas pero muy emotivas y significativas notas. Curioso personaje, visto con
auténtica simpatía, es la reina mora Bramimonda, mujer de Marsil, reyezuelo de Zaragoza. Imborrable es
la fugaz y sobria aparición de la hermosa Alda en el Cantar de Roldán. Es la hermana de Oliveros y novia
de Roldán, y cuando la hueste ha regresado a Francia cae muerta fulminada al enterarse de que el héroe
ha perecido en Roncesvalles.

Estilo del «Cantar de Roldán»,

La sencillez en la expresión es la característica más destacada del Cantar de Roldán: las frases son breves
y tajantes, y el vocabulario, más que rico, es preciso y determinante. Evita el lenguaje figurado, las
comparaciones no son frecuentes, y hay una sencilla adjetivación.
Por otro lado destaca lo desmesurado de las hazañas, la presencia de lo maravilloso cristiano y la
idealización de los hechos históricos y de muchos personajes en los que se basa la obra.

Proyección del Cantar de Roldán

El Cantar de Roldán ha tenido larga y diversa descendencia en obras literarias de diferente tipo y
lenguajes. Ya en la segunda mitad del siglo XII fue objeto de grandes ampliaciones y traducciones (como
al provenzal y al alemán), y dio lugar a versiones en castellano (donde dio lugar a otro cantar,
Roncesvalles, y al ciclo de romances carolingios) y en la Italia renacentista.

b) Los poemas caballerescos (el ciclo artúrico o bretón) : A mediados del XII triunfa en Francia un tipo
de narraciones cultas en verso, llamadas romans courtois (novelas cortesanas); son los poemas
caballerescos que siglos más tarde darán lugar a la novela de caballerías. El protagonista es un caballero
que se enfrenta a grandes peligros para lograr la fama, la perfección moral y el amor de su dama. Todos
sus argumentos giran en torno a lo que se ha denominado materia de Bretaña: Narran historias referentes
a la corte del rey Arturo (por eso también se llaman libros del “ciclo artúrico”) y suelen desarrollarse en la
Gran Bretaña o en la pequeña Bretaña. Las primeras narraciones sobre la materia de Bretaña estaban
escritas en versos octosílabos de rima consonante; con el tiempo dieron lugar a largas novelas en prosa,
llenas de fantásticas aventuras y amores entre caballeros y sus damas, que tuvieron gran difusión hasta el
siglo XV y que fueron conocidas como novelas de caballerías.

Características
Las leyendas sobre el rey Arturo y su corte combinan la aventura, el tema caballeresco y el amoroso. Los
poemas caballerescos presentan protagonistas que se enfrentan a grandes riesgos y peligros para alcanzar
la perfección moral, el amor de su dama y la gloria.
Estos poemas caballerescos se diferencian de los cantares de gesta en que:
- Sus héroes no acaudillan grandes ejércitos, sino que actúan individualmente y por motivos personales.
- La mujer es una pieza fundamental en el desarrollo de la acción.
- Son obras destinadas a la lectura, no a la recitación. Por tanto, EL MITO
son más cultas, dirigidas a un público minoritario y, generalmente, Como mito el Rey Arturo ha
pasado a la iconografía popular
de autor conocido. El autor más destacado fue Chrétien de Troyes
como sinónimo de inteligencia,
(2ª mitad del siglo XII). honor y lealtad. Su espada
(Excalibur), un símbolo del poder
El Rey Arturo su reino de Camelot, la búsqueda del Santo Grial y legítimo. Su capital, Camelot, un
el conjunto de los caballeros de la Tabla Redonda (Lancelot, lugar idílico de igualdad, justicia y
paz. El hecho de que Arturo y sus
Perceval, etc.), Tristán e Iseo,… Las caballeros se reuniesen en torno a
Es un destacado personaje de la literatura europea, especialmente una Mesa Redonda, parece indicar
inglesa y francesa, donde aparece como el monarca ideal, tanto en que Arturo era, conforme a la
la guerra como en la paz. Según algunos textos medievales tardíos, expresión latina, un primus inter
fue un caudillo que dirigió la defensa de Bretaña frente a los pares, que significa 'primero entre
invasores sajones a comienzos del siglo VI. Así aparece en Historia de los Bretones (S. IX), de autor
anónimo. Es posible que la figura del rey Arturo (rey Artús) estuviera también presente en antiguas
leyendas célticas, y se discute si este personaje existió realmente, pero serán escritores franceses y
británicos de la Edad Media los que impulsaran su figura como eje de de las novelas sobre la materia de
Bretaña. Entre estos escritores destaca Chrétien de Troyes.

Evolución literaria del ciclo artúrico


usada por Jesucristo en la Última
Cena, de la cual se dice que
Las escasas primeras referencias literarias a los personajes del posee poderes milagrosos. La
ciclo artúrico están escritas en galés y son del siglo XI. En el siglo relación entre el Grial, el Cáliz y
XII abundan ya diversos títulos, escritos en francés, anglo- José de Arimatea procede de la
normando y latín, donde aparecen referencias al rey Arturo y su obra de Robert de Boron Joseph
corte. Pero, de entre todos los escritores de la época, destaca d'Arimathie, publicada en el siglo
XII. Según este relato, Jesús, ya
Chrétien de Troyes (1135-1190), poeta de la corte de Champagne,
resucitado, se aparece a José para
considerado el primer novelista de Francia y, según algunos, el entregarle el Grial y ordenarle que
padre de la novela occidental. Él fue el verdadero impulsor de las lo lleve a la isla de Britania.
novelas del ciclo artúrico, porque introdujo personajes Siguiendo esta tradición, autores
fundamentales como Ivain, el Caballero del León, Lancelot, el posteriores cuentan que el mismo
Caballero de la Carreta (amante de la reina Ginebra, esposa del José usó el cáliz para recoger la
sangre de Cristo y que, más tarde
rey Arturo, la cual somete a su enamorado a las más crueles en Britania, estableció una
pruebas contra poderes fantásticos), y porque además es uno de los dinastía de guardianes para
impulsores de la cristianización de la leyenda, pues entre otras mantenerlo a salvo y escondido.
cuestiones se le atribuye la inclusión del Santo Grial en el relato La búsqueda del Santo Grial es un
artúrico. importante elemento en las
historias relacionadas con el Rey
Después de su obra aparecieron innumerables novelas de Arturo (el Ciclo Arturiano o
caballerías de autores franceses e ingleses, sobre todo, que giran en
torno a los personajes del ciclo artúrico. La mayoría de los textos se concentran en dos líneas narrativas
diferentes: por un lado las relacionadas con la búsqueda del Santo Grial, emprendidas por los caballeros
del Rey Arturo, y por el otro las que relatan la propia
historia del Grial desde los tiempos de José de Arimatea,
Tristán e Iseo
personaje bíblico responsable, según la tradición, del
traslado del Santo Grial desde Jerusalen al Mediterráneo. Son los personajes centrales de una antigua
leyenda de origen galo relacionada con el
ciclo artúrico. Tristán, que perdió a su madre
La novela artúrica tuvo un florecimiento excepcional en al nacer, fue educado como caballero en la
Inglaterra en los siglos XIV y XV. De entre todas destaca corte de su tío el rey Marc, en Cornualles. Allí
La muerte de Arturo de 1485, de Sir Thomas Malory vence al gigante Morholt, enviado por los
irlandeses, pero queda gravemente herido y
donde cuenta la historia del Rey Arturo y los Caballeros se le deja a la deriva en una barca, esperando
de la Mesa Redonda, novela que sigue siendo su muerte. Por fortuna llega a las costas de
ampliamente leída. Irlanda donde la rubia Iseo lo acoge y lo cura
sin saber que es el caballero que dio muerte
al gigante Morholt, su tío. A partir de aquí, se
entrelazan una serie de fatalidades que hacen
que Tristán e Iseo se enamoren de por vida
por beber una poción mágica, que Iseo se
case con el rey Marc y éste, consciente de las
continuas infidelidades de su esposa con su
Los siglos XVI, XVII y XVIII serían menos abundantes en producción literaria referida a Arturo y sus
caballeros. Pero en el siglo XIX, el gusto romántico por las leyendas medievales dio lugar a un nuevo
florecimiento de novelas relacionadas con el ciclo artúrico. Desde el siglo XX y hasta la actualidad
numerosas obras utilizan tradiciones literarias, personajes e historias que provienen del ciclo de Arturo:
John Steinbeck escribió en 1976 Los hechos del rey Arturo y sus nobles caballeros, J. R. R. Tolkien creó
entre 1943 y 1949 El Señor de los Anillos con claras influencias de la materia Bretaña, y Las nieblas de
Avalon de Marion Zimmer Bradley (1982), que narra la historia de los caballeros de la mesa redonda
desde la perspectiva de los personajes femeninos tuvo un enorme éxito que abriría la puerta a una
innumerable secuencia de libros, tanto de ficción
Ya hemos llamado la atención sobre los dos tipos de
manuscritos gracias a los cuales ha llegado hasta
como de ensayo alrededor del ciclo artúrico.
nosotros la epopeya medieval francesa: el utilitario
manuscrito de juglar, como el de Oxford del Cantar En España la tradición artúrica ha estado presente
de Roldán, y el manuscrito de biblioteca, muchas desde el siglo XII, sobre todo, en Galicia debido a las
veces lujoso y ricamente ornamentado. El primer numerosas peregrinaciones a lo largo de la Edad
tipo, destinado al bagaje del juglar, por su pobre
apariencia estaba destinado a perecer, y por esto Media a través del Camino de Santiago.
son tan pocos los manuscritos juglarescos franceses
persistentes, y es un auténtico milagro que se
hayan salvado el del Cantar del Cid y las hojas del
Roncesvalles, que son de este carácter. En cambio,
el manuscrito de biblioteca, generalmente
confeccionado para que un gran personaje pudiera
leer antiguas leyendas, tenía en su formato, en la
calidad de su caligrafía y en la belleza de su
5.4. LA ÉPICA MEDIEVAL EN ESPAÑA
ornamentación la mejor garantía de conservarse,
incluso en siglos poco interesados por la literatura La escasez de textos genuinos
medieval, y así llegar hasta nosotros.

Pero ¿Por qué no se copiaron manuscritos de


El problema de la épica castellana es la escasez de
biblioteca en España? No deja de extrañar que en la textos originales conservados, pues la mayoría de los
brillante corte de Alfonso el Sabio, en la que se cantares de gesta se han perdido, en parte por su
confeccionaron tan bellos y monumentales
manuscritos con obras en verso y en prosa del carácter oral y anónimo. En Francia se conservaron
monarca, no se transcribieran las antiguas gestas casi cien cantares de gesta porque se copiaron
castellanas, por las que éste sentía tanta
admiración. En realidad, el afán historiador del rey manuscritos de biblioteca, cosa que no ocurrió en
sabio y sus historiógrafos dio lugar a la prosificación España; por eso de los castellanos sólo se conservan
de la historia (como se hizo en la Primera Crónica
General que desde el año 1270 mandó redactar y
unos pocos. Sin embargo, las crónicas medievales y
revisó Alfonso X el Sabio) basándose a veces en las las narraciones de hechos históricos (como las de la
narraciones de los cantares de gesta, cuando se Crónica General de Alfonso X el Sabio) insertan
consideraban fiables y ajustados a la realidad, y
otras desdeñando estas fuentes porque fragmentos prosificados y resúmenes de cantares de
consideraban que fantaseaban excesivamente. Por gesta perdidos. A partir de ahí se han podido conocer
eso, porque se hizo prevalecer una prosa histórica
frente a la fantástica de los cantares, fue por lo que y a veces hasta reconstruir algunos cantares de gesta
los cantares de gesta castellanos no se copiaron en por entero o, más habitualmente, fragmentados.
manuscritos de biblioteca. Esto lleva a considerar
que en España no eran tan necesarios como en
Francia los manuscritos de cantares de gesta que De la épica castellana sólo se conservan tres textos
llamamos de biblioteca. La gente culta que sentía escritos en verso. El primero es un fragmento del
curiosidad por las viejas leyendas podía leerlas
cómodamente en las crónicas eruditas en vulgar. Cantar de Roncesvalles, sobre la muerte de Roldán,
el tema épico francés recogido en un manuscrito del
Algunas veces los autores rehacían con intensidad y s. XIII. También se conserva un fragmento de las
libertad los cantares, de suerte que su estructura
Mocedades de Rodrigo, sobre la juventud del Cid, un
manuscrito muy defectuoso del s. XIV. Finalmente, el Cantar de Mio Cid, sobre la etapa final de la vida
del Cid, es el poema más extenso que se conserva y está prácticamente completo en un manuscrito del
s. XIV. Debe suponerse que hubo otros cantares, ya que las crónicas de Alfonso X el Sabio, del s. XIII,
recogen algunos relatos de tema épico que, aunque están escritos en prosa, muestran restos de
versificación. Así ocurre con la historia de los siete Infantes de Lara o de Salas (inserto en la primera
Crónica general). También parece evidente que otros cantares perdidos dieran lugar a los romances del
s. XV, que tratan temas histórico-legendarios. Asimismo, las alusiones a los relatos juglarescos que
aparecen en documentos de la época testimonian la existencia de una épica abundante. En las crónicas se
les denomina fablas de gesta, cantares de gesta, cantares, romances y fablas. La poesía épica medieval
desapareció hacia el s. XIV.

De los cantares al romancero

En Castilla ocurrió otro fenómeno que no se dio en Francia. La recitación juglaresca fue allí muy intensa
y muy apreciada, y el público que escuchaba cantares de gesta se aprendió de memoria, tanto en la letra
como en la tonada, fragmentos destacados, emotivos o truculentos de las leyendas que oía. Nunca
podremos imaginar bastante lo que suponía, en la monótona y tediosa vida de un pequeño pueblo
medieval, sin distracciones ni diversiones de ningún género, la llegada de un juglar ambulante. En la
plaza mayor dejaba oír sus gestas ante un público lleno de curiosidad y de interés, y consta que al llegar a
los episodios culminantes los recitaba con especial detención, y que, a demanda de los oyentes, los
repetía, como puede hacer hoy un pianista que accede a la petición de bis del auditorio. Al marcharse el
juglar, en aquel pueblo había quedado algo muy importante: un fragmento de gesta, que los campesinos se
habían aprendido y que repetirían más y más veces y con deformaciones involuntarias o conscientes. Así
de las gestas se desprendieron fragmentos episódicos, que el pueblo llamó romances, de los que en
España se han recogido miles y miles, con versiones distintas de cada uno, y que constituyen el rico
tesoro del Romancero. Adviértase que no todo el Romancero se originó así, ni que todos los romances
conocidos procedan de gestas.

EL «CANTAR DE MIO CID».

El Cid, héroe literario y épico

Rodrigo Díaz de Vivar, llamado el Cid (en árabe «el señor»), personaje rigurosamente histórico y sobre
cuya vida y hechos existe una amplia y detallada documentación, fue tan famoso ya en vida por sus
hazañas que antes de morir en 1099 era considerado un héroe objeto de composiciones poéticas cultas y
populares.
En esta obra literaria que modernamente se intitula Cantar del Cid o Cantar de mio Cid hay algo singular
en la épica tradicional: la gran proximidad entre la existencia del héroe y la aparición de su gesta. Si
existe algún ejemplo claro y terminante de que la poesía heroica nace al calor de los hechos, éste es el
Cantar del Cid, cuyos versos pudieron ser escuchados por ancianos que en su mocedad conocieron al
héroe en persona.

El códice, autoría y fecha de composición

El Cantar del Cid se fue transmitiendo en diversas versiones y refundiciones, como es usual en la
epopeya tradicional. Se conserva sólo una de estas versiones: un manuscrito del s. XIV que consta de
3.733 versos, que muestran una métrica irregular, en torno a las dieciséis sílabas, y una rima asonante.
Está incompleto; le faltan tres hojas: la primera del cantar, la que sigue al verso 2337 y otra que sigue al
verso 3507, en total alrededor de 150 versos, que han sido reconstruidos a partir de la Crónica de Veinte
Reyes.
Es una copia literal de otro manuscrito, realizada por Per Abbat; pero no podemos considerar a Per
Abbat como su primer autor, ya que todo induce a suponer que la copia de Per Abbat ya es una
refundición. Durante mucho tiempo se supuso que el texto copiado por Per Abbat reproduce una primitiva
versión de un juglar oriundo de Medinaceli que actuaba hacia el año 1140, y que existía una versión más
antigua de un juglar natural de San Esteban de Gormaz, unos treinta años anterior. Pero esto no se ha
podido demostrar con total seguridad. Lo único que sabemos con certeza es que existieron versiones del
Cantar del Cid anteriores y posteriores a ésta que hoy conocemos.
En cuanto a su fecha de composición, los investigadores proponen soluciones diferentes. Los estudios
más recientes la sitúan hacia finales del siglo XII o comienzos del XIII, entre 1201 y 1207. Al final del
códice, en la primera de las notas añadidas, se dice: "Per Abbat le escribió, en el mes de mayo, en era de
mil y C[C]XLV años" (año que corresponde, según el calendario actual, a 1207).
Argumento
La mayor parte de la guerrera biografía de Rodrigo Díaz de Vivar está ausente del Cantar del Cid, que la
da como sabida y muy conocida. Hechos como su campaña contra Zaragoza; su participación en el cerco
de Zamora, y su tan destacada intervención en la jura de Santa Gadea, fueron objeto de otros cantares de
gesta que se han perdido y repetidos en el Romancero, pero ni siguiera aparecen en el Cantar de mio Cid.
El Cantar del Cid narra sólo una parte de la biografía de este personaje correspondiente al final de su
vida, o sea acontecimientos ocurridos entre 1081 y 1094.

Estructura interna

El tema principal del Cantar de mio Cid es la recuperación de la honra perdida por el héroe, cuya
restauración supondrá una honra mayor a la de la situación de partida.
El poema se inicia con el destierro del Cid, primer motivo de deshonra, tras haber sido acusado de robo.
Este deshonor supone también el ser desposeído de sus heredades o posesiones en Vivar y privado de la
patria potestad de su familia. Tras la conquista de Valencia, gracias al valor de su brazo, su astucia y
prudencia, consigue el perdón real y con ello una nueva heredad, el señorío sobre Valencia, que se une a
su antiguo solar ya restituido. Para ratificar su nuevo estatus de señor de vasallos, se conciertan bodas con
linajes del mayor prestigio como son los infantes de Carrión.
Pero, paradójicamente, con ello se produce la nueva caída de la honra del Cid, debido al ultraje de los
infantes a las hijas del Cid, que son vejadas, fustigadas, malheridas y abandonadas en el robledal de
Corpes. Este hecho supone según el derecho medieval el repudio de facto de estas por parte de los de
Carrión. Por ello el Cid decide alegar la nulidad de estos matrimonios en un juicio presidido por el rey,
donde además los infantes de Carrión queden infamados públicamente y apartados de los privilegios que
antes detentaban como miembros del séquito real. Por el contrario, las hijas del Cid conciertan
matrimonios con reyes de España, llegando al máximo ascenso social posible.
Así, la estructura interna está determinada por unas curvas de obtención–pérdida–restauración–pérdida–
restauración de la honra del héroe. En un primer momento, que el texto no refleja, el Cid es un buen
caballero vasallo de su rey, honrado y con heredades en Vivar. El destierro con que se inicia el poema es
la pérdida, y la primera restauración, el perdón real y las bodas de las hijas del Cid con grandes nobles. La
segunda curva se iniciaría con la pérdida de la honra de sus hijas y terminaría con la reparación mediante
el juicio y las bodas con reyes de España.
Por tanto, los temas más relevantes del Poema de Mio Cid son el del destierro injusto; el del buen
soldado, el del vasallaje, el de la guerra como medio para obtener riquezas, honor y fama; el de la envidia,
el de la venganza, el de la justicia y el del favor real. Por encima de todos ellos, se sitúa el de la
recuperación de la honra perdida.
Estructura externa
La obra se divide en tres cantares o partes:
- Cantar del destierro (hasta el verso 1084).
El Cid ha sido desterrado de Castilla. Debe abandonar a su esposa e hijas, e inicia una campaña
militar acompañado de sus fieles en tierras no cristianas, enviando un presente al rey tras cada
victoria para conseguir el favor real.
- Cantar de las bodas de las hijas del Cid (versos 1085-2277).
El Cid se dirige a Valencia, en poder de los moros, y logra conquistar la ciudad. Envía a su amigo y
mano derecha Álvar Fáñez a la corte de Castilla con nuevos regalos para el rey, pidiéndole que se le
permita reunirse con su familia en Valencia. El rey accede a esta petición, e incluso le perdona y
levanta el castigo que pesaba sobre el Campeador y sus hombres. La fortuna del Cid hace que los
infantes de Carrión pidan en matrimonio a doña Elvira y doña Sol. El rey pide al Campeador que
acceda al matrimonio y él lo hace aunque no confía en ellos. Las bodas se celebran solemnemente.
- Cantar de la afrenta de Corpes (versos 2278-3730).
Los infantes de Carrión muestran pronto su cobardía, primero ante un león que se escapa y del que
huyen despavoridos, después en la lucha contra los árabes. Sintiéndose humillados, los infantes
deciden vengarse. Para ello emprenden un viaje hacia Carrión con sus esposas y, al llegar al robledo
de Corpes, las azotan y las abandonan dejándolas desfallecidas. El Cid ha sido deshonrado y pide
justicia al rey. El juicio culmina con el «riepto» o duelo en el que los representantes de la causa del
Cid vencen a los infantes. Éstos quedan deshonrados y se anulan sus bodas. El poema termina con el
proyecto de boda entre las hijas del Cid y los infantes de Navarra y Aragón.
Historicidad del cantar
Al enfocar este problema hay que tener muy en cuenta que el Cantar del Cid se escuchaba en el
siglo inmediato al que vivió el guerrero, tal vez unos treinta o cuarenta años después de su muerte, y que
hace transcurrir la acción por las mismas tierras por donde lo divulgaban los juglares. No podía, por tanto,
tergiversar la historia real. Los moros que figuran en el Cantar del Cid, unos enemigos de los cristianos,
otros «moros amigos», son tal cual eran los que todo español de los siglos XI y XII estaba acostumbrado
a ver, e incluso a tratar; la mayoría de los numerosos personajes, tanto cristianos como moros, que
aparecen en el Cantar del Cid son rigurosamente históricos y actuaron y se desenvolvieron tal como
narran los versos; no intervienen en la acción seres fabulosos ni personas que vivieron en otras épocas,
como ocurre en el Cantar de Roldán. Sin embargo, sí se intercalan en el Cantar del Cid episodios
inventados, como el del león escapado de la jaula, tan útil para poner de relieve la cobardía de los infantes
de Carrión, y muy posiblemente el de la afrenta del robledo de Corpes.

Los personajes

El papel de los personajes en el cantar está en función del protagonista. Casi todos aparecen agrupados en
bandos: los fieles al Cid, los nobles enemigos, los adversarios, etc. Los personajes importantes están
tratados individualmente.

El Cid
El poeta selecciona algunos de los hechos más relevantes de la vida madura del Cid histórico y, sobre
ellos, proyecta la imagen de un gran héroe. Sus aventuras se desenvuelven en el marco de la España
feudal y no son otras que las de un individuo caído injustamente en desgracia. Así, llevado por la
necesidad, inicia un camino plagado de obstáculos que debe superar, hasta la recuperación de la honra y
el patrimonio perdidos.
Desde el punto de vista social, el Cid, un infanzón, un caballero que pertenece a la baja nobleza y no
goza de grandes posesiones. Sin embargo, pese a ocupar un puesto inferior en la jerarquía nobiliaria,
actúa como un hombre de gran personalidad y superior a los nobles de mayor alcurnia. Su fama no se
cimenta en el brillo de un gran linaje, sino en el ejercicio de sus virtudes y comportamiento heroico. Esa
merecida fama, ganada "a pulso» y no heredada, despierta la envidia de los nobles que provocarán su
destierro.
El retrato del protagonista del cantar nos ofrece la imagen ideal de un hombre caracterizado por la
mesura, la fidelidad a su rey, la religiosidad, la inteligencia estratégica, la valentía, la fuerza física, la
solidaridad con los suyos. En el ámbito de la vida familiar el Cid se muestra como un hombre tierno y
sensible, capaz de sentir y expresar el amor más elevado hacia su mujer, doña Jimena, y sus dos hijas, por
cuya honra y bienestar lucha.

La figura del Cid ha permanecido viva en la lite ratura, la historia y el arte a través de los tiem pos. La
recogen, entre otros, los cronistas medievales, el romancero, Juan de Mena (El laberinto de Fortuna),
Fray Luis de León, la épica culta del Siglo de Oro, Miguel de Cervantes (El Quijote), Guillén de Castro
(Las mocedades del Cid) y la comedia barroca española, Francisco de Quevedo, Pierre Corneille (El Cid),
Manuel Machado (Castilla) y Antonio Machado (Campos de Castilla), el ensayismo de la Generación del
98 y, en nuestro teatro contemporáneo, Antonio Gala (Anillos para una dama). En el siglo XIX, el
compositor francés Jules Massenet, fascinado por el personaje, escribió la ópera El Cid. En nuestro siglo,
las hazañas del héroe medieval también han sido llevadas al cine.

Otros personajes:
Minaya Alvar Fáñez: personaje de gran importancia, ya que es quien siempre está con el Cid,
ayudándole en todo lo que se le ofrece, y ayudándole a cumplir todas sus metas trazadas.
Doña Jimena: es la esposa del Cid. Sol y Elvira, las hijas del Cid: son personajes leales y demuestran
amor incondicional hacia el Cid se ven afectadas en la trampa de los infantes de Carrión, quienes
planean a toda costa quitarle las riquezas y propiedades al Cid, incluso arremeten contra sus hijas
dejándolas en muy malas condiciones debido a una venganza por la humillación ante el león.

La métrica

El Cantar de Mio Cid es un cantar de gesta, un poema narrativo en verso, que sigue el esquema métrico
propio del mester de juglaría. Su métrica se caracteriza por e! empleo de versos de medida irregular,
anisosilábicos (entre 14 y 16 sílabas), con una cesura o pausa interior que los divide en dos hemistiquios.
La rima de los versos es asonante, y los que presentan una misma rima se agrupan formando una tirada.

Lengua y estilo

Lo más característico del estilo del poema épico del Cid es un uso consciente de una lengua arcaizante,
que se vinculaba con los cantares de gesta y constituyó una lengua artificial identificada con este
subgénero narrativo hasta el siglo XIV. El tono arcaico daba a los versos un tinte de antigüedad, de edad
mítica. Pero además de los arcaísmos, en esta modalidad lingüística aparecen los neologismos, cultismos
latinos e incluso arabismos.
En el plano fónico se aprecian aliteraciones y rimas internas, muy relacionados con la naturaleza oral que
tenían estos poemas. Así, se ha propuesto como ejemplo de aliteración el verso 286 («Tañen las campanas
en San Pero a clamor») con su recurrencia en las nasales, que evocan la peculiar acústica de las
campanas. De rima interna, pueden destacarse los siguientes versos:

¡Merced, ya rey e señor, por amor de caridad!


La rencura mayor non se me puede olvidar
oídme toda la cort e pésevos de mio mal,
los ifantes de Carrión, que m' desondraron tan mal.
Pasando al ámbito léxico, destaca el uso de expresiones de la variedad lingüística militar, clerical y
jurídica, como «curiador» ('avalista'), «rencura» ('querella'), «entención» ('alegato') o «manfestar»
('confensar'). Destaca, asimismo, el empleo de pares de sinónimos, como “a rey e a señor”, y el uso de las
parejas léxicas que incluyen la referencia a un todo mediante dos términos que se complementan, como es
el caso de «grandes e chicos» (que equivale a 'todo el mundo'), «el oro e la plata» ('riquezas de todo tipo'),
«de noche de día» ('en todo momento') o «a caballeros e a peones» ('a toda la hueste').
En cuanto a la sintaxis, es notable el empleo de los paralelismos sintácticos, y es frecuente encontrar
anáforas y enumeraciones:
salveste a Jonás cuando cayó en la mar
salvest a Daniel con los leones en la mala cárcel,
salvest dentro en Roma al señor san Sabastián,
salvest a Santa Susaña del falso criminal.

Entre las figuras retóricas, cabe mencionar el uso de la interrogación y la exclamación. Son, en cambio,
muy escasas las figuras de pensamiento. Solo cabe mencionar algunas metáforas sencillas. Un símil ha
sido habitualmente señalado, el que se usa para comparar la separación del Cid y su familia con la
fórmula «commo la uña de la carne» (vv. 365 y 2642). Más extendida está la metonimia, sobre todo en su
variedad de sinécdoque (expresar la parte para aludir al todo). En el verso 16 se dice que en la compañía
del Cid se contaban «sessaenta pendones» (esto es, sesenta caballeros armados con lanza, que remataba
en un estandarte o pendón).

Pero quizás las dos características más comentadas del estilo del Cantar son los epítetos épicos y las
apelaciones al público:
El epíteto épico: Se trata de locuciones fijas usadas para calificar positivamente a un personaje
protagonista que se define e individualiza con esta designación. Puede estar constituido por un
adjetivo, una subordinada adjetiva o una aposición. Los más utilizados para referirse al héroe son:
 El Campeador
 El de la barba vellida (barba poblada, vellosa)
 El que en buen hora nasció
 El que en buen hora cinxo espada (ciñó su espada, es decir, fue armado caballero)
También los allegados del Cid reciben epítetos. Así, el rey es «el buen rey don Alfonso», «mi señor
natural», «el castellano». Minaya Álvar Fáñez es «diestro braço». Incluso la legendaria montura del Cid,
Babieca, es «el caballo que bien anda» y «el corredor».

Las apelaciones al público: el narrador omnisciente, para buscar la complicidad con el auditorio,
abandona en ocasiones la tercera persona para dirigirse a los oyentes con fórmulas apelativas en segunda
persona o refiriéndose a él mismo en primera persona. Por ejemplo, en la narración de una batalla el
narrador se dirige al público así: Veríais tantas lanzas hundirse y alzar, / tantas adargas hundir y
traspasar, / tantas lorigas abollar y desmallar,… Otro ejemplo: cuando se celebran las bodas de las hijas
del Cid en Valencia, exclama ante su público: “sabor abriedes de ser e de comer en el palacio”, v. 2208
('Os encantaría estar y comer en el palacio'). Por otro lado, el narrador se posiciona siempre en favor del
Cid, y contra sus antagonistas.

Evolución de la épica castellana medieval

A partir del s. XIII, los temas épicos aparecieron en otras formas. Por ejemplo, el Poema de Fernán
González, obra de un monje de mitad del s. XIII y probablemente basada en un cantar anterior, está
escrito en cuaderna vía (cuatro versos de catorce sílabas monorrimos). También en este siglo se
intensificaron las prosificaciones de los relatos juglarescos.
En el transcurso de la baja edad media, el interés por los cantares de gesta fue decreciendo. El público se
sintió atraído por una nueva forma épica, los romances, a veces inspirados en temas de la actualidad, o en
temas fronterizos, líricos y novelescos. Hacia el s. XV, el juglar de gesta se fue transformando
paulatinamente en juglar de romance, cuando nació el romancero.

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