1.- Contrato de Factoraje: definición – Arts. 1421 a 1428 En función del art. 1421 del CCCN, "hay contrato de factoraje cuando una de las partes, denominada factor, se obliga a adquirir por un precio en dinero determinado o determinable los créditos originados en el giro comercial de la otra, denominada factoreado, pudiendo otorgar anticipo sobre tales créditos asumiendo o no los riesgos". Antecedentes Por vía de lo establecido en este capítulo, se incorpora al ordenamiento jurídico argentino una regulación sistemática del contrato de factoraje, denominación adoptada por el CC y C para el conocido como contrato de factoring, de la que carecían el CC y el C.Com. Este contrato responde a una práctica comercial desarrollada en países europeos y anglosajones y evolucionó desde la mera intermediación del factor en la venta de mercaderías, por vía de la comisión de ventas, a la actuación como agente financiero, dedicado centralmente al cobro de las facturas expedidas por sus clientes, para llegar a su diseño actual, que incluye una gran variedad de servicios técnicos y financieros, que pueden incluir la administración de la cartera de clientes, el desarrollo de evaluaciones de mercadeo, la elaboración de informes estadísticos, así como la gestión de cobranzas y el adelanto de fondos. En la Convención Unidroit sobre Factoring Internacional (Ottawa, 1988) se lo define como un contrato celebrado entre una parte, el proveedor, y la otra, la empresa de factoring, denominada factor, en virtud del cual: a) el proveedor puede o debe ceder al factor créditos nacidos de contratos de venta de mercaderías celebrados entre el proveedor y sus clientes, con exclusión de aquellos que versan sobre las mercaderías compradas a título principal para su uso personal, familiar o doméstico; b) el cesionario debe hacerse cargo de dos de las siguientes funciones: el financiamiento del proveedor, particularmente el préstamo o pago anticipado; llevar las cuotas relativas a los créditos, la cobranza de los mismos y la protección contra el incumplimiento de los deudores; o la cesión de los créditos que debe notificarse a lo deudores. Se trata de un contrato en cuyo diseño se advierte una fuerte influencia del de cesión de derechos, con elementos de la locación de servicios y del mutuo. Su utilidad se vincula con la posibilidad que otorga a las empresas de tercerizar las tareas de cobro, obtener financiación, aumentando la velocidad de rotación de su capital operativo, y hasta asesoramiento sobre vías para la optimización de sus operaciones. (CCCN Tomo 4 de Picasso Caramelo y Herrera Infojus pag. 135/136). Función económica Araya piensa que "la función que no puede faltar en este contrato es la gestión de cobranza de créditos que es la función primaria del factoraje", pero aclara que no significa que sea la más relevante, pues lo ordinario es que las partes procuren una vía de financiamiento a través de este contrato. Sin embargo, el art. 1422 del CCCN regla como servicios complementarios a la "administración y gestión de cobranza, asistencia técnica, comercial o administrativa respecto de los créditos cedidos". Se destacan entre las ventajas del factoraje que su operatoria regular permite una provisión continua de capital de trabajo; en la variante "sin recurso" no importa endeudamiento; no importa la apertura del capital social, y por tanto se mantiene el control societario; puede significar una tercerización en la tarea de cobranza. Sin perjuicio de ello, la operatoria puede ocasionar algunas desventajas: al costo de financiación hay adicionarle el correspondiente a la compensación por los servicios que presta el factor; puede generar una imagen negativa en los clientes, pues pueden percibir al contrato como un recurso al que recurre una empresa en dificultades financieras, imposibilitada de financiarse por medios bancarios tradicionales.(Dubois) Clases 1) Factoraje con financiación (si el precio es anticipado al factoreado) o sin financiación (si el precio es pagado al factoreado una vez cobrado los créditos). 2) Factoraje con o sin recurso, de acuerdo a si el riesgo de cobranza o de insolvencia de los deudores cedidos sea o no asumido por el factor. Si el riesgo es asumido por el factor, el factoraje es sin recurso. 3) Factoraje interno (cuando el factor y el factoreado tienen actividades en un mismo país) y factoraje internacional (cuando el factor y el factoreado mantienen actividades en países distintos). Pueden transmitirse a través del factoraje todos los créditos que sean cesibles, actuales o futuros, estos últimos siempre que sean determinables. La cesión puede involucrar una "parte o todos los créditos del factoreado" (art. 1423, CCCN). Ahora bien, no se podría transmitir un crédito aislado por medio de este contrato, pues sería extraño a la causa fin de tipo contractual. (Dubois) Elementos tipificantes. Se sostiene que la caracterización legal es meramente descriptiva y que deja librado a la autonomía de la voluntad dos aspectos fundamentales de la figura: A) El otorgamiento de anticipos por la cesión de créditos. B) La asunción de los riesgos por la incobrabilidad de los créditos. No obstante el contrato debe incluir la relación de los derechos de crédito que se transmiten (individualización del crédito), la identificación del factor y factoreado y los datos necesarios para identificar los documentos representativos de los derechos de crédito (por ejemplo: títulos de crédito, contratos, facturas, etc.), sus importes y sus fechas de emisión y vencimiento o los elementos que permitan su identificación cuando el factoraje es determinable (art. 1424, CCCN). (Dubois) Derechos y obligaciones de las partes. Obligaciones del factor Como obligación básica, el factor se compromete a adquirir globalmente, por un precio en dinero —determinado o determinable, generalmente expresado como una comisión— los créditos originados en el giro comercial del factoreado. Si el factoraje incluye la previsión de financiación, el factor deberá otorgar anticipos sobre tales créditos, contemplando las garantías o aforos, estipulados según lo previsto en el art. 1426 CC y C, lo que aumenta la rotación del capital operativo del factoreado, quien así puede conceder mayores plazos a sus clientes sin tener que aguardar el vencimiento de sus acreencias para contar nuevamente con liquidez para sustentar sus operaciones. También se puede convenir la asunción de los riesgos derivados de la posible falta de pago de los créditos, y la provisión de otros servicios, como los de evaluación de operaciones y asesoramiento, por lo que las obligaciones a cargo del factor dependerán de la configuración específica de cada vínculo contractual. (CCCN Tomo 4 de Picasso Caramelo y Herrera Infojus pag. 136). Con otro miraje, se prevé como garantía natural que el factoreado responda por la pérdida de valor del crédito cedido, aun cuando se celebrara "sin recurso", "cuando el cobro del derecho de crédito cedido no sea posible por una razón que tenga su causa en el acto jurídico que le dio origen" (art. 1427, CCCN). (Dubois) Obligaciones del factoreado La principales obligaciones del factoreado son las de ceder al factor, globalmente, los créditos contra terceros generados por una parte o por la totalidad de sus operaciones, y la de pagar las sumas acordadas por las distintas prestaciones que ejecute el factor en razón de lo convenido entre las partes, que puede incluir servicios de administración y gestión de cobranza, así como asistencia técnica, comercial o administrativa respecto de las operaciones desarrolladas por el factoreado. Por su posición, el factor puede advertir cuáles son las líneas de trabajo en las que existe un mayor porcentaje de mora o de créditos impagos, cuáles requerirían de otro sistema de financiación o aun si alguna línea de trabajo del factoreado debiera ser suprimida por las pérdidas que genera, o incrementada por no haber alcanzado todavía el punto de equilibrio. (CCCN Tomo 4 de Picasso Caramelo y Herrera Infojus pag. 136/137). Notificación al deudor cedido. – art -.1428° La concertación del contrato produce la mutación de la titularidad del crédito (arg. arts. 1425 y 1618, CCCN), pero sólo es oponible a los terceros desde su notificación al deudor cedido "por cualquier medio que evidencie razonablemente la recepción por parte de éste" (art. 1428, CCCN). (Dubois) La notificación al deudor cedido es necesaria, entre otras cuestiones, por una razón básica, como es que es preciso que aquel sepa dónde debe realizar el o los pagos que adeude al factoreado. Es también relevante a los efectos de la oponibilidad de la operación de factoraje. De acuerdo a lo establecido en este artículo, no se impone un mecanismo en particular para la notificación al deudor cedido. Impera el principio de efectividad y, por eso ella debe ser efectuada por cualquier vía que posibilite la recepción de parte del deudor, la que se tiene por operada cuando el destinatario la conoció o debió conocerla, sea ella verbal, opere por la recepción en su domicilio de un instrumento o se produzca por otro modo útil (art. 983 CC y C). Nuevamente aquí el Código opera con el criterio de la recepción para establecer el momento a partir del que se producen determinados efectos. A partir de la celebración del contrato de factoraje, y con relación a las operaciones futuras que constituyan la causa fuente de la facturación cedida, la notificación puede hacerse por vía de la información de facturación o de la documentación empleada para concretarla. (CCCN Tomo 4 de Picasso Caramelo y Herrera Infojus pag. 140). 2.- Contrato de Leasing (Ley 25.248). Definición – art. 1227 a 1250° El Capítulo 5 del Título IV, Libro Tercero de los Derechos Personales, del Código Civil y Comercial de la Nación en comentario incorporó, siguiendo el temperamento del Proyecto de 1998, la regulación del contrato de leasing al Código Civil y Comercial sancionado por ley 26.994. Esta ley derogó casi en su totalidad la regulación de la figura que desde el año 2000 se efectuaba en la ley especial 25.248, aunque en rigor ha tomado casi en su literalidad y con muy pocas reformas la citada ley derogada. De la ley 25.248 únicamente se mantienen en vigencia los párrafos segundo y tercero del art. 11-referido a los efectos del concurso o quiebra del dador y del tomador-, el capítulo III -destinado a los efectos impositivos-, y los párrafos segundo y tercero de art. 28, sobre vigencia y aplicación. (La regulación del leasing en el Código Civil y Comercial de la Nación de María Valentina Aicega, link: http://www.pensamientocivil.com.ar/system/files/2015/08/Doctrina1789.pdf) El art. 1227 del CCCN define al leasing como el contrato en virtud del cual "el dador conviene transferir al tomador la tenencia de un bien cierto y determinado para su uso y goce, contra el pago de un canon y le confiere una opción de compra por un precio". (Dubois) El artículo define el contrato de leasing como un convenio en función del cual el dador, con la finalidad de otorgar financiamiento, entrega la tenencia de un bien cierto y determinado para su uso y goce contra el pago de un canon, y le confiere al tomador una opción de compra. (CCCN Tomo 3 – Picaso Caramelo Herrera Infojus pag. 612). Función económica El leasing es un verdadero método de financiación sumamente ventajoso para las empresas, —en especial para las pequeñas y medianas organizaciones—. Permite adquirir activos fijos (bienes que la empresa necesita) sin compromiso de capital inicial (por falta de liquidez o uso alternativo del capital con mayor beneficio). De esta manera, el empresario puede aplicar los recursos que hubiera destinado a la adquisición de equipos y maquinarias, para el desarrollo de otras actividades; lo que permite, no solo la diversificación, sino el uso racional de los fondos líquidos de la empresa. Este contrato permite la sustitución y renovación de equipos, maquinarias, instalaciones y programas. Es el medio más apto y económico para adaptar la estructura de la empresa a las innovaciones derivadas del avance tecnológico; constituye una interesante herramienta de fomento de la inversión productiva, por lo que contribuye al desarrollo general de la economía. (CCCN Tomo 3 – Picaso Caramelo Herrera Infojus pag. 612). Naturaleza El leasing es un contrato nominado, consensual, bilateral, oneroso, conmutativo, formal, de duración, de empresa o de consumo (art. 1092 CC yC y ss.), que puede ser, incluso, celebrado por adhesión (art. 984 CC yC y ss.). Es un contrato de naturaleza propia y autónoma que no puede asimilarse a ningún contrato tradicional. (CCCN Tomo 3 – Picaso Caramelo Herrera Infojus pag. 612). Elementos tipificantes Este contrato, en su estructura, es una locación con opción de compra. Por ello, el art. 1250 del CCCN señala que antes del ejercicio de la opción de compra, se rige supletoriamente por las normas de la locación de cosas, en tanto que una vez ejercitada, por las relativas a la compraventa. Objeto, canon y precio El leasing puede recaer sobre cosas muebles e inmuebles, y sobre marcas, patentes o modelos industriales y software, siempre que el dador tenga su titularidad y se encuentre legitimado al efecto (art. 1228, CCCN) (58). En cuanto al monto y la periodicidad del canon, la ley delega la cuestión en la autonomía de la voluntad (art. 1229, CCCN). La práctica negocial muestra diversos criterios para su determinación: A) Valor fijo. B) Valor decreciente. C) Valor variable. D) Combinación de valor fijo o variable con pagos iniciales. E) Valores escalonados (59). No debe confundirse el canon con el precio, pues aquél se compone con diversos rubros como: A) Valor de uso y goce. B) Valor de amortización. C) Costo financiero. D) Riesgos inherentes al objeto. E) Gastos administrativos y de servicios (60). Respecto del precio para el ejercicio de la opción de compra, puede ser fijado inicialmente o ser "determinable según procedimientos o pautas pactadas" (art. 1230, CCCN). En términos generales, el precio se fija utilizando la técnica del valor residual del bien. (Dubois) Modalidades en la elección del bien Leasing financiero Una entidad financiera adquiere ciertos bienes previamente seleccionados por otra persona, con la finalidad de celebrar un contrato de leasing con ésta. El dador tiene una teleología nítidamente financiera, pues adquiere un bien solamente con la finalidad de otorgar un financiamiento al tomador. Esta especie puede presentarse con las siguientes modalidades: A) El dador adquiere el bien de la persona indicada por el tomador. B) El dador adquiere el bien de acuerdo a ciertas especificaciones brindadas por el tomador. C) El dador sustituye al tomador en un contrato de compraventa ya perfeccionado por éste (art. 1231, incs. a], b] y c], CCCN). Leasing operativo. Una persona que fabrica, importa o comercializa cierto bien concede su uso y goce al tomador. Si bien hay aquí una finalidad financiera, sobresale una función de comercialización (art. 1231, inc. d], CCCN). Sale and lease back o leasing invertido. Una persona transmite un bien a otra, quien paga el precio y simultáneamente da el objeto en leasing al transmitente, quien debe pagar el canon y puede readquirirlo haciendo ejercicio de la opción de compra (art. 1231, inc. e], CCCN). Es una operación financiera porque la persona que precisa de capital líquido lo obtiene de quien adquiere el bien, pero en la práctica es una garantía otorgada por el transmitente-tomador al adquirente-dador en resguardo de la financiación otorgada por este último. (Dubois) Responsabilidad, acciones y garantías ARTÍCULO 1232. Responsabilidades, acciones y garantías en la adquisición del bien En los casos de los incisos a), b) y c) del artículo 1231, el dador cumple el contrato adquiriendo los bienes indicados por el tomador. El tomador puede reclamar del vendedor, sin necesidad de cesión, todos los derechos que emergen del contrato de compraventa. El dador puede liberarse convencionalmente de las responsabilidades de entrega y de la obligación de saneamiento. En los casos del inciso d) del artículo 1231, así como en aquellos casos en que el dador es fabricante, importador, vendedor o constructor del bien dado en leasing, el dador no puede liberarse de la obligación de entrega y de la obligación de saneamiento. En los casos del inciso e) del mismo artículo, el dador no responde por la obligación de entrega ni por garantía de saneamiento, excepto pacto en contrario. En los casos del inciso f) se deben aplicar las reglas de los párrafos anteriores de este artículo, según corresponda a la situación concreta El artículo en análisis establece el sistema de responsabilidades, acciones y garantías para cada modalidad de leasing. El leasing financiero El primer párrafo de la norma está referido al leasing financiero (art. 1231, incs. a, b y c, CC y C) modalidad en la cual una sociedad financiera, o cuyo objeto societario sea el leasing, adquiere bienes de un fabricante o proveedor —previamente elegidos por el tomador—, con la finalidad de celebrar un contrato de leasing. De este modo, siguiendo a Lorenzetti, hay un contrato de compraventa o suministro, celebrado por el fabricante o comerciante con el dador (que es quien financia el negocio), sobre el bien indicado por el tomador, y luego un leasing entre la entidad financiera y el tomador. En este supuesto la norma parecería señalar que el dador cumple el contrato adquiriendo los bienes previamente elegidos por el tomador, pero esta obligación, en el contexto general del contrato de leasing, debe completarse con la puesta a disposición de los bienes al tomador. Una vez que ello ocurre, el tomador puede reclamar todos los derechos que emergen del contrato de compraventa, teniendo para ello una verdadera acción directa (art. 736 CC yC), no una mera acción subrogatoria. El dador, quien —como señalamos— interviene en el contrato en su carácter de intermediario financiero, puede liberarse convencionalmente de las responsabilidades de entrega y de la obligación de saneamiento (evicción y vicios redhibitorios). Estas cláusulas de eximición de la responsabilidad deben interpretarse con criterio restrictivo y serán difícilmente compatibles, si el tomador fuera un consumidor (Libro III, Título III, art. 1092 CC y C y ss.). Leasing operativo En el párr. 2, la norma regula la modalidad de leasing operativo (art. 1231, inc. d, CC y C), sin intermediación financiera, y generalmente para la adquisición de bienes con un alto valor económico destinados al equipamiento de la empresa. En este caso, el dador es fabricante, importador, vendedor o constructor del bien dado en leasing, por lo cual resulta razonable que se le impida liberarse de las obligaciones de entrega y saneamiento, resultando nula toda cláusula de exoneración en contrario. Retroleasing En el párr. 3, el art. 1232 CC yC se refiere a la modalidad de retro o retroleasing o leaseback (art. 1231, inc. e, CC yC). Es un contrato por el cual el empresario vende un bien mueble o inmueble de su propiedad al dador del leasing, que paga el precio correspondiente y, a su vez, en forma simultánea, cede el uso y goce del bien adquirido al vendedor, quien se obliga a pagar los cánones durante un período de tiempo, con la posibilidad de readquirir el bien (su propiedad) al vencimiento del contrato, mediante el pago de un precio establecido. En esta modalidad el dador no responde por las obligaciones de entrega y saneamiento, salvo pacto expreso en contrario. Subleasing El último párrafo regula la responsabilidad en la modalidad de subleasing (art. 1231, inc. f, CC y C) señalando que deben aplicarse las reglas de los párrafos anteriores, según corresponda a un caso de leasing financiero, operativo o retroleasing. El subleasing es un contrato, según Lavalle Cobo, en el cual el tomador originario se convierte, a su vez, en dador. Se debe tener en cuenta su carácter restrictivo y su debida armonización con los arts. 1238 y 1242 CC y C. (CCCN Comentado Tomo 3 Picaso Caramelo Herrera pag. 615/616). Forma e inscripción. Se impone que el contrato de leasing se instrumente en escritura pública si tiene como objeto a inmuebles, buques o aeronaves; respecto de otros objetos, puede celebrarse por instrumento público o privado (art. 1234, CCCN). En cuanto a los efectos de inscripción, debemos distinguir la naturaleza de los bienes involucrados. Así, si la transmisión involucrara a un automotor la inscripción sería exigible para consumar la transmisión. En cambio, cuando la mutación jurídico-real se produce afuera del registro, la inscripción solamente es exigible para que sea oponible frente a terceros interesados de buena fe (arts. 1234, 1235, 1237, 1893, CCCN). (Dubois) Derechos y obligaciones de las partes Las facultades y derechos del dador y tomador El CCyCN reconoce diferentes facultades a las partes. Así, el da¬dor tiene el derecho si el leasing recae sobre muebles, a que la cosa no sea sustraída del lugar en donde debía encontrarse de acuerdo al contrato inscripto. El art. 1236 CCyCN, segundo párrafo dispone que "[s]ólo puede trasladarlos con la conformidad expresa del da¬dor, otorgada en el contrato o por acto escrito posterior, y después de haberse inscrito el traslado y la conformidad del dador en los registros correspondientes. Se aplican las normas pertinentes de la Ley de Prenda con Registro al respecto". También se lo faculta a ceder sus créditos actuales o futuros por cánones o por ejercicio de la opción de compra (art. 1247 CCyCN). Por su parte, el tomador tiene el derecho de usar y gozar de la cosa conforme a su destino (art. 1238 CCyCN) o a explotarlos derechos conferidos. Sin embargo, no puede vender, gravar o disponer del objeto del contrato. En cambio, está autorizado, salvo prohibición expresa, a arrendar la cosa dada en leasing. Las obligaciones a cargo del dador en el contexto de los subtipos de leasing Respecto de las obligaciones del dador, resulta determinante la especie de leasing formalizada. Sobre el particular, se recuerda que el art. 1232 CCyCN ingresa en la regulación de algunos efectos del contrato, atendiendo a la dinámica propia de cada una de las ope-raciones que subyacen en los diferentes tipos de leasing. a) Leasing financiero y obligaciones del dador. En el leasing financiero —previsto en el art. 1231, ines. a), b) y c)—, el párrafo primero del art. 1232 CCyCN comienza por expresar que "...el da¬dor cumple el contrato adquiriendo los bienes indicados por el to¬mador". Con esto se intenta reafirmar la vigencia de una práctica negocial en virtud del cual el dador no está obligado a la entrega sino a otorgar el uso del bien, de modo tal que aquella queda a car¬go del proveedor (BERCOVITZ RODRÍGUEZ CANO - CALZADA CONDE), con exoneraciones de responsabilidad del dador que trasladan los riesgos al tomador. Sin embargo, el precepto no debe interpretarse literalmente pues el propio concepto legal (art. 1227 CCyCN) concibe como obli¬gación nuclear del dador la de ceder el uso y goce del bien, lo cual implica, necesariamente, que la entrega de la cosa objeto del contrato está a su cargo, aunque delegue el cumplimiento en un ter¬cero, como es el proveedor de quien la ha adquirido (CABANILLAS SÁNCHEZ). De tal modo, no cabe establecer una escisión absoluta entre entrega del bien y adquisición y cesión del uso y goce, desde que todas esas conductas conforman la prestación a cargo del da¬dor, más aún cuando en el propio texto se autoriza a la liberación convencional, lo que lleva a reconocer inicialmente esta obligación mediante un simple entendimiento lógico. La conexidad contractual (art. 1073 CCyCN) presente en el con¬trato de leasing financiero, involucra a tres sujetos (proveedor, da¬dor y tomador) y dos contratos —el de provisión del bien y el de leasing—, coligados entre sí. En razón de ella, el art. 1232 CCyCN, párrafo primero, concede al tomador acción directa para dirigirse contra el proveedor del bien. Sobre la base de esta acción, se intenta justificar la validez de las cláusulas de exclusión de la responsabilidad del dador derivada de la falta de entrega de la cosa y del saneamiento; siendo así, en lugar de extenderse la responsabilidad por efecto de la vinculación negocial, se termina por segmentarla (FRESNEDA SAIEG - FRUSTA- GLI - HERNÁNDEZ; WEINGARTEN). De todos modos, la eficacia de los pactos liberatorios de la res-ponsabilidad del dador por la falta de entrega del bien y por sanea-miento queda sometida —sin dudas— a las restricciones que rigen para los contratos celebrados por adhesión (arts. 984 a 989 CCyCN) y de consumo (arts. 1117 a 10122 CCyCN), de manera tal que su via¬bilidad resulta operativa en los contratos de leasing paritarios. Concretamente, si el leasing financiero se ha celebrado como contrato por adhesión a cláusulas generales predispuestas, a la luz del art. 988 CCyCN, inc. a), se ha de considerar abusiva la cláusula que importa renuncia o restricción de los derechos del adherente, estándar general dentro del cual ingresan los supuestos contempla¬dos en el art. 1232, es decir, la exoneración del dador de su respon¬sabilidad por falta de entrega y por la obligación de saneamiento. En el supuesto que el leasing financiero ingrese en la catego¬ría general de contrato de consumo (art. 1093 CCyCN), a más de resultar aplicable el criterio general de desestimación expresado en razón de la remisión efectuada en el art. 1117 CCyCN, concurre también la aplicación de lo dispuesto —en idéntico sentido— por el art. 37, ines. a) y b), de la ley 24.240. A mayor abundamiento, en relación con la ineficacia de las cláusulas de exclusión de respon¬sabilidad por saneamiento, se recuerda el art. 1038, a tenor del cual "[l]a supresión y la disminución de la responsabilidad por sanea¬miento se tienen por no convenidas en los siguientes casos:... b) si el enajenante actúa profesionalmente en la actividad a la que corres¬ponde la enajenación, a menos que el adquirente también se desem¬peñe profesionalmente en esa actividad". b) Leasing operativo y obligaciones del dador. Como el dador resulta ser titular del bien antes de la celebración del negocio —ge-neralmente por su carácter de fabricante o vendedor del mismo—, la obligación de entrega y la responsabilidad por saneamiento son una consecuencia natural, esto lleva al CCyCN a preceptuar que el dador no pueda liberarse de su responsabilidad (art. 1232, párr. 2o, CCyCN). c) Leasing de retro y obligaciones del dador. En esta variante, y por su propia estructura, resulta comprensible la solución de no responsabilizar al dador por la falta de entrega de la cosa, ni por saneamiento (art. 1232 CCyCN, 3o párr.). Respecto de las garantías, carece de sentido hacer responder al dador de la legitimidad del derecho que el propio tomador le ha trasmitido o la existencia de vicios que él mismo debería haber conocido al ser propietario del bien; no obstante la disposición legal es supletoria. En algunos casos, las obligaciones se imponen cualquiera sea la especie de leasing de que se trate. Por ejemplo, el dador se encuen¬tra obligado a transmitir el dominio de la cosa dada en leasing, una vez ejercida la opción de compra y pago de su precio conforme a las condiciones contractuales (art. 1242 CCyCN). Las obligaciones que recaen sobre el tomador Al tomador se lo grava con un conjunto de obligaciones. Entre ellas, destaca la obligación de pagar el canon, de acuerdo a lo convenido. Puede que en el mismo se incluyan servicios y accesorios necesarios para el diseño, la instalación, puesta en marcha y puesta a disposición de los bienes dados en leasing (art. 1233 CCyCN). También debe asumir, excepto pacto en contrario, la totalidad de los gastos ordinarios y extraordinarios de conservación y uso, incluyendo seguros, impuestos y tasas que recaigan sobre los bienes. Como puede advertirse, el esquema es más gravoso que el que afecta, a priori, a un locatario. (Contratos de Hernandez y Nicolau – pag.674/677) Conclusión del contrato. Los arts. 1248 y 1249 C. C.y C.N, con pequeñísimas modificaciones de redacción, mantienen el esquema de efectos de los arts. 20 y 21 de la ley 25.248. El diseño legal deja subsistente las mismas dudas, inquietudes e impugnaciones, que gran parte de nuestra doctrina efectuara a los mismos y que, sintéticamente, se señalan a continuación. El ámbito de aplicación de las disposiciones sigue siendo restrictivo (FRESNEDA SAIEG - FRUSTAGLI - HERNÁNDEZ), en tanto sólo contempla el incumplimiento de la obligación del tomador de pagar el canon convenido, de manera tal que tanto ante la inejecución de otras obligaciones a cargo de éste, como frente al incumplimiento de obligaciones del dador, si no existe cláusula resolutoria expresa deberá recurrirse a las normas generales relativas a la resolución por incumplimiento (arts. 1087, 1088 y concs.). Además, la tutela resolutoria no se detiene, cualquiera sea el grado de cumplimiento que el contrato haya alcanzado, como surge de lo dispuesto en los arts. 1247, inc. c) y 1248, lo que exigirá que estas normas sean interpretadas a las luz de las exigencias de la buena fe negocial (arts. 9o y 961 C.C.y C.N.), y de manera restrictiva cuando se trate de contratos de leasing de consumo. Sólo se prioriza el cumplimiento de un requerimiento formal, el que, incluso a veces, la jurisprudencia ha eximido de hacerlo. Tampoco se prevén reglas especiales para el caso de incumplimiento cuando el objeto del leasing sean derechos intelectuales, marcas, patentes, modelos industriales y software, de modo que también en tales supuestos ha de recurrirse al régimen contemplado en la teoría general del contrato, ya citado. La resolución y el desalojo por incumplimiento del canon en un contrato de leasing inmobiliario El art. 1248 C.C.y C.N distingue tres supuestos: el incumplimiento producido antes del pago de un cuarto de los cánones totales (inc. a]); la inejecución de los cánones luego de haber abonado un cuarto o más de ellos, pero sin haber superado sus tres cuartas partes (inc. bj); y c) el desajuste con el plan prestacional de cánones, posterior a la situación descripta anteriormente (inc. c]). En el primer supuesto, la norma señala que “...la mora es automática y el dador puede demandar judicialmente el desalojo”. Se lo diferencia así de los demás casos, en los cuales para que la resolución y el desalojo queden habilitados, es necesario cumplir con un requerimiento previo a la instancia judicial. La habilitación directa de la demanda de desalojo sin exigir intimación extrajudicial previa, sitúa al tomador en una situación gravosa —en particular si se piensa que el leasing inmobiliario puede ser habitacional— pues, a fin de paralizar el trámite por única vez, deberá pagar a más de lo adeudado y sus intereses, las costas del proceso. Sobre el mismo, antes del C.C. y C. N había opiniones encontradas; algunos predicaban su inconstitucionalidad (GHERSI), frente a lo cual ahora cabría la integración con las normas vigentes en materia locativa (art. 1250 C. C. y C.N) que, en el ámbito habitacional, exigen para dejar expedito el desalojo un requerimiento previo por el plazo de diez días (art. 1222 C. C. y C. N). Otros exaltaban la solución legal y recomendaban su generalización hacia otros contratos afines (ABATTI - ROCCA). Si el tomador ha pagado un cuarto o más, pero menos de tres cuartas partes del canon convenido, se observa que: a) Se reconocen en favor del tomador dos derechos, a saber: • purgar la mora dentro del plazo de sesenta (60) días corridos contados a partir de la recepción de la notificación que a tales fines deberá cursar el dador; • paralizar la acción de desalojo, por única vez, dentro del plazo de cinco (5) días hábiles desde que se le hubiere corrido el pertinente traslado. La adecuada armonización de estos derechos permite determinar cuándo la resolución y el desalojo quedan expeditos, puesto que, el vencimiento del plazo otorgado al deudor sin que este purgue la mora, en principio, no podrá conducir a la resolución del contrato. Sólo logrará ese efecto cuando la voluntad extintiva haya sido manifestada por el dador al tiempo de cursar la notificación, y el tomador no pueda usar la facultad de paralizar la acción de desalojo por haberla ya utilizado en otra oportunidad. Esta interpretación resulta la única posible, toda vez que carece de sentido afirmar que el contrato quedará resuelto de pleno derecho por el vencimiento del plazo suplementario, si luego se reconoce que al tomador la facultad de paralizar el juicio de desalojo. Es evidente que si puede ejercer este derecho es porque el contrato aún no se encuentra extinguido, de modo que en aquellos casos en los cuales el tomador pueda valerse del mismo, el contrato se habrá de extinguir de pleno derecho recién cuando aquél deje caducar dicha facultad (arts. 2566 C. C. y C. N. y ss.). En tal caso, la sentencia judicial que ordene el desalojo importará la resolución del contrato con efectos retroactivos a la fecha de interposición de la acción; b) Si de acuerdo al contrato, el tomador estuviera en condiciones de ejercer la opción de compra, en los mismos plazos consignados supra, podrá pagar además el precio de la opción, conforme a las pautas contractuales y/o legales. Finalmente, si el incumplimiento se produce después de haber pagado el tomador las tres cuartas partes del canon, resultan apli¬cables las mismas conclusiones vertidas en el párrafo anterior, con la salvedad que aquí el plazo suplementario para purgar la mora se extiende a noventa (90) días contados a partir de la recepción de la notificación. Finalmente, el art. 20, inc. d), alude a los efectos de la resolución del contrato y concede acción ejecutiva para el cobro “...de los períodos adeudados hasta el momento del lanzamiento, con más sus intereses y costas...", reforzando de esta manera el crédito del dador. En el mismo sentido, se habilita a reclamar por los daños y perjuicios de los deteriores anormales que presente la cosa. Es de lamentar que nada se diga respecto de las pretensiones restitutorias que correspondan al tomador, en especial cuando el pago de cánones haya comprendido largos períodos de tiempo. Ciertamente, que también allí corresponderá recurrir a las reglas generales. La resolución y el secuestro del bien frente al incumplimiento del canon en un contrato de leasing mobiliario El art. 1249 C. C. y C. N consagra mecanismos de extinción del leasing mobiliario y de recuperación de la cosa, reconociendo al dador los siguientes derechos: a) Solicitar el secuestro del bien ante el incumplimiento del pago de los cánones, luego de cumplir con un requerimiento extrajudicial previo, concediendo al tomador la facultad de purgar su mora dentro del plazo de cinco días a contar desde su recepción. Esta facultad se concede exclusivamente en beneficio del dador que hubiere inscripto su contrato, de modo que la resolución y las acciones cautelares y judiciales de contratos no inscriptos, se regirán por las normas generales correspondientes (PAOLANTONIO). El mero vencimiento del plazo otorgado al deudor sin que éste purgue la mora, no produce de pleno derecho la resolución del negocio, ya que el texto que comentamos expresamente señala que ello se producirá “...recién producido el secuestro...". A esta medida cautelar se podrá acumular una demanda por vía ejecutiva tendiente al “...cobro del canon que se hubiera devengado ordinariamente hasta el período íntegro en que se produjo el secuestro, la cláusula penal pactada en el contrato y sus intereses, todo ello sin perjuicio de la acción del dador por daños y perjuicios...". De todas maneras, la extensión de la pretensión del dador podrá ser cuestionada — fuera del marco del juicio ejecutivo— cuando la misma transgrediese los principios informadores del derecho privado, especialmente, resulte de mala fe, abusiva o usuraria (FRES¬NEDA SAIEG - FRUSTAGLI - HERNÁNDEZ); b) Accionar por vía ejecutiva "...por el cobro del canon no pagado, incluyendo la totalidad del canon pendiente, si así se hubiese convenido...". Como ha reconocido la doctrina (PAOLANTONIO), la disposición transcripta supone la adopción por el legislador de una postura favorable a la validez de una cláusula penal de una entidad que pueda ser significativa, pero nos parece que de ningún modo ello puede consentirse genéricamente y sin atender a las particulares circunstancias de cada caso (CABANILLAS SÁNCHEZ). Es cierto que existe una fuerte preocupación por revitalizar a la cláusula penal como mecanismo compulsivo a fin de lograr la ejecución específica del deudor, pero de ningún modo ello permite validar una injustificada y excesiva traslación patrimonial. A tales efectos resultará relevante el principio del abuso del derecho (art. 10 CCyCN). La única limitación normativa ha sido prever que frente a una acción ejecutiva de esta naturaleza, el secuestro sólo podrá concretarse "...cuando ha vencido el plazo ordinario del leasing sin haberse pagado el canon íntegro y el precio de la opción de compra, o cuando se demuestre sumariamente el peligro en la conservación del bien”; c) Accionar por ejecución, en cualquiera de los casos precedentes, contra todos los fiadores o garantes del tomador. Finalmente, interesa destacar que el reconocimiento expreso de la medida de secuestro de la cosa mueble dada en leasing posibilita su concreción sin necesidad de contracautela, exigida recurrentemente con anterioridad a la entrada en vigencia de esta norma. Normas de integración El art. 1250, que pese a estructurarse sobre la base del art. 26 de la ley derogada parcialmente, remite con mayor alcance a las normas de la compraventa, desde que señala que dicho régimen podrá aplicarse "...para la determinación del precio de ejercicio de la opción de compra y para los actos posteriores a su ejercicio y pago". Más allá de lo dicho, y además de resultar dudosa la utilidad de esta disposición en el contexto de un Código unificado —y no de una ley especial—, parece criticable que se haya eludido en el texto proponer la aplicación de las normas generales y especiales concernientes a las relaciones de consumo, como lo ha venido reclamando nuestra doctrina en ocasión de las observaciones efectuadas al derogado art. 26 (FRESNEDA - FRUSTAGLI - HERNÁNDEZ). Pese a ello, el reconocimiento y regulación en el Código del con- trato de consumo como una categoría general que se proyecta sobre los distintos contratos particulares, conlleva indudablemente a la aplicación del principio protectorio cuando el leasing se celebre con consumidores. (Contratos de Hernandez y Nicolau pag. 681/686) 3.- Tarjetas de crédito (Ley 25.065). – (Arts. 1° a 58°) TÍTULO I — DE LAS RELACIONES ENTRE EMISOR Y TITULAR O USUARIO Capítulo I — Del sistema de la Tarjeta de Crédito Art. 1°—Se entiende por sistema de Tarjeta de Crédito al conjunto complejo y sistematizado de contratos individuales cuya finalidad es: a) Posibilitar al usuario efectuar operaciones de compra o locación de bienes o servicios u obras, obtener préstamos y anticipos de dinero del sistema, en los comercios e instituciones adheridos. b) Diferir para el titular responsable el pago o las devoluciones a fecha pactada o financiarlo conforme alguna de las modalidades establecidas en el contrato. c) Abonar a los proveedores de bienes o servicios los consumos del usuario en los términos pactados. RÉGIMEN LEGAL DEL SISTEMA DE LA TARJETA DE CRÉDITO. GENERALIDADES. La doctrina ha cuestionado la amplitud de la ley de tarjeta de crédito, señalando que incurre en un casuismo excesivo y que contiene normas innecesarias y reiterativas. Tal vez, la mayor falencia del cuerpo normativo en examen, sea el no haber dado adecuada respuesta, a las necesidades del tráfico comercial, perdiendo de vista, en muchos casos, la finalidad social y económica del instituto que regula. A pesar de haber transcurrido ya varios años de vigencia de la ley de tarjeta de crédito y sin perjuicio de algunas modificaciones y normas complementarias, la aplicación del ordenamiento normativo nos muestra que en la materia quedan conflictos pendientes de solución. Son bastante frecuentes las quejas de titulares o usuarios de tarjetas de crédito relacionadas con costos financieros o intereses excesivos, cláusulas abusivas y escasa — cuando no engañosa—, información. Por su lado, los comerciantes adheridos al sistema de tarjeta de crédito, sostienen no haber logrado respuesta a sus reclamos, fundamentalmente en lo relativo a la excesiva onerosidad que implica la participación en el mismo. A su turno, los emisores de tarjetas, reclaman un sistema expeditivo de cobro de sus acreencias, se muestran insatisfechos en este sentido con los procedimientos establecidos en la ley y argumentan que los altos costos del sistema se deben al elevado índice de morosidad. Habría quizás que preguntarse, si la excesiva morosidad no responde, al menos en parte, a la emisión indiscriminada de tarjetas de crédito sin el debido análisis de la solvencia del titular; y de ser así, cuál es la justicia de cargar sobre los usuarios y comercios adheridos las consecuencias de la negligencia del emisor. Mosset Iturraspe señala que la ley 25.065 no aporta una verdadera tutela del consumidor de tarjetas de crédito, y sí la hay con respecto a las empresas que se dedican al negocio. Sostiene que se deja de lado, por ejemplo, la temática de la "distribución” indiscriminada de tarjetas, "provocando” al consumo de bienes o servicios. Definiciones legales. Capítulo II — Definiciones y Ley aplicable Art. 2° —A los fines de la presente ley se entenderá por: a) Emisor: Es la entidad financiera, comercial o bancaria que emita Tarjetas de Crédito, o que haga efectivo el pago. b) Titular de Tarjeta de Crédito: Aquel que está habilitado para el uso de la Tarjeta de Crédito y quien se hace responsable de to¬dos los cargos y consumos realizados personalmente o por los autorizados por el mismo. c) Usuario, titular adicional, o beneficiario de extensiones: Aquel que está autorizado por el titular para realizar operaciones con Tarjeta de Crédito, a quien el emisor le entrega un instrumento de idénticas características que al titular. d) Tarjeta de Compra: Aquella que las instituciones comerciales entregan a sus clientes para realizar compras exclusivas en su establecimiento o sucursales. e) Tarjeta de Débito: Aquella que las instituciones bancarias entregan a sus clientes para que al efectuar compras o locaciones, los importes de las mismas sean debitados directamente de una cuenta de ahorro o corriente bancaria del titular. f) Proveedor o Comercio Adherido: Aquel que en virtud del con-trato celebrado con el emisor, proporciona bienes, obras o servicios al usuario aceptando percibir el importe mediante el sistema de Tarjeta de Crédito. DEFINICIONES DE LA LEY 25.065. El artículo 2o de la L.T.C. define algunos de los sujetos que intervienen en el funcionamiento del sistema de tarjeta de crédito, como son el emisor, el titular, el usuario y el proveedor o comerciante adherido, y ciertas modalidades del sistema, como las tarjetas de compra y las de débito. Cabe aclarar que en la operatoria del sistema de tarjeta de crédito participan generalmente tres partes: la entidad emisora de la tarjeta, el titular, usuario o tenedor de la tarjeta y el comerciante adherido al sistema, pudiendo en ciertos casos reducirse a los dos primeros o extenderse a cuatro cuando hay intermediación bancaria . DEFINICIÓN DE EMISOR. La L.T.C. define ai emisor de la tarjeta dé crédito como “la entidad financiera, comercial o bancaria que emita Tarjetas de Crédito, o que haga efectivo el pago”. El concepto es, cuanto menos, impreciso. No siempre la entidad emisora es también pagadora, por lo tanto no es correcto identificar como emisor a quien paga a los proveedores del sistema. El emisor es la entidad que expide la tarjeta de crédito en forma masiva. DEFINICIÓN DE TITULAR. El artículo comentado define al titular de Ja tarjeta de crédito como "aquel que está habilitado para el uso de la Tarjeta de Crédito y quien se hace responsable de todos los cargos y consumos realizados personalmente o por los autorizados por el mismo". Este concepto no es compatible con el régimen de las denominadas tarjetas de empresa, en las que el habilitado al uso (persona física) es necesariamente distinto del titular (persona jurídica). Se ha definido más concretamente al titular como la persona autorizada para el uso de la tarjeta de crédito, en virtud de un contrato con el emisor . DEFINICIÓN DE USUARIO, TITULAR ADICIONAL o BENEFICIARIO DE EXTEN-SIONES. En su inc. c) el artículo 2o de la L.T.C. define al usuario, titular adicional o beneficiario de extensiones como “aquel que está autorizado por el titular para realizar operaciones con Tarjeta de Crédito, a quien el emisor le entrega un instrumento de idénticas características que al titular”. Estos sujetos en principio no tienen vinculación contractual con el emisor de la tarjeta de crédito, y su responsabilidad estará determinada por el contenido del contrato de emisión. Si nada estipula el contrato al respecto, el titular adicional no tiene responsabilidad alguna por las operaciones realizadas con la tarjeta. Respecto del usuario o titular adicional, nuestro tribunales han resuelto que el titular de una tarjeta adicional que en la solicitud asumió la calidad de fiador del usuario principal, no puede sostener que no existió perfeccionamiento del contrato a su respecto por no haber recibido la tarjeta, si sabía que sería retirada por el usuario principal de acuerdo á la mecánica de funcionamiento de la tarjeta de crédito, pues tal conocimiento implicaba el otorgamiento de un mandato tácito para el retiro de su tarjeta, que se mantendría válido de no exteriorizarse la voluntad contraria . DEFINICIÓN DE TARJETA DE COMPRA. La ley define a la tarjeta de compra como "aquella que las instituciones comerciales entregan a sus clientes para realizar compras exclusivas en su establecimiento o sucursales”. Se refiere a las tarjetas cuya utilización queda reservada a uno o más establecimientos comerciales que actúan como emisores, ya sea directamente o mediante la formación de una sociedad adhoc12. Se las ha denominado también tarjetas bilaterales porque en esta modalidad la función de emisor y aceptante de la tarjeta (proveedor o comerciante) recaen en el mismo sujeto, es el caso típico de las tarjetas emitidas por tiendas, centros de compras, etc. DEFINICIÓN DE TARJETA DE DÉBITO. El artículo comentado en su inc. e) define a la tarjeta de débito como "aquella que las instituciones bancarias entregan a sus clientes para que al efectuar compras o locaciones, los importes de las mismas sean debitados directamente de una cuenta de ahorro o corriente bancaria del titular”. DEFINICIÓN DE PROVEEDOR o COMERCIO ADHERIDO. Por último en su inc. f) el artículo 2o de la L.T.C. define al proveedor o comercio adherido como "aquel que en virtud del contrato celebrado con el emisor, proporciona bienes, obras o servicios al usuario aceptando percibir el importe mediante el sistema de Tarjeta de Crédito”. El comerciante adherido es quien proporciona los bienes o servicios al titular de la tarjeta de crédito. Art. 3°—Ley aplicable. Las relaciones por operatoria de Tarjetas de Crédito quedan sujetas ala presente ley y supletoriamente se aplicarán las normas de los Códigos Civil y Comercial de la Nación y de la ley de Defensa del Consumidor (Ley 24.240). NORMATIVA APLICABLE AL SISTEMA DE TARJETA DE CRÉDITO. El artículo 3o de la L.T.C. establece la prioritaria aplicación de la L.T.C., a la vez que dispone que, supletoriamente, se aplicarán las normas de los Códigos Civil y Comercial de la Nación y de la ley de Defensa del Consumidor. Sin embargo, se ha cuestionado la vaguedad y generalidad de la remisión, en especial en lo que hace al Código Civil, el cual resulta de aplicación muy acotada, atento que a las relaciones jurídicas entre el emisor y el titular se aplican en primer término las disposiciones de la Ley de Defensa del Consumidor, y en las relaciones entre emisor y proveedores o comercios adheridos al sistema prevalecen las normas del Código de Comercio. Por otra parte, la remisión al Código Civil y al Código de Comercio no requería norma expresa. APLICACIÓN DE LA LEY DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR N° 24.240. A los contratos entre el emisor y el titular de la tarjeta de crédito celebrados o renovados a partir de la vigencia de la Ley de Tarjeta de Crédito se les aplica la Ley de Defensa del Consumidor porque la ley 25.065 así lo dispone expresamente en su art.3°. Es más, aun cuando no existiera.la citada mención legal, dicha norma resultaría de aplicación en la mayoría de los casos por tratarse de contratos de consumo, de adhesión y/o a cláusulas generales . Por otra parte, en la mayoría de los casos el titular de la tarjeta encuadra en la categoría de consumidor o usuario que establece la ley . La Ley de Defensa del Consumidor no se aplica a los contratos entre emisor y proveedor o comerciante adherido al sistema de tarjeta de crédito, dado que este último no tiene carácter de consumidor para la ley 24.240. Esto no implica que el emisor y el proveedor estén en una situación de igualdad negocial, pero el tema deberá resolverse por las disposiciones de la Ley de Tarjeta de Crédito y las reglas gene-rales del Cód. Civ. (arts. 1198, 1071, 954, 1204, etc.) . CONSECUENCIAS DE LA APLICACIÓN DE LA LEY DE DEFENSA DEL CONSUMI-DOR N° 24.240. Resultan aplicables al sistema de tarjeta de crédito los- artículos 4, 7, 8, 32 a 34, 35, 37 a 39, y 41 y siguientes de la Ley de Defensa del Consumidor. Esto implica que rigen a favor del titular o usuario de la tarjeta el deber de información plena, el carácter vinculante de la oferta al público de bienes y servicios, el principio de integración publicitaria del contrato en beneficio del consumidor, la protección ante cláusulas abusivas, entre otros principios protectorios. Generalmente, en el sistema de la tarjeta de crédito los acuerdos se perfeccionan mediante contratos por adhesión a condiciones generales predeterminadas. Por tal motivo, se les aplican las reglas especiales sobre interpretación contra preferentem o stipulatorem en el supuesto de cláusulas dudosas; y son nulas las cláusulas que limiten la responsabilidad (en especial cuando no exista una contrapartida económica que justifique esa renuncia), desnaturalicen la esencia del vínculo obligacional, afecten la libertad contractual o la buena fe, o importen abuso del derecho, todas las cuales deberán tenerse por no escritas. La publicidad es importante como integradora de la oferta y a los fines de la interpretación de los contratos por adhesión. En caso de disposiciones contradictorias entre cláusulas impresas y manuscritas o mecanografiadas, prevalecen las segundas En el supuesto de disposiciones contradictorias entre cláusulas generales y especiales, prevalecen las especiales. Capítulo III — De la Tarjeta de Crédito Art. 4°. Denominación. Se denomina genéricamente Tarjeta de Crédito al instrumento material de identificación del usuario, que puede ser magnético o de cualquier otra tecnología, emergente de una relación contractual previa entre el titular y el emisor. DEFINICIÓN LEGAL DE TARJETA DE CRÉDITO. El articulo en estudio, omite la definición de la tarjeta de crédito como instituto jurídico, concepto que tampoco encontramos en el resto del articulado de la ley Simplemente hace una referencia al elemento material (plástico), que atento la posibilidad de realizar operaciones telefónicas o virtuales, en las cuales su utilización es innecesaria, resulta absolutamente insuficiente. En este sentido, el artículo en estudio define a la tarjeta de crédito como instrumento material de identificación del usuario, que puede ser magnético o de cualquier otra tecnología, emergente de una relación contractual previa entre el titular y el emisor. CONCEPTO Y CALIFICACIÓN JURÍDICA. En la doctrina se ha definido a la tarjeta de crédito como documento nominativo, de identificación, legítimamente, intransferible, que permite al usuario beneficiarse con las facilidades de pago pactadas con el emisor y las resultantes del contrato celebrado entre éste y el proveedor del bien o servicio requerido por aquél, de origen eminentemente contractual, agregándose que se trata de uno de los documentos formalmente más standarizados que se conoce. Es siempre un documento escrito, emitido en material plástico, incompleto y necesario para ejecutar el haz de derechos, que tácitamente simboliza. En principio, es indispensable portar y presentar el documento para el ejercicio de los derechos que confiere; sin embargo, esto no ocurre cuando se autorizan operaciones telefónicas o virtuales. Ha señalado Paolantonio que existen dos circunstancias que atemperan el carácter de documento de legitimación de la tarjeta de crédito, y ellas son: a) que la tarjeta como elemento material no es propiedad del titular, y b) que puede existir el deber adicional legal o contractualmente impuesto al comerciante adherido, de verificar la identidad del usuario. La tarjeta de crédito no puede ser calificada como un título circulatorio o título valor atento que carece de autonomía y es intransferible. Al respecto, se ha observado con razón, que el título de crédito es .un documento que lleva incorporado un derecho íntimamente unido al título y su ejercicio está condicionado a la exhibición del documento, en cambio, la tarjeta de crédito no incorpora el derecho, ni es un documento dispositivo, puesto que el derecho nace y se prueba por medio del contrato celebrado entre el titular de la tarjeta y el emisor. Función económica FUNCIÓN DE LA TARJETA DE CRÉDITO. El artículo en estudio define al sistema de tarjeta de crédito por su finalidad. Es conveniente entonces, puntualizar cuáles son las funciones de la tarjeta de crédito. Básicamente, la tarjeta es un instrumento de pago, de garantía, de crédito, evita el desplazamiento de dinero o cheques, y resulta un medio masivo de financiación para adquirir bienes o servicios Sin embargo, este instituto tiene además múltiples funciones pudiendo identificarse las siguientes: a) finalidad de desarrollo comercial, dado que permite al comerciante incrementar su clientela y por lo tanto, sus ventas; b) finalidad de desarrollo crediticio, atento que habilita al titular con un crédito inmediato para la adquisición de bienes y servicios en todos los establecimientos adheridos; c) finalidad de garantía, por cuanto la empresa emisora garantiza el pago de la venta realizada, es decir, el comerciante evita absorber los riesgos por la falta de pago de sus clientes, y a la vez, elimina el costo de mantener su propio departamento de créditos; y d) finalidad de sustituir el dinero como instrumento de pago, pues el uso de la tarjeta evita al usuario el traslado del efectivo, mientras que la firma del cupón o comprobante de compra implica un pago frente al comerciante, liberando al usuario . Se ha dicho que el negocio jurídico de la tarjeta de crédito es un contrato de uso de crédito eventual y que el instituto de las tarjetas de crédito puede ser explicado por la vía de la asunción privativa de deuda, utilizado como medio indirecto de concesión de crédito. La jurisprudencia ha resuelto que el sistema de pago mediante tarjeta de crédito constituye una operación compleja de contenido lucrativo, que tiene como función primordial fomentar la adquisición de bienes y/o locar servicios, percibiendo la institución beneficiaria un porcentaje como comisión sobre el importe de las ventas documentadas, así como un canon en concepto de cuotas de asociado. La doctrina encuadra a esta modalidad operativa en los contratos de crédito. (Rouliion). Estructura del Sistema: Contratos y partes intervinientes. Sistemas abiertos y cerrados. El funcionamiento de la tarjeta de crédito es un fenómeno jurídico complejo que implica la existencia de múltiples relaciones jurídicas interrelacionadas. Todo sistema de tarjeta de crédito se basa principalmente, en la celebración de dos contratos de adhesión o a condiciones generales predispuestas, uno entre el organismo emisor y el establecimiento comercial adherido, y el otro, entre el organismo emisor y el titular de la tarjeta de crédito. Nuestra ley regula ambos contratos. El acuerdo entre el organismo emisor y los proveedores es tratado en el Título II, mientras que los Capítulos IV a XI del Título I regulan el contrato de emisión. Sin embargo, esos dos contratos no son los únicos que conforman el sistema de tarjeta de crédito. En este sentido, se ha señalado que pueden identificarse en el sistema tres funciones esenciales: a) la función emisora, que está dada por el otorgamiento de la tarjeta de crédito a los usuarios, y consecuentemente, el cobro a éstos de los gastos en que incurrieran; b) la función de adhesión, que se refiere a la incorporación de los comercios proveedores del sistema y el pago a esos establecimientos; y c) la función de administración, que comprende la determinación de lineamientos básicos del sistema y la organización de las relaciones entre las partes que lo componen. En lo relacionado con la función de administración, conviene destacar que no debe confundirse al administrador del sistema con el emisor. En este sentido, se ha criticado la imprecisión de la ley de tarjeta de crédito. El administrador, en general, no se vincula contractualmente con el usuario de la tarjeta. Ambas funciones (administración y emisión) pueden recaer en la misma empresa o institución, pero no siempre es así. Las funciones emisora, de adhesión y de administración, se traducen en una serie de contratos entre los que pueden destacarse: a) el contrato de administración de la tarjeta; b) el contrato de aceptación de la tarjeta; c) el contrato de emisión de la tarjeta; y d) los contratos de cambio relativos a la utilización de la tarjeta. 3.1.- Relaciones entre emisor y titular o usuario. Para Argeri, el concepto de tarjeta de crédito debe derivarse de su funcionamiento. En este sentido, la define como "el contrato comercial por el cual una empresa especializada —bancaria o financiera— conviene con otra —el cliente— en la apertura de determinado crédito, para que el cliente, exhibiendo el instrumento creditorio de que se lo provee (tarjeta de crédito) y acreditando su identidad, adquiera cosas y obtenga la prestación de un cierto servicio en los comercios que se le indican. A su vez, la empresa especializada tiene convenido con los comercios don¬de el cliente efectúa la adquisición o requiere el servicio, cobrarle una comisión por toda la operación que realice el cliente. El cliente, a su vez, tiene una cuenta con la empresa especializada, por un importe determinado y que generalmente debe pagar por anticipado, de la cual se deduce lo que ha adquirido o recibido por el servicio" . En otras palabras, se ha descripto el funcionamiento de la "tarjeta de crédito”, señalando que consiste en que una institución normalmente financiera (emisor), acuerde con diversos proveedores (empresas afiliadas o comerciantes adheridos), que ante la presentación de la tarjeta por el usuario (tarjeta-habiente) suministrarán los bienes o servicios requeridos. El importe de los bienes o servicios prestados será abonado por el emisor a la empresa afiliada, y el usuario se obliga respecto del emisor a abonarle el monto que resulta del total de operaciones que haya realizado (documentado en comprobantes o cupones) durante un período determinado . Como puede advertirse, en esta descripción se ha omitido la figura del administrador del sistema (al respecto remitimos a nuestros comentarios de los artículos Io y 2o). Art. 5o — Identificación. El usuario, poseedor de la tarjeta estará identificado en la misma con: a) Su nombre y apellido: b) Número interno de inscripción. c) Su firma ológrafa. d) La fecha de emisión de la misma. e) La fecha de vencimiento. f) Los medios que aseguren la inviolabilidad de la misma. g) La identificación del emisor y de la entidad bancaria interviniente. CARACTERÍSTICAS Y BLEMENTOS DE LA TARJETA DE CRÉDITO. La L.T.C. en el artículo 5° enumera una serie de caracteres físicos, elementos y datos que debe contener la tarjeta como instrumento de identificación. En realidad, la norma en cuestión resulta, cuanto menos, innecesaria. La tarjeta de crédito es uno de los documentos más standarizados a nivel mundial, y a la vez, en constante evolución, motivo por el cual, no se advierte la conveniencia de una regulación tan rígida. CONSECUENCIAS DE LA EMISIÓN DE UNA TARJETA DEFECTUOSA. Las con-secuencias de la emisión de una tarjeta defectuosa, es decir, cuando no se ha cumplimentado con los contenidos mínimos previstos en la ley, se limitan a una eventual responsabilidad administrativa ante la autoridad de aplicación y la asunción de riesgos derivados de su uso fraudulento vinculado causalmente con la falta de alguno de los recaudos del art. 5 de la L.T.C. Por no tratarse de un título valor, de la ausencia de los requisitos exigidos por la ley no puede inferirse la in-validez de las operaciones realizadas con la tarjeta defectuosa. Contrato de emisión: Contenido. Capítulo IV—Del contrato de emisión de Tarjeta de Crédito Art. 6° — Contenido del contrato de emisión de Tarjeta de Crédito. El contrato de emisión de Tarjeta de Crédito debe contener los siguientes requisitos: a) Plazo de vigencia especificando comienzo y cese de la relación (plazo de vigencia de la tarjeta). b) Plazo para el pago de las obligaciones por parte del titular. c) Porcentual de montos mínimos de pago conforme a las ope-raciones efectuadas. d) Montos máximos de compras o locaciones, obras o retiros de dinero mensuales autorizados. e) Tasas de intereses compensatorios o financieros. f) Tasa de intereses punitorios. g) Fecha de cierre contable de operaciones. h) Tipo y monto de cargos administrativos o de permanencia en el sistema (discriminados por tipo, emisión, renovación, envío y confección de resúmenes, cargos por tarjetas adicionales para usuarios autorizados, costos de financiación desde la fecha de cada operación, o desde el vencimiento del resumen mensual actual o desde el cierre contable de las operaciones hasta la fecha de vencimiento del resumen mensual actual, hasta el vencimiento del pago del resumen mensual, consultas de estado de cuenta, entre otros). i) Procedimiento y responsabilidades en caso de pérdida o sus-tracción de tarjetas. j) Importes o tasas por seguros de vida o por cobertura de con-sumos en caso de pérdida o sustracción de tarjetas. k) Firma del titular y de personal apoderado de la empresa emisora. l) Las comisiones fijas o variables que se cobren al titular por el retiro de dinero en efectivo. m) Consecuencias de la mora. n) Una declaración en el sentido que los cargos en que se haya incurrido con motivo del uso de la Tarjeta de Crédito son debidos y deben ser abonados contra recepción de un resumen periódico correspondiente a dicha tarjeta. o) Causales de suspensión, resolución y/o anulación del con¬trato de Tarjeta de Crédito. CONTRATO DE EMISIÓN DE TARJETA DE CRÉDITO. El contrato de emisión de la tarjeta de crédito es el que se suscribe entre el ente emisor y el titular o tenedor de la tarjeta de crédito. Supone un contrato de apertura de crédito a favor del titular o de los titulares de la tarjeta de crédito47, atento a que el emisor le concede al usuario una disponibilidad, es decir, un crédito, hasta una suma determinada como límite máximo, por cuyo importe puede realizar compras en los comercios adheridos al sistema ". La jurisprudencia al respecto ha dicho que el contrato de emisión de tarjeta de crédito constituye una figura contractual compleja, pues genera relaciones entre el emisor y el usuario, así como entre el emisor y el establecimiento comercial adherido, ante el cual el usuario emplea su tarjeta. Por un lado, la emisora contrata con el establecimiento comercial dé tal modo que éste acepte la tarjeta presentada por el usuario, comprometiéndose a pagar a ese esta-blecimiento el importe consumido, previa deducción de una comisión. Por otra parte, el usuario se compromete a pagar al emisor la cantidad que resulte de los gastos hechos según liquidación periódica. Es decir, se trata de una típica negociación masiva, en el sentido de que es preciso para su funcionamiento un número mínimo de usua¬rios y de establecimientos que adineran al régimen . 3. CARACTERES DEL CONTRATO DE EMISIÓN DB TARJETA DE CRÉDITO. El con-trato de emisión de tarjeta de crédito es un contrato bilateral, onero¬so, consensual , conmutativo, típico (aunque su regulación no es ple¬na o autosuficiente), formal, en serie, de adhesión (tiene siempre for¬ma de solicitud) , de ejecución continuada, de consumo , bajo pu¬blicidad inductiva y sujeto a condiciones generales predispuestas por el emisor . 4. CONTENIDO DBL CONTRATO DE EMISIÓN DE TARJETA DE CRÉDITO. LOS artí- culos 6 y siguientes de la L.T.C. regulan la forma y el contenido del contrato de emisión de tarjeta de crédito. En particular el dispositivo legal en análisis dispone que son requisitos mínimos del contrato de emisión de tarjeta de crédito lo§ siguientes: a) Plazo de vigencia especificando comienzo y cese de la relación (plazo de vigencia de la tarjeta). El obstáculo a la fijación inicial de un plazo indeterminado, (independientemente del plazo de vi-, gencia de la tarjeta), no impide pactar renovaciones automáticas del contrato. Si se pacta la prórroga automática del contrato de emisión, el titular puede retractar su declaración de voluntad mediante notificación fehaciente con treinta días de antelación55. b) Plazo para el pago de las obligaciones por parte del titular. Con respecto al plazo para el pago de las obligaciones por parte del titular de la tarjeta, no se requiere la inclusión en el contrato de una fecha determinada. Es suficiente la identificación de la periodicidad' y la semana del mes en el que el pago habrá de efectivizarse. c) Porcentual de montos mínimos de pago conforme a las operaciones efectuadas. En lo que respecta al porcentual de montos mínimos de pago conforme a las operaciones efectuadas, el objetivo de su inclusión en el contrato es que el titular conozca desde el límite del crédito otorgado. d) Montos máximos de compras o locaciones, obras o retiros de dinero mensuales autorizados. El monto máximo de compras, locaciones, obras o retiros autorizados debe figurar en el contrato de emisión a fin de que el titular no sea sorprendido en su buena fe al tener que pagar los cargos correspondientes por la utilización en exceso al límite acordado. e) Tasas de intereses compensatorios o financieros. f) Tasa de intereses punitorios. g) Fecha de cierre contable de operaciones. h) Tipo y monto de cargos administrativos o de permanencia en el sistema (discriminados por tipo, emisión, renovación, envío y confección de resúmenes, cargos por tarjetas adicionales para usuarios autorizados, costos de financiación desde la fecha de cada operación, o desde el vencimiento del resumen mensual actual o desde el cierre contable de las operaciones hasta la fecha de vencimiento del resumen mensual actual, hasta el vencimiento del pago del resumen mensual, consultas de estado de cuenta, entre otros). i) Procedimiento y responsabilidades en caso de pérdida o sus-tracción de tarjetas. j) Importes o tasas por seguros de vida o por cobertura de consu-mos en caso de pérdida o sustracción de tarjetas. k) Firma del titular y de personal apoderado de la empresa emiso-ra. l) Las comisiones fijas o variables que se cobren al titular por el retiro de dinero en efectivo. m) Consecuencias de la mora. n) Una declaración en el sentido que los cargos en que se haya incurrido con motivo del uso de la Tarjeta de Crédito son debidos y deben ser abonados contra recepción de un resumen periódico correspondiente a dicha tarjeta. En cuanto a la declaración de reconocimiento de los cargos, esta exigencia es objetable; no todo cargo in¬cluido en el resumen es una deuda para el titular, tal reconocimiento se sigue de la no impugnación del resumen. o) Causales de suspensión, resolución y/o anulación del contrato de Tarjeta de Crédito. Respecto a las causales de suspensión, resolu¬ción y/o anulación del contrato, que la ley exige se consignen en el contrato de emisión, cabe concluir que deben incluirse aquellas circunstancias particulares por las cuales el usó de la tarjeta (no el contrato) puede suspenderse, o el contrato extinguirse, y que no corres¬ponde una enumeración de las hipótesis generales de nulidad . Todos los incisos precedentemente detallados encuentran su fun-damento en el derecho del titular de obtener información veraz, de-tallada y suficiente sobre el negocio que realiza, lo que surge de la aplicación de la Ley de Defensa del Consumidor. Por lo demás, el con-tenido mínimo del contrato de emisión establecido por el artículo analizado, es un imperativo para el emisor, basado en el carácter pre-dispuesto del contrato. Por tal motivo, la omisión de cualquiera de los requisitos legales no provoca la nulidad del acuerdo, sino que trae aparejadas sanciones o pérdidas de derechos para el emisor. INSTRUMENTOS FORMALES DEL CONTRATO DE EMISIÓN Y DEL SISTEMA DE TARJETA DE CRÉDITO. Los elementos formales del contrato de emisión de tarjeta de crédito que se celebra entre el emisor y el titular de la tarjeta son: 1) la solicitud; 2) la tarjeta de crédito; y 3) las notas de cargo y la factura, aunque éstas tienen un carácter accesorio . En el contexto negocial que implica el sistema de la tarjeta de crédito encontramos los siguientes instrumentos formales: a) el contrato celebrado entre emisor y la empresa afiliada; b) la solicitud de la tarjeta de crédito firmada por el titular; cj la tarjeta de crédito propiamente dicha; d) el cupón; e) el resumen periódico de ventas que envía el comerciante adherido a la emisora, y f) el resumen de los créditos y débitos emiti¬do y remitido al usuario por la emisora . Forma Art. 7° — Redacción del contrato de emisión de Tarjeta de Crédito. El contrato de emisión de Tarjeta de Crédito deberá re¬unir las siguientes condiciones: a) Redactado en ejemplares de un mismo tenor para el emisor, para el titular, para el eventual fiador personal del titular y para el adherente o usuario autorizado que tenga responsabilidades frente al emisor o los proveedores. b) El contrato deberá redactarse claramente y con tipografía fácilmente legible a simple vista. c) Que las cláusulas que generen responsabilidad para el titu-lar adherente estén redactadas mediante el empleo de caracteres destacados o subrayados. d) Que los contratos tipo que utilice el emisor estén debida-mente autorizados y registrados por la autoridad de aplicación. (Inciso d) vetado por art. 2° del Decreto N° 15/99. B.0.1999/01/14, pero con-firmado por Mensaje del Senado de fecha 1999/09/01. B.0.1999/09/24). FORMA DEL CONTRATO DE BMISIÓN DE TARJETA DE CRÉDITO. El contrato de emisión de tarjeta de crédito debe redactarse' claramente, en tantos ejemplares como partes obligadas existan, con tipografía de tamaño adecuado y resaltando el contenido obligatorio esencial para el titular. La finalidad de este artículo es que el titular o usuario tome real conocimiento de sus derechos y obligaciones al momento de suscribir un contrato que no es el resultado de úna negociación previa en la cual él haya intervenido. Perfeccionamiento Art. 8° — Perfeccionamiento de la relación contractual. El contrato de Tarjeta de Crédito entre el emisor y el titular queda perfeccionado sólo cuando se firma el mismo, se emitan las respectivas tarjetas y el titular las reciba de conformidad. El emisor deberá entregar tantas copias del contrato como partes intervengan en el mismo. Solicitud de Emisión. Art. 9°— Solicitud. La solicitud de la emisión de la Tarjeta de Crédito, de sus adicionales y la firma del codeudor o fiador no generan responsabilidad alguna para el solicitante, ni perfeccionan la relación contractual. CONSENTIMIENTO CONTRACTUAL ENTRE EMISOR Y TITULAR. El consentimiento contractual se forma cuando el emisor consiente la solicitud del titular. De este modo, la emisión y recepción de la tarjeta son condiciones suspensivas de la obligación del titular. Cuando las declaraciones de voluntad de celebrar el contrato de emisión de tarjeta de crédito no se emiten en el mismo acto, la remisión del formulario de solicitud al posible usuario, no puede calificarse como una oferta de contratar. Se trata de una invitatio ad offerendum, es decir, la entidad emisora invita al posible usuario a que complete la solicitud y se la reenvíe como propuesta de contrato. El envío de una tarjeta de crédito a un posible futuro titular constituye una oferta de contratar. Para que el contrato se perfeccione, el destinatario debe aceptar expresa o tácitamente el contrato. En este aspecto, se ha dicho que lo que la ley llama contrato de emisión no es propiamente un contrato, pues carece de la firma del futuro emisor; la ley lo concibe, más bien, como un acto unilateral mucho más parecido a una oferta que a un contrato. También al respecto se ha sostenido, que quien realiza la oferta de contratar es el solicitante de la tarjeta. Entendemos que esto dependerá de la realidad de los hechos, dado que es distinta la situación cuando el futuro titular concurre a la institución emisora o administradora a solicitar una tarjeta de crédito, que cuando la recibe por correo sin solicitud previa. Como se ha explicado más arriba, el contrato de emisión es un contrato consensual que se perfecciona cuando el emisor consiente la solicitud del titular, siendo la emisión y recepción de la tarjeta condiciones suspensivas de las obligaciones del titular. Sin embargo, hay quienes han entendido que la exigencia de la dado reí (entrega de la cosa), caracteriza al contrato de emisión de tarjeta de crédito como un contrato real . La jurisprudencia ha resuelto que la entrega de la tarjeta de crédito al particular hace a la ejecución del convenio, y es un paso previo necesario para que cobren virtualidad las obligaciones correspectivas de las partes en función del empleo de aquélla. Por último, interpretando armónicamente el artículo 1150 del Código Civil (que consagra el principio de que la oferta no es vinculante) y los arts. 8o y 9o de la Ley 25.065, se deduce que aun cuando el emisor aceptare la solicitud u oferta del titular, se le concede a éste un derecho de arrepentimiento que se extingue al tiempo de la recepción de la tarjeta. Prórroga automática. Art. 10. — Prórroga automática de los contratos. Será facultativa la prórroga automática de los contratos de Tarjeta de Crédito entre emisor y titular. Si se hubiese pactado la renovación automática el usuario podrá dejarla sin efecto comunicando su decisión por medio fehaciente con treinta (30) días de antelación. El emisor deberá notificar al titular en los tres últimos resúmenes anteriores al vencimiento de la relación contractual la fecha en que opera el mismo. PRORROGA AUTOMATICA DE LOS CONTRATOS. FACULTADES DEL USUARIO. El emisor debe notificar al titular en los tres últimos resúmenes anteriores al vencimiento de la relación contractual la fecha en que el mismo opera. Ello es a efectos de recordar al titular la renovación automática acordada y de que, en su caso, pueda ejercer en tiempo y forma la facultad de retractación. El incumplimiento del emisor en este sentido, permite dejar sin efecto la renovación automática pactada hasta el momento en que reciba de conformidad la nueva tarjeta o, si se considera que las tarjetas pueden tener una vigencia superior a la del contrato, hasta la realización de la primera operación por parte del titular dentro del nuevo período contractual. Nulidades. CAPITULO V Nulidades Art. 13. —Nulidad de los contratos. Todos los contratos que se celebren o se renueven a partir del comienzo de vigencia de la presente ley deberán sujetarse a sus prescripciones bajo pena de nulidad e inoponibilidad al titular, sus fiadores o adherentes. Los contratos en curso mantendrán su vigencia hasta el vencimiento del plazo pactado salvo presentación espontánea del titular solicitando la adecuación al nuevo régimen. NULIDAD DEL CONTRATO DE EMISIÓN DE TARJETA DE CRÉDITO. No puede interpretarse que el art. 13 de la Ley 25.065 imponga la nulidad total del contrato de emisión, sino —eventualmente— de las cláusulas que contradigan sus disposiciones. Ello así pues la nulidad del contrato es un remedio inapropiado para la tutela de la parte contractual débil; en efecto, la amenaza del no consumo aconsejaría al consumidor a no formular ningún tipo de reclamación o queja. Art. 14. — Nulidad de cláusulas. Serán nulas las siguientes cláusulas: a) Las que importen la renuncia por parte del titular a cual-quiera de los derechos que otorga la presente ley. b) Las que faculten al emisor a modificar unilateralmente las condiciones del contrato. c) Las que impongan un monto fijo por atrasos en el pago del resumen. d) Las que impongan costos por informar la no validez de la tarjeta, sea por pérdida, sustracción, caducidad o rescisión contractual. e) Las adicionales no autorizadas por la autoridad de aplicación. ‘ . f) Las que autoricen al emisor la rescisión unilateral incausada. g) Las que impongan compulsivamente al titular un representante. h) Las que permitan la habilitación directa de la vía ejecutiva por cobro de deudas que tengan origen en el sistema de tarjetas de crédito. i) Las que importen prorroga ala jurisdicción establecida en esta ley. j) Las adhesiones tácitas a sistemas anexos al sistema de Tarjeta de Crédito. (Incisos e), f), h) e i) vetados por art. 3° del Decreto N° 15/99 B.0.1999/01/14, pero confirmados por Mensaje del Senado de fecha 1999/09/01. B.0.1999/09/24). NULIDAD DE CLAUSULAS DEL CONTRATO ENTRE EMISOR Y TITULAR. El artículo en análisis declara nulas las cláusulas abusivas, las cuales deberán tenerse por no escritas. Puede identificarse como cláusula abusiva a aquella que es opresiva, onerosa o excesiva, que quiebra el equilibrio entre las partes. Complementando el artículo 14 de la L.T.C., el art. 37 de la Ley de Defensa del Consumidor, establece que sin perjuicio de la validez del contrato, se tendrán por no convenidas: a) las cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabilidad por daños; b) las que importen renuncia o restricción a los derechos del consumidor o amplíen los derechos de la otra parte; y c) las que contengan preceptos que impongan la inversión de la carga de la prueba en perjuicio del consumidor* . El artículo analizado establece que serán nulas las cláusulas que autoricen al emisor a modificar unilateralmente las condiciones del contrato. Sin embargo, no puede considerarse nula per se la cláusula que autoriza una modificación del contrato, pues debe en cada caso analizarse la razonabilidad del cambio propuesto y si causa perjuicios al titular. Respecto de este tema, se ha dicho que las cláusulas que permitan al proveedor rescindir o modificar unilateralmente el contrato son legítimas si se concede igual derecho al consumidor. EJ efecto de la incorporación de cláusulas abusivas al contrato de" emisión, es la nulidad parcial del mismo; es decir, la invalidez de la cláusula abusiva, y la integración judicial del acuerdo. La integración por parte del juez sólo procede si fuera necesaria. Primero, consistirá en la aplicación al contrato de las normas de derecho dispositivo que el proveedor hubiera modificado o derogado en su favor. Luego, cuando ello no resultare posible o suficiente, el juez tendrá en cuenta la naturaleza y características particulares del contrato, valorando adecuada y equitativamente los derechos de ambas partes. Derechos y Obligaciones de las partes: OBLIGACIONES DE LAS PARTES EN EL CONTRATO DE EMISIÓN a) Obligaciones dé la entidad emisora. Dentro del contenido mínimo que según la L.T.C. debe conformar el contrato de emisión, no se han previsto expresamente las obligaciones de la entidad emisora, entre las que pueden destacarse frente al titular- usuario la obligación de entregar la tarjeta identificatoria de su adhesión al sistema y la nómina de proveedores adheridos , mantener al titular-usuario informado periódicamente de altas y bajas en los listados de proveedores , proveer los medios necesarios para preservar al usuario de posibles prácticas desleales de los proveedores del sistema y practicar periódicamente la liquidación de gastos o compras efectuados por el titular-usuario. El deber de información del emisor de la tarjeta de crédito se extiende a la etapa de publicidad, aún antes de emitida una oferta por su parte . Son además, obligaciones de la entidad emisora frente al titular: a) entregarle un ejemplar del contrato de emisión; b) indicar clara-mente las obligaciones de contenido monetario; c) impedir el uso in-debido de la tarjeta; d) mantener la disponibilidad de crédito en los términos acordados68; e) mantener una información permanente y pormenorizada de todas las tarjetas de crédito en circulación, con detalle de las inhabilitadas y autorizar o desautorizar las operaciones según los montos permitidos a cada usuario o a cada proveedor . b) Obligaciones del usuario-titular. El titular tiene la obligación fundamental de abonar la liquidación periódica por el uso que haga de su crédito en la compra de bienes o servicios en tiempo y forma. Es responsable por la tenencia de la tarjeta y su eventual extravío dentro de las condiciones pactadas, lo que incluye el deber de denunciar in- mediatamente la pérdida o sustracción de la misma . Tiene la obligación de identificarse para permitir el control de que la tarjeta sea utilizada por quien corresponda . Asimismo, el titular-usuario tiene la obligación de utilizar la tarjeta dentro del límite de crédito permitido, firmar las facturas o cupones especiales por cada compra que efectúe, no utilizar la tarjeta después de que ésta hubiere caducado y cooperar en él manejo y liquidación de su cuenta, lo que incluye, si está pactado, retirar el resumen de cuenta en caso que no le llegue a su domicilio. Resumen mensual de operaciones: Capítulo IX—Del Resumen Art. 22. Resumen mensual de operaciones. El emisor de¬berá confeccionar y enviar mensualmente un resumen detallado de las operaciones realizadas por el titular o sus autorizados. RESUMEN DE CUENTA. La liquidación que periódicamente el emisor remite aj titular de la tarjeta, con los débitos efectuados, es un requisito formal del sistema104. En este sentido, la ley establece que el emisor tiene la obligación de remitirle al titular mensualmente el re- sumen periódico de las operaciones efectuadas105. Ello presupone que el titular o usuario hayan realizado operaciones con la tarjeta durante ese período, dado que no tendría sentido exigir el envío de un resumen sin ningún detalle106. El resumen mensual de operaciones tiene una doble finalidad. De un lado, poner en conocimiento del usuario cuáles han sido las ope-raciones celebradas por el mismo, para su control y eventual impugnación, y por otro lado, dejar determinada la deuda cierta y líquida que el usuario debe abona. Contenido Art. 23. — Contenido del resumen. El resumen mensual del emisor o la entidad que opere por su cuenta deberá contener obli¬gatoriamente: a) Identificación del emisor, de la entidad bancaria, comercial o financiera que opere en su nombre. b) Identificación del titular y los titulares adicionales, adherentes, usúarios o autorizados por el titular. c) Fecha de cierre contable del resumen actual y del cierre pos¬terior. d) Fecha en que se realizó cada operación. e) Número de identificación de la constancia con que se instrumentó la-operación. f) Identificación del proveedor. g) Importe de cada operacióp. h) Fecha de vencimiento del pago actual, anterior y posterior. i) Límite de compra otorgado al titular o a sus autorizados adi¬cionales autorizados adicionales. j) Monto hasta el cual el emisor otorga crédito. k) Tasa de interés compensatorio o financiero pactado que el emisor aplica al crédito, compra o servicio contratado. l) Fecha a partir de la cual se aplica el interés compensatorio o financiero. - ; . m) Tasa de interés punitorio pactado sobe saldos impagos y fecha desde la cual se aplica. n) Monto del pago mínimo que excluye la aplicación de inte¬reses punitorios. fi) Monto adeudado por el o los períodos anteriores, con espe-cificación de la clase y monto de los intereses devengados con expresa prohibición de la capitalización de los intereses. o) Plazo p ara cuestionar el resumen en lugar visible y caracteres destacados. p) Monto y concepto detallados de todos los gastos a cargo del titular, excluidas las operaciones realizadas por éste y autorizadas. CONTENIDO DEL RESUMEN DE CUENTA. La Ley de Tarjetas de Crédito establece en este artículo los contenidos mínimos que deben tener los resúmenes de cuenta. En lo que respecta a los intereses punitorios y a la prohibición de capitalización de intereses (incs. n y ñ), ver también comentario a los arts. 18,19 y 21. La jurisprudencia ha resuelto que los resúmenes mensuales que debe emitir el banco emisor de una tarjeta de crédito deben reunir las características propias de la rendición de cuentas del art. 68 y sgtes. del Cód. Com. y efectuarse en base a los cupones firmados por el usuario. Y régimen de impugnación. Capítulo X—Del cuestionamiento o impugnación de la liquidación o resumen por el titular Art. 26. — Personería. El titular puede cuestionar la liquida-ción dentro de los treinta (30) días de recibida, detallando clara-mente el error atribuido y aportando todo dato que sirva para es-clarecerlo por nota simple girada al emisor. IMPUGNACIÓN DBL RESUMEN DE CUENTA. Los resúmenes de cuenta no constituyen en rigor una "cuenta" propiamente dicha , en tanto no consisten en una descripción detallada de operaciones individualizadas que arrojan determinado saldo, sino que hacen una mera descripción del mismo, partiendo de otro precedente, con la adición de cargos y recargos, gastos e intereses, carentes de explicación . El resumen de cuenta se presume aceptado en caso de no ser oportuna-mente observado o impugnado , siendo dicha presunción iuris tantum12*. Jurisprudencialmente se ha decidido que le corresponde al titular el derecho de rectificar el saldo de su cuenta mediante la vía del art. 790 del Código de Comercio125. El plazo de 30 días previsto en el art. 26 de la L.T.C. para impugnar el resumen de operaciones es de caducidad, de modo que vencido el mismo, sin haber impugnación fundada, se extingue el derecho de impugnar, por lo que la liquidación de la deuda resulta cierta y líquida; y si al vencimiento no es abonada, deviene en vencida y exigible. PERSONAS LEGITIMADAS PARA IMPUGNAR EL RESUMEN DE CUENTA. Con-forme el art. 26 de la Ley 25.065 el titular es el único legitimado para impugnar el resumen de cuenta, sin embargo1, los adicionales y beneficiarios de extensiones están legitimados para impugnar el resumen de cuenta siempre que la impugnación se realice respecto de operaciones realizadas con su tarjeta y que éstos hubieran asumido la obligación de pago de las operaciones realizadas con la misma127. FORMALIDADES DE LA IMPUGNACIÓN DEL RESUMEN DE CUENTA. La impugnación del resumen de cuenta no requiere solemnidades especiales, debe hacerse por escrito e indicar claramente el error imputado. El titular que impugna el resumen de cuenta debe aportar toda la documentación con que cuente y que permita analizar el reclamo. Se ha dicho, sin embargo, que ello no implica que pueda extremarse la interpretación en perjuicio del titular, pues el emisor debe cooperar para esclarecer la corrección del resumen enviado, indicando la documentación que resulte razonablemente necesaria a tal fin. La impugnación de los resúmenes de cuenta puede ser opuesta por vía de excepción avalen la situación. El plazo de corrección se ampliará a sesenta (60) días en las operaciones realizadas en el exterior. (Frase vetada por art. 8° del Decreto N° 15/99. B. 0.1999/01 /14, pero confirmada por Mensaje del Senado de fecha 1999/09/01. B.O,1999/09/24). ARTICULO 27. — Recepción de impugnaciones. El emisor debe acusar recibo de la impugnación dentro de los siete (7) días de recibida y, dentro de los quince (15) días siguientes, deberá corregir el error si lo hubiere o explicar claramente la exactitud de la liquidación, aportando copia de los comprobantes o fundamentos que avalen la situación. El plazo de corrección se ampliará a sesenta (60) días en las operaciones realizadas en el exterior. RECEPCIÓN DE LAS IMPUGNACIONES AL RESUMEN DE CUENTA. Dentro de los 15 días siguientes al acuse de recibo de la impugnación, o dentro de los 60 días si se trata de operaciones realizadas en el exterior, el emisor debe dar respuesta al reclamo formulado, ya sea corrigiendo el error si lo hubiera, o bien, explicando la exactitud de la liquidación. No existe ninguna sanción por la falta de resolución en término. Frente a la impugnación de la titular de la tarjeta de crédito, el banco emisor debió arbitrar los medios necesarios para retener los comprobantes de las operaciones controvertidas, resultando negli¬gente y desaprensiva su actitud de destruirlos por haber transcurrido dos años, conforme a las condiciones generales del contrato. Si el emisor reconoce el reclamo, debe acreditar en la primera oportunidad cualquier importe indebidamente cobrado al impugnante. Si la impugnación correspondiere a un error imputable al emisor, el impugnante tiene abierta la vía judicial para reclamar los daños y per-juicios que le hubiere ocasionado. , Art. 28. — Consecuencias de la impugnación. Mientras dure el procedimiento de impugnación, el emisor: a) No podrá impedir ni dificultar de ninguna manera el uso de la Tarjeta de Crédito o de sus adicionales mientras no se supere el límite de compra. b) Podrá exigir el pago del mínimo pactado por los rubros no cuestionados de la liquidación. (Inciso b) vetado por art. 9° del Decreto N° 15/99, B.0.1999/01/14,pero con-firmado por Mensaje del Senado de fecha 1999/09/01. B.O.1999/09/24). Art. 29. — Aceptación de explicaciones. Dadas las explicaciones por el emisor, el titular debe manifestar si le satisfacen o no en el plazo de siete (71 días de recibidas. Vencido el plazo, sin que el titular se expida, se entenderán tácitamente aceptadas las explicaciones. Si el titular observare las explicaciones otorgadas por el emi-sor, este último deberá resolver la cuestión en forma fundada en el plazo de diez (10) días hábiles, vencidos los cuales quedará expedita la acción judicial para ambas partes. (Artículo vetado por art. 10 del Decreto N° 15/99. B. 0.1999/01/14, pero con-firmado por Mensaje del Senado de fecha 1999/09/01. B.O.1999/09/24). Art. 30. —Aceptación no presumida. El pago del mínimo que figura en el resumen antes del plazo de impugnación o mientras se sustancia el mismo, no implica la aceptación del resumen practicado por el emisor. PROCESO DE IMPUGNACIÓN DEL RESUMEN DE CUENTA. En tanto la impugnación no hubiera sido desestimada, el emisor no podrá impedir ni dificultar en modo alguno el uso de la tarjeta de crédito o de sus adicionales; con la única salvedad de que el usuario no supere el límite de compras. Sólo podrá exigir el pago mínimo, computado proporcionalmente sobre los montos no observados. PAGO DEL MÍNIMO DURANTE EL PROCEDIMIENTO DE IMPUGNACIÓN. El pago del mínimo realizado por el titular estando en trámite la impugnación no hace presumir desistimiento del reclamo efectuado. FALTA DE IMPUGNACIÓN DEL RESUMEN. CONSECUENCIAS. La aprobación tácita del resumen de tarjeta de crédito no puede constituir óbice definitivo para obtener su rectificación al incoarse un proceso de pleno conocimiento por existir errores de cálculo en los intereses cobrados por la institución, o por resultar extraños al contrato o indebidamente debitados o acreditados en la cuenta, pues tal liquidación sólo representa un pronunciamiento sobre la realidad aritmética de los asientos y su reflejo en el saldo se apoya en el presupuesto fáctico de que esos hechos se hayan verificado efectivamente . Sin embargo, la falta de impugnación de las liquidaciones en el término que la cláusula de las convenciones generales del contrato de tarjeta de crédito contempla, genera la presunción iuris tantum a favor de la entidad emisora, hábil para lograr la inversión de la carga probatoria . Intereses. Preparación de la vía ejecutiva. Capítulo VII — De los intereses aplicables al titular Art. 16. — Interés compensatorio o financiero. El límite de los intereses compensatorios o financieros que el emisor aplique al titular no podrá superar en más del veinticinco por ciento (25%) a la tasa que el emisor aplique h las operaciones de préstamos personales en moneda corriente para clientes. En caso de emisores no bancarios el límite de los intereses compensatorios o financieros aplicados al titular no podrá supe-rar en más del veinticinco por ciento (25%) al promedio de tasas del sistema para operaciones de préstamos personales publica¬dos del día uno al cinco (1 al 5) de cada mes por el Banco Central de la República Argentina. La entidad emisora deberá obligatoriamente exhibir al públi¬co en todos los locales la tasa de financiación aplicada al sistema de Tarjeta de Crédito. (Primer y segundo párrafos vetados por art. 5° del Decreto N° 15/99. B.O. 1999/01/14, pero confirmados por Mensaje del Senado de fecha 1999/09/01. B.O. 1999/09/24). Art. 17. — Sanciones. El Banco Central de la República Ar-gentina sancionará a las entidades que no cumplan con la obli-gación de informar o, en su caso, no observen las disposiciones relativas al nivel de las tasas a aplicar de auuerdo con lo estableci-do por la Carta Orgánica del Banco Central. Art. 18. — Interés punitorio. El límite de los intereses punitorios que el emisor aplique al titular no podrá superar en más del cincuenta por ciento (50%) ala efectivamente aplicada por la institución financiera o bancariá erpisera en concepto de interés compensatorio o financiero. Independientemente de lo dispuesto por las leyes de fondo, los intereses punitorios no serán capitalizables. (Primer párrafo vetado por art. 6o del Decreto N° 15/99. B.0.1999/01/14, pero conñrmado por Mensaje del Senado de fecha 1999/09/01. B.0.1999/09/24). Art. 19. — Improcedencia No procederá la aplicación de in-tereses punitorios si se hubieran efectuado los pagos mínimos in-dicados en el resumen en la fecha correspondiente. INTERESES APLICABLES AL TITULAR DE LA TARJETA DE cRÉDITO. Respecto del tema de los intereses pactados, la jurisprudencia ha afirmado que la libertad contractual debe ser amparada mientras no infrinja el or¬den público, la moral y las buenas costumbres ; y que, por el contra¬rio, los jueces tienen la facultad de reducir la tasa de interés conveni¬da cuando medie abuso, aún sin petición de parte . En este sentido, se decidió que el pacto acerca de los intereses se instala en el marco normativo del art. 621 del Cód.Civ., que implica una doble aplicación del principio de autonomía de la voluntad, por cuanto permite a las partes: a) convenir intereses, sean lucrativos o punitorios y b) fijar su cuantía. Pero esa premisa está controlada: a) por el impedimento de obrar en sentido contrario a la moraly las buenas costumbres (atts.953 y 502, Cód. Civ.) y b) por la teoría de la usura, que se configura cuando promedia explotación de la necesidad, ligereza o inexperiencia del deudor (art. 954, Cód. Civ.) . Mediante los artículos 16 y 18 de la Ley 25.065, se pretendió estable-cer un límite o tope a los intereses compensatorios o financieros y punitorios, respectivamente. Pero las respectivas disposiciones fueron parcialmente vetadas por el Poder Ejecutivo, que sostuvo que es incon-sistente imponer controles de precios en una economía desregulada . 3. PROHIBICIÓN DEL PACTO DE CAPITALIZACIÓN DE INTERESES PUNITORIOS. Se prohíbe el pacto de capitalización de intereses punitorios, lo cual no es aplicable a la hipótesis del deudor moroso por sentencia judi¬cial conforme lo dispuesto en el art. 623 del Código Civil. En lo que respecta a los intereses compensatorios o financieros, la prohibición en principio no es aplicable, aunque no se excluye el análisis de razonabilidad de la cláusula que autoriza la capitalización y su resul¬tado concreto . Por último, el artículo 19 de la L.T.C. prohíbe la aplicación de inte-reses punitorios, si se han efectuado los pagos mínimos correspon-dientes, lo cual es lógico atento a que en ese supuesto el deudor no se halla en mora, resultando, por ende, improcedente la aplicación de intereses punitorios. Capítulo VIII—Del cómputo de los intereses Art. 20.—Compensatorios o financieros. Los intereses com-pensatorios o financieros se computarán: a) Sobre los saldos financiados entre la fecha de vencimiento del resumen mensual actual y la del primer resumen mensual anterior donde surgiera el saldo adeudado. b) Entre la fecha de la extracción dineraria y la fecha de venci-miento del pago del resumen mensual. c) Desde las fechas pactadas para la cancelación total o par-cial del crédito hasta el efectivo pago. d) Desde el vencimiento hasta el pago cuando se operasen re-clamos, no aceptados o justificados por la emisora y consentidos por el titular. (Artículo vetado por art. 7o del Decreto N° 15/99. B.0.1999/01/14, pero con-firmado por Mensaje del Senado de fecha 1999/09/01. B.0.1999/09/24). Art. 21. — Punítorios. Procederán cuando no se abone el pago mínimo del resumen y sobre el monto exigible. DEVENGAMIENTO DE INTERESES. El artículo 20 de la Ley 25.065, que fue vetado íntegramente por el Poder Ejecutivo alegando deficiencias de la norma y excesiva rigidez del esquema impuesto, pretendía uni¬formar las prácticas de los emisores permitiendo que los titulares pudieran determinar el costo financiero de su tarjeta y evitar ser sorprendidos en su buena fe103. El artículo 21 de la L.T.C, por su parte, en clara sintonía con el art. L9 dispone que los intereses punitorios podrán aplicarse cuando no se abonen los pagos mínimos del resumen y sobre el monto exigible. Ver también el comentario al art. 19. 3.2.- Relaciones entre emisor y proveedor. Deberes y obligaciones de las partes. TÍTULO II — DE LAS RELACIONES ENTRE EMISOR Y PROVEEDOR Capítulo I Art. 32. — Deber de información. El emisor, sin cargo alguno, deberá suministrar a los proveedores: a) Todos los materiales e instrumentos de identificación y publicaciones informativas sobre los usuarios del sistema. b) El régimen sobre pérdidas o sustracciones a los cuales es¬tán sujetos en garantía de sus derechos. c) Las cancelaciones de tarjetas por sustracción, pérdida, voluntarias o por resolución contractual. CONTRATO ENTRE LA ENTIDAD EMISORA Y EL PROVBEDOR. El contrato entre la entidad emisora y el comercio adherido es el que determina las relaciones entre el organismo emisor y cada uno de los establecimientos comerciales autorizados. En efecto, la entidad emisora celebra acuerdos con proveedores de bienes y servicios, mediante los cuales estos últimos se comprometen a aceptar operaciones con los titulares de determinada o determinadas tarjetas de crédito, que se perfeccionan sin pago en efectivo, mediante la presentación de la tarjeta y lá firma del titular-usuario . Al contrato entre la entidad emisora y el comercio adherido se lo ha llamado también contrato de aceptación o contrato de afiliación al sistema . Es aquel por el cual el adquirente (sujeto pagador) y el aceptante (comercio adherente), convienen la admisión por este último, de determinadas tarjetas emitidas por aquél u otros emisores pertenecientes al sistema o los sistemas de tarjeta a los que se haya vinculado, de tal forma que el titular pueda realizar transacciones eco-nómicas con la tarjeta, cuyo pago al aceptante asume el adquirente, siempre que éste cumpla los requisitos que se le exigen para cerciorarse de la legitimidad y de la titularidad de la tarjeta . CARACTERES DEL CONTRATO ENTRE LA ENTIDAD EMISORA Y ELPROVEEDOR. El contrato de aceptación es intuitu personae en sentido amplio, bilateral, oneroso, conmutativo, consensual, formal, típico, de ejecución Continuada, de contenido predispuesto y de adhesión. Se instrumenta mediante solicitudes de afiliación, preimpresas por los entes emisores y se perfecciona cuando el comerciante entrega al emisor el contrato firmado. FINALIDAD DEL CONTRATO DE ACEPTACIÓN. La obligación central del contrato de aceptación consiste en que el proveedor acepte el pago de operaciones con las tarjetas, y el sujeto pagador abone los importes correspondientes a las operaciones, deduciendo la comisión pactada. La relación entre el emisor de la tarjeta de crédito y el comerciante adherido al sistema debe calificarse como una garantía de pago de las obligaciones contraídas por el titular. NATURALEZA DEL CONTRATO DE ACEPTACIÓN. La naturaleza del con-trato celebrado entre la empresa emisora y el comerciante adherente, puede enfocarse desde dos puntos de vista. En principio, puede identificarse con una estipulación en favor de tercero (el usuario de la tarjeta) con obligaciones recíprocas para ambas partes. Y por otro lado, puede asimilarse esta figura a la cuenta corriente mercantil, dado que la operatoria se reduce a una serie de débitos y créditos entre el comerciante y la empresa emisora de la tarjeta. Art. 33. — Aviso a los proveedores. El emisor deberá informar inmediatamente a los proveedores sobre las cancelaciones de Tarjetas de Crédito antes de su vencimiento sin importar la causa. La falta de información no perjudicará al proveedor. DEBER DEL BMISOR DE INFORMAR LAS CANCELACIONES DE TARJETAS DE CRÉDITO. El emisor debe informar inmediatamente a los proveedores sobre las cancelaciones de tarjetas de crédito antes de su vencimiento. El incumplimiento de efectuar tal comunicación debidamente no perjudica al proveedor o comercio adherido, quien conserva su derecho a cobrar al pagador del sistema las operaciones realizadas con tarjetas inhabilitadas o canceladas si tal circunstancia no le fue informada. Este deber encuentra su fundamento en que la empresa de franquicia, administradora u organizadora del sistema, es la que confecciona, organiza y actualiza los listados de usuarios habilitados para operar en el sistema, siendo su responsabilidad el correcto mantenimiento de las altas y bajas de dichos listados, administra el servicio de recepción de denuncias de tarjetas extraviadas o sustraídas, y garantiza a los comercios adheridos los pagos que las sociedades financieras deben hacerle . Art. 34. — Las transgresiones a la regulación vigente serán inoponibles al proveedor, si el emisor hubiera cobrado del titular los importes cuestionados. TRANSGRESIONES DEL PROVEEDOR. La disposición contiene una injustificable dispensa a las transgresiones en que incurra el proveedor con la simple condición de que el emisor hubiera cobrado del titular de la tarjeta los importes cuestionados. Art. 35. —Terminales electrónicas. Los emisores instrumentarán terminales electrónicas de consulta páralos proveedores que no podrán excluir equipos de conexión de comunicaciones o programas informáticos no provistos por aquellos, salvo incompatibilidad técnica o razones de seguridad, debidamente demostradas ante la autoridad de aplicación para garantizar las operaciones y un correcto sistema de recaudación impositiva. TERMINALES ELECTRÓNICAS DB CONSULTA. El art. 35 de la L.T.C, tiene la finalidad de evitar que el emisor o, en su caso, el administrador del sistema, impongan a los proveedores la obligación de adquirir determinada tecnología para consultas sobre autorizaciones de operaciones con tarjetas de crédito, suministrada por ellos mismos .o por terceros relacionados comercialmente con ellos, incrementando de esta manera los costos que deben pagar los comercios adheridos. En efecto, se busca por este medio que los proveedores puedan elegir libremente el hardware o software (equipos electrónicos y programas), alquilarlos o comprarlos, con lá única condición de qué estén autorizados y sean compatibles con las exigencias del sistema. Art. 36. —Pagos diferidos. El pago con valores diferidos por parte de los emisores a los proveedores, con Cheques u otros valores que posterguen realmente el pago efectivo, devengaran un interés igual al compensatorio o por financiación cobrados a los titulares por cada día de demora en la efectiva cancelación o acreditación del pago al proveedor. PAGOS DIFBRIDOS EFECTUADOS POR LOS PROVEEDORES. El artículo 36 de la L.T.C. establece para el supuesto de pago con valores diferidos por parte de los emisores a los proveedores, con cheques u otros valores que posterguen realmente el pago efectivo, la aplicación de un interés igual al compensatorio o por financiación cobrados a los titulares por cada día de demora en la efectiva cancelación o acreditación del pago al proveedor. La situación de hecho prevista por el dispositivo legal en estudio (art. 36 L.T.C.) es muy difícil que se dé en la operatoria de tarjeta de crédito donde todas las relaciones entre las partes están minuciosamente establecidas de antemano por el emisor. Sin embargo, para la remota hipótesis que así ocurriera, es decir que el proveedor apartándose de lo pactado pretendiera pagar con cheques u otros valores de pago diferido (y éstos le fueran aceptados), se ha impuesto un cargo vinculado directamente con el lucro del sistema. Se .trata de un interés punitorio legal que desplaza la aplicación de los arts. 622 del Código Civil y 565 del Código de Comercio . Art. 37. — El proveedor está obligado a: a) Aceptar las tarjetas de crédito que cumplan con las disposi-ciones de esta ley. b) Verificar siempre la identidad del portador de la tarjeta de crédito que se le presente. c) No efectuar diferencias de precio entre operaciones al con-tado y con tarjeta. d) Solicitar autorización en todos los casos. (Incisos a) ye) vetados por art. 12 del Decreto N° 15/99. B.0.1999/01/14, pero confirmados por Mensaje del Senado de fecha 1999/09/01. B.0.1999/09/24). OBLIGACIONES DE LOS COMERCIANTES ADHERIDOS AL SISTEMA DE TARJETA DE CRÉDITO. LOS comerciantes adheridos al sistema de tarjeta de crédito se obligan a aceptarlas tarjetas del sistema, es decir, cualquier ope-ración, que dentro de los límites del acuerdo de adhesión celebrado con la entidad emisora, les propongan los usuarios de la tarjeta de crédito adheridos al sistema, en iguales condiciones que a cualquier otro cliente normal y de pago efectivo . Los proveedores están obligados a controlar la identidad del usuario, la habilidad de la tarjeta en los listados que la empresa debe proveerle y que no se exceda el monto máximo de compra o requerir autorización especial para ello en su caso. Asimismo, que sé firme en su presencia la factura o cupón especialmente provisto por la empresa en cada compra, y entregar al titular, en todos los casos, el original de la factura de compra junto al cupón especial de la empresa emisora. Obligaciones no enumeradas en el art. 37 L. T. C. Sin perjuicio de las obligaciones establecidas en los cuatro incisos del artículo 37 de la L.T.C., existen en la práctica muchas otras que no han sido enumeradas, por ejemplo: a) Obligación de presentación de la liquidación. Los proveedores deben presentar dentro de los plazos convenidos, la liquidación a su favor de todas las operaciones realizadas durante el período inmediato anterior y reconocer a favor de la empresa emisora la comisión que le corresponda. b) Obligación de usar debidamente el sistema. El comerciante está obligado a utilizar debidamente el sistema, esto implica entre o tras cosas, no sobrepasar los límites por operaciones, no fraccionar una operación en múltiples comprobantes o cupones, no cursar como propias operaciones ajenas, no prestar ni adelantar dinero a titulares o usuarios, a menos que se trate de un establecimiento autorizado para ello, etc. c) Obligación de cumplir con su obligación con el usuario de la tarjeta de crédito. Es obligación del comerciante adherido cumplir con sus obligaciones derivadas del contrato de cambio que celebra con el titular o usuario. Si bien ello no beneficia directamente al emisor, es relevante para el buen nombre y armónico funcionamiento del sistema . d) Obligación de exhibir el precio que debe abonar el usuario déla tarjeta de crédito. El proveedor está obligado a exhibir el precio que debe abonar efectivamente el usuario de tarjeta de crédito para adquirir sus productos . e) Obligación de retirar el logotipo y publicidad de la entidad emi¬sora con la que se desvincula. El comerciante que se desvincula contractualmente del sistema de tarjeta de crédito de una entidad emisora, está obligado a retirar inmediatamente de su establecimiento el correspondiente logotipo de identificación y publicidad. El contrato entre emisor y proveedor: Contenido. Forma. Derechos y Obligaciones de las partes.
Capítulo II—Del contrato entre el emisor y el proveedor
Art. 38. — El contrato tipo entre el emisor y el proveedor deberá ser aprobado por la autoridad de aplicación y contendrá como mínimo: a) Plazo de vigencia. b) Topes máximos por operación de la tarjeta de que se trate. c) Determinación del tipo y monto de las comisiones, intereses y cargos administrativos de cualquier tipo. d) Obligaciones que surgen de la presente ley. e) Plazo y requisitos para la presentación de las liquidaciones. f) Tipo de comprobantes a presentar de las operaciones realizadas. g) Obligación del proveedor de consulta previa sobre la vigencia de la tarjeta. Además deberán existir tantos ejemplares como partes contratantes haya y de un mismo tenor. (Frase del primer párrafo vetada por art. 13 del Decreto Ne 15/99, B.O. 1999/01/14, pero confirmada por Mensaje del Senado de fecha 1999/09/01, B.O. 1999/09/24). ‘ CONTENIDO DEL CONTRATO ENTRE EL EMISOR Y EL PROVEEDOR. La Ley 25065 determina el contenido mínimo del contrato de aceptación en su artículo 38. La enumeración es meramente enunciativa, no taxativa. Con respecto a las obligaciones de las partes, remitimos al comentario a los artículos 33, (35 y 37 de la L.T.C.) Cabe acotar que la entidad emisora es, en principio, ajena a las relaciones entre el comerciante adherido al sistema de tarjeta de crédito y el usuario, nacidas de la adquisición de los bienes y servicios ofrecidos, y que el emisor es el único responsable ante el afiliado (comerciante adherido), por el pago de las compras o servicios utilizados por el usuario. Preparación de la vía ejecutiva. TÍTULO III Art. 39. —Preparación de vía ejecutiva. El emisor podrá preparar la vía ejecutiva contra el titular, de conformidad con lo prescripto por las leyes procesales vigentes en el lugar en que se acciona, pidiendo el reconocimiento judicial de: a) El contrato de emisión de Tarjeta de Crédito instrumentado en legal forma. b) El resumen de cuenta que reúna la totalidad de los requisitos legales. Por su parte el emisor deberá acompañar a) Declaración jurada sobre la inexistencia de denuncia fundada y válida, previa a la mora, por parte del titular o del adicional por extravío o sustracción de la respectiva Tarjeta de Crédito. b) Declaración jurada sobre la inexistencia de cuestionamiento fundado y válido, previo a la mora, por parte del titular¡ de conformidad con lo prescripto por los artículos 27 y 28 de esta ley. PROCEDENCIA DE LA VÍA EJECUTIVA PARA EL COBRO DE DEUDAS A FAVOR DEL EMISOR DERIVADAS DEL USO DE TARJETAS DE CRÉDITO. Antes de la Sanción de la Ley 25.065 existían dudas respecto de la procedencia de la vía ejecutiva para el cobro de deudas derivadas del usó de la tarjeta de crédito. En una primera etapa, las emisoras pretendieron asignar carácter de título ejecutivo al resumen de cuenta mensual, tomando en consideración la aceptación tácita ante la falta de impugnación;- pero desde un enfoque dogmático, éstos instrumentos no figuran entre los títulos que traen aparejada ejecución de los códigos rituales y leyes especiales . Preparación de la vía ejecutiva. La Ley de Tarjeta de Crédito dispone en su Título III, la admisión de la preparación de la vía ejecutiva, en base a documentación que enumera y que considera adecuada para verificar la existencia de una deuda líquida y exigible. En efecto, desde la perspectiva del derecho procesal el título ejecutivo previsto por la Ley de Tarjeta de Crédito debe calificarse como incompleto, atento que para su integración debe presentarse el contrato de emisión y el resumen de cuenta que reúna la totalidad de los requisitos legales . Esto ocurre porque la tarjeta de crédito no constituye título ejecutivo, aun cuando el contrato dijera lo contrario, dado que a príori no existe documento del cual surja suma líquida exigible. Efectos del apartamiento de las exigencias legales. Se ha sostenido que el apartamiento de las exigencias legales respecto del contrato de emisión y del resumen de cuenta en forma y contenido, obsta la pro¬moción de la vía ejecutiva, dado que los defectos y omisiones que adolezcan el contrato de emisión o el resumen de operaciones, no son subsanables mediante la preparación de la vía ejecutiva, aún habiéndose reconocido la firma del contrato, la autenticidad del estado de cuenta presentado y acompañadas las declaraciones juradas de rigor . Integración del título ejecutivo. Vara integrar el título ejecutivo, el emisor debe presentar declaración jurada, suscripta por el gerente del emisor o por mandatario con expresas facultades al respecto, sobre la inexistencia de denuncié fundada y válida previa a la mora, por parte del titular o del adicional, por extravío o sustracción de la tarjeta de crédito. Puede considerarse que existe denuncia fundada y válida cuando haya mediado por parte del damnificado una denuncia policial o judicial. La cláusula que autorice el débito y —expresa o implícitamente— la ejecución posterior del saldo, ha de considerarse nula por contrariar las disposiciones dé la Ley de Tarjeta de Crédito y por su carácter abusivo. Asimismo, la ejecución directa de deudas derivadas de operaciones con tarjeta de crédito, con base en el certificado de saldo deudor de cuenta corriente, convierte en letra muerta todo el procedimiento de impugnación de la cuenta o resumen y elude el procedimiento de preparación de la vía ejecutiva establecido por la ley 25.065 que tiene carácter de orden público . Art. 40. El proveedor podrá preparar la vía ejecutiva contra el emisor pidiendo el reconocimiento judicial de: a) El contrato con el emisor para operar en el sistema. b) Las constancias de la presentación de las operaciones que dan origen al saldo acreedor de cuenta reclamado, pudiendo no estar firmadas si las mismas se han formalizado por medios indubitables. c) Copia de la liquidación presentada al emisor con constancia de recepción, si la misma se efectuó. COBRO DEL CRÍDITO A FAVOR DEL COMERCIANTE ADHERIDO. El comer- cian te adherido puede también preparar la vía ejecutiva para lograr el cobro de su crédito contra el pagador del sistema. Para ello, debe integrar el título con el contrato de aceptación de tarjeta, la documentación que dé respaldo a las operaciones efectuadas y la copia de las liquidaciones presentadas. Art. 41. — Pérdida de la preparación de la vía ejecutiva Sin perjuicio de quedar habilitada la vía ordinaria, la pérdida de la preparación de la vía ejecutiva se operará cuando: a) No se reúnan los requisitos para la preparación de la vía ejecutiva de los artículos anteriores. b) Se omitan los requisitos contractuales previstos en esta ley. c) Se omitan los requisitos-para los resúmenes establecidos en el artículo 23 de esta ley. REMISIÓN: ver nuestro comentario al art. 39 de la L.T.C. Art. 42. — Los saldos de Tarjetas de Créditos existentes en cuentas corrientes abiertas a ese fin exclusivo, no serán susceptibles de cobro ejecutivo directo. Regirá para su cobro la preparación de la vía ejecutiva prescrita en los artículos 38 y 39 dé la presente ley. COBRO JUDICIAL DE LAS DEUDAS DERIVADAS DEL USO DE LA TARJETA DE CRÉDITO. Esta restricción rige para los saldos de tarjetas de crédito existentes en cuentas corrientes abiertas a ese fin exclusivo. La norma apunta contra la llamada "instantaneidad"; vocablo con el que se ha calificado a las cuentas corrientes bancarias abiertas al solo y único efecto de debitar un. saldo deudor, para inmediatamente cerrarlas y emitir un certificado de saldo deudor en cuenta corriente y, así, obtener un título ejecutivo completo en los términos del art. 793 del Código de Comercio. Sin embargo, se ha interpretado que la prohibición establecida a las entidades bancarias emisoras, de intentar el cobro ejecutivo directo de los saldos de tarjeta de crédito, debitadas en cuentas corrientes abiertas a ese fin exclusivamente—llamadas cuentas no operativas por carecer del servicio de cheque—, no concilia con el régimen actual de cuentas corrientes modificado por ley 24.452, que prohíbe este tipo de cuentas. Al presente, toda cuenta corriente bancaria lleva ínsito el servicio de. cheques, de modo que si entre emisor y usuario se ha convenido en legal forma debitar en la cuenta corriente bancaria los importes de los resúmenes de la tarjeta, el cobro ejecutivo es perfectamente viable. Entendemos que independientemente del carácter de la cuenta corriente bancaria (con pacto de cheque o sin él), si la cuenta ha sido abierta al solo efecto de debitar los montos resultantes de los resúmenes de la tarjeta de crédito, para preconstituir un título ejecutivo y de esta manera burlar el procedimiento de impugnación y ejecución previsto por la ley 25.065, la ejecución directa es inadmisible. Orden público. 3.3.- Contratos conexos. Controversias e incumplimientos de las partes. TÍTULOTV— DISPOSICIONES COMUNES Art. 43. — Controversias entre el titular y el proveedor. El emisor es ajeno a las controversias entre el titular y el proveedor "derivadas de la ejecución de las prestaciones convenidas salvo que el emisor promoviera los productos o al proveedor pues garantiza con ello la calidad del producto o del servició. CONTRATO ENTRE EL TITULAR O USUARIO DE LA TARJETA DB CRÉDITO Y EL COMERCIANTE ADHERIDO Y SUS REPERCUSIONES RESPECTO DEL EMISOR. El Contrato entre el titular o usuario de la tarjeta de crédito y el comerciante adherido al sistema, denominado contrato de cambio es, en principio, ajeno a la Ley de Tarjeta de Crédito. Eli este orden de ideas, el art. 43 de la ley 25.065 establece como principio’ general la ausencia de responsabilidad de la entidad emisora ante el incumplimiento del proveedor adherido. Sin embargo, el emisor responde ante el incumplimiento del comercio adherido si promueve los productos o al pro-veedor, pues garantiza con ello la calidad del producto o del servicio . La responsabilidad del emisor o administrador del sistema, en este supuesto, es extracontractual y objetiva; concurrente, no subsidiaria, respecto de la del proveedor o establecimiento adherido. Al respecto, la jurisprudencia ha resuelto que la actitud de la sumariada (emisora), que ofreció a los adherentes al sistema de tarjeta de crédito por ella implementado, los servicios de un establecimiento en particular, y estipuló su ausencia de responsabilidad frente al incumplimiento del comercio adherido, viola el deber de buena fe conforme lo establecido en el art, 37, párr. 6o, de la ley 24.240, el cual exige que la prestación y la contraprestación guarden un razonable equilibrio. Se ha interpretado que si el titular utiliza la tarjeta como instrumento para adquirir bienes o servicios a crédito y el comerciante ad-herido al sistema no cumple con su prestación, debe reconocérsele al usuario el derecho de dejar de pagar las cuotas. Es decir, el usuario ante el reclamo del emisor podrá oponerle las mismas defensas que podría oponer ante el establecimiento adherido; ello en virtud de que el contrato de cambio y el contrato de crédito hacen al, funcionamiento del sistema que ambos integran y no pueden desvincularse uno del otro, pues la desvinculación genera una situación injusta . Art. 44. —Incumplimiento del proveedor. El incumplimiento de cualquiera de las obligaciones del proveedor con el titular, dará derecho al emisor a resolver su vinculación contractual con el proveedor. INCUMPLIMIENTOS DEL PROVEEDOR. Conforme lo dispuesto por el art. 44 de la Ley 25.065 el emisor tiene la facultad de resolver el contrato de aceptación en caso de incumplimiento del proveedor de cualquiera de las obligaciones a su cargo. Sin embargo, el remedio es excesivo, de allí que la facultad rescisoria deberá sujetarse en su ejercicio a parámetros de razonabilidad y buena fe. Ver también el comentario al artículo 34 de la L.T.C. Art. 45. — Incumplimiento del emisor con el proveedor. El titular que hubiera abonado sus cargos al emisor queda liberado frente ál proveedor de pagar la mercadería o servicio aun cuando el emisor no abonará al proveedor. INCUMPLIMIENTOS DEL EMISOR RESPECTO DEL PROVEEDOR Y SUS CONSECUENCIAS. La relación entre el usuario y el comerciante adherente, según la prestación contratada, será una compraventa, locación de obras o ser-vicios que requiere de cierta formalidad en la instrumentación. El comerciante emitirá la factura en la cual se deja constancia de la tarjeta utilizada y del código de autorización interno de la empresa emisora, y el usuario suscribirá el cupón suministrado al comerciante por la empresa emisora, en el cual se consigna la tarjeta utilizada y el monto de la operación . Al contrato de cambio en cuestión se le aplica la Ley de Defensa del Consumidor, siempre y cuando el usuario de la tarjeta pueda considerarse consumidor en los términos de dicha ley. El comerciante proveedor de bienes y servicios periódicamente remite a la empresa emisora una liquidación o resumen con el total de las facturas o cupones correspondientes a las operaciones concluidas con los usuarios de la o las tarjetas habilitadas. Dicha liquidación debe ser abonada por el pagador del sistema dentro del plazo con-venido, previa deducción de una comisión predeterminada. En el su-puesto que el pagador del sistema no cumpliera con el pago al establecimiento adherido, el artículo 45 de la L.T.C le niega al proveedor la posibilidad de accionar contra el titular, si éste hubiera pagado al emisor el importe correspondiente a la operación realizada ; es decir, impone al proveedor el riesgo final de la falta de pago de las operaciones realizadas con la tarjeta de crédito, que antes de la vigencia de la norma recaía sobre el titular . El fundamento de tal solución se encuentra en que lo estipulado entre la empresa emisora y el comerciante adherido es ajeno al usuario; por lo tanto, el titular de la tarjeta, al usarla, no contrae ninguna obligación frente al comerciante adherente, por lo que en cualquier hipótesis no existiría causa de la deuda (art.499 Código Civil) . En el caso de que el emisor no haga efectivo el pago al comerciante adherido al sistema, el comprador, igualmente, queda obligado a pagar al emisor el precio de adquisición de los bienes comprados o servicios contratados mediante el uso de la tarjeta de crédito . Cláusulas de exoneración de responsabilidad. Art. 46. — Cláusulas de exoneración de responsabilidad. Carecerán de efecto las cláusulas que impliquen exoneración de responsabilidad de cualquiera de las partes que intervengan di-recta o indirectamente en la relación contractual. CLAUSULAS DE EXONERACIÓN DE RESPONSABILIDAD. La responsabilidad de la empresa organizadora o administradora del sistema y de la entidad bancaria, respecto de los usuarios y/o comerciantes adherí-, dos, por los posibles daños y perjuicios que el sistema les ocasione, es solidaria y de naturaleza contractual, se funda en el art. 40 de la ley 24.240 y es de tipo objetivo . La responsabilidad de la empresa organizadora y de la entidad bancaria, respecto de los comerciantes adheridos, por los posibles daños y perjuicios que el sistema les ocasione, es solidaria en virtud de la conexidad contractual y de la culpa in vigilando o in eligiendo de la entidad administradora con relación a los bancos y financieras. El artículo 46 de la L.T.C., reiterando las disposiciones de la Ley de Defensa del Consumidor (arts. 37 y 40), dispone que carecen de efecto las cláusulas que impliquen exoneración de responsabilidad de cualquiera de las partes que intervengan en la operatoria del sistema de tarjeta de crédito. La interpretación general del contrato de tarjeta de crédito debe hacerse sobre la base del principio de buena fe contractual y en el sentido más favorable al consumidor . Prescripción Art. 47.—De la prescripción. Las acciones de la presente ley prescriben: a) Al año, la acción ejecutiva. b) A los tres (3) años, las acciones ordinarias. PRESCRIPCIÓN EN MATERIA DE TARJETA DE CRÉDITO. La ley 25.065 en su art. 47 dispone que la prescripción de "las acciones de la presente ley" opera: al año para la acción ejecutiva, y a los tres años para las acciones ordinarias. Es decir, establece un plazo de prescripción de un año para la acción ejecutiva que le reconoce al emisor de la tarjeta impaga. El plazo comienza a computarse desde el vencimiento estipulado para el pago de la cuenta liquidada, si se pactó la mora automática, o desde el vencimiento, del plazo de la interpelación cursada, si se hubiese estipulado la-mora expresa. No se aplican las normas relativas a la prescripción establecidas en el art. 47 de la Ley 25.065 a las relaciones derivadas del contrato de cambio (entre el proveedor adherido y el usuario), ni a las existentes en la faz interna del sistema (ej. contratos entre el organizador y el pagador del sistema). La acción para impugnar judicialmente el sal¬do de la cuenta con el emisor o resumen, prescribe a los cinco años por disposición del art. 790 del Código de Comercio. Los términos de prescripción previstos por el art. 47 de la Ley 25.065 comienzan a correr desde la fecha de exigibilidad de la deuda, por aplicación de los arts. 847 y 848 del Código de Comercio. Por último, cabe agregar que operada lq prescripción de un año para la acción ejecutiva, el crédito del emisor sólo podrá ser reclamado por vía de las acciones ordinarias emergentes del contrato de emisión, cuya prescripción es de tres años. Si se acciona por cobro de créditos provenientes de la utilización de tarjetas de crédito con anterioridad a la entrada en vigencia de la ley 25.065, cabe aplicar el plazo decenal ordinario previsto en el art. 846 del Cód. Com., en tanto antes de la sanción de la ley no se encontraba previsto ningún plazo de prescripción178. Al respecto, también se ha resuelto que la acción que persigue el cobro de la deuda derivada de las relaciones contractuales de tarjeta de crédito, prescribe a los cuatro años conforme a lo establecido en el art. 847 incs. 1° y 2° del Cód. de Comercio, toda vez que se trata de pretensiones de cobro de deudas justificadas por cuentas de ventas como son los resúmenes mensuales, no resultando de aplicación la prescripción decenal del art. 846 del mismo cuerpo legal. En el mismo sentido, se ha dicho que en los juicios por sumas de dinero derivadas de la utilización de tarjeta de crédito que se hayan iniciado con anterioridad a la entrada en vigencia de la ley 25.065 (Adía, LIX-A, 62), no rige el plazo de prescripción contemplado en el art. 47 de la citada normativa —el que no puede aplicarse retroactivamente—, sino que debe aplicarse el plazo del art. 847 del Cód. Com. Autoridad de aplicación. ARTICULO 50. — Autoridad de Aplicación. A los fines de la aplicación de la presente ley actuarán como autoridad de aplicación: a) El Banco Central de la República Argentina, en todas las cuestiones que versen sobre aspectos financieros. b) La Secretaría de Comercio Interior, dependiente del Ministerio de Economía y Producción, en todas aquellas cuestiones que se refieran a aspectos comerciales, pudiendo dictar las respectivas normas reglamentarias y ejercer las atribuciones de control, vigilancia y juzgamiento sobre su cumplimiento. Con relación al inciso b), la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las provincias actuarán como autoridades locales de aplicación, ejerciendo el control, vigilancia y juzgamiento sobre el cumplimiento de la presente ley y sus normas reglamentarias respecto de los hechos sometidos a su jurisdicción, pudiendo delegar atribuciones, en su caso, en organismos de su dependencia o en las municipalidades. Sin perjuicio de ello, la autoridad de aplicación nacional podrá actuar concurrentemente aunque las presuntas infracciones ocurran sólo en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o de las provincias. (Artículo sustituido por art. 34 de la Ley N° 26.361 B.O. 7/4/2008) AUTORIDAD DE APLICACIÓN. La Ley 25.065 consagra una autoridad de aplicación dual. Se designa a la Secretaría de Industria, Comercio y Minería de la Nación como autoridad de aplicación en todas las cuestiones que se refieran a aspectos comerciales, y al Banco Central de la República Argentina en todas las que versen sobre aspectos financieros. Competencia Art. 52. — De los Jueces Competentes. Serán jueces compe-tentes, en los diferendos entre: a) Emisor y titular, el del domicilio del titular. b) Emisor y fiador, el del domicilio del fiador. c) Emisor y titular o fiador conjuntamente, el del domicilio del titular. d) Emisor y proveedor, el del domicilio del proveedor. (Artículo vetado por art. 14 del Decreto N' 15/99 B.O.1999/01/14, pero confirmado por Mensaje del Senado de fecha 1999/09/01, B.0.1999/09/24). 1. COMPETENCIA. La prórroga de jurisdicción puede considerarse abusiva en cuanto forzando al adherente a desplazarse a un tribun alejado por litigios económicamente poco importantes, dichas clausulas concluyen por privar al adherente de todo recurso judicial, transformándose en cláusulas de exoneración . Por tal motivo, en los contratos de adhesión a condiciones generales predispuestas, toda cláusula de elección de foro (prórroga de jurisdicción) debe someterse al control de razonabilidad sobre la base del art. 1071 del Código Civil . Sin embargo, a favor de la prorrogabilidad de la competencia, se ha resuelto que resulta válida la cláusula de prórroga de jurisdicción inserta en un contrato de tarjeta de crédito suscripto con anteriori-dad al comienzo de la nueva ley 25.065. Orden público. Art. 57. — Orden Público. Las disposiciones de la presente ley son de orden público. ORDEN PÚBLICO. Las disposiciones de la Ley de Tarjeta de Crédito son de orden público, esto implica que no pueden ser dejadas de lado por las partes, limitándose en este caso, por imperativo legal, la autonomía de la voluntad dé los contratantes. Documentos necesarios: la carta de crédito, el trust receipt, la letra de cambio. 4.- Crédito documentario: definición CONCEPTO DE CRÉDITO DOCUMENTADO. Por crédito documentado debe entenderse todo convenio por medio del cual un banco (emisor), obrando por solicitud y de conformidad con las instrucciones de un cliente, debe hacer un pago a un tercero o a su orden, o pagar o aceptar letras de cambio giradas o autorizar a otro banco para que efectúe el pago o para que pague, acepte o negocie dichas letras contra la entrega de la documentación exigida y el cumplimiento de las condiciones del crédito. El crédito documentario o documentado es la promesa que una entidad bancaria hace al vendedor de una mercadería, de pagarle el precio de la compraventa o aceptar una letra girada sobre él por su importe, contra la presentación de cierta documentación que acredite, al menos en principio, la ejecución de sus obligaciones por parte de éste . También se ha dicho, a la hora de definir el crédito documentado, que es el instrumento mediante el cual el emisor (generalmente un banco), actuando por cuenta y orden de un cliente (el importador), se compromete a pagar o hacer pagar por un tercero, por lo general por intermedio de otro banco, a un beneficiario (el exportador), con sujeción a las condiciones y términos que éste indique, una determinada suma de dinero, o a aceptar o negociar letras de cambio, contra la entrega de documentos exigidos en las condiciones y términos . Mediante el crédito documentario el exportador adquiere una garantía de pago más o menos fuerte, según que su crédito sea irrevocable o no, y una vez que el banco haya aceptado, el vendedor pasará a tener cobertura contra la insolvencia del comprador. El importador, por su parte tiene certeza de que el pago del precio de la compraventa solo se efectuará una vez realizado el embarque y contra la entrega de los documentos que acrediten tal circunstancia. NATÜRALBZA JURÍDICA DEL CRÉDITO DOCUMENTADO. La operatoria del crédito documentario se compone de una serie de contratos con pluralidad de partes relacionadas entre sí para el cumplimiento de una misma finalidad económica. El negocio base es generalmente una compraventa internacional, participando en la operatoria por lo menos tres partes: el comprador, el vendedor y el banco, siendo este último ajeno a la compraventa en sí. Es decir, el crédito documentado constituye un contrato independiente del que le ha dado origen, pues la intervención de una entidad bancaria se limita a garantizar al exportador la satisfacción de su crédito y financiar la operación. El problema que el crédito documentario viene a resolver se presenta en la ejecución del negocio base. El vendedor quiere que el pago se realice por un banco local para asegurarse el cumplimiento en tiempo y forma del pago de precio de la venta; de tal modo, el banco interviene en el negocio para asumir una deuda ajena sin liberar al deudor originario (comprador) : La intervención de la entidad bancaria se fundamenta en una relación previa existente entre ésta y el comprador de las mercaderías; éste último le da al banco una orden de pago, pudiendo tratarse de una apertura de crédito a favor del propio comprador (cliente del banco) o a favor de un tercero (vendedor) a quien el banco le va a pagar contra la entrega de determinada documentación. El banco cumple una doble función. Por un lado, una función ejecutiva dado que se compromete a pagar el precio de la mercadería vendida y, por otro lado, una función de garantía, dado que se constituye en deudor del precio de la compraventa frente al vendedor. Los créditos documentados son por su naturaleza operaciones distintas de las ventas y otros contratos en que puedan estar basados, y en ningún caso tales contratos afectarán ni obligarán a los bancos27. El negocio de prefinanciación celebrado entre el banco negociador del crédito documentado y el exportador beneficiario del mismo es, sin duda, un contrato bancario de apertura de crédito en que la carta de crédito originaria, que no designa banco negociador, puede presentarse por el beneficiario a la entidad financiera autorizada a operar en cambios con la que habitualmente efectúa este tipo de operaciones u otra cualquiera que reúna las calidades impuestas por la normativa vigente. Entre las teorías más difundidas sobre la naturaleza jurídica del crédito documentado, se encuentran las que identifican al instituto con figuras tales como: 1) el mandato, 2) la fianza, 3) el contrato a favor de terceros, 4) la obligación unilateral, y 5) la delegación imperfecta. Sin embargo, hay quienes entienden que estamos ante un contrato suigenerís, innominado, con caracteres especiales y que no puede ser subsumido en ninguna de las figuras conocidas del Código Civil o del Código de Comercio. Y funcionalidad En el comercio internacional, los riesgos habituales de toda venta se incrementan por factores externos y muchas veces imprevisibles o inevitables para las partes contratantes, tales como acontecimientos políticos, cambios legislativos, monetarios, hechos de la naturaleza, etc. Por tal motivo, el vendedor (exportador) además de enfrentarse con el riesgo de fabricación, es decir, de una posible caída del mercado cuando ya ha asumido determinados costos de producción, y con el riesgo de incumplimiento o insolvencia del comprador, asume además otro tipo de riesgos extraordinarios como los mencionados. Por otra parte, atento la naturaleza de las operaciones en el tráfico internacional, la entrega de los efectos vendidos y el cobro del precio necesariamente se extienden en el tiempo, a diferencia de lo que ocurre entre comerciantes que operan en una misma plaza. Por este motivo, el vendedor querrá asegurar su crédito y, a su vez, al comprador le interesará pagar recién cuando ha podido comprobar la entrega de las mercaderías adquiridas de conformidad. El crédito documentado viene a solucionar este tipo de situaciones, dando satisfacción a los intereses de ambas partes. El crédito documentado es una operación secundaria e independiente respecto de la compraventa o cualquier otro contrato que pueda constituir su base causal . En este sentido, nuestros tribunales han resuelto que los bancos en el crédito documentado permanecen ajenos en todo momento al negocio básico —la compraventa—, y se limitan a garantizar al vendedor el cobro del crédito y a financiar la operación, no adquiriendo derecho de dominio o posesión sobre las mercaderías, teniendo la mera tenencia; pero como las relaciones banco-comprador se adecúan a la figura del mandato no representativo (art. 279 Cód.Com.), gozan los bancos del derecho de retener las mercaderías hasta tanto se satisfaga el crédito, y tienen los remedios previstos por el art. 3939 del Cód. Civil. En efecto, el crédito documentario constituye un contrato inde-pendiente del que pudiera darle origen. El banco que actúa en un contrato de crédito documentado no lo hace a título propio, sino como mandatario no representativo del comprador. Es por ello que la entidad no adquiere derecho alguno sobre las mercaderías ni tiene interés vinculado a la operación. La finalidad del crédito documentarlo es fundamentalmente lograr seguridad y celeridad en el pago. A tal fin, al contrato base (generalmente una compraventa) se le incorpora una cláusula por la cual el pago de las mercaderías será satisfecho por un banco, el cual se obligará de forma directa o personal frente al vendedor. En otras palabras, el banco se obliga directamente ante el vendedor confirmándole la existencia de un crédito abierto a su favor por el comprador, de manera que tal dinero quedará afectado al pago del precio de la compraventa . En cuanto a la forma, el crédito documental no es un contrato formal, pudiendo ser verbal, y la aceptación de la solicitud, tácita (art. 1146, Cód. Civ.) . El contrato de crédito documentado es típicamente internacional, y consiste en que el importador comprador de la mercadería, en el carácter de "ordenante” abra un crédito en un banco de su país (emisor o acreditante), para que por medio de otro banco corresponsal (delegado o notificador), del país de procedencia de la mercadería, abone el precio al exportador (beneficiario), a la presentación de documentación de embarque (factura, conocimiento, póliza de seguro, etc.). TRANSMISIÓN DEL CRÉDITO DOCUMENTADO. La intransmisibilidad del crédito documentado es lo normal y la transferibilidad la excepción. En este sentido, las Reglas y usos uniformes relacionados con el crédito documentado miran con disfavor la transferibilidad del crédito documentado por considerar que provoca un aumento sustancial de las complicaciones y riesgos para el banco, y que además, podría trans- formarse en un instrumento abusivo en manos de intermediarios y especuladores inescrupulosos . En cuanto a la forma jurídica, la transmisión del crédito puede operar por aplicación de las normas relativas a los títulos de crédito o bien por cesión del crédito mismo. En el caso de cesión del crédito, no basta con la notificación al deudor que es el banco acreditante; es además imprescindible la emisión de una nueva carta de crédito a favor del segundo beneficiario. Esto implica la apertura de un nuevo crédito, es decir, que el banco asume un nuevo compromiso independiente del originario. La jurisprudencia ha sostenido que, cuando se habla de la transferencia de una carta de crédito, debe entenderse la posibilidad que tiene el beneficiario de colocar a un deudor distinto en su lugar para cumplir con la obligación consistente en despachar la mercadería y, en consecuencia, adquiere el derecho a demandar el pago de la suma correspondiente. Dicho de otra forma, transferir un crédito documentado es hacer una cesión de una obligación antes que una cesión de un crédito. En los supuestos en que un crédito sea transferible, si bien desde el punto de vista de la carta de crédito se permite la presencia de un sustituto, tal circunstancia no releva al transmisor—primer beneficiario— de las obligaciones derivadas del contrato de compraventa en su condición de facturador de mercancías, y en consecuencia responderá frente ai eventual incumplimiento. Agregando, que en materia de transferencia de carta de crédito no corresponde aplicar estrictamente las reglas de una cesión común, toda vez que las vinculaciones que crea la compraventa internacional son de naturaleza compleja, no existiendo siempre un solo acto jurídico sino, a veces, varios de ellos, encadenados o vinculados de un modo diverso. Derechos y obligaciones de las partes Las partes intervinientes en el contrato de crédito documentado son el ordenante o solicitante del crédito (generalmente el comprador), el banco emisor (generalmente ubicado en la plaza del comprador), el banco corresponsal o notificador (generalmente ubicado en la plaza del vendedor) y el beneficiario (generalmente el vendedor). Aunque en la mayoría de los casos lo es, el ordenante del crédito documentado no tiene que ser necesariamente el comprador en el contrato previo que ha de liquidarse a través del crédito documentado. El comprador es normalmente un importador y, en tal carácter, el dador de la orden en el crédito aunque, de hecho, muchos importadores no son más que meros intermediarios . En la operación de crédito documentarlo, el banco delegado se obliga por el comprador o importador, en los términos del crédito irrevocable abierto. El beneficiario, por la sola comunicación, tiene un derecho de cobro una vez verificados los recaudos de la carta. A su turno, el banco notificador, sin actuación a título propio, ejecuta las prestaciones comprometidas como corresponsal o mandatario. La simple notificación o aviso de apertura del crédito no vincula en manera alguna al banco notificador, que actúa como simple agente del banco emisor al solo efecto de comunicar la apertura de la carta de crédito a la exportación El banco emisor es una de las partes del contrato y, como tal, adquiere y asume obligaciones respecto del ordenante, del beneficiario y del banco corresponsal. La intervención del banco no solo tiene la finalidad de garantizarle al vendedor la satisfacción de su crédito, sino también, muchas veces, la función de financiar la operación, financiación que no se produce si el banco limita su papel al de mero comisionista en una operación de pago . Por el crédito documentado, el comprador conviene con un banco que éste se obligue a pagar al vendedor el precio de la compraventa contra la presentación de los documentos representativos de la mercadería y de su embarque, documentos que, a su vez, garantizan al banco el reintegro del pago que efectuó, correspondiendo que la obligación contraída la cumpla el banco por medio de una institución bancaria, que añade o no su propia responsabilidad . En la operatoria normal del crédito documentario irrevocable el banco emisor del crédito solicita a su corresponsal de la plaza del exportador, que notifique a éste su apertura, y que al mismo tiempo se encargue de recoger los documentos, proceder a su verificación y liquidarlo en la forma convenida. La obligación del banco se mantiene por el tiempo establecido en la carta. La entidad local se compromete a la ejecución de las prestaciones encomendadas, bajo las condiciones que resultan del mismo instrumento, sin actuar por cuenta propia, sino en cumplimiento de las instrucciones del banco ordenante. En consecuencia, el corresponsal notificador y realizador establece una relación de mandato con el banco emisor, en tanto no hay vínculo jurídico entre corresponsal y beneficiario. OBLIGACIONES DE LAS PARTES A) Obligaciones de la entidad interviniente. La entidad interviniente en la operatoria del crédito documentado tiene las siguientes obligaciones: a) abrir en sus libros un crédito a favor del comprador siguiendo las instrucciones recibidas, e informárselo al beneficiario; b) recoger, examinar y transmitir al adquirente los documentos recibidos; c) pagar el precio, aceptar o descontar las letras de cambio que gire el beneficiario en virtud del contrato , los bancos intervinientes en la operatoria del crédito documentado son los obligados principales al pago y las partes no podrán reclamarse directamente entre ellas, a menos que el banco no pague la carta de crédito tal como se había obligado . En virtud de que el crédito documentado se negocia sobre documentos y no sobre mercaderías, las entidades intervinientes en la operatoria deben realizar un examen formal extrínseco de los documentos presentados, no asumen responsabilidad respecto a la exactitud y autenticidad de los datos contenidos en ellos . Respecto de los documentos exigibles, jurisprudencialmente se ha resuelto que en el contrato de crédito documentario es de aplicación la llamada doctrina del estricto cumplimiento, en virtud de la cual el banco debe rechazar los documentos que no satisfagan exactamente las instrucciones contenidas en la carta de crédito. Claro está, que tal principio no es absoluto, existiendo mitigaciones de esa doctrina que permiten superar las discrepancias que eventualmente puedan sur¬gir entre la documentación presentada y la requerida, no así la lisa y llana omisión de la presentación de un documento especialmente previsto. En el mismo sentido, es decir morigerando la interpretación de la doctrina del estricto cumplimiento, se ha resuelto que si bien es cier¬to que las “Prácticas y Usos Uniformes para Créditos Documéntanos" disponen que los bancos deben examinar todos los documentos con cuidado, para comprobar que éstos se ajustan a los términos y condiciones del crédito, el banco obligado a pagar debe efectuar la verificación de los documentos, no de un modo automático y exclusivamente objetivo y literal, de manera tal que cualquier diferencia, por mínima que ella sea en los documentos justifique el rechazo del banco confirmador, sino que debe proceder, en virtud del grado de especialización que tiene como institución bancaria en el negocio de cartas de crédito, a valuar las condiciones de lo que en la apertura del crédito se ha expresado respecto de la mercadería , sobre todo cuando se está ante un caso como el presente, en que la diferencia no fue esencial porque la discrepancia versaba sobre menos del 10 % de las mercaderías adquiridas y, además el error en la descripción de las mismas, podía haber sido subsanado por el banco con, una simple confrontación con lo detallado en el "Registro de Importación” extendido por el Banco Central de Chile que fue quien ordenó la apertura de la carta de crédito a favor de la sociedad actora. Las entidades intervinientes en la operatoria del crédito documentado suelen exonerar su responsabilidad en los siguientes casos: 1) no asumen responsabilidad respecto a la forma, insuficiencia, exactitud, autenticidad, falsedad o efectos legales de ningún documento y de los datos contenidos en ellos ; 2) no asumen responsabilidad por las consecuencias provenientes de retraso o pérdida que puedan sufrir en su tránsito cualquier mensaje, carta o documento, ni por la mutilación o errores que puedan producirse en la transmisión de cualquier telecomunicación, así como por errores de traducción ; 3) por consecuencias que puedan derivar de la interrupción de su actividad por fuerza mayor; y 4) tampoco por consecuencias que pudiesen derivar de las leyes y costumbres vigentes en los países extranjeros . En definitiva, en el contrato de crédito documentado la entidad bancaria permanece en todo momento ajena al negocio básico, debido a lo cual la relación comprador-vendedor le es extraña. Por lo tanto, la obligación del Banco para con el vendedor se reduce apagarle el precio de las mercaderías, ya sea en el acto de presentación de los documentos que instrumentan la operación o bien al vencimiento de la letra de cambio aceptada contra la entrega de aquéllos . B) Obligaciones del ordenante. El ordenante del crédito debe pro-veer los fondos comprometidos, ya sea mediante depósito simple de dinero o cuenta corriente, o en su caso, reembolsar el crédito pactado. Además, debe proceder al retiro de los documentos y está obligado a cancelar la comisión convenida por la participación en el nego¬cio del banco emisor. Asimismo, debe reembolsarle a la entidad todos los gastos originados en el crédito documentario abierto a su requeri¬miento81. En este sentido, se ha dicho que la persona que contrató con el banco la apertura de un crédito a favor de un tercero, asume la responsabilidad ante el banco, sin que tengan influencia ni gravita-, ción alguna las relaciones de quien abre el crédito con sus clientes o contratantes y sin que pueda enervar la acción de su acreedor, en razón de demoras imputables al Banco Central, ajeno a la relación contractual. Las comisiones por créditos documéntanos de importación, son el precio por la administración y diligenciamiento de dicha operación. Tanto en este caso como en aquel en el que el banco local adquiere para su cliente divisas destinadas al pago del crédito documentado, la finalidad es siempre el negocio internacional. Análogas consideraciones caben para el caso de primas por operaciones de cambio o término con el cambio garantizado y sus redescuentos, y para los que versan sobre distintos gastos e intereses por descubiertos circunstanciales originados en el crédito documentario, que deben seguir la suerte de lo principal. La obligación de pagar comisiones y gastos está inequívocamente a cargo del ordenante del crédito documentado (arts. 274, 275 y 276, Cód. Com.l. Ello no se encuentra desvirtuado por la circunstancia de haberse incluido en la solicitud del crédito una cláusula por la que se expresa que los gastos deberán ser cargados en cuenta corriente de la sociedad usuaria del crédito codeudora solidaria de las obligaciones asumidas en los créditos documentados. RELACIONES ENTRE LAS PARTES INTERVINIENTES. El comprador deberá solicitar la apertura del contrato de crédito documentado por un monto, a favor del vendedor, suficiente para saldar el importe de la operación base. El banco analizará la solicitud, que puede ser con provisión de fondos o sin provisión de fondos, o sea, mediante un crédito que el banco decida abrir al comprador ordenante de los fondos. Analizados los requisitos legales por el banco, se instrumentará el crédito, para lo cual el comprador deberá indicar los documentos que será obligatorio presentar para que el banco realice el pago. En cuanto a la relación entre el banco y el beneficiario, la operatoria generalmente es la siguiente: 1) el banco avisa al. beneficiario la apertura del crédito en su favor y las condiciones T características de él; 2) el banco paga, acepta o descuenta las letras de cambio que gire el beneficiario, siempre que presente los documentos necesarios; 3) el banco verifica que dichos documentos se ajusten a los recaudos formales exigidos en plaza, rechazándolos si fuesen irregulares o se hubiesen presentado fuera de término. Por su parte el beneficiario deberá presentar los documentos de estilo conforme el aviso recibido del banco corresponsal, en término. Si no se hubiese fijado plazo, la presentación deberá hacerse dentro de los veintiún días de la fecha de emisión del conocimiento de embarque u otra fecha de emisión. En lo que respecta a la relación entre el vendedor y el banco acreditante, una vez que el vendedor ha cumplido con todas las condiciones de la carta de crédito, tiene derecho a obtener la prestación del banco, el cual asume una obligación autónoma y abstracta, porque funciona con total independencia de la relación del banco con su cliente, como también con respecto a la relación del vendedor con el comprador en la compraventa originaria. Modalidades A) Crédito documentado revocable e irrevocable. El crédito documentado puede ser revocable o irrevocable. Es revocable cuando puede ser cancelado en cualquier momento por la entidad otorgante31. Por el contrario, es irrevocable cuando el banco asume una obligación inderogable frente al beneficiario —al menos durante el plazo convenido—, que se perfecciona con la sola comunicación a éste por parte de la entidad, y sin necesidad de la aceptación de aquél. El crédito documentario revocable es poco usual porque no apareja seguridad jurídica a la operación base. Puede carecer de plazo, pero se lo suele considerar vencido después de seis meses de la fecha del aviso enviado por el banco dentro del cual se debe operar. En el crédito documentario irrevocable el banco se compromete a dar debida ejecución a las cláusulas de pago, de aceptación o de negociación y sólo se podrán modificar las pautas de su otorgamiento o disponerse su cancelación ante el acuerdo unánime de todos los interesados. Por la propia naturaleza del crédito documentario nos hallamos frente a un crédito irrevocable, no se exigen fórmulas sacramentales para su perfeccionamiento, pudiendo inferirse dicha característica de las circunstancias que han rodeado a la declaración al beneficiario. En sentido contrario se ha interpretado que si no se pactó expresamente la irrevocabilidad de crédito documentario el mismo es revocable. B) Crédito documentado a la vista y de aceptación. El crédito documentado es a la vista cuando el beneficiario cobra al contado contra la presentación de la documentación dentro del plazo convenido. El crédito documentado es de aceptación cuando el beneficiario cobra a plazo, porque el pago se produce cuando una vez presentados los documentos al banco por el beneficiario, la entidad acepta pagarlo transcurrido determinado plazo a contar desde la presentación. C) Crédito rotativo o "revolving-credit”. El crédito documentado es rotativo cuando se pactan pagos periódicos, por lo tanto, el beneficiario que dé cumplimiento al embarque podrá girar contra el banco acreditante cada vez que transcurra un nuevo plazo, hasta que pague la totalidad del crédito. D) Crédito "stand by". Las cartas de crédito son un instrumento propio del crédito documentario, constituyendo un medio de pago y de financiación utilizado comúnmente en el comercio internacional. Por la carta de crédito stand by el banco emisor se obliga frente a un tercere a pagar una suma determinada de dinero, o a aceptar letras de cambio que gire el beneficiario a su cargo o a negociarle esas letras, contra la presentación de documentos que sé indican en la misma carta de crédito38. Estamos ante un crédito stand by cuando el contrato de provisión, especialmente de capital, debe ser acompañado por un bono o garantía generalmente conocida con ese nombre. Los efectos del bono o garantía se rigen por los términos convenidos, pero suelen contemplar una garantía undertaking de pago. Las Reglas y usos uniformes relacionados con el crédito documentario en su edición 1983 hacen referencia a esta clase dé crédito y, por lo tanto, le son aplicables si las partes someten su regulación a ellas39. E) Crédito documentado transferible e intransferible. El crédito documentario es abierto a nombre de un beneficiario que es quien lo cobra. Podrá ser transferido a un tercero si así se hubiese estipulado en el contrato, facultad de la que se podrá hacer uso una sola vez, mediante el endoso de la carta de crédito por el beneficiario. Si nada se ha pactado entre las partes, el crédito documentario es intransferible. F) Crédito documentado divisible e indivisible. El crédito documentado es indivisible cuando de la carta de crédito surge, que según lo pactado, el banco ha de pagarle al beneficiario en un solo acto; y es divisible si debe hacerlo en varios. G) Crédito directo o "straight" o con notificación especial. En los créditos straight el banco emisor emite la carta de crédito obligándose en forma directa y únicamente con el beneficiario, no estando autorizado a pagar a un tercer banco el crédito que hubiese eventualmente descontado. El crédito de o “con" notificación especial, es aquel por el cual el banco emisor utiliza al banco notificador para que dé cumplimiento a sus instrucciones, siendo esta la forma más habitual en la plaza internacional. H) Crédito "back to back”. El crédito back to back tiene lugar cuando el exportado y el fabricante no son la misma persona. Es un crédito que se abre con la garantía de otro crédito. En el crédito back to back el beneficiario utiliza el crédito original en su favor como una garantía para obtener un crédito a favor de su proveedor; no necesariamente del banco intermediario notificados sino del propio banco del beneficiario. Este tipo de crédito involucra al banco emisor del título original, al banco intermediario por medio del cual se notifica al beneficiario y al banco emisor del segundo crédito, que garantiza al primero . También se ha dicho que el crédito back to back es el re¬abierto por el banco corresponsal por cuenta y orden del beneficiario originario a favor de un nuevo y distinto beneficiario, con cargo e imputación a un crédito principal . I) Cláusulas “Red ink clauses"y"Green ink clauses". Con las red ink clauses (cláusulas tinta roja), se autoriza al beneficiario a retirar parte del crédito con anterioridad a que él presente la documentación requerida, operando dichas cláusulas coma autorización para el otorgamiento de adelantos en descubierto. En el caso de las green ink clauses (cláusulas tinta verde), el banco le adelanta dinero al beneficiario, pero éste se halla obligado a presentar documentos que acrediten un principio de ejecución del contrato. La cláusula verde consiste en un adelanto de fondos con antelación al embarque de las mercaderías, mediante la constitución de una garantía tal como la caución o prenda sobre las mismas mediante warrants o certificados de depósito. J) Crédito con pago diferido. El crédito con pago diferido se da cuan-do hay un pago contra documentos, pero el banco pagador no será requerido sino hasta unos cuantos meses después. Documentos necesarios: La carta de crédito DOCUMBNTOS EMITIDOS POR EL BANCO. En las operaciones de crédito documentario los bancos suelen emitir los siguientes documentos: 1) la carta de acreditación; 2) la carta de confirmación; 3) la carta de aviso; y 4) la carta de crédito. La carta de acreditación es el documento que el banco le envía al beneficiario para comunicarle la apertura del crédito revocable o irrevocable. Generalmente, contiene un número que individualiza la operación y es redactado en función de un modelo elaborado por la Cámara de Comercio Internacional. Contiene nombre y carácter de las partes interesadas, datos sobre la naturaleza del crédito y su modo de realización, mención de los documentos que deberán presentarse por el beneficiario y demás condiciones requeridas por el ordenante. La carta de confirmación es el instrumento mediante el cual el banco corresponsal, encargado de comunicar al beneficiario la apertura del crédito, declara su obligación. La carta de aviso es la remitida por el banco encargado de notificar el crédito al beneficiario, sin responsabilidad. Por último, la carta de crédito es el documento principal en la operatoria, suscripto por el banco por medio del cual se obliga de manera irrevocable a aceptar o pagar las letras de cambio que fueran emitidas en los términos del propio documento. No es un título de crédito, sino simplemente un documento de legitimación transferible mediante cesión. La carta de crédito puede ser directa, cuando la letra de cambio es negociada en un determinado banco, o circular cuando el banco invita a otros bancos de un país a negociar la letra que será emitida a su cuenta por el beneficiario obligándose a cumplir con su documento, a su presentación. Las relaciones entre el banco acreditante y el beneficiario se rigen por las estipulaciones de la carta de crédito. La jurisprudencia ha resuelto respecto de la carta de crédito, que sin entrar a considerar si la carta de crédito o la orden de pago tienen o no carácter abstracto, es evidente que sólo son medios de pago y mal pueden constituirse en instrumentos de una compraventa “en firme ’’. NEGOCIACIÓN DE LA CARTA DE CRÉDITO. La negociación de la carta de crédito no constituye un evento inusual o de mera conveniencia para el exportador sino que forma parte de los usos y costumbres vigentes en plaza y que, por reiterados, constituyendo estímulos a la actividad productiva nacional, han merecido la reglamentación por el Banco Central a cuyas líneas de crédito se afecta. El descuento o negociación de la letra o crédito documentario es una operación distinta de la emisión y curso de aquélla, convirtiéndose el banco negociador en mandatario del beneficiario del crédito, a cuyas instrucciones debe ajustarse estrictamente y frente al cual es responsable como tal. En el descuento efectuado con motivo de la negociación del crédito documentario, el pago que el banco negociador le hace al exportador es un simple descuento documentario en donde los documentos recibidos y la letra de cambió girada contra el emisor, si existe, se reciben pro solvendo, y si los primeros no son satisfactorios para el librado, el banco negociador procede contra su cliente, bien ejercitando la acción causal ya la cambiaría . NORMATIVA APLICABLE A) Reglas y usos uniformes relacionados con el crédito documentario (Viena 1933 y revisiones). Mediante la adopción de las "Reglas y usos uniformes relacionados con el crédito documentario”, en Viena en 1933, se reglamentó por primera vez la intervención de entidades bancadas en las compraventas internacionales documentadas, siendo dichas reglas posteriormente revisadas en el año 1951, en la Conferencia de Lisboa y actualizadas sucesivamente en 1962 por la adhesión a dichas Reglas de los bancos ingleses y de los países del Commonwealth británico, y en 1975 para adaptarlas a las nuevas técnicas de transferencia internacional . B) Reglas y usos uniformes relativos a los créditos documentados (Revisión 1983) Publicación Nro. 400 Cámara de Comercio Internacional (revisadas por Publicación Nro. 500 Cámara de Comercio Interna-cional (Revisión 1993)'00. Actualmente a nivel internacional rigen respecto de los créditos documentarlos las "Reglas y usos uniformes relativos a los créditos documentados" (revisión 1993) Publicación N° 500 de la Cámara de Comercio Internacional, las cuales se aplican a todos los créditos documentados, incluso a los créditos stand by en la medida que ello sea posible y se haya expresado claramente en el contrato . Las "Reglas y usos uniformes relativos a los créditos documentados” (revisión 1993) Publicación N° 500 de la Cámara de Comercio Internacional no constituyen ley, como algunas veces se ha pretendido, pero al estar incluidas en el texto del crédito documentado obligan a las partes, salvo pacto en contrario. Tampoco son un tratado al cual los países pueden adherir o no. Son normas consuetudinarias fijadas por escrito, actualizadas periódicamente y a las que pueden adherir los bancos o asociaciones bancarias miembros de dicha entidad . Para Bonfanti las reglas y usos uniformes son condiciones ge¬nerales de contratación. Se ha interpretado que las reglas y usos uniformes publicadas por la Cámara de Comercio Internacional, son consideradas un orden jurídico suigeneris comparable en cuanto a sus efectos al derecho consuetudinario, cuyas normas se imponen ipso iure, salvo estipulación en contrario .'Asimismo, ha señalado la doctrina, que el orden de jerarquía de las normas aplicables al crédito documentario es el siguiente: 1) el orden público; 2) el contrato; 3) la costumbre; 4) la ley comercial supletoria; 5) la ley civjl supletoria conforme lo estipulado en el Título Preliminar y art. 207 del.Cód.Com.; y en último término, 6) los principios del derecho . En el supuesto concreto de un contrato internacional, al que tu-viéramos que aplicarle la legislación argentina, las normas a tener en cuenta serían: a) las cláusulas establecidas en el contrató entre partes, por aplicación del principio de autonomía de la voluntad; b) los usos y costumbres recopilados por la Cámara de Comercio Internacional, siempre que las partes los incorporen total o parcialmente al contrato en forma expresa; y c) la normativa que resulte aplicable según las normas de derecho internacional privado, con sujeción a los principios de orden público vigentes en nuestro propio derecho internacional privado nacional . Si se aplicara nuestra legislación interna, el crédito documentado debería regirse por los principios del Código de Comercio, en virtud de la naturaleza comercial del contrato y la calidad de comerciantes de las partes, dado que la figura no está legislada específicamente en nuestro ordenamiento jurídico interno. En cuanto al ámbito de aplicación temporal, en un caso concreto se ha resuelto que si la modificación introducida en las "Prácticas y Usos Uniformes para Créditos Documentarios” para créditos documentados vigente desde el 1 de octubre de 1975, entró en vigencia con posterioridad ala operación que dio lugar a este juicio, para quienes conocen el desarrollo de su tramitación y el profundo análisis que se sigue en las Cámaras de Comercio en toda modificación que se introduce en las mismas, digno es advertir, que no obstante que su vigencia es posterior, las nuevas reglas han consagrado el uso que desde años atrás se ha venido consagrando en las prácticas bancadas sobre el punto y por tanto lo determinado en ellas también puede servir como criterio orientador en la definición de esta causa cuyos hechos se produjeron en enero de 1975 . El trust receipt Documento mediante el cual el ordenante de un crédito documentario (importador) reconoce que sólo recibe los documentos de embarque por parte del Banco Emisor para realizar los trámites ante la Aduana, permitiendo al banco conservar el ejercicio del derecho de retención sobre las mercaderías descriptas en los documentos de embarque. Fuente: https://www.bna.com.ar/Empresas/Pymes/ComercioExterior/GlosarioComercioExterior La letra de cambio Concepto de letra de cambio Vivante la definió como "título de crédito formal y completo, que contiene la obligación de pagar sin contraprestación una suma determinada, al vencimiento y en el lugar en él mismo expresado". Por su parte Bonelli señalaba que consistía en un título susceptible de circu¬lar por vía de endoso, que contiene la promesa de pago de una suma de dinero y que vincula solidariamente a todos los suscriptores. A su vez para Asquini la letra era un título a la orden, abstracta, formal y completa que lleva la obligación incondicionada de pagar o de hacer pagar una suma de dinero al vencimiento y en el lugar indicado en el título. Es un documento que incorpora constitutivamente una promesa unilateral de efectuar una prestación que se efectiviza por medio de un negocio jurídico unilateral por voluntad del creador que, conforme a las normas vigentes de circulación, tiene caracteres esenciales propios que independizan el derecho de cada portador de los aspectos subjetivos de los anteriores poseedores siendo el documento imprescindible para ejercer el derecho que queda limitado en su extensión, cuantía y modalidad al tenor escrito del mismo. Fernández la definía como un título de crédito abstracto, constitutivo del derecho del tenedor legitimado para obtener el pago de una suma de dinero en determinado momento. Por su parte Cámara la define como el título de crédito formal y completo que contiene la promesa incondicionada y abstracta de hacer pagar a su vencimiento al tomador o a su orden una suma de dinero en lugar determinado, vinculando solidariamente a todos los que en ella intervienen(10). La letra de cambio como título valor posee una estructura trilateral, y se encuentra regulada en el decreto 5965/63 entre los arts. 1 al 100. Por este título una persona "el librador" ordena a otra "el girado" que pague al vencimiento determinada suma de dinero a una tercera persona denominada "tomador" o "beneficiario" o a la persona a la que éste endose el título . Posee las siguientes particularidades: —Es un título que contiene una orden de pago dirigida al girado pero que se entrega al tomador quien la presenta al girado a los efectos del pago. —El librado promete al tomador el hecho de un tercero y subsidiariamente si éste no cumple, promete el hecho propio. —Por esto último, el librador responde del buen fin del título, es decir, que el girado efectivamente acepte la orden y pague al vencimiento o en su defecto el librador hará el pago. —El girado no queda vinculado por el mero hecho de que el librador ordene el pago, solamente si "acepta" la letra se convertirá en deudor cambiario, de lo contrario no formará parte del plexo de obligaciones. Habiendo aceptado se convierte en "aceptante", directo y principal deudor de la letra. —Es un título formal y completo. —Contiene una promesa incondicional, abstracta e irrevocable. Se refiere siempre a pagar una determinada suma de dinero. —El librador siempre y en todos los casos es garante del pago de la letra no pudiendo desligarse de dicha garantía esencial (art. 10 LC). —El carácter trilateral de la letra hace que existan siempre dos relaciones subyacentes: A) La relación de "valor" o de "valutta" es la que se establece entre el librador y el tomador, es una relación pura de crédito y es de naturaleza cambiaria. B) La relación de "provisión de fondos" es la que vincula al librador con el girado y la que justifica la orden que el librador dirige al girado, dicha orden reposa y se fundamenta en la relación de provisión, que es de naturaleza extra cambiaria, dado que no surge ni se incorpora en el título. No obstante si se la menciona en el título tal mención sería cambiariamente irrelevante. La provisión se relaciona con los fondos que el librador debe proveer (de ahí provisión) al girado para que éste a su vez acepte la letra y pague. No obstante referirse siempre a provisión de fondos, la provisión no solo puede consistir en remitir fondos, sino que bien puede adquirir la forma de concesión de crédito del girado al librado (libro una letra para que un banco que me concede crédito le pague al tomador o a quien resulte su endosatario y portador legitimo) o bien puede consistir en una deuda que el girado tenga con el librador la cual se saldará con el pago hecho por el girado (deudor del librador) al portador de la letra. Así la provisión que es solo una relación de crédito proviene de los negocios que existan entre librado y girado, podrá ser compraventa, donación, alquiler, provisión de mercaderías, préstamo, etc., éstos rigen a la provisión, la cual repito, se traduce siempre en una relación de crédito, de moneda. Si entre librador y girado se deben mercaderías, la provisión en el caso de la letra no consistirá en remitir mercaderías, la provisión es la suma representativa de las mismas. La provisión es en esencia el crédito que nace de los negocios celebrados entre ellos. Es importante destacar que la ausencia de provisión en modo alguno invalida la letra. Asimismo se debe tener presente que la obligación cambiaria del librador no consiste hacer la provisión sino que él responde cambiariamente por haber creado la letra y ser su garante de pago, garantía esencial de la misma (art. 10 LC) y es lo mismo que haya efectuado provisión o no porque la acción de regreso en su contra prescinde de la existencia de provisión. Del mismo modo la obligación cambiaria del girado no nace del hecho de que haya o no recibido la provisión o por ser deudor del librador o por haberle dado crédito su responsabilidad cambiaria surge de haber aceptado la letra firmándola. Y si habiendo firmado la letra aceptándola luego verifica que no tiene hecha la provisión por parte del librador no podrá invocar tal ausencia para pretender liberarse de la obligación cambiaria que asumió como aceptante (11). Requisitos de la letra de cambio De acuerdo a lo que venimos exponiendo, sabemos ya que la letra de cambio se trata de un título valor "cambiario" por el cual una persona, llamada librador, da una orden a otra, llamada girado, de pagar incondicionalmente a una tercera persona, llamada tomador o beneficiario, una suma determinada de dinero en el lugar y el plazo que indica el documento. De esta manera intervienen 3 personas. Y todos los suscriptores quedan solidariamente obligados a su pago. —El librador o creador del documento. —El tomador o acreedor cambiario. —El girado que es quien paga. —Eventualmente si la letra circula se agregarán otros obligados cambiarios por la vía el endoso o de las garantías cambiarias. Requisitos intrínsecos o sustanciales Son los requisitos comunes a cualquier acto jurídico. Por tanto el acto de libramiento de la letra debe observar: —Capacidad. Actualmente los mayores de 18 años y aquellos que no se encuentren con capacidades disminuidas podrán contratar y en ese caso obligarse cambiariamente, se debe aclarar que en los caso en que el Código Civil y Comercial prevé capacidad restringida (arts. 32, 33 y siguientes del CCCN) se deberá analizar el caso concreto por cuanto el sistema cambiario supone régimen severo de obligaciones que por sus consecuencias más gravosas resulta exorbitante del derecho común. —Voluntad: entendiendo ésta conforme el art. 260 CCCN como la conjunción del discernimiento, intención y libertad que se manifiesta por un hecho externo. —Objeto: De acuerdo al art. 279 CCCN el objeto no debe ser un hecho imposible o prohibido por la ley, ni contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden público o lesivo de derechos ajenos o de la dignidad humana. En el caso de la letra de cambio el objeto está dado por la promesa de pagar una suma determinada de dinero, y ese es el objeto del acto. —Causa: La causa es el fin inmediato que ha sido determinante de la voluntad (art. 281 CCCN) debe ser lícita, y no violentar el orden público ni la moral ni las buenas costumbres. No obstante se aclara que la falta de causa o la causa lícita podrá ser opuesta como excepción procesal entre los vinculados inmediatos en el marco del nexo cambiario siempre que se reclame en base a un proceso de conocimiento, ya que en el campo del proceso ejecutivo tal posibilidad resulta vedada. Igualmente al tercero portador de buena fe por la autonomía de su derecho no le serán opuestas defensas fundadas en la falta o ilicitud de la causa. Requisitos formales de la letra de cambio Se debe aclarar que ante la falta de previsión y prohibición expresa es posible redactar la letra de cambio en cualquier tipo de soporte material, siempre que pueda cumplir su función económica y jurídica. Normalmente se inserta en una hoja de papel de cualquier clase y dimensión en la cual se vuelcan las declaraciones formales y solemnes. No es necesario que el documento sea de los pre-impresos, manuscrito, fotocopiado, salvo la firma que debe ser manuscrita el resto podrá ser pre-impreso, o fotocopiado. Tampoco hay exigencia sobre el material para escribir, tinta o lápiz, pero cuando el documento esté redactado en tinta, los espacios en blanco o agregados con lápiz no se toman en cuenta. Asimismo se debe tener presente que los requisitos formales, pueden estar ausencias en el momento de la creación del título. Se discute si con la sola firma del título alcanza y es suficiente para tener por creada la letra. Creemos que no es posible sostener tal afirmación por cuanto al menos se debe referir que tipo de documento se está firmando por el librador, por lo que somos de la opinión que para la creación de la letra será necesario como mínimo contar con la firma y la identificación del tipo de título que se firma. Salvo en el supuesto de suplencia legal de su ausencia (art. 2 LC) los requisitos formales que no se completaron al momento de la creación deberán estar completos al momento de la presentación del título. De los requisitos de la letra debemos analizar los requisitos intrínsecos o sustanciales y los extrínsecos o formales, a su vez éstos podrán ser esenciales y naturales. Requisitos esenciales Son aquellos que no pueden faltar bajo pena de nulidad del título, y se encuentran regulados en los arts. 1 y 2 LC. A) Denominación letra de cambio o cláusula a la orden: La norma del art. 1 inc. 1 LC exige que conste en el título la expresión letra de cambio o cláusula a la orden, las que deben manifestarse en el idioma en que se redactó el documento. Se exige además que la denominación se inserte en el texto del título, con lo que se quiere significar que la denominación debe integrar el plexo de declaraciones volcadas en documento, no resultando suficiente la mención de la denominación en un rincón o al costado del título. Con esta exigencia que funciona en forma identificadora, se trata prevenir y advertir a los firmantes del hecho que están suscribiendo una letra de cambio por el severo régimen que la regula. B) Promesa incondicionada de pagar una suma de dinero. El art. 1 inc. 2 exige que debe colocarse la promesa incondicionada de pagar una suma determinada de dinero. Ya vimos que la promesa del librador es incondicionada por cuanto no está sometida a condición alguna. Debe tratarse de una promesa pura y simple de hacer pagar una suma de dinero. La cual debe ser expresada claramente en su cantidad y tipo de moneda. Cualquier condición impuesta le quita al documento el carácter de título de valor. Se trata de suma de dinero y la misma debe ser determinada, única, no es posible que sea determinable ni fraccionada. Tampoco es posible consignar como promesa de pago en mercancías o cosas, solo una suma de dinero determinada. No obstante que la norma no lo exige, y porque se deduce de la norma del art. 6 es usual que se consigne el monto en letras y cifras. Si surgen diferencias entre el monto consignado en números y el consignado en letras, la solución está en el mismo art. 6 que dispone "la letra de cambio que lleve escrita la suma a pagarse en letras y cifras, vale, en caso de diferencias, por la suma menor". Si bien la suma debe ser determinada ello no obsta a que en la letra se puedan pactar intereses. En efecto el art. 5 LC prevé que se pueden pactar intereses compensatorios en las letras de cambio giradas a plazos relativos (a la vista o a cierto tiempo vista) y si se lo hace en otro tipo de letra, la cláusula de intereses se tendrá por no escrita. Ello por cuanto se presume que en letras giradas a vencimientos absolutos (letras giradas a día fijo a cierto tiempo día). La norma exige como condición de eficacia de la cláusula de intereses que la tasa de interés esté indicada en la letra, no resultando suficiente la indicación del tipo de tasa, por ejemplo tasa activa del Banco Nación Argentina. Los intereses corren a partir de la fecha de la letra cuando no se indique una fecha distinta. No obstante que el art. 5 no lo prevé, por vía del art. 52 inc. 2 es posible consignar un pacto sobre intereses moratorios. En efecto conforme la aludida norma el portador puede exigir a aquel contra el cual ejercita su acción de regreso...". Los intereses, a partir del vencimiento de la letra de cambio (se refiere evidentemente a los intereses moratorios) al tipo fijado en el título; y si no hubiesen sido estipulados, al tipo corriente en el Banco de la Nación en la fecha del pago". Esta cláusula es aplicable a todo tipo de letra sin que tenga eficacia el límite del art. 5 que se refiere a los intereses compensatorios exclusivamente. C) Nombre girado: El inciso 3 del art. 2 LC exige el nombre de quien debe hacer el pago, la persona a quien el librador encarga que abone esa letra de cambio. Si bien es esencial la mención, no por ello éste adquiere la calidad de obligado, lo que ocurre solo con la aceptación de la letra. La ausencia del nombre del girado en la letra de cambio la invalida como título. Ello se explica porque aun cuando su mención no es necesaria al momento de la creación si resulta como requisito esencial no suplido de necesaria inserción en el título al momento de ejercer el derecho. Algunos autores aceptan la posibilidad de que la letra que omite la mención del girado, sin bien no vale como letra sí puede ser eficaz como pagaré. Por nuestra parte consideramos que si la letra omite la designación del girado, obviamente el título no valdrá como letra, mas estimamos que tampoco como pagaré por cuanto la obligación del suscriptor es asimilada a la del aceptante de la letra, el cual al ser omitido resta toda posibilidad de asimilación en las funciones de los emplazamientos del título. Además la responsabilidad del librador de la letra es regreso y no directa como la del girado aceptante y la del suscriptor del pagaré. Por otro lado para promover el regreso contra el librador será necesario levantar protesto útil por falta de aceptación o de pago (salvo que la letra contenga la cláusula sin protesto) circunstancia de imposible cumplimiento. No obstante ello es posible considerar a la letra sin girado no ya como pagaré pero como título abstracto de reconocimiento de deuda, ello en virtud de darse en el caso un supuesto de conversión sustancial por reducción. Por otro lado también debemos aclarar que si el girado es una persona de fantasía o inexistente o es incapaz, ello no invalida la letra desde que el requisito esencial constitutivo se encuentra presente, pudiendo además cumplirse con las formalidades en cuanto a la presentación a la aceptación y en su caso el protesto, toda vez que la presentación en el domicilio indicado y requerir la aceptación o el pago son suficientes a los fines de abastecer las cargas sustanciales y formales, independientemente del resultado. Por otro lado el principio de independencia de las obligaciones cambiarias (recordemos el art. 7 LC) indica dicha solución. D) Nombre del tomador: El art. 1 inc. 6 exige la mención del nombre de aquel al cual o a cuya orden debe efectuarse el pago. La letra puede ser librada a favor de varios tomadores o beneficiarios, conjunta o alternativamente. Si es en forma conjunta, los derechos cambiarios solo pueden ser ejercidos por todos los beneficiarios en conjunto, por ejemplo si deciden transmitirla deberán endosarla como co-endosantes (no es válido el endoso parcial). Ahora si la letra es librada a favor de dos tomadores en forma alterna, es decir sírvase pagar a Augustus o a Cesar, en ese caso cada beneficiario puede ejercer sus derechos individualmente. Del mismo modo que en el caso del girado, si se designa como tomador una persona de fantasía o imaginaria, rige el principio de independencia de las obligaciones cambiarias, por lo cual dicha circunstancia no invalida el título. E) Fecha de creación: El inciso 7 del art. 1 prevé que como requisito esencial en la letra debe constar la fecha de creación, siendo que si se la omite invalida la letra. La fecha de emisión resulta un dato relevante porque a partir del mismo podrá determinarse la capacidad del librador, en su caso la determinación del vencimiento de la letra, el cómputo de los plazos para la presentación y la prescripción, si el librador se encuentra en situación de concurso o de cesación de pagos. Si la fecha consignada es imposible, por ejemplo que figure librada el 31 de febrero, en ese caso la letra es inválido. La misma solución se impone en caso de que se haya consignado varias fechas de creación. F) Firma del librador: Este elemento pertenece a la esencia e todo acto jurídico. El art. 288 del CCCN establece que la firma prueba la autoría de la declaración de voluntad expresada en el texto al cual corresponde. Debe consistir en un nombre del firmante o en un signo. La firma de la letra debe ser de puño y letra del librador. La impresión digital no suple la firma. Además debe ser colocada en el texto de modo de cerrar la declaración cambiaria. Al igual que en el caso del girado o tomador, si existe falsificación de la firma del librador, tal circunstancia no invalida la letra ni obliga al sujeto cuya firma se falsificó, ello en virtud del ya referido principio de independencia de las obligaciones cambiarias. La misma solución se adopta en el caso que el librador sea persona imaginaria o ficticia. Requisitos naturales Son aquellos que no tienen naturaleza constitutiva, normalmente están presentes en el título pero pueden faltar y su ausencia no perjudica la validez de la letra, toda vez que la ley establece criterios de supletoriedad: A) Plazo para el pago: El art. 1 inc. 4 exige que la letra debe contener el plazo del pago, es decir el tiempo, fecha o término en que se hará exigible la prestación. La propia ley en su art. 2 establece que en caso de ausencia del plazo para el pago se considera que la letra ha sido girada a la vista. Debemos advertir que la suplencia legal es operativa ante el supuesto de ausencia del plazo, por lo que si el plazo es imposible, como por ejemplo un plazo anterior a la fecha de creación de la letra, tal plazo invalida la letra por ausencia de requisito formal. Asimismo no es válido el libramiento de la letra (ni del pagaré) a vencimientos escalonados, por ejemplo a 30, 60, 90 días. En ese caso la letra es nula (art. 35 in fine LC). Hay 4 clases de vencimientos (art. 35 LC): —A la vista: La letra es la pagadera a su presentación En este tipo de plazo "relativo" el título debe presentarse para el pago dentro del plazo de un año desde su fecha, pudiendo el librador ampliar o disminuir este plazo (art. 36 LC). —A día fijo: En esta caso la letra prevé el día exacto en el que vence (arts. 35 y 38 LC). En este tipo de vencimiento se debe tener presente que si se inserta en el título que vence: •A principio de mes, se entiende que vence el 1º del mes. •A mitad de mes, se entiende que vence el día 15. •A fin de mes, se entiende que vence el ultimo día del mes. • a mes y medio, para determinar el vencimiento se computa primero el mes entero y los 15 días después. Si la letra consigna expresiones como "8 días" o "15 días" no se entienden 1 o 2 semanas sino 8 o 15 días (art. 38 LC). —A cierto tiempo vista: En este caso el plazo de vencimiento se computa a partir de la vista del título que es la firma y fecha puesta por el tercero al momento que es presentada a la aceptación o protesto (art. 37 LC). —A un cierto tiempo fecha: La letra vence al vencimiento del cierto tiempo contado desde la fecha de creación. B) Lugar de pago: Está previsto en art. 1 inc. 5 y un requisito fundamental por cuanto allí debe exigirse el cumplimiento de la prestación debida y es donde hay que efectuar el protesto. Asimismo determina el tribunal competente para promover la acción cambiaria. Este requisito es natural debido a que ante su falta de indicación, el lugar designado al lado del nombre del girado se considera lugar de pago y domicilio del girado. Se entiende como lugar de pago no una dirección determinada, sino que se ha aceptado que resulta suficiente consignarse una ciudad, o lugar determinado. La jurisprudencia es rica en pronunciamientos que han admitido como lugar de pago se haya consignado "pagadero en Buenos Aires" lugar en donde se exigirá el cobro. Pero es evidente que si se consigna como lugar de pago una ciudad o localidad, la diligencia de presentación será de difícil realización por cuanto aparentemente el documento no cuenta con un domicilio del deudor u obligado. El art. 41 LC establece que la letra debe presentarse para el pago en el lugar y dirección indicados en el título, es decir que se prevé que en la estructura funcional y técnica del título se deba consignar el domicilio del obligado. Si no se lo consigna la propia norma lo resuelve estableciendo que en ese caso se deberá presentar en el domicilio del girado o de la persona designada en la misma letra para efectuar el pago por el girado, o bien, si lo hay, en el domicilio del aceptante por intervención o de la persona designada en la misma letra para efectuar el pago por éste, o bien en el domicilio de la persona indicada al efecto. Por último, señalamos que normalmente el domicilio de pago y domicilio del girado coinciden, y además se ese domicilio se encuentra seguramente en el lugar de pago consignado. Pero puede suceder que por conveniencia del comercio, el pago deba ser realizado en un lugar distinto al domicilio del girado y también que quien pague sea un tercero y no el girado. En este caso es posible librar letras denominadas "domiciliadas", en las cuales se establecen como lugar de cumplimiento un lugar distinto a los domicilios del girado, pudiendo además designarse por el librador o girado un tercero que hará el pago (pero no asume obligación cambiaria alguna). Esta modalidad está prevista en los arts. 4 y 29 LC. C) Lugar de creación: Es un elemento importante porque indica cual es la ley aplicable para juzgar la validez del documento, ello conforme la locución latina "lucum resgit actum". A falta de mención del lugar de creación el art. 2 determina que "la letra de cambio en la que no se indica el lugar de su creación se considera suscripta en el lugar mencionado al lado del nombre del librador". El problema se suscita si al lado del nombre del librador no hay lugar mencionado. En este caso, al igual que el supuesto del lugar de pago, la suplencia no resulta operativa por cuanto solo se suple el requisito en ausencia del lugar de creación en cuyo caso será considerado tal el lugar indicado al lado del nombre del librados, y si tal lugar no ha sido indicado, faltaría entonces el requisito y la letra es inválida. Cuestiones en torno a la creación Independencia de las obligaciones cambiarias (art. 7) Algo ya adelantamos en puntos anteriores, pero vale reafirmar que el principio de independencia de las obligaciones cambiarias indica que cada obligación puesta por un suscriptor del título es válida aun cuando las de otros suscriptores son nulas. Así es, si la letra llevase firmas de: A) Personas incapaces de obligarse cambiariamente (un menor). B) Firmas falsas. C) Firmas de personas imaginarias. D) Formas que por cualquier razón no obligan a quien ha firmado el título o con el nombre con el cual ha sido firmada, las obligaciones que han asumido los oros firmantes siguen siendo válidas. Es decir que las obligaciones, si bien uno garantiza a otro, el hecho que exista alguna firma no válida (por falsedad, suposición o incapacidad) no invalida el documento ni las firmas de los otros suscriptores. Esto es importante porque la existencia de firmas falsas por ejemplo no "rompe" la cadena de endosos, sino que a los efectos que el portador se legitime con una serie ininterrumpida de endosos, un endoso con firma falsa no destruye la cadena de endosos. Así se ha resuelto que el principio de autonomía de las obligaciones cambiarias permite que las firmas falsas de los endosantes integren la serie o cadena de endosos de manera que el tercer tenedor legitimado por la serie ininterrumpida de endoso formalmente hábiles e incorporados al documento pueda ejercer los derechos cambiarios del título contra todos los firmantes siempre que no se pruebe su mala fe(12). Representación cambiaria El acto cambiario o la declaración inserta en un título valor pueden ser otorgados mediante representante. Dicha representación debe surgir del propio texto literal del título, normalmente se la identifica con sello respectivo o con la mención "P.P." o "por poder" junto a la firma del representante. En este caso se imponen varios interrogantes: ¿Quien, cómo y con qué instrumento, puede un tercero firmar un título en representación de otro? ¿Cuáles son las modalidades y consecuencias de la insuficiencia de la representación? El principio general está contenido en el art. 9 LC por el cual "quien pone su firma en una letra de cambio invocando representación de otro debe hallarse autorizado con mandato especial ya que el mandato general no hace presumir la facultad de obligarse cambiariamente. Y ello se justicia por cuanto asumir obligaciones cambiarias exorbitantes del derecho común, significa, como venimos ya sosteniendo, incorporarse a un sistema rígido y severo. Ahora bien la facultad general de obligarse en nombre y por cuenta de un comerciante comprende a su vez la de obligarse cambiariamente con motivo de los actos de comercio del mandante salvo que del instrumento del mandato (debidamente inscripto) se dispusiera lo contrario. Es decir que el mandato general para administrar los negocios del principal naturalmente habilita al representante a suscribir obligaciones cambiarias inherentes al giro de los negocios que administra por cuenta y orden del mandante o representado. Es el caso del gerente o el factor de comercio. Y esto es así ya que no es concebible que en la dinámica del comercio el representante tenga que solicitar mandato especial cada vez que suscribe un título por obligaciones inherentes al giro comercial, de lo contrario se entorpece el comercio, se ralentiza, se le colocan trabas, lo cual perjudica el movimiento económico. Pero puede suceder que algún sujeto actúe sin facultades suficientes o directamente sin mandato ni representación, en este caso la solución legal es que el firmante que así obra asume la obligación a nombre propio (art. 8 LC). Es el supuesto del "falso procurator": quien queda obligado es él mismo como si hubiese firmado a su propio nombre y si bien la norma lo dice, lo rei¬teramos, si hubiese pagado, tiene los mismos derechos que hubiera tenido el supuesto representado. La misma solución se aplicará cuando el representante se hubiese excedido en sus facultades. Por su lado el Código Civil y Comercial establece en el art. 1825 que "quien invoca una representación inexistente o actúa sin facultades suficientes es personalmente responsable como si actuara en nombre propio...". Esta solución es similar a la establecida en los arts. 8 y 9 LC ya mencionados. El art. 1825 del CCCN además establece que "Igual responsabilidad tiene quien falsifica la firma incorporada a un título valor". De este modo, quien falsifica la firma de otra persona (un falsificador) solamente responderá en la medida del título, es decir por su monto, igual que aquel que no ha falsificado pero que obró sin mandato o con exceso en su mandato. Responsabilidad El librador de la letra de cambio garantiza la aceptación y el pago de ella: Antes de la aceptación, el girado no es un obligado cartular, podríamos decir con un término no muy académico que es "un simple mencionado" y que tal mención en modo alguno le impone obligaciones y por ello en supuesto de no llegar a aceptar la letra no tiene responsabilidad cambiaria alguna. Si la persona a quien se encarga el pago de la letra no acepta en convertirse en obligado cambiario, el librador es responsable de abonarla, porque ella es una garantía esencial de la cual no puede liberarse (art. 10 LC) ello sin perjuicio de las acciones extracambiarias de daños y perjuicios que pueda tener contra el girado que no aceptó aun habiendo recibido la provisión y no haber honrado lo pactado. El librador responde siempre como obligado de regreso: Pero su posición es diferente según deba hacerse cargo de abonar la letra por falta de aceptación o por falta de pago. —Si el girado acepta y al vencimiento no paga, recién en ese momento el portador puede ir contra el librador. —La acción de regreso por falta de aceptación puede ejercitarse antes del vencimiento de la letra. A su vez los endosantes del título también responden por la aceptación y el pago del documento, mas en este caso ellos podrán exonerarse de tales responsabilidad de a través de la inserción de las cláusulas pertinentes. A diferencia del librador, creador del título, el endosante si puede liberarse de la garantía de pago. Si bien no es de efecto para la letra de cambio, entendemos necesario señalar que el código civil y comercial en su art. 1826 en los títulos valores en general asigna la responsabilidad en el pago a los creadores del título valor los cuales se obligan solidariamente al pago, pero no lo están los demás intervinientes en el nexo obligacional, esto es normalmente los endosantes del título, excepto que exista una disponían legal contraria o que se inserte una cláusula especial al momento de la creación del título o en un acto de trasmisión. Es decir en el caso la regla será la no responsabilidad del endosante o interviniente, solo responderá en el supuesto en que tal responsabilidad surja de la inserción de una cláusula especial. Del mismo modo, a través de cláusula especial podrá el creador modificar (nunca relevar porque la del librador o creador es un garantía esencial del título) su responsabilidad. A su vez dicho cuerpo legal en el art. 1846 y para el caso de los títulos valores cartulares establece una solución distinta a la anterior, y esto se comprende por cuanto el régimen de los títulos valores cartulares es semejante a la de los títulos cambiarios, por eso la solución adoptada es similar a la de la ley cambiaria. El art. 1846 establece la responsabilidad de los endosantes, la cual, sin embargo podrá exonerarse por medio de una cláusula especial inserta en el título. Títulos en blanco e incompletos De lo hasta ahora expuesto advertimos que el sistema cambio no obstante la exigencia de la formalidad de los requisitos es posible el libramiento y circulación de títulos a los que les falten algunos requisitos, los cuales deberán estar completos como condición de validez de la letra al momento de la presentación al cobro o aceptación. Completamiento que deberá realizarse de conformidad con el pacto previo de llenado que surge del acuerdo de las partes sobre como completar los requisitos, pacto que es de naturaleza extra cambiaria. Al referirnos a letra de cambio en blanco o letra incompleta es claro que se trata de supuesto en que a esos títulos les faltan requisitos exigidos por el art. 1 LC. Se trata de letras imperfectas por falta de requisitos pero válidas a condición, reiteramos, que se completen al momento de la presentación. Algunos autores distinguen entre título en blanco y título incompleto, señalando los primeros son aquellos que su emisor voluntaria o intencionalmente libro a la circulación con la ausencia de algún requisito formal que no se suple y los incompletos son aquellos que igual nacen a la circulación con ausencia de requisitos pero de modo involuntario. Fundamentan la distinción en la propia norma del art. 11 cuando en su primer párrafo alude a la letra de cambio incompleta y en el segundo a la letra de cambio en blanco. De cualquier modo, las consecuencias prácticas son las mismas, por lo que a los fines del presente los trataremos como títulos indistintos. Estos títulos son válidos a condición de que cuando se los presente para ejercer los derechos en contra de cualquier obligado sea o este completado en los términos del art. 2 de la ley. La utilidad de la letra en blanco reside en la posibilidad de completarla posteriormente sobre la base de elementos indeterminados al momento de la creación pero determinables antes de la presentación. El art. 11 LC al admitir la validez de estos documentos, otorga al portador el derecho a completarlos. Si se libra con el nombre del tomador en blanco, éste puede: A) Completarlo con el suyo o con el de otra persona. B) Transferirlo en blanco, transmitiendo al adquirente la potestad de completarlo. En este tema hay que distinguir dos cuestiones. Una el llenado de los requisitos faltantes de la letra, lo cual debería ser efectuado conforme los acuerdos que entre las partes existían y que motivara la emisión de la letra en esas condiciones y que es lo que sucede cuando en la operación de llenado no se respeta el acuerdo o pacto de llenado. La otra cuestión es la relativa al plazo —de caducidad— para llenar la letra, el cual es de 3 años desde la creación del título y en su caso cual es el efecto de haber trasmitido la letra ya completada en fecha posterior al plazo señalado. Si las modalidades pactadas al momento del libramiento (por ejemplo el monto de la letra que depende de una confirmación comercial pero la urgencia motiva que el librador la deja firmada igual sin llenar el monto y confía el llenado de buena fe a su contratante) no son observadas o si no se respeta la causa de emisión, es decir no se cumple con lo pactado, el llenado o la integración del título resulta abusiva, y el deudor puede hacer valer en los límites fijados por el art. 11. Ahora bien, debemos aclarar que la defensa de llenado abusivo por haber contrariado o no haber observado los acuerdos que determinaron el libramiento, solo se la puede oponer el librador a su contratante inmediato ya que es con él con quien acordó los términos o condiciones del libramiento del título y de cómo completarlo, siendo inoponible a los ulteriores portadores del título a menos que éstos hubieran adquirido el título de mala fe (es decir sabiendo o conociendo la violación del pacto de llenado) o hubiese incurrido en culpa grave (debió haber sabido o tomado las precauciones mínimas). ¿Cuál es el plazo para llenar o completar el título? Esta norma establece que el portador del título puede completarlo dentro de los 3 años de su firma por parte del librador (creador del título). Vencido ese plazo, caduca el derecho de llenarlo, aunque debemos aclarar que esa caducidad es inoponible al tercero portador de buena fe, (es decir a aquel que no sabía que se había llenado la letra vencido el plazo para ello) que recibe el título ya completo. Es que los sucesivos adquirentes del título son ajenos a los acuerdos que el librador acordó con el tomador, esos terceros son ajenos a esa relación extra cambiaria. Suposición y alteración La suposición es una falsedad ideológica, no se modifica lo real sino que sea desde el principio algo que es falso o que no existe. En cambio la alteración es una falsedad material. Hay suposición cuando se firma el título con un nombre imaginario, con un seudónimo o con nombre de una persona que falleció. En este caso por el carácter de independencia de las obligaciones cambiarias y por la autonomía que impera en el sistema (art. 7 LC) dichas firmas no tienen influencia sobre el resto de las obligaciones las cuales permanece como válidas. "Si la letra de cambio llevase firmas de personas incapaces de obligarse cambiariamente, firmas falsas o de personas imaginarias o firmas que por cualquier otra razón no obligan a las personas que han firmado la letra o con el nombre de las cuales ha sido firmada, las obligaciones de los otros suscriptores siguen siendo, sin embargo, válidas" (art. 7 LC). Además también hay suposición en el caso que la letra tuviere formas de un incapaz, aunque el incapaz sea el librador y creador del título, las obligaciones de los endosantes serán válidas. La alteración importa la falsedad material, es decir que a un texto originario producto de una declaración de voluntad que existe en el título se lo puede modificar, borrar, enmendar, interlinear, testar tachar, en fin se lo puede modificar materialmente. La alteración está prevista en el art. 88 LC. Se refiere a la modificación material del texto originario que produzca un cambio significativo en la declaración de voluntad cambiaria. Algunos autores se refieren a alteraciones lícitas e ilícitas. Entienden por lícitas el supuesto en que el autor de la declaración enmiende, interlinee su declaración y lo salva con su firma. Sin perjuicio de las posiciones doctrinarias que aceptan la existencia de alteración lícita, creemos que la alteración resulta siempre una modificación ilícita que no es consentida por el autor de la declaración. En caso de alteración del texto de la letra de cambio, los que hubiesen firmado después de la alteración quedan obligados en los términos del texto alterado; los firmantes anteriores responden en los términos del texto originario. Si no resultase del título o no se demostrase que la firma fue puesta antes o después de la alteración, se presume que ha sido puesta antes (art. 88 LC). Circulación de la letra de cambio Antecedentes Los derechos o créditos anteriormente circulaban de acuerdo a las formas de los contratos especialmente a través del contrato de cesión de créditos o cesión de derechos, el cual se debía hacer por escrito, con formas solemnes, a veces con intervención de un notario escritura pública, con todo el costo y tiempo que ello implicaba. Por ello con el tiempo las formas se fueron aligerando y luego de la introducción de la cláusula "a la orden" se llegó a la figura del endoso, esto es una firma que representa la declaración unilateral de voluntad del transmitente, que es colocada en "el dorso" del título o en su hoja de prolongación. La cláusula "a la orden" permitía que un tercero que no era el directo tomador se presentara, en su momento bajo la órbita de una mandato, a reclamar el cumplimiento de la prestación. La formula "páguese a Augustus o a quien él ordene..." que facilitaba el desplazamiento de los créditos evolucionó hacia el endoso que como tal fue regulado por primera vez en la Ordenanza francesa para el comercio de 1673 y de ahí se expandió a otras legislaciones. Sin perjuicio de que el endoso constituye el medio de transmisión por excelencia de estos documentos, lo cierto es que también operan otras formas de circulación y transmisión, como ser la transmisión por cesión de derechos, la hereditaria, por donación, dación en pago y la trasmisión que se opera a favor de uno de los firmantes cuando éste fue demandado por el pago del monto del título de modo que adquiere así la titularidad del mismo y del derecho, adquisición que opera ope legis, es decir por voluntad de la ley. La invención del endoso ha contribuido enormemente al desarrollo de la letra y del comercio en general, marcando un hito en la evolución de los títulos cambiarios ya que a partir de esta figura los comerciantes pudieron liquidar o hacer efectivo sus créditos en forma directa sin necesidad de requerir la intervención de los banqueros. Hoy en día merced al advenimiento de la informática, es claro que la figura del endoso se ha debilitado en algún caso, especialmente en las relaciones interbancarias en virtud del procedimiento de truncamiento, que consiste en retener el título en sede bancaria y hacerlo circular vía electrónica. Este mecanismo se encuentra previsto para el cheque a los fines de la compensación interbancarias mas no para la letra de cambio ni el pagaré(13). La palabra endoso procede de las francesa en dos (en dorso) por tratarse de una escritura que se consigna al dorso del documento. Concepto Esencialmente el endoso consiste en una declaración escrita en el título por la cual el portador firmante le transmite a otra persona el título facultándolo para el ejercicio de los derechos cambiarios incorporados al documento. Como declaración es unilateral, incondicionada e irrevocable y además es integral porque como acto cambiario se debe endosar la totalidad. Es un acto jurídico cambiario, unilateral, completo, formalmente accesorio y sustancialmente autónomo del libramiento de la letra, que se comporta como negocio abstracto, mediante el cual se transmite la propiedad del documento y con ello la titularidad del derecho emergente de él, habilitando al endosatario para ejercer todos los derechos resultantes del título a la vez que el endosante asume la obligación de garantía de aceptación y de pago de la letra(14). Endoso y cesión de créditos El endoso como medio técnico de circulación y transmisión de los títulos cambiarios se diferencia de la cesión. El endoso si bien se escribe en el título, la cesión se debe hacer o por medio de un contrato. En la cesión el cesionario adquiere los mismos derechos del cedente, de modo que éste solo garantiza la existencia y legitimidad del crédito, mas no garantiza la solvencia del deudor cedido. De este modo se concluye que la transmisión por medio de la cesión no es originaria sino derivada, la cesión trasmite el mismo derecho que tenía el cedente y el cesionario adquiere ese mismo derecho. En cambio en el endoso el endosatario adquiere un derecho nuevo en virtud de la autonomía. La consecuencia de esto es que en la cesión se acumulan en la circulación los posibles vicios que puedan existir en las relación anteriores de modo que el acreedor al momento de reclamar el pago podrá verse expuesto a defensas con fundamento en tales vicios. No hay en la cesión autonomía en las transmisiones. La cesión debe ser notificada fehacientemente al deudor cedido, lo que no es necesario en el endoso. Clasificación del endoso Para comenzar a estudiar las distintas formas o tipos de endosos, es necesario conocer quiénes son los sujetos del endoso. Se llama endosante a aquel que firma el título transmitiéndolo a otra persona. El primer endosante será siempre el beneficiario o tomador de la letra, quien la transmite a otro y éste a su vez podrá endosarla y así sucesivamente. Para ser endosante se requiere capacidad para obligarse cambiariamente, con la excepción del endoso en sin garantía ya que de este modo no se asume ninguna obligación cambiaria. En endosante puede actuar por sí mismo o mediante mandatario. Se denomina endosatario a la persona que recibe el endoso y que si decide transmitir la letra se colocara en la posición de endosante para endosarla a favor de otro que será a su vez su endosatario. El endoso se puede clasificar o agrupar en diversas clases, desde dos planos, el plano de formal y el de los efectos. Desde el plano formal encontramos: —Endoso completo (o nominativo): En este endoso consta la firma del endosante, a veces su aclaración, documento y el nombre del endosatario. Este endoso otorga mayor seguridad y es útil en caso de extravió o pérdida del título. —Endoso al portador: En este endoso se expresa en el título la leyenda "al portador" "a la orden del portador". Es un endoso que se considera como endoso en blanco (art. 13 LC) y se trasmite con la entrega del documento. —Endoso en blanco: El endosante se limita a poner su firma y omite la designación del beneficiario y legitima a cualquier portador para el ejercicio de los derechos cartulares. Quien recibe un título con endoso en blanco a su vez puede (art. 15 LC): 1) Llenar ese endoso en el título con su nombre o el de otra persona. 2) Endosar nuevamente la letra, pudiendo endosar en blanco o con el nombre de otra persona, es decir completo. 3) Transmitir la letra a un tercero sin llenar el endoso en blanco o sin endosarla. En endoso al portador y el endoso en blanco son sustancialmente idénticos ya que producen iguales consecuencias jurídicas. El endoso nominativo o completo a favor de determinado endosatario debe ser seguido por otro endoso firmado por ese endosatario ahora en posición de endosante, quien podrá al endosar hacerlo nuevamente en forma completa o en blanco o al portador. Desde el plano de los efectos del endoso, podemos dividirlos en: —Endoso con efectos plenos: Son aquellos endosos que carecen de cláusulas limitativas válidamente insertadas. Quien endosa en forma plena además de garantizar la aceptación y el pago, transmite la legitimación. Puede adoptar las formas de endoso completo o en blanco, en ambos casos si no constan cláusulas limitativas o restrictivas, el endoso cumple su función plena transmitiendo los tres efectos del endoso. Cumple las 3 funciones del endoso, es decir transmiten la propiedad del título, vincula a los endosantes garantizando el pago y legitiman a su endosatario. —Endosos con efectos limitados (o menos plenos): Es aquel endoso que contiene una cláusula limitativa insertada válidamente por lo que en este endoso falta alguna de las funciones del endoso, es decir que el endoso es restringido y limitado, quizás no trasmita la titularidad del derecho, quizás limite la garantía. Funciones del endoso El endoso como medio técnico de circulación tiene o reconoce tres funciones o efectos: A) Función de transmisión o efecto traslativo: El endoso pleno transmite la propiedad del título a quien lo recibe. Y con ella el derecho incorporado. Los derechos que adquiere el endosatario son los principales sobre el título y el crédito, los accesorios y los intereses. Al endoso se le debe adicionar la tradición del título. Éste es un efecto o función natural ya que puede ser suprimida por una cláusula especial, como por ejemplo en endoso en procuración. B) Función de garantía o efecto vinculante: El principio general es que el endosante es garante del pago del título salvo cláusula en contrario (art. 16 LC). Todos los endosantes precedentes al portador son junto con los otros obligados (aceptante, librador, avalistas) garantes solidarios al pago de la letra. Por ello cada nuevo endosante añade un nuevo garante a la letra. Para facilitar y asegurar la circulación de la letra de cambio, los usos comerciales impusieron la responsabilidad de cada endosante. Así el endosante garantiza el pago del título mediante la asunción de una obligación autónoma e independiente de la del librador y demás firmantes del documento. Puede suceder que quien endosó el título y después el documento circula y los vuelve a recibir en calidad de endosatario, no puede accionar cambiariamente de regreso contra los firmantes posteriores a su primer endoso, porque él está obligado con ellos y solo conserva derechos contra los endosantes anteriores y contra el librador. Si luego de circular el título es endosado a favor del librador éste no tiene acción contra los endosantes anteriores porque él garantiza el pago a todos los firmantes, pero si se tratare de una letra de cambio aceptada podría sí reclamar del aceptante. C) Función de legitimación o efecto legitimante: El endoso legitima a quien lo recibe para el ejercicio del derecho incorporado en el título. Recordemos que en materia de títulos valores y especialmente en estos títulos cambiarios el portador se legitima por la posesión para ejercer el derecho contenido en el título. Este efecto es puramente formal, crea una apariencia de titularidad a favor del último endosatario de una cadena o serie ininterrumpida de endosos. Como consecuencia de ello el endosatario portador legítimo no tiene necesidad de probar la legalidad de su adquisición si lo ha hecho de buena fe. Él se encuentra amparado y legitimado por la función legitimante del endoso que recibe y de la cadena o serie ininterrumpida de endosos. La legitimación del portador legítimo deviene entonces de la serie de endosos encadenados uno con el otro de modo que el siguiente sea consecuencia del anterior (art. 17 LC y art. 1842 CCCN). El primer endosatario puede recibir el título mediante un endoso en blanco, en cuyo caso puede llenar ese endoso con su propio nombre o con el de otra persona, puede endosarlo nuevamente en blanco o a nombre de otra persona. Cada endoso debe vincularse con el precedente, el endoso que sigue a un endoso nominativo tiene que hacerlo el endosatario indicado por el endosante procedente, aunque el endoso en blanco o al portador habilita al poseedor. Si un endoso en blanco es seguido por otro endoso en blanco se considera que el firmante de este último adquirió el título por efecto del endoso en blanco (art. 17 LC). Si una persona por cualquier causa, (pérdida, extravío, robo) hubiera perdido la posesión del título, el nuevo portador que justificase su derecho mediante una serie ininterrumpida de endosos, no está obligado a desprenderse del documento, sino cuando lo hubiere adquirido de mala fe o hubiera incurrido en culpa grave (art. 17). ¿Cuándo el adquirente es de mala fe? La doctrina es conteste en que sostener que el adquirente es de mala fe cuando al recibir el título conoce la desposesión sufrida por el propietario del documento. Existe culpa grave cuando el portador, en el momento de adquirir el documento no obrado en forma diligente para determinar si su endosante es también titular del crédito cambiario. Sin perjuicio de ello hay que destacar que la mala fe del poseedor no constituye ningún impedimento para que el deudor, al vencimiento, realice el pago, siempre y cuando ignore que el presentante del título es poseedor de mala fe, ya que el deudor tiene como carga solo verificar la continuidad regular de los endosos, pero no está obligado a constatar la autenticidad de las firmas (art. 43 LC). El deudor que abona el título a su vencimiento queda liberado a menos que haya procedido con dolo o culpa grave. Como la buena fe se presume la prueba de la existencia de dolo o mala fe es a cargo de quien lo afirma (art. 43 LC). El efecto o función legitimante es esencial de modo que es la única que no puede restringirse por una cláusula, y está presente siempre en todos los tipos y clases de endosos. Tiempo del endoso De la norma del art. 21 LC surge que en principio el endoso se puede efectuar hasta el vencimiento del título, pero el endoso hecho en fecha posterior al vencimiento tiene los mismos efectos que un endoso anterior. No obstante ello, se debe aclarar que la ley coloca un límite al endoso posterior y el mismo está dado por el protesto por falta de pago. En efecto, si se endosa el título después de efectuado el protesto o del vencimiento del plazo para hacerlo, el acto de endosar si bien será de trasmisión, no lo será con los efectos cambiarios del endoso sino como cesión de créditos (con las diferentes consecuencias entre una y otra figura, las cuales analizamos anteriormente). Con posterioridad al protesto o al vencimiento del plazo para hacerlo, igualmente podrá transmitirse el título mediante una firma en su dorso, pero sus efectos no serán ya los de un endoso sino los de la sesión ordinaria, es decir que el cesionario adquiere todos los derechos del cedente y queda sujeto a las excepciones que se le podrían haber opuesto a su transmitente (art. 22 LC). También se podrá ceder la letra aun antes del vencimiento por acto separado del título, esta transmisión importa una cesión con los efectos propios de esta figura. El endoso sin fecha se presume, salvo prueba en contrario, hecho con anterioridad al vencimiento del plazo fijado para efectuar el protesto (art. 21 LC). Formas del endoso En el endoso, la forma cambiaria se manifiesta en la simple firma del endosante en el dorso del documento. Esta firma nunca puede faltar de lo contrario no hay endoso. El endoso además requiere la tradición (entrega) efectiva del título al endosatario, y ésta se configura cuando una de las partes entrega en forma voluntaria una cosa y la otra voluntariamente la recibe. En virtud del principio de completividad, el endoso tiene que constar en el mismo título o en prolongación (art. 14 LC y art. 1839 CCCN), es decir que no puede figurar en un documento separado (si se hace por separado, igualmente puede tener eficacia pero como acto de transmisión pero bajo la forma y efectos de la cesión de crédito (art. 22 LC). El endoso debe ser (art. 14): —Puro y simple, no debe estar sujeto o condicionado al cumplimiento de ninguna condición. De colocarse una condición se considera no escrita (art. 13 LC y art. 1840 CCCN). —Debe ser total, porque el endoso parcial es nulo (art. 13 LC y art. 1840 CCCN). —El endoso debe escribirse en el cuerpo del título o en su hoja de prolongación debidamente adherida y ser firmado por el endosante. —El endoso en blanco se configura con la sola firma del endosante y solo será válido si se inserta al dorso del título (art. 14 último párrafo LC y art. 1843 CCCN) por lo cual concluimos que en endoso completo, al cual la norma aludida no se refiere, será plenamente válido aun si es puesto en el reverso del título. Esto se debe a que si el endoso en blanco que, como sabemos, consiste en la firma del endosante solamente, se lo efectúa en el reverso esa firma puede confundirse con un aval —garantía cambiaria— en cambio si está en el dorso se sabe que es un endoso porque el aval inserto en el dorso debe llevar la aclaración "por aval" u otra equivalente de modo que no se confunden. —Endoso de retorno: Se da cuando el endosatario es el librador o un endosante anterior, en este caso él puede endosar nuevamente el título (art. 12 último párrafo y 1839 CCCN). Puede suceder que el portador endose la letra nuevamente a quien ya figura en el plexo obligacional, en ese caso se deberá procurar determinar la posición de cada uno en torno a las responsabilidades, ya que si por ejemplo se le endosa al aceptante, al ser el obligado principal, se extingue la obligación cambiaria por confusión. Ahora si no aceptó, el girado será un endosante más y podrá ejercer el regreso en contra del librador o los endosantes que lo garantizan. Tipos de endoso —Endoso pleno o traslativo de la propiedad. Por este endoso el endosante transfiere al endosatario los derechos emergentes del título y habilita al mismo como portador legítimo del título, pero además se constituye en obligado cambiario. Este endoso se configura si se cumple con todas las funciones o efecto del endoso, esto es traslativo, vinculante o de garantía y legitimante (art. 15 LC). —Endoso en procuración. Regulado por el art. 19 LC (y art. 1844 CCCN), este endoso se materializa con la leyenda "valor al cobro" o "en procuración" o "en mandato". Esta modalidad de endoso suprime el efecto traslativo, y el endosante trasmite solamente la legitimación al endosatario, importando así un simple mandato de cobro. Funciona como un mandato cambiario y por ello no se extingue por la muerte o incapacidad sobreviviente del mandante, pero concluye por cumplimiento del encargo, por renuncia, muerte o incapacidad del endosatario. En esta modalidad, del propio título surge que el endosatario en procuración no es el propietario, pero puede ejercer los derechos inherentes al título, con la excepción que si bien lo podrá endosar nuevamente, ese endoso solo podrá ser nuevamente en mandato. Si no obstante ello, el endosatario endosa el título con efectos plenos éste solo valdrá como endoso en mandato. El endosatario en mandato tiene que obrar diligentemente para proteger los derechos del endosante y accionar contra los obligados al pago, y debe rendir cuentas de la gestión en general y de las sumas recibidas porque este endosatario no actúa a nombre propio sino en nombre de su endosante mandante. Si el endosatario promueve acción judicial contra algún deudor cambiario, los obligados cambiarios solo pueden oponer al portador por endoso en procuración las excepciones que hubieran podido oponer al primer endosante a título de mandato y no podrán oponer las personales que pudieran tener contra el endosatario en mandato. Ello por cuanto como se dijo antes, el endosatario en mandato actúa en interés del que hizo el endoso en mandato, que a su vez es el verdadero titular del derecho, y no en el suyo propio. —Endoso en garantía o en prenda. Regulado por el art. 20 LC (y el 1845 CCCN). La letra de cambio puede ser endosada en garantía del cumplimiento de otra obligación extra cambiaria que tenga el endosante con el endosatario obligación cuyo cumplimiento se pretende garantizar con la letra. El título funciona como una prenda que garantiza el cumplimiento de otra obligación ajena a la relación cambiaria. Este endoso convierte al endosatario en garantía o en prenda, en portador legítimo de la letra y acreedor prendario del documento. El endoso se materializa mediante la firma del endosante y la expresión "valor en garantía", "valor en prenda" o cualquier otra leyenda que indique la existencia de una caución. Puede hacerse con el nombre del beneficiario en blanco o al portador, aunque lo normal es que se lo haga a nombre de persona determinada. Siendo que lo que se entrega en prenda es un título, se debe tener presente que en este endoso se dan ciertas particularidades: el endosatario en garantía debe ejercer todos los derechos cambiarios y rendir cuentas al endosante, pero su actuación lo es en interés propio y no en interés del endosante. (Esto lo diferencia del endoso en mandato). El portador al constituir la prenda, no pierde la propiedad del título, sino alguno de sus derechos al traspasar la posesión. El endoso legitima al endosatario en garantía, pero limita su legitimación por cuanto la ley limita la posibilidad de nuevos endosos, posteriores al efectuado en prenda, que en caso de hacerlos valen solo como mandato (del mismo modo que en el endoso en mandato). El endosatario en garantía ante el impago de la obligación afianzada podrá "ejecutar" la garantía, de modo que como actúa en interés propio, podrá formular el reclamo de pago del título y en su caso ejercer las acciones judiciales pertinentes contra lo obligados, los cuales no le pueden oponer las excepciones fundadas en las relaciones personales que tengan contra quien hizo el endoso en garantía, salvo que el endosatario tenedor del título al recibir la letra haya obrado con conocimiento de causa en perjuicio del deudor demandado. Es el caso de quien transmitió la letra a un tercero a sabiendas que ante el cobro judicial podía ser sujeto pasivo de defensas y excepciones por lo que decide transmitir la letra a un tercero que conociendo la situación se presta como cómplice de la maniobra, simulando un endoso en garantía para burlar la posibilidad de oposición de excepciones en su contra. Dijimos que el endosatario en prenda actúa en nombre e interés propio hasta la concurrencia de la obligación garantizada con el monto del título. Ante el incumplimiento de la obligación que se garantiza con el título, el portador endosatario ejecuta la garantía ("el título"), y tiene derecho a cobrarse del producido del documento. Si la suma debida de la obligación garantizada con el título es mayor que el monto del título. Al cobrar el título el endosatario deberá rendir cuentas. (Y quedara como acreedor, extra cambiario por cierto, por la suma insatisfecha de la obligación que se había garantizado.) Si la suma garantizada era menor que el monto del título, entonces el endosatario en garantía al cobrar el título deberá rendir cuentas al endosante y restituir el saldo de dinero. —Endoso con cláusula "Prohibido endoso": En el mundo de los negocios puede suceder que el endosante no desee obligarse respecto de terceros y por ello puede prohibir un nuevo endoso. Esta figura está contemplada en el art. 16 LC, que establece que: "El puede prohibir un nuevo endoso; en tal caso él no será responsable hacia las personas a quienes posteriormente se endosase la letra de cambio". De insertarse en oportunidad del endoso una cláusula prohibiendo el endoso, el endosante solo será responsable frente a quien transmite la letra por efecto de ese endoso, pero no lo será frente a ulteriores y eventuales endosantes o portadores en caso que la letra haya continuado circulando, es decir frente a personas a las que posteriormente se les podrá endosar el título. Los efectos de la cláusula se limitan y benefician solamente al endosante que la insertó, quien responde ante su endosatario, pero no frente a los portadores sucesivos. Si no obstante la prohibición, el título circula por endoso, todos los intervinientes en la circulación posterior son obligados cambiarios. Solo el endosatario que recibió el título en virtud de un endoso prohibitivo de nuevos endosos, puede ir en contra de su endosante y de los demás obligados anteriores de éste. —Endoso sin garantía. Recordemos que así como el librador es garante del pago de y de la aceptación, el endosante es también garante del pago y la aceptación (art. 16 LC), salvo que se libere de ambas garantías (el librador solo se podrá liberar de la de aceptación pero no de la de pago art. 10 LC). La cláusula sin garantía, es insertada en el título y con la leyenda "sin garantía" o "sin responsabilidad" y permite al endosante liberarse de la garantía de pago, y tiene efectos liberatorios de responsabilidad cambiaria solamente respecto del endosante que la insertó. Ahora, si el título continúa circulando a través de endosos plenos los ulteriores endosantes quedan obligados cambiariamente, pero no quedará obligado quien introdujo la cláusula. El efecto de la responsabilidad del endosante es personal, no afecta a los deudores anteriores o posteriores. —Endoso fiduciario. El endoso fiduciario para quien lo recibe se comporta como un endoso normal. Los efectos de la fiducia se dan entre endosante y endosatario dado que solo respecto de ellos y en el ámbito extracambiario se producen consecuencias que generalmente son distintas a las del negocio declarado. Es usual que se lo utilice cuando un sujeto por diversas razones no desea aparecer cobrando o ejecutando el título, en ese caso lo endosa a favor de otra persona con efectos plenos pero a la vez documenta los reales alcances del acto. Funciona en el caso como un mandato oculto para que el tercero ejecute el título o lo cobre. El endoso fiduciario no se encuentra legislado en la ley cambiaria. —Endosos anómalos: Son los casos de endoso tachado y endoso falso. —El endoso cancelado se tiene por no escrito (a los fines de "encadenar" la serie ininterrumpida de endosos) (art. 17 LC). — Los endosos falsos o puestos por incapaces o con el nombre de personas inexistentes, carecen de efecto interruptivo sobre la legitimación del portador, pues para ello basta que se mantenga la apariencia de regularidad. Aceptación Conceptos generales Hemos visto que en la estructura del documento letra de cambio intervienen 3 sujetos, el librador del título (creador), el tomador o beneficiario y el girado, que es a quien el librador designa en el título para cumplir con el pago que promete al beneficiario. Habíamos dicho que mientras el girado no hubiese estampado su firma en el título, ninguna obligación recaía sobre su persona. El girado solamente puede llegar a convertirse en deudor cambiario si efectúa un acto jurídico cambiario llamado aceptación. Es decir que hasta que no acepte el girado es girado y nunca aceptante, solo es considerado tal cuando acepta la letra. Entonces la aceptación es un acto cambiario del girado, por el cual se incorpora como obligado a la relación cartular. Si acepta la letra, se convierte en obligado principal y directo al pago. Por ello la aceptación funciona también como una garantía que refuerza el valor de la letra. La aceptación es propia de la letra de cambio, la diferencia del pagaré en la que no existe la figura. La regla general es que la presentación de la letra para la aceptación es facultativa (art. 23 LC), pero hay supuestos en los que el creador del título inserta una cláusula especial para obligar al portador a la presentación de la letra. Si tiene esa cláusula y el portador no cumple pierde las acciones de regreso. También hay supuestos en que la presentación es necesaria por ejemplo en los casos de cierto tiempo vista (arts. 25 y 36) en la que la presentación es necesaria para que comience a correr el cierto tiempo vista. Pueden presentarse a la aceptación la letra por parte del portador o un simple tenedor, y lo podrá hacer hasta el día del vencimiento de la obligación (art. 23 LC). La presentación debe hacerse en el lugar indicado en la letra, y en su defecto en el domicilio del girado. Requisitos Al momento de aceptar es necesario consignar las palabras "a la vista" o "aceptada" y la firma del girado en cualquier lugar del título (art. 27 LC). Si se coloca solamente la firma para que se considere aceptado debe firmar en el anverso. "La simple firma del girado puesta en el anverso de la letra importa su aceptación, aun cuando fuere girada a cierto tiempo vista" (art. 27 LC). Es de suma importancia recordar que la aceptación tiene que ser pura y simple e incondicional, es decir sin sujetarla a ninguna condición, el girado cuando acepta solamente podrá limitar su aceptación a una parte de la cantidad. Cualquier otra modificación incluso una condición, equivale a la negativa de la aceptación, sin embargo la norma señala que el aceptante queda obligado en los términos de su aceptación. En caso de aceptación por una suma menor el portador debe protestar por el monto no aceptado iniciando las acciones regresivas. Formas de la aceptación A) Presentación obligatoria: El librador puede hacer obligatoria la presentación para la aceptación, puesto que es posible que le interese conocer cuál será la actitud del girado en el momento del pago. El art. 24 establece que el librador puede disponer que la letra sea presentada para su aceptación en un plazo o después de un plazo determinado. Asimismo todo endosante puede indicar en la letra que debe ser presentada, estableciendo o no un término para ello, a menos que el librador hubiere dispuesto que la letra no es aceptable. Si la letra se presenta después del término en ella fijado y no se la acepta, no se puede ejercer la acción de regreso. B) A cierto tiempo vista: Aun cuando los sujetos intervinientes en la circulación no hubieran impuesto la presentación, hay ciertas letras que necesariamente deben presentarse para que se las acepte (art. 25). Sin embargo las letras de cambio giradas a cierto tiempo vista deben presentarse para su aceptación dentro del término de un año desde su fecha. Pero el librador tiene la facultad de abreviar o ampliar el plazo mencionado y a los endosantes solo se los autoriza a abreviarlo. La ley permite que el girado solicite una segunda presentación, al día siguiente de efectuada la primera. El primer día se considera un plazo de gracia para aceptar la letra. El portador de la letra puede otorgar o no el día de gracia. Si no lo concede puede protestar la letra y en ese caso, el girado debe hacer constatar en el protesto que le ha sido negado el plazo. Si el acta de protesto lleva la constancia del pedido, la ley priva al portador de la acción regresiva anticipada (art. 26). Obligaciones del aceptante de la letra La aceptación convierte al girado en obligado directo. Art. 30: "Con la aceptación el girado queda obligado a pagar la letra de cambio a su vencimiento. A falta de pago el portador aun cuando fuese el librador, tiene contra el aceptante una acción directa resultante de la letra de cambio. El girado que acepta queda obligado aun cuando ignorase el estado de falencia del librador". En virtud de que el aceptante se convierte en obligado principal del pago de la letra, a él se le debe hacer la presentación de la letra para el pago y contra él hay que formalizar en protesto por falta de pago. El portador de la letra puede dirigirse contra los obligados de regreso cuando el aceptante se niegue a pagar la suma indicada en el documento. Tanto el librador como los endosantes son garantes del pago que debe efectuar el girado aceptante. Si el aceptante paga la letra, libera a todos los obligados cambiarios, ya que se extinguen todas las obligaciones cartulares. Pero si no paga, se puede ejercer contra él la acción cambiaria directa, aun en el caso de que el portador de documento sea el mismo librador. Posición del emisor del pagaré. Recordemos que en el pagaré su suscriptor promete pagar él mismo una suma de dinero. En el pagaré confluye en la misma persona la obligación cambiaria originaria, como creador del título y la obligación directa de pagar el título como obligado directo. En el mismo las personas originarias son dos, el suscriptor o deudor y el tomador o acreedor. El suscriptor se asimila al librador de la letra en cuanto a la creación del título. Pero en lo referente a su posición cambiaria y sus obligaciones se asimila al aceptante de la letra. Art. 104: "El suscriptor del pagaré queda obligado de la misma manera que el aceptante de una letra de cambio". Por ello el suscriptor queda obligado a pagar el importe del título a su vencimiento, y en su defecto el portador tiene acción directa contra él. Es decir, que a diferencia del librador de la letra, el librador del pagaré nunca es obligado de regreso, contra él solo procede la acción directa. Cancelación o revocación de la aceptación Una vez que el girado aceptó la letra ¿puede cancelar o revocar la aceptación, es decir puede arrepentirse de haber aceptado? La ley prevé el caso en el art. 31, estableciendo que si puede hacerlo siempre y cuando no haya reintegrado la letra. Es decir que el girado que aceptó, si tiene la letra en su poder por no haberla todavía devuelto con la aceptación, podrá cancelar esa aceptación (tachando su firma) considerándose que la aceptación ha sido rehusada. Ahora bien, si la letra la restituyo con la aceptación efectuada no podrá ya cancelarla. En caso de duda se entiende que la cancelación fue hecha antes de la restitución o devolución de la letra, salvo prueba en contrario. Pero cuidado con esto, porque si no obstante que el girado canceló su aceptación, si antes de cancelar él hizo saber por escrito que había aceptado al portador o a otro los firmantes de la letra, se considera que respecto de estas personas la aceptación es válida y no se la considera rehusada.