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G. Deleuze, Diferencia y repetición, trad. M. Delpy y H. Beccacece, Buenos Aires, Amorrortu, 2006.
“La naturaleza era bella cuando al mismo tiempo parecía ser arte, y el arte no puede
llamarse bello más que cuando, teniendo nosotros conciencia de que es arte, sin
embargo parece naturaleza”. [Crítica del juicio, §45]
Estado superior de la faculta de sentir, dos caracteres paradójicos: Primero, no interés de razón
(agradable o bueno). Segundo, no es legisladora, por ser objeto singular indiferente a su
existencia. Juicio estético heautónomo, expresa condiciones subjetivas para el ejercicio de las
facultades.
Objetividad sin concepto del juicio estético. Necesidad y universalidad subjetivas, el placer
presumimos (porque interviene el entendimiento) que todos deben experimentarlo pero no lo
postulamos, xq se excluye concep-deter.
Sentido común estético no representa acuerdo objetivo entre facultades sino una pura armonía
subjetiva (el sent común est no completa sino que funda y hace posible la concordancia entre
imagi libre y entend indeter). La concordancia no se la supone a priori, es producida en nosotros.
El sent com est es objeto de una génesis trascendental (primera parte de la Cdel Ju).
La imaginación trata de ensancharse y recae sobre sí misma, no por el objeto sino por la razón que
nos fuerza a reunir la inmensidad del mundo sensible y la imaginación confiesa que su potencia no
es nada en comparación con una idea.
En lo sublime hay una relación subjetiva directa entre la imagen y la razón pero es discordante,
una contradicción entre la exigencia de la razón y la potencia de la imaginación que parece perder
su libertad, y el sentimiento de lo sublime parece dolor más que placer pero en el fondo de la
discordancia aparece la concordancia, el dolor hace posible un placer.
La imaginación sin tener donde apoyarse en nada fuera de lo sensible se siente ilimitada debido a
la desaparición de sus límites, y esta abstracción es una presentación del infinito que por eso
mismo solo puede ser negativa, pero a la vez ensancha el alma. Esto es la concordancia-
discordante de la imaginación y la razón: no solo la razón tiene un “destino suprasensible”, sino
también la imaginación. El alma se siente como la unidad suprasensible indeterminada de todas
las facultades.
En lo sublime todo es subjetivo, en lo bello hay concordancia subjetiva pero con ocasión de
formas, por eso se hace difícil una génesis (que reclame un ppio con alcance objetivo) de lo bello
(problema de deducción).
No hay fin en la naturaleza para producir lo bello, la precipitación de la materia fluida se explica de
manera mecánica. Aptitud de la naturaleza: poder sin finalidad, adecuada por azar al ejercicio
armonioso de nuestras facultades. El placer de ese ejercicio es por sí mismo desinteresado;
experimentamos un interés racional por la concordancia contingente de las producciones de la
naturaleza con nuestro placer desinteresado. Tercer interés de la razón: no se define por una
sumisión necesaria, sino por una concordancia contingente de la naturaleza con nuestras
facultades.
(Excursus (sirve para arte y naturaleza): El genio es el talento natural que da la regla al arte
nos dice Kant. El genio es la forma bajo la cual la naturaleza da la regla al arte. Se sigue de
esto que sin reglas no podría haber ningún tipo de arte. Sin embargo, la finalidad del arte
debe parecer libre de toda imposición de reglas como si fuera un producto de la naturaleza,
porque la belleza place en el juicio no en la sensación o el concepto. De lo contrario no
podríamos emitir juicios de gusto, cosa que no ocurre.
Desconocemos de la naturaleza sus fines, pero pareciera ser producida por la mano de
algún creador desconocido, pero del arte tenemos conciencia de ese fin, por su condición de
arte. La conciencia de que sea arte, es decir de que exprese cierta conformidad a un fin, al
contrastar con la apariencia de naturaleza, es la base del placer universalmente comunicable
de los juicios de gusto, así como la belleza de la naturaleza surge del contraste de su
apariencia de ser producto de algún artista y el desconocimiento de la existencia de dicho
creador. El juicio estético se fundamenta en el libre juego de las facultades del espíritu así
como las fuerzas físicas crean los objetos de la naturaleza sin que experimentemos ninguna
proyección de la misma.)
5- El simbolismo en la naturaleza.
Génesis del sentido de lo bello: las materias libres de la naturaleza, los colores, los sonidos, no se
relacionan simplemente con conceptos determinados por el entendimiento, sino que desbordan el
entendimiento, “dan que pensar” mucho más que lo que el concepto contiene. Relacionamos un
color con un concepto del entendimiento que se le aplica y con otro concepto distinto, sin objeto
de intuición, y se asemeja al concepto del entendimiento porque plantea su objeto por analogía
con el objeto de la intuición. Este concepto distinto es una Idea de la razón, que no se asemeja al
primero sino desde el puto de vista de la reflexión.
Lis blanco ------ conceptos de color o flor y además despierta Idea de inocencia pura, cuyo objeto
no (o es?) es un análogo (reflexivo) del blanco de dicha flor.
Las Ideas son el objeto de una presentación indirecta (SIMBOLISMO) en las materias libres de la
naturaleza y tiene como regla el interés por lo bello.
Dos consecuencias: el entendimiento ve ilimitadamente ensanchados sus conceptos; la
imaginación se siente liberada de la compulsión del entendimiento (esquematismo) y refleja
libremente la forma. En consecuencia la concordancia imaginación-entendimiento no es
simplemente supuesta: en cierto modo es algo animado, vivificado, engendrado por el interés de
lo bello. Las materias libres de la naturaleza sensible simbolizan las Ideas de la razón; así, permiten
ampliarse al entendimiento y liberarse la imaginación. El interés por lo bello da testimonio de una
unidad suprasensible de todas nuestras facultades como “punto de concentración en lo
suprasensible”, de donde deriva su libre concordancia formal o su armonía subjetiva.
La unidad suprasensible indeterminada de todas las facultades, y la libre concordancia que de ello
deriva: lo más profundo del alma.
La libre concordancia de las facultades debe hacer aparecer ya la razón como llamada a
desempeñar el papel determinante en el interés práctico o en el dominio moral. Este es el sentido
en el que el destino suprasensible de todas nuestras facultades es la predestinación de un ser
moral; o en que la idea de lo suprasensible como unidad indeterminada de las facultades prepara
la idea de lo suprasensible tal como la razón lo determina prácticamente (como principio de los
fines de la libertad); o en que el interés de lo bello implica una disposición de ser moral.
Kant: lo bello mismo es símbolo del bien.
No moral, por eso Kant usa “respetable” para referirse a la naturaleza (y el arte??? ej. Pirámide,
glaciar)
La naturaleza procede por una disposición innata en el sujeto. El genio es esta disposición innata
por la cual la naturaleza da al arte una regla sintética y una materia rica. Genio para Kant: la
facultad de las Ideas estéticas, a primera vista contrarias a una idea racional ya que esta es un
concepto al que ninguna intuición se adecua y aquella una intuición a la que ningún concepto se
adecua. En la Idea de razón hay algo inexpresable pero la Idea estética excede a todo concepto,
porque crea la intuición de otra naturaleza que la que nos es dada: otra naturaleza cuyos
fenómenos serían verdaderos acontecimientos espirituales, y los acontecimientos del espíritu
serían determinaciones naturales inmediatas. “Da que pensar”, fuerza a pensar. Por eso aparece
como representación secundaria, una expresión segunda. Y por eso mismo se aproxima tanto al
simbolismo. Pero en lugar de presentar indirectamente la Idea en la naturaleza, la expresa
secundariamente en la creación imaginativa de otra naturaleza.
El genio no es el gusto, pero anima el gusto en el arte al dotarlo de un alma o de una materia
(Klee). El gusto no es más que la concordancia formal de una imaginación libre y un entendimiento
ampliado. EN las artes la concordancia de la imaginación y el entendimiento sólo se ve vivificado
por el genio y sin el genio sería incomunicable. Por tanto suministra la regla según la cual se
pueden extender las conclusiones de lo bello en la naturaleza a lo bello en el arte. Pero no solo lo
bello en la naturaleza es símbolo del bien; también lo es lo bello en el arte, de acuerdo con la regla
sintética y genética del genio.
A la estética formal del gusto agrega Kant una metafísica (o metaestética?) material, cuyos dos
capítulos principales son el interés por lo bello y el genio, y que da testimonio de un romanticismo
kantiano. A la estética de la línea y de la composición, es decir de la forma, añade Kant una
metaestética de las materias, los colores y los sonidos.
Las ideas de la razón en lo sublime tienen una presentación directa pero negativa y se produce por
proyección; en el simbolismo natural o en el interés por lo bello la presentación es positiva pero
indirecta y se realiza por reflexión; en el genio o en el simbolismo artístico la presentación es
positiva pero segunda y se realiza por creación de otra naturaleza.
La idea es susceptible de un cuarto modo de presentación más perfecto en la naturaleza
concebida como fines.
Kan dos casos: o bien lo general es dado, conocido, y solo queda aplicarlo, es decir determinar lo
particular a lo que se aplica (“uso apodíctico de la razón”, “uso determinante”); o bien lo general
constituye un problema y es menester encontrarlo (“uso hipotético de la razón”, “juicio
reflexionante”)
No solo el juicio reflexionante implica invención, aunque lo general sea dado es menester el
“juicio” para realiza subsunción.
La lógica trascendental contiene reglas de aplicación del concepto dado (no la formal) pero no se
reducen al concepto: se necesita un esquema para aplicar el concepto y el esquematismo es un
“arte”, y el esquema, un esquema de los “casos que caen bajo la ley”.
El juicio implica diversas facultades y expresa la concordancia de esas facultades entre sí.
Medico: concepto de tifoidea pero no la reconoce en un caso particular (juicio o diagnóstico).
Diagnóstico (don o arte, ej Dr House) se tiende a ver como de juicio determinante. Pero en
relación a un caso particular dado, el concepto no es dado: es problemático o completamente
indeterminado. En realidad el diagnóstico es ej.de juicio reflexionante. Ejemplo de juicio
determinante sería una decisión terapéutica: el concepto es dado en relación a un caso particular
pero es difícil aplicarlo (contraindicaciones en función del enfermo, etc.)
En el juicio reflexionante el arte tiene otra distribución. Juicio determinante: arte “oculto”: el
concepto, ya se trate del entendimiento o de una ley de la razón, es dado; por tanto hay una
facultad legisladora que dirige las otras facultades y sus aportes. Pero en el juicio reflexionante
nada es dado desde la perspectiva de las facultades activas: solo se presenta materia bruta, que,
en sentido estricto, no es “respresentada”. Por tanto, todas las facultades activas se ejercen
libremente en relación con ella. El JR expresa un acuerdo libre y determinado entre todas las
facultades. El arte, que en el JD permanecía oculto y subordinado, se hace manifiesto y se ejerce
libremente en el JR. Podemos descubrir por reflexión un concepto ya existente; pero el JR será
mucho más puro si no contiene concepto alguno de la cosa que libremente refleja, o si el
concepto, de alguna manera, se ensancha, se hace limitado, indeterminado.
JD y JR especies de diferente género. JR manifiesta y libera un fondo que estaba oculto en el otro.
Pero el otro solo era juicio gracias a ese fondo vivo. La concordancia determinada (facultad
determinante y legisladora) supone una concordancia indeterminada y libre en la que el juicio no
solo es original (JD) sino que manifiesta también el principio de su originalidad. Por este principio
nuestras facultades difieren en naturaleza pero no por eso se resiente la concordancia libre y
espontánea entre ellas, que hace posible su ejercicio bajo la presidencia de alguna de ellas según
una ley de los intereses de la razón. Siempre el juicio es irreductible u original: por eso se puede
decir que es “una” facultad (don o arte específico). Nunca consiste en una sola facultad, sino en la
concordancia de las facultades, ya sea en una concordancia previamente determinada por la que
desempeña un papel legislador, ya más profundamente una concordancia libre indeterminada que
constituye el objeto último de una “crítica del juicio” en general.
otros textos)
No hay mas que dos clases de objetos (legislación del entendimiento interés especulativo) , los
Dificulta de la obra. Por una parte Analítica de lo sublime (entre la Analítica de lo bello y la
deducción de los juicios de gusto) , y por otra, de la teoría del arte y del genio (al final de la
deducción)
EL juicio de gusto a diferencia del de preferencia aspira a una cierta necesidad, cierta universalidad
a priori. Toma del entendimiento su legalidad pero esta no aparece en conceptos determinados.
Pero el placer no es primero con respecto al juicio, depende de él: el placer es el acuerdo de las
facultades en cuanto que por efectuarse sin concepto alguno solo puede ser sentido. Puede
decirse que el juicio de gusto comienza con el placer pero no se deriva de él.
EL acuerdo entre las facultades es una constante en la crítica kantiana. Difieren en naturaleza y sin
embargo se ejercen de modo armónico. Ent IMa Razon en función del interés especulativo (CRP).
Razón y Entendimiento (CRPr). Pero una predomina sobre otra en estos casos.
La Crítica del Juicio no viene a completar las otras dos sino que en realidad es su fundamento
Lo bello en la naturaleza se halla contingentemente de acuerdo con el juicio.
Todo acuerdo entre las facultades define un sentido comun. Lo que Kant
reprocha al empirismo es solamente el haber concebido el sentido comun
como una facultad empirica particular, cuando se trata de la manifestacion
de un acuerdo a p r io r i de las facultades en su conjunto.3 La Critica de la
razon pura invoca un sentido comun logico, ≪sensus communis logicus≫, sin
el cual el conocimiento no seria en absoluto comunicable. Asimismo, la Critica
de la razon practica invoca frecuentemente un sentido comun estrictamente
moral, que expresa el acuerdo de las facultades bajo la legislacion
de la razon. Pero la libre armonia empuja a Kant a reconocer un tercer sentido,
≪sensus communis aestheticu≫, que procura de iure la comunicabilidad
del sentimiento o la universalidad del placer estetico.6 ≪Este sentido
comun no puede apoyarse en la experiencia, pues pretende autorizar juicios
que contienen una obligacion; no dice que todos vayan a admitir nuestro juicio, sino que todos deben
admitirlo.≫7 No nos afecta que alguien
diga: ≪no me gusta la limonada≫, ≪no me gusta el queso≫; sin embargo, juzgamos
severamente a quien afirma: ≪no me gusta Bach≫, ≪prefiero a Massenet
antes que a Mozart≫. El juicio estetico aspira a una universalidad y a una necesidad
de iure, representadas por un sentido comun. Aqui es donde comienza
la verdadera dificultad de la Critica del Juicio. .De que naturaleza
es este sentido comun estetico?
La genesis solo puede ser objeto de una deduccion, la deduccion de los juicios esteticos. En
la Critica de la razon pura, la deduccion se propone mostrar el modo en que
los objetos estan necesariamente sometidos al interes especulativo, y al entendimiento
que preside su realizacion. Pero en el juicio de gusto ya no se
plantea el problema de una sumision de este genero. Lo que se plantea, en
cambio, es el problema de la deduccion de la genesis del acuerdo entre las
facultades, problema que no aparecia cuando las facultades se consideraban
en una relacion determinada por la legislacion de una de ellas.
Los postkantianos, especialmente Maimon y Fichte,:dirigieron a Kant una
objecion fundamental: Kant no habria atendido las exigencias de un metodo
genetico. Esta objecion tiene dos sentidos, objetivo y subjetivo: Kant se
apoya en los hechos, y busca unicamente sus condiciones; al mismo tiempo,
invoca unas facultades que se dan ya completamente formadas, y determina
la relacion o proporcion entre ellas, suponiendolas capaces
de cualquier armonizacion. Si consideramos que la Filosojia trascendental de
Maimon es de 1790, hay que reconocer que Kant merecia, en parte, esta
objecion que le presentan sus discipulos. Las dos primeras Criticas invocaban
unos hechos y buscaban sus condiciones de posibilidad, hallandolas
en facultades ya formadas. Asimismo, remitian a una genesis que ellas mismas
eran incapaces de presentar. Pero, en la Critica del Juicio estetico, Kant
plantea el problema de una genesis de las facultades en su libre acuerdo
primario. Asi descubre el fundamento ultimo, que aun faltaba en las otras
Criticas. La Critica en general deja de ser, entonces, un simple condicionamiento,
y se convierte en una Formacion trascendental, una Cultura trascendental,
una Genesis trascendental.
El interes racional nos ha dado la clave de una genesis del acuerdo a priori
de las facultades en el juicio de gusto. Pero, .a condicion de que? A condicion
de que se anada a la experiencia particular de lo bello ≪el pensamiento
de que la naturaleza ha producido esa belleza≫.2' En este nivel se presenta,
por tanto, una disyuntiva: la que distingue entre lo bello de la naturaleza y
lo bello del arte.
La estetica de Kant nos situa, en fin, ante tres genesis paralelas: a partir
de lo sublime, la genesis del acuerdo entre la razon y la imaginacion: a
partir del interes ligado a lo bello, la genesis del acuerdo entre la imaginacion
y el entendimiento en funcion de lo bello de la naturaleza; a partir
del genio, la genesis del acuerdo entre la imaginacion y el entendimiento
en funcion de lo bello en el arte. Ademas, en cada uno de los casos, las
facultades consideradas son engendradas en su estado libre original y en
su acuerdo reciproco. De este modo, la Critica del Ju ic io nos revela un
dominio completamente distinto del de las otras dos Criticas. Las dos Criticas
anteriores partian de facultades ya formadas, que mantenian relaciones
determinadas y asumian labores organizadas bajo el predominio de una
de ellas: el entendimiento legislador en el caso del interes racional especulativo,
y la razon legisladora en el caso de su propio interes practico.
lo sublime muestra ya que el destino suprasensible de nuestras facultades no se explica mas que como
predestinacion de un ser moral; y el interes ligado a lo bello en la naturaleza testimonia un alma destinada
a la moralidad; finalmente, el genio mismo permite integrar lo bello artistico en el mundo moral, y superar
en este sentido la separacion de las dos especies de lo bello (lo bello en el arte, no menos que lo bello de la
Pero si la Critica del Juicio abre un paso, lo hace remitiendo el juicio, en el sujeto y fuera
de el, ≪a algo que no es ni la naturaleza ni la libertad>.w El interes ligado a
lo bello no es en si mismo ni moral ni especulativo. Nuestro destino es el de
un ser moral solamente porque este destino desarrolla o explicita el destino
suprasensible de todas nuestras facultades; este destino queda implicado
como el verdadero foco de nuestro ser, como un principio mas profundo
que todo destino formal.
Nuestro problema era doble: .como explicar que el lazo entre la exposicion
y la deduccion del juicio relativo a la belleza sea interrumpido por el
analisis de lo sublime, mientras que lo sublime carece de la deduccion correspondiente?
.Como explicar que la deduccion de los juicios de gusto se prolongue
en las teorias del interes, del arte y del genio, que parecen responder
a preocupaciones muy distintas? Creemos que el sistema de la Critica del
Juicio, en su parte primera, puede reconstruirse del modo siguiente: