Sie sind auf Seite 1von 30

“Nada puede tener un efecto más inmediato sobre la calidad

de vida y el alivio del sufrimiento, no sólo para los pacientes


con cáncer sino también para sus familias, que la puesta en
práctica del conocimiento existente en el campo de los
Cuidados Paliativos”.

JAN STJERNSWAARD
Ex-Director de la O.M.S. para
Cuidados Paliativos

SEGMENTO

Segunda Edición 2001

Wilson Astudillo Alarcón


Carmen Mendinueta Aguirre
José Elósegui 43, 20013 - Donostia-San Sebastián, España
Tel. y Fax 943 32 22 88
E-mail: sov.pal@euskalnet.net
CÓMO AYUDAR A LA FAMILIA
EN LA TERMINALIDAD

Drs. Wilson Astudillo Alarcón


Carmen Mendinueta Aguirre

Segunda Edición 2001

S O C I E D A D VA S C A D E C U I D A D O S PA L I AT I V O S
A R D U R A PA L I AT I B O E N E U S K A L E L K A R T E A
Av d a . / J o s é E l ó s e g u i 4 3 , 2 0 0 1 3 ,
D O N O S T I A - S A N S E B A S T I A N - E S PA Ñ A
T é l . y f a x 9 4 3 3 2 2 2 8 8 E - m a i l : s o v. p a l @ e u s k a l n e t . n e t
C Wilson Astudillo A. y Carmen Mendinueta A.
Ediciones SOCIEDAD VASCA DE CUIDADOS PALIATIVOS, 2001
Maquetación y Diseño: SEGMENTO

Impreso en España

ISBN 84-930967-4-1 D.L.- SS. 1022/01

Este libro se ha editado con la colaboración del Gobierno Vasco,

de la Diputación Foral de Gipuzkoa y Ayuntamiento de San Sebastián.

Queda rigurosamente prohibida la reproducción total o parcial de


los contenidos de esta revista por cualquier medio o procedimien-
to, incluidos la reprografía y los medios informáticos, siendo
impuestas en su caso las sanciones establecidas por la ley.
CONTENIDO

1 La familia ante la enfermedad

Etapas de adaptación
Características de las familias

2 Objetivos del trabajo con la familia

Satisfacer sus necesidades de información


Mejorar su nivel de comunicación
Ofrecerles seguridad en el cuidado de su enfermo
Facilitar su participación en el cuidado
Enseñarles a cuidar
Proporcionarles apoyos emocionales y físicos
Reducir los temores de las familias
Facilitarles la toma de decisiones
Ayudarles a cuidar de sí mismos
Acompañarles en la agonía y en el duelo

3 Derechos de los enfermos terminales

4 Derechos de los cuidadores


CÓMO AYUDAR A LA FAMILIA
EN LA TERMINALIDAD
Drs. Wilson Astudillo A. y Carmen Mendinueta A.
Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos/Ardura Paliatiboen Euskal Elkartea

a familia es un elemento clave en la atención del enfermo en fase terminal, por-

L que es su red de apoyo más importante no sólo para la satisfacción de sus nece-
sidades físicas, sino también las de tipo emocional y espiritual. En los Cuidados
Paliativos la familia forma con el paciente una unidad de tratamiento, porque lo que
afecta a uno influye en el otro y viceversa. Vamos a referirnos a algunas características
y necesidades de las familias que nos permitan favorecer su participación en el cuidado
de sus seres queridos y su adaptación al período de la enfermedad y al deterioro físico
del final de la vida.

LA FAMILIA ANTE LA ENFERMEDAD

a familia, considerada como mientos de control, restaurar su confianza

L "un grupo de personas vincu-


ladas entre sí por algún tipo de
relación biológica, emocional
y adoptar una actitud más activa frente al
padecimiento. Son numerosos los retos
que se le presentan en esta nueva situa-
o legal" [1], funciona como un ción: Tabla I
ecosistema que se desestabili-
za con un enfermo terminal. Tabla I Retos de las familias en
Experimenta diversas incerti- la terminalidad [2-3]
dumbres sobre el curso de la
enfermedad y su posible inca- Mantener el funcionamiento del hogar
pacidad para cuidar y manejar con la mayor normalidad posible
los problemas psicológicos del Desarrollar una buena comunicación con
paciente, especialmente la ansiedad y el enfermo
depresión. Vive una situación límite que Aceptar los síntomas del paciente, su
requiere tiempo y apoyo para recompo- creciente debilidad y dependencia
nerse, más aún si el afectado es uno de los Satisfacer las necesidades físicas y
padres, si su trabajo es básico para el sos- emocionales del paciente
tenimiento familiar y si éste se encama. Redistribuir las funciones del enfermo
Agradece un trato muy delicado desde un Aceptar apoyos para cuidarle
principio y que se le ofrezca una adecua- Mantener un equilibrio emocional
da información para cumplir mejor su Ayudar al enfermo a dejar las cosas en
tarea asistencial y así aumentar sus senti- orden y a despedirse

5
La familia es el contexto social primario 3) Fase de reorganización. Se carac-
para el manejo de la enfermedad y la pro- teriza por la consolidación de los nuevos
moción de la salud. El médico suele pres- roles y la formulación de proyectos tanto
cribir un tratamiento que se lleva a cabo por parte del enfermo como de sus fami-
en el hogar por el propio paciente y sus liares en relación con su mal y consigo
cuidadores, pero, si no tiene en cuenta el mismos. En este caso el equipo deberá
contexto familiar, este profesional y el procurar que la familia conserve el delica-
equipo sanitario se verán privados de una do equilibrio entre cohesión, promoción de
comprensión más amplia de la situación la independencia y la autoafirmación de
que rodea al padecimiento y se reducirán sus miembros, incluido el enfermo, y vela-
también de forma notable las posibles rá para que el grupo familiar siga un curso
soluciones [1,3,4]. más normal, corrigiendo ciertas actitudes
disfuncionales.
ETAPAS DE ADAPTACIÓN A LA
ENFERMEDAD CARACTERISTICAS DE
LAS FAMILIAS
La presencia de una enfermedad terminal
determina que la familia atraviese por 3 El apoyo a las familias será más adecuado
etapas [5-6]]: si se consideran los siguientes conceptos:

A. Una familia es más que un grupo


1) Fase de desorganización. El impac- de personas juntas. Cuando aparece
to psicosocial del padecimiento "toca" y una enfermedad grave funciona como una
pone a prueba la estabilidad familiar y unidad que se conmueve en relación con el
hace que se pongan en marcha diversos tipo de padecimiento y el miembro afecta-
recursos para mitigarlo. El papel del equipo do. Se la conocerá mejor si se organiza con
en esta etapa será el de acompañar a la ella una reunión para hablar sobre el
familia en la asimilación del impacto con paciente, conocer a sus diferentes miem-
respeto a su forma de reacción para no indu- bros y ofrecerles nuestro apoyo. Así podre-
cir un rechazo, aunque asumirá en determi- mos saber su composición, en qué etapa
nados casos un rol más directivo para ayu- del desarrollo familiar les sobreviene la
darles a reorganizarse, anticipar los aconte- enfermedad, su grado de interrelación y
cimientos y preparar los cuidados según la cohesión personal, creencias y valores,
posible duración de la enfermedad . nivel de información que comparten, dis-
ponibilidad de recursos actuales y futuros
2) Fase de recuperación. Se mani- y su capacidad cuidadora [1,2,7-8].
fiesta bien por la entrada en escena de un
miembro más activo o periférico, o por la B. La familia es la fuente principal
consulta por otras situaciones. En esta de creencias y pautas de comporta-
etapa la familia muestra una cierta aper- miento relacionadas con la salud.
tura hacia otros problemas además de los Posee unos patrones de interacción repe-
del enfermo. Es un punto de inflexión titivos que regulan y modifican la conduc-
situacional sobre el que deberá estar ta de sus miembros, esto es, un conjunto
alerta el equipo debido a que es el de reglas sobre cómo plantearse la vida,
momento en el que el grupo manifiesta los hechos que tienen valor, la salud, etc.,
una mayor receptividad para el aprendi- y mantiene ciertos rituales porque propor-
zaje sobre el manejo de la enfermedad. cionan a todo el grupo una sensación de

6
constancia durante las épocas de tensión capacidad para adaptarse a los
o de cambio. Los comportamientos de sus cambios [1]. Los retos del ciclo de vida
miembros reflejan más las características del grupo se ven complicados frecuente-
grupales que la de sus individuos. Es difí- mente por la presencia de enfermedades
cil modificar en poco tiempo una conduc- crónicas o mortales a corto plazo y la rea-
ta ritualizada que afecte al enfermo, por parición de diversos conflictos no resuel-
lo que los sanitarios deben mostrar un tos que exigen que las familias se reorga-
gran respeto y paciencia ante los compor- nicen . Para enfrentarse con éxito a esta
tamientos familiares y programar sus etapa, la familia debe ser flexible ante
intervenciones a más largo plazo. diversas cuestiones importantes: quién se
queda en casa, quién va a trabajar, quién
C. Los síntomas de un individuo ayuda a los niños, quién se encarga de los
pueden tener una función estabili- abuelos y quién puede hacerse cargo para
zadora en la familia, en especial dirigirla psicológicamente [4,6,8]. En la
cuando la enfermedad es crónica o Tabla II, se señalan ciertos rasgos que per-
recidiva de manera persistente miten predecir qué familias pueden ser
[1,4]. Así, los padres de un niño asmático, consideradas "fuertes" a la hora de afron-
por ejemplo, pueden evitar discutir y tar situaciones de crisis. Estas presentan,
resolver sus desacuerdos conyugales cen- por lo general, una combinación parcial de
trando su atención en la necesidad de tra- algunos de estos elementos: Tabla II
tamiento médico urgente de manera repe-
tida para su hijo. A veces, a pesar de que
existan signos objetivos de que el niño ha
mejorado y que requiere menos trata- Tabla II . Elementos que sugieren
mientos de urgencia, los padres continúan fortaleza familiar [9]
solicitando este tipo de asistencia, que-
jándose de la falta de progreso clínico. En Compromiso de ayuda entre sus
este caso es de interés preguntarles de miembros
manera respetuosa sobre qué es lo que Aprecio por las cosas que los miembros
haría distinto la familia y la pareja si el de la familia hacen bien
niño estuviera bien, con el objeto de que Empleo del tiempo libre con la familia
procuren habituarse a pensar en vivir en Propósito de hacer frente común a
algún momento en esas circunstancias. los "malos tiempos"
Por otro lado, cualquier agente que actúe Congruencia entre los miembros de la
sobre uno de los miembros del grupo es familia respecto al empleo de recursos
capaz de provocar reacciones en cadena para satisfacción de necesidades
sobre el resto de integrantes del sistema. familiares
Este principio, llamado también de causa- Comunicación positiva entre los
lidad circular [9], es básico cuando nos familiares
planteamos cualquier tipo de actuación Conjunto de reglas, valores y creencias
futura en la fase de duelo porque una vez compartidos
que ha desaparecido un enfermo que ser- Repertorio variado de estrategias
vía para la cohesión familiar, ésta corre el de afrontamiento
peligro de desintegrarse. Disposición de habilidades necesarias
para la resolución de problemas
D. Una característica distintiva de Cohesión, flexibilidad y adaptación
la evolución de una familia es su en los roles

7
Equilibrio en el empleo de recursos OBJETIVOS DEL TRABAJO
internos y externos para adaptarse al CON LA FAMILIA
ciclo vital.
Cada familia se plantea objetivos distintos
ante la enfermedad de un ser querido, que
es importante conocer para consensuar
La intensidad emocional que rodea a la con ellos un plan de actuación, que ayude
enfermedad terminal conmueve de forma de manera significativa el trabajo futuro.
profunda al paciente y la familia y se vuel- Una mejor terminalidad será posible si: 1)
ve un poderoso estímulo de cambio sobre se ayuda al paciente a mantener el mayor
todos los que participan en el cuidado. grado de actividad, independencia y digni-
Saber que les queda poco tiempo de vida dad posibles, 2) se busca un alivio del
con su ser querido, de su importancia y de dolor y de otros síntomas molestos en
lo irrepetible que es, fortalece los lazos todos los momentos de la enfermedad, y
que les une, hace que sumen sus esfuerzos 3) se ofrece un adecuado apoyo psicológi-
y les motiva a buscar una solución más co y espiritual al enfermo y a su familia
eficaz a los conflictos personales o inter- [2,4]. La recuperación del equilibrio grupal
personales anclados en etapas anteriores se producirá cuando se atenúe el efecto
del ciclo vital y a hacer algo para mejorar del padecimiento conforme aumenten los
su situación. Es importante la cercanía recursos de ayuda y cambia la percepción
afectiva y el apoyo de todos, incluidos inicial que la familia y el propio enfermo
amigos, compañeros o vecinos, porque se tienen sobre el proceso [8].
trata de una vivencia dura y no siempre se
tienen fuerzas para afrontarla. El recordar Como equipo de ayuda debemos acercar-
antiguas crisis generadas por enfermeda- nos a las familias con sinceridad, respeto y
des y cómo se solucionaron ayuda a evi- sencillez porque nuestra actuación va a
denciar e identificar los recursos poten- invadir en cierto sentido su intimidad, no
cialmente disponibles en la actualidad y dando nunca por supuesto que han com-
en el futuro. prendido todos los detalles y preguntán-
doles sobre sus inquietudes. Es de interés
hacer una visita a domicilio para conocer
las condiciones físicas, económicas y
Las familias con mayores probabilidades socioculturales de la familia y si existen o
de conseguir una buena adaptación son no las condiciones para una buena aten-
las que utilizan sistemas de comunicación ción física y emocional del enfermo. Se
abiertos y eficaces y que facilitan la evaluarán los diversos factores de impacto
expresión de los sentimientos [7,10,11]. La y las posibles medidas para disminuir su
carga emocional, sin embargo, puede influencia, así como sus experiencias pre-
resultar traumática o generar una disfun- vias con el manejo de enfermos, los pro-
ción de larga duración en aquellas familias blemas que tuvieron y cómo fue el resul-
incapaces de elaborar las dificultades que tado final [1,5-7]. La familia apreciará
se derivan de la pérdida de uno de sus mejor nuestra oferta de asistencia si
miembros. En estos casos graves, una entiende y acoge nuestro trabajo como
meta básica del equipo será mantener la una cooperación que reconozca y apoye
unión de la familia para que sean capaces los recursos propios del grupo, antes que
de sobrellevar las dificultades que surgen como una intromisión. Un buen soporte a
en torno a la muerte [4,6,11]. la familia en la terminalidad pretenderá

8
cubrir los siguientes aspectos: Tabla III Dar la verdad soportable
Facilitar la asimilación y reacción posterior
Tabla III Objetivos de ayuda Respetar sus silencios
a los familiares Evitar dar falsas seguridades
Ofrecer apoyo verbal y no verbal
Satisfacer sus necesidades de información Procurar mantener seguridad
Mejorar su comunicación Ser accesible- ofrecer otras entrevistas
Ofrecerles seguridad Cuidar de uno mismo para cuidar al otro
Facilitar su participación en el cuidado
Enseñarles a atender al enfermo
Darles apoyo emocional y físico En un ambiente apropiado y después de un
Reducir sus temores periodo de aclimatación previa en el que
Facilitarles la toma de decisiones se prepara a la familia para recibir la noti-
Ayudarles a cuidar de sí mismos cia y se conoce lo que ésta intuye y lo que
Acompañarles en la agonía y en el duelo desea saber, se les explicará lo que tiene el
enfermo (notificación), en términos sen-
1. SATISFACER SUS NECESIDADES cillos, comprensibles evitando tecnicis-
DE INFORMACION mos, de modo secuencial y según sus res-
puestas emocionales. El ritmo, los límites
La familia requiere disponer de datos rele- del contenido y la forma de informar a la
vantes sobre la enfermedad y su evolución. familia son siempre distintos a los del
Puede sentirse aislada del médico y del paciente, siendo esencial siempre decir la
equipo si no se le reserva el tiempo sufi- verdad de forma progresiva, en pequeñas
ciente para escuchar sus preocupaciones dosis, (acomodación), para aminorar el
sobre la causa de los síntomas molestos, su impacto de la noticia y darles tiempo para
pronóstico, complicaciones, qué se puede ajustarse a las implicaciones de la enfer-
hacer, con quién contactar en caso de medad [15-16]. No siempre es "lo que se
necesidad y qué cuidados va a dice", sino "la forma como se dice", lo que
requerir el enfermo en el transcurso del cuenta más para su satisfacción. Además
tiempo [9-14]. se les proporcionará apoyo psicológico
adecuado tanto de forma verbal como no
El apoyo a la familia y amigos empezará verbal, no sólo al principio, sino a lo largo
desde la revelación del diagnóstico, uno de todo el proceso, evitando darles falsas
de los momentos de mayor estrés que seguridades. Es preciso ser sensible a sus
puede soportar. Tabla IV. preocupaciones, sus dudas y preguntas
posteriores a veces reiterativas, porque en
Tabla IV Aspectos claves para dar su mayoría "no oyen" el diagnóstico la pri-
las malas noticias [11,15,16,18] mera vez [2,11,14-17].

Preparar la entrevista La familia tiende a reaccionar ante el


Buscar el lugar y tiempo más propicios diagnóstico de manera semejante al
para hacerlo paciente pero diferente en el aspecto indi-
Averiguar lo que el paciente sabe o intuye vidual. Por delicada que haya sido la forma
Escuchar con atención sus necesidades utilizada para dar la noticia, ésta produce
Escoger palabras neutras, sencillas, casi siempre un fuerte impacto y los dis-
sin tecnicismos tintos miembros del grupo atraviesan las
Procurar causar el menor impacto posible fases de adaptación a la enfermedad -

9
choque, negación-pacto- enfado-depre- les como son la sobreprotección y el descuido.
sión- resignación-, con una intensidad y
duración variable que se debe respetar Una mala comunicación en la pareja causa
[9,11-15]. Si se quedan detenidos en algu- en ocasiones más problemas que ningún
na de estas etapas requieren una ayuda otro síntoma a excepción del dolor. La
especial y consejo sobre estrategias familia puede restringir información al
correctas de adaptación. En la fase de paciente para no hablar de temas difíciles,
negación la familia llega a plantear tam- y el enfermo, a su vez, no siempre revela
bién al médico el guardar secreto y man- bien la intensidad de sus síntomas para no
tener al paciente en la ignorancia, lo que preocuparles, lo que repercute en una
indica la existencia de algún tipo de difi- infravaloración de sus molestias y en una
cultad para enfrentarse con la situación. menor administración de fármacos, por
Es necesario explorar sus razones con deli- ejemplo analgésicos. La familia es, por lo
cadeza y hacerle ver que el agente primor- general sobreprotectora con el paciente y
dial del proceso informativo es el enfermo mientras solicita para ella conocer toda la
[16-17]. Preguntas como: " ¿Por qué cree verdad, la niega de forma paternalista a
que es mejor que no lo sepa?,." ¿Recuerda aquél, pensando que no será capaz de
alguna vez como reaccionó al tener que tolerar la noticia, lo que crea la conspira-
enfrentarse con una situación parecida?, ción de silencio, que aumenta la sensa-
"Cómo se sentiría Ud., de no ser informa- ción de soledad que tiende a hundir más
do?, pueden ayudar a delimitar mejor el aún al paciente [16,17,20,22]. Los que la
problema [18]. La incredulidad y la nega- mantienen reprimen su propio dolor, se
ción, muy frecuentes en las respuestas exigen un riguroso autocontrol y procuran
iniciales, les sirven como protección y comportarse como si la enfermedad no
como distanciamiento emocional tempo- existiese, lo que genera un grado de inco-
ral de la crisis. municación difícil de soportar y un eleva-
do grado de angustia.
2. MEJORAR SU NIVEL DE
COMUNICACION La familia, según Broggi [16], tiene miedo
a las consecuencias de la información que
La comunicación en la terminalidad es deberá arrastrar quizás en solitario. No es
uno de los más poderosos instrumentos de raro que bloquee el descubrimiento mutuo
alivio no sólo para el paciente, sino tam- que intentaban médico y enfermo. Se miti-
bién para su familia. Es el vehículo de garán los impedimentos cuanto más impli-
transmisión del apoyo social y emocional cado y dispuesto en el proceso vean al
[11-14,19]. Se construye en base a la sin- médico y comprueben la confianza crecien-
ceridad y capacidad para demostrar com- te del enfermo en éste. La familia requiere
prensión por la situación que están mucho apoyo para derribar las barreras de
pasando [19-21]. Procurará ser bidireccio- la comunicación que afectan al cuidado del
nal a fin de conocer bien las diversas paciente y reducir así su sufrimiento, sien-
necesidades de la familia para orientar los do cada vez más sentida la necesidad entre
esfuerzos del equipo a la satisfacción de sus miembros de reparar las relaciones, de
las mismas. Una buena comunicación sirve poder explicarse y perdonarse. Algunas per-
para facilitar el afrontamiento familiar de sonas lo hacen directamente y otras a tra-
la enfermedad, la aceptación de la ayuda, vés de formas simbólicas.
reducir su ansiedad ante la incertidumbre
y detectar a tiempo actitudes disfunciona- La enfermedad terminal tiende a desenca-

10
denar reflexiones existenciales entre los interdisciplinar, coordinado, solidario,
miembros de la familia sobre el sentido y tolerante y capaz de hacer frente a la difí-
el propósito de la vida y la muerte, la vul- cil y dura tarea de trabajar en circunstan-
nerabilidad, la sensación de vivir de pres- cias de alto estrés y de sufrimiento ajeno.
tado y sobre lo que es verdaderamente
importante. Aparecen otras prioridades y Tabla V . Elementos que dan
metas comunes. Es un tiempo de madurez seguridad a la familia
y reflexión y los que participan pueden
experimentar un cambio positivo en sus La forma delicada como se trate al enfermo
relaciones que se mantiene posteriormen- Grado de control de los síntomas
te y aumenta la cohesión como grupo Educación para mejorar el cuidado
humano y la capacidad de respuesta Información sobre la enfermedad y sus
ante las situaciones difíciles de la complicaciones
vida [19,21,23]. Accesibilidad del personal sanitario
Poder participar en su asistencia
Las falsas esperanzas sobre metas no rea- Conocer cómo actuar en caso de urgencia
les sólo producen frustración cuando éstas Poder consultar con otros especialistas
no se consiguen[21-23]. Los miembros del Saber cómo acceder a los diversos
equipo desempeñan un papel importante recursos de ayuda
para facilitar la comunicación abierta y Reconocimiento de su trabajo
sincera de sentimientos entre los miem-
bros de la familia y el paciente generando Los familiares son muy sensibles a la
una mayor capacidad de dar y recibir con- forma como se trata al enfermo y si éste
suelo y apoyo emocional mutuos, permi- tiene o no los síntomas bien controlados,
tiéndoles reconducir sus sentimientos de si está bien atendido en sus necesidades
rabia o de culpa. Son instrumentos útiles biológicas, si está bien presentado, si se
para ello: a) la escucha activa que les per- demuestra disponibilidad, si se acude
mita expresar sus sentimientos sobre la pronto a las llamadas y si pueden interve-
enfermedad o sus vidas, b) la empatía nir en su cuidado. Cada síntoma nuevo o
(ponerse en su lugar), y c) la aceptación, que no se controla es vivido por su familia
esto es, el interés que se demuestre por lo como el principio del fin y como un agra-
que dicen sin juzgarles, o forzarles a resig- vamiento de la enfermedad. La persisten-
narse ante una situación si ellos se resis- cia del dolor, por ejemplo, produce impo-
ten y por acoger sus respuestas sin reac- tencia, enfado y mala reacción de los
cionar ante las mismas de una forma que familiares ante el médico que no lo con-
interpreten como un rechazo [21]. sigue aliviar, mientras que si el enfermo se
encuentra bien y si duerme mejor, tienen
3. OFRECERLES SEGURIDAD EN más seguridad de que podrán continuar
EL CUIDADO DE SU ENFERMO su cuidado en casa [2,24,25]. Cualquier
cambio de tratamiento o procedimiento
Las familias desean la mejor atención para deberá ser explicado de manera compren-
su ser querido y conocer cuáles son los sible a los familiares, incluidos los niños y
recursos existentes para ayudar al enfer- adolescentes, que también requieren
mo y ayudarse a sí mismas. Tabla V. Por la conocer que la enfermedad maligna no es
naturaleza múltiple de sus necesidades, el hereditaria ni contagiosa y que ellos no
apoyo que se les preste será más adecua- han sido culpables para que se produzca.
do si se da en un contexto de un grupo Es de interés expresarles nuestra disponi-

11
bilidad para la participación de otros con ellos como un grupo implicado en la
especialistas o consultores. Unas veces se atención a la persona enferma tiene una
convencen con la reflexión que les haga el serie de ventajas: Tabla VI
equipo y en otras ocasiones, por las opi-
niones del oncólogo o de otro especialista. Tabla VI Ventajas del trabajo
conjunto equipo- familia
A la familia le importa que el equipo que [1,3,4,7,11,19,26-28:]
les atiende esté constituido por personas
bien entrenadas, que sepan escucharles, Clarifica el objetivo o el marco en el que
que les expliquen bien los aspectos del se quiere trabajar
padecimiento, lo que está sucediendo en Facilita compartir la misma información
el presente y lo que es más probable que Permite formular un plan terapéutico
acontezca en el futuro, que tengan tiem- más real
po y deseo de comunicarse con los fami- Evita el miedo a sentirse obligado a mostrar
liares, que sean accesibles, capaces de un tipo de comportamiento o conducta
ofrecerles un compromiso de apoyo conti- Favorece el reconocimiento de su sufrimiento
nuo y que transmitan comprensión, con- Facilita la comunicación en la familia y
fianza y experiencia [17,19,24-26]. Otro entre el equipo y familia
factor que les da más tranquilidad es que Marca pautas para la intervención de
se les asegure que se le podrá ingresar al cada miembro del equipo
enfermo en el hospital si se requiere mejo- Detecta las necesidades de formación
rar el control de los síntomas, si se produ- de los diferentes miembros del equipo y
ce un deterioro serio de su estado, si la de la familia
demanda de atención es demasiado eleva- Respeta su intimidad, dado que no se les
da para el familiar, si existen pocos exige dar una respuesta inmediata ante
parientes en casa y como respiro, para ali- las necesidades de tomar decisiones
viar la sobrecarga de los cuidadores [2]. Si Reduce la relación de dependencia del equipo
bien todo lo que aumenta el bienestar del Permite reconocer el valor y la importancia de
enfermo repercute en el de su familia, cada miembro familiar, independientemente
interesa que ésta no descuide la atención de su implicación
de las necesidades de los otros componen- Reduce la sensación de soledad
tes de la misma y que procure que el Facilita un seguimiento continuado
grupo lleve una vida lo más cercana a la
normalidad, sólo modificando lo estricta- Muchos familiares desean participar en la
mente necesario y conservando todo lo atención de su ser querido como una
que se venía haciendo ya que su preserva- forma de demostrarle afecto, gratitud, etc.
ción y mantenimiento evitarán el Los resultados serán mejores si existe un
desgaste, en especial del cuidador acuerdo previo sobre el modo y el conte-
principal [11,12,17,26]. nido de la comunicación con el paciente,
para no transmitir mensajes contradicto-
4. FACILITAR SU PARTICIPACIÓN rios ya que tienden a aumentar su descon-
EN EL CUIDADO fianza. El equipo puede canalizar su buena
voluntad a través de las siguientes formas
Es preciso reconocer la potencialidad de la de ayuda [20,28,29].
familia y del enfermo como agentes de su
propia salud para no relegarles de interve- 4.1. Creación de un triángulo tera-
nir en el tratamiento profesional. Trabajar péutico. Al invitar a varios de sus miem-

12
bros a una reunión informativa sobre la educado, si entiende el proceso que se ha
situación del enfermo, es posible crear con puesto en marcha y si soportará la nueva
los que desean intervenir en su cuidado un sobrecarga. El establecimiento de este
"triángulo terapéutico paciente-familia- "compromiso especial" con uno de los cui-
equipo médico" que puede actuar en el dadores es positivo porque hace que la
futuro como una unidad básica de la inte- relación sea interpersonal y continuada
racción sanitaria. Esto les da la oportuni- [30], si bien en su contra está que el resto
dad de participar y sentir que tienen un de su familia se desentienda de la situación.
cierto control sobre la atención médica,
reduce de manera importante el sufrimien- 4.4. Intentar satisfacer sus necesida-
to [4] y establece un compromiso de apoyo des con calidad. Los factores más valo-
grupal que contrarresta la soledad que vive rados del servicio de atención domiciliaria
el enfermo en las primeras etapas. son la disposición de ayuda, el trato
humano y la rapidez de intervención. La
paciente aceptación de los diagnósticos y trata-
mientos influye de forma considerable en
la percepción de calidad en los cuidados
[25,26], mientras que aumentan el sufri-
miento familiar: la lentitud para acceder a
la red de recursos, las tramitaciones lar-
gas, las interminables listas de espera,
Equipo sanitario Familia dificultades para coger las bajas, la defi-
ciente gestión de recursos, la poca sensi-
Fig.1. Triángulo Terapéutico bilidad ante situaciones extremas y la
falta de cooperación entre instituciones
4.2. Establecimiento de un plan que evite el peregrinaje del usuario para
conjunto de cuidados. Una vez cono- conseguir algún recurso de la administra-
cido y aceptado su deseo de participar en ción [7,8,11].
el tratamiento del enfermo, se elaborará
con los familiares un plan para conseguir
su mayor bienestar según la situación en 5. ENSEÑARLES A CUIDAR
que se encuentre y sus necesidades,
mediante la división de tareas, educación Los familiares pueden prestar diversos
sanitaria básica de los cuidadores y un ade- apoyos físicos y emocionales al paciente y
cuado seguimiento del trabajo realizado. ser de ayuda al equipo a través de las
observaciones que realicen sobre la evo-
4.3 Valoración psicosocial. Es de lución de la enfermedad, la respuesta al
mucho interés conocer algunos aspectos tratamiento y las necesidades que apre-
de la familia relacionados con su capaci- cien. Su papel será más eficaz si se les
dad organizativa y los apoyos socioeconó- proporciona una información sanitaria
micos con que cuenta, número de miem- básica y progresiva que estará encamina-
bros, etc y si existe o no un familiar que da a: 1) ayudarles a hacer positiva la expe-
pueda relacionarse con el equipo y actuar riencia de asistir a su ser querido y, 2)
como punto de enlace entre el paciente, la potenciar el desarrollo de aspectos salu-
familia y el personal sanitario. El cónyuge dables del grupo familiar [7,12,31,32]. Se
es, por lo general, el principal interlocutor sentirán más tranquilos si conocen lo que
natural por lo que se debe valorar si está aumenta el bienestar del paciente, cómo

13
prepararle su cama, cambiarle la ropa, con el grupo familiar para planificar y
hacerle curas sencillas, formas de admi- coordinar la atención, partiendo de la base
nistración de fármacos, masajes, trata- que siempre es posible que permanezca en
mientos posturales, cómo actuar en caso su domicilio si coinciden los objetivos del
de vómitos, náuseas, o las posibles emer- enfermo y de la familia por un lado y la
gencias (crisis, hemorragia, coma) y la disponibilidad de los profesionales que
importancia del contacto físico y del cari- aseguren una continuidad de la atención y
ño, ya que estos producen un efecto tran- un fácil acceso de soporte sanitario por
quilizador en quien lo da y en quien lo otro lado [14]. Se les explicará que la evo-
recibe. El ejemplo es más importante que lución de la enfermedad es rápidamente
las palabras. La forma en que actuamos y progresiva y cambiante, pudiendo apare-
hablamos ante el paciente inconsciente cer nuevos síntomas, o un aumento de los
indica a la familia el grado de respeto que existentes así como situaciones agudas
se le sigue manteniendo. Conforme más que requieren respuestas más rápidas
asumen sus cuidados y asimilan las ense- (hemorragias). Se insistirá en las medidas
ñanzas, serán menos dependientes del para mantener al enfermo confortable,
entorno y del personal sanitario. Es posible procediendo a revisar el tratamiento para
conseguir una "buena muerte" si se toman simplificarlo a lo más indispensable. En
en cuentan la encuesta realizada entre esta fase, los síntomas más frecuentes son
Directores de Unidades de Cuidados dolor, agitación, disnea, náuseas, vómitos
Paliativos a quienes se preguntó qué con- y la respiración ruidosa y se pueden corre-
diciones observaron en los pacientes que gir con medicación por vía subcutánea
habían fallecido en paz, que se resumen cuando la oral no sea posible.
en la siguiente Tabla VII:
En la fase terminal, se procurarán eliminar
Tabla VII Requisitos para las restricciones de alcohol o de fumar
una muerte apacible porque no sólo es humano, sino sensato
(Smith D.C. Hospice J. 1993,9;1:21-32) [33]. La nutrición e hidratación artificiales
en estas circunstancias, son temas no
Tener a una persona significativa exentos de controversias, porque se acep-
a su lado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .96 % ta que son un tratamiento médico como
Escuchar la verdad aunque los demás, pudiendo estar indicadas o no
sea dolorosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .96 % según la situación del paciente. Un cierto
Tener control sobre su cuidado grado de deshidratación contribuye a
y futuro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .92 % aumentar la analgesia, reducir el nivel de
Participar en expresiones secreciones y el volumen urinario. Diversos
de afecto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .92 % estudios han demostrado que en los mori-
Hablar de implicaciones prácticas de bundos la muerte ocurre entre 3 y 14 días
la muerte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .92 % después de haber cesado la nutrición e
Recordar hechos del pasado . . . . . . . . .87 % hidratación artificial y que ésta es gene-
Cuidar su aseo personal ralmente apacible. La sequedad de la boca
y apariencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .89 % puede aliviarse con sorbos de agua o cubi-
Preferir el humor a la seriedad . . . . . .83 % tos de hielo, mientras que la hidratación
Hablar sobre asuntos espirituales .79 % continuada de urgencia por vía parenteral
no siempre es necesaria y más bien favo-
rece la prolongación de la agonía y el
Cuando la muerte se aproxime se hablará coma [33,34].

14
6. PROPORCIONARLES APOYOS pacientes y sus compañeros. Esta no sólo
EMOCIONALES Y FISICOS incluye las relaciones sexuales sino tam-
bién otras dimensiones de la intimidad,
El cuidado de la familia en los Cuidados autoimagen, autoestima y la expresión del
Paliativos es inseparable del que se da al afecto que es crítico en esta fase de tran-
enfermo. Si los familiares no son debida- sición [35,36]. Existe un aumento de las
mente apoyados, ello no sólo repercutirá necesidades afectivas de los pacientes y
en una pobre calidad de cuidados, sino sus parejas con el desarrollo de la enfer-
que muchas veces es la causa de la impo- medad [35,36]. Los primeros pueden tener
sibilidad para que el enfermo permanezca deseos de actividad sexual, no así sus
en su domicilio. La familia necesita mucha compañeros, bien por no causarles daño o
comprensión y simpatía porque debe por su pronóstico. Es una necesidad prio-
afrontar una pérdida afectiva más o ritaria a menudo olvidada que, si es satis-
menos inminente, mientras está al mismo fecha, es capaz de suprimir el dolor y de
tiempo en contacto continuo con el sufri- ayudar a las personas a olvidar sus moles-
miento. Debe aprender a manejar los tias permitiéndoles sentirse normales y
miedos del enfermo y sus propios miedos aceptadas aunque sea por unos minutos.
y sentimientos, a no disimularlos o Los miembros del equipo deberán favore-
esconderlos y a demostrar lo que experi- cer la existencia de momentos de intimi-
menta y compartirlo con el paciente y el dad para la comunicación del paciente y
personal sanitario, lo que reducirá su su pareja en temas de sexualidad.
tensión emocional. Es importante hacer- "Facilitar la expresión de la sexualidad-
les ver, como bien dice Ramón Bayes, según Webb [37], puede sólo añadir cali-
"que el tiempo que le queda al paciente dad a la vida". En otras circunstancias este
es un tiempo de vida y no una espera deseo suele ser más de cercanía física y de
angustiosa ante la muerte". contacto corporal. El tacto se ha reconoci-
do como esencial al desarrollo humano y
Los cuidadores agradecen recibir muestras como una necesidad continua a través de
de apoyo, de reconocimiento a su labor no la vida. El valor de cogerse las manos, de
sólo al principio sino a lo largo de todo el dar o recibir una caricia, un beso, nunca
proceso y escuchar que los sentimientos deben ser infravalorados, particularmente
de confusión, ansiedad, tristeza, ira, e en esta etapa, porque son capaces de
incluso culpabilidad que pueden experi- transmitir al enfermo seguridad, afecto,
mentar son perfectamente normales y que cuidados y mejorar su autoestima por sen-
cuando hay que tomar decisiones más tirse aceptado.
conflictivas sobre procedimientos delica-
dos como la reanimación, todos los fami- 7. REDUCIR LOS TEMORES DE LAS
liares tienen sentimientos similares FAMILIAS
[23,35]. Hay que atender con especial
esmero al cuidador principal, quien se va Las principales preocupaciones de las
viendo cada vez más atrapado a medida familias que cuidan a un paciente termi-
que progresa el padecimiento, tanto por el nal, según un estudio catalán [17], son los
enfermo, que desea que sea la persona que aspectos psicosociales de la enfermedad
le cuide en todo momento como por su (83%) y los físicos (17 %), al contrario que
propia adicción a estar con el paciente. para el enfermo a quien parecen interesar
más los síntomas físicos (67,4%), en rela-
La sexualidad es un tema crítico para los ción a los psicosociales (32,6%). Las fami-

15
lias pueden sentir culpabilidad y una serie no debe preocuparse por ellos,"[39] La
de miedos y temores sobre su posible educación sobre el cuidado del enfermo,
ineptitud para continuar su asistencia, que las visitas regulares del equipo, el interés
se acentúan por cambios en el estado del que se demuestre a los familiares, su
paciente, su mayor malestar, y otras razo- experiencia y buen hacer, así como su dis-
nes. Tabla VIII. ponibilidad pueden hacer mucho por tran-
quilizarles, en especial si se acogen favo-
Tabla VIII. Temores de la familia rablemente sus inquietudes y se trabaja
en la terminalidad [13,16,19,38] por encontrarles una solución satisfacto-
ria, bien con ayuda de los Departamentos
A no saber qué hacer cuando el enfermo de Bienestar Social o con la participación
se deteriore del voluntariado.
A que el enfermo adivine su diagnóstico
y pronóstico 8. FACILITARLES LA TOMA DE
A que el paciente sufra y muera con DECISIONES
dolor y tras una larga agonía
A no obtener ayuda profesional cuando Cuando el enfermo está inconsciente o
se necesite con la conciencia deteriorada, los familia-
A ser responsabilizado por la enfermedad res pueden verse en la situación de tener
A no ser capaz de cuidarle bien en que tomar decisiones médicas muy com-
esta etapa plejas en cuanto a conservar o retirar las
A herirle o dañarle durante el cuidado medidas de soporte, más difíciles cuando
A encontrarse solos en el momento de la no se sabe cuáles eran sus deseos, si éstos
muerte de su ser querido no estaban del todo claros y si no existe
A no saber qué hacer cuando el el convencimiento de que la continuación
paciente muera del tratamiento sería inútil. [30,40-42,].
A tener que sacar adelante a una Desde una perspectiva ética, es preferible
familia joven que cualquier decisión que limite el trata-
A un futuro lleno de soledad miento parta del propio paciente, más que
A tener problemas financieros de la familia o del médico, de ahí la impor-
tancia de conseguir a tiempo que el enfer-
Las familias requieren a menudo más mo deje constancia de "su voluntad escri-
ayuda para aceptar la inminencia de la ta sobre su muerte" [4,29].
muerte que el propio paciente, y su depre-
sión, ira y sensación de culpabilidad tien- Se considera que son cuatro las condicio-
den a ser más severas y de mayor duración nes necesarias para que un paciente parti-
[38]. Un problema frecuente es la dificul- cipe en la toma de decisiones éticas: com-
tad para despedirse de su ser querido y petencia, voluntariedad, comprensión y
"darle permiso para morir"- Viene por ello conocimiento de la enfermedad. Por este
muy bien recordar las palabras de C. motivo, se escogerá el momento más
Longaker: "Hay que aprender a dejar mar- oportuno para plantear el tema de las
char al moribundo. Para que una persona decisiones previas, según la situación del
pueda morir en paz necesita oír dos enfermo y el grado de entereza que demues-
garantías explícitas de sus seres queridos: tre, porque cuando éste entra en la fase ter-
en primer lugar, éstos han de darle permi- minal, las cuestiones hipotéticas sobre las
so para morir y han de asegurarle que sal- directrices del tratamiento se convierten en
drán adelante después de su muerte, que una realidad que debe ser afrontada.

16
El proceso de toma de decisiones para éste puede ser todavía competente para
seguir o no con una determinada actitud tomar algunas decisiones aunque no lo
terapéutica en la terminalidad es un tema sea para todas, pero debe mostrar una
muy complejo porque cada enfermo y sus cierta comprensión de las alternativas y de
circunstancias son necesariamente dife- los riesgos asociados a las mismas para
rentes entre sí. Deben intervenir la pru- llegar a una decisión determinada, facul-
dencia, el sentido común, la deontología tad que será juzgada con rigor creciente a
médica y la consideración de algunos medida que aumenta el potencial de efec-
principios fundamentales de la Bioética tos lesivos de la misma para su vida. Es
como son los de autonomía, beneficencia, también de interés valorar el impacto que
no maleficencia y justicia. La proporciona- la actuación médica está causando en el
lidad entre lo positivo, lo que origina un enfermo a través de las opiniones que se
mayor beneficio al enfermo y los efectos recojan del personal que está en mayor
secundarios o la falta de confort es un cri- contacto con el paciente y según la difi-
terio de buena práctica clínica. Para una cultad que exista para conseguir un buen
valoración más adecuada de los riesgos y control sintomático.
beneficios en la toma de decisiones, nece-
saria para una evaluación objetiva y rigu- La opinión de la familia deberá basarse en
rosa de la situación biológica del sujeto los valores que tenía el paciente antes de
[30]. Sepúlveda y col. [41], proponen como perder su capacidad de decisión y en lo
ayuda el análisis sistemático de los que sería beneficioso para éste en la cir-
siguientes puntos: Tabla IX cunstancia actual. En relación con la
experiencia de vivir con la enfermedad o la
Tabla IX Elementos a considerar en incapacidad, "la calidad de vida", ésta per-
la toma de decisiones [41] tenece únicamente al enfermo y puede ser
más positiva de lo que el observador cree,
Enfermedad fundamental, estadío, por lo que debe aceptarse cada vez más la
pronóstico, evolución y progresión evaluación subjetiva que haga el propio
Frecuencia de complicaciones paciente sobre su situación vital. En cuan-
Análisis detallado de la crisis actual to a la adopción de una actitud terapéuti-
Opinión del enfermo ca activa inicialmente encaminada a
Actitud del paciente ante los cuidados y revertir la crisis aguda, ésta no deberá
opinión del personal sanitario que impedir la realización simultánea de un
permanece más horas a su lado control sintomático (actitud mixta o de
Grado de control sintomático y de confort solapamiento de tratamientos curativos y
Opinión de la familia paliativos) y su mantenimiento según
Evitar juicios subjetivos con respecto como sea su respuesta tras un tiempo
a la "calidad de vida" prudencial [30,41]

La decisión de tratar o no tratar variará Las directrices previas orales o escritas


según sea la enfermedad, avanzada pero estarán orientadas a promover, potenciar y
estable, u otra en franca progresión en el proteger la autonomía del paciente y
tiempo, la frecuencia de las reagudizacio- refuerzan el diálogo médico enfermo con-
nes, la severidad de la crisis actual y el tribuyendo a la confianza de éste en el
grado de agresividad de la intervención equipo asistencial. De no existir estas
terapéutica propuesta para revertir la cri- directrices y si el paciente es incompeten-
sis. En relación con la opinión del enfermo, te para tomar decisiones, se utilizan dos

17
tipos de criterios: "decisiones por sustitu- sos financieros, la capacidad personal para
ción", en que el representante sustituye la enfrentarse a la adversidad, o la presencia
decisión del enfermo basándose en lo que de sentimientos de buena autoestima son
éste había expresado previamente antes muy importantes en quien ejerce el papel
de ser incompetente, y el criterio que se de cuidador. El cansancio y la frustración
denomina "el mejor interés del paciente", por una preocupación constante, la canti-
que viene determinado por el juicio del dad de pequeñas tareas cotidianas y el
sustituto de lo que haría en la situación estrés pueden agotar al cuidador más
actual tras analizar los riesgos y benefi- fuerte, por lo que se deben promover tanto
cios para el enfermo, según los criterios de fórmulas de "respiro", como otras para
la buena práctica clínica médica [30,40- mejorar la gestión del tiempo, ampliar su
42]. Si se toma la decisión de no reanimar, red informal de apoyos y, según el caso,
hay que indicarles que eso significa que favorecer ingresos temporales [8,46].
sólo se limitarán los procedimientos agre-
sivos y potencialmente dolorosos y que el El cuidador, para no quemarse, debe
paciente seguirá con cuidados de enfer- aprender a valorar lo que tiene realmente
mería y con medicamentos para el dolor y sentido, a ser tolerante consigo mismo, a
otros síntomas a fin de mantenerle tan tomarse un descanso, a saber recargarse
confortablemente como sea posible hasta emocionalmente, a saber recibir ayuda, a
el final. dejar sitio para que otros también inter-
vengan y a emplear su tiempo libre en
9. AYUDARLES A CUIDAR DE SI cosas que le hagan feliz como cultivar la
MISMOS amistad, a la vez que buscar cómo armo-
nizar su trabajo y su vida familiar [23,46].
Las familias necesitan readaptarse conti- La atención de estos enfermos es dura en
nuamente porque las distintas etapas de sí misma, y será más difícil de llevar sin el
la enfermedad requieren, a su vez, diversas apoyo de los seres queridos y si no se
formas y niveles de autocuidado y soporte toman medidas de autoprotección Tabla X.
para poder atravesar con integridad esta Si como grupo hemos conseguido que el
situación emocional tan difícil. Son nume- cuidador desde el inicio del proceso se
rosos los sentimientos, conflictos y sufri- haya acostumbrado a dedicar un tiempo
mientos que provocan que el diagnóstico y cada día para sí mismo, será más fácil que
la posterior evolución de la enfermedad en siga accediendo a los relevos en una fase
un individuo, se vuelva en un proceso muy más avanzada de la enfermedad [23].
estresante. La intensa sobrecarga física y
psíquica que sufre el cuidador puede refle-
jarse en un comportamiento agresivo con Tabla X Medidas para
otros familiares porque siguen su vida y defenderse del quemamiento
son capaces de ser felices [43-45]. En oca-
siones llega a considerar que los otros Aprender a reconocer las propias
todo lo hacen mal o siente como suya la limitaciones
obligación de asumir todo el cuidado en Intentar mantener el control sobre los
lugar de compartirlo. diferentes aspectos de la práctica
(saber priorizar, marcarse límites, etc)
Existen diferencias interindividuales en la Desarrollar unas expectativas realistas
percepción de la sobrecarga que está Tener un soporte externo- mantener
mediada por múltiples factores. Los recur- sus amistades

18
Saber comprender y disculpar más familiar para un equilibrio terapéutico; f)
Cuidar de sí mismo, de los miembros de técnicas de autocontrol emocional para
su familia, dedicándoles más tiempo evitar que su estado de animo interfiera
para estar con ellos de forma negativa en su trabajo, g) cómo
Cultivar el sentido de humor mejorar la coordinación con la familia en
la planificación de los cuidados y, h) cómo
ayudarle a que tome sus propias decisio-
El cuidado afectuoso se vuelve en ocasio- nes [46,47]. Un síntoma claro de quema-
nes una demanda demasiado fuerte que miento es que tiendan a tratarse mal a sí
parece capaz de erosionar el valor del mismos y a los enfermos, sin escucharles.
resto de la vida que les queda juntos, por Es importante que sepan autocuidarse.
lo que es comprensible que, conforme pro-
gresa la enfermedad, los familiares, y aún Un elemento básico para la ayuda familiar
los propios enfermos, opten por la prefe- es que funcione bien la coordinación
rencia realista de un ingreso. La claudica- entre los diferentes profesionales con
ción familiar aparece cuando todos los capacidad de intervenir y las instituciones
miembros en su conjunto son incapaces de que disponen los recursos de apoyo. Al
dar una respuesta adecuada a las múlti- igual que en la clínica, en lo que respecta
ples demandas y necesidades del paciente. a las necesidades sociales los mejores
Son sus causas: a) la gran complejidad en beneficios y menores daños para el
la administración de algunos medicamen- paciente y su familia dependen del grado
tos, b) la aparición de una gran incapaci- de colaboración existente entre el nivel
dad o invalidez, c) enfermedades conco- hospitalario, la asistencia paliativa y la
mitantes del cuidador, d) problemas eco- atención primaria. Los miembros del equi-
nómicos y e) la angustia insuperable por el po tienen que ser capaces de generar o
mal control sintomático o la muerte inmi- llevar a cabo la coordinación entre los que
nente [41]. Se refleja en la dificultad para mejor conocen cómo acceder a los recur-
mantener una comunicación positiva con sos disponibles (asistente social del centro
el enfermo, otros familiares o el equipo de y del barrio) y quienes, sobre todo desde la
cuidados y puede ser un episodio momen- atención primaria, pueden tener mayor
táneo, temporal, o definitivo, que se proximidad a la familia necesitada
expresa con el abandono del paciente [47,48]. Es de mucho interés establecer
[27,43,47]. Su detección precoz es funda- programas de cooperación con las unida-
mental para establecer una intervención des de salud mental, mediante la creación
terapéutica sobre el enfermo y el cuidador de grupos terapéuticos, de protocolos de
y la petición de apoyo a grupos o socieda- derivación y el fortalecimiento de una red
des de voluntariado. de voluntariado ágil y comprometida entre
la comunidad y el hospital, que pueda
Los miembros del equipo que colaboran brindar los oportunos apoyos sociales.
con las familias realizan un trabajo duro
que requiere una especial sensibilidad y 10. ACOMPAÑARLES EN LA AGO-
educación. Deben formarse bien en el NIA Y EN EL DUELO
manejo de: a) la relación de ayuda, b) la
comunicación, c) desarrollar la empatía El tiempo que precede a la muerte suele
para percibir mejor los sentimientos de ser en ocasiones particularmente duro, en
otras personas, d) el trabajo en equipo; e) el que los familiares no parecen compren-
saber cómo poner límites a la demanda der lo que les está pasando, son más sen-

19
sibles y necesitan más apoyo y seguridad Se les facilitará que vean al difunto y que
[49,50]. Si bien el tema de la muerte sigue se despidan. Nuestra labor será reunirnos
todavía siendo un tabú y muchas veces la con ellos para manifestarles el pésame,
familia se niega a reconocerla como el fin explicarles lo que ha pasado, resaltar el
natural de una vida, agradecen que se les buen trabajo que han hecho e indicarles
explique cómo es más probable que acon- sobre cómo proceder en los trámites con
tezca. La agonía, por ejemplo, se caracte- la funeraria y otros temas [11,47]
riza porque la persona presenta un
aumento de la debilidad e inmovilidad, Después de la muerte, ninguna familia es
una mayor somnolencia y dificultad para la misma nuevamente para bien o para
deglutir, con pérdida de interés en la mal. El sufrimiento que ésta provoca
comida y bebidas, sin que ello contribuya puede ser paliado, por lo que el profesio-
a su sufrimiento. Antes de la muerte el nal deberá seguir extendiendo su apoyo a
paciente entra en un estado de semivigilia la familia porque ésta entra en una etapa
al que sigue un coma, por lo general apa- de transición psicológica y de gran fragili-
cible, conforme se acentúan la uremia y dad de sus componentes que deberán
otros trastornos. Es también importante aprender a relacionarse de una forma
indicarles cómo reconocer cuando la per- nueva con ellos mismos y con el mundo.
sona ha fallecido por la frialdad de la piel, El médico y el equipo tienen que recordar
ausencia de respiración y la aparición de la morbilidad asociada con el duelo (80%
placas de color violáceo en las partes presenta depresión 40 % poco apetito,
declives del cuerpo a las pocas horas del pérdida de peso, dificultad de concentra-
óbito. ción y una falta de interés generalizado
por la vida cotidiana), particularmente en
Si se advierte que la muerte del paciente los viudos, para hacer un cuidado preven-
está cercana, se procurará aconsejar a la tivo y un seguimiento posterior, y procura-
familia para que esté presente en esos rán resaltar el potencial de muchos miem-
momentos. Un estudio reveló que la bros familiares para hacerles volver a la
mayoría de familiares se muestran agra- "normalidad" [47,49,51-53].
decidos por este detalle. Todos recordamos
con rabia y dolor no haber estado en esos Se dice que el duelo empieza cuando se
instantes o no haber sido llamados. Es un hace el diagnóstico, por lo que el equipo
tiempo que se tiene que aprovechar al debe dedicar su atención a la familia
máximo, por lo que se facilitará que per- desde el principio. Los cuidados que pro-
manezcan junto al paciente todo el tiem- porcionan las familias a su ser querido
po que deseen porque un moribundo tiene durante el curso de una enfermedad ter-
una gran necesidad de estar acompañado minal tienen una influencia profunda
por sus seres queridos y de mantener con sobre el duelo que sigue a la muerte del
ellos un contacto físico. paciente, pues si bien no eliminan ni dis-
minuyen la dimensión del dolor, favore-
Si se está esperando la muerte, es impor- cen la asimilación de la muerte cuando
tante preguntarles cómo desean que se les ésta llega. El equipo puede ayudar a la
haga llegar la noticia si no están presen- familia a planificar acciones prácticas que
tes. Es preciso notificarla en el momento alivian la sensación de pérdida de control,
en que se produzca y mejor decir, "le que facilitan reparar aspectos dolorosos
acompaño en el sentimiento" que "lo sien- de la relación, hacer las paces y despedir-
to", que a veces suena como una excusa. se. Si la familia piensa y siente que ha

20
podido atender bien a la persona querida Tabla XI Signos y síntomas que
en tiempo y calidad durante el espacio de indican dificultad para la
la enfermedad, tendrá una elaboración del elaboración del duelo [49]
duelo más adaptativa y sana [51-54].
El duelo se expande como una ola a través Síntomas de depresión clínica graves y
de todo el sistema familiar y puede mani- prolongados (sentimiento persistente
festarse de tres formas diferentes que de inutilidad y culpabilidad durante al
interesa conocer para la utilización de los menos 12-18 meses)
distintos recursos terapéuticos [8,20,51-54]: Aislamiento social prolongado,
retraimiento o enajenación.
1. Como duelo activo, en el que el recuer- Embotamiento emocional, en el que el
do del ser querido estimula el llanto, está paciente niega experimentar cualquier
presente en el luto, en los recuerdos y reacción emocional a la pérdida y se
aflora fácilmente. siente como si fuera de corcho, de
modo que presenta un afecto plano.
2. Como duelo enquistado, negado, pro- Incapacidad para llorar
longado que preside igualmente la vida Hablar como si la persona muerta
psíquica del paciente pero que se mani- siguiese con vida
fiesta a través de somatizaciones y Persistencia de hiperactividad
símbolos indirectos, como el propio compulsiva sin sentimientos
dolor somático, malestar psicológico y de pérdida
otros síntomas. Quejas múltiples y persistentes de
síntomas físicos como dolor de cabeza,
3. Como duelo complicado con otros tras- fatiga, mareos o lesiones frecuentes
tornos psicopatológicos. Fuerte identificación con el difunto y
manifestación de los síntomas de
El duelo activo o fase aguda suele durar enfermedad de este último
unas dos semanas y es seguido de un perí- Rabia extrema y persistente (que puede
odo de 3 a 6 meses de rumiación de pen- ir dirigida contra el médico)
samientos y recuerdos sobre el fallecido, Abuso de alcohol o drogas, demanda
que termina con la fase de resolución y insistente de medicamentos sedantes
reanudación de una vida normal. El duelo o narcóticos
enquistado negado o congelado se carac- Problemas conyugales o familiares sobre
teriza por períodos de descompensación todo tras la muerte de un niño
psicopatológicos y somatizaciones, dolor y Problemas laborales o escolares.
malestar psíquico, incluso años después
del fallecimiento, mientras que en el duelo
complicado se exacerban los rasgos pre- El objetivo de la atención primaria en el
mórbidos de la persona, lo que origina duelo es ayudar a la familia a; [52-56] :
cuadros ansiosos, depresivos y trastornos
de conducta que requieren un tratamien- 1. Asumir la realidad de la pérdida y que
to especializado [8]. Un pobre apoyo esta circunstancia sea reconocida de
social, una escasa o ambivalente relación manera clara y precisa por toda la familia.
con el fallecido y una historia previa de
enfermedad psiquiátrica, son factores que
influyen en una mala elaboración del 2. Trabajar a través del dolor del duelo y
duelo. Tabla XI facilitar la expresión de emociones y del

21
dolor al compartir la expresión de una familia que el médico y el equipo adopten
gama amplia de sentimientos que afloran una actitud empática y solícita, que les
a raíz de la pérdida. demuestren que se comprende la normali-
dad de sus sentimientos y que les ayuden
a reconducir sus ideas (si fuera preciso)
3. Adaptarse a un medio en el que el falle- sobre la situación vivida con la exaltación
cido está ausente, lo que lleva a una reor- de la ayuda dada al familiar fallecido
ganización del sistema familiar con cam- [21,56]. Como decía Miguel de Unamuno,
bios tanto en las actividades cotidianas, "el mundo no necesita de más luz sino de
en horarios, etc, como sobre todo, en los cordialidad. No nos mata la oscuridad,
roles que a partir de ahora deberán sino la indiferencia". En la fase final y en
desempeñar. La respuesta familiar no es el duelo la necesidad de cordialidad que
la misma cuando se trata de la pérdida tiene la familia es mayor que nunca, por
de un hijo de corta edad, de un adoles- lo que el afecto y preocupación que se les
cente o del progenitor en una familia demuestre son dos de las formas más
con hijos adolescentes. humanas que existen para contribuir a su
autoestima y hacer más llevadera su
aflicción.
4. "Recolocar" emocionalmente al falleci-
do y continuar viviendo, ésto es, encontrar
sitio para esa persona dentro de la nueva
realidad. Requiere que se reduzca y anule RESUMEN
la sensación de culpabilidad (principal
obstáculo para el correcto desarrollo del
duelo), que se le preste apoyo para desa- a familia de un enfermo en
rrollar nuevos elementos adaptativos y
recordarles que tienen derecho a seguir
viviendo. Algunos familiares encuentran
L fase terminal es para el equipo
sanitario un elemento muy
posible recuperar al ser querido mediante
importante de cuidado no sólo por
la incorporación psicológica de los aspec-
tos buenos de la persona perdida a través lo que significa para la atención del
del recuerdo y del afecto. paciente, sino porque es el primero
y el último eslabón de la estructura
5. Reconocer sus propios recursos y los social de solidaridad, básica para su
límites de sus capacidades, entendiendo control y apoyo durante todo el pro-
que durante un tiempo prolongado se
puede ser muy vulnerable, lo que se tendrá ceso de la enfermedad. Necesita
en cuenta para no precipitarse en la toma educación, información, ayuda y
de decisiones de las que más tarde pueda mucha comprensión para ejercer
arrepentirse.
adecuadamente su papel de manto
protector del enfermo en su fase
Los métodos de soporte emocional deben
final y seguir adelante después de su
intentar adaptarse a la situación de cada
familiar y a la etapa que está atravesando. fallecimiento.
En muchos casos es suficiente para la

22
BIBLIOGRAFÍA

1. Baird,M.A. Grant, W., Familia y Salud. En: 8. Sánchez G.I., Abordaje familiar de problemas
R.Taylor . Medicina de Familia. Springer médicos específicos. En: Atención a la
Verlag, Ibérica, Barcelona, 5ª Ed. 1998. 29-33 familia. Modulo de formación continuada.
SemFYC, 2000,123-135.
2. Astudillo W., Mendinueta C. El papel del
médico de cabecera en los Cuidados 9. Baleriola, J. Zea, M. La familia. En:
Paliativos. En: La Medicina Paliativa, una Atención a la familia. Semergen y
necesidad. Hospital San Juan de Dios, SemFYC, L Hospitalet, 2000, 17-34.
Santurce. 1999,349-368. 10. Gallastegui,C. Necesidades espirituales de
la familia en la terminalidad. En:
3. McDaniel S., Campbell T.L., Seaburn,D.B. W. Astudillo,C. Arrieta, C. Mendinueta e
Orientación familiar en Atención I. Vega de Seoane. (Editores) La familia en
Primaria. Springer Verlag. Barcelona la terminalidad. Sociedad Vasca de
1.998,233-254. Cuidados Paliativos. San Sebastián,
1999,111,121.
4. Sosa M. Navarro F., Rodriguez F., Marrero
M. Manrique de Lara y del Rio, B. La 11. Astudillo W., Mendinueta C. Astudillo E.,
familia en medicina paliativa. El problema Asistencia a la familia ante una muerte
del duelo. En: L.M. Torres, M Elorza, esperada. En: W.Astudillo, et al: Cuidados
M.Gómez S.C.Muriel, E. Reig y M.J. del enfermo en fase terminal y atención a
Rodriguez. (Editores). Medicina del Dolor. su familia. EUNSA, 3ª Ed. Barañain,
Masson ,Barcelona. 1997, 407-415. 1997, 291-295.

12. Cuesta C. Familia y salud. Rol de


5. Hill,R. Families under the stress. Harper
Enfermería,1995, Nº 203-204, 21-24.
and Row. N. York,1949
13. Barreto M.P., Espino M. La familia del
6. Zenarutzabeitia, A. Fases de adaptación a
paciente en fase terminal. Medicina
la terminalidad. En: W.Astudillo,
Paliativa, 1996,4:4: 149-156.
C. Arrieta, C. Mendinueta, I. Vega de
Seoane,(Editores) La familia en la 14. Roca i Casas, J, Ledesma A., Espaulella
Terminalidad. Sociedad Vasca de Cuidados J. Cuidados paliativos en Atención
Paliativos. San Sebastián, 1999, 155-161 . Primaria de Salud. FMC 1994,1;2: 88-103.
7. Novellas A. La atención a las familias en 15. Perez M.F. Rodriguez A. A propósito de
cuidados paliativos. Análisis del proceso malas noticias. FMC Formación Médica
y propuestas metodológicas de intervención. continuada en Atención Primaria.
Med.Pal. (Madrid) 2000,7;2:49-56 1999;6:9,600-602.

23
San Sebastián, 1998, 209-219.
16. Broggi, M.A. Algunas proposiciones sobre 24. Ferrel, B. The family. En: D.Doyle, G.H.
el proceso de la información clínica y el Hanks, N. MacDonald .Oxford Textbook of
Consentimiento informado. En: A. Palliative Care, Oxford, 2º Ed. 1998, 909-917.
Couceiro. Bioética para clínicos. Editorial
Triacastela. Madrid, 1999, 145-140 25. Doyle D. Domiciliary terminal care.
Churchill Livingstone. Singapur.
17. Messeguer L. Preocupaciones y necesida- 1987, 98-110
des de la familia del enfermo en fase 26. Benitez, M.A. Cuidados Paliativos en
final. En: E.López Imedio. Enfermería en Atención Primaria: apoyo psicosocial.
Cuidados Paliativos. Panamericana MEDIFAM, 1994:4:186-193
Madrid, 1998, 237-243.
27. De la Fuente C. ¿Cómo fomentar una
18. Gracia R. La comunicación de las malas mejor relación familia-equipo de apoyo?
noticias. En : W.Astudillo ,C.Arrieta En: Estrategias para la atención integral
C.Mendinueta, e I.Vega de Seoane. en la terminalidad. W. Astudillo, A. García
(Editores). La familia en la terminalidad. de Acilu, C. Mendinueta y C. Arrieta. San
Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos, Sebastián, 1999, 339-361.
San Sebastián, 1999,141-152
28. Gómez Sancho ,M., Atención a la familia.
19. Barreto,M.P., Perez M.A., Molero, M. La El duelo y el luto. Medicina Paliativa. La
comunicación con la familia. respuesta a una necesidad. Aran
Claudicación familiar. En: E. López Ediciones, Madrid, 1998,481-555.
Imedio. Enfermería en Cuidados
Paliativos. Panamericana. Madrid, 29. Fernández, R., Lugar de preferencia para
1998, 227-235 morir ante una hipotética enfermedad
incurable. Razones influyentes. Medicina
20. Polaino A. La familia y la sociedad frente Paliativa, 1998;5: 35-43.
al enfermo terminal .El duelo en el ámbito
oncológico. M. Gonzalez Barón. Tratado 30. Clavé E. Ante el dolor. Colección vivir
de Medicina Paliativa. Editorial Mejor. Ediciones Temas de Hoy S.A.
Panamericana, Madrid. España, Madrid, 2000, 169-170.
1996, 1201-1216
31. Gabilondo S. Educación sanitaria a la
21. Astudillo W., Mendinueta C. Importancia familia. En: W.Astudillo et al. (editores),
de la comunicación en la terminalidad. La familia en la terminalidad. Sociedad
En: W. Astudillo, A. Muruamendiaraz. Vasca de Cuidados Paliativos, San
C. Arrieta. La Comunicación en la Sebastián,1999,77-92
Terminalidad. Sociedad Vasca de
Cuidados Paliativos. 1998, San 32. Chacón M, Grau J., La familia como parte
Sebastián, 18-58 del equipo: el cuidador principal. En:
M. Gómez Sancho et. al. Medicina
22. Ruiz,M.E. Observaciones de una estudiante Paliativa en la Cultura Latina,
de Medicina. Gac. Méd.Bilbao, 1997;94:90-91 1999, 995-1005

23. Arrieta C. La comunicación y la familia. 33. Barker L.R. Partell M. Waterbury L. En:
En: W.Astudillo, A. Muruamendiaraz y L.R. Barkes. J.M. Burton y P. Zieve.
C.Arrieta. La comunicación en la terminalidad. Principios de medicina ambulatoria y
Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos. familiar. Masson S.A. Barcelona,

24
1995,201-208 intervención psicosocial en la demencia
34. Morrison,S.R., Morris,J. Cuando la curación avanzada. Med. Pal. Madrid. 2000,
no es posible: Cuidados paliativos del 7;2:70-75
paciente terminal. Modern Geriatrics,
Ed.Esp.8;1:20. 45. Gómez-Busto, F. La familia ante las
demencias y otras enfermedades progresivas.
35. Rutherford, M.C. Foxley,W.,D. Awareness En: W. Astudillo, et al. (Editores). La familia
of psychological needs. En; J.Penson, y R. en la terminalidad. Sociedad Vasca de
Fisher,: Paliative care for people with Cuidados Paliativos. San Sebastián, 165-187.
cancer. Arnold, Publishers. Arnold,
1995.108-122. 46. Astudillo W., Mendinueta C. ¿Cómo
ayudar al enfermo en fase terminal?
36. Grigg ,E. Issues of sexuality and intimacy Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos.
in paliative care. En: J.Penson ,R. Fisher, 2ª Ed.,San Sebastián, 1999.
(eds). Palliative care for people with
cancer. Arnold. London. 1995.,138-149 47. Marrero M.S., Bonjale O.T Navarro,M.A.,
Santon, P. Atención a la familia.
37. Webb,C., Nurses´s knowledge and Claudicación familiar. En: Gómez Sancho,
attitudes about sexuality in health care. M. (Ed). Cuidados Paliativos e intervención
A review in the literature. Nurse psicosocial en enfermos terminales.
Education Today. 1987,7:75-87 ICEPSS, 1994, 289-307
38. Lichter I. Communication in cancer care. 48. Calderón C. Necesidades sociales de la
Churchill Livingstone, Edinburgh 1987.
familia en la terminalidad. En:
W. Astudillo et al. La familia en la
39. García de Acilu, A. Necesidades
terminalidad. Sociedad Vasca de
emocionales de la familia. En:
Cuidados Paliativos, San Sebastián,
W. Astudillo et al. (Editores). La familia en
1999,125-136
la terminalidad. Sociedad Vasca de Cuidado
Paliativos, San Sebastián, 1999, 95-107
49. Mc Daniel, S. Thomas L.C.,David B.S. La
40. Manzano, J.L. Limitación de tratamiento muerte frente a frente. En Orientación
a pacientes críticos. Med.Clin (Barc), familiar en atención primaria. Springer-
1994;102;540-542 Verlag Ibérica. Barcelona, 1998, 248

41. Sepúlveda D., Jiménez C. Cuidados 50. Tamayo, A. Afrontar la muerte con
Paliativos en unidades geriátricas de esperanza. En: W. Astudillo et al. (editores).
agudos. Rev Esp Geriat Geronto, La familia en la terminalidad. Sociedad
1999:34 (S2),5-12 Vasca de Cuidados Paliativos. San
Sebastián, 1999,.265-262
42. Torroella C.M. Morrison R.S. Directrices
previas: cuando, cómo y por qué empezar 51. Novellas A., Gómez-Batiste X., Guerra,
a hablar. Modern Geriatrics 9;9:35-41 R.,Salvador G Atención a la familia. En:
X Gómez-Batiste, D. Planas, Roca
43. Morales A., Directrices anticipadas. En: J., Viladiu (Eds) Cuidados Paliativos en
W. Astudillo et al. (editores). La familia en oncología. Editorial Jims, ,1996,299-312.
la terminalidad. Sociedad Vasca de
Cuidados Paliativos. San Sebastián, 52. Pérez, T.,M. El proceso de duelo y la
1999, 317-338. familia. En : W. Astudillo, C.Arrieta,
C.Mendinueta e I. Vega de Seoane, La
44. Soler, M.C. Cuidados paliativos e familia en la terminalidad. San

25
Sebastián, 1999,279-294 San Sebastián, 1999, 297-312.
53. Espina A. El enfermo terminal. 55. Worden J., Grief counseling and grief
Asistencia a la familia y el proceso del therapy. A handbook for the mental
duelo. En: 1º Curso de Cuidados health practitioner. N.Y. Springer
Paliativos para sanitarios. Sociedad Publishing. Co. 1991
Vasca de Cuidados Paliativos. San
Sebastián, 1994, 55-73 56. Celestino F.J. Atención al paciente terminal.
54. Latiegi A., Prevención y tratamiento del En: R. Taylor (ed). Medicina de Familia. 5ª
duelo patológico. En: W.Astudillo, et al. Ed. Springer- Verlag. Barcelona,
(Editores). La familia en la terminalidad. 1999, 554-560.
Sociedad Vasca de Cuidados Paliativos.

26
DERECHOS DE LA PERSONA
EN SITUACIÓN TERMINAL

1. Ser tratado como un ser humano hasta el fin de


su vida.

2. Recibir una atención personalizada.

3. Participar en las decisiones que afecten a los


cuidados que se le han de aplicar.

4. Que se le proporcionen los medios necesarios


para combatir el dolor.

5. Recibir una respuesta adecuada y honesta a sus


preguntas, dándole toda la información que él
pueda asumir e integrar.

6. Mantener su jerarquía de valores y no ser


discriminado por el hecho de que sus decisiones
puedan ser distintas a las de quienes le atienden.
7. Mantener y expresar su fe.

8. Ser tratado por profesionales competentes,


capacitados para la comunicación y que puedan
ayudarle a enfrentarse con su muerte.

9. Recibir el consuelo de la familia y amigos que


desee le acompañen, a lo largo del proceso de su
enfermedad y en el momento de la muerte.
10. Morir en paz y con dignidad.

27
LOS DERECHOS DE
LOS CUIDADORES

1. El derecho a dedicar tiempo y actividades a nosotros


mismos sin sentimientos de culpa.
2. El derecho a experimentar sentimientos negativos por
ver al enfermo o estar perdiendo a un ser querido.
3. El derecho a resolver por nosotros mismos aquello
que seamos capaces y el derecho a preguntar sobre
aquello que no comprendamos.
4. El derecho a buscar soluciones que se ajusten
razonablemente a nuestras necesidades y a las de
nuestros seres queridos.
5. El derecho a ser tratados con respeto por aquellos a
quienes solicitamos consejo y ayuda.
6. El derecho a cometer errores y ser disculpados
por ello.
7. El derecho a ser reconocidos como miembros
valiosos y fundamentales de nuestra familia, incluso
cuando nuestros puntos de vista sean distintos.
8. El derecho a querernos a nosotros mismos y a admitir
que hacemos lo que es humanamente posible.
9. El derecho a aprender y a disponer del tiempo
necesario para hacerlo.
10. El derecho a admitir y expresar sentimientos tanto
positivos como negativos.
11. El derecho a "decir no" ante demandas excesivas,
inapropiadas o poco realistas.
12. El derecho a seguir la propia vida.

29
El propósito del movimiento paliativo es hacer real la
solidaridad de la sociedad con el enfermo en fase
terminal y con su familia.

SOCIEDAD VASCA DE CUIDADOS PALIATIVOS


ARDURA PALIATIBOEN EUSKAL ELKARTEA

José Elósegui 43. (Clínica San Ignacio) 20013 Donostia-San Sebastián-España


Tel. y fax 943-32.22.88
E-Mail: sov.pal@euskalnet.net
http://pagina.de/sovpal

Das könnte Ihnen auch gefallen