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AMBIENTE HOY

Ciudadanía y espacio público


El dilema del urbanismo actual es si acompaña a los procesos
desurbanizadores o disolutorios de la ciudad mediante respuestas
puntuales, monofuncionales o especializadas, o si —por el contrario—
impulsa políticas de ordenación urbana favoreciendo la densidad
de las relaciones sociales en el territorio, la heterogeneidad funcional
de cada zona urbana, la multiplicación de centralidades polivalentes,
y los tiempos y lugares de integración cultural.

Jordi Borja* tunidad de supervivencia: aunque muchas veces


sean las principales víctimas, no pueden permitir-
unque a los urbanistas-cívicos nos com- se prescindir del espacio público.

A plazca recordar aquello que "el aire de la


ciudad nos hace libres", la realidad urbana
actual más bien nos lleva a citar lo de
"malos tiempos para la lírica". Ya no es original
un medio que titule "The hell is in the city" (el
Nuevamente, como en todos los momentos his-
tóricos de cambios sociales y culturales acelera-
dos, se diagnostica la "muerte de la ciudad". Es
un tópico recurrente. Unos ponen el acento en la
tribalización. Las "hordas" están en las puertas
infierno está en la ciudad) o "La ville partout, de la ciudad (por ejemplo, los "grandes ensembles"
partout en crise" (la ciudad en todas partes, en conflictivos), pero también en su corazón, en los
crisis en todas sus partes), como hicieron The centros históricos degradados.
Economist y Le Monde Diplomatique hace algu- Otros, más optimistas, nos dicen que la ciudad
nos años. Hoy todos lo hacen. Las prácticas so- moderna es otra ciudad, la que se puede observar
ciales parecen indicar que la salida es hacerse un en los límites de la ciudad actual, en sus periferias
refugio, protegerse del aire urbano, no sólo por- suburbanas, en sus entradas. La Edge City (en
que está contaminado sino porque el espacio abierto Estados Unidos), o la exposición "Les entrées de
a los vientos es peligroso. En las grandes la ville" (París), el auge de las teorías del caos
ciudades se imponen los shopping centers con urbano, expresan esta mitificación de la ciudad
"reservado el derecho de admisión" y los ghettos "desurbanizada" o de la urbanización sin ciudad.
residenciales cuyas calles de acceso han per- Esto, a diferencia de la ciudad concebida como
dido su carácter público en manos de policías concentración de población y de actividad, mixtu-
privados. ra social y funcional, capacidad de autogobierno,
Hay un temor al espacio público. No es un y ámbito de identificación simbólica y de partici-
espacio protector ni protegido. En unos casos no pación cívica. Ciudad como encuentro, intercam-
ha sido pensado para dar seguridad sino para bio, ciudad igual a cultura y comercio. Ciudad de
ciertas funciones como circular o estacionar, o es lugares y no simple espacio de flujos.
sencillamente un espacio residual entre edificios Si la agorafobia urbana es una enfermedad pro-
y vías. En otros casos ha sido ocupado por las ducida por la degradación o la desaparición de los
"clases peligrosas" de la sociedad: inmigrados, lugares públicos integradores y protectores
pobres o marginados. Porque la agorafobia1 es —pero también abiertos a todos— la terapéutica
una enfermedad de clase, de la que parecen exen- y la alternativa parecen ser la instalación en los
tos aquellos que viven la ciudad como una opor- flujos y en los nuevos ghettos (residenciales, cen-

* Profesor de Geografía Urbana de la Universidad de Barcelona y miembro del Gobierno Municipal de Barcelona.

VOLXIV-Nº 3, pp. 1 3 - 2 2 (ISSN 0716 - 1476) Ambiente y Desarrollo - Septiembre 1998 13


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tros comerciales, áreas de servicios, de excelen- modernidad, sino como un desafío al que se pue-
cia, u otros similares). En esta nueva ciudad las de responder si descubrimos los elementos de
infraestructuras de comunicación no crean continuidad posible respecto al pasado, si distin-
centralidades ni lugares fuertes, más bien guimos lo necesario de lo excesivo o evitable en
segmentan o fracturan el territorio y atomizan las los nuevos procesos, y si somos capaces de propo-
relaciones sociales. Otra manifestación de agora- ner nuevos modelos y proyectos que formulen
fobia. Pero ¿es inevitable que sea así? ¿Es el fin respuestas integradoras.
de la ciudad que hemos conocido históricamente? Creemos que un ángulo interesante para anali-
¿Son reversibles y reutilizables estos procesos? zar las nuevas dinámicas urbanas y elaborar res-
puestas a los desafíos que nos planteamos es el del
La muerte de la ciudad y el punto de vista espacio público y el de la relación entre su confi-
del espacio público guración y el ejercicio de la ciudadanía, entendida
como el estatuto que permite ejercer un conjunto
¿Ha muerto la ciudad? ¿Está en crisis? ¿La de derechos y deberes cívicos, políticos y socia-
ciudad de la calle y de la plaza, del espacio públi- les.
co y cívico, la ciudad abierta, de mezclas y con- El espacio público nos interesa principalmente
tactos, es sólo un residuo del pasado objeto de por dos razones. En primer lugar, porque es donde
melancolía de urbanistas maduros? se manifiestan muchas veces con más fuerza las
Es fácil argumentar que la historia de las ciuda- crisis de "ciudad" o de "urbanidad". Por lo tanto
des ha vivido cambios por lo menos tan aparato- parece ser el punto sensible para actuar si se preten-
sos como los actuales. O más. Por ejemplo, el de impulsar políticas de "hacer ciudad en la ciu-
tránsito de la ciudad amurallada a los ensanches dad". Y, en segundo lugar, porque las nuevas reali-
modernos. O la ciudad metropolitana, con sus dades urbanas, especialmente las que se dan en los
suburbios y su estructura política plurimunicipal, márgenes de la ciudad existente, plantean unos
estimulada por el desarrollo del transporte masivo retos novedosos al espacio público: la movilidad
y del uso del automóvil. Incluso puede aducirse individual generalizada, la multiplicación y la es-
que estamos simplemente presenciando una nue- pecialización de las "nuevas centralidades", y la
va fase del crecimiento metropolitano, y que esta fuerza de las distancias que parecen imponerse a
dinámica puede ser concebida no como una mal- los intentos de dar continuidad formal y simbólica
dición fatal o como la expresión objetiva de la a los espacios públicos. Estamos convencidos que
la dialéctica movilidades-centralidades es una cues-
tión clave del urbanismo moderno. Y que la con-
cepción de los espacios públicos es a su vez un
Resumen
El espacio público interesa porque es allí donde se manifiesta
factor decisivo, aunque no sea el único, en el tipo
con más fuerza la crisis de "ciudad" o de "urbanidad". Por lo de respuesta que se da a la cuestión anterior.
tanto parece que sea el punto sensible para actuar si se pre-
tende impulsar políticas de "hacer ciudad en la ciudad". Tam-
bién, porque las nuevas realidades urbanas, especialmente las El espacio público y sus avatares en la
que se dan en los márgenes de la ciudad existente, plantean modernidad
desafíos novedosos a la concepción y diseño de este tipo de
espacios. Los proyectos y la gestión de los espacios públicos
son a la vez una oportunidad de producir ciudadanía y un test El espacio público es un concepto jurídico: un
del desarrollo de la misma. El carácter de "ciudadano" repre-
senta un triple desafío para la ciudad y el gobierno local: un
espacio sometido a una regulación específica por
desafío político, uno social y otro específicamente urbano. parte de la administración pública, propietaria, o
Abstract
que posee la facultad de dominio del suelo, y que
Public space is interesting because it is there that the "city" or garantiza su accesibilidad a todos y fija las condi-
"urban" crisis is most strongly manifested. It therefore appears ciones de su utilización y de instalación de activi-
to be the sensitive point to act if one wants to foment policies of
"making a city within the city." Furthermore, because of the dades. El espacio público moderno proviene de la
new urban realities, especially those found on the outskirts of separación formal (legal) entre la propiedad pri-
the existing city, they propose new challenges to the conception
and design of this type of space. The projects and management
vada urbana (expresada en el catastro y vinculada
of public spaces are both an opportunity to produce citizenship normalmente al derecho de edificar) y la propie-
as well as a test of its development. The character of "citizen" dad pública (o dominio público por subrogación
represents a tri-fold challenge for the city and local government:
a political, a social and a specifically urban challenge. normativa o por adquisición de derecho mediante
cesión) que normalmente supone reservar este

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suelo libre de construcciones (excepto equipa- timentación de las administraciones públicas y de


mientos colectivos y servicios públicos), y cuyo los cuerpos profesionales (por ejemplo, ingenie-
destino son usos sociales característicos de la vida ros de transporte sin otras visiones del desarrollo
urbana (esparcimiento, actos colectivos, movili- y funcionamiento urbanos). El resultado ha sido
dad, actividades culturales y a veces comerciales, casi siempre la aplicación de políticas sectoriales
referentes simbólicos monumentales, entre otros). en lugar de promover actuaciones que articulen la
El espacio público también tiene una dimen- diversidad y la complejidad de las demandas ur-
sión socio-cultural. Es un lugar de relación y de banas.
identificación, de contacto entre las gentes, de Entre las grandes operaciones de vivienda
animación urbana, a veces de expresión —cada operación destina-
comunitaria. La dinámica da a un segmento social de-
propia de la ciudad y los El movimiento moderno en la terminado— y la prioridad
comportamientos de sus primera mitad del siglo y las asignada casi siempre a la
gentes pueden crear espacios políticas públicas en la vialidad como ordenamiento y
públicos que jurídicamente como inversión, el espacio
no lo son, o que no estaban segunda mitad han público pasó a ser un elemento
previstos como tales, abiertos o configurado un urbanismo residual.
cerrados, de paso o a los que que se ha confundido El movimiento moderno en
hay que ir. Puede ser una la primera mitad del siglo y las
fábrica o un depósito con la vivienda políticas públicas en la
abandonados, o un espacio y con las obras públicas segunda mitad han
intersticial entre edi- (vías, puentes, accesos; configurado un urbanismo que
ficaciones. Lo son casi se ha confundido con la
siempre los accesos a esta- es decir, comunicaciones). vivienda y con las obras pú-
ciones y puntos intermodales de transporte y, a blicas (vías, puentes, accesos; es decir,
veces, reservas de suelo para una obra pública o comunicaciones). El hacer ciudad como producto
de protección ecológica. En todos estos casos lo integral e integrador quedó olvidado y con ello el
que define la naturaleza del espacio público es el espacio público. O por lo menos relegado a un rol
uso y no el estatuto jurídico. secundario.
El espacio público supone, pues, dominio pú-
blico, uso social colectivo y multifuncionalidad. Urbanismo funcionalista y reacciones
Se caracteriza físicamente por su accesibilidad, lo ciudadanas
que le hace un factor de centralidad. La calidad
del espacio público se podrá evaluar sobre todo El urbanismo funcionalista ha tenido que pagar
por la intensidad y la calidad de las relaciones el precio de sus limitaciones y además el de los
sociales que facilita, por su fuerza mixturante de usos perversos que se ha hecho de él. La combi-
grupos y comportamientos y por su capacidad de nación del monofuncionalismo de los programas
estimular la identificación simbólica, la expresión y de sectorialización de las políticas públicas con
y la integración culturales. Por ello es convenien- las dinámicas del mercado en ciudades clasistas,
te que el espacio público tenga algunas calidades agravadas por las rentas de posición de los "insta-
formales como la continuidad del diseño urbano y lados" respecto a los "allegados" (inmigrados), ha
la facultad ordenadora del mismo, la generosidad dado lugar a unas situaciones urbanas insoporta-
de sus formas, de su imagen y de sus materiales, y bles. Grupos residenciales que se degradaban rá-
la adaptabilidad a usos diversos a través de los pidamente por su mala calidad, por la falta de
tiempos. inserción urbana, por su anomia sociocultural,
El urbanismo contemporáneo, heredero del mo- por la pobreza de los equipamientos, por el círcu-
vimiento moderno, fue reconstructor de ciudades lo vicioso de la marginación física y social. Áreas
después de la segunda guerra mundial. Se focalizó centrales congestionadas y especializadas que pier-
en un funcionalismo eficientista, dotado de un den su rol integrador en beneficio de funciones
instrumental separador más que integrador (el administrativas. Barrios históricos despedazados
zoning, los modelos) acentuado por la compar- y desarticulados por actuaciones viarias, poco res-
petuosas con los entornos y con la calidad de vida

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cotidiana de los residentes. Diseminación en el revalorización de la gestión política local y la


territorio metropolitano de centros comerciales, descentralización. En esta crítica política coinci-
campus universitarios e industrias que ordenan la dieron los movimientos sociales urbanos y, hasta
vida de los activos según la triada sarcástica del cierto punto, las posiciones críticas de carácter
68': "Metro, boulot, dodo" (Metro, trabajo, dor- ideológico con las fuerzas políticas más democrá-
mida). ticas o progresistas. Hay que decir también que
Las reacciones no se hicieron esperar. En los en bastantes casos las direcciones políticas parti-
años 60 y 70 la conflictividad urbana irrumpió en darias tardaron bastante en "descubrir" el poten-
la vida política y social de la mayoría de los países cial político de las cuestiones urbanas. Y en
de Europa y América. A las reacciones de carácter muchos casos aún no lo han hecho.
social se añadieron otras de carácter cultural y Es indiscutible la influencia que han tenido en
político. También profesionales e intelectuales, el urbanismo de los últimos 10 años la crítica, las
tanto de la arquitectura como de otras disciplinas reivindicaciones y las propuestas de las reaccio-
pero unidos por la preocupación cultural, estética, nes ciudadanas. La revalorización de los centros
a veces paseísta respecto a la ciudad, levantaron históricos, la superación de un urbanismo conce-
su voz contra los excesos del urbanismo desarro- bido como vivienda más vialidad, la incorpora-
llista y funcionalista. Y en algunos casos prevale- ción de objetivos de redistribución social y de
ció la revalorización de un urbanismo "austero" mejoramiento de la calidad ambiental, por ejem-
frente al despilfarro. plo, deben mucho a estos movimientos críticos.
La crítica política a este urbanismo recogía También, y en especial, la importancia acordada a
algunas o muchas de las críticas sociales y cultu- los espacios públicos como elementos ordenado-
rales. Se apoyaba en estos movimientos, aportan- res y constructores de la ciudad.
do un plus: contra el autoritarismo tecnocrático o Los movimientos ciudadanos de los últimos 30
corrupto, contra el sometimiento de las políticas años han hecho importantes contribuciones a la
públicas a grupos de intereses privados, por la gestión de la ciudad y al urbanismo de este final
de siglo. Citemos por lo menos tres:
transparencia y la participación ciudadana, por la

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• La revalorización del "lugar", del espacio públi-


co, del ambiente urbano, de la calidad de vida, Una ciudad que funciona
de la dialéctica barrio-ciudad, del policentrismo
de la ciudad moderna. exclusivamente con el automóvil
privado y con centralidades
• La exigencia de la democracia ciudadana, de la especializadas y cerradas
concertación y de la participación en los planes y
proyectos, de programas integrados, la gestión de (centros administrativos,
proximidad, y la recuperación del protagonismo shopping centers jerarquizados
de los gobiernos locales en la política urbana. socialmente, y otras similares)
• Y, como consecuencia de lo anterior, o quizás no facilita el progreso de la
como premisa, la recreación del concepto de ciudadanía, tiende a la
ciudadano, como sujeto de la política urbana, el segmentación, al individualismo
cual "se hace" ciudadano interviniendo en la
construcción y gestión de la ciudad. El margi- y a la exclusión.
nal se integra, el usuario pasivo conquista dere-
chos, el residente modela su entorno, todos ad-
quieren autoestima y dignidad enfrentándose a y de áreas degradadas, las nuevas centralidades, la
los desafíos que les plantean las dinámicas y las mejora de la movilidad y de la visibilidad de cada
políticas urbanas. El ciudadano es el que tiene zona de la región metropolitana, la promoción de
derecho al conflicto urbano. "nuevos productos urbanos" que diversifiquen y
reactiven el tejido económico y social, y creen
La ciudad competitiva de la globalización empleo y autoestima, por ejemplo.
y las respuestas del urbanismo La competitividad requiere gobernabilidad y
buen funcionamiento del sistema urbano, que a su
La globalización económica y la revolución vez depende de la eficiencia de los servicios, de la
informacional tienen efectos contradictorios so- seguridad ambiental, de la calidad de los recursos
bre los espacios urbanos. La ciudad se convierte humanos, y de la integración cultural de los que
en un elemento nodal de sistemas de intercambio viven y usan la ciudad.
regionales y mundiales. Pero se conecta por par- El dilema del urbanismo actual es, pues, si
tes, se divide en áreas y grupos "in" y "out". Es acompaña a los procesos desurbanizadores o
decir, el tejido urbano se fragmenta, se especializa disolutorios de la ciudad mediante respuestas pun-
funcionalmente, y la segregación social consolida tuales, monofuncionales o especializadas, que se
la desigualdad en las regiones metropolitanas. La expresan por medio de políticas sectoriales some-
no-correspondencia entre el espacio urbano de los tidas al mercado y ejecutadas por la iniciativa
flujos y los territorios político-administrativos, privada. O si, por el contrario, impulsa políticas
así como el debilitamiento de los "lugares", o de ordenación urbana y de definición de grandes
simplemente su inexistencia (nos referimos a los proyectos que contrarresten las dinámicas perver-
puntos fuertes de densidad social e identificación sas y que se planteen el hacer ciudad favoreciendo
simbólica), estimulan las dinámicas anómicas o la densidad de las relaciones sociales en el territo-
tribales, fracturan la cohesión social y dificultan rio, la heterogeneidad funcional de cada zona
la gobernabilidad. urbana, la multiplicación de centralidades
Pero también se producen tendencias de signo polivalentes, y los tiempos y lugares de integra-
contrario, de revalorización de la ciudad frente a ción cultural.
la urbanización con disolución ciudadana. El es- Una cuestión clave para evaluar las políticas
pacio urbano tiende a nuevos procesos de concen- urbanas y entender cómo responder a este dilema
tración y complejización de actividades y usos es analizar los "proyectos urbanos" y ver la consi-
para optimizar las sinergias. Las políticas públi- deración que merecen los espacios públicos en los
cas necesitan consolidar territorios gobernables mismos.
mediante actuaciones positivas a favor de la cohe- Los proyectos urbanos caracterizan el urbanis-
sión social por medio de la regeneración de centros mo actual. Entendemos por proyectos urbanos

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aquellas actuaciones estratégicas de escala variable les entre administraciones públicas), y un consen-
(desde una plaza hasta grandes operaciones de so ciudadano básico con diversos actores urbanos
varios centenares de hectáreas, como por ejemplo, (empresariales, sociales, profesionales, intelectua-
un frente de mar) que se caracterizan porque dan les, medios de comunicación).
respuesta a demandas diversas o cumplen varias La consideración de los espacios públicos en
funciones (aunque originalmente fueran monofun- los grandes proyectos urbanos es un factor clave
cionales). Estos proyectos engendran dinámicas de su capacidad creadora de ciudad. Por lo menos
transformadoras sobre sus entornos, pueden incluir por tres razones principales:
a la vez objetivos de competitividad y de
cohesión social, pueden combinar el rol iniciador • Porque el espacio público es un medio muy
o regulador del sector público y la participación de eficaz para facilitar la multifuncionalidad de
diversos actores privados en su desarrollo, y son los proyectos urbanos, pues permite diversidad
susceptibles de promover un salto de cualidad en de usos en el espacio y adaptibilidad en el
la ciudad o en una parte de ella. tiempo.
Los proyectos urbanos no tendrán valor estra-
tégico como proyectos constructores de la ciudad • El espacio público es, asimismo, el mecanismo
si no forman parte de una política de conjunto idóneo para garantizar la cualidad relacional de
coherente, que se propone a la vez elevar la escala un proyecto urbano, tanto para los residentes o
de la ciudad y articular la ciudad existente. Esta usuarios, como para el resto de los ciudadanos.
política global requiere instrumentos, entre ellos Este potencial relacional debe ser obviamente
los planes: estratégico, de ordenación urbana, con- confirmado por el diseño y luego verificado y
trato-plan con el Estado, programa de grandes desarrollado por el uso.
actuaciones concertadas con un horizonte fijo,
planes sectoriales que integran varias dimensio-
• El espacio público es una posible respuesta al
nes como transportes y circulación, medio am-
difícil y novedoso desafío de articular el barrio
biente urbano, u otros. Los proyectos urbanos
ciudadanos deben formar parte de un proyecto de (o conjunto urbano más o menos homogéneo),
ciudad dotado de una triple legitimidad: normati- la ciudad-aglomeración y la región metropolita-
va, política y sociocultural. Es decir, una base na. La continuidad de los grandes ejes de espa-
legal (planes, leyes específicas, presupuestos, or- cio público es una condición de visibilidad y de
denanzas o reglamentos), un acuerdo político (más accesibilidad para cada uno de los fragmentos
exactamente un conjunto de acuerdos contractua- urbanos y un factor esencial de integración ciu-
dadana.

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En resumen, al espacio público se le pide ni Las administraciones públicas en un Estado


más ni menos que contribuya a proporcionar sen- democrático tienen que asumir como una de las
tido a nuestra vida urbana. fuentes de su legitimidad el promover una políti-
ca de ciudad que produzca espacios públicos
Espacio público y ciudadanía: la ciudadanos. No son por lo tanto admisibles gran-
condición urbana y la política des proyectos urbanos que no integren objetivos
sociales y ambientales que amplían la ciudada-
Hoy el funcionamiento eficaz y democrático de nía en cantidad y calidad. El planeamiento urba-
la ciudad se mide por la dialéctica entre movilida- no debe considerar el reintegro a la ciudad de
des y centralidades. La ciudadanía de todos de- áreas ocupadas por organismos estatales o em-
penderá de la universalidad de ambos componen- presas de servicios que por sus condiciones ma-
tes del sistema urbano. Movilidad y centralidad teriales o localización puedan considerarse
tienen un componente de espacio público en tanto obsoletas, y que pueden servir para generar es-
que factor de ciudadanía. Una ciudad que funcio- pacios y equipamientos colectivos ciudadanos
na exclusivamente con el automóvil privado y con (este sería el caso, por ejemplo, de áreas de
centralidades especializadas y cerradas (centros puertos, estaciones y talleres ferroviarios, reser-
administrativos, shopping centers jerarquizados vas de suelo no utilizado para obras públicas,
socialmente, y otras similares) no facilita el pro- instalaciones o depósitos energéticos, cuarteles,
greso de la ciudadanía, tiende a la segmentación, edificios de oficinas públicas, y otros similares).
al individualismo y a la exclusión. Los "nuevos productos urbanos" no pueden
Una rotonda viaria, un conjunto de equipa- legitimarse únicamente por criterios de
mientos culturales, una promoción inmobiliaria competitividad, ni tampoco por razones de com-
de oficinas y viviendas, una renovación portuaria petencia burocrática. Lo cual no elimina la in-
o ferroviaria, o un frente de agua pueden, o bien clusión en estas operaciones de promociones in-
dualizar la sociedad urbana, o en cambio articular mobiliarias o comerciales que además de
barrios y proporcionar mecanismos de integra- viabilizar económicamente la operación pueden
ción y mayor calidad de vida a los sectores que contribuir a la regeneración del tejido económi-
sufren algún déficit de ciudadanía. Estos proyec- co-social y urbano del entorno.
tos pueden ser creadores de centralidades donde La renovación del instrumental urbanístico
no los había, facilitar más movilidades, favorecer puede ser en sí mismo un mecanismo de progreso
la visualización y la aceptación ciudadana de ba- de la ciudadanía. Los proyectos urbanos, en tanto
rrios olvidados o mal considerados, en la medida que son a la vez respuesta a desafíos de la ciudad
que estos objetivos y no únicamente los específi- y oportunidades que se presentan a algunos acto-
cos o originarios sean tenidos en cuenta. Por res públicos o privados, son ya un momento po-
ejemplo, en un centro histórico no es lo mismo tencial de debate, conflicto y negociación. Los
hacer un gran museo, un gran estacionamiento y planes estratégicos deberán ser un ámbito impor-
poner policía, que plantearse paralelamente al tante de participación cívica. Otros instrumentos
museo la animación cultural y comercial de la más específicos como los contratos-programa, los
zona, programas de ocupación de los jóvenes y proyectos preliminares, y otros similares, favore-
espacios de transición equipados con los barrios cen la manifestación de aspiraciones e intereses
del entorno. diversos, incluso de sectores cuya voz se escucha
El espacio público contribuirá más a la ciuda- normalmente poco en la ciudad.
danía cuanto más polivalente sea en términos El empleo es un factor clave para el ejercicio de
funcionales y más favorezca el intercambio. Es la ciudadanía. En unos casos porque de él depen-
preciso conocer bien el uso social de los espacios de en gran parte la consecución de un status legal,
públicos. Este uso dependerá de muchos factores: protección social o acceso a la vivienda digna.
el diseño, la accesibilidad, la belleza, la Siempre, porque es necesario para obtener reco-
monumentabilidad, la promoción, el mantenimien- nocimiento social y evitar la marginación progre-
to, la diversidad de usuarios posibles, entre otros. siva. Las políticas urbanas, la construcción y el
Queremos aquí enfatizar la estética del espacio mantenimiento de espacios y equipamientos pú-
público: el lujo del espacio no es despilfarro, es blicos son una gran oportunidad para crear em-
una cuestión de justicia social. pleos, tanto vinculados a los servicios urbanos,

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como a los llamados "servicios de proximidad", residentes o de paso). Sin embargo, el concepto de
es decir, a las personas. Asimismo, es posible ciudadanía se ha aplicado principalmente al status
establecer una relación entre el "salario ciudada- político-jurídico (sobre todo en la cultura anglo-
no" (atribuido a todos los residentes de un territo- sajona) en el marco del Estado. Su origen "ciuda-
rio y gestionado por el gobierno local o regional) dano" se ha casi olvidado.
y la ciudad como fuente de ocupaciones (sociales, Sin embargo, hoy nos enfrentamos a algunos
culturales, ecológicas u otras) y ámbito de forma- hechos nuevos que nos permiten replantear la
ción continuada. relación ciudad y ciudadanía:

Ciudadanía: • La reducción de la soberanía del Estado-nación


un desafío político para la ciudad por la globalización de la economía y la crea-
ción de uniones políticas supraestatales. La
La ciudadanía fue en el pasado un atributo que Unión Europea, por ejemplo, tiende a igualar
distinguía a los habitantes permanentes y recono- los derechos y deberes de todos los ciudadanos
cidos como tales de la ciudad. Suponía un status de los países europeos. Los europeos que se
compuesto por un conjunto de derechos y deberes instalan (o que han nacido ya) en un país que no
cívicos, socio-económicos y políticos, que se po- es que les da la "nacionalidad", se integran
dían ejercer en el ámbito del territorio de la ciudad lógicamente con más facilidad en la "ciudad"
(que en muchos casos era bastante más extenso que en la "nación".
que el ocupado por el núcleo aglomerado).
Luego, a partir del siglo XVIII y sobre todo en • La población inmigrada o descendientes de
el XIX, la ciudadanía se fue vinculando al Estado- inmigrados, que no poseen la nacionalidad del
nación. Los ciudadanos eran los que poseían la país en el que viven, es en muchas ciudades
nacionalidad, atributo que concedía el Estado y, relativamente importante y estable, es decir en
en tanto que tales, eran titulares de derechos políti- la mayoría de los casos no hay proyecto de
cos exclusivos (por ejemplo, participar en los pro- retorno al país de origen. Esta población no
cesos electorales, formar asociaciones y partidos, tiene reconocido un status de ciudadanía, lo
ser funcionarios públicos). Los derechos sociales y cual plantea a la vez un problema de política
cívicos de los ciudadanos también eran más am- social y de gobernabilidad democrática en las
plios que los de los no-ciudadanos (extranjeros ciudades. Son en Francia los llamados "sans"

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("sin": sin papeles, sin trabajo, sin domicilio Los proyectos y la gestión de
fijo, sin protección social, sin derechos políti-
cos, obviamente). los espacios públicos y de los
equipamientos colectivos son a
• En el marco europeo una solución que parece la vez una oportunidad de
razonable y viable respecto a las problemáticas producir ciudadanía y un test
expuestas, es crear el status de ciudadano euro-
peo, distinto al de nacionalidad de un país de la del desarrollo de la misma.
Unión Europea. Se añadiría: también son ciu-
dadanos europeos, con los mismos derechos y medio de la sociedad civil (por ejemplo, asocia-
deberes, los que residan en una ciudad (o pro- ciones o colectivos, empresarios ciudadanos,
vincia, o departamento) de la Unión Europea en organismos sindicales o profesionales).
tanto que residen en ella. La ciudad productora
de ciudadanía debe garantizar la universalidad • Los déficits de la ciudad afectan de manera
de ésta, es decir, la igualdad jurídica de todos distinta y desigual a distintos sectores de la
sus habitantes. Lo contrario es legitimar la población. Una política ciudadana exige desa-
exclusión. rrollar un conjunto de "acciones positivas" ha-
cia cada uno de estos grupos. Un test de ciuda-
• La ciudad es la mejor oportunidad de innovación danía será medir la importancia y la eficacia de
política por la complejidad de las políticas pú- estas acciones. Por ejemplo, desarrollar el
blicas que en ella deben integrarse y por una multiculturalismo, convertir las demandas de
dimensión que permite una relación más directa niños y viejos en criterios orientadores de los
con la población. El ámbito regional-metropo- programas de espacios públicos y equipamientos
litano, el de ciudad y el de barrio, requieren colectivos, hacer la ciudad más "femenina", in-
soluciones originales, no uniformistas. Podrían corporar objetivos redistributivos y estudios de
experimentarse nuevos procedimientos electo- impactos sociales en todos los proyectos urba-
rales, como sustituir las listas de partidos nacio- nos, u otras iniciativas similares.
nales por listas cívicas, sistemas mixtos, voto
programático y obligatorio, u otros de este tipo. • Los proyectos y la gestión de los espacios
También es el lugar de innovar en las relaciones públicos y de los equipamientos colectivos son
entre Administración y ciudadanos, como la a la vez una oportunidad de producir ciudada-
ventanilla única, la declaración oral con valor nía y un test del desarrollo de la misma. Su
de documento público, por ejemplo. Otro cam- distribución más o menos desigual, su concep-
po en el que es imprescindible innovar es el de ción articuladora o fragmentadora del tejido
la justicia y el de la seguridad: por ejemplo, urbano, su accesibilidad y su potencial de
justicia local, consejos de seguridad por barrio y centralidad, su valor simbólico, su polivalencia,
participativos, defensa de oficio de los ciudada- la intensidad de su uso social, su capacidad de
nos ante las otras Administraciones del Estado. crear empleo, la importancia de los nuevos
públicos de usuarios, la autoestima y el reco-
• Hoy se habla más de participación ciudadana nocimiento social o su contribución a dar "sen-
que de participación política. La gestión políti- tido" a la vida urbana, son siempre oportunida-
ca local requiere hoy multiplicar la informa- des que no se deberían desaprovechar para pro-
ción, la comunicación, socializar las potenciali- mover los derechos y deberes (políticos, socia-
dades de las nuevas tecnologías (que permiten les, cívicos) constitutivos de la ciudadanía.
el feed-back). Todos los ámbitos de la gestión El estatuto de ciudadano representa un triple
local requieren formas de participación, a veces desafío para la ciudad y el gobierno local:
genéricas, muchas veces específicas: consejos,
comités ad hoc, consulta popular, u otros. La - Un desafío político: conquistar la capacidad
participación puede ser información, debate, legal y operativa para contribuir o unlversalizar
negociación. También puede derivar en fórmu- el estatuto político-jurídico de toda la población.
las de cooperación, de ejecución o gestión por Y también adquirir las competencias y los recur-

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sos necesarios para desarrollar las políticas pú- Los políticos elegidos democráticamente tie-
blicas que hagan posible el ejercicio y la protec- nen la responsabilidad de la decisión de los pro-
ción de los derechos y deberes ciudadanos. yectos públicos. Las organizaciones sociales tie-
- Un desafío social: promover las políticas públi- nen el derecho y el deber de exigir que se tomen
cas que ataquen las discriminaciones que impo- en cuenta, se debatan y se negocien sus críticas,
sibilitan o reducen el ámbito de la ciudadanía: sus demandas y sus propuestas. Los profesiona-
empleo, situación de vulnerabilidad (por ejem- les del urbanismo tienen la obligación de elaborar
plo, los niños), marginación cultural, y otras. análisis y propuestas formalizadas y viables, de
- Un desafío específicamente urbano: hacer de la escuchar a los otros, pero también de defender sus
ciudad, de sus centralidades y monumentalidad, convicciones y sus proyectos hasta el final. AD
de la movilidad y accesibilidad generalizadas, de
Nota -------------------------------------------------------------------------
la calidad y visibilidad de sus barrios, de la fuer-
za de integración de sus espacios públicos, de la (1) De la R.: Agorafobia es la sensación de angustia ante los
autoestima de sus habitantes, del reconocimiento espacios despejados y extensos, como las plazas, calles am-
plias, y otros espacios similares. Fuente: Diccionario de la Len-
exterior, una productora de sentido a la vida
gua Española. Espasa Calpe, Madrid, 1994.
cotidiana, de ciudadanía.
Referencias bibliográficas ------------------------------------------
La producción de ciudadanía y el rol de los Del autor:
gobiernos locales es un desafío político no ex- Local y Global. La gestión de las ciudades en la era de la
clusivo de éstos. La política no reduce su espa- información. Co-autor: Manuel Castells. Taurus, Madrid 1997.
cio a las instituciones, los partidos y las eleccio- Informe sobre la ciudadanía europea - Eurocities/Eurocités.
Ajuntament de Barcelona. 1997.
nes. Hay otro espacio, el de la sociedad política Juventud y Ciudadanía. Causas sin rebeldes. Revista
(mejor que la sociedad civil) que es el que crean PREVENCIÓ. Ajuntament de Barcelona. 1997. Barcelona,
y ocupan todos los organismos y formas de ac- un modelo de transformación urbana - Programa de gestión
ción colectiva cuando van más allá de sus objeti- urbana (P.N.U.D. - Banco Mundial). Quito 1995. La ciudad
conquistada. Revista Claves, Madrid 1991.
vos e intereses inmediatos y corporativos. Es el
espacio de la participación ciudadana que plan- Libros o artículos que han sido especialmente tenidos en cuenta
tea demandas y propuestas —y aún deberes y en algunas partes de este trabajo (Nota del autor: No se cita la
abundante bibliografía sobre Barcelona, por considerarla co-
responsabilidades— para criticar y ofrecer alter- nocida y citada en otros textos del autor).
nativas, pero también para ejecutar y gestionar
programas y proyectos sociales, culturales, de Ascher, Francois. (1995). La Metapolis. Paris.
promoción económica o de solidaridad. Y de Bossolino, Antonio. (1996). La República delleCittá. Roma.
Davis, Mike. (1990). City of Quartz. Los Angeles.
urbanismo. The Economist. (1996). Turn up the Securité Urbaine -
Finalmente, la responsabilidad de hacer ciuda- Espaces Culturéis Urbains. Rencontre Internationale de la
danía también pertenece a los profesionales del Villette. Paris.
urbanismo. En nombre de su ética y de su capaci- Garreau, Joel. (1995). Edge City. Life in the New Frontier.
New York.
dad técnica, del conocimiento de los avances de la Mongin, Oliver. (1995). Vers la troisiéme ville ? Preface de C.
cultura urbanística y de la experiencia internacio- de Portzamparc. Paris.
nal, por su sensibilidad respecto a las herencias de Portas, Nuno. (1996). El Planeamiento Urbano como proce-
la ciudad en la que trabajan y por su potencial so de Regulación Variable. Ciudades, 3 (1996) Instituto de
Urbanística. Universidad Valladolid.
creativo de reconocer tendencias e inventar futuros, Portas, Nuno. (1996). O Projeto Urbano. Cidade e imaginacao.
los profesionales del urbanismo deben reclamar PROURB. Univ. de Rio de Janeiro.
autonomía intelectual frente a los políticos y los Portas, Nuno. (1995). Planes Directores como instrumentos
distintos colectivos sociales. Deben elaborar y de- de regulacao. Sociedade e territorio n-22 (1995), Lisboa-Porto.
Venturi, Marco y otros. (1995). La festivalizzione de la políti-
fender sus propuestas, asumir riesgos ante las auto- ca urbana. Roma.
ridades y "opiniones públicas", y saber renunciar
públicamente antes de traicionar sus convicciones. Nota del autor: Véase también la colección "Projet
La reinvención de la ciudad ciudadana, del espacio Urbain", revista del Ministére de l'Equipament (Francia),
público constructor-ordenador de ciudad, y del ur- dirigida por Ariella Masboungi ( 1 2 números publicados
entre 1994 y 1997) y la serie de libros "Conferénces Paris
banismo como productor de sentido, no es mono- d'Architectes". Edicions du Pavillon de l'Arsenal. París
polio de nadie. 1994-1997.

22 Ambiente y Desarrollo - Septiembre 1998

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